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Descargando el futuro:

Entrevista de Chris Dierkes a Thomas Hübl

CD: Thomas, gracias por estar aquí y acceder a esta entrevista. En abril del año pasado, cu-
ando viniste a Vancouver, hablaste sobre los cuatro pilares de tu enseñanza: la meditación,
descargando el futuro, la comunicación transparente y el servicio. Las preguntas que tengo
desde que escribí el artículo anterior han girado en gran medida alrededor del tema “descar-
gando el futuro”. Me preguntaba si podrías hablar sobre esto: qué es y cómo encaja en térmi-
nos de tu enseñanza y cómo puede la gente acceder a esto.

TH: Lo primero de todo… ¿por dónde empezar? Primero de todo, vamos a hablar sobre qué
es el futuro. Hay diferentes nociones de futuro. Existe una versión mística y otra, por decirlo
así, mundana. Para la mayoría de la gente, el futuro es lo que va a suceder en los próximos
cinco minutos o mañana o en un año. Para la mayoría de las personas, el futuro consiste en
evitar la intensidad de sus vidas. Es decir, que cuando no me gusta la vida que vivo ahora, es
muy probable que constantemente sueñe con otra posibilidad que podría ser un poco mejor.
Así que, para la mayoría de la gente, el futuro es imaginar una vida mejor porque literalmente
no estamos viviendo nuestras vidas plenamente aquí y ahora. Esta es una versión del futuro,
pero yo no me refiero a ella.

Yo me refiero al futuro de personas que son genios, de los santos, de todos aquellos que
establecieron un hito para el desarrollo humano, es decir, personas que están muy presentes
en lo que hacen, como científicos, santos, o personas que exploran diferentes aspectos de
la naturaleza humana. Al estar tan presentes, realmente vivimos una versión cada vez más
completa de nosotros mismos y ampliamos nuestra conciencia en el territorio futuro de la
humanidad. Esto significa que el futuro del que estamos hablando aquí no es lo que pasará
mañana, porque mañana puede ser una repetición de hoy. Puede darse el mismo patrón una
y otra y otra vez. Pero, si nos introducimos en nuestro futuro, nos podemos sintonizar con el
potencial futuro de lo que podemos ser, es decir, con un radio más amplio de conciencia, una
mayor posibilidad y complejidad y plenitud de lo que hoy vivo y experimento.

En realidad, se trata de sintonizarse con los aspectos superconscientes de uno mismo. Así
que, todo lo que está en mi consciencia es mi estado de conciencia hoy. Todo lo que está por
encima de este estado de conciencia está realmente por encima del techo de la habitación.

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Si la habitación tiene un techo, probablemente no vea lo que está por encima del techo. Hay
algunas personas que no paran de hacer agujeros en el techo por los que entra un perfume
que viene del siguiente nivel, es decir, por encima del techo, y la sala se llena repentinamente
de una fragancia embriagadora. Entonces, empiezan a llegar personas que preguntan qué
es ese olor. Y comienzan a ampliar el agujero del techo. De esta manera es como realmente
revelamos nuevos niveles de evolución de la humanidad. Por eso, los grandes visionarios, los
mayores santos, los grandes inventores de la humanidad han estado a menudo cincuenta,
cien, incluso doscientos años por delante de su tiempo. Esto significa que habían metido su
cabeza por el agujero y la tenían bastante dentro del siguiente nivel de la humanidad. Ellos
simplemente compartieron los frutos del nivel en el que estaban viviendo. Sin embargo, no
estaban en el mañana. Vivían en el mismo presente, incluso en la misma zona horaria, pero
su radio de conciencia se extendía a otras zonas horarias.

