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AUTO DE FE DE MANÍ

Acto de ejecución pública de la pena a la que había sido condenado un reo por el
Tribunal de la Inquisición. Era un acto público, formal.
Antecedentes
Los primeros franciscanos llegaron a Yucatán a fines de 1544 y principios de
1545, teniendo como propósito evangelizar a la población conquistada. No
conocían el idioma y predicaban con intérpretes. Aprendieron el idioma y
tradujeron al maya los primeros confesionarios. La población indígena estaba muy
dispersa, siendo una dificultad en su tarea evangelizadora, por lo que se
concentraron en 10 poblados. El principal problema a la hora de evangelizar
fueron la propia religión politeísta maya.
Los grandes cargos mayas mostraron resistencia a cualquier medio que alterase
su religión ancestral. Para esta situación, los franciscanos organizaron las
primeras doctrinas, enfrentándose a los Ah Kinoob, o sea, los sacerdotes mayas,
quienes eran responsables de la educación de la nobleza maya (hijos de
caciques). Los franciscanos lograron concentrar a los mayas en poblados,
construyendo sus iglesias y conventos.
En mayo de 1562 dos jóvenes indígenas advirtieron a fray Pedro de Ciudad
Rodrigo, guardián del convento de Maní, haber encontrado muestras paganas.
Inició la pesquisa y los mayas que vivían en los alrededores confesaron tener
ídolos a los cuales ofrendaban para obtener lluvias, buena cosecha y cacería. Fray
Diego de Landa, provincial de la orden franciscana, llegó a Maní y se hizo cargo
de la situación.
Auto de fe
Landa ordenó la aprehensión de caciques, principales y maestros de escuela. Las
investigaciones fueron pacíficas, pero las confesiones se obtenían a través de la
tortura. Los indígenas con el dorso descubierto eran atados por las muñecas
juntas y colgados para azotarlos y echarles cera ardiendo.
El 11 de julio, Landa dictó las sentencias. Los acusados fueron trasquilados,
azotados, y condenados a servir en los conventos, en las iglesias y pagar una
multa en efectivo, según el caso. El 12 de julio, se realizó en Maní un auto general
de fe, el más importante en la historia de Yucatán. Dio inicio con Landa a la
cabeza. Tras él marcharon los penitenciados con corozas ( gorro de papel o cartón
pintado en forma cónica que se ponía a los condenados por la Inquisición española) en las
cabezas, desnudos de cintura arriba, con sogas e ídolos en las manos. Más
adelante, los penitenciados se mostraron frente al tribunal integrado por los
franciscanos y el alcalde mayor, Diego Quijada, este último ejecutó las sentencias.
El auto concluyó con una misa de penitencia. El intérprete general traducía de
manera simultánea a los penitenciados y a los mayas.
Consecuencias
Los franciscanos extendieron sus pesquisas (investigaciones) a las provincias
indígenas de Hocabá y Sotuta. Se descubrieron que los mayas combinaban sus
ritos con tradiciones cristianas.
Las torturas dejaron gran cantidad de muertos, mancos, y hubo indígenas que
optaron por suicidarse. Los españoles se dividieron: Por un lado, estaban los
partidarios de Landa y por el otro un grupo que principió a conspirar contra el
provincial con el fin de hacer llegar a la Audiencia de México las informaciones
sobre lo que estaba aconteciendo. Pero en de 1562 arribó fray Francisco de Toral,
recién nombrado obispo. Él consideraba que la conversión de los mayas debía de
ser mediante procedimientos persuasivos. Desde esta filosofía, condenó a los
caciques y principales a penas leves y después los liberó.

Breve historia de Yucatán. Quezada, Sergio. Fideicomiso Historia de las Américas.


Serie Breves Historias de los Estados de la República Mexicana. EFE, Colegio de
México, México, 2001. 288 págs

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