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A pesar de que la tragedia a la corta edad de 9 años haya golpeado a su puerta, Byun
Baekhyun ha aprendido que "ser feliz es una decisión". Y con esa premisa transcurren
sus días, llenando de alegría y de vida a todos a su alrededor, teniendo siempre presente
las últimas palabras de su madre:
"Eres bonito. El más bonito del mundo mi pequeño. Porque tú existes, el mundo es
bonito, porque tú lo haces todo bonito"
Pero todo su mundo se verá desbordado, cuando su mejor amigo Kyungsoo, lo arrastra a
una fiesta. Una noche, en donde se encuentra a sí mismo, deseando a un hombre que
transformará su existencia, sin saber que el pasado los conecta. Un hombre que
pertenece a un mundo, completamente antagónico y opuesto a lo que él quiere para su
vida. Park Chanyeol.
"Baekhyun. Tú eres Mi Mundo. Porque tú existes, todo en mi mundo es más bonito y sale
el sol, porque tú eres mi sol"
- Ahaaa...
Me pasa su cuaderno por debajo y yo le doy el mío. Así me aburro menos hasta
esperar que toque timbre de recreo. De vez en cuando miro el reloj vigilando el
tiempo. Termino. Le paso el cuaderno a Kyungsoo que me sonríe contento y
¡Bingo!
- ¡Aclamado por multitudes! ¡Amado por todas las jovencitas! ¡Con el club de
fans más grande de Asia! ¡Su último trabajo es el más vendido con un día de
estar en las calles! ¡La estrella más grande del pop! ¡¡¡Con ustedes Byuuuuuun
Baekhyuuuuun!!!
Tengo un público súper agitado. Gritan terriblemente por mí. Yo salgo, les hago
mi saludo y haciéndoles un corazón, termino por tirarles besos. Eso ha hecho
que griten con todo.
- Bien. Muy bien y feliz de estar con ustedes hoy aquí – digo y tiro un beso.
- Palabras muy sinceras y salidas del corazón... ¡¿Qué nos vas a ofrecer
hoy?! ¿Qué nos vas a cantar?
Todos se ríen, menos mis fans, claro. Aunque la mayoría sean niñas, me son
bien fieles. Nos cruzamos de brazos y nos enfrentamos.
Yo desde lo alto puedo ver bien a ese grupo de niños que desde que siguen a ese
orejudo no han parado de molestarme. Ni siquiera lo conozco, va a una división
distinta a la mía, entró tarde a la escuela y ya tiene un séquito de secuaces a
quienes ordena cosas y las hacen por él.
- ¡Si interrumpes!
- ¡No!
- ¡Si!
- ¡No!
- ¡Si!
Se queda callado. Está furioso porque aprieta sus labios sin querer responder y
me blanquea esos ojotes grandotes que tiene de loco. Entonces aprovecho para
vengarme por haber interrumpido mi presentación. Porque seré niño, pero no
tonto y con este matón, no me voy a dejar.
- Si... si... Di lo que quieras – digo posando como una estrella de la tv – Pero
la verdad es que soy taaaan bonito, que no me puedes dejar de mirar.
Yo sé que soy bien bonito. Nadie tiene que decírmelo. Pero dudo que este chico
me considere bonito. Sólo quiero molestarlo.
- ¡Oye! Vi a tu mamá los otros días paseando al perro ¡No! espera... ¿Eras
tú? – dice ese maldito chiste y todos sus amigos se me ríen.
- ¡No es verdad!
- Encima dice que eres bonito ¿Sabes qué? ¡Eres feo! ¡Más que feo! ¡Eres
horrible! ¡Cara de caca!
- ¡Mentiroso! – digo ya sacado porque sé que miente.
- ¡Nunca miento! ¡Seguro eres igualito a tu mamá! ¡Eres feo! ¡Feo! ¡Feo!
A duras penas me paro después de haber comido tierra y miro a la cara al niño
maldito al que todos aclaman.
Encima todos comienzan a gritar al mismo tiempo batiendo palmas: "¡Feo! ¡Feo!
¡Feo!"
Ni que fuera un toro, de esos que he visto alguna vez en la tele, me le voy al
chico y hundo mi cabeza en su panza, tirándolo al suelo con todo. Después me le
siento encima y comienzo a darle mil trompadas. Me duelen los brazos, pero no
me importa. Yo solo quiero que se trague sus inmundas palabras.
Alguien me tira de atrás con todo. Yo pateo sin parar. Todos hacen silencio.
Para qué decirle algo. Todos los días a los niños les dicen cosas y él no hace
nada. Si le digo que me dijo que "canto feo", "feo", "cara de caca", "que soy el
perro que paseaba mi mamá"... ni le va a importar.
Así que hago lo mejor que sé hacer y que le ablanda el corazón a mis papás. Le
hago mi puchero tierno y me le pongo a llorar.
- ¡PARK! – siento el estruendo del director que lo está llamando para entrar
a dirección.
- Feo.
- Dicen que...
- Pero...
- ¡No quiero saber nada del chico ese! – le grito furioso – Me cae mal.
- Pero...
- Entiendo... pero...
- Se ha burlado de mí. Me ha dicho "cara de caca" ¡¿Entiendes?! ¡Me ha
dicho que soy "feo"! ¿Soy feo Kyungsoo?
Yo le clavo los ojos y él cierra la boca. Así llegamos a su casa primero. Nos
despedimos y lo veo que sale su mamá a recibirlo. Ella me saluda amable con la
mano en alto.
Llego a la mía. Entro y me encuentro con que no hay nadie. Cosa súper rara.
Mi mamá siempre hace lo mismo que la mamá de Kyungsoo. Me preparo una
leche chocolatada y me la tomo. Subo a mi habitación y me tiro a la cama.
La voz de ese niño viene a mi cabeza todo el tiempo. Y los gritos de "¡Feo!",
retumban por las paredes y me hacen despertar de mi siesta súper furioso.
Jamás antes me importó lo que alguien pudiera decir de mí ¿Por qué ahora sí?
En mis cortos 9 años de vida, tampoco me había pasado una cosa así.
Igual lo bueno de todo esto, es que me di cuenta que sabía pelear bien. Pero
nunca se lo diré a papá, porque odia a los matones. Y yo tengo prohibido ser
como uno de esos. Siempre me lo dice.
Jamás en la vida había visto a papá discutir con nadie, ni siquiera con mamá.
Sólo en los dramas he visto esas cosas, así que el corazón parece que se me sale
del pecho, del susto que tengo.
Camino por el pasillo en dirección a la escalera. Miro hacia abajo. Abro bien los
ojos y no puedo moverme. Esa gente me asusta de verdad. Son muchos hombres
y en el medio de ellos está mi papá.
De pronto dos tipos lo agarran de los costados, lo sostienen y uno que está al
frente, le da con su puño en el estómago. Yo quiero gritar y alguien me tapa la
boca. Es mamá.
- Mamá... mamá... qué pasa – digo ya llorando y temblando sin parar del
susto que tengo.
- Baekhyun por favor – me llama la atención y eso ha hecho que tenga más
ganas de llorar – Quédate dentro, tengo que ayudar a papá.
- Mi amor, será un rato nada más. Y te prometo que nada malo va a pasar.
Pero para eso te tienes que callar cariño.
- Mamá no entiendo...
- Baeky. Mi amor. Necesito que seas valiente por mamá. Necesito que seas
fuerte mi pequeño.
Mamá sigue acariciando mi cara. Siento que estoy todo mojado de transpiración
y de mis lágrimas, porque no puedo frenar eso. No entiendo nada. Solo sé que
algo malo, muy malo pasa, porque mira todo el tiempo a la puerta.
- Pero mamá...
- De acuerdo...
- Que solo... que solo cuando la música deje de sonar, puedo salir fuera.
- Porque estoy feliz de haber tenido al hijo más bueno, más inteligente y
más bonito del mundo. Mi Baekhyun – dice y me abraza fuerte, muy fuerte.
- Pero todos dicen en la escuela que soy feo – es que recordé al maldito niño.
- Ahora te voy a poner la música que más le gusta a papá y te vas a quedar
quietito aquí ¿Entendido?
De repente se sienten unas explosiones que nos asustaron a los dos. Mamá se
vuelve a mí, me acomoda rápido y me dice.
- Te amo.
Aprieto mis ojos con fuerza porque solo sé que tenía miedo, sin escuchar nada
de fuera. Así que me concentro en la música que papá escuchaba mucho y me
pierdo en esas canciones.
Me froto los ojos. Los abro bien. Y me doy cuenta que por el uniforme, es un
policía.
- Si – respondo con miedo, porque mamá y papá me han dicho que no debo
hablar con desconocidos. Pero sé que es un policía.
Escucho el sonido de pisadas de personas que suben las escaleras. Allí veo a
gente que si conozco.
- ¡Abuelos!
- Mamá me dijo que me quede ahí hasta que termine la música ¿Dónde
están papá y mamá?
Ha pasado una semana desde que me han dicho que mi mamá y mi papá se han
ido al cielo. Y me siento enojado con todos, porque sé que me han mentido ¿No
era más fácil decirme que habían muerto?
Debería haberle obligado a mi mamá a quedarse conmigo y esconderse en el
armario.
Hoy he venido por primera vez a la escuela desde lo que pasó. Detesto que me
miren con lástima por todos lados. Pero me ha traído beneficios, nadie me
molesta, me regalaron almuerzos, me dieron dulces como obsequios y hasta
ofrecieron hacerme las tareas. Yo les sonrío amable a todos.
Me he mudado con mis abuelos, los papás de mi mamá. Estoy más cerca de la
casa de Kyungsoo, así que seguimos caminando juntos, de regreso de la escuela.
Él me acompaña todo el tiempo.
Agarrado de las cadenas de ambos lados, miro mis pies. Mis pantalones
comienzan a mancharse con las gotas que comienzan a salir de mis ojos. Porque
estoy sólo. Mi mamá y mi papá, no van a volver. Nada es igual.
No quería llorar, porque alguien me dijo que los hombres no lloran. Pero yo
estoy sólo. Nadie se va a dar cuenta. Así que lloro.
Pasa un rato largo. Y él sigue ahí de pie. Se está mojando. Y me doy cuenta
que es porque me está cubriendo más a mí que a él. Me seco las lágrimas que
ya van dejando de caer. De repente ya no pienso tanto en lo sólo que estoy, sino
en lo que este niño loco está haciendo aquí.
- Mi abuelo.
- Puede ser – dice el encogiendo sus hombros – Ahora nos tenemos que ir
por eso.
- Si. Así dijo mi papá. Que nos tenemos que mudar a otro país y guardarnos
por un tiempo.
- No entiendo.
- Yo tampoco. Pero eso dijo él.
- Vine a despedirme de mi mamá. Vive por aquí. Mis papás son separados.
Y me tengo que ir con mi papá – baja su mirada. Yo lo noto triste. Si yo me
siento sólo sin mamá, él debe sentir lo mismo.
Nos quedamos callados otro rato. Hasta que escucho una voz gruesa que
exclama.
- Gracias. No hace falta. Vivo aquí a la vuelta – digo señalando para ese
lado y él sigue mi dedo.
Miro sus ojos grandotes y casi negros. Su cara hace una mueca rara, que me
dan ganas de reírme. Pero parece que realmente lo siente. Por eso digo amable.
- Gracias.
- No entiendo...
- Mi abuela siempre me dice eso. Por eso me regaló ese llavero. Me dice: "No
te preocupes Baekhyun, después de la tormenta, siempre sale el sol" o "después
de un día nublado, siempre sale el sol" o "Después de la noche siempre sale el
sol".
- Mentí – me dice.
- ¿Mentiste?
Y yo siento más calor en mi cara. Mis ojos siguen abiertos y puedo ver que él
ha cerrado los suyos. Esto es ¿Mi primer beso?
Se incorpora. Abre los ojos. Suelta el paraguas y sale corriendo. Me deja ahí,
bajo la lluvia. Yo miro cómo se va y entonces, antes de subirse al auto, grita con
fuerza.
Camino a casa con mi nuevo paraguas que me protege de la lluvia, con una
sonrisa de oreja a oreja y con mis cachetes que hierven de calor, porque me ha
dicho que había mentido y que soy bonito. Mi primer beso me lo ha dado él,
gritando después, que soy bonito.
Lástima que nunca más volveré a ver a ese niño. Recién ahora me quiero
matar, al darme cuenta que nunca le pregunté su nombre. Pero siempre me
guardaré en el corazón, ese primer beso que me dio Park.
Capítulo 2
"Encontramos el amor "
- ¡Ni que fuera una vieja! – se queja ella dándole con el repasador en la cara.
Yo lo abrazo. Se celan entre los dos, a ver a quién le doy más cariño. Miro mi
móvil y me doy cuenta de la hora.
- A ver cuándo te diviertes un poco más – me reclama ella – Tan bonito y tan
guardado...
- ¡Kim Hye Soo! ¡En esos lugares a donde quieres que salga nada bueno va a
encontrar!
- Por favor Baekhyun – me ruega juntando sus manos, ni que fuera de vida o
muerte la cosa – No quiero ir sólo...
- Kyungsoo – digo en tono duro – Dime la verdad ¡¿Por qué demonios quieres ir
a esa maldita fiesta?!
Nada. No me dice una palabra. Pero yo sé que este inocentón, se hace, porque
de inocente no tiene nada. Pongo mis puños en la cintura y espero que me diga
algo.
- Yo... quiero aclarar las cosas con Jongin – murmura compungido y yo lo quiero
reventar a patadas.
- Do Kyungsoo ¡ESTAS LOCO! – grito furioso sacudiendo mis manos para todos
lados – ¡No voy a dejarte ir a esa fiesta para que te conviertas en picadillo de
ese tipo que amenazó con matarte!
- ¡Pero qué!
- Yo quiero... yo quiero...
- Necesito aclarar las cosas con Jongin... – dice y veo esos ojazos que se le
llenan de lágrimas.
- Kyungsoo ¿Tú? – digo mirándolo bien a la cara que ya anda luciendo pucheros
terribles – ¿Tú no? ¿Tú no estarás?
Se agacha. Veo unos lagrimones que se deslizan por sus mejillas. Está con sus
manitos en el pecho y a mí se me estruja el corazón de verlo así. De pronto me
da penita.
- Mira. Mañana temprano vemos cómo hacemos para buscarlo y concertar una
cita para que hables con él. Si vamos a una fiesta... Quién sabe con quién ande
Kyungsoo...
- ¿Eso crees?
- Si – le digo seguro y rogando para que entienda – Debe estar borracho por ahí.
Debe estar odiándote y diciéndole a todos que "te va a matar ni bien te vea"
¿Entiendes? ¡A todos sus amigotes! Es peligroso Kyung...
Le paso un pañuelo de papel y mi amigo se seca hasta la última gota de moco
que le quedaba en la nariz. Me mira con esos ojazos y me hace un puchero
dramático.
De repente veo que pasamos un mini súper, después un bar y otro almacén, y
hasta un súper que dice "24hs".
- Oye Kyungsoo...
Yo me vuelvo mudo a Kyungsoo y ya le veo los ojos diabólicos, con esa sonrisa
maldita propia de él, de cuando se acaba de mandar una travesura y se ha
salido con la suya.
- ¡Do Kyungsoo! – grito furioso pero él ni problema que se hace – ¡Mierda! ¡Me
las vas a pagar! – digo golpeando con mi puño la ventanilla y pataleando en el
asiento.
Es que recién me doy cuenta que me arrastra al lugar de la fiesta. Me rindo. Si
le pego un cocacho o si discuto con él, si me tiro del auto, o finjo estar asustado,
con este nada valdrá. Me ha arrastrado a un lugar en donde no quiero estar.
Me cruzo de brazos y me quedo quieto.
Yo sonrío con la esperanza de que me diga "Creo que... tienes razón " y
peguemos la vuelta. Abre sus labios y dice con una sonrisa.
Pero la cosa no aparenta ser tan fácil. Porque hay que dar el nombre en el
ingreso a un recepcionista, que confirma si se encuentra tu nombre en la lista.
A alguien que estaba delante de nosotros, lo sacan a la rastra por haber querido
entrar sin estar ahí.
- Kyung... cómo...
Entramos al elevador y hay mucha gente con nosotros. Un tipo de negro aprieta
unos números. Se ve que se entra con código. Y así es. No me equivoqué. Todos
nos bajamos y nos dispersados en medio de ese apartamento, que como supuse,
ocupa dos pisos completos. Es espectacular. "Summer" de Calvin Harris suena
a todo volumen.
- Qué lujo – dice Kyungsoo abriendo bien sus ojazos y su boca, impactado.
- ¿Y quién es ese Park Chanyeol? – pregunto – ¿Al menos sabes quién es?
- ¡Voy a buscarlo!
Otros dos tipos se me arriman pero yo no muestro interés. Nada me atrae, nada
me intriga, nada me hace querer seguir estando en este maldito lugar, lleno de
gente rica.
Tiene una camisa blanca y suelta, que no hace más que dejar al descubierto esa
figura preciosa y este torso bien trabajado, con sus abdominales furiosamente
marcadas. Su pantalón negro chupín, con unas cadenas que cuelgan, me
muestran la rebeldía y el desinterés que le da el verse bien o mal. Porque sabe
que es hermoso.
Veo que sus labios se mueven. Sé que canta sólo: "Diamantes amarillos en la
luz, y nosotros de pie cara a cara, cuando tu sombra cruza la mía".
Yo le sigo los labios y canto sin darme cuenta: "Encontramos amor en un lugar
sin esperanzas, encontramos amor en un lugar sin esperanzas...".
Abre sus brazos sin sentido. Las luces parecen estrellas en su cuerpo, en medio
de la penumbra. Gira sobre sí mismo mientras la música suena. Todos lo
miran. Él sabe que los conquista con solo estar.
Ahí está mi realidad. Mientras yo quiero salvar el mundo, este tipo debe
destruirlo. Así que orgulloso de mí mismo, elevo mi mentón y sigo metido en lo
mío. Es decir, en esperar a que Kyungsoo, arregle su tema con ese tal Jongin.
Un flaco choca conmigo y sin siquiera mirarme pega un grito que me aturde.
- ¡Ya voy maldita sea! – grita el tal Jongdae, tratando de abrirse paso entre la
multitud.
De repente veo que medio mundo se gira para el mismo lado. Yo también soy
algo curioso y me volteo para ver a dónde se dirigen los ojos. Y escucho que
grita un tipo iracundo y loco.
- ¡Hijo de puta! ¡Me las vas a pagar!
El que ha gritado es amarrado desde atrás por alguien que los quiere frenar.
Cuando veo al "hijo de puta", me quiero matar.
Pero nadie me lleva el apunte, porque la música sigue sonando, hay gente que
sigue bailando y otra que me impide el paso, para llegar hasta donde está mi
amigo. Encima Kyungsoo tiene ganas de seguirla, porque se le escapa de los
brazos a quien lo sostenía y se le tira con todo a Jongin. Si su idea de arreglar
la situación era esta, pues ya se esfumó.
No sé cómo demonios he hecho para llegar hasta ahí. Tengo que frenar a mi
amigo, pues así como es una seda y un peluche andante, puede ser el más
diabólico cuando se lo propone y no querría ser su enemigo en esos momentos.
Jongin no tiene idea de con quién se ha metido.
- ¡Él comenzó todo! – protesta indicando con su cabeza a Jongin, mientras veo
que dos tipos lo sostienen de los costados.
- ¡Suéltenlo! – les ordeno, porque a pesar de todo es mi amigo y yo no voy a
permitir que nadie le haga daño. Bueno, él está intacto, el otro es el que está
desfigurado, pero es mi amigo y punto.
- Oye bonito... Tranquilo. Solo queremos terminar de una vez con esto y que la
fiesta siga.
Yo hago como que estoy en la mía, aunque estoy caliente en serio. Pero no dejo
de percibir su presencia. Me está mirando. Lo sé. Y yo lo ignoro. Estoy
demasiado avergonzado al recordar lo que pensé y todo lo que me habría
gustado que me haga mientras lo vi bailar. Así que no me queda más que
hacerme el duro y gritar.
- Oye bonito – me vuelve a decir este hombre y yo me derrito por dentro porque
noto su altura terrible, como si me cubriera por completo – Tranquilo. Tu amigo
se las arregló bien.
- Oye – le reclama el más bajo – Cuida tus palabras peque. Es nuestro amigo.
Nunca pelea ¿Qué mierda le hiciste?
Y eso hacemos. Caminamos unos pasos y escucho esa voz grave que grita.
- ¡Adiós bonito!
Apenas arranco, larga todo el llanto contenido. Yo sólo puedo de vez en cuando,
darle unas palmadas en el hombro. Kyungsoo me preocupa y mucho.
Nos acostamos a dormir. Me recuerdo que dentro de 5 horas debo estar de pie
en el hospital. Cierro mis párpados que ya pesan del cansancio.
Sin querer, sólo puedo verlo bailar esa canción a la que le sigue la letra. Sus
brazos se abren girando sobre sí mismo. Tiene los ojos cerrados y mira al cielo
estrellado, aunque él brilla por sí mismo. Sonríe como si nada, ni nadie le
importara.
Entonces baja su rostro y me clava la mirada. Esos ojos tan familiares, que he
visto por primera vez, se quedan impactados en mí. Y me dice solo dos
palabras:
- Eres bonito...
Nos habían avisado que seríamos sus tutores ante el juzgado, porque el tipo
está aquí cumpliendo condena, haciendo tareas comunitarias. Solo que jamás
me hubiera imaginado que el mundo es tan pequeño. Es uno de los amigos del
tal Jongin. Lo reconocimos al instante con Kyungsoo. Nunca podría olvidar
cómo se reía divertido de la situación esa noche que su amigo y mi amigo se
agarraron a las trompadas.
Camino con él por los pasillos y los puestos de enfermería. Mientras reviso
algunas carpetas con los datos de pacientes y le presento a parte del personal,
charlo con él como puedo.
- ¿Qué sentido tiene curar y sanar si la muerte llega igual? Todos morimos. Fin
del asunto.
Al final del día, el doctor Zhang me llama. Yixing es un amigo. Pero dentro del
trabajo, siempre nos tratamos formalmente. No es idea de él, sino mía. Si fuera
por Yixing, sería el mejor amigo de medio mundo.
- Para la mierda.
- Pero me han contado que ha puesto a Zitao de buen humor – me clava con una
sonrisa – Y que Minseok después de verlo, ha hablado.
Pero también a los 9 años, hubo un acontecimiento existencial que borró todo lo
malo: mi primer beso. Ese es mi secreto.
Cuando creí que iba a perder las ganas de sonreír, porque me sentía sólo en el
mundo, ese beso, me llenó de alegría. Todo se hizo bonito de nuevo, porque me
habían dicho que yo era "bonito" a los gritos. Algo tan tonto para cualquiera,
resultó ser mágico en mi vida.
Cuando fui creciendo, entendí que tenía dos opciones: enojarme con el mundo y
vivir lleno de odio; o decidir salir adelante y ser feliz a pesar de todo. Así que
me decidí por ser feliz.
Igual tengo que admitir, que siempre ha quedado una espina clavada en mi
corazón. La injusticia de saber que jamás encontraron a los asesinos de mis
padres.
Yixing se ríe y no me discute. Así que concluyo en que tengo razón. Pero al final
le doy con lo que quiere escuchar.
- ¡Ya Baekhyun! ¡Vas a caer molido! ¡Deja de una vez esos trabajos de medio
tiempo! ¡Eres enfermero!
Tengo miedo de que el tipo se esté portando mal con Mini. Me acerco unos
pasos. Jongdae sonríe y está atento a cada gesto y palabra de Minseok.
Minseok está haciendo ejercicio con una pelota en sus manos. Esta se le escapa
y Jongdae sale corriendo a atraparla para dejarla de nuevo en la falda de
Minseok. En fin. Quizá sea el inicio del cambio.
De pronto la imagen de Jongdae, con el tipo de dos metros esa noche, viene
como un rayo a mi mente. Si son amigos ¿Serán iguales?
Pero entonces veo pasar a uno de mis compañeros, secándose unas lágrimas
que le caen a chorros de los ojos. Siento unas carcajadas horribles provenientes
de un compartimento privado, de donde él ha salido. Me vuelvo al barman y
pregunto.
- ¿A Jungkook? – murmuro.
Me voy al vestidor y veo al niño que llora sin freno. Me acerco y apenas me ve,
mi muchacho se me abalanza como buscando consuelo.
Yo no tengo más que hacer, que sufrir con el niño que no da más de soportar
esa situación denigrante. Entonces me lleno de valor y le digo.
Termino de vestirme rápido. Saco una preciosa sonrisa y como si nada, me voy
para el sector de esos inadaptados. Respiro profundo y agarro la bandeja llena
de bebidas que habían pedido.
El más joven de los tres, los mira serio y de mal humor, cruzado de brazos. Me
sorprende que siendo el menor, pareciera ser el más centrado y maduro.
- ¿Qué pasó con el chico de antes? – pregunta el que está con cara de pocos
amigos.
- Ya Jimin – dice el otro enfiestado riéndose las carcajadas – Qué... ¿Te gustó el
niño?
- ¡Idiota! – grita y a mí se me crispan los pelos, cuando veo que el tal Jimin se
levanta y le estampa una trompada en el estómago.
- ¡Ya dejen de comportarse como imbéciles! – grita el más joven, mientras los
otros dos se ríen.
Salgo del lugar, apretando mis dientes, cerrando mis ojos con fuerza y
esperando que no termine por estamparle a alguno en la cara la bandeja,
porque el "matón" dormido que llevo dentro, quiere salir a la luz.
- Disculpa.
- ¿Está bien?
- Quisiera cantar.
- ¿Qué? – murmuro.
Apenas unas teclas del piano han sonado y esos breves toques, ya me han
resultado melancólicos.
Es una melodía simple. No llama mi atención, así que me pego la vuelta para
irme en medio de la penumbra de la sala.
- Bebé...
Me vuelvo. "Gravity" de Coldplay. Conozco bien esa canción. Porque todas las
noches... la canto...
Me regreso para verlo. En medio de la luz que sólo brilla para él, está
elevándose con los ojos cerrados. Pero ya no se ríe del mundo, sino que suplica
algo.
y pude ver,
y vi el sol,
de todo el mundo.
Abre sus ojos, como queriendo ver el sol que no se ve. Busca y busca a algo o a
alguien sin encontrarlo. Mueve imperceptiblemente su cabeza convencido de
las palabras que dice cantando. Arrastra cada palabra como si no fuera
suficiente cantar, porque quisiera gritarlas.
y te sientas decepcionado,
Sus ojos que parecen desorbitados y perdidos, buscan un punto fijo. Y entonces,
lentamente baja la vista y se encuentra... conmigo.
y ahora, no miraré.
Parado sin saber qué hago ahí, mirando extasiado de nuevo a ese hombre, sigo
la melodía de sus labios brillantes que se mueven. Y noto en sus ojos que se
clavan en mí, el brillo del dolor que se enciende en una lágrima. Una lágrima
que corre por su mejilla y se pierde en la nada.
y pude ver,
y vi el sol,
de todo el mundo.
De todo el mundo...
Sus dedos siguen tocando la melodía. Lo miro. No puedo hacer otra cosa más
que analizar sus gestos y la manera que tiene de hundir esos dedos en las
teclas del piano, sin dejar de mirarme un segundo.
Mientras él busca ese sol, yo sólo encuentro la noche con las estrellas
cinceladas en su cuerpo delgado, fibroso y arrogante, como la primera vez que
lo vi, elevándose en medio de todos, con los brazos abiertos.
Escucho los aplausos de la gente que hay ahí. Parpadeo confundido. Es como si
recién me diera cuenta que estoy parado en frente del escenario, ni que fuera
un "sasaeng" persiguiendo a su idol.
Me siento un estúpido total. Más cuando veo que él me mira con una mueca
que no entiendo de su rostro y una mano de mujer se posa en su pecho.
- Te demoraste dos minutos – me dice como molesto el tipo que me había dicho
del tiempo.
- Claro que no, porque te quedas – me ordena el infeliz, como si pudiera – Y sólo
te vas cuando yo te diga que nos traigas de nuevo las cosas.
- ¡Ya déjalo en paz Hyun Joong! – dice Jimin golpeando con su puño el sillón –
¡Se están comportando como un par de pendejos pajeros!
- ¡Tu primo que no respeta a la gente adulta! – dice el tal Hyun Joong en tono
duro y seco.
- Pero Chanyeol...
- ¡Ya te dije que te quedas! – interrumpe el tipo que sigue parado y se peleó con
Jimin, ni que fuera soberano y yo esclavo.
Yo lo miro furioso. Aprieto con mis manos la bandeja que sostengo con ganas,
como preparándome para darle con ella en la cara. Entonces el tal Chanyeol me
sorprende cuando lo mira serio. Desafiándolo, me dice a mí.
Cuando dejo una botella de cerveza y un vaso frente al tipo que se llama
Chanyeol, me doy cuenta que me mira enojado, como si yo hubiera hecho algo
malo. Entonces escucho que el otro tipo, del que no sé el nombre, habla.
Suelto al tipo que se pone derecho en frente mío. Me mira con mucha bronca. Y
yo ya lo enfrento serio. A mí nadie me toca.
Se pone de pie, seguido de Jimin que suspira. Se le nota al chico arto de estar
en compañía de los otros dos.
Chanyeol se incorpora de nuevo y mirando a las mujeres, ordena sin dejar esa
sonrisa que me da escalofrío.
Yo me he quedado duro como piedra. Esto ha sido lo más raro que he vivido en
la vida. No me gustó lo que pasó aquí. Odio la clase de gente que se cree que
tiene derecho a hacer lo que le venga en gana, solo por tener dinero.
Pero hay otra cosa que me enerva ¡¿Cómo mierda pudo gustarme un tipo como
ese?!
Al final, tenía razón. Es como Jongdae. Por eso deben ser amigos. Es arrogante,
soberbio y ni le importa el sentimiento ajeno.
Miro hacia todos lados, como si no supiera que es a mí a quién le habla. Largo
una sonrisa sarcástica y no digo nada. Todo lo que quiero hacer es largarme de
ahí.
Abro apenas la puerta de mi auto, cuando siento la presión de algo que la cierra
de una estampida. Miro asustado y molesto. La mano de Chanyeol. No sé en
qué momento ha llegado hasta mí. Debo elevar mi rostro para poder verlo. Me
mira serio y sin una expresión que me deje hacer lectura de lo que piensa. Y yo
le clavo mis ojos recontra enojado.
Miro a un costado y largo una sonrisa. Elevo mi rostro para verlo y le digo.
Aprieta sus labios. Respira fuerte porque veo que sus fosas nasales se elevan.
Está nervioso o ansioso por algo. Sin quitarme los ojos de encima, me dice
aparentemente tranquilo y seguro.
- Sé que piensas que soy un imbécil por no haber intervenido. Sé que crees que
no me importó nada de lo que pasó ahí dentro. Sé que estás convencido de que
soy igual que los idiotas que te estaban molestando. Pero créeme que lo que
hice fue para protegerte. No tienes idea de quiénes son ellos.
- No las aceptaste.
- Oblígame.
- Yo también...
Con todas mis fuerzas manoteo su brazo para hacerlo a un lado, pero el tipo es
una piedra incrustada en el asfalto. Yo tiro con más fuerza de él y comienzo a
forcejear. Pero se me sigue burlando y ya puedo ver que realmente esta
situación le es de lo más divertida, porque le siento que suelta una carcajada,
mientras yo sigo luchando.
Nunca había visto una sonrisa tan inmensa. Mirar sus labios en una carcajada,
me han distraído. De pronto me siento estampado de espaldas, contra mi propio
vehículo. Sus largos brazos rodean en una milésima de segundos mi cintura y
me presiona a su cuerpo.
Por más que intento liberarme golpeando con mis puños su pecho, eso sólo ha
logrado que me amarre con más poder y me aprisione con rudeza sobre sí
mismo. Un rugido nervioso sale de sus labios, haciendo que me estremezca por
completo, contagiándome de su calor.
Y es verdad. Pero jamás podría admitirlo. Jamás podría decirle a nadie que
todo mi cuerpo se dirigía naturalmente al suyo. Como la otra noche lo deseaba,
de nuevo hoy, yo lo deseaba.
- No... no es así...
- "Bebé...Ha sido un largo tiempo esperando, un largo, largo tiempo", pero
viniste...
Con una mano sostiene mi nuca. Con la otra sujeta mi cintura. Y yo, no sé qué
hacer.
Mala decisión.
Sus labios carnosos y húmedos se apoderan de los míos. Solo puedo ver sus ojos
furiosamente cerrados, las gotas de sudor en su frente y la inmensidad de su
cuerpo cubriéndome completamente.
Lucho con fuerza de nuevo, tratando de apartarme de él. Golpeo con mis puños
su pecho, pero él no se aparta un segundo de mí.
Muerdo su labio, pero eso solo lo ha encendido más, porque su boca jugosa y
violenta me exige con poder abrir la mía. Percibo su lengua jugando en mi
interior, para finalmente dominarme con su poder, sin entender por qué.
Y sin más, mis párpados van cediendo. Lentamente. Cierro mis ojos.
He perdido. Estoy perdido. Y no me importa.
Ahora, estoy probando del agarre de sus brazos fuertes y autoritarios que me
sostienen. Era esto lo que quería la otra noche. Era esto lo que anhelaba
cuando lo vi hoy de nuevo. Probar de su aliento, de su lengua, de sus brazos, de
su beso. Quería probar de Chanyeol y lo estoy haciendo.
¡Dios! ¡Me estoy hundiendo! ¡Yo estoy perdiendo! Si me quedo, si sigo, si lo dejo,
yo no seré más que otra de sus cosas, algo con qué jugar. No quiero ser solo un
polvo, no quiero solo follar. Antes, puede ser. Pero ahora... no.
¿Qué demonios quiso decir con todo eso que dijo? ¿Qué mierda quiso hacer
diciéndome esa maldita canción? Eso fue perverso y manipulador. Pero no soy
un idiota, no señor.
"Bonito. Eres tan... bonito. Tú me viste. Solo tú, puedes verme. Porque tú sabes
quién soy"
Bonito. Seguro que a todos les dice lo mismo.
Estoy tan avergonzado de todo esto. Si tuviera que explicar que es lo que más
me indigna de esta noche de mierda, tendría que admitir que me enfurece, ese
beso que me dio. Porque de verdad ¡mierda! que me gustó... Me gustó ese beso
de Chanyeol.
Capítulo 4
¿Quién es Chanyeol?
- ¡Me voy! – grito a mis abuelos antes de salir de casa – ¡Recuerden que paso
el fin de semana en un amigo!
Me largo de una vez, matándome de la risa. Les he dado para que tengan de
qué hablar, discutir y meditar el fin de semana.
Por suerte Kyungsoo, Luhan y yo, coincidimos este mes en nuestro franco. Así
que aprovechamos para ensayar las canciones de la obra teatral, que estamos
preparando para nuestros pequeños del hospital. Lástima que no estará
Yixing...
Entre los tres nos propusimos acercarnos más a Jongdae, para hacer más
amigable la relación y más fácil nuestro trabajo. Ya ha pasado poco más de
una semana desde que llegó. Aunque es muy bruto, hay que darle crédito en el
esfuerzo que está haciendo por mejorar. Así que ya más animados con los
cambios que nos sorprenden, vamos por más y nos metemos en su casa.
Toco timbre, esperando que alguien conteste del otro lado. Mientras, Luhan
saluda contento a la cámara de seguridad. Para mi sorpresa, al instante suena
la puerta y yo empujo para entrar.
- ¡Hola!
- Ho...la... – dice un rubio divino altísimo, con cara de desconcierto, que nos
mira a nosotros y mira hacia dentro.
Luhan pega un grito. Es que recién caigo que es su top model favorito. Y yo
recién me doy cuenta de que es más espectacular en persona, de lo que se lo ve
en las revistas.
- ¡Lo sabía! ¡Te reconocí apenas abriste la puerta! ¡Oye! ¿Eres amigo de
Jongdae? Yo soy Xiao Luhan, su tutor ¿Vives con él? ¿Desde hace cuánto se
conocen? ¿Me firmas un autógrafo? ¿Puedo sacarme una selfie contigo? ¿Puedo?
¿Si? – dice mi amigo juntando sus manitos. Es tan bonito con su cara de
angelito, que convence a cualquiera.
- No será gran cosa – vuelve a hablar Kyungsoo, a la vez que se pone de pie
– Ahora si me disculpan, voy a ver si ya se cocinaron las masitas – dice al final
y no sé para qué vino a la mesa.
- ¡Los chicos!
¡No! ¡Mierda! ¡Jongin! ¡Kyungsoo! ¡Tengo que sacar a mi amigo de aquí ahora!
¡Mi amigo! ¡Mi pobre amigo!
- Podrías haber dado señales de vida ¿No te parece? – le dice un flaco ¡El
flaco que me chocó esa noche de la fiesta, gritando a Jongdae!
Jongin solo está parado haciendo a Jongdae un ¿puchero? ¡Dios! ¡¿Quiénes son
estos tipos?!
- No-te-muevas.
- ¿Que me mueva?
Y ya se fue mi escondite ¡Mierda! Ni que fuera la estrella, se pone en medio de
la sala. Justo hoy se le ha ocurrido ser educado al desgraciado.
- Buenos días. Mucho gusto – dice y hace una reverencia pero alguien llamó
su atención – ¿Sehun? ¡¿Ho Sehun?!
- Hola preciosa.
Abro los ojos. Sí. Luhan le ha dado con todo a la panza de Sehun, que se
revuelca de dolor en el sillón.
Chanyeol ya me vio.
