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Probática

Coordinación: Instituto de Probática y Derecho Probatorio de la Facultad de Derecho ESADE-URL

CARLOS DE MIRANDA
VÁZQUEZ
Doctor en Derecho. Juez sustituto.
Miembro del Equipo Académico
del Instituto de Probática y
Derecho Probatorio de la Facultad
de Derecho ESADE (URL).
Profesor asociado de la Facultad
de Derecho de la Universitat
Internacional de Catalunya (UIC)

E
l dolo es un hecho psí-
quico. Concretamente
—y siguiendo una de
las corrientes doctri-
nales actualmente más en boga—, se
trata de la representación mental de
un sujeto sobre la realización de los
elementos del tipo penal. A dicha re-
presentación le sigue, en un segundo
momento, el juicio de aceptación de
lo representado, en el sentido de asu- © Taco Anema / Wolters Kluwer
mirlo o, contrariamente, de rechazarlo.
Por lo dicho, y esto es lo esencial, la
prueba del dolo es la prueba de la re-
presentación mental del tipo penal o,

Indicios para la
más sencillamente, del conocimiento
del sujeto activo sobre la realización de
la conducta típica.

El dolo y su prueba en el proceso


penal
Del mundo interior de la mente tan
solo podemos conocer lo que se tras-
prueba del dolo
en el proceso penal
lada al mundo exterior, sea de forma
expresa y directa (comunicación), sea
de manera tácita (conducta).

Así pues, para la prueba del cono-


cimiento, se puede recurrir, en pri-
mer lugar, a la prueba directa. Bien
es verdad que, en materia de hechos La prueba del dolo en proceso penal se sustenta,
psíquicos, aquella suele ser escasa, esencialmente, sobre la prueba indiciaria, y tanto
cuando no inexistente. Salvo que se
cuente con la confesión del acusado o es así que se ha venido conformando un síndrome
con un testigo de referencia, a quien indiciario muy sugerente. Exploramos algunas
el reo le hubiese manifestado extraju-
dicialmente cuál fue su consciencia posibilidades que contribuyen a enriquecer dicho
de la realización del tipo, lo normal catálogo semiótico, fijando la atención en los “hechos
será la indisposición efectiva de prue-
ba directa.
avisadores”.

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Se puede recurrir, en segundo lu- infracción de una determinada norma pisar el pedal de freno, reduciendo la
gar, a la prueba indiciaria. Podemos penal. velocidad a fin de poder enfrentar la
afirmar, sin temor a equivocarnos, que, eventualidad que nos hemos represen-
en materia de hechos psíquicos, los in- tado mentalmente.
dicios se erigen como la prueba reina.
Sobre la base de tal consideración se ha En materia de hechos Se trata, en suma, de señales no
venido conformando un prolijo catálo- convencionales, fundadas en la expe-
go de indicios-tipo en relación con el psíquicos, los indicios riencia, que nos proporcionan informa-
dolo penal: “1) Las relaciones que ligan se erigen como la ción sobre un posible escenario factual
al autor y la víctima […]; 2) La perso- que puede pasar de potencia a acto en
nalidad del agresor; 3) Las actitudes prueba reina en un cualquier momento.
o incidencias observadas o acaecidas proceso penal
en momentos precedentes al hecho, si
La acreditación del dolo
mediaron actos provocativos, palabras
insultantes, amenazas de males y repe- Merced a dichos “hechos avisado-
tición en su pronunciamiento; 4) Las res”, previos a la acción, se probó que
manifestaciones de los intervinientes Tales “hechos avisadores” forman un mando militar se representó la con-
en la contienda […]; 5) Dimensiones y parte de máximas de experiencia en las dición de subordinado de la persona
características del arma empleada y su que estas circunstancias fácticas apa- a la que golpeó por haber puesto en
idoneidad para matar o lesionar […]; 6) recen como antecedente lógico de pro- peligro a su pelotón circulando a velo-
Lugar del cuerpo hacia el que se dirigió cesos de pensamiento, consciente o in- cidad excesiva (STS, Sala 5.ª, de 17 de
la acción homicida […]; 7) Insistencia y consciente. Supongamos, por ejemplo, junio de 2010 (LA LEY 110218/2010).
reiteración de los actos atacantes (dura- que nos encontramos circulando en Efectivamente, el Alto Tribunal conclu-
ción, número y violencia de los golpes) coche y divisamos unos niños jugando ye que el mando tuvo conocimiento de
[…]; 8) Conducta posterior observada en la acera con un balón. La percepción que estaba maltratando de obra a un
por el infractor, ya procurando atender de dicho hecho exterior desencadena, subordinado, lo que constituye un de-
a la víctima, ya desentendiéndose del por lo general, en nuestra mente, una lito según el art. 104 del Código Penal
alcance de sus actos.” (Fundamento Ju- imagen de peligro, representándonos Militar. Los “hechos avisadores” proba-
rídico 1.º de la SAP Cuenca de 23 de —“visualizando”— la imagen del balón dos del caso fueron los siguientes: (a) @
mayo de 2005 (LA LEY 1747/2005). saliendo disparado hacia la calzada y juventud manifiesta de la víctima; (b)
los niños corriendo tras él, sin reparar portar chándal militar reglamentario;
Dejando al margen el amplio uni- en las circunstancias del tráfico. De tal (c) estacionar el vehículo en el aparca-
verso de indicios que rodean este tema representación mental se derivará una miento de la tropa, y (d) cuadrarse ante
de prueba, se quiere centrar la aten- reacción psicomotora, consistente en la presencia del acusado y pronunciar
ción en lo que hemos dado en llamar
“hechos avisadores”.

