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LA HUELGA DERECHO UNIVERSAL

ANTECEDENTES

Tal vez no exista en el campo de las relaciones colectivas del trabajo una institución
más representativa y vinculada a la clase trabajadora que la huelga. Ella fue el medio a
través de la cual la clase obrera logró el desarrollo y el respeto de sus primeras
reivindicaciones en el campo de la incipiente gestación que se creó con ocasión de la
revolución industrial. Los asalariados, nuevo estamento social que surge con ocasión de
las grandes industrias que necesitaban para su desarrollo y consolidación de la mano de
obra, tuvieron en la huelga la expresión más genuina de las reivindicaciones y de los
anhelos de esa nueva clase que nacía totalmente desprotegida. Podríamos decir, sin
temor a equivocarnos, que la huelga ha sido el motor que generó la legislación laboral,
ya que a través de ella se dio origen a una concientización y la estructuración de un
movimiento que por su importancia, por su fuerza combativa y por la influencia que
tuvieron ante los industriales, empleadores y los propios Estados, hicieron posible los
primeros pactos colectivos del trabajo, basados en el ejercicio por parte de los
trabajadores de ese mecanismo tan eficaz para la defensa de sus justas causas. Sin el
derecho de huelga, pensamos que no hubiese sido posible la creación de una clase
obrera organizada, ni que esta hubiese logrado el reconocimiento y la creación del
movimiento sindical como hoy lo conocemos. Por ello la huelga es anterior al derecho
del trabajo y es génesis y expresión de la solidaridad obrera en defensa de sus derechos.

ESTRUCTURA DE LA HUELGA

La huelga es un movimiento de expresión colectiva que presupone una concertación


previa de los trabajadores, para lograr una abstención o paralización colectiva total de
las actividades de un empresa o grupos de empresas, con el fin de inducir al patrono a
tomar o dejar de tomar una actitud para la solución de un conflicto colectivo de trabajo
no resuelto conciliatoriamente. La huelga es esencia pacifica, coordinada, temporal,
pública y de expresión pluralista y democrática de los trabajadores que la apoyan. Por el
contrario, la toma de fabricas, el sabotaje y la violencia son ajenos a la institución de la
huelga y del movimiento obrero y constituyen desviaciones generadas por causas ajenas
al conflicto y de quienes participan en ella y muchas veces provocadas por elementos
extraños que tratan de descalificar una institución que legitima situaciones y
aspiraciones justas de los trabajadores.

OBJETIVOS DE LA HUELGA

El derecho de huelga no fue concebido a la clase trabajadora, ni se creó dentro de


concepciones científicas o históricas, sino que por contrario, es un derecho que los
trabajadores conquistaron en su lucha en las fabricas, en las calles mediante la presión y
estructura del movimiento de la paralización de las actividades en sus respectivos
centros de trabajo. La cesación del trabajo en forma concertada y colectiva devino de
una situación de hecho, como medio de presión en defensa del interés y solidaridad de
los derechos de los trabajadores frente a la explotación más deshumanizada a que eran
sometidos los hombres, mujeres y niños que formaban filas de la mano de obra que, en
forma insaciable, necesitaban las grandes industrias que se generaron en Europa, a raíz
del desarrollo de la Revolución Industrial. Su esencia es de carácter pacifico y es
objetivo inmediato paralizar la producción por la negativa a prestar el servicio y
constituye la fuerza misma de la protesta obrera como medio para conseguir mayores
condiciones de trabajo; con la huelga se lograron que jornadas de 16 horas
indistintamente aplicadas a menores, mujeres y hombres, se rebajaran con el ejercicio de
esta protesta y actitud huelgaria; se logró el mejoramiento de las condiciones de higiene
y seguridad en el trabajo, obtención de salarios menos depauperados y se dio origen a
las primeras actas o acuerdos con los empleadores, que fueron antecedentes muchos
años después, de los convenios colectivos de trabajo. A través del ejercicio del derecho
de huelga el Estado dejó de ser un simple espectador y tuvo que intervenir,
reglamentando y creando las normas de orden público, contenidas dentro del derecho
social para preservar la naturaleza de los derechos de los trabajadores y crear un
equilibrio social. Ya no era posible mantener los esquemas de liberalismo del siglo
XVIII, plasmados en la famosa frase: “Dejar hacer. Dejar pasar”, el movimiento obrero
había adquirido conciencia de sus derechos y había logrado la institución que permitía
la conquista de los mismos y su defensa.

