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ESTRUCTURA EXTERNA.
El poema consta de dos estrofas, cada una de las cuales está integrada por ocho versos
polimétricos, pues son de 11 y 7 sílabas métricas. La rima es asonante en los pares y quedan libres
los impares. La estructura es la siguiente: 11-, 7a, 11-, 7a, 11-, 7a, 7-, 7a. Este mismo esquema se
repite en la segunda estrofa y la rima es idéntica a la de la primera estrofa; es decir, u-a. Esta dos
estrofas son silvas arromanzadas, estructura métrica de especial querencia por parte del poeta. El
ritmo es yámbico al caer el acento estrófico en sílaba par.
Encontramos encabalgamientos suaves entre los versos 1 y 2, 9 y 10, 11 y 12 y 13 y 14.
ESTRUCTURA INTERNA.
La primera estrofa, contestando a una pregunta sobre su origen, hace referencia a lo que ha
sido la vida del poeta desde que nació hasta el momento presente: una vida de dolor y sufrimiento,
tanto físico como moral.
La segunda estrofa, también contestando a la pregunta de hacia dónde va, muestra un
pesimismo absoluto al creer que la vida que le queda será triste y solitaria, sin nadie que se acuerde
de él cuando muera.
TEMA[1].
Desolación del poeta al rememorar lo que ha sido su vida y el futuro que le espera.
RESUMEN.
El poeta contesta dos preguntas vitales: una sobre lo que ha sido su vida hasta ese momento, una
vida llena de sufrimiento físico y más moral; la otra contesta a lo que será su vida hasta su muerte,
adelantando que será triste y olvidado por todos.
FIGURAS LITERARIAS.
Las dos estrofas se abren con dos interrogaciones retóricas que dan lugar a que el poeta descubra
sus sentimientos vitales.
Encontramos un paralelismo en entre los versos 1 y 2 y 9 y 10. La estructura sintáctica de los dos
primeros versos de cada estrofa es idéntica, con lo que se consigue ritmo y al mismo tiempo sirve
para estructurar los sentimientos.
¿De dónde vengo?... El más horrible y áspero
de los senderos busca…
¿Adónde voy? El más sombrío y triste
de los páramos cruza…
Hay una enumeración en entre los versos 3 y 8: Las huellas de unos pies…, los despojos de un
alma…, que son las cosas que debe buscar el que le siga sus pasos. Además, hay un asíndeton, ya
que no hay nexo entre los dos elementos.
En el verso 11 se repite el adjetivo eternas dos veces. La connotación de esta palabra es la de
expresar la angustia de lo que no tiene fin ni la posibilidad de modificarse. El futuro, la vida que le
queda al poeta, es desalentador y sin posibilidad de vislumbrar un cambio.
Hay una antítesis clara entre las últimas palabras de cada estrofa: cuna/tumba, como símbolos del
nacimiento y muerte del poeta.
Nos encontramos con el desarrollo en todo el poema de una metáfora continuada cuya base es la de
identificar la vida con un camino, una senda. Esta metáfora se amplifica con otros elementos
relacionados como en el verso 3, “Las huellas de unos pies ensangrentados”, cuya connotación es
la de sufrimiento, dolor, de que la vida ha sido dura… La propia expresión de la línea 4, roca dura,
significa que la vida que le ha tocado vivir no ha sido fácil, que se ha tenido que enfrentar a
problemas que le han dejado mella.
En los siguientes versos, 5 y 6: los despojos de un alma hecha jirones /en las zarzas agudas, sigue
ampliando la mención al sufrimiento y dolor sentido a través de las zarzas, obstáculos dolorosos,
que han destrozado su alma, hecha jirones.
En la segunda estrofa se sigue desarrollando la metáfora. Para expresar la soledad, la tristeza y la
melancolía, el que le rastree encontrará páramos, “soledad, aspereza, dureza…”, valles de eternas
nieves…, “frialdad, falto de cariño”.
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MODERNISMO- RUBEN DARÍO
XXXII
177. NOCTURNO ( Cantos de vida y esperanza, 1905)
A Mariano de Cavia
Los que auscultasteis el corazón de la noche,
los que por el insomnio tenaz habéis oído
el cerrar de una puerta, el resonar de un coche
lejano, un eco vago, un ligero ruido...
En los instantes del silencio misterioso,
cuando surgen de su prisión los olvidados,
en la hora de los muertos, en la hora del reposo,
¡sabréis leer estos versos de amargor impregnados!...
Como en un vaso vierto en ellos mis dolores
de lejanos recuerdos y desgracias funestas,
y las tristes nostalgias de mi alma, ebria de flores,
y el duelo de mi corazón, triste de fiestas.
Y el pesar de no ser lo que yo hubiera sido,
y la pérdida del reino que estaba para mí,
el pensar que un instante pude no haber nacido,
¡y el sueño que es mi vida desde que yo nací!
Todo esto viene en medio del silencio profundo
en que la noche envuelve la terrena ilusión,
y siento como un eco del corazón del mundo
que penetra y conmueve mi propio corazón.
Está escrito en versos de arte mayor de trece sílabas o tridecasílabos. Tiene cinco estrofas de cuatro
versos cada una. Su rima es consonante alternada, es decir ABAB.
Figuras literarias
Encabalgamiento: “el resonar de un coche/ lejano”. “Como en un vaso vierto en ellos mis dolores/
de lejanos recuerdos y desgracias funestas”.
Símil: “Siento como un eco del corazón del mundo/ que penetra y conmueve mi propio corazón”.
“Como en un vaso vierto en ellos mis dolores/ de lejanos recuerdos y desgracias funestas”.
Hipérbaton: “Como en un vaso vierto en ellos mis dolores/ de lejanos recuerdos y desgracias
funestas…”
178. LO FATAL
Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura, porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
TEMA
Reflexión angustiada sobre el dolor de vivir y el sentido de la vida humana, en contraste con la
certeza de la muerte.
La desazón existencial propia de la crisis finisecular es un tema típico del Modernismo.
ESTRUCTURA
a) ESTRUCTURA INTERNA:
1º) vv. 1-4: Se muestra el dolor del hombre por ser consciente, frente a los demás seres de la
creación.
Formalmente, los verbos están en un presente intemporal.
2º) vv. 5-9: Se expresa la angustia ante la incertidumbre de la vida, en contraste con la certeza de la
muerte. Predominan los infinitivos, formas verbales que se proyectan a un futuro (incierto y
angustioso).
3º) vv. 10-11: Aparecen los dos polos opuestos en la vida del hombre: la vida tentadora con sus
placeres, y la muerte que nos espera como supremo dolor. De nuevo, los verbos en presente
intemporal.
4º) vv. 12-13: Expresión de la angustia existencial ya tratada, pero ahora sintetizada en los dos
versos finales, de forma exclamativa.
b) EXTERNA:
Métricamente posee una estructura característica de la renovación modernista. Consta de tres
estrofas: las dos primeras son serventesios de versos alejandrinos de rima consonante y alterna
(ABAB – CDCD), y la última es otro serventesio pero con la particularidad de que el último verso,
en vez de ser un alejandrino, se fragmenta en dos, un eneasílabo y un heptasílabo. El uso de
alejandrinos y eneasílabos son innovaciones modernistas. Se puede considerar también un soneto
truncado: el último terceto se reduce a dos versos.
ANÁLISIS ESTILÍSTICO
En el primer apartado se manifiesta una actitud ante la vida pesimista, ya que esta supone para el
hombre dolor. Dicho término se repite en dos ocasiones en el verso 3, y se refuerza con el
sustantivo pesadumbre. El dolor es consustancial con la existencia humana: el dolor se ser vivo.
El título del poema Lo fatal nos advierte ya del sentido doloroso del poema.
Se hace una gradación entre los seres de la creación:
la piedra (no siente) ----------------- el árbol ( apenas sensitivo) ---------------------- el hombre
(sensitivo y consciente). Así, todos los seres de la creación, excepto el hombre, son dichosos. El
hecho de ser consciente de ser vivo (es decir, su capacidad de reflexión sobre el destino y el sentido
de la vida) supone el mayor dolor.
Los apartados segundo y tercero son una enumeración de los males que suponen el vivir y que
provocan la angustia existencial, siendo el peor, la certeza de la muerte (v. 7 el espanto seguro de
estar mañana muerto). Darío consigue mayor expresividad de sus sentimientos a través de recursos,
basados sobre todo en la repetición:
● Antítesis: Por la vida / por la sombra (metáfora de la muerte). Este recurso se da a lo largo del
poema, por lo que los ejemplos son varios: sensitivo / ya no siente (vv. 1-2), frescos racimos /
fúnebres ramos (vv. 10-11)…
● Gradación ascendente de términos que significan miedo, angustia: temor, terror, espanto (vv. 6-7)
y que abarcan los tres tiempos: presente (ser sin rumbo cierto), pasado (el temor de haber sido) y
futuro (un futuro terror), lo que supone una angustia dolorosa.
El tercer apartado enlaza con lo anterior mediante un violento encabalgamiento que une el segundo
serventesio con el tercero y que refleja la brusquedad del ánimo del poeta. En este serventesio se
nos muestran los dos polos opuestos de la vida humana: el impulso erótico vital (la carne que tienta
con sus frescos racimos) y la muerte ( la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos).
Para expresar esta oposición utiliza el paralelismo sintáctico, perfecto, y con el mismo ritmo
acentual en los dos alejandrinos (acentos en 3ª, 6ª, 10ª y 13ª sílabas), y la antítesis (ya comentada).
El último apartado es una síntesis de toda la angustia existencial que nos ha mostrado el poeta en
todos los versos anteriores. Los versos 12 y 13 se resaltan por adoptar una forma métrica diferente y
por ser exclamativos; asimismo se utiliza el paralelismo y la antítesis de nuevo para resumir la falta
de sentido, de rumbo, de la existencia humana: ¡Y no saber adónde vamos / ni de dónde venimos!,
detectada en el uso de las interrogativas indirectas parciales
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MIGUEL DE UNAMUNO
CREDO POÉTICO (Poesías, 1907)
Piensa el sentimiento, siente el pensamiento;
que tus cantos tengan nidos en la tierra,
y que cuando en vuelo a los cielos suban
tras las nubes no se pierdan.
Peso necesitan, en las alas peso
la columna de humo se disipa entera,
algo que no es música es la poesía,
la pesada sólo queda.
Lo pensado es, no lo dudes, lo sentido.
¿Sentimiento puro? Quien en ello crea,
de la fuente del sentir nunca ha llegado
a la vida y honda vena.
No te cuides en exceso del ropaje,
de escultor, no de sastre es tu tarea,
no te olvides de que nunca más hermosa
que desnuda está la idea.
No el que un alma encarna en carne, ten presente,
no el que forma da a la idea es el poeta
sino que es el que alma encuentra tras la carne,
tras la forma encuentra idea.
De las fórmulas la broza es lo que hace
que nos vele la verdad, torpe, la ciencia;
la desnudas con tus manos y tus ojos
gozarán de su belleza.
Busca líneas de desnudo, que aunque trates
de envolvernos en lo vago de la niebla,
aún la niebla tiene líneas y se esculpe;
ten, pues, ojo, no las pierdas.
Que tus cantos sean cantos esculpidos,
ancla en tierra mientras tanto que se elevan,
el lenguaje es ante todo pensamiento,
y es pensada su belleza.
Sujetemos en verdades del espíritu
las entrañas de las formas pasajeras,
que la Idea reine en todo soberana;
esculpamos, pues, la niebla.
Análisis
En este primer poema, Unamuno expone su teoría sobre la poesía. Es importante, sobre todo,
porque en él expresa su oposición al estilo modernista. Su poética se parece más bien a la del último
Machado. Unamuno propone una poesía desnuda, sin fórmulas ni oropel, una poesía de ideas.
Niega, sobre todo, la musicalidad y defiende, en cambio, el sentimiento profundo. Este poema hace
amplio uso del juego de conceptos, no como juego de vocablos, sino con la intención de que la
palabra obtenga fecundación en el pensamiento. En cuanto a los procedimientos estilísticos,
observaremos el encabalgamiento, el empleo de de palabras del habla cotidiana y un léxico arcaico.
Antes que el adorno está el ritmo, no como fenómeno sonoro, sino como "tempo" psíquico. El poeta
dialoga con un tú implícito, a quien le da consejos sobre la poesía. Afirma que el lenguaje es ante
todo pensamiento, y la belleza es reflexión.
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181. LA ORACIÓN DEL ATEO
Oye mi ruego Tú, Dios que no existes,
y en tu nada recoge estas mis quejas,
Tú que a los pobres hombres nunca dejas
sin consuelo de engaño. No resistes
184. A MI BUITRE
Este buitre voraz de ceño torvo
que me devora las entrañas fiero
y es mi único constante compañero
labra mis penas con su pico corvo.
El día en que le toque el postrer sorbo
apurar de mi negra sangre, quiero
que me dejéis con él solo y señero
un momento, sin nadie como estorbo.
Pues quiero, triunfo haciendo mi agonía,
mientras él mi último despojo traga,
sorprender en sus ojos la sombría
mirada al ver la suerte que le amaga
sin esta presa en que satisfacía
el hambre atroz que nunca se le apaga.
El tema principal de esta composición es la muerte. Pero para poder comprender el poema
hay que conocer, en primer lugar el mito de Prometeo, y en segundo lugar, el
pensamiento existencialista de Unamuno. El hombre está atrapado de sus propios
pensamientos hacia la muerte y su destino, "lo devora". El buitre es la encarnación de esa
idea angustiosa de la existencia del hombre. El hombre quiere respuestas y realiza una
búsqueda constante, pero no las consigue sintiéndose agredido por esa idea. Es como un
"hambre atroz que nunca se le apaga". Incluso al final llega a desear su propia muerte,
porque ese "hambre" y el buitre por fin desapareceran. La muerte es una presencia constante
a lo largo del soneto escrito por Miguel de Unamuno. Si nos adentramos en el primer
cuarteto, podemos interpretar cómo la muerte poco a poco va devorando nuestro cuerpo.
Pero en nuestro caso, al ser humano tenemos fecha de caducidad. Por eso, la imagen del
buitre que contrasta con la del águila, más mitológica. El buitre nos sitúa en nuestra propia
mortalidad en la podredumbre de nuestro cuerpo cuando se muere y que, para este animal,
sólo significa la corroña. El buitre, como hemos dicho contrasta con la imagen de la
eternidad, del águila eterna, de los dioses mitológicos. Personalmente, recuerda al mito de
Prometeo y el castigo que sufrió por parte de los dioses al entregar el fuego a los hombres.
El águila se come sus entrañas, su hígado durante el día y por la noche vuelve a regenerarse,
a curarse para, al día siguiente, volver a ser devorado por el águila. Y así hasta la eternidad.
El tiempo, ese pico corvo, se marca en nuestra piel, en las arrugas, imagen de alegría y, al
mismo tiempo de la tristeza. En el segundo carteto se habla del día en que se tome esa
última copa de vida, el último aliento. El protagonista del poema desea estar solo porque al
sentirse rodeado de quien sea, sin nombrar la familia, amigos, compañeros.. sentirá que
estorban. En el primer terceto del poema, hay un enfrentamiento con la muerte. Hay un
deseo de mirar a la parca cara a cara y demostrar que no tiene miedo. Para el poeta es una
última victoria mientras la muerte se lleva su último aliento. Está seguro de que eso
sorprenderá la muerte. En el segundo terceto se habla de la voracidad de la muerte. Siempre
tiene hambre y además se alimenta de algo de lo que, sólo en el momento en el que
exaltamos nuestro último suspiro, nos damos cuenta y es el miedo. Sin embargo, para el
poeta esto no es un problema porque él desea establecer una relación de tú a tú con la
muerte, no quiere satisfacer esa voracidad y, aunque le cueste, quiere ir a su lado. La muerte
como sufrimiento está presente a lo largo de todo el poema y, sin embargo, hay un último
soplo de valentía, de vida, de necesidad de reafirmarse y enfrentarse algo que quedaba
destruir. El tiempo es un camino que tiene fecha de caducidad desde el momento en que
empezamos a andarlo, pero es lo que vivamos y como lo terminemos lo que marcará ese
camino iniciado. En este caso se busca la soledad, pero no la soledad del abatimiento o de la
rendición, es la soledad para iniciar un nuevo camino, un tránsito en el que nos acompañará
algo tan cierto como real, que es nuestra propia muerte. El género del poema es lírico, se
trata de un soneto de estructura tradicional, es decir, un poema compuesto de dos cuartetos y
dos tercetos. La intención de Unamuno es de expresar sus sentimientos, pero no sólo de
indicar su estado de humor sino más bien de trasimitirlos, de hacer que quien lea el poema
pueda de alguna manera recibir dichos sentimientos y apropiarlos. Por dicha razón el poema
ejerce las funciones expresiva y poética del lenguaje. Hay el hablante lírico, es el hombre en
sufrimiento, que insatisfecho con su existencia, desea acabarla. El objeto lírico, literalmente
es el buitre, una bestia que simboliza la manera en que su dolor acaba con su ser interior.
Hay la actitud lírica encontrada en el poema como la apostrófica y la carminica, pues el
diálogo se expresa en segunda persona y se expresa la interioridad del poeta, cumpliendo las
funciones emotiva o expresiva. El tono lírico es lúgubre, impotente y pesimista. Las estrofas
del poema son cuatro. El lector inconscientemente asimila el ritmo del poema y le llega el
sentimiento del autor de una mejor manera. Por otro lado, en un campo consciente, al
analizar el ritmo podemos entender otros aspectos importantes de la elaboración del poema.
Debido a que cada verso dura lo mismo en recitarse “11 silabas”, y de inicio a fin no hay
cambios en el ritmo, se refuerza la idea de que la vida del poeta es monótona y sin vitalidad,
sin variación. El dolor es lo único que hay. Para analizar el estilo y la estructura interna del
poema, debemos clasificar nuestro enfoque dependiendo del nivel que queremos analizar.
En el nivel léxico- semántico el autor aplica un registro formal y culto, la da valor a su
expresión y sentimientos y por eso los eleva de tal forma que para entendenderlos se
requiera de cierto nivel educativo. El léxico usado es connotativo, en vez de usar palabras
literales, se utilizan sus sinónimos con un fin estético y expresivo ( furioso- torvo, órganos-
entrañas, último- postrer, triste- sombrio). En cuanto a las figuras retóricas, estas se usan
con una misma intención connotativa, para darle un significado más profundo que el literal
a las ideas del poeta. Podemos encontrar varias a lo largo del texto. La metáfora es una
figura abundante en el texto, sobretodo por el simbolismo del poema. El buitre metaforiza a
lo que hace triste el poeta. La causa inicial es esta de su dolor. La sangre negra metaforiza el
estado de putrefacción en el que se haya el poeta. “mi último despojo” también metaforiza
el cuerpo del poeta. Hay uso de sinécdoque cuando el autor se refiere a entrañas, pues el
acto de devorar las entrañas en realidad se refiere al hecho de sentirse vacio y muerto por
dentro. Otra figura retórica que podemos encontrar es la hipérbole, cuando “el hambre atroz
que nunca se le apaga” exagera la duración del hambre del buitre. En el nivel morfológico-
sintáctico la elección de las estructura sintácticas por parte del autor, refleja la intención que
se persigue. En cuanto a los verbos usados, podemos notar que la persona gramatical
predominante usada es la tercera, pues aunque el enfoque central del poema es la manera en
que el poeta se siente, se hace a un nivel mucho más profundo, incluso personificando esos
sentimientos en un buitre. Predominan los verbos de acción, los sentimientos del poeta
personificados tienen volutand propia y actúan sobre él. Hay uso de adjetivos
especificativos y explicativos como voraz, torvo, fiero, postrero, señero, negro y reflejan
sentimientos que tiene el poeta y las acciones que ejerce el buitre sobre él, es decir, cómo
sus sentimientos actúan sobre él. Hay varias secciones en donde se emplea el hipérbaton,
una es, por ejemplo, “este buitre voraz de ceño torvo que me devora las entrañas fiero y es
mi único contraste compañero labra mis penas con su pico torvo”. En el nivel textual hay
uso de recurrencias tónicas a lo largo del poema, pues en cada verso hay rima consonante.
En cuanto a las recurrencias léxicas hay varios epitetos como en “ceño torvo”, “negra
sangre” y “sombria mirada”. Hay una apóstrofe cuando el poeta se dirige a personajes
externos al poema en “quiero que me dejéis” y hay una elipsis en “le toque el postrer
sorbo”, pues se refiere al buitre aunque no lo mencione. El autor está enfocado en expresar
una idea tan simple como “estoy triste” de una manera sobre explayada, e incluso se valió
de los recursos ritmicos para reforzarla. La mezcla de diferentes tipos de recursos, como la
rima, figuras retóricas y estilos integran el poema haciéndolo una obra bien estructurada.
MIGUEL ÁNGEL
A través de cada una de estas menciones se va destacando un rasgo de la personalidad del héroe:
1, el Cid, endurecido, insensible a la atmósfera.
2, el Cid, enérgico, decidido y humano.
3, el Cid, implacable en la marcha hacia su destino.
En cambio, se describe minuciosamente la figura de la niña, sus gestos y sus reacciones, como
también se detallan más los movimientos de la hueste y los efectos que sobre ella producen el
ámbito, primero, y la implorante petición de la niña, después. El yo lírico, pues, se vuelve más
parco en las referencias al héroe, que ganan así, por contraste, intensidad, fuerza dramática. El poeta
cuenta el episodio en 3ª persona y en presente del Indicativo, es decir, que el tiempo de lo narrado
coincide con el tiempo del narrador, con lo cual el episodio adquiere mayor dramaticidad. Pero
como se trata de una narración lírica, la emoción del yo poético se proyecta, como hemos visto, en
los modos de describir y en la técnica del relato. Machado pretende exaltar al Cid como un ser
humano, no sólo como un guerrero endurecido, y esto lo logra líricamente a través de la
presentación de la atmósfera, de las figuras, de las acciones y reacciones de los personajes. Todo
ello refleja una actitud afectiva, su simpatía y admiración por un héroe épico y humano a la vez.
El poema está construido en tres pasos básicos:
1-en el primero predomina la descripción
2-En el segundo predominan las acciones
3. El tercero culmina con una descripción.
El segundo paso es el más dilatado: catorce versos, porque es el que cargará con la tensión del
relato.
