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ACTO 24 DE MARZO

"DÍA DE LA MEMORIA POR LA VERDAD Y LA JUSTICIA"

Introducción:

Recordar es volver a pasar por la memoria y el corazón aquellos hechos que


marcaron nuestra vida, nuestra historia. Hay recuerdos que nos identifican como
pueblo, como nación, porque los compartimos; y conmemorarlos juntos nos ayuda a
sanar. Es por ello que hoy nos reunimos aquí, para recordar uno de los momentos más
tristes que nos tocó atravesar como argentinos y que cambiaron el curso de la historia de
nuestro país, aquel golpe de estado iniciado en 1976...

Ingreso de las Banderas:

Como en cada acto nos acompañan para que nunca olvidemos que ellas nos representan,
recibamos de pie y con un fuerte aplauso a nuestras banderas de ceremonia portadas
por:

Bandera Argentina:

1º Escolta:

2º Escolta:

Bandera de Santa Fe:

1º Escolta:

2º Escolta:

Himno:

Cantar sus estrofas nos acompañaron y fueron una manta protectora en los momentos
más oscuros y tristes de nuestra historia, pero también nos estremecemos y
emocionamos en aquellos momentos de alegría; sus estrofas nos recuerdan la unión, la
libertad, la rotura de las cadenas de la opresión, entonemos con orgullo nuestra canción
patria.

Palabras alusivas:

En 1976 un golpe de estado en mano de las tres fuerzas militares tomaron por la fuerza
al gobierno nacional, derrocándolo e imponiendo una nueva etapa de oscuridad y dolor
en nuestro país.

Día a día madres, padres, hermanos, nietos, sobrinos, vecinos, no volvieron a sus
hogares. Nadie sabía dónde ir a buscarlos, ni por dónde empezar. Fueron años de miedo
y angustia en donde expresarte libremente y decir lo que sentías estaba prohibido, casi
podríamos decir que “hasta pensar estaba prohibido”, era tan grande el miedo y la
desprotección que el silencio se apoderó de toda una nación. Atrás habían quedado los
años de democracia y libertad.

Pero ¿cómo decirle a una madre que no busque a sus hijos? Un día, y casi sin pensarlo,
muchas decidieron salir, y entonces se dieron cuenta de que no estaban solas, eran
muchas las que buscaban a los suyos…y así, poco a poco, a fuerza de sacrificios, valor,
coraje, y unión sus voces comenzaron a ser la “voz de aquellos que ya no estaban” y su
búsqueda se convirtió en la de todo un país que hasta el día de hoy pide por quiénes
jamás volvieron.

La democracia y la libertad volvieron, volvimos a salir a las calles, a decir lo que


pensábamos y expresar lo que sentíamos; muchos de los que se habían ido por miedo
volvieron, algunos, muy pocos, de los que habían desaparecido, aparecieron….pero
muchos no volvieron, aún hoy los seguimos buscando pero desde otro lugar, ya no es
con miedo sino con la convicción de que una nación unida puede cambiar su historia y
lograr aprender para que nunca más se pierdan los derechos, la libertad y la democracia.

Retiro de las banderas de ceremonia:

Despedimos de pie y con un fuerte aplauso a nuestras banderas para continuar con el
acto.

Representación cuento:

“Historia de una semilla, las palomas, y la fuerza de muchas personas que


tiran para el mismo lado.”
Una tarde de otoño, en medio de la noche más larga, catorce mujeres reunidas en una plaza
decidieron sembrar una semilla. Hicieron una ronda a su alrededor y las palomas, curiosas entre
el humo de un cigarro infinito, prometieron ser sus guardianas.
Cada jueves, se organizaban para cuidarla. La abonaron contra el olvido y el destierro, cosas
que pueden pasarle a algo pequeñito en una inmensidad. Así que se hizo tan fuerte, que resistió
a extensas lluvias y largas sequías, a la marcha de los caballos y a las corridas que le andaban
por encima.
Pasaron los años y sus raíces crecieron tanto, tanto, que dieron vuelta al mundo. Las mujeres de
otros países, en noches parecidas donde acá germinó, comenzaron a sembrarla.
Una mañana de primavera las madres de la semilla, que ya no eran catorce sino muchas más,
sintieron que era un buen momento para cosecharla. Agarraron el tronco bien fuerte, y entre
todas tiraron y tiraron, pero no pudieron sacarla de la tierra.
Entonces, llamaron a las abuelas. Las abuelas se tomaron de las madres, las madres de la planta,
y tiraron y tiraron, pero la planta no salió. Llegaron los padres. Los padres se tomaron de las
abuelas, las abuelas de las madres, las madres de la planta, y tiraron y tiraron, pero la planta no
salió.
Vinieron los hijos. Los hijos se abrazaron a los padres, los padres a las abuelas, las abuelas a las
madres, las madres a la planta, y tiraron y tiraron, pero la planta no salió.
Se acercaron los hermanos. Los hermanos se dieron la mano con los hijos, los hijos con los
padres, los padres con las abuelas, las abuelas con las madres, las madres con la planta, y tiraron
y tiraron, pero la planta no salió.
Convocaron a las familias campesinas y pueblos originarios, que mucho saben de cultivos. Las
familias campesinas y los pueblos originarios se tomaron de los hermanos, los hermanos de los
hijos, los hijos de los padres, los padres de las abuelas, las abuelas de las madres, las madres de
la planta, y tiraron y tiraron, pero la planta no salió.
Entonces buscaron a maestras, trabajadores portuarios, jubilados, estudiantes y artistas.
Maestras, trabajadores portuarios, jubilados, estudiantes, artistas, se tomaron de las familias
campesinas y pueblos originarios, las familias campesinas y pueblos originarios de los
hermanos, los hermanos de los hijos, los hijos de los padres, los padres de las abuelas, las
abuelas de las madres, las madres de la planta, y tiraron y tiraron, pero la planta no salió.
Vinieron las niñas, niños y adolescentes. Las niñas, niños y adolescentes se tomaron de las
maestras, los trabajadores portuarios, jubilados, estudiantes, artistas; las maestras, los
trabajadores portuarios, jubilados, estudiantes, artistas se tomaron de las familias campesinas y
pueblos originarios; las familias campesinas y pueblos originarios se tomaron de los hermanos,
los hermanos de los hijos, los hijos de los padres, los padres de las abuelas, las abuelas de las
madres, las madres de la planta, y tiraron y tiraron, y la planta… ¡salió!

Era una mandioca enorme. Así que alcanzó para hacer chipá en todas las escuelas, sopita en
todos los hospitales y empanadas en todos los fogones (los grandes, los chiquitos, los
multitudinarios, los solitos, los transitorios, los ancestrales).
Con los fogones se encendieron los relatos, las historias, las palabras, la Memoria. Todas las
personas que se acercaron a ayudar se abrazaron y celebraron, bailaron en una ronda enorme,
cantaron y comieron rico. Algunas personas todavía no aparecieron, pero ya van a llegar porque
las seguimos buscando. ¿Y las palomas? Las palomas llevan su mensaje de paz a donde quieran
que estén.

Editado y Producido por la Defensoría de Niñas, Niños y Adolescentes de la Provincia de


Santa Fe

Despedida:
Todavía nos falta mucho por aprender, pero nunca olvidemos que somos un país libre, que día a
día debemos sembrar en cada niña y niño la semilla de la igualdad, la libertad, la democracia;
que tenemos el derecho y la obligación de defender nuestros derechos y los de aquellos que
solos no pueden. Una nación unida, que tira con fuerza hacia un mismo lado y tiene memoria
puede lograr que esas semillas germinen y den sus frutos en cada rincón de nuestra hermosa
patria.

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