Con esto quiero decir que todos tenemos esta capacidad cuando en nuestra vida espiritual nos
ocupamos literalmente por igual de esta vida y de la trascendencia. Y si nos preocupamos de
vivir de verdad y de expresarnos completamente mientras trascendemos la vida que expresa-
mos con plenitud, entonces tendremos la capacidad de convertirnos en fuente de inspiración
e innovación y de estar cada vez más conectados al futuro. Esto se está relacionando cada
vez más con el proceso místico de la creación. Por eso, algunas personas lo llaman el impulso
evolutivo; otros lo llaman Dios en acción y otros Luz. Hay diferentes versiones. Sin embargo,
lo que quiere decir es que la fuerza impulsora ya está en movimiento, porque una vez que
estamos en la vida, estamos en movimiento y la práctica espiritual significa explorar el movi-
miento. ¿Qué nos pone en movimiento? Cuanto más nos alineamos con el impulso original
que nos mueve ahora, más alineados estaremos con el futuro de la humanidad. Esta fuerza
en movimiento será nuestra inspiración.

Muchas personas se sienten inspiradas por su pasado, por sus experiencias, por lo que les
gusta y lo que no y por los deseos de su pasado. Mayormente, les motiva su pasado. Muchos
de mis pensamientos o sentimientos como persona son simplemente la expresión de miles de
años de evolución humana. Ahora, se expresan a través de mí y a través de usted y a través
de todos nosotros. Esto no es tan original sino sólo una expresión del pasado. Pero, literal-
mente, lo que hace que una persona sea inspiradora o única es que trascienda este nivel de
conciencia y se convierta en la fragancia futura de lo que podemos ser. La verdad es que sólo

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son unas pocas personas; un pequeño grupo de personas que están en la cima de la pirámide.
Pero creo que, al menos en nuestro tiempo, esto es un principio natural.

Si nos fijamos en cómo es la gente innovadora en todos los campos, veremos que hay ciertos
componentes que nos llevarán a comprender mejor el futuro. Uno es que la mayoría de ellos
están muy implicados con lo que están haciendo. Si son científicos, están plenamente metidos
en ello. Steve Jobs o personas como Jesús y Buda estaban realmente conectados a su fuerza
impulsora. Y, por lo tanto, extendieron el territorio humano en ciertos aspectos que mucha gen-
te no pueden ver porque están por encima de su techo. Algunas personas están dos pisos por
encima de nuestro techo. Cuando hablan en una habitación, no se les puede ver. Por ejemplo,
imagina que alguien está más desarrollado que yo en temas intelectuales o en matemáticas.
Si voy a la Universidad y veo una pizarra con cálculos matemáticos avanzados, para mí son
sólo signos. No tengo ni idea de cómo llegaron allí. No tengo ni idea de lo que significan, pero
por supuesto significan algo para algunas personas y algunas personas hacen cosas increíb-
les con ello. Pero yo no tengo ni idea. Veo al profesor en la Universidad que está haciendo todo
esto. Puedo ver los efectos de su inteligencia pero no sé cómo funciona.

Y así tenemos diferentes líneas de desarrollo: personas espiritualmente evolucionadas, emo-


cionalmente evolucionadas y socialmente evolucionadas. Cuando me encuentro a personas
que están más desarrolladas que yo, esto significa que viven en mi futuro. Así que, cuando
entran en la habitación, los veo hasta la altura de la cintura, pero no veo su cabeza. Su cabeza
está metida en la parte superior del techo, por encima del techo. Saber esto me da mucha
humildad y entrega a la vida porque significa que todos podemos ser maestros uno del otro,
todos podemos desarrollarnos de manera sorprendente y todos podemos tener partes de no-
sotros mismos que no están tan desarrolladas. Por eso, si tengo una parte más desarrollada y
me comporto con cierta arrogancia, entonces voy a conocer personas que me mostrarán otras
partes de mí que no están tan desarrolladas.