Los “hechos avisadores”


La prueba de los “hechos avisadores”
Los “hechos avisadores” son in-
dicios antefácticos —anteriores a la ❚ Los propios “hechos avisadores” pueden probarse tanto por vía directa
representación mental— que, de ser como por vía indirecta. En algunos casos, contaremos con el testimonio de
probados, permiten inferir —por vía de la víctima y de testigos, con grabaciones audiovisuales o con fotografías.
atribución— el conocimiento del sujeto En otros casos, la existencia del “hecho avisador” se probará por vía de
sobre el contenido típico de la acción indicios.
que va a iniciar o de su resultado úl- En un supuesto de conducción temeraria con resultado de muerte, en
timo. que el “hecho avisador” consistía en la presencia de vehículos que circula-
ban, todos ellos, en sentido inverso al que seguía el sujeto activo, el “hecho
Los “hechos avisadores”, exterio- avisador” produjo un efecto psicológico en su ánimo, hasta el punto de que
res a la persona del sujeto activo, al ser “el acusado manifestó en su primera declaración judicial que ‘iba cagado de
percibidos por este, provocan forzosa- miedo’, frase de la que se vale la Audiencia para, aplicando las máximas de
mente —en condiciones cognitivas nor- la experiencia, colegir que el acusado era consciente del peligro que estaba
males— la representación mental de la creando” (Fundamento Jurídico 1.º de la STS, Sala 2.ª, de 8 de octubre de 2010
realización, inmediata, del tipo penal. (LA LEY 181864/2010).
Serían como alertas contextuales que
deberían advertir al sujeto activo de la

