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EN LA JURISPRUDENCIA
DE LA CORTE CONSTITUCIONAL
REPÚBLICA DE COLOMBIA
Consejo de Estado Sala de Consulta y Servicio Civil
LOS CONCEPTOS EN LA JURISPRUDENCIA DEL CONSEJO DE ESTADO
CONSEJO DE ESTADO
Sala de Gobierno
CONSEJO DE ESTADO
Sala de Consulta y Servicio Civil
DIRECTOR DE LA OBRA
Edgar González López
EQUIPO DE INVESTIGACIÓN
Liliana González Gómez
Diana Castañeda Suárez
Andrés Gutiérrez Beltrán
Indira Díaz Lindao
Omar Barreto Cifuentes
Laura Hernández Valderrama
Arturo Mendoza Pedraza
Derys Villamizar Reales
Cristina Gómez Gracia
Luisa Pascuaza Cabrera
Daniela Medina Castro
CONSEJO DE ESTADO
Sala de Consulta y Servicio Civil
Contenido
Contenido
Prólogo..................................................................................... 9
Presentación ............................................................................ 13
Conceptos en la jurisprudencia de la Corte Constitucional
y conceptos en la jurisprudencia del Consejo de Estado............ 17
5
Los conceptos en la jurisprudencia de la Corte Constitucional
Contrato de aportes.
Naturaleza y régimen jurídico ................................................. 55
Contratos de concesión minera. Renegociación.
Protección de derechos sociales ............................................... 56
Contratos estatales con régimen especial.
Juez competente ..................................................................... 57
6
Contenido
7
Los conceptos en la jurisprudencia de la Corte Constitucional
8
Prólogo
Prólogo
L
os años 2020 y 2021, azotados por la aparición y la propagación del
SARS-CoV-2 (Covid-19), han generado un nuevo orden de cosas a
nivel mundial y difícilmente la humanidad tiene mínima certeza de
su futuro a corto y mediano plazo con ocasión de esta pandemia.
La mayor preocupación mundial se centra en cuándo volveremos a la
normalidad y especial atención se presta a cuál es el papel y la respon-
sabilidad del Estado y de las autoridades públicas para salir de la crisis
sanitaria que confinó a los habitantes del planeta y cuál es el rol del ciu-
dadano frente a ello.
La respuesta a estos interrogantes ocupa la labor, entre otros, de científi-
cos, académicos, médicos, abogados, filósofos, politólogos, economistas,
gobernantes y autoridades públicas, pero también del propio ciudadano.
Se ha vuelto común encontrar referencias y foros de discusión sobre el
cambio de la relación Estado – ciudadano, gobernante – gobernado y
administración – administrado; así como a propósito del debilitamiento
de la democracia, el cambio del contrato social y los límites del poder en
tiempos de crisis colectivas.
Sin duda, ha cambiado abruptamente la manera en que llevamos nues-
tras vidas y ejercemos nuestros derechos y libertades y la forma en que
las autoridades políticas y ejecutivas toman decisiones a nivel local, na-
cional y global.
Al amparo de estados de excepción, el poder ejecutivo se revistió de facul-
tades y herramientas para adoptar las decisiones necesarias con el fin de
conjurar la crisis sanitaria por la que atraviesa la humanidad. En Colom-
bia, como en muchas otras democracias, este mecanismo extraordinario,
que de todas formas está previsto por la Carta Política, otorga facultades
extraordinarias al gobierno, las cuales en tiempos de normalidad corres-
ponden a autoridades de otras ramas.
En virtud del estado de excepción, el poder ejecutivo puede legislar ex-
traordinariamente, suspender las leyes que considere incompatibles e,
9
incluso, contratar productos y servicios mediante supuestos normativos
de carácter excepcional, previstos para los casos de emergencia. Además
puede expedir actos administrativos generales para desarrollar o regla-
mentar los decretos legislativos expedidos con fundamento en ese estado
extremo. Todo, por supuesto, en la medida en que exista una relación
directa con la crisis que se pretende conjurar y que no se vulneren las
garantías fundamentales, aspectos cuyo cumplimiento deben velar las
autoridades judiciales en el ámbito de sus competencias.
Ante este panorama, en el que se han robustecido las potestades del
ejecutivo, es importante que las demás ramas del poder público y los
órganos de control contribuyan, desde su ámbito competencial, a que no
se desconozca el Estado de derecho, a que no se vulneren las garantías
fundamentales de las personas y a evitar los abusos de poder, sin impor-
tar la motivación o el fin perseguido.
En esta tarea resulta fundamental el papel que debe cumplir la Rama
Judicial del poder público, la que con su carácter autónomo e indepen-
diente, propio de los sistemas democráticos y republicanos como el que
establece la Constitución Política colombiana, está llamada a controlar,
a través de sus pronunciamientos, los demás poderes que conforman el
Estado, en especial al ejecutivo.
10
Prólogo
En esta obra el lector podrá encontrar las fichas de las providencias que
tuvieron en cuenta los conceptos de la Sala de Consulta y Servicio Civil
del Consejo de Estado, el tema que se trató, un extracto de la respectiva
providencia con los apartes en los que se hace mención al concepto y
los datos informativos de ambos pronunciamientos (radicado, ponentes y
fecha). Lo anterior, enlazado a un preciso, minucioso y detallado índice
temático.
11
timos años, como lo son, entre otros, el diálogo permanente con los ciu-
dadanos, la ampliación de las formas mediante las cuales se puedan dar
conocer las decisiones de la Corporación y la permanente rendición de
cuentas a la comunidad.
Sin más, extiendo una formal invitación a leer este texto con detenimiento
y sentido crítico, pues en la medida en que más conozcamos los pronun-
ciamientos de las autoridades judiciales, ora en ejercicio de la función ju-
risdiccional ora en la consultiva, seremos ciudadanos mejor informados
y seguramente tendremos autoridades más responsables.
12
Presentación
Presentación
E
l Consejo de Estado colombiano encuentra, sin lugar a dudas, un
marco de referencia en el modelo francés, que tuvo en sus orígenes
una vocación consultiva y fue adquiriendo gradualmente funcio-
nes jurisdiccionales. Este camino fue recorrido de manera similar por
las constituciones nacionales y sus desarrollos legislativos. Sin embargo,
frente al aumento de actividades judiciales a cargo del tribunal supremo
de lo contencioso administrativo, la función consultiva no ha resultado
debilitada.
13
El presente trabajo excluyó todas las providencias que fueron objeto de
los dos libros anteriores.
14
Presentación
15
El capítulo séptimo trata el tema de las entidades territoriales, la distri-
bución competencial entre el concejo y alcalde, la autonomía administra-
tiva y presupuestal de las contralorías territoriales y de las personerías
municipales, los fondos de pensiones de las ET, el monopolio rentístico
de las loterías, los usos del suelo, el presupuesto municipal, el control
interno, los empleados del Distrito Capital y algunas obligaciones de los
concejos municipales.
El capítulo octavo se concentra en asuntos de variada índole como las
condenas judiciales, las modalidades de derogación de normas, el alcan-
ce de los decretos que reglamentan leyes marco, la liquidación de perso-
nas jurídicas, el practicaje marítimo, protocolo de internet, entre otros.
Como se observa en esta obra, está demostrada la relevancia práctica de
la función consultiva en la función judicial. Esta es una de las razones
por las que el ordenamiento jurídico se ha ocupado de su fortalecimiento.
En efecto, recientemente, la Ley 2080 de 2021 amplió la función de emi-
tir concepto en relación con las controversias jurídicas que se presenten
entre entidades públicas del orden nacional, o entre estas y entidades del
orden territorial, ya no solo para precaver litigios sino además para los
eventos en los que ya existe uno. Así mismo, esta normativa incluyó nue-
vas disposiciones relativas a la suspensión del proceso judicial en curso
y a la facultad de decretar pruebas.
En algunos años, por tanto, resultará un ejercicio académico de sumo
interés analizar también la incidencia de estos nuevos conceptos en la
litigiosidad del Estado colombiano y en las decisiones judiciales de las
altas cortes.
Finalmente, además de dar a conocer la incidencia de los conceptos emi-
tidos por la Sala de Consulta y Servicio Civil en la jurisprudencia, esta
obra le permitirá al lector acercarse a un sin número de estudios jurídi-
cos sobre diversos campos del derecho, en ocasiones poco comentados,
que han sido tratados con rigurosidad por esta Sala, y cuyas conclu-
siones son desconocidas por muchos. Es por ello una gran satisfacción
presentar este trabajo, en una labor de difusión del conocimiento a toda
la comunidad jurídica y civil, a la que esperamos le resulte útil.
EDGAR GONZÁLEZ LÓPEZ
Consejero de Estado
Director de la obra
16
Estadísticas
Conceptos en la jurisprudencia de la
Corte Constitucional y conceptos en la
jurisprudencia del Consejo de Estado
Conceptos en la jurisprudencia de la Corte Constitucional
Número de providencias que citan conceptos por cada sala
Otros asuntos
Administración Pública
y Servicio Civil
Contratación 26 43
Estatal
22
Asuntos
Electorales 10
Rama 11
Legislativa
22
Hacienda Pública,
Bienes y Tributos 8 106
Función Pública
y Régimen Prestacional
Entidades
y de Seguridad Social
Territoriales
17
Conceptos en la jurisprudencia del Consejo de Estado
Número de providencias que citan conceptos por cada Sección
Sala Plena
Sección Quinta
Sección Primera
39
Sección Cuarta 116 224
81
298
Sección Tercera
658
Sección Segunda
Asuntos 151
Electorales
475
Rama 88 Función Pública
Legislativa 5 99 y Régimen Prestacional
y de Seguridad Social
Hacienda Pública,
Bienes y Tributos
Entidades
Territoriales
Total de providencias: 1.416
18
Estadísticas
Corte
248
Constitucional
Consejo
1.416
de Estado
Otros asuntos 26
71
22
Contratación Estatal
285
10
Asuntos Electorales
151
Rama Legislativa 11
5
Hacienda Pública, 22
Bienes y Tributos 88
Entidades Territoriales 8
99
Función Pública y Régimen 106
Prestacional y de Seguridad Social 475
Administración Pública 43
y Servicio Civil 242
0 50 100 150 200 250 300 350 400 450 500
19
1. Administración Pública y Servicio Civil
I. Administración Pública y
Servicio Civil
1 Cita original n.º 12: Ya desde 1972 el punto suscitó un salvamento de voto sobre el
grado de precisión con el cual debía identificarse cada acto administrativo (Salvamento
de voto de Miguel Lleras Pizarro a la Sentencia del 27 de octubre de 1972; C.P. Carlos
Portocarrero M. Anales del Consejo de Estado LXXXIII, nos. 435- 436 pág. 429 de 1972.
En dicha sentencia, el Consejo de Estado definió las características de los actos admi-
nistrativos complejos).
21
se ha sostenido, por ejemplo, que no son susceptibles de impugnación
ante los tribunales contencioso administrativos por tratarse de actos de
trámite o preparatorios, entre otros: las comunicaciones y oficios2, los
certificados que se expidan con el fin de obtener determinado permiso
o autorización por parte de la administración3, los pliegos de cargos y el
auto que ordena la apertura de la investigación4, el auto que ordena la
realización de una inspección tributaria y el acta que se extiende en di-
cha diligencia5, el auto de mandamiento ejecutivo expedido dentro de un
2 Cita original n.º 13: En ese sentido, puede consultarse: Consejo de Estado, Sala de lo
Contencioso Administrativo, Sección Segunda, Sentencia del 3 de marzo de 1980; C.P.
Ignacio Reyes Posada (En dicha sentencia, el Consejo de Estado confirmó una sentencia
proferida por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca en la que se declara inhibido
para pronunciarse sobre una acción de nulidad interpuesta en contra de una comu-
nicación expedida por el Ministerio de Justicia. Tanto el Tribunal como el Consejo de
Estado encuentran que no es la comunicación un acto administrativo, sino el decreto
que da lugar a la misma. En este orden de ideas, es contra el mencionado decreto contra
el que de debió interponer la acción).
3 Cita original n.º 14: En ese sentido, puede consultarse: Consejo de Estado, Sala de Con-
sulta y Servicio Civil, Concepto del 25 de octubre de 1988; C.P. Javier Henao Hidrón.
(Citado por: Penagos, Gustavo, El acto administrativo Tomo I. Ediciones Librería del
Profesional. Santa Fe de Bogotá, 1996).
4 Cita original n.º 15: En ese sentido, puede consultarse: Consejo de Estado, Sala de lo
Contencioso Administrativo, Sección Primera, auto del 25 de abril de 1986; C.P. Samuel
Buitrago Hurtado (En dicho auto, el Consejo de Estado inadmitió la solicitud de la
sociedad actora de que se ordenara la suspensión provisional del acto administrativo
dictado por la entidad pertinente, en el cual se dispuso abrir investigación de carácter
administrativo). Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Pri-
mera, auto del 25 de abril de 1986; C.P. Enrique Low Murtra (En dicho auto, el Consejo
de Estado confirmó un auto expedido por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca
por medio del cual se denegó la admisión de una acción de nulidad y restablecimiento
del derecho); Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Pri-
mera, auto del 3 de junio de 1999; C.P. Ernesto Rafael Ariza Muñoz (En dicho auto, el
Consejo de Estado confirma el auto proferido por el Tribunal Administrativo del Tolima
que deniega la suspensión provisional de los efectos del acto administrativo acusado,
por medio del cual se formulan cargos contra la accionante).
5 Cita original n.º 16: En ese sentido, puede consultarse: Consejo de Estado, Sala de lo
Contencioso Administrativo, Sección Cuarta, Sentencia del 26 de abril de 1996; C.P.
Consuelo Sarria Olcos (En dicho auto, el Consejo de Estado confirmó la sentencia ex-
pedida por el Tribunal Administrativo de Antioquia en el que se afirma que el acta de
inspección tributaria no requiere, más allá de su adecuada motivación, de fórmulas jurí-
dicas extraordinarias por tratarse de un acto que no tiene la característica de definitivo).
22
1. Administración Pública y Servicio Civil
6 Cita original n.º 17: En ese sentido, puede consultarse: Consejo de Estado, Sala de lo
Contencioso Administrativo, Sección Primera, auto del 27 de mayo de 1999 M.P. Ernes-
to Rafael Ariza Muñoz (En dicho auto, el Consejo de Estado confirma el auto proferido
por el Tribunal Administrativo del Tolima en el que se niega la pretensión del actor de
declarar la nulidad del juicio de jurisdicción coactiva adelantado por la Contraloría De-
partamental del Tolima, incluido el auto de mandamiento ejecutivo).
7 Cita original n.º 18: En ese sentido, puede consultarse: Consejo de Estado, Sala de lo
Contencioso Administrativo, Sección Quinta, Sentencia del 17 de noviembre de 1995
C.P. Mario Alario Méndez (En dicha sentencia, el Consejo de Estado niega la pretensión
del accionante de declarar nulo el acto por medio del cual se hizo la elección del
Procurador General de la Nación para el período 1994 - 1998. El Consejo niega la acción
por encontrar que la pretensión del actor consiste en que se declare no la nulidad de la
elección, el cual es un acto definitivo, sino el acta de escrutinio de uno de los jurados,
el cual es un acto preparatorio).
8 Cita original n.º 73: Consejo de Estado, Sala de Consulta y servicio civil, Consejero
Ponente Flavio Augusto Rodríguez Arce, Santafé de Bogotá D.C, ocho (8) de octubre de
mil novecientos noventa y nueve (1999). Radicación número: 1219. Ref: ALCALDES.
Voto programático. Consecuencias del incumplimiento del programa de gobierno de los
alcaldes designados.
23
alcalde designado operan las mismas inhabilidades, incompatibilidades y
prohibiciones, así como las causales de suspensión y destitución previstas
para el alcalde elegido popularmente”.
Ascensos militares.
Naturaleza del acto
24
1. Administración Pública y Servicio Civil
Por el contrario, la imposición de una reserva legal sobre los actos ad-
ministrativos mediante el cual se decide clasificar para ascenso en una
lista o en otra a un oficial o suboficial de las Fuerzas Militares, así como
la imposición del secreto sobre los documentos que en ellos consten, no
persiguen un fin constitucionalmente válido.
Sin duda, a diferencia de lo que sucede con la reserva legal existente so-
bre documentos que conforman el proceso de evaluación de los oficiales
y suboficiales, la cual se justifica por la protección de los derechos a la
vida, integridad física e intimidad del evaluado, aquella que ha sido esta-
9 Cita original n.º 29: Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil, sentencia del
3 de diciembre de 1993, Consejero Ponente: Doctor Roberto Suárez Franco.
25
blecida sobre los motivos que llevaron clasificar de determinada manera
a uno de estos servidores públicos para ascenso, no encuentra justifica-
ción alguna en una sociedad democrática.
Al respecto, cabe señalar que el actual régimen legal de clasificación para
ascenso de los miembros de la Policía Nacional, no establece ninguna cla-
se de reserva sobre las actas de la Junta Clasificadora. En efecto, el de-
creto n.º 1800 del 14 de septiembre de 2000 “Por el cual se dictan normas
para la evaluación del desempeño del personal uniformado de la Policía
Nacional”, en su Título III “De la Clasificación”, no prevé reserva alguna
sobre los mencionados documentos públicos, a pesar de que la Policía
Nacional, si bien es un cuerpo armado permanente de naturaleza civil, al
igual que sucede con las Fuerzas Militares, es una institución organizada
verticalmente, de manera piramidal y basada en el principio del mando.
Aunado a lo anterior, el derecho comprado ofrece argumentos constitu-
cionales importantes10. Así por ejemplo, el Tribunal Supremo español, en
sentencia del 28 de marzo de 1977, consideró que no guardaba relación
alguna con la seguridad nacional, ni afectaba el mando ni la organización
militar, una decisión del Ministerio del Ejército, la cual había dispuesto
la baja de un militar en la Escuela de Estado Mayor. En tal sentido, esta
instancia jurisdiccional argumentó que “pese al interés que estas decisio-
nes puedan tener para el Ejército, no es posible elevar de rango ese interés
hasta el punto de entender que su conservación o desaparición afecte o
menoscabe la defensa nacional”11. Posteriormente, en sentencia del 26
de abril de 198012, esa Corporación estimó que existían normas sobre el
funcionamiento de la institución castrense que eran de naturaleza orga-
nizativa, y que por ende, el conocimiento sobre la aplicación de las mis-
mas no afectaba, en absoluto, la defensa nacional.
En este orden de ideas, la decisión de legislador de imponer una reserva
sobre las los actos administrativos adoptados por la Junta Clasificadora
y sobre los motivos por los cuales los miembros de la misma decidieron
clasificar para ascenso, dentro de una determinada lista, a un oficial o
suboficial, no se encuentra amparada en la protección de un objetivo
constitucionalmente válido.
10 Cita original n.º 30: Luciano Parejo Alfonso y Juan Alfonso Santamaría Pastor, Derecho
Administrativo. La jurisprudencia del Tribunal Supremo, Madrid, 1992.
11 Cita original n.º 31: Tribunal Supremo español, sentencia del 28 de marzo de 1997, Ar.
1416.
12 Cita original n.º 32: Tribunal Supremo español, sentencia del 26 de abril de 1980, Ar,
4841.
26
1. Administración Pública y Servicio Civil
Autoridades municipales.
Control judicial y administrativo
de sus actos
13 Cita original n.º 4: Acto Legislativo No. 3 de 1910, artículo 59: “Son atribuciones del
Gobernador: (...)
27
Más tarde son introducidos algunos cambios en cuanto a la competencia
de tribunales (superiores y administrativos) para conocer de los actos de
los municipios, pero es el Acto Legislativo No. 1 de 1986 la norma que
unifica el sistema de control y asigna a las autoridades judiciales la tarea
de decidir definitivamente sobre la validez, tanto de los acuerdos munici-
pales como de los actos de los alcaldes. Sin embargo, dicho cambio no fue
aislado sino expresión de los ajustes institucionales de la época, donde
el proceso de descentralización y autonomía territorial constituyó uno de
los pilares fundamentales de la reforma. La Sala de Consulta y Servicio
Civil del Consejo de Estado ha explicado ese proceso en los siguientes
términos14:
“Este sistema resulta lógico dentro de una reforma constitucio-
nal destinada a ampliar la autonomía municipal mediante los
sistemas de elección de los alcaldes y de las consultas popu-
lares. De nada habría valido dar independencia política al jefe
de la administración municipal a través de la elección popular,
si sus actos no quedan fuera de la posibilidad de revocación
del gobernador y bajo la protección de los procedimientos judi-
ciales, tal como la tienen desde 1910 los actos de los concejos.
