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CURSO DE COMPRENSIÓN DE TEXTOS PARA INGRESANTES A GEOLOGÍA 2019

1º ENCUENTRO: Lectura y análisis de los siguientes textos:

1) “El ciclo del carbono y las rocas sedimentarias”


2) “Una posible conexión entre el vulcanismo y el cambio climático en el pasado geológico”

Actividad 1: Lectura exploratoria (20’)

1a- Anotar los términos desconocidos y deducir su significado, a partir del contexto de la oración
donde aparecen

Actividad 2: Lectura cooperativa (30´)

Realizar una segunda lectura durante la cual cada miembro del grupo elegirá realizar una de las
tareas siguientes:

2a- Poner un subtítulo a cada párrafo.


2b- Identificar los interrogantes que el texto trata de responder.
2c- Anotar aquellas palabras que consideren propias del vocabulario geológico.

Dentro de cada grupo se consensuará la resolución de las diferentes tareas y luego se hará una
puesta en común con los demás grupos.

Actividad 3: Lectura selectiva (40´)

En forma individual se realizará otra lectura, subrayando las ideas principales y las palabras
clave.

3a- Responder el siguiente cuestionario para el texto 1

1) Por qué el carbono es el componente básico de la vida?


2) Qué procesos permiten el intercambio de dióxido de carbono entre la biosfera y la
atmósfera?
3) Cuál sería la fuente de gran parte del dióxido de carbono que se halla en la atmósfera
4) Cuál es el mayor depósito terrestre de carbono?

3b- Responder el siguiente cuestionario para el texto 2

1) Qué episodio marcó el final de la era mesozoica?


2) Por qué el dióxido de carbono es un gas importante para el efecto invernadero?
3) Además de gases, qué otras emisiones produce la actividad volcánica?
4) Que consecuencia sobre los recursos naturales tuvo la mayor temperatura del Cretácico?
EL CICLO DEL CARBONO Y LAS ROCAS SEDIMENTARIAS

El carbono puro es relativamente poco común en la naturaleza. Se encuentra, sobre todo,


en dos minerales: el diamante y el grafito. La mayor parte del carbono está enlazado
químicamente a otros elementos para formar compuestos como el dióxido de carbono, el
carbonato cálcico y los hidrocarburos que se encuentran en el carbón y el petróleo. El carbono
también es el componente básico de la vida, ya que se combina fácilmente con el hidrógeno y
el oxígeno para formar los compuestos orgánicos fundamentales que constituyen los seres
vivos.
En la atmósfera, el carbono se halla principalmente en forma de dióxido de carbono (CO 2).
El dióxido de carbono atmosférico es importante porque es un gas invernadero, lo cual significa
que es un absorbente eficaz de la energía emitida por la Tierra y, por tanto, influye en el
calentamiento de la atmósfera. Dado que el dióxido de carbono interviene en muchos de los
procesos que operan en la Tierra, este gas entra y sale constantemente de la atmósfera. Por
ejemplo, mediante el proceso de la fotosíntesis, las plantas absorben el dióxido de carbono
procedente de la atmósfera y producen los compuestos orgánicos esenciales necesarios para
el crecimiento. Los animales que consumen estas plantas (o consumen otros animales
herbívoros) utilizan estos compuestos orgánicos como fuente de energía y, a través del
proceso de la respiración, devuelven el dióxido de carbono a la atmósfera. (Las plantas
también devuelven una parte del CO2 a la atmósfera por medio de la respiración). Además,
cuando las plantas mueren y se descomponen o se queman, esta biomasa se oxida y el
dióxido de carbono vuelve a la atmósfera.
No todo el material vegetal muerto se descompone inmediatamente en dióxido de carbono.
Un pequeño porcentaje es depositado como sedimento. Durante largos espacios de tiempo
geológico, se entierra una cantidad considerable de biomasa con sedimentos. Bajo las
condiciones apropiadas, algunos de estos depósitos ricos en carbono se convierten en
combustibles fósiles, como carbón, petróleo o gas natural. Al final algunos de los combustibles
se recuperan (mediante excavaciones o bombeos de un pozo) y se queman para hacer
funcionar las fábricas y alimentar nuestro sistema de transporte con combustible. Un resultado
de la combustión de combustibles fósiles es la liberación de grandes cantidades de CO 2 a la
atmósfera. Desde luego una de las partes más activas del ciclo de carbono es el movimiento de
CO2 desde la atmósfera a la biosfera y de vuelta otra vez.
El carbono también se mueve de la litosfera y la hidrosfera a la atmósfera y viceversa. Por
ejemplo, se cree que la actividad volcánica en las primeras etapas de la historia de la Tierra es
la fuente de gran parte del dióxido de carbono que se halla en la atmósfera. Una manera en la
que el dióxido de carbono regresa a la hidrosfera y luego a la Tierra sólida es combinándose
primero con agua para formar ácido carbónico, que después ataca las rocas que componen la
litosfera. Un producto de esta meteorización química de la roca sólida es el ion bicarbonato
soluble, que es transportado por las aguas subterráneas y los ríos hacia el océano. Aquí, los
organismos acuáticos extraen este material disuelto para producir partes duras de carbonato
cálcico. Cuando los organismos mueren, estos restos esqueléticos se depositan en el fondo
oceánico como sedimentos bioquímicos y se convierten en roca sedimentaria. De hecho, la
litosfera es con mucho el mayor depósito terrestre de carbono, donde es el constituyente de
una variedad de rocas, la más abundante de las cuales es la caliza. La caliza acaba quedando
expuesta en la superficie de la Tierra, donde la meteorización química provocará que el
carbono almacenado en la roca se libere en la atmósfera en forma de CO2.
En resumen, el carbono se mueve entre las cuatro esferas principales de la Tierra. Es
esencial para cualquier ser vivo de la biosfera. En la atmósfera el dióxido de carbono es un gas
invernadero importante. En la hidrosfera, el dióxido de carbono se disuelve en los lagos, los
ríos y el océano. En la litosfera los sedimentos carbonatados y las rocas sedimentarias
contienen carbono y éste se almacena como materia orgánica descompuesta por las rocas
sedimentarias y en forma de depósitos de carbón y petróleo.