La distribución acompaña al esquema y refuerza así la estructura de la obra.
l. Primer paso: tres unidades de versos endecasílabos, salvo el primero.
2. Segundo paso: una unidad de catorce versos en la que se mezclan endecasílabos y
heptasílabos. El acento endecasílabo fluctúa entre cuarta, octava y sexta sílaba.
3. Tercer paso: cuatro unidades de versos endecasílabos (salvo el verso n º 29). El acento
recae siempre en a sexta sílaba.
En el último cuadro descriptivo, la figura del Cid surge fortalecida, después de la decisión tomada.
Es el heroísmo del renunciamiento, de la compasión, del gesto humano y comprensivo. Nada ha
cambiado: la estepa castellana le sigue ofreciendo aridez, desolación, fatigas. Pero el Cid y sus
soldados parecen recobrar fuerzas y emprender otra vez el camino elegido. La repetición de los
versos iniciales tiene ese sentido: mostrar que las circunstancias no han variado; pero tampoco el
ideal del héroe, hacia el cual marcha sin vacilaciones. Hay un diálogo aparente: la niña pide a la
hueste; el Cid no contesta, directamente, ordena a los suyos. La niña habla, ruega. La respuesta no
son palabras, que podrían traducir la confusa emoción de los duros guerreros. Por eso sólo se oye
"un sollozo infantil". El Cid no le contesta. El Cid sólo ordena a los suyos. Este recurso, diálogo
aparente que realza de nuevo al héroe, lo separa de los demás y lo enfoca aisladamente, como un
ser singular.
Metáforas que realzan imaginativamente las notas del ambiente. Se refieren a los efectos de los
rayos solares: se estrellan, llagan, golpean, flamean, como si fuera sucesivamente:
un objeto duro y quebradizo
un objeto quemante
una bandera de luz.
Resplandecen y arden así, las armas de los caballeros, gracias al lenguaje metafórico. El ardor del
ambiente se concentra en un foco; un puñado de soldados que lo recoge y proyecta intensificándolo,
como un espejo. Las sucesivas metáforas acrecientan los efectos de la luz. Las oraciones
unimembres y los giros intercalados destacan en apretada síntesis las trágicas consecuencias del
lugar, de la hora, de la marcha sin tregua.
El ciego sol, la sed, la fatiga.
Polvo, sudor, hierro.
La adjetivación. Es poco abundante pero significativa.
1) señala contrastes: terribles golpes, eco ronco, feroces guerreros frente a voz pura, niña
muy débil, muy blanca, oro pálido del cabello; los guerreros enfrentados a la niña.
2,)caracteriza al ambiente: ciego, dura, terrible, insistiendo en las mismas notas.
d. La sintaxis. En los encabalgamientos, las unidades sintácticas no coinciden con las unidades
rítmicas (los versos). Hay aquí varios ejemplos:
A los terribles golpes de eco ronco.
Hay una niña muy débil.
Es toda ojos azules.
El modificador o el núcleo no están en el mismo renglón. Aparece este procedimiento en el segundo
paso, el que tiene más movimiento dramático. En los cuadros descriptivos, en cambio, hay una
martilleante repetición de los mismos recursos: igual acento, igual número de versos, unidades
rítmicas que coinciden con unidades sintácticas, reiteración de las mismas construcciones o
funciones.
Tres verbos núcleos:El sol: se estrella; llaga; flamea.
Tres construcciones sustantivas: El ciego sol ; La sed ; La fatiga.
Tres sustantivos: Polvo ; Sudor ; Hierro.
Para finalizar, recordemos el marco histórico en el que se encuadra el poema:
Sancho, rey de Castilla, en tiempos del Cid, es asesinado. Nunca pudo saberse quién había ordenado
su muerte. ¿Tuvieron algo que ver sus hermanos, doña Urraca y Alfonso, este último, ahora
heredero del trono? Los nobles castellanos desconfían y antes de que Alfonso llegue al poder le
exigen un juramento: que asegure su inocencia en el criminal atentado. Nadie se atreve a tomarle
ese juramento. Sólo el Cid decide asumir la responsabilidad. El romancero cuenta el dramático
episodio. Las crónicas, a su vez, comentan que el rey negó su participación y juró tres veces, pero
las tres ... palideció, Sea por esta actitud de Rodrigo, sea por las murmuraciones envidiosas de la
corte, que acusan al Cid de haberse quedado con parte de los tributos cobrados a los moros, Alfonso
ordena el destierro del héroe. El Cid, vasallo leal, obedece. Y el destierro significa finalmente la
marcha hacia la gloria. El Cid ofrece a su rey los sucesivos triunfos y logra para la España cristiana
nuevos territorios y una ciudad: Valencia.
ADELFOS
a Miguel de Unamuno
Yo soy como las gentes que a mi tierra vinieron
soy de la raza mora, vieja amiga del Sol,
que todo lo ganaron y todo lo perdieron.
Tengo el alma de nardo de árabe español.
Mi voluntad se ha muerto una noche de luna
en que era muy hermoso no pensar ni querer..
Mi ideal es tenderme, sin ilusión ninguna..
De cuando en cuando, un beso y un nombre de mujer.
En mi alma, hermana de la tarde, no hay contornos..
y la rosa simbólica de mi única pasión
es una flor que nace en tierras ignoradas
y que no tiene aroma, ni forma, ni color.
Besos ¡pero no darlos! Gloria... ¡la que me deben!
¡Que todo como un aura se venga para mi!
¡Que las olas me traigan y las olas me lleven,
y que jamás me obliguen el camino a elegir!
Análisis
“Adelfos” fue escrito en 1899 y está dedicado a Miguel de Unamuno, quien en el prólogo a la
edición de Alma de 1907 afirma que esta “maravillosa composición que en otro país andaría ya en
labios de todos los jóvenes… Sagrado poder el de la poesía… ¡Cómo me resbalan hasta el cogollo
del corazón estas estrofas!” (Unamuno, 1958: 202). El título del poema podría asociarse a esa
dualidad, tan presente en los versos Machado, de lo bello y de lo malo, entendiendo esto último
como aquello que se sitúa al margen de la moral establecida. Sus versos nos muestran «la belleza de
su expresión, como la flor de la adelfa, y esa dejadez y apatía latente en sus palabras, como el
veneno interior de la planta”. “Adelfos” está estructurado en serventesios alejandrinos, una forma
métrica bastante común entre los modernistas. Este tipo de métrica sería empleada, pocos años
después que Manuel, por su hermano Antonio para crear su célebre “Retrato”. Las ocho estrofas de
la composición manifiestan un esquema métrico ABAB con rima consonante, aunque las estrofas 6
y 7 presentan rima asonante en los versos pares (blasón/ sol y mí /vivir). El ritmo que nos ofrece
esta composición está cuidadosamente trazado y como diría Unamuno “el ritmo literal de sus
cantos, el ritmo de su palabra, brota del espíritu de ellos, del ritmo de la idea” .La musicalidad de la
composición está basada en varios aspectos fundamentales: las estructuras paralelísticas que
potencian un ritmo pausado (el cual ayudad a aumentar la sensación de abulia), la cesura en la
séptima sílaba (presente en gran parte de los versos y que siempre va precedida por una palabra
llana), los signos de puntuación (principalmente los puntos suspensivos) y las formas exclamativas.
Todo ello, junto con el magistral uso de los acentos, ayuda a crear una armónica melodía que
facilita bastante la memorización del poema. Pero para poder comprender de dónde surge esta,
debemos observar con detenimiento los elementos mencionados y analizar cómo estos se
interrelacionan para dar unidad y continuidad a la obra. Las dos primeras estrofas del poema
presentan una cesura muy marcada, ya que dividen los versos en dos hemistiquios heptasílabos.
Ello, combinado con el inciso del segundo verso, hace que la composición se inicie con un ritmo
lento. Este es incrementado por los puntos suspensivos, los cuales aportan una fuerte sensación de
indefinición muy acorde con su contenido “en que era muy hermoso no pensar ni querer… / Mi
ideal es tenderme sin ilusión ninguna…” (vv. 6-7). La estructura sintáctica, construida de forma
paralela y con verbos antónimos “que todo lo ganaron y todo lo perdieron”(v.3), será repetida en el
tercer verso de la cuarta estrofa “que las olas me traigan y las olas me lleven” y en los dos finales
de la séptima “¡Que la vida se tome la pena de matarme, / ya que yo no me tomo la pena de vivir”.
La tercera estrofa es una transición entre un ritmo relajado y otro más rotundo. El ritmo en esta se
vuelve entrecortado gracias al polisíndeton, al encabalgamiento entre los versos 10 y 11 (separación
de sujeto y predicado) y a la enumeración del verso 12. En las dos estrofas centrales (cuarta y
quinta) el ritmo se intensifica, ya que se combinan los puntos suspensivos con las exclamaciones y
pausas gráficas “Besos, ¡pero no darlos! Gloria… ¡la que me deben! / ¡Ambición!, no la tengo.
¡Amor!, no lo he sentido” (vv. 13-17). En cada uno de ellos, se observan dos topicalizaciones en las
que el complemento (besos, gloria, ambición, amor) se coloca delante de la oración para enfatizar
el contenido. Destaca, además, el uso de las exclamaciones; en el verso 13 se encuentran en la
oración, pero en el 17 se colocan en el sustantivo que la precede, otorgando así más importancia al
tópico. El recurso de la anáfora, ya empleado en los versos 5 y 7 de la segunda estrofa mediante el
posesivo “mi”, aparecerá en esta con la partícula “que” entre los versos 14 y 15. Asimismo, el
último verso de la quinta estrofa se repite la conjunción “ni”, como sucedía en el último de la
tercera. Este mismo verso “Ni el vicio me seduce, ni adoro la virtud” anuncia la vuelta del ritmo
inicial más pausado de la estrofa sexta, donde estacan los hipérbatos “De mi alta aristocracia, jamás
dudar se pudo. / No se ganan, se heredan elegancia y blasón…” (vv. 21-22). En las dos últimas
estrofas (séptima y octava), convergen ambos esquemas rítmicos, demostrando que “no hay
contornos” en la poesía. En los versos “Nada os pido. Ni os amo ni os odio. Con dejarme / lo que
hago por vosotros hacer podéis por mí…” (vv 25- 26) se produce un hipérbaton y un
encabalgamiento muy bruscos, que intensifican de nuevo el ritmo. La última estrofa funciona
como ritornello, pues en ella se reiteran los dos versos iniciales de la segunda. El penúltimo verso
es una repetición, con variación, formada por el segundo hemistiquio del 7 “sin ilusión ninguna…”
y el primero del 8 “De cuando en cuando un beso”. No obstante, en este se produce la elisión de los
puntos suspensivos “De cuando en cuando un beso, sin ilusión ninguna”. Con ello, se pasa de la
indeterminación del principio a una tajante conclusión. Además, la expresión “de cuando en
cuando” que aparece, tanto en el verso 8 como en el 31, consigue ralentizar el ritmo del poema por
la sonoridad del diptongo. La temporalidad de esta forma es indefinida y, por tanto, ayuda a
potenciar la impasibilidad y la subjetividad del yo poético. Como indica Unamuno “la de Machado
es música; música interior de que brota la exterior”.
RETRATO
Esta es mi cara y ésta es mi alma; leed:
unos ojos de hastío y una boca de sed..
Lo demás, nada... Vida...Cosas..Lo que se sabe...
Calaveradas, amoriós.... Nada grave.
Un poco de locura, un algo de poesía,
Una gota del vino de la melancolía..
¿ Vicios ? Todos. Ninguno.. Jugador, no lo he sido:
ni gozo lo ganado, ni siento lo perdido.
Bebo, por no negar mi tierra de Sevilla,
Media docena de cañas de manzanilla.
Las mujeres... -sin ser un tenorio, ¡eso no!-,
tengo una que me quiere y otra a quien quiero yo.
Me acuso de no amar sino muy vagamente
una porción de cosas que encantan a la gente..
La agilidad, el tino, la gracia, la destreza,
más que la voluntad, la fuerza, la grandeza..
Mi elegancia es buscada, rebuscada. Prefiero
a lo helénico y puro, lo “chic” y lo torero.
Un destello de sol y una risa oportuna
amo más que las languideces de la luna
Medio gitano y medio parisién – dice el vulgo-,
Con Montmartre y con la Macarena comulgo..
Y antes que un tal poeta, mi deseo primero
hubiera sido ser un buen banderillero.
Es tarde.. Voy de prisa por la vida. Y mi risa
es alegre, aunque no niego que llevo prisa.
Análisis
Este poema escrito por Antonio Machado cuenta momentos de su infancia y vida. Es un autorretrato
versionado por el poeta, quien habla como el observador fotógrafo, que mira y captura el
“Retrato” selectivo de su existencia; obviando, como todo ser humano, lo que no quiere recordar.
Es el resumen de una vida desde la más profunda nostalgia. El poema relata la historia breve de un
niño, un joven y un hombre; quien no es un Mañara o seductor o un Bradomín (es decir, no es a un
Don Juan cínico). Al contrario, se muestra como un hombre respetuoso de la mujer cuando de
amores se trata. Hace énfasis en que tiene “sangre jacobina”, para recordarnos que lleva consigo
costumbres y principios morales de honor. Despreciando el vicio y la insolencia. Habla que su verso
es un “manantial sereno” y que además es un hombre cabal “en al buen sentido de la palabra,
bueno”. Ama lo hermoso y la moderna estética, pero no es un “gay trinar” (un ave que canta
alegremente sin control). Pues no le gustan “las romanzas” (las canciones y cantantes) que no
expresan, ni transmiten nada. Separa lo superficial y se queda con lo verdaderamente
sustancioso. Luego se pregunta si es ¿clásico o romántico? para decirnos que quiere dejar huella
con sus versos, no por simple oficio, sino por calidad y talento. Además, confiesa que habla con
Dios, quien lo acompaña y le enseña el amor por la humanidad de manera desinteresada.
Finalmente aclara que no debe nada a nadie, y que su ropa, su vivienda, el pan y donde duerme es
fruto de su trabajo honesto. Luego concluye diciendo que está preparado para partir: “me
encontraréis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar”. “Retrato” fue
escrito por Antonio Machado y está incluido en el libro “Campos de Castilla”, en el que el poeta
recoge los momentos más destacados de su infancia y su vida. Este poema lo escribió en 1906,
cuando tenía 31 años. Pero apareció editado 6 años después en 1912. Este poema es una descripción
del propio Machado. Lo interesante es que la hace de su puño y letra. En los primeros versos hay
una presentación del yo lírico, en el que cuenta como se relaciona con su arte de escribir. Más
adelante muestra cómo es su relación con las personas y con Dios. Recordando lo importante que
son los valores humanos que debe tener un hombre bueno. En los primeros versos habla de su
infancia y recuerdos. De un huerto, un limonero y un patio en Sevilla donde seguro correteaba.
Luego de su juventud “en tierras de Castilla”. Más adelante cuenta donde estudió y formó su perfil
de intelectual. También menciona la muerte de su esposa Leonor Izquierdo en el año 1812. En los
últimos versos; el yo lírico se pregunta si es clásico o romántico y afirma no saberlo. Lo que si
deja claro es querer dejar su verso a la posteridad como “el capitán su espada”. Relata que habla
con Dios, quien le enseñó los secretos de la filantropía, en el que el altruismo y la generosidad, sin
confundirla con flaquezas, estarán presente en su obra. Ya finalizando en el penúltimo verso muy
asertivo declara que no le debe a nadie y que con su dinero paga todas sus cuentas, incluyendo “…
el lecho en donde yago”. El último verso es el cierre claro y categórico de un hombre bueno, que
está calmo en la vida y no tiene temor al destino que le espera. Pues dispuesto está en Dios a
unirse “…como los hijos de la mar”. Este poema consta de 9 cuartetos de versos alejandrinos y, de
14 silabas y rima alterna.
NOCTURNO MADRILEÑO
De un cantar canalla
tengo el alma llena,
de un cantar con notas monótonas, tristes
de horror y verguenza.
De un cantar que habla
de vicio y de anemia,
de sangre y de engaño, de miedo y de infamia
¡y siempre de penas!
De un cantar que dice
mentiras perversas...
De pálidas caras, de labios pintados
y de enormes orejas.
De un cantar gitano,
que dice las rejas
de los calabozos y las puñaladas,
y los ayes lúgubres de las malagueñas.
De un cantar veneno,
Como flor de adelfa.
De un cantar de crimen
de vino y miseria,
obscuro y malsano....
cuyo son recuerda
esa horrible cosa que cruza de noche
las calles desiertas.
Análisis
En 1909, Manuel Machado publica El mal poema, un libro en el que se ensaya un nuevo estilo alejado del
Simbolismo. El tono es mucho más tosco y los temas no son los habituales en la lírica: la vida nocturna y
prostibularia, la tristeza y la miseria de la bohemia y los bajos fondos, etc. La clave de estos poemas son
las frases populares e incluso vulgares y las imágenes degradadas, que relacionan este libro con el
Expresionismo. Precisamente eso indica el título del libro: nos encontramos ante un “mal poema”, un
texto “mal escrito”, que no pretende ser bello como las obras parnasianas, decadentes o simbolistas. De
los muchos poemas que aparecen en el libro sobre la bohemia, un perfecto ejemplo es el “Nocturno
madrileño”. La bohemia no se muestra en el texto como un estilo de vida divertido sino como fuente de
miseria, dolor y sufrimientos que acaba siempre en el crimen, el acoholismo y la muerte.
Análisis
Antonio Machado
EL CORAZÓN SE HA DORMIDO
El corazón se ha dormido.
Silencio, no le despiertes,
que así, durmiendo, durmiendo,
ni pena ni olvido siente.
Que no oiga el ruido del llanto.
No escuche los pasos leves
de la soledad del alma
cuando, sin llamarla, viene...
Ni las palabras heladas,
ni los mutismos que hieren,
ni la canción del amor
que veloz pasa y se pierde..
De tanto ver desengaños
cansados los ojos tiene,
por eso los ha cerrado.
Silencio.. no le despiertes..
Análisis
Es imposible sustraerle a Pilar de Valderrama de su condición de musa. Sus méritos no se acaban
ahí, desde luego. Pero su obra poética propia, que mereció los elogios de su amante Antonio
Machado, y también del poeta vallisoletano Jorge Guillén, no puede competir con la del hombre
que la inmortalizó bajo el nombre de Guiomar. El autor de 'Campos de Castilla' la conoció
durante su estancia en Segovia, en 1928, e inició una intensa relación con ella, platónica y
despojada de toda carnalidad, que trasladó a su poesía convirtiéndola en una amada idealizada al
modo de la Dulcinea de Don Quijote o la Beatriz de Dante. Y en 'El corazón se ha dormido' escribe:
«El corazón se ha dormido. / Silencio, no le despiertes, / que así, durmiendo, durmiendo, / ni pena
ni olvido siente». La profundidad de sus heridas se percibe
BOHEMIA CONTEMPORANEA, COMPROMETIDA:
PEDRO BARRANTES
LA MARCHA DE LOS VENCIDOS (La corte de los poetas, 1906)
Allá van los maltrechos, allá van los vencidos;
los pobres desastrados, los míseros caídos;
los que tras largo tiempo de luchas incesantes,
ya exhaustos de energía, trémulos, vacillantes,
sin estrella en el cielo y sin norte en la tierra,
renuncian á los rudos azares de la guerra.
La sociedad escúpelos, los lanza de su seno
cual fardos inservibles. Así se arroja el cieno
que mancha los marmóreos umbrales del palacio.
Uno á uno vencidos, caminan muy despacio
por sendas diferentes, más todos van á un mismo
punto que ejerce en ellos la atracción del abismo.
Ya no combaten, déjanse llevar. En su mirada
sin brillo, hay la tristeza de la tarde nublada;
no anima su semblante, que el tedio manifiesta
Análisis
Si hay una etapa en la literatura hispánica en la que pululan ostensiblemente los escritores insólitos,
sin duda es la época de la bohemia que comprende la última década de finales del siglo XIX. Es
Barrantes un poeta insólito, desmesurado, bifronte, sin paragón en nuestra literatura, tal vez carente
de fuerza lírica y de intesiad espritual, pero todo un documento insoslayable de la bohemia
finisecular y su caldo “de andrajos y rimas”. En este poema habla de los vencidos por una sociedad
hipócrita y excesivamente materialista.
JOSÉ DE SILES
EL DIOS DE LOS HUMILDES ( La corte de los poetas, 1906)
Es el Dios que perdona, el Dios piadoso,
que desde su esplendor, en muestras ansias,
al hombre y al gusano, con el día,
les lleva a una esperanza.
De su amor y poder nos hablan todas,
nos habla de él la mariposa leve,
y la brizna de yerba de él nos habla.
Es el Dios de bondad, cuya sonrisa
de mil flores esmalta
los verdes campos, y sin fin de soles,
como diamantes, en el cielo engasta.
El que el lecho de pluma trocar suele,
para el rico intranquilo, en duras zarzas;
y en la senda del pobre bellas rosas
tal vez hace que nazcan.
El que por sacerdotes á las justos
tiene, aunque vistan andrajosa capa,
y no á torpes y avaros fariseos
con hipócrita máscara.
El que, vibrando el látigo con ira,
de su hogar santo lanza
á quienes, al vender por oro el cielo,
su gloria eclipsan y su nombre manchan.
Análisis
La Corte de los Poetas. Nos acercaremos al modernismo interior y analizaremos tanto a los integrantes de
la antología que se suscriben a esta nueva estética como a los que se mantienen en la renovación anterior.
De la misma manera, nos detendremos en los poetas que abrazaron la nueva estética, pero que no fueron
incluidos en la antología. Así podremos saber qué significó La Corte de los Poetas para la estética de lo
sencillo. Este poeta nacido en Puente Genil pone su mirada en los seres más humildes que viven rodeados
de naturaleza. Para él, ahí radica lo puro, lo que él denomina «la calma»: niños, trabajadores, pastores,
animales, etc. Entiende la infancia como la edad más pura y el paso del tiempo como la causa del dolor.
