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DOS MUNDOS - Saga "Mi Destino III" (ChanBaek)

A pesar de que la tragedia a la corta edad de 9 años haya golpeado a su puerta, Byun
Baekhyun ha aprendido que "ser feliz es una decisión". Y con esa premisa transcurren
sus días, llenando de alegría y de vida a todos a su alrededor, teniendo siempre presente
las últimas palabras de su madre:

"Eres bonito. El más bonito del mundo mi pequeño. Porque tú existes, el mundo es
bonito, porque tú lo haces todo bonito"

Todo transcurre natural y bonito en el universo de Byun Baekhyun. Se siente muy


tranquilo y satisfecho con la vida que ha logrado construir a pesar del dolor del pasado.

Pero todo su mundo se verá desbordado, cuando su mejor amigo Kyungsoo, lo arrastra a
una fiesta. Una noche, en donde se encuentra a sí mismo, deseando a un hombre que
transformará su existencia, sin saber que el pasado los conecta. Un hombre que
pertenece a un mundo, completamente antagónico y opuesto a lo que él quiere para su
vida. Park Chanyeol.

"Baekhyun. Tú eres Mi Mundo. Porque tú existes, todo en mi mundo es más bonito y sale
el sol, porque tú eres mi sol"

Pareja principal: ChanBaek

Género: Fanfic Homoerótico / Romance/Drama.


Advertencia: Lenguaje Vulgar, Contenido sexual explícito, violencia y muerte de
personajes secundarios.

Trascurre en tiempo paralelo a las historias de

"MI VIDA" (ChenMin)

"Sana mi Corazón" (SuLay)

Es necesario leerlas, como encuadre de la historia. No puedo asegurarte que la


entiendas de no hacerlo.

Esta historia es de mi completa imaginación.

Queda prohibida la copia total o parcial de esta obra.

Portada realizada por @KimDoLilo


Capítulo 1
"Eres Bonito"

Golpeo con mi lápiz el cuaderno. Ya he terminado con los ejercicios. Pero si le


digo a la maestra que los hice todos, les dirá a mis compañeros que si yo pude,
ellos también y nos sumará más ejercicios para hacer. Así que me quedo mudo.

- Baekhyun – me susurra Kyungsoo – ¿Ya terminaste?

- Ahaaa...

Me pasa su cuaderno por debajo y yo le doy el mío. Así me aburro menos hasta
esperar que toque timbre de recreo. De vez en cuando miro el reloj vigilando el
tiempo. Termino. Le paso el cuaderno a Kyungsoo que me sonríe contento y
¡Bingo!

Salimos corriendo ni que nos llevara un rayo. Es que el recreo es lo mejor de la


escuela. Nos vamos a las tarimas de la cancha de fútbol y nos preparamos en
unos segundos.

Me paro en lo alto de las tribunas. Todos me observan expectantes. Tomo un


palo de por ahí, que ahora es mi micrófono. Solo yo puedo juntar esta multitud
de fanáticos.

Kyungsoo me mira y él también, con su micrófono en mano, comienza la


presentación. Mientras yo preparo mi voz privilegiada.

- ¡Aclamado por multitudes! ¡Amado por todas las jovencitas! ¡Con el club de
fans más grande de Asia! ¡Su último trabajo es el más vendido con un día de
estar en las calles! ¡La estrella más grande del pop! ¡¡¡Con ustedes Byuuuuuun
Baekhyuuuuun!!!
Tengo un público súper agitado. Gritan terriblemente por mí. Yo salgo, les hago
mi saludo y haciéndoles un corazón, termino por tirarles besos. Eso ha hecho
que griten con todo.

- ¡Y dime Byun Baekhyun! ¿Cómo estás? – Kyungsoo es muy bueno en lo


que hace. Nunca deja de sonreír y mis fans largan algún que otro suspiro
también por él.

- Bien. Muy bien y feliz de estar con ustedes hoy aquí – digo y tiro un beso.

- Y la gran pregunta Byun Baekhyun ¿Tienes novia? ¿Tienes novio? ¿Está


ese corazón con dueña o dueño?

Kyungsoo mira a mis fans que ya se pusieron mal. Se hace un silencio


sepulcral. Saco pecho y solemnemente me declaro.

- Mi corazón tiene dueño. Mis fans.

Ya no gritan. Aúllan de la emoción por la declaración que acabo de hacer. Y yo


me siento un dios.

El presentador vuelve a hablar.

- Palabras muy sinceras y salidas del corazón... ¡¿Qué nos vas a ofrecer
hoy?! ¿Qué nos vas a cantar?

Tomo aire y cuando estoy a punto de anunciar mi canción un terrible golpe se


me estampa en mi cabeza haciéndome tambalear y caer el suelo. Una pelota
rebota en mis narices.
Mis fans se vuelven a la cancha de fútbol, donde todos se ríen de mí. Kyungsoo
me ayuda a ponerme de pie. Ahí está ese niño de nuevo molestándome.

- ¡Oye imbécil! – grito furioso poniéndome de pie, porque me ha hecho


interrumpir la función – ¡Fíjate dónde mandas a volar el balón!

- ¡¿Y quién te dijo que no me fijé?!

Todos se ríen, menos mis fans, claro. Aunque la mayoría sean niñas, me son
bien fieles. Nos cruzamos de brazos y nos enfrentamos.

Kyungsoo se me para al lado, jamás nos abandonamos.

Yo desde lo alto puedo ver bien a ese grupo de niños que desde que siguen a ese
orejudo no han parado de molestarme. Ni siquiera lo conozco, va a una división
distinta a la mía, entró tarde a la escuela y ya tiene un séquito de secuaces a
quienes ordena cosas y las hacen por él.

- Así que lo hiciste a propósito... – afirmo agarrando el balón entre mis


manos y jugando con él.

- ¡Ya deja de interrumpir el juego con tu estúpido show! – me grita furioso.

- ¡Yo no interrumpo tu estúpido juego con mi espectacular show! – se la


devuelvo.

- ¡Si interrumpes!

- ¡No!
- ¡Si!

- ¡No!

- ¡Si!

- A ver ¿En qué puede molestarte mi show?

Se queda callado. Está furioso porque aprieta sus labios sin querer responder y
me blanquea esos ojotes grandotes que tiene de loco. Entonces aprovecho para
vengarme por haber interrumpido mi presentación. Porque seré niño, pero no
tonto y con este matón, no me voy a dejar.

- ¿Acaso quieres sumarte a mi grupo de fanáticos que quieren escucharme


cantar?

- ¡¿Qué dices idiota?!

- Yo creo que te gusta verme cantar...

Todos se quedan mirándolo a él más que a mí.

- ¡No digas estupideces! – me dice con los puños bien apretados.

- Yo sé que te desconcentras en tu juego cuando me ves bailar...

Mis fans y mi presentador se ríen, y yo me clavo una vuelta en lo alto con


pelota en mano.
- ¡No es así idiota!

- Si... si... Di lo que quieras – digo posando como una estrella de la tv – Pero
la verdad es que soy taaaan bonito, que no me puedes dejar de mirar.

Yo sé que soy bien bonito. Nadie tiene que decírmelo. Pero dudo que este chico
me considere bonito. Sólo quiero molestarlo.

- La verdad – me dice el chico sonriendo y yo puedo ver que tiene una


sonrisa de guasón que me asusta – Si me desconcentras ¿Sabes por qué?
¡Porque eres un castigo para los tímpanos con esa voz chillona que te revienta
los oídos!

Todos se ríen. Ha tocado en donde más me duele. Eso que ha dicho me ha


clavado en el corazón.

- ¡No es verdad! – le grito convencido – ¡Eso es porque tienes unos radares


de dumbo terribles que hacen que no sepas apreciar una hermosa voz!

Todos se ríen de lo que he dicho y yo me doy por satisfecho. Pero lejos de


callarse, él la sigue.

- ¡Oye! Vi a tu mamá los otros días paseando al perro ¡No! espera... ¿Eras
tú? – dice ese maldito chiste y todos sus amigos se me ríen.

- ¡No es verdad!

- Encima dice que eres bonito ¿Sabes qué? ¡Eres feo! ¡Más que feo! ¡Eres
horrible! ¡Cara de caca!
- ¡Mentiroso! – digo ya sacado porque sé que miente.

- ¡Nunca miento! ¡Seguro eres igualito a tu mamá! ¡Eres feo! ¡Feo! ¡Feo!

- ¡¡No te metas con mi mamá!!

Le estampo entonces la pelota en su cara de póquer y me le largo desde lo alto


para darle su merecido.

No sé cómo he podido terminar con este chico revolcándome en medio de la


tierra. Siento los gritos de todos alrededor. Me gusta ser el centro de atención,
pero no de esta forma. No señor.

Todos gritan su nombre y yo me he quedado solo, porque los matones han


agarrado a Kyungsoo y mis niñas gritan desesperadas por lo que ocurre sin
poder defenderme.

A duras penas me paro después de haber comido tierra y miro a la cara al niño
maldito al que todos aclaman.

- ¡Eres feo! ¡Feo! – me grita riéndose de mí con los pelos parados.

Encima todos comienzan a gritar al mismo tiempo batiendo palmas: "¡Feo! ¡Feo!
¡Feo!"

Ni que fuera un toro, de esos que he visto alguna vez en la tele, me le voy al
chico y hundo mi cabeza en su panza, tirándolo al suelo con todo. Después me le
siento encima y comienzo a darle mil trompadas. Me duelen los brazos, pero no
me importa. Yo solo quiero que se trague sus inmundas palabras.
Alguien me tira de atrás con todo. Yo pateo sin parar. Todos hacen silencio.

- ¡Pero qué ocurre aquí! – me gritan mientras me agarran de los hombros –


¡Basta ya!

¡Maldición! ¡La maestra!

Ni que yo fuera el demonio que ha comenzado todo. Me agarra del brazo y me


arrastra a la dirección. Ya me la veo venir. Ahora todos dirán que el culpable
soy yo.

En frente se me para el director y me hace entrar a la oficina. Me obliga a


sentarme y me mira indignado. Ni siquiera me han dejado ir al baño a lavarme.
Yo tengo mi cabeza mirando al suelo sin decir una palabra. Me duelen las
manos y en la rodilla, tengo un raspón terrible y sangro. Mamá se va a enojar
porque he roto el pantalón. Papá se enfadará porque me puse a pelear en la
escuela como si fuera un matón. Siempre dice que odia a los matones.

- Byun Baekhyun ¡¿Cuál es su excusa?! – me dice indignado.

Para qué decirle algo. Todos los días a los niños les dicen cosas y él no hace
nada. Si le digo que me dijo que "canto feo", "feo", "cara de caca", "que soy el
perro que paseaba mi mamá"... ni le va a importar.

Así que hago lo mejor que sé hacer y que le ablanda el corazón a mis papás. Le
hago mi puchero tierno y me le pongo a llorar.

- Señor... director... – digo ya esperando que el agua de los ojos comience a


bajar y cuando la siento, me hago el dramático con todo – ¡Yo... yo no soy
malooooo! – y rompo en llanto.
- Ya pequeño... Ya... – me consuela el director dándome palmaditas en la
espalda – Vamos a llamar a mamá y papá, para que te vengan a buscar. Pero
antes hay que ver esas heridas en la enfermería.

- Per... per... perdóooooonnnnn... – digo hundido en pena.

- Mañana hablaremos bien Baek ¿Si? – me dice el buen hombre – pero lo


que has hecho no está bien ¡No señor!

- Lo siento muchooooooo – expreso sin parar de sollozar.

Después de un rato en que dejo que el director me calme, salgo de su despacho,


secándome las lágrimas. De repente, me encuentro con el niño malo sentado en
el pasillo. Se para como haciéndome frente. Ya ni sabía que era un poste este,
porque apenas le llego al pecho y es mucho decir.

- Ni que fueras víctima – me dice y yo no puedo evitar detener mis ojos en


su labio cortado que sangra – Ahora resulta que además de feo, eres un llorón.
Los hombres no lloran ¿Sabías?

- ¡PARK! – siento el estruendo del director que lo está llamando para entrar
a dirección.

Se va y antes que la puerta se cierre, se da la vuelta y me dice.

- Feo.

Maldito. No me dio tiempo para la reacción. La puerta se cerró en mi nariz.

Me han dejado salir de la escuela, porque no han encontrado a nadie en casa.


Camino con Kyungsoo de regreso.
- La sacaste barata – me dice mi amigo con los ojos bien abiertos.

- ¿Por qué dices eso?

- Dicen que es un Park.

- Sí. Escuché que el director le decía "Park".

- ¿Y no sabes quiénes son los Park?

- No – digo encogiendo mis hombros – Y ni me importa...

- Dicen que...

- Ni me importa he dicho – le recuerdo y lo freno.

- Pero...

- ¡No quiero saber nada del chico ese! – le grito furioso – Me cae mal.

- Pero...

- ¡Me ha dicho "feo"! – le recuerdo – Ha llamado fea a mamá. Mamá es


preciosa y yo soy parecido a ella. Todo el mundo me lo dice.

- Entiendo... pero...
- Se ha burlado de mí. Me ha dicho "cara de caca" ¡¿Entiendes?! ¡Me ha
dicho que soy "feo"! ¿Soy feo Kyungsoo?

- "Feo" es lo menos que te ha dicho...

Yo le clavo los ojos y él cierra la boca. Así llegamos a su casa primero. Nos
despedimos y lo veo que sale su mamá a recibirlo. Ella me saluda amable con la
mano en alto.

Llego a la mía. Entro y me encuentro con que no hay nadie. Cosa súper rara.
Mi mamá siempre hace lo mismo que la mamá de Kyungsoo. Me preparo una
leche chocolatada y me la tomo. Subo a mi habitación y me tiro a la cama.

La voz de ese niño viene a mi cabeza todo el tiempo. Y los gritos de "¡Feo!",
retumban por las paredes y me hacen despertar de mi siesta súper furioso.

Jamás antes me importó lo que alguien pudiera decir de mí ¿Por qué ahora sí?
En mis cortos 9 años de vida, tampoco me había pasado una cosa así.

Igual lo bueno de todo esto, es que me di cuenta que sabía pelear bien. Pero
nunca se lo diré a papá, porque odia a los matones. Y yo tengo prohibido ser
como uno de esos. Siempre me lo dice.

Escucho un golpe, que viene de la sala. Me incorporo en la cama y me doy


cuenta que está oscuro en la habitación. Me dormí con todo.

Pego un salto y me levanto. Escucho voces de personas que se encuentran


abajo.
Abro apenas la puerta de mi dormitorio y escucho más fuertes las voces. Son
personas discutiendo y entre ellos está mi papá. Quiero saber qué pasa, aunque
me encuentro asustado.

Jamás en la vida había visto a papá discutir con nadie, ni siquiera con mamá.
Sólo en los dramas he visto esas cosas, así que el corazón parece que se me sale
del pecho, del susto que tengo.

Camino por el pasillo en dirección a la escalera. Miro hacia abajo. Abro bien los
ojos y no puedo moverme. Esa gente me asusta de verdad. Son muchos hombres
y en el medio de ellos está mi papá.

De pronto dos tipos lo agarran de los costados, lo sostienen y uno que está al
frente, le da con su puño en el estómago. Yo quiero gritar y alguien me tapa la
boca. Es mamá.

Me arrastra hacia el dormitorio donde guardamos cosas viejas. Solo cuando me


suelta, me deja hablar con ella.

- Mamá... mamá... qué pasa – digo ya llorando y temblando sin parar del
susto que tengo.

Mamá no me dice nada. Me mete en un closet lleno de frazadas y me tapa con


ellas. Soy pequeño así que entro bien.

Cuando papá, mamá y yo jugamos a las escondidas, suele ser mi lugar


preferido. Pero ahora, esto no es un juego, porque mamá no me dice nada. Está
también asustada y todo lo hace rápido. Yo sólo puedo llorar y decir.

- Mamá... mamá yo no quiero estar aquí.


- Baeky, por favor – me habla recién y muy rápido – Vas a tener que
quedarte aquí, como cuando jugamos.

- Pero no me gusta este juego ahora...

- Baekhyun por favor – me llama la atención y eso ha hecho que tenga más
ganas de llorar – Quédate dentro, tengo que ayudar a papá.

- No quiero que me dejes. Está muy oscuro. No me gusta.

Mamá me acaricia las mejillas, secando mis lágrimas. Entonces me asusto


más, porque la veo a ella llorar, mientras me dice.

- Mi amor, será un rato nada más. Y te prometo que nada malo va a pasar.
Pero para eso te tienes que callar cariño.

- Mamá no entiendo...

- Baeky. Mi amor. Necesito que seas valiente por mamá. Necesito que seas
fuerte mi pequeño.

Mamá sigue acariciando mi cara. Siento que estoy todo mojado de transpiración
y de mis lágrimas, porque no puedo frenar eso. No entiendo nada. Solo sé que
algo malo, muy malo pasa, porque mira todo el tiempo a la puerta.

Me quiere poner los auriculares y prepara un celular.

- Es de papá – digo entre gemidos – se va... se va a enojar si agarro su


móvil.
- No se va a enojar. Quédate con él. Escúchame bien Baekhyun – me explica
y me obliga a mirarla – Sólo cuando deje de sonar la música, sal.

- Pero mamá...

- Escucha Baekhyun – me dice secando mis mejilla – Hazle caso a mamá y


no le discutas ¿De acuerdo?

- De acuerdo...

- Qué te he dicho entonces...

- Que solo... que solo cuando la música deje de sonar, puedo salir fuera.

- Así es. Mírame Baekhyun... – me ordena –...recuerda siempre esto. Papá y


mamá te aman. Papá y mamá están orgullosos de ti. Papá y mamá te adoran. Y
siempre, siempre te van a cuidar ¿Entendiste?

- Mamá ¿Por qué... por qué lloras?

- Porque estoy feliz de haber tenido al hijo más bueno, más inteligente y
más bonito del mundo. Mi Baekhyun – dice y me abraza fuerte, muy fuerte.

- Pero todos dicen en la escuela que soy feo – es que recordé al maldito niño.

- Porque son ciegos.

- No. Tiene los ojos bien grandes.


- Eres bonito. El más bonito del mundo mi pequeño. Porque tú existes, el
mundo es bonito, porque tú lo haces todo bonito. Y que nadie se atreva a decir
lo contrario nunca – dice tratando de sonreírme y me besa en las majillas

- No entiendo lo que dijiste – digo desesperado porque no quiero que se


vaya.

- Ahora te voy a poner la música que más le gusta a papá y te vas a quedar
quietito aquí ¿Entendido?

- Pero ¿Y tú a dónde vas mamá? Yo... no quiero... no quiero quedarme sólo...

- Voy con papá mi amor.

De repente se sienten unas explosiones que nos asustaron a los dos. Mamá se
vuelve a mí, me acomoda rápido y me dice.

- Te amo.

Y dándome un beso en cada mejilla, me pone finalmente los auriculares a todo


volumen y se levanta para cerrarme la puerta.

Aprieto mis ojos con fuerza porque solo sé que tenía miedo, sin escuchar nada
de fuera. Así que me concentro en la música que papá escuchaba mucho y me
pierdo en esas canciones.

No sé cuánto tiempo ha pasado. De pronto alguien abre la puerta del armario.


Las luces me hacen doler los ojos. Hay alguien parado.

- ¿Mamá? ¿Papá? – pregunto.


Me quito rápido los auriculares cuando me doy cuenta que me está hablando.

- ¡Por Dios! ¡Hay un niño aquí! – grita un hombre.

Me froto los ojos. Los abro bien. Y me doy cuenta que por el uniforme, es un
policía.

- ¡Niño! – me dice el hombre amable – ¿Estás bien?

- Si – respondo con miedo, porque mamá y papá me han dicho que no debo
hablar con desconocidos. Pero sé que es un policía.

Escucho el sonido de pisadas de personas que suben las escaleras. Allí veo a
gente que si conozco.

- ¡Abuelos!

- ¡Baekhyun! – grito mi abuela y se pone de rodillas para recibirme entre


sus brazos

- Mamá me dijo que me quede ahí hasta que termine la música ¿Dónde
están papá y mamá?

Todos se quedan callados. Se miran unos a otros. Mi abuelito habla.

Ha pasado una semana desde que me han dicho que mi mamá y mi papá se han
ido al cielo. Y me siento enojado con todos, porque sé que me han mentido ¿No
era más fácil decirme que habían muerto?
Debería haberle obligado a mi mamá a quedarse conmigo y esconderse en el
armario.

Hoy he venido por primera vez a la escuela desde lo que pasó. Detesto que me
miren con lástima por todos lados. Pero me ha traído beneficios, nadie me
molesta, me regalaron almuerzos, me dieron dulces como obsequios y hasta
ofrecieron hacerme las tareas. Yo les sonrío amable a todos.

Me he mudado con mis abuelos, los papás de mi mamá. Estoy más cerca de la
casa de Kyungsoo, así que seguimos caminando juntos, de regreso de la escuela.
Él me acompaña todo el tiempo.

- Baek – me dice antes de entrar a su casa – Dime la verdad ¿Cómo te


sientes por... ya tú sabes?

- Bien Kyungsoo – digo sonriendo – ¿Por qué preguntas?

- Nada... es solo que... – se queda callado, me mira extraño – Te ríes todo el


tiempo como si no hubiera pasado nada.

Su mamá sale a recibirlo y lo llama. Él antes de irse me dice.

- Baek... a veces no tienes que sonreír todo el tiempo. A mí no tienes que


convencerme de que estás contento. Eres mi hermano.

Y me abraza fuerte, para ir a donde está su mamá.

Antes de entrar a casa, me desvío para ir un rato al parque. La sonrisa que


tenía, se me ha borrado con eso que me ha dicho Kyungsoo.
Dejo mi mochila en el suelo y me siento en un columpio. Apenas me muevo en
él. No hay nadie. Estoy sólo. Sólo. Sólo de verdad.

Agarrado de las cadenas de ambos lados, miro mis pies. Mis pantalones
comienzan a mancharse con las gotas que comienzan a salir de mis ojos. Porque
estoy sólo. Mi mamá y mi papá, no van a volver. Nada es igual.

No quería llorar, porque alguien me dijo que los hombres no lloran. Pero yo
estoy sólo. Nadie se va a dar cuenta. Así que lloro.

De pronto comienza a llover. Pero ni me importa mojarme. Allí me quedo


debajo del agua llorando sólo.

Entonces noto algo raro en medio de mi llanto, el agua ya no me moja. No


entiendo, porque sé que sigue lloviendo. Veo delante de mí un par de zapatos
negros. Levanto mi vista. Quien está parado, es el niño orejudo y odioso que
piensa que soy feo. Solo me mira. Sostiene su paraguas rojo, que me cubre a mí
también.

- ¡Qué! – le grito furioso secándome las lágrimas – ¡Si! ¡Soy un llorón! ¡Y


qué!

Él no me dice nada. Solo sostiene su paraguas y lo acerca más a mí. Mientras


yo no puedo parar de llorar.

Pasa un rato largo. Y él sigue ahí de pie. Se está mojando. Y me doy cuenta
que es porque me está cubriendo más a mí que a él. Me seco las lágrimas que
ya van dejando de caer. De repente ya no pienso tanto en lo sólo que estoy, sino
en lo que este niño loco está haciendo aquí.

- Te estás mojando – le digo, porque ya me da cosa este silencio raro.


- No importa – me dice tranquilo y serio.

Lo veo vestido de un traje negro. Eso me hace pensar en mí cuando enterramos


a papá y mamá.

- ¿Murió alguien? – pregunto curioso.

- Mi abuelo.

- Lo siento mucho – le digo sincero.

- No lo conocía realmente. Estaba peleado con mi papá. También murió un


tío hace semanas atrás. Tampoco lo conocía.

Él sigue mirándome como si nada. Y yo me siento un tonto sentado en una


hamaca, charlando bajo la lluvia. Por eso me paro y me pongo mi mochila
mojada. El paraguas sigue cubriéndome a mí. Entonces le digo espantado.

- Eso es terrible. Qué pena igual, que murieran. Son tu familia.

- Puede ser – dice el encogiendo sus hombros – Ahora nos tenemos que ir
por eso.

- ¿Te tienes que ir? – digo triste y no sé por qué.

- Si. Así dijo mi papá. Que nos tenemos que mudar a otro país y guardarnos
por un tiempo.

- No entiendo.
- Yo tampoco. Pero eso dijo él.

- ¿Y qué haces por aquí ahora? – pregunto de repente curioso.

- Vine a despedirme de mi mamá. Vive por aquí. Mis papás son separados.
Y me tengo que ir con mi papá – baja su mirada. Yo lo noto triste. Si yo me
siento sólo sin mamá, él debe sentir lo mismo.

- Lo siento mucho – le digo por eso.

Nos quedamos callados otro rato. Hasta que escucho una voz gruesa que
exclama.

- ¡Señorito Park! ¡Siento interrumpir! ¡Pero ya es tarde!

Él niño suspira, mira y yo le sigo la vista. Allí en un auto terriblemente grande


y caro, hay un hombre parado abriendo la puerta de atrás.

- ¡¿Tienes chofer y todo?! – exclamo sorprendido porque nunca había visto


algo como eso.

- ¿Quieres que te lleve a tu casa? – me pregunta él con un tono amable que


ni me la creo.

- Gracias. No hace falta. Vivo aquí a la vuelta – digo señalando para ese
lado y él sigue mi dedo.

Otros segundos de silencio. Él no deja de mirarme y yo siento que mis cachetes


se ponen calientes, aunque estoy empapado.
De pronto me dice.

- Siento mucho lo de tus papás. De verdad.

Miro sus ojos grandotes y casi negros. Su cara hace una mueca rara, que me
dan ganas de reírme. Pero parece que realmente lo siente. Por eso digo amable.

- Gracias.

- ¡Señorito Park! – escuchamos de nuevo.

- Me tengo que ir.

- Te tienes que ir – digo yo para decir algo.

- Toma – agrega y estira su paraguas rojo.

- ¡No! ¡No hace falta! ¡Vivo cerca! – exclamo.

- Yo subo al auto. Tú en cambio lo vas a necesitar más que yo.

- Entonces... Hagamos como que me lo prestas.

- No entiendo...

Yo tampoco me entiendo. Pero no me gusta la idea de quedarme con algo que es


suyo y yo no le preste nada a cambio.
- Cuando te vuelva a ver, te lo devuelvo. Y tú... – digo hurgando entre mis
cosas buscando algo –...cuando me vuelvas a ver me devuelves lo que yo te
presto.

He encontrado el llavero de mi antigua casa. Un lindo sol que sonríe y la frase a


su alrededor que le leo en voz alta, mientras se lo doy:

- "Siempre sale el sol".

Él lo toma y lo observa unos segundos y repite lo mismo.

- "Siempre sale el sol".

- Mi abuela siempre me dice eso. Por eso me regaló ese llavero. Me dice: "No
te preocupes Baekhyun, después de la tormenta, siempre sale el sol" o "después
de un día nublado, siempre sale el sol" o "Después de la noche siempre sale el
sol".

- No entiendo – me dice volviendo a hacer esa mueca rara en su rostro y


esta vez me le río, porque parece gracioso.

- Yo tampoco entiendo. Y cuando le digo a mi abuela que "no entiendo", ella


me dice "cuando seas grande, vas a entender".

- Gracias – dice él encerrando en su puño el llavero y es la primera vez que


veo que me sonríe. Recién me doy cuenta que tiene una sonrisa muy linda.

- Me lo devuelves algún día – le ordeno yo chistoso, porque sé que eso nunca


va a pasar.
Tomo ese paraguas que me ofrece. De pronto me gusta ese paraguas color rojo y
también me gusta que sea de él. Apenas lo agarro, siento sus dedos, porque él
no suelta su paraguas. Y nos quedamos mirándonos unos segundos. Él parece
triste y yo me pongo triste por sus ojos.

- Mentí – me dice.

- ¿Mentiste?

- No podía dejar de verte cantar y bailar. No me dejabas jugar.

Entonces hace algo que me deja realmente descolocado.

Sus labios chocan con los míos.

Y yo siento más calor en mi cara. Mis ojos siguen abiertos y puedo ver que él
ha cerrado los suyos. Esto es ¿Mi primer beso?

Se incorpora. Abre los ojos. Suelta el paraguas y sale corriendo. Me deja ahí,
bajo la lluvia. Yo miro cómo se va y entonces, antes de subirse al auto, grita con
fuerza.

- ¡Eres bonito! ¡Eres el más bonito! ¡BONITO!

Camino a casa con mi nuevo paraguas que me protege de la lluvia, con una
sonrisa de oreja a oreja y con mis cachetes que hierven de calor, porque me ha
dicho que había mentido y que soy bonito. Mi primer beso me lo ha dado él,
gritando después, que soy bonito.
Lástima que nunca más volveré a ver a ese niño. Recién ahora me quiero
matar, al darme cuenta que nunca le pregunté su nombre. Pero siempre me
guardaré en el corazón, ese primer beso que me dio Park.
Capítulo 2
"Encontramos el amor "

Me levanto de mi siesta larga. Me doy una ducha. Me visto rápido y lleno mi


bolso de ropa. Bajo las escaleras y corro a la cocina. Escucho que alguien canta
bastante contenta, mientras lava la vajilla. Me acerco en puntas de pie
sonriendo, para hacer de las mías.

- ¡Baekhyun! – me reta mi abuelo que estaba sentado leyendo su diario.

- Ya tenías que cagarla – le digo molesto.

- No se dicen palabrotas en esta casa – me reta mi abuela y dándose la vuelta,


me regala un beso en cada mejilla.

- Quería darte una sorpresita abuela. Pero resulta que tu marido es un


aguafiestas.

- Si dejaba que la asustes te ibas a quedar sin abuela – me dice él sonriendo –


Ahora ven aquí y dame mi abrazo.

- ¡Ni que fuera una vieja! – se queja ella dándole con el repasador en la cara.

Yo lo abrazo. Se celan entre los dos, a ver a quién le doy más cariño. Miro mi
móvil y me doy cuenta de la hora.

- Duermo en lo de Kyungsoo – digo mordiendo una manzana.

- ¿Salen a bailar esta noche? – pregunta mi abuela entusiasmada.


- No. Tengo que estudiar para un curso que estoy haciendo.

- A ver cuándo te diviertes un poco más – me reclama ella – Tan bonito y tan
guardado...

- Es un chico centrado – la reta mi abuelo – Déjalo en paz.

- ¡Lee Bum Soo! ¡Tiene que conseguir novio algún día!

- ¡Kim Hye Soo! ¡En esos lugares a donde quieres que salga nada bueno va a
encontrar!

- ¡Gracias abuelo! – exclamo y dándole un abrazo a él y un beso terrible a ella


me largo.

Mi abuela está desesperada, porque considera que necesito más diversión.

Mi abuelo en cambio, cree que estoy muy bien como estoy.

No sé cómo hacerle entender mi abuela que mi trabajo es realmente divertido y


que amo lo que hago. Me siento completo con mi profesión.

Soy Enfermero de Rehabilitación en el Hospital Central. Me recibí con las


mejores calificaciones en la Universidad de Seúl, junto a mi mejor amigo de
toda la vida Do Kyungsoo.

Ahora me dirijo a su departamento a estudiar. En unas semanas rindo un curso


que estoy haciendo con él. Pero cuando llego, me encuentro con algo muy
distinto, pues él ya había hecho otros planes para nuestra noche, sin avisarme.
- ¡No Kyungsoo! ¡Ni sueñes que voy contigo! – le grito a mi amigo que me
insiste en que lo acompañe a una fiesta.

- Por favor Baekhyun – me ruega juntando sus manos, ni que fuera de vida o
muerte la cosa – No quiero ir sólo...

- Kyungsoo – digo en tono duro – Dime la verdad ¡¿Por qué demonios quieres ir
a esa maldita fiesta?!

Nada. No me dice una palabra. Pero yo sé que este inocentón, se hace, porque
de inocente no tiene nada. Pongo mis puños en la cintura y espero que me diga
algo.

Murmura algo bajito y yo acerco mi oído.

- Habla fuerte que no escucho...

- Que... – y larga algo bajito de nuevo.

- ¡Que hables fuerte demonios! – grito y él pega un salto.

- Krystal me invitó hace mucho para que fuera.

- Claro... – digo con mi adorable tonito sarcástico – Te invitó ¡Antes que te


drogue y te viole! ¡No me vayas a decir que te enamoraste de esa loca
desquiciada obsesiva del demonio y resultaste ser masoquista! – digo y le doy
un cocacho en la cabeza.

- ¡NO! – me grita ofendido tomando su cabeza – Pero... pero...


- ¡Pero qué!

- Yo... quiero aclarar las cosas con Jongin – murmura compungido y yo lo quiero
reventar a patadas.

- Do Kyungsoo ¡ESTAS LOCO! – grito furioso sacudiendo mis manos para todos
lados – ¡No voy a dejarte ir a esa fiesta para que te conviertas en picadillo de
ese tipo que amenazó con matarte!

- Pero ¡Yo no tengo la culpa! ¡Y él lo tiene que saber!

- Razona pororó – digo tratando de volver a la cordura – El tipo te encontró


follando con su querida novia, a la que creía la Santísima Virgen. La muy perra
le confiesa que está perdidamente enamorada de ti. Mientras, la seguías
cogiendo como animal. El tipo ¡¿Crees que realmente te quiera escuchar?! ¡TE
VA A MATAR!

- Pero... pero...– balbucea y a mí me exaspera.

- ¡Pero qué!

- Yo quiero... yo quiero...

- ¡Yo quiero qué!

- Necesito aclarar las cosas con Jongin... – dice y veo esos ojazos que se le
llenan de lágrimas.

- Kyungsoo ¿Tú? – digo mirándolo bien a la cara que ya anda luciendo pucheros
terribles – ¿Tú no? ¿Tú no estarás?
Se agacha. Veo unos lagrimones que se deslizan por sus mejillas. Está con sus
manitos en el pecho y a mí se me estruja el corazón de verlo así. De pronto me
da penita.

- Kyungsoo – digo lamentándome de la situación – ¿Te gusta el tipo ese?

Y ahora si que se le largaron las lágrimas a borbotones. Así es mi hermano de


la vida. Un algodón de azúcar andante.

- Baekhyun... – dice moqueando y limpiando su nariz – Esto... esto no... me


puede... puede... estar pasando a mí...

Ya me desarmó. Lo abrazo fuerte y lo pego a mi pecho y me pongo a llorar con


él. Qué injusticia.

Pero ni pienso ir. Y no lo voy a dejar ir.

Se seca las lágrimas y yo le vuelvo a decir.

- Mira. Mañana temprano vemos cómo hacemos para buscarlo y concertar una
cita para que hables con él. Si vamos a una fiesta... Quién sabe con quién ande
Kyungsoo...

- ¿Eso crees?

- Si – le digo seguro y rogando para que entienda – Debe estar borracho por ahí.
Debe estar odiándote y diciéndole a todos que "te va a matar ni bien te vea"
¿Entiendes? ¡A todos sus amigotes! Es peligroso Kyung...
Le paso un pañuelo de papel y mi amigo se seca hasta la última gota de moco
que le quedaba en la nariz. Me mira con esos ojazos y me hace un puchero
dramático.

- Gracias Baekhyun – dice y se seca las lágrimas que le quedaban – Eres el


mejor amigo. Tienes razón – y respirando hondo agrega – ¿Me acompañas a
comprar cerveza? Necesito... Necesito relajarme y apoyo moral. Y Luhan vino
hoy y se terminó toda la que había en la nevera.

- Claro hermano – digo y me lo atraigo al pecho para abrazarlo – Vamos.

Kyungsoo se trepa en su auto y arranca a toda velocidad. Apenas si me ha dado


tiempo de ponerme el cinturón de seguridad.

- Oye Kyung... ve más despacio – le ordeno.

Pero él ni me escucha. Parece poseído en medio de la autopista.

De repente veo que pasamos un mini súper, después un bar y otro almacén, y
hasta un súper que dice "24hs".

- Oye Kyungsoo...

Yo me vuelvo mudo a Kyungsoo y ya le veo los ojos diabólicos, con esa sonrisa
maldita propia de él, de cuando se acaba de mandar una travesura y se ha
salido con la suya.

- ¡Do Kyungsoo! – grito furioso pero él ni problema que se hace – ¡Mierda! ¡Me
las vas a pagar! – digo golpeando con mi puño la ventanilla y pataleando en el
asiento.
Es que recién me doy cuenta que me arrastra al lugar de la fiesta. Me rindo. Si
le pego un cocacho o si discuto con él, si me tiro del auto, o finjo estar asustado,
con este nada valdrá. Me ha arrastrado a un lugar en donde no quiero estar.
Me cruzo de brazos y me quedo quieto.

- Y te dices mi mejor amigo – me reclama – si fueras mi mejor amigo ¡No me


vería obligado a esto!

- ¡Los mejores amigos no se secuestran imbécil! – le grito al muy caradura –


¡Los mejores amigos se escuchan y dan los mejores consejos!

- ¡Los mejores amigos te acompañan en las buenas y en las malas! – me escupe


con esa bocota terrible.

- ¡Y quién está sentado aquí ahora! ¡¿He?! ¡¿Heeeee ?! – le devuelvo donde le va


a doler – ¡Te va a querer matar y yo en medio de esa gente te voy a tener que
salvar! ¡Así que más respeto porque soy el único que va a estar de tu lado en
ese lugar!

Bueno. Eso lo ha dejado mudo y haciendo de nuevo puchero.

- Vamos Kyung – le suplico – Estoy cansado ¡Mañana trabajo!

- Creo que... creo...

Yo sonrío con la esperanza de que me diga "Creo que... tienes razón " y
peguemos la vuelta. Abre sus labios y dice con una sonrisa.

- Creo que llegamos.


Y si. Llegamos. Estamos en medio de un terrible edificio de gente muy, muy
rica en el distrito de Gangnam. De repente veo unos autos lujosos aparcados en
la vereda. Hasta noto a guardaespaldas que esperan a sus patrones, porque
están ahí duros atentos a cualquier movimiento. Muchos chicos y chicas entran
al lugar que está abierto, porque la fiesta se da en un departamento. Y puedo
ver desde abajo que es un apartamento de dos plantas completas, porque la
diversión se da a la vista en dos balcones lleno de enfiestados.

- Mierda – murmuro – Qué ......¡¿Dónde me trajiste?!

- Vamos – me dice él y se baja como si nada.

Yo como tonto lo sigo. Me olvidé que había planeado quedarme quieto en el


auto.

Pero la cosa no aparenta ser tan fácil. Porque hay que dar el nombre en el
ingreso a un recepcionista, que confirma si se encuentra tu nombre en la lista.
A alguien que estaba delante de nosotros, lo sacan a la rastra por haber querido
entrar sin estar ahí.

- Kyung... cómo...

- Dame tu identificación – me exige él y yo no sé por qué demonios obedezco.

Llegamos. Ya me veo arrastrado por uno de los cuidadores de aquí pataleando


entre la gente.

- Identificaciones y nombres por favor.

- Soy Kim Jongin y él Park Chanyeol – dice Kyungsoo y le muestra nuestras


tarjetas.
Yo miro a mi amigo blanqueándole los ojos, porque ha mentido así como si
nada. Le presume descaradamente al guardia, guiñándole un ojo y dándole su
sonrisa corazón. El tipo se babea por Kyungsoo, ni ve las identificaciones y
apenas si mira la lista. Para mi sorprensa nos dice.

- Adelante señor Kim y señor Park.

Entramos al elevador y hay mucha gente con nosotros. Un tipo de negro aprieta
unos números. Se ve que se entra con código. Y así es. No me equivoqué. Todos
nos bajamos y nos dispersados en medio de ese apartamento, que como supuse,
ocupa dos pisos completos. Es espectacular. "Summer" de Calvin Harris suena
a todo volumen.

- Qué lujo – dice Kyungsoo abriendo bien sus ojazos y su boca, impactado.

Yo le pego en la cabeza y le digo sin importarme que le ha dolido, por cómo se


ha quejado.

- ¿Así que tú eres Kim Jongin y yo soy Park Chanyeol?

- Es lo que se me ocurrió – dice rascándose la nuca.

- ¿Y quién es ese Park Chanyeol? – pregunto – ¿Al menos sabes quién es?

- Es un amigo de Jongin. Krystal me lo nombró alguna vez. De seguro que está


aquí porque son amigos de Sehun. El dueño de la fiesta y este lugar.

Miramos. No sé qué mierda vino a hacer Kyungsoo aquí. Está enamorado de


ese tal Jongin y de seguro nada bueno de esta noche puede resultar.
Yo sigo parado inmóvil sin saber si moverme o no. De repente alguien me invita
a bailar y yo me niego rotundo porque queriendo salir corriendo ya.

- ¡Ve a divertirte! – me dice Kyungsoo – ¡Hay que aprovechar!

- ¡Kyungsoo! – le grito porque la música está a todo lo que da y la gente grita


como loca – ¡Apúrate que yo ya me voy! ¡Mañana tengo que trabajar!

- ¡Voy a buscarlo!

Me acerco a la barra y pido un agua para calmar la ansiedad. No soy de tomar


nada, porque soy blando con la bebida. Y nunca me avergoncé de reconocerlo.
Además mañana trabajo y soy muy responsable con mi trabajo, al que amo con
el alma.

- ¿Bailas precioso? – me pregunta alguien.

- No. Estoy esperando a mi novio – digo sonriendo y tomo un sorbo de mi agua.

- Qué pena – se lamenta el tipo y se va.

Detesto la situación en la que me ha puesto mi amigo. No sé cuántos y cuántas


me quieren llevar de aquí. No me avergüenza admitir que soy atractivo. Pero
mañana tengo que trabajar, así que tengo que mantener la cordura y tomar
tranquilo mi agua.

Otros dos tipos se me arriman pero yo no muestro interés. Nada me atrae, nada
me intriga, nada me hace querer seguir estando en este maldito lugar, lleno de
gente rica.

Nada. Hasta que lo veo.


We found love de Rihanna, parece que lo tuviera poseído.

Allí, en medio de la gente, él se eleva único y soberbio en su sonrisa espléndida,


en sus labios carnosos, en su figura delgada y fibrosa, en sus cabellos revueltos.
Jamás había visto a alguien tan soberanamente delicioso en su desorden,
porque está metido en su mundo.

Tiene una camisa blanca y suelta, que no hace más que dejar al descubierto esa
figura preciosa y este torso bien trabajado, con sus abdominales furiosamente
marcadas. Su pantalón negro chupín, con unas cadenas que cuelgan, me
muestran la rebeldía y el desinterés que le da el verse bien o mal. Porque sabe
que es hermoso.

Yo solo lo miro. Me deleito observándolo cómo se ríe de todos. Debe ser


majestuoso saberse superior e independiente de todo problema del mundo.

Mi boca se curva levemente de un lado. Y me doy cuenta que imito su gesto,


más cuando se lame los labios, tomando el aire del que es dueño. Porque eso
parece, ser el dueño de ese universo.

Veo que sus labios se mueven. Sé que canta sólo: "Diamantes amarillos en la
luz, y nosotros de pie cara a cara, cuando tu sombra cruza la mía".

Yo le sigo los labios y canto sin darme cuenta: "Encontramos amor en un lugar
sin esperanzas, encontramos amor en un lugar sin esperanzas...".

Jamás me había sentido así tan malditamente atraído por un desconocido en la


vida. Creo que ese endemoniado tema que suena, se está apoderando de mi
conciencia.
Le daría un lengüetazo a ese cuello blanco y sudado. Gotea masculinidad y yo
quisiera probarlo. Nunca me había pasado el tener la necesidad de poseer a
alguien en este preciso instante, o mejor dicho, de que me posea. Solo follar.
Solo un polvo. Sólo algo, para saborear esa indescriptible sensación de libertad,
que desprende este hombre que me deja extasiado del poder que parece
desprender por todos lados.

Abre sus brazos sin sentido. Las luces parecen estrellas en su cuerpo, en medio
de la penumbra. Gira sobre sí mismo mientras la música suena. Todos lo
miran. Él sabe que los conquista con solo estar.

Sus brazos musculosos y en apariencia fuertes, hacen que me pregunte cómo


agarran, cómo amarran, cómo abrazan.

Este hombre, podría hacer lo que quisiera conmigo, si notara mi existencia,


claro. Porque de pronto me siento nada ante él. Él es el soberano en este mundo
de lujuria y yo, yo no soy más que... un enfermero que mañana tiene que
levantarse temprano para ir a trabajar.

Ahí está mi realidad. Mientras yo quiero salvar el mundo, este tipo debe
destruirlo. Así que orgulloso de mí mismo, elevo mi mentón y sigo metido en lo
mío. Es decir, en esperar a que Kyungsoo, arregle su tema con ese tal Jongin.

Un flaco choca conmigo y sin siquiera mirarme pega un grito que me aturde.

- ¡Jongdae! ¡Maldición apúrate que se están matando!

- ¡Ya voy maldita sea! – grita el tal Jongdae, tratando de abrirse paso entre la
multitud.

De repente veo que medio mundo se gira para el mismo lado. Yo también soy
algo curioso y me volteo para ver a dónde se dirigen los ojos. Y escucho que
grita un tipo iracundo y loco.
- ¡Hijo de puta! ¡Me las vas a pagar!

El que ha gritado es amarrado desde atrás por alguien que los quiere frenar.
Cuando veo al "hijo de puta", me quiero matar.

- ¡Kyungsoo! – grito con todo.

Pero nadie me lleva el apunte, porque la música sigue sonando, hay gente que
sigue bailando y otra que me impide el paso, para llegar hasta donde está mi
amigo. Encima Kyungsoo tiene ganas de seguirla, porque se le escapa de los
brazos a quien lo sostenía y se le tira con todo a Jongin. Si su idea de arreglar
la situación era esta, pues ya se esfumó.

- ¡Termina de una vez! – le grita uno que lo agarra.

- ¡Déjame terminar entonces! – exclama Kyungsoo sacado de la bronca – ¡Te


voy a matar!

- ¡Yo primero! – grita Jongin.

No sé cómo demonios he hecho para llegar hasta ahí. Tengo que frenar a mi
amigo, pues así como es una seda y un peluche andante, puede ser el más
diabólico cuando se lo propone y no querría ser su enemigo en esos momentos.
Jongin no tiene idea de con quién se ha metido.

- ¡Basta Kyungsoo! – rujo rabioso.

- ¡Él comenzó todo! – protesta indicando con su cabeza a Jongin, mientras veo
que dos tipos lo sostienen de los costados.
- ¡Suéltenlo! – les ordeno, porque a pesar de todo es mi amigo y yo no voy a
permitir que nadie le haga daño. Bueno, él está intacto, el otro es el que está
desfigurado, pero es mi amigo y punto.

No me hacen caso, todo lo contrario, se me ríen en la cara. Parece que ni


piensan largarlo. Y yo ya me les quiero ir encima. Así que molesto viendo la
odiosa sonrisa de uno, le grito con todo.

- ¡¿Y tú de qué te ríes idiota?! ¡Suelten a Kyungsoo!

- Oye bonito... Tranquilo. Solo queremos terminar de una vez con esto y que la
fiesta siga.

Me ha dicho "bonito". Juro que mi cuerpo se estremece, como si una corriente


eléctrica me atravesara de punta a punta. Mis cachetes arden de calor. Apenas
si me animo a mirarlo de reojo, pero puedo notar su camisa blanca entre
abierta, su torso a la vista y sus pantalones negros con cadenas que brillan.

El tipo que bailaba solo.

Su voz es grave y profunda. Su sonrisa es desquiciada por momentos, divertida


y hasta erótico.

Yo hago como que estoy en la mía, aunque estoy caliente en serio. Pero no dejo
de percibir su presencia. Me está mirando. Lo sé. Y yo lo ignoro. Estoy
demasiado avergonzado al recordar lo que pensé y todo lo que me habría
gustado que me haga mientras lo vi bailar. Así que no me queda más que
hacerme el duro y gritar.

- ¡Te dije Kyungsoo que no debíamos venir!


- ¡Qué sabía yo que me lo iba a encontrar aquí! – responde el caradura, cuando
vino para encontrárselo justamente.

Estamos en una situación bastante pesada. Kyungsoo vino a trompearse con el


mejor amigo del anfitrión, así que no nos queda de otra más que aceptar que
diplomáticamente nos dirijan a la salida. Y yo estoy iracundo, porque los dos
tipos que amarraron a mi amigo, no lo sueltan un segundo. Hasta que llegamos
al umbral del apartamento, ya alejados del resto.

- ¡¿Pueden soltarme ya?! – grita Kyungsoo estando en la puerta de ingreso –


¡¿Por favor?! ¡Ya entendí!

- Está bien – dice el de la camisa blanca, con desconfianza.

- Gracias – agrega Kyungsoo arreglándose la ropa como si nada y tranquilo.

Yo me enervo al verlo así, porque me ha traído a sufrir esta situación de mierda


y encima hace como si nada, cuando sé que por dentro se le está partiendo el
corazón. Por eso lo reto furioso.

- ¡Sabías que iba a estar aquí! ¡No mientas!

- Oye bonito – me vuelve a decir este hombre y yo me derrito por dentro porque
noto su altura terrible, como si me cubriera por completo – Tranquilo. Tu amigo
se las arregló bien.

De nuevo me ha dicho "bonito". A cuántos les dirá lo mismo. A todos de seguro,


porque debe estar acostumbrado a que se le babeen a su alrededor. Teniendo en
cuenta que cuando bailaba solo, los que estaban cerca se le refregaban como si
nada. Esa visión, ya me enojó, así que como no quiero ser uno más del montón,
le grito para que le quede claro.
- ¡No te metas en nuestros asuntos! – y dirigiéndome a Kyungsoo le ordeno –
Vamos a casa.

- Ya, no exageres – me dice el desgraciado que se va a comer un sopapo por


faltarme así el respeto, más, cuando se hace el tranquilo dirigiéndose a esos dos
– Chicos, gracias por rescatar a su amigo. Ya me estaba aburriendo del
debilucho ese. Mucho fuego por la boca y un témpano en acción.

- Oye – le reclama el más bajo – Cuida tus palabras peque. Es nuestro amigo.
Nunca pelea ¿Qué mierda le hiciste?

- A él nada. Pero a su novia, o mejor dicho ex novia... – dice Kyungsoo y sonríe


diabólicamente haciéndose el superado –...de todo.

Si. Llegamos a casa y lo parto en cachos. Este se me está haciendo el fuerte,


teniendo en cuenta que lo violaron. Está quedando como el macho número 1,
cuando anda llorando como condenado, enamorado del tipo que además de ser
hétero, es "cornudo", gracias a él.

- ¡Un momento! – interrumpe el alto – ¿Tú eres...? ¡Mierda! – exclama y yo ya


creo que lo va a trompear.

- ¡Qué! – dice Kyungsoo y se le para en frente – ¿Quieres continuar lo que


empecé allá dentro?

Me dieron ganas de reírme. Apenas si le llega al pecho y ya lo quiere agarrar.


Igual, yo apostaría por mi amigo, así que tengo que frenar esto de una vez.

- Ya Kyungsoo. Vamos a casa – le suplico – Por favor, estoy cansado y mañana


trabajo.
- Baekhyun ¿Por qué siempre tienes que ser tan aguafiestas? – me reclama –
¡No hubieras venido!

- ¡No quería venir! – le recuerdo a los gritos – ¡Me arrastraste imbécil! – y le


doy un cocacho que se lo tenía guardado.

- Tienes razón – dice Kyungsoo y agacha la cabeza arrepentido haciendo


puchero – Vamos.

Y eso hacemos. Caminamos unos pasos y escucho esa voz grave que grita.

- ¡Adiós bonito!

Subimos al auto. Kyungsoo no arranca y yo ya sé lo que le pasa.

- Baja de ahí – le digo – Yo conduzco.

Apenas arranco, larga todo el llanto contenido. Yo sólo puedo de vez en cuando,
darle unas palmadas en el hombro. Kyungsoo me preocupa y mucho.

Nos acostamos a dormir. Me recuerdo que dentro de 5 horas debo estar de pie
en el hospital. Cierro mis párpados que ya pesan del cansancio.

Sin querer, sólo puedo verlo bailar esa canción a la que le sigue la letra. Sus
brazos se abren girando sobre sí mismo. Tiene los ojos cerrados y mira al cielo
estrellado, aunque él brilla por sí mismo. Sonríe como si nada, ni nadie le
importara.

Entonces baja su rostro y me clava la mirada. Esos ojos tan familiares, que he
visto por primera vez, se quedan impactados en mí. Y me dice solo dos
palabras:
- Eres bonito...

No dijo más. Porque la alarma suena y ya me tengo que ir a trabajar.


Capítulo 3
"Ha sido un largo tiempo esperando"

Kyungsoo, Luhan y yo nos encontramos parados frente al doctor Zhang Yixing


y el nuevo "voluntario": Kim Jongdae.

Nos habían avisado que seríamos sus tutores ante el juzgado, porque el tipo
está aquí cumpliendo condena, haciendo tareas comunitarias. Solo que jamás
me hubiera imaginado que el mundo es tan pequeño. Es uno de los amigos del
tal Jongin. Lo reconocimos al instante con Kyungsoo. Nunca podría olvidar
cómo se reía divertido de la situación esa noche que su amigo y mi amigo se
agarraron a las trompadas.

Apenas Yixing se retira de la sala de descanso, Jongdae comienza a mostrar la


hilacha. Tiene un carácter y un temperamento de mierda. Es soberbio y
altanero. No le gusta aceptar órdenes de nadie. Nos ha tratado a Luhan,
Kyungsoo y a mí, como si fuéramos menos que nada. Típico de cualquier niño
rico caprichoso, que hace lo que se le da la gana.

Camino con él por los pasillos y los puestos de enfermería. Mientras reviso
algunas carpetas con los datos de pacientes y le presento a parte del personal,
charlo con él como puedo.

- Lo bueno de esto es que ya cursaste un año de Medicina – le digo – Eras


bueno por lo que sé ¿Por qué dejaste?

- Por qué preguntas – me apunta desafiante.

- Una respuesta, con otra pregunta – comento largando un suspiro –


Simplemente deberías haber dicho "no es lo mío" o "me di cuenta que no me
gustaba" – y le insisto – ¿por qué dejaste?

- Porque me di cuenta que la muerte no tiene solución.


Lo observo en silencio unos segundos. No se inmuta siquiera ante la palabra
"muerte". Parece esperarla, como si la vida solo fuera un trascurrir sin sentido.
Este tipo está complicado en serio, porque en sus ojos veo sarcasmo y
arrogancia. Me pregunto si merece realmente estar donde está, aquí, con tanta
gente que lucha por vivir. Más cuando termina por decir.

- ¿Qué sentido tiene curar y sanar si la muerte llega igual? Todos morimos. Fin
del asunto.

Cruzando sus brazos, sonríe, mientras aprieta sus labios y endurece su


mandíbula. Está a la defensiva.

- Será un trabajo duro – sentencio para mí mismo.

Al final del día, el doctor Zhang me llama. Yixing es un amigo. Pero dentro del
trabajo, siempre nos tratamos formalmente. No es idea de él, sino mía. Si fuera
por Yixing, sería el mejor amigo de medio mundo.

- Me llamaste – le digo entrando en su consultorio.

- Si mi muchacho. Ven siéntate. Quería saber cómo te fue con Jongdae.

Me desplomo en la silla. Suspiro con todo y le confieso.

- Para la mierda.

- Ya Baekhyun – me reta frunciendo el entrecejo – ¿Dónde quedó el enfermero


más optimista y vital, de todo el Hospital?
- ¡No me vengas con tus halagos! ¡Este tipo me saca de quicio! – le reclamo y a
la vez le suplico – Yixing... ¡Aquí se trabaja! ¡Tengo gente que atender de
verdad!

- Y él es un enfermo que hay que curar.

- ¿Por qué insistes tanto en él?

Se queda callado unos segundos más de lo normal. Se pone serio. Y yo termino


de darle mi parecer.

- Me dijo que la muerte no tiene solución – le cuento molesto – Eso me enoja


mucho. Que ande una persona así, en medio de los pacientes... ¡no me gusta!
Ellos lo que menos necesitan es a alguien con ese pensamiento tan
desalentador.

- Pero me han contado que ha puesto a Zitao de buen humor – me clava con una
sonrisa – Y que Minseok después de verlo, ha hablado.

- Suerte de principiante. Quizá tenga chispa...

- Confío en tu capacidad de contagiarle tu alegría y mostrarle con tu ejemplo,


que no importa qué tan dura sea la vida, porque como dice el gran enfermero
Byun Baekhyun...

- ¡Ser feliz es tu decisión! – gritamos los dos y nos reímos.

Yixing aplaude y se lo nota contento. Ya me tiene para el desafío, lo sabe, por


eso me dice.
- Yo sé que lo vas a contagiar. Yo sé que va a prender mucho de ti Baekhyun.

- Ya Yixing – me le burlo – No quepo en esta silla de lo ancho de orgullo que me


siento de mí mismo con las cosas que dices.

Mis amigos saben de mi vida. Yo no tengo problema en contarles que he


perdido a mis padres en forma trágica. Compartir el dolor, ha hecho que se
vaya. Todo sufrimiento quedó opacado por el amor recibido por parte de mis
abuelos y el apoyo incondicional de mi mejor amigo, Kyungsoo.

Creo que ser enfermero, compensa cualquier horror, ante la experiencia


cercana con la muerte. Apenas con 9 años, he visto cómo la policía sacaba de
casa, los cuerpos de mis padres en bolsas negras. Ahí supe lo que era la muerte.

Pero también a los 9 años, hubo un acontecimiento existencial que borró todo lo
malo: mi primer beso. Ese es mi secreto.

Cuando creí que iba a perder las ganas de sonreír, porque me sentía sólo en el
mundo, ese beso, me llenó de alegría. Todo se hizo bonito de nuevo, porque me
habían dicho que yo era "bonito" a los gritos. Algo tan tonto para cualquiera,
resultó ser mágico en mi vida.

Cuando fui creciendo, entendí que tenía dos opciones: enojarme con el mundo y
vivir lleno de odio; o decidir salir adelante y ser feliz a pesar de todo. Así que
me decidí por ser feliz.

Igual tengo que admitir, que siempre ha quedado una espina clavada en mi
corazón. La injusticia de saber que jamás encontraron a los asesinos de mis
padres.

- Su mamá murió cuando era un niño más pequeño que tú – me comenta


Yixing.
- Por qué me lo dices.

- Su papá no es la persona más paternal del mundo que digamos...

- Por qué me lo dices.

- Al parecer en la vida se ha encontrado con gente no muy buena que digamos.

- Ya – le digo levantando mi mano para frenarlo – Ni que fuera inocente.


Seguro que si andaba en malas, era el líder. Es tan soberbio que dudo que se
deje mandar por alguien. No me causa lástima.

Yixing se ríe y no me discute. Así que concluyo en que tengo razón. Pero al final
le doy con lo que quiere escuchar.

- Prometo hacer lo posible para ayudar a que sea un tipo decente.

Yixing me llena de besos y abrazos. Y yo me siento orgulloso de mí. Para qué


mentir, soy el mejor revitalizando a medio mundo. Por eso me quieren tanto y
soy la estrella del hospital.

- ¿Salimos esta noche? – me pregunta Luhan, en lo que me estoy yendo.

- No Lu' – respondo – Hoy toca trabajar fuera.

- ¡Ya Baekhyun! ¡Vas a caer molido! ¡Deja de una vez esos trabajos de medio
tiempo! ¡Eres enfermero!

- ¡Quiero cambiar el auto! Ya te dije.


- Pídele a tus abuelos.

- Ni que fuera un pendejo – le digo haciendo puchero, porque me gustaría, pero


me da vergüenza – Además ya sabes que no me gusta abusar...

- ¡Pero eres un profesional! – me reclama mi amigo sin hacer que cambie de


opinión.

Trabajaba como camarero cuando estudiaba. Mi supervisor en ese entonces,


ahora es dueño de un bar y organizador de eventos. Me llama cuando hay que
cubrir al personal en cualquier fiesta o en su mismo establecimiento.

Camino en dirección al estacionamiento del hospital. Me detengo un momento


por el parque. Algo llama mi atención. En un banco, Minseok habla con
¿Jongdae?

Tengo miedo de que el tipo se esté portando mal con Mini. Me acerco unos
pasos. Jongdae sonríe y está atento a cada gesto y palabra de Minseok.

Minseok está haciendo ejercicio con una pelota en sus manos. Esta se le escapa
y Jongdae sale corriendo a atraparla para dejarla de nuevo en la falda de
Minseok. En fin. Quizá sea el inicio del cambio.

De pronto la imagen de Jongdae, con el tipo de dos metros esa noche, viene
como un rayo a mi mente. Si son amigos ¿Serán iguales?

Me subo al auto y conduzco a mi trabajo de medio tiempo.

Entro al Lobby Lounge bar. Es un pub exclusivo. Cuando no trabajo, tenemos


pase libre con Kyungsoo y Luhan, porque cantamos cuando venimos,
adueñándonos del pequeño escenario.
Todo está como siempre, delicadamente iluminado. Como en la penumbra. Los
focos tenues se centran en las mesas y apenas en la barra. La gente se
distiende y gusta del lugar, no sólo por los platos exquisitos y los buenos tragos,
sino también por el ambiente tranquilo y cuando se da la oportunidad, la
música en vivo.

Camino en dirección al vestidor, saludando a mis compañeros.

Pero entonces veo pasar a uno de mis compañeros, secándose unas lágrimas
que le caen a chorros de los ojos. Siento unas carcajadas horribles provenientes
de un compartimento privado, de donde él ha salido. Me vuelvo al barman y
pregunto.

- ¿Qué demonios ocurre?

- Niños ricos – me dice él con cara de asco, mientras me sirve un trago –


Amigos del dueño. No han dejado de burlarse, de molestar e insinuarse
asquerosamente a cada uno de nuestros chicos. Idiotas...

- ¿A Jungkook? – murmuro.

- Lo han estado jodiendo sin parar. Pobre...

Me voy al vestidor y veo al niño que llora sin freno. Me acerco y apenas me ve,
mi muchacho se me abalanza como buscando consuelo.

- Baekhyun.... – gime descontrolado – Me agarraron el culo ...... No quiero volver


ahí...

- ¡Jungkook, Baekhyun! – grita el encargado – ¡Las mesas esperan!


Ni siquiera ve lo que le pasa al pobre chico y se va.

Yo no tengo más que hacer, que sufrir con el niño que no da más de soportar
esa situación denigrante. Entonces me lleno de valor y le digo.

- Déjame la mesa. Sigue con las mías...

- ¡¿Qué?! – dice Jungkook sin creerle lo que le ofrezco. Ni yo me la creo.

- Atiende el resto. Yo me encargo de esa gente de mierda – le digo como si nada.

- No... – dice sacudiendo la cabeza mientras se seca las lágrimas – No puedo


dejarte que lo hagas ¡Te van a querer violar!

Yo me le río para confortarlo.

- ¡Que se atrevan! –y dándole unas palmaditas en el hombro, agrego – Yo me


cuido bien.

Jungkook suspira y se me larga a los brazos, con una mirada de gratitud.

Termino de vestirme rápido. Saco una preciosa sonrisa y como si nada, me voy
para el sector de esos inadaptados. Respiro profundo y agarro la bandeja llena
de bebidas que habían pedido.

Entro al compartimento y me encuentro con tres tipos y cuatro chicas, sentados


en los sillones. Están vestidos con ropa exclusiva, tienen cadenas de oro y
relojes terribles de caros. Lo que me hace ver bien, que sí, son "niños ricos".
Dos de ellos están pasados de revoluciones junto a las mujeres que les dan con
todos los gustos; hasta el vaso en la boca le ponen a los tipos para que tomen
sus bebidas. Me da asco, la verdad.

El más joven de los tres, los mira serio y de mal humor, cruzado de brazos. Me
sorprende que siendo el menor, pareciera ser el más centrado y maduro.

- Ya era hora – me reclama uno de los revoltosos, de mala gana.

- Siento la demora – me disculpo y sonrío mientras dejo todo en una mesa


ratona dispuesta en el centro.

- ¿Qué pasó con el chico de antes? – pregunta el que está con cara de pocos
amigos.

- Ahora les serviré yo – explico mientras sigo con lo mío – Mi compañero no se


sentía bien. Cualquier cosa que precisen...

- Pero ¿él está bien? – vuelve a preguntar para mi sorpresa el chico,


incorporándose.

- Ya Jimin – dice el otro enfiestado riéndose las carcajadas – Qué... ¿Te gustó el
niño?

- ¡Idiota! – grita y a mí se me crispan los pelos, cuando veo que el tal Jimin se
levanta y le estampa una trompada en el estómago.

El que me reclamó al principio mi demora, se mata de la risa, mientras ve a su


amigo quejándose en el sillón.
Yo me pego la media vuelta y ya estoy por salirme, cuando escucho que el tipo
me dice.

- Oye precioso. Vuelve en 5 minutos trayendo lo mismo.

Me vuelvo y solo asiento con la cabeza. Él me mira de arriba abajo, lamiéndose


los labios y yo ya me enervo, más cuando agrega.

- Da gusto verte servir.

- ¡Ya dejen de comportarse como imbéciles! – grita el más joven, mientras los
otros dos se ríen.

Salgo del lugar, apretando mis dientes, cerrando mis ojos con fuerza y
esperando que no termine por estamparle a alguno en la cara la bandeja,
porque el "matón" dormido que llevo dentro, quiere salir a la luz.

Ya fuera, me ventilo el cuerpo, sacudiendo mi camisa de los nervios que me ha


hecho sudar. Entonces, alguien me habla por detrás.

- Disculpa.

Me doy la vuelta y me encuentro con el tal Jimin. Vuelvo a mi carita feliz y


pregunto.

- ¿Se le ofrece algo?

- ¿Está bien?

- ¿Perdón? – inquiero confundido porque no entiendo.


- Tu compañero – me dice serio e incómodo – ¿Se encuentra bien? Aquellos
idiotas lo molestaron. Lo vi salir... no parecía estar bien.

Yo me sonrío, no sé qué decirle al chico. Apenas si logro rascarme la cabeza.


Justo en ese momento, Jimin se queda duro, mirando algo. Me vuelvo a donde
observa y me doy cuenta que está viendo a Jungkook servir una de las mesas.
Él entonces se responde solo.

- Ya entiendo. Si fuera él tampoco querría estar ahí sirviéndonos – dice triste y


se va.

Bueno, eso sí me ha sorprendido. Al parecer, no todos los niños ricos son


iguales.

- Dame de lo mismo – le digo a uno de los chicos de la barra.

- ¿Siguen igual? – me pregunta preocupado.

- Gente de mierda – comento y él se va para preparar la orden.

Estiro mi cuello, haciendo girar mi cabeza. Estoy tenso y me digo a mí mismo.

- Quisiera cantar.

- Alguien ya te ganó de mano – me dice sonriendo el barman que me ha


escuchado.

- ¿Qué? – murmuro.
Apenas unas teclas del piano han sonado y esos breves toques, ya me han
resultado melancólicos.

Es una melodía simple. No llama mi atención, así que me pego la vuelta para
irme en medio de la penumbra de la sala.

Hasta que escucho su voz.

Es grave, es triste, es taciturna de verdad.

- Bebé...

Ha sido un largo tiempo esperando,

un largo, largo tiempo.

Me vuelvo. "Gravity" de Coldplay. Conozco bien esa canción. Porque todas las
noches... la canto...

- Y no puedo dejar de correr,

un largo, largo tiempo.

Me regreso para verlo. En medio de la luz que sólo brilla para él, está
elevándose con los ojos cerrados. Pero ya no se ríe del mundo, sino que suplica
algo.

- ¿Puedes escuchar mi corazón palpitar?


¿Puedes escuchar ese sonido?

Porque no puedo dejar de pensar

y no puedo parar ahora.

¿Puede ser el mundo tan pequeño? De nuevo me encuentro a este hombre,


soberbio y altivo. Canta ¿Para quién canta? ¿A quién le canta? Eleva su rostro a
lo alto, serio y triste en su himno, como queriendo llamar a alguien de verdad.

- Y entonces levanté la mirada hacia el sol,

y pude ver,

oh, la manera en la que la gravedad tira de ti y de mí.

Ni que fuera un decreto, mi cuerpo entero tira hacia él. Mi cerebro no


reacciona. La naturaleza pareciera que exige a mis pies transitar en su
dirección.

- Y entonces levanté la mirada hacia el cielo,

y vi el sol,

oh, la manera en la que la gravedad tira de todo el mundo,

de todo el mundo.
Abre sus ojos, como queriendo ver el sol que no se ve. Busca y busca a algo o a
alguien sin encontrarlo. Mueve imperceptiblemente su cabeza convencido de
las palabras que dice cantando. Arrastra cada palabra como si no fuera
suficiente cantar, porque quisiera gritarlas.

- Bebé, cuando tus ruedas dejen de girar,

y te sientas decepcionado,

y parece como que los problemas

han venido todos...

Sus ojos que parecen desorbitados y perdidos, buscan un punto fijo. Y entonces,
lentamente baja la vista y se encuentra... conmigo.

Me mira. Solo me mira. Y sigue cantando. Y yo... le sigo la canción, en un


murmullo perdido de mi corazón desbordado, que palpita fuera de control.
Porque lo estoy viendo solo a él.

- Puedo oír latir tu corazón,

puedo oír ese sonido.

Pero no puedo evitar pensar,

y ahora, no miraré.

Parado sin saber qué hago ahí, mirando extasiado de nuevo a ese hombre, sigo
la melodía de sus labios brillantes que se mueven. Y noto en sus ojos que se
clavan en mí, el brillo del dolor que se enciende en una lágrima. Una lágrima
que corre por su mejilla y se pierde en la nada.

- Y entonces levanté la mirada hacia el sol,

y pude ver,

oh, la manera en la que la gravedad tira de ti y de mí.

Y entonces levanté la mirada hacia el cielo,

y vi el sol,

oh, la manera en la que la gravedad tira de todo el mundo,

de todo el mundo.

De todo el mundo...

Sus dedos siguen tocando la melodía. Lo miro. No puedo hacer otra cosa más
que analizar sus gestos y la manera que tiene de hundir esos dedos en las
teclas del piano, sin dejar de mirarme un segundo.

Mientras él busca ese sol, yo sólo encuentro la noche con las estrellas
cinceladas en su cuerpo delgado, fibroso y arrogante, como la primera vez que
lo vi, elevándose en medio de todos, con los brazos abiertos.
Escucho los aplausos de la gente que hay ahí. Parpadeo confundido. Es como si
recién me diera cuenta que estoy parado en frente del escenario, ni que fuera
un "sasaeng" persiguiendo a su idol.

Me siento un estúpido total. Más cuando veo que él me mira con una mueca
que no entiendo de su rostro y una mano de mujer se posa en su pecho.

Él se voltea para ver de dónde vino ese toque.

- ¡¿Sandara?! – exclama el tipo – ¡¿Qué demonios haces aquí?!

- Hola querido – dice ella y le da un beso en los labios.

Mierda ¿Qué demonios hago en esta... situación tan confusa? Me largo.

Camino rapidísimo hacia la barra. Pienso en él y esa mujer tan impresionante,


que lo ha besado. Y yo como un idiota ahí parado. Me avergüenzo de mí mismo,
solo recordarme mirándolo como lo miraba.

Tomo la bandeja con el pedido que ya me estaba esperando y vuelvo al


compartimento privado. Respiro hondo y entro.

- Te demoraste dos minutos – me dice como molesto el tipo que me había dicho
del tiempo.

- Lo siento – digo sonriendo, haciéndome el tranquilo y sirviendo – No volverá a


ocurrir.

- Claro que no, porque te quedas – me ordena el infeliz, como si pudiera – Y sólo
te vas cuando yo te diga que nos traigas de nuevo las cosas.
- ¡Ya déjalo en paz Hyun Joong! – dice Jimin golpeando con su puño el sillón –
¡Se están comportando como un par de pendejos pajeros!

- ¡Cuidado Jimin! – lo confronta serio levantando su índice – ¡Ubícate niño!

- ¿Qué ocurre aquí? – dice fuerte, alguien detrás de mí.

Apenas si puedo reaccionar de lo agitado que estoy. Puedo sentir el calor de un


cuerpo, casi pegado al mío. Su aliento ha hecho que se sacudan los pelos de mi
nuca. Me siento cubierto por completo. Pero estoy demasiado tenso como para
voltearme, así que solo puedo quedarme frenado en ese maldito lugar.

- ¡Tu primo que no respeta a la gente adulta! – dice el tal Hyun Joong en tono
duro y seco.

- ¡Y tú que no respetas nadie! – responde el chico.

Los dos se levantan, enfrentándose.

Yo me encojo como queriendo desaparecer de repente. El tipo que estaba detrás


de mí, pasa a mi lado y se frena entre los dos que se quieren pelear. Solo lo veo
de espaldas. Me sorprende la altura que tiene. Su silueta delgada se refleja en
la penumbra y se delinea en su camisa bien ceñida al cuerpo.

- ¡Basta Jimin! – grita – ¡Siéntate!

- Pero Chanyeol...

- Sé amable Jimin – le dice ahora tranquilo, tomando su hombro con fuerza.


El chico le obedece de muy mala gana, desplomándose en el sillón. Y yo me
lleno de bronca, por ver cómo le llaman la atención, siendo que ha sido el más
maduro y considerado de todos ellos. Se ve que está de parte de los otros dos.

Me paro derecho reponiéndome de la situación y aprovechando para irme, con


una excusa perfecta, pregunto al que acaba de llegar.

- ¿Se le ofrece algo señor?

El tal Chanyeol se da vuelta para verme y yo...Santa mierda.

Definitivamente el mundo es demasiado reverendamente pequeño en


miniatura.

- ¿Bonito? – murmura apenas, abriendo bien sus ojos.

Yo me hago el desentendido e inclino levemente mi cara al costado. Tengo las


mejillas ardiendo y el estómago revuelto de ansiedad ¡No puede ser!

"Bonito". Así me llamó la otra noche. "Bonito".

- ¡Ya te dije que te quedas! – interrumpe el tipo que sigue parado y se peleó con
Jimin, ni que fuera soberano y yo esclavo.

Yo lo miro furioso. Aprieto con mis manos la bandeja que sostengo con ganas,
como preparándome para darle con ella en la cara. Entonces el tal Chanyeol me
sorprende cuando lo mira serio. Desafiándolo, me dice a mí.

- Trae otra ronda de lo mismo.


Yo ni pierdo el tiempo, me voy para hacer el pedido.

Honestamente no sé por qué estoy tan enojado. Sabía que me estaba


exponiendo a todo eso cuando le ofrecí ayuda a Jungkook.

- ¿Y cómo va eso? – me pregunta de nuevo el barman.

- Tú qué crees – digo respirando agitadísimo.

- Lástima que el dueño no está. No creo que le hubiera gustado esto.

Tomo la bandeja y regreso al lugar.

- Te demoraste de nuevo – me dice el tal Hyun Joong

- Disculpe – digo sonriéndole.

Él me mira y yo me siento incómodo de verdad. Debo admitir que es un hombre


atractivo, si no fuera por su personalidad. Se acomoda en el sillón. Apoya sus
codos en sus rodillas y siguiendo mis movimientos, dice sonriendo.

- Pareces un chico inocente.

Cuando dejo una botella de cerveza y un vaso frente al tipo que se llama
Chanyeol, me doy cuenta que me mira enojado, como si yo hubiera hecho algo
malo. Entonces escucho que el otro tipo, del que no sé el nombre, habla.

- Yo quisiera probar de esa inocencia ahora.


Mis reflejos son tan buenos y tan impecables por cierto, que salen a la luz
cuando cazo en el aire la mano que está intentado llegar a mi lindo trasero. Sin
miedo lo miro fijo y le aprieto con fuerza de la muñeca. Ya sé quién agarró a mi
compañero.

- Pero qué mierda... – dice el tipo furioso.

Bueno, soy enfermero. Ningún debilucho podría ser enfermero. Me enfrento a


situaciones tensas todo el tiempo. Así que tengo que ser físicamente fuerte.
Pero dudo que estos tipos sepan de esas cosas.

Suelto al tipo que se pone derecho en frente mío. Me mira con mucha bronca. Y
yo ya lo enfrento serio. A mí nadie me toca.

Entonces escucho para mi sorpresa que dice Chanyeol como si nada.

- Esto está aburrido. Nos vamos ahora.

Se pone de pie, seguido de Jimin que suspira. Se le nota al chico arto de estar
en compañía de los otros dos.

- ¿Aburrido? – protesta Hyun Joong riéndose – Recién se pone divertido.

- Vamos – insiste Chanyeol.

- No quiero – dice Hyun Joong mirándolo furioso sin intención de moverse de


ahí y yo ya siento el ambiente muy pesado.
Chanyeol se le acerca. Solo se sienten sus pisadas de sus zapatos. Se le para en
frente y le sonríe como si le divirtiera la situación. Se agacha y le murmura
algo al oído. Noto que a Hyun Joong le caen gotas de sudor por la frente. Mira a
Chanyeol lleno de odio; más cuando le estampa palmadas en su cachete y se le
ríe en la cara.

Chanyeol se incorpora de nuevo y mirando a las mujeres, ordena sin dejar esa
sonrisa que me da escalofrío.

- Vamos a seguir con la diversión a otro lado. Jimin, arregla la cuenta.

- Claro – dice el chico y se va a la barra.

Me sorprende ver cómo le obedecen. Todos se retiran y yo siento que Hyun


Joong me clava la mirada mientras se está yendo.

Yo me he quedado duro como piedra. Esto ha sido lo más raro que he vivido en
la vida. No me gustó lo que pasó aquí. Odio la clase de gente que se cree que
tiene derecho a hacer lo que le venga en gana, solo por tener dinero.

Pero hay otra cosa que me enerva ¡¿Cómo mierda pudo gustarme un tipo como
ese?!

Me maldigo a mí mismo mientras levanto y limpio el desastre que dejaron.

Al final, tenía razón. Es como Jongdae. Por eso deben ser amigos. Es arrogante,
soberbio y ni le importa el sentimiento ajeno.

Cuando me doy la vuelta, algo me conforta al menos. La carita feliz de


Jungkook que viene y me abraza con todo, mientras me da las gracias.
El resto de la velada es tranquila. Cuando todo termina, en lo único que pienso
es en que quiero llegar a casa.

Me dirijo hacia mi coche. Ya es muy tarde y ni un alma transita por ahí.

