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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

FACULTAD DE HUMANIDADES

CURSO: CFS.20 CONFLICTO FAMILIAR Y SOCIAL

CATEDRÀTICA:

CARRERA: Licenciatura en Administración Educativa y tratamiento de


conflictividad Social
ACTIVIDAD: Ensayo del Conflicto armado Interno

Nombre del estudiante Carné

Coatepeque marzo de 2023

INTRODUCCION
El enfrentamiento armado se desencadenó en Guatemala debido a una suma de
Fenómenos internos como la caída del arbencismo, el feroz anticomunismo de
Importantes sectores de la población y de la Iglesia Católica, y la alianza defensiva
De militares, empresarios y otros segmentos de la población temerosos del
cambio Social. Asimismo, intervinieron factores externos como la guerra fría y la
influencia. De la triunfante revolución cubana al alentar en todo Latinoamérica el
naciente. Movimiento guerrillero. Este resumen está dedicado a un recuento breve
de los procesos mencionados.
CONFLICTO AMRADO INTERNO
El conflicto armado en Guatemala tuvo su mayor impacto en la población civil no.
Combatiente. En los años ochenta la campaña contrainsurgente utilizó un alto
nivel de violencia, particularmente en las áreas mayoritariamente indígenas del
altiplano, pero también en contra del movimiento popular en el área urbana.
Aproximadamente 150.000 personas murieron como consecuencia del conflicto, y
entre ellos hay de cuarenta mil a cincuenta mil desaparecidos, la mitad de todos
los desaparecidos de América Latina. Comunidades enteras fueron arrasadas en
los años ochenta; centenares de aldeas y caseríos fueron quemados y sus
habitantes asesinados o forzados a exiliarse. Mas de un millón de personas fueron
desplazadas (hoy en día existen todavía unos treinta mil refugiados guatemaltecos
en México) y aunque no existen cifras confiables, se estima que aproximadamente
500.000 personas fueron desplazadas dentro del país, muchas de las cuales se
vieron obligadas a trasladarse de las áreas rurales a los centros urbanos,
particularmente a la capital.
La estrategia contrainsurgente del ejército se basó en la desorganización social
primero y luego en la reorganización y control de la población rural para erradicar
la base de apoyo de la guerrilla. Se militarizó el campo creando los llamados
'Polos de Desarrollo' (centros militarizados de concentración de población donde
funcionaban las 'aldeas modelo' y donde se aplicaban programas de 'reeducación'
a las personas desplazadas capturadas mientras se escondían en las montañas).
Asimismo, centralizaron los proyectos de desarrollo e infraestructura, que fueron
administrados por el ejército por medio de las Coordinadoras Interinstitucionales.
Todas las autoridades civiles locales fueron puestas bajo la autoridad del ejército,
lo cual debilitó y distorsionó enormemente las estructuras de gobierno local. El
ejército se apropió también de grandes extensiones de tierra en las zonas de
conflicto, muchas de las cuales habían sido abandonadas previamente por los
desplazados. Además, dirigió intensas campañas para repoblar estas áreas
abandonadas y para finales de 1985 había otorgado aproximadamente 2.000
títulos de tierra en las áreas más afectadas por la guerra. Los fenómenos de
desplazamiento y repoblación agravaron la situación que existía antes del conflicto
sobre la distribución desigual de la tierra y las disputas acerca de los títulos.
