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INTRODUCCIÓN
El Programa de Prevención de Accidentes y Hechos Violentos (PPAHV), Adscrito a la Dirección de
Vida Plena de la Dirección General de Programas de Salud (DGPS), se crea en el año 1990 por
Resolución Ministerial, asumiendo los cambios observados en la manera de enfermar y morir, donde
predominan las enfermedades no trasmisibles y las lesiones. Esta transición epidemiológica está
relacionada con el envejecimiento de la población y el incremento de riesgos relacionados con estilos de
vida no salutogénicos. Ante tales premisas, se consideró que la protección de la salud de los venezolanos
requería de intervenciones y estrategias integrales, diferenciadas, que fortalecieran y ampliaran la lucha
contra los riesgos sanitarios, favoreciendo la cultura de la salud y el desarrollo de oportunidades para
elegir estilos de vida saludables.
Esa situación sigue vigente y en el marco de la política de salud bolivariana, se han planteado nuevos
desafíos a fin de disminuir mediante acciones anticipatorias, el impacto de los accidentes y otros hechos
violentos sobre los individuos, familias, comunidades y sociedad en su conjunto; especialmente cuando el
Ministerio del Poder Popular para la Salud viene adelantando el fortalecimiento de la Atención Primaria
en Salud, mediante la ampliación de la cobertura de la atención integral en las Redes de Atención en
Salud.
A tales efectos, el Ministerio del Poder Popular para la Salud, a través de la Dirección General de
Programas de Salud, se ha propuesto dar énfasis a la promoción y prevención para una mejor salud de
todos. En el caso del PPAHV, estas líneas rectores incluyen acciones de promoción de la calidad de vida y
la salud, prevención del daño y control de riesgos sanitarios, detección temprana de lesiones, con medicina
prehospitalaria oportuna, suficiente y eficaz, y la resolución adecuada para evitar daño más severo y
complicaciones en el lesionado.
Para dar cumplimiento con estos desafíos se considera necesario el fortalecimiento de la capacidad de
análisis, diagnóstico y de tratamiento del personal que se desempeña en los diferentes servicios de salud,
por lo que se avanza tanto en la dotación de los servicios de Atención Primaria, Especializada y en la Red
Hospitalaria a nivel nacional, como en la revisión y actualización de las Normas Técnicas de los
Programas de Salud, así como, el fortalecimiento de la articulación intersectorial, para cubrir la
multiplicidad de factores y actores intervinientes en esta problemática.
BASE LEGAL
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV, 1999) establece las bases para
desarrollar la naturaleza jurídica y el modelo organizativo del Sector Salud Venezolano.
Artículo 83: Establece que la salud es un DERECHO SOCIAL fundamental, parte del Derecho a
la Vida.
Artículo 84: Ordena la creación de un SISTEMA PÚBLICO NACIONAL DE SALUD, bajo la
rectoría del Ministerio de Salud, el cual será de carácter intersectorial, descentralizado y
participativo, integrado al sistema de seguridad social, regido por los principios de gratuidad,
universalidad, integralidad, equidad, integración social y solidaridad.
Artículo 85: Expresa que el financiamiento del sistema público nacional de salud es obligación del
Estado.
Artículo 86: Establece que toda persona tiene derecho a la seguridad social como servicio público
de carácter no lucrativo, que garantice la salud y asegure protección en diferentes contingencias.
Artículo 122: Reconoce el derecho de los pueblos indígenas a una salud integral que considere sus
prácticas y culturas. Igualmente, la CRBV reconoce como derechos un conjunto de determinantes
de la salud, como es el derecho a la educación, nutrición, vivienda, cultura, trabajo, entre otras.
Ley Orgánica de Salud (1998). Establece los estatutos, funciones y atribuciones del Ministerio de
Salud, así como los derechos y deberes de los beneficiarios de los servicios de salud. En su Artículo 31
expone la importancia de la educación para la salud y la participación de la comunidad y el Estado en el
desarrollo de una cultura por la salud y la vida, como parte fundamental de la estrategia de promoción de
salud.
