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La conciencia tiene un extenso número de definiciones dependiendo del rasgo que se busque

resaltar, no obstante, uno de los términos que más fuerte ha permanecido en distintas discusiones
y que hemos visto en este curso es el “dar cuenta”. Es importante en este sentido, reconocer que
desde la neurociencia, la conciencia puede ser abordada científicamente estudiando los
mecanismos cerebrales que hacen posible los distintos procesos cognitivos como la memoria, el
lenguaje y de manera especial la percepción. Como son algunos de los que estamos viendo en este
curso.

El entendimiento del lenguaje es una cuestión que no está únicamente restringida a las
leyes formales de organización de las oraciones, sino que está fuertemente relacionada con la
manipulación de símbolos y significados en el contexto de las oraciones, es decir, que solo alguien
que maneja el contexto y que puede dar cuenta de un cantidad de elementos que parecen no ser
explícitos por las leyes formales puede captar todo este tipo de sentidos y significados. 2. La
idea de un agente en los procesos computacionalesUn siguiente aspecto que confronta la
caracterización de la conciencia desde los modelos funcionalistas esla referencia al agente de la
experiencia. El problema de la no inclusión de un yo en las experiencias ha sido uno de los
aspectos que en los últimos tiempos ha tocado más de cerca la estructuración teórica de
este tipo de modelos. La cuestión del agente,como una característica ineludible de la conciencia,
conlleva a la exploración de una respuesta urgente por parte del computacionalismo para referir a
este1. 1A un nivel metodológico esta discusión puede tener su origen en la pregunta acerca de si
el sistema está organizado en módulos paralelos o si lo que existe es una región central de
procesamiento. En este sentido se busca caracterizar dos formas de actuación de la conciencia,
una ruta más compleja en el sentido en que analiza gran cantidad de

programa en el computador para leer historias en chino y resolver preguntas acerca de estas
historias. Esta persona ejecuta el programa cientos de veces, no obstante, tarda un tiempo
determinado para acomodar cada símbolo con el significado respectivo. Así, a pesar que la
persona tenga la posibilidad de conocer qué significa cada símbolo, es de cierta manera incapaz de
captar aspectos del leguaje que alguien que tiene el chino como su lengua natural podría capturar.
De acuerdo con Searle (1980), no existe un entendimiento del chino a menos que el lenguaje este
acompañado por una conciencia o un sentimiento de entendimiento Al respecto, Searle (1980)
sugiere una delimitación de los alcances de los modelos computacionales, específicamente
los de inteligencia artificial, para explicar procesos complejos de la mente humana tal como
el caso de la experiencia subjetiva. Tal como lo hace Chalmers (1995), cuando distingue entre
los problemas duros y los problemas fáciles de la ciencia cognitiva, siendo la cuestión de la
captación de la sensación subjetiva el problema más complicado para este modelo, Searle (1980)
enfatiza en el hecho de que los modelos de la inteligencia artificial y en general los
computacionales, no pueden acceder al estudio de la conciencia sino examinando las
propiedades operativas que competen directamente al procesamiento de los datos más no a
su carácter intimo. Es imposible de acuerdo con Searle, que el carácter subjetivo de la
conciencia pueda ser eliminado para entender el funcionamiento de esta misma. Siguiendo la
argumentación realizada por Block (1995), esta distinción puede hacerse mucho más clara al
indagarse entre los dos tipos de conciencia que existen, a saber, el acceso conciente y la
conciencia fenoménica, entendiendo como acceso conciente todos aquellos procesos que
participan en el control del pensamiento y la acción y por conciencia fenoménica, la forma de
conciencia donde se incluyen las propiedades experienciales de cualquier tipo de estado
como las sensaciones, los sentimientos o percepciones, entre otros. De acuerdo conBlock
(1995), es tarea de la ciencia cognitiva encargarse de explicar aspectos como el acceso
conciente a la información, cuya naturaleza facilita una aproximación de parte de un modelo
formal, cuestión que no tiene la misma suerte en la forma de conciencia
fenomenológica, donde se requiere un lenguaje que permita captar aspectos precisos como la
experiencia subjetiva o la experiencia conciente. Otra de las criticas más fuertes al modelo del
procesamiento de la información la ilustra Nagel (1974) con su pregunta acerca de ¿cómo se
siente ser un murciélago? Esta pregunta bien puede representar el problema esencial de la
ciencia computacional de no poder aprehender la experiencia subjetiva de ser algo. En este
sentido, la cualidad de la experiencia, tantode las sensaciones o de las percepciones, implica un
conocimiento individual al que solo se tiene acceso en primera persona y el cual
lógicamente es incapturable mediante un método que no incluya al agente como el principal
espectador. La imposibilidad

deque el acceso a esta información sea alcanzado en tercera persona representa los límites
de los instrumentos del método científico para diagramar los contenidos subjetivos de la
experiencia. La incorporación del concepto de experiencia en el proceso de la percepción
conlleva a pensar hasta qué punto una cuestión de selección de los inputs, donde se atiende a las
características físicas de los objetos, es un argumento válido para explicar la integración o el
proceso de unificación que tiene que darse para que exista una experiencia conciente
coherente, que envuelva un objeto perceptual con significado (Balla Barba, 2001). Este es justo el
caso que ejemplifica el argumento de Mary propuesto por Jackson (1982), con el que se muestra
como la ausencia de la experiencia subjetiva de haber visto los colores no puede ser reemplazada
por todo el conocimiento que ella pueda tener acerca de las ondas de luz o de los procesos
cerebrales que tiene lugar al observar un color. Los hechos físicos acerca del mundo, las
cualidades sensibles de los objetos no podrían en ninguna medida preparar a Mary para
experimentar lo que se siente ver rojo o verde (Chalmers, 1995). Al respecto como lo describe
McGuinn (1991), el gran progreso de la propuesta fenomenológica en el estudio de la
percepción, radica en su renuencia a considerar el uso de teorías causales para explicar
procesos concientes tan complejos como la percepción. Este punto, bien lo puede ilustrar Daiton
(2000) cuando indaga acerca de la continuidad fenomenológica, al referir que esta no tendría
que depender de una continuidad mental forjada por las relaciones de causalidad entre los
estados mentales ni cerebrales, sino que estaría más del lado de una continuidad de la experiencia
conciente, en donde estaría incluida la continuidad de la experiencia perceptiva, la experiencia
corporal, de nuestros pensamientos, sentimientos, voliciones e imágenes mentales. Es una
continuidad que claramente excede los límites causales de la transitividad de los estados mentales
o cerebrales. La conciencia es fácilmente el problema duro de la ciencia, que con preocupación e
inquietud se adentra en la comprensión de fenómenos humanos altamente llamativos. Ya que el
objeto de nuestra presentación es ofrecer un panorama general de losmodelos y teorías en
el estudio de la conciencia, no presentamos aquí la descripción de los casos que pueden
evidenciar empíricamente los limites difusos de estas caracterizaciones, cuando pretenden ser
abarcadoras sobre toda la actividad conciente. Reconocemos que al interior de cada modelo para
explicar la conciencia existen múltiples posibilidades de explorar distintas dimensiones de lo
mental referidas a la conciencia, no obstante, es importante señalar sus falencias e
imposibilidades en aprehender completamente la conciencia como un objeto de estudio.

ReferenciasBaars. (1988). A cognitive theory of conciousness.Cambridge: Cambridge University


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