Además esta tutela administrativa de legalidad está estable-
cida para garantizar que los gobernadores tengan completa
y oportuna información sobre los actos municipales y puedan
velar por su juridicidad en orden a asegurar la vigencia del
ordenamiento constitucional y legal en todos los distritos mu-
nicipales de la República”.
7.- Revisar los actos de las municipalidades y de los alcaldes por motivos de inconstitu-
cionalidad o ilegalidad, revocar los últimos y pasar los primeros a la autoridad judicial,
para que ésta decida sobre su exequibilidad”.
14 Cita original n.º 5: Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil, Concepto de
marzo 14 de 1986.
28
1. Administración Pública y Servicio Civil
16 Cita original n.º 86: Cfr. Sentencia C-1230 de 2005. M.P. Rodrigo Escobar Gil.
17 Cita original n.º 88: Cfr. Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil, (Rad.
SCSC 2307 de 2016, C.P. Germán Bula Escobar), Concepto del 19 de agosto de 2016.
29
Empresas de servicios públicos domiciliarios.
Control judicial de sus actos y hechos
18 Cita original n.º 1: El artículo 97 de la Ley 143 de 1994 derogó expresamente, entre
otras disposiciones, las Leyes 113 de 1928, 109 de 1936 y 126 de 1938, con exclusión
de los artículos 17 y 18 y el artículo 12 de la Ley 19 de 1990.
30
1. Administración Pública y Servicio Civil
(..)”.
En igual sentido que lo hacen las disposiciones anteriores, el artículo 57
de la Ley 142 de 1994 faculta a las empresas prestadoras de servicios
públicos domiciliarios para “pasar por predios ajenos, por una vía aérea,
subterránea o superficial, las líneas, cables o tuberías necesarias; ocupar
temporalmente las zonas que requieran en esos predios; remover los cul-
tivos y los obstáculos de toda clase que se encuentren en ellos; transitar,
adelantar las obras y ejercer vigilancia en ellos; y, en general, realizar en
ellos todas las actividades necesarias para prestar el servicio”.
Agrega la norma en comento que las personas afectadas por el gravamen
tendrán derecho a ser indemnizadas, “de acuerdo a los términos esta-
blecidos en la Ley 56 de 1981, de las incomodidades y perjuicios que ello
le ocasione” y faculta a la autoridad del lugar para otorgar los permisos
que fueren del caso, “si no hubiere ley expresa que indique quien debe
otorgarlo”.
Declara la misma normatividad, de utilidad pública e interés social, con
fines de expropiación, “la ejecución de obras para prestar los servicios
públicos y la adquisición de espacios suficientes para garantizar la pro-
tección de las instalaciones respectivas” y así mismo i) confiere a quienes
presten servicios públicos “los mismos derechos y prerrogativas que esta
ley u otras anteriores, confieren para el uso del espacio público, para la
ocupación temporal de inmuebles, y para promover la constitución de ser-
vidumbres o la enajenación forzosa de los bienes que se requiera para
la prestación del servicio” e ii) indica que la legalidad de los actos y la
responsabilidad por las acciones u omisiones, de los prestadores de ser-
vicios públicos domiciliarios, “estarán sujetos al control de la jurisdicción
en lo contencioso administrativo” –artículos 3319 y 56 -.
Sobre el alcance de la competencia asignada a la jurisdicción adminis-
trativa en la materia, la Sala de Consulta y Servicio Civil del H. Consejo
de Estado, conforme a la línea jurisprudencial trazada por la misma Cor-
poración, señala:
19 Cita original n.º 2: La Ley 1.107 de 2006 mantuvo la vigencia, en materia de competen-
cia, de las Leyes 142 de 1994 y 689 y 712 de 2001 –Consejo de Estado, Sala de lo Con-
tencioso Administrativo, Sección Tercera, C.P. Enrique Gil Botero, febrero 8 de 2007-.
31
“Dentro del marco jurídico descrito y para los efectos de la con-
sulta que se absuelve, es relevante analizar el alcance del artí-
culo 33 de la ley de servicios públicos, en el cual se señala ex-
presamente la competencia de la jurisdicción contenciosa para
revisar la legalidad de los actos administrativos que expidan,
así como para establecer la responsabilidad por acción u omi-
sión producto de la negociación forzosa o expropiación y para
definir la responsabilidad y la consiguiente indemnización en
los casos de ocupación temporal de los bienes inmuebles re-
queridos para la prestación de los servicios.
(..)
Sobre el particular la Sección Tercera de esta Corporación en
diversas Sentencias, definió el tema de la competencia de la
jurisdicción contenciosa administrativa derivada de la norma
del artículo 33 trascrito, y al efecto, expuso:
“Ante todo, es menester dejar sentado como punto de partida
que, a partir de una lectura integrada de los artículos 32 y 33
de la ley 142, esta Corporación ha entendido que solamente
los actos y hechos de las empresas prestadoras de servicios
públicos domiciliarios, derivados del ejercicio de los derechos
y prerrogativas conferidos por la ley para el uso del espacio
público, la ocupación temporal de inmuebles, la constitución
de servidumbres y la enajenación forzosa de bienes, son jus-
ticiables ante esta jurisdicción, es decir que todos los que ten-
gan lugar en escenarios diferentes a los enunciados, deben ser
conocidos por la justicia ordinaria por regla general“ (Negrilla
fuera del texto).
En igual sentido se encuentra la sentencia de la misma Sección
del 27 de enero de 2000:
“De otra parte, el artículo 33 de la ley 142 pretende definir cuá-
les actos, hechos u omisiones realizados por las entidades que
prestan servicios públicos domiciliarios corresponde conocer a
la jurisdicción de lo contencioso administrativo. Allí se men-
cionan aquellos actos expedidos en ejercicio de los derechos y
prerrogativas que la propia ley 142 u otras anteriores confieren
para los siguientes aspectos:
a) Uso del espacio público
b) Ocupación Temporal de inmuebles
32
1. Administración Pública y Servicio Civil
20 Cita original n.º 3: Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil, M.P. Susana
Montes de Echeverri, Ministro del Interior, julio 11 de 2002.
21 Cita original n.º 60: Consejo de Estado, Sala de Consulta, Concepto. Oct. 22 de 1975.
33
Otras sentencias que citan el mismo concepto
Sentencia del 01/02/2007. Rad. T-064-07 / Sen-
tencia del 23/01/2009. Rad. T-018-09 / Sentencia
del 16/11/2010. Rad. SU-917-10
Concepto citado: Sala de Consulta y Servicio Civil
Fecha: 23/10/1975
Radicado: Sin radicado
Ponente: Sin ponente
En cuanto al carácter relativo de la discrecionalidad, con fundamento
en los parámetros legales y constitucionales que regulan su ejercicio, a
pesar de no existir una reglamentación exhaustiva que limite su desarro-
llo en cado caso, el Consejo de Estado, en aras de consolidar el control
judicial y evitar el abuso de poder, ha sostenido que:
22 Cita original n.º 9: Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil. Concepto de 23
de octubre de 1975. Subrayado por fuera del texto original.
34
1. Administración Pública y Servicio Civil
24 Cita original n.º 69: Esta Corporación por medio de la sentencia C-650 de 2003 analizó
las objeciones presidenciales al Proyecto de Ley No. 030 de 2001, 084 de 2001 – acumu-
lados Cámara, número 278 de 2002 Senado, que permitía la creación del Fondo Antonio
Nariño como un “fondo mixto para el desarrollo del periodismo”. Al respecto, la Corte
explicó que los fondos especiales o fondo cuenta son un sistema de manejo de cuentas
y sus recursos están comprendidos en el presupuesto general de rentas nacionales. A
partir de la anterior, indicó que el Fondo Antonio Nariño al tener personalidad jurídica
era una entidad que modificaba la estructura de la administración pública.
35
ni empresas industriales y comerciales del Estado u otra clase de órgano
o entidad pública”26.
En relación con las normas del Decreto Ley 1260 de 1970 (Arts. 44 a 50),
que aluden específicamente al registro de nacimientos, el órgano con-
sultivo del Gobierno, concluyó que se trata de “disposiciones de carácter
general que regulan la forma normal o corriente en que puede y debe ha-
cerse la inscripción del nacimiento. Para tal efecto se exige básicamente
acudir a una oficina de registro o a un funcionario autorizado para ello,
adjuntar certificado médico o declaración de dos testigos o documentos
27 Cita original n.º 55: C.P. William Zambrano Cetina. El concepto fue rendido con antela-
ción a la declaratoria de inexequibilidad de la Ley 1153 de 2007.
36
1. Administración Pública y Servicio Civil
37
2007, no derogaron los artículos 44 a 50 del Decreto Ley 1260 de 1970,
pues solamente establecieron un evento especial de registro y de asigna-
ción de cupo numérico; y (ii) que su aplicación no estaba supeditada a
la reforma previa del citado decreto, siendo procedente “la armonización
de ambas disposiciones y, si se estima necesario, su reglamentación y la
expedición de las directrices que faciliten su observancia.”
38
1. Administración Pública y Servicio Civil
29 Cita original n.º 54: Corte Constitucional, Sentencia T-356 de 2008. Cfr., Sentencia
C-371 de 1999.
30 Cita original n.º 55: Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil, Concepto del
14 de julio de 2005, Rad. 1652.
31 Cita original n.º 56: “Artículo 41. Causales de retiro del servicio. El retiro del servicio
de quienes estén desempeñando empleos de libre nombramiento y remoción y de ca-
rrera administrativa se produce en los siguientes casos: (…) Parágrafo 2º. Es reglada la
competencia para el retiro de los empleos de carrera de conformidad con las causales
consagradas por la Constitución Política y la ley y deberá efectuarse mediante acto mo-
tivado. // La competencia para efectuar la remoción en empleos de libre nombramiento
y remoción es discrecional y se efectuará mediante acto no motivado”. Cfr., Consejo de
Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil, Concepto del 14 de julio de 2005, Rad. 1652.
32 Cita original n.º 57: Cfr., Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil, Concepto
del 14 de julio de 2005, Rad. 1652.
39
Sentencia: Corte Constitucional
Fecha: 16/12/2015
Radicado: T-767-15
Ponente: Gabriel Eduardo Mendoza Martelo
Otras sentencias que citan el mismo concepto:
SU-054-15, T-708-13, T-206-12, T-204-12, T-149-
12, T-961-11, T-760A-11, T-723-11, T-330-11,
T-289-11.
Concepto citado: Sala de Consulta y Servicio Civil
Fecha: 14/07/2005
Radicado: 1652
Ponente: Flavio Augusto Rodríguez Arce
En tercer lugar, el artículo 125 de la Constitución señala que las causa-
les de retiro de los servidores públicos son las contempladas en la propia
Carta Política o en la ley, de manera que el administrado debe tener la
posibilidad de conocer cuáles son las razones que se invocan para su re-
tiro cuando ejerce un cargo en provisionalidad. Aquí es importante preci-
sar que “las excepciones a este principio general únicamente pueden ser
consignadas por vía legal o constitucional” (Corte Constitucional, Sen-
tencia T-356 de 2008. Cfr., Sentencia C-371 de 1999.), de manera que ni
los decretos reglamentarios ni los demás actos administrativos pueden
servir como sustento normativo para incumplir este mandato. Al respec-
to, apoyado en el artículo 125 Superior, la Sala de Consulta y Servicio
Civil del Consejo de Estado ha considerado que “sólo el Legislador tiene
competencia para señalar los motivos y el procedimiento que pueden dar
lugar a la separación del cargo, por lo que la administración no puede a
su arbitrio disponer el retiro de sus servidores”
40
II. Asuntos electorales
Alcaldes municipales.
Período
41
“Desde otro punto de vista, debe advertirse que el hecho de
la posesión con anterioridad al inicio del período para el que
fue elegido el mandatario local, no tiene el efecto jurídico de
modificar los actos de convocatoria a elecciones, inscripción
de candidaturas, la realización misma de los comicios y, por
sobre todo, el período para el cual se ha desarrollado tal acti-
vidad electoral, tanto de las autoridades públicas competen-
tes de su organización, como de los sujetos titulares de dere-
chos políticos involucrados en el proceso, esto es, candidatos
y electores.
“Si bien en el municipio de Cúcuta el alcalde se posesionó el
27 de noviembre de 2000, no puede perderse de vista que en
dicho municipio se realizaron elecciones para el período com-
prendido entre el 1° de enero de 2001 y el 31 de diciembre del
2003 y que, en tales condiciones y para dicho período tuvo
lugar la expresión de la voluntad popular, la cual debe primar
como criterio de interpretación. “
A continuación la Sala plantea que su interpretación se encuentra en
armonía con lo expresado por la Corte Constitucional “en relación con
el alcance de los períodos, inclusive si se trata de períodos personales,
los cuales no pueden desconocer la expresión de la voluntad popular...”
De otra parte, manifiesta que dado que, en todo caso, el período de los
nuevos mandatarios debía haberse iniciado el 1° de enero de 2004, no
era necesario preguntarse por la aplicabilidad del decreto 1001 de 1998,
puesto que era claro que los gobernadores debían haber nombrado alcal-
des encargados.
Por lo tanto, las respuestas de la Sala a las preguntas planteadas fueron:
“1. El período del alcalde de Cúcuta, elegido el 29 de octubre
de 2000, lo determinó la realización de las elecciones para
el período comprendido entre el 1° de enero de 2001 y el 31
de diciembre de 2003 y por la declaratoria de elección por la
Comisión escrutadora.
“2 y 3. Los alcaldes elegidos el 26 de octubre del 2003 lo fue-
ron para el tiempo comprendido entre el 1° de enero del 2004
y el 31 de diciembre del 2007, que sigue al vencimiento de
los períodos de los mandatarios elegidos para el lapso 2001
a 2003.
“4. Los gobernadores tenían competencia para designar al-
caldes encargados, con carácter transitorio, por el lapso que
42
II. Asuntos electorales
43
la acción pública de carácter electoral es rogada e impone la
demanda precisa y directa de una persona sino porque está
sometida a un término estricto de caducidad (artículo 136,
numeral 12 del Código Contencioso Administrativo) que impi-
de el pronunciamiento de las autoridades judiciales respecto
de elecciones cuya legalidad y constitucionalidad no se dis-
cutió en tiempo. En tal virtud, resulta claro que el período del
alcalde del Municipio de Becerril es atípico.
“De hecho, la lectura del artículo transitorio del Acto Legis-
lativo n° 02 de 2002 muestra que, mientras se llega al 1°
de enero de 2008, son dos los aspectos realmente relevantes
para establecer si el período del alcalde debía contabilizarse a
partir del 1° de enero respectivo. De un lado, es indispensable
determinar si el período del alcalde cuyo cargo se va a proveer
es atípico y, de otro, la fecha en que el elegido debe iniciar
el período y no la fecha de la elección. Luego, el argumento
del demandado referido a la fecha de la elección impugnada,
como las demás elecciones coincidentes, debe desestimarse.
“Con todo, la conclusión expuesta podría refutarse con el ar-
gumento de que la posesión con fecha anterior a la de ini-
ciación del período para el que fue elegido el alcalde no tiene
el efecto jurídico de modificar la convocatoria a elecciones,
la inscripción de candidatos o la realización de los comicios
electorales; o que la voluntad popular de elegir a un candi-
dato para cierto período se impone como manifestación de la
soberanía popular. Sin embargo, pese a la fuerza de la tesis,
la Sala no la comparte por lo siguiente:
“De un lado, porque, de acuerdo con el art. 7 y el transito-
rio del Acto Legislativo número 02 de 2002, la iniciación del
período de un alcalde, el que normalmente se presenta con
la posesión, resulta relevante para establecer si se trata de
aquellos atípicos o de los que inician el 1° de enero del año
siguiente a la elección. En otras palabras, la iniciación del
período de un alcalde determinará si es necesario aplicar las
reglas de transición para adecuar el anterior período perso-
nal al institucional o si debe aplicarse en forma inmediata
el período institucional de 4 años a que hace referencia el
artículo 314 de la Carta, con la modificación introducida por
el artículo 3 del Acto Legislativo número 02 de 2002. En con-
secuencia, no es la posesión la que modifica la convocatoria
a elecciones, o la inscripción de candidatos o la realización
44
II. Asuntos electorales
45
26.- Como señaló el fundamento jurídico 19 de esta sentencia, el Capí-
tulo I del Título II de la Ley 909 de 2004 reguló el proceso de designación
de los miembros de la Comisión Nacional del Servicio Civil, precisó el
número de miembros de la comisión, los requisitos para ser designado y
el periodo de desempeño del cargo, institucional de 4 años.
Por su parte, el inciso 2º del artículo 9º ibídem estableció: “[c]uando deba
ser remplazado un miembro de la Comisión, quien lo haga como titular lo
hará por el resto del período del reemplazado y, en todo caso los Comisio-
nados no serán reelegibles para el período siguiente.” (Subrayas fuera del
texto original), norma de la que se deriva la prohibición de reelección de
los comisionados para el periodo siguiente. Los alcances de esta disposi-
ción fueron objeto de una consulta elevada por el Departamento Admi-
nistrativo de la Función Pública ante la Sala de Consulta y Servicio Civil33
del Consejo de Estado; sus fundamentos resultan útiles para evidenciar
el alcance de la prohibición.
27.- En concepto emitido el 3 de julio de 201434, la Sala de Consulta y
Servicio Civil consideró diversos elementos para establecer la interpreta-
ción de la prohibición de reelección. En primer lugar, refirió la determi-
nación del periodo de los comisionados por parte del Legislador -4 años
e institucional-, con base en el cual indicó que la labor de comisionado
corresponde a un “empleo de periodo fijo”35. También tomó en conside-
ración el momento de iniciación del periodo de los comisionados deriva-
do del Acuerdo 001 de 2004 -7 de diciembre-, el cual fue producto del
proceso especial de elección de los primeros miembros de la comisión,
33 Cita original n.º 48 “1. ¿La inhabilidad prevista en el artículo 9 de la Ley 909 de 2004
para que los Comisionados no sean reelegidos para el período siguiente opera para el
período individual que inicia inmediatamente después al cual desempeñaron sus cargos
o para los cuatro (4) años subsiguientes a la fecha en la cual venció su período?
“2. ¿Un comisionado que hubiere terminado su período de cuatro años, puede ser desig-
nado Comisionado al vencimiento del período de otro de los Comisionados, teniendo en
cuenta que los períodos de los tres Comisionados no culminan en un mismo momento
sino que entre ellos hay una diferencia de uno, dos y tres años por no ser períodos unifor-
mes?”.
“Artículo 5º. Clasificación de los empleos. Los empleos de los organismos y entidades
regulados por la presente ley son de carrera administrativa, con excepción de:
1. Los de elección popular, los de período fijo, conforme a la Constitución Política y la ley,
los de trabajadores oficiales y aquellos cuyas funciones deban ser ejercidas en las comu-
nidades indígenas conforme con su legislación.
46
II. Asuntos electorales
47
pectivo período institucional de cuatro años, puede aspirar a
ser elegido nuevamente –reelegido-, para el período institu-
cional que se inicie cuatro años después de la fecha de termi-
nación de su periodo institucional anterior.”
En armonía con lo anterior, a la pregunta “¿La inhabilidad prevista en
el artículo 9 de la Ley 909 de 2004 para que los Comisionados no sean
reelegidos para el período siguiente opera para el período individual que
inicia inmediatamente después al cual desempeñaron sus cargos o para
los cuatro (4) años subsiguientes a la fecha en la cual venció su perío-
do?”, la Sala de Consulta y Servicio Civil respondió:
“Los períodos de todos y cada uno de los miembros de la Co-
misión Nacional del Servicio Civil son institucionales. La pro-
hibición de reelección opera para el período institucional de
cuatro años que inicia en la fecha de terminación del período
para el cual fueron o sean designados.”
Por tanto, para la Sala de Consulta y Servicio Civil la prohibición de ree-
lección de los comisionados opera durante un término igual al periodo de
los comisionados, luego de la dejación del cargo.
28.- Cabe advertir que ante al corto tiempo que ha transcurrido desde la
vigencia del nuevo diseño institucional de la Comisión Nacional del Ser-
vicio Civil y la implementación del proceso de selección de sus miembros,
son escasos los pronunciamientos judiciales relacionados con el alcance
de la prohibición de reelección. Sin embargo, la Sala considera que los
elementos referidos en el concepto emitido por la Sala de Consulta y Ser-
vicio Civil son insumos valiosos para el estudio del caso concreto.
