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Autor
Maestra Rosa Isela Becerril González
ÍNDICE
1. Cuidados paliativos
1.1. Concepto paliativos
1.2. Necesidades tanatológicas del paciente y familia
1.3. Importancia de un Modelo Tanatológico en cuidados paliativos
1.4. Modelo de Intervención Tanatológica en cuidados paliativos
1.4.1. Valoración
1.4.2. Identificación de necesidades
1.4.3. Familia
1.4.4. Duelo
1.4.5. Despedida
2. Lista de Referencias
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MODELO DE INTERVENCIÓN TANATOLÓGICA
EN CUIDADOS PALIATIVOS
Autor
Maestra Rosa Isela Becerril González
Presentación
En la actualidad se habla mucho sobre la calidad de vida en pacientes con Cuidados Paliativos,
pero se está dejando de lado el cubrir las 4 esferas del ser humano, que son biológica, psicológica, social y
espiritual; abordando únicamente la parte biológica, dejando de lado las otras tres de igual relevancia,
satisfaciendo así las necesidades del paciente y de la familia en esta etapa al final de la vida.
Lo que pretende este modelo es hacer de esta situación de muerte, una situación confortable, no
solo tratar la sintomatología física; si no también abordar el aspecto espiritual y emocional. Sin dejar de
lado lo social; además de hacer entender a la familia la importancia que representa estar en paz consigo
mismo y dejar ir a la persona amada.
El duelo es algo normal que nos pasa a todos en algún momento cuando se presenta una pérdida
significativa; emocionalmente es traumático, doloroso y el paso del tiempo nos definirá que tipo de duelo
vive cada persona, puede ir desde meses, hasta años y eso es lo que se debe evitar, que la persona entre en
un duelo patológico. El explicar el proceso de duelo a las personas es algo difícil, porque debemos
hacerlas comprender que todo lo que sienten es normal y que el proceso del duelo conlleva todos los
sentimientos, reacciones y cambios ante la pérdida de un ser querido, entre más apego tengamos con la
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persona, más nos dolerá su pérdida, puesto que es una de las más significativas que tiene el ser humano
durante su vida (O´Connor, 2007, p.18).
Permitir el proceso de duelo y la muerte en casa es lo mejor para la mayoría de las personas,
porque se ve rodeado de sus seres queridos; además el proceso de duelo es diferente, que si muriera en un
hospital; así mismo se involucra a la mayor parte de la familia, en brindar una calidad de vida al final de
esta.
1. Cuidados Paliativos
Con el paso del tiempo, el cuidado a las personas en la etapa final de la vida ha ido cambiando,
puesto que las necesidades cambian de igual forma y el paliar los síntomas es de suma importancia en esta
etapa, como aliviar el dolor. En todo el mundo se han creado diversas asociaciones, cuyo principal
objetivo es brindar una muerte digna, proporcionando calidad de vida durante esta etapa; recalcando que
los cuidados paliativos no son exclusivos de los pacientes con cáncer, sino de todo aquel que lo requiera.
Santana (2011), refiere que desde los años 70s los cuidados paliativos han tenido una notable
evolución, puesto que durante esa época, se crearon los Hospice en Francia, esto tuvo un gran impacto en
las instituciones, porque se comenzó a observar el incremento de pacientes en fase terminal; llevándonos a
los años 90s donde el incremento de las personas con cáncer aumentó y por esta razón se ha tenido la idea
errónea que los cuidados paliativos son exclusivos de pacientes con cáncer, cuando en realidad es para
toda aquella persona que sufre de una enfermedad incurable.
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bien morir cuando llegue el momento, teniendo un acompañamiento de calidad, habiendo superado todos
duelos y otorgando el perdón a quien sea necesario para que su partida sea dolorosa pero aceptable.
En 1972 se funda la primera clínica del dolor en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y
Nutrición “Salvador Zubirán”; en los años 90s se propone un modelo de cuidados llamado medicina
paliativa, varios médicos se interesaron por desarrollar una intervención en pacientes que presentaban
dolor crónico y principalmente los de cáncer, se trataron de anestesiólogos y en 1989 en el Instituto
Nacional de Cancerología se realizó la formalización de la clínica del Dolor (Herrera, 2019, pp. 58-60).
Así mismo es creada la Norma Oficial Mexicana 011- SSA3-2014, en la cual participaron varias
agrupaciones interesadas en la materia y expertos; fue creada por la necesidad que se observaban en los
pacientes y con el fin de hacer que los cuidados paliativos se proporcionen por derecho a todos los
pacientes y no solo a unos.