Además, reacciona contra el materialismo oponiendo la espiritualidad de la poesía o, mejor dicho, de su
poesía, la cual irradia sencillez lírica. Los poemas de Siles que se encuentran en La Corte no son los más
representativos de esta estética simbolista . Se echa en falta su memoria de la infancia y su pena por un
pueblo que se ha visto obligado a abandonar, idea que empapa prácticamente toda su obra. En la antología
que nos ocupa lo que vemos es el poema El dios de los humildes donde Siles es decantado por el lado de
los humildes. Siles va a investirse como poeta urbano y, como un flâneur que canta a la multitud, a
los personajes anónimos, se interesará por los débiles, por los humildes
ANTONIO MACHADO
SOLEDADES (1899- 1907)
LXXVII (I) El viajero
Es una tarde cenicienta y mustia,
destartalada, como el alma mía;
y es esta vieja angustia
que habita mi usual hipocondría.
La causa de esta angustia no consigo
ni vagamente comprender siquiera;
pero recuerdo y, recordando, digo:
Sí, yo era niño, y tú, mi compañera.
Análisis
El viajero es su hermano que ha vuelto de un largo viaje a un país lejano, no se sabe cual. Pista del
eucalipto: símbolo de América. No se sabe por qué fue allí ni por qué ha vuelto. No se sabe nada del
hermano, excepto un áurea de tristeza que le rodea. Nos habla un “nosotros”, que apunta a una
colectividad. Yo poético simbolista que interpela a un nosotros [12:53, 16/2/2023] Mara ❤️: que
sería la comunidad lectora.
Todo son interrogaciones. El poema se configura desde un no saber y un conjeturar.
Sala familiar. Contexto diferente al contexto propio simbolista: parque, laberinto, fuente.
Contexto concreto, factual, de la vida cotidiana ligado al ámbito de lo doméstico. Esto entronca con
ese tipo de simbolismo de los países nórdicos que busca penetrar en el misterio de las cosas más
rutinarias.
Esto ha hecho conjeturar a la crítica si no estaremos ante un personaje histórico. Podría haber una
experiencia concreta biográfica. El padre de Machado tiene que emigrar, así como el hermano, sin
éxito. El poema trasciende la situación biográfica: no da nombres ni datos.
Se suprimen los datos para causar un texto que sugiera muchas cosas en el lector, que no sea
unidireccional sino que el lector lo pueda interpretar de varias maneras. Figura borrosa. El hermano
es el viajero, eleva a una categoría simbólica al hermano.
Clima opresivo y tristeza que lo empaña todo, clima finisecular. Otoño, la tarde, el parque (tópico
simbolista). Cristal filtro entre lo interior y lo exterior. El poema está lleno de filtros.
La tarde se pinta en el fondo del espejo. Segundo filtro, reflexión, interioridad y profundización que
supone el espejo.
Acaba con un retrato de la familia burguesa. El tiempo estancado en el cual late la muerte.
"todos callamos" opresión familiar. En las familias en esta época había muchas cosas que no se
contaban, tabús. Silencio que pesa en las casas, también se refiere al silencio del poema.
- Viaje y fracaso del viaje. Viajero tiene un componente mítico. Utopía. El viajero es el que busca el
ideal: viajero romántico. Fracaso de la búsqueda del ideal, del sol de oro, del sueño.
Poeta puede ser también el viajero. El hermano puede ser un desdoblamiento del poeta.
Poeta derrotado que vuelve del viaje de búsqueda que es la vida. Necesidad de partir, de salir en
busca del ideal. Este es un rasgo del simbolismo. Varios poemas de Baudelaire dedicados al viaje.
Críticos como Urrutia conectan la imagen del viajero en AM con el viajero simbolista. Machado
parte de algo concreto biográfico para trascenderlo a un rango simbólico.
La estrofa es una silva. Endecasílabos y heptasilabos. Rima consonante ABAB serventesio, forma
bastante usada por AM.
Urrutia: poema que figura al principio porque es como el prólogo. Poeta que ha salido en búsqueda
del ideal y que vuelve como fracasado. El resto de la obra será el fracaso del poeta. Importancia de
la estructura en las obras simbolistas. En el segundo poema tenemos al viajero, lo que apoya la
teoría de Urrutia.
Poema 3 (La plaza y los naranjos encendidos)
- Poema breve. Bastante distinto de los poemas anteriores. Tipo de rima asonante, la elaboración de
la rima no llama tanto la atención.
Localización geográfica: Sevilla. Parte de una experiencia concreta: sería la escuela de párvulo a la
que asistió AM. Machado años después pasa por esa escuela y escucha el albedrío de los niños que
salen. Entre esa experiencia y el poema hay una labor de limpieza
o universalización, para que cualquiera entre en el poema. Simbolismo limpia la excesiva
subjetividad del romanticismo.
Alusión a los naranjos. Naranjos encendidos nos habla de promesa, de alegría, juventud.
Entra en choque con la tristeza de las calles.
- Choque entre el ruido de niños y la vejez. La vejez se vincula a la ciudad.
Se centra en el sonido: tumulto, desorden, algazara. Espacio oscuro: sombra. En contraste con la
alegría. La experiencia se viste de un halo fantasmal. Solo se escuchan las voces, el ruido.
Topos finisecular muy claro: la ciudad muerta.
- Relacionado con el poema I (El viajero). El viajero que regresa a la ciudad después de tanto
tiempo. El sueño infantil, la infancia pasada. También hay un enlace mediante el "nosotros".
Poema 5 (Recuerdo infantil)
Espacio cotidiano y gris: escuela. Recuerda al espacio del poema I: la sala familiar. Espacio
opresivo muy diferente a los poemas de la primera ed: jardín, la fuente, el parque.
Crítica social, que está preludiando Campos de Castilla. Cartel de Caín y Abel. Está relacionado con
el poema más extenso de CC: "La tierra de Alvargonzález". En la infancia ya se mete la envidia
española. Para Unamuno el gran pecado español es la envidia. Esa idea estallará en CC.
Poema 6 (Fue una clara tarde triste y soñolienta).
Función del poema: hacer despertar a través de la memoria algo que está latiendo en nosotros desde
un tiempo inmemorial.
- Paso del tiempo crucial en el poema. No se diferencia si es presente o pasado. Nos habla de un
pasado remoto pero se une con "esta misma tarde". El contacto con la fuente remite a un pasado
inmemorial que está olvidado y al que se quiere volver, relacionado con Platón.
- Espíritu decadente: nostalgia, angustia, tristeza, melancolía. Todo el libro de Soledades está
impregnado por los sentimientos propios de fin de siglo. Aparece de manera muy clara sobre todo
en la Primera edición. "triste, soñolienta, tarde, negra, polvorienta, muerta, amargura, melancolía,
pena, monotonía". Semas de muerte, acabamiento, decadencia.
Fuente: carácter musical. La fuente es un cantar continuo, por eso el canto se une a la monotonía.
La copla borbollante: tendencia a lo popular, rimas pobres. Canto que se relaciona con el sueño
lejano (mítico), se pone en marcha la vía del ideal inalcanzable. Lleva a la abolición del tiempo. De
algo real, se traslada a un elemento simbólico que traspasa lo concreto. Juego continuo en la poesía
de Machado.
La personificación es un recurso muy presente en Machado. Entronca con el idealismo finisecular
en el cual la naturaleza tiene alma. La fuente es la poesía.
La fuente aparece con un sentido similar en la Sonata de Otoño, hacía alusión a la composición del
libro.
Libro - voz emanada del agua. El agua es ese himno del que van a proceder los distintos poemas del
libro."leyenda olvidada" será el libro que viene después. Este era el poema que abría el libro de
Soledades de 1903. Para el simbolismo la disposición del libro es esencial.
Jardín cerrado: connotaciones de muerte o de clausura.
Tarde momento predilecto para el simbolista por la luz indecisa que borra los contornos.
Espejo: espejos cantores, como el poema también es un espejo cantor.
Temas de Verlaine que llegan a Machado: atravesar la cancela para llegar al jardín, la fuente.
Ritmo ternario. "mas sé que tu copla presente es lejana". Este tipo de juego rítmico se va a repetir a
lo largo del poema. Tipo de verso muy modernista, influencia francesa.
Fundamentalmente el ritmo es alejandrino. Tiende a crear la monotonía de la fuente mediante las
repeticiones. Después Machado irá tendiendo hacia la música más evanescente, menos marcada.
Interpretaciones: Interpretación literaria: leyenda de las Cantigas de Santa María de AX.
Canto transporta a un momento inmemorial, tiempo del origen. Interpretación cíclica, al estilo
nietzscheano: fluir de la materia que siempre es el mismo, siempre vuelve. Rasgos en el poema que
avalan esta interpretación. Principio y final están dispuestos de manera circular, como un espejo.
Poema 8 (Yo escucho los cantos)
Es la consecuencia del primer poema.
La historia de lo que cantan los niños está borrosa, como en un poema simbolista. Queda la pena y
la tristeza que lo traspasa todo.
- Misma fuente que el poema anterior. Desde la fuente procede el poema.
Remite al poema de la fuente. Todos se van entrelazando unos a otros.
La fuente (poema eliminado en la Segunda edición)
Descripción de la fuente. El procedimiento es más metafórico y descripción. Podría entroncarse con
la corriente parnasiana.
- Composición gongorina: guiones que interrumpen el verso. Estilo más rico y pretendidamente
complejo. Selección estilística entre el Machado de 1903 que tiene poemas más parnasianos y
barrocos. Machado irá suprimiendo esas influencias para quedarse con un simbolismo interior.
Tendencia a la sencillez. eliminará los detalles metaliterarios. Los mantendrá pero no los recoge de
manera explícita en el poema.
Orientalismo, juegos fonéticos elaborados y rimas en esdrújulas que irá limpiando en la ed.
posterior.
Poema 9 (Orillas del Duero)
- Poema más cercano a Campos de Castilla.
Localización temporal concreta: cigüena, Duero. Contraste de la evolución de Machado.
Poema 10 (A la desierta plaza)
Geografia urbana de carácter simbólico. Simbolismo espacial de la ciudad. Distingue la línea (las
calles), el punto (la plaza, lugar de intersección) En la plaza se produce el encuentro. Hay un sentido
religioso: se va caminando y en espacio simbólicos, plazas, sucede algo.
- Símbolo del laberinto: aquel que está perdido en el caos y trata de buscar el sentido que organice
su vida. Busca el centro, la plaza donde está la mujer.
- Elementos de tristeza y muerte: "plaza muerta", "viejo paredón sombrío", "vejez", sombra y
oscuridad. Cipreses: connotación de muerte. Árbol estrecho y alargado en el simbolismo implica un
movimiento ascensional, ligado a lo religioso.
- Cristal húmedo, que se empaña. Siempre se ve de manera borrosa. Nos remite al contorno vago y
misterioso de la mujer.
Topos de la ciudad muerta. Predominante en fin de siglo. Azorín lo trata mucho.
- Personificación de elementos naturales, en conexión con el simbolismo.
Camino se relaciona con el sueño. El sueño se vincula con el recuerdo. El camino es el camino de
los sueños, movimiento de viaje interior, pone en contacto dimensiones ocultas que están en el
alma. Interesante contrastar este caminante con el caminante de CC.
- En Soledades hay paisajes del alma que están dominados por lo subjetivo. Interiorización.
En CC hay ejercicio de objetivación. Caminar concreto y real, se muestra con elementos
referenciales. Paso de los paisajes del alma al alma del paisaje.
Poema 14 (Cante hondo)
- Figura alegórica del Amor y la Muerte.
Poema 18 (El poeta)
- Retrato del poeta. Poeta como dios marino. Toda la obra es un proceso de aprendizaje en el poeta.
Las consecuencias de ese aprendizaje es un ser compasivo.
El mundo es un juguete en manos de un Dios fuerte que juega con la creación, imagen que
encontramos en Nietzsche.
- La vida es ser y dolor. Conocimiento de que el dolor traspasa el mundo (Schopenhauer)
Vacío finisecular (tb en Sonata y Niebla).
> DEL CAMINO.
Poema 20 (Preludio)
Se publicó previamente en 1902 en la revista /bérica.
Pervivencia de la herencia parnasiana en la descripción.
- Unión poesía-oración. Verso como una forma de dirigirse a Dios, eso aparece mucho en
AM. Continua en la poesía hasta la actualidad. Preludio del camino, da la clave.
Poema 21 (Daba el reloj las doce... y eran doce)
- Súbita premonición de la muerte.
Personificación del reloj. Rasgo propio de AM. Elementos alegóricos que van apareciendo en el
poemario
Poema 22 (Sobre la tierra amarga)
- Estructura breve, de arte menor, rima asonante. La asonante se usa para darle un tono más tenue a
los poemas. Aparente estructura sencilla. El poema está muy bien trabado fonéticamente. Verso 1:
aliteración de r. Verso 4: aliteración de líquidas. Rimas internas: sombra/tortuosa, esperanza/ pasan,
amigas/florida, vuelta/quimeras. Arquitectura interior
muy rica.
- Silencio figura clave, de lo que supera lo que no podemos decir. Aparece en el 1 poema
(Viajero). Crucial en la estética simbolista.
- Criptas (descenso), escala (ascenso). Viaje interior y exterior que al final son un mismo viaje de
conocimiento.
Poema 29 (Arde en tus ojos un misterio, virgen)
- Personificación de la muerte como una virgen.
Poema 32 (Las ascuas de un crepúsculo morado)
Descripción de un espacio. Paisaje de muerte, de tarde, de crepúsculo. Morado, negro, fuente, amor.
Todo conduce al agua muerta del final. Remite al poema 6, los poemas se van complementando.
Supresión del yo.
- Rimas internas mediante la disposición de las vocales. Desnudo/mudo. Componente repetitivo y
monótono al final del poema.
Poema 37 (oh, dime, noche amiga, amada vieja)
Yo poético: habla con la noche. Perdido, busca la autenticidad en un mundo que le parece
teatralidad.
- Problema del doble. Teatro espacio donde se desdobla el yo. Este desdoblamiento también aparece
en Niebla. En el sueño, el poeta se contempla así mismo, es una manera de conocerse.
Desdoblamiento del sueño equivalente al desdoblamiento del poema. Reflexión sobre su propia
estética. Cuestión de si las lágrimas que aparecen en la obra son reales o un tópico heredero del
Romanticismo.
- Lucha interior sobre si el poeta es de verdad o de mentira. Dialéctica entre el escepticismo y el
personaje finisecular romántico.
- La voz y el eco recuerda a "El retrato". Distinguir la voz verdadera del eco de otros.
> CANCIONES.
Poema 42 (La vida hoy tiene ritmo)
Motivo del agua y la música. El mar y el viaje. Todos los símbolos principales están continuamente
interactuando en el libro.
Poema 44 (el casco roído y verdoso)
- El mar es el canto, el sonido, la música. Finalmente todo es sonido, como una gran sinfonía.
No es solo una metáfora, es real. En ese sentido el hombre también es música: latido del corazón, la
respiración.
• HUMORISMOS, FANTASÍAS, APUNTES.
Poema 55 (Hastío)
Estancia familiar. Todo el libro es un poema, un largo poema, más que una serie de composiciones.
> GALERÍAS.
Poema 61 (Introducción)
- Descenso a lo profundo. Vinculación entre el espejo y el sueño. Se orienta hacia el misterio:
poesía como misterio, está en el interior pero se escapa. Galerías del recuerdo.
- La idea del poeta es traer lo nuevo y transformar la realidad llevándola a su esencia más pura. Esa
idea la encontramos tb en JRJ. Llevar la interiorizad a la belleza, a lo esencial.
- La visión del poeta será superar la violencia y quedarse con lo esencial trabajando en lo
eterno y lo que nunca pasa.
Poema 62 (Desgarrada la nube; el arco iris)
- Momento de epifanía y revelación final: el agua en tus cabellos. Momento de felicidad que se
disuelve como una pompa de jabón.
Poema 77 (es una tarde cenicienta y mustia)
Angustia que lo ha acompañado desde la infancia. Machado vincula este poema a la angustia de
Heidegger. La angustia no tiene objeto. La angustia se nos presenta a través de símbolos. Ayudan al
lector a estar a la situación que se está viviendo.
Hipocondría (propio del poeta finisecular).
Poeta típicamente finisecular: la melancolía, el vino, la locura. Apartado de la sociedad.
Introspección, descontento con su vida. El hombre está perdido en el vació. Búsqueda del sentido,
de lo trascendente.
Encabalgamientos abruptos.
Fuerte temporalidad.
Reseña de Arias tristes.
Rechazo de la concepción del poeta finisecular. Rechaza cualquier forma de evasión.
Soñar con los ojos abiertos. Vida activa / vida militante. Se trata de un recorrido que no tiene
frontera clara. Oscilación en el yo que encontraremos en la 2 ed. de las Soledades. La poesía es una
manera de autorrealizarse. Búsqueda del yo donde el lector va a poder leer sus propios miedos y
fantasmas internos. En muchos poemas veremos un ahondamiento en el yo, profundizar
simbólicamente en uno mismo, los demás pueden entrar en esa configuración simbólica y conocerse
a sí mismos. Configuración que nos une a todos desde el interior. En la medida que uno ahonda en
el interior no personaliza, va llegando a un espacio en el cual todos estamos unidos.
La propuesta está en el ámbito del simbolismo: introspección, ahondamiento. Simbolismo de corte
diferente a la oleada anterior decadentista. Nueva oleada del simbolismo que se encuentra en
Europa y limpia la herencia decadentista. Se une cierta filosofia vitalista positiva y un nuevo
simbolismo más interior. Rebelión antidecadente que trata de borrar un pesimismo extremo.
CAMPOS DE CASTILLA.
Poema 97 (El retrato)
Apareció en el Liberal en 1908, en una sección llamada "El poeta del día". Cada día un poeta hacía
un autodescripción. Es una obra que se le encarga.
Primer poema del libro, configura al yo poético. Aparece como un yo que da datos que se
corresponden con la biografia de AM. Lectura autobiográfica sobre el poema. Activación del
horizonte de expectativas. Choca con Soledades, borrado del yo. A principios de siglo encontramos
unas formas de configurar el yo poético que van a llegar hasta hoy.
- Yo poético vinculado a una serie de valores: bueno. Forma persuasiva. "yo soy así y así se debería
ser". Captatio benevolentiae. Establece unas estrategias para hacerse con el lector y llevarlo a un
conjunto de valores éticos y políticos que son los que conforman CC.
1 estrofa: la presentación del primer serventesio alejandrino reúne toda la simbología propia del
poeta: fuente, limonero, huerto.
Casos que no quiere recordar: bohemia, infortunios. Eso que no quiere recordar se engarza con la
siguiente estrofa.
- Poemas que tienen relación: Retrato, Adelfos de Manuel Machado. Elemento referencial otros
poemas retratos similares.
2 estrofa: desapego de los valores frívolos de la bohemia literaria. Rechazo de la imagen del
"dandi", donjuanismo, etiquetas literarias. Habla de alguna relación amorosa "la flecha de Cupido"
en singular es significativo. La 2 estrofa de Adelfos se corresponde con la 2 estrofa del Retrato.
3 estrofa: se aplica el calificativo de bueno. Nos habla de la ética y remite al krausismo
Rechazo claro al malditismo. Jacobismo: habla de la política. CC teñido de política.
Rechazo a la hipocresía.
- 4 estrofa: Rechazo y crítica al modernismo superficial.
5 estrofa: Crítica a los epígonos del Modernismo. Oposición voces / eco. Dudas sobre si se refiere a
encontrar su propia voz o si la única voz que escucha en medio de todos los ecos es la de Rubén
Dario.
6 estrofa: Diferencia contenido /forma. Parece que el énfasis se pone en la historia. Remite a la
importancia de la configuración del yo poético: un yo verdadero, más importante que el trabajo de
la forma.
- 7 estrofa: Lo religioso y la búsqueda de Dios: constante en CC. Diálogo interior como forma de
resolver la angustia ante la incertidumbre de la muerte y de la nada. Bondad, filantropía, interés por
el hombre real y concreto.
-6-
8 estrofa: Ética del trabajo krausista. Contrario al poeta bohemio. Se contrapone a la imagen el
poeta profeta. Machado nos dice que el está convencido de que el arte no se puede convertir en la
actividad única del escritor. Un hombre consagrado únicamente a la poesía no sería nunca un poeta.
Toma de la decisión de ser independiente económicamente.
Mentalidad práctica. Decisión que fue crucial en la vida de Machado. Conflicto entre arte y
sociedad.
Poema 98 (A orillas del Duero)
- Poema emblemático. Se publicó por primera vez en 1910 con el nombre de "Campos de
Castilla"
Composición del lugar y meditación histórica de carácter crítico.
Estrofa 1: presencia del yo. Yo dinámico, en relación con el mundo. Soledad, tiene un punto de
introspección. El primer verso sitúa temporalmente en poema. Al situarse en julio, puede ser una
alusión a la semana trágica de Barcelona. Efecto en el lector: el lector se mete en el poema,
experiencia verosímil, se toma como real. No hay atmósfera de sueño. Paisaje bastante duro,
situación de sequedad y dificultad. Da la impresión de lo sublime, el impacto que genera en el
lector. Poeta caminante en medio de la naturaleza, que la conoce y distingue el tipo de planta. Sabe
porque está acostumbrado a pasear por la naturaleza. A Machado se le sitúa en el grupo de "poeta
caminante". Mirada del poeta es el punto de partida del poeta.
ー
Estrofa 2: proceso de ascensión, simbólico, va cobrando perspectiva con respecto a lo que está
abajo. Va segmentando espacial y temporalmente lo que ve. Múltiples detalles, dentro de ellos
elementos de carácter simbólico. eg. buitre. "harapos esparcidos de un viejo arnés de guerra" se
eleva el terreno a la categoría simbólica de la h°. Aparecen una serie de metáforas del campo bélico.
Enlaza el campo de Castilla con la historia de España. Se une lo realista con lo simbólico. Dos
símbolos naturales potentes: montaña y el rio. Montaña: permanencia y estabilidad. Río: fluir
continuo y el cambio. El poema está entre ambos elementos.
- Estrofa 3: Encabalgamientos. Centro del poema, enlaza con el corazón. Corazón:
permanencia. Duero: historia lo atraviesa y supone el cambio. Centro vital de España. Nos habla de
la h° de España. Muerte, vacío, carencia, decrepitud. Diálogo con la personificación de Castilla.