48
II. Asuntos electorales
49
III. Rama legislativa
38 Cita original n.º 343: Interpretación que fue reiterada el 6 de diciembre de 2017, por
la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado en respuesta a una consulta
formulada por el Ministro del Interior sobre el quórum y la mayoría necesarios para la
aprobación del Proyecto de Acto Legislativo 017 de 2017 Cámara, 05 de 2017 Senado,
“por medio del cual se crean 16 circunscripciones transitorias especiales de paz para la
Cámara de Representantes en los períodos 2018-2022 y 2022-2026”, precisó: “cuando
se aplique la sanción consagrada en el artículo 134 de la Carta Política, modificado
por el Acto Legislativo 02 de 2015 (situación conocida como la ‘silla vacía’) se gene-
ra forzosamente la reducción del número de integrantes de la respectiva Comisión, o
Corporación (Senado o Cámara) o Congreso en pleno, según el caso. || Por lo tanto,
la determinación del quórum y las mayorías debe establecerse con base en el número
total de integrantes de la respectiva Corporación fijado en la Constitución, cifra a la que
deben restarse las curules que no pueden ser remplazadas, tal como lo señala el inciso
tercero del Artículo 134 de la Constitución Política. En otras palabras, para efectos de
conformación del quórum y mayorías se toma en cuenta el número de miembros que
efectivamente integran el cuerpo colegiado como efecto del cumplimiento de la norma
constitucional que da lugar a la ‘silla vacía’” (cursivas originales). Consejo de Estado,
Sala de Consulta y Servicio Civil, Consejero ponente: Germán Alberto Bula Escobar,
6 de diciembre de 2017, Radicación interna: 2364, Número Único: 11001-03-06-000-
2017-00202-00.
51
“Una interpretación del inciso 3° del artículo 134 de la Consti-
tución Política en un sentido que restrinja su aplicación única-
mente a la conformación del quórum, generaría que existieran
dos formas de entender la “integración” de la corporación pú-
blica, una para el quórum, y otra para definir mayorías. Tal
entendimiento no sería razonable, toda vez que estas son ma-
terias estrechamente ligadas que deben operar de forma siste-
mática y sincrónica. De esta suerte, el quórum y las mayorías
deben determinarse teniendo en cuenta el número de miem-
bros que integran efectivamente el órgano, luego de aplicar los
efectos indicados en la norma constitucional a propósito de la
silla vacía.
[…]
Se advierte [del artículo 117 de la Ley 5ª de 199239] que la ma-
yoría decisoria implica que se establezca en primer lugar cuál
es el quórum para tomar la decisión. Por consiguiente, el nú-
mero de integrantes de la corporación requerido para constituir
el quórum decisorio no podría ser diferente al necesario para
determinar la mayoría decisoria.
De otra parte, una interpretación literal del artículo 134 de la
Constitución Política dejaría sin efecto la sanción señalada en
dicha norma, pues permitiría que miembros de la corporación
pública afectados por la medida continuaran impactando el
funcionamiento del órgano, a pesar de que la medida buscara
precisamente separarlos del cargo, para que no tuvieran nin-
guna influencia en las decisiones por tomar.
Por consiguiente, debe señalarse que la interpretación del artí-
culo 134 de la Constitución no debe hacerse de forma literal o
exegética. Por el contrario, debe realizarse de manera sistemá-
39 Cita original n.º 344: El artículo 117 de la Ley 5ª de 1992 dispone: “Mayorías decisorias.
Las decisiones que se adoptan a través de los diferentes modos de votación surten sus
efectos en los términos constitucionales. La mayoría requerida, establecido el quórum
decisorio, es la siguiente: || 1. Mayoría simple. Las decisiones se toman por la mayoría
de los votos de los asistentes. || 2. Mayoría absoluta. La decisión es adoptada por la
mayoría de los votos de los integrantes. || 3. Mayoría calificada. Las decisiones se to-
man por los dos tercios de los votos de los asistentes o de los miembros. || 4. Mayoría
especial. Representada por las tres cuartas partes de los votos de los miembros o inte-
grantes”.
52
III. Rama legislativa
40 Cita original n.º 345: Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil, Consejero
ponente: Germán Alberto Bula Escobar, 6 de diciembre de 2017, Radicación interna:
2364, Número Único: 11001-03-06-000-2017-00202-00, Referencia: Quórum y mayo-
ría para la aprobación del proyecto de acto legislativo que crea circunscripciones espe-
ciales de paz.
42 Cita original n.º 34: Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil. Consejero
Ponente: Flavio Rodríguez Arce. 28 de abril de 2004. Radicación No. 1572.
53
IV. Contratación Estatal
Contrato de aportes.
Naturaleza y régimen jurídico
43 Cita original n.º 38: “ Como se aprecia, el contrato de aporte tiene las siguientes caracte-
rísticas esenciales: i) es un contrato estatal regido por la ley 80 de 1993; ii) se trata de un
negocio jurídico atípico, principal y autónomo; iii) oneroso, solemne y formal al igual que
todos los contratos estatales, por cuanto se requiere que medie una contraprestación a
favor del contratista; constar por escrito y debe estar suscrito por las partes, en los térmi-
nos consagrados en el artículo 41 de la ley 80 de 1993; iv) bilateral y sinalagmático, en la
medida que se desprenden obligaciones y cargas para las dos partes del negocio, esto es,
el aportante y el contratista; y vi) conmutativo, toda vez que las prestaciones contenidas
en el negocio jurídico son equivalentes, puesto que el contratista asume la prestación de
un servicio propio del sistema de bienestar familiar y social a cambio de una contrapres-
tación, al margen de que el contratista pueda ser una institución sin ánimo de lucro” CON-
SEJO DE ESTADO, SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO, SECCIÓN TERCERA,
Consejero ponente: ENRIQUE GIL BOTERO, Bogotá D.C., once (11) de agosto de dos mil
diez (2010), Radicación número: 76001-23-25-000-1995-01884-01(16941).
55
consagrado en la Ley 80 de 1993 y demás normativa concordante,
lo que se denomina el Estatuto de la Contratación Administrativa.
- Existe una obligación del ICBF de “aportar” los elementos nece-
sarios para que el gestor del contrato pueda ejecutar el mismo.44
- Hay una entidad contratante calificada, en este caso el ICBF y
una entidad contratista que puede ser una entidad sin ánimo de
lucro45 , como lo es en este caso la Corporación Sociocultural de
Afro descendientes ATAOLE.
- El de aporte es un contrato administrativo que no corresponde a
la enumeración contractual prevista en la Ley 80 de 199346.
44 Cita original n.º 39: El Consejo de Estado ha dicho sobre esta característica del contrato
: “En consecuencia, el contrato de aporte en su condición de contrato atípico se caracteriza
porque tiene un sujeto activo calificado y cualificado por la ley, ya que se trata de un ne-
gocio jurídico que sólo puede ser suscrito por el ICBF, en el que la entidad pública entrega
unos bienes (tangibles o intangibles) al contratista para que este último asuma, a cambio
de una contraprestación, la ejecución de un servicio propio del sistema de bienestar social
bajo su exclusiva responsabilidad y con personal técnico y especializado a su cargo.” (
CONSEJO DE ESTADO, SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO, SECCIÓN
TERCERA, Consejero ponente: ENRIQUE GIL BOTERO, Bogotá D.C., once (11) de agosto
de dos mil diez (2010), Radicación número: 76001-23-25-000-1995-01884-01(16941) )
45 Cita original n.º 40: Decreto 2388 de 1979: “Artículo 125. El ICBF, podrá celebrar los
contratos de que trata el artículo 21, numeral 9° de la Ley 7ª de 1979 con Instituciones de
Utilidad Pública o Social de reconocida solvencia moral y técnica, dando preferencia a las
más antiguas y que hayan sobresalido por sus méritos y dotes administrativos.”
46 Cita original n.º 41: Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil, concepto del
2 de diciembre de 1996, M.P. Luis Camilo Osorio: “Los contratos de aportes establecen
la obligación del ICBF de proveer a una institución de utilidad pública o social de los
bienes necesarios para la prestación total o parcial del servicio (Decreto 2388 / 79,
art. 128), su naturaleza es la de contratos administrativos; de otro lado este contrato no
corresponde a la enumeración prevista en la Ley 80 de 1993 o Estatuto de Contratación,
la cual tiene por objeto regular los correspondientes a las entidades estatales, entre las
que se encuentran los establecimientos públicos; sin embargo siendo un contrato atípi-
co, se enmarca en el texto de los artículos 32 y 40 de esta ley a cuyo régimen se sujetan.”
56
IV. Contratación Estatal
47 Cita original n.º 234: Visible a folios 108-129 del cuaderno 3A.
57
39. En medio de la discusión mencionada anteriormente, la Sala de Con-
sulta y Servicio Civil del Consejo de Estado, rindió concepto el 19 de junio
de 200848, en el que manifestó la posibilidad de que el régimen sustancial
de los contratos determinara las disposiciones procesales aplicables a la
solución judicial de las controversias contractuales.
Frente a esta argumentación, la Corte se parta (sic) por completo de la
misma, puesto que no constituye precedente obligatorio49 y desconoció
la sólida y coherente jurisprudencia de la Sala de lo Contencioso
Administrativo del Consejo de Estado50, que como se ha expuesto ante-
riormente, determinó que el régimen contractual sustancial aplicable a
los contratos estatales, no determina el régimen procesal para la solución
de las controversias suscitadas con ocasión de los mismos. Por esta ra-
zón, para ese momento, el juez natural de las controversias contractuales
48 Cita original n.º 131: Consejo de Estado, Sala de consulta y Servicio Civil, concepto
del 19 de junio de 2008 C.P. Enrique José Arboleda Perdomo y Luis Fernando Alvarez
Jaramillo. Rad. 11001-03-06-000-2007-0094-00 (1865), en el que manifestó que: “La
segunda tesis, parte de la idea de la existencia de un régimen especial diferente del Es-
tatuto General de Contratación de la Administración Pública, de suerte que si no se aplica
este estatuto, no hay razón para aplicar la jurisdicción en él se define, pues es exclusiva
de los contratos que en él se regulan.
(…)
Para la Sala, la tesis correcta para entender y aplicar la competencia para juzgar los con-
flictos que pudieren surgir alrededor de los contratos con regímenes especiales que excep-
cionan la aplicación del Estatuto General de Contratación de la Administración Pública,
es la segunda, esto es, que al tener un régimen jurídico especial, diferente al del Estatuto,
esa especialidad conlleva también la jurisdicción competente…”
49 Cita original n.º 132 Artículo 112 Ley 1434 de 2011, ver también sentencia del Consejo
de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Cuarta, del 16 de agosto de
2007. Consejera ponente: Ligia López Díaz Radicación: 05001-23-31-000-2000-04108-
02(15235), en la que afirmó: “Sin embargo advierte la Sala que aquella no cumple fun-
ciones jurisdiccionales y sus Conceptos, rendidos en virtud de consulta que realiza el
Gobierno Nacional no son de obligatorio cumplimiento o ejecución”
50 Cita original n.º 133 Al respecto ver Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Admi-
nistrativo, Sección Tercera, auto del 17 de febrero de 2005, expediente 27673, actor:
Rodrigo Villamil Viguez, Demandado Nación Ministerio de Comunicaciones y otros. C.P.
Alier E. Hernández Enríquez; Consejo de Estado; Sección Tercera, Sentencia del 20 de
agosto de 1998, Exp. No. 14202. C.P. Juan de Dios Montes; Consejo de Estado, Sala
Contencioso Administrativa, auto de 20 de agosto de 1998. Exp. 14.202. C. P. Juan de
Dios Montes Hernández. Esta posición ha sido expuesta en otros fallos, entre los cuales
se encuentra la sentencia de 20 de abril de 2005, Exp: 14519; Auto de 7 de octubre
de 2004. Exp. 2675. Esta posición fue reiterada en sentencia de la Sección Tercera del
Consejo de Estado del 13 de agosto de 2014, radicado 760012331000200001885-01,
expediente 26.765, C.P. Carlos Alberto Zambrano Becerra, demandante Gloria Lyda
Rengifo Alarcón acción de controversias contractuales, entre otras.
58
IV. Contratación Estatal
en las que fuera parte FONADE, eran de conocimiento de los jueces ad-
ministrativos, con plena observancia de las normas procesales conteni-
das en el Código Contencioso Administrativo.
61. Adicionalmente, el Consejo de Estado51 ha explicado la necesidad
de distinguir entre el momento en el que se adquiere la investidura y
el momento en el que inicia el ejercicio de las funciones del cargo. La
investidura se adquiere como consecuencia del resultado del escrutinio
general y con base en el cual las autoridades competentes hacen la
declaratoria de elección y expiden las credenciales correspondientes. Por
su parte, el desempeño de las funciones públicas asignadas, implica la
toma previa de la posesión en el cargo, mediante el juramento en los
términos que señala la ley52.
51 Cita original n.º 139: Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil, Concepto
1135 del 22 de julio de 1998, C. P. Cesar Hoyos Salazar”.
59
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
53 Cita original n.º 5: Sent. C-372/99 M.P. José Gregorio Hernández Galindo
61
En ese orden de ideas, la Ley 443 de 1998, se encargó de regular lo
atinente a dicho organismo, algunos de cuyos artículos fueron decla-
rados inexequibles por esta Corporación en sentencia C-372 de 1999,
argumentando para ello, entre otras razones las que a continuación se
transcriben:
“[C]onsidera la Corte, por una parte, que si la Comisión Nacio-
nal del Servicio Civil establecida por la Constitución es un or-
ganismo único encargado de administrar y vigilar por regla ge-
neral el sistema de carrera, ningún sentido tiene la existencia
de comisiones independientes a nivel territorial, no previstas
por aquella, cuya función descoordinada e inconexa desverte-
braría por completo la estructura que la Constitución ha queri-
do configurar en los términos descritos, frustrando los propósi-
tos esenciales de sus artículo 125 y 130. Pero, además, si lo
que se predica del régimen de carrera en las contralorías es su
carácter especial, a tal punto que frente a ellas ninguna atribu-
ción puede cumplir la Comisión Nacional del Servicio Civil, me-
nos todavía puede admitirse la existencia de cuerpos similares
a ella en las contralorías de los departamentos y municipios.
Lo que se impone es el establecimiento de normas que sobre el
particular la ley especial debe prever, de conformidad con las
aludidas disposiciones constitucionales. Las frases impugna-
das son, pues, inexequibles. Será el legislador el que determi-
ne, ya sin los condicionamientos que el artículo 14 consagra, el
régimen especial aplicable a la selección de personal dentro de
la carrera administrativa para los mencionados organismos, y
la forma en que deben adelantarse los procesos pertinentes”.
62
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
54 Cita original n.º 6: Consejo de Estado. CE-SC- RAD 199-N1213. Septiembre 3 de 1999.
Consejero Ponente: César Hoyos Salazar.
63
supresión de cargos, fusión de entidades u organismos o escisión de los
mismos, del cual van a resultar afectados varios servidores públicos, se
contara con la administración y vigilancia de la Comisión Nacional del
Servicio Civil, pero ante su ausencia no se puede petrificar la administra-
ción pública, cuando por razones de interés general dichos procesos se
hagan necesarios. Por ello, no se puede deducir la inconstitucionalidad
de dichos procesos ante la ausencia del organismo aludido.
55 Cita original n.º 11: Concepto 802 del 22 de mayo de 1996, proferido por la Sala de
Consulta del Consejo de Estado.
64
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
56 Cita original n.º 20: Radicación No.1030 M.P. Luis Camilo Osorio Isaza.
65
- cuando cumplan 50 años de edad, si son mujeres, o 55 años
de edad, si son hombres (parágrafo 2º, art. 1º, ley 33 / 85),
- excepcionalmente quienes habiendo tenido una situación ju-
rídica consolidada antes del 20 de junio de 1994, consistente
en 20 años de servicios, la edad mínima para obtener el reco-
nocimiento de la pensión de jubilación es de 50 años (art. 3º,
decreto 1293 / 94).
En consecuencia, los congresistas que no estén amparados por
el régimen de transición, se rigen por el sistema general de la
ley 100 de 1993, es decir la edad mínima de jubilación para
las mujeres, 55 años y para los hombres, 60 años.”
14.- Ahora bien, por mandato del artículo 17 del Decreto 1359 de 1993,
los Senadores y Representantes a la Cámara que se hubieren pensionado
con anterioridad a la vigencia de la ley 4ª de 1992 tienen derecho a un re-
ajuste especial en su pensión de jubilación, en cuantía que no puede ser
inferior al 50% de la de los actuales congresistas. No obstante, en aras
de garantizar el derecho a la igualdad, la Corte ha reconocido que dicho
reajuste, no puede ser inferior al 75% del ingreso promedio mensual que
durante el último año y por todo concepto perciba un congresista57.
15.- La situación anteriormente descrita es clara respecto de quienes en
su condición de parlamentarios adquirieron el derecho a la pensión de
jubilación, pero puede presentar confusión cuando éste se adquirió con
posterioridad a la fecha en que la persona se desempeñó como congre-
sista. Es necesario determinar entonces si, encontrándose en el régimen
de transición, por el sólo hecho de haber sido congresista en cualquier
tiempo, la persona puede exigir el reconocimiento del reajuste especial.
La misma pregunta fue formulada por el Ministerio de Trabajo y Seguri-
dad Social a la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado, la
cual fue absuelta en ampliación del Concepto No. 1030 de 1997, en los
siguientes términos:
“Por tanto, la edad exigida por el artículo 7º del decreto 1359
de 1993 debe cumplirse teniendo la condición de congresista
o conservando durante todo el tiempo exigido de cotizacio-
nes (20 años) la investidura; en caso distinto, puede posterior-
57 Cita original n.º 21: Cfr. Corte Constitucional, Sentencias T-456 de 1994 MP. Alejandro
Martínez Caballero, T-463 de 1995 MP. Fabio Morón Díaz y T-214 de 199 MP. Vladimiro
Naranjo Mesa.
66
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
67
Cuotas partes pensionales.
Causación
58 Cita original n.º 30: Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil, Concepto del
20 de agosto de 1998, rad. 1108.
68
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
59 Cita original n.º 279: Durante el tiempo de vigencia del Decreto 2400 de 1968, por ejem-
plo, el Consejo de Estado concluyó que a los miembros de la Junta Directiva del Banco
de la República no cabe aplicarles la edad de retiro forzoso. Consejo de Estado, Sala de
Consulta y Servicio Civil, Consejero ponente: William Zambrano Cetina, concepto del 2
de abril de 2013, radicación número: 11001-03-06-000-2013-00086-00(2142).
60 Cita original n.º 280: “Así, para citar algunos ejemplos, el Decreto 2277 de 1979 (ar-
tículo 31), la estableció para los docentes oficiales; los Decretos 546 de 1971 (artículo
5º) y 1660 de 1978 (artículos 128 y 130), para los servidores judiciales y los empleados
del Ministerio Público, lo cual fue ratificado posteriormente para los primeros por la
Ley 270 de 1996 (artículos 149 numeral 4º, y 204); la Ley 106 de 1993 (artículo 149) y
el Decreto 268 de 2000 (artículo 42), para los empleados de la Contraloría General de
la República; el Decreto 3492 de 1986 (artículo 100) y luego, el Decreto 1014 de 2000
(artículo 32) y la Ley 1350 de 2009 (artículo 52), para los empleados de la Registraduría
Nacional del Estado Civil; el Decreto 1260 de 1970 (artículo 184) y, posteriormente, el
artículo 1º del Decreto 3047 de 1989, para los notarios públicos; el Decreto 262 de 2000
(artículos 158 numeral 11, y 171), para los empleados de la Procuraduría General de
la Nación; el Decreto 407 de 1994 (artículo 49 literal h, y 60), para el personal del Ins-
tituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), y el Decreto 1768 de 1994 (artículo
22), para los directores generales de las corporaciones autónomas regionales.” Consejo
69
miento y remoción, provisionalidad, carrera administrativa o de período,
con excepción de las personas elegidas mediante votación popular61.
(…)
Dentro del citado esquema de actualización, se expidió la Ley 1821 de
2016, la cual se integra por cuatro artículos. A continuación, se realizará
una presentación general de la iniciativa, sobre la base del texto corregi-
do mediante el Decreto No. 321 de 2017. El artículo 1, que es el central,
prescribe lo siguiente:
“Artículo 1.- <Artículo corregido por el artículo 1 del Decreto 321
de 2017. El nuevo texto es el siguiente:> La edad máxima para el
retiro del cargo de las personas que desempeñen funciones pú-
blicas será de setenta (70) años. Una vez cumplidos, se causará
el retiro inmediato del cargo que desempeñen sin que puedan ser
reintegradas bajo ninguna circunstancia.