Entonces veo, a unos metros de mi coche, a alguien apoyado en un auto de esos


terriblemente caros. Un Aston Martin One-77. Ningún mortal común y
corriente podría tener uno de esos. Evidentemente este hombre no es un mortal
común y corriente. Es Chanyeol.

Me detengo unos segundos. Me está mirando. Yo vuelvo a la cordura y me


acerco a mi vehículo marca "para cualquier mortal común y corriente como yo"
y tranquilo saco las llaves de mi morral.

Su voz grave y profunda surge en medio de la nada.

- Quería disculparme por lo que pasó dentro.

Miro hacia todos lados, como si no supiera que es a mí a quién le habla. Largo
una sonrisa sarcástica y no digo nada. Todo lo que quiero hacer es largarme de
ahí.

Abro apenas la puerta de mi auto, cuando siento la presión de algo que la cierra
de una estampida. Miro asustado y molesto. La mano de Chanyeol. No sé en
qué momento ha llegado hasta mí. Debo elevar mi rostro para poder verlo. Me
mira serio y sin una expresión que me deje hacer lectura de lo que piensa. Y yo
le clavo mis ojos recontra enojado.

- Baekhyun ¿Verdad? – me dice y yo desconcertado, abro mi boca sorprendido –


Así te llamó tu amigo esa noche de la fiesta.
Dijo mi nombre. Siento que un terrible cosquilleo recorre mi estómago. Estoy
hecho gelatina. Pero tengo que aparentar seguridad.

Miro a un costado y largo una sonrisa. Elevo mi rostro para verlo y le digo.

- Chanyeol ¿Verdad? Así te llamó uno de tus amigos allá dentro.

Nos quedamos en silencio unos segundos. Él no deja de mirarme. No sé qué


espera. Me siento incómodo, sé que me está analizando y detesto eso, porque
me da la pauta que quiere controlar y dominar la situación. Pero conmigo no va
a poder.

Aprieta sus labios. Respira fuerte porque veo que sus fosas nasales se elevan.
Está nervioso o ansioso por algo. Sin quitarme los ojos de encima, me dice
aparentemente tranquilo y seguro.

- Sé que piensas que soy un imbécil por no haber intervenido. Sé que crees que
no me importó nada de lo que pasó ahí dentro. Sé que estás convencido de que
soy igual que los idiotas que te estaban molestando. Pero créeme que lo que
hice fue para protegerte. No tienes idea de quiénes son ellos.

Respiro agitado y nervioso. Me es inevitable detenerme en esos labios carnosos


y ahora brillantes que acaba de humedecerlos con su lengua. Solo está ahí
parado, apoyando con su mano la puerta de mi auto, como si eso pudiera
impedir que yo me largue de ahí.

Baja su cabeza y la sacude. Está molesto. Y entonces murmura bajito, pero yo


llego a escucharlo.

- Mierda... no le debo explicaciones a nadie...


Suspiro ya cansado de estar con este hombre que lo único que hace es
crisparme los pelos. Me quiero ir. Pienso en que solo debo aceptar sus
disculpas, así que abro mis labios para hablar.

- ¿Y quieres que te idolatre, te aplauda, te admire o qué mierda? – digo


riéndome de él en su cara – Si no soy nadie... – agrego divertido, encogiendo
mis hombros traviesos – No debería importarte un carajo. Ahora si me
disculpas...

Quiero hacer intento de abrir la puerta, pero él me lo impide. Ahora se apoya


deliberadamente en mi coche. Lo miro serio. Ya me siento realmente furioso,
más cuando veo que sus labios se curvan y se cruza de brazos.

- ¡¿Te estás burlando de mí?! – le grito de una.

- Puede ser – me responde muy tranquilo y yo lo quiero matar.

- ¡¿Esa es tu forma de pedirme disculpas?!

- No las aceptaste.

Miro incrédulo a todos lados, como buscando a alguien, pero ni un alma


transita por el lugar. Mientras, él me sigue la vista, hasta que termina
incrustándome sus ojos oscuros y divertidos en los míos. No entiendo a este tipo
de ahora, jugando como niño conmigo.

- ¡Hazte a un lado! – le ordeno furioso al ver que se ríe de mí.

- Oblígame.

- ¡Eres un estúpido idiota!


- ¡¿En serio?! – exclama burlón.

- ¿Qué demonios...? – digo largando una mueca de bronca – Oye... en serio


¡Córrete!

- ¿En serio quieres que me corra?

Ya me puse rojo y quisiera tragarme las palabras. Puedo ver la perversión en


su mirada.

- Haz que me corra – me dice arqueando una de sus cejas.

- ¡Te lo digo en serio!

- Yo también...

Con todas mis fuerzas manoteo su brazo para hacerlo a un lado, pero el tipo es
una piedra incrustada en el asfalto. Yo tiro con más fuerza de él y comienzo a
forcejear. Pero se me sigue burlando y ya puedo ver que realmente esta
situación le es de lo más divertida, porque le siento que suelta una carcajada,
mientras yo sigo luchando.

Nunca había visto una sonrisa tan inmensa. Mirar sus labios en una carcajada,
me han distraído. De pronto me siento estampado de espaldas, contra mi propio
vehículo. Sus largos brazos rodean en una milésima de segundos mi cintura y
me presiona a su cuerpo.

- Peleas mucho bonito – susurra en mis labios y yo siento caliente su aliento.


- ¡Suéltame! – le grito furioso, forcejeando con fuerza – ¡Qué mierda crees que
haces!

Ha vuelto a ser el serio de antes. No entiendo a este hombre. En un segundo es


un niño y ahora... esto.

Por más que intento liberarme golpeando con mis puños su pecho, eso sólo ha
logrado que me amarre con más poder y me aprisione con rudeza sobre sí
mismo. Un rugido nervioso sale de sus labios, haciendo que me estremezca por
completo, contagiándome de su calor.

Su mandíbula se aprieta y sus ojos brillan ardiendo. Sus cabellos negros y


resplandecientes, se han pegado a su frente. Eso ha hecho que pierda el control
de mí. Sin poder entender por qué, mis ojos se quedan aferrados a la
profundidad de los suyos. Me ha dejado quieto.

- Yo sé... – me habla en mi boca –... que viniste a mí.

El ardor de su aliento es tan fuerte, exquisito y peligroso, que hace que mi


rostro se haga a un costado. Tengo vergüenza, porque me ha descubierto.

- No sé... – jadeo inseguro, obligándome a hablar – no sé de qué hablas...

- En el piano...– susurra, mientras yo siento que huele mi cuello –...cuando


cantaba, cuando tocaba... tú viniste a mí.

Y es verdad. Pero jamás podría admitirlo. Jamás podría decirle a nadie que
todo mi cuerpo se dirigía naturalmente al suyo. Como la otra noche lo deseaba,
de nuevo hoy, yo lo deseaba.

- No... no es así...
- "Bebé...Ha sido un largo tiempo esperando, un largo, largo tiempo", pero
viniste...

Siento que mi cuerpo se estremece completamente cuando percibo cada uno de


sus dedos enterrarse en mí. Recuerdo el piano y las teclas ¿Qué acaso soy su
instrumento?

Con una mano sostiene mi nuca. Con la otra sujeta mi cintura. Y yo, no sé qué
hacer.

- Bonito. Eres tan... bonito – murmura y siento que su pulgar, delinea mi


mandíbula – Tú me viste. Solo tú, puedes verme. Porque tú sabes quién soy.

Entonces me vuelvo a él como buscando una maldita explicación a lo que acaba


de decirme.

Mala decisión.

Sus labios carnosos y húmedos se apoderan de los míos. Solo puedo ver sus ojos
furiosamente cerrados, las gotas de sudor en su frente y la inmensidad de su
cuerpo cubriéndome completamente.

Lucho con fuerza de nuevo, tratando de apartarme de él. Golpeo con mis puños
su pecho, pero él no se aparta un segundo de mí.

Muerdo su labio, pero eso solo lo ha encendido más, porque su boca jugosa y
violenta me exige con poder abrir la mía. Percibo su lengua jugando en mi
interior, para finalmente dominarme con su poder, sin entender por qué.

Y sin más, mis párpados van cediendo. Lentamente. Cierro mis ojos.
He perdido. Estoy perdido. Y no me importa.

Ahora, estoy probando del agarre de sus brazos fuertes y autoritarios que me
sostienen. Era esto lo que quería la otra noche. Era esto lo que anhelaba
cuando lo vi hoy de nuevo. Probar de su aliento, de su lengua, de sus brazos, de
su beso. Quería probar de Chanyeol y lo estoy haciendo.

Pero un movimiento hace que me sacuda completamente. Su miembro se


presiona al mío con fuerza.

¡Dios! ¡Me estoy hundiendo! ¡Yo estoy perdiendo! Si me quedo, si sigo, si lo dejo,
yo no seré más que otra de sus cosas, algo con qué jugar. No quiero ser solo un
polvo, no quiero solo follar. Antes, puede ser. Pero ahora... no.

- ¡No! – grito en sus labios – ¡No! ¡Suéltame!

Me armo de valor, luchando contra mí mismo y vuelvo a forcejear con rudeza.


Con el mismo ímpetu con el que él me aferra, yo hago fuerza para deshacerme
de él. Furioso entonces, empujo sin vacilar, lo aparto y me aparto del coche que
ayudó a mantenerme allí atrapado.

- ¡No! – sigo gritando quizá para convencerme más a mí que a él.

Tambaleo inseguro. Y como queriendo demostrarle que me daba aversión


haberlo sentido, mintiéndole a él y a mí mismo, con mi mano limpio rabioso mis
labios.

- ¡Hijo de puta! – grito – ¡Quién te has creído que eres!

Lo miro iracundo y entonces le descargo con fuerza todo mi puño de piedra en


su mandíbula, en un grito animal.
- ¡Mierda! – protesta él tocándose su rostro, quedándose de costado.

- ¡Yo no soy uno de tus juguetes! – exclamo iracundo.

Él me mira con un gesto confuso en su rostro, sin quitar su mano de su


mandíbula, queriendo hablar sin saber qué decir. Así que aprovecho y rápido
me meto en mi auto, quejándome.

- ¡Imbécil! ¡Y así querías que te disculpe!

Y me voy, dejándolo ahí en medio de la acera.

Ni me volteo a verlo. No quiero verlo. Aunque sus palabras sigan retumbando


en mis sesos, tengo que arrancar esto.

"Yo sé... que viniste a mí".

No puedo pensar con claridad. La lógica se me pierde con este hombre. Me


desquicia completamente.

"Bebé...Ha sido un largo tiempo esperando, un largo, largo tiempo, pero


viniste..."

¿Qué demonios quiso decir con todo eso que dijo? ¿Qué mierda quiso hacer
diciéndome esa maldita canción? Eso fue perverso y manipulador. Pero no soy
un idiota, no señor.

"Bonito. Eres tan... bonito. Tú me viste. Solo tú, puedes verme. Porque tú sabes
quién soy"
Bonito. Seguro que a todos les dice lo mismo.

Estoy tan avergonzado de todo esto. Si tuviera que explicar que es lo que más
me indigna de esta noche de mierda, tendría que admitir que me enfurece, ese
beso que me dio. Porque de verdad ¡mierda! que me gustó... Me gustó ese beso
de Chanyeol.
Capítulo 4
¿Quién es Chanyeol?
- ¡Me voy! – grito a mis abuelos antes de salir de casa – ¡Recuerden que paso
el fin de semana en un amigo!

- ¡Por fin! – grita mi abuelita feliz – ¡Dios ha escuchado mis plegarias!

- ¡Alto ahí Byun Baekhyun! – me reclama mi abuelito – ¡Quién es ese


amigo!

- ¡A ver cuándo nos presentas a tu novio!

Me largo de una vez, matándome de la risa. Les he dado para que tengan de
qué hablar, discutir y meditar el fin de semana.

Por suerte Kyungsoo, Luhan y yo, coincidimos este mes en nuestro franco. Así
que aprovechamos para ensayar las canciones de la obra teatral, que estamos
preparando para nuestros pequeños del hospital. Lástima que no estará
Yixing...

Entre los tres nos propusimos acercarnos más a Jongdae, para hacer más
amigable la relación y más fácil nuestro trabajo. Ya ha pasado poco más de
una semana desde que llegó. Aunque es muy bruto, hay que darle crédito en el
esfuerzo que está haciendo por mejorar. Así que ya más animados con los
cambios que nos sorprenden, vamos por más y nos metemos en su casa.

- ¿Estás seguro que es aquí Baekhyun? – me pregunta confundido Luhan.

- Sip – respondo – En el archivo decía eso.


- ¡Vaya! ¡Qué pedazo de edificio! – dice feliz Kyungsoo, abriendo bien sus
ojazos – ¡Debe tener una cocina divina!

- Tú y la cocina – le sonríe Luhan, viendo a pororó perdido entre las bolsas


de las miles de cosas que ha traído para cocinar.

Toco timbre, esperando que alguien conteste del otro lado. Mientras, Luhan
saluda contento a la cámara de seguridad. Para mi sorpresa, al instante suena
la puerta y yo empujo para entrar.

Vamos al ascensor. Subimos tranquilos. Nos miramos y nos matamos de la risa,


porque de seguro la vamos a pasar espectacular.

Ni alcanzamos a llamar a la puerta, que ya la vemos abierta. Jongdae nos


estaba esperando. Así que entusiasmadídimos, decimos los tres juntos.

- ¡Hola!

- Ho...la... – dice un rubio divino altísimo, con cara de desconcierto, que nos
mira a nosotros y mira hacia dentro.

Pero como vemos a Jongdae, yo corro a abrazar a mi muchacho en proceso de


rehabilitación feliz.

- ¡Jongdae! – grito dándole besos.

- ¡Pero mira nada más! – escucho que exclama, Kyungsso pegando un


silbido – ¡Está divino! Creo que voy a venir más seguido. Me imagino que tienes
más de una habitación ¿verdad?
Yo paso a mirar al divino de la entrada, porque le veo cara conocida. Y es
Luhan quien lo confirma.

- ¿Kris? Tú eres ¿Kris Wu? – le pregunta a mi amigo.

- Wu Yifan – dice como todo un caballero – Kris Wu es mi nombre


artístico. Me llamo Wu Yifan.

Luhan pega un grito. Es que recién caigo que es su top model favorito. Y yo
recién me doy cuenta de que es más espectacular en persona, de lo que se lo ve
en las revistas.

- ¡Lo sabía! ¡Te reconocí apenas abriste la puerta! ¡Oye! ¿Eres amigo de
Jongdae? Yo soy Xiao Luhan, su tutor ¿Vives con él? ¿Desde hace cuánto se
conocen? ¿Me firmas un autógrafo? ¿Puedo sacarme una selfie contigo? ¿Puedo?
¿Si? – dice mi amigo juntando sus manitos. Es tan bonito con su cara de
angelito, que convence a cualquiera.

- Chicos – habla Jongdae rascándose la cabeza – él es mi amigo Yifan.


Yifan, ellos son mis tutores, los enfermeros Baekhyun, Kyungsoo y Luhan.

- Hola – decimos los tres de nuevo.

El tipo divino nos sonríe y nos dice amablemente.

- Estábamos desayunando ¿Quieren café?

- ¡Si! – gritamos de nuevo al unísono.


- He traído masas preparadas para hornear – dice Kyungsoo – ¿Dónde está
la nevera? Debo guardar las cosas que he traído para hacer el almuerzo.

Mi pororó camina directo a su lugar preferido, pero le clava la mirada al rubio


divino y le dice.

- Ya me acuerdo de ti – y se pierde en la cocina pegando el grito de – ¡Es


perfecta! – ni bien la ha visto.

Ya me acuerdo. No es solo el top model favorito de Luhan. Es el tipo que agarró


a Jongin cuando pelearon esa noche que...

¡Mierda! ¡Santa mierda! No quiero pensar en un posible encuentro entre mi


amigo y el tipo ese. De pronto me sacude el terror en mi mente.

Hago como si nada y mientras nos sentamos para desayunar, charlamos de lo


importante aquí.

- Oye Jongdae – le digo – ¿Ya revisaste el libreto?

- Lo siento – confiesa apenado – es que no tuve tiempo. Tengo mucho que


estudiar.

- Ya, no te preocupes, te vamos a ayudar – lo consuelo, dándole palmaditas


en al hombro.

- Pero ¿Cómo vamos a hacer? Faltan actores para la obra – se me queja –


son demasiados.

- Haremos dos personajes cada uno – dice Kyungsoo sentándose a la mesa.


- ¡¿Qué?! – exclama sorprendido Jongdae.

- No será gran cosa – vuelve a hablar Kyungsoo, a la vez que se pone de pie
– Ahora si me disculpan, voy a ver si ya se cocinaron las masitas – dice al final
y no sé para qué vino a la mesa.

- Era verdad eso de que le gusta cocinar – comento Jongdae mirándome.

- No le gusta cocinar. Ama cocinar – le confirmo riéndome.

- Yifan – dice Luhan – ¿Tú nos quieres ayudar para la obra?

- ¡¿Yo?! – exclama el divo espantado y yo me río de verle la cara.

En eso escuchamos la cerradura de la puerta de ingreso. Nos miramos curiosos


con Luhan. Parece que Jongdae esperaba visitas, porque él y Yifan se miran y
gritan.

- ¡Los chicos!

¡No! ¡Mierda! ¡Jongin! ¡Kyungsoo! ¡Tengo que sacar a mi amigo de aquí ahora!
¡Mi amigo! ¡Mi pobre amigo!

Ya no puedo pensar en mi amigo. Soy un mal amigo. El peor amigo. He visto a


alguien que no me gustó ver para nada. Mis cachetes explotan de calor.

Me pierdo detrás de la figura de Luhan. Me encorvo un poquito. No quiero que


me vea. No quiero verlo. Espero quedarme ahí quietito sin ser descubierto ¡¿Por
qué el mundo tenía que ser tan condenadamente pequeño?!
Me asomo apenas desde atrás de la silueta de mi amigo. Escucho el barullo de
felicidad que han armado al ver a Jongdae. Lo agarran y lo revolean por el aire.

Mientras yo me amarro de la camiseta de Luhan, que está parado en frente


mío. No quiero que se mueva ni un milímetro.

- Jongdae ¡Te extrañé! – grita alguien.

Me asomo y no puedo creer que él sea así. Chanyeol da vueltas a Jongdae en


sus brazos, ni que fueran... niños.

- Podrías haber dado señales de vida ¿No te parece? – le dice un flaco ¡El
flaco que me chocó esa noche de la fiesta, gritando a Jongdae!

Jongin solo está parado haciendo a Jongdae un ¿puchero? ¡Dios! ¡¿Quiénes son
estos tipos?!

- ¡Suéltame Chanyeol! – grita Jongdae.

De repente, se produce un silencio terrible. Luhan se está moviendo. Y yo le


tiro de la camiseta.

- No te muevas – grito apenas en un susurro – ¡mierda!

- ¿Qué? – murmura él volviéndose mirándome de reojo.

- No-te-muevas.

- ¿Que me mueva?
Y ya se fue mi escondite ¡Mierda! Ni que fuera la estrella, se pone en medio de
la sala. Justo hoy se le ha ocurrido ser educado al desgraciado.

- Buenos días. Mucho gusto – dice y hace una reverencia pero alguien llamó
su atención – ¿Sehun? ¡¿Ho Sehun?!

¡¿Ese es Sehun?! Otro que aparece en las revistas... Me pregunto si Jongdae


conocerá a Lee Min Ho ¿Me lo querrá presentar?

El flaco de Sehun de adelanta, le clava la mirada, se relame los labios y dice.

- Hola preciosa.

Cierro los ojos y me río solo. Ya sé lo que viene.

- ¿Preciosa? – pregunta Luhan, seguido de una risita sarcástica – Preciosa


¡Tu abuela! – grita y ya escucho un gemido ahogado.

Abro los ojos. Sí. Luhan le ha dado con todo a la panza de Sehun, que se
revuelca de dolor en el sillón.

Yifan socorre a Sehun.

Y a mí se me pierde la sonrisa divertida, cuando siento unos ojos que se me


clavan. No sé por qué siempre los cachetes me hierven y se me crispan los
vellos del cuerpo.

Chanyeol ya me vio.
Pero ni pienso mirarlo. Después de esa noche, ni pienso dejarme atrapar por
este gigante. No me gusta. No señor. Igual me es inevitable sentir el calor
terrible de su cuerpo y su respiración agitada que mueve suavemente mis
cabellos. Ya me derrito...es que... está demasiado cerca...

- Hola bonito – escucho que dice, pero yo ni miro.

De nuevo me quiere engatusar. Pero no me voy a dejar. Así que me aparto de


él. Me dirijo donde está el flaco tirado y hago mi trabajo.

- Respira hondo – le aconsejo, recostándolo en el sillón de costado – Así no


vomitas. Vamos a tener que ponerte algo fresco ahí después, para que
desinflame, porque Luhan es bien fuerte – sigo diciéndole, dándole unas
palmaditas en la cabeza – Después de eso, no vas a poder hacer fuerza por una
semana al menos...

De pronto escucho de nuevo un silencio terrible ¡Mierda! ¡Kyungsoo y Jongin!

Kyungsoo se ha frenado en la puerta de la cocina, con una bandeja llena de sus


masas. Se han visto y yo me doy cuenta que mi amigo se lo come con los ojos al
tipo, que se ha quedado mirando sus masitas. Yo creo que Jongin se las quiere
tragar.

Kyungsoo parece que se dio cuenta, porque le dice como angelito.

- Me costó mucho trabajo hacerlas. Están riquísimas. Te lo juro como que


me llamo Kyungsoo – y estirando la bandeja con un ligero rubor en sus
mejillas agrega – ¿Quisieras... quisieras probar una? Por favor...

Jongin agarra la masita y yo creo que no sabe lo que eso significa. Kyungsoo
conquista tan bien, que ya perdí la cuenta de los ex a los que ha dejado con el
corazón roto. Pero es la primera vez que lo veo sufriendo por alguien.
- Eso... ¡Dolió como la mierda! – me había olvidado de Sehun.

- Te lo tenías bien merecido – dice Luhan cruzándose de brazos y yo le hago


mala cara.

Me vuelvo al flaco que se está incorporando como puede y le explico.

- Odia que lo confundan con una chica. Ahora te voy a traer algo fresco para
ese estómago. Quédate aquí...

Me dirijo a la cocina. Abro la nevera. Busco hielo, que por suerte hay. Cierro la
nevera y ya siento que mis mejillas hierven de calor. Chanyeol está aquí. Sé
que es él. Sólo sentir el calor de su cuerpo me genera esta sensibilidad de
mierda.

- Hola bonito.

Hago como si nada. Voy a una mesada. Dejo las cubeteras con hielo ahí. Busco
un paño seco. No encuentro en las puertas que abro y cierro. Ya me estoy
poniendo nervioso. Sigo en lo mío. Encuentro lo que buscaba y comienzo a
preparar el hielo sobre dos paños.

Estoy muy ocupado con lo mío.

- ¿Piensas ignorarme?

Si. Todo el tiempo. Por eso ni lo miro. Bueno. Un poquito y de reojo nada más.

Está parado con las manos en la cadera. Divino como la santa mierda. Pero sigo
con mi cabeza gacha, preparando esta cosa.
- Si crees que eso te ayuda – dice y me sopla en el oído. Naturalmente mis
hombros se encogen con eso y pongo cara de molesto.

Agarro los paños con hielo. Quiero dirigirme a la puerta de la cocina pero el
desgraciado se para justo ahí ¡Demonios! ¡Otra vez con lo mismo!

Levanto mi rostro y lo quiero dilapidar con la mirada, hecho una furia. Pero él
se me ríe en la cara.

- Hazte a un lado – le digo, porque jamás volveré a decirle que se "corra".

- Oblígame.

- No jodas y ¡Hazte a un lado!

Quiere jugar, pero yo lo voy a reventar a patadas. De pronto, desde atrás


alguien habla duramente.

- ¡¿Pasa algo?! – Jongdae. No se lo ve, porque este tipo lo tapa.

- No pasa nada – dice Chanyeol.

- ¿Qué mierda haces aquí parado? – le reta y lo empuja.

Jongdae me mira y me dice.

- ¿Todo bien Baekhyun?


- ¡Mi muchacho! – exclamo con mi carita feliz, de lo agradecido que estoy –
¡Todo perfecto! Le estaba preparando esto a tu amigo el flaco, para que no le
duela tanto cuando pase el tiempo.

- ¿Sirve eso? – me pregunta Jongdae – Pensé que era para otro tipo de
golpes.

- Claro – le explico.

Jongdae me escucha atento sobre la importancia de lo que estoy haciendo.


Chanyeol nos mira a los dos. Es como si no existiera para nosotros.

Caminamos con Jongdae hasta la sala. Ya se acomodaron todos para el


desayuno. Le estiro los paños con hielo a Luhan que se vuelve a mí molesto.

- ¡¿Qué?! – me pregunta.

- Hazte cargo – le ordeno – Tú le pegaste.

Para mi sorpresa no me discute. Me siento a la mesa al lado de Jongdae y


sonrío amable. Kyungsoo ha servido todo y yo ya tengo mucha hambre.

- Oye Baekhyun – me habla Yifan – si necesitas gente que cante o toque


algún instrumento para tu obra, Chanyeol es bueno en eso.

- ¡¿De verdad?! – digo, aunque sé que toca muy bien un instrumento. Pero
tampoco es que me emocione.

- ¡Sí! ¡Yo! – grita Chanyeol levantando la mano, ni que estuviera en la


escuela. Si parece un niño, con esa carita tan bonita y esa sonrisa preciosa,
mostrando todos sus dientes impecables y... ¡Mierda! Ya me estoy perdiendo.
Mejor me despierto...

Algo llama mi atención. Yifan se encogió de hombros, apenas ha dicho eso,


mientras observa a Jongdae. Me vuelvo a mi muchacho, que lo mira con cara de
pocos amigos. Aquí pasa algo.

- Bueno – digo a Chanyeol, para no llamar la atención de nadie, ni darle


importancia a quien no la tiene– pero ¿Te gusta actuar?

- ¡Claro! Me encanta.

- Entonces te probaremos hoy – le digo y me quiero reír de mí mismo.


Porque ¡joder!, sonó como si fuera a hacer un casting o algo así. Pero le dio un
efecto solemne e importante a la cosa.

Tomo un sorbo de mi café. Todos hablan terriblemente. Me doy cuenta que


Sehun había sido un tipo muy chistoso. Nada que ver con esa cara de "no me
importa un carajo nada". Mientras Luhan, le sigue preguntando a cada rato si
le duele.

De repente siento un suspiro melancólico a mi lado. Miro. Es Jongdae. Yo sé


qué le pasa.

Mientras todos siguen parloteando, yo por lo bajo le hablo.

- Jongdae – le digo poniendo mi mano sobre su hombro – ¿Qué tiene triste a


mi muchacho?

- Nada – me dice tratando de mostrar alguna mueca que ni por asomo es


una sonrisa.
- Lo extrañas ¿Verdad?

Cuando le digo eso, me mira súper impactado. Ni que fuera tonto. Anda todo el
tiempo mirando cada cosa que Minseok hace. Hasta he visto cómo fulmina con
los ojos a cada uno que se acerca a nuestro paciente, desde que ha comenzado
su voluntariado.

Sigue viéndome pasmado. Tiene miedo. Y lo entiendo. Nadie puede saber.


Jamás en el hospital se ha metido un profesional, con un paciente. Esta es la
primera vez.

Pero verlo así, me hace darme cuenta que en verdad, Minseok algo ha hecho en
el corazón de Jongdae. Más cuando me dice con mirada de minino abandonado.

- Baekhyun... por favor... no se lo digas a nadie... Si alguien sabe... él no


siente nada... Soy yo... te juro que soy yo y jamás... – me explica agitado y
desesperado –...jamás le haría algo malo a mi pequeño.

- ¿Tu pequeño?

Se agacha angustiado y todo colorado. Yo tengo ganas de reírme y lo hago. Pero


inmediatamente lo abrazo con cariño. Ni que fuera mi hijo, dejo que apoye su
cabeza en mi hombro y yo le doy palmaditas en su cachete.

- Ya mi muchacho – le consuelo despacio – Será nuestro secreto. Pero cuidas


a Minseok, porque si no te mato, después de torturarte, desenterrarte y volver
a matarte de nuevo ¿Si?

Siento que tiembla de la risa en mí. De pronto escuchamos un estruendo en la


mesa.

Todos mudos.
Chanyeol ha reventado su puño en ella, haciendo temblar todo. Tiene
apretados sus labios y mira súper enojado a Jongdae, que se ha separado de mí.
Qué mierda le pasa... No sé. Y ni me importa.

- ¿Y cómo es que se conocen ustedes? – pregunta oportunamente Sehun a


Jongdae – ¿Cómo es que no conocíamos a tus nuevos amigos?

Se hace un segundo de silencio. Kyungsoo, Luhan y yo, sabemos que no


debemos decir palabra. Yifan quiere hablar, pero ni bien abre la boca, Jongdae
levanta su mano y les explica todo.

Se ve que de verdad son amigos, porque escuchan atentos sin decir palabra.

- ¿Quién más sabe de esto? – pregunta Chanyeol serio.

- Nadie – responde Jongdae – Nadie tiene que saberlo ¿Entiendes


Chanyeol?

- Hecho – le dice ni que fuera una cosa de pacto entre ellos.

- ¿O sea que ustedes son...? ¿Qué son? – comenta confundido Jongin.

- Somos sus tutores en el voluntariado – comenta Kyungsoo.

Se está dando una importancia grande y yo les explico a ellos para que les
quede claro.
- Somos enfermeros en el Hospital Central. Estamos en el área de
Neurología y Rehabilitación. Y somos los responsables de Jongdae – digo
sacando pecho y tomando de un abrazo a mi muchacho al lado.

Chanyeol aprieta sus labios. Está serio y pregunta.

- ¿Por qué ustedes?

¿No es obvio? Por eso le respondo para que le quede claro.

- Porque somos los mejores.

- ¿Los mejores? – dice incrédulo.

- Si – explica tranquilo Jongdae – Son los mejores enfermeros. Recibidos con


las mejores calificaciones de la Universidad de Seúl. Los mejores en su área.

- Ya no exageren – dice riéndose Jongin y cuando ve que Kyungsoo, Luhan,


Jongdae y yo no nos reímos, se da cuenta que es muy serio esto.

- ¿Y por qué estabas de camarero la otra noche?

Ese fue el metido de Chanyeol y todos nos clavan la mirada. Es que mis amigos
no saben que lo he visto. No saben nada, de nada.

- ¿Cómo es eso? ¿Dónde se vieron ustedes? – pregunta inquieto Jongdae.

Yo le blanqueo los ojos a Chanyeol. Él quería que todos sepan que lo vi en algún
momento, porque se sonríe el maldito. Y ahí están esos labios curvados a un
lado. Me hago el tranquilo y digo.
- Cuando no soy enfermero, hago trabajos de medio tiempo Jongdae. De
casualidad, encontré a Chanyeol y unos amigos que...

- Ellos no eran mis amigos – interrumpe incómodo ahora Chanyeol.

- Claro – le digo irónico – Tú eras el jefe y ellos obedecían.

- ¡¿Cómo?! ¡Con quién mierda estabas Chanyeol! – dice confundido Jongdae.

- Tenía negocios que atender Jongdae.

- Si claro... – digo riéndome irónico y divertido –...negocios.

Jongdae y Chanyeol se miran duro, ni que se estuvieran desafiando. Yo percibo


los ojos de Jongin, Sehun y Yifan que van y vienen entre sus amigos.

Jongdae me toca para que me vuelva a verlo y me dice preocupado.

- ¿Paso algo malo Baekhyun? ¿Te hicieron algo?

Ya todos callados, miran a Jongdae y creo que van mal interpretando las
cosas. Me siento incómodo.

- Oye Jongdae... – hablo nervioso, pero con mi carita feliz –...No pasó nada
mi muchacho. Solo... solo me lo encontré. Fue un cliente. Nada más...

- ¿En serio?
- Jongdae – dice riéndose Jongin con la boca llena de una masita – ¿Desde
hace cuánto andan ustedes dos?

Luhan y Kyungsoo se ahogan con lo que comían y tomaban. Se miran entre


ellos y se largan una carcajada terrible. Pero los desgraciados no explican nada.

Jongdae menos. Se sonríe, me agarra la cabeza y la apoya en su hombro. Yo no


entiendo hasta que dice dulzón.

- Desde la primera vez que lo vi, ha atrapado mi corazón. Así que ya saben –
agrega duro y amenazante, señalando con su índice a cualquier lado – Nadie se
mete con lo que es mío.

- ¡¿Pero qué mierda?! – digo pegando un respingo y le dándole un cocacho en


la cabeza.

- Ven aquí – me dice Jongdae haciéndose el minino – Ya no tenemos que


ocultarnos ante nuestros amigos.

Yo miro molesto y con los ojos bien abiertos a todos ahí. Ya ando confundido
frente a esta situación. Mis amigos, incluido Yifan se descosen de la risa
agarrándose la panza, mientras Jongdae la sigue, pellizcando mis cachetes.
Jongin y Sehun, están como si nada sonriendo, tomando café y comiendo.

Y Chanyeol... Chanyeol... No está.

No sé en qué momento ha desaparecido de ahí y nadie se dio cuenta. Sólo


escuchamos una estampida de la puerta que ha sonado con todo. Se ha ido.

Hemos quedado mudos y confundidos. Ya nadie se ríe.


- ¿Qué le pasó a este? – comenta desconcertado Jongin.

En lo que resta de la mañana hacemos nuestro intento de ensayo. No nos ha


salido nada, pero nos hemos reído a más no poder.

Los amigos de Jongdae se quedan. Aunque al principio nos sentimos


incómodos, por cómo nos miran, ni que fuéramos bichos raros, después se pasa.

Miro a Kyungsoo, que tiene los ojitos que le bailan de felicidad, de verse así
tranquilo con Jongin. No puede parar de mirarlo, aunque el tipo ni se dé
cuenta.

- Se ve que va bien y no va a quedar tan morado – comenta de repente


Luhan, observando las abdominales de Sehun y yo ya lo veo demasiado
preocupado por el paciente.

- Si queda moretón voy a tener problemas en el trabajo – se lamenta Sehun.

- Lo siento mucho – se disculpa mi amigo y baja la vista.

- ¡No! No, disculpa – dice el flaco suspirando – Yo no quise... Fue mi culpa


¿De acuerdo? Yo debería haber estado más atento...

- ¡Ya! – pego el grito – Baja esa camisa que no hace falta que andes
presumiendo tus abdominales perfectas a estos pobres mortales – termino por
decir serio. Como si no me hubiera dado cuenta lo que anda haciendo y Luhan
ya se anda babeando.

Me voy a la cocina buscando un vaso de agua. Luhan me había seguido sin que
me diera cuenta. Me mira apoyado en el marco de la puerta cruzado de brazos.
Ya sé lo que quiere.
- Desembucha – me exige.

- ¿Qué cosa? – pregunto haciéndome el desentendido.

- No te hagas.

- No sé de qué hablas – digo tomando mi agua.

- Qué pasó con ese tipo.

- No sé qué quieres que te cuenta.

- Baek – dice de pronto Kyungsoo que no sé en qué momento se había


aparecido – Larga de una vez la historia.

- No sé de qué mierda hablan – digo metiendo un suspiro porque ya me


están cansando.

Los miro. No me van a dejar en paz hasta que no cuente al menos algo.

- De acuerdo. Qué quieren saber.

- Dónde se conocieron – pregunta Luhan.

- En la fiesta de Sehun – le respondo.


- ¿Y qué hacías en una fiesta de Sehun tú? ¡¿Y por qué no nos invitaste?!

- Él me arrastró – digo ya sabiendo que Luhan va a estar súper ofendido


con pororó.

Después de tolerar un rato largo a Luhan que le reclama a Kyungsoo no


haberlo llevado, termina por recordar.

- Bueno. Vamos al tema del día aquí. Qué pasó con Chanyeol.

- No pasó nada – digo.

- Mierda Baekhyun – me reta pegándome en el brazo Kyungsoo – ¡Ya no te


hagas de rogar!

- No somos tontos. Vimos cómo te miraba – agrega Luhan.

- Eso sin contar cómo fulminó con la mirada a Jongdae cuando te hablaba
en secreto – dice Kyungsoo.

- Y cuando Jongdae dijo que pasaba algo entre ustedes...

- Fue un cliente – digo – Fue casualidad. Y fue un imbécil, idiota, soberbio


y manipulador de mierda con el que no quiero saber nada más.

- Se ve que hizo algo malo – dice sonriendo ya diabólico Kyungsoo.

- Qué hizo para que lo detestes tanto.


- Luhan ya no molesten. Fue algo sin importancia.

- Si claro... por eso es un imbécil, idiota, soberbio y manipulador de mierda


con el que no quieres saber nada más...

- Me besó – confieso en voz baja.

Miro a mis amigos que tienen los ojotes súper abiertos del impacto.

- No pongan esas caras. Ni que hubiera sido la gran cosa – digo sirviéndome
otro vaso de agua, porque de pronto tengo mucha sed – Ni siquiera debería
haber estado sirviendo esa noche. Ni siquiera debería haber estado sirviendo
esa mesa. Ni siquiera debería haberme acercado a ese piano para ver quién
cantaba – desembucho indignado y sin freno– Ni siquiera debería haber
esperado que él dijera nada cuando intentó tocarme el culo ¡¿Qué mierda fue
todo eso?! Él manda y todos obedecen ni que fuera jefe. Se va. Salgo. Me lo
encuentro fuera. Me pide disculpas. Después dice que "no le debe explicaciones
a nadie". No me deja entrar a mi auto. Se me burla. Me besa ¡Obvio que le di si
merecido! ¡Yo no soy como esa con quien se besó!

Ni me di cuenta de lo agitado que me encuentro. He hablado incoherencias.


Tomo agua porque mi boca está seca.

A quién quiero engañar. Todo él me da vueltas por la cabeza. La tranquilidad


de mi vida, se me fue al carajo.

- ¡Mierda! – exclama Kyungsoo impactado.

- Santa mierda... – agrega con la boca bien abierta Luhan.

Jongdae entra al lugar y la conversación termina. Yo estoy más agradecido y


me voy a la sala.
Suena mi celular. Tengo un mensaje entrante. Es Heechul, mi jefe en los
trabajos de medio tiempo. Leo y guardo el móvil. Luhan me dice bajito, porque
Kyungsoo está cantando.

- Ni se te ocurra irte. Tenemos mucho de qué hablar.

- Tengo que trabajar.

- No terminamos de hablar del amigo de Jongdae.

- No hay nada de qué hablar.

- No me vengas con esas...

- No quiero hablar de eso – concluyo.

Desde la primera vez que lo vi, su imagen no se ha despegado de mi mente. Y


para rematarla, ese beso ha hecho que se me haya estremecido todo el cuerpo.
Pero lo peor ha sido, la confusión que ha armado en mi cerebro.

Solo lo he visto dos veces. Pero ha revolucionado mi cabeza completamente.


Todo él, no hace otra cosa que preguntarme quién es realmente.

¿Quién es Chanyeol?

¿Es el que bailaba soberbio es anoche?

¿Es el que cantaba y tocaba ese piano derramando una lágrima?


¿Es el que daba órdenes a esos tipos ricos que obedecían sin discutir cuando él
mandaba?

¿O es el que se me burlaba en la cara como niño, cuando a las carcajadas


jugaba a molestarme? Eso sin contar, cuando lo vi revoleando por los aires a
Jongdae, riendo divertido con sus amigos...

¿Quién es Chanyeol?

Solo sé, que no debería estar pensando en todo esto. No debería estar pensando
en él. No debería estar pensando en Chanyeol...
Capítulo 5
"Tú eres mío.Tú eres mi mundo"

Estoy adormilado después del siestón que me he pegado en la casa de Jongdae,


antes de venir al apartamento de mi jefe, que me llevará al trabajo.

Heechul me reta porque he llegado tarde a su casa y quisiera seguir


durmiendo. Se me nota,porque bostezo como si me lo fuera a tragar.

- Te voy a arreglar esa cara – me dice y empieza a jugar conmigo,


maquillándome.

- ¡No! – me quejo.

- Calla. Te vas a ver divino.

- No quiero Heechul...

- Si al natural eresprecioso, luqueado eres de infarto –agrega al final, cuando


ya ha esfumado la sombra negra de mis ojos y el delineado perfecto – Te hace
una mirada impactante y profunda.

Yo me río. La adoro por ser tan maternal.

Después de su batalla conmigo, vamos rumbo a "Sky" temprano,el lugar donde


debo trabajar. Heechul conduce y parece más ansioso de lo normal.

- Es uno de los clubes más importantes de la ciudad ¿Alguna vez fuiste?

- ¡¿Estás loco?! – exclamo haciéndole un gesto despectivo – Ni que me hubieran


dejado entrar. Ya sé que club es ese. Todo el mundo sabe de "Sky".
Llegamos al fin. Y ahí está. Parece majestuoso con todas las luces de color azul
que dan vueltas a su alrededor. Por los balcones caen destellos de iluminaria
que adornan delicadamente el lugar. Veo gente haciendo cola, sin que las
puertas se hayan abierto y es temprano. Los de seguridad están parados con
sus trajes negros e impecables. Veo en sus oídos los audífonos y en sus manos
handies por donde hablan. Parece de película.

Nos bajamos y ayudo a Heechul a descargar cosas del baúl de su auto.

- ¿Por qué tanto circo?– pregunto.

- Aquí corazón viene la gente con más dinero y poder de Seúl. Siempre tienen
que tener un nido donde empacharse con sus vicios. Y el nido es este.

- ¿Qué tengo que hacer de especial?

- Vas a servir en la zona vip. Una de mis chicas se me ha enfermado y no tengo


a alguien que responda a la estética que el club requiere.

Lo miro mal. No me ha gustado lo que ha dicho. Discriminadores de mierda. Me


lee el pensamiento y me aclara:

- Yo no soy así. Pero es mi trabajo.

- ¿Y por qué antes no me trajiste? – le pregunto ya molesto.

- Porque no quería que vieras cosas indebidas – me dice como si nada.

- Ni que fuera un niño chiquito que no sabe nada – le reclamo, porque me siento
ofendido.
Se me ríe en la cara y pellizcándome un cachete me dice sonriendo.

- Eres muy bueno Baekhyun. Mi niño precioso.

Cuando nos acercamos, Heechul solo se limita a levantar su mentón para


saludar a los guardias, que le abren las puertas. Veo un mundo de gente que
van de un lado a otro llevando y trayendo cajas de cosas, que se supone son del
bar. Los barman están en su sitio, el DJ está con su música a todo volumen y
las luz es tenue con tono azulada. Heechul me lleva a una sala aparte, solo para
empleados, como leo en el cartel.

Todos están ya listos. Me presenta a mis compañeros que se me abalanzan


curiosos. Todos son bien simpáticos.

- Henry ven aquí – dice señalando a uno de los chicos, ya vestido con uniforme.

- Dime Heechul.

- Me lo cuidas – le ordena.

- No hay problema –dice divertido – Lo cuidaré. No te preocupes.

- ¿Por qué dices eso? –pregunto confundido y molesto a Heechul, pero se va sin
decirme nada.

- Porque eres precioso– me dice Henry – Y estás a punto caramelo.


Creo que se me está burlando. Tengo ganas de pegarle y me habla rápido
porque ha visto que he levantado mi puño.

- Eres precioso. Te van a comer con la mirada. Los tipos van a volverse locos
por ti cuando te vean. Te lo juro, no me estoy burlando – habla rapidísimo,
parece que tiene miedo de que le pegue en serio – Heechul me dijo que no te
llamaba por eso. Se van a querer sobrepasar contigo. Yo voy a tratar de
evitarlo. Concéntrate en las mujeres, son más inofensivas. Pero si no puedo
cuidarte y pasa algo, te pegas la media vuelta y te mandas a mudar
¿Entendiste?

Me he quedado impresionado por la información que me ha dado. No soy tonto,


pero creo que si lo creen. Si un tipo quiere sobrepasarse conmigo, mi puño está
listo para actuar.

- Sonreír – me dice Heechul a mis espaldas – solo tienes que servir y sonreír.
No le des la hora a nadie ¡Y ni se te ocurra pelear!

Me leyó el pensamiento la madre. De pronto los miro a los dos. Están haciendo
mi trabajo complicado solo de haberlos escuchado.

- Bueno vamos – dice Heechul– Sigo siendo el jefe y les mando ir a sus lugares.

- Heechul – llama alguien – viene el jefe.

Mi amigo convoca a todos los empleados al lugar para ordenarlos.

- Ve a cambiarte rápido Baek – me ordena y desaparezco para el vestidor.

El atuendo no es nada del otro mundo. Solo un chupín negro, aunque ajustado
y sugerente para mi gusto, una remera blanca sin mangas, pero algo grande,
dejando entrever mis clavículas y mis costillas en ambos lados. El delantal
negro, es pequeñito y es solo un detalle diminuto en mis caderas. Me miro en el
espejo. Me veo extraño. Me pongo de costado y me acuerdo de Luhan, que
siempre me dice que tengo el culo parado. Me río al verme,recordando a
Heechul que me ha dicho que "si al natural soy precioso, luqueado soy de
infarto". No es por nada, pero, estoy de acuerdo. Me gusta lo que veo.

Salgo de una vez y voy donde están todos los demás. Entro y me encuentro con
que el jefe o dueño, está de espaldas a mí hablando. No digo nada. Me quedo
mudo. Nadie ha notado que entré, y me paro a un costado con otros. Susurro a
Henry:

- ¿Ha dicho algo importante?

- Lo mismo de siempre –me dice bajito – Cara sonriente y feliz. Copas y vasos
llenos en la VIP.

- ¿Heechul? – dice de repente este caballero – ¿Algo más?

- No Seo Joon. Todo perfecto.

- Bien. Entonces a trabajar.

Todos comienzan a moverse y yo quiero hacer lo mismo, pero me detengo al


encontrarme con la mirada fija del "jefe". Este hombre es elegante. Porta bien
un traje blanco y entallado, con una camisa negra entre abierta. Parece otro
modelo. Últimamente hay demasiados tipos como estos en mi vida.

- Buenas noches – me dice– eres el nuevo ¿Verdad?

- Si – susurro y sonrío.
No me siento muy a gusto por cómo me está viendo. Sus labios se curvan para
un solo lado mientras se los muerde y me mira de arriba abajo, diciendo.

- Y eres precioso.

Ahora sí no me gustó. Frunzo el ceño, creo que voy a perder el trabajo que
todavía no empecé pero él me frena en seco.

- Disculpa. Solo soy honesto – dice cambiando el tono de voz y riendo más
amable – Sé apreciar algo cuando lo veo. No voy a propasarme contigo. No me
meto con mis empleados. Respeto mucho a mi personal. Soy Park Seo Joon –
agrega y hace una reverencia, cosa que me resulta muy extraña – Tú debes ser
Baekhyun.

- Si – respondo ya más seguro, de ver que ha cambiado de actitud.

- Creo que estabas apunto de darme una piña ¿Me equivoco?

Yo lo miro confundido. Tengo que admitir que este hombre tiene una sonrisa
encantadora.

- No se equivoca – confieso.

Se ríe fuerte y se queda mirándome de nuevo unos segundos. Se acomoda su


traje ni que le hiciera falta, porque está impecable.

- Bien Baekhyun. Eso habla bien de ti. Sabes bien lo que quieres. Y en este
ambiente, son pocos los chicos así.

Yo solo encojo mis hombros, pues me ha sorprendido. Él se ríe de mi reacción.


- ¡Baekhyun! – llama Heechul y se queda congelado al verme con el jefe – Seo
Joon, él es...

- Si. Lo sé. No te preocupes. Nos estábamos presentando justo. Bueno – dice


moviéndose hacia la puerta – Voy a seguir con mis cosas. Nos vemos luego.

Camina hacia una de las puertas, pero de pronto se vuelve sobre sí mismo,y me
pregunta:

- Baekhyun ¿Cuál es tu apellido?

- Byun.

- ¿Cuántos años tienes?

- 24.

Me mira fijo, sus labios curvados se transforman unos segundos y se pone serio.
Pero vuelve rápido a su estado anterior.

- Byun Baekhyun – dice y sonríe – ha sido un verdadero placer conocerte. No


dejes que nadie te toque.

Y dicho esto se va, dejándome en blanco.

- ¿Qué mierda quiso decir? – le pregunto a Heechul.


- Lo que has escuchado– aclara mientras me acomoda la ropa – No quiere que
nadie te toque. Cuida de sus empleados. Los tipos borrachos son imposibles a
veces. Y ahora, a trabajar.

Entro a la zona VIP, como le dicen. Las luces tenues azuladas han sido
reemplazadas por luces fluorescentes. Veo mujeres y hombres bailando casi
desnudos, sobre las barras del lugar ¡Dios, cómo se mueven! Bolas de luces
adornan todo.Cuelgan del techo como especies de jaulas donde hay parejas
danzando también y haciendo piruetas. El lugar se va llenando y es
espectacular ver el movimiento y el lujo que se desparrama por todas partes.
He quedado impactado.

De pronto siento que mis mejillas hierven, mientras se me ha puesto la piel de


gallina, haciendo que me pare derecho. Tengo un terrible calor. Creo que esta
será una noche muy larga.

Me apoyo en la barra. Los barman dan espectáculos, que por cierto son
increíbles. Hasta lanzan llamas en medio de los aplausos.

Voy y vengo sin parar. Sin embargo no puedo dejar de sentir que al pasar
alguien ha tocado mi trasero. Cierro los ojos y me concentro, para seguir de
largo. También alguno que otro me dice cosas, pero no quiero ni frenarme y
saber qué han dicho.

Veo a mis compañeros que sonríen, se dejan manosear por los tipos que los
frenan y estos ponen billetes en sus caderas o en los bolsillos de sus traseros.
Mierda. Recién ahora voy entendiendo.

Me quedo en la barra esperando bebidas sonriendo a uno de los barman. El tipo


parece agradable y fresco.

- Te veo confundido lindo ¿Es tu primera vez aquí?


- Si – digo manteniendo mi sonrisa.

- Se nota que no eres como el resto de los chicos. He escuchado cuando el jefe ha
dicho que "nadie te toque".

- No sé por qué dijo eso – digo encogiéndome de hombros.

- Porque aquí las chicos se dejan tocar y él deja que lo hagan ¿Entiendes? Así
hay más para la casa y más para ellos.

Mis ojos bailan de un lado a otro. Así soy cuando ando confundido.

- Me gusta tu inocencia – dice riéndose – Y al jefe también, porque ha dicho eso


y además no ha parado de mirarte.

Doy un respingo, porque no quiero ni ver que el jefe piense que no estoy
haciendo nada. Levanto la bandeja para seguir sirviendo rapidísimo.

Mientras la gente agarra las copas de una sola vez, veo a tres chicas que están
tragándose entre ellas y parecen disfrutarlo, mientras el resto las ve.

- ¡A la mierda! – exclamo sin que nadie me lleve el apunte.

Sigo sirviendo y me voy a otro sector. Uno de los encargados me hace señas que
vaya hacia donde está él. Llego y me dice.

- Sirve aquí.
Me señala hacia un gran cortinado de terciopelo que está cerrado. Y ¡a la
mierda! Una pareja está cogiendo de lo lindo. Se me sube el calor por todo el
cuerpo de la vergüenza. Creo que me equivoqué de lugar, porque el encargado
me hace una señal. Sí. Me equivoqué. Era el de al lado.

Entro y lo que me encuentro no me cuadra ni un poco. En medio de una mesita


hay polvo blanco y como cinco tipos se lo están metiendo en la nariz ¡Qué asco!
Ni espero que me pidan nada. Les dejo la bandeja completa y me largo. Ahora
entiendo que andan haciendo en el resto de los cuadraditos detrás de esas
cortinas terribles de inmensas.

- Ve al depósito – me indica el encargado – Busca solo champagne y lleva cuatro


botellas. Se ha terminado. Quédate y ayuda a servir. Ahí está el jefe.

Voy a la cocina, busco las botellas y las llevo al sector que me indicaron. Se nota
que el lugar es especialmente exclusivo, porque hay dos tipos parados en ese
inmenso balcón, donde impiden la entrada a algunos y a otros dejan pasar.

Los guardias me detienen y me miran con desconfianza. Escucho la voz del


señor Park que les grita:

- ¡Déjenlo que pase!

- Lo siento – se disculpa uno – no te habíamos visto antes.

- Está bien – digo y sonrío.

Dejo las botellas en la barra y el barman comienza a destapar cada una.

- Cara nueva. Eres lindo – me dice el chico y yo solo sonrío.


Mientras él termina, yo observo a mujeres bailar alrededor de unos sillones
blancos. Ahí está el jefe con otros amigos. Le están montando un espectáculo,
están en cuero. Yo estoy realmente impactado.

En eso Park Seo Joon inclina su cabeza y me ve. Yo tengo mis ojos bien abiertos
como platos, entonces él solo hace un gesto que no entiendo y veo que las
mujeres comienzan a vestirse. Después levanta la mano y me hace seña que me
acerque. Tomo la bandeja con las copas de champagne y voy hacia él.

La gente se me abre paso de a poco. De pronto vuelve a mí la misma sensación


que tuve cuando salí al salón. Dios. No quiero saber qué es.

Pero cuando llego al sector se me aclara todo. Veo al grupo de hombres y ahí
está él.

Chanyeol.

Sentado, soberbio, espectacular como siempre. Su camisa negra arremangada,


entallada e impecable, resalta sus rasgos vistosos. Tiene un pantalón oscuro
tornasolado. Yo hago como si nada y sirvo. Pero sé que me mira fijo y sigue
cada movimiento que hago.

De todos los lugares ¡¿Por qué justo aquí?! ¡¿Por qué justo él?!

De pronto siento que uno, dice en voz alta refiriéndose mí:

- ¡Carne fresca Seo Joon! ¡Te superas con los nuevos! ¡Es precioso!

Todos se ríen. Miro de pronto a Chanyeol un segundo. Está serio ¿Creerá que
soy como las demás camareros? ¡Soy un simple enfermero! Mi corazón se me
hunde de vergüenza y quiero salir corriendo de ahí.
Muevo la bandeja hacia Chanyeol y le ofrezco una copa de champagne, pero él
con una señal se niega.

- ¡Toma! – le grita Seo Joon y solo veo que él agarra en el aire una lata de
gaseosa.

- Gracias – dice inclinando su cabeza.

- Sabía que no querrías. Eras más divertido antes.

Él no dice nada. Solo abre su lata y comienza a tomar su bebida. Yo sigo


sirviendo a la ronda y escucho:

- ¡No!

Mi jefe. El señor Park ha acallado a todos, aún en medio de la música, es


evidente este silencio incómodo. Recién me doy cuenta que sostiene la mano de
un amigo en el aire. Uno que me quería agarrar el culo. No entiendo nada.

Todos serios. Más cuando él dice.

- No se toca amigo.

El tipo me mira y lo mira a él. De pronto creo que está asustado y dice.

- Lo siento hermano. Ya entendí. Es exclusivo.

El pecho de Chanyeol sube y baja con fuerza, su mandíbula está tensa y hace
algo que me clava el corazón como si fuera una puñalada. Me mira de arriba
abajo. Está desilusionado. Él cree que soy como el resto de mis compañeras. O
peor, que soy exclusivo de Seo Joon.

De pronto alguien se sienta en el respaldo de su sillón ¡Es la mujer infartante


que lo besó en el bar! Está espléndida con un diminuto vestido dorado y su
cabello rubio y lacio, suelto. Se le acerca al oído a Chanyeol y le balbucea algo.

Pego la vuelta y me retiro, con la bandeja vacía.

Vuelvo a la zona común y me voy secando las lágrimas que no sé por qué
mierda estoy largando ¡¿Por qué estoy llorando?! Henry me frena cuando está
pasando.

- Baekhyun ¡¿Qué ocurre?!

- Nada.

- ¡Quién mierda se ha sobrepasado contigo! – grita mirando a todos lados.

- ¡Nadie! Solo... solo me resbalé con bebida del piso y me torcí el tobillo. Duele
como la mierda – le miento y me acuerdo que los hombres no lloran. Me quiero
matar.

Henry toma mis hombros preocupado y me observa. Se agacha para mirar mi


tobillo y fijarse cómo está. Se levanta y me dice:

- Por suerte no se ha hinchado. Ve al baño. Ya nadie se dará cuenta que faltas.


Todos están borrachos o drogados. Hasta los encargados. Todavía quedan unas
horas.

- De acuerdo – digo y le hago caso.


Entro en el baño y me limpio la cara. Se me ha corrido el rímel y el delineador.
Estoy hecho un desastre y no sé qué hacer. De pronto Heechul entra y está con
su carterita diminuta.

- Baekhyun ¿Estás bien? Henry me dijo que...

- Perdón por preocuparlos. Estoy bien, solo algo cansado y aturdido.

- ¿Quieres ir a casa?

- ¡No! – grito y me lamento – Necesito el dinero...

- Y para qué mentirte, te necesito aquí. El lugar está que explota.

- ¿Por qué no me dijiste?

- ¿Qué cosa?

- Lo que hacen mis compañeros.

Mi amigo suspira. Me mira a los ojos como disculpándose.

- Porque es su elección. No la tuya. Ellos eligen. Park Seo Joon no les prohíbe.
Si ellos quieren irse con alguien... es asunto suyo.

Estoy impactado y algo enojado ¿O sea que Chanyeol piensa todo eso de mí?
- Baekhyun – me dice Heechul, levantando su dedo índice – no juzgues a la
gente ¿Te gustaría que los demás te juzguen solo por la ropa que usas, o el
lugar en el que trabajas?

- Yo trabajo en un hospital y mi ropa es un uniforme suelto, ni que fuera


camisón de vieja. Pero entiendo el punto – digo sonriéndole a Heechul, porque
tiene razón. Quién soy yo para juzgar. Todos tienen un motivo.

De pronto me viene a la mente la imagen de Chanyeol y esa mirada despectiva


que me largó. Que se vaya a la mierda. Cada uno tiene derecho de hacer con su
vida lo que quiera.

Heechul me agarra la cara y comienza a re-maquillarme. Ahora entiendo para


qué era su carterita.

- Ve a descansar fuera – dice mientras me arregla – Lo has hecho muy bien.


Toma algo de aire y vuelve.

Salgo por la puerta de servicio y me siento en una escalinata, porque de verdad


estoy agotado. En mis oídos retumba la música a la distancia y mi mente se
siente a punto de explotar.

Meto mi cabeza entre mis rodillas. Pasan unos minutos y de repente unos
zapatos negros e impecables, se detienen en frente de mí. Elevo la vista para
ver qué pasa y ahí está de nuevo. Chanyeol. Tiene las manos en sus caderas
¿Por qué tiene que ser tan... divino?

Sintiéndome nadie y pequeño ante él, sin poder decir palabra, quiero
escaparme. Me pongo de pie, pero cuando quiero moverme ¡mierda! Mis piernas
no responden. Mi cuerpo está en mi contra ¡Para qué mentirme! ¡Quiero estar
ahí! ¡Quiero seguir viéndolo! Sus labios se están moviendo y yo no puedo dejar
de verlos.
- ¿Qué haces aquí? – pregunta con tono seco y duro.

- Trabajando ¿No ves?

Me hago el orgulloso y poso mis manos en la cintura, como él. Menos mal que
estoy unos escalones arriba, así quedo a su altura. Me enoja su forma y su
modo ¡Imbécil! ¡Quién se ha creído!

- ¿Jongdae sabe que estás en un lugar como este?

Miro confundido. No sé de qué está hablando. No respondo a su pregunta o


suposición estúpida.

Se hace unos segundos de silencio. Vuelve a decirme

- ¿Y el tipo de adentro?

- ¿Qué? - digo encogiendo mis hombros desganado.

- Estaba demasiado cerca. Te estaba tocando.

- ¿Y qué mierda te importa?

- ¡Más respeto bonito! – exclama levantando su índice.

¡¿Qué ha dicho?! ¡¿Está loco?!


- ¡Respeto las pelotas!– grito y con ganas de que se las coma.

Lo he descolocado. A mí no me va a amedrentar como si fuera un matón. Me


parece que está enojado, porque está agitado, tiene la mandíbula tensa, sus
fosas nasales se inflaman cada vez que respira y ha levantado su mentón duro,
para tomar una bocanada de aire.

Entonces vuelve a clavarme los ojos.

- Por qué te estaba tocando tu amigo – inquiere como si yo tuviera obligación de


decirle algo.

- ¿Qué?

- Lo vi. Te estaba tocando. Después se agachó ¿Te ocurrió algo?

- ¿Me estabas siguiendo?

- Me quedé preocupado – me dice y yo me sorprendo que no me haya negado


que me estaba siguiendo.

- ¿Por qué? ¡¿Qué te importa?!

- ¡Me importa y punto! – exclama y yo no entiendo un carajo y punto.

Entonces se agacha ¿Qué está haciendo? Ahora entiendo. Hace lo que hizo
Henry. Analiza mi tobillo y cuando quiere tocarlo, yo me alejo con ganas de
patearlo, diciendo.
- ¡¿Pero qué haces?! ¡¿Estás loco?!

- Tu amigo te estaba viendo ahí.

- No tengo nada.

- ¡¿Entonces por qué te estaba tocando?! – exclama mientras se pone de pie y


me mira bien enojado.

¡Dios! No entiendo nada de lo que pasa. Y en contra de mi razón, le confieso


bajando la mirada:

- Porque le dije que me había tropezado y me doblé el tobillo.

- Mentiste.

- ¿Qué sabes tú?

- No me miras cuando te hablo – me sorprende y levanto mi rostro rápido – Y


no parece dolerte. Tu tobillo, está en perfecto estado.

No digo nada. Suspiro. Tengo que volver adentro así que me muevo.

- ¿A dónde vas? – me pregunta.

- A trabajar.

- ¿Por qué tuviste que mentir?


- Para salir a descansar un rato.

- ¿Y hacía falta que mintieras así? ¡¿Alguien te hizo algo?!

¡Sí! ¡Tú insensible! Pienso cuando lo miro. Eso hace que cierre con fuerza mis
ojos. Ya me duele todo.

- Nada que te importe.

- Te he dicho que sí me importa y punto. Y espero que lo entiendas bien.

¿Qué lo entienda bien? ¿Que "le importo y punto"? ¿Así nada más? No creo que
nadie en su sano juicio podría entender una conversación de este tipo. Yo no la
entiendo. Debería irme sin más, pero mierda, no sé qué fuerza tiene que me
atrae.

Mis ojos van y vienen de un lado al otro y entonces interrumpe las miles de
preguntas que dan vueltas en mi cabeza:

- Deja de pensar demasiado las cosas Baekhyun. Me importa y punto.

- ¡¿Qué?! – exclamo sin poder cerrar la boca.

- Escúchame bien... – dice y se sube unos escalones, quedando nada de


distancia entre nosotros.

- Escucho – digo desafiante.


Se encuentra con mis ojos ¡Dios! Esos ojos oscuros de cuarto menguante me
aprisionan. De nuevo me invade. Ha entrado en un lugar que es solo mío. Él
suspira y puedo sentir su aliento y el calor que lo consume a él... y a mí.
Demonios... de nuevo me pierdo...

Hago a un lado mi rostro, como si eso pudiera amilanar esta sensación


irresistible de querer besarlo. Porque quiero. Quiero sentir de nuevo sus brazos
alrededor de mí. A quién quiero engañar.

Se acerca a mi oído y susurra en esa voz grave que me estremece.

- Tú no perteneces a este mundo. Tu mundo es otro.

Muy en contra de lo que mi razón indica, vuelvo mi rostro para encontrarme


con el suyo. Lo miro interrogándolo. Él endurece sus ojos terriblemente. Está
aterrador.

- Bonito – susurra en un gemido grave y ahogado que me hipnotiza – Tu


mundo es otro.

Mira mis labios. Lo sé. Sé que se muere por besarlos. Más cuando aprieta los
suyos. Se acerca y yo no puedo moverme, pero no quito la mirada de la suya. De
nuevo viene esa sensación de calor que me recorre y me consume. Es tan
terroríficamente agradable, que no me entiendo.

Y entonces, sin saber cómo pienso esto que digo, abro mis labios y susurro.

- Mírate Chanyeol... Tú estás en mi espacio. Tú te estás metiendo en mi


mundo. Tú eres el que viene a mi mundo.
Siento que con su mano roza mi brazo, hasta llegar a delinear con un dedo mi
clavícula y tomar con su mano mi cuello. De nuevo su pulgar acaricia mi
mentón. Y yo, sin querer largo un gemido... de placer. Estoy de nuevo en caída.
Este hombre, hace lo que quiere conmigo.

Entonces vuelve a hablar, para terminar por largar una sentencia que ni yo
sería capaz de discutir.

-Porque tú eres mío Bonito. Mío. Tú eres mi mundo.

Eso que ha dicho me ha dejado en jaque. Ha anulado mi razón por completo. Sé


que debería salir corriendo ya de aquí. Sé que debería pegarme la vuelta y
largarme de ahí. Pero, yo soy su mundo. Él me ha dicho que soy su mundo. Y
quizá... él sea el mío.

Siento que aspira el aroma que desprendo. Sé que le causa placer sentirme,
porque cierra sus ojos. Como puedo, desesperado, murmuro, le suplico, sin
saber por qué.

- Por favor Chanyeol ¡Déjame en paz!

Porque de pronto, eso que ha dicho, cobra sentido; nuestros mundos son
distintos. Lo noto. No soy tonto. No hace falta que alguien me lo explique.
Jamás podría estar con él, ni él conmigo.

- Baekhyun yo no puedo, ni quiero dejarte en paz. Porque tú eres mío. Tú eres


mío Bonito. Mío – me dice y yo siento su voz que suena a angustia y fuerza – Tú
eres mi mundo – repite.

Siento que detrás de nosotros la puerta se abre. Abro bien mis ojos y me aparto
de Chanyeol que al parecer, no tenía intenciones de hacerlo. Y reconozco la voz
de mi jefe que me llama.
- ¿Baekhyun?

Me doy la vuelta, quizá está molesto porque me he tomado más tiempo del que
debía para descansar.

- Chanyeol... – dice sorprendido mirándonos a los dos – ¿Qué haces aquí?

- Señor Park, lo siento – digo con la intención de excusarme – estaba a punto de


volver.

- No soy un viejo Baekyun, dime solo Seo Joon– dice y sonríe – No te preocupes.
Heechul me dijo que estabas mal de tu tobillo, pero ¿Todo bien?

- Si. Todo bien. Permiso. Debo regresar. Si me disculpan.

Estoy a punto de pegar la retirada, pero una mano me detiene suavemente y


me hace volver. Seo Joon me sujeta de las mejillas y me mira. Igual, nada en su
gesto parece impropio, ni siquiera yo entiendo por qué he aceptado que haga
eso. Él me observa detenidamente y me dice sin dejar esa impecable sonrisa:

- Baekhyun, sé que todo esto es nuevo e incómodo para ti. Si quieres irte, estás
en tu derecho. No retengo a mis empleados a la fuerza. Cualquiera daría lo que
fuera por estar trabajando en un lugar como este. Pero entenderé si no quieres.
Igual te pagaré la noche. Y créeme que la paga es buena – dice hasta con
ternura y me aprieta los cachetes como si fuera alguien familiar.

Le devuelvo la sonrisa y le digo:

- Disculpa Seo Joon. Todo está bien. Solo salí a tomar un poco de aire. Pero
ahora regreso a trabajar.
Un cuerpo nos separa repentinamente. La torpeza de Chanyeol interrumpe la
charla. Se nos cruza entre los dos a propósito y se me frena unos segundos para
decir:

- Entre ella y yo no hay nada – y sin más desaparece.

¿Se refería a la mujer esa? Qué me importa. Bueno. A quién engaño. Me


importa muchísimo.

Me voy rápido, porque tampoco es que quiera ahora quedarme a solas con Seo
Joon, así que me pierdo entre el gentío.

Voy y vengo sirviendo tragos. De nuevo al ruedo. Solo que con más confianza.
No llevo el apunte a nadie. Si me dicen algo, si siento un roce, si percibo que
alguien tira de mi cabello, en fin, sigo adelante.

De igual forma, estoy hiperactivo. No sé cómo bajarle al calor de mis mejillas.


Esa electricidad que me atraviesa por el cuerpo, que va desde mis brazos,
atraviesa mi estómago y le da explosiones a mi pecho, siguen presentes. Y
aunque quiero pensar que no existe, existe y está allí. Porque por donde paso él
está.

Se ha salido de la zona donde estaba con sus amigos. Me está observando sin
reparos. Como vigilando cada cosa que hago, por dónde voy, a quién atiendo. No
me quita los ojos de encima.

De repente alguien me tira para atrás. Cierro los ojos porque he chocado contra
una pared y me golpeé algo la cabeza. Abro los ojos y me encuentro con cinco
caras en uno de esos cubículos detrás de los cortinados. Los tipos se ríen
mientras me ven, mientras hablan.

- Te estuve mirando toda la noche. Eres precioso – dice uno.


- Precioso es poco. Y es tan pequeño.

- Va a aguantar.

- Te vienes a una fiesta privada niño.

- No gracias – digo haciéndome la desentendido.

- No fue una pregunta. Fue una orden.

Y se me vienen todas las manos encima.

- ¡¡HIJOS DE PUTA!! – grito con todo.

Mi puño hace arder la nariz de uno. La mole cae en el suelo chillando. Otro me
sostiene por detrás, y agradecido por el aventón le doy a uno en frente un
patadón en sus podridos testículos.

Pateo para todos y me revuelvo cuando siento que uno me quiere estrangular la
cintura para frenarme. Me quedan tres, pero me estoy quedando sin aire.
Ahora dos me agarran y un tercero está a punto de darme un puño en la cara.
Ya no tengo fuerza.

- ¡SUÉLTAME HIJO DE PUTA! – grito desesperado con el último aliento que


me queda.

Pero no doy más. Ya estoy noqueado. No tengo aire. Estoy aterrado. Y cuando
creo que pierdo, siento un estruendo.
- ¡¡NADIE LO TOCA!!

Todo se frena en seco. Su grito ha retumbado. Y los tipos, cuando los veo,
parecen aterrados, ante quien ha entrado. Chanyeol.

Me sueltan y caigo al piso como bolsa. Chanyeol corre rápido hacia mí y yo lo


miro tratando de recobrar el aire.

- Baekhyun – me dice y me agarra la cara.

Está angustiado. Lo veo en sus nervios, en su gesto, en su rostro, pero no pierde


la compostura. De la nada han salido guardias de todos lados, trajeados de
negro, sostienen a los tipos. Yo apenas puedo balbucear, frenándome por no
llorar.

- Quisieron... Chanyeol... quisieron...

Me abraza. En el suelo, me abraza y siento sus labios en mi frente. No sé a


quién habla. Sólo escucho que dice.

- Llévenselos. Ya saben qué hacer.

- No – escucho apenas que dice uno – señor Park... ¡Por favor!

- ¡Llévenselos de una vez antes que los mate yo! – grita y puedo sentirlo bien,
porque me sigue sosteniendo en sus amarre.

Chanyeol me eleva con él, me pone lentamente de pie.


Levanto mi rostro y me encuentro a Seo Joon que se acerca con otros guardias
detrás. Le dice a Chanyeol.

- Deja que yo me encargo.

Yo no puedo reaccionar. Ya sé por qué. Estoy muy cómodo ahí, en los brazos de
Chanyeol. Debería estar gritando del susto por lo que he pasado. Pero estoy
loco. Me siento muy a gusto y bien seguro. Tiene esa fragancia tan exquisita a
cítrico fresco, dulce y fuerte, que me quedo relajado en su pecho.

Escucho los latidos acelerados de su corazón con furia y mi mano se asienta en


él. Podría jurar que él ha suspirado en ese instante. Podría dormirme así, justo
así. Y es que la noche fue agotadora ¿Puedo dormir?

- Es mi asunto – dice Seo Joon a Chanyeol – Es mi club. Es mi gente. Es mi


empleado. Baekhyun – siento que me llama y me estira la mano.

Seo Joon tiene razón. Es su club. Es su asunto. Es mi jefe.

Aparto de a poco a Chanyeol. Me tiene bien amarrado y se niega a dejarme ir.


Cuando ya logré que me suelte, él toma mi rostro delicadamente y me mira fijo.

- Estoy bien – le digo bajito y mirándolo – Gracias por salvarme.

- Bonito – me dice y suspira – Nadie toca lo que es mío.

Me ha salvado. Podría mandarlo al diablo con eso que ha dicho. Pero no tengo
fuerzas. Con él, ya no. Menos cuando toma mi mano y le da un beso a la palma.

Mi jefe me toma de los hombros y me aparta. Lo dejo hacerlo, porque está con
Heechul.
Después escucho y no escucho nada.

Seo Joon se disculpa, por no haber echado a tiempo a los tipos que estaban
fuera de sí. Heechul se disculpa, por haberme expuesto así. Henry se disculpa,
por no haberme podido cuidar como quería él. Y yo, yo solo quiero que dejen de
disculparse, porque solo pienso en llegar a la casa de Jongdae y dormir.

- Baekhyun – me dice en un bostezo terrible Luhan que se ve que se había


dormido en el sillón de la sala, viendo una película – Llegaste.

Me acomodo a dormir con Kyungsoo. Mi amigo apenas me siente helado, se


quiere apartar de mi lado y se pone bien al margen. Y yo cierro los ojos.

Me acurruco en su pecho y siento el amarre de sus fuertes brazos. El aroma


cítrico, dulce y fuerte penetra mis fosas nasales e inundan mi cuerpo para
traerme a la calma. Su cálido abrazo me mantiene resguardado. Y para
rematarla su voz adorna el momento, todo lo que ha dicho sonó tan
incoherente, pero a la vez perfecto...

Y así me duermo pensando en Chanyeol, en su mundo y en el mío. En que yo


soy su mundo y el de él... quizá es mío.
Capítulo 6
"Quiero saberlo todo de él"

Me encuentro en uno de los puestos de enfermería, revisando uno de los


informes que me dejó Yixing para atender a los pacientes.

- ¡Baekhyun! – siento que me grita alguien al lado y yo salto asustado.

- ¡Mierda Kyungsoo! – le reto llevándome una mano al pecho – ¿No estabas con
Minseok?

- Tú te estás escapando de nosotros – me reclama – Y lo dejé con Jongdae.

- No sé a qué te refieres. No me estoy escapando de nadie.

- ¡No mientas! No me contaste nada ¡Y tú siempre me cuentas todo! – me grita


y yo creo que se ofendió en verdad.

- ¡Te cuento todo Kyungsoo!

- ¡No! – me dice muy serio clavándome su índice en la cara– Te conozco Byun


Baekhyun. Algo pasa y es muy serio. Mírate sino cómo andas.

- No sé qué mierda quieres decir con eso...

Justo llega una de las enfermeras al lugar. Nos mira y nos sonríe.

- ¿Se te ofrece algo Baekhyun? – me pregunta.


- Ya que lo dices... ¿Sabes dónde está el informe de Zitao? No lo encuentro.

- Baekhyun – dice y se me ríe divertida – Lo tienes en la mano.

Yo miro la carpeta. Estoy confundido. Pensé que tenía otro informe conmigo. La
chica se va y yo con la boca abierta, me encuentro con los ojotes terribles de
Kyungsoo.

- Así andas – me acusa – Ni sabes en qué mundo vives.

Me agacho. Suspiro resignado. Me rindo. Es que me conoce de toda la vida. Ya


debe oler qué me pasa.

- Kyung – le digo angustiado y le suplico, como si él pudiera hacer algo – No sé


qué mierda es esto. No me gusta sentirme como me estoy sintiendo...

- ¿Es ese tipo verdad? – me pregunta ya con tono más suave – El amigo de
Jongdae. El poste ese divino.

Lo miro molesto. Él encoge los hombros y me dice tranquilo.

- No soy ciego. Es divino. Ni por asomo a Jongin. Pero es espectacular el tipo.

- ¡Gracias por recordármelo Kyungsoo! – le reclamo furioso, blanquénadole la


mirada.

- No entiendo qué te tiene mal – me dice tranquilo – ¿Te gusta? Yo vi cómo te


miraba ese día en la casa de Jongdae. Se nota que le pasan cosas.

- No se trata de eso...
- ¿Y entonces?

- ¡Kyungsoo! ¡¿Qué no piensas acaso?! ¡Somos distintos! ¡Ellos son distintos! ¡No
son como nosotros!

Mi amigo me mira con cara de nada y yo me lo quiero comer a cocachos. No


puedo creer que no entienda. Suspiro agobiado.

- Kyungsoo ¡Son amigos de Jongdae! – le grito con un nudo en la garganta –


¿Tienes idea de dónde viene esa gente? Son completamente distintos a nosotros
Kyungsoo ¡Nuestros mundos son diferentes!

- Jongin no es así... y Jongdae... yo lo he visto cómo es. No parece que esas cosas
les importe Baekhyun – me dice tranquilo.

- Kyungsoo – le digo, sacudiendo mi cabeza de un lado al otro – Yo lo vi ¡Yo vi


con qué gente se mueve Chanyeol! Si hubieras visto...

Me apoyo en la pared mirando al techo. Me siento agotado y frustrado por las


emociones por las que estoy pasando.

- ¿Tan así? – pregunta Kyungsoo compungido y yo solo asiento con mi cabeza.

- Tengo miedo Kyungsoo – le confieso – Porque él mismo me lo dijo. Nuestros


mundos, son distintos. Yo no pertenezco a su mundo. Él me lo dijo.

- ¡¿Eso te dijo?! – exclama sorprendido, poniéndose en frente mío y obligándome


a mirarlo, tomándome los hombros – ¿Qué pasó entre ustedes para que te haya
dicho eso?
- Te juro Kyungsoo... que no tengo idea de lo que pasó entre nosotros para que
me haya dicho eso.

- Mierda... – insulta bajito y pensativo, frunciendo el entrecejo – Se ve que es


serio... y de cuidado...

- Y después me dice que soy su mundo...

- ¡¿Qué?! – dice con los ojos bien abiertos e impactado.

- Y que soy suyo...

- ¡¿Qué?! ¡¿Así como así?! ¡¿Te dijo... "eres mío"... o algo así?!

- Ahaaa ......– confirmo en un suspiro y le digo al final – No me gusta Kyungsoo.


Me asusta todo esto que siento...Tengo miedo... no sé por qué, tengo miedo...

