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PAUTAS DE AUTOCUIDADO
Dedica un tiempo al día en el que preguntarte cómo estás, cómo te estás
sintiendo, cómo ha ido el día, etc.
Cuida tus hábitos y tus rutinas básicas relacionadas con la alimentación, el sueño,
el descanso, el ejercicio físico o cualquier tipo de movimiento corporal, etc. El
estrés de esta situación puede hacer que tu salud física sea vulnerable, así que
cuidarte en este sentido es esencial.
Cuida tu ocio, dedícate algún momento en el que hacer algo que disfrutes, como ir
al cine, salir a cenar, ir al teatro… cualquier plan que pueda hacerte conectar con el
disfrute y que, por un momento, te ayude a desconectar y descansar la carga.
Invierte en autocuidado o mimo personal: masajes, talleres, cursos de formación o
cursos creativos (por ej.: pintura, cerámica…).
Expresa cómo te sientes. Busca personas y espacios seguros en los que poder
exteriorizar cómo te sientes sin miedo a resultar “pesada”, “negativa”, “repetitiva”,
etc. Necesitas y mereces espacios que funcionen a modo de ventana, en los que
puedas ventilar todo lo que llevas dentro. Haz esto con personas que anticipas que
van a recoger y sostener lo que les dices con respeto, comprensión, y afecto.
- PAUTAS DE AUTOCUIDADO -
Presta especial atención a señales que pueden indicar que necesitas ayuda y
acompañamiento profesional. En este punto vamos a detenernos para hablar de
algunas señales de alerta que pueden indicar que, como Vigilante, necesites
ayuda profesional:
- Cansancio continuado
- Tristeza, apatía, culpa, preocupación… todos los síntomas normales que antes
hemos visto son intensos, frecuentes, y/o duraderos