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José Dennis Mejía López

Introducción

En el presente trabajo se presenta una pequeña recopilación de la importancia de los


sentimientos, la afectividad que tenemos como persona, así mismo se habla un poco de los
sentimientos que como individuos tenemos; del cual por medio de ellos podemos interactuar
con los demás que nos rodean; se da unas pequeñas definiciones de tres conceptos: que es
sentimiento, que es persona y que importancia tienen los sentimientos en cada ser humano.

¿Qué es sentimiento?

Según el escritor, Daniel Narváez, sentimiento es una sensación de baja intensidad que
generalmente tiene variaciones muy pequeñas en lo que se percibe, sin embargo, es de larga
duración. Ocurren menos cambios fisiológicos que en las emociones, y las respuestas pueden
ser controladas por el sujeto. Se dice que los sentimientos son resultados de las emociones
que quedan guardadas en nuestra memoria emocional (amígdala cerebral), pero como dicho
anteriormente, con menos intensidad. Es como el estado de ánimo en el que una persona se
puede sentir en un día. Por ejemplo, a una persona se le muere un familiar, la emoción ya
pasó, ya lloró y ya pensó e hizo todo lo que se hace en esas situaciones. Luego de un tiempo,
esta misma persona retoma su vida y comienza a trabajar, los primeros días esta triste,
cabizbajo, y sin ganas de hablar, ese sería el sentimiento de tristeza. El sujeto puede realizar
otras tareas, aun cuando el recuerdo este latente1.

Según algunos psicólogos, los sentimientos, especialmente los sentimientos profundos,


son algo así como disposiciones que favorecen la actividad si son positivos o la inhiben, si
son negativos. Por otra parte, los sentimientos son de dos tipos: profundos y duraderos, o
superficiales o variables o intercambiables con otros sentimientos. Otros sostienen que los
sentimientos marcan el enlace de las facultades espirituales con el sujeto humano, pero el
asunto es más complicado. Los sentimientos son algo así como precedentes de ciertas
direcciones del pensamiento, o de ciertos rasgos de la conducta, a las que suelen acompañar.
En el supuesto de que aceptemos esta opinión que es algo vaga o amorfa, según la cual se da
una cierta alternancia entre los sentimientos, los actos de la inteligencia y de la voluntad,

1
https://www.academia.edu/29349465/_Qu%C3%A9_son_los_sentimientos_Breve_#:~:tex20sentimientos
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conviene añadir que hay sentimientos más profundos que otros que dependen del estado de
salud, de circunstancias corpóreas o de accidentes de la vida2.

La importancia de los sentimientos reside sobre todo en su relación con la inteligencia y


con la voluntad, y no simplemente como precedentes suyos, sino como derivados de las
dimensiones activas del ser humano. Sin embargo, en nuestra época las facultades
espirituales del hombre, la inteligencia y la voluntad, están desacreditadas. Por eso ha
aumentado el relativismo, es decir, la opinión que niega la universalidad de la verdad, así
como el control de la voluntad. Por eso, en nuestra época se concede un mayor crédito a los
sentimientos; se acude a ellos por considerar que son lo que resta después de la duda sobre
el alcance de la inteligencia y de la voluntad3.

1- ¿Qué es persona?

El origen más remoto de la palabra persona es el griego prósopon ‘aspecto’, de donde


pasó al etrusco phersu, con el significado de ‘ahí’. A partir de esa voz, los latinos
denominaron persona a las máscaras usadas en el teatro por los actores y también a los
propios personajes teatrales representados. Tomás de Aquino parte pacíficamente de la
definición de persona aportada por Boecio. Sin embargo, a medida que madura su
pensamiento, el aquinate, en virtud de su profunda visión de la transcendentalidad del «esse»,
trasforma la fórmula boeciana en orden a perder su carácter de definición y a abandonar el
ámbito de la substancialidad. En efecto, él supo ver y expresar mejor que todos los que le
precedieron la radicalidad de la persona en el ser. Su concepción la han resumido Schütz y
Sarach diciendo que «la Persona para él designa ese modo y manera inmediatos en que el Ser
real4. posee su esencia plenamente y dispone libremente de ella» (Schütz & Sarach, 1965,
pág. 70) 18. Por eso sustituirá de nuevo la expresión 'substancia' por la de 'subsistencia', para
terminar, describiendo la persona como «subsistente espiritual» (Tomás De Aquino, De
Potentia, 9, a.4, c.). Sin pretender hacer aquí un estudio exhaustivo de los textos en los que

2
Los Sentimientos Humanos. Conferencia -Piura, 1998- del Dr. Leonardo Polo, doctor honoris causa por la
Univ. Confrontar//http://www.hottopos.com/rih3/sentment.htm.