Lo aquí dispuesto no se aplicará a los funcionarios de elección
popular ni a los mencionados en el artículo 29 del Decreto-Ley
2400 de 1968, modificado por el artículo 1º del Decreto-Ley 3074
de 1968.”
de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil, Consejero Ponente: Álvaro Namén Vargas,
concepto del 8 de febrero de 2017, radicación interna: 2326 y número único: 11001-
03-06-000-2017-0001-00. Estos preceptos se complementaron con los artículos 41 y
55 de la Ley 909 de 2004, que se extendieron la causal de retiro forzoso por edad al
conjunto de entidades descritas en el artículo 3 de la citada ley, incluyendo, entre otras,
a la Comisión Nacional del Servicio Civil, a la Auditoría General de la República, a la
Contaduría General de la Nación, a la Defensoría del Pueblo, etc.
61 Cita original n.º 281: En la Sentencia C-351 de 1995, M.P. Vladimiro Naranjo Mesa,
la Corte señaló que: “Como se ha señalado anteriormente, la Carta Política establece la
edad de retiro forzoso como una de las causales de retiro para los magistrados de las al-
tas Cortes. De ello no se puede colegir que, aunque para este caso concreto se haya fijado
tal causal en la Constitución, ello sea excluyente para que, a través de la ley, dicha causal
se extienda a otros servidores públicos, o que se establezca como regla general para todos
ellos. Quedarían exceptuados aquellos de elección popular, para los cuales se establezca
un período fijo, como es el caso del presidente y del vicepresidente de la República, de los
miembros de cuerpos colegiados, de los gobernadores o de los alcaldes. En estos casos
la razón es la de que no cabría determinar una edad de retiro forzoso para aquellos ciu-
dadanos que por voluntad popular, expresada en las urnas, acto por excelencia a través
del cual se expresa la soberanía del pueblo, sean elegidos para un período fijo, ya que
mediante ese hecho el pueblo directamente está manifestando su deseo de que esa per-
sona -el elegido- y no otra, ocupe el cargo correspondiente y lo desempeñe durante todo
el período previamente señalado en la Carta Política. Para estos cargos la Constitución no
prevé edad de retiro forzoso.” Énfasis por fuera del texto original.
70
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
71
que existe entre la pensión de jubilación y la edad máxima de retiro, de
suerte que “a pesar del aumento en la edad de retiro forzoso, los requisitos
sustanciales para adquirir el derecho a la pensión de jubilación, es decir,
la edad y el número de cotizaciones o el tiempo de servicio, siguen siendo
los mismos que se encuentran previstos hoy en día en el régimen general
de seguridad social (Leyes 100 de 1993 y 797 de 2003, principalmente).”62
(…)
Entre las distintas consideraciones expuestas por el Consejo de Estado63,
algunas de las cuales ya han sido reseñadas en esta providencia, cabe
resaltar que, a partir de lo dispuesto en el artículo 464, se consideró que
la Ley 1821 de 2016 carece de efectos retroactivos, pues para regular su
entrada en vigor se consagró los efectos generales e inmediatos, a partir
de su publicación ocurrida el 30 de diciembre de 2016.
(…)
La afectación en las vacantes derivadas por el incremento de la edad de
retiro forzoso, se explica por el efecto general e inmediato que tiene la ley
impugnada ya que, como lo afirmó el Consejo de Estado65, por virtud de
su aplicación se produce igualmente un efecto retrospectivo, cuyo alcan-
ce cobija a todas las situaciones jurídicas que se iniciaron con la legisla-
ción anterior, pero que no se habían consolidado antes de la entrada en
vigor de la Ley 1821 de 2016. De esta manera, todas las personas que
antes del 30 de diciembre del año en cita, todavía no habían cumplido los
65 años, automáticamente pasaron a tener como nueva edad de retiro
forzoso el tope de los 70 años.
62 Cita original n.º 284: Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil, Consejero
Ponente: Álvaro Namén Vargas, concepto del 8 de febrero de 2017, radicación interna:
2326 y número único: 11001-03-06-000-2017-0001-00.
63 Cita original n.º 346: Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil, Consejero
Ponente: Álvaro Namén Vargas, concepto del 8 de febrero de 2017, radicación interna:
2326 y número único: 11001-03-06-000-2017-00001.
64 Cita original n.º 347: “Artículo 4.- <Artículo corregido por el artículo 1 del Decreto 321
de 2017. El nuevo texto es el siguiente:> La presente ley rige a partir de su publicación
y deroga todas las disposiciones que le sean contrarias, y en especial las contenidas en
los Decretos-ley 2400 de 1968 (artículo 31), 3074 de 1968, y en los Decretos números
1950 de 1973, 3047 de 1989 y 1069 de 2015 (artículos 2.2.6.1.5.3.13 y numeral 4 del
artículo 2.2.6.3.2.3).”
65 Cita original n.º 362: Concepto de la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de
Estado del 8 de febrero de 2017, radicación No. 2326, CP: Álvaro NaménVargas.
72
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
73
5.2. El Consejo de Estado también se ha pronunciado a propósito de la
procedencia y aplicación del artículo 40 de la Ley 48 de 1993 para el reco-
nocimiento de pensiones. En concepto del primero (1º) de julio de dos mil
cuatro (2004), la Sala de Consulta y Servicio Civil de esa Corporación66 se
pronunció sobre la vigencia del referido artículo, en los siguientes términos:
“Si bien la ley 100 de 1993 derogó todas las disposiciones que
le fueron contrarias (art. 289) tal derogatoria tácita, en térmi-
nos del artículo 3o. de la ley 153 de 188767, no afecta la vigen-
cia del artículo 40 de la Ley 48 de 1.993, pues los beneficios
por él otorgados constituyen desarrollo de precepto superior,
que ordena conceder prerrogativas especiales, como incentivo,
por el cumplimiento de un deber constitucional. Por tanto, el
tiempo de servicio militar se computa para efecto de derechos
pensionales tanto en el Régimen General de Seguridad Social
como en el especial de las Fuerzas Militares, incluido el del
personal de soldados profesionales68, pues la preceptiva del
artículo 40 de la Ley 48 de 1993 se refiere de modo genérico a
“todo colombiano que haya prestado el servicio militar obliga-
torio”, de donde se infiere que la efectividad del beneficio opera
de manera automática una vez se haga valer para el reconoci-
miento de derechos pensionales, bien en el Régimen General
como en el propio de la fuerza pública. Estos son derechos que
adquieren quienes prestan el servicio militar obligatorio”.
(…)
5.4. En suma, de acuerdo con el precedente judicial emanado de esta
Corporación, como del Consejo de Estado y de la Corte Suprema de Jus-
ticia, el beneficio contemplado en el artículo 40 de la Ley 48 de 1993,
relativo a la prestación del servicio militar como tiempo computable útil y
válido para efectos del reconocimiento y pago de la pensión de vejez, que
66 Cita original n.º 58: CP. Gloria Duque Hernández (E). Radicación: 1557.
67 Cita original n.º 59: “Estímase insubsistente una disposición legal por declaración ex-
presa del legislador, o por incompatibilidad con disposiciones especiales posteriores, o
por existir una ley nueva que regule íntegramente la materia a que la anterior disposi-
ción se refería”.
68 Cita original n.º 60: Decreto Ley 1793 del 2000, “por el cual se expide el régimen de carre-
ra y el Estatuto del Personal de Soldados Profesionales de las Fuerzas Militares”, artículo
1 “SOLDADOS PROFESIONALES. Los soldados profesionales son los varones entrenados
y capacitados con la finalidad principal de actuar en las unidades de combate y apoyo de
combate de las Fuerzas Militares, en la ejecución de operaciones militares, para la con-
servación, restablecimiento el orden público y demás misiones que le sean asignadas”.
74
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
75
El cómputo de este tiempo para derechos pensionales tiene
efectividad a favor del personal de oficiales y suboficiales que
consolida el derecho a la asignación de retiro –después de
15 años de servicio–. Se trata de una prerrogativa propia de
quienes una vez egresados de las escuelas de formación ingre-
san al escalafón militar y continúan en servicio activo hasta
obtener la referida asignación, tanto así que si se produce el
retiro antes del tiempo mínimo para la asignación, estos lapsos
no tienen ningún efecto para fines pensionales. Constituye un
derecho para personal militar por servicios militares, regulado
por el régimen prestacional de la fuerza pública, que difiere del
general en consideración a la naturaleza del servicio prestado.
Por ello, no es viable computar el tiempo de permanencia en
las escuelas de formación militar como requisito para obtener
la pensión de vejez prevista en la Ley 100 de 1993, pues la
especialidad del régimen prestacional de la fuerza pública ex-
cluye la aplicación de la normatividad del Sistema General de
Seguridad Social”.
76
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
69 Cita origina n.º 1: Consejo de Estado - Sala de Consulta y Servicio Civil, Radicación No.
444, Concepto del catorce (14) de mayo de mil novecientos noventa y dos (1992), Con-
sejero Ponente: Javier Henao Hidrón.
77
Concepto citado: Sala de Consulta y Servicio Civil
Fecha: 08/05/2003
Radicado: 1480
Ponente: Susana Montes De Echeverri
Así pues, el retiro de una persona del régimen del Sistema General de
Pensiones –SGP- constituye una exigencia para el pago efectivo y el dis-
frute de la pensión legal que ha sido conferida a aquélla en virtud del
cumplimiento de los requisitos de tiempo de semanas cotizadas y edad.
En relación con el retiro de las personas como condición para obtener la
pensión, la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado ha es-
tablecido que no es compatible recibir el pago de la pensión de jubilación
por el Seguro Social y de manera paralela encontrarse vinculado median-
te contrato laboral con un organismo del Estado70. En consecuencia, una
persona que se encuentra vinculada a un organismo del Estado no podría
entrar a disfrutar la pensión de jubilación que le ha sido reconocida por
el ISS hasta que se compruebe efectivamente su retiro del servicio71.
70 Cita original n.º 22: Consejo de Estado Sala de Consulta y Servicio Civil. Radicación no.
1480, mayo 8 de 2003. Actor. Ministerio de Relaciones Exteriores.
71 Cita original n.º 23: En relación con empleados del sector público el requisito de retiro
esta respaldado normativamente en la Ley 33 de 1985 Por la cual se dictan algunas
medidas en relación con las Cajas de Previsión y con las prestaciones sociales para el
Sector Público cuyo artículo 1° señala:
“(…)“
“Parágrafo 2o. “(…)” “Quienes con veinte (20) años de labor continua o discontinua como
empleados oficiales, actualmente se hallen retirados del servicio , tendrán derecho cuan-
do cumplan los cincuenta (50) años de edad si son mujeres o cincuenta y cinco (55) sin
son varones, a una pensión de jubilación que se reconocerá y pagará de acuerdo con las
disposiciones que regían en el momento de su retiro”.
78
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
En relación con el ICBF, encuentra la Sala que son válidos los argumen-
tos expuestos, para eximirse de su responsabilidad en el presente caso,
pues el vínculo de esta Institución con consiste solamente en contratos
de aporte, cuya finalidad es simplemente dotar de recursos a entidades
privadas sin ánimo de lucro, para el cumplimiento de una finalidad social
consistente en un servicio público de bienestar, sin que sea posible por
este hecho, derivar la existencia de una relación laboral entre la accio-
nante y la entidad pública, además de que las cláusulas del contrato que
celebrara con el Centro de Atención Integral al Pre-escolar CAIP PIO-PIO,
así lo estipula (cláusula decimotercera).72
Además según concepto de la Sala de Consulta y Servicio Civil del Con-
sejo de Estado, Consejero ponente Luis Camilo Osorio Isaza, radicación
N° 907: “…quienes operan los hogares infantiles son personas naturales
y estas no tienen relación laboral con el ICBF, ni los trabajadores vincu-
lados a estas entidades con contrato de trabajo”.73
Ministerio de Defensa Nacional y Policía Nacional. Régimen pensional del
personal civil
Sentencia: Corte Constitucional
Fecha: 11/05/2010
Radicación: T-365-10
Ponente: María Victoria Calle Correa
Concepto citado: Sala de Consulta y Servicio Civil
Fecha: 30/11/2006
Radicado: 1752
Ponente: Flavio Augusto Rodríguez Arce
En un caso similar, la Sala de Consulta del Servicio Civil del Consejo de
Estado,74 en orden a establecer si es viable reconocer a los empleados
civiles del Ministerio de Defensa Nacional la pensión de jubilación consa-
grada en el artículo 7º de la Ley 71 de 1988, incluyendo para tal efecto el
tiempo laborado en ese Ministerio, sin que se hubieran efectuado aportes
al sistema de seguridad social, considero:
74 Cita original n.º 28: Consejero Ponente: Flavio Augusto Rodríguez Arce, Sala de Con-
sulta Civil, Bogotá D.C, treinta (30) de noviembre de dos mil seis (2006), Radicación
número: 11001-03-06-000-2006-00058-00 (1752).
79
“(…) con el fin de garantizar el derecho constitucional a la
seguridad social (…) es viable reconocer la pensión por
aportes prevista en la ley 71 de 1988, a favor del personal civil
al servicio del Ministerio de Defensa Nacional y/o de la Policía
Nacional cobijados por el régimen de excepción previsto en
el artículo 279 de la ley 100 de 1993, en concordancia con
lo dispuesto en el artículo 100 del decreto 1214 de 1990,
computando para tal efecto el tiempo laborado en el Ministerio
de Defensa o en la Policía Nacional durante el cual no se
realizaron aportes.”
Lo anterior, debido a que, según el mencionado concepto, en vigencia
de la Constitución de 1886 y de las normas aplicables los empleados del
Ministerio de Defensa y de la Policía Nacional, no cotizaban al Sistema
General de pensiones pues estas prestaciones eran asumidas por el
Tesoro Público. Al respecto, expresamente se sostuvo:
“Advierte la Sala que, la remisión contenida en el artículo 100
del decreto 1214 de 1990 al régimen de pensión por aportes
del artículo 7º de la ley 71 de 1988, a esos servidores públicos,
se hizo a partir del supuesto de que éstos no cotizaban al
sistema,75 ya que sus pensiones estaban a cargo del “Tesoro
Público”, como se explicó en la parte antecedente del presente
concepto.
En estas condiciones, con el fin de garantizar el derecho
constitucional a la seguridad social, es viable reconocer la
pensión por aportes al personal civil del Ministerio de Defensa
y la Policía Nacional, cobijado por el régimen de excepción
en los términos del artículo 279 de la ley 100 de 1993, que
acredite veinte (20) años de servicios o de cotizaciones en el
sector público y privado, incluyendo para tal efecto el tiempo
laborado como empleados públicos al servicio de esas entidades,
durante el cual no se realizaron aportes a ninguna caja de
previsión, como quiera que específicamente el ordenamiento
jurídico - arts. 100 del decreto 1214 de 1990 y 38 del decreto
2909 de 1991 - contemplaron esa posibilidad, que no puede
ser menoscabada, pues se desconocería el derecho subjetivo
75 Cita original n.º 30: En concepto de la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo
de Estado se cita a pie de página lo siguiente: “Ver oficio 16906 del 29 de diciembre de
2005. Radicación interna 175990 dirigido por la Jefe de la Oficina Asesora Jurídica y
Apoyo Legislativo del Ministerio de Protección Social al Secretario General del Ministerio
de Defensa Nacional”.
80
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
76 Cita original n.º 31: Los derechos provenientes de la seguridad social son irrenunciables
- arts 48 y 53 de la C.P. -
77 *Nota editorial: El pie de página cita erróneamente la fecha del concepto, en realidad es
de fecha del 28 de febrero de 1998
78 Cita original n.º 8: A diferencia de las normas citadas, el artículo 1° del decreto 960/70
señala expresamente que “el notariado es una función pública que implica el ejercicio de
la fe pública o notarial. La fe pública o notarial otorga plena autenticidad a las declaracio-
nes emitidas ante el Notario y a lo que este exprese respecto de los hechos percibidos por
él en el ejercicio de sus funciones, en los casos y con los requisitos que la ley establece.”
81
pero tal atribución, conocida como el ejercicio de la “función
fedante”, la desarrolla, dentro de los ordenamientos que han
acogido el modelo latino de notariado, esencialmente en virtud
de una delegación de una competencia propiamente estatal,
que es claramente de interés general.
(…)
Esta función de dar fe es además claramente de interés gene-
ral por cuanto establece una presunción de veracidad sobre los
documentos y los hechos certificados por el notario, con lo cual
permite un mejor desarrollo de la cooperación social entre las
personas, en la medida en que incrementa la seguridad jurí-
dica en el desenvolvimiento de los contratos y de las distintas
actividades sociales…”79
Los notarios no son, en sentido subjetivo, servidores públicos, así obje-
tivamente ejerzan la función de dar fe pública de los actos que requieren
de su intervención.80 Son, en cambio, particulares que prestan en forma
permanente la función pública notarial, bajo la figura de la descentraliza-
ción por colaboración, de conformidad con los artículos 123 inciso final,
210 inciso segundo, y 365 inciso segundo, de la Carta Política.81
80 Cita original n.º 10: Sobre este punto, en la sentencia C-181/97, la Corte sostuvo lo si-
guiente: “Para esta Corporación es indudable que a los notarios en el cumplimiento de sus
labores relacionadas con la fe pública les asiste el carácter de autoridades. Ya la Corte
Constitucional ha precisado que los particulares encargados del desarrollo de funciones
públicas, ‘en el ejercicio de esas funciones ocupan la posición de la autoridad estatal
gozando, por ende, de las prerrogativas del poder público’. (...) Si bien, quienes prestan
el servicio notarial no son servidores públicos, difícil sería entender el conjunto de tareas
que les han sido asignadas si actos de tanta trascendencia como aquellos en los que se
vierte el ejercicio de su función no estuvieran amparados por el poder que, en nombre del
Estado, les imprimen los notarios en su calidad de autoridades”.
81 Cita original n.º 11: La Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado, en Con-
sulta del 25 de febrero de 1998, C.P. Javier Henao Hidrón, Rad. No. 1.085, acogiendo
este criterio, señaló que “sus especiales características, apartan al notario de la noción
genérica de servidores públicos”.
Por el contrario, es importante resaltar el criterio expuesto por el Consejo de Estado,
Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Segunda, Subsección A, según el cual
los notarios son verdaderos funcionarios públicos. En sentencia de fecha 5 de marzo
de 1998, C.P. Dolly Pedraza de Arenas, Exp. No. 1537, esa corporación sostuvo lo si-
guiente: “En primer lugar hay que indicar que los Notarios son funcionarios públicos,
como bien lo precisó la Sala Plena del Consejo de Estado en sentencia de 22 de octubre
de 1981, Expediente No. 10817, Consejero Ponente Dr. Ignacio Reyes Posada. Y lo son, no
sólo porque ejercen el notariado definido por la ley como un servicio público, cuyos actos
82
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
Responsabilidad subsidiaria
del Estado en obligaciones laborales
y pensionales de la entidad estatal
83
De otro lado, en relación con el concepto de la Sala de Consulta y Servicio
Civil del Consejo de Estado, de 15 de febrero de 2001, en el cual, con base
en el principio de la responsabilidad subsidiaria del Estado y en el prece-
dente de Álcalis de Colombia, encuentra procedente la vinculación subsi-
diaria de la Nación en el pago de las obligaciones pensionales a cargo de la
Compañía de Inversiones de la Flota Mercante, la Corte considera que la
regulación vigente y la adopción constitucional de principios económicos
como la libertad y la igualdad económicas, circunscribirían la aplicación
del mencionado principio a las entidades descentralizadas del Estado (L.
573/00 y Dec. 254/00). Por lo tanto, los fundamentos expuestos para
considerar aplicable el principio de la responsabilidad subsidiaria del Es-
tado en el caso de Álcalis de Colombia no parecerían tan claros frente a
la Compañía de Inversiones de la Flota Mercante, pero éste es un asunto
cuyo examen definitivo corresponde a una instancia diferente.