En primer lugar, esto me da una perspectiva holística sobre el desarrollo porque no hay sólo
una cosa, sino muchas áreas en las que nos podemos desarrollar. Pero esto también nos
muestra que no todos somos iguales, porque estamos en diferentes niveles de desarrollo y
creo que reconocer esta verdad es una profunda entrega, que implica entender que todos, a
veces, tendremos maestros y que todos, a veces, seremos maestros de otras personas. El
agua baja de la montaña y tenemos que ser capaces de recibirla. Esto significa que podemos

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permitirnos aprender de competencia y desarrollo. Entonces, dejamos que el agua nos atra-
viese y luego la transmitimos a otra persona. Es decir, no detenemos el agua cuando fluye
por encima de nuestras cabezas y tampoco cuando fluye desde la montaña porque en ambos
casos se produciría un desequilibrio para la humanidad y la cultura enfermaría. Creo que cu-
ando experimentamos esto, podemos entender el flujo del futuro, que no es el mañana, sino el
potencial en el que nos podemos desarrollar y la capacidad de aceptar que hay muchas cosas
que no vemos.

Aunque creamos que vemos mucho, hay mucho que no vemos. Si vivo mi vida con humildad
momento a momento, puedo aprender mucho. Sin embargo, también habrá muchas otras co-
sas que no podré aprender. De ese modo, siempre mantengo el espacio abierto para que entre
nueva información. Las personas que están demasiado llenas de sí mismas impiden que les
entre más información. A veces, vemos esto incluso con artistas increíbles. Cuando empiezan,
son creativos, hasta genios, y algunos de ellos mantienen esta forma de creatividad. Pero, en
el caso de otras personas, cuando se vuelven más famosas, el ego empieza a tomar posesión
de la creatividad. Piensan que es su creatividad y, en este momento, comienzan a cerrarse.
Algunas personas experimentan avances sorprendentes y luego permanecen en la misma
frecuencia y siguen haciendo lo mismo y lo publican de mil maneras diferentes pero, de esta
manera, nos perdemos un poco lo nuevo.

¿Dónde está lo nuevo? ¿Dónde puedo ver que tu creatividad sigue desarrollándose? Algunos
artistas mantienen esta creatividad y otros, simplemente, se quedan atascados en su fama.
Este bloqueo surge cuando la gente empieza a saber cosas, cuando se vuelven “alguien”.
Incluso hay maestros espirituales que, cuando se convierten en “alguien”, crean una nueva
identidad basada en su comunidad y su cargo. Pero, cuando esto sucede, pierden todo. Este
mismo proceso se puede aplicar a muchos ámbitos de la vida. Esta es ante todo una aclar-
ación de lo que queremos decir cuando hablamos sobre el futuro. ¿De qué futuro estamos
hablando?

CD: Esto es muy útil. Valoro la información sobre la presencia y el enfoque profundo, también
sobre la humildad, así como el reconocimiento de que nunca hay un punto final, que uno pue-
de sacrificar incluso las grandes cosas que ha creado porque todavía puede haber algo más.
¿Hay otros elementos? Cuando mencionaste que si observamos a los grandes innovadores,

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artistas o maestros espirituales, veremos patrones comunes que nos enseñan qué es lo que
permite que el techo se caiga, ¿hay otros elementos importantes en todo esto?

TH: Hay dos cosas. Hay algunos libros que son eternos, como el Tao Te Ching, que se leía
hace 2.000 años, se lee ahora, se leerá dentro de 2.000 años a partir de ahora y aún tendrá
sentido práctico; lo tiene en cualquier época. Y hay efectos. Por ejemplo, el brillo de la ropa de
la época que estamos viviendo ahora. Hay pequeñas modas que surgen y se hacen un poco
más famosas, que aparecen y luego desaparecen. Cuanto más nos acercamos a las profund-
idades de la realidad, cuanto más nos mezclamos con el aspecto místico y trascendente que
yace en la profundidad de la realidad, más atemporales nos hacemos. Hay innovadores que
están en la superficie. Son como surfistas en el océano. Algunos surfistas llegan a la ola de
conciencia y se dejan llevar y otros se quedan atascados en su ola. La ola ya ha bajado pero
ellos todavía siguen ahí. Estas son las personas que crean una empresa, que tienen una bu-
ena visión. Sin embargo, luego no se enteran de cuándo llega la próxima ola. Entonces, esta
desaparece. Vino otra ola pero se aferraron a la anterior por la seguridad del éxito o la fama o
el temor de hacer algo nuevo o por lo que sea.

