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COMISIÓN ELABORACIÓN
PROPUESTA REFORMA DE LA JUSTICIA
(VERSION FINAL)
La Paz - Bolivia
Julio de 2022
1
UMSA
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS
COMISIÓN ELABORACIÓN
PROPUESTA REFORMA DE LA JUSTICIA
ÍNDICE
PRESENTACIÓN…………………..
………………………………PAG. 3
4. ANEXOS…………………...……………………..…………...PAG. 192
5. BIBLIOGRAFIA.…………………………………..…………PAG. 201
2
PRESENTACIÓN
Sin duda alguna debatir y plantear una Reforma Judicial tiene un carácter imperativo en
el país, por la crisis estructural en la que se encuentra nuestra justicia. Sin embargo, las
diferentes propuestas que hasta el presente se han planteado, solo refieren, en gran
medida a una reforma en el ámbito del mismo Órgano Judicial y/o en el ámbito de los
Operadores de Justicia. Proponer una reforma únicamente desde esa perspectiva, no es
correcto o al menos no es completa, dado que no considera una visión integral del
problema de la justicia en Bolivia. Creemos que la problemática de la Justicia, debe
encararse con una mirada integral, que incluya, indefectiblemente un cambio en la
misma formación del futuro profesional del Derecho, es decir desde una reforma que
empieza en la propia Universidad, con lo cual se proyecte una propuesta no solamente
integral, sino factible y sostenible. La Facultad de Derecho y CCPP, de la Universidad
Mayor de San Andrés, siempre ha señalado, que el ámbito académico no designa ni elije
a los Operadores de Justicia, pero si tiene la alta responsabilidad de su “Formación”.
Desde esa perspectiva, el Sistema Universitario boliviano, debe autocríticamente,
reflexionar y estar conscientes de las falencias y debilidades que se presentan en la
formación de los abogados y abogadas que luego se desempeñan en el foro profesional.
Existe un consenso básico de que los problemas que aquejan a la justicia boliviana son
la falta de independencia, la existencia de magistraturas, jueces y fiscales no idóneos ni
imparciales y, un bajo presupuesto destinado al sector justicia. Ese consenso básico se
expresa también en que la independencia judicial es una parte fundamental de la
solución a la crisis del Sistema Judicial Boliviano y, para el logro de una ruptura
significativa con el pasado de una justicia controlada, corrupta y coludida con el poder
y con los poderosos.
En el proceso de reforma judicial, el denominador común que hace a los diagnósticos
del estado de la justicia en Bolivia tiene que ver con la ausencia de independencia del
Poder Judicial, los bajos presupuestos para el sector justicia, la consolidación de una
kakistocracia judicial, la desconfianza en las instituciones de justicia, la falta de
prestigio y de credibilidad de los administradores de justicia, la corresponsabilidad de
las universidades públicas y privadas en la deficiente formación de profesionales del
derecho y, la sensación ciudadana de que no existe justicia y que los juicios se los gana
con dinero y con contactos en las esferas de poder, a más de la consabida retardación de
justicia, la corrupción judicial y los usos políticos de la ley.
3
2. En lo institucional: reingeniería de procesos y procedimientos para contar
con una administración de justicia imparcial, eficiente y oportuna.
3. En lo legal: compatibilización estructural de las leyes y modernización de la
legislación, como son los nuevos códigos de enjuiciamiento penal y la
justicia de paz.
4. En el sistema de selección y elección: reclutamiento de los mejores jueces,
fiscales y magistrados, dotarle de legitimidad y credibilidad a la elección de
magistrados e introducir mejoras en la heurística de reclutamiento.
5. En el capital humano: garantizar la carrera administrativa judicial bajo el
principio de meritocracia, imparcialidad y eticidad.
6. En la transparencia y rendición de cuentas: mejorar las capacidades de
control sobre los actos de corrupción judicial y, combatir y reducir las redes
de corrupción sistémicas.
7. En lo económico: dotar al Órgano Judicial de mayores presupuestos
públicos.
8. En los valores: diseñar modelos de ética aplicada y procesos de
implementación integrales para mejorar la probidad de los administradores
de justicia y, para construir un Estado próximo a la justicia.
9. En las tecnologías: realizar innovaciones continuas de TICs e Inteligencia
Artificial para reducir las fallas y los márgenes de error e incrementar la
asertividad en los fallos judiciales.
10. En el control: rutinizar las auditorias jurídicas para garantizar la
transparencia y la correcta administración y toma de decisiones en el Órgano
Judicial.
11. En los estándares internacionales: ajustar el sistema judicial boliviano a los
estándares internacionales de funcionamiento y respetar los pactos
internacionales suscritos por el Estado boliviano.
De esa variedad de diagnósticos mencionados supra, la clase política, los operadores de
justicia, la sociedad civil y el mundo académico está consciente de que existen al menos
tres caminos para la reforma judicial:
a) Reforma Total de la Constitución a través de una Asamblea
Constituyente originaria plenipotenciaria, activada por voluntad popular
mediante referendo (Art. 411. I CPE).
4
c) Cambios intrainstitucionales mediante Cumbres y Comisiones
impulsadas desde el Ministerio de Justicia (Léase desde el Órgano
Ejecutivo, no desde el Órgano Judicial).
Es por demás consabido que las estrategias de transformación y/o leyes
de reforma en el llamado tercer mundo cobran preponderancia mediante
los gobiernos.
La Universidad Pública no puede permanecer en silencio sobre la profunda crisis del
sistema judicial boliviano; consciente de que las carreras de Derecho son
corresponsables en la deficiente formación profesional y ética de los abogados es que
tenemos la obligación de contribuir a las soluciones a la crisis de la justicia.
Es por ello que se aprobó en fecha 23 de marzo por unanimidad mediante Resolución del
Honorable Consejo Universitario No 072/2022 la conformación de la “Comisión Institucional
de la Universidad Mayor de San Andrés, representada por docentes de la Facultad de Derecho y
Ciencias Políticas, que estará encargada de elaborar una Propuesta de Reforma a la Justicia en
Bolivia”.
La “Comisión de Elaboración de Propuesta de Reforma de la Justicia” ha elaborado una
propuesta integral que toma en cuenta los ámbitos de: a) independencia judicial e imparcialidad;
b) la incomunicabilidad judicial; c) la diferenciación de procesos en el Código de
Procedimiento Penal; d) las reformas al Ministerio de Justicia , corrupción, gratuidad de la
justicia, reorganización institucional y seguimiento a la reforma judicial; e) reforma
académica; f) justicia de paz y mecanismos alternativos de resolución de conflictos; g)
reorganización, presupuesto, infraestructura e informática en el Órgano de Justicia.
La Propuesta de Reforma de la Justicia de la Comisión ha sido elaborada bajo principios
académicos, de pluralismo, de participación amplia, de oportunidad, de cooperación irrestricta y
libre de presiones.
La Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la UMSA tiene el deber de colaborar
con toda iniciativa estatal y societal orientada a mejorar la justicia boliviana,
especialmente en lo que se refiere a la cualificación de los recursos humanos, la
formación de abogados con elevados niveles de ética aplicada y nuevas readecuaciones
de su novel e innovadora curricula universitaria para una nueva enseñanza del derecho
orientado a la justicia de paz como mecanismo de primer orden, la conciliación, la
reducción del conflicto y del litigio. Ello supone un nuevo enfoque de políticas públicas
que observe el sector justicia como gobernanza y como una red entre redes de
intercambio dinámicas y complejas, promotoras del reencuentro y la paz mediante la
justicia plural.
5
I. INTRODUCCIÓN AL PROCESO DE REFORMA JUDICIAL PARA
UNA ESTRATEGIA RENOVADA DE TRANSFORMACION DEL
SISTEMA JUDICIAL BOLIVIANO
Desde la década de los 80’ las reformas institucionales y los reformadores han oscilado
entre el achicamiento del Estado y el retorno del Estado con mayores capacidades de
intervención; a éstos movimientos reformistas influenciados por el neoliberalismo y por
el socialismo del siglo XXI se le ha conocido genéricamente como redimensionamiento
del Estado. Toda reforma en el último medio siglo ha intentado aumentar las
capacidades institucionales y devolverle credibilidad a la función pública1, mejorar la
capacidad de gobernar2, incorporar valor público en términos de ética pública y buen
gobierno3 y, lograr justicia4, calidad de vida y felicidad.
Por reforma se entiende el cambio institucional paso a paso, o como los incrementalistas
le denominan es la ciencia de salir del paso, o la estrategia de los cambios
incrementales5.Los diccionarios especializados se refieren al término reforma como
1
“La reforma se propone obtener cambios en el comportamiento de las organizaciones públicas que
conduzcan, en definitiva, a una elevación de sus niveles de eficacia y eficiencia”. Kliksberg, B. (1984).
La Reforma Administrativa en América Latina. Una Revisión del Marco Conceptual. En Bernardo
Kliksberg (Compilador). Madrid: Instituto Nacional de Administración Pública Alcalá de Henares. Pág.
24. Sobre la credibilidad Kliksberg dirá que “Es necesario recuperar el clima de credibilidad en la función
pública en numerosos países donde éste fue erosionado por ineficiencias reales, así como por versiones
muy ideologizadas que de antemano procuraban asociar función pública con ineficiencia. Un clima de
credibilidad es fundamental para que un ‘Estado inteligente’ pueda llevar a cabo sus delicadas tareas. Es
esencial para que pueda establecerse la tarea de equipo Estado-sociedad civil que ha sido propuesta. Es
básico para que los funcionarios puedan sentir que su tarea es apreciada y reconocida por la sociedad”.
Kliksberg, B. (1996). El Rediseño del Estado para el Desarrollo Socioeconómico y el Cambio. Una
Agenda Estratégica para la Discusión. En Bernardo Kliksberg (compilador). El rediseño del Estado. Una
perspectiva internacional. México: Fondo de Cultura Económica - Instituto Nacional de Administración
Pública de México. Pág. 36.
2
“Elementos esenciales de los gobiernos ejercen una poderosa influencia en el futuro de las sociedades.
Conforme el reajuste de las trayectorias se convierta en una tarea cada vez más importante, uno de los
mayores desafíos a la hora de reformar la gobernación será elevar el tipo de valores perseguidos y la
efectividad de los instrumentos para alcanzarlos”. Dror, Y. (1996). La capacidad de gobernar. Informe al
Club de Roma. México: Fondo de Cultura Económica. Pág. 38.
3
Al respecto ver: Villoria, M. he Izquierdo, A. (2020). Ética Pública y Buen Gobierno. Valores e
Instituciones para Tiempos de Incertidumbre. Madrid: Editorial Tecnos, Segunda Edición.
4
Sobre las ideas de justicia ver: Barry, B. (2011). Teorías de la Justicia. Barcelona: Editorial Gedisa.
5
En cuanto a la estrategia de los cambios incrementales en la política, también conocido como la ciencia
del “acomodo” o, el método de las comparaciones limitadas sucesivas, Charles E. Lindblom la define en
los siguientes términos “El último elemento distintivo del método de las ramas es el hecho de que las
comparaciones, junto con la elección de políticas, se hacen en una serie cronológica. Las políticas no se
establecen de una sola vez y para siempre; se hacen y rehacen de manera incesante. La elaboración de
política es un proceso de aproximación sucesiva a algunos objetivos deseados donde lo deseado continúa
cambiando en sí mismo bajo la reconsideración”. Lindblom, Ch. E. (2000). Democracia y Sistema de
Mercado. México: Fondo de Cultura Económica - Colegio Nacional de Ciencias Políticas y
Administración Pública, A.C. - Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Pag. 277; Lindblom, Ch.
E. (2002). El Sistema de Mercado. Madrid: Alianza Editorial; Lindblom, Ch. E. (1991). El proceso de
elaboración de políticas públicas. México: MAP - Grupo Editorial Miguel Ángel Porrúa.
6
mejora o abolición de malas prácticas6, a diferencia de la revolución 7 que tiene una
esencia disruptiva en el logro del cambio o lo que es lo mismo una noción acerca de la
transformación de lo social más de quiebre quede continuidad; la reforma rechaza la
violencia apuntando a mejorar y perfeccionar el orden existente 8. Así como los
enciclopedistas entienden la reforma constitucional como una adaptación continúa a las
circunstancias políticas, económicas y sociales:
6
“reforma Término ampliamente utilizado para referirse a las mejoras o a la abolición de las malas
prácticas y las deficiencias”. Bealey, F. (2003). Diccionario de Ciencia Política. Madrid: Ediciones Istmo
S.A., Pag. 369.
7
La teoría social marxista es una teoría disruptiva o del cambio revolucionario. ¿Qué es la revolución?, a
la pregunta John Holloway responderá que el centro del pensamiento revolucionario es la ruptura, la
fractura, no la continuidad “En principio, Holloway entiende por revolución una transformación radical
de las relaciones sociales, es decir, un cambio del paradigma que versa sobre la organización del hacer
humano. La ‘revuelta’ puede ser entendida como una negación, como un rechazo que, en los mejores
casos, implica también un proceso de construcción”. Salerrno, G. (2008). John Holloway y la sociedad de
la autodeterminación. En: Miradas contemporáneas sobre la sociedad futura. Sergio Cecchetto Editor.
Argentina: Ediciones Herramienta. Pag. 167. Sobre la estructura de las revoluciones también puede verse
el ensayo de ThedaSkocpol “Explicando revoluciones sociales: Alternativas para las teorías existentes”.
En: El valor estratégico de la gestión pública. Trece textos para comprenderla. Argentina: Corporación
Andina de Fomento www.caf.com.Grafica Offset S.R.L., 2015.
8
“De la distinta apreciación de la democracia y de la libertad ‘burguesas’ deriva también otra diferencia,
la más notable, entre revolucionarios y reformistas. Los revolucionarios comienzan por despreciar el
liberalismo, la democracia y el capitalismo, porque son acompañados por profundas injusticias y miserias,
y hasta aquí nada lo distingue todavía de los reformistas. Sin embargo, cuando aparece la posibilidad
efectiva de remediar al menos en parte esas miserias y esas injusticias, mientras que el reformista se pone
manos a la obra, convencido como está de que en lo más (el socialismo) está de cualquier forma lo menos
(las reformas), el revolucionario se desespera, porque teme que disminuya así la fuerza del descontento
sobre el cual apoyarse para introducir un mundo mejor en comparación al cual empalidecen a sus ojos
todos los mejoramientos que puedan conseguirse en el ámbito de la democracia con la práctica sindical y
política. Lo menos para él obstruye el camino a lo más.
De aquí la opuesta actitud de revolucionarios y reformistas frente al buen funcionamiento de la economía
capitalista”. Settembrini, D. (1995). Reformismo. En: Bobbio, N., Mateucci, N., Pasquino, G. (1995).
Diccionario de Política. México: Siglo veintiuno editores. 8ª edición. Pag. 1359.
9
Tajadura Tejada, J. REFORMA CONSTITUCIONAL. En: ENCICLOPEDIA DE LAS CIENCIAS
MORALES Y POLÍTICAS PARA EL SIGLO XXI. CIENCIAS POLÍTICAS Y JURÍDICAS (Con
especial referencia a la sociedad pos-Covid-19). EDICIÓN DE BENIGNO PENDÁS. PRÓLOGO DE
MIGUEL HERRERO DE MIÑÓN. REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MORALES Y POLÍTICAS.
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO. Madrid: Primera edición: diciembre de 2020. Pag. 1034.
7
Ahora bien, de lo que se trata es de interpretar los cursos de acción que siguen las
transformaciones institucionales y la acción humana orientada por reglas 10. El
redimensionamiento del Estado y más específicamente la reforma de la justicia en
América Latina ha tenido varias iniciativas locales y experiencias internacionales
comparadas. Casi de manera simultánea en la década de los 80’ y los 90’ surgían nuevas
corrientes teóricas que buscaban superar la parálisis de la administración pública, la
crisis de gobernabilidad y la crisis de la justicia; éstas corrientes de pensamiento y
acción se dieron a conocer internacionalmente como nueva gestión pública (Barzelay,
1998), gobernanza (Kooiman, 2005) y neoconstitucionalismo (Carbonell, 2005 y
Galindo, 2021).
El sociólogo boliviano Fernando Calderón ha identificado cuatro orientaciones que
predominan en la región y que las denomina: a) modernización conservadora, b)
reformismo práctico, c) nacionalismo popular, d) indigenismo neo-desarrollista. De esta
manera se puede decir que en América Latina se han dado tres generaciones de reformas
(Calderón y Lechner, 2017: 299): la reforma neoliberal, la reforma estatista y la reforma
pluralista. Calderón el año 2006 considera que los ciclos de reforma estructural y de
transición a la democracia en América Latina se encuentran agotadas 11 (Calderón, 2017:
253).
8
Los especialistas que han reflexionado sobre los procesos de reforma judicial en
América Latina tienen una evaluación pesimista sobre sus logros y resultados
sostenibles y de largo aliento. En la primera generación de reformas de las instituciones
de justicia, desde la transición de los autoritarismos hacia la democracia, iniciado en la
década de los 80’ se invirtió 730 millones de dólares 12 para la reforma judicial “Sin
embargo, cabe destacar que la percepción de cuánto se ha logrado sigue siendo bastante
desalentadora” (Domingo y Ramos, 2007: 228). Sin embargo, las autoras españolas
reflexionan sobre la necesidad de no despreciar lo logrado a pesar de los escasos
resultados en la reforma de la justicia porque el desafío es de largo plazo y no todo es
fracaso (Domingo y Ramos, 2007: 231).
9
embargo las tensiones entre poderes y las conflictivas transiciones políticas que
experimentan los países latinoamericanos no han cumplido necesariamente con las
expectativas de los financiadores internacionales acordes con los cambios que introduce
la globalización que exige un tipo de justicia en consonancia con los nuevos tiempos de
sobre aceleración mundial; la ruta crítica de la modernización de la justicia y de la
vigencia del Estado de Derecho han transitado desde el modelo utilitario y privatista de
mercado hacia el modelo participacionista, pluricultural y de rol activo de la sociedad
civil. La coevolución de estos modelos rivales han ahondado en la región una especie de
“guerra civil ideológica” sobre la justicia que se quiere, es decir si es que es mejor una
justicia privatista15 o es mejor una justicia pública.
i. Reformas legales
Se han incorporado nuevos códigos penales, comerciales, que han
cambiado los mecanismos o los principios de resolución de conflicto.
En algunos casos, estos cambios han requerido de cambios
constitucionales (como la creación de la figura de tutela en la
Constitución de 1991 de Colombia).
ii. Reformas en el sistema de justicia
En muchos casos se han realizado reformas destinadas a mejorar la
eficiencia en el funcionamiento de los tribunales (case-tracking,
informatización de los juzgados, aumentar los recursos y mejorar la
infraestructura de los juzgados, introducir mecanismos de oralidad en
los procedimientos y agilizar los procedimientos burocráticos).
15
Hay que recordar las reflexiones del filósofo Robert Nozick sobre la justicia privada, la justicia
distributiva y el Estado mínimo y ultramínimo. Cfr. Nozick, R. (1990). Anarquía, Estado y Utopía.
México: Fondo de Cultura Económica.
16
“En los últimos treinta años la región vivió un doble proceso de cambio asociado tanto a la
globalización como a los rasgos específicos de las economías y los procesos políticos nacionales. Por un
lado, se pasó de economías desarrollistas -centradas en la creación del mercado interno y en la sustitución
de importaciones- a economías basadas en la apertura de los mercados; por el otro, se experimentaron
transformaciones políticas vinculadas a la transición de regímenes autoritarios a democráticos. Las nuevas
dinámicas sociales generadas por estos cambios condiciona el futuro”. Calderón, F. (2017). Ciudadanía y
Desarrollo Humano. En: Antología Esencial. La construcción social de los derechos y la cuestión del
desarrollo. La Paz: Órgano Electoral Plurinacional (OEP) - CLACSO, Editora Presencia. Tomo II. Pag.
97.
10
Otras reformas son aquellas destinadas a mejorar la transparencia en
el funcionamiento del Poder Judicial (apertura de información hacia
el público, creación de páginas web, etc.).
Reformas destinadas a aumentar la independencia de los jueces (tanto
a nivel de los altos tribunales como en los juzgados inferiores), a
través de cambios en los mecanismos de selección y duración del
cargo, y también con el incremento de la autarquía presupuestaria.
La creación de consejos de la judicatura forma parte del desempeño
por agilizar la administración del aparato de justicia. Esto ha sido
instrumental en alterar patrones de independencia y meritocracia con
la introducción de concursos, etc. Los resultados han sido muy
mixtos, por lo general, en la región. En algunos casos los consejos
fueron rápidamente objeto de politización (como en Argentina en los
años 90). En otros casos se generaron rivalidades institucionales con
las cortes supremas. En todo caso, se trata, en su generalidad, de
instituciones jóvenes que con el paso del tiempo pueden llegar a jugar
un papel importante en mejorar la calidad de la administración de
justicia.
En algunos países se ha dado paso a la creación de tribunales
constitucionales. Esto, en algunos lugares, concretamente en
Colombia, ha generado una redefinición importante de la función
judicial en el sistema político.
Se ha dado un incremento en las facultades de control constitucional
de las cortes supremas, lo cual ha creado en algunos casos una
redefinición en la relación entre poderes (véase el caso de México).
Se ha buscado mejorar el acceso a la justicia con el aumento
territorial y numérico de juzgados; mejorar la calidad y la cantidad de
los defensores públicos; proveer, en contextos multiculturales,
traductores para las lenguas indígenas.
Se ha impulsado la creación de MARC (Mecanismos Alternativos de
Resolución de Conflictos) para desviar la carga judicial sobre los
juzgados.
En algunos casos se ha verificado el inicio de un reconocimiento
formal o constitucional de la justicia comunitaria en contextos multi-
culturales y pluri-étnicos.
iii. Sistema penal
Reforma procesal penal (que supone cambiar del sistema
inquisitorial al sistema acusatorio).
Reformas en el ministerio público y en la policía.
iv. Creación de agencias paralelas
Creación de ombudsman de derechos humanos.
Agencias de lucha contra la corrupción.
v. Apoyo a mecanismos de movilización jurídica societales
Mejorar la calidad de la información y la difusión sobre derechos
del ciudadano, así como sobre qué pasos se debe tomar para
11
activar procesos judiciales. Aquí las ONGs han jugado un papel
importante.
vi. Mejorar la calidad de la comunidad de juristas
Entrenamiento y educación (por lo menos a nivel de discurso).
Actualmente, se dan muchos cursillos de actualización de jueces,
pero la formación en las facultades de derecho sigue siendo muy
problemática (Pásara 2005).
Mejorar y fortalecer las barras de abogados”17.
Como afirma Mildred Hartmann las reformas en América Latina han tenido ejes
comunes transversales con énfasis en la reforma del procedimiento penal 18, civil,
laboral, la inclusión de la justicia no tradicional y, principalmente el juicio oral “uno de
los ejes de la reforma judicial en la región es la oralidad. Nuestros procesos judiciales
anteriores eran todos escritos, herencia de la época colonial” (Hartmann, 2007: 243). La
sensación de fracaso de la reforma judicial, concluye la autora, radica en que el énfasis
se ha puesto en el lugar equivocado y que en el diseño de la reforma legal hubo un
proceso de adaptación entre la importación de modelos y entidades jurídicas propias.
Margaret Popkin sitúa en la década de los ochenta los esfuerzos de los donantes
internacionales para la reforma judicial; dichas transformaciones institucionales en la
región han tenido una lógica generacional 19 con ritmos diferentes y resultados
17
Domingo, P. y Ramos, M. (2007). Op. Cit. Págs. 226, 227 y 228.
18
El profesor Kai Ambos afirma que en la reforma judicial en América Latina tiene particular importancia
la reforma del proceso penal “Desde luego, pese a que el Código Procesal Penal modelo para
Iberoamérica -presentado en 1988 por los profesores Jaime Bernal Cuellar, Fernando de la Rúa, Ada
Pellegrini Grinover y Julio B. J. Maier (Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal 1989- puede ser
considerado el punto de partida central del movimiento reformador, la verdad es que los legisladores de
los diferentes países fueron apartándose de él y continúan también haciéndolo de diversas maneras de las
estructuras tradicionales”. Ambos, K. (2007). Breves comentarios sobre la reforma judicial en América
Latina. En: Gobernabilidad y reforma política en América Latina y Europa. Klaus Bodemer / Fernando
Carrillo Flores (editores). La Paz: GIGA - Banco Interamericano de Desarrollo - REDGOB - Plural
editores. Págs. 255 y 256.
12
distintos20. No obstante tres décadas de esos esfuerzos por cambiar la justicia arrojan
resultados pobres, las encuestas, los datos cuantitativos y las percepciones ciudadanas
en torno a la confianza en el Poder Judicial indican un descenso sostenido y, tampoco se
ha logrado reducir la corrupción judicial, la delincuencia y la impunidad, es decir, la
injusticia en la región pervive de manera perversa:
“Sin embargo, tras casi 20 años de esfuerzos para reformar la justicia, lo cual ha
supuesto enormes inversiones financieras por parte de los donantes, la mayoría
de los sistemas de justicia en América Latina continúan percibiéndose como
altamente deficientes. Muchos cambios se han introducido, en particular en
términos de diseño institucional, se han incrementado los presupuestos para el
Poder Judicial y se han hecho importantes reformas de la justicia penal para
pasar de un sistema escrito inquisitivo a un proceso oral acusatorio. No obstante,
y a pesar de un aumento significativo en las exigencias puestas en el sistema de
justicia, el impacto global de estos cambios ha sido bastante restringido (Pásara,
2003a, p. 31). Los sistemas de justicia en toda la región están todavía plagados
de limitaciones en su cobertura y mora judicial. Las resoluciones judiciales
siguen siendo desiguales en calidad y carecen de consistencia. Las quejas sobre
corrupción y falta de transparencia aún prevalecen en toda la región. A los
tribunales a menudo parece faltarles la capacidad o la voluntad de poner en vigor
19
“La sistematización de esas experiencias suele indicar la existencia de reformas de primera, segunda y
tercera generación. Así, en la primera generación de reformas se produjo una refundación del Ministerio
Público Fiscal (MPF) en la región, lo cual equivale a la propuesta del Nuevo Perfil Institucional que se
requiere para la FGR. La segunda generación de reformas tiene que ver con la aparición de los nuevos
modelos organizacionales y la nueva gestión del MPF asociadas a las reformas de las leyes del Código
Procesal Penal, que todavía se encuentran en curso en países como Argentina, Colombia, Guatemala,
Panamá y Perú. Por último, la tercera generación de reformas consistió en la planificación y realización
de una persecución penal estratégica sobre la base del análisis criminal. Lo anterior implica contar con
elementos de medición, planificación y el análisis continuo de los fenómenos delictivos. Aunque en los
demás países el cambio ha sido un proceso paulatino a lo largo de varios años, México deberá encarar
este proceso de reingeniería ineludible asumiendo los problemas de primera, segunda y tercera generación
como un todo”. BID (et. al.) (2019)Hacia la modernización del sistema de justicia criminal en México.
Reflexiones y propuestas. Banco Interamericano de Desarrollo. http://www.iadb.org. Pag. 24.
20
La huella de la negatividad es profunda en la reforma judicial, al 2020 nuevos estudios propiciados por
el BID muestran una tendencia al fracaso de la reforma de las instituciones de justicia “Las múltiples
reformas parciales del sistema de justicia en la región no han logrado eliminar sus problemas endémicos
de congestión, incapacidad para dar pronta justicia, deficiencia en la atención de las víctimas e
impunidad.
El acceso al sistema de justicia sigue siendo inequitativo y limitado. Los más pobres tienen dificultad en
acceder al sistema. A pesar de la existencia de un nuevo diseño institucional de la justicia a partir de la
creación de agencias investigativas y acusatorias como fiscalías o procuradurías, o del gobierno judicial
con Judicaturas o Magisterios, no se logró tener un sistema eficaz. La adopción de la oralidad para
impartir pronta justicia y mitigar la congestión no tuvo los resultados esperados. La burocratización del
sistema y los altos niveles de corrupción de jueces y magistrados han hecho imprevisible el
funcionamiento del sistema de justicia (Benavides, Biender, Villadiego y Niño (Coord., 2016)”. Cfr.:
Villa Mar, K.; Vélez-Grajales, V.; Cedillo, B.; Restrepo, A.; Munguía, P. (2020). LÍDERES PARA LA
GESTIÓN EN SEGURIDAD CIUDADANA Y JUSTICIA. Washington, DC.: Banco Interamericano de
Desarrollo. http://www.iad.org”. Pag. 77.
13
derechos y obligaciones, o enjuiciar con efectividad e imponer sanciones. Así
contribuyen a una mayor inseguridad ciudadana”21.
Como se dijo (Ver supra) la reforma judicial de los noventas propiciada por los
organismos multilaterales, entre ellos el Banco Interamericano de Desarrollo (BID),
estaba enfocada a las necesidades de la economía de mercado, a mejorar la seguridad
jurídica y el contexto económico, jurídico y social de las inversiones, a la viabilizacion
de contratos rápidos y a garantizar la propiedad privada y los negocios seguros. Pero
también la legislación comparada y las experiencias de reformas útiles impulsaban en
América Latina modelos de reforma judicial con prácticas extrarregionales en materia
de justicia civil y justicia penal en perspectiva de un mejor acceso a la justicia y de
asistencia jurídica. En 1999 en una de las tantas investigaciones financiadas por el BID,
sostenía que la importancia de invertir en la reforma del sistema de justicia estaba ligada
al desarrollo económico y social y, para ello era necesario mostrar casos exitosos de
cambio en la administración de justicia:
“La idea de esta publicación nace del compromiso que el Banco Interamericano
de Desarrollo asumió con el sector justicia de América Latina y el Caribe en
1993. Desde ese año se vienen diseñando y ejecutando proyectos y programas de
apoyo a los procesos de reforma y modernización judicial que adelantan muchos
de los países de la región, en los que se apunta a superar los múltiples problemas
relacionados, entre otros aspectos, con la independencia judicial; la congestión y
el retraso de causas y expedientes; la escasez de recursos; la ausencia de
sistemas modernos de organización, información y gestión; el respeto a los
derechos humanos; las barreras de acceso y cobertura del servicio; la debilidad
del recurso humano, y la inseguridad ciudadana.
El reto de los procesos de consolidación democrática y del funcionamiento
eficiente y equitativo de una economía de mercado, consiste en tener como
fundamento la vigencia efectiva de un estado de derecho, un orden jurídico
moderno y previsible y un sistema de justicia fortalecido, imparcial,
independiente, eficiente y de fácil acceso. La necesidad de buscar soluciones al
mal funcionamiento de la justicia, ha generado una dinámica de reforma en
prácticamente todos los países de la región.
Basados en la premisa de que resulta de gran utilidad aprovechar las ventajas de
los ejercicios comparativos entre los distintos países respecto a procesos de
reforma similares producto de problemas comunes, a efectos de extraer ideas y
aprender de las lecciones, de los éxitos y de los fracasos de otras experiencias, el
Banco contrató al grupo de expertos que prepararon el material que compone
esta publicación. La justicia más allá de nuestras fronteras identifica una
selección de experiencias extrarregionales exitosas que, desde una perspectiva
21
Popkin, M. (2007). Acceso a la justicia, gobernabilidad democrática y sociedad civil. En: Cordovez, C.
(Editor) (2007). JUSTICIA. Un vínculo pendiente entre Estado, ciudadanía y desarrollo. Washington:
Banco Interamericano de Desarrollo. idb-books@iadb.org - www.iadb.org/pub. Págs. 177 y 178.
14
práctica, intentan definir en qué circunstancias y situaciones podrían aplicarse o
ser útiles en los sistemas de justicia de América Latina y el Caribe.
El objetivo de este libro consiste entonces en presentar, pragmáticamente,
algunos de los esfuerzos de reforma judicial que han sido exitosos fuera de la
región o más allá de nuestras fronteras, indicando qué se está haciendo y porqué,
e identificando prácticas que pudieran ser apropiadas para incorporarlas en el
diseño de proyectos de apoyo al mejoramiento de la administración de justicia
en nuestros países.
Estas experiencias, que no hacen más que demostrar que los problemas del
sector justicia se reproducen en prácticamente todo el orbe, van desde
innovadores sistemas de gestión de casos para los procesos judiciales, pasando
por interesantes planteamientos para establecer y hacer más efectivos los
sistemas de asistencia jurídica para las personas de escasos recursos, hasta el
análisis de un proceso de modernización judicial de amplio alcance en el País
Vasco en España. Esperamos que estas prácticas provenientes de países fuera de
la región, de lugares incluso muy lejanos a nuestro entorno, como Egipto, Japón
o Singapur, constituyan un aporte para que sean utilizadas como modelo o
referencia en los procesos de reforma judicial que tienen lugar en América
Latina y el Caribe”22.
15
judicial, como en la política, buena parte de las habilidades se miden en la
capacidad de influir en distintos escenarios poniéndolos en su favor y,
fundamentalmente, en aprovechar las oportunidades que se generen.
De más está decir que el factor económico es de suma importancia en un proceso
de reformas judiciales. Se trata de un sector generalmente tan abandonado de las
políticas públicas que todas las inversiones que deben realizarse resultan muy
cuantiosas en términos relativos. Los cambios en la gestión son particularmente
caros. Pero ello no quiere decir que otras entradas puedan serlo menos, ya que
cualquiera que se escoja, para ser exitosa, necesariamente deberá plantearse los
temas básicos de su implementación, todos los cuales constituyen los temas de la
gestión. Es decir, no hay cambios en este sector que no tengan que hacerse cargo
de materias como infraestructura, informática, organización de los despachos,
etc.
Como sucede en cualquier otro sector, el mejor indicador para apreciar si hay
voluntad política por adelantar cambios en él y por situarlo en un escenario de
mayor relevancia, no es otro que la dotación presupuestaria que se le asigne.
Esto debe ser suficientemente comprendido en un área como la de la justicia,
donde lamentablemente hemos estado acostumbrados a cambios más retóricos
que reales, lo que se ha asociado precisamente a la carencia de recursos
suficientes para materializar las iniciativas de reformas impulsadas.
El gran desafío para obtener tales recursos es elaborar programas de reforma
técnicamente bien estructurados y atractivos social y políticamente, los que
deberán ser acompañados de los instrumentos que permitan demostrar la
rentabilidad social de tales inversiones. Sólo así podrá el sector justicia competir
con éxito con las restantes áreas sociales por unos mismos recursos, que siempre
serán escasos”23.
23
Vargas, J. E. (1999). La Reforma Judicial en el País Vasco. Estudio de Caso. En: Banco Interamericano
de Desarrollo. LA JUSTICIA MÁS ALLÁ DE NUESTRAS FRONTERAS. Experiencias de reforma
útiles para América Latina y el Caribe. Op. Cit. Págs. 214, 215, 224 y 225.
16
países, la academia y las agencias de cooperación internacional. Desde 1993 el
BID ha venido incorporando en su agenda de actividades el financiamiento y
soporte técnico a distintas iniciativas, proyectos y programas de apoyo a la
reforma judicial en prácticamente todos los países de la región, habiéndose
aprobado ya distintas operaciones tanto de préstamo como de cooperación
técnica que suman alrededor de 450 millones de dólares.
Como se decía en la primera conferencia, el reto de las democracias modernas
consiste en tener como fundamento la vigencia efectiva de un Estado de derecho,
un orden jurídico moderno y previsible, y un sistema judicial fortalecido,
independiente, moderno, eficiente y digno. La modernización del derecho se
plantea como una tarea urgente para mejorar el clima de inversión y como un
elemento esencial del desarrollo económico y social de América Latina y el
Caribe.
Esta publicación se basa en cuatro ejes temáticos interrelacionados, que
conforman los capítulos en que se estructura el presente libro y que intentan
responder las siguientes preguntas básicas:
• ¿Se ha superado la alta politización de la justicia en América Latina de hace
una década con los cambios producidos hacia una mayor independencia judicial
en la región?
• ¿La reforma procesal penal en marcha en la mayor parte de los países de la
región ha logrado sus propósitos de democratización de la justicia? ¿Qué se
requiere para continuar este camino?
• ¿Se ha logrado separar las actividades gerenciales y administrativas de la labor
jurisdiccional de los jueces a través de los cambios en materia de gestión?
• ¿Se tiene claro en la región el papel y la participación de la sociedad civil en
los procesos de reforma de la administración de justicia?”24.
“En las últimas décadas, América Latina ha vivido un fuerte proceso de reformas
judiciales con el fin de modernizar e introducir la oralidad en los procesos
judiciales, todavía fuertemente basados en procedimientos escritos. En un primer
momento, los países de la región focalizaron sus esfuerzos en transformar sus
sistemas de justicia penal. Luego, este fenómeno se fue expandiendo hacia la
justicia civil, con iniciativas en diversas materias no penales, tales como la
comercial, familia, laboral, agraria, etc. Esta transición hacia la oralidad
24
Cordovez, C. (Editor) (2007). JUSTICIA. Un vínculo pendiente entre Estado, ciudadanía y desarrollo.
Washington: Banco Interamericano de Desarrollo. idb-books@iadb.org- www.iadb.org/pub. Págs. xi-xii.
17
constituye un proceso altamente complejo y heterogéneo en la región. En la
actualidad, se observa un gran número de países de la región que cuentan con
procesos orales en la justicia no penal y con una experiencia acumulada
importante, mientras que otros se encuentran en una etapa incipiente en la
discusión de estas reformas”25.
Sobre las reformas de la década de los noventas Santos Pastor sostiene que:
25
Anauati, V., García Mejía, M., Jaitman, L. (2018). Justicia más eficiente. Evaluación del impacto de la
transición hacia los procesos orales en Ecuador. Ecuador: Banco Interamericano de Desarrollo. Esta obra
se encuentra sujeta a una licencia Creative Commons IGO 3.0 Reconocimiento-No Comercial-Sin Obras
Derivadas (CC-IGO 3.0 BY-NC-ND) (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/igo/legalcode) y
puede ser reproducida para cualquier uso no comercial otorgando el reconocimiento respectivo al BID.
Pag. 5.
26
Pastor, S. (2007). Los nuevos sistemas de organización y gestión de la justicia. En: Cordovez, C.
(Editor) (2007). JUSTICIA. Un vínculo pendiente entre Estado, ciudadanía y desarrollo. Washington:
Banco Interamericano de Desarrollo. idb-books@iadb.org - www.iadb.org/pub. Pag. 171.
27
“Esta publicación analiza el funcionamiento del sector público en ALC y los desafíos de gobernanza
que enfrentan los países de la región. El fortalecimiento de la calidad institucional es una condición
necesaria para aumentar la confianza en los gobiernos y contrarrestar el descontento ciudadano. Las
reformas de la gobernanza pública, además de técnicamente sólidas, requieren una comprensión profunda
tanto de la economía política como de las expectativas de los ciudadanos. De hecho, la implementación
incompleta de reformas previas, combinada con una gestión ineficaz de su economía política, es todavía
un desafío importante para algunos países de la región. Para enfrentar este reto, es esencial fortalecer la
capacidad de los gobiernos para superar la resistencia de intereses poderosos que todavía tienen influencia
para la preservación del status quo, incluidos aquellos que se beneficia de la opacidad y la baja rendición
de cuentas”. OECD (2020), Panorama de las Administraciones Públicas América Latina y el Caribe 2020.
OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/1256b68d-es. Pag. 9.
18
(OECD, 2020: 32). En cuanto a la evaluación y medición del Estado de Derecho, la
OCDE, considera que Bolivia reporta los valores más bajos:
“El factor que mide las restricciones sobre los poderes del gobierno captura
‘hasta qué punto los que gobiernan están obligados por la ley. Comprende los
medios, tanto constitucionales como institucionales, a través de los cuales los
poderes del gobierno y sus funcionarios y agentes están limitados y son
responsables ante la ley. También incluye controles no gubernamentales sobre el
poder del gobierno, como la prensa libre e independiente.’ (WJP, 2019). El
promedio de LAC para este factor es de 0,52 en comparación con 0,76 en los
países de la OCDE. Costa Rica (0,78), Uruguay (0,74) y Chile (0,72) tienen los
valores más altos, mientras que Bolivia (0,36), Nicaragua (0,27) y Venezuela
(0,18) reportaron los más bajos”28.
El prebendalismo, el patrimonialismo y el clientelismo 29 son transversales al Estado en
América Latina y, este fenómeno indeseable, es particularmente virulento en la Bolivia
reciente; ello acrecienta los riesgos de corrupción, la alta rotación de personal, los
interinatos en el Órgano Judicial y, el alto grado de partidización de la administración
pública.
Treinta años después, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) continúa
preguntándose, en América Latina y el Caribe, cómo mejorar el acceso a la justicia y
hacer que la justicia sea más transparente e inclusiva, cuáles son las medidas
alternativas al encarcelamiento, cómo medir y evaluar el éxito de una intervención;
persisten sus preocupaciones sobre las debilidades institucionales a lo largo de la cadena
del sector de seguridad ciudadana y justicia porque afectan de manera desproporcionada
a los más vulnerables, perpetuando de esta forma el ciclo de crimen y violencia urbana.
Dadas las irresueltas problemáticas de la justicia, el BID prosigue con publicaciones
orientadas a contribuir, promover, formular, implementar y evaluar políticas públicas
efectivas en el ámbito de seguridad y justicia (Villa Mar, et. al.: 2020).
28
OECD (2020), Panorama de las Administraciones Públicas América Latina y el Caribe 2020. OECD
Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/1256b68d-es. Pag. 174.
29
“La distinción entre patronazgo y clientelismo ha sido ya explicada, pero quizá es útil subrayar una vez
más que, por definición, el clientelismo es un fenómeno más abarcador que el patronazgo partidario, que
alcanza un número mayor de personas, y cubre un rango más amplio de intercambios, incluyendo un
espectro más amplio de recursos estatales en esos intercambios. Como en el caso de la corrupción, sin
embargo, hay a menudo también una relación estrecha entre patronazgo y clientelismo. El patronazgo es
el primer, y más o menos inevitable, paso en la emergencia del clientelismo, dado que es a partir de su
capacidad para controlar los puestos de la administración estatal y de otras agencias estatales y
semiestatales que los partidos cuentan con la capacidad para distribuir bienes particulares a sus votantes.
En otras palabras, los partidos que no controlan agencias estatales difícilmente cuenten con la posibilidad
de desarrollar intercambios clientelares en gran escala o de favorecer a grupos de votantes a través de
legislación o de la distribución de fondos. En este sentido, el patronazgo es una condición necesaria,
aunque obviamente no suficiente, para el clientelismo”. Mair, P. y Kopecký, P. (2015). El patronazgo
partidario como recurso organizativo. En: Partidos, sistemas de partidos y democracia. La obra esencial
de Peter Mair. Fernando Casal Bértoa, y Gerardo Scherlis (Compiladores). Buenos Aires: Editorial
Eudeba. Págs. 116 y 117.
19
En abril de 2015 el Ministerio Público - Fiscalía General del Estado presenta un
documento denominado “Diez Propuestas Para Una Verdadera Revolución de la Justicia
Boliviana”30. Al respecto el documento dirá que:
En ese contexto, desde la visión del Ministerio Público, se identifican diez propuestas
para revolucionar la justicia. El Resumen Ejecutivo plantea las siguientes diez
propuestas:
30
Ministerio Público - Fiscalía General del Estado. Diez Propuestas Para Una Verdadera Revolución de
la Justicia Boliviana. Sucre – Bolivia, Primera Edición Abril 2015.
31
Ministerio Público - Fiscalía General del Estado (2015). Ibid. Pag. 9.
20
Como tercera propuesta, se parte del reconocimiento que la estructura jurídica
actual es producto del sistema colonial, republicano y neoliberal, en
contrasentido con el modelo de Estado que propone la CPE, que parte de la
premisa de que no existe un solo modo de entender y ejercer el Derecho y de
administrar justicia, pues no solo el Estado tiene la capacidad de hacerlo sino
también la sociedad, en reconocimiento al pluralismo jurídico. Por ello, algunas
competencias en administración de la justicia, pueden ser transferidas a las
entidades territoriales autónomas (Gobernaciones y Municipios). Implica
también desarrollar las jurisdicciones especializadas y la JIOC, para
descongestionar la justicia ordinaria.
La propuesta quinta, hace referencia a uno de los temas de mayor debate pero de
menor claridad en la problemática de la justicia, la definición de una verdadera
Política Criminal y un efectivo ejercicio de la acción penal pública, para ello,
debe estar claro que lo primero a tomar en cuenta para diseñar un plan de
Política Criminal es no pensar en la idea de delito o crimen, sino en algo que está
más atrás, el conflicto, para partir del diseño de una Política de Gestión de la
Conflictividad, en plena coherencia con los postulados del Vivir Bien. Ello
precisa de un sistema institucional de gestión de conflictos con varios niveles de
intervención. A fin de concretarla, se propone el establecimiento de un Consejo
de Política Criminal, que involucre varios órganos del Estado, la sociedad civil y
las organizaciones sociales.
32
Ministerio Público - Fiscalía General del Estado (2015). Ibid. Págs. 13, 14, 15 y 16.
22
El experto en temas de justicia Ramiro Orias Arredondo ha publicado un importante
diagnóstico el año 2015 sobre la “Reforma judicial en Bolivia. Elementos para el
diagnóstico y desafíos” (Orias, 2015). En el estudio que hace Orias, los bajos índices de
aprobación ciudadana y de falta de confianza social en la justicia boliviana son
atribuibles a su falta de independencia y a la desbordada corrupción pública; es decir
que la percepción social y ciudadana señala a la corrupción judicial como eje de su mal
desempeño institucional “Es preocupante que, según la percepción casi unánime de los
encuestados, hay actos de corrupción en la administración de la justicia. Este parece ser
uno de los aspectos más críticos en relación a la confianza ciudadana, más que la
insatisfacción por sus servicios” (Orias, 2015: 72).
23
es el resultado de diez años de monitoreo de la administración de justicia en Bolivia,
realizado por la Oficina en Bolivia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos (OACNUDH Bolivia), entre 2007 y 2017” (CIS-Naciones
Unidas, 2017: 17).
La referida investigación señala los problemas estructurales y de larga data que aquejan
a las instituciones del sector justicia a partir de una evaluación de las políticas y planes
nacionales que se implementaron en mayor o menor grado o que finalmente no se
pudieron poner en práctica en el periodo democrático boliviano (1982-2017) “En
retrospectiva, podemos afirmar que las reformas judiciales en Bolivia transitaron al
menos por tres periodos: a) reformas aplicadas al inicio del periodo democrático (1982-
1993), b) reformas judiciales promovidas en el marco de las políticas impulsadas
durante el periodo neoliberal y la Constitución de 1994 (1994-2002), y c) reformas
gestionadas por el Estado Plurinacional (2007-2016)” (CIS-Naciones Unidas, 2017: 31).
24
“A partir del Plan Justicia para Todos, de 2003, y el Plan Nacional de Desarrollo
‘Bolivia Digna, Soberana, Productiva y Democrática para Vivir Bien’, de 2007,
el ‘acceso a la justicia de los sectores más deprimidos de la sociedad’ asciende al
primer lugar de las prioridades de las reformas judiciales. Finalmente, el Plan
Nacional de Desarrollo 2016-2020, pone énfasis en a) la transparencia y la lucha
contra la corrupción en el ámbito judicial, y b) el acceso a la justicia (reducción
de mora procesal y de los índices de presos sin condena)”33.
25
situación de vulnerabilidad, como las personas privadas de libertad, y mujeres y
niños víctimas de violencia y de otros delitos”34.
Hay que destacar que la investigación de la OACNUDH Bolivia realiza una importante
evaluación del estado de situación de las políticas del sector justicia desde la perspectiva
institucional y de gestión para una justicia confiable, al servicio de la ciudadanía y de
calidad:
34
Naciones Unidas - Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia - Centro de Investigaciones
Sociales (2017). Sistema Judicial Boliviano. Estado de situación, buenas prácticas y recomendaciones
para el trabajo en el sector, desde el enfoque de los derechos humanos. Op. Cit. Pag. 182.
35
Naciones Unidas - Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia - Centro de Investigaciones
Sociales (2017). Sistema Judicial Boliviano. Estado de situación, buenas prácticas y recomendaciones
para el trabajo en el sector, desde el enfoque de los derechos humanos. Op. Cit. Pag. 225.
26
f) Reducir el rezago judicial en materia de niñez y adolescencia en juzgados de
ciudades capitales y especializar a los jueces mixtos de provincia y a fiscales
en derechos de la niñez y adolescencia.
g) Mejorar el acceso ciudadano a la jurisdicción contencioso-administrativa y
reducir el rezago judicial en esa materia.
h) Aprobar una nueva Ley General del Trabajo y enfrentar los problemas de
gestión de la jurisdicción laboral.
i) Diseñar una política criminal con enfoque de derechos humanos que resuelva
integral e interinstitucionalmente los principales problemas de los sistemas
penitenciario y de justicia penal.
Parte del acceso social y ciudadano a la justicia y la reducción de conflictos tiene que
ver con la justicia de paz, la mediación, la conciliación y arbitraje y, el sentido de
justicia de la comunidad que otrora significaron los jueces ciudadanos:
36
Naciones Unidas - Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia - Centro de Investigaciones
Sociales (2017). Sistema Judicial Boliviano. Estado de situación, buenas prácticas y recomendaciones
para el trabajo en el sector, desde el enfoque de los derechos humanos. Op. Cit. Pag. 323.
