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Las Misiones Diplomáticas

Integrantes del grupo

Axel André Lanza García - 20191004401


Karen Michelle Amador Valdez - 20181000995
María Yulieth Castro Baca - 20181004437
Victor Alexander Euceda Baltodano – 20181001227

El establecimiento de las misiones diplomáticas


El artículo 2 de la Convención de Viena de 1961 es el único que se refiere al
establecimiento de relaciones diplomáticas y se limita a decir que:

“El establecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados y el envío de misiones


diplomáticas permanentes se efectúa por consentimiento mutuo”.

Merece la pena destacar dos ideas claves de este precepto. En primer lugar, la
diferencia conceptual entre “relaciones diplomáticas” y “envío de misiones
diplomáticas”. Tal diferenciase hace patente por ejemplo cuando uno observa que entre
dos gobiernos que han acordado o que mantienen relaciones diplomáticas puede no
haber intercambio recíproco de misiones diplomáticas e, incluso, que un Estado puede
no establecer una representación en la capital del otro y en cambio aceptar que éste
último la establezca en el suyo. La segunda idea a destacar es el carácter fundamental
que tiene el consentimiento recíproco en todo el espectro de la materia que nos ocupa,
tanto para el establecimiento de las relaciones diplomáticas, como para la definición de
los distintos elementos materiales y personales que integren las misiones diplomáticas.

En tanto que relaciones “formales”, a diferencia de la mayoría de relaciones


interestatales, su forma no es libre, sino que debe cumplir unos requisitos establecidos
empezando por la necesidad de acuerdo formal para su establecimiento. Por su parte, la
vocación de “permanencia” no impide que se produzcan todo tipo de vicisitudes en la
representación del Estado (llamada a consultas o retirada del Embajador) o incluso la
suspensión y ruptura de relaciones diplomáticas en el marco de conflictos políticos
graves entre las partes. El establecimiento de relaciones diplomáticas exige algunos
presupuestos previos. Para Salmon, estos se limitan a la personalidad jurídica
internacional y el acuerdo mutuo. Vilariño añade el reconocimiento y el derecho de
legación. Este último requisito, en realidad, lleva incorporado implícitamente a los
anteriores. En efecto, el derecho de legación puede definirse como la facultad de las
entidades que poseen personalidad jurídica internacional de hacerse representar
recíprocamente, previo acuerdo, por agentes oficiales.

La misión diplomática es la agencia o establecimiento que un Estado instala en otro, con


el consentimiento de éste, para mantener con él relaciones diplomáticas. Se trata de un
instrumento para un fin, aunque como ya hemos señalado no es estrictamente necesario
el envío de misiones diplomáticas para establecer o mantener relaciones diplomáticas.

En materia de establecimiento de la misión rige el principio fundamental de


consentimiento recíproco de los Estados acreditante y receptor. Consentimiento que es
necesario, obviamente, para el establecimiento propiamente dicho de una misión
diplomática, dado que ya hemos dicho que las relaciones diplomáticas nunca son
obligatorias, pero también para determinar las características que va a reunir la misión.
Entre los aspectos sobre los que, en principio, se debe llegar a un acuerdo destacan el
rango y la estructura de la misión. El establecimiento de la misión diplomática requiere
la entrada en servicio tanto de un jefe de misión como del resto de personal diplomático,
pero con forma y en momentos distintos. Respecto del primero, corresponde al Estado
acreditante, de manera soberana, decidir qué persona va a encabezar sus misiones
diplomáticas. Cada Estado decide internamente los mecanismos de selección y
designación de sus Embajadores.

El conjunto de personas que componen una misión diplomática pertenece a tres


categorías funcionales: agentes diplomáticos, personal administrativo y técnico y
personal de servicio. A efectos del establecimiento de la misión diplomática, nos
interesa principalmente el primer grupo. Los agentes diplomáticos se definen en la
Convención de Viena de 1961 como “el jefe de la misión o un miembro del personal
diplomático de la misión” (art. 1.e); personal que a su vez se identifica de manera
tautológica como “los miembros del personal de la misión que posean la calidad de
diplomáticos” (art. 1.d).
Las personas físicas que forman parte de la misión diplomática
Este personal está integrado, por una parte, por el Jefe de Misión, y por otra, por los
miembros del personal de la misma. Este último está integrado a su vez, de acuerdo con
lo establecido por la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas, por "los
miembros del personal diplomático, del personal administrativo y técnico y del personal
de servicio de la M isión.1 En su conjunto, el personal debe cumplir con la totalidad de
la funciones previstas o imprevistas, que le corresponde desarrollar a una Misión
diplomática, desde las más importantes hasta las de menor trascendencia, de las más
genéricas hasta las más especializadas, sean de carácter diplomático, técnico,
administrativo o de servicio.