Hay personas que cogen la ola de nuestro tiempo. Esto por un lado. Por otro, hay gente muy
buena que tienen olfato para lo que va a venir y saltan, saltan y saltan. Algunos de ellos tienen
mucho éxito haciendo esto porque crean algo nuevo y luego, una vez que esto despega, ya
están creando otra cosa nueva que también tiene mucho éxito. Después, hay personas que,
cuanto más profundizan, cuanto más se sumergen en la vida, más atemporal es la calidad
de lo que escriben, de su arte, de lo que sea que contribuyen a la humanidad. Entonces, uno
comprende mejor los principios de la vida y los puede aplicar en cualquier época. Parecerán
distintos. Hablaremos de ellos de distinta manera, pero será el mismo código original. Ocurre
lo mismo cuando uno aprende a programar un ordenador: puede programar muchos progra-
mas aunque parezcan diferentes. Sin embargo, la manera en la que se programan es muy
parecida.

En realidad, hay dos versiones de innovadores. Un grupo sabe saltar. Estas personas tienen
buena intuición sobre dónde ir a saltar. Después, están los que más penetraron en la realidad
de forma más profunda y, por eso, su contribución proviene de un lugar más profundo. Esto
perdurará mucho más tiempo y será una contribución más profunda a la humanidad. Lo que
estas personas tienen en común es que en su mayoría están muy presentes. Aunque en su

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vida privada no lo estén, cuando empiezan a trabajar, están ahí plenamente. Por lo tanto, pe-
netran la vida con mucha profundidad en este aspecto.

Por otro lado, las personas aprenden de alguna manera a abrir el espacio entre las moléculas.
La mayoría de la gente está atrapada en los hábitos que han creado para sí mismos. Por eso,
cuanto más cerrada esté la estructura de lo que yo soy, menos información nueva puede ent-
rar. Cuanto más consiga vivir en una estructura abierta, más podré crear estructuras cuando
las necesite y abandonarlas cuando ya no las necesite. Y, a continuación, abriré otra estructura
cuando la necesite y, luego, podré dejarla ir. Estas son las personas que se desarrollan cons-
tantemente con su impulso evolutivo.

De lo contrario, las personas crean una estructura, se familiarizan con ella y como la consi-
deran como algo seguro a lo que aferrarse, se quedan estancados en ella. Después, se va
desarrollando una presión evolutiva, pero la gente no suelta sus estructuras para crear algo
nuevo, sino que permanecen estancados. Este estancamiento se plasma en hábitos de com-
portamiento, conceptos acerca de la vida, cómo vemos la realidad, cómo interactuamos entre
nosotros o el sistema de valores de una sociedad, por poner algunos ejemplos. Lo que vemos
ahora en el mundo es que las estructuras de la sociedad se están tambaleando porque son
demasiado viejas, simplemente son demasiado viejas. Para las personas que son creativas,
este es el mejor momento; para las personas que quieren seguridad, es el peor. Cuanto más
seguridad deseemos en este tiempo, más tensión vamos a crear en nosotros mismos. Y la
tensión ocurre literalmente en nuestros cuerpos, en nuestras emociones, en nuestras mentes.
Por ello, nos sentiremos más frustrados, más estresados, más quemados. Todos estos son
sólo síntomas de una sociedad disfuncional. Pero son buenos síntomas porque, si les es-
cuchamos, nos daremos cuenta de que necesitamos un sistema educativo diferente, diferen-
tes formas de hacer economía, diferentes maneras de crear comunidad, diferentes maneras
de abordar las sombras de nuestras comunidades y de nuestras interacciones interpersonales
en las empresas, etc.

