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INFORME

LA ILIADA
“AÑO DE LA UNIDAD, LA
PAZ Y EL DESARROLLO“

DOCENTE : OMAR VELAZCO


ASIGNATURA : COMUNICACIÓN

ALUMNOS : PALOMA OLIVERA


JORGE VALDIVIA

GRADO : 5B
LA ILIADA
LOCALIZACIÓN DEL TEXTO
Título de la obra: La Ilíada

Biografía: Nada seguro se sabe sobre su vida. Muchas ciudades se disputaron el


honor de ser su patria. Existe una tradición que le supone ciego, pero este detalle
es puramente legendario. Fue jonio, es probable que naciera en Esmirna, viviera en
Quíos y muriera en Ios. Heródoto supone que vivió hacia 850 a. J.C.; nadie ha
rebatido esta fecha. Se le considera autor de la Ilíada y de la Odisea, que suman,
entre las dos, 27.800 versos. Los himnos homéricos y la Batracomiomaquia ,que
también le fueron atribuidos, son posteriores. La gloria de Homero fue inmensa.
Ningún poeta ha sido objeto de una admiración tan constante y tan ferviente.

Producción Literaria: Además de la Ilíada y la Odisea, a Homero se le atribuyeron


otros poemas, cómo la épica menor cómica Batracomiomaquia (‘La guerra de las
ranas y los ratones’), el corpus de los himnos homéricos, y varias otras obras
perdidas o fragmentarias tales como Margites .Algunos autores antiguos le
atribuían el Ciclo épico completo, que incluía más poemas sobre la Guerra de
Troya así como epopeyas que narraban la vida de Edipo y guerras entre argivos y
tebanos. Los historiadores modernos, sin embargo, suelen estar de acuerdo en que
la Batracomiomaquia, el Margites, los himnos homéricos y los poemas cíclicos son
posteriores a la Ilíada y la Odisea.

Desarrollo : El conflicto parte ya que Paris, príncipe de Troya, es invitado por


Menelao, rey de Esparta. En esta visita, Paris cae enormemente enamorado de
helena, que es esposa de Menelao, y gracias al poder de afrodita, Helena abandona
su hogar y se escapa a Troya con Paris. El rey de Esparta furioso pide ayuda a los
otros reyes griegos para declararle la guerra a lostroyanos y recuperar a la mujer
que Paris le arrebato. A los dos años los griegos marchan al ataque (el periodo de
dos años fue por la necesidad de construir navíos, planear estrategias de ataque,
formar un ejercito, etc.) Este ejército fue mandado por Agamenón, rey de Micenas
y también hermano de Menelao. La lucha contra Troya se prolongo por 9 años y los
griegos no podían derribar las murallasde la ciudad. La verdad, todos pensaban
que la guerra nunca terminaría, pero ese pensamiento fue erróneo, ya que la
guerra concluye en el décimo año, que es donde se centra la historia de la ilíada.

Los poemas de la Ilíada ya eran famosos en Grecia hace 2.500 años. Hay quien dice
que la compuso Homero, un poeta ciego de barba rizada que iba de pueblo en pueblo
al son de la lira, como en su día hizo Ada. También se dijo que no existió Homero, sino
que el poema lo escribió otro cantante. Pero parece que no hay muchas personas que
puedan mantener una forma constante de hablar, pensar y escribir en un poema. De
principio a fin, puedes distinguir claramente el carácter de cada uno. Depende de lo
que dice o hace, no de lo que verá. No es fácil que un mismo pueblo sea muchos
poetas cuyos versos sean tan artísticos y musicales como la "Ilíada", sin palabras
faltantes o superfluas; juicio y majestad, parece hablar el padre.

