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La literatura desde la lógica de Aristóteles

A partir de la narrativa contemporánea colombiana de finales del siglo XX, y de la épica greco-romana
antigua, se puede entender que la literatura, como repertorio sentimental e histórico de una sociedad, es
la herramienta que le permite entender al ser humano la potencia de las sociedades. La potencia, según
Aristóteles, se entiende como la capacidad que tiene un ente de ser algo en el futuro, y que este algo
sea perfectamente posible. Sin embargo, no se puede deducir la potencia de un ente sin tener un
conocimiento previo sobre él; este será adquirido después de hacer un estudio sobre el ser de dicho
ente, es decir, a través de la ontología. Así pues, para poder tener un mejor juicio acerca de la situación
actual de una sociedad, la literatura nos proporciona ese conocimiento previo desde su historia, el cual
será diverso debido a la multiplicidad de puntos de vista desde los cuales es tomada, pero que de una
forma u otra representará la misma realidad. 

En primer lugar, la obra Hesíodo (VIII-VII a.C.) busca cambiar nuestro pensamiento para encaminar
nuestro futuro lejos del chiché que conocemos como destino, es decir, busca que nos adueñemos de
nuestro futuro y nos hagamos responsables de él. De la misma forma, busca guiar nuestras acciones y
sentimientos, y ubicarnos en el mundo a partir de la interpretación de nuestro origen; esto es lo que se
conoce como ontología: es la rama de la metafísica que estudia el ser, su origen, su naturaleza, etc. Por
consiguiente, tenemos que forjar nuestro ser a partir de lo que tenemos a nuestro alrededor; no
refiriéndonos aquí al hecho de seguir los estereotipos que se nos son impuestos, sino enfatizando el
hecho de que somos iguales a los otros seres vivos, y que tenemos una responsabilidad con nuestro
entorno.

Por otra parte, la obra más representativa de nuestro nobel colombiano, Cien años de soledad (Gabriel
García Márquez, 2007), nos resalta la importancia del pasado cuando nos da a entender que “el que no
conoce su historia, está condenado a repetirla”. Con esto está señalando la importancia de aprender de
nuestros errores y de aceptar lo que somos y lo que tenemos para así poder potenciarnos correctamente
y de una forma exitosa. Para poder entender nuestra situación actual, hacernos responsables de ella, y
para poder cambiarla, necesitamos conocerla y aceptarla.

Rosario Tijeras (Jorge Franco, 2005) nos expone una idea similar a la de García Márquez, pero de una
forma individual, es decir, que como individuo debemos aceptar nuestra historia y aprender de nuestro
pasado para poder potenciarnos en algo a futuro; entender cómo somos, por qué somos así, y aprender
a usar todo esto en favor de nuestro progreso. Se refiere también a que no podemos juzgar a una
persona sin conocer su pasado. Cuando uno logra aceptar su pasado y entender su importancia, uno
consigue reflejar su verdadero ser y así es como se adquiere esta hermosura que caracteriza a Rosario,
el personaje principal de la obra. Ella se potencia a partir de lo que es y lo que tiene, y con base en esto
puede formar un criterio sobre lo que en realidad quiere y/o necesita.
No obstante, no todas las “obras literarias” nos enseñan a aprender de nuestro pasado y a apreciar
nuestras raíces; otras se dedican a imponernos formas de pensar y modelos sociales, políticos y hasta
religiosos, como lo hizo La Eneida (Virgilio, 2009). Tomando como punto de partida el efecto que esta
obra tuvo en la sociedad romana, se puede entender su situación a lo largo de los años, ya que más allá
de imponer un pensamiento, se les impuso un pasado del cual aprender. En lugar de que la literatura se
fuera forjando a partir de la cultura y la historia de la sociedad greco-romana, fueron estas las que se
forjaron a partir de la literatura, lo que se tradujo en la imposición de diversos sofismas en la sociedad;
“mentiras que de tanto decirlas, parecen reales”. En otras palabras, la gente no llegaba a recibir ni a
transmitir ningún conocimiento, sino que se limitaban a compartir información.

De cualquier manera, está claro que es necesario conocer nuestro pasado para poder proyectarnos
hacia un futuro mejor, y que además la literatura es el mejor medio para conocer verdaderamente
nuestro pasado. Pero la literatura es sólo una herramienta que, sin los seres humanos, se convertiría en
un ente inútil. Por otro lado, de ser malinterpretada o tergiversada, puede convertirse en un arma de
sometimiento muy peligrosa para la sociedad. Por estos motivos, los seres humanos necesitamos
instruirnos en el desarrollo de posturas críticas para poder así interpretar la literatura de forma en que
la podamos traducirla en cambios beneficiosos para la sociedad; posturas que se irán forjando a través
de la experiencia y del conocimiento de diversas realidades a lo largo de nuestras vidas, y que
podremos transmitir después a generaciones futuras para difundir el mensaje de esperanza y cambio
para nuestro mundo.

Finalmente, si tomamos al arte como una representación estética de una realidad y/o sentimiento
colectivos, y la literatura como arte escrita, su función radicaría en alejarnos lo más posible de los
estereotipos. Pero un estereotipo muy común consiste en creer que todo lo que leemos tiene que ser
verdad de una u otra forma; de esta manera es muy sencillo manipular a la sociedad con base en
“literatura”. Entonces, según lo anterior, obras como La Eneida no deberían considerarse arte, ya que a
pesar de ser estéticas, no representan una realidad colectiva. Como se muestra en el cuento La Función
del arte / 2 de Eduardo Galeano, un artista es el que plasma la realidad de una forma estética, de
manera en la cual la sociedad pueda entenderla sin sofismas ni estereotipos; sólo de esta forma se
conseguirá que los seres humanos puedan tomar posturas sinceras sobre la realidad en la que viven, y
que esto tenga como resultado cambios reales para la humanidad.
Bibliografía

Franco Ramos, J. (1999). Rosario Tijeras. (Primera Edición) Bogotá, Colombia: Editorial Norma S.A.

Galeano, E. (2000). La función del arte / 2. El libro de los abrazos. (primera edición) DF, México: Siglo xxi
editores .

García Márquez, G. (2004). Cien años de soledad. Bogotá, Colombia: Grupo Editorial Norma.

Hesíodo. (2013). Teogonía, Los Trabajos y los Días. DF, México: Editorial Porrúa.

Mayorga, J. (2014). Apuntes de clase. Bogotá, Colombia: Clases de literatura y filosofía,Carlos Lozada.

Virgilio. (2009). La Eneida. Madrid, España: Editorial Espasa Calpe.

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