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INSTITUTO UNIVERSITARIO POLITÉCNICO

SANTIAGO MARIÑO
EXTENSIÓN SAN CRISTÓBAL
ESCUELA DE ARQUITECTURA

ARQUITECTURA MODERNA

Integrantes:

Emily G. Dugarte C.
CI 26.016.803
Jackly A. Soto C.
CI 25.703.332
Semestre VI
Sección: “A”

Historia de la Arquitectura III

San Cristóbal, Abril de 2019


ARQUITECTURA MODERNA

LA NUEVA IDEOLOGÍA EN EUROPA QUE INFLUYE EN LA


CONCEPTUALIZACIÓN ARQUITECTÓNICA MODERNA
El urbanismo tiene como elemento de estudio a las ciudades, desde una perspectiva
holística enfrenta la responsabilidad de encaminar a los sistemas urbanos hacia un
desarrollo sostenible. Es una técnica muy antigua, que contiene conceptos
multidisciplinarios y un área de práctica y estudio muy amplia y compleja. Y por tanto
es, según algunos, una ciencia, y según otros un conjunto de prácticas, que tiene la
misión de proporcionar las bases fundamentales para poder resolver los problemas de
las ciudades, concernientes tanto a la configuración física, como a la dinámica de las
actividades económicas y sociales, actuando mediante la planificaron urbana, que
define el modelo espacial de la ciudad, la gestión urbanista que define como se ejecuta
el modelo (quien paga, quien ejecuta, en que momento) o el diseño urbano (como se
concreta el modelo espacial físicamente).  El urbanismo empezó siendo una teoría
compleja que interesó desde el primer momento a los estudiosos de la ciudad, y acabó
siendo una disciplina que reúne una suma de conocimientos sustanciales relacionados
con la construcción y conservación de las ciudades y con el estudio de las relaciones
socio-económicas que tiene lugar dentro del fenómeno urbano, de la que se ocupa
actualmente una multiplicidad de profesionales: Abogados, arquitectos, economistas,
geógrafos, ingenieros, sociólogos, urbanistas, etc.

Las propuestas del urbanismo como profesión técnica, se derivan de la


investigación, análisis, proyecciones, diseño y evaluación como progreso continuo
que se retroalimenta para su actualización.
Formación de una nueva ideología de la proyección urbana La ecología como ciencia
moderna estudia la relación de los fenómenos naturales, las causas y efectos de la
degradación del medio ambiente, especie de mayor concentración en el hábitat urbano.
La conducta del hombre es lo que más afecta los ecosistemas como la contaminación
del aire, suelo y agua, deficiente disposición de la basura, generación del polvo, humo,
ruidos, malos olores y el consumo exagerado de energía, son factores que impactan
negativamente la ecología.

TENDENCIA A LA CIENTIFICACIÓN DE LA DISCIPLINA


ARQUITECTÓNICA
En la arquitectura moderna o arquitectura contemporánea entendida como algo
estilístico y no cronológico, se caracterizó por la simplificación de las formas, la
ausencia de ornamento y la renuncia consciente a la composición académica clásica,
que fue sustituida por una estética con referencias a las distintas tendencias del
denominado arte moderno (cubismo, expresionismo, neoplasticismo, futurismo, etc.).
En los primeros años del siglo XX, el arquitecto de la Escuela de Chicago Louis
Sullivan popularizó el lema la forma sigue siempre a la función para recoger su
creencia de que el tamaño de un edificio, la masa, la distribución del espacio y otras
características deben decidirse solamente por la función de este. Esto implica que si
se satisfacen los aspectos funcionales, la belleza arquitectónica surgirá de forma
natural.

Sin embargo, el credo de Sullivan se ve a menudo como irónico a la luz del extensivo
uso que hace de intrincados ornamentos, en contra de la creencia común entre los
arquitectos funcionalistas de que los ornamentos no tienen ninguna función. El credo
tampoco aclara a que funciones se refiere. El arquitecto de un edificio de viviendas, por
ejemplo, puede fácilmente estar en desacuerdo con los propietarios de las mismas sobre
lo que el edificio debería parecer, y ambos también en desacuerdo con futuros
arrendatarios. Sin embargo, el concepto de que “la forma sigue a la función” expresa una
idea significativa y duradera. Las raíces de la arquitectura moderna se basan en el trabajo
del arquitecto suizo Le Corbusier y el alemán Mies van der Rohe. Ambos fueron
funcionalistas por lo menos en el punto de que sus edificios fueron simplificaciones
radicales de estilos anteriores. En 1923 Mies van der Rohe trabajaba en la Escuela de la
Bauhaus (Weimar, Alemania), y había comenzado su carrera de producir estructuras de
simplificaciones radicales y, animadas por un amor al detalle, alcanzaron la meta de
Sullivan de la belleza arquitectónica inherente. Es famoso el dicho de Corbusier “la casa
es la máquina en qué vivir” en su libro Vers une architecture publicado en 1923. Este libro
fue, y todavía lo es, muy influyente, y los primeros trabajos que hizo, como la “Villa
Savoye” en Poissy, Francia son tenidos como prototipos de funcionalismo.

