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Alumna: Natalia Orellano

Cátedra: Crítica I

Docente: Emilio Bellón

Marcela Libonatti

Marisol Gonzalez

Escuela de Bellas Artes

Facultad de Humanidades y Artes

Universidad Nacional de Rosario

Visita al Museo de Arte Decorativo "Firma y Odilo Estevez"

Aclaración: Las siguientes, fueron anotaciones que hice mientras visitaba el museo,
anteriormente había ido dos o tres veces, pero ésta fue la primera vez que me observé
más las obras, aunque en las siguientes semanas iré nuevamente para centrarme en una
o dos obras y así realizar un nuevo escrito.

Entrando al Museo, me parece que es agradable, me entusiasma el color rojo y está


lleno de este tono.

Hago un recorrido rápido por las habitaciones… Al pasar por el medio de la sala
principal, el piso se mueve y eso ya es extraño para mí.

Todo está muy ornamentado, por ahora me gusta, de todos modos no me conmueve.

Las esculturas de marfil me dan cierto escalofríos, por el material, ya que por cuestiones
personales no me gusta eso, aunque debo destacar que están bien elaboradas, eso es
innegable pero ya leer el material me provoca un poco de rechazo.

Hay sectores donde cercan para no pasar, o estar a cierta distancia de algo, por lo que
lamento perder de ver ciertas cosas o también algunos detalles por no poder mirar de
más cerca.

En las pinturas me costó mucho encontrar los nombres de autores y títulos, cuando me
percaté de dónde se encontraban algunos me encontraba cansada. Por eso, quiero ir
nuevamente.

Muchos abanicos: recordaba que cuando había ido hace varios años atrás, me habían
entusiasmado, me agradaron mucho esa vez, en cambio en ésta no me provocaron nada.
Es decir, de la técnica no puedo lamentarme, me asombra el virtuosismo con que las
cosas fueron realizadas pero no llegan a conmoverme, me llegaron más las pinturas,

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aunque reitero que no pude apreciar los nombres, por lo que no puedo dar ejemplos por
ahora, quedará para la próxima visita.

Algunas pinturas de mayor escala me apabullaron, no las recordaba, estaban


excelentemente realizadas, las hacía más reales, aunque los motivos principalmente de
los retratos no me terminaban de cautivar, la técnica, las miradas, me absorbieron en
más de una obra.

Las estatuillas, debo decir que la mayoría, me obnubilaron, de buen modo: esa
delicadeza, elegancia, ternura en algunas, considero que eran muy sutiles y bellas.

También había, mucho lujo y ostentación, para mí, en cosas como juegos de café y
ponche, en todo había pequeños detalles, también en alfileres, perfumeros, era todo muy
delicado. Me atrajo eso a la vista pero en realidad no me estimuló ni me conmovió. Casi
todo me produjo una suerte de atracción visual en cuanto a detalles y toda la
ornamentación, pero pocos sentimientos, solo algunas pinturas y estatuillas me
sedujeron realmente. Pero como mencioné antes, luego de estar un tiempo ahí, tratando
de observar todo, salí aturdida y preferí dejar descansar la mente para volver luego y
realizar una apreciación sobre los puntos que más me atrajeron.

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