- ¿Te enamoraste de él?

Yo miro fijo a mi amigo. No quiero sentir esto que estoy sintiendo.

En eso viene Yixing y nos frenamos, porque no es nuestra hora libre. Kyungsoo
no deja de mirarme impresionado con las cosas que le he dicho. Sin embargo
algo nos llama la atención. Yixing tiene un puchero terrible y eso pasa cuando
algo no le gusta.

- Yixing – le hablo – ¿Qué ocurre?

- Nada.
- No mientas – le dice Kyungsoo.

- ¡No me gustan los trajes y no me gustan esas fiestas! – dice cruzándose de


brazos.

Con pororó nos miramos y nos reímos. Es que es tan chistoso y tan tierno
verlo así. Y yo entiendo algo.

Algunos del personal, fuimos asignados para asistir en unos días a un evento
de beneficencia. Una fiesta montada por el Presidente de la República. Aunque
se supone que debería ser un honor, para nosotros es una obligación.

Yixing y yo, lo estamos sufriendo de verdad. El resto de los que fueron


convocados, parecen felices con eso, incluido Kyungsoo. Pero tanto mi querido
doctor, como yo, detestamos sentirnos usados por la política.

- Ya Yixing – le consuelo – A mí tampoco me gusta ponerme traje, pero hay que


ir.

- ¿A ti te toca? – me pregunta.

- Si – le respondo resignado – Y estoy como tú. No quiero ir. Pero hay que ir.

- No tengo auto – dice como si eso lo excusara.

- El doctor Zhoumi estará contento de llevarte – le insinúo guiñándole el ojo.

- No lo quiero molestar – me dice muy seguro.


- Va a estar feliz de darte un aventón – le replica Kyungsoo en tono picarón.

- Ya veré... no sé...

Lo vemos irse y nos reímos con Kyungsoo. Es que no quiere entender que
Zhoumi se desvive por él. Se le nota a kilómetros que está enamoradísimo de
Yixing, pero él es tan inocente, que ni cuenta se da.

Paso por el sector de mis niños. Me toca cuidarlos y ayudar a Amber, la


fisioterapeuta, a que hagan gimnasia grupal. Amo estos momentos. Son de lo
más divertidos. Verlos que se matan de la risa por mis payasadas es un regalo
para mi corazón.

Pero cuando llego a la sala de música, de donde debo recogerlos, me encuentro


con un panorama que me deja fuera de mí.

Hay un puñado de enfermeras y enfermeros apostados en el ingreso, mirando


dentro. Escucho el piano y los niños cantando, siguiendo la melodía.

- ¿Viste eso? – me dice Irene, una de las enfermeras contenta – Es uno de los
benefactores de la Fundación.

Miro dentro y veo a... Chanyeol. Toca el piano y canta con los niños.

¡No puede ser el mismo de las otras noches! ¡No entiendo nada!

Debería sonreír, pero estoy como asustado. Apenas si quiero asomarme.


Entonces Amber me ve. Sabe que vengo a buscar a los niños. Está al lado de
Chanyeol. Se acerca rápido a mí y me tira de la mano. Yo estoy pasmado.
Chanyeol como si nada, sigue tocando y cantando. Asiente con la cabeza, en un
gesto de saludo y yo lo imito confundido.

Tiene una sonrisa impresionante y contagiosa. Sus ojos brillantes miran a los
pequeños y los abre bien para que lo sigan en la canción que hace. Mis niños se
quedaron enamorados de él y le copian entusiasmados. Yo me quiero descocer
de ternura, de verlos tan contentos.

Cuando la melodía termina, mis pequeños aplauden, pero apenas me ven,


pegan gritos de alegría.

- ¡Baekhyun! ¡Baekhyun!

Me los como a besos. Es que yo los miro estirando sus brasitos y los amo más.

- ¡Mira Baekhyun, vino un lindo señor a cantarnos hoy! – dice uno de los
pequeños señalando al pianista que sonríe.

- Se llama Chanyeol. El señor Park Chanyeol – me lo presenta una de las


niñas, mientras yo la alzo en mis brazos – Canta y toca el piano y es muy
divertido. Nos ha contado cuentos y nos ha sacado a pasear al parque en la
mañana.

Yo estoy impactado con toda esa información. Es demasiado para digerir de


una sola vez. Miro a Chanyeol confundido. Él se para y me da una reverencia
solemne.

- Enfermero Byun – dice divertido.

- Señor... Park – balbuceo, porque recién me doy cuenta que esa noche a quien
temían y obedecían, no era a Park Seo Joon, sino a Park Chanyeol.
En medio del barullo de los pequeños que se me abalanzan a mí y a Chanyeol,
Amber me lo presenta, como si no lo conociera.

- Baekhyun – me dice – Park Chanyeol es uno de los benefactores de la


fundación que aporta al hospital. Ha venido hoy de visita.

Ahora sí que entiendo menos. Yo descolocado solo atino a mirarlo, con miles de
signos de interrogación en mi cara.

- ¿Qué haremos hoy Baekhyun? – me dice mi niña en brazos y los demás le


siguen.

- ¿Vamos a cantar?

- ¿Vamos a bailar?

- ¡Juguemos en el agua!

- ¡No! ¡Baila Baekhyun! ¡Canta y baila!

- Hoy vamos a bailar – digo entusiasmadísimo, mientras Amber se ríe ya


sabiendo lo que viene – Y el señor Park, nos va a acompañar.

- Con mucho gusto – dice para mi sorpresa Chanyeol con su inmensa sonrisa.

- ¿De verdad? – pregunto incrédulo.

En ese momento entra Jongdae a la sala, trayendo a uno de los pequeños en su


silla de ruedas. Apenas ve a Chanyeol, se pone serio. Deja al pequeño con
Amber y acercándose a su amigo, lo mira con los puños en la cintura. Levanta
su mentón, como enfrentándose a él y le dice.

- Así que... ¿Te gusta aquí?

- Mucho – responde Chanyeol, imitando a Jongdae.

- Te entiendo.

- Los pequeños... ya sabes...

- Si. Los pequeños... ellos te llegan aquí – dice Jongdae tocándose el pecho.

Le termina por agregar una sonrisa y le da un abrazo. Chanyeol solo cierra los
ojos y le devuelve el gesto.

Honestamente, no entiendo mucho esa forma de tratarse, pero ellos son así de
raros.

- ¿En qué te ayudamos Amber? – pregunto porque mis niños ya se me están


subiendo a la cabeza, como pueden.

- Canta la canción de las manitos.

- Ok – digo entregando a la pequeña a Jongdae, porque sé que ella es una de


sus debilidades.

Me acomodo en el centro de la sala. Les doy palma a mis niños para que hagan
silencio. Me preparo y comienzo, elevando mis manos.
- ¡A ver mis malcriados divinos! – pego el grito con mi carita feliz – ¡Arriba
esas manitos!

Miro a aquellos que bien sé que no pueden mover sus manitos, para darles
fuerza con mi sonrisa. Y sé que ellos me van a imitar riéndose conmigo. Y
comienzo a cantar.

- Tengo dos manitos chiquitas, bonitas,

cuando yo las muevo son maripositas.

Con ellas me baño, me visto y me peino,

Y mis zapatitos yo puedo lustrar.*

Observo a mis costados, porque sé que nadie debe estar quieto. Menos los
grandes. Para mi sorpresa, Chanyeol hace lo mismo que yo.

- Cuando sea grande, muy grande, muy grande,

muchas cosas buenas haré yo con ellas...*

Hemos cantado muchísimas canciones. Hemos jugado a pasarnos las pelotas.


Chanyeol ha contado de nuevo un cuento y hasta ha hecho una función de
magia.

Yo lo observo mientras los pequeños lo siguen con la mirada. Quién no podría.


Apenas curva sus labios, contagia risas.
Cuando llega el momento de terminar, los niños suspiran lamentándose.
Chanyeol promete que volverá y a mí me da pena. Muchos dicen lo mismo y
jamás cumplen.

- Baekhyun – me dice Amber – ¿Me haces el favor? Acompaña al señor Park.


Jongdae y yo regresamos a los niños. Sé que es tu hora de descanso ya pero...

- Claro – digo amable a la doctora – No hay problema.

Camino por uno de los pasillos del hospital con Chanyeol. El silencio se hace
interminable, aunque apenas han pasado segundos. Él no habla. Pero siento
su mirada sobre mí.

De repente dice.

- ¿Cómo estás?

- Bien – es todo lo que digo, porque de verdad, no sé qué más decir.

- No deberías trabajar tanto Baekhyun. Trabajas mucho...

Me freno. Lo enfrento. Es como si quisiera mandarlo al diablo. Pero me doy


cuenta que de pronto no me estaba reclamando. Sonó más al tono moderado de
un amigo, que solo cree que estoy trabajando mucho.

- Es solo por un tiempo. Estoy ahorrando.

- ¿Por algo en especial?

- Ahaaaa... – asiento y no digo más.


- ¿Vamos por un café? – me sorprende – La doctora dijo que estás en tu rato
libre.

Sus cejas se elevan. Extrañamente no parece tan fuerte, no tan matón así con
esa cara. Y yo sin saber por qué, me río. Es que ha hecho una mueca muy
chistosa esa cara. Y no puedo evitar reírme de él.

- ¿Te emociona que te invite? Vaya. Qué poder tengo...

Ahora el que se me ríe es él. Ya se me fue la risa en un segundo. Así que le


aclaro muy serio.

- Tienes una cara de payaso muy chistosa.

A él se le va la risa en otro segundo. Me muestra su lengua ni que me estuviera


peleando y yo sin darme cuenta, le hago lo mismo. No sé cómo lo he guiado
hasta la cafetería. Para cuando despierto de mi riña con él, ya estoy comprando
un café.

Nos sentamos enfrentados y él se queda observando a la gente que va y viene.

- Jamás imaginé que fuera así tu trabajo - comenta mientras toma su café.

- ¿Así cómo?

- Tan agotador y a la vez tan reconfortante - me dice serio - No cualquiera está


hecho para este tipo de trabajo. Por las cosas que ves...
Yo sonrío. No es algo que no haya escuchado antes. Pero de pronto me siento
curioso por él.

- ¿Y tú qué haces Park Chanyeol? ¿A qué te dedicas?

- Nada del otro mundo - dice tranquilo - Me dedico al negocio de la familia.


Ayudo a mi padre en eso.

- ¿Y cuál es el negocio de tu familia?

Abre un segundo sus labios. Como si hubiera querido decir algo y se detiene.
Levanta sus cejas apenas. Titubea como si no supiera cómo explicarme algo que
a mi entender, resulta muy sencillo. Hasta que al final, me dice.

- Negocios. Mi padre tiene negocios variados.

- ¿Cómo por ejemplo? - pregunto como si nada.

- Por ejemplo... bienes raíces - dice sonriendo - Tiene algunas propiedades y...
hace inversiones aquí y allá... en la bolsa...

- ¿Y tú qué haces?

- Lo ayudo. Soy Administrador de empresas. Así que analizo las probabilidades


en el éxito de los negocios, las ganancias... Y cosas por el estilo. Trato con socios
o incluso con la competencia. Por suerte nos va bien - termina por explicarme,
me mira y sonriendo me pregunta - ¿Entiendes?

Yo con la boca bien abierta le confieso.


- No entendí un carajo.

Su carcajada es tan inmensa y linda, que me ha contagiado. Y terminamos


riéndonos de esa estupidez. Cuando se nos pasa recuerdo otra cosa.

- ¿O sea que estabas con socios esa noche en el bar? Eso le dijiste a Jongdae...

- Si. Unos socios complicados y problemáticos. Nada que no a pudiera controlar.


Igual que en "Sky" - me aclara incómodo - Seo Joon me ayudaba.

- ¿Son amigos?

- Es mi primo.

Lo miro unos segundos. Apoyo mi mentón en la palma de mi mano y concluyo


desconcertado.

- Qué lugares raros para hacer negocios... Y qué divertido hacer negocios así -
digo haciendo una mueca.

- No es así todo el tiempo. Tampoco es que me guste ese estilo... A decir verdad,
llega a ser tanto estresante como aburrido... - me explica y larga un suspiro, ni
que estuviera agotado.

- Y por qué lo haces.

No me responde al momento. Tampoco esperaba que lo hiciera. Solo lo miro.


Sacude su cabeza como confundido y sonriendo de nuevo. No sabe qué decirme
y me lo reconoce cuando dice.
- Nunca cuestioné. Es... es negocio de la familia. Siempre supe desde niño, que
yo haría lo que mi padre hacía.

Y ahora, en sus ojos oscuros y brillantes, viendo mi reflejo en ellos, me


arrepiento de haber preguntado. Porque juraría que esto lo ha puesto triste de
repente.

- Lo siento - digo nervioso, tomando mi café.

-¿Por qué? - pregunta abriendo los ojos.

- Por preguntarte tanto...

- ¡No! - exclama y sonríe de nuevo - Me gusta que hablemos. Me gusta que


quieras saber de mí. A mí también me gusta saber cosas de ti.

Esa confesión me dejo hecho un manojo de ansiedad, porque mis mejillas


hierven de calor.

Lo miro y recuerdo las veces que lo he visto. Y ahora es que me doy cuenta que
en realidad a mí también me gustaría saberlo todo de él. Porque a decir verdad,
no sé nada. Y cada vez que pareciera obtener información, es como si se hiciera
más complicado entender el mundo de Park Chanyeol.

Mi horario de descanso a terminado, así que lo acompaño a la salida.

Antes de despedirnos me dice.

- ¿Puedo preguntarte algo sin que te ofendas?


Yo me río de verle esa mueca rara que es solo Chanyeol y le digo.

- Si me lo dices así, ya estoy por darte un cocacho. Pero pregunta.

- ¿Ganas muy poco?

- No - digo tranquilo - Gano bien.

- Y entonces ¿Por qué trabajas tanto Baekhyun? Haces mucho...

- Quiero cambiar mi auto por uno mejor.

Él se me ríe en la cara, sacude su cabeza mirando a todos lados para terminar


diciéndome.

- Baekhyun, no soy de tonto. Tienes un trabajo estable. Ganas lo suficiente


como para cambiar tu auto, dando el tuyo a cambio. Sería muy fácil conseguir
un préstamo y pagarlo. Aún si pagaras alquiler, no tendrías problemas
financieros.

Me ha dejado en jaque. Se ve que es bueno calculando opciones. Y sin saber por


qué, le cuento.

- En realidad... quiero rescatar mi casa de ser rematada.

Ni yo sé por qué se lo he dicho. Y como él me mira raro, sigo explicándole.

- La casa fue lo que me dejaron mis padres. Ellos murieron cuando yo era niño.
Me criaron mis abuelos, los papás de mi mamá. Mis abuelitos jamás la
quisieron porque... bueno... allí murió su hija. Eso hizo que la abandonaran.
Jamás pagaron los impuestos y yo no sabía que estaba hipotecada. Cuando
cumplí la mayoría de edad, me encontré con ese panorama al recibir las
escrituras del lugar. Y quiero recuperar la casa. Es inmensa. Es linda. Mis
papás la amaban. Mi papá la construyó con sus propias manos. Lo recuerdo
muy bien. Yo sé que ellos la adoraban. La quiero mucho. Es lo que tengo de
ellos. No puedo culpar a mis abuelos del sentimiento que tienen hacia esa casa.
Y no podría pedirles dinero que sé que no tienen, si sé lo que sienten. No es que
vaya a vivir ahí... quiero... quiero abrir un Centro de Rehabilitación para niños
de bajos recursos... con Kyungsoo...eso es...lo que quiero...

Mi voz se pierde al final en un susurro. Estoy avergonzado de haberle largado


semejante confesión. Nadie lo sabía, sino solo mi mejor amigo y ahora
Chanyeol.

Me rasco la cabeza nervioso.Pasan unos segundos incómodos, en los que


Chanyeol parece estar muy cómodo mirándome tranquilo.

- Qué - le digo escogiendo mis hombros.

Y me abraza. Solo me abraza fuerte y con ternura. Besa mi frente. Él es tan


alto, que yo, quieto como estoy, puedo escuchar y sentir en mi rostro cómo
palpita su corazón como tambor. Su pecho es tan cálido y ahí está su aroma,
que es mi tranquilidad.

- Si necesitas dinero... te puedo ayudar...

- ¡No! - exclamo rotundo y apartándome de él molesto - Yo no te conté esto para


que creas eso.

Me sonríe, mientras acomoda mi cabellos. Lo hace con tanta naturalidad y yo


como si nada lo dejo.
- ¿ Y qué hay de la familia de tu papá? ¿No puedes pedirle ayuda a ellos?

- Mi papá era sólo. Nosotros éramos su única familia. Por eso mis abuelitos lo
habían adoptado como un hijo - de pronto recuerdo que debo llevar pacientes a
consultas y mirando la hora, grito ya desesperado porque no me llamen la
atención - ¡Demonios! ¡Es tarde! ¡Lo siento Chanyeol! ¡Nos vemos en el
cumpleaños de Jongdae!-le recuerdo porque Yixing lo está organizando.

Aunque he dejado a Chanyeol y apenas si pude despedirme, él sigue en mi


mente el resto del día. No he parado de preguntarme una y otra vez la misma
cosa ¿Quién es Chanyeol?

No sé quién es. Por eso es que quiero saberlo todo de él.


Capítulo 7
"Verdaderamente, Locamente, Profundamente"

Para cuando termina mi jornada, No quiero ir directamente a casa de Jongdae.


Llamo a mis abuelos para ver cómo se encuentran y me voy a despejar mi
cabeza.

Hoy no tengo trabajo extra y mañana es mi día libre, así que aprovecho.

Entro al "Lounge Bar", saludo a todos como de costumbre y Heechul me invita


a tomar, porque su corazón anda depre, así que lo tengo que consolar.

- Ya estás bebiendo mucho - me hace notar.

- Qué malo eres - le recrimino - Tú tomaste más.

- Si... pero yo no voy a conducir.

- No traje el auto. Lo dejé en lo de un amigo - le digo mostrándole la lengua por


lo aguafiestas.

Se ríe y me sigue contando su historia un buen rato.

Después que ha llegado hasta a derramar alguna que otra lágrima, ya nos
matamos de risa por todo.

Apoyo mi mentón en la mesa y comienzo a jugar con una moneda, haciéndola


girar.

Heechul me mira y me pregunta observando también el pequeño objeto.


- ¿Qué le ocurre a mi niño lindo?

Con la palma de mi mano, tapo la moneda y lo miro.

- Heechul ¿Tú conoces a los Park?

- Algo. Solo trabajo directamente para Seo Joon, el dueño de "Sky".

- ¿Conoces a Park Chanyeol?

- ¿El primo de Seo Joon? Muy poco ¿Por qué? - me dice ya inquieto.

- Cómo es... cómo es Park Chanyeol...

- Por qué te interesa saber...

- Me salvó esa noche...

- ¿Te gusta él?

No respondo. Hago un simple movimiento con mis hombros. No sé por qué


quita mi mano de encima de la moneda. Se incorpora, se cruza de brazos y de
repente está bien serio.

- Baekhyun. Esa no es gente común y corriente. Ninguno de los Park lo son.

Me incorporo. Me cruzo de brazos y miro al escenario vacío. Sé que Heechul me


sigue mirando. Al final me dice algo.
- No sé mucho de él. Pero todos saben que heredará el negocio de su padre, que
está enfermo. Es más. Ya se está haciendo cargo de él.

Me duele un poquito el pecho, al recordar lo que hablamos esta tarde. Mi amigo


sigue hablando.

- Sé que cuando era pequeño se fue a vivir a Norteamérica con su padre. Volvió
hace un par de años, cuando su madre murió. Y de ahí se dedicó al negocio de
la familia.

- ¿Se crió con su padre? - pregunto confundido.

- Sus padres eran divorciados. Y cuando su padre se fue, se lo llevó con él.

- Qué triste...

- Eso es algo que todos saben en el ambiente de ellos. Y lo que es claro, es que
Chanyeol se hará cargo de toda la familia Park.

- ¿Toda la familia? - pregunto confundido - Creí que era hijo único...

- Y así es. Pero son una terrible familia. Y él debe mantener el orden. Todos los
Park son como... una sola sociedad.

Frunzo el entrecejo. Es como si preguntando, al final, todo fuera más confuso.

Tomo de un saque un vaso de cerveza. De pronto tengo calor y las mejillas me


arden. Así que me quito más ropa y sólo quedo en una remera sin mangas.
- Baekhyun - me habla Heechul.

- ¿Mmmmhhh?

- Los Park son de un mundo distinto al nuestro.

- ¡Ay! ¡No! - digo y me río de lo que ha diho.

- De verdad - dice él creyendo que he pensado, que me está bromeando. Pero sé


bien que no es broma.

- Tú también con lo mismo...

- Pero Baekhyun...

- Ya Heechul... mejor me voy a entretener con algo.

No quiero seguir hablando de él. Sólo quiero desterrarlo de mi cabeza. Como si


pudiera hacerlo.
Me siento relajado y me doy el permiso de hacer lo que me gusta para
desestresarme. Me quiero perder en mi mundo.

Quiero cantar y bailar. Lo haré sólo, porque estoy sólo y me siento sólo. Al
menos cantando no voy a pensar demasiado.

Voy al escenario. Miro a la gente en penumbra. El lugar está repleto, pero


tranquilo. Han puesto música lenta y hay parejas bailando. Todos están
perdidos en su mundo. De pronto siento celos y los celos, me hacen sentir sólo.
Porque por cada pareja que veo, hay un mundo pintado en esos rostros
enamorados.

Y de pronto los recuerdos lejanos vienen a mí.

Había una canción que le gustaba a mi padre. Una canción que le dedicaba a
mi madre. Una vez me desperté en la noche. No podía dormir y quise hacer el
intento de cruzarme a su cama, como lo hacía tantas veces. Pero cuando salí de
mi dormitorio, escuché música que venía de la sala. Era una linda canción. Me
asomé por la escalera y allí me quedé quieto, mirando desde lo alto, en la
penumbra.

Papá y mamá bailaban. Estaban felices. Estaban contentos. La forma en la que


mi papá miraba a mamá, mientras cantaba esa canción, me hizo sonreír.
Porque aún siendo niño yo entendía lo que era el amor. Y eso era lo que veía en
los ojos de los dos.
Siempre quise en mi vida, un amor así, como el de ellos dos, en su mundo.

Ya encontré la pista en la portátil. Es vieja. Pero es hermosa. Y me quedo ahí,


con esa canción. "Truly Madly Deeply" de Savage Garden. Jamás lo olvidé,
porque esa noche en que mi madre me salvó, escuchaba ese tema, en el móvil
de papá y cerré los ojos para pensar, en la imagen de ellos bailando
enamorados.

Juro que si pudiera, construiría un mundo perfecto para los dos.Porque estoy
convencido, que en amor, no hay dos mundos, sino uno solo, que se construye de
a dos.

La música se inicia. Sé que siguen bailando. Veo sonrisas en algunos rostros.


Otros atentos escuchan. Yo solo tomo el micrófono y me preparo.

Cierro mis ojos y le dedico lo que quisiera ser y hacer con él. Le dedico un
mundo que quisiera vivir. Y canto, porque sé que no escuchará. Él no sabrá
jamás lo que siento, pero no tengo prohibido anhelar, desear en lo que quiero
ser para Chanyeol, "Verdaderamente, Locamente, profundamente"...

- Yo seré tu sueño,

seré tu deseo,
seré tu fantasía,

seré tu esperanza, seré tu amor,

seré cada cosa que tú necesites.

Te amo más con cada respiro,

verdaderamente, locamente, profundamente.

Seré fuerte, seré fiel

porque cuento con un muevo comienzo,

una razón para vivir,

un profundo significado, si...

Doy vueltas mientras canto con todo mi deseo, en mi voz. Lo imagino de todas
las maneras y las formas en las que lo he visto. Es la noche en penumbra y las
estrellas cinceladas en su rostro perfecto. Es la soberbia y la arrogancia cuando
ordena o cuando manda. Es la alegría y la inocencia, cuando juega o cuando
canta. Es la tristeza...contenida en una lágrima. Y la tranquilidad, cuando me
abraza. Chanyeol. Todo eso es Chanyeol.

- Y quiero estar contigo sobre una montaña.

Quiero bañarme contigo en el mar.


Quiero quedarme así para siempre,

hasta que el cielo caiga en mí.

Cómo olvidar esa noche en que lo vi por primera vez. Él era la noche
espectacular y yo, me dejé atrapar. Cómo quisiera volver a esa noche y
obligarlo a mirarme. Cómo quisiera volver a esa noche y ver las estrellas en su
cuerpo, como las vi aquella vez.

- Y cuando las estrellas brillen en todo su esplendor,

en el terciopelo del cielo,

pediré un deseo, lo mandaré al cielo

y haré que quieras llorar

lágrimas de alegría por todo el placer y la certeza,

de que estamos rodeados por la comodidad y protección

del poder más alto...

Estoy tan metido en ese ensueño, que hasta ya puedo sentir el calor de su
cuerpo sobre el mío. Su aroma profundo, fuerte de cítricos dulces, me pierde por
completo en él. Por eso sonrío y canto. Giro varias veces para inundarme de su
fragancia que me embriaga.

- Y quiero estar contigo sobre una montaña.


Quiero bañarme contigo en el mar.

Quiero quedarme así para siempre,

hasta que el cielo caiga en mí.

Y entonces percibo sus dedos. Me quedo quieto en mi lugar. Definitivamente,


ya estoy perdido... perdido en el mundo de Chanyeol. Yo lo he hecho parte de
mis fantasías y por eso sonrío. Mientras, sus manos me tocan... me tocan... su
cuerpo contra el mío y... abro los ojos. Chanyeol. Está aquí. Tomándome entre
sus brazos. Me mira de una manera... que no puedo explicarlo...

- Puedes verlo bebé?

No tienes que cerrar tus ojos,

pues está justo delante de tí.

Todo lo que necesites, seguramente vendrá...

Podría detenerme, pero no. Porque de verdad quiero cantarle esto. Quiero que
sepa lo que estoy sintiendo. Y el comienza a dirigir mis pasos. Suavemente me
envuelve en esa ola de calor y bailamos esa canción.

- Yo seré tu sueño,

seré tu deseo,

seré tu fantasía,
seré tu esperanza, seré tu amor,

seré cada cosa que tú necesites.

Te amo más con cada respiro,

verdaderamente, locamente, profundamente.

Para qué engañarme. Para qué mentirme. Al menos no esta noche. Por eso le
sonrío y él acerca sus labios para tantear mi sonrisa. Mientras yo muevo mi
boca, delineando esas palabras, puedo sentir su respiración agitada.

- Y quiero estar contigo sobre una montaña.

Quiero bañarme contigo en el mar.

Quiero quedarme así para siempre,

hasta que el cielo caiga en mí.

Aunque nuestros mundos sean distintos, ya lo he decidido. Hoy lo dejaré


adueñarse de mi mundo y yo haré que el suyo sea mío.

Mientras sigo en el ritmo de la melodía, Chanyeol se aferra más a mí, como si


quisiera impedir lo que hice otras veces, escaparme de él. Solo que esta noche,
no lo haré.
Como ya es costumbre, con una mano sostiene mi cintura y con la otra, en mi
nuca, delinea con su pulgar mi rostro, hasta llegar a mis labios. No lo privo de
nada. Porque este es el comienzo.

Mi mano por primera vez lo sigue en su movimiento. Sentir los labios de


Chanyeol en mis dedos, es imaginarme todo lo que quiero que me haga con
ellos.

La canción ha terminado. No me importa quién nos mira, si hay alguien, si nos


ven...

Ni que fuera animal en celo, desesperado por sentirlo, paso mi lengua sobre sus
labios. Él cierra sus ojos y emite um gruñido de placer. Entonces me besa con
tal brutalidad, que me empalaga de su poder. Pero es adictivo, quiero más, por
eso abro mi boca y meto mi lengua con fuerza en la suya. Tomo mechones de
sus cabellos y los tiro enérgico. Está caliente, como yo.

- Bonito - balbucea mientras sigue besándome agitado - Bonito. Bonito.


Necesito... necesito tenerte. Por favor.

Se separa de mi boca. Sus ojos me suplican y hasta parecieran temer que le


diga no.Y yo sonrío. Creo que siempre tuve un control sobre él, que no puedo
entender. Y de eso me doy cuenta, cuando me suplica en mis labios, que ya
quieren sentirlo otra vez.

- Por favor... No tienes idea... no tienes idea de lo que te esperé... Di sí. Por
favor. Di sí.

- Vamos. A donde tú quieras - digo sonriendo.

Abre sus ojos. Parece sorprendido. Sonríe mordiéndose los labios y tira de mi
mano. Dios. Esto es tan básico, que me sorprende de mí. Así sin más, me voy
con este hombre a donde quiera llevarme. Aquí no hay fuegos artificiales, ni
insinuaciones, ni titubeos. Es como pensar en que "si quiero algo solo lo tomo".

No espera un segundo para sacarme de ese lugar. Nos subimos a su auto.

Mientras él conduce, no tengo empacho de mirarlo todo lo que quiero. El viaje


se ha hecho largo, pero breve porque quisiera seguir observándolo. Es que
Chanyeol es tan majestuoso, que en su cuerpo, en su rostro... veo la noche
pintada.

Llegamos. La inmensidad de su casa me deja aturdido. De pronto me daría


vergüenza saber que no está sólo. Por eso pregunto.

- ¿Hay alguien más viviendo contigo?

- Vivo sólo Baekhyun. Este es mi refugio.

- Suena como si te escondieras de alguien - digo y me río.

Ingresa un código de seguridad y me hace entrar primero. Si ver desde fuera


esa casa me dejó aturdido, por dentro me siento pequeño.

Él se para detrás mío. Me ayuda a quitarme el abrigo y amable me dice.

- ¿Se te ofrece algo?

- Necesito ir al baño.
Me señala una puerta y yo ingreso. El baño. Mierda. Es de un lujo terrible. Y
allí estoy mirándome en el espejo. Y como ya se me pasó la euforia de antes y la
razón se quiere adueñar de mí, me pregunto ¡qué demonios hago aquí!

Debo buscar una buena excusa para mandarme a mudar. Diré algo. Algo como
que mis abuelos llamaron. Eso suena convincente. También puedo decir que me
llamaron del trabajo. Si, si... no creo que dude de que yo pueda jugar con algo
así.

Respiro profundo para parecer relajado.

Abro la puerta y me encuentro con los labios perfectos, carnosos y húmedos de


Chanyeol.

Era que me iba, pero ni loco. Su boca tiene un sabor exquisito a licor de frutos
rojos. Lo que estuvo tomando, le queda perfecto sentirlo así como lo estoy
sintiendo. Más cuando su lengua me penetra hasta el fondo. Y yo no puedo
más, así que disfruto de ese sabor que me grita lujuria. Si. Lo sé. Es solo una
noche. Pero no me importa.

Me conduce por un pasillo largo, mientras me quita, le quito, nos quitamos la


ropa y la dejamos tirada por el camino. Ya no me me importa a dónde quiera
llevarme este hombre, ni lo que quiera hacer conmigo.

Llegamos a la habitación, que apenas miro. Ni he sido conciente de que he


quedado sólo en bóxer y él igual. Recorre con sus manos mi espalda y aprieta
mi trasero, mientras siento que abandona mi boca para succionar mi cuello. Yo
tiemblo de la ansiedad por querer sentirlo más y más. Eso ha hecho que me
encienda y me aferre con fuerza al contacto con su cuerpo, sintiendo su pene
erecto y ardiente sobre la tela.

Lo tomo del cuello y lo tiro hacia la cama. Ni yo puedo creer lo que estoy
haciendo. Debajo de él me remuevo, friccionándome lo más que puedo a su
terrible cuerpo. Mi mano baja para acariciar su miembro. Él jadea de dolor y de
placer pormlo que he hecho.

- Bonito... eres mío bonito - murmura, susurra y me lo sigue diciendo entre


besos.

Entonces algo llama mi atención. El aroma en el ambiente. Miro como puedo a


mi alrededor y recién soy conciente, de que hay pétalos de rosas esparcidas por
las sábanas. Me quedo quieto unos segundos. Él se detiene porque se da cuenta
que estoy viendo aquello. Elevo un poco mi cabeza y él no deja de mirarme.

- ¿Rosas? - murmuro.

- Tú mereces lo mejor - dice.

Me recuesto de nuevo. Allí lo veo encima mío. Se ha apoyado en sus codos y me


mira una eternidad, como si estuviera besándome con los ojos. Acaricia mis
cabellos y mi rostro. Y yo no me canso de verlo. Es hermoso. Es demasiado
hermoso.

- De dónde las sacaste.

- Del invernadero.

- En cuánto tiempo... - le increpo, porque ya dudo que este tipo tiene todo
preparado por cualquiera que venga.

- Te demoraste una eternidad en el baño - me dice sonriendo - Te estaba


armando un ramo, pero me pregunté, cómo te verías en un colchón de pétalos...

- ¿Y cómo me veo?
- Superaste todas mis expectativas - dice besándome dulce - Jamás podré sacar
esta imagen de mi cabeza.

- Cursi - me le burlo, mientras me dejo besar.

- Por tu culpa - me susurra en el oído y me muerde - ¿Te gustó el detalle?

- Me encantó - jadeo cuando siento que su cuerpo se balancea contra el mío.

- Ya conoces mi lado cursi.

- Cursi también eres hermoso.

Se me ríe y succiona con fuerza mi cuello. Me dejará una marca, pero se siente
tan bien, que no me importa.

Su boca baja a mis pesones y me lame cada uno de ellos. De un arrebato tomo
mechones de sus cabellos y sigo revolviéndome bajo su cuerpo. Es tan calientes,
tan perfecto. Está empapado en sudor y brillando calentura.

Estoy agitado y me quita la respiración cuando llega a mis caderas. Abre su


boca y me muerde por diversión los huesos que sobresalen. Me río y él susurra
cosas que yo no escucho, mientras me quita el bóxer dejando al descubierto mi
miembro hinchado y erecto. Lo veo que se relame los labios.

Como ya le leo la intención de torturarme por un buen rato, y yo estoy


desesperado, me incorporo en un segundo, lo agarro del cuello y con fuerza lo
regreso a la cama. Ya habrá tiempo para eso, pero primero, le ordeno ya con él
encima mío.
- Fóllame.

- Baekhyun...

- Fóllame de una vez, como solo tú lo harías conmigo - le digo mientras me


recuesto en el colchón de pétalos, abriendo mis piernas.

Estoy tan caliente y húmedo que no aguanto más por sentirlo dentro.

Sin perder el tiempo me lame la entrada y hace que sienta explosiones terribles
en mi vientre. Hace tanto que no lo hago, que ya había olvidado lo que era
hacerlo y estoy terriblemente sensible. De todos modos, mi experiencia pasada
fue tan mala, que ahora me doy cuenta que no sabía nada. Chanyeol es caliente
por donde lo sienta.

- Preservativo - digo ahogado en el placer de su lengua en la entrada de mi


cavidad, como recobrando la cordura.

Me mira fijo, cierra sus ojos unos segundos, como despertando también. Y me
pregunta.

- ¿Estás limpio? ¿Tomas la píldora?

- Si - digo y me arrepiento de haber interrumpido este momento.

Verlo así tan brillante y con el cabello mojado es majestuoso. Dios ¿Dónde
quedó mi cordura?

- Entonces, no hay de qué preocuparse.


Ni me deja pensar nada, cuando vuelvo a sentir su lengua que juega hasta
donde puede llegar en mi entrada. Y yo gimo tomándome de las sábanas.

Se moja un dedo y comienza a preparar mi ano, irrumpiendo dentro. Me


contraigo un poco y él lo nota. Entonces vuelve su mirada atenta hacia mi
rostro. Y me dice.

- Te duele...

- Un poco - le confieso y le ordeno entre gemidos descontrolados - Pero no se te


ocurra parar ¿No tienes una loción o algo así?

- Baekhyun, estás muy apretado. Y no. Nunca traje a nadie aquí.

Eso me ha hecho explotar de felicidad en mis entrañas. Así que le mando de


nuevo.

- Sigue... ya... pasará...

Le digo mientras elevo un poco mi espalda, separándome de la superficie. Y es


verdad. Pasa cuando me moja de nuevo con su lengua y mete un segundo dedo,
masajeando lentamente y con delicadeza.

- Chanyeol! - exclamo desesperado, porque ha llegado hasta el fondo y no quiero


venirme con sus dedos, sino con él dentro mío y me aparto por eso.

Él lo entiende y entonces rápido sube hacia mi rostro, desparramando besos por


todo mi cuerpo.
Si yo estoy empapado del placer que me ha hecho sentir, él está empapado de la
necesidad de mí.

Está sudando. Está mojado. Cuando se acomoda, me gusta sentir el peso de su


cuerpo, pero sobre todo esa fricción exquisita de su glande en la entrada de mi
ano. Lo hace varias veces, mientras se va enterrando lentamente, muy
lentamente y me dice serio, jadeando, agitado.

- En el momento que traspase tu cuerpo, me descubrirás completamente.

Lo escucho y no lo escucho. Es como si estuviera recitando una sentencia. Y yo


tiemblo al sentirlo que se va metiendo en mí, mientras sigue murmurando en
su voz grave y profunda, sobre mis labios.

- De aquí si atravieso, no hay vuelta atrás. De mi refugio no podras irte más.


Porque la cerradura de esa puerta no se te abrirá cuando quieras. Porque tú,
"bonito", eres como una piedra preciosa a la que hay que custodiar, porque
todos me la querrán arrebatar, me la querrán quitar, y tú eres solamente mío
¿Entiendes?

Y aquí está el Chanyeol soberbio y dueño del mundo. Su mirada arrogante está
lejos de ser tierna. Sus labios carnosos se empapan de brillo cuando pasa su
lengua, mientras me mira. Sus ojos completamente dilatados se detienen en mi
rostro, me desea, lo sé. Y de pronto tengo miedo. No sé por qué.

Pero estoy tan entregado al placer que me proporciona, que ya he caído en su


trampa.

Es un hombre majestuoso. Entonces, creo que él es la fiera que controlo. Y me


siento poderoso.
- Baekhyun - me habla de nuevo y yo ya siento su longitud terrible, que se
entierra - Sólo tú me tienes entre tus manos. Tú puedes hacer conmigo lo que
quieras. Tú tienes un poder que nadie tiene. Y por eso mismo, te doy a elegir.
Porque cuando elijas, yo tendré un derecho sobre ti porque tú me lo das.

- Chanyeol - jadeo hirviendo por dentro, porque sólo necesito tenerlo por
completo - No te entiendo un carajo. Pero bueno... como quieras.

Y me penetra de una estocada terriblemente caliente. Debe ser para que no lo


piense dos veces.

Es tan grande y hierve, que siento su palpitar por todo mi cuerpo.

- ¡Chanyeol! - grito de dolor y de placer.

Soy feliz de ver ese cuello que se alarga hacia arriba, porque le he provocado
una sensación espectacular. Aprieta sus dientes furioso y veo una sonrisa
dibujada en su rostro. Su mirada me dice peligro, cuando se detienen en la mía.

- Baekyun - ruje sin dejar de sonreir y lamiendo sus labios, para terminar de
tragar los míos.

Su vaivén tan perfecto me hace sentir majestuoso, porque yo le he provocado


todo esto. Yo tomo sus hombros duros y musculosos. Es como si todo su cuerpo
cubierto de sudor, fuera un perfecto refugio del sexo.

Me muerde los labios, me los chupa y succiona sin cesar. Yo hago lo mismo.
Mierda, estoy lejos de ser un santo. Chanyeol ha sacado el puto que hay dentro
de mí, porque enrosco mis piernas en su cintura y comienzo a moverme furioso.

- Más fuerte Chanyeol! Fóllame más fuerte! - le ordeno.


Me mira de nuevo. Abre bien sus ojos, y sonríe maliciosamente diciendo entre
dientes.

- Tú-me-perteneces ¿me escuchaste?

Me penetra con tanta furia, que ahora entiendo que esta es la bestia, que de
verdad manifiesta la parte de su persona que nunca me dejó ver.

- Baekhyun - ruje y me embiste - Baekhyun ¡Baekhyun! - grita en mi rostro que


gotea sudor mientras me tiene jadeando de placer por su brutalidad - ¡Me
tienes loco! ¡Loco! ¡LOCO!

- ¡Chanyeol! - grito disfrutando de esas palabras que ha lanzado con tanta


pasión.

Su pene danza tan abiertamente en mi cavidad, que más allá de la brutalidad,


no puedo dejar de jadear pidiéndole más.

- Estás tan suave - me dice mientras mira mi rostro que se siente mojado -
Estás tan estrecho ¡mierda!

Se queda ahí quieto, apretando sus ojos unos segundos, como si le doliera y yo
sólo siento que su magnitud se me quiere meter más, más, más y más, hasta no
se dónde.

Grito arqueando mi espalda, es que ha tocado mi próstata.

- ¡Chanyeol! - exclamo - ¡Esto es... esto es... ahhhh!

Entre el placer que siento, vuelve a crecer también un miedo sin control. Pero
ya es tarde, no hay vuelta atrás. No tengo intención de escapar de sentirme tan
absolutamente lleno de su grandeza. Chanyeol se a metido hasta el fondo, y el
dolor, con el éxtasis que me ha causado pide más.

- Así Baekhyun... muestrame ese rostro tan...tan perfectamente bonito. Que


sólo me pertenece a mí...

Grito. Grito y grito su nombre sin parar. Lo miro. Así como está, siento su
agarre en mi cuerpo. Su rostro se eleva hacia arriba. Las venas inflamada de su
cuello me hacen adorar esa visión tan majestuosa de él. Llevo mi mano, para
acariciarlo.

Mi pene dolorosamente inflamado, siente su vientre, haciéndome sentir un


placer que supera toda sensación de un gozo imdescriptible. Chanyeol es
indescripble.

Está temblando dentro de mi cavidad. Lo siento. Percibo cada una de sus venas
eufóricas que van y vienen dentro de mí. Está haciendo que esto dure y le
cuesta, lo sé, porque endurece su mandíbula cuando se detiene unos segundos,
presionando sus caderas a mis glúteos, cerrando sus ojos.

Es entonces que yo le pido más. Él abre sus ojos, los clava en los míos, para
besarme de nuevo. Entonces retoma un ritmo suave y lento, que se acrecienta
de nuevo en embestidas brutales.

Estamos así no sé cuánto tiempo. Siento que voy a explotar de placer, porque
todo mi cuerpo tiembla sin control ante la corriente eléctrica, que me recorre
por entero. Nunca en la vida, había sentido algo como esto.

- Bonito - me habla entonces él - Te esperé tanto tiempo. Un largo, largo tiempo


¡Y ya eres mío! - ruje en mi rostro, remarcando esa palabra.

Estoy fuera de control, por eso me agarro de su espalda, de su cuello, ya no sé


de dónde tomarme.
- ¡Chanyeol!

- ¡¿Qué quieres?! - exclama sin sentido.

- ¡Todo-tu-Mundo!-le respondo sin saber qué significa eso que le digo.

- ¡Y-yo-todo-de-ti!

Estoy por venirme y su mano se apodera de mi pene erecto, eso me hace gritar
más y querer más. Eso me da la señal, de que él ya no aguanta más. Ha
fruncido su entrecejo, mirándome de una forma que resulta un tanto
aterradora, como ambriagante, porque me causa placer y lujuria. Por eso
exclamo.

- ¡Chanyeol! ¡Chanyeol! ¡Chanyeol!

Grito con todas mis fuerzas, cuando me lanza al límite de mi éxtasis, haciendo
que me corra primero. Él, al ver mi rostro que grita su nombre de placer, lanza
un gruñido terrible y se corre dentro de mí.

Aspira fuerte y se desploma en mi cuerpo. Siento el peso de su ser sobre el mío.


Escucho su jadeo entrecortado en mi oído. Yo estoy tan agotado, que apenas
tengo fuerza para tomar algo de aire.

Chanyeol. Repira con dificultad, reponiéndose lentamente. Cierro mis ojos y


acaricio su espalda. Pareciera que no tuviera intenciones de moverse.Sonrío por
eso, más que conforme.

Abro los ojos. El techo es mi campo de visión. Veo un sol dibujado en él. Y yo
sólo lo miro un rato, hasta que siento los besos de Chanyeol en mi costado.
Entonces vuelvo mi mirada hacia él. Nuestros ojos se quedan ahí. Yo acaricio
ahora su cabello mojado. Él me llama.

- Baekhyun...

- ¿Mmmmhhh?

- Verdaderamente, Locamente, Profundamente, Te amo.


Capítulo 8
"Un mundo... solo de los Dos"
Despierto lentamente envuelto en los girones de las sábanas blancas. Unos ojos
se encuentran clavados en mí desde hace no sé cuánto tiempo. Chanyeol solo
me mira. Ahí está, apoyado en su codo, de costado mirándome, mientras que su
otro brazo me agarra de la cintura.

- Me estabas mirando -afirmo, porque es lo único que se me viene decir.

- Te estaba mirando.

Silencio. Pareciera que no tiene intenciones de dejar de mirarme. Mi vista en


cambio, no sale de ese sol en el cielo raso.

- Es de día - vuelvo a hablar.

- Es de día - dice tranquilo.

Suspira en mi rostro. Se siente tan cálido, como inquietante. No deja de


mirarme y ya me siento un tanto nervioso. No sé qué hacer. De pronto me viene
la vergüenza. Ni que pudiera tenerla con él, después de anoche.

- Deja de mirarme - le ordeno.

- No puedo. Eres demasiado bonito para dejar de mirarte.

- Haces que me sienta incómodo - le confieso.

- Mírame - me pide y como no lo hago al instante, toma mi mentón y me dirige


hacia su rostro.
Silencio. Está así tan bello, que yo no podría dejar de mirarlo, con los cabellos
salvajes y despeinados. Una sonrisa traviesa asoma por esa cara. Yo quisiera
comerlo a besos. Pero estoy con esa vergüenza sin sentido que me tiene
nervioso.

- Baekhyun, nunca me pidas que deje de mirarte. Sería como morirme.

Me río. Es tan ridículo lo que ha dicho.

- Te estás burlando de mí, en mi cara - me dice con esa mueca terriblemente


rara que hace que me ría más.

- Es que... es que eres tan chistoso...

- Lo que te dije fue en serio - me dice y encima le agrega un puchero.

Esto es terriblemente gracioso, sin que se lo proponga.

- Lo que dijiste es cursi y tu cara es graciosa - digo sin poder dejar de reírme.

- ¿A si? - dice y comienza a revolver sus dedos en mi vientre.

- No ¡No! No hagas eso - le suplico sin parar, porque esas cosquillas me están
matando, haciéndome reír sin tregua.

Ha terminado encima de mí. Ahora se me queda viendo, mientras me voy


calmando. Sostiene mis manos con las suyas. Para cuando se me va el ataque,
mis ojos se quedan mirando los suyos, vagando a decir verdad, entre su boca y
sus pupilas.
- Bonito - me dice dulce.

Me besa mi frente y me vuelve a decir.

- Bonito...

Me besa cada uno de mis ojos y yo los cierro, para sentirlo, confiado a lo que
esté haciendo conmigo. Por cada parte de mi rostro que besa, no deja de
decirme "bonito". Pasa por la punta de mi nariz y llega a mis labios. Suspira y
me besa suavemente. Chanyeol me desarma con ese beso profundo y caliente. Y
lo termina suave y delicadamente.

Sin apartarse de mí, se apoya en uno de sus codos y me pregunta.

- ¿Qué quieres hacer hoy?

- No lo sé. Creo que primero quiero darme un baño.

Se levanta y yo extraño el peso de su cuerpo en mí. Se dirige a una puerta y


escucho el sonido del agua. Había entrado al baño. Vuelve a mí y cuando yo me
quiero poner de pie, me levanta como pluma entre sus brazos, cosa que me
descoloca y me le río en la cara.

- Cursi - me le burlo.

- Contigo.
Me amarro de su cuello y entramos al sanitario. Yo me quedo maravillado de
ver eso. El lugar está en penumbra. Solo se ilumina un yacuzzi que se está
llenando de agua, con espuma por todos lados. La ducha, no es una regadera,
sino agua que cae, con un sonido de cascada. Es realmente raro. Sé que este
baño es terriblemente grande, por el eco que produce el sonido del agua que
corre. Es de otro mundo.

- ¿En serio esto es un baño? - le digo burlón, ante el impacto.

- ¿Por qué lo dices?

Me deja de pie en el suelo. Se mete él primero y luego me estira la mano. Se


sienta y me pide que lo haga arriba suyo. No sé por qué, cada cosa que me
señala, es como si fuera una orden, que yo obedezco con gusto. Y me hundo en
el agua, en el regazo de Chanyeol. Como me arde allí abajo, no puedo evitar
tensar mi rostro ante la incomodidad. Él se da cuenta y me dice.

- ¿Te duele mucho?

- Ya pasará. No te preocupes - digo acomodándome en él.

Pasa su mano con agua llena de espuma por la parte superior de mi cuerpo. Me
lleva un rato a su pecho para que me recueste en él.

- No me quiero dormir - le aclaro, porque se siente tan bien estar ahí, que ya me
estoy desvaneciendo.

- Solo un momento. Por favor.

De pronto, algo me viene a mi cabeza y no sé por qué le digo.


- ¿Qué te ocurre Chanyeol? - y dejo mi mano en su pecho.

Suspira, tan hondo, que eso me dice que algo pasa.

- Chanyeol ¿Qué te preocupa? ¿Tiene que ver con tu trabajo?

- Es complicado, cuando debes hacer cosas en las que no estás de acuerdo, pero
son necesarias para mantener la calma.

Lo miro a los ojos. De verdad está preocupado. Tiene esa mirada severa, de
cuando algo no le gusta.

Acaricio sus cabellos y su rostro, tratando de infundirle algo de confianza.


Cierra sus ojos y hecha su cabeza para atrás. Ahora entiendo que trataba él de
relajarse, más cuando me dice.

- Estoy tratando de no dejar demasiado desastre en mi camino, pero es


complicado.

- No entiendo Chanyeol - le confieso, sin dejar de acariciarlo.

- Dime Baekhyun, cuando se causa un mal menor tratando de evitar un mal


mayor ¿Eres culpable? Esa es una ley en medicina ¿Verdad?

- Si. Es una ley. Y no existe responsabilidad médica. Siempre y cuando no haya


intención de dañar.

- Entonces si tengo culpa...


Me mira compungido. De verdad algo lo tiene mal. Yo le doy un beso. Se nota
que su trabajo le está pesando demasiado, más si es como me dijo Heechul, que
toda la responsabilidad de mantener el orden de su gran familia, es de él.

- Gracias - me dice de repente.

- ¿Por qué?

- Por estar aquí conmigo. Necesitaba que estés aquí conmigo.

Me abraza y apoya su cabeza en mi pecho.

- Mi abuela siempre me dice "No te preocupes Baekhyun, después de la


tormenta, siempre sale el sol" o "después de un día nublado, siempre sale el sol"
o "Después de la noche siempre sale el sol".

Chanyeol sonríe en mi pecho. Levanta su rostro me mira y me dice.

- Baekhyun. Tú eres Mi Sol.

Mis mejillas están que hierven. Sonrío nervioso.

- Chanyeol... por qué dices eso...

- Porque tú llenas todo mi mundo de luz.

- Hablas como si tu mundo fuera todo oscuro.


- Recuerdas que te dije que nuestros mundos son...

- No lo digas - le digo, casi en una súplica - Estoy cansado de pensarlo todo el


tiempo...

Molesto, hago ademán de retirarme, pero él me retiene.

- Perdóname, por favor - dice apoyándose en mi pecho y yo me quedo quieto -


Perdóname, perdóname...

Levanta su rostro a mí, acaricia mis mejillas, me da un beso y me dice.

- Baekhyun. Tú eres Mi Mundo. Porque tú existes, todo en mi mundo es más


bonito y sale el sol, porque tú eres mi sol.

- Chanyeol - le digo tan emocionado, entre su angustia y su voz llena de


sentimiento que lo abrazo fuerte.

Abrazarlo me gusta, pero extraño ver su rostro y sus facciones. Me vuelvo hacia
él apoyando mi frente a la suya y lo escucho que me dice.

- Te amo Baekhyun. Tú eres mi mundo.

- Te amo Chanyeol - le digo acariciando sus cabellos - Tú eres mi mundo. Te


amo. Te amo...

Él ya me lo había dicho. Yo no, sino en una canción, por eso cuando le digo esas
palabras, él abre sus ojos y sonríe. Adoro su sonrisa.

De pronto los ojos de Chanyeol brillan, sin dejar de mirarme, brillan.


- Amo tus ojos - le digo sin pensar, delineando con mi dedo su forma.

- Por qué.

- Parece que la luna estuviera dentro y bailara.

Chanyeol se ríe ante mi comentario disparatado. Pero es que, es lo que yo veo...

- Así que yo veo el sol en ti y tú ves la luna en mis ojos...

- Tú eres la noche, llena de estrellas estampadas en tu cuerpo - le confieso sin


vergüenza, recordando la noche en que lo vi por primera vez.

Chanyeol me mira algo confundido. Lleva su mano a mi nuca, delineando con


su pulgar mi mentón, recorriendo con sus ojos mi rostro.

- Qué... - digo

- Estaba pensando.

- En qué...

- En que me hiciste mucha falta.

Lo miro incrédulo y me río de aquello que dijo.

- ¿Te hice mucha falta? Chanyeol estás loco...


- Loco estaba sin ti. Tú me devuelves el mundo y ya no tengo miedo.

Sus labios no sonríen, por eso me he puesto serio. Acariciando su mejilla le


pregunto por eso.

- ¿Qué cosa te da miedo Chanyeol?

Calla unos segundos más de lo normal. Acaricia mis labios con los suyos y me
dice.

- Lo que soy sin ti.

- Y qué eres.

- La noche. La oscuridad. Pero tú eres mi sol. Así que ya no hay oscuridad.

Lo abrazo. Esta conversación se está volviendo demasiado surrealista y me


asusta. De repente es como si quisiera protegerlo y cuidarlo. Es como si fuera
mi niño en mis brazos y lo acuno para que descanse en mí, porque de verdad
siento que descansa.

Después de un rato eternamente largo, me levanto y Chanyeol me lleva a la


ducha. Le lavo el pelo y él lava el mío. Limpio su cuerpo con una esponja llena
de jabón, él limpia el mío de igual forma. Sonreímos. Nada puede ser más
tranquilo y natural que este momento.

Salimos de la ducha. Nos secamos. En la habitación, él se coloca un bóxer y una


remera. Yo me quedo con una bata de baño.
- ¿Qué quieres hacer hoy?

- Lo primero es llamar a casa. Quiero saber cómo están mis abuelos. Y tengo
que llamar a Jongdae. Debe estar preocupado porque no me aparecí por allá.

Mientras yo sigo secándome el cabello, él se queda duro en su lugar


mirándome.

- Qué - digo.

- ¿Qué tenías tú que hacer en su casa?

- Dormir - le aclaro - Teníamos que practicar con los chicos...

- ¿Por qué con él? - me interrumpe en seco - ¿Por qué él? ¿Qué ocurre con él? No
quiero que estés con él.

Me paro en frente suyo serio y le aclaro bien.

- No me gusta el modo en el que me estás hablando. Nadie me da órdenes sobre


mi vida. Y creo que mejor me voy.

Salgo de la habitación echando chispas. Jamás he permitido que nadie controle


mi vida, ni lo que hago.

- Baekhyun - siento que me habla por detrás, mientras yo voy recogiendo


rápido mi ropa de camino.

- Baekhyun...
Nada. Sigo en lo mío. Para cuando ya tengo el manojo de mis prendas en mano,
comienzo rápido en el living a vestirme.

- ¡Estoy celoso! - me dice fuerte y yo me quedo duro - De acuerdo. Lo admito.


Estoy celoso. No es sólo él. Son todos ¡Mierda!

Yo lo miro. Grita entre dientes agarrándose la cabeza y peinándose rabioso los


cabellos con sus dedos.

- Sé que está mal - agrega - Sé que no es bueno. Pero...

Su pecho sube y baja con furia. Mientras me sigue hablando.

- Yo no soy así ¡Te lo juro! Siempre me dije, que los celos es de tipos inseguros.
Yo ¡No soy así! Solo que yo he visto cómo te miran. He visto cómo te ven los
demás y ¡Quisiera matarlos por cómo te miran! ¡Y las cosas que quieren
hacerte! ¡No puedo soportarlo!

Y yo tampoco soporto recordar cómo lo ven a él. Pero no se lo diré, porque


resulta enfermizo esto. Entonces murmuro más para mí, que para él.

- No es normal. No está bien.

Me visto rápido en silencio. Él me mira y se acerca. En verdad no sé qué mierda


decir, ni qué hacer. Solo me pongo la ropa.

Mi celular suena y yo no puedo no atender. Más cuando veo quién es.

- ¡Byun Baekhyun! - me grita Jongdae - ¡Dónde te habías metido!


Se ha escuchado todo del otro lado. Chanyeol cierra los ojos y pone sus manos
en la cintura, apretando su mandíbula. Yo me doy la vuelta. Así no puedo
hablar. Encima estoy en su casa. Aunque quisiera irme a otro ambiente, mis
piernas no responden. Estoy incómodo y duro en mi sitio. Trato igual de hablar
con naturalidad.

- Ya no jodas. Recuerda que ¡Tu tutor soy yo!

- Pero quien te cubre las espaldas con tus abuelitos soy yo - me canturrea.

- ¡¿Cómo?!

- No llamaste como siempre. Se hartaron de llamarte y no atendías. Me


llamaron y les dije que estabas durmiendo. Tu abuelita parecía feliz. Tu
abuelito insultaba por detrás. Una mujer encantadora tu abuelita.

- Gracias - es todo lo que puedo decirle - Olvidé llamarlos...

- Al menos dime que si me metiste los cuernos, valió la pena...

- No lo digas así...

- Acabas de romperme el corazón - me dice haciéndose el dolido.

- Lo nuestro no habría funcionado y lo sabes - me le río.

- ¿Vienes a casa? Los chicos ya están aquí y... ¡Suelten!

Alguien le ha quitado su móvil. Yo ya sé qué debe estar pasando ahí y me río.


- ¡Apenas llegues aquí quiero detalles! - grita Kyungsoo.

- ¡Detalles! - grita con todo Luhan.

- ¡Devuelvan eso que es mío! - siento el grito de Jongdae.

- Bye - digo y sin más cuelgo.

Me quedo en silencio. Solo preparo mi morral y me estoy por poner el abrigo,


cuando Chanyeol me dice.

- Perdóname.

No veo ni siquiera la expresión de su rostro. Ya no aguanto más. Dejo mis cosas


tiradas y en unos segundos, lo rodeo entre mis brazos. Él me aprieta fuerte,
pero no me importa. Solo puedo abrazarlo y poner mi mejilla en su pecho.
Escucho entonces que me dice.

- Yo sólo quiero que estés a salvo. Jongdae... Jongdae no tiene nada que ver...
Con tus amigos estás a salvo.

Lo miro. Tomo su rostro entre mis manos, indagando en su mirada.

- A salvo de qué...

- De que alguien te haga daño.

Pienso en lo que pasó en "Sky" esa noche que me salvó y le digo seguro.
- Lo que ocurrió esa noche, fue excepcional. No exageres.

Baja la cabeza avergonzado. Piensa unos segundos y me abraza de nuevo.

- Creo que mejor vamos a casa de Jongdae - me dice para mi sorpresa - Me


gusta que estemos con los demás.

-Es una buena idea...

- Nunca peleemos. Casi se me para el corazón viendo cómo te ibas. Ya te iba a


encerrar.

- ¿Así que encerrarme? - le digo peinando sus cabellos - Broma estúpida. Pero
no peleemos nunca más. A mí casi se me para el corazón también.

Nos reímos. Él se viste y yo lo espero. Mientras, curioso, me asomo por un


ventanal de la entrada principal de ese caserón terrible. Algo llama mi atención
y por eso lo llamo asustado.

- ¡Chanyeol! - grito - ¡Chanyeol!

- ¡Qué ocurre! - exclama él conmocionado por mi grito.

Lo miro. Está agitado. Ha venido corriendo, porque de verdad estoy asustado.


Señalo con mi dedo hacia la entrada temblando.

- ¡Hay hombres fuera! ¡Todos ahí armados y todo...!

- Baekhyun...
- ¡Qué... qué es eso!

Estoy de verdad espantado, porque jamás había visto hombres así.

Chanyeol me abraza suspirando y frota mi espalda. Me mira a los ojos y me


dice tranquilo.

- Amor. Es mi guardia personal.

- ¡¿Qué?! - digo pasmado, con mis ojos bien abiertos de la sorpresa.

- Son mis guardias Baekhyun. Perdona que no te avisara antes. Se reportan a


la mañana temprano. Están esperando mis órdenes. Solo eso...

- ¡¿Solo ... eso?! - le digo irónicamente - Mierda ... parecen de la mafia... Me


asusté en serio - digo riéndome de mi estupidez, llevándome la mano al pecho -
¿Anoche también estaban?

- Ellos siempre están. Solo que no se hacen ver...

- Parece de película - me río.

- Baekhyun...

Me callo esperando que hable. Abre sus labios como queriendo decir palabras
que no le salen.

- Qué pasa - digo.


Los segundos pasan y yo sigo esperando que pronuncie alguna palabra. Me
abraza de nuevo. Se pierde en mi cuello. Lo siento encorvado. Sus manos
tiemblan en mi cuerpo y respira agitado.

- Qué pasa Chanyeol - le digo inquieto, aferrándome a él - Yo entiendo. Heechul


me dijo que tu familia es importante. Yo entiendo... Estoy... estoy
acostumbrado por Jongdae.

No habla por un rato. Ya me estoy asustando en serio, entonces me calmo


cuando lo escucho de nuevo.

- Solo... Solo que te amo con toda mi alma. Siempre... siempre recuerda que te
amo, con toda mi alma.

Me lo ha dicho con tanto amor, que mis ojos se empañan. Él entonces se vuelve
para encontrarse con mi rostro. Sus mejillas brillan; ha dejado correr lágrimas.

- Por qué lloras - le pregunto.

- Porque soy cursi - me dice sonriendo.

- Porque me amas...

- Porque te amo.

- Te amo Park Chanyeol.

- Te amo Byun Baekhyun.


Y sin decir más, nos perdemos en un beso lleno de amor.

Sé que han pasado demasiadas cosas en pocas semanas. Sé que debería


preguntar. Sé que debería hablar para saber. Sé que debería sacar esta
sensación de inseguridad que comienza a crecer. Pero es que, cuando estoy con
Park Chanyeol, me pierdo en un mundo, que es solo de los dos.
Capítulo 9
Desengaño

- Juro que detesto estas fiestas – gruño mientras me miro en el espejo del
hospital, con este traje impecable que me prestó Jongdae.

- Que lo disfrutes – se me burla él.

- Como hijo del Primer Ministro ¿No deberías ir también?

- No me gustan esos circos de mierda. Mi viejo lo sabe bien – me dice mientras


se pone su uniforme para trabajar – Ya le dije que no me obligue a aparecer por
ahí. Como no quiere pasar vergüenza, no me obliga.

- No te llevas bien con él, parece...

Termino de arreglarme y al rato viene Kyungsoo ya luqueado. Me había


olvidado de lo precioso que es mi amigo. Igual él siempre me dice que yo soy
más lindo. Así nos retroalimentamos de ego.

Mientras nos dirigimos a nuestros autos, vemos a Yixing con Zhoumi. Lo


miramos de arriba abajo y nos reímos con Kyungsoo, porque se le han puesto a
nuestro doc las mejillas coloradas de tanto que lo analizamos.

- Qué – nos dice escogiendo los hombros.

- Perdón – se le burla Kyungsoo – ¿Han visto al doctor Zhang? También tiene


que venir a la fiesta.

- Mucho gusto – le sigo yo con una reverencia – Mi nombre es Byun Baekhyun


¿Y usted es...?
- Ya – nos dice avergonzado – Se me están burlando feo.

Lo abrazamos mientras nos reímos.

- Es que Yixing ¡Pareces modelo de publicidad! – exclama Kyungsoo


apretándole las mejillas.

- Oye – digo – Eres toda una revelación con ese esmoquin ¡Estás divino! Todos
se van a babear por el doc ¿Verdad doctor Zhoumi? – pregunto a su compañero
y le sugiero – Va a tener que cuidarlo mucho esta noche...

Y sin más nos subimos con Kyungsoo a mi coche, dejando a Yixing y a Zhoumi.

Mientras conduzco, mi amigo me habla en el camino.

- Así que la fiesta es en la casa del Primer Ministro. Debe ser una mansión
espectacular.

- Debe ser.

- ¿Y por qué Jongdae no quiso venir?

- No le gustan estas fiestas. Dice que son unos circos de mierda.

Después de poner algo de música y escuchar a Kyungsoo que me dice por dónde
ir, viendo el GPS en su celular, me pregunta.

- ¿Todo bien con Chanyeol? Hace días que no lo veo por el hospital.
- Está de viaje de negocios en Londres.

- No me respondiste la primera pregunta.

Me freno justo en un semáforo en rojo. Miro a mi amigo. Mi boca hace una


mueca y largo un quejido de dolor. Mi frente al instante choca en el manubrio y
chillo desconsolado...

- Kyungsooooo... lo extraño mucho.

- Ahora entiendo por qué andas pendiente de tu móvil.

- No le hablo. Me quiso llevar y yo le dije que no. Terminamos discutiendo...

- ¡¿Qué?! ¡¿Estás loco?! ¡¿Por qué mierda no fuiste?!

Me incorporo y lo miro serio.

- Te recuerdo que tengo un trabajo.

- No me vengas con eso – me dice burlón – Te deben vacaciones. De seguro que


si pedías permiso, el director te lo daba.

Me tocan bocina y recién me doy cuenta del cambio del semáforo. Sigo viaje y al
minuto Kyungsoo vuelve a la carga.

- ¿Por eso discutieron? ¿Por qué no quisiste ir Baekhyun? ¡Es Londres!


- Es complicado... – digo sin saber qué decir.

- Es tu novio. Te invitó a ir con él a un viaje de negocios ¿Qué es complicado?

- No soy su novio.

- No me jodas. Me dijiste que te dijo "Te amo" y tú le dijiste "Te amo".

- Eso no quiere decir que seamos novios Kyungsoo – le aclaro sin poder ocultar
mi sarcasmo.

- Bueno. De acuerdo. No son novios. Están saliendo. Cuál es el impedimento


para no haber aceptado la invitación. Y por qué discutieron...

Me callo. Mi cabeza tiene ideas que no saben expresarse en palabras.

- Deja de pensar demasiado Baekhyun y larga...

- No me siento muy cómodo con su estilo de vida.

- Ya no empieces con ese tema de nuevo – me reclama.

- Hay cosas que no te he contado...

- Comienza con algo...

- Salimos a cualquier parte y su guardia lo sigue. Tiene un séquito de


guardaespaldas armados y todo.
- Jongdae los tiene.

- Si. Pero no andan con armamento pesado. Y Jongdae sólo tiene dos. Estos
son... distintos.

Suspiro. No sé ni cómo explicarle.

- Qué más – me insiste.

- Me lleva a lugares carísimos y apenas lo ven... es como... como si llegara un


rey o algo así. Solo falta que le pongan alfombra roja.

- Mierda...

- Si. Mierda...

- Qué más.

- Me quiso dar dinero para la hipoteca de mi casa.

- ¡No! – exclama y yo siento sus ojos clavados en mí.

- Si.

- Imagino que no aceptaste...

- Obviamente y esa fue la primera discusión.


- Cuál fue la otra.

- Me quiso regalar una cadena. Después un brazalete. Después un anillo...

Me callo por solo recordarlo.

- ¿Y? ¿Cuál fue el problema?

- Que eran de diamantes, de piedras preciosas y de oro fue lo menos. No lo


acepté.

- Si fuera tu novio y te regalara algo, me ofendería por eso. Pero te entiendo.

- No podía aceptar algo así... Yo sólo... Yo sólo... no quiero esas cosas Kyungsoo
– gimo ni que fuera niño haciendo rabieta.

- ¡¿Chanyeol qué mierda hace?! ¡¿A qué se dedica?!

- A los negocios de su padre...

- A qué se dedica su padre...

- Bienes raíces o algo así...

- Deben ser multimillonarios – dice Kyungsoo impactado.

- Quiere conocer a mis abuelos.


- ¡¿Si?!

- Si.

- Vaya... se ve que va en serio...

- No le dije que si. Nos peleamos después por el tema de los regalos.

- ¿Y qué piensas hacer?

- No sé Kyungsoo. Me pidió conocer a mis abuelos, pero no me dijo que quería


presentarme a su padre... – le digo en tono recriminatorio.

Justo llegamos a la casa del Primer Ministro.

- ¡Mierda! – decimos al unísono.

Es que es de película todo el despliegue de guardaespaldas, gente rica y bien


vestida en autos carísimos algunos y con choferes otros.

- ¡¿Y este es el mundo de Jongdae?! – exclama Kyungsoo.

- Y el de Chanyeol – le digo bajando y le señalo – Y el de Jongin. Mira...

Jongin justo desciende de un auto. Está vestido con un traje de gala impecable
y ofrece el brazo a una mujer delgada y elegante, que por el parecido, supongo
que es su madre. Y lo confirmamos, cuando un hombre mayor se le acerca y ella
cambia de brazo.

Kyungsoo se da la vuelta avergonzado. Yo sé lo que le pasa. Recién cae de todo


lo que en este tiempo le vine hablando.

- Que no nos vea Baekhyun... deja... deja que entre... por favor – me suplica
nervioso.

-Tarde – le digo, porque Jongin ya nos vio.

Habla algo con la pareja y se aparta caminando hacia nosotros.

- ¡Baekhyun! ¡Kyungsoo! – nos llama, sin lograr que mi amigo se dé la vuelta.

- ¡Hola Jongin! – exclamo animado, tratando de parecer lo más natural posible.

Kyungsoo respira agitado. Se voltea a verlo porque yo lo obligo a hacerlo con la


mirada.

- Ho...Hola... Jongin – dice apenas murmurando Kyungsoo que no levanta la


mirada.

Jongin se queda callado cuando ve a mi amigo. Le saca radiografía de arriba


abajo. Yo creo que es porque Kyungsoo parece de verdad un muñequito
precioso, con ese traje de gala negro, con vivos de raso del mismo color en la
solapa. Su cabello está peinado hacia en costado, dejando bien despejada su
carita tierna. Y encima en lo que se ha puesto tímido con Jongin, se le subió el
rubor a las mejillas. Ya está. Yo sabía que tarde o temprano, Jongin iba a caer.
Quizá esta noche, al menos ellos la pasen bien.
- ¿Los... los acompaño dentro? – pregunta Jongin inquieto, pero cortés, sin
quitarle la vista de encima a Kyungsoo.

- No hace falta – dice pororó tomándome del brazo – Gracias.

- Claro Jongin – digo yo por llevarle la contra – No conocemos a nadie aquí y


andamos desorientados.

- No hay problema – dice él – Conozco el lugar.

Entramos y para mí todo esto es espectacular. Kyungsoo está fascinado. Yo


estoy como asustado.

De pronto mi móvil vibra. Tengo que atender porque es mi abuelo.

- Adelántense – les digo a Kyungsoo y Jongin – Luego los alcanzo.

Me meto por algún lugar más despejado para hablar tranquilo.

- Abuelo ¿Todo bien? ¿Pasó algo?

Escucho con dificultad entonces una discusión entre ellos en voz alta. Es el
móvil de mi abuelo, pero quien me habla es mi abuela.

- ¡Mi niño! – me saluda con demasiado entusiasmo, señal que está nerviosa.

- Abuela qué ocurre ¡¿Estaban peleando?! ¡¿Que ustedes no se cansan?! – digo


algo divertido.
- Siempre me pregunto lo mismo ¿Nunca me canso? – me dice divertida – Pero
ya ves que no.

Me río más sereno, suponiendo que no ha pasado nada.

- Dime – hablo.

- Nada. Tu abuelo que es un cuidador. Ya sabes...

- No me jodas.

- Esa expresión no es aceptable jovencito.

Me río de nuevo. Lo sé bien. Solo que me gusta molestarla.

- Escucho ruido ¿Estás en ese lugar ya? – pregunta ella.

- Si abuela ¿Te gusta cómo nos quedó el traje de gala? – digo, porque antes le
había enviando una foto con Kyungsoo.

- Están hermosos.

Escucho que mi abuelo quiere hablar, pero mi abuela lo aparta. Me suena raro,
porque no entiendo qué pasa. Normalmente si uno me llama, el otro por
naturaleza le sigue, y también termino por hablarle, es rutina.

- Déjame hablar con el abuelo para dejarlo tranquilo.


- No. Está insoportable – me dice cortante – Ya ve a divertirte.

- No es diversión – le digo – Es trabajo. Llegaré temprano a casa.

En eso escucho el grito de mi abuelo de fondo.

- ¡No hables con extraños!

- ¡Mierda! – exclamo sorprendido – ¡Si que está loco! ¡Ni que fuera niño!

- ¡Baekhyun! – me reta mi abuela – Estás entre gente culta. Habla bien ¡No
seas boca sucia! – y bajando el tono agrega – Pero si. Ya ves. Está loco.

- ¡No estoy loco! – lo escucho que grita y agrega para mi abuela, no para mí –
"No debería estar ahí"...

Un "cállate" de ella, me deja descolocado. Algo pasa, pero no entiendo. Y cuando


quiero preguntar de nuevo, ella me dice rápido.

- Pásala lindo mi niño. Buenas noches.

Y corta.

Me quedo mirando el móvil pensativo. Es normal que mi abuela se haga la


liberal y mi abuelo el cuidador y me quiera mezquinar al mundo, pero no así
tan rotundo.

Miro a mi alrededor y ya estoy desorientado. He perdido de vista a mis


compañeros de trabajo, así que deberé ir a buscarlos. Camino por un pasillo
terriblemente largo y aunque iluminado, un tanto solitario, siguiendo el sonido
de la música.

- La inocencia a la vista – siento que dice alguien detrás mío.

Me doy la vuelta y me encuentro con el tipo abusivo del bar, Hyun Joong, a
quien recuerdo por lo desagradable que fue, la noche que tuve que cubrir a mi
compañero en el bar. Me quedo sorprendido. El tipo no me gusta. Menos cuando
me mira de arriba abajo. Es un invitado más, por el traje impecable que porta.

- De todos los lugares que podría haber pensado en encontrarte de nuevo... – me


dice rodeándome –...este es sin duda el último lugar.

Se me para en frente con su sonrisa perfecta, poniendo sus manos en los


bolsillos de su pantalón y agrega.

- Pareces un tanto perdido ¿Te acompaño?

- No. Gracias – digo secamente.

Solo asiento con la cabeza cortésmente y me muevo para irme. Pero él se me


para en frente y hace que casi choque con él. Pego un sobresalto por el impacto
y él se ríe divertido. Ya me molesta este tipo.

- Con permiso – le ordeno, mostrándole mi cara de asco.

- Espera – me dice burlón sin apartarse de mi espacio personal – Solo


hablemos.

- Creo que usted y yo no tenemos nada de qué hablar. Disculpe...


Hago de nuevo el intento de retirarme y me frena de nuevo.

- ¿Viniste solo?

- Eso a usted no le importa – le digo entre dientes.

- Mierda – dice oliendo algo en el aire, sin perder la sonrisa – Tienes ese olor
tan a inocencia que me enloquece y me dan ganas de...

- Baekhyun – me llama alguien a espaldas del tipo – Te estaba buscando.

Nos volteamos a ver quién es. Seo Joon ahí parado, estira su mano como si de
verdad estuviera convencido de eso que dijo. Yo solo puedo estar agradecido.

- No sabía que habías venido acompañado – le dice Hyun Joong, a Seo Joon.

- Ya ves. Se me pierde de vista y no puedo estar mucho tiempo lejos de él...

Hyun Joong se vuelve a mí y sin empacho me mira de arriba abajo, diciendo


como si nada.

- Yo también estaría igual...

- Baekhyun – me despierta Seo Joon, con su mano extendida – ¿Vamos?

Yo no digo más. Me quiero ir de la vista de ese tipo y me acerco a Seo Joon.


Caminamos unos pasos y ya no veo la hora de terminar esta caminata por el
pasillo.

- Disculpa – murmura Seo Joon y apoya suavemente su mano en mi cintura.

- ¿Por qué lo haces?

- Créeme que es lo mejor. Que piense que estás conmigo. De lo contrario no te


dejará en paz, no solo esta noche...

No entiendo lo que dice, ni quiero entender. Igual ya nos hemos perdido entre
la multitud. Nos frenamos en un bar y él pide algo para tomar.

- Creo que debo darte las gracias por rescatarme – digo sonriendo.

- De nada ¿Te pido alguna bebida?

- No. Gracias.

Toma una copa de champagne que le ofrecen y yo recuerdo qué estoy haciendo
ahí, así que le digo.

- Tengo que irme. Disculpa...

- Espera – me interrumpe, tomándome gentil del brazo – Está mirándonos.

Sé a lo que se refiere. Así que sólo me quedo quieto, esperando.

Seo Joon me observa y me sonríe, siempre con ese porte galante de modelo.
- ¿Qué haces aquí? – me pregunta de una.

- Vine con el personal del Hospital Central.

- ¿Acompañando a alguien?

- No. Trabajo ahí.

- ¡¿Trabajas ahí?! – dice sorprendido, abriendo bien sus ojos.

- Soy... soy el jefe del Departamento de Enfermería, de una de las áreas – digo
un tanto nervioso, porque me siento extraño hablando con él de mi vida – Por
eso tenía que venir.

Lo he dejado con la boca abierta y sin saber qué decir. Unos segundos pasan,
hasta que exclama.

- ¡¿De verdad eres enfermero?!

- Si – le respondo, sonriendo por verlo tan confundido.

- ¡¿Y por qué trabajas de camarero?! – exclama ya más relajado y riéndose algo
incrédulo.

- Me gusta el dinero – digo divertido.

Emite una mueca. Hace un gesto de "salud " con su copa en alto. Se toma un
trago de su bebida y me dice.
- Byun Baekhyun. Eres una caja de sorpresas.

Me sigue observando. Yo incómodo pregunto.

- ¿Ya se fue?

- Todavía no – me dice y cambia de tema – Oye, me quedé pensando en la otra


noche que trabajaste para mí... ¿Conoces a Chanyeol? Es mi primo.