Pero ni pienso mirarlo. Después de esa noche, ni pienso dejarme atrapar por
este gigante. No me gusta. No señor. Igual me es inevitable sentir el calor
terrible de su cuerpo y su respiración agitada que mueve suavemente mis
cabellos. Ya me derrito...es que... está demasiado cerca...
Jongin agarra la masita y yo creo que no sabe lo que eso significa. Kyungsoo
conquista tan bien, que ya perdí la cuenta de los ex a los que ha dejado con el
corazón roto. Pero es la primera vez que lo veo sufriendo por alguien.
- Eso... ¡Dolió como la mierda! – me había olvidado de Sehun.
- Odia que lo confundan con una chica. Ahora te voy a traer algo fresco para
ese estómago. Quédate aquí...
Me dirijo a la cocina. Abro la nevera. Busco hielo, que por suerte hay. Cierro la
nevera y ya siento que mis mejillas hierven de calor. Chanyeol está aquí. Sé
que es él. Sólo sentir el calor de su cuerpo me genera esta sensibilidad de
mierda.
- Hola bonito.
Hago como si nada. Voy a una mesada. Dejo las cubeteras con hielo ahí. Busco
un paño seco. No encuentro en las puertas que abro y cierro. Ya me estoy
poniendo nervioso. Sigo en lo mío. Encuentro lo que buscaba y comienzo a
preparar el hielo sobre dos paños.
- ¿Piensas ignorarme?
Si. Todo el tiempo. Por eso ni lo miro. Bueno. Un poquito y de reojo nada más.
Está parado con las manos en la cadera. Divino como la santa mierda. Pero sigo
con mi cabeza gacha, preparando esta cosa.
- Si crees que eso te ayuda – dice y me sopla en el oído. Naturalmente mis
hombros se encogen con eso y pongo cara de molesto.
Agarro los paños con hielo. Quiero dirigirme a la puerta de la cocina pero el
desgraciado se para justo ahí ¡Demonios! ¡Otra vez con lo mismo!
Levanto mi rostro y lo quiero dilapidar con la mirada, hecho una furia. Pero él
se me ríe en la cara.
- Oblígame.
- ¿Sirve eso? – me pregunta Jongdae – Pensé que era para otro tipo de
golpes.
- Claro – le explico.
- ¡¿Qué?! – me pregunta.
- ¡¿De verdad?! – digo, aunque sé que toca muy bien un instrumento. Pero
tampoco es que me emocione.
- ¡Claro! Me encanta.
Cuando le digo eso, me mira súper impactado. Ni que fuera tonto. Anda todo el
tiempo mirando cada cosa que Minseok hace. Hasta he visto cómo fulmina con
los ojos a cada uno que se acerca a nuestro paciente, desde que ha comenzado
su voluntariado.
Pero verlo así, me hace darme cuenta que en verdad, Minseok algo ha hecho en
el corazón de Jongdae. Más cuando me dice con mirada de minino abandonado.
- ¿Tu pequeño?
Todos mudos.
Chanyeol ha reventado su puño en ella, haciendo temblar todo. Tiene
apretados sus labios y mira súper enojado a Jongdae, que se ha separado de mí.
Qué mierda le pasa... No sé. Y ni me importa.
Se ve que de verdad son amigos, porque escuchan atentos sin decir palabra.
Se está dando una importancia grande y yo les explico a ellos para que les
quede claro.
- Somos enfermeros en el Hospital Central. Estamos en el área de
Neurología y Rehabilitación. Y somos los responsables de Jongdae – digo
sacando pecho y tomando de un abrazo a mi muchacho al lado.
Ese fue el metido de Chanyeol y todos nos clavan la mirada. Es que mis amigos
no saben que lo he visto. No saben nada, de nada.
Yo le blanqueo los ojos a Chanyeol. Él quería que todos sepan que lo vi en algún
momento, porque se sonríe el maldito. Y ahí están esos labios curvados a un
lado. Me hago el tranquilo y digo.
- Cuando no soy enfermero, hago trabajos de medio tiempo Jongdae. De
casualidad, encontré a Chanyeol y unos amigos que...
Ya todos callados, miran a Jongdae y creo que van mal interpretando las
cosas. Me siento incómodo.
- Oye Jongdae... – hablo nervioso, pero con mi carita feliz –...No pasó nada
mi muchacho. Solo... solo me lo encontré. Fue un cliente. Nada más...
- ¿En serio?
- Jongdae – dice riéndose Jongin con la boca llena de una masita – ¿Desde
hace cuánto andan ustedes dos?
- Desde la primera vez que lo vi, ha atrapado mi corazón. Así que ya saben –
agrega duro y amenazante, señalando con su índice a cualquier lado – Nadie se
mete con lo que es mío.
Yo miro molesto y con los ojos bien abiertos a todos ahí. Ya ando confundido
frente a esta situación. Mis amigos, incluido Yifan se descosen de la risa
agarrándose la panza, mientras Jongdae la sigue, pellizcando mis cachetes.
Jongin y Sehun, están como si nada sonriendo, tomando café y comiendo.
Miro a Kyungsoo, que tiene los ojitos que le bailan de felicidad, de verse así
tranquilo con Jongin. No puede parar de mirarlo, aunque el tipo ni se dé
cuenta.
- ¡Ya! – pego el grito – Baja esa camisa que no hace falta que andes
presumiendo tus abdominales perfectas a estos pobres mortales – termino por
decir serio. Como si no me hubiera dado cuenta lo que anda haciendo y Luhan
ya se anda babeando.
Me voy a la cocina buscando un vaso de agua. Luhan me había seguido sin que
me diera cuenta. Me mira apoyado en el marco de la puerta cruzado de brazos.
Ya sé lo que quiere.
- Desembucha – me exige.
- No te hagas.
Los miro. No me van a dejar en paz hasta que no cuente al menos algo.
- Bueno. Vamos al tema del día aquí. Qué pasó con Chanyeol.
- Eso sin contar cómo fulminó con la mirada a Jongdae cuando te hablaba
en secreto – dice Kyungsoo.
Miro a mis amigos que tienen los ojotes súper abiertos del impacto.
- No pongan esas caras. Ni que hubiera sido la gran cosa – digo sirviéndome
otro vaso de agua, porque de pronto tengo mucha sed – Ni siquiera debería
haber estado sirviendo esa noche. Ni siquiera debería haber estado sirviendo
esa mesa. Ni siquiera debería haberme acercado a ese piano para ver quién
cantaba – desembucho indignado y sin freno– Ni siquiera debería haber
esperado que él dijera nada cuando intentó tocarme el culo ¡¿Qué mierda fue
todo eso?! Él manda y todos obedecen ni que fuera jefe. Se va. Salgo. Me lo
encuentro fuera. Me pide disculpas. Después dice que "no le debe explicaciones
a nadie". No me deja entrar a mi auto. Se me burla. Me besa ¡Obvio que le di si
merecido! ¡Yo no soy como esa con quien se besó!
¿Quién es Chanyeol?
¿Quién es Chanyeol?
Solo sé, que no debería estar pensando en todo esto. No debería estar pensando
en él. No debería estar pensando en Chanyeol...
Capítulo 5
"Tú eres mío.Tú eres mi mundo"
- ¡No! – me quejo.
- No quiero Heechul...
- Aquí corazón viene la gente con más dinero y poder de Seúl. Siempre tienen
que tener un nido donde empacharse con sus vicios. Y el nido es este.
- Ni que fuera un niño chiquito que no sabe nada – le reclamo, porque me siento
ofendido.
Se me ríe en la cara y pellizcándome un cachete me dice sonriendo.
- Henry ven aquí – dice señalando a uno de los chicos, ya vestido con uniforme.
- Dime Heechul.
- Me lo cuidas – le ordena.
- ¿Por qué dices eso? –pregunto confundido y molesto a Heechul, pero se va sin
decirme nada.
- Eres precioso. Te van a comer con la mirada. Los tipos van a volverse locos
por ti cuando te vean. Te lo juro, no me estoy burlando – habla rapidísimo,
parece que tiene miedo de que le pegue en serio – Heechul me dijo que no te
llamaba por eso. Se van a querer sobrepasar contigo. Yo voy a tratar de
evitarlo. Concéntrate en las mujeres, son más inofensivas. Pero si no puedo
cuidarte y pasa algo, te pegas la media vuelta y te mandas a mudar
¿Entendiste?
- Sonreír – me dice Heechul a mis espaldas – solo tienes que servir y sonreír.
No le des la hora a nadie ¡Y ni se te ocurra pelear!
Me leyó el pensamiento la madre. De pronto los miro a los dos. Están haciendo
mi trabajo complicado solo de haberlos escuchado.
- Bueno vamos – dice Heechul– Sigo siendo el jefe y les mando ir a sus lugares.
El atuendo no es nada del otro mundo. Solo un chupín negro, aunque ajustado
y sugerente para mi gusto, una remera blanca sin mangas, pero algo grande,
dejando entrever mis clavículas y mis costillas en ambos lados. El delantal
negro, es pequeñito y es solo un detalle diminuto en mis caderas. Me miro en el
espejo. Me veo extraño. Me pongo de costado y me acuerdo de Luhan, que
siempre me dice que tengo el culo parado. Me río al verme,recordando a
Heechul que me ha dicho que "si al natural soy precioso, luqueado soy de
infarto". No es por nada, pero, estoy de acuerdo. Me gusta lo que veo.
Salgo de una vez y voy donde están todos los demás. Entro y me encuentro con
que el jefe o dueño, está de espaldas a mí hablando. No digo nada. Me quedo
mudo. Nadie ha notado que entré, y me paro a un costado con otros. Susurro a
Henry:
- Lo mismo de siempre –me dice bajito – Cara sonriente y feliz. Copas y vasos
llenos en la VIP.
- Si – susurro y sonrío.
No me siento muy a gusto por cómo me está viendo. Sus labios se curvan para
un solo lado mientras se los muerde y me mira de arriba abajo, diciendo.
- Y eres precioso.
Ahora sí no me gustó. Frunzo el ceño, creo que voy a perder el trabajo que
todavía no empecé pero él me frena en seco.
- Disculpa. Solo soy honesto – dice cambiando el tono de voz y riendo más
amable – Sé apreciar algo cuando lo veo. No voy a propasarme contigo. No me
meto con mis empleados. Respeto mucho a mi personal. Soy Park Seo Joon –
agrega y hace una reverencia, cosa que me resulta muy extraña – Tú debes ser
Baekhyun.
Yo lo miro confundido. Tengo que admitir que este hombre tiene una sonrisa
encantadora.
- No se equivoca – confieso.
- Bien Baekhyun. Eso habla bien de ti. Sabes bien lo que quieres. Y en este
ambiente, son pocos los chicos así.
Camina hacia una de las puertas, pero de pronto se vuelve sobre sí mismo,y me
pregunta:
- Byun.
- 24.
Me mira fijo, sus labios curvados se transforman unos segundos y se pone serio.
Pero vuelve rápido a su estado anterior.
Entro a la zona VIP, como le dicen. Las luces tenues azuladas han sido
reemplazadas por luces fluorescentes. Veo mujeres y hombres bailando casi
desnudos, sobre las barras del lugar ¡Dios, cómo se mueven! Bolas de luces
adornan todo.Cuelgan del techo como especies de jaulas donde hay parejas
danzando también y haciendo piruetas. El lugar se va llenando y es
espectacular ver el movimiento y el lujo que se desparrama por todas partes.
He quedado impactado.
Me apoyo en la barra. Los barman dan espectáculos, que por cierto son
increíbles. Hasta lanzan llamas en medio de los aplausos.
Voy y vengo sin parar. Sin embargo no puedo dejar de sentir que al pasar
alguien ha tocado mi trasero. Cierro los ojos y me concentro, para seguir de
largo. También alguno que otro me dice cosas, pero no quiero ni frenarme y
saber qué han dicho.
Veo a mis compañeros que sonríen, se dejan manosear por los tipos que los
frenan y estos ponen billetes en sus caderas o en los bolsillos de sus traseros.
Mierda. Recién ahora voy entendiendo.
- Se nota que no eres como el resto de los chicos. He escuchado cuando el jefe ha
dicho que "nadie te toque".
- Porque aquí las chicos se dejan tocar y él deja que lo hagan ¿Entiendes? Así
hay más para la casa y más para ellos.
Mis ojos bailan de un lado a otro. Así soy cuando ando confundido.
Doy un respingo, porque no quiero ni ver que el jefe piense que no estoy
haciendo nada. Levanto la bandeja para seguir sirviendo rapidísimo.
Mientras la gente agarra las copas de una sola vez, veo a tres chicas que están
tragándose entre ellas y parecen disfrutarlo, mientras el resto las ve.
Sigo sirviendo y me voy a otro sector. Uno de los encargados me hace señas que
vaya hacia donde está él. Llego y me dice.
- Sirve aquí.
Me señala hacia un gran cortinado de terciopelo que está cerrado. Y ¡a la
mierda! Una pareja está cogiendo de lo lindo. Se me sube el calor por todo el
cuerpo de la vergüenza. Creo que me equivoqué de lugar, porque el encargado
me hace una señal. Sí. Me equivoqué. Era el de al lado.
Voy a la cocina, busco las botellas y las llevo al sector que me indicaron. Se nota
que el lugar es especialmente exclusivo, porque hay dos tipos parados en ese
inmenso balcón, donde impiden la entrada a algunos y a otros dejan pasar.
En eso Park Seo Joon inclina su cabeza y me ve. Yo tengo mis ojos bien abiertos
como platos, entonces él solo hace un gesto que no entiendo y veo que las
mujeres comienzan a vestirse. Después levanta la mano y me hace seña que me
acerque. Tomo la bandeja con las copas de champagne y voy hacia él.
Pero cuando llego al sector se me aclara todo. Veo al grupo de hombres y ahí
está él.
Chanyeol.
De todos los lugares ¡¿Por qué justo aquí?! ¡¿Por qué justo él?!
- ¡Carne fresca Seo Joon! ¡Te superas con los nuevos! ¡Es precioso!
Todos se ríen. Miro de pronto a Chanyeol un segundo. Está serio ¿Creerá que
soy como las demás camareros? ¡Soy un simple enfermero! Mi corazón se me
hunde de vergüenza y quiero salir corriendo de ahí.
Muevo la bandeja hacia Chanyeol y le ofrezco una copa de champagne, pero él
con una señal se niega.
- ¡Toma! – le grita Seo Joon y solo veo que él agarra en el aire una lata de
gaseosa.
- ¡No!
- No se toca amigo.
El tipo me mira y lo mira a él. De pronto creo que está asustado y dice.
El pecho de Chanyeol sube y baja con fuerza, su mandíbula está tensa y hace
algo que me clava el corazón como si fuera una puñalada. Me mira de arriba
abajo. Está desilusionado. Él cree que soy como el resto de mis compañeras. O
peor, que soy exclusivo de Seo Joon.
Vuelvo a la zona común y me voy secando las lágrimas que no sé por qué
mierda estoy largando ¡¿Por qué estoy llorando?! Henry me frena cuando está
pasando.
- Nada.
- ¡Nadie! Solo... solo me resbalé con bebida del piso y me torcí el tobillo. Duele
como la mierda – le miento y me acuerdo que los hombres no lloran. Me quiero
matar.
- ¿Quieres ir a casa?
- ¿Qué cosa?
- Porque es su elección. No la tuya. Ellos eligen. Park Seo Joon no les prohíbe.
Si ellos quieren irse con alguien... es asunto suyo.
Estoy impactado y algo enojado ¿O sea que Chanyeol piensa todo eso de mí?
- Baekhyun – me dice Heechul, levantando su dedo índice – no juzgues a la
gente ¿Te gustaría que los demás te juzguen solo por la ropa que usas, o el
lugar en el que trabajas?
Meto mi cabeza entre mis rodillas. Pasan unos minutos y de repente unos
zapatos negros e impecables, se detienen en frente de mí. Elevo la vista para
ver qué pasa y ahí está de nuevo. Chanyeol. Tiene las manos en sus caderas
¿Por qué tiene que ser tan... divino?
Sintiéndome nadie y pequeño ante él, sin poder decir palabra, quiero
escaparme. Me pongo de pie, pero cuando quiero moverme ¡mierda! Mis piernas
no responden. Mi cuerpo está en mi contra ¡Para qué mentirme! ¡Quiero estar
ahí! ¡Quiero seguir viéndolo! Sus labios se están moviendo y yo no puedo dejar
de verlos.
- ¿Qué haces aquí? – pregunta con tono seco y duro.
Me hago el orgulloso y poso mis manos en la cintura, como él. Menos mal que
estoy unos escalones arriba, así quedo a su altura. Me enoja su forma y su
modo ¡Imbécil! ¡Quién se ha creído!
- ¿Y el tipo de adentro?
- ¿Qué?
Entonces se agacha ¿Qué está haciendo? Ahora entiendo. Hace lo que hizo
Henry. Analiza mi tobillo y cuando quiere tocarlo, yo me alejo con ganas de
patearlo, diciendo.
- ¡¿Pero qué haces?! ¡¿Estás loco?!
- No tengo nada.
- Mentiste.
No digo nada. Suspiro. Tengo que volver adentro así que me muevo.
- A trabajar.
¡Sí! ¡Tú insensible! Pienso cuando lo miro. Eso hace que cierre con fuerza mis
ojos. Ya me duele todo.
¿Qué lo entienda bien? ¿Que "le importo y punto"? ¿Así nada más? No creo que
nadie en su sano juicio podría entender una conversación de este tipo. Yo no la
entiendo. Debería irme sin más, pero mierda, no sé qué fuerza tiene que me
atrae.
Mis ojos van y vienen de un lado al otro y entonces interrumpe las miles de
preguntas que dan vueltas en mi cabeza:
Mira mis labios. Lo sé. Sé que se muere por besarlos. Más cuando aprieta los
suyos. Se acerca y yo no puedo moverme, pero no quito la mirada de la suya. De
nuevo viene esa sensación de calor que me recorre y me consume. Es tan
terroríficamente agradable, que no me entiendo.
Y entonces, sin saber cómo pienso esto que digo, abro mis labios y susurro.
Entonces vuelve a hablar, para terminar por largar una sentencia que ni yo
sería capaz de discutir.
Siento que aspira el aroma que desprendo. Sé que le causa placer sentirme,
porque cierra sus ojos. Como puedo, desesperado, murmuro, le suplico, sin
saber por qué.
Porque de pronto, eso que ha dicho, cobra sentido; nuestros mundos son
distintos. Lo noto. No soy tonto. No hace falta que alguien me lo explique.
Jamás podría estar con él, ni él conmigo.
Siento que detrás de nosotros la puerta se abre. Abro bien mis ojos y me aparto
de Chanyeol que al parecer, no tenía intenciones de hacerlo. Y reconozco la voz
de mi jefe que me llama.
- ¿Baekhyun?
Me doy la vuelta, quizá está molesto porque me he tomado más tiempo del que
debía para descansar.
- No soy un viejo Baekyun, dime solo Seo Joon– dice y sonríe – No te preocupes.
Heechul me dijo que estabas mal de tu tobillo, pero ¿Todo bien?
- Baekhyun, sé que todo esto es nuevo e incómodo para ti. Si quieres irte, estás
en tu derecho. No retengo a mis empleados a la fuerza. Cualquiera daría lo que
fuera por estar trabajando en un lugar como este. Pero entenderé si no quieres.
Igual te pagaré la noche. Y créeme que la paga es buena – dice hasta con
ternura y me aprieta los cachetes como si fuera alguien familiar.
- Disculpa Seo Joon. Todo está bien. Solo salí a tomar un poco de aire. Pero
ahora regreso a trabajar.
Un cuerpo nos separa repentinamente. La torpeza de Chanyeol interrumpe la
charla. Se nos cruza entre los dos a propósito y se me frena unos segundos para
decir:
Me voy rápido, porque tampoco es que quiera ahora quedarme a solas con Seo
Joon, así que me pierdo entre el gentío.
Voy y vengo sirviendo tragos. De nuevo al ruedo. Solo que con más confianza.
No llevo el apunte a nadie. Si me dicen algo, si siento un roce, si percibo que
alguien tira de mi cabello, en fin, sigo adelante.
Se ha salido de la zona donde estaba con sus amigos. Me está observando sin
reparos. Como vigilando cada cosa que hago, por dónde voy, a quién atiendo. No
me quita los ojos de encima.
De repente alguien me tira para atrás. Cierro los ojos porque he chocado contra
una pared y me golpeé algo la cabeza. Abro los ojos y me encuentro con cinco
caras en uno de esos cubículos detrás de los cortinados. Los tipos se ríen
mientras me ven, mientras hablan.
- Va a aguantar.
Mi puño hace arder la nariz de uno. La mole cae en el suelo chillando. Otro me
sostiene por detrás, y agradecido por el aventón le doy a uno en frente un
patadón en sus podridos testículos.
Pateo para todos y me revuelvo cuando siento que uno me quiere estrangular la
cintura para frenarme. Me quedan tres, pero me estoy quedando sin aire.
Ahora dos me agarran y un tercero está a punto de darme un puño en la cara.
Ya no tengo fuerza.
Pero no doy más. Ya estoy noqueado. No tengo aire. Estoy aterrado. Y cuando
creo que pierdo, siento un estruendo.
- ¡¡NADIE LO TOCA!!
Todo se frena en seco. Su grito ha retumbado. Y los tipos, cuando los veo,
parecen aterrados, ante quien ha entrado. Chanyeol.
- ¡Llévenselos de una vez antes que los mate yo! – grita y puedo sentirlo bien,
porque me sigue sosteniendo en sus amarre.
Yo no puedo reaccionar. Ya sé por qué. Estoy muy cómodo ahí, en los brazos de
Chanyeol. Debería estar gritando del susto por lo que he pasado. Pero estoy
loco. Me siento muy a gusto y bien seguro. Tiene esa fragancia tan exquisita a
cítrico fresco, dulce y fuerte, que me quedo relajado en su pecho.
Me ha salvado. Podría mandarlo al diablo con eso que ha dicho. Pero no tengo
fuerzas. Con él, ya no. Menos cuando toma mi mano y le da un beso a la palma.
Mi jefe me toma de los hombros y me aparta. Lo dejo hacerlo, porque está con
Heechul.
Después escucho y no escucho nada.
Seo Joon se disculpa, por no haber echado a tiempo a los tipos que estaban
fuera de sí. Heechul se disculpa, por haberme expuesto así. Henry se disculpa,
por no haberme podido cuidar como quería él. Y yo, yo solo quiero que dejen de
disculparse, porque solo pienso en llegar a la casa de Jongdae y dormir.
- ¡Mierda Kyungsoo! – le reto llevándome una mano al pecho – ¿No estabas con
Minseok?
Justo llega una de las enfermeras al lugar. Nos mira y nos sonríe.
Yo miro la carpeta. Estoy confundido. Pensé que tenía otro informe conmigo. La
chica se va y yo con la boca abierta, me encuentro con los ojotes terribles de
Kyungsoo.
- ¿Es ese tipo verdad? – me pregunta ya con tono más suave – El amigo de
Jongdae. El poste ese divino.
- No se trata de eso...
- ¿Y entonces?
- ¡Kyungsoo! ¡¿Qué no piensas acaso?! ¡Somos distintos! ¡Ellos son distintos! ¡No
son como nosotros!
- Jongin no es así... y Jongdae... yo lo he visto cómo es. No parece que esas cosas
les importe Baekhyun – me dice tranquilo.
- ¡¿Qué?! ¡¿Así como así?! ¡¿Te dijo... "eres mío"... o algo así?!
En eso viene Yixing y nos frenamos, porque no es nuestra hora libre. Kyungsoo
no deja de mirarme impresionado con las cosas que le he dicho. Sin embargo
algo nos llama la atención. Yixing tiene un puchero terrible y eso pasa cuando
algo no le gusta.
- Nada.
- No mientas – le dice Kyungsoo.
Con pororó nos miramos y nos reímos. Es que es tan chistoso y tan tierno
verlo así. Y yo entiendo algo.
Algunos del personal, fuimos asignados para asistir en unos días a un evento
de beneficencia. Una fiesta montada por el Presidente de la República. Aunque
se supone que debería ser un honor, para nosotros es una obligación.
- ¿A ti te toca? – me pregunta.
- Si – le respondo resignado – Y estoy como tú. No quiero ir. Pero hay que ir.
- Ya veré... no sé...
Lo vemos irse y nos reímos con Kyungsoo. Es que no quiere entender que
Zhoumi se desvive por él. Se le nota a kilómetros que está enamoradísimo de
Yixing, pero él es tan inocente, que ni cuenta se da.
- ¿Viste eso? – me dice Irene, una de las enfermeras contenta – Es uno de los
benefactores de la Fundación.
Miro dentro y veo a... Chanyeol. Toca el piano y canta con los niños.
¡No puede ser el mismo de las otras noches! ¡No entiendo nada!
Tiene una sonrisa impresionante y contagiosa. Sus ojos brillantes miran a los
pequeños y los abre bien para que lo sigan en la canción que hace. Mis niños se
quedaron enamorados de él y le copian entusiasmados. Yo me quiero descocer
de ternura, de verlos tan contentos.
- ¡Baekhyun! ¡Baekhyun!
Me los como a besos. Es que yo los miro estirando sus brasitos y los amo más.
- ¡Mira Baekhyun, vino un lindo señor a cantarnos hoy! – dice uno de los
pequeños señalando al pianista que sonríe.
- Señor... Park – balbuceo, porque recién me doy cuenta que esa noche a quien
temían y obedecían, no era a Park Seo Joon, sino a Park Chanyeol.
En medio del barullo de los pequeños que se me abalanzan a mí y a Chanyeol,
Amber me lo presenta, como si no lo conociera.
Ahora sí que entiendo menos. Yo descolocado solo atino a mirarlo, con miles de
signos de interrogación en mi cara.
- ¿Vamos a cantar?
- ¿Vamos a bailar?
- ¡Juguemos en el agua!
- Con mucho gusto – dice para mi sorpresa Chanyeol con su inmensa sonrisa.
- Te entiendo.
- Si. Los pequeños... ellos te llegan aquí – dice Jongdae tocándose el pecho.
Le termina por agregar una sonrisa y le da un abrazo. Chanyeol solo cierra los
ojos y le devuelve el gesto.
Honestamente, no entiendo mucho esa forma de tratarse, pero ellos son así de
raros.
Me acomodo en el centro de la sala. Les doy palma a mis niños para que hagan
silencio. Me preparo y comienzo, elevando mis manos.
- ¡A ver mis malcriados divinos! – pego el grito con mi carita feliz – ¡Arriba
esas manitos!
Miro a aquellos que bien sé que no pueden mover sus manitos, para darles
fuerza con mi sonrisa. Y sé que ellos me van a imitar riéndose conmigo. Y
comienzo a cantar.
Observo a mis costados, porque sé que nadie debe estar quieto. Menos los
grandes. Para mi sorpresa, Chanyeol hace lo mismo que yo.
Camino por uno de los pasillos del hospital con Chanyeol. El silencio se hace
interminable, aunque apenas han pasado segundos. Él no habla. Pero siento
su mirada sobre mí.
De repente dice.
- ¿Cómo estás?
Sus cejas se elevan. Extrañamente no parece tan fuerte, no tan matón así con
esa cara. Y yo sin saber por qué, me río. Es que ha hecho una mueca muy
chistosa esa cara. Y no puedo evitar reírme de él.
- Jamás imaginé que fuera así tu trabajo - comenta mientras toma su café.
- ¿Así cómo?
Abre un segundo sus labios. Como si hubiera querido decir algo y se detiene.
Levanta sus cejas apenas. Titubea como si no supiera cómo explicarme algo que
a mi entender, resulta muy sencillo. Hasta que al final, me dice.
- Por ejemplo... bienes raíces - dice sonriendo - Tiene algunas propiedades y...
hace inversiones aquí y allá... en la bolsa...
- ¿Y tú qué haces?
- ¿O sea que estabas con socios esa noche en el bar? Eso le dijiste a Jongdae...
- ¿Son amigos?
- Es mi primo.
- Qué lugares raros para hacer negocios... Y qué divertido hacer negocios así -
digo haciendo una mueca.
- No es así todo el tiempo. Tampoco es que me guste ese estilo... A decir verdad,
llega a ser tanto estresante como aburrido... - me explica y larga un suspiro, ni
que estuviera agotado.
Lo miro y recuerdo las veces que lo he visto. Y ahora es que me doy cuenta que
en realidad a mí también me gustaría saberlo todo de él. Porque a decir verdad,
no sé nada. Y cada vez que pareciera obtener información, es como si se hiciera
más complicado entender el mundo de Park Chanyeol.
- La casa fue lo que me dejaron mis padres. Ellos murieron cuando yo era niño.
Me criaron mis abuelos, los papás de mi mamá. Mis abuelitos jamás la
quisieron porque... bueno... allí murió su hija. Eso hizo que la abandonaran.
Jamás pagaron los impuestos y yo no sabía que estaba hipotecada. Cuando
cumplí la mayoría de edad, me encontré con ese panorama al recibir las
escrituras del lugar. Y quiero recuperar la casa. Es inmensa. Es linda. Mis
papás la amaban. Mi papá la construyó con sus propias manos. Lo recuerdo
muy bien. Yo sé que ellos la adoraban. La quiero mucho. Es lo que tengo de
ellos. No puedo culpar a mis abuelos del sentimiento que tienen hacia esa casa.
Y no podría pedirles dinero que sé que no tienen, si sé lo que sienten. No es que
vaya a vivir ahí... quiero... quiero abrir un Centro de Rehabilitación para niños
de bajos recursos... con Kyungsoo...eso es...lo que quiero...
- Mi papá era sólo. Nosotros éramos su única familia. Por eso mis abuelitos lo
habían adoptado como un hijo - de pronto recuerdo que debo llevar pacientes a
consultas y mirando la hora, grito ya desesperado porque no me llamen la
atención - ¡Demonios! ¡Es tarde! ¡Lo siento Chanyeol! ¡Nos vemos en el
cumpleaños de Jongdae!-le recuerdo porque Yixing lo está organizando.
Hoy no tengo trabajo extra y mañana es mi día libre, así que aprovecho.
Después que ha llegado hasta a derramar alguna que otra lágrima, ya nos
matamos de risa por todo.
- ¿El primo de Seo Joon? Muy poco ¿Por qué? - me dice ya inquieto.
- Sé que cuando era pequeño se fue a vivir a Norteamérica con su padre. Volvió
hace un par de años, cuando su madre murió. Y de ahí se dedicó al negocio de
la familia.
- Sus padres eran divorciados. Y cuando su padre se fue, se lo llevó con él.
- Qué triste...
- Eso es algo que todos saben en el ambiente de ellos. Y lo que es claro, es que
Chanyeol se hará cargo de toda la familia Park.
- Y así es. Pero son una terrible familia. Y él debe mantener el orden. Todos los
Park son como... una sola sociedad.
- ¿Mmmmhhh?
- Pero Baekhyun...
Quiero cantar y bailar. Lo haré sólo, porque estoy sólo y me siento sólo. Al
menos cantando no voy a pensar demasiado.
Había una canción que le gustaba a mi padre. Una canción que le dedicaba a
mi madre. Una vez me desperté en la noche. No podía dormir y quise hacer el
intento de cruzarme a su cama, como lo hacía tantas veces. Pero cuando salí de
mi dormitorio, escuché música que venía de la sala. Era una linda canción. Me
asomé por la escalera y allí me quedé quieto, mirando desde lo alto, en la
penumbra.
Juro que si pudiera, construiría un mundo perfecto para los dos.Porque estoy
convencido, que en amor, no hay dos mundos, sino uno solo, que se construye de
a dos.
Cierro mis ojos y le dedico lo que quisiera ser y hacer con él. Le dedico un
mundo que quisiera vivir. Y canto, porque sé que no escuchará. Él no sabrá
jamás lo que siento, pero no tengo prohibido anhelar, desear en lo que quiero
ser para Chanyeol, "Verdaderamente, Locamente, profundamente"...
- Yo seré tu sueño,
seré tu deseo,
seré tu fantasía,
Doy vueltas mientras canto con todo mi deseo, en mi voz. Lo imagino de todas
las maneras y las formas en las que lo he visto. Es la noche en penumbra y las
estrellas cinceladas en su rostro perfecto. Es la soberbia y la arrogancia cuando
ordena o cuando manda. Es la alegría y la inocencia, cuando juega o cuando
canta. Es la tristeza...contenida en una lágrima. Y la tranquilidad, cuando me
abraza. Chanyeol. Todo eso es Chanyeol.
Cómo olvidar esa noche en que lo vi por primera vez. Él era la noche
espectacular y yo, me dejé atrapar. Cómo quisiera volver a esa noche y
obligarlo a mirarme. Cómo quisiera volver a esa noche y ver las estrellas en su
cuerpo, como las vi aquella vez.
Estoy tan metido en ese ensueño, que hasta ya puedo sentir el calor de su
cuerpo sobre el mío. Su aroma profundo, fuerte de cítricos dulces, me pierde por
completo en él. Por eso sonrío y canto. Giro varias veces para inundarme de su
fragancia que me embriaga.
Podría detenerme, pero no. Porque de verdad quiero cantarle esto. Quiero que
sepa lo que estoy sintiendo. Y el comienza a dirigir mis pasos. Suavemente me
envuelve en esa ola de calor y bailamos esa canción.
- Yo seré tu sueño,
seré tu deseo,
seré tu fantasía,
seré tu esperanza, seré tu amor,
Para qué engañarme. Para qué mentirme. Al menos no esta noche. Por eso le
sonrío y él acerca sus labios para tantear mi sonrisa. Mientras yo muevo mi
boca, delineando esas palabras, puedo sentir su respiración agitada.
Ni que fuera animal en celo, desesperado por sentirlo, paso mi lengua sobre sus
labios. Él cierra sus ojos y emite um gruñido de placer. Entonces me besa con
tal brutalidad, que me empalaga de su poder. Pero es adictivo, quiero más, por
eso abro mi boca y meto mi lengua con fuerza en la suya. Tomo mechones de
sus cabellos y los tiro enérgico. Está caliente, como yo.
- Por favor... No tienes idea... no tienes idea de lo que te esperé... Di sí. Por
favor. Di sí.
Abre sus ojos. Parece sorprendido. Sonríe mordiéndose los labios y tira de mi
mano. Dios. Esto es tan básico, que me sorprende de mí. Así sin más, me voy
con este hombre a donde quiera llevarme. Aquí no hay fuegos artificiales, ni
insinuaciones, ni titubeos. Es como pensar en que "si quiero algo solo lo tomo".
- Necesito ir al baño.
Me señala una puerta y yo ingreso. El baño. Mierda. Es de un lujo terrible. Y
allí estoy mirándome en el espejo. Y como ya se me pasó la euforia de antes y la
razón se quiere adueñar de mí, me pregunto ¡qué demonios hago aquí!
Debo buscar una buena excusa para mandarme a mudar. Diré algo. Algo como
que mis abuelos llamaron. Eso suena convincente. También puedo decir que me
llamaron del trabajo. Si, si... no creo que dude de que yo pueda jugar con algo
así.
Era que me iba, pero ni loco. Su boca tiene un sabor exquisito a licor de frutos
rojos. Lo que estuvo tomando, le queda perfecto sentirlo así como lo estoy
sintiendo. Más cuando su lengua me penetra hasta el fondo. Y yo no puedo
más, así que disfruto de ese sabor que me grita lujuria. Si. Lo sé. Es solo una
noche. Pero no me importa.
Lo tomo del cuello y lo tiro hacia la cama. Ni yo puedo creer lo que estoy
haciendo. Debajo de él me remuevo, friccionándome lo más que puedo a su
terrible cuerpo. Mi mano baja para acariciar su miembro. Él jadea de dolor y de
placer pormlo que he hecho.
- ¿Rosas? - murmuro.
- Del invernadero.
- En cuánto tiempo... - le increpo, porque ya dudo que este tipo tiene todo
preparado por cualquiera que venga.
- ¿Y cómo me veo?
- Superaste todas mis expectativas - dice besándome dulce - Jamás podré sacar
esta imagen de mi cabeza.
Se me ríe y succiona con fuerza mi cuello. Me dejará una marca, pero se siente
tan bien, que no me importa.
Su boca baja a mis pesones y me lame cada uno de ellos. De un arrebato tomo
mechones de sus cabellos y sigo revolviéndome bajo su cuerpo. Es tan calientes,
tan perfecto. Está empapado en sudor y brillando calentura.
- Baekhyun...
Estoy tan caliente y húmedo que no aguanto más por sentirlo dentro.
Sin perder el tiempo me lame la entrada y hace que sienta explosiones terribles
en mi vientre. Hace tanto que no lo hago, que ya había olvidado lo que era
hacerlo y estoy terriblemente sensible. De todos modos, mi experiencia pasada
fue tan mala, que ahora me doy cuenta que no sabía nada. Chanyeol es caliente
por donde lo sienta.
Me mira fijo, cierra sus ojos unos segundos, como despertando también. Y me
pregunta.
Verlo así tan brillante y con el cabello mojado es majestuoso. Dios ¿Dónde
quedó mi cordura?
- Te duele...
Y aquí está el Chanyeol soberbio y dueño del mundo. Su mirada arrogante está
lejos de ser tierna. Sus labios carnosos se empapan de brillo cuando pasa su
lengua, mientras me mira. Sus ojos completamente dilatados se detienen en mi
rostro, me desea, lo sé. Y de pronto tengo miedo. No sé por qué.
- Chanyeol - jadeo hirviendo por dentro, porque sólo necesito tenerlo por
completo - No te entiendo un carajo. Pero bueno... como quieras.
