Está en la página 1de 6

EL CANIBALISMO COMO PRÁCTICA EN ALGUNAS TRIBUS

Edicta Gómez Merchán.- Han sido tantas y tan variadas las circunstancias que llevan a
una persona a comerse a un semejante que aún hoy aparecen nuevas formas y motivos
para el canibalismo. Se define éste, como una acción o costumbre humana de comer
carne de seres de su misma especie, generalmente de forma colectiva o siguiendo un
ritual, es una de los actos más aterradores que existen. Sin embargo, siguen existiendo
ciertas tribus caníbales alrededor del mundo. Algunas de estas sociedades continúan con
esta práctica porque creen que es una forma de adquirir las habilidades de las víctimas,
mientras que otras lo hacen a modo de ritual. Los caníbales tienen distintas razones para
hacer lo que hacen, pero la mayoría entran dentro de uno de estos dos campos:
endocanibalismo (comerse a los muertos) y el canibalismo que busca conseguir el poder
de quienes se comen. Puede producirse entre miembros de muchas especies, aunque
vulgarmente se asocia con la antropofagia cuando seres humanos consumen a
congéneres. Fue considerado costumbre en algunas pueblos y tribus antiguas (Taínos,
Caribes, Aztecas, Los Korowai, Monjes Aghori, entre otros), siendo los Taínos los
primeros caníbales en ser documentados bajo el término caníbal; la primera mención de
ellos se asocia a Cristóbal Colón en su primer viaje. Varios son los casos de canibalismo
que se han registrado en el mundo: desde algunos registrados en Alemania y Estados
Unidos hasta otros en Nigeria y Pakistán.

JEMERES ROJOS – Camboya


Es el nombre que les dieron a los seguidores del Partido Comunista de Kampuchea, en
Camboya. Y aunque sus días de gloria duraron desde finales de los 60 hasta finales de
los 90, todavía quedan algunos a día de hoy. Fueron algunos de los guerrilleros más
brutales de su época, y sus tácticas de canibalismo fueron realmente sangrientas.
Llevaban a cabo esta práctica porque consideraban que sus enemigos eran de una clase
inferior y por lo tanto merecían ser mutilados de la forma más sádica posible.

MAI-MAI - El Congo
Son esencialmente milicias de base comunitaria que están unidas para evitar que los
grupos armados les arrebaten sus hogares. Algunos están dirigidos por ancianos tribales
tradicionales o jefes de aldeas, y todos participan en los rituales de canibalismo de sus
enemigos porque creen que les trae poderes especiales.

CANIBALISMO FETAL - China


En China ha habido casos de médicos que han estado ganando dinero vendiendo fetos
para su uso en suplementos de salud. Tradicionalmente, los antiguos chinos
consideraban la ingestión de primogénitos, fetos abortados y placentas como parte de la
carne de una madre. Por lo tanto, las madres creían que se los tenían que comer para
crear un nuevo bebé saludable.

ABDUL AZIZ BIN ABDULLAH - Arabia Saudí


En 2015, Abdul Aziz bin Abdullah, un muftí (un experto legal musulmán que puede
dictar sentencias sobre asuntos religiosos), dio su permiso para que un hombre se
comiera a su mujer en caso de hambre severa.

CULTOS DEL CARGO - Tanna - Alemania


Los cultos del cargo creen que comiendo humanos ganan poder. Piensan que
comiéndose el corazón y los riñones de la víctima se volverán invisibles, y llevando a
cabo estos rituales, los bienes caerán del cielo.

SOCIEDAD SECRETA DEL LEOPARDO – África Occidental


Son una sociedad africana basada en la religión animista. es conocida por vestirse con
pieles de leopardo y atacar a los viajeros desprevenidos con cuchillos caseros y espadas
en forma de garras y dientes de leopardos. Después, cortan a sus víctimas y se las
comen. Creen que el canibalismo fortalece a su tribu. Su origen data del siglo XIX, en la
época colonial. Creen que pueden ser poseídos por los espíritus de animales carnívoros,
como los cocodrilos o los leopardos. Además, llevan a cabo asesinatos a modo de ritual
mientras están en trance. Es una de las tribus caníbales más peligrosas ya que los
miembros de esta sociedad creen que el canibalismo es un ritual para fortalecer al
grupo. En el siglo XX el Gobierno de Liberia proscribió esta sociedad, aunque se cree
que sigue funcionando de forma clandestina.