Funcionalismo, en arquitectura, es el principio por el cual la forma de los edificios


sólo debe ser la expresión de su uso o función. Pero esta formulación no es tan obvia y
genera controversia dentro de la profesión, especialmente en relación con el Movimiento
Moderno. Su influencia fue particularmente notable en los Países Bajos, la Unión
Soviética, Alemania y Checoslovaquia.  Los orígenes del funcionalismo arquitectónico
se pueden remontar al arquitecto romano Vitruvio, donde la tríada: utilitas (comodidad o
utilidad) va de la mano de venustas (belleza) y de firmitas (solidez), como una de las tres
metas de la arquitectura clásica.
El racionalismo arquitectónico surge en Europa tras la I Guerra Mundial. El Art
Nouveau, que rompió con la contradicción y señaló el primer paso hacia la plasticidad de
las líneas constructivas, derivó en ornamentalismo vacuo, por lo que a principios del siglo
XX se originó una corriente que rechazaba dicho ornamento, y aprovechaba los
descubrimientos de la llamada Segunda Revolución Industrial, cuyo objetivo era encontrar
un camino intermedio entre la renuncia a la imitación de lo antiguo y a un excesivo
tecnicismo uniformador.  Conjugando todos los propósitos racionalizadores y
funcionalistas de la arquitectura de la Revolución industrial, que habían encontrado su
campo de experimentación entre 1890 y 1914, se formulan en la primera posguerra
distintas opciones arquitectónicas de objetivos y métodos cercanos, con un repertorio
formal con constantes relaciones hasta condicionar casi un estilo internacional que
presenta similitudes con las vanguardias pictóricas, especialmente con el cubismo.
La arquitectura orgánica u organicismo arquitectónico es una filosofía de la
arquitectura que promueve la armonía entre el hábitat humano y el mundo natural.
Mediante el diseño busca comprender e integrarse al sitio, los edificios, los mobiliarios, y
los alrededores para que se conviertan en parte de una composición unificada y
correlacionada. Los arquitectos Gustav Stickley, Antoni Gaudí, Frank Lloyd Wright,
Alvar Aalto, Louis Sullivan, Bruce Goff, Rudolf Steiner, Bruno Zevi, Hundertwasser,
Samuel Flores Flores, Imre Makovecz, Javier Senosiain y Antón Alberts son los mayores
exponentes de la denominada arquitectura orgánica.  El estilo orgánico es un movimiento
arquitectónico que se deriva del funcionalismo o racionalismo y que puede considerarse
promovido fundamentalmente por los arquitectos escandinavos en la década 1930-40 y
por el arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright. El movimiento acepta muchas de
las premisas del racionalismo, como son la planta libre, el predominio de lo útil sobre lo
meramente ornamental, la incorporación a la arquitectura de los adelantos de la era
industrial, pero procura evitar algunos de los errores en que cae el racionalismo y aportar
nuevos valores a la arquitectura.

DESARROLLO DE LA CIUDAD INDUSTRIAL

Desarrollo de la ciudad industrial o Revolución Industrial es el proceso de


transformación económica, social y tecnológica que se inició en la segunda mitad del siglo
XVIII en Gran Bretaña, y que concluyó entre 1820 y 1840. Vio el paso desde una
economía rural basada fundamentalmente en la agricultura y el comercio a una economía
de carácter urbano, industrializada y mecanizada. A partir de este momento se inició una
transición que acabaría con siglos de una mano de obra basada en el trabajo manual y el
uso de la tracción animal siendo estos sustituidos por maquinaria para la fabricación
industrial y el transporte de mercancías y pasajeros.
Las ampliaciones de las ciudades se produjeron de forma desordenada, a veces uniéndose
varios núcleos. El centro antiguo era una zona privilegiada y en ella se comenzaron a
construir los primeros edificios de vidrio y acero. Los nuevos barrios eran destinados a
los nuevos grupos sociales: obreros y burgueses.

La población procedente del campo llegó a las ciudades y se asentaron en improvisados


barrios próximos a las fábricas.
• Eran barrios donde los obreros malvivían en condiciones de vida deplorable y próxima
a la propia esclavitud.
• Los míseres salarios que recibían poco ayudaban a los obreros a mejorar su nivel de
vida, tenían lo necesario para sobrevivir a una jornada laboral que excedía las 10 horas
diarias y comían lo justo para no morir.
Características generales de la ciudad industrial:
• Barrios edificados con materiales de construcción de escasa calidad.
• Ausencia de planificación a la hora de edificarse.
• Ausencia de cualquier tipo de servicio público. No había tampoco alumbrado público.
• Total falta de higiene. No había saneamiento alguno, no había sistema de alcantarillado.
Suciedad reinante en el ambiente.
• La proximidad a las fábricas contribuían al aumento de la contaminación de estos barrios.
• Hacinamiento de los trabajadores.

Ringstrasse, remodelación de la ciudad de Viena.

