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Ten cuidado al comprar colchones que sean de calidad, puesto que tu hijo
pasa muchas horas al día en él. Para los bebés, el colchón no debe ser muy suave,
pero transpirable es lo más importante. Asegúrate que repele la humedad para
que no se empape enseguida. Además, el colchón debe tener una funda extraíble
y lavable y libre de sustancias nocivas. Los expertos en calidad han concluido
que los más apropiados para los niños son, principalmente, los colchones de
látex, de fibra de coco y de crin de caballo. No son tan recomendables los
elaborados con espuma. También es recomendable tener el colchón antes del
primer uso por lo menos un día ventilando, con las ventanas abiertas, así os
aseguraréis que está libre de cualquier pequeña posible sustancia contaminante o
simplemente olor desagradable.
5. Distancia de la ventana
Ten en cuenta que la cama del niño esté lejos de la ventana, y también
alejada de persianas y cortinas puesto que los cordones y correas son peligrosos
para el niño que puede estrangularse.
6. Atención con la seguridad
Asegúrate de que la cuna cumple con todas las normas de seguridad y que
no existe ningún peligro para tu hijo. Lo mismo debes tenerlo en cuenta con la
cuna de viaje. Sigue todas las instrucciones de seguridad también con los asientos
de seguridad infantil, cochecitos o portabebés y no le dejes allí dormido sin
supervisión.
También debes tener cuidado con los juguetes en la cama. Los juguetes o
muñecos de peluche con mucha ropa o largas cintas es mejor que no estén en la
cuna, con ellos, se corre el riesgo de que el bebé se enrede y se estrangule. Esto
también se aplica a los chupetes con cadenita larga.
Mantén a las mascotas lejos de tu bebé. Aunque pueden ser muy tranquilos
e inofensivos podrían lastimar al bebé por ejemplo si duermen con él.