Fuente: TARBUCK, E.J. y F.K. LUTGENS, 2005.- Ciencias de la Tierra. Una introducción a la Geología
Física. Pearson Educación, 8ª ed., 736 p.
UNA POSIBLE CONEXIÓN ENTRE EL VULCANISMO Y EL CAMBIO CLIMÁTICO EN EL
PASADO GEOLÓGICO

El período Cretácico es el último período de la era Mesozoica, la era de la vida media que a
menudo se denomina «edad de los dinosaurios». Empezó hace unos 144 millones de años y
acabó hace alrededor de 65 millones de años con la extinción de los dinosaurios (y también
muchas otras formas vivas).
El clima del Cretácico fue uno de los más cálidos de la larga historia de la Tierra. Los
dinosaurios, que están asociados con temperaturas suaves, recorrían el norte del Círculo
Ártico. Había bosques tropicales en Groenlandia y en la Antártida, y los arrecifes de coral
crecían hasta 15 grados de latitud más cerca de los polos que en la actualidad. Los depósitos
de turba, que acabarían formando extensas capas de carbón, se acumulaban a latitudes
elevadas. El nivel del mar era hasta 200 metros más alto que en la actualidad, lo cual indica
que no había capas de hielo polar.
¿Cuál era la causa de los climas extraordinariamente cálidos del período Cretácico? Entre
los factores significativos que pueden haber contribuido se cuenta un aumento de la cantidad
de dióxido de carbono de la atmósfera. La importancia del dióxido de carbono reside en el
hecho de que es transparente a la radiación solar entrante de longitud de onda corta, pero no
es transparente a algunas de las radiaciones salientes de longitud de onda larga emitida por la
Tierra. Una porción de la energía que deja el suelo es absorbida por el dióxido de carbono y
luego es reemitida; una parte, hacia la superficie, manteniendo el aire próximo al suelo más
cálido de lo que estaría sin el dióxido de carbono. Por tanto, el dióxido de carbono es uno de
los gases responsables del calentamiento de la atmósfera inferior. El proceso se llama efecto
invernadero. Dado que el dióxido de carbono es un importante absorbente de calor, cualquier
modificación del contenido de dióxido de carbono en el aire puede alterar las temperaturas de
la atmósfera inferior.
¿De dónde procedía el CO2 adicional que contribuyó al calentamiento en el Cretácico?
Muchos geólogos sugieren que probablemente su origen fuera la actividad volcánica. El dióxido
de carbono es uno de los gases emitidos durante el vulcanismo y ahora existen pruebas
geológicas considerables de que el Cretácico medio fue un período en el que se dio una tasa
extraordinariamente elevada de actividad volcánica. Durante este período, aparecieron varias
enormes llanuras oceánicas de lava en el fondo del Pacífico occidental. Estas vastas
estructuras estaban asociadas con puntos calientes que podían haber sido fruto de grandes
plumas del manto. Las emisiones masivas de lava durante millones de años podrían haber ido
acompañadas de la liberación de grandes cantidades de CO 2 que, a su vez, habrían
intensificado el efecto invernadero en la atmósfera.
Hubo otras consecuencias probables de este período extraordinariamente cálido que están