ETAPAS DE LA HUELGA

Tuvo que pasar casi más de medio siglo, desde la Revolución Industrial para que la
huelga dejara de ser una situación de hecho y fuese reconocida como un derecho y
entrara a formar parte de la legislación laboral a través del constitucionalismo social.
Para llegar a esta situación, hubo que pasar etapas muy difíciles, a través de las cuales el
movimiento obrero se fue acrisolando, organizando, con la actitud decidida de líderes
consustanciados con la fe, en que la clase obrera podría llegar a constituirse en un
movimiento organizado que tuviese influencia, por derecho propio, dentro de la
sociedad. Es justo reconocer, que en esta lucha no solamente tuvieron el mérito de
hacerlo los propios trabajadores participantes de esta jornada, sino con el apoyo de sus
familiares, ya que un proceso huelgario los afecta por igual, porque en esencia la huelga
busca la justicia social. Las etapas más importantes fueron: La inicial, indiferencia del
Estado, frente al conflicto colectivo del trabajo; con una falta absoluta de legislación
sobre la materia y el desamparo de los trabajadores que tenían que asumir solos su
defensa en procura de mejores condiciones de trabajo; solo dependían de su propia
solidaridad y los patronos utilizaban todos los medios que consideraban idóneos para
reprimirlos desde el despido a la persecución, el arresto y otras formas hoy
afortunadamente superadas. La segunda, la huelga como delito: los estados. Presionados
ante una reacción para ellos desconocida, proscribieron la huelga, considerando que esta
constituía una alteración de la paz social y la equipararon como un delito; en
consecuencia el trabajador que participara o instigara en una huelga, no solamente
perdía el trabajo, sino que era sometido a las penas de prisión establecidas. La última
etapa, la huelga garantía constitucional: donde a través del constitucionalismo social, se
reconoció como un derecho-garantía inherente a la clase trabajadora.

LA HUELGA Y EL CONFLICTO

Muchos son los estudios, opiniones y tratados que se han escrito sobre la huelga, pero es
una de las instituciones del derecho del trabajo que más se han combatido y las cuales se
han tratado siempre de revestir o de rodear de requisitos, procedimientos y normas que
siempre la mimetizan o entraban, llegando inclusive a hacerlas nugatorias, porque es
imposible cumplir todos estos requisitos dentro de la dinámica y la urgencia de una
solución de un conflicto colectivo de trabajo. Se ha tratado de presentar la huelga, como
violenta y como un hecho autónomo de generación espontánea. Nada más ficticio. La
huelga, por el contrario, es el desarrollo inevitable de un conflicto colectivo del trabajo
persistente, que no ha logrado una solución negociada concertada por los canales de
recíprocas concesiones y de una conciliación activa. Toda huelga presupone una
situación previa de un conflicto colectivo, bien sea una negativa a negociar un contrato
colectivo o el desconocimiento a los trabajadores de derechos vigentes no satisfechos.
Pero no todo conflicto colectivo genera una huelga. Por ello la huelga nunca es
autónoma, espontánea, intempestiva; al contrario, como expresión colectiva es causada
y gremialista, producida como consecuencia de una actitud intransigente o contraria al
establecimiento de diálogos francos y sinceros, es una relación de causa-efecto.

EL DERECHO DE HUELGA EN VENEZUELA

La huelga nació como una defensa justa de la clase obrera, pero no siempre coincide
con lo legal. Por ello el nacimiento del derecho de huelga, estuvo al margen de la ley,
porque la ley estaba interesada en reprimir. En Venezuela este derecho no fue una
excepción. Sin embargo, Venezuela presentó expresiones de ejercicio del derecho de
huelga, que merecen mención especial: en 1895 se produjeron manifestaciones de
desempleados en Caracas; en 1908, la huelga de los trabajadores en el Puerto de la
Guaira, la famosa huelga de telegrafistas, primer movimiento huelgario nacional que fue
reprimido por el régimen imperante en forma feroz, encarcelando a sus dirigentes. En
1919 se produjo una serie de paralizaciones colectivas de trabajo en los gremios de los
tranviarios, tipógrafos, zapateros; también se produjo una huelga de los trabajadores de
las minas de cobre de Aroa, que explotaba una compañía inglesa. Entre 1922 y 1925 se
produjo agitación laboral huelgaria en los campos petroleros, por las condiciones
infrahumanas que imponían las transnacionales a nuestros trabajadores; desembocando
en la primera huelga petrolera de 1925, antecesora de lo que sería la famosa huelga
petrolera de 1936, que constituye una de las gestas más heroicas del movimiento
sindical venezolano, y a partir de esta arranca su verdadera estructuración, ya que en ese
mismo año se logró el -16 de julio de 1936- la promulgación de la vigente Ley del
Trabajo, la cual consagró en forma vanguardista el derecho de huelga, el cual solo
estaba condicionado a un periodo o lapso de conciliación de las famosas 120 horas antes
del estallido de la huelga. Lo anterior demuestra que en Venezuela, hace 51 años, el
movimiento obrero logró su reconocimiento a ese derecho que garantiza la estructura
necesaria para la defensa, en última instancia, de la justicia social y del hombre en su
connotación universal.