- Si – digo, sin intención de entrar en detalles.

- ¿Hace mucho?

- Solo... por medio de Jongdae – digo sin explicar más.

Los pormenores de una fiesta y la pelea entre mi mejor amigo con Jongin, ni
vienen al caso.

- ¡Claro! – exclama como si hubiera descubierto algo – El hijo del Primer


Ministro que hace el voluntariado en el hospital. Es el mejor amigo de
Chanyeol...

- Así es. Soy su tutor.

De nuevo lo he dejado boquiabierta.

- Jongdae y Chanyeol son amigos de años ¡Ah!... hablando de Roma...


- ¿Qué?

- Chanyeol – me indica con su mirada – Allí está.

Miro hacia donde el gesto de su cabeza me dirige. Me doy la vuelta y veo a


Chanyeol en el otro extremo de la zona del bar.

- Creí... creí que estaba de viaje – murmuro descolocado, sintiendo que mis
piernas tiemblan.

- ¿De viaje? – me dice Seo Joon confundido – No.

Me ha mentido. Me ha mentido. Me ha mentido.

Siento mis venas contraerse en el costado de mi sien. Como si quisiera explotar,


una de ellas palpita con fuerza, tanto, que siento que se me parte la cabeza del
dolor. Tengo la sensación que algo no anda bien.

Me apoyo en la mesa del bar, porque ahora veo otra cosa más. Una mujer lo
toma del brazo, arrimándose a él. Mi corazón parece quebrarse en mil pedazos.
Yo la reconozco bien. Hasta su nombre recuerdo bien. Parecen una pareja. La
pareja perfecta en medio de toda esta riqueza.

Sin querer digo en voz alta el nombre de la mujer, olvidando que alguien me
acompaña.

- Sandara...

- Por lo visto conoces a su prometida.


Siento que me hundo lentamente. Todo mi mundo se destruye brutalmente.

- ¿Prometida? – digo intentando con todas mis fuerzas mantener la cordura y la


compostura.

- Si – me dice Seo Joon –Desde hace dos años.

Miro hacia donde están. Siento que se me congela el cuerpo. El dolor que siento
en el pecho, me deja sin aire. Pienso que debo parecer normal, que no es lugar
para hacer nada, que tengo que mantener el porte. Por eso mismo, me debo
retirar.

- ¿Estás bien Baekhyun? – escucho que me dice Seo Joon.

Sonrío. No sé cómo mierda es que sonrío. Jamás había sido tan hipócrita y falso
en mi vida.

- ¡Claro! – digo como si nada y buscando una excusa, agrego – Lo siento. Debo
volver con mis compañeros.

- Te acompaño – me dice amable él.

- No quiero molestarte...

- De verdad que no me molesta acompañarte. Además... – dice en tono de


broma–...Puede que necesite rescatarte de nuevo de gente indeseable.

Reímos de eso. No sé por qué le sigo en el gesto, como ente, porque ni sé qué
demonios sigo haciendo allí.
En ese momento se escucha el sonido de algo de vidrio romperse. Todo el
mundo, incluido yo, nos volvemos a ver a ese lugar.

A Chanyeol se le ha caído al parecer una copa con su bebida. No se mueve,


mientras un séquito de camareros limpia a su alrededor. Está duro, como
mármol, mirándome.

Yo me doy la vuelta. Estoy tan descompuesto y como mis piernas tiemblan,


necesito sostenerme de algo. Tomo el brazo de Seo Joon con fuerza y él
preocupado me mira.

- ¿Seguro estás bien?

- Solo... solo estoy preocupado. Debo ir con mis compañeros. Para mí esto es
trabajo... yo...

- Entiendo.

Salimos del inmenso bar. Atravesamos el salón y yo miro, buscando a mis


compañeros. Por todos lados hay gente haciendo sociales. La mayoría son de la
política.

En ese momento un hombre ya entrado en años se para en nuestro camino. Seo


Joon me obliga a frenar. Yo lo miro confundido. El caballero, parece conocerlo.

- Tío – dice Seo Joon – ¿Se te ofrece algo?

Ha dicho "tío". Lo miro bien. Es un hombre muy alto y delgado. Esos ojos, me
resultan familiares. Ese aire, me resulta conocido.
Me siento terriblemente incómodo, porque el hombre, desde que se topó en
nuestro camino, no me ha quitado los ojos de encima. Más porque los segundos
transcurren y me observa fijo. Al fin dice a Seo Joon, pero sin dejar de mirarme.

- ¿Has visto a mi hijo?

- Chanyeol está en el bar con Sandara.

¡Dios! Creo que podría caer en este preciso instante, pero estoy tan
consternado, que ni fuerzas tengo para desplomarme. Yo torpemente sonrío y
digo.

- Con permiso... yo...

- ¿No me presentas a tu compañero Seo Joon? – interrumpe el hombre, en tono


duro, pero respetuoso.

- Será un placer – sonríe Seo Joon – Disculpa Baekhyun. Él es mi tío, Park Si


Hoo. Tío, él es Byun Baekhyun. Es jefe del departamento de enfermería del
Hospital Central. Están aquí esta noche con los invitados de honor.

- Un gusto señor – digo inclinándome.

- El gusto es mío joven Byun – me dice gentil el caballero.

No puedo entender qué mierda de destino, casualidad o cosa es esta. Mi


amabilidad sigue en pie, aunque por dentro estoy hecho trizas. Quisiera gritar
del espanto y llorar de ira, pero debo seguir como si nada pasara, con mi cara
hecha de piedra, sonriendo sin ninguna gana.
- Así que es jefe de los enfermeros – comenta el hombre.

- Si señor – afirmo, sin saber qué más decir. Estoy demasiado incómodo por la
mirada del señor, clavada en mi rostro.

- Siento especial admiración por las personas que se dedican a salvar vidas.
Realmente no cualquiera se brindaría a un trabajo tan noble. Debe ser un ser
especial, sin dudas. Imagino lo duro que debe ser su trabajo.

Juro que no puedo respirar. Titubeo, porque si no sé qué demonios hago ahí,
menos sé qué decir. Mis manos tiemblan y están mojadas. Hago fuerzas para
componerme en mi cabeza, ordenándole a mi cuerpo a que dé alguna respuesta.

- Me... me siento halagado... – suelto al fin – Yo... yo realmente, amo lo que


hago. Por eso no considero que sea duro.

El caballero sonríe. Tiene su gesto amable como él. Me duele verlo. Pienso en
que quiero irme y salir corriendo de ahí. Pero él pareciera querer lo contrario y
sigue charlando.

- Es muy joven para ocupar tan importante puesto ¿Cuántos años tiene?

- 24 años señor.

- Byun Baekhyun de 24 años – dice y hace unos segundos de silencio; respira


hondo y prosigue – Debió ser un gran estudiante, sin lugar a dudas. Pero debe
ser modesto y no me lo dirá.

Los tres reímos por aquello.


- Papá – escucho su voz detrás.

- Chanyeol – dice el caballero sonriendo – Te buscaba, pero me encontré con tu


primo y un joven agradable que me mantenían entretenido en medio de tanto
aburrimiento.

Me doy la vuelta y nuestros ojos se encuentran. Decepción. Desesperación.


Desolación. Dolor. Solo quiero desaparecer. Lo detesto. Lo desprecio.

- Baekhyun... – murmura Chanyeol.

- ¿Se conocen? – pregunta su padre.

Silencio. Ninguno de los dos dice nada. Ya no puedo seguir aparentando que
estoy bien. Quito mis ojos de sus ojos, porque solo me lastima verlo.

- ¡Byun! – escucho que dice alguien.

Es el doctor Minho. Mira a todos sin entender nada. Amable y correcto se limita
a decir "buenas noche", inclinándose rápido para llamarme.

- Siento interrumpir, pero el director Jang te precisa. El Presidente quiere


conocerte.

- Y no se debe hacer esperar – agrega como divertido el señor Park.

Y yo, aunque detesto las apariencias y las cosas de la política, doy gracias en
este momento, porque me estén usando para esas cuestiones.
- Si me disculpan – digo sonriendo e inclinando mi cabeza, me dirijo al señor
Park, que ha sido gentil – Mucho gusto. Le agradezco su amabilidad.

- Joven Byun, ha sido un honor.

Y me retiro sin mirar a nadie más. Es como si siguiera a Minho como un ente
que sigue algo que se mueve. Para cuando llego, todo el personal reunido, está
de pie escuchando al presidente y al padre de Jongdae.

Sé que me está mirando. Porque a pesar del frío de mi cuerpo, mis mejillas
arden, como siempre que sus ojos se clavan en mí, aunque yo no lo vea a él.

Escucho. Hago reverencia. Respondo a las preguntas que me hacen. Sonrío,


como gesto de gratitud. Reverencia de nuevo. Saludo. Esto me está
destruyendo.

Apenas se van, yo me dirijo a Kyungsoo desesperado.

- Necesito irme ya.

- ¡¿Qué?! – exclama.

- Ya... Kyungsoo...

Comienzo a temblar y a perder estabilidad. Mi amigo me toca las manos.

- Baekhyun ¡mierda! ¡Qué ocurre!

- Me engañó... Chanyeol... Está comprometido...


- ¡¿Qué?!

- Se va a casar... lo odio... lo odio... lo odio – no puedo congeniar una sola


oración.

- ¡Lo voy a matar! – grita Kyungsoo entre dientes furioso.

Mis lágrimas ya no tienen control. Caen aún en contra de mi voluntad. Repito


"lo odio", con todo el odio de mi alma, porque lo odio de verdad.

- Chanyeol – dice Kyungsoo con los ojos abiertos.

- Si. Chanyeol...

- Chanyeol viene hacia aquí...

No quiero ver. No quiero verlo. Me duelen todos los músculos de la tensión. Por
eso le suplico a mi amigo, porque mi cuerpo está rígido.

- Kyung... sácame de aquí.

Me toma la mano y me tira fuera.

- Dame las llaves del auto – me dice y yo obedezco.

Casi corremos a la salida. Buscamos mi coche. Lo encontramos y justo en lo que


llegamos, alguien me jala de atrás.
- Baekhyun – me dice queriendo acercarme a él – tenemos que hablar...

- ¡Suéltame Chanyeol! – le grito liberándome.

- ¡No se te ocurra acerarte a él Chanyeol, porque no respondo! – dice mi amigo.

- Baekhyun ¡Tenemos que hablar!

- ¡Sube al auto Baekhyun! – me ordena Kyungsoo.

- ¡De qué! – le grito a Chanyeol, ya fuera de mis cabales – ¡¿De que no estabas
de viaje?! ¡¿De que nunca te fuiste?!

- Te tengo que explicar – dice respirando él con dificultad y queriendo tomarme


de la mano.

- Vamos Baekhyun – me ordena mi amigo, subiendo al auto y abriendo la


puerta para que entre.

Hago el intento de subir, pero Chanyeol se interpone, agarrándome con fuerza.

- ¡No! – grita y yo veo sus cabellos mojados, pegados a su frente – ¡Yo iba a
viajar y cancelé eso a última hora!

Me río por su cinismo. Lo detesto.

- ¿Había viaje de verdad? – le pregunto burlón en su cara, mientras mis


lágrimas no paran de brotar – ¡¿O acaso resultaba aburrido de que tu puto
amante estúpido no te quisiera acompañar?!
- ¡No digas eso! – me grita furioso y sacado, tirándome hacia él – ¡No hables así
de lo nuestro!

- ¡Vamos Baekhyun! – me grita Kyungsoo.

- Apártate de mi camino Chanyeol – le ordeno con mis puños cerrados,


liberándome de su amarre.

- Baekhyun – dice Chanyeol cerrando sus ojos y respirando hondo – Tenemos


que hablar. Te tengo que decir...

- ¿Que estás comprometido con Sandara?

Kyungsoo se ha bajado del auto y me jala del brazo.

- ¡Ya Baekhyun! ¡Vámonos de una vez! – me grita, porque se da cuenta que me


estoy autodestruyendo permaneciendo sin sentido en ese lugar.

- ¡¿Qué?! – exclama sin aliento Chanyeol, abriendo sus ojos fuera de si – ¡Qué
estás diciendo! ¡¿De dónde mierda sacaste eso?!

- De tu familia Chanyeol – le digo levantando mi rostro, como queriendo


demostrarle que ya no me podrá engañar más.

- No – dice sacudiendo su cabeza, queriendo amarrarme a él – No Baekhyun...

- ¡Sal de mi camino Chanyeol! – vuelvo a decirle y lo empujo lejos de mí.

- ¡No! – grita.
- ¡Chanyeol! – grita de la nada alguien.

Seo Joon lo llama. Nos mira confundido. Pero parece que viene por algo.

- Tu padre – dice fuerte – te llama.

- Dile que estoy ocupado – dice él sin dejar de mirarme furioso a los ojos.

- Tu padre te llama ¡Ahora! – exclama Seo Joon.

Chanyeol se voltea. No quiere moverse. Aprieta la mandíbula y yo le sigo cada


gesto.

- Voy enseguida – ruge Chanyeol y me mira.

- Chanyeol – le reclama rudamente Seo Joon – Esto es negocio. Sabes cómo es


esto.

Chanyeol aprieta sus ojos y levantando su dedo me dice.

- Esto no se acaba aquí. Tú y yo vamos a hablar luego – dice corriéndose de


lugar y caminando hacia su primo.

Yo moviéndome al auto, le aclaro.

- Esto se acaba aquí. Definitivamente.


Él me mira abriendo sus ojos casi de forma aterradora. Yo me subo, viendo de
reojo que Seo Joon lo toma del hombro y discuten. Ya estoy con el coche que
arranca. Kyungsoo me saca de ahí.

El silencio en el viaje es de tumba. Hasta que llegamos a una zona más


concurrida y con gente. Entonces mi amigo se detiene.

- Baekhyun – me dice volviéndose a mí.

Yo lo miro desganado. Me estira los brazos y no puedo hacer otra cosa más que
romper en llanto largando mi angustia en su pecho. Me estoy quebrando por
dentro.

Jamás me había pasado de entregarme tan abiertamente a alguien, por


completo. Jugó conmigo, para pasar el rato o el tiempo. Me siento usado, como
si fuera un puto amante a quien mantener para divertirse. Y lloro, porque muy
a mi pesar, lo sigo amando.
Capítulo 10
Ser un "Byun"

Mi café se enfría y yo sigo mirando a la nada. Pensativo, en la sala de descanso,


no puedo dejar de sentirme un tonto, por no lograr frenar cuando me encuentro
sin trabajar, estas malditas lágrimas.

Chanyeol me ha llamado no sé cuántas veces en estos días. Lo he tenido que


bloquear. Después me encontré con un número desconocido y al escuchar su
voz, he optado por no atender números que no tengo registrados.

Me ha mandado decir con Jongin y Jongdae que tuvo que irse de viaje, como
enviándome saludos. Me dieron ganas de trompearlo por su cinismo.

Camino por los pasillos del ala de adultos, para fijarme si todo va en orden.
Definitivamente no quiero descanso, porque en la quietud mi cabeza sigue
pensando en cosas en las que no quiero pensar y me hago mal.

Me freno unos segundos mirando a Yifan en el dormitorio de Zitao. Yifan lee


un libro en voz alta. De vez en cuando él eleva sus ojos observando a Zitao y le
hace un chiste, provocando su risa. Le acaricia el cabello y le acomoda las
almohadas. Zitao toma entre sus manos el rostro de Yifan y le da un beso
pacífico. Me pregunto entonces ¿Por qué el amor no puede ser así de tranquilo?
Yo solo quería ese tipo de amor...

Bajo mis rosto y sigo mi camino por el pasillo. Me detengo en algún puesto para
revisar las carpetas de los pacientes.

- ¡Baekhyun! – escucho que me llama Yixing por detrás.

Me freno y me vuelvo hacia él. Está agitado y muy apurado.

- ¡Qué pasa Yixing!


- Te quiero pedir un favor – dice respirando con dificultad – En lo que resta del
día, concéntrate en Young Mi. No quiero que decaiga su estado anímico...

- ¡¿Pasó algo?!

- Voy a intervenir a Sun Hee de urgencia. Coágulo cerebral ¡Luego te cuento! –


exclama ya corriendo y sé a dónde se va.

Me voy rápido al sector de pediatría, a la habitación de mi pequeña. La


encuentro con una de las enfermeras que ya me estaba esperando. La miro y le
sonrío.

- Enfermero Byun – me dice mi dulce Sun Hee.

- Si mi princesa. Dime.

- Enfermero Byun – vuelve a llamarme, estirando sus bracitos.

Yo la elevo de su silla de ruedas. Está perturbada. Sabe que su compañera de


cuarto, está siendo intervenida quirúrgicamente. Mi princesa anda preocupada
y triste.

Se me aferra con fuerza y pega su mejilla a la mía, cuando siento que gime.

- Estoy muy asustada – murmura.

- Sun Hee – le digo como en secreto y abrazándola muy fuerte – El doctor


Zhang es el mejor doctor de todo el mundo. Él no dejará que nada malo le pase.
No te preocupes.
- No quiero que se muera...

Me pregunto a veces por qué la vida tiene que ser tan injusta. Mis pequeños
aquí luchan todos los días por vivir, pasando por cosas dolorosas, siendo
concientes de lo que es la muerte, cuando ningún niño debería estar pasando
esto. Ellos deberían estar haciendo cosas de niños...

Como puedo, con un nudo en la garganta, porque quisiera llorar, le sonrío y le


digo tratando de contagiarle mi optimismo.

- Mi princesa. Ella es fuerte. Va a salir todo perfecto. Pronto vas a tenerla de


nuevo en el dormitorio.

- Dile que regrese enfermero Byun – murmura perdiéndose en mi cuello – Dile


que la princesa Sofía la espera. Aunque me tocó a mí en mi huevito sorpresa, yo
sé que ella la quería...

- Se lo diré... te lo prometo...

Me han pedido que me quede todo mi día con mi pequeña. Está asustada por su
amiga. Las dos comparten dormitorio y se han hecho tan unidas, que hasta las
familias han establecido lazos, porque se fortalecen.

Sólo me he retirado, cuando mi mejor reemplazo llega a buscar a mi princesa a


los saltos. Jongdae viene de payaso, haciendo soltar carcajadas a la distancia
a Sun Hee y ya me siento tranquilo. Su ánimo es mucho mejor que el mío.

- Ve tranquilo a casa – me dice sonriendo – Yo me encargo.


- Y dónde está tu tutor – me le burlo, porque ya es uno más de nosotros y lo
dejamos sólo como un enfermero más.

- Mi tutor se va a casa con mi permiso – me responde sonriendo.

- Bueno mi pequeña – le digo a Sun Hee – Te dejo con el mejor...

- Enfermero Byun – me dice ella agarrando mis mejillas – Cuando sea grande,
me voy a casar contigo.

Mi niña ni me da tiempo a reaccionar, que ya me ha dado un beso y todo. Yo me


quedo con los ojos abiertos, ni que se me salieran de la sorpresa, sonriéndole
para no espantarla.

- ¡Me acaban de romper el corazón! – exclama tocándose el pecho Jongdae,


guiñándome el ojo, con cara de sufrimiento.

- No te preocupes Jongdae – le dice a él, que le tiene más confianza – Tú serás


mi novio antes.

Jongdae pinta esa sonrisa contagiosa y estirando sus brazos, dice poéticamente.

- ¡Ven a mis brazos princesa! ¡Verás que solo yo puedo hacerte feliz!

Y quitándomela, la da vueltas por los aires, mientras ella ríe a carcajadas y me


contagia.

Los niños son simples. Bastan cosas sencillas para hacer que rían y sean
felices.
De pronto me avergüenzo de mí mismo. Yo pensando en desamores y ahí dentro
en un quirófano, hay una pequeña luchando por su vida, que sería feliz con una
muñequita en miniatura de una princesa. Mientras, su amiga la espera, con
miedo de que ya no vuelva...

Definitivamente es uno el que decide a qué cosas le da importancia en la vida.


Y lo más importante en la vida es "la vida".

Llego a la salida. Sonrío, aspirando el aire cálido de lo último que ya va


quedando del verano. Abro los brazos y me desperezo. Llegaré a casa y sacaré a
mis abuelos a comer fuera, los abrazaré fuerte y los consentiré en todo. "Voy a
ser feliz".

- ¡Voy a ser feliz! – exclamo de pronto, dándome ánimos y lográndolo.

Me subo al auto, con la música a todo volumen, cantando camino a casa.

Llego y mientras voy frenando, algo me resulta extraño.

Hay tres autos negros aparcados, exactamente en dirección a la entrada del


domicilio de mis abuelos. Me detengo. Me bajo y observo que hay gente que
desciende de los vehículos, como queriendo detenerme. Se parecen mucho a
Siwon y Shindong, con trajes de negro. Esto no es nuevo. Lo escalofriante es
que están en la puerta de mi casa. Dos se me paran en frente, como queriendo
impedirme que avance.

- Lo siento, pero no puede seguir – me dice uno duramente.

- ¡¿Disculpe?! – digo en tono amenazante.

- Lo que ha escuchado – me dice el otro – Retírese por favor.


- ¡¿Pero qué mierda es esto?! – reclamo furioso – ¡Es mi casa! ¡Vivo aquí!

Los hombres, que son como cinco, se miran. El que me retiene me ordena.

- Identificación por favor.

Yo me le río en la cara y sarcástico le digo.

- Identificación las pelotas ¡Es mi casa! – grito ya iracundo porque quiero llegar
a mis abuelos.

Avanzo unos pasos y me agarran entre los dos. Yo furioso a uno le estampo mi
bolso en la cara y me quiere el otro agarrar desde atrás.

- ¡Suéltenlo! – grita de pronto mi abuelo, que veo que viene corriendo desde la
puerta desesperado – ¡He dicho que lo suelten ya! ¡Es mi nieto, maldito!

Forcejea con uno de los guardias, que con cara inexpresiva no obedece. Mi
abuelo no le tiene miedo a nada. A pesar de su edad, es fortachón y arremetido.
Mi abuelita siempre dice que yo he sacado esa parte de él y es así, porque
apenas otro le toma el hombro, yo le pego un empujón con tal fuerza al tipo, que
lo dejo tirado en el suelo, mientras le grito.

- ¡Tú no le pones una mano encima!

- ¡Obedezcan! – grita un hombre.

Todos los guardias, que ya se nos venían encima, se detienen. Yo miro al lugar
de donde vino esa voz. En el umbral de casa, hay un hombre mayor que no
conozco, acompañado de mi abuela, que se tapa la boca del espanto.
- ¡Mi niño! – reacciona ella y corre hacia mí.

Apenas llega, me agarra la cara aterrada.

- ¡Mi niño! ¡¿Estás bien?!

- Ustedes... ustedes – jadeo desesperado – ¡¿están bien?!

Respiro agitado. La agarro a ella de la misma forma. Miro a mi abuelo que me


mira angustiado y se pone las manos en la cintura, respirando con dificultad.
Observo a ese hombre desconocido. Estoy realmente aturdido, por eso grito.

- ¡Qué mierda pasa aquí!

El cuerpo de mi abuela pega una sacudida, asustada por mi exabrupto, pero no


me ha llamado la atención por ser grosero. Aquí pasa algo serio.

- ¿Es él? – pregunta el hombre.

Se hace un silencio en el ambiente. Solo puedo percibir respiraciones fuera de


control de mi parte y mutismo absoluto de mis abuelos. Mi abuelo sacude su
cabeza furioso.

- ¿Abuelo? – pregunto esperando que alguien hable – Abuela... ¡¿Qué... qué


pasa?!

- ¿Es él? – insiste el señor.


- ¿Quién es usted? – pregunto yo, porque mis abuelos parecen dispuestos a
continuar en la estúpida discreción.

- ¿Baekhyun? – dice el señor.

- ¿Si?

El hombre me mira. Puedo notar que es mayor. Debe tener la edad de mis
abuelos. Me analiza de arriba abajo. Como si estuviera sacándome radiografía.
Me siento incómodo por cómo me examina sin reparo. Se acerca unos pasos
apenas, pero lo suficientemente cerca como para ver que el señor, parece
consternado, porque titubea. Sus manos tiemblan.

Pero cuando quiere avanzar más, mi abuelo grita rabioso.

- ¡No te acerques a él!

Yo lo miro sin poder ocultar lo contrariado que me encuentro.

- Bum Soo – quiere hablarle mi abuela, tomándolo del brazo, pero él se le zafa.

- ¡Bum Soo nada! – grita de nuevo – ¡Él no tiene derecho!

- ¡Si lo tengo! – grita el hombre rudamente – ¡Él también lo tiene!

- ¡No! ¡Jamás permitiré que te lo lleves! ¡¿O crees que no sé a lo que has
venido?! ¡¿Crees que no me doy cuenta que viniste a arrastrarlo contigo?!
- ¡Basta! – pego un bramido, pues están discutiendo de algo que tiene que ver
conmigo, sin hacerme partícipe de esto, ni que fuera un crío.

Me miran. Entonces acudo a la única persona que hasta el momento a estado


más callada sin reaccionar...

- Dime abuela – suspiro, para hablar haciéndome el tranquilo – ¿qué pasa?

- No – dice mi abuelo – Baekhyun...

Lo miro y le digo tratando de sacar alguna expresión de calma.

- Creo que ya es inevitable que me entere que sucede abuelo. Mira el escándalo
que largaste en la calle – sonrío como para aplacar la cosa – Los vecinos se
deben estar haciendo la fiesta ahora...

Mi abuelo se me acerca y veo que su mandíbula tiembla. Está como asustado


por algo. Cierra los ojos y dice resignado.

- Vamos adentro...

Sin dejar de verme, el hombre ingresa a casa. Mi abuela le señala que se siente
en uno de los silloncitos y todos nos acomodamos en los demás. Veo que hay
una taza de café a medio tomar, señal que ellos estaban hablando antes de que
yo llegara.

Unos segundos de silencio, hasta que todos se me quedan viendo. Mi abuela


quiere hablar, pero mi abuelo le toma la mano. Está nervioso y sigue enojado.

- Bueno – digo moviendo mi pierna nervioso – Quién habla.


Nadie.

Parece que andan duros de palabras aquí. Así que hago lo que debería haber
hecho desde el inicio, de no haber sido por semejante escándalo, porque a pesar
de todo, soy una persona educada y respetuosa, sobre todo, con los mayores.

Me pongo de pie frente al señor y digo.

- Comencemos por el principio, como debe ser.

El hombre sonríe y yo le devuelvo la gentileza. Se pone de pie en frente y yo


haciendo una reverencia, agrego.

- Mi nombre es Byun Baekhyun.

- Un gusto Byun Baekhyun – dice, e inclinándose para luego verme bien,


termina presentándose él tranquilo – Soy Byun Hee Bong. Tu abuelo.

Sonrío. Pero de los nervios e incrédulo. Miro a mis abuelos. Creo que me está
haciendo un chiste. Pero es gente grande. No se juega con algo así. Mi mueca se
transforma. Ya no sé qué gesto demuestra mi rostro.

- Qué... qué es... ¿quién? – murmuro.

- Soy tu abuelo Baekhyun.

- No – digo incrédulo, haciéndome el seguro, sacudiendo mi cabeza – Porque


mis abuelitos son ellos y yo no tengo más familia, porque mis papás murieron y
yo sabía que mi papá no tenía familia y... y... mi papá nunca... dijo nada...de...
- No Baekhyun – me interrumpe el hombre, sabiendo que mi verborragia es
una manera de frenar mi cabeza aturdida – Tu padre era parte de una gran
familia...

Sigo sacudiendo mi cabeza, mirando al suelo, para terminar depositando mis


ojos como acusatorios a mis dos abuelos maternos.

- Qué... qué es todo esto – digo molesto – ¿Abuela? ¿Abuelo? ¿Por qué...?

- ¡Porque tu padre no quería que tuvieras nada que ver con ellos! – exclama
duramente mi abuelo materno.

- Ya Bum Soo – dice compungida mi abuela y desesperada – Por favor... Él es


grande. Es un hombre. Tiene derecho a saber y a elegir.

- Baekhyun – me llama el caballero que dice ser mi abuelo – Lamento todo esto.
De verdad, no quería que fuera de esta forma. Querría que...

- Por qué ahora – le reclamo – Después de toda una vida, por qué ahora.

- Yo no puedo soportar esto – dice mi abuelito y levantándose de su lugar, se


retira.

Lo veo que se va. Me vuelvo al señor, que sigue parado, pero no me dice nada.
No responde. Solo me mira. Y de pronto veo sus ojos tristes. Eso me ablanda
por dentro. Debe haber una explicación para todo. No sé qué ocurre aquí. No es
normal que por nada te oculten algo tan simple, como que tienes un abuelo.
Tengo millones de preguntas, pero debo comportarme como un adulto. Este
hombre, entrado en años, igual que mis abuelitos, está parado en frente mío.
De pronto pienso que mi padre, no habría querido que tratara al suyo de forma
tan descortés. Por eso tratando de bajar los decibeles, le hablo más tranquilo.
- Disculpe. No me mal interprete. Seguramente debe haber una explicación.

- Ya estoy viejo Baekhyun – me dice directamente y emocionado – Y tú eres


todo lo que me queda de mi muchacho, al que amaba más que a mi vida. Eres la
prueba viviente de que él estuvo en este mundo. Yo sólo quiero permitirme el
privilegio de tener al menos algo de tu atención... porque eres mi familia
Baekhyun...Eres un Byun... la única parte directa de mí, que me queda.

Sus manos temblorosas, me conmueven, más cuando veo sus ojos vidriosos. Yo
no tengo espíritu para pelear contra algo así, aunque sé que el abuelo que me
crió, está consternado y furioso.

Mi mano, naturalmente, se posa en el hombro del caballero. Le sonrío amable.


Quiero saber qué ha ocurrido en este tiempo. Quiero saber, qué es lo que ha
pasado para que estuviera fuera de mi vida, toda mi vida, hasta ahora. Por eso
le digo.

- Señor Byun, creo que tenemos mucho de qué hablar. Pero antes, estaría bien
un abrazo ¿verdad? Después de todo, somos Byun...

Al hombre se le llenan los ojos de lágrimas, más cuando le sonrío amable.


Tembloroso se me acerca y yo lo rodeo con mis brazos. Llora y yo me siento
feliz, por haber alegrado a alguien más en el día.

Para cuando se calma, nos sentamos un rato. Él me sigue mirando atento, como
analizando cada uno de mis gestos. Mi abuela nos ha servido café. Mi abuelito
Bom Soo, se ha retirado al otro extremo de la casa.

- Te pareces a tu madre – me dice sonriendo.

- Así dicen– agrego.


- Mi hijo adoraba a tu madre.

- Lo sé. Por eso estoy aquí – digo chistoso guiñándole el ojo y tomando café.

Él se ríe y agrega algo nuevo.

- Tienes esa chispa de alegría propia de mi Yo Han, siempre bromista y alegre.


Sé que te gusta la música como a tu padre. Y por la forma en que te
comportaste allá afuera, me recordaste a él. Era capaz de matar por los que
amaba...

Creo que en verdad vino buscando a su hijo y se encontró conmigo. Lo miro


amable. Aunque no podré devolverle a mi padre, de pronto querría
congraciarme con él para hacerlo feliz, porque de verdad, lo veo triste.

- Por qué no apareció en estos años – le digo – No quiero que piense que le estoy
recriminando algo. Pero, quiero saber...

Se queda pensativo. Sé que no sabe qué decirme. Levanta avergonzado la vista


y me dice.

- Tu padre y yo peleamos cuando se casó con tu madre, porque quería dejar la


familia.

- ¿Acaso no quería usted a mi madre?

- Lo siento mucho Baekhyun...


- Eso hizo que se dejaran de ver entonces – concluyo.

- Así es. Por eso es que a tus abuelos, yo no les caigo muy bien... ya ves – dice
agachando su cabeza afligido y sigue hablando – La vergüenza hizo que
durante todo este tiempo te dejara ser feliz, sin saber de nuestra existencia.

Me quedo en silencio unos segundos y tomando el último sorbo de mi café,


pregunto.

- ¿Por qué no estuvo de acuerdo con que mis padres se casaran?

- Verás Baekhyun... – me dice como titubeando en encontrar las palabras


correctas – En nuestro mundo, a veces, los matrimonios son por acuerdos entre
familias ¿Entiendes? Puede... puede que te parezca horrible... pero...

- Sí. Es horrible. Porque tengo el presentimiento de que no quería a mi madre


porque era pobre – digo con rudeza.

- Lo siento mucho Baekhyun. Yo entendí eso, habiendo perdido a mi hijo. Lo


más importante es el amor y el afecto de la familia. Y él, amaba a su familia.
No se elige a quién amar. Tampoco se puede obligar a querer a alguien que no
quieres... Por eso no tenía cara para acercarme a tus abuelos y pedir verte. Más
después de...

- Pero ayudó mucho en tu educación Baekhyun – dice mi abuela de pronto.

La miro como molesto. Ella me da un golpe en el hombro, también molesta. Yo


me quejo, porque sabe bien que tiene la mano pesada. Ella me exclama con su
índice en alto.

- ¡No te atrevas a juzgarme Byun Baekhyun! ¡No te atrevas! – y haciendo un


segundo de silencio, agrega – Pero... pero hay que ser justos con el caballero. Él
aportó en tu educación y en cualquier cosa que tuviera que ver con tus
necesidades.

Y dicho eso, se levanta para irse y mirando a mi abuelo paterno, le dice


severamente.

- Eso no quiere decir que las cosas estén bien, ni que esté de acuerdo con esto. Y
sabe muy bien por qué. Voy a ver cómo está tu abuelo Baekhyun.

Me dice a mí y sale de la sala, dejándome atónito. Miro hacia fuera y observo el


movimiento. Recién caigo de los guardias apostados, que ya había olvidado.

- Verás mi muchacho – me dice mi abuelo, que ve a donde miro – Somos


"Byun".

Como si entendiera. Jodida cosa parece ser ahora, el ser un "Byun".

- Ni que quisieran matarte – me burlo.

Vuelvo mi rostro hacia él y me doy cuenta que no le causó gracia. Eso hace que
se me borre la sonrisa de la cara.

- Baekhyun, vienes de una familia importante. Nuestros negocios son muchos.


Tenemos contactos con la política y... – me mira y se detiene de pronto, me
sonríe y me da unas palmaditas en mi mano para terminar diciendo – Podemos
hablar de eso más adelante, cuando vayas a casa ¿Puede ser? Porque tú eres mi
heredero Baekhyun. Lo mío, es tuyo.

Yo me le río divertido y le doy una palmadita en su mano aclarándole.


- Dios me libre de esas cosas abuelito. Ni loco me haré cargo de tu herencia. Así
que ve pensando en otros, porque a mí no me importa. Yo solo iré a visitarte,
como buen nieto que soy y lo de tus negocios ni quiero saber.

Respira profundo y sin quitar su sonrisa, me mira sacando pecho,


acomodándose en su asiento emocionado.

- Me llena de orgullo saber que eres así. Tu abuelo me dijo que eso era lo que
me ibas a decir. Y gracias... por decirme "abuelito".

Nos reímos de vez en cuando, cada vez que nos miramos.

- Dime Baekhyun ¿Por qué enfermería y no medicina? ¿Fue porque Lae Hee,
tu mamá?

No es la primera vez que me hacen esa pregunta, no solo a mí, sino a todos los
enfermeros. Solo que pocos saben que mi madre era enfermera también.

- Al principio fue por ella – le digo – pero después me di cuenta de que era un
irresponsable.

- ¡¿Cómo es eso?! – exclama sorprendido.

- No me haré cargo de la vida o la muerte de nadie – me río – Me da terror eso.


Un médico se tiene que hacer cargo de eso. Y yo... yo solo quiero servir y cuidar.
Quiero ayudar y estar cerca de la gente. No tengo ánimo de ser héroe...

Él parece divertido con esa respuesta disparatada. Y me termina diciendo.

- ¿Sabías que tus padres se conocieron mientras tu madre atendía a mi hijo?


- Si. Papá había sufrido un accidente. Me contaron mis abuelos.

Baja la cabeza. Pareciera que hubiera recordado esos años. Vuelve a mirarme y
seguimos charlando.

Antes de irse, he prometido comunicarme todos los días con él, como lo hago con
mis abuelos. Me ha pedido, aún sin que me encuentre muy convencido, ir a su
casa a conocer al resto de lo que queda de su familia. No sé por qué eso me
perturba.

Lo acompaño a la salida, hasta su coche. Mira a los guardias que se han bajado
de los autos. No eran cinco, como vi antes, sino 10. Eso me asusta de verdad,
porque me pregunto, de qué familia soy y qué significa ser un "Byun".

Mi abuelo habla en voz alta a todos y les dice.

- El es mi nieto. Byun Baekhyun.

Todos me hacen una reverencia. Un hombre ya mayor, que pareciera tener


confianza con mi abuelo, se me acerca y me dice a mí, como emocionado.

- Joven Byun, no sabe cuánto nos alegra que al fin vuelva a la familia.

Yo no sé qué responder ante eso, porque no entiendo lo de "volver a la familia".


El que me reverencien, me incomoda otro tanto. Pero por respeto, copio el gesto
y le agradezco al buen hombre.

- Él es Kang Dong Won. No es un empleado para mí. Es un amigo y sabe cuánto


esperé por este momento.
- Un gusto señor – le digo al hombre.

Nos despedimos y yo abrazo a mi abuelo, con la promesa de visitarlo en estos


días.

Entro a casa. Sé que hay alguien a quien tengo que consolar, porque está
desconsolado. Hay muchas cosas que se ocultan, pero debo respetar los tiempos
de cada uno. Para mí puede ser el encuentro con la otra parte de mi familia y
de mi historia, pero para mi abuelo, esto es algo que de verdad lo afecta y tengo
que saber por qué.

Llego a la cocina y lo encuentro sentado, apoyado en la mesa, con sus hombros


caídos y lo abrazo por detrás. Mi abuela mientras nos mira y pone el agua a
calentar, para "hacer café", dice ella, pero sé que en realidad, no quiere hablar.

- Abuelo – le digo sin dejar de amarrarlo, mientras él da palmaditas en mi


brazo – No me apartaré jamás de ustedes. No me iré con él.

Porque creo que ese es su temor. No se trata de celos. Aquí hay algo más.

- Lo sé mi niño. Pero es inevitable. Porque esa familia te arrastra, aún si no


quisieras estar ahí dentro.

Me siento a su lado. Lo miro. No creo que tenga derecho a hacerme el ofendido,


porque me ocultaron cosas. Pienso de pronto que en el silencio de la historia
pasada, ellos lo único que han hecho, fue resguardarme de algo.

- Tengo... ¡Hambre! – exclamo sonriendo – Así que, nos vamos a comer fuera
hoy.

- Yo no... – se quiere excusar mi abuelo, pero no lo voy a dejar.


- Yo no ¡Nada! Esta noche nos vamos a pasear y a cenar fuera. Y si quieren
hasta nos emborrachamos los tres.

- Si vas a conducir tú querido – me dice mi abuela sonriendo – Ni se te ocurra


¡Ya escuchaste Bum Soo! Una invitación no se rechaza, así que a vestirse de
gala, que esta noche nos vamos de parranda y nos emborrachamos.

Al rato, ya bien lindos, conduzco a cualquier lugar de esos carísimos, para


cenar con ellos. Hacemos chistes, nos reímos, contamos cosas que hicimos en el
día y hacemos como si nada entre nosotros hubiera cambiado.

Todo es perfecto, creo yo. Pero sé que las cosas van a cambiar. Pero no diré
nada, aún. Porque ya veo que mi vida, no será la misma que vengo llevando
hasta ahora, más cuando veo que un auto a la distancia nos sigue con sigilo y
reconozco que es uno de los coches de los guardaespaldas de mi abuelo paterno.
Mis abuelos, ni cuenta se han dado, por eso no los altero con esto.

Al final, jodida cosa parece ser ahora, el ser un "Byun".


Capítulo 11
"Debo olvidarme de él"

- Precioso, como siempre – me dice Heechul, dándome un beso en la mejilla, ni


bien termina de verme arreglado.

- Es la última vez que lo hago – le advierto, porque me ha convencido de que


reemplace esta noche a Henry en "Sky", aunque no quería.

Sé que Chanyeol está de viaje, así que no habrá ningún peligro en que me lo
cruce. De todos modos, a quien estoy obligado a ver será a Seo Joon. Pero por
todos los medios, trato de evitar que me vea, así que cuando él entra a la sala
del personal, yo me voy de ahí con alguna excusa. Cuando él se va, recién llego
y pregunto qué ha dicho. Cuando me envían a servir a sectores vip con guardia,
me atrevo a pedirles a otros que lo hagan por mí, cubriendo sus zonas.

Toca mi descanso, así que salgo a tomar aire por unos minutos, antes de
continuar. Tomo una soda mientras, apoyado en la baranda de una escalera.
En eso escucho que alguien sale. Seo Joon se me para en frente con las manos
en los bolsillos de su pantalón y me sonríe.

- Buenas noches Byun Baekhyun – dice, arqueando una de sus cejas.

- Buenas noches Park Seo joon – respondo.

- ¿Se puede saber hasta cuándo me vas a evitar?

Ya me dejó con la soda a medio camino y toso, casi ahogándome con mi bebida.
Parece que soy muy predecible.

- No quería molestarte – me excuso con algo – Creo que la primera vez que
trabajé para ti, fui más estorbo que otra cosa. Y la segunda vez que nos
encontramos, me terminaste rescatando de gente indeseable. Espero que esta
tercera vez, no tengas que salvarme de algo...

Nos reímos. Él se apoya en el otro extremo de la baranda y me dice.

- No me molestas Baekhyun.

Unos segundos de silencio bastan para que me sienta incómodo por la manera
que me observa, manteniendo sus ojos fijos en mí. Por eso, encogiendo mis
hombros, en tono de reclamo, le digo.

- Qué...

- Le caíste bien a mi tío.

- ¿Si? – pregunto sorprendido, elevando mis cejas y sonriendo – Apenas si


hablamos...

- Él es el tipo de persona que se deja llevar por la primera impresión. No está


bien, pero... en su caso, jamás se equivoca.

- Parece una persona agradable – comento.

- Si. Es agradable.

Mira al cielo y respira hondo. Cierra los ojos y se queda así por un buen rato.
Yo lo observo, sin poder quitarle los ojos de encima. No sé por qué, ni cuenta me
doy, del tiempo que pasa que lo sigo mirando.
- Me estás fulminando con la mirada y me siento halagado, para ser honestos
Baekhyun – dice sonriendo, abriendo los ojos y bajando la vista para
encontrarse con los míos – En qué piensas.

Obviamente no le diré en que pienso que es el primo de Chanyeol y que sus


modos me lo recuerdan. Por eso le digo la primera sensación que me viene
cuando lo miro como está.

- Estás cansado – afirmo.

- Este negocio es complicado. No me permito ningún error y eso te lleva a estar


encima de cada cosa. Nada se me puede escapar, para mantener el orden.

- Se nota que eres meticuloso y detallista. Deberías confiar en la gente y


aprender a delegar...

- Debo hacer yo mismo las cosas si quiero que todo salga perfecto.

- No existe lo perfecto Seo Joon – comento sonriendo, tratando de descomprimir


un poco esta conversación que veo que lo ha puesto serio – Si todo fuera
perfecto, el mundo sería demasiado aburrido.

- Mi mundo es un tanto complicado. Por eso no se aceptan los errores.

- ¿Quién no acepta errores? ¿Tu padre?

- Mi padre murió cuando era un niño.

Me siento de lo más incómodo y estoy avergonzado de mí mismo. Hago a un


lado la vista, porque no puedo mirarlo a la cara.
- Siento... siento recordarte...– quiero decir arrepentido por mi modo y lo que he
sacado a la luz.

- No te sientas mal – me interrumpe él– No sabías.

Lo miro y veo que sonríe amable. De nuevo silencio. Entonces él habla primero.

- Mi padre murió cuando yo era un niño. Me crió mi tío. Chanyeol y yo somos


como hermanos. Pero la carga más pesada del negocio familiar, por suerte la
tiene mi primo. Es complicado, cuando debes hacer cosas en las que no estás de
acuerdo, pero son necesarias para mantener la calma.

Vuelve a respirar hondo. Eleva su vista al cielo y cierra los ojos. Mi cuerpo se
estremece al recordar ese gesto.

- Te pareces a tu primo. Suele decir lo mismo...

Al segundo de hablar, me habría querido morder la lengua, por ese maldito


comentario. Seo Joon se da cuenta, porque me mira serio al instante y me
pregunta.

- ¿Qué pasó entre tú y él?

- ¡¿Qué?! – exclamo perturbado.

- Entre Chanyeol y tú, Baekhyun – me dice serio – No soy ciego. Vi que pasaba
algo esa noche de la fiesta. Dudo que sean solo conocidos por medio de Jongdae.
Vi cómo te miraba aquí la vez que trabajaste por primera vez. Él no se
comporta así con cualquier persona. No tan posesivo porque sí...
No diré nunca nada. Menos a él no sé por qué quiere saber. Aunque me haya
contado parte de su historia, que de seguro es privada, no le contaré la mía.
Quizá me resulta demasiado vergonzoso decir "salí con tu primo, me enamoré y
follamos; pero me enteré por ti de que va a casar".

- No pasa nada – le respondo secamente.

- No me lo dirás ¿verdad?

- ¿Por qué no le preguntas a él?

- Porque quiero saberlo por ti.

- No pasa nada – concluyo – Solo nos conocemos.

- Demasiado interés de él, para alguien con quien "no pasa nada".

- Con permiso, vuelvo a trabajar – digo notoriamente molesto y hago el intento


de ingresar, pero él se me para en frente.

- Disculpa. No te quise incomodar. De verdad, disculpa por ser un entrometido.

Lo miro con desconfianza, elevando un poco mi rostro, porque es más alto que
yo. Sus labios se curvan hacia un lado.

- Discúlpame ¿Si?

Asiento con recelo. Parece tranquilo, pero algo cansado como me dijo. Es mi jefe
también, así que no puedo hacer nada.
- Entre tu primo y yo no hay nada – digo enérgico para que entienda más yo,
que él.

- Ya me quedó claro – me dice burlón.

- Tengo que volver al trabajo.

- No sea que el jefe se moleste – vuelve a decir, riéndose de sí mismo e


inevitablemente me contagia algo.

Regreso dentro y comienzo con mi función. Voy y vengo llevando tragos por
todos lados. Toda la noche transcurre de lo más normal. Nada parece salir
fuera de lo común, hasta que pasa lo que no quería. Mis mejillas arden y mi
cuerpo entero siente un terrible cosquilleo que hace que se me ericen mis
cabellos. Mierda. No quiero sentir esto que estoy sintiendo.

Cierro mis ojos. Sacudo mi cabeza. Ruego que este maldito presentimiento, sólo
sea eso, un maldito presentimiento de nada.

Falta poco para que cierre el lugar. Estoy nervioso y ansioso. No miro a nadie
en concreto, porque sé que está y no me lo quiero encontrar. Aunque no quiera,
yo sé que está como esa noche, vigilando por dónde voy y vengo ¡¿Que acaso no
estaba de viaje?!

El tiempo pasa, más lento de lo normal. Cada minuto parece una maldita
eternidad. Estoy llenando una bandeja con cosas, cuando una voz me habla por
detrás, pero muy cerca de mi oído.

- La inocencia a la vista...
Me asusta. Escuchar su voz, percibirlo más cerca de mí, es escalofriante, pero
en el mal sentido. Igual me doy la vuelta y hago como si no me generara ni
sorpresa, ni nada verlo.

- Ya van tres veces que te veo – me dice sonriendo, lanzándome un escaneo


horrible de la cabeza a los pies – ¿Crees que sea cosa del destino que nos quiere
juntar?

Lo observo unos segundos. Pero me vuelvo a la barra, a seguir acomodando las


copas y vasos en la bandeja. Solo me limito a decirle.

- Estoy trabajando.

Se apoya en la mesa del bar. Me sigue mirando. Levanto la bandeja en mi mano


y entonces me dice.

- Cuánto por la noche.

Se me crispan los pelos. Pero al instante recuerdo que estoy trabajando en un


lugar, donde algunos de mis compañeros hacen esto.

- Yo no hago eso.

Me toma del brazo y hace tambalear la bandeja, por lo que me veo obligado a
apoyarla en la mesa del bar nuevamente. Lo miro duro y molesto.

- Te dije que yo no hago eso – le repito.

Se pone de repente serio. Su blanca sonrisa se pierde y su mirada morbosa


termina siendo aterradora. Frunce el ceño y saca conclusiones que me
estremecen.
- Acompañabas la otra noche a Seo Joon ¿Eres exclusivo de él?

No digo nada. Solo me viene a la cabeza lo que pasó la noche de la fiesta. Si le


digo que no, entonces quizá no me deje en paz, no solo esta noche, sino quién
sabe qué más, como me dijo Seo Joon. Por eso, me limito a callar, sin dejar de
mirarlo, para que vea que no me intimida.

Levanto mi bandeja y me retiro del lugar. Lo bueno es que no hizo nada para
detenerme. Supongo que al final, de verdad creyó que era exclusivo de Seo
Joon. Me pregunto qué relación tendrá toda esta gente. No son amigos, ni
enemigos...

Termina mi noche. Me cambio, con mi ropa de calle. Heechul se me acerca y me


abraza agradecido.

- ¿Quieres que te lleve? – me dice.

- Vine en auto – le sonrío – Gracias.

Me despido de él y de mis compañeros. Seo Joon me observa a la distancia.


Está con gente que lo retiene, así que agradezco eso y me retiro.

Salgo caminando en dirección al estacionamiento del sector del personal.


Escucho el tumulto de gente que todavía ronda la zona del club.

Cuando llego a mi auto, me quiero matar, o mejor dicho, quiero matar a


alguien. Dos de las ruedas están pinchadas.

- Esto es una broma ¡Mierda! – rujo furioso porque alguien lo hizo.


Tengo sólo una rueda de auxilio, por lo que no me sirve de nada.

Miro a todos lados. A esta hora, se ve cualquier cosa. Tipos borrachos


caminando, otros sentados en el borde del asfalto vomitando, gente gritando
eufórica enfiestada... No tengo a quién recurrir, así que decido por volver
dentro.

De pronto un grupo de tipos comienza lentamente a acercarse a mí. Y yo no


puedo regresar, porque tendría que atravesarlos a todos ellos.

Alguien me jala del brazo y me da la vuelta.

- Te vienes conmigo – me dice de una.

- ¡Suéltame Chanyeol! ¡No quiero! – grito tratando de zafarme.

Me vuelve a él. Está furioso. Me sostiene con fuerza porque sigo forcejeando y
en lo que logro liberarme, veo que ese grupo de tipos sigue viniendo a mí.

No sé qué mierda hacer. Estoy encerrado entre dos extremos. Cierro los ojos,
sacudiendo mi cabeza, porque no tendré alternativa. Alguien pinchó las ruedas
de mi vehículo. Y estos tipos vienen a mí. No es casualidad. Por eso exclamo
rabioso.

- ¡Mierda!

Sin demora Chanyeol me jala del brazo y abriendo la puerta de su coche me


sube. Rápido se acomoda en su asiento y arranca. Mira de vez en cuando por el
espejo retrovisor. Yo lo observo de reojo, apenas pude ponerme el cinturón de
seguridad, porque conduce como un loco.
- Ve más despacio – le digo.

- No puedo – responde nervioso.

- ¡Más despacio Chanyeol!

No dice nada. Sólo observa por el maldito espejo y yo apoyo furioso mi nuca en
el asiento. No sé dónde demonios me lleva, pero parece un loco. Me arrepiento
haber subido a este maldito coche, más cuando atraviesa un semáforo en rojo.
Eso me altera y mirándolo le grito.

- ¡Chanyeol detente! ¡Me quiero bajar!

Pero no me hace caso y yo largo un rugido impotente.

Su celular suena y atiende. Sólo sé que del otro lado le hablan. No escucho
nada.

- Ok – es todo lo que dice él y cuelga.

Está sacado y me asusta. Hace una maniobra largando un estruendoso chirrido


con las ruedas, pasándose a un carril contrario para seguir manejando. Por
reflejo me aferro fuerte al asiento. Gira por no sé dónde. Se mete por un
pasadizo y se detiene.

Yo estoy demasiado pasmado para entender sus movimientos. Se baja y en un


segundo lo tengo abriendo la puerta de mi lado. Me toma del brazo. Me ordena
bajarme.

- ¡Chanyeol! – exclamo indignado queriendo zafarme.


Se detiene. Me voltea para que lo vea bien. Me agarra fuerte de ambos brazos.
Me obliga a mirarlo. Y ahí nos quedamos unos segundos.

Eso basta para que calme le fiera en mí. No puedo luchar contra sus ojos y su
mirada. Lo odio, pero no puedo dejar de verlo. Lo extraño. Quisiera tocarlo.
Quisiera besarlo. Quisiera abrazarlo y hacer como si nada malo hubiera
pasado. Me detesto por sentirme tan vulnerable ante él.

- Baekhyun ¡¿Alguien te hizo algo?! ¡¿Alguien te dijo algo dentro?!

Apenas tengo fuerza de voluntad, para sacudir despacio mi cabeza en negativa.

Un auto frena. Él mira y se para enfrente, poniéndome detrás. Al instante dice.

- Es nuestro auto. Vamos – me ordena tomándome la mano, haciéndome correr.

Dos hombres bajan de ahí. Él me sube y cierra la puerta. Parezco un muñeco, a


quien le hace lo que quiere y obedece sin pensar.

Se sube y veo que los tipos toman nuestro lugar. Chanyeol arranca y transita
por no sé qué lugares. Su perfume es como una bofetada a mi cuerpo.

Me recuesto en el asiento, mirando por la ventanilla del auto. Sé que se voltea a


verme. Cierro los ojos. No quiero estar aquí. No quiero estar con él. Estoy de
nuevo en caída con este hombre. Pero estoy agotado de luchar por evitarlo.

- Baekhyun – dice después de un rato.


Abro mis ojos. Me incorporo sin mirarlo. Digo toscamente.

- Me quiero bajar.

- Necesitamos hablar.

- ¡Me quiero bajar! – grito ya.

- ¡No hasta que hablemos! – responde de igual forma.

- ¡Detén el auto!

- ¡No hasta que me escuches maldita sea! – grita golpeando el manubrio y a mí


de pronto me asusta su reacción.

Pero todavía pareciera que tengo ganas de pelear. Así que estampo un golpe en
la puerta del coche con mi puño, para terminar en un grito peor.

- ¡Vete a la mierda Park Chanyeol! ¡Detén el maldito auto! ¡AHORA!

Frena con tal furia, que me ha dolido la presión del cinturón.

Se baja del auto rápido. Yo abro la puerta apresurado y desciendo. Me doy


cuenta del lugar al que me ha traído. La plaza del distrito donde vivo, cerca de
casa. Lo miro desganado.

- Qué fue toda esta mierda – pregunto.


- Lo hicieron a propósito – me dice respirando profundo, porque me doy cuenta
de que estaba agitado.

- Qué cosa.

- Las ruedas – me aclara.

- ¡Mierda! El auto – me lamento indignado.

- Mañana hago que te lo traigan a casa.

- ¡No necesito nada de ti Park Chanyeol!

- ¡Por qué demonios volviste a ese maldito lugar! – grita moviendo sacado sus
brazos – ¡Te dije que no volvieras ahí! ¡Cuándo vas a hacerme caso y entender
que te quiero cuidar!

- Tú no tienes que hacer nada por mí...

Y dicho eso hago el intento de irme. Pero él furioso me agarra de nuevo del
brazo y me hace volver hacia él. Parece que se le está haciendo una maldita
costumbre.

- Tenemos que hablar.

- ¡De qué!

- ¡De lo nuestro!
Me río furioso. Miro a lo alto llevando mis manos a la cintura.

- ¡¿Lo nuestro?! – exclamo entre dientes – ¡¿Te estás burlando de mí?! – termino
de gritar depositando un puño en su pecho.

Ni se queja. Me observa sin creer mi reacción, y apretando sus labios dice.

- Jamás haría eso. Tú eres lo más importante para mí.

Una mueca sale de mis labios. Admito que debo reconocerle, la fuerza que tiene
para seguir mintiendo como me miente, pero eso hace que lo odie más todavía.
Tengo ganas de llorar y no sé hasta cuándo voy a aguantar. Un nudo me
atraviesa la garganta y siento que me duele, pero me obligo a mantenerme
fuerte.

- Baekhyun – dice sin que yo lo mire – Tuve que cancelar el viaje. Un negocio
complicado surgió y tuve que hacerme cargo.

- Por qué no me lo dijiste – le acuso.

- Porque... – titubea cuando habla, o me miente, o me oculta, porque duda en


las palabras que dirá –...porque de verdad no quería que supieras que estaba
aquí. Quería mantenerte alejado.

Lo miro con absoluta desconfianza, sin poder creer que quiera que me conforme
con algo así.

- Linda explicación – le digo burlándome.


- Baekhyun – dice cerrando furioso sus ojos – ¡Mierda Baekhyun! ¡Te estoy
diciendo la verdad! Mis negocios son algo complicados y quería mantenerte a la
distancia.

- Por qué.

- Quería protegerte.

- ¡De qué!

- ¡De mí! – dice haciéndose el desesperado y me exaspera de verdad.

- Eso no explica lo de tu prometida – le largo y cuando me quiere tocar le grito –


¡No te atrevas a ponerme un dedo encima, maldito!

- ¡Yo no tengo prometida! ¡No sé de dónde mierda sacaste eso!

- ¡No me mientas más!

- ¡No miento! – grita agarrándose los cabellos hacia atrás – ¡¿por qué mierda no
me quieres creer?!

Respiramos agobiados. Lo sé. Esta situación resulta frustrante para él, porque
no me va a convencer. Y resulta dolorosa para mí, porque estoy cansado de
verlo mentirme.

- Mi padre quiere obligarme a aceptar ese compromiso de mierda – confiesa al


fin, cerrando los ojos y frunciendo los labios – ¡Ya le dije que yo no me casaré!
Ella lo sabe. Me negué a comprometerme. Me negué a cualquier tipo de
relación con ella. Hasta lo avergoncé en una fiesta cuando quiso anunciar el
compromiso. Un poco más no la rechazo en público.
Me mira. Ahora que me dice eso, le creo menos. En realidad maquina bien las
cosas y ya veo que tiene imaginación para inventarme historias.

Se retuerce como si algo le doliera y golpea furioso el suelo con su pie.

- ¡Tienes que creerme! ¡Demonios Baekhyun! ¡Ya no sé qué hacer!

- No tienes que hacer nada Chanyeol, porque no te creo nada.

- No digas eso – me dice sonriendo ahora él furioso.

- Como te dije antes te lo digo ahora. Esto se acabó.

- No – dice sacudiendo su cabeza rabioso, con los puños cerrados – No se


terminó ¡Tú eres mío!

- ¡No!

Me vuelvo para irme, pero él me agarra por detrás ni que pudiera detenerme.

- ¡Suéltame de una puta vez Chanyeol!

- ¡No te vas!

- ¡Basta! – grito y logro zafarme de él.

Hemos terminado enfrentados.


Mis lágrimas ya no aguantan y comienzan a caer. No soporto tenerlo en frente,
así como tampoco quisiera dejar de verlo, porque muy en contra de mi propia
voluntad, lo extraño con toda el alma. Sollozo sin consuelo bajando mi mirada.
Me odio por demostrarle lo débil que soy ante él, como nunca lo fui ante nadie.

- Baekhyun – escucho que habla – Te amo ¿Por qué no me crees? Ya no sé qué


hacer... Baek...

Lloro en silencio. Tiemblo. Seco mis lágrimas como puedo. Cuando siento que
me quiere tocar de nuevo, retrocedo. No quiero sentirlo, porque sé que me va
atrapar.

- No – murmuro.

- Baekhyun...

- No – digo de nuevo, pero ahora mirándolo fijo, aunque soy conciente de que
mis lágrimas no tienen freno – Una vez... una vez me dijiste, que nuestros
mundos son distintos y que yo no pertenecía a ese mundo...

- Tú eres mi mundo. Sólo te veo a ti...

- Yo no entiendo tu mundo Chanyeol – digo sacudiendo mi cabeza indignado –


No entiendo...

- ¡Yo te amo Baekhyun! – escucho que dice entre dientes.

- ¡No es suficiente! Esto es demasiado oscuro – digo realmente convencido,


porque me agota tanto ocultismo – Yo sólo habría querido un amor tranquilo...
Me pierdo en mis palabras ahogado en mi desesperación.

- No hagas esto Baekhyun – dice tratando de acercarse, pero yo me alejo por


cada paso que avanza.

- Todo es tan confuso...

- Baekhyun yo te amo – repite con su voz profunda y le creo, porque de verdad,


quiero creer – Te amo y esa es la verdad ¡Te amo!

- ¡Basta! – grito y termino por recriminarle lo que realmente pienso indignado,


tratando de hilar palabras – Eso... eso no basta. Todo lo que te rodea es
extraño. Ocultas cosas ¡Yo lo sé! ¡Te escondes de mí! De pronto creo que sé
quién eres... y dura nada... porque después ya no sé quién eres... y no sé qué soy
y...

- ¡Tú sabes quién soy! – me grita, encogiéndose en un gemido que me angustia.

- ¡Eso es lo que tú me quieres hacer creer! Pero no voy a caer – digo hundido en
mi llanto – Esto se termina antes que comience a ser peor.

Y determinado, hago de nuevo el intento de irme. Estoy agotado queriendo


escapar. Cuando me quiere agarrar desde atrás, escucho que un auto justo
frena. Dos hombres descienden. Los reconozco bien. Los guardias de mi abuelo.
Chanyeol se para frente de mí y me coloca detrás. Me quiere detener, pero yo lo
empujo.

- ¡No son mis guardias! – me grita.

Veo entonces algo que me aterra. De la nada Chanyeol saca un arma y apunta
a los hombres que se frenan, que rápido también le apuntan con sus armas a él.
Yo no puedo creer que esté viendo esto.
- ¡No! – grito desesperado, escudándolo, antes que ellos le hagan algo.

Me paro en frente de Chanyeol y determinado, le suplico duramente.

- Baja eso Chanyeol. No son tus guardias ¡Son los míos!

Miro a los hombres que lo apuntan a él y les ordeno.

- Bajen las armas.

- Joven Byun – me quiere hablar uno, pero yo de un grito lo freno.

- ¡Les he dicho que las bajen! ¡AHORA!

Confundido, Chanyeol me mira y me quiere detener cuando se da cuenta que


me iré. Pero la cosa no termina ahí, porque otro auto, enfrentado con los
guardias de mi abuelo, se detiene y descienden más tipos. Cierro los ojos
indignado, ya esto me va a volver loco. Los guardias de Chanyeol.

- Por favor Chanyeol – digo desesperado y gimiendo – Termina esto... por


favor...

No ha guardado su arma y yo lo miro espantado. Me alejo unos pasos hacia


atrás, porque esa visión de él me resulta escalofriante y aterradora.

- Baekhyun – dice angustiado sin bajar su pistola – No te vas.

Pero entonces me doy la vuelta. Sin que me vea aprieto mis ojos. Furioso con
todo esto, no puedo dejar de llorar. Pero sé que ya no me puede retener. No
armará una batalla campal, solo por impedirme que me vaya. Un guardia,
desde el auto que se supone me resguarda, no ha dejado de apuntar con su
arma en dirección de Chanyeol.

Entonces vuelvo a preguntarme ¿Quién demonios es él? Y también me pregunto


ahora, quién demonios soy yo en realidad.

Mi corazón duele a morir, cuando escucho su grito quebrado detrás de mí, pero
no volveré la mirada, porque voy a caer.

- ¡Baekhyun! ¡No hagas esto! ¡Baekhyun! ¡Esto no termina Baekhyun!


¡Baekhyun!

Abro la puerta del auto y me subo. Los tres hombres suben en un segundo al
coche que arranca a toda velocidad. Lo último que veo, es a Chanyeol duro, sin
saber qué hacer, con el arma en mano.

El guardia que está a mi lado, me dice.

- ¿Lo llevamos a su casa joven Byun?

- No. Iremos a otra parte.

Solo me quiero esfumar. No sé cómo es que mi mundo ha terminado siendo esta


mierda.

Aunque me da vergüenza hacer esta escena, no puedo dejar de llorar.

Miro por la ventana del auto el cielo de la noche. Me duele el pecho, porque las
estrellas, solo me recuerda a su cuerpo y la luna, a sus ojos bellos. Por eso
cierro mis ojos, porque sé, que debo olvidarme de él.
Capítulo 12
"Tengo todo el poder sobre ti"
- ¿Lo llevamos a su casa joven Byun?

- No. Iremos a otra parte.

No quiero que mis abuelos me vean en el estado en el que estoy, ni en el que


estaré en la mañana. No quiero que me vean destrozado, porque no puedo
ocultar nada. Así que me decido a hacer lo que estaba primero en mis planes. Ir
a lo de Jongdae.

Bajo del auto y me vuelvo a los guardias.

- No hace falta que se queden - digo desganado.

- Joven Byun. Tenemos órdenes de su abuelo.

- ¿Baekhyun? ¿Pasa algo? - dice detrás mío Siwon.

De pronto mira a los guardias de mi abuelo y sonríe.

- ¿Kyuhyun? - pregunta.

- ¡¿Siwon?!

Se saludan con confianza, por la ventanilla del auto. Parece que también conoce
a los demás. Siwon habla.

- Qué haces aquí Kyuhyun.


- Cuidamos al joven Byun.

- ¡¿Baekhyun?! - me mira confundido él.

- Es el nieto del señor Byun Hee Bong.

- ¡Vaya! ¡Pero si había sido un tesoro! - se ríe con todo Siwon, ni que fuera
chiste esto.

- Pero no hace falta que se queden - insisto.

- No hace falta - me apoya Siwon y yo lo miro agradecido.

- No podemos dejarlo.

- Y yo no puedo dejar que se queden - dice ahora serio Siwon.

Ya veo que se arma un lío entre estos y me quiero matar. Suspiro frustrado.

- Verás Kyuhyun - le explica Siwon - él viene a quedarse con el hijo del Primer
Ministro, Kim Jongdae. Demasiada guardia llama la atención. Estamos
poniéndolos en riesgo. Esto es cuestión de Estado ¿Entiendes? No estoy sólo.
Otros más están conmigo.

Kyuhyun pareciera no querer entender. Con recelo llama a alguien y comenta


lo que pasa. Recibe órdenes del otro lado. Corta y me habla a mí.

- Joven Byun ¿Se quedará aquí toda la noche?


- Hasta mañana en la noche.

- Lo dejaremos. Pero vendremos temprano. No queremos tener problemas con el


Primer Ministro.

- Señor Cho - digo antes de que se vaya, avergonzado por lo que voy a solicitarle
- Le pido que lo de esta noche... por favor no...

- Descuide joven Byun - me dice él amable - No intervenimos en la vida


privada. Sólo nos metemos si vemos que corre peligro de algo. Y no se preocupe.
Su abuelo no sabrá nada. Pero joven Byun, tenga en cuenta mi consejo y no se
acerque a esa persona de nuevo.

Respiro profundo. Estoy aliviado, al darme cuenta que no dirán nada a mi


abuelo. Pero también estoy nervioso, por lo último que dijo. Es que recuerdo a
Chanyeol con esa arma en la mano, sosteniéndola con tanta seguridad,
apuntando inmutable y frío como si no hubiera sido la primera vez que ha
hecho lo mismo, que me viene el miedo...

- Gracias - digo igualmente y me despido.

Se van y cuando veo que se pierden, miro a Siwon también agradecido.

- No te gusta esto y lo entiendo - me dice lanzándome un guiño, obligándome a


sonreír - Pero es necesario aunque no lo creas.

Subo al apartamento. Deben ser las cuatro de la mañana. Jongdae se está


haciendo un café, pues imagino que acaba de llegar de su guardia.
- ¿Te sirvo? - me pregunta.

- Si. Gracias.

Me siento en una de más banquetas de la isla de su cocina. Me sirve y tomo un


sorbo de café. Lo observo un segundo y basta para que me dé cuenta que algo le
pasa. Mira a ninguna parte. Ha quedado tildado.

- ¿Qué pasa? - le pregunto.

No me dice nada. No porque no quiera, sino porque no me ha escuchado cuando


le he hablado. Está en otra parte.

Emito con mis dedos un chasquido y lo despierto de su ensoñación.

- ¿Me hablaste? - pregunta.

- Estás en otro mundo - le digo.

- Disculpa... - dice cerrando los ojos enrojecidos - Estoy cansado.

- ¿Todo bien con Minseok?

- Si - responde sin parecer convencido, por lo mismo, no le creo.

- Cuéntame - le insisto.

La relación con Jongdae ha resultado extraña desde el principio, por cómo ha


comenzado a las patadas. Pero es como si nos conociéramos desde siempre.
Naturalmente Jongdae habla todo el tiempo conmigo, contándome cómo se
siente, lo que le pasa y qué lo inquieta. Pero ahora, tiene miedo de algo. Por
primera vez lo veo como asustado...

- No le diré a nadie.

Aprieta el agarre de su taza. Veo el líquido que tiembla. Ha endurecido la


expresión de su rostro y su mirada es preocupante. Me dice después de un rato
que lo ha pensado.

- Me enteré hace días, algo sobre Minseok - se detiene, como tratando de


mantenerse en una postura tranquila, sin lograrlo - Él... él no lo sabe, pero...su
padre lo había comprometido para casarse.

- ¡¿Cómo lo sabes?! - pregunto boquiabierta, sin creer lo que me dice.

- No preguntes eso Baek... por favor - me suplica

Recién ahora me doy cuenta que sus ojos rojos, también están hinchados. Quizá
ha estado llorando. Por eso lo dejo pasar y trato de confortarlo.

- Pero ahora está contigo Jongdae. Cuál es el problema...

Sonríe. No dice más. Toma café y nos quedamos un silencio unos segundos. Al
rato me dice.

- En nuestro entorno, nuestros viejos tienen la maldita costumbre de querer


emparejarnos con gente del ambiente. Esa cosa es una mierda, que nos ha
traído dolores de cabeza. Pero no nos dejamos manipular.

- ¿"Nos"?
- Si. A mi hermano lo quieren casar. Y no quiere. Haber dicho "no", le está
trayendo muchos problemas. Sehun y Yifan se excusan con su profesión,
diciendo que no pueden estar con nadie por su carrera. Jongin no va a las
fiestas, para que no le presenten posibles prospectos...

- Lo vi la otra noche en una fiesta en casa de tu papá - comento.

- Porque sabía que iba Kyungsoo - me dice sonriendo apenas.

- Parece que al final, entre ellos pasa algo de verdad...

- ¿Y todavía tienes dudas? - me dice dándome un golpecito en el brazo,


burlándose de mí.

Me ha dolido y me quejo, así que le doy un coscorrón en la cabeza. Igual pienso


ahora, que me debo una charla con mi mejor amigo.

- ¿Y tú? - pregunto - ¿Cómo le haces para zafar?

- Yo amenazo a mi viejo con hacerle pasar vergüenza - dice riéndose divertido.

- Ni que fueras capaz - lo reto.

- Lo soy. Muy capaz. Por eso prefiere que no vaya a las fiestas - se ríe de nuevo,
toma café y sigue contándome - Chanyeol la tiene más difícil. Su viejo lo ha
querido casar a toda costa con una mujer que no lo deja en paz ¡Hasta el día del
anuncio del "compromiso", se mandó a mudar! Dejó plantada toda una fiesta
¿Te imaginas a su viejo demente y rabioso por eso? - exclama, retorciéndose a
carcajadas y cuando se calma agrega - Ya le ha dicho a su padre que ni loco se
va a casar. Menos con esa que se le pega a donde va, haciéndose la novia...

No tengo expresión alguna que emitir ni en palabras, ni con mi cara. No sé


cómo reaccionar. Me quiero matar. Apenas puedo balbucear.

- Hablas de... ¿Sandara?

- Si - dice riéndose sorprendido de que sepa - ¡Esa! Chanyeol la detesta. Pero


qué mierda... ella se le para enfrente y en cada fiesta no se le despega, para que
nadie se acerque a él. Mi amigo puede ser muy caballero, pero con ella se le fue
a la mierda el respeto. Y su viejo se empecina por metérsela hasta en la sopa.

Me ha dejado pasmado de verdad. Ahora sí quisiera matarme. Pero antes tengo


que hacer otra cosa más importante.

Me vuelvo a Jongdae que se ha quedado callado. Ya no sonríe. Sé qué le pasa,


por eso le tomo la mano y la sujeto, apretándola con fuerza.

- Minseok... cuando sepa... tengo miedo que lo acepte - dice como puede,
realmente asustado - Bueno... iré a dormir. Mañana trabajo. Suerte en tu día
libre. Y gracias por escucharme.

Desganado y arrastrando los pies, se está yendo y antes que desaparezca de mi


vista lo detengo.

- Jongdae...

- ¿Si? - pregunta, volviéndose a mí.


- Minseok te ama. Él no te dejaría por otra persona nunca, porque él te ama
solo a ti.

Suspira y sonríe como aliviado. Creo que es en parte eso lo que lo mantiene
preocupado.

- Baekhyun, Minseok, no sabe la mierda de persona que...

- Él sabe quién eres. Por eso te ama.

De repente me doy cuenta, que eso es lo que me estoy expresando a mí mismo,


más que a Jongdae. Verlo ahí, parado y angustiado, me hace pensar en
Chanyeol.

- Gracias Baekhyun - me dice y puedo ver sus ojos llenos de esperanza, por el
amor de su pequeño.

- Y Jongdae...

- ¿Si?

- Gracias...

- Por qué - me pregunta impactado.

- Porque me vas a prestar uno de tus guardias para acompañarme a un lugar.

Siwon conduce y me mira de vez en cuando. De repente me dice.


- Conozco a su gente. No te preocupes. Te dejarán entrar. Pero yo me quedaré
igual Baekhyun. Fue la orden de Jongdae. Sino los guardias de tu abuelo se
van a volver locos.

Son los últimos momentos de la noche. Agradezco que los guardias de mi abuelo
se hayan marchado.

Siwon se detiene en la entrada de la inmensa propiedad. Baja la ventanilla de


su lado y sonríe a un guardia de civil, que se asoma para ver quién más está. Lo
reconozco bien y él a mí. Kangin me dice sin titubear.

- Qué bueno verlo Byun. De verdad... qué bueno verlo... 593267.

- ¿Qué? - pregunto sin entender.

- El código de ingreso. Cámbielo apenas entre. Gracias por venir.

Siwon mira sorprendido aquello. Y yo también estoy igual de impactado. El


portón de ingreso se abre sin más y avanzamos. Antes de descender, Siwon me
pregunta.

- Baekhyun...

- ¿Si?

- Tu abuelo sabe de...- se detiene pensando si hablar o no, hasta que se decide -
¿Tu abuelo Byun, sabe de que tienes contacto con Chanyeol?

- No ¿Por qué?
- Solo curiosidad - me sonríe despreocupado - Disculpa Baekhyun. Me quedo
¿Ok?

- Gracias Siwon. Por todo.

Me paro en la puerta. Mis manos tiemblan. No sé qué diré, ni qué haré. Una
sola cosa bastó para que corra hacia él. No me importa en este momento, lo que
hay de trasfondo en su historia. Sólo sé que no mintió sobre su prometida,
porque Jongdae me lo dijo. Y me siento avergonzado por no haberle creído. Él
me ama a mí. Lo sé. Por eso estoy con mi corazón confiado, dispuesto a dárselo,
para saberlo todo de él.

Entro. La música está sonando a todo volumen. My inmortal de Evanescence,


me duele.

Todo está oscuro. Sigo la luz hacia la segunda planta. Subo. Recuerdo dónde
estaba su habitación. Abro la puerta de par en par. Lo encuentro mirando por
el ventanal hacia fuera, sentado en un sillón pequeño, dando la espalda a donde
me encuentro. Su mano derecha sostiene una botella de licor casi por terminar.

Ha escuchado que alguien ha ingresado, por el chirrido de la puerta, porque


grita furioso.

- ¡DIJE QUE NO QUIERO VER A NADIE!

Pego un salto, por cómo ha retumbado ese grito. Podría darme la media vuelta
y esperar que se calme, pero... yo creo que le hice esto y por eso me dejaron
entrar.

Me quito mis zapatillas, con mis medias y mi chaqueta. Camino descalzo. Sé


que no me escucha. A medida que me acerco, veo qué es lo que espera observar.
La salida del sol, porque están comenzando a aparecer los primeros destellos de
luz.

Me paro al frente, pero él no reacciona. Hasta que lentamente eleva su mirada


hacia mí. Y ya no aguantando la distancia. Por eso me dejo caer en su falda. Me
acomodo, ni que fuera un niño, enroscándome en él, pidiendo su protección,
apoyando mi mejilla en su cuello. Adoro su olor.

- Viniste - dice tranquilo.

Yo sonrío. Lo miro que no me mira. Pensé que si esperaba que viniera, estaría
más conmovido. Pero no hablo. Quizá ahora, esté enojado. Y no lo culpo.

Después de unos segundos de silencio habla.

- Creo que me tomaré más seguido una botella de este licor. Al menos así
apareces.

Otros segundos de silencio. Muevo mi cabeza para verlo. Él me imita, moviendo


su rostro y me mira fijo. Me encuentro con sus ojos bellos. Brillan por las
lágrimas contenidas, que todavía no han salido de su refugio.

Mis manos temblorosas se posan en sus mejillas y acarician su rostro. Sus


párpados le pesan y los cierra, haciendo que las gotas se escapen y mojen mis
dedos.

- Vaya... - suspira como sorprendido, abriendo sus ojos - Se siente tan real.
Debo estar ebrio del todo.

Ahora recién me doy cuenta. Cree que está alucinando. Me duele saber que yo
lo llevé a esto, más cuando murmura.
- Baekhyun. Estoy tan cansado de estar aquí, reprimido por todos mis miedos
infantiles. Y si tú te tienes que marchar, me gustaría que simplemente te
fueras - dice apoyando su frente a la mía, sin dejar de mirarme - Tu presencia
todavía se resiste a irse de aquí, y no me dejará solo. Estas heridas no parece
que se curen. Este dolor es demasiado real. Hay demasiadas cosas que el
tiempo no puede borrar.

