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Voy a contar esta historia que en algún lugar debe encontrar destino pues ha sido escondida por

mucho tiempo y por esta vez me atrevo a contarlo porque en algún lugar debe ser contado.

Este es el relato de un amor que fue etéreo para no ser nunca, desde siempre, porque ese era su
destino… y es que yo en secundaria era la típica estudiante de primer grado con lentes, frenos, cabello
trenzado, cuadro de honor; eso sí nunca fui tímida ni nada parecido a eso, desde siempre si me lo
propongo puedo ser un cascabelito andante y hacer reír a los demás es algo que me sale con total
facilidad. Él por su lado en la misma escuela era del segundo grado, el que mejor jugaba basquetbol
por el que suspiraban todas, mis amigas, TODAS!, suspiraban en su honor, era su Darcy! tal cual,
recuerdo aún perfecto cómo era hábito recurrente saliendo de clases ir a casa de una de ellas para
sentarnos en su sala a hablar de él por horas y los chismes más recientes que daba su popular ser…su
ropa, peinado, gestos era todo examinado a conciencia… y es que si digo que lo nuestro nunca fue,
es porque desde ese entonces cuando él tenía 15 y yo 13 a diferencia de ellas, a mí no me parecía ni
tan guapo ni tan único, especial y diferente, además de que lo consideraba tan inalcanzable, que la
sola idea de dedicarle minutos de mis deseos adolescentes, me parecía tiempo perdido
completamente, por si fuera poco de todas yo era la única que había tenido contacto con él , el hecho
de mi estuche escolar con decenas de plumas y plumones fuera un arsenal de tonalidades , aromas
y brillos, me convertía en la mecenas de las cartas de amor que le escribían mis amigas, no siendo
suficiente eso, mi responsabilidad como buena compañera era también, buscarlo y entregárselas,
supongo que la idea de que era inalcanzable también la forcé debido a que siempre me respondía
con un tímido desdén: ”gracias”, y se iba casi corriendo… para mi edad y mi juicio casi infantil de
ese entonces, eran cartas para un arrogante y no otra cosa.

De todo mi grupo ya en 2do grado , Lulú que era mi mejor amiga en ese momento, de todas la que
lo amaban en silencio, fue la que lo idolatro más, así que era ya un hábito para mi consolarla y
limpiar sus lágrimas cuando lo veíamos en los pasillos o en el patio y la entrada de la escuela
besándose, sonriéndole a su novia en turno, a pesar de todo eso, jamás me imagine que mi amiga
hiciera algo tan estúpido como pedirle a alguien más que la aventará de las escaleras un día a la hora
de la salida, justo cuando él iba pasando , para que según el minucioso plan armado en la mente de
Lulú , él volteará en el momento justo y la viera escalón a escalón caer, entonces él horrorizado
tiraría su mochila de inmediato al piso y saldría corriendo exasperado a levantarla en brazos para
subirla vigorosamente a su corcel blanco y partir con destino a la puerta de su casa hasta dejarla
recostada en su cama ¡claro!, no sin antes darle el beso de amor verdadero y a partir de entonces,
después de esa mirada intensa, reveladora, mutua al estar tan cerca uno del otro y de la intensa
declaración de ella: -“Te amo, siempre te he amado!” y la de él -“¡Y yo a ti!” pasarían en segundos a
ser novios, después esposos, padres y amantes para siempre…. Cuando somos adolescentes, somos
tan ingenuos y apasionados! ¡jajaja! ... lo que fue una demostración desesperada de amor por parte
de ella termino siendo un accidente del cual él no se enteró hasta días después, cuando el collarín y
los días de reposo que le recetaron a mi amiga hizo que su familia amenazara con demandar a la
escuela, entonces la maestra tutora de mi grupo me pidió indagar con él sobre lo que realmente
había pasado, una ilusión no era suficiente para semejante acto de pasión ¡jajaja! .

Siempre me he considerado leal a mis amistades, a los 13 años , ni se diga, mi propio ímpetu de
incipiente mujer sorora me hizo terminar lo que yo esperaba fuera una larga explicación de su parte
por lo sucedido en un reclamo mío bien fuerte que se escuchó alrededor de varios metros en las

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escaleras de la escuela: ”¡patán!,¡eres un patán!, mi amiga casi agoniza por ti y tú ni caso le haces”,
no podía creer que después de tanto alboroto él se limitará a decir con suma incredulidad y quizás
vergüenza mientras se alejaba subiendo las escaleras al siguiente piso: “ No sé de lo que me hablas,
yo de eso no sé nada, no sé qué pasó” … Fue la última vez que en esa escuela cruzamos palabras, él
se graduó y continuó la Preparatoria, nosotras nos quedamos un año más, pero ni su ausencia evitaba
que mis amigas siguieran sus actividades como su mayor club de fans… pensé que no volvería a
verlo, era asunto del pasado, ni siquiera era algo relevante, tenía mis propios amores, sueños, por fin
había dejado toda esas historias atrás ...sí, seguro…