Toda la Guerra de los Treinta Años que los griegos tuvieron contra Ilión, a la que
llamaron Troya, no se cuenta en la Ilíada. Pero cuando los griegos todavía estaban
atacando las murallas de la llanura, que estaba en guerra, dos famosos griegos,
Agamenón y Aquiles, se pelearon por celos. Agamenón era llamado el rey de los
hombres, era como un rey mayor, tenía más mando y poder que todos los demás que
venían de Grecia para pelear contra Troya, en ese momento Pría, el hijo del rey de
Troya, robó al mayor Moisés, su esposa. Menelao, rey de una de las ciudades griegas y
hermano de Agamenón. El más valiente de todos los reyes griegos, Aquiles fue
también un hombre bueno y culto que cantaba historias heroicas con su lira y era
amado por los esclavos que le devolvían el botín mientras repartía los cautivos
después de sus victorias. Los reyes se pelearon por un prisionero porque Agamenón se
negó a devolver al sacerdote troyano Crises, cuya hija Crises, como dijo el sacerdote
griego Calcante, debía devolverlo a descansar en el Olimpo, donde estaban entonces
los cielos. , la ira de Apolo, el dios del sol, que estaba enojado con los griegos porque
Agamenón había capturado a la hija del sacerdote: Aquiles no le tenía miedo, y se paró
entre los demás y dijo lo que debía hacer Kalka. Quería acabar con la plaga de calor,
que mató a los griegos en gran número, y el clima era tan caluroso que el cielo nunca
se despejaba por el humo que salía de las piras donde quemaban sus cuerpos.
Agamenón dijo que si Aquiles le entregaba su tienda cautiva a Briseida, él devolvería a
Briseida. Aquiles dijo a Agamenón: "Borracho, ojos de perro y corazón de ciervo", y
sacó su espada de plata para matarlo ante el rey; pero cuando su espada estaba a
medio desenvainar, la diosa Minerva, que estaba escondida a su lado, vino y tomó su
mano. Aquiles arrojó su cetro de oro, se sentó y dijo que ya no lucharía por los griegos
con sus armas valientes, y regresó a su tienda.
Así empezó la cólera de Aquiles, que es lo que cuenta la Ilíada, desde que se enojó en esa
disputa, hasta que el corazón se le enfureció cuando los troyanos le mataron a su amigo
Patroclo, y salió a pelear otra vez contra Troya, que estaba quemándoles los barcos a los
griegos y los tenía casi vencidos. No más que con dar Aquiles una voz desde el muro, se
echaba atrás el ejército de Troya, como la ola cuando empuja una corriente contraria de
viento, y les temblaban las rodillas a los caballos troyanos.

El poema entero está escrito para contar lo que sucedió a los griegos desde que Aquiles se
dio por ofendido: --la disputa de los reyes--, el consejo de los dioses del Olimpo, en que
deciden los dioses que los troyanos venzan a los griegos, en castigo de la ofensa de
Agamenón a Aquiles --el combate de Paris, hijo de Príamo, con Menéalo, el esposo de
Helena--, la tregua que hubo entre los dos ejércitos, y el modo con que el arquero troyano
Pandaro la rompió con su flechazo a Menelao --la batalla del primer día, en que el
valientísimo Diómedes tuvo casi muerto a Eneas de una pedrada--, la visita de Héctor, el
héroe de Troya a su esposa Andrómaca, que lo veía pelear desde el muro --la batalla del
segundo día, en que Diómedes huye en su carro de pelear, perseguido por Héctor
vencedor--, la embajada que le mandan los griegos a Aquiles, para que vuelva a ayudarlos
en los combates, porque desde que él no pelea están ganando los troyanos --la batalla de
los barcos, en que ni el mismo Ajax puede defender las naves griegas del asalto, hasta que
Aquiles consiente en que Patroclo pelee con su armadura--, la muerte de Patroclo --la
vuelta de Aquiles al combate, con la armadura nueva que le hizo el dios Vulcano--, el
desafío de Aquiles y Héctor -, la muerte de Héctor- y las súplicas con que su padre Príamo
logra que Aquiles le devuelva el cadáver, para quemado en Troya en la pira de honor, y
guardar los huesos blancos en una caja de oro. Así se enojó Aquiles, ésos fueron los sucesos
de la guerra, hasta que se le acabó el enojo.