Al mismo tiempo se establecieron las Patrullas de Auto defensa Civil (PAC),
fuerzas paramilitares a nivel comunitario en las que todos los hombres mayores de
16 años de edad tuvieron que prestar servicio. Aunque las PAC fueron
presentadas como organizaciones 'voluntarias', quienes no hacían su turno eran
considerados casi automáticamente como simpatizantes de la guerrilla. Estos
organismos vigilaban todas las aldeas del país, con informes semanales a la base
militar de la zona. En las áreas de conflicto, las PAC también fueron utilizadas
como primera línea ofensiva en la búsqueda de columnas guerrilleras o de
población desplazada que no estaba bajo control del ejército. A mediados de los
años ochenta el número de hombres organizados en este organismo paramilitar
alcanzó los 900.000, según cifras oficiales. Dado que el rechazo a prestar servicio
en las patrullas se convirtió en algo sumamente difícil de lograr sin sufrir las
consecuencias de la represión militar, las PAC echaron raíces en muchas
comunidades rurales y en algunos casos se convirtieron en una ambivalente
organización de defensa comunitaria. Al terminar el conflicto armado,
aproximadamente 400.000 hombres todavía prestaban servicio en las PAC,
rebautizadas en la Constitución de 1985 como Comités Voluntarios de Defensa
Civil (CVDC).
En resumen, la campaña contrainsurgente agravó todas las causas originales del
conflicto: se cerraron los espacios democráticos para la representación y
expresión ciudadana, el poder se centralizó y militarizó como nunca antes, y la
rendición de cuentas por parte del Estado acerca de su funcionamiento se canceló
en su totalidad.
Los espacios democráticos se comenzaron a abrir paulatinamente después de la
transición a la democracia electoral de 1985-1986, proyecto dirigido por el ejército
como estrategia para mejorar la imagen del país ante la comunidad internacional y
así asegurar un incremento de fondos externos. Sin embargo, la democracia
guatemalteca siguió siendo frágil y limitada: muchos de los elementos
institucionales de la contrainsurgencia, como las patrullas de autodefensa civil,
fueron legitimados en la nueva Constitución de 1985. Las Coordinadoras
Interinstitucionales fueron reemplazadas por los Consejos de Desarrollo
administrados por los gobernadores civiles (no electos), aunque el Comité de
Reconstrucción Nacional, dirigido por el ejército, mantuvo el control ejecutivo
sobre sus funciones. En estos movimientos políticos, las estructuras militares se
mantuvieron impunes. El nivel de abuso a los derechos humanos siguió siendo
muy alto y el ejercicio del derecho a la oposición política civil todavía seguía
siendo una opción peligrosa. Los secuestros, asesinatos y desapariciones
selectivas de activistas civiles fue una táctica muy común. No obstante, en estos
años se formaron nuevos movimientos sociales de sindicalistas, familiares de
desaparecidos y de pueblos indígenas. A finales de los años ochenta, las
organizaciones de derechos humanos de la sociedad civil, como el Grupo de
Apoyo Mutuo (GAM) formado en 1984, empezaron a presionar para instaurar una
comisión de la verdad en. Guatemala. Estas demandas fueron adoptadas
posteriormente por la URNG como parte de su plataforma en las negociaciones.
ASESINATOS Y VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS
Los asesinatos, desapariciones y demás violaciones a los derechos del pueblo y
principalmente del pueblo indígena, fueron los procesos más comunes durante 36
años que duro la guerrilla en Guatemala. Se sabe poco de cómo fue que se
llevaron a cabo cada una de esas atrocidades, pero aún existen personas que
fueron víctimas de maltratos que lograron escapar y así dar a luz los
procedimientos que los gobiernos militares desarrollaban para contrarrestar y
acabar definitivamente con las FAR. Cada uno de los gobiernos militares que
estuvieron al mando del país, siguió en plan de eliminar a la guerrilla.