Inicie mi educación preparatoria en una de las más cercanas a mi anterior escuela secundaria, una
preparatoria a la cual solo ingresaban quienes demostraban tener conocimientos altos y la mayoría
eran varones, así que yo seguía cada que podía escapándome de clases vagando y divirtiéndome
con mis amigas de siempre , en una de esas tantas visitas a casa de una de ellas, un martes por la
tarde nublada, ya de regreso a casa , sola, sentada al lado de la ventana de un bus casi vació mi
mirada se encontró después de casi 2 años nuevamente con la suya , justo en el momento en que lo
vi pagando su pasaje , recuerdo ese momento como verdadera sensación de sorpresa, que solo fue
superada en el momento en que me preguntó educadamente: “¿Puedo sentarme aquí?”, y pues sí,se
sentó a mi lado para saludarme con un -“Hola, ¿cómo estás? ” desparpajado, cómo si nos hubiéramos
visto hace apenas unos días …los pocos minutos que duró el trayecto fue suficiente para ponernos al
tanto de lo nuevo y descubrir que íbamos de nuevo en la misma escuela aunque hasta ese entonces
no nos hubiéramos encontrado , yo tenía que bajar ya y resultó que él también , hace 20 años de esto
y no sé si mi buena memoria o lo especial que para mí es esta parte de mi vida me permite recordar
los detalles de la escena: íbamos caminando en la acera, los autos pasando, y el momento era algo
incómodo lo confieso, las típicas preguntas se sentían un poco forzadas hasta que de repente un
auto pasó y tocaron el claxon , lo siguiente que me dijo son de esas cosas que recuerdas siempre : -
“Oíste?, sonó el claxon por ti’ - ¿por mí?, ¿cómo? – “sí , es la forma en la que ellos te dicen que eres
atractiva, estas muy cambiada te ves muy bonita” .Sería bueno mencionar aquí que ya había dejado
atrás los lentes , los brackets, mi cabello lo llevaba ahora suelto, no desarrollaba todavía todo mi
potencial femenino, pero ya era algo y a pesar de estar en mi salón rodeada siempre de hombres que
fuera él , quién me estuviera diciendo un cumplido …¡Wow! nervios , incredulidad, fascinación para
mi estrenado justo ahí torpe ego de mujer fatal , que termino anonadado cuando él me preguntó si
podíamos salir el siguiente sábado ¡para ir al cine!... la cita quedo hecho en lugar y hora y nos
despedimos … ¿de verdad?, él me estaba invitando a salir …¿a mí?, ¿¡¿¡a mi!?!?, supongo que en ese
momento marqué lo que sería mi actitud a partir de entonces en esta relación : “ si él era inalcanzable,
dueño de los sueños y suspiros de varias , yo sería diferente a ellas, jamás le mostraría lo que él me
causaba, ya sea por lo que había escuchado de mis amigas por años, o por lo que su inocente,
reservada, noble y dulce alma me mostraría después…”.

Llegué a mi casa y corrí a contárselo todo a mi mamá, que sabía perfectamente quién era y lo que
significaba en mi grupo social, no sé si yo o ella estaba más emocionada, después de todo era mi
primera cita y supongo que eso es motivo suficiente para que tu mamá esté al pendiente el día
esperado de los detalles y es que si acaso solo mi mejor amiga (que ya no era Lulú, pero si del mismo
grupo) era la única que sabía, estar dispuesta a que todo fuera una burla, o que fuera un juego para
pedirme que le presentará a alguien más, que me dejará plantada o ya siendo generosa conmigo
misma ser una más de su lista de experiencias pasajeras no era algo de lo que estaba precisamente

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orgullosa y lista para gritárselo al mundo entero… por otro lado, aun sabiendo los riesgos, no podía
negarme a vivirlo, tenía que estar ahí como fuera y ojalá que ¡él también!....

El día llegó y a mis 16 años y 2 meses me arreglé lo mejor que pude, una blusa nueva de manta y
jeans , casi nada de maquillaje y ya … a propósito no fui muy puntual pero aun así cuando llegué
no había nadie , toda la semana había estado nublado, así que para ser un sábado de junio a las 4:30
pm y que el sol estuviera radiante en esa explanada fue motivo suficiente para querer estar sentada
ahí un rato, además , si no se presentaba, sería algo aceptable en ese momento recordando que
cualquiera de mis amigas mataría por ser yo en esos momentos simplemente por el hecho de haber
platicado y caminado con él días antes … no recuerdo si fueron 15 o 20 minutos los que espere
paciente, de repente pestañee y al abrir mis ojos apareció con el resplandor del sol detrás de él!, por
primera vez en todo este tiempo pude apreciarlo , era hermoso a los 18 años con su cabello relamido,
jeans y una T-shirt con mangas ¾ gris ceñida que dejaba ver el buen cuerpo que le habían dejado las
horas y horas de basquetbol , recuerdo claramente su olor a colonia que a partir de ese momento
guarde en mi memoria en la sección de inolvidable ,si, era cierto, estaba ahí para mí , ese día ese
lugar , él por su parte llegó presuroso y lo primero que hizo fue disculparse por el retraso de media
hora explicando que antes tuvo un partido final de un torneo de básquet , en dónde había ganado ,
así que no podía llegar sucio y se retrasó alistándose , ternura y fulminación para mí, ternura porque
se alisto para verme, fulminación porque su triunfo me ubico en microsegundos en nuestros roles
históricos, así que mi actitud de que todo estaba bien y ser poco expresiva de mis emociones serían
mis recursos a usar para no salir corriendo ante mi increíble realidad… él por supuesto se mostraba
seguro, haber ganado su partido lo tenía además orgulloso, por lo que hablaba y hablaba rápido,
entusiasmado mientras caminábamos al cine, él decidió : “Infidelidad” con Richard Gere , no
recuerdo nada de la película, pero me veo con claridad sentada a su lado casi inmóvil, vigilando mis
movimientos para no verle demasiado y parecer interesante al mismo tiempo, no una tonta, porque
seguramente él ya había salido con tantas y yo siendo mi primera vez , lo que menos quería era
parecer una niña. Al salir quiso iniciar un debate sobre el filme, Dios!, ¿cómo podría yo opinar de
infidelidad si ni siquiera había besado?...seguro algo torpe contesté porque fue la disertación más
corta de la historia ¡jajaja! .