No sé por qué, sonrío tontamente, aunque tengo ganas de llorar por su dolor.
Porque me doy cuenta que está parafraseando esa letra triste y deprimente.
Eso está sintiendo y me duele. Mis ojos se nublan, pero tontamente, sonrío.

- Y ahora te ríes - me dice nostálgico - ¿Puede haber algo más bonito en el


mundo que tú?

- Tú - digo sin dejar de sonreír, pero con lágrimas en mis mejillas, secando las
suyas.

- Ahhhh...tenías voz propia también - dice largando una mueca - Creo que
tendré que ver qué tomo de ahora en adelante.

- Chanyeol - lo llamo, ya angustiado, porque no cree que estoy a su lado.

- Baek, mi Baek. Mi bonito Baekhyun - sigue diciendo - Traté duramente de


decirme a mí mismo que te has ido. Pero sin embargo estas aún
conmigo...Cuando tú llorabas, yo secaba todas tus lágrimas. Cuando tú
gritabas, yo luchaba contra todos tus miedos. Y tomé tu mano a través de todos
estos años. Pero tú aún tienes todo de mí...

El sol comienza a alumbrar con fuerza el ventanal. Siento el calor de sus rayos
sobre mi piel. Pero no me interesa ver el amanecer. Solo puedo ver el rostro
brillando, hermoso y radiante, como solo él puede ser. Chanyeol, que me adora
con sus ojos.
- Chanyeol - murmuro en sus labios cálidos - Estoy aquí contigo mi amor.

- ¿Baekhyun? - murmura, abriendo los ojos como si despertara de un sueño -


Eres...¿Eres tú? ¿No estoy soñando?

Escucho que la botella ha caído. Esa mano se posa en mi cintura. La otra se


eleva temblorosa por mi rostro. Mientras la luz del amanecer lo alumbra solo a
él y a mí, que lo miro.

- ¿Baek?

Sus dedos inseguros suben por mi rostro. Una sonrisa incrédula se dibuja en su
rostro. Entonces como puedo, me armo de valor y le digo.

- ¿Me perdonas? Por favor...

- ¿De verdad me dices eso? - me dice ansioso, sonriendo apenas - ¿De verdad?

Apoya su frente en la mía y cierra los ojos. Respira profundo y mirándome, me


toca el rostro, como cerciorándose de que en verdad soy yo.

- Perdóname Chanyeol - susurro y lloro.

- ¿Te dije que cuando peleamos siento que se me para el corazón? - me pregunta
y yo sonrío.

Me aprieta a su cuerpo. Está temblando.

- No tienes idea de lo que me haces Baekhyun. Te amo. Eres mi luz.


Lo abrazo fuerte. Me vuelvo a su rostro y le doy un beso suave.

- Chanyeol - digo sin guardarme lo que siento, emocionado - Te amo Chanyeol.


Y te extrañé mucho.

- Y ahí está Mi Sol - dice sin dejar de mirarme, mientras veo que ya amaneció.

Veo por el ventanal y observo que pasó el alba. Me lamento que se lo haya
perdido, por eso le digo.

- Lo siento. Te perdiste el amanecer que querías ver.

- Tú eras lo que quería ver Baekhyun. Por eso te esperaba.

Sonríe y me besa hundiendo su lengua dentro de mi boca. Saborear sus labios


de nuevo, es como devolverme el aliento y la vida, porque sentía que estaba
muriendo. Jadeo por eso lleno de deseo porque me tenga entre sus brazos de
nuevo.

Me siento a horcajadas encima de él. Estoy desesperado y no me importa que lo


note. Él es adictivo para mí. Me hacía tanta falta sentirlo así.

Él jadea en mis labios y me quita la remera dejando al descubierto mi parte


superior. Me mira. Es de día. Puede verme bien. Me toca y me calienta. Cierro
los ojos y sonrío. Abro mis ojos y ya no le quito la vista de encima, porque me
hace desearlo más, ver sus ojos perversos cuando me recorre con ellos.

Mientras sus dedos masajean mis pezones, yo inicio el movimiento con mi


pelvis encima de su cadera, sintiendo que su pene ya ha reaccionado urgido y
necesitado de mi. Me presiono a él con fuerza y me encanta escuchar el sonido
entrecortado de su respiración y saber que ha comenzado a transpirar de
euforia. 'lo beso desaforadamente. Hambriento muerdo sus labios, como
castigándolo por algo. Pero él está feliz, porque sonríe, tomando con fuerza mis
caderas y presionándome más a él.

Con energía me suelto de su agarre y comienzo a besar su cuello, mordiéndolo


para marcarlo, para que todos sepan que es mío, que tiene dueño. Le abro
desesperado la camisa. Él sólo me mira. Como no creyendo tenerme todavía con
él, me mira, como si fuera un objeto al que adorar y me lo dice.

- Te adoro Baek - como si estuviera en una cima.

Siento sus manos que acarician mi espalda. Tiemblan sus dedos cuando recorre
mi vientre. Me ha hecho sentir de repente una punzada de placer nueva,
haciendo que mi cuerpo se sacuda y me vuelva a verlo, quedándome quieto,
sonriendo, sin apartar mis manos de su rostro.

Me paro en frente. El me mira mordiéndose los labios, con sus mejillas rosadas
del calor que está sintiendo. Mis pantalones, junto a mi bóxer, se deslizan por
mis piernas y quito mis pies de su envoltura. Miro los ojos de Chanyeol que me
analiza lentamente, como si no pudiera creer todavía que estoy de verdad.

- Baekhyun... - me llama o solo me nombra. No lo sé - Baekhyun. Baekhyun...

Es como si no pudiera moverse. Por eso mi impulso es arrodillarme, mientras él


me sigue observando. Yo actúo como desesperado y le desprende los botones de
su camisa. Mi lengua, sin vergüenza, recorre sus pectorales, hasta su cuello
blanco y perfecto.

Estoy ansioso. No me importa que se dé cuenta del deseo que le tengo y lo que
quiero. Mis manos temblorosas desabrochan su cinturón. Cuando logro abrir su
bragueta, él por reflejo eleva apenas su trasero de su asiento y yo deslizo rápido
sus pantalones con el calzoncillo en él. Ese olor embriagador propio de
Chanyeol, nunca se sintió tan bueno para mí. Ahí está su pene erecto, rojo e
hinchado. Me necesita. Lo sé bien.

Su mirada es escéptica, no puede creer que yo esté por hacer esto, pero me deja
hacer.

Miro su pene grande y levantado. Lo tomo con mis manos y lo masajeo de


arriba abajo, como si fuera la mejor cosa que he tenido entre ellas.

- Baek... Baekhyun...qué vas...

Calla porque se queda sin aliento.

Tomo la punta de su miembro suavemente entre mis labios, con giros rápidos,
besándolo tiernamente y tirando hacia atrás su suave piel.

Lamo su larga longitud de arriba a abajo y lo miro que jadea descontrolado sin
apartar la vista de lo que estoy haciendo.

Lo deslizo dentro de mi boca, hasta la mitad. Su magnitud me dificulta el


meterlo todo dentro y me siento desesperado por poder tenerlo completo. Igual
lo miro a los ojos y veo que su pecho sube y baja fuera de control. Eso me
satisface de verdad.

- Baekhyun... - ruge entre dientes - Demonios ¡Me vas a matar! No puedo... No


me puedo controlar...

Y eso es bueno. Porque me indica que le gusta esto.

Mientras mi boca se encuentra focalizada en lamer y chupar su glande, llena de


líquido preseminal, muevo mi mano de arriba a abajo por toda su longitud.
Lo miro. Respiro hondo y él está peor que yo. De pronto podría avergonzarme
porque no es de noche, él me está viendo a la perfección y sigue cada
movimiento.

Estoy también necesitado, por eso me preparo solo hundiendo uno de mis dedos
en mi cavidad, para estar listo para él.

Toca mi cabeza y hecha la suya hacia atrás, adelantando sus caderas que sé
que quisiera moverla descontrolado. Muerde sus dientes. Aprieta su
mandíbula. Sus cabellos están empapados. Sus abdominales contraídas y con
gotas que se resbalan y que brillan por la luz del sol.

Lo está de verdad gozando, porque acaricia mis cabellos temblando, tratando de


no agarrarme y meterse en mí completo.

Entonces ahuecando mis mejillas trato de llevarlo hasta el fondo de mi boca,


queriendo que toque mi garganta para ahogarme de él. Respiro todo el aire y
con esfuerzo, lo hago varias veces y a un ritmo rápido y controlado. Siento sus
venas inflamadas en mi boca. Está caliente. Hierve. Palpita.

Mis ojos se detienen en la expresión de su rostro. Él abre sus ojos y me mira de


esa manera aterradora que lejos de detenerme me motivan. Entonces me tira
hacia atrás de los cabellos y se saca él mismo de mi boca.

Respiro entrecortado porque casi he quedado sin aire. Mis mejillas arden. Mis
labios entreabiertos se han quedado con hambre. Chanyeol está sin aliento. Su
pecho sube y baja tratando de componerse. Se moja los labios. No reacciona.
Sigue mirándome.

Chanyeol me mira serio. Sus ojos vidriosos me adoran.


Y escucho su hermosa voz grave, profunda y fuerte que me dice.

- Tú, solo tú tienes un poder sobre mí que nadie puede tener. Eres bello. Y te
amo tanto, que mataría a cualquiera que se atreviera siquiera a querer
apartarte de mi lado.

Me le lanzo como animal a horcajadas sobre él, hundiéndome en su boca,


porque lo que él siente, es lo mismo que yo querría hacerle a cualquiera que
quisiera llevarse lo que es mío.

Parece estar tan entregado, que yo soy quien me elevo sobre él. Igual, le quiero
aclarar a esa declaración de tanta vulnerabilidad ante mí que dice tener.

- Park Chanyeol - digo en un susurro sensual y desafiante, del placer que tengo
al sentir en calor de su cuerpo - Tú y yo sabemos bien, quién tiene todo el
poder.

Ahí está, su sonrisa maliciosa y llena de satisfacción. Es como si hubiera vuelto


a ser ese hombre oscuro, en medio de tanta luz. Pero es esto lo que amo. Su
poder, su soberbia y su hombría. Me aferro al respaldo del sillón para
acomodarme bien. Cuando se da cuenta de lo que quiero hacer me dice
entrecortado.

- Baek... Baek... Mierda... te voy a lastimar... Ahhhh...

- No te preocupes Park Chanyeol - le digo ansioso - Ya estoy listo, aunque


jamás lo suficiente contigo...

Es que Chanyeol me saca de foco. Todo lo que sé es que con él nunca es lo


mismo.
Toma entre sus manos mi entrepierna, ayudándome a acomodarme mejor.
Cuando ubico su glande en la entrada, jadeo emocionado por sentirlo ya tan
caliente. Es ancho y me cuesta meterlo. Él con sus manos me abre un poco y yo
sin apartar mis ojos de los suyos, voy bajando poco a poco. Es de verdad la
delicia absoluta, sentirlo lentamente.

- Baekhyun - ruje y me freno, mordiéndome los labios.

- Qué - pregunto a propósito, haciendo de mi deleite este momento, que sé que


sufre porque me detengo.

- Sabes que nunca antes sentí esto ¿verdad? Ahí... Si... si, si...- gime en ese
sonido grave que me vuelve loco, porque he comenzado de nuevo a bajar - Me
vas a matar...

Abre su boca, tratando de tomar aire y yo abro la mía, para besarlo. Estamos
los dos empapados de sudor, completamente mojados.

Llego al final de mi recorrido. Largo un gemido largo de satisfacción. Juro que


puedo sentir que tiembla debajo de mí, levantando sus caderas, presionándose
en mí.

Elevo mi cabeza hacia atrás, cerrando mis ojos, y él con una mano me vuelve
para que lo mire.

- Cómo quieres que me mueve Chanyeol - le pregunto gimiendo con fuerza,


retorciéndome en él.

- Hagas lo que hagas ¡Mierda! - grita abriendo su boca, porque está palpitando
dentro de mí - Mierda... Baek... muévete como quieras - me suplica con los ojos
empañados de felicidad.
Despacio al principio, como él lo ha hecho conmigo antes. Lento. Muy lento, me
elevo y desciendo. Él me mira, tocando mi cuerpo y chupando mis pezones. Es
el paraíso. Ya siento que vivo y podría tenerlo eternamente dentro de mí.
Chanyeol me vuelve loco de verdad.

Juro que siento cada honda de calor de su pene que late, ancho y largo en mí.
La fricción es deliciosa y estoy perdido en su cuerpo. Mi ritmo se incrementa y
él me muerde el cuello, porque sé que está cerca.

- ¡Chanyeol! - grito de dolor y de placer - Chanyeol Chany...

Jadeo de forma descontrolada al aire, respirando con dificultad. Ya mi ritmo es


tan salvaje que no sé cómo he hecho para tener esta velocidad. Así es el mundo
al que me lleva Chanyeol. Descontrolado. Agresivo. Desafiante. Caliente. Es
pura Pasión. Grito. No jadeo. Grito porque me vuelve maniático por él.

Cuando quiero de nuevo hacer mi cabeza hacia atrás, Chanyeol me vuelve


hacia él, como si quisiera impedir que le quite los ojos de los suyos. Se pega a
mi frente. Veo su rostro desencajado por el éxtasis al que estamos llegando
juntos. Sigo embistiéndome con fuerza y amo el sonido de nuestros cuerpos
acoplándose, ajustándose y amoldándose a la perfección. Aprieto mis dientes y
grito.

- ¡Chanyeol! ¡Ahí!

- ¡Baekhyun! ¡Ahhhhhh!

Exploto y siento una implosión en mi interior única e indescriptible. Sigo


presionándome en él. Chanyeol ruje revolviéndose debajo de mí, porque se
sigue rebalsando, sin querer salir, sin poder salir, porque lo estoy apretando,
como aprisionando.
- Respira... respira, respira... - dice y yo sonrío, porque se está ordenando a sí
mismo respirar - Me vas a matar...

Acaricia mis cabellos y pasa sus manos por mi espalda, haciendo más
placentero seguir estando así unidos. Entonces me mira fijo, me fulmina con
esos ojos llenos de deseo y sin una mueca en su rostro, me dice seguro.

- Ya no seré condescendiente contigo. Eres mío. Sólo mío.

Y yo no quiero luchar contra eso. Pero le aclaro, le recuerdo...

- Porque solo yo, puedo hacer lo que quiera contigo. Tengo todo el poder sobre
ti...
Capítulo 13
"Chanyeol, mi amor"
- ¿Seguro no me quieren acompañar?

- No Baekhyun. Honestamente no me sentiría bien estando entre gente que no


conozco – me dice mi abuela.

Les he preguntado mil veces a mis abuelos si quieren ir conmigo a la cena


familiar en casa de mi abuelo paterno.

- No quiero ir – le confieso – me siento nervioso. Yo creo que no voy...

- No puedes ser descortés Byun Baekhyun – me dice severo mi abuelo – No es


como te hemos educado. Así que vas ahí y agradeces la invitación.

Cena de familia. Mi abuelo Byun ha insistido con ese tema. Aunque trate de
excusarme, no puedo hacerlo por siempre. Entiendo su entusiasmo, pero tengo
el presentimiento, de que a toda costa quiere que me haga cargo de algo para lo
que no estoy preparado, ni quiero estarlo. Lo pienso cada vez que hablamos. Mi
padre por algo se alejó de su mundo. Y yo, no tengo intenciones de cambiar mi
vida.

- ¡Baekhyun! – exclama mi abuelo apenas bajo del auto y me abraza.

Mi abuelo vive en una mansión bien protegida en el distrito de Gangnam. Me


siento un tanto impactado, como cohibido por esto que veo. La opulencia no es
algo que parece tener interés en ocultar, menos si tengo en cuenta las dos
columnas de al menos 20 sirvientes colocados en dos filas, abriéndome paso ni
que fuera una visita protocolar. Esto dista mucho de la vida que me dieron mis
abuelos y que quizá mis papás no me querían dar, porque por algo mi padre se
alejó de esto. Pero debo ser educado y respetuoso, así que solo me queda
saludar a mi abuelo y dejarme agasajar.
Cuando ingreso a su casa, me encuentro con que la "pequeña reunión familiar",
estaba conformada por al menos 50 personas vestidas de gala, que me miran
como si fuera un objeto interesante en exhibición. Miro incómodo a mi abuelo y
no puedo evitar reclamarle.

- Abuelo, disculpa ¿no era una cena en familia?

- Solo algunos amigos Baekhyun. Deja que este viejo orgulloso, te presente a la
gente que sabe de mi nieto – me dice con una terrible sonrisa.

- No pensé que debía venir de traje. Disculpa.

- A mí no me importa – termina por alentarme, dándome un apretón en el


hombro.

Después de pedirle silencio a todo el mundo, que se ha quedado congelado ni


que fueran maniquíes, mi abuelo lanza un terrible discurso sobre la
importancia de la familia y mi regreso a la misma. Elevo mis ojos y analizo este
panorama absolutamente incómodo. Veo gente que me mira como si me
idolatrara, otros que me hacen sondeos de arriba abajo, observo quienes se ríen
graciosamente no sé si gentiles, o burlones y he descubierto gestos despectivos,
cosa que me resulta intrigante, lejos de asustarme.

Al final mi abuelo un poco más no grita, aunque solemne, un "¡Por Byun


Baekhyun, el heredero de los Byun!". Y a mí me recorre un escalofrío, porque
nada de esa frase, me ha resultado agradable.

Quedo sorprendido ante el despliegue del servicio que hay en esta mansión. Me
recuerda un tanto a la fiesta de los Kim, aunque claro, esa fue a gran escala.

En medio del brindis, de pronto me encuentro con un rostro conocido. Yifan


está en medio de la gente, acompañado de una señora y un señor, lo que me
hace suponer que son sus padres. Igual no me sonríe al momento de que
nuestros ojos se encuentran. Está estático ante el impacto seguramente, de
haberse encontrado en esta reunión, con que el nieto ausente del señor Byun
era yo.

- Mientras esperamos la cena – me indica mi abuelo – quiero presentarte a


algunos amigos de nuestra familia.

Por cada persona a la que me pone en frente, les dice feliz a qué me dedico y
resalta mis cualidades idénticas a su hijo. Yo sólo sonrío. Apenas puedo
recordar el nombre de la gente.

Cuando llegamos a la mesa donde se encuentra Yifan, me siento cómodo y con


confianza.

- Baekhyun – habla mi abuelo – Quiero presentarte a los Wu. Es una notable


familia a la que estimo mucho.

Me dice el nombre de la dama y el caballero y yo divertido le digo.

- Abuelo, yo...

Quise saludar a Yifan y decirle a mi abuelo que lo conozco, pero para mi


sorpresa, Yifan me interrumpe.

- Un gusto joven Byun. Mi nombre es Wu Yifan. Espero podamos ser cercanos y


amigos.

Me ha dejado con la palabra en el aire. No salgo de mi asombro y me siento mal


por el desplante. No entiendo por qué hace esto. Entonces mi abuelo me
sorprende con una novedad.
- Hasta que volviste a casa muchacho. Me alegra saber por tu padre que estás
centrado y lejos de las malas influencias.

Estoy duro sin decir palabra. Solo escucho esa breve charla. Que yo sepa, Yifan
desde hace años, ha tenido siempre los mismos amigos, de los que jamás se ha
alejado.

- Se ve que mi padre lo ha tenido informado – dice Yifan mirando a su lado –


Espero no le haya generado tan mala impresión de mi persona y cambie de
parecer con respecto a mí.

- Hijo... – habla su padre, pero mi abuelo interrumpe.

- No acuses a tu padre muchacho – le pide dándole una palmada en el hombro –


Él solo recurrió a un amigo para pedirle consejo.

- Entonces – agrega Yifan galante y caballero – debo darle las gracias, porque
ha hecho efecto.

Todos sonríen y yo... nada. Solo miro fijo y mal, a este conocido-desconocido que
me ha ninguneado.

Mi abuelo me dirige a otros sectores donde me sigue presentando más gente.


Cuando llega a la mesa principal, hay una señora elegante que antes no había
visto.

- Siento la demora tío. Él acaba de llegar de una de tus encomiendas. Por eso la
demora.

- Lo entiendo – dice mi abuelo – Lo esperaba. Me alegra saber que haya venido


¿Dónde está él?
- Estaba haciendo unas llamadas. Ya viene – responde la dama y mirándome
con una sonrisa, amable me dice – Baekhyun. Bienvenido a la familia.

- Baekhyun – dice mi abuelo – Ella es Yoon Eun Hye. Mi sobrina. Hija de mi


difunta hermana, de quien te he hablado.

- Un gusto señora – digo haciendo una reverencia y sonriendo.

- Y conocerás en breve a su hijastro, que ya es de la familia. A pesar de llevar el


apellido Kim, para mí es un Byun. Es mi mano derecha en los negocios.

- El gusto es mío Baekhyun. Y no me llames señora. Eres hijo de mi primo.


Dime Tía – dice la mujer demasiado animada ya, dándome un abrazo y
sentándose a mi lado – Ya conocerás a mi hijo. Es unos años mayor que tú, pero
es hermoso. Todos andan por detrás de él ¿Verdad tío?

Mi abuelo se ríe divertido, asintiendo a los comentarios exagerados de esta


mujer, que me trata como si me conociera. Debiera sentirme agradecido, pero
me siento muy incómodo.

- Es uno de los solteros más codiciados de Seúl y...

- Ya creo que ese soy yo – dice una voz por detrás.

Todos se ponen de pie, todos menos yo, que me he quedado helado de tan solo
escuchar esa voz.

- ¡Hyun Joong! ¡Al fin llegaste! – exclama mi abuelo.


Apenas me pongo de pie y me doy la media vuelta. Lo veo. Se ha quedado tan
duro como piedra como yo. Su sonrisa blanca se ha perdido y abre bien sus ojos
como tratando de convencerse de que se trata de mí realmente. Termino por
confirmar de que se trata del tipo que me produce las peores vibras, que jamás
por alguien haya tenido.

- Mira Hyun Joong. Él es mi nieto, Byun Baekhyun.

No sé qué hacer. De verdad, ahora quisiera actuar como recién lo hizo Yifan.
Pero él no me deja.

- Nos conocemos – dice él para mi sorpresa y vuelve a su sonrisa radiante, como


si esto fuera gracioso – Te dije que era cosa del destino. Porque yo de verdad
creo que es cosa del destino.

- Pero... ¡¿Cómo?! – exclama su madre – ¡No me contaste nada!

- No sabía Baekhyun – me reclama mi abuelo.

- Lo encontré trabajando dos veces como camarero en un club y en un evento


una tercera vez. Es la cuarta vez que nos encontramos. Y ya creo que nos
encontraremos muy seguido a partir de ahora.

- Debe ser el destino entonces – ríe mi abuelo y yo ya tengo malos


presentimientos – ¡Vamos a cenar!

Apenas si puedo probar bocado. Pero si he tomado agua a más no poder. No veo
la hora de que todo este circo termine. Yo solo quería una cena en familia.

- Y dime Baekhyun – me dice mi "tía" – ¿Cuándo te mudas a la mansión?


- ¿Perdón?

No me sale decir otra cosa. No sé de qué se trata esto.

- No se lo propuse Eun Hye. No seas imprudente – le pide mi abuelo.

- ¿De verdad me lo ibas a pedir? – pregunto ahora con tono de reclamo.

- Solo quería hacerte la invitación. Después de todo esta es tu casa Baekhyun.


Tarde o temprano...

- Tío – lo interrumpe Hyun Joong – Entiendo que estés feliz de estar con
Baekhyun, pero entiende que él es un joven independiente y no está
acostumbrado a que le digan qué hacer ¿O me equivoco?

Me mira, me hace un guiño divertido y sonríe. De pronto no sé si es, o aparenta


ser amable. Aunque sigo recordando nuestros tres desagradables encuentros.

- Si vinieras a vivir aquí Baekhyun – sigue mi abuelo – Yo dejaría que tus


abuelos se instalen contigo y...

- Abuelo, yo no podría aceptar algo así. He estado pensando en mudarme solo,


pero jamás para la casa de otro abuelo – le sonrío – Qué van a decir mis
amigos. Cambio casa de abuelos, por otro abuelo ¡Qué vividor! Ni hablar – digo
riendo.

Nadie ríe. Solo Hyun Joong. Eso me sorprende de verdad.


La reunión era eso. Nada de baile, solo una cena formal y de negocios. Se nota,
porque no hacen otra cosa más que hablar de cosas que no es que no entienda,
sino que no quiero entender.

Voy a toilette y me refresco un poco. Me salgo por un balcón buscando algo de


soledad para reponerme. Apenas cuando me doy la vuelta para regresar me
topo con Hyun Joong. Demonios. Había olvidado que tiene la maldita
costumbre de aparecerse de la nada.

- La inocencia a la vista – dice y se acerca sonriendo.

Maldito traje azul, impecable con camisa blanca, que lo hace tan niño bueno.
Pero dista mucho de serlo. Por eso debo estar alerta de este tipo, aunque se
quiera ahora, hacer el amigo. Encima, debo recordar que somos "familia".

- ¿No puedes ser más original? – le recrimino con cara de asco.

- No jodas. Te queda bien.

- Tú no me quieras joder – le advierto – tengo muchas ganas de contarle a mi


abuelo las cosas que hiciste, cómo te he visto y lo que me dijiste.

- Dan ganas de joder contigo – dice y vuelvo a ver esa mirada de mierda. Yo ya
le quiero dar con mi puño, hasta que frena sus paso y habla – Pero no hay
forma. Me acusarías con mi tío y me daría con el pulgar abajo. Ni loco.
Aunque...

Se calla. Me mira y sonríe como si se estuviera burlando de mí.

- ¡Aunque qué! – le grito de una.


- Él no sabe nada de tu relación con Park Seo Joon ¿Verdad?

Está serio. Yo estoy serio. Hago a un lado mi rostro. No sé qué decir. Entonces
escucho una carcajada fea que sale de él. Inevitablemente vuelvo la mirada
para que termine diciéndome.

- No hay relación ¿Verdad? Qué tonto fui. No haces eso. Tampoco eres exclusivo
– y mirándome fijo agrega – Qué bueno saberlo. Pero...

Se acerca más. Yo me alejo unos pasos, pero estoy atrapado por el cemento de
una verja detrás. Tropiezo y mi cuerpo salta. Igual, no tengo miedo. Solo no lo
quiero cerca.

- Pero qué – le digo para que termine su repertorio.

- ¿Tienes algún tipo de relación con él?

- ¿Con quién?

- Con Seo Joon.

- Y a ti qué te importa si la tengo o no.

Se pone serio. Levanta su mentón y lo aprieta. Tiene esa expresión aterradora


que ya he visto y no me gusta. De nuevo está el desagradable al que estoy
acostumbrado.

- Tómalo como un consejo Baekhyun. Aléjate de Seo Joon.


- ¡¿Qué?!

- Aléjate de los Park. No son amigos.

Estoy confundido. Frunzo mi entrecejo. Lo miro. Si mal no tengo entendido,


Chanyeol me dijo alguna vez que estaba haciendo "negocios". Pero Hyun Joong
no sabe que yo no conozco a Chanyeol. Y de pronto, no quiero que sepa, por eso
callo eso, pero quiero saber de alguna forma qué tipo de relación tienen. Por eso
le recalco.

- Pero te gusta divertirte en "Sky" ¿No deberías seguir tus consejos?

- Son solo negocios.

- ¿Mi abuelo lo sabe?

- Él lo autorizó.

- Qué lindos lugares para hacer negocios – me le río.

Calla. Se me acerca amenazante. De pronto me asusta la brutalidad de su


ímpetu cuando se me abalanza. Ruge cerca de mí. Y me dice entre dientes.

- Tómalo como un consejo, antes de que tu abuelo te dé una orden.

- A mí nadie me ordena – gruño.

- No sabes dónde te encuentras ¿Verdad? – sonríe, de nuevo se me burla y como


no reacciono, vuelve a repetirme – Aléjate de Seoo Joon. No. voy a ser más
claro, porque te vi esa noche en la cena del Primer Ministro. Aléjate de los
Park.

- ¡¿Qué?!

- Cosas malas – recalca claramente – Cosas malas. Eso son los Park. Cosas
malas. Nada bueno hay en esa gente. Solo, cosas malas. Muy malas. Porque
solo hacen cosas malas.

- ¡Buenas noches! – dice alguien detrás contento.

Nos giramos. Es Yifan que mira a todos lados y ve a Hyun Joong a quien le
habla.

- Tu tío te busca. Me preguntó recién por ti Hyun Joong.

Hyun Joong cambia su postura y como si nada, retoma su sonrisa habitual. Me


mira y me dice antes de irse.

- Recuerda. Eres un Byun.

Se va y cuando desaparece de nuestras vistas, miro a Yifan. He quedado tildado


con eso que me ha dicho recién Hyun Joong, pero no tanto, como para
olvidarme del desplante que me hizo el que está ahora aquí parado.

- ¡Y tú qué! – le grito, aprovechando que no hay nadie – ¡Ahora si me conoces!

- Vaya. Habías sido resentido – me dice muy pancho cruzándose de brazos y


apoyándose en la pared.
- ¡¿Te estás burlando de mí?! ¡Qué mierda te pasa!

Se me acerca. Me hace un puchero fierísimo, que lo hace parecer más demonio


que cuando trata de reírse divertido.

- Te queda feo – le digo – Desembucha de una vez.

- Mis padres no saben que sigo manteniendo amistad con Jongdae, Junmyeon,
Chanyeol Sehun y Jongin. Y te tengo que pedir por eso, que no le digas nada a
tu abuelo. Porque si le dices, él sabrá que tú también estás relacionado con
ellos y...

- Oiga – lo callo – Entonces tengo que suponer que ellos son ¡¿las malas
influencias!?

- Así es.

- Por qué – digo abriendo bien mis ojos.

- Verás... – me quiere comenzar a contar algo, me mira, se calla, ya me


encuentro con que tengo otro que oculta cosas.

- Dime – le exijo con los brazos cruzados.

- Es... es rivalidad entre partidos políticos.

- ¡¿Qué?! – exclamo, porque no puedo creer que toda esa advertencia


escalofriante de Hyun Joong sea eso.
- Tu abuelo aporta una buena porción de su fortuna al partido político contrario
al oficialismo del momento, igual que mi padre. Ellos están convencidos de que
a quienes apoyan, son los mejores para la República. Quieren que en las
próximas elecciones, asuma el partido a quienes ellos apoyan. Hay mucho
dinero en juego. Por tanto, mis amigos, para mis viejos, son enemigos. Y cuando
tu abuelo se entere que tú...

- Ya entendí – digo ahora preocupado – No voy a decir nada por ahora. Pero...

- Si. Lo sé – me mira ahora él turbado – Chanyeol...

- No sé si decirle...

- No sé qué decirte.

- Lo raro es que una vez vi a Chanyeol y a Hyun Joong juntos en un bar.


Estaban haciendo negocios.

- ¡¿Qué?! – exclama sorprendido, mirando a todos lados, como no queriendo que


nadie escuche, porque se me acerca.

- Si. Hyun Joong mismo me dijo. Que el abuelo lo había autorizado. Pero al rato
me advirtió que no me acerque a los Park.

Los dos terminamos apoyados en una pared con los brazos cruzados.

- ¿Qué mierda pasa Yifan?

- No lo sé Baekhyun. Pero prometo averiguar.


Cuando volvemos al lugar donde la gente se está despidiendo, todos nos miran.
Veo que cuchichean sin reparo, mirándonos. Yifan se me acerca y me dice.

- No les lleves el apunte. Deben creer que estoy a la caza de tu fortuna.

- No digas idioteces – y mirándolo de arriba abajo le digo burlón – Aunque


tienes pinta de caza fortunas...

Me da un codazo y me río.

Despido a los Wu y al resto de la gente que ni conozco. Cuando se va el último


me toca despedirme de la familia. Mi abuelo ha desaparecido, para mi sorpresa.
Tampoco veo a Hyun Joong, pero me siento aliviado. Mi nueva tía se me acerca.

- Como siempre, hablando de negocios. No cambian – me dice riendo – ¿Cuándo


te vemos de nuevo Baekhyun?

- Vendré a visitarlos, en estos días.

- Qué bueno – dice refregando mis brazos, tan maternal, aunque con demasiado
esfuerzo – Sabes Baekhyun, Hyun Joong ha acompañado toda la vida a tu
abuelo. Cuando murió mi esposo, tu abuelo lo adoptó como si fuera su propio
hijo. Ha sido quien ha llenado los espacios vacíos de su hijo y de ti. Siempre ha
trabajado tan duro, para llegar a donde está.

¡¿Qué me está diciendo esta mujer?! ¡¿Que acaso me está reprochando?! Bueno,
ahora sé lo que es la hipocresía de esta bella señora aquí presente,
aprovechando de que mi abuelo no anda cerca. Así que solo me limito a decirle.

- Me aseguraré de darle las gracias luego a Hyun Joong , por cuidar tan bien
del abuelo.
- Y de ti Baekhyun. Hyun Joong también cuidará de ti. No ha dejado de hablar
de ti, toda la noche.

Llego a casa. Veo que la luz de la cocina está encendida y creyendo que mis
abuelos la olvidaron prendida, voy a apagarla. Cuando entro, me encuentro con
mi abuelo y una taza de café.

- Mi niño – me dice nostálgico – Volviste.

Me siento. Le sonrío agotado y él se levanta para poner el agua a calentar. Sé


que me hará un café, que sabe que necesito. Uno caliente, no frío, como de vez
en cuando le pido. Pero él sabe lo que necesito.

- ¿Cómo te fue en tu cena familiar? – me pregunta.

Suspiro. No hablo. Pienso qué decirle. No podría contarle que fue una noche de
mierda, llena de gente rica e interesada, que me sentía incómodo, que me
enteré que mi abuelo quería pedirme que viva con él y me lo dejó como
sugerencia... tantas cosas...

- Bien.

Me pone una taza de café humeante en frente. La huelo. Me resulta tan


familiar, que la adoro y sonrío, como si fuera lo mejor que me ha pasado en el
día.

- No hablas nada – nota mi abuelo – Señal que no estuvo tan bien.

- Conocí lo que le queda de su familia. Nada más. Una sobrina y su hijo.


- Eso es importante – dice él analizándome.

- Oye ¿Y qué hicieron tú y la abuela en todo el día? Apenas si volví del trabajo y
tuve que irme a esa cena.

- Fuimos a la Iglesia. Tu abuela está terrible – comenta divertido – Jugó al


bingo toda la tarde y ganó tres veces ¿Puedes creerlo? Tenemos tres juegos de
taza nuevos.

Solo me quedo escuchando las cosas de mis dos viejos, matándome de la risa de
las andadas en las que andan.

- Vino Chanyeol a vernos. Sabía que ibas a ver a tu nuevo abuelo y vino a
visitar a los que dejaste atrás – me dice celoso, pero divertido – Nos quedamos
charlando un buen rato. Bueno. Charlar. Es un decir. Él solo decía "si señor" y
raramente "no señor".

- Te tiene miedo.

- Y me agrada que me tenga miedo.

Nos reímos. Desde que viene a casa no ha hecho otra cosa más que torturarlo.
Mi abuela está feliz, pero mi abuelo no tiene empacho en demostrarle su cara
asesina.

Me voy a dormir. Ha sido una noche extraña. Me siento en la cama. Miro por la
ventana la luz de la luna y las estrellas. Tomo por impulso mi guitarra y
comienzo a puntear una melodía cualquiera. No es cualquier. Es Gravity,
aquella que Chanyeol alguna vez tocaba en piano y la que toco en algunas
noches melancólicas aquí mismo.
Mi celular vibra. Tengo una llamada entrante y sonrío. No me cuesta saber de
quién se trata, aún sin ver el nombre. Sonrío y escucho que me dice del otro
lado.

- "Bebé... Ha sido un largo tiempo esperando, un largo, largo tiempo..."

Lo amo más y más por cada día que pasa. Porque sabe lo que siento y a veces lo
que pienso. Para él soy un libro abierto.

- La estaba tocando en mi guitarra y cantando. Recordaba ese día que la


tocabas en el piano.

- Y te babeabas por mí – me dice y yo lo reto.

- Engreído. Me gustaba verte tocar y cantar nada más. Aunque desafinaste


algunas notas.

- Oye – me reclama – Eso dolió.

- Te lo tienes bien merecido.

Los dos reímos. Chanyeol me dice entonces en un suspiro.

- Te extrañé mucho.

- Y yo a ti.

- Cómo te fue con tus nuevos parientes...


- Hyun Joong... es algo así como mi primo.

Se hace un silencio. No escucho a Chanyeol hablar, pero si una respiración


agitada. Hago como si nada y sigo contándole algunas cosas.

- Sabes a qué Hyun Joong me estoy refiriendo ¿Verdad?

- Eso quiere decir... que tu abuelo es... – balbucea como dudando o no creyendo,
por eso termino la frase.

- Si. Byun Hee Bon. Creí que te había dicho su nombre.

- Si. Sólo que no pensé que... que se tratara específicamente de él. Y que tú
fueras de esa familia. Que fueras un "Byun".

Han pasado muchas cosas. No tengo ganas de entrar en detalles. Menos decirle
que mi ahora primo lejano, me ha ofrecido dinero por una noche. Ya no vale la
pena.

- Chanyeol – digo inseguro – Dime algo...

- Escapemos a un lugar lejano esta noche y nos casemos mañana ¿Quieres?

Una carcajada sale de mí y las lágrimas caen sin control. Ha sido lo más
divertido que he escuchado de todas las bromas que me hace.

- Si que estás loco – digo mientras me relajo – Te amo.

- Te amo con toda el alma.


No quiero decirle de Yifan. Que él mismo se lo diga. Estoy agotado de pensar
demasiado las cosas. Pero lo que más me agota pensar son esas palabras
horrible que dijo Hyun Joong y no me las puedo quitar de la cabeza: "Cosas
malas. Eso son los Park. Cosas malas. Nada bueno hay en esa gente. Solo,
cosas malas. Muy malas. Porque eso hacen los Park".

- Quiero abrazarte – le digo.

- Esperaba que me lo dijeras con toda el alma.

Escucho entonces un golpecito en el vidrio de mi ventana. Una piedrita


diminuta rebota, con otro golpecito más y me asomo asustado. Chanyeol está
ahí abajo, en medio de la oscuridad.

Ni me demoro en hacer lo que le estaba suplicando, aunque no viera mi cara.


Salgo por la parte de atrás de casa. Ya es de madrugada y apenas si se escucha
el ladrido de algún animalito a la distancia. Y ahí está él, parado, saludándome
con su mano y sonriendo. Casi lo tiro al suelo cuando me le abalanzo y me
pierdo en su pecho. Siento que su abrazo me da el calor y la tranquilidad que
necesito.

- Bonito – suspira en mi cabeza, dándole un beso.

- Gracias. Gracias – de pronto se me llenan los ojos de lágrimas.

Levanta mi rostro y me seca las lágrimas en medio de mi sonrisa. Él también


sonríe. Rodeo con mis brazos su cuello y él me da un beso que se inicia lento y
sueva, para saborearme profundo después ¿Cómo puede alguien como él ser
una "cosa mala"? No. definitivamente es imposible. No lo creo.

Ni que fuéramos niños que se ven a las escondidas, nos sentamos bajo un árbol
abrazados un buen rato y charlamos de todo, de cualquier cosa. Nuestros
susurros acarician el viento en la noche y el viento acaricia nuestros besos,
haciendo que nos abracemos más fuerte. Y yo me siento muy a gusto y seguro,
en los brazos de Chanyeol, mi amor.
Capítulo 14
"Cosas Malas"

- No me sale. Yo... Yo no puedo – dice compungido Minseok, ensayando una


canción dedicada a Jongdae, para el día de su cumpleaños.

- Minseok – lo anima Chanyeol – Confía en lo que te digo ¡Cantas excelente!


Tienes una voz privilegiada y entonas perfecto.

Hace una semana, Chanyeol me ha confesado un secreto. Ha vuelto a estudiar


"Composición musical" a principio de año, una carrera que había abandonado.
Nadie lo sabe. Solo sus guardias de confianza que lo cubren. Mucho menos su
familia. El negocio del grupo Park, exigía otra cosa de él y tuvo que cumplir,
siendo "Administrador de empresas". Por eso mantiene en resguardo su interés
por la música. No quiere que nadie le recuerde lo que "debe" hacer.

- No quiero molestarte Chanyeol – le dice Mini, compungido por el tiempo que


mi novio se la pasa ensayando la canción, con él.

- No te preocupes Minseok. Me gusta estar aquí. Es mi semana libre, así que,


de paso aprovecho para ver más tiempo a Baekhyun. Es que me dedica poco
tiempo – le dice haciéndose el triste.

- ¡Ya! – exclamo, dándole un golpecito en la cabeza – ¡Deja de exagerar!

Minseok se mata de la risa. Yo los miro y me retiro a seguir con mi rutina.


Chanyeol tiene algo tan especial que con solo sonreír contagia alegría. Esa es la
otra parte que tanto adoro de él. Es la parte que más me costó conocer. Creo
que a pocos les muestra ese pedazo de su corazón. Pasar tiempo con Chanyeol,
es de lo más divertido. Por eso amo estar con él y nos reímos como locos cuando
estamos entre amigos.

Ahora, sabiendo de la relación entre Jongdae y Minseok, Chanyeol ha vuelto a


ser el mismo de siempre con su amigo. Y cuando no se encuentra Jongdae en su
turno, porque está en la Universidad, Chanyeol ayuda a Minseok a prepararle
el regalo de cumpleaños a su chico.

Chanyeol es de lo más delicado Y atento con la gente. Toma de las mejillas a un


asustado Minseok, que inmóvil en la puerta del Hospital, duda en avanzar. Hoy
es el día de su alta. Minseok tiene miedo de volver al mundo.

- Minseok – le dice Chanyeol – Qué te haría feliz en este preciso instante.

Minseok mira hacia todos lados. Alguien falta entre los que estamos. Y él sólo
lo dice.

- Jongdae...

- Entonces ¡Vamos a buscar tu felicidad Minseok! – le dice sonriendo Chanyeol,


abriendo la puerta de su coche para que entre.

Lo miro mientras ríe con sus amigos. Corretea como un niño, jugando a no ser
atrapado por Jongdae.

"¿Qué le vas a regalar a Jongdae para su cumpleaños?", le pregunté los otros


días y me dijo con una mirada pícara, de pequeño que se manda una travesura,
"Algo que sin dudas no olvidará". Envolvió con sus propias manos, en un
paquete de regalo precioso y elegante, su obsequio. Yo lo miraba mientras
hablaba sólo y reía: "Esto va a ser divertido".

Hoy tengo a un niño conmigo. Normalmente mi chico se viste casual y correcto,


pero hoy anda de zapatillas y una remera llamativa, con jeans gastados. Es
hermoso de todas las formas.

- ¡Te voy a agarrar imbécil! – grita furioso Jongdae – ¡Ven aquí! ¡No seas
cobarde!
Está hecho una fiera y yo me río de ver a Chanyeol subiéndose a las mesas,
atravesando por debajo de ellas y escudándose detrás de Yifan, escapando de la
ira de su mejor amigo.

Entiendo a Jongdae. No me gustaría que me regalen una remera con la frase


"Pregúntame por mi cara de dinosaurio".

Lo veo tocando su guitarra mientras Minseok canta. Solo puedo verlo a él. Las
cosas por las que pasamos en tan corto tiempo, me hacen pensar en un tiempo
lejano, muy lejano y hasta como si fuera otra vida. Y solo ha pasado una
semana desde que estamos juntos de nuevo.

Jongdae quiere estampar con crema de su pastel, a la cara de su hermano que


no le ha traído regalos, y vengarse de Chanyeol y Sehun por los obsequios
recibidos. Corre tras ellos con un plato lleno de crema blanca en mano.

Yifan está sentado, con la cabeza echada en el pecho de Zitao, en un sillón


apartado, como dormitando, mientras Zitao peina sus cabellos y lo adora con la
mirada.

- Qué niños son cuando se juntan ¿Verdad? – dice Yixing riendo, mientras ve a
su novio correr con los demás.

Me resulta un tanto chistoso como descabellado, que con ese traje de tres
piezas, tenga ganas de jugar. Pero supongo que así son los hermanos Kim, locos
de remate.

- Voy a pedir más pastel con crema – le avisa Jongin a Kyungsoo, levantándose
de su lugar para ir al servicio de su restaurante.
- ¿Cómo van las cosas con él? – pregunta Luhan a nuestro peque, mientras ve a
Jongin desaparecer.

- Yo... supongo que bien – dice con una terrible sonrisa.

- ¿Supongo? – me le burlo – No te quita los ojos de encima.

- Y ¿Ya aclaraste las cosas con Chanyeol? – pregunta Yixing.

- Qué te dijo sobre lo del arma... – insiste Kyungsoo.

- ¡¿Arma?! – exclama espantado Minseok – ¡¿Chanyeol lleva arma?!

- Me dijo que su padre le exige llevarla por defensa – respondo.

- Sehun lleva una también. Aunque no tiene guardaespaldas – dice Luhan – Es


que sus familias parecen acostumbradas a eso...

- ¿Guardaespaldas y armas? – pregunta de pronto Minseok.

Recién nos damos cuenta, por su mirada atónita y asustada que él no sabe
nada. Habíamos olvidado que Jongdae lo mantuvo al margen de todo eso.

Nos quedamos en silencio unos segundos. Yixing es el más tranquilo. Toma la


mano de Minseok y le habla.

- Yo sé que suena extraño esto Mini. Jongdae y Junmyeon, por el trabajo de su


padre, tienen gente que los cuida y así están protegidos de que alguien les
quiera hacer daño. Hasta yo, hace unos años, por ser hijo de un juez, tenía a
veces policías apostados en la puerta de casa, o hasta en la escuela donde
estaba de pupilo de niño, dependiendo del caso que Sang Woo tuviera en manos
¿Entiendes?

- Creo que... algo...– murmura.

Los observamos de nuevo. Parece que sonara todo tan extraño...

- ¿Cómo hiciste para sacarte tus guardias de encima? – me pregunta Luhan.

- No pude con toda. Mi abuelo paterno me sigue vigilando. Aunque cree que no
me doy cuenta. Pero prefiero uno sólo, antes que todo un ejército. Eso valió la
primera discusión entre mis dos abuelos – les cuento preocupado y recuerdo
otra novedad – Las otras noches tuve una cena con su familia.

- "Tu" familia Baekhyun – remarca Kyungsoo – ¿Tanto te cuesta?

- No te culpo – dice Luhan – Si yo me enterara de pronto que tengo ahora


parientes, quizá no sentiría nada. A decir verdad, eres muy bueno Baekhyun.
Yo no sé si disculparía una ausencia tan importante como la de un abuelo, por
toda una vida.

- Ya Luhan – le reclama Yixing – No digas eso...

- A mí me gustaría tener una familia grande – dice sonriendo, un melancólico


Minseok – Ojalá disfrutes esa familia...

- Lo mismo digo – agrega Kyungsoo.

Aparece Chanyeol con una ropa distinta. Es que su atuendo anterior ha


quedado embarrado en crema. Me encanta cómo le quedan esas camisas
entalladas y esos pantalones de vestir ajustados. Es precioso.
Caminamos por un parque con Chanyeol tomados de la mano, en dirección al
bar de Yifan y el resto de nuestros amigos.

Aunque Yifan se fue en auto, por Zitao en su silla de ruedas, todo el resto
quería tomar aire y seguir festejando el cumpleaños de Jongdae. Entre risas y
bromas, disfrutamos estar juntos. Es una sensación nueva y tranquilizante.
Sonrío. Chanyeol me mira .

- Qué bonito te ves así. Sonriendo. Solo sonriendo por nada.

- Sonrío porque estamos todos juntos – le digo.

Me abraza y tomando mi rostro entre sus manos me besa suave. Ese sabor
mentolado es fascinante.

- Te voy a extrañar ahora que vuelves a trabajar – le digo un tanto triste.

- Haré lo posible para verte cada momento libre que tenga. Lo prometo – me
dice mirándome tan dulce como siempre lo es conmigo.

De repente detiene el paso y me tira divertido para abrazarme.

- Baekhyun.

- Mmhhh?

- Hablé con mi padre.


- De qué.

- De mi novio – dice tranquilo pero preocupado mientras toca mi cabello.

Lo rodeo de la cintura. Analizo sus gestos. Ha fruncido el entrecejo y se puso


serio.

- No debe querer saber nada conmigo – comento molesto – ¿Le dijiste que era
yo?

- No me dejó decirle quién eras. Pero... – calla y de pronto me abraza.

Me da miedo, porque Yixing nos contó asustado, que Junmyeon hizo lo mismo
con él, cuando le dijo que su padre no estaba de acuerdo con su relación. Lo
abrazó fuerte y después le hizo jurar que jamás lo dejaría.

- Pero qué... – insisto.

- Creo que lo sabe. Que sabe quién eres.

Lo miro sorprendido y de nuevo pregunto.

- ¿Qué te hace pensar eso?

- Mis guardias me son leales. Pero son fieles a mi padre primero. Solo era
cuestión de tiempo que ellos terminaran por decirle, cuando él hubiera
preguntado.

Suspira y me mira fijo. Apoya su frente a la mía y me acerca bien a él.


- Además – continúa – cuando le dije que quería presentarle a mi novio, no
parecía sorprendido. Solo me dijo "No es momento para eso. Hay que esperar".

- No entiendo nada...

- Te juro mi sol, que yo menos.

- Bueno, pero, no dijo que no. Eso es algo ¿Verdad?

- No – me dice lamentándose – Quiero que tu abuelo me deje de mirar como si


quisiera asesinarme a cada segundo, porque sabe que no te llevé a casa. Y no lo
culpo...

Me río. Para qué negarlo. Mi abuela está feliz. Pero a mi abuelo, no le gusta
Chanyeol. No confía en él y se lo ha dicho. No confía hasta que conozca a su
familia. "Solo conociendo a la familia, se sabe cómo es una persona", le había
dicho el primer día que lo vio. Creo que Chanyeol no tiene temor a nadie, sólo a
mi abuelo.

Seguimos caminando, mientras el tararea alguna melodía. Se detiene de


repente. Yo lo miro confundido. Mira hacia todos lados.

- ¿Chanyeol?

Nada. Me acerca a él. Está serio, buscando algo en el lugar, girando su cabeza a
cualquier parte.

- Chanyeol – lo llamo fuerte.


- ¡Chanyeol! – grita de repente un tanto agitado Jongin – mejor te mueves
rápido ¿Quieres?

- Si. Mejor – dice y avanzamos.

Me mira. La expresión sería de su rostro, cambia en un santiamén. Sonríe


tranquilo.

- Qué – dice como si nada.

- ¿Qué? ¡Es lo que quiero saber! – exclamo asustado.

- Nada – dice escogiendo sus hombros – Creí ver a un conocido. Nada más...

- ¡Apura el paso! – exclama de nuevo Jongin, abrazando a Kyungsoo.

Corremos un tramo, para estar más a la par de ellos.

Llegamos y Jongdae se adueña de la barra. Minseok divertido mira cómo su


novio prepara tragos con unas decoraciones fuera de lo común. Los colores son
muy llamativos y la forma en que los hace ni hablar. Pero pienso que tengo que
contenerme.

Nos sentamos todos juntos y charlamos de cualquier cosa. Chanyeol se retira


un segundo a la barra y regresa al rato. No me gusta cómo hay gente que
descaradamente lo fulmina con la mirada, mientras mi chico regresa a la mesa,
con algunas botellas de cerveza.

- Yo paso. Mañana tengo guardia – aclara de una Yixing, abrazado a


Junmyeon.
- Yo un solo vaso – digo.

- ¿Por qué te cuidas tanto de tomar? – me pregunta Sehun, como burlándose de


mí – Si mañana no trabajas.

- Porque pierdo el control de mí y no me avergüenza decirlo – le dejo en claro.

- ¡Jongdae! ¡Tráeme lo más fuerte que tengas por favor! – grita Chanyeol con
una sonrisa maquiavélica.

- Qué ¿Te quieres aprovechar de mí?

- Me acabas de descubrir – dice meloso, mientras me muerde el cuello.

Miro que Zitao se ha puesto con su portátil a jugar con la música, que parece
gustar en el ambiente. El bar de Yifan hoy está lleno de gente que solo viene a
tomar, celebrar y pasar el rato, como nosotros. Charlamos, reímos, tomamos
alguna de las delicias que Jongdae nos prepara y otras que Minseok
experimenta con las indicaciones de su chico. Ya me había olvidado que era que
iba a tomar un solo trago, pero es que están deliciosos.

- Oye – le dice Jongin a Minseok, que le deja un trago – ¿Soy tu conejillo de


indias o algo así?

- ¡Claro que sí! – grita Jongdae – Así que te tragas eso y lo disfrutas.

Minseok sonríe divertido. Jongin toma y le hace buena cara. Evidentemente le


gusto el trago y se lo hace probar a Kyungsoo. Yo creo que ya estoy en algún
lugar del cielo, porque me siento flotando y me río de cualquier cosa.

- Amor – me dice Chanyeol – ¿Estás bien?


- Solo tengo calor – respondo quitándome todo lo que me pesa de ropa.

- Oye Baekhyun, te vas a enfermar, no te quites todo – dice de repente


Chanyeol serio, recorriéndome con la mirada.

Las carcajadas en la mesa, suenan como estruendo. Jongin toma de la mano a


Kyungsoo y se van a bailar. Igual Jongin le grita.

- ¡Ya deja el perro guardián!

- ¡Qué! –dice rudo Chanyeol.

- Baekhyun – me dice Sehun – La próxima vez te me vienes con la bata de tu


abuela, por favor.

- Yo... yo no quise decir eso – se queja Chanyeol.

- Claro – habla en tono sarcástico Junmyeon, llevándose a Yixing a bailar – Tú


solo no quieres que se enferme.

Todos se le burlan a mi chico. Ni que no me diera cuenta. Debe ser que no le ha


gustado que me quite la camisa que llevaba puesta y me haya quedado solo con
una musculosa blanca y ajustada.

- ¿Te dijo que pierde el control cuando toma solo un par de copas? – dice
también riéndose Luhan, que anda igual que yo.
- ¿Qué control? – me burlo y dándole un beso suave a Chanyeol, le digo a él –
Ahora vas a conocer el lado oscuro de Baekhyun ¡Vamos Luhan!

Solo por esto, no me gusta tomar demasiado. Normalmente hago cosas que en
mi sano juicio no haría. Me comporto con total desparpajo. Si sobrio soy el alma
de la fiesta, caliente, soy capaz de hacer que exploten.

Tengo a mi lado a Luhan y los dos nos reímos al verles las caras a Sehun y a
Chanyeol, que no se imaginan lo que vamos a hacer. Nos subimos a la barra y
comenzamos a bailar, como nos ha enseñado Yixing alguna vez. Dudo mucho
que Junmyeon sepa los dotes de bailarín de su novio. Pero los demás podrán
contemplar lo buen maestro que ha sido.

Tres vueltas y un movimiento de pelvis, han bastado para que los silbidos de
aprobación de hombres y mujeres se hagan escuchar en el salón.

Mientras yo sigo bailando con Luhan, Chanyeol se me para en frente, con las
manos en la cintura. Está terriblemente enojado, pero se muerde los labios de
la furia y se los moja con su lengua. Le gusta que le baile, a pesar de todo.
Adoro esa pose soberbia como si quisiera mandarme, pero sabe que no puede,
porque estoy fuera de control, así que se da cuenta que soy capaz de hacerle
cualquier cosa, incluso mandarlo al diablo. No le queda de otra.

Muevo mis pies de un lado al otro, con mis brazos abiertos, cerrando los ojos y
contoneando mis caderas. Me doy la vuelta y repito el mismo paso, pero
dejando a la vista de todos el movimiento de mi trasero, que sé que le gusta
morder.

Para cuando me vuelvo al frente, Chanyeol respira agitado. No sé si de ira o de


calentura. Está sudando a más no poder y puedo ver su camisa entreabierta,
mostrándome su pecho divino. Ya me lo quiero comer y por eso me muerdo los
labios mirándolo solo a él.
Se acerca unos pasos más y ya no aguanto la distancia. Me le tiro encima y él
me recibe en brazos. Sabía que lo haría, así que me río divertido, haciendo que
me deja en el suelo, sin apartarlo de mi cuerpo.

- Me vas a matar Byun Baekhyun – me susurra entre dientes furioso – Todos


aquí te quieren follar. Y yo los quiero acribillar. Eres malo...

- Soy malo entonces – le digo divertido.

Muerde mi oreja y yo lanzo un gemido de esos que sé que le gusta escuchar.


Bailamos alguna canción, que han puesto. Escucho una voz femenina y un
rapero. El tema no es ni muy lenta, ni movida, pero es terrible, porque cuando
escucho que Chanyeol susurra esa letra, me resulta terriblemente sensual y
aterradora al mismo tiempo.

- Nada es tan malo, si se siente bien.

Así que vuelves, como sabía que lo harías.

Y ambos somos salvajes, y la noche es joven.

Y tu mente está ebria, te haré venir hasta que la cara se te entumezca.

Déjalo caer al igual que ese tambor, tengo eso con lo que sueñas.

Arañaduras de tus uñas en mi espalda. Atacan.

Siento sus manos aferrándome a él con una fuerza terrible. Pareciera


interesado en mostrarle a todos que pueden verme, pero solo él tocarme. Sentir
su cuerpo duro y sudoroso, con ese olor tan propio de Chanyeol, me hace caer
hasta el fondo, pero irónicamente es como si volara.
- Supongo que cuando grites y me golpees con esas caderas,

Mientras mis dientes se hunden en esos labios,

mientras tu cuerpo me esté disfrutando y tú sofocando estés mis besos.

Entonces, dirás:

"Te quiero para siempre

Aún cuando no estemos juntos".

Tengo tus cicatrices en mi cuerpo, así que puedo llevarte a cualquier parte.

Te quiero para siempre,

Aún cuando no estemos juntos.

Tengo tus cicatrices en mi cuerpo, así que puedo verte en cualquier momento...

Dios ¿Puedo perderme tanto así por alguien? Nunca pensé en sentir, lo que
siento por Chanyeol. Mi mente difusa vaga feliz en eso que el rapea, su voz
grave y dura, se disipa en cada célula de mi cuerpo que grita su nombre porque
soy suyo, suyo, suyo y lo amo.

Lo abrazo fuerte y lo acerco a mi cuerpo, aferrándome a su cuello, sintiendo su


lengua pasearse a lo largo de mi mandíbula. Me quema. Chanyeol me quema y
me enciende por completo. Quiere follarme en alguna mesa, pero está
disfrutando cada segundo de esto. Siento que sus dedos se entierran en mi
cintura, tiembla, quiere hacerme el amor ya, en este momento. Y yo aprovecho
y le susurro en el oído.

- ¿Estoy fuera de mi cabeza?

¿Estoy fuera de mi mente?

Si solo tú conoces las cosas malas que me gustan

No pienso que puedo explicarlo

¿Qué puedo decir? es complicado.

No importa lo que dices

No importa lo que haces

Yo sólo quiero hacerte cosas malas,

Qué bueno que no puedes explicarlo

¿Qué puedo decir? es complicado.

Bailamos, sin dejar de besarnos un segundo, todo con él parece violentamente


perfecto. Chanyeol sabe cómo tocarme, cómo hacer que el calor y la necesidad
de sentirlo sólo a él, me estremezca por completo.
Cosas malas, son las que le quiero hacer a Chanyeol esta noche y muchas otras
noches. Cosas malas, sé que son las que desea hacerme a mí, por cómo muerde
mis labios cuando me está besando.

Recuerdo de nuevo de pronto esas palabras que alguien me dijo, porque ya ni


quiero recordar quién fue: "Cosas malas. Eso son los Park. Cosas malas. Nada
bueno hay en esa gente. Solo, cosas malas. Muy malas. Porque eso hacen los
Park".

Y me río mientras me besa desaforadamente. Porque juro que no me importa


las cosas malas que pueda hacerme esta noche, porque ya estoy en caída con
este hombre, si igual lo amaré para siempre, aún si no estuviéramos juntos.
Capítulo 15
"Escapemos a un lugar lejano..."

He dormitado algo.

Lo último que recuerdo es estar boca abajo, siendo masajeado y aseado por
Chanyeol en la cama. Los paños húmedos que acariciaban delicadamente mi
cuerpo para quitar todo rastro de semen, solo daban cuenta de lo que habíamos
hecho muchas veces.

Agotado de todo, emocional y físicamente, mis párpados cedieron y cayeron. Y


él, me cuidaba.

Mis ojos se abren, para encontrar a Chanyeol a mi lado, descansando. Parece


que le gusta dormirse aferrado de mi cintura y mirándome. Los dos estamos
desnudos y tapados por lo blanco de su juego de cama.

Lo miro mientras me encuentro boca abajo. Sus párpados caídos y su


respiración pesada, me indican que está bien dormido. El sol alumbra su rostro
y sonrío, porque analizando sus facciones, me doy cuenta que tiene carita de un
niño grande. Toco su cabeza y haciendo a un lado sus cabellos, descubro una
novedad graciosa. Chanyeol tiene unas orejas inmensas, más de lo normal, que
oculta con el abultado volumen de su pelo. No puedo evitar reírme de eso, que
me resulta tierno. Si despierto es de temer, por la dureza de sus expresiones,
así resulta tan vulnerable...

- Si quisieras podrías matarme - escucho que me dice, abriendo repentinamente


sus ojos, con su voz algo ronca, arqueando sus labios rojos e hinchados a un
lado.

- Sería como matarme yo - le confieso travieso, haciéndome el inteligente con


mi comentario novelesco, pero sonriendo.
Él no sonríe. Me mira fijo. Nos quedamos así un rato, mientras yo sigo tocando
su pelo y su cara.

- ¿Hace mucho estás despierto? - pregunto.

- Me despertó tu risa.

- Lo sienta...

- Fue el mejor despertar - me dice dándome un beso lento, muy lento que se
profundiza, mientras siento que su cuerpo va pegándose al mío.

Estoy tan cansado que apenas podría moverme. Pero mi deseo es tanto que ya
lo he olvidado, al sentir que su figura se refriega en mí. Un ronroneo sale de mi
garganta, ansioso de que me devore con esa boca.

Sus labios húmedos descienden por mi columna. No puedo evitar emitir un


sonido inaudible con mi lengua, como si me ardiera algo, aunque en realidad
me está quemando.

- Mmhhhh... - saborea mi cuerpo - Venus...

- ¿Qué? - murmura apenas.

- Esto - dice detrás mío deteniendo sus besos.

Apenas puedo dar vuelta mi nuca para ver que está analizando mi cuerpo.
Sonrío avergonzado hundiéndome en la almohada.
- Los dos hoyuelos sobre tu columna. Justo arriba de tu lindo trasero. Eres
caliente por todos lados Byun Baekhyun - dice besando esos huecos.

Me tenso porque mi cuerpo se sacude.

- Perdona - me dice - perdona perdona perdona...

Me pide perdón por lo que está haciendo; sabe del estado físico en el que me
encuentro, pero ya estoy entregado a sus besos y desearlo me hace perderme
por completo.

- Está bien - jadeo lleno de placer - Solo hazlo... ahhhh... Si paras te voy a odiar
ahhhh...

Siento un dedo que se desliza por mi ano, entrando y saliendo varias veces. Ni
que fuera un rayo que me inyecta energía, cuando roza a mi próstata mi
columna se curva y mi pene erecto necesita respirar. Mis rodillas se doblan
elevando mi trasero para darle a Chanyeol un mejor acceso.

- Qué bonita visión - ruge, mientras siento que acaricia con la otra mano mi
espalda.

- ¡Ya... estoy listo! No...

Callo porque estoy desesperado y aturdido en mi ansiedad por decir algo, pero
perdido en lo bueno que esto se siente.

- No qué...
Lo miro. Mis ojos solo lo quieren a él. Pero al parecer no lo entiende. Así que
tengo que decírselo.

- Saca esos dedos y dame lo que más quiero - gimo en mi súplica, faltándome el
aire para hablar.

Siento que saca sus dedos de mí y los reemplaza por otra cosa que se siente
igual de buena.

- Mierda mierda mierda ahhhh...- grito al sentir su lengua torturándome - Eres


un maldito Park Chanyeol...

- Mmhhh...

- Chanyeol Chanyeol...

Ya ni sé que digo. Digo su nombre, grito improperios sobre la almohada,


odiándolo por no darme lo que quiero, aunque tampoco es que se sienta mal.

Mi piel percibe húmedo, frío y caliente, entre el aire del ambiente y el calor de
su lengua. Sus labios carnosos besan y después lamen mis testículos, mientras
yo no puedo parar con esos grititos inaudibles, porque sigo perdido en mi
escondite. La presión del agarre de sus dedos que se hunden en mi carne se
hace cada vez más fuerte. Chanyeol es fuerte.

Hasta que se detiene de nuevo. Ya sé lo que viene y mirando hacia atrás,


agitado y mojado, para ver sus ojos hambrientos, sonrío satisfecho. Quiso
torturarme por más tiempo pero no aguantó.

Toma su pene con una mano. Con la otra sigue agarrando mi cadera. Su glande
resbaladiza y grande se refriega en mi ano.
- ¿Esto es lo que quieres? - dice entre dientes.

- Si - le digo cerrando mis ojos - Si. Eso es lo que quiero.

Abro mi boca largando un suspiro profundo a medida que siento que me abro
ante su intrusión.

- Mierda... Qué estrecho sigues. Me hace querer follarte duro Bonito - gruñe
estando a medio camino.

- Deja de ser suave entonces - le suplico - Mmhhhh...

Sus testículos terminan pegados a mis glúteos y ahí se detiene por unos
segundos, presionando y presionando hasta que a propósito contraigo las
paredes de mi cavidad. Gruñe. Sé que le ha dolido, pero le gusta.

- Me vas a matar... - escucho que dice enterrando sus dedos en mis caderas -
Bonito... me vas a matar.

Sale pero no por completo y se mete de una estocada brutal. Arqueo mi


columna y mi cabeza se hace hacia atrás en gemidos descontrolados, porque ha
comenzado a adquirir velocidad y control en sus movimientos. Es animal la
velocidad de sus embestidas, así como sus jadeos entrecortados y graves
mientras dice toda clase de cosas que apenas si oigo desparramarse en la
habitación. "Te amo". "Bonito". "Eres mío". "Me vas a matar". "Mierda mierda".
Mientas yo no puedo hacer más que gritar porque ya me siento duro por todos
lados. El calor se apodera por completo de mí y esa corriente inconfundible que
me recorre de la cabeza a los pies ya me va a hace llegar a la cúspide, a la que
sólo Chanyeol puede llevarme.

- Chanyeol ¡oh Dios! - grito duro en mi sitio - ¡Más fuerte! ¡Más más más más!
- ¡¿Así?! - ruje como animal, estampándose con una fuerza brutal sobre mis
nalgas.

Su velocidad se hace intensa. Aprieta mis muslos de forma posesivo para


sostenerse y seguir hundiéndose a una velocidad terrible.

No hay nada más primitivo que las embestidas que me da. Embriagado de
dolor y de placer contraigo las paredes de mi recto, porque estoy cerca. Ha
tocado mi próstata y ya voy a venirme. Entonces toma con una de sus manos mi
miembro y comienza a frotarlo.

- ¡Más rápido! ¡Más más más! - grito como mendigando su pene fuerte y
contundente gimiendo necesitado de él.

Pero de pronto se presiona quedándose quieto. Me tortura de nuevo. Sé que


está demorando esto como si nunca quisiera terminar. Como si tratara de
alargar el momento.

Ruge. Pero largando un suspiro grave y profundo se sale de mi cavidad. Me


siento vacío. Caigo derecho en mi cama, rendido del agotamiento y odiándolo
por dejarme a casi nada de mi camino.

Sin darme cuenta, me ha hecho girar en el colchón. Jadeo descontrolado,


tratando de reponerme, con los ojos entrecerrados, encontrándose con la visión
bestial y espectacular de Chanyeol.

Tiene los cabellos pegados a su frente. Está todo mojado y me mira de manera
penetrante y posesiva. Sus pectorales y sus brazos rudos brillan y desparraman
gotas sudor.

- Mío mío mío mío - murmura y yo no tengo fuerza para discutir nada, porque
apenas puedo tomar aire.
- Maldito - jadeo encontrando a duras penas algo de voz.

- No se termina cuando tú quieres Bonito. Sino - dice apretando su dura y


caliente glande en mi entrada - cuando yo quiero y como quiero...

Y se entierra de una estocada. Eso me ha hecho gritar. No ha sido nada gentil,


no tenía que serlo tampoco, porque amé esta embestida bestial. Será por su
rostro majestuoso y bello. Será por sus ojos negros que me dan miedo. Será que
de pronto me viene el recuerdo de él con esa arma, apuntando hacia el frente
seguro de matar a quien me quisiera dañar... Noche. Su mundo es la noche.
Oscuro y siniestro...

Me asusta que me guste, pero así lo quiero, porque es mío.

- ¡Mío! - grito, sin entender de dónde he sacado fuerza.

- Si - gruñe - Tuyo, tuyo Bonito. Siempre tuyo.

Vuelve a meterse en mí salvajemente. Me embiste fuerte y rápido, tanto, que el


choque de nuestros cuerpos mojados se escucha por encima de todo.

Amo verlo así, con sus mejillas ardiendo y mirándome con tanto deseo, como si
no le bastara poseerme como me está poseyendo, como si no le bastara
penetrante como me está penetrando. El quiere más. Quiere meterse más y
más, completamente en mí y yo grito feliz por eso, tocando como puedo, con mis
manos sin fuerza su torso bello. Estoy inestable y tiembla todo a mi alrededor.

Abre su boca al sentir mis dedos y se muerde el labio inferior. Ha sido tan
fuerte contra él mismo que se termina rasgando, lastimándose, pues puedo ver
un hilo de sangre por ese raspón, que ha teñido de más rojo esa zona.
- Bonito - gruñe como animal - Te amo...

Los "Te amo", en medio de la brutalidad, me hacen mover mis glúteos para
sentir ese amor más y más, apretando mis dientes sin dejar de mirarlo.

Velocidad a nivel indescriptible. Se acerca y me besa. Entierra su lengua en mi


boca. Sólo sé que la cama tiembla. Nuestros cuerpos tiemblan y la respiración
entrecortada se escucha en el ambiente. Me embiste, se mete y me penetra. Y
yo sólo puedo gritar pidiendo más de Chanyeol.

- Amor - ruge endureciendo su mandíbula - vamos amor... hazlo...

Es que lo he encerrado en la contracción de las paredes de mi cavidad y se ha


dado cuenta que me estoy por venir. Las venas de su cuello blanco se inflan. Me
besa de nuevo de forma brutal. Su lengua me quema y repite como una orden.

- Amor... hazlo... ¡Ahora!

- Chanyeol...

- ¡Ahora!

- ¡Ahhhhh! - grito clavándole mis uñas en la espalda.

Y ahí está de nuevo la imagen de Chanyeol, arqueando su espalda, sacudiendo


su cuerpo en un temblor fuerte y rotundo, mientras su cuello eleva su cabeza,
abriendo su boca en un grito de placer. Mi semen se desparrama por su vientre
y siento el ardor caliente del suyo dentro mío.
Mi hombre ruge enfurecido en mi boca haciendo aterrador su modo y su forma.
Siento ese sabor a sangre cuando lo muerdo. Abriendo mis ojos lo veo con el
ceño fruncido y siento el aliento que hierve.

Se queda quieto. Sus ojos se congelan en los míos. Hasta que en ese tono grave
y sin aliento vuelve a decir lo que dijo muchas veces...

- Respira respira respira...- se ordena a sí mismo, para después decirme - Me


vas a matar a este ritmo... Respira respira...

Y se desploma en mi cuerpo. Está apenas con fuerza respirando en mi oído,


rozándose mojado en mi cuerpo, rodeando con su brazo mi cintura.

Tengo que recordar lo que es respirar también. Me ha dejado destruido. No sé


cómo voy a poder levantarme siquiera de la cama.

Apenas puedo ver de nuevo ese cielo raso y el sol pintado, escuchando el
murmullo de sus palabras mientras besa mi mejilla y succiona mi cuello.

Acaricio sus cabellos mojados y sonrío satisfecho.

No sé cuánto tiempo pasa, hasta que a él se le ocurre salirse de mí. Se apoya en


un codo y me mira, pero no me suelta. Sé que le gusta mirarme y yo no puedo
quejarme, no solo que me gusta que me mire, sino que me gusta ser la única
persona a la que adora ver.

Mis párpados pesan de nuevo. Cierro los ojos. Aún sintiendo que el colchón se
mueve, no tengo fuerzas para elevar la vista, ni ver qué hace Chanyeol. Hasta
que siento el agua del baño que cae. Supongo que se va a bañar. Pienso que
luego lo haré yo.
Pasa un minuto supongo, creo... Me propongo aprovechar ese tiempo para
restablecerme.

Entonces siento que me elevo en el aire. Abro apenas los ojos y me encuentro
con el rostro de Chanyeol. Me ha agarrado entre sus brazos y me lleva al baño.
No digo nada. Solo apoyo mi rostro en su hombro y ahí me quedo. Se mete
conmigo a cuestas en el yacuzi y desciende como si no le costara nada.

- ¿No te peso mucho? - murmuro en su cuello mientras él me acomoda.

- Apenas si pesas algo - me responde con una mueca.

- No me quiero dormir - digo recordándole lo mismo que la vez anterior.

- Déjame descansar un poco...

Parece que así le gusta descansar.

Lo miro. Veo que está con los ojos cerrados y la cabeza apoyada atrás. Lo
acaricio.

- Baekhyun.

- Qué.

Abre los ojos y voltea su mirada a mí.

- Te amo.
- Yo también te amo Chanyeol - digo acomodando sus cabellos hacia atrás.

- Tu amor es tranquilo y bonito. Tu amor me basta. Es más de lo que hubiera


soñado tener alguna vez en mi vida. Eres lo más importante para mí.

Beso su mejilla.

- Gracias por amarme así Chanyeol. Te amo con toda el alma - le digo
emocionado por las palabras que dijo.

Sin embargo, siento que tengo que hablar de algo y contarle lo que me inquieta
hace días. Es como si mi conciencia no estuviera tranquila, como si tuviera la
sensación de que le estoy ocultando algo que él debería saber.

Pasa un rato, hasta que esos pensamientos molestos me despiertan bien y lo


llamo, rogando que se haya dormido.

- Chanyeol...

- Dime amor.

Demonios. Es una señal. Tendré que hablar. Aunque también quiero saber...

- Me encontré con Yifan la noche de la cena en la casa de mi abuelo - le digo


sintiéndome culpable, como si le hubiera escondido algo.

- Lo sé. Me lo contó.

- ¿Te contó lo que hablamos?


- Si.

Bajo la vista pensativo. Estoy preocupado. Entonces Chanyeol eleva mi mentón


y me mira fijo.

- ¿Qué te preocupa tanto? - pregunta.

Respiro hondo y le digo de una vez.

- Hyun Joong me dijo que los Park son malos y que no me acerque a ninguno de
ustedes. Y yo no entiendo por qué lo dijo, si se supone que tú estás haciendo
negocios con él. Eso fue lo que le dijiste a Jongdae, ese día que recostaste que
me encontraste en el bar atendiéndolos a ustedes. No entiendo - digo inquieto -
Yo no entiendo. no entiendo Chanyeol y...

- Baekhyun - me detiene tranquilo Chanyeol - Shhh... escúchame amor.

- Escucho.

Aprieta sus labios y frunce el entrecejo. Se ha puesto serio. También está


preocupado como yo. Igual habla.

- Baekhyun, no sé por qué te ha dicho eso tu primo.

- No lo considero mi primo.

Me mira confundido, por el rechazo rudo que hago de él.


- De acuerdo. No sé por qué Hyun Joong te ha dicho eso. Se supone que estoy
haciendo negocios con tu abuelo, porque estamos haciendo las paces.

- ¿Haciendo las paces? - le interrumpo incrédulo.

- Yifan te explicó sobre...

- Los partidos políticos y toda esa mierda que me cuesta creer.

Chanyeol suspira. Se muerde los labios y me dice acariciando mi cabeza para


calmarme.

- Aunque te resulte extraño, hay muchos negocios en juego por ese tema. Por
eso los Byun y los Park, están algo así como... enfrentados. Pero resulta
casualidad que justo en los últimos tiempos estoy haciendo negocios con tu
abuelo.

- Pero ¿Por qué las paces? - digo confundido y enojado, porque no entiendo
nada.

- Suele pasar que a veces en los negocios así como ganas socios, ganas algunos
enemigos.

- Chanyeol ¡me hablas como si se tratara de una guerra! - digo girando mis ojos
molesto y angustiado. Me siento un tonto por no poder entender nada.

- Bonito, mírame - me pide, porque se ha dado cuenta de lo que me pasa y yo le


obedezco - Baekhyun, yo te amo. Y nada va a hacer que nosotros estemos
separados nunca ¿Me entiendes? Te amo.
Frustrado y molesto por sentirme estúpido, lo abrazo con fuerza y le digo
también mi verdad.

- Te amo Chanyeol.

Sonríe. Siento que su pecho se eleva y desciende por el suspiro profundo que
hace. Pero de pronto, sus músculos se contraen. Y yo no sé por qué.

- Baekhyun ¿Cómo sabe Hyun Joong que tienes contacto con los Park? Si
cuando nos encontramos en el bar de Heechul, él jamás vio que hablaste
conmigo.

Mierda. Pequeño detalle jamás relatado a nadie.

- Yo... yo lo vi, esa noche en la fiesta en la casa del Primer Ministro. Supongo
que vio cuando charlaba con tu padre...

- Acompañado de Seo Joon - me interrumpe duramente.

Se hace unos segundos de silencio. Lo miro. Me clava su mirada dura. Está


pensando demasiado algo.

- Por qué esa noche estuviste tanto tiempo con mi primo. Qué ocurrió.

Bajo la mirada. No quiero decirle la verdad. De pronto algo me asusta.

- No pasó nada grave.

- Dime qué pasó.


- Nada - me quejo molesto.

- Mírame Baekhyun.

Lo miro. Y tratando de mantener mis ojos fijos en él vuelvo a decirle.

- Nada importante.

- Para mí todo lo que tenga que ver contigo es importante - me dice y me exige
de nuevo - Qué ocurrió Baekhyun. Si no me lo dices tú, yo hablaré con mi
primo.

