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3.

6 Aceite a las finas hierbas, Vinagre rojo picante


3.7 Coulis de Fresas, melocotón, piña y frutos rojos
3.11 Fondue de chocolate
El proceso de emplatado no comienza en el momento en que la comida ya está
preparada y vamos a servirla. Sino que, “es necesario cocinar con la cabeza, es
decir, antes de poner una sartén al fuego tenemos que pensar cómo queremos
emplatar y así cocinaremos”.

Si te imaginas cómo quieres presentar tu receta sabrás si necesitas, por ejemplo,


que el alimento se tueste más o menos o que una salsa sea más o menos líquida.

Precisamente las salsas son uno de los elementos de la propia comida que
ayudan a darle un color y toque especial a las recetas expuestas en los platos.

Por un lado,  podemos preparar una salsa para napar, es decir, cubrir totalmente
el producto o, por otro lado, una salsa sólo para decorar. En el primer caso,
tendremos que cocinarla más líquida que en el segundo. De ahí la importancia de
que se piense en ella antes de hacerla, no en el momento de emplatarla cuando
será complicado cambiarla.

Además, hay que cuidar de esa salsa que adorna. Tiene que ser de color limpio,
es decir, “si es roja, es roja, pero no con puntitos negros”. Tampoco debe tener
tropezones ni presentarse como una masa compacta. Y a la hora de poner la
salsa  sobre el plato hay que buscar que tenga algo de volumen, “como la yema
del huevo frito que sobresale de la clara”.

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