Si él había invitado al cine, yo tenía que invitar los helados, equidad fue lo que me enseñaron en
casa, no es un tema que sea importante para mi…después de eso fuimos a un lugar cerca de su casa
, lo que siguió marco definitivamente nuestro futuro, nuestra percepción uno del otro que quizás fue
desafortunada , más no creo que haya sido un error, estábamos en plena adolescencia y las hormonas
son casi siempre las protagonistas … con base hasta lo que aquí he contado no les ha de extrañar
que el tomo la iniciativa, si yo no había dado un beso, mucho menos había despertado sexualmente
pero ya desde un tiempo antes de ese día habían nacido en mí la curiosidad, las ganas de explorar y
él parecía querer enseñarme gustoso… los siguientes minutos fueron todo menos dulces y
románticos, su mano me guio a tocar algo por primera vez, por lo que me asusté y me despedí casi
de inmediato.- “Ah!, con que así es salir con un chico de ese tipo?” me pregunté sorprendida mientras
me alejaba, mi lado inocente y romántico me hizo sentir decepcionada y triste, no esperaba un beso
como los que ansias a esa edad como primera vez, pero tampoco esperaba lo que pasó, mi ingenuidad
un poco muerta en esa banqueta no me permitía predecirlo, eso sí, mi recién nacido instinto perverso
me dio pie a querer saber y sentir más, curiosidad, hermosa curiosidad adolescente, el mundo era un
lugar tan extenso para ser descubierto y él quería mostrarme posibilidades que hasta ese momento
no tenía forma de conocer.

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No recuerdo como se dio nuestra segunda cita, pero fue pocos días y fue trascendental por 3 cosas:
1. Fue la primera vez que me llevó al parque donde se darían casi todos nuestros encuentros y 2.
Platicamos de tantas cosas, que pude darme cuenta que era definitivamente mucho más que el guapo
que jugaba basquetbol... en especial me hizo una pregunta que abrió (sin que lo supiera) una puerta
a lo que hoy consideró el camino al despertar de mi consciencia y lo inicié en ese momento , él dijo:
” Cuando morimos, si hay cielo, si es como dicen, ¿cómo nos reconoceremos ahí?, tendremos
piernas, brazos, ¿cómo sabrás que soy yo?, ¿lo has pensado?”. Su inocente pregunta me dejo absorta
en una búsqueda de respuestas que no acaba incluso hoy.

El tercer punto que hace este día importante en esta historia fue su propuesta directa y puntual sobre
el siguiente nivel de acontecimientos sexuales a los que él quería aventurarme, mi negación inmediata
vino más del nerviosismo y miedo al ridículo imaginando que él se daría cuenta de mi total
desconocimiento del área que por mis expectativas románticas sobre las relaciones idílicas, tan
prontamente como pudieron sus hormonas habían marcado las reglas , yo, lo tomaba o lo dejaba,
esto último fue lo que él me dijo muy claramente antes de despedirnos, le dije que lo pensaría y me
fui dudosa.

Mi mejor amiga, que conocía todo lo que se hablaba de él, que era amiga también de algunas de sus
ex novias fue lo suficientemente buena porrista para una vez más animarme a vivir aventuras en esos
años e ir mucho más allá de los límites que me ponían en mi casa, y bueno, tampoco tuvo que
esforzarse tanto, siempre he tenido un espíritu curioso, y por supuesto que hubo 3era, 4ta, 5ta y
muchas más citas en dónde nos veíamos para experimentar, jugar, yo, aprender, él enseñar y después
de eso platicar de tanto y nada en el césped del parque de siempre…era un trato justo, por mi parte
mi actitud de poca expresión, sentimientos reprimidos, me permitía llevar bien el cero compromiso
que había en esta “relación”, no había romanticismo ni detalles, ni siquiera el primer beso me lo dio
él pues, la exclusividad jamás fue mencionada, ¿para qué?, me había planteado que no sería una Lulú
más en su lista y no necesitaba ni sus besos, ni caminar de su mano por la calle, aprender todo lo que
pudiera era lo que yo quería y bueno, él parecía conforme con la situación , sin presiones.

Salir de la escuela por la noche para ir directo a los arbustos de nuestro parque, después de estar toda
la tarde en clases de física, química, algebra era un oasis que nos permitíamos cada semana o dos, a
veces más, a veces yo lo buscaba, a veces él a mí y el primer año pareció funcionar, ojalá todas
nuestras citas hubieran sido así de simples, pero no, hubo en ese primer periodo instantes que
marcaron mi alma, como la cita que tuvimos en diciembre , al finalizar ese primer año, hacía mucho
frío y oscurecía temprano, así que estaba yo sentada esperando en la misma explanada de la primera
cita pero esta ocasión era diferente, tenía fervientes ganas de verlo, tenía pocos días sin estar con él
pero ya lo extrañaba y por primera vez sentí miedo de que no llegará a pesar de que nunca me había
dejado plantada, definitivamente tenía claro que no predisponían estos nuevas emociones nuestros
experimentos carnales, no, a mí ya me habían cautivado las pláticas posteriores, la inteligencia que
había descubierto en su pensar, la ternura con la que a veces me miraba o acariciaba mi cara , quería
verlo ya y no llegaba, los minutos pasando y ni un rastro suyo, decepcionada, a punto de las lágrimas
comencé a idear el plan para las horas siguientes, regresar a mi casa a llorarlo, no era opción : -“sí!,
voy a casa de mi amiga y la invitó al cine ¿pero ya me voy?, si, ya!, bueno 5 minutos más...” el viento
frío golpeando mi cara me hicieron largos los siguientes 120 segundos , pero el nudo en la garganta
me hacía mantenerme esperando sentada en las escaleras de concreto viendo ansiosa el oscuro
horizonte , de pronto, de la nada, alguien se sentó en el escalón inmediato a mí rodeando mi cuerpo

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con sus piernas y cubriendo mis ojos con el calor de sus manos -“¿Adivina quién soy? “, -“¡Ay! Ya
sé quién eres”, dije contenida ¡ wow y mil veces wow!, era su energía rodeándome, el aroma de su
loción y el olor de su piel recién bañada que inundaban todo el espacio, su voz grave que a mi sentido
del oído hacía tan feliz… ¡sí había llegado!, estaba ahí para mí y yo para para él, el recuerdo de ese
momento aún eriza mi piel y me hace sonreír y es que ese fue quizás para mí el mejor saludo que
tuvimos en nuestra historia de 20 años , hay más cosas memorables de ese día como el churro de
película que vimos y es que era un asco, pero yo la propuse porque días antes alguien más me había
invitado a verla, estar sentada en la sala viendo esas absurdas escenas de amor , esquivando los
abrazos de otro 13 años mayor que yo ,cuando sin decirlo a nadie a esas alturas me sentía ya suya
era definitivamente un recuerdo que quería borrar, ir con él a ver ese bodrio otra vez, era la mejor
forma que se me ocurrió a mis 17 años para borrar ese lastre de experiencia con otro.

