Está en la página 1de 2

LA LEVEDAD DEL SER

Desde que el humano se pregunta por su propia existencia, una de las grandes preguntas
ha sido ¿Qué es el tiempo? ¿Y que es el tiempo, una medida, una metáfora, un
conocimiento? Son preguntas que han llevado a la humanidad a lugares recónditos de su
mente.

Según Aristóteles, el tiempo es el movimiento entre el antes y el después. ¿Por qué entre
el antes y el después? Porque eso es, básicamente, lo que podemos conocer como seres
finitos, pequeños e incompletos. Nuestro tiempo de vida es muy acortado como para
saber todo los que paso en la historia de la humanidad, solo tenemos una pequeña
recopilación de recuerdo entre el antes y lo que suponemos del después, que es la única
verdad absoluta que vamos a conocer en nuestra vida.

Luego de largas charlas conmigo misma llegue a la conclusión de que todo lo que e
vivido hasta ahora también lo ha vivido otra persona, que mis leves recuerdos del
pasado alguien más también los vivió y los conoce como su propia vida “única e
irrepetible”. Lo que creía como mi verdad absoluta lo tuve que partir en miles de
pedazos y repartirlo entre personas que en mi vida conoceré. ¿Pero que nos diferencia
de todas estas personas que no conocemos? La capacidad de actualizarnos, de movernos
y de conocer. Nosotros somos lo que conocemos como personas, yo no puedo conocer
algo que nunca vi, que no escuche, que no leí, que no conozco, etc. Entonces eso nos
abre un nuevo camino en la “repetición” de la vida.

“No podemos creer, en efecto, que el pasado se constituya después de haber sido
presente” *

Afirma Deleuze. Sería erróneo decir que nuestra vida presente ya fue vivida, ya que el
pasado no puede repetirse en el presente, los presentes de las personas no pueden ser
repetibles porque no se puede esperar el mismo pasado de estos. ¿Qué significa esto?
Que por más que vivimos un leve tiempo, nuestra vida en inevitablemente única para la
humanidad.

*Frase del libro “Diferencia y repetición” de Gilles Deleuze


Entonces podemos decir que el tiempo, la diferenciación y la repetición van de la mano.
¿Y esto por qué? Si nos guiamos según Aristóteles y Deleuze, podemos hacer una
función entre el antes y el después, el pasado y el presente que vivimos.

Nuestra existencia puede ser muy leve comparado con los años de la humanidad, pero si
cada una vive diferentes presentes, los pasados nunca se van a poder repetir entre si por
mas de que se parezcan uno entre el otro.

Así puedo concluir con mucha seguridad, que nuestra vida es únicamente, y solo, para
nosotros y para nuestras experiencias, que por mas que de que se parezcan mucho a la
de los demás, solo nosotros estamos seguros de lo que fue nuestro pasado y que lo que
esperamos de nuestro futuro. La levedad de nuestro ser se manifiesta en nuestros
pequeños cuerpos, en el tiempo que este vive. Nuestra existencia se basa en
experiencias que vivimos únicamente nosotros.

Juana Litwin

También podría gustarte