A Aquiles no lo pinta el poema como hijo de hombre, sino de diosa del mar, de la diosa
Tetis. Y eso no es muy extraño, porque todavía hoy dicen los reyes que el derecho de
mandar en los pueblos les viene de Dios, que es lo que llaman "el derecho divino de los
reyes", y no es más que una idea vieja de aquellos tiempos de pelea, en que los pueblos
eran nuevos y no sabían vivir en paz, como viven en el cielo las estrellas, que todas tienen
luz aunque son muchas, y cada una brilla aunque tenga al lado otra. Los griegos creían,
como los hebreos, y como otros muchos pueblos, que ellos eran la nación favorecida por el
creador del mundo, y los únicos hijos del cielo en la tierra. Y como los hombres son
soberbios, y no quieren confesar que otro hombre sea más fuerte o más inteligente que
ellos, cuando había un hombre fuerte o inteligente que se hacía rey por su poder decían
que era hijo de los dioses. Y los reyes se alegraban de que los pueblos creyesen esto; y los
sacerdotes decían que era verdad, para que los reyes les estuvieran agradecidos y los
ayudaran. Y así mandaban juntos los sacerdotes y los reyes.
Cada rey tenía en el Olimpo sus parientes, y era hijo, o sobrino, o nieto de un dios, que
bajaba del cielo a protegerlo o a castigarlo, según le llevara a los sacerdotes de su templo
muchos regalos o pocos; y el sacerdote decía que el dios estaba enojado cuando el regalo
era pobre, o que estaba contento, cuando le habían regalado mucha miel y muchas ovejas.
Así se ve en la Ilíada, que hay como dos historias en el poema, una en la tierra, y en el cielo
otra; y que los dioses del cielo son como una familia, sólo que no hablan como personas
bien criadas, sino que se pelean y se dicen injurias. Lo mismo que los hombres en el
mundo. Siempre estaba Júpiter, el rey de los dioses, sin saber qué hacer; porque su hijo
Apolo quería proteger a los troyanos, y su mujer Juno a los griegos, lo mismo que su otra
hija Minerva; y había en las comidas del cielo grandísimas peleas, y Júpiter le decía a Juno
que lo iba a pasar mal si no se callaba enseguida, y Vulcano el cojo, el sabio del Olimpo, se
reía de los chistes y maldades de Apolo, el de pelo colorado, que era el dios travieso. Y los
dioses subían y bajaban, a llevar y traer a Júpiter los recados de los troyanos y los griegos; o
peleaban sin que se les viera en los carros de sus héroes favorecidos; o se llevaban en
brazos por las nubes a su héroe para que no lo acabase de matar el vencedor, con la ayuda
del dios contrario. Minerva toma la figura del viejo Néstor, que hablaba dulce como la miel,
y aconseja a Agamenón que ataque a Troya. Venus desata el casco de Paris cuando el
enemigo Menelao lo va arrastrando del casco por la tierra; y se lleva a Paris por el aire.
Venus también se lleva a Eneas, vencido por Diómedes, en sus brazos blancos. En una
escaramuza va Minerva guiando el carro de pelear del griego, y Apolo viene contra ella,
guiando el carro troyano. Otra vez, cuando por engaño de Minerva dispara Pandaro su arco
contra Menelao, la flecha terrible le entró poco a Menelao en la carne, como cuando una
madre le espanta a su hijo de la cara una mosca. En la Ilíada están juntos siempre los
dioses y los hombres, como padres e hijos. Y en el cielo suceden las cosas lo mismo que en
la tierra; como que son los hombres los que inventan los dioses a su semejanza, y cada
pueblo imagina un cielo diferente con divinidades que viven y piensan lo mismo que el
pueblo que las ha creado y las adora en los templos: porque el hombre se ve pequeño ante
la naturaleza que lo crea y lo mata, y siente la necesidad de creer en algo poderoso, y de
rogarle para que lo trate bien en el mundo, y para que no le quite la vida. El cielo de los
griegos era tan parecido a Grecia, que Júpiter mismo es como un rey de reyes, y una
especie de Agamenón, que puede más que los otros, pero no hace todo lo que quiere, sino
ha de oírlos y contentarlos, como tuvo que hacer Agamenón con Aquiles. En la Ilíada,
aunque no lo parece, hay mucha filosofía, y mucha ciencia y mucha política, y se enseña a
los hombres, como sin querer, que los dioses no son en realidad más que poesías de la
imaginación, y que los países no se pueden gobernar por el capricho de un tirano sino por
el acuerdo y respeto de los hombres principales que el pueblo escoge para explicar el
modo con que quiere que lo gobiernen.