GOBIERNOS DURANTE EL CONFLICTO
Tras el asesinato de Carlos Castillo Armas, asumió el poder Miguel Ydigoras
Fuentes, con quien se inició la guerrilla interna debido al levantamiento del pueblo
por descontentos con el gobernado. Ydigoras fue derrocado por el ejército en 1963
y asumió el mando de jefe de estado Enrique Peralta Azurdia. El siguiente
Gobierno fue el de Julio Méndez Montenegro, que se hizo llamar el tercer gobierno
de la revolución, quien encontró una difícil situación por el levantamiento de la
guerrilla y la existencia de grupos armados anticomunistas. Durante este gobierno
los ferrocarriles pasaron a ser parte del estado tomando el nombre de FEGUA
(ferrocarriles nacionales de Guatemala). Tras las elecciones de 1970 fue electo el
coronel Carlos Manuel Arana
Osorio (1970-1974). Fue el primero de una larga serie de presidentes militares,
intensificándose los visos fascistas que con motivo de detener la acción insurgente
y bajo la justificación del anticomunismo, se iniciaron desde 1954 con la
intervención estadounidense. Posteriormente, Arana Osorio alcanzó el grado de
General de División. Fue conocido por su crueldad como El Chacal. En 1972 un
nuevo grupo guerrillero se infiltró en el país desde México. En 1974, el General
Kjell Lauguerud García derrotó al General Efraín Ríos Montt, el candidato del
Partido Demócrata Cristiano, que ya a finales de los ochentas alcanzaría el poder
y sería uno de los más corruptos que ha tenido el país. En1978, el General Romeo
Lucas García asumió el poder. En 1970 dos nuevos grupos guerrilleros
patrocinados por la Unión Soviética y Fidel Castro, el EGP y la ORPA,
intensificaron la insurgencia contra los gobiernos militares. En 1979, Jimmy Carter,
prohibió cualquier ayuda militar al ejército guatemalteco, a causa de los
sistemáticos abusos de este contra la población y los derechos humanos. Durante
los gobiernos de 1978-1982 (Fernando Romeo Lucas García), 1982-1983 (Efraín
Ríos Montt), 1983-1986 (Óscar Humberto Mejía Víctores) provocaron un genocidio
con más de 250.000 víctimas mortales, de las cuales 45.000 continúan
desaparecidas. El genocidio maya hizo que un millón quinientos mil ciudadanos
forzosamente fueran desplazados. La guerra provocó el desplazamiento de
450,000 campesinos, que se vieron obligados a refugiarse en México. Dichos
desplazados huyeron tanto de los guerrilleros como de los militares, ya que ambos
bandos no respetaron la neutralidad de varias comunidades, causando además
667 masacres y que 443 aldeas completas desaparecieran.
A partir de la asunción del general Lucas García, Guatemala entró en un nuevo
ciclo de represión. Durante 1979 y 1980 se registraron varias masacres en el
interior del país, de escaso eco mediático. El 31 de enero de 1980 la situación en
Guatemala pasó a ser objeto de atención mundial por la Matanza en la embajada
española de Guatemala y posterior asesinato de 37 personas indígenas
sobrevivientes del genocidio; el único superviviente testigo de lo ocurrido fue
asesinado al día siguiente. La embajada, situada en la 6ª calle entre la 7ª y 6ª
avenida de la zona 9, en la Ciudad de Guatemala, había sido ocupada
pacíficamente por un grupo de indígenas provenientes de varias aldeas del
departamento noroccidental de El Quiché un área donde la represión fue
especialmente dura durante los meses anteriores- apoyados por estudiantes de la
Universidad de San Carlos. Su objetivo era llamar la atención de la opinión
internacional sobre una serie de masacres en sus comunidades realizadas por el
ejército. Durante la ocupación de la legación, el embajador español, Máximo Cajal,
exigió a las autoridades guatemaltecas por vía telefónica que no intervinieran,
respetando la extraterritorialidad de la misión diplomática. Dicha petición fue
reforzada por el gobierno español mediante una llamada del ministro de Asuntos
Exteriores al general Lucas García, que declinó ponerse al aparato.
Las fuerzas de seguridad irrumpieron en el recinto y el saldo fue de 37 fallecidos,
incluyendo el cónsul español Jaime Ruiz del Árbol, el ex vicepresidente de
Guatemala Eduardo Cáceres, el ex canciller guatemalteco Adolfo Molina y el
padre de la Premio Nobel Rigoberta Menchú, Vicente Menchú, uno de los líderes
de los indígenas ocupantes. Se salvaron, con graves quemaduras, el Embajador
de España y un indígena que fue secuestrado el día después del hospital donde
convalecía de sus heridas, torturado y asesinado. Su cuerpo, arrojado frente a la
Universidad de San Carlos, tenía un cartel colgado del cuello con la frase 'Cajal,
comunista, te ocurrirá lo mismo'. El gobierno español evacuó al Embajador
Máximo Cajal, con la asistencia del cuerpo diplomático en Guatemala y rompió
relaciones diplomáticas con el país. Unos meses después fue asesinado de 55
disparos Roberto Mertins Murúa, director del Instituto Guatemalteco de Cultura
Hispánica actual Centro Cultural de España en Guatemala, que había criticado en
Televisión Española la actuación de las autoridades militares en el asalto a la
embajada.