Actualmente en vacatio legis. Se discute en la Asamblea Nacional una nueva Ley de Salud en
concordancia con la Constitución de 1999. Plan Estratégico Social de la Nación (2001-2007). Planteó
como prioridad la Estrategia Promocional de Calidad de Vida y Salud, integrando las políticas públicas
sociales, la corresponsabilidad ciudadana en los territorios sociales, considerando a la salud como
expresión individual y colectiva de calidad de vida y bienestar, producto de los determinantes sociales,
tomando en cuenta los derechos y las necesidades sociales así como los territorios, las redes sociales y la
contraloría social. También pretendió enfrentar las inequidades de género, etnia, grupos y clases sociales.
Plan Simón Bolívar.2007-2013.
En la Directriz de la Suprema Felicidad Social, se propone una estructura social incluyente, y se aspira
que todos vivamos en las mejores condiciones posibles. Allí se establece la estrategia “Profundizar la
Atención integral en Salud de forma universal”, donde se exponen las políticas de “Incrementar la
Prevención de Accidentes y Hechos Violentos”, así como “Expandir y Consolidar los Servicios de Salud
de forma oportuna y gratuita”. Plan Nacional de Salud 2007-2013/2018 Establece la importancia de los
modos, condiciones y estilos de vida en la salud y enfermedad de la población. Así mismo, se establece el
abordaje integral e intersectorial de los diversos problemas de salud para impulsar los cambios en los
modos, condiciones y estilos de vida.
Particularmente, destaca el gran impacto que tiene en la población las altas tasas de mortalidad por
accidentes de tránsito y homicidios, para lo cual define en su segundo eje denominado “Condiciones
promotoras de calidad de vida y salud”, políticas concretas para cambiar las condiciones de vida
incluyendo entre otras, la reducción de los homicidios y los accidentes de tránsito. Resolución Ministerial
Nº 15 de la Gaceta Oficial Nº 34.479 del 31 de mayo de 1990. Donde se crea el Programa Nacional para la
Prevención y Atención de Accidentes y Hechos Violentos (PPAHV).
Pese a que no se llegó a formalizar legalmente, el Programa, desde el punto de vista técnico normativo,
fue actualizado en el año 1998 a través de un proceso de validación, donde participaron los 24
Coordinadores Regionales, Sociedades Científicas y asesores de la OPS/OMS, siendo la última referencia
normativa de este Programa. Resolución CIAPEV JUSTIFICACIÓN Los accidentes de todo tipo y hechos
violentos se ubican dentro de las primeras causas de morbilidad y mortalidad de Venezuela.
Las tasas de morbilidad y mortalidad en niños, adolescentes y adultos en los países de América Latina
son similares, y en muchos casos más elevadas que la de países desarrollados. En el país durante el
período 1990-1994, y 1998- 2008 los accidentes de todo tipo ocuparon entre el tercero y cuarto lugar con
una tasa de 40,87 por cada 100.000 habitantes, siendo superada por enfermedades del corazón y cáncer.
Dentro de los tipos de accidentes, los accidentes viales ocuparon el primer lugar con una tasa de 22,25
defunciones por cada 100.000 habitantes, seguidos por las caídas accidentales con una tasa de 4,1
ahogamientos con una tasa de 3,77 y en 6to lugar quemaduras con una tasa de 0,9. El resto de los
renglones se encontraron por hechos violentos.
Las lesiones ocasionadas por trauma son una de las principales causas de muerte y discapacidad en el
mundo. Se estima que cada año más de 5 millones de personas mueren por lesiones, principalmente por
accidentes de tránsito producidos por vehículos automotores. Desde la década de los ochenta, los
accidentes de tránsito han dejado de ser un problema exclusivo de los países desarrollados y se han
convertido en una de las principales causas de lesiones, invalidez y muerte en algunos países en vías de
desarrollo, entre ellas Venezuela, obligando a que este daño sea mirado como amenaza creciente a la salud
del individuo y al desarrollo de las naciones, especialmente por el impacto que tiene sobre los años de
vida útil perdidos, que afecta mayormente a la población infantil y de adultos jóvenes. Esta problemática
ocasiona una alta demanda para el sistema de atención médica, ya que, se estima que del 20% al 40% de
las camas hospitalarias están ocupadas por lesionados productos de estos eventos; con el agravante del
alto promedio de estancia que presentan. Por otro lado, se genera un elevado número de personas con
discapacidad temporal y/o permanente.
Según los registros del Programa de Atención a las Personas con Discapacidad estas cifras están
alrededor del 40% de los usuarios de este Programa.