27
En octubre de 2017 el político y académico Carlos Börth Irahola publicó un libro
denominado “Crisis de la justicia boliviana: causas y soluciones”. El libro comienza
mostrando una tendencia a la caída de la confianza de la población en la justicia
boliviana en la última década “….en la actualidad, dos tercios de las bolivianas y
bolivianos no creen en los servicios de justicia, atribuyendo ese hecho, en parte, a la
corrupción” (Börth, 2017: 17). La evaluación de la situación en la que se encuentran los
servicios de justicia en Bolivia, según Börth, es de extrema crisis “…cuyas
manifestaciones han rebasado los límites institucionales del Órgano Judicial y del
Tribunal Constitucional y han pasado a expresarse como uno de los problemas sociales
de mayor impacto en la población...” (Börth, 2017: 21). Para Börth está claro que la
problemática de la justicia es multicausal y de elevada complejidad.
El autor del libro incorpora las observaciones realizadas por el Consejo Nacional de
Desarrollo Estratégico del Sistema Judicial Boliviano, donde la crisis de la justicia
boliviana está determinada por la retardación de justicia, la corrupción, la inexistencia
de autonomía e independencia de los órganos jurisdiccionales, debilidades tecnológicas
e infraestructurales, déficit e inadecuaciones organizativas, restricciones presupuestarias
y baja calidad de los recursos humanos (Börth, 2017: 20 y 21). Börth dedica todo un
capítulo de su libro para analizar la reforma penal en Bolivia cuyo fundamento sería la
insatisfacción social sobre la justicia penal y la demanda de la sociedad para controlar y
reducir la delincuencia (Börth, 2017: 82 y 90) y, a la vez coincide en evaluar la
retardación de justicia, la corrupción judicial y la subordinación al poder político como
los principales factores de desprestigio y pérdida de legitimidad que pesan sobre fiscales
y jueces (Börth, 2017: 357).
Una observación de suma importancia que hace Börth es que la mayoría de las
decisiones conclusivas de los fiscales de capitales y provincias favorecen a los
imputados a través de modalidades como el sobreseimiento, aplicación de criterios de
oportunidad, suspensión condicional del proceso, conciliación, declaración de
excepciones probadas, cierre de la investigación por prescripción y conclusión por
vencimiento de plazo “Dicho de otro modo, el cuadro revela que a lo largo de los diez
años las decisiones de los fiscales fueron predominantemente favorables o tendieron a
identificarse con los imputados” (Börth, 2017: 142).
Contrario sensu, las víctimas y denunciantes fueron desfavorecidas por las decisiones
judiciales, provocando un fuerte sentimiento de impotencia e injusticia; las conclusiones
de Börth sobre las decisiones finales de los jueces en favor de los acusados y en contra
de los querellantes y víctimas, reafirman su punto de vista sobre el creciente descrédito
de la justicia boliviana. En referencia a los fiscales y jueces cautelares de provincias su
desempeño también es deficitario; el promedio nacional analizado demuestra como
regla general que fueron mayores las denuncias e investigaciones rechazadas y menores
las imputaciones formales “….también los fiscales y jueces cautelares de las provincias,
en los diez años estudiados, que concentran lo sustancial de la reforma procesal penal,
emitieron conclusiones tendencialmente favorables a los imputados o en mejor sintonía
con ellos” (Börth, 2017: 239).
28
Finalmente, el autor concluye que: a) el desempeño de los jueces en Bolivia padece de
una fuerte crisis de credibilidad, b) la mayoría de las decisiones de los fiscales
favorecen a los imputados seguido de un rechazo social a la justicia penal, c)
concentración de la carga procesal en el eje central (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz),
d) deficiente desempeño de los jueces de sentencia, e) deficiente aplicación de las reglas
procesales que dan lugar a la insatisfacción ciudadana con la justicia penal, f)
prevalencia de los delitos tradicionales contra la propiedad, tráfico de sustancias
controladas, crímenes contra las personas y de los ilícitos económico financieros, g)
interrupción de la carrera judicial a partir de 2011 y pérdida de logros alcanzados, h)
déficit de la gestión del capital humano en el Ministerio Público, i) presupuestos bajos
para los servicios judiciales, j) subordinación de la justicia al poder político (Börth,
2017: 343 y ss.).
El año 2017 el académico y activista político Jorge Lazarte realiza una evaluación
lapidaria sobre la justicia boliviana desde su origen (1825) hasta su reconfiguración en
el Estado Plurinacional (2009). Esta evaluación publicada en “La caja de Pandora de la
justicia: El “experimento” del voto universal para elegir magistrados” es una historia
larga del Poder Judicial en Bolivia donde el autor advierte cuatro ausencias: a) la
ausencia de independencia, b) la ausencia de imparcialidad, c) la ausencia de
competencia, d) la ausencia de moralidad; estos son en su criterio “el gran vacío
efectivo en el funcionamiento de la justicia en Bolivia” (Lazarte, 2017: 24); a la vez que
sostiene enfáticamente que el problema primario de la justicia es el de su independencia.
Al referirse a la denominada nueva justicia plurinacional, Lazarte no duda en calificarla
como un experimento fracasado “Por tanto, el objetivo general de ‘descolonizar el
derecho y nacionalizar la justicia’ (2007), ha fracasado…La aspiración nacional de tener
una justicia creíble y confiable, estaba más lejos que nunca” (Lazarte, 2017: 72).
Para Lazarte la crisis de la justicia es sistémica y va más allá de sus operadores, que
dicho sea de paso, jueces, magistrados y fiscales tienen arraigado el hábito de desapego
a ley. A partir del experimento de elección de magistrados iniciado en octubre de 2011
el cuoteo de la justicia se habría producido a mayor escala, su politización se acrecentó
y la incompetencia se ha desbordado. En once años de justicia plurinacional los
resultados se muestran pesimistas debido a la abierta cooptación del Órgano Judicial por
el poder político del Estado Plurinacional, la falta de fiabilidad sistémica y de erosión de
la reputación de los “nuevos” operadores de la justicia plural.
“Si queremos resumir el estado de la justicia del pasado, podríamos decir que
históricamente dos fueron los problemas capitales no resueltos: 1.- en primer
término, en el vértice del sistema, el más importante y la más reclamada, es la
ausencia de independencia de la justicia agravada por un poder judicial débil y
cuya inestabilidad era pautada por la inestabilidad política; y 2.- en el otro
extremo, una sociedad con creencias colectivas y criterios de justicia contrarios
o ajenos al cumplimiento de la legalidad, que tampoco la protegía, pero
paradójicamente fuertemente pleitista”38.
Lazarte no deja de observar los altos costos de la reforma judicial39 en los últimos 30
años en América Latina con resultados muy bajos. Para el caso de Bolivia se afirma que
se invirtieron cerca de 40 millones de dólares financiados por la cooperación
internacional que estaba más preocupada por la seguridad jurídica de las inversiones
extranjeras que por una transformación esencial de la justicia con proximidad a las
vivencias de la ciudadanía.
Se había producido un reemplazo del cuoteo de la justicia entre los partidos coaligados
en el gobierno por el cuoteo corporativo entre facciones del mismo gobierno y de sus
apoyos conocidos como movimientos sociales, habiendo empeorado la administración
37
Lazarte, J. (2017). “La caja de Pandora de la justicia: El “experimento” del voto universal para elegir
magistrados”. Santa Cruz de la Sierra: Observatorio Boliviano de Derechos Humanos- Fundación Nueva
Democracia. Págs. 34 y 36.
38
Lazarte, J. (2017). Op. Cit. Págs. 37 y 38.
39
“Los costos de las reformas judiciales en América Latina varían según las fuentes. En unos casos
fueron estimados en más de 1000 millones de dólares y con resultados ‘poco significativos’…a su vez,
consultores del BID cifraron que entre 1993 y 1999 los préstamos para la ‘reforma legal’ a 18 países de
los 26 que son miembros del Banco, sobrepasaron los 400 millones de dólares”. Lazarte, J. (2017). Op.
Cit. Págs. 39 y 40.
30
de justicia con la elección de magistrados incompetentes. Vistos los escándalos en el
Órgano Judicial, las denuncias públicas, las acusaciones mutuas, los procesos judiciales,
los golpes internos por el poder, Lazarte afirma que la justicia plural empeoró no
solamente en cuanto a capacidades técnicas sino también en tanto solvencia moral y
déficit de formación de los altos magistrados que terminó, como no podía ser de otra
manera, en la erosión de la confianza y la credibilidad ciudadana que han provocado
una brecha insalvable entre la institución de justicia y la institución de la sociedad:
Jorge Lazarte considera que la política y el Estado están viciadas por el clientelismo, el
patrimonialismo, el caudillismo y una irracional lucha por el poder que impiden
cualquier institucionalización de largo plazo “La referencia al poder en singular
revelaba la tendencia de los partidos al control de todos los mecanismos del poder. Esa
fue la realidad del poder con partidos que copaban todas las instituciones públicas,
incluyendo aquellas que por la Constitución Política del Estado gozaban de
independencia, como el Poder Judicial” (Lazarte, 2002: 195), concluyendo Lazarte que
una reforma seria y duradera requiere “formular un riguroso diagnóstico de las falencias
profundas de la justicia, empezando por su lastre histórico, que es la ausencia de
‘independencia’ judicial” (Lazarte, 2017: 109).
40
Lazarte, J. (2017). Op. Cit. Págs. 49 y 79.
31
8. Los Tres Informes de la Fundación Construir y la Plataforma Ciudadana
por el Acceso a la Justicia y los Derechos Humanos Sobre el estado de la
Justicia en Bolivia (2018, 2019 y 2020).
“A los casos descritos suman otros que recientemente han puesto a la justicia en
el centro del debate público; los ejemplos emblemáticos exponen con precisión
el impacto de las presiones externas e internas en operadores de justicia que
pueden llevar a la obtención de condenas como una respuesta a la demanda
social de justicia y a la práctica recurrente de instituciones públicas de
querellarse en casos tan sensibles como la vida e integridad de grupos en
condición de vulnerabilidad. Asimismo, en ambos casos las respuestas de
autoridades públicas ha sido demandar el procesamiento de operadores de
justicia a través de discursos punitivos, pero paradigmáticamente todavía no
existe un debate profundo sobre la importancia de adoptar medidas que
garanticen que este tipo de actos no volverán a suceder en un futuro y restituyan
en la población la confianza en el sistema de administración de justicia”42.
41
Plataforma Ciudadana por el Acceso a la Justicia y los Derechos Humanos - Unión Europea -
Fundación Para el Debido Proceso. Informe sobre el Estado de la Justicia en Bolivia 2018. La Paz Abril
2019: www.sociedadcivilenaccion.com. Pág. 26.
42
Plataforma Ciudadana por el Acceso a la Justicia y los Derechos Humanos - Unión Europea -
Fundación Para el Debido Proceso (2019). Op. Cit. Pág. 90.
32
el poder político. El Informe afirma que los nombramientos provisionales son la regla
en la designación de juezas y jueces a la vez que cada vez es más frecuente escuchar
denuncias de cuoteo de la justicia y compra venta de cargos judiciales 43; lógica de poder
convierte a la justicia en un instrumento punitivo de persecución del enemigo político y,
hace de la provisionalidad o el interinato una estrategia de poder político para someter al
Órgano Judicial y lograr obediencia ciega y eficaz del juez al poderoso:
Una de las conclusiones más importantes del Informe Sobre el Estado de la Justicia en
2018, es la ausencia de información suficiente y desagregada producida y difundida por
las instancias que intervienen en la administración de justicia. Finalmente el Informe
hace énfasis en las preocupantes observaciones de la sociedad civil sobre la falta de
medidas para garantizar la independencia judicial y, la falta de acceso a la información
pública por parte de la ciudadanía (Informe sobre el Estado de la Justicia en Bolivia
2018, 2019: 107 y 111).
El segundo “Informe sobre el Estado de la Justicia en Bolivia 2019” observa la falta de
acceso a la Información pública del sistema de justicia 45, persistiendo las
preocupaciones por la falta de independencia judicial e “insuficiente presupuesto,
garantías contra presiones externas e internas, así como una situación de provisionalidad
que se ha extendido en el país por casi diez (10) años, incumpliendo así con estándares
internacionales en la materia” (Informe Estado de Situación de la Justicia en Bolivia
2019, 2020: 4).
Particular importancia tiene el Capítulo II “Estado actual de los órganos de
administración de justicia. Una mirada desde la independencia judicial” del Informe
43
A pesar de la excesiva politización del discurso sobre la justicia en la reciente coyuntura, el Ministro de
Justicia y Transparencia Institucional, del Gobierno Transitorio de la Presidenta Jeanine Añez, Álvaro
Coímbra, revelo (con evidente sesgo político) que durante el gobierno de Evo Morales se cobraba hasta
20.000 dólares americanos para designar jueces “’Tenemos denuncias de cómo se los ponía o elegía a los
jueces, tenemos denuncias de que para ser juez en este país uno tenía que pagar 20.000 dólares’, informo
en una conferencia de prensa…en la ciudad de Tarija. Agregó que más de dos tercios de los jueces del
país son transitorios o no están institucionalizados y eran los que las exautoridades tenían bajo su mando
para perseguir a opositores al anterior gobierno”. http://eju.tv/2019/12.
44
Plataforma Ciudadana por el Acceso a la Justicia y los Derechos Humanos - Unión Europea -
Fundación Para el Debido Proceso. (2019). Op. Cit. Págs. 96 y 102.
45
“En este punto es importante señalar que no existe información oficial del número de jueces o juezas
destituidos en la gestión 2019, así como tampoco datos sobre los procesos disciplinarios iniciados y
concluidos contra operadores judiciales por parte del Consejo de la Magistratura”. Plataforma Ciudadana
por el Acceso a la Justicia y los Derechos Humanos - Unión Europea. Informe Estado de Situación de la
Justicia en Bolivia 2019. La Paz julio de 2020. Fundación de Fundación CONSTRUIR:
www.fundacionconstruir.org. Pag. 59.
33
Estado de Situación de la Justicia en Bolivia 2019 “Según las normas del derecho
internacional de los derechos humanos, la independencia judicial se refleja en dos
dimensiones, la primera, institucional o de sistema y, la segunda, funcional o de
ejercicio individual de las y los operadores de justicia” (Informe Estado de Situación de
la Justicia en Bolivia 2019, 2020: 36).
El “Informe Estado de Situación de la Justicia en Bolivia 2019” muestra los estándares
internacionales sobre la independencia de la justicia, al respecto el Informe establece
que la Organización de Naciones Unidas mediante la Comisión de Derechos Humanos y
su Informe de la Relatora Especial sobre la independencia de los magistrados y
abogados y, la independencia del poder judicial afirma lo siguiente:
“La independencia desde el punto de vista institucional se refiere a la relación
que guarda la entidad de justicia dentro del sistema del Estado respecto de otras
esferas de poder e instituciones estatales. De acuerdo a los Principios Básicos
relativos a la Independencia de la Judicatura, la independencia de la judicatura, a
nivel institucional, ‘debe ser garantizada por el Estado y proclamada por la
Constitución o la legislación del país siendo primordial que dicha independencia
se garantice jurídicamente al más alto nivel posible; de esta forma no solamente
debe encontrarse consagrada en la Constitución sino en también en la
legislación’”46.
Seguidamente el Informe sostiene que la falta de presupuestos adecuados deteriora la
institucionalidad de la justicia, esto es más evidente en el Órgano de Justicia de Bolivia:
“Por otro lado, la CIDH ha considerado que el poder judicial debe poder
participar efectivamente en la elaboración de su presupuesto y en las
deliberaciones que sobre el mismo realice el órgano legislativo. En igual sentido,
se ha pronunciado el Relator Especial de las Naciones Unidas al señalar que
todas las reducciones al presupuesto del Poder judicial asignado deberían contar
con el consentimiento de este órgano.
En Bolivia, lamentablemente, dichos estándares siguen siendo inobservados,
puesto que el Estado continúa sin invertir en justicia, si bien en el discurso
público existe un consenso sobre la importancia de la administración de justicia
para la paz y la vigencia del Estado de Derecho, éste continúa siendo uno de los
rubros que menor presupuesto recibe”47.
Los presupuestos asignados para el sector justicia oscilan entre el 0,47% para la gestión
2018, el 0,49% para el 2019 y del 0,52% para el 2020. El referido Informe destaca que
el presupuesto para el sistema de justicia se mantiene como uno de los más bajos, lo
cual no permite que estas instituciones gocen de independencia financiera “En
conclusión, el sector justicia en Bolivia sigue encontrándose postergado a nivel
presupuestario, pues, como se señaló anteriormente, únicamente llega al 0,52% del total
del presupuesto general del Estado” (Informe Estado de Situación de la Justicia en
Bolivia 2019, 2020: 47).
46
Informe Estado de Situación de la Justicia en Bolivia 2019 (2020). Op. Cit. Págs. 36 y 37.
47
Informe Estado de Situación de la Justicia en Bolivia 2019 (2020). Op. Cit. Pag. 38.
34
En relación a la independencia individual del juez, el “Informe Estado de Situación de
la Justicia en Bolivia 2019”, muestra que el Ejecutivo a través del Ministerio de
Justicia ejerce una especie de tutela sobre el Órgano de Justicia imponiendo su modelo
de carrera judicial48; atribuye como un factor de inestabilidad del Órgano Judicial los
nombramientos provisionales de vocales y jueces, con una ley (la Ley Nº 212, de 23 de
diciembre de 2011, Ley de Transición para el Tribunal Supremo de Justicia, Tribunal
Agroambiental, Consejo de la Magistratura y Tribunal Constitucional Plurinacional)
supuestamente de transición que se la viene aplicando prácticamente nueve años:
“De esta forma, las primeras designaciones de jueces y juezas que realizó el
Consejo de la Magistratura, a través de la Ley Nº 212, fueron del referido banco
de postulantes, sin embargo, una vez agotadas dichas nóminas y a más de 9 años
de promulgada la Constitución Política del Estado, el Consejo de la
Magistratura, ha seguido realizando las designaciones de las y los jueces
bolivianos bajo las previsiones de la indicada ley, cuando dichos nombramientos
tenían carácter excepcional y transitorio. Esta situación de provisionalidad de
gran parte de las y los jueces bolivianos ha venido incidiendo negativamente en
la independencia judicial, esencialmente por la falta de estabilidad de dichas
autoridades en el ejercicio de sus funciones, como se verá más adelante a
momento de abordar la separación y régimen disciplinario”49.
“Se debe hacer notar que pese a que el Consejo de la Magistratura estableció que
para la designación de las y los jueces mediante Convocatoria Pública se
respetaría las calificaciones más altas, esto no ocurrió, dándose varias denuncias
de corrupción al momento de la designación de jueces y juezas, situación por la
48
“Dicho entendimiento obedeció a una interpretación restrictiva del art. 178 de la Constitución Política
del Estado que establece como una de las garantías de la independencia judicial el ‘desempeño de los
jueces de acuerdo a la carrera judicial’, habiéndose entendido que la carrera judicial en Bolivia se iniciaba
a partir de la Constitución actual y no como prexistente a la misma, dejándose en el limbo a ocho
promociones de jueces que habían egresado del Instituto de la Judicatura con las graves consecuencias
para la carrera judicial boliviana y por ende para su independencia individual.
Esta situación de provisionalidad, fue expuesta ante la CIDH por la Plataforma por el Acceso a la Justicia
y los Derechos Humanos en octubre de 2018 en ocasión de una audiencia temática. En esa oportunidad
por el informe brindado por el Estado, se pudo conocer de manera oficial que, de los 118 Vocales, 1039
jueces/as ordinarios/as y 63 jueces/as agroambientales, solamente 223 eran considerados jueces/as de
carrera; por lo que la CIDH recomendó al Estado boliviano terminar en el corto plazo con esta situación.
El Estado argumento que, precisamente en el mes de septiembre de 2018, el Ministerio de Justicia y
Transparencia Institucional había elaborado el Reglamento de la Carrera Judicial que fue aprobado por el
Consejo de la Magistratura, tal afirmación, por si misma, es una muestra clara de la intromisión del
Órgano Ejecutivo en el Judicial.
Posteriormente, en el marco de lo previsto por Reglamento de la Carrera Judicial, se convocó de manera
pública a presentarse al cargo de juez o jueza para ingresar a la Carrera Judicial bajo la modalidad de
Convocatoria Pública, habiéndose posesionado en el mes de noviembre de 2018, a 66 jueces ordinarios y
12 jueces agroambientales”. Informe Estado de Situación de la Justicia en Bolivia 2019 (2020). Op. Cit.
Pag. 51.
49
Informe Estado de Situación de la Justicia en Bolivia 2019 (2020). Op. Cit. Pag. 50.
35
cual un grupo de diputados formalizó un de petición de juicio de
responsabilidades contra los Consejeros de la Magistratura, a quienes acusan de
irregularidades en la selección de más de 160 jueces a nivel nacional; por esta
denuncia actualmente estas autoridades están siendo procesados por la Asamblea
Legislativa Plurinacional”50.
Sobre el proceso de designación con tintes políticos del Fiscal General del Estado y las
actuaciones partidarias de la Fiscalía impregnadas de alarmantes denuncias de
corrupción, el “Informe Estado de Situación de la Justicia en Bolivia 2019” afirma que:
“…..el 10 de octubre de 2018 fue elegido el Fiscal General del Estado habiendo
obtenido 116 votos de un total de 152 de la Asamblea Legislativa. Dicha
elección mereció fuertes críticas por parte de organizaciones políticas y civiles
de la sociedad al considerar que tenía vínculos públicos con el partido
gobernante. Al respecto es importante señalar que la CIDH, ha resaltado la
necesidad de que la elección de este importante funcionario se adecue a los
estándares internacionales. Del mismo modo, el Relator Especial de Naciones
Unidas sobre Independencia de Magistrados y Abogados, ha establecido que la
participación de la sociedad civil no puede excluirse en este tipo de elecciones,
más aun si se trata del más alto funcionario encargado de la persecución de los
delitos, de quien depende en ultimo termino, la satisfacción del derecho de
acceso a la justicia de todas las víctimas, y el respeto de las garantías procesales
básicas de los acusados.
50
Informe Estado de Situación de la Justicia en Bolivia 2019 (2020). Op. Cit. Pag. 52.
51
Informe Estado de Situación de la Justicia en Bolivia 2019 (2020). Op. Cit. Pag. 60.
36
Además, en diversas audiencias públicas, la CIDH ha resaltado la importancia de
que este órgano clave para la lucha contra la impunidad en diversos países de la
región, mantenga su autonomía del poder político, lo que precisamente requiere
que el mecanismo de selección cuente con garantías y salvaguardas reforzadas
en materia de transparencia, publicidad, identificación de los méritos,
participación de la ciudadanía y respeto del principio de igualdad y no
discriminación”52.
“El ejercicio del Derecho de acceso a la Información Pública en Bolivia, en general está
limitado en todos los niveles de gobierno, lo que no exime al Órgano Judicial y otras
instituciones del sistema de justicia, por lo que se tropieza con dos obstáculos
importantes: el primero evidenciar que la información de carácter público que debería
encontrarse accesible cualquier ciudadano o ciudadana no lo está, y cuando dicha
información es solicitada a las entidades del sistema de justicia responsables, la misma
no es respondida, o en muchos casos, es hasta negada bajo el argumento de que tendría
un carácter confidencial. Una segunda conclusión a la que se llega es haber comprobado
que, en la mayoría de portales web de las instituciones de justicia de nuestro país, existe
información no actualizada, incompleta e incluso irrelevante; lo cual no únicamente
impide el ejercicio del derecho de acceso a la información pública, sino que lesiona el
principio de transparencia y datos abiertos” (Informe Estado de Situación de la Justicia
en Bolivia 2019, 2020: 158).
“De acuerdo a las normas del derecho internacional de los derechos humanos, la
independencia judicial se refleja en dos dimensiones, la primera, institucional o de
sistema y, la segunda, funcional o de ejercicio individual de las y los operadores de
justicia. La independencia desde el punto de vista institucional se refiere a la relación
que guarda la entidad de justicia dentro del sistema del Estado respecto de otras esferas
de poder e instituciones estatales, la cual debe ser garantiza por el Estado y todos sus
órganos e instituciones. Para la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, esta
garantía, además de estar establecida en el marco normativo a través del reconocimiento
del principio de separación de poderes, debe manifestarse en la práctica, entre otras
formas, en evitar la dependencia financiera en las asignaciones presupuestales
realizadas por el parlamento; en la designación oportuna, en propiedad, y con el respeto
de un adecuado y transparente proceso de elección y nombramiento de los magistrados
y magistradas de las Altas Cortes, así como en el respeto de la independencia de
magistrados y magistradas en sus procesos de deliberación, decisión y funcionamiento
en general del Poder judicial, y en procesos disciplinarios que ofrezcan las debidas
garantías” (Informe Estado de Situación de la Justicia en Bolivia 2019, 2020: 160).
“De la información expuesta se puede concluir que el presupuesto del sector justicia se
mantiene como uno de los más bajos, lo cual no permite que estas instituciones gocen
de independencia financiera, la única institución que recibió un incremento
52
Informe Estado de Situación de la Justicia en Bolivia 2019 (2020). Op. Cit. Pag. 62.
37
presupuestario mayor al 10% en la gestión 2019 fue la Fiscalía General del Estado, se
entiende que con la finalidad de implementar la Ley No 1173; sin embargo, dicha
implementación también se ha efectuado desde el Órgano Judicial cuyo incremento para
la gestión 2019, es sólo del 1%. En conclusión, el sector justicia en Bolivia sigue
encontrándose postergado a nivel presupuestario, pues, como se señaló anteriormente,
únicamente llega al 0,52% del total del presupuesto general del Estado” (Informe
Estado de Situación de la Justicia en Bolivia 2019, 2020: 162).
38
de diligencias y 22 choferes” (Informe Estado de Situación de la Justicia en Bolivia
2019, 2020: 162).
“Por otra parte, las limitaciones a la participación política directa de las naciones y
pueblos indígenas originarios campesinos que se está dando actualmente en nuestro país
desconoce el modelo constitucional plural y autonómico actual, tanto por el Tribunal
Constitucional Plurinacional como por el Tribunal Supremo Electoral,
39
fundamentalmente porque la Ley del Régimen Electoral en su art. 57.I establece la
distribución de escaños uninominales, plurinominales y especiales, en cada uno de los
Departamentos del país, entendiendo como especiales a los escaños destinados a las
naciones originarias y pueblos indígenas, para luego en su parágrafo II establecer las
naciones originarias y pueblos indígenas que podrán acceder a los escaños especiales,
eliminando de manera arbitraria a las naciones originarias que habitan los
Departamentos de Chuquisaca y Potosí, como son la Nación Qhara Qhara, la Nación
Charcas, la Nación Quillacas, la Nación Chichas, la Nación Yampara, entre muchas
otras, lesionando claramente el principio de igualdad” (Informe Estado de Situación de
la Justicia en Bolivia 2019, 2020: 168).
40
pueblos y naciones indígenas originarias campesinas, así como cuidar sus acciones de
autogobierno y elección de autoridades propias.
• A la Asamblea Legislativa Plurinacional, al Órgano Ejecutivo atender la solicitud de
diversas organizaciones indígenas originario campesinas para modificar la Ley de
Deslinde Jurisdiccional, norma que no cumple las previsiones constitucionales respecto
a la igualdad jerárquica que deben tener todas las jurisdicciones.
41
H) Uniformar la aplicación de medidas de protección previstas en la ley No 348
diferenciándolas de las medidas cautelares, aplicando las mismas de manera inmediata,
principalmente de carácter patrimonial y asistencia familiar.
I) Garantizar el acceso a la justicia de las víctimas de feminicidio, evitando la
impunidad con acciones efectivas y eficientes principalmente dentro de la etapa
preparatoria, la cual debe finalizar en un plazo razonable.
J) Al Viceministerio de Justicia Indígena Originario Campesina, establecer un registro
de casos y acciones respecto a la jurisdicción indígena originario campesina, incidir en
la construcción de protocolos de coordinación y cooperación entre las instancias
jurisdiccionales, Ministerio Público, Policía Boliviana y otras instancias del sistema que
permita mejorar los principios del pluralismo jurídico en concordancia con la
Constitución Política del Estado y los estándares internacionales de Derechos Humanos
sobre pueblos indígenas.
K) Al Servicio Nacional de Reforma Agraria e Instituto Nacional de Reforma Agraria,
reconducir las acciones emprendidas hasta el momento, respecto al reconocimiento de
tierras originarias de origen dando cumplimiento al Convenio 169, Declaración de los
Derechos de los Pueblos Indígenas y la Constitución Política del Estado, procediendo a
la titulación colectiva que permite la sobrevivencia y permanencia de los pueblos
indígenas en sus territorios ancestrales.
L) Al Órgano Ejecutivo, garantizar el derecho a la consulta previa, libre e informada
bajo los estándares interamericanos de derechos humanos, evitando afectar sus
territorios y formas de vida comunitaria principalmente por la exploración
hidrocarburífera, minera, agroindustrial y crecimiento urbano.
M) El Órgano Judicial y el Ministerio Público deben mantener la dinámica de trabajo
que se viene desarrollando dentro del Sistema Penal para Adolescentes y buscar realizar
gestiones tendientes a mejorar las posibles falencias que se vayan observando con el fin
de evitar regresiones. El Servicio Plurinacional de Defensa Pública debe trabajar con
personal especializado en la temática para contar con mayor presencia y asistencia en el
sistema penal para adolescentes, coadyuvando directamente a la labor de las
Defensorías de las Niñez y Adolescencia.
N) A las autoridades de todos los órganos del Estado, principalmente al Ministerio de
Justicia y Transparencia Institucional, Ministerio Público y Tribunal Supremo de
Justicia, analizar adecuadamente las estadísticas sobre la preponderancia de procesos
por delitos contra la libertad sexual y patrimonial con el fin de establecer lineamientos
adecuados para identificar las causas y medidas a ser tomadas para bajar su incidencia.
O) Promover urgentemente medidas efectivas para bajar los niveles de hacinamiento
carcelario que se sustenten en indicadores de derechos humanos, reduciendo los
requerimientos innecesarios de la medida cautelar de detención preventiva, así como los
procedimientos abreviados.
P) Al Tribunal Supremo de Justicia y Consejo de la Magistratura, incidir más
profundamente en la capacitación de autoridades jurisdiccionales en protocolos de
juzgamiento con enfoque de género y normativa internacional de derechos humanos de
las mujeres, con el fin de bajar los niveles de detención de mujeres en centros
penitenciarios o aplicar salidas alternativas o de juzgamiento adecuadas a las
circunstancias propias de esa población”.
42
Finalmente, el tercer “Informe Sobre el Estado de la Justicia en Bolivia 2020” 53presenta
su informe en seis capítulos, de los cuales interesa destacar el capítulo primero sobre
transparencia, rendición de cuentas y ética judicial. Hacia una justicia abierta, el
capítulo segundo referido a la independencia judicial y corrupción y los presupuestos
destinados al sistema judicial; así como el capítulo tercero que aborda la gestión judicial
durante la pandemia de la COVID-19.
53
Plataforma Ciudadana por el Acceso a la Justicia y los Derechos Humanos - Unión Europea. Informe
Sobre el Estado de la Justicia en Bolivia 2020. La Paz, octubre de 2021. Fundación CONSTRUIR:
www.fundacionconstruir.org.
54
Informe Sobre el Estado de la Justicia en Bolivia 2020 (2021). Op. Cit. Pag. 195.
55
GIEI-Bolivia. Informe sobre los hechos de violencia y vulneración de los derechos humanos ocurridos
entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre de 2019. 23 de julio, 2021. Con el apoyo de: Ford
Foundation y The Auschwitz Institute for the Prevention of Genocide and Mass Atrocities.
43
En su Capítulo 8 de Conclusiones y Recomendaciones el Informe del Grupo
Interdisciplinario de Expertos Independientes de la CIDH establece los siguientes cursos
de acción:
Conclusiones:
“5. Las transformaciones operadas en Bolivia en busca de una sociedad más diversa e
inclusiva no estuvieron acompañadas por la recreación o la reforma de dos de las
instituciones claves para el funcionamiento de la democracia. La administración de
justicia y las fuerzas de seguridad, directamente conectadas con la vigencia de los
derechos humanos, quedaron rezagadas en el proceso de cambio. Los ciudadanos no
confían en ellas, las perciben hostiles, lejanas a sus realidades e intereses y
reproductoras de discriminación.
Recomendaciones:
“9. Que el órgano judicial haga un control permanente de las investigaciones, para
garantizar la celeridad y el respeto al debido proceso legal, incluso con relación a las
aprehensiones realizadas por el Ministerio Público y la Policía.
14. Garantizar la independencia del sistema de justicia, lo cual incluye que las
autoridades políticas se abstengan de pronunciarse sobre investigaciones y procesos
56
GIEI-Bolivia (2021). Op. Cit. Pag. 448.
57
GIEI-Bolivia (2021). Op. Cit. Págs. 462 y 463.
44
penales en curso o que estén por iniciarse, así como garantizar los recursos
presupuestarios suficientes y permanentes para el adecuado funcionamiento de los
órganos de justicia.
16. Garantizar la autonomía de todos los cuerpos periciales que integran o colaboran
con operadores de justicia y, en especial, de los servicios de medicina forense.
Particularmente:
16.1 Capacitar y garantizar recursos para fortalecer al Instituto de Investigaciones
Forenses (IDIF) y, específicamente, para asegurar su actuación conforme a los
principios y las buenas prácticas regionales e internacionales.
16.2 Garantizar la independencia del Servicio para la Prevención de la Tortura (Sepret),
de tal modo que se convierta en un mecanismo nacional de prevención en plena
conformidad con el Protocolo Facultativo a la Convención contra la Tortura, o crear un
mecanismo que cumpla lo establecido en este instrumento internacional” 58.
“En este orden de ideas, es la propia Constitución Política del Estado la que
prevé la posibilidad de reformar parcialmente su texto por iniciativa
popular, dicha potestad, reiteramos, está expresamente señalada en el art. 411.II
de la CPE….Si bien la Ley del Régimen Electoral no establece específicamente
el procedimiento de reforma parcial de la Constitución, son plenamente
aplicables las disposiciones de sus arts. 16, 19 y 20 que reglamentan el
procedimiento para el Referendo, vía iniciativa popular, qué es el mecanismo
que se sugiere para la reforma parcial que proponemos”59.
58
GIEI-Bolivia (2021). Op. Cit. Págs. 465 y 466.
59
Reforma Judicial Para la Democracia. Justicia Para la Gente. Propuesta de Reforma Judicial Vía
Referendo Popular. Juristas Independientes. La Paz, septiembre, 2021. Fundación Observatorio de
Derechos Humanos y Justicia. Pag. 41.
45
La versión corta del Programa de Reforma de la Justicia 60 ha sido dada a conocer por el
Gobierno Nacional cuando aprueba el “Plan de Desarrollo Económico y Social 2021-
2025”61y, en su Eje 7 delinea la “Reforma Judicial, Gestión Pública Digitalizada y
Transparente; Seguridad y Defensa Integral con Soberanía Nacional”. En cuanto a los
lineamientos de política se propone como meta “Impulsar el acceso a la justicia social y
reparadora para todas y todos sobre la base de la reforma del Sistema Judicial y de una
gestión pública transparente que lucha frontalmente contra la corrupción” 62; asimismo
su mirada de futuro postula un sistema de justicia más efectivo y oportuno por medio de
la elección transparente y meritocrática de altas autoridades del Órgano Judicial,
Tribunal Constitucional, Jueces, Fiscales y Vocales. De igual manera ofrece un Estado
que asegura el acceso a la justicia pronta y efectiva con apoyo de tecnologías de la
información y comunicación y el debido proceso digital y electrónico.
46
disciplinario para autoridades del Órgano Judicial y Ministerio Público, así como
garantizar una carrera judicial institucionalizada; iv) Soluciones TIC para un
impulso decisivo en la transformación digital del modelo de gestión judicial
boliviano a través del uso intensivo de plataformas informáticas interoperables,
sistemas expertos e inteligencia artificial. Ámbito que contempla un sistema
informático integral de acceso a la justicia y la construcción de una red
interinstitucional con todos los distintos niveles del Estado; v) Desarrollo
normativo para la reforma, como piedra angular y base de la reforma,
desarrollando e implementando políticas públicas y normativa que garantice la
reforma del sistema de justicia, acceso a la justicia, métodos alternativos de
solución de conflictos, derechos fundamentales, entre otras, y en estricta
coordinación con todos los niveles del Estado y sociedad civil. Finalmente, se
contempla el eje vi) Transparencia, cuyo alcance abarca a todo el Estado y en
particular al sistema de justicia. Este proceso de reforma aprovecha los avances
constituidos mediante la Ley No 1173 de 8 de mayo de 2019, de Abreviación
Procesal Penal y de Fortalecimiento de la Lucha contra la Violencia a Niñas,
Niños, Adolescentes y Mujeres. Esta norma tiene como objetivo simplificar los
procedimientos a través de la incorporación de la notificación digital, limitar el
uso de la detención preventiva, fortalecer la oralidad en el proceso penal y
eliminar el formalismo en actuados procesales”63.
12. Contraloría General del Estado: Informe Sobre el Órgano Judicial (2022)
La Contraloría General del Estado elabora el Informe No SP/GP117/S21 G1 “Informe
de Supervisión a la Estructura Organizacional, los Sistemas de Planificación,
Administrativos, Financieros, Tecnológicos de Información y Comunicación, Control y
Fiscalización en el Órgano Judicial 2016-2020”64. Dicho Informe menciona que el
alcance de la supervisión comprende los periodos 2016 - 2020 y aclara que toma en
cuenta el periodo 2021 y 2022 en aquellos aspectos aplicables.
De acuerdo a la prensa escrita, el referido Informe presenta 109 observaciones al
Órgano Judical, tales como falta de transparencia, normas que se contradicen entre sí o
falta de fiscalización de parte del Consejo de la Magistratura65.
En cuanto al objeto de la supervision la Contraloría General del Estado establece que se
trata de la estructura organizacional, los sistemas de planificación, administrativos,
financieros, tecnológicos de información y comunicación, control y fiscalización en el
Órgano Judicial, considerando sus productos y procesos diseñados, formulados,
aprobados e implementados por las instancias Administrativas del Órgano Judicial en su
calidad de responsables de estos sistemas.
63
Ibid. Pag. 39.
64
Contraloría General del Estado. Órgano Judicial. Informe de Supervisión a la Estructura
Organizacional, los Sistemas de Planificación, Administrativos, Financieros, Tecnológicos de
Información y Comunicación, Control y Fiscalización en el Órgano Judicial 2016-2020. Informe No
SP/GP117/S21 G1.
65
El periódico Página Siete a través de su periodista Leny Chuquimia, realizó una evaluación sobre el
Informe que la Contraloría General del Estado hizo al Órgano Judicial; entre otras cosas dice al respecto
“Detalla que la entidad solicitó información al Tribunal Supremo de Justicia, al Tribunal Agroambiental,
al Consejo de la Magistratura, la Dirección Administrativa y Financiera, Escuela de Jueces del Estado,
Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de
Información y Comunicación, Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional y a la Dirección
Nacional de Derechos Reales”. https://www.paginasiete.bo/nacional/2022/4/3.
47
Bajo una lógica y método de resultados y recomendaciones el Informe de la Contraloría
General del Estado se refiere a nueve ámbitos: 1) Proceso de Formulación, Aprobación,
Difusión e Implementación de Políticas de Gestión; 2) Calidad de las Políticas de
Gestión; 3) Procesos Productivos Judiciales; 4) Procesos Productivos de Control,
Fiscalización y Transparencia; 5) Procesos Productivos de Derechos Reales; 6) Procesos
Productivos Administrativos y Financieros; 7) Carrera Judicial y Gestión de Recursos
Humanos; 8) Tecnologías de Información y Comunicación; 9) Estructura
Organizacional.
En cuanto a los resultados de los ámbitos arriba referidos podemos destacar:
1) Contradicción de la Ley 025 en las atribuciones relacionadas a las políticas de
gestión otorgadas al Consejo de la Magistratura y la Dirección Administrativa y
Financiera.
2) Desconocimiento del Plan Operativo Anual del Órgano Judicial en su integridad.
3) Conflicto normativo sobre políticas de gestión entre los Manuales de
Organización y Funciones del Consejo de la Magistratura y de la Dirección
Administrativa y Financiera.
4) Inexistencia de Objetivos Estratégicos a nivel de impacto y técnicamente
formulados en el Plan Estratégico Institucional 2016-2020.
5) Obsolescencia en los códigos y códigos de procedimientos para la impartición
de justicia en materias de Jurisdicción Ordinaria.
6) Excesiva normativa que modula los códigos y procedimientos para la
impartición de justicia en materias de la Jurisdicción Ordinaria.
7) Inexistencia de Código Procesal para la impartición de justicia en la jurisdicción
Agroambiental.
8) Ineficiencia en la resolución de procesos judiciales en la Jurisdicción Ordinaria.
9) Ineficiencia en la resolución de procesos judiciales en la Jurisdicción
Agroambiental.
10) Conflicto normativo entre la Ley 025 con la Ley 212 y el Manual de
Organización y Funciones de la Dirección Administrativa y Financiera en la
función de control y fiscalización del Órgano Judicial.
11) El Tribunal de Justicia cuenta con una Unidad de Transparencia sin tener la
atribución correspondiente.
12) Inexistencia de control y fiscalización en el Tribunal Supremo de Justicia por
parte del Consejo de la Magistratura.
13) Inexistencia de varias unidades de transparencia en el Órgano Judicial.
14) Obsolescencia normativa para las Oficinas del Registro de Derechos Reales.
15) Discrecionalidad en el desarrollo de los procesos sustantivos de las oficinas del
Registro de Derechos Reales.
16) Procesos de contratación desarrollados al margen de Reglamentos Específicos y
Manuales de Procedimientos y Contrataciones.
17) Discrecionalidad en el establecimiento de criterios en los procesos de dotación
de Vocales tendientes a vulnerar el principio de transparencia.
18) Ineficiente proceso de dotación de personal judicial y personal de apoyo judicial.
19) Exigua carrera judicial en el Órgano Judicial.
20) Ineficiente proceso de dotación de jueces para el ingreso a la carrera judicial.
21) Inexistencia de procesos de evaluación del desempeño del tipo permanente a
Jueces del Estado.
22) Considerable porcentaje de desvinculación en el Personal Judicial del Órgano
Judicial.
48
23) Contradicción normativa que no permite la implementación de sistemas
informáticos de control Jurisdiccional Ordinaria y Agroambiental en todos sus
niveles.
24) Dualidad de funciones en el desarrollo e implementación de sistemas
informáticos con la misma funcionalidad sustantiva.
25) Inexistencia de una planificación tecnológica.
26) Sistemas informáticos obsoletos.
27) Base de datos obsoleta de Derechos Reales.
28) Disfunciones normativas del Sistema de Organización Administrativa en el
Órgano Judicial.
29) Dualidad de funciones en el marco del SOA en la estructura de las áreas
administrativas del Órgano Judicial.
30) Modelo organizacional del Órgano Judicial, ineficiente, no económica e
inefectiva con un sub y sobre dimensionamiento en su estructura.
31) Sub y sobre dimensionamiento en la Jurisdicción Ordinaria.
32) Modelo organizacional del Órgano Judicial inviable e incompatible con los
principios administrativos establecidos en la Ley 1178.
66
Para mayor información sobre las funciones y actividades del Relator Especial, ver el portal
oficial: https://www.ohchr.org/SP/Issues/Judiciary/Pages/SRJudgeslawyersIndex.aspx
67
Cfr. Naciones Unidas – Asamblea General. A/HRC/50/36/Add.1. (2022) “Visita al Estado
Plurinacional de Bolivia. Informe del Relator Especial sobre la independencia de los magistrados y
abogados, Diego García-Sayán”.
49
99. La carencia de autoridades judiciales, fiscales y defensa pública en buena parte del
país rural, la falta de adecuada financiación, la deficiente gestión y la neutralización de
la jurisdicción indígena mantienen a la justicia muy lejos de la gente y de las
necesidades de la sociedad. A ello se añade la tendencia a la judicialización, por la vía
ordinaria, de casos y situaciones que podrían ser procesadas de otra forma.
100. Varias reformas constitucionales han introducido modificaciones institucionales
importantes en las últimas décadas. Hitos importantes fueron las reformas parciales
adoptadas en 1994 que establecieron el Tribunal Constitucional, el Consejo de la
Judicatura y la Defensoría del Pueblo, así como un nuevo sistema para la designación de
magistrados y el reconocimiento de la justicia indígena como espacio de solución de
conflictos.
101. Luego de un importante proceso constituyente, la nueva Constitución Política del
Estado de 2009 estableció la actual estructura institucional de la justicia.
102. La elección por sufragio universal de integrantes de las altas cortes y el Consejo de
la Magistratura establecida en la Constitución de 2009 no ofrece las garantías
suficientes para evitar injerencias políticas, no asegura el nombramiento de personas
idóneas a los cargos ni ha generado legitimidad en los procesos de votación popular
marcados por el ausentismo y el voto nulo o en blanco.
103. A raíz de la historia sociopolítica reciente, y la crisis de 2019-2020, existe una
profunda desconfianza de los actores políticos y sociales del país en la administración
de justicia como tal, lo cual incide negativamente en los esfuerzos de fortalecimiento y
reforma institucionales.
104. Los jueces, juezas, vocales y magistrados bolivianos se encuentran en situación de
alta vulnerabilidad, expuestos a diversas formas de injerencia o presión. Esta
vulnerabilidad se debe a la falta de una carrera judicial, al alto número de jueces
transitorios y remuneraciones bajas. La injerencia política, así como la presión de
agentes no estatales, sumadas a las bajas remuneraciones, abren la puerta a la
corrupción.
105. El Tribunal Constitucional Plurinacional enfrenta una carga de trabajo elevada por
el abuso de la figura de inconstitucionalidad para actuar sobre problemas y aspectos de
los procesos judiciales ordinarios. Esto incide en la crisis actual del órgano judicial pues
recarga la jurisdicción ordinaria y distorsiona la razón de ser de la jurisdicción
constitucional.
106. La jurisdicción indígena originario campesina, reconocida en la Constitución de
2009, ha sido relegada por la legislación posterior (Ley de Deslinde Jurisdiccional de
2010) a conocer solo de temas de relevancia limitada y marginal para la administración
de justicia.
107. La justicia de paz podría desempeñar un papel relevante para procesar
contenciosos y conflictos menores. Sin embargo, la Ley núm. 025 no contempla esta
figura.
108. La situación de las personas privadas de libertad es grave tanto por la tasa de
hacinamiento (del 349,8 %) como por la alta proporción en detención preventiva, es
decir, sin sentencia condenatoria. El Relator Especial recuerda que el Estado se
encuentra en una posición especial de garante respecto de las personas privadas de
libertad.
109. La participación activa y veeduría de la sociedad civil, en todas sus expresiones y
formas de organización, es un elemento imprescindible de la reforma, fortalecimiento y
funcionamiento transparente e independiente del órgano judicial. La relevancia del
acompañamiento de la comunidad internacional también se hace evidente.
50
VIII. Recomendaciones
110. Se debe extremar esfuerzos para construir y reconstruir confianza entre todos los
actores políticos e institucionales del país y en la justicia. Todas las instituciones del
Estado deben respetar y observar la independencia del sistema judicial. Hay consensos
favorables recogidos por el Relator Especial de cara a contar con un sistema de justicia
independiente, accesible, eficiente y que funcione de acuerdo a los estándares
internacionales de derechos humanos y en la Constitución.
111. Es crucial que el énfasis en una justicia de esas características sea una política de
Estado y que se sostenga en el tiempo, con amplio respaldo y participación de todas las
fuerzas políticas y sociales. De cara a ese objetivo, el Relator Especial recogió
numerosas manifestaciones en favor de la conveniencia y urgencia de vertebrar un gran
acuerdo nacional al respecto y hace un llamado a la sociedad e instituciones bolivianas a
marchar en esa dirección.
112. El Relator Especial recomienda a todos los sectores relevantes a impulsar un
debate nacional sobre las reglas vigentes y deseables para la selección y designación de
integrantes de las altas cortes y el Consejo de la Magistratura, para identificar la mejor
manera de reformar este mecanismo. El Relator Especial insiste en el crucial criterio de
prevalencia de procedimientos de designación no políticos, vinculados estrictamente a
la calidad y mérito profesional y al compromiso con los valores del estado de derecho y
los estándares contenidos en los Principios Básicos relativos a la Independencia de la
Judicatura.
113. El Estado debe dotar de recursos apropiados al órgano judicial. Dicha dotación
podría establecerse por ley, con un porcentaje mínimo del presupuesto nacional. El
presupuesto debe poder abordar una mejora de sueldos de los operadores de justicia, la
creación de nuevos juzgados, la formación del personal y que el órgano judicial mejore
su cobertura en todos los municipios del país.
114. El Relator Especial insta al Gobierno a elaborar un plan de reforma estructural y de
fortalecimiento del órgano judicial, que incluya un diseño institucional para una gestión
más eficiente. Es indispensable que la administración y gestión del sistema judicial se
encuentre en instancias especializadas y que quienes son la parte sustantiva del sistema
de justicia, los jueces, vocales y magistrados, se constriñan a administrar justicia y no se
involucren en asuntos administrativos y de gestión.