Pero lo hermoso de la Ilíada es aquella manera con que pinta el mundo, como si lo viera el
hombre por primera vez, y corriese de un lado para otro llorando de amor, con los brazos
levantados, preguntándole al cielo quién puede tanto, y de dónde está el creador, y cómo
compuso y mantuvo tantas maravillas. Por eso hay en la Ilíada tantas descripciones de
combates, y tantas curas de heridas, y tantas arengas.
Todo lo que se sabe de los primeros tiempos de los griegos, está en la Ilíada. Llamaban
rapsodas en Grecia a los cantores que iban de pueblo en pueblo, cantando la Ilíada y la
Odisea, que es otro poema donde Homero cuenta la vuelta de Ulises. Y más poemas
parece que compuso Hornero, pero otros dicen que ésos no son suyos, aunque el griego
Heródoto, que recogió todas las historias de su tiempo, trae noticias de ellos, y muchos
versos sueltos en la vida de Hornero que escribió, que es la mejor de las ocho que hay
escritas, sin que SE sepa de cierto si Heródoto la escribió de veras, o si no la contó muy de
prisa y sin pensar, como solía él escribir. Se siente uno como gigante, o como si estuviera
en la cumbre de un monte, con el mar sin fin a los pies, cuando lee aquellos versos de la
Ilíada, que parecen de letras de piedra.

Cada cuadro de la Ilíada es una escena como ésas. Cuando los reyes miedosos dejan solo a
Aquiles en su disputa con Agamenón, Aquiles va a llorar a la orilla del mar, donde están
desde hace diez años los barcos de los cien mil griegos que atacan a Troya: y la diosa Tetis
sale a oírlo, como una bruma que se va levantando de las olas. Grandes guerreros hay entre
los griegos: Ulises, que era tan alto que andaba entre los demás hombres como un macho
entre el rebaño de carneros; Ajas, con el escudo de ocho capas, siete de cuero y una de
bronce; Diomedes, que entra en la pelea resplandeciente, devastando como un león
hambriento en un rebaño: --pero mientras Aquiles esté ofendido, los vencedores serán los
guerreros de Troya: Héctor, el hijo de Príamo; Eneas, el hijo de la diosa Venus; Sarpedón, el
más valiente de los reyes que vino a ayudar a Troya, el que subió al cielo en brazos del
Sueño y de la Muerte, a que lo besase en la frente su padre Júpiter, cuando lo mató
Patroclo de un lanzazo. París tira el primero, pero Menelao se lo lleva arrastrando, cuando
Venus le desata el casco de la barba, y desaparece con París en las nubes. Luego es la
tregua; hasta que Minerva, vestida como el hijo del troyano Anterior, le aconseja con
alevosía a Pandaro que dispare la flecha contra Menelao, la flecha del arco enorme de dos
cuernos y la juntura de oro, para que los troyanos queden ante el mundo por traidores, y
sea más fácil la victoria de los griegos, los protegidos de Minerva.
Al amanecer, la batalla es en el murallón que han levantado los griegos en la playa frente a
sus buques. Los troyanos han vencido a los griegos en el llano. Ulises defiende el cuerpo de
Diomedes con su escudo, y los troyanos le caen encima como los perros al jabalí. Desde los
muros disparan sus lanzas los reyes griegos contra Héctor victorioso, que ataca por todas
partes.