Para poder asumir los desafíos de este Programa, es indispensable la participación de los médicos
generales, el o la auxiliar de Medicina Simplificada y las/los Agentes Comunitarios de APS,
especialmente para la identificación de los riesgos de accidentes y otros hechos violentos y la intervención
temprana de los lesionados, para prevenir las complicaciones, la discapacidad o la muerte.
En este sentido, la Coordinación Nacional del Programa de Prevención de Accidentes y otros Hechos
Violentos, ha elaborado el presente documento de la Norma del Programa de Prevención de Accidentes y
otros Hechos Violentos, con el enfoque promocional de calidad de vida y salud y el propósito de mejorar
la calidad de atención integral de la población sana, con factores de riesgo, la afectada por accidentes y
otros hechos violentos con o sin algún grado de discapacidad.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Fortalecer las políticas de promoción de la salud, mediante la promoción de territorios sociales que
fortalezcan la convivencia solidaria, la seguridad ciudadana y un sistema de tránsito seguro en el
cotidiano de la vida familiar y comunal, actuando sobre las condiciones y estilos de vida, y en el
gran marco de Política Pública Sana denominado “Suprema Felicidad Social”.
Implementar acciones de difusión, educación y comunicación masivas, en conjunto con las
organizaciones del Poder Popular, el resto del equipo de salud y los otros sectores de la política
pública, de manera de construir con la población el conocimiento sobre los factores de riesgo de
accidentes y hechos violentos, su manejo pre-hospitalario idóneo por parte de terceros, sus
comorbilidades y discapacidades, cómo prevenirlas y dónde recibir la atención médica idónea, con
la corresponsabilidad de todos.
Concertar con los entes de educación universitaria la formación de médicos y personal técnico de
salud, así como el Programa de formación de Agentes Comunitarios de Atención Primaria de
Salud (ACAPS), en sintonía con la norma del este Programa y con las capacidades operativas
requeridas; así como, el desarrollo de la educación y capacitación continua y en servicio de todo el
personal del área.
Brindar atención médica integral, en sus diferentes niveles, con la cooperación del Poder Popular,
con los cuidados prehospitalarios institucionales o de terceros y la atención médica especializada
al individuo lesionado, según sea su lesión (traumatismo, quemadura, ahogamiento, golpe de calor)
y condición, hasta la rehabilitación.
Consolidar un Sistema de Información oportuno, confiable y sencillo, que brinde la información
generada por todos los actores, públicos como privados y sirva de instrumento para elevar la
conciencia colectiva, definir corresponsabilidades y evaluar la marcha del PPAHV.
Impulsar la investigación clínica, epidemiológica y operativa específica para cada nivel de
atención y en los distintos territorios sociales.
Coordinar acciones interprogramáticas, intra e intersectoriales que garanticen la intervención
integral, multisectorial y multidisciplinaria.
ESTRATEGIAS Y ACTIVIDAD
Estrategia 1: Promoción para la transformación cultural de modos, condiciones y estilos de vida
saludables Generación de procesos de transformación cultural de modos, condiciones y estilos de
vida saludables, mediante la comunicación, información y educación de las comunidades,
articulando diversas alianzas para aumentar las capacidades de los individuos y sus diversas
agrupaciones en sociedad, con miras a construir territorios sociales que fortalezcan la convivencia
solidaria, la seguridad ciudadana y un sistema de tránsito seguro en el cotidiano de la vida familiar
y comunal.
Actividades
Desarrollo de planes y proyectos de salud intra e intersectoriales dirigidos a la promoción de la
salud y a la divulgación de conocimientos sobre condiciones y estilos de vida saludable en el
ámbito personal, familiar y en las agendas de las organizaciones comunitarias.
Implementación de relaciones interinstitucionales con los Ministerios de Educación y Educación
Universitaria, Infraestructura, Interior y Justicia, Mujer, Trabajo, Fiscalía General, entre otros, para
desarrollar alianzas estratégicas que permitan lograr los fines de estas instituciones, en la
promoción de condiciones y estilos de vida saludables y prevención de los accidentes y hechos
violentos.