115. El Estado Plurinacional de Bolivia debe establecer una efectiva carrera judicial, por
medio de legislación que tome en consideración los Principios Básicos relativos a la
Independencia de la Judicatura, incluyendo, entre otros aspectos, la idoneidad para
desempeñar las funciones judiciales, criterios y procedimientos apropiados para la
selección y designación, y garantías normativas e institucionales de inamovilidad de
quienes se desempeñen con integridad.
116. Se debe, asimismo, regularizar a todos los jueces transitorios antes del final de
2022, por medio de un esfuerzo conjunto del Consejo de la Magistratura y la Comisión
de la Ley núm. 898, llevando a cabo las pruebas de evaluación e idoneidad que
garanticen la solvencia profesional y apego a los estándares democráticos de quienes
pasarían a ser jueves titulares.
117. El Relator Especial recomienda al Gobierno que aumente el número de juzgados y
fiscales especializados y dedicados exclusivamente a la violencia contra la mujer,
tomando en consideración la Ley núm. 348. La Comisión de Revisión de Casos de
Violación y Feminicidio debe presentar sus conclusiones a la brevedad, incluyendo
planes y programas de acción.
51
118. El Relator Especial insta al Gobierno a atacar la corrupción en el sistema judicial
con políticas de transparencia y rendición de cuentas, así como la sanción de los jueces
responsables por prácticas corruptas.
119. El Relator Especial exhorta al Gobierno a que afirme y garantice el espacio de la
jurisdicción indígena originario campesina, reconocida en la Constitución, por medio de
la reforma a la vigente Ley de Deslinde Jurisdiccional, ampliando sustantivamente la
competencia de esta jurisdicción y tomando en consideración la participación, opinión y
contribuciones de los pueblos indígenas.
120. El Relator Especial insta al Gobierno a restaurar el espacio y papel de la justicia de
paz impulsando las modificaciones normativas necesarias.
121. El Relator Especial insta al Gobierno a poner fin a la generalización y abuso de las
detenciones preventivas. Todas las personas procesadas tienen derecho a un juicio justo
y a todas las garantías procesales que establecen los instrumentos internacionales y la
normatividad boliviana. Las detenciones preventivas deben ser excepcionales.
Corresponde al Estado asegurar el derecho de toda persona privada de libertad a vivir en
condiciones de detención compatibles con su dignidad personal.
122. Con respecto a la crisis sociopolítica de 2019-2020, el Ministerio Público debe
avanzar sin demora en las investigaciones de oficio, sin hacer recaer la iniciativa o carga
probatoria en las víctimas, sus familiares o sus representantes. Debe garantizarse la
celeridad y eficacia de la investigación y el derecho de las víctimas a participar.
123. El Poder Ejecutivo podría preparar y presentar a consideración de la Asamblea
Legislativa Plurinacional, para su aprobación expedita, proyectos encaminados a dictar
la legislación que permita al Estado resarcir a las víctimas de violaciones de derechos
humanos, incluidas las de Sacaba, Senkata, y Zona Sur producidas en 2019.
124. El Relator Especial exhorta al Gobierno a designar al titular de la Defensoría del
Pueblo.
125. El Relator Especial insta al Gobierno a elaborar y dictar la legislación pendiente
para el funcionamiento del órgano judicial, en particular, el código procesal
agroambiental y disponer las reformas necesarias al Código Penal y Código de
Procedimiento Penal en los temas particulares de prisión preventiva, para evitar su
abuso.
126. El Estado Plurinacional de Bolivia debe contar con una política criminal que
permita guiar el trabajo del Ministerio Público y del Instituto de Investigaciones
Forenses y fortalecer sus capacidades y la formación de su personal.
127. El Relator Especial insta al Gobierno a dar sustento institucional al Comité de
Género del órgano judicial.
128. El Relator Especial exhorta al Gobierno a adoptar una ley de acceso a la
información pública.
129. El Relator Especial insta al Gobierno a mejorar la formación de la profesión legal
para lograr un mejor funcionamiento de la institucionalidad, en concordancia con los
principios del estado de derecho y las garantías de los derechos humanos.
1.2. Estrategia para la Reforma Judicial
Comencemos diciendo en primer lugar que la justicia y la ley son actos de la voluntad
política, medible ésta última, no por las buenas intenciones sino por su obrar, es decir,
ley y justicia se imponen a nosotros sin haberlas elegido, siendo intensamente políticas
de principio a fin (Freund, 2018: 127; Dunn, 2019: 238); seguidamente la estructura
básica del Estado Plurinacional elige a tres de cuatro de sus Órganos, a saber: el
Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial, lo que hace mucho más difícil cualquier iniciativa
o estrategia de reforma institucional; al ser un sistema presidencialista, su diseño
52
institucional es de una imperfecta división de poderes con elección de titulares del poder
y de autoridades en sus respectivos Órganos prácticamente independientes, cuya
duración en los cargos no coinciden (lo que debería propender a que el Estado de
Derecho controle al poder eficazmente). El Estado boliviano no tiene en los hechos un
sistema de poderes equipotentes y divididos, lo que hay es un solo poder localizado en
el Ejecutivo y autoridades separadas e infraordenadas en Órganos.
En segundo lugar, al momento de diseñar estrategias para una reforma judicial, debemos
preguntarnos si ¿Contamos con el conocimiento suficiente para hacer el bien sin caer en
el mal al momento de hacer ingeniería social y política y, reformas a la justicia de
consecuencias previsibles?68, ¿Tenemos la tecnología suficiente para hacer ingeniería
social, política y jurídica y predecir sus consecuencias?, ¿En qué circunstancias
podemos aumentar las probabilidades de la democratización evitando las regresiones
desdemocratizadoras?, ¿Qué incidencia tienen los principios deontológicos tales como
la justicia, la moralidad y la eticidad para la pervivencia de la democracia y de
instituciones justas a largo plazo?.
En tercer lugar, es imprescindible pensar una estrategia de reforma judicial partiendo
del principio de la gobernanza interactiva y de la justicia como un bien público cuya
meta es el vivir bien y, el logro de bienestar multidimensional 69; por tanto, la reforma
institucional no debe centrarse solamente en la independencia de poderes, sino también
en nuevas opciones de reforma institucional de interdependencias entre poderes que
68
“¿Deben optar por el presidencialismo o por el parlamentarismo?, por el unicameralismo o por el
bicameralismo, por sistemas bipartidistas? Y así sucesivamente. Como era previsible, existen dos
opiniones muy diferentes. Desde la primera de ellas se argumenta que disponemos de bastante
conocimiento acerca de los efectos de las distintas instituciones, suficiente al menos para poder
embarcarnos en esta clase de ingeniería social y política. Por ejemplo, las constituciones presidencialistas
han demostrado ser mucho menos adecuadas para la consolidación de la democracia que los sistemas
parlamentarios (Stepan y Skach, 1993). Los sistemas parlamentarios combinados con otro tipo de
instituciones capaces de generar acuerdos políticos entre grupos opuestos entre sí, pueden asegurar el
gobierno democrático y proporcionar estabilidad social a sociedades altamente divididas (Lijphart, 1984;
Lewin, 1992). Diferentes acuerdos de carácter corporatista pueden generar unas relaciones industriales
pacíficas y al mismo tiempo asegurar el crecimiento económico (Goldthorpe, 1984; Katzenstein, 1985).
La visión opuesta la ejemplifica la conocida advertencia de Hayek sobre el desarrollo de cualquier tipo de
ingeniería social (Hayek, 1949; véase Lundström, 1994). Nuestro conocimiento sobre las consecuencias
de un cambio institucional intencionado es simplemente demasiado limitado y el riesgo de cometer
errores que provoquen resultados no esperados, contrarios o incluso perversos, demasiado alto.
Para Elster (1991) esta falta de conocimiento no debería inhibirnos de realizar cambios institucionales
intencionados. En ciertos momentos históricos, como las transiciones a la democracia, es necesario
diseñar instituciones políticas (Véase Przeworski, 1991). Elster ha sugerido una tercera opción a la hora
de involucrarse en operaciones de ingeniería institucional: en lugar de basar los cambios en supuestos de
carácter racional-instrumental o en las consecuencias esperadas (sobre las cuales sabemos tan poco), cabe
introducir un discurso de carácter deontológico o normativo en nuestra forma de razonar sobre las
instituciones. Ello implica que las instituciones deben desarrollarse siguiendo criterios morales –tales
como concepciones compartidas de la justicia, por ejemplo, o de normas acerca de la igualdad o un
tratamiento justo- propuestos desde la teoría normativa (Rawls, 1971; Dworkin, 1985; Barry, 1995)”.
Rothstein, B. (2001). Las instituciones políticas: una visión general. En Goodin, R. y Klingemann, H.
(eds.). Nuevo Manual de Ciencia Política. Madrid: Ediciones Istmo, S.A. Tomo I. Págs. 229, 230 y 231.
69
“Las razones para adoptar una aproximación multidimensional se sustentan en el hecho de que el
bienestar es un estado de satisfacción derivado de la realización de las potencialidades de las personas,
por lo tanto, debe ser juzgado a la luz de las condiciones objetivas y subjetivas”. PNUD (2015). Informe
sobre Desarrollo Humano en Bolivia. El nuevo rostro de Bolivia. Transformación social y
Metropolización. Bolivia: SPC Impresores S.A. idh.pnud.bo – bo.unpd.org. Pag. 48.
53
rindan cuentas entre sí, que promuevan la participación ciudadana y colectiva y, el
control social para transformar las instituciones, el desarrollo humano sostenible 70, la
mejora de la gobernanza global y de las redes de políticas públicas, la gobernabilidad
política, la estabilidad económica e instituciones de justicia justas para una sociedad
también justa.
No se puede encarar la reforma de la justicia con fórmulas organizativas anticuadas o
con políticas públicas obsoletas o, peor todavía, negando los gravísimos problemas que
la aquejan; por ello, la estrategia de transformación del sistema judicial boliviano parte
desde la UMSA con la propuesta de gobernanza de la justicia. La estrategia de políticas
para la reforma judicial demanda de una imaginación estratégica y dinámicas de
negociación. La UMSA y su Facultad de Derecho y Ciencias Políticas pueden jugar un
rol determinante como agente de persuasión para que el proceso de la Reforma del
Sistema Judicial Boliviano sea significativo, estructural y en profundidad.
El gran mal de la justicia boliviana tiene que ver con la desvalorización de la ley, de las
instituciones de justicia y de sus administradores, todos ellos secuestrados por el poder,
el dinero y la impunidad71. Como una especie de denominador común, la ineficiencia, la
corrupción, la intransparencia, la injusticia en el reclutamiento del personal del Estado y
la distribución de cargos y un comportamiento burocrático deshonesto y parcializado,
legitiman la necesidad de estrategias de reformas estatales cada vez más profesionales y
acompañadas de conocimiento experto, a los fines de contar con aire institucional más
limpio que favorezca a la colectividad en su conjunto; esto sin duda replantea los viejos
dilemas de la complejidad de la cooperación y la oferta de reformas políticas y jurídicas
como una manera de ganar apoyos sociales y electorales y, en perspectiva de contar con
sistemas reformados para garantizar el mérito como criterio de acceso a la función
judicial “a la competencia de precios como el criterio para otorgar contratos y a las
70
El Informe sobre Desarrollo Humano 2016 identifica problemas y reformas en las instituciones
mundiales. Por ejemplo en la sociedad civil mundial advierte problemas de deliberaciones poco
informadas, escasa inclusividad y participación limitada en los procesos multilaterales; en los mercados
mundiales y su regulación el problema se presenta como desequilibrios en la gobernanza de la
globalización económica y, en las instituciones multilaterales existe desigualdades, insuficiencias y
multilateralismo reactivo. Frente a ello propone posibles reformas de las instituciones mundiales tales
como: normas de comercio e inversión justas, promoción y apoyo de redes de la sociedad civil inclusivas,
mayor equidad y legitimidad de las instituciones multilaterales “La transformación de las instituciones
mundiales puede extender el desarrollo humano a todas las personas. Es un proceso que requiere un
delicado equilibrio entre la regulación de los mercados, la gobernanza de las organizaciones multilaterales
y la participación de una sociedad civil cada vez más interconectada. Los tres ámbitos están relacionados
y deben rendir cuentas entre sí, y esa responsabilidad constituye un requisito fundamental para poder
llevar a cabo reformas. Los mercados globales son una gran fuente de dinamismo, pero es preciso
regularlos adecuadamente para que redunden en beneficio de la mayoría. Esta regulación, a su vez, debe
asentarse en procesos multilaterales legítimos, en los que los intereses de los países en desarrollo ocupen
un lugar central y los ciudadanos expresen su opinión en los procesos de deliberación. Es fundamental
que tengan lugar estas transformaciones a nivel mundial para lograr que el desarrollo humano llegue a
todas las personas”. PNUD (2016). Informe sobre Desarrollo Humano 2016. Desarrollo humano para
todas las personas. Washington D.C., Estados Unidos: Comunications Development Incorporated.
www.undp.org. Pag. 160.
71
Sobre esta problemática ver los trabajos del escritor español Javier Cercas a quien lo inspira la reflexión
sobre la impunidad de los poderosos, el valor de la ley, la posibilidad de la justicia y de la democracia y,
la legitimidad de la venganza. Cfr.: Cercas, J. (2019). Terra Alta. España: Editorial Planeta.
54
normas impersonales para determinar quién recibe los beneficios gubernamentales -de
este modo se priva a los políticos de importantes recursos-” (Geddes, 2015: 238).
Es evidente que el sistema de justicia no ha desarrollado su autocomprensión de las
relaciones entre Estado y sociedad en términos de gobernanza; no obstante ese no es
motivo para que no lo haga o para que el sistema judicial boliviano se estanque en viejas
y obsoletas racionalidades y actuaciones de la magistratura que empeoran la justicia; el
actual sistema de justicia puede y debe mejorar, para ello debe recurrir a estrategias,
teorías, modelos y valoraciones normativas que le permitan ocuparse de sus
interacciones multinivel y relegitimarse ante la sociedad y la ciudadanía. Un modelo de
relegitimización para alcanzar un Estado próximo a la justicia es un modelo mixto que
combina la aristocracia judicial con la justicia popular, en esa perspectiva proponemos
reconfigurar la justicia a partir de un gobierno moderno, con gobernanza interactiva y
heurística participativa, inter y trans gubernamental.
No solo el Estado, las universidades, la empresa privada y la sociedad civil organizada
sino también las instituciones de justicia (los poderes públicos y privados articulados)
juegan un rol estratégico y complementario en la gobernanza de la democracia “Las
relaciones entre la democracia y la gobernanza se deben plantear desde la perspectiva de
la complementariedad y no de la sustitución. Esto significa que los principios
democráticos deben inspirar las normas y valores de la gobernanza y que ésta debe
permitir promover y potenciar los valores democráticos” (Cerrillo I Martínez, 2005: 18
y 19); así, los principios de buena gobernanza que se reconocen serían subsidiariedad,
proporcionalidad, flexibilidad, objetividad “En este sentido, y siguiendo el contenido
del Libro Blanco de la Gobernanza Europea, los principios que han de garantizar la
consecución de los objetivos que hemos comentado serían los de transparencia,
participación, rendición de cuentas (accountability), eficacia y coherencia” (Cerrillo I
Martínez, 2005: 19).
La propuesta de estrategia para la reforma judicial es una estrategia cooperativa. De lo
que se trata en adelante es de articular enfoques de política pública para el sector justicia
(reforma, reingeniería y reset) que deben operar en conjunciones ya no en
disyunciones; fortalecer las relaciones entre Estado y sociedad y las correlaciones entre
gobernanza y democracia y, seguidamente la incidencia que podrían tener ambas en el
mejoramiento del derecho, la ley y la justicia, o como diría Jan Kooiman, se trata de
usar la gobernanza en una dinámica interactiva, sociopolítica y sociojurídica, allá donde
se entrecruzan temporalidades y espacios distintos “Al hacerlo, también hay
oportunidades para influir en estas características de nuestras sociedades que están en
algún lugar en los cruces entre lo «moderno» y lo «postmoderno», debemos llamarlo
«moderno» (cross-modern)” (Kooiman, 2005: 78).
Una nueva idea de la justicia como bien común y como coproductora de experiencias
democratizadoras requiere de una deliberación ciudadana y colectiva amplias, con
interacciones iterativas entre Estado y sociedad, un paradigma que bien podría
caracterizarse como gobernanza de la justicia. Todo está relacionado, todo debe estar
controlado por los mejores y por la mayor eticidad mediante la cooperación repetitiva e
innovadora, no hay comunidad que pueda sobrevivir sin cooperación; de lo anterior se
infiere que no es deseable continuar con la guía de los peores o sin moral pública, ni se
55
puede seguir confiando los asuntos públicos a una kakistocracia autoritaria y
corrompida. No todo recae en un modelo aristocrático de buena sociedad; como afirma
Michael Sandel el principio de igualdad liberal llamado meritocracia deriva en la tiranía
del mérito (Sandel, 2020) y por tanto es insuficiente para construir la igualdad social; la
meritocracia o aristocracia judicial es un ideal bueno pero parcial en la construcción del
buen gobierno, del bien común72, del vivir bien y de instituciones justas para una
sociedad también justa y deliberativa en cuanto a lo que está por venir.
Desde la teoría se han realizado diversas definiciones de gobernanza (governance); en
gran medida el concepto de gobernanza implica una redefinición de las instituciones de
la democracia y es, como dirá el profesor Luis F. Aguilar Villanueva, una manera de
construir puentes y no pirámides73. Del concepto de gobernanza rescatamos la idea de
construir institucionalidad duradera, es decir, instituciones de justicia con capacidades
de largo plazo, pero también hacer justicia colaborativa, participativa y reticular “La
gobernanza puede ser definida como un sistema de administración en red, en la que
actores públicos y privados comparten la responsabilidad de definir políticas y regular y
proveer servicios. Por ello, una variedad de actores no gubernamentales, empresas,
organizaciones no gubernamentales, asociaciones profesionales, entidades no lucrativas,
se incorporan a la toma de decisiones públicas de maneras muy diferentes” (Cerrillo I
Martínez, 2005: 20).
72
“Ahora bien, si el bien común es algo a lo que solo podemos llegar deliberando con nuestros
conciudadanos sobre los propósitos y los fines de nuestra comunidad política, entonces la democracia no
puede ser indiferente al carácter de la vida común. No precisa de una igualdad perfecta, pero sí requiere
que ciudadanos con diferentes modos de vida y orígenes se encuentren en unos espacios comunes y en los
lugares públicos. Y es que así es como aprendemos a negociar y tolerar nuestras diferencias. Así llegamos
a interesarnos por el bien común……Es una humildad que nos encamina, más allá de la tiranía del mérito,
hacia una vida pública con menos rencores y más generosidad”. Sandel, M. (2020). La tiranía del mérito.
¿Qué ha sido del bien común? España: DEBATE. Págs.
291 y 292.
73
Ver: Conferencia del profesor Luis Fernando Aguilar Villanueva “Las políticas públicas de la nueva
gobernanza democrática” https://youtube/bDEXkbyTRWI.
56
La variedad de aproximaciones a la gobernanza son enormes y significativas 74, los
autores holandeses reducen al gobierno a uno de entre muchos actores; los alemanes
consideran que el control jerárquico y la autorregulación social no son mutuamente
excluyentes; los autores anglosajones asumen la gobernanza como necesaria de algún
tipo de dirección para que la sociedad pueda enfrentar satisfactoriamente los desafíos
que se le presenta:
“Desde Europa la gobernanza se identifica más con la implicación de la sociedad
en los procesos de gobierno (governing), mientras que en los Estados Unidos
dicho término retiene buena parte de su concepción inicial como dirección
(steering). De hecho, estas diferencias responden a diferencias en los respectivos
sistemas político-administrativos puesto que, como se puede observar el papel
que tienen el Estado y la sociedad no es el mismo en los Países Bajos, Alemania
74
“La gobernanza considera que el Estado tiene unas atribuciones diferentes y, además, se relaciona de
manera diferente con la sociedad. El Estado se vuelve menos poderoso y opera, en una red conformada
también por actores privados, como un actor más, acoplándose a las relaciones entre el Estado y la
sociedad civil de manera flexible! Partiendo de esta idea se debe señalar que no todas las aproximaciones
a la gobernanza entienden este reequilibrio de la misma forma. De hecho, las diferentes aproximaciones
vienen directamente condicionadas por el sistema político institucional propio de cada país.
Rhodes recoge, por ejemplo, una definición de gobernanza en la que se asume que el gobierno ha perdido
toda su capacidad de gobernar, siendo la gobernanza el producto de redes autoorganizadas e
interorganizacionales! Kooiman también argumenta que la gobernanza, en el momento actual, es un
fenómeno interorganizacional y que se entiende mejor bajo la perspectiva de la co-gestión, co-dirección y
co-guía.
Klijn, Kickert, Kooiman y otros autores, principalmente holandeses, argumentan que el vacío de
legitimidad, la complejidad de los procesos políticos y la multitud de instituciones implicadas reducen el
gobierno a uno más de entre los muchos actores. Así, según Kickert, el gobierno dirige a distancia y las
políticas se producen en el marco de las redes, que son ámbitos de interrelación entre actores
caracterizados por la dependencia y la interacción.
Los autores alemanes del Max-Planck Institut, con Mayntz y Scharpf a la cabeza, consideran que el
control jerárquico y la autorregulación social no son mutuamente excluyentes. Según Scharpf, «la noción
de gobernanza como redes se usa para describir una variedad de fenómenos» y «es importante darse
cuenta, de todos modos, que las formas de red como elemento de autoorganización frecuentemente se
usan como preparación de mecanismos formales de toma de decisión caracterizados por las decisiones
jerárquicas, o que su efectividad puede ser parásita en formas institucionalizadas de coordinación no
negociada».
Finalmente, Peters y Pierre y, en general, los autores anglosajones, entre los que también se encuentra
O'Toole. en el extremo opuesto, otorgan un papel preeminente al Estado en la actualidad. Según Peters, la
gobernanza implica la dirección o el uso de diversos mecanismos para proveer una dirección coherente a
la sociedad. Es decir, de acuerdo con esta postura, la gobernanza asume que es necesario al menos algún
tipo de dirección central si una sociedad quiere efectivamente conseguir los retos a los que se enfrenta.
Como advierte Peters, esto no quiere decir que se niegue todo valor a principios como los de
descentralización o desconcentración, sino que no se puede obviar totalmente la capacidad del gobierno
de un Estado para dirigir. Para Peters. «el Estado sigue siendo un actor relevante, y en realidad el actor
dominante para definir los objetivos», lo que lleva al propio autor a criticar la aproximación de las redes
por considerar que éstas no permiten esclarecer cuál de los muchos actores presentes prevaldrá en los
resultados de la red. Según Pierre. «a pesar de que la gobernanza se relaciona con las relaciones
cambiantes entre el Estado y la sociedad y con el incremento de la confianza en los instrumentos políticos
menos coercitivos, el Estado sigue siendo el centro de un considerable poder político»”.Cerrillo I
Martínez, A. (2005). La Gobernanza Hoy: Introducción. En: La Gobernanza Hoy: 10 Textos de
Referencia. Coordinación y traducción a cargo de Agustí Cerrillo I Martínez (Universitat Oberta de
Catalunya). Madrid: Instituto Nacional de Administración Pública. consultorestema.com.Pags. 15 y 16.
57
o los Estados Unidos y, por ende, el rol que les otorgan los autores holandeses,
alemanes o americanos, respectivamente"75.
Dentro de los diversos desarrollos teóricos sobre la gobernanza desde la década de los
noventa, se pueden mencionar los trabajos de Guy B. Peters y Jon Pierre, Jan Kooiman
, Renate Mayntz, Fritz W. Scharpf, Martin Shapiro, R. A. W. Rhodes, Joan Prats, Erik-
Hans Klijn, Laurence J. O'Toole Jr. y Luis Fernando Aguilar Villanueva.Peters y Pierre
afirman que el interés por la gobernanza surge de las condiciones cambiantes de los
Estados y sociedades contemporáneas (cambio de una cultura política colectivista a una
individualista y globalizada); la gobernanza se convierte en una filosofía atractiva y en
estrategia política al implicar a los actores privados en la prestación de servicios, por su
carácter participativo e inclusivo y por la legitimidad de la producción y prestación de
servicios públicos “Así, consideramos que la nueva gobernanza representa en realidad
algo nuevo y diferente comparada con los sistemas tradicionales de gobierno, a la vez
que la racionalidad básica o la raisond'étre del Estado -promover y perseguir el interés
colectivo-. La nueva gobernanza, insistimos, no significa el fin o el declive del Estado,
sino su transformación y adaptación a la sociedad en la que actualmente se encuentra
inserto” (Peters y Pierre, 2005: 53).
Para Kooiman una forma de gobernanza es la que él denomina gobernanza moderna
interactiva o sociopolítica que interactúa entre él es y el deber ser en el orden del buen
gobierno denominado meta-gobernanza “Parece que hay un cambio de los modelos más
tradicionales, en los que gobernar se consideraba como algo básicamente
«unidireccional», de los gobernantes hacia los gobernados, hacia un modelo
bidireccional en el que se tienen en consideración aspectos, problemas y oportunidades
tanto del sistema de gobierno como del sistema a gobernar. Esto es lo que llamamos
gobernanza sociopolítica o gobernanza interactiva, fundada sobre interacciones amplias
y sistémicas entre aquellos que gobiernan y los que son gobernados, esto se aplica tanto
a las interacciones público-público como a las interacciones público-privado”
(Kooiman, 2005: 60 y 61).
Mayntz dirá que el control jerárquico y el autogobierno de la sociedad no son
excluyentes “Así, el control jerárquico y la autorregulación de la sociedad no son
mutuamente excluyentes. Son diferentes principios ordenadores que están con
frecuencia combinados y su combinación, autorregulación «a la sombra de la jerarquía»,
puede ser más efectiva que cualquiera de las formas «puras» de gobernanza (Mayntz y
Scharpf 1995)” (Mayntz, 2005: 89).
Rhodes, considera que la gobernanza se refiere a las redes autoorganizadas e
interorganizativas que complementan a los mercados y a las jerarquías como estructuras
de gobierno, afirmando que la gobernanza sin gobierno es el modelo dominante de las
democracias industriales avanzadas “La gobernanza como redes autoorganizadas es un
reto para la gobernabilidad porque las redes se vuelven autónomas y resisten la
dirección central. Están bien situadas para convertirse en el principal ejemplo de
gobierno sin gobierno” (Rhodes, 2005: 118).
Para Prats la gobernanza se refiere a los retos que tienen las organizaciones de la
sociedad civil y las empresas para enfrentar conjuntamente el gobierno los desafíos de
75
Ibid. Pag. 16.
58
la gobernación y la gobernabilidad del sistema “La gobernanza se define entonces como
la estructura o pauta que emerge en un sistema sociopolítico como resultado común de
los esfuerzos de interacción de todos los actores involucrados” (Prats, 2005: 161).
Klijn plantea que la gobernanza fija las normas que guían la interacción y la
interdependencia interorganizativa en las redes formalizadas o informales “Esto
conduce a diferentes perspectivas de la gobernanza. Las organizaciones
gubernamentales ya no son el actor de dirección central en los procesos de políticas
públicas y las actividades de gestión asumen un papel diferente. Esto no implica que
todos los actores tengan igual poder. La mayoría de las teorías sobre redes asumen que
el poder de un actor está relacionado con los recursos que él o ella posee” (Klijn, 2005:
238).
La gobernanza es exactamente lo contrario al Estado vertical y oscuro y a la colusión de
intereses político-empresariales; implica asociaciones cooperativas, integralidad ético-
gerencial de las funciones de gobierno, en circuitos jerárquicos y en red, pero también
es transparencia, integración e interdependencias multinivel, dinámicas flexibles e
interactivas de decisión, participación y ajuste mutuo. En esta nueva perspectiva de la
moderna gobernanza el desafío consiste en ampliar los valores de la democracia, de la
pluralidad y de la interculturalidad y aumentar la cooperación interorganizacional y
multiactor “En el contexto actual, el análisis de la gobernanza democrática puede ser
considerado en términos de tres valores importantes que constituyen parte del
significado de la democracia en los tiempos actuales: responsabilidad para lograr el
interés público; sensibilidad hacia las preferencias públicas, e incremento de la
deliberación política, el civismo y la confianza” (O'Toole, 2005: 249).
Urge una nueva estrategia y nueva heurística para modernizar las instituciones de
justicia, para la gestión del conflicto y una nueva cultura de paz, mediante redes de
políticas públicas cooperativas e interconectadas y para la instalación de capacidades
negociadoras y de resolución de controversias mediante la conciliación y los jueces de
paz, lo que implica ganar en cohesión entre Estado y sociedad e interactividad entre el
control jerárquico, la autorregulación de los poderes públicos y el cogobierno en
equilibrio. Ello supone un nuevo enfoque de políticas públicas que observe el sector
justicia como una red entre redes de intercambio más amplias, dinámicas y complejas.
¿Es la gobernanza de la justicia una solución para esta tragedia de crisis de confianza en
las instituciones de justicia?, ¿Cómo sacar al Órgano Judicial de su estatus de segunda
clase?, ¿Cuál es el fin de las redes de políticas para el sector justicia? El fin de las
políticas públicas para una nueva gobernanza interactiva es mejorar la justicia, aumentar
la legitimidad democrática e impulsar la voluntad política responsable para la reforma
integral del sistema judicial; así como la co-determinación para la producción de justicia
y la cooperación intraestatal e intersocietal en términos de despolitización y
despartidización de la justicia. Sin embargo, hay pocas esperanzas en este momento
para el logro de este fin, lo que no significa que la falta de voluntad política, la
complejidad de la independencia judicial y la contingencia del cambio impidan la
coordinación de esfuerzos de reingeniería, reforma y reset del sector justicia. En otras
palabras, el déficit de justicia y su tendencia al secretismo, a la usurpación de funciones
59
y la corrupción judicial no nos debe impedir de hacer de la justicia un lugar mejor de
aprendizaje para la vida buena y justa.
Para el diseño de una política judicial de Estado y para la construcción de un buen
marco conceptual pluralista, interactivo y compartido que a largo plazo tenga la
capacidad de configurar cadenas de interacción institucionalizadas (Kooiman, 2005: 58)
entre la potencia moral y la fuerza de la ley, las redes de políticas públicas son claves en
la configuración de la gobernanza para la coproducción de justicia; el modelo de
gobernanza de la justicia parte del supuesto de que una justicia interactiva,
independiente, libre de influencias de los poderosos, sin miedo al debido proceso, con
jueces de carrera auténticamente meritocráticos, con justicia de calidad y estándares
internacionales de funcionamiento por medio del acoplamiento estructural con Cortes
Internacionales, puede devolverle confianza al sistema judicial boliviano.
Hablar de la gobernanza de la justicia es hablar del gobierno ampliado, supone
reconocer la complejidad del concepto mismo de gobernar, que en términos de
interacciones y combinaciones dinámicas reconoce que el sistema judicial es un modo
de gobierno con capacidad de autogobierno, que para hacer operacionables sus
decisiones el Órgano Judicial y el TCP requieren de un orden y control jerárquicos y,
que para acumular legitimidad y confianza la justicia demanda coproducción y
cogobierno en equilibrio; se trata de un sistema de gobiernos en ajuste mutuo y
permanente “Esto implica un conocimiento y aceptación creciente de diferentes modos
de gobierno, incluyendo capacidades de «autogobierno» de los sistemas sociales,
acuerdos de «cogobierno» y de gobierno jerárquico de arriba abajo, cada uno
contribuyendo en modos individualizados y en modos combinados a cuestiones de
gobernabilidad en un sentido más amplio” (Kooiman, 2005: 78).
Aquí, el sector justicia significa un modo de gobernar la sociedad y una manera de
regular el complejo institucional mediante la fuerza de ley en una red creciente,
renovada y alternativa de modos de gobierno públicos y privados (poderes
organizacionales formales e informales), que pueden estar coordinados estratégicamente
o no y/o pueden cooperarse entre sí o perjudicarse mutuamente. De lo que se trata es de
promover políticas públicas para configurar poderes independientes de gobierno a largo
plazo, para fortalecer las capacidades morales de las autoridades de justicia y, para
producir normas, valores y objetivos compartidos en los que pueda confiar la sociedad.
Desde el modelo de la gobernanza de la justicia se demanda una participación activa de
todos los actores gubernamentales y societales (stakeholders), decisores políticos,
medios de comunicación, liderazgos ciudadanos, universidades, investigadores,
organizaciones no gubernamentales y cooperación internacional que se agrupan en una
o varias coaliciones, con la meta de instaurar una coproducción legislativa, rendición de
cuentas transparentes de los administradores de justicia y cooperación mutua entre
litigantes y jueces para restaurar la confianza social y ciudadana en las instituciones de
justicia.
60
y con la clase política e implica la construcción reticular de consensos entre el sistema
judicial, la sociedad civil y la sociedad política 76 a los fines de mejorar la relacionalidad
entre el Estado y la sociedad bajo principios de una justicia independiente, confiable,
con jueces imparciales y presupuestos asignados incrementalmente bajo principios de
razonabilidad y autogestión eficientes. Los indicadores de una justicia renovada tendrán
que ver con la profundización de una agenda cognitiva mediante la defensa de la
Constitución y su respeto absoluto, con la extensión de la justicia plural pari passu, es
decir, en pie de igualdad, entre la justicia positiva y la justicia indígena, con la
interconexión entre los diferentes niveles de elaboración de políticas públicas de justicia
y producción legislativa en un sistema multinivel y de resolución conciliada de intereses
opuestos y, con la llegada de una aristocracia judicial, con sentido de justicia fuerte y
con sistemas de cálculo tecno-inteligentes para el tratamiento de causas libres de
injusticia.
61
incrementalmente fuertes, reforzarla con mecanismos de alternativos de solución de
conflictos, la rendición de cuentas transparente mediante un control social no partidario
ni tramposo y la creación de tribunales de ética aplicada.
Instalar capacidades razonables de eficacia, legitimidad y gestión del conflicto, a partir
de consensos políticos básicos. La experiencia nos enseña que los acuerdos políticos-
institucionales permiten construir instituciones duraderas, aunque esto no siempre es
así; las reformas estatales no necesariamente tienen respuestas integrales a los
complejos procesos de gobierno y de la incierta dirección de la sociedad. Sin embargo
urge construir indicadores de medición de una buena justicia de acuerdo con estándares
democráticos internacionales, como lo son la sensibilidad a la ciudadanía, la
responsabilidad de los actos gubernamentales y de los tomadores de decisiones y, de los
fallos judiciales; minimizar la corrupción y el abuso de poder, garantizar rendimientos
positivos de las políticas públicas (Weaver y Rockman, 2015: 361). El acuerdo
institucional para la mejora de las capacidades de gestión de la justicia debe priorizar en
orden de importancia entre eficacia, legitimidad y gestión del conflicto, esto es,
elecciones estratégicas en materia de políticas públicas.
Una estrategia de reforma entendiblemente realista debe buscar compensar ventajas y
debilidades. En un sistema de división de poderes los pesos gubernativos
sobredimensionados del Ejecutivo deben ser contrarrestados por contrapesos de
fiscalización en el Legislativo y contrapesos de control del poder en el Judicial. En
suma, se trata de desarrollar capacidades estatales siguiendo la regla de coordinar sin
subordinar, en el marco de la complejidad y el entramado de las interdependencias.
Una mayor posibilidad de control del entorno y elección de políticas públicas más
asertivas supone crear las condiciones políticas y las metas de los responsables de
formular la política jurídica que tomen en cuenta la independencia, separación,
coordinación y cooperación de los Órganos del Estado como una realidad en constante
cambio; a veces puede darse independencia, otras veces interdependencia o,
codependencia; aquí, factores como la correlación de fuerzas pueden explicar cómo
funcionan las instituciones del Estado.
La estrategia para el fortalecimiento de las capacidades gubernativas y, específicamente
el desarrollo de la capacidad de independencia del Órgano Judicial parte del paradigma
técnico que postula que las capacidades de actuaciones independientes 77 fortalecen la
democracia y la implementación de políticas públicas, reducen las ineficiencias de las
organizaciones públicas, previenen los usos abusivos del poder y liberan las decisiones
de la autoridad judicial de la pesada carga de las presiones de los grupos de interés y de
77
Sobre el potencial de las organizaciones autónomas e independientes del Estado basados en los
desarrollos teóricos de ThedaSkocpol se afirma que “En definitiva, surge un Estado concebido como un
aparato burocrático que encarna el orden institucional legal y que es capaz de realizar ciertas acciones
autónomas frente a la sociedad. En esta línea, el texto de ThedaSkocpol incorporado a este libro sostiene
que los Estados muestran mayor capacidad de implementar políticas cuando cuentan con la posibilidad de
formular objetivos independientemente de los grupos y actores organizados (1985:290)”. Introducción.
Estado, Administración y Gestión pública: cuestiones estratégicas para el desarrollo en América Latina.
En: El valor estratégico de la gestión pública. Trece textos para comprenderla. Argentina: Corporación
Andina de Fomento www.caf.com.2015, Grafica Offset S.R.L., Pag. 17.
62
los actores organizados. Tomando las recomendaciones de Merilee Grindle78, la
estrategia de reforma debe ser realista y morigerar el entusiasmo sobre el sentido común
instalado de que un servicio público autónomo y una burocracia judicial profesional,
experta e independiente automáticamente producirá buena gobernanza del sistema
judicial boliviano.
Los ingredientes para la modernización de la justicia son la determinante democrática
de lo público y sus estructuras y, la determinante eficiencia tecnológica de sus procesos.
Las capacidades institucionales en equilibrio y la manera de incrementar la eficacia del
sistema judicial boliviano, pueden trabajarse en dos niveles de creación de riesgos (de
fracaso) y oportunidades79 (de éxito) predecibles para una gobernanza eficaz de la
justicia: a) determinantes institucionales de las estructuras, b) determinantes
institucionales de los procesos.
Ningún gobierno puede encarar la reforma judicial por si sólo (un solo actor es
insuficiente para llevar adelante una reforma judicial eficaz). En consecuencia
proponemos principios cooperativos que permitan manejar y dirigir esfuerzos
conjuntos; por tanto la reforma de la justicia debe guiarse mediante conjunciones, con
niveles de cohesión, decisiones negociadas, con principios deontológicos fuertes; en esa
perspectiva de claridad y firmeza en la visión de restructuración proponemos doce
principios:
1. Principio de justicia como bien público libre de interferencias.
2. Principio de independencia e interdependencias.
3. Principio de imparcialidad.
4. Principio de paz y soluciones integrales.
5. Principio de cooperación y asociaciones multinivel.
6. Principio de prevención de conflictos (profundizar el MASC).
7. Principio de recombinación de concepciones de reforma judicial inherentemente
conflictivas.
8. Principio de ética aplicada y aplicabilidad estratégica.
9. Principio de protopía (proceso y progreso tecnológicos continuos).
10. Principio de calidad de la justicia, mejoras de la educación superior y formación
del talento humano (nuevos abogados y jueces con educación elevada).
11. Principio de cientificidad e investigación unidisciplinar, interdisciplinar y
transdisciplinar.
12. Principio de estandarización e internacionalización del sistema judicial.
78
Cfr. Grindle, M. (2015). La política de la creación y re-creación institucional. En: El valor estratégico
de la gestión pública. Trece textos para comprenderla. Argentina: Corporación Andina de Fomento
www.caf.com.Grafica Offset S.R.L.
79
“De hecho, los estudios de casos sugieren que los términos ‘ventajas’ y ‘desventajas’ institucionales son
una forma engañosa de considerar los efectos institucionales con respecto a las capacidades de gobierno.
Es mejor pensar a las instituciones políticas como creadoras de riesgos y de oportunidades para la
formulación eficaz de políticas. El hecho de que esos riesgos o esas oportunidades se concreten depende
de si las condiciones específicas que facilitan o limitan esos efectos institucionales están presentes”.
Weaver, R. K. y Rockman, B. A. (2015). Examinando los efectos de las instituciones. En: Capacidades
estatales. Diez textos fundamentales. Argentina: Corporación Andina de Fomento www.caf.com.Grafica
Offset S.R.L., Págs. 394 y 395.
63
La propuesta de estrategia80 es de conjunciones no de disyunciones, de negociación y
cooperación multinivel no de imposición de voluntades unilaterales. Consideramos que
la reforma judicial se produce en un contexto dinámico de complejidad, incertidumbre e
imprevisibilidad y está orientada a la gestión del conflicto judicial bajo un enfoque
propositivo y una visión de reforma de la justicia mediante procesos de largo alcance
cuya path dependence81 de rendimientos institucionales positivos debe contribuir al
fortalecimiento de la democracia, a la construcción del Estado de Derecho y la
promoción de la gobernanza.
Las estrategias a utilizar deben ser probadas, reales y documentadas, de tal manera que
la estrategia de reforma judicial se adecue a estándares internacionales siguiendo doce
cursos de acción:
1. Pensar la reforma judicial como bien público y como política de Estado.
2. Voluntad política para convocar a todos los actores políticos, de la sociedad
civil, de la universidad boliviana y de la cooperación internacional.
3. Visión propositiva de los procesos constructivos de la Democracia, del avance
del Estado de Derecho y de la Gobernanza de la justicia.
80
En relación a la estrategia y el pensamiento estratégico, ofrecemos las siguientes definiciones, sin que
las mismas sean limitativas “El proceso de formación de estrategias es fundamentalmente político y
puede tener su núcleo dentro de la organización (micropolítica) o fuera de ella (macropolítica).
En definitiva, el pensamiento estratégico exige el desarrollo de una actitud gerencial estratégica para
actuar en forma preactiva, adelantándose a los acontecimientos, en vez de reactiva, tratando de dar
respuestas a hechos pasados, donde en situaciones normales predomina lo urgente sobre lo importante.
En resumen, el pensamiento estratégico como actitud y cultura es un estado de conciencia que permite
enfrentar situaciones difíciles del presente y estar preparados para el futuro, no importa lo complejo e
impredecible que pueda ser ese futuro. Este estado de conciencia se identifica con una actitud gerencial
estratégica, implica el carácter proactivo de los individuos y está orientado a adelantarse a los
acontecimientos, como requisito imprescindible para alcanzar la comprensión y el conocimiento de la
empresa y el negocio en forma global.
El pensamiento estratégico como proceso, plantea Vivas (2000), implica la aplicación consciente de
cuatro subprocesos de la gerencia estratégica, como son la planificación, la organización, la dirección y el
control.
El pensamiento estratégico como herramienta, según Vivas (2000), puede considerarse como el
mecanismo que define el punto por alcanzar y los caminos que deben seguirse para lograrlo de la mejor
manera posible. Esta es la parte más visible del pensamiento estratégico en una organización, ya que,
como herramienta, permite definir la misión, visión, filosofía, estrategia, políticas, objetivos y sistemas de
valores.
En relación con las estrategias existen prácticamente tantas definiciones como autores que han escrito
sobre ellas. Considerando todos los aspectos claves, se puede afirmar que la estrategia es la manera como
la empresa o institución consigue sus objetivos a partir de su misión y conforme con sus valores. Por
tanto, la estrategia uniría la base, formada por los valores y la misión, con el extremo superior, constituido
por los objetivos”. Nelson Labarca. Evolución del pensamiento estratégico en la formación de la
estrategia empresarial. Escuela de Economía. Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. Universidad
del Zulia. Venezuela.nelsonlabarca66@hotmail.com.Ve.scielo.org/scielo.php?
script=_arttext&pid=s101215872008000100004. Págs. 4, 9, 12, 13.
81
“Path dependence puede ser un término mañoso, sin un significado preciso, pero los mejores
académicos institucionalistas históricos refieren a la dinámica de los procesos de retroalimentación
positiva en un sistema político -lo que los economistas llaman procesos de ´rendimientos crecientes´-”.
Pierson, P. y Skocpol, T. (2008). Institucionalismo histórico en la Ciencia Política contemporánea. En
Revista Uruguaya de Ciencia Política, Volumen 17 No 1 Enero a Diciembre de 2008. Uruguay: Ediciones
Cauce. Pag. 13.
64
4. Imaginación estratégica, gobernanza multinivel, estrategias cooperativas y
producción de partenariados, redes de alianzas estratégicas, debate plural y
formación de consensos para la reforma del Sistema Judicial Boliviano.
5. Enfoque de la Reforma Judicial fundamentada en conjunciones no en
disyunciones.
6. Generar confianza en un proceso de reforma judicial estructural, con
rendimientos positivos y de largo plazo.
7. Diseñar un Programa de Reforma Judicial de largo plazo, con teoría crítica y
fundamentada e investigaciones basadas en datos y no en cálculos o rumores
políticos.
8. Implementación de políticas públicas para un proceso de reforma judicial real,
de corto, mediano y largo plazo.
9. Desarrollo de capacidades estatales para un efectivo sistema de división de
poderes y una justicia independiente y en interdependencias.
10. Desarrollo de políticas educativas para mejorar la formación del abogado,
educación ciudadana participativa, institucionalización de la capacitación en la
resolución cooperativa de conflictos (MASC) y, heurística para la cooperación
multiactor y mejora de la calidad de la justicia.
11. Acompañamiento de la cooperación internacional y de los organismos
internacionales para compartir experiencias comparadas de reforma judicial y
transmitir estándares internacionales para la independencia judicial.
12. Diseñar y promover sistemas de monitoreo de la reforma judicial, verificación y
control interinstitucional y ciudadano al sistema judicial, vinculados a las Cortes
Internacionales.
Las presiones de reforma son fuertes porque tarde o temprano grupos sub-representados
demandan un sistema judicial más justo y tienden a exigir un cambio radical. Cada vez
es más evidente la organización y la movilización en las calles de un poderoso
movimiento ciudadano de reforma de la justicia.
Ante las preocupantes amenazas de desdemocratización como efecto de una mala
justicia la UMSA y su Facultad de Derecho y Ciencias Políticas pueden contribuir con
dirección y guía académica e incentivar oportunidades para la reforma profunda de la
justicia
Todo resultado proveniente de una ruptura radical con el pasado o una preservación del
statu quo, es posible dependiendo de la correlación de fuerzas en pro y en contra del
cambio que se demanda de las instituciones de justicia. De nuevo, la UMSA y la
Facultad de Derecho y Ciencias Políticas pueden crear un ambiente favorable para una
ruptura significativa con el pasado.
Cada proceso de reforma tiene fortalezas y debilidades; a largo plazo, la legitimidad y
sobrevivencia de la reforma judicial depende de su mérito técnico, de la credibilidad de
los actores y del grado de efectividad para resolver los problemas que se le presenten.
Durante el curso de las negociaciones entre el gobierno y la oposición y, entre el Estado
y la sociedad, se negocia acerca de la naturaleza, secuencia y extensión de las reformas
jurídicas y, la aceptación de no instrumentalización del Órgano de Justicia por un
determinado periodo de tiempo.
65
II. LA JUSTICIA EN DATOS
66
En cuanto al Consejo de la Magistratura, un reciente estudio incluye 83 dos elementos
clave: 1. la ejecución de un estudio de línea base representativa a nivel departamental de
La Paz; y 2. el análisis final de un proyecto piloto con siete despachos judiciales dentro
del TDJ de La Paz. Ambos elementos fueron implementados simultáneamente durante
febrero de 2017 a enero de 2018.
El estudio ha revelado hallazgos claves sobre los casos de violencia sexual INNA
iniciados en el departamento de La Paz en los últimos 10 años (2007-2016):
1. Accesibilidad de Información: El 48% de cuadernos están perdidos y no se
encuentran en la oficina judicial respectiva.
2. Atención Especializada: En el 24% de los casos, se utiliza la Cámara Gessel para
tomar la declaración de la víctima.
3. Carga Laboral: Existe un incremento porcentual del 7,8% en el número total de
procesos iniciados en el sistema judicial durante los últimos 10 años.
4. Tiempos Muertos: El 29% de casos todavía siguen en la etapa preliminar, contando
solo con un inicio de investigación.
5. Cuellos de Botella: El 47% de los casos cuentan con rechazo.
6. Cuellos de Botella: El 14% de los casos llegan a la etapa preparatoria a través un
procedimiento común.
7. Cuellos de Botella: El 4% de casos llegan a juicio oral a través del procedimiento
común.
8. Acceso a la Justicia: El 2,5% de casos logran una sentencia a través del
procedimiento común.
9. Salidas Alternativas: El 4,5% de casos cuentan con un procedimiento abreviado. Los
hallazgos demuestran una tasa alarmantemente alta de casos de violencia sexual INNA
que nunca avanzan al juicio ni a una resolución final, si bien, se acumulan en las etapas
preliminares del proceso penal. Esta realidad está causando un camino prolongado a la
justicia para las familias; las autoridades que están con una carga de trabajo cada vez
mayor; y un sistema de justicia pública en alto riesgo de impunidad.
La falta de casos avanzando no se atribuye únicamente al poder judicial, el problema y
las posibles soluciones son multifacéticos e incluyen a todos los actores del sistema de
justicia, incluso la policía, los fiscales y las agencias de bienestar infantil.
En respuesta a los resultados de la investigación, esta publicación establece ciertas
recomendaciones al sistema de justicia boliviano, las mismas refieren los siguientes
puntos claves:
(a) desarrollo profesional de personal del sistema de justicia;
83
Consejo de la Magistratura. Misión Internacional de Justicia IJM. Estudio de Rendimiento del Sistema de Justicia de
Bolivia. La Paz, 2018.