- Estrofa 5: Se habla del Cid, pero los adj no son de admiración. Crítica al imperialismo, la guerra,
la política de las tropas. Lenguaje absolutamente coloquial, contraposición del coloquialismo al
lenguaje de Soledades. Estilo directo y claro frente a un estilo excesivamente labrado. Castilla está
dormida frente a la novedad. Contrapone centro frente a periferia. La critica es bastante
demoledora. Proceso de desretorización y desmitologización.
Elimina la parte legendaria de las figuras imperiales.
- Final: armonia "tañido de campanas", implica cierta belleza unido a lo religioso. Parece que abre
un horizonte, esa apertura coincide con el mesón abierto, el caminante que va buscando y parece
que hay determinados semas de horizonte. Las enlutadas viejas vuelven a poner ante él el peso de la
tradición. Comadrejas símbolos de la madre naturaleza, lo natural y lo religioso como vías de
transformación de España. "campo ensombrecido y el pedregal desierto" los críticos le han dado al
desierto una connotación simbólica. Final ambiguo pero parece tener unas ciertas notas de
esperanza. Le indican a seguir un camino duro pero quizás allí se llegue a una España mejor para
sacar provecho. También se dedica a la tala. Conciencia ecológica presente en CC. El hombre
castellano es profundamente destructor.
Estrofa 2: Denuncia el proceso de desertificación que causa un círculo de pobreza. La destrucción
de la naturaleza trae una situación de emergencia para el hombre pero no se da cuenta porque el
sigue metido en su ciclo destructor. Paso de un elemento real que se eleva a un plano mítico
(maldición divina). El hombre que no puede dejar de actuar es lo que alegóricamente se llama
figura daimónica. Personaje poseído por un único objetivo:
necesidad destructora. La contraparte cómica es el monomaníaco.
- Estrofa 3: se convierte en una tradición, procede de un árbol genealógico.
- Estrofa 4: retrato físico, algo que no aparece en Soledades. Conecta con una téenica realista.
Llama la atención el miedo y la desconfianza. Se compara la cara con un arma, violencia.
Mitificación y deformación como manera de penetrar en lo real, son técnicas expresionistas.
Expresionismo español ligado a la leyenda negra. Lo fisiológico nos revela lo interior. Las cejas
muy pobladas implican mucha fuerza y vitalidad. Se nos dibuja a un bruto. Dureza que se conecta
con los montes pelados descritos, conexión entre el medio y el carácter.
Estrofa 5: figura mítica del mal.
Estrofa 6: coincide con Unamuno, el peor mal de España es la envidia. Mal que atraviesa todo. En
conclusión tenemos a un hombre caído y maldito. La tierra maldita como fruto del pecado y el
hombre maldito llevado por el pecado.
Estrofa 7: los campos tienen una especie de divinidad, que se apodera de las personas.
Mitificación de la tierra violenta en forma del centauro flechador.
Estrofa 8: Caín es el hombre castellano.
XCIX
POEMA 99 (por tierras de España)
Nos encontramos ante una obra de Antonio Machado, poeta y prosista español que pertenece al
movimiento literario conocido como generación del 98.
Este poema está extraído de la segunda etapa de la trayectoria de Antonio machado, llamada
Campos de Castilla, que se publica por primera vez antes de la muerte de Leonor. A diferencia que
en Soledades, su primera etapa, ahora su mirada se vuelca al exterior y se preocupa por los
problemas y la decadencia de España como podemos observar en el verso cinco “hoy ve a sus
pobres hijos huyendo de sus lares”, así como por la pobreza y la ignorancia de su gente
Se atenúa el subjetivismo de sus poemas y el análisis de su interior. El paisaje ya no es subjetivo e
imaginario, si no real, como aparece en los versos diez y once, se trata de las tierras de Castilla,
concretamente de Soria que han calado en su alma, de las cuales destaca lo austero y lo recio.
Entre los temas aparece la preocupación patriótica, reflexiones sobre el pasado, presente y futuro de
España. Tiene una visión crítica que motiva su discutida adscripción a la generación del 98. Con el
tiempo esa visión se hará mas progresista, llena de confianza en “La otra España” con la que se
siente comprometido
El tema principal del poema es la descripción del tipo de hombre español y del maltrato que éste da
a su tierra, en este caso España. Este poema se divide en tres partes: del verso uno al ocho se
describe la situación actual del hombre Español que nos define Machado y lo que hace con su tierra.
Del verso nueve al veinticuatro, trata mas que nada de la descripción física de este hombre y de su
carácter. La última parte está formada desde el verso veinticinco hasta el treinta y dos, donde se
describe la tierra de España, concretamente la parte de Castilla y Extremadura, de la cual el autor
nos cuenta su mala suerte, pues no son estas tierras las más queridas por los Dioses, si no el mal que
las llena de vicios y crímenes. A lo largo del poema podemos observar como Machado utiliza un
lenguaje culto y difícil de entender. Además hace referencia a los mitos cristianos como el de Caín
y el del Paraíso.
El paisaje es ahora visto de forma mucho mas objetiva, será el de Castilla, concretamente el de
Soria que para la generación del 98 constituía el alma de España.
Los símbolos más significativos que aparecen en este poema son el camino, que esta presente en la
poesía de Antonio Machado desde sus primeras composiciones. El caminar errante ante todo es un
sentimiento de pensar sin consuelo, una nostalgia de la vida que se va dejando. Por lo tanto los
caminos son frecuentes símbolos de vida o aparecen asociados con esta. El tiempo es otro de los
símbolos que encontramos en el poema, para Machado el tiempo es un arte eminente temporal, esta
ansiedad ante el paso del tiempo inexorable de las horas y de los días tiene en la lírica machadina un
punto predominante. El agua es un símbolo al que se le asocian diferentes características en función
de cómo aparece en el poema, el agua representa la vida cuando brota, es símbolo de fugacidad
cuando corre y símbolo de la muerte cuando está quieta o es el mar. En el poema podemos
encontrar una clara referencia en el verso siete “por los sagrados ríos hacia los anchos mares”.
En cuanto a la estructura del poema está dividido en ocho estrofas de cuatro versps cada uno que
tratan la época decadente en la que se encontraba España entonces.
El poema está constituido a base de serventesios, formados por cuatro versos de catorce silabas, de
arte mayor y rima consonante que tiene esquema ABAB.
Los recursos más característicos en este texto son los siguientes: metáforas “su despojo aguarda
como botín de guerra”. Aparece también una clara adjetivación agrupando así adjetivos referentes al
hombre español pero desde una visión negativa “pequeño, sufrido, hundidos, recelosos, …” y
referidos al paisaje concretamente de Castilla y Extremadura “raído los negros encinares, sagrados
ríos, anchos mares, páramos malditos”. Se pueden establecer varios campos semánticos aunque sin
duda el más significativo es el del paisaje “pinares, encinares, ríos, mares, aldeas, campos, llanuras,
jardín, …”. La repetición léxica es utilizada también en varias ocasiones “la forma de…”. Se
observa un encabalgamiento en los versos seis y siete, diez y once, etc. Por último presenciamos en
el poema una evidente personificación en el verso 19, atribuyendo al alma una característica propia
de los seres humanos “alma fea”.
Como conclusión el poeta Antonio Machado consigue transmitir sus sentimientos propios de la
época en la que se encontraba España y de sus hombres, mediante los recursos que ha empleado a
los largo del texto para referirse a ellos. Se trata de un tema frecuente en la segunda etapa de la
trayectoria de Antonio Machado
Poema 100 (El Hospicio)
- Imagen de la muerte. Se observa la compasión y la tristeza ligada a la muerte. Personas que
padecen una situación de dureza.
Poema 101 (El Dios Ibero)
Imagen de Dios basada en la dureza del pueblo castellano: lleno de violencia. Búsqueda de una idea
trascendente de Dios. Hay que abandonar una imagen de dios violenta y hay que sustituirla por una
imagen mejor, que no está sometida al interés y al beneficio propio. Fruto del nuevo Dios es el
trabajo y la transformación de la tierra. Esto abre la posibilidad de transformación para el país.
- Dios del porvenir, dios del futuro. Es un dios que vamos a encontrar en el último JRJ, de sustento
krausista.
Poema 106 (Un loco)
- Tópicos finiseculares: figura del loco se contrapone al pueblo idiota que vive en la ciudad.
Necesidad de romper con la ciudad. Figura finisecular del poeta vinculado a Dios.
Poema 108 (Un criminal)
- Contexto real: juicio. Espacio realista. El acusado se nos presenta como una máscara.
Violencia interior contrasta con una máscara de niño y de piadosa mansedumbre.
- Contraste entre fe tradicional que profesa y el crimen que ha cometido. "natural fiereza" por
dentro es una fiera. El hombre es una bestia: elemento mítico. Describe un crimen similar a
Alvargonzález.
En el juicio aparecen los jurados. No aparece lo que dicen, sólo sus gestos: como si fuera un teatro.
Teatro enfático, por lo tanto, desde la visión de Machado sería falso. El contenido da igual.
Choque humorístico por medio de un verso corto duro coloquial: "va sin remedio al palo".
Despersonalización completa, criminal convertido en cuervo. Pueblo violento que quiere venganza,
que el ciclo de la violencia se consuma. El pueblo también se despersonaliza, se convierte en una
masa.
Poema 110 (En tren)
- La mujer se muestra como refugio y como otredad. Aparece como luz en un mundo sombrio.
Poema 112 (Pascua de Resurrección)
- Elemento cíclico, casi nietzscheano: el arco de la vida. Momento del comienzo del ciclo, la
primavera. Se abre el arco, es el momento de gozar el amor. Ante este elemento cíclico, ellas tienen
hijos, los hijos abren los ojos sin ver y al final se quedarán ciegos. Cuna y sepultura se unen. Toques
de belleza frente a la dureza de la tierra. Todo está rodeado por la violencia.
Contraste belleza de la sonrisa y la violencia y la muerte que dominan sobre todo lo demás.
Poema 113 (Campos de Soria)
Estructura en 3 partes: fragmento central funciona como el núcleo que divide los primeros
fragmentos. Traza una especie de ciclo de las estaciones: desde la primavera al invierno, los separa
de los 3 últimos fragmentos donde se hace una evocación a los países de esta tierra, última parte del
poema.
- Fragmento I: se centra en la primavera. Aparece el caminante y pastores (fluir temporal). La
primavera todavia no tiene la fuerza del nacimiento.
- Fragmento 2: elementos de la composición del suelo, detalles geogólicos, botánicos de una tierra
pobre. La primavera trae el sueño de la arcadia. Se retoma en el ciclo de Leonor, elementos de la
naturaleza aplicados a la mujer. No podemos entender un poema como algo autónomo, todo está
unido. Sueño de la infantil arcadia, podría parecer un engaño, no hay una promesa clara del
porvenir. Estilo típico de CC, sencillez, epítetos. Presentación directa, espíritu franciscano: no hay
complicación, ni algo individual o propio.
- Fragmento 3: Los borriquillos, el lienzo de oro. Poema puramente descriptivo. Repetición
continua de unos símbolos, que se da a lo largo de todo el libro. El lector entra en una atmósfera que
le resulta conocida.
- Fragmento 4: paisaje humano. Elemento que vincula las tierras con el horizonte: una pareja.
Solo hay descripción. Dentro del mundo simbólico, tenemos una tierra árida, un horizonte que es
futuro y porvenir, quienes transforman la tierra son los dos trabajadores. Los campesinos tienen un
niño. Nos habla del porvenir, del ciclo de la vida. La promesa de un futuro mejor logrado con la
transformación del trabajo cotidiano por parte de esta familia.
"cesto de juncos" recuerda a Moisés. Promesa, tierra prometida. Escena cotidiana en el campo.
Pobreza, trabajo, monotonía, propios de la vida cotidiana. Oro: componente ligado a lo divino. Se
realza las figuras de los campesinos. Configuran el centro de una especie de icOno.
- Fragmento 5: El trasfondo de la naturaleza y el trasfondo de la vida del hombre. Viejos que han
perdido a su hijo. Desengaño, muerte y promesa. El sueño es el cielo de la resurrección.
- Fragmento 6: fragmento central dedicado a Soria. Tópico de la ciudad muerta. Gran número de
detalles. Se une la precisión y la emoción en el poema. Movimiento contrario a
Soledades. Es interesante que este poema sea el centro, es muy diferente en métrica y en ritmo a los
poemas que lo preceden y a los que lo continuan.
- Fragmento 7: interiorización del paisaje. Movimiento litúrgico en torno al terreno: una y otra vez.
aparecen los simbolos. La tierra entra en el escritor, en el poema y por consecuencia en el lector. Es
como una meditación del corazón. Calar dentro de uno. Realemas que nos sitúan en el espacio. Lo
real es en lo que se basa el poema. Muy distinta la técnica a la anterior.
- Fragmento 8: aparece el olfato, el oído y la vista. Se ha dejado penetrar por todos los sentidos que
lo ponen en contacto con el paisaje. Importancia de los deícticos "estos". Están delante, los toca. Eje
entre la roca (lo permanente) y el río (la fugacidad). El poema habla del cambio pasado, presente y
futuro. Todos los tiempos se encuentran allí. Estar en contacto con el paisaje hace que el propio
paisaje forme parte de su interior.
- Fragmento 9: se une espacio interior y espacio exterior. Se puede interpretar con la vinculación al
filósofo Leibniz: cada uno de nosotros está en contacto y tiene relación con todo lo que existe.
Movimiento de lo obietivo a lo subietivo. Visión del mundo fuertemente guiada por la naturaleza.
Contacto a través del paseo hace verle en comunión con el paisaje que le rodea.
Poema 126 (A José María Palacio)
Poema que aparece fechado: Baeza, 29 abril 1913. Tiene una estructura de carta. Aparece para
mostrar que es la primera primavera fuera de Castilla y la primera primavera sin Leonor.
Descripción de paisajes. Naturaleza viva en relación con el hombre. Elementos paisajísticos se
revisten de un valor simbólico potente. Encabalgamiento que remarca el símbolo de "chopos".
Símbolo que había aparecido anteriormente, chopos llevan iniciales de los enamorados, se vincula
con la relación con Leonor. El fluir del río frente a la permanencia. Deseo de elevación, de otra
vida, de plenitud con ella y la vida que pasa que lleva a la muerte. Tensión entre la esperanza de una
resurrección y la horizontalidad que lleva a la muerte. Elolmo: en relación con "A un olmo seco".
Esperanza de ver de nuevo a Leonor. Contraste viejos olmos y hojas nuevas. Quiasmo. Movimiento
ascensional: árboles, montes, mole del Moncayo. Deseo de trascendencia. De lo grande (mole del
Moncayo) a lo minúsculo. Zarza que florece como símbolo de la resurrección. Acentúa la esperanza
en un encuentro posterior con la mujer parecida. Mito de Perséfone: la mujer que vuelve del
infierno, de la muerte sería como Leonor a la que se espera ver en la primavera de nuevo. El
labriego y la abeja: transforman el futuro mediante el trabajo. Gran evocación del paisaje
primaveral de Soria. Flores símbolos de la nueva vida. Ascensión. Sentido simbólico de
acercamiento a lo divino. Esperanza en el más allá. Sorpresa final: las primeras flores se convierten
en una ofrenda para que las deposite en la tumba de leonor.
• La serie a Leonor.
Poema 121 (Allá, en las tierras altas)
Choque entre la ilusión y la belleza - decepción, tristeza y vejez.
Poema 122 (Soñé que tu me llevabas)
Profundiza en la presencia de Leonor en los sueños. El sueño parece tan real como la vigilia. Por
eso se engendra la esperanza. Sueño en contacto con otras dimensiones. Paisaje idealizado. Epíteto
"campo verde". La subida y el contacto con lo divino.
Poema 123 (Una noche de verano)
Se corta la comunicación entre el vivo y el muerto. Puede seguir viviendo de otro modo.
ELOGIOS.
Poema 139 (A don Francisco Giner de los Ríos)
Muerte de su maestro. No deia impresión de tristeza. Está lleno de luminosidad. A la muerte se le
sustraen las notas con las que usualmente se representa. "La luz de la mañana": simbólicamente
representa un nuevo día. Implica comienzo de vida.
Sitúa en una red simbólica distinta todo el poema. Identifica la vida de DFGR con el trabajo y con
Francisco de Asis. Tendencia a hacer el bien, determinada ética que se encarna en FGR. Omite la
idea de morir para siempre sino por la de viaje a otro lugar. Elemento mítico. Se elimina la
oscuridad y la angustia. "se nos fue por una senda clara". La luz conecta con lo divino frente a la
oscuridad. Testamento de Giner de los Ríos. Es como su doctrina. nos crea la ilusión de que está
vivo y nos está hablando. Gran mensaje reformador de Machado: sed buenos.
1. "los muertos mueren y las sombras pasan". Mueren los que durante esta vida está muertos.
Los que en esta vida están llenos de bondad no mueren. La naturaleza se convierte en hermana del
hombre que muere. La muerte no es asesina, no tiene rasgos violentos. Naturaleza animada "canta
el viento, la encina es casta". La muerte no es desintegración sino que alimenta la vida y es fuerza
para más vida. Personificación. Epítetos, otorgan un ambiente de sencillez y autenticidad. La vida
sencilla que llevó Giner y que es la verdad del hombre. Sencillez y verdad crean en el lector la
comunicación de una verdad que se experimenta y se vive como tal. Reintegración final. Símbolos:
sol, mariposas doradas. Transformación del gusano. Mariposa con su vuelo: ascensión.
Transformación del muerte en nueva vida. Oro unido a lo divino y a lo esencial. Se vincula la
resurrección con la nueva vida del maestra y la nueva vida que tiene que venir a España. Fuerte
coherencia en la obra.
Nuestro patriotismo y la marcha de Cádiz.
Preocupación por el patriotismo y la h° de España presente en Machado. Necesidad del trabajo para
transformar la tierra. Nos habla de la pérdida de las colonias. Tomar conciencia de cuál es la
situación del país para poder transformarlo. Situación de destrucción de la patria. Segunda ed:
poemas nuevos, escritos en Andalucía. Temas que no corresponden a Castilla. En principio eran
poemas para otros libros. Se aminora la descarada visión de los poemas anteriores. Evocación de
Castilla desde Andalucía. Marcha a Andalucía tras la muerte de Leonor.
-
(PROVERBIOS Y CANTARES SUL CELLULARE)
Nuevas canciones
CLXV (sonetos)
I
Nuevas canciones es un libro de composición intermitente que recoge poemas de diversos temas y
tonos escritos a lo largo de un amplio periodo de la vida del autor (de 1917 a 1936). El objetivo de
este trabajo es mostrar que, bajo la apariencia de heterogeneidad, el libro mantiene la unidad y la
coherencia, y que ambas derivan de un programa intencionado en sus usos métricos. Este programa,
que lo es tanto poético como ideológico y ético, tiene su base en la reducción del repertorio de
metros y de estrofas del autor, a la vez que éste explota al máximo sus posibilidades combinatorias
siguiendo lo que hemos denominado “ley de la variación estrófica” y “ley del contrapunto rítmico”.
1924, se publica Nuevas canciones. En esta obra se aprecia un gusto por lo clásico (Sonetos) y un
interés por el folclore (reelaboración del canto tradicional andaluz). Es decir: al comienzo de su
obra no emplea sonetos pero sus estudios sobre la poesía barroca le animan a ello. Así lo hace desde
1913 hasta 1925. De todas formas Machado les imprime su sello y aunque la mayoría mantiene el
esquema de 14 versos endecasílabos de rima consonante en ocasiones rompe el molde, como en el
poema Olivo del camino, en el que los versos 5 y 13 son heptasílabos. Estos sonetos, esta referencia
a los clásicos, también los emplea como homenajes o elogios a amigos, como también para recordar
a su esposa fallecida.
III
Es interesante observar cómo la circunstancia del río refleja la situación del poeta, distinta en cada
una de las dos poesías, pero expresada por medio de la misma metáfora: la existencia o no de juncos
en la ribera. Notemos también que en las dos poesías los juncos o las verdes cañas están fuera del
río2.
ClXXIII
(canciones a Guiomar)
I
No sabía
Tu boca me sonreía.
de tu huerta?
¿Tiempo vano
la alborada
verdadera?
amor la devanadera
Análisis
Se pregunta el poeta por la concepción de amor. Trata de definir simbólicamente ese “dorado
ovillo” con el que es identificado en la boca de la amada, porque también la boca en su redondez de
sonrisa e incertidumbre asocia las connotaciones del misterioso ovillo. La madeja de amor como
símbolo de lo misterioso y oculto, acaso como la inconsistencia de la seguridad de amor, tan lejana
del hecho amoroso. El amor siempre engendra dudas. En los amantes nunca hay seguridad. Existe
como un miedo ancestral a dejar de ser centro de ese objeto amoroso. Y, Machado, quizá en estos
comienzos duda. Y ante esa incertidumbre el poeta equilibra en su balanza de oscuridad dos
términos: “limón amarillo” y “claro día”. Una antítesis en cuyas representaciones confiere el sentido
de lo negativo y lo positivo asociado a esta imagen pictórica del día (resolución de amor) o el
amarillo del limón (muerte de amor). Ante la duda, el poeta pregunta a la amada qué le ofrece. Pero
no da tiempo a su respuesta porque de nuevo pregunta si la amada le va a ofrecer “tiempo en fruto”,
una bella metáfora del amor asociada al tiempo, esa eterna dinámica en el cancionero de Machado
desde su lectura de Manrique. Y las preguntas se suceden con frenesí, porque el escepticismo es el
manjar de los amantes. Y asociado a la semántica textual del tiempo engendra con el adjetivo vano
un nuevo desiderátum del amor: ¿acaso en lugar de fruto, no pudiera ser este amor “tiempo vano de
una bella tarde yerta”? Y en esa enumeración caótica producto de su alma dudosa se acumulan una
serie de metáforas que configuran esa visión negativa: “dorada ausencia encantada” y “copia en el
agua dormida”. El poeta se resiste, se pregunta si esa “alborada verdadera” que es el amor no irá de
“monte en monte encendida” o si los escrúpulos del amor no se rompen en sus turbios espejos. Pero
no es el amor, en realidad son los amantes los que andan prisioneros de esos escrúpulos de amor
(sobre todo como en este caso pues Guiomar era una mujer casada) y ello conlleva que el espejo no
refleje la verdad de su presencia sino la penumbra de su turbiedad y su duda.