Durante los siguientes años, sucesivas comisiones de investigación llegaron a la
conclusión, aceptada por el gobierno guatemalteco en 1984, de que las víctimas
habían muerto por quemaduras producidas por granadas de fósforo blanco,
asumiendo que la Policía Nacional de Guatemala era la responsable de lo
acaecido y exonerando completamente a los ocupantes de cualquier
responsabilidad en el trágico desenlace. No obstante, hasta el día de hoy, medios
afines a la ultraderecha militar siguen defendiendo que los ocupantes se auto
inmolaron, y acusan en particular al embajador Cajal de connivencia con la
guerrilla.
El problema institucional relacionado con los fraudes en las elecciones en 1982
surgió de nuevo. El 9 de marzo de ese año el ejército era el encargado de velar
por el buen desarrollo de las elecciones. Varios de los 'jóvenes oficiales' y, entre
ellos, el actual presidente de la República Otto Pérez Molina, eran los encargados
de vigilar la transparencia de dichas elecciones directamente en las urnas;
dándose cuenta del fraude, el 23 de marzo de 1982 dieron un golpe de Estado
para evitar la toma de posesión del recién electo presidente militar Ángel Aníbal
Guevara.
El general Ríos Montt se aprovechó de la situación y luego de un conveniente
cambio de religión, formó una junta militar de tres miembros que anuló la
constitución de 1965, disolvió el Congreso, suspendió los partidos políticos y anuló
la ley electoral. Después de unos meses, Ríos Montt despidió a sus colegas de
junta y asumió defacto el título de “presidente de la República” gobernando en
solitario. Las fuerzas guerrilleras, Cuba, la Unión Soviética y sus aliados
izquierdistas denunciaron a Ríos Montt. El presidente procuró derrotar a los
guerrilleros con acciones militares y reformas económicas. En mayo de 1982, la
Conferencia de Obispos Católicos acusó a Ríos Montt de la responsabilidad de
cultivar la militarización del país y continuar las masacres de civiles por medios
militares.
El ejército de Ríos Montt y las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC), recobraron
esencialmente todo el territorio guerrillero; la actividad guerrillera disminuyó y fue
en gran parte limitada a operaciones de golpear y huir. Ríos Montt ganó esta
victoria parcial a un enorme costo de muertes civiles. La breve presidencia de Ríos
Montt fue probablemente el período más violento del conflicto de 36 años, que
resultó en aproximadamente 60.000 muertes de civiles, en su mayoría indígenas
desarmados. Aunque los guerrilleros izquierdistas y las brigadas de muerte
derechistas también se dedicaron a realizar masacres, desapariciones forzadas, y
torturas de no combatientes, la mayoría de las violaciones de derechos humanos
fueron realizadas por los militares guatemaltecos y las PAC que ellos controlaban.
Se estima que más del 80% de estos horrores los causó el ejército.