KOROWAI – Papúa Nueva Guinea


Los Korowai viven en la selva de Papúa Nueva Guinea, al sureste del país. Son
recolectores y cazadores, y continúan viviendo como hace varios miles de años. Es una
de las tribus caníbales más populares. Mantienen sus tradiciones ancestrales. Se calcula
que en la actualidad la tribu está formada por unos 3.000 miembros. La primera vez que
alguien del “mundo exterior” contactó con ellos fue en el año 1974. Unos misioneros
holandeses lograron socializar ligeramente con ellos. Son bien conocidos los Korowai
por ser excelentes arquitectos. Construyen sus casas en las copas de los árboles, y en su
interior pueden convivir hasta 15 personas. Hay dudas al respecto en cuanto si siguen
practicando el canibalismo. Tradicionalmente, en las guerras entre clanes el premio era
un banquete con el brujo de la tribu rival como plato principal. Cuando alguien muere
debido a una enfermedad, ellos creen que se debe a un khakhua, un brujo que viene del
infierno, quien posee el cuerpo de un hombre (nunca puede ser una mujer) y comienza a
comerse mágicamente sus entrañas. Ellos deben comerse al khakhua mientras se come a
la persona que murió. Es un sistema de justicia basado en la venganza.

MONJES AGHORI – India


Es el grupo, que reside cerca del norte de la India, es un misterio para el resto de los
habitantes de la zona. La gente de la India los teme y cree que pueden predecir el futuro,
caminar sobre el agua y hacer malas profecías. Sus prácticas incluyen masticar las
cabezas de los animales vivos, pelar sus cuerpos con ceniza de cadáveres quemados,
meditar encima de cadáveres, comer carne humana y beber sangre. Los monjes Aghori
son “santos hombres” hindúes que viven completamente al margen de la sociedad. Su
origen se remonta al siglo VII y sus costumbres sorprenden al mundo: fuman
marihuana, utilizan cráneos a modo de cuencos y para ellos el uso de la ropa es
opcional. Se les puede ver en la ciudad india de Benarés, donde comen los cadáveres no
incinerados que se lanzan al río Ganges. Llevan una vida de extrema espiritualidad y
meditación. En sánscrito, esa palabra significa no aterrador, que no da miedo, pero los
relatos de sus mórbidos rituales evocan curiosidad, disgusto y temor entre muchos. "El
principio subyacente de su práctica es trascender las leyes de la pureza para alcanzar la
iluminación espiritual y ser uno con Dios", explica James Mallinson, quien enseña
estudios sánscritos e indios clásicos en la Escuela de Estudios Africanos y Orientales de
Londres. Consideran que el canibalismo les da poderes sobrenaturales y les evita el
proceso de envejecimiento. Por este motivo, es habitual que coman carne cruda de
cadáveres humanos que flotan en el río Ganges. Para ellos, un cadáver es simplemente
materia natural sin fuerza vital. "Su camino hacia el progreso espiritual involucra
prácticas locas y peligrosas, como comer carne humana e incluso sus propias heces.
Pero creen que al hacer estas cosas que otros evitan, alcanzan un mayor estado de
conciencia". También meditan, comen, duermen y disfrutan del sexo en medio de
cadáveres en llamas en los campos de cremación de la India. Salen de su existencia
aislada solo cuando tiene lugar la festividad india del baño llamado Kumbh Mela. "El
enfoque de Aghori es asumir los tabúes obvios y romperlos. Rechazan las nociones
normales de bueno y malo". A diferencia de algunas órdenes hindúes bien conocidas,
los Aghoris no están muy bien organizados. La mayoría de las veces viven aislados y no
confían fácilmente en los forasteros. Ni siquiera mantienen contacto con miembros de
su propia familia y la mayoría de ellos provienen de castas más bajas. "Uno puede
encontrar una gran variedad en términos de logros intelectuales. Pocos de ellos son
realmente agudos, pero un Aghori fue incluso un asesor del rey de Nepal", comenta
Mallinson. Manoj Thakkar, autor del libro "Aghori: A Biographical Novel" (Los
