Está en la página 1de 1

Comparación entre la concepción que tienen los musulmanes sobre su libro sagrado el Corán y los

cristianos sobre la Biblia.

La concepción de la Biblia no es la misma para todos los cristianos. Si bien para todos los cristianos
la Biblia es la Palabra de Dios, para los católicos, la “Palabra de Dios” en primer lugar se Jesucristo, y la
Biblia es la Sagrada Escritura que da testimonio de la “Palabra de Dios”, el “Verbo hecho Carne”. Tam-
bién dan testimonio de Cristo, con la guía del Espíritu Santo, la Sagrada Tradición y el Magisterio de la
Iglesia, que nos permiten evitar las interpretaciones incorrectas a las que da lugar la Sagrada Escritura. El
principio protestante de la “sola scriptura” probablemente fue postulado con sana intención, pero no pue-
de evitar que la Escritura entre en contradicción consigo misma en numerosísimos pasajes, y priva a los
creyentes del ejercicio comunitario del discernimiento que evite caer en incontables divisiones y subdivi-
siones doctrinarias.
Si los cristianos consideramos que la Revelación es la Biblia (y no Cristo en primer lugar) nos ase-
mejamos a los musulmanes en su concepción del Corán, pero así privamos a nuestra fe de lo que es la es-
encia del cristianismo: la doctrina de Salvación (Soteriología). Esto resulta así por no aceptar francamente
a un Dios que se entrega a sí mismo, y en cambio creer en un Dios que nos entrega una ley, un manual,
una regla moral, una exhortación, pero permanece inexorable e infinitamente distante. No hay ninguna
palabra escrita que pueda ponernos en comunión con Dios. Sólo Dios, entregándose, puede redimirnos de
nuestra lejanía y habitar entre nosotros, en nosotros. La Eucaristía es el memorial vivo del acontecimiento
más importante de la Historia: lo Infinito se hace finito; nosotros (lo finito), a través de Cristo, somos re-
dimidos y presentados ante el Creador. Si limitamos nuestra concepción de la Gracia a la revelación de un
mensaje escrito (la Ley) sólo se nos revelará nuestro pecado, y nuestra incapacidad de cumplir con el pac-
to, pero la Buena Nueva es que Dios mismo está con nosotros, no únicamente su mensaje.

También podría gustarte