Caen los bravos, los de Troya y los de Grecia, como los pinos a los hachazos del leñador.
Héctor va de una parte a otra, como león que tiene hambre. Pero le ruega su amigo
Patroclo, y consiente en vestirlo con su armadura, y dejarlo ir a pelear. A la vista de las
armas de Aquiles, a la vista de los mirmidones, que entran en la batalla apretados como las
piedras de un muro, se echan atrás los troyanos miedosos.

Patroclo se mete entre ellos, y les mata nueve héroes de cada vuelta del carro. El gran
Sarpedón le sale al camino, y con la lanza le atraviesa Patroclo las sienes. Pero olvidó
Patroclo el encargo de Aquiles, de que no se llegase muy cerca de los muros. Apolo
invencible lo espera al pie de los muros, se le sube al carro, lo aturde de un golpe en la
cabeza, echa al suelo el casco de Aquiles, que no había tocado el suelo jamás, le rompe la
lanza a Patroclo, y le abre el coselete, para que lo hiera Héctor.
Cayó Patroclo, y los caballos divinos lloraron. Cuando Aquiles vio muerto a su amigo, se
echó por la tierra, se llenó de arena la cabeza y el rostro, se mesaba a grandes gritos la
melena amarilla. Y cuando le trajeron a Patroclo en un ataúd, lloró Aquiles. Cuando salió al
muro a dar las tres voces, los troyanos se echaron en tres oleadas contra la ciudad, los
caballos rompían con las ancas el carro, espantados, y morían hombres y brutos en la
confusión, no más que de ver sobre el muro a Aquiles, con una llama sobre la cabeza que
resplandecía como el sol de otoño.

Ya Agamenón se ha arrepentido, ya el consejo de reyes le ha mandado regalos preciosos a


Aquiles, ya le han devuelto a Briseis, que llora al ver muerto a Patroclo, porque fue amable
y bueno. Al otro día, al salir el sol, la gente de Troya, como langostas que escapan del
incendio, entra aterrada en el río, huyendo de Aquiles, que mata lo mismo que siega la hoz,
y de una vuelta del carro se lleva a doce cautivos. En el río era Aquiles como un gran delfín,
y los troyanos se despedazaban al huirle, como los peces. Separa Héctor, y le habla a
Aquiles antes de pelear, para que no se lleve su cuerpo muerto si lo vence.

Aquiles les quiere el cuerpo de Héctor, para quemarlo en los funerales de su amigo
Patroclo. Por el cuello le mete la lanza a Héctor, que cae muerto, pidiendo a Aquiles que dé
su cadáver a Troya. Desde los muros han visto la pelea el padre y la madre. Los griegos
vienen sobre el muerto, y lo lancean, y lo vuelven con los pies de un lado a otro, y se burlan.

Y entonces levantaron con leños una gran pira para quemar el cuerpo de Patroclo. Sobre la
urna echaron tierra, hasta que fue como un monte. Aquiles amarraba cada mañana por los
pies a su carro a Héctor, y le daba vuelta al monte tres veces. Pero a Héctor no se le
lastimaba el cuerpo, ni se le acababa la hermosura, porque desde el Olimpo cuidaban de él
Venus y Apolo.

Y hubo paz doce días, para que los troyanos le hicieran el funeral a Héctor. Y vino
Andrómaca su mujer, y le habló al cadáver. Y todo el pueblo lloraba cuando Príamo se
acercó a su hijo, con las manos al cielo, temblándole la barba, y mandó que trajeran leños
para la pira. Y nueve días estuvieron trayendo leños, hasta que la pira era más alta que los
muros de Troya.