Se entiende por Jefe de Misión a "la persona encargada por el Estado acreditante para
actuar con el carácter de tal". Se trata entonces de la persona que dirige una Misión
diplomática y es el superior jerárquico de los demás funcionarios, así como de todas las
oficinas con que cuenta el Estado 1. Artículo 1, letras b) y c). 76 Eduardo Jara Roncati
que los acredita en el Estado Receptor.

Clasificaciones de los jefes de misión diplomática


Primera clase: Embajadores, legados o nuncios.

Entre los tipos de embajadores tenemos:

 Embajador extraordinario y plenipotenciario: Significa que tiene plenos poderes


para negociar y suscribir acuerdos o tratados internacionales a nombre de su
gobierno. En el hecho, es sinónimo o de E m bajador, desde el m omento que
todos los Em bajadores tienen plenipotencia. Sin embargo, esta plenipotencia
está limitada a la suscripción del convenio, el que para entrar en vigor para el
respectivo país debe cumplir con todos los
 Extraordinario en misión especial: Es un alto funcionario de un Estado, que es
designado para representar a su país en un acto determinado de una especial
importancia y solemnidad.
 Embajador en misión especial: Se trata de un agente diplomático de carrera, o
sea un miembro del Servicio Exterior de un país, que es designado por su
Ministro de Relaciones Exteriores para cumplir funciones específicas en el
exterior. No tiene que tener necesariamente el grado de Em bajador, sino que
puede ser cualquier funcionario al que se confiera el rango de tal, a fin de
facilitarle sus contactos oficiales.
 Embajador en misión extraordinaria: Es una personalidad de alto nivel en su
país, nombrada Embajador, pero sin estar acreditado ante un Estado o una
Organización Internacional, para desempeñar misiones específicas que le confíe
su gobierno. Se le conoce con el nombre de "Embajador at-large". En caso de
que deba cumplir la misma misión ante dos o más países se habla de Em bajador
itinerante.
 Embajador político: Se trata de un Em bajador que no pertenece al Servicio
Exterior de su país. En tal caso se habla de un nombramiento político. ("political
appointment").
 Embajador de carrera: Es un embajador que pertenece al Servicio Exterior de su
país.
 Nuncio: Es el Jefe de Misión de más alto rango de la Santa Sede, equivalente al
de Em bajador. En los países católicos desempeña, por cortesía, la función de
Decano del Cuerpo Diplomático acreditado.
 Pronuncio: Es un Jefe de Misión de la Santa Sede del mismo nivel que el Nuncio
y que también corresponde a un Em bajador, pero que se desempeña en un país
que no reconoce al representante de la Santa Sede el rango de Decano del
Cuerpo Diplomático. Cualquiera que sea su antigüedad en el país, jamás llegará,
en consecuencia, a ser Decano.
 Alto comisario: Es el Jefe de Misión, equivalente al Em bajador, de un país
miembro del Commonwealth acreditado ante otro país miembro de esa
Organización. En este caso, el Estado que envía y el Estado receptor pueden o
no tener el mismo Jefe de Estado, la Reina de Inglaterra. Suele también llamarse
Alto Comisionado.

Segunda clase: Enviados, ministros u otros acreditados ante los soberanos.

Tercera clase: Encargados de Negocios acreditados ante Ministros de Relaciones


Exteriores.
Derechos y obligaciones del agente diplomático
Según el artículo 29 de la Convención de Viena, la persona del agente diplomático es
inviolable. No puede ser objeto de ninguna forma de detención o arresto. El Estado
receptor le tratará con el debido respeto y adoptará todas las medidas adecuadas para
impedir cualquier atentado contra su persona, su libertad o su dignidad.