CARACTER SOLIDARIO

Si el derecho del trabajo es el más social de los derechos, la huelga es la expresión más
solidaria y clasista de la clase obrera. Por ella y su defensa han pagado los hombres y
mujeres asalariados lo más altos precios. Son muchas jornadas heroicas y dignas que el
movimiento obrero ha sembrado en la defensa no de la huelga como fin, sino de esta
como expresión o mecanismo de legitima defensa de un estamento social, que ha tenido
que luchar solo para consolidar derechos de carácter universal, el de las 8 horas de
trabajo, el derecho a constituir sus propias e independientes organizaciones sindicales;
el derecho al salario justo, al empleo, la negociación colectiva, a la seguridad e higiene
en el trabajo, el derecho a mejores condiciones de vida y otras tantas que aun faltan por
conquistar.

CONNOTACION SOCIAL Y LABORAL DE LA HUELGA

La acción huelgaria, funciona como mecanismo mediante la cual los trabajadores logran
mimetizar, en un momento dado, el poder económico del patrono y rompen esa
equívoca y supuesta igualdad teórica que debe existir entre el patrono y los trabajadores,
en razón de la naturaleza de los derechos que estos últimos han logrado. Pero no existe
una institución que, a pesar de haber evolucionado, consolidado y de estar en los textos
constitucionales y legales, que haya sido más subjetivamente estudiada y sometida a
criticas circunstanciales y al establecimiento de procedimientos administrativos,
judiciales o de hecho que traten en todo momento de entrabar y desconocer su fuerza
creadora de igualdad dentro de la solución de los conflictos colectivos de trabajo. El
derecho colectivo del trabajo, rama más vigorosa y autónoma del derecho social, se
fundamenta en tres instituciones: las organizaciones sindicales, la negociación colectiva
y el derecho de huelga; si eliminamos la tercera o en su defecto, la revestimos de tantos
requisitos que impidan su ejercicio dentro de la normativa estructural, se esta haciendo
inaplicable ese ejercicio. Como respuesta a esto y tratándose de que la huelga es un
derecho constitucional e inherente, inalienable de la clase trabajadora, esta tiene
forzosamente que utilizar otras vías, cuando ve reprimido su derecho legitimo y en tal
caso surgen figuras constitutivas de ese derecho como: los paros intempestivos; el
trabajo a desgano (operación morrocoy), la baja de producción, la negativa a laborar
sobretiempo; y otras formas mediante las cuales los trabajadores tratan de ejercer
presiones sobre los patronos, para lograr la reivindicación o reconocimiento de su
derecho en sustitución por no haber podido ejercer su derecho de huelga, podríamos
decir que funciona en dos sentidos simultáneos: en el primero, logra que los
trabajadores puedan en última instancia, a través del ejercicio de ese derecho, lograr
condiciones de trabajo que les permitan mejorar su nivel de vida y hacerle frente a la
crisis. Si esto no se logra dentro del ejercicio racional, legal y de justicia social, pueden
presentarse estallidos o convulsiones sociales; en otro sentido, la huelga es la
jerarquización de un derecho a consolidar la defensa de la negociación colectiva, ya que
el empleador no solamente tiene la obligación de negociar los contratos colectivos, sino
de celebrarlos en condiciones que permitan a los trabajadores su efectivo ejercicio como
garantía constitucional.

LA HUELGA COMO MEDIO DE SOLUCIÓN DE LOS CONFLICTOS


COLECTIVOS DEL TRABAJO

La mayoría de los estudios que se han realizado sobre la huelga, tratan de investigarla
como una institución autónoma o como un fin en si mismo. La realidad social dentro de
las relaciones colectivas del trabajo, nos da la orientación de la huelga es consecuencia
de un conflicto colectivo persistente. Suponer que la huelga se genera en materia laboral
en forma espontánea, y como un fin en si mismo, no resiste el más leve análisis laboral,
social y económico, ya que al contrario, la huelga es la culminación de la etapa más
álgida de un conflicto colectivo de trabajo, generado por una controversia sobre la
aplicación de un derecho o condición de trabajo persistente que el empleador se niega a
cumplir y reconocer; o por el contrario, es el medio para lograr una convención
colectiva, la cual en su fase conciliadora no ha podido materializar un consenso que
permita a los trabajadores obtener las nuevas condiciones de trabajo, que les son
necesarias e imperantes. esta orientación de que la huelga es un medio para poner fin a
los conflictos colectivos del trabajo, no ha sido compartida por la mayorí de los autores
que todavía tiene raigambre civilista; o en el sentido más estricto, que tratan de ver
todavía la huelga como un hecho antijurídico y la cual no pueden asimilar en su
verdadera esencia como es el medio eficaz de la defensa y un mecanismo de solución de
un conflicto colectivo.

Fuente

http://acienpol.msinfo.info/bases/biblo/texto/boletin/2008/BolACPS_2008_146_535-
568.pdf

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