Y la quemaron, y apagaron el fuego con vino, y guardaron las cenizas de Héctor en una caja
de oro, y cubrieron la caja con un manto de púrpura, y lo pusieron todo en un ataúd, y
encima le echaron mucha tierra, hasta que pareció un monte. Y luego hubo gran fiesta en
el palacio del rey Príamo. Así acaba la Ilíada, y el cuento de la cólera de Aquiles.
Personajes
En la Ilíada aparecen infinidad personajes carentes de profundidad psicológica,
en medio de una acción que transcurre sin descanso, donde prima la
descripción y abundan las enumeraciones y reiteraciones.
Los personajes de esta epopeya podrían clasificarse en tres grupos: aqueos,
troyanos y dioses.

Aqueos
Es el nombre con el que se conoce a los griegos. De este grupo los personajes
más destacados son Aquiles, guerrero griego, y Agamenón, el líder del ejército
aqueo. Sin embargo, existen otros nombres relativos a este bando:
Aquiles: es uno de los personajes principales de la Ilíada. Hijo de Peleo y de la
ninfa Tetis, es considerado como uno de los mejores guerreros aqueos y uno de
los más rápidos, de esta forma es conocido en los poemas homéricos como “el
de los pies ligeros”.
Agamenón: es hijo del rey Atreo de Micenas y Aéroe, también el hermano de
Menelao. Es uno de los aqueos más distinguidos, el jefe del ejército griego. A
menudo tiene enfrentamientos con Aquiles.
Patroclo: Es el hijo de Meneceo y el fiel amigo y compañero de Aquiles. Muere
durante la guerra en una disputa con Héctor.
Menelao: es el rey de Esparta y el hermano de Agamenón. Es el punto central
por el que se desencadena la guerra de Troya. Los aqueos pelean por su honor
cuando Helena, su esposa, es raptada por el príncipe troyano Paris.
Helena: es hija de Zeus y Leda, asimismo es la esposa de Menelao. Es descrita
como una mujer muy bella. Su huida con Paris a Troya supone el detonante de la
guerra.
Áyax el Grande: también conocido como Ayante, es hijo de Telamón y Peribea.
Es uno de los aqueos más fuertes y temidos de su ejército. Lucha con Héctor, a
quien casi mata en una ocasión.
Diomedes: es uno de los héroes más representativos y poderosos del bando
aqueo, quien consigue enfrentarse con éxito a un buen número de troyanos.
Odiseo o Ulises: es un guerrero aqueo que destaca por su astucia. Su
protagonismo cobra importancia en La Odisea, cuyo argumento se centra en su
regreso a Ítaca tras la guerra.
Néstor: es un guerrero del ejército aqueo y proporciona sabiduría, ya que debido
a su avanzada edad no puede luchar en el frente.
Tersites: es un guerrero aqueo, cuyo papel no sobresale en la Ilíada. Homero lo
describe como un griego poco agraciado, vulgar y ridículo.
Idomeneo: es el nieto del rey Minos, uno de los pretendientes de Helena.
Asimismo, es uno de los soldados más valerosos en el ejército aqueo durante la
guerra de Troya.
Fénix: es uno de los consejeros de Aquiles durante la guerra. Forma parte de los
mirmidones que apoyan a los aqueos durante la guerra de Troya.
Tetis: es la madre de Aquiles y en la Ilíada tiene la función de proteger a su hijo.