- Seo Joon - respondo nervioso - Seo Joon me hizo el favor de hacerme pasar por
su acompañante esa noche, porque Hyun Joong me estaba molestando.

- Qué te dijo - insiste y yo ya veo que aprieta su mandíbula y aprieta furioso sus
labios, respirando agitado.

- Solo me molestaba, pero tu primo me ayudó.

- ¡Qué te dijo Baekhyun! - exclama golpeando furioso el agua, haciendo que el


agua se desparrame fuera.

Yo me aparto. No solo no me gusta esto, sino que no me gusta recordar esa


situación desagradable. Hasta me avergüenza decir las palabras que dijo el tipo
y el morbo con el que me miraba.

Si antes me sentía molido, ahora me siento resistente como para levantarme y


salir. Lo hago tan rápido que Chanyeol no tuvo tiempo de detenerme.
- Baekhyun - me llama.

Me pongo una bata y me voy al dormitorio. Me seco algo, aunque sigo lleno de
jabón con una toalla.

- Baekhyun - escucho a Chanyeol detrás de mí - Perdona. Solo me preocupa que


alguien quiera hacerte daño. Te amo con toda el alma.

Me vuelvo a él y lo abrazo fuerte. No estoy enojado con él. Solo que me


pregunto, por qué a nuestro alrededor pasan cosas fuera de lo común.

Acaricia mi cabello y me da un beso en la cabeza. Cierro mis ojos y me quedo


aspirando su aroma siempre cítrico y dulce que me tranquiliza. Me zarandea
un minuto y toma mi rostro entre sus manos.

- Baekhyun. Escapemos a un lugar lejano esta noche y nos casemos mañana


¿Quieres?

Me río. Me ha dicho de nuevo las mismas palabras que hace unas noches. Lo
abrazo más fuerte y me levanta entre sus brazos, llevándome de nuevo a
bañarnos. Su inmensa sonrisa me contagia de felicidad, porque con él me siento
bien protegido y tranquilo. Él ya es mi escape de este mundo confuso...
Capítulo 16
"Faded"

Siento que el sueño me quiere ganar. Es de noche y estoy de guardia. Veo la


hora de la pantalla que cuelga de la cafetería, que trasmite las 24 hs del día
puras noticias.

- Tu café enfermero Byun – me dice el camarero amable, dejándome la taza


caliente.

Somos pocos en el lugar y yo estoy aburrido sin nada que me interese ver de lo
que trasmite ese canal. Uno de los clientes pide:

- ¿Podría subirle el volumen por favor?

- Claro señor – dice el encargado y toma el control.

Escucho al reportero, como los demás, las noticias de último momento.

"Hoy jueves en la madrugada, a la altura del kilómetro 11 del distrito


Gangdong-gu, a orillas del río "Han", aparecieron los cuerpos de dos hombres
jóvenes. Tenían las manos atadas y, según describieron fuentes de la
investigación, los dos habían recibido balazos en la cabeza y la espalda. Los
crímenes ocurrieron en el lugar, donde fueron llevados a pie o a la rastra
presumiblemente el lunes por la noche..."

Me quedo pasmado mirando las imágenes captadas en vivo, bajo el título al pie:
"Crimen con sello de Vendetta" en mayúsculas, como si se tratara de una
novela. Me espanta entonces estar viendo dos cadáveres en directo, siendo
filmados como si nada, aunque con los rostros desfigurados por efecto de un
pixelado.
Observo a mi alrededor y no puedo creer que todos sigan la transmisión, sin
ninguna expresión en sus rostros, como si eso fuera un espectáculo. Solo
escucho que alguien comenta: "Mafiosos" y sonríe burlón, sin quitar la vista del
plasma.

Mi corazón palpita con furia. Cierro los ojos y sacudo mi cabeza. Me levanto y
me retiro. No tengo más que seguir en lo mío. Saludo a quienes conozco, a
seguir con mi trabajo.

Me detengo en un pasillo vacío, apoyándome sobre la pared y trago duro. Una


frase bastó, para que esos recuerdos de mierda volvieran a mí: "Tenían las
manos atadas y, según describieron fuentes de la investigación, los dos habían
recibido balazos en la cabeza y la espalda...". Mis padres.

- ¿Todo bien Baekhyun? – me pregunta Luhan que pasaba por ahí.

- Si. Solo... solo tengo mucho sueño.

- Ya falta menos – dice sonriendo – ¿Me acompañas por un café?

- No Lu'. Acabo de regresar de ahí.

- Ok. Entonces nos vemos al rato – me saluda y desaparece.

Recibo para mi sorpresa un mensaje de Chanyeol por "Talk", cosa inusual


porque suele llamarme directamente, aunque no sea más que para decirme
"hola". Supongo entonces que no puede hablar. Sonrío igual, porque cada cosa
de él me resulta especial.

Chanyeol: "Te extraño". 03:34 AM


Baekhyun: "También te extraño". 03:34 AM

Chanyeol: "Te amo". 03: 42 AM

Baekhyun: "También te amo". 03:42 AM

Chanyeol: "Te necesito mucho. Demasiado" 04:01 AM

Baekhyun: "Qué ocurre?" 04:01 AM

Chanyeol: "Quisiera abrazarte" 04:06 AM

Baekhyun: "Dime dónde estás e iré a abrazarte" 04:06 AM

Chanyeol: "Baekhyun, júrame que nunca te vas a morir" 04:15 AM

Ese comentario, no me ha gustado nada. No suena tierno, ni romántico. Sino


más bien, desesperado...

Baekhyun: "Chanyeol, qué ocurre? Qué te asusta?" 04:15 AM

Chanyeol: "Solo estoy sensible porque te extraño mucho" 04:16 AM

Baekhyun: "Y por eso tienes que ser tan fatalista?" 04:16 AM

Chanyeol: "Lo siento" 04:16 AM


Baekhyun: " ...... " 04:17 AM

Pasa un rato largo, sin recibir nada más de su parte. Me siento mal de pronto,
porque quizá él no necesitaba ese tipo de respuestas.

Hago mi última ronda y en lo que puedo, habiendo terminado con mis informes
de los pacientes, miro mi móvil, para ver si ha escrito. Nada. Así que le insisto,
pero esta vez con una verdad irrevocable para mí.

Baekhyun: "Amor, yo no tengo miedo a morir, solo tengo miedo de vivir sin ti"
05:15 AM

Chanyeol: "Por eso te amo ¿Ves? Porque me llenas de luz. " 05:15 AM

Baekhyun: "Eres un exagerado" 05:16 AM

Chanyeol: "Dame un abrazo" 06:17 AM

Baekhyun: "¡¿Cómo quieres que te dé un abrazo?!" 06:17 AM

- Abrazándome – escucho que dice a solo unos pasos en frente.

- Eres un tonto ¿Sabías? – le chillo, sintiendo que se ha estado burlando de mí.

- Ven aquí – me pide estirando los brazos – ¿No me vas a dar lo que te pido?

Camino rapidísimo hacia él. Cómo negarme a esa petición tan bonita. Así que
lo abrazo como siempre, hundiendo mi cara en su pecho, sintiendo el calor de
sus brazos alrededor de mí.
- Solo un ratito Chanyeol. Todavía no acaba mi turno para salir, sino hasta las
7 de la mañana.

- Solo vine un minuto. Tengo que volver.

- ¡¿Qué?! – exclamo perplejo – pensé que me venías a buscar...

- No. En un rato tengo que hacer diligencias – me dice lastimosamente – lo


siento...

- ¿Nos vemos más tarde?

- Por unos días no podré...

- ¿Más negocios complicados? – le pregunto triste.

- Si. Más negocios complicados, hasta el lunes– responde.

- ¡¿Fin de semana incluido?! ¡Oye! ¡Eso es como si descaradamente me avisaras


que me vas a meter los cuernos! – me quejo molesto.

- Ya sabes que jamás podría – me dice apoyando su frente a la mía y triste me


pide – Abrázame fuerte Mi Sol. Por favor.

Y eso hago, como cuando él me calma entre sus brazos, yo lo calmo ahora con
los míos. Siento su corazón palpitando con fuerza.

- ¿Me regalas una sonrisa antes de irme? – pregunta.


Elevo mi rostro y le sonrío. Entonces veo también sus labios curvarse para
darme un beso.

- Te amo con toda el alma Baekhyun. Nunca lo olvides.

- También te amo con toda el alma Chanyeol. Y no te pediré "nunca lo olvides",


porque sé que no vas a olvidarte de lo que te digo, de lo presumido que eres.

Se ríe con todo y yo ya me siento más tranquilo, porque lo he alegrado algo al


menos. Se despide con un beso y ya siento extrañarlo, aún sabiendo que son
solo unos días en los que no lo veré.

Mi día trascurre durmiendo para reponerme y seguir con mi trabajo al día


siguiente en mi turno de la tarde. Agradezco que no me toque la guardia. En la
noche visito a Kyungsoo y cenamos juntos. Así el resto de mis días.

Recibo una llamada y atiendo, viendo que se trata de Heechul.

- Te necesito – me dice con su voz teatral y desesperada.

- ¡No! – grito porque se ve que no le ha quedado claro – ¡te dije que no vuelvo
ahí Heechul!

- Tengo tres bajas ¡¿Entiendes?! ¡Tres! ¡Y ya tengo que estar allá!

- ¡No!

- Luhan viene a ayudarme ¡¿Por qué eres así de malo?!


- Porque no me gusta "Sky".

- ¿Recuerdas cuando te di trabajo sin experiencia?

- No comiences...

- Y cuando te perdoné el juego de copas que rompiste de cristal ¡De cristal!

- Te pagué cantando – le digo indignado.

- ¡Me pagaste haciendo lo que te gusta!

- ¡No seas manipulador!

- Qué desagradecida es la gente...

- Maldito...

- Y yo que siempre acomodaba tus horarios porque eras mi predilecto en todo...

- ¡Ya basta!

- Y cuando tenías exámenes...

- ¡De acuerdo! – es todo lo que digo y cuelgo.

Ya sé cómo es el movimiento, además ni bien llego, me dejan entrar como si


nada. Me encuentro con Luhan, que está charlando con el resto de los
camareros. Ahí me doy cuenta que no es la primera vez que lo hace. Me acerco
y me pregunta.

- ¿Por qué no querías hacerle el favor a Heechul?

- Porque no tenía ganas. Oye, desde hace cuánto trabajas aquí tú.

- Heechul me pidió cubrirte. Pagan bien.

- Lo único que falta que me digas es que también te vas con algún cliente.

- Una vez me fui con uno. Pero no le cobré nada – me sonríe guiñándome el ojo.

- No me digas que... ¿Sehun?

- Secreto – sentencia con su dedo índice, pidiendo silencio.

Seo Joon no ha venido como otras veces. Nos habla solamente Heechul y
comienza todo el trabajo.

Es ya de madrugada. El horario en el que los enfiestados comienzan a mostrar


la hilacha. Uno de los encargados me habla.

- Baekhyun, toma 2 botellas de champaña y llévalas a la oficina del jefe.


Déjalas ahí y vuélvete. Que nadie te vea ¿Escuchaste?

- Si ¿Dónde es la oficina?
Me da las indicaciones. Creo entender que debo bajar al subsuelo, caminar por
un largo pasillo, doblar a la izquierda y entrar por una puerta a la derecha.

Desciendo por un ascensor privado y hago el recorrido que me dijeron. Aunque


podría haberme perdido, recuerdo bien las indicaciones. Hasta que me topo con
tres puertas a la derecha. Pequeña mierda de detalle que no me dio el
desgraciado del encargado, que de seguro ahora también anda enfiestado.

No me queda otra más que cerrar y abrir puertas. Si se trata de la oficina del
jefe, debe ser espectacular. Primera puerta, no, demasiadas sillas apiladas.
Segunda puerta, oficina grande llena de ¡Cámaras!

Entro de curioso. Todo está oscuro, pero iluminado por las múltiples pantallas
bien puestas a todo color que hay. Perece de película. Esto capta todo lo que
sucede en las pistas principales de "Sky" y en lugares recónditos. Mi boca debe
llegar al suelo. Pero rápido recuerdo lo que estoy haciendo ahí, así que, seguro
de que la puerta que le sigue es la oficina del jefe, salgo y entro en la tercera.

La oficina es un lugar súper lujoso, con un amoblamiento propio de Seo Joon,


que tiene un escritorio, con un asiento bien cómodo. Un juego de sillones hace
de espacio recibidor de gente, también delicado y carísimo a rabiar. Hay un
plasma a escala cine privado, detrás de su mesa, dividido en varias imágenes
que muestran lo que pasa en el club.

Dejo las botellas en el pequeño bar que hay disponible y me pregunto por qué
me han hecho traerlas, si hay bebidas de sobra. Supongo que Seo Joon quería
champaña. Y sin pensarlo mucho más, me retiro del lugar.

Pero cuando cierro la puerta y me dispongo a regresar, siento risotadas de


gente que se acerca, reconociendo la voz de Seo Joon. Y como el encargado me
dijo "que nadie me vea", mi impulso me lleva a entrar a la oficina contigua,
donde están todas esas pantallas encendidas. Solo pienso en que debo esperar
que las voces desaparezcan, salir de ahí y subir para seguir con mi trabajo.
Pero para mi sorpresa, las voces no desaparecen. Todo lo contrario. Se hace
bien nítido el sonido, sobre todo las risas.

- Y dime Sung Rok ¿Cómo van los negocios?

Esa voz hace que mi cuerpo se estremezca. Chanyeol está ahí.

Miro en dirección de donde viene el sonido, una pared negra, la que da justo a
la oficina contigua. De pronto creo que me estoy volviendo loco. Escucho otra
voz conocida.

- Disculpen. Vuelvo en un momento.

- No te demores demasiado Seo Joon – dice Chanyeol.

Ahí siguen las risas por un chiste que alguien dijo y al que no presto atención.
Respiro agitado. No tengo cerebro para pensar, pero al menos sé que debo salir.
No sé qué hacer si me encuentro en el pasillo, porque mi primer impulso, me
llevaría de seguro a entrar en la puerta contigua y ver a Chanyeol. Pero está de
¿negocios?

Giro sobre mis pies y me ordeno salir de ahí. Quiero tomar el picaporte, pero
escucho el sonido de la cerradura. Me quedo duro ¿Acaso la cerraron? No
reacciono, hasta pasado unos segundos más de lo normal. Entonces vuelvo a
escuchar la voz de Seo Joon que dice.

- Ahora si podemos comenzar. Había olvidado algo.

Me vuelvo sin entender nada, a la puerta y quiero abrirla, pero es inútil. Él


vino a cerrarla bajo llave. Seguramente recordó que la había dejado a merced
de que cualquiera la abriera. Cualquier curioso como yo, que ahora por
estúpido se quedó atrapado. Me propongo entonces gritar, pero me entretiene
de nuevo la voz de Chanyeol.

- Sung Rok . Imagino que viste las noticias estos días.

- Suelen ser demasiado aburridas Chanyeol. Jamás me interesan ver las


noticias, menos si la mayoría son malas – dice y escucho una risa.

La pared negra. Pareciera que por ahí se filtran las voces. Me acerco. La toco y
automáticamente, como por arte de magia, se corre un fragmento fino negro.
Queda al descubierto un vidrio doble cara. Si. Definitivamente esto es de
película. Pero no es eso lo que me impacta. Me deja sin respiración, ver ahí a
Chanyeol.

De pronto me pregunto si estos eran los negocios complicados de los que me


habló. Y me enoja el hecho de verlo tan relajado, riendo, como si nada pasara.

Son siete en el lugar. Además de Chanyeol y Seo Joon, con el caballero al que
llamó Sung Rok , hay cuatro más. Dos parados al lado de ese señor desconocido
y otros dos a los que reconozco, por ser hombres de confianza, custodios de
Chanyeol, también de pie, cada uno a su lado.

Seo Joon ya ha servido champaña y se mantiene de pie, cerca de su escritorio,


observando las imágenes en el plasma. Chanyeol y el caballero, están sentados
cómodamente en los sillones.

- Pero hay noticias interesantes por ver de vez en cuando – dice sonriendo
Chanyeol – ¿No es así Seo Joon?

- Claro Chanyeol. Sobre todo, la de los últimos días. Fueron de lo más


interesante...
- ¿Ves? – dice de nuevo Chanyeol – Hasta a él le han interesado.

De pronto siento que la expresión divertida del hombre ha cambiado. Su


sonrisa se ha borrado y mira duramente a Chanyeol, que no deja de reírse
divertido.

- Me gustaría saber tu opinión, sobre algo en particular Sung Rok .

Seo Joon manipula un control remoto y veo lo que en pantalla se pone. Escucho
entonces a un reportero que dice.

"Hoy jueves en la madrugada, a la altura del kilómetro 11 del distrito


Gangdong-gu, a orillas del río "Han", aparecieron los cuerpos de dos hombres
jóvenes. Tenían las manos atadas y, según describieron fuentes de la
investigación, los dos habían recibido balazos en la cabeza y la espalda. Los
crímenes ocurrieron en el lugar, donde fueron llevados a pie o a la rastra
presumiblemente el lunes por la noche".

Eso que escucho, no es nuevo para mí. Lo que veo tampoco. Es la noticia que
hace días vi, estando en la cafetería del hospital, de madrugada. Lo nuevo, es lo
que le sigue.

"Crímenes mafiosos, es el rumor entre los efectivos policiales, por el modo en el


que fueron ejecutados ambos jóvenes. Fuentes periciales aseguraron que se
trataba de dos empresarios jóvenes desaparecidos desde el lunes pasado, que al
parecer se dedicaban al rubro de los medicamentos. Aunque por el momento
son todas versiones, susurros de pasillos, los motivos del doble crimen apuntan
al rubro de los medicamentos adulterados, así como a una venganza vinculada
con el narcotráfico o, más precisamente, el comercio de precursores químicos
para la elaboración de drogas ilegales".

Seo Joon apaga la pantalla. Todo se hace silencio. Chanyeol se vuelve al señor y
le dice.
- El nombre de los dos jóvenes no trascendió. Claro que costó mucho– dice
Chanyeol – Acallar la prensa costó más...

- Chanyeol – quiso hablar el hombre, pero él parece ignorarlo a propósito.

- Es duro darte cuenta que aún cuando crees que alguien es de la familia, te
claven un puñal por la espalda.

- Chanyeol... yo no...

- Te di una oportunidad cuando te pregunté sobre tus negocios para que me


dijeras la verdad.

- Park, tú conocen todos mis negocios.

Chanyeol lanza una mueca de burla en su rostro.

- Si. Tienes razón. Conozco todos tus negocios. Incluso aquellos que creías que
conocía.

Chanyeol se acomoda en el sillón, estirándose y cruzando sus piernas. Es el jefe


de la situación. Lo domina a todos ahí dentro.

El tipo, lejos de amedrentarse, lo imita en el gesto. Pero toda la seguridad de


repente se le va al carajo, cuando los hombres apostados a su lado, se pasan del
lado de Chanyeol. Yo no entiendo nada. Sin saber cómo, he terminado pegado a
ese vidrio, como queriendo mirar mejor de lo que ya estoy viendo todo.

- ¡Hijo de perra! – grita de repente el hombre, tomando de un solo trago su


bebida y largándola lejos, la revienta en algún lado – ¡¿Me trajiste aquí para
matarme?! – pregunta para lanzarle una mueca – ¡Hazlo! Igual si te dijera
algo, me matarían de todas formas. Así que hazlo – termina por hablar,
poniéndose de pie.

A estas alturas, ya he olvidado lo que era respirar. Es como si el tiempo no


corriera nunca. Todo pasa rápido y a cámara lenta. Me estoy volviendo loco.

- ¿Así nada más? – pregunta irónico Chanyeol.

- No te tengo miedo Park Chanyeol – dice indignado el tipo – Ya estoy muerto


de todas formas. Y no tengo nada que perder.

Chanyeol se para serio. Hace un movimiento giratorio de su cuello y suspira.


Camina unos pasos adelante, prendiendo su saco, mirando fijo al hombre y le
habla.

- Mi padre ha sido siempre blando contigo Sung Rok. Y por eso crees que no me
tienes miedo, porque no me conoces.

- Haz lo que quieras Park Chanyeol. Ya me da lo mismo.

- Tengo algo interesante que mostrarte.

- Qué – dice el tipo y se le ríe en la cara – ¿Más de tus aburridas noticias?

Seo Joon enciende nuevamente la pantalla. Veo. Se trata de la secuencia


transmitida directo de las cámaras de seguridad del club. Hay una multitud de
gente. Pero la escena se centra en una chica, que se divierte alrededor de un
grupo de hombres. Se le nota que es casi una niña. La dejaron entrar siendo
menor de edad, cosa que no pasa aquí.
- Qué linda niña jefe – dice uno de los hombres de Chanyeol.

- ¿Te parece? – comenta él y volviéndose a Sung Rok le pregunta– ¿De


casualidad la conoces?

- No – responde.

- ¡¿No?! – dice él confundido – ¡¿Y a él tampoco entonces?!

Las cámaras se acercan a un chico, que se encuentra también en el grupo.

- También es lindo – comenta nuevamente el hombre de Chanyeol – Tantas


cosas se podrían hacer con ellos dos...

- Pero nosotros no somos así – comenta Seo Joon.

- Nosotros no Seo Joon – dice un guardia – pero creo que los amigos de Sung
Rok si.

Todos ríen. Menos Chanyeol que sigue cada gesto del hombre que está sin
moverse.

- ¿Vas a seguir en esa actitud Sung Rok?

- Tú no te metes con las familias, Park. Es ley en tu gente. Tu padre...

Chanyeol levanta su mandíbula, emite una mueca sarcástica y dice.


- Mi padre qué Sung Rok – dice girando a su alrededor, mirándolo de arriba
abajo – Hablemos de mi padre y de cómo debió haberse sentido ¡Cuando tuvo
que ir a reconocer EL ROSTRO DE SU SOBRINO! ¡MI PRIMO! ¡MI FAMILIA!
– grita estruendosamente en la cara del hombre que ya entró en pánico.

Me tapo la boca. Siento que mi pecho me duele por falta de aire. Me toco la
frente. Transpiro a más no poder. Me quiero salir desesperado de nuevo. Creo
que lo que viene no me gusta nada. Si estos son los negocios de Chanyeol ¡Dios!
¡Solo quiero salir de ahí! Pero es inútil. Me apoyo en la pared y trato de aspirar
algo de aire, mientras me es inevitable ver todo eso.

- Pero no hablemos de mi familia – dice entre dientes – Sino de la tuya Sung


Rok . La tuya que bien escondida tenías – dice tomando al hombre de la nuca
acercándolo a su cara y furioso sigue hablando – Tienes dos niños preciosos,
que te salieron algo rebeldes y se escaparon de casa con sus amigos para venir
a este lugar, al que nosotros amablemente los dejamos pasar. Fue fácil cuando
las entradas gratis a "Sky", le llegaron por medio de un conocido...

Tira al tipo al sillón, que tiembla como hoja de papel. Si antes no le importaba
lo que pudiera pasarle, se nota que sus hijos le afectan completamente, porque
mira la pantalla con el rostro lleno de horror.

- Pero soy tan bueno Sung Rok. Fíjate que nadie sabe de la existencia de ellos.
Ni siquiera mi papá – se burla.

- Park – lo llama el hombre.

- Pero pensándolo bien ¿Qué beneficio obtengo yo de esto, si tú no me quieres


ayudar?

-Park...
- ¿Sabes lo que pasaría si tus nuevos amigos se llegaran a enterar de que tienes
unos lindos mellizos?

- Park – dice ya el tipo quebrándose casi sin poder respirar – Por favor... Por
favor no les hagas nada. Ellos... ellos son...

- Unos niños – concluye él – Y yo no me meto con niños. Pero uno de tus amigos
sé que si. Y hace un tiempo que lo busco. Sabes a quién me refiero ¿Verdad?

- El pedófilo de mierda ese – dice Seo Joon – Sabemos que es tu amigo Sung
Rok. Y que lo ayudaste a esconderse bien...

El hombre no dice nada. Pareciera que se muerde los labios y le duele. Su


mandíbula tensa deja entrever las gotas gruesas de sudor que caen por toda su
cara. Juraría que está aterrado y llora.

Chanyeol se vuelve a acercar al tipo. Inmutable y sin una mueca en su rostro,


solo demuestra desprecio cuando desde lo alto lo rebaja con su modo.

- ¡HABLA DE UNA VEZ MALDITA SEA!

- Efedrina – balbucea Sung Rok.

- Se está vendiendo muy bien Chanyeol – dice Seo Joon.

- Hazla corta y larga de una vez – ordena Chanyeol.

- La idea fue de tu primo, Chanyeol. Él me llamó. Le vendíamos medicamentos


a Jung Woong In... – explica el hombre aterrado –...que compraba protectores
hepáticos, suplementos y efedrina. Todo ilegal. Cuando creció la confianza,
comenzó a pedirme más efedrina, porque se lo pedían desde el gobierno y en
dos o tres oportunidades me nombró a alguien, al que le decían "El Jefe".

- ¡¿El gobierno?! – exclama Seo Joon perplejo – Mierda Chanyeol. Esto es


grande.

- Sigue – ordena él.

- Woong In incluso mencionó algo sobre... sobre un supuesto lavado de dinero


para las campañas políticas. Pero pronto el negocio fue demasiada competencia
para "El Jefe", que lo quería todo. Ya no quería comprar para la reventa.
Quería acapararlo todo, para proveerse y proveer. Se armaron dos bandos. La
de tu primo y la de "El Jefe".

- Y no hace falta decir, de qué lado te quedaste – dice lleno de odio Chanyeol.

- Yo le dije a tu primo que debíamos retirarnos. Le dije también que te pidiera


ayuda. Le dije – dice ahora ya ahogado en un llanto lleno de terror – Le dije que
esto era demasiado, porque había gente de la política, policías involucrados y
él... él no quiso escuchar. Me dijo que quería... que quería demostrarles a todos
que él era como tú... como tú Chanyeol...

- Por qué no me lo dijiste Sung Rok.

- Tenía miedo. Como ahora... yo tenía miedo...

- Rata traidora – dice Seo Joon.

- Quién es "El Jefe" – pregunta Chanyeol.

- Te juro que no lo sé. No lo sé. No lo sé no lo sé...


El tipo rompe en llanto y baja su cabeza. Chanyeol como consuelo le da unas
palmaditas a su hombro y le dice.

- Lo sé... lo sé...

Todos rodean al hombre que parece aturdido. Entonces Chanyeol muestra un


arma, plateada y brillante. La que vi esa vez, que quiso enfrentar a mis
guardias.

Mi corazón quiere explotar. Me tapo la boca yo mismo para no gritar. Tiemblo


descontrolado mientras mi rostro está inundado en lágrimas.

- Prometo que nada le pasará a tus hijos – dice Chanyeol.

- Gracias. Gracias – gime el hombre.

- De pie Sung Rok.

El hombre se para. Sigue en pánico. Y yo desesperado, tomo el impulso de


comenzar a jalar de la puerta para irme de ahí, pero sigue cerrada. Entonces
grito, pero al instante me doy cuenta que es una habitación anti-sonido.

- ¡CHANYEOL! – grito furioso, tratando de detenerlo – ¡CHANYEOL!

Pero nada. Sé que no escuchará. Golpeo el vidrio, pero ni mis golpes se hacen
audibles.

Chanyeol pone en las manos del hombre su arma ¡Va a hacer que se mate!
- ¡NO! ¡CHANYEOL!

Sung Rok observa su arma y Chanyeol se aleja unos pasos, parándose bien en
frente, derecho. Seo Joon se la une al lado.

Chanyeol asiente con un leve gesto de su cabeza, como ordenando algo y yo sigo
gritando y golpeando y llorando aterrado.

Sung Rok se lleva el arma a su cabeza.

- ¡NOOOOO! – grito sin poder creer lo que estoy viendo.

Pero todo sucede en una milésima de segundo.Sung Rok apunta a Chanyeol y


jala del gatillo.

Ninguna bala salió de allí.Sung Rok jala de nuevo y nada. Jala y jala, pero se
da cuenta que no hay bala que saldrá.

Chanyeol habla.

- Quise creer en ti Sung Rok. Hasta el final. Pero hasta ahora, que es tu final,
no dejas de ser una rata traidora.

- ¡NOOOOO! – grito, olvidando que nadie me escucha.

Porque he visto a Chanyeol con otra arma en mano, de la nada. El sonido de la


pólvora saliendo de esa pistola, retumba en mi cerebro. Y la bala perfora la
cabeza de Sung Rok, que queda estampado en el vidrio. Pegado al vidrio, se
desliza y yo puedo ver la sangre y a Chanyeol, que sigue apuntando, como si me
apuntara a mí.
Mi cuerpo se estampa contra la pared. Pego un alarido lleno de horror.

Chanyeol es un asesino. Y verlo tan frío haciendo aquello, me indica, que no es


la primera vez que hizo, lo que ahora hizo.

No veo más de la otra habitación. Mis rodillas se doblan y me hundo en


gemidos. He quedado en cuclillas, sin saber qué hacer.

Las voces se apagan. Ya no escucho nada. No sé del tiempo que pasa. Pero es
mucho tiempo.

Mi llanto va cesando. Aunque mi rostro sigue empapado en lágrimas. Siento


que me desvanezco en la nada. No siento mi cuerpo. Apenas puedo respirar por
inercia.

"Tú sabes quién soy". Recuerdo que me dijo muchas veces. Y me río, de mi
propia estupidez. Porque yo tenía razón cuando le dije furioso, que eso era lo
que él trataba siempre de hacerme creer.

"Cosas malas. Eso son los Park", esa fue la mejor descripción que pudo haber
hecho Hyun Joong y yo tan obtuso del amor que me cegaba, no lo quise ver.

"Cosas malas. Nada bueno hay en esa gente", me lo advirtió y lo acabo de


comprobar, el límite de la maldad, de la que son capaces los Park.

Me levanto. Me dirijo hacia el vidrio. Observo la sangre desparramada por


todos lados. No hay cuerpo, ni gente. Todo ha sido vaciado. Pongo mi mano en
el extremo de la pared por instinto y una estela negra cubre de nuevo todo. Ya
no veo nada. Solo negro. Me dirijo hacia la puerta y ahí me quedo parado,
esperando, solo esperando a que alguien la abra, porque no tengo que hacer
nada más que esperar a que alguien venga o algo...
Pasa mucho rato. No tengo cómo saber del tiempo.

Por agotamiento me paro al lado de la puerta y me apoyo sobre la pared. Y


alguien entra. No me he puesto al lado del picaporte, lo que hizo a mi favor, que
el metal cubra mi presencia. Un hombre grande camina tan ensimismado en
dirección a las pantallas, que ni me ve que estoy detrás de él.

Camino rumbo a no sé dónde. Mis pies se dirigen solos. Me doy cuenta que
estoy en el ascensor. Aprieto el único botón que me lleva arriba. Las puertas se
abren. Y yo avanzo.

Camino en la oscuridad, en medio de la multitud, en medio del ruido, camino


sin sentido. Tropiezo con algo. Alguien se ríe de mí. La música golpea mi
corazón lleno de horror.

"Tú fuiste la sombra de mi luz", dice en el aire esa voz, "¿Nos sientes de nuevo?
Otra estrella. Tú te desvaneces"*...

Las luces de colores por todos lados, fulminan mis ojos. La música se eleva en
medio de todos que siguen bailando, porque se divierten. La vida es divertida,
porque ellos no saben de muertes. E irónicamente todo esto se levanta sobre la
muerte.

Elevo mi rostro hacia arriba, mientras siento que de nuevo las lágrimas caen
en mi rostro. La ola del movimiento sin sentido, de todos que siguen danzando,
hace que mi cuerpo flojo sea arrastrado al junto al movimiento de la multitud.
Estoy perdido.

"¿Dónde estás ahora?*", me pregunto. "¿Fue todo una fantasía mía?*", porque
creo que quise ver en él, lo que nunca fue. Su rostro ingenuo, de niño, aunque
fuerte, pero alegre, fue lo que me mostró, pero no es. Porque fue solo algo que
yo quise ver.
Me pregunto entonces, "¿Dónde estás ahora? Otro sueño. El monstruo corre
salvaje dentro de mí. Me desvanezco, me desvanezco..."*

Luces brillantes arriba, se disparan de esa inmensa esfera del techo. Y yo la


miro, porque estoy "tan perdido que me desvanezco"*.

Alguien toma mi rostro. Escucho que me ordena.

- Mírame Baekhyun ¡Baekhyun!

- Chanyeol – susurro, murmuro, mi voz se desvanece, viendo su rostro.

- Baekhyun ¡Qué demonios te pasa! ¡Qué tomaste!

- "Otra pesadilla. Los monstruos..."* – tarareo.

- ¡Baekhyun! – me sacude de los brazos.

Lo miro fijo. Su rostro está aquí conmigo.

- Te vi – susurro.

No me escucha, por eso se acerca más a mí.

- Te vi – le reitero en un hilo absurdo de mi voz agotada y mi cabeza aturdida.


- Qué viste – dice con la cara transfigurada en espanto y ya sé que se ha dado
cuenta, porque me grita – ¡Qué viste Baekhyun!

Miro a quien no sé quién es y todo se mueve a mi alrededor. Las cosas me dan


vueltas. Estoy descompuesto y mareado. Siento que me ahogo y tengo ganas de
vomitar. Mirando hacia arriba lanzo un grito retorcido de pánico.

Me he desvanecido, porque estoy perdido, hundido en la muerte y en el espanto.

*********************

Aclaración:

* La canción que recita Baekhyun, es la traducción al español del inglés de


"Faded" de Alan Walker.

* El caso comentado en este capítulo, no es de mi completa imaginación, sino


que está inspirado en la realidad, así como el doble crimen, que fue triple.
Capítulo 17
"Escuchando los latidos de su corazón..."
Capítulo no apto para corazones sensibles y amantes de "JiKook".

***********************************************************************

- Baekhyun - escucho que me llama varias veces una voz a mi lado.

Abro mis ojos lentamente. Apenas si puedo moverme, porque todo gira a mi
alrededor.

- Baekhyun - escucho de nuevo.

Alguien sujeta mi mano. La borrosa figura aparece bien frente a mis ojos.
Luhan acaricia mi frente preocupado.

Me incorporo ni que me hubieran azotado, de donde me encuentro tirado.

- ¡¿Dónde... dónde estoy?! - pregunto comenzando a temblar asustado.

- Tranquilo - me sujeta Luhan de los hombros suavemente - Estamos en el


apartamento de Heechul. Ya tus abuelos saben. Tranquilo...

Miro a todos lados, comprobando que en verdad estoy en casa de nuestro


amigo-jefe.

- ¡¿Qué pasó que me trajeron aquí?! - exclamo nervioso.


- Te desvaneciste en medio de la gente. Chanyeol te rescató y te trajo donde
estábamos. Llamamos al médico porque no fuiste el único. Fue la conmoción
por la noticia. Eso supuso el médico. Y como muchos estaban igual...

- ¡¿Qué?! - pregunto confundido del todo - ¡¿Conmoción?! ¡¿Noticia?! ¡¿De qué


hablas?!

- Jungkook...

- ¡¿Qué ocurre con él?!

- Entonces ¿no fue... no fue eso? - balbucea confundido.

Lo observo detenidamente un momento. Luhan no está bien. Tienes los ojos


enrojecidos e hinchados, como si hubiera llorado mucho. Y no me equivoco,
porque de la nada comienzan a brotarle lágrimas.

- ¿Luhan?

Gime sin freno. De repente la puerta se abre y quien entra es Kyungsoo.


Rápido se pone al lado de la cama y me abraza. Los dos me abrazan, ni que
entendiera algo.

- ¡¿Qué demonios pasa?! - digo tratando de comprender.

- Luhan - murmura Kyungsoo - ¿Él no...?

- No sabe. Pensé que sí. Pero no sabe - dice Luhan llorando sin parar y me
asusta esto.
Respiro profundo, como tratando de armarme de valor para componerme. Algo
malo pasa. Tomo la mano de Luhan y sujetándola con fuerza, le pido que me
cuente con un gesto. En medio del llanto, trata de decirme algo coherente, pero
no puede. Kyungsoo se va de mi lado y se pone cerca de Luhan, lo abraza y le
pide.

- Cuéntale Luhan. Tranquilo...

Así, con Kyungsoo que lo sostiene anímicamente, él trata de encontrar


palabras.

- No sabíamos nada. De pronto anoche unos policías de civil... se metieron en el


club a hacer preguntas y ahí nos enteramos. Jungkook... Jungkook... lo
encontraron muerto. Lo mataron Baek ¡Lo mataron! - grita rompiendo en
llanto.

Mis ojos se empañan. Luhan se me tira encima, buscando algún tipo de


consuelo. Kyungsoo no para de llorar tampoco, aunque en silencio. Se me
aferran sin saber lo que pasa por mi mente. Solo la palabra "muerte" atraviesa
mi cabeza. Todo yo estoy empañado en la "muerte" que se burla de mí. No
puedo decir, ni hacer nada.

Ya es bien de día. He dejado a Luhan recostado en mi lugar, agotado de tanto


llorar. Kyungsoo se queda haciéndole compañía, porque Luhan que siempre ha
sido sensible ante el dolor, tiene miedo de quedarse sólo, le ha dicho que tiene
"miedo a dormir y no despertarse más". Kyungsoo siempre ha sido el más
fuerte de los tres, así que le da palmaditas en la espalda de consuelo y le
promete que nada va a pasar.

Salgo de la habitación y me encuentro con Heechul en la cocina.

- Voy a hacer un té - me dice sonriendo - ¿Me acompañas, por favor?


- Claro.

Pone el agua a calentarse. Espera un minuto. Está verborrágico, hablándome


de lo frío que está el clima.

- Este año parece que el invierno será terrible. Si ya están pegando estas
heladas horribles en otoño - dice y me pone una taza de té caliente - Nunca me
gustó el frío. Pero lo que me gusta del invierno es la moda, porque puedes lucir
esos terribles tapados que...

Y sigue. Para cuando terminó de hablarme de los nuevos diseños y el último


grito de la moda, toma un sorbo de té y se queda tildado. Lo acompaño en el
silencio. Me le siento al lado. Mira hacia el ventanal de su apartamento y
habla.

- Park Jimin - suspira nostálgico - Fue por una semana completa al bar y yo me
di cuenta que no le quitaba los ojos de encima a mi Jungkook, mientras atendía
las mesas. Todavía lo recuerdo con ese gesto de niño, apoyando su carita en sus
manos y su dedito meñique tocando su labio inferior... - me cuenta en el aire
mientras sonríe apoyando su mentón en la mano - Por supuesto que Jungkook
se hacía el que ni lo miraba, pero se volvía más enérgico e hiperactivo cuando
Jimin aparecía.

- Park Jimin... - murmuro mientras los recuerdos comienzan a tocar a mi


cabeza lentamente.

Park Jimin, el primo de Chanyeol. Lo vi una vez en una reunión de "negocios",


furioso por cómo los tipos habían maltratado a Junkook. Recuerdo la expresión
de su rostro, cuando se dio cuenta que mi compañero no había regresado a la
mesa, no porque se sentía mal, sino porque no los quería atender.

Y ahora, me voy dando cuenta de la dolorosa realidad, mientras Heechul sigue


contándome cosas que recuerda.
- Yo me sentía tranquilo, pensando que no pasaría nada. No es que Jimin me
cayera mal, sino que eso, simplemente, no debía ser...

Lo miro. Sigue perdido en esos pensamientos, observando la luz. Entiendo que


se está desahogando, porque sus ojos brillan mientras sigue hablando.

- Pero Jimin era persistente. En la segunda semana comenzó a llevar en sus


manos unos muñequitos pequeñitos, de esos que se llaman "tsum tsum".
Parecían graciosos. Uno distinto cada día y los dejaba en la mesa cuando se iba.
Cuando el camarero iba a recogerlos, se lo daban a mi Jungkook y una tarjeta
con ellos. Si lo hubieras visto - dice largando una mueca - Su cara era de
distintos tonos de rojo, todos los días. Vino y me preguntó "Hyung ¿Qué hago?".
Y entonces me mostró las tarjetas que acompañaban a cada "tsum tsum". Cada
una con un mensaje distinto: "Champú y frutas", "Pareces un dongsaeng pero
en realidad eres un hyung", "Ya sé que te gusta la leche de plátano y el mochi",
"Eres inocente y puro como un bebé".

Las lágrimas comienzan a brotar de los ojos de Heechul, llevándose una de sus
manos al pecho, como si le doliera el corazón. Me le acerco y le refriego la
espalda, me es inevitable no comenzar a llorar en el silencio.

- "Hyung", me dijo mi niño, "¿No es adorable?" y yo le dije duramente: "Es un


Park. Su mundo es distinto al tuyo Jungkook, un mundo que no entenderás y
no querrás entender. Así que olvídate de lo adorable que se pueda ver" - dice
tapándose la boca, conteniendo su gemido - Fui severo, lo sé. Pero quería
asegurarme que le quedara claro lo que pensaba y que lo estaba cuidando. Pero
ya era muy tarde. Él ya estaba enamorado. Y yo sé que Jimin también, por
cómo lo miraba...

Otra vez la memoria me enfrenta. Porque recuerdo bien, que casi esas mismas
palabras me dijo Heechul, cuando le pregunté de Chanyeol. Eso me confirma,
que Heechul siempre supo quiénes son en realidad los Park. Él solo nos quería
cuidar.
- Comenzaron a salir a los pocos días. Yo estaba enojado y no tuve
remordimiento en demostrárselo - dice con dolor - Pero él estaba tan...tan feliz.
Jimin todos los días iba a buscarlo. Pensé que era cosa pasajera. Que eso era
cosa de niños y que se terminaría pronto. Pero me equivoqué, porque no se
terminó, sino que... se hizo más fuerte...

Heechul comienza a gemir. Lo rodeo con mis brazos y él toma mi mano con
fuerza.

- Entonces un día le reclamé "¡Esa relación no puede continuar!" y él me


respondió "No me importa que sea un gon- dal*". Eso fue un baldazo de agua
helada, porque ¡él sabía quién era Jimin! Y me mató con algo más que dijo al
final "Preferiría morir antes que vivir sin ninguna pasión y Jimin es mi
pasión". Esa fue... la última vez que lo vi... Baekhyun...

Me paro y lo abrazo desde atrás. Está roto por completo. Compungido se me


aferra al pecho llorando a los gritos.

- Era un niño Baekhyun. Tan tierno y tan bueno... ¡Él no merecía esa crueldad!
¡Como un perro lo largaron a orillas del río! ¡Debió hacerle mucho frío! Igual
que a Jimin... a los dos...

Ya es media mañana. Chanyeol no me ha llamado. Yo tampoco me contacté con


él. No quiero verlo y creo de verdad, que él tampoco quiere verme, porque debe
estar con su familia.

Al día siguiente, voy a mi trabajo y de verdad que me ha costado, no solo a mí,


sino también a Kyungsoo y a Luhan, que no para de llorar.

Miro a Jongdae mientras va y viene en el hospital. Me pregunto si él sabe de la


realidad de Chanyeol y llego a la conclusión de que sí, porque siempre anduvo
al resguardo de que no tuviera demasiado contacto con él. Todos sus amigos
deben de saberlo, pero no puedo reprocharles nada. Son sus amigos.
- Jongdae - murmuro mientras él sigue tendiendo una cama - ¿Sabes algo de
Chanyeol?

No puedo más. Quiero saber de él. Jongdae se queda duro en su lugar. Su


cuerpo se tensa. Él no sabe que yo sé todo. Sin embargo él presiente algo.

- Ya lo sabes ¿Verdad? - me pregunta volviéndose a mí.

- Si sé qué...- le insinúo, porque no sé a qué se refiere, de todo lo que ya sé, en


realidad.

Jongdae parece triste, aspira una bocanada seca de aire y se repone en un


segundo para decirme.

- Murió su primo, Park Jimin. Su familia está destruida. Chanyeol ni te cuento


- hace un chasquido con su lengua, lamentándose - Lo quería muchísimo. Jimin
admiraba a Chanyeol. Y Chanyeol lo cuidaba ni que fuera su niño consentido.
Fue horrible... Baekhyun.

- Ya lo sé Jongdae...Vi las noticias...

Me mira son poder creerlo. Atónito me pregunta.

- ¿Pero... cómo sabes que era su primo? - me vuelve a preguntar sorprendido -


¿Chanyeol habló contigo?

- No. Jungkook, el chico con el que estaba Jimin, era amigo nuestro.

- Ahora entiendo por qué Luhan y Kyungsoo... ¡Mierda! - exclama pegando un


azote al suelo con su pie y rugiendo - Recién hoy la policía les entregó el cuerpo
por las pericias judiciales...Yo te juro... te juro que si algo así le hicieran a mi
familia o mis amigos ¡los mataría a todos! No pararía hasta encontrarlos y te
juro - dice levantando su puño - ¡Que los mataría a todos! ¡Uno por uno!

Esas palabras, llenas de rabia y de impotencia, quedan clavadas en mi cabeza,


acompañándome todo el día. Más cuando llegamos en la tarde, a la sala donde
se da el servicio fúnebre, donde se encuentra la familia de Jungkook.

Miro el cuadro con el rostro de nuestro "bebé", como solíamos decirle. Hay cosas
de él desparramadas en un altar armado por su madre, que llora desconsolada,
aferrándose a Heechul. Ahí están esos muñequitos "tsum tsum" y las tarjetas
escritas por Jimin. Eran parte de sus reliquias.

Heechul vio a Jungkook por última vez un día lunes. Como al día siguiente no
fue a trabajar, Heechul llamó a su mamá, porque el móvil de Jungkook no
respondía. Ahí se dio cuenta que no había regresado a casa. Su madre se
inquietó y con Heechul expusieron la denuncia. Todo al parecer, al mismo
tiempo que los Park, por lo que me contó Jongdae después. Lo demás fue tal
como lo relataron las noticias. Los secuestraron y al parecer los torturaron. El
martes los ejecutaron y el jueves a la madrugada los encontraron.

Jueves. Miro mi móvil y reviso mi diálogo con Chanyeol por "Talk". Fue
después de ver las noticias que él me escribió ¿Habrá sido cuando él se enteró?

"Baekhyun, júrame que nunca te vas a morir", leo en mi celular que me había
escrito. ¿Habrá sido en el momento que confirmó, que el cadáver encontrado a
orillas del río, era de Jimin?

Chanyeol. Solo recordar cómo se apareció de la nada, me pidió que lo abrace y


que le mostrara una sonrisa, hace que vaya hilvanando en el tiempo, todo lo
que sucedió en estos días.
Miro de nuevo el rostro sonriente y feliz de Jungkook en el cuadro, adornado
con la cinta negra. Era un niño, no merecía aquello, no esa brutalidad y la
maldad que desataron sobre él. Y de repente tengo ganas de hacer lo que
Jongdae dijo, porque el sentimiento de justicia se apodera de mí. Yo también
los buscaría a todos y los querría matar uno por uno, por lo que le hicieron.

Si yo estoy aquí, en el servicio de mi amigo, entonces Chanyeol debe estar... Mi


corazón se parte de angustia y comienzo a llorar.

"Hablemos de mi padre y de cómo debió haberse sentido ¡Cuando tuvo que ir a


reconocer EL ROSTRO DE SU SOBRINO! ¡MI PRIMO! ¡MI FAMILIA!", había
gritado exaltado Chanyeol, lleno de odio y de rabia, al hombre que
supuestamente traicionó a Jimin. No solo había odio en el contenido en sus
palabras, sino que también un dolor indescriptible. Habían matado a su
familia.

"Me dijo que quería... que quería demostrarles a todos que él era como tú...
como tú Chanyeol...", recuerdo que dijo ese hombre antes de morir. Chanyeol
debió sentirse desbastado de haber escuchado eso y quizá culpable.

Llego a casa. Escucho a mis abuelos en la cocina. Es la tarde. Apenas entro, mi


abuelita ya me tiene algo de comida servida. La miro y se da cuenta que estoy
mal, así que se me acerca y me da un beso en cada mejilla. Sin palabras. Ellos
saben todo de mí con solo verme.

Como algo, mientras ellos siguen hablando. Así, con ellos dos, me siento
realmente vivo en todo sentido.

En la noche me toca guardia. Apenas llego, me doy cuenta que Yixing está en
su última ronda antes de irse. Lo saludo y sólo me doy la vuelta para irme.

Otra vez la memoria me golpea.


El día de su cumpleaños, estando Chanyeol saludándolo, hubo una
conversación entre ellos, muy por debajo. Parecían cercanos y amigos. Solo
alcancé a escuchar lo que Yixing le decía en secreto:"Que sea pronto" y yo
pregunté "¿Qué tiene que ser pronto?".

Lo miro. Y ¡No lo puedo creer!

- Baekhyun - me dice amable - ¿Me haces el favor y me alcanzas el informe de


Zitao?

- Claro doctor...

Como robot voy y vuelvo rápido. Termina de hablar con Zitao y se despide.

Yo lo sigo en lo que va caminando por el pasillo, sin saber por qué. Si sé. Quiero
saber de boca de él. Se frena cuando escucha mis pasos y se da la vuelta.

- ¿Quieres hablar de algo Baekhyun?

Ya no me contengo y lo acuso muy enojado.

- ¡Tú lo sabías y no me dijiste nada! - le grito.

Se queda impactado y veo sus ojos que se anclan en mi dedo índice acusatorio.
Y yo le vuelvo a insistir.

- ¡Tú sabías! ¡Eres mi amigo!


Me toma del brazo y me saca rápido de la mirada de algunos compañeros que
siguen ahí. Con alguien tenía que enojarme y la está ligando.

Él me arrastra rápido a nuestra sala de descanso. Apenas entramos cierra la


puerta, me sienta y se sienta en una silla. Me mira. Está esperando que
reaccione yo, porque sé que él no sabe cómo reaccionar. Sabe a lo que me
refería. Abre bien sus ojos, pero los saca de pronto, ni a la cara me puede ver.

- ¡Dime! - le sigo - ¡¿Cómo pudiste?! ¡¿Jamás pensaste en el peligro al que


estaba expuesto?! ¡MIRAME A LA CARA CUANDO TE HABLO MALDITA
SEA! - exploto, estampando mi puño en la mesa.

Él pega un brinco. Respira agitado y tiene ganas de llorar.

- Yo... yo no... - balbucea confundido - No me ¡No me correspondía a mí decirte!

- ¡Eras mi amigo!

- ¡Y...y lo soy!

- ¡NO!

- S...si ¡Si! - me dice dolido.

- ¡No! Porque si lo fueras ¡Me habrías dicho algo al menos!

- Yo...yo no...no...

- ¡No qué! - rujo metiéndole el puño a la mesa de nuevo.


- ¡NO ESPERO A QUE ENTIENDAS NADA!

Ese grito de Yixing me ha dejado tildado. Duro en mi lugar y con los ojos bien
abiertos, solo puedo quedarme sentado, retrocediendo un poco mi cuerpo,
porque Yixing ha gritado y él ¡Nunca grita!

- Escúchame bien Baekhyun - me dice severo y seguro - Lo que yo te diga y lo


que no te diga, no es algo que se pueda contar así, como si se tratara de
cualquier chisme ¡Esto es serio!

Calla. Me mira un segundo. Se acomoda en su lugar. De ser el tierno, ha


pasado a ser una autoridad. Y yo, me quedo quieto, atento a lo que tenga para
decir.

- No espero que lo entiendas. Y no te diré los pormenores, así que esto que te
digo, es lo que debes saber. Es verdad lo que crees ¡Sí sé! Sé que los Park son
una de las más poderosas familias de "gon-dal*" de todo Seúl, por no decir de
Asia. Sería muy fácil para mí juzgarlos y decir que son de lo peor - me dice en
tono recriminatorio y hasta sus ojos me acusan - Pero créeme Baekhyun, que de
no haber sido Chanyeol el jefe de una familia "gon-dal*" ¡Yo no estaría
contando el cuento hoy!

- Qué... ¡¿Qué?!

- Chanyeol me salvó la vida. No sólo a mí, sino a Junmyeon.

- No... no puedo creerlo - digo incrédulo - Él es un...un...

- ¿Asesino? - me dice con el ceño fruncido.


Nos quedamos en silencio unos segundos. Él ahora no me quita la mirada de los
ojos. No reacciono. Se ha sentido tan mal esa palabra, que hasta me ha causado
repulsión escucharla.

- Si - le reafirmo entre dientes - Un asesino.

Se ha quedado con la boca abierta. No se esperaba esa respuesta. Baja su


mirada unos segundos meditando algo. Luego de un momento, me vuelve a
hablar.

- ¿Recuerdas cuando Jongdae llegó al hospital y lo que pensabas de él?

- Si.

- ¿Y qué piensas ahora de aquello que dijiste el primer día de él?

- No quieras tratar de convencerme. Su caso es distinto.

- Dime qué piensas ahora - me insiste - Sobre lo primero que pensaste de él.

- Que quizá me equivoqué el primer día con él.

- ¿Quizá?

- Me equivoqué - admito frustrado, por no saber a dónde quiere llevarme con


esta conversación - me equivoqué en pensar que él no iba a cambiar...
- Y él no cambió - me interrumpe y me deja sorprendido con eso que me dice -
Solo había que darle el espacio y la oportunidad para que pueda mostrar
realmente quién es en verdad.

- No entiendo qué tiene que ver esto con Chanyeol ¡Su situación es diferente! -
le digo indignado.

- Quién te dice que es diferente...

- Lo de Jongdae fue por conducir ebrio una noche.

- Eso es lo que dicen los expedientes oficiales.

- ¡¿Cómo sabes eso?!

- ¿Olvidas que soy hijo de un juez?

Me ha dejado sin palabras, creo que por haber aumentado mi enojo ¡¿Que acaso
de pronto estamos rodeados de esta gente?!

- Baekhyun - suspira, como reponiéndose - Cuando Sang Woo puso a Jongdae


aquí, sabía bien quién era y lo que hacía.

- Jongdae no es como Chanyeol... - digo, tratando de convencerme.

- Es verdad. Hay una diferencia entre los dos. Chanyeol no tuvo elección. Y eso
es lo que más le duele.

- ¿Que le duele? - me burlo, largando una sonrisa socarrona - No tienes idea...


- Tú sólo no lo quieres ver, porque ahora estás enojado - insiste.

- Todos somos libres de elegir Yixing - le recrimino furioso - ¡Nadie le obliga a


llevar esa vida y ser parte de la mugre!

Yixing me mira incrédulo. Mueve su cabeza en señal de negación, como si no


pudiera creer lo que le estoy diciendo. Entonces, cuando creí que lo había
dejado sin nada con lo que refutarme, me larga.

- ¡¿Y tú qué sabes?! ¡Si Chanyeol no ha hecho más que mostrarte lo mejor! - me
grita ahora él - ¡Ha tratado de preservarte de todo el horror! Y ahora, que sabes
lo que es y cómo es de verdad ¡¿Lo juzgas así, tú, que dices amarlo, sin siquiera
darle la oportunidad de que diga algo y saber qué siente él?!

Está enojado ¡¿Conmigo?! Abro bien los ojos. Nunca pensé que Yixing pensara
de esa forma. Me mira mientras se pone de pie. Se dirige a la puerta y antes de
abrirla se vuelve y me dice.

- Baekhyun, yo sé que la verdad duele - me dice duramente - Pero no esperes a


encontrarte en la situación desesperante, de ver que puedes perder para
siempre lo que amas, para saber que basta solo su mirada para querer tenerlo
por siempre y conservarlo contigo. Si yo tuviera que matar por Junmyeon, lo
haría sin pensarlo.

Abre la puerta y se retira. No me dice más. Mi noche ha sido de lo peor. Entre


las cosas que mi memoria va reteniendo y me obligan a mantenerme tanto
alerta, como aturdido, me es difícil concentrarme en el trabajo. Encima, el
estrés hace que mi cuerpo comience a ceder.

Camino hacia uno de los puestos de enfermería. Siento que todo me da vueltas
y me apoyo sobre una pared, cerrando los ojos para componerme un poco. Ni
que estuviera todo en contra mío, siento que se me revuelve el estómago.
- ¿Byun? - me dice el doctor Taemin que está de guardia que alcanza a
sostenerme- ¿Te sientes muy mal?

- No - murmuro, apenas largando una mueca que quiere ser una sonrisa -
Solo... solo debo estar cansado...

- ¿Quieres que te revise?

- No - digo tapándome la boca de la descompostura que tengo - Debo estar...

No pude decir más. Tengo que correr al baño para vomitar. Taemin me sigue,
sin que me dé cuenta. Solo soy conciente de eso, cuando me sostiene de pie,
mientras descargo todo en el retrete. Me ayuda a lavarme la cara y enjuagarme
la boca. Me sienta en una silla y me habla cuando me ve compuesto.

- Mañana a qué hora vuelves.

- Al turno de la tarde.

- Pídele a alguien que te cubra. Te daré mañana libre.

- No hace falta doctor.

- Tienes que hacerte estudios. A lo mejor no es más que una gastroenteritis


viral, es lo que escribiré en tu certificado. Pero Baekhyun ¿Qué posibilidad hay
de un embarazo?

- Ninguna.
- ¿Estás seguro? - me insiste, mientras me toma el pulso.

- Si. Tomo bien las píldoras que me recetaron aquí.

- Pero igual te haces estudios ni bien te compongas. Te daré dos días.

Dos días. Honestamente me siento aliviado. Con todo lo que ha pasado, doy
gracias de tener dos días, aunque más no sea para tirarme en la cama y hacer
nada. Jongdae y Kyungsoo, han prometido cubrirme, así que me quedo
tranquilo.

Han sido días terribles para mí, así que pienso que un poco de descanso me
vendrá bien. Me siento en el pequeño patio de casa en la tarde, respirando un
poco de aire fresco. Mi abuelo se sienta a mi lado, yo sé que le disparan miles de
preguntas en su cabeza.

- Baekhyun - me dice - Dime sin miedo...

Lo miro. Parece que de verdad soy un libro abierto. Así que le confieso,
esperando no devolverlo duramente al pasado.

- La muerte de Jungkook... la forma en que murió...

Y comienzo a llorar. Ya no aguanto más. Mi abuelo se me acerca en la silla y


vuelca mi cabeza a su pecho.

- Lo sé mi niño... lo sé y me lo imaginé.

- Perdona abuelo - le gimo desconsolado.


- ¿Por qué pides perdón? - me dice y escucho una sonrisa que sale de él - Nadie
puede ir en contra de los recuerdos. A veces nos golpean, pero con el paso de los
años, ya no duelen, solo se recuerda...

Me incorpora y mientras me seco las lágrimas y los mocos, él tranquilo me


pregunta.

- ¿En qué pensaste?

- En lo mucho que sufrieron papá y mamá. Y que nunca encontraron a los que
los mataron. Y que quizá nunca encuentren a quienes mataron a Jungkook y su
compañero - digo indignado.

- Esperemos que se haga justicia - me dice aferrándose a mí con fuerza.

Me callo. De pronto no me animo a decirle lo que estoy pensando de verdad.


Ahora de grande me vengo a enterar también, de que la forma en la que fueron
ejecutados Jungkook y Jimin, es un mecanismo propio de la mafia, por
venganza o para dar un mensaje a alguien.

Me estremezco por dentro, cuando de nuevo la memoria me gana y el pasado


me golpea. Mis padres fueron ejecutados igual. Aunque cuando bajé de la
habitación esa noche, en brazos de mi abuelo, que sostenía mi cabeza para que
no viera nada, mi curiosidad de niño me llevó a voltear la mirada.

Si ellos murieron así, eso podría significar que ¿tenían algún tipo de relación
con alguna clase de familia "gon-dal"*?

Y ahí me quedo, abrazado a mi abuelo, pensando en la buena memoria. Y no


me gusta que sea tan buena. Tengo un mal presentimiento.

- ¿A dónde vas? - me pregunta mi abuela, que me ve ponerme el abrigo.


- Voy a caminar.

- Vuelve pronto. Ya está muy frío.

Cada cosa que pasa, por más insignificante que parezca, o una palabra, por
más mínima que sea, hace que mi memoria dispare. Así que prefiero
despejarme, caminando.

Camino unas cuadras. He decidido dar vuelta a la manzana nada más, pero
mis pies tienen vida propia. He terminado en la plaza en la que de niño solía
jugar. Me paro y sonrío cuando voy llegando. Tengo suerte que no hay nadie y
el lugar está disponible para mí sólo, porque así nadie me verá hacer el
ridículo.

Corro al columpio, me siento y agarrándome firme de las cadenas, comienzo a


moverme. Un cosquilleo se me sube a la panza y comienzo a reírme de la nada.
En medio del frío de la tarde y el silencio que hay, solo mi carcajeo se escucha.

No sé cuánto tiempo paso, hasta que me voy frenando poco a poco. Me detengo,
porque me he dado cuenta que no estoy solo. Agitado de la sensación de estar
en lo alto y de haberme reído tanto, me quedo quieto.

- Chanyeol - digo, pero sé que en realidad lo estoy llamando.

Está parado a la distancia. Solo me mira. Y yo, no puedo evitar hacer lo mismo.

Pienso que desde hace mucho ya no lo veo. Será hace una semana. Calculo que
ayer, debieron haber terminado los servicios de duelo por su primo, al igual que
de Jungkook, porque ya fueron tres días, desde la entrega de los cuerpos. Pero
quizá no en su caso, porque está vestido de traje negro.
Está más delgado que la última vez que lo vi. Su rostro demacrado y cansado,
dan cuenta quizá de lo que ha estado pasando. Y yo, no sé qué hacer.

- Yo solo... - escucho que habla -...solo quería verte un momento. Solo verte...

Titubea en irse o acercarse, porque su cuerpo se mueve, pero no sus pies. Como
yo no hago nada, sé que eso le hace entender, que no lo quiero cerca.

Baja la vista unos segundos, está por volverse y entonces me paro.

- Chanyeol - digo naturalmente - Siento mucho lo de Jimin.

- Baekhyun, sé que no tengo derecho a pedirte nada pero...

Ya ni sé cómo es que he terminado enredando mis brazos alrededor de él. Pero,


es que se siente tan bien, volver a sentirlo así...

De pronto, ya ni recuerdo cuál fue esa terrible cosa que vi, que me alejó de él.
Mañana quizá la recuerde, pero no ahora. Mucho menos cuando siento sus
brazos que me rodean y el beso que tanto adoro en mi cabeza. Cítricos dulces
envuelven el aire.

Chanyeol, solo quería pedirme algo y yo ni esperé a que lo hiciera, porque


también quería su abrazo, quería sentirlo, porque lo he extrañado, porque en
verdad lo extraño.

Mañana la memoria va a golpear de nuevo mi cabeza, pero hoy dejaré que los
sentimientos me ganen. Y me quedaré tan solo así, un rato, en los brazos de
Chanyeol, escuchando los latidos de su corazón, que me llenan de calor.

****************************************
*"Gon-dal": una de las denominaciones que recibe la mafia en Corea del Sur,
así como "jo pok", o "kang pe".
Capítulo 18
"Ser feliz es una decisión"

Pienso que después de esos dos días de reposo, lo único que hicieron fueron
darme ganas de vivir durmiendo. Ha pasado más de una semana y sólo quiero
vivir en cama. Aunque no digo nada, por supuesto y pongo mi mejor cara.

- Enfermero Byun – me dice una de las enfermeras – Llamaron de recepción


para avisar que sus exámenes están listos y que cuando quiera los pase a
buscar.

Doy las gracias y aprovechando que ya es mi tiempo libre, los retiro. Me siento
en la cafetería a comer algo y leo los resultados. Todo normal. Nada fuera de lo
común. Sé que mis glóbulos blancos están algo elevados, así que el doctor dirá
seguramente que estoy algo anémico y me mandará a hacer dieta para
restablecerme.

- ¿Y esto? – pregunta Kyungsoo, tomando asiento y agarrando entre sus manos


los resultados de mis análisis clínicos.

- Me los tuve que hacer. Taemin insistió y después mi médico de cabecera los
autorizó.

Kyungsoo los revisa uno por uno.

- Todo normal – concluye – Pero ¡¿Prueba de embarazo?!

- Si. Insistieron en eso porque seguía con los mareos y las náuseas. Pero es
imposible. Tomo la medicación.

- ¡¿Y entonces?!
- Me mandaron a hacerme una ecografía. Creen que tengo cálculos en la
vesícula.

- Eso son los nervios Baekhyun. Es demasiado lo que pasó en tan poco tiempo.
Y encima anemia... – me dice afligido y preocupado – ¿Pensaste en adelantar
tus vacaciones?

-¡¿Estás loco?! Estoy muy bien.

- ¡No! – exclama enojado conmigo – El loco eres tú que pretende hacer como si
todo estuviera perfecto, poniendo buena cara, cuando sabes que no es así. Tú no
cambias más – me reta preocupado.

- Kyungsoo, al menos aquí me distraigo – digo suspirando.

- Lo extrañas ¿Verdad?

- No quiero hablar de él...

Bajo la mirada. No se lo puedo negar. Después de lo que pasó, sin palabras y en


el silencio, nos despedimos. Solo un beso en los labios, fue mi forma de decirle
"adiós", porque después de todo, había demasiada muerte a nuestro alrededor
como para seguir como si nada.

- ¡¿Y eso?! – exclama Luhan que justo pasaba por ahí y tomó uno de los
exámenes – ¡¿Prueba de embarazo?!

- Si – responde Kyungsoo ya con tono sufriente – Pero no seremos tíos.


- Quién sabe. Tus valores están disparados Baekhyun – dice leyendo los
resultados y haciéndose el chistoso – Puede que los exámenes se equivoquen y
seamos tíos Kyungsoo.

- Yo creo que mejor voy pensando en nombres de mi ahijado.

- ¡Ya! – grito furioso – Tomo la medicación. La misma que ustedes ¡Idiotas!

- ¿Ves? – me dice Luhan – Hasta se te dispara el humor.

Los dos se me ríen y yo les pego a los dos un coscorrón en la cabeza.

- ¡Chistosos! – les recrimino.

Me levanto enojado para irme, pero apenas me quiero mover, Luhan me sienta
de una estampida en mi lugar.

- Tengo algo que contarles – dice y se sienta.

- Quién está en amoríos ahora en el hospital – dice sonriendo


maquiavélicamente Kyungsoo, frotándose las manos por el nuevo chisme.

- Esto es triste – aclara compungido – No es divertido para nada.

- ¡¿Qué pasó?! – pregunto preocupado.

- Junmyeon e Yixing, terminaron.


- ¡¿Qué?! – exclamamos Kyungsoo y yo al unísono.

No hay chisme gracioso, ni broma para hacer. Una sensación de angustia nos
recorre a los tres, porque bien sabíamos de lo mucho que se querían los dos.
Más de Yixing que al ser cercano, no dejaba de hablar de "su Junmyeon". Era la
primera vez que le conocimos novio y lo comprometido que estaba en esa
relación.

- Eso es... – murmuro desorientado – Eso es ¡imposible!

- ¿Estás seguro Lu'? – dice abriendo bien sus ojos, del impacto Kyungsoo.

- Está viviendo conmigo, Kyung – dice triste y sacudiendo su cabeza, porque él


tampoco puede creerlo.

- Pero... ¡¿Qué pasó?! – insisto, como si pudiera encontrar respuestas.

- Lo mismo me pregunto yo – sigue hablando Luhan sin sacar esa expresión


casi de horror de su rostro – Todo el tiempo le pregunto desde que vino a casa.
Qué pasó si se los veía tan bien...

- Cuándo... hace cuánto que está en tu casa – pregunta Kyungsoo.

- Hace una semana y días... pensé que era una pelea pasajera, pero parece que
no se soluciona. Chicos, estoy preocupado. Yixing...Yixing no está bien...

- ¿Lo habrá engañado Junmyeon con alguien? – se pregunta Luhan.

- No lo creo – dice espantado Kyungsoo – ¡Él lo ama de verdad! ¡Si era tan
evidente!
Vemos pasar justo a Yixing, en medio del pasillo de la cafetería.

Parece un zombi, que solo camina porque camina. No ha escuchado el saludo de


nadie y ha perdido su entusiasmo. No sonríe y no va con su traje de payaso a
hacer sus revisiones diarias. No parece Yixing.

No puedo evitar cuando me lo cruzo a solas un momento, querer preguntarle.

- Yixing... cómo...

- Estoy bien – se me adelanta, tratando de sacar una sonrisa – Ya veo que


Luhan les contó.

- Estamos preocupados. No creas que...

- Estoy bien – insiste, sin dejarme terminar lo que quiero preguntarle – Yo sé


que no lo ha hecho de chismoso. Sé que están pensando que no me siento muy
bien que digamos. Pero... Ya pasará. Todo pasa...

- ¡Doctor Zhang! – lo llama el director del hospital e Yixing se despide mí,


cuando lo ve acercarse.

Antes de irse me dice una novedad.

- Disculpa Baekhyun. Olvidé darte el celular de Sang Woo hace días. Me dijo
que lo llames. Ya tiene lo que le pediste.

Apenas salgo, me dirijo a la residencia del padre adoptivo de Yixing. Después


de la charla que tuvimos sobre Chanyeol semanas atrás, Yixing se sintió mal y
como forma de pedirme disculpas, me ofreció ayuda de cualquier cosa que
necesitara. Y yo, no dejé pasar esa oportunidad.
Después de unas llamadas, Sang Woo hizo el favor que le pedí por medio de
Yixing.

- Señor juez – saludo con una reverencia, ya en la puerta de su residencia.

- Muchacho. Tanto tiempo sin vernos – me dice el señor muy amable –


Bienvenido a casa. Ven. Vamos a charlar.

Nos sentamos en un salón muy acogedor, donde me sirve una taza de té y veo
que ya tenía todo listo para cuando llegara yo, pues observo una carpetas en la
mesa.

- Quiero darle las gracias por esto que está haciendo – le digo.

- Fue complicado – me confiesa sonriendo tranquilo – No fue fácil buscar


expedientes de hace tanto. Pero tener buena memoria lo hizo más fácil. Porque
yo recuerdo muy bien ese tiempo. Todavía era fiscal y tuvimos un duro trabajo.

Me quedo estático en mi sitio. No sé qué hacer. Sang Woo me pone la carpeta


en frente y yo de repente no puedo ni tocarla. Se supone que esto es el
expediente del caso sin resolver, de mis padres y lo que se investigó. Las letras
inmensas de un sello estampado, que dice "Caso cerrado", me devuelven al
pasado. Tiemblo. Estiro mi mano pero...ni siquiera puedo rozar la cobertura de
eso.

- Baekhyun – me habla Sang Woo – No tienes que hacerlo. Hay imágenes que
no tienes por qué ver. Leí tu declaración...

- Sang Woo – murmuro asustado – ¿Usted lo leyó?


Él asiente. Cuando ve que no reacciono, él se arrima un poco más cerca y
tomando él las tapas, comienza a hojear el contenido.

- Cuando mi muchacho me contó de tu pedido, supuse que si lo hacías era


porque querías dar por terminada una historia. Y de verdad creo que estás en
todo tu derecho. Por eso no me negué. Eras un niño y de seguro no se te dijo
todo, aunque no se te ocultó tampoco.

- Qué quiere decir con eso – pregunto perplejo.

- Lo que te pido, si me dejas pedirte algo – me dice sonriendo – Es que no


juzgues a los que te cuidaron de todo este panorama.

- Si antes estaba inseguro, ahora estoy aterrado – le declaro perturbado.

Me mira fijo y me dice.

- Por dónde quieres comenzar Byun Baekhyun. Dime y te ayudaré.

- Sé cómo mataron a mis padres. Pero ¿Por qué su caso quedó sin resolverse? –
pregunto a la vez que hago memoria – Detuvieron a dos hombres, que después
quedaron libres y los absolvieron. Eso leí una vez en Internet, en algunos
periódicos viejos.

- Hubo detenidos. Pero los periódicos fueron bien pagados por alguien, para no
contar lo que pasó en verdad. Así que no te guíes por ellos.

- Entonces, qué pasó con esos detenidos. Qué pasó de verdad...


- En realidad fueron 4 detenidos. Uno de los cuales reconociste tú – hace un
segundo de silencio, respiro hondo y me revela – Baekhyun, los 4 murieron en
prisión al poco tiempo.

- ¡¿Cómo?! Pero... ¡¿Qué pasó?! – exclamo lleno de horror.

- Dos se suicidaron. Los otros dos murieron en una riña entre bandos dentro de
prisión.

Me quedo callado unos segundos, sacudiendo mi cabeza y diciendo incrédulo.

- Ni usted puede creer que hayan hecho eso de suicidarse ¿verdad? Mucha
casualidad... Que los 4...

- No había pruebas para mostrar lo contrario – suspira acomodándose en su


lugar y dejando todas las carpetas me dice – Baekhyun ¿Por qué te interesa
saber?

- Hace semanas mataron a un amigo. El doble crimen, supuesto caso de


efedrina. Debió conocerlo bien.

- Si – afirma.

- La forma en la que murieron...

- Lo sé. Típico de los "gon-dal". Ya entiendo...

Me mira unos segundos de nuevo, tratando de hacer lectura de mi rostro y


vuelve a hablarme.
- Por eso, creo que debes conocer el entorno en el que sucedió lo de tus padres
Baekhyun. Creo que no sabes el trasfondo de la situación y te han ocultado
mucho.

- A veces tengo esa sensación – le digo molesto.

- No sé si corresponda que te lo diga yo pero, tú eres un "Byun". Y creo que


debes saber qué significa eso.

- Honestamente no lo sé.

Eso es lo que lo ha puesto incómodo. Se acomoda varias veces en su sillón. Me


mira perplejo. Sabe que algo debe decirme, por eso luego de unos segundos,
habla.

- Creo entonces que deberías hablar con tu familia y...

- Sang Woo – interrumpo, dándome cuenta que él sabe, por eso le soy claro en
lo que pienso – Sé que no me dirán nada. Por eso he tenido que recurrir a
usted.

No me mira por un momento. Duda. Lo estoy metiendo en un compromiso que


no se esperaba. Yo me incorporo un poco del respaldo de mi sillón, estando
seguro que se decidirá por decirme algo, confiando en él. Me mira y vuelve a
hablar.

- Mi deber es hablar con honestidad – asiente calmado – Y lo hago porque lo


mereces. Porque entiendo que viniste buscando la verdad. Baekhyun, ser un
"Byun", significa ser parte de una de las familias "gon-dal", más poderosas de
Seúl.
- No puede ser – murmuro, echándome hacia atrás, como si pudiera evitar esta
escalofriante verdad.

- Lo que llego a recordar de ese tiempo, es que hubo una guerra entre familias.
Y tu padre al ser un "Byun"...

- No – digo rabioso sacudiendo mi cabeza – No ¡No!

Me paro. Camino de un lado a otro enérgico y alterado. Paso mis manos por la
cabeza. Siento que no puedo respirar. Sang Woo me mira paciente,
evidentemente esperaba mi reacción. Por eso meditó si decirme o no.

- Eso... eso es ¡imposible! ¡Mi padre no... él no! – grito sin saber qué decir –
Odiaba los matones... siempre me decía que...

Siento entumecido mi rostro, comienzo a transpirar sin control y mi cuerpo


tiembla. Lejos de tener ganas de llorar, o ponerme sensible, estoy lleno de
rabia, de bronca y furia, porque mi mundo, el que quisieron mostrarme, quizá
estuvo construido en base toda a una mentira.

- Sang Woo – gimo rabioso, sin saber si le estoy reclamando algo, o más bien le
estoy pidiendo más de esa verdad – ¡¿Qué demonios es todo esto?!

Él se para y se dirige rápido a mí. Me abraza y me sostiene en la angustia sin


control. Si. Ya se esperaba mi reacción. Me toma fuerte de los hombros, y me
contiene.

- Por qué... por qué me engañaron... ¡¿Por qué?! – grito realmente odiando todo
eso.

- Ven mi muchacho – dice mientras me dirige a un sillón donde me sienta y se


ubica a mi lado.
Miro esa carpeta que no me he atrevido a tocar. Él dirige su vista ahí y me
explica.

- Son copias de un original. Te lo puedes llevar. Pero, pregunta si quieres. yo


intentaré ayudarte.

- No entiendo... – balbuceo mirándolo, pidiéndole ayuda – No entiendo por qué


me ocultaron...

- Hay algo que deberías tener en cuenta Baekhyun. Yo entiendo que hay
muchas preguntas, pero no saques conclusiones de forma precipitada. No es
seguro lo que pienso, pero puede que tus abuelos maternos, no tengan un claro
conocimiento de lo que era tu padre.

- ¡¿Mi padre era un mafioso entonces?! Por favor – le suplico – Dígame lo que
usted cree...

No me pide que me calme. No me pide tranquilidad ¿Quién pudiera estar bien,


después de estas revelaciones? Él lo sabe bien. Por eso me habla con claridad,
sereno, pero duramente, porque quiere darme, lo que he venido a buscar. La
verdad.

- Ante todo, tienes que saber, que aunque la justicia persigue este tipo de
mafias, al estar tan enquistadas en el sistema político, son encubiertos.
Mientras blanquean sus patrimonios, son protegidos, hasta que se convierten
en respetables señores en el ambiente de la elite social.

- Por eso sabe que mi abuelo es... todavía...


- Creo que eso debes hablarlo con él. Como te digo, son bien protegidos por el
ambiente que frecuentan.

- Dígame lo que cree de mis padres...

- Por lo que dicen los expedientes, tu padre era la mano derecha de tu abuelo.
Era el heredero, no solo de la fortuna, sino de liderato de toda la familia. Hasta
que se casó con tu madre y se alejó de los Byun. Algo hizo que se fuera...

- Mi abuelo Byun me dijo que no estuvo de acuerdo con que mis padres se
casaran y dejó la familia...

- Ya entiendo. Dejar la familia, es algo grave en verdad. Se considera en parte


una traición y todos deben haberle vuelto la espalda a tu padre.

- ¿Está insinuando que...?

- ¡No! – me dice rotundo – No. Lo que creo es que cuando se desató la guerra
entre familias, tu padre quedó como blanco fácil. Y como no dejó de ser un
Byun, sabían a dónde darle al corazón de la familia. Tu padre, era el hijo único
de Byun Hee Bon y heredero de todo lo que él poseía, incluyendo la conducción
de la familia. Fue una demostración de la debilidad absoluta de los Byun, ante
todo ese mundo.

-Y qué pasó con los sospechosos...