Estrategia 2: Pesquisa para detección oportuna de factores de riesgo de accidentes y otros hechos
violentos Identificación de los factores de riesgo de accidentes y hechos violentos, tomando en
cuenta el ciclo de vida y las características familiares y comunales, siguiendo las normas, pautas y
procedimientos establecidos por el PPAHV en las Redes de Atención y estableciendo las alianzas
interprogramáticas e intersectoriales requeridas.
Actividades
Determinación de Factores de riesgo para accidentes y hechos violentos, en las consultas, con
énfasis en el Primer Nivel de Atención, en las familias, centros laborales y otros ambientes de la
comunidad del área de influencia del establecimiento de Atención Primaria.
Creación de mesas de trabajo intersectoriales y comunitarias para el desarrollo de planes
preventivos de accidentes y hechos violentos (toma de decisiones), con la corresponsabilidad de
todos.
POBLACIÓN OBJETO
Será objeto de esta norma toda la población, con énfasis en los grupos de riesgo, específicos para cada
daño.
CAMPO DE APLICACIÓN
Esta Norma es de cumplimiento obligatorio de todo el personal de salud y de los establecimientos de
salud de todos los subsistemas del Sistema Público Nacional de Salud.
VIGILANCIA EPIDEMIOLOGICA
Aporta elementos de juicio para decidir los niveles de intervención que pueden incidir en el amplio
espectro multicausal de la violencia. Si bien en este trabajo no se tratan las causas de la violencia,
conviene mencionar que se deben establecer programas e intervenciones enfocados hacia los diversos
factores causales o relacionados con los sucesos violentos, mediante estrategias y proyectos polivalentes.
Ese es el objetivo final de una información buena y oportuna. En el caso de la violencia se aplica el mismo
criterio de prevención primaria, secundaria o terciaria que la salud pública ha utilizado para enfrentar otro
tipo de problemas. La vigilancia epidemiológica es un apoyo sustancial para cualquier nivel de
prevención.
Prevención Primaria: Busca fomentar un ambiente social e individual de respeto y tolerancia, de valores
sociales y de conducta personal que favorezcan la resolución pacífica de los conflictos. Estrategias de
amplio alcance destinadas a disminuir la pobreza, a buscar la equidad social y a mejorar la educación y el
empleo, por ejemplo, son parte de este nivel de prevención, al igual que la promoción y educación sobre
alternativas de disciplina para los hijos y sobre la resolución pacífica de los conflictos.
En el cuadro 1 se presentan, a manera de ejemplo, cuatro tipos de violencia y la forma en que se podría
planificar la recolección de los datos.
Para homicidios, suicidios y muertes accidentales pueden ser fuente primaria los registros de la policía
y de los organismos de justicia, además del registro de las instituciones de salud. Para esta información es
necesario destacar la importancia que tienen las dependencias de medicina forense, donde, por regla
general, llegan todos los casos. El objetivo debe ser detectar la totalidad de los casos que ocurran en un
población dada. Cada fuente lleva sus propios registros, recolectados en instrumentos de uso cotidiano que
deben ser limpiados y cotejados entre sí, para garantizar su confiabilidad.
Las lesiones intencionales son más difíciles de registrar de manera permanente en forma cotidiana,
dada su magnitud mayor. Por ello puede ser más conveniente definir un sistema de vigilancia
epidemiológica de carácter periódico en instituciones de salud, forenses y policiacas, o incluir en los
formularios de atención de urgencias la información requerida para cumplir con el propósito de un sistema
de vigilancia epidemiológica. Por supuesto que se pueden realizar estudios más detallados con revisión de
registros, encuestas a víctimas y agresores, y otros.
La violencia contra la mujer o el niño tiene características especiales que la hacen especialmente difícil
de detectar a través de los registros rutinarios. La mayoría ocurre en el ambiente familiar, se encuentra
enmascarada por conductas sociales permisivas y solo en pequeña proporción se notifica a alguna
institución. Para obtener la información requerida, las entidades que reciben y manejan las quejas o las
lesiones (a veces consideradas lesiones menores), como las instituciones de salud, las comisarías de
familia (donde se acude a presentar quejas específicas sobre hechos ocurridos en el hogar), o los institutos
de protección al menor y a la familia, deben mejorar sus sistemas de registro. Además, para obtener
información confiable es conveniente realizar con cierta periodicidad encuestas de hogares, actividades de
grupos focales, registro o revisión de archivos, o estudios epidemiológicos.