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Ley positiva

La justicia y la moralidad dirigida hacia un bien común como sociedad es de suma


importancia, no podemos seguir con leyes que solo nos dictaminen bajo una
conciencia de un dios y bajo su aprobación, como sociedad debemos de dirigirnos
hacia el bien común, sin importar que esto no coincida con la ley natural, es aquí
donde mi postura es a favor de la ley positiva, en sí, no podemos continuar con los
pensamientos tan precarios de la ley natural, como por ejemplo el aborto, la cual
ley positiva indica a la procreación, pero en esta no considera todas las variables
por las cuales se dirige al aborto. Es aquí donde podemos decir e inferir que la ley
positiva tiene una serie de propiedades, que se mantienen desde el momento en
el que se definió este concepto. Así, la ley positiva ha de ser útil, justa y estable.
La ley positiva no puede estar basada en normas que no se puedan cumplir, pues
ha de ser físicamente posible y moralmente aceptable. Se tiene que adaptar a las
circunstancias actuales, ha de ser necesaria y, tal vez lo más importante, ha de
estar dictada en beneficio del bien común de la sociedad. Es aquí donde la ley
natural recae sobre sus principios, dichos principios están basados en la
precariedad la cual dichos argumentos solo se basan en principios cristianos y
naturales, en los cuales a veces no se toma lo moralmente aceptado, sino que se
fundamenta bajo la legitimidad de un dios. La ley natural además de no estar
basada en un principio general de bien y mal, tampoco establece conductas
concretas. En las circunstancias en que esto no ocurre se pueden producir
actitudes como la objeción de conciencia que, pese a poder ser no legales, son
moralmente aceptables.
A diferencia de la ley natural, donde no se busca el bien común, una vez planteada
la introducción, me gustaría concluir que no solo la ley positiva busca lo
moralmente correcto, sino que también se va actualizando con el tiempo, ya que
esta busca el bien común, la ley común me permito llamarla así, a diferencia de la
ley natural que sigue rezagada y en la precariedad, nosotros necesitamos de leyes
que se vayan actualizando día con día dirigido hacia un bien común.
Ley natural

Como seres humanos, nos dictamina la conciencia y el raciocinio, esto se puede


referir al dictamen que emana de la razón de los derechos que se fundan en la
propia naturaleza humana o a la norma física que establece el comportamiento
de los cuerpos ante determinadas condiciones. Todo esto dirigido hacia la
preservación de la especia es uno de los grandes puntos que nos diferencia de los
otros seres vivos. Esta ley es una concepción de la sabiduría de Dios, el Dios que
solo busca lo mejor para nosotros, Dios destinó al hombre para un fin, y recibe de
Él la dirección hacia ese fin. Esta ordenación es de un carácter en armonía con su
naturaleza inteligente libre. En virtud de su inteligencia y libre albedrió, el hombre
es amo de su conducta. Entonces, la regla que Dios ha prescrito para nuestra
conducta se haya en nuestra naturaleza misma. Esas acciones que se conforman
con sus tendencias nos llevan a nuestro fin destinado, y son de ese modo
constituido correctas y moralmente buenas; aquellas en desacuerdo con nuestra
naturaleza son erróneas e inmorales. Es aquí donde basándonos en nuestro ente
religioso como lo es dios, y bajo la concepción de Santo Tomas, la ley positiva no
puede contradecir a la ley natural, estos principios que están en la ley natural
(justicia conmutativa, legal, etc.) principio de la buena fe. Que son anteriores y
superiores a la ley positiva, son anteriores porque incluso antes de que estas leyes
positivas se dictaran han existido estos principios. Y son superiores a esa ley
positiva porque en el caso de que esa ley positiva los contradiga, predomina los
principios, sigues subsistiendo los principios, la ley positiva no deroga, por eso que
bajo esta concepción de Santo Tomás “una ley que contradiga un principio de la
ley natural es una ley injusta” y por consiguiente no es necesaria obedecerla. La
razón de Dios, en cuanto establece aquel orden, es la ley naturales. La ley natural,
en cuanto está impresa en cada criatura, es su ley natural, llamada en el hombre,
ley moral.
Conclusión

En lo personal, la ley positiva resuena más en mí, en mis principios y valores, lo


moralmente correcto depende de cada perspectiva, pero en sí, me gusta más la
perspectiva que se deriva del bien personal, desde la oportunidad de tomar la
decisión si se quiere abortar o no, hasta la prohibición de actitudes “naturales” que
perturben a la sociedad, para mí la ley natural, tiene muchísimas lagunas azules
las cuales uno como ser humano puede escudarse detrás de ellas, pero en la ley
positiva no, aquí se busca lo moralmente correcto, dirigido hacia el bien de la
sociedad.

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