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Revisión

Pablo Ramos-Gorostiza1
Jaime Adán-Manes2
El problema psicopatológico y la
fenomenolog́a. Lo vivo y lo muerto en
la psiquiatr́a fenomenológica
1
Hospital de La Princesa
2
CSM de Coslada

La psiquiatr́a es un saber y una práctica epistemoló- The problem of psychopathology and


gicamente inestable desde siempre. Esta inestabilidad se phenomenology. What is viable and not viable in
asienta en la contradicción esencial que desde sus comien-
zos, al configurar la positividad de su referente, se estable-
phenomenological psychiatry
ce entre tareas (descripción e individuación de expresión y
conducta) y herramientas (semiolog́a). Por ello la historia The epistemological underpinnings of psychiatric theory
de la psiquiatr́a muestra una permanente crisis, estabiliza- and practice have always been unstable. This reflects the
da por formas transitoriamente hegemónicas de organizar essential contradiction existing between the task (the
ese desajuste entre tareas y herramientas, que, sin embargo, description and individuation of speech and behavior as
permite ofrecer la falsa percepción de unidad, consistencia psychopathological symptoms) and tools (semiotics). As a
y progreso. Si se escotomiza la mirada sobre su curso pue- result of this contradiction, the history of psychiatry is one
de parecer que se trata de una especialidad médica entre of permanent crisis in which there are moments of temporary
otras atendiendo a los ciclos hegemónicos de equilibrio, ob- stability as approaches that aim at organizing this mismatch
viando las distintas corrientes, disensiones, contradicciones, between tasks and tools gain prevalence. However, these
alternativas globales etc. La fenomenolog́a fue durante un approaches can only offer a false sense of unity, consistency
tiempo la ocasión para estabilizar esa contradicción. Pero and progress. In this sense, a narrow perspective on a
se trataba de una acepción de fenomenolog́a parcial que particular period may lead us to believe that psychiatry is
a pesar de tener gran influencia se abolió en un empirismo. just another medical specialty with its own specific
Hay otra acepción de la fenomenolog́a que comprende la
theoretical framework like others. However, any such
filosof́a de Husserl más atinadamente y que no ha dejado de
perspective overlooks the coexistence of different schools,
tener influencia hasta el presente. En la permanente necesi-
dad de salvar esa contradicción esencial vio y ve la psiquia- disagreements, contradictions, global alternatives, etc. For a
tr́a en la fenomenolog́a la posibilidad de enfrentarse a ella certain period of time, phenomenology was assumed to be
de otro modo. Dependiendo de cómo se asuma, permite la as the solution for psychiatry’s internal contradiction. As we
posibilidad de contribuir a entender la psicopatolog́a como see it, phenomenology was only partially understood.
forma de crear inteligibilidad, definiendo as́ la peculiaridad Despite the great influence it exerted upon psychiatry
de la psiquiatr́a, o entendiéndose como una teor́a represen- worldwide, it finally fell into disuse as a mere empiricism.
tacional, seguir mostrando las limitaciones que le impiden Husserl’s phenomenology was more thoroughly understood
escapar del psicologismo y recaer en el reduccionismo como and better assimilated by other psychiatrists, and its
ha sido el camino seguido en psiquiatr́a de forma preferente influence has persisted to the present day. If we view
hasta la actualidad. phenomenology in its proper (Husserlian) sense, it is possible
Palabras clave: Semiolog́a psiquiátrica, Psicopatolog́a, Fenomenolog́a, Epistemolog́a, to understand psychopathology as a means of creating
Husserl, Jaspers intelligibility and clarifying the uniqueness of psychiatry. On
the other hand, if phenomenology is understood as a
Actas Esp Psiquiatr 2013;41(5):301-10 representational theory, it will eventually lead to an
unavoidable relapse into psychologism, which has been the
main path of psychiatry until now.
Correspondencia: Key words: Psychiatric semiology, Psychopathology, Phenomenology, Epistemology,
Pablo Ramos Gorostiza Husserl, Jaspers
Servicio de Psiquiatr́a
Hospital Universitario de La Princesa
C/ Diego de León 62
28006 Madrid

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Pablo Ramos-Gorostiza, et al. El problema psicopatológico y la fenomenolog́a. Lo vivo y lo muerto en la psiquiatr́a
fenomenológica