Soy feliz de ver ese cuello que se alarga hacia arriba, porque le he provocado
una sensación espectacular. Aprieta sus dientes furioso y veo una sonrisa
dibujada en su rostro. Su mirada me dice peligro, cuando se detienen en la mía.
- Baekyun - ruje sin dejar de sonreir y lamiendo sus labios, para terminar de
tragar los míos.
Me muerde los labios, me los chupa y succiona sin cesar. Yo hago lo mismo.
Mierda, estoy lejos de ser un santo. Chanyeol ha sacado el puto que hay dentro
de mí, porque enrosco mis piernas en su cintura y comienzo a moverme furioso.
Me penetra con tanta furia, que ahora entiendo que esta es la bestia, que de
verdad manifiesta la parte de su persona que nunca me dejó ver.
- Estás tan suave - me dice mientras mira mi rostro que se siente mojado -
Estás tan estrecho ¡mierda!
Se queda ahí quieto, apretando sus ojos unos segundos, como si le doliera y yo
sólo siento que su magnitud se me quiere meter más, más, más y más, hasta no
se dónde.
Entre el placer que siento, vuelve a crecer también un miedo sin control. Pero
ya es tarde, no hay vuelta atrás. No tengo intención de escapar de sentirme tan
absolutamente lleno de su grandeza. Chanyeol se a metido hasta el fondo, y el
dolor, con el éxtasis que me ha causado pide más.
Grito. Grito y grito su nombre sin parar. Lo miro. Así como está, siento su
agarre en mi cuerpo. Su rostro se eleva hacia arriba. Las venas inflamada de su
cuello me hacen adorar esa visión tan majestuosa de él. Llevo mi mano, para
acariciarlo.
Está temblando dentro de mi cavidad. Lo siento. Percibo cada una de sus venas
eufóricas que van y vienen dentro de mí. Está haciendo que esto dure y le
cuesta, lo sé, porque endurece su mandíbula cuando se detiene unos segundos,
presionando sus caderas a mis glúteos, cerrando sus ojos.
Es entonces que yo le pido más. Él abre sus ojos, los clava en los míos, para
besarme de nuevo. Entonces retoma un ritmo suave y lento, que se acrecienta
de nuevo en embestidas brutales.
Estamos así no sé cuánto tiempo. Siento que voy a explotar de placer, porque
todo mi cuerpo tiembla sin control ante la corriente eléctrica, que me recorre
por entero. Nunca en la vida, había sentido algo como esto.
- ¡Y-yo-todo-de-ti!
Estoy por venirme y su mano se apodera de mi pene erecto, eso me hace gritar
más y querer más. Eso me da la señal, de que él ya no aguanta más. Ha
fruncido su entrecejo, mirándome de una forma que resulta un tanto
aterradora, como ambriagante, porque me causa placer y lujuria. Por eso
exclamo.
Grito con todas mis fuerzas, cuando me lanza al límite de mi éxtasis, haciendo
que me corra primero. Él, al ver mi rostro que grita su nombre de placer, lanza
un gruñido terrible y se corre dentro de mí.
Abro los ojos. El techo es mi campo de visión. Veo un sol dibujado en él. Y yo
sólo lo miro un rato, hasta que siento los besos de Chanyeol en mi costado.
Entonces vuelvo mi mirada hacia él. Nuestros ojos se quedan ahí. Yo acaricio
ahora su cabello mojado. Él me llama.
- Baekhyun...
- ¿Mmmmhhh?
- Te estaba mirando.
- Lo que dijiste es cursi y tu cara es graciosa - digo sin poder dejar de reírme.
- No ¡No! No hagas eso - le suplico sin parar, porque esas cosquillas me están
matando, haciéndome reír sin tregua.
- Bonito...
Me besa cada uno de mis ojos y yo los cierro, para sentirlo, confiado a lo que
esté haciendo conmigo. Por cada parte de mi rostro que besa, no deja de
decirme "bonito". Pasa por la punta de mi nariz y llega a mis labios. Suspira y
me besa suavemente. Chanyeol me desarma con ese beso profundo y caliente. Y
lo termina suave y delicadamente.
- Cursi - me le burlo.
- Contigo.
Me amarro de su cuello y entramos al sanitario. Yo me quedo maravillado de
ver eso. El lugar está en penumbra. Solo se ilumina un yacuzzi que se está
llenando de agua, con espuma por todos lados. La ducha, no es una regadera,
sino agua que cae, con un sonido de cascada. Es realmente raro. Sé que este
baño es terriblemente grande, por el eco que produce el sonido del agua que
corre. Es de otro mundo.
Pasa su mano con agua llena de espuma por la parte superior de mi cuerpo. Me
lleva un rato a su pecho para que me recueste en él.
- No me quiero dormir - le aclaro, porque se siente tan bien estar ahí, que ya me
estoy desvaneciendo.
- Es complicado, cuando debes hacer cosas en las que no estás de acuerdo, pero
son necesarias para mantener la calma.
Lo miro a los ojos. De verdad está preocupado. Tiene esa mirada severa, de
cuando algo no le gusta.
- ¿Por qué?
Abrazarlo me gusta, pero extraño ver su rostro y sus facciones. Me vuelvo hacia
él apoyando mi frente a la suya y lo escucho que me dice.
Él ya me lo había dicho. Yo no, sino en una canción, por eso cuando le digo esas
palabras, él abre sus ojos y sonríe. Adoro su sonrisa.
- Por qué.
- Qué... - digo
- Estaba pensando.
- En qué...
Calla unos segundos más de lo normal. Acaricia mis labios con los suyos y me
dice.
- Y qué eres.
- Lo primero es llamar a casa. Quiero saber cómo están mis abuelos. Y tengo
que llamar a Jongdae. Debe estar preocupado porque no me aparecí por allá.
- Qué - digo.
- ¿Por qué con él? - me interrumpe en seco - ¿Por qué él? ¿Qué ocurre con él? No
quiero que estés con él.
- Baekhyun...
Nada. Sigo en lo mío. Para cuando ya tengo el manojo de mis prendas en mano,
comienzo rápido en el living a vestirme.
- Yo no soy así ¡Te lo juro! Siempre me dije, que los celos es de tipos inseguros.
Yo ¡No soy así! Solo que yo he visto cómo te miran. He visto cómo te ven los
demás y ¡Quisiera matarlos por cómo te miran! ¡Y las cosas que quieren
hacerte! ¡No puedo soportarlo!
- Pero quien te cubre las espaldas con tus abuelitos soy yo - me canturrea.
- ¡¿Cómo?!
- No lo digas así...
- Perdóname.
- Yo sólo quiero que estés a salvo. Jongdae... Jongdae no tiene nada que ver...
Con tus amigos estás a salvo.
- A salvo de qué...
Pienso en lo que pasó en "Sky" esa noche que me salvó y le digo seguro.
- Lo que ocurrió esa noche, fue excepcional. No exageres.
- ¿Así que encerrarme? - le digo peinando sus cabellos - Broma estúpida. Pero
no peleemos nunca más. A mí casi se me para el corazón también.
- Baekhyun...
- ¡Qué... qué es eso!
- Baekhyun...
Me callo esperando que hable. Abre sus labios como queriendo decir palabras
que no le salen.
- Solo... Solo que te amo con toda mi alma. Siempre... siempre recuerda que te
amo, con toda mi alma.
Me lo ha dicho con tanto amor, que mis ojos se empañan. Él entonces se vuelve
para encontrarse con mi rostro. Sus mejillas brillan; ha dejado correr lágrimas.
- Porque me amas...
- Porque te amo.
- Juro que detesto estas fiestas – gruño mientras me miro en el espejo del
hospital, con este traje impecable que me prestó Jongdae.
- Oye – digo – Eres toda una revelación con ese esmoquin ¡Estás divino! Todos
se van a babear por el doc ¿Verdad doctor Zhoumi? – pregunto a su compañero
y le sugiero – Va a tener que cuidarlo mucho esta noche...
Y sin más nos subimos con Kyungsoo a mi coche, dejando a Yixing y a Zhoumi.
- Así que la fiesta es en la casa del Primer Ministro. Debe ser una mansión
espectacular.
- Debe ser.
Después de poner algo de música y escuchar a Kyungsoo que me dice por dónde
ir, viendo el GPS en su celular, me pregunta.
- ¿Todo bien con Chanyeol? Hace días que no lo veo por el hospital.
- Está de viaje de negocios en Londres.
Me tocan bocina y recién me doy cuenta del cambio del semáforo. Sigo viaje y al
minuto Kyungsoo vuelve a la carga.
- No soy su novio.
- Eso no quiere decir que seamos novios Kyungsoo – le aclaro sin poder ocultar
mi sarcasmo.
- Si. Pero no andan con armamento pesado. Y Jongdae sólo tiene dos. Estos
son... distintos.
- Mierda...
- Si. Mierda...
- Qué más.
- Si.
- No podía aceptar algo así... Yo sólo... Yo sólo... no quiero esas cosas Kyungsoo
– gimo ni que fuera niño haciendo rabieta.
- Si.
- No le dije que si. Nos peleamos después por el tema de los regalos.
Jongin justo desciende de un auto. Está vestido con un traje de gala impecable
y ofrece el brazo a una mujer delgada y elegante, que por el parecido, supongo
que es su madre. Y lo confirmamos, cuando un hombre mayor se le acerca y ella
cambia de brazo.
- Que no nos vea Baekhyun... deja... deja que entre... por favor – me suplica
nervioso.
Escucho con dificultad entonces una discusión entre ellos en voz alta. Es el
móvil de mi abuelo, pero quien me habla es mi abuela.
- ¡Mi niño! – me saluda con demasiado entusiasmo, señal que está nerviosa.
- Dime – hablo.
- No me jodas.
- Si abuela ¿Te gusta cómo nos quedó el traje de gala? – digo, porque antes le
había enviando una foto con Kyungsoo.
- Están hermosos.
Escucho que mi abuelo quiere hablar, pero mi abuela lo aparta. Me suena raro,
porque no entiendo qué pasa. Normalmente si uno me llama, el otro por
naturaleza le sigue, y también termino por hablarle, es rutina.
- ¡Mierda! – exclamo sorprendido – ¡Si que está loco! ¡Ni que fuera niño!
- ¡Baekhyun! – me reta mi abuela – Estás entre gente culta. Habla bien ¡No
seas boca sucia! – y bajando el tono agrega – Pero si. Ya ves. Está loco.
- ¡No estoy loco! – lo escucho que grita y agrega para mi abuela, no para mí –
"No debería estar ahí"...
Y corta.
Me doy la vuelta y me encuentro con el tipo abusivo del bar, Hyun Joong, a
quien recuerdo por lo desagradable que fue, la noche que tuve que cubrir a mi
compañero en el bar. Me quedo sorprendido. El tipo no me gusta. Menos cuando
me mira de arriba abajo. Es un invitado más, por el traje impecable que porta.
- ¿Viniste solo?
- Mierda – dice oliendo algo en el aire, sin perder la sonrisa – Tienes ese olor
tan a inocencia que me enloquece y me dan ganas de...
Nos volteamos a ver quién es. Seo Joon ahí parado, estira su mano como si de
verdad estuviera convencido de eso que dijo. Yo solo puedo estar agradecido.
- No sabía que habías venido acompañado – le dice Hyun Joong, a Seo Joon.
No entiendo lo que dice, ni quiero entender. Igual ya nos hemos perdido entre
la multitud. Nos frenamos en un bar y él pide algo para tomar.
- Creo que debo darte las gracias por rescatarme – digo sonriendo.
- No. Gracias.
Toma una copa de champagne que le ofrecen y yo recuerdo qué estoy haciendo
ahí, así que le digo.
Seo Joon me observa y me sonríe, siempre con ese porte galante de modelo.
- ¿Qué haces aquí? – me pregunta de una.
- ¿Acompañando a alguien?
- Soy... soy el jefe del Departamento de Enfermería, de una de las áreas – digo
un tanto nervioso, porque me siento extraño hablando con él de mi vida – Por
eso tenía que venir.
Lo he dejado con la boca abierta y sin saber qué decir. Unos segundos pasan,
hasta que exclama.
- ¡¿Y por qué trabajas de camarero?! – exclama ya más relajado y riéndose algo
incrédulo.
Emite una mueca. Hace un gesto de "salud " con su copa en alto. Se toma un
trago de su bebida y me dice.
- Byun Baekhyun. Eres una caja de sorpresas.
- ¿Ya se fue?
- ¿Hace mucho?
Los pormenores de una fiesta y la pelea entre mi mejor amigo con Jongin, ni
vienen al caso.
- Creí... creí que estaba de viaje – murmuro descolocado, sintiendo que mis
piernas tiemblan.
Me apoyo en la mesa del bar, porque ahora veo otra cosa más. Una mujer lo
toma del brazo, arrimándose a él. Mi corazón parece quebrarse en mil pedazos.
Yo la reconozco bien. Hasta su nombre recuerdo bien. Parecen una pareja. La
pareja perfecta en medio de toda esta riqueza.
Sin querer digo en voz alta el nombre de la mujer, olvidando que alguien me
acompaña.
- Sandara...
Miro hacia donde están. Siento que se me congela el cuerpo. El dolor que siento
en el pecho, me deja sin aire. Pienso que debo parecer normal, que no es lugar
para hacer nada, que tengo que mantener el porte. Por eso mismo, me debo
retirar.
Sonrío. No sé cómo mierda es que sonrío. Jamás había sido tan hipócrita y falso
en mi vida.
- ¡Claro! – digo como si nada y buscando una excusa, agrego – Lo siento. Debo
volver con mis compañeros.
- No quiero molestarte...
Reímos de eso. No sé por qué le sigo en el gesto, como ente, porque ni sé qué
demonios sigo haciendo allí.
En ese momento se escucha el sonido de algo de vidrio romperse. Todo el
mundo, incluido yo, nos volvemos a ver a ese lugar.
- Solo... solo estoy preocupado. Debo ir con mis compañeros. Para mí esto es
trabajo... yo...
- Entiendo.
Ha dicho "tío". Lo miro bien. Es un hombre muy alto y delgado. Esos ojos, me
resultan familiares. Ese aire, me resulta conocido.
Me siento terriblemente incómodo, porque el hombre, desde que se topó en
nuestro camino, no me ha quitado los ojos de encima. Más porque los segundos
transcurren y me observa fijo. Al fin dice a Seo Joon, pero sin dejar de mirarme.
¡Dios! Creo que podría caer en este preciso instante, pero estoy tan
consternado, que ni fuerzas tengo para desplomarme. Yo torpemente sonrío y
digo.
- Si señor – afirmo, sin saber qué más decir. Estoy demasiado incómodo por la
mirada del señor, clavada en mi rostro.
- Siento especial admiración por las personas que se dedican a salvar vidas.
Realmente no cualquiera se brindaría a un trabajo tan noble. Debe ser un ser
especial, sin dudas. Imagino lo duro que debe ser su trabajo.
Juro que no puedo respirar. Titubeo, porque si no sé qué demonios hago ahí,
menos sé qué decir. Mis manos tiemblan y están mojadas. Hago fuerzas para
componerme en mi cabeza, ordenándole a mi cuerpo a que dé alguna respuesta.
El caballero sonríe. Tiene su gesto amable como él. Me duele verlo. Pienso en
que quiero irme y salir corriendo de ahí. Pero él pareciera querer lo contrario y
sigue charlando.
- Es muy joven para ocupar tan importante puesto ¿Cuántos años tiene?
- 24 años señor.
Silencio. Ninguno de los dos dice nada. Ya no puedo seguir aparentando que
estoy bien. Quito mis ojos de sus ojos, porque solo me lastima verlo.
Es el doctor Minho. Mira a todos sin entender nada. Amable y correcto se limita
a decir "buenas noche", inclinándose rápido para llamarme.
Y yo, aunque detesto las apariencias y las cosas de la política, doy gracias en
este momento, porque me estén usando para esas cuestiones.
- Si me disculpan – digo sonriendo e inclinando mi cabeza, me dirijo al señor
Park, que ha sido gentil – Mucho gusto. Le agradezco su amabilidad.
Y me retiro sin mirar a nadie más. Es como si siguiera a Minho como un ente
que sigue algo que se mueve. Para cuando llego, todo el personal reunido, está
de pie escuchando al presidente y al padre de Jongdae.
Sé que me está mirando. Porque a pesar del frío de mi cuerpo, mis mejillas
arden, como siempre que sus ojos se clavan en mí, aunque yo no lo vea a él.
- ¡¿Qué?! – exclama.
- Ya... Kyungsoo...
- Si. Chanyeol...
No quiero ver. No quiero verlo. Me duelen todos los músculos de la tensión. Por
eso le suplico a mi amigo, porque mi cuerpo está rígido.
- ¡De qué! – le grito a Chanyeol, ya fuera de mis cabales – ¡¿De que no estabas
de viaje?! ¡¿De que nunca te fuiste?!
- ¡No! – grita y yo veo sus cabellos mojados, pegados a su frente – ¡Yo iba a
viajar y cancelé eso a última hora!
- ¡¿Qué?! – exclama sin aliento Chanyeol, abriendo sus ojos fuera de si – ¡Qué
estás diciendo! ¡¿De dónde mierda sacaste eso?!
- ¡No! – grita.
- ¡Chanyeol! – grita de la nada alguien.
Seo Joon lo llama. Nos mira confundido. Pero parece que viene por algo.
- Dile que estoy ocupado – dice él sin dejar de mirarme furioso a los ojos.
Yo lo miro desganado. Me estira los brazos y no puedo hacer otra cosa más que
romper en llanto largando mi angustia en su pecho. Me estoy quebrando por
dentro.
Me ha mandado decir con Jongin y Jongdae que tuvo que irse de viaje, como
enviándome saludos. Me dieron ganas de trompearlo por su cinismo.
Camino por los pasillos del ala de adultos, para fijarme si todo va en orden.
Definitivamente no quiero descanso, porque en la quietud mi cabeza sigue
pensando en cosas en las que no quiero pensar y me hago mal.
Bajo mis rosto y sigo mi camino por el pasillo. Me detengo en algún puesto para
revisar las carpetas de los pacientes.
- ¡¿Pasó algo?!
- Si mi princesa. Dime.
Se me aferra con fuerza y pega su mejilla a la mía, cuando siento que gime.
Me pregunto a veces por qué la vida tiene que ser tan injusta. Mis pequeños
aquí luchan todos los días por vivir, pasando por cosas dolorosas, siendo
concientes de lo que es la muerte, cuando ningún niño debería estar pasando
esto. Ellos deberían estar haciendo cosas de niños...
- Se lo diré... te lo prometo...
Me han pedido que me quede todo mi día con mi pequeña. Está asustada por su
amiga. Las dos comparten dormitorio y se han hecho tan unidas, que hasta las
familias han establecido lazos, porque se fortalecen.
- Enfermero Byun – me dice ella agarrando mis mejillas – Cuando sea grande,
me voy a casar contigo.
Jongdae pinta esa sonrisa contagiosa y estirando sus brazos, dice poéticamente.
- ¡Ven a mis brazos princesa! ¡Verás que solo yo puedo hacerte feliz!
Los niños son simples. Bastan cosas sencillas para hacer que rían y sean
felices.
De pronto me avergüenzo de mí mismo. Yo pensando en desamores y ahí dentro
en un quirófano, hay una pequeña luchando por su vida, que sería feliz con una
muñequita en miniatura de una princesa. Mientras, su amiga la espera, con
miedo de que ya no vuelva...
Los hombres, que son como cinco, se miran. El que me retiene me ordena.
- Identificación las pelotas ¡Es mi casa! – grito ya iracundo porque quiero llegar
a mis abuelos.
Avanzo unos pasos y me agarran entre los dos. Yo furioso a uno le estampo mi
bolso en la cara y me quiere el otro agarrar desde atrás.
- ¡Suéltenlo! – grita de pronto mi abuelo, que veo que viene corriendo desde la
puerta desesperado – ¡He dicho que lo suelten ya! ¡Es mi nieto, maldito!
Forcejea con uno de los guardias, que con cara inexpresiva no obedece. Mi
abuelo no le tiene miedo a nada. A pesar de su edad, es fortachón y arremetido.
Mi abuelita siempre dice que yo he sacado esa parte de él y es así, porque
apenas otro le toma el hombro, yo le pego un empujón con tal fuerza al tipo, que
lo dejo tirado en el suelo, mientras le grito.
Todos los guardias, que ya se nos venían encima, se detienen. Yo miro al lugar
de donde vino esa voz. En el umbral de casa, hay un hombre mayor que no
conozco, acompañado de mi abuela, que se tapa la boca del espanto.
- ¡Mi niño! – reacciona ella y corre hacia mí.
- ¿Si?
El hombre me mira. Puedo notar que es mayor. Debe tener la edad de mis
abuelos. Me analiza de arriba abajo. Como si estuviera sacándome radiografía.
Me siento incómodo por cómo me examina sin reparo. Se acerca unos pasos
apenas, pero lo suficientemente cerca como para ver que el señor, parece
consternado, porque titubea. Sus manos tiemblan.
- Bum Soo – quiere hablarle mi abuela, tomándolo del brazo, pero él se le zafa.
- ¡No! ¡Jamás permitiré que te lo lleves! ¡¿O crees que no sé a lo que has
venido?! ¡¿Crees que no me doy cuenta que viniste a arrastrarlo contigo?!
- ¡Basta! – pego un bramido, pues están discutiendo de algo que tiene que ver
conmigo, sin hacerme partícipe de esto, ni que fuera un crío.
- Creo que ya es inevitable que me entere que sucede abuelo. Mira el escándalo
que largaste en la calle – sonrío como para aplacar la cosa – Los vecinos se
deben estar haciendo la fiesta ahora...
- Vamos adentro...
Sin dejar de verme, el hombre ingresa a casa. Mi abuela le señala que se siente
en uno de los silloncitos y todos nos acomodamos en los demás. Veo que hay
una taza de café a medio tomar, señal que ellos estaban hablando antes de que
yo llegara.
Parece que andan duros de palabras aquí. Así que hago lo que debería haber
hecho desde el inicio, de no haber sido por semejante escándalo, porque a pesar
de todo, soy una persona educada y respetuosa, sobre todo, con los mayores.
Sonrío. Pero de los nervios e incrédulo. Miro a mis abuelos. Creo que me está
haciendo un chiste. Pero es gente grande. No se juega con algo así. Mi mueca se
transforma. Ya no sé qué gesto demuestra mi rostro.
- Qué... qué es todo esto – digo molesto – ¿Abuela? ¿Abuelo? ¿Por qué...?
- ¡Porque tu padre no quería que tuvieras nada que ver con ellos! – exclama
duramente mi abuelo materno.
- Baekhyun – me llama el caballero que dice ser mi abuelo – Lamento todo esto.
De verdad, no quería que fuera de esta forma. Querría que...
- Por qué ahora – le reclamo – Después de toda una vida, por qué ahora.
Lo veo que se va. Me vuelvo al señor, que sigue parado, pero no me dice nada.
No responde. Solo me mira. Y de pronto veo sus ojos tristes. Eso me ablanda
por dentro. Debe haber una explicación para todo. No sé qué ocurre aquí. No es
normal que por nada te oculten algo tan simple, como que tienes un abuelo.
Tengo millones de preguntas, pero debo comportarme como un adulto. Este
hombre, entrado en años, igual que mis abuelitos, está parado en frente mío.
De pronto pienso que mi padre, no habría querido que tratara al suyo de forma
tan descortés. Por eso tratando de bajar los decibeles, le hablo más tranquilo.
- Disculpe. No me mal interprete. Seguramente debe haber una explicación.
Sus manos temblorosas, me conmueven, más cuando veo sus ojos vidriosos. Yo
no tengo espíritu para pelear contra algo así, aunque sé que el abuelo que me
crió, está consternado y furioso.
- Señor Byun, creo que tenemos mucho de qué hablar. Pero antes, estaría bien
un abrazo ¿verdad? Después de todo, somos Byun...
Para cuando se calma, nos sentamos un rato. Él me sigue mirando atento, como
analizando cada uno de mis gestos. Mi abuela nos ha servido café. Mi abuelito
Bom Soo, se ha retirado al otro extremo de la casa.
- Lo sé. Por eso estoy aquí – digo chistoso guiñándole el ojo y tomando café.
- Por qué no apareció en estos años – le digo – No quiero que piense que le estoy
recriminando algo. Pero, quiero saber...
- Así es. Por eso es que a tus abuelos, yo no les caigo muy bien... ya ves – dice
agachando su cabeza afligido y sigue hablando – La vergüenza hizo que
durante todo este tiempo te dejara ser feliz, sin saber de nuestra existencia.
- Eso no quiere decir que las cosas estén bien, ni que esté de acuerdo con esto. Y
sabe muy bien por qué. Voy a ver cómo está tu abuelo Baekhyun.
Vuelvo mi rostro hacia él y me doy cuenta que no le causó gracia. Eso hace que
se me borre la sonrisa de la cara.
- Me llena de orgullo saber que eres así. Tu abuelo me dijo que eso era lo que
me ibas a decir. Y gracias... por decirme "abuelito".
- Dime Baekhyun ¿Por qué enfermería y no medicina? ¿Fue porque Lae Hee,
tu mamá?
No es la primera vez que me hacen esa pregunta, no solo a mí, sino a todos los
enfermeros. Solo que pocos saben que mi madre era enfermera también.
- Al principio fue por ella – le digo – pero después me di cuenta de que era un
irresponsable.
Baja la cabeza. Pareciera que hubiera recordado esos años. Vuelve a mirarme y
seguimos charlando.
Antes de irse, he prometido comunicarme todos los días con él, como lo hago con
mis abuelos. Me ha pedido, aún sin que me encuentre muy convencido, ir a su
casa a conocer al resto de lo que queda de su familia. No sé por qué eso me
perturba.
Lo acompaño a la salida, hasta su coche. Mira a los guardias que se han bajado
de los autos. No eran cinco, como vi antes, sino 10. Eso me asusta de verdad,
porque me pregunto, de qué familia soy y qué significa ser un "Byun".
- Joven Byun, no sabe cuánto nos alegra que al fin vuelva a la familia.
Entro a casa. Sé que hay alguien a quien tengo que consolar, porque está
desconsolado. Hay muchas cosas que se ocultan, pero debo respetar los tiempos
de cada uno. Para mí puede ser el encuentro con la otra parte de mi familia y
de mi historia, pero para mi abuelo, esto es algo que de verdad lo afecta y tengo
que saber por qué.
Porque creo que ese es su temor. No se trata de celos. Aquí hay algo más.
- Tengo... ¡Hambre! – exclamo sonriendo – Así que, nos vamos a comer fuera
hoy.
Todo es perfecto, creo yo. Pero sé que las cosas van a cambiar. Pero no diré
nada, aún. Porque ya veo que mi vida, no será la misma que vengo llevando
hasta ahora, más cuando veo que un auto a la distancia nos sigue con sigilo y
reconozco que es uno de los coches de los guardaespaldas de mi abuelo paterno.
Mis abuelos, ni cuenta se han dado, por eso no los altero con esto.
Sé que Chanyeol está de viaje, así que no habrá ningún peligro en que me lo
cruce. De todos modos, a quien estoy obligado a ver será a Seo Joon. Pero por
todos los medios, trato de evitar que me vea, así que cuando él entra a la sala
del personal, yo me voy de ahí con alguna excusa. Cuando él se va, recién llego
y pregunto qué ha dicho. Cuando me envían a servir a sectores vip con guardia,
me atrevo a pedirles a otros que lo hagan por mí, cubriendo sus zonas.
Toca mi descanso, así que salgo a tomar aire por unos minutos, antes de
continuar. Tomo una soda mientras, apoyado en la baranda de una escalera.
En eso escucho que alguien sale. Seo Joon se me para en frente con las manos
en los bolsillos de su pantalón y me sonríe.
Ya me dejó con la soda a medio camino y toso, casi ahogándome con mi bebida.
Parece que soy muy predecible.
- No quería molestarte – me excuso con algo – Creo que la primera vez que
trabajé para ti, fui más estorbo que otra cosa. Y la segunda vez que nos
encontramos, me terminaste rescatando de gente indeseable. Espero que esta
tercera vez, no tengas que salvarme de algo...
- No me molestas Baekhyun.
Unos segundos de silencio bastan para que me sienta incómodo por la manera
que me observa, manteniendo sus ojos fijos en mí. Por eso, encogiendo mis
hombros, en tono de reclamo, le digo.
- Qué...
- Si. Es agradable.
Mira al cielo y respira hondo. Cierra los ojos y se queda así por un buen rato.
Yo lo observo, sin poder quitarle los ojos de encima. No sé por qué, ni cuenta me
doy, del tiempo que pasa que lo sigo mirando.
- Me estás fulminando con la mirada y me siento halagado, para ser honestos
Baekhyun – dice sonriendo, abriendo los ojos y bajando la vista para
encontrarse con los míos – En qué piensas.
- Debo hacer yo mismo las cosas si quiero que todo salga perfecto.
Lo miro y veo que sonríe amable. De nuevo silencio. Entonces él habla primero.
Vuelve a respirar hondo. Eleva su vista al cielo y cierra los ojos. Mi cuerpo se
estremece al recordar ese gesto.
- Entre Chanyeol y tú, Baekhyun – me dice serio – No soy ciego. Vi que pasaba
algo esa noche de la fiesta. Dudo que sean solo conocidos por medio de Jongdae.
Vi cómo te miraba aquí la vez que trabajaste por primera vez. Él no se
comporta así con cualquier persona. No tan posesivo porque sí...
No diré nunca nada. Menos a él no sé por qué quiere saber. Aunque me haya
contado parte de su historia, que de seguro es privada, no le contaré la mía.
Quizá me resulta demasiado vergonzoso decir "salí con tu primo, me enamoré y
follamos; pero me enteré por ti de que va a casar".
- No me lo dirás ¿verdad?
- Demasiado interés de él, para alguien con quien "no pasa nada".
Lo miro con desconfianza, elevando un poco mi rostro, porque es más alto que
yo. Sus labios se curvan hacia un lado.
- Discúlpame ¿Si?
Asiento con recelo. Parece tranquilo, pero algo cansado como me dijo. Es mi jefe
también, así que no puedo hacer nada.
- Entre tu primo y yo no hay nada – digo enérgico para que entienda más yo,
que él.
Regreso dentro y comienzo con mi función. Voy y vengo llevando tragos por
todos lados. Toda la noche transcurre de lo más normal. Nada parece salir
fuera de lo común, hasta que pasa lo que no quería. Mis mejillas arden y mi
cuerpo entero siente un terrible cosquilleo que hace que se me ericen mis
cabellos. Mierda. No quiero sentir esto que estoy sintiendo.
Cierro mis ojos. Sacudo mi cabeza. Ruego que este maldito presentimiento, sólo
sea eso, un maldito presentimiento de nada.
Falta poco para que cierre el lugar. Estoy nervioso y ansioso. No miro a nadie
en concreto, porque sé que está y no me lo quiero encontrar. Aunque no quiera,
yo sé que está como esa noche, vigilando por dónde voy y vengo ¡¿Que acaso no
estaba de viaje?!
El tiempo pasa, más lento de lo normal. Cada minuto parece una maldita
eternidad. Estoy llenando una bandeja con cosas, cuando una voz me habla por
detrás, pero muy cerca de mi oído.
- La inocencia a la vista...
Me asusta. Escuchar su voz, percibirlo más cerca de mí, es escalofriante, pero
en el mal sentido. Igual me doy la vuelta y hago como si no me generara ni
sorpresa, ni nada verlo.
- Estoy trabajando.
- Yo no hago eso.
Me toma del brazo y hace tambalear la bandeja, por lo que me veo obligado a
apoyarla en la mesa del bar nuevamente. Lo miro duro y molesto.
Levanto mi bandeja y me retiro del lugar. Lo bueno es que no hizo nada para
detenerme. Supongo que al final, de verdad creyó que era exclusivo de Seo
Joon. Me pregunto qué relación tendrá toda esta gente. No son amigos, ni
enemigos...
Me vuelve a él. Está furioso. Me sostiene con fuerza porque sigo forcejeando y
en lo que logro liberarme, veo que ese grupo de tipos sigue viniendo a mí.
No sé qué mierda hacer. Estoy encerrado entre dos extremos. Cierro los ojos,
sacudiendo mi cabeza, porque no tendré alternativa. Alguien pinchó las ruedas
de mi vehículo. Y estos tipos vienen a mí. No es casualidad. Por eso exclamo
rabioso.
- ¡Mierda!
No dice nada. Sólo observa por el maldito espejo y yo apoyo furioso mi nuca en
el asiento. No sé dónde demonios me lleva, pero parece un loco. Me arrepiento
haber subido a este maldito coche, más cuando atraviesa un semáforo en rojo.
Eso me altera y mirándolo le grito.
Su celular suena y atiende. Sólo sé que del otro lado le hablan. No escucho
nada.
Eso basta para que calme le fiera en mí. No puedo luchar contra sus ojos y su
mirada. Lo odio, pero no puedo dejar de verlo. Lo extraño. Quisiera tocarlo.
Quisiera besarlo. Quisiera abrazarlo y hacer como si nada malo hubiera
pasado. Me detesto por sentirme tan vulnerable ante él.
Se sube y veo que los tipos toman nuestro lugar. Chanyeol arranca y transita
por no sé qué lugares. Su perfume es como una bofetada a mi cuerpo.
- Me quiero bajar.
- Necesitamos hablar.
- ¡Detén el auto!
Pero todavía pareciera que tengo ganas de pelear. Así que estampo un golpe en
la puerta del coche con mi puño, para terminar en un grito peor.
- Qué cosa.
- ¡Por qué demonios volviste a ese maldito lugar! – grita moviendo sacado sus
brazos – ¡Te dije que no volvieras ahí! ¡Cuándo vas a hacerme caso y entender
que te quiero cuidar!
Y dicho eso hago el intento de irme. Pero él furioso me agarra de nuevo del
brazo y me hace volver hacia él. Parece que se le está haciendo una maldita
costumbre.
- ¡De qué!
- ¡De lo nuestro!
Me río furioso. Miro a lo alto llevando mis manos a la cintura.
- ¡¿Lo nuestro?! – exclamo entre dientes – ¡¿Te estás burlando de mí?! – termino
de gritar depositando un puño en su pecho.
Una mueca sale de mis labios. Admito que debo reconocerle, la fuerza que tiene
para seguir mintiendo como me miente, pero eso hace que lo odie más todavía.
Tengo ganas de llorar y no sé hasta cuándo voy a aguantar. Un nudo me
atraviesa la garganta y siento que me duele, pero me obligo a mantenerme
fuerte.
- Baekhyun – dice sin que yo lo mire – Tuve que cancelar el viaje. Un negocio
complicado surgió y tuve que hacerme cargo.
Lo miro con absoluta desconfianza, sin poder creer que quiera que me conforme
con algo así.
- Por qué.
- Quería protegerte.
- ¡De qué!
- ¡No miento! – grita agarrándose los cabellos hacia atrás – ¡¿por qué mierda no
me quieres creer?!
Respiramos agobiados. Lo sé. Esta situación resulta frustrante para él, porque
no me va a convencer. Y resulta dolorosa para mí, porque estoy cansado de
verlo mentirme.
- ¡No!
Me vuelvo para irme, pero él me agarra por detrás ni que pudiera detenerme.
- ¡No te vas!
Lloro en silencio. Tiemblo. Seco mis lágrimas como puedo. Cuando siento que
me quiere tocar de nuevo, retrocedo. No quiero sentirlo, porque sé que me va
atrapar.
- No – murmuro.
- Baekhyun...
- No – digo de nuevo, pero ahora mirándolo fijo, aunque soy conciente de que
mis lágrimas no tienen freno – Una vez... una vez me dijiste, que nuestros
mundos son distintos y que yo no pertenecía a ese mundo...
- ¡Eso es lo que tú me quieres hacer creer! Pero no voy a caer – digo hundido en
mi llanto – Esto se termina antes que comience a ser peor.
Veo entonces algo que me aterra. De la nada Chanyeol saca un arma y apunta
a los hombres que se frenan, que rápido también le apuntan con sus armas a él.
Yo no puedo creer que esté viendo esto.
- ¡No! – grito desesperado, escudándolo, antes que ellos le hagan algo.
Pero entonces me doy la vuelta. Sin que me vea aprieto mis ojos. Furioso con
todo esto, no puedo dejar de llorar. Pero sé que ya no me puede retener. No
armará una batalla campal, solo por impedirme que me vaya. Un guardia,
desde el auto que se supone me resguarda, no ha dejado de apuntar con su
arma en dirección de Chanyeol.
Mi corazón duele a morir, cuando escucho su grito quebrado detrás de mí, pero
no volveré la mirada, porque voy a caer.
Abro la puerta del auto y me subo. Los tres hombres suben en un segundo al
coche que arranca a toda velocidad. Lo último que veo, es a Chanyeol duro, sin
saber qué hacer, con el arma en mano.
Miro por la ventana del auto el cielo de la noche. Me duele el pecho, porque las
estrellas, solo me recuerda a su cuerpo y la luna, a sus ojos bellos. Por eso
cierro mis ojos, porque sé, que debo olvidarme de él.
Capítulo 12
"Tengo todo el poder sobre ti"
- ¿Lo llevamos a su casa joven Byun?
- ¿Kyuhyun? - pregunta.
- ¡¿Siwon?!
Se saludan con confianza, por la ventanilla del auto. Parece que también conoce
a los demás. Siwon habla.
- ¡Vaya! ¡Pero si había sido un tesoro! - se ríe con todo Siwon, ni que fuera
chiste esto.
- No podemos dejarlo.