Troyanos
Asentados en Troya, este bando luchan para proteger la ciudad bajo
el mandato del rey Príamo. En este grupo destaca el personaje de
Héctor, enemigo directo de Aquiles después de provocar la muerte
de su mejor amigo.
Héctor: es hijo del rey Príamo y la reina Hécuba. Es otro de los
personajes principales del poema de la Ilíada. Su misión es la de
salvaguardar la seguridad de la ciudad de Troya hasta su muerte en
manos de Aquiles, uno de sus principales enemigos.
Paris: también denominado Alejandro en la mitología, es el hermano
de Héctor. Asimismo, es el causante de la guerra de Troya ya que
rapta a Helena, la esposa del rey Menelao.
Príamo: es el rey de Troya, padre de Héctor y Paris. Su edad le impide
participar en la guerra, sin embargo, lucha por recuperar el cuerpo de
su hijo cuando muere. Para ello, se adentra en el campo enemigo y
habla con Aquiles.
Andrómaca: es hija del rey Etión y la esposa de Héctor. Durante la
guerra es testigo de la muerte de su marido junto a su hijo
Astianacte.
Eneas: es uno de los héroes más audaces del ejército troyano.
Durante la guerra queda herido por culpa de Diomedes, aunque
Afrodita, su madre, consigue salvarlo.
Casandra: es la hija del rey Príamo y Hécuba. Su papel durante la
guerra es el de vaticinar la destrucción de Troya y otras desgracias
del conflicto, aunque nadie la cree.
Hécuba: es la reina de Troya, esposa de Príamo, y la madre de Héctor,
Casandra y Paris.
Astianacte o Escamandro: es el hijo de Héctor y Andrómaca.
Glauco: es un soldado del bando troyano. Lucha junto a Héctor y
muere por culpa de Áyax Telamonio.
Deífobo: es el hermano de Héctor e hijo de Príamo y Hécuba.
Pándaro: es un arquero que participa en la guerra y defiende a los
troyanos. Durante el conflicto hiere a Menelao con una flecha, así
rompe la tregua establecida entre bandos.
Dolón: es el hijo de Eumedes y participa en la guerra en el bando
troyano. Es el encargado de llevar a cabo la labor de espionaje en el
campamento enemigo pero, finalmente, es raptado por Odiseo y
Diomedes para ser interrogado, lo que le conduce a la muerte.
Dioses
Desde el Olimpo, las deidades controlan la suerte de los hombres que
luchan en la guerra y cambian, incluso, el trascurso de los
acontecimientos para ponerse a favor de un bando u otro.
Zeus: es el dios de los dioses y juega un papel fundamental en la
guerra.
Afrodita: es la diosa de la belleza y el amor. Durante la guerra se
mantiene a favor del ejército troyano.
Hefesto: es el dios del fuego y la forja que se encarga de fabricar la
armadura de Aquiles y le salva la vida durante la batalla con el dios
del río.
Ares: es el dios de la guerra. Hijo de Zeus y Hera. Pelea para ambos
bandos, primero para los aqueos y después para los troyanos.
Artemisa: es la diosa de la caza, hija de Zeus y Leto, y hermana de
Apolo. Actúa a favor de los troyanos durante la guerra y se enfrenta a
Hera.
Hermes: es el dios mensajero del Olimpo. Durante la guerra de Troya
se posiciona a favor del ejército griego.
Eris: es la diosa del caos y la discordia. En la Ilíada es la hermana de
Ares y la hija de Zeus y Hera.
Atenea: es la diosa de la sabiduría y de la guerra que se posiciona con
el bando aqueo.
Apolo: es el dios del sol, la lógica y la razón. Hijo de Zeus y Leto. Es el
encargado de extender la peste en el campamento aqueo.
Hera: es la diosa protectora del matrimonio y la familia. También, es la
esposa de Zeus y madre de Ares y Hefesto.
Homero
Homero es el nombre al que se le atribuyen la Ilíada y la Odisea. Poco se sabe de
esta figura rodeada de misterio, de la cual se sigue dudando, incluso, de su
existencia.
Se cree que Homero vivió en el siglo VIII a.C. y las investigaciones modernas
aseguran que pudo ser originario de la zona colonial jónica de Asia Menor.
En cualquier caso, sus obras conforman las bases de la cultura occidental y
tuvieron una gran influencia en la cotidianidad de la antigua Grecia. Asimismo,
han logrado transcender y sobrevivir al paso del tiempo.

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