En aquella oportunidad, Rad. 1.133 de 15 de octubre de 1998, con escri-
to de aclaración de consulta de 4 de febrero de 1999, la Sala de Consulta
y Servicio Civil reconoce cuatro supuestos fácticos para emitir su concep-
to: 1) el capital de Álcalis es totalmente público;82 2) la actividad u objeto
social es estatal; 3) la naturaleza jurídica es la de una Empresa Industrial
y Comercial del Estado de segundo grado o indirecta,83 y 4) los trabajado-
res de Álcalis siempre estuvieron afiliados al Instituto de Seguros Socia-
les. Con base en estos elementos el concepto concluye que, en el caso de
Álcalis de Colombia, “el Estado debe responder por las actuaciones y el
desempeño de sus organismos y entidades”. Como se observa, existen al
menos tres aspectos que permitirían distinguir la situación de la Compa-
ñía de Inversiones de la Flota Mercante del caso Álcalis de Colombia: la
CIFM es una empresa de derecho privado, con capital accionario que no
es totalmente público y sus trabajadores no cotizaban para pensiones al
ISS. Esta circunstancia impide a la Corte, así sea como mecanismo tran-
sitorio, aplicar en este caso el principio de la responsabilidad subsidiaria
del Estado. En consecuencia, la procedencia de la aplicación definitiva
de ésta u otra figura jurídica corresponderá a la jurisdicción ordinaria.
82 Cita original n.º 12: En el concepto de 15 de octubre de 10998, Rad. 1.133, la Sala
de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado señaló: “Con la transformación de
ECOMINAS, Álcalis quedó conformada por dos empresas industriales y comerciales del
Estado y, por ende, con capital ciento por ciento estatal”.
83 Cita original n.º 13: Si bien el concepto precisa que Álcalis de Colombia no modificó sus
estatutos en los que aparecía como Sociedad de Economía Mixta indirecta, del orden
nacional, con régimen de Empresa Industrial y Comercial del Estado, reconoce también
que el capital pertenece en su totalidad a dos Empresas Industriales y Comerciales del
Estado, IFI y MINERCOL LTDA, es decir que el 100% del capital de Álcalis es público.
84
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
84 Cita original n.º 109: Para determinar la aplicación de la Ley 71 de 1988, más concre-
tamente frente a aquellas personas que no habían cotizado al ISS con anterioridad a
la entrada en vigencia de la Ley 100 de 1993, es importante referirse a las decisiones
adoptadas por el Consejo de Estado y la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema
de Justicia, bajo el análisis de dicha disposición.
La Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado con radicado 11001-03-06-
000-2006-00014-00 (1718) de marzo 9 de 2006, en respuesta a la consulta presentada
por el Ministro de la Protección Social, en la que se preguntaba “1. Cuál es el régimen
de transición aplicable a las personas que a 1º de abril de 1994 cumplían con alguno
de los requisitos prescritos en el inciso 2º del artículo 36 de la Ley 100 de 1993, y se
encontraban vinculadas a una entidad de derecho público, como trabajadores oficiales o
como empleados públicos cuando para acreditar el tiempo de servicios o de cotizaciones,
acumulan tiempos laborados para empleadores públicos y tiempos aportados al Instituto
de Seguros Sociales. 2. Pueden sumarse para efecto de establecer el cumplimiento del
requisito ‘tiempo de servicios’ en el régimen pensional de la Ley 33 de 1985, los tiempos
de aportes al ISS?”
La mencionada Sala del Consejo de Estado concluyó (no está en negrillas en el texto
original):
“La cuestión es entonces: para el destinatario del régimen de transición, que el 1º de
abril de 1994 tenía vinculación laboral como empleado público o trabajador oficial, que
requiere acumular tiempos públicos y cotizaciones al ISS para completar el requisito del
tiempo y pensionarse, ¿cuál es el régimen “anterior” aplicable?
85
Para la Sala, si se hiciera abstracción de la ley 100 de 1993, la situación de la persona
que se encuentra en la hipótesis planteada estaría regulada por la ley 71 de 1988, artí-
culo 7º, que permite acreditar ‘aportes sufragados en cualquier tiempo’ en una o varias
entidades de previsión social públicas de cualquier orden, y en el ISS, para completar el
tiempo de 20 años, que junto con la edad, de 60 años para los hombres y 55 años para
las mujeres, son los requisitos establecidos por la misma ley 71 para acceder al derecho
pensional.
Como el requisito del tiempo en la ley 33 de 1985 sólo puede acreditarse en el sector pú-
blico así como el número de semanas de cotización es exclusivo del régimen administrado
por el ISS, una persona que pueda acreditar uno u otro sin necesidad de acumularlos,
puede entonces acceder a la pensión, bajo el régimen de la ley 33 de 1985 o del ISS,
según el caso; pero en la hipótesis consultada, esto es que requiera acumular
aportes, se le negaría la posibilidad de pensionarse si se desconoce la ley 71 de
1988 como el régimen pensional aplicable por necesitar la suma de su vincula-
ción pública y privada.
Desconocer que la ley 71 de 1988 contiene uno de los regímenes pensionales ‘anterio-
res’ a la ley 100, y en particular el que resuelve la hipótesis descrita en la consulta,
sería absurdo, como lo indica la misma solicitud de concepto del Sr. Ministro, y también
sería violatorio de los principios constitucionales que rigen las condiciones del trabajo,
en especial los referentes a la igualdad, la irrenunciabilidad de los beneficios mínimos
establecidos en las normas laborales y la favorabilidad en caso de duda en la aplicación
e interpretación de las normas que regulan el tema laboral, los cuales adquieren mayor
relevancia para los destinatarios del régimen de transición de la ley 100 de 1993, pues
el pilar de esa transición es precisamente la conservación del régimen pensional derivado
de su vida laboral.”
86
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
Ahora bien, de las consideraciones del Tribunal no se desprende que éste hubiera enten-
dido que por el hecho de estar inmerso el afiliado en el régimen de transición señalado le
resultaba aplicable cualquier norma anterior a la vigencia del nuevo sistema general de
pensión, como se lo recrimina la censura, pues nada dijo expresamente sobre el punto ni
ello, tampoco, cabe suponerlo del hecho que hubiera aplicado la Ley 71 de 1988, ya que
específicamente sobre esta normatividad estimó que resultaba enteramente aplicable a
la demandante toda vez que, consideró, su artículo 7 era claro en afirmar como condición
para el otorgamiento de la pensión, el cumplimiento de 20 años de aportes que resaltó
podían ser sufragados “en cualquier tiempo, a partir de su vigencia”, sin que se
requiriera que los aportes al ISS se hubiesen realizado con anterioridad a la
vigencia o con retrospectividad a la Ley 100 de 1993.
De manera que no fue que hubiera entendido el sentenciador que, por virtud del régimen
de transición, a la actora le resultaba aplicable cualquier norma vigente con anterioridad
a la Ley 100 de 1993, sino que, en el caso específico del régimen previsto en el artículo 7
de la Ley 71 de 1988, resultaba enteramente aplicable porque, a su juicio, las semanas
cotizadas al ISS lo podían ser en cualquier tiempo anterior o posterior a la vigencia de la
mencionada Ley 100 de 1993.
Y es que no aparece tampoco equivocada la tesis del ad quem, pues del hecho que
la demandante hasta el 1 de abril de 1994 solo hubiere cotizado en el sector
público no deviene inexorablemente que no hubiere estado en la posibilidad de
acumular ese tiempo con el cotizado al ISS, en virtud de lo previsto en el artícu-
lo 7 de la Ley 71 de 1988, facultad que de ninguna manera podía considerarse
truncada por el hecho de haber entrado en vigor el nuevo sistema general de
pensiones, si, como ocurre en este caso, la actora quedó inmersa en el régimen
de transición, que le permitía conservar tal posibilidad.”
87
La interpretación del Consejo de Estado sobre los requisitos de las per-
sonas de que habla el artículo 61-b de la Ley 100 de 1993 para acceder
a los beneficios del RAIS, no es incompatible con la interpretación de la
Corte Constitucional.
7.- En un primer momento, la Sala de Consulta y Servicio Civil del Con-
sejo de Estado, en concepto del 22 de mayo de 1997, respondió a los
interrogantes de si: (i) “¿tiene derecho un afiliado al régimen de ahorro
individual que a 1º de abril de 1994 tenía 50 o 55 años de edad (mujer u
hombre), a negociar su bono pensional y pensionarse anticipadamente (…),
o a la devolución de saldos, incluido el valor del bono pensional, en el even-
to que cumpla 57 o 62 años de edad sin tener el capital suficiente en su
cuenta de ahorro individual, pese a no haber cotizado las 500 semanas a
que se refiere el literal b del artículo 61 de la ley 100 de 1993?” Y si (ii) “las
500 semanas de cotización exigidas a quienes por razón de su edad no les
era posible afiliarse al régimen de ahorro individual, son determinantes
para hacerse acreedor a la pensión anticipada o la devolución de aportes
reguladas en los artículos 64 y 66 de la ley 100 de 1993 ?”.
A los cuales respondió lo siguiente: “el literal b) del artículo 61 de la ley
100 de 1993 exige necesariamente la cotización de por lo menos 500 se-
manas en el régimen de ahorro individual con solidaridad, para pertenecer
a éste, por parte del hombre que tuviera 55 años o más de edad al 1º de
abril de 1994, o la mujer que tuviera 50 años o más de edad a esa fecha,
de tal manera que si no se reúne ese número mínimo de semanas de coti-
zación esas personas se encuentran excluidas de dicho régimen.
Por lo tanto, si esas personas no han cotizado un mínimo de 500 semanas
al régimen de ahorro individual con solidaridad no tienen derecho a nego-
ciar el bono pensional y pensionarse anticipadamente conforme al artículo
64 de la ley 100 de 1993.
En concordancia con lo anterior, esas mismas personas si no han cotizado
por lo menos 500 semanas al mencionado régimen, no tendrían derecho
a la devolución de saldos contemplada en el artículo 66 de la ley 100 de
1993.
(…)
Las 500 semanas de cotización mínima al nuevo régimen de ahorro indi-
vidual con solidaridad, exigidas a los hombres que al 1º de abril de 1994
tuvieran 55 años o más de edad y a las mujeres que a esa fecha tuvieran
50 años o más, para pertenecer a ese régimen, son determinantes para
hacerse acreedores a la pensión anticipada y a la devolución de aportes
reguladas en los artículos 64 y 66 de la ley 100 de 1993.”
88
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
85 Cita original n.º 11: Decreto 1513 de 1998. “Artículo 28. El artículo 21 del Decreto
1474 de 1997 quedará a así: Las personas cobijadas por el literal b) del artículo 61 de
la Ley 100 de 1993, deberán cotizar por lo menos durante quinientas (500) semanas en
el nuevo régimen y no podrán negociar el bono pensional para solicitar pensión o devolu-
ción de saldos de conformidad con el artículo 66 de la Ley 100, mientras mantengan una
vinculación laboral con algún empleador o puedan seguir cotizando en condición de inde-
pendientes. De lo contrario, deberán manifestar bajo juramento su imposibilidad
de cotizar.”{Énfasis fuera de texto}
89
Concepto citado: Sala de Consulta y Servicio Civil
Fecha: 18/10/2001
Radicado: 1369
Ponente: Ricardo H. Monroy Church
De acuerdo con las pruebas, a comienzos del año dos mil tres (2003),
TELECOM ofreció un Plan de Pensión Anticipada. Los pormenores del
mismo fueron explicados por la entidad, en su momento, mediante un
‘Instructivo’. El Instructivo decía que el PPA estaba dirigido puntualmen-
te a dos grupos de funcionarios: primero, a los trabajadores oficiales de
la entidad cubiertos por alguno de los regímenes especiales de pensión, a
los cuales el treinta y uno (31) de marzo de dos mil tres (2003) les faltaran
siete (7) años o menos para adquirir la pensión; segundo, a los trabaja-
dores en cargos de excepción,86 siempre y cuando al treinta y uno (31) de
marzo de dos mil cuatro (2004) tuvieran “veinte (20) años de servicio a
Telecom en uno de esos cargos”. Textualmente disponía al respecto:
“[…] 2. A quiénes va dirigido el plan de pensión anticipada
El plan de pensiones anticipadas está dirigido a los traba-
jadores oficiales de la Empresa cobijados por alguno de los
regímenes especiales de pensión y que les falten 7 años o
menos para cumplir con los requisitos de pensión al 31 de
marzo de 2003, si el trabajador ocupa un cargo ordinario.
Para los trabajadores en cargos de excepción, se requiere que
cumpla hasta el 31 de diciembre de 2004, veinte (20) años de
servicio a Telecom en uno de esos cargos.
No pueden acogerse al plan de pensión anticipada los traba-
jadores que tengan reconocida su pensión de jubilación por
86 Cita original n.º 7: El concepto de cargo de excepción hace referencia a “los operadores
de radio y telégrafo, los jefes de oficina de radio y telégrafos, los jefes de líneas, los revi-
sores, los plegadores, los clasificadores y mecánicos de oficina de radio y telégrafo, en el
sector de las comunicaciones”, cargos relacionados con actividades de alto riesgo, quie-
nes mantienen la normatividad especial (el régimen excepcional) con fundamento en el
Decreto 3135 de 1968 y el D.L. 1570 de 1973 y conservan los beneficios especiales con
base en normas anteriores a la vigencia de la Ley 100 de 1993. Ver: Consejo de Estado.
Sala de Consulta y Servicio Civil. No. de radicación 1369 (RAD 2005-N1369), octubre
18 de 2001. CP. Ricardo H. Monroy Church, a propósito de la consulta formulada por
el Ministerio de Comunicaciones en relación con el tiempo de servicio para el reconoci-
miento de pensiones de jubilación de personas vinculadas a Telecom.
90
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
87 Cita original n.º 8: El PAR aportó copia del Instructivo del Plan de Pensión Anticipada en
cada uno de los procesos objeto de revisión. Por ejemplo, en el expediente T-2587255,
el Instructivo se encuentra en los folios 1274 a 1281 del cuaderno principal. En ade-
lante siempre que se haga mención a un folio se entenderá que hace parte del cuaderno
principal a menos que se diga expresamente otra cosa
91
72. En suma, la enmienda constitucional mantuvo la vigencia transitoria
del régimen especial de los docentes oficiales vinculados al servicio an-
tes de la entrada en vigor de la Ley 812 de 2003 en los términos recién
anotados, y confirmó los efectos ultractivos (sic) de dicha legislación en
materia de pensiones del personal docente oficial. El examen de consti-
tucionalidad, en consecuencia, resulta procedente, pues el artículo 15
numeral 2 de la Ley 91 de 1989 continúa produciendo efectos jurídicos
en el sentido antes señalado.
88 Cita original n.º 55: Parágrafo transitorio 4º. El régimen de transición establecido en la
Ley 100 de 1993 y demás normas que desarrollen dicho régimen, no podrá extenderse
más allá del 31 de julio de 2010; excepto para los trabajadores que estando en dicho
régimen, además, tengan cotizadas al menos 750 semanas o su equivalente en tiempo
de servicios a la entrada en vigencia del presente Acto Legislativo, a los cuales se les
mantendrá dicho régimen hasta el año 2014.
92
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
89 Cita original n.º 56: Según el concepto No. 2194, del 10 de diciembre de 2013, emitido
por la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado, la expresión “hasta el año
2014” contenida en el parágrafo transitorio 4º del artículo 48 de la Constitución Política,
“es comprensiva y no excluyente del año allí referido; además al no señalarse un día o un
mes en ese año, se debe entender que la aplicación del régimen de transición se puede
hacer efectivo hasta el último día de dicho año 2014”.
93
ciembre de 2014”, en lo atinente a la aplicación del régimen de transición,
de conformidad con el Acto Legislativo 01 de 200590.
Por su parte, la Sala de Consulta y Servicio Civil, en concepto de diez (10) de diciem-
bre de dos mil trece (2013), con ponencia del Consejero William Zambrano Cetina,
de radicado número 11001-03-06-000-2013-00540-00 explicó que potencialmente
existen dos interpretaciones del parágrafo transitorio 4º del artículo 48 de la Cons-
titución Política, precisamente, en relación con la expresión “hasta el año 2014”. La
primera considera que se extiende hasta el 31 de diciembre de 2014 y se apoya en el
tenor literal de la norma, en las reglas legales sobre interpretación de plazos y en un
concepto de la Superintendencia Financiera. La segunda, considera que se extingue el
31 de diciembre de 2013 y se basa en un análisis de los antecedentes legislativos del
acto de reforma constitucional, y en el cambio de requisitos para la pensión de vejez,
previsto en el artículo 33 de la Ley 100 de 1993 y el artículo 9º de la Ley 797 de 2003.
Nuevamente, haciendo alusión a las reglas del artículo 59 de la Ley 4ª de 1913 (Sobre
Régimen Político y Municipal) para concluir: “De lo anterior se desprende entonces
que cuando en una norma se dice que un término o plazo va hasta un determinado
año, mes o día, se entiende que dicho año, mes o día quedan comprendidos dentro de
dicho plazo o término; en otras palabras, el plazo o término no se extingue el día, mes
94
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
95
Régimen de transición en pensiones.
Ingreso base de liquidación
Estas referencias no pretenden resolver el problema jurídico planteado por el actor, ta-
rea que no corresponde a la Sala, en tanto se declarará la inhibición para pronunciarse
de fondo sobre los cargos de la demanda. Solo demuestran que existe una tendencia
definida sobre cómo debe entenderse la frase “hasta el año 2014”, utilizada tanto en la
Constitución Política, como en el artículo 36 de la Ley 100 de 1993. Y que, por lo tanto,
la demanda ni siquiera se aproximó a demostrar la existencia de un derecho viviente,
que lleve a considerar que la misma expresión debe entenderse, al momento de aplicar
el artículo 36 de la Ley 100 de 1993 de forma distinta a la ya explicada.
96
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
91 Cita original n.º 89: Radicación No. 960. Allí se dijo: “Para tales personas [los beneficia-
rios del régimen de transición], la ley 100 de 1993, por razón del régimen de transición,
remite excepcionalmente a la normatividad que corresponde al ‘régimen anterior al cual
se encuentren afiliados’, si es más favorable, en los siguientes aspectos: || -edad para
acceder a la pensión de vejez. || -tiempo de servicio o número de semanas cotizadas, y
|| -monto de la pensión. Las demás situaciones se regulan en los términos del inciso 2º,
artículo 36, por las normas de la ley 100 de 1993, según el siguiente texto: || ‘Las demás
condiciones y requisitos aplicables a estas personas para acceder a la pensión de vejez,
se regirán por las disposiciones contenidas en la presente ley’. || Como consecuencia
de lo anterior, el ingreso base para liquidar la pensión es un factor que no está
considerado entre los tres descritos y porque el mismo artículo 36, de manera
especial y expresa determina el ingreso base aplicable a dichas personas, así: ||
-a quienes les falten menos de diez (10) años para adquirir el derecho: es el promedio de
lo devengado en el tiempo que les haga falta para pensionarse. || -a quienes les falten
más de diez (10) años para adquirir el derecho: es lo cotizado durante todo el tiempo, ac-
tualizado anualmente con base en la variación IPC, según certificación del DANE. || No
se aplica lo anterior a las personas del régimen de transición que se acojan al régimen de
ahorro individual o las que habiendo escogido éste decidan cambiarse al de prima media
con prestación definida” (negrillas propias).
93 Cita original n.º 91: Expediente No. 2004-00. En este fallo se dijo: “[e]n armonía con lo
anterior, concluye la Sala, el inciso segundo del artículo 36 de la Ley 100 de 1993, consa-
gró el régimen de transición, consistente en que, las personas que cumplan las hipótesis
allí previstas, en cuanto a edad, tiempo de servicio y monto de la pensión, se les aplica
en su integridad el régimen anterior que las regula y beneficia. Si se aplica el in-
ciso tercero del mismo artículo 36 de la citada ley, para establecer la base de liquidación
de la pensión, se escinde la ley, pues la normatividad anterior (Ley 33 de 1985) señala
la forma de liquidar la pensión, se desnaturaliza el régimen, y se dejaría de aplicar el
principio de favorabilidad de la ley en los términos ya indicados” (negrillas propias).
97
y el 3º del artículo 36 ibídem tenían una redacción confusa y, por ende,
debía acudirse a la interpretación más favorable para el trabajador, pues
lo daría lugar a desconocer los principios de inescindibilidad normativa
y seguridad jurídica.