ITI limitaciones que le hac́an incapaz de incorporarse a la mar-


cha de los tiempos. A nuestro juicio hace falta indicar el ori-
Después de más de cien an os de existencia de la feno- gen de la verdadera recepción para poder centrarnos en su
menolog́a y casi cien desde que Jaspers hiciera mención de permanencia y, precisamente en continuidad con ésta, poner
ella en un incipiente art́culo1, la fenomenolog́a parece vol- especial énfasis en la nueva interpretación que se hace de la
ver a vivir una nueva etapa una vez extinguida su asociación fenomenolog́a as́ como de las necesidades que el curso de
con la psiquiatr́a de origen alemán que un d́a dominó la los acontecimientos en las últimas décadas del siglo pasado
práctica totalidad de la psiquiatr́a mundial a excepción de han vuelto a poner de manifiesto en tanto que internas de-
Francia y los pa́ses anglosajones, si bien tampoco dejo de ficiencias e inconsistencias del conocimiento psiquiátrico, en
tener una profunda influencia sobre ellos. Esta vez la psi- lo que supone una cierta repetición de viejos problemas en
quiatr́a fenomenológica vuelve con menor hegemon́a que odres nuevos. A este respecto importa sen alar la peculiari-
la que ostentaba en los an os centrales del siglo XX, pero en dad del conocimiento psiquiátrico para poder darnos cuenta
todo caso con una mejor consistencia argumental y con una de lo que se le pidió, se le pide y se le puede pedir a la feno-
mejor capacidad para fijar el modo y manera en que viene a menolog́a para poder decir, desde nuestro punto de vista,
incidir en la práctica cl́nica. Es decir, que si la psiquiatr́a del qué está vivo y qué muerto en la fenomenolog́a, es decir,
siglo XX estuvo marcada por la estabilidad que le confirió la qué hay en la fenomenolog́a que nos ha abierto el cami-
fenomenolog́a ahora asistimos a la quiebra de la estabilidad no del pensamiento psiquiátrico y sigue siendo válido hoy y
proveniente de la neurociencia y se advierte la necesidad de qué resulta un lastre inasumible en el actual estado de cosas
ofrecer otro factor de estabilización2. Parece haber, pues, un psiquiátrico4. Por tanto, nos interesa dejar claro desde ahora
cierto renacer de la psiquiatr́a fenomenológica y es comple- que no vamos a tratar de un problema histórico, por ello
tamente pertinente preguntarse si es un verdadero renacer o tampoco de historia de la psiquiatr́a, ni de recorrer todos
es una reactivación de una permanencia latente3. Es menes- los caminos de andadura por los que ha transitado la filo-
ter preguntarse por la oportunidad de esa vuelta o reacti- sof́a fenomenológica5,6, ni la fenomenolog́a psiquiátrica7,8,
vación y si tiene que ver con una tarea propia de la práctica ni vamos tratar de salvar la fenomenolog́a ni siquiera de s́
psiquiátrica que ella precisamente, la teor́a fenomenológi- misma. Se trata de comprender un momento fundamental
ca, puede ayudar a resolver de manera adecuada o si, por de la problemática psiquiátrica, tan actual entonces como
el contrario, se trata de una vuelta o renacer que tiene que ahora, en su interna necesidad y limitación.
ver con la nostalgia y la mitolog́a de una práctica psicopa-
tológica que ha permanecido soterrada pero viva en ciertos
entornos, como si en un momento dado de la historia de la SITI   PSIIT  
psiquiatr́a se hubiera llegado a ofrecer un tipo de conoci- PSIPT  Iz  SI XX
miento que hoy ha desaparecido arrumbado por el tropel
de una psiquiatr́a meramente biológica y flagrantemente En Francia, donde hab́a comenzado el desarrollo de
positivista y sólo ella, la psiquiatr́a fenomenológica, fuera la psiquiatr́a con Pinel9, tras la fase de la alienación men-
la salvaguarda del mismo, siendo as́ que la posesión de se- tal10 nos encontramos una serie de autores que se dedican
mejante conocimiento constituyese no sólo una ventaja sino a establecer enfermedades por medio de una semiolog́a
un canon respecto al cual dirimir la bondad de cualquier psiquiátrica que se está constituyendo a lo largo de la se-
otra pretensión de conocimiento psiquiátrico. En realidad gunda mitad del siglo XIX. Paralelamente a la creación de
nuestra propuesta, que sólo se podrá apuntar aqu́, asume en ese lenguaje psiquiátrico se desarrollan teor́as como la de la
primer lugar que sólo hay psiquiatr́a fenomenológica si se degeneración que representan el modo de establecer causal-
asimila a la fenomenolog́a husserliana y que hay dos ondas mente el nexo entre hechos y conceptos, requerido para sal-
de influencia, la que protagoniza Jaspers y queda abolida vaguardar el v́nculo entre ambas una vez que la afirmación
con la psiquiatr́a biológica, a la que ella contribuye, y otra de la positividad del objeto psiquiátrico se ha establecido
más tenue pero más incisiva y duradera que comienza en con firmeza y ya no es posible apelar a ninguna instancia
Binswanger, y v́a Blankenburg, llega hasta nosotros con los transcendente que la garantice. De modo que la psiquiatr́a
actuales representantes de la psiquiatr́a fenomenológica. hacia finales del siglo XIX estaba entregada a la descripción
de enfermedades mentales bajo el supuesto de que hab́a
Para trazar el recorrido de la necesidad de estas trastornos discretos, como expresión de entidades naturales,
idas y venidas de la fenomenolog́a en la psiquiatr́a, resal- que eran accesibles en su individualidad gracias a un medio
tando únicamente lo más sobresaliente tanto en sus comien- capaz de homogeneizar las diferencias y que eran expresa-
zos como ahora, nada mejor que mostrar la situación de la bles a través de un lenguaje que, como decimos, ya ven́a
psiquiatr́a a comienzo del siglo XX, abordar la presentación ensayándose a lo largo del siglo precedente y que hab́a cris-
sucinta de la entran a de este pensamiento y su novedad, talizado en 1878 con la obra de Emminghaus11. Sin embar-
luego advertir la necesidad que hubo de incorporar la feno- go, la inestabilidad entre palabras y estados de cosas a las
menolog́a a la psicopatolog́a, recorrer los an os de expan- que aquéllas presuntamente hac́an referencia no permit́a
sión y decadencia atendiendo a los motivos de ésta y a las un progreso tal como era esperable en un saber positivo al