3
//http://www.hottopos.com/rih3/sentment.htm.

4
Noción de persona y antropología transcendental. file:///C:/Users/pc/Downloads/63-1-190-1-10-
20190118.pdf
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Tomás de Aquino trata sobre la persona19, expondré la ampliación que hace de la fórmula
boeciana que le sirve de punto de partida.

Pero volvamos al estudio histórico. Según el Diccionario Filosófico de Abbagnano,


podemos decir que el concepto de persona a partir de Descartes puede identificarse con el
Yo. En la misma época Locke afirmó el sentido de autonomía de la persona. La persona en
la modernidad posee el carácter reflexivo y pensante propio de la defensa que se hace del
pensamiento en la época. Leibniz (1646-1716) habla específicamente del hombre como
persona, preocupado por la individualidad del hombre. Para que ser hombre tenga sentido,
Leibniz piensa en la persona como poseedora 298 Juan Carlos Zavala Olalde de una sustancia
propia y causal. La experiencia es la que se encarga de hacernos saber que “somos algo
especial para nosotros, que piensa, que se da cuenta de sí y que quiere, y que nos distinguimos
de otro que piensa y quiere otra cosa” (Hirscberger 83).

La importancia de los sentimientos.

De esta manera se inició una ardua lucha por combatir el carácter "anti-emocional” del
modelo de escuela que imperó hasta antes del siglo XXI, en el cual las emociones fueron
formalmente suprimidas con la finalidad de facilitar controlar el tiempo, la mente, el cuerpo
y, sobre todo, las emociones de los y las educandos, aduciendo que entre la razón y la
emoción existía un universo de distancia (Casassus, 2006) constituyéndolas en opuestos
dentro de la existencia humana. A partir de esto, la escuela anti-emocional definió una
diferencia sustantiva entre el pensamiento racional y emocional, tipificando al primero como
“objetivo” y asignando al segundo un carácter “subjetivo”. Esto se debió a que el
pensamiento racional ha sido ligado históricamente con la lógica y particularmente las
matemáticas, en virtud de la herencia de la de la cultura griega en el mundo occidental, la
cual privilegió aquellas formas de pensar donde la lógica aristotélica se definió como
razonamiento correcto. Contrario a esto se ha considerado que el pensamiento emocional y
la consecuente conducta emocional, conlleva a una conducta desordenada; sin embargo esto
es un craso error, puesto que ha sido demostrado que tal conducta consiste en un sistema
organizado, que la misma tiende a una meta, de manera tal que cada emoción
conscientemente asumida, es Universidad de Costa Rica, Facultad de Educación
www.revista-educacion.ucr.ac.cr 6 36(1), ISSN: 0379-7082, 2012 una respuesta articulada
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con la que cuentan las personas ante determinados estímulos (Sartre, 1987). El planteamiento
de que las emociones están ligadas a factores subjetivos refleja que no se ha tomado en cuenta
que éstas incluyen una evaluación de las implicaciones que la situación o evento tiene para
el organismo que le permite efectuar una valoración de la situación en la que entran en juego
las diferencias individuales, las cuales pueden estar sujetas a un procesamiento controlado o
voluntario de la información (Pérez & Redondo, 2006), que orienta la toma de decisiones
partiendo de un chequeo de atribución causa-efecto, discrepancia entre lo ocurrido y lo
esperado, la facilitación de metas, la urgencia de responder ante el evento que está siendo
valorado (Jiménez & Malló, 1989), interviniendo en todos estos aspectos la memoria, la
motivación y el razonamiento, lo que revela que la toma de decisiones está más afectada por
el carácter emocional que racional. De esta manera, la persona otorga una significación a un
evento, por medio de sus emociones, es decir, la emoción es un recurso por el cual, el
individuo procura expresar el significado que le otorga a un estímulo aceptado, lo que implica
que las emociones remiten a lo que significan, y en su caso incluyen el significado que se le
da a la totalidad de las relaciones de la realidad humana, a las relaciones con las demás
personas y con el mundo. De ahí que se pueda considerar que una emoción es precisamente
una “toma de conciencia del ser humano”, que abarca sus diferentes dimensiones bio-psico-
sociales, de lo anterior, la conducta racional y la conducta emocional no deben ser vistas
como elementos opuestos dado que constituyen dos componentes de la personalidad. Por lo
anterior, cada emoción tiene una finalidad y la percibimos en conductas determinadas y
específicas, de manera tal que la misma supone una organización de la conducta, lo cual
refleja una toma de conciencia que demanda la existencia de un componente inconsciente
para que se pueda, precisamente, tomar consciencia Universidad de Costa Rica, Facultad de
Educación www.revista-educacion.ucr.ac.cr 7 36(1), ISSN: 0379-7082, 2012 (Casassus,
2006). De esta, las emociones implican una re-significación de los eventos o sucesos, lo que
permite comprender y aceptar que la cognición y la emoción se afectan recíprocamente, por
lo que la persona que se educa debe ser considerada como una mezcla de razón y emoción,
de manera tal que separar estos dos componentes sería atentar contra el carácter humano del
ser humano. Lo anterior permite reafirmar que la razón y a la emoción son dos aspectos que
existen de manera conjunta y por qué se hayan inextricablemente unidos en la mente del
individuo, lo que los lleva a actuar de manera conjunta, ligados a los conocimientos
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adquiridos. De hecho, es merced a la necesidad o interés que presenta una persona por
adquirir determinados conocimientos, que las emociones y sentimientos influyen en su
adquisición, evidenciando que todo lo que hacemos, pensamos, imaginamos o recordamos,
es posible por cuanto las partes racional y emocional del cerebro trabajan conjuntamente,
mostrando una dependencia una de la otra (Martínez, 2009)5.