La Misión diplomática y sus miembros tienen ciertos deberes u obligaciones


fundamentales que cumplir con respecto al Estado receptor, respetar las leyes y
reglamentos, no intervenir en sus asuntos internos, así como abstenerse de desempeñar
actividades profesionales y comerciales, entre ellos:

 Respetar la legislación interna del Estado receptor.


 No intervenir en los asuntos internos del Estado receptor.
 Abstenerse de desempeñar actividades profesionales o comerciales

Privilegios e inmunidades diplomáticas


Antiguamente se utilizaba impropiamente el término «extraterritorialidad» como
sinónimo de inmunidad o inviolabilidad de los agentes diplomáticos y locales de las
misiones diplomáticas. Realmente con la denominación de inmunidades diplomáticas se
quiere hacer referencia, de modo genérico, a la inmunidad de jurisdicción de los agentes
diplomáticos y a la inviolabilidad de la misión diplomática, reservando el término
privilegios diplomáticos a las exenciones fiscales y arancelarias que se conceden a las
misiones y a los agentes diplomáticos. Todas las personas que gocen de estos privilegios
e inmunidades deberán respetar las leyes y reglamentos del Estado receptor art.41

Conforme el artículo 31 del Convenio de Viena de 1961, el agente diplomático gozará


de inmunidad de la jurisdicción penal del Estado receptor, no estará obligado a testificar
y su persona es inviolable art. 29, no pudiendo ser objeto de ninguna forma de detención
o arresto. El Estado receptor le tratará con el debido respeto y adoptará todas las
medidas adecuadas para impedir cualquier atentado contra su persona, su libertad o su
dignidad.

Esta inviolabilidad se extiende a su residencia particular, sus documentos, su


correspondencia y sus bienes, que sólo excepcionalmente podrán ser embargados art.
30. La inmunidad de la jurisdicción civil y administrativa admite -según el art. 31-
algunas excepciones derivadas de los intereses particulares que el agente diplomático
tenga en el Estado receptor (acciones reales sobre bienes inmuebles particulares,
acciones sucesorias o referentes a actividades profesionales o comerciales Los
miembros de la familia de un agente diplomático, siempre que no sean nacionales del
Estado receptor, gozarán de sus privilegios e inmunidades (art. 37) y también están
protegidos por la inmunidad de jurisdicción (limitada al ejercicio de sus funciones) los
miembros del personal administrativo y técnico de las misiones diplomáticas, con los
miembros de sus familiares que formen parte de sus respectivas casas. El Estado
acreditante puede renunciar expresamente a la inmunidad de jurisdicción de sus agentes
diplomáticos art. 32. Los locales de la misión diplomática son inviolables, los agentes
del Estado receptor no podrán penetrar en ellos sin consentimiento del jefe de la misión.
No podrán ser objeto de ningún registro, requisa, embargo o medida de ejecución los
locales de la misión, su mobiliario, archivos o medios de transportes, que deberán ser
protegidos por el Estado receptor contra todo ataque o intrusión art. 22. También están
protegidas por esta inviolabilidad las viviendas de los agentes diplomáticos. Los
privilegios e inmunidades están contenidos en la Convención de Viena, del articulo 29
al 36.

Terminación de las funciones de la misión diplomática


Suspensión y terminación de las misiones diplomáticas:

ʘ No rige el principio del consentimiento mutuo. Será una decisión unilateral

ʘ Efectos de:

• La suspensión (provisional): por regla general, tiene efectos recíprocos

• La terminación (permanente): siempre tiene efectos recíprocos

ʘ Convención Viena no regula las causas:

• De la suspensión: por actos “inamistosos”, por problemas económicos, etc.

• De la terminación (=ruptura de relaciones diplomáticas):

○ Conflicto armado entre los dos Estados

○ Desaparición del Estado acreditante o del Estado. receptor

○ No reconocimiento del Gob. de facto de uno de ellos

○ Por razones económicas, etc.