relacionadas con la actividad volcánica. Por ejemplo, las elevadas temperaturas globales y el
CO2 atmosférico enriquecido del Cretácico provocaron aumentos de la cantidad y de los tipos
de fitoplancton (plantas diminutas, mayoritariamente microscópicas, como algas) y otras formas
vivas del océano. Esta expansión de la vida marina se refleja en los extensos depósitos de
creta asociados con el período Cretácico. La creta está formada por las partes duras ricas en
calcita de los organismos marinos microscópicos. El petróleo y el gas se producen a raíz de la
alteración de los restos biológicos (principalmente fitoplancton). Algunos de los campos de
petróleo y gas más importantes del mundo se encuentran en los sedimentos marinos del
período Cretácico, como consecuencia de la mayor abundancia de vida marina durante esta
época cálida.
Esta lista de posibles consecuencias relacionadas con el período extraordinario de
vulcanismo durante el Cretácico no se ha completado ni mucho menos, aunque sirve para
ilustrar las interrelaciones entre las partes del sistema terrestre. Los materiales y los procesos
que en un primer momento aparentemente no guardan ninguna relación, al final la tienen.
Ahora hemos visto cómo los procesos que se originaron en las profundidades del interior de la
Tierra están conectados, de una manera directa o indirecta, a la atmósfera, los océanos y la
biosfera.
Fuente: TARBUCK, E.J. y F.K. LUTGENS, 2005.- Ciencias de la Tierra. Una introducción a la Geología
Física. Pearson Educación, 8ª ed., 736 p.
2º ENCUENTRO: Lectura y análisis de los siguientes textos

1) “La desaparición de los dinosaurios”


2) “¿Está la Tierra en una dirección de colisión?”

Actividad 1: Lectura exploratoria (20’)

1a- Anotar los términos desconocidos y deducir su significado, a partir del contexto de la oración
donde aparecen

Actividad 2: Lectura cooperativa (30´)

Realizar una segunda lectura durante la cual cada miembro del grupo elegirá realizar una de las
tareas siguientes:

2a- Poner un subtítulo a cada párrafo.


2b- Identificar los interrogantes que el texto trata de responder.
2c- Anotar aquellas palabras que consideren propias del vocabulario geológico.

Dentro de cada grupo se consensuará la resolución de las diferentes tareas y luego se hará una
puesta en común con los demás grupos.

Actividad 3: Lectura selectiva (40´)

En forma individual se realizará otra lectura, subrayando las ideas principales y las palabras
clave

3a- Responder el siguiente cuestionario para el texto 1:

1) Que representan la divisiones en la escala de tiempo geológico?


2) Qué consecuencias habría tenido el impacto del meteorito sobre el clima global de la
Tierra
3) Qué impacto evolutivo tuvo la extinción de los dinosaurios?
4) Qué otra hipótesis se sugiere como causa de la extinción masiva del Cretácico-Terciario?

3b. Responder el siguiente cuestionario para el texto 2:


1) Qué tipos de cuerpos planetarios pueden colisionar con la Tierra?
2) Cuál sería la causa de la extinción de los dinosaurios?
3) Qué estructuras se toman como evidencias del impacto de meteoritos sobre la superficie
terrestre?
LA DESAPARICIÓN DE LOS DINOSAURIOS