94 Cita original n.º 61: Según lo señaló la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de
Estado el nueve (9) de diciembre de dos mil cuatro (2004), en el concepto con radicado
No. 1607, “[…] sin detrimento de la autonomía de las entidades territoriales, para deter-
minar la estructura de sus administraciones, para fijar las escalas salariales y los emo-
lumentos de sus empleados públicos (C.P. arts. 287, 300.7, 305.7, 313.6 y 315.7), el
Constituyente atribuyó al Congreso en relación con el régimen salarial y prestacional de
los empleados públicos de este orden (arts. 150-5, 150-19.e y 287 ibídem), entre otras
facultades, la de determinarles un límite máximo salarial, dentro del cual las entidades
pueden ejercer sus competencias según sea su realidad fiscal. Así, lo que persiguen la
Carta y la ley marco es, de una parte, racionalizar el régimen salarial de las entidades
territoriales, siempre en búsqueda de la eficiencia, de modo que sin llegar a la unifica-
ción del mismo, no exista desbordamiento en el desarrollo de las funciones a ellas atri-
buidas, las que como se percibe no son discrecionales y, de otra, contribuir al equilibrio
de los salarios entre los servidores nacionales y los territoriales […] Sin perjuicio de lo
98
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
95 Cita original n.º 10: En éste y en los dos casos que se mencionan a continuación salvó
su voto el Consejero Flavio Rodríguez Arce.
99
conceptuó que “[l]a no existencia de cargos de trabajadores oficiales en
la planta de personal del Instituto, hace imposible física y jurídicamente
el cumplimiento de la sentencia...” La Sala reiteró que en estos casos la
entidad condenada en la sentencia de reintegro debía expedir una reso-
lución en la que expusiera las causas por las cuales no podía cumplir la
orden judicial:
“(...) el cumplimiento del fallo judicial siempre estará sujeto
a que la obligación que contiene de dar hacer o no hacer
sea jurídica y físicamente posible de cumplir por parte del
sujeto procesal condenado lo cual significa que, para que el
citado Instituto pudiera llevar a cabo el reintegro ordenado,
sería necesaria la existencia de cargos de trabajador oficial
en su planta de personal.
“En estas condiciones, en criterio de la Sala, la entidad afec-
tada con la decisión judicial debe proferir un acto adminis-
trativo en el cual exponga las causas que hacen imposible
el reintegro ordenado en la respectiva sentencia, como es el
hecho de que no existan en su actual planta de personal em-
pleos de “igual o superior categoría” al desempeñado por el ex
trabajador, dadas las funciones que cumplía y la naturaleza
de los cargos que ahora la conforman -empleos públicos de
carrera administrativa...
“(...)
“Ante la imposibilidad de reintegro, la procedencia del pago
de salarios y prestaciones dejados de percibir opera desde
el momento en que fue desvinculado el trabajador y hasta
cuando se le notifique el acto administrativo a que se aludió
anteriormente.
“La Sala advierte, sin que ello implique cuestionamiento al-
guno a la decisión judicial, que a términos del numeral 5, del
artículo 8o. del decreto legislativo 2351 de 1965, de todos
modos el pago de la indemnización se torna en efectiva retri-
bución para el trabajador, en subsidio del reintegro, ante la
circunstancia de la inexistencia de cargo equivalente.”
En igual sentido se pronunció la Sala en el concepto 1302, fechado el 12
de octubre de 2000, C.P. Augusto Trejos Jaramillo, ante una consulta
elevada por el Ministro del Transporte en relación con el mismo punto.
Dijo en aquella ocasión la Sala:
100
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
101
Requisitos pensionales. Derecho a elegir
entre el retiro y la continuidad
Esta regla fue reiterada por la Sala de Consulta y Servicio Civil del Con-
sejo de Estado que afirmó97 “De esta forma es claro que, una vez que
el afiliado al sistema general de pensiones regulado por las leyes 100 y
797, adquiera el derecho a la pensión de vejez con el número mínimo de
96 Cita original n.º. 18: Que modificó el artículo 17 de la Ley 100 de 1993.
97 Cita original No. 19: Consejo de Estado Sala de Consulta y Servicio Civil. Radicación no.
1480, mayo 8 de 2003. Actor. Ministerio de Relaciones Exteriores.
102
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
98 Cita original n.° 62: El señor Ministro de Hacienda y Crédito Público formuló la siguien-
te consulta: “(…) 5. Dado que durante la época en que se presta el servicio militar, los
interesados no cotizan al Sistema de Seguridad Social, ¿cómo se computa el tiempo de
servicio militar para pensión de jubilación de vejez? 6. ¿La entidad pública debe efectuar
los aportes correspondientes al fondo de pensiones que escoja el funcionario? 7. En caso
de ser afirmativa la respuesta anterior, ¿sobre qué factores debe cotizar?8. En el caso de
los funcionarios que al momento de solicitar la efectividad de los derechos consagrados
en el literal a) del artículo 40 de la Ley 48 de 1993, hayan laborado con anterioridad en
otra entidad estatal, ¿qué entidad debe reconocer y pagar el derecho? 9. ¿La entidad
pública debe repetir ante el Ministerio de Defensa por las sumas pagadas por concepto
de aportes a pensión y cesantías, correspondiente a los funcionarios que prestaron ser-
vicio militar?”. Consejero ponente: Flavio Augusto Rodríguez Arce. Radicación número:
11001-03-06-000-2001-01397-00(1397).
103
“El colombiano que es llamado prestar el servicio militar os-
tenta la condición de servidor de la patria, por lo cual el literal
a) del artículo 40 de la Ley 48 de 1993 dispone que al término
del mismo tendrá derecho a que por las entidades del Estado
de cualquier orden, el respectivo tiempo le sea computado
para efectos de cesantía, pensiones de jubilación y de vejez y
prima de antigüedad, en los términos de la ley.
(…) En este caso las entidades se encuentran en la obligación
de reconocer tales beneficios por el ingreso de personas que
prestaron el servicio militar sin estar vinculadas laboralmen-
te a ellas. Como la ley no les asigna los recursos para efectuar
los pagos respectivos -la pensión está sujeta a un régimen
especial-, puesto que no se prestó en ellas efectivamente ser-
vicio alguno, a juicio de la Sala la obligada a efectuar las
apropiaciones suficientes es la Nación por conducto del Mi-
nisterio de Hacienda y Crédito Público por el valor total de la
cotización, esto es incluyendo los aportes correspondientes al
empleador y al trabajador, dado que a términos del artículo
217 de la Carta y 3° de la Ley 48 de 1993 el servicio militar se
presta directamente a la Nación”99.
En este mismo concepto, en relación con la forma de computar el tiem-
po de prestación del servicio militar para efectos pensionales, la Sala de
Consulta y Servicio Civil indicó que la Ley 48 de 1993 “fue proferida con
antelación a la expedición de la ley 100 del mismo año y que con ante-
rioridad a la vigencia de ésta, las pensiones de jubilación y de vejez se
reconocían con fundamento en el tiempo de servicio, en tanto que, a la
luz de la nueva normatividad, lo que impera son las cotizaciones o los
aportes al nuevo sistema de seguridad social”. Ante esta realidad y con el
fin de determinar la procedencia de la prerrogativa prevista en el artículo
40 de la citada Ley 48 de 1993, la Sala planteó que al tratarse de una
persona cobijada por la Ley 100 de 1993 y que haya prestado el servicio
militar obligatorio con posterioridad a su entrada en vigencia “si se afilia
bien al régimen de ahorro individual con solidaridad o al de prima media
con prestación definida, corresponderá al Ministerio de Hacienda hacer
los correspondientes aportes tomando como referencia el salario mínimo
legal vigente, según lo expuesto.”
99 Cita original n.º 63: Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado, Consejero
ponente: Flavio Augusto Rodríguez Arce, Radicación: 11001-03-06-000-2001-01397-00
(1397).
104
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
100 Cita original n.º 64: El Ministro de Defensa consultó “acerca de la vigencia de la dispo-
sición contenida en la Ley 48 de 1993, que ordena a las entidades del Estado de cual-
quier orden computar el tiempo de servicio militar obligatorio para efecto de pensión de
jubilación, (…) para reconocimiento de derechos pensionales dentro del Régimen General
de Pensiones, teniendo en cuenta que la Ley 797 del 2003 prohíbe sustituir semanas
de cotización o abonar semanas cotizadas o tiempo de servicios con el cumplimiento
de otros requisitos distintos a cotizaciones o tiempo efectivamente prestado, así como
otorgar pensiones del Sistema General que no correspondan a tiempos efectivamente
prestados o cotizados”. Sobre la materia se puede consultar el literal l- del artículo 2°
de la Ley 797 de 2003.
101 Cita original n.º 65: “Estimase insubsistente una disposición legal por declaración ex-
presa del legislador, o por incompatibilidad con disposiciones especiales posteriores, o
por existir una ley nueva que regule íntegramente la materia a que la anterior disposi-
ción se refería”.
102 Cita original n.º 66: Decreto Ley 1793 del 2000, “por el cual se expide el régimen
de carrera y el Estatuto del Personal de Soldados Profesionales de las Fuerzas Mili-
tares”, artículo 1 “SOLDADOS PROFESIONALES. Los soldados profesionales son los
varones entrenados y capacitados con la finalidad principal de actuar en las unidades
de combate y apoyo de combate de las Fuerzas Militares, en la ejecución de operaciones
militares, para la conservación, restablecimiento el orden público y demás misiones que
le sean asignadas”.
105
modo genérico a ‘todo colombiano que haya prestado el servi-
cio militar obligatorio’, de donde se infiere que la efectividad
del beneficio opera de manera automática una vez se haga
valer para el reconocimiento de derechos pensionales, bien
en el Régimen General como en el propio de la fuerza pública.
Estos son derechos que adquieren quienes prestan el servicio
militar obligatorio”103.
Sentencia: Corte Constitucional
Fecha: 20/02/2012
Radicado: T-106 de 2012
Ponente: Nilson Pinilla Pinilla
Otra sentencia que cita el mismo concepto:
T-181 de 2012
Concepto citado: Sala de Consulta y Servicio Civil
Fecha: 01/07/2004
Radicado: 1557
Ponente: Gloria Duque Hernández
El artículo 216 de la Constitución Política establece que todos los colom-
bianos están obligados a tomar las armas cuando las necesidades públi-
cas lo exijan, para defender la independencia nacional y las instituciones
políticas. También prevé que la ley fijará las condiciones que en todo
tiempo eximen del servicio militar y las prerrogativas por la prestación
del mismo.
En desarrollo de este precepto el artículo 40 de la Ley 48 de 1993, que
reglamentó el servicio de reclutamiento y movilización, consagrando de-
rechos, prerrogativas y estímulos dirigidos a quienes presten el servicio
militar obligatorio, indica que:
“ARTÍCULO 40: … Todo colombiano que haya prestado el ser-
vicio militar obligatorio, tendrá los siguientes derechos:
a. En las entidades del Estado de cualquier orden el tiempo
de servicio militar le será computado para efectos de cesantía,
pensión de jubilación, de vejez y prima de antigüedad en los
términos de la ley. (…)”
103 Cita original n.° 67: Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil, Consejera
ponente: Gloria Duque Hernández, Radicación: 1557.
106
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
107
equivalente al 75% de la asignación mensual más elevada que
hubiere devengado en el último año de servicio en las activida-
des citadas. Si el tiempo de servicio se hubiere prestado en la
Rama Judicial o en el Ministerio Público por lapso menor de 10
años, la pensión se liquida en la forma ordinaria establecida
para los empleados de la rama ejecutiva del Poder Público. Es
decir, el equivalente al 75% del salario promedio que sirvió de
base para los aportes durante el último año de servicio…” (no
está resaltado en el texto original).
104 Cita original n.º 54: Véase la Ley 43 de 1975, “Por medio de la cual se nacionalizó la
educación primaria y secundaria que oficialmente venían prestando los departamentos,
el Distrito Especial de Bogotá, los municipios, las intendencias y comisarías, y se dis-
tribuyó una participación, se ordenaron obras en materia educativa y se dictaron otras
disposiciones”.
105 Cita original n.º 55: De acuerdo con la redacción original del artículo 356 de la Consti-
tución, a la Nación le correspondía financiar la educación prescolar, primaria, secun-
daria y media. De su prestación se encargaban los departamentos y los distritos espe-
ciales de Bogotá, Cartagena y Santa Marta (a esta lista fue agregada posteriormente
Barranquilla a través del Acto Legislativo 01 de 1993). Para tal efecto, la Nación les
cedía a dichas entidades territoriales un porcentaje de sus ingresos, llamado “situado
108
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
mente, fue asumida por (i) los municipios de más de cien mil (100,000)
habitantes, quienes fueron automáticamente autorizados por el Ministe-
rio de Educación, y (ii) los municipios con una población inferior, siempre
y cuando le demostraran al Ministerio tener la capacidad suficiente para
manejar autónomamente el servicio.106
No obstante, a pesar de que la descentralización es cada vez más fuerte,
la financiación ha estado siempre a cargo de la nación, se realiza con
los recursos que ésta le transfiere a las entidades territoriales a través
del Sistema General de Participaciones (antes llamado “situado fiscal”) y
se desembolsa con un porcentaje de destinación específico por sector107.
Esto, sin perjuicio de los aportes adicionales que quiera hacer la entidad
con sus propios recursos.
Dicho proceso ha demandado una gran variedad de reformas adminis-
trativas. Muchas de ellas orientadas a recomponer las plantas laborales
de los departamentos y de los municipios certificados, integrando a estas
106 Cita original n.º 56: Este cambio fue posible gracias a la introducción de dos (2) nor-
mas. En primer lugar, a través del artículo 356 de la Constitución, reformado por el
Acto Legislativo 01 de 2001, se creó el Sistema General de Participaciones (donde se
reúnen los recursos que la nación le transfiere a las entidades territoriales para la
prestación de los servicios públicos que les competen) y se amplío la lista de las en-
tidades responsables de tal prestación, mediante la inclusión de todos los distritos y
municipios. En segundo lugar, se expidió la Ley 715 de 2001, “por medio de la cual se
dictaron normas orgánicas en materia de recursos y competencias de conformidad con
los artículos 151, 288, 356 y 357 de la Constitución Política y se dictaron otras dispo-
siciones para organizar la prestación de los servicios de educación y salud, entre otros.
Esta ley le asignó a los distritos y a los municipios certificados la responsabilidad de
prestar el servicio educativo y, subsidiariamente, la dejó en cabeza de los departamen-
tos, en los casos en que un municipio no lograr certificarse”.
107 Cita original n.º 57: El artículo 4º de la reseñada ley 715 de 2001, dispone que las
entidades territoriales deben destinar el 58.5% de los recursos transferidos a la educa-
ción. Según la desagregación hecha en el artículo 15 de la misma ley, con ese monto se
deben pagar (i) los salarios del personal docente y administrativo; (ii) la construcción,
el mantenimiento y el funcionamiento de las instituciones educativas oficiales; (iii) la
canasta educativa, y (iv) el mantenimiento, la evaluación y la promoción de la calidad
educativa. Independientemente de lo anterior, el municipio o el distrito tienen libertad
para aportar recursos propios a efectos de distribuirlos como mejor consideren en la
financiación del servicio educativo.
109
las personas que trabajaban desde antes en las instituciones educativas
oficiales.108
Particularmente, cuando no era posible una integración horizontal, esto
es, la trasferencia del personal a cargos iguales o equivalentes, la entidad
territorial receptora tenía la obligación de adelantar un proceso previo de
homologación y nivelación a efectos de no desmejorar sus condiciones
laborales, salariales y prestacionales.109
Dicho proceso debía realizarse siguiendo los pasos y los criterios fijados
por el Ministerio de Educación en su calidad de rector de política.110 Den-
tro de estos, se encuentran los siguientes: (i) la elaboración de un estudio
técnico, previo, comparativo y detallado, cargo por cargo, en el año en que
se produzca la incorporación para determinar la existencia de diferencias
por razones de denominación, código y grado; (ii) la expedición de un
acto administrativo general donde se consigne la tabla de homologacio-
nes y nivelaciones; (iii) la posterior expedición de actos administrativos
108 Cita original n.º 58: Respecto a la recomposición de las plantas de personal, la Ley
715 de 2001 ordenó, a través de sus artículos 37 y 38, que esta se realizara durante
los dos (2) años siguientes a su entrada en vigencia, dándole prioridad a las personas
que estaban vinculadas para ese momento y que cumplían los requisitos para seguir
ocupando sus cargos.
109 Cita original n.º 59: Así lo señaló la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de
Estado el nueve (9) de diciembre de dos mil cuatro (2004), en el concepto con radicado
No. 1607, Consejero Ponente. Flavio Augusto Rodríguez Arce. En dicha oportunidad,
la Corporación resolvió los interrogantes que le planteó el Ministerio de Educación,
relacionados con (i) la obligatoriedad de adelantar un proceso de homologación y nive-
lación salarial con ocasión del traslado de personal entre la nación, los departamentos
y los municipios, y (ii) la financiación por parte de la nación de los gastos adicionales
que se generarían como resultado de dicho proceso. La Sala de Consulta indicó que,
en aquellos casos donde no fuera posible la incorporación horizontal, era obligatorio
adelantar un proceso previo de homologación y nivelación a efectos de no desmejorar
las condiciones de los respectivos funcionarios. En el caso específico de la Ley 715 de
2001, tal obligación era explícita, pues estaba contenida en sus artículos 34 y 38. En
relación con la entidad responsable de cubrir los gastos adicionales, la Sala señaló lo
siguiente: “En el evento de existir mayores costos con ocasión del proceso de homolo-
gación en virtud de los dispuesto en la ley 715 de 2001, si el proceso se cumplió con-
forme a derecho y existe disponibilidad, debe asumirlos el SGP; si no existe disponibi-
lidad, serán de cargo de la Nación. Si el respectivo municipio homologó e incorporó al
personal administrativo contrariando el orden jurídico, responderá con sus recursos
propios”.
110 Cita original n.º 60: Véase la Directiva que profirió el Ministerio de Educación el treinta
(30) de junio de dos mil cinco (2005) bajo el radicado No. 10, y mediante la cual dio
alcance al citado concepto que recibió por parte de la Sala de Consulta y Servicio Civil
del Consejo de Estado.
110
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
Universidades Públicas.
Naturaleza de sus empleados
111 Cita original n.º 50: Adicionalmente, la jurisprudencia del Consejo de Estado en la ma-
teria, ha desarrollado una distinción entre empleados públicos y trabajadores oficiales
de las universidades públicas, que no se basa en las actividades que desempeñan los
empleados, sino en la vinculación a partir de un contrato de trabajo, criterio que es
menos restringido que el escogido por el Tribunal de Santa Marta. En este sentido, en
concepto de la Sala De Consulta Y Servicio Civil, C.P. Augusto Trejos Jaramillo, del 4
de noviembre de 1998, se estableció lo siguiente: “De conformidad con las categorías
de los servidores públicos que trae el inciso primero del artículo 25 ibidem, el personal
administrativo de la universidad puede vincularse mediante una relación legal y re-
glamentaria, en cuyo caso se denomina empleado público, o mediante una relación de
111
Sentencia: Corte Constitucional
Fecha: 17/01/2008
Radicación: T-007-08
Ponente: Manuel José Cépeda Espinosa
Concepto citado: Sala de Consulta y Servicio Civil
Fecha: 15/04/1998
Radicado: 1076
Ponente: Augusto Trejos Jaramillo
Con respecto al régimen legal de los funcionarios de las universidades
públicas, debe recordarse que el artículo 123 constitucional, consagra
que son servidores públicos los miembros de las corporaciones públi-
cas, los empleados y trabajadores del Estado y de sus entidades descen-
tralizadas tanto territorialmente como por servicios. Las universidades
estatales u oficiales, no obstante su naturaleza jurídica autónoma, son
entonces parte del Estado y, por tanto, las personas que en ellas pres-
tan sus servicios (directivo docente, docentes y administrativo) tienen la
calidad de servidores públicos. Tales funcionarios, incluidos los de las
Universidades estatales, están al servicio del Estado y de la comunidad,
por lo que deben ejercer sus funciones en la forma prevista por la Cons-
titución, la ley y el reglamento (Art. 123-2 C.P.) 112
El artículo 125 de la Carta establece como norma general, que los empleos
en los órganos y entidades del Estado son de carrera. Como excepción, se
112 Cita original n.º 55: Consejo de Estado. Sala se Consulta y Servicio Civil Conse-
jero Ponente: Augusto Trejos Jaramillo. Santafé De Bogotá, D.C., Quince (15) de
Abril de Mil Novecientos Noventa y Ocho (1998).Radicación Número: 1076 Actor:
Departamento Administrativo de la Función Publica. Dijo la providencia lo siguiente:
“las personas que prestan sus servicios tanto en el área docente como administrativa
de las universidades del Estado son servidores públicos, que el presupuesto de estas
entidades proviene casi en su totalidad del Estado, que por expresa disposición legal
corresponde al Gobierno Nacional regular el régimen salarial y prestacional de los
empleados públicos y que la ley 30 de 1992 consagró en el artículo 77 que el régimen
salarial y prestacional de los profesores de las universidades estatales se regirá por
la ley 4ª de 1992 y demás normas complementarias, la Sala considera que compete al
Presidente de la República fijar el régimen salarial y prestacional del personal docente
y administrativo de las universidades oficiales”.