El 8 de agosto de 1983, Ríos Montt fue depuesto por su propio ministro de
Defensa, General Óscar Mejía Víctores, quién lo sucedió como presidente (jefe de
Gobierno) de facto de Guatemala (Ríos Montt sobreviviría para fundar un partido
político, FRG). El General Mejía permitió un regreso controlado de la democracia
en Guatemala, comenzando con una elección el 1 de julio de 1984 para una
Asamblea Constituyente para redactar una constitución democrática. El 30 de
mayo de 1985, después de 9 meses del debate, la Asamblea Constituyente
terminó de redactar una nueva constitución, que entró en vigor inmediatamente. El
Lic. Vinicio Cerezo, un político civil con amplio récord, fue candidato a presidente
por la Democracia Cristiana, ganó la primera elección sostenida bajo la nueva
constitución con casi el 70% del voto, y tomó posesión del cargo el 14 de enero de
1986. Fue un plan contrainsurgente que se basaba en llegar a pueblos en donde
se sospechaba que la población apoyaba a las FAR, y destruirlo completamente,
arrasándolo, asesinando niños, mujeres y ancianos, acabando con las cosechas,
matando a los animales y quemando las viviendas.
Durante 36 años hubo una guerra civil en Guatemala, se inició en el año de 1960 y
se logró finalizar este conflicto armado en el año 1996, el 29 de diciembre, cuando
el presidente Álvaro Arzú firmo los acuerdos de paz. La época de más violencia
inhumana e irracional para el país fue en la década de los 80, y los departamentos
de Alta Verapaz y Baja Verapaz fueron los más afectados. Los departamentos
más afectados del país durante dicho conflicto armado fueron: Huehuetenango, el
área del altiplano y el oriente del país, y como anteriormente había mencionado
las Vera paces.
Los orígenes de este conflicto armado inician con el derrocamiento de Jacobo
Árbenz en 1954, que fue cuando Estados Unidos de América ingresó en el país.
Árbenz fue derrocado a través de un golpe de estado planeado por la CIA. La falsa
'democracia' se estableció en Guatemala, avalada y apoyada económicamente por
Estados Unidos. Castillo Armas fue presidente luego del derrocamiento de Jacobo
Árbenz, pero este fue asesinado en 1958 y el General Idígoras Fuentes asumió el
poder del país y fue presidente hasta 1963. En el gobierno del General Idígoras
Fuentes se inició el conflicto armado que duró 36 largos años.
El conflicto armado surgió por varias razones, entre ellas la injusticia estructural, el
cierre de los espacios políticos, el racismo, el cual creo que fue la máxima razón,
la profundización de una institucionalidad excluyente y la antidemocracia. A
principios del conflicto armado no era algo tan grave, ya que el país siguió con su
desarrollo y con nuevos presidentes tratando de mejorar al país. Incluso durante el
conflicto armado, Guatemala sufrió el terremoto de 1976 en el cual el país se
desestabilizó económicamente, y fue muy difícil salir adelante.
La Guerra Civil o también llamado conflicto armado tuvo varias fases, las divide en
tres, y sólo las últimas involucraron a los indígenas en mayor escala. La primera
fase se da a inicio en el año de 1960 cuando un grupo de oficiales del ejército se
rebeló en contra de la corrupción del gobierno guatemalteco, durante esa época el
General Idígoras Fuentes era presidente del país. El movimiento armado se
concentró exclusivamente en la región oriental y en el que participó casi
exclusivamente la población no indígena del país. La segunda fase, se podría
decir que estalló en la década de los años 70, y tuvo lugar en las planicies
occidentales y esta vez participaron algunas comunidades indígenas, al igual que
la anterior fase también participó parte de la población no indígena del país. La
tercera y última fase del conflicto armado, la cual fue la más prolongada, inicia a
finales de los años 70 e inicio de los 80. Durante esta época el coronel Efraín Ríos
Montt dio golpe de estado y paso a ser presidente del país. La tensión social
explotó en una guerra civil con la activa participación de la población indígena.
Durante esta última fase del conflicto armado los indígenas se convirtieron en una
fuente de movilización y apoyo para el movimiento guerrillero, por lo que las
poderosas elites económicas y militares del país les atacaron.
Según Rigoberta Menchú, mujer indígena ganadora del Permio Nobel de la Paz,
dijo que la niñez de los niños indígenas durante esa época fue muy difícil, ya que
ellos no pudieron tener la niñez que se debe, y tuvieron que trabajar a una
temprana edad. Durante el conflicto armado la embajada de España fue
incendiada, y esto se hizo para que el mundo se diera cuenta de lo que estaba
ocurriendo en Guatemala, esto hizo que España retirara su ayuda a Guatemala.