Aghori: una novela biográfica), argumenta que son un grupo profundamente
incomprendido. "Son personas muy simples que viven con la naturaleza. No piden
nada", considera. "Ven todo como una manifestación de un ser supremo. No rechazan ni
odian a nadie ni a nada. Por eso no hacen una distinción entre la carne de un animal
sacrificado y la carne humana. Comen lo que hay", señala. Los sacrificios de animales
también forman una parte importante de su adoración. "Fuman marihuana y, sin
embargo, tratan de ser conscientes de sí mismos, incluso en el estado de
hiperexcitación". "Rezan por el bienestar de todos. No se preocupan por las personas
que desean su bendición para un niño o para construir una casa". Los Aghoris
principalmente adoran a Shiva, el dios hindú de la destrucción y su consorte Shakthi. En
Bengala, se les puede ver viviendo en el cementerio. "La mayoría de las personas temen
a la muerte. Las tierras de la cremación simbolizan la muerte. Ese es el punto de partida
para un Aghori. Quieren desafiar la moral y los valores del hombre común", agrega
Thakkar. En el norte de la India, solo los hombres son admitidos en la secta. La mayoría
viven desnudos, pero donde aceptan a las mujeres, éstas ahora llevan ropa.
En las últimas décadas, la tradición Aghori ha tomado ideas de movimientos religiosos
principales y comenzó a proporcionar servicios médicos para pacientes con lepra; los
pacientes reciben terapia que van desde la medicina ayuvédica (una forma tradicional de
medicina alternativa) y el baño ritual hasta la medicina occidental moderna; muchos de
ellos abandonados por sus familias, encuentran refugio en el hospital administrado por
Aghoris en la ciudad de Varanasi. "En cierto sentido, la clínica de tratamiento de la
lepra ha tomado el lugar de los lugares de cremación, pero en lugar del miedo a la
muerte, los Aghori están asumiendo el miedo a una enfermedad", agrega en una
entrevista con Emory Report, además sirven como atracción para muchos turistas en
algunas ciudades de India. Pero algunos Aghoris utilizan también teléfonos celulares y
transporte público. Cada vez más, muchos usan al menos algo de ropa cuando visitan
áreas públicas. No sexo gay. Más de mil millones de personas siguen el hinduismo, pero
no se suscriben a un conjunto uniforme de creencias. No hay profeta ni texto sagrado
venerado por todos los practicantes. Por eso, aunque es difícil estimar el número de
Aghoris, los expertos creen que puede ser como máximo unos pocos miles. Muchos
Aghoris prefieren vivir en lugares donde se creman a los muertos. Incluso para la
mayoría de los indios que están acostumbrados a los caminos de los hombres santos, un
encuentro casual con Aghoris puede ser muy molesto y desagradable. Algunos Aghoris
han admitido públicamente que tuvieron relaciones sexuales con cadáveres. Pero tienen
un tabú. "Se permiten el sexo ritual con prostitutas. Pero no aprueban el sexo gay",
indica Mallinson. También hay otro grupo que cuando mueren, sus cuerpos no son
comidos por otros Aghoris, sino que son enterrados o incinerados como el resto de
nosotros.

WARI – Brasil
Los Wari es un pueblo indígena ubicado en la Selva Amazónica, Rondonia, en Brasil
practican el ritual conocido como endocanibalismo; que consiste en devorar a los
miembros de la tribu cuando fallecen. La costumbre se realiza tres días después de la
muerte de la persona, cuando su cuerpo se deja a la intemperie. Luego, cuando el cuerpo
se empieza a hinchar y a descomponerse, comienza el banquete. Se comen sus órganos,
mientras dejan que la piel y el cabello se descompongan naturalmente. Actualmente
viven asentados alrededor de siete Puestos de la Fundación Nacional del Indio. En las
primeras décadas del siglo XX la invasión de los recolectores de caucho les obligó a
desplazarse hacia las cabeceras de los ríos. Se calcula que hay 1.700 Waris al día de
hoy.