Por eso, la vida nos llama a otro nivel de desarrollo. Algunas personas lo comprenden, se mue-
ven con él y, simplemente, siguen adelante. Liberan la tensión y crean un movimiento creativo.
Algunas personas intentan aferrarse a lo que tienen y esto crea más tensión. Estas personas
serán cada vez más infelices. Y vamos a ver que cada vez van a caer más y más estructuras
porque creamos una crisis con el fin de soltar para ir a algo nuevo.

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Las personas que están conectadas a su futuro escuchan el futuro antes de atraer una crisis
en su vida. Por eso, oyen el futuro y lo siguen. Hay algunas personas que están más motiva-
das por su pasado, por lo que les rodea. El impulso para ellos proviene de lo horizontal, del
exterior. Así que, si sucede algo en sus vidas, responden a ello. Hay otras personas que están
más conectadas a Dios, a la Luz, al Impulso Evolutivo, a la Fuerza Creadora, como se quiera
llamar. Estas personas se desarrollan antes de que la tensión se acumule porque ellos están
motivados por el potencial futuro. En este caso, uno ve, oye e intuye el potencial futuro en el
momento en el que es necesario moverse si uno no está demasiado apegado a lo que tiene
en la vida o al ruido a su alrededor. Así que, cuando la conexión interna es más fuerte que el
ruido de alrededor, uno la escucha y se mueve con su vida hacia esta conexión interna.

Creo que las personas que están continuamente innovando no se conforman con las gotas de
lluvia, sino que viven en una cascada de creatividad. Cuando algunas personas son creativas,
recogen una vez una gota de luz, es decir, una idea nueva y luego se hacen con los derechos
de autor y se montan un negocio con ello. Creo que los derechos de autor reducen nuestra
inteligencia. Necesitamos los derechos de autor porque muchas personas no son capaces de
honrar y respetar las cosas que cada uno trae a la vida. Pero, en realidad, los derechos de
autor reducen nuestra inteligencia porque hay tantas personas atrapadas en sus derechos
de autor que pasamos por alto lo importante, es decir, que las ideas no pertenecen a nadie
y, cuando producimos algo, no es nada personal, sino algo impersonal. Así que no hay nadie
que necesite tener derechos de autor. Pero, mientras estemos motivados por nuestro miedo
existencial, vivimos en el mundo de la gente que toma.

Las personas que toman son personas que constantemente miran a ver qué pueden obtener
para sí mismos de cada situación. En este mundo en el que uno se preocupa de tomar, nunca
tendremos suficiente porque todos buscamos qué podemos conseguir. En el mundo que da,
que es el siguiente nivel de evolución, como las personas son tan ricas interiormente, se con-
vierten en pozos creativos, como piscinas de donde sale agua. Si uno vive en un mundo de
personas que dan, siempre tendrá suficiente porque todo el mundo tiene de sobra. Por eso,
en el próximo nivel de desarrollo, los recursos no serán un problema, el calentamiento global
no será un problema. Todas estas cosas no serán un problema porque seremos mucho más
inteligentes. Pero, si estamos tan separados como hoy en esta sociedad posmoderna e hiper-
individualizada, entonces todo eso sí será un problema. Pero no es un problema del mundo
exterior, sino de nuestra conciencia.