II
En un jardín te he soñado,
alto, Guiomar, sobre el río, j
en el almez, dulcemente,
junto al agua viva y santa,
se funden y complementan
de un sueño—juntos estamos—
Análisis
La imagen del jardín, aquel que visitaron con frecuencia por La Moncloa, a un kilómetro y medio
aproximadamente de la casa de Pilar de Valderrama, puede ser el espacio para el origen de este
poema. Pero lejos de ser un jardín cordial nace desde un “tiempo cerrado” y “verjas de hierro frío”.
Se impone ese jardín que hay cerca de un río pero con la imagen yerta de un espacio insensible. En
esa recreación no falta el ave que canta, acaso el propio poeta metamorfoseado en su propia
tautología creadora y la invención del amor. Hay una conjunción de ambos en sus respectivas
soledades, una dualidad alimentada por símbolos: él asociado al león (era de signo leo); ella
asociada a la gacela (era de signo libra) son los animales que juntos tratan de beber su afecto mutuo
pero la imposibilidad surge desde el principio: “No puede ser/ dos soledades en una”. Estas dudas
del poema inicial, estas certezas de este nos conminan en una dirección en la que Machado se ve
envuelto ya con seguridad: la imposibilidad (como así fue) de que su relación afectiva se consolide
con el tiempo y/o “se normalice”. En ese ámbito en el que la naturaleza los acompaña, son parte de
ella y en ella se reconocen inmersos, Machado va creando imágenes alusivas con la presencia del
mar (“ensaya olas y espumas”), los colores del monte, el faisán (“de la aurora canto y plumas”) o el
búho (como símbolo de la inteligencia o Minerva):
GERARDO DIEGO
223. INSOMNIO
Tú y tu desnudo sueño. No lo sabes.
El texto es uno de los poemas de Alondra de verdad. Se trata de una creación emocionada, en la que la
inocencia y la imagen, la serenidad desagarrada del tema y la novedad creadora nos ofrecen una muestra
de la unión de lo tradicional de la métrica con una audaz ruptura rítmica. Su técnica contrastada lo
convierte en uno de los más bellos sonetos de amor de la poesía posterior a 1936. [Tema] Su tema es la
desesperación del poeta por no poder comunicarse con su amada, dormida junto a él. [Estructura interna]
El poema se estructura en dos partes: - los dos cuartetos describen la situación anímica del emisor, con una
diferenciación expresiva en cada uno de ellos (en el primer cuarteto el poeta expresa con procedimientos
sintácticos y rítmicos la desazón y en el segundo ese sentimiento se ofrece mediante imágenes – cárcel de
espacio, vuelo imposible-). - Los dos tercetos acentúan la desesperación del poeta, al hacerla más explícita:
el primer terceto muestra la conciencia de la cercanía inaccesible y el segundo plasma por medio de
imágenes la soledad que siente ante la contemplación de la amada. [Estructura externa] Respecto a su
estructura externa hay que destacar que el poema está formado por dos tipos de estrofas, cuartetos y
tercetos, de larga tradición literaria. Pero su empleo, siguiendo una línea de creación poética que
caracteriza a este poeta, muestra la unión de lo tradicional con lo novedoso (por ejemplo el un ritmo
entrecortado (en los primeros versos) y la combinación infrecuente de los tercetos CCD EDE). [Lengua y
estilo] Para analizar los recursos estilísticos del poema se va a utilizar como eje organizador de la división
por estrofas, así pues en el primer cuarteto, para describir la situación de inquietud el poeta se sirve de dos
procedimientos: la fragmentación tonal de los versos con paradas internas para ofrecer desazón (No. No lo
sabes) y diversas construcciones sintácticas como la frase nominal inicial (tú y tu desnudo sueño),
proposiciones yuxtapuestas breves y la elipsis (yo en desvelo). La lengua poética de este cuarteto se
caracteriza por la antítesis del verso 2 (Duermes – yo en desvelo), recurso que se prolonga en todo el
poema (duermes tú –yo insomne) y se manifiesta también en los pronombres: te me encierran… hasta ti…
La disposición en quiasmo de los términos esenciales del verso cuarto y del décimo cuarto marcan la
simetría: el dormir de la amada es como el navegar de las naves. En el segundo cuarteto se organiza en
torno a la imagen y la metáfora (el aire es hielo… cristal en mil hojas: el aire es cárcel, porque no hay otro
obstáculo que lo separe de ella). Y el aire le permite emplear luego la metáfora del vuelo de sus aves, que
se basa en la cetrería (los halcones alzan el vuelo hasta su presa) que hace referencia al tema amoroso. La
angustia del poeta se manifiesta en recursos rítmicos, morfológicos y semánticos (un encabalgamiento
abrupto, la doble negación y la gradación de tres formas verbales (encierra, recluyen, roban) que nos
muestran la imposibilidad de llegar hasta ella, y una paradoja, que nos ofrece una idea que nos parece
absurda: el espacio es la cárcel, las llaves son aéreas. El primer terceto mezcla la realidad con las imágenes
e insiste en el conocimientos del yo de las situación (ella, inocente, la desconoce) saber que duermes tú… Él
es el primero; sus brazos están maniatados frente a la metáfora de la amada, línea pura, cauce… de
abandono. En el segundo terceto se plasma la soledad: varias imágenes (la esclavitud, la isla sin playa, con
acantilados) marcan el aislamiento del poeta. Frente a la navegación por el sueño, la carencia de libertad
reafirma la conciencia de la dolorosa realidad propia: insomne, loco (verso 13). La intensidad de la citación
se consigue, no sólo con la suma de metáforas, sino también con la recepción del verso 4, invirtiendo el
orden de los elementos: tú por tu sueño y por el mar las naves (versos 4) / las naves por la mar, tú por tu
sueño (verso 14). Además de lo dicho, hay en poema otros recursos embellecedores: las reiteraciones del
primer cuarteto (no lo sabe… no. no lo sabes), la aliteración de la vocal cerrada velar /u/ (tú y tu desnudo
sueño) que reafirman la función poética del mensaje.
En el poema elegido el autor recrea el mito del nacimiento de Venus en la evocación de una
escena cotidiana: la salida de una mujer de la bañera. Como observa Andrés Ortega Garrido
("El nacimiento de Venus en los poetas españoles de vanguardia", en Espéculo, nº 47),
diversos aspectos de la iconografía mitológica (como el olor de mar, las espumas, la concha o el
pudor de la mujer) articulan el poema. El título del soneto es el elemento clave para su correcta
interpretación, como advierten Miguel Díez R. y Paz Díez Taboada a partir del cual "el lector
admite una serie de imágenes en cadena, que se vislumbran coherentes con respecto al título".
PEDRO SALINAS
210. PARA VIVIR NO QUIERO
Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!
Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
“Yo te quiero, soy yo”.
El poema es uno de los más conocidos de Pedro Salinas que apareció publicado en su libro La voz
a ti debida. Se trata de un libro de poesía de vanguardia de la segunda etapa del poeta, en la que
alcanza su madurez lírica marcada por este poemario y Razón de Amor (1936). En ambos libros, el
amor es el tema central de la mayoría de las composiciones, pero la mujer a la que van destinados
los versos es una pura idealización, es una y todas las mujeres a la vez. El estilo y el lenguaje, como
decimos, lo sitúan en el ámbito de la poesía pura de las vanguardias del primer tercio de siglo XX.
(Tema)
El amor que une a dos amantes en lo que tienen de únicos, auténticos y especiales, por debajo de lo
superficial e innecesario.
(Estructura)
La métrica es sencilla, sigue una regularidad en la medida del verso, pero no en la rima. El poema
está formado por versos heptasílabos que no se agrupan en estrofas y que tampoco tienen rima.
Junto a estos hay dos versos muy cortos: el verso número 14 que es trisílabo y el verso número 27,
tetrasílabo. No es un capricho, ambos están colocados en puntos claves del poema para introducir
contenidos importantes.
Los primeros cuatro versos, como decíamos, introducen el tema principal. Los dos primeros niegan
de manera rotunda la necesidad de cosas materiales para vivir y por tanto ser feliz (“islas, palacios,
torres”). Por contraste, los dos siguientes proclaman lo único que realmente es necesario para
vivir: “no hay alegría más alta/ que vivir en los pronombres”. Los versos van entre signos de
exclamación para expresar de un modo exaltado su verdad. Por otra parte, lo de “vivir en los
pronombres” provoca extrañeza, curiosidad en el lector y resulta un poco como un juego, ¿los
pronombres? que raro, pensamos. Luego, después de leer el poema, veremos que se refiere a “tú” y
“yo”, a las dos personas que se aman.
La siguiente parte del poema (versos 5-15) continúa con una petición: “quítate ya los trajes, las
señas, los retratos“. Es decir, despréndete de todo lo innecesario, pero que es inherente a la
persona, como son las convenciones sociales, la personalidad o la imagen personal. Debe hacerse
porque como se afirma en los versos 7-9 “yo no te quiero así” “hija siempre de algo” que aluden,
de nuevo, a las circunstancias externas, la posición social, las costumbres o las modas. Al igual que
sucedía en los versos de la introducción, primero se niega lo que provoca rechazo para
a continuación afirmar lo que se desea: “Te quiero pura, libre, / irreductible: tú“. Los tres
adjetivos que siguen al verbo querer son la clave de lo que busca el poeta. La quiere “pura”, no
contaminada por los convencionalismos sociales, la acción del tiempo y la historia,
también; “libre” es decir, dueña de sí misma y , por último, la quiere “irreductible”: en el doble
significado de no poder reducirse más, de ser pura esencia y, a la vez, que resiste, que no se deja
reducir o vencer por los demás. Estos tres adjetivos desembocan, como resumen, en el pronombre:
“tú”. El pronombre representa, para el poeta, lo que una persona tiene de única e irreemplazable.
Una vez identificado el objeto de deseo que es esa mujer única y pura, el poeta va a su encuentro y
desea que responda a su llamada, versos 12-15: “Sé que cuando te llame / entre todas las gentes /
del mundo…”. El verso tetrasílabo, “del mundo”, es el puente que conduce al resultado final del
proceso: “sólo tú serás tú“.
La última parte desarrolla un proceso equivalente al de la parte anterior, pero ahora es la promesa
de liberación y purificación del yo.
Cuando se produzca el encuentro de los amantes (” Y cuando me preguntes/ quién es el que te
llama, / el que te quiere suya… “), el poeta se habrá despojado de todos los problemas rutinarios,
complejos, apariencias…: “los nombres, / los rótulos, la historia“; los condicionamientos
familiares y sociales: “lo que encima me echaron / desde antes de nacer“, para poder encontrarse
con ella también puro e irreductible: “Y vuelto ya al anónimo / eterno del desnudo…”.
De nuevo, como en los versos finales de la parte anterior, un verso corto seguido de una pausa
destaca el último verso del poema que es análogo al de “Sólo tú serás tú” y es también la
conclusión del proceso de transformación del poeta: “Yo te quiero, soy yo”.
Para dar forma al poema, el autor se ha valido de unos cuantos recursos, pocos y básicos, pero que
producen el efecto expresivo deseado. Destaca el uso de la enumeración un tanto caótica que está
presente en las tres partes del poema: en la introducción con las “islas, palacios, torres”. En la
primera parte: “señas, trajes, retratos”; “irreductible, pura, libre”. Y en la parte final: “los nombres,
los rótulos, la historia”. Estas enumeraciones transmiten el estado de ánimo exaltado del poeta, a la
vez que sirven para resumir magistralmente todo un conjunto mucho más amplio de conceptos que
se encierran bajo estas breves notas.
(Conclusión)
En este poema Salinas escribe sobre una persona que recuerda un beso tan maravilloso que no le ha
sido imposible olvidar la sensación; un beso tan intenso que hizo llegar al narrador a otro mundo. A
través de este beso, el poeta nos conduce a un mundo de sentimientos y sensaciones.
La primera parte comprende los versos 1 al 10. Describe sus labios y el beso dado, sus sensaciones.
Habla en tiempo pasado (ayer). La segunda parte comprende los versos 10 al 26. Habla del beso en
general. Utiliza el presente (Hoy). Es una reelaboración a través del recuerdo de "ese" beso. Desde
su soledad el poeta evoca el beso pasado y explica que el acto del recuerdo parece más real que el
mismo beso (versos 12 al 19). A través de comparaciones (silencio, luz) el poeta nos transmite la
idea de que el recuerdo presente del beso pasado, que también se extiende al futuro "no es una boca
lo que beso... te estoy besando más lejos" es metáfora del sentimiento amoroso perdurable y
esencial que se extiende más allá de lo carnal. En este poema Pedro Salinas nos describe un beso y
como esa descripción nos puede conducir a lo que expresa de verdad: el amor a través de un beso.
ESTRUCTURA:
ESQUEMA DE ESTRUCTURA:
…..1: El poeta lamenta el daño que causa a su amada al indagar en su interior. (1-3)
ESTRUCTURA EXTERNA: El poema se compone de 22 versos libres polimétricos entre los que
dominan los endecasílabos y heptasílabos –de ahí su aire de silva-, pero alternando con algún
trisílabo (v.3), tetrasílabo (v.9), eneasílabo (v.22) y algunos pentasílabos (v. 13 y 20)
2) SOBRE EL USO DE LOS PRONOMBRES: Es un poema muy “nocional”, poco descriptivo,
en el que la estructura dialogada se centra en los interlocutores. Esto otorga una relevancia enorme a
las formas personales tanto en el verbo (observa el baile entre la segunda, primera y tercera persona
a lo largo del poema), los pronombre (el yo que habla, el tú a quien me dirijo, el él/ella que está en
ti desde siempre sin tú la conozcas), y los determinantes posesivos. Fíjate la fuerza del verso 6, un
verso heptasílabo en el que tres de sus sílabas (4 si contamos la añadida por ser la última palabra del
verso el pronombre tónico) son formas pronominales o determinantes de segunda persona: “[…] de
ti tu mejor tú”.
ÁRBOL: Sus raíces se hunden en el suelo como nosotros en nuestro pasado, pero sale a la
superficie y se yergue buscando la luz del sol. Desde siempre la luz ha sido tomada como símbolo
de la razón y el conocimiento. Los últimos rayos de sol se transforman así en la revelación del
conocimiento.
El plano real y el imaginario se tocan en esta imagen, lo pies apenas rozan ya el suelo, ese suelo se
ha transformado en el poema en “el pasado” devolviéndonos al plano real.
4) INTERESANTES JUEGOS VERBALES: “[…] le conteste la nueva criatura que tú eras”
(V.22)
Con el uso de este determinante en 3ª persona el autor distingue las dos personalidades de su amada
como si fueran seres diferentes: 1) aquella a la que se dirige y se desconoce a sí misma, tú, y 2)
aquella que habita en tu interior, la que yo conozco y busco, la que tú ignoras y yo quiero que
descubras para transformarte sacando de tu interior todo lo maravilloso que hay en ti sin tú saberlo.
6) INTERESANTE USO DEL VERBO “VENIR” (NO “IR”): “[…] vendrías a lo alto” (v.14).
El autor la espera en su propio terreno, en la postura personal desde la que contempla a su amada
“idealizada”, enamorado de su fondo “preciosísimo” (v. 8). Deberá “venir” hasta él, trepar ella el
árbol, para contemplar la imagen que el poeta ve de ella.
214. ¿SERÁS, AMOR?
un largo adiós que no se acaba?
Vivir, desde el principio, es separarse.
En el mismo encuentro
con la luz, con los labios,
el corazón percibe la congoja
de tener que estar ciego y sólo un día.
Amor es el retraso milagroso
de su término mismo:
es prolongar el hecho mágico
de que uno y uno sean dos, en contra
de la primer condena de la vida.
Con los besos,
con la pena y el pecho se conquistan,
en afanosas lides, entre gozos
parecidos a juegos,
días, tierras, espacios fabulosos,
a la gran disyunción que está esperando,
hermana de la muerte o muerte misma.
Cada beso perfecto aparta el tiempo,
le echa hacia atrás, ensancha el mundo breve
donde puede besarse todavía.
Ni en el lugar, ni en el hallazgo
tiene el amor su cima:
es en la resistencia a separarse
en donde se le siente,
desnudo altísimo, temblando.
Y la separación no es el momento
cuando brazos, o voces,
se despiden con señas materiales.
Es de antes, de después.
Si se estrechan las manos, si se abraza,
nunca es para apartarse,
es porque el alma ciegamente siente
que la forma posible de estar juntos
es una despedida larga, clara
y que lo más seguro es el adiós-
El poema sigue una estructura retórica, ya que se formula una pregunta en los versos
iniciales: «¿Serás, amor/ un largo adiós que no se acaba?», a la cual se responderá en el
desarrollo del fragmento, dando diferentes argumentos para refutar la naturaleza del amor como
despedida.
Sobre el tratamiento del tema del amor: este poema se basa en que el fin último del amor
es la despedida, la cual es a su vez la forma de los amantes de estar juntos, pero es una forma
espiritual. Salinas habla en este poema tanto del amor tanto en su vertiente física como en la
espiritual. Esto se ve en los versos 57 y 58 «en el primer encuentro con la luz, con los
labios»: Salinas junta al elemento físico y al espiritual en el encuentro amoroso. Se puede ver
cómo habla del amor físico, por ejemplo, cuando habla de los besos (versos 66 a 75). La influencia
de Rubén Darío se puede ver en la importancia que tiene este factor físico en el amor.
La influencia más importante de las ideas de Ortega se ve en el uso de la metáfora y la imagen
como vehículo de creación de la nueva realidad poética, creada a partir de metáforas
fundamentalmente, debido a la «insuficiencia poética de la realidad». Entre estas metáforas se
pueden destacar los argumentos metafóricos anteriormente comentados: equiparar el adiós con la
despedida, la vida con la separación, etc. Las ideas de Ortega sobre la naturaleza dialéctica del
amor se pueden ver en que la consumación carnal es al mismo tiempo la conciencia de la
inconstancia de la infelicidad. «¿Serás amor, un largo adiós que no se acaba?/Vivir, desde el
principio es, separarse». [4]También se puede ver el «conceptismo interior» de Spitzer en
el juego intelectual retórico que el poeta crea para defender su hipótesis metafórica que equipara
al amor con la despedida.
Como conclusión, se puede decir que este fragmento muestra el tono retórico que se da
de forma general en el poemario y es un ejemplo del intento de explicar la experiencia
amorosa a través de la retórica.
GENERACIÓN DEL 27
JORGE GUILLÉN
216. MUERTE A LO LEJOS
Alguna vez me angustia una certeza,
En el primer verso observamos de categorías sintácticas, en vez del adjetivo lejana, usa un
complemento predicativo "a lo lejos", realizando una elipsis del verbo.El segundo verso la palabra
clave es "certeza", metáfora de la muerte, la única verdad existente para el hombre que se pueda
constatar, se continúa con la personificación"ante mí se estremece mi futuro"; estos dos versos
encierran gran patetismo, sin necesidad de adjetivación,sin complementos, solamente elementos
nucleares: elementos nucleares, poesía pura y desnuda,como diría Juan Ramón Jiménez. El poema
se va dirigiendo hacia un futuro, aunque los verbos se utilicen en presente.La metáfora"el muro del
arrabal final en que tropieza" nos señala lo que separa la vida de la muerte, que es el arrabal, lo que
está más allá de esta vida y el muro es lo que nos impide ver el más allá. Este muro está
personificado, porque la muerte la llevamos todos encima, tropezando con la muerte.
En la estrofa siguiente se van poniendo en gradación las edades del hombre, la metáfora: luz del
campo se refiere al esplendor de la juventud, a continuación se hace a sí mismo una interrogación
retórica"¿Mas habrá tristeza si la desnuda el sol? versos vitalistas en las que el poeta niega la
tristeza, hay vida en plenitud.Pasa a la madurez con la metáfora "el maduro fruto", personificando
mediante una metáfora: "la mano ya lo descorteza".
El epifonema final se centra en la llegada de la muerte"el día entre los días el más triste", llama la
atención el uso de puntos suspensivos... para posponer lo más que pueda ese momento y para hacer
reflexionar al lector.Oraciones simples pero que adquieren gran significación:la perífrasis obligativa
encierra la manera de enfrentarse a ese momento crucial: aceptación de la misma sin afán, sin
preocupación, con el mismo estoicismo que la recibían los clásicos.Uso de polisíndeton de la
conjunción "Y" que va hilando el discurso, de nuevo una metáfora nos indica el momento de la
muerte:"el inminente poder"" al que apostrofa sin sentimientos negativos:"enviste, justa fatalidad"
metáfora de la muerte, con un poder similar al de un toro que en en un momento exacto puede
acabar con la muerte de un torero. usa el adjetivo justa porque es lo único que iguala a todos los
hombres.Finaliza el poema con una personificación. La metáfora del muro cano lo ocupa todo, se
personifica y realza mediante una antítesis:"va a imponerme su ley, no su accidente" todo lo que
vive muere a la fuerza, el hombre no muere por un accidente, por un tropiezo, es que su naturaleza
así lo exige.
A través de un idioma
¿Yo podría llegar a ser el hombre
Por fin humano a que mi esfuerzo tiende
Bajo este sol de todos?
II
Ay, patria,
Con malos padres y con malos hijos,
O tal vez nada más desventurados
En el gran desconcierto de una crisis
Que no se acaba nunca.
Esa contradicción que no nos deja
Vivir nuestro destino,
A cuestas cada cual
Con el suyo en un ámbito despótico.
Ay, patria,
Tan anterior a mí,
Y que yo quiero, quiero
Viva después de mí -donde yo quede
Sin fallecer en frescas voces nuevas
Que habrán que resonar hacia otros aires,
Aires con una luz
Jamás, jamás anciana.
Luz antigua tal vez sobre los muros
Dorados
Por el sol de un octubre y de su tarde:
Reflejos
De muchas tardes que no se han perdido,
Y alumbrarán los ojos de otros hombres
-Quién sabe- y sus hallazgos.
III
¡Fluencia!
Y nunca se interrumpe,
Y nunca llega al mar
Ni sabe de traiciones.
Río de veras fiel a su mandato,
A su fatal avance sesgo a sesgo,
Rumbo a la primavera con su estío,
Y en las agudas barcas
Las eternas parejas
De nuevo amor.
