Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES
El Cód. Penal no agota la materia represiva, ya que, además de los delitos propiamente dichos
en él legislados, existen numerosas figuras de naturaleza penal que se agrupan bajo el nombre
genérico de "faltas" o "contravenciones", que comprenden en nuestro país tanto las faltas de
carácter local —tributarias, administrativas, policiales, municipales, etc.—, como las de
carácter nacional legisladas en los ordenamientos referidos a las materias aduanera, tributaria,
abastecimiento, defensa de la competencia, lealtad comercial, etc., cuya importancia se fue
acrecentando a medida que el Estado fue interviniendo en determinadas áreas reservadas a la
iniciativa privada.
De precipua importancia es la consideración de si las particularidades o variantes que exhiben
esas normas, en relación con el derecho penal común, nos permiten hablar de un derecho penal
administrativo, penal económico, penal tributario, en el carácter de disciplinas autónomas,
cuyos principios reguladores desplazarían a los de aquel. Si, por el contrario, el derecho penal
común sigue actuando como repositorio de principios que recobran su imperio, toda vez que el
legislador no los haya derogado expresa o implícitamente, no corresponde hablar de autonomía
sino de un derecho penal especial, construido sobre el viejo telón de fondo del derecho penal,
aunque con singularidades propias que imponen su separación conceptual.
En ese análisis cabe, por una parte, precisar las diferencias que existen entre delitos y
contravenciones, a fin de apreciar si ellas son meramente cuantitativas o también cualitativas y,
por la otra, puntualizar los principios constitucionales en materia de derecho penal.
Comencemos, pues, a examinar las doctrinas que sostienen la existencia de distinciones
sustanciales entre delito y contravención, y aquellas que las niegan.
8. EL AGENTE ENCUBIERTO
La ley 26.044 introduce en el art. 35 de la ley 11.683 la figura del agente encubierto, facultando
a la AFIP a autorizar a sus agentes, mediante orden de juez administrativo, a que actúen en
calidad de compradores o locatarios de obras y servicios a fin de constatar el cumplimiento por
parte de los contribuyentes de la obligación legal de emitir y entregar facturas o comprobantes
equivalentes por las operaciones realizadas. La orden del llamado juez administrativo debe
estar fundada en los antecedentes fiscales del contribuyente que obren en el organismo fiscal.
La figura del agente encubierto para comprobar la comisión de delitos tuvo su ingreso en la
legislación argentina a través de la ley 24.424, modificatoria de la ley 23.737 (81)en materia de
narcotráfico, y con la ley 26.044 se incorpora a la legislación tributaria para comprobar el
cumplimiento de la obligación de emitir facturas por parte de los agentes económicos
alcanzados por la ley 11.683. El art. 35 de la ley 11.683 no autoriza la utilización de esta figura
en forma indiscriminada o generalizada, sino respecto de contribuyentes cuyos antecedentes
hagan aconsejable recurrir a ella, como forma de comprobar eventuales transgresiones a la
obligación de emitir facturas. A efectos de autorizar, en cada caso concreto, el ejercicio de tales
atribuciones, el llamado juez administrativo deberá emitir el correspondiente acto
administrativo en el que consignará los antecedentes del contribuyente de que se trate.
La doctrina de la Corte Suprema de la Nación afirma que el empleo de un agente encubierto
para la averiguación de los delitos no es por sí misma contraria a garantías constitucionales.
Una cuidadosa comprensión de la realidad de nuestra vida social común, y en especial del
hecho comprobado de que ciertos delitos de gravedad se preparan e incluso ejecutan en la
esfera de la intimidad de los involucrados en ellos, como sucede particularmente con el tráfico
de estupefacientes, impone reconocer que esos delitos solo son susceptibles de ser descubiertos
y probados si los órganos encargados de la prevención logran ser admitidos en el círculo de
intimidad en el que ellos tienen lugar. Por tal razón, una interpretación prudencial de las
garantías procesales contenidas en la Constitución Nacional permite aceptar, bajo ciertas
restricciones, el empleo de agentes encubiertos de modo similar al que se lo admite en otros
países en los que las reglas del Estado de derecho prescriben garantías análogas a las que rigen
en la República Argentina (como los Estados Unidos y la República de Alemania) (82).
La conformidad con el orden jurídico del empleo de agentes encubiertos —sigue diciendo la
Corte— requiere que el comportamiento de estos se mantenga dentro de los principios del
Estado de derecho, lo que no sucede cuando el agente encubierto se involucra de tal manera que
hubiese creado o instigado la ofensa criminal en la cabeza del delincuente, pues la función de
quienes ejecutan la ley es la prevención del crimen y la aprehensión de los criminales, pero esa
función no incluye la de producir el crimen tentando a personas inocentes a cometer esas
violaciones. De tal modo cabe distinguir los casos en que los agentes del gobierno simplemente
aprovechan las oportunidades o facilidades que otorga el acusado predispuesto a cometer el
delito, de los que son producto de la actividad creativa de los oficiales que ejecutan la ley, en
los que procede desechar las pruebas obtenidas por la actividad criminógena de la policía, bajo
lo que en el derecho americano se conoce como defensa de entrapment. La circunstancia de que
se exima al agente encubierto de requerirle expresamente al contribuyente la emisión de la
factura por la operación realizada no permite considerar a aquel como agente provocador o
instigador de la infracción cometida. El contribuyente no necesita que el adquirente o locatario
lo insten al cumplimiento de obligaciones formales que obstaculizan o impiden maniobras de
evasión fiscal. El flagelo de la evasión fiscal, que corrompe el principio de solidaridad social,
exige el debido cumplimiento, en tiempo y forma, de las obligaciones tributarias, y para el
logro de ese objetivo la figura del agente encubierto, en la forma en que se encuentra regulada
en la ley 11.683, constituye un instrumento eficaz que no lesiona derechos de orden
constitucional.
12.2. Competencia del Estado nacional para crear delitos en tutela de las haciendas
provinciales
En el trámite parlamentario de la ley 26.735 se levantaron voces cuestionando la competencia
constitucional del Estado federal de crear delitos en protección de las haciendas provinciales,
reabriéndose el debate suscitado con motivo de la sanción de la ley 23.771. En ese sentido, el
diputado Martínez(127)sostuvo que siendo que les compete a las provincias legislar en materias
no delegadas en el gobierno nacional como es la tributaria, a ellas les corresponde establecer el
régimen represivo. En igual sentido se expidió el diputado Aguad (128), a fin de no restringir o
entorpecer la sanción, a nivel local, de leyes de regularización fiscal que no podrían amnistiar
los delitos comprendidos en el proyecto en definitiva sancionado como ley 26.735 (129).
Enhorabuena que se restrinjan las facultades para amnistiar defraudaciones fiscales que
desestimulan la lucha contra el delito. En la medida que las provincias han delegado en el
Congreso de la Nación el dictado del Cód. Penal (arts. 75, inc. 12, y 128, CN), la legislación
puede instituir delitos en tutela de las haciendas locales, como otros en protección de las
administraciones públicas, comprensivas tanto de las nacionales, como de las provinciales y
municipales.
Por lo demás, dejar librada la protección de las haciendas locales al régimen contravencional
que ellas establecieren, colocaría a las administraciones provinciales en desventaja respecto del
Estado nacional, pues no puede pensarse seriamente en imponer, a nivel contravencional penas
muchas veces mayor a tres años de prisión, porque ello nos llevaría a un extremo en que no
solo se excedería un límite de prudencia, sino que se daría al hecho carácter delictivo por el
monto de la pena impuesta, en abierta trasgresión constitucional (130).