Los límites entre las divisiones en la escala de tiempo geológico representan épocas de
cambio geológico o biológico significativo. De especial interés es el límite entre el Mesozoico
(«vida media») y el Cenozoico («vida reciente»), hace unos 65 millones de años.
Aproximadamente por esta época, desaparecieron más de la mitad de todas las especies en
una extinción masiva. Este límite marca el final de la era en la cual los dinosaurios y otros
reptiles dominaban el paisaje y el comienzo de la era en la cual los mamíferos se hicieron muy
importantes. Debido a que el último período del Mesozoico es el Cretácico (abreviado como K
para evitar confusión con otros períodos que empiezan por «C»), y que el primer período del
Cenozoico es el Terciario (abreviado «T»), la época de esta extinción masiva se conoce como
el límite KT o Cretácico-Terciario.
La extinción de los dinosaurios se atribuye generalmente a la incapacidad de este grupo
para adaptarse a algún cambio radical de las condiciones ambientales. ¿Qué acontecimiento
pudo haber desencadenado la rápida extinción de los dinosaurios, uno de los grupos más
prósperos de los animales terrestres que nunca haya vivido?
La hipótesis con mayor respaldo propone que, hace aproximadamente 65 millones de años,
nuestro planeta recibió el impacto de un gran meteorito carbonáceo, un vestigio de la formación
del Sistema Solar. La masa rocosa errante medía aproximadamente 10 kilómetros de diámetro
y se desplazaba a unos 90.000 kilómetros por hora en el momento del impacto. Colisionó con
la parte meridional de Norteamérica, en lo que ahora es la península mexicana de Yucatán y
que en aquel momento era un mar tropical poco profundo. Se calcula que la energía liberada
por el impacto fue equivalente a 100 millones de megatoneladas (mega = millón) de explosivos
potentes.
Durante uno o dos años después del impacto, el polvo en suspensión redujo enormemente
la entrada de luz solar a la superficie de la Tierra, lo cual provocó el enfriamiento global
(«invierno de impacto ») e impidió la fotosíntesis, alterando enormemente la producción de
alimentos. Mucho después de que el polvo se asentara, permanecían el dióxido de carbono, el
vapor de agua y los óxidos de azufre que se habían añadido a la atmósfera tras el impacto. Si
se hubiesen formado cantidades significativas de aerosoles sulfatados, su alto poder de
reflexión habría ayudado a perpetuar las temperaturas superficiales más frías durante algunos
años más. Al final, los aerosoles sulfatados dejan la atmósfera en forma de lluvia ácida. Por el
contrario, el dióxido de carbono tiene un período de residencia en la atmósfera mucho más
largo. El dióxido de carbono es un gas invernadero, un gas que atrapa una parte de la radiación
emitida por la superficie terrestre. Una vez que han desaparecido los aerosoles, el aumento del
efecto invernadero a causa del dióxido de carbono hubiese conducido a un crecimiento a largo
plazo de las temperaturas globales medias. El resultado probable era que una parte de la vida
vegetal y animal que había sobrevivido a la agresión ambiental del principio habría acabado
siendo víctima de las presiones asociadas con el enfriamiento global, seguidas por la lluvia
ácida y el calentamiento global.
La extinción de los dinosaurios hizo surgir hábitats para los pequeños mamíferos
supervivientes. Estos nuevos hábitats, junto con las fuerzas de la evolución, llevaron al
desarrollo de los grandes mamíferos que ocupan nuestro mundo actual.
¿Qué pruebas indican una colisión catastrófica como ésta hace 65 millones de años? En
primer lugar, se ha descubierto en todo el mundo una fina capa de sedimento de casi 1
centímetro de grosor en el límite KT. Este sedimento contiene una elevada concentración del
elemento iridio, raro en la corteza terrestre, pero encontrado en grandes proporciones en los
meteoritos pétreos. ¿Podría esta capa constituir los restos dispersos del meteorito que fue
responsable de los cambios ambientales que indujeron la desaparición de muchos grupos de
reptiles?
A pesar de que cada vez recibe más apoyo, algunos científicos no están de acuerdo con la
hipótesis del impacto. En su lugar, sugieren que unas grandes erupciones volcánicas podrían
haber inducido una ruptura de la cadena alimentaria. Para respaldar esta hipótesis, citan las
enormes emisiones de lava de la llanura del Deccan, al norte de la India, hace unos 65 millones
de años.
Sea cual fuere la causa de la extinción KT, ahora tenemos una mayor comprensión del
papel de los acontecimientos catastróficos en el modelado de la historia de nuestro planeta y la
vida que lo ocupa. ¿Podría suceder un acontecimiento catastrófico con unas consecuencias
similares en la actualidad? Esta posibilidad explica por qué un acontecimiento que ocurrió hace
65 millones de años ha cautivado el interés de tantas personas.

