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4.

El árbol
las actividades de autoestima para deben enfocarse en el reconocimiento de la
identidad innata.
Este es, precisamente, el objetivo de este ejercicio. La identidad debe ser como
un árbol compuesto por diferentes aspectos como nuestros gustos, pasiones,
principios no negociables, etc. Reconocerlos es el punto inicial para mejorar la
autoestima.

Para este ejercicio se dibujará un árbol con sus raíces, tronco, ramas, hojas y
frutos. Este árbol representará los siguientes aspectos:

 En las raíces se escribirán las personas, cosas o situaciones que sean


una fuente de estabilidad en la vida (ej. padres, hermanos, rutinas,
deportes o aficiones, etc).

 En el tronco, las cualidades positivas que vean en ellos.

 En las ramas, los aspectos que ellos crean que deben mejorar.

 Y por último, en las hojas y frutos escribirán los logros y objetivos


conseguidos en su vida.

Estas actividades de autoestima para adolescentes son siempre más efectivas si


los resultados se comparten con un grupo o con personas de mucha
confianza como padres, hermanos, amigos, profesores o tutores. ¡Compartirlas
es una excelente forma de fortalecer el amor propio!

5. Querido yo, merezco que me trates mejor


Escribir una carta para nosotros mismos siempre será una de las mejores
actividades de autoestima. ¡Un ejercicio que, sin duda, fortalecerá el amor
propio!

Esta dinámica se usa con frecuencia cuando se detectan problemas de


autoestima en adolescentes. El objetivo es indagar en la forma como nos
comunicamos con nosotros mismos y cómo esto nos puede afectar
profundamente.
Al final, es una buena idea leer la carta en voz alta como si la estuviera leyendo a
alguien más. De esta forma podrá ser consciente del daño que se hace a sí
mismo con su diálogo interior despectivo y destructivo, acerca de su físico, de
su forma de ser, de su posición ante los demás.
Tras la carta, se hará la siguiente pregunta: ¿realmente merezco que me traten
así?  Esto lo hará consciente de ese diálogo interior, de esa comunicación
consigo mismo, que a partir de cierto momento comenzó a ser negativa. ¿Ves lo
positivo que puede llegar a ser este ejercicio de autoestima?
Con un buen acompañamiento es posible modificar este diálogo interior
destructivo y llevarlo hacia algo positivo. Esta es una de las actividades de
autoestima que mayor impacto han tenido en quienes la realizan.

– Práctica de autoaceptación

Uno de los hábitos que más dañan la autoestima es el de


compararse con otras personas. No importa lo bien que lo
hagamos todo, lo atractivos que seamos o las habilidades que
adquiramos: siempre habrá alguien mejor que nosotros. Por eso,
para conseguir un autoconcepto a prueba de balas es necesario
aprender a aceptarse a uno mismo tal y como es.
Una de las mejores dinámicas para conseguirlo consiste en
cambiar el foco de nuestras comparaciones. En lugar de centrarnos
en cómo otra persona es mejor que nosotros, podemos empezar a
compararnos con cómo éramos hace un tiempo. Por ejemplo, si un
adolescente está cuidando su dieta para perder peso, en lugar de
mirar fotografías de modelos será mucho más útil que se fije en
las suyas propias de hace meses.

Para mejorar la autoestima de forma más efectiva, se puede


utilizar este mismo principio para realizar una dinámica
estructurada. Esta consistiría en hacerse preguntas como las
siguientes en relación a distintas áreas de la vida:

– “¿Qué puedo hacer hoy para ser mejor que ayer?”

– “¿En qué me estoy esforzando y cómo va a ayudarme a


mejorar?”

– “¿Qué he hecho hoy para sentirme orgulloso de mí mismo?”

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