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LUZ INEXISTENTE

Seudónimo: Luz bella

Folio: 3595043

Vertiente: Cuentos para Don Quijote

Categoría: Estudiantes de Educación secundaria


COMENTARIOS DE LOS LIBROS LEÍDOS

Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el armario

Autor: C.S Lewis

Se me hizo difícil leer el libro de las crónicas de Narnia, ya que había visto la película,

vienen algunas partes de la historia muy aburridas. Pero, tengo dos personajes favoritos

y son los castores, no sé, pero siento en ellos una alegría y un sentido del humor muy

bueno.

El Principito

Autor: Antoine de Saint-Exupéry

El Principito se me hizo un libro muy bonito, porque hay diferentes ambientes y

personajes, además el aprendizaje de cada uno de ellos, mi favorito es el zorro porque

le enseña al Principito a relacionarse con las demás personas.

El diario de Greg

Autor: Jeff Kinney

Uno de los libros que me han ayudado a darme el gusto por la lectura ha sido El diario

de Greg, escrito por Jeff Kinney. La cual trata de un niño llamado Greg, quien busca la

forma de volverse popular en el mundo sobrio de la secundaria por medio de diferentes

experimentos.

Me identifico con el personaje de Greg al momento de que siempre se burlan de

él por ser debilucho. Pero siempre está buscando hacer el bien a los demás. El premio

dado por su mamá es helado.


Lo único que no me gusto es lo fácil en que se resuelven sus problemas y que

siempre sus hermanos son tan envidiosos.

La última batalla

Autor: C.S. Lewis

Otro de los libros que me han llegado a gustar fue la última batalla del autor C. S.

Lewis. En esta última parte de la saga de las crónicas de Narnia, reúnen a casi todos

los personajes de todos los libros pasados. Hacen una gran reunión entre los grandes

reyes y reinas de antaño.

Mi personaje favorito es Lucy, quien es la que siempre busca salvar los conflictos

usando el dialogo no tanto la violencia. Ella es dulce, tierna y une con su cariño a todos

para juntos salvar Narnia.

De las únicas cosas que no me gustaron es que hubo muchas traiciones, desde

los enanos, el falso Aslan y la que más me sorprendió la reina Susan. Quien se enfocó

en sus cosas de adulto, olvidándose de sus amigos y sus primos.

Las crónicas de Narnia 2: El príncipe Caspian

Autor: C.S Lewis

Es el segundo libro del autor C.S Lewis, me gusta porque el príncipe lucha por la

corona, los hermanos acuden para ayudarle y ahí descubren la historia de un pueblo.

Pero, me gusta más las Crónicas de Narnia uno, ya que salen más reyes y reinas

antiguas.
LUZ INEXISTENTE
Había una vez un niño de ocho años cuya vida no era como un cuento de hadas

pero que con ayuda de su rayo de sol iba a tratar de superar sus problemas y recuperar

la felicidad que había perdido hace tiempo.

Me encuentro solo en el patio de la escuela como es costumbre, mi nombre es

Damián. Desde que murió mi único y mejor amigo Joseph no he tenido nada bueno en

mi vida. Joseph era la persona más buena y genial que había conocido, él era realmente

bajito, valiente y muy inteligente, pero tenía un gran problema su papá era un bobo

(perdón por la palabra) que lo maltrataba, Joseph trataba de ocultarlo, pero tenía

moretones en sus brazos.

No comprendía muy bien cómo funcionaba la muerte, pero cuando me dijeron que

ya no podría verlo nunca más el mundo se me vino encima, no podía evitar tener ese

sentimiento de culpa ya que el día del accidente estábamos juntos. Un año después de

eso y aun no podía recordar que es lo que había pasado ese día.

Se terminó el recreo y decidí escapar de la escuela, no estaba orgulloso de eso

pero aun así con el paso de los días lo hacía cada vez más seguido, camine hacia la

puerta mágica (que en realidad era una cerca de maya alambrada que había aflojado con

Joseph pero así me gusta llamarla), la Señorita Marian a veces se daba cuenta de mi

ausencia y le dejaba un mensaje de voz a mi mamá pero ella nunca hacia nada al

respecto simplemente me veía y decía algo así como: “No deberías faltar a clases” o mi

favorito “esfuérzate más”, me excusaba diciendo que iba al psicólogo y de esa forma la

maestra me veía con lastima y simplemente me sonreía.

Tome el palo de madera más grande que encontré en la calle y camine hacia el

lago, ese es sin duda el lugar más bonito de nuestro pueblo, es un lago enorme lleno de

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árboles y con una enorme muralla protectora de piedras que había construido con su

mejor amigo (la muralla no media más de un metro de largo), ahí habíamos jugado horas

y horas, éramos los vigilantes protectores del lugar, pasábamos todas las tardes jugando

y disfrutando de nuestra compañía pero ese día al llegar al lugar me di cuenta de algo:

¡Había una intrusa en el lugar! Era una niña rubia de no más dos años que yo, me sentía

tan enojado con ella, no entendía como se atrevía a llegar y arruinar mi lago con su

presencia.