Hospitalario
Ambulatorio
Domiciliario
Atención de urgencias
Como se sabe los cuidados paliativos no solo se brindan en el ámbito hospitalario, sino también
fuera del mismo, proporcionándole una buena capacitación a la familia, se puede dar el seguimiento en
domicilio, teniendo unidades tanto para el paciente como para la familia, los Cuidados Paliativos pueden
aliviar los problemas físicos, psicosociales y espirituales y dentro de este marco se debe manejar las
situaciones de duelo, porque a veces son las situaciones que más aquejan al paciente y familia, todos esos
duelos que no han podido cerrar y que en muchas ocasiones los síntomas físicos son ocasionados por todo
ese estrés emocional que cargan; aquí es donde se reúne todo el equipo multidisciplinario, para ver qué es
lo que necesita en ese momento el enfermo.
En 2009, en la Ley General de Salud se incorpora una sección sobre cuidados paliativos, dando
definición a las personas con enfermedad terminal como: personas con mal pronóstico de vida y se vuelve
un derecho el recibir la atención tanto en el hospital como en el domicilio.
El equipo médico que trata al paciente terminal ha de incluir el manejo de las situaciones de duelo
como una parte más de sus responsabilidades. Se trata de tomar las mejores decisiones para el enfermo
terminal, sin apresurar su muerte ni prolongar su vida; deben cubrirse los requerimientos físicos,
psicológicos, sociales y espirituales (Polo, 2010, p. 10).
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1.1. Concepto de Cuidados Paliativos
Paliativos proviene del latín palium que significa manto o capa, refiriendo ser el tratamiento de los
enfermos con alguna enfermedad irreversible para proporcionar atención a sus necesidades y que a su vez
los hace sentir mucho mejor (Herrera, 2019, p. 15).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 2007, estableció principios con la finalidad
de complementar la definición de Cuidados Paliativos, mismos que se mencionan a continuación:
Proporcionar alivio del dolor y otros síntomas, afirmar la vida y considerar a la muerte como un
proceso normal, no intentan ni acelerar ni retrasar la muerte, integran los aspectos espirituales y
psicológicos del cuidado del paciente, ofrecen un sistema de soporte para ayudar a los pacientes a vivir tan
activamente como sea posible hasta la muerte; ofrecen un sistema de soporte para ayudar a la familia a
adaptarse durante la enfermedad del paciente y en el duelo; utilizan una aproximación de equipo para
responder a las necesidades de los pacientes y sus familias, incluyendo soporte emocional en el duelo,
cuando esté indicado; mejoran la calidad de vida y pueden también influenciar positivamente en el curso
de la enfermedad; son aplicables de forma precoz en el curso de la enfermedad, en conjunción con otros
tratamientos que pueden prolongar la vida, tales como quimioterapia o radioterapia, e incluyen aquellas
investigaciones necesarias para comprender mejor y manejar situaciones clínicas complejas. Estos
principios permiten tener un concepto más amplio y completo sobre los Cuidados Paliativos descrito
textualmente:
«Enfoque que mejora la calidad de vida de pacientes y familias que se enfrentan a los problemas
asociados con enfermedades amenazantes para la vida, a través de la prevención y alivio del sufrimiento
por medio de la identificación temprana e impecable evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas,
físicos, psicológicos y espirituales». (OMS, 2007).
Como bien sabemos su finalidad de los cuidados paliativos no es curar, sino aliviar síntomas y
mejorar la calidad de visa de los pacientes y sus familias, por lo tanto se puede decir que estos cuidados
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son una necesidad humanitaria, principalmente para las personas que padecen una enfermedad crónica
(Consejo de Salubridad General, 2018, p. 15).
En muchas culturas las personas reprimen sus emociones por la idea errónea que reprimiendo las
emociones está protegiendo al otro, sin saber, que eso está mal, porque lo lleva a una mala comunicación
con el paciente; y lo que queremos en esta etapa final de la vida, es que tanto paciente como familia
expresen libremente sus necesidades que tienen.
El conocer las necesidades tanatológicas del paciente y de la familia, nos lleva a un apoyo más
completo, porque se les orienta para poder enfrentar de la mejor forma la pérdida de su ser querido; pero
muchas ocasiones esto no es así, puesto que cualquiera de las dos partes no permite esa ayuda que
necesita, porque para él, lo más importante es su familiar. Esto por lo regular pasa con el cuidador
primario, que deja a un lado su vida personal para dedicarle el tiempo “suficiente” a su enfermo, no
teniendo en cuenta el daño que se hace el mismo descuidando su cuerpo y mente.