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las palabras “a la orden”. El Tribunal ción mental resulta de una inferencia conocía a otras niñas a las que frecuen-
concluyó que, con esa información con- lógica. De este modo, puede probarse, taba y sabía que eran mayores que ella.
textual, el acusado tuvo que conocer, por ejemplo, el conocimiento de la Como señala el tribunal estas niñas te-
antes de propinar el primer golpe, la inmediata realización del tipo penal nían en aquellas fechas 13 años, por lo
condición de militar subordinado de la del abuso sexual no consentido (ex que si el recurrente sabía que su víctima
víctima. Y corrobora su razonamiento art. 181.2 CP) merced a la manifesta- era más pequeña tenía necesariamen-
por el hecho, también probado, de que, ción por parte del menor y dirigida al te que conocer su edad de forma muy
al concluir la agresión, el mando acusa- adulto acerca de cuál es su verdadera aproximada.
do manifestó al subordinado agredido edad. Y puede probarse también dicho El hecho de que el recurrente y su
que ya podía ir a dar parte, si quería. conocimiento merced a “hechos avi- víctima perteneciesen al mismo entor-
sadores” de naturaleza inferencial o no, una pequeña localidad donde to-
indirecta. dos se conocían, o el que su relación
comenzase cuando la niña iba a ‘com-
Los “hechos avisadores”, En el supuesto contemplado en la
STS, Sala 2.ª, de 10 de octubre (LA LEY
prar chucherías’ al bar que el acusado
frecuentaba con su propio hijo, son in-
al ser percibidos 11296/2004) se combinan “hechos avi- dicios manifiestos de que el acusado
por el sujeto activo, sadores” de ambos tipos (Fundamento no podía desconocer la tierna edad de
Jurídico 8.º): “La constatación de un la menor.”
provocan forzosamente elemento interno solo puede obtenerse,
la representación generalmente, a través de una inferen- Recapitulando cuanto se lleva di-
cia racional a partir de datos externos cho, la concurrencia, demostrada, de
mental de la realización, u objetivos. Sin embargo, en el caso ac- “hechos avisadores” en una determi-
inmediata, del tipo penal tual, el tribunal sentenciador dispuso, nada situación permite inferir, por atri-
además, de una prueba de cargo directa, bución lógica, que el acusado se repre-
pues la propia víctima ha declarado en sentó mentalmente que la acción que
el juicio que ella misma le dijo al acusa- iba a realizar seguidamente suponía la
do la edad que tenía […] realización del tipo penal.
Los “hechos avisadores” se reputan Por otra parte el propio tribunal ha
igualmente útiles a la hora de determi- apreciado visualmente a la menor y ha ζ Por tanto, el miedo —admitido— es
nar la concurrencia de dolo eventual constatado que esta representa efectiva- indicio incontestable de la ocurrencia
en supuestos en los que de una acción mente la edad que tiene, es decir, que del “hecho avisador” (circulación del
resulta la muerte del sujeto pasivo; cualquier observador imparcial apre- resto de vehículos de la vía en sentido
así, el hecho de que la víctima “emite ciaría fácilmente que la niña tenía, más contrario). Probado este último, por vía
gemidos en estado semiinconsciente, o menos, 12 años cuando el acusado indirecta, cabe inferir racionalmente,
una vez que se encuentra tendido en el comenzó su relación sexual […] Ni su en un segundo momento, la necesaria
suelo; y pese a que, ante esta situación aspecto físico ni su desarrollo intelectual representación que el temerario con-
de una persona tendida en el suelo, se- provocaban error alguno. ductor tuvo que producirse en su men-
miinconsciente, gimiendo y sangrando, El propio acusado ha reconocido te sobre el riesgo de muerte de otros
cualquier persona podría representar- indirectamente que conocía la edad usuarios de la vía que estaba generan-
se la posibilidad de que el agredido se aproximada de la menor al indicar que do con su temeraria acción.
encuentra en situación de riesgo vital,
el propio acusado golpeó nuevamente”
(Fundamento Jurídico 4.º de la STS, Sa-
la 2.ª, de 26 de noviembre de 2008 (LA Bibliografía
LEY 176107/2008). En este sentido, ac-
túan igualmente como “hechos avisa- Laurenzo Copello, P.: Dolo y conocimiento. Valencia: Tirant lo Blanch,
dores” una aguda hemorragia, vómitos 1999.
de sangre, dificultades respiratorias, Muñoz Sabaté, Ll.: Tratado de probática judicial (I): La prueba del hecho
pérdida de consciencia, espasmos, etc. psíquico. Barcelona: JM Bosch, 1992.
Ragués i Vallès, R.: “Consideraciones sobre la prueba del dolo”, en Revis-
El “hecho avisador”, como fuente ta de Estudios de la Justicia, n.º 4, pp. 13-26.
de información, que provoca la repre- Solís Espinoza, A.: “Visión psicocriminológica del dolo y la imputabilidad
sentación mental del sujeto activo, (I)”, en Revista de Derecho UNED, n.º 4, 2009, pp. 349-370.
puede transmitir un mensaje, tanto de
forma directa como de forma indirec-
ta; en el segundo caso, la representa-

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