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¿Cómo funcionan los jabones?

Los jabones ejercen su acción limpiadora sobre las grasas en presencia del agua debido a la estructura
de sus moléculas. Éstas tienen una parte liposoluble y otra hidrosoluble.

El componente liposoluble hace que el jabón moje la grasa disolviéndola y el componente hidrosoluble
hace que el jabón se disuelva a su vez en el agua.

Las manchas de grasa no se pueden eliminar sólo con agua por ser insolubles en ella. El jabón en
cambio, que es soluble en ambas, permite que la grasa pase a la disolución desapareciendo la mancha
de grasa

De acuerdo con la Revista Digital Universitaria de la UNAM, el jabón “tiene dos extremos de diferente
afinidad”, similar a lo que sucede con el polo positivo y negativo que tiene una pila. Esta doble afinidad
que posee le permite orientarse según el medio en el que se encuentra, gracias a esto puede limpiar
cualquier superficie o producto.

En otras palabras, el jabón crea un efecto de emulsificación que permite al aceite mezclarse con el agua.
Separa las gotas de aceite, las encierra como en una especie de burbuja hasta que éstas se deslizan por
el agua y se desintegran.

Incluso hay quienes opinan que uno de los pioneros en entender cómo funcionaba el jabón fue el
químico, físico, matemático y bacteriólogo francés, Louis Pasteur, pues gracia a ello descubrió que la
transmisión de los microbios mortales en el parto, podían eliminarse con el simple hecho de que los
médicos lavaran sus manos.

¿Qué pasa cuando un virus con las características de la Covid-19 entra en contacto con el agua y el
jabón? Primero debemos entender cómo está compuesto el coronavirus. Cuenta con tres elementos
importantes: un núcleo, donde encontramos la información que va replicando para infectar a nuevas
personas; una capa de proteínas, que le ayude a engancharse a nuestras células; y por último, una
protección de lípdios.

En este último elemento es donde entra en juego el agua y jabón cuando nos lavamos las manos. Según
explica Irene Lapuente, el jabón se mezcla con los lípidos de la membrana protectora de cualquier virus,
destruyéndola y haciendo que la parte hidrosoluble arrastre el material genético. Esto provoca que
nuestras manos queden libres de cualquier tipo de virus que pueda poner en riesgo nuestra salud.

Este simple proceso que se desencadena por lavarse las manos con agua y jabón puede llegar a reducir
en un 25% las infecciones respiratorias, como la gripe, la bronquiolitis, la tosferina, el SRAS (Síndrome
Respiratorio Agudo Severo) o la neumonía, que mata a un niño cada 15 segundos en el mundo; y en un
50%, las diarreas infantiles, que anualmente provocan la muerte a más de 500.000 niños. Además, la
diarrea acrecienta la posibilidad de que los niños sufran desnutrición crónica, lo que suele retrasar su
crecimiento.
Por tanto, lavarse las manos con agua y jabón es un sencillo gesto que puede salvar vidas y es la mejor
arma para hacer frente a cualquier virus de las características de la Covid-19.

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