67
(b) gerencia y administración de casos;
(c) constancia en la coordinación inter-institucional;
(d) monitoreo y evaluación de rendimiento de los juzgados y tribunales; y
(e) recursos. Con cada recomendación, la publicación ofrece ejemplos o “estudios de
casos” basados en las actividades realizadas con siete oficinas judiciales durante el
desarrollo de un proyecto piloto en 2017.
La Unidad de Enlace Administrativo y Financiero, es la Unidad operativa en lo que
concierne a la gestión administrativa y financiera, ejerciendo sus funciones dentro del
Tribunal Supremo de Justicia; siendo su objetivo principal, Administrar el presupuesto
asignado de forma efectiva, transparente y responsable, a través de los procedimientos
administrativos establecidos, con el fin de coadyuvar con el adecuado funcionamiento
de las distintas áreas organizacionales que componen el Tribunal Supremo de Justicia.
Las actividades de la gestión 2020, fueron desarrolladas en el marco de lo establecido
en el Programa de Operaciones Anual y ejecutadas a través de las distintas áreas que
componen el Enlace: Contabilidad, Presupuestos, Tesorería, Compras y Suministros,
Activos Fijos, Almacén, Habilitación, Asesoría Jurídica, Sistemas y Servicios
Generales.
• Ejecución presupuestaria 2020.Conforme al art. 7 de la Ley Nº 025, el Tribunal
Supremo de Justicia, tiene autonomía presupuestaria, en este marco, se informa que el
presupuesto asignado para la gestión 2020, asciende a Bs. 51.204.384,86.- (Cincuenta y
Un Millones Doscientos Cuatro Mil Trescientos Ochenta y Cuatro 86/100 Bolivianos),
habiendo realizado la evaluación correspondiente, la ejecución presupuestaria de la
gestión 2020, asciende a Bs. 41.260.991.94.- (Cuarenta y Un Millones Doscientos
Sesenta Mil Novecientos Uno 94/100 Bolivianos), equivalente al 81 % aprox. del
presupuesto asignado, situación que se refleja en los siguientes gráficos y cuadros:
68
Conforme al POA de la Unidad de Enlace, se cumplió un gran porcentaje de lo
programado para la gestión 2020, pero no se pudieron ejecutar varias actividades
programadas debido a la paralización de actividades laborales por la cuarentena rígida
de la COVID-1984.
PRESUPUESTOS 2021
• Ejecución presupuestariaConforme al Art. 7 de la Ley Nº 025, el Tribunal Supremo
de Justicia, tiene autonomía presupuestaria, en este marco, se informa que el
presupuesto ejecutado para la gestión 2021, asciende a Bs. 44.628.083,27 (Cuarenta y
cuatro millones seiscientos veintiocho mil ochenta y tres 27/100 Bolivianos),
equivalente al 73,63 % aproximadamente del presupuesto asignado hasta el 31 de
diciembre del 2021.
El presupuesto esta estructurado por dos fuentes de financiamiento: Fuente 20 Recursos
Específicos con Bs. 49.308.751,71 y Fuente 41 Transferencia TGN con Bs.
11.302.680,26.
Situación que se refleja en los siguientes gráficos y cuadros:
84
Fuente: Rendición Pública de Cuentas 2020, página 157.
69
Cabe hacer notar que, el Tribunal Supremo de Justicia al constituirse una entidad
prestadora de servicios, tiene el mayor porcentaje de presupuesto asignado al Grupo de
Gasto “Servicios Personales”, cuya ejecución presupuestaria para la gestión 2020
ascendió al 81% y para el 2021 al 73% respectivamente. Mencionar también que el
Tribunal Supremo de Justicia administra el presupuesto para el pago de Sueldos y
Salarios del Personal Eventual de las Plataformas de Atención al Público de los
Distritos a Nivel Nacional, así como las oficinas Gestoras en los nueve distritos del país,
cuya ejecución no alcanzó el porcentaje asignado, esto debido a un refuerzo
presupuestario realizado en septiembre de manera extemporánea toda vez que los
contratos ya estaban vigentes hasta fin de año, situación que afectó también a la
ejecución general de este grupo de gasto 10000 Servicios Personales.
2.2.2 Necesidad de contar con un Manual de Organización y Funciones del Órgano
Judicial (MOF).
La inexistencia de un Manual de Organización y Funciones del Órgano Judicial, tal
como establece el Sistema de Organización Administrativa (SOA) de la Ley 1178 de
Administración Financiera y Control Gubernamental, actualmente vigente, es uno de los
principales factores que dificulta el adecuado funcionamiento del Órgano Judicial.
Hoy en día, se hace mucho más necesario tener este tipo de instrumentos, no solo
porque todas las certificaciones de calidad (ISO, OHSAS, entre otras) lo requieran, sino
porque su uso interno y cotidiano minimiza los conflictos de áreas, marca
responsabilidades, divide el trabajo y fomenta el orden, etc.
70
En realidad, es necesario que cada una de las instituciones que componen el Órgano
Judicial, tengan un Manual de Organización y Funciones (MOF). Así, quedará claro
cuáles son las instituciones encargadas de administrar justicia y cuáles encargadas de
administrar los insumos y recursos que se requieren para administrar justicia. Por ello,
es imprescindible separar funciones. La correcta asignación de funciones debe ser la que
establezca responsabilidades. No puede ser que el Tribunal Supremo de Justicia siga
pretendiendo administrar recursos económicos del Órgano Judicial. No fue diseñada
para eso, ni en su estructura original como Corte Suprema de Justicia, al inicio de la
República en 1825, ni lo es hoy, con la nueva Constitución Política del Estado. Debe de
una vez delimitarse estas funciones y dejarlas en manos del Consejo de la Magistratura.
En varios países, el Consejo de la Magistratura está compuesto en 50% por abogados y
50% por administradores, porque ésa es su función: administrativa. Esto debe
comprenderse de una vez, porque de lo contrario se seguirá teniendo feudos
institucionales dentro del Órgano Judicial que impidan la correcta administración de
justicia.
Ahora bien, la Universidad boliviana ha creado una carrera que en algunas
universidades como la UMSA es Ciencia Política y Gestión Pública, que, de manera
especializada, se encarga de este tema propio de la administración pública. Esto bien
podría reflejarse en los requisitos para los Consejeros de la Magistratura.
2.3.3 El cuestionable desempeño de La Defensa Pública
El Servicio Plurinacional de Defensa Pública, depende del Ministerio de Justicia. Y pese
a que actúa a demanda de los interesados, es evidente que la influencia del Ministerio de
Justicia y a través de éste, del Órgano Ejecutivo en el Órgano Judicial, se expresa en el
tipo de defensas, que asume la Defensa Pública.
Extrañamente no hay un solo caso registrado, en el que un encausado por razones de
orden público, ligado a la oposición política del país, hubiera recibido atención del
Servicio Plurinacional de Defensa Pública.
Los casos atendidos desde la gestión 2011, son los siguientes:
71
BENI 1018 829 875 473 962 889 1029 450 255 433 886
1774 714 1049 1082 1387 1305 1208 1239 1060 945 1692
TOTAL 5 7 5 3 3 0 9 0 3 5 5
Fuente: Ministerio de Justicia. Servicio Plurinacional de Defensa Pública
El Servicio Plurinacional de Defensa Pública, presentó Incidentes de Extinción de la
Acción Penal por duración máxima del proceso. Excepciones. Prescripción Actividad
Procesal Defectuosa (Aprehensión legal, Nulidad de Notificación, etc.).
En cuanto a la información administrativa, la misma muestra la estructura del Servicio
Plurinacional de Defensa Pública. La cantidad de defensores por departamento.
INFORMACION ADMINISTRATIVA
Número de defensores públicos por distrito judicial
ASIENTOS JUDICIALES
PERSON
DEPARTAMENTO AL CARGO
14 DEFENSORES
LA PAZ 16 PÚBLICOS
2 DEFENSORES
AUXILIARES
DEFENSORES
SANTA CRUZ 12 PÚBLICOS
DEFENSORES
COCHABAMBA 9 PÚBLICOS
DEFENSORES
POTOSI 3 PÚBLICOS
DEFENSORES
CHUQUISACA 3 PÚBLICOS
DEFENSORES
ORURO 4 PÚBLICOS
DEFENSORES
TARIJA 2 PÚBLICOS
DEFENSORES
BENI 3 PÚBLICOS
1 DEFENSOR
PANDO 2 PÚBLICO
1 DEFENSOR
AUXILIAR
51 Defensores
9 DIRECCIONES 54 Públicos y 3
DEPARTAMENTA Defensores
LES Auxiliares
Fuente: Ministerio de Justicia. Servicio Plurinacional de Defensa
Pública
En cuanto a la información económica financiera del Servicio Plurinacional de Defensa
Pública, la misma muestra en el Presupuesto programado de la Defensoría Pública 2021,
Presupuesto Ejecutado y Ejecución presupuestaria del mismo año, los siguientes datos:
72
INFORMACION ECONÓMICA
FINANCIERA
Presupuesto Programado
Presupuesto Ejecutado
Ejecución Presupuestaria
GESTIÓ PRESUPUES
N PRESUPUESTO TO EJECUCIÒN
PRESUPUESTA
PROGRAMADO EJECUTADO RIA %
2016 8.928.712,00 8.843.946,16 99,05
2017 9.492.575,00 9.175.244,46 96,66
2018 11.448.993,00 10.516.882,96 91,86
2019 11.889.111,00 11.663.193,80 98,10
2020 12.223.818,00 11.484.986,38 93,96
2021 10.901.611,00 10.475.449,86 96,09
Fuente: Ministerio de Justicia. Servicio Plurinacional de Defensa Pública
En cuanto a los datos del número de Defensores Públicos procesados por faltas
disciplinarias por materia y por distrito, para las gestiones 2011 – 2021, son los
siguientes:
Numero de Defensores Públicos procesados por faltas disciplinarias por materia y por
distrito
2011 - 2021
Gestión 2011 - 2014 no se tiene registro
Gestión 2015
Número de Defensores Materia
y Distrito
3 (2 de La Paz y 1 de Pando) Los 3 por inoportuna presentación
de Declaración Jurada de Bienes y Rentas
Gestión 2017
Número de Defensores Materia
y Distrito
3 (2 de Cochabamba y 1 de Tarija ) Los 3 por inoportuna presentación
de Declaración Jurada de Bienes y Rentas
Gestión 2018
Número de Defensores Materia
y Distrito
3 (Los 3 de La Paz) Falta leve disciplinario Operativo
73
Gestión 2020
Número de Defensores Materia
y Distrito
1 (Tarija) Por inoportuna presentación
de Declaración Jurada de Bienes y Rentas
Gestión 2021
Número de Defensores Materia
y Distrito
1 (Beni) Por Inoportuna presentación de Descargo
de Fondos en Avance
1 Cochabamba Por inoportuna presentación
1 La Paz de Declaración Jurada de Bienes y Rentas
Número de Defensores Públicos suspendidos por materia y por distrito 2011 - 2021
74
generándose de esa manera un 167% de gente que vive en situación de hacinamiento,
dato al 16 de febrero de 2021.
Según datos de la Dirección de Régimen Penitenciario, a septiembre de 2021, los
privados de libertad en Bolivia sumaban 18.408, de los cuales el 82 por ciento se
encuentra en el área urbana, mientras que el 3 por ciento está en el área rural, datos al 8
de noviembre de 2021.
El director general de Régimen Penitenciario, Juan Carlos Limpias, hizo conocer los
compromisos asumidos por esta entidad en el marco de la Audiencia Pública de
Rendición de Cuentas Gestión 2021 del Ministerio de Gobierno.
La autoridad en su intervención hizo conocer un primer compromiso que se basa en la
implementación del Sistema de Información de Régimen Penitenciario (SIREP), el cual
tendrá la cualidad de ser interconectado, y con interoperabilidad, con otros sistemas.
“El resultado que pretendemos alcanzar es llegar a 25 centros penitenciarios con la
implementación del SIREP con el objetivo de modernizar y entrar en la era de la
digitalización de la información pronta y oportuna”, afirmó Limpias resaltando que este
sistema permitirá agilizar los casos procesales.
75
La información presupuestaria judicial es muy confusa y difícil de obtener. Los datos
del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas no coinciden con los que maneja el
Consejo de la Magistratura. El hecho de que exista una Gerencia Administrativa que
está en términos organizacionales entre el Consejo de la Magistratura y el Tribunal
Supremo de Justicia, no contribuye a esclarecer la información, al contrario, la enturbia
más.
Con todo ello, según la información secundaria disponible depurada o procesada por
organizaciones que trabajan en el tema, como la Fundación Construir, pudimos arribar a
algunos puertos en cuanto a información más o menos clarificada. En la gestión 2018 el
presupuesto general consolidado del Estado fue de Bs. 284.436.757.128,0082 y de ese
monto el presupuesto destinado a justicia fue de Bs. 1.322.737.268,00, que en
porcentaje representa el 0,47%.
Para la gestión 2019, del presupuesto general consolidado del Estado de
Bs.286.277.622,49283 solamente el 0,49% fue destinado al sector justicia, es decir
solamente 2 décimas más que en la anterior gestión, se debe hacer notar que dentro de
este porcentaje están incluidos la totalidad de las entidades del Órgano Judicial, el
Ministerio Público, SEPDEP, Tribunal Constitucional Plurinacional, SEPDAVI,
Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional y la Escuela de Jueces del Estado.
Asimismo, para la gestión 2020, el presupuesto general del Estado fue de Bs
282.237.479,36884 y el presupuesto asignado para el sector justicia fue del 0,52% (3
décimas más que el año anterior), evidenciando de esta manera que no existe voluntad
política para asignar al sector justicia recursos suficientes para satisfacer la demanda de
justicia y llevar adelante la reforma integral del sistema pendiente en el país desde hace
varios años.
Sea 0,47%, 0,49% o 0,52%, son montos que, en términos de presupuesto, muestran que
el sistema judicial es una de las últimas prioridades del Estado boliviano.
Debe entenderse que la justicia expresa la soberanía de una nación, la capacidad de un
Estado de generar sus propias normas, leyes, y de hacerlas cumplir. Esto es lo que no se
patentiza en el caso del presupuesto judicial, con las consecuencias del bajo desempeño
del Órgano Judicial y de las entidades relacionadas al mismo, en el caso boliviano.
La asignación presupuestaria es la viva expresión cuantitativa de la prioridad que
establece un Estado en sus distintas políticas públicas. El Sistema Judicial debe
entenderse como un servicio público, y como tal, debe tener una asignación
presupuestaria acorde a su importancia, relevancia y proyección pública.
La generación de valor público de un servicio, para que se traduzca en un bien público
aceptado por la ciudadanía, debe correlacionarse con los recursos que se han puesto a su
disposición para cumplir con altos estándares de calidad sus obligaciones, cobertura e
incidencia política. Nos referimos obviamente, a incidencia en política pública.
Un cuadro que demuestra que el presupuesto asignado al Órgano Judicial como poder
del Estado ha sido menor al 0,4% es el siguiente:
76
Cuadro No. 1
PRESUPUESTO DEL SECTOR JUSTICIA
2018-2020
Institución 2018 2019 2020
77
Fuente: Fundación CONSTRUIR con datos obtenidos del Ministerio de
Economía y Finanzas Públicas.
En este cuadro se puede comprobar que los recursos específicos son los más
importantes en el presupuesto del Consejo de la Magistratura, con amplia diferencia.
Los aportes del TGN no son significativos.
Cuadro No. 3
Presupuesto del sector Justicia gestiones 2020-2021, por institución en Bs.
Institución 2020 2021 Reducción en Porcentaje
Bs. de reducción
Órgano 1.028.774.660 959.998.954 68.775.706 -7%
Judicial
Fiscalía 254.807.435 224.576.363 30.231.072 -12%
General
SEPDEP 12.223.818 10.901.611 1.322.207 -11%
Tribunal 78.218.218 73.093.452 4.224.766 -5%
Constitucional
Plurinacional
SEPDAVI 5.812.978 5.159.743 653.235 -11%
Ministerio de 66.393.701 64.869.883 1.523.818 -2%
Justicia
Escuela de 7.734.391 7.436.106 298.285 -4%
Jueces del
Estado
TOTAL, 1.453.965.201 1.346.936.112 107.029.089 -7%
SECTOR
JUSTICIA
Fuente: Fundación CONSTRUIR con datos obtenidos del Ministerio de Economía y
Finanzas Públicas.
Con esta información queda patentizada la situación de ralentización del presupuesto
judicial. En promedio se redujo, entre el 2020 y el 2021 en 7%. Pero, además, se
evidencia que es el Ministerio de Justicia, que es parte de la estructura del Órgano
Ejecutivo, el único que redujo su presupuesto sólo en 2%.
Si bien es cierto que, por la situación de la pandemia se debía privilegiar al sector salud,
también es evidente que otros sectores como defensa y seguridad interna (FFAA y
Policía) mantuvieron e incluso elevaron sus presupuestos en este período.
Esto es, simplemente, una muestra más, de la poca importancia que el Órgano Ejecutivo
y el Órgano Legislativo, le dan al tema de justicia. El Ejecutivo propone al Legislativo
el Presupuesto General del Estado, y éste lo aprueba.
El Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional en su Informe de Rendición de
Cuentas Final de la Gestión 2019, que se encuentra dividido en dos secciones, la
primera que va desde el 01 de enero al 13 de noviembre de 2019, y la segunda, posterior
a la sucesión constitucional del 14 de noviembre al 31 de diciembre de 2019, especifica
el total del presupuesto ejecutado la gestión 2019, denotando también importantes
reducciones, de casi un 10%.
78
El presupuesto programado del Ministerio de Justicia del 2019 es de Bs. 76.532.178 y el
ejecutado de Bs. 69.743.637 con una ejecución presupuestaria de 91,13%.
2.2.3 Recursos propios
En cuanto a los recursos propios que genera el Órgano Judicial, desde que han quedado
abolidos los recursos que captaba por concepto de venta de papel sellado y valores o
timbres, se han reducido de la siguiente manera:
Cuadro No. 4
PODER JUDICAL. RECURSOS PROPIOS 2001-2003 (Miles de Bs.)
Concepto 2001 2002 2003
Tasas 89.503,6 96.386,6 97.158,1
1. DDRR 58.157,5 62.683,3 65.193,8
2. Valores 31.346,1 33.723,3 31.964,3
judiciales
Depósitos judiciales 1.463,2 146,8 29.313,3
Multas 391,5 566,5 539,7
Otros 13.426,9 9.574,0 8.391,8
Crédito externo 3.468,6 1.519
TOTAL 104.785,2 110.142,8 128.921,9
Fuente: Consejo de la Judicatura. Elaboración de Carlos Börht. Reingeniería
Constitucional en Bolivia. Fundemos, Fundación Hans Seidel. Corte Suprema de
Justicia. La Paz, 2004. Pag. 152.
Queda claro que Derechos Reales representaba más del 50% de las recaudaciones de
tasas, el 2001 y 2002, y un poco menos de 50% el 2003. Los valores judiciales
representaban un tercio de las recaudaciones de tasas las tres gestiones analizadas. Los
depósitos judiciales crecieron descomunalmente el 2003. Pero éstos no son ingresos
brutos, ya que son susceptibles de devolución una vez que se establezca sentencia
judicial. Las multas no son significativas. En Otros se consignan intereses por pagos no
realizados al Órgano Judicial puntualmente, o sanciones pecuniarias que se establecen
en sentencias y fuera de ellas, entre otros. Son relevantes relativamente. El crédito
externo es bastante bajo.
Esta situación ha variado bastante, en relación al peso de Derechos Reales, que al haber
bajado el aporte de los valores judiciales a sus ingresos, se ha visto incrementado
porcentualmente a más del 66% en algunas gestiones, rondando los dos tercios hoy en
día y haciendo al Órgano Judicial cada vez más dependiente de los recursos que
provienen del TGN. Se puede decir que ambas fuentes son las más relevantes en el
presupuesto judicial: Derechos Reales y TGN.
Existe la pretensión del Órgano Ejecutivo que Derechos Reales y sus aportes pasen a
depender del Órgano Ejecutivo. Esto haría que el Órgano Judicial sea totalmente
dependiente de los recursos que perciba del TGN. Existe en materia de registro de
propiedad inmueble cuatro bases de datos que deben ser coincidentes: Derechos Reales,
que es el registro de propiedad del inmueble (sea casa o terreno), no del propietario, ya
que el mismo puede cambiar; Catastro que es la ubicación del inmueble en relación a la
planificación territorial municipal y que lo llevan los Gobiernos Autónomos
Municipales (GAMs) y está entre sus competencias; Plan de Uso del Suelo (PLUS), del
79
Ordenamiento Territorial, que está en el Plan Territorial de Desarrollo Integral (PTDI)
del Sistema de Planificación Integral del Estado (SPIE) normado en la Ley 777, que
establece el uso económico del predio o del inmueble, en términos de planificación del
desarrollo y que lleva el Ministerio de Planificación; y el Registro de compra venta de
inmuebles de las Notarías de Fe Pública. En resumen, esto se expresa así:
Cuadro No. 5
Bases de datos de la Propiedad Inmueble
Objeto de Registro Instrumento de Entidad Destinatario de la
Registro Responsable Recaudación
Propiedad del Carpeta de Derechos Reales/ Órgano Judicial
Inmueble Derechos Reales Órgano Judicial
Catastro del Plano Catastral Gobierno Gobierno
Inmueble Autónomo Autónomo
Municipal Municipal
Planificación del Plan de Uso del Ministerio de No hay
Desarrollo Suelo/PLUS Planificación recaudación
Plan Territorial de
Desarrollo
Integral/PTDI
Registro de compra Inscripción de Notaria de Fe Órgano Ejecutivo
venta de inmuebles Propietario del Pública Notaria de Fe
inmueble Pública
Fuente: Elaboración propia
° En realidad son recursos que luego el Órgano Ejecutivo destina al mantenimiento de
las propias Notarias de Fe Pública
Queda claro que los recursos de Derechos Reales son propiedad el Órgano Judicial y así
deben consolidarse.
Idealmente debería tenerse perfecta sincronía entre estas cuatro bases de datos. Los
países emiten una Ley de Delimitaciones Territoriales, en las que van todos los límites
interdepartamentales e intermunicipales. Ley de Unidades Político Administrativa
(UPAs), en la que se determina el procedimiento para que una unidad territorial pase de
una categoría a otra o se creen nuevas unidades territoriales como ser departamentos o
municipios.
Una Ley de Derechos Reales, donde se registra el inmueble, no el individuo, como base
de la información, ya que el propietario es el que cambia, no el inmueble. Ley del
Notariado, que debe incorporar la prerrogativa y competencia de registro de los cambios
de propietario de los inmuebles. Ley Municipal de catastro, que establece el
procedimiento del catastro de los inmuebles. Ley de Ordenamiento Territorial, que
establece los procedimientos y mecanismo del Plan de Uso del Suelo. Finalmente, Ley
de Planificación, que en el caso de Bolivia sería la Ley 777 del Sistema de Planificación
Integral del Estado (SPIE).
En Bolivia la Ley de Delimitaciones Territoriales es la que establece el procedimiento
de creación de unidades territoriales, así como de cambio de categoría de uno o más de
una de las mismas. Esto, como se ha visto es una Ley de Unidades Político
Administrativa (UPAs), en las legislaciones comparadas de América Latina.
80
Por su parte, los recursos de Depósitos Judiciales, al no ser recursos propios del Órgano
Judicial, ya que son susceptibles de devolución, deben seguir el mismo procedimiento
que tienen en otros países de América Latina como Chile, Ecuador y otros. Se depositan
en el Banco Central de Bolivia en un tipo de Valor o Titulo y ganan un porcentaje del
6% como los valores de deuda del Estado. Alcanzan a fluctuar en alrededor a $us 1 a
1,5 millones anuales, por lo que este monto que puede llegar a rondar los $us 100.000
será un ingreso seguro y permanente para el Órgano Judicial, además de ser recursos
propios. Se puede hacer una reserva del 1 al 5% para eventuales devoluciones, con lo
que se preserva la fe del Estado en cuanto a su capacidad de devolver estos recursos,
que en realidad están en custodia y no como ahora, que se manejaban en cuentas
corrientes bancarias particulares de los jueces, en una caja fuerte en los juzgados e
inclusive en el escritorio del juez. Siendo que se utilizaron para fines privados,
existiendo a la fecha un barrio, el Barrio Judicial de Trinidad, construido íntegramente
con recursos proveniente de depósitos judiciales. Si bien se ha normado esta situación, y
actualmente se depositan en el Banco Unión, como banco mayoritariamente estatal,
siguen teniendo flexibilidades administrativas de manejo, que no resguardan estos
recursos y que no rinden al Órgano Judicial, lo que pudieran rendir, si se aplica el
mecanismo propuesto.
2.2.2 Los costos de la justicia
Para hacer un cálculo del costo del sistema judicial en Bolivia, debemos empezar por
calcular la carga procesal, para establecer los costos que un proceso judicial representa
en promedio, tanto para el Estado, como para el litigante. El segundo dato es más difícil
de obtener, porque varían de caso a caso, y de materia, a materia.
Cuadro No. 6
Carga procesal
Años Carga procesal
2017 7.900
2018 11.490
2019 11.577
Fuente: Órgano Judicial
Otro dato de la Plataforma Ciudadana por el Acceso a la Justicia y los Derechos
Humanos con base en información entregada por el SEPDEP, señala que la cantidad de
causas atendidas el 2019 fue de 10.699, que difiere de las 11.577 que registran las
memorias del Órgano Judicial. La cantidad de causas con detenido el 2019 fue de 4.311,
y la cantidad de causas atendidas el 2019, sin detenido fue de 4.253
Existe otra diferenciación que es entre causas judiciales y causas policiales. Los casos
judiciales el 2019 fueron 8.564 y los casos policiales el 2019 fueron 2.135.
Existe una situación de alta provisionalidad en la nominación y ejercicio de los jueces
en la atención de los casos judiciales y también los policiales.
Esta situación de provisionalidad, fue expuesta ante la CIDH por la Plataforma por el
Acceso a la Justicia y los Derechos Humanos en octubre de 2018 en ocasión de una
audiencia temática.
81
En esa oportunidad por el informe brindado por el Estado, se pudo conocer de manera
oficial que, de los 118 Vocales, 1039 jueces/as ordinarios/as y 63 jueces/as
agroambientales, solamente 223 eran considerados jueces/as de carrera; por lo que la
CIDH recomendó al Estado boliviano terminar en el corto plazo con esta situación.
El Estado argumentó que, precisamente en el mes de septiembre de 2018, el Ministerio
de Justicia y Transparencia Institucional había elaborado el Reglamento de la Carrera
Judicial que fue aprobado por el Consejo de la Magistratura, tal afirmación, por sí
misma, es una muestra clara de la intromisión del Órgano Ejecutivo en el Judicial.
Posteriormente, en el marco de lo previsto por Reglamento de la Carrera Judicial, se
convocó de manera pública a presentarse al cargo de juez o jueza para ingresar a la
Carrera Judicial bajo la modalidad de Convocatoria Pública, habiéndose posesionado en
el mes de noviembre de 2018, a 66 jueces ordinarios y 12 jueces agroambientales.
Respecto a la gestión 2019, no existe información oficial que establezca el número
exacto de vocales, jueces y juezas designados. En medios de comunicación escrita que
recogen las declaraciones del Presidente del Consejo de la Magistratura, se informó que
en la gestión 2019, mediante Convocatoria Pública se habrían designado a 192 nuevos
jueces/as, si tomamos este dato como cierto, la cantidad de jueces y juezas de carrera a
la fecha sería de 493.
Se debe hacer notar que pese a que el Consejo de la Magistratura estableció que para la
designación de las y los jueces mediante Convocatoria Pública se respetaría las
calificaciones más altas, esto no ocurrió, dándose varias denuncias de corrupción al
momento de la designación de jueces y juezas, situación por la cual un grupo de
diputados formalizó una de petición de juicio de responsabilidades contra los
Consejeros de la Magistratura, a quienes acusan de irregularidades en la selección de
más de 160 jueces a nivel nacional; por esta denuncia, actualmente estas autoridades
están siendo procesados por la Asamblea Legislativa Plurinacional.
En cuanto a la designación de Vocales Constitucionales, es importante recordar que el
27 de septiembre de 2018, se promulgo la Ley No 1104, que determinaba la creación de
22 Salas Constitucionales en todo el país, compuestas por 2 vocales cada una
seleccionados por el Consejo de la Magistratura con la participación conjunta en la
elección del Tribunal Constitucional Plurinacional y el Tribunal Supremo de Justicia, se
preveía que el Sistema de la Universidad Boliviana sería parte del proceso de selección.
El 13 de febrero de 2019, en sesión conjunta entre los magistrados del Tribunal
Constitucional Plurinacional y Tribunal Supremo de Justicia, se logró seleccionar
solamente 30 vocales constitucionales de los 44 previstos.
En el acto público de posesión de los 30 vocales constitucionales, no se explicaron las
razones por las que no se logró cubrir los 44 cargos, señalándose que posteriormente se
convocaría públicamente a estos cargos. Finalmente, el 27 de noviembre de 2019, se
designaron a los 14 Vocales Constitucionales faltantes y personal de apoyo.
En 22 salas, se designaron 44 Vocales, con 22 Secretarios, 44 auxiliares, 22 Oficiales de
Diligencias, 22 Choferes para un total de 154 Ítems o puestos judiciales.
82
Sobre la estructura del Sistema de Carrera, la citada Ley, establece en su art. 216.I que
éste comprende los subsistemas de ingreso, evaluación y permanencia, capacitación,
formación y cesación de funciones.
Con referencia a las facultades para regular y administrar la carrera judicial, en el marco
de lo previsto en texto constitucional, se instituye al Consejo de la Magistratura como el
órgano competente para resguardar la carrera judicial en nuestro país.
Pese al marco normativo que desde 2010 regula la Carrera Judicial en Bolivia, recién el
mes de septiembre de 2018, se hizo público el Reglamento de la Carrera Judicial, en el
que no ha tenido ninguna participación la sociedad civil.
Dicho Reglamento básicamente no contiene normas que difieran sustancialmente del
Reglamento de la Carrera Judicial que regulaba las funciones del extinto Instituto de la
Judicatura, pues se siguen manteniendo dos modalidades de ingreso a la Carrera
Judicial, la primera mediante la aprobación del Curso de Formación en la Escuela de
Jueces del Estado y la segunda mediante Convocatoria Pública.
Cabe mencionar que las únicas normas del citado Reglamento que otorgan un espacio
de participación en los procesos de calificación de las y los postulantes a jueces y
juezas, a un sector externo al Estado, son los arts. 18 y 31 que establecen que los
representantes del Sistema Universitario Nacional podrán participar en las Comisiones
Calificadoras Nacional y Departamentales y el art. 32.III que establece al Sistema
Universitario como encargado de preparar la batería de preguntas con la que se evaluará
a las y los postulantes.
A pesar de lo indicado, ninguno de estos sectores ha sido convocado a participar en la
reglamentación de la Carrera Judicial en Bolivia.
En este punto es importante señalar que no existe información oficial del número de
jueces o juezas destituidos en la gestión 2019, así como tampoco datos sobre los
procesos disciplinarios iniciados y concluidos contra operadores judiciales por parte del
Consejo de la Magistratura85.
En ese orden, la destitución de las y los jueces bolivianos no encuentra ningún sustento
jurídico, constitucional o convencional, pues el principio de independencia judicial ha
sido reconocido como costumbre internacional y principio general del derecho por el
Sistema de Naciones Unidas, por lo mismo se encuentra consagrado en múltiples
instrumentos de la comunidad.
Las críticas a la designación de jueces en gran parte se basaron en serias deficiencias en
relación a las herramientas objetivas de identificación y la valoración de méritos y
capacidades de las y los postulantes.
Por ejemplo, se observó la poca puntuación objetiva que el Reglamento otorga a la
formación académica, si se compara con la puntuación que puede obtenerse a través del
mecanismo de la entrevista, en la que existe un mayor margen de discrecionalidad para
asignar los puntajes, además de poco control y participación ciudadana, si se tiene en
85
En otro acápite se incluye y comenta información no oficial al respecto.
83
cuenta que la citada entrevista es competencia exclusiva de la Comisión Mixta de
Diputados y Senadores86.
Así, el puntaje obtenido en la entrevista, tiene mayor peso relativo que la calificación
objetiva de méritos académica y profesional.
Con referencia a la participación de la sociedad civil organizada en el proceso de
selección del Fiscal General, se debe señalar que la denominada Iniciativa Ciudadana de
Monitoreo a la Justicia conformada por diversos sectores de la sociedad civil, el 30 de
julio de 2018, sostuvo una reunión con la entonces Presidenta de la Cámara de
Diputados Gabriela Montaño, para hacerle conocer que tenía interés en participar en
este proceso de selección, amparada en el principio de publicidad establecido en el
Reglamento del Proceso de Selección y Designación de la Fiscal o el Fiscal General del
Estado, la Constitución Política del Estado y la Ley N° 341 de Participación y Control
Social y con miras a la publicación de boletines informativos sobre el proceso
eleccionario, con la finalidad de contribuir a que la ciudadanía esté informada sobre las
propuestas de las y los postulantes.
Fue en ese marco que el 10 de octubre de 2018 fue elegido el Fiscal General del Estado
habiendo obtenido 116 votos de un total de 152 de la Asamblea Legislativa. Dicha
elección mereció fuertes críticas por parte de organizaciones políticas y civiles de la
sociedad al considerar que tenía vínculos públicos con el partido gobernante.
Al respecto es importante señalar que la CIDH, ha resaltado la necesidad de que la
elección de este importante funcionario se adecue a los estándares internacionales.
Del mismo modo, el Relator Especial de Naciones Unidas sobre Independencia de
Magistrados y Abogados, ha establecido que la participación de la sociedad civil no
puede excluirse en este tipo de elecciones, más aún si se trata del más alto funcionario
encargado de la persecución de los delitos, de quien depende en ultimo termino, la
satisfacción del derecho de acceso a la justicia de todas las víctimas, y el respeto de las
garantías procesales básicas de los acusados.
Además, en diversas audiencias públicas, la CIDH ha resaltado la importancia de que
este órgano clave para la lucha contra la impunidad en diversos países de la región,
mantenga su autonomía del poder político, lo que precisamente requiere que el
mecanismo de selección cuente con garantías y salvaguardas reforzadas en materia de
transparencia, publicidad, identificación de los méritos, participación de la ciudadanía y
respeto del principio de igualdad y no discriminación (SE REPITE EN LA PRIMERA
PARTE HECHA POR MARCO SAAVEDRA REFERIDO A LA FUNDACION
CONSTRUIR).
Situación del Ministerio Público en Bolivia
Durante la gestión 2018, no existía información pública respecto al personal del
Ministerio Público, únicamente las declaraciones del anterior Fiscal General del Estado,
Ramiro Guerrero a medios de comunicación, en las que refirió que en la gestión 2017 el
86
Corte IDH. Caso Apitz Barbera y otros (“Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”) Vs. Venezuela.
Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de agosto de 2008, párr. 199.
84
Ministerio Público contaba con 508 fiscales; de igual forma, tampoco se contaba con
información pública respecto a las alarmantes denuncias de corrupción contra sus
miembros, sin embargo los medios de prensa reflejaban que alrededor de 87 fiscales
fueron destituidos de sus funciones entre enero de 2015 a junio de 2016, que solamente
en el transcurso de enero a junio de 2017 se destituyó a 28 fiscales, y entre enero a
septiembre de 2018, 60 fiscales, también fueron destituidos por presuntos hechos
corrupción.
Se observa que el grave problema de falta de institucionalidad y corrupción del
Ministerio Público fue reconocido incluso por los miembros del anterior Órgano
Ejecutivo boliviano, quienes en diversas declaraciones a medios de comunicación
señalaron que esta situación se revertiría con la designación del Fiscal General del
Estado y los nueve fiscales departamentales.
Cuadro No. 7
NÚMERO DE CASOS ATENDIDOS EN FISCALÍAS DEPARTAMENTALES
2019
Casos Número de Casos
Casos 2018 y Anteriores 245.271
Casos Ingresados 2019 130.910
Total Casos 376.181
Casos Resueltos 2019 121.902
Carga Activa 2020 254.279
Fuente: Plataforma Ciudadana por el Acceso a la Justicia y los Derechos
Humanos, con información del Informe Rendición Pública de Cuentas Final
2019 Inicial 2020, Fiscalía General del Estado.
De esta forma, el Ministerio Público durante la gestión 2019 habría contado con un total
de 376.181 casos, de los cuales 121.902 fueron resueltos, iniciándose la gestión 2020
con 254.279 casos. El Informe incide en el hecho de que de acuerdo a los datos del eje
central del país (La Paz, Santa Cruz y Cochabamba) se evidencia una saturación del
sistema penal por cuanto 290.343 casos son asignados a 308 fiscales, teniendo cada
fiscal un promedio de 943 casos al año. No existen datos de los otros departamentos del
país.
En cuanto al régimen disciplinario del Ministerio Público, el Informe señala que en la
gestión 2019, se procesaron a nivel nacional un total de 795 denuncias, de las cuales
221 corresponden a la carga remanente y 574 denuncias ingresadas en la gestión 2019,
de las cuales 605 fueron concluidas y están pendientes de resolución 190. Agregando
que, de las denuncias concluidas 98 fueron sujetas de procesos disciplinarios habiéndose
destituido a 43 fiscales y multado a 55.
También se hace referencia a que en la gestión 2019 se trabajó en el nuevo Reglamento
de Régimen Disciplinario, fijando como fecha de vigencia el mes de marzo de 2020, sin
embargo, en la página web de la Fiscalía no existe el citado documento reglamentario.
85
El Informe no consigna el número de fiscales existentes en la actualidad en Bolivia, así
como tampoco establece cuántos de estos son fiscales de carrera; únicamente hace
mención al hecho de que la gestión 2019 se incorporaron a 122 personas a la estructura
del Ministerio Público para cumplir con las necesidades establecidas en la Ley 1173, de
estas 122 personas, 55 son fiscales, no se sabe tampoco, si estos 55 fiscales forman parte
de la Carrera Fiscal.
Con referencia a la capacitación y formación de miembros del Ministerio Público, se
solicitó información respecto a la Escuela de Fiscales, empero la nota de petición fue
rechazada por el titular de esa repartición bajo el argumento de que no podía dar ningún
tipo de información sin la autorización del Fiscal General.
Digitalización de la justicia
La Fiscalía General del Estado atendió el 2020, una cantidad de 125.156 causas en el
Sistema de Portafolio Digital.
El TGN dedica el 96,66% de los recursos para estas atenciones, 1,56% recursos
específicos y 1,77% de la cooperación internacional.
Esto implica que, a la fecha, este método de atención de causas judiciales no significa
ningún peso al presupuesto judicial. Sin embargo, el avance sigue siendo lento. El
Expediente Electrónico, la Firma Electrónica, los Sistemas de Seguimiento de Causas,
para evitar la retardación de justicia, siguen siendo experimentales, más que una
realidad cotidiana.
Se debe impulsar los mismos, y los costos como se puede advertir son mínimos, además
de que ayudan a reducir la corrupción y mejorar la transparencia en la justicia.
86
• Se atendieron a 12.633 personas denunciadas, imputadas o procesadas
penalmente, brindando
asesoramiento técnico y legal.
• Se emitieron 70 acciones de libertad y 51 sentencias absolutorias
• Se lograron 108 amnistías y 172 indultos
• Se realizaron 179 conciliaciones y se propiciaron 1.791 salidas alternativa
Se atendieron 10.699 casos, de los cuales un 22% en La Paz, 15% en Santa Cruz y
Cochabamba y 12% en Chuquisaca y un 10% en Potosí y Tarija. Un 50,34% detenidos
y un 49,66% sin detención. Un 80% casos judiciales y un 20% casos policiales. Se
cubrió 42 municipios de los 329 de Bolivia. Una cobertura bajísima.
Existen 74 defensores públicos: 19 en la Paz, 16 en Cochabamba, 12 en Santa Cruz, 4
en Trinidad, 5 en Sucre y Oruro, 6 en Potosí, 4 en Tarija y 3 en Cobija.
Cobertura de Asientos Judiciales
En cuanto a la cobertura en términos de Asientos Judiciales (un concepto, no totalmente
clarificado por el Consejo de la Magistratura y que demuestra el desorden
administrativo del Órgano Judicial), se tienen los siguientes Municipios y Provincias
(como los Cintis en Chuquisaca) o en algún caso, Distrito Municipal (como el caso del
Plan 3.000 en Santa Cruz) cubiertos:
Cuadro No. 8
Cobertura de Asientos Judiciales
87
Shinaota.
POTOSÍ Potosí, Betanzos, Puna, Caiza D, 11
Tupiza, Cotagaita, Villazón, Uyuni,
Llallagua, Uncía y San Pedro de Buena
Vista.
TARIJA Tarija, Padcaya, San Lorenzo, Entre 7
Ríos, Bermejo, Villamontes y Yacuiba
ORURO Oruro, Huanuni y Challapata. 3
PANDO Cobija y Porvenir. 2
BENI Trinidad, Riberalta, Guayaramerín y 4
Santa Ana de Yacuma.
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Consejo de la Magistratura
Esto demuestra que hay 89 Asientos Judiciales, concepto que implica la presencia de al
menos un juez o jueza, con su respectivo personal judicial. Esto para fines de
distribución de causas y para medición de la carga procesal. Aun así, queda claro que
hay asientos judiciales con una carga judicial ínfima, que llega a no más de 20 procesos
judiciales al año y otros que rebasan las 10.000 causas anuales. Esta disímil distribución
de causas, es parte del problema de la retardación de justicia.
La cobertura de juzgados no llega en su totalidad a la cantidad de municipios del
territorio nacional tomado la información del Consejo de la Magistratura existen 175
municipios sin juzgados, municipios que cubren una población total de 1.294.312
habitantes.
Creación de juzgados ordinarios
Se han creado 27 Juzgados Ordinarios con recursos específicos del Órgano Judicial, 25
Juzgados Ordinarios con recursos del Tesoro General del Estado y 41 Juzgados de
Sentencia Penal con recursos del Tesoro General del Estado además de 1 Juzgado
materia laboral con la supresión de 2 ítems de la DAF 1, haciendo un total de 94
juzgados.
En la gestión 2017 la cantidad de juzgados en los Tribunales Departamentales de
Justicia alcanzaban un total de 832, y que la creación de los 94 juzgados ordinarios
antes señalados representa un crecimiento del 11.3%.
Cuadro No 9
Incremento y Reducción de personal judicial por Institución 2019-2020
Institución 2019 en Bs. 2020 en Bs. Incremento/Reducción
en %
Órgano Judicial 1.014.808.605 1.028.774.660 1%
Fiscalía General 228.255.960 254.807.435 12%
SEPDEP 11.889.111 12.223.818 3%
Tribunal 76.115.402 78.218.218 3%
Constitucional
Plurinacional
SEPDAVI 5.663.346 5.812.978 3%
Ministerio de 69.251.159 66.393.701 -4%
Justicia
88
Escuela de 7.533.798 7.734.391 3%
Jueces del
Estado
TOTAL 1.413.517.381,00 1.453.965.201,00 3%
Fuente: Plataforma Ciudadana por el Acceso a la Justicia y los Derechos Humanos, con
información del Informe Rendición Pública de Cuentas Final 2019 Inicial 2020, Fiscalía
General del Estado.
El Informe de Rendición de Cuentas Institucional agrega que, en la gestión 2019 se
implementaron 6 Fiscalías Especializadas y 55 Fiscales de Materia.
Como se observa, con excepción de la Fiscalía General, que incremento su presupuesto
y la creación de ítems, en un 12%, las demás instituciones judiciales, crecieron en un
modesto 3%, entre el 2019 y el 2020. Esto demuestra efectivamente, que la pandemia
afectó cualquier posibilidad de fortalecimiento, a la justicia boliviana.
2.2.3 Análisis comparado latinoamericano
Bolivia se encuentra por debajo del gasto judicial en Latinoamérica, de acuerdo a
información disponible en la CEPAL y otros organismos, encargados de registrar el
gasto público latinoamericano.
Aun asumiendo que los ingresos del presupuesto judicial, de los últimos años, hubieran
tendido a incrementarse, este aumento no ha mejorado la asignación relativa de recursos
al sector de justicia. En efecto, lo que muestra el cuadro anterior es que el presupuesto
asignado al Órgano Judicial es apenas el 0.3% del Presupuesto General del Estado. Ni
siquiera sumando la transferencia de fondos del TGN (equivalente al 0,1% del PGE),
con los recursos propios, se llega al 1% del presupuesto total del Estado boliviano.
Véase el gráfico siguiente:
Los indicadores en Latinoamérica muestran que, en promedio, el presupuesto judicial
está en el orden del 4% de los presupuestos nacionales. Así, en Argentina es de 3%, y en
Honduras –uno de los países más atrasados del continente- es de 4%.
En cambio, en Bolivia el presupuesto judicial se mantiene muy por debajo de los
estándares internacionales, no obstante, la bonanza fiscal que ha vivido el país, por
varios años, y como nunca antes en la historia, lo cual pone en evidencia que la justicia
no ha sido, ni es, una prioridad real del “Estado Plurinacional”.
2.2.4 El tema salarial en el Órgano Judicial
Los niveles salariales en el Órgano Judicial son bajos y con fuertes discrepancias entre
administrativos y personal judicial.
Cuadro No. 10
SALARIOS DEL ÓRGANO JUDICIAL
Categoría Nivel Salarial en
Bs.
Presidente del TSJ 22.903
Presidentes del TAA 22.903
Presidentes del Consejo de la 22.903
Magistratura
89
Presidente del TDJ 19.534
Director de la DGAF 19.534
Vocales y Directores 19.130
Encargado Distrital del 18.494
Consejo de la Magistratura
Asistentes, jefe DAF 17.821
Juez de Partido y Público 15.848
Juez de Instrucción 14.248
Fuente: Órgano Judicial
Ningún funcionario administrativo del Órgano Judicial debe ganar más que un juez. Esa
es la propuesta que debaten las autoridades judiciales para aplicar la nueva escala
salarial que prevé una disminución para los magistrados y vocales en un 7,5%, sin
afectar a los jueces y personal de menor rango.
Los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Tribunal Agroambiental
(TAA) y Consejeros de la Magistratura, están en sesiones permanentes de Sala Plena
para aprobar una escala salarial que no afecte a los jueces y funcionarios que perciben
una remuneración menor al de un juez, pero sí aplicar una reducción desde los
magistrados y administrativos que ganan más: Este es un tema irresuelto a la fecha.
El año 2020 se vivió un recorte de Bs 174 millones al presupuesto del Órgano Judicial,
por la decisión que tomó el Gobierno a través del Ministerio de Economía y Finanzas, lo
que obliga a implementar una reestructuración.
La Sala Plena del TSJ definió una reducción salarial de un 7,5% a los magistrados,
vocales y funcionarios de unidades administrativas, pero no a los jueces, secretarios,
auxiliares de diligencias y otros de menor jerarquía. Esto es una muestra de las
aberraciones del Órgano Judicial. Un TSJ debatiendo sobre reducciones salariales, en
vez de administrar justicia que es para lo que fueron electos y se les paga.
Frente a la reducción del presupuesto, se decidió la rebaja de salarios, reducción del
personal administrativo, eliminación de cargos duplicados y la nivelación de la escala
salarial de los jueces de instrucción a los jueces públicos.
Los magistrados del TSJ consideraron que ningún administrativo gane más que un juez,
cuando hay administrativos que asumen responsabilidades mayores que varios
magistrados. No hay un criterio de medición de eficiencia, eficacia y menos de
efectividad, para definir salarios. Los magistrados no son entendidos en la materia, y es
una competencia que se han atribuido sin base legal suficiente.
Hay cargos administrativos en el TSJ, el TA y el Consejo de la Magistratura donde
algunos jefes administrativos perciben un salario mayor al de un juez, lo cual no
justifica que se unifique el criterio de que los administrativos en general ganen menos
que el personal judicial.
Los magistrados se han negado a reducir la cantidad de asistentes, siendo que ha
quedado demostrado que muchos magistrados descansan su labor en estos asistentes y
no hacen un trabajo propio, sino delegado. No se ha hecho una medición del trabajo de
los magistrados y no de sus asistentes. Reduciendo asistentes se podría conocer de
mejor manera el real esfuerzo de cada magistrado.
90
El propio ministro de Justicia, Iván Lima, ha denunciado que los asistentes son los que
hacen el trabajo de los magistrados y esto debe acabarse. No es razonable que cada
magistrado tenga 11 abogados asistentes, como dijo el ministro Lima, quienes no firman
ninguna decisión, pero tienen salarios que superan Bs 17.000, según sus palabras.
En el Órgano Judicial, la nivelación salarial de jefes administrativos respecto de los
sueldos de los jueces sigue haciéndose esperar. Aun con las disminuciones anunciadas
para la nueva escala de remuneraciones 2021, los jueces continuaron ganando menos
que varios funcionarios, e incluso que asesores, asistentes y secretarias.
La propuesta inicial era nivelar los sueldos de los jueces con las altas remuneraciones
que perciben determinados administrativos, pero esto no ocurriría.