Caminar con él esa noche, esquivando a las personas mientras me abrazaba y cantaba “En el 2000”
al mismo tiempo que arreglaba la letra para hacerla acorde a mi riéndonos es un momento que está
claro en mí aún… me esboza una sonrisa en la cara.

Sin pronunciar mis sentimientos ni el los suyos seguían pasando las semanas y aunque todo parecía
ser tan informal como siempre el nuevo año que empezaba trajo emociones nuevas, ya no era fácil
encontrarlo en los pasillos de nuestra nueva escuela, pues un cruce de miradas y fugaz saludo era
suficiente para desestabilizar mi atención toda la tarde, las clases entonces eran ya algo que no tenían
caso, ni sentido…¡celos!, por fin los conocí el día que se le ocurrió irse a sentar con otra chica a
platicar a la jardinera que estaba ¡pegada a mi salón!..., pero verlo esperando con su mochila al
hombro al borde de su bien definido cuello al final del día por mí en el vestíbulo de la escuela lo
borraba todo…a veces éramos más azarosos y los salones de la escuela eran ´perfectos para nuestras
faenas, la expulsión era el castigo que ameritaba el riesgo pero bien lo valía, supongo, en esa edad
esas cosas no se valoran.

Con el paso de nuestro tiempo compartido, las pláticas existenciales y las nuevas experiencias
vividas , fui desarrollando confianza y femineidad, ya poco quedaba de aquella niña con brackets y
lentes de 13 años que le entregaba las cartas de otras, eso sí, el muro que me había autoimpuesto
para no mostrarle mis sentimientos estaba más alto y fuerte que nunca, él sin embargo fue
desenvolviéndose poco a poco , hablaba inocentemente de nuestro futuro juntos estando casados
,viviendo en una granja, cuidando a nuestro caballo , gallinas , ¡más tierno no podría ser!, yo por mi
parte cedía discretamente a sus deseos, como mi cabello teñido de rojo como sorpresa para él en su
cumpleaños el último día de octubre.

Noviembre será por siempre un periodo en que su recuerdo viene a mi mente, ahora que mi vida es
otra y que los años han pasado, siempre aparece con cinismo, travesura y pincelazos de nostalgia…el
helado viento frío de la intemperie del parque o la altura de un puente peatonal en la noche nos hacía
más intensos y entrañables.

Nunca pensé que él me tomara en serio, pero en ese segundo noviembre “juntos” también, una
amiga de la secundaria que moría desde siempre por su afecto, me contó cómo habían coincidido en
una fiesta días antes -“¿Ah sí? , ¿Y qué pasó?” pregunté con cierto aire de desinterés – “¡Nada!, quise
besarlo y él me rechazó, porque tenía novia, me dijo que la quería mucho y que ¡yo la conocía!, pero
no sé quién es, ¿tú sabes?” – “No, ni idea.” Contesté con total desgano… ¿novia?, era yo su ¿novia?,

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los novios se besan, se toman de la mano no son como nosotros, y por lo menos yo, después de esas
pocas citas desastrosas con aquél casi señor me mantuve exclusiva de él… ¿él era también mío nada
más?, ¿me quería como yo a él? ¿Era eso posible, era cierto? la sola idea ¡me explotó el corazón de
alegría!, pero el miedo a que él me dijera que no era cierto provocó que nunca le dijera nada acerca
de lo que me había enterado aquel día.

El siguiente paso en nuestra relación de reglas claras pero no establecidas, de jugueteos sin
compromiso, de confidencias sin cariños y constante ternura sin siquiera un beso hasta entonces,
requerían de la caída de mi bien estructurado muro, aceptar que si bien él no era mi primer amor si
iba a ser el primero en algo inolvidable, por supuesto, todas y cada una de las veces que me lo propuso
durante semanas antes fue ¡tan dulce y devoto!, estoy segura que de haber aceptado, me hubiera
cuidado, protegido, querido y hubiera sido una de las mejores experiencias de esa etapa de mi vida.
Hasta hoy haberlo rechazado y la forma en la que lo hice me hacen sentir avergonzada y muy
arrepentida. Varios años más tarde al despertar de una noche de alcohol después de haber tenido mi
primera vez entre movimientos grotescos y borrosos, fue el recuerdo de ese día en que lo rechacé y
en el que estoy segura lastime su corazón dejándolo con todo preparado , pero él siendo incluso ahí
caballeroso , empático y respetuoso lo primero que vino a mi mente en esa mañana fría y cruel, él
fue en ese momento tan frontal y prudente conmigo, todo lo opuesto a mi compañero de esa primera
experiencia … llanto amargo reprimido y la súplica por un perdón a mí misma y a él por habernos
negado ese momento fue lo que hasta entonces pensé sería la conclusión de esa historia.

Hasta cierto punto, mi crueldad, cinismo e insensibilidad mostrados en ese momento del “no
definitivo” , rompió todo, llegaron pronto las vacaciones de invierno nuevamente y no recuerdo el
momento exacto en que decidimos alejarnos, pero en los 2 meses siguientes si nos reunimos con
cierto desencanto un par de veces más fue todo, enero estaba por terminar y el tiempo que habíamos
pasado juntos me había permitido conocerlo más de lo que él se imaginaba, intuí bien que ahora sí,
ya había alguien más con él, no había nada que hacer, estaba todo hecho, yo jamás le reclamaría
algo así, mi corazón se rompió con mis sospechas pero tenía que salir airosa de la situación , la
última vez que nos citamos, sin decirlo, sabíamos que era eso, la última vez, parece poca cosa pero
2 años siendo sin saber uno del otro a los 17 y 18 años respectivamente es mucho tiempo.

