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Antecedentes

Histórico-Jurídicos Nacionales
del Juicio de Amparo.
Antecedentes Histórico-Jurídicos Nacionales del Juicio de
Amparo.

➢ La historia da cuenta de una serie de hechos o acontecimientos que a través del tiempo se han
desarrollado en nuestro país y que desde el punto de vista político, jurídico, económico y social,
adquieren particular relevancia porque contribuyen a hacer del Estado Mexicano un Estado de Derecho en
el que se de la Paz Social, lo que nos da pauta para afirmar que si bien es cierto que nuestro juicio de
amparo es una institución jurídica netamente nacional, también lo es, que ésta ha tenido un proceso de
formación para llegar a su actual configuración jurídica.

➢ Ahora bien, consultando las fuentes informativas que sirven de guía en la estructuración del presente
trabajo, nos percatamos de la necesidad de comentar cada una de las instituciones jurídicas nacionales
que constituyen antecedentes de nuestro juicio de amparo y que surgen precisamente en el México
Independiente, pues no compartimos la opinión de ciertos autores, (entre otros el maestro Andrés Lira y
Alfonso Noriega), que sostiene que aquéllos se inician en el México Colonial, porque el hecho de que
durante la Colonia una persona acudiera ante el Virrey solicitándole su protección frente a ciertos actos
de particulares o autoridades inferiores, y de que el Virrey en el caso concreto desplegará su protección
amparando al solicitante, esto era a título de gracia; por consiguiente, no obstante que, como lo señalan
los autores citados, ya en esa época se emplea el término “amparar”, jurídicamente este término, en ese
tiempo, no tiene el contenido y finalidad que caracterizan a nuestro juicio de amparo como un medio de
control de la constitucionalidad que procede ante cualquier vulneración por parte de las autoridades en
las garantías del gobernado.
Siete Leyes Constitucionales.

❏ En la Constitución Centralista de 1836, que presenta como importancia novedosa la creación del
Supremo Poder Conservador, encontramos el primer antecedente del juicio de amparo.

❏ En efecto, el Supremo Poder Conservador, que fungía como un cuarto poder, tenía como
atribución declarar la nulidad de los actos contrarios a la Constitución, provenientes de cualquiera
de los tres poderes restantes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y a solicitud de cualquiera de ellos,
de esta manera el citado poder funcionaba como un medio de control por órgano político.

❏ La atribución referida indudablemente era exagerada en extremo, pues revestía al Supremo Poder
Conservador de omnipotencia ya que sus resoluciones tenían efectos “erga omnes”, es decir
frente a todos, lo que puede considerarse como una deficiencia frente a nuestro juicio
constitucional por carecer dicho sistema de control de la presencia de un agraviado, de la
existencia de una relación procesal, y desde luego de la relatividad de sus decisiones; sin
embargo, no deja de ser importante, por constituir el primer medio de control que se hace
presente en la vida jurídica del Estado Mexicano.
El Voto del Diputado José F. Ramírez.

➔ En el año 1840, aún bajo la organización política de una República Centralista, el Diputado José
Fernando Ramírez, miembro de la Comisión de Reformas a la Constitución de 1836, presentó su voto
particular que puede resumirse en los siguientes términos:

◆ Se mostraba partidario de la división de Poderes.

◆ Como consecuencia de tal división, propugnaba por la dotación de autonomía e independencia


de la Suprema Corte al Ejecutivo y Legislativo.

◆ Pretendía la desaparición del exótico Supremo Poder Conservador, y en consecuencia:

◆ Sostenía que la Suprema Corte era a quien correspondía conocer de la constitucionalidad de las
leyes o actos de las autoridades, señalando como titulares del tal derecho a pedir esta
declaración, a cierto número de Diputados, Senadores o Juntas Departamentales contra alguna
ley o acto del Ejecutivo, denominándola con el nombre de “reclamo”, cuyo trámite admite un
matiz contencioso.