ARQUITECTURA DEL HIERRO

La revolución industrial impulsa los principales cambios que sufre la arquitectura


en la segunda mitad del S. XIX. Trae consigo los nuevos materiales de construcción, como
son el hierro, el acero laminado, el hormigón armado o el vidrio. Con éstos se construirán
lugares funcionales surgidos de las necesidades de la nueva sociedad capitalista e
industrial, lugares donde se necesiten grandes espacios diáfanos, invernaderos, mercados,
naves, fábricas, puentes, bibliotecas, entre otro.
Muchos arquitectos seguirán utilizando los materiales tradicionales, ya que eran
reticentes a que los nuevos materiales entraran a formar parte de la arquitectura. Surge así
la polémica y el debate entre arquitectos e ingenieros, a los cuales en principio no se les
consideró dignos para la edificación arquitectónica. Arquitectura de cristal y hierro, de
hierro y vidrio, o ferrovítrea, son denominaciones de una técnica constructiva y estilo
arquitectónico propio de la Revolución industrial, que se popularizó a través de la
arquitectura ferroviaria, las galerías comerciales y mercados cubiertos, y los grandes
pabellones de las exposiciones universales de la segunda mitad del siglo XIX.

LA BIBLIOTECA DE SANTA GENOVEVA


La Biblioteca de Santa Genoveva, en París (1843-1850),
fue el primer edificio público que utilizó una estructura metálica
que iba desde los cimientos hasta la cubierta. De planta
longitudinal, la bóveda de cristal era sostenida por arcos de hierro
que descansaban sobre columnas de hierro, lo que permitía abrir
grandes ventanales laterales para conseguir una iluminación
natural. Mientras que su interior deja ver la estructura metálica, su
aspecto exterior se enmascaró. Es un edificio de estilo renacentista.

LAS EXPOSICIONES UNIVERSALES


El empleo de los nuevos materiales arquitectónicos se difundió a través de las
Exposiciones Universales, que eran eventos que organizaban los distintos estados para
mostrar los avances de la ciencia y la técnica propios de su país. Para albergar las máquinas
y los nuevos inventos se requerían pabellones de grandes dimensiones, por eso se
construyen con los medios técnicos más avanzados y buscando la máxima funcionalidad.
Es así como las exposiciones Universales ofrecen los mejores exponentes de la
arquitectura del hierro.
Los tres edificios más significativos son El Palacio de Cristal de Patxon, La Galería
de las Máquinas de Dutert y Contamin y La Torre de Gustave Eiffel.

EL PALACIO DE CRISTAL
La primera exposición de carácter internacional se realizó en Londres en 1851. Los
promotores de la exposición querían que la feria tuviera gran repercusión social y para
ello decidieron construir un edificio singular que diera cobijo a los stands de los distintos
países con sus innovaciones tecnológicas. Joseph Patxon gana el concurso con un edificio
muy emblemático y original, El Palacio de Cristal.
Su proyecto constituía una novedad absoluta en relación con la arquitectura de la
época, tanto por el aspecto exterior como por el sistema de construcción empleado, que
inició la tendencia de usar los nuevos materiales para la arquitectura.
Diseñó un edificio que tenía clara influencia de la arquitectura de los invernaderos,
que ya había ensayado con anterioridad. Sobre una planta de tipo tradicional, proyectó un
envoltorio a base de tirantes de hierro y placas de cristal. Una gran nave construida
únicamente con hierro y vidrio. Con la solución propuesta se conseguía un espacio
diáfano, lleno de luz natural y además, tenía la ventaja de que era prefabricado, con lo que
podía montarse y desmontarse sin destruirse.
La estructura del edificio se componía de piezas estandarizadas que llegaban
terminadas de fábrica y preparadas para ser ensambladas, con lo cual el proceso de
construcción del edificio consistió en el montaje de la estructura general y en la colocación
de los cristales.
Los elementos decorativos, arcos, ventanas circulares, pináculos y celosías,
unifican el aspecto estético del edificio y acentúan el ritmo de los módulos estructurales.
El siguiente paso se dará en la Exposición de París de 1889, con La Galería de
Máquinas y La Torre Eiffel.

LA GALERÍA DE MÁQUINAS
La Galería de Máquinas sorprende por sus dimensiones, 420 metros de largo por
115 de anchura. Su anchura se obtiene con un solo arco construido por dos medias
parábolas articuladas en su unión. Es la mayor luz conseguida hasta entonces en un arco
o bóveda. Su sistema de elementos prefabricados, como los de Patxon, permitieron un
montaje y desmontaje rápido.

LA TORRE EIFFEL
Su autor, Gustave Eiffel, era un ingeniero experto en la
construcción de puentes, estaciones de ferrocarril y otros
edificios de hierro. La torre, realizada en hierro, tenía 321
metros de altura, era la construcción más elevada del mundo
hasta que, en 1931, fue superada por el Empire State en Nueva
York.
Se tardó dos años en construirla y desde el principio fue
una obra muy polémica. Se aseguró que se desmantelaría y que
era antiestética, ya que parecía más una fábrica que un
monumento.
Su base está formada por cuatro arcos gigantes que
descansan sobre cuatro pilares situados en los vértices de un
rectángulo. A medida que la torre se eleva, los pilares se giran hacia el interior hasta unirse
en un solo elemento articulado.

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