Muchos indígenas fueron torturados y secuestrados durante esa época, el
hermano de Rigoberta Menchú fue uno de ellos, y ella cuenta que, estos eran
torturados y luego quemados.
La Iglesia era algo muy importante durante esta época, pero como siempre los
sacerdotes no compartían las mismas ideas unos con otros, porque habían unos a
favor del gobierno y otros en contra del gobierno. Muchos indígenas, en especial
las mujeres iniciaron a trabajar como “muchachas” en la ciudad, tratando de
buscar un cambio y por supuesto dinero. A pesar de todos estos acontecimientos
muchas mujeres indígenas se volvieron líderes de su comunidad, debido a que
ellas también se enlistaban en la guerrilla y luchaban por la igualdad. Algunas de
las barbaridades realizadas por el ejército fueron las matanzas públicas, ya que
incluso niños presenciaron como mataban a los indígenas que obedecían. El
pueblo simplemente respondió a esta injusticia quería que todo terminara, querían
igualdad, y sus derechos de vuelta.
El conflicto armado fue una de las guerras civiles más sangrientas de América
Latina y el Caribe. Hubo una enorme cantidad de muertos, más de 20,000
personas murieron, lo cual es 2% de la población, y otro millón de personas fueron
desplazados, 10% de la población. Según una investigación realizada por la
Comisión de Esclarecimiento Histórico indica que el 93% de las masacres
corresponden a los militares, y el 53% de las últimas masacres eran de origen
maya las víctimas, el 10% ladino y del 30% no se registró etnia. Este
acontecimiento de violencia, dio como resultado de la acción extremadamente
represora del Estado, Guatemala presentó un balance de terror y violaciones de
los Derechos Humanos el cual fue aterrador. Se estima que el total de víctimas en
36 años de conflicto supera las 100.000 personas y que un millón de habitantes
huyeron de sus lugares de residencia, convirtiéndose en refugiados externos o
desplazados internos.
Finalmente se logró firmar el acuerdo de paz en el año 1996, un 29 de diciembre,
estos fueron firmados por el presidente Álvaro Arzú.
Según los acuerdos de paz estos dicen, “Que con la suscripción del presente
Acuerdo se pone fin a más de tres décadas de enfrentamiento armado en
Guatemala, y concluye una dolorosa etapa de nuestra historia. Que, a lo largo de
los últimos años, la búsqueda de una solución política al enfrentamiento armado
ha generado nuevos espacios de diálogo y entendimiento dentro de la sociedad
guatemalteca. Que de aquí en adelante empieza la tarea de preservar y consolidar
la paz, que debe unir los esfuerzos de todos los guatemaltecos. Que para ese fin
el país dispone, con los acuerdos de paz, de una agenda integral orientada a
superar las causas del enfrentamiento y sentar las bases de un nuevo desarrollo.
Que el cumplimiento de estos acuerdos constituye un compromiso histórico e
irrenunciable. Que, para conocimiento de las generaciones presentes y futuras, es
conveniente recoger el sentido profundo de los compromisos de paz.”
CONCLUSIÓN
El ejército quería poder y dinero, pero nadie quería dar su poder o su
tierra. Realmente no se puede estar del lado de ninguno según mi opinión, porque
solamente se conoce la versión del pueblo y a pesar de que sabemos que, si
existió la masacre, los del pueblo también juegan a ser la víctima. Por lo que la
mayoría de lo que hacen es ser víctimas y tratar de dar lastima para que todos
piensen que el ejército no era bueno, que solo se dedicaba a matar. 
Es necesario saber la versión del ejército para poder apoyar solo a uno, pero el
ejército tiene prohibido hablar por lo que nosotros tenemos que analizar y decidir a
qué grupo apoyar, ambos tienen cosas buenas y malas.
BIBLIOGRAFIA
https://lacorrientedelgolfo.net/podcast/la-advertencia/conflicto-interno/

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