Y no hay más mundo que ese.
Un mundo bajo soles
Y nuestra voluntad.
IV
Errores y aflicciones.
¡Cuántas culpas!
Y no me apartarán vicisitudes
De la fortuna varia.
¡Tierno apego sin término!
Blanco muro de España, verdadera:
Nuestro pacto es enlace en la verdad.
VICENTE ALEIXANDRE
13. SE QUERÍAN
Se querían.
Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,
labios saliendo de la noche dura,
labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.
228. EL SUEÑO
Analisis : ?
229. EN LA PLAZA
No es bueno
quedarse en la orilla
como el malecón o como el molusco que quiere calcáreamente imitar a la roca.
Sino que es puro y sereno arrasarse en la dicha
de fluir y perderse,
encontrándose en el movimiento con que el gran corazón de los hombres palpita
extendido.
Como ese que vive ahí, ignoro en qué piso,
y le he visto bajar por unas escaleras
y adentrarse valientemente entre la multitud y perderse.
La gran masa pasaba. Pero era reconocible el diminuto corazón afluido.
Allí, ¿quién lo reconocería? Allí con esperanza, con resolución o con fe, con
temeroso denuedo,
con silenciosa humildad, allí él también
transcurría.
Era una gran plaza abierta, y había olor de existencia.
Un olor a gran sol descubierto, a viento rizándolo,
un gran viento que sobre las cabezas pasaba su mano,
su gran mano que rozaba las frentes unidas y las reconfortaba.
Y era el serpear que se movía
como un único ser, no sé si desvalido, no sé si poderoso,
pero existente y perceptible, pero cubridor de la tierra.
Allí cada uno puede mirarse y puede alegrarse y puede reconocerse.
Cuando, en la tarde caldeada, solo en tu gabinete,
con los ojos extraños y la interrogación en la boca,
quisieras algo preguntar a tu imagen,
no te busques en el espejo,
en un extinto diálogo en que no te oyes.
Baja, baja despacio y búscate entre los otros.
Allí están todos, y tú entre ellos.
Oh, desnúdate y fúndete, y reconócete.
Entra despacio, como el bañista que, temeroso, con mucho amor y recelo al agua,
introduce primero sus pies en la espuma,
y siente el agua subirle, y ya se atreve, y casi ya se decide.
Y ahora con el agua en la cintura todavía no se confía.
Pero él extiende sus brazos, abre al fin sus dos brazos y se entrega completo.
Y allí fuerte se reconoce, y se crece y se lanza,
y avanza y levanta espumas, y salta y confía,
y hiende y late en las aguas vivas, y canta, y es joven.
Vicente Aleixandre
La primera de ellas se extiende desde el verso 1 al 13 y tiene como tema principal la exaltación de
la necesidad de la vida en comunidad.
La segunda de ellas se extiende desde el verso 14 hasta el 37 en la que se expresa como idea
principal el mantenimiento de los signos individuales de identidad en la colectividad y como idea
secundaria la unidad de la sociedad.
La tercera de las partes se extiende desde el verso 38 hasta el final del poema que tiene como tema
principal la exhortación a la participación en la sociedad de los individuos sin miedo para el
desarrollo integral de sí mismos.
Comentario de texto:
Estamos ante un texto lírico cuyo autor es Vicente Aleixandre, uno de los autores más destacados
de la Generación del 27. En la plaza, perteneciente a la obra Historia del Corazón (1954), pretende
convencer sobre la necesidad de integrarse en la sociedad.
Tal vez en la España de Vicente Aleixandre ocurriera lo mismo que en la actualidad: no todos nos
integramos en una sociedad, vivimos aislados de los pensamientos ajenos que no nos afecten a
nosotros mismos, centrándonos en nuestro “yo” particular, vivimos encerrados en nosotros mismos
y no nos abrimos a los demás; para que estos pudieran conocernos y nosotros a ellos, es como si
constantemente lleváramos puestos unos auriculares que nos evaden de la realidad.
Pero, ¿por qué no nos relacionamos con nuestros conciudadanos? Por vergüenza, por miedo a ser
juzgados,... Hay infinitas excusas que nos ponemos a nosotros mismos para no relacionarnos. Según
Vicente Aleixandre relacionarse es vivificador y profundo, porque si nos integramos en la sociedad
aunque nos perdamos en la muchedumbre, todos sabrán quienes somos, aunque esto también tiene
inconvenientes: en los pueblos, donde todo el mundo se conoce, te sientes más presionado por el
qué dirán; sin embargo en las ciudades donde nadie te conoce, te sientes más libre porque si nadie te
conoce, nadie te juzgará.
Dado que, como muchas veces nos han insistido en distintas etapas de nuestra educación en
recordarnos, el ser humano es un ser social que tiene necesidad de relacionarse con su entorno para
poder subsistir, en el siglo XXI no podía ser menos, lo único que ha cambiado desde la época de
Vicente Aleixandre (siglo XX) ha sido que el cara a cara ha pasado a un segundo plano: ahora las
relaciones sociales pasan a ser a través de las redes sociales y esa plaza ahora queda casi desierta,
sustituyéndose por un conjunto de nodos que constituyen la red de redes: Internet, que en muchos
aspectos nos ha facilitado la vida y, sobre todo, nos facilita socializar con personas que quizás
nunca conoceremos en persona y estar así más conectados con nuestro entorno, porque es mucho
más difícil entablar una conversación cara a cara que detrás de una pantalla en la que dejan de
existir los complejos.
En conclusión, en la actualidad la socialización cara a cara con los complejos que ello conlleva pasa
a un segundo plano, pasando a basarse en las redes sociales que, en muchos casos, muestran una
vida perfecta y sin complejos que nos frenen a la hora de relacionarnos.
Este poema tiene una característica peculiar porque es un monologo que reflexiona sobre la vida, en
concreto sobre el tiempo desde la juventud hasta la vejez, unos temas propios de esta etapa del
autor. En el poema Aleixandre lamenta su juventud perdida y al hacer esta reflexión sobre su vida
se da cuenta que ha vivido dormido. Su vida podía haber tomado otro camino, y a lo mejor lo
hubiera preferido en vez de la vida de un poeta en la cual la única compañía son las palabras que
nunca duran.
En sus poemas Vicente Aleixandre usa metáforas y elementos de la naturaleza para expresar lo que
quiere decir, y en este poema usa ambas. “cuando el día cumplido estira el rayo final, y da en tu
rostro acaso.” Estos dos versos son un metáfora de la muerte, el día cuando caiga el rayo final es el
día en el que morirá. Este poema, “El Poeta se Acuerda de su Vida” escrito por Vicente Aleixandre,
es una reflexión propia del poeta que puede producir una reflexión propia en el lector. A través de
este poema el poeta nos hace pensar si estamos dormidos o estamos viviendo.
DÁMASO ALONSO
231. VOLVERÁS A DESHORA
232. SOLO
233. INSOMNIO
Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me
pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la
luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como
la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día,
las tristes azucenas letales de tus noches?
De Hijos de la ira / Dámaso Alonso
ESTRUCTURA EXTERNA.
Texto completo en verso. Se trata de un poema perteneciente al libro Los hijos de la ira de Dámaso
Alonso. En el texto predomina la interpelación/monólogo que el poeta en primera persona dirige a
Dios. Podemos apreciar también alguna descripción, como por ejemplo en el verso 1.
La métrica del poema es irregular: los versos no miden lo mismo, tampoco hay rima ni agrupación
de versos formando estrofas. Son versos libres. El ritmo se consigue con otros procedimientos,
como puede ser paralelismos, anáforas (se señalarán más adelante en este comentario) o secuencias
tonales parecidas, como las interrogaciones de los tres últimos versos.
La disposición tipográfica de los versos crea el dibujo de uno de los lados estrechos de un féretro.
Esta disposición versal formando un dibujo o una figura era una de las características de los
movimientos de vanguardia de principios de siglo, como los caligramas de Apollinaire.
ESTRUCTURA INTERNA.
En cuanto a su contenido, podemos establecer la siguiente estructura:
En el primer verso el poeta describe la ciudad de Madrid, donde vive y enmarca espacialmente su
sufrimiento.
En los tres siguientes expresa que su angustia es consecuencia, o bien, aumenta debido al insomnio
y zozobra del poeta. En esa vela, todo lo exterior, el viento, los ladridos y la luz lunar, le angustian.
Desde el verso cinco hasta el último, el poeta interpela a Dios sobre el sentido de su vida y la de la
humanidad.
TEMA.
La angustia del poeta al dudar de que su vida y la del ser humano en general tengan sentido.
RESUMEN.
El poeta pasa las noches sin poder dormir en la populosa ciudad de Madrid. Durante las horas que
permanece insomne, tumbado en su cama, el viento, los ladridos de los perros y la leve luz lunar
acrecientan su malestar. Desvelado, interpela a Dios por el sentido de sus 45 años ya vividos;
también, por el sentido de la vida de los madrileños y de todo el mundo. Además, pregunta a Dios
por el sentido del mismo universo, su creación: ¿La creó Dios para que los hombres fueran testigos
de su grandeza?
CARACTERÍSTICAS DE LA POESÍA DE LA GENERACIÓN DEL 27 Y DEL AUTOR.
Ya se ha comentado la influencia vanguardista, en cuanto a la métrica, al utilizar versos libres y a su
disposición tipográfica, que hace asemejar el poema a un féretro.
También característico del grupo del 27 es el uso de metáforas complejas en las que la relación del
término real y el metafórico no es evidente, como se podrá observar en el siguiente apartado,
cuando se analicen las figuras literarias.
En cuanto a los temas abordados, señalamos el de la ciudad, la gran urbe, convertido en un lugar
inhumano. Se ha pasado del alegre y estimulador Civitas hominun, al de la ciudad cementerio,
donde las personas penan más que disfrutan. El tema más importante, con todo, es la expresión de la
angustia existencial. Este tema es el característico de la etapa más inmediata a la Guerra Civil, en
los años cuarenta. Hijos de la ira, de 1944, es el poemario más representativo de esta etapa
existencialista. Los poetas de la generación del 27 que no se exilian van a tener como referencia en
la expresión de esta angustia a los autores de la Generación del 98.
La presencia de términos relacionados con la muerte es constante en el texto: cadáveres (v. 1, 6,
7), nicho (v.2), me pudro (v.2, 5, 6, 7), podredumbre (v. 8). Estas palabras y sus repeticiones dejan
la sensación de muerte, descomposición, sobre todo, de tipo espiritual. ¿Qué responsabilidad tiene
Dios al permitir una sociedad degradada no solo materialmente, en la que no es fácil cubrir las
necesidades básicas de las personas, sino espiritualmente? Con hambre, miseria, con sufrimiento,
¡cómo es posible creer en Dios!, parece querer expresar el poeta.
234. MONSTRUOS
Todos los días rezo esta oración
al levantarme:
Oh Dios,
no me atormentes más.
Dime qué significan
estos espantos que me rodean.
Cercado estoy de monstruos
que mudamente me preguntan,
igual, igual, que yo les interrogo a ellos.
Que tal vez te preguntan,
lo mismo que yo en vano perturbo
el silencio de tu invariable noche
con mi desgarradora interrogación.
Bajo la penumbra de las estrellas
y bajo la terrible tiniebla de la luz solar,
me acechan ojos enemigos,
formas grotescas que me vigilan,
colores hirientes lazos me están tendiendo:
¡son monstruos,
estoy cercado de monstruos!
No me devoran.
Devoran mi reposo anhelado,
me hacen ser una angustia que se desarrolla a sí misma,
me hacen hombre,
monstruo entre monstruos.
No, ninguno tan horrible
como este Dámaso frenético,
como este amarillo ciempiés que hacia ti clama con todos sus tentáculos enloquecidos,como esta
bestia inmediata
transfundida en una angustia fluyente;
no, ninguno tan monstruoso
como esa alimaña que brama hacia ti,
como esa desgarrada incógnita
que ahora te increpa con gemidos articulados,
que ahora te dice:
«Oh Dios,
no me atormentes más,
dime qué significan
estos monstruos que me rodean
y este espanto íntimo que hacia ti gime en la noche.»
El poema Monstruos forma parte del relevante libro Hijos de la ira. Esta obra de Dámaso Alonso,
al igual que Sombra del paraíso de Vicente Aleixandre, fue publicado en el año 1944, y se convirtió
en un auténtico revulsivo. A partir de esta fecha, ambos libros hacen surgir la “poesía
desarraigada”: una poesía existencial, que representa la angustia del hombre por el tiempo y la
muerte en aquellos tiempos de represión, injusticias, hambre y parálisis social.
“Yo escribí Hijos de la ira lleno de asco ante la estéril injusticia del mundo y la total desilusión de
ser hombre”. Las propias palabras de Dámaso Alonso reflejan lo que él escribió en este poema: vive
en un mundo lleno de maldad, en el cual le acechan monstruos. Se puede apreciar un aspecto
religioso, pero un tanto problemático y difícil. Se podría decir que Dámaso Alonso intenta
representar a la humanidad: el hombre se convierte en bestia monstruosa en su caída en el mal, pero
al mismo tiempo se «rebela» y pide explicaciones a Dios por ese mismo mal y el sufrimiento que
provoca.
D
Aunque se dice que, frente al formalismo del verso clásico y el lenguaje cuidado y poético de la
poesía dominante en aquel momento, Hijos de la ira está escrito con un estilo y lenguaje sencillo y
cotidiano, con una «expresión desoladora y amarga de la realidad», mi opinión es que este poema
en particular no tiene un lenguaje tan cotidiano y sencillo para un público general, ya que usa unas
comparaciones y antítesis un tanto confusas:»Bajo la penumbra de las estrellas y bajo la terrible
tiniebla de la luz solar…»
Esta oración matutina que Dámaso comparte con nosotros, nos muestra toda esa angustia dentro de
él, esos deseos de vociferar y gemir al cielo ante el mundo rebosante de caos y de injusticia que
nace de ellos, los hombres.
LORCA
THAMAR Y AMNON
La luna gira en el cielo
sobre las sierras sin agua
mientras el verano siembra
rumores de tigre y llama.
Por encima de los techos
nervios de metal sonaban.
Aire rizado venía
con los balidos de lana.
La sierra se ofrece llena
de heridas cicatrizadas,
o estremecida de agudos
cauterios de luces blancas.
Violador enfurecido,
Amnón huye con su jaca.
Negros le dirigen flechas
en los muros y atalayas.
Y cuando los cuatro cascos
eran cuatro resonancias,
David con unas tijeras cortó
las cuerdas del arpa.
Lo primero que destaca es que este romance presenta una estrofa inicial muy similar a las de los
poemas más gitanos del libro, es decir, los anteriores a la sección "Tres romances históricos".
Comienza así: "La luna gira en el cielo / sobre las tierras sin agua / mientras el verano siembra /
rumores de tigre y llama" (292). La luna como primera referencia visual y como símbolo de la
tragedia es explotada al máximo por Lorca, como se ha analizado. También notamos la
personificación de este verano, época preferida por el autor para sus paisajes andaluces, que parece
ser excesivamente caluroso, y emanar tigres y fuego.
En ese contexto, el calor es tal que Thamar se encuentra desnuda en una terraza, es decir, elevada en
la altura. Y en esa posición, también típica de varios poemas del Romancero gitano, sueña y
fantasea, al igual que varias figuras femeninas, como la monja gitana. Pero no es una mujer pasiva,
sino que se encuentra cantando y se pasea por la terraza. Es importante destacar que la desnudez de
esta figura le aporta un gran sensualismo, pero en el poema eso de ninguna manera justifica la
violencia que su hermano ejerce al violarla.
La tragedia que se avecina para Thamar se anticipa en la descripción de la excitación de Amnón,
que culmina con estos versos: "Amnón estaba mirando / la luna redonda y baja, / y vio en la luna los
pechos / durísimos de su hermana" (293). En la fantasía del joven, el cuerpo desnudo de la
muchacha se proyecta sobre la imagen de la luna llena, que simboliza la violencia sexual que ella va
a sufrir de inmediato. El satélite, que ya vimos girando sobre el cielo en la primera línea del poema,
ejerce una influencia totalmente negativa sobre estos personajes.
El poema es denso y complejo porque denuncia la violación como tragedia, como hecho repudiable,
pero también crea una escena previa de sensualidad, exotismo y lujuria. Thamar está desnuda desde
el comienzo, y además se adentra en la habitación de su hermano, donde hay juegos de luces y
sombras, flores e incluso una cobra. Se presenta una imagen auditiva seguida de una imagen táctil a
través del cuerpo del muchacho ("Amnón gime por la tela / fresquísima de la cama", 294), que
potencia la carga sexual del ambiente. Sin embargo, tal como sucede en el relato bíblico, Thamar le
pide explícitamente que la deje tranquila, y él no la respeta.
La violación se presenta de manera poética mediante un paralelismo seguido inmediatamente por
una imagen visual: "Ya la coge del cabello, / ya la camisa le rasga / Corales tibios dibujan / arroyos
en rubio mapa" (296). Las acciones violentas de los primeros dos versos generan heridas y sangrado
en el cuerpo de la chica, descritas en los dos últimos. La presencia de vírgenes gitanas en la estrofa
siguiente indican que Thamar era virgen: "Alrededor de Thamar / gritan vírgenes gitanas / y otras
recogen las gotas / de su flor martirizada" (296), y de este modo se maximiza el dramatismo de la
escena.
Una última cuestión que es preciso destacar es que Lorca introduce una variante respecto del relato
bíblico. En las escrituras sagradas, el violador es perdonado por su padre, el rey David, por ser su
hijo mayor, pero Absalón, hermano de Amnón y Thamar, lo mata para vengarla. En este romance,
al final, Amnón se escapa y David corta las cuerdas de un arpa con una tijera, ambas acciones
inventadas por el poeta.
El Poema doble del Lago Eden forma parte del que es considerado como el más complejo y rico,
poética y estilísticamente hablando, de Federico García Lorca: Poeta en Nueva York. Escrito
durnate su estadía del poeta en esa ciudad, entre 1929 y 1930. Sin embargo, las y los expertos en
García Lorca señalan que la complejidad del poemario comienza con el debate en torno a su propia
estructura y composición, pues se trata de una obra póstuma que de hecho tuvo dos “primeras
ediciones”; una en inglés, editada por Norton, y otra en español, editada en México por la editorial
Séneca[1]. Se trata de un poemario en la que se despliega y sintetiza la potencia poética de García
Lorca, y en la que su peculiar ubicación entre la vanguardia y la tradición, le lleva a la
experimentación de formas mucho más complejas a las construidas, por ejemplo, en Romancero
Gitano. En Poeta en Nueva York se encuentra una nueva forma de simbiosis entre lo lírico y lo
dramático, desprendiéndose de lo épico que podía encontrase en el romancero, sin que esto
signifique pérdida de complejidad, sino al contrario, una entrada nueva hacia la poetización de la
existencia y de la propia poesía. El poemario ofrece una innovadora forma de poesía en verso, que
desde lo que la crítica ha llamado el suprarrealismo, ofrece a quien lo lee, fundar auténticamente un
mundo y anclarse en la tierra, como sugeriría el filósofo Heidegger en su análisis sobre la esencia de
la poesía.Temática No es equívoco sostener que el tema central del poema es el de la existencia y
su discurrir a partir de los sentimientos de la angustia; del temor y el temblor, parafraseando a
Kierkegaard. Pero este tema no nos es revelado de manera directa, sino a través del desdoblamiento
del poeta, en una voz que va del pasado al presente, a través de figuras llenas de “ilogicismo”, y
determinadas en todo tiempo por construcciones metafóricas que transitan de lo onírico a lo
existenciariamente imposible.María Clementa Millán dirá de este poema: “En esta composición el
poeta establece un paralelismo (de ahí el título de “poema doble”) entre su «voz antigua» y su
palabra actual «voz de hojalata y de talco».” En esta obra, García Lorca regresa a la reflexión
íntima, determinada por la pérdida de un amor que lo coloca en el más profundo dolor, sensación de
soledad, pero al mismo tiempo, en la determinación de hacer valer la voluntad de la existencia y
recobrar la posibilidad de vivir y de amar a través de la memoria. Estructura El poema consta de
11 estrofas, compuestas a su vez por 49 versos. Las estrofas dos, cuatro y 11, son quintetos,
mientras que el resto son todas cuartetos. Destaca que de las 11 estrofas, solo la número siete tiene
un número de palabras impar. En el resto, todas las estrofas tienen números pares, que oscilan de las
24 a las 52 palabras; y en este contraste, son justamente la primera, la más corta, y la última, la más
extensa. En total, el poema tiene 390 palabras, de las cuales 249 son únicas y el resto son repetidas;
y de las que se repite, las que registran una mayor frecuencia son: el adjetivo posesivo “mi”, el cual
aparece en 14 ocasiones en el poema; la segunda palabra con mayor número de apariiones es la de
“voz”, con 8 apariciones; y en tercer lugar se encuentra el pronombre personal “Yo”, con 6
menciones. En ese orden le sigue el pronombre personal átono, en su función de complemento
directo o indirecto, “Me”, con cuatro menciones, y con la misma cantidad la conjugación “quiero”;
finalmente, apareciendo en tres ocasiones cada una, se encuentran las siguientes palabras: amor,
antigua, ay, donde, ni, y viento.