Ya veo que se arma un lío entre estos y me quiero matar. Suspiro frustrado.
- Verás Kyuhyun - le explica Siwon - él viene a quedarse con el hijo del Primer
Ministro, Kim Jongdae. Demasiada guardia llama la atención. Estamos
poniéndolos en riesgo. Esto es cuestión de Estado ¿Entiendes? No estoy sólo.
Otros más están conmigo.
- Señor Cho - digo antes de que se vaya, avergonzado por lo que voy a solicitarle
- Le pido que lo de esta noche... por favor no...
- Si. Gracias.
- Cuéntame - le insisto.
- No le diré a nadie.
Recién ahora me doy cuenta que sus ojos rojos, también están hinchados. Quizá
ha estado llorando. Por eso lo dejo pasar y trato de confortarlo.
Sonríe. No dice más. Toma café y nos quedamos un silencio unos segundos. Al
rato me dice.
- ¿"Nos"?
- Si. A mi hermano lo quieren casar. Y no quiere. Haber dicho "no", le está
trayendo muchos problemas. Sehun y Yifan se excusan con su profesión,
diciendo que no pueden estar con nadie por su carrera. Jongin no va a las
fiestas, para que no le presenten posibles prospectos...
- Lo soy. Muy capaz. Por eso prefiere que no vaya a las fiestas - se ríe de nuevo,
toma café y sigue contándome - Chanyeol la tiene más difícil. Su viejo lo ha
querido casar a toda costa con una mujer que no lo deja en paz ¡Hasta el día del
anuncio del "compromiso", se mandó a mudar! Dejó plantada toda una fiesta
¿Te imaginas a su viejo demente y rabioso por eso? - exclama, retorciéndose a
carcajadas y cuando se calma agrega - Ya le ha dicho a su padre que ni loco se
va a casar. Menos con esa que se le pega a donde va, haciéndose la novia...
- Minseok... cuando sepa... tengo miedo que lo acepte - dice como puede,
realmente asustado - Bueno... iré a dormir. Mañana trabajo. Suerte en tu día
libre. Y gracias por escucharme.
- Jongdae...
Suspira y sonríe como aliviado. Creo que es en parte eso lo que lo mantiene
preocupado.
- Gracias Baekhyun - me dice y puedo ver sus ojos llenos de esperanza, por el
amor de su pequeño.
- Y Jongdae...
- ¿Si?
- Gracias...
Son los últimos momentos de la noche. Agradezco que los guardias de mi abuelo
se hayan marchado.
- Baekhyun...
- ¿Si?
- Tu abuelo sabe de...- se detiene pensando si hablar o no, hasta que se decide -
¿Tu abuelo Byun, sabe de que tienes contacto con Chanyeol?
- No ¿Por qué?
- Solo curiosidad - me sonríe despreocupado - Disculpa Baekhyun. Me quedo
¿Ok?
Me paro en la puerta. Mis manos tiemblan. No sé qué diré, ni qué haré. Una
sola cosa bastó para que corra hacia él. No me importa en este momento, lo que
hay de trasfondo en su historia. Sólo sé que no mintió sobre su prometida,
porque Jongdae me lo dijo. Y me siento avergonzado por no haberle creído. Él
me ama a mí. Lo sé. Por eso estoy con mi corazón confiado, dispuesto a dárselo,
para saberlo todo de él.
Todo está oscuro. Sigo la luz hacia la segunda planta. Subo. Recuerdo dónde
estaba su habitación. Abro la puerta de par en par. Lo encuentro mirando por
el ventanal hacia fuera, sentado en un sillón pequeño, dando la espalda a donde
me encuentro. Su mano derecha sostiene una botella de licor casi por terminar.
Pego un salto, por cómo ha retumbado ese grito. Podría darme la media vuelta
y esperar que se calme, pero... yo creo que le hice esto y por eso me dejaron
entrar.
Yo sonrío. Lo miro que no me mira. Pensé que si esperaba que viniera, estaría
más conmovido. Pero no hablo. Quizá ahora, esté enojado. Y no lo culpo.
- Creo que me tomaré más seguido una botella de este licor. Al menos así
apareces.
- Vaya... - suspira como sorprendido, abriendo sus ojos - Se siente tan real.
Debo estar ebrio del todo.
Ahora recién me doy cuenta. Cree que está alucinando. Me duele saber que yo
lo llevé a esto, más cuando murmura.
- Baekhyun. Estoy tan cansado de estar aquí, reprimido por todos mis miedos
infantiles. Y si tú te tienes que marchar, me gustaría que simplemente te
fueras - dice apoyando su frente a la mía, sin dejar de mirarme - Tu presencia
todavía se resiste a irse de aquí, y no me dejará solo. Estas heridas no parece
que se curen. Este dolor es demasiado real. Hay demasiadas cosas que el
tiempo no puede borrar.
No sé por qué, sonrío tontamente, aunque tengo ganas de llorar por su dolor.
Porque me doy cuenta que está parafraseando esa letra triste y deprimente.
Eso está sintiendo y me duele. Mis ojos se nublan, pero tontamente, sonrío.
- Tú - digo sin dejar de sonreír, pero con lágrimas en mis mejillas, secando las
suyas.
- Ahhhh...tenías voz propia también - dice largando una mueca - Creo que
tendré que ver qué tomo de ahora en adelante.
El sol comienza a alumbrar con fuerza el ventanal. Siento el calor de sus rayos
sobre mi piel. Pero no me interesa ver el amanecer. Solo puedo ver el rostro
brillando, hermoso y radiante, como solo él puede ser. Chanyeol, que me adora
con sus ojos.
- Chanyeol - murmuro en sus labios cálidos - Estoy aquí contigo mi amor.
- ¿Baek?
Sus dedos inseguros suben por mi rostro. Una sonrisa incrédula se dibuja en su
rostro. Entonces como puedo, me armo de valor y le digo.
- ¿De verdad me dices eso? - me dice ansioso, sonriendo apenas - ¿De verdad?
- ¿Te dije que cuando peleamos siento que se me para el corazón? - me pregunta
y yo sonrío.
- Y ahí está Mi Sol - dice sin dejar de mirarme, mientras veo que ya amaneció.
Veo por el ventanal y observo que pasó el alba. Me lamento que se lo haya
perdido, por eso le digo.
Siento sus manos que acarician mi espalda. Tiemblan sus dedos cuando recorre
mi vientre. Me ha hecho sentir de repente una punzada de placer nueva,
haciendo que mi cuerpo se sacuda y me vuelva a verlo, quedándome quieto,
sonriendo, sin apartar mis manos de su rostro.
Me paro en frente. El me mira mordiéndose los labios, con sus mejillas rosadas
del calor que está sintiendo. Mis pantalones, junto a mi bóxer, se deslizan por
mis piernas y quito mis pies de su envoltura. Miro los ojos de Chanyeol que me
analiza lentamente, como si no pudiera creer todavía que estoy de verdad.
Estoy ansioso. No me importa que se dé cuenta del deseo que le tengo y lo que
quiero. Mis manos temblorosas desabrochan su cinturón. Cuando logro abrir su
bragueta, él por reflejo eleva apenas su trasero de su asiento y yo deslizo rápido
sus pantalones con el calzoncillo en él. Ese olor embriagador propio de
Chanyeol, nunca se sintió tan bueno para mí. Ahí está su pene erecto, rojo e
hinchado. Me necesita. Lo sé bien.
Su mirada es escéptica, no puede creer que yo esté por hacer esto, pero me deja
hacer.
Tomo la punta de su miembro suavemente entre mis labios, con giros rápidos,
besándolo tiernamente y tirando hacia atrás su suave piel.
Lamo su larga longitud de arriba a abajo y lo miro que jadea descontrolado sin
apartar la vista de lo que estoy haciendo.
Estoy también necesitado, por eso me preparo solo hundiendo uno de mis dedos
en mi cavidad, para estar listo para él.
Toca mi cabeza y hecha la suya hacia atrás, adelantando sus caderas que sé
que quisiera moverla descontrolado. Muerde sus dientes. Aprieta su
mandíbula. Sus cabellos están empapados. Sus abdominales contraídas y con
gotas que se resbalan y que brillan por la luz del sol.
Respiro entrecortado porque casi he quedado sin aire. Mis mejillas arden. Mis
labios entreabiertos se han quedado con hambre. Chanyeol está sin aliento. Su
pecho sube y baja tratando de componerse. Se moja los labios. No reacciona.
Sigue mirándome.
- Tú, solo tú tienes un poder sobre mí que nadie puede tener. Eres bello. Y te
amo tanto, que mataría a cualquiera que se atreviera siquiera a querer
apartarte de mi lado.
Parece estar tan entregado, que yo soy quien me elevo sobre él. Igual, le quiero
aclarar a esa declaración de tanta vulnerabilidad ante mí que dice tener.
- Park Chanyeol - digo en un susurro sensual y desafiante, del placer que tengo
al sentir en calor de su cuerpo - Tú y yo sabemos bien, quién tiene todo el
poder.
- Sabes que nunca antes sentí esto ¿verdad? Ahí... Si... si, si...- gime en ese
sonido grave que me vuelve loco, porque he comenzado de nuevo a bajar - Me
vas a matar...
Abre su boca, tratando de tomar aire y yo abro la mía, para besarlo. Estamos
los dos empapados de sudor, completamente mojados.
Elevo mi cabeza hacia atrás, cerrando mis ojos, y él con una mano me vuelve
para que lo mire.
- Hagas lo que hagas ¡Mierda! - grita abriendo su boca, porque está palpitando
dentro de mí - Mierda... Baek... muévete como quieras - me suplica con los ojos
empañados de felicidad.
Despacio al principio, como él lo ha hecho conmigo antes. Lento. Muy lento, me
elevo y desciendo. Él me mira, tocando mi cuerpo y chupando mis pezones. Es
el paraíso. Ya siento que vivo y podría tenerlo eternamente dentro de mí.
Chanyeol me vuelve loco de verdad.
Juro que siento cada honda de calor de su pene que late, ancho y largo en mí.
La fricción es deliciosa y estoy perdido en su cuerpo. Mi ritmo se incrementa y
él me muerde el cuello, porque sé que está cerca.
- ¡Chanyeol! ¡Ahí!
- ¡Baekhyun! ¡Ahhhhhh!
Acaricia mis cabellos y pasa sus manos por mi espalda, haciendo más
placentero seguir estando así unidos. Entonces me mira fijo, me fulmina con
esos ojos llenos de deseo y sin una mueca en su rostro, me dice seguro.
- Porque solo yo, puedo hacer lo que quiera contigo. Tengo todo el poder sobre
ti...
Capítulo 13
"Chanyeol, mi amor"
- ¿Seguro no me quieren acompañar?
Cena de familia. Mi abuelo Byun ha insistido con ese tema. Aunque trate de
excusarme, no puedo hacerlo por siempre. Entiendo su entusiasmo, pero tengo
el presentimiento, de que a toda costa quiere que me haga cargo de algo para lo
que no estoy preparado, ni quiero estarlo. Lo pienso cada vez que hablamos. Mi
padre por algo se alejó de su mundo. Y yo, no tengo intenciones de cambiar mi
vida.
- Solo algunos amigos Baekhyun. Deja que este viejo orgulloso, te presente a la
gente que sabe de mi nieto – me dice con una terrible sonrisa.
Quedo sorprendido ante el despliegue del servicio que hay en esta mansión. Me
recuerda un tanto a la fiesta de los Kim, aunque claro, esa fue a gran escala.
Por cada persona a la que me pone en frente, les dice feliz a qué me dedico y
resalta mis cualidades idénticas a su hijo. Yo sólo sonrío. Apenas puedo
recordar el nombre de la gente.
- Abuelo, yo...
Estoy duro sin decir palabra. Solo escucho esa breve charla. Que yo sepa, Yifan
desde hace años, ha tenido siempre los mismos amigos, de los que jamás se ha
alejado.
- Entonces – agrega Yifan galante y caballero – debo darle las gracias, porque
ha hecho efecto.
Todos sonríen y yo... nada. Solo miro fijo y mal, a este conocido-desconocido que
me ha ninguneado.
- Siento la demora tío. Él acaba de llegar de una de tus encomiendas. Por eso la
demora.
Todos se ponen de pie, todos menos yo, que me he quedado helado de tan solo
escuchar esa voz.
No sé qué hacer. De verdad, ahora quisiera actuar como recién lo hizo Yifan.
Pero él no me deja.
Apenas si puedo probar bocado. Pero si he tomado agua a más no poder. No veo
la hora de que todo este circo termine. Yo solo quería una cena en familia.
- Tío – lo interrumpe Hyun Joong – Entiendo que estés feliz de estar con
Baekhyun, pero entiende que él es un joven independiente y no está
acostumbrado a que le digan qué hacer ¿O me equivoco?
Maldito traje azul, impecable con camisa blanca, que lo hace tan niño bueno.
Pero dista mucho de serlo. Por eso debo estar alerta de este tipo, aunque se
quiera ahora, hacer el amigo. Encima, debo recordar que somos "familia".
- Dan ganas de joder contigo – dice y vuelvo a ver esa mirada de mierda. Yo ya
le quiero dar con mi puño, hasta que frena sus paso y habla – Pero no hay
forma. Me acusarías con mi tío y me daría con el pulgar abajo. Ni loco.
Aunque...
Está serio. Yo estoy serio. Hago a un lado mi rostro. No sé qué decir. Entonces
escucho una carcajada fea que sale de él. Inevitablemente vuelvo la mirada
para que termine diciéndome.
- No hay relación ¿Verdad? Qué tonto fui. No haces eso. Tampoco eres exclusivo
– y mirándome fijo agrega – Qué bueno saberlo. Pero...
Se acerca más. Yo me alejo unos pasos, pero estoy atrapado por el cemento de
una verja detrás. Tropiezo y mi cuerpo salta. Igual, no tengo miedo. Solo no lo
quiero cerca.
- ¿Con quién?
- Él lo autorizó.
- ¡¿Qué?!
- Cosas malas – recalca claramente – Cosas malas. Eso son los Park. Cosas
malas. Nada bueno hay en esa gente. Solo, cosas malas. Muy malas. Porque
solo hacen cosas malas.
Nos giramos. Es Yifan que mira a todos lados y ve a Hyun Joong a quien le
habla.
- Mis padres no saben que sigo manteniendo amistad con Jongdae, Junmyeon,
Chanyeol Sehun y Jongin. Y te tengo que pedir por eso, que no le digas nada a
tu abuelo. Porque si le dices, él sabrá que tú también estás relacionado con
ellos y...
- Oiga – lo callo – Entonces tengo que suponer que ellos son ¡¿las malas
influencias!?
- Así es.
- Ya entendí – digo ahora preocupado – No voy a decir nada por ahora. Pero...
- No sé si decirle...
- No sé qué decirte.
- Si. Hyun Joong mismo me dijo. Que el abuelo lo había autorizado. Pero al rato
me advirtió que no me acerque a los Park.
Los dos terminamos apoyados en una pared con los brazos cruzados.
Me da un codazo y me río.
- Qué bueno – dice refregando mis brazos, tan maternal, aunque con demasiado
esfuerzo – Sabes Baekhyun, Hyun Joong ha acompañado toda la vida a tu
abuelo. Cuando murió mi esposo, tu abuelo lo adoptó como si fuera su propio
hijo. Ha sido quien ha llenado los espacios vacíos de su hijo y de ti. Siempre ha
trabajado tan duro, para llegar a donde está.
¡¿Qué me está diciendo esta mujer?! ¡¿Que acaso me está reprochando?! Bueno,
ahora sé lo que es la hipocresía de esta bella señora aquí presente,
aprovechando de que mi abuelo no anda cerca. Así que solo me limito a decirle.
- Me aseguraré de darle las gracias luego a Hyun Joong , por cuidar tan bien
del abuelo.
- Y de ti Baekhyun. Hyun Joong también cuidará de ti. No ha dejado de hablar
de ti, toda la noche.
Llego a casa. Veo que la luz de la cocina está encendida y creyendo que mis
abuelos la olvidaron prendida, voy a apagarla. Cuando entro, me encuentro con
mi abuelo y una taza de café.
Suspiro. No hablo. Pienso qué decirle. No podría contarle que fue una noche de
mierda, llena de gente rica e interesada, que me sentía incómodo, que me
enteré que mi abuelo quería pedirme que viva con él y me lo dejó como
sugerencia... tantas cosas...
- Bien.
- Oye ¿Y qué hicieron tú y la abuela en todo el día? Apenas si volví del trabajo y
tuve que irme a esa cena.
Solo me quedo escuchando las cosas de mis dos viejos, matándome de la risa de
las andadas en las que andan.
- Vino Chanyeol a vernos. Sabía que ibas a ver a tu nuevo abuelo y vino a
visitar a los que dejaste atrás – me dice celoso, pero divertido – Nos quedamos
charlando un buen rato. Bueno. Charlar. Es un decir. Él solo decía "si señor" y
raramente "no señor".
- Te tiene miedo.
Nos reímos. Desde que viene a casa no ha hecho otra cosa más que torturarlo.
Mi abuela está feliz, pero mi abuelo no tiene empacho en demostrarle su cara
asesina.
Me voy a dormir. Ha sido una noche extraña. Me siento en la cama. Miro por la
ventana la luz de la luna y las estrellas. Tomo por impulso mi guitarra y
comienzo a puntear una melodía cualquiera. No es cualquier. Es Gravity,
aquella que Chanyeol alguna vez tocaba en piano y la que toco en algunas
noches melancólicas aquí mismo.
Mi celular vibra. Tengo una llamada entrante y sonrío. No me cuesta saber de
quién se trata, aún sin ver el nombre. Sonrío y escucho que me dice del otro
lado.
Lo amo más y más por cada día que pasa. Porque sabe lo que siento y a veces lo
que pienso. Para él soy un libro abierto.
- Te extrañé mucho.
- Y yo a ti.
- Eso quiere decir... que tu abuelo es... – balbucea como dudando o no creyendo,
por eso termino la frase.
- Si. Sólo que no pensé que... que se tratara específicamente de él. Y que tú
fueras de esa familia. Que fueras un "Byun".
Han pasado muchas cosas. No tengo ganas de entrar en detalles. Menos decirle
que mi ahora primo lejano, me ha ofrecido dinero por una noche. Ya no vale la
pena.
Una carcajada sale de mí y las lágrimas caen sin control. Ha sido lo más
divertido que he escuchado de todas las bromas que me hace.
Ni que fuéramos niños que se ven a las escondidas, nos sentamos bajo un árbol
abrazados un buen rato y charlamos de todo, de cualquier cosa. Nuestros
susurros acarician el viento en la noche y el viento acaricia nuestros besos,
haciendo que nos abracemos más fuerte. Y yo me siento muy a gusto y seguro,
en los brazos de Chanyeol, mi amor.
Capítulo 14
"Cosas Malas"
Minseok mira hacia todos lados. Alguien falta entre los que estamos. Y él sólo
lo dice.
- Jongdae...
Lo miro mientras ríe con sus amigos. Corretea como un niño, jugando a no ser
atrapado por Jongdae.
- ¡Te voy a agarrar imbécil! – grita furioso Jongdae – ¡Ven aquí! ¡No seas
cobarde!
Está hecho una fiera y yo me río de ver a Chanyeol subiéndose a las mesas,
atravesando por debajo de ellas y escudándose detrás de Yifan, escapando de la
ira de su mejor amigo.
Lo veo tocando su guitarra mientras Minseok canta. Solo puedo verlo a él. Las
cosas por las que pasamos en tan corto tiempo, me hacen pensar en un tiempo
lejano, muy lejano y hasta como si fuera otra vida. Y solo ha pasado una
semana desde que estamos juntos de nuevo.
- Qué niños son cuando se juntan ¿Verdad? – dice Yixing riendo, mientras ve a
su novio correr con los demás.
Me resulta un tanto chistoso como descabellado, que con ese traje de tres
piezas, tenga ganas de jugar. Pero supongo que así son los hermanos Kim, locos
de remate.
- Voy a pedir más pastel con crema – le avisa Jongin a Kyungsoo, levantándose
de su lugar para ir al servicio de su restaurante.
- ¿Cómo van las cosas con él? – pregunta Luhan a nuestro peque, mientras ve a
Jongin desaparecer.
Recién nos damos cuenta, por su mirada atónita y asustada que él no sabe
nada. Habíamos olvidado que Jongdae lo mantuvo al margen de todo eso.
- No pude con toda. Mi abuelo paterno me sigue vigilando. Aunque cree que no
me doy cuenta. Pero prefiero uno sólo, antes que todo un ejército. Eso valió la
primera discusión entre mis dos abuelos – les cuento preocupado y recuerdo
otra novedad – Las otras noches tuve una cena con su familia.
Aunque Yifan se fue en auto, por Zitao en su silla de ruedas, todo el resto
quería tomar aire y seguir festejando el cumpleaños de Jongdae. Entre risas y
bromas, disfrutamos estar juntos. Es una sensación nueva y tranquilizante.
Sonrío. Chanyeol me mira .
Me abraza y tomando mi rostro entre sus manos me besa suave. Ese sabor
mentolado es fascinante.
- Haré lo posible para verte cada momento libre que tenga. Lo prometo – me
dice mirándome tan dulce como siempre lo es conmigo.
- Baekhyun.
- Mmhhh?
- No debe querer saber nada conmigo – comento molesto – ¿Le dijiste que era
yo?
Me da miedo, porque Yixing nos contó asustado, que Junmyeon hizo lo mismo
con él, cuando le dijo que su padre no estaba de acuerdo con su relación. Lo
abrazó fuerte y después le hizo jurar que jamás lo dejaría.
- Mis guardias me son leales. Pero son fieles a mi padre primero. Solo era
cuestión de tiempo que ellos terminaran por decirle, cuando él hubiera
preguntado.
- No entiendo nada...
Me río. Para qué negarlo. Mi abuela está feliz. Pero a mi abuelo, no le gusta
Chanyeol. No confía en él y se lo ha dicho. No confía hasta que conozca a su
familia. "Solo conociendo a la familia, se sabe cómo es una persona", le había
dicho el primer día que lo vio. Creo que Chanyeol no tiene temor a nadie, sólo a
mi abuelo.
- ¿Chanyeol?
Nada. Me acerca a él. Está serio, buscando algo en el lugar, girando su cabeza a
cualquier parte.
- Nada – dice escogiendo sus hombros – Creí ver a un conocido. Nada más...
- ¡Jongdae! ¡Tráeme lo más fuerte que tengas por favor! – grita Chanyeol con
una sonrisa maquiavélica.
Miro que Zitao se ha puesto con su portátil a jugar con la música, que parece
gustar en el ambiente. El bar de Yifan hoy está lleno de gente que solo viene a
tomar, celebrar y pasar el rato, como nosotros. Charlamos, reímos, tomamos
alguna de las delicias que Jongdae nos prepara y otras que Minseok
experimenta con las indicaciones de su chico. Ya me había olvidado que era que
iba a tomar un solo trago, pero es que están deliciosos.
- ¡Claro que sí! – grita Jongdae – Así que te tragas eso y lo disfrutas.
- ¿Te dijo que pierde el control cuando toma solo un par de copas? – dice
también riéndose Luhan, que anda igual que yo.
- ¿Qué control? – me burlo y dándole un beso suave a Chanyeol, le digo a él –
Ahora vas a conocer el lado oscuro de Baekhyun ¡Vamos Luhan!
Solo por esto, no me gusta tomar demasiado. Normalmente hago cosas que en
mi sano juicio no haría. Me comporto con total desparpajo. Si sobrio soy el alma
de la fiesta, caliente, soy capaz de hacer que exploten.
Tengo a mi lado a Luhan y los dos nos reímos al verles las caras a Sehun y a
Chanyeol, que no se imaginan lo que vamos a hacer. Nos subimos a la barra y
comenzamos a bailar, como nos ha enseñado Yixing alguna vez. Dudo mucho
que Junmyeon sepa los dotes de bailarín de su novio. Pero los demás podrán
contemplar lo buen maestro que ha sido.
Tres vueltas y un movimiento de pelvis, han bastado para que los silbidos de
aprobación de hombres y mujeres se hagan escuchar en el salón.
Mientras yo sigo bailando con Luhan, Chanyeol se me para en frente, con las
manos en la cintura. Está terriblemente enojado, pero se muerde los labios de
la furia y se los moja con su lengua. Le gusta que le baile, a pesar de todo.
Adoro esa pose soberbia como si quisiera mandarme, pero sabe que no puede,
porque estoy fuera de control, así que se da cuenta que soy capaz de hacerle
cualquier cosa, incluso mandarlo al diablo. No le queda de otra.
Muevo mis pies de un lado al otro, con mis brazos abiertos, cerrando los ojos y
contoneando mis caderas. Me doy la vuelta y repito el mismo paso, pero
dejando a la vista de todos el movimiento de mi trasero, que sé que le gusta
morder.
Déjalo caer al igual que ese tambor, tengo eso con lo que sueñas.
Entonces, dirás:
Tengo tus cicatrices en mi cuerpo, así que puedo llevarte a cualquier parte.
Tengo tus cicatrices en mi cuerpo, así que puedo verte en cualquier momento...
Dios ¿Puedo perderme tanto así por alguien? Nunca pensé en sentir, lo que
siento por Chanyeol. Mi mente difusa vaga feliz en eso que el rapea, su voz
grave y dura, se disipa en cada célula de mi cuerpo que grita su nombre porque
soy suyo, suyo, suyo y lo amo.
He dormitado algo.
Lo último que recuerdo es estar boca abajo, siendo masajeado y aseado por
Chanyeol en la cama. Los paños húmedos que acariciaban delicadamente mi
cuerpo para quitar todo rastro de semen, solo daban cuenta de lo que habíamos
hecho muchas veces.
- Me despertó tu risa.
- Lo sienta...
- Fue el mejor despertar - me dice dándome un beso lento, muy lento que se
profundiza, mientras siento que su cuerpo va pegándose al mío.
Estoy tan cansado que apenas podría moverme. Pero mi deseo es tanto que ya
lo he olvidado, al sentir que su figura se refriega en mí. Un ronroneo sale de mi
garganta, ansioso de que me devore con esa boca.
Apenas puedo dar vuelta mi nuca para ver que está analizando mi cuerpo.
Sonrío avergonzado hundiéndome en la almohada.
- Los dos hoyuelos sobre tu columna. Justo arriba de tu lindo trasero. Eres
caliente por todos lados Byun Baekhyun - dice besando esos huecos.
Me pide perdón por lo que está haciendo; sabe del estado físico en el que me
encuentro, pero ya estoy entregado a sus besos y desearlo me hace perderme
por completo.
- Está bien - jadeo lleno de placer - Solo hazlo... ahhhh... Si paras te voy a odiar
ahhhh...
Siento un dedo que se desliza por mi ano, entrando y saliendo varias veces. Ni
que fuera un rayo que me inyecta energía, cuando roza a mi próstata mi
columna se curva y mi pene erecto necesita respirar. Mis rodillas se doblan
elevando mi trasero para darle a Chanyeol un mejor acceso.
- Qué bonita visión - ruge, mientras siento que acaricia con la otra mano mi
espalda.
Callo porque estoy desesperado y aturdido en mi ansiedad por decir algo, pero
perdido en lo bueno que esto se siente.
- No qué...
Lo miro. Mis ojos solo lo quieren a él. Pero al parecer no lo entiende. Así que
tengo que decírselo.
- Saca esos dedos y dame lo que más quiero - gimo en mi súplica, faltándome el
aire para hablar.
Siento que saca sus dedos de mí y los reemplaza por otra cosa que se siente
igual de buena.
- Mmhhh...
- Chanyeol Chanyeol...
Mi piel percibe húmedo, frío y caliente, entre el aire del ambiente y el calor de
su lengua. Sus labios carnosos besan y después lamen mis testículos, mientras
yo no puedo parar con esos grititos inaudibles, porque sigo perdido en mi
escondite. La presión del agarre de sus dedos que se hunden en mi carne se
hace cada vez más fuerte. Chanyeol es fuerte.
Toma su pene con una mano. Con la otra sigue agarrando mi cadera. Su glande
resbaladiza y grande se refriega en mi ano.
- ¿Esto es lo que quieres? - dice entre dientes.
Abro mi boca largando un suspiro profundo a medida que siento que me abro
ante su intrusión.
- Mierda... Qué estrecho sigues. Me hace querer follarte duro Bonito - gruñe
estando a medio camino.
Sus testículos terminan pegados a mis glúteos y ahí se detiene por unos
segundos, presionando y presionando hasta que a propósito contraigo las
paredes de mi cavidad. Gruñe. Sé que le ha dolido, pero le gusta.
- Me vas a matar... - escucho que dice enterrando sus dedos en mis caderas -
Bonito... me vas a matar.
- Chanyeol ¡oh Dios! - grito duro en mi sitio - ¡Más fuerte! ¡Más más más más!
- ¡¿Así?! - ruje como animal, estampándose con una fuerza brutal sobre mis
nalgas.
No hay nada más primitivo que las embestidas que me da. Embriagado de
dolor y de placer contraigo las paredes de mi recto, porque estoy cerca. Ha
tocado mi próstata y ya voy a venirme. Entonces toma con una de sus manos mi
miembro y comienza a frotarlo.
- ¡Más rápido! ¡Más más más! - grito como mendigando su pene fuerte y
contundente gimiendo necesitado de él.
Tiene los cabellos pegados a su frente. Está todo mojado y me mira de manera
penetrante y posesiva. Sus pectorales y sus brazos rudos brillan y desparraman
gotas sudor.
- Mío mío mío mío - murmura y yo no tengo fuerza para discutir nada, porque
apenas puedo tomar aire.
- Maldito - jadeo encontrando a duras penas algo de voz.
Amo verlo así, con sus mejillas ardiendo y mirándome con tanto deseo, como si
no le bastara poseerme como me está poseyendo, como si no le bastara
penetrante como me está penetrando. El quiere más. Quiere meterse más y
más, completamente en mí y yo grito feliz por eso, tocando como puedo, con mis
manos sin fuerza su torso bello. Estoy inestable y tiembla todo a mi alrededor.
Abre su boca al sentir mis dedos y se muerde el labio inferior. Ha sido tan
fuerte contra él mismo que se termina rasgando, lastimándose, pues puedo ver
un hilo de sangre por ese raspón, que ha teñido de más rojo esa zona.
- Bonito - gruñe como animal - Te amo...
Los "Te amo", en medio de la brutalidad, me hacen mover mis glúteos para
sentir ese amor más y más, apretando mis dientes sin dejar de mirarlo.
- Chanyeol...
- ¡Ahora!
Se queda quieto. Sus ojos se congelan en los míos. Hasta que en ese tono grave
y sin aliento vuelve a decir lo que dijo muchas veces...
Apenas puedo ver de nuevo ese cielo raso y el sol pintado, escuchando el
murmullo de sus palabras mientras besa mi mejilla y succiona mi cuello.
Mis párpados pesan de nuevo. Cierro los ojos. Aún sintiendo que el colchón se
mueve, no tengo fuerzas para elevar la vista, ni ver qué hace Chanyeol. Hasta
que siento el agua del baño que cae. Supongo que se va a bañar. Pienso que
luego lo haré yo.
Pasa un minuto supongo, creo... Me propongo aprovechar ese tiempo para
restablecerme.
Entonces siento que me elevo en el aire. Abro apenas los ojos y me encuentro
con el rostro de Chanyeol. Me ha agarrado entre sus brazos y me lleva al baño.
No digo nada. Solo apoyo mi rostro en su hombro y ahí me quedo. Se mete
conmigo a cuestas en el yacuzi y desciende como si no le costara nada.
Lo miro. Veo que está con los ojos cerrados y la cabeza apoyada atrás. Lo
acaricio.
- Baekhyun.
- Qué.
- Te amo.
- Yo también te amo Chanyeol - digo acomodando sus cabellos hacia atrás.
Beso su mejilla.
- Gracias por amarme así Chanyeol. Te amo con toda el alma - le digo
emocionado por las palabras que dijo.
Sin embargo, siento que tengo que hablar de algo y contarle lo que me inquieta
hace días. Es como si mi conciencia no estuviera tranquila, como si tuviera la
sensación de que le estoy ocultando algo que él debería saber.
- Chanyeol...
- Dime amor.
Demonios. Es una señal. Tendré que hablar. Aunque también quiero saber...
- Lo sé. Me lo contó.
- Hyun Joong me dijo que los Park son malos y que no me acerque a ninguno de
ustedes. Y yo no entiendo por qué lo dijo, si se supone que tú estás haciendo
negocios con él. Eso fue lo que le dijiste a Jongdae, ese día que recostaste que
me encontraste en el bar atendiéndolos a ustedes. No entiendo - digo inquieto -
Yo no entiendo. no entiendo Chanyeol y...
- Escucho.
- No lo considero mi primo.
- Aunque te resulte extraño, hay muchos negocios en juego por ese tema. Por
eso los Byun y los Park, están algo así como... enfrentados. Pero resulta
casualidad que justo en los últimos tiempos estoy haciendo negocios con tu
abuelo.
- Pero ¿Por qué las paces? - digo confundido y enojado, porque no entiendo
nada.
- Suele pasar que a veces en los negocios así como ganas socios, ganas algunos
enemigos.
- Chanyeol ¡me hablas como si se tratara de una guerra! - digo girando mis ojos
molesto y angustiado. Me siento un tonto por no poder entender nada.
- Te amo Chanyeol.
Sonríe. Siento que su pecho se eleva y desciende por el suspiro profundo que
hace. Pero de pronto, sus músculos se contraen. Y yo no sé por qué.
- Baekhyun ¿Cómo sabe Hyun Joong que tienes contacto con los Park? Si
cuando nos encontramos en el bar de Heechul, él jamás vio que hablaste
conmigo.
- Yo... yo lo vi, esa noche en la fiesta en la casa del Primer Ministro. Supongo
que vio cuando charlaba con tu padre...
- Por qué esa noche estuviste tanto tiempo con mi primo. Qué ocurrió.
- Mírame Baekhyun.
- Nada importante.
- Para mí todo lo que tenga que ver contigo es importante - me dice y me exige
de nuevo - Qué ocurrió Baekhyun. Si no me lo dices tú, yo hablaré con mi
primo.
- Seo Joon - respondo nervioso - Seo Joon me hizo el favor de hacerme pasar por
su acompañante esa noche, porque Hyun Joong me estaba molestando.
- Qué te dijo - insiste y yo ya veo que aprieta su mandíbula y aprieta furioso sus
labios, respirando agitado.
Me pongo una bata y me voy al dormitorio. Me seco algo, aunque sigo lleno de
jabón con una toalla.
Me río. Me ha dicho de nuevo las mismas palabras que hace unas noches. Lo
abrazo más fuerte y me levanta entre sus brazos, llevándome de nuevo a
bañarnos. Su inmensa sonrisa me contagia de felicidad, porque con él me siento
bien protegido y tranquilo. Él ya es mi escape de este mundo confuso...
Capítulo 16
"Faded"
Somos pocos en el lugar y yo estoy aburrido sin nada que me interese ver de lo
que trasmite ese canal. Uno de los clientes pide:
Me quedo pasmado mirando las imágenes captadas en vivo, bajo el título al pie:
"Crimen con sello de Vendetta" en mayúsculas, como si se tratara de una
novela. Me espanta entonces estar viendo dos cadáveres en directo, siendo
filmados como si nada, aunque con los rostros desfigurados por efecto de un
pixelado.
Observo a mi alrededor y no puedo creer que todos sigan la transmisión, sin
ninguna expresión en sus rostros, como si eso fuera un espectáculo. Solo
escucho que alguien comenta: "Mafiosos" y sonríe burlón, sin quitar la vista del
plasma.
Mi corazón palpita con furia. Cierro los ojos y sacudo mi cabeza. Me levanto y
me retiro. No tengo más que seguir en lo mío. Saludo a quienes conozco, a
seguir con mi trabajo.
Baekhyun: "Y por eso tienes que ser tan fatalista?" 04:16 AM
Pasa un rato largo, sin recibir nada más de su parte. Me siento mal de pronto,
porque quizá él no necesitaba ese tipo de respuestas.
Hago mi última ronda y en lo que puedo, habiendo terminado con mis informes
de los pacientes, miro mi móvil, para ver si ha escrito. Nada. Así que le insisto,
pero esta vez con una verdad irrevocable para mí.
Baekhyun: "Amor, yo no tengo miedo a morir, solo tengo miedo de vivir sin ti"
05:15 AM
Chanyeol: "Por eso te amo ¿Ves? Porque me llenas de luz. " 05:15 AM
- Ven aquí – me pide estirando los brazos – ¿No me vas a dar lo que te pido?
Camino rapidísimo hacia él. Cómo negarme a esa petición tan bonita. Así que
lo abrazo como siempre, hundiendo mi cara en su pecho, sintiendo el calor de
sus brazos alrededor de mí.
- Solo un ratito Chanyeol. Todavía no acaba mi turno para salir, sino hasta las
7 de la mañana.
Y eso hago, como cuando él me calma entre sus brazos, yo lo calmo ahora con
los míos. Siento su corazón palpitando con fuerza.
- ¡No! – grito porque se ve que no le ha quedado claro – ¡te dije que no vuelvo
ahí Heechul!
- ¡No!
- No comiences...
- Maldito...
- ¡Ya basta!
- Porque no tenía ganas. Oye, desde hace cuánto trabajas aquí tú.
- Lo único que falta que me digas es que también te vas con algún cliente.
- Una vez me fui con uno. Pero no le cobré nada – me sonríe guiñándome el ojo.
Seo Joon no ha venido como otras veces. Nos habla solamente Heechul y
comienza todo el trabajo.
- Si ¿Dónde es la oficina?
