Está en la página 1de 2

Universidad Nacional Autónoma de Honduras

Maestría Estado y Políticas Públicas


Honduras y la necesidad de una nueva gestión publica
Elías A. Villalta
03 de diciembre de 2012

Como punto de partida, es preciso apuntar las particularidades en torno al actual gobierno,
mismas que podemos describir en dos sentidos, el primero referente a las condiciones externas
y el segundo a las características internas y propias de la administración actual.
Sobre las condiciones externas, resalta que en la época post golpe, esta es la primera
administración que se convierte en gobierno, con el respaldo de una amplia base social que, a
través de las urnas, expresó su favor por el Partido Libre, y/o descontento con el Partido
Nacional en las elecciones de noviembre de 2021. Además de esta condición política de
carácter externo, también debe señalarse la frágil y en algunos casos nula institucionalidad que
hereda la administración de Hernández, al grado que muchos funcionarios de la nueva
administración no encontraron archivos, registros, e incluso equipo para poner en marcha los
mandamientos del nuevo ejecutivo. Finalmente, las deplorables condiciones en que se recibe el
país, los altos índices de pobreza y pobreza extrema, la alarmante deuda, la desigualdad
social, los efectos de la post pandemia y el conflicto entre Rusia y la OTAN, representan un
panorama difícil para la administración de la presidenta Castro.
En cuanto a las características del actual gobierno, en primer lugar se debe apuntar que pese a
que varios funcionarios de alto y mediano nivel tienen experiencias previas en la administración
pública, que adquirieron principalmente en el gobierno del Poder Ciudadano, esta condición no
aplica a la mayoría de nuevos funcionarios públicos, quienes en su mayoría asumen por
primera vez una responsabilidad en la administración pública, sumado a esto, el desdén que
hubo por parte de los miembros del partido Libre hacia las instancias estatales en los últimos
años, hoy cobra factura, pues muchos desconocían por completo la forma de operar de las
instituciones públicas, en otras palabras, estamos hablando de un partido que gobierna por
primera vez, y además tiene que lidiar con estructuras que no operan necesariamente como
establece la ley, dado que se han reconfigurado de facto para favorecer y garantizar intereses
de ciertos grupos de poder. Por otra parte, pese a que se ha sustituido importante parte del
personal existente en las instituciones, los funcionarios de LIBRE aún deben de lidiar con
funcionarios leales a la administración anterior, y que se encuentran en posiciones estratégicas
que les permiten entorpecer los pasos de la actual administración, situación que se agrava con
nombramientos de la actual administración que ponen en cuestión la racionalidad y lealtad de
los mandos intermedios del actual gobierno. Finalmente, el partido LIBRE hereda su ADN al
gobierno, y así como el partido es bastante heterogéneo en su composición, la administración
de Xiomara también lo es, y los conflictos invisibles y latentes entre funcionarios es una
condición que no abona al buen desarrollo del gobierno.
Si bien el preámbulo fue amplio, este era preciso para exponer con mediana claridad la
situación de la administración pública y gestión pública en la actualidad. El gobierno de
Xiomara se ha autodefinido como Socialista Democrático, enarbolando una apuesta por un
proceso de refundación del Estado, si bien, aún no existe acuerdo sobre el contenido de estos
conceptos para el caso hondureño, y será el mismo desarrollo del gobierno que los defina, es
preciso retomarlos en este momento para la discusión sobre una nueva administración pública.
En primer lugar, en un país como Honduras, en donde se disputan variedad de intereses que
van desde el aseguramiento de control militar y geopolítico, hasta el control sobre un corredor
logístico y productivo del que se benefician empresarios nacionales, corporaciones
multinacionales e incluso e incluso organizaciones de narcotráfico de cobertura regional, la
visión del gerencialismo clásico se queda corta para analizar la gestión pública, sin embargo
una administración post burocrática o una nueva gestión público en la cual El Estado, terceriza
parte de sus responsabilidades a través de instancias privadas, tampoco es una alternativa
brillante, pues con enorme facilidad el sector privado tomaría control de lo público, y reduciría al
Estado hasta los postulados más básicos del liberalismo económico. Esto podría suceder de
dos formas, la primera, la clase empresarial nacional toma control de medios de producción
estatales, tierras, así como de la política económica y fiscal, instrumentalizando a la clase
política como meros operarios del aparato estatal; y un segundo caso sería que las
corporaciones tomen control del país, con dinámicas similares al caso anterior.
Si bien Honduras atraviesa una situación bastante compleja en términos de económicos,
políticos sociales y ambientales, es preciso que tanto la administración actual, como el Estado
mismo generen capacidad de movilización y uso eficiente de lo público, que fortalezcan su
capacidad de dar respuesta las problemáticas sociales, que construyan expertis en la
formulación, ejecución, seguimiento, evaluación y redireccionamiento de las políticas públicas.
Talvez, el debate sobre la soberanía nacional tiene su origen en las luchas anti imperialistas, y
el derechos de los pueblos a definir sus propios destinos, pero esa discusión debe ser traslada
a la administración pública, y diseñar Estados con administraciones públicas capaces y
gestiones públicas eficientes, este es un proceso complejo y largo, sobre todo si se tiene en
cuenta que el modelo neoliberal destruyó la capacidad que el Estado había desarrollado en el
siglo pasado para atender los problemas públicos, y desde entonces ha sido lo privado y la
cooperación internacional a través de la ONG las que se han encargado de dar respuesta a los
problemas de la población.
Honduras, debe pensar su administración y gestión pública, como un modelo nacional y
especializado en las particularidades del país, que van desde lo geográfico hasta la
idiosincrasia de una población que ha sido políticamente socializada de forma muy sui generis
respecto a los modelos de nación a los que se aspiran, tanto en el espectro de las izquierdas
como las derechas. Pensar la nueva administración y gestión pública, obviado los elementos
antes señalados, es solo cambiar el método y la narrativa, para mantener los mismos
resultados.

También podría gustarte