De manera extraoficial en acceso a una planilla de sueldos en la que aparecen los
montos que percibirían las autoridades y funcionarios judiciales, según un acuerdo
firmado por el pleno del Consejo de la Magistratura luego de haber coordinado con la
Presidencia del TSJ muestra estos resultados87.
Los cargos están distribuidos en categorías: Superior, Ejecutivo y Operativo, con
niveles salariales que van del 1 al 23. El monto total de la planilla es de Bs 44.306.267
mensuales y de Bs 531.675.204 anuales.
No se tuvo éxito al solicitar la información oficial a través de Relaciones Públicas del
TSJ y del Consejo de la Magistratura.
La disminución del presupuesto anual del Órgano Judicial en Bs 174 millones hizo que
las autoridades judiciales diseñen una nueva escala salarial para magistrados, vocales,
jueces y funcionarios administrativos, con reducciones que van desde un 3,3% hasta un
11%.
Los jueces y el Ministerio de Justicia pidieron una nueva reingeniería en el nivel
administrativo para reducir ítems y niveles salariales, de tal manera que la ejecución del
presupuesto sea más óptima.
La cabeza de la Dirección General Administrativa y Financiera (DGAF), es una
instancia que se encuentra en una posición orgánicamente inédita en la historia del
Órgano Judicial y de todos los Poderes Judiciales de América latina, ubicada entre el
Consejo de la Magistratura y el del Tribunal Supremo de Justicia, constituye una
situación que sólo se explica por una pugna de poderes entre ambas instituciones y que
no responde a ninguna lógica administrativa.
De hecho, la creación del Consejo de la Judicatura primero y del Consejo de la
Magistratura después, obedeció a que los jueces del Tribunal Supremo de Justicia están
llamados a administrar justicia y no recursos económicos y que el Consejo de la
Judicatura, hoy denominado Consejo de la Magistratura, era el organismo
administrativo y disciplinario del entonces Poder Judicial y hoy Órgano Judicial. Por
tanto, entre las labores administrativas, está la de administrar los recursos económicos
87
https://correodelsur.com/seguridad/20210208_jueces-continuaran-ganando-menos-que-
administrativos.html
91
del Órgano Judicial, sin interferencia de ninguna institución del Órgano Judicial. En el
primer diseño, el Presidente de Sala Plena del Consejo de la Judicatura era el Presidente
de la Corte Suprema de Justicia, lo cual ya provocó enormes conflictos internos. Luego
en el modelo actual, ya no figura el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, porque
este organismo logró que el manejo de recursos económicos, que es el objeto de la
pugna, salga del Consejo de la Magistratura y se establezca esta Dirección General
Administrativa Financiera con esta doble dependencia del Tribunal Supremo de Justicia
y del Consejo de la Magistratura.
Por ello, no hay ningún criterio técnico en la asignación presupuestaria a cada uno de
los entes u organismos del Órgano Judicial, sino simplemente, la pugna y pelea por
acceso a recursos en base a pulsetas políticas.
La designación del titular de esta Dirección (DGAF) genera una pugna entre el Tribunal
Supremo de Justicia y el Consejo de la Magistratura– el cual percibe un sueldo de Bs.
17.200, superior con relación al de un juez, que recibiría entre Bs. 13.892 y Bs. 15.317.
Los directores del Consejo de la Magistratura ganan Bs 16.460 al mes y los encargados
distritales de ese ente administrativo y disciplinario del Órgano Judicial, en cada
departamento, Bs 15.851. Algunos jueces cuestionan la función que directores y
encargados distritales cumplen y señalan, entre otras observaciones, que no se ve el
resultado de su trabajo.
Según la planilla 2020, el Jefe de Servicios Judiciales tendría un salario mensual de Bs
15.181. El Asesor de la Presidencia y los abogados asistentes, por su parte, obtendrían
Bs 17.750.
En 2017 y 2018, en las salas especializadas, un secretario de Sala Plena percibía Bs
14.750, y el mismo monto los ocho abogados asistentes. Esa escala salarial se
incrementó en 2019 y los abogados asistentes –que son casi diez en cada sala
especializada y sala plena– tienen ahora una remuneración mensual de Bs 17.300,
también superior a la de un juez.
En 2017, una secretaria de Sala Plena ganaba Bs 14.750 y los trece asistentes de Sala
Plena 14.750. Esa remuneración se incrementó en dos años hasta llegar a más Bs
17.000.
Con la nueva política de remuneraciones y escala salarial 2021, los magistrados
recibirían un sueldo de Bs 21.071, frente a los Bs 22.900 que percibían hasta 2020; es
decir, tendrían un descuento de Bs 1.829.
Entre tanto los presidentes del Tribunal Agroambiental y del Consejo de la
Magistratura, que ganaban casi lo mismo que los magistrados, recibirían Bs 20.822. Los
presidentes de los tribunales departamentales de justicia mantendrían su salario de Bs
17.014. De acuerdo con la planilla 2020, un jefe de Coordinación y Fortalecimiento
ganaba Bs 14.750 y un responsable de Coordinación Interjurisdiccional y
Descolonización, Bs 12.273.
Hasta 2017 los magistrados percibían un sueldo de Bs 21.709; pero ese monto llegó a
subir a Bs 22.903 hasta octubre de 2019.
92
Existe una duplicidad de funciones en cada institución del Órgano Judicial tampoco fue
regulada, según la Asociación de Magistrados de Bolivia (AMABOL).
En las direcciones de Relaciones Públicas y Protocolo tienen salarios que van desde los
Bs 6.800 hasta los Bs 11.800. Cada unidad cuenta con al menos tres funcionarios.
Los jefes de Transparencia y Lucha Contra la Corrupción, en cada institución: Tribunal
Supremo de Justicia (TSJ), Tribunal Agroambiental y Consejo de la Magistratura, ganan
más de Bs 14.000, y ellos tienen tres funcionarios bajo su dependencia.
Al igual que en otros casos, se les observa la falta de resultados de investigaciones de
denuncias de corrupción.
Desde la AMABOL, cuestionan que no se haya aplicado la anunciada reingeniería en
los sueldos de los diferentes niveles del Órgano Judicial, tanto en el ámbito
administrativo como jurisdiccional.
Observan en concreto que, actualmente, no responden a los grados de responsabilidad y
que se hacen designaciones de confianza, lejos de la meritocracia y de la
institucionalización.
Los jueces sostienen que el discurso de los presidentes del TSJ, Olvis Egüez, y del
Consejo de la Magistratura, Omar Michel, de que la crisis económica por el COVID-19
debe ser compartida entre todos, cae en saco roto porque los más afectados siguen
siendo los que ganan menos y los jueces, que llevan la carga de la mora procesal.
El presidente de la AMABOL, David Rosales, hizo notar que los jueces llegan a sus
cargos mediante convocatorias públicas externas o a través de la Escuela de Jueces, en
cambio la mayoría de los administrativos no están sujetos a una institucionalización y
terminan siendo designados “a dedo”.
Tras la reformulación al presupuesto, el Órgano Judicial aprobó una nueva escala
salarial para este año 2022, en el cual se establece que los magistrados se vean afectados
en la reducción de un 8% en sus salarios.
Así lo dio a conocer el presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Olvis Egüez,
en conferencia de prensa junto al ministro de Justicia, Iván Lima, y el titular del
Consejo de la Magistratura, Omar Michel
“En el caso de los magistrados, el 8% de su nivel salarial ha sido reducido en
aproximadamente Bs 1.800 a Bs 1.900 menos de lo que veníamos percibiendo”,
informó.
En el caso de los administrativos a nivel de jefaturas nacionales, jefaturas
departamentales, además de los vocales y los jueces, se vieron afectados en una menor
proporción de aproximadamente un 3%.
93
“Todas las autoridades electas judiciales están compartiendo todo el sacrificio
entendiendo que en poco tiempo habrá un reformulado para que se pueda restituir de
mejor manera el servicio de Justicia”, añadió Michel.
En el caso de los secretarios, oficiales y auxiliares y demás no sufrieron la disminución
de salario, cuyo salario es menor a los Bs 4.800.
El recorte presupuestario al Órgano Judicial de un 30% se contempló en el Presupuesto
General del Estado (PGE) de ese año 202188.
Lima exigió eficiencia al Órgano Judicial y disminución de los niveles de burocracia,
pues de lo contrario, dijo, la justicia en el país no cambiará. “Exigimos al Órgano
Judicial que sea eficiente. No se tiene que tocar los juzgados, pero se tiene que bajar la
burocracia. Si no empezamos a ser eficientes no vamos a cambiar la justicia”.
Lima criticó que las personas que cooperan con el trabajo de los magistrados ganen
incluso “el sueldo de un vocal”. “Los magistrados tienen 11 personas que les ayudan a
hacer su trabajo y cada uno de esos ciudadanos tiene el sueldo de un vocal y ellos no
toman decisiones”, sostuvo el ministro de Justicia.
En el caso de la Fiscalía General del Estado, la escala salarial es la siguiente:
Cuadro No. 11
SALARIOS DE LA FISCALÍA GENERAL DEL ESTADO 2021 en Bs.
Categoría Ítems No. De Haber Costo
puestos Mensual Mensual
Bs. Bs
SUPERIOR 1 FISCAL GENERAL DEL 1 19.503 19.503
ESTADO 1
EJECUTIVO 2 FISCALDEPARTAMENTA 8 17.676 141.408
L
EJECUTIVO 3 FISCAL SUPERIOR - 6 17.310 103.860
DIRECTOR NACIONAL
SECRETARIO GENERAL
EJECUTIVO 4 DIRECTOR DE ÁREA 6 16.990 101.940
EJECUTIVO 5 FISCAL 8 16.125 129.000
DEPARTAMENTAL DE
PANDO-ASESOR
GENERAL
COORDINADORES
NACIONALES
EJECUTIVO 6 FISCALES DE MATERIA I - 134 14.377 1.926.518
JEFES DE UNIDAD I
EJECUTIVO 7 FISCALES DE MATERIA II 60 12.940 776.400
- JEFES DE UNIDAD II
OPERATIVO RESPONSABLE I 3 12.215 36.645
8
88
Erbol https://www.atb.com.bo/sociedad/magistrados-del-%C3%B3rgano-judicial-disminuyen-en-un-8-
sus-salarios
94
OPERATIVO FISCALES DE MATERIA 398 11.502 4.577.796
9 III - PROFESIONAL I –
RESPONSABLE II
OPERATIVO PROFESIONAL II - 13 10.885 141.505
10 MÉDICO FORENSE I
OPERATIVO PROFESIONAL III - 83 9.299 771.817
11 TÉCNICO I - MÉDICO
FORENSE II
OPERATIVO PROFESIONAL IV - 58 8.048 466.784
12 TÉCNICO II
OPERATIVO TÉCNICO III 211 6.583 1.389.013
13
OPERATIVO TÉCNICO IV 36 5.911 212.796
14
OPERATIVO ADMINISTRATIVO I 42 4.971 208.782
15
OPERATIVO ADMINISTRATIVO II 73 4.514 329.522
16
OPERATIVO ADMINISTRATIVO III 6 4.285 25.710
17
OPERATIVO AUXILIAR I 180 3.869 696.420
18
OPERATIVO AUXILIAR II 92 3.574 328.808
19
OPERATIVO AUXILIAR III 17 3.519 59.823
20
OPERATIVO AUXILIAR IV 30 2.852 85.560
21
TOTAL No. 1465
ITEMS
TOTAL 12.529.610
COSTO
MENSUAL
Fuente: Fiscalía General del Estado
En esta situación, los niveles salariales son similares a los del resto del Órgano Judicial
y tienen los mismos problemas: bajos salarios y diferencias salariales importantes entre
administrativos de alto nivel y personal judicial.
2.2.5 Las necesidades de presupuesto en base a cálculo de costo unitario y costo
beneficio
Para calcular el costo unitario de un juzgado promedio, se debe previamente ir a la
estadística de jueces institucionalizados y jueces provisorios. Tenemos los datos del
2020. Con ellos observamos la cantidad de jueces y vocales por departamento, haciendo
notar cuantos vocales existen por departamento y cuantas acefalias de vocales existen,
para dar a conocer que éste es otro factor que influye en la retardación de justicia. Tanto
jueces provisorios como acefalías de vocales son elementos que ayudan a explicar la
retardación de justicia y la situación de ineficiencia de las autoridades responsables de
designar a estos funcionarios o servidores judiciales.
95
Cuadro No. 12
Jueces Institucionalizados Y Provisorios 2020
JUEC JUECES JUECES VOCAL ACEFAL
DISTRI ES INSTITUCIONALIZ PROVISOR ES IAS DE
TO ADOS IOS VOCALE
S
Chuquisa 95 35 60 16 3
ca
La Paz 268 102 166 32 6
Cochaba 199 86 113 24 7
mba
Oruro 75 35 40 16 3
Potosí 106 35 71 16 4
Santa 231 112 119 28 5
Cruz
Tarija 89 37 52 12 1
Beni 71 28 43 11 0
Pando 27 16 11 7 1
Total 1.161 486 675 162 30
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Consejo de la Magistratura
Con base en esta información, se procede a calcular la cantidad de jueces per cápita, en
base a datos de población, proyectados al 2020, por el mismo Instituto Nacional de
Estadística (INE). Una estadística más reciente al 2022, muestra que se tiene 541 jueces
de carrera y 557 jueces transitorios.
No se hace el mismo cálculo para vocales, dado que los mismos son fijados por ley, y
no se pueden asignar por población, aunque debiera ser el criterio a emplearse.
Cuadro No. 13
JUECES PER CAPITA. JUECES INSTITUCIONALIZADOS Y PROVISORIOS
2020
DISTRITO JUECES POBLACION JUECES
PROYECTADA PER
INE CAPITA
Chuquisaca 95 749.645 7,891,00
La Paz 268 3.223.916 12.029,53
Cochabamba 199 2.231.546 11,213,80
Oruro 75 479.939 6.399,19
Potosí 106 832.802 7.856,62
Santa Cruz 231 3.569.621 15.452,90
Tarija 89 645.868 7.256,94
Beni 71 518.642 7.304,82
Pando 27 110.801 4.103,74
Total 1.161 12.362.780 10.648,39
96
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Consejo de la
Magistratura y del INE
Con esta información se puede reconstruir la cantidad de jueces que debe tener cada
departamento y calcular costos posteriormente.
Cuadro No. 14
JUECES POR DEPARTAMENTO DE ACUERDO A POBLACION
DISTRIT JUECES JUECES INCREMEN POBLACIO JUEC
O ACTUAL RECALCULA TO/ N ES
ES DOS DECREMEN PROYECTA PER
TO DE DA INE CAPIT
JUECES A
Chuquisa 95 70 -25 749.645 7,891,0
ca 0
La Paz 268 302 +34 3.223.916 10.648
Cochaba 199 210 +11 2.231.546 10.648
mba
Oruro 75 45 -30 479.939 10.648
Potosí 106 78 -28 832.802 10.648
Santa 231 335 +104 3.569.621 10.648
Cruz
Tarija 89 60 -29 645.868 10.648
Beni 71 48 -23 518.642 10.648
Pando 27 10 -17 110.801 10.648
Total 1.161 1.161 0 12.362.780 10.648,
39
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Consejo de la
Magistratura y del INE
Si se parte del criterio que Chuquisaca tiene dos estudios: el del Banco Mundial de 1997
y el de USAID del 2000 sobre carga procesal, entendiendo que esa es la cantidad óptima
de jueces e igualando a este departamento en jueces promedio, la cantidad de jueces que
se requiere en el sistema judicial es el siguiente.
Cuadro No. 15
JUECES POR DEPARTAMENTO DE ACUERDO A POBLACION
DISTRIT JUECES JUECES INCREMEN POBLACIO JUEC
O ACTUAL RECALCULA TO/ N ES
ES DOS DECREMEN PROYECTA PER
TO DE DA INE CAPI
JUECES TA
Chuquisa 95 95 0 749.645 7,891,0
ca 0
La Paz 268 409 141 3.223.916 7,891
Cochaba 199 295 96 2.231.546 7,891
97
mba
Oruro 75 61 -14 479.939 7,891
Potosí 106 106 0 832.802 7,891
Santa 231 452 221 3.569.621 7,891
Cruz
Tarija 89 82 -7 645.868 7,891
Beni 71 66 -5 518.642 7,891
Pando 27 14 -13 110.801 7,891
Total 1.161 1.580 419 12.362.780 7,891
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Consejo de la
Magistratura y del INE
Si a ello se incorpora el criterio de mantener el número de jueces que ya tienen varios
departamentos, así sea mayor al número de jueces per cápita establecido, partiendo de la
experiencia de que cuando se quiso reducir el número de jueces o anular un juzgado por
bajo número de causas, se tuvo que enfrentar resistencias muy fuertes89, se tiene:
Cuadro No. 16
JUECES POR DEPARTAMENTO DE ACUERDO A POBLACION
DISTRIT JUECES JUECES INCREMEN POBLACIO JUEC
O ACTUAL RECALCULA TO/ N ES
ES DOS DECREMEN PROYECTA PER
TO DE DA INE CAPI
JUECES TA
Chuquisa 95 95 0 749.645 7,891,0
ca 0
La Paz 268 409 141 3.223.916 7,891
Cochaba 199 295 96 2.231.546 7,891
mba
Oruro 75 75 0 479.939 6.399
Potosí 106 106 0 832.802 7,891
Santa 231 452 221 3.569.621 7,891
Cruz
Tarija 89 89 0 645.868 7,257
Beni 71 71 0 518.642 7,304
Pando 27 27 0 110.801 4.104
Total 1.161 1.619 458 12.362.780 7,636
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Consejo de la
Magistratura y del INE
Con esto se muestra que el incremento es de 39,45% de incremento de jueces. En
términos del peso que tiene la partida 10.000 en el presupuesto del Órgano Judicial, esto
implica un 40% de incremento. Por otro lado, el análisis salarial de los jueces muestra
que hay un monto muy bajo en los mismos.
89
El caso más paradigmático fue el 1999, cuando un juzgado de sustancias controladas en Padilla/Chuquisaca, tenía
un promedio los últimos 5 años, de una causa por año. Cuando el Consejo de la Judicatura de entonces, quiso
eliminar este juzgado, se tuvo que soportar, una resistencia con bloqueo de caminos, por parte del Comité Cívico de
dicha localidad.
98
Si a ello se suma que estos jueces demandarán más infraestructura y tomando en cuenta
20 mts2 por juzgado y un costo de construcción a $us 1.000 mt2, se tiene que se
requerirán al menos $us 9.160.000, que en Bolivianos significa Bs. 63.753.600. La
partida 20.000 de servicios no personales (luz, agua, teléfono, etc.) representa en
promedio un 10% de la partida 120.000 y la partida de materiales y suministros 30.000
un 20% de la partida 10.000, con todo ello estamos hablando de un incremento de un 65
a 70%. Con todo ello, se tiene que el presupuesto debe incrementarse, sin otros costos
adicionales, solo en el tema de juzgados y jueces/juezas, hasta un 1,25% del PGE.
2.3 Infraestructura Judicial
2.3.1. Actual Diagnóstico de la infraestructura judicial
Después de la reforma judicial de 1997, se realizaron varias construcciones que han
tenido aportes, que se han debido a dos aspectos fundamentales: completar la
infraestructura de las nuevas instituciones del entonces Poder Judicial, y completar la
infraestructura de las Cortes Departamentales de Justicia.
Se pueden enumerar las siguientes obras:
Nuevo edificio de la Corte de Justicia de Distrito de Pando 1996-1998
Refacciones a la Corte de Justicia de Distrito de La Paz 1998-1999
Nuevo edificio de la Corte de Justicia de Distrito de Beni 1995
Refacciones al edificio de la Corte de Justicia de Distrito de Oruro 1999
Nuevo edificio del Consejo de la Judicatura 1997
Por otro lado, quedaron sin infraestructura propia y sólo alquilada, el Tribunal
Constitucional y el Tribunal Agrario Nacional.
En cuanto a juzgados un primer diagnóstico muestra que hasta el 2005 se tenía
infraestructura en todos los asientos judiciales:
Cuadro No. 1
Asientos Judiciales de Bolivia
99
Cotocá, Pailón, La Guardia, El Torno y
Buena Vista.
COCHABAMBA Cochabamba, Quillacollo, Sacaba, 21
Tiquipaya, Colcapirhua, Vinto,
SipeSipe, Suticollo, Anzaldo, Punata,
Cliza, Tarata, Mizque, Aiquile, Puerto
Villarroel, Entre Ríos, Ivirgarzama,
Bulo Bulo, Chimoré, Villa Tunari y
Shinaota.
POTOSÍ Potosí, Betanzos, Puna, Caiza D, 11
Tupiza, Cotagaita, Villazón, Uyuni,
Llallagua, Uncía y San Pedro de Buena
Vista.
TARIJA Tarija, Padcaya, San Lorenzo, Entre 7
Ríos, Bermejo, Villamontes y Yacuiba
ORURO Oruro, Huanuni y Challapata. 3
PANDO Cobija y Porvenir. 2
BENI Trinidad, Riberalta, Guayaramerín y 4
Santa Ana de Yacuma.
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Consejo de la Magistratura
Es decir que los 89 Asientos Judiciales tenían una infraestructura básica, consistente en
20 a 40 mts2, en la mayor parte de los casos propia. En un 80% es infraestructura propia.
Es claro que siendo que se tiene 329 municipios y 12 Autonomías Indígena Originario
Campesinas, no se tiene cubierta más del 26% de los municipios y AIOCs. Según el
Consejo de la Magistratura existen 175 municipios sin juzgados, municipios que cubren
una población total de 1.294.312 habitantes. Con datos propios, serían 240 municipios y
12 Territorios Indígena Originario Campesinos (TIOCs).
El déficit infraestructural está claro. Además, se debe considerar los proyectos que han
quedado truncos. Los proyectos que se han realizado a pesar de haberse concebido otras
ideas. El caso más paradigmático es el nuevo edificio de la Corte Superior de Distrito de
Chuquisaca, construida en 2005 a 2010, además de la adquisición de un inmueble
propio para el Tribunal Constitucional Plurinacional. Este proyecto se contrapone a la
idea original que viene desde 1997, de construir una Ciudadela Judicial en la ex
estación ferrocarrilera, frente al Parque Bolívar, en Sucre. En ese terrena entraban
perfectamente, edificios para la entonces Corte Suprema de Justicia, (hoy Corte
Superior de Justicia), el Tribunal Constitucional Plurinacional, el Tribunal Agro
Ambiental, el Consejo de la Magistratura, la Escuela de Jueces, la Corte Departamental
de Justicia de Chuquisaca, la Imprenta Judicial, Derechos Reales, el Centro de
Informática e Información Judicial, básicamente. Esto dejaría el viejo edificio de la
Corte Superior de Justicia como Biblioteca y museo.
Los costos, son mucho más bajos. En cambio, en la mentalidad feudal del Órgano
Judicial, donde cada institución quiere administrar recursos propios, con fines
inconfesables, para las construcciones individualizadas institucionalmente, llevan a
mayor corrupción y mayor gasto, incluso sobreprecio y menor control.
2.3.2 Necesidades infraestructurales por institución del Órgano Judicial
100
Un primer cálculo de las necesidades infraestructurales por departamento lleva a los
siguientes criterios ordenadores.
No es necesario tener un juzgado por municipio. La actual clasificación municipal que
señala que se tienen:
Municipios A, que son los de menos de 5.000 habitantes;
Municipios B, entre 5.000 y 15.000 habitantes
Municipios C, entre 15.000 y 50.000 habitantes
Municipios D, entre 50.000 y 100.000 habitantes
Municipios E, más de 100. 000 habitantes.
Donde la cantidad en cada categoría es:
Municipios A, son 236.
Municipios B, son 58.
Municipios C, son 15.
Municipios D, son 8.
Municipios E, son 12.
Para llegar a que los Municipios E, D, C y E, que suman 93, tengan juzgados hay un
déficit de 4 juzgados, relacionando este dato con el de asientos judiciales. Pero se debe
añadir el hecho de que hay asientos judiciales que duplican municipios como son los
casos de:
Nor Cinti y Camargo (uno es provincia y el otro municipio) en Chuquisaca.
Plan 3000, Villa 1º de Mayo con Santa Cruz de la Sierra (son barrios o Distritos
Municipales del municipio de Santa Cruz de la Sierra), en Santa Cruz.
Bulo Bulo y Chimoré (Bulo Bulo no es municipio) en Cochabamba.
Por lo tanto, debe restarse de 89 estos 4 asientos judiciales, con lo cual sólo son 85
municipios los que cuentan con juzgados. El déficit infraestructural estaría entonces en
8 municipios.
Debe pedirse al Órgano Judicial que adecúe su conceptualización de asiento judicial al
de la organización político administrativa del país en Municipio y TIOC, abandonando
el concepto de provincias o Distritos Municipales. Asimismo. Las 12 AIOCs demandan
infraestructura. Con lo cual, mínimamente se requiere infraestructura para 20 territorios
autónomos municipales e Indígena originario campesinos.
2.4 Información e Informática judicial
2.4.1. Diagnóstico de la Información y los sistemas informáticos vigentes en el
Órgano Judicial
Los sistemas informáticos en el Órgano Judicial son los siguientes:
a. IANUS
b. SIREJ
c. ÉFORO
De estos tres sistemas el sistema IANUS fue concebido para fines de registro de las
causas en materia penal, cuando se implementó en el año 1996 por primera vez y 1999
101
de manera definitiva, cuando el sistema de oralidad en materia penal, con juzgados y
tribunales conformados por tres jueces jurisdiccionales y dos jueces ciudadanos. Este
sistema tiene las siguientes características:
Registra las causas en materia penal
Alimenta el SIREJ
Establece los datos más relevantes de cada proceso o causa judicial
102
No está preparado para soportar los nuevos Códigos Morales. Por ejemplo, las
notificaciones electrónicas, Oralidad, Conciliadores, nuevo modelo de
despacho judicial, Modelo de comunicación con los litigantes, etc.
El principal objetivo del SIREJ es “Implementar el Sistema Informático Integrado
de Gestión Judicial Multimateria para el Órgano Judicial, que coadyuve a las
actividades jurisdiccionales, optimice los procesos que se generan en la
tramitación de causas, proporcionando información confiable y oportuna a los
diferentes actores”
Este sistema contiene un registro de flujo por el que atraviesa una causa, es decir
desde su ingreso hasta su culminación.
Con el sistema SIREJ obtenemos la información que se almacena, la cual nos puede
dar el estado en el cual está el proceso judicial.
103
Este es un listado de los módulos que tiene el SIREJ
1. Código de Usuario y Contraseña
2. Ventana de registro
3. Registro de actuados procesales
4. Registro de Actuados Procesales
4.1. Remisión a Despacho
4.2. Actos Procesales
4.3. Declinatoria de Competencia a Juzgado Específicos
4.4. Devolución a PAUE por Declinatoria de Competencia definido
4.5. Devolución de causa a Juzgado Específico
4.6. Remisión Part-Farm con Efecto Devolutivo
4.7. Remisión Part-Farm con Efecto Suspensivo
4.8. Remisión por excusa\ Recusación
4.9. Remisión Salas Civil en Consulta
4.10. Reparto Aplicación Fam-Salas Civiles. Efecto Devolutivo definitivo
5. Reportes
5.1. Libro Diario
5.2. Libro de Causas Nuevas
5.3. Libro de Audiencias
También se tiene los manuales para los actuarios, secretarios, encargado para la
distribución de causas judiciales.
Queda claro que el SIREJ abarca las causas en materia Civil, además de las de materia
Penal.
104
Evita el traslado físico hasta el Tribunal y las largas filas, para ver si ya salió su
memorial
Los beneficios del Nuevo Sistema SIREJ para el Consejo de la Magistratura son:
Obtener información estadística rápida y oportuna, relativa a las causas
(segundos), para así identificar los problemas y plantear: POLÍTICASDE
GESTIÓN que mejoren la impartición de justicia, disminuyan la mora
procesal y luchen contra la corrupción.
105
Los beneficios del Nuevo Sistema SIREJ para otras instituciones son:
Compartir de manera segura información de los juicios electrónicamente.
(sentencias, resoluciones, estado) con entidades involucradas como: Tribunal
Constitucional, Ministerio Público, Ministerio de Justicia y otros.
106
El SIREJ permitirá realizar el seguimiento a las causas en todas sus etapas y tiene por
objetivo registrar electrónicamente todos los datos del proceso de una causa y reducir
el tiempo que antes se empleaba (mora procesal), ofreciendo seguridad jurídica,
celeridad y transparencia.
Esto le permitirá al juez tener un control de sus tiempos, poder tener un acceso al
estado de la situación de cada uno de los procesos y sobre todo le permitirá al CM y a
las autoridades nacionales tener información estadística al día, de modo que la toma de
decisiones en materia judicial tenga todo el asidero técnico necesario.
Éste nuevo sistema informático ha sido desarrollado tecnológicamente con costo “cero”,
porque fue trabajado por personal cualificado de la institución, sin embargo, en su fase
de implementación, en la gestión 2016-2017, alcanzó un costo aproximado de Bs 8
millones, donde más de un 80% se tradujo en equipamiento, luego en redes,
capacitación y otros aspectos propios de la implementación, que fueron financiados por
la Cooperación Internacional de Dinamarca.
ANALISIS:
La tecnología es el conjunto de conocimientos técnicos, sistemáticamente organizados,
que se acrecientan con la inteligencia y esfuerzo humano y se perfeccionan
constantemente con el desarrollo de la sociedad.
Los objetivos que debemos plantearnos a la hora de implementar herramientas
informáticas en el sector judicial, son las siguientes:
107
Ahorrar tiempo y ahorrar trabajo en los procesos y procedimientos del proceso
judicial.
Obtener mayor información y transparencia sobre el funcionamiento de la justicia,
ofreciendo esta información de manera más eficaz y eficiente.
Disminuir los costos accediendo a una justicia de mayor calidad.
Facilitar el acceso a la información, para ciudadanos que pertenecen a sectores
sociales como (inmigrantes, personas con bajo nivel cultural, discapacitados, etc.)”.
- Si bien muchas de las opciones que presenta el SIREJ están habilitadas para
cada uno de los miembros del poder judicial consideramos que estas están
habilitadas solo a través de la aplicación de escritorio y no así a través del portal.
108
son: el sorteo de causas, agendamiento de audiencias, recepción de memoriales,
notificaciones electrónicas y brindar información al público a través de la ciudadanía
digital, mediante la interoperabilidad con Sistemas Informáticos. La página web de
EFORO señala lo siguiente:
Fuente: TSJ
Como se puede observar, es un sistema totalmente adosado y dependiente del Tribunal
Supremo de Justicia, sin conexión con ninguno de los otros sistemas anteriormente
explicados.
FUNCIONES Y ATRIBUCIONES DE LA OFICINA GESTORA DE PROCESOS
109
Fuente: TSJ
Nuevamente, entre sus funciones y atribuciones, todas se dirigen sola y exclusivamente
al Tribunal Supremo de Justicia, como si fuera un ente diferente al resto del Órgano
Judicial.
El respaldo normativo emana de la Ley 1171 y 1226, ignora el sistema IANUS y los
desarrollos posteriores, y se desprende del resto del Órgano Judicial con reglamentos y
Protocolos del Tribunal Supremo de Justicia, lo cual lleva a considerarlo como un
sistema aislado.
110
AUDIENCIAS VIRTUALES
CIUDADANIA DIGITAL
Genera esta posibilidad a través de un sistema que empadrona a ciudadanos que estén
interesados en conectarse con el Tribunal Supremo de Justicia, de manera aislada con
relación al resto del Órgano Judicial.
111
El acceso a expedientes, especialmente a expedientes electrónicos, debe ser libre
e irrestricto en lo posible.
Eso nos lleva a que se plantee como principal objetivo de los sistemas
informáticos judiciales, el de la implementación plena y extendida, del
expediente electrónico, para que sea utilizado en todas las fases del
procedimiento de causas en materia penal, civil y comercial inclusive, así como
en materia laboral y tributaria.
Al mejorar la gestión de los tribunales, pueden contribuir a una mejor percepción de los
usuarios que verán satisfechas sus necesidades con mayor celeridad y eficiencia.
Por último, son valiosas las herramientas que permiten entregar información de mejor
calidad en audiencia. Sin embargo, se debe considerar, que por una parte que la
incorporación de nuevas tecnologías no debe convertirse en una barrera de entrada para
quienes no tengan los recursos para llegar a tribunales.
Es claro que el Tribunal Supremo de Justicia, al generar su propio sistema Éforo, se ha
aislado del resto del Órgano Judicial y esto debe corregirse.
112
Potosí 28 6 0 15
Santa Cruz 67 37 6 30
Tarija 78 14 0 14
Beni 22 5 3 8
Pando 57 32 2 32
Total 799 175 17 191
Fuente: Consejo de las Magistratura
113
Fuente: Consejo de las Magistratura
El tipo de pronunciamiento en el mismo período de 2012 al 2017, fue: Sancionatorias
1.119, Improbadas 2.249, Rechazo de denuncia 47, Observadas o tenidas como no
presentadas 437, y Otros pronunciamiento (anulación de obrados, suspensión de plazos
en procesos disciplinarios en trámite, declinatorias) 639. Esto implica que sólo se
sancionó cerca al 25% de las denuncias presentadas.
Cuadro No. 4
Fuente: Consejo de las Magistratura
Los datos estadísticos de audiencias de juzgados en instrucción penal entre 2012-2016
muestra que, de más de 300.000 audiencias programadas, de lejos La Paz tiene el mayor
número con casi 70.000 audiencias realizadas llegan a 157.000 siendo La paz
nuevamente la que más audiencias realizó con 30.000. Las audiencias suspendidas a
pedido de la Fiscalía suman 24.540, a pedido de las partes 66.420, por el notificador
16.740, y otro 1.500. Del motivo de suspensión por el juzgado fue de declaratoria en
comisión 5.940, suplencia 4.740, baja médica 2.340, duración de otra audiencia 1.500,
vacación 60 y otros 5.640. De las 151.800 audiencias suspendidas, La Paz tiene el
mayor número con 37.000 audiencias suspendidas, seguida del distrito judicial de
Cochabamba con 25.000 y Santa Cruz con 20.000.
114
Cuadro No. 5
DENUNCIAS CONTRA FISCALES Y FISCALIA GENERAL DEL
ESTADO 2020 Y REMANENTES
DISTRITO CANTIDAD DE
DENUNCIAS
Chuquisaca 30
La Paz 160
Cochabamba 82
Oruro 33
Potosí 15
Santa Cruz 89
Tarija 84
Beni 9
Pando 5
Total 507
Fuente: Fiscalía General
De estas denuncias, 192 de 507 son remanentes de gestiones anteriores. Hay un
crecimiento de las denuncias en un 400% anual.
a. Aspectos disciplinarios
Los datos de causas disciplinarias contra servidores judiciales, nos da una pauta de los
niveles de corrupción en el Órgano Judicial.
Cuadro No. 6
CAUSAS DISCIPLINARIAS CONTRA SERVIDORES JUDICIALES 2020
DISTRITO Juzgado Causas Causas Causas
disciplinario ingresadas resueltas pendientes
Chuquisaca 3 40 41 9
La Paz 6 231 136 97
Cochabamba 1 68 52 16
Oruro 1 29 22 7
Potosí 3 35 23 12
Santa Cruz 6 141 s/d s/d
Tarija 1 34 14 20
Beni 3 55 27 28
Pando 1 31 21 10
Total 666 326 199
Fuente: Consejo de las Magistratura
Si se observan datos más recientes, se tiene que en la gestión 2020, las causas
disciplinarias contra servidores judiciales suman 666, las causas resueltas 326 y las
causas pendientes 199. Esto implica un porcentaje de resolución que ronda el 50%. La
Paz y Santa Cruz son los que tienen mayor cantidad de jueces disciplinarios, llegando a
6, y +llama la atención que Cochabamba donde se observó el alto número de denuncias,
solo hay un juez disciplinario.
Si se toma en cuenta que estamos hablando de alrededor de 1.100 jueces y juezas en
todo Bolivia, 666 procesos abiertos representan más del 50% de jueces y juezas
sometidos a procesos disciplinarios.
115
Los procesos disciplinarios contra magistrados y vocales, son un 570% menor en
términos per cápita que los de jueces y juezas, siendo que la corrupción se identifica en
los niveles más altos del Órgano Judicial. Esta desproporción es bastante llamativa.
b. Aspectos administrativos de la corrupción
Entre los factores administrativos que influyen en la corrupción se pueden citar:
Bajos niveles salariales de los servidores judiciales, especialmente de jueces,
juezas, magistrados y vocales.
Bajo presupuesto judicial
Bajos niveles de formación ética y de ética personal de los servidores judiciales
Sistema de recaudación de cobros indebidos e ilegales por parte de servidores
judiciales (notificadores, diligencieros, secretario/as).
Ningún sistema de control o de monitoreo en los despachos judiciales del juez o
jueza.
No existen sistemas de seguimiento a los bienes y patrimonio de los servidores
judiciales y de sus parientes en 4to. Grado de consanguinidad y segundo de
afinidad. La CGE hace el registro y no hay un seguimiento posterior.
Normativa insuficiente y difusa en cuanto a la presentación de pruebas de un
acto de corrupción o de cobros indebidos e ilegales, por parte de servidores
judiciales.
Falta de suficientes juzgados anti corrupción.
Falta de procesamiento ágil y rápido para denuncias sobre corrupción o de
cobros indebidos e ilegales, por parte de servidores judiciales.
Falta de incentivos administrativos y legales a realizar denuncias sobre
corrupción o de cobros indebidos e ilegales, por parte de servidores judiciales.
116
funcionamiento continuo en línea, y adolecen de graves defectos de accesibilidad y
asequibilidad. Mientras continúe habiendo expedientes cosidos con lana, como en el
siglo XIX, la posibilidad de que se manipulen los expedientes y se alteren sus
contenidos y la prelación, seguirá siendo muy grande.
¿Qué hacer?
Es indudable que falta capacidad de planificación estratégica, con objetivos claros y
prioridades que correspondan a las necesidades de un mejor sistema judicial y buscando
desconcentrar y racionalizar los servicios judiciales, que se los acerque a la gente. Se
requiere, también, extender la instalación de sistemas informáticos modernos, para
agilizar los procesos judiciales y administrativos. Combatir la corrupción con sistemas
de seguimiento de los procesos y procedimientos judiciales, mecanismos para
transparentar la gestión judicial y facilitar el acceso a la información judicial, la
instalación de cámaras en los juzgados, el control al enriquecimiento ilícito de los
funcionarios. Y por cierto, incrementar el presupuesto judicial a un promedio de 2.5 a
3% sobre el total del PGE. Pero de poco serviría este incremento si es que no se puede
hacer uso eficiente y eficaz de los recursos. Ni el Consejo de la Magistratura
(burocratizado y politizado) es el órgano administrativo idóneo ni la Dirección de
Administración Financiera (creada para restarle poder al Consejo de la Magistratura),
tienen la autoridad y la capacidad técnica necesarias para reorientar el gasto judicial, y
menos aún para hacer política financiera judicial.
2.6.2. Concepto de gratuidad en la teoría de los bienes públicos
La teoría de los Benes públicos en derecho administrativo y en economía fiscal,
corresponde a la provisión de bienes y servicios públicos, que puede ser por parte del
gobierno, como por parte de un privado, a la sociedad, para la satisfacción de
necesidades sociales.
El siguiente cuadro muestra cómo puede haber bienes públicos provistos por privados y
bienes públicos provistos por el Estado.
Grafico No.1
117
Fuente: Elaboración propia
Ahora bien, los Bienes públicos también se clasifican en Bienes públicos puros, mixtos
e impuros. Los Bienes públicos puros son los que tienen como característica el ser
universales y gratuitos. Los Bienes públicos mixtos son los que son o gratuitos o
universales. Los Bienes público impuros son los que no son ni universales ni gratuitos.
El siguiente cuadro muestra esta clasificación con ejemplos para cada caso:
Cuadro No. 1
Bienes públicos Puros, Mixtos e Impuros
Bienes Públicos Puros Bienes Públicos Mixtos Bienes Públicos Impuros
Gratuitos y Gratuitos o Ni Gratuitos
Universales Universales Ni Universales
Ejemplo: La calle, la plaza Gratuito, pero no universal Celulares, telefonía fija,
Ejemplo: orfanato, asilo de automóviles, transporte,
ancianos etc.
Universal, pero no
gratuito: salud, educación
Fuente: Elaboración propia
Los Bienes públicos también se pueden clasificar en lo que se conoce como la pirámide
de Bienes y servicios en Bienes Básicos de Tipo I, Bienes Básicos de Tipo II y Bienes
básicos de Tipo III. Los Bienes Básicos de Tipo I corresponden a un municipio o
niveles territorial administrativo básico, predominantemente rural. Los Bienes Básicos
de Tipo II corresponden a municipios intermedios o de población mayor a 20.000
118
habitantes. Los Bienes Básicos de Tipo III corresponden a municipios
predominantemente urbanos con población mayor a 50.000 habitantes.
Grafico No. 2
Una vez, conocidas las clasificaciones de Bienes Públicos y establecido que la justicia
es un Bien o Servicio Público, se puede establecer que la Justicia es un servicio público,
provisto por el Estado.
Se puede considerar que los servicios de Justicia debieran ser Puros, es decir universales
y gratuitos, pero en los hechos se demuestra que es un Servicio público mixto, ya que, si
bien es universal, no es completamente gratuito. Hay costos (y costas), que parten desde
la existencia de gastos judiciales, relacionados al pago de defensa, y en caso de acudirse
a la defensa publica, otros costos relacionados a los que se relacionan con las
investigaciones (que debieran ser realizadas por la policía y la fiscalía, que son entes
públicos y gratuitos), pero que no cubren las necesidades de los litigantes. Hay costos de
transporte de notificadores y diligencieros; hay costos de papeleos, etc. Por otro lado,
incluso se puede cuestionar si es universal el servicio de justicia, ya que la distancia con
los juzgados, de parte de la población rural, hace que la misma acuda a formas de
justicia comunitaria o indígena; o a ningún tipo de justicia, en sus diferendos con otras
personas, e incluso en delitos de tipo penal, que quedan sin sanción, por esta situación.
Finalmente, se puede decir que los servicios de justicia, son de Tipo III, e incluso de
Tipo II, porque en el nivel básico, en municipios predominantemente rurales, no existen
asientos judiciales de ningún tipo. Esto se ha podido comprobar en otro documento
presentado para esta Comisión de Reforma.
119
Por otro lado, en la Teoría de los Derechos, se considera Derecho para un ciudadano,
aquel que se pueda ejercer o recibir de manera universal y gratuita. Si se considera que
la justicia es un Derecho de l@sciudadn@sbolivian@s, entonces, se puede considerar
que la gratuidad de este servicio es prácticamente una obligación del Estado boliviano.
III. PROPUESTA DE REFORMA DE LA JUSTICIA
120
sub-nacionales (departamentales, municipales o indígena-originario-
campesinos) pueda postularse a cargo judicial alguno.
Una declaración jurada de incompatibilidad donde el postulante declare si tuvo
alguna vez actividad política; si tiene una actividad religiosa militante; o si
participa de otro tipo de asociaciones que pueden comprometer su
imparcialidad: comerciales, folclóricas, regionales, logias, etcétera.
Quedarán excluidos los militares, policías y religiosos que sean abogados aun
cuando renuncien a sus carreras o sean jubilados de estas fuerzas o gremios.
Prohibición absoluta de los postulantes de tener contactos, de manera directa o
indirecta, y por cualquier medio, con cualquier miembro de los Órganos
Legislativo y Ejecutivo, castigándose su transgresión con la exclusión del
proceso.
Eliminación de la fase de la entrevista, que se convierte en un medio para
asegurar el nivel de sometimiento del postulante, o al menos de inclinar la
balanza en función de criterios subjetivos.
Los exámenes deberán ser efectuados por las Facultades de Derechos del
sistema público de Universidades, con las siguientes características: se tratarán
de evaluaciones públicas; ciegas; los resultados se entregarán en un plazo
máximo de 48 horas; tendrán una parte objetiva y otra de razonamiento; quienes
obtengan los mayores puntajes deberán ser seleccionados por el Órgano
Legislativo para conformar las ternas sin posibilidad de que los resultados
puedan ser dejados de lado.
El ejercicio de la actividad judicial en cualquier ámbito no tendrá relevancia ni
puntaje en el proceso de selección.
La Convocatoria a Elecciones debe contemplar un artículo que diga que éstas
serán declaradas nulas en caso de que los votos nulos y blancos superen los
votos válidos. Creemos que esta previsión podría convertirse en un mecanismo
que exija al Órgano Legislativo la mayor transparencia y objetividad en la
selección de los postulantes.
90
Montesquieu citado en Hamilton, A. y otros, ob. cit., Nº 78, p. 331 (n. 52). En la versión original, sin
embargo, esta frase es aún más lapidaria:” Ofthe three power sabove mentioned, the JUDICIARY is next
to nothing” (De los tres poderes antes mencionados, el PODER JUDICIAL es casi nada). Hamilton, A. y
121
En El Federalista ya se introducen mecanismos dirigidos a garantizar la independencia
judicial; por ejemplo, un procedimiento especial de nombramiento y destitución y
respecto a esto la afirmación que no puede esperarse nada de jueces que estén en
posesión de sus cargos en virtud de designaciones temporales; así también respecto al
régimen de remuneración, de la permanencia en el cargo, la remuneración decente y
estable (“un poder sobre la subsistencia de un hombre equivale a un poder sobre su
voluntad”); finalmente e indefectiblemente el conocimiento del juez, no hay forma de
garantizar independencia si el juez no es solo dependiente de su conocimiento, la
ignorancia a la postre trae consigo la inevitable dependencia al poder91.
Más allá de las referencias teóricas que puedan hacerse, se puede afirmar que existen
conexiones idénticas entre las concepciones clásicas y contemporáneas, y que las
preocupaciones por la independencia del poder judicial son las mismas ayer y hoy.
Lousada y Ron Latas92, dijeron bien que la independencia judicial debería garantizarse
con los siguientes presupuestos: 1. Una reglamentación objetiva que determine la
manera de acceder a la profesión y la promoción basada en criterios de igualdad, mérito
y capacidad; 2. Inamovilidad de los jueces; 3. Procedimientos especiales para la
destitución de los jueces; 4. Incompatibilidad con otros cargos públicos y finalmente;
5.un estatuto judicial. Estos criterios, con algunos matices, pueden servir para dar cuenta
de una propuesta que tenga que ver con la independencia judicial y el juez desde su
ingreso hasta la cesación de sus funciones.
LA ESCUELA DE JUECES
92
122
Probablemente el método más aconsejable sea el de la Escuela de Jueces; sin embargo,
para que este ingreso sea verdaderamente serio, deben hacerse ajustes necesarios, como
los siguientes:
Estas dos formas de ingreso traerán como consecuencia la carrera judicial: sea que se
ingresa por la Escuela de Jueces o por el examen los jueces tendrán la misma condición,
y por lo tanto los mismos derechos y obligaciones. Ya dentro de la carrera judicial los
jueces deberán:
123
RESPECTO A LOS MAGISTRADOS DEL SUPREMO, CONSTITUCIONAL,
AGROAMBIENTAL Y CONSEJO DE LA MAGISTRATURA.
125
solución, una luz al final del camino, pero objetivamente esa solución está muy lejos de
nuestro alcance, ya que es ingenuo pensar que la solución se encuentra en los cuerpos
normativos, ampliando tipos penales o endureciendo las sanciones existentes.
La política criminal más eficaz siempre se sostiene con mayor eficacia en medidas de
hecho que en medidas de derecho. Sin embargo, hay que estar conscientes que trabajar
en los valores es un proceso que compromete las diferentes etapas vitales, que dará
frutos sólidos recién después de muchos años. El problema de optar por esta vía radica
que el ciudadano común no percibe los cambios y espera respuestas inmediatas ante la
lacerante crisis de la justicia.
Es en ese marco que, para combatir contra el flagelo de la corrupción en la
administración de justicia con resultados inmediatos, no se puede prescindir de la labor
normativa, de modificar algunas normas del sistema penal. Ahora bien, la corrupción en
la justicia tiene múltiples actores, pero quien tiene la posesión de garante delegada por
la sociedad a través del Estado es el juez. No se trata solo de un problema de sujeción
de éste a la norma, su condición delegada para definir el conflicto, en sus manos, no
solo le obliga a tener “la ley en la mano y el espíritu en el corazón”, sino también que le
obliga a aplicar las normas sustantiva y adjetiva sin dejarse arrastrar por la dádiva, por
la ventaja, por el beneficio indebido, de cualquier naturaleza porque se entenderá que el
juez que obedece al poder del dinero, a la influencia política, religiosa, cultural, a las
pasiones, apartándose de la norma, es simplemente un corrupto.
El prevaricato es, en la crisis de justicia, el delito de mayor materialización porque su
estructura típica conjuga con el momento cúspide o con las circunstancias trascendentes
en las que el fallo venal afecta a la paz social. Nuestra legislación penal, como acontece
en la mayoría de los códigos penales, contempla esta figura penal; pero es necesario
recordar que, de acuerdo a la corriente finalista - a la que se adscribe nuestra legislación
- el elemento subjetivo de este delito es el dolo, lo que significa que sólo puede haber
prevaricato cuando se prueba que el juez actuó con intención manifiesta de vulnerar la
norma. Naturalmente que es una tarea difícil en la persecución penal la probanza del
dolo, pero está claro que demostrar que el juez actuó contra la ley, no es suficiente para
la consumación del delito porque la adecuación de la conducta al hecho delictivo
normado debe ser tanto en los elementos objetivos como subjetivos.
