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¡Oh dulces prendas* por mi mal halladas,

dulces y alegres cuando Dios quería,


juntas estáis en la memoria mía
y con ella en mi muerte conjuradas!
¿Quién me dijera, cuando las pasadas
horas qu’en tanto bien por vos me vía*,
que me habiades de ser en algún día
con tan grave dolor representadas?
Pues en una hora junto me llevastes
todo el bien que por términos* me distes,
lleváme junto el mal que me dejastes;
si no, sospecharé que me pusistes
en tantos bienes porque deseastes
verme morir entre memorias tristes.

* prendas: Cosa que se da o hace en señal,


prueba o demostración de algo
* vía = veía.
* por términos = por partes, a plazos.

El poema “Oh dulces prendas…” trata el tema del dolor del poeta ante la
pérdida y el recuerdo de su amada muerta (el poema fue escrito dos años después de la
muerte de Isabel Freyre)
La estructura externa forma un soneto de arte mayor y rima consonante llana:
dos cuartetos y dos tercetos encadenados, con una perfección formal propia del soneto
clásico. Las sinalefas colaboran a la medida de once sílabas por verso y en este poema
no encontramos rupturas de sinalefas, como en otros de Garcilaso, que recurre a la “h”
aspirada para cuadrar la medida de los versos. Destacan, como elemento métrico, los
encabalgamientos, bastante abundantes (muy evidentes en los versos 5-6 y 13-14;
menos en los versos 9-10, 11-12, 12-13) y siempre suaves, sin pausa en mitad del verso
encabalgado; la suavidad del encabalgamiento colabora en el tono de melancolía que
destila el poema.
La estructura interna se organiza en dos/tres partes: en el primer cuarteto el
poeta se encuentra con los recuerdos (prendas) de su amada y se dirige a ellos en forma
de imprecación (¡Oh dulces prendas!); en el segundo cuarteto se queja de su dolor
comparando el bien que tuvo con el dolor que siente ahora al contemplar esas prendas
(se pueden agrupar los cuartetos). Por último, los tercetos reflejan el deseo del poeta de
superar el pasado y el dolor que le producen sus recuerdos.
Respecto a la forma, el poema está escrito principalmente en 2ª persona y se
convierte en una imprecación a esas prendas que aparecen representadas mediante una
personificación: “dulces y alegres” (v.2), producen el bien (v. 6) y el dolor (7-8). En
este sentido destacan las exclamaciones (primer cuarteto) y las interrogaciones retóricas
(2º cuarteto). Cabe destacar que los cuartetos usan la 2ª p.plural (estáis, habíades),
mientras que en los tercetos emplea la 2ª del singular (llevastes, distes, llévame…), con
lo que podemos pensar que aquí más que dirigirse a las prendas, lo hace a la amada, con
los que tendríamos una metonimia (el objeto por la persona).
Puesto que se establece una comparación entre el pasado y el presente, encontramos
numerosas antítesis (mal, bien; tristes, alegres, en una hora junto / por términos...); este recurso
es también muy utilizado para expresar el sentimiento amoroso. Destaca también la abundante
adjetivación (dulces, alegres, graves...) propia de Garcilaso, así como algún epíteto (grave dolor)
y el uso de términos abstractos (dolor, mal, memorias, muerte, bien...); la repetición de algunos
términos clave sirve para reforzar la expresión de los sentimientos (mal, memoria, bien). El
término muerte aparece destacado mediante la derivación y el juego de palabras (muerte, morir)
lo que se relaciona con la temática de Garcilaso, que suele hablar del amor relacionándolo con
la muerte, a la vez que remite a la muerte de su amada Isabel.
Por último cabe señalar la abundancia de hipérbatos, que sirven para poner delante lo
que se quiere destacar y es un recurso típico de los Siglos de Oro que imita la sintaxis latina
(retornos a los clásicos).
En definitiva, nos encontramos ante un texto lírico, pues expresa sentimientos (el dolor
por la muerte de la amada), pertenece a la primera etapa del Renacimiento español ya que utiliza
una métrica italianizante (soneto) y una temática típica: el amor y sus efectos, con figuras
retóricas que remiten a la imitación de los clásicos (hipérbaton) y otras que nos permiten
adscribirlo a la producción de Garcilaso: abundancia de adjetivos y términos abstractos, el
tratamiento del amor relacionado con la muerte y la tristeza… Además, podemos deducir que
pertenece a la etapa clásica, o periodo napolitano por la perfección formal del soneto (tercetos
encadenados).

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