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modo como ven́a produciéndose ya desde hac́a más de un pretendidamente ateórica, como las que existen hoy en d́a,
siglo en saberes como las ciencias f́sicas y naturales. El des- que cree tanto en la realidad de las clases naturales como en
barajuste era grande y la respuesta tanto de Chaslin como de la bondad del lenguaje para captarlas, siempre que este con-
Jaspers se asemejaba, uno desde la tradición de la semiolog́a venientemente expurgado de ambigu edad17. Por otro lado,
francesa y una trayectoria cl́nica propia y acrisolada, el otro considerando la fenomenolog́a de forma inocua como una
desde una mocedad inquieta, ayuna de experiencia cl́nica y psicolog́a descriptiva que se limita a levantar inventario de
con preocupaciones filosóficas y las influencias decisivas del contenidos de vivencia subjetivos18, se intenta hacer apre-
kantismo12 y de Weber13. Ambas tradiciones, la francesa y la hensible el fenómeno psicopatológico “por dentro”, en un
alemana, las fundamentales en la historia de la psiquiatr́a, acto de unificación de la diversidad recurriendo a un ele-
se manten́an en el mismo presupuesto compartido a la al- mento formal, tipificador, que pretende asumir la esencia
tura de 1900, a saber: que las enfermedades eran clases na- del objeto una vez que el nexo de sentido se ha obtenido
turales y, tras el trabajo de la escuela de Par́s y el desarrollo narrativamente y permite acceder a la intención del actor,
de la semiolog́a médica, era posible un lenguaje que hiciera aqu́ complementándose con los procedimientos descriptivos
transparente la conexión del aparecer de los fenómenos con y anal́ticos de Dilthey19. Adicionalmente, gracias a la em-
aquello que los causaba, es decir, la relación semiótica verti- pat́a, se puede contextualizar la remisión, potencialmente
cal entre signo y lesión, posibilitándose el acceso directo por indefinida, de las notas entre s́ y fijar una referencia.
la observación y la correcta denominación, sin teor́as que lo
distorsionasen. En ninguno de los dos casos significa que se pueda ac-
ceder a la explicación causal de la misma, como sucede en
De cara a hacer patente la diferencia entre la postura la medicina en que a través de la semiolog́a se establece
de Chaslin y de Jaspers, por medio de Ele ments de se miolo- la causa como esencia por medio de los conocimientos ex-
gie et clinique mentales14 y la Allgemeine Psychopatholo- hibidos por las ciencias biomédicas. Pero el presupuesto en
gie15 de 1912 y 1913 respectivamente, nos parece pertinente ambos tampoco impide que esto pueda tener lugar en un
traducir el problema que hemos denominado como desbara- futuro, siempre y cuando la clase natural se vaya cercando
juste a una terminolog́a semántica que esperamos que haga emp́ricamente y haciéndola hablar por medio de un lengua-
más claras las posturas tomadas por ambos, permitiendo je semiológica y descriptivamente cada vez más preciso. En
entender la aportación de la primera recepción de la feno- definitiva, ante la opacidad entre lenguaje y clase natural,
menolog́a. El estatus semántico de la medicina estaba basa- uno opta por centrarse en el lenguaje en un trabajo de de-
do en una teor́a descriptiva (de la referencia) que se hab́a puración terminológica, el otro advierte la opacidad prove-
transferido a la semiolog́a psiquiátrica, pero sin poder clau- niente de la subjetividad del paciente, ese inconveniente que
surar la remisión por medio de una causa eficiente, como en impide la coincidencia entre signo y lesión, para la que ahora
medicina hac́a la anatom́a patológica o la fisiopatolog́a, dispone de una psicolog́a descriptiva y anal́tica capaz de
dado que las notas descriptivas nunca son las necesarias y aclarar las manifestaciones expresivas y conductuales. Como
suficientes como para posibilitar una individuación satisfac- se puede ver no hay dudas sobre la existencia de la clase
toria, y el acceso al referente requiere introducir variables natural que es la enfermedad mental, ni sobre las posibili-
contextuales, la interrupción de la remisión indefinida entre dades infinitas de estirar el significado de los términos que
notas horizontales o la eliminación de particularidades incó- las sen alan, sea cual sea su enroscamiento o barullo, hasta
modamente at́picas que permitieran encontrar acomodo hacerlo expl́cito.
en una clase previamente determinada. Ante esta situación,
es decir, la imprecisión y ambigu edad del lenguaje psicopa- Estas dos alternativas dirigen inicialmente las distintas
tológico descriptivo para establecer un léxico homologable acepciones en que se toma la tarea de nombrar y de ofrecer
con la semiolog́a médica capaz de nombrar un́vocamente una definición descriptiva de los fenómenos de conducta y
y referir a lesiones causales comprobables, surgen dos al- expresión sometidos a escrutinio del psiquiatra, de acuerdo
ternativas que van a ser las adoptadas por Chaslin y Jaspers a la teor́a descriptiva de la referencia, pero convergen fi-
respectivamente. nalmente en la abolición de la psicopatolog́a en nombre del
empirismo, dando con ello lugar al actual estado de cosas
Por un lado, tratar de conseguir un lenguaje bien hecho psiquiátrico20. Vemos aqu́ que la acepción de la fenomeno-
que reduzca la ambigu edad, de modo que la referencia pue- log́a que se hace predominante a partir de Jaspers abre unas
da ser fijada de forma fehaciente16. Presuponiendo siempre posibilidades que ella misma se encarga de cerrar consti-
que el lenguaje puede acceder a la clase natural que es el tuyendo una herencia que acaba siendo inutilizable por la
referente ontológico de la enfermedad a través del signifi- psiquiatr́a como las cosas han puesto de manifiesto. Esta
cado que nombra el signo y que depurándolo de elementos acepción deficiente, si se mira adecuadamente, de lo que se
espurios, propios del uso natural, se puede hacer del lengua- entiende por fenomenolog́a, ha sido la dominante y la que
je un medio traslúcido entre signo y lesión, logrando as́ una ha informado lo que por tal se ha entendido en su influjo
descripción anal́tica que permita clasificar tipos cl́nicos. hegemónico. Es precisamente la confrontación entre esta
Este es el desiderátum de cualquier clasificación psiquiátrica primera acepción de lo que se entiende por fenomenolog́a

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y la que aparece más tarde, sobre todo a partir de Binswan- sea el residuo de la epojé y que en vez de ser lo interior este
ger21 después de la guerra mundial, la que se advierte en la afuera, desparramado en el mundo; por eso el problema de
controversia entre Walker22,23,24 y Wiggins y Schwartz25,26, de la fenomenolog́a es el mundo o la mundanidad del sujeto y
la que ya nos ocupamos en otro lugar27. Es esta otra pers- no el modo cómo salir de un interior hacia afuera: ya estoy
pectiva de la fenomenolog́a, sin duda de menor influencia afuera. Pero la paradoja más importante es la de la subjeti-
y que supone un conocimiento asentado del pensamiento de vidad por la que ésta requiere de un mundo pero para que se
Husserl sobre todo a partir de la publicación de la obra com- dé representación del mundo se requiere de la subjetividad;
pleta, que empieza a tomar vigor al final de los an os 20 del se requieren rec́procamente.
siglo XX y que ha cristalizando en los trabajos de Ha fner28,29
y Blankenburg30,31 de los an os 50 y 60, la que en realidad La fenomenolog́a es una forma de pensar que prima el
nunca ha desaparecido hasta la actualidad. Es esta la pers- acceso a la verdad desde el actor y no desde del espectador,
pectiva fenomenológica que han adoptado en nuestros d́as para ello modifica la perspectiva del actor sobre sus propias
los nuevos representantes de la psiquiatr́a de orientación vivencias permitiendo un análisis de éstas convirtiéndole en
fenomenológica. espectador de s́ mismo. Esto constituye una novedad, ante
todo frente al descrédito de la mirada introspectiva, máxime
teniendo en cuenta la preeminencia que ha llegado a osten-
     tar el saber cient́fico que sirve como ejemplo de todo otro
saber y en el que lo observado, lo dado, acontece una vez
La motivación de la fenomenolog́a en el panorama del dispuesto un marco de aparición predeterminado en el que
pensamiento filosófico de finales del siglo XIX responde a la las variables espacio temporales son conocidas de antemano
necesidad de dar respuesta a las pretensiones de las ciencias para todo observador potencial, es decir acontece supues-
de dar cuenta de la realidad en todas sus dimensiones in- tamente en una zona desprovista de elementos subjetivos.
cluida la subjetiva. Las ciencias no pueden realizar su ideal El invento moderno desarrollado por Descartes consiste en
teórico de fundamentar la totalidad de la praxis humana32. el modo de disponer a priori de un lugar donde se produ-
El método cient́fico ha consistido hasta entonces en acce- ce el presentarse de lo que se presenta y que garantiza la
der a la naturaleza como lo puramente objetivo, a lo en s́,
homogenización de las diferencias gracias a la objetivación,
y prescindir de lo subjetivo objetivándolo, que es lo mismo.
se trata de poner delante algo como si fuese enteramente
Esa pretensión se ha extendido hasta el pensamiento filosó-
independiente de m́. A estas alturas este horizonte ya ha
fico en lo que se conoce como psicologismo33. La respuesta
entrado en crisis, es la crisis de las ciencias europeas35 como
de Husserl va a ser la de ir a las cosas mismas, para lo que
las únicas capaces de legitimar todo tipo de conocimiento,
hay que ser capaces de quitar las capas que han encubierto
ante esta crisis la fenomenolog́a supone una respuesta.
la interpretación de la realidad, en nuestro mundo la inter-
pretación cient́fica, que no puede ser considerada como la La fenomenolog́a parte de la vivencia como un conte-
forma prioritaria y fundamental para acceder a ella. Se trata, nido psicológico, un dato en la conciencia, al que el actor
por tanto, de eliminar los presupuestos que nos la encu- tiene acceso directo y en ese acto de conciencia descubre
bren. El método fenomenológico se centra en el análisis de una estructura en el que está dado ya en todo caso siem-
la constitución o análisis intencional por el que la realidad pre un elemento lógico que posee una legalidad atemporal,
ha llegado a ser constituida. El problema de la fenomeno- a priori, necesaria. Lo que distingue la fenomenolog́a del
log́a entonces es el problema del mundo34, cómo es que la positivismo, ante el que se enfrenta, no es el mero atenerse
realidad en su aparecer viene recubierta de interpretaciones
a los hechos, a lo dado, sino al cómo del presentarse. Se
que se mantiene en el nivel de lo en s́, cómo se ha perdido la
ampl́a la noción de fenómeno, todo lo que aparece, en la vi-
experiencia inmediata de trato con las cosas y se ha llegado
vencia en que aparece; lo que se muestra, tal como se mues-
a este punto. De aqu́ parte el despliegue de la fenomenolo-
tra por s́ mismo, efectivamente por s́ mismo36. El aparecer a
g́a. Recuperar la experiencia subjetiva, partir de la vivencia
la conciencia es fenómeno y permite un acceso en tanto se
como inmediatez y acceder a lo lógico, a las operaciones que
da: qué se da y cómo se da. Y lo que aparece es la vivencia y
subyacen a las cosas y que nos las ofrecen revestidas de un
el objeto de la vivencia. En efecto, en la vivencia se da una
determinado sentido por el que se nos dan. Para ello se re-
correlación necesaria entre el aspecto subjetivo y objetivo de
quiere de la reducción y la constitución, que van a consistir
la vivencia en que un acto de conciencia se dirige a algo: uno
en la entran a de la fenomenolog́a.
mismo, los otros o las cosas en toda su amplitud ontológica.
Es paradójico que el ir a las cosas mismas requiera La lógica implicativa está aqu́ dispuesta a ser desplegada, y
de la reflexión que es lo que es la reducción, pero también lo las consecuencias de estas implicaciones van a ser las v́as
es que sea a través de la vivencia inmediata y la introspec- de desarrollo de la fenomenolog́a. Se trata de acceder a un
ción el modo cómo se accede a lo que ha sido constituido ámbito de validez intersubjetiva37 contando con la subjeti-
y que se mantiene plegado en los distintos estratos, en sus vidad, esto resulta de especial relevancia para la psiquiatr́a
esquemas de implicación. Y es paradójico que lo ps́quico y la psicopatolog́a.

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fenomenológica

Lo que nos permite la fenomenolog́a es entender lo Como vemos la novedad de la fenomenolog́a pretende
ps́quico de una nueva forma, como ya hemos dicho, como una recusación del psicologismo, enteramente actual, y se
vertido hacia afuera, desparramado en el mundo y nos da abre a un ámbito de fenomenalidad y empiricidad dif́cil-
un acceso a él por medio de la reducción mostrándonos la mente asimilables por el modo habitual de entender la em-
apor́a fundamental de la subjetividad humana consistente presa psiquiátrica construida históricamente en el dispositi-
en que estando en el mundo sólo sabe de él por medio vo de la positividad. Como vamos a ver estas peculiaridades
de la representación que de él tiene. En la vivencia inten- hacen del recorrido de la fenomenolog́a en psiquiatr́a un
cional aparece algo para la conciencia privilegiando espe- curso complejo, zigzagueante, con diversas formas de asimi-
c́ficamente los actos conscientes. La vida intencional nos lación, más o menos directas, que oscilan entre la reducción
muestra que está inmediatamente referida a algo que no a la positividad y el planteamiento cr́tico, siempre entrete-
es la propia vivencia. Y esta conciencia de mundo, inten- jiendo la paradoja de la subjetividad con la contradicción de
cional y prerreflexiva, es la que vamos a poder recuperar la psiquiatr́a.
en su estar ya referida al mundo o a algo en el mundo, con
todo su contenido gracias a la reducción, a la reconducción
al mero estar dado, por ser producto de una constitución.  S   PSIIT
La reducción nos lleva precisamente al lugar original del I: XPSI, I 
mundo, lleva todo al lugar transcendental a partir del cual PI
adquiere el sentido en que aparece en la actitud natural.
La constitución implica diferentes instancias: la subjetivi- Los derroteros de la psiquiatr́a fenomenológica tienen
dad, el cuerpo, el mundo de la vida y la intersubjetividad que causar sorpresa si no estupefacción, sobre todo para
y en su trabajo conjunto van constituyendo las estructuras quien los conozca siquiera sea superficialmente, por la des-
transcendentales que permiten la objetividad38. Constituir proporción entre su hegemon́a epocal y su extinción actual,
supone una relación que no puede aprehenderse por con- entre su contraposición con la cl́nica psiquiátrica coetánea
ceptos ónticos. As́ se amplia el concepto de experiencia39 y su desintegración dentro de la actual como un epifenóme-
heredado del empirismo, de la misma forma que se asume no transitorio, entre la supuesta y penosa carga argumental
que hay un exceso de intención en todo acto intencional, requerida y la exangu e reserva teórica en la que se ha dilui-
incluido el perceptivo, del que no se puede dar un correlato do, entre la presunta precisión discriminativa postulada y
objetivo40. Este exceso supone un resto que para la psico- la carencia de especificidad diagnóstica real. Estas contra-
patolog́a mantendrá un valor semántico de cara al juicio dicciones son las que exigen una m́nima explicación y que
individualizador. vamos a tratar de abordar en los apartados siguientes que-
riendo, sin embargo, rescatar el fondo realmente fenome-
Una vez en la conciencia, la reflexión puede acceder a nológico que se inicia tras la primera guerra mundial y que,
ella, pues ésta toma lo dado, el objeto y la vivencia conjun- sin desaparecer ni perder suelo en la teor́a, vuelve ahora a
tamente. Se rompe por completo con la noción de contenido afrontar problemas estructurales semejantes de la psiquia-
de conciencia y por primera vez la descripción fenomenoló- tr́a actual. Esto resalta de forma muy concreta la afinidad
gica pretende referir a la cosas mismas y no a intermediarios de la fenomenolog́a en torno a lo nuclear de la psiquiatr́a,
mentales, representaciones. Es esa permanente referencia a algo por lo que la conceptuación de la fenomenolog́a resul-
la materia lo que es capaz de realizar la individuación, nin- ta de especial significación para la psiquiatr́a y la psicopa-
gún concepto puede ser reducido a mero concepto lógico o tolog́a, independientemente de que se adhiera uno a ella o
lingu ́stico41. En la vivencia está contenido como sujeto el se la rechace de plano.
asunto de la fenomenolog́a. Lo que se refiere a los objetos
es cuestión de la ontolog́a. Toda vivencia tiene un objeto
intencional, que es a lo que se refiere la vivencia. Un mismo ué necesidad satisfacía la fenomenología en el
objeto puede ser vivenciado de distinta manera, como men- momento de su incorporación a la psiquiatría
ción, como representación o como intuición, constituyendo
las variaciones de la vivencia, dependiendo del modo de es- Establecer un medio entre los conocimientos acumula-
tar dirigidos a las cosas. Lo que aparece del objeto siempre es dos por la cl́nica psiquiátrica y los hallazgos neuropatoló-
un fragmento, un escorzo, una perspectiva, de modo que la gicos requer́a de una teor́a semiológica que, siguiendo las
cosa se me da desde un aspecto en un horizonte, sólo en un indicaciones de Kraepelin de la mano de Wundt, pudiese ar-
horizonte que permite la continuidad de sentido. Por tanto, ticular de una forma ordenada el conjunto de conocimientos
todo se da en un horizonte que se abre a potencialidades cl́nicos constituidos en las primeras décadas de la psiquia-
perceptivas, que está dado de antemano y que constituye tr́a. La fenomenolog́a en el sentido de Jaspers, pero luego
una trama de sentido compactada, en el que están ya im- gracias, entre otros, a Grulhe, Mayer-Gross, Bu rger Prinz,…
plicadas, correlacionadas, las relaciones entre yo y mundo, y y K. Schneider, permitió afianzar esa respuesta. Y lo hizo
que son susceptibles de análisis. porque como hemos sen alado más arriba centro su aten-