Esperé ese viernes nerviosa que llegará la hora y como siempre estuvimos puntuales en la entrada
de la escuela, pedí la palabra antes de que dijera nada mientras empezábamos a caminar hacia el
que había sido nuestro parque, testigo de tanto entre nosotros: “Creo que esta es la última vez que
te veo, porque ya conocí a alguien más y quiero iniciar algo en serio, ya no podré verte más”, lo dije
segura de que fuera verdad, por supuesto no tenía a nadie más, después de haber convivido tan
íntimamente con el suspiro hecho realidad de todas mis amigas, de haberlo descubierto en cuerpo,
mente y alma, de haberlo escuchado cantarme sin casi respirar el trabalenguas de canción “Te
necesito” de Luis Miguel ¿quién iba a venir ahora a ser dueño así nada más de mis afectos?, ¿quién
podía ocupar su lugar? … por su parte él confesó lo que yo ya sabía, no pedí nombres ni detalles,
sinceramente me fue fácil deducir que era alguna chica como las que le conocí hacía muchos años
atrás cuando lo perseguía como empleada de la paquetería del amor, mucho más bonita, arreglada
y sensual que yo…perdí y lo aceptaba, dicen que cuándo debe concluir algo todo lo indica, el policía
que nos sorprendió siendo divertidos en esa última vez nos marcó que ese parque ya no era lugar
para nosotros…la despedida final no fue menos agradable, no logro rememorar cuáles fueron las
razones , pero todo el camino de regreso al punto dónde siempre cada uno se iba a casa fue de

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discusión, nunca habíamos peleado, hasta ese día, ese momento, un furioso ¡bueno ya, adiós! fue
suficiente para terminarlo todo , él llegó a mí con el resplandor del sol hacía más de dos años atrás
y ahora se iba caminando hacia su horizonte sin voltear dejándome atrás viéndolo alejarse … no
pude evitar que algunas lágrimas cayeran por mis mejillas, lo iba a extrañar.

Mi duelo aparentemente por el rompimiento duró exactamente el trayecto del adiós a mi casa, era
muy joven y ¡tenía tantas ganas de vivir!, había una fiesta esa misma noche y yo tenía como prioridad
ir a bailar, divertirme, las fiestas a las que iba en ese entonces eran muy cerca de su casa, a veces él
iba, a veces no, por raro que parezca pensar en un muy pronto reencuentro con mi primer “¿ex?” ni
siquiera pasó por mi mente , estaba lista a las pocas horas para divertirme con mis amigas… en ese
momento yo ya había descubierto muchos de los atributos que me hacían atractiva para los del sexo
opuesto , disfrutaba bailar con quién me lo pidiera, casi nunca estaba sola y estaba en esas cuando
entre luces y humo apareció su figura a escasos metros de espalda a mi abrazando la cintura de su
nueva ella, él la rodeaba con sus brazos y le hablaba al oído mientras sonaba a todo volumen “Lucha
de gigantes” , si bien no pude quitar la mirada de ellos sin que se dieran cuenta durante toda la
canción, decidí que no iba afectarme de más, y las lágrimas que tenía ya listas para salir a raudales,
no se me iban a escapar , si hace unas cuantas horas le quería con el alma ahora lo despreciaba y
me causaba repulsión …meses después seguí siendo presa del dolor que me causo ese momento y
cometí algunas estupideces como querer conquistar a su mejor amigo, afortunadamente para ellos 2
y sobre todo para mí , solo quedo en un motivo para reírse (supongo! jajaja!). Por supuesto que hoy
20 años después “Lucha de Gigantes” es un top en mi lista negra de canciones a NO ESCUCHAR.

A partir de ahí fueron escasos los momentos en que coincidimos, siempre en las fiestas, él siempre
con ella, que era casi igual a mis figuraciones, y sí, algunas de esas veces me propuso acercarse, a lo
que siempre le decía que sí, pero lo dejaba esperando mientras yo estaba cínicamente bailando con
alguien más, el jamás reclamó pero siempre pude percatarme de su mirada confusa y dolida ante mi
juego.

De repente, no volví a verlo hasta dos años después, yo estaba ya profundamente enamorada de
alguien más y él seguía también su camino, pero esas veces nos vimos con mucho cariño y ganas de
saber uno del otro , dos veces de esos momentos me pidió ser su novia con todas las formalidades del
momento, en la última vez yo estaba ya en una relación muy seria con el que sería el padre de mi
hija años después, sentí que entonces ya ni amigos podíamos ser, así que desaparecí de su vida, ni
siquiera me atreví a saludarlo tiempo después cuándo lo vi a pocos metros de mí en la Superior de
Medicina , él se veía impecable y gallardo con su bata blanca cumpliendo el sueño del que me
hablaba cuando íbamos al parque años atrás, yo estaba de nuevo cerca de él estudiando una carrera
comercial en la escuela de enfrente, me dio enorme gusto verlo realizándose. En mis años ahí
estudiando, nunca nos cruzamos de nuevo.

Pasaron casi 15 años desde que nos perdimos uno del otro, de repente el COVID me puso en las
cuerdas de la despedida de este plano, bendecida con una oportunidad más me di a la tarea de buscar
a quiénes habían sido importantes para mí y por alguna razón había perdido contacto, mi vida
matrimonial y en general mi existencia eran en ese entonces pedazos de ruinas por dónde se volteará
a ver, la sensación de nuevo comienzo me hacía querer buscarme a mí misma empezando por
recordar lo que alguna vez fui, él tenía que ser contactado, ¡por supuesto que sí!… encontrarlo fue
toda una osadía, su nombre de telenovela era muy popular y de las más de diez opciones que encontré

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en Fb , le escribí a 3, afortunadamente a los pocos días obtuve su respuesta y no pude tener mayor
sorpresa al confirmar que era él, como siempre él… galante, elocuente, atento, respetuoso, reservado
todo un tesoro por revelar.