Me da las indicaciones. Creo entender que debo bajar al subsuelo, caminar por
un largo pasillo, doblar a la izquierda y entrar por una puerta a la derecha.
No me queda otra más que cerrar y abrir puertas. Si se trata de la oficina del
jefe, debe ser espectacular. Primera puerta, no, demasiadas sillas apiladas.
Segunda puerta, oficina grande llena de ¡Cámaras!
Entro de curioso. Todo está oscuro, pero iluminado por las múltiples pantallas
bien puestas a todo color que hay. Perece de película. Esto capta todo lo que
sucede en las pistas principales de "Sky" y en lugares recónditos. Mi boca debe
llegar al suelo. Pero rápido recuerdo lo que estoy haciendo ahí, así que, seguro
de que la puerta que le sigue es la oficina del jefe, salgo y entro en la tercera.
Dejo las botellas en el pequeño bar que hay disponible y me pregunto por qué
me han hecho traerlas, si hay bebidas de sobra. Supongo que Seo Joon quería
champaña. Y sin pensarlo mucho más, me retiro del lugar.
Miro en dirección de donde viene el sonido, una pared negra, la que da justo a
la oficina contigua. De pronto creo que me estoy volviendo loco. Escucho otra
voz conocida.
Ahí siguen las risas por un chiste que alguien dijo y al que no presto atención.
Respiro agitado. No tengo cerebro para pensar, pero al menos sé que debo salir.
No sé qué hacer si me encuentro en el pasillo, porque mi primer impulso, me
llevaría de seguro a entrar en la puerta contigua y ver a Chanyeol. Pero está de
¿negocios?
Giro sobre mis pies y me ordeno salir de ahí. Quiero tomar el picaporte, pero
escucho el sonido de la cerradura. Me quedo duro ¿Acaso la cerraron? No
reacciono, hasta pasado unos segundos más de lo normal. Entonces vuelvo a
escuchar la voz de Seo Joon que dice.
La pared negra. Pareciera que por ahí se filtran las voces. Me acerco. La toco y
automáticamente, como por arte de magia, se corre un fragmento fino negro.
Queda al descubierto un vidrio doble cara. Si. Definitivamente esto es de
película. Pero no es eso lo que me impacta. Me deja sin respiración, ver ahí a
Chanyeol.
Son siete en el lugar. Además de Chanyeol y Seo Joon, con el caballero al que
llamó Sung Rok , hay cuatro más. Dos parados al lado de ese señor desconocido
y otros dos a los que reconozco, por ser hombres de confianza, custodios de
Chanyeol, también de pie, cada uno a su lado.
- Pero hay noticias interesantes por ver de vez en cuando – dice sonriendo
Chanyeol – ¿No es así Seo Joon?
Seo Joon manipula un control remoto y veo lo que en pantalla se pone. Escucho
entonces a un reportero que dice.
Eso que escucho, no es nuevo para mí. Lo que veo tampoco. Es la noticia que
hace días vi, estando en la cafetería del hospital, de madrugada. Lo nuevo, es lo
que le sigue.
Seo Joon apaga la pantalla. Todo se hace silencio. Chanyeol se vuelve al señor y
le dice.
- El nombre de los dos jóvenes no trascendió. Claro que costó mucho– dice
Chanyeol – Acallar la prensa costó más...
- Es duro darte cuenta que aún cuando crees que alguien es de la familia, te
claven un puñal por la espalda.
- Chanyeol... yo no...
- Si. Tienes razón. Conozco todos tus negocios. Incluso aquellos que creías que
conocía.
- Mi padre ha sido siempre blando contigo Sung Rok. Y por eso crees que no me
tienes miedo, porque no me conoces.
- No – responde.
- Nosotros no Seo Joon – dice un guardia – pero creo que los amigos de Sung
Rok si.
Todos ríen. Menos Chanyeol que sigue cada gesto del hombre que está sin
moverse.
Me tapo la boca. Siento que mi pecho me duele por falta de aire. Me toco la
frente. Transpiro a más no poder. Me quiero salir desesperado de nuevo. Creo
que lo que viene no me gusta nada. Si estos son los negocios de Chanyeol ¡Dios!
¡Solo quiero salir de ahí! Pero es inútil. Me apoyo en la pared y trato de aspirar
algo de aire, mientras me es inevitable ver todo eso.
Tira al tipo al sillón, que tiembla como hoja de papel. Si antes no le importaba
lo que pudiera pasarle, se nota que sus hijos le afectan completamente, porque
mira la pantalla con el rostro lleno de horror.
- Pero soy tan bueno Sung Rok. Fíjate que nadie sabe de la existencia de ellos.
Ni siquiera mi papá – se burla.
-Park...
- ¿Sabes lo que pasaría si tus nuevos amigos se llegaran a enterar de que tienes
unos lindos mellizos?
- Park – dice ya el tipo quebrándose casi sin poder respirar – Por favor... Por
favor no les hagas nada. Ellos... ellos son...
- Unos niños – concluye él – Y yo no me meto con niños. Pero uno de tus amigos
sé que si. Y hace un tiempo que lo busco. Sabes a quién me refiero ¿Verdad?
- El pedófilo de mierda ese – dice Seo Joon – Sabemos que es tu amigo Sung
Rok. Y que lo ayudaste a esconderse bien...
- Y no hace falta decir, de qué lado te quedaste – dice lleno de odio Chanyeol.
- Lo sé... lo sé...
Pero nada. Sé que no escuchará. Golpeo el vidrio, pero ni mis golpes se hacen
audibles.
Chanyeol pone en las manos del hombre su arma ¡Va a hacer que se mate!
- ¡NO! ¡CHANYEOL!
Sung Rok observa su arma y Chanyeol se aleja unos pasos, parándose bien en
frente, derecho. Seo Joon se la une al lado.
Chanyeol asiente con un leve gesto de su cabeza, como ordenando algo y yo sigo
gritando y golpeando y llorando aterrado.
Ninguna bala salió de allí.Sung Rok jala de nuevo y nada. Jala y jala, pero se
da cuenta que no hay bala que saldrá.
Chanyeol habla.
- Quise creer en ti Sung Rok. Hasta el final. Pero hasta ahora, que es tu final,
no dejas de ser una rata traidora.
Las voces se apagan. Ya no escucho nada. No sé del tiempo que pasa. Pero es
mucho tiempo.
"Tú sabes quién soy". Recuerdo que me dijo muchas veces. Y me río, de mi
propia estupidez. Porque yo tenía razón cuando le dije furioso, que eso era lo
que él trataba siempre de hacerme creer.
"Cosas malas. Eso son los Park", esa fue la mejor descripción que pudo haber
hecho Hyun Joong y yo tan obtuso del amor que me cegaba, no lo quise ver.
Camino rumbo a no sé dónde. Mis pies se dirigen solos. Me doy cuenta que
estoy en el ascensor. Aprieto el único botón que me lleva arriba. Las puertas se
abren. Y yo avanzo.
"Tú fuiste la sombra de mi luz", dice en el aire esa voz, "¿Nos sientes de nuevo?
Otra estrella. Tú te desvaneces"*...
Las luces de colores por todos lados, fulminan mis ojos. La música se eleva en
medio de todos que siguen bailando, porque se divierten. La vida es divertida,
porque ellos no saben de muertes. E irónicamente todo esto se levanta sobre la
muerte.
Elevo mi rostro hacia arriba, mientras siento que de nuevo las lágrimas caen
en mi rostro. La ola del movimiento sin sentido, de todos que siguen danzando,
hace que mi cuerpo flojo sea arrastrado al junto al movimiento de la multitud.
Estoy perdido.
"¿Dónde estás ahora?*", me pregunto. "¿Fue todo una fantasía mía?*", porque
creo que quise ver en él, lo que nunca fue. Su rostro ingenuo, de niño, aunque
fuerte, pero alegre, fue lo que me mostró, pero no es. Porque fue solo algo que
yo quise ver.
Me pregunto entonces, "¿Dónde estás ahora? Otro sueño. El monstruo corre
salvaje dentro de mí. Me desvanezco, me desvanezco..."*
- Te vi – susurro.
*********************
Aclaración:
***********************************************************************
Abro mis ojos lentamente. Apenas si puedo moverme, porque todo gira a mi
alrededor.
Alguien sujeta mi mano. La borrosa figura aparece bien frente a mis ojos.
Luhan acaricia mi frente preocupado.
- Jungkook...
- ¿Luhan?
- No sabe. Pensé que sí. Pero no sabe - dice Luhan llorando sin parar y me
asusta esto.
Respiro profundo, como tratando de armarme de valor para componerme. Algo
malo pasa. Tomo la mano de Luhan y sujetándola con fuerza, le pido que me
cuente con un gesto. En medio del llanto, trata de decirme algo coherente, pero
no puede. Kyungsoo se va de mi lado y se pone cerca de Luhan, lo abraza y le
pide.
- Este año parece que el invierno será terrible. Si ya están pegando estas
heladas horribles en otoño - dice y me pone una taza de té caliente - Nunca me
gustó el frío. Pero lo que me gusta del invierno es la moda, porque puedes lucir
esos terribles tapados que...
- Park Jimin - suspira nostálgico - Fue por una semana completa al bar y yo me
di cuenta que no le quitaba los ojos de encima a mi Jungkook, mientras atendía
las mesas. Todavía lo recuerdo con ese gesto de niño, apoyando su carita en sus
manos y su dedito meñique tocando su labio inferior... - me cuenta en el aire
mientras sonríe apoyando su mentón en la mano - Por supuesto que Jungkook
se hacía el que ni lo miraba, pero se volvía más enérgico e hiperactivo cuando
Jimin aparecía.
Las lágrimas comienzan a brotar de los ojos de Heechul, llevándose una de sus
manos al pecho, como si le doliera el corazón. Me le acerco y le refriego la
espalda, me es inevitable no comenzar a llorar en el silencio.
Otra vez la memoria me enfrenta. Porque recuerdo bien, que casi esas mismas
palabras me dijo Heechul, cuando le pregunté de Chanyeol. Eso me confirma,
que Heechul siempre supo quiénes son en realidad los Park. Él solo nos quería
cuidar.
- Comenzaron a salir a los pocos días. Yo estaba enojado y no tuve
remordimiento en demostrárselo - dice con dolor - Pero él estaba tan...tan feliz.
Jimin todos los días iba a buscarlo. Pensé que era cosa pasajera. Que eso era
cosa de niños y que se terminaría pronto. Pero me equivoqué, porque no se
terminó, sino que... se hizo más fuerte...
Heechul comienza a gemir. Lo rodeo con mis brazos y él toma mi mano con
fuerza.
- Era un niño Baekhyun. Tan tierno y tan bueno... ¡Él no merecía esa crueldad!
¡Como un perro lo largaron a orillas del río! ¡Debió hacerle mucho frío! Igual
que a Jimin... a los dos...
- No. Jungkook, el chico con el que estaba Jimin, era amigo nuestro.
Miro el cuadro con el rostro de nuestro "bebé", como solíamos decirle. Hay cosas
de él desparramadas en un altar armado por su madre, que llora desconsolada,
aferrándose a Heechul. Ahí están esos muñequitos "tsum tsum" y las tarjetas
escritas por Jimin. Eran parte de sus reliquias.
Heechul vio a Jungkook por última vez un día lunes. Como al día siguiente no
fue a trabajar, Heechul llamó a su mamá, porque el móvil de Jungkook no
respondía. Ahí se dio cuenta que no había regresado a casa. Su madre se
inquietó y con Heechul expusieron la denuncia. Todo al parecer, al mismo
tiempo que los Park, por lo que me contó Jongdae después. Lo demás fue tal
como lo relataron las noticias. Los secuestraron y al parecer los torturaron. El
martes los ejecutaron y el jueves a la madrugada los encontraron.
Jueves. Miro mi móvil y reviso mi diálogo con Chanyeol por "Talk". Fue
después de ver las noticias que él me escribió ¿Habrá sido cuando él se enteró?
"Baekhyun, júrame que nunca te vas a morir", leo en mi celular que me había
escrito. ¿Habrá sido en el momento que confirmó, que el cadáver encontrado a
orillas del río, era de Jimin?
"Me dijo que quería... que quería demostrarles a todos que él era como tú...
como tú Chanyeol...", recuerdo que dijo ese hombre antes de morir. Chanyeol
debió sentirse desbastado de haber escuchado eso y quizá culpable.
Como algo, mientras ellos siguen hablando. Así, con ellos dos, me siento
realmente vivo en todo sentido.
En la noche me toca guardia. Apenas llego, me doy cuenta que Yixing está en
su última ronda antes de irse. Lo saludo y sólo me doy la vuelta para irme.
- Claro doctor...
Como robot voy y vuelvo rápido. Termina de hablar con Zitao y se despide.
Yo lo sigo en lo que va caminando por el pasillo, sin saber por qué. Si sé. Quiero
saber de boca de él. Se frena cuando escucha mis pasos y se da la vuelta.
Se queda impactado y veo sus ojos que se anclan en mi dedo índice acusatorio.
Y yo le vuelvo a insistir.
- ¡Eras mi amigo!
- ¡Y...y lo soy!
- ¡NO!
- Yo...yo no...no...
Ese grito de Yixing me ha dejado tildado. Duro en mi lugar y con los ojos bien
abiertos, solo puedo quedarme sentado, retrocediendo un poco mi cuerpo,
porque Yixing ha gritado y él ¡Nunca grita!
- No espero que lo entiendas. Y no te diré los pormenores, así que esto que te
digo, es lo que debes saber. Es verdad lo que crees ¡Sí sé! Sé que los Park son
una de las más poderosas familias de "gon-dal*" de todo Seúl, por no decir de
Asia. Sería muy fácil para mí juzgarlos y decir que son de lo peor - me dice en
tono recriminatorio y hasta sus ojos me acusan - Pero créeme Baekhyun, que de
no haber sido Chanyeol el jefe de una familia "gon-dal*" ¡Yo no estaría
contando el cuento hoy!
- Qué... ¡¿Qué?!
- Si.
- Dime qué piensas ahora - me insiste - Sobre lo primero que pensaste de él.
- ¿Quizá?
- No entiendo qué tiene que ver esto con Chanyeol ¡Su situación es diferente! -
le digo indignado.
Me ha dejado sin palabras, creo que por haber aumentado mi enojo ¡¿Que acaso
de pronto estamos rodeados de esta gente?!
- Es verdad. Hay una diferencia entre los dos. Chanyeol no tuvo elección. Y eso
es lo que más le duele.
- ¡¿Y tú qué sabes?! ¡Si Chanyeol no ha hecho más que mostrarte lo mejor! - me
grita ahora él - ¡Ha tratado de preservarte de todo el horror! Y ahora, que sabes
lo que es y cómo es de verdad ¡¿Lo juzgas así, tú, que dices amarlo, sin siquiera
darle la oportunidad de que diga algo y saber qué siente él?!
Está enojado ¡¿Conmigo?! Abro bien los ojos. Nunca pensé que Yixing pensara
de esa forma. Me mira mientras se pone de pie. Se dirige a la puerta y antes de
abrirla se vuelve y me dice.
Camino hacia uno de los puestos de enfermería. Siento que todo me da vueltas
y me apoyo sobre una pared, cerrando los ojos para componerme un poco. Ni
que estuviera todo en contra mío, siento que se me revuelve el estómago.
- ¿Byun? - me dice el doctor Taemin que está de guardia que alcanza a
sostenerme- ¿Te sientes muy mal?
- No - murmuro, apenas largando una mueca que quiere ser una sonrisa -
Solo... solo debo estar cansado...
No pude decir más. Tengo que correr al baño para vomitar. Taemin me sigue,
sin que me dé cuenta. Solo soy conciente de eso, cuando me sostiene de pie,
mientras descargo todo en el retrete. Me ayuda a lavarme la cara y enjuagarme
la boca. Me sienta en una silla y me habla cuando me ve compuesto.
- Al turno de la tarde.
- Ninguna.
- ¿Estás seguro? - me insiste, mientras me toma el pulso.
Dos días. Honestamente me siento aliviado. Con todo lo que ha pasado, doy
gracias de tener dos días, aunque más no sea para tirarme en la cama y hacer
nada. Jongdae y Kyungsoo, han prometido cubrirme, así que me quedo
tranquilo.
Han sido días terribles para mí, así que pienso que un poco de descanso me
vendrá bien. Me siento en el pequeño patio de casa en la tarde, respirando un
poco de aire fresco. Mi abuelo se sienta a mi lado, yo sé que le disparan miles de
preguntas en su cabeza.
Lo miro. Parece que de verdad soy un libro abierto. Así que le confieso,
esperando no devolverlo duramente al pasado.
- Lo sé mi niño... lo sé y me lo imaginé.
- En lo mucho que sufrieron papá y mamá. Y que nunca encontraron a los que
los mataron. Y que quizá nunca encuentren a quienes mataron a Jungkook y su
compañero - digo indignado.
Si ellos murieron así, eso podría significar que ¿tenían algún tipo de relación
con alguna clase de familia "gon-dal"*?
Cada cosa que pasa, por más insignificante que parezca, o una palabra, por
más mínima que sea, hace que mi memoria dispare. Así que prefiero
despejarme, caminando.
Camino unas cuadras. He decidido dar vuelta a la manzana nada más, pero
mis pies tienen vida propia. He terminado en la plaza en la que de niño solía
jugar. Me paro y sonrío cuando voy llegando. Tengo suerte que no hay nadie y
el lugar está disponible para mí sólo, porque así nadie me verá hacer el
ridículo.
No sé cuánto tiempo paso, hasta que me voy frenando poco a poco. Me detengo,
porque me he dado cuenta que no estoy solo. Agitado de la sensación de estar
en lo alto y de haberme reído tanto, me quedo quieto.
Está parado a la distancia. Solo me mira. Y yo, no puedo evitar hacer lo mismo.
Pienso que desde hace mucho ya no lo veo. Será hace una semana. Calculo que
ayer, debieron haber terminado los servicios de duelo por su primo, al igual que
de Jungkook, porque ya fueron tres días, desde la entrega de los cuerpos. Pero
quizá no en su caso, porque está vestido de traje negro.
Está más delgado que la última vez que lo vi. Su rostro demacrado y cansado,
dan cuenta quizá de lo que ha estado pasando. Y yo, no sé qué hacer.
- Yo solo... - escucho que habla -...solo quería verte un momento. Solo verte...
Titubea en irse o acercarse, porque su cuerpo se mueve, pero no sus pies. Como
yo no hago nada, sé que eso le hace entender, que no lo quiero cerca.
De pronto, ya ni recuerdo cuál fue esa terrible cosa que vi, que me alejó de él.
Mañana quizá la recuerde, pero no ahora. Mucho menos cuando siento sus
brazos que me rodean y el beso que tanto adoro en mi cabeza. Cítricos dulces
envuelven el aire.
Mañana la memoria va a golpear de nuevo mi cabeza, pero hoy dejaré que los
sentimientos me ganen. Y me quedaré tan solo así, un rato, en los brazos de
Chanyeol, escuchando los latidos de su corazón, que me llenan de calor.
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*"Gon-dal": una de las denominaciones que recibe la mafia en Corea del Sur,
así como "jo pok", o "kang pe".
Capítulo 18
"Ser feliz es una decisión"
Pienso que después de esos dos días de reposo, lo único que hicieron fueron
darme ganas de vivir durmiendo. Ha pasado más de una semana y sólo quiero
vivir en cama. Aunque no digo nada, por supuesto y pongo mi mejor cara.
Doy las gracias y aprovechando que ya es mi tiempo libre, los retiro. Me siento
en la cafetería a comer algo y leo los resultados. Todo normal. Nada fuera de lo
común. Sé que mis glóbulos blancos están algo elevados, así que el doctor dirá
seguramente que estoy algo anémico y me mandará a hacer dieta para
restablecerme.
- Me los tuve que hacer. Taemin insistió y después mi médico de cabecera los
autorizó.
- Si. Insistieron en eso porque seguía con los mareos y las náuseas. Pero es
imposible. Tomo la medicación.
- ¡¿Y entonces?!
- Me mandaron a hacerme una ecografía. Creen que tengo cálculos en la
vesícula.
- Eso son los nervios Baekhyun. Es demasiado lo que pasó en tan poco tiempo.
Y encima anemia... – me dice afligido y preocupado – ¿Pensaste en adelantar
tus vacaciones?
- ¡No! – exclama enojado conmigo – El loco eres tú que pretende hacer como si
todo estuviera perfecto, poniendo buena cara, cuando sabes que no es así. Tú no
cambias más – me reta preocupado.
- Lo extrañas ¿Verdad?
- ¡¿Y eso?! – exclama Luhan que justo pasaba por ahí y tomó uno de los
exámenes – ¡¿Prueba de embarazo?!
Me levanto enojado para irme, pero apenas me quiero mover, Luhan me sienta
de una estampida en mi lugar.
No hay chisme gracioso, ni broma para hacer. Una sensación de angustia nos
recorre a los tres, porque bien sabíamos de lo mucho que se querían los dos.
Más de Yixing que al ser cercano, no dejaba de hablar de "su Junmyeon". Era la
primera vez que le conocimos novio y lo comprometido que estaba en esa
relación.
- ¿Estás seguro Lu'? – dice abriendo bien sus ojos, del impacto Kyungsoo.
- Hace una semana y días... pensé que era una pelea pasajera, pero parece que
no se soluciona. Chicos, estoy preocupado. Yixing...Yixing no está bien...
- No lo creo – dice espantado Kyungsoo – ¡Él lo ama de verdad! ¡Si era tan
evidente!
Vemos pasar justo a Yixing, en medio del pasillo de la cafetería.
- Yixing... cómo...
- Disculpa Baekhyun. Olvidé darte el celular de Sang Woo hace días. Me dijo
que lo llames. Ya tiene lo que le pediste.
Nos sentamos en un salón muy acogedor, donde me sirve una taza de té y veo
que ya tenía todo listo para cuando llegara yo, pues observo una carpetas en la
mesa.
- Quiero darle las gracias por esto que está haciendo – le digo.
- Baekhyun – me habla Sang Woo – No tienes que hacerlo. Hay imágenes que
no tienes por qué ver. Leí tu declaración...
- Sé cómo mataron a mis padres. Pero ¿Por qué su caso quedó sin resolverse? –
pregunto a la vez que hago memoria – Detuvieron a dos hombres, que después
quedaron libres y los absolvieron. Eso leí una vez en Internet, en algunos
periódicos viejos.
- Hubo detenidos. Pero los periódicos fueron bien pagados por alguien, para no
contar lo que pasó en verdad. Así que no te guíes por ellos.
- Dos se suicidaron. Los otros dos murieron en una riña entre bandos dentro de
prisión.
- Ni usted puede creer que hayan hecho eso de suicidarse ¿verdad? Mucha
casualidad... Que los 4...
- Si – afirma.
- Honestamente no lo sé.
- Sang Woo – interrumpo, dándome cuenta que él sabe, por eso le soy claro en
lo que pienso – Sé que no me dirán nada. Por eso he tenido que recurrir a
usted.
- Lo que llego a recordar de ese tiempo, es que hubo una guerra entre familias.
Y tu padre al ser un "Byun"...
Me paro. Camino de un lado a otro enérgico y alterado. Paso mis manos por la
cabeza. Siento que no puedo respirar. Sang Woo me mira paciente,
evidentemente esperaba mi reacción. Por eso meditó si decirme o no.
- Eso... eso es ¡imposible! ¡Mi padre no... él no! – grito sin saber qué decir –
Odiaba los matones... siempre me decía que...
- Sang Woo – gimo rabioso, sin saber si le estoy reclamando algo, o más bien le
estoy pidiendo más de esa verdad – ¡¿Qué demonios es todo esto?!
- Por qué... por qué me engañaron... ¡¿Por qué?! – grito realmente odiando todo
eso.
- Hay algo que deberías tener en cuenta Baekhyun. Yo entiendo que hay
muchas preguntas, pero no saques conclusiones de forma precipitada. No es
seguro lo que pienso, pero puede que tus abuelos maternos, no tengan un claro
conocimiento de lo que era tu padre.
- ¡¿Mi padre era un mafioso entonces?! Por favor – le suplico – Dígame lo que
usted cree...
- Ante todo, tienes que saber, que aunque la justicia persigue este tipo de
mafias, al estar tan enquistadas en el sistema político, son encubiertos.
Mientras blanquean sus patrimonios, son protegidos, hasta que se convierten
en respetables señores en el ambiente de la elite social.
- Por lo que dicen los expedientes, tu padre era la mano derecha de tu abuelo.
Era el heredero, no solo de la fortuna, sino de liderato de toda la familia. Hasta
que se casó con tu madre y se alejó de los Byun. Algo hizo que se fuera...
- Mi abuelo Byun me dijo que no estuvo de acuerdo con que mis padres se
casaran y dejó la familia...
- ¡No! – me dice rotundo – No. Lo que creo es que cuando se desató la guerra
entre familias, tu padre quedó como blanco fácil. Y como no dejó de ser un
Byun, sabían a dónde darle al corazón de la familia. Tu padre, era el hijo único
de Byun Hee Bon y heredero de todo lo que él poseía, incluyendo la conducción
de la familia. Fue una demostración de la debilidad absoluta de los Byun, ante
todo ese mundo.
- No me queda claro quién los mató. Si los enemigos, para que no hablen y
posiblemente, puedan delatar a los altos jefes de la otra familia implicada, o
quizá los mismos Byun en venganza y haciendo justicia por mano propia, desde
su punto de vista.
- Quiénes fueron...
- Por qué...
- Verás Baekhyun, en una guerra, hubo pérdidas de los dos lados. Pero
evidentemente llegaron a un acuerdo. Perdieron mucho debe ser, porque por
algo la guerra se acabó de la noche a la mañana.
- Debió ser una familia muy poderosa. Porque borraron todo rastro y toda
prueba. Como la tuya. Quizá la respuesta a esa pregunta, la tenga tu abuelo
Byun.
No dice nada. Eso me da la pauta, que tengo razón, pero no dirá más que eso.
Vuelvo a mirar hacia fuera. Sang Woo pone su mano en mi hombro y se queda
conmigo observando lo mismo que yo.
Suspira sin dejar de apretar mi hombro. Trata de alentarme, ante este nuevo
panorama.
-Baekhyun. Sé que es difícil de creer lo que te voy a decir, pero si hay algo que
he aprendido en este trabajo, es que el mundo no se divide en blanco y negro.
No hay absolutos. Nadie es absolutamente malo, ni absolutamente bueno – y
dándome palmadas en la espalda, agrega – Lo que decidas, será lo mejor. Sé
que eres un luchador. Eres un buen muchacho. Donde vayas, harás la
diferencia. Yo no lo dudo. Con tan solo estar, tú tienes la capacidad de
transformar todo un mundo.
- Pregunta.
Ahora me doy cuenta. Ellos lo sabían todo. Pero nunca les podría reprochar
nada. Solo trataron de protegerme y creo que en este momento, me habría
gustado seguir bien protegido de todo ese mundo.
- Yo la quise convencer de eso. Pero él se las arregló para convencerla que era
cosa del destino. Era todo un galán...
Sonreímos. Es que mi abuelo es tan buen relator, que me lo cuenta en tono de
broma.
- Abuelo – digo ya serio – Por qué nunca me dijiste lo que era mi padre.
- Una noche, tu mamá estaba de guardia. Sentí muy tarde que alguien tocaba
la puerta de casa. Hacía mucho frío. Tu abuela dormía y yo no la quise asustar,
así que abrí la puerta con un palo en mi mano – dice sacudiendo su brazo en el
aire y yo casi me río, de sólo imaginarme eso – Y ahí estaba. Mi muchacho. Yo
Han. Con un bolsito en la mano y nada más. Lo primero que me dijo fue "¿No
me quiere adoptar? Busco familia", con una sonrisa terrible en su cara.
- Era tan caradura y entrador, que aunque yo le dije: "¡ni loco necesito de hijo
un indigente como tú!", ya me había ganado el corazón.
- Me dijo de dónde venía y lo que era. Me dijo que mi niña, había terminado con
él. Yo ya lo sabía, porque la veía sufrir día, tras día. Y él tuvo el tupé de
reclamarme que no tenía la culpa de haber nacido en esa familia. Que él tenía
derecho a ser feliz. Y que sólo sería feliz con mi niña.
- "Yo renuncio a mi mundo, para construir un mundo bonito y perfecto para ti.
Porque tú eres mía, tú eres mi mundo", le dijo mi muchacho a mi niña, el día
que se casaron.
- Igual él se las arreglaba, para en las noches, escabullirse entre esos árboles –
me indica con su dedo hacia abajo, en el patio mi abuela – Le tiraba piedritas a
la ventana de mi niña, hasta que ella bajaba a verlo.
- Como si no nos diéramos cuenta – dice mi abuelo y los dos se ríen de nuevo.
- Él solo quería hacerle ver a mi muchacho, que no era nadie y no tenía nada
para ofrecerte. Yo escuché, cuando tu padre, se le paró en frente y con orgullo lo
dijo antes de irse: "Este es el mundo perfecto para mi hijo". Tu abuelo soberbio
le dijo: "¡No obtendrás un centavo de mí cuando muera! ¡Tú ya no eres mi hijo!"
y él, tomándome del brazo le gritó: "¡Yo ya tengo un padre!". Casi le doy su
merecido, pero quería darle una lección al viejo soberbio de tu abuelo Byun.
Los Park, están perdidos entre todo ese lujo. Y yo pasmado fijo la vista en algo
que me hace tener muchísimas ganas de llorar. Sandara se sostiene del brazo
de Chanyeol. Ella justo le estaba hablando al oído y él bajaba la cabeza para
escucharla. Una lágrima quiere salirse mí. Siento que me arde la nariz que se
me está aguando. Me nace detestarlo de lo bien y repuesto que se lo ve. Y yo
aquí, queriendo llorar por él.
Yo abro bien los ojos y me pongo como ansioso igual que el resto, por el
equipamiento nuevo. Pero todo el entusiasmo al resto se les va al tacho, cuando
aclaran que solo irán los doctores.
Así que tomando aire y orgulloso de ser enfermero, sigo rumbo a hacer nuestras
tareas rutinarias.
Desde hace semanas Luhan quiere que salgamos todos juntos. Pero entre
tantas cosas que han pasado, es como si no hubiéramos tenido descanso. Así
que, hemos decidido hacer que esta noche, todo explote.
- Lo importante es que esta noche ¡la noche explota! – exclama Luhan, batiendo
palmas.
Es que esta noche Minseok se viene con nosotros. Pero le advertimos que no le
dijera nada a su novio, porque se las va a arreglar para invitarse. Y aunque
queremos mucho a Jongdae, a excepción de Luhan, solo queremos liberar a
Minseok un poquito de su amarre.
Jongdae se tragó el cuento de Luhan. Mira hacia fuera y con cara de asco dice.
- No – responde Luhan – Así es mejor. Para que no tenga con qué excusarse.
Llega a casa y lo agarramos entre los cuatro. De seguro Minseok lo convence,
poniéndole cara de susto, porque es la primera vez que sale a un club nocturno
sin Jongdae.
Nos reímos. De pronto me hace bien que volvamos a ser como los de antes,
siempre saliendo a divertirnos, cuando se daba el espacio.
A media mañana la cosa con el presidente sigue. Y menos podemos irnos a ver
algo, porque solo están invitados los médicos, recibiendo el nuevo equipamiento
para el hospital. Hay una multitud e cámaras y gente del gobierno. Todo está
repleto en el salón de eventos.
Yo ya noto que las enfermeras y enfermeros que andan pasando, se han puesto
a cuchichear. Es que hay que admitirlo. El tipo es un matador, si tengo en
cuenta ese traje impecable que porta. Hasta corbata lleva puesta.
- Así es. Estaba tan aburrido todo abajo, que me dieron permiso para husmear
por estos lados.
- ¿Así?
- Y a ti los poros bien abiertos – me señala serio y yo ya creo que en verdad esto
es serio.
- Eres lindo Baekhyun. Ahora que te veo así, eres más bonito aún – me confiesa
y me da con la punta de su dedo, a la punta de mi nariz, como cuando lo conocí.
Eso ha hecho que varias cabezas chismosas, se asomen para donde estoy y se
me rían en las narices.
- Bueno – dice de nuevo – tengo que volver donde mi tío. Y tú tienes que seguir
trabajando, no sea que tu jefe se enoje. Y aquí no deben ser tan buenos y
simpáticos como yo.
Se arregla su corbata y me guiña el ojo. Solo puedo sonreírle. Hoy está muy
vivo el hombre, así que tengo que darle el mérito como el galán que es.
Mientras por detrás, escucho suspiros.
- Byun – me dice una de mis compañeras – El director te llama para que vayas
abajo, donde el evento.
- No – suspiro frustrado.
- Así dijo – dice mi compañera y se retira, dándole una miradita a Seo Joon.
Estamos cerca del lugar, porque el sector está despejado de gente. La guardia a
hecho de ese sector una fortaleza. Algún que otro guardaespaldas, camina por
ahí.
- Baekhyun, escuché que tú eres el nieto del señor Byun Hee Bon.
- Está mi primo.
- Yo no quiero tener nada que ver con todo ese mundo – le digo duramente.
- ¿De verdad no te interesa nada de tu herencia? Te corresponde por derecho.
De nuevo encojo mis hombros. Para mí sería lo más normal. Pero para él, que
no está acostumbrado a vivir de otro modo, yo soy un bicho raro, supongo.
No duro mucho tiempo allí. Ya siento que me falta el aire y estoy asfixiado, así
que ni bien me he percatado que el director del hospital me haya visto,
desaparezco en lo que él comienza a dar su discurso.
Camino por los pasillos vacíos, en donde hay apostados guardias. Como
ahogado de todo aquello, solo atino a pegar un respiro y apoyarme en una
pared. Elevo mi rostro a lo alto y cierro mis ojos un rato.
Ya siento que mi cuerpo arde de arriba abajo. Tendría que salir corriendo de
ahí en este preciso instante, pero es que quiero verlo un ratito más. Mi cabeza
carbura a mil. Debo recordarme todo el tiempo "gon-dal, gon-dal, gon-dal". Qué
mierda. Igual es divino y yo lo quiero abrazar. "Asesino. Es un asesino", me
digo también. Y sí. Este me va a matar solo con estar ahí parado,
desparramando hombría. Ya me estoy perdiendo. Así que tomo el impulso de
pegar la retirada.
Maldita costumbre que tiene de agarrarme del brazo y hacerme volver. Hoy no
fue la excepción. Mi "Súper-Yo", se hace el fruncido que lo quiere lejos, por una
cuestión moral. Pero mi "Ello" grita desesperado por saltarle encima y llenarlo
de besos y abrazos, queriendo que me arranque la ropa en este pasillo solitario.
Me estoy volviendo loco de la calentura ¿Cuándo fue la última vez que lo
hicimos? ¡Mierda! ¡Tengo que dejar de pensar con mi trasero ya!
- ¡Sí! – le grito enojado, sin saber por qué - ¡Por qué habría de estar mal!
- ¡Estoy bien!
Me toco solo la frente. No sé por qué me alejé, si hubiera dado cualquier cosa
por sentir aunque sea su mano en mi frente. No es fiebre, es calentura. Me
muerdo los labios para contenerme y cierro los ojos, frustrado, por darme
cuenta que este hombre me tiene a sus pies.
Hago ademán de irme y siento que me desvanezco. Mis piernas están hechas
gelatina y pierdo estabilidad. Me apoyo en la pared y siento que él me sujeta.
- ¡Baekhyun!
Él cree que me estoy desmayando y si supiera que es él, quien me pone en este
estado. Mi "Ello" está ganando. Más cuando me toca. Me estremezco por
completo. Se me acerca para sostenerme y ya siento su aliento mentolado y su
olor, ese olor que tanto...amo...
Cerca, se acerca. Percibo su mano subiendo por mi brazo. Sus dedos rozando mi
piel. Delinea mi clavícula y yo agitado no reacciono. Me toca. Toca mi rostro. Su
anular acaricia mi mentón y palpa mi labio inferior. Me va a matar. Él me va a
matar.
Siento que huele mis cabellos. Baja su rostro y sus labios están tan, tan cerca y
me susurra.
- Bebé...
Esa voz, me estremece por completo. Lejos de liberarme, se siente tan bueno
estar así en este momento...
Ya estoy en caída. Me quiero perder por completo, más cuando siento que
respira en mi rostro y pasea la punta de su nariz en la mía.
Abro los ojos. Sus pupilas brillan oscuras, llenas de deseo de mí. Este hombre
es la maldad personificada y no me importa. Debo estar mal de verdad, en todo
sentido. Mi psiquis ni se cuestiona lo que está bien o está mal. Porque Chanyeol
me hace olvidarme de todo.
Una puerta se azota en este instante y por instinto lo empujo. Estoy agitado y
perdido en mi necesidad de Chanyeol. Además de avergonzado, porque debo
estar encendido por todos lados y mis mejillas lo demuestran.
Esto parece un "deja vu". Pero recuerdo que esta misma situación ya la pasé
antes. No sé quién azotó la puerta. Pero bastó ese ruido, para volver a mi eje.
Sacudo mi cabeza, para despertarme y sin mirarlo, para no perderme, solo
atino a querer salir de su lado. No sin antes mirar a todas partes, porque me
preocupa que alguien nos haya visto.
Lo miro incrédulo. Lanzo una risita ahogada, porque creo que me está haciendo
broma.
- ¡Yo no quiero saber nada con tu mundo de mierda Park Chanyeol! – le escupo
de una, para que le quede claro.
-¿Algo más? - Me dice haciéndose el chistoso, con las manos en los bolsillos.