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fenomenológica

ción en el aspecto subjetivo de la opacidad entre lenguaje Tras la segunda guerra mundial asume la dirección de
descriptivo y clases naturales. Considerando la subjetividad la cl́nica Kurt Schneider que representa el cenit de influen-
como accesible en el aspecto narrativo de unificar la diver- cia de la escuela de Heidelberg tanto en Alemania, como
sidad fenómenos ps́quicos, la fenomenolog́a en esta acep- en el conjunto de la Europa continental pero también con
ción limitada permitió ordenar los fenómenos patológicos influencia en el Reino Unido a través de Mayer-Gross, y en
en contextos de significación internamente coherentes sin cierta medida en el mundo anglosajón. Hay una l́nea or-
los reduccionismos de la psicolog́a positivista, en la que la todoxa que representan Kranz, Weitbrecht y Huber y luego
subjetividad era considerada exclusivamente por los ren- hay distintas l́neas de fuga. Con ello indicamos que parale-
dimientos mecánicos desproveyéndola de la significación lamente a la versión hegemónica de Jaspers-Schneider, hay
que los retrotra́a a su sentido. As́, por ejemplo, a través unas l́neas que mezclan la versión primera jasperiana con
de la fecundación de la psicolog́a gestáltica que superaba elementos cada vez más influidos por la recepción de Bin-
la atomización yendo hacia la totalidad, se ha podido ac- swanger, y otras al amparo de v. Baeyer y en relación a una
ceder al mundo de la percepción y del pensamiento des- perspectiva antropológica de or́genes variados que va desde
de la significación mundana con los resultados que nos ha la proveniente de la antropolog́a médica, filosófica, hasta
ofrecido por ejemplo la obra de Conrad42. La corporalidad, de la medicina psicosomática, entre los que cabe sen alar a
el extran amiento, la voluntad, etc., se han beneficiado de Zutt, Wyss, Portmann, Plessner, Buytendijk, etc. Empiezan
esta manera de mirar fecundando notablemente nuestra a despuntar dentro de ese magma de ideas autores como
comprensión de ámbitos de la patolog́a. Pero sobre todo ha Tellenbach, Feldmann, Matussek, Bra utigam, Kulenkampff,
sen alado un trasfondo desde el que emerge el sentido que Kisker, Glatzel, Ha fner y Blankenburg, etc., todos ellos con-
apunta al componente transcendental de la subjetividad y tribuyen poco a poco a que la unidad se vaya diluyendo as́
la necesidad de explorar sus momentos constitutivos en la como la influencia en el resto del mundo47. Tanto la cre-
esfera corporal e intersubjetiva. ciente importancia de la farmacolog́a psiquiátrica, como
la incipiente pero influyente antipsiquiatr́a, serán factores
que no dejarán de tener su importancia a la hora de ha-
xpansión y abolición cer más dif́cil asumir ese conjunto de elementos dentro de
un todo que busca ser sistemático, como corresponde a un
La expansión de la fenomenolog́a, en el sentido lato de saber que se quiere amparado por la ciencia en el sentido
esta primera acepción, se lleva a cabo a lo largo de la prime- habitual del término. Se pierde as́ la unidad de la experien-
ra mitad del siglo XX localizándose de forma preferente en cia psiquiátrica, si no monol́tica al menos consistente, que
Heidelberg y teniendo como producto culminante la publi- hab́a imperado en la psiquiatr́a alemana y vamos a asistir
cación en el Handbuch des Geisteskrankheiten dirigido por a un dominio que va a hacer del factor externo el elemento
O. Bumke, sobre todo en los tomos I43 y IX44, donde se expo- de estabilización, sobre todo frente a la fenomenolog́a que
ne la psicopatolog́a general y de la esquizofrenia respecti- hab́a sido un factor interno. Este elemento externo ha esta-
vamente, al estilo de Heidelberg (die Heidelberger Weisen)45. do presidido las últimas décadas por la fuerza de la industria
Esto no quiere decir, ni mucho menos, que su consideración farmacéutica que poco a poco va imponiendo sus prácticas,
sea lineal o sencilla, por el contrario, la escasa delimitación as́ como la necesidad de unificar criterios diagnósticos que
con la que se acaba identificando esta modalidad de práctica requieren las compan ́as aseguradoras de cara al cómputo de
cada proceso psiquiátrico. Si a eso le sumamos la influencia
psiquiátrica permitió que a su amparo se cobijen psiquiatras
de la filosof́a anal́tica en los psiquiatras de los Estados Uni-
de muy heterogénea procedencia y se reconozcan por simi-
dos que empiezan a escapar de la influencia del psicoanálisis
litudes de superficie. Lo que nos interesa, en todo caso, es
y quieren apoyarse en la neurociencia, la cibernética, la inte-
entender el recorrido que se cumple en su abolición en un
ligencia artificial y la psicolog́a cognitiva, tenemos las bases
empirismo, lo cual supone que acaba siendo lo contrario de
para la asimilación y eliminación de la primera recepción de
lo que la fenomenolog́a, en sentido más o menos estricto,
la psiquiatr́a fenomenológica. Todo muy moderno como se
pretende. Ello exige admitir que no hab́a identificado bien
puede ver.
su problema, es decir la insuficiencia de la semiolog́a o psi-
copatolog́a descriptiva y, por tanto, no hab́a advertido bien La decadencia del modelo se hizo evidente a medida que
cuál era el motivo de la fenomenolog́a. Este hecho permi- sus pretensiones de validez se iban desactivando y perd́a
te comprender precisamente su abolición en el caso de la fuelle el deseo de unificar las diferencias de la cl́nica a base
procedencia jasperiana y la permanencia en donde se hab́a de someter r́gidamente la observación a conceptos a prio-
planteado la genuina aceptación de la problemática feno- ri sin fundamento. Se quer́a advertir tras la descripción la
menológica. Recordemos que el identificar fenómeno como sombra de la causalidad, no advirtiendo más que un espectro
lo que aparece en lugar de lo que no aparece, es decir como sin consistencia, siempre diferido. No obstante, aqu́ está ya
signo o s́ntoma, significa una interpretación equivocada de en decadencia porque la rigidez que se exige al aparato psi-
fenómeno en sentido fenomenológico que es lo que aparece copatológico resulta ineficiente. Se le sigue exigiendo que se
tal como aparece y sólo en el sentido en que aparece46. comporte como la semiolog́a médica, siguiendo en esto la

