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Tu signo, tu Dios, tú Diosa

Una mirada a los arquetipos, a la Divinidad y a ti mismo

Ritual de conexión

Carl Gustav Jung es quizás el más célebre de los disidentes del psicoanálisis clásico. Se apartó de los
conceptos de Freud y exploró las raíces ancestrales y colectivas del inconsciente. De esa aventura
intelectual surgieron nuevas luces; entre ellas, los 12 arquetipos de personalidad.

A partir del análisis de los símbolos y mitos presentes en diferentes culturas, Jung estableció los 12
arquetipos de personalidad. Estos son una especie de moldes o patrones de conducta, que conforman
maneras específicas de ser. Son también símbolos culturales e imágenes que están grabadas en el
inconsciente colectivo.

“Uno no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz sino haciendo consciente la oscuridad… lo que
no se hace consciente se manifiesta en nuestras vidas como destino”.

-Carl Jung-

¿Cómo se originó la idea?

Jung creía que para entender el inconsciente debía de llevarse su teorización a un terreno que
trascendiera las funciones de un organismo (en este caso, el cuerpo humano). Por eso, desde la teoría
de Carl Jung se entiende "lo inconsciente" que habita en nosotros como una composición de aspectos
individuales y colectivos. Esta parte secreta de nuestra mente tiene, por así decirlo, un componente
heredado culturalmente, una matriz mental que da forma a nuestra manera de percibir e interpretar las
experiencias que nos ocurren como individuos.

No fue hasta 1919 que utilizó por primera vez el término "arquetipos"[8] en un ensayo titulado Instinto
e inconsciente.[9] El término mismo de "arquetipo", por los vocablos griegos que le componen, permite
advertir sus rasgos esenciales:[10][11]
El primer vocablo -arche- significa comienzo, origen, motivo fundamental, principio, mas expresa
también lugar de un jefe, soberanía y gobierno (así pues, una especie de "dominante"); el segundo
vocablo -tipo- significa plasmación, el acuñado de las monedas..., forma, imagen, copia, modelo,
ordenación y norma...; en sentido más moderno, transferido, muestra o modelo, forma fundamental,
forma primordial.

Jung describió eventos arquetípicos: el nacimiento, la muerte, la separación de los padres, la iniciación,
el matrimonio, la unión de los opuestos; figuras arquetípicas: la gran madre, el padre, el niño, el diablo,
dios, el anciano sabio, la anciana sabia, el trickster, el héroe; y motivos arquetípicos: el apocalipsis, el
diluvio, la creación. Aunque el número de arquetipos es ilimitado, hay algunas imágenes arquetípicas
particularmente notables y recurrentes, "siendo las principales" (según Jung) "la sombra, el anciano
sabio, el niño, la madre... y su contrapartida, la doncella, y finalmente el ánima en el hombre y el ánimus
en la mujer".[13] Alternativamente, hablaría de "la aparición de ciertos arquetipos definidos... la
sombra, el animal, el viejo sabio, el ánima, el ánimus, la madre, el niño".[14]

El sí-mismo designa toda la gama de fenómenos psíquicos en el ser humano. Expresa la unidad de la
personalidad como un todo.

La sombra es una representación del inconsciente personal en su totalidad y, por lo general, encarna los
valores compensatorios de la personalidad consciente. Así, la sombra representa a menudo el lado
oscuro de uno mismo, aquellos aspectos personales que existen, pero que uno no reconoce o con los
cuales no se identifica.[15]

El arquetipo ánima aparece en los hombres y es su imagen primordial de la mujer. Representa la


expectativa sexual del hombre sobre las mujeres, pero también es un símbolo de las posibilidades de un
hombre, sus tendencias contrasexuales. El arquetipo ánimus es la imagen análoga de lo masculino que
acontece en las mujeres.

Sin embargo, cualquier intento de dar una lista exhaustiva de los arquetipos sería un ejercicio en gran
medida inútil, ya que estos tienden a combinarse entre sí y a intercambiar cualidades, lo que hace que
sea difícil determinar dónde termina un arquetipo y comienza otro. Por ejemplo, las cualidades del
arquetipo de la sombra pueden ser prominentes en una imagen arquetípica del ánima o ánimus. Un
arquetipo también puede aparecer de varias formas distintas, lo que plantea la pregunta de si son
cuatro o cinco arquetipos distintos los que están presentes o simplemente cuatro o cinco formas de un
solo arquetipo.
Los arquetipos y el inconsciente colectivo

Los arquetipos son la forma que le es dada a algunas experiencias y recuerdos de nuestros primeros
antepasados, según Jung. Esto implica que no nos desarrollamos de manera aislada al resto de la
sociedad, sino que el contexto cultural nos influye en lo más íntimo, transmitiéndonos esquemas de
pensamiento y de experimentación de la realidad que son heredados.

Sin embargo, si centramos la mirada en el individuo, los arquetipos pasan a ser patrones emocionales y
de conducta que tallan nuestra manera de procesar sensaciones, imágenes y percepciones como un
todo con sentido. De alguna manera, para Jung los arquetipos se acumulan en el fondo de nuestro
inconsciente colectivo para formar un molde que le da significado a lo que nos pasa.

Los símbolos y mitos que parecen estar en todas las culturas conocidas son para Carl Gustav Jung una
señal de que todas las sociedades humanas piensa y actúa a partir de una base cognitiva y emocional
que no depende le las experiencias propias de cada persona ni de sus diferencias individuales que le
vienen de nacimiento. De este modo, la propia existencia de los arquetipos sería una evidencia de que
existe un inconsciente colectivo que actúa sobre los individuos a la vez que lo hace la parte del
inconsciente que es personal.

¿Cómo se expresan los arquetipos?

Los arquetipos de Jung son, de alguna forma, patrones de imágenes y símbolos recurrentes que
aparecen bajo diferentes formas en todas las culturas y que tienen una vertiente que se hereda de
generación en generación. Un arquetipo es una pieza que da forma a una parte de este inconsciente
colectivo que es en parcialmente heredado.

Por definición, dice Jung, estas imágenes son universales y pueden ser reconocidas tanto en
manifestaciones culturales de distintas sociedades como en el habla, el comportamiento de las personas
y, por supuesto, en sus sueños. Esto significa que pueden localizarse y aislarse en todo tipo de productos
del ser humano, ya que la cultura afecta a todo lo que hacemos incluso sin darnos cuenta.

Los arquetipos junguianos son, para ciertos psicoanalistas, aquello que hace que ciertos roles y
funciones aparezcan en productos de la cultura tan distintos como La Odisea y la película Matrix. Por
supuesto, la existencia de los arquetipos va mucho más allá de la crítica del arte y habitualmente es
utilizada por algunos terapeutas para detectar conflictos internos entre el inconsciente y la parte
consciente de la mente.

¿Existen tipos de arquetipos?

Sí, hay ciertas formas de clasificar los distintos arquetipos. Por ejemplo, existen eventos arquetípicos
como el nacimiento o la muerte, temas arquetípicos como la creación o la venganza, y figuras
arquetípicas, como el viejo sabio, la virgen, etc.

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