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CARLOS DE MIRANDA
VÁZQUEZ
Doctor en Derecho. Juez sustituto.
Miembro del Equipo Académico
del Instituto de Probática y
Derecho Probatorio de la Facultad
de Derecho ESADE (URL).
Profesor asociado de la Facultad
de Derecho de la Universitat
Internacional de Catalunya (UIC)
E
l dolo es un hecho psí-
quico. Concretamente
—y siguiendo una de
las corrientes doctri-
nales actualmente más en boga—, se
trata de la representación mental de
un sujeto sobre la realización de los
elementos del tipo penal. A dicha re-
presentación le sigue, en un segundo
momento, el juicio de aceptación de
lo representado, en el sentido de asu- © Taco Anema / Wolters Kluwer
mirlo o, contrariamente, de rechazarlo.
Por lo dicho, y esto es lo esencial, la
prueba del dolo es la prueba de la re-
presentación mental del tipo penal o,
Indicios para la
más sencillamente, del conocimiento
del sujeto activo sobre la realización de
la conducta típica.
las palabras “a la orden”. El Tribunal ción mental resulta de una inferencia conocía a otras niñas a las que frecuen-
concluyó que, con esa información con- lógica. De este modo, puede probarse, taba y sabía que eran mayores que ella.
textual, el acusado tuvo que conocer, por ejemplo, el conocimiento de la Como señala el tribunal estas niñas te-
antes de propinar el primer golpe, la inmediata realización del tipo penal nían en aquellas fechas 13 años, por lo
condición de militar subordinado de la del abuso sexual no consentido (ex que si el recurrente sabía que su víctima
víctima. Y corrobora su razonamiento art. 181.2 CP) merced a la manifesta- era más pequeña tenía necesariamen-
por el hecho, también probado, de que, ción por parte del menor y dirigida al te que conocer su edad de forma muy
al concluir la agresión, el mando acusa- adulto acerca de cuál es su verdadera aproximada.
do manifestó al subordinado agredido edad. Y puede probarse también dicho El hecho de que el recurrente y su
que ya podía ir a dar parte, si quería. conocimiento merced a “hechos avi- víctima perteneciesen al mismo entor-
sadores” de naturaleza inferencial o no, una pequeña localidad donde to-
indirecta. dos se conocían, o el que su relación
comenzase cuando la niña iba a ‘com-
Los “hechos avisadores”, En el supuesto contemplado en la
STS, Sala 2.ª, de 10 de octubre (LA LEY
prar chucherías’ al bar que el acusado
frecuentaba con su propio hijo, son in-
al ser percibidos 11296/2004) se combinan “hechos avi- dicios manifiestos de que el acusado
por el sujeto activo, sadores” de ambos tipos (Fundamento no podía desconocer la tierna edad de
Jurídico 8.º): “La constatación de un la menor.”
provocan forzosamente elemento interno solo puede obtenerse,
la representación generalmente, a través de una inferen- Recapitulando cuanto se lleva di-
cia racional a partir de datos externos cho, la concurrencia, demostrada, de
mental de la realización, u objetivos. Sin embargo, en el caso ac- “hechos avisadores” en una determi-
inmediata, del tipo penal tual, el tribunal sentenciador dispuso, nada situación permite inferir, por atri-
además, de una prueba de cargo directa, bución lógica, que el acusado se repre-
pues la propia víctima ha declarado en sentó mentalmente que la acción que
el juicio que ella misma le dijo al acusa- iba a realizar seguidamente suponía la
do la edad que tenía […] realización del tipo penal.
Los “hechos avisadores” se reputan Por otra parte el propio tribunal ha
igualmente útiles a la hora de determi- apreciado visualmente a la menor y ha ζ Por tanto, el miedo —admitido— es
nar la concurrencia de dolo eventual constatado que esta representa efectiva- indicio incontestable de la ocurrencia
en supuestos en los que de una acción mente la edad que tiene, es decir, que del “hecho avisador” (circulación del
resulta la muerte del sujeto pasivo; cualquier observador imparcial apre- resto de vehículos de la vía en sentido
así, el hecho de que la víctima “emite ciaría fácilmente que la niña tenía, más contrario). Probado este último, por vía
gemidos en estado semiinconsciente, o menos, 12 años cuando el acusado indirecta, cabe inferir racionalmente,
una vez que se encuentra tendido en el comenzó su relación sexual […] Ni su en un segundo momento, la necesaria
suelo; y pese a que, ante esta situación aspecto físico ni su desarrollo intelectual representación que el temerario con-
de una persona tendida en el suelo, se- provocaban error alguno. ductor tuvo que producirse en su men-
miinconsciente, gimiendo y sangrando, El propio acusado ha reconocido te sobre el riesgo de muerte de otros
cualquier persona podría representar- indirectamente que conocía la edad usuarios de la vía que estaba generan-
se la posibilidad de que el agredido se aproximada de la menor al indicar que do con su temeraria acción.
encuentra en situación de riesgo vital,
el propio acusado golpeó nuevamente”
(Fundamento Jurídico 4.º de la STS, Sa-
la 2.ª, de 26 de noviembre de 2008 (LA Bibliografía
LEY 176107/2008). En este sentido, ac-
túan igualmente como “hechos avisa- Laurenzo Copello, P.: Dolo y conocimiento. Valencia: Tirant lo Blanch,
dores” una aguda hemorragia, vómitos 1999.
de sangre, dificultades respiratorias, Muñoz Sabaté, Ll.: Tratado de probática judicial (I): La prueba del hecho
pérdida de consciencia, espasmos, etc. psíquico. Barcelona: JM Bosch, 1992.
Ragués i Vallès, R.: “Consideraciones sobre la prueba del dolo”, en Revis-
El “hecho avisador”, como fuente ta de Estudios de la Justicia, n.º 4, pp. 13-26.
de información, que provoca la repre- Solís Espinoza, A.: “Visión psicocriminológica del dolo y la imputabilidad
sentación mental del sujeto activo, (I)”, en Revista de Derecho UNED, n.º 4, 2009, pp. 349-370.
puede transmitir un mensaje, tanto de
forma directa como de forma indirec-
ta; en el segundo caso, la representa-