Fuente: TARBUCK, E.J. y F.K. LUTGENS, 2005.- Ciencias de la Tierra. Una introducción a la Geología
Física. Pearson Educación, 8ª ed., 736 p.
¿ESTÁ LA TIERRA EN UNA DIRECCIÓN DE COLISIÓN?

El Sistema Solar está repleto de meteoritos, asteroides, cometas activos y cometas


extintos. Estos fragmentos viajan a grandes velocidades y pueden golpear la Tierra con la
fuerza explosiva de una potente bomba nuclear.
En las últimas décadas, cada vez ha resultado más claro que los cometas y los asteroides
han chocado contra la Tierra con mucha más frecuencia de lo que previamente se sabía. La
prueba son estructuras de impacto gigantes. Se han identificado más de cien. Muchos de ellos
se atribuyeron erróneamente, al principio, al resultado de algún proceso volcánico. Aunque
algunas estructuras de impacto son tan antiguas que ya no parecen cráteres de impacto, sigue
habiendo evidencias de su origen. Una notable excepción es un cráter de aspecto muy reciente
que se encuentra cerca de Winslow, Arizona, y se conoce como Meteor Crater.
Cada vez hay más pruebas de que hace 65 millones de años un gran asteroide de
aproximadamente 10 kilómetros de diámetro chocó contra la Tierra. Este impacto puede haber
causado la extinción de los dinosaurios, así como casi el 50 por ciento de todas las especies
vegetales y animales.
Más recientemente, una explosión espectacular se ha atribuido a la colisión de nuestro
planeta con un cometa o asteroide. En 1908, en una región remota de Siberia, explotó una
«bola de fuego» que parecía más brillante que el Sol, con una fuerza violenta. Las ondas del
choque rompieron ventanas y provocaron reverberaciones que se escucharon a una distancia
de hasta 1.000 kilómetros. El «acontecimiento Tunguska», como se le denomina, arrancó
ramas, y derribó árboles a 30 kilómetros de distancia del epicentro. Pero las expediciones a la
zona no encontraron pruebas de un cráter de impacto, ni fragmentos metálicos de ningún tipo.
Evidentemente la explosión, cuya potencia fue por lo menos similar a una bomba nuclear de 10
megatones, se produjo a muy pocos kilómetros por encima de la superficie. Lo más probable
es que fuera la muerte de un cometa o quizá de un asteroide rocoso. No está claro por qué
explotó antes del impacto.
Los peligros de vivir con estos objetos pequeños, pero mortales, en el espacio llegaron de
nuevo a la opinión pública en 1989, cuando un asteroide de casi un kilómetro estuvo a tiro de la
Tierra. Estuvo a dos veces la distancia de la Luna. Viajando a 70.000 kilómetros por hora, pudo
haber producido un cráter de 10 kilómetros de diámetro y quizá 2 kilómetros de profundidad.
Como indicó un observador, «tarde o temprano volverá». Atravesó nuestra órbita justo 6 horas
por delante de la Tierra. Las estadísticas demuestran que colisiones de esta tremenda
magnitud deben tener lugar cada pocos centenares de millones de años y podrían tener
consecuencias dramáticas.

Fuente: TARBUCK, E.J. y F.K. LUTGENS, 2005.- Ciencias de la Tierra. Una introducción a la Geología
Física. Pearson Educación, 8ª ed., 736 p.
3º ENCUENTRO: Análisis conjunto de los 4 textos

Actividad 1: Lectura comparativa

Luego de una nueva lectura de cada uno de los textos analizados Ambas se realizarán tareas de
manera individual y se consensuarán las respuestas dentro de cada grupo. Para finalizar, se hará
una puesta en común con los demás grupos.

1a- Elaborar un resumen (es decir abreviar el texto original sin cambiar su estructura).

1b- Elaborar una síntesis (texto de hasta 8 líneas, expresando las ideas del autor con palabras
propias).

1c- Responder el siguiente cuestionario

1) Cuáles son los temas comunes entre los textos?


2) Qué similitudes y diferencias se pueden encontrar entre los textos?
3) Cuál lectura resultó más difícil y por qué?

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