Los sentimientos en la formación de personalidad

Es sencillo abrir el Evangelio y descubrir cuáles son los sentimientos del Señor. A
menudo, el autor los señala explícitamente, como cuando dice que miró con cariño al joven
rico, o que se turbó a la vista de Jerusalén, o que se conmovió con la viuda de Naím, o que
se admiró con la fe de la cananea, o que lloró ante la tumba de Lázaro, o que se enfadó en el
Templo... También es fácil entender cómo se sentía en otras muchas ocasiones en que no se
hace explícito: sentimientos similares a los nuestros. Probablemente cierta frustración cuando
los apóstoles discuten, durante la última cena, quién sería el mayor entre ellos;
agradecimiento ante la pecadora que le lavaba los pies.

Los sentimientos son parte importante de la vida del Señor, como lo son de cualquier
persona. En el camino de identificación con Él, también toma parte nuestra afectividad, según
la enseñanza de S. Pablo: tened los mismos sentimientos que Cristo. Hacer la oración
buscando los sentimientos de Jesús es enriquecedor.

Todos tenemos experiencia de cuánto influye la afectividad en nuestra vida y en la de las


personas que queremos y, sin embargo, es un aspecto sobre el que habitualmente recibimos
poca formación. Podemos citar con facilidad modos de formar la inteligencia y la voluntad,
pero esto ocurre menos con la afectividad, aunque es posible y relativamente sencillo hacerlo.
Veamos algunas ideas al respecto.

Los sentimientos son los que nos hacen auténticamente humanos. Nos rebelamos cuando
se nos trata sin tenerlos en cuenta, como cuando el médico nos informa de nuestra
enfermedad, sin poner afecto: nos sentimos maltratados y decimos que ha sido impersonal y

5
José Ángel García Retana, Universidad de costa rica, revista educación pag. 5,6,7.
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frío. No basta transmitir una información verdadera para que haya auténtica comunicación
entre las personas, hace falta expresar también los sentimientos.