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Las personas más desarrolladas son simplemente personas que están cada vez más conecta-
das a esta lluvia y recogen continuamente gotas de luz, gotas de inspiración. Pueden ser tam-
bién personas que están conectadas a una corriente de agua a través de su apertura interior
o de una crisis que han padecido anteriormente o a través de un fuerte impulso espiritual. Y
estas personas viven lo que yo llamo “online” (en línea, conectados). Una vez que vives en
esta corriente, estás en línea; vienes del futuro porque tu motivación proviene del futuro de
la humanidad y capturas la esencia de las situaciones, de las comunicaciones, de las inter-
acciones, de las cosas que ocurren en tu vida. Cada vez más, puedes ver la esencia de las
cosas, no los síntomas. Muchas personas tratan sólo los síntomas de su vida, pero hay otras
personas que están tan presentes y conectadas que viven más en la profundidad atemporal
de la realidad. Y, a partir de ahí, todo surge, de modo que uno ya no se ocupa de los síntomas
sino de dónde surgen estos.

Estas son personas que cuando hablan dan en el clavo; llegan a la esencia de las cosas.
Estas son personas que resuelven conflictos; son personas que traen innovaciones, que sa-
ben cómo lidiar con situaciones globales desde un nivel diferente. Y, creo que, por ejemplo,
en política, necesitamos a políticos capaces de hablar desde la inteligencia evolutiva que se
quiere manifestar, no desde mi idea de lo que un país necesita. Mi idea de lo que necesita un
país es muy limitada porque, probablemente, no veo el país sino sólo mi versión personal de
este. Si las personas pudieran abrirse de modo que abarcaran todo un país o el mundo entero
en su conciencia, entonces, podrían convertirse en la voz de la inteligencia evolutiva de una
comunidad mayor. Y esto creo que es innovador. Necesitamos esa clase de políticos, que no
son egos que están por encima de la sociedad sino las voces de la inteligencia de la sociedad.
Esto es algo muy distinto. Pero, para ello, se necesita un cierto nivel de trascendencia.

Y si nos fijamos en los grandes artistas, aunque en su personalidad tengan bastantes apegos,
cuando hacen su arte, están muy abiertos. Algunos músicos, productores de cine o pintores,
cuando pintan, están en un espacio totalmente diferente. Y esto nos demuestra una vez más
que no sólo nos abrimos una vez del todo. Puede ser que sólo estemos muy adelantados en
una línea de desarrollo y entonces somos el futuro para muchas otras personas en esta línea
de desarrollo. Algunas personas critican la manera de vivir de los artistas, sus escándalos, su
ego… Pero cuando están en el escenario, ya no existen, ya no están en esta estructura de
ego; están más allá de ella. Cuando se bajan del escenario, vuelve la fama y el ego les domi-
na. Pero, mientras actúan, están en un espacio diferente.

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CD: Thomas, usted ha mencionado que cuando oigamos el futuro más alto que el ruido del
mundo, seguiremos la llamada del futuro. ¿Hay alguna manera de afinar nuestro oído para es-
cuchar mejor el futuro, para no sintonizarnos con el miedo y no ser arrastrados por la escasez,
los hábitos, el miedo y las reacciones que estamos condicionados a tener, sino confiar en esta
llamada futura y seguirla? Quizás, algunos de nosotros sólo escuchamos como un eco débil o
muy apagado. ¿Hay alguna manera para que el sonido sea más claro?

TH: Definitivamente, hay prácticas para hacerlo más claro y una de ellas es que cuando yo
vivo cada día de mi vida en el mismo ajetreo, con las mismas cosas, con los mismos patrones
de vida, con las mismas historias en mi familia, mis estudios, mi trabajo, mis amigos o la so-
ciedad; cuando leo las mismas cosas en los periódicos todos los días sólo que con diferentes
actores… estoy todo el tiempo en un campo de información que parece ser el mismo. Sólo
cambia psíquicamente. Así que estoy muy atascado porque creo que eso es la vida. Si nos
fijamos, por ejemplo, en la tradición de la Cábala, ellos dicen que durante seis días uno hace
lo que hace y un día no hace lo que hace normalmente sino que descansa. Algunas personas
interpretan esto mitológicamente. Hay todo tipo de historias relacionadas con esto, pero la
esencia es que uno tiene un espacio abierto que repercute en las estructuras en las que uno
está y trae conciencia a las estructuras en las que uno está viviendo. Por ello, uno puede crear
un domingo cada día, durante media hora, para hacer lo que no hace normalmente. Puede
descansar y reposar y eso quiere decir que uno escucha. Al principio, cuando la gente es-
cucha, como está tan cargada de pensamientos y sentimientos, se despliega mucha energía.
Por eso, cuando algunas personas empiezan a meditar, están tan llenas de pensamientos y
sentimientos que les parece una tontería y sólo quieren dejar de meditar o hacer otra cosa.