En ese preciso instante la estampida de gente que ha salido del salón se nos
viene encima y aprovecho para escaparme por cualquier lado, lejos de este
hombre que me viene a decir esas cosas terribles.
Pero es que estaba tan lindo el infeliz. Así parado como el matón que es,
dándome órdenes y todo...
- Te vi con Chanyeol...
¿Habrá sido esa la estampida de la puerta? Aprieto mis párpados y dejo caer mi
cabeza sobre la mesa, golpeándome varias veces la frente en la misma, como
auto-castigo. A ver si así tengo amnesia y me olvido de él.
- Lu'... – gimo furioso – ¡Ya me lo quiero arrancar de una vez por todas! ¡Estaba
hermoso!
Le cuento lo que me pasó, porque mis amigos lo saben todo. Así que con lujo de
detalles y poniendo acento en la cuestión de que esta mañana vi el periódico,
con esa condenada evidencia de que el no está solo, Luhan se estruja los dedos,
haciéndolos sonar todos juntos. Me da una palmada en la espalda y
confortándome me dice furioso.
- Un clavo saca a otro clavo hermano. Y esta noche buscamos el clavo que te
haga olvidar al matón ese de una vez por todas – y levantando un puño, grita –
¡Infeliz! ¡Decirte todo eso cuando está con otra! Pero a estos vamos a darles una
lección – dice arqueando su ceja y sonriendo maliciosamente – Hoy amigo
¡Seremos los dueños de la pista!
- ¡Pero qué divino! – me dice, mirándome de arriba abajo – Estás para matar.
- Ese pelo así – opina sugerente mi vieja linda – te hace la cara más delgada y
pequeña. Qué precioso.
Feliz de estar con mis amigos rumbo a no sé dónde, pongo la música a todo
volumen y canto con todo.
Los únicos bien aquí son Kyungsoo y Minseok, que se han escapado del amarre
de esos dos encarceladores. Bueno. Yo querría estar amarrado, pero eso queda
en mí.
Hecho un vistazo por el retrovisor a los tres que llevo atrás. Minseok está con
los ojos bien abiertos y no puede quitar ese gesto de su boca de una "O"
terrible, no sé si de lo impactado o lo asustado que está, porque no suelta un
segundo la mano de Yixing, mientras mira las luces de la noche del viernes por
la ventanilla.
Miro a Kyungsoo, que sigue en lo suyo, metido en el mapa supongo. Se ríe solo,
así que le insisto.
- ¡Kyunsgoo! ¡Dónde!
- ¡Ya! – pego el grito, porque se me ríe en la cara – ¡Un día dejas de ser mi
amigo! ¡Nunca aprendo!
Podría estampar el auto en este momento en algún lugar. Pero ante todo, no
soy suicida; segundo, no soy asesino y tercero, se me han entusiasmado. Más
cuando Yixing pregunta impactado.
Demonios. Sí que lo es. Si lo sabré yo. Pero mirándolos, no tengo espíritu para
aguarles la fiesta. Menos si les veo esas miradas brillantes, llenas de
entusiasmo, porque sabemos que nadie entra así nomás a ese lugar. No quiero
ni saber cómo ha hecho a Kyungsoo para conseguir esos pases libres que dice
que tiene.
- Así es Yixing – dice Luhan y volviéndose a mí, me recuerda – Minho y
Taemin nos esperan allá.
Dos compañeros de trabajo. El doctor Minho, desde hace tiempo que anda
detrás de Luhan y el doctor Taemin, desde que tengo memoria anda detrás de
Minho. Estoy empezando a pensar que la noche de verdad va a explotar, para
Luhan. Aunque no puedo descifrar en qué sentido.
Pero en fin. Hoy seré uno más del montón. Estoy entre amigos y me voy a
divertir. Y si al matón ese, se le ocurre aparecer de sopetón, como es su maldita
costumbre, que vea lo espectacular que me la paso sin él. Igual, no sé ni por qué
lo pienso...
Nunca las noches son iguales. Seo Joon es tan meticuloso en todo, que siempre
tiene cosas nuevas que mostrar. Hoy no es la excepción. Aunque lo básico sigue
siendo parte de la ornamentación, hoy hay chicas y chicos hamacándose en el
aire, vestidos llenos de brillos y lanzando papeles brillantes a la multitud.
Siempre extravagante todo aquí.
Es que nunca hay otra forma de comunicarse en estos lugares. A los gritos nada
más.
- ¡No! – digo – ¡Aquí es mejor!
Nadie entiende por qué tengo esa opinión. Solo Luhan conoce bien el club y se
da cuenta que algo me pasa, porque estoy mintiendo de lo lindo. Allá en la
segunda y tercera planta todo es gratis, para empezar. Pero es que sé bien que
de seguro estará por esos lados algún Park y es lo que quiero evitar.
Conclusión, no debería haber venido a este lugar.
Llegan los que se habían ido a buscar bebida con dos botellas de champaña y
copas que ya tienen pulpa de fresa. Es la delicia ni bien la sirven y es solo el
comienzo. En medio del gentío, el sonido que vibra y resuena hasta en la última
médula de nuestro cuerpo, llegamos a gritar de lo más felices: "¡Por nosotros!
¡Salud!" y la seguimos.
- ¿Sólo?
- ¡No!
- ¿Por qué tan malo conmigo? – me dice haciéndose el dolido, llevándose una
mano al pecho.
- ¿Y cómo puedo hacer para que cambies de opinión de mí? Estoy tan
arrepentido – me dice poniendo carita de niño inocentón. No sé cómo mierda le
sale.
De repente veo que alguien me clava los ojos. Mi primo. Así que rápido busco la
manera de zafarme y me escurro por debajo. Es que ser pequeñito a veces tiene
sus ventajas. Me agarro del barral de una escalera y me voy al primer piso.
Llego a donde están los tragos.
Pero en lo que elevo mis ojos, veo algo que no me gusta para nada. Esa cara la
conozco bien. Kangin. La cosa no me perturbaría tanto, sino es porque tiene la
mirada clavada en mí, mientras teclea su móvil. Él no se ha dado cuenta, que
yo lo estoy viendo a él.
- ¡Mierda! – rujo, porque no me quiero imaginar que "él" ha sido capaz de hacer
algo así.
Yo creo que esos short violadores deberían estar prohibidos, gritan "pecado"
por todos lados, pero aprovecho igual la vista ¿Cuándo fue la última vez que
estuve con una chica? Qué recuerdos...
Es que recuerda siempre que yo tomado pierdo el control. Si no ¿De qué otra
forma hubiera estado con él esa primera vez? Yo le pego un puñetazo a su
pecho, que ya sé que no tiene efecto, pero algo tengo que hacer.
Cierro los ojos y sacudo mi cabeza para recordar que lo detesto. De pronto
siento unas manos atrás. Miro de reojo y veo bien que mis chicas se han
sumado, como para hacer frente a la situación y mientras me sujetan, para que
a este ni se le ocurra llevarme. Sip... son mis salvadoras.
De repente veo que unos guardias suyos de acercan. Entre ellos Kangin.
Me hace acordar a una escena de cuando era chiquito. Mis niñas de la escuela
haciéndole frente a un orejón, altote, cara de guasón que me molestaba junto
con sus matones. Ni que volviera al pasado.
Yo me siento ni que estuviera ganando una riña. Mis chicas, contra esos
matones de Chanyeol. Elevo el mentón, para gritarle con fuerza, empujándolo
lejos.
- ¡¡No!! – tiene el tupé de decir a los cuatro vientos – ¡¡Todos saben que eres
mío!! ¡¡Te tengo que cuidar!!
Miro apenas a ver quién es. Jongdae ¡¿Acaso nos siguieron estos?! No creo en
las casualidades. Igual parece minino abandonado. Me da pena.
Veo una copa que había quedado servida. No sé para quién era. Pero a mí nadie
me manda. La tomo entre mis manos y Chanyeol de nuevo me la arranca,
haciéndola desaparecer.
- ¡¡Yo hago lo que quiero con mi vida Park Chanyeol!! – grito indignado y
rabioso.
- ¡¡Tú puedes hacer lo que quieras con tu vida!! ¡¡PERO CON MI HIJO A
CUESTAS NO!!
Encima este tiene una fuerza terrible o yo soy muy delgadito. La cosa es que
mis patadas en su estómago y mis pesados puños en su espalda, ni le hacen
efecto. Yo veo todo patas arriba, mientras la gente se nos mata de la risa. Igual
en ningún momento he dejado de luchar por liberarme.
Yo ni sé a dónde va. Solo veo más oscuro y luces rojas. Nunca vine a esta zona.
La del reservado. En medio de los que se están dando duro en los rincones, él
me suelta como plomo en el suelo.
- ¡Si! – me dice y yo siento ese aliento a frutos rojos, que me da vuelta por todo
el rostro y me estremece por completo.
- Si.
- Ok.
Subo por unas escaleras a tientas y un tipo se me quiere acercar. Solo veo la
mano de Chanyeol, que de un empujón lo ha estampado contra la pared y deja
en claro con su índice en alto, que ni se le ocurra tocarme. Matón de mierda.
No sé por qué sonrío y sigo caminando.
Me abren las barreras en la puerta, para darme paso. Está repleto de gente,
todavía haciendo cola, cuando ya son como las dos de la madrugada.
Camino derecho. Sólo escucho el motor de los autos pasar a velocidad lenta, con
su música a todo volumen, las risas de los grupos de gente que sigue fuera la
fiesta y yo, no sé qué hago. Sólo me muevo.
- No sé – le respondo.
El gentío va y viene y yo soy parte de esa multitud. Hay de todo a estas horas
de la noche, pero todavía falta mucho para que acabe. No tengo miedo como
otras veces, porque a mi lado está Park Chanyeol. Quizá resulte descabellado
sentirme seguro con un mafioso caminando por la noche de Seúl, como si nada
malo pudiera pasar. Porque sé, que él no dejaría que nada me pase.
Me detengo. Miro a dónde puedo entrar de los innumerables locales que hay en
la zona.
Observo a Chanyeol y lo encuentro justo que me recorre con esos ojos terribles
y se detiene en los míos. No sé qué tiene, que me pierdo en ellos. Esa forma de
mirarme, de analizarme, de penetrarme. Larga una mueca, sacudiendo su
cabeza hacia el cielo, para terminar de nuevo en mi rostro. Entonces dice.
Ya lo sé. Estoy perdido. Pero aún perdido, sé que sigo teniendo el poder sobre
él.
Capítulo 21
"Jamás debería haberme apartado de él..."
Tomo una bocanada de aire fresco, pero no siento frío, porque todo yo estoy
caliente.
Hago como si me desperezara. Abro mis brazos y cierro los ojos. Miro la
oscuridad del cielo y lanzo el vapor blanquecino que sale de mi boca. No
puedo evitar reírme, de no sé qué.
Siento unos silbidos y tipos que me dicen cosas sucias. Recién me doy cuenta
que estoy casi en cuero, porque dejé mi chaqueta en "Sky", pero ni me importa.
Lejos de sentirme inhibido, estoy explosivo.
Me encanta como le queda esa camisa. Pero más, lo rabioso que está, con esas
manos en la cadera, asentándose levemente en una de sus piernas, dejando la
otra suelta. Se remoja los labios mientras me ve de arriba abajo y se los
muerde. Está furioso, pero también caliente por mí. Por eso me río.
- ¿A dónde vas?
- No sé.
Chanyeol es hermoso, sé que también lo miran. Pero me sigue serio, como perro
rabioso. Siento su suspiro sediento a mi lado. Solo me quita la vista, cuando
fulmina a alguno que me dice algo al pasar. Pero también noto que gira su
cabeza demasiado para todos lados. No es la primera vez que lo he visto
haciendo eso.
- ¿Por qué tan nervioso Park Chanyeol? – pregunto sin dejar de ver hacia
adelante.
- No es seguro aquí.
- Nunca sabes qué tan peligrosas pueden ser algunas personas ocultas entre la
multitud.
- No.
- Qué pasó... – le pregunto con tono sarcástico, pero no me responde, solo mira
a todos lados.
- ¿Tu abuelo...?
Una camarera con una mini de infarto, se acerca y nos deja en la mesa una
botella de tequila, con dos shots y un recipiente con rodajas de limón, mas sal.
Yo me quedo boquiabierto, más cuando observo a la descarada, que en mis
narices se le arrima demasiado a Chanyeol y le muestra las pechugas que se le
quieren saltar y juraría que a propósito.
- Todo bien. Gracias – le responde sonriendo – Hoy no tomaré esto. Trae algo
más suave.
- Como diga señor Park – asiente la zorra y está por levantar todo.
Sus labios se curvan. Ahí está el perverso que tanto añoro de vez en cuando.
Quito mi vista de ahí y miro para todos lados. Escucho que el maldito larga una
sonrisa en el aire.
Chanyeol abre la botella de tequila y nos sirve a los dos. De un saque me tomo
el trago, para terminar mordiendo la rodaja de limón. Eso me ha subido en un
segundo la temperatura. Me relamo los labios y los dedos con el resto del jugo
ácido. Muevo mi cabeza y emito un gemido de placer sin querer, cerrando los
ojos. Para cuando los abro, Chanyeol respira agitado.
- ¿Me vas a dejar tomando solo?– sonrío jugando con el pequeño contenedor de
vidrio en mi mano, que me acabo de servir – Vaya... Al final creo que te quieres
aprovechar en serio de mí.
- Tú no tienes idea por las cosas que pasé – le digo detestándolo ahora por su
reclamo, porque no tiene ningún derecho.
- Tú eras mi luz.
- Menos mal que la tienes clara. "Era" tu luz. Porque he quedado tan enlodado
que mis reflejos se han perdido y solo estoy metido en un mundo de mierda
oscuro y podrido – le espeto para tomar otro tequila.
Se queda callado unos segundos. Me analiza clavándome fijo esos ojos. Quiere
leer mi mente, como antes lo hacía. Pero en estas últimas semanas el libro
abierto que era y del que podía hacer lectura con tanta facilidad, ha sido tan
manoseado y tachado y reescrito por dentro con tanta oscuridad, que ni yo
podría leerme.
- Baekhyun... ¿Dónde estás Bonito? ¿Dónde está Mi Sol, mi luz que hacía mi
mundo más hermoso?
- Quizá quedó estampado con una bala en la cabeza cuando descubrió la verdad
o en la orilla de algún río.
- ¿De ti? – le digo alzando las cejas, sin que ese golpe me haya inmutado un
poco – Debo decir ¿"Gracias"?
Mis ojos se encuentran con los suyos endurecidos y negros. Tiembla de ira, por
las palabras que le he dicho. Me las va a hacer pagar con creces, lo sé. Y me lo
confirma cuando me dice.
- ¡Porque me amas!
Y choca sus labios furiosos contra los míos. Rudamente me obliga con su mano
que sostiene mi nuca, a mantenerme pegado a él. Lo estoy sufriendo. Me duele
en lo más profundo de mi ser, tener que resistirme. Me estoy ahogando y abro
la boca para tomar algo de aire. Y él aprovecha para meter su lengua. Sentir su
lengua es como empaparme de nuevo en Chanyeol y en esa forma que tiene de
hacerme el amor. Pero me resisto a caer.
Busca mis labios, pero yo lo esquivo. Estoy más enojado conmigo que con él,
porque no he sabido controlarme y he llegado hasta aquí.
- ¡Me matas Baekhyun! ¡Me matas cada segundo que no estás a mi lado, cuando
sé que lo quieres tanto como yo!
Miedo. Siento miedo de mí, porque no he sabido luchar contra él. Me toma
bruscamente del brazo y me tira hacia la salida. He tratado de soltarme, pero
eso ha hecho que me amarre al lado de su cuerpo. Y sé que todos miran, pero
nadie luchará contra él, porque es Park Chanyeol y todos lo saben. Lo odio.
No es como la otra vez que hizo esto. Tiene alcohol en la sangre, pero sobre
todo, odio que se le nota en la mirada y en cada músculo tenso de su rostro
mojado.
- ¡Chanyeol!
Ya pierdo la cuenta de las veces que le he pedido que pare. Mis gritos no hacen
efecto en él.
Es su distrito, así que conoce bien por dónde ir a una velocidad que me asusta.
Mi corazón palpita excitado, mientras me sostengo del asiento del coche. Miro
de reojo y quiero explotar por dentro, cuando veo que la aguja ha sobrepasado
los 190 kilómetros p/h.
Me esquiva y me quiere detener con una mano, pero yo le respondo con mis
golpes. Le planto patadas y puños, y él rabioso apenas si me mira para
correrme, incrementando la velocidad.
En lo que se voltea a mirarme, los dos vemos el reflejo que nos enceguece de un
auto que viene de frente. Chanyeol lo esquiva y hace un remolino que él
intenta controlar. Frena. Terminamos por milagro a orilla de la carretera.
- ¡Baekhyun! – grita.
Pero no pudo decir más. Una oleada de cinco coches nos rodean. Me quedo
quieto y aturdido por el ruido de motores y las luces que me enceguecen. Un
montón de hombres descienden. Miro a Chanyeol y la expresión de su rostro me
indica que esto no es bueno.
Se vuelve a mí y me pregunta.
- Baekhyun...
- Tampoco míos...
- Bae Soo Bin – dice él poniéndose derecho – ¡Qué demonios crees que haces!
Mientras los tipos que chorrean sangre se incorporan, el tal Soo Bin les reclama
furioso.
- Chanyeol...– balbuceo.
- Vaya – habla Soo Bin estirando su mano, tocando mi rostro que yo esquivo
rabioso – Así que este es tu chico. Si que tienes buen gusto Park.
- ¡Ni se te ocurra tocarlo!
- ¡No me amenaces!
- Antes que nada quiero darte las gracias por lo de mi primo. Tu estilo me
sorprendió. Rebanarle la garganta fue...
- De acuerdo – dice secamente el tipo lanzando una mueca – Dale las gracias de
mi parte a quien lo haya hecho.
El tipo que me apunta, se para detrás de mí y huele mi cabello. Se le burla a
Chanyeol en la cara. Entonces no puedo evitar, cuando siento su aliento, darle
con mis nudillos en la nariz. Sale chillando hacia el fondo y otro toma el arma
para seguir apuntándome.
Lloro de espanto, mientras veo que la sangre salta por todos lados. Son como 10
alrededor de él y yo, no puedo hacer nada.
Caigo de rodillas. Ahora soy consciente de que yo no soy más que un estorbo.
Jamás habría perdido el control, como para exponerse tanto. Me he olvidado del
arma que me apuntan. Me suelto del amarra luchando furioso y corro hacia
donde está esa multitud. Un silbido se escucha en ese momento. Todos se
frenan justo en lo que yo me caigo de rodillas a su lado.
- ¡Ya! – escucho que grita Soo Bin – ¡Lo queremos en este mundo!
- Estoy bien – le digo sosteniendo su palma con mi mano –Chanyeol, tengo que
llamar una ambulancia...
- ¡Joven Byun!
- ¡Ya! ¡Ayúdame!
Otros autos se arriman y veo a los hombres de Chanyeol.
- Joven Byun – me dice agitado – Hasta que no sepamos que pasó, un hospital
no es seguro.
No escucho los reclamos, ni los consejos que mi guardia me da. Solo sé que en
este momento mi lugar es a su lado. Jamás debería haberme apartado de él.
Nunca antes había experimentado el terror, ante la posibilidad de que me lo
quitaran por siempre.
Y en lo que lo ponen en mi regazo, dentro del coche que arranca, sólo me viene
lo que me dijo una vez Yixing. Él tenía razón. Y me duele a morir, haber tenido
que encontrarme frente a la posibilidad de que me lo arrebataran, para darme
cuenta de lo mucho que me hacía falta y del amor que le tengo, porque lo amo
con toda mi alma.
Capítulo 22
"No te vas"
- Baekhyun... – murmura apenas en mis brazos.
- Chanyeol...
Me desespera porque sé que cada palabra que debe estar diciendo le está
doliendo. Percibo sus quejidos e imagino que debe tener, alguna costilla
fracturada de cuando lo palpé, además de hematomas terribles. Ruego porque
no haya hemorragia interna.
- Shhh... tranquilo...
- Mentí – me dice y supongo que habla de todas las cosas que me ocultó.
- Ya no hables...
Lloro en silencio. Parece que recuerda de las veces que me ha visto cantar.
Supongo que comienza a delirar. Apoyo mi frente a la suya. Él cierra los ojos.
Entonces Kangin grita.
- ¡Señor Park!
- Sufrió una golpiza con bates de béisbol. Respira con dificultad. Creería que
tiene al menos una costilla fracturada. El nivel de alcohol en sangre, debe ser
elevado – aclaro rápidamente.
- Te desmayaste.
Me topo con Kyuhyun que está sentado en una silla, leyendo un diario. Apenas
me ve se pone de pie y me dice preocupado.
Es el señor Park, con Kangin detrás. Se detiene unos pasos delante de mí. Está
demacrado y tiene un semblante pálido. Lo observo. Recuerdo que Chanyeol
alguna vez me dijo que su padre estaba algo enfermo. De la última vez que lo
vi, está desmejorado. Pero también puede que esté así, por lo que le ocurrió a su
hijo.
- Joven Byun – me dice preocupado – Hay muchas cosas que tengo que hablar
con usted.
Lo miro con los ojos empañados. Retengo las lágrimas antes que se corran por
mis mejillas, pasándome furioso las manos por mis ojos. Debo estar estable. Es
lo que pienso. Porque quiero saber qué fue todo eso.
- Bien. Quiero ver a Chanyeol – es lo primero que me viene decirle – Por favor...
- Joven Byun, debemos irnos de aquí. Debo...– me habla Kyuhyun, pero el señor
Park, lo interrumpe, enfrentándolo.
Me adelanto corriendo a la puerta de ese dormitorio. Allí está de pie, con bata
de hospital, siendo amarrado por Jongin y Sehun que no lo controlan. El doctor
Joo Woo tiene una jeringa en sus manos, porque sé que está pensando en
administrarle por la fuerza un tranquilizante.
- ¡CHANYEOL!
Larga una sonrisa. No sé ni cómo puede hacerlo, por el estado en el que está.
Yo no sé por qué me contagio y le curvo los labios, mientras acomodo la
almohada en su cabeza.
Suspira. Cierra los ojos, cuando yo acaricio sus cabellos. Los abre para decirme:
- Te quedas...
- A ver si por fin le hace caso a alguien – dice molesto y agitado el doctor.
Yo no entiendo lo que quiere decir hasta que el enfermero se quiere acercar, con
los elementos del suero y Chanyeol pega un grito.
- Muy bien – me dice el médico – ¿No se nota? Como dijiste, tiene solo una
costilla fracturada. Los golpes duelen. Dolerán por una semana al menos. Por
suerte no hubo hemorragias internas para los golpes recibidos.
- Baekhyun, te lo dejo ahora. Solo porque eres tú...– dice el médico – Tengo
pacientes que revisar. Es fin de semana y somos pocos. Si me disculpan...
Alguien emite un sonido socarrón con su garganta. Había olvidado que el padre
de Chanyeol estaba en el lugar. Todos miran sin decir una palabra. Él se acerca
a la camilla y suspirando hondo le dice.
- Chanyeol.
- Papá.
- Entonces... es él.
El señor Park se para derecho. Eleva su rostro y nos observa a los dos. Solo
asiente. Se da la vuelta y hace seña a alguien de que le alcance una silla.
- Más adelante hablaremos de esto. Ahora, hay otro asunto más urgente. Por
eso los llamé – dice a Jongin y a Sehun, mientras se sienta – Creo que
Baekhyun no debería...
- Él ha visto quiénes eran – dice de pronto Sehun – Y tengo la sensación de que
contará lo que su hijo no quiere largar, señor Park.
Los miro a todos. De repente alguien más entra en la habitación. Seo Joon. Me
ve. Abre bien sus ojos y se detiene en lo que Chanyeol rápido caza mi mano en
el aire y me sostiene con fuerza.
- Bien – dice el señor Park – Seremos breves, porque no nos dejarán mucho
tiempo aquí. Ese doctor ha querido llamar a la policía por tu estado. Tenemos
que sacarte en breve de este lugar. Comencemos desde el principio Chanyeol
¿Quién fue?
- Bae Soo Bin – digo – Sólo trayendo un mensaje de parte de "El Jefe". Le dijo
que no se meta en sus asuntos. Admitió estar involucrado en la muerte de
Jimin.
Silencio. Parece que todos analizan eso que acabo de decir. De mala gana
Chanyeol aclara otra cosa.
- Traté de averiguar quién era, pero no hay forma. No puedo dar con su
nombre. Debió enterarse de que estoy detrás de él...
- Eso quiere decir que es pesado – comenta Sehun – Me juego que es alguien
cerca del Presidente.
- Eso dijo Sung Rok antes de "irse". Pero esa rata, ni sabía quién era. Sólo
mantuvo el contacto con Jung Woong In, que era el intermediario.
- Jung Woong In – habla el señor Park – Chanyeol... ¿Tú...lo mataste?
- Pero lo sabes.
- ¡¿Mi abuelo?!
- Hay un detalle joven Byun – me dice el señor Park – Y es que usted no tiene
un rasguño.
- ¡Papá!
- El único motivo por el que no dudo de usted joven Byun – vuelve a hablar su
padre – es que no se apartó de mi hijo y vino aquí.
Pero tiene algo de sentido y no puedo decir una palabra. Miro a Chanyeol.
Quizá él lo sabía.
- Creo que Jimin supo demasiado – dice Sehun hablando de otra cosa – Creo
que Jimin se enteró de algo más. No fue solo por una cuestión del negocio y esa
mierda de la competencia. Él debió ver algo que no debía, junto a su chico.
- Qué ocurre...
- Abuela. No soy un pendejo al que mandas. Por otra parte, si estoy con
Kyungsoo.
- ¡Tu abuelo Byun llamó! ¡Ya sabemos quién es Park! ¡Tenemos que enterarnos
por otro...!
- Tengo que irme. Mi abuelo Byun ha hablado con mis abuelos. Mi abuela...
- ¡No! – grita desesperado, golpeando con un puño la cama – ¡Cada vez que te
tengo lejos, dudas! ¡Siempre dudas y te vas! ¡Y ocurre algo! ¡Y ya pienso qué
cosa nueva te va a alejar de mí!
- Chanyeol...
- Tengo que irme Chanyeol. Te juro que iré a verte donde estés. Escucha, mis
abuelos están preocupados. Entiende – le suplico – Tengo que saber qué le dijo
mi abuelo Byun a ellos, para que estén así.
- Chanyeol – dice su padre, más calmado – No des más motivos para que ellos
desconfíen de ti. Deja que Baekhyun se vaya. Ya te ha prometido ir a verte.
- Cómo estás...
- Bien.
No sé por qué, instintivamente, por cada paso que él da hacia adelante, yo doy
uno para atrás.
- No entiendo.
- Tú eres un Byun. Y los Byun, no se juntan con los Park.
- ¡¿Qué?!
- ¡Me dijiste que no pasaba nada con él! ¡Te lo pregunté! ¡Me mentiste!
- ¿Tú mandaste a que lleve las botellas aquella noche, con la intención de que
pueda ver algo de eso?
No quiero estar lejos de Chanyeol mucho tiempo. Tenía razón, cada vez que
estamos separados, siempre surge alguna cosa que hace que me aparte de él.
No he terminado de salir de este lugar, para encontrarme con la primera. Una
que no solo me hace sentir inseguro, sino aterrado, ante la posibilidad de que
me quieran apartar por siempre de su lado.
Capítulo 23
"Nuestro amor será para siempre"
- ¿Qué?
- Tu olor.
Me río de esas ocurrencias. Elevo mi cabeza para encontrarme con sus ojos.
- Estás loco...
Acuno su rostro entre mis manos. Él me mira de una manera tan dulce, que me
hace suspirar y entregarle el alma.
No me da tiempo a decir una palabra más. Sus labios acarician los míos y yo lo
recibo con gusto. Cada beso de él, es un regalo para mi cuerpo necesitado de su
amor. Hace mucho que no lo siento y él jadea excitado, porque sé que lo desea
tanto como yo.
Nos vamos dentro y dejo que me dirija a su cama. Él cierra el vidrio corredizo y
las cortinas. En la penumbra lo veo perfecto.
Apenas lo veo así, a pesar de las heridas y los magullones que tiene, es precioso
y soberbio. Me mira con tanto deseo, que me siento caliente. Más cuando se me
lanza encima y comienza a lamer mis pezones erectos por el contacto con su
lengua que rodea uno, a la vez que masajea el otro con un dedo, suavemente y
lo pellizca.
- Bonito...Bonito...
Dice mientras siento que desciende con su lengua que dejan huellas húmedas
por mi vientre.
- Si.
Me río. Me siento poderoso con esas palabras que me indican lo mucho que me
desea.
Lame mis testículos en lo que su mano trabaja de arriba abajo mi miembro más
que duro, a punto de explotar, por la abstinencia. Respiro y creo que mi corazón
se me sale. Me retuerzo por el cosquilleo que se despliega por mi cuerpo.
Entonces se detiene un segundo, tanteando rápido en el cajón de su cómoda,
para sacar lubricante. Mierda. Menos mal. Así es más rápida la cosa, porque
estoy que no doy más.
- Me pones tan duro – me dice, sabiendo que yo más que duro, me estoy
corriendo, de solo verlo así.
Siento sus dedos dentro, que se abren como tijera. Es un tanto delicado,
mientras me prepara. Cosa que no me conforma, porque quiero sentir su
longitud ya.
- Júrame que nuestro amor será para siempre– me dice entre dientes, viendo
sus músculos tensos y su rostro en tonos rojizos, por la presión que me genera.
- Te lo juro.
- Júrame que me vas a perdonar, lo que te haga por amor.
Estoy tan ansiosos de que me penetre con furia y rápido, que él toma mis
caderas y me detiene, guiándome en su movimiento, lento y plácidamente
suave. Siento como siempre el palpitar de su pene y cierro los ojos para sentirlo
mejor.
Se mete en mí más y más, hasta que ya no entiendo cómo hace para llegar tan
fácil a donde sabe que me hará explotar. Chanyeol conoce cada centímetro de
mi cuerpo. Y yo estoy agradecido por eso. Más cuando junto mis piernas
alrededor de su cintura y él me advierte.
Adoro a este hombre que me quiere dominar, aunque sé que le cuesta. Como a
mí, sé que le cuesta respirar. Esa fricción suave que entra y sale, que despliega
mi interior y me hace estallar de emoción, me atrapa en el mundo que adoro. El
mundo de Chanyeol.
-Hasta el fondo – jadeo – Hasta el fondo Chanyeol...
- ¡Ay! Chanyeol...
- Me vas a matar...
Siento cómo mis paredes se contraen alrededor de su pene que vibra dentro de
mí. La sensación de ese cosquilleo tortuoso, comienza a recorrerme por el
cuerpo, calentando intensamente mi entrepierna.
Se ha dado cuenta que estoy por correrme y eso que solo me está penetrando.
Mi pecho subo y baja descontrolado.
- Un poco más...
Apenas pega ese grito, el control que quería mantener me indica que se le fue a
la mierda. Comienza a golpear mi entrepierna y escucho la estampida de
nuestros cuerpos que colisionan. Gruñe y yo jadeo, clavándole más mis uñas,
que recorren sus fuertes brazos.
- ¡Mierda! – grita.
- ¡Chanyeol!
- No – me quejo – Quédate...
- No puedo – se lamenta.
Así nos quedamos un rato, reponiéndonos en lo que nos miramos. Con sus
dedos delinea mi rostro. Es como si me estuviera dibujando.
Apoya su frente a la mía. Cierra sus ojos y cuando los abre, me pide.
- Esta semana tengo turno con el médico. Falta hacerme una ecografía, para
saber bien.
- Iré contigo.
- Baekhyun...
- ¿Si?
Lo miro. Peina mis cabellos sin quitarme los ojos de encima. Sabe todo, aunque
yo no le diga. Por eso sé que pregunta.
Abro los labios para decirle "no", pero él me calla con su dedo. No hay nada que
decir. Lo hará aunque no quiera. Y quizá, en el fondo, quiero que lo haga.
Lo abrazo fuerte. Estar cerca de él, es lo único que me da la seguridad de que
nada, ni nadie, nos va a separar. No dudo de su amor, pero todo alrededor de
nosotros resulta inquietante.
Toca unas notas. Me mira. Sonríe. Juega con las teclas, en un vaivén divertido,
a lo largo del instrumento. Me sorprende la fluidez del movimiento de sus
dedos. Estoy obnubilado por mi novio. De verdad, lo adoro a morir.
El mundo se deshace,
Cuando se detiene, me mira fijo. Las lágrimas recorren mis mejillas. Le sonrío
y lo abrazo fuerte.
- Bonito...
- Dime Chanyeol.
- Te amé desde la primera vez que te vi. Jamás pude olvidarte cantar y bailar.
No me dejabas jugar.
Elevo mi rostro, para encontrarme con sus ojos. Era "él". El niño que me dijo
"feo". Con el que me peleé ese día. Chanyeol. El niño bajo la lluvia, con su
paraguas rojo. Mi primer beso. El que me salvó ese día oscuro y feo. Lo único
que sabía es que era "Park", un apellido tan común, que jamás imaginé, que
fuera mi Chanyeol. Park Chanyeol.
Pero ahora, que lo veo bien ¿Cómo pude no reconocerlo? Sus rasgos de niño, tan
inconfundibles y esos gestos, tan propios de él... Mi Chanyeol...
Acaricio su rostro y sus cabellos. Lo adoro. Entonces, sin miedo, le digo con toda
el alma.
Y él, con esos ojos que muestran la noche, sonríe para decirme.
Me mira sorprendido, porque sabe que odio el helado en el frío. Pero tengo
ganas de helado y sé que a él le gusta, teniendo de sobra en su nevera.
- Sip – me dice, para sacar los potes de esa delicia – ¿Chocolate como siempre?
- Limón.
- Café.
Me mira ofuscado por las vueltas que le doy. Me pega con una cuchara en la
cabeza y se me burla.
- Aquí tienes – me dice al final, poniéndome en frente el pote del helado de
limón – Siempre te gustó el chocolate. Desde cuándo el limón...
- ¿Saben algo del doctor Yixing? – me pregunta – Oye... toma eso más despacio.
- Nos conectamos todos los días. Está bien. Ya sueño con ir a visitarlo.
Yixing se fue la noche que salimos todos juntos. Kyungsoo y Luhan estaban
tan ensimismados con lo que me había pasado a mí, que supusieron mal que
Yixing había regresado con Junmyeon. Pero cuando volvimos al trabajo, nos
dimos con la noticia de que Yixing se había ido. El director, en medio de los
reclamos de todos, simplemente dijo que Yixing así lo había querido. Éramos
sus amigos. Por eso nos sentimos heridos de que hubiera hecho algo así.
Heechul me mira unos segundos. Está preocupado, por eso le sonrío feliz
cuando le digo.
- Qué ocurre...
Heechul me mira desconcertado por eso que le cuento. Su boca abierta me dice,
que de verdad, no puede creerlo. Después de unos segundos, me inyecta sin
anestesia, lo que cree.
- Quería que trabajes a como diera lugar en "Sky", ahora entiendo que era
porque quería verte.
- ¡¿Cómo?!
- ¿No crees que esté interesado en ti? ¿Qué quiera tener algo contigo? –
pregunta lanzando una mueca – Por lo que me cuentas... no parece.
- No fue nada gentil ese día – le digo preocupado – Salía del hospital, cuando
me enfrentó y me... me... y me habló lleno de odio.
- Créeme que yo tampoco lo habría imaginado así, hasta que fue así conmigo –
le cuento asustado, recordando eso.
- No es eso. Solo que ya hemos acabado y vuelto tantas veces, que perdí la
cuenta. Tiene miedo de que en cualquier momento pase algo y nos separemos
de nuevo...
- Tengo miedo – le revelo – Yo también tengo miedo. Seo Joon dijo, entre
muchas cosas que "los Byun, no se juntan con los Park".
Heechul me mira impresionado. Abre los labios sin saber qué expresar. Trata
de analizar esas palabras, que ni él entiende. Por eso apenas balbucea...
- Holaaaaaa....
Mis ojos se clavan en los suyos. Lo interrogo con la mirada y por si no le quedó
claro, pregunto en voz alta.
- ¡No jodas con esa mierda! – le espeto más que encrespado – ¡Ya me hice los
análisis y dieron negativo! ¡Debo tener cáculos!
- ¡Sabes bien que puede fallar! ¡Tienes los valores disparados!
Me callo unos segundos se más. Y yo veo que ya cierra los ojos resignado. Pero
respondo.
- No...
- Ay Dios – escucho que suplica Heechul, juntando las manos ni que estuviera
orando.
Pero apenas dijo la última palabra, también le devuelvo el gesto. Se queja, pero
yo grito.
- Dámelo.
- Solo muéstramelo.
Hurgo en mi bolso. Saco la caja con mis píldoras. Se la muestro. Extraigo las
tabletas de adentro. Son tres, para tres meses. Ahora tengo una tableta llena,
una a punto de acabar, la otra terminada.
Kyungsoo las observa detenidamente un rato, ni tan largo, pero tampoco breve.
Toma su bolso y saca su caja. Quita las tabletas de adentro y las compara. A los
dos, nos han dado la misma medicación en el Hospital Central.
Abro la boca. Pestañeo varias veces. Me refriega los ojos. Pestañeo de nuevo,
no sea que esté viendo mal.
Las dos cajas son iguales. Las pastillas, pareciera que también. Las tabletas
son del mismo modo, idénticas. Cuatro filas, de siete diminutas píldoras, cada
una. Pero hay un maldito detalle que me hace comenzar a respirar agitado.