ʘ Convención Viena sí regula algunas de las consecuencias:

• Salida del territorio, aún en caso de conflicto armado Tx. 55, art. 44, p. 153

• Protección de locales, bienes y archivos de la misión, aún en caso de conflicto

armado Tx. 55, art. 45, p. 153

La diplomacia ad hoc: las misiones especiales


La Convención sobre las Misiones Especiales (conocida también como la “Convención
de Nueva York”) fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 8 de
diciembre de 1969 junto a un Protocolo Facultativo sobre la solución obligatoria de
controversias y una resolución relativa a los litigios en materia civil. La Convención
entró en vigor el 21 de junio de 1985. Al redactarse este documento (abril de 2012),
tiene 38 Estados partes. La diplomacia ad hoc es la forma de diplomacia más antigua.
Como señaló la Secretaría de las Naciones Unidas en 1963

“La costumbre de enviar a un agente especial en misión de un Estado a otro, con objeto
de poner de relieve la solemnidad o la importancia de una ocasión determinada,
probablemente sea el más antiguo de todos los medios utilizados en las relaciones
diplomáticas. Solo con la aparición de los Estados nacionales modernos, fueron
substituidos los embajadores temporales que enviaba especialmente un soberano a otro
por misiones diplomáticas acreditadas permanentemente y dotadas de toda una serie de
poderes. No obstante, aunque las normas de derecho que se fueron elaborando para
determinar las relaciones diplomáticas entre los Estados estaban por tanto basadas en
gran parte en la actuación de las misiones permanentes, de suerte que las misiones
especiales vinieron a considerarse meramente como una variante particular de aquellas,
nunca se interrumpió el envío de misiones especiales.

La Diplomacia Ad Hoc: Origen, Noción y Características


Como dijo el profesor Luís GARCÍA ARIAS, la “Diplomacia” comenzó siendo una
institución ad hoc pues, ya desde sus orígenes en la Edad Media, la diplomacia del
enviado temporal o ad hoc fue el único canal de comunicación diplomática entre las
distintas comunidades políticas independientes (la Iglesia, las ciudades y los Príncipes),
no existiendo el representante con residencia permanente cerca de entidades políticas
extranjeras1. Si bien es comúnmente admitido que la actividad diplomática entre
Estados desarrollada mediante misiones permanentes se generaliza en Europa a partir
del siglo XVI, a medida que se institucionalizaba esta forma de diplomacia sedentaria
disminuye la frecuencia e importancia de las misiones especiales, que reducen su
actividad a ofrecer una representación oficial en ocasiones de gran solemnidad.

Las misiones especiales como forma particular de diplomacia Ad Hoc


2.1. La labor de las Naciones Unidas: la codificación de las misiones especiales Fue la
CDI la que sugirió por primera vez que las relaciones diplomáticas pueden revestir otras
formas distintas de las misiones diplomáticas permanentes, que pueden designarse con
la expresión “diplomacia ad hoc” para designar tres categorías distintas: delegados en
las conferencias internacionales, enviados itinerantes representantes gubernamentales
encargados de d desempeñar una misión en varios países-, y las misiones especiales. En
1958, la Comisión de Derecho Internacional consideró que también debían estudiarse
estas formas de diplomacia, al objeto de fijar las normas jurídicas que las regulasen.
Durante su 15º período de sesiones, celebrado en 1963, la Comisión de Derecho
Internacional designó Relator Especial sobre el tema de las misiones especiales al Sr.
Milan Bartos y decidió que éste redactase un proyecto de artículos basado en las
disposiciones del Convenio de Viena sobre relaciones diplomáticas de 1961 (en
adelante, La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas 61), considerando
que las misiones especiales9 eran, tanto por sus funciones como por su naturaleza, una
institución distinta de las misiones permanentes. En su 19º período de sesiones, en 1967,
la Comisión de Derecho Internacional, tras examinar el “Cuarto informe” del Relator
Especial, y teniendo en cuenta las observaciones escritas de los gobiernos y las
opiniones expresadas en la Sexta Comisión, aprobó su proyecto definitivo sobre las
misiones especiales compuesto de 50 artículos, presentándolo a la AG de ONU para que
este órgano concertase una convención sobre esta materia. En 1968 y 1969, la Sexta
Comisión examinó el tema “Proyecto de convención sobre las misiones especiales”
tomando como base el proyecto aprobado por la CDI. Finalmente, en su resolución
2530 (XXIV), de 8 de diciembre de 1969, la AG de ONU, a recomendación de la Sexta
Comisión, aprobó la Convención sobre las Misiones Especiales, quedando abierta a la
firma y ratificación o adhesión el 16 de diciembre del mismo año.

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