Está en la página 1de 2

Carbono en la atmósfera

El carbono existe en la atmósfera de la


Tierra principalmente en forma de gas dióxido de carbono (CO2). En la atmósfera hay
750 gigatoneladas de carbono. La concentración de CO2 es de 381 ml/m³, que
corresponde a una cantidad de aproximadamente 800 gigatoneladas de carbono. Es
aproximadamente el 0,001% del carbono total global. Por tanto, la atmósfera es el
almacén de carbono más pequeño, y reacciona de forma más sensible a los cambios. Por
el contrario, la atmósfera tiene el mayor porcentaje de circulación de carbono a causa de
procesos bioquímicos.

Aunque es una parte muy pequeña de la atmósfera (aproximadamente el 0.04% en una base molar, pero
está elevándose), desempeña un papel importante en el sustento de la vida. Otros gases que contienen
carbono en la atmósfera son el metano y los clorofluorocarbonos (completamente antropogénicos). La
concentración atmosférica total de estos gases de invernadero ha estado aumentando en décadas recientes,
contribuyendo al calentamiento global.

El carbono es tomado de la atmósfera de varios modos:


* Cuando el sol brilla, las plantas realizan la fotosíntesis para convertir dióxido de carbono
en carbohidratos, liberando oxígeno en el proceso. Este proceso es más prolífico en bosques relativamente
nuevos, donde el crecimiento del árbol es todavía rápido.
* En la superficie de los océanos, cerca de los polos, el agua del mar actúa como refrigerador y se forma
más ácido carbónico cuando el CO2 se hace más soluble. Esto está conectado con la circulación
termohalina del océano, que transporta el agua superficial densa al interior del océano.
* En áreas superiores del océano con alta productividad biológica, los organismos convierten el carbono
reducido en tejidos, y los carbonatos en partes del cuerpo duras como conchas y caparazones. Éstos
compuestos son, respectivamente, oxidados (bomba de tejidos) y disueltos de nuevo (bomba de
carbonato) en niveles medios del océano inferiores a donde se formaron, causando un flujo hacia abajo
del carbono.
* La erosión de roca de silicato. El ácido carbónico reacciona con la roca erosionada para producir iones
de bicarbonato. Los iones de bicarbonato producidos son transportados al océano, donde se usan para
hacer carbonatos marinos. A diferencia del CO2 disuelto en equilibrio o en los tejidos muertos, la erosión
no mueve el carbono a un reservorio del cual pueda volver fácilmente a la atmósfera.

El carbono puede ser liberado a la atmósfera de muchos modos diferentes:


* Por la respiración realizada por plantas y animales. Esta es una reacción exotérmica e implica la ruptura
de glucosa (u otras moléculas orgánicas) en dióxido de carbono y agua.
* Por tejidos muertos de animales y vegetales. Los hongos y las bacterias dividen los compuestos de
carbono de los animales muertos y las plantas, y convierten el carbono a dióxido de carbono si hay
oxígeno presente, o bien a metano si no lo hay.
* Por la combustión de material orgánico, que oxida el carbono que contiene, produciendo dióxido de
carbono (y otros productos, como vapor de agua). Quemando combustibles fósiles como carbón,
productos del petróleo y gas natural, se libera el carbono que ha sido almacenado en la geosfera durante
millones de años.
* Producción de cemento. El dióxido de carbono se libera cuando la piedra caliza (carbonato de calcio) se
calienta para producir la cal (óxido de calcio), un componente del cemento.
* En la superficie de los océanos, donde el agua es más cálida, el dióxido de carbono disuelto se libera de
vuelta a la atmósfera
* Las erupciones volcánicas y el metamorfismo liberan gases en la atmósfera. Los gases volcánicos son,
principalmente, vapor de agua, dióxido de carbono y dióxido de azufre. El dióxido de carbono liberado es
aproximadamente igual a la cantidad de silicato eliminada por erosión; ambos procesos, que son el
reverso químico uno de otro, suman casi cero, y no afectan al nivel de dióxido de carbono atmosférico en
escalas de tiempo menores de unos 100.000 años.
* Más excepcionalmente, el carbono puede provenir del impacto de un meteorito importante sobre la
Tierra. Según la violencia de este acontecimiento, la cantidad de materia expulsada y las consecuencias
pueden variar considerablemente. Mientras que la actividad volcánica normal hace aumentar la tasa
atmosférica de los gases de efecto de invernadero, la caída de un cuerpo pesado o una erupción
excepcionalmente poderosa propagan en la alta atmósfera grandes cantidades de polvo que reducen el
flujo del brillo solar, lo que provoca una disminución de la temperatura que puede ir hasta varias decenas
de grados en unas semanas. Un cataclismo de este tipo es tal vez la causa de la desaparición de los
dinosaurios.

También podría gustarte