Está en la página 1de 2

Comentario del Tema 4 sobre “Algunos argumentos contra el Derecho

natural” de Norberto Bobbio por Germán Irigoyen

Norberto Bobbio comienza la lectura identificando las claras diferencias entre


derecho natural y derecho positivo. La principal a mi parecer radica en la eficacia del
derecho. Podemos considerar que el derecho positivo en los sistemas jurídicos modernos
prevalece sobre el derecho natural, esta situación nace de la capacidad que tiene el
Estado de hacer cumplir la norma integrada en el ordenamiento jurídico y su
incapacidad de aplicar la norma natural sin cumplir los cauces de producción normativa
preestablecidos. Extraemos por lo tanto una máxima, la capacidad del legislador, y en
los estados constitucionales del juez, de positivizar el derecho natural dotándolo de la
eficacia necesaria para ser considerado derecho estricto sensu.
No por ello debemos entender que el derecho natural no existe o se encuentra
permanentemente supeditado al derecho positivo. Es más podemos entender el derecho
natural como la forma primigenia del derecho y nuestro primer contacto con las normas
reguladoras de la capacidad humana que nos permitieron convivir en sociedad. Con ello
pretendo defender la autonomía del derecho natural en determinadas sociedades y
contextos sociales, acercándolo más a lo que ahora entendemos como costumbre o usos
sociales. Por ello difiero con la opinión tanto de Bobbio como Kant al que cita en esta
lectura. El derecho natural es derecho no promulgado a través de los cauces legales
previstos en los estados modernos pero eficaz en tanto un poder se apoye en él para
aplicar sus políticas o incluso produzca normas positivas. Podemos entenderlo como
aquél derecho inherente a la persona producido en determinado contexto social y en
ocasiones subordinado a un sistema jurídico prevalente.
Bobbio en su obra cita a grandes autores y sus argumentos sobre el estado de
naturaleza y el concepto de natural. Aun siendo argumentos muy válidos e interesantes
yo difiero con el punto de partida, en tanto el derecho actualmente regula
exclusivamente las conductas de lo que consideramos seres racionales, es decir, los
humanos. Por ello debemos partir del concepto del estado de naturaleza humano.
Mientras que nuestros ancestros se pudieron ver sometidos a las normas de la
propia naturaleza que rigen tanto a humanos como otros seres de nuestro entorno,
nosotros como seres racionales y actual especie dominante de nuestro planeta hemos
desplazado aquellas normas propias de la naturaleza creando nuestras normas propias de
exclusiva aplicación para nosotros mismos. Con la repetición del determinante o
pronombre “nosotros” pretendo dar énfasis en el concepto de estado natural del ser
humano frente al estado de naturaleza.
El estado de naturaleza es propio de animales y seres irracionales incapaces de
crear un derecho propio mientras que el estado natural es variable y esta en constante
evolución pues es una creación humana. Aquello que a una sociedad le parece natural a

Germán Irigoyen Vega


otra la puede parecer lo contrario, y el ejemplo perfecto es la homosexualidad venerada
en ciertas culturas como la de los nativos americanos y perseguida como delito en
culturas como la islámica.
El derecho natural ha sido la base de las principales sociedades teocráticas durante
milenios y actualmente se encuentra insertado en los sistemas jurídicos constitucionales,
muchos de ellos laicos o aconfesionales. Considero por lo tanto que tratar de identificar
aquellos hechos como naturales es un ejercicio fútil pues solo caeremos en la aplicación
de juicios de valor influenciados por nuestro contexto social. Encuentro aquí mi
principal crítica al derecho natural, y es la inseguridad jurídica que produce. Por ello es
necesario que aunque no se encuentre plenamente subordinado al derecho positivo si sea
la positivación del derecho natural la que lo dote de la seguridad jurídica necesaria que
debe tener una norma eficaz.

Germán Irigoyen Vega

También podría gustarte