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La creencia en la obsolescencia, como muestra Abramson, también afecta

profundamente el diseño arquitectónico. En la década de 1960, muchos arquitectos de

todo el mundo aceptaron la inevitabilidad de la obsolescencia y experimentaron con

diseños modulares y flexibles, desde escuelas, oficinas, laboratorios y museos de planta

abierta hasta grandes marcos megaestructurales y complejos de edificios

indeterminados. Algunos arquitectos llegaron a abrazar la promesa liberadora de la

obsolescencia de dejar de lado las convenciones y los hábitos, imaginando edificios

prescindibles de corta duración que encarnaban la elección y la libertad humanas.

Aprendemos que otros estaban horrorizados por las implicaciones de este carácter

efímero y desperdicio, y su resistencia finalmente preparó el escenario para nuestro giro

hacia la sostenibilidad: la conservación en lugar de la eliminación de recursos.

En nuestras actividades arquitectónicas, a menudo parecemos estar en busca de algo

más nuevo, más grandioso o más eficiente, y este fenómeno no es novedoso. En la

primavera de 1910, cientos de trabajadores trabajaron día y noche para demoler el

Edificio Gillender en Nueva York, una vez la torre de oficinas más alta del mundo, para

dar paso a un rascacielos más alto. The New York Times desconcertó a los que

sacrificarían la estructura de trece años, "tan despiadadamente como si fuera una choza

antigua". Solo en Nueva York, el Gillender se unió a la Grand Central Terminal

original, el Plaza Hotel, el Western Union Building y el Tower Building en la lista de

los monumentos metropolitanos arrasados de una sola generación.

En este libro, Abramson investiga esta noción de prescindibilidad arquitectónica y la

lógica por la cual los edificios pierden su valor y utilidad. La idea de que lo nuevo

necesariamente supera y hace superfluo lo viejo, argumenta Abramson, ayuda a las


personas a aceptar la modernidad y el cambio acelerado del capitalismo. La

obsolescencia, entonces, da propósito y significado a una experiencia inquietante.

La obsolescencia fue un medio principal para conceptualizar y gestionar el cambio en el

entorno construido del siglo XX, un mundo imaginado de edificios de vida corta en

consonancia con la prescindibilidad de la sociedad de consumo. La conferencia rastrea

la invención de la idea de la obsolescencia arquitectónica en los Estados Unidos de

principios del siglo XX, y luego su expansión a las concepciones de la obsolescencia

urbana en todo el mundo. En el período de posguerra, algunos arquitectos abrazaron la

idea liberadora de la obsolescencia arquitectónica, mientras que muchos otros

retrocedieron ante sus implicaciones de valores y formas transitorias, lo que condujo al

surgimiento de la reutilización adaptativa, el posmodernismo, la preservación histórica y

la sostenibilidad. La conferencia concluye examinando algunas lecciones de la

obsolescencia para nuestra era de sostenibilidad.

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