Platicamos durante algunas semanas, vernos era nuevamente el siguiente paso, juro que a pesar de
mi negro panorama de vida, no buscaba más que en ese encuentro otra cosa que saber de él, ponerme
al corriente y sobre todo asegurarme que estaba bien entre tanto caos que la pandemia había traído.

Los meses antes de nuestra nueva cita habían sido para mí una literal tortura, sentía mi esencia
desquebrajada, había intentado de muchas formas liberarme de lo que me hacía la vida triste durante
muchos años atrás, estaba todo mal, mi familia, mi trabajo, mis ganas de salir adelante , estaba
increíblemente sola y desamparada, perdida como nunca antes, lo había intentado todo y no
funcionó ,había pedido tanta ayuda y nadie me escucho, ya no tenía camino que seguir… una
violenta discusión en mi casa me mantuvo llorando amargamente durante toda la noche antes de ir
a verlo, aún no sé cómo tuve fuerzas para levantarme y salir como hace dieciocho años para ir a
verlo, mi drama personal ni siquiera me permitió sentir nervios al acercarse la hora, para mi ese día
siendo franca, él solo representaba la única opción que tenía para no estar en casa, respirar aire.

Esta vez, fui yo la que llegué tarde y ya estaba esperándome, hasta que lo tuve enfrente de mi pude
dimensionar lo que estaba pasando, olvidé todos mis problemas en un instante y una agradable
sorpresa e inmensa alegría inundo mi ser, si bien los años transcurridos lo hacían ver más maduro a
mis recuerdos, su aspecto seguía siendo pulcro, los lentes que ahora usaba lo hacían ver más
interesante y su forma corporal seguía siendo fuerte, regia, por si fuera poco seguía soltero y sin
compromisos…. Cuándo estas con alguien que de verdad tu alma reconoce, el lugar, lo que se come
o bebe no importa, se trata de estar y nosotros estábamos , otra vez … creo que una hora nos bastó
para ponernos al corriente de lo indispensable y de repente su propuesta para pasear en su moto cayó
como sorpresa, esta primera vez en mi vida no podía negársela así que a los pocos minutos estaba yo
acomodando mi vaporosa maxi falda en el asiento de su moto. No importa el tiempo que pasé no
podemos evitar ser lo que somos aunque crezcamos, nuestra naturaleza será la misma, así que ahí
estaba él guiándome a vivir de nuevo experiencias diferentes , yendo a toda prisa, seguro, atrevido,
siendo tan él…yo que apenas unas horas antes sentía el sentido de mi vida perdido estaba ahí
aferrada a su espalda sintiendo la presencia divina en el aire que me daba al mil por segundo en la
cara , diciéndome en el cielo que sentía tan cerca que podía con todo y que sí tenía oportunidades
de seguir aunque no tuviera idea en ese momento de cuáles eran, saldría adelante. Para él a lo mejor
fue un simple paseo, para mí fue una maniobra de primeros auxilios para mi moribundo existir…una
desobediencia en el reglamento de tráfico de su parte por querer salir gallardo en el paseo nos hizo
ser presas nuevamente de ¡la policía!, ¡que buen recuerdo de mejores tiempos! un Deja Vú y no otra
cosa! ¡ Jajaja! , después de librarnos del señor uniformado, ¿a dónde podríamos ir? , no iba ser ese el
fin de la cita, yo propuse dudosa ir a nuestro parque, con nadie más iría a ese lugar, y desde la vez
que fui sola a llorar por lo mucho que lo extrañaba meses después de nuestro “rompimiento” no
había regresado jamás.

Aunque era de día, fue inevitable verme cómo hacía 17 años atrás caminando de nuevo hacía los
mismos arbustos con él a mi lado, identificamos nerviosos los arboles donde nos recargábamos a
platicar y bueno, estábamos ahí siendo otra vez nosotros, la familiaridad de nuestro lugar nos hizo
ser más sinceros y de repente empezamos a recordar nuestras anécdotas , las risas no se dejaron

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esconder…fui completamente transparente con él , mi familia estaba rota y yo había dado por
terminada mi relación, estar frente a frente, tan cerca uno del otro deseando como hace tantos años
un beso suyo no me parecía para nada una falta a la moral, así que fue inevitable que entre los asuntos
pendientes del pasado a arreglar en esta conversación en pleno césped casi mojado no hacer el
reclamo del beso que siempre faltó, ese que cómo dice la tradición tiene que hacer ¡pop! … más risas,
más nervios, cada vez más cerca uno del otro, mi corazón latiendo fuerte y por fin, después de 18
años de nuestra primera cita, 20 años de la primera vez que le entregué cartas de otras, yo siendo
madre de una hija, él aún soltero pero con muchas historias ya en su haber, estábamos ahí por fin
tocándonos los labios mutuamente con toda la ternura , ansiedad y tímido frenesí típico de una
primera vez así pero inusual para unos treintones como nosotros...tuvieron que pasar casi 2 décadas
para que yo desarrollará la seguridad de acercarme así a sus delgados y dulces labios, tuvieron que
pasar más de 15 años para que él dejará sus propias inseguridades que le hacía pensar que yo no
quería nada sentimental con él y se atreviera a acercarse, no sé si nuestra espera fue absurda, pero
valió la pena.

Cuándo me dejó en el lugar que le indiqué cerca de mi casa, ¡mi ser era otro!, en unas horas había
recobrado las ganas de vivir, me había inyectado fuerza, amparo, seguridad, mi estrategia de alguna
manera funcionó, volver a verlo me recordó quién era yo, aun así tenía muy claro que no tenía nada
que ofrecerle y seguirlo viendo no era opción, tenía que arreglar tanto en mi vida que una amistad
cercana no era ni siquiera opción, al final de todo , ese beso había cerrado mi ciclo en su historia
creía yo, otra vez.