Volviendo a la referida posesión de garante del administrador de justicia, tropezamos
con otro gran problema jurídico que es la ignorancia del juez del derecho; el término
puede ser agresivo, pero es real y tiene diferentes matices de gravedad. Esta conducta se
califica como prevaricato culposo, no prevista en nuestro ordenamiento jurídico y en
muchos casos ha sido el instrumento de jueces corruptos para evadir la sanción por sus
actos contra la justicia. Si es obligación del juez más que de cualquier ciudadano el
conocimiento de la norma y el estudio del caso en todas sus circunstancias de tiempo,
lugar y espacio, éste no puede ser impune por el acto imprudente de emitir un fallo
provocado por esta insolvencia cognitiva. Por eso, a pesar de no ser el mejor camino el
engrosar los códigos penales, se debe incorporar el tipo penal de prevaricato culposo
como parte de esta lucha contra la corrupción en la administración de justicia, para de
esta forma poner freno a la impunidad de jueces corruptos, quienes eluden la sanción al
invocar en su defensa la deficiencia de conocimientos. La creación de este nuevo tipo
penal motivará – pensamos – que los componentes del Órgano Judicial y de los
gobernantes en general promuevan una adecuada selección de autoridades
jurisdiccionales, estricta, exigente, transparente y adecuada para responder a los
reclamos diarios de la sociedad.
126
I. El delito de prevaricato culposo la posición de responsabilidad del juez y los
deberes inherentes a su cargo:
93
94
95
96*
El análisis también incluye a los fiscales
127
1. Dicte requerimiento o resolución conclusiva contraria a la Constitución
Política del Estado, Bloque de Constitucionalidad o Ley aplicable al caso; o,
Se entiende por ilegal aquéllas resoluciones que entren en una contradicción objetiva y
manifiestamente grave con el ordenamiento jurídico.
128
Esa ilegalidad puede referirse, tanto a aspectos de procedimiento como materiales, ya se
trate de cuestiones de calificación jurídica, ya de problemas de hecho o de apreciación
de la prueba”.
d) El carácter doloso del delito de prevaricato.
Por definición legislativa el:
Art. 13 Quater, de nuestro Código Penal señala: “(DELITO DOLOSO Y
CULPOSO) Cuando la ley no contempla expresamente con pena el delito
culposo, solo es punible el delito doloso”.
Del texto de la norma se desprende que todos los delitos establecidos en el catálogo
establecido por el Libro Segundo del código penal son dolosos, excepto los
expresamente definidos como delitos culposos. Ejemplos: artículo 116 revelación de
secretos por culpa, 143 peculado culposo, 260 Homicidio culposo, 268 aborto culposo,
274 lesiones culposas, etcétera. Esto significa que solo los hechos culposos que estén
expresamente tipificados como delitos pueden ser objeto de sanción penal. De ello se
infiere que en nuestra legislación punitivo-penal no existe el prevaricato culposo.
Ahora bien, ingresemos al análisis del dolo descrito en el Código Penal Boliviano.
Art. 14.- “(Dolo). Actúa dolosamente el que realiza un hecho previsto en un tipo
penal con conocimiento y voluntad. Para ello es suficiente que el autor considere
seriamente posible su realización y acepte esa posibilidad.
Esto es que, decir, para que el delito de prevaricato se materialice deben concurrir en la
conducta del sujeto agente dos elementos: 1) el elemento cognoscitivo, esto es el
conocimiento del tipo penal que comete y 2) el elemento volitivo, es decir, la voluntad o
la decisión de cometerlo. Es decir, el sujeto debe tener conocimiento actual de los
elementos constitutivos del tipo penal y tener la voluntad incondicionada de realizar el
hecho típico.
2.El delito de prevaricato culposo
129
1) No toma conciencia de que realiza el tipo penal.
2) Tiene como posible la realización del tipo penal y, no obstante esta
previsión, lo realiza en la confianza de que evitara el resultado.
El Elemento objetivo del deber de cuidado:
La observancia del deber objetivo de cuidado (los preceptos de la Constitución y
las leyes que los jueces deben aplicar en los casos concretos), constituye el punto
de referencia obligado del tipo de injusto del delito culposo denominado en otras
legislaciones como delito imprudente.
El artículo 179 del texto constitucional, que establece que la función judicial es
única y se ejerce por el órgano judicial por sus diversos estamentos, es
desarrollado por la Ley Nº 025 del Órgano Judicial de 24 de junio de 2010, que en
su artículo 4.1.establece el marco de las obligaciones de los jueces, cuyo deber es
aplicar los derechos constitucionales y legales conforme a la derecho, donde al
final se señala que la autoridad jurisdiccional no podrá alegar falta, oscuridad,
insuficiencia de la ley o desconocimiento de los derechos humanos y garantías
constitucionales para justificar su vulneración.
Por supuesto que la labor de los jueces debe estar enmarcada en los principios
establecidos por los artículos 178.I y 180 I y II de la CPE y artículos 3 y 30 de la
LOJ. Los jueces que se salen de este marco de referencia en el ejercicio de sus
funciones y descuidan su cumplimiento, incurren en una falta al deber de cuidado
al que están obligados como administradores de justicia.
Tanto la moderna doctrina, como la jurisprudencia destacan fundamentalmente
dos componentes del tipo de injusto del delito imprudente: la conducta típica
imprudente y su relación con el resultado que ella ha causado.
LA CONDUCTA TÍPICA: LA LESIÓN DEL DEBER DE CUIDADO
La identificación de la conducta típica en el prevaricato culposo surge de
establecer el deber objetivo de cuidado comparándolo con la conducta realizada
por el sujeto, para ver si ha sido realizada culposamente.
El núcleo del tipo de injusto del delito imprudente consiste, por tanto, en la
divergencia entre la conducta realmente realizada y la que debería haber sido
realizada en virtud del deber de cuidado que, objetivamente, era necesario
observar y que cualquier persona situada en las circunstancias del autor podía
haber observado.
El Derecho penal no sólo prohíbe acciones finales en las que el fin pretendido por
el autor o los efectos concomitantes por él admitidos coinciden con la realización
de los elementos objetivos de un tipo de delito, sino también aquellas acciones
cuya finalidad es muchas veces irrelevante penalmente, pero que son realizadas sin
el cuidado necesario y producen un resultado prohibido.
En los delitos imprudentes, la desaprobación jurídica recae sobre la forma de
realización de la conducta o sobre la selección de los medios para realizarla. En
definitiva, la prohibición penal de determinados comportamientos imprudentes
pretende motivar a los ciudadanos para que, en la realización de conductas que
puedan ocasionar resultados lesivos, empleen el cuidado que es objetiva y
130
subjetivamente necesario para evitar que se produzcan; en una palabra, para que
actúen con la diligencia debida.
A) EL CONCEPTO DE CUIDADO OBJETIVO
El concepto de cuidado es, en primer lugar, un concepto objetivo y normativo.
Es objetivo, por cuanto no interesa para establecerlo cuál es el cuidado que en el
caso concreto ha aplicado o podía aplicar el autor, sino cuál es el cuidado
requerido en la vida de relación social respecto a la realización de una conducta
determinada. Ello supone además un juicio normativo que surge de la
comparación entre la conducta que hubiera seguido un hombre razonable y
prudente en la situación del autor y la observada por el autor realmente. En el caso
del delito de prevaricato culposo: la jueza o juez que administra justicia.
Dos son los elementos de este juicio normativo: uno intelectual, según el cual es
necesaria la consideración de todas las consecuencias de la conducta que,
conforme a un juicio razonable («objetivo») eran de previsible producción
(«previsibilidad objetiva»); y otro valorativo, según el cual sólo es contraria al
cuidado aquella conducta que queda por debajo de la medida adecuada
socialmente.
Ciertamente, el criterio de la previsibilidad objetiva es insuficiente porque no toda
conducta que objetivamente puede producir resultados lesivos es ya por eso
imprudente. Por ejemplo, conducir un automóvil un fin de semana en una carretera
de mucho tráfico es una actividad peligrosa que, sin embargo, y aunque pueda ser
previsible que de ella se derive un accidente, no es ya, sin más, imprudente. Para
que esta conducta en sí peligrosa pueda ser calificada como imprudente es
necesario, además de la previsibilidad, que el sujeto desatienda las reglas de
cuidado que, en esos casos, el tráfico exige observar.
La jurisprudencia y la doctrina han elaborado una serie de criterios destinados a
precisar el concepto de imprudencia; algunos de ellos (incremento del riesgo
permitido, fin de protección de la norma) han sido sistematizados en la teoría de la
imputación objetiva; otros funcionan como principios genéricos (art. 3 de la LOJ)
susceptibles de ser aplicados en el caso concreto para comprobar el nivel de
diligencia requerido en dicho supuesto.
También se suele acudir, para determinar en el caso concreto si hubo o no
imprudencia, a criterios tales como la adecuación social o el riesgo permitido, de
los que nos ocupamos en otro lugar. Igualmente en la doctrina anglosajona se
emplea el criterio de lo razonable (si se considera que el acusado no actuó como lo
hubiera hecho en esas circunstancias una persona razonable, entonces se afirma la
imprudencia).Todos estos criterios sirven para delimitar el tipo de injusto del
delito imprudente de forma objetiva, al margen de situaciones subjetivas o
conocimientos especiales que tenga el autor de la acción y que ahora veremos
cómo repercuten en la delimitación del concepto de imprudencia.
B) EL DEBER SUBJETIVO DE CUIDADO
Todos los criterios expresados en el apartado anterior son criterios objetivos que
valoran, por tanto, la conducta desde el punto de vista de un observador imparcial
colocado en la situación y circunstancias del sujeto que la realice. Pero también en
131
la imprudencia hay un tipo subjetivo que atiende a la capacidad individual, al nivel
de conocimientos, previsibilidad y experiencia del sujeto. Así, por ejemplo, la
agravación de la imprudencia cuando se trata de un profesional sólo tiene sentido
si se tiene en cuenta la mayor capacitación del profesional en el ejercicio de su
actividad frente al que no lo es. En una misma situación, el saber especial de un
individuo, sus deberes profesionales, etc., pueden servir de base para valorar su
conducta como imprudente, mientras que la misma conducta realizada por una
persona sin esos conocimientos específicos puede ser correcta. Así, por ejemplo, el
médico que conoce la debilidad constitucional del paciente debe actuar más
cuidadosamente que el que no la conoce; su imprudencia, pues, respecto a la
prescripción de un medicamento contraindicado es mayor. También el rol que
desempeña el sujeto puede ser determinante para la exigencia de un mayor deber
de diligencia. Se puede hablar, por tanto, de un «doble baremo», en el sentido de
que primero hay que establecer un baremo generalizador u objetivo de lo que se
considera imprudente, e individualizarlo después con arreglo a las circunstancias
del caso concreto y a los conocimientos y capacidades especiales del sujeto que
interviene en ese caso (cirujano de prestigio, piloto de carreras, experto o perito).
En resumen, las reglas y principios de la experiencia son abstracciones y
generalizaciones que deben aplicarse a un caso concreto para valorar si hubo o no
imprudencia. La inobservancia de esas reglas es ya un indicio, pero nunca una
prueba irrefutable de que se actuó imprudentemente. Así, habrá casos en los que la
inobservancia de dichas reglas puede ser imprudente y en otros, prudente: el
invadir el lado izquierdo de la calzada cuando no viene nadie en contra para evitar
atropellar a un niño es, a pesar de la infracción formal, un acto prudente; sin
embargo, el seguir por el mismo lateral puede ser imprudente. Por tanto, lo que al
final importa es la lesión subjetiva del deber de cuidado.
C) LA LESIÓN DEL CUIDADO
Resumiendo, si de la comparación entre el deber de cuidado objetivo y la conducta
concreta realizada resulta que la conducta ha quedado por debajo de lo que el
cuidado objetivo exigía, se habrá lesionado este cuidado y la conducta será típica a
los efectos de constituir el tipo de injusto de un delito imprudente. Si, por el
contrario, la conducta realizada es conforme al cuidado requerido, no será típica.
El Derecho Penal no puede obligar a nadie más allá de la observancia del cuidado
que objetivamente era exigible en el caso concreto al que se encontraba en esta
situación. Por ello, sólo la lesión del deber de cuidado convierte la conducta en
conducta imprudente.
Sin embargo, dado que junto a la lesión del cuidado objetivamente requerido hay
que tener en cuenta también la capacidad, rol específico y conocimientos
especiales del sujeto que actúa, tanto para fundamentar la imprudencia, como para
graduar su gravedad, debe distinguirse entre imprudencia grave y leve, según el
grado de participación subjetiva del autor en el hecho y de conciencia del peligro
que supone la conducta que realiza. Algunos supuestos de imprudencia punible
sólo son imaginables si los realiza un profesional (cfr. por ejemplo, art. 159,2).
Cuanto mayor sea la lesión del cuidado subjetivo, más grave será la imprudencia.
Esta gravedad mayor o menor de la imprudencia no depende, sin embargo, de que
sea una imprudencia consciente o inconsciente, pues a veces la inconsciencia, es
decir, que el sujeto ni siquiera se haya percatado de la peligrosidad de su conducta,
refleja un grado de despreocupación y ligereza aún más grave que la imprudencia
132
consciente, en la que el sujeto cree que puede dominar el peligro que está creando
conscientemente.
3. EL RESULTADO. LA IMPUTACIÓN OBJETIVA
Las conductas imprudentes sólo son castigadas, por imperativo del principio de
intervención mínima del Derecho penal, en la medida en que producen
determinados resultados. El desvalor de la acción (la conducta imprudente) no es,
por sí, suficiente para determinar una sanción penal, sino que es preciso, además,
que se conecte con el desvalor del resultado (la producción de un resultado
prohibido.
La producción del resultado es el «componente de azar» de los delitos
imprudentes, ya que éstos sólo pueden ser castigados cuando el resultado tiene
lugar, normalmente consistirá en la lesión de un bien jurídico y otras veces, las
menos, en su puesta en peligro. El resultado, para ser imputado al autor de la
acción imprudente, debe estar en una determinada relación con ésta y ser la
consecuencia lógica del peligro inherente creado o incrementado ilícitamente por
la conducta misma. Por ello se puede decir que la conducta objetivamente
imprudente (es decir, la realizada sin la diligencia debida que crea o incrementa de
forma ilegítima el peligro de que un resultado se produzca) es, junto con la
relación de causalidad, la base y fundamento de la imputación objetiva del
resultado, que pertenece, por tanto, a la propia esencia de la imprudencia. Entre la
conducta imprudente y el resultado lesivo, debe mediar en primer lugar, una
relación de causalidad, es decir, una conexión que permita imputar ya en el plano
puramente causal ese resultado concreto que se ha producido al autor de la
conducta imprudente realizada.
Se plantean aquí, por consiguiente, los problemas de relación de causalidad que
normalmente se pueden resolver con la teoría de la adecuación. En efecto, esta
teoría considera adecuada una conducta para provocar un resultado cuando era
previsible objetivamente que lo iba a provocar y el autor actuó sin la diligencia
debida. Estos dos componentes, previsibilidad objetiva y diligencia debida, son, al
mismo tiempo, los elementos que se emplean para determinar cuándo una
conducta es imprudente. Sin embargo, no siempre que se dan la previsibilidad
objetiva y la falta de diligencia pueden imputarse los resultados producidos.
A partir de las aportaciones de ROXIN, la doctrina y la jurisprudencia han
elaborado diversos criterios que perfilan la teoría de la causación adecuada y
restringen el ámbito de imputación a aquello que es jurídicamente relevante (teoría
de la imputación objetiva).
La teoría de la imputación objetiva también puede ser fundamentada desde el
punto de vista de la función de motivación de la norma pues sólo lo que las
personas pueden prever racionalmente como consecuencia de una conducta que
crea o incrementa el peligro más allá de lo permitido puede ser imputado
objetivamente y puede ser objeto de una prohibición y de una amenaza penal. Es
decir, no sólo se trata de motivar la evitación de este tipo de conductas, sino
también de imputar sólo a la misma, y ya en el plano objetivo, el resultado que
racionalmente puede ser imputado, y no cualquier evento que pueda producirse
casualmente, más allá de lo previsible y evitable, y sin conexión directa con el
peligro ilegítimamente creado. En definitiva, la norma penal sólo puede motivar y,
133
por tanto, amenazar de forma general con una pena, comportamientos
objetivamente peligrosos y realizados más allá del riesgo permitido, sea éste uno
regulado jurídicamente (por ejemplo, por normas del Código de la circulación o
por reglamentaciones sobre los niveles admisibles de contaminación
medioambiental),
A MANERA DE INTRODUCCION.-
Otra propuesta que, sin ser novísima en el contexto universal, no tenemos en nuestro
sistema normativo penal, es la incomunicabilidad del juez con las partes. No es extraño
ver en los estrados judiciales carteles que anuncian que el Juez atiende audiencias ajenas
al proceso en ciertos horarios, como un procedimiento absolutamente normal. Esta
práctica actitud no es otra cosa que una vulneración al principio de igualdad de las
partes en el proceso. Si bien es cierto que el principio de inmediación es rector de un
proceso justo, éste es aplicable solo en actos formales, con presencia de ambas partes.
Corresponderá establecer en todos los procesos una norma prohibitiva de esta
legitimada injusticia que en realidad es la vía desencadenante de la corrupción
constituida por el cohecho.
La prohibición en la norma adjetiva penal debe ser extensiva inclusive al sistema
político cuyos miembros suelen, direccionar al juez en fallos o decisiones judiciales,
usando y abusando de las influencias que les da el cargo. Si existe la norma en el
ordenamiento procesal, debería también preverse el mandato sustantivo con el tipo
penal que sancione las entrevistas del juez con una sola de las partes y por motivos que
no están previstos en el procedimiento, debiendo constituir una agravante que lo hagan
fuera de los estrados judiciales.
2.El derecho a la tutela judicial efectiva como principio inspirador de la
regulación
El derecho a la tutela judicial efectiva y acceso a la jurisdicción, se encuentra
reconocido en el artículo 115 y siguientes de la Constitución Política del Estado.
Además de otras garantías jurisdiccionales como las previstas en los artículos 116. I.
Presunción de inocencia, principio de favorabilidad en caso de duda; II cualquier
sanción debe fundarse en una ley anterior al hecho punible; artículo 117. I Derecho a ser
oído y juzgado por un juez natural competente, sanción impuesta por autoridad
competente en sentencia ejecutoriada; II. Principio de Non bis in ídem, II. Prohibición
de sanción de pena privativa de libertad por deudas u obligaciones civiles patrimoniales,
excepto en los casos establecidos por la ley. El artículo 119. I. Las partes en conflicto
gozaran de igualdad de oportunidades para ejercer durante el proceso las facultades y
los derechos que les asisten, sea por la vía ordinaria o por la indígena originaria
campesina; el art. 120. I. Toda persona tiene derecho a ser por una autoridad
jurisdiccional competente, independiente e imparcial, y no podrá ser juzgada por
comisiones especiales ni sometida a autoridades jurisdiccionales que las establecidas
con anterioridad al hecho de la causa.
Desde un punto procesal, el derecho a la tutela judicial efectiva o acceso a la
jurisdicción, conlleva el deber de los órganos judiciales de salvaguardar los derechos
subjetivos e intereses jurídicos de las partes en el proceso, de conformidad con las
garantías establecidas en la Constitución y la Ley. De lo anterior, se desprende la
134
necesidad de que todo el proceso quede protegido por el respeto a la tutela judicial
efectiva, lo que abarca: los momentos de acceso a la jurisdicción, de la tramitación del
proceso, de la resolución del caso y de la ejecución de la sentencia firme.
Así, desde un punto de vista funcional, la incomunicabilidad de un juez con las partes
implicadas en el proceso (no sólo por las partes estrictamente procesales, sino por
quienes ejercen su representación y defensa en el proceso, así como cualquiera que
tenga intereses legítimos en la causa) deviene sustancial para respetar el principio de
tutela judicial efectiva, en sus vertientes de derecho a la igualdad de oportunidades e
imparcialidad judicial que, de otro modo, no puede desarrollarse plenamente y de
conformidad con la Ley.
Es decir, si bien en términos sustantivos, la definición de la tutela judicial efectiva
engloba estrictamente la obligación de los tribunales de proporcionar garantía y
reparación de los derechos e intereses legítimos de las personas que acuden a su
jurisdicción, en términos materiales, la tutela judicial efectiva engloba también toda una
serie de condiciones previas y estables a lo largo de todo el proceso, de carácter aséptico
y estético, entre las que se encuentra el deber de incomunicabilidad de las partes, que
condicionan notablemente al respeto de la tutela judicial efectiva de los derechos e
intereses legítimos de las partes.
Ello viene justificado en tanto que, el derecho a la tutela judicial efectiva, es un derecho
instrumental dirigido a la protección de los demás derechos subjetivos y garantías
procesales, constituyendo una herramienta esencial para la eficacia del conjunto de los
derechos y libertades fundamentales.
Teniendo en cuenta la función de adecuación del Derecho a la realidad social, se deduce
la necesidad de examinar las circunstancias concomitantes como un todo. Así, si bien
desde un punto de vista dogmático, podría diferenciarse entre dos conceptualizaciones
distintas de tutela judicial, una procesal, enmarcada dentro de la actividad propia de los
órganos judiciales, y otra constitucional, en tanto que supedita su salvaguarda al respeto
de las condiciones fácticas del proceso, ambas devienen inexorables y deben coexistir.
Esto es así, dado que el derecho a la tutela judicial efectiva no puede disgregarse en
conceptualizaciones doctrinales, sino que obliga necesariamente a un examen funcional,
máxime tratándose de una figura clave en la vertiente procesal del mismo.
97
135
Dentro del derecho fundamental a la tutela judicial efectiva, cabe destacar la inclusión
de la imparcialidad como criterio orientador en la práctica jurisdiccional, de
conformidad con el principio general del Derecho “nemoiudex in causa sua”. En este
sentido, la imparcialidad supone una garantía esencial para el correcto desarrollo de la
función de administrar justicia encomendada a jueces y magistrados, la cual no se
proyecta únicamente sobre la decisión en sí misma, sino sobre todos los actos
procesales realizados en el marco del procedimiento. En este sentido, la garantía de
imparcialidad puede reconducirse a una serie de presupuestos que se sintetizan en los
siguientes puntos: la importancia que revisten las apariencias de imparcialidad en una
sociedad democrática; la apreciación de la imparcialidad desde una doble perspectiva
subjetiva y objetiva; la necesidad de examinar en el caso concreto y no abstractamente
si existe o no vulneración del derecho al tribunal imparcial.
De acuerdo con lo expuesto, esta garantía, equiparada por la doctrina como “desinterés
subjetivo”98, implica que el juez no asuma como propia la posición de ninguna de las
partes en el marco del proceso judicial. Con esto, parece esclarecerse que el
entendimiento de la imparcialidad tiene un alcance eminentemente subjetivo, pues
afecta al ánimo con que el juzgador examina cada uno de los actos del procedimiento, al
tiempo que genera una desigualdad entre las partes, lo que afecta al disfrute de la tutela
judicial efectiva por la parte que se encuentra en posición de desigualdad a partir de la
conducta del juzgador.
98
136
jurisdiccional imparcial. Preceptos constitucionales que son desarrollados por el
artículo 3 de la LOJ, como sigue:
El artículo 3 de la LOJ, con referencia a este principio señala: Imparcialidad. Implica
que las autoridades jurisdiccionales se deben a la Constitución, a las leyes y a los
asuntos que sean de su conocimiento, se resolverán sin interferencia de ninguna
naturaleza; sin prejuicio, discriminación o trato diferenciado que los separe de su
objetividad y sentido de justicia.
Esta garantía de imparcialidad persigue, de un lado, que todo órgano jurisdiccional tome
sus decisiones judiciales con arreglo exclusivo a la Ley, sin que pueda incurrir en
motivaciones de otro tipo al verse influenciado por circunstancias ajenas al proceso y,
de otro lado, pretende materializar el principio de igualdad procesal de las partes y la
confianza de las mismas en el proceso. Esto es debido, en primer lugar, a que una
ausencia de parcialidad de los órganos jurisdiccionales implica necesariamente que a
ambas partes del proceso les sea aplicada la ley en condiciones de igualdad y no en
función de otras variables ajenas al proceso y, en segundo lugar, comporta que la
imparcialidad no sólo actúa en beneficio de las partes sino también de un modo externo,
como base fundamental de la confianza del conjunto de la sociedad democrática en el
Poder Judicial, esto es, como garantía esencial de su deber de neutralidad,
independencia y legalidad.
138
Finalmente, cabe considerar que cualquier vulneración de las normas y preceptos
reguladores de la actividad de los Jueces, puede dar lugar a sanciones disciplinarias tal y
como viene regulado en los artículos 184 y siguientes de la LOJ.
El Consejo de la Magistratura es el órgano responsable de aplicar las normas
disciplinarias que regulan el incumplimiento de las responsabilidades profesionales de
un juez, relativas tanto a su ejercicio profesional como a sus relaciones con los
ciudadanos y profesionales de la Administración de Justicia. Entre sus funciones, está
examinar aquellos supuestos en los que las funciones de un Juez o Magistrado se
pongan en entredicho teniendo presente, entre otros, el respeto a sus deberes de
independencia, imparcialidad. sometimiento a la ley, integridad y honradez, espíritu de
servicio y trato adecuado a compañeros, profesionales y ciudadanos, así como el respeto
a las partes que intervienen en el proceso.
Es de hacer notar que dentro de las causales de cesación y excusa y recusación
establecidas por los arts. 23 y 27 respectivamente, no se contempla la prohibición de
comunicación de jueces con las partes e interesados. Asimismo, dentro del Régimen
Disciplinario previsto por los artículos 184 y siguientes, se observa que los artículos
186, 187 y 188 que establecen las faltas leves, graves y gravísimas, no consideran a la
“violación de la garantía de incomunicabilidad de jueces con las partes e interesados
como una falta disciplinaria.
6.Conclusión
La exigencia de incomunicabilidad entre las partes y el juez deriva de la exigencia legal
y material de obtener un derecho a la tutela judicial efectiva en la que se respeten las
garantías de legalidad e imparcialidad sin que pueda incurrirse en ningún tipo de
indefensión para quienes ostentan legítimamente una pretensión para la salvaguarda de
sus derechos, libertades o intereses jurídicos ante los órganos jurisdiccionales.
Así, el derecho a la tutela judicial efectiva devendría un derecho fundamental integrado
por un conjunto de garantías que abarcan, desde el principio de imparcialidad del juez
hasta la incomunicabilidad del mismo con las partes, por lo que, cualquier
quebrantamiento de dichas garantías, comportará de forma ineludible una vulneración
del derecho a la tutela judicial efectiva.
El derecho a la tutela judicial efectiva y sus vertientes de igualdad de partes e
imparcialidad judicial, constituyen derechos fundamentales cuyo objetivo es garantizar
un estatus jurídico que abarca, particularmente, la esfera de los derechos subjetivos de
las partes en el proceso y, de un modo global, los elementos esenciales del conjunto del
Ordenamiento jurídico propios del Estado social y democrático de Derecho.
Sobre esta cuestión, hay que tener presente que los presupuestos generales del Estado
democrático de Derecho conllevan unas exigencias de transparencia y garantismo que
les son inherentes y exigibles por propia definición y que constituyen los principios
rectores del conjunto del ordenamiento jurídico y la razonabilidad moral de la actuación
de los órganos jurisdiccionales. Es decir, la configuración político-jurídica condiciona
decididamente a interpretar el ordenamiento jurídico de forma unitaria y bajo la premisa
de la subordinación de su legitimidad al aseguramiento de las condiciones efectivas de
disfrute de los derechos y las garantías fundamentales.
139
un sentido dogmático, devienen fundamentos integrantes del propio concepto de Justicia
y, en un sentido más material, constituyen la misma estructura de la función
jurisdiccional.
Es decir, la imparcialidad judicial no sólo debe respetarse sino debe parecer que se
respeta porque, de lo contrario, la afectación negativa a la configuración propia del
sistema jurídico e incluso propio ideal de Justicia puede resultar incalculable. Así lo ha
dispuesto el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, disponiendo “Justice must not
only be done; itmust also be seen to be done”99.
Estamos convencidos de que estos aportes sugeridos a las normas penales serán
trascendentes porque cambian estructuralmente las problemáticas citadas que hoy no se
han visualizado por los actores en la reforma judicial. Encontraremos, como hemos
visto en la academia, otros aportes que se deben ir trabajando, nuevos sistemas de
evaluación de jueces, sometimiento de los jueces a un permanente control con medios
tales como el Detector de Mentiras. Lo que se tiene claro es que hasta ahora la sociedad
no percibe aportes y cambios verdaderos y tal vez, estas propuestas sean un comienzo.
Conforme a los datos del Ministerio Público100, la mora procesal existente se explica por
el alto número de causas y el limitado personal, extremo que genera saturación en el
sistema de justicia. Según estos datos, la gestión 2022 inició con 136.317 casos de carga
activa a la que se debe sumar los casos nuevos, lo que deriva en una agudización de la
relación entre la cantidad de casos y el personal.
STEDH, Del Court contra Bélgica, del 17 de enero de 1970, apartado 30.
99
100
Conforme a la información de la Rendición Pública de Cuentas Final 2021 del Ministerio Público, la
media de atención es de 273 casos por fiscal de materia especializada. Información disponible en:
https://www.fiscalia.gob.bo/publicaciones/rendicion-publica-de-cuentas/rendicion-publica-de-cuentas-
final-2021
140
Tanto su sistematización como las modalidades procesales implican también el
reconocimiento material de la sobresaturación del sistema penal con cargas casi
imposibles de ser enfrentadas racionalmente por su número y complejidad.
1. Auditoría de procesos
Actualmente los sistemas de control vigente son insuficientes y se analiza la necesidad
de implementar otros mecanismos102 que reduzcan la alta discrecionalidad en los
procesos. Entre las medidas que permitan brindar seguridad jurídica a la población
identificamos a las auditorias jurídicas. La auditoría jurídica es entendida como “la
101
Al respecto el análisis económico del derecho plantea que los castigos y procedimientos deben ser
proporcionales a los daños causados y en equilibrio con los costos para el Estado. El castigo es
establecido en la parte sustantiva del Derecho Penal, sin embargo, cuando existen delitos de mínima
cuantía o su afectación social es mínima, los costos para el Estado también deben ser mínimos. En nuestro
caso que el Estado destine la misma cantidad de recursos de forma indistinta para todos los procesos
penales sin diferenciar la afectación social, genera un sistema ineficiente. Vid. Cooter y Alen. Derecho y
Economía. Fondo de Cultura Económica. México, 2016
102
La clasificación de medidas preventivas del delito establece que existen medidas situacionales internas
que consiste en la implementación de sistemas de control del delito y medidas externas. Esta última,
puede ser clasificada en sistemas de control externo y prevención social. Las medidas institucionales
externas consisten en implementar mecanismos de control desde otra institución posteriores al desarrollo
de los procesos. Al respecto Vid. Tenca Mariano y Méndez Emiliano. Manual de prevención del delito y
seguridad ciudadana. Ediciones Didot. Buenos Aires, 2017.
141
recolección y el examen objetivo y sistemático de evidencias, con el propósito de
expresar criterio mediante informe específico sobre el cumplimiento de la normativa
dentro de un determinado proceso ejecutoriado”103.
Auditorias permanentes
Las auditorías jurídicas deben ser una garantía de seguridad jurídica y acceso a la
justicia, deben constituirse en un instrumento de control permanente que no solo
dependan del Consejo de la Magistratura, sino debería conformarse equipos con peritos
- auditores jurídicos externos que de forma aleatoria revisen procesos. La Universidad
Pública por su carácter imparcial y de legitimidad social debería ser parte de los equipos
de peritos externos.
103
Reglamento de Auditoría Jurídica del Consejo de la Magistratura Art. 7.
142
indicios de falta de diligencia. El objetivo es identificar el fraude procesal con
responsabilidad sobre los funcionarios públicos corruptos.
Otro elemento a considerar son los costos que conlleva realizarlo y la capacidad de
sostenibilidad, costo que deberían recaer sobre las partes. Cuando se identifique
responsabilidad sobre los funcionarios judiciales estos deberían asumir el costo, pero en
caso de no encontrar falta de diligencia, discrecionalidad u omisión al procedimiento los
solicitantes deberían ser responsables de los mismos.
Es común que cuando se comete un delito las victimas exigen que el delincuente reciba
una pena en forma de prisión, sin embargo, se puede demostrar que, en algunos casos,
143
existen medidas que pueden resultar más efectivas que el encarcelamiento, porque
proporcionan mayor seguridad en la reincidencia del delito104.
104
Se observa que un enfermo psiquiátrico puede continuar cometiendo delitos si se lo encierra con
población general y no se le da un tratamiento especializado Vid. Secretaría General de Instituciones
Penitenciarias. Hospitales psiquiátricos dependientes de la administración penitenciaria. España, 2019.
105
España.
Debe entenderse como enfermo mental que se encuentra en prisión, a toda aquella persona que ha entrado
en contacto con el sistema judicial y penal por haber cometido un delito, y que además está diagnosticado
de un episodio agudo o crónico de trastorno mental. Vid. Op.Cit.
106
Instancia interna de control financiero posterior. Resolución CGE/094/2012 de 27 de agosto de 2012.
107
Instancia encargada del cumplimiento de la normativa en todas las actuaciones de una institución,
además de estar encargada de los procesos sumarios e identificar responsabilidad administrativa e indicios
de responsabilidad penal y civil. Vid. D.S. 29894.
108
Instancia que tiene como funciones implementar mecanismos preventivos y correctivos sobre hechos de
corrupción dentro la institución. Ley No. 974 de Unidades de Transparencia y Lucha contra la
Corrupción.
144
General del Estado, el Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional e instancias
de fiscalización especializada.
También, se debe observar que conforme al principio de economía109 del Estado los
sistemas de control no pueden generar entre ellas duplicidad u obstaculizar las funciones
asignadas conforme disposiciones normativas. Asimismo, se debe establecer que las
instituciones de control externo son las que diseñan la política pública 110 en el área y su
cumplimiento es imperativo, sin embargo, las instancias de control interno desarrollan
mecanismos para el control Interno de la Institución. Ambas acciones son sumamente
importante para el funcionamiento de toda institución.
109
Este principio consiste en que existen muchas demandas sociales y el Estado cuenta con recursos
limitados, por lo tanto, cualquier acción debe buscar optimizar los recursos públicos y evitar la duplicidad
de funciones.
110
Al respecto la política pública está caracterizada por el desarrollo de normas jurídicas, mecanismos,
herramientas, directrices de orientación del cumplimiento sectorial del tipo de control. Un claro ejemplo
son los manuales de rendición Pública de Cuentas diseñada por el Ministerio de Justicia y Transparencia
Institucional que tiene cumplimiento obligatorio por todas la Unidades de Transparencia de los diferentes
niveles gubernativos, empresas públicas o empresas con participación del Estado.
111
Ley No. 1178, Articulo 164.
112
Disponible en: https://magistratura.organojudicial.gob.bo/index.php/institucion/2013-05-07-16-03-21/
acuerdos/finish/1-acuerdos/7674-acuerdo-20-2018-reglamento-de-procesos-disciplinario
145
Supremo de Justicia113 que como se ha referido anteriormente tienen funciones internas
en su institución114.
De acuerdo a la Ley No. 974 Artículo 10, las funciones de las Unidades de
Transparencia y Lucha contra la Corrupción consisten en desarrollar acciones
preventivas y correctivas. Dentro las medidas preventivas deben desarrollar mecanismos
para transparentar la gestión e instrumentos que eviten los hechos de corrupción115 y
dentro las funciones correctivas realizar la gestión de denuncias.
Tanto las funciones preventivas como las correctivas de las Unidades de Transparencia
se enfocan en los actos de corrupción y el ámbito de aplicación es institucional interno.
En ningún caso se constituye en una instancia disciplinaria, sino en el marco de sus
funciones las medidas correctivas consiste en la gestión de denuncias que culmina con
un informe respecto a los posibles indicios de corrupción identificados; respecto a las
medidas preventivas desarrollan rendiciones públicas de cuentas, coordinan para el
ejercicio de la participación y control social, promueven el acceso a la información ante
la población, implementan mecanismos de gestión de riesgos y promueven instrumentos
y mecanismos de ética pública internas a la institución.
Estas funciones son distintas a la potestad disciplinaria 116 del Consejo de la Magistratura
que de forma clara establece que se aplicará a los servidores judiciales y ex servidores
judiciales que hayan incurrido en faltas disciplinarias en el ejercicio de sus funciones117.
113
Ley No. 974 Artículo 5. Unidades de Transparencia y Lucha Contra la Corrupción. Es toda instancia
con recursos humanos suficientes, responsable de gestionar las denuncias por actos de corrupción y llevar
adelante las políticas de transparencia y lucha contra la corrupción, independientemente de su estructura y
nivel jerárquico, de acuerdo a lo establecido en la presente Ley.
114
Al respecto la Ley No. 974 en su Artículo 10 II. establece: Las Unidades de Transparencia y Lucha
Contra la Corrupción, cumplen sus funciones únicamente en la entidad o empresa pública de las que son
parte, salvo las previsiones de coordinación establecidos en la presente Ley.
115
Al respecto los mecanismos preventivos de los delitos consisten en analizar contextos vulnerables,
identificar y construir herramientas, implementarlas con el objetivo de anticiparse a los delitos y evitarlos.
Por excelencia en los estudios de la corrupción la herramienta más utilizada es la gestión de riesgos de
corrupción, que identifica los sectores más sensibles a través de la metodología se semaforización de
prioridades y la revisión histórica de la institución. Al respecto se puede analizar el documento ¿cómo
podemos prevenir la corrupción? Una propuesta para identificar posibles tipologías que deriven en actos
de corrupción. UNODC. Disponible en:
https://www.unodc.org/documents/colombia/2018/Julio/COMO_PODEMOS_PREVENIR_LA_CORRU
PCION.pdf
116
Consiste en la potestad autónoma, de conocer y sancionar toda acción u omisión que se encuentre
determinada como falta disciplinaria en el ordenamiento jurídico vigente. Reglamento de Procesos
Disciplinarios para la Jurisdicción Ordinaria y Agroambiental. Artículo 4.
117
Vid. Reglamento de Procesos Disciplinarios para la Jurisdicción Ordinaria y Agroambiental, Artículo 2.
146
La situación se agrava si tomamos en cuenta que en el Órgano Judicial existen dos
Direcciones Generales de Transparencia, la del Consejo de la Magistratura con alcance
nacional, y la del Tribunal Supremo de Justicia también con alcance nacional,
duplicando funciones y tergiversando su función antes descrita, e ingresando a la
instancia disciplinaria,
147
Ley de Organización Administrativa del Poder Ejecutivo, Decreto-ley Nº 10460
de 12 de septiembre de 1972.El Ministerio del Interior, Migración y Justicia, que
así se denominaba, tenía entre sus atribuciones “la representación del Poder
Ejecutivo ante el Poder Judicial”.
Ley Nº 1493 de Ministerios del Poder Ejecutivo de 17 de septiembre de 1993.
Por primera vez se crea de manera autónoma el Ministerio de Justicia. Sus
competencias: protección y promoción de los derechos humanos; administración
del programa de defensa pública; proponer las medidas legislativas y
administración para la lucha contra la corrupción y la impunidad; actualización y
corrección de concordancias de la legislación vigente. Por disposición del
Reglamento aprobado por Decreto Supremo Nº 23660 12 de octubre de 1993
sólo existían dos Subsecretarías; de Justicia y de Derechos Humanos.
Ley Nº 1788 de Organización del Poder Ejecutivo de 16 de septiembre de 1997.
El Ministerio de Justicia y Derecho Humanos se ocupaba de promover la
sistematización y actualización del ordenamiento jurídico; la protección y
promoción de los derechos humanos; la administración del régimen nacional de
Defensa Pública; la “coordinación de actividades con el Poder Judicial, el
Ministerio Público y el Defensor del Pueblo”; y, el apoyo a los procesos legales
del Poder Ejecutivo. El Reglamento aprobado por Decreto Supremo Nº 24855 de
22 de septiembre de 1997 establecía los Viceministerios de Justicia y Derechos
Humanos.
Ley Nº 2446 de Organización del Poder Ejecutivo de 19 de marzo de 2003.
Suprimió el Ministerio de Justicia, no obstante las atribuciones que tenía esta
cartera de Estado fueron confiadas a un Viceministerio de Justicia dependiente
del Ministerio de la Presidencia (Reglamento aprobado por Decreto Supremo Nº
26973 de 27 de marzo de 2003).
149
En síntesis, consideramos que el Ministerio de Justicia debe mantenerse, pero deben
revisarse sus competencias, para no duplicarles con otras instancias, como el Defensor
del Pueblo. En tanto que las tareas de órgano central anticorrupción deben salir de su
esfera, en el marco de lo señalado por el convenio de la ONU. Se debería también
rediscutir sus funciones de “coordinación” con otros niveles estatales, en particular del
Órgano Judicial, porque se ha constituido en el mecanismo de injerencia del Órgano
Ejecutivo en éste.
Asimismo, se debería tener en cuenta la experiencia de Ministerios de Justicia de otros
países.
3.4.5 CORRUPCION
Uno de los problemas más acuciantes, más extendidos y más enraizados en la
administración de justicia es, sin duda alguna, el de la corrupción. Las numerosas
reformas que se han ensayado en las últimas décadas, algunas constitucionales otras
legislativas, no han causado ningún efecto significativo. La corrupción al ser un
fenómeno complejo y de múltiples manifestaciones no se resuelve con una sola medida
o con medidas solamente punitivas. Se pueden citar varios ejemplos en los que el
endurecimiento de las penas o la creación de nuevos tipos penales no ha tenido casi
ningún resultado en la disminución de las conductas que se quieren combatir. Por eso
nuestra propuesta otorga una atención secundaria a la dimensión punitiva.
En cambio, hemos puesto mayor atención en sugerir medidas preventivas que impidan y
reduzcan la corrupción, y de darse el caso, permitan identificar a los responsables,
partiendo de la premisa de que es posible reducir los actos de corrupción con medidas y
sistemas de control adecuados. Algunas de estas medidas pueden requerir alguna
reforma legislativa; otras, en su mayoría, son medidas administrativas y reglamentarias.
Ninguna entraña una reforma a la Constitución Política del Estado.
A. Transparencia
La opacidad no es sinónimo de corrupción, pero siempre va unida a ella; es decir, hay
una relación directamente proporcional entre opacidad y corrupción; y, por tanto, una
relación inversamente proporcional entre transparencia y corrupción. Por ello, deberá
ser una exigencia permanente la mayor transparencia en la administración de justicia.
Es cierto que el marco normativo vigente proclama la publicidad como un principio de
la administración de justicia (artículo 178 de la Constitución Política del Estado y
artículo 3 numeral 5 de la Ley Nº 025 del Órgano Judicial), pero es la misma Ley Nº
025 la que se encarga de socavar este principio cuando permite, a renglón seguido,
declarar la reserva de un proceso. Una primera medida consistiría, entonces, en limitar
la declaración de reserva a un solo caso: cuando el proceso judicial pueda afectar a
menores de edad. Al margen de esto todos los expedientes, todos los procesos, deberían
ser públicos de manera irrestricta.
Pero no sólo hay que ver el ámbito normativo, ya que en la práctica procesal este
principio de publicidad apenas se aplica. Para comenzar el ingreso a tribunales y
juzgados está reservado solo a las partes litigantes y los abogados, algo que se agudiza
en el acceso a los expedientes. Todavía está presente en la mentalidad de los operadores
150
de justicia el “legítimo interés” para acceder a éstos. Es cierto que aquí tropezamos con
la ausencia de una ley de acceso a la información pública en el Estado boliviano. La
única norma data de mayo de 2005 (Decreto Supremo Nº 28168) y los proyectos de ley
en esta materia duermen el sueño de los justos. Sin embargo, en el ámbito judicial el
citado artículo de la Ley Nº 025 podría ser suficiente si se aplicara realmente y se creara
una cultura de publicidad en los operadores de justicia a todo nivel: desde los más altos
cargos de los tribunales de justicia, hasta los más inferiores.
Se debe poner especial énfasis en materia penal, donde la etapa de la investigación
lamentablemente es guardada celosamente por fiscales e investigadores policiales, a
título de no entorpecer las pesquisas. Pero esa reserva, ese secretismo, solamente es
fuente de corrupción, ya que sólo para tener acceso a las pruebas, las partes
(denunciantes o denunciadas) tienen que darse modos para conseguir los actuados de
manera no oficial, lo que definitivamente destruye el debido proceso. Insistimos: la
opacidad es el caldo de cultivo donde florece la corrupción.
Entonces, la publicidad irrestricta debería ser también una característica de la etapa
preliminar del proceso penal, lo cual, además de reducir una oportunidad para la
corrupción, asegurará la legalidad y la publicidad de la prueba. No se debe olvidar que
en la Constitución Política de 1945 se introdujo la publicidad de los juicios como la
condición esencial de la administración de justicia y se había dispuesto la abolición del
carácter secreto de la prueba en los sumarios criminales (artículo 138), que en la
terminología de la época equivalía a la etapa preliminar de la investigación penal; y, en
materia de derechos fundamentales la línea debe ser siempre progresiva, hacia adelante,
nunca hacia atrás.
Lamentablemente, las disposiciones legales contenidas tanto en el Código de
Procedimiento Penal (que prohíbe formar un expediente en la etapa preparatoria y que
permite de un modo por demás laxo y discrecional decretar la reserva de las actuaciones
inclusive para las partes “cuando sea imprescindible para la eficacia de la
investigación”) y en la Ley del Ministerio Público, donde éste tiene la obligación de
“cuidar” que la información proporcionada no vulnere los derechos de las partes “ni
ponga en peligro las investigaciones” (artículo 9) en este punto han sido un claro
retroceso en nuestra legislación que urge corregir. En síntesis, se debe abolir cualquier
figura en materia penal que sea un sustituto de la antigua instrucción secreta del
sumario.
Un mecanismo que ayudaría de manera eficiente y directa a realizar el principio de
publicidad en todas las materias es el expediente electrónico. La digitalización y la
utilización de la web en todos los procesos judiciales, excepto en aquellos declarados en
reserva (en los términos señalados anteriormente). Esta idea que hasta hace unos años
parecía una utopía, es plenamente realizable. Cuando se declaró la pandemia hace 2
años, el Órgano judicial instituyó las audiencias virtuales que han funcionado y siguen
funcionando. Digitalizar los actuados procesales de los expedientes en curso y futuros
es algo material, financiera y legalmente posible y no requiere siquiera una reforma a la
ley. Esto permitirá un acceso universal a todos los procesos, de manera gratuita, y sin
que medie ningún tipo de traba ni de favor, menos de retribuciones ilegales a los
funcionarios judiciales que tienen en sus manos los expedientes judiciales. Esta medida
151
no requiere tampoco ninguna reforma a ley alguna, dado que ya la Ley Nº 025 del
Órgano Judicial ha previsto que los tribunales y juzgados puedan servirse de medios
informáticos, electrónicos y de todas las aplicaciones que la tecnología ofrece en las
actuaciones procesales, correspondiendo al Consejo de la Magistratura su
implementación (artículo 121).
La administración de justicia al entenderse como un servicio público antes que una
potestad del Estado, deberá estar abierta al control de todos los ciudadanos y
ciudadanas; en otras palabras, deberá regirse por la Ley Nº 341 de Participación y
Control Social de 5 de febrero de 2013, que en su ámbito de aplicación ya define que
alcanza a todos los Órganos del Estado, por lo que no requiere siquiera una reforma en
su texto. Asimismo, los mecanismos de queja de los litigantes, considerados como
usuarios, están definidas por la Ley Nº 453 General de los Derechos de los Usuarios y
Consumidores, es decir, que…
B. Código de Ética Judicial
Si se quiere una administración de justicia “proba y honesta”, como manda la
Constitución Política del Estado (artículo 180); que se desenvuelva con “buena fe,
lealtad y veracidad” como exige el Código Procesal Civil (artículo 1) y basados en
principios “ético-morales propios de la sociedad plural”, como dice la Ley del Órgano
Judicial (artículo 3); si se quiere que los operadores de justicia desempeñen sus labores
con arreglo a las leyes, se requiere, en primer lugar, definir la deontología de los jueces
y de todo el personal involucrado en la administración de justicia. Es decir, las normas
que les señalen sus deberes, sus prohibiciones y sus autorizaciones; para decirlo de otro
modo, en tanto jueces a qué están obligados, qué les está prohibido y qué les está
permitido.
Toda profesión, e inclusive todo oficio, tiene ese repertorio normativo, por lo que se
conoce también como “ética profesional”. Lamentablemente en Bolivia ni los jueces ni
los abogados tienen un Código de Ética Profesional, como lo tienen otras profesiones
(médicos, ingenieros, comunicadores sociales, etc.). Hay que comenzar por dotar a la
profesión de abogado de un Código de Ética, ya que el que regía fue abrogado por la
Ley Nº 387 del Ejercicio de la Abogacía de 9 de julio de 2013, sin que se haya aprobado
hasta la fecha una nueva norma; este Código de Ética Profesional de la Abogacía bien
puede aprobarse mediante un Decreto Supremo (como el que regía anteriormente). Ni
qué decir del Ministerio Público donde semejante instrumento normativo es
desconocido hasta conceptualmente, por lo que las recomendaciones respecto a un
Código de Ética en el Órgano judicial y en la abogacía son también urgentes en el
Ministerio Público.