- No me queda claro quién los mató. Si los enemigos, para que no hablen y
posiblemente, puedan delatar a los altos jefes de la otra familia implicada, o
quizá los mismos Byun en venganza y haciendo justicia por mano propia, desde
su punto de vista.

- ¡Todo es tan... oscuro... tan negro! – exclamo horrorizado.


Nos quedamos así un rato. Después algo más viene a mi cabeza.

- Quiénes fueron...

- Quiénes fueron qué cosa...

- Usted dijo guerra de familias... de bandos...Quiénes eran.

- No te lo podría decir – me dice serio y seguro.

- Por qué...

- Porque solo fueron sospechas infundadas, no hubo prueba de nada.

- Sospechas... qué tipo de sospechas...

- Verás Baekhyun, en una guerra, hubo pérdidas de los dos lados. Pero
evidentemente llegaron a un acuerdo. Perdieron mucho debe ser, porque por
algo la guerra se acabó de la noche a la mañana.

- Pero quiénes eran.

- Debió ser una familia muy poderosa. Porque borraron todo rastro y toda
prueba. Como la tuya. Quizá la respuesta a esa pregunta, la tenga tu abuelo
Byun.

- Usted ¿Lo conoce?


- Poco – responde en tono seco.

- Tengo la sensación que no le gusta mucho...

No dice nada. Eso me da la pauta, que tengo razón, pero no dirá más que eso.

Mucho he tenido que quedarme en la casa de Sang Woo. Perdido en la maraña


de mi pasado, siento un inmenso peso en mis espaldas. He hablado de muchas
cosas con el señor juez. En una de esas, me ve en lo que miro por el ventanal.

- No tengas miedo de volver al mundo Baekhyun – me dice leyendo mis


pensamientos – Tú, eres tú. Byun Baekhyun. El mejor enfermero de Neuro-
rehabilitación del Hospital Central. Cuyo lema fundamental en la vida es "Ser
feliz, es una decisión". Eso dices ¿Verdad? Es lo que Yixing siempre dice de ti.

Me río de mis propias palabras. Me resulta tan lejana esa descripción de mí


mismo, que es como si me encontrara enfrentado con mi personalidad.

- Mi abuelo Byun... – le cuento como agotado –...volvió a buscarme. Creo que


mis abuelos, sabían, porque nunca lo dejaron acercarse a mí. Discutieron feo. Y
yo me quedé pensando que quizá mi papá, no querría que yo trate mal al suyo.
Acepté verlo e ir a su casa. Me había preparado una fiesta y todo. Y brindó por
mi regreso a la familia – digo en tono sarcástico, lanzando una mueca – Brindó
por su único heredero. Es como si hubiese venido buscando a su hijo muerto...

- Y qué piensas de eso.

Lo miro fijo, ni que le estuviera pidiendo ayuda.


- Que ahora, con lo que me cuenta, quizá él tiene la esperanza de que yo vuelva.
Que yo me haga cargo de la familia. Soy su único pariente directo. Me lo dijo.
Soy el único Byun que le queda...

Vuelvo a mirar hacia fuera. Sang Woo pone su mano en mi hombro y se queda
conmigo observando lo mismo que yo.

- Sang Woo, me siento un blanco fácil...

- Te vas a acostumbrar – me dice naturalmente y yo lo miro espantado – ¿O


crees que estar de este lado no es igual?

Suspira sin dejar de apretar mi hombro. Trata de alentarme, ante este nuevo
panorama.

-Baekhyun. Sé que es difícil de creer lo que te voy a decir, pero si hay algo que
he aprendido en este trabajo, es que el mundo no se divide en blanco y negro.
No hay absolutos. Nadie es absolutamente malo, ni absolutamente bueno – y
dándome palmadas en la espalda, agrega – Lo que decidas, será lo mejor. Sé
que eres un luchador. Eres un buen muchacho. Donde vayas, harás la
diferencia. Yo no lo dudo. Con tan solo estar, tú tienes la capacidad de
transformar todo un mundo.

Llego a casa anocheciendo. No saludo a nadie, ni veo a nadie. Me dirijo a mi


dormitorio y allí me quedo, mirando por la ventana. Siento el chirrido de la
puerta que se abre y ya sé quién es. Mi abuelo. Porque mi abuela, debe estar
poniendo el agua a calentarse, para servirme café. Sé que se dieron cuenta que
algo pasa. aunque últimamente, siempre algo pasa.

- Baekhyun – dice mi abuelo – Qué...


Sé lo que lo ha dejado con la boca abierta. Quiso hablar, pero no pudo, porque
ha visto lo que he puesto en la cama. La carpeta que me ha dado Sang Woo,
sobre el caso de mis padres.

Se acerca. Yo elevo mi rostro y lo miro fijo. Me siento de pronto triste, porque


pienso que quizá él no tiene por qué sufrir, ni escarbar en un pasado que quiso
enterrar. Pero mi abuelo siempre me sorprende. Se sienta en la cama y me dice
sereno.

- Pregunta.

Ahora me doy cuenta. Ellos lo sabían todo. Pero nunca les podría reprochar
nada. Solo trataron de protegerme y creo que en este momento, me habría
gustado seguir bien protegido de todo ese mundo.

- Cómo se conocieron papá y mamá. Y no me cuentes lo romántico.

Asiente con un gesto y me dice.

- Tu padre de milagro salió de una balacera con vida. Llegó a la sala de


emergencias, arrastra con su mejor amigo y tu madre estaba de turno esa
noche. Tu papá, no dejó de perseguirla desde entonces. El desgraciado habrá
estado moribundo, pero era todo un charlatán y mi inocente niña, lo vio como
alguien a quien necesitaba cuidar. Eso se le llama síndrome de algo...

Me río y digo en el aire.

- Florence Nigthningale. Cuando la enfermera se enamora de su paciente.

- Yo la quise convencer de eso. Pero él se las arregló para convencerla que era
cosa del destino. Era todo un galán...
Sonreímos. Es que mi abuelo es tan buen relator, que me lo cuenta en tono de
broma.

- Abuelo – digo ya serio – Por qué nunca me dijiste lo que era mi padre.

Respira un tanto agitado. Mira por la ventana y me confiesa emocionado,


recordando todo aquello. Yo escucho atento.

- Una noche, tu mamá estaba de guardia. Sentí muy tarde que alguien tocaba
la puerta de casa. Hacía mucho frío. Tu abuela dormía y yo no la quise asustar,
así que abrí la puerta con un palo en mi mano – dice sacudiendo su brazo en el
aire y yo casi me río, de sólo imaginarme eso – Y ahí estaba. Mi muchacho. Yo
Han. Con un bolsito en la mano y nada más. Lo primero que me dijo fue "¿No
me quiere adoptar? Busco familia", con una sonrisa terrible en su cara.

- ¡¿Eso dijo?! – exclamo porque me viene a la mente mi papá siempre tan


disparatado, tal y como era.

- Era tan caradura y entrador, que aunque yo le dije: "¡ni loco necesito de hijo
un indigente como tú!", ya me había ganado el corazón.

Nos reímos un ratito, pero cuando se va calmando, se pone bien serio y yo lo


vuelvo a escuchar.

- Me dijo de dónde venía y lo que era. Me dijo que mi niña, había terminado con
él. Yo ya lo sabía, porque la veía sufrir día, tras día. Y él tuvo el tupé de
reclamarme que no tenía la culpa de haber nacido en esa familia. Que él tenía
derecho a ser feliz. Y que sólo sería feliz con mi niña.

- ¡¿Todo eso te dijo?!


- Si – me dice – Terrible hablador. Tú saliste igualito en eso.

Me sonríe entre nostálgico, pero también angustiado.


Mi abuela que había estado parada en la puerta desde hace no sé cuánto
recuerda entonces.

- "Yo renuncio a mi mundo, para construir un mundo bonito y perfecto para ti.
Porque tú eres mía, tú eres mi mundo", le dijo mi muchacho a mi niña, el día
que se casaron.

- Abuelo ¡¿O sea que esa noche, lo aceptaste?!

- ¡Estás loco! Lo agarré de la oreja y lo deposité en la casa de un viejo amigo.

- Igual él se las arreglaba, para en las noches, escabullirse entre esos árboles –
me indica con su dedo hacia abajo, en el patio mi abuela – Le tiraba piedritas a
la ventana de mi niña, hasta que ella bajaba a verlo.

- Como si no nos diéramos cuenta – dice mi abuelo y los dos se ríen de nuevo.

Yo en cambio, no puedo evitar que mis ojos se nublen, porque me recuerda a


"alguien". Miro hacia el patio, es como si lo viera asomarse por los árboles en la
noche. Y quisiera salir corriendo a abrazarlo.

- Una vez estábamos en un almuerzo de familia en tu antigua casa – me cuenta


mi abuela – Eras un bebé. Vino tu abuelo. Dijo que quería hablar con él en
privado. Pero tu abuelo tuvo que intervenir. Todo lo que ese señor quería, era
que tu padre recapacitara y volviera a "La familia Byun".

- Él solo quería hacerle ver a mi muchacho, que no era nadie y no tenía nada
para ofrecerte. Yo escuché, cuando tu padre, se le paró en frente y con orgullo lo
dijo antes de irse: "Este es el mundo perfecto para mi hijo". Tu abuelo soberbio
le dijo: "¡No obtendrás un centavo de mí cuando muera! ¡Tú ya no eres mi hijo!"
y él, tomándome del brazo le gritó: "¡Yo ya tengo un padre!". Casi le doy su
merecido, pero quería darle una lección al viejo soberbio de tu abuelo Byun.

- Mentira – le dice mi abuela, dándole un golpecito en el brazo – Estabas ancho


de orgullo. Si ustedes dos estaban cortados por la misma tijera.

Mi abuela se me sienta detrás y me abraza. Me acaricia los cabellos y me acuna


un rato.

- ¿Nunca se arrepintieron de...haber dejado que ellos...? – quiero preguntarles,


sin animarme mucho, pero para confirmar, algo que guardo en mi corazón.

- ¡Jamás! – exclama rotundo mi abuelo, que me sorprende – Solo de verte, ni da


lugar para arrepentirme de haberle abierto las puertas de la familia a tu padre.
Era un muchacho trabajador y emprendedor. No era un holgazán. No señor. El
trabajó duro para conseguir lo que tenía.

- Ellos se amaban – dice mi abuela dándome un beso – Y tú eres perfecto. Así


que, no hubo, ni habrá lugar para eso.

- La muerte de ellos, pudo haber sido desbastadora. Pero cuando te vimos en


ese lugar escondido y gritaste "¡Abuelos!", fue increíblemente un momento feliz.

He decidido en este momento, mientras mis abuelos me cuentan anécdotas, que


este es mi mundo. Mi padre, no quería volver a aquel lugar y entiendo por qué.
Así que, yo decido quedarme en este lado, donde a pesar del dolor y de la
muerte, se respira alegría y felicidad.

Recuerdo que mi madre me dijo antes de irse de mi lado: "Porque tú existes, el


mundo es bonito, porque tú lo haces todo bonito". Yo soy yo. Byun Baekhyun. El
mejor enfermero de Neuro-rehabilitación del Hospital Central. Cuyo lema
fundamental en la vida es "Ser feliz, es una decisión". Y hoy decido construir un
mundo bonito, sano y feliz, aunque me cueste dejar atrás un amor.
Capítulo 19
"Las cosas se harán a mi modo"
Me encuentro en la cafetería tomando algo y aprovechando el tiempo que tengo,
para revisar mensajes, de un curso virtual que estoy haciendo. Para cuando
terminé de hacer esa parte, me detengo un rato en los diarios, leyendo noticias
por internet.

Algo me deja tildado y mi mundo es como si se me volviera en contra. Veo una


foto en primera plana de un evento de políticos, donde se encuentran los Park
entre la multitud. Nadie los reconocería, ni los miraría. Pero yo sí.

Los Park, están perdidos entre todo ese lujo. Y yo pasmado fijo la vista en algo
que me hace tener muchísimas ganas de llorar. Sandara se sostiene del brazo
de Chanyeol. Ella justo le estaba hablando al oído y él bajaba la cabeza para
escucharla. Una lágrima quiere salirse mí. Siento que me arde la nariz que se
me está aguando. Me nace detestarlo de lo bien y repuesto que se lo ve. Y yo
aquí, queriendo llorar por él.

"¡Basta!", me exijo, porque después de todo, eso es lo que quería. Alejarme y


terminar. Con furia, cierro mi portátil y me levanto para volver a trabajar.

Camino al vestidor, viendo a algunos del personal corriendo de un lado a otro.


Kyungsoo me frena unos segundos y me dice entusiasmado.

- ¡¿Viste todo el movimiento?! ¡Dicen que viene el presidente en persona!

Yo abro bien los ojos y me pongo como ansioso igual que el resto, por el
equipamiento nuevo. Pero todo el entusiasmo al resto se les va al tacho, cuando
aclaran que solo irán los doctores.

- ¡Te dije que deberíamos haber entrado en Medicina! – me recrimina pororó.


- ¡Quién te mandó a seguirme! ¡Eres un faldero! – le grito molesto.

Así que tomando aire y orgulloso de ser enfermero, sigo rumbo a hacer nuestras
tareas rutinarias.

- Chicos esta noche... – dice Luhan súper excitado –... ya saben...

Desde hace semanas Luhan quiere que salgamos todos juntos. Pero entre
tantas cosas que han pasado, es como si no hubiéramos tenido descanso. Así
que, hemos decidido hacer que esta noche, todo explote.

- ¿A dónde vamos? – pregunto.

- ¡Sorpresa! – dice Kyungsoo.

- No jodas – le digo – A dónde vamos.

- Te dije que es sorpresa.

- ¿No sabes a dónde vamos todavía? – le recrimino.

- ¿Importa acaso? – se me burla.

- Lo importante es que esta noche ¡la noche explota! – exclama Luhan, batiendo
palmas.

- ¿Qué explota? – pregunta Jongdae que pasaba justo.


- Allá fuera todo explota de guardias y de autos, por lo que viene el presidente –
dice Luhan.

Es que esta noche Minseok se viene con nosotros. Pero le advertimos que no le
dijera nada a su novio, porque se las va a arreglar para invitarse. Y aunque
queremos mucho a Jongdae, a excepción de Luhan, solo queremos liberar a
Minseok un poquito de su amarre.

Jongdae se tragó el cuento de Luhan. Mira hacia fuera y con cara de asco dice.

- Política de mierda. Mejor me voy a seguir construyendo la República


trabajando en serio.

- ¡Amén! – exclamo en acuerdo.

Y se va. Kyungsoo y Luhan se quedan un tanto tildados.

- Ya lo tenemos que liberar – dice Kyungsoo – Está listo y rehabilitado.

- Falta poco – recuerda Luhan – Pero es verdad. Ya está listo.

- Bueno, volviendo a lo nuestro ¿Le recordaron a Yixing?

- No – responde Luhan – Así es mejor. Para que no tenga con qué excusarse.
Llega a casa y lo agarramos entre los cuatro. De seguro Minseok lo convence,
poniéndole cara de susto, porque es la primera vez que sale a un club nocturno
sin Jongdae.

Nos reímos. De pronto me hace bien que volvamos a ser como los de antes,
siempre saliendo a divertirnos, cuando se daba el espacio.
A media mañana la cosa con el presidente sigue. Y menos podemos irnos a ver
algo, porque solo están invitados los médicos, recibiendo el nuevo equipamiento
para el hospital. Hay una multitud e cámaras y gente del gobierno. Todo está
repleto en el salón de eventos.

Mientras los demás hablan de lo discriminados que se sienten, yo la paso genial


cantando con mis niños.

En eso que estoy terminando y los pequeños vuelven a sus habitaciones,


alguien se encuentra apoyado en el marco de la puerta de la sala, sonriendo,
como si nada. Seo Joon.

- ¿Qué haces aquí? – pregunto sorprendido.

- Buenos días enfermero Byun – dice respetuosamente, recordándome lo


irrespetuoso que he sido yo.

- Lo siento. Buenos días señor Park – digo severamente y haciendo una


reverencia, porque estoy en mi lugar de trabajo.

Yo ya noto que las enfermeras y enfermeros que andan pasando, se han puesto
a cuchichear. Es que hay que admitirlo. El tipo es un matador, si tengo en
cuenta ese traje impecable que porta. Hasta corbata lleva puesta.

- Viniste con la comitiva de alguna Fundación, imagino – concluyo.

- Así es. Estaba tan aburrido todo abajo, que me dieron permiso para husmear
por estos lados.

Ya sonríe y me contagia. Este hombre es tan caballero, que siempre se las


arregla para hacer a uno bajar la guardia. Educado y diplomático. Debe ser un
buen negociante. Ahora entiendo por qué le va tan bien. Pero tengo cada tanto
que recordarme lo de esa noche. Ni me pregunto si sabrá o no, que vi todo
aquello. Pero tengo que hacerme a la idea, que es un Park.

- Se ve que los niños te adoran – me dice – Tiempo sin verte. Me alegra


encontrarte así.

- ¿Así?

- De día – se ríe – Nunca te vi de día. Siempre de noche y en situaciones


extrañas.

- ¡Es verdad! – exclamo sonriendo también y asintiendo – Oye, se te ven los


granitos en la nariz – me le burlo.

- Y a ti los poros bien abiertos – me señala serio y yo ya creo que en verdad esto
es serio.

Nos reímos igual, hasta que él me dice sin dejar de sonreír.

- Eres lindo Baekhyun. Ahora que te veo así, eres más bonito aún – me confiesa
y me da con la punta de su dedo, a la punta de mi nariz, como cuando lo conocí.

- Ya deja de decir esas cosas – le digo incómodo.

- Qué – se me ríe – ¿Te pongo incómodo? Oye ¡Ni que te gustara!

Eso ha hecho que varias cabezas chismosas, se asomen para donde estoy y se
me rían en las narices.
- Bueno – dice de nuevo – tengo que volver donde mi tío. Y tú tienes que seguir
trabajando, no sea que tu jefe se enoje. Y aquí no deben ser tan buenos y
simpáticos como yo.

Se arregla su corbata y me guiña el ojo. Solo puedo sonreírle. Hoy está muy
vivo el hombre, así que tengo que darle el mérito como el galán que es.
Mientras por detrás, escucho suspiros.

- Byun – me dice una de mis compañeras – El director te llama para que vayas
abajo, donde el evento.

- No – suspiro frustrado.

- Así dijo – dice mi compañera y se retira, dándole una miradita a Seo Joon.

- Se ve que no te agradan esas cosas – me dice él.

- No me gusta ser usado. Pero el jefe manda y este sí que es de temer – le


comento – Vamos. Te acompaño.

Tenemos un largo camino que recorrer. Todavía me pregunto, cómo llegó él


aquí. Pero otra cosa se asoma por mi mente.

- Siento mucho la muerte de tu primo.

Se detiene y me deja caminando solo. Yo me vuelvo. Se ha puesto triste.

- También siento mucho la muerte de tu amigo.


Sonreímos y sin decir más, seguimos caminando. Charlamos del tiempo y de
cosas triviales. De lo qué hago en mi trabajo y él cómo hace el suyo.

Estamos cerca del lugar, porque el sector está despejado de gente. La guardia a
hecho de ese sector una fortaleza. Algún que otro guardaespaldas, camina por
ahí.

- Baekhyun, escuché que tú eres el nieto del señor Byun Hee Bon.

- Así es – le digo tranquilo.

- ¡¿Y lo dices así?!

- Y cómo quieres que te lo diga. Es mi abuelo. Si. Soy un Byun.

De nuevo se detiene. Esta vez me mira perplejo. Su boca entreabierta, me dice


que a él le importa.

- Qué – pregunto encogiendo mis hombros.

- Eres el único heredero de ese hombre.

- Está mi primo.

- ¡¿Te refieres a Hyun Joong?! No es lo mismo Baekhyun. La familia, es la


familia. Y tú eres el único pariente directo de tu abuelo.

- Yo no quiero tener nada que ver con todo ese mundo – le digo duramente.
- ¿De verdad no te interesa nada de tu herencia? Te corresponde por derecho.

- Mi mundo se puso patas arriba desde que tengo guardaespaldas escondidos


por detrás. Como si necesitara todo esto – digo señalándole dentro del salón,
donde hay gente rica y todo el periodismo reunido – Me crié con mis abuelos
maternos, apartado de lo que ahora vengo a enterarme que supuestamente
tengo. Y honestamente no lo quiero. Soy un profesional. Tengo trabajo. Vivo
tranquilo.

- Byun Baekhyun – me dice sonriendo y sacudiendo divertido mi cabello –


Definitivamente, eres una caja de sorpresas.

De nuevo encojo mis hombros. Para mí sería lo más normal. Pero para él, que
no está acostumbrado a vivir de otro modo, yo soy un bicho raro, supongo.

Él se me ríe en la cara y me sigue despeinando. Ya me pregunto qué le resulta


tan divertido...

Ingresamos al lugar y él se pierde entre la multitud de los comensales que se


encuentra haciendo sociales. Se para al lado de su tío, que ni bien me ve, me
saluda con un gesto a la distancia, porque yo estoy del lado del personal.

No duro mucho tiempo allí. Ya siento que me falta el aire y estoy asfixiado, así
que ni bien me he percatado que el director del hospital me haya visto,
desaparezco en lo que él comienza a dar su discurso.

Camino por los pasillos vacíos, en donde hay apostados guardias. Como
ahogado de todo aquello, solo atino a pegar un respiro y apoyarme en una
pared. Elevo mi rostro a lo alto y cierro mis ojos un rato.

Alguien me toma de los hombros. Y yo por reflejo me aparto.


- Pero ¡¿Qué demonios?! – rujo furioso

Miro a quien se ha atrevido a manosearme y ahí está. Demonios. Por qué...

Chanyeol tiene esa expresión en su rostro, de cuando algo lo descoloca. Esa


mueca tan propia de él, con las cejas disparadas a cualquier lado y sus labios
entreabiertos, como si no entendiera nada.

- ¡¿Estás bien?! – exclama y yo no sé por qué habría de estar mal. A él se lo ve


regio.

Mierda. Ya había olvidado de espectacular que se lo veía siempre y por qué lo


extraño a rabiar. Me pierdo en su perfume y ya me estoy detestando. Así que
tengo que aparentar...

- ¡Me asustaste! – exclamo llevándome una mano al pecho.

En realidad me asustó, pero además el corazón me quiere explotar ni que fuera


bomba, porque es él. Porque es Chanyeol.

Ya siento que mi cuerpo arde de arriba abajo. Tendría que salir corriendo de
ahí en este preciso instante, pero es que quiero verlo un ratito más. Mi cabeza
carbura a mil. Debo recordarme todo el tiempo "gon-dal, gon-dal, gon-dal". Qué
mierda. Igual es divino y yo lo quiero abrazar. "Asesino. Es un asesino", me
digo también. Y sí. Este me va a matar solo con estar ahí parado,
desparramando hombría. Ya me estoy perdiendo. Así que tomo el impulso de
pegar la retirada.

Maldita costumbre que tiene de agarrarme del brazo y hacerme volver. Hoy no
fue la excepción. Mi "Súper-Yo", se hace el fruncido que lo quiere lejos, por una
cuestión moral. Pero mi "Ello" grita desesperado por saltarle encima y llenarlo
de besos y abrazos, queriendo que me arranque la ropa en este pasillo solitario.
Me estoy volviendo loco de la calentura ¿Cuándo fue la última vez que lo
hicimos? ¡Mierda! ¡Tengo que dejar de pensar con mi trasero ya!

- ¡¿De verdad estas bien?!

- ¡Sí! – le grito enojado, sin saber por qué - ¡Por qué habría de estar mal!

- ¿Por qué me gritas?

- Porque...porque ¡Porque me asustaste! – sigo gritando, aunque jamás le diré


que me viene a la mente, esa foto maldita que vi en la mañana – Yo... ¡Yo estoy
muy bien!

- No parecía. Pensé que estabas como desvaneciéndote.

- ¡Estoy bien!

- Ya entendí – me dice burlón.

- ¡De qué te ríes!

- De que sigues gritando.

- ¡Porque me asustaste bruto!

Respiro agobiado. Él me agobia. Fue un shock antidepresivo que me puso


eufórico en un segundo. Es como si en mi estómago se hubieran disparado mil
mariposas a la vez, que me hacen sentir un idiota absoluto.
- ¿No tienes fiebre? – quiere tocarme, pero yo me alejo de un tiro – Estás...
colorado...

Me toco solo la frente. No sé por qué me alejé, si hubiera dado cualquier cosa
por sentir aunque sea su mano en mi frente. No es fiebre, es calentura. Me
muerdo los labios para contenerme y cierro los ojos, frustrado, por darme
cuenta que este hombre me tiene a sus pies.

Hago ademán de irme y siento que me desvanezco. Mis piernas están hechas
gelatina y pierdo estabilidad. Me apoyo en la pared y siento que él me sujeta.

- ¡Baekhyun!

Él cree que me estoy desmayando y si supiera que es él, quien me pone en este
estado. Mi "Ello" está ganando. Más cuando me toca. Me estremezco por
completo. Se me acerca para sostenerme y ya siento su aliento mentolado y su
olor, ese olor que tanto...amo...

Trago duro, porque sé que se ha dado cuenta. Inevitablemente mi rostro se


eleva, para verlo bien cerca.

Cerca, se acerca. Percibo su mano subiendo por mi brazo. Sus dedos rozando mi
piel. Delinea mi clavícula y yo agitado no reacciono. Me toca. Toca mi rostro. Su
anular acaricia mi mentón y palpa mi labio inferior. Me va a matar. Él me va a
matar.

Siento que huele mis cabellos. Baja su rostro y sus labios están tan, tan cerca y
me susurra.

- Bebé...
Esa voz, me estremece por completo. Lejos de liberarme, se siente tan bueno
estar así en este momento...

- Te extraño – me dice en un susurro que se pierde en toda mi piel.

Ya estoy en caída. Me quiero perder por completo, más cuando siento que
respira en mi rostro y pasea la punta de su nariz en la mía.

- Me estás matando – agrega salvajemente – Tú, me estás matando porque no


estás conmigo...

Abro los ojos. Sus pupilas brillan oscuras, llenas de deseo de mí. Este hombre
es la maldad personificada y no me importa. Debo estar mal de verdad, en todo
sentido. Mi psiquis ni se cuestiona lo que está bien o está mal. Porque Chanyeol
me hace olvidarme de todo.

Una puerta se azota en este instante y por instinto lo empujo. Estoy agitado y
perdido en mi necesidad de Chanyeol. Además de avergonzado, porque debo
estar encendido por todos lados y mis mejillas lo demuestran.

Esto parece un "deja vu". Pero recuerdo que esta misma situación ya la pasé
antes. No sé quién azotó la puerta. Pero bastó ese ruido, para volver a mi eje.
Sacudo mi cabeza, para despertarme y sin mirarlo, para no perderme, solo
atino a querer salir de su lado. No sin antes mirar a todas partes, porque me
preocupa que alguien nos haya visto.

- Qué miras – me dice duramente, queriendo acercase de nuevo a mí.

Yo me aparto como espantado y le respondo enojado.

- Alguien pudo vernos.


- Y eso qué.

Lo miro incrédulo. Lanzo una risita ahogada, porque creo que me está haciendo
broma.

- ¿De verdad me preguntas?

- No tenemos nada que esconder – me dice seguro.

- ¡Yo no tengo nada que ver contigo! – exclamo rabioso, cuidándome de no sé


qué.

- Baekhyun – me reclama ahora él, bien enojado, estampándome en la pared y


encerrándome entre sus dos brazos – ¡¿Por qué siempre tienes que pensar
demasiado las cosas?! No hagas que tome una decisión drástica por los dos.

- ¿Me estás amenazando? – le digo enfrentándolo, fijando mis ojos rudamente


en él.

- Si – me dice seguro – ya te lo dije una vez. He sido demasiado condescendiente


contigo. Pero ya no más. Porque tú, aunque no lo quieras, eres mío.

- ¡Yo no soy de nadie imbécil!

Le pego una trompada en su pecho y él se aleja, pero ni se inmuta. Parece de


piedra y lo detesto, porque extraño rasguñar ese torso desnudo. Encima solo se
para más derecho, se acomoda el traje y hace como si se lo estuviera
sacudiendo. Levanta el mentón y aprieta sus labios. Me mira soberbio y me
habla en voz alta, como si no le importara que nadie escuche.
- Ya te lo he dicho antes y te lo vuelvo a decir para que te quede bien claro – me
sentencia, mientras se me acerca – Bonito. Tú eres mío. Tú eres mi mundo.

- ¡Yo no quiero saber nada con tu mundo de mierda Park Chanyeol! – le escupo
de una, para que le quede claro.

Si antes estaba entregado, ahora ya me salieron las ganas de hacerle la contra.


Pero qué se ha creído este.

- Ya te he esperado lo suficiente – me sentencia con su puño al aire – ¡Así que a


partir de ahora, las cosas se harán a mi modo Byun Baekhyun! ¡Si no quieres
por las buenas, serán por las malas! ¡Tú eres mío y aquí no hay discusión!

En eso siento un dolor terrible en la panza y me la toco. Siento que me asfixio y


me encojo. Al final, creo que las suposiciones del médico eran certeras y tengo
cálculos en la vesícula.

- Baekhyun – se me quiere acercar él y yo de un manotón lo quiero alejar.

- ¡Ni te me acerques imbécil! – le digo estirando mi brazo al frente, mientras


que con la mano me froto el vientre, retorciéndome del dolor – ¡Jodida mierda
de nervios! ¡Así me pones! ¡Matón! ¡Bruto! ¡Animal!

-¿Algo más? - Me dice haciéndose el chistoso, con las manos en los bolsillos.

En ese preciso instante la estampida de gente que ha salido del salón se nos
viene encima y aprovecho para escaparme por cualquier lado, lejos de este
hombre que me viene a decir esas cosas terribles.

Me escabullo entre la multitud y me pierdo en algún ascensor. Paso por


sectores del hospital que casi ni conozco y me centro en llegar a mi lugar de
trabajo. Entro en la sala de descanso de enfermería y me quedo ahí escondido
un buen rato. Me siento y me toco el vientre. Han dolido como la mierda estos
malditos cálculos, así que tengo que hacerme esa ecografía lo antes posible.
Igual ya se me pasó esa molestia. Me sirvo un vaso de agua y me siento a
reponerme un poco.

Mandón del diablo ¿Pero qué se ha creído? ¿Que ya no será condescendiente


conmigo? ¿Que las cosas se harán a su modo? ¿Que si no quiero por las buenas,
serán por las malas? ¡Ja!Que vaya a mandonear a la tal Sandara, que bien
entregada está...

Pero es que estaba tan lindo el infeliz. Así parado como el matón que es,
dándome órdenes y todo...

- Baek – me dice dándome una palmada Luhan en el hombro, que ni lo escuché


llegar – Cuenta.

Se me sienta cruzado de brazos y yo sin entender le hago cara de nada, hasta


que me aclara.

- Te vi con Chanyeol...

¿Habrá sido esa la estampida de la puerta? Aprieto mis párpados y dejo caer mi
cabeza sobre la mesa, golpeándome varias veces la frente en la misma, como
auto-castigo. A ver si así tengo amnesia y me olvido de él.

- Lu'... – gimo furioso – ¡Ya me lo quiero arrancar de una vez por todas! ¡Estaba
hermoso!

Le cuento lo que me pasó, porque mis amigos lo saben todo. Así que con lujo de
detalles y poniendo acento en la cuestión de que esta mañana vi el periódico,
con esa condenada evidencia de que el no está solo, Luhan se estruja los dedos,
haciéndolos sonar todos juntos. Me da una palmada en la espalda y
confortándome me dice furioso.
- Un clavo saca a otro clavo hermano. Y esta noche buscamos el clavo que te
haga olvidar al matón ese de una vez por todas – y levantando un puño, grita –
¡Infeliz! ¡Decirte todo eso cuando está con otra! Pero a estos vamos a darles una
lección – dice arqueando su ceja y sonriendo maliciosamente – Hoy amigo
¡Seremos los dueños de la pista!

Si. Mejor salir que quedarme lamentándome de nada. Y mientras manejo


rumbo a no sé dónde me llevan a bailar, pienso que esta noche va a explotar.
Capítulo 20
"Estoy perdido..."
Me miro en el espejo, me doy la vuelta y siento el silbido de mi abuela.

- ¡Pero qué divino! – me dice, mirándome de arriba abajo – Estás para matar.

- Esa es la idea – le digo guiñándole el ojo.

Me he puesto algo sencillo, pero sé que me queda perfecto, porque me estoy


luciendo de lo lindo. Una musculosa blanca, llena de cadenas finas que brillan
y que cuelgan en desorden, con las sisas más grandes de lo común. Mi silueta
queda bien notoria, porque lo inmenso de arriba hace que justamente se me
marque lo delgadito y fibroso que soy. Se me notan mis clavículas y parte de
mi torso. Un pantalón chupín negro y un brazalete en la muñeca del mismo
color como complemento, ya es más que suficiente. Me he hecho rulos en el
cabello y me los he despeinado.

- Ese pelo así – opina sugerente mi vieja linda – te hace la cara más delgada y
pequeña. Qué precioso.

- ¡Byun! – grita mi abuelo – ¡Te me cambias ya esa remera!

- Bye – digo y me largo, antes que se le ocurra hacer el intento de encerrarme.

Agarro mi chaqueta de cuero negro y me voy.

Feliz de estar con mis amigos rumbo a no sé dónde, pongo la música a todo
volumen y canto con todo.

- ¡Señores! – exclama Luhan entusiasmado, sentado a mi lado – ¡Esta noche


revienta!
Aplaudimos ni que hubiéramos salido victoriosos de algo, siendo que tres de
nosotros tenemos los corazones hecho pedacitos. A Yixing, se le nota triste por
lo de Junmyeon. Luhan, está furioso de esa relación sin exclusividad, en la
que se embarcó con Sehun, con el pretexto de ser maduros y "libres". Y yo, ni
hablar...

Los únicos bien aquí son Kyungsoo y Minseok, que se han escapado del amarre
de esos dos encarceladores. Bueno. Yo querría estar amarrado, pero eso queda
en mí.

- ¿A dónde? – pregunto, mientras salgo de nuestro distrito.

- Tú sigue derecho y toma la autopista – me indica al menos Kyungsoo,


mirando el mapa en su móvil, quiero creer.

Hecho un vistazo por el retrovisor a los tres que llevo atrás. Minseok está con
los ojos bien abiertos y no puede quitar ese gesto de su boca de una "O"
terrible, no sé si de lo impactado o lo asustado que está, porque no suelta un
segundo la mano de Yixing, mientras mira las luces de la noche del viernes por
la ventanilla.

Yixing es otra historia. Se le nota apagado, pero me he quedado encantado con


el buen gusto que tengo en cómo lo he vestido y Luhan cómo lo ha maquillado.
Nuestro doc había sido caliente, hasta estando quietito como está. Parece un
modelo, tapa de revista.

Miro a Kyungsoo, que sigue en lo suyo, metido en el mapa supongo. Se ríe solo,
así que le insisto.

- ¡Kyunsgoo! ¡Dónde!

- Si. Eso – dice Yixing – ¿Dónde vamos?


- A "Sky" – dice el maldito sonriéndome, con esos ojotes diabólicos – Baekhyun,
toma la ruta...

He pegado la frenada. De pronto no quiero ir ahí. De haber sabido, ni lo


hubiera dudado. Habiendo tantos lugares ¡¿Por qué mierda justo ahí?!

- No quiero ir ahí – murmuro.

- No hagas eso – me reclama en voz baja Luhan – No ahora. Es solo


divertirnos...

- ¡Baekhyun! ¡Toma la ruta! – exclama Kyungsoo feliz de la vida.

- ¡Ya! – pego el grito, porque se me ríe en la cara – ¡Un día dejas de ser mi
amigo! ¡Nunca aprendo!

Podría estampar el auto en este momento en algún lugar. Pero ante todo, no
soy suicida; segundo, no soy asesino y tercero, se me han entusiasmado. Más
cuando Yixing pregunta impactado.

- ¡¿Que no es ese un club muy exclusivo?!

Demonios. Sí que lo es. Si lo sabré yo. Pero mirándolos, no tengo espíritu para
aguarles la fiesta. Menos si les veo esas miradas brillantes, llenas de
entusiasmo, porque sabemos que nadie entra así nomás a ese lugar. No quiero
ni saber cómo ha hecho a Kyungsoo para conseguir esos pases libres que dice
que tiene.
- Así es Yixing – dice Luhan y volviéndose a mí, me recuerda – Minho y
Taemin nos esperan allá.

Dos compañeros de trabajo. El doctor Minho, desde hace tiempo que anda
detrás de Luhan y el doctor Taemin, desde que tengo memoria anda detrás de
Minho. Estoy empezando a pensar que la noche de verdad va a explotar, para
Luhan. Aunque no puedo descifrar en qué sentido.

Pero en fin. Hoy seré uno más del montón. Estoy entre amigos y me voy a
divertir. Y si al matón ese, se le ocurre aparecer de sopetón, como es su maldita
costumbre, que vea lo espectacular que me la paso sin él. Igual, no sé ni por qué
lo pienso...

Llegamos a "Sky" y nos encontramos con Taemin y Minho. Sin necesidad de


hacer la fila, mostramos los pases y nos hacen la reverencia al ingresar. Estoy
agrandado por ser un Vip, más cuando todos nos saludan a Luhan y a mí,
porque nos conocen. Yo me quedo escuchando el reclamo de los envidiosos.
Mañana seguro estaré de ese lado. Hoy me hago el interesante, levanto mi
nariz, ni que fuera estrella de tv o algo así y me siento divino, mientras
camino.

Entramos. Dejo el abrigo en el vestidor y me introduzco en medio de las luces y


la multitud.

Nunca las noches son iguales. Seo Joon es tan meticuloso en todo, que siempre
tiene cosas nuevas que mostrar. Hoy no es la excepción. Aunque lo básico sigue
siendo parte de la ornamentación, hoy hay chicas y chicos hamacándose en el
aire, vestidos llenos de brillos y lanzando papeles brillantes a la multitud.
Siempre extravagante todo aquí.

- ¡¿Vamos arriba?! – grita Luhan – ¡Tenemos pases Vip!

Es que nunca hay otra forma de comunicarse en estos lugares. A los gritos nada
más.
- ¡No! – digo – ¡Aquí es mejor!

Nadie entiende por qué tengo esa opinión. Solo Luhan conoce bien el club y se
da cuenta que algo me pasa, porque estoy mintiendo de lo lindo. Allá en la
segunda y tercera planta todo es gratis, para empezar. Pero es que sé bien que
de seguro estará por esos lados algún Park y es lo que quiero evitar.
Conclusión, no debería haber venido a este lugar.

- ¡Vamos a buscar tragos arriba entonces! – decide Luhan y desaparece con


Minho.

Nosotros comenzamos a bailar. Cuando se inicia la canción "Cheap Thrills" de


Sia, saltamos eufóricos. Esta es nuestra noche y por los dioses, que ya esto
explota. Taemin se pone e la par de Yixing y sacuden el cuerpo, ni que fueran
dioses, sin exagerar. Nosotros los seguimos y empieza la fiesta. Los que están
alrededor nos miran y aplauden ni que hubiéramos montado un espectáculo.
Cantamos a los gritos esa letra que nos enciende.

- Vamos, vamos, enciende la radio,

es noche de viernes y no estaré mucho tiempo.

tengo que peinarme, me pongo el maquillaje.

Es viernes en la noche y no tendré mucho tiempo.

Hasta que piso la pista de baile, piso la pista de baile,

tengo todo lo que necesito


no, no tengo dinero, no, no tengo dinero,

pero te tengo a ti, cariño.

Cariño, no necesito billetes de dólar

para pasarla bien esta noche.

Me encantan las emociones baratas.

Cariño, no necesito billetes de dólar

para pasarla bien esta noche.

Me encantan las emociones baratas.

No necesito dinero mientras pueda sentir el ritmo.

No necesito dinero mientras siga bailando.

Llegan los que se habían ido a buscar bebida con dos botellas de champaña y
copas que ya tienen pulpa de fresa. Es la delicia ni bien la sirven y es solo el
comienzo. En medio del gentío, el sonido que vibra y resuena hasta en la última
médula de nuestro cuerpo, llegamos a gritar de lo más felices: "¡Por nosotros!
¡Salud!" y la seguimos.

- ¡Estás tomando! ¡Qué sorpresa! – me dice ya enfiestado Taemin, que me


conoce.
- ¡Es que esta noche, quiero perder el control!

Me abraza y seguimos a los saltos. Haciéndonos los dueños de la pista. Y así


pasamos muchísimo tiempo, ya ni sé cuánto. Minutos, horas, la noche...

- ¡Baekhyun! – me habla Minseok – ¡Baño!

- ¡Ya! ¡Te acompaño!

Nos apartamos a los sanitarios, que se adentran en uno de los pasillos de


planta baja. Pero claro. Aquí la cola es terrible y Minseok me mira suplicante.
No me queda otra que llevármelo al primer piso. Maldición. El lugar está
terrible. No está tan lleno, pero sí hay mucha gente y tenemos que esperar. Así
que, lo agarro de la mano y me lo arrastro al tercer piso, donde está vacío el
inmenso sanitario. Entra y yo aprovecho también. Salgo antes que él. me lavo
las manos y me refresco.

En lo que me estoy mirando en el espejo, veo a Hyun Joong sonriéndome desde


atrás.

- Primito – me saluda asintiendo – Pero qué bonito estás.

- No comiences a joder – le digo desganado.

Termino de enjuagarme las manos y me agarra desprevenido, dándome un beso


en la mejilla, casi encima de mí.

- ¡Idiota! – le digo, lanzándole un codazo y él me esquiva matándose de la risa.

- ¿Sólo?
- ¡No!

- ¿Por qué tan malo conmigo? – me dice haciéndose el dolido, llevándose una
mano al pecho.

- ¡Porque eres un perverso! – le aclaro mostrándole mi puño – ¡Nunca me


olvido de cómo te conocí! ¡Y lo que me ofreciste después!

Normalmente soy bastante tranquilo y de seguro habría buscado alguna frase


decorosa para escaparme de él. Pero tengo mucha energía acumulada y creo
que los tragos ya me están haciendo perder el control en serio.

- ¿Y cómo puedo hacer para que cambies de opinión de mí? Estoy tan
arrepentido – me dice poniendo carita de niño inocentón. No sé cómo mierda le
sale.

En eso Minseok sale de su compartimento y se queda duro en el lugar. Hyun


Joong lo mira y le saca radiografía. Y es que, quién podría resistirse esta noche
a Mini, si está precioso.

- ¡Ni se te ocurra! – le digo a mi primo segundo, queriendo darle en el estómago,


pero el desgraciado me esquiva, mientras se divierte a costa mía.

- ¡Qué! ¿Viene contigo?

- ¿Baekhyun? – me dice tímido mi amigo.

- Vamos Mini – le ordeno.


- Hola Mini – dice haciéndose el galán Hyun Joong.

- Ho...hola – responde por educado o porque le habrá gustado, no sé, pero le


sonríe.

Minseok se acerca al lavabo y se enjuaga las manos. Apenas se las seca, lo


agarro de la muñeca y parto de ahí. Pero para mi sorpresa, mi primo segundo o
algo así, nos sigue y baja con nosotros.

- ¡Por qué nos sigues! – le grito.

- ¡No sea que se quieran propasar con ustedes! – me responde el desgraciado.

- ¡Solo tú, aprovechador! – le devuelvo.

- ¡¿Son novios?! – pregunta curioso, mirando el trasero de Minseok.

- ¡Nop! – responde Mini y yo lo quiero matar.

- ¡Ya tiene su novio así que no se te ocurra! – le grito.

Apura unos pasos y escucho que me dice en el oído.

- ¿Y quién dijo que yo pregunté por él?

Ya no me dio tiempo a reaccionar. Apenas pisamos planta baja, todo el mundo


suspira por este tipo. Si supieran cómo es, yo creo que no pasaría eso. Pero una
oleada de gente se nos abalanza y aunque he tratado de agarrar bien a Mini, se
me escapa. Me pierdo en la multitud de gente. Ya no veo a nadie. Solo me llega
la calma, cuando veo que Kyungsoo toma de la muñeca a Mini y lo sujeta cerca
de él.

En eso Yixing ya bien sacado, se nos sube al escenario, danzando como


profesional esa canción "Snakehips – Cruel" o algo así. Mierda. Qué bien había
sabido mover esas caderas, ni que le estuvieran latigueando. Yo le silbo en
aprobación y le aplaudo. No soy el único. Todo el mundo hace lo mismo. Se le
suma Luhan al lado y yo ya lo estoy pensando.

De repente veo que alguien me clava los ojos. Mi primo. Así que rápido busco la
manera de zafarme y me escurro por debajo. Es que ser pequeñito a veces tiene
sus ventajas. Me agarro del barral de una escalera y me voy al primer piso.
Llego a donde están los tragos.

- ¡Baekhyun! – me dice el barman – ¡Qué lindo estás!

Yo lo saludo contento y me sirve sin que le pida un trago. El tipo es un maestro


y le tengo confianza, como para saber que no le ha puesto nada raro, así que se
lo recibo. Sonrío amable, haciéndole un "Salud" de gratitud y me llevo esa
delicia a los labios.

Pero en lo que elevo mis ojos, veo algo que no me gusta para nada. Esa cara la
conozco bien. Kangin. La cosa no me perturbaría tanto, sino es porque tiene la
mirada clavada en mí, mientras teclea su móvil. Él no se ha dado cuenta, que
yo lo estoy viendo a él.

- ¡Mierda! – rujo, porque no me quiero imaginar que "él" ha sido capaz de hacer
algo así.

Me muevo a propósito, ocultándome detrás de un tipo alto. Y ahí confirmo que


me está vigilando, porque ni bien me pierde vista, se le frunce el entrecejo y
busca desesperado para cualquier lado ¡Voy a matar a ese matón!
El barman me deja otro trago en la barra y me guiña el ojo sonriendo. Yo le
agradezco y lo tomo. Mientras, pienso en la manera de escabullirme.

- ¡Hola precioso! – me dice una voz melodiosa y hasta tierna.

De repente me encuentro rodeado por un grupo de chicas, que me miran como


queriendo comerme con los ojos.

- ¡Eres lindo! – me dice otra de forma sugerente.

Yo creo que esos short violadores deberían estar prohibidos, gritan "pecado"
por todos lados, pero aprovecho igual la vista ¿Cuándo fue la última vez que
estuve con una chica? Qué recuerdos...

- Gracias – le digo amablemente guiándole el ojo con mi divina sonrisa.

- ¿Estás solo? – me pregunta otra.

- Me abandonaron – digo haciendo un puchero – Me dejaron tirado, solo y


desamparado.

Un "Ohhh..." de ellas, me dice que me van a hacer de almas caritativas, más


cuando comienzan a bailar a mi alrededor. Son como siete juntas y yo me río,
pensando en que alguna vez Henry me dijo que las chicas son las más
inofensivas, porque estas distan mucho de esa descripción, menos si tengo en
cuenta que ya se me pegaron al cuerpo y me bailan de arriba abajo, ni que
fuera un caño, su caño. Yo disfruto divertido, mientras tomo cada trago que me
sirven en la barra.

De pronto una me lame la mejilla y otra me canta al oído. Yo, joder, me


estremezco por completo, pero de las cosquillas. Es que ya sé qué me pasa. He
tomado mucho y me estoy saliendo de control. Creo que ya lo dije. Encojo los
hombros y comienzo a moverme también, pero porque me imagino el informe
completo que Kangin le pasará a su jefe y me siento a full con ganas de hacerlo
rabiar. No soy de piedra tampoco...

En lo que estoy llevándome otra delicia de aperitivo a los labios, alguien me


arranca el trago de las manos y larga la copa a romperse por cualquier lado.
Después me agarra de la muñeca y me tira de la ronda de mis salvadoras.

- ¡TU NO TOMAS! – me grita el infeliz, como si tuviera derecho a decirme algo.

- ¡QUIEN TE HAS CREIDO QUE ERES PARK CHANYEOL! – rujo furioso.

Nadie interviene de ahí. Es que es Park Chanyeol ¡Mierda! ¡Todos le tienen


miedo!

Encima el infeliz les grita a los bármanes de la barra completa, amenazante,


señalándome.

- ¡A partir de ahora para él la barra está cerrada! ¡¿Fui claro?!

Es que recuerda siempre que yo tomado pierdo el control. Si no ¿De qué otra
forma hubiera estado con él esa primera vez? Yo le pego un puñetazo a su
pecho, que ya sé que no tiene efecto, pero algo tengo que hacer.

- ¡SOY CLIENTE IDIOTA!

- ¡TOMASTE! ¡Y SABES BIEN LO QUE PASA CUANDO TOMAS!

- ¡Y A TI QUÉ MIERDA TE IMPORTA!


- ¡CREI QUE HABIA SIDO CLARO!

Ya estoy recontra sacado. Él no está mejor que yo. Está descontrolado. Se le


nota. Está sudando. Su camisa está algo mojada por la traspiración. Sus
cabellos están pegados a su frente y sus fosas nasales se inflan con cada
bocanada de aire que toma. Mierda. Ese pecho. Sube y baja salvaje como nunca.
Y esos botones desprendidos, solo me invitan a seguir desprendiéndole todo el
resto.

Cierro los ojos y sacudo mi cabeza para recordar que lo detesto. De pronto
siento unas manos atrás. Miro de reojo y veo bien que mis chicas se han
sumado, como para hacer frente a la situación y mientras me sujetan, para que
a este ni se le ocurra llevarme. Sip... son mis salvadoras.

De repente veo que unos guardias suyos de acercan. Entre ellos Kangin.

Me hace acordar a una escena de cuando era chiquito. Mis niñas de la escuela
haciéndole frente a un orejón, altote, cara de guasón que me molestaba junto
con sus matones. Ni que volviera al pasado.

- Jefe – dice uno de ellos a Chanyeol en alto – Son todas chicas...

- ¡Y qué! – grita escupiendo bronca él.

Yo me siento ni que estuviera ganando una riña. Mis chicas, contra esos
matones de Chanyeol. Elevo el mentón, para gritarle con fuerza, empujándolo
lejos.

- ¡¡Me mandaste a vigilar!! ¡¿Pero quién te has creído que eres?!

- ¡¡Eres mío Baekhyun!! ¡¡Y yo cuido lo que es mío!!


- ¡¡Baekhyun!! ¡¿Dónde está Minseok?! – creo que alguien dice en el aire, pero
yo ni miro.

- ¡¡Yo no soy de nadie Park Chanyeol!! ¡¡Así que déjame en paz!!

- ¡¡No!! – tiene el tupé de decir a los cuatro vientos – ¡¡Todos saben que eres
mío!! ¡¡Te tengo que cuidar!!

- ¡¿Dónde está Minseok?! – escucho de nuevo al adorno.

Miro apenas a ver quién es. Jongdae ¡¿Acaso nos siguieron estos?! No creo en
las casualidades. Igual parece minino abandonado. Me da pena.

- ¡Por allá! – le grita al fin, señalándole dónde es "por allá".

Veo una copa que había quedado servida. No sé para quién era. Pero a mí nadie
me manda. La tomo entre mis manos y Chanyeol de nuevo me la arranca,
haciéndola desaparecer.

- ¡¡Qué mierda estás haciendo!! ¡¡Tú, no tomas!! – me ordena.

- ¡¡Yo hago lo que quiero con mi vida Park Chanyeol!! – grito indignado y
rabioso.

- ¡¡Tú puedes hacer lo que quieras con tu vida!! ¡¡PERO CON MI HIJO A
CUESTAS NO!!

No he escuchado más, porque este cavernícola me agarra de la cintura, me


eleva por el aire y me trepa a su hombro.
¡INFELIZ! Mis niñas se tapan la boca y se hacen para atrás. Sabía que es lo
que las iba a espantar. Y si ¡Las espantó! Porque cuchichean entre ellas y se me
alejan como peste ¡LO VOY A MATAR!

- ¡SUELTAME IDIOTA! – grito con todas mis fuerzas, pero él ni me escucha -


¡No es verdad! – termino por decirle a ellas, pero ya es tarde, ni me escuchan.

Encima este tiene una fuerza terrible o yo soy muy delgadito. La cosa es que
mis patadas en su estómago y mis pesados puños en su espalda, ni le hacen
efecto. Yo veo todo patas arriba, mientras la gente se nos mata de la risa. Igual
en ningún momento he dejado de luchar por liberarme.

- ¡BAJAME IDIOTA! ¡TE VOY A MATAR! ¡SUELTAME BRUTO DE MIERDA!

Yo ni sé a dónde va. Solo veo más oscuro y luces rojas. Nunca vine a esta zona.
La del reservado. En medio de los que se están dando duro en los rincones, él
me suelta como plomo en el suelo.

- ¡DÉJAME EN PAZ IDIOTA! – grito y le doy una trompada en la mandíbula.

- ¡MIERDA! – grita – ¡POR QUÉ SIEMPRE TIENS QUE HACER ESO!

Aprovecho que lo he descolocado y de un tiro me subo unas escaleras, porque


esto es parte del subsuelo.

- ¡Baekhyun, vuelve aquí! – me grita como si le fuera a obedecer.

Corro un tramo de pasillo y ya me encuentro en planta baja de nuevo. Miro a


todos lados, buscando a mis amigos. Pero, ni por asomo los encuentro ¡¿Dónde
diablos se metieron?! Me encuentro sólo ¡Mierda!
Siento un paredón detrás de mí, que se me apoya. No puede ser. Ese roce.
Cierro los ojos y aprieto mi mandíbula. Respiro hondo. Ese perfume de nuevo...
¡No! me doy la media vuelta y le grito en la cara.

- ¡Qué mierda quieres Park Chanyeol! ¡¿Piensas estar detrás de mí toda la


noche?!

- ¡Si! – me dice y yo siento ese aliento a frutos rojos, que me da vuelta por todo
el rostro y me estremece por completo.

Lo miro con desconfianza de arriba abajo y mis puños en la cintura. Es como si


lo analizara, pero en realidad, lo estoy disfrutando. Entonces no sé por qué, le
pregunto, porque estoy improvisando qué hacer con mi vida.

- ¿Tienes dinero encima?

- Si.

- Ok.

Es todo lo que digo y camino a la salida.

Si me va a seguir, al menos que valga la pena. Secuestrarme no va a poder, si


no me dejo secuestrar por las buenas y bien, como tiene que ser. Ni yo entiendo
qué pienso y qué quiero, pero algo quiero... Solo sé que tengo ese poder sobre él,
intacto...

Subo por unas escaleras a tientas y un tipo se me quiere acercar. Solo veo la
mano de Chanyeol, que de un empujón lo ha estampado contra la pared y deja
en claro con su índice en alto, que ni se le ocurra tocarme. Matón de mierda.
No sé por qué sonrío y sigo caminando.
Me abren las barreras en la puerta, para darme paso. Está repleto de gente,
todavía haciendo cola, cuando ya son como las dos de la madrugada.

- Señor Park – dice uno de los tipos con una reverencia.

Camino derecho. Sólo escucho el motor de los autos pasar a velocidad lenta, con
su música a todo volumen, las risas de los grupos de gente que sigue fuera la
fiesta y yo, no sé qué hago. Sólo me muevo.

- Baekhyun – me dice, sin perderme pisada – A dónde mierda vas.

- No sé – le respondo.

El gentío va y viene y yo soy parte de esa multitud. Hay de todo a estas horas
de la noche, pero todavía falta mucho para que acabe. No tengo miedo como
otras veces, porque a mi lado está Park Chanyeol. Quizá resulte descabellado
sentirme seguro con un mafioso caminando por la noche de Seúl, como si nada
malo pudiera pasar. Porque sé, que él no dejaría que nada me pase.

Me detengo. Miro a dónde puedo entrar de los innumerables locales que hay en
la zona.

Observo a Chanyeol y lo encuentro justo que me recorre con esos ojos terribles
y se detiene en los míos. No sé qué tiene, que me pierdo en ellos. Esa forma de
mirarme, de analizarme, de penetrarme. Larga una mueca, sacudiendo su
cabeza hacia el cielo, para terminar de nuevo en mi rostro. Entonces dice.

- ¿Qué voy a hacer contigo Byun Baekhyun?

Alzo mi mentón, con toda la soberbia encima y solo me limito a responderle.


- Seguirme Park Chanyeol.

Ya lo sé. Estoy perdido. Pero aún perdido, sé que sigo teniendo el poder sobre
él.
Capítulo 21
"Jamás debería haberme apartado de él..."

Tomo una bocanada de aire fresco, pero no siento frío, porque todo yo estoy
caliente.

Hago como si me desperezara. Abro mis brazos y cierro los ojos. Miro la
oscuridad del cielo y lanzo el vapor blanquecino que sale de mi boca. No
puedo evitar reírme, de no sé qué.

Siento unos silbidos y tipos que me dicen cosas sucias. Recién me doy cuenta
que estoy casi en cuero, porque dejé mi chaqueta en "Sky", pero ni me importa.
Lejos de sentirme inhibido, estoy explosivo.

Entonces Chanyeol se quita su saco y me lo pone en los hombros, quedándose


con esa camisa ceñida a su cuerpo, que le queda espectacular. Hoy de color
vino tornasolado que lo hace brillar. Esos pantalones oscuros de vestir, solo
resaltan el buen físico que tiene.

- ¡Aguafiestas! – grita uno y su grupo se ríe.

- ¡Deja que lo pobres disfruten!

Me encanta como le queda esa camisa. Pero más, lo rabioso que está, con esas
manos en la cadera, asentándose levemente en una de sus piernas, dejando la
otra suelta. Se remoja los labios mientras me ve de arriba abajo y se los
muerde. Está furioso, pero también caliente por mí. Por eso me río.

- ¿A dónde mierda pretendes llegar? – me pregunta duramente.

- Tú quisiste seguirme. No me jodas – le digo serio, pero sugerente.


Sigo caminando derecho.

- ¿A dónde vas?

- No sé.

- Baekhyun... – siento que dice en tono amenazante.

Me detengo. Le doy un puñetazo en el pecho. Él solo se mira y respira hondo,


para clavarme los ojos de nuevo. Ni que me fuera a intimidar. Él ya no me
puede amedrentar, porque despierta la fiera en mí, sobre todo cuando me
quiere controlar. Así que le grito, en lo que lo empujo.

- ¡Me hubieras dejado donde estaba! Pero no ¡Tenías que meterte!

- ¡Nadie te toca! – me dice clavando su índice en el aire.

- ¡Eran chicas! – le digo indignado – ¡¿Tenías que decir esa mierda de


embarazo?!

- Te merecías una lección.

Se me ríe en la cara. Sabía bien cómo espantarlas o al menos dejarlas en jaque,


para que no hagan nada.

- Imbécil... – murmuro y sigo.

Sigo caminando unos pasos como si nada. Siento que él se me va arrimando.


Meto mis manos en los bolsillos y camino ni que estuviera en una pasarela. La
madrugada llama a la multitud a estar dispersa por todos lados. Sé que me
miran al pasar. No soy tonto.

Chanyeol es hermoso, sé que también lo miran. Pero me sigue serio, como perro
rabioso. Siento su suspiro sediento a mi lado. Solo me quita la vista, cuando
fulmina a alguno que me dice algo al pasar. Pero también noto que gira su
cabeza demasiado para todos lados. No es la primera vez que lo he visto
haciendo eso.

- ¿Por qué tan nervioso Park Chanyeol? – pregunto sin dejar de ver hacia
adelante.

- No es seguro aquí.

- Estamos en medio de una multitud, jefe – me le burlo.

- Nunca sabes qué tan peligrosas pueden ser algunas personas ocultas entre la
multitud.

Me detengo de repente y me vuelvo para verlo. Él se queda quieto y aunque me


mira, también sé que sigue alerta, porque tiene el ceño fruncido.

- ¿No acaso te sigue tu guardia?

- Si. Pero nunca es suficiente.

- ¿No llevas armas?

- No.
- Qué pasó... – le pregunto con tono sarcástico, pero no me responde, solo mira
a todos lados.

Me giro para seguir caminando otro tramo. No insistiré en ese tema.

- Igual mi guardia me sigue – le confieso.

- ¿Tu abuelo...?

- Si. Aunque cree que no me doy cuenta.

- Baekhyun – me dice con tono serio – Entremos a algún lugar. No me gusta.


Estás muy expuesto.

Me le río en el aire y me detengo de nuevo para enfrentarlo. Burlón le digo.

- ¿Qué pasó con el poderoso Park Chanyeol, el que no le teme a nadie, ni a


nada? Porque eso dicen todos ¿Verdad?

Levanta su quijada y se me arrima. Yo no me muevo de mi lugar y se me pega


al cuerpo. Está molesto, su mandíbula se tensa y puedo ver los huesos duros de
la expresión de su rostro. Entonces me dice.

- Desde que te han visto conmigo, soy blanco fácil.

"Blanco fácil", ha dicho. Un escalofrío me recorre de la cabeza a los pies. De


pronto el calor que sentía se ha esfumado en un segundo. Me he puesto serio
como él, pero no dejo de mirarlo.
- Y eso qué quiere decir – pregunto.

- Que soy vulnerable Baekhyun. Porque tú eres mi debilidad. Y ya todos lo


saben.

- La gente sí que es chismosa – sonrío apenas, como si hubiera hecho un buen


chiste.

Observo un local de espaldas a Chanyeol y me meto. Un pub. Está lleno, pero


tranquilo. Algunas parejas bailan música lenta en la pista, otras están
sentadas tomando. Luces tenues adornan todo. Hay velas en las mesa y los
camareros discretos sólo se acercan cuando los llaman.

Elijo una mesa pequeña contra la pared y me siento en un sillón individual de


terciopelo. Chanyeol se sienta en frente y me observa detenidamente, mientras
me quito su saco y lo pongo en el respaldo de mi asiento. Me vuelvo a él. Juro
que pareciera que está en un trono como rey.

Una camarera con una mini de infarto, se acerca y nos deja en la mesa una
botella de tequila, con dos shots y un recipiente con rodajas de limón, mas sal.
Yo me quedo boquiabierto, más cuando observo a la descarada, que en mis
narices se le arrima demasiado a Chanyeol y le muestra las pechugas que se le
quieren saltar y juraría que a propósito.

- ¿Todo bien señor Park? – pregunta la zorra que ni me mira.

- Todo bien. Gracias – le responde sonriendo – Hoy no tomaré esto. Trae algo
más suave.

- Como diga señor Park – asiente la zorra y está por levantar todo.

- Déjalo – la detengo secamente, llevando delante mi mano.


La zorra mira a Chanyeol, esperando que él dé la orden. Pero ¿Que acaso todo
el mundo lo conoce? ¿Hay algo que no sea de los "Park"?

- Déjalo entonces. Él así lo quiere – dice mirándome con una sonrisa, no sé si de


burla o complacido por algo.

- De acuerdo señor Park – termina de hablar y se retira guiñándole el ojo.


Zorra.

Miro a Chanyeol unos segundos y le pregunto sonriendo.

- ¿No me vas a decir que no tome?

Sus labios se curvan. Ahí está el perverso que tanto añoro de vez en cuando.

- Qué – vuelvo a hablar – ¿Me vas a emborrachar, para llevarme a la cama


después...?

- Si – me dice sin quitar esa curva maliciosa de sus labios.

Asienta su codo izquierdo en el reposabrazos de su sillón, tocándose con los


dedos su labio inferior. Veo que se acomoda y eleva su pelvis, poniendo una
pierna sobre la rodilla. Me está mostrando su hombría y me es inevitable verla.
Mierda. Soy un pervertido, porque se la chuparía en este momento. Me quiero
matar.

- No soy fácil Park Chanyeol – le digo.


- Lo sé. Y por eso me calientas tanto, Byun Baekhyun.

Quito mi vista de ahí y miro para todos lados. Escucho que el maldito larga una
sonrisa en el aire.

- Qué es tan gracioso – lo reto, poniéndome serio.

- Cómo te estás conteniendo.

- Vete a la mierda – es todo lo que tengo para decir, porque no sé qué


retrucarle.

Chanyeol abre la botella de tequila y nos sirve a los dos. De un saque me tomo
el trago, para terminar mordiendo la rodaja de limón. Eso me ha subido en un
segundo la temperatura. Me relamo los labios y los dedos con el resto del jugo
ácido. Muevo mi cabeza y emito un gemido de placer sin querer, cerrando los
ojos. Para cuando los abro, Chanyeol respira agitado.

- ¿Me vas a dejar tomando solo?– sonrío jugando con el pequeño contenedor de
vidrio en mi mano, que me acabo de servir – Vaya... Al final creo que te quieres
aprovechar en serio de mí.

Se mueve de su lugar relajado. Me mira y entonces entiendo que está


esperando a que yo tome mi medida. De un saque, igual que antes, lo hago
pasar por mi garganta, chupando con ganas otra rodaja de limón. Él, me sigue
hasta en los tiempos. Se relame los labios y los muerde con ganas, emitiendo un
sonido con sus dientes, por el ardor. Él es ardiente.

Está enojado conmigo. Lo sé. Por eso s me ocurre decirle.

- Lárgalo Chanyeol. Lo que tengas para decirme, lárgalo...


Respira una bocanada de aire profundo, como tomando valor o conteniéndose
del impulso de gritarme algo. Entonces me lo larga.

- ¿Por qué me dejaste sólo?

Silencio. Me sirvo otro shot y me lo mando de una, realizando el mismo ritual.


Dejo en la mesa fuerte el envase de vidrio, que retumba y le respondo.

- No es fácil ver a tu hasta el momento novio pegarle un tiro en la cabeza a un


tipo...

- Ese hijo de puta se lo merecía – habla por encima de mí.

- ...porque aunque el maldito hijo de puta se lo mereciera, llegas a la


conclusión, de la noche a la mañana, que la persona que crees amar, resultó ser
un asesino.

- Hice justicia... – interrumpe de nuevo, pero yo le complemento con otra.

- Los diarios tienen noticas interesantes – le sigo devolviendo – ¿Recuerdas el


nombre de Jung Woong In? Es la nueva vedette en la sección de policiales...

- Yo no tuve que ver con su muerte...

- Lo nombraron esa noche...

- Estaba muerto desde antes.


- Claro – me le río irónico – Solo lo nombraste... Olvidé un detalle más, entre
tantas revelaciones. El hecho de enterarme de que eres el jefe de una de las
familias "gon-dal" más importantes de Seúl.

- La tuya también lo es, "Byun" – me remarca el apellido.

- Vaya... – le digo lleno de odio – Sí que sabes dar golpes bajos...

Me tomo de un saque el tequila, chupando el limón. Él hace lo mismo. Es como


si nos estuviéramos turnando por sacar toda la mierda que tenemos dentro.

- Te necesitaba – me reclama de pronto – Tan solo una palabra tuya, una


llamada, me habría bastado para...

- Tú no tienes idea por las cosas que pasé – le digo detestándolo ahora por su
reclamo, porque no tiene ningún derecho.

- Porque no me dejaste estar contigo.

- ¿Acaso tú si me dejaste estar contigo? Tú decidiste mantenerme apartado


desde el principio.

- Tú eras mi luz.

- Menos mal que la tienes clara. "Era" tu luz. Porque he quedado tan enlodado
que mis reflejos se han perdido y solo estoy metido en un mundo de mierda
oscuro y podrido – le espeto para tomar otro tequila.

Se queda callado unos segundos. Me analiza clavándome fijo esos ojos. Quiere
leer mi mente, como antes lo hacía. Pero en estas últimas semanas el libro
abierto que era y del que podía hacer lectura con tanta facilidad, ha sido tan
manoseado y tachado y reescrito por dentro con tanta oscuridad, que ni yo
podría leerme.

Tratando él de interpretar esos trazos borrosos en la expresión fría de mi


rostro, cambia el modo del suyo y ablandando su gesto, a uno más relajado,
pero lastimoso, me dice...

- Baekhyun... ¿Dónde estás Bonito? ¿Dónde está Mi Sol, mi luz que hacía mi
mundo más hermoso?

- Quizá quedó estampado con una bala en la cabeza cuando descubrió la verdad
o en la orilla de algún río.

- ¡Basta Baekhyun! – exclama sacado, estampando la palma de su mano en la


mesa, que tiembla – ¡Todo lo que hice fue protegerte!

- ¿De ti? – le digo alzando las cejas, sin que ese golpe me haya inmutado un
poco – Debo decir ¿"Gracias"?

Respira agitado. Me ve tomar otro trago y con furia, se lleva a la garganta su


bebida también. Me quedo ahí mirándolo altivo. Lo detesto. Tener el descaro
de venir a reclamarme cosas. Ni sabe por lo que pasé sin él. Pero él insiste.

- Lo hice para protegerte.

- ¡MENTIRA! – protesto tomando otro shot de tequila y dejándolo con odio en la


mesa – ¡Tenías miedo de que te dejara!

- ¡Porque te amo Baekhyun! ¡Y esa es la única verdad de esta historia!


- ¡No hay verdad Chanyeol! ¡Todo fue una mentira!

- ¡Nuestro amor no es una mentira!

- Y quién dijo que te amo – le digo crudamente y remarcando cada palabra – No


sé quién eres Park Chanyeol. Ahora, cuando te miro, solo siento desprecio y
odio.

Lo he dejado aniquilado. Puedo ver su mirada desmoronarse, aunque intenta


seguir sosteniendo ese porte soberbio. Lo noto en el imperceptible temblor de su
mano, enterrando con sus dedos el apoyabrazos del sillón.

Me levanto de mi lugar, como si hubiera ganado una batalla y le doy la espalda.


Camino unos pasos y entonces hace lo que endemoniadamente está más que
acostumbrado a hacer conmigo. Lo que quiere.

Me da la vuelta violentamente y me estampa contra su cuerpo. Su amarre esta


vez no es solo fuerte, sino que también doloroso. Cierro los ojos. Intento
apartarlo. Ahora veo el efecto de alcohol en mí. He perdido el control de mi
cuerpo y él, se ha dado cuenta, porque quizá era lo que quería.

- Esto... – me susurra en el oído – ¿Esto no existe? – dice mordiendo el lóbulo de


mi oreja.

Un gemido endemoniado sale desde lo más profundo de mis entrañas. No


quisiera, pero no tengo control.

- Esto... – ruje de nuevo pero esta vez estampando su miembro endurecido, en


el mío – ¿Esto no es real?

- Chan... Chany...eol – balbuceo – No...


- No qué – me dice furioso, tomando bruscamente mi nuca y obligándome a
estar de frente, me grita – ¡No qué!

Mis ojos se encuentran con los suyos endurecidos y negros. Tiembla de ira, por
las palabras que le he dicho. Me las va a hacer pagar con creces, lo sé. Y me lo
confirma cuando me dice.

- Trata de convencerte todo lo que quieras, de lo mucho que me odias y me


desprecias Byun Baekhyun – me dice en mi boca, rozando mis labios – Pero tu
cuerpo no miente ¡Tú me perteneces, como yo a ti!

Y malditamente detesto que mi cuerpo reaccione a él, porque no es sólo mi


cuerpo, sino mi corazón por completo, que ha perdido la razón.

- No es así – quiero convencerme hablando rudamente, mirándolo a los ojos –


Miéntete a ti mismo imbécil ¡Te odio!

- ¡Porque me amas!

Y choca sus labios furiosos contra los míos. Rudamente me obliga con su mano
que sostiene mi nuca, a mantenerme pegado a él. Lo estoy sufriendo. Me duele
en lo más profundo de mi ser, tener que resistirme. Me estoy ahogando y abro
la boca para tomar algo de aire. Y él aprovecha para meter su lengua. Sentir su
lengua es como empaparme de nuevo en Chanyeol y en esa forma que tiene de
hacerme el amor. Pero me resisto a caer.

- ¡No! – le grito haciendo con fuerza mi cabeza hacia un costado, como


queriendo despertar y mostrarle que tengo "algo" de voluntad – ¡No Chanyeol!

Pero es como si no escuchara mis palabras, ni sintiera mi cuerpo que se le


resiste con fuerza, tratando de desamarrarme de su agarre.
- ¡Basta Chanyeol! – exclamo empujándome en su contra – ¡Basta!

Busca mis labios, pero yo lo esquivo. Estoy más enojado conmigo que con él,
porque no he sabido controlarme y he llegado hasta aquí.

- ¡Basta Chanyeol! ¡No!

Él hunde dolorosamente sus dedos en mi cuerpo y tiembla de ira. Me obliga a


verlo a los ojos. Entonces veo que llora. Gritando con odio, me hace temblar en
sus brazos de una sacudida.

- ¡Me matas Baekhyun! ¡Me matas cada segundo que no estás a mi lado, cuando
sé que lo quieres tanto como yo!

Sin apartarse un segundo, me habla furioso, me ordena, me sentencia.

- ¡Esta noche, vas a hacer lo que yo te digo!

Miedo. Siento miedo de mí, porque no he sabido luchar contra él. Me toma
bruscamente del brazo y me tira hacia la salida. He tratado de soltarme, pero
eso ha hecho que me amarre al lado de su cuerpo. Y sé que todos miran, pero
nadie luchará contra él, porque es Park Chanyeol y todos lo saben. Lo odio.

Un auto se aparca justo en lo que salimos. Como si lo tuviera todo calculado. Es


su auto. Alguien lo llevó. Kangin desciende y solo le lanza las llaves.

- Tomaste – le digo asustado – ¡No voy a subirme!

- Tú haces lo que yo te digo – me dice y me trepa.


Estoy débil. Las piernas me tiemblan. El alcohol ha hecho estragos en mí y no
tengo el control. Chanyeol me da terror en este momento, porque jamás lo
había visto en este estado. Toma mi muñeca y de un tirón me deposita en el
asiento de acompañante. Me cierra la puerta de una estampida. Recién me doy
cuenta de lo tonto que he sido y cuando quiero salirme, ya es tarde. Ha puesto
el seguro. Igual comienzo a manipular la puerta agitado y asustado, porque en
este momento creo que es capaz de hacer cualquier cosa.

- ¡Chanyeol basta! ¡Abre la maldita puerta!

No es como la otra vez que hizo esto. Tiene alcohol en la sangre, pero sobre
todo, odio que se le nota en la mirada y en cada músculo tenso de su rostro
mojado.

El motor ruje y su auto sale, emitiendo un chirrido ensordecedor, como


disparado. Me pongo el cinturón de seguridad apenas, en lo que tiemblo como
hoja.

- ¡Chanyeol!

Ya pierdo la cuenta de las veces que le he pedido que pare. Mis gritos no hacen
efecto en él.

Es su distrito, así que conoce bien por dónde ir a una velocidad que me asusta.
Mi corazón palpita excitado, mientras me sostengo del asiento del coche. Miro
de reojo y quiero explotar por dentro, cuando veo que la aguja ha sobrepasado
los 190 kilómetros p/h.

Ha tomado una carretera por donde no hay residencias, como saliendo de la


zona, para un descampado. Aterrado porque quiera matarnos, comienzo a hacer
una locura mayor. Lo pateo.
- ¡Basta! ¡Frena! ¡Nos vas a matar!

Me esquiva y me quiere detener con una mano, pero yo le respondo con mis
golpes. Le planto patadas y puños, y él rabioso apenas si me mira para
correrme, incrementando la velocidad.

En lo que se voltea a mirarme, los dos vemos el reflejo que nos enceguece de un
auto que viene de frente. Chanyeol lo esquiva y hace un remolino que él
intenta controlar. Frena. Terminamos por milagro a orilla de la carretera.

En un segundo de silencio, respiro reaccionando antes, quitando el seguro y


bajándome de un tiro, tratando de escapar de él. Pero apenas piso tierra, siento
el estómago revuelto y comienzo a largar todo.

- ¡Baekhyun! – grita.

Siento el agarre de Chanyeol por detrás. Aunque intento manotearlo, me


encuentro obligado a sostenerme de él y recibir su ayuda. Estoy débil. Mis
piernas tiemblan.

Cuando he terminado de vomitar, Chanyeol me incorpora lentamente. Tengo


los ojos llenos de lágrimas, por la presión de mi estómago. Respiro agitado.
Chanyeol me toma de las mejillas y veo la desesperación de su rostro.

- Maldito – murmuro apenas – Aléjate de mí... Quisiste matarme...

- No – me dice recién dándose cuenta de lo que ha hecho – No sé qué mierda...

Pero no pudo decir más. Una oleada de cinco coches nos rodean. Me quedo
quieto y aturdido por el ruido de motores y las luces que me enceguecen. Un
montón de hombres descienden. Miro a Chanyeol y la expresión de su rostro me
indica que esto no es bueno.

Se vuelve a mí y me pregunta.

- ¿Son tus guardias?

Miro apenas. Él vuelve a obligarme a decir algo.

- Baekhyun...

- No – murmuro, porque no reconozco a nadie en verdad.

- Tampoco míos...

Él me pone detrás de su cuerpo y yo me sostengo con fuerza, abrazándome de


su cintura. No. esto no es nada bueno. Más cuando observo el detalle, de que
alguien desciende sonriendo, del auto que nos vino de frente y casi nos mata a
todos. Ahora habría sido realmente muy bueno, que él cargara con un arma,
como antes.

El tipo que se ríe, mientras se acerca, grita en medio de la autopista vacía,


prendiendo los botones de su saco.

- ¡Park Chanyeol! ¡Jamás pensé que fuera tan fácil agarrarte!

- Bae Soo Bin – dice él poniéndose derecho – ¡Qué demonios crees que haces!

- Vengo a traerte un mensaje Park.


Los tipos se abalanzan sobre Chanyeol y lo quieren agarrar.

Dos me tiran a mí hacia atrás. Yo me vuelvo para estamparle una trompada a


uno y una patada a otro.

Cuando me vuelvo a Chanyeol, él lucha contra un montón de matones que no lo


pueden dominar, tirando a varios al suelo noqueados. Chanyeol sabía artes
marciales y yo ni enterado. Pelea, pero yo soy un estorbo en este momento,
porque alguien me apunta a la cabeza.

Chanyeol se frena en seco cuando ve eso. Ahora entiendo la expresión "blanco


fácil". Yo lo he vuelto vulnerable.

- ¡No te atrevas Soo Bin! – ruje Chanyeol alzando su dedo.

- ¡No me obligues Chanyeol! – le grita el otro.

Mientras los tipos que chorrean sangre se incorporan, el tal Soo Bin les reclama
furioso.

- ¡Debiluchos de mierda! ¡Mejor hagan de matones en las novelas! ¡Idiotas!