El COVID trajo muchas vicisitudes nuevas, encontrar la atención médica necesaria para atender a
mi mamá enferma era en esos momentos todo un logró a conquistar, en agosto , casi dos meses
después de nuestro encuentro y ante la falta de una enfermera que nos apoyará a resolver un asunto
urgente con mi mamá recurrir a sus servicios como médico fue mi última opción pero la única que
funcionó…mi papá dice que cuando el camino se pone difícil , Dios siempre manda refuerzos que te
ayuden a hacer el pasaje menos sinuoso, así entonces él y su maravillosa hermana desde el primer
día nos brindaron calidez , profesionalismo, solidaridad y empatía en esos momentos tan
complicados para mi familia.

Si hay algo que lamentó tanto es que la conciencia de mi mamá estuviera tan perdida por su avanzado
estado de enfermedad que no pudo reconocerlo cuando él entro por primera vez a su cuarto, más que
entrañable fue el momento en el que se inclinó a su cama y la abrazó con cariño y ternura, yo estoy
segura que si mi mamá hubiera estado consciente de su presencia le hubiera dado alegría infinita
verlo convertido en lo que ahora es y le hubiera respondido dichosa la cálida deferencia de su parte
hacia ella.

Los días iban pasando, sus visitas médicas ocurriendo y la chispas entre nosotros no podían dejar de
salir, nuestra nueva edad nos hacía ser más sagaces y aunque yo no había dejado de vivir con el padre
de mi hija, hacía meses que eso ya no dependía de mí, yo había hecho hasta lo imposible para sanar
nuestra familia durante años y al no encontrar avance, terminar con eso, era la única opción de
sobrevivir. Siendo fiel a mis esencias y sin exagerarlas, he de decir que me he convertido en una
mujer frontal, incapaz hoy de jugar con los sentimientos de otra persona, mucho menos de quiénes
en realidad me importan, mi situación , por más que pareciera un meme sacado de cualquier página
de Fb. de mujeres infieles , era real, fui frontal con el padre de mi hija, él estaba de nuevo en mi vida,

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no tenía ni idea de lo que iba a pasar, no estaba lista para nada nuevo, pero no podía evitar que las
emociones surgieran cuando tenía a mi pasado cerca, con ambos fui siempre sincera, pero con el de
antes fui quizás mucho más imprudente indiscreta e insistente de lo que se necesitaba pero establecer
las nuevas reglas de estos nuevos encuentros envueltos de cafés y besos tiernos, me era prioritario a
más no poder y es que lastimar su alma, causar caos en su vida era todo lo que no quería hacer.

Nuestros contaditos nuevos encuentros me daban a mi ánimos de continuar viva y aunque fue muy
poco el tiempo que pasamos nuevamente juntos, fue sumamente intenso… jamás podré olvidar que
hizo hasta lo imposible para salvar la vida de mi mamá en una de sus visitas médicas , nos regaló con
eso meses más a su lado que yo aproveche y disfruté al máximo, son sin duda esos días al lado de
mi mamá hoy tesoros que guardo en lo más profundo de mi corazón ahora que ella ya no está y que
sin duda él con la ayuda divina me concedió.

Ahora en esta etapa no había juegos de carne, pero sí muchos roces suaves, besos tiernos, miradas
largas y la felicidad nos salía por los poros cada segundo que pasábamos juntos ¡otra vez!.

Yo en el momento siendo toda una mujer, me sentí con la astucia suficiente para proponerle hacer
realidad la propuesta que nos frustré hace años, si en ese entonces yo le arruiné sus planes era
entonces mi momento de preparar la situación para ambos… aun con esa valentía y malicia que
sentía en mí, volví a ser la niña de 13 años que lo veía como inalcanzable esperándolo en la
habitación del hotel a media luz, con vino y fresas, mordiendo mis labios rojos una y otra vez
imaginando todo , esperando tanto , sintiendo miedo de mucho pero todo pasó cuando toco a la
puerta y suspiro diciendo: “¡Wow! por fin estamos aquí y no puedo creer lo hermosa que eres” , los
largos besos que siguieron a eso y las expectativas acumulada de casi 20 años por ambas partes ,
hicieron que ese momento esperado no fuera la mejor parte de la experiencia, por otro lado, en esta
nueva etapa, él a pesar de mostrarse entusiasmado, alegre y esperanzado por nuestro reencuentro ,
también tenía pincelazos de recelo, confusión, temor así que definitivamente lo que si fue memorable
esa noche fue haber obtenido por fin su plena confianza nuevamente al verlo dormir profundamente
con su torso desnudo a mi lado, seguía siendo tan o más bello que en secundaria y era un ser dulce
como nunca ninguna de mis amigas jamás imagino, platicar hondamente de nuestro sentir sobre
nuestra historia , enterarme que él concebía lo mismo por mí en ese entonces y sentir sus brazos
queriéndome rodear a cada instante con inmensa ternura es lo que resguardo de ese día, así será por
siempre…

Después de eso nos reunimos solo un par de veces más, no sé si mi irrazonable, caótica y espeluznante
realidad familiar lo ahuyentaron, estoy segura que sí, la presión era mucha para cualquiera, no lo
culpo , él siempre tenía miedo a pesar de que no había peligro y el hecho de convivir con mi hija, mi
esposo (que sabía de nuestros encuentros y siempre fue respetuoso con él), mi papá y mi demás
familia cada que acompañaba a su hermana a visitar a mi mamá mientras “aparte “ él y yo
desarrollábamos una nueva historia era algo tan bizarro incluso para mí, comprendiendo sus valores
morales, sé que esos acercamientos no eran algo digno de llamarse valentía, sino algo mucho más
oscuro e incómodo que no estaba en sus estándares ni los míos.