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Pablo Ramos-Gorostiza, et al. El problema psicopatológico y la fenomenolog́a. Lo vivo y lo muerto en la psiquiatr́a
fenomenológica

constante histórica. Se hace evidente que a medida que pre- se torna en posibilidad de llevar a cabo un análisis genético
tende mayor especificidad pierde capacidad de inmiscuirse de los caminos de la constitución y en esa medida se malogra
entre los intersticios del pensamiento y del juicio. Por ejem- la posibilidad de abordar la contradicción fundamental de la
plo, al ver lo delirante como signo que remite a una causa psicopatológica, por la misma razón que para Heidegger el
determinada que lo explica pierde la posibilidad de verlo en camino de Ser y Tiempo se vuelve impracticable una vez que
transición desde lo normal hacia lo sobrevalorado o lo neta- advierte que está preguntando por la génesis transcendental
mente obsesivo. La clase de lo obsesivo por ejemplo, aparece del Dasein, que está haciendo una estrategia transcendental
diseminada en tal cantidad de cuadros cl́nicos (ansiedad, sin sujeto transcendental, y busca una salida en lo que ha
depresión, esquizofrenia, autismo…) de la que ninguna cau- venido a ser la llamada Khere. Es decir, siguiendo el análisis
salidad conocida es capaz de dar cuenta. El modelo descrip- existencial parecer́a que es posible alcanzar la génesis del
tivo de la referencia del que necesita escapar para estabilizar sentido de una forma total y, por tanto, disolver la contra-
el significado del signo se le vuelve impracticable, pues no dicción esencial, hacer o pretender hacer plenamente tras-
hay causa eficiente que sustituya dicho modelo por otro, parente la conciencia a s́ misma.
que de manera directa consiga individualizar el caso eficaz-
mente. Vemos también que en la ambición patognomónica La permanencia de esta segunda recepción de la feno-
del diagnóstico psicopatológico ejercido al modo de la feno- menolog́a se ve reactivada hacia finales del siglo XX en re-
menolog́a jasperiana, es decir presuponer que el lenguaje lación con la percepción de las dificultades que la psiquiatr́a
descriptivo puede acceder a la clase natural irrestrictamen- dominante y sus prácticas por medio de manuales de diag-
te, se encuentra cerca de las pretensiones de la filosof́a del nóstico están poniendo de manifiesto, a saber: la disolución
lenguaje y la lógica en la que viene a dar una vez que los renovada de la subjetividad y la incapacidad de individuali-
sistemas diagnósticos se hacen a base de criterios operativos, zar. Se hace patente que las fórmulas descriptivas de sub-
es decir, mediante la teor́a descriptiva de la referencia, que sumir los fenómenos para conducirlos de forma reductiva
se muestra finalmente insuficiente desde un punto de vista y simplista hacia identidades entre concepto y cosa, signo
interno. Ello se hace expl́cito con el desarrollo de la primera y lesión, son inviables. Aparecen en escena una serie de psi-
clasificación de la OMS, que presupone una teor́a descrip- quiatras de distintas partes del mundo que ven necesario
tiva de la referencia, dejando el camino expedito para la replantear los problemas filosóficos subyacentes a las posi-
entrada de la semántica formal48. ciones supuestamente ateóricas de la psiquiatr́a dominante.
En esta tesitura la fenomenolog́a resalta de una forma cla-
ra. Autores como Parnas52, Sass53, Fuchs54,55, Stanghellini56,
Permanencia Rossi Monti57, Pelegrina58, Varela59, Thompson, etc., se unen
a filósofos como Zahavi60,61, Gallagher62,63, etc. en torno a
Lo que importa dejar claro es que la verdadera recep- revistas (por ejemplo: Phylosophy, Psychology & Psychiatry
ción de la fenomenolog́a en psiquiatr́a no se lleva a cabo y Psychopathology) y a sociedades cient́ficas con publica-
con Jaspers, sino con Binswanger y en menor medida e ciones y congresos en busca del reconocimiento oficial, rea-
indirectamente con Storch49 y Boss50. Pero no deja de ser nudando una tarea propiamente psicopatológica.
curioso que inicialmente el paso desde una psicolog́a feno-
menológica hasta una fenomenolog́a transcendental no se Se pretende que la psicopatolog́a fenomenológica no
pudo realizar más que a través del Heidegger de Ser y Tiem- sea sólo una manera de llevar a cabo el juicio cl́nico, de rea-
po cuando éste, en los cursos preparatorios de Marburgo y lizar la experiencia psiquiátrica, sino que tiende a constituir-
en el mismo Ser y Tiempo pudo asimilar el punto de vista se en una forma de positividad capaz de suministrar no sólo
transcendental de Husserl por medio de una anal́tica de fac- sentido, enlace, compresión y complexión sino génesis y se
ticidad del Dasein, sustituyendo el modelo de la percepción convierta en un repertorio de contenidos que incorporan un
por el de la comprensión, radicalizando la intencionalidad y proceso de aplicación. Pero la aplicación es precisamente el
desactivando el polo subjetivo, que quedaba todav́a en la momento en que la fenomenolog́a nos ensen a que no se
fenomenolog́a de la primera etapa atrapado en la paradoja puede perder de vista lo dado, la materia que permite al-
de la subjetividad, hacia las estructuras antepredicativas y canzar la individuación.
preontológicas. Y no es una casualidad que en los an os cin-
cuenta al conocer la obra de Husserl que se estaba editando
en Husserliana se volviera la mirada de nuevo hacia Husserl  IT TII  
y esa nueva recepción sea la que ha perdurado hasta hoy51, PSIPT
una asimilación donde se quer́a hacer evidente la despedida
de la representación. Entonces la recepción de la fenomeno- La psiquiatr́a muestra un curso errático, cambiante y,
log́a toma el sinuoso camino de la ontolog́a fundamental y, en última instancia, fracasado pues ha sido incapaz de emu-
sólo a partir de los cincuenta, es plenamente consciente de lar a las demás ramas de la medicina en sustituir la semio-
su deuda husserliana. Lo que sucede es que el esfuerzo, en log́a cl́nica, como proceder cl́nico meramente descriptivo,
forma de una caracterización ontológica de la subjetividad, por una teor́a causal que le permitiese alcanzar de forma