Me quedé sentado atrás de los árboles, esperando a que ella tomara la decisión

de irse y después de un rato me di cuenta de que no estaba sola, tenía un perro que

respondía al nombre de <<Apolo>> y no podía pensar en un nombre más correcto para

ese perro enorme, era muy bonito y juguetón.

La rubia y su perro se quedaron simplemente sentados ahí bajo los rayos del sol

disfrutando de su tarde, después de un rato me aburrí y decidí llegar a mi casa.

Al llegar a mi casa me di cuenta que mi mamá no estaba ella es enfermera, una

mujer muy guapa, alta morena y de ojos color miel, no recuerdo haberla visto

desmaquillada o despeinada ni una sola vez y antes cuando me sonreía me hacía sentir

el niño más afortunado por tenerla conmigo, casi siempre trabajaba turnos extras para

poder pagar las cuentas, eso y que aunque piensa que yo no lo sé, se excusa con su

trabajo para pasar su tiempo libre con su novio no entendía porque no confiaba en mí y

me decía simplemente la verdad que prefería estar con él que conmigo. Mi abuela estaba

dormida en su sillón.

Me prepare rápidamente un sándwich y puse los mensajes de la contestadora que

marcaba un 2: “Damián cariño llegare tarde, haz tu tarea y duerme temprano. No se te

olvide tomar tu medicamento” Y “Buenos días señora Monreal, nos preocupa Damián, se
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volvió a escapar de la escuela. Espero que pueda venir a visitarnos.” Y una vez escuche

ambos los elimine, corrí al baño y me tome mis pastillas.

La casa estaba silenciosa era bonita en realidad antes disfrutaba mucho estar

aquí, tal vez muy grande para tres personas, la había construido su abuelo y nunca se

mudaron, a mi abuela le molestaba mucho el ruido y por eso trataba de estar todo el día

afuera, para no molestarla. No siempre habían sido, así las cosas, antes de que mi abuelo

muriera la casa estaba llena de vida, mi abuela cocinaba, bailaba y jugaba conmigo todos

los días, el lugar resplandecía, pero tiempo después de su muerte mi abuela enferma y

se amargo, quería ser buen niño así que la dejaba dormir tal y como ella deseaba.

>>Era de noche hacía mucho calor mi mejor amigo Joseph se encontraba tirado

en el suelo, los paramédicos veían sus brazos con cara de horror, era difícil verlos, yo lo

había hecho una vez, pero ahora solo podía ver las luces de las ambulancias y la policía

que me encandilaban, los paramédicos lo cubrieron con una manta y mamá no aparecía.

¿Qué estaba ocurriendo? ¿Dónde está mamá? ¿Por qué se lo llevan?

Me levante de repente, estaba temblando y sudoroso, después de la pesadilla ya

no pude volver a dormir y me quede viendo la luna deseando poder crecer para irme de

este apestoso pueblo que tanto detesto.

Al pasar los días me di cuenta que la niña bajo los rayos del sol y su perro seguían

yendo al lago, ya no me desagradaba tanto, la había visto jugar a la trae con Apolo y una

ocasión el perro la embistió tan fuerte que ella cayó al lago y se empapo su hermoso

vestido blanco que resaltaba el color de su cabello, no pude evitar reír al ver aquello pero

lo hice en voz muy bajita, tenía miedo de que su perro me escuchara y corriera hacia mí,

tenía ganas de hablarle a la niña rayo de sol pero me contuve no creía poder caerle bien

y me divertía mucho observándola así que decidí no hacerlo y quedarme con las ganas.
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Al parecer ella era nueva en la ciudad, se acababa de mudar, la había visto en la escuela

rodeada de personas con las cuales reía mucho, se notaba que los demás realmente

disfrutaban de su compañía.

Era jueves y eso significaba una cosa, tenía mi cita con el psicólogo el lugar era

muy pequeño en realidad, pero estaba bien cuidado, las paredes tenían colores brillantes

y había juguetes por todos lados, no confiaba mucho en él ni comprendía porque se

interesaba tanto en Joseph (bueno tal vez lo hacía porque era de lo único que no me

gustaba hablar).

Salude a la recepcionista ella era bastante agradable, creo que estaba en

preparatoria y cada vez que me la topaba en la calle me saludaba con la mano, entre al

consultorio, en cuanto me recosté en el sillón el señor psicólogo entro, él era poco

agraciado, delgado, alto y con una nariz muy fea, me saludo, tomo asiento y comenzó

con su ola de preguntas:

-Damián, cuéntame que tal tu semana, ¿algo nuevo? - Me dedico una sonrisa y yo

detestaba esa sonrisa.

-Vi a una niña. - Otra boba sonrisa de su parte.

-Oh ya veo, ¿quieres que sea tu amiga?

-Si.

-Deberías intentar hablarle algo de compañía no te haría nada mal, solo promete

que vas a tratar. - Asentí con la cabeza. - Y hablando de compañía ¿te gustaría hablar

de Joseph?

