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Unidad 3
Experiencia de Aprendizaje. Aspectos Científicos de la
Criminología
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Índice
Pag.
Introducción___________________________________________________ 3
CONCLUSIONES _______________________________________________ 13
Bibliografía___________________________________________________ 15
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Introducción
Definir el objeto de estudio de la criminología plantea importantes desafíos
teóricos y epistemológicos. Para presentar esta discusión, se esboza el contexto de
la criminología dentro de la ciencia en general, Toda disciplina o ciencia debe tener
un objeto de estudio, esto es, una materia o campo particular o singular a cuyo
conocimiento está aplicada. El objeto de estudio es, entonces, a lo que se dedica.
En el caso de la criminología, que corresponde a una subespecialidad de una ciencia
social, el objeto de estudio es lo que provee de sentido y razón de ser una disciplina,
es su campo de trabajo, una cuestión fundamental e indispensable, tanto para poder
hablar de la presencia de una ciencia, como para no estar del todo perdidos en el
escenario del trabajo científico. Lo anterior, pues es de común y general aceptación
la idea de que una ciencia puede configurarse como tal sólo en tanto disponga de
un método, una teoría y un objeto de conocimiento, siendo su objeto único y
exclusivo.
Desde luego, a lo largo de la historia, desde el siglo XIX hasta nuestros días,
ese objeto de conocimiento ha girado en torno a cuestiones como la criminalidad,
los individuos partícipes en la comisión de infracciones a la ley penal, las reacciones
o respuestas de las instituciones estatales y de la sociedad frente al delito, las formas
en que las agencias del control social, en particular penales, se organizan para
combatir o neutralizar la criminalidad y las políticas que orientan a tales estructuras.
Sin embargo, desde su fundación son múltiples las polémicas sobre el objeto de
estudio de la criminología, paralelas a los desacuerdos teóricos sobre este punto,
por lo que la disciplina ha estado rodeada de una enorme inestabilidad.
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Las garantías de validez correspondientes a la demostración, la
descripción y la corregibilidad.
La validez se considera como una universalidad subjetiva, de tal suerte que lo válido
implica lo que es, o en su caso, reconocido por todos como verdadero.
El concepto tradicional de la ciencia es aquel en que incluye una garantía absoluta
de validez y, es por lo tanto, como conocimiento, el grado máximo de la certeza,
esta garantía de validez puede consistir en:
1. La Demostración, desde un punto de vista cultural, Wilder (1981) nos recuerda
que no debemos olvidar que lo que constituye una “demostración” varía de una
cultura a otra, así como de una época a otra, La demostración, en estos contextos,
se basa principalmente en prácticas argumentativas de tipo sustancial (empírico
inductivas, analógicas, etc.) por medio de las cuales concluimos que lo que es
verdadero de ciertos individuos de una clase es verdadero de toda la clase o bien
que lo que es verdadero, algunas veces, lo será siempre en circunstancias
semejantes o con una cierta probabilidad. No descarta el empleo simultáneo de
argumentaciones deductivas, en particular inferencias estadísticas. La validez de los
enunciados de contenido empírico:
a) no tiene carácter absoluto y universal;
b) su validez se incrementa a medida que se muestran o producen más hechos que
se ajusten al enunciado;
c) un ejemplo que no se cumpla no invalida completamente la afirmación. La
demostración pone en juego los recursos expresivos de los lenguajes ordinario,
simbólico y cualquier tipo de dispositivos concretos.
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renglón puede ser muy útil la definición jurídica de la conducta (delito),
pero no considerarla suficiente. La definición jurídica puede variar según
las épocas, y cambia de una legislación a otra, así, en algunos países se
hace la diferencia entre robo y hurto, o entre homicidio y asesinato, en
otros se consideran la misma cosa, y se encuadran dentro del mismo rubro
("homicidio" o "robo"). En países con sistema federal (un código para cada
estado) el problema se complica; además, debemos recordar que una
conducta puede ser delito en una legislación y en otra no. Pasando de
esta descripción general al crimen en particular, otros criterios, como la
edad, el sexo y la salud son de gran utilidad y objetividad para construir
tipologías, y son básicos en la descripción del sujeto.
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Kant, decía, “La unidad sistemática es en primer lugar lo que hace de un
conocimiento común una ciencia, es decir, un simple agregado hace un sistema”,
debe entenderse por sistema “La unidad de múltiples conocimientos reunidos bajo
una única idea” (Crit R, Pura, Doctrina del método, cap.III, “Principios metafísicos
de las Ciencias Naturales)
Algunas de las Teorías más relevantes en la actualidad:
• Teoría del etiquetamiento
Desarrollada entre los años 60 y 70, esta teoría establece que la comisión de un
delito, entendido como una desviación de la conducta de una persona, es una
consecuencia o manifestación del peso que tiene sobre el individuo su
etiquetado negativo en la sociedad. Este postulado presta especial atención a
la conducta de minorías o colectivos habitualmente etiquetados de forma negativa
y cómo afecta a su conducta ese comportamiento generalizado y aceptado por la
sociedad.
