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Textos para reflexionar sobre La Misión

Texto 01
Julio Chevalier, un hombre con una misión

Toda vocación es una llamada. Dios llama porque quiere intensificar su alianza,
su comunicación y su amistad con una persona concreta, consagrándola para sí. Pero
también llama para una misión determinada, consagrando al llamado para los otros.
Ambas cosas están íntimamente unidas, son inseparables.

Julio Chevalier fue un llamado, un hombre con una misión, un hombre que
comprendió que Dios le llamaba para intensificar a profundidad la experiencia del amor
personal con El a fin de comunicarlo a los hombres. Consagrado para el Señor en la
vivencia del amor, consagrado para los demás en la misión de ser testigo del amor.
Chevalier, hombre de temperamento fuerte, constante y tenaz, descubrió la realidad de
su llamada en la devoción al Sagrado Corazón, mirando al Jesús-Amor.

Desde entonces su experiencia personal con el Señor, en el amor vivido, fue


cambiando su vida. Con la acción de Dios y las cualidades de su temperamento no sólo
se convirtió en un hombre con una misión, sino en el hombre de una idea y de una
obra.
Julio tenía una preocupación constante: los males que el hombre sufre. Poseía
una idea clara: en una sociedad degradada, llena de sufrimientos, hay que salvar al
hombre. Pero, ¿Cómo? En el Cristo-Amor descubrió su compasión, su intensa
preocupación por la humanidad. Y mientras constataba su propia impotencia, descubría
que el Señor que nos ama con corazón humano era el Redentor, el Liberador, la única
solución válida. Su propia sensación de impotencia desaparecía con la sensación de
que estaba llamado a trabajar como instrumento del amor salvífico de Cristo.

A esta idea central responde su ideal, su obra, a la que se dedicará


completamente, convirtiéndose en el Fundador de los Misioneros del Sagrado Corazón
de Jesús y de las Hijas de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, en el inspirador de las
Misioneras del Sagrado Corazón, en un constante incitador de nuevos caminos y
movimientos de apostolado, en el hombre que honró a María con el título de "Nuestra
Señora del Sagrado Corazón". Ciertamente, Dios hace sus obras a través de los
sencillos.

Para Julio Chevalier, la devoción al Sagrado Corazón era el compendio de toda


la vida cristiana. Para él, Sagrado Corazón significaba la persona integral de Cristo
mirada especialmente en la profundidad de su personalidad: su AMOR. Lo que más le
atraía de Cristo era su compasión hacia la humanidad (en el sentido de padecer-con,
sentir-con, estar-con), su misericordia y la figura del Buen Pastor como concreción de
ese amor; amor que en Cristo es tierno y misericordioso, comprensivo y generoso, y a
la vez fuerte, valiente y constante.

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