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Leamos el evangelio
del día y meditemos
Ofrecimiento del Rosario
Me uno a todos los santos que están en el Cielo, a
todos los justos que están en la tierra, a todas las
almas que están en este lugar. Me uno a vos ¡Oh
Jesús! Para alabar dignamente a nuestra Santa
Madre y alabaros a vos con ella y por ella. Renuncio
a todas las distracciones que vinieren durante este
Santo Rosario que quiero recitar con modestia,
atención y devoción como si fuese el último de mi
vida. Así sea
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en los Cielos, santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu Reino, hágase Señor tu voluntad así en la tierra
como en el cielo, danos hoy el pan de cada día, perdona nuestras
ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden, y no
nos dejes caer en la tentación, más líbranos del mal.
3. La Coronación de espinas.
1. El Bautismo en el Jordán.
4. La Transfiguración.
Gloria
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo, como eres en el principio ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amen
Agradecimiento
Bajo tu amparo
Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios, no desprecies las
suplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos
de todos los peligros, oh Virgen Gloriosa y Bendita. Amen
Dulce Madre
Dulce madre no te alejes, tu vista de mí no apartes, ven conmigo a todas
partes y sola nunca me dejes, ya que me proteges tanto como una
verdadera madre, haz que me bendiga EL PADRE, EL HIJO Y EL
ESPIRITU SANTO. Amen
Despedida
Padre nuestro, ave maría, gloria.
Oración de despedida
Oh madre querida, llegó la hora de la
despedida y como otra de los discípulos
de Emaús al divino maestro, ahora os
pedimos: quedaos con nosotros,
Señora, pues ya es tarde y acabó el día”.
Vuestro oratorio parte, pero estamos
seguros de que vos continuarás
presente en esta casa con vuestra gracia
y vuestro amor materno.
De nuestra parte, queremos teneros
siempre presente en nuestras almas,
aumenta nuestro amor y nuestra
devoción de tal modo que cuando
regreses, encontraras esta casa más
abierta y estos corazones más
fervorosos y más deseosos de acogerte
como verdadera reina de esta familia.
Recibí como acto de despedida filial
nuestra, esta doble suplica: no te
separes de nosotros y no permitas que
jamás nos separemos de vos. Así sea