En el ámbito judicial tampoco existe un Código de Ética Judicial. A pesar de que desde
fines de la década de los 90 las entidades públicas, de los entonces llamados Poderes
Ejecutivo y Legislativo, han aprobado sendos Códigos de Ética, el Órgano Judicial
carece de uno. El Tribunal Supremo de Justicia no ha tenido mejor idea que “adoptar”
literalmente el Código Iberoamericano de Ética Judicial mediante un Acuerdo de Sala
Plena Nº 36/2018 el 15 de febrero de 2018. Sin embargo, dicho Código es, en primer
lugar, un modelo; cada país debería tener uno propio acorde a sus particularidades; pero
adicionalmente, se debería divulgar ampliamente no solamente al interior del Órgano
152
Judicial sino de manera general, en el mundo litigante, en los abogados y en todos los
niveles estatales y sociales. La actuación de los jueces no es un asunto que incumba sólo
a los administradores de justicia, sino a toda la sociedad.
El Código de Ética Judicial debería establecer como principio rector que la
administración de justicia es un servicio a la colectividad y no el ejercicio de un poder.
Este cambio axiológico entraña profundas transformaciones no sólo sobre el concepto
del ejercicio de la función judicial, sino también de la posición de los litigantes, quienes
ya no serán vistos como súbditos sometidos al poder los jueces (la normativa vigente
dice que es una potestad del Estado), sino como consumidores que esperan que el
Estado les brinde el servicio público de justicia con todas las características de cualquier
otro servicio público, incluyendo la posibilidad de quejarse cuando no funciona o no lo
hace de manera eficiente y oportuna.
En la normativa vigente existe un “Defensor del Litigante”, que depende del Órgano
Ejecutivo (artículo 212 Ley Nº 025), y que tiene facultades de hacer seguimiento y velar
por el buen desarrollo de los procesos disciplinarios y penales contra autoridades
judiciales. El problema es que ningún Ministro de Justicia se ocupó de implementarlo;
esta autoridad no funciona; se trata entonces de darle viabilidad, existencia. En todo
caso es una visión estrictamente punitiva, ya que sólo está interesado en el ámbito
sancionador de los jueces, cuando de lo que se trata es de exigir un buen funcionamiento
del servicio de administración de justicia.
A continuación, este Código debe establecer las exigencias de la conducta de los
operadores de justicia. En primer lugar, las relativas a la independencia a imparcialidad,
lo cual está estrechamente ligada con su designación, por lo que nos remitimos al
capítulo pertinente. Pero en lo que concierne al desempeño cotidiano de sus funciones,
todos los operadores de justicia deberían estar sometidos al deber de la
incomunicabilidad con las partes y sus abogados, sea directamente o por interpósita
persona. O, dicho de otro modo, la comunicación con las partes y con sus abogados sólo
puede darse dentro del proceso y dentro de las instalaciones del Órgano Judicial. Los
jueces deben quedar vedados entonces de consultar, escuchar y conversar sobre el
proceso con los interesados, si no es en las respectivas etapas del procedimiento. Toda
solicitud de audiencia o de entrevista debería concederse con noticia de partes y en las
oficinas del juzgador.
Para garantizar la independencia de la función judicial se debe también prohibir no solo
a los jueces sino también a las autoridades de los Órganos Ejecutivo y Judicial tener
contacto y comunicación con éstos. Toda comunicación debe ser oficial, pública y por
conducto regular; caso contrario debería considerarse una intromisión de otros poderes
en la función judicial, en este caso sí con las consiguientes sanciones disciplinarias e
inclusive penales. Más allá de mejorar la administración de justicia esta medida
ayudaría grandemente a que el principio de independencia de los jueces se realice. Esta
institución se conoce como “incomunicabilidad” y es uno de las pocas figuras delictivas
que proponemos incorporar en la legislación penal. En virtud de esta definición, ningún
juez, ningún litigante ni sus abogados, ningún perito, puede tener contactos fuera de las
actuaciones procesales. Cualquier necesidad de contactarse debe ser mediante solicitud
y con conocimiento de la contraparte. La prohibición debe ser extensiva a las
153
autoridades de otros poderes, en particular del Órgano Ejecutivo que en caso de
inobservancia deberían ser responsables en la misma medida que los jueces
transgresores.
Las sanciones por infringir el Código de Ética o en los códigos disciplinarios deberían
contener no solo la destitución, sino también la inhabilitación para ejercer la función
judicial. Debería inclusive ser extensiva al desempeño de la abogacía y de la docencia
universitaria. Las Universidades no pueden ser refugio de los jueces echados por
corruptos del Órgano Judicial y otros órganos similares (Ministerio Público, TCP,
Tribunal Agroambiental). Un régimen disciplinario oportuno y eficaz es una alternativa
al sistema penal, que, si bien está dotado de sanciones más drásticas, es un mecanismo
inevitablemente más complejo y más largo de justicia.
C. Formación profesional
El título de abogado habilita, se constituye en un requisito, para el ejercicio de la
función judicial. Pero en la práctica puede no acontecer de ese modo. Hay un principio
jurídico que dice: “El juez conoce el derecho”. Este principio en realidad es propio del
derecho probatorio, cuando se dice que el derecho vigente no necesita ser probado, dado
que el “juez conoce el derecho”. Ese conocimiento no sólo debe ser de la norma positiva
(lo que ya entraña un gran esfuerzo y dedicación dado el fenómeno mundial de la
inflación normativa), sino también de aspectos teóricos del derecho, de las técnicas
interpretativas y argumentativas. Por eso la formación y capacitación constantes deben
ser una obligación de todo operador de justicia.
El Estado tiene el deber de ocuparse de la formación académica de los jueces, más allá
de la que han brindado las Universidades; por lo que se debe partir de una refundación
de la Escuela de Jueces. Los Jueces deben, ante todo, ser expertos en las materias en las
que imparten justicia. Un juez bien formado y bien capacitado no es una garantía de un
juez honesto, pero sí de una administración de justicia eficiente y mínimamente
confiable. Para ingresar a la carrera judicial se debería cursar de manera obligatoria en
la Escuela de Jueces; eso implica una mayor atención a esta instancia académica. En
primer lugar, debe desconcentrarse, existir al menos una en cada Distrito Judicial. Pero
adicionalmente se debe revisar sus mallas curriculares para que no sean una repetición
de los contenidos universitarios, sino una verdadera especialidad en materia procesal. El
rendimiento obtenido en la Escuela de Jueces no sólo debe valorarse al momento de
incorporar a alguien a la función judicial, sino que debería constituir el primer peldaño
en la carrera y el escalafón judiciales.
En tanto que en lo que concierne al Ministerio Público se debería seguir una política y
procedimientos similares. La Escuela de Fiscales debería funcionar en todas las
capitales de departamento y quienes quieran hacer carrera fiscal deberán comenzar por
inscribirse y vencer estos cursos.
Este capítulo de la formación profesional y de la permanente actualización de los jueces
está ligado entonces, por una parte, al Código de Ética, pero también al sistema de
evaluación, ascenso, permanencia y retiro de los jueces. Y, finalmente, a las
responsabilidades que asumen los jueces en caso de aplicar, por ejemplo, una ley
abrogada. En la legislación vigente el delito de prevaricato es siempre doloso, dado que
154
se debe probar que los jueces. Así también la Ley del Órgano Judicial que considera
falta gravísima el que los jueces reciban dinero u otros beneficios para favorecer a un
litigante (artículo 188).
3.4.6. RETARDACIÓN DE JUSTICIA
La retardación de justicia es otro de los vicios crónicos de la administración de justicia
en Bolivia, aunque visto como algo normal en los estrados judiciales. A pesar de que las
leyes que regulan los procedimientos judiciales de distintas materias proclaman el
impulso de oficio, inclusive en materia civil, sería ingenuo pensar que eso acontece. La
maquinaria procesal es una maquinaria lenta. Los plazos establecidos en las leyes sólo
parecen correr para las partes; los jueces, que tienen en sus manos, el control de los
procesos, tienen la posibilidad de administrar los tiempos a su favor. Libros poco
confiables, notificaciones pre-datadas, etcétera son prácticas inveteradas vistas como
normales. Combatir la retardación de justicia, además del ámbito sancionador, exige
establecer ciertos mecanismos que funcionen sin que las partes tengan que ejercer una
presión constante y permanente.
Las razones no hay que buscarlas en la actividad procesal de las partes, ni en los
mecanismos de defensa, que por definición constitucional son amplios. Las razones se
encuentran en quienes tienen a su cargo la administración de justicia. El marco
legislativo se limita, actualmente, a penalizar la retardación de justicia cuando la comete
un funcionario judicial investido de “jurisdicción y competencia” (artículo 177 del
Código Penal) y cuando esta retardación se ha provocado maliciosamente (artículo 177
bis); así como a sancionar como faltas disciplinarias cuando incurre en demora dolosa y
negligente en la admisión y tramitación de los procesos, algo que es considerado como
“falta grave” por la Ley del Órgano Judicial (artículo 187). Pero como hemos señalado
en la parte introductoria, el expediente de penalizar conductas poco o nada ayuda a
mejorar la administración de justicia. Por el contrario, implementar ciertas medidas de
manera inmediata, sin grandes costos, puede ayudar grandemente a controlar esta
práctica, reducir la retardación de justicia, y en caso de sancionar, tener elementos
indiscutibles que permiten establecer la responsabilidad de quienes incurren en esta
odiosa práctica.
En ese sentido se propone:
- Implementar controles de la actividad procesal. Actualmente el control del
cumplimiento de plazos sólo acontece cuando las partes lo invocan o cuando los
jueces y tribunales verifican si se han presentado recursos dentro de los plazos
establecidos por la ley. Sugerimos que exista una instancia que controle, aunque
de manera aleatoria, el cumplimiento de plazos en los procesos judiciales, con
responsabilidad en caso de incumplimiento. Se pueden también establecer una
instancia al interior del Consejo de la Magistratura que practique auditorías
jurídicas de cualquier proceso, bajo el principio de que sus resultados no serán
sustitutivos de las decisiones judiciales, pero que servirán para enderezar un mal
procedimiento y para establecer responsabilidades de los funcionarios judiciales.
Crear un ambiente de control abierto, público y permanente, que cree en los
funcionarios judiciales, que su actividad sí está siendo controlada, será un
instrumento que ayude a reducir la corrupción en la administración de justicia.
155
- Retardación dolosa. Actualmente la retardación de justicia es un delito, pero sólo
cuando se lo realiza de forma maliciosa y buscando una finalidad ilegítima
(artículo 177 bis Código Penal); es decir, sólo cuando acontece dolosamente. Se
deja de lado así la regulación de la retardación culposa, es decir la que acontece
por negligencia, desidia y que es la que se ha instalado en la administración de
justicia como normalidad, o que se justifica en las limitaciones materiales, que
ciertamente pueden ser ajenas a los operadores de justicia. Como, por ejemplo,
la suplencia de jueces, la sobrecarga procesal; la mala distribución de las causas
y la falta de creación de juzgados; etc. En tanto que la Ley del Órgano Judicial
define la demora culpable pero no dice siquiera que está prohibida y tiene una
definición por demás imprecisa cuando la considera una falta grave y no
gravísima (artículos 128 y 187), que da lugar solamente a la suspensión del
funcionario judicial que incurre en ella.
- Algunas medidas administrativas para combatir la retardación de justicia.
Reasignación de juzgados. La Ley del Órgano Judicial no tiene ningún
artículo en el que se organice territorialmente el Órgano judicial. Solamente
una atribución del Consejo de la Magistratura que dice que en materia de
gestión puede “crear, trasladar y suprimir Juzgados Públicos, de Instrucción
y Tribunales de Sentencia en cada uno de los departamentos o distritos
judiciales “de acuerdo a las necesidades del servicio” (artículo 183, III, 5).
En esta materia el retroceso es evidente no sólo con referencia a las
anteriores Leyes de Organización Judicial sino fundamentalmente respecto a
una Ley de 12 de diciembre de 1914 que establecía la división judicial de la
República de Bolivia, la cual enumeraba con todo detalle los partidos y
asientos judiciales.
Acefalías y forma de cubrirlas. Aquí radica una de las causas de la
retardación de justicia, muy poco visible a efectos políticos, es el verdadero
azote del mundo litigante. La acefalía de un juez, de un secretario u oficial
de diligencias no sólo es un perjuicio para ese Juzgado, sino también para el
personal del Juzgado siguiente en número que de la noche a la mañana ve
recargadas sus labores. Como consecuencia, al menos dos juzgados se ven
perjudicados por una acefalía. Lo peor de todo es que a veces por tiempo
indefinido. Una administración eficiente no debería permitir ni una sola
acefalía ni un solo día. Recientemente se ha informado que durante la
gestión 2021 se ha revertido entre 20 a 30 millones de bolivianos por no
ejecutar convocatorias y cubrir las acefalías en el Órgano judicial (según
información del Presidente del TSJ), es decir, ni siquiera es un problema de
presupuesto, es un problema de incapacidad y desidia de quienes deberían
nombrar en el día a las acefalías. Una acefalía retarda no solamente el
despacho de los procesos del juzgado acéfalo sino también del suplente,
porque ve aumentada la carga procesal de la noche a la mañana.
Vacaciones y bajas. La LOJ establece vacaciones de 25 días para todo el
personal, pero sólo exige que el TSJ y los TDJ garanticen la continuidad del
servicio judicial en todas las materias, no dice cómo. El servicio de justicia
como servicio público que es no puede paralizarse de manera general por un
tiempo tan prolongado. Se debe establecer rol de vacaciones individuales, y
no colectivas. De otro modo el Órgano Judicial en su conjunto estaría
156
paralizándose durante un mes entero al año, que es lo que actualmente
acontece, con la consiguiente consecuencia negativa en la celeridad.
Idénticas sugerencias deberían ser aplicables para el Tribunal Constitucional
Plurinacional y el Ministerio Público.
Establecer un plazo máximo (corto) para que las decisiones judiciales sean
notificadas. En materia administrativa, por ejemplo, las resoluciones se
deben notificar en un plazo máximo de 5 días. Al no existir hoy en día este
plazo, es frecuente que los fallos de los tribunales, inclusive del TCP y del
TSJ sean notificados después de meses de haber sido teóricamente emitidos.
En realidad, se pre-datan estos fallos. Eliminar este vicio también sería una
medida contra la corrupción, ya que durante estos tiempos prolongados los
magistrados corruptos toman contacto con las partes para acordar sus
decisiones.
Evaluación permanente de la carga procesal. El Consejo de la Magistratura
debería evaluar de manera permanente la carga procesal, establecer un
promedio, tomar medidas para que la acumulación no sobrepase la
capacidad material de atención y tramitación, proyectar la creación de
nuevos juzgados, etc.
Importante. El Tribunal Supremo de Justicia debe ser un órgano
eminentemente jurisdiccional; ésa ha sido la razón por la cual en la reforma
de los años 90 se haya creado el Consejo de la Judicatura (hoy Consejo de la
Magistratura), pero de a poco, y sobre todo en algunos artículos de la Ley Nº
025 se le han encomendado nuevamente tareas administrativas. Esto además
está aparejado con decisiones que adopta en Sala Plena bajo el denominativo
de “Acuerdos de Sala Plena”, que en muchos casos vienen a ser tareas que
corresponden al Órgano Legislativo. El TSJ debe limitarse entonces a
administrar justicia y no a convertirse en una instancia que se ocupe de los
problemas administrativos. En tanto que su participación en la legislación
debe limitarse y darse en los términos establecidos por la Constitución
Política del Estado (artículo 161, parágrafo I, numeral 4), es decir con la
prerrogativa que tiene de presentar iniciativas legislativas precisamente en
asuntos relacionados con la administración de justicia.
En esta misma línea todas las autoridades jurisdiccionales en todos sus
niveles deberían tener la misma limitación que hoy en día establece el
artículo 7 del Código Procesal del Trabajo impone a los jueces laborales, es
decir, la prohibición de dictar reglas y disposiciones de carácter general.
Reingeniería del Despacho Judicial. La administración interna de los
expedientes es propia del siglo XIX: libros manuscritos, ningún sistema
informatizado de control; los existentes generan más caos (en el Distrito
judicial de La Paz existen los sistemas IANUS, NUREJ, etcétera, además de
un ordenamiento propio de cada Juzgado o Sala). En medio de ese caos
resulta ingenuo esperar una eficiencia de parte de los juzgadores. Urge
implantar una reingeniería total del Despacho judicial, incorporando
software apropiados para el registro y control de expedientes, vinculados de
manera directa al expediente electrónico y a las notificaciones de todos los
actuados procesales.
157
La creación de la Oficina Gestora de Procesos por la Ley Nº 1173 de 3 de
mayo de 2019 lejos de ser una solución a los problemas de retardación de
justicia y corrupción se ha convertido más bien en un elemento que favorece
la retardación de justicia, hace más pesada la labor de notificación y además
que no permite que los funcionarios judiciales asuman responsabilidad por
los retrasos e incumplimientos en las notificaciones, en particular en materia
penal.
3.4.8. GRATUIDAD
La Constitución Política del Estado proclama la gratuidad de la justicia (artículo 178).
En el mismo sentido la Ley Nº 025 del Órgano Judicial ha suprimido todo valor o
arancel judicial y cualquier otro concepto que grave a los litigantes (artículo 10). En
cumplimiento de esta disposición el Consejo de la Magistratura ha emitido una Circular
por la que se declaran abolidos los timbres judiciales que en el pasado hacían oneroso el
solo acceso a la justicia. Pero pensar que por ese hecho la justicia es gratuita sería auto-
engañarse. No nos vamos a referir a la corrupción tradicional, a los pagos ilegales, sino
a los gastos en que incurren las partes. A la llamada a veces “buena” – si acaso existe un
concepto semejante - que comprende:
Presupuesto suficiente para el IDIF, la Policía y el Ministerio Público para
realizar informes periciales sin costo alguno.
Caja chica para los Oficiales de Diligencias para practicar las citaciones
personales. Generalización de las notificaciones electrónicas.
Prohibición absoluta de cobros por extensión de copias legalizadas, testimonios,
oficios de atención, mandamientos, medidas preventivas, etcétera. Supresión y
prohibición del personal supernumerario ad honorem y reemplazo por pasantes
con remuneración mínima pero sujetos a las normas del personal judicial.
Asignación presupuestaria acorde con estos requerimientos para poder realizar
plenamente el principio constitucional de acceso universal y gratuito a la
justicia.
Gratuidad de toda instancia de conciliación en cualquier materia.
Los arbitrajes comerciales sólo pueden ser onerosos cuando las partes son
empresas, nunca cuando se trata de una persona natural.
3.4.9. REORGANIZACIÓN INSTITUCIONAL
La reforma judicial de los años 90 fue una reforma que giró en torno a la creación de
instituciones y un reordenamiento de competencias al interior del entonces llamado
Poder Judicial. De las reformas constitucionales de 1994-1995 datan la creación del
Tribunal Constitucional, el Consejo de la Judicatura y el Defensor del Pueblo. No
obstante, si bien en muchos sentidos la creación de estas instituciones pudo haber
significado un avance, en otros aspectos estos avances quedaron nuevamente encerrados
en los vicios propios de la administración de justicia por dos razones. En primer lugar,
los defectos y las malas prácticas del Poder Judicial fueron rápidamente asimilados por
estas instituciones, particularmente por el Tribunal Constitucional, una instancia que es
lo menos independiente en términos políticos y cuyos fallos emitidos bajo evidentes
presiones del poder político han lesionado la legitimidad del sistema y de la democracia.
Por otro lado, porque la Constitución de 2009 y posteriores leyes se han encargado de
158
desnaturalizarlas, en particular el Consejo de la Magistratura, que se ha convertido en
una instancia que ha dejado de tener las características para las que fue creado.
La actual crisis judicial exige no solamente fijar la atención en los tribunales de justicia,
sino también en otros órganos próximos del Órgano Judicial, que en algunos casos son
parte del propio Órgano Ejecutivo y en otros tienen una independencia, que no siempre
ha sido respetada ni cumplida. Uno de estos factores es las atribuciones del Ministerio
de Justicia y Transparencia Institucional, que le ha permitido convertirse en el
mecanismo descarado de intromisión del Órgano Ejecutivo en el Órgano Judicial, en
detrimento de las funciones que sí deberían ser su prioridad como la defensa de los
derechos del usuarios y consumidores y la iniciativa en leyes relativas a la
administración de justicia.
El Ministerio de Justicia ha existido en Bolivia desde la Ley de Organización Política de
1888, pero sus tareas eran muy diferentes de las actuales. En la época de las dictaduras
militares sus competencias fueron parte del temible Ministerio del Interior que de hecho
se llamaba Ministerio del Interior, Migración y Justicia. Lamentablemente la Ley de
Organización del Poder Ejecutivo de 1997, promulgada en un régimen democrático,
pero por el ex dictador Hugo Banzer, introdujo como competencia de la Cartera de
Justicia la “coordinación de actividades con el Poder, el Ministerio Público y el
Defensor del Pueblo”. Esa competencia se mantiene en el actual marco normativo
(artículo 80 del Decreto Supremo Nº 29894). La “coordinación” de las relaciones del
Órgano Ejecutivo con instancias que deberían ser independientes no es más que le
legalización de la intromisión del Gobierno en éstas en detrimento de su independencia,
de su imparcialidad y de su propia legitimidad.
El capítulo anticorrupción es también por demás observable. Como se sabe, el
Ministerio de Justicia ha tomado por Decreto Supremo (DS Nº 3453 de 24 de enero de
2017) las competencias del ex Ministerio de lucha contra la corrupción, que estaban
dadas por la Ley 004 “Marcelo Quiroga Santa Cruz”, convirtiendo a esta Cartera de
Estado en la cabeza de la lucha contra la corrupción. Más allá de este tecnicismo legal
de modificar una ley con un decreto supremo, la lucha contra la corrupción debería ser
técnica y no política. El hecho de que el Ministerio de Justicia se constituya en la cabeza
de la lucha anticorrupción ha significado en la práctica que el Gobierno ha convertido a
menudo la lucha contra la corrupción en un mecanismo de persecución política. En otras
palabras, la existencia de un órgano estatal que centralice la lucha contra la corrupción
no debe nunca ser parte del gobierno. Así lo dice el artículo 6.1 de la Convención contra
la Corrupción de la ONU (que Bolivia ha firmado y ratificado mediante Ley de la
República Nº 3068 de 1º de junio de 2005), que señala que en estos casos estos
organismos deben ser independientes.
Por otro lado, es claramente una duplicación de tareas que la protección y promoción de
los derechos humanos se encomiende al Ministerio de Justicia (artículo 80 d) del DS
29894) cuando existe un Defensor del Pueblo que por disposición de la Constitución
Política (artículo 218) y de la Ley Nº 870 tiene esta misma atribución de velar por la
vigencia, promoción, difusión y cumplimiento de los derechos humanos (artículo 2).
Cuando el Ministerio de Justicia fue regulado por la Ley Nº 1493 de Organización del
Poder Ejecutivo de 17 de septiembre de 1993 se le encomendó como uno de sus tareas
159
la vigilancia y promoción de los derechos humanos, pero entonces no existía el
Defensor del Pueblo, institución creada por las reformas constitucionales de 1994-1995
y reguladas por primera vez por la Ley Nº 1818 de 22 de diciembre de 1997. Por una
decisión inexplicable de entonces no se ha suprimido esa competencia y ha pervivido
hasta hoy duplicando esa atribución con la Defensoría del Pueblo. Pero no es solo eso, a
partir de la vigencia de la Constitución de Política del Estado de 2009 y de la citada Ley
Nº 870 de 13 de diciembre de 2016, la Defensoría del Pueblo tiene también la
competencia de promover la defensa de los derechos de las naciones y pueblos indígena
originario campesinos; por lo que tampoco tiene razón de ser la competencia que la
reconoce al Ministerio de Justicia el Decreto Supremo Nº 29894; es más, ni siquiera se
justifica la existencia de un Viceministerio de Justicia Indígena Originario Campesina.
En síntesis, consideramos que el Ministerio de Justicia debe seguir existiendo, como
existen en otros países de Europa y Latinoamérica, pero sus competencias deben
centrarse a la formulación de proyectos de ley, la protección de los derechos de usuarios
y consumidores, la defensa pública y la atención a las víctimas. Y su tarea, propia de
estas Carteras en otros países, de sugerir reformas legislativas en el ámbito judicial
precisamente. Finalmente, sigue el modelo de otros países, inclusive de la región,
debería ser la cabeza del Sistema Penitenciario.
Especial énfasis debe ponerse en la reorganización del Ministerio Público, entidad
fundamental en el andamiaje de la justicia penal, pero venida a menos por la
ultrapolitización, la corrupción, la incompetencia y la lenidad. El Ministerio Público
debe, en primer lugar, ser un órgano independiente, pero responsable ante la Asamblea
Legislativa Plurinacional. En segundo lugar, debe implantarse una carrera fiscal que
asegura su carácter independiente; ninguna reforma será eficaz si los Fiscales van a ser
considerados como funcionarios del gobierno.
3.4.10. EVALUACIÓN Y SEGUIMIENTO DE LA REFORMA
Finalmente proponemos que la reforma judicial sea objeto de evaluación y seguimiento
permanente. La utilidad de las medidas de reforma, su verdadero impacto, sólo pueden
validarse en la práctica. Eso implica que deben ser observadas de manera permanente
para ver si, en primer lugar, se cumplen, y, en segundo lugar, si han logrado sus
objetivos. Se deberán hacer los ajustes necesarios y en su caso sugerir correctivos.
De este modo se evitará caer en experiencias pasadas que se limitaban a reformar
algunas leyes, crear o modificar algunas instituciones, y luego de un tiempo se recaía en
los mismos vicios. No se debe olvidar que en los años 90 el país ya atravesó por una
reforma de la administración de justicia, pero nunca ningún órgano ni institución se
ocupó de evaluar y hacer seguimiento de estas reformas hasta encontrarnos en el lugar
en que nos encontramos.
Con la creación de esta instancia se acabarán las reformas judiciales, dado que de
manera continua y permanente las fallas en la administración de justicia serán
advertidas por esta instancia y las medidas correctivas podrán tomarse de un modo más
ágil y en cualquier momento, sin esperar grandes acontecimientos o nuevas crisis que
inscriban este problema en la agenda política cada cierto tiempo.
160
En principio esta labor debería recaer en el Consejo de la Magistratura, pero podría
crearse una instancia independiente, reducida pero eficaz, para evitar hacer crecer la
burocracia, donde participen las Universidades Públicas, los Colegios de Abogados, las
Asociaciones de Litigantes (a crearse) y otras instancias de los propios Órgano del
Estado.
3.4.11. CARRERA JUDICIAL
La carrera judicial no comienza con la designación de Juez sino con los cargos
auxiliares de la función judicial. Para acceder a Juez se debe requerir, como se ha dicho,
cursar el programa mínimo de la Escuela de Jueces. La carrera judicial concluye con la
designación de los altos cargos en el Órgano Judicial y en el Tribunal Constitucional
Plurinacional; es decir, que para ser Magistrado de estas instancias se requerirá haber
hecho una carrera judicial.
La carrera judicial debe estar íntimamente ligada a la evaluación de desempeño, la cual
estará compuesta de factores positivos y negativos; o, si se prefiere, de puntos a favor y
puntos en contra. En el primer caso se deberá tomar en cuenta: cursos de actualización,
producción intelectual, participación en seminarios y conferencias, años de servicio. En
el segundo caso: denuncias, sanciones disciplinarias.
La carrera judicial deberá implicar que los funcionarios judiciales deben permanecer en
un cargo un determinado tiempo límite (4, 6 u 8 ocho años), pasado el cual o han hecho
suficientes méritos para ascender o deben ser desvinculados de la carrera judicial por
mal desempeño. Hay casos de jueces o vocales que se encuentren durante 20 años o
más; esta situación no puede ser considerada sino una anomalía y hasta un indicio de
corrupción. Un funcionario de carrera que se instale durante décadas en mismo puesto
en realidad entra en contradicción con el concepto mismo de carrera, que implica
competencia, superación, etcétera.
SISTEMA PÚBLICO
Anualmente, según datos de la Unidad de Registro Público de Abogados, dependiente
del Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional, se registran en dicha instancia
administrativa un promedio de cerca de 5.000 nuevos profesionales abogados,
provenientes de las diferentes Universidades y Carreras de Derecho del país (ver cuadro
anexo). Este registro es una simple formalidad, para habilitar el ejercicio de la profesión
en todo el territorio nacional. Por otra parte, tampoco existe un filtro en el ámbito
jurisdiccional para el verificativo de la idoneidad y conocimientos de los abogados que
ingresas al foro profesional, como existen en otros países, como los EEUU que
contempla la “Barra de Abogados”.
En este contexto, la importancia de la formación de abogados en la Universidad,
adquiere una mayor importancia y trascendencia con miras a completar una reforma
integral de la justicia en el país. Sin embargo, también es cierto que existe una gran
asimetría en el sistema universitario formadores de profesionales del derecho, que no
161
permite un sistema uniforme y de mínimas condiciones para la formación del abogado.
Es entonces fundamental analizar este aspecto para proyectar un cambio cualitativo y
cuantitativo de la formación integral del profesional abogado.
Un primer y complejo aspecto que hay que tomar en cuenta para este análisis es que en
Bolivia hay un Sistema Público universitario que funciona bajo la coordinación
institucional del CEUB y otro el Sistema Privado o Particular, que principalmente se
encuentra regulado por el Ministerio de Educación, a través del Vice Ministerio de
Educación Superior. El primer sistema, es decir el Público, constituido por las
principales y más importantes universidades del país, es sin duda un sistema con
estándares y mecanismos más beneficios y ponderados para la formación académica,
dado que debe cumplir con mecanismos y procedimientos estrictos sujetos a un sistema
de fiscalización propia de la Universidad, como de mecanismo de control y fiscalización
estatal. En tanto el sistema privado no cuentas con una fiscalización de esta naturaleza,
lo que lo hace un sistema muy frágil para establecer una garantía en la formación de los
profesionales del Derecho.
Sin embargo, ambos sistemas, independientemente de cualidades y falencias que puedan
tener deben ser parte de un esfuerzo de transformaciones profundas si pretendemos
implementar un sistema de formación que contribuya en una reforma real, efectiva y
sostenible de la justicia.
DEL SECTOR PUBLICO DE UNIVERSIDADES (CARRERAS DE DERECHO):
Aspectos fundamentales y transversales que deben ser objeto de transformaciones:
Si la idea es ponderar la cualificación y calidad en la formación del futuro profesional
del Derecho y la identificación de una verdadera vocación para el estudio de la Ciencia
de Derecho, creemos que se debe analizar y ajustar los siguientes aspectos, desde la
postulación e ingreso del alumno a la Carrera de Derecho:
I. POSTULACION y APROBACION DE INGRESO A LA CARRERA DE
DERECHO:
Las materias en los procesos de nuevos postulantes para estudiar Derecho deberían tener
la siguiente orientación académica:
a) Test vocacional obligatorio sujeto a una adecuada metodología para este
propósito
b) Ampliar el plazo o tiempo de los cursos de prefacultativos para lograr una mejor
preparación del postulante,
c) Implementación de materias relacionadas con la Deontología Jurídica; fines y
principios del Derecho
d) Introducción a las MASC para insertar en la mentalidad académica del
estudiante e inducir de forma temprana la construcción de Cultura de Paz
cumpliendo con el art.10 de la CPE.
e) Cambiar la nota mínima de aprobación subiendo a (75) para arriba de manera de
garantizar una cualificación del futuro estudiante de Derecho e identificación de
una vocación hacia el estudio del Derecho.
162
II. RESPECTO DE LA GESTION REGULAR:
163
académica para el fortalecimiento del estudio y consolidación del conocimiento
y apertura de la práctica profesional del Derecho:
b.1) Instalar Consultorios Jurídicos, para la atención gratuita jurídica de personas de
escasos recursos económicos y sensibilizar desde temprana edad académica con los
fines del derecho.
b.2) Tramitar e instalar Centros de Conciliación Extrajudicial, con respaldo institucional
del Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional, para promover prácticas de los
estudiantes promoviendo la Cultura de Paz
b.3) Instalar al menos una sala de simulación de juicios orales y laboratorios jurídicos,
con el equipamiento tecnológico y mobiliario necesario que posibilite al estudiante
hacer prácticas reales de procesos judiciales y tramitación de causas judiciales, que le
permita consolidar sus conocimientos en los procesos judiciales, lo cual le permitirá
adquirir solvencia profesional, lo cual a su vez evitara que el futuro abogado busque una
relación de favor con los operadores de justicia, o que termina en muchos casos con
corrupción judicial.
b.4) Reforzar en las Carreras de Derecho la investigación compartida de estudiantes y
docentes, que permitan al estudiante la posibilidad de adquirir desde temprana edad en
el estudio del Derecho, habilidades investigativas y de producción intelectual. De
manera tal que el estudiante al momento de graduarse, tenga otra opción más para su
desarrollo profesional y se pueda desempeñar produciendo investigaciones y
proyectarse como intelectuales del derecho, que en nuestro país aún hay déficit en este
campo del desarrollo y avance de la ciencia del Derecho.
SISTEMA PRIVADO:
Hasta la década de los ochenta la formación de abogados era una responsabilidad
exclusiva de las Universidades del Sistema Público, existiendo un mejor desempeño y
un sistema más uniforme en la enseñanza de la ciencia del Derecho. Con el concurso de
brillantes docentes a nivel nacional y la permanente practica y consolidación de los
principios y fines del Derecho. Lo que también se reflejaba en un sistema judicial más
idóneo que el actual en vigencia. Esta situación cambia significativamente, a partir de la
década de los años 90 e inicio de los 2000, tiempo en el que se da una muy notoria
proliferación de universidades privadas y todas ellas con Carreras de Derecho.
Lastimosamente, salvando muy pocas excepciones, la mayoría de las carreras de
derecho del Sistema Privado de Universidades, no contemplan un modelo de enseñanza
sólido o condiciones adecuadas para la formación de sus estudiantes. No contemplan
sistemas de postulación o admisión adecuados de sus estudiantes, prácticamente el
ingreso es libre y sin requisitos de valoración de conocimientos y/o vocación para el
estudio del Derecho. No contemplan concurso de competencia para la contratación de
docentes, no contemplan sistema de permanencia y/o evaluación de docentes. Carecen
de condiciones de infraestructura adecuada para la formación de estudiantes. Sus
sistemas de titulación carecen de mecanismo de rigurosidad y controles externos
efectivos.
164
Los controles de calidad por parte de la institución que ejerce tutela (Ministerio de
Educación) institucional no son efectivos o son inexistentes.
En ese contexto, los esfuerzos que puedan realizar las Carreras de Derecho del sistema
público (exceptuando la UPEA, que también tiene falencias estructurales en sus
procesos de formación) se ven afectadas y disminuidas por el accionar de la Carreras de
Derecho del sistema privado.
En este sentido, es absolutamente necesario e imprescindible que los esfuerzos que se
hagan desde el ámbito de la formación de los abogados, debe ser una tarea compartida y
de responsabilidad de ambos sistemas, si se quiere obtener un impacto en la justicia y
ser parte de la aplicación y ejecución de una reforma del sistema de justicia desde la
academia.
Con este propósito, los esfuerzos que se recomiendan para el sistema público, son
también necesarios para el sistema privado, con los siguientes lineamientos: adicionales
a) Determinar una pausa académica en las Carreras de Derecho en el ingreso de
nuevos estudiantes, por lo menos por el lapso de 3 a 5 años, hasta que se pueda
implementar la vigencia y aplicación de condiciones mínimamente iguales a las
establecidas en el sistema público, es decir:
c) En este plazo las Carreras de Derecho deberán iniciar y concluir con procesos de
acreditación internacional, a través de los mecanismos existentes para el efecto,
como puede ser AFEIDAL, MERCOSUR u otro equivalente. Luego de ese
plazo, la Carrera de Derecho que no logre este salto cualitativo, perderá su
licencia o derecho de funcionamiento, concluyendo sus actividades académicas
con los estudiantes que ya fueran parte de sus estudios hasta su culminación y
titulación. El obligar y superar un proceso de acreditación internacional, con
seguridad incidirá que permanezcan únicamente Carreras de Derecho con
condiciones adecuadas que coadyuven con los esfuerzos de las Carreras de
Derecho del sistema público.
Complementariamente, consideramos que ante la cultura de la corrupción arraigada tan
profundamente en la raíz misma del Estado y la Sociedad, la forma de revertir y corregir
este fenómeno de la sociedad boliviana, es bajando e introduciendo en la formación
escolar boliviana materias orientadoras del que hacer del Estado, fines y objetivos, así
como transversal izar permanentemente los valores y principios éticos del
comportamiento individual y social. De manera tal que el estudiante de colegio adquiera
una concepción diferente y de rechazo al accionar de corrupción que rige hoy en la vida
diaria del que hacer social y estatal, al punto que se ve hoy en día como una normalidad
165
del funcionamiento institucional. Un criterio similar debe regir y aplicarse respecto de la
formación escolar, introduciendo materias relacionas con Cultura de paz y DDHH.
166
g) La Constitución de 1839, en su artículo 107, establecía que “las
atribuciones y número de los jueces de paz, se detallarán en una ley
especial”.
h) La Ley de procedimientos en juicios verbales criminales de 6 de noviembre
de 1840 refería que entre las atribuciones de los jueces de paz estaba la de
conocer delitos, refiriendo en el artículo: “Son delitos de que pueden
conocer los jueces de paz en lo verbal: 1° las injurias que según el código
penal se clasifican leves: 2° las riñas y peleas sin uso de instrumento o
arma ofensiva, aunque haya resultado efusión de sangre, con tal que no
sobrevenga daño de alguna parte noble del cuerpo, o embarazo de trabajar
por ocho días: 3° los hurtos rateros que no pasen de doce pesos en dinero o
en especies, bien sean o no domésticos: 4° las estafas, trampas, engaños o
fraudes que importen igual cantidad”.
167
oportunidad o en cualquier otro estado posterior del juicio, las partes se
concilian, se declara extinguida la acción y las costas se impondrán en el
orden causado, salvo acuerdo de partes”.
n) El Reglamento de la Ley de Arbitraje y Conciliación de 2005, que fue
aprobado mediante Decreto Supremo N° 28471 del 29 de noviembre de
2005 tenía como objetivo el de establecer las modalidades, requisitos y
procedimientos del sistema conciliatorio en Bolivia. En ese marco de
acción, las modalidades del sistema conciliatorio, regulado por el citado
decreto, eran la conciliación institucional y la conciliación independiente.
Los principios rectores de la conciliación son los establecidos en el artículo
2 y 87 de la Ley N° 177; los mismos que no se desarrollan por haber sido
abrogados por la Ley Nº 708 de Conciliación y Arbitraje promulgada en
fecha 25 de junio de 2015.
o) La Ley N° 1777, Código de Minería, de 17 de marzo 1999 (abrogada), en
su artículo 144 refería que: “Las partes procurarán acordar o convenir la
indemnización por expropiación o servidumbre necesariamente a través de
un proceso de negociación directa o de un procedimiento de conciliación
realizado conforme a la ley. El acuerdo al que se llegare constará en un acta
de conciliación suscrito por ambas partes que surtirá los efectos jurídicos de
una transacción y tendrá entre las partes y sus sucesores a título universal la
calidad de cosa juzgada. El acta de conciliación será homologada por el
Superintendente de Minas de la Jurisdicción e inscrita en el Registro Minero
y en el Registro de Derechos Reales”.
p) La Ley N° 2492, Código Tributario Boliviano, de 02 de agosto de 2003,
en su artículo 189, establece: “Procederá la conciliación en materia penal
tributaria de acuerdo a lo previsto en el Código de Procedimiento Penal y la
Ley Orgánica del Ministerio Público. En el delito de contrabando procederá
la conciliación, si la imputada renuncia a las mercancías y acepta su comiso
definitivo y remate a favor de la Administración Tributaria previo pago de
la Obligación de Pago en Aduanas. En caso de no haberse incautado las
mercancías, la conciliación procederá previo pago del monto equivalente al
100% de su valor. Con relación al medio de transporte, procederá la
conciliación si el transportador previamente paga la multa equivalente al
50% del valor de la mercancía en sustitución al comiso del medio o unidad
de transporte, salvo lo dispuesto en convenios internacionales suscritos por
el Estado. En los delitos de defraudación tributaria o defraudación aduanera
procederá la conciliación si el imputado previamente paga la deuda
tributaria y la multa establecida para el delito correspondiente. La
Administración Tributaria participará en la audiencia de conciliación en
calidad de víctima”.
q) El Decreto Supremo Nº 27113, 23 de julio de 2003, que aprueba el
Reglamento a la Ley 2341 de Procedimiento Administrativo, señala:
artículo 62 (Facultades y deberes) En el procedimiento la autoridad
administrativa tiene los siguientes deberes y facultades: (…) p) Promover el
avenimiento o conciliación entre particulares sin lesionar el interés público.
r) La Ley N° 3131, Ley del Ejercicio Profesional Médico, de 8 de agosto de
2005 en su artículo 18, refiere que: “Se crea el Instituto Médico de
Conciliación y Arbitraje que regula la relación de conflicto médico -
paciente ocupándose de sus controversias, debiendo ser reglamentado por
Decreto Supremo en su estructura y funcionamiento”.
168
Al efecto el Decreto Supremo No 28562, 22 de diciembre de 2005, que
aprueba el Reglamento a la Ley N° 3131 del Ejercicio Profesional
Médico, establece en el artículo 19 (Instituto Medico de Conciliación y
Arbitraje).- “El Ministerio del área de Salud queda encargado de realizar los
estudios necesarios para establecer la dependencia, estructura, organización
y puesta en marcha del Instituto Médico de Conciliación y Arbitraje, así
como para asegurar su sostenibilidad jurídica, institucional y financiera,
mediante la Dirección General de Salud que dirigirá los procesos necesarios
y coordinará con otros sectores e Instituciones, disponiendo para ello de un
plazo de nueve meses a partir de la publicación del presente Decreto
Supremo”.
s) La Ley Nº 1715 de 18 de octubre de 1996 del Servicio Nacional de
Reforma Agraria; modificada por la Ley Nº 3545 de 28 de noviembre
de 2006 (modificaciones que no afectaron la temática de conciliación de la
Ley 1715), en su artículo 83, (Desarrollo de Audiencia), inciso cuarto,
prevé: “La tentativa de conciliación instada por el juez respecto de todos o
algunos de los puntos controvertidos. Si se llegará a un acuerdo total, este
será homologado en el acto poniendo fin al proceso; empero, si la
conciliación fuere parcial, será aprobado en lo pertinente, debiendo
proseguir el proceso sobre los puntos no conciliados”.
1.1. LA CONCILIACIÓN A PARTIR DE LA CONSTITUCIÓN
POLÍTICA DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA.
a) La Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia de 9 de febrero
de 2009, en su artículo 9, dispone: “Son fines y funciones esenciales del
Estado, además de los que establece la Constitución y la ley: 1. Constituir
una sociedad justa y armoniosa, (…)”.
El artículo 10 establece que: “I. Bolivia es un Estado pacifista, que
promueve la cultura de la paz y el derecho a la paz, así como la
cooperación entre los pueblos de la región y del mundo, a fin de contribuir
al conocimiento mutuo, al desarrollo equitativo y a la promoción de la
interculturalidad, con pleno respeto a la soberanía de los estados. II.
Bolivia rechaza toda guerra de agresión como instrumento de solución a
los diferendos y conflictos entre estados y se reserva el derecho a la
legítima defensa en caso de agresión que comprometa la independencia y la
integridad del Estado”.
El artículo 108 refiere que: “Son deberes de las bolivianas y los bolivianos:
1. Conocer, cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes. (…) 4.
Defender, promover y contribuir al derecho a la paz y fomentar la cultura
de paz. (…)”.
b) La Ley Nº 025, del Órgano Judicial de 24 de junio de 2010, en su artículo
3, refiere los principios bajo los cuales se sustenta, numeral 13. “Cultura de
la Paz. La administración de justicia contribuye a la promoción de la
cultura de la paz y el derecho a la paz, a través de la resolución pacífica de
las controversias entre los ciudadanos y entre éstos y los órganos del
Estado”.
169
La misma Ley en su artículo 65, establece: “La conciliación es el medio de
solución inmediata de conflictos y de acceso directo a la justicia, como
primera actuación procesal”.
El artículo 66 enumera los principios que rigen la conciliación que son:
voluntariedad, gratuidad, oralidad, simplicidad, confidencialidad,
veracidad, buena fe y ecuanimidad.
El artículo 67 refiere que “los jueces están obligados a promover la
conciliación de oficio o a petición de parte en todos los casos permitidos
por ley. Las sesiones de conciliación se desarrollarán con la presencia de
las partes y el conciliador, la presencia de abogados no es obligatoria. Los
jueces dispondrán por secretaría que la conciliación se lleve a cabo de
acuerdo con el procedimiento establecido por ley y, con base al acta
levantada al efecto, declarará la conciliación mediante auto definitivo con
efecto de sentencia y valor de cosa juzgada”.
Asimismo, este articulo dispone que no está permitida la conciliación en
temas de violencia intrafamiliar o doméstica y pública, y en temas que
involucren el interés superior de las niñas, niños y adolescentes. Por otro
lado, se menciona que no está permitida la conciliación en procesos en los
que sea parte el Estado, en delitos de corrupción, narcotráfico, en delitos
que atenten contra la seguridad e integridad del Estado y, los que atenten
contra la vida, la integridad física, psicológica y, sexual de las partes.
El artículo 83 establece a los conciliadores; el artículo 84 prevé la
designación por el Consejo de la Magistratura; el artículo 87 menciona los
requisitos para ser conciliador de juzgados de instrucción, de sentencia y,
públicos; el artículo 88 establece la designación y período de funciones que
es de cuatro años pudiendo ser reelegido por un período similar; el artículo
89 define las obligaciones del conciliador de llevar a cabo el trámite de la
conciliación, mantener la confidencialidad, excusarse de oficio si
corresponde y, otras que le comisione el juez; el artículo 90 establece la
suplencia, en tanto que el artículo 97 establece que los secretarios llevarán el
libro de conciliación.
c) En este contexto, la Ley Nº 260, Ley Orgánica del Ministerio Público de
11 de julio de 2012, en su artículo 64, Conciliación, refiere que cuando el
Ministerio Público persiga delitos de contenido patrimonial o culposos, el o
la fiscal de oficio o a petición de partes deberá impulsarlas para que
manifiesten cuáles son las condiciones en que aceptarían conciliarse;
además, establece excepciones como que el hecho tenga por resultado la
muerte o en su defecto que exista un interés público fuertemente
comprometido que vulnere derechos constitucionales o que se trate de
reincidentes o delincuentes habituales y, cuando afecte al patrimonio del
Estado.
d) La Ley Nº 439, Código Procesal Civil, de 19 de noviembre de 2013, que
entró en vigencia plena el 6 de agosto del 2014 en su artículo 234
establece las Reglas Generales de la conciliación, manifestando que todos
los derechos susceptibles de disposición por su titular, así como los
transigibles podrán ser objeto de conciliación en el proceso; asimismo, que
la conciliación podrá ser instada por la autoridad judicial o por las partes;
por otro lado, las partes de mutuo acuerdo podrán acudir directamente al
170
conciliador judicial; y, la autoridad judicial, a tiempo de la audiencia
preliminar tiene el deber de instar a las partes a conciliación bajo pena de
nulidad.