◆ Es oportuno hacer notar que en el Voto Particular del Diputado José F. Ramírez se pretende por
primera vez establecer un medio de control constitucional por órgano jurisdiccional, idea que
contenía ya los matices propios de nuestro juicio de amparo, lo que es un mérito para el ilustre
jurisconsulto, no obstante de que solo fue un proyecto, pero que demuestra la tendencia cada
vez más fuerte en esa época de establecer un medio de control de la constitucionalidad.
Manuel Crescencio Rejón y el Proyecto de la
Constitución de Yucatán de 1840.
★ Sería intolerable dejar de mencionar al distinguido jurista Manuel Crescencio Rejón y su proyecto de la Constitución
Yucateca en el año de 1840.
★ A pesar de las diferencias de opinión surgidas entre los autores, respecto a quién debe atribuírsele la paternidad de
nuestro juicio de amparo, ya que unos consideran que tal mérito corresponde al ilustre Manuel Crescencio Rejón,
mientras que otros sostienen lo contrario, lo cierto es que, todos coinciden en destacar la importancia del proyecto
de la Constitución de Yucatán de 1840, cuyo contenido fundamentalmente es obra de Don Manuel Crescencio
Rejón, concretamente en lo que se refiere al establecimiento de un sistema de control constitucional, totalmente
jurisdiccional fincando la procedencia del juicio de amparo contra actos de autoridades legislativas o ejecutivas y
que fueren contrarias a la Constitución.
★ Del contenido de los preceptos antes transcritos se infiere que el juicio de amparo creado por Rejón, perseguía la
siguiente finalidad:
○ Controlar la Constitucionalidad de los Actos de las Legislaturas;
○ Controlar la Legalidad de los Actos del Ejecutivo; y
○ Proteger las Garantías Individuales contra cualquier acto de autoridad.
★ Asimismo, el autor que se comenta en los artículos de referencia aporta dos de los principios fundamentales del
juicio de amparo, el Principio de Instancia de Parte Agraviada y el de la Relatividad de las Sentencias de Amparo, lo
que es un mérito indiscutible y en nuestra opinión razón suficiente para ser considerado como el Padre del Juicio
Constitucional, además de que él es quien por primera vez introduce el vocablo “Amparo” en la vida jurídica
mexicana, y es innegable que sus ideas influyeron decididamente en la estructura que posteriormente se le dio al
juicio de amparo.
Proyecto de la Minoría de 1842.

➔ En el año de 1842, se formó una Comisión compuesta por siete personas para reformar la Constitución Centralista de 1836.
Esta Comisión atendiendo a las inclinaciones que cada uno de sus integrantes tenían respecto al régimen Centralista o
Federalista, se dividió en dos grupos, uno integrado por tres personas y el otro por cuatro; el grupo minoritario era
partidario del Federalismo mientras el grupo mayoritario se identificaba con el Centralismo.
➔ La importancia que reviste esta Comisión, se centra en el grupo minoritario que estaba integrado por los ilustres juristas
Espinoza de los Monteros, Muñoz Ledo y Mariano Otero, quienes presentaron un proyecto en el que se pugnaba
primordialmente por la protección de los derechos del individuos, declarando que ello debería ser el objetivo de las
instituciones constitucionales. El proyecto en cuestión, que distaba mucho de ser una copia al presentado por Don
Crescencio Rejón, establecía un Sistema de Control de carácter Mixto, es decir, una mezcla del Jurisdiccional y del Político,
con consecuencias totalmente desventajosas, ya que por una parte se encomendaba a la Suprema Corte de Justicia, la
función de conocer únicamente de los Reclamos, con motivo de las violaciones cometidas por los Poderes Ejecutivos y
Legislativo a las garantías de los derechos individuales; por otra parte, se facultaba a las Legislaturas Locales o Estatales,
para hacer la Declaración de la inconstitucionalidad de las leyes emanadas del Congreso General a petición del Presidente,
de acuerdo con un Consejo de dieciocho Diputados, seis Senadores o tres Legislaturas, fungiendo la Suprema Corte de
Justicia únicamente como órgano de escrutinio.

➔ Este Sistema de Control Constitucional Híbrido, lejos de ser lo ideal para la configuración jurídica de nuestro juicio de
amparo, ya que su protección era confusa e incompleta, aporta ya en forma clara y precisa el Principio de la Relativa de las
Sentencias de Amparo, conocido también como “La Fórmula de Otero”, en honor a su creador, y que se encuentra
consignado en la fracción segunda del artículo 107 constitucional.
➔ Esta aportación hecha por el distinguido jurista Mariano Otero, le ha valido para que algunos autores lo consideren como el
creador del juicio de amparo.
Las Actas de Reforma de 1847.

❖ La importancia histórica que se presenta en las Actas de Reforma de 1847, se restablece la


vigencia de la Constitución de 1824, en consecuencia, se vuelve a implantar el Sistema Federal.

❖ Este documento por lo que toca al Sistema de Control de la Constitucionalidad, no presenta


novedad alguna, ya que se limita a reproducir las ideas contenidas en el Voto Particular de Don
Mariano Otero y expuestas en el Proyecto de la Minoría de 1842, por consiguiente, persiste un
Sistema de Control Mixto.
Constitución de 1857.

