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Ensayo Del Libro El Jurista y El Simulador Del Derecho
Ensayo Del Libro El Jurista y El Simulador Del Derecho
y esté muy lejano de serlo, ya sea por si comportamiento poco ético o por su poca
preparación académica. Quien omita la reacción a tales acontecimientos incurre
en el detrimento de la actividad misma e impide el desarrollo del conocimiento
humano. En el ejercicio de la profesión nos toparemos con quieres de una forma
menoscaba trate de incurrir en actividades mal vistas por la ética profesional y por
la moral externa provista.
Misma obra condena los actos del simulador para su oportuna identificación.
Además advierte de los perjuicios que trae el simulador a la sociedad y al ejercicio
y desarrollo propio de la Ciencia Jurídica.
Al ser El Jurista y el Simulador del Derecho una obra que protege, de los vicios del
supuesto profesionista, la actividad del abogado es de esperar que Burgo Orihuela
de una idea propia de lo que debe ser un abogado. Las primeras páginas
coinciden en que el abogado debe ser un individuo libre, auténtico, verás, con
valor civil, honesto, con profundo sentido de la justicia y conocedor del Derecho.
Además el jurista deber ser auténtico, defendiendo y siendo fiel a sus ideas.
Nunca será abogado aquel que valla en contra de lo que siente o piensa. Por
tanto, sus acciones no deben ser contra de sus pensamientos. La autenticidad se
revela en un comportamiento acorde a lo que piensa y se siente, dicho por el
autor.
Como complemento de las bien dichas virtudes del abogado, más no del
simulador se encuentra como último el amplio sentido de la justicia. Aquel que
entienda la responsabilidad que esto implica debe verse no como el defensor de
los intereses de un particular, si no como un individuo que contribuye al correcto
dinamismo de la sociedad. Por tanto, es muy pertinente por parte de Burgoa
Orihuela afirmar que “El cultor del Derecho no sólo tiene que atender a la
problemática individual, sino abocarse a las cuestiones sociales, ya que es un
servidor de la sociedad.”
Además de abogado aquel que ejerce el Derecho puede postularse como juez o
docente, no obstante y pese a la responsabilidad que esto implica dichos cargos
no están exentos de la presencia del simulador, lo que daña gravemente la
epistemología de la Ciencia Jurídica, además de la seguridad social que emana de
la correcta y pulcra aplicación del Derecho.
Aquel simulador juez es un tipo con un ego elevado que se cree capaz de resolver
todo tipo de controversias sin siquiera analizar los fundamentos y argumentos
dados, cree pues que ya lo tiene todo resuelto desde un principio.
En dicho camino corrupto nos topamos con el docente, peor aún cuando éste
pretende esclavizar su corrupta procreación del Derecho, puesto que no se puede
enseñar lo que no se sabe. El alumnado siempre considerará al profesor como
aquel que da ejemplo del ejercicio correcto de la actividad profesional, por tanto,
envenena mentes que a futuro desembocarán en la actividad profesional. El
simulador aquí avergüenza a cualquier universidad y se limita a cumplir con su
horario y programas establecidos que ni él mismo entiende.
Por tanto, el abogado, el juez y el maestro del Derecho deben tener vocación de
jurista. Aquel que carezca de ellos o que su amor a la profesión no lo lleve a la
obtención o aplicación del conocimiento.
Propiamente, coincido hasta este punto con el autor, en tanto hace referencia a
que el abogado, el juez y el maestro deben guiarse a través del camino del buen
ejercer y deben ejercer como buenos juristas. Coincido además que la ética
profesional va ligada directamente con las virtudes del abogado, mismo que debe
aprender que obrar bien no es una elección y que por ende, quien no lo haga debe
quedar como antagónico.
Si bien es cierto que cualquier profesionista defenderá su profesión por sobre toda
las cosas, es preciso entender que pueden existir ciertas líneas adyacentes al no
atender entender las proveniencias del conocimiento multidisciplinar, dichos actos
no son parte del simulador, ya que éste carece de conocimiento y apego a la
disciplina, puede entonces, pertenecer al profesionista auténtico, que inquirirá en
un error a nivel espistémico.
Dicha obra es muy buena, nos habla de la ética por sobre todas las cosas, nos
define lo que “debe ser” y lo divide de lo que “puede ser pero no debe ser" para
centrarnos en lo primero. Algo que sin duda yo y algunos autores que analizan
ésta obra se han dado cuenta es que propone a la Ciencia del Derecho a un
estatus epistémico que no le corresponde cegado por su ego profesional
simplemente, cuando en el libro se establece que:
“…la cultura del Derecho abarca el ámbito más extenso en el amplio campo de las
humanidades. Ninguna otra disciplina del saber tiene mayor latitud…”
No sólo eso, si no que define además a la ley como “una obra de arte y quizás la
más trascendental del espíritu humano. Su elaboración debe obedecer a un
concienzudo estudio sobre la materia que debe normar y a la estructuración lógica
de sus disposiciones.” ¿No sería entonces la lógica aún más extensa que el
Derecho? La ley debe tener una estructuración lógica y debe obedecer a los
principios lógicos, entonces obviamente, la lógica dirige al Derecho.
Concilia al Derecho afirmando que „Ninguna otra disciplina del saber tiene mayor
latitud‟, lo cuál puede parecer erróneo para cualquier otro profesionista.
Al punto siguiente, tenemos la afirmación de que: “el cultor del Derecho, el ‘homo
juridicus’ como tipo paradigmático envuelve al hombre más sabio, en atención a su
vinculación estrecha e indispensable que el Derecho guarda con todas las ramas
de las ciencias especializadas‟. Pero si se pretendiera no sólo conocer si no saber
todo sería algo meramente imposible si se propusiera tal proeza.
Para concluir, ésta obra nos propone buenos postulados de ética, no obstante y
paradójicamente dispone de la epistemología jurídica como la más amplia,
estratificada y extensa a comparación de otras ciencias, cosa que muy
posiblemente ciegue a algunos juristas en el uso de su profesión y pretenda
jerarquizar a todas las ciencias, incluso cuando algunas crecen, al igual que el
Derecho constantemente y necesitan, de igual manera, una gran aportación de
otras ciencias. Cualquier ciencia si se limita a sí misma incurre en un error, ya que
se convierte en inútil y estéril y deja de lado su fin primario; generar de
conocimiento universal e indeterminado.