La afectividad tiene una misión potenciadora de la vida humana. Los sentimientos


positivos refuerzan e impulsan, facilitan lo bueno. Y los negativos, frenan y apartan lo malo.
Son muy útiles, pues nos ofrecen una respuesta rápida ante los diversos sucesos de cada día,
nos proponen un modo de reaccionar. Son una especie de filtro que discrimina entre las
múltiples opciones para cribar unas pocas. No es una respuesta propiamente racional, sino
afectiva. La inteligencia puede volver sobre ella para entenderla, y es bueno que lo haga para
comprobar que es adecuada, pues aquí también se percibe la huella del pecado original. Con
facilidad se distorsionan y aparecen sentimientos negativos ante situaciones que no son
malas; o adquieren una dimensión desproporcionada, disparando una respuesta exagerada
ante una situación más bien banal. (Es más difícil que aparezcan sentimientos positivos ante
situaciones que no son buenas).

Los sentimientos en sí mismos no tienen valor moral: no es malo sentirse mal. Pero a
nadie le gusta, por lo que a menudo, cuando nos pasa, tratamos de huir de ellos: hacer como
si no existiesen, intentar seguir como si no pasase nada. Nos humilla y desasosiega vernos
afectados de esa manera y tratamos de ignorarlo. Esta respuesta es contraproducente, pues
refuerza estrategias irracionales ante los sentimientos negativos. Debajo de muchos
comportamientos que desconciertan a las personas que así actúan porque no saben dar razón
de lo hacen, están estos mecanismos de huida ante sentimientos negativos. Es un aspecto a
tener en cuenta, por ejemplo, en la virtud de la santa pureza.

Un ejemplo sencillo es el miedo a hablar en público. Ante la posibilidad de hacerlo, la


respuesta afectiva puede ser de tensión y agobio, lo cual causa malestar. Ofrece también una
huida que elimine la tensión: no hablar en público. Después veremos la cantidad de razonadas
sinrazones que nos ponemos para justificar esta huida. Si hacemos caso y renunciamos a dar
el discurso o la charla, reforzamos el miedo y la próxima vez nos costará más.
Afortunadamente, se puede funcionar de otra manera6.

6
J. Barranco/comprobar: https://www.collationes.org/recurso/1/5/algunas-ideas-sobre-formacion-de-la-
afectividad-y-la-personalidad.
José Dennis Mejía López

La estrategia adecuada ante los sentimientos negativos es percibirlos mediante la


inteligencia, tomar conciencia de ellos: entender que los siento, no simplemente sentirlos.
Esto permite cambiar la respuesta y en vez de huir como si fuesen una amenaza, verlos en
positivo: esto que siento es fuente de información sobre mí mismo, si me paro a pensar sobre
ello aprenderé a conocerme mejor, aumentará mi conocimiento propio. Puedo enfrentarme a
ellos, entender qué me están diciendo y decidir cómo actuar al respecto. Ya no hay respuesta
afectiva automática, sino respuesta racional meditada.

Conclusión

En conclusión, como ya se ha mencionado antes, algunos psicólogos sostienen que la


importancia de los sentimientos reside sobre todo en su relación con la inteligencia y con la
voluntad, y no simplemente como precedentes suyos, sino como derivados de las
dimensiones activas del ser humano. Sin embargo, en nuestra época las facultades
espirituales del hombre, la inteligencia y la voluntad, están desacreditadas. Cada individuo
es irrepetible y tiende a ver las cosas desde su propio punto de vista. Los sentimientos son
parte importante de la vida del Señor, como lo son de cualquier persona. En el camino de
identificación con Él, también toma parte nuestra afectividad, según la enseñanza de S. Pablo:
tened los mismos sentimientos que Cristo. Hacer la oración buscando los sentimientos de
Jesús es enriquecedor.

Bibliografía.

-https://www.academia.edu/29349465/_Qu%C3%A9_son_los_sentimientos_Breve_#:~:tex20sentimientos

-Los Sentimientos Humanos. Conferencia -Piura, 1998- del Dr. Leonardo Polo, doctor honoris causa por la
Univ. Confrontar//http://www.hottopos.com/rih3/sentment.htm.

-//http://www.hottopos.com/rih3/sentment.htm.

-Noción de persona y antropología transcendental. file:///C:/Users/pc/Downloads/63-1-190-1-10-


20190118.pdf

-José Ángel García Retana, Universidad de costa rica, revista educación pag. 5,6,7.

-J. Barranco/comprobar: https://www.collationes.org/recurso/1/5/algunas-ideas-sobre-formacion-de-la-


afectividad-y-la-personalidad

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