Aquí vamos de nuevo…

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Salí del consultorio y ahí estaba mamá, solo ese día la veía, era el único lugar al

que me acompañaba, nunca me preguntaba qué tal me había ido o de que había hablado

con él.

Al día siguiente tome la decisión de hablarle a la niña rayo de sol, me puse mi

mejor camisa y camine al lago, la encontré en el lugar de siempre, solo que ahora estaba

sola y volteo en mi dirección como si ya supiera que yo iba a llegar. Ella fue la primera en

hablar:

-Hola tú, esperaba que algún día te animaras a jugar conmigo, debe ser muy

aburrido estar sentado solo tras los árboles. - Su comentario me tomo por sorpresa, no

pensé que ella me hubiera visto.

-Sí, yo…- No podía dejar de sentir vergüenza.

Pero ella siguió hablando, le platicaba un montón de cosas, en seguida tuvimos

una conexión especial, jugamos y reímos toda la tarde. Ya estaba anocheciendo y ella

me dijo que se tenía que ir:

-Toma tu medicamento y pregúntale a ella que paso ese día. - Salió corriendo y

nada más vi cómo se alejaba esa bonita niña, su comentario me dejo helado, no

recordaba haberle platicado sobre el medicamento ni del día que murió Joseph.

Los días pasaban y mi rutina seguía igual, la niña rayo de sol me decía lo mismo

todos los días: “Toma tu medicamento y pregúntale a ella que paso ese día.” Me

empezaba a dar miedo, pero aun así la quería y quería seguir siendo su amigo.

Y justo el día del aniversario de la muerte de Joseph, un jueves rayo de sol me

amenazó:

-Si no tomas tu medicamento y le preguntas que sucedió, no te hablare nunca más.


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Mi mamá estaba en el porche, sentada con la mirada perdida, esperándome para

ir a mi cita, pero decidí enfrentarla y hacer exactamente lo que rayo de sol me había

pedido:

-Ella insistió en que te preguntara: ¿Qué paso ese día? - Prendió un cigarro y

comenzó a fumar, ni siquiera volteaba a verme.

-Siéntate. - Y así lo hice, me acomodé en el sillón donde estaba ella. - ¿Ya eres

un niño grande cierto? - Asentí con la cabeza. - El medicamento que tomas es un

antidepresivo yo sé que no sabes bien que es pero sirve para que no estés triste, provoca

alucinaciones. Ella es una amiga imaginaria, te seguí un día al lago y ahí estabas jugando

solo con el cadáver de un perro al que llamabas Apolo e igual, le hablabas a ella, tu rayo

de sol. -Suspiro y lucia realmente cansada, cansada y decepcionada. - Las personas

tenemos un sistema en nuestro cerebro, nos protege de recuerdos muy malos o puede

alterarlos también para engañarnos y no saber lo que realmente sucedió. Tienes

problemas en tu cabeza Damián, creí que yo podría ayudarte con ellos, creí que el

psicólogo podría, pero me di cuenta de que no es así. -Se le quebró la voz y sentí un

nudo en el estómago.

Era un día de verano, Damián acababa de golpear a Joseph como solía hacerlo

siempre, después con toda la furia en sus ojos lo amenazo, le dijo que si llegaba a decirle

a alguien lo que había sucedido le echaría la culpa a Carlos (el padre de Joseph) y que

no lo volvería a ver jamás, Damián no era idiota, nunca le había tocado la cara, no quería

que nadie viera sus moretones.

Realmente no sabía que sentir por Joseph, le molestaba su vida perfecta con su

familia perfecta y un montón de amigos que lo querían, a Damián todos le tenían miedo,

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no por algo que hubiera hecho simplemente era su esencia, el destello travieso y malvado

que tenía en sus ojos.

Pero ese día no pudo contener la rabia, Joseph le platico sobre como conoció a

una niña muy hermosa con la cual quería empezar a jugar en los recreos, que ya no

podría estar todo el día con él, se molestó tanto que lo empujo.

Joseph se golpeó en la nuca y poco a poco fue perdiendo la vida, Damián estaba

tan asustado que no se pudo mover de ahí hasta que oscureció, llego la policía y unos

minutos después la ambulancia.

-Fingiste ser bueno, que él se tropezó, que tú no tuviste nada que ver pero yo soy

tu madre, te conozco y a mí no me puedes engañar, estas enfermo y ya no te puedo

cuidar.

Al día siguiente Damián se encontraba en el psiquiatra era un edificio viejo y feo

donde se encontraban todas las personas que consideraban la basura del pueblo y ahora

él se había convertido en uno de ellos, su mamá le había explicado que se quedaría ahí

por un tiempo y le prometió que vendría a verlo aunque realmente por la cara que tenía

sabía que era mentira.

Dormía en un catre en seguida de un niño que solo susurraba “¿Tu haz visto a mi

gato? Dime donde está, dime donde esta…”

Era muy raro que lo dejaran salir de su cuarto/jaula, la comida era horrible y se

sentía el niño más miserable del planeta.

Tomo una crayola y dibujo su puerta mágica en la pared aunque estaba seguro de

que esta vez no funcionaria.

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