Puedes leer: Nicanor Parra: ¿Antipoesía o hiperpoesía? La forma El carácter “intimista” del poema
se revela en que está escrito todo en primera persona del singular; se trata de un narrador que habla
desde un profundo proceso de auto-reconocimiento. Se trata de un ejercicio introspectivo desde el
que reclama y un canta al mundo, al amor, a la angustia, la soledad y a un temprano presentimiento
de la muerte. El “Poema doble del Lago Eden está definitivamente elaborado con un estilo nominal,
en donde la voz activa es la del Yo que, cuando recurre al verbo, lo hace para expresar no una
acción hacia el mundo, sino reflexiva hacia la más profunda pasión, lo cual puede percibirse en los
siguientes versos: “Déjame pasar la puerta” (ejercicio imperativo del yo); “yo sé el uso más
secreto…”; “Y sé del horror de unos ojos despiertos”; “no quiero mundo ni sueño”… “Esos perros
me persiguen”; “quiero llorar porque me da la gana”… “quiero llorar diciendo mi nombre…para
decir mi verdad de hombre de sangre”. La preeminencia del Yo Todo gira en torno al “yo” que se
acongoja, que se fragmenta y se reconcilia con el pasado que no se sintetiza en la existencia como
discurrir, sino en la existencia como expresión; de ahí la relevancia de la voz, que es la que le habla
y la que le permite decir que es “un hombre de sangre”. Por ello García Lorca inventa incluso un
nuevo término. En la estrofa 10 dice: “No, no, yo no pregunto, yo deseo/voz mía libertada que me
lames las manos”. Pero es la misma voz que en la estrofa 1 aparece como “voz antigua, a la que
adivina: “lamiendo mis pies/bajo los frágiles helechos mojados.” Es voz que lame manos y pies,
voz que es lengua y que está “libertada”, puesta en una aparente nueva condición que es libertad en
la congoja. En este poema, no es la rima la que da la cadencia y el ritmo, sino el mismo acomodo de
las palabras, su ubicación precisa, además de las constantes rupturas generadas a partir de las
complejas figuras mediante las cuales desconcierta, pero que, aunque parezca paradójico, puede
comprenderse que a final de cuentas, todos, estamos en el centro de nuestro mundo circundante,
agobiados por nuestros pesares y azares, y desde los cuales, y sólo desde los cuales, puede fundarse
y comprenderse el mundo.
CANCIÓN DE JINETE
En la luna negra
de los bandoleros,
cantan las espuelas.
Caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?
Caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!
En la luna negra,
sangraba el costado
de Sierra Morena.
Caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?
La noche espolea
sus negros ijares
clavándose estrellas.
Caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!
En la luna negra,
¡un grito! y el cuerno
largo de la hoguera.
Caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?
En su poema, “Canción del Jinete,” Lorca hace hincapié en la inevitabilidad de la muerte y el paso
constante del tiempo con la repetición de palabras y el uso de ciertos tiempos verbales. Lorca
empieza su poema con las líneas, “Córdoba/Lejana y sola,” y al final del poema repite estas líneas
(Lorca 1-2). La repetición de las palabras iniciales refuerza que el jinete nunca va a llegar a
Córdoba, y crea una sensación de desesperanza. La repetición de estas líneas y de otras palabras,
como “luna,” o “jaca” también refleja la repetición de los paso del jinete mientras camina a
Córdoba. Lorca también usa diferentes tiempos verbales para crear una ilusión del pasar del tiempo.
Al principio del poema, Lorca escribe, “Yo nunca llegaré a Córdoba,” usando al tiempo futuro en
lugar del subjuntivo o el futuro cercano (6). El futuro implica que Lorca nunca llegando a Córdoba
es un hecho, no una conjetura. El uso del futuro en lugar del futuro cercano (ir a…) añade al
sentimiento de esperar por algo lejano en el futuro, creando la ilusión de tiempo. Más tarde en el
poema, Lorca escribe, “La muerte me está mirando,” con el presente progresivo (9). El uso del
presente progresivo muestra que la presencia de la muerte es constante. También enfatiza el tiempo
que el jinete ha tomado mientras trataba de llegar a Córdoba. En la estrofa penúltima, Lorca
aumenta la tensión y la emoción mientras el narrador se da cuenta de su viaje largo e infinito. La
anáfora en la estrofa, con la repetición de, “Ay…” hace hincapié en la desesperación del jinete (11).
Cuando la anáfora se mezcla con los signos de exclamación, que aparecen por la primera vez,
aumenta la tensión aún más. Para concluir, Lorca usa las técnicas poéticas de anáfora y repetición,
con tiempos verbales premeditados para crear una sensación del paso del tiempo y para aumentar la
emoción del poema.
ROMANCE SONÁMBULO
1.- LOCALIZACIÓN
*
*
*
*
Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento, dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está mi niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!
*
Este es un poema de Federico García Lorca, tal vez el autor más conocido de la Generación del 27,
que
pertenece a su libro “Romancero gitano” publicado en 1928. a pesar de tratarse de un texto lírico,
como veremos en el comentario también posee carácter narrativo.
2.- TEMA
Si hemos de sintetizar en una sola palabra el tema de este poema, algo difícil por la complejidad del
texto, nos inclinamos por la muerte, aunque también se podrían escoger otros como la frustración, o
el amor no consumado.
Una muchacha está esperando, en un balcón, a su amado, que es contrabandista, y que huye, herido
muy gravemente, junto a su compadre, el padre de la novia, de la guardia civil. Ella, tras esperarlo
en vano, se ha suicidado arrojándose sobre el aljibe. Los hombres la encuentran muerta, y los
guardias vienen a arrestarlos.
Pero para llegar a esa conclusión, vamos a realizar la interpretación del poema:
El título - "Romance sonámbulo" - ya nos da una pista, puesto que si atendemos a que "sonámbulo"
pertenece al campo semántico de la noche o de la madrugada, y que "romance" es un poema
narrativo, podemos afirmar que se nos van a contar unos sucesos que han acaecido por la noche, o
de madrugada.
Los primeros versos son el estribillo del poema, que se repite, completo, al final del poema, y en
algunas partes del mismo. La alusión, repetida, al color verde, ha tenido varias interpretaciones: la
muerte, el color de la piel de los gitanos.
Sigue una alusión, enigmática, a dos elementos el caballo y el barco que, aparentemente, están en su
sitio: la montaña y el mar. Más tarde, al leer el resto del poema, comprenderemos que se trata de
una alusión a uno de los protagonistas de la historia: el joven contrabandista que, perseguido por la
guardia civil, y herido gravemente, huye y trata de llegar a la casa de su amada.
La primera alusión a la muchacha no puede ser más sombría: asomada a la baranda, suponemos que
esperando, tiene la sombra (la muerte) en la cintura, sus ojos son de fría plata, y no pueden
responder a la mirada de quien la observa. La naturaleza se nos muestra después de manera hostil:
estrellas de escarcha, pez de sombra, el viento que araña como la lija. Es, sin duda, una noche
desapacible. Ella, mientras, sigue esperando y soñando con el mar, de donde vendrá el amado,
aunque una interrogación retórica introduce un matiz de desasosiego: ¿quién vendrá? ¿de dónde?
La siguiente estrofa, de 27 versos, introduce un cambio de plano. Se nos muestra el diálogo entre
dos hombres, dos compadres, uno más joven (mocito) y otro mayor. El joven, que tiene una muy
grave herida (del pecho a la garganta), y que ve cerca la muerte, parece arrepentirse de su peligroso
oficio, y desearía cambiarse por el otro, para al menos, morir en su cama. pero el otro no puede
satisfacer su demanda. Dado que parece imposible huir de su destino, solo pide llegar a las altas
barandas, donde se encuentra su amada. Suben, pues, los dos hombres, dejando tras de sí, un rastro
de sangre y de lágrimas, en una madrugada fría de viento y de rocío.
Vuelven a hablar los dos hombres. el más joven, con desesperación, pregunta por la muchacha (tu
niña amarga) que, ahora sabemos que es la hija del mayor, quien le hace notar lo mucho que lo ha
esperado en vano.
En la última estrofa asistimos al encuentro con el cadáver de la muchacha que ha muerto ahogada.
Rompe la intimidad de la escena, con la luna iluminando el cuerpo de la chica, la aparición de los
guardias civiles que perseguían al contrabandista, y que a pesar de no explicitarse en el poema, dan
a entender su posible final.
ESTRUCTURA
Por lo que se refiere a la estructura externa del poema, la métrica, es un romance. Como dicta el
género, el poema tiene continuidad temática y está constituido por una serie
indeterminada de versos octosílabos (86, en concreto) con rima asonante en los pares. El esquema
por tanto es: a _ a _
RECURSOS
Dada la complejidad y extensión del poema, únicamente vamos a hacer referencia a los recursos
más importantes, y que corresponden al nivel de 4º de ESO.
Hay algunos ejemplos de paralelismo, en los versos: 3 y 4, 11 y 12, 15 y 16, 17 y 18, 25 y 26, 35 y
36, 39 y 40, 41 y 42, 43 y 44, 47 y 48, 49 y 50, 51 y 52, 53 y 54, 57 y 58, 64,65 y 66, 72 y 73, 79 y
80, 81 y 82.
También hay anáfora en varios versos, que constituyen la base de varias estructuras paralelísticas:
"mi caballo por su casa, / mi montura por su espejo, / mi cuchillo por su manta"; "Pero yo ya
barandas, / ¡dejadme subir!, dejadme / hasta las verdes barandas"; "Dejando un rastro de sangre.
Pero lo más relevante, sin duda, es el exhaustivo uso que hace Lorca de las metáforas. Reseñamos
algunas:
"Bajo la luna gitana, / las cosas la están mirando / y ella no puede mirarlas", contiene una
personificación y una metáfora de la muerte (la luna, como en el romance de la luna, luna).
"Grandes estrellas de escarcha ", es una referencia al amanecer en el campo, es una forma muy bella
de describir el rocío fresco. "Trescientas rosas morenas / lleva tu pechera blanca", se trata de una
metáfora que, a la vez, es una hipérbole referida a la sangre que mana del herida del
contrabandista."Temblaban en los tejados / farolillos de hojalata", otra referencia a la madrugada y
al rocío. "Sobre el rostro del aljibe, / se mecía la gitana", hace referencia a la superficie del
estanque, donde flota el cuerpo de la muchacha, que parece moverse (mecerse) con el viento.
CONCLUSIÓN
En este poema, Lorca, con maestría en el manejo del lenguaje poético hace una interpretación de
una anécdota trágica, con todas las características del libro en el que se encuentra, aunando lo
popular y lo culto, lo lírico, lo dramático y lo narrativo, lo tradicional y la innovación con un
lenguaje altamente personal
Análisis
García Lorca menciona este poema por primera vez en una carta que le envía a Melchor Fernández
Almagro en 1926 bajo el título "Romance de la pena negra en Jaén", pero lo escribe dos años antes,
en 1924. Está dedicado a José Navarro Pardo, profesor de la Universidad de Granada, especialista
en culturas árabes, amigo del poeta y miembro de la revista gallo, dirigida por Federico.
Se trata del último poema de la colección que tiene como protagonista a una mujer, en este caso a
Soledad Montoya, que encarna la pena gitana. Como se ha mencionado, es el sentimiento que el
autor quiere explorar a fondo en este romancero. La pena no es lo mismo que la tristeza, la
melancolía y la angustia; es un sentimiento más específico. De acuerdo con el propio Lorca, es una
"pena negra" de la cual no es posible escapar, ni siquiera con la muerte. Está muy relacionada con el
amor, el desamor y las pasiones. En la protagonista de este poema, la pena se liga directamente con
una soledad absoluta, enloquecedora y trágica (ya marcada en su propio nombre). La protagonista
dialoga con el yo lírico y este remarca: "¡Soledad, qué pena tienes! ¡Qué pena tan lastimosa!" (244).
Algunos elementos del poema permiten interpretar que Soledad es una mujer gitana. La referencia a
su larga cabellera peinada en trenzas es uno de ellos: "... Corro / mi casa como una loca, / mis dos
trenzas por el suelo, / de la cocina a la alcoba" (244). Además, se mencionan objetos metálicos para
describir su cuerpo. Su piel es de color cobrizo: "Cobre amarillo, su carne" (242) y sus senos
también son comparados con metales: "Yunques ahumados sus pechos, / gimen canciones
redondas" (243). El poema, por otra parte, menciona "las tierras de aceituna" (244), o sea, los
olivares típicos del sur de España, y un aroma a caballo que acompaña a la protagonista mientras
ella camina por el monte oscuro de noche, escena que repiten varias de las mujeres gitanas de este
poemario, como Preciosa.
La pena parece emanar directamente de las tierras andaluzas: "No me recuerdes el mar, / que la
pena negra, brota en las tierras de aceituna / bajo el rumor de las hojas" (244). Y sobre todo, el
anclaje de esta mujer en la cultura gitana se expresa en los últimos versos del romance: "¡Oh, pena
de los gitanos! / Pena limpia y siempre sola. / ¡Oh pena de cauce oculto / y madrugada remota!"
(245). Al comienzo, Soledad busca su alegría y su persona, pero rápidamente el poema le recuerda
(y nos recuerda a los lectores) que jamás podrá encontrarlas: está condenada a la soledad y al
sentimiento de la pena andaluza, la "pena de los gitanos". En los versos recién citados, se pone el
énfasis en el misterio que envuelve a la pena negra: no es posible conocer su cauce, su origen, sus
motivos, y parece insertarse en una noche eterna, en esa oscuridad o negrura que la caracteriza, ya
que la madrugada es remota, muy lejana, inalcanzable; la pena negra de los gitanos es un
sentimiento misterioso y nocturno. De acuerdo con la crítica especializada, "Soledad
no experimenta la pena negra: es la pena negra" (Josephs y Caballero, 2020: 244). Es decir, es un
personaje que da cuerpo y voz al sentimiento y que va más allá de la anécdota individual. Lorca
explora la pena negra como sentimiento típico de las figuras gitanas andaluzas, como una lucha con
los misterios del amor pasional. Pero en ese sentido, la pena es también un sentimiento universal de
los seres humanos de todas las culturas. Así, el poema se concentra en una particularidad gitana
para expresar de manera literaria un tema universal.
LA AURORA
Poema de Federico García Lorca, pertenece a su libro Poeta en Nueva York:
La aurora de Nova York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas
La aurora de Nova York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprueban con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
Análisis del poema
Métrica
Se distingue tres grupos métricos en Poeta en Nueva York: poemas con métrica tradicional, con
compromiso entre métrica tradicional y verso libre y finalmente poemas en verso libre. La aurora
con su métrica libre pertenece al último grupo. En los primeros versos no se puede encontrar
ninguna regularidad. Pero los doce versos que suceden a los ochos primeros son todos de catorce
sílabas.
Estos dos últimos poemas [La aurora y Nacimiento de Cristo] tienen en común su carácter de
cuadro, de visión estática de unos hechos. Y de hecho, a pesar de sus imágenes muy dinámicas, La
aurora es un poema como un cuadro de un paisaje urbano en el momento del amanecer que provoca
en el lector alusiones fuertemente visuales. El texto no está dividido en estrofas. La intención del
autor era dar una descripción de la ciudad y sus habitantes con un golpe de vista, sin cesuras
formales. Se puede hablar de una gran regularidad métrica en el poema, por lo menos a partir del
verso nueve.
Estructura del contenido y análisis formal
El poema se puede dividir en tres parte principales: En los versos 1-8 se da una descripción del
amanecer en Nueva York. Pero la imagen que pinta no es realista sino llena de símbolos y
metáforas. La segunda parte, vv. 9-16, nos habla de los habitantes de la ciudad. La aurora llega pero
nadie se da cuenta en el mundo urbano caótico. Hay niños que son devorados por enjambres de
monedas y gente desilusionada sabiendo que viven en un mundo lejos del paraíso, un mundo donde
no hay amor ni esperanza. La última parte, vv. 16-20, es como una conclusión. Se habla otra vez de
la luz de la aurora que no se puede oponer a las cadenas y ruidos de la ciudad. Por el otro lado hay
gente que parecen náufragos vacilando por los barrios.
El poema comienza con dos cuartetos de una estructura parecida. Veamos el primero:
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
(vv. 1-4)
Se trata de una descripción surrealista de la aurora en Nueva York. En la ciudad, el momento del
amanecer que normalmente significa el inicio de un nuevo día no es hermoso ni romántico. La
aurora tiene cuatro columnas, un imagen que alude a la arquitectura vertical de la ciudad con sus
chimeneas y rascacielos. Nueva York es una ciudad rodeada por agua pero en la Nueva York de
Lorca las aguas son podridas y lodosas. Aquí se puede observar un simbolismo negativo del agua
muy fuerte.
Es que la suciedad física sube en chorros hasta el cielo por los cuatro puntos cardinales, apenas
llega el amanecer. Siendo habitualmente símbolo de la vida, en este contexto se convierte en el
contrario, en símbolo de la muerte. Pero no solo el agua sino también las palomas, normalmente
representantes de la naturaleza, de la paz y de la inocencia, tienen valor negativo. Son negras y
chapotean las aguas sucias, parecidas a ratas, mensajeros de la muerte con intenciones hostiles.
Además aparecen como catástrofe natural, como huracán con potencia destructiva.
La luz de la aurora ni siquiera puede llegar a la ciudad porque está bloqueada por las columnas de
cieno y un huracán de palomas negras. Se puede decir que el lector después de la lectura de los
primeros cuatro versos ya sabe que se trata de un poema que le instala en un mundo urbano
problemático e inquietante. Pero Lorca sigue con la descripción de la metrópoli desde su punto de
vista:
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
(vv. 5-8)
La anáfora en el quinto verso significa que se sigue con la descripción. La aurora personificada
tiene que subir las escaleras pero no lo hace con facilidad cumpliendo la ley natural. Tiene que
esforzarse en este ambiente tan poco natural. Busca nardos entre las aristas – otra vez referencia a la
arquitectura de la ciudad. Las flores son símbolo de la naturaleza. El texto no da respuesta si la
aurora las encuentra pero el lector puede imaginarselo: En este mundo no existen flores, la
búsqueda tiene que ser infructuosa.
En los siguientes versos se puede observar un cambio de tema. El autor deja de describir la aurora y
empieza a hablar de la gente de la ciudad.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí na hay mañana nu esperanza posible:
(vv. 9-10)
Y en el siguiente verso queda muy claro por qué: Con toda claridad y sin símbolos ni metáforas se
dice que para la gente en aquel lugar no hay futuro ni esperanza.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
(vv. 11-12)
Aquí aparece el dinero en forma metálica y animalizado como plaga bíblica. Destruyen la inocencia
de los niños que en Nueva York están igual de desesperados que los demás. Hay que destacar los
dos verbos taladrar y devorar. Se trata de un acto fuertemente violento, de una catástrofe natural
igual que la apariencia de las palomas negras más arriba. Las monedas son insectos metálicos que
taladran como máquinas a las criaturas más desprotegidas de la ciudad. El dinero como la fuerza
más poderosa en este mundo ha sustituido al amor, incluso al amor paternal.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados:
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
(vv. 12-16)
La gente no se hace ilusiones: Ya han entendido que lo que les espera no es el paraíso sino que
tendrán que trabajar como esclavos en el caos de números y leyes. Otra vez aparece la imagen del
cieno donde uno no se puede mover libremente ni respirar. El juego ya no tiene su función
auténtica, es una acción sin naturaleza. Además el trabajo es inútil, no tiene meta. Otra vez se nota
la ausencia de naturaleza. La naturaleza y la infancia representan el paraíso. Ambas cosas en el
mundo urbano de Nueva York no existen. La infancia está destruida por la desesperanza de los
niños y los juegos pervertidos. La naturaleza no tiene razón de ser, el agua está contaminada, los
insectos son criaturas crueles y los frutos no pueden existir en este ambiente. Todo lo humano y
natural ha sido sustituido por números y leyes. La Nueva York lorquina es un infierno donde no hay
amor ni otros sentimientos humanos.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impútico reto de ciencia sin raíces.
(vv. 17-18)
Pero no sólo la gente son esclavizados. La misma luz de la aurora está encadenada y enterrada. La
aurora pierde la lucha contra los ruidos de la ciudad y la ciencia. En el verso dieciocho se expresa
un profundo escepticismo ante las ciencias. Pero: no se niega la ciencia, sino la que carece de
„raíces“. La ciencia sin raíces es la que ha perdido su enlace con la naturaleza y ha destruido la
armonía natural del hombre con el mundo. En Nueva York, Lorca observa un choque dramático
entre naturaleza y artificiosidad.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
(vv. 19-20)
El día comienza y la gente no está despierta. Vacilan como marionetas por sus barrios, soportando
su triste destino. En este mundo no hay sueño ni sueños. La gente son marineros sin puerto,
náufragos que siguen vivos pero es una vida sin sentido, sin objetivo. Analizando la morfología y la
sintaxis del poema se puede constatar que predominan los sustantivos. Se utilizan muchas palabras
relacionadas con la naturaleza: aurora, huracán, palomas, aguas, nardos, enjambre, fruto, etcétera.
Pero estas palabras casi siempre se encuentran en un entorno de connotación de naturaleza
pervertida, muchas veces en oposición con otras palabras que relativizan su naturaleza: palomas-
negras, aguas-podridas, enjambresfuriosos, etcétera. Hay algunos sustantivos abstractos como
angustia, esperanza, paraíso o amores, todos salvo el primero negados, ausentes en el mundo que
dibuja Lorca.
La negación desinga la nulidad y falta de autenticidad de este mundo. Lorca se percata de esa
nulidad y puede nombrarla por su nombre porque conoce la verdadera realidad operante, porque
sabe de antiguo que es aurora y lo que es esperanza.
Los adjetivos son todos de sentido negativo: palabras como negro, podrido, inmensa, furioso,
abandonado, deshojado e impúdico apoyan a describir un mundo desequilibrado.
Conclusión
La aurora como poema es mucho más que una expresión de los sentimientos del poeta durante su
estancia en Nueva York. Es su crítica a la separación del hombre primitivo de la naturaleza, una
advertencia a los lados oscuros del mundo industrial. La metrópoli norteamericana es el lugar donde
el extrañamiento y el desequilibrio se pueden ver con mucha evidencia. Lorca utiliza sus
observaciones para transformarlas en imágenes que expresan su vista personal de la ciudad y de la
situación de la civilización en general. El resultado es una obra tan atemorizante como fascinante:
Crea imágenes de gran fuerza que pasan por el ojo interior del lector.