112
V. Función pública y régimen prestacional y de seguridad social
113 Cita original n.º 56: Consejo de Estado. Sala se Consulta y Servicio Civil Consejero Po-
nente: Augusto Trejos Jaramillo. Santafé De Bogotá, D.C., Quince (15) de Abril de Mil
Novecientos Noventa y Ocho (1998). Radicación Número: 1076 Actor: Departamento
Administrativo de la Función Publica. En esta providencia sin embargo, se considera
que para el personal administrativo de las universidades públicas no existe norma
expresa en materia sobre su régimen de carrera aplicable,- que debe corresponder
según se dice al legislador-, por lo que se debería aplicar para este personal la ley 27
de 1992, ya que en los incisos segundo y tercero del artículo 2º preceptúa, respec-
tivamente se señala que “Mientras se expiden las normas sobre administración del
personal de las entidades y organismos con sistemas especiales de carrera señalados
en la Constitución, que carecen de ellas, … les serán aplicables las disposiciones con-
tenidas en la presente ley” y que las “entidades y sectores con carreras especiales
o sistemas específicos de administración de personal, continuarán rigiéndose por las
normas vigentes para ellos consagradas en la Constitución y la ley”. Esta posición sin
embargo contrasta con lo expresamente señalado en la Ley 30 de 1992.
113
VI: Hacienda pública, bienes del estado y tributos
114 Cita original n.º 87: Artículo 63 constitucional, Código Civil artículo 674
115 Cita original n.º 88: CONSEJO DE ESTADO, SALA DE CONSULTA Y SERVICIO CIVIL,
Radicación número: 1469, Concepto de diciembre cinco (5) de dos mil dos (2002),
Consejero ponente: SUSANA MONTES DE ECHEVERRI.
115
Exención tributaria y exclusión.
Diferencias
116 Cita original n.º 332: Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil. Concepto
del 5 de diciembre de 2002. Rad. 1469. C.P. Susana Montes de Echeverri.
117 Cita original n.º 333: C.P. Artículo 294. “La ley no podrá conceder exenciones ni trata-
mientos preferenciales en relación con los tributos de propiedad de las entidades territo-
riales.”.
116
VI: Hacienda pública, bienes del estado y tributos
118 Cita original n.º 99: Los economistas definen la inflación como el aumento persistente
en el nivel general de precios de una economía.
117
Lo anterior significa que, según el artículo 92 de la Ley 617 de
2000, los gastos de personal de las “Entidades Públicas Nacio-
nales” no pueden crecer, “en promedio”, de un año a otro, en
un porcentaje superior al de la inflación causada en el primer
año. Es decir, que si la tasa de inflación para 2017 fuera del
5%, para citar un ejemplo hipotético, los gastos de personal de
las citadas entidades no podrían crecer, durante el año 2018,
en un porcentaje superior al 5%.”119
119 Cita original n.º 100: Consejo De Estado - Sala de Consulta y Servicio Civil. Consejero
ponente: ÁLVARO NAMÉN VARGAS. 19 de septiembre de dos mil diecisiete 2017. Rad.
11001-03-06-000-2017-00162-00(2353)
118
VI: Hacienda pública, bienes del estado y tributos
120 Cita original n.º 33: Concepto de la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de
Estado, 1 de diciembre de 1999, C.P. Augusto Trejos Jaramillo. Rad. 1216.
119
En aplicación del criterio interpretativo al cual acudió esta Corporación
en la sentencia C-221 de 1997, M.P. Alejandro Martínez Caballero, se
asume que el literal j) del artículo 1º de la Ley 97 de 1913 fue derogado
por el artículo 223 del Decreto 1333 de 1986.
A su vez, esta disposición fue derogada expresamente por el artículo 186
de la Ley 142 de 1994, en la que se establece el régimen de los servicios
públicos domiciliarios121.
Así entonces, para efectos de la vigencia de la norma demandada, la Cor-
te comparte la conclusión a que llegó el Consejo de Estado en esta mate-
ria, al deducir que “Los municipios del país no pueden cobrar el impuesto
de uso del subsuelo de que hablaba la letra c del artículo 233 (no el 186
citado en la consulta), del decreto - ley 1333 de 1986, por cuanto esta nor-
ma fue derogada expresamente por el artículo 186 de la ley 142 de 1994;
por tanto, no existe disposición que faculte a los concejos municipales para
crear y organizar el cobro de ese tipo de impuesto”122.
Por consiguiente, la Corte se inhibirá para pronunciarse sobre la deman-
dada del literal j) del artículo 1º de la Ley 97 de 1913 por carencia actual
de objeto.
121 Cita original n.º 31: El artículo 186 de la Ley 142 de 1994 alude a la derogatoria de
las normas incompatibles con las materias en ella tratadas. Expresa lo siguiente: “De-
róganse, en particular, el artículo 61º, literal “f”, de la ley 81 de 1988; el artículo 157
y el literal “c” del artículo 233 del Decreto 1333 de 1986, entre otras disposiciones”.
(subrayado fuera de texto).
122 Cita original n.º 32: Consejo de Estado. Sala de Consulta y Servicio Civil. Radicación
No. 988. Concepto del 24 de julio de 1997. C.P. Augusto Trejos Jaramillo.
120
VI: Hacienda pública, bienes del estado y tributos
[…]
123 Cita original n.º 53: La ley 30 de 1982 modificó la ley 64 de 1967, “por la cual se crea
el Fondo Vial Nacional y se destinan sus recursos para los planes viales nacionales”.
121
“ARTÍCULO 5º.- Con el fin de fomentar la pavimentación y repavimenta-
ción de carreteras y calles, los asfaltos estarán exentos de todo impues-
to”. (Resaltado fuera de texto).
La Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado explicó en su
debido momento que la Empresa Colombiana de Petróleos –Ecopetrol-,
en su calidad de productor de asfaltos, estaba exenta de las obligaciones
tributarias referidas en dicha norma124.
Responsabilidad fiscal.
Daño patrimonial entre entidades públicas
124 Cita original n.º 54: “Si conforme al artículo 5o. de la Ley 30 de 1986, ECOPETROL no
debe pagar a la Nación impuesto sobre la renta proveniente de producción de asfaltos,
es porque el artículo dispone que (…) y tal disposición sólo puede implicar una exen-
ción personal, y concierne a todos los sujetos que produzcan o vendan asfaltos, actos
por los cuales se causaría el gravamen en cabeza de tales productores o vendedores,
de no estar exentos del mismo. // Del tenor literal del establecimiento de la exención,
con referencia inmediata a los asfaltos, tiene que inferirse la referencia a los sujetos
que los produzcan y que obtienen ingresos con su venta”. Consejo de Estado, Sala de
Consulta y Servicio Civil, Consulta 147 del 17 de septiembre de 1987.
125 Cita original n.º 146: Consejo de Estado. Sala de Consulta y Servicio Civil. Conseje-
ro Ponente: Gustavo Aponte Santos. Bogotá, 15 de diciembre de 2007. Radicación:
11001-03-06-000-2007-00077-00. Para el Consejo de Estado, que definió el debate,
de acuerdo con la sentencia C-340 de 2007 de esta Corporación, la expresión “inte-
reses patrimoniales del Estado” a los que hace referencia el artículo 6º de la Ley 610
de 2000, “es un concepto determinable en cada caso concreto en que se pueda acre-
ditar la existencia de un daño susceptible de ser cuantificado”, teniendo en cuenta
122
VI: Hacienda pública, bienes del estado y tributos
Transferencias cafeteras.
Naturaleza parafiscal
los bienes y recursos que correspondan a una entidad pública particular. En virtud
de la anterior, el daño causado por la conducta irregular de un servidor o particular,
en primer lugar, se debe determinar en relación con los recursos que específicamente
estuvieron a su disposición en razón de sus funciones. A partir de ahí concluyó el Con-
sejo de Estado que: “cuando una entidad u organismo público paga a otro de su misma
naturaleza una suma de dinero por concepto de multas, intereses de mora o sanciones,
se produce un daño patrimonial. Dicho daño patrimonial puede dar lugar a responsa-
bilidad fiscal del gestor fiscal comprometido, cuando en el proceso de responsabilidad
se pruebe que existió una conducta dolosa o gravemente culposa y el nexo causal entre
esta y el daño. El pago que una entidad y organismo público efectúe por estos conceptos
a otra de su misma naturaleza, presupuestal y contablemente es un gasto que merma su
patrimonio y no una mera operación de transferencia entre entes públicos. El principio
presupuestal de unidad de caja no exime de responsabilidad fiscal al gestor fiscal que
con su conducta dolosa o gravemente culposa genera cargos injustificados a cargo de la
entidad u organismo, como sería el caso del pago de...multas”
123
Nuevamente la Sala Plena de esta Corporación, en sentencia SU 1023 de
2001, con ponencia del Magistrado Jaime Córdoba Triviño, se pronunció
sobre la naturaleza de rentas parafiscales que tienen los recursos que
alimentan en el Fondo Nacional del Café, con ocasión de una acción de
tutela presentada contra la Compañía de Inversiones de la Flota Mercan-
te S.A. y otros:
Desde otra óptica, la Federación Nacional de Cafeteros se opo-
ne a la afectación de los recursos del Fondo Nacional del Café
y/o de la Federación para asumir el pago de las mesadas a
favor de los pensionados de la Compañía de Inversiones de la
Flota Mercante, pues considera, frente a la afectación de los
recursos del Fondo, que se trata de recursos parafiscales, los
cuales pueden destinarse únicamente a los fines que señale la
ley sin que en ellos se encuentre el pago de pasivos pensiona-
les; de otra parte, frente a la vinculación de la Federación, ex-
presa que no existe ningún vínculo laboral entre la Federación
Nacional de Cafeteros y los trabajadores o los pensionados de
la Flota Mercante.
Sin embargo, la Corte no admite este argumento pues existen
dos presupuestos fácticos, acordes con la naturaleza de las
rentas parafiscales, que permiten la afectación de los recursos
de la Federación Nacional del Café - Fondo Nacional del Café en
esta oportunidad. En primer lugar, las inversiones efectuadas
por la Federación Nacional de Cafeteros en la Flota Mercante
tuvieron como finalidad el desarrollo de actividades inherentes
al fomento y/o beneficio del sector cafetero del país, en tanto
se realizaron a su favor actividades de mercadeo, transporte
y comercialización del café colombiano, y las inversiones en la
Flota Mercante así lo evidenciaron en su momento. En segun-
do lugar, la teoría de las rentas parafiscales referida a inver-
siones en las actividades que señale la ley tiene una relación
de doble vía, comprendida como la oportunidad que tienen los
destinatarios de beneficiarse de las rentas o utilidades que ge-
nere su inversión y el derecho a la posterior destinación dentro
de los amplios parámetros que señala la ley, la cual genera a
su vez, en sentido contrario, la obligación de asumir las cargas
que se surjan en el proceso.
Téngase en cuenta además que los recursos del Fondo Nacio-
nal del Café son administrados por la Federación Nacional de
Cafeteros como persona jurídica y en virtud del contrato de
124
VI: Hacienda pública, bienes del estado y tributos
126 Cita original n.º 3: En relación con la titularidad de las acciones en cabeza de la Fede-
ración Nacional de Cafeteros – Fondo Nacional del Café pueden verse los documentos
remitidos el 11 de septiembre de 2001 a la Corte Constitucional por el representante
especial de FIFUIFI S.A., entre los cuales está la copia del título de adquisición de ac-
ciones de la Flota Mercante Grancolombiana S.A.
127 Cita original n.º 4: En la sentencia del 5 de Febrero de 1993, la Sala de lo Conten-
cioso Administrativo- Sección Cuarta, con ponencia del Consejero Carmelo Martínez
Conn, consideró lo siguiente:“Los dineros que la Federación Nacional de Cafeteros per-
tenecientes al Fondo Nacional del Café, recibe, son esencialmente, productos de impues-
tos nacionales, es decir, dineros del erario público, destinados a una finalidad concreta,
como lo es la satisfacción de necesidades públicas, que normalmente deben cumplir las
agencias del Estado. Es por ello, que están destinados a un fin público concreto y por lo
mismo, no puede escapar la Federación Nacional de Cafeteros al control fiscal que ejerce
en virtud de la Constitución, la ley y el contrato, la Contraloría General de la República.
Si se entendiera que tales dineros los recibe la Federación a título de donación, tendría
que declararlo así la ley, pues la donación no se presume y menos de dineros públicos.
“Los ingresos que transfiere el Fondo Nacional del Café y que son de su propiedad, a la
Federación Nacional de Cafeteros siguen perteneciendo a éste, por cuanto tienen destina-
ciones especiales a fin de atender necesidades colectivas de la región cafetera; por lo tan-
to no son bienes ni rentas privadas, puesto que la Federación lo que hace es administrar
impuestos, en este caso denominados contribuciones parafiscales. Sin embargo siendo
como es la Federación una entidad gremial de derecho privado, recibe emolumentos en
virtud de tal condición, como son los aportes de sus afiliados, la remuneración que percibe
del Fondo Nacional del Café y demás actividades que realiza por o para sus afiliados, o
para el manejo y la administración de las reservas prestacionales constituidas para aten-
der a sus propios empleados, sobre los cuales no puede haber control fiscal. ( subrayado
fuera de texto ).
Con posterioridad, la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado, en sen-
tencia del 13 de junio de 2002 con ponencia del Consejero Augusto Trejos Jaramillo,
recogiendo la evolución jurisprudencial de la noción de parafiscalidad en general y en
materia cafetera en particular, la cual había venido siendo sentada mediante numero-
sas consultas absueltas por esa Sala consideró lo siguiente en relación con la contri-
bución cafetera:“De manera general puede afirmarse que las transferencias cafeteras
125
son de naturaleza parafiscal, destinadas a las finalidades expresamente señaladas en
la ley -art.20- y sujetas a un régimen de administración especial, atendidas por el Fondo
Nacional de Café, con cargo a: a) la contribución cafetera, definida en el artículo 19 de la
ley 9ª de 1991; b) sus otros ingresos; o c) su patrimonio; por tanto son recursos públicos
que no ingresan al patrimonio de los comités departamentales, los cuales cumplen la
gestión de administrarlos por cuenta del Estado, en beneficio del sector cafetero.
Con fundamento en lo anterior precisa la Sala: a) La ley 9a. de 1991 introdujo un cam-
bio importante en la financiación del Fondo Nacional del Café, pues unificó el apoyo
mediante la llamada contribución cafetera y eliminó, entre otros impuestos, el ad valo-
rem a las exportaciones .b) Los comités departamentales de cafeteros, que son órganos
o dependencias territoriales de la Federación, administran los recursos parafiscales a
que alude el ordinal a) del artículo 20 ibídem, con afectación a los programas especí-
ficos allí señalados. Las transferencias manejadas por los Comités Departamentales
y Municipales Cafeteros, son “recursos provenientes de contribuciones parafiscales
administrados por la Federación Nacional de Cafeteros, sin que sobre ellos tenga el
derecho de propiedad definido por el Código Civil”. - Sentencia C- 543 de 2001 - .c) Los
egresos financiados con las transferencias mencionadas, se incluyen en el presupues-
to anual del Fondo Nacional del Café. Pero su destinación es especial en cuanto a los
programas, que son de desarrollo económico y social para las zonas cafeteras, como
respecto del ámbito territorial, que es el del correspondiente comité departamental.
d) El control fiscal de tales recursos lo realiza la Contraloría General de la República.
e) Los recursos así asignados conservan siempre su carácter público y sólo pueden
destinarse a las finalidades previstas en la ley -“de todas maneras, el patrimonio así
constituido quedará vinculado a los fines previstos en el literal a) del presente artículo
”-parág. art. 20 de la ley 9ª de 1991 -.f) La administración que la Federación hace de
estos recursos parafiscales constituye asignación de funciones administrativas a una
entidad de derecho privado. ( Subrayado fuera de texto )
126
VII. Otros asuntos
Abandono de crédito.
Diferencias con bienes mostrencos
127
En conclusión: la interpretación que han realizado la Sala de Casación
Civil de la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado, coinciden
en señalar que las cuentas de ahorros o corrientes, así se encuentren in-
activas o incluso “abandonadas”, no pueden ser calificadas como “bienes
mostrencos”, en los términos del artículo 706 del Código Civil.
128
VII. Otros asuntos
129
someter a la decisión arbitral, de carácter jurídico en un caso
y de naturaleza técnica en el otro;
6° De la disposición legal de que los árbitros técnicos no sean
abogados, ya que deben ser ingenieros o arquitectos, no pue-
de deducirse que el fallo no se pronuncie en derecho sino
en conciencia. El significado de esta circunstancia, es pre-
cisamente el de que los expertos que componen el tribunal,
ciñéndose a la ley y a las estipulaciones del contrato que,
también son ley para las partes, disponen con fuerza vincu-
lante para éstas cuáles son los procedimientos y actuaciones
que se deben aplicar y cumplir, para dar correcta ejecución
técnica a las obligaciones jurídicas nacidas de la ley o del
pacto contractual en estos aspectos, pero no sobre el contrato
mismo, que es materia jurídica que no puede ser objeto de
una decisión técnica, en el sentido en que venimos emplean-
do este vocablo;
7° En definitiva, un laudo de arbitraje técnico debe ocuparse
de las cuestiones técnicas que según la estipulación contrac-
tual respectiva deba dirimir, como sucede con las pruebas
periciales. Simplemente, que en el caso del arbitraje su valor
y fuerza jurídica son distintos. No se trata entonces de un
dictamen controvertible y apreciable por el juez de derecho,
como en la pericia, sino de una decisión judicial, proferida
por un órgano jurisdiccional pactado convencionalmente,
pero a la cual da la ley fuerza de sentencia, o sea obligatoria
para los contratantes. Pero uno y otro acto tienen idéntico
contenido o materia, y
8° Se podría afirmar, finalmente, que el arbitraje técnico parte
del supuesto de la validez del contrato, de su debida estipu-
lación, de que no existen dudas jurídicas sobre obligaciones y
derechos de las partes, y que solo hay disparidades de criterio
en cuanto a su aplicación en el orden técnico, en aspectos
cuantitativos y cualitativos de ese orden.
La Sala comprende que lo técnico incide en lo jurídico, ob-
viamente. Pero cree que ambos campos son distinguibles y
separables, pudiendo configurarse con base en esa diferen-
ciación la respectiva atribución de competencias.” (Negrillas
fuera del texto)
130
VII. Otros asuntos
128 Cita original n.º 51: Ver, sentencias C-461 de 2008, C-175 de 2009, T-129 de 2011 y
T-002 de 2017.
129 Cita original n.º 52: Ver, entre otras, sentencias T-652 de 1998, SU 383 de 2003, T-880
de 2006, T-547 de 2010, T-693 de 2011, T-698 de 2011, T-693 de 2012, T-933 de 2012,
T-172 de 2013, T-294 de 2014 y T-436 de 2016, T-704 de 2016, T-002 de 2017.
131
(ii) coordinación y preparación; (iii) preconsulta; (iv) consulta previa; y
(v) seguimiento de los acuerdos, una vez agotadas estas etapas se podrá
entonces proceder al “cierre de la consulta previa”, así pues, la consulta
previa es un proceso complejo, que no sólo se concreta con alcanzar o
protocolizar unos acuerdos, sino con el logro de su cabal cumplimiento
por parte de las entidades o personas responsables130.
Por lo demás, tanto la jurisprudencia constitucional, como la Sala de
Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado han analizado la natura-
leza jurídica de los acuerdos alcanzados en una consulta previa, descar-
tando que se trate de actos administrativos, contratos estatales o incluso
de contratos privados. Así, se ha reconocido la naturaleza jurídica espe-
cial de estos acuerdos pues constituyen “un pacto plurilateral vinculan-
te por mandato de la Constitución Política, en el cual las partes se obligan
a concertar (i) la protección integral de los derechos fundamentales de
la(s) comunidad(es) étnica(s) afectada(s), salvaguardando su estatus
diferenciado, pese a (ii) la afectación causada por la puesta en marcha
de una obra, proyecto o actividad estatal, bajo el entendido de minimizar
las afectaciones directas. Dicho ACP resulta obligatorio para esta Sala
de Revisión en la medida que el respeto por la voluntad libre de las
partes en el proceso consultivo concreta los principios constitucionales
de participación activa y efectiva, buena fe, democracia, transparencia y
diversidad étnica y cultural. Asimismo, permite darle contenido y coerción
al derecho fundamental a la consulta previa.”131.