Ahora miro a mis amigos. Kyungsoo aprieta los dientes y cierra los ojos.
Heechul sacude la cabeza, sin dejar de taparse la boca.
- Qué mierda...– sonrío, a la vez que se me pierde ese gesto de idiota incrédulo,
sacudiendo mi cabeza – No...no...
- Si... si... – murmuro para mí – qué demonios pasa...no entiendo ¡No entiendo!
¡Me dieron mal las píldoras en el hospital!
- ¡Bruto mafioso! – grita furioso Heechul, sacudiendo los brazos – ¡Es Park
Chanyeol demonios! ¡El dueño de toda la mafia de Seúl! Baekhyun ¡Para él, tú
no eres solo su chico! ¡No solo eres su novio! ¡Eres su propiedad! ¡Eres suyo!
¡Tiene derecho sobre ti!
- ¿Hace cuánto?
- Tuve que hacerme otro hace unos días.
Suspiro, mirando al techo. Estoy lleno de angustia. Más que angustia, estoy
asustado.
- Pudo ser un error grave de laboratorio – me dice Kyungsoo – Hay que llevar la
medicación al hospital. A lo mejor... no diferenciaron la fila de la regla, y
pusieron las mismas píldoras que el resto de la tableta... hay que informar.
- Si. Yo creo que debe ser eso – concluyo, suspirando nervioso – Pero, en ese
caso, no me afectaría en nada.
- Claro...
- Pase – digo.
- La próxima vez que me quieras matar de susto, no jodas con algo así – le digo
y me empiezo a reír – Te odio.
Hasta que en el fondo de uno de los cajones de su cómoda, palpo algo. Cierro los
ojos. Las he tocado. Sé bien, qué es lo que hay entre mis manos, aún sin verlo.
Trago duro. Frente a mí, hay tres tabletas de píldoras anticonceptivas, igual a
las de Kyungsoo. Dos llenas. Una, apenas con dos tomas.
- No puede ser – balbuceo para gritar con todas mis fuerzas – ¡Eres un maldito
hijo de puta Park Chanyeol!
"No hagas que tome una decisión drástica por los dos", me dijo el hijo de perra,
al verme que no le resultaba fácil hacerme entrar en razón y volver con él.
Quisiera reírme de mi estupidez. Él ya había decidido por los dos.
Eso más el detalle del grito "¡...a partir de ahora las cosas se harán a mi
modo...!". Claro. Ya se sentía con todo el derecho del mundo, sobre todo mi yo,
completito y sin discusión...
Grito sacado, golpeando el manubrio del auto, acelerando loco, al recordar las
palabras tan claras de Chanyeol, que yo subestimé como el más imbécil del
mundo.
La noche en que me siguió ¡Dios! ¡Cómo pude ser tan estúpido! Esa noche no
quería que tome. Ahora entiendo. No quería que tome alcohol en verdad, pero
no me pudo dominar y me siguió como perro rabioso. Jamás dejó de vigilarme.
Todo el tiempo, no solo tenía mis guardias, sino también los de él.
"¡¡Eres mío Baekhyun!! ¡¡Y yo cuido lo que es mío!!". Lo del embarazo, no fue
solo para ahuyentar a las chicas, quizá él...lo daba como probabilidad...
La última vez que lo hicimos... No se trataba de que se sintiera débil. Quería
follarme y partirme en dos, después de tanta abstinencia, pero quiso ser
delicado, porque él tenía dudas. Tiene dudas. Lo está esperando ¡¿Lo está
esperando?!
Respiro tan agitado, que apenas puedo seguir inhalando de la ira. Me duele la
nariz de tanto que expando mis fosas nasales. El nudo doloroso de la garganta,
me enreda la lengua y no puedo hablar.
- Baekhyun...
Las manos me duelen, de tanto que aprieto mis puños. Siento una punzada en
el pecho, de la cantidad de aire que tengo que tomar, para seguir en pie.
- Baek...
- ¡¿Cómo pudiste?!
- No son nada...
- ¿Sabes que estoy anémico? ¡Te lo dije! ¿Sabes que posiblemente tenga algo?
- Yo...
- Nos unirá para siempre – me dice altivo, como si no se lamentara para nada,
de lo que dice.
- ¡Si! ¡Y no me disculparé por eso! Lo diré de una vez para que lo entiendas bien
¡No me lamento! ¡No me arrepiento! – grita él también, ya sacado.
- ¡Maldito!
Mi puño, no se hace esperar. Solo que él, ya lo esperaba, por eso, apenas se
inmuta. Vuelve su rostro hacia mí, y me sigue mirando desafiante. En verdad,
no se arrepiente.
- ¡Un bebé no se usa para eso! ¡Estás loco! – digo volteándome agitado, porque
no puedo seguir viéndolo – Chanyeol ¡Estás loco!
Cierro los ojos y es como si me quisiera desvanecer, por el ataque que me está
venciendo. Entonces siento que él me toma desde atrás para sostenerme y yo de
una lo empujo lejos.
- ¡No me toques maldita sea! ¡Estoy cansado de tus mentiras Chanyeol!
¡Cansado de que quieras hacer y deshacer con mi vida, con mis tiempos, con
mis cosas! ¡NO SOY TUYO!
- ¡LO SÉ! – grita agitado con todas sus fuerzas – ¡¿Crees que no lo sé?! ¡Por eso
no me dejaste alternativa! ¡Me estoy volviendo loco porque sé que no eres mío!
- ¡¿Qué?!
- Chanyeol...
- ¡¿Crees que no sé, que Seo Joon anduvo detrás de ti todo este tiempo?!
- ¿No?
Me quiero dirigir hacia la puerta e irme de ese lugar, pero entonces me amarra
de la cintura y me vuelve hacia él, tratando de hundirme en su aroma, que sabe
que me pierde.
Me abraza fuerte. Aunque quiero soltarme, estoy demasiado débil como para
poder alejarme.
Las lágrimas por el agotamiento de tener que saberlo así, comienzan a correr
por mis mejillas.
- No puedo más...
- Amor, por favor. Perdóname. Perdóname...
- Chanyeol...
Me vuelve. Toma mis mejillas entre sus manos. Me mira. Seca mis lágrimas.
Estoy desbordado, con su poder. No se lamenta. Yo lo sé. Pero se disculpa,
porque no me quiere perder. Jamás va a cambiar.
- Señor Park – escucho que dice un empleado – Su padre llegó. Quiere hablar
con usted ahora.
- Señor Park – insiste el hombre – Su padre no está sólo. Creo que tiene que
bajar.
- No te vas – me ordena.
- Me voy entonces.
- Gente que no quiero que veas. Pero sobre todo, que no quiero que te vean.
El sonido de la lluvia, golpea mis oídos. Despierto por eso. Abro bien mis ojos.
Miro las gotas de agua que me mojan. Estoy sentado en un columpio. Veo
delante de mí un par de zapatos negros. Levanto mi vista.
- Mi abuelo.
- Lo siento mucho.
- No entiendo.
Tomo ese paraguas que me ofrece. Me gusta ese paraguas color rojo y también
me gusta que sea de él. Apenas lo agarro, siento sus dedos, porque él no suelta
su paraguas. Y nos quedamos mirándonos unos segundos. Él parece triste y yo
me pongo triste por sus ojos.
- Mentí – me dice.
- ¿Mentiste?
Ese último grito, me despierta de mi sueño. Los recuerdos han sido tan nítidos
y claros, que una sonrisa se dibuja en mi rostro.
Sonrío. Suspiro y me doy cuenta, que lo adoro y lo amo. Lo detesto por ser
posesivo e inseguro. Pero lo trabajaremos juntos. Porque yo no puedo dejarlo ir.
Porque siento que estoy destinado a estar a su lado. Lo amo. Y nada, ni nadie,
me apartará de mi Chanyeol. Porque lo nuestro será para siempre.
Suspiro. Llamo, pero nadie atiende. Envío un mensaje, para saber qué ocurre,
pero no contesta. Pruebo con mi abuela y nada. Nervioso me pongo de pie y
quiero salir ya de la mansión de los Park, para ir a casa. Y eso hago.
Abro la puerta y desciendo a la planta baja. Observo que todo está más que
vacío. Me pierdo inevitablemente, por uno de los terribles pasillos.
Hay voces. Más que voces, se oye una discusión. Curioso me acerco, porque hay
una voz, que llama mi atención. Y escucho, mientras avanzo.
Busco alguna respuesta, que me indique que me van a explicar, esta atrocidad
que acabo de escuchar. Que alguno aquí me diga, que fue una expresión
exagerada, una frase confusa, que no significa nada.
Chanyeol se toma la cabeza entre sus manos y lanza un rugido, ni que fuera
bestia. Eso me indica que lo que mi abuelo gritó, no es falso. Que no hay nada
aquí en sentido figurado.
- Qué significa eso que dijiste abuelo – digo severamente mientras avanzo.
- Baekhyun – quiere hablarme Chanyeol.
Él hace ademán para acercarse rápido a mí. Pero el brillo de un arma le apunta
a la cabeza. Hyun Joong grita.
- ¡No! – grito angustiado y lleno de horror, queriendo correr a él, pero mi abuelo
me frena.
- ¡No!
- Los Park, mataron a tus padres Baekhyun. Asesinaron a tus tíos y...
- ¡Maldito hipócrita! – escucho que grita el padre de Chanyeol – ¡No eras
víctima en esta historia! ¡Tú mataste a mi padre y a mi hermano! ¡Mi familia!
¡MI FAMILIA! Y eso sin contar los que quedaron en el camino... – dice al final
sin aliento.
Y recuerdo el día que hablé con Sang Woo. "Fue una guerra entre familias", me
dijo. Pero lo que jamás hubiera imaginado, es que se tratara de una guerra
entre los Park y los Byun.
- ¡No!
- Vamos Baekhyun – insiste mi abuelo.
- Baekhyun.
Mi abuelo me tira para sacarme de ahí, pero yo lo miro con miles de preguntas
en mi rostro. Me vuelvo a ver al padre de Chanyeol y él camina hacia mí.
- Jamás le haría daño. Y lo sabes Byun Hee Bong. Me has tenido en tu casa
como tu hijo durante años. He sido lo más cercano a un hermano para Yo Han –
le recrimina entre dientes –Y sabes que esa maldita guerra, la habría querido
evitar.
No sé qué demonios hago con este hombre. No entiendo por qué sigo frenando
mi partida inevitable. Las lágrimas resbalan como si nada por mi rostro. Ya ni
lucho contra eso. Él me sigue mirando y vuelve a hablar.
La forma en la que pronuncia cada palabra, sin quitarme los ojos de encima,
hacen que me sienta cohibido. Sin embargo le reclamo, como si tuviera derecho
a hacerlo.
- ¿Chanyeol? – pregunto, hasta que me doy cuenta, que quizá esa sea la última
vez en mi vida que lo vea – No ¡Chanyeol!
Jalo del agarre de mi abuelo, con la intención de irme con él. Está desesperado.
Y yo estoy desesperado. Está angustiado. Y yo estoy angustiado. Las lágrimas
comienzan a salir de sus ojos y yo, quiero ir con Chanyeol.
Me arrepiento, de haber salido del estudio. Él sabía que podría pasar esto. Él
quería evitar, que me alejen de su lado.
Le tengo miedo a mi primo. Yo sé que los odia. Sé que los quiere matar a todos.
Porque ahora sé que su padre murió en esa guerra. Al igual que el padre de...
Seo Joon...
Miro hacia atrás. Seo Joon, que también estaba en el lugar, está inmóvil en su
sitio. Mira como si nada lo turbara. Pero sus palabras se hacen añicos en mi
corazón: "Tú eres un Byun. Y los Byun, no se juntan con los Park". Ahora, lo
entiendo...
Mi abuelo deja que Hyun Joong haga lo que quiera conmigo y yo observo
confundido.
Pasa un rato largo hasta que vuelvo a reaccionar. Me toco la ropa, busco mi
móvil. Ni siquiera sé dónde lo he dejado.
- Mi celular – me lamento.
- No.
- Mi trabajo es serle leal a usted joven Byun. Para eso estoy en la familia. Como
alguna vez lo fue mi padre con el suyo, hasta el final. No se preocupe. Su abuelo
Byun, no me discutirá. Vamos...
Subo al auto. No voy detrás, sino en el asiento del acompañante. Siento el calor
del coche y suspiro un tanto aliviado. Ya me estaba congelando.
Bajo y entro a casa. Miro a mi guardia y le doy las gracias. Sé que no entrará,
aunque se lo pida, porque él solo me cuida.
Me siento a la mesa. Tengo la cabeza gacha y no veo nada. Escucho que el agua
cae en una taza y después en otra. Una taza se me deposita en mis narices.
Oigo el chirrido de la silla que ha corrido para sentarse él. Tomo un sorbo de
café, en absoluto silencio.
- Tu abuelo vino aquí y contó todo. La loca de tu abuela le creyó hasta la última
palabra.
- Si.
- Tu abuelo me dejó entrar – me dice su voz grave y profunda que suena como
angustia, en medio de la oscuridad.
Avanza. Y yo, avanzo hacia él. Suspiro. De pronto, me siento agradecido por
poder tener la oportunidad de verlo, aunque sea por última vez...Y lo abrazo,
fuerte, muy fuerte. Me hundo en su aroma, quiero llevarme todo de él. Elevo mi
rostro y me encuentro con el suyo. Sus ojos penetrantes, que contienen la
noche, brillan y me siguen enamorando, como todos los días.
- Dame una razón... para no estar en tus brazos – susurro en sus labios.
- Soy "Park".
Las lágrimas comienzan a correr por mis mejillas. Si. Esa es una razón
inescrutable. No sólo fuerte, sino rotunda. Es "Park". La familia que mató a mis
padres. Y yo soy "Byun". La familia que mató a la suya.
- Me pregunto – le digo como puedo – Cómo haré... para olvidarme de tus besos
¿Habrá alguna cosa que...haga que... pueda olvidarme de tu abrazo... de tu
cuerpo... de...?
Sin despegar mi cuerpo del suyo, Chanyeol me amarra con más fuerza.
- Por qué – vuelve a hablar, mientras llora – Por qué... Si te amo con toda el
alma...
Lo beso. Mi corazón quisiera devolverle la tranquilidad que ha perdido. Así que
por un rato, lo dejaré descansar en mis brazos y yo descansaré en los suyos.
Nada puedo hacer, por cambiar mi realidad. Esto es lo que me toca y debo
asumirlo con dolor.
- Dime – quiero decirle, pero sus ojos empañados, me piden que no pregunte.
Yo sé que aquí hay más. Minseok no pudo haber terminado con Jongdae, por
haberlo engañado en ocultarle, el hecho de saber que lo había dejado plantado
en una cita en el pasado. No tiene sentido.
- No – me responde tajante.
- Se fue a su casa. Solo me envía mensajes todos los días para decirme que está
bien.
- Eso sí sabía. Pero eso es cosa del pasado ¡¿Me vas a decir que lo terminó por
eso?!
- No. Esa fue la excusa que Minseok usó para alejarse de Jongdae.
- ¡Ya te juré!
- Eso fue lo que hizo que el maldito del apoderado legal lo amenace con otra
cosa – dice indignado y furioso, así como afligido – Como es del partido político
del Primer Ministro, al parecer le conoce cosas sucias. No sé qué. Pero amenazó
a Minseok con dar a conocer en los medios de comunicación, cosas oscuras de la
familia Kim, si no rompía definitivamente con Jongdae.
Los dos sabemos, lo que nos pasa. Todos nos miran y los niños se nos ríen
pensando que somos novios. Eso ha hecho sonrojar a Jongdae más de la cuenta.
Igual, sus ojos están tristes, como los míos.
- Mal – le respondo.
- Comes poco. Supe que estás algo enfermo ¿Es algo serio? Me preocupa.
- No es nada serio – digo y me obligo a sonreír – Solo deben ser unos cálculos en
los riñones o la vesícula. No lo sé. Nada que en unos días no se pueda
solucionar.
- No puedo estar feliz y saltando como antes con las cosas que pasaron.
- Lo lamento de verdad. Pero entiende que no podía permitirte que te mezclaras
con...
- ¿Volviste a mi vida solo porque te enteraste de que conocía a los Park? Porque
tengo entendido que no me perdiste pisada...
- No abuelo.
- ¿Qué? – pregunta sin entender, lo que yo ya entendí muy bien.
- Es que él...
- ¿Sabes lo que le costó a tu abuelo sostener esta familia? ¡Yo lo sé! – exclama
con un puño en su pecho – Y cuando a él le pase algo ¡Tú serás el primer
blanco! Pero si estás a mi lado nadie se atreverá a tocarte.
- ¿Crees que soy idiota? – me le río irónico, leyendo claramente lo que dice –
Seré blanco para ti, porque tú lo quieres todo, aunque yo haya dicho que no
quiera nada.
- Yo conozco lo sucio que puedes llegar a ser Hyun Joong ¡O crees que no me di
cuenta de que el que pinchaste esa noche las ruedas fuiste tú!
Respira con rabia cuando me ve. Lo único que sé es que este hombre es de
verdad, nefasto y de temer. Sé lo que quiere. El poder de los Byun que no tiene,
porque mi abuelo por alguna razón, se resiste a dejarle todo lo que yo no quiero.
Aunque sé bien que no soy más que un capricho pasajero, jamás creeré que
pueda este hombre, guardar sentimientos verdaderos.
Subo al coche que conduce mi guardia. No han ido todavía a buscar el auto en
la casa de los Park y eso me está volviendo loco. Mi móvil, a propósito, no lo he
de recuperar. En él había fotos nuestras y su número. Compré uno nuevo, como
queriendo llenar mi memoria con cosas nuevas.
Ha pasado una semana y es como cada vez que nos alejamos otras veces. Los
días se hacen eternos, largos, demasiado largos cargando con el dolor de su
ausencia. Él pareciera ser un sueño lejano, muy lejano. Algo bueno, algo alegre,
algo feliz, que no podría jamás sacar de mi mente y mucho menos de mi
corazón.
Fue un mundo que quisimos construir para nosotros dos y sin embargo, todo
ese mundo se derrumbó.
- Sip – digo sintiendo frío en mis pectorales cuando me levanto la bata – Sólo se
supone que pueden ser cálculos en la vesícula o riñones ¿Verdad?
- Ya te dije antes que no hay un diagnóstico. Tus valores están alterados.
También sigues algo anémico. Así que cualquier cosa puede ser – concluye él
mientras mira los estudios por encima y los deja a mano, con la mirada
confundida – Oye... ¿Estuviste tomando vitaminas?
Pone el gel frío sobre mi piel y comienza a mover el pequeño aparato sobre la
zona de mis órganos, donde puede haber problemas.
- Dime si te duele en alguna zona por la que pase – me indica y yo solo asiento
– ¿Estás siguiendo la dieta para reponerte?
- Si.
- Ya. Entiendo...
En lo que miro al techo, escucho que el doctor lanza una mueca al aire.
Y apenas miro, mis ojos se quedan anclados ahí en lo que la pantalla muestra,
mientras Chang Min me habla, sin dejar de sostenerme.
- No puede ser – murmuro porque no puedo creer que vea lo que esté viendo.
- Si Baekhyun.
- Poco más de cinco semanas. No puedo escuchar todavía sus latidos, pero mira
– me señala – ahí está ya latiendo fuerte el corazón. Y se lo ve bien asentado.
- Es un... bebé... – balbuceo sin entender, que esa imagen sea de mi vientre.
Lo veo bien. Sé qué está ahí, porque los diminutos destellos de su ser, se
contraen y se expanden, dentro de mí...
Parece grande, pero sé que su tamaño es minúsculo. Apenas se parece un
garbanzo, pero mi corazón se ensancha inexplicablemente y sólo puedo sentir
que las lágrimas comienzan a brotar sin freno de mis ojos, mientras no puedo
quitar la vista de ahí. De donde está... mi bebé...
- Tranquilo – me dice entonces el doctor que se dio cuenta, que esto es lo que
menos esperaba.
- Si.
- ¿Seguro?
- Me medicaron aquí...
- Estaba seguro de que no podía ser embarazo – digo secando mis lágrimas – Sé
que hay veces que los exámenes pueden dar negativos, porque mis valores
están patas arriba. Pero también, me hice la prueba casera y... dio negativo...
- Así es. Con pruebas de sangre y hasta con pruebas caseras. Tenías todos los
síntomas. Como siempre lo negaste y fuiste tan rotundo, porque te estabas
cuidando, no dudé en que no fuera embarazo.
Una sonrisa se asoma en la cara de Chang Min. Y soy consciente de que estoy
feliz. Si. No me importa cómo vino. Odié a Chanyeol en su momento por haber
hecho lo que hizo, pero ahora, ya no puedo. Sería como estar enojado con mi
bebé, por haber venido y quedarse. Pero en este momento estoy feliz. Asiento
por eso con una terrible sonrisa en mi rostro y él me dice.
- Felicidades.
Asiento con una sonrisa que no cabe en mí. Me recuesto y la ansiedad ya ni frío
me hace sentir.
Camino por el pasillo preocupado, con los papeles en mano. Chang Min me ha
regalado una foto de mi bebé en un sobre. Pero de pronto tengo miedo y las
aprieto en mi pecho.
Antes, de haber estado en el pasado, mis abuelos estarían felices con la noticia.
Todo habría sido muy fácil. Pero ahora, todo es distinto. Mi mundo es una
guerra con los Park. Los Byun y los Park, no se pueden juntar.
Miro las fotos de mi bebé. Tiemblo de pensar que le quieran hacer algo, aún sin
haber llegado. Él es mío y lo tengo que proteger. Me tengo que hacer fuerte por
él.
- Jongdae...
- Él ya lo sabía...
- ¡Pero no es cierto!
- ¡Chanyeol!
- Está bien. Él salió bien. Pero, la relación entre los Park y los Byun... - dice
apretando sus labios y sacudiendo su cabeza en negativa – definitivamente es
una guerra fría. Nadie la hará abiertamente, porque son del ámbito de la
política y porque hay gente de la política bien metida...
- No...– murmuro y envuelvo mi vientre entre mis brazos – No quiero que le
hagan nada Jongdae. No quiero...
- Nadie lo sabrá – le aseguro – Pero dime qué tengo que hacer para ayudar a
Chanyeol.
Jongdae me seca las lágrimas. Jamás habría imaginado que de la primera vez
que lo vi, se convirtiera en un amigo, el único que pudiera sostenerme en este
momento, por su carácter arremetido y fuerte. Él sabe lo que es ese mundo, por
eso cada palabra que me dice, tiene sentido.
Le cuento. No puedo creer que ahora sea una cosa anecdótica, cuando quise
matarlo ese día. Ese día, en que lo vi por última vez. Si Chanyeol quiso que un
hijo nos uniera para siempre, entonces ya lo logró. Pero debo mantener esto en
secreto, porque debo protegerlo y cuidarlo. Nadie debe saber que viene. Porque
es la única esperanza de que al final, pueda estar con Chanyeol para siempre.
Capítulo 27
"Daría mi vida por él... moriría por él"
- ¡¿Y por qué no habría de estarlo?! - reclama mi abuela - Tiene que acompañar
a su abuelo.
Suspiro. Fuerzo una sonrisa, como queriendo demostrar que todo está perfecto.
Acomodo mi esmoquin negro, con un moño puesto de forma precisa, mientras
los miro por el reflejo.
Jongdae me ha dicho que no levante sospechas de nada, para que saque de foco
cualquier indicio que pueda manifestar mi interés por los Park, ante los ojos de
mi abuelo Hee Bom. Por eso debo hacer el papel de un Byun.
- Iremos los designados. Él no está entre ellos. Uno más, puede estorbar.
- Pero...
Transitamos un buen tramo. Ninguno de los dos dice palabra. Miro por la
ventanilla el camino, hasta que es él quien habla primero.
- Gracias.
- Porque hasta hace unos días, querías que me case con él y ahora...
- Creo que si no lo has elegido, por algo debe ser - me dice cortante y sin
mirarme a los ojos.
Mi abuelo me toma del brazo para sostenerse, mientras subimos unas escaleras
y caminamos juntos a la recepción. Se detiene y me tira suavemente. Me vuelvo
a verlo a los ojos y me dice, creo emocionado.
- Baekhyun, te pedí que vengas porque eres mi orgullo. Nunca fuiste una
decepción para mí. Eres lo mejor de los Byun.
Es notoria la división de sectores. Por un lado están los del "Partido Libertad de
Corea", que son quienes detentan el gobierno, con el presidente de la República.
Y por el otro lado están los del "Partido Democrático", sector en el que me
encuentro con mi abuelo.
Para mi suerte, está Yifan, que se queda cerca de mí, soportando toda la
situación. Como somos contados los jóvenes, es fácil llamar la atención de los
mayores.
Saludo a todas las personas que mi abuelo pone en frente de mí. Debo ser un
buen Byun. Sonrío amable y respondo de forma educada a todas las preguntas.
Mi abuelo orgulloso me muestra a cada uno.
- Qué aburrido todo esto - murmura Yifan y asiento, dándole la razón - ¿Viste
quién está?
- No - le digo perplejo.
- Para que ellos puedan demostrar su poder - me explica, con un tono lleno de
sarcasmo - Para que estos, en su orgullo les recuerden que quieren el poder y
para que todos al final hagan sus negocios.
Una mueca sale de mí. Suspiro viendo las mesas redondas, a las que aún no
pasamos.
Y me va contando los chismes. Lo que todo el mundo sabe y se hacen como que
no supieran. Por cada revelación, me siento como si estuviera con una revista
de paparazzi.
- ¡¿Cómo?! - exclamo.
Y en ese momento, mis ojos se encuentran del lado de enfrente, con Chanyeol.
Le agradezco que me haya devuelto la vista hacia él, porque duele demasiado
ver en frente. Para mi sorpresa, Yifan no me suelta. Es como si me sostuviera.
- Sandara Park. Es la hija de uno de los mayores accionistas de la corporación
de los Park. Además de que están de lleno en la política. Se dice que su padre,
puede que sea el futuro Primer Ministro de la República. Si ganan, claro...
- ¿Y el padre de Jongdae?
- Presidente.
- Aún no. Chanyeol la dejó plantada en una fiesta, cuando comenzó a salir
contigo. Ahora que terminaron... no sé qué rumbo tome esa relación.
- Perdón. No quise...
Las mesas son redondas. Los dos sectores están divididos por un inmenso
pasillo. Mi vista da hacia el escenario. Se supone que estamos en un lugar de
privilegio. Sin querer miro a mi costado. Ahí, a nuestra misma altura, han sido
ubicados los Park. Mis mejillas arden y siento cosquillas en mi vientre. Me lo
refriego un poco y me acomodo en mi asiento. Por suerte Yifan está a mi lado y
me entretiene.
Entra el Presidente de la República, y nos ponemos de pie, ante el aplauso de
todos. Se para en el escenario. Cantamos el himno. Nos sentamos y él nos da un
breve saludo de bienvenida.
Mi cara debió causarle gracia, porque se me ríe. Pero pronto veo las bandejas
portadas por filas de mozos por todos lados.
Comienzan los discursos. Menos mal que nos está permitido comer.
- Vaya que tenías hambre - comenta sorprendido Yifan, que apenas tocó algo.
- Y tú ¿No comes?
- No. Nunca sabes dónde pueden darte los enemigos - me sugiere serio y tétrico.
Mi cara de espanto debió verla de nuevo, más cuando miro mi platillo vacío.
Escucho que se ríe de mí y yo ya lo quiero trompear. Se quiere hacer el
caballero solemne, cuando le clavo los ojos, tomando la botella de vino y
queriendo servirme.
Y de verdad que mi suspiro no se hace esperar. Pero no puedo tomar. Así que
con el dolor en el alma, debo rechazar. Tomo la copa de agua y la bebo de una
sola vez.
- Si.
- ¿Se conocen?
Los discursos siguen, por un largo rato. Para cuando llega el turno de nuevo,
del Presidente, todos se ponen de pie y aplauden. Aprovecho para retirarme,
porque me duele la cabeza y me siento asfixiado. La comida me ha caído mal y
las náuseas vuelven.
Después de un rato, opto por no retornar, sino en salir a tomar aire en alguna
de las terrazas que hay en el lugar. El viento frío golpea mi rostro. Igual mis
mejillas hierven y no siento frío.
Siempre tan viril, con su porte seguro. Eleva su mentón, sin dejar de
analizarme. Su cabello impecable y peinado hacia atrás, le da una apariencia
altiva, como queriendo mostrarme lo impoluto que es.
- Bien.
- Te vi dentro - me revela.
- Alguna vez escuché eso. Solo que ahora, ya no tiene sentido que me expliques
nada.
- Cada uno tiene derecho a hacer de su vida lo que quiera - digo haciéndome el
imperturbable - No nos debemos explicaciones.
- ¿En serio crees esa mierda que estás diciendo? - pregunta con rabia entre
dientes - Porque te juro que quiero que me des explicaciones ¡de tu compromiso
con Hyun Joong! - exclama al final.
- Dime que no es verdad - dice tomándome de uno de mis brazos - Dime que son
chismes sin sentido ¡Porque me estoy volviendo loco Baekhyun! - grita con
fuerza - ¡Me está matando por dentro saber que no estás conmigo!
Su rostro se acerca. Puedo sentir su aliento. Pero debo despertar de este sueño
y me le alejo de un empujón. Me mira confundido. De repente me pregunta.
- ¿Te duele?
- No me apetecía tomar.
- Comiste demasiado.
- ¿Y eso qué?
- ¿No que tenías cálculos?
- Ya pasó.
Bajo la mirada. Mis ojos se clavan en su pecho, porque no puedo verlo a los ojos.
- Qué me ocultas.
Corro, justo en lo que veo que los guardias circulan rápido, rodeando el lugar y
hablando por handy.
Entro en el salón. La gente está en pánico. Se siente uno que otro grito. Todos
están agachados. Busco con la vista a mi abuelo, que está con Yifan. Voy hacia
él y me le tiro encima.
- Qué fue...
No llegué a decir más, porque otra explosión se escucha. Todos nos agachamos.
Mi abuelo me toma del brazo y me tira hacia abajo. En mi corazón se clava el
grito ensordecedor que pega mi Chanyeol.
- ¡¡BAEKHYUN!!
Lo abrazo, como para demostrarle que estoy con él y que no me dieron. Pero las
estampidas siguen. Los gritos ensordecedores me aturden y me tapo los oídos.
Entonces veo que comienzan a sacar a los que estamos afectados. Un segundo
en el que elevo mi vista, basta para que me dé cuenta que solo se vinieron
contra nuestro sector.
Solo desciendo a toda velocidad esas escaleras, con mi abuelo, que está
realmente desequilibrado.
Me mira analizando cada uno de mis músculos. Eleva sus dedos, como
queriendo tocarme y yo lo detengo, de nuevo elevando mi mano. No puede
hacerlo y en esto, tengo que ser frío.
Chanyeol frunce sus labios por la furia que tiene. Transpira y veo tensa su
mandíbula.
Quisiera saber cómo está él. Sé que no está herido. Pero mi abuelo desciende
del coche y se me para en frente. No permitirá que Chanyeol se me acerque
más.
- Ya está abuelo. Solo quiso ser amable - digo para no empeorar su estrés.
- Vamos.
- Señor Byun - dice uno de los guardias - debemos irnos. No es seguro aquí para
ustedes.
- Si.
Que seguramente quiso decirme pero no pudo, porque nuestro coche pega una
frenada torpe, cuando otro auto se nos topa en frente.
Nuestro conductor quiere retroceder a toda velocidad, pero alguien nos acorrala
por detrás y colisionan.
Los autos que supuestamente nos custodiaban, nos encierran y mi abuelo, sin
entender nada, se queda helado del impacto.
- Abuelo... qué...
Las puertas se abren y nos tiran de la ropa para descender. A los dos nos
ubican lado a lado y nos hacen poner de rodillas, en lo que nos apuntan a la
nuca.
- No... ¡No puede estar pasando esto! - exclamo y cierro furioso los ojos.
Entonces veo que golpean por la nuca a mi abuelo. Cae en el frío asfalto
inconciente. Intento en mi grito, moverme hacia él. Alguien le apunta a la
cabeza y me habla a mí.
- Qué van a hacer conmigo - digo de repente, sintiéndome extraño, porque estoy
entre asustado y curioso.
- Como dije joven Byun. Todo terminará rápido, si sale todo bien. No tengo
autorización de revelar más.
- Hyun Joong...
Y pienso, que solamente querría que aquí conmigo, estuviera Chanyeol, para
protegerme de esto.
Capítulo 28
"Chanyeol es mi luz"
- Baekhyun – me llama.
- ¿Hyun Joong? – murmuro, queriendo creer que estoy metido en una pesadilla.
No lo entiendo. No me mira con odio, sino con ¿Pena? ¿Lástima? Y sin embargo
solo siento antipatía por este hombre, que no deja de estudiarme.
- Cómo me gusta verte tan vulnerable y con ganas de pelear, a pesar de todo –
dice tranquilo, acariciando delicadamente mi mejilla, mordiendo sus labios –
Tan propio de ti. Tan propio de los Byun...
No sé qué decir. Las palabras no me salen porque no puedo creer lo que veo.
Respiro un tanto agitado. Estoy demasiado agotado, como para gritarle algo y
ponerme a pelear en este momento. Aunque mi mirada se lo dice todo.
Una silla le es ubicada para que se siente en frente de mí. Apenas se sienta,
vuelve a mirarme.
- ¿Cómo está mi abuelo? – inquiero lo más tranquilo posible – ¿Dónde está él?
- Por favor – vuelvo a hablarle, pero tenso en cada músculo de mi rostro – Cómo
está...
- Supongo que bien. Aunque dolorido por el golpe. Lo queremos bien vivo ¿No
me preguntarás por qué?
- ¿Me dirás?
- No.
- A su debido tiempo.
No sé, cómo he tenido el valor para preguntar una cosa así. Él abre los ojos y la
intensidad de su mirada, me da pavor.
- ¿Demasiado?
- Todo lo que hicimos ¿Crees que fue por ti? – me recrimina, uniendo sus cejas.
- Lo que ¿"hicieron"? ¿No estás sólo entonces? ¿Lo del evento también lo
"hicieron"?
- ¿Traicionaste a mi abuelo, por ponerte bajo órdenes, cuando antes eras quien
tomaba las decisiones?
Los hombres de la habitación se miran entre ellos. Quién sabe. Quizá lo que he
dicho, los ha despertado hasta a ellos de la realidad en la que se encuentran,
estando al servicio de mi primo.
Inclino mi cabeza, sin quitarle la mirada de encima, abriendo bien mis ojos,
ante el impacto de lo que acabo de escuchar.
- Fue un cuchillo por la espalda darme cuenta de que en verdad habías puesto
tus ojos en un maldito Park. Pero no cualquiera – me dice entre frustrado,
lastimoso y lleno de asco – Sino en ese hijo de puta de Park Chanyeol.
Baja los ojos unos segundos, como repensando la situación, recordando algo,
sacude su cabeza en negativa y vuelve su mirada hacia mí llena de odio, para
largarme con fuerza a la cara.
- ¡¿Por qué?! – gruñe agitado, con puño en alto, cerca de mí – ¡¿Por qué tenía
que ser él?! Solo pensar... Solo imaginar – dice cerrando fuerte sus ojos –No
tienes idea, de cómo se me revolvió el estómago, saber que te revolcaste... que...
¡¿Por qué?! ¡¿POR QUÉ?!
Y cuando creo que su puño tembloroso e iracundo, se me viene encima, con los
ojos empañados de terror, no sé por qué tengo valor para decir.
- Porque lo amo...
Me clava como dagas esa mirada que detesto. Baja su puño lentamente y me
recrimina.
Alguien ingresa. Otro guardia. Se acerca a él y le dice algo al oído. Hyun Joong
sonríe y asiente. El hombre se retira un poco hacia atrás y abre la puerta.
Alguien entra. Una persona que no esperaba que yo la vea, porque se queda
helado cuando me ve atado y en el estado en el que me encuentro.
- Seo Joon – digo ahora seguro, clavándole los ojos, lleno de ira, pero de pena
también – ¿Cómo pudiste?
Eso me pone en alerta. Los miro a los dos y mis brazos por primera vez se
retuercen del amarre de las cuerdas que me aprisionan.
Me estiro del amarre que tengo, sin importarme lo mucho que me está doliendo
y les digo a todos, claramente, para que lo entiendan bien.
- Necesito ir al baño. No puedo estar así. Esto me hace daño. Por favor Hyun
Joong – le suplico a viva voz, sacudiendo mi cabeza, viendo que me da la
espalda – No podría escapar. Y estoy tan cansado, que solo quiero dormir.
Asiento. Solo un gesto, para que vea que de verdad, me he rendido y no voy a
hacer nada que ponga en riesgo a mi bebé.
No digo nada. No sea que cualquier cosa, ellos la mal interpreten y me hagan
algo. Me sacan de ese dormitorio y apenas me mueven a la habitación contigua
de donde estaba. Abren la puerta y me empujan dentro, encerrándome allí.
Un destello fuerte de luz golpea mis ojos. Los abro. Parpadeo varias veces,
tratando de entender dónde estoy, pensando estúpidamente que quizá lo que
pasó anoche en la fiesta, fue una pesadilla. Pero no. Estoy en el dormitorio
donde me han metido prisionero. Me incorporo. Me duele todo, pues me he
dormido apoyado en esa pequeña mesa.
El que deja la bandeja, no dice nada. Quien está en la puerta haciendo guardia,
me indica.
No dice más. Y sé por lo mismo, que no tengo esperanzas con ellos. Los miro
bien de nuevo, antes de que se vayan.