La mencionada Ley en su artículo 292. (Obligatoriedad). Dispone que: “Se
establece con carácter obligatorio la conciliación previa, la que se regirá
por las disposiciones del presente Código, por lo que al promoverse
demanda principal deberá acompañarse acta expedida y firmada por el
conciliador autorizado” El artículo 294. (Aplicación Optativa). En los
procesos ejecutivos y otros procesos monitorios, la conciliación previa será
optativa para la parte demandante, sin que la o el requerido pueda
cuestionar la vía. El artículo 234. (Reglas Generales). I. Todos los derechos
susceptibles de disposición por su titular, así como los transigibles, podrán
ser objeto de conciliación en el proceso. II. La conciliación podrá ser
instada por la autoridad judicial o por las partes. III. Las partes de mutuo
acuerdo podrán acudir directamente al conciliador judicial. IV. La
autoridad judicial, a tiempo de la audiencia preliminar, tiene el deber de
instar a las partes a conciliación, bajo pena de nulidad. V. Las partes
podrán conciliar en la audiencia preliminar o en cualquier etapa o fase del
proceso”.
e) La Ley N° 1173, Ley de abreviación procesal penal y de fortalecimiento
de la lucha integral contra la violencia a niñas, niños, adolescentes y
mujeres, de 03 de mayo de 2019, realiza modificaciones en la Ley Nº
1970, Código de Procedimiento Penal, de 25 de marzo de 1999,
estableciendo así en su artículo 327. (Conciliación). “Siempre que la
conciliación sea previsible de acuerdo a normativa especial y vigente: 1. La
o el fiscal de oficio deberá promoverla desde el primer momento del
proceso hasta antes de emitirse el requerimiento conclusivo, debiendo
hacer conocer a la autoridad jurisdiccional el resultado; 2. La jueza o el
juez de oficio, deberá promoverla antes de efectuar la conminatoria por
vencimiento del término de la investigación preliminar o antes de
pronunciarse sobre la ampliación del plazo de investigación dispuesta por
la o el fiscal; (…)”.
f) La Ley Nº 348, Ley integral para garantizar a las mujeres una vida
libre de violencia, de 09 de marzo de 2013, en su artículo 46 establece
que: “I. La conciliación está prohibida en cualquier hecho de violencia
contra las mujeres, que comprometa su vida e integridad sexual. Ninguna
institución receptora de denuncias ni su personal, podrá promover la
conciliación ni suscripción de ningún tipo de acuerdo entre la mujer y su
agresor, bajo responsabilidad. (…) IV. Excepcionalmente la conciliación
podrá ser promovida únicamente por la víctima sólo por única vez y no
siendo posible en casos de reincidencia”.
g) La Ley N° 603, Código de las Familias y del Proceso Familiar, de 19 de
noviembre de 2014, en su artículo 47, establece que: “(…) III. Asimismo,
no se podrá transigir, acudir a instancias de arbitraje o conciliación, ni
formular desistimientos en proceso a nombre de menores de edad, sobre
intereses de ellos, si no es con autorización judicial”.
El artículo 125 refiere que: “En la asistencia familiar determinada
voluntariamente por testamento, conciliación, convención u otros casos
previstos por Ley, se aplicarán las disposiciones del presente Código, salvo
171
lo ordenado por la o el testador, lo convenido o lo determinado por la
misma Ley para el caso especial de que se trate”.
El artículo 252 señala que: “Se admiten las excepciones previas siguientes:
f) Cosa juzgada, conciliación y transacción”.
El artículo 427 refiere: “En la audiencia preliminar se cumplirán las
siguientes actuaciones: (…) e) Conciliación instada de oficio o a petición
de parte, respecto de todos o algunos de los puntos controvertidos en los
casos permitidos por este Código. f) Aprobación o rechazo de la
conciliación. En caso de existir acuerdo total, el acta será aprobada en
Auto Definitivo poniendo fin al proceso en el mismo acto. Si la conciliación
es parcial, será aprobada en lo pertinente, debiendo proseguir el proceso
sobre los puntos no conciliados”.
Así mismo el artículo 440 establece: “En la audiencia se realizarán las
siguientes actuaciones: (…) e) Se intentará la conciliación de oficio o a
solicitud de parte, salvo en casos de divorcio. (…)”.
h) La Ley Nº 548, Código Niño, Niña y Adolescente, de 17 de julio de 2014,
en su artículo 157 (Derecho de Acceso a la Justicia), dispone que: “IV. (…)
Se prohíbe toda forma de conciliación o transacción en casos de niñas,
niños o adolescentes víctimas de violencia”.
El artículo 273 (Competencia) “I. Corresponde a la Jueza o Juez Público en
materia de Niñez y Adolescencia, el conocimiento exclusivo de todos los
casos en los que se atribuya a la persona adolescente mayor de catorce
(14) años y menor de dieciocho (18) años de edad, la comisión de un hecho
delictivo, así como la ejecución y control de sus decisiones. En
cumplimiento de esta competencia tendrá las siguientes atribuciones: (…)
c) Promover la conciliación, siempre que sea procedente; (…)”.
El artículo 301 (Alcance de la Conciliación).” I. La conciliación es la
salida alternativa al proceso, a través de la cual se soluciona el conflicto,
que puede realizarse hasta antes de pronunciarse la sentencia. (…)”.
El artículo 333 (Objetivos de los Centros de Orientación). “Deberán
implementar, en coordinación con las Instancias Técnicas Departamentales
de Política Social, los programas destinados a adolescentes en el Sistema
Penal para lograr los siguientes objetivos: (…) b) Desarrollar y aplicar el
programa de remisión, promover la conciliación, acompañar el
cumplimiento de las medidas socio-educativas; (…)”.
i) El Decreto Supremo N° 2377, Reglamento al Código Niña, Niño y
Adolescente, de 27 de mayo de 2015, en su artículo 84 (Instancias de
Conciliación), establece que: “La o el Juez Público de la Niñez y
Adolescencia, la o el Fiscal, podrá requerir el auxilio según corresponda
de instancias especializadas en conciliación, conforme a normativa
vigente”.
j) La Constitución de 2009 referida anteriormente, en su artículo 299, se
refiere a las competencias que se ejercerán de forma compartida entre el
nivel central del Estado y las entidades territoriales autónomas, entre las
cuales se encuentra el numeral 6: “Establecimiento de instancia de
conciliación ciudadana para resolución de conflictos entre vecinos sobre
asuntos de carácter municipal”.
172
k) Al respecto, la Ley Nº 031, Marco de autonomías y descentralización
“Andrés Ibáñez”, de 19 de julio de 2010, en su artículo 17 (Conflicto de
Límites) dispone que: I. “Los conflictos de límites existentes entre
municipios deberán ser resueltos en la vía conciliatoria considerando
criterios históricos y culturales. II. En caso de no existir acuerdo o
conciliación, y agotado el trámite administrativo establecido en ley
especial, los conflictos de límites existentes entre las unidades territoriales
municipales de un mismo departamento y que no comprometan límites
departamentales, serán dirimidos por referendo, a solicitud del Órgano
Ejecutivo del nivel central del Estado y a convocatoria de la Asamblea
Legislativa Plurinacional, mediante ley, y administrado por el Órgano
Electoral Plurinacional. (…)”.
El artículo 69 (Conflictos de Competencias) refiere que: “I. Los conflictos
de asignación, transferencia, delegación o ejercicio de competencias que se
susciten entre el nivel central del Estado y las entidades territoriales
autónomas, o entre éstas, podrán resolverse por la vía conciliatoria ante el
Servicio Estatal de Autonomías, mediante convenio de conciliación que
deberá ser refrendado por los órganos legislativos correspondientes. Esta
vía administrativa no impide la conciliación directa entre partes. (…)”.
El artículo 129 (Atribuciones), dispone que: “El Servicio Estatal de
Autonomías tiene las siguientes atribuciones, además de aquellas que sean
inherentes al ejercicio de sus funciones. I. En el ámbito competencial: 1.
Promover la conciliación y emitir informe técnico de competencias entre el
nivel central del Estado y las entidades territoriales autónomas, o entre
estas entidades, como mecanismo previo y voluntario a su resolución ante
el Tribunal Constitucional Plurinacional, causando estado con su
ratificación por los órganos legislativos de las entidades territoriales
involucradas”.
Al efecto el Servicio Estatal de Autonomías aprueba mediante
Resolución Administrativa Nº 086/2014 de 19 de diciembre de 2014,
"PROTOCOLO DE TRATAMIENTO DE CONFLICTOS PARA LA
CONCILIACIÓN DE CONFLICTOS COMPETENCIALES Y DE
CONFLICTOS DE INTERPRETACIÓN O APLICACIÓN DE LA
NORMAS DEL RÉGIMEN ECONÓMICO FINANCIERO" que tiene
por objeto, establecer el procedimiento a ser utilizado por el Servicio Estatal
de Autonomías para la conciliación de: a) Conflictos competenciales. b)
Conflictos de interpretación o aplicación de las normas del régimen
económico financiero.
l) La Ley Nº 708, de Conciliación y Arbitraje, de 25 de junio de 2015, en su
artículo 20 dispone que: "La conciliación es un medio alternativo de
solución de controversias al que las personas naturales o jurídicas, públicas
o privadas, nacionales o extranjeras, acceden libre y voluntariamente, antes
o durante un proceso judicial o arbitral, con la colaboración de una o un
tercero imparcial denominado conciliador”.
m) La Ley N° 073Ley de Deslinde Jurisdiccional, de 29 de diciembre de
2010, en su artículo 5, refiere que: (Respeto a los Derechos Fundamentales
y Garantías Constitucionales) (…) “IV. Todas las jurisdicciones
reconocidas constitucionalmente, prohíben y sancionan toda forma de
173
violencia contra niñas, niños, adolescentes y mujeres. Es ilegal cualquier
conciliación respecto de este tema”.
n) Ley General del Trabajo de 08 de diciembre de 1942, en su artículo 105
señala: “En ninguna empresa podrá interrumpirse el trabajo
intempestivamente, ya sea por el patrono, ya sea por los trabajadores, antes
de haber agotado todos los medios de conciliación y arbitraje previstos en
el presente título caso contrario el movimiento se considerará ilegal”.
o) La Ley Nº 453, Ley General de los derechos de las Usuarias y los
Usuarios y de las Consumidoras y los Consumidores, de 4 de diciembre
de 2013, en su artículo 56, desarrolla: (Alcance de la Conciliación). I. “El
procedimiento podrá iniciarse con la promoción de la conciliación entre
partes, sobre aspectos disponibles, siempre que no contravengan lo
establecido en la Constitución Política del Estado y la presente Ley. II. Si
se llegara a una conciliación parcial, la autoridad competente que conoce
el reclamo, establecerá con precisión los hechos sobre los cuales se
continuará el procedimiento”.
p) El Decreto Supremo N° 2337, Reglamento Específico de La Ley N° 453,
de 4 de diciembre de 2013, Ley General de los derechos de las usuarias
y los usuarios y de las Consumidoras y los Consumidores, para el Sector
de Hidrocarburos y Electricidad, en el artículo 19 (Conciliación) dispone:
“I. El Ente Regulador, durante la tramitación del reclamo incluyendo la
admisión, traslado, y hasta antes de emitir resolución, deberá promover la
conciliación entre el Operador y el Reclamante. II. Habiendo conciliado
las partes, se suscribirá un acta de conciliación en la que conste en forma
clara los acuerdos adoptados y la forma y plazo para su cumplimiento,
situación en la cual, sin más trámite, el Ente Regulador declarará la
conclusión y archivo del reclamo. III. Si la conciliación fuere parcial el
procedimiento de reclamación continuará únicamente sobre los puntos no
conciliados. IV. Los acuerdos a los que se arriben no podrán ser
cuestionados nuevamente en la vía administrativa”.
q) El Decreto Supremo Nº 1436, 14 de diciembre de 2012 Reglamento a la
Ley N° 264 del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana “Para una
vida segura”, prevé: “I. Las Estaciones Policiales Integrales podrán estar
conformadas por: (…) Comisaría de Contravención Policial y Conciliación
Ciudadana; (…)”.
2. CLASIFICACIÓN DE LA CONCILIACIÓN
La conciliación es un acto jurídico en el que intervienen sujetos con legitimación
activa y distintos intereses, donde su consentimiento y voluntad están dirigidos a dar
por terminada o modificada situación o relación jurídica, o en su defecto crear
nuevas situaciones o relaciones jurídicas que beneficien a ambas partes.
De la revisión del ordenamiento jurídico boliviano y específicamente lo pertinente
de la Ley Nº 708, Conciliación y Arbitraje de 25 de junio de 2015; la Ley Nº 025 del
Órgano Judicial de 24 de junio de 2010; y la Ley N° 439, Código Procesal Civil de
19 de noviembre de 2013, se ha establecido que no existe una clasificación
especifica en la que se diferencie ni defina las clases de conciliación. En ese sentido
con base en la Doctrina y experiencias de países vecinos que tienen mayor
desarrollo en la promoción y aplicación de la Conciliación, tales como Perú y
174
Colombia, se deduce que la clasificación de la conciliación responde a los siguientes
criterios:
5.2. De acuerdo ante quien se realiza, en este criterio, la conciliación es de dos
tipos: conciliación judicial (realizada ante funcionarios pertenecientes al Órgano
Judicial) y conciliación extrajudicial (realizada en Centros de Conciliación
autorizados por el Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional).
a) Conciliación Judicial
También llamada jurídica o acto jurídico que utilizan las partes en conflicto
en un proceso de trámite conciliatorio ante funcionario jurisdiccional
autorizado (conciliador), quien conocerá del asunto, proponiendo a las partes
alternativas de posibles fórmulas de acuerdo con el fin de lograr un efectivo
arreglo entre los intervinientes a través de un Acta de Conciliación, ya sea
total o parcial, que contenga los acuerdos a los cuales se arribaron. Dicha
Acta tiene el valor de cosa juzgada con efectos de ley. (MÁRQUEZ, 2008:
66).
b) Conciliación Extrajudicial
La conciliación extrajudicial, se realiza fuera de estrados judiciales para
llegar a solucionar el problema entre una o varias personas, quienes están
predispuestas para que un tercero con conocimiento de la causa oriente,
dirija o desarrolle una conducta positiva en busca del arreglo. (MÁRQUEZ,
2008: 66).
En Bolivia, si bien años atrás ha sido introducida la conciliación
extrajudicial, específicamente con la abrogada Ley Nº 1770 de Arbitraje y
Conciliación, a la fecha es un instituto jurídico en construcción que busca
consolidarse en la sociedad boliviana como un método principal de
resolución de conflictos.
5.3. De acuerdo al momento en que se realiza
175
6. CARACTERÍSTICAS Y VENTAJAS DE LA CONCILIACIÓN
EXTRAJUDICIAL
Las características son las siguientes:
Mecanismo útil para la solución alternativa de conflictos como acción
preventiva, sin acudir a la vía judicial.
Proceso que promueve el diálogo y la preservación de las relaciones
personales (contribuyendo, de esa manera, a la construcción de una cultura
de paz).
Instrumento de “autocomposición” de un conflicto por medio de la voluntad
concertada o del consenso de las partes.
Promueve que las partes asuman el compromiso (valor de la palabra
empeñada) de hacerse responsables de la solución de sus conflictos.
Otorga participación, protagonismo y mayor control sobre el procedimiento
a las partes.
Permite la expresión franca de sentimientos e intereses en un marco de
confidencialidad y reserva.
Proceso voluntario, flexible, cooperativo, oportuno y económico y/o
gratuito.
Propicia soluciones creativas y efectivas, concebidas por las mismas partes.
Llevada adelante por personal debidamente acreditado, idóneo y con
competencias demostradas (Conciliador).
Las ventajas son las siguientes:
La celeridad y la economía procesal. Las partes pueden solucionar sus
conflictos de manera rápida: en dos o tres sesiones, en promedio.
Desde el punto de vista del costo-beneficio, resulta asequible para las partes
en controversia porque promueve la participación independiente.
Es flexible, porque el proceso se adapta a las necesidades y los
requerimientos de las partes en lo que concerniente a disponibilidad de
tiempo, búsqueda de soluciones y tipo de acuerdos.
Es participativa, al reconocer el protagonismo de las partes, su participación
directa y activa no solo en la exposición del problema y la búsqueda de
opciones, sino fundamentalmente en la decisión de las soluciones mediante
el establecimiento de acuerdos.
Es pacífica, puesto que se basa en el diálogo y la comunicación como
herramientas para alcanzar la solución del conflicto y, en esa medida evita o
reduce el costo emocional que implica la confrontación entre partes.
176
Según la Ley Nº 708 de Conciliación y Arbitraje de 25 de junio de 2015, el
Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional tiene las siguientes atribuciones:
a) Autorizar el funcionamiento de los Centros de Conciliación, Centros de
Conciliación y Arbitraje, y Centros de Arbitraje, y verificar su funcionamiento.
b) Registrar los Centros de Conciliación, Centros de Conciliación y Arbitraje, y
Centros de Arbitraje.
c) Aprobar los reglamentos de conciliación y de arbitraje de los Centros de
Conciliación, Centros de Conciliación y Arbitraje, y Centros de Arbitraje, en
función a su compatibilidad con las disposiciones de la presente Ley, en un
plazo máximo de hasta ciento veinte (120) días calendario a partir de su
presentación.
d) Suspender de manera temporal o definitiva su autorización, cuando no cumplan
con lo establecido en los artículos 15 y 17 de la presente Ley.
e) Promover la formación y capacitación en conciliación y arbitraje, mediante
convenios con el sistema universitario y centros autorizados.
f) Formular, aprobar y ejecutar políticas de la conciliación.
177
de conflictos como la conciliación; la cual brinda una oportunidad laboral y un
espacio para encauzar los casos que se conocen.
En la actualidad, con la Ley Nº 708, la conciliación judicial previa tiene un carácter
obligatorio para las partes y para el Juez. Se ha generado recarga de solicitudes de
conciliación que derivaron en la congestión de los Conciliadores Judiciales,
impregnando a este nuevo instituto de los mismos problemas evidenciados en el
Órgano Judicial, lo cual se traduce en la imposibilidad de los solicitantes de acceder
a una justicia pronta y oportuna.
Al respecto, se desarrolla a continuación el rol que debe desempeñar el conciliador
en un proceso conciliatorio.
178
- Preocuparse por las partes aun después de haber concluido el
procedimiento conciliatorio, sea a través de la verificación del
cumplimiento del acuerdo o de la situación de las partes. (ORMACHEA
Iván, Temas de Conciliación).
El fin de la labor del conciliador judicial no es sencilla, sino compleja porque no
solo debe ayudar a entender a las partes la dimensión real del conflicto, pues
también debe intentar bajar el estado de animadversión (sentimiento de oposición,
enemistad o antipatía que se tiene hacia una persona) que rodea normalmente a las
partes enfrentadas en intereses opuestos, generando un clima favorable para que las
partes se avengan a realizar mutuos renunciamientos o concesiones.
179
d) El artículo 292 del Código Procesal Civil establece la obligatoriedad de la
conciliación previa para instaurar una demanda civil como un mecanismo para el
descongestionamiento de juzgados y facilitar la resolución de los conflictos
priorizando la conciliación antes que el proceso judicial. En esa línea, si bien se
establece la obligatoriedad de esta conciliación previa, no se establece de manera
cerrada la posibilidad de que sea desarrollada por conciliadores judiciales o
extrajudiciales, aspecto ambiguo de la ley; y como se ha desarrollado líneas
arriba, la capacidad física y operativa del CC-FDCP, y la confianza puesta en la
población a los centros de conciliación universitarios, permitiría el desarrollo de
la conciliación previa de una manera eficaz y expedita, despojando a la
conciliación previa de la típica característica judicial (corrupción, gastos,
recarga, retardación de justicia, etc.), y se la dotaría de un carácter realmente
libre, de libertad de disposición, celeridad, flexibilidad, voluntariedad y de buena
fe.
e) Una de las principales inquietudes del público asistente al CC-FDCP es la
posibilidad de realizar una desvinculación conyugal fruto de un proceso de
conciliación, aspecto que en la actualidad no se encuentra previsto ni regulado
en ese sentido; sin embargo, existe la posibilidad de realizar acuerdos de
desvinculación conyugal, los cuales servirían como una base para la realización
de un “divorcio express”, que reduzca el costo económico de recurrir a un
divorcio judicial o un divorcio notarial.
f) La conciliación descansa en la premisa: que el “conciliador” es el tercero
imparcial competente que coadyuva en la resolución del conflicto, en ese sentido
el conciliador debe ser un profesional capacitado y cualificado, debidamente
acreditado y sometido a evaluaciones periódicas que garanticen la idoneidad de
este profesional a momento de la resolución de conflictos.
g) Una de las principales características de los procesos llevados adelante por el
CC-FDCP es la celeridad en las actuaciones y la rapidez en la convocatoria a
audiencia, lo que evidencia la posibilidad y la necesidad de regular y establecer
plazos máximos de duración del proceso de conciliación, la cual no debería
superar el lapso de 30 días hábiles (un mes). Este plazo generaría confianza en el
servicio y el real acceso a una justicia pronta y oportuna.
h) A efecto de consolidar los acuerdos plasmados en el acta de conciliación, existe
una necesidad real de establecer un procedimiento específico para la ejecución
judicial de las actas, las cuales una vez suscritas tendrán, además de la calidad de
cosa juzgada, la característica de título ejecutivo en los conflictos que versen
sobre sumas de dinero.
180
participativa (referendo de reforma constitucional), existen elementos coincidentes que
surgen a raíz de la oportunidad de refundar o refundir a la justicia, que no debe ser
decisión sólo de partidos políticos. Si se quieren cambios es desde casa para
reestructurar el Órgano Judicial y el Ministerio Público; juezas, jueces y fiscales que en
el ejercicio de sus funciones continuaron capacitándose deben continuar, ningún cambio
puede aplicarse con los mismos actores que no se apasionan por la investigación
académica en el derecho y la administración de justicia; por ello evaluación
permanente.
Partiendo del objetivo de: Cero de mora procesal; Quino señala que hace unos días el
Magistrado Juan C. Berríos del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), los Vocales Margot
Pérez, Eddy Arequipa y Jorge Quino del Tribunal Departamental de Justicia de la Paz
(TDJLP), informaron a la comunidad litigante que no tienen causas pendientes. Esa
labor es digna de destacarse por su pericia procesal, por ello debe institucionalizarse la
carrera judicial, considerar el tiempo de permanencia en los altos cargos (cuatro años
más un periodo similar previa evaluación) y, desde luego, cambiar la modalidad del
voto para elegir autoridades judiciales como eje transversal en la reforma.
Otro objetivo señala Quino es: Méritos, pero además cualidades. No serviría de nada
tener a abogados con PhD en función judicial si su desarrollo profesional es cuestionado
por inadecuados comportamientos ético-morales en la sociedad litigante, que dejen
entrever su probidad a la hora de dictar resoluciones.
Otro objetivo: Menos magistraturas más jueces. Hubo una gestión en el Tribunal
Agroambiental en que sus miembros se “metían” amparos constitucionales peleando la
Presidencia de esa instancia, que no tiene razón de ser como Tribunal, sino solamente
como una sala especializada en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Más jueces y
fiscales para descargar las 700 causas (en promedio) de primera instancia que deben
atender.
Los Actores de reforma judicial para Quino son claves para el éxito de la misma. Es
inconcebible que hoy elijan jueces quienes jamás administraron justicia, ese proceso
debe ser riguroso, cualificado académicamente, y efectivizado por administradores de
justicia que conocen a las nuevas generaciones de jurisconsultos. Debe alejarse a
quienes sin compromiso sólo esperan la jubilación en sus actuales cargos.
Los temas de Justicia plural, género y presupuesto también son importantes. Debe
garantizarse el 50% de mujeres y participación indígena en las altas magistraturas del
país e incrementar en el PGE 2021 los escasos 0,6% anuales para la Fiscalía y este
órgano de poder. Desde la comunidad académica también se puede compartir ideas para
el debate de propuestas de la reforma constitucional judicial.
Las propuestas nuestras se resumen en:
Mantener la estructura organizativa actual, poniendo especial cuidado en la
elaboración de un Manual de Organización y Funciones (MOF), para cada una
de las instancias componentes del Órgano Judicial.
Dependencia de la Gerencia Administrativa Financiera SÓLO del Consejo de la
Magistratura. El Tribunal Supremo de Justicia SOLO debe encargarse de
administrar justicia.
181
Reexaminar si las materias Agraria, Ambiental y Constitucional, no deben
convertirse en Salas especializadas del Tribunal Supremo de Justicia. Esto
podría ayudar a evitar la feudalización del Órgano Judicial. Ahorraría recursos
humanos y económicos y permitiría la existencia de Juzgados Agrarios en
primera instancia.
Recibir dentro de la estructura de instituciones o instancias del Órgano Judicial a
la Unidad de Defensa Pública. Tiene como finalidad y objetivo, resguardar la
independencia del Órgano Judicial.
Recibir dentro de la estructura o instancias del Órgano Judicial Régimen
Penitenciario. Tiene como objetivo, lograr se cumplan normas de amnistía y de
sentencia rápida, para lograr que se produzca el deshacinamiento de las cárceles
en Bolivia, además de construir recintos penitenciarios de alta seguridad y otros
de un tratamiento más regulado.
Establecer claramente la relación entre Órgano Judicial y Fiscalía o Ministerio
Público, éste último como ente con independencia administrativa en un régimen
de descentralización político administrativa.
Mantener y fortalecer dentro de la estructura del Consejo de la Magistratura a
Derechos Reales y la Imprenta Judicial; así como la Unidad de Sistemas, la
única que debe proporcionar software a todo el Órgano Judicial.
Establecer una relación entre la Universidad Pública y la Escuela de Jueces. Esta
debe ser una instancia de educación postgradual, con intervención del sistema
universitario público. Los postulantes a esta Escuela solo deben provenir de
Universidades públicas, por ser un servicio público. Las Universidades privadas
se entiende que forman profesionales para ámbito privado: comercial, civil, etc.
Los exámenes de licenciatura en Derecho en Universidades privadas deben
realizarse con tribunales compuestos 50% por docentes de universidad pública.
Los cursos postgraduales de universidades privadas deben ser aprobados en el
CEUB y no solo en el Ministerio de Educación. Sus tribunales de examen de
grado o de defensa de tesis deben tener una composición de 50% de docentes de
universidad pública.
El límite de estudiantes a universidades públicas debe ser de 300 por año y en
las universidades privadas de 100 estudiantes.
El Manual de Organización y Funciones (MOF) de cada instancia del Órgano
Judicial, debe en el perfil de cargos y de puestos de cada uno, establecer estas
reglamentaciones y condiciones de formación académica previa.
3.7.1.1 Propuesta
Entre las propuestas se pueden desgranar las siguientes:
Incremento del presupuesto de justicia al menos al nivel del promedio
latinoamericano de 3%, justificado con los gastos corrientes y de inversión
que se han descrito anteriormente.
Niveles salariales acordes a la complejidad del cargo que se ejerce,
independientemente de ser judiciales o administrativos. Esto implica que los
magistrados del TSJ, TAA y TCP deben tener menos asistentes (no más de 3
182
por magistrado, y uno por consejero y por vocal), trabajar más ellos mismos,
y ser evaluados periódicamente, para que sean sancionados o premiados
monetariamente. Lo mismo aplica para presidente y consejeros del CM. El
incremento salarial a los jueces y juezas debe ser de al menos un 30%. Se
puede considerar un incremento salarial del 10% para magistrados y vocales
y un bono de eficacia y otro de efectividad de un 10% de su salario, de
manera anual, en base a número de causas despachadas y sentencias
cumplidas/aplicadas.
Los recursos propios son claves. Para ello, debe consolidarse los ingresos de
DDRR en favor del Órgano Judicial. Esto implica que DDRR debe quedar
completamente integrado al órgano Judicial, con descentralización y
sistemas de control modernos informatizados. Además, se debe permitir que
se reponga el ingreso por multas procesales.
Otro ingreso propio que se debe explorar es el de la Imprenta Judicial, que
debe ser responsable de imprimir los libros de las tesis e investigaciones de
la Escuela de Jueces, así como de magistrados, jueces y juezas (que deben
ser obligados a una publicación al año, al menos), y de los Postgrados de las
Facultades de Derecho, de universidades públicas y privadas, con costos a
cargo de los autores, y con un margen de beneficio del 25%, para su auto
sostenimiento.
Se debe financiar la creación de una Unidad de Transparencia y lucha contra
la corrupción judicial, con un polígrafo permanente 119, que tome pruebas a
testigos, litigantes, y jueces y juezas, a solicitud de una de las partes
litigantes. Los costos del estudio corren por cuenta del solicitante del
estudio, más un 25% de beneficio en favor del Órgano Judicial. Este es otro
ingreso propio.
En Depósitos Judiciales, éstos se deben depositar en el Banco Unión, y al
final de cada año, ser traducidos en un Bono o Valor del Estado o TGE, que
reditúe un 6% de interés para el Órgano Judicial. Se debe dejar un 10% para
eventuales devoluciones, de litigantes que hubieran ganado sus juicios. Este
es otro ingreso propio.
El gasto en inversión en infraestructura se debe priorizar en los próximos
cinco años y llegar a dotar de todos los medios infraestructurales, de
equipamiento y de dotación de material fungible y mobiliario, para que los
jueces y juezas cumplan con sus obligaciones.
Se debe dotar de un monto equivalente al 10% del total del presupuesto
judicial, que se asigne a la Escuela de Jueces, exclusivamente para cursos de
actualización y capacitación de magistrados, vocales, consejeros, jueces y
juezas, así como de asistentes de los mismos e incluso personal
administrativo del Órgano Judicial.
Siendo temas extrapresupuestarios, son conexos, porque implican recursos.
Por ello SEPDAVI y SEPDEP deben pasar a dependencia del Órgano
Judicial. Incluso, conexo también, se puede considerar que el Ministerio de
Justicia debe desaparecer y sus recursos ser asignados al Órgano Judicial.
Esto en defensa de la independencia judicial y de poderes.
119
La sugerencia del uso del Polígrafo va en otro capítulo.
183
De la misma manera, se debe pasar el Sistema Penitenciario al Órgano
Judicial, lo que implica incrementar su presupuesto en un 500% para el
prediario, e inversiones en nuevos recintos carcelarios de $us 30 millones en
los próximos 5 años, con autorizaciones de venta de predios carcelarios en
lugares céntricos en al menos 6 ciudades capitales de Bolivia. La
construcción de una cárcel modelo en la ciudad de El Alto y otra en ciudades
intermedias: Quillacollo, Sacaba, Montero, Yacuiba, Viacha, Patacamaya,
Vinto y Bermejo. La construcción de talleres de reeducación se debe
considerar en el monto de inversión que alcanzará con ello a $us 50
millones.
Se debe establecer la dependencia de la Gerencia Administrativo Financiera
exclusivamente del Consejo de la Magistratura. El TSJ debe dedicarse
exclusivamente a tareas jurisdiccionales, y de ninguna manera involucrarse
en temas administrativo y menos financieros. Esto aplica también para el
tema disciplinario. Por tanto, el tema presupuestario de todo el Órgano
Judicial, es de exclusiva responsabilidad del Consejo de la Magistratura.
Se debe proceder a la liquidación de la Mutual del Poder Judicial, en sus
saldos que aún están en curso. El sistema de Pensiones es uno sólo y el
órgano Judicial debe acoplarse al mismo sin diferenciación alguna.
3.7.2 Propuesta de Infraestructura y de Inversiones infraestructurales judiciales
Las propuestas en materia de infraestructura en el Órgano Judicial se resumen en:
Construir proyectos integrados de las diferentes instituciones que lo componen
en la sede constitucional del Órgano Judicial, que es la ciudad de Sucre. Para
ello, retomar la idea de la Ciudadela Judicial, parece ser la que permitirá
mayores ahorros y mejor integración interinstitucional en el Órgano Judicial. La
inversión de todos estos edificios, no debiera sobrepasar los $us 50 millones.
Se debe refaccionar, ampliar y adecuar a servicios judiciales informatizados, los
edificios de las Cortes Departamentales de Justicia de Cochabamba, Potosí,
Oruro, Tarija, Pando y Beni.
Se debe cubrir el déficit de juzgados en 8 municipios y en 12 Autonomías
Indígenas Originario Campesinas (AIOCs).
Se debe adquirir infraestructura propia en alrededor de 20 asientos judiciales, o
municipios, actualmente en alquiler.
La inversión en infraestructura judicial no debiera sobrepasar los $us 100
millones, en los próximos 5 años.
Se debiera establecer normas de infraestructura judicial que mínimamente
reglamenten que:
o Espacio mínimo de despacho del juez en 10 mts2.
o Espacio mínimo de despacho del secretario en 10 mts2.
o Espacio mínimo para el resto del personal del juzgado en 5 mts2.
o Espacio mínimo para archivos en 10 mts2 (en este caso, dado que se
propugna la informatización de la información, los legajos de períodos
anteriores se deben transcribir e informatizar, lo que debiera llevar a una
reducción de este espacio en un lapso no mayor a 5 años).
184
3.7.2.1 Propuesta
PROPUESTAS
185
manera óptima base de datos documentales que son medios con los cuales
trabaja más el Órgano Judicial, permitiendo de esta manera la optimización tanto
en el registro y la búsqueda de documentos.
- Rediseñar el portal web de tal forma que este sea más amigable a los usuarios.
c. Propuesta
Las propuestas en temas administrativos asociados a la corrupción o a los cobros
indebidos e ilegales por parte de servidores judiciales, parten de los factores
identificados, y como en un árbol de problemas se traducen en un árbol de soluciones:
Incremento salarial a los servidores judiciales, especialmente de jueces, juezas,
magistrados y vocales.
Incremento del presupuesto judicial
Incorporación de más materias y módulos de deontología, ética y prácticas de
transparencia en la malla curricular de las Universidades públicas y privadas. En
las privadas, establecer una supervisión específica que en lugar de reducir los
años de estudio, los incremente, en función a formación ética. En cuanto a los
valores éticos personales, establecer un control específico en las entrevistas a
postulantes a vocales, magistrados y consejeros. Establecer controles en el
currículo ético de postulantes a vocales, magistrados y consejeros y en la
designación de jueces y juezas. Revisión de antecedentes éticos de servidores
judiciales de nivel de secretarios, diligencieros, notificadores, etc.
Identificar y desbaratar los sistemas de recaudación de cobros indebidos e
ilegales por parte de servidores judiciales (notificadores, diligencieros,
secretario/as).
Establecer un Sistema de control o de monitoreo en los despachos judiciales del
juez o jueza, que permita identificar:
186
1ro. El cumplimiento de los plazos procesales;
2do. El cómputo de las audiencias realizadas, las postergadas y las suspendidas;
3ro. Los motivos de postergación y suspensión de audiencias, viendo cuáles se
repiten e investigando las razones;
4to. Identificar las razones baladíes de postergación de audiencias;
5to. Recortar las opciones de alargue de procesos, por parte de los litigantes, en
el conocido tipo de “chicanería” o uso de razones de forma más que de fondo;
6to. En la postergación en el tratamiento de las causas judiciales;
7mo. Establecimiento de tiempos procesales de inicio de la causa judicial, que
no permitan que se postergue el cómputo de tiempos procesales para sentencia,
más drásticos y definitivos.
8vo. Eliminar el concepto de “turno para sentencia”, para que se evite este
mecanismo de cómputo de tiempo, para la emisión de sentencia.
Establecer un sistema de seguimiento a los bienes y patrimonio de los servidores
judiciales y de sus parientes en 4to. Grado de consanguinidad y segundo de
afinidad. Debe realizarse acorde al registro o declaración jurada realizada ante la
CGE.
Realizar ajustes a la Ley Marcelo Quiroga Santa Cruz, la Ley de Transparencia y
de las UTIs, la actualización de la Ley 1178 y de sus Reglamentos y Normas
Básicas correspondientes, en lo relativo a la presentación de pruebas de un acto
de corrupción o de cobros indebidos e ilegales, por parte de servidores
judiciales.
Creación de Juzgados anti corrupción en un número equivalente a las denuncias
existentes en cada Asiento judicial.
Establecimiento de tiempos procesales y de procesamiento ágil y rápido para
denuncias sobre corrupción o de cobros indebidos e ilegales, por parte de
servidores judiciales.
Establecimiento de un incentivo administrativo y legal a la realización de
denuncias sobre corrupción o de cobros indebidos e ilegales, por parte de
servidores judiciales.
187
Los Derechos de las personas deben alcanzar el acceso al servicio de justicia de
manera universal y gratuita.
Existen tres tipos de costos en justicia que se debe considerar para hablar de
gratuidad:
o Costos hundidos, los que corresponden a transporte, notificación,
órdenes instruidas, inspecciones, fotos, caja chica, reemisión a Sucre al
TSJ, certificaciones, etc. Estos costos son realmente difíciles de
erradicar, y en una primera reforma de la justicia, es probable, que se
mantengan. tal vez en una revisión del Código de Procedimiento Penal,
del Código de Procedimiento Civil y de todas las demás normas
procedimentales, se pueda reducir los requerimientos y requisitos
documentales y de actuados, para reducir estos costos, o transferirlos en
parte, al Ministerio Público y a la Policía Nacional.
o Costos marginales, los que devienen de pequeñas necesidades de un
proceso. Desde fotocopias de documentos hasta tinta para impresoras de
computación. Estos costos serán ineludiblemente, imposibles de asumir,
en una política de gratuidad del servicio de justicia. Son de baja cuantía,
aunque agregados, pueden ser más relevantes. Estos costos se pueden
reducir haciendo que existan servicios públicos en dependencias
judiciales, que provean estos elementos.
o Costos de Transacción. Estos costos son en los que se incurre, para
acceder a un servicio público. Van desde el transporte del litigante a los
juzgados o dependencias policiales o de la fiscalía, hasta el costo que
implica dejar de trabajar para acudir a estos servicios, en busca de
justicia. Estos costos, son difíciles de identificar, cuantificar y no podrán
ser asumidos en una reforma de la justicia. Quedaran como el rezago a
ser asumido por litigantes, en los servicios de justicia. Probablemente, en
un sistema judicial más informatizado y con menor carga de
procedimientos, estos costos se reduzcan o puedan ser eliminados.
ANEXO I
ANTEPROYECTO NORMATIVO DE MODIFICACIÓN A LA LEY N° 708
DE CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
El principio de acceso a la justicia como principal política de Estado a nivel
organizativo implica que cualquier persona, sin ningún tipo de distinción y en
igualdad de condiciones, satisfaga su necesidad de justicia en cualquiera de sus
formas y ante los conflictos que se le puedan presentar, y esta tenga a su
disposición herramientas y mecanismos efectivos capaces de resolverlos de forma
idónea y pacífica.
En ese contexto, la Ley Nº 708 de Conciliación y Arbitraje de 25 de junio de 2015,
supuso, en términos institucionales, la adopción progresiva de los denominados
medios alternativos de solución de controversias (MASC) con el fin de
188
descongestionar la excesiva carga procesal propia del sistema procesal ordinario,
y consolidar de ese modo la cultura de la paz preconizada en la actual
Constitución Política del Estado, así como en parte del ordenamiento jurídico de la
época de la República como política inmanente al servicio público desde sus
orígenes a la fecha.
A pesar de los importantes avances logrados desde la vigencia de la Ley referida,
las circunstancias actuales evidencian que el propósito inicial de fortalecer el
sistema de administración de justicia a través de la conciliación judicial se ha
visto limitada por la creciente demanda del servicio y la complejidad de las
relaciones sociales contemporáneas, lo que exige una respuesta revigorizada de los
MASC (conciliación extrajudicial) que permita a la población garantizar sus
derechos mediante un procedimiento extrajudicial dotado de mayor efectividad,
dentro de los límites de legalidad, satisfaga sus intereses aplicando una
metodología que integre todos los elementos antes citados para obtener el mejor
resultado.
Esto implica que los interesados en conciliar deben llegar a un común acuerdo,
bajo una apreciación reflexiva que tenga el fin de la internalización, armonización
el funcionamiento “eficientista” en la conciliación extrajudicial para una cultura
de paz óptima donde el rol, la habilidad y especialidad del conciliador, como
rector activo del proceso de conciliación, cobra un peso significativo. Sin embargo,
en ocasiones este rol se ve reducido a un mero auxilio técnico debido a las
características funcionalistas (autocomposición, autonomía de la voluntad, entre
otras) a las que brinda especial relevancia la Ley Nº 708 en detrimento del manejo
estratégico de conflictos que debe comunicar la labor del conciliador.
Asimismo, en lo que respecta al Acta de Conciliación – la cual tiene efecto de cosa
juzgada y podrá ser ejecutada por autoridad judicial en caso de incumplimiento–,
la Ley Nº 708 no especifica la necesidad e importancia de establecer, claramente,
los compromisos y los derechos que están asumiendo los intervinientes ni la forma
en que se cumplirán las obligaciones (sin ambigüedades), o la posibilidad de
incluir una suerte de “cláusula penal” por la demora o incumplimiento de lo
pactado, así como la obligación de no formular reclamos y acciones judiciales o
arbitrales ulteriores por las mismas causas que dieron origen a la conciliación,
extremos que generan inseguridad jurídica e incertidumbre.
Otro de los aspectos que ha demostrado ser insuficiente -cuando no problemático-,
en la aplicación de la Ley Nº 708, ha sido la falta de delimitación conceptual y
operativa en lo que concierne a la Conciliación como instancia institucional y
judicial; en el entendido que Conciliación Judicial y Conciliación extra judicial (o
institucional) son dos figuras jurídicamente distintas: la primera desarrollada por
la legislación civil, y la segunda como resultado de la aplicación y ejecución de lo
dispuesto para la conciliación, así como del ejercicio de las atribuciones que tiene
el Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional al autorizar Centros de
Conciliación que no son judiciales sino más bien Extrajudiciales, aspecto que a
efectos de una adecuada interpretación no han sido explicitados asertivamente en
el contenido dispositivo de la ley vigente.
Por estas razones, es importante reformar el ámbito material y operativo de la Ley
Nº708 de Conciliación y Arbitraje de 25 de junio de 2015, en procura de contar
con reglas claras que delimiten el perímetro jurídico (alcances y efectos) que
rodean a todas las figuras jurídicas de corte extrajudicial que distinguen a la
189
conciliación de los típicos procesos ordinarios, en procura de contar con una Ley
práctica, clara, específica y sin ambigüedades.
Artículo 1°.- (OBJETO) La presente Ley tiene por objeto modificar la Ley Nº 708 de
25 de junio de 2015, de Conciliación y Arbitraje; y la Ley N° 439 de 19 de noviembre
de 2013, Código Procesal Civil.
191
IV. El plazo máximo de duración del proceso de conciliación será de 30
días hábiles, prorrogables por un plazo igual.
VIII. Se modifica el Artículo 292 del Código Procesal Civil, cuya disposición quedará
redactada en el siguiente término:
ARTÍCULO 292. (OBLIGATORIEDAD).
I. Se establece con carácter obligatorio la conciliación previa, la que se
regirá por las disposiciones del presente Código.
II. La conciliación previa deberá realizarse mediante un Centro de
Conciliación Extrajudicial autorizado por el Ministerio de Justicia y
Transparencia Institucional.
III.Al promoverse demanda principal, deberá acompañarse acta expedida
por el Centro de Conciliación Extrajudicial autorizado.
192
ANEXO II
201 201 201 201 201 201 201 201 201 202 202
CIUDAD
1 2 3 4 5 6 7 8 9 0 1
CHUQUISACA 5036 1162 3190 1329 1241 1291 1028 1344 1241 1181 1238
LAPAZ 2858 1147 1602 1182 1825 1999 1523 2978 2263 1924 4957
SANTA CRUZ 3245 1462 1434 2017 3067 2618 2345 1918 1572 1122 3201
COCHABAMB
748 1176 944 2119 2673 2506 2193 2164 1748 1786 2584
A
POTOSI 1635 248 644 1180 1291 1150 1396 1067 1054 1035 1730
TARIJA 660 90 381 1270 1463 1531 1386 912 1049 712 560
ORURO 1497 419 723 926 988 704 832 830 832 772 1497
PANDO 1048 614 702 327 363 362 357 727 589 490 272
BENI 1018 829 875 473 962 889 1029 450 255 433 886
SITUACIO GENER
TIPO DE INCIDENTES RESULTADO DE ACCION
DEPARTAMENT N O TOTA
O L
P E.D.M.P A.P.D EX PROCEDENT IMPROCEDENT
C/D S/D F M
R . . . E E
LA PAZ 1 0 0 0 0 1 0 1 1 0 1
COCHABAMB 4 0 0 0 0 4 3 1 4 0 4
A
SANTA CRUZ 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
BENI 0 2 0 0 2 0 0 2 2 0 2
PANDO 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
CHUQUISACA 1 0 0 0 0 1 0 1 1 0 1
ORURO 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
TARIJA 2 0 0 1 0 3 2 1 3 0 3
POTOSI 1 0 0 4 0 5 0 5 4 1 5
TOTALES 9 2 0 5 2 14 5 11 15 1 16
SITUACIO GENER
TIPO DE INCIDENTES RESULTADO DE ACCION
DEPARTAMENT N O TOTA
O L
P E.D.M.P A.P.D EX PROCEDENT IMPROCEDENT
C/D S/D F M
R . . . E E
LA PAZ 1 2 5 0 2 6 0 8 3 5 8
COCHABAMB 1 2 0 7 1 9 2 8 9 1 10
A
SANTA CRUZ 0 1 1 0 2 0 0 2 1 1 2
193
BENI 0 6 0 2 8 0 0 8 0 8 8
PANDO 0 0 1 1 2 0 0 2 1 1 2
CHUQUISACA 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
ORURO 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
TARIJA 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
POTOSI 3 0 0 6 1 8 3 6 8 1 9
TOTALES 5 11 7 16 16 23 5 34 22 17 39
TOTALES 24 3 2 29 9 49 16 42 43 15 58
SITUACIO GENER
TIPO DE INCIDENTES RESULTADO DE ACCION
DEPARTAMENT N O TOTA
O L
P E.D.M.P A.P.D EX PROCEDENT IMPROCEDENT
C/D S/D F M
R . . . E E
LA PAZ 1 1 0 4 0 6 1 5 2 4 6
COCHABAMBA 0 1 0 2 0 3 0 3 2 1 3
SANTA CRUZ 0 0 0 1 0 1 0 1 1 0 1
BENI 0 2 1 1 4 0 0 4 2 2 4
PANDO 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
CHUQUISACA 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
ORURO 0 0 1 2 0 3 0 3 1 2 3
TARIJA 0 0 0 0 0 1 0 1 1 0 1
POTOSI 13 0 0 5 2 16 6 12 13 5 18
TOTALES 14 4 2 15 6 30 7 29 22 14 36
2. INFORMACION ADMINISTRATIVA
NUMERO DE DEFENSORES PÚBLICOS POR DISTRITO JUDICIAL
ASIENTOS JUDICIALES
194
DEPARTAMENTO PERSONAL CARGO
14 Defensores Públicos
LA PAZ 16
2 Defensores Auxiliares
SANTA CRUZ 12 Defensores Públicos
COCHABAMBA 9 Defensores Públicos
POTOSI 3 Defensores Públicos
CHUQUISACA 3 Defensores Públicos
ORURO 4 Defensores Públicos
TARIJA 2 Defensores Públicos
BENI 3 Defensores Públicos
1 Defensor Público
PANDO 2
1 Defensor Auxiliar
GESTIÓN 2015
Número de Defensores y
Materia
Distrito
Los 3 por inoportuna presentación de
3 (2 de La Paz y 1 de Pando)
Declaración Jurada de Bienes y Rentas
GESTIÓN 2017
Número de Defensores y
Materia
Distrito
GESTIÓN 2018
Número de Defensores y
Materia
Distrito
3 (los 3 de La Paz) Falta leve disciplinario Operativo
GESTIÓN 2020
Número de Defensores y
Materia
Distrito
Por Inoportuna presentación de Declaración Jurada
1 (Tarija)
de Bienes y Rentas
195
GESTIÓN 2021
Número de Defensores y
Materia
Distrito
Inoportuna presentación de Descargo de Fondo
1 Beni
en Avance
3 Santa Cruz
1 Cochabamba Por inoportuna presentación de Declaración
Jurada de Bienes y Rentas
1 La Paz
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- Ley N° 603, Código de las Familias y del Proceso Familiar, de 19 de noviembre
de 2014.
- Ley Nº 548, Código Niño, Niña y Adolescente, de 17 de julio de 2014.
- Decreto Supremo N° 2377, Reglamento al Código Niña, Niño y Adolescente, de
27 de mayo de 2015.
- Ley Nº 031, Marco de autonomías y descentralización “Andrés Ibáñez”, de 19
de julio de 2010.
- Resolución Administrativa Nº 086/2014 de 19 de diciembre de 2014, Protocolo
de Tratamiento de Conflictos para la Conciliación de Conflictos Competenciales
y de Conflictos de Interpretación o Aplicación de las Normas del Régimen
Económico Financiero.
- Ley N° 073Ley de Deslinde Jurisdiccional, de 29 de diciembre de 2010.
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- Ley Nº 453, Ley General de los derechos de las Usuarias y los Usuarios y de las
Consumidoras y los Consumidores, de 4 de diciembre de 2013.
- Ley No. 1178.
- Ley No. 974 de Unidades de Transparencia y Lucha contra la Corrupción.
- Decreto Supremo N° 2337, Reglamento Específico de La Ley N° 453, de 4 de
diciembre de 2013.
- Decreto Supremo Nº 1436, 14 de diciembre de 2012 Reglamento a la Ley N°
264 del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana “Para una vida segura”.
- Resolución H.C.F. Nº 2029/2021 de 14 de septiembre de 2021, que aprueba el
Reglamento Interno del Centro de Conciliación de la Facultad de Derecho y
Ciencias Políticas.
- Reglamento de Auditoría Jurídica del Consejo de la Magistratura.
- Reglamento de Procesos Disciplinarios para la Jurisdicción Ordinaria y
Agroambiental.
PÁGINAS WEB
https://www.ohchr.org/SP/Issues/Judiciary/Pages/SRJudgeslawyersIndex.aspx
https://www.fiscalia.gob.bo/publicaciones/rendicion-publica-de-cuentas/rendicion-
publica-de-cuentas-final-2021
https://magistratura.organojudicial.gob.bo/index.php/institucion/2013-05-07-16-03-21/
acuerdos/finish/1-acuerdos/7674-acuerdo-20-2018-reglamento-de-procesos-
disciplinario
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revistas especializadas y artículos de prensa, vinculados con la Ciencia Política, la
Gestión Pública y la Justicia. Tiene cerca de 30 años de experiencia como servidor
público en Bolivia, habiendo trabajado en el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo, en
el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz y, en Organismos Internacionales.
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