Se vuelve a Chanyeol y con un gesto, Soo Bin ordena que me acerquen a su


lado. Chanyeol está desencajado. Todo él está lleno de rabia y de ira, pero sus
ojos cuando se encuentran con los míos, muestran miedo.

- Chanyeol...– balbuceo.

- Vaya – habla Soo Bin estirando su mano, tocando mi rostro que yo esquivo
rabioso – Así que este es tu chico. Si que tienes buen gusto Park.
- ¡Ni se te ocurra tocarlo!

Chanyeol se abalanza, pero el que sostiene el arma, me la pega más a la


cabeza. Eso hace que Chanyeol se frene de una, apretando sus puños,
impotente, sin poder hacer nada.

- Park sé razonable. Sólo vengo a dejarte dos mensajes – dice el hombre


abriendo los brazos y sonriendo amigable – Mi intención no es meterme con tu
chico. Pero si no me dejas otra...

- ¡No me amenaces!

- ¡No me provoques he dicho! – dice elevando su índice de forma amenazante y


componiéndose en su tono de voz, sigue hablando – Deja de querer demorarme
Park. Sabemos que en un minuto tendremos a tu guardia aquí y ninguno
quiere batalla esta noche ¿Verdad?

Chanyeol respira agitado. Aunque yo sé que su mirada es de miedo cada vez


que me mira, jamás pierde su porte altivo y alerta. No se desmorona un
segundo.

- Dame de una vez esos mensajes entonces y lárgate.

- Antes que nada quiero darte las gracias por lo de mi primo. Tu estilo me
sorprendió. Rebanarle la garganta fue...

- Yo no fui – dice él – No tuve el gusto.

- De acuerdo – dice secamente el tipo lanzando una mueca – Dale las gracias de
mi parte a quien lo haya hecho.
El tipo que me apunta, se para detrás de mí y huele mi cabello. Se le burla a
Chanyeol en la cara. Entonces no puedo evitar, cuando siento su aliento, darle
con mis nudillos en la nariz. Sale chillando hacia el fondo y otro toma el arma
para seguir apuntándome.

Chanyeol se abalanza pero Soo Bin le eleva la mano.

- Quieto Park – y volviéndose al tipo que me quiso tocar lo patea él mismo en el


estómago – ¡Pendejo! ¡Sáquenlo de mi vista!

Se vuelve a Chanyeol y le dice.

- Es nuevo. No sabe de reglas.

- Ni tú Soo Bin ¡Dame los mensajes de una vez mierda!

- Bueno. Primero. Seguramente escuchaste hablar de "El jefe". Manda a decir


que dejes de meter tus narices en donde no te llaman. Porque vas a terminar
como tu primo.

El tipo sonríe y veo los ojos de Chanyeol, llenos de ira y dolor.

- Siento mucho lo de tu primo. Era un niño prometedor. "El jefe" – sigue


diciendo el hombre – No quiere armar una guerra sin sentido. Así que te
ordena que la cortes Park Chanyeol.

- ¿Eso es todo? – dice el entre dientes.


- No. Falta el segundo mensaje. Pero, lo recibes quieto, sino tu chico lo recibirá
por ti ¿Ok?

De la nada veo que todos muestran bates de béisbol y mientras tres me


sostienen, con horror veo que comienzan a acercarse a Chanyeol.

- ¡No! – grito queriendo ir – ¡No! ¡Chanyeol!

No puedo seguir adelante. Chanyeol sólo mira que me siguen apuntando y


aprieta su mandíbula para aguantar, porque sabe lo que viene. Y comienzan.

- ¡Basta! ¡No! – grito lleno de angustia, ya quedándome sin voz.

Los golpes que le depositan en su cuerpo, es como si se me incrustaran en el


mío. Chanyeol cae al suelo y ellos siguen dándole como si se tratara de una cosa
y yo aunque grite, no puedo desamarrarme de los tipos que me retuercen con
furia.

Lloro de espanto, mientras veo que la sangre salta por todos lados. Son como 10
alrededor de él y yo, no puedo hacer nada.

Caigo de rodillas. Ahora soy consciente de que yo no soy más que un estorbo.
Jamás habría perdido el control, como para exponerse tanto. Me he olvidado del
arma que me apuntan. Me suelto del amarra luchando furioso y corro hacia
donde está esa multitud. Un silbido se escucha en ese momento. Todos se
frenan justo en lo que yo me caigo de rodillas a su lado.

- ¡Ya! – escucho que grita Soo Bin – ¡Lo queremos en este mundo!

Se apartan. Y yo me quedo en el suelo temblando y llorando, no sabiendo qué


hacer, ni por dónde tomarlo, pues gime de las heridas, escupiendo sangre.
- Ya recibiste el mensaje Park ¡Vámonos!

En unos segundos siento el sonido de motores y autos en marcha. Pero en


ningún momento aparto la vista de Chanyeol.

- Dios... No... – murmuro desencajado.

- Estás... ¿Estás bien? – me pregunta débil, elevando su mano temblorosa a mi


rostro, apenas pudiendo tocar mi mejilla – No... no te hicieron nada...¿Verdad?

- Estoy bien – le digo sosteniendo su palma con mi mano –Chanyeol, tengo que
llamar una ambulancia...

Saco mi móvil y grito porque no tengo batería.

- Tu móvil – le suplico – ¡Tu móvil!

En eso escucho autos que se acercan y yo ya me siento desvanecer, de que el


horror vuelva a repetirse.

Se detienen y uno grita.

- ¡Joven Byun!

Me vuelvo. Kyuhyun ha llegado.

- ¡Lo siento! ¡Lo perdimos de vista y...!

- ¡Ya! ¡Ayúdame!
Otros autos se arriman y veo a los hombres de Chanyeol.

- ¡Kangin! – grito desesperado ni bien lo reconozco, tratando de levantarlo –


¡Ayúdame!

- Park ¡Señor Park! ¡Llamen al médico! – ordena a otros – ¡Que vaya a la


residencia del señor Park!

-¡No! – le digo – ¡Tiene que ir a un hospital!

- Joven Byun – me dice agitado – Hasta que no sepamos que pasó, un hospital
no es seguro.

Chanyeol me toma de la mano con fuerza. Lo miro. Asiente y yo solo puedo


hacer lo que ha decidido.

- Joven Byun – me dice Kyuhyun – Lo llevamos a casa.

- ¡No! Yo me voy con él.

No escucho los reclamos, ni los consejos que mi guardia me da. Solo sé que en
este momento mi lugar es a su lado. Jamás debería haberme apartado de él.
Nunca antes había experimentado el terror, ante la posibilidad de que me lo
quitaran por siempre.

Y en lo que lo ponen en mi regazo, dentro del coche que arranca, sólo me viene
lo que me dijo una vez Yixing. Él tenía razón. Y me duele a morir, haber tenido
que encontrarme frente a la posibilidad de que me lo arrebataran, para darme
cuenta de lo mucho que me hacía falta y del amor que le tengo, porque lo amo
con toda mi alma.
Capítulo 22
"No te vas"
- Baekhyun... – murmura apenas en mis brazos.

- Chanyeol...

Lo miro. Acaricio un segundo su mejilla, para volver a sostener su muñeca y


tomar su pulso. Tiene los ojos entrecerrados y el rostro lleno de sangre. Su
estado me asusta. Por eso trato de mostrarme tranquilo, pero soy de nuevo su
libro abierto.

- Estoy... – balbucea – yo estoy bien... No te asustes... ¿Si?

Me desespera porque sé que cada palabra que debe estar diciendo le está
doliendo. Percibo sus quejidos e imagino que debe tener, alguna costilla
fracturada de cuando lo palpé, además de hematomas terribles. Ruego porque
no haya hemorragia interna.

- Ya – le susurro cerca de su rostro – No hables. No es necesario.

- Perdóname – me dice tomando mi mano y tiembla – ¿Me perdonas?

- Sabes que si – le respondo, para que deje de hablar y porque sé que no se


quedará tranquilo – Te perdono todo lo que quieras, pero no hables...

- ¿Alguna vez... te di... te dije... que... que cuando peleamos... se me para el


corazón?

- Chanyeol – murmuro mientras las lágrimas recorren mis mejillas – Ya no


hables...por favor.
- Tú eres... mi mundo...

- Shhh... tranquilo...

- Mentí – me dice y supongo que habla de todas las cosas que me ocultó.

- Ya no hables...

- "Siempre sale el sol"...No podía... no podía dejar de


verte...cantar...y...bailar...Bonito... eres el más bonito...

Lloro en silencio. Parece que recuerda de las veces que me ha visto cantar.
Supongo que comienza a delirar. Apoyo mi frente a la suya. Él cierra los ojos.
Entonces Kangin grita.

- ¡Señor Park!

- ¡Kangin! ¡Dobla a la derecha ahora! ¡Está el Hospital Central!

- No puedo – dice nervioso.

- ¡Ahora! ¡No sé si lo golpearon en la cabeza! ¡Puede tener alguna contusión


para tratarlo de urgencia! ¡Por favor!

Lloro angustiado. Kangin me mira desesperado. Muy en contra de su voluntad,


termina por dar la orden de doblar a la derecha.

No conozco el sector de Urgencias. Queda muy alejado de donde normalmente


me manejo. Por eso no conozco bien al personal. Pero apenas llegamos, para mi
suerte me encuentro con el doctor Joo Woon, que apenas si me mira espantado,
gritando. Entiendo que me toman y me apartan de Chanyeol.

- Baekhyun – se me acerca el doctor que grita – ¡Qué ocurrió!

- Sufrió una golpiza con bates de béisbol. Respira con dificultad. Creería que
tiene al menos una costilla fracturada. El nivel de alcohol en sangre, debe ser
elevado – aclaro rápidamente.

Joo Woon me mira perplejo, se detiene en mí, recorriéndome de arriba abajo.

- ¿Tú no estás herido? No pareces estar bien...

Me observo a mí mismo. Recién me doy cuenta que mi remera ha quedado con


sangre, como mis brazos y manos. Huellas rojas que me hacen ser conciente de
que no estoy bien. El pánico se apodera de repente de mí, porque estoy
empezando a sudar y tiemblo. Me quedo duro del horror. Me asusto de mí
mismo.

Otro doctor no espera a que le responda. Se me acerca y abre mis ojos,


poniéndome una linterna pequeña. Lo veo unos segundos y creo que me habla,
pero ya no pude escuchar más. Estoy en shock, despierto, sin estar aquí.

- ¡Chanyeol! – grito tratando de entender qué pasó.

- Está durmiendo – me dice Kyungsoo – No te preocupes.

- ¡Qué... qué pasó! – digo tomándome la cabeza, mirando a todos lados.


Estoy ahora sentado en una camilla de emergencia. Aunque conservo mis
pantalones, la parte de arriba me la han cambiado, por una camisa celestes, de
mi uniforme de trabajo. Kyungsoo me dice entonces.

- Te desmayaste.

Lo miro. Saca un tensiómetro y un termómetro. Comienza a hacer la labor de


enfermero.

- Kyungsoo... ¿Qué haces aquí?

Me mira preocupado, mientras me cuenta todo.

- Esta mañana le avisaron a Jongin y a Sehun lo ocurrido. Yo justo estaba con


Jongin en su casa. Yifan está de viaje. No quisieron avisarle a Jongdae, por el
Primer Ministro. Me pidieron por eso que no diga nada. Jongin me trajo. No me
iba a quedar. Menos con el ataque de nervios que tenía. Llegué y te limpié un
poco. Me dejaron pasar, como parte del personal. Envié desde tu móvil un
mensaje a tus abuelos, para decirles que te quedaste conmigo. Tienes la presión
baja...Baekhyun... es la segunda vez que te desmayas... ¿Cuándo piensas
hacerte todos los estudios? – me reclama al final.

- ¿Dijiste "esta mañana"? Que te avisaron... ¿"esta mañana"? – pregunto.

- Si. Esta mañana.

- Qué... ¡No entiendo!

- Es media mañana. Solo dormitaste por 6 horas.


Me levanto pasmado. Todo este tiempo durmiendo y Chanyeol sin mí. Estoy
desesperado.

Salgo errático del compartimento, corriendo las cortinas.

- ¡No te preocupes Baekhyun! – exclama Kyungsoo, tratando de detenerme –


¡Chanyeol también durmió todo este tiempo!

Me topo con Kyuhyun que está sentado en una silla, leyendo un diario. Apenas
me ve se pone de pie y me dice preocupado.

- Joven Byun ¿Cómo se siente?

- Bien ¿Todavía estás aquí? – pregunto sorprendido.

- No lo iba a dejar aquí. Tengo que llevarlo a casa.

- Lo siento, pero él aún no se puede retirar – dice alguien que se acerca.

Es el señor Park, con Kangin detrás. Se detiene unos pasos delante de mí. Está
demacrado y tiene un semblante pálido. Lo observo. Recuerdo que Chanyeol
alguna vez me dijo que su padre estaba algo enfermo. De la última vez que lo
vi, está desmejorado. Pero también puede que esté así, por lo que le ocurrió a su
hijo.

- Joven Byun – me dice preocupado – Hay muchas cosas que tengo que hablar
con usted.

Estoy hecho un manojo de nervios. Sostengo la remera con mis manos


temblorosas y aprieto la tela con fuerza. Kyungsoo, que había estado a mi lado,
me sostiene.
- No fue su culpa Baekhyun. No lo estoy culpando de esto. Quiero que lo
entienda bien.

Lo miro con los ojos empañados. Retengo las lágrimas antes que se corran por
mis mejillas, pasándome furioso las manos por mis ojos. Debo estar estable. Es
lo que pienso. Porque quiero saber qué fue todo eso.

- ¿Cómo se siente? – me pregunta.

- Bien. Quiero ver a Chanyeol – es lo primero que me viene decirle – Por favor...

- Joven Byun, debemos irnos de aquí. Debo...– me habla Kyuhyun, pero el señor
Park, lo interrumpe, enfrentándolo.

- Entiendo que quiera cuidarlo. Pero no me falte el respeto en mis narices,


suponiendo que le haría algo al muchacho.

Se hace un silencio. Yo me quedo perplejo, por ese diálogo escalofriante. Pero lo


único que quiero es verlo, por eso insisto.

- Señor. Disculpe que insista, pero... quiero ver a Chanyeol.

- Duerme. Aún duerme.

De repente escuchamos el grito de...

- ¡FUERA DE AQUÍ! ¡NO NECESITO ESA MIERDA PARA DOMIR! ¡NO


QUIERO DORMIR!
- ¡CÓRTALA DE UNA PUTA VEZ CHANYEOL! – escucho el grito de alguien
conocido.

Un enfermero sale despedido de una habitación del sector de emergencias,


cayendo al suelo. Otro se queda pasmado, mirando dentro. Yo vuelvo a
escuchar.

- ¡DÓNDE ESTÁ! ¡QUIERO VER CÓMO ESTÁ!

- ¡TE DIJE QUE ESTÁ CON MI CHICO! – dice otro.

Kyungsoo aprieta mi mano. Lo miro. Ya entiendo.

Me adelanto corriendo a la puerta de ese dormitorio. Allí está de pie, con bata
de hospital, siendo amarrado por Jongin y Sehun que no lo controlan. El doctor
Joo Woo tiene una jeringa en sus manos, porque sé que está pensando en
administrarle por la fuerza un tranquilizante.

Veo angustiado a Chanyeol, pálido y ojeroso. Su abdomen está vendado. Los


hematomas y moretones son muy evidentes, en sus brazos, sus piernas y su
torso, que están entre rojos y morados. Su rostro también tiene cortes en los
labios y la ceja. Sin embargo él sigue empujando a medio mundo. Y cuando está
por darle una trompada al doctor, naturalmente intervengo.

- ¡CHANYEOL!

- Bonito... – murmura y de repente se vence para atrás.

Alcanzo asustado a agarrarlo de la cintura y él se queja del dolor, mientras lo


siento en la cama, que por suerte es un tanto alta, por ser de hospital. Le hago
seña a Jongin y Sehun, para que solo me ayuden.
- Bonito – dice de nuevo mientras me mira y me toca el rostro – Bonito...

- Ya está bien – le digo molesto mientras lo acomodo para que se recueste –


Mira el lío que armaste. Ellos solo te cuidan y mira lo que haces. Eres un
irrespetuoso.

- Quería verte y no me dejaban.

Larga una sonrisa. No sé ni cómo puede hacerlo, por el estado en el que está.
Yo no sé por qué me contagio y le curvo los labios, mientras acomodo la
almohada en su cabeza.

- ¿Cómo estás? – me pregunta.

- Bien – respondo deteniéndome en sus ojos cansados – Mejor que tú.

Suspira. Cierra los ojos, cuando yo acaricio sus cabellos. Los abre para decirme:

- Te quedas...

- ¿Eso es un pedido o una orden?

- Te quedas – vuelve a decir – ¿Por favor?

- Ahí está mejor – le digo dándole un beso en la frente.

- A ver si por fin le hace caso a alguien – dice molesto y agitado el doctor.
Yo no entiendo lo que quiere decir hasta que el enfermero se quiere acercar, con
los elementos del suero y Chanyeol pega un grito.

- ¡Yo no me pongo esa mierda!

- Ahí está de nuevo – murmura derrotado e indignado Jongin.

- Baekhyun – me dice ya agotado Sehun – haz algo...

Yo me acerco al enfermero y tomo los elementos. El doctor le da la orden de que


me los entregue. El chico no habría podido reaccionar, porque tiembla como
papel, del miedo que le tiene a Chanyeol.

- ¿Cómo está? – le pregunto de paso.

- Muy bien – me dice el médico – ¿No se nota? Como dijiste, tiene solo una
costilla fracturada. Los golpes duelen. Dolerán por una semana al menos. Por
suerte no hubo hemorragias internas para los golpes recibidos.

Me acerco con los elementos en la mano a Chanyeol y comienzo a trabajar. En


un recipiente que hay allí, me vuelco alcohol en las manos. Todo el lugar está
en silencio. Yo solo lo veo a él.

Chanyeol se tensa, cuando ya me ve preparar la bolsa de suero, poniéndola en


el gancho, esperando que el líquido baje por el tubo. Cuando ya tengo listo eso,
me mira frunciendo el entrecejo y apretando la mandíbula. Tomo el torniquete
de goma y lo amarro bien en la parte superior de su brazo, para buscarle una
vena. Él emite un quejido, casi imperceptible.

- Qué... – le sonrío burlón – ¿Tienes miedo?


- No quiero – me dice entre dientes, suplicándome que no le ponga todo eso.

- Baekhyun, te lo dejo ahora. Solo porque eres tú...– dice el médico – Tengo
pacientes que revisar. Es fin de semana y somos pocos. Si me disculpan...

Observo a Chanyeol. Parece un niño a punto de hacer una rabieta. Le doy un


beso en la frente y uno en los labios. Y continúo con mi trabajo, mientras de vez
en cuando lo miro y sonrío. Como es habitual en mí, cuando hago este tipo de
cosas, comienzo a murmurar alguna canción por lo bajo.

En un minuto, ya le he metido la aguja en la vena, le saqué el torniquete y le


conecté todo. Me fijo en la bolsa y las gotas que caen. Veo a Chanyeol y me doy
cuenta que está con los ojos bien abiertos y aunque jamás lo admitiría, sé que
del susto.

- Ya está – le digo tranquilo – Ahora te voy a poner antibióticos para evitar


infecciones y analgésicos para el dolor.

Tomo unos diminutos frascos. Lleno una jeringa y le inyecto. Lo hago en un


santiamén. Termino. Miro a Chanyeol que no me ha quitado un segundo los
ojos de encima y me dice.

- Eres el enfermero más bonito que he visto en mi vida.

- Gracias. Y también soy el mejor.

- He sido un buen paciente. Me merezco un beso ¿No lo crees?

Y lo hago, aunque no haya sido un buen paciente. Le doy un beso en la frente y


otro en los labios. Mi frente se queda apoyada unos segundos en la suya.
Mientras nuestros ojos no se apartan un segundo, le tomo la mano mientras
que con la otra, acaricio sus cabellos.

- ¿Ves que no era la gran cosa? – le digo.

- Solo porque fuiste tú.

Alguien emite un sonido socarrón con su garganta. Había olvidado que el padre
de Chanyeol estaba en el lugar. Todos miran sin decir una palabra. Él se acerca
a la camilla y suspirando hondo le dice.

- Chanyeol.

- Papá.

- Ya veo que te encuentras mejor.

Se hace un silencio de nuevo. El hombre, solo atina a decir.

- Entonces... es él.

- Tú ya lo sabías – le dice Chanyeol – No creas que no me di cuenta.

El señor Park se para derecho. Eleva su rostro y nos observa a los dos. Solo
asiente. Se da la vuelta y hace seña a alguien de que le alcance una silla.

- Más adelante hablaremos de esto. Ahora, hay otro asunto más urgente. Por
eso los llamé – dice a Jongin y a Sehun, mientras se sienta – Creo que
Baekhyun no debería...
- Él ha visto quiénes eran – dice de pronto Sehun – Y tengo la sensación de que
contará lo que su hijo no quiere largar, señor Park.

Los miro a todos. De repente alguien más entra en la habitación. Seo Joon. Me
ve. Abre bien sus ojos y se detiene en lo que Chanyeol rápido caza mi mano en
el aire y me sostiene con fuerza.

- Por lo visto estás bien primo – se limita a decir fríamente.

- Bien – dice el señor Park – Seremos breves, porque no nos dejarán mucho
tiempo aquí. Ese doctor ha querido llamar a la policía por tu estado. Tenemos
que sacarte en breve de este lugar. Comencemos desde el principio Chanyeol
¿Quién fue?

Chanyeol calla. Yo me arrimo y él me mira. Si no habla él lo haré yo.

- Bae Soo Bin – digo – Sólo trayendo un mensaje de parte de "El Jefe". Le dijo
que no se meta en sus asuntos. Admitió estar involucrado en la muerte de
Jimin.

Silencio. Parece que todos analizan eso que acabo de decir. De mala gana
Chanyeol aclara otra cosa.

- Traté de averiguar quién era, pero no hay forma. No puedo dar con su
nombre. Debió enterarse de que estoy detrás de él...

- Eso quiere decir que es pesado – comenta Sehun – Me juego que es alguien
cerca del Presidente.

- Eso dijo Sung Rok antes de "irse". Pero esa rata, ni sabía quién era. Sólo
mantuvo el contacto con Jung Woong In, que era el intermediario.
- Jung Woong In – habla el señor Park – Chanyeol... ¿Tú...lo mataste?

- No. No fui yo.

- Pero lo sabes.

- Pero no lo diré y no preguntes papá.

- Qué averiguó Yifan – pregunta el señor Park.

- Tiene sospechas... pero nada concreto por el momento – dice Jongin y yo


percibo su mirada sobre mí, nervioso.

Mi mente en un segundo llega a darse cuenta de algo.

- ¡¿Mi abuelo?!

Todos me miran. Pero no lo niegan. Lo pienso unos segundos y no debería


espantarme todo eso.

- Fue precaución – me dice Jongin preocupado – Tu familia no ha sido muy


amiga de las nuestras que digamos...

- Lo siento Baekhyun...– agrega Chanyeol.

- Hay un detalle joven Byun – me dice el señor Park – Y es que usted no tiene
un rasguño.
- ¡Papá!

- ¡¿Qué?! – exclamo ya ansioso y sacado.

Quiero apartarme de Chanyeol. Pero él se aferra a mí con más fuerza. Quiere


incorporarse de la cama, pero solo emite quejidos de dolor. Eso me frena y me
hace quedarme a su lado, tocando su frente, mientras espero alguna
explicación.

- El único motivo por el que no dudo de usted joven Byun – vuelve a hablar su
padre – es que no se apartó de mi hijo y vino aquí.

- No puede ser... – le reclamo – Yo no...

Pero tiene algo de sentido y no puedo decir una palabra. Miro a Chanyeol.
Quizá él lo sabía.

- Es lógico Baekhyun – dice compungido Jongin – Mataron a Jungkook por


estar con Jimin. Atacan a Chanyeol y no tienes un rasguño. Ellos sabían quién
eras...

- Bonito – me llama Chanyeol agarrándose de mi cintura – Tranquilo... No se


suponía que estuvieras ahí. Perdona...

- Creo que Jimin supo demasiado – dice Sehun hablando de otra cosa – Creo
que Jimin se enteró de algo más. No fue solo por una cuestión del negocio y esa
mierda de la competencia. Él debió ver algo que no debía, junto a su chico.

De pronto mi móvil suena. Miro. Es mi abuela.


- Debo atender – digo y me quiero retirar.

Chanyeol me tira de la mano. No me quiere soltar. Lo miro y dándole un beso


en la frente le aclaro.

- No me iré. Estaré fuera. Es mi abuela. Debo llamar...

Me salgo de ese dormitorio. Kyungsoo me esperaba sentado en una silla del


pasillo. Se para rápido y se acerca.

- ¡¿Qué pasa dentro?!

Le hago seña con mi dedo que espere. Llamo a mi abuela. Me atiende y me


encuentro con su voz dura que ni saluda.

- Te vienes a casa ahora.

- Qué ocurre...

- ¡Mentiste! ¡No estás con Kyungsoo!

- Abuela. No soy un pendejo al que mandas. Por otra parte, si estoy con
Kyungsoo.

- ¡Hola! – exclama mi amigo cuando escucha su nombre, porque se da cuenta


que algo ocurre.

- ¡Dónde están los dos! – grita.


- Abuela...

- ¡Tu abuelo Byun llamó! ¡Ya sabemos quién es Park! ¡Tenemos que enterarnos
por otro...!

Mi corazón quiere explotar. Me agarro la cabeza del dolor. todo se me está


yendo de las manos.

- Abuela... escucha... pásame con...

- ¡No! – grita – ¡Te quiero aquí en casa Byun Baekhyun!

Y corta. Lo que más me sorprende, es que mi abuelo no haya intervenido una


sola vez. Justo en ese instante se abre la puerta del dormitorio de Chanyeol.
Salen todos. Dentro queda el señor Park. Entro sin pensarlo.

- Baekhyun – me llama Chanyeol estirando su mano liberada del suero y


tomando la mía, apenas me acerco – ¿Tus abuelos están bien?

Los miro a los dos. Sé que no le gustará lo que le diga.

- Tengo que irme. Mi abuelo Byun ha hablado con mis abuelos. Mi abuela...

Chanyeol no lo toma bien. Endurece el gesto de su rostro y me ordena, con tono


a súplica, tomando fuerte mi mano.

- No te vas Baekhyun ¡No te vas!

- Debo irme... tengo que...


- No...

- Chanyeol – dice duramente su padre – Él debe irse.

- ¡No! – grita desesperado, golpeando con un puño la cama – ¡Cada vez que te
tengo lejos, dudas! ¡Siempre dudas y te vas! ¡Y ocurre algo! ¡Y ya pienso qué
cosa nueva te va a alejar de mí!

Se quiere incorporar, pero se queja del dolor. Me acerco y acaricio su cabeza.


Para qué discutirle. Tiene razón. Siempre pasa algo, que me aleja. Suspiro en
su rostro, sintiendo que él respira agitado.

- Chanyeol...

- No te vas – me dice apretando tanto mi mano, que duele y yo puedo sentir


cómo tiembla.

- Tengo que irme Chanyeol. Te juro que iré a verte donde estés. Escucha, mis
abuelos están preocupados. Entiende – le suplico – Tengo que saber qué le dijo
mi abuelo Byun a ellos, para que estén así.

- Chanyeol – dice su padre, más calmado – No des más motivos para que ellos
desconfíen de ti. Deja que Baekhyun se vaya. Ya te ha prometido ir a verte.

- Te juro que voy donde estés.

- Esta noche – me dice Chanyeol angustiado– Quiero verte esta noche.

- De acuerdo. Si tu padre me deja...


- No hay problema joven. Mi guardia será informada. Lo sacaremos de aquí. lo
llevaremos a mi casa. Kangin le dará la dirección. Su guardia podrá entrar.

Sonrío agradecido. Le doy un beso a Chanyeol y me despido. No me gusta


dejarlo así. Más si tengo en cuenta lo que me dijo, de que cada vez que estamos
lejos, algo pasa y nos terminamos separando. Y tengo miedo. Pero debo ir.

Me vuelvo a verlo, antes de cerrar la puerta. Su padre se queda allí. No hay


nadie en el pasillo. Supongo que mi guardia espera en la salida, a donde me
dirijo. Camino unos pasos y alguien aparece en frente de mí. Seo Joon. Me
detengo. Estamos distanciados, pero puedo verlo bien. Parece agotado o triste.
Apenas si abre los labios para emitir algún sonido, unas palabras que alcanzo a
escuchar.

- Cómo estás...

- Bien.

- Anoche justo, no estaba en "Sky".

- Me resultó extraño no encontrarme contigo – le comento sin sentido.

- Pero te encontraste con Chanyeol...

Seo Joon me observa detenidamente. Me siento incómodo apenas dice aquello,


porque es como si me estuviera reclamando algo. Lanza una mueca silenciosa
al aire. Parece incrédulo en la expresión de su rostro. Entonces comienza a
acercarse a mí lentamente, mientras habla.

- No deberías estar con él.


- ¡¿Qué?!

- ¿Sabes cómo te dicen?

- Seo Joon...– murmuro.

No sé por qué, instintivamente, por cada paso que él da hacia adelante, yo doy
uno para atrás.

- Te dicen "el Bonito de Chanyeol". Todos te dicen eso...

- Seo Joon ¿Qué... qué te ocurre?

Frunzo el ceño. Lo miro desorientado.

- Él te llama así ¿Verdad? "Bonito" – dice despectivamente – Claro que nadie


sabía tu nombre, hasta ahora...

Ya no puedo retroceder más. Me quedo inmóvil, como esperando alguna


explicación a su actitud y su forma tan desagradable de hablarme.

- Seo Joon ¿A qué quieres llegar?

- Pero hay un problema.

- No entiendo.
- Tú eres un Byun. Y los Byun, no se juntan con los Park.

- ¡¿Qué?!

- Al final, eso no va a resultar – me lo apunta como delineando cada palabra


indignado – Esa mierda que tienen, va a acabar mal. O tú lo vas a matar o él te
matará a ti.

- Cómo... ¡¿Cómo puedes decir eso?! – le echo en cara.

Se me acerca y aunque intento hacerme para atrás, él me toma de un brazo y


me arrima bruscamente. Lo miro con los ojos bien abiertos. Este Seo Joon, de
rostro duro y enojado, lleno de ira y de rencor, no tiene nada que ver con el
gentil caballero que conozco. Me pregunto, si realmente lo he conocido alguna
vez. Respira odio y yo me quiero apartar por eso, aún más furioso.

- Seo Joon ¡Suéltame! ¡¿Estás loco?! ¡Me lastimas!

- ¡Me dijiste que no pasaba nada con él! ¡Te lo pregunté! ¡Me mentiste!

- Seo Joon ¡Basta!

Lo empujo lejos de mí. Terminamos apartados y agitados. Lo miro impactado,


sin entender qué demonios está pasando. Seo Joon no está bien y yo cuando lo
veo que aprieta sus puños, me doy cuenta que se contiene de mucho más, de lo
que acaba de demostrar.

- Baekhyun – me habla entre dientes – Tú no tienes la menor idea, de quiénes


somos de verdad.
Se hace un silencio sepulcral. Quisiera salir corriendo, pero inevitablemente mi
mente se queda pasmada en la expresión irreconocible de este hombre, al que
no entiendo.

Fríamente me mira de arriba abajo. Se da la vuelta para irse y no sé por qué le


digo.

- Me encerraste a propósito esa noche ¿Verdad?

Se queda duro. Sus hombros se elevan tensos. Apenas si voltea su rostro. Yo


vuelvo a hablar.

- ¿Tú mandaste a que lleve las botellas aquella noche, con la intención de que
pueda ver algo de eso?

Nada. No dice nada y yo comienzo a temblar. Pienso que debería estar


agradecido de saber la verdad, pero, no sé por qué, ahora le tengo miedo.

- Tú sabías que estaba al lado... ¿Cómo? – murmuro.

- Joven Byun – me llama alguien por detrás.

Me doy la vuelta y me encuentro con uno de los guardias de mi abuelo.

- Su abuelo Byun llamó – me dice – Quiere saber si ya regresó a casa de sus


abuelos.

Me vuelvo a ver a Seo Joon, pero ya camina en dirección contraria. Se ha ido. Y


yo me quedo impactado, a la vez que aterrado, con lo que acaba de suceder. No
me ha gustado nada de esto. Camino hacia mi guardaespaldas y lo sigo.
- ¿Qué le dijeron a mi abuelo?

- Que ya estaba en casa.

- Gracias – y mirando hacia atrás de nuevo, viendo el pasillo vacío, le informo


al hombre – Vamos a casa.

No quiero estar lejos de Chanyeol mucho tiempo. Tenía razón, cada vez que
estamos separados, siempre surge alguna cosa que hace que me aparte de él.
No he terminado de salir de este lugar, para encontrarme con la primera. Una
que no solo me hace sentir inseguro, sino aterrado, ante la posibilidad de que
me quieran apartar por siempre de su lado.
Capítulo 23
"Nuestro amor será para siempre"

Lo veo de perfil, parado en el balcón de la habitación. Está tomando el aire de


la tarde. Chanyeol es hermoso. Aún estando debilitado, es el hombre más
varonil e imponente. Me gusta muchísimo. Lo disfruto así como está. Me
detengo unos segundos para observarlo con los ojos cerrados, recibiendo los
rayos de sol. Respira hondo y abre los ojos.

- Bonito ¿Sabías que hueles suave, a lavanda? Como el sol de la mañana – me


dice.

Se vuelve a mirarme. Abre sus brazos y yo rápido me pierdo en su cuerpo.


Apoyo mi rostro en su pecho y él oliendo mis cabellos, me da un beso.

- Cítricos dulces y almizcle – le confieso – Como a limón.

- ¿Qué?

- Tu olor.

Siento su sonrisa en lo que se hunde en mi corona, para oler mis cabellos. Me


da otro beso, mientras me rodea con sus brazos por completo.

- Te demoraste esta vez – me reclama.

- Trabajo Chanyeol – le recrimino duramente, con un suspiro – No puedo faltar.

- Si estuviéramos casados te darían los días para cuidar a tu esposo.

Me río de esas ocurrencias. Elevo mi cabeza para encontrarme con sus ojos.
- Estás loco...

- ¿Y si nos escapamos esta noche y nos casamos?

- Ya deja de hacer esas bromas– le reclamo, mirándolo fijo, sin quitar mi


sonrisa.

Acuno su rostro entre mis manos. Él me mira de una manera tan dulce, que me
hace suspirar y entregarle el alma.

- Y quién dijo que es broma – me afirma encogiendo sus hombros.

No me da tiempo a decir una palabra más. Sus labios acarician los míos y yo lo
recibo con gusto. Cada beso de él, es un regalo para mi cuerpo necesitado de su
amor. Hace mucho que no lo siento y él jadea excitado, porque sé que lo desea
tanto como yo.

- Chanyeol – murmuro en sus labios – Es la casa de tu papá...

- Él no está – me dice mientras me besa – Nadie puede escuchar.

Nos vamos dentro y dejo que me dirija a su cama. Él cierra el vidrio corredizo y
las cortinas. En la penumbra lo veo perfecto.

- Te extraño – me dice mirándome a los ojos – Quiero tenerte siempre conmigo.

- Aquí me tienes Chanyeol.


Le rodeo el cuello y él me mira unos segundos, antes de sonreír, para darme ese
beso hundiendo su lengua en mí. Su necesidad es tanta, que tiene que
amarrarme para que no me venza hacia atrás. Sus fuertes brazos me sostienen.
Y yo, me siento contento.

- Bonito...– jadea en mi boca que muerde suavemente – Bonito...

- Chanyeol... – le suplico, ya asumiendo que soy el más desesperado – Por


favor...

Me pega a su cuerpo. De nuevo me mira detenidamente. Siento su miembro que


sobresale de los pantalones. Toma mi trasero y entre dientes me dice.

- Baekhyun – suspira en mis labios – Eres mío. Eres mi mundo.

Me besa de nuevo, pero ya mordiendo suavemente mi mandíbula. Lame mi


cuello y yo termino tirado en su cama. Sonrío feliz de sentirlo de nuevo sobre mi
cuerpo. Yo me quito lo que llevo puesto en mi parte superior, lanzando mis
brazos hacia arriba. Él se quita la ropa y me quita lo que resta de mía.

Apenas lo veo así, a pesar de las heridas y los magullones que tiene, es precioso
y soberbio. Me mira con tanto deseo, que me siento caliente. Más cuando se me
lanza encima y comienza a lamer mis pezones erectos por el contacto con su
lengua que rodea uno, a la vez que masajea el otro con un dedo, suavemente y
lo pellizca.

- Chanyeol... te extrañé tanto...

- Bonito...Bonito...
Dice mientras siento que desciende con su lengua que dejan huellas húmedas
por mi vientre.

De pronto se detiene un segundo. Sube hacia mi rostro rápido y me dice.

- ¿Te sigues cuidando?

- Si – le digo algo confundido y sediento.

- ¿Con las mismas píldoras?

- Si.

Molesto le agarro los pelos y se los tiro.

- ¿Qué mierda te pasa? ¡¿Ahora se te ocurre preguntar?!

- Nada. Mierda – gime mientras refriega su pene en mí – Eres... eres... lo más


bonito, bello, hermoso que vi en mi vida...

Me río. Me siento poderoso con esas palabras que me indican lo mucho que me
desea.

- Pero me duele el cuerpo todavía –me dice lastimosamente – No puedo, ser


tan...

- Ya Chanyeol – le ruego – No me importa cómo quieras, solo fóllame, mierda.


Como sea eres perfecto...
Hay demasiadas palabras y ya me desespera. Pero en lo que termino de decir
eso, lanzo un grito de placer, porque me ha metido en su boca, sin que yo me
haya dado cuenta.

- ¡Chanyeol! – le grito excitado, de sentir el calor que rodea mi pene.

Lame mis testículos en lo que su mano trabaja de arriba abajo mi miembro más
que duro, a punto de explotar, por la abstinencia. Respiro y creo que mi corazón
se me sale. Me retuerzo por el cosquilleo que se despliega por mi cuerpo.
Entonces se detiene un segundo, tanteando rápido en el cajón de su cómoda,
para sacar lubricante. Mierda. Menos mal. Así es más rápida la cosa, porque
estoy que no doy más.

Me abandona el calor que sentía en mi pene, porque me ha quitado de su boca.


Me lamento, pero creo que así es mejor. Ya se va a meter dentro.

Se unta con gel los dedos y frota mi ano. Yo respiro agitado.

De repente levanta su cabeza y me mira sonriendo, lamiéndose los labios. Esa


lengua, me va a volver loco.

- Me pones tan duro – me dice, sabiendo que yo más que duro, me estoy
corriendo, de solo verlo así.

Siento sus dedos dentro, que se abren como tijera. Es un tanto delicado,
mientras me prepara. Cosa que no me conforma, porque quiero sentir su
longitud ya.

- Bonito – me dice en tono de advertencia – Hoy seré delicado contigo.

- Qué... qué mierda... – digo desesperado, rasguñando enojadísimo su nuca.


Quita sus dedos lentamente. Lame mi vientre, donde se detiene y baja hasta
llegar a mi entrada.

- Mmmm .......... saborea esas palabras, desparramando mordiscos en mis huesos


que sobresalen ...... estás mojado.

- Ya me mojaste más de la cuenta – le reclamo.

Entonces se sube en un segundo. Me mira y se acomoda. Refriega su glande en


mi entrada varias veces, como tanteando terreno.

- Mierda Chanyeol. No soy virgen – me le burlo, por lo suave que es – Deja de


torturarme.

Se ríe y comienza a ejercer presión, mientras yo siento la necesidad de sentir su


boca en la mía. Gimo deliciosamente por ese contacto divino, con los ojos
cerrados, mientras succiono sus labios. Mi cerebro está disperso en el mundo de
Park Chanyeol. Estoy de verdad feliz.

- Júrame que nunca vamos a volver a separarnos – me dice mientras me va


penetrando.

- Te lo juro – le respondo con total seguridad.

- Júrame que nuestro amor será para siempre– me dice entre dientes, viendo
sus músculos tensos y su rostro en tonos rojizos, por la presión que me genera.

Jadeo desesperado y mojado, en sus labios.

- Te lo juro.
- Júrame que me vas a perdonar, lo que te haga por amor.

- Te lo juro – gimo sin pensar en lo que me ha dicho al final.

Pensar. Ni sé qué es eso de pensar. Él me quita toda racionalidad. Ni sé qué he


jurado. Pero él lo vale. Todo lo que me hace experimentar, cuando hacemos el
amor, lo vale.

Me penetra lentamente. Entra un poco, sale otro, sin dejarme completamente.


Entra más profundo, y sale de nuevo.

- Bonito. Eres tan puro – me dice en lo que se adentra en mi cavidad, que se


contrae naturalmente ante su intrusión deliciosa – Eres mi luz.

Estoy tan ansiosos de que me penetre con furia y rápido, que él toma mis
caderas y me detiene, guiándome en su movimiento, lento y plácidamente
suave. Siento como siempre el palpitar de su pene y cierro los ojos para sentirlo
mejor.

Se mete en mí más y más, hasta que ya no entiendo cómo hace para llegar tan
fácil a donde sabe que me hará explotar. Chanyeol conoce cada centímetro de
mi cuerpo. Y yo estoy agradecido por eso. Más cuando junto mis piernas
alrededor de su cintura y él me advierte.

- No será como tú quieres... Sino... como... como yo quiero....

Adoro a este hombre que me quiere dominar, aunque sé que le cuesta. Como a
mí, sé que le cuesta respirar. Esa fricción suave que entra y sale, que despliega
mi interior y me hace estallar de emoción, me atrapa en el mundo que adoro. El
mundo de Chanyeol.
-Hasta el fondo – jadeo – Hasta el fondo Chanyeol...

- Ya empiezo – me promete – Solo déjame un segundo que...

Se presiona en mí al fondo y yo retengo la respiración, hasta que largo una


bocanada de aire de la agitación, diciendo...

- ¡Ay! Chanyeol...

- ¿Te duele? – me pregunta de repente por mi quejido, mientras sigue entrando


y saliendo.

- No... todo lo contrario. Es delicioso... mmmhhhh....

Hundo mis uñas en su hombro y él emite un rugido, presionándose de nuevo,


hasta el fondo. Siento que tiembla y dice.

- Me vas a matar...

Me besa suavemente, antes de iniciar ese vaivén lento y profundo de nuevo. Mi


respiración entrecortada solo goza de esta forma que tiene, tan única de
hacerme suyo.

Aprieta su mandíbula, su mirada genuina y tenebrosa aparece ante mis ojos.


La luna baila de nuevo en sus pupilas negras. Me tiene hundido en ellos.
Mojado, sudando, desesperado, eleva su cuello. Gotas grandes de sudor, caen
por su frente y su rostro. Adoro eso. Me recuerda a nuestra primera vez.
Entonces tiembla, como haciendo control mental. Quisiera ser una bestia, pero
le dieron ganas de ser delicado.
Quiero acelerar su ritmo moviéndome debajo, apretando mis piernas y
empujándolo, pero él de nuevo, sujeta mis caderas. Me le quejo, pero lo dejo que
haga conmigo lo que quiera.

- Despacio... – murmura – Bonito... será como yo digo...

En ese vaivén que comienza a incrementarse en velocidad, sin dejar de ser


suave, comienzo a escuchar nuestras respiraciones entrecortadas, en medio del
silencio que nos envuelve. Es perfecto cómo se mueve.

Siento cómo mis paredes se contraen alrededor de su pene que vibra dentro de
mí. La sensación de ese cosquilleo tortuoso, comienza a recorrerme por el
cuerpo, calentando intensamente mi entrepierna.

- Baekhyun... espera un poco más – me dice, mientras se inclina para darme un


lengüetazo en los labios.

Se ha dado cuenta que estoy por correrme y eso que solo me está penetrando.
Mi pecho subo y baja descontrolado.

- Chanyeol – suplico – Chanyeol... por favor...

- Un poco más...

Su dureza entra y sale de mí. Me retuerzo sin control y mi espalda se arquea.

- Diablos – me dice agitado, como costándole respirar – Eres lo mejor... ¡Mierda!

Apenas pega ese grito, el control que quería mantener me indica que se le fue a
la mierda. Comienza a golpear mi entrepierna y escucho la estampida de
nuestros cuerpos que colisionan. Gruñe y yo jadeo, clavándole más mis uñas,
que recorren sus fuertes brazos.

- Chanyeol... ¡Ah! – grito.

Me mareo, ya estoy cerca, demasiado y no puedo evitarlo. Cada sonido de su


cuerpo que choca con el mío, es una maravilla. Aumenta la velocidad y lo
profundo de su penetración. Los espasmos me recorren por doquier. Ya estoy
más que vencido ante él.

- ¡Mierda! – grita.

- ¡Chanyeol!

- Baekhyun – gruñe – Baekhyun...

Éxtasis. Eso es Chanyeol. Ha golpeado mi próstata y estallo de felicidad. No


tengo idea de lo que sucede. Todo me da vueltas y escucho la orden tan
deseada. No sé cómo mi cuerpo le responde en todo.

- ¡Ahora! – grita, apretando su mandíbula.

Grito terriblemente en su rostro y él en el mío. Nos miramos mientras


seguimos descargando nuestro placer. Respira por la boca, y siento su aliento
caliente. Yo trato de tomar algo de aire, hasta que siento el peso de su cuerpo
sobre el mío. Como siempre, se tumba, sobre mí.

- Respira – le ordeno en un murmullo apenas audible – Respira...

Siento un soplido en mi oído. Me vuelvo a mirarlo. Se está riendo. Se dio cuenta


que le copio sus modos.
- Me vas a matar – me le burlo.

Acaricio sus cabellos. Siento su pene palpitando dentro de mí. Él se sale de


pronto.

- No – me quejo – Quédate...

- No puedo – se lamenta.

- Lo siento. Olvido que sigues curándote ¿Te duele mucho el cuerpo?

- Estoy bien – dice recostándose a mi lado.

Así nos quedamos un rato, reponiéndonos en lo que nos miramos. Con sus
dedos delinea mi rostro. Es como si me estuviera dibujando.

- Te amo con toda el alma – me dice sonriendo.

- También te amo con toda el alma.

Se incorpora un poco, apoyándose en uno de sus brazos, mientras que con el


otro, rodea mi cintura.

- ¿Cómo estás? Kyungsoo le contó a Jongin que andabas haciéndote estudios.

- Qué chismoso – le resoplo en el rostro.


- Qué te ocurre – me habla preocupado.

- Nada. Solo... quizá cálculos... no sé.

- ¿Cómo que no sabes?

- Me he sentido mejor en estos días. Quizá fueron los nervios...

- Qué te dijo el médico.

Me callo. Frunce el entrecejo y me mira muy serio.

- No tuve tiempo – me le adelanto – Han pasado muchas cosas y no tuve tiempo


de ir.

Apoya su frente a la mía. Cierra sus ojos y cuando los abre, me pide.

- Cuídate. No juegues con eso.

- Esta semana tengo turno con el médico. Falta hacerme una ecografía, para
saber bien.

- Iré contigo.

- No hace falta – le sonrío acariciando sus cabellos – Pero igual, gracias.


Nos bañamos. No hay yacusi, sino ducha rápida. Esta vez, soy yo el más atento
con él. Chanyeol todavía está adolorido por lo que ocurrió hace cuatro días. Y yo
de pronto me siento mal, por haberle exigido.

Nos cambiamos. Yo delicadamente le pongo cada prenda. Hasta me he tomado


el atrevimiento de peinarlo. Él sonríe y me mira todo el tiempo. Alguien toca la
puerta. Solo es un empleado que le avisa a Chanyeol, que su padre llegará más
tarde, pero que quiere cenar con los dos. Él asiente y le agradece el aviso.

Nos sentamos en una reposera en el balcón, tomando el aire fresco y


disfrutando del ocaso, abrazados. Todo parece tranquilo.

- Baekhyun...

- ¿Si?

- Qué pasa con tus abuelos.

Lo miro. Peina mis cabellos sin quitarme los ojos de encima. Sabe todo, aunque
yo no le diga. Por eso sé que pregunta.

- Mi abuela no quiere verte ni en pintura. Mi abuelo... no ha dicho una palabra


del tema...

Se queda quieto. Me mira fijo.

- Iré a hablar con ellos.

Abro los labios para decirle "no", pero él me calla con su dedo. No hay nada que
decir. Lo hará aunque no quiera. Y quizá, en el fondo, quiero que lo haga.
Lo abrazo fuerte. Estar cerca de él, es lo único que me da la seguridad de que
nada, ni nadie, nos va a separar. No dudo de su amor, pero todo alrededor de
nosotros resulta inquietante.

- ¿Cómo es que tu papá lo tomó tan bien? – le pregunto.

- No lo sé – me confiesa sorprendido también, pero mirándome de pronto sonríe,


para agregar acariciando mi rostro – Quién podría resistirse a Mi Sol. Estás
tan lleno de luz, que apenas pasas por la puerta, iluminas todo este mundo que
ha estado siempre oscuro.

- Cursi – me le río dándole un beso.

- Quiero mostrarte algo – me dice poniéndose de pie e invitándome a


acompañarlo, estirando su mano, para que la tome – ¿Vienes?

Salimos de su cuarto. Caminamos por los inmensos pasillos de esa mansión, en


la que juraría que podría perderme. Se detiene en una puerta y la abre.
Entramos. Chanyeol enciende las luces y me doy cuenta que es un salón de
música inmenso, porque un piano de cola está en medio del lugar.

Camino. Los sonidos de mis pisadas resuenan en el delicado piso brillante. Es


un salón de ensueño. Es que jamás había visto un salón tan espectacular con
arañas que cuelgan delicadamente por el techo. Los inmensos espejos se elevan
por las paredes y los cortinados rojos de terciopelo, hacen que todo sea perfecto.

Él me toma de la mano y me gira sonriendo, divertido. La fuerza que tiene me


impulsa a dejarme guiar, aunque me marea y me dan cosquillas en el vientre.
Me suelta y yo pego unas carcajadas, que se hacen eco en el lugar. Pero lejos de
quedarme quieto, como loco comienzo a girar por la habitación. Él me mira y
escucho que se ríe al verme feliz. Me caza entre sus brazos, en lo que ya me
estoy mareando. Agitado de la emoción, lo observo unos segundos.
- Te amo Byun Baekhyun– me dice, porque parece que nunca le fuera suficiente
las veces que me lo dice.

- Te amo Park Chanyeol.

Elevo mi vista hacia la impresionante luminaria y observo todo.

- ¿Te gusta este lugar?

- ¿Que si me gusta? – sonrío – Es espectacular...

Toma mi mano y me acerca al piano. Se sienta en una larga banqueta y con


una palmadita a la madera, me pide sentarme a su lado.

Toca unas notas. Me mira. Sonríe. Juega con las teclas, en un vaivén divertido,
a lo largo del instrumento. Me sorprende la fluidez del movimiento de sus
dedos. Estoy obnubilado por mi novio. De verdad, lo adoro a morir.

Comienza a entonar una canción. La sé bien. Neutron Star Collision de MUSE.


Quién no podría conocerla. Solo que me estremece esa letra, más, cuando la
canta para mí. Su voz grave y profunda, delinea cada palabra, mientras toca el
piano.

- Estuve buscándote en una misión.

Entonces nuestros corazones se combinaron, como

un choque de estrellas de neutrones.


No tengo nada que perder.

Te tomaste tu tiempo para elegir.

Luego nos dijimos el uno al otro sin un rastro de miedo.

Que nuestro amor sería para siempre.

Y que si moríamos, moriríamos juntos.

Yo, yo nunca quise decirlo,

Porque nuestro amor sería para siempre...

El mundo se deshace,

las aureolas ya no brillan.

Intentamos hacer una diferencia,

pero nadie quiere escucharnos.

Los gritos de los predicadores,

sus doctrinas se hacen nube.

Entonces se disiparán como copos de nieve en un océano


Que nuestro amor sería para siempre.

Y que si moríamos, moriríamos juntos.

Bueno yo, nunca dije...

porque nuestro amor, sería para siempre...

Ahora, no tengo nada que perder.

Tómate tu tiempo para elegir.

Puedo decirte sin rastro alguno de miedo...

Que mi amor sería para siempre.

Y que si moríamos, moriríamos juntos.

Yo, yo nunca quise decirlo

Porque nuestro amor sería para siempre...

Cuando se detiene, me mira fijo. Las lágrimas recorren mis mejillas. Le sonrío
y lo abrazo fuerte.

- Gracias – susurro lleno de emoción.


Él me aferra más fuerte aún y me llama.

- Bonito...

- Chanyeol – le digo, pronunciando su nombre con todo el amor, que ya no cabe


en mi pecho.

Toma mi rostro con su mano y eleva mi mentón para que lo vea.

- Baekhyun. Te amé desde siempre. Desde la primera vez que te vi.

Sonrío. Y recuerdo que yo lo vi primero. Él me vio después. Por eso le digo.

- Vaya forma de conocernos. Mientras Jongin y Kyungsoo casi se matan.

- Baekhyun – me llama de nuevo.

Creí que se reiría de ese recuerdo, pero sigue serio.

- Dime Chanyeol.

- Te amé desde la primera vez que te vi. Jamás pude olvidarte cantar y bailar.
No me dejabas jugar.

Elevo mis cejas, sin entender una palabra de lo que me dice.

- Chanyeol... ¿Qué...? No entiendo...


Hurga en un bolsillo de su chaqueta. Saca de ahí un pañuelo que envuelve algo.
Toma una de mis manos y deposita allí el objeto.

- Es tuyo – me dice – Me dijiste, "me lo devuelves algún día" ¿Recuerdas?

Perplejo, creyendo que se ha vuelto loco, lo abro. Lo miro. Es un prendedor,


boca abajo. Lo doy vuelta. Es viejo, está desgastado, pero avizoro una carita
feliz de un sol con una leyenda: "Siempre sale el sol"...lo reconozco bien...

- Chanyeol – digo, porque no sé qué más decir – Chanyeol...

Mis ojos se empañan de nuevo. No puedo entender, aún entendiendo...

- Bonito – escucho que dice – No podía dejar de verte cantar y bailar. No me


dejabas jugar.

Elevo mi rostro, para encontrarme con sus ojos. Era "él". El niño que me dijo
"feo". Con el que me peleé ese día. Chanyeol. El niño bajo la lluvia, con su
paraguas rojo. Mi primer beso. El que me salvó ese día oscuro y feo. Lo único
que sabía es que era "Park", un apellido tan común, que jamás imaginé, que
fuera mi Chanyeol. Park Chanyeol.

Pero ahora, que lo veo bien ¿Cómo pude no reconocerlo? Sus rasgos de niño, tan
inconfundibles y esos gestos, tan propios de él... Mi Chanyeol...

- Bonito – dice acariciando mis mejillas, limpiando mis lágrimas – "Siempre


sale el sol", porque tú eres Mi Sol.

- Chanyeol – gimo de felicidad y me aferro a su cuerpo– Chanyeol. Te amo. Te


amo tanto... tanto... con toda el alma.
- Baekhyun – me dice dándome un beso en la mejilla con ternura – Bonito, no
sabes lo feliz que me haces. Te amo con toda el alma.

Asiento mi frente a la suya. Está llorando. Como yo, está emocionado.

Acaricio su rostro y sus cabellos. Lo adoro. Entonces, sin miedo, le digo con toda
el alma.

- Estábamos destinados Chanyeol. Nuestro amor será para siempre.

Y él, con esos ojos que muestran la noche, sonríe para decirme.

- Nuestro amor será para siempre.


Capítulo 24
Desbordado
- Uy uy uy... ¡Pero qué cara tenemos! – me dice Heechul a quien visito hoy.

- De sueño, seguro ¿Tienes helado?

Me mira sorprendido, porque sabe que odio el helado en el frío. Pero tengo
ganas de helado y sé que a él le gusta, teniendo de sobra en su nevera.

- Sip – me dice, para sacar los potes de esa delicia – ¿Chocolate como siempre?

- Limón.

- No tengo. Tengo de chocolate, frutilla, cereza, vainilla, crema, arándano...

- ¡¿Y no tienes limón?! – me le quejo.

- Tengo de todo, menos limón – se lamenta – Cuál te sirvo...

- Café.

- ¿No quieres helado?

- Nop. Si no tienes limón, sólo café.

Me mira ofuscado por las vueltas que le doy. Me pega con una cuchara en la
cabeza y se me burla.
- Aquí tienes – me dice al final, poniéndome en frente el pote del helado de
limón – Siempre te gustó el chocolate. Desde cuándo el limón...

Yo aplaudo como niño chiquito emocionado y comienzo a tragarme con


entusiasmo ese helado.

- ¿Saben algo del doctor Yixing? – me pregunta – Oye... toma eso más despacio.

- Nos conectamos todos los días. Está bien. Ya sueño con ir a visitarlo.

Yixing se fue la noche que salimos todos juntos. Kyungsoo y Luhan estaban
tan ensimismados con lo que me había pasado a mí, que supusieron mal que
Yixing había regresado con Junmyeon. Pero cuando volvimos al trabajo, nos
dimos con la noticia de que Yixing se había ido. El director, en medio de los
reclamos de todos, simplemente dijo que Yixing así lo había querido. Éramos
sus amigos. Por eso nos sentimos heridos de que hubiera hecho algo así.

Nos quedamos desorientados, preocupados y angustiados, hasta que el mismo


Yixing entró en contacto con nosotros. La única condición era, no decirle nada a
los Kim y sus amigos de su paradero real. Boston. Por qué. Simplemente no
quería que nadie sepa dónde estaba.

- ¿Y tú y Chanyeol? ¿Cómo están?

- Bien – respondo y sigo dándole al pote que ya va a la mitad.

Heechul me mira unos segundos. Está preocupado, por eso le sonrío feliz
cuando le digo.

- Heechul ¡Estoy bien!


Toma mi mano. No puede dejar de lado el dolor que pasamos por la pérdida de
Jungkook. Por eso me levanto y lo abrazo fuerte, quedándome a su lado.

Su móvil suena y él atiende. Cuando escucho que exclama contento "¡Seo


Joon!", la sonrisa de mi rostro se pierde en un santiamén. Heechul lo nota. Sigo
con lo que queda de helado. Habla un momento y cuando termina su llamada,
asienta su celular en la mesa y mirándome fijo, me pregunta serio.

- Qué ocurre...

Me muevo incómodo en mi asiento. Miro a todos lados. No sé si contarle.

- Dime – insiste – Te veo la cara. Algo pasó.

Carraspeo mi garganta. Agradezco que estoy con el helado y mi rostro entró en


frío, porque imagino que estaría hecho tomate de la vergüenza, por recordar lo
que pasó con Seo Joon. Pero igual, le cuento. Con alguien me quiero descargar.

- Me dio a entender que no le gusta mi relación con Chanyeol. Me lo echó en


cara, como si me odiara por eso. Me dijo... – le comento, sin entrar en detalles
por lo incómodo del asunto –me dijo...que al final, lo mío con Chanyeol no
resultaría. Dijo... "Esa mierda que tienen, va a acabar mal. O tú lo vas a matar,
o él te matará a ti"...

Heechul me mira desconcertado por eso que le cuento. Su boca abierta me dice,
que de verdad, no puede creerlo. Después de unos segundos, me inyecta sin
anestesia, lo que cree.

- Te quería para él.

Abro mis ojos, terriblemente impactado y hasta avergonzado.


- No digas idioteces – le recrimino molesto.

- El día que te conoció dijo "que nadie te toque".

- Fue gentil – le recuerdo – hasta ahora...

- Quería que trabajes a como diera lugar en "Sky", ahora entiendo que era
porque quería verte.

- ¡¿Cómo?!

- Si – me dice seguro – Él nunca había sido tan gentil con nadie y de


preocuparse por sus empleados...

- Yo no creo que esté... que quiera... no – niego sacudiendo mi cabeza.

- ¿No crees que esté interesado en ti? ¿Qué quiera tener algo contigo? –
pregunta lanzando una mueca – Por lo que me cuentas... no parece.

- No fue nada gentil ese día – le digo preocupado – Salía del hospital, cuando
me enfrentó y me... me... y me habló lleno de odio.

- ¡No imagino a Seo Joon siendo así! – exclama espantado.

- Créeme que yo tampoco lo habría imaginado así, hasta que fue así conmigo –
le cuento asustado, recordando eso.

- Qué vas a hacer – inquiere, tomando mi mano – Es el primo de Chanyeol ¿Le


dijiste a él?
- ¡No! Jamás se lo diré – respondo nervioso – Lo que menos quiero es ser un
problema entre ellos. Son familia. Por lo pronto, lo evito y no lo he vuelto a ver.
Chanyeol es... un tanto...

- Posesivo contigo. Ya me di cuenta.

- No es eso. Solo que ya hemos acabado y vuelto tantas veces, que perdí la
cuenta. Tiene miedo de que en cualquier momento pase algo y nos separemos
de nuevo...

- ¡¿Tan así?! – suelta impactado.

- Tengo miedo – le revelo – Yo también tengo miedo. Seo Joon dijo, entre
muchas cosas que "los Byun, no se juntan con los Park".

Heechul me mira impresionado. Abre los labios sin saber qué expresar. Trata
de analizar esas palabras, que ni él entiende. Por eso apenas balbucea...

- ¿Y qué mierda quiere decir eso?

- Ni idea. Encima tengo a mis abuelos en contra de la relación y...

- Holaaaaaa....

Escucho la voz risueña de Kyungsoo, entrando al apartamento de Heechul y


yo abstraído de pronto en mi pote vacío de helado de limón, lo recibo con
arcadas.
Me levanto. Lo único que tengo es ganas de salir corriendo disparado al baño y
largar el helado de limón que me tragué de un sólo saque. Y eso hago, apenas
de rodillas en el retrete.

- ¡Baekhyun! – exclama Heechul.

Siento sus palmadas suaves y que me refriega la espalda. Apenas termino de


vomitar en el retrete, Kyungsoo me dirige al lavatorio y prende la canilla. Me
lavo y me hago buches con enjuague bucal porque apesto. Me miro al espejo y
mi cara... también apesta.

- Tranquilo... – escucho que me dice mi amigo, mientras me seca el rostro.

Me tambaleo aturdido, saliendo a la sala, sostenido por mis dos amigos.


Apenas llego al sillón, me siento con todo el peso. Apoyo mi cabeza en el
respaldo y respiro profundo.

- Baekhyun – me habla mi mejor amigo, mientras me quita los cabellos de la


frente– Ya deja de negarlo.

Mis ojos se clavan en los suyos. Lo interrogo con la mirada y por si no le quedó
claro, pregunto en voz alta.

- ¡¿Negar qué mierda?!

- Baekhyun... yo creo que estás embarazado.

- ¡No jodas con esa mierda! – le espeto más que encrespado – ¡Ya me hice los
análisis y dieron negativo! ¡Debo tener cáculos!
- ¡Sabes bien que puede fallar! ¡Tienes los valores disparados!

- ¡Me cuido! – le recuerdo.

- Dime que él también se cuida.

Me callo unos segundos se más. Y yo veo que ya cierra los ojos resignado. Pero
respondo.

- No...

- Ay Dios – escucho que suplica Heechul, juntando las manos ni que estuviera
orando.

- ¡Estás loco! – me grita y yo siento el manotón de su mano pesada en mi brazo.

Pero apenas dijo la última palabra, también le devuelvo el gesto. Se queja, pero
yo grito.

- ¡Me dolió! ¡Imbécil!

Kyungsoo me clava los ojotes y me pongo nervioso. Me incorporo. El se me


sienta en una mesa ratona en frente. Conozco cuando medita mucho algo,
poniendo sus codos en las rodillas y jugando con sus manos.

- Qué... – le exijo alguna palabra, encogiendo mis hombros.

- Qué tomas – me pregunta Kyungsoo.


- Lo que tomas tú.

- Dámelo.

- Por qué – le pregunto confundido.

- Solo muéstramelo.

Me levanto a duras penas. La descompostura se me ha ido como por arte de


magia. Pero ahora estoy cansado y bostezo muerto de sueño.

Hurgo en mi bolso. Saco la caja con mis píldoras. Se la muestro. Extraigo las
tabletas de adentro. Son tres, para tres meses. Ahora tengo una tableta llena,
una a punto de acabar, la otra terminada.

Kyungsoo las observa detenidamente un rato, ni tan largo, pero tampoco breve.
Toma su bolso y saca su caja. Quita las tabletas de adentro y las compara. A los
dos, nos han dado la misma medicación en el Hospital Central.

- Qué pasa – digo ya expectante.

Heechul se acerca. Mira y se tapa la boca.

- Baekhyun – me dice serio Kyungsoo – ¿Las tomaste siempre?

- Si. Soy cuidadoso ¿Por qué tanta pregunta?

- ¿La caja anterior?


- La tiré. Para qué conservarla...

- Ay Dios – dice de nuevo Heechul y yo ya lo mando a la mierda por tanto "ay" y


"Dios".

- Mira – me dice entonces Kyungsoo, mostrándome su tableta y la mía.

Abro la boca. Pestañeo varias veces. Me refriega los ojos. Pestañeo de nuevo,
no sea que esté viendo mal.

Las dos cajas son iguales. Las pastillas, pareciera que también. Las tabletas
son del mismo modo, idénticas. Cuatro filas, de siete diminutas píldoras, cada
una. Pero hay un maldito detalle que me hace comenzar a respirar agitado.

La última fila de píldoras, que se supone es para la semana de la regla en caso


de las mujeres, son de color rojo, en la tableta de Kyungsoo. Las mías no tienen
color. Por otra parte, la tableta de Kyungsoo tiene inscriptas las letras de los
días de la semana. Las mías no.

Ahora miro a mis amigos. Kyungsoo aprieta los dientes y cierra los ojos.
Heechul sacude la cabeza, sin dejar de taparse la boca.

- Qué mierda...– sonrío, a la vez que se me pierde ese gesto de idiota incrédulo,
sacudiendo mi cabeza – No...no...

Heechul se me sienta al lado. Me refriega el brazo pero no puede disimular el


nerviosismo, porque me lo quiere arrancar con su cariño.

- ¿Chanyeol sabía que las tomabas? – pregunta Kyungsoo.


Ya me estoy volviendo loco. Me levanto del sillón. Comienzo como
desequilibrado a caminar de un lado al otro, agarrándome la cabeza.

- Baekhyun – insiste Kyungsoo.

- Si... si... – murmuro para mí – qué demonios pasa...no entiendo ¡No entiendo!
¡Me dieron mal las píldoras en el hospital!

- No lo creo – me dice mi mejor amigo.

- ¡¿Qué... qué no crees?! – me detengo nervioso, ya temblando de miedo.

- ¡Bruto mafioso! – grita furioso Heechul, sacudiendo los brazos – ¡Es Park
Chanyeol demonios! ¡El dueño de toda la mafia de Seúl! Baekhyun ¡Para él, tú
no eres solo su chico! ¡No solo eres su novio! ¡Eres su propiedad! ¡Eres suyo!
¡Tiene derecho sobre ti!

- ¡No! – grito ofuscado – Él... él no sería capaz...

Kyungsoo comenta su parecer. Heechul comenta su parecer. Y yo, camino


como ido de pánico, de un lado a otro del apartamento.

Mi mejor amigo se acerca, me toma los hombros y me habla serio, mirándome


a los ojos.

- Baekhyun, hay que sacarse las dudas.

- El análisis de sangre me dio negativo.

- ¿Hace cuánto?
- Tuve que hacerme otro hace unos días.

- Puede fallar. Lo sabes.

Suspiro, mirando al techo. Estoy lleno de angustia. Más que angustia, estoy
asustado.

- Mejor me voy a comprar una prueba de embarazo – dice Heechul y tomando


su abrigo, se va rapidísimo.

La puerta suena. Kyungsoo me sienta en una silla y pone a calentar agua. Lo


miro. De vez en cuando voltea para saber cómo estoy. Después se me acerca y
me abraza. Se queda en silencio, sosteniéndome.

Pienso. Medito. Analizo todo. No tiene sentido.

- Pudo ser un error grave de laboratorio – me dice Kyungsoo – Hay que llevar la
medicación al hospital. A lo mejor... no diferenciaron la fila de la regla, y
pusieron las mismas píldoras que el resto de la tableta... hay que informar.

- Si. Yo creo que debe ser eso – concluyo, suspirando nervioso – Pero, en ese
caso, no me afectaría en nada.

- Claro...

Heechul entra. No pierde tiempo. Me estira la bolsita y yo me pierdo en el baño.


No hace falta demasiada explicación. Sé cómo funciona todo. Sigo el protocolo al
pie de la letra. Espero el tiempo que hay que esperar y respiro hondo. Tengo un
nudo en la garganta y me quiero desplomar.
Negativo.

Me apoyo en la pared del baño y escucho la puerta que suena.

- Pase – digo.

Kyungsoo se asoma y yo suspiro tranquilo. Sonrío, señalándole la prueba que


está en el lavabo. Cuando la ve, se me acerca y me abraza. Y yo, le pego un
cocacho en la cabeza.

- La próxima vez que me quieras matar de susto, no jodas con algo así – le digo
y me empiezo a reír – Te odio.

- Yo también me odio – se disculpa compungido – Perdona...

Conduzco despacio hacia casa. El estrés me ha dejado de cama. Siento que me


duele el cuerpo y solo tengo ganas de dormir.

Para cuando me detengo en un semáforo, me doy cuenta de un detalle. Sin


saberlo, estoy trasladándome a la casa de Chanyeol. Llámese instinto, dígase
sexto sentido, no sé por qué demonios, ni en qué momento, he comenzado a
manejar, por un camino concreto.

¿Qué demonios hago, si Chanyeol no está ahí? No me entiendo. Y sin embargo,


sigo adelante. Mejor dicho, no quiero entender, pero sé lo que haré.

Llego. Un guardia me ve, apenas bajo la ventanilla.

- Joven Byun – me dice desconcertado.


- Vine a buscar algo de Chanyeol – digo sonriendo amable – Sé la clave.

Me da paso, como si nada. Acercándome a la puerta, ruego que no le haya


cambiado los números. Tecleo en ese panel y sorprendentemente, se abre.

Entro. Enciendo las luces. Lo que estoy haciendo me resulta escalofriante.

Subo a su dormitorio y miro todo allí. Comienzo a buscar. Algo busco. No sé


qué. Pero algo busco. Revuelvo todo, sin importarme el desorden que estoy
dejando. Hurgo en su armario y nada. Hurgo en el botiquín de su sanitario y
nada. Hurgo en cajones y cómodas...y nada. Ya me siento mal, por estar
haciendo esto.

He dejado el dormitorio de Chanyeol hecho un desastre. Sonrío nervioso,


porque voy a tener que confesarle lo que hice y se enojará conmigo muchísimo.

Hasta que en el fondo de uno de los cajones de su cómoda, palpo algo. Cierro los
ojos. Las he tocado. Sé bien, qué es lo que hay entre mis manos, aún sin verlo.

Trago duro. Frente a mí, hay tres tabletas de píldoras anticonceptivas, igual a
las de Kyungsoo. Dos llenas. Una, apenas con dos tomas.

- No puede ser – balbuceo para gritar con todas mis fuerzas – ¡Eres un maldito
hijo de puta Park Chanyeol!

Como rayo, me subo al auto y conduzco a otro lugar, indignado, idiotizado,


furioso, ido de la ira, porque lo quiero matar.

Comienzo a hacer memoria de las cosas descabelladas que me dijo en ciertas


situaciones, igualmente descabelladas. Pero que ahora cobran sentido, un
terrible sentido.
"...Yo tendré un derecho sobre ti, porque tú me lo das". Esa frase, para
comenzar, de la primera vez que lo hicimos y yo como idiota me le ofrecí
gustoso, de lo caliente que estaba por él.

Cuando me lo encontré en el evento del hospital, lo primero que pensó es que


me desvanecía y me quiso socorrer.

"No hagas que tome una decisión drástica por los dos", me dijo el hijo de perra,
al verme que no le resultaba fácil hacerme entrar en razón y volver con él.
Quisiera reírme de mi estupidez. Él ya había decidido por los dos.

Y encima le agregó después un, "...he sido demasiado condescendiente contigo.


Pero ya no más. Porque tú, aunque no lo quieras, eres mío".

Eso más el detalle del grito "¡...a partir de ahora las cosas se harán a mi
modo...!". Claro. Ya se sentía con todo el derecho del mundo, sobre todo mi yo,
completito y sin discusión...

Grito sacado, golpeando el manubrio del auto, acelerando loco, al recordar las
palabras tan claras de Chanyeol, que yo subestimé como el más imbécil del
mundo.

La noche en que me siguió ¡Dios! ¡Cómo pude ser tan estúpido! Esa noche no
quería que tome. Ahora entiendo. No quería que tome alcohol en verdad, pero
no me pudo dominar y me siguió como perro rabioso. Jamás dejó de vigilarme.
Todo el tiempo, no solo tenía mis guardias, sino también los de él.

"¡¡Eres mío Baekhyun!! ¡¡Y yo cuido lo que es mío!!". Lo del embarazo, no fue
solo para ahuyentar a las chicas, quizá él...lo daba como probabilidad...
La última vez que lo hicimos... No se trataba de que se sintiera débil. Quería
follarme y partirme en dos, después de tanta abstinencia, pero quiso ser
delicado, porque él tenía dudas. Tiene dudas. Lo está esperando ¡¿Lo está
esperando?!

Tiemblo de cólera. Porque malditamente voy entendiendo.

"Júrame que me vas a perdonar, lo que te haga por amor", me dijo.

No se trata de tener ganas de llorar. Se trata de rabia que tengo y no sé cómo


exteriorizar. Si yo le di permiso, si yo lo dejé, si él me dijo lo que haría y al
final, siempre le permití hacer y deshacer. Siempre me hizo perderme en él y la
razón se me fue a la mierda. Lo detesto a él, pero más a mí, por dejarlo.

Entro a la mansión. Me dejan entrar como si nada, porque ya me reconocen.

Le pregunto al ama de llaves si llegó el señor Park, el padre de Chanyeol y para


mi fortuna, me dicen que "no", porque voy a reventar a alguien.

Subo las escaleras a toda velocidad, al estudio de Chanyeol, donde trabaja en


esa casa y me meto de un saque. Está ahí dentro, hablando por teléfono con
alguien, girando sobre ese cómodo sillón.

Me mira confundido. Yo no le quito la vista de encima, a medida que me acerco


a su escritorio. Ha terminado de hablar, excusándose con algo y yo justo me
quedo de pie, del otro lado de su mesa.

- Mi Sol ¿Estás bien? ¿Pasa algo? – me dice preocupado, al verme bien.

Se pone de pie y en un segundo, le tiro sobre el escritorio, las tabletas de él y la


caja de las mías.
- Adivina qué encontré en tu casa Chanyeol...

Respiro tan agitado, que apenas puedo seguir inhalando de la ira. Me duele la
nariz de tanto que expando mis fosas nasales. El nudo doloroso de la garganta,
me enreda la lengua y no puedo hablar.

- Qué es esto – me dice él confundido.

- Deja de engañarme – le lanzo – Tú... sabes...

- Baekhyun...

- ¡Deja de tratarme como un idiota Park Chanyeol! – le digo nervioso y


temblando, en lo que estampo un manotón en la mesa.

Las manos me duelen, de tanto que aprieto mis puños. Siento una punzada en
el pecho, de la cantidad de aire que tengo que tomar, para seguir en pie.

- ¿Cómo pudiste...? – quiero preguntarle.

- Baek...

- ¡¿Cómo pudiste?!

Se me acerca rápido, me quiere tomar entre sus manos, pero de un manotón lo


alejo y él se agacha. Su porte, siempre altivo, se afloja. No me mira. Eso me
indica, que sí. Él fue capaz y lo hizo.

- Cambiaste las pastillas – concluyo, agarrándome de los pelos – Las


cambiaste... ¿Cuándo?
- Baekhyun...

- ¡¿Cuándo?! ¡Dime de una vez, maldita sea! ¡Desde cuándo! – grito


encogiéndome, retrocediendo lejos de él.

- La primera vez que estuviste lo suficientemente ebrio, como para no


despertar – murmura en su confesión, si verme a la cara.

- Y la última vez que lo hicimos – digo temblando agarrando esas pastillas –


Querías estar seguro que estuviera tomando estas... ¡cosas de mierda! Qué
son...

Le largo en la cara la caja falsa. Él solo se queda mirando al suelo, lo que le he


tirado.

- No son nada...

- ¿Sabes que estoy anémico? ¡Te lo dije! ¿Sabes que posiblemente tenga algo?

- Yo...

- ¡Por qué! – grito sacado, haciéndome hacia atrás, mientras me sostengo de


una silla que me frena.

- Porque... quería...quería...– cierra los ojos y aprieta sus labios.

- Mírame – le exijo acercándome a él, tomando sus hombros y zamarreándolo


furiosamente – ¡Mírame maldita sea! ¡Por qué!
- ¡Porque quería que estemos juntos para siempre! – me grita mirándome a los
ojos.

Eleva su rostro mientras comienza a acercarse. Se eleva en su porte, como


suele hacerlo, cuando quiere manifestar su poder. Si antes no entendía nada,
ahora mucho menos. No puedo razonar su lógica. Su universo es demasiado
escalofriante.

- ¿Supones... supones que un hijo me amarrará a tu lado?

- Nos unirá para siempre – me dice altivo, como si no se lamentara para nada,
de lo que dice.

- ¡¿Estás loco?! ¡¿Crees que eso nos unirá?!

- ¡Si! ¡Y no me disculparé por eso! Lo diré de una vez para que lo entiendas bien
¡No me lamento! ¡No me arrepiento! – grita él también, ya sacado.

- ¡Maldito!

Mi puño, no se hace esperar. Solo que él, ya lo esperaba, por eso, apenas se
inmuta. Vuelve su rostro hacia mí, y me sigue mirando desafiante. En verdad,
no se arrepiente.

- ¡Un bebé no se usa para eso! ¡Estás loco! – digo volteándome agitado, porque
no puedo seguir viéndolo – Chanyeol ¡Estás loco!

Cierro los ojos y es como si me quisiera desvanecer, por el ataque que me está
venciendo. Entonces siento que él me toma desde atrás para sostenerme y yo de
una lo empujo lejos.
- ¡No me toques maldita sea! ¡Estoy cansado de tus mentiras Chanyeol!
¡Cansado de que quieras hacer y deshacