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Deontología 

(del griego δέον "debido" + λόγος "Tratado"; término introducido


por Jeremy Bentham en su Deontology or the Science of Morality/Deontología o la
ciencia de la moralidad, en 1834) hace referencia a la rama de laética cuyo objeto
de estudio son aquellos fundamentos del deber y las normas morales.
(http://es.wikipedia.org/wiki/Deontolog%C3%ADa)

El origen de la palabra Deontología lo podemos encontrar en cualquier fuente


literaria o de internet, es el estudio del deber, podemos decir también que tiene
que ver con la norma, con la ética. Bien pues después de haber leído sobre este
tema, puedo ver con claridad la importancia que tiene esta materia en la carrera
que cursamos. Cada individuo en la vida cotidiana posee derechos y obligaciones,
las cuales nos definen como gente de bien o mal, con mayor razón cuando estos
derechos y obligaciones van encaminadas a la profesión que cada uno de
nosotros libremente elegimos, y la Deontología es una herramienta que se nos
proporciona para saber dirigir nuestros valores morales, éticos, y profesionales,
para proteger tanto a los usuarios como a terceras personas.

La ética nos ayuda para llevar una disciplina ideal, nos muestra lo que es bueno y
lo que es malo, lo que podemos tomar como una responsabilidad moral o una
obligación, y aplicarlos a nuestras actividades diarias, y haciéndolo mano a mano
con nuestro equipo de trabajo para lograr cumplir con nuestro propósito
profesional.

La práctica de los valores éticos y morales son de suma importancia tanto para
los estudiantes, los arquitectos, para las instituciones de construccion, y para las
organizaciones nacionales e internacionales, ya que estas prácticas influyen en los
procesos de control, manejo, planificación, diagnostico, y demás actividades que
se llevan a cabo con fines comunes: ayudar al usuario durante la ejecución de sus
necesidades, respetando sus derechos, sus valores, sus creencias e ideologías.

En tanto, la deontología va variando de acuerdo a cada profesión, es decir, no


significa que los valores, moral, y ética de cada profesionista pueda tener más
flexibilidad que otro, si no que de acuerdo a su entorno y desenvolvimiento va
adquiriendo enfoques diferentes, por ejemplo, el juramento hipocrático de los
doctores no es igual al juramento de los abogados, ya que trabajan con personas
igual, pero para diferentes causas y en diferentes maneras. No es como un
ingeniero civil y un arquitecto que, aunque se desempeñen en ramos diferentes y
coincidan en algunos trabajan de la mima forma, con un cliente al cual se cumple
con sus necesidades, etc. , etc.

Surgen infinidad de situaciones, tanto en arquitectura como en cualquier otro


ámbito profesional, en las que la ética adquiere un papel muy primordial a la hora
de tomar decisiones correctas. La deontología es muy importante en el caso de la
arquitectura, en la que se requiere no solo conocer y dominar la técnica, sino
también ser capaz de mantener un compromiso con sus clientes, con el medio
ambiente y con la sociedad y sus valores; también es importante el respeto a los
compañeros y a la arquitectura en sí.

Es fundamental, una correcta respuesta de los espacios a las necesidades reales


de las actividades que se vayan a desarrollar en su interior, y así, poder poner en
conocimiento al cliente de cómo debe vivirlos. Por tanto, ya no es la arquitectura la
que se debe adecuar a lo que se solicita, sino que es el propio arquitecto el que
debe valorar y trabajar sobre la manera que los espacios indican.

Plantearse límites, ser responsable, y no ir en contra de intereses de terceros; la


preocupación constante por los problemas ambientales, nuevas reflexiones sobre
el gasto de los recursos, sobre el estado del planeta, así como el convencimiento
de que los problemas de la sociedad de bienestar no han desaparecido, y que hay
que asumir que hay desequilibrios en la misma, son conceptos que no se deben
dejar pasar por alto sin olvidar que, unos buenos conocimientos y técnica son
imprescindibles para que el buen hacer se transmita claramente en el aspecto final
de la obra acabada, de la misma manera que el tratamiento específico de cada
material según su propia naturaleza.

Se nos ha planteado un caso concreto en nuestra materia de taller aquí en


Santiago, en el que se debe realizar un proyecto de viviendas el cual urge al
promotor, ya que en caso de demora, éste se vería perjudicado por el incremento
de los intereses que debe pagar. Lo interesante del proyecto es que nosotros
como arquitectos debemos de visualizar el estilo de vida de cada persona, que
satisfaga las necesidades de una persona de 75 años hasta la de un recién
nacido, es un proyecto en el cual cada m2 vale oro y más si lo multiplicamos por
los 26 pisos de los que debe de tener la edificación.

Por lo tanto debemos de reducir los m2 al máximo sin perjudicar la calidad de vida
de los ocupantes, tomando en cuenta todos los efectos climáticos, que son los que
más influyen para lograr el confort de los usuarios.

Para mí no es justo que los arquitectos y constructoras sean tan mezquinos y


egoístas como para reducir un departamento al mínimo, y solo para ahorrar más
dinero, ya que está comprobado que si las personas reciben un mejor espacio,
pensado para cada una de sus necesidades, pagan el precio. Aunque es una
difícil decisión porque si por el hecho de tener más espacio es más caro, habrá
muchas familias que no puedan tener acceso a estos “mejores” espacios.

Por esto es que las características de la arquitectura son tan amplias, debe de
interactuar estáticamente con todo tipo de personas, y quedar bien con todos,
hasta con la naturaleza. La arquitectura se puede leer y agrupara solo por la
temporalidad de cada tendencia, pero cada tendencia tiene sus lados buenos y
malos, por ejemplo, en la era del funcionalismo se supone que la arquitectura su
puso a los pies de la todas las persona que estaban pasando por los malos
momentos que dejo la segunda guerra mundial con el funcionalismo, el cual su
propio nombre describe que la función la lleva implícita, el espacio funcionalista
debe “funcionar”.

Pero si le preguntamos a la artista mexicana Frida Kahlo que si su casa hecha por
Arq.Juan O’gorman, era funcional, con toda certeza me atrevo a decir que ella
diría que no, ya que la abandono precisamente por eso, y no podemos decir que
es un mal arquitecto por que el hizo la biblioteca central de la UNAM, entonces
que paso ahí, acaso el arquitecto traiciono al usuario solo por realizarse en hacer
la casa más “funcional” sin interesarle si el usuario iba a poder habitarla, no se
sabrá, pero evidentemente le intereso muy poco la deontología.

Es ahí donde el arquitecto mínimo debe de aplicar el respeto, el respeto a los


usuarios, que al fin de la cuenta es a quien se debe de complacer, porque uno se
prepara por cinco años para hacer lo que uno sabe hacer, porque si ellos pudieran
o supieran como hacerlo ellos lo harina, a lo que me refiero es que no tenemos
ningún derecho en imponer nuestros ideales por encima de las necesidades
primarias del cliente, y para que al final esto quede mal, porque las obras
arquitectónicas son cosas que ya no se pueden modificar sin que hay repercusión
en el bolcillo de las personas.

Yo soy de las personas que cree en el respeto, pero creo también que un
complemento de los demás valores puede hacer a cualquier profesionista su
mayor atributo.

Esto es indispensable, ya que si un arquitecto o cualquier profesionista no es


capaz de considerar a los de su especie, mucho menos lo podrá hacer con algo
que no pueda quejarse, “el medio ambiente”, es cierto que es responsabilidad de
todos pero el arquitecto puede influir de una manera muy importante, ya que con
cualquier planificación, buena o mala es capaz de movilizar a grandes mazas en
diferentes direcciones, afectando siempre directamente al ambiente, y
beneficiándolo muy poco. EL ambiente siempre llevaba las de perder, porque en la
mayoría de las obras o proyectos se construye con materia prima, directamente de
la naturaleza, se fabrica con ella y se desplaza para hacer lugar y poder construir.

Al abusar o hacer mal uso de los recursos naturales que se obtienen del medio
ambiente, lo ponemos en peligro y lo agotamos. El aire y el agua están
contaminándose, los bosques están desapareciendo, debido a los incendios y a la
explotación excesiva y los animales se van extinguiendo por el exceso de la caza
y de la pesca.

Con el paso del tiempo hemos ido buscando nuevas formas para mejorar nuestra
forma de vivir, para que se nos “facilite más la vida”, por esto y por mas nosotros,
los seres humanos, hemos sido los principales provocadores de los cambios en la
naturaleza en los últimos años, hemos influido tanto positiva como negativamente,
pero aún mas de forma negativa, hasta el punto de casi acabar con los que
tenemos, con lo que necesitamos para subsistir, con la vida sobre la tierra. 
Últimamente no hemos visto nada más en los periódicos y noticieros más que
tragedias, muertes, desastres naturales, escasees material, inestabilidad
económica, y muchas otras noticias que llevan entre líneas las palabras “medio
ambiente”.

¿Cuánto más aguantara este planeta?, lo que sabría decir es que la consecuencia
de nuestras acciones se ve a diario y no estamos lejos de que estas situaciones
empeoren aún más, y al parecer esto no está importando mucho a la sociedad.

Afortunadamente en estos tiempos se han podido desarrollar diversos sistemas


que recolectan energía de la naturaleza la cual es infinita, entonces por qué
queremos agotar el petróleo por ejemplo, si tenemos el sol, el cual le quedan miles
y miles de años más de vida. Iluminar los interiores de los espacios es lo que
consume más energía en todo el planeta, lo que nos ha llevado a innovar en la
química, que tampoco trata muy bien a la naturaleza, entonces es ridículo tratar de
iluminar con luz artificial, teniendo la natural, la que nos permite ver los colores en
su máxima apreciación, al igual que la ventilación, si podemos hacer recintos
mejor diseñados para evitar estos pequeños detalles, pero al multiplicarlos por las
millones viviendas del planeta es algo que se debe pensar mejor, ahora, la otra
cara de la moneda es que la realidad radica en que para eso se debe de hacer un
estudio y una inversión más a detalle, la cual tiene un costo, por el cual las
personas no están dispuestas a pagar, o sin la posibilidad de ello, aun sabiendo
que la inversión será retribuida a largo plazo.

La realidad es que el tema del medio ambiente radica en la educación de las


personas y nada más, independientemente de si las cosas los profesionistas lo
hacemos mal o bien. Es decisión de toda la cadena, ya que a todos en diferentes
ocasiones nos toca ser el cliente.

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