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Pablo Ramos-Gorostiza, et al. El problema psicopatológico y la fenomenolog́a. Lo vivo y lo muerto en la psiquiatr́a
fenomenológica

directa a la esencia en tanto que causa, que dé cuenta de resto que el concepto universal deja, y que necesariamente
lo que se muestra y sea establecida por un saber universal se pone en obra, no constrin a la presencia viva del paciente
y necesario. Ha sido incapaz de hacer coincidir, tal como su en sus notas individuales, de tener en cuenta los elementos
propio saber se exige a s́ mismo, la consideración material ocultos, pasivos y transcendentales que no representan nada
y la formal de los respectos que maneja, signo y lesión. Hay, pero sin los cuales no es posible la construcción del con-
pues, una contradicción entre su tarea cl́nica para acceder texto en que es posible el sentido para el paciente y para el
al caso, al individuo, en nombrarlo y reconocerlo y la herra- psiquiatra. Porque ese resto, el excedente de intención, el
mienta de que dispone, que sólo es una semiolog́a o psico- sentido del ser, posee un valor semántico de cara a al indivi-
patolog́a descriptiva, y que se mantiene en un plano donde duación en que consiste el juicio cl́nico y que sólo la praxis
se dan los elementos de superficie, no ya sin poder acceder puede ir poniéndolo en juego66.
a una causa que fije y estabilice el significado de los térmi-
nos de clase sino sin que ni siquiera esa semiolog́a logre, Decimos que es errático y cambiante además de fraca-
descriptivamente, ser capaz de individualizar los casos, reco- sado porque en su propia historia están puestas de mani-
nocerlos, agruparlos en s́ndromes estables y reproducibles fiesto estas contradicciones y alternativas a las posiciones
de una manera suficiente. Pero, a mayor abundamiento, sin dominantes en forma de teor́as alternativas e, incluso de
darse cuenta de este grave defecto esencial y principal, cree movimientos alternativos como la antipsiquiatr́a, que han
avanzar sin cortapisas, sin advertir la opacidad entre pala- revelado, tanto sincrónica como diacrónicamente, de una
bras y estados de cosas, conceptos y hechos, por el seguro manera inexorable esta inconsistencia de la psiquiatr́a en
camino de la ciencia, como si pudiese desprenderse del tra- los términos en los que suele autocomprenderse. Hasta qué
bajo necesario para entender la formación de sus términos y punto y en qué medida esta opacidad se resiste a ser con-
el modo en que refieren a la clases naturales con las que dice siderada de una forma sistemática por la teor́a psiquiátrica
corresponder o correlacionar y que, en todo caso, siempre como un todo, forma parte del estado de cosas que domina
desde sus comienzos, se suponen de una forma obvia64. la mirada sobre la realidad en la que está atrapada la psi-
quiatr́a desde sus comienzos como producto moderno.
La psiquiatr́a y el psiquiatra, cada vez que actúa como
tal, cada vez que lleva a cabo un juicio sobre un caso pre-
sente en una situación cl́nica efectúa un procedimiento  I   T   PSIIT
de aprehensión global sobre el paciente en el que pone en I
juego el repertorio disponible de sus conocimientos, que
abarcan dimensiones históricas, terminológicas, conceptua- El pensamiento especulativo consiste en que éste fije la
les de todo tipo, ante la conducta, expresión y lenguaje que oposición y que en ella se fije a s́ mismo; y no como ocurre
el paciente exhibe frente a él. En ese encuentro, y sólo en en el caso del pensamiento representativo en que éste se
él, se da la experiencia psiquiátrica. Esto quiere decir que el deja dominar por la oposición, y deja que ésta resuelva sus
proceso de enjuiciamiento o individuación que se le exige propias determinaciones solamente en otras o en la nada67.
al psiquiatra y por el cual pone en práctica su saber realiza Este recordatorio de Croce en su libro sobre Hegel nos marca
una serie de operaciones perceptivas, conceptuales y explo- la pauta de lo que la fenomenolog́a puede aportar de vivo a
ratorias tendentes a comprender al otro que se le presenta la psiquiatr́a y lo que aporta de muerto si no afronta la con-
desde la pretensión de someterlo a concepto. Pues bien, este tradicción que le constituye. En tanto que la contradicción
trabajo conceptual, en el que se destila el alfa y omega de interna de la psicopatolog́a se mantenga abierta y persista
su tarea cómo psiquiatra, requiere de la pericia profesional en el preguntar por la opacidad esencial que se instaura en
para discernir a partir de los elementos dados la posibilidad el signo psiquiátrico, la tarea de la psiquiatr́a requerirá de
de emitir un juicio. En este trabajo se dan rasgos presen- una herramienta capaz de producir inteligibilidad sin caer en
tes, elementos ausentes, definiciones previas, prescripcio- la tentación de ser un conocimiento positivo, que tenga en
nes de oficio, factores contextuales variados, restricciones el cálculo y la representación su modo y fundamento para
situacionales, constricciones legales y éticas, etc. Pero sólo hacer venir las diferencias que se presentan en formas capa-
a partir del encuentro con el paciente en situación y de los ces de infundir sentido a la materia.
elementos cebadores que anclan la mirada del psiquiatra en
esa totalidad expuesta se realiza el juicio reflexionante que Si la novedad que aconteció en el inicio de la psiquiatr́a
salva la individualidad de lo que se le presenta sin someterlo fue el demarcar un campo de positividad que era susceptible
r́gidamente a concepto pero sin dejarlo fluctuar sin estabi- de indagación cient́fica emp́rico-anal́tica, la pretensión de
lización conceptual en la pura indeterminación. El trabajo agotar esa positividad por procedimientos de exploración
conceptual consiste pues en esquematizar65, enlazar dato y que tratasen de abordar lo no-pensado hasta hacer expl́cito
concepto, sin cerrar el significado de antemano para poder todo, dar con una explicación para todo acto, expresión y
crear el concepto que se avenga a lo que se presenta, sin experiencia sin resquicio, tuvo y tiene que adoptar la for-
sobredetermianarlo ni cerrarlo conceptualmente de entra- ma de mirada recta dirigida a los objetos (prima intentio).
da en la forma determinante. Se trata de permitir que el Esta fue la mirada que adoptó Jaspers y la generalidad de la

