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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

Facultad de Ciencias Médicas

Carrera: Medicina

OTORRINOLARINGOLOGIA

Tema:

ENFERMEDAD DE MENIERE
DOCENTE:

Dr. Luis Alfonso Cruz

ESTUDIANTE:

Kenneth Joel Román Torres

Grupo:

G-5

Periodo:

2022 - 2023 CI
CONCEPTO.

Es una enfermedad de carácter progresivo que se caracteriza por la acumulación de endolinfa


en el oído interno. Hay diversas teorías que hablan que sus causas son trastornos vasculares,
infecciones víricas, mecanismos inmunológicos y predisposición genética. Es una
enfermedad caracterizada por tinitus, hipoacusia y crisis de vértigo que pueden durar horas,
limita y deteriora la calidad de vida del paciente.

CARACTERISTICAS CLINICAS.

 Presión en el oído o sensación de oído tapado.


 Acúfenos, que pueden describirse como zumbidos, sonidos silbantes y siseo de varios
tonos y timbres.
 Hipoacusia variable, que afecta a las frecuencias más bajas, a veces denominada
sordera de tonos graves
 Vértigo: El vértigo suele ser rotacional, lo que significa que la persona siente como
si el espacio girara alrededor de ella. A menudo va acompañado de náuseas y vómitos

DIAGNOSTICO.

No se puede diagnosticar EM con una prueba específica. En la mayoría de los pacientes, el


diagnóstico clínico se basa en el historial, la evaluación neurológica y la respuesta clínica al
tratamiento médico. La EM se diagnostica cuando una persona presenta, al menos, dos
episodios espontáneos de vértigo, hipoacusia neurosensorial que se confirma con
estudios audiométricos, y acúfenos.

La audiometría debe realizarse a todos los pacientes en quienes se sospecha EM para


establecer el déficit auditivo. Los pacientes con EM a menudo tienen un déficit auditivo de
tonos graves. Los pacientes también pueden presentar problemas con la discriminación del
habla, es decir, pueden tener problemas para distinguir sonidos similares. Por ejemplo, es
posible que no puedan distinguir las palabras plato y pato, o las palabras sol y col.
La electronistagmografía (ENG) valora el sistema vestibular para establecer si los
problemas de equilibrio se originan en el cerebro (sistema nervioso central) o en el oído
interno (sistema nervioso periférico). La ENG también puede realizarse utilizando una
tecnología mejorada denominada videoelectronistagmografía (VNG), que usa cámaras de
vídeo para grabar los movimientos oculares. La ENG y la VNG graban y cuantifican el
nistagmo, ya sea espontáneo o inducido.

La electrococleografía (ECOG) se puede utilizar para medir presiones en los oídos.


Específicamente, detecta la distensión de la membrana basilar en el oído interno que provoca
síndrome de Ménière. Las presiones en el oído se miden y se traducen en una forma de onda
para su análisis. La ECOG ayuda a diagnosticar la EM centrándose en la cantidad de edemas
en el saco endolinfático. La prueba de respuesta auditiva del tronco encefálico (ABR,
auditory brainstem response) mide la actividad eléctrica del cerebro relacionada con la
audición y el equilibrio.

Los síntomas de la EM pueden imitar otros procesos de enfermedad. Se pueden utilizar


pruebas de diagnóstico por la imagen, como la resonancia magnética, para descartar que no
se trata de un neuroma acústico, accidente cerebrovascular, esclerosis múltiple o
malformación de Arnold Chiari. Deben valorarse el historial médico y los resultados de los
análisis del paciente para descartar que no exista alguna infección o un desequilibrio
metabólico

TRATAMIENTO.

Estrategias de tratamiento. Los principales objetivos del tratamiento en la EM son mejorar


y estabilizar el volumen de líquido en el saco endolinfático, preservar la audición, controlar
el vértigo y ayudar a los pacientes a optimizar su calidad de vida. El objetivo del tratamiento
de primera y segunda líneas es mejorar el equilibrio de líquidos en el saco endolinfático.