Pero si uno desarrolla el arte de escuchar, en primer lugar toma conciencia de estructuras
como patrones de pensamiento, patrones emocionales, físicos o de vida. Pero existe también
la conciencia de una especie de amplitud que está siempre ahí. Es como el papel sobre el
que estamos pintados. La mayoría de las veces, cuando lees un libro, estás tan inmerso en
la historia que te olvidas de que estás mirando un papel. Cuando te sientas en el cine a ver
una película, si no es muy mala, te olvidas de que estás mirando a una pantalla. Sólo ves el
contenido y el significado. Esto nos sucede todo el tiempo. Nos olvidamos de dónde surge el
significado. Por eso, a menudo se olvida la mera conciencia informe que percibe todo esto,
porque estamos muy inmersos en las estructuras, en las formas de vida, en qué pasa, en la
historia y en el significado.

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Una vez que trascendemos el significado, lo cual quiere decir que somos conscientes del
papel, el papel original está siempre ahí. A veces, la gente pregunta: ¿Hasta qué punto estoy
lejos de la realización de Dios? Todo el mundo está siempre, en un nivel, igualmente lejos de
esta conciencia informe, porque estamos teniendo lugar en ella. Es así como estamos pinta-
dos sobre papel. Si yo soy consciente, mientras leo el libro, de que estoy mirando un papel,
podré ver la base de cada letra. Cuando abrimos el espacio dentro de las estructuras en las
que estamos metidos a la conciencia de las estructuras, vemos que no somos sólo las estruc-
turas, sino también la conciencia que es consciente de las estructuras.

Por eso, abro el espacio. Como soy una persona, soy como una burbuja cerrada que se sien-
te separada. Cuanto más trascendemos esta burbuja, más vemos que las estructuras están
abiertas. Incluso mi cuerpo no está cerrado porque necesito respirar, tengo que comer, necesi-
to relacionarme. Siempre necesito información para fluir hacia dentro y fluir hacia afuera. Este
cuerpo es un sistema abierto. Así que las empresas que creamos, todo lo que creamos en la
vida, son también una estructura abierta. Por lo tanto, si miramos una vez más a la tradición
de la Cábala, vemos que uno entrega el 10 por ciento de sus ingresos al colectivo. La gente
dice que son como impuestos, pero no tiene nada que ver con impuestos. Tiene que ver con
el hecho de que si creo una empresa para mí, que es como una burbuja aparte y los ingresos
sólo me pertenecen a mí, entonces estaré participando en la creación de una sociedad enfer-
ma. Si sé que una parte de mi energía necesita estar al servicio a todos, entonces estaré con-
stantemente abierto con, al menos, un 10 por ciento, que aumentará con la práctica espiritual.
Al menos, se necesita un 10 por ciento para cuidar del contexto en el que vivo.

Necesito estar consciente de esto. Por eso, creo que las personas que pueden mantener este
espacio abierto lo mantienen para las nuevas cosas que están por venir. Un síntoma de esto
es cuando a veces nos sorprenden cosas que decimos. Esto es una buena señal. Significa
que tenemos un espacio abierto para que fluya información que no conocemos. A veces, dire-
mos algo y nos sorprenderemos de ello y pensaremos que es genial. Esto quiere decir que no
pensábamos decirlo, sino que vino a través de nosotros. Puede ocurrir que estemos inmersos
siempre en los mismos conflictos, pero un día los manejamos de diferente forma, porque viene
a nosotros a través de la presencia, a través de la habilidad de percibir más información y de
mantener un espacio abierto.

