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Inteligencia emocional:

Se refiere a la capacidad humana de sentir, entender, controlar y modificar estados


emocionales en uno mismo y en los demás. Inteligencia emocional no es ahogar las
emociones, sino dirigirlas y equilibrarlas. El concepto de Inteligencia Emocional, aunque
esté de actualidad, tiene a nuestro parecer un claro precursor en el concepto de Inteligencia
Social del psicólogo Edward Thorndike (1920) quien la definió como “la habilidad para
comprender y dirigir a los hombres y mujeres, muchachos y muchachas, y actuar
sabiamente en las relaciones humanas”.

La inteligencia emocional es la capacidad de comprender emociones y conducirlas, de tal


manera que podamos utilizarlas para guiar nuestra conducta y nuestros procesos de
pensamiento, para producir mejores resultados. Incluye las habilidades de: percibir, juzgar
y expresar la emoción con precisión; contactar con los sentimientos o generarlos para
facilitar la comprensión de uno mismo o de otra persona; entender las emociones y el
conocimiento que de ellas se deriva y regular las mismas para promover el propio
crecimiento emocional e intelectual. Es un conjunto de capacidades mentales que puede
ayudar a los individuos a entender el papel de las emociones en su vida diaria.

Rol del psicólogo:

Barón y Benítez (2020, p. 124) al analizar las exigencias de la profesión del psicólogo en el
ámbito emocional expresa que el desarrollo de esta competencia supone una serie de
consecuencias, ya que requiere “plantear un conjunto de saberes (saber, saber hacer, saber
estar y saber ser–conocimientos, procedimientos y actitudes) combinados, coordinados e
integrados en el ejercicio profesional”. Por otra parte, Serrano-García (2015) en la cuestión
valoral del psicólogo profundiza en lo que considera valores fundamentales del ejercicio
profesional, entre los que destacan: la promoción de la justicia social (entendida como la
búsqueda del bienestar), la investigación participativa, la diversidad cultural (entendida
como el respeto y la aceptación de todos los individuos) y la prevención primaria de la
salud. 
Teoría humanista:

Propone en sus principales postulados que la conciencia, la ética y la experiencia


emocional son los elementos más importantes para fijar todo tipo de conocimiento en los
individuos. En ese sentido, más que una teoría del aprendizaje similar a las anteriormente
estudiadas -cognitivismo, constructivismo, conductismo- se trata de una forma de entender
la educación que se superpone a la técnica e incluso a la ciencia pedagógica.
El pensamiento humanista, iluminado por las artes, la historia y la filosofía de siglos
anteriores, propone la formación de niños y adolescentes con amplitud de criterio,
tolerancia, valores espirituales y respeto por los demás. 

Rol del psicólogo:

El psicólogo de la mano con el tema de la inteligencia emocional, deben desarrollar un


conjunto de competencia instrumentales para su formación y al mismo tiempo para ejercer
dicha carrera, entre esas la toma de decisiones y la resolución de problemas, en este sentido
las competencias interpersonales como lo son en las habilidades sociales además de poseer
la capacidad de adaptación a los cambios.
Seguido a esto, también es relevante destacar el autoconocimiento, la empatía, la capacidad
de escucha, el manejo paciente-psicólogo debido a que tanto el estudiante como el
profesional que se hallan ejerciendo la profesión están bajo la responsabilidad del manejo
de las emociones, tanto del individuo como de sí mismos, a otros se ve reflejado por la
capacidad de escucha, la relación paciente-psicólogo y la capacidad de adaptación de
diferentes situaciones sucesos.

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