➢ Con inspiración en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, y
tomándose como modelo constitucional el sistema implantado en los Estados Unidos de
Norteamérica, se expide en nuestro país, la Constitución de 1857, en cuyo contenido se advierte
la profunda influencia del liberalismo e individualismo que era la corriente ideológica importante
en esa época, en la que por primera vez en nuestra historia se instituye el juicio de amparo como
medio de control de la constitucionalidad por órgano jurisdiccional según se desprende de lo que
disponía el artículo 101 de la Constitución de 1857.
○ “Art. 101. Los Tribunales de la Federación resolverán toda controversia que se
suscite:
I. Por leyes o actos de cualquier autoridad que viole las garantías individuales.
II. Por leyes o actos de la autoridad federal que vulneren o restrinjan la
soberanía de los Estados.
III. Por leyes o actos de las autoridades de éstos, que invadan la esfera de la
autoridad federal.
➢ Asimismo, el artículo 102 de la constitución de 1857, en relación al juicio de amparo, consagró los
Principios de Instancia de Parte Agraviada, de Prosecución Judicial y la “Fórmula de Otero”, es decir, el
principio de la Relatividad de las Sentencias del Juicio de Amparo, tal como puede verse a continuación:

“Art. 102. Todos los juicios de que habla el artículo anterior se seguirán, a petición
de la parte agraviada, por medio de procedimientos y formas del orden jurídico, que
determinará una ley. La sentencia será siempre tal, que sólo se ocupe de individuos
particulares, limitándose a protegerlos y ampararlos en el caso especial sobre el que
verse el proceso, sin hacer ninguna declaración general respecto de la ley o acto
que la motivare”.

➢ Es indudable que en esta Constitución, el juicio constitucional logró adquirir su fisonomía propia,
consolidándose como una institución procesal eminentemente jurisdiccional, defensora de la Constitución
y por ende de los derechos del hombre, lo que le valió, para prolongar su importancia hasta nuestros
días.
Constitución de 1917.

❏ El Congreso Constituyente de 1916-17, con las experiencias acumuladas durante el período de


1957 a 1917, y apartándose del individualismo contenido en la constitución precedente, redacta
la constitución vigente adoptando en ella al doctrina sustentada por Juan Jacobo Rousseau, por
consiguiente ya no se considera a los derechos del hombre como la base y el objeto de las
instituciones sociales, es decir como el exclusivo contenido de los fines estatales, sino que ahora
el artículo 1° de la Constitución de 1917, textualmente declara: “En los Estados Unidos Mexicanos
todo individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución, las cuales no podrán
restringirse ni suspenderse sino en los casos y con las condiciones que ella misma establece”.
❏ En este orden de ideas es el pueblo, constituido políticamente en Estado y como titular de la
soberanía, quien expresa en el dispositivo constitucional invocado, que las garantías individuales
son instituidas o creadas por el orden jurídico constitucional, y de las cuales gozará todo
individuo frente al poder público, en tal virtud los derechos del hombre se traducen en
potestades inherentes a su personalidad, a diferencia de las garantías individuales, que no son
más que la consagración jurídico-positiva de los derechos del hombre con el fin de invertirlos
obligatoriedad e imperatividad frente al Estado.
❏ Asimismo, dicha Constitución consagra por primera vez en la historia de México, garantías de
naturaleza social, reguladas en los artículos 27 y 123 del mismo ordenamiento, atribuyéndoseles
el carácter de ser un conjunto de derechos inalienables e irrenunciables a favor de las clases
socialmente débiles frente a las poderosas.

❏ Por lo que se refiere al juicio de amparo, para el año de 1917, aquel ya se había arraigado en la
conciencia del pueblo mexicano, convirtiéndose en una institución de gran tradición jurídica, por
el carácter protector y la categoría constitucional de que está investido dicho juicio, y en cuanto a
la estructura del mismo, la constitución vigente en sus artículos 103 y 107 reproducen en
idénticos términos los artículos 101 y 102 de la Constitución de 1857, de esta manera reitera y
precisa los principios fundamentales del juicio de amparo, entre los cuales se ratifica la “Fórmula
de Otero, regula la procedencia del amparo directo, y establece un régimen de responsabilidades.
Reformas de junio de 2011.

➔ Este último ordenamiento constitucional, reconoce a los derechos humanos de forma explícita
con la reforma de 2011, que se comprende a los derechos civiles, políticos, colectivos y sociales,
que los consideramos complementarios y se pueden ejercer frente a los actos de la autoridad
estatal cuando los vulnera. Con lo que se amplían los derechos con respecto a los que
estableciera la Constitución de 1857 y originalmente la del año de 1917.

➔ De este modo, se puede establecer que los derechos humanos se han instituido en el desarrollo
histórico del sistema jurídico constitucionalista en México, que tiende a ampliarse el
reconocimiento del conjunto de derechos y a garantizarlos contra los actos o normas generales
de las instituciones del Estado, cuando las lleguen a violentar o no las respeten.

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