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Mantener un espacio abierto y escuchar es una herramienta para oír más o para recoger más
gotas de luz. Y, por supuesto, hay ciertas técnicas de meditación más avanzadas gracias a
las que podemos abrir nuestra conciencia a la luz que siempre nos rodea. Mientras tú y yo
estamos sentados aquí, nos estamos bañando en la luz más brillante que podemos imaginar.
Pero la estructura de mi personalidad es como una burbuja que filtra la mayor parte de la
intensidad y la deja fuera. Lo que queda son algunos momentos creativos que nos dan una
idea de qué es Dios. Algunas personas viven en esta creatividad la mayoría del tiempo, por lo
que no perciben momentos creativos, sino que tienen una vida creativa. Creativo quiere decir
que están conectados a la luz. Es decir, podemos desarrollar las herramientas para percibir
la luz en nosotros de modo que la gota de luz que nos llegue no sea casualidad, sino algo a
lo que podemos abrirnos y, entonces, estaremos más inspirados. De ese modo, vivimos una
vida online (en línea), conectados al internet cósmico. Uno sabe que está conectado y tiene la
capacidad de descargar información esté donde esté. Así que, si estás hablando con alguien,
este encuentro será inspirador porque estás conectado y, si necesitas nueva información, sim-
plemente vas al internet cósmico y lo descargas.

Esa persona se convierte, de alguna manera, en un inventor, un visionario o un pionero en el


campo de la conciencia humana. Si eres científico, artista, madre, trabajador social, si medi-
tas en una cueva, no importa, este mismo principio funciona en todos los ámbitos de la vida.
Por eso, la gente que realmente quiere hacer esto necesita ver que hay ciertos ingredientes:
escucha, presencia, conexión, abrir las estructuras propias y ver dónde me aferro en busca de
seguridad, liberando estructuras sin cesar con el fin de crear estructuras más funcionales. Así
que hay algunas cosas que podemos trabajar y, por supuesto, también las áreas de sombra
porque esto implica a menudo mucha energía para seguir adelante. Y, a continuación, pode-
mos ver que todos estamos en un movimiento que significa que cuanto más avanzamos en
la vida, de manera más natural recibiremos agua nueva. Cuanto más intentemos detener el
movimiento, más sufriremos porque estaremos creando tensión y fricción. ¡Movimiento!

Para terminar diré que hay personas que se sientan detrás de la cortina y miran la vida a través
de la cortina. La cortina representa su miedo a ser valientes, a salir y vivir su potencial y buscar
contextos que les apoyen a vivir su potencial. La mayoría de estas personas ve la televisión
porque en la televisión hay héroes. ¿Por qué necesitan ver héroes? Porque tienen miedo de
ser héroes ellos mismos. Y creo que, en este tiempo, necesitamos de gente que trascienda
sus miedos acerca de lo que los mantiene seguros para convertirse en héroes en lo que sea

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que estén haciendo en sus vidas. De ese modo, habrá menos gente delante del televisor y
cada vez más personas serán héroes en la vida. La vida es tan emocionante que uno no tiene
tiempo de ver la televisión porque hace lo que se supone que debe hacer. Tu misión es estar
conectado, así que, ¿para qué necesitamos ver héroes cuando ya somos héroes? Esto es ab-
urrido. Por eso, no creo que vayan a transmitir este mensaje por TV. Pero lo que quiero decir
es que si uno quiere ser innovador o inspirador o, digamos que uno apoya a la humanidad
para avanzar, entonces uno necesita salir de los agujeros de seguridad y empezar a moverse,
participar y encontrar un contexto que haga posible esta forma de vida.

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