La última vez que nos vimos, sin saber que sería esa la última ocasión, llegó de noche por mi cerca
de mi casa, como siempre, más apuesto ¡que nunca!, fuimos a una plaza cercana a tomar café y
mientras caminábamos hacia el local pude cumplir la última de nuestras fantasías pendientes:

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¡caminar tomados de la mano! , fui yo la que sorpresivamente entrelazó sus dedos con los suyos, pero
definitivamente él no pudo ocultar su deleite, ¡sus ojos destellaban!, nerviosos y sonriendo tontos
como adolescentes caminamos así varios metros, yo me sentía profundamente dichosa, orgullosa y
agradecida de vivir eso tan simple pero tan maravilloso cómo lo había anhelado desde siempre…no
recuerdo ninguna de nuestras otras citas en tantos años en la que nos apreciara tan plenos , relajados
y yo segura a su lado, no sé si fue una hora o 2 las que estuvimos sentados en ese lugar, pero por esa
última ocasión fuimos felices, fuimos nosotros.

Al despedirnos, por primera vez en esta etapa él sugirió vernos antes de lo acostumbrado, no sabía
lo que el futuro nos deparaba mi vida era solo confusión, pero si sabía que iba a estar ahí cuándo él
quisiera verme de nuevo.

Si algo tenía claro en esa densa neblina que me rodeaba es que tenía curiosidad otra vez y que me
mantenía embelesada la parte de él que estaba mostrándome en esta fase, descubrí que mientras en
esos años escolares nosotras observábamos a un inalcanzable, él era solo un chico tímido, inseguro
que luchaba cada día por salir adelante, incluso un poco más que cualquiera que nosotros, pero con
una gran nobleza en el corazón … comprendí que para mí nunca fue lo que yo pensé que era: un
mujeriego insensible sin remedio y que siempre estuvo ahí esperando un poquito más de mí , sus
propias inseguridades que eran iguales o más grandes a las mías le impidieron ser más que mi
compañero de parque y mi osado maestro, por otro lado me asustaba escucharlo hablarme
entusiasmado sobre los nuevos planes que tenía para nosotros: Un bebé suyo y mío, nuestra rutina
diaria como sus padres, como familia y el sentimiento de pérdida que tenía por haber errado el
camino hace casi dos décadas separándonos… sin embargo, yo a pesar de que estaba hundida , sin
esperanza de futuro , sí tenía la certeza de que no cambiaría nada en mi vida hasta entonces, con
todo y los tropiezos, así que lo que sucedió después, supongo fue lo mejor.

Los días pasaron y su falta de sentido del humor y el exceso del mío tan negro y lleno de sarcasmo
nos jugaron malas jugadas en los últimos mensajes intercambiados, su aparente desinterés a partir de
eso por mí y la prioritaria necesidad de tiempo y atención que requerían mi vida de hija , madre y
mujer trabajadora me hicieron cada día posponer las disculpas y las explicaciones que le debía en
una nueva cita… fue hasta un mes después desde las últimas palabras tecleadas a su teléfono que un
día por la mañana, me armé de valor y siendo otra vez un triste remedo de mujer fatal le di la
despedida de mi vida, más arrogante, víctima y soberbia no pude haber sido… jamás justificaré mis
palabras, pero un torbellino de intensidades y oscuridad fue esa etapa de mi existencia, él como
siempre preciso , noble y prudente se limitó a decirme adiós .

En casa, estos encuentros aunque fueron siempre consensuados no pasaron desapercibidos, él hecho
de que el amor de mi vida me sintiera casi perdida en los brazos de alguien decente con buenas
intenciones y un pasado recorrido , hicieron que la terapia psicológica de tiempo cobrará sentido en
semanas, de repente un cambio radical y sustancioso en la actitud, palabra , obra y esencia de mi
esposo hicieron mis sueños hecho realidad, por fin tendría la familia que tanto había anhelado y
luchado por años, el nido que nuestra muy amada y hermosa niña merecía , mi decisión fue
relativamente sencilla, me desprendería del pasado, de todo el pasado y trabajaría por el futuro que
siempre quise. He sabido siempre que el amor que mi pareja y yo nos tenemos es inmenso y los
cambios que prometió en ese entonces hasta hoy a más de un año de esos días, hechos realidad me
lo demuestran. En nuestros quince años juntos, hemos tenido todos los problemas menos el de la

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infidelidad, esto claramente no lo fue, a mí me esperaban en casa al regreso de mis encuentros con
una taza de café servida y un cálido saludo esperando escuchar solo lo que yo quisiera contar sobre
mi paseo, al pasar del tiempo los dos en casa comprendimos que ese espacio nos hizo evaluar nuestro
camino hecho e imaginar nuestro futuro separados, concluimos que permanecer tomados de las
manos por muchos años más es nuestro ideal.

A mi antiguo amor no volví a verlo nunca, lo bloqueé de mis redes, no por venganza pero si por
vergüenza, y aunque mis días estén ahora nuevamente resueltos, mi familia reconstruida, mis
convicciones de vida y amor de pareja más claras que nunca, guardaré siempre en mi corazón
verdaderamente agradecimiento por él que pasó siempre por mis días antes y ahora para darles
sentido, valor, valentía, aventura, intensidad, emoción, rumbo y horizontes nuevos. Me salvó en el
momento más lóbrego de mí existir. El amor sincero y la espléndida ternura que pude re describir
en sus acciones recapitulando en esta síntesis tantos años me hacen enviarle todos mis buenos deseos
y bendiciones para su existencia de aquí en adelante cualquiera que fuera el camino que siga
ahora…la madurez que me han dado mis errores, me permite cerrar ciclos y soltar lo que no te
necesita para ser feliz, pero si acaso, ojalá que la vida sea tan generosa y nos reúna casualmente una
última ocasión para ofrecer si se requiere las explicaciones y disculpas pertinentes y darnos el adiós
que si es digno de tan entrañable historia de amistad , amor y cariño sincero.

Nunca fuimos destinados a ser más que momentos y tampoco dimos nuestro mejor esfuerzo para ser
más que eso, fuimos uno del otro nuestro mejor espacio para crecer, divertirnos y madurar sin
presiones, estoy convencida de que hay amores que se presentan a nuestro encuentro para
ensamblarse a perfección con nosotros y hay otros con todo en contra, pero siempre los llevaremos
en el alma, mente y corazón por sus enseñanzas y momentos inolvidables.

Para él en donde sea que este:

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