AMAHUACAS – Perú
Los Amahuacas son un grupo de caníbales que viven cerca de la frontera peruana La
población aproximada en la actualidad de los Amahuacas es de 500 personas. Los
primeros contactos con esta tribu se dieron en el siglo XVII de la mano de misioneros
franciscanos. Tradicionalmente se caracterizan por ser terriblemente guerreros, y su
principal actividad económica se basa en la caza, la pesca y la agricultura. A finales del
siglo XIX, los buscadores de caucho procedentes del “Viejo Mundo” trataron de
convertirlos en esclavos. Atacaron sus aldeas, y los Amahuacas se vieron obligados a
desplazarse hacia el interior de la selva. En los últimos años se han hecho grandes
esfuerzos para reanudar el contacto con ellos, pero no ha sido posible. Practican el
canibalismo de una forma muy curiosa. Creen que cuando una persona muere hay que
comerse su carne para mantener dentro su alma a un amigo. Un mes después del funeral
y el entierro, se desentierra el cadáver, ya muy descompuesto y se pone en una gran
cacerola al fuego hasta que todas las partes volátiles son expulsadas.

KAPALIKAS - India
La tradición Kāpālika era una forma no puránica de Shaivismo en la India. La palabra
Kāpālikas se deriva de kapāla que significa "cráneo", y Kāpālikas significa "hombres-
calavera". El Kāpālikas tradicionalmente llevaba un tridente con el cráneo tapado
(khatvanga) y un cráneo vacío como cuenco para mendigar. Otros atributos asociados
con Kāpālikas eran que untaban su cuerpo con cenizas de la tierra de cremación,
reverenciando la feroz forma Bhairava de Shiva, con sangre, carne, alcohol y fluidos
sexuales. Según David Lorenzen, hay una escasez de fuentes primarias sobre los
kapalikas, y la información histórica sobre ellos está disponible en obras de ficción y
otras tradiciones que los menosprecian. Varios textos indios afirman que la Kāpālika
bebía licor libremente, tanto para el ritual como por costumbre. El peregrino chino a la
India en el siglo VII, Hsuan Tsang, en sus memorias sobre lo que ahora es el noroeste
de Pakistán, escribió sobre budistas que viven con solitarios desnudos que se cubren de
cenizas y llevan coronas de huesos en la cabeza, pero Hsuan Tsang no los llama
Kapalikas ni ningún otro nombre en particular. Los eruditos han interpretado a estos
ascetas como Digambara Jains, Pashupatas y Kapalikas. Estos eran más bien una orden
monástica, afirma Lorenzen, y no una secta con una doctrina textual. La tradición de
Kāpālika dio origen al Kulamārga, una categoría de Shaivismo tántrico que conserva
algunos de los rasgos distintivos de la tradición de Kāpālika. Algunas de las prácticas de
Shaiva se encuentran en el budismo Vajrayana, y los eruditos no están de acuerdo en
quién influyó en quién. Los Kapalikas incluso practicaban sacrificios humanos, pero esa
secta ya no existe.

CANIBALISMO PREHISTÓRICO EN EL SUROESTE DE ESTADOS UNIDOS


Las costumbres funerarias prehistóricas de los indios del suroeste de los actuales
Estados Unidos eran relativamente sencillas. Sepultaban a la mayor parte de sus
difuntos sin modificaciones corporales perimortem, aparte de someterlos a ciertos
tratamientos menores de índole cosmética o ritual, como pintarles el rostro o lavar su
cabello. Casi todos los cadáveres recibían una sepultura individual, ubicada dentro o
fuera de las viviendas, o eran enterrados en simples tumbas excavadas a poca
profundidad en basureros o en áreas sepulcrales. En raras ocasiones se enterraban
individuos solos en sitios apartados En el ajuar funerario, normalmente depositado con
el difunto, se cuentan vasijas de cerámica, artículos personales, canastas, armas y otros
objetos por el estilo. Solo en un puñado de entierros se han hallado restos animales o
humanos que podrían indicar la práctica de sacrificios. La cremación y el enterramiento
en urnas fueron mucho más comunes en el desierto de los hohokam que en la meseta de
los anasazi o la montaña de los mogollón.