• Teoría de las ventanas rotas
Este postulado lo desarrollaron James Q. Wilson y George L. Kelling en 1982 y es
comúnmente recordado por su aplicación, por parte del ayuntamiento de la ciudad
de Nueva York, para luchar contra la alta tasa de criminalidad que asolaba a la
ciudad durante los años 80 y 90. Según los criminólogos estadounidenses, la
percepción positiva del entorno urbano ayuda a que se reduzca el vandalismo y la
criminalidad. La conclusión de estos expertos es que es necesario arreglar el
problema cuando es pequeño: un edificio con ventanas rotas atraerá el
vandalismo y, a medio plazo, puede traer consecuencias peores. Igual ocurre con
la acumulación de basura o el descuido del mobiliario urbano. Mantener el entorno
cuidado servirá como disuasión para crímenes menores y comportamientos
antisociales.
• Teoría de las actividades cotidianas o rutinarias
Fue formulada a finales de los años 70 por Lawrence E. Cohen y Marcus Felson. Para
estos expertos, hay una clara conexión entre las rutinas cotidianas de una persona
—aquellos actos no delictivos— y las acciones ilícitas que cometen. Según esta
teoría, el delito se produce cuando coinciden tres elementos: el delincuente
tiene una motivación para realizarlo, la víctima o objetivo es algo alcanzable, y falla
el control social o escudo garante que protegería a la víctima u objetivo.
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• Teoría de la elección racional
Desarrollada por Cornish y Clarke en 1986, parte de la idea de que las personas que
cometen delitos deciden realizar esas acciones basándose en un juicio. Es decir,
sopesan las oportunidades y el beneficio que esperan obtener con la realización de
ese hecho delictivo y evalúan el riesgo que supondría ser atrapados. Buscan el
beneficio propio. Este comportamiento delictivo tiene, por tanto, un propósito y
es racional. Se realiza un proceso de toma de decisiones que, psicológicamente,
acerca a los delincuentes a las personas que no cometen hechos ilícitos.
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procesada estadísticamente o mediante otros métodos, para obtener una
verdad. Es particularmente útil en el campo de las ciencias sociales.
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• Observación, es aproximarse al objeto que se quiere estudiar mediante minucioso
análisis de partes.
• Descripción, es una narrativa de aquellas características observadas.
• En el planteamiento de hipótesis se aproxima a una propuesta de solución.
Procurando respuestas a: ¿Qué factores llevan a realizar una conducta criminal?
¿Cómo sucedió? ¿Dónde sucedió? ¿Cuándo sucedió? ¿Con qué se realizó? ¿Por qué
una persona la comete? ¿Quién la realizó?
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CONCLUSIONES
Los grandes componentes que forman el objeto de estudio de la sociología son las
acciones sociales y las estructuras sociales. La criminología aborda ambos
componentes, pero de manera sub-especializada, de acuerdo con la especificidad
que la distingue de otras especialidades de la sociología. Dicha especificidad está
dada por lo jurídico penal.
Con relación a las acciones sociales, el análisis de la criminalidad no hace parte de
su objeto de estudio, porque la criminalidad no es un fenómeno empírico, tiene una
naturaleza prescriptiva, no tiene cualidades ontológicas, es una etiqueta o definición
que se impone mediante el proceso de criminalización, por lo que su inclusión debe
ser considerada al examinar las estructuras sociales.
La noción de desviación social, pese a ser la más utilizada por la sociología y la
criminología para referirse a las acciones sociales de interés criminológico, tampoco
es satisfactoria, porque igualmente es un concepto prescriptivo, subjetivo, ya que el
referente para juzgar una conducta como desviada son las normas. Así mismo, en
tanto categoría prescriptiva, está sometida a un extenso conjunto de críticas que
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resultado un sistema especializado para el estudio de fenómenos del mismo género,
por otro lado, los métodos y técnicas de otras áreas del conocimiento, aportan
información de alta relevancia a la comprensión de la violencia.
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Referencias Bibliográficas
Baratta, A. (1986). Criminología crítica y crítica del derecho penal. Siglo XXI, México
D.F.
Ferrari, V. (1997). Lineamenti di sociología del diritto. Laterza, Bari.
Ferri, E. (1933). Principios de derecho criminal. Reus, Madrid.
De Gortari, Eli (1979). Introducción a la lógica dialéctica. Duodécima edición. México:
Grijalbo.
Ortiz Uribe, Frida (2011). Diccionario de metodología de la investigación científica.
México: Limusa. Padilla. Hugo (1991). El pensamiento científico. México: Trillas.
Sosa – Martínez, José (1990). Método científico. México: Sitesa.
García Áviles, Alfredo (2003). Introducción a la metodología científica. 2ª ed. México:
Plaza y Valdés Editores.
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