LA SANGRE DERRAMADA
El poeta no desea ser rechazado por la persona que ama. Desea esos momentos íntimos y recuerda
la marca de los besos y los jadeos en su rostro, ese tono rosado que tienen también los chupones, las
marcas de la pasión. Para el poeta, si no está con él se siente vacío, desnudo. Cree que no tiene nada
que ofrecer a quien le da vida. Cree que es poca cosa para su amado. No puede decir quién es su
amante y esto le hace sufrir como Jesús lo hizo en la Cruz y, al mismo tiempo, se siente unido
emocionalmente a él, encadenado. No quiere perderle. Prefiere ser parte de su vida, aunque sufra y
aunque nadie conozca su relación, a no ser nada. Estamos ante una relación prohibida, ante una
relación en la que hay un amor correspondido, pero que sin embargo tiene que ocultarse. Cuando
profundizamos en el poema, nos damos cuenta de que es un amor homosexual, algo muy
perseguido y por el que te podían encerrar en la cárcel, además del repudio social que esto
conllevaba. Es por ello que el poeta tiene que ocultar la relación, sabiendo las consecuencias de lo
que pasaría si fuera conocido. Podemos interpretar que la otra persona, su amante, está casado y
seguramente tiene familia. Sin embargo, la rabia del poeta por no poder decir lo que siente y
expresar su amor con libertad le hace sufrir. Aun con todo ello, prefiere seguir ocultando la relación
a perder a la persona que ama. Para el poeta, su amor lo es todo para él, desde el punto de vista
emocional, desde el punto de vista físico y, sobre todo, desde el punto de vista sexual. Lo ama de
manera incondicional y es este sentimiento el que le hace sufrir y, al mismo tiempo, le hace sentirse
más unido al amante. El poema es una constante lucha interior del poeta entre lo que desea y lo que
tiene, entre lo que le gustaría que sucediera y la realidad de lo que sucede, entre una situación ideal
y la vida misma. Lo más destacado es que él no puede hacer nada para cambiar lo que sucede.
Únicamente puede aceptar su situación amorosa como es y como está o perderlo todo y el poeta
prefiere ser el amante en la sombra a no ser nada.
CONCHA MENDEZ
SALGO A LA CALLE Y VOY EN ASCUA VIVA
Salgo a la calle y voy en ascua viva,
o voy temblando porque el mundo es triste.
Y vuelvo de la calle y entro en casa
y el mundo sigue triste sin remedio.
Y no es que falte un ángel en la estancia
que nos sonría, que nos hable al menos.
Y no es que falte un dios para las cosas,
ni ese deseo de pasar soñando
sin escuchar las quejas que en el aire
vagan por encontrar por fin el eco.
El libro en el que se incluye este poema, Niño y sombras, tiene como telón de fondo la muerte, al
nacer, de su primer hijo. Fue escrito en 1933 pero no vio la luz hasta 1936, cuando la autora ya tenía
a su hija Paloma. Cabe destacar el uso del yo poético en los cuatro primeros versos y del plural en
los dos siguientes; a partir de aquí se rompe el equilibrio rítmico que ha mantenido el poema e
inicia una secuencia más larga que incluye una sola pausa para acelerar el ritmo y aumentar la
sensación de extenuación.
MADRIGAL
RAFAEL ALBERTI
SI MI VOZ MURIERA EN TIERRA
Si mi voz muriera en tierra,
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.
Tema: Es uno de los poemas de "Marinero en tierra" y su tema principal es la nostalgia y el mar,
que muestra el deseo de no morir lejos de esta. El poeta pretendía que su poema perdurara en el mar
cuando els e muera, aunque sea algo imposible.
Estructura: Tiene 3 estrofas y 12 versos octosílabos de arte menor. Tiene rima
consonante en los versos: 1,3,8,6,9,10 y 12.
En el primer verso hay una personificación y donde dice "voz en tierra" hay una metáfora.
En el segundo tercero cuatro y quinto verso hay un paralelismo.
ABRIL 1938
¿Otra vez tú, si esta venida
más que imposible me parece,
puesto que sube y reverdece
en tan tremenda sacudida?
GALOPE
Las tierras, las tierras, las tierras de España,
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
al sol y a la luna.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
SE EQUIVOCÓ LA PALOMA
Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Sobre las circunstancias en que nació esta composición escribió el autor, en La arboleda
perdida (1959):
Cuando llegué a París mi estado espiritual era negro, desesperado [...], apoderándose de nosotros,
los recién exiliados españoles, el túnel de la más tremenda incertidumbre. En Francia no había
escrito aún ninguna poesía [...] pero una de aquellas noches, de las más solitarias, poseído de no sé
que extraños impulsos, comencé a escribir una canción, cuyo comienzo era "Se equivocó la paloma.
/Se equivocaba. /Por ir al norte fue al sur..." Cuando llegué al final me quedé sorprendido: "Ella se
durmió en la orilla. /Tú en la cumbre de una rama." No comprendía yo cómo en aquel sumergido
estado de angustia en que me hallaba me había podido salir una canción como aquélla. La leí, la
releí, no hallándole ni el más remoto rastro del estado que me invadía. Era un misterio su aparición.
Abriéndose vuelo entre los cielos y campos de muerte que arrastraba conmigo, aquella paloma
había llegado hasta mis manos, traspasándola con aire de escritura a una hoja blanca de papel que
tenía sobre la mesa.
Se trata de un poema de compleja significación simbólica, al que se han buscado muy diversas
interpretaciones, relacionadas con el plano personal, el político o el amoroso. En él encontramos
dos protagonistas: la paloma y un "tú" femenino misterioso al que se alude indirectamente. El tema
del poema, la desorientación o reiterada equivocación de la paloma en la búsqueda infructuosa de
algo que no se explicita, se refleja con claridad por medio de un juego de contrarios ("norte" /"sur",
"trigo"/"agua", "mar" /"cielo"...) que se prolonga hasta el final del texto, y mediante la reiteración
de verbos cuyo significado gira en torno a la equivocación ("se equivocó", "se equivocaba",
"creyó"). La acción se sitúa en el pasado. El pretérito perfecto simple ("se equivocó", "fue",
"creyó") presenta la acción como pasada y puntual, mientras que el imperfecto ("Se equivocaba") la
presenta como inacabada y reiterativa.
La complejidad en cuanto al significado contrasta con la sencillez formal: léxico cotidiano,
ausencia de adjetivación, predominio de los sustantivos (distribuidos cuatro en cada estrofa) y
escasez de verbos, así como el empleo del paralelismo, son algunos de los rasgos más relevantes.
Respecto a la estructura métrica, el autor ha elegido un cosante -como indica Navarro Tomás-,
composición muy utilizada en la lírica galaico-portuguesa y en la lírica castellana tradicional. Se
trata de una sucesión de pareados que acaban en un verso que actúa a modo de estribillo ("Se
equivocaba"). Como es habitual, va encabezado por un grupo de dos versos ("Se equivocó la
paloma. /Se equivocaba"), de los cuales el segundo es el estribillo, en los que se presenta el tema,
que se va desarrollando en los pareados.
ELEGÍA A GARCILASO
CERNUDA
NO DECÍA PALABRAS
No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,
una hoja cuya rama no existe, 5
un mundo cuyo cielo no existe.
Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo 15
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.
Este poema es uno de los más famosos del libro, donde Cernuda intenta dar respuesta a lo que
significa el deseo y de qué manera se despierta en él.
En la primera estrofa se presenta la figura de un amante que no hablaba, que no necesitaba recurrir a
la palabra porque el deseo se expresa de otra manera, por medio del lenguaje corporal, que de
manera tan gráfica Cernuda describe en el v. 2 ("Acercaba tan solo un cuerpo interrogante"). El
cuerpo es "interrogante" porque no sabe si la atracción es correspondida, si sus deseos se reflejan en
el otro. Pero esa interpelación que el amante dirige al objeto de sus miradas no puede recibir
respuesta, porque "el deseo es una pregunta cuya respuesta no existe". El poeta consigue definir con
acierto y un gran poder evocativo el significado del deseo, pues el verdadero deseo no alcanza
nunca resolución, se queda latente en un infinito estado de contemplación. Cernuda amplia aún más
esta idea en los dos versos siguientes: "una hoja cuya rama no existe, / un mundo cuyo
cielo no existe". El deseo no tiene causa, no tiene nexo, no forma parte del orden establecido, y no
se puede pretender darle una respuesta coherente.
En la estrofa siguiente se describe por medio de unas imágenes muy orgánicas el camino que
recorre el deseo desde que nace en las entrañas del cuerpo hasta que sale al exterior y se manifiesta.
El deseo está muy unido a la parte más instintiva del ser humano, a la parte más animal, de ahí que
se recurra a estas metáforas que muestran el deseo como algo biológico. Pero a pesar de ese origen
natural, vuelve a convertirse en una pregunta que se lanza al aire ("en interrogación vuelta a las
nubes").
A continuación se analizan distintas situaciones que provocan la aparición del deseo: un roce, una
mirada, un simple gesto (vv. 12-13) que llevan a que "el cuerpo se abra en dos" (otra imagen
visceral que refleja esa entrega que genera la pasión amorosa) para recibir en sí a otro cuerpo. En
los versos siguientes se aclara la identidad de ese otro cuerpo "mitad y mitad, sueño y sueño, carne
y carne / iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo" (vv. 16-17). Al igual que ocurría en
algunos poemas de Un río, un amor, (como por ejemplo "Todo esto por amor") se expone de forma
explícita que se trata de un amor homosexual que busca un cuerpo igual. Algunos críticos, como
Maristany, han visto en estos versos una referencia al mito hermafrodita contenido en El
banquete de Platón.
La conclusión del poema retoma la definición de deseo de los vv. 3-4, modificando "cuya respuesta
no existe" por "cuya respuesta nadie conoce", dejando abierto un rayo de esperanza (v. 20), pues se
pasa de la inexistencia al desconocimiento.
Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.
La estructura del poema sí sigue un patrón circular ya que comienza con una idea que va hilvanando
hasta acabar con la misma. De hecho, una vez te fijes en el poema, verás que este comienza con lo
mismo que acaba, (donde habite el olvido), estableciéndose tres partes diferenciadas dentro del
mismo.
LIBERTAD
A tiros nos dijeron cruz y raya.
En cruz estamos. Raya. Tachadura.
Borrón y cárcel nueva. Punto en boca.
Si observas la conducta conveniente,
podrás decir palabras permitidas:
invierno, luz, hispanidad, sombrero.
(Si se te cae la lengua de vergüenza,
te cuelgas un cartel que diga «mudo»,
tiendes la mano y juntas calderilla.)
Si calzas los zapatos según norma,
también podrás cruzar a la otra acera
buscando el sol o un techo que te abrigue.
Pagando tus impuestos puntualmente,
podrás ir al taller o a la oficina,
quemarte las pestañas y las uñas,
partirte el pecho y alcanzar la gloria.
También tendrás honestas diversiones.
El paso de un entierro, una película
de las debidamente autorizadas,
fútbol del bueno, un vaso de cerveza,
bonitas emisiones en la radio
y misa por la tarde los domingos.
Pero no pienses libertad, no digas,
no escribas libertad, nunca consientas
que se te asome al blanco de los ojos,
ni exhale su olorcillo por tus ropas,
ni se te prenda a un rizo del cabello.
Y, sobre todo, amigo, al acostarte,
no escondas libertad bajo tu almohada
por ver si sueñas con mejores días.
No sea que una noche te incorpores
sonambulando libertad, y olvides,
y salgas a gritarla por las calles,
descerrajando puertas y ventanas,
matando a los serenos y los gatos,
rompiendo los faroles y las fuentes,
y el sueño de los justos, porque entonces,
punto final, hermano, y Dios te ayude.
Si de algo pecó la poesía social española de mediados del siglo xx, fue de panfletaria por el
predominio del tono ditirámbico, de acusación y denuncia, y por una intencionalidad marcadamente
política, que iba en detrimento de la profundidad lírica y la calidad artística; de tal manera que, si
exceptuamos a unos pocos excelentes poetas, a la mayoría se los ha llevado el río del olvido.
Uno de estos poetas destacados fue Ángela Figuera Aymerich, que creó una poesía fuerte,
decidida, crítica, de desvelamiento de las más crudas y desagradables verdades, sin ambages, y con
alta categoría poética, pero con un lenguaje rotundo y eficaz sin el más leve asomo de sonoridades
efectistas. Poesía de una mujer consciente de su papel social en un mundo dominado por hombres,
aunque sin necesidad de definirse feminista.
Ángela Figuera fue una de las voces femeninas más rotundas, claras, rebeldes, comprometidas y
libres de la poesía española. Y, sin embargo, una losa de silencio cayó sobre su obra debido a su
pertenencia irrenunciable al bando derrotado en la Guerra Civil, en la dictadura franquista, cuya
férrea censura no podía permitir aquel tono irreverente y comprometido que denunciaba la
injusticia, la falta de libertad y todas las lacras de aquella España sojuzgada y amordazada.
Pero esa losa de silencio llega incluso a la España democrática, casi hasta nuestros días, en una de
las injusticias poéticas más flagrantes e inexplicables cometidas en nuestro país. De hecho, aparte
de algunos libros, menos comprometidos, publicados durante el régimen franquista, hasta 1975, el
mismo año de la muerte de Franco, no se publicó en Madrid una Antología total
EMILIO PRADOS
CANCIONES I
SONARON TRES GOLPES
El viento gemía,
sollozaba el agua;
sobre el cielo negro,
la luna se alzaba.
Ni el viento gemía,
ni lloraba el agua.
Se escondía la luna
tras las nubes altas.
CARMEN CONDE
DESCALZA
JOSEFINA DE LA TORRE
LA LUNA
LUCÍA SÁNCHEZ SAORNIL
ES EN VANO
JUAN JOSE DOMENCHINA
Y DECIMOS..
MARGARITA FERRERAS
ARAÑARÉ LA TIERRA
SIEMPRE ESOS OJOS FRÍOS
ERNESTINA DE CHAMPOURCIN
EL BESO
¡Tus labios en mis ojos!
Qué dulzura de estrellas alisa lentamente
mis párpados caídos...
Nada existe del mundo. Sólo siento tu boca
y el temblor de mi espíritu hecho carne de luz.
Sé cruel al besarme. Desgarra mis pupilas
y arranca de su sombra la lumbre de mi sueño.
Con ella te daré mi última mirada.
¡Abrásame los ojos! Que el peso de tus labios
despoje mi horizonte de lo que tú no has visto.
Quiero olvidarlo todo y anularme en la niebla
que ciñen tus caricias.
EL ÚLTIMO DIÁLOGO
temblores y sobresaltos
a tu carne sorprendida.
El poema “Beso” narra de una manera poética el beso que la voz poética da a una solitaria mujer, el
cual le abre los ojos y le hace ver el amor verdadero. Se puede ver la conexión entre las dos figuras
claramente. El poema trata el tema de la exaltación del amor, la soledad, y el encuentro de la
felicidad. El poema expresa varias ideas principales de la generación del 27 en sus versos, como la
abundancia de metáforas, la idea reformadora de el verso libre, y la mezcla del léxico culto con
expresiones coloquiales. Los rasgos del poema son característicos de la generación del 27. Para
empezar, el poema está escrito usando la voz apostrófica en todo momento. La usa para dirigirse a
su destinatario, su amada; expresa sus sentimientos por ella y describe con detalle su beso. La
estructura externa es de un poema de verso libre, típico de su generación; la interna se divide en dos
partes, la primera, formada por la descripción del beso, y la segunda, la cual está formada por los
sentimientos de la mujer tras el beso. La métrica del poema consta de ocho sílabas en cada verso,
excepto el penúltimo, que tiene nueve. La rima es totalmente inexistente, aunque tiene un ritmo. El
texto carece completamente de anáforas o de anadiplosis; pero contiene encabalgamientos, por
ejemplo el verso dos, el cual continúa la oración en el siguiente verso. (Cuando me asomé a tus
labios / un rojo túnel de sangre) En el plano morfosintáctico el poema también contiene rasgos muy
característicos de su generación. Predomina principalmente el pretérito, ambos el perfecto simple y
el imperfecto, y, como era típico se mezcla el lenguaje coloquial con el formal en varias ocasiones.
Se usan exclamaciones para abrir y cerrar el poema. Finalmente, el poeta introduce numerosas
metáforas para describir el beso y los sentimientos posteriores. Un claro ejemplo de estas es la
comparación de los labios de la mujer con un rojo túnel de sangre, oscuro y triste. En conclusión,
este poema incorpora numerosas características pertenecientes a la generación del 27, las cuales son
usadas para describir un beso con todo sumo detalle, y para señalar el estremecimiento de la mujer
tras el mismo. Este poema me ha resultado interesante como texto que relaciona directamente a
Altolaguirre con la generación del 27, a demas, me ha producido una emoción interna que ha
resultado bastante satisfactoria.
LAS CARICIAS
¡Qué música del tacto
las caricias contigo!
LAMENTO
La playa
1. ANÁLISIS
Manuel Altolaguirre (Málaga, 1905 – Burgos, 1959) es un estimable poeta, miembro de la Generación del 27.
Editor, dramaturgo y guionista de cine, nos dejó importantes títulos poéticos, pese a su prematura muerte. Su
formación clásica y el hondo conocimiento de la mejor tradición literaria española influyeron en su poesía
intimista y reflexiva.
1. Resumen
El poema nos presenta un cuadro marinero o playero con tres estampas dentro de él, más el marco general. Este
coincide con el estribillo, el pareado que se repite tres veces. Presenta la imagen del yo poético, de pie,
observando, haciendo “ángulo recto” con su sombra; parece que se puede interpretar con la salida o la puesta
del sol, para que se produzca esa sombra. Se puede entender como un “libro abierto” por la forma que produce.
Las tres estampas que observa el sujeto poético, una por cada estrofa, son: las barcas amarradas a la orilla, por
pares; parecen un par de sandalias secando; la segunda crea la imagen de un niño tendido en la arena, dormido;
en la tercera y última vemos a unos pescadores tirando de unas sogas, recogiendo redes y aperos, acaso de final
de jornada.
2. Tema
El tema del poema se puede enunciar así: contemplación de un paisaje marinero, en una playa, con el yo poético
ejerciendo de observador.
3. Apartados temáticos
-El primer apartado (primera estrofa, vv. 1-3) ofrece la imagen de varias barcas varadas en la orilla, amarradas
por pares.
-El segundo apartado (tercera estrofa, vv. 6-8) nos pinta una escena casi a lo Soroya: un niño tendido duerme
sobre la arena.
-El tercer apartado (quinta estrofa, vv. 11-13) nos presenta una acción, es decir, la escena posee dinamismo,
frente a las anteriores, que son estáticas. Ahora unos marineros tiran de unas maromas, recogiendo redes y
aperos.
-Entre escena y escena, el estribillo (segunda, cuarta y sexta estrofas, vv. 4-5, 9-10 y 14-15); en él, el yo poético se
presenta como observador. Esto significa que vemos por sus ojos; es su punto de vista y perspectiva el que llega a
nosotros.
El poema está compuesto por quince versos octosílabos. Las estrofas impares forman una tercerilla (aba); las
pares, un pareado (cc); la rima es asonante. Esta original combinación recuerda mucho las formas propias de la
poesía popular; de ahí su carácter sintético, insinuador, musicalmente sencillo y pegadizo, pero con un punto de
ingeniosa combinación.
5. Comentario estilístico
El poema es muy descriptivo y contemplativo. El yo poético mira a su alrededor en la playa y se topa con tres
escenas que nos pinta con rasgos impresionistas, sugeridores y vivos. La primera escena nos ofrece una hilera de
barcas amarradas, por parejas, “como sandalias del viento” (v. 2); en este símil se pinta muy bien el contorno de
las barcas; importa el perfil, no el detalle.
En la segunda escena se presenta al niño dormido en la arena. También se utiliza un símil expresivo: “como
despojo del mar” (v. 7), referido al niño dormido en la arena; transmite connotaciones de pobreza, abandono y
desprotección. La quinta estrofa no ofrece ningún símil; a cambio, se aplica un adjetivo cromático y otro
gustativo aplicado a maromas: “amarilla y salobres”. El efecto sinestésico es inmediato y crea una connotación
sorprende y bastante impactante en el lector.
El estribillo se centra en el “yo y mi sombra”; la repetición anafórica de la expresión dota de énfasis a los dos
elementos aludidos. En ambos versos se suprime el verbo; la elipsis reconcentra el sentido poderosamente. Lo
que sigue son dos hermosas metáforas; la primera, visual: el yo poético forma ángulo recto con su sombra sobre
la arena; la segunda es conceptual; crea la sensación de un libro, sobre el que se puede leer. Surge una inteligente
analogía de nosotros, lectores, leyendo el poema, a través de la mirada del yo poético.
El poema combina muy bien cierto tono ligero, descriptivo, con otro más contemplativo. Las tres escenas
representadas pertenecen a la vida cotidiana de las gentes humildes y esforzadas. El yo poético se ofrece como
intermediario de la visión, como un “libro abierto”, para que nosotros valoremos las pinturas trazadas al estilo
de Soroya: un impresionismo sugerente, evocador y sugestivo.
6. Contextualización
Manuel Altolaguirre es un interesante y original poeta de la Generación del 27. Mantuvo estrecho contacto con
muchos de los componentes del grupo por su labor como editor. Al finalizar la guerra civil, se exilió en Cuba y
México, donde siguió con sus actividades de edición; también compuso teatro y guiones de cine, trabajando con
Luis Buñuel. Al morir relativamente joven a causa de un accidente de tráfico, en Burgos, su trayectoria literaria
quedó trunca y desgraciadamente incompleta.
Su poesía se caracteriza por la presencia de aspectos emocionales y sensitivos. Él mismo se consideraba deudor
de la poesía de Pedro Salinas. También es perceptible el influjo de los clásicos españoles, de quienes toma el
equilibrio y la contención expresiva. La presencia del yo en sus poemas delata una cierta concepción romántica
de la poesía, de influjo becqueriano. Son poemarios recordados por su calidad Las islas invitadas (1926)
y Poemas en América (1955), el primero y el último, respectivamente, de su carrera literaria.
7. Interpretación y valoración
El poema que estamos estudiando es una deliciosa recreación de tres escenas marineras propias de la vida
cotidiana de la gente humilde. En la primera aparecen barcas; en la segunda, un niño dormido en la arena; en la
tercera, los marineros tirando de las maromas. Dos son estáticas y una dinámica. Juntas, es como si
observáramos un cuadro impresionista que se centra en tres detalles de vida, muy expresivos sobre un modo de
vivir.
Altolaguirre crea un poema hermoso, sensitivo (sobre todo visual y cromático), que inmediatamente se traslada a
imágenes en la mente lectora. No hay valoración, solo presentación. Como lo representado son instantáneas de la
vida cotidiana de la gente humilde, se nos ofrece un cuadro de vida humilde de la gente esforzada y trabajadora.