En similar sentido, la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Es-
tado ha señalado, que los acuerdos de la consulta previa son un “acto
jurídico bilateral de naturaleza especial, cuya fuerza vinculante no deriva
del ejercicio de una prerrogativa pública decisoria de quienes participan en
los procesos de consulta previa, sino del “acuerdo de voluntades” que surge
entre el ejecutor del proyecto y las comunidades étnicas, el cual se ve refor-
130 Cita original n.º 53: En similar sentido afirma la Sala de Consulta y Servicio Civil del
Consejo de Estado: “El derecho fundamental a la consulta previa comprende la etapa
de acuerdos y su cumplimiento: En los casos en que la consulta cumple su finalidad y
se llega a acuerdos con las comunidades étnicas, estos son vinculantes para las partes.
Lo anterior, en tanto que las comunidades étnicas deben tener la posibilidad de revisar
y poner de presente sus puntos de vista sobre la intervención, “no solo de forma previa
sino durante y después de la implementación de la obra o plan de desarrollo”. Por ello,
cuando hay acuerdos, el proceso de consulta solo se cierra con la verificación de cum-
plimiento de los compromisos acordados. De ahí que, como expone el organismo consul-
tante, el protocolo de los procesos de consulta previa comprende no sólo las etapas de
diagnóstico, pre consulta y consulta, sino también las de protocolización de acuerdos y
de seguimiento de los mismos.” Consejo de Estado Sala de Consulta y Servicio Civil.
Consejero ponente: Álvaro Namén Vargas, Bogotá, D.C., treinta (30) de agosto de dos
mil dieciséis (2016) Radicación número: 11001-03-06-000-2016-00057-00(2290).
132
VII. Otros asuntos
132 Cita original n.º 55: Consejo de Estado Sala de Consulta y Servicio Civil. Consejero po-
nente: Álvaro Namén Vargas, Bogotá, D.C., treinta (30) de agosto de dos mil dieciséis
(2016) Radicación número: 11001-03-06-000-2016-00057-00(2290)
133
unos años un conjunto de preguntas sobre su naturaleza jurídica a la
Sala de Consulta y Servicio Civil, órgano que emitió el concepto número
00058 de 2010133, correspondiente el 11 de febrero de 2010. A continua-
ción se sintetizan los elementos centrales del concepto mencionado:
Origen legal: el Fodesep fue creado por la Ley 30 de 1992, por la cual se
organiza el servicio público de la educación superior, que en su artículo
89 dispuso se [sic] creación y estableció su objetivo de servir “como enti-
dad promotora de financiamiento para proyectos específicos de las institu-
ciones de educación superior y plantear y promover programas y proyectos
económicos en concordancia con el desarrollo académico para beneficio de
las instituciones de Educación Superior”.
De acuerdo con el mismo artículo, es una entidad de economía mixta,
organizada bajo los principios de la economía solidaria, en la que pueden
participar instituciones de educación superior, privadas y públicas. En
efecto, el Fodesep se pensó como una entidad conformada por el Gobier-
no Nacional y las instituciones de educación superior que voluntaria-
mente participar y, en ese marco, su patrimonio está conformado por (i)
aportes del Gobierno Nacional y (ii) aportes voluntarios de las institucio-
nes afiliadas.
El carácter mixto de la entidad hace referencia a esa composición de sus
aportes, pero no a que se trate de una sociedad de economía mixta. Así
lo demuestra la remisión expresa efectuada por la Ley 30 de 1992 a las
normas que rigen las instituciones de economía solidaria, en la Ley 79 de
1988, que en su Capítulo IV, se refiere a otras formas asociativas (artícu-
los 130 y 131, ibídem), rótulo bajo el que se hallaría el Fodesep.
Los artículos 130 y 131 de la Ley 79 de 1988 definen como otras formas
asociativas a las empresas de servicios en las formas de administraciones
públicas cooperativas. Entidades establecidas por la Nación, los depar-
tamentos y los municipios a través de normas contenidas en leyes, orde-
nanzas y acuerdos, y cuyo régimen es el definido en la Ley 79 de 1988,
hasta que el Gobierno Nacional expida una reglamentación especial. Es-
tas entidades poseen naturaleza pública y surgen por iniciativa estatal.
En ese marco, la Ley 79 de 1988 confirió al Presidente de la República
facultades extraordinarias para definir su naturaleza, objeto, funciones y
demás características de estas instituciones.
En acatamiento de ese mandato, el Gobierno Nacional expidió el Decreto
Ley 1482 de 1989, ·por el cual se determinan la naturaleza, características,
constitución, regímenes interno, de responsabilidad y sanciones y se dic-
133 Cita original n.º 89: Consejero Ponente: Gustavo Aponte Santos.
134
VII. Otros asuntos
135
ción y disolución de las entidades públicas del orden nacional, el cual se
expidió mediante decreto ley 254 de 2000, modificado por la Ley 1105
de 2006. En el parágrafo 1º del artículo 1º, esta ley dispone que las enti-
dades que tengan un régimen propio de liquidación, contenido en reglas
especiales, seguirían rigiéndose por estas.
El conjunto de disposiciones citadas supuso una modificación parcial del
artículo 24 del decreto 2905 de 1994, pues a partir de la vigencia de la ley
489 de 1998, el Presidente de la República es el encargado de tomar de-
terminaciones acerca de la transformación o disolución de las entidades
administrativas del orden nacional. El procedimiento correspondiente,
sin embargo, sigue siendo el del artículo 24 de la Ley 79 de 1988:
“Transformación y liquidación. El Fodesep sólo podrá transformarse
o disolverse para liquidarse o fusionarse, por disposición legal, la cual
determinará el destino de los aportes patrimoniales efectuados por el
Gobierno Nacional. En lo demás el procedimiento de liquidación y la
cancelación de las obligaciones se efectuarán conforme lo establece la
Ley 79 de 1988 para organismos cooperativos”. (Artículo 37, DL 1482 de
1989 remite a las mismas normas de la ley 79 de 1988, para las entida-
des del sector cooperativo).
Como el ingreso al Fondo es voluntario, el procedimiento en caso de retiro
de un afiliado, en condiciones normales de funcionamiento, es el contem-
plado en sus Estatutos (artículo 17134), donde se establece que al retiro
voluntario de un afiliado se efectuarán los cruces y compensaciones a
que haya lugar. En caso de que el Presidente de la República ordene su
liquidación, el pago de los aportes seguirá un orden de prioridad definido
en el artículo 120 de la Ley 79 de 1988 (el pago de los aportes se encuen-
tra como último ítem, después de los gastos de liquidación, los salarios
y prestaciones sociales ciertos y causados, las obligaciones fiscales, los
créditos hipotecarios y prendarios, las obligaciones con terceros y los
aportes de los asociados).
134 Cita original n.º 90: Estatutos, artículo 17: “Cuando se produzca el retiro de una en-
tidad afiliada se procederá a cancelar su registro, efectuar los cruces y compensacio-
nes a que haya lugar y a devolver el saldo de los aportes, ahorros y demás derechos
económicos que posea. La devolución se hará dentro de los noventa días siguientes a
la desvinculación. Si el valor de las obligaciones de la entidad afiliada que se retira re-
sulta superior al momento de sus aportes y demás derechos económicos, deberá pagar
el remanente de acuerdo con los reglamentos. En caso de fuerza mayor o grave crisis
económica de Fodesep, el Consejo de Administración podrá ampliar hasta en un año
el plazo de devolución de las sumas a favor de la entidad que se retira.” (Los Estatutos
de Fodesep están publicados en el portal de la Entidad, www.fodesep.gov.co.
136
VII. Otros asuntos
Además, el artículo 21 de los Estatutos del Fodesep señala que los apor-
tes del Estado sólo se le reintegrarán en caso de liquidación del Fondo. En
criterio de la Sala de Consulta y Servicio Civil, en el acto administrativo
que ordene la liquidación, debería definirse el destino de esos recursos.
Según la Sala de Consulta y Servicio Civil, el Ministerio de Educación,
el Icfes y el Icetex no podrían retirarse voluntariamente del Fondo, sino
únicamente al momento de su liquidación.
Para terminar, precisó la Sala citada que no existe duplicidad de funcio-
nes entre el Fodesep y el Icetex, pues (i) el Icetex, mediante Ley 1002 de
2005, se transformó en una entidad financiera de naturaleza especial,
cuyo objeto consiste en brindar apoyo crediticio y subsidios para el ac-
ceso a la educación superior, bajo prioridades asociadas a la capacidad
económica y el mérito académico. Por ello, entre sus funciones no se
encuentran las de promoción o financiación de proyectos de las IES, que
corresponden al Fodesep135.
135 Cita original n.º 91: Hasta acá la referencia al concepto 0058 de 2010, de la Sala de
Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado, radicado interno 1972.
137
to, por virtud de la ley, sólo puede llegarse a través de una certificación
de la Superintendencia Bancaria.
Sobre este particular el Consejo de Estado136 ha expresado que la “Su-
perintendencia Bancaria tiene la función de certificar (negrilla original),
que no fijar, la tasa de interés bancario corriente…” y que el acto de
certificación “… es de los llamados por algunos autores extranjeros ‘acto
positivo de comprobación’, en cuanto se limita a verificar de manera au-
téntica una situación y no procede a ninguna modificación de los hechos
demostrados.”
Esto es, la Superintendencia Bancaria certifica el interés corriente co-
brado por los bancos en un período determinado, pero al hacerlo fija el
alcance del interés bancario corriente para el período de vigencia de la
certificación. La expresión “interés bancario corriente” contenida en la
ley es un concepto jurídico indeterminado, frente al cual la Superinten-
dencia no tiene una facultad discrecional, pero que por virtud de su acti-
vidad de verificación adquiere certeza hacia el futuro.
136 Cita original n.º 2: Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil. Rad. No. 1276,
Julio 5 de 2000
138
VII. Otros asuntos
137 Cita original n.º 7: Decreto 1753 de 1994, artículo 30 numeral 9°:
“9. Contra la resolución por la cual se otorga o se niega la Licencia Ambiental procede el
recurso de reposición ante la misma autoridad ambiental que profirió el acto, y el recurso
de apelación ante el Ministerio del Medio Ambiente cuando el acto sea expedido por las
demás autoridades ambientales competentes.”
139
“Por lo anterior, se declarará exequible el artículo 38 del De-
creto 350 de 1993, salvo la expresión “Vencido este término
se entenderá que la decisión es positiva”, la cual se declarará
138
inexequible.”
138 Cita original n.º 8: Sentencia C-328 de 1999, M.P. Martha Victoria Sáchica de Mon-
caleano. En el mismo sentido, confróntese la Sentencia C-328 de 1995. También el
h. Consejo de Estado ha descartado la operancia del silencio administrativo positivo
respecto de la solicitud de licencia ambiental. CF. Consejo de Estado, Sala de Consulta
y Servicio Civil. Sentencia de 3 de febrero de 2000. M.P. César Hoyos Salazar
140 Cita original n.º 34: La Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado, en con-
cepto del 21 de marzo de 2007, aseguró que el derecho a la propiedad colectiva puede
140
VII. Otros asuntos
*Nota editorial: El pie de página cita erróneamente la fecha del Concepto No. 1754. La
fecha correcta es 13 de julio de 2006.
141 Cita original n.º 35: Como ya se señaló, la Sala de Revisión sugirió la revisión del acto
administrativo que en 1986 llevó a la definición de la naturaleza de las islas. Esta su-
gerencia se basó en que en el proceso se probó que las comunidades afrodescendientes
tutelantes habitan el archipiélago desde la época de la colonia -situación que no fue
tenida en cuenta en la década de los 80- y en que la Constitución de 1991 impone
un nuevo paradigma en materia de protección de los pueblos indígenas y tribales que
debe ser tenido en cuenta por todas las autoridades; en este orden de ideas, se llamó
la atención al Incoder para que no resolviera la solicitud basándose en argumentos
puramente legales y formales. De esta forma, el Alto Tribunal abrió la puerta para re-
visar la declaración de baldíos de reserva con el fin de analizar solicitud de titulación
colectiva de pueblos afrodescendientes teniendo en consideración el nuevo paradigma
constitucional.
141
a un daño antijurídico que comprometería la responsabilidad del Estado.
En esta dirección, recientemente, la Sala de Consulta y Servicio Civil del
Consejo de Estado advirtió que una de las hipótesis de daño antijurídico
comprendidas por el artículo 90 de la Carta consiste en “la aplicación de
leyes expedidas por razones de interés general que sacrifican situaciones
particulares y concretas (sin implicar una expropiación en estricto senti-
do) y para las cuales el legislador no ha establecido un especifico régimen
de transición o reparación”142. Por ello sostuvo que “la protección de los
ecosistemas de páramo en beneficio de toda la colectividad, e incluso
de la sostenibilidad ambiental global, debe tener en cuenta también la
situación de las personas que habitan o explotan legalmente dichos terri-
torios, con el fin de evitar, en la medida de lo posible, que la implantación
de la prohibición analizada genere innecesariamente situaciones de res-
ponsabilidad estatal”.
Registro mercantil.
Naturaleza jurídica de los recursos
142 Cita original n.º 222: Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil. 11 de di-
ciembre de 2014. C.P. William Zambrano Cetina.
142
VII. Otros asuntos
143
Responsabilidad del Estado
por hecho del legislador
144
VII. Otros asuntos
SALVAMENTO DE VOTO
A pesar de ello y, como ya se dijo, incluso teniendo en cuenta que se esta-
blecía una absoluta proscripción –prevista en el tercer inciso– de aquellas
actividades que aun previamente autorizadas generaran riesgos que no
pudieran ser prevenidos, mitigados, corregidos o compensados, la Corte
optó por una decisión de inexequibilidad. Tal determinación constituye
una renuncia a cualquier esfuerzo de armonización concreta de los inte-
reses constitucionales que se encontraban en juego. En efecto, si bien no
existe ninguna duda de que la protección del ambiente y en particular de
los páramos se apoya directamente en los artículos 79 y 80 de la Consti-
tución, no podía desconocer la mayoría que la prohibición inmediata de
todas las actividades desarrolladas en los páramos –sin tomar nota de los
permisos o licencias previamente concedidos por el Estado– podía afectar
143 Cita original n.° 51: Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado. Concepto
2233 de fecha 11 de diciembre de 2014. C.P. William Zambrano Cetina.
145
los derechos de las personas que venían actuando al amparo de tales
autorizaciones y que, en esa medida, se encontraban protegidas por los
artículos 58 y 83 de la Constitución. En efecto, según lo ha sostenido re-
cientemente la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado, en
virtud de la obtención de un título minero las personas “tienen derecho
a considerar que su actividad lícita será respetada y que podrá ejercerse
durante el plazo del contrato (…)”, en tanto “allí pueden existir esfuerzos
e inversiones de mediano y largo plazo que no sería fácil desconocer de
un momento a otro”144.
La decisión de la Corte, sin considerar ese conflicto y centrando su aten-
ción únicamente en la efectividad de los mandatos referidos a la pro-
tección del ambiente, renuncia a cualquier intento de armonización de
dichos mandatos, a pesar del deber, también constitucional, de proteger
los derechos de las personas naturales y jurídicas que, al amparo de la
actuación previa del Estado, venían ejerciendo lícitamente una actividad.
La línea de argumentación asumida por la Corte, y se insiste en ello, des-
conoció que la regulación declarada inexequible protegía irrevocablemen-
te las zonas de páramo de cualquier riesgo al prescribir que, aun con una
licencia ambiental previa, no serían admisibles las actividades que impli-
caran riesgos que, por ejemplo, no pudieran prevenirse. El legislador, en
consecuencia, ya había tomado las cautelas y, en esa medida, se imponía
únicamente exigir de las autoridades el cumplimiento irrestricto de sus
deberes. Renuncia así la Corte, oponiéndose a una decisión legislativa
responsable, a su deber de guardar la integridad de la Constitución.
5.4. En nuestro criterio, y como ya lo manifestamos, la sentencia anula el
principio democrático al despojar al Congreso de su competencia para ar-
ticular los diferentes mandatos constitucionales. En efecto, la preceden-
cia absoluta que establece la Corte entre los mandatos constitucionales
relevantes para juzgar la validez del artículo 173, se enfrenta, además,
a una muy seria objeción democrática. Precisamente, las reglas de tran-
sición expulsadas del ordenamiento fueron adoptadas en la Ley del Plan
Nacional de Desarrollo que, como se sabe, es el resultado de un amplio
proceso participativo (CP arts. 340 y 341), seguido de su discusión y
votación en el Congreso de la República. Conforme a ello los incisos de-
clarados inexequibles no sólo encontraban fundamento en los artículos
58, 79, 80, 83 y 90 sino también en el principio democrático (CP arts. 1,
3, 114 y 150). En adición a ello, tales disposiciones fueron la respuesta
legislativa al pronunciamiento que emitió la Sala de Consulta y Servicio
144 Cita original n.º 221: Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil. 11 de di-
ciembre de 2014. C.P. William Zambrano Cetina.
146
VII. Otros asuntos
147
la forma de presentar peticiones o información ante las autoridades admi-
nistrativas, los distintos medios mediante los cuales se deben remitir las
respuestas y los plazos para dar respuesta según la modalidad de dere-
cho de petición que se presente.”145
24. En criterio de la Sala, las consideraciones expuestas no resultan
dirimentes para resolver el caso analizado, al menos por cuatro tipos
de razones. En primer término, la decisión de la Sala de Casación Civil
no es adoptada por el tribunal que ejerce la interpretación autorizada y
vinculante de las normas del CPACA, tarea que corresponde de manera
privativa al Consejo de Estado. Esto debido a que, en los términos del
artículo 237-1 es ese Tribunal quien ejerce como órgano judicial supremo
de lo contencioso administrativo. De la misma manera, a pesar de la im-
portancia de las consideraciones expresadas por la Sala de Consulta de
Servicio Civil, las mismas no tienen carácter vinculante y, por lo mismo,
conservan naturaleza doctrinal pero carecen de la condición de preceden-
te judicial. Esto conforme lo estipula el artículo 112 del mismo CPACA146.
En segundo término y desde una perspectiva material, se tiene que aun-
que es cierto que las normas del CPACA regulan el tema de los recur-
sos en sede administrativa, también se evidencia que dicha normativa
se restringe a establecer algunas reglas en materia de procedimientos y
trámites administrativos a través de medios electrónicos147, sin que haya
previsto disposiciones sobre las comunicaciones que remiten los ciuda-
danos mediante los servicios postales. De allí que no resulte acertado
sostener que se está ante una derogatoria tácita de una norma que (i)
tiene carácter general, referida a las solicitudes de diversa índole que rea-
lizan los ciudadanos a la administración, sin que, por ende, sea aplicable
de manera exclusiva a los recursos en vía gubernativa o al ejercicio del
derecho de petición; y (ii) no se encuentra en la normativa de la cual se
predica la regulación integral, esto es, el CPACA, una previsión particular
145 Cita original n.º 45: Consejo de Estado. Sala de Consulta y Servicio Civil. Concepto
00210 del 4 de abril de 2017 2017. M.P. Álvaro Namén Vargas.
146 Cita original n.º 46: CPACA Artículo 112. Integración y funciones de la Sala de Con-
sulta y Servicio Civil. La Sala de Consulta y Servicio Civil estará integrada por cuatro
(4) Magistrados. Sus miembros no tomarán parte en el ejercicio de las funciones juris-
diccionales.
Los conceptos de la Sala no serán vinculantes, salvo que la ley disponga lo contrario.
(…).
147 Cita original n.º 47: Cfr. Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso
Administrativo, artículos 53
148
VII. Otros asuntos
148 Cita original n.º 48: CPACA. Artículo 309. Derogaciones. Deróganse a partir de la vi-
gencia dispuesta en el artículo anterior todas las disposiciones que sean contrarias a
este Código, en especial, el Decreto 01 de 1984, el Decreto 2304 de 1989, los artículos
30 a 63 y 164 de la Ley 446 de 1998, la Ley 809 de 2003, la Ley 954 de 2005, la Ley
1107 de 2006, el artículo 73 de la Ley 270 de 1996, el artículo 9° de la Ley 962 de
2005, y los artículos 57 a 72 del Capítulo V, 102 a 112 del Capítulo VIII y 114 de la Ley
1395 de 2010.
149
Los conceptos en la jurisprudencia de la Corte Constitucional
150