Recién caigo, que estos dos y todos los guardias que estaban con Hyun Joong,
me conocen bien y que yo los he visto a todos ellos en la residencia de mi
abuelo. Son sus guardias. Los hombres en los que él había depositado su
confianza. Todos lo traicionaron. Y de seguro, durante este tiempo, se pusieron
bajo más órdenes de mi primo. Excepto el chofer al que mataron y Kyuhyun al
que dejaron a un lado esa noche. Mi abuelo, debe sentirse completamente sólo.
Nadie lo protege. Nadie le fue leal.
Lo único que agarro de allí, es el vaso con jugo. Entro al baño, lo tiro y después
de enjuagar bien el contenedor, pongo agua y tomo. No quiero arriesgarme a
consumir algo que pudieran haberle puesto a la comida.
De nuevo estoy como hace días, inapetente. Ruego por no tener náuseas, que
hagan que alguien entre en sospecha de mi estado. Me recuesto y dormito algo.
El ruido de la puerta me despierta. Alguien de nuevo cuida la entrada,
mientras otro deposita la bandeja en la mesita y se lleva la otra. Ven que no he
tocado nada. Se miran. Uno habla.
- El señor Kim Hyun Joong manda decir que tiene ropa cómoda para cambiarse
en el placar.
- Gracias – digo mientras se va.
Para agotarme camino de un lado al otro. Tomo agua lo más que puedo, para no
deshidratarme. Tengo miedo por mi estado. Pero hasta ahora, he tenido suerte,
pues no me han venido ni los mareos, ni los vómitos.
- Debe comer joven Byun – me dice el que está en la puerta – No hay nada de
malo en la comida.
Suspira y me dice.
- Tu abuelo debe firmar unos papeles para pasarme los poderes, sobre las
acciones de sus empresas. Una vez que eso suceda, tú, por ser su heredero
legítimo, te casarás conmigo. Eso dará credibilidad y estabilidad al poder que
me conceden los Byun.
No me responde. Vuelve a peinar mis cabellos, mientras recorre con sus ojos mi
rostro y mi cuerpo.
- No te quiero Hyun Joong – le digo – Lo sabes ¿Por qué insistes con casarte
conmigo?
Se acerca a mí. Cierro mis ojos temiendo por lo que quiera hacer conmigo. Se
detiene a escasos milímetros de mi rostro y murmura.
- Quizá porque por una vez en la vida, anhelo tener algo de luz.
- Así es amor – me dice – "Tus", abuelos. Pero si haces lo que te digo, viviremos
todos juntos, sin problemas. Ellos ahora están bien.
No hay nada más que hablar. Él lo sabe. Se levanta y sin decir nada más, se
retira.
- Tiene que estar bien – sigue hablando, mientras acomoda la bandeja y pone
frutas que antes no había – Tiene que estar fuerte. Verá que al final de todo,
"siempre sale el sol".
Lo observo que pone sobre mi regazo una servilleta y una manzana. Abro mis
labios, porque no puedo creer haber escuchado, eso que me ha dicho.
Mis ojos se empañan y toco mi vientre, porque tengo miedo por mi bebé. Pero
me obligo a componerme algo, pensando en que mi tesoro, no debería sentir
esto. Apenas balbuceo en la oscuridad.
- Papá vendrá pronto por nosotros – digo sin sentido – Ya verás. Él va a venir y
nos va a liberar.
Siento que desde atrás, se aferra a mi cintura y acaricia mis cabellos con
ternura.
- ¿Lo juras?
- Bonito, te lo juro. Sabes que daría mi vida por ti Mi Sol. Sin ti, mi vida se
queda sin luz.
Entonces escucho el sonido del piano en medio de esta oscuridad. Su voz grave
inunda mi cuerpo, mientras su mano acaricia mi espalda y me arrima más a él.
Y así me duermo, envuelto entre los recuerdos de las palabras que me dijo
tantas veces y que conservé como tesoro en mi corazón. Y descanso tranquilo
por unas horas, porque en medio de esta tiniebla, Chanyeol es mi luz.
Capítulo 29
"Te amo con toda el alma"
Si antes la luna y las estrellas eran mi luz en la oscuridad, ahora el sol que
ingresa por esa rendija, me despierta con sus destellos.
Parpadeo varias veces y refriego mis ojos. Toco mi rostro, sintiéndolo cálido y
descarto tener temperatura.
Unos segundos no bastan para digerir la noticia. Vuelvo mi rostro hacia él, que
está allí de pie, con las manos en los bolsillos de su pantalón. Entonces
pregunto.
- ¿Aquí?
- Si. Aquí.
- Estamos bien...Te pasaré con tu abuelo Lee, para que te quedes tranquilo hijo.
- Mi niño – escucho que dice mi abuelo – Nosotros estamos bien. Tu abuela está
aquí. Estamos en la casa de tu abuelo Byun. Todo está bien y...
- Por favor... por favor... – le ruego, estirando mis manos, queriendo tomar el
celular, poniéndome de rodillas en la cama.
- Lo siento.
- No sabes lo que habría dado porque todo fuera diferente entre nosotros.
Abro mis ojos. Mis labios tiemblan. Aprieto más mis puños, hundiendo mis
uñas en mi piel. Mi cabeza quiere explotar, cuando veo que sonríe satisfecho
por lo que ha revelado.
- ¡MALDITO! – grito iracundo – ¡TE MATARÉ! ¡TE ODIO! ¡TE ODIO! ¡TE
ODIO!
Alguien me toma desde atrás. Han entrado dos guardias para sacarme de
encima de él y otros dos lo ayudan a incorporarse. Yo pateo queriendo
liberarme, porque de verdad, lo quiero matar con mis propias manos.
Parpadeo varias veces. Apenas si me doy cuenta que estoy en el mismo cuarto,
en cama. Quiero naturalmente pasar mis manos por mi rostro, para
despejarme, pero mi brazo izquierda no se mueve. Tiro y me doy cuenta que me
han esposado al respaldo. Solo mi mano derecha me ha quedado libre. Mi
cuerpo me duele y apenas puedo moverme algo. Como puedo, me incorporo.
No pasa mucho rato hasta que dos guardias ingresan. Uno me apunta con un
arma, mientras otro me dice mirando la esposa.
- Nos han dicho, que de seguro quiera ir al baño y asearse. No haga nada que
provoque lo inevitable.
Solo me liberan para eso. Porque una vez que he terminado y me he cambiado
de ropa, me vuelven a apresar en el respaldo de la cama. Doy gracias que al
menos pueda con una mano servirme algo de comer.
Miro por la ventana cerrada, buscando algún rastro del exterior. Todo siempre
aquí es silencio y yo solo puedo pensar en Chanyeol.
A veces lloro. A veces me pongo en blanco. De a ratos dormito algo. Ya van
siendo dos días de esta horrible pesadilla. Dos días que son como una
eternidad, en la que siento que me esfumo como si fuera la nada misma. Todo
queda en la penumbra, porque el sol ya se ha apagado.
Otra vez un sonido a la distancia, que suena a trueno. Quiero levantarme, pero
el hombre me sostiene fuerte del hombro y me obliga mantenerme inmóvil allí.
- ¡Quieto! – me grita.
Lo miro. Está nervioso. Eso hace que observe a todos. Están inquietos. Antes
imperturbables, ahora se les nota inseguros. Sostienen las armas como si
estuvieran preparados para darle a alguien. Al que se atreva a cruzar por esa
puerta.
- ¡¡Una llamada me basta para que tus abuelos se vayan al otro mundo!! ¡¡Me
oyes!!
Las luces siguen titilando, amenazando que en cualquier momento ceden, para
no encenderse más.
- ¡Solo podremos escapar por el depósito señor! – grita uno de los hombres a
Hyun Joong – ¡Han rodeado el frente!
Hyun Joong se vuelve unos pasos hacia las escaleras. Debajo de esta, abre una
pequeña puerta. Es un cobertizo. Enciende una luz y levanta una tapa del
suelo, dejando al descubierto unas gradas que descienden a un subsuelo. Me
tira para que lo siga.
- ¡En 5 minutos llegan los refuerzos! – exclama otro hablando por handy.
- ¡No! – digo ya sabiendo qué quiere Hyun Joong – ¡No iré! ¡NO!
Todo se nubla y el blanco me inunda por todos lados. No veo nada. Se sienten
los disparos de las ametralladoras y yo por instinto en medio de los gritos, me
tiro al suelo, tanteando terreno.
Me revuelco por el piso hacia cualquier lado. Miro detrás de mí y Hyun Joong
me ha seguido, tratando de sujetarme de la bota de mi pantalón. Me doy vuelta
y sin dejar de arrastrarme, pateo sin cesar. Solo veo lo blanco y su rostro que
me llena de espanto. No lo quiero más cerca de mí y mucho menos que me
agarre. Pero topo con una pared. Estoy atrapado. De nuevo me tiene a su
merced.
Toco mi vientre. Me va a matar. Por eso, miro a Hyun Joong, fijo a los ojos, sin
un rastro de temor. Aunque en mi silencio, grito por un milagro.
Me mira con el ceño fruncido. Abre los labios, como queriendo decir algo. Su
mano sin fuerza, suelta su arma que cae al suelo y rebota una vez. Y él
también se desploma, sobre sus rodillas.
Sangre comienza a brotarle de alguna parte, manchando su camisa. Desde
atrás, una mano aparece del humo que cubre toda visión, sosteniendo una
pistola. Su blanco es la cabeza de Hyun Joong, que no quita los ojos de los míos.
Pero ya no quiero verlo. Por eso cierro los ojos y escucho el disparo. Mis oídos
captan el sonido del cuerpo de Hyun Joong, que se ha derrumbado.
- Bonito – escucho su voz grave y profunda – Abre los ojos Mi Sol. Ya llegué.
- Chanyeol...
Elevo mis dedos que tiemblan sin control. Cuando llegan a posarse en su
mejilla, recién me doy cuenta que él no está muerto, que yo no estoy muerto y
que, él está aquí conmigo.
- Hay que irnos – dice él, sacándose del cuello una chalina y dándosela a Sehun
que rápido le hace una especie de torniquete.
- Drogas. De todo tipo. De las que ni siquiera te imaginas que existen – escucho
que dice Jongdae a nuestro lado – Esto es un aguantadero. Jamás había visto
algo así. Nunca tan grande...
- ¡CHANYEOL! – exclama alguien desde afuera.
Esa voz, puedo reconocerla muy bien. Miro a Chanyeol. Aprieta mi mano. Sus
ojos se nublan. Le duele saber, que de aquel lado, el "refuerzo", es Seo Joon.
- A 3 minutos de aquí.
- Yo creo que podemos con ellos. Aquí somos 19. Nos quedaron 3 rodeándolos a
ellos y los apuntan. Cuando ordenes Chanyeol.
- Si.
Miro de pronto hacia atrás. Hay cuerpos tirados por todos lados. Incluso Hyun
Joong. Me sorprende la frialdad con la que lo miro. Me arrastro un poco, cerca
de los cadáveres. Chanyeol me quiere detener, hasta que se da cuenta, qué
hago. Tomo un arma de grueso calibre y me acerco de nuevo a él.
Sehun se aleja, con un grupo. Jongdae se queda hablando por móvil. Pareciera
que es una eternidad de tiempo, pero todo pasa en segundos.
- Perdóname Chanyeol.
- Bonito – suspira – Te amo con toda el alma. Te lo dije, nuestro amor será para
siempre.
Un zumbido se escucha desde fuera, que nos ensordece a todos. Una explosión
hace que el lugar retumbe y mi cuerpo se estremece por completo. Los pedazos
de la avioneta, chocan por todos lados. Chanyeol entonces grita.
- ¡Ahora!
Pasa el rato, mientras sigo dándole a cualquier cosa que se nos quiera venir
amenazante. Y le doy al blanco, sin remordimiento.
- ¡Baekhyun! ¡Noooo...!
Pero no le hago caso. Tomo de alguna parte, algún arma y sigo disparando a
cualquier silueta del enemigo que cae. Son demasiados. Y comienzo a
desesperarme, dudando de que podamos salir de aquí vivos.
Comienzo a sentirme descompuesto. Y yo me toco el vientre. Sé que esto es
inaceptable, estar así, me está haciendo daño. Me apoyo sobre una pared y
caigo sentado entre contenedores, mientras sigo escuchando los disparos.
Cierro los ojos y suplico mientras acaricio mi vientre.
- Bebé... por favor bebé. Aguanta un poco más. Prometo que saldremos. Papá
nos sacará de aquí y descansaremos. Bebé... por favor... sé fuerte...
- Chanyeol – susurro.
- ¡No! – exclamo.
- Baekhyun...
Mis ojos siguen sin poder abrirse. Estoy entrando en pánico y mis fuerzas me
abandonan.
- Chanyeol – digo lleno de pavor, sin dejar de envolver mi vientre entre mis
brazos – Tengo miedo... ¡Tengo miedo!
- No ¡No!
- ¡Vayan!
-¡No!
- ¡Te tienes que ir maldita sea! No quiero que les pase nada... – dice en lo que
siento que su mano se posa en mi vientre.
Chanyeol mira hacia atrás. Ve que no voy a ceder. No tengo miedo. Solo quiero
que salgamos los tres.
- ¡Qué pasa! – grita Sehun, llegando a la rastra, en lo que sigue disparando.
Se hace un silencio de nuevo. Cierro los ojos, rogando que por favor esto acabe y
que sea Yifan, quien haya detenido todo. Escucho a la distancia, cosas que caen
al suelo.
Cierra los ojos y apoya su frente en la mía, en lo que me incorpora con él.
Chanyeol no me suelta, porque estoy demasiado débil y se da cuenta, de que
me sostengo de su cuerpo.
Veo hombres con manos en alto. Yifan y Jongin se suman a Sehun y Jongdae,
que está pálido.
Sonrío. Pero rápido se me borra la sonrisa, cuando me encuentro con los ojos de
Seo Joon que se clavan en mí. No me gusta cómo me está mirando. Por eso
pierdo mi rostro en el pecho de Chanyeol, en lo que lo observo de reojo.
- Seo Joon – ruje Chanyeol, que está de verdad conmovido del dolor que le ha
causado su primo – Por qué... ¡¿Por qué?! ¡Si eres mi hermano!
Me doy cuenta que Jongin le apunta y está en guardia. Seo Joon suspira,
elevando su mentón. Se prende los botones de su saco, mientras se pone
derecho.
- Mi padre tenía más carácter que el tuyo – dice indignado, apretando cada
músculo de su rostro – Él debería haber heredado el liderato de los Park. Y
luego yo. Pero murió y tuve que conformarme con las migajas que me daba mi
tío, cuando por derecho ¡me correspondía todo a mí!
- Seo Joon – dice desilusionado Chanyeol – Tan solo de habérmelo dicho, yo te
lo habría dado todo.
Mis mejillas arden y me siento culpable de algo. Chanyeol me aferra con más
fuerza a su cuerpo. Ha entendido bien lo que ha querido decir.
- Fui yo quién estampó ese balón en tu cabeza – dice Seo Joon, en lo que larga
una sonrisa, sin dejar de mirarme – Lo odié cuando se echó la culpa, porque lo
miraste a él – y lanzando un suspiro, termina por recordar otra cosa – Jamás
me perdonaré, haber hecho detener ese auto, cuando te vi sentado en esa
hamaca, bajo la lluvia. Quise ir por ti, pero él me ganó de mano... Siempre me
ganó de mano. Hasta cuando volví a encontrarte, él ya te había encontrado
primero..."Bonito"...
Me asomo apenas, para observar al frente. Seo Joon se ríe solo de su mala
suerte, mirando al cielo. Baja su vista para encontrarse conmigo. Está entre la
furia y el dolor. Ha perdido.
- Bueno – dice – Al menos tendrás que vértelas con "El Jefe".
Se vuelve a mí. Sus ojos están tristes y se empañan, al segundo que una
lágrima se derrama por su mejilla. Entonces me abraza fuerte. Como siempre
que algo doloroso sucede, se aferra a mi cuerpo y yo acaricio sus cabellos,
porque sé lo que está sufriendo. Porque a pesar de todo, Chanyeol quiere a Seo
Joon. Por eso, se dio la vuelta. Porque no quiere ver, cómo se lo llevan.
Pero yo sí veo, cómo Seo Joon lo mira con odio, antes de que los guardias lo
saquen y lo dirijan a la salida con Jongin. Se pierden en la oscuridad de la
noche, en medio del silencio de los que quedamos allí. Los guardias de
Chanyeol, bajan sus cabezas. Todos conocían bien al alegre y sociable Seo Joon
y no pueden entender, qué ha pasado con él. Todo es demasiado triste y
fúnebre.
Siento su mano que acaricia mi vientre. Elevo apenas mi rostro para verlo bien.
- Siete semanas – digo, porque mi corazón me dice que es eso lo que quiere
saber – Tú te diste cuenta antes que yo...
- Perdóname... Baekhyun...
- Vamos a ver a tus abuelos – me dice en un suspiro – Los han llevado a casa
de mi padre.
Eso que ha dicho al último, basta para que me incorpore. Rápido me pego al
vidrio de la ventanilla. Veo a Kyuhyun que se acerca, abriendo la puerta del
coche. Me bajo. Es como si estuviera de nuevo revitalizado. Ni siquiera siento el
frío de la noche. Solo quiero verlos y abrazarlos.
Le sonrío y entro rápido. Sé cuál es. Allí me freno en la entrada. Los tres están
sentados, mirándose angustiados, tomando café.
- Yo daría mi vida por él – dice Chanyeol, derecho y altivo – Yo moriría por él...
No puedo estar mucho tiempo más en pie. Apenas me siento en el sillón, para
que mis abuelos vean que estoy bien.
- ¿Quién llamó a los Park? – pregunto de pronto curioso.
- Así es. Pero Jongdae no tenía los medios para investigar – explica el señor
Park – Para cuando volvimos de la fiesta, los teníamos aquí...
- Creo que debes descansar – me dice mi abuelo Bum Soo – dándome un beso en
la frente.
- Creo que deben descansar – le corrijo yo, sonriendo y abrazándolos a los tres.
- Todo está bien al fin – escucho que dice el señor Park – Todos vamos a
descansar tranquilos, después de estos días que han sido un infierno...
Recién ahora caigo, en que quizá, realmente para ellos, ha sido tan estresante
todo, como para mí.
Mi abuelo Byun se acerca al padre de Chanyeol y se dan un apretón de mano.
Los dos han perdido a personas queridas. Han sido traicionados y nada podría
hacer que entendamos la herida que les ha causado todo esto.
Mis abuelos me dan las buenas noches y suben por las escalinatas a sus
dormitorios.
- Vamos a descansar.
- Quiero ir a tu casa.
Me mira perplejo. Es que solo allí, me siento de verdad seguro. No sé por qué,
en ese lugar descanso de verdad. Quizá quiero ver ese sol estampado en el cielo
raso de su dormitorio, o simplemente escuchar el eco del sonido del agua caer
cuando me prepara un baño, mientras me pierdo en la espuma y el cuerpo de
Chanyeol. Quiero estar a solas con él, solo durmiendo en su cama.
- Bonito. Estás demasiado agotado – me dice, mientras sube las escaleras, hacia
su dormitorio – Debes descansar...
- Mírame Baekhyun.
Cierro los ojos. Sé que me acuesta en la cama. Escucho el agua que cae, desde
el sanitario, con ese sonido de cascada. Mis labios se curvan finamente, cuando
siento las manos de Chanyeol que delicadamente me quitan cada prenda. No sé
en qué momento, ha preparado todo.
Percibo que me levanta entre sus brazos y puedo sentir su torso desnudo. Mi
piel contra su piel, me estremece de felicidad. Abro los ojos y elevo mi rostro
para verlo. Me sonríe con ternura. Se sumerge en medio de la espuma, conmigo
a cuestas.
- Gracias – le susurro al oído.
- De nada Mi Sol.
Sentado sobre él, mientras rodea con sus brazos mi cintura, disfruto verlo.
Apoya su cabeza en el borde del jacuzzi y cierra los ojos. Lo miro. Es tan
hermoso y lo deseo tanto, que me enciendo por dentro. Pasa una eternidad, un
tanto breve de analizar cada uno de sus rasgos, hasta que él, elevando una de
sus cejas, con los párpados caídos, me dice.
- Me vas a matar...
- No tienes idea...
Abre los ojos y me penetra con ellos. Es demasiado hermoso. Demasiado bello.
Mi Chanyeol. Acaricio sus cabellos y delineo con un dedo su oreja que sobresale
de su pelo mojado y brillante. Se ríe.
Nos reímos al recordar, ese insulto que de niño le largué aquella vez.
Le doy un beso suave en los labios. Él vuelve a cerrar los ojos. Yo lo sigo
disfrutando. Pero mi cuerpo, comienza a sentir un cosquilleo, propio de la
abstinencia de no haberlo tenido durante mucho tiempo.
Me levanto del jacuzzi. Mis mejillas arden ante la ansiedad de sentirlo. Paso
por la ducha y me lavo el pelo. Lo miro de reojo y sonrío. Ha apoyado su mentón
en el borde del mármol. Me observa lleno de deseo, porque no deja de recorrer
mi cuerpo desnudo de punta a punta. Quiero que sepa, que lo estoy llamando.
Sé que está mirando mi trasero, porque lo ama. Eso me excita más de lo que ya
estoy, porque sé lo mucho que me desea y lo caliento. Su lengua pasa por los
hoyuelos al final de mi columna, esos que una vez llamó "Venus" y los besa,
mientras hunde su dedo en mi ano y comienza a bombearlo.
- Me vas a matar – jadeo y repito sus palabras, sin contener mis gemidos.
Pasa un tiempo, que sigue metiendo y sacando su dedo de mi cavidad, hasta
que siento su lengua atacando mi espalda y recorriéndome a lo largo.
Sabe lo que quiero. Por eso quita su dedo. Me quejo. Con facilidad, me da la
vuelta, para verme el rostro y encima de mí, me besa metiendo su lengua,
llenando completamente mi boca. Abro mis piernas para rodearlo, en lo que él
inicia un vaivén para que lo sienta, para que lo desee más de lo que ya lo deseo.
- Por favor qué... – me susurra sugerente, mientras yo juego con sus cabellos
mojados.
Con tan poco que hemos hecho, nuestros cuerpos están sudando, mojados,
chorreando deseo por todos lados. Sigue en ese juego de ir y venir, resbalándose
por mí, presionando su pene y frotándolo en la piel de mi línea, rodeando el
anillo de mi entrada.
- Mierda. Baekhyun – me dice de pronto en esa voz entrecortada– No tienes
idea, de la falta que me hiciste...
Paso mi lengua por mis labios. Él se acerca a mi rostro y lo toma entre sus
manos.
Succiona uno de mis pezones, lo muerde y lo lame, en lo que me arde sentir sus
dientes que lo rodean. Ese cosquilleo inconfundible, que baja a mi entrepierna,
hace que me remueva, queriendo sentirlo ahora mismo dentro de mí. Pero él
me tortura deliciosamente en mi otro botón y yo cierro los ojos, sujetándome de
las sábanas, mientras lo llamo por su nombre sin parar, suplicándole que siga,
que no se detenga y que haga conmigo lo que quiera.
Se detiene y me mira, lamiéndose los labios. Esos bellos labios que amo, brillan
para mí.
Le ruego y le ordeno.
- Por favor Park Chanyeol, fóllame de una vez, como sólo tú sabes hacerlo.
- Nuestro amor... – susurra en mi boca, sin quitar sus ojos de los míos – Será
para siempre...
Siento las gotas que caen desde mis ojos. Siento lo caliente de su aliento. Siento
el murmullo de su deseo. Siento todo de Chanyeol, que me susurra.
Sus fuertes manos, me sujetan con fuerza. Jamás quiero que me suelte. Nunca
me voy a separar de él.
- Bonito. Mío...
Sentirlo así, su pene caliente en mí, que entra y sale, hinchado y venoso, es
perfecto. Mi cavidad se contrae, porque sé que él ama deslizarse y percibirme
de esa forma. Me bombea sin cesar, golpeando mi próstata, allí dentro, donde
hace que me estremezca por completo, haciéndome gritar con todas mis
fuerzas.
- ¡CHANYEOL!
- ¡CHANYEOL!
- ¡AHORA!
Explota en mi interior con fuerza. Todo mi cuerpo tiembla por él. Porque soy su
mundo y él es el mío. Porque somos "Uno", al fin.
Parpadeo varias veces. Estoy débil. Sonrío al sentir que respira en mi oído y
sus labios me besan. Adoro ese sonido. Me vuelvo apenas como puedo, para
encontrarme con su semblante. Sus mejillas sonrojadas, llenan de fuego su
rostro perfecto.
Chanyeol abre sus ojos para encontrarse con los míos. Me acerca a su cuerpo,
aferrándose a mi cintura con fuerza. Pareciera que no se diera cuenta del poder
de su amarre, parece que jamás le bastara, lo cerca que ya estamos. Como si
quisiera meterse bajo mi piel.
Ahora me doy cuenta. Chanyeol, jamás me olvidó. Siempre, fui su sol. Esa cosa
de niños, nunca pudo borrarse de su mente y menos de su corazón.
- Porque fuiste lo más bonito que me pasó en la vida – lo escucho que me dice –
Siempre fuiste lo más perfecto y bonito de mi vida. Mi Luz. Mi Sol. Mi
Baekhyun.
Sigo caminando entre los cadáveres. No quiero mancharme. Pero las huellas de
mis pisadas rojas, van quedando detrás de mí.
- Hace tres días desapareció de Boston doctor Zhang – le explica Seung Hyun –
Y el motivo de su desaparición, son cosas que se saben en nuestro mundo
fácilmente. Más cuando está un juez importante de por medio.
- Te imaginarás que no iba a quedarme quieto ¿Verdad? – dice Junmyeon a su
chico, mientras le besa sus muñecas algo magulladas, por el amarre que tenía –
Si algo llegara a ocurrirte...
- Lo siento muchachos. Pero debemos irnos – les digo, aunque lamento cortar el
momento – Esto estará plagado de policías en dos minutos.
Quería expandir su red de trata y tráfico de drogas. Dos cosas que bien sabía
que yo no admitiría en mis clubes. No querría esclavos sexuales, mucho menos
a menores. Y no metería más mierda de la que ya hay en las calles, dentro de
mis espacios. Si otros lo hacen, es su problema. Los Park, no. O eso creía, hasta
que llegó a un acuerdo con Seo Joon. Y por eso, necesitaban sacarme del medio
a mí.
Expandirse implicaba buscar vía libre por tierra y por mar. Y el 80% de la
concesión de los puertos de Busan e Icheon, además de la flota de carga más
poderosa por aire, le pertenece a los Byun. Jung Chan sabía, que al igual que
yo, el abuelo de Baekhyun no negociaría con eso. Pero Hyun Joon sí.
Necesitaban sacar a Byun Hee Bon del medio.
Cuando Jung Chan se vio descubierto por el padre adoptivo de Yixing, quiso
amenazarlo con la vida de su hijo.
Pero para esta batalla final, necesitaba de mis hombres. Nadie más que yo,
contaba con la cantidad de gente para esto. Y lo ayudaría con gusto, no solo era
cuestión de venganza, sino también de justicia. El mundo estaría agradecido de
una lacra menos con vida.
Suspiro. Refriego mis ojos. No lo sé. Creo que sí. Pero le respondo.
- Eso espero Yifan. Eso espero... – acabo por decirle a él, para mirar mi reloj e
insistir a todos – Señores. Tenemos un minuto.
Jongdae retuvo a los policías en tiempo, negociando con algunos de ellos, para
que limpiaran todo esto, una vez que nos marcháramos.
Al fin ha muerto "El Jefe". La guerra ha terminado. Los Byun y los Park, no
tenemos enemigos. Al menos esta batalla ha acabado y por un largo tiempo,
podremos estar en paz.
- ¡Muchachos! – grito para dar la última orden – ¡Prendan fuego! ¡Que este puto
infierno, arda de una vez! ¡¡AHORA!!
Mis hombres rocían todo con nafta. Le he ordenado a Kangin, llevarse de aquí a
Junmyeon con Yixing. Antes de subirse al coche, Junmyeon me abraza.
- Ten por seguro eso hermano – me dice y yo lo tiro dentro del auto.
Apenas cierro la puerta, doy un golpe con la palma de mi mano al capó del
coche, para que se vayan.
- Ya está – murmuro.
- ¡Vámonos a la mierda! – grita como si festejara algo Yifan, con los brazos
abiertos.
Del lado contrario de la carretera, se ven los patrulleros que van al lugar. Me
recuesto tranquilo, en el asiento del coche, esperando llegar. Cierro los ojos
unos segundos.
Abro los ojos. Sonrío. Al fin, ya todo estará bien. Salgo del coche. Me paro y
miro al cielo. La noche está despejada y limpia. Hace un frío que te congelan
hasta las entrañas. Hermoso. Hoy es luna llena.
Tecleo los números de ingreso y la puerta se abre. Entro. Todo está en la
penumbra. Solo el silencio lo inunda todo. Me quito los zapatos y subo al
dormitorio. Me libero del saco y la corbata, dejándolas tiradas por ahí.
Desprendo los primeros botones de la camisa, hasta el torso, porque siento que
la ropa me aprisiona. Subo las mangas y al final, me saco los calcetines. Me
quedo en la puerta del dormitorio y me apoyo en el marco. Solo él podría
hacerme olvidar todo lo oscuro de esta noche.
Cuando volví a Corea, compré esta casa inmensa, pensando en los ventanales
que daban entrada libre a la luz del sol en el dormitorio principal. Me alegró
saber que nadie antes la había habitado. Lo primero que hice, fue hacerle
pintar en el cielo raso un sol, porque Mi Sol, jamás se había ido de mi mente y
mi corazón. Cuando quise venderla, para comprar una nueva para nuestra
familia, Baekhyun me lo prohibió, confesándome que adoró esta casa, desde la
primera vez que la vio. Y el primer cambio que hizo, fue hacer pintar una Luna
con estrellas, al lado de Mi Sol. "Porque el día y la noche conviven en un mismo
y único mundo", me dijo.
Todavía recuerdo cuando lo volví a encontrar. Es que, me era imposible no
reconocer a pororó, porque sigue siendo de bolsillo, con esos ojotes y esa carita,
como si tuviera 9 años. Cuando lo vi a su lado, solo pude pensar en un "Gracias
Do Kyungsoo", porque seguían siendo inseparables. Solo un gesto bastó, para
darle la señal al guardia, de dejarlos entrar a la fiesta de Sehun, a pesar de
mentir con sus identificaciones.
En ese instante, supe que era el destino. Que nadie más que yo estaba hecho
para ese cuerpo delgado y menudito, con ese trasero bien torneado y esa cara
tan bonita, perfecta, deseable, que solo él podría tener.
Casi mato a todos los que se le arrimaron para llevárselo esa noche. Cerré mis
ojos y bailé como desquiciado, antes de asesinar a alguien, pensando solamente
que había encontrado "el amor en un lugar sin esperanzas". Porque todo yo,
estaba sin esperanzas de tener algún destello de luz en mi vida. Hasta que él
vino de nuevo a mi vida, convirtiéndose en la luz, en medio de mi oscuridad.
"Bonito", le dije, creyendo estúpidamente que sabría quién era. Que se daría
cuenta como yo, de que era ese niño que le había dado su primer beso.
"Bonito", le seguí llamando, cada vez que lo veía. Pero nunca se percató de esa
indirecta.
Comencé a ir a ese bar solo por él, porque lo observaba cantar en medio de una
esquina cualquiera, en la penumbra de mi sitio. No quería que me viera.
Porque al fin de cuentas, mi mundo podrido de tanta mierda lo iba a espantar.
Él era solo luz y yo, metido en la oscuridad, tenía que asumir, en definitiva, que
mi Bonito era demasiado perfecto. No me iba a permitir arrastrarlo.
Pero no pude más, esa noche en que vino a mí, fue como la señal. Porque él vino
a mí. Ni que yo fuera su imán. Cuando bajé la mirada y una lágrima cayó por
mi mejilla, él estaba poseído, mirándome hipnotizado. Si. Porque él era para mí
y estaba parado ahí, en frente, penetrándome con esos preciosos ojos brillantes
y castaños. Era Mi Sol.
- Si Mi Sol. Ya terminó.
Camino hacia él unos pasos y me detengo. Lo veo que cierra de pronto los ojos y
aspira profundo. Ya lo sé. Se había dado cuenta que había llegado.
- Pervertido – murmura.
Hice mis arreglos y compré su casa natal, cuando creyó que ya la había perdido.
Su orgullo hizo que en un principio no quisiera aceptarlo, pero al final cedió,
porque le hice notar, que era patrimonio de nuestro bebé. Jamás olvidaré su
rostro lleno de ilusión, cuando la vio de nuevo, esta mañana.
Me obliga a mirarlo a los ojos. Me toca el rostro. Sé que está viendo que no
estoy lastimado, ni herido. Mis ojos tranquilos y mi sonrisa, le dicen que todo
está bien. Me abraza de nuevo. Me aprieta fuerte. Mierda. Sentir su piel, es
como estar entre las nubes.
Me vuelvo a mirarlo. Es tan bonito, que no hay palabras para describir esta
preciosura que tengo entre mis brazos, de lo perfecto que es. Me muerdo el
labio inferior. Sus ojos brillan, aún en medio de la noche. Demonios. Ese vientre
pequeñito, presionándose en mí, ya me está calentando. Si. Soy un pervertido.
Mi lengua lo necesita con urgencia. Así que solo un lengüetazo me basta para
ver si se me pasa esta sed de él. Sus labios saben tan bien...
Frase trillada que siempre repito. Pero que a él le encanta. Por eso la digo.
- ¡Estoy cansado!
De acuerdo. A veces tiene este tipo de rabietas, en los que solo se me pone
difícil porque anda de un humor de mierda. Yo lo tengo que entender, por el
estado en que se encuentra. He leído tantos sitios en la web, que medito el
tema, cerrando furiosamente mis ojos y sacudiendo la cabeza, para ver si puedo
enfriar mi cuerpo.
Se para derecho, yo veo su pancita que sobresale y su cuerpo precioso con los
destellos adornando su silueta ¡Mierda! ¡No es justo!
Vuelvo a cerrar mis ojos, para poder entretenerme, pensando en la mujer más
fea que hubiera visto en mi puta vida. Me rasco la cabeza. Me peino furioso. Me
doy la vuelta, camino al baño, pero apenas me quiero mover, me larga otra
cosa.
- Claro...– dice irónico – Digo "no" y al señor le es muy fácil ser obediente...
- Pero...
- ¡Y me gritas! – me reta.
- No... Baekhyun...
De una quiero entender qué demonios ocurre, así que abro la puerta.
Para cuando elevo la vista se me viene otra cosa que me lanza. Está hecho una
fiera. Cierro la puerta y siento el sonido terrible de algo que se ha roto.
- ¡No tienes que fingir que te gusto una mierda! ¡MALDITO MENTIROSO!
Y ahí vamos de nuevo. Todos los días le pido que sea mi esposo. Me ha dicho
que "no", porque de repente se ha enojado de que lo haya engañado
embarazándolo. Y así me castiga.
- Mi Sol...
- ¡Qué mierda quieres!
- ¡Eres hermoso!
- ¡Baekhyun eres precioso en serio! ¡Eres lo más bonito que he visto en mi vida!
- ¡Mentira! ¡Estoy feo! ¡Ya engordé por todos lados! ¡POR TU CULPA!
- ¡MENTIRA!
- ¡ANIMAL!
Bajo las escaleras, porque quiero alejarme un poco para pensar en cómo sacarlo
de allí, sin hacerlo sentir mal. Es que está muy sensible y a mí, se me rompe el
corazón cuando lo veo lagrimear. Jamás seré quien lo haga llorar nunca más.
Meto las manos en mis bolsillos, me paro derecho y elevo mi mentón. Sé que le
encanta este gesto de mí, bien de hombre, "su hombre" y solamente suyo.
Muevo mis labios, siguiendo algunas partes de la letra. Quiero que entienda, lo
que quiero ser para él y lo que sería capaz de hacer por él, por el resto de mi
vida.
Ni tengo que esperar mucho, para cuando llego a la parte en la que tengo que
decir lo que quiero, él ya ha abierto la puerta y me mira con ternura, cuando ve
mis labios cantándole.
- Y quiero estar contigo sobre una montaña. Quiero bañarme contigo en el mar.
Quiero quedarme así para siempre, hasta que el cielo caiga en mí.
Perder, es ganarlo a él. Baekhyun es el único que tiene ese poder sobre mí. Con
él ya he ganado todo un mundo. Porque en su amor, ha construido un mundo
perfecto y bonito, solo para nuestra familia.
Una vez, hubo un niño, que cantando y bailando, puso luz en mi vida. Adoraba
verlo trepado en esas gradas, moviéndose con locura. Sin querer, mis labios se
torcían de la felicidad que me inundaba haciéndome cosquillas en la panza. Le
di un beso. Un beso que hizo que lo convirtiera en el amor de mi vida.
Nunca dudé cuando decidí. Sé que él sí, pero yo entendía por qué. Él tuvo que
tener la valentía y la fuerza para aceptar mi mundo y regalarme el suyo.
Pero al final entendí que ya no éramos Dos Mundos, sino Uno. Un Mundo.
- Baekhyun – digo, para que vea que lo llamo también mientras lo aprisiono a
mi cuerpo.
Bajo la luz de la luna y las estrellas, le haré el amor. Y haré feliz a Byun
Baekhyun por el resto de mi vida. Porque él es la luz de mi vida.
FIN
Palabras del autor
¡Abrazo!