Reducción del estrés. El estrés desencadena una exacerbación de los síntomas de la audición
y el equilibrio en la EM. Entre las técnicas de reducción de estrés pueden citarse meditación
con respiración profunda, yoga y ejercicio.
Nutrición. Una ingesta de sodio diaria limitada de 1.000 a 2.000 mg disminuye el edema y
baja la presión en el saco endolinfático, lo que reduce el riesgo de rotura de la membrana. La
restricción de sodio. Los pacientes también deben evitar otras sustancias que aumentan la
presión del saco endolinfático, como el alcohol, la nicotina, la cafeína y aquellos alimentos
con un elevado contenido de azúcar. Puesto que son vasoconstrictores, la cafeína y la nicotina
pueden afectar al flujo dentro del sistema laberíntico. El alcohol puede desplazar líquidos y
electrólitos dentro del oído interno. También debe evitarse la hipoglucemia, que puede ser
un desencadenante.

Diuréticos. La hidroclorotiazida con triamtereno (el que se receta con más frecuencia), la
acetazolamida, la espironolactona y la furosemida son diuréticos que se utilizan para intentar
disminuir el volumen excesivo de líquido endolinfático. Controle los electrólitos séricos de
los pacientes, especialmente los niveles de sodio y potasio, y aconseje a los pacientes que
aumenten el consumo de líquidos, sobre todo agua, para evitar la deshidratación. Para
muchos pacientes, restringir la ingesta de sodio e instituir un tratamiento con diuréticos es
suiciente para controlar los síntomas de la audición y el equilibrio sin recurrir a ningún otro
procedimiento.

Corticoesteroides. Estos medicamentos se utilizan para reducir el edema en el saco


endolinfático. Se pueden prescribir corticoesteroides orales a corto plazo o, para evitar
reacciones adversas sistémicas, se pueden perfundir corticoesteroides intratimpánicos en el
oído afectado. Controle los niveles de sodio, potasio y glucémico, y la cifra de leucocitos, y
evalúe la retención de líquidos, así como los cambios de estado mental. Con un uso a corto
plazo, las reacciones adversas generalmente son limitadas.

Tratamiento con presión positiva. En este tratamiento, se coloca un dispositivo de


tratamiento con presión positiva en el oído externo para generar una secuencia de pulsos de
baja presión (micropresión). Se puede mejorar el intercambio de líquidos en el oído interno
con la aplicación de una presión positiva en el oído medio. Estos pulsos se transmiten al
sistema vestibular del oído interno para reducir la presión endolinfática. Se inserta una sonda
de timpanostomía para administrar presión positiva. Cuando el vértigo es intenso y reduce la
calidad de vida del paciente, se puede valorar la descompresión o derivación del saco
endolinfático, o ambas. Este enfoque se conoce como no destructivo porque no destruye los
sistemas auditivo y vestibular. La eficacia en los ensayos indica que la descompresión o
derivación del saco endolinfático es efectiva en el 75-80% en la reducción o terminación del
vértigo.

Entre los tratamientos destructivos pueden citarse GIT, neurectomía vestibular y


laberintectomía, que pueden tenerse en cuenta si se desea controlar el vértigo cuando todos
los demás enfoques han fallado. Con estos enfoques agresivos, el sistema vestibular se
destruye química o quirúrgicamente en un intento de controlar el vértigo. Los pacientes con
EM pueden recibir ayuda mediante el uso de audífonos, rehabilitación vestibular y
realización de ejercicios. Las actividades de ejercicio pueden mejorar el equilibrio y volver
a entrenar el sistema nervioso central para compensar el desequilibrio que genera la EM.

COMPLICACIONES.

 Los pacientes pueden sufrir vértigo entre leve e intenso


 Las sensaciones de estar girando pueden variar de velocidad. Cuando comienza el
“giro”, es probable que aparezcan vómitos a continuación
 Los pacientes pueden sufrir un aumento de los acúfenos, hipoacusia, cansancio,
náuseas, palidez, sudores, dolor de cabeza y una sensación de malestar antes de un
episodio de vértigo
 Cualquier movimiento de la cabeza aumentará la sensación de estar girando, lo que
provoca más vómitos y falta de equilibrio.
 Los episodios impredecibles de vértigo y la posibilidad de pérdida auditiva
permanente pueden ser los problemas más complicados de la enfermedad de Ménière
 El vértigo puede hacer que pierdas el equilibrio, lo cual aumenta el riesgo de caídas
y accidentes

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