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Pablo Ramos-Gorostiza, et al. El problema psicopatológico y la fenomenolog́a. Lo vivo y lo muerto en la psiquiatr́a
fenomenológica

llamada psiquiatr́a fenomenológica. Sin embargo, la mira- y trasgresión en la psiquiatr́a fenomenológica. Monograf́as de
da verdaderamente fenomenológica es una mirada oblicua Psiquiatr́a. 2006;18:38-47.
(secunda intentio) que pregunta por el sentido, en la medida 5. Spigelberg H. The Phenomenological movement. Dordrecht:
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que la fenomenolog́a as́ entendida contribuya a afrontar la 6. Stro ker E, Janssen P. Pha nomenologische Philosophie. Freiburg/
contradicción esencial sin fijarse en ninguna posición supo- Mu nchen: Alber, 1989.
ne un aporte vivo a la psiquiatr́a. La mirada fenomenológica 7. Spigelberg H. Phenomenology in Psychology and Psychiatry.
es la que nos requiere para escapar de la actitud natural y Evanston: Northwestern University Press, 1972.
nos conduce a la actitud fenomenológica, que es una acti- 8. Moreno C. Fenomenolog́a y Filosof́a Existencial. 2 vols. Madrid:
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lo emp́rico o positivo, tenga conocimiento de lo transcen-
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dental y descubra reflexivamente ese doble humano68 que 10. Lanteri-Laura G. Ensayo sobre los paradigmas de la psiquiatr́a
advierte la paradoja de la subjetividad y se da cuenta de que moderna. Madrid: Triacastela, 2000.
el manejo de las relaciones de reflexividad es inevitable. Esto 11. Emminghaus H. Allgemeine Psychopathologie. Zur Einfu hrung
emparenta la fenomenolog́a de Husserl con Hegel, pues ese in das Studium der Geistessto rungen. Leipzig: FGW Vogel, 1878.
movimiento cr́tico de aquél desde la actitud natural a la fe- 12. Presas MA. La situación de la losof́a de Karl Jaspers. Buenos
Aires: Depalma, 1978.
nomenológica es el mismo de éste entre saber y verdad que
13. Kirkbright S. Karl Jaspers a biography. Navigations in truth. New
enmarca la experiencia de la conciencia69. Haven and London: Yale University Press, 2004.
14. Chaslin P. Éléments de sémiologie et de clinique mentales. Paris:
La nueva vuelta de la fenomenolog́a aunque parece Asselin & Bouzeau, 1912.
ponerse bajo la advocación de ese carácter transcendental 15. Jaspers K: Allgemeine Psychopathologie, ed 9. Berlin Heidelberg
y antepredicativo, tiende peligrosamente a la determinación New York: Springer, 1973.
abstracta de positividades, a desactivar el carácter intencio- 16. Chaslin P. Is ‘psychiatry’ a well-made language? History of
nal de la correlación no mediada por significados y conver- Psychiatry. 1995;6:398–405.
tirse de nuevo en un repertorio de frases hechas y prácticas 17. Zachar P. Psychiatric disorders are not natural kinds. Philosophy,
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de evaluación y tratamiento que degradan esa mirada obli-
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del proceso individualizador. Es por ello algo muerto, viejo 19. Mart́n Santos L. Dilthey, Jaspers y la comprensión del enfermo
y rigidificado que inexorablemente recaerá en la contradic- mental. Madrid: Paz Montalvo, 1955.
ción esencial ya que quiere cambiar un punto de vista por 20. Glatzel J. Die Abschaffung der Psychopathologie im Namen des
otro con pretensiones hegemónicas, sustituyendo unas de- Empirismus. Nervenartz. 1990;61:276–80.
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terminaciones por otras o por la nada.
Ausgewa hlte Vortra ge und Aufsa tze. Bern: Francke, Bd 1, 1947;
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Seguir entendiendo la fenomenolog́a como un modo
22. Walker C. Karl Jaspers as kantianan psychopathologist I: The
deficiente para captar las esencias que permitan sustituir la philosophical origins of the concept of forma and content.
teor́a descriptiva de la referencia por una referencia directa History of Psychiatry. 1993;4:209-38.
es lo muerto y bien muerto de la fenomenolog́a. Nosotros 23. Walker C. Karl Jaspers as kantianan psychopathologist II: The
proponemos entender la fenomenolog́a como un momento concept of forma and content in Jaspers´ Psychopathology.
del recorrido que nos lleva a desprendernos de la no-semio- History of Psychiatry. 1993;4:321-48.
log́a en que debe consistir la psicopatolog́a de cara a afron- 24. Walker C. Karl Jaspers, Edmund Husserl I-IV. Phylosophy,
Psycholgy & Psychiatry. 1994;1:117-33, 1994;1:245-65,
tar la contradicción inherente a la psiquiatr́a y la paradoja
1995;2:65-82, 1995;2:247-66.
de la subjetividad, y a la necesidad de realizar su tarea de 25. Wiggins OP, Schwartz A, Spitzer M. Phenomenological/
crear inteligibilidad e individualizar, sin arrogarse un conte- descriptive psychiatry: The methods of Edmund Husserl and Karl
nido en el que esté ya todo cancelado, por la anticipación de Jaspers. En: Spitzer M, Uehlein F, Schwartz M, Mundt C (eds).
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