El caso de una "epidemia" de canibalismo


Una pequeña clase de restos humanos de esta región constituye una excepción del
tratamiento generalmente no invasivo de los muertos. Esta clase ha sido identificada con
base en al menos 30 depósitos. Casi todos ellos se encuentran en las cuencas fluviales
del Little Colorado y del San Juan, que corresponde a la meseta donde se asentaron los
anasazi. El estado tafonómico de tales huesos revela casos de antropofagia. En conjunto,
al parecer las víctimas de canibalismo fueron más de 300, de ambos sexos y de todas las
edades. En su mayoría, estos sitios datan del periodo comprendido entre 900 y 1300 de
nuestra era. Casi todos se asocian al ascenso, florecimiento y decadencia de las "Casas
Grandes", del Cañón Chaco —o de sus alrededores—, al noroeste de Nuevo México. La
práctica del canibalismo es más antigua en México.

Testimonios tafonómicos de canibalismo en el suroeste de Estados Unidos


Las lesiones características de canibalismo incluyen cortes, fracturas intencionales,
abrasiones, cremación, ausencia de muchas vértebras, pulimiento cerámico y otros
daños. En conjunto, estas lesiones no pueden ser efecto de agentes naturales. El patrón
de traumatismos óseos del canibalismo es muy similar al que se registra en animales.
Hay cuatro hipótesis que intentan explicar la antropofagia en el suroeste estadounidense
prehistórico: 1) hambrunas extremas, 2) patología social, 3) prácticas de control social y
4) costumbres rituales.

CANIBALISMO EN EL ANTIGUO MÉXICO


Los miembros de una tribu ancestral y aislada que habitaba en lo que ahora se conoce
como el norte de México se comían a sus semejantes, manteniendo la esperanza de
poder comer maíz en el futuro. Los Xixime creían que comiéndose los cuerpos y las
almas de sus enemigos y utilizando sus huesos limpios en rituales, garantizarían la
fertilidad de sus cosechas, de acuerdo con las anotaciones históricas de los misioneros
jesuitas. Vivían en las montañas de lo que se conoce actualmente como el estado de
Durango; habitaban 5.000 Xiximes en convivencia con otros grupos precolombinos. “A
través de sus rituales, el canibalismo y la utilización de huesos, ellos marcaban límites
entre “nosotros”(los Acaxées y los Xiximes) y “ellos” (el resto del mundo). Ambos
grupos luchaban contra miembros de otros grupos, pero solamente se comían a los
pertenecientes a determinados colectivos, especialmente a los hombres, pues los
españoles y los miembros de otras tribus estaban infravalorados como sujetos rituales.
Para los Xiximes, el ciclo de siembra y recolección estaba intervenido por un ciclo de
canibalismo y rituales óseos Tras sus recolecciones de maíz, los guerreros Xixime
tenían que salir a cazar enemigos, así cazaban a campesinos de otros poblados que
estaban trabajando tierras aisladas; en otras ocasiones emboscaban a pequeños grupos
en los bosques. Los guerreros llevaban los cadáveres de vuelta al poblado, donde los
Xiximes destriparían los cuerpos, con el cuidado de no estropear los huesos. En caso de
no poder llevar el cuerpo entero al poblado les cortaban las manos y la cabeza
solamente. Las partes del cuerpo eran cocinadas en sartenes hasta que los huesos
estaban totalmente limpios, y la carne se cocinaba en una especie de sopa con habas y
maíz, que se comían posteriormente en una noche de rituales con bailes y cánticos. Tras
el festín, los huesos eran guardados durante meses en casas del Tesoro. Cuando llegaba
la época de la siembra, los Xiximes colgaban los huesos de los árboles y las casas para
que los espíritus les ayudasen con las cosechas.

Víctimas de los aztecas, estas eran ejecutadas en el centro ceremonial, desmembradas


en un corte de costillas con armas de piedra ceremoniales para arrancar sus corazones.
Con frecuencia tanto hombres como mujeres eran decapitados, por lo cual sus cuerpos
tendrían que acusar evidentes marcas de cortes en las vértebras cervicales. Por lo común
las cabezas se acomodaban en tzompantlis, por lo cual deberían presentar lesiones
temporales en uno o ambos lados de la bóveda y luego distribuidas a las áreas
habitacionales en donde se comía la carne.

FUENTE
Swaminathan Natarajan
BBC World Service
Aghori use human skulls as a bowl
Por Aida VM
https://books.openedition.org/cemca/2533?lang=es
Christy G. Turner y Jacqueline A. Turner
Redacción National Geographic

También podría gustarte