Es importante identificar las necesidades del enfermo y del cuidador, para tratarlas y hacer
entender a las dos partes que es algo normal que sienta diversas emociones; como sabemos las emociones
vienen acompañadas de ciertas reacciones físicas, pensamiento, carga emocional y energética, si no son
liberadas cada una de las emociones, se presentan una serie de manifestaciones en nuestro organismo que
nos hacen sentirnos mucho peor. En el enfermo, la liberación de las emociones es importante porque su
organismo se relaja mucho más y no tiende a sentir todo el peso de aquellas emociones que vive, esto
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conlleva a una mejora de la calidad de vida en sus últimos momentos; en el familiar, porque se libera de
una carga de energía que lo único que le va a producir es enfermedades posteriormente.
La persona que está cercana a la muerte, requiere una gran necesidad de ayuda, su cuerpo mental
necesita analizar y entender todo lo que le está sucediendo, refiriéndose a las emociones que presenta
durante todo el proceso de duelo y con ello aprende a aceptar su muerte; su cuerpo espiritual tiene la
necesidad de perdonarse el mismo más que a los demás, necesita encontrar la paz interior (Palencia, 2012,
pp. 20-21).
Una necesidad mayor de estas personas es el manejo de las emociones, porque durante este
proceso se pueden expresar mucha de estas y afectarnos de tal modo que nos afectamos emocionalmente a
nosotros mismos y a nuestro enfermo; la familia y amigos son parte fundamental para poder expresar las
emociones.
Miedo
Alegría
Tristeza
Enojo
Afecto
Otra de las necesidades fundamentales son las espirituales, como lo menciona el Consejo de
Salubridad General de México (2018):
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Kübler-Ross (1972), nos menciona que, durante la etapa final de las personas, la familia presenta
cinco etapas de duelo, las cuales describe en su libro “Sobre la muerte y los moribundos”; estas etapas
son:
Negación
Enojo
Negociación
Depresión
Aceptación
Debemos tener en cuenta que estas etapas no se van a representar en las personas de la misma
manera, pues se presentan de manera aleatoria y en cualquier momento se puede regresar a una de las
etapas, la aceptación es una de las que cuesta trabajo llegar, porque depende de las emociones y
sentimientos de la persona que tiene hacia el enfermo.
La Tanatología es la que se encarga de indagar en el área de la muerte y los duelos, y es quien nos
ayuda a comprender los aspectos emocionales, miedos, actitudes y comportamientos (Palencia, 2012, p.
21). El contar con un Modelo Tanatológico en Cuidados Paliativos es importante, porque se le brindaría
una mejor atención al paciente en etapa terminal y a la familia, así mismo hacerle comprender y enseñar a
superar el duelo en la etapa de la muerte y después de esta; para que se pueda aceptar y enfrentar de la
mejor manera posible. Se abarcaría mucho más la parte emocional y espiritual de las personas y familia,
en conjunto con la parte fisiológica.
Comenta Pessini (2004), que existen programas de Cuidados Paliativos que ofrecen un tratamiento
menos agresivo, control de síntomas, la familia se mantiene cerca del paciente, disminuyendo el estrés por
la enfermedad y la soledad, tomando como una prioridad que la muerte del paciente se lleve a cabo con
dignidad, satisfaciendo las necesidades del paciente al final de la vida.
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Saber quién es el cuidador principal
Determinar necesidades
Principales problemas emocionales
Esto nos ayudará a establecer un plan de apoyo específico para el enfermo y la familia, puesto que
esto los hará sentir acompañados en el proceso hacia el final de la vida; el que las personas expresen sus
emociones, preocupaciones, angustia, es una liberación de toda esa presión que sienten en ese momento y
es cuando intervenimos para apoyar, brindar soporte, contener, ofrecer apoyo, comprensión y sobre todo
llevar un acompañamiento para proporcionar herramientas efectivas a fin de superar el dolor (Garduño,
2011, pp. 47-49).
Para conocer en qué etapa se encuentra la persona se tiene que realizar una entrevista minuciosa
para identificar la etapa y así poder iniciar a trabajar con las emociones que en ese momento se están
presentando.
Valoración
(rastreo)
Identificación
Despedida de
necesidades
Modelo
Tanatológico
Duelo (etapas
de Kúbler- Familia
Ross)
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1.4.1.Valoración: El Tanatólogo debe presentarse con el paciente y la familia, se recomienda que sea
desde que se da el diagnóstico, para realizar un rastreo de cómo está el núcleo familiar y así identificar las
necesidades principales del paciente. Al igual que cuando ingrese a las Cuidados Paliativos explicarles de
que trata esta área y trabajar con ellos. Se debe tener en cuenta la escucha de los pacientes y familiares no
se trata de emitir juicios o evaluaciones desde nuestra perspectiva, si no de respetar al paciente, por lo cual
debemos aceptar al otro tal y como es, con sus sentimiento agradables y desagradables; el tanatólogo es
quien recibe todas las expresiones como la mejor respuesta posible. (Castro, 2007, pp. 127-131)
1.4.2. Identificación de necesidades: En este punto debemos de saber las necesidades del paciente, como
anteriormente se han descrito cuales son; para así saber cómo manejarlas y también conocer las de la
familia, puesto que en la mayoría de las ocasiones las necesidades de la familia son muy diferentes a las
del paciente. Aquí se trata de que la familia acepte las decisiones del paciente y que se cumplan sus
deseos. Aquí el paciente puede que se siente con la necesidad de sentirse aceptado, acompañado y
escuchado y debemos brindarle un lugar donde él se sienta atendido con dignidad; apoyo para elaborar
sentimientos de culpa, perdón, reconciliación con su familia y con su ser supremo (Castro, 2007, p. 71).
Castro (2007), menciona que correr, gritar, besar, abrazar, pegar con manifestaciones motoras y
contener toda esa energía puede ocasionarnos problemas de salud.
Para la mayoría de las personas, el deterioro físico, la apariencia, dolor y la idea de morir solo o en un
hospital, pueden alterar sus pensamientos y por consecuencia nos puede retrasar en la aceptación de su
muerte (O´Connor, 2007, p. 115)
1.4.3. Familia: Se tendrá que hablar con la familia más cercana del paciente (mamá, papá, hijos,
hermanos), para que se identifiquen sus etapas de duelo y trabajar con ellos para que comprendan la
situación del enfermo y así evitar la conspiración del silencio.
De igual manera para que cada uno de ellos pueda y aprenda como demostrarle sus sentimientos al
paciente antes de su partida, esto con el fin de que a la hora de la muerte del ser querido no sientan culpa
por lo que pasa. Se deberán crear las redes de apoyo tanto para el paciente como para la familia.
Es necesario hacer entender que en la vida de los seres humanos, la tragedia, el dolor y el sufrimiento
aparecen tarde o temprano, es inevitable, la diferencia lo va a hacer el cómo enfrentamos las
circunstancias y el dolor. Un aspecto muy importante que se tiene que trabajar con la familia es que los
miembros de la misma se involucren y acepten las decisiones del enfermo (Castro, 2007, pp. 73-103).
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1.4.4.Duelo: Nos basaremos a las etapas de duelo de Kübler-Ross; aquí es importante identificar la etapa
en la que se encuentra el paciente para poder trabajar con él y así mismo las emociones que presenta en
cada una de las etapas, esto para que también el paciente acepte su realidad de una muerte próxima, y
proporcionarle un buen acompañamiento.
Lo que se tiene que hacer es vivir el duelo, teniendo en consideración que el dolor y sufrimiento es el
duelo mismo. El duelo es más que sentimientos es darme cuenta de que hemos perdido importante en
nuestra vida y debemos tratarlo, para dejarlo ir de la mejor manera (Castro, 2007, pp. 74-75).
1.4.5. Despedida: Se debe tratar con toda la familia más cercan del paciente, para que cada uno de ellos se
despida de la persona antes de que se deteriore; el paciente al igual debe de despedirse de todas las
personas a las que ama y a las cosas materiales, para que cuando llegue el final, muera con la paz que
requiere y su muerte sea una muerte muy tranquila.
El dejar que los niños se despidan del enfermo, es importante, porque así ellos se realizan una visión
más real sobre la muerte, y al mismo tiempo involucrarlos en el cuidado de la persona enferma.
En esta parte el Tanatólogo debe saber escucharlo y estar en todos sus proceso, como lo es en la
decisión de la disposición de su cuerpo después de la muerte, y que el enfermo se lo haga saber a su
familia.
El que la familia sepa cómo quiere que sean sus últimos momentos, es importante, porque el vínculo
entre ellos será mucho mejor, porque es otra forma de despedida y al final la imagen de felicidad que se
quedara en la memoria de la familia y por otro lado le estarán brindando una calidad de vida al final de
esta.
Es importante que al final de la vida el enfermo viva con amor y felicidad, sin rencores ni
preocupaciones, todo esto el tanatólogo debe de trabajar, para que así sea y el enfermo muera en paz y
tranquilo. Y por otra parte la familia sienta un poco menos el dolor de la perdida, porque estar conscientes
de que hicieron feliz a su ser amado al final de su vida.
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2. Referencias
Castro M. C. (2007). Tanatología; la familia ante la enfermedad y l muerte. México: Trillas.
Polo M. A. (2010). Cuidados Paliativos en Pacientes Oncológicos. Thanatos, tanatología del Siglo
XXI, 11.
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