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Posesión hereditaria

por GABRIEL HORACIO SUELDO


2005
www.saij.jus.gov.ar
Id SAIJ: DASC050065

1) La posesión hereditaria es el título que caracteriza al heredero en cuanto tal y en virtud del cual se le
reconoce un conjunto de prerrogativas (derechos y obligaciones) que puede ejercer directamente (por sí o por
terceros) sobre los bienes que componen el acervo hereditario.

Tratándose de bienes que el causante poseía directamente, la posesión hereditaria autorizará al heredero
investido de ella a entrar en contacto material con dichos bienes directamente y sin necesidad de acto judicial
alguno. Tratándose de bienes del causante poseídos por terceras personas, la posesión hereditaria autorizará al
heredero a ejercer las acciones posesorias tendientes a tomar contacto con las cosas.

2) De manera que según lo visto antes, los efectos de la posesión hereditaria son dos, a saber:

- confiere al heredero la facultad de ingresar en la posesión material de los bienes del causante, sin formalidad
alguna, cuando tales bienes eran poseídos directamente por éste.

- cuando los bienes del causante son poseídos por terceras personas, la posesión hereditaria, faculta al
heredero a ejercer las acciones posesorias con el fin de ingresar en la posesión de ellos.

3) Si, como lo establece en varios artículos el Código Civil:

- el heredero continúa la persona del difunto. (art. 3417, 1º parte) - el heredero es propietario, acreedor, deudor
de todo lo que el causante era propietario, acreedor y deudor (art. 3417, 2º parte) - la muerte, la apertura y la
transmisión de la herencia se causan en el mismo instante. No hay entre ellas el menor intervalo de tiempo, son
indivisibles (nota art. 3282) Entonces, la posesión hereditaria, consagrada en los artículos antes citados y más
específicamente en el art. 3410, y tal como ocurre y ocurría con la saisine, viene a complementar y confirmar el
principio según el cual la transferencia del dominio se opera ipso jure desde la muerte del causante.

Muerto el causante, el legislador puede optar entre:

a) exigir al heredero que haga la adición de la herencia, es decir pedir la herencia ante la autoridad.

b) considerar que los herederos adquieren la herencia ipso jure desde la muerte misma del causante.

Al haber el Código optado por esta última, debió prever un mecanismo que asegure a los herederos, aunque
más no sea fictamente, gozar de la misma posesión que gozaba el causante sobre los bienes de la herencia en
forma simultánea o contemporánea a la muerte del causante, para así poder ejercer las prerrogativas propias de
la propiedad de la herencia.

Y ello, aún en aquellos casos en los que la posesión hereditaria no coincida con la posesión real. (supuesto de
heredero que desconoce la apertura de la sucesión, o de terceros que detentan la posesión material de los
bienes hereditarios). Aún en estos supuestos, la ley, por razones de conveniencia y de seguridad jurídica,
igualmente considera que los herederos forzosos gozan ipso jure de la posesión hereditaria.
4) En conclusión, la posesión hereditaria es una ficción creada por ley a fin de asegurar que la posesión que
ejercía el causante sobre sus bienes, no se interrumpa por causa de su muerte. Al morir el causante, los
herederos forzosos adquieren de pleno derecho la posesión hereditaria, y de esa manera continúan la misma
posesión del causante. Caso contrario, nos encontraríamos con un caso de bienes no poseídos por nadie, lo
cual no es conveniente, desde el punto de vista práctico y legal.

5) La posesión hereditaria es concedida de diferente manera según el investido sea heredero forzoso o no:

- tratándose de herederos forzosos, la ley concede ipso jure la posesión hereditaria. El fundamento es que,
tratándose de herederos forzosos, la ley presume que son quienes están en contacto más próximo y directo con
el causante y con sus bienes. Razón por la cual, la ley les autoriza a entrar inmediatamente y de pleno derecho
en posesión material con dichos bienes del causante. Los herederos así entran en posesión material con los
bienes hereditarios sin necesidad de cumplimentar acto alguno ante el juez. Es lo que le da publicidad a la
posesión que inician los herederos y que es continuadora de la del causante.

- tratándose de herederos no forzosos (testamentarios o legales) la ley les concede igualmente la posesión
hereditaria, pero les exige un requisito adicional. Deben pedir dicha posesión y el juez la concederá siempre que
se cumplan los requisitos exigidos para ser declarados herederos. Concedida por juez competente, la posesión
hereditaria surte idéntico efectos que la posesión hereditaria concedida ipso jure.

En una y otra posesión hereditaria, se continúa la posesión que ejercía el causante, no hay interrupción.

6) En los últimos tiempos acudimos a un relanzamiento de la importancia de la posesión hereditaria. Ello así a
pesar de que para una parte importante de los bienes del causante, la posesión hereditaria a solas no es
suficiente para autorizar al heredero a tomar los bienes de la herencia, sino que debe ser complementada por
otros requisitos.

Así, tenemos que la posesión hereditaria tal como la regula el Código, es decir, concediendo la posesión
material ipso jure y sin necesidad de acto alguno, se aplicaría sólo respecto a bienes muebles no registrables.
Respecto de los bienes muebles registrables (automóviles, aviones, embarcaciones) y los inmuebles, será
necesario siempre proceder al inicio del correspondiente juicio sucesorio, en el ámbito del cual el juez, previa
comprobación de los extremos exigidos por ley, ordenará la inscripción de los bienes a nombre de los herederos,
quienes recién a partir de ese momento podrán gozar de la posesión material de dichos bienes.

Ello ha hecho que la importancia de la posesión hereditaria no haya sido considerada en su real dimensión. Si
bien es cierto que los muebles registrables y los inmuebles, representan hoy día y representaron bienes de un
valor importante, en los últimos años hemos acudido a una nivelación en cuanto a la importancia del valor de los
muebles e inmuebles.

Piénsese por ejemplo en el valor que tienen hoy ciertos artículos de última tecnología (computadoras,
televisores, instrumental científico, etc.), ciertos elementos suntuarios (relojes antiguos, joyas, cuadros,
colecciones antiguas, etc). Si bien raramente equiparan el valor medio de un mueble registrable o de un
inmueble, es indiscutible que el valor de aquellos ha ido en aumento en los últimos años.

A la par de este aumento en la valoración de ciertos bienes muebles no registrables, asistimos a una
revaloración de la posesión hereditaria, la que, como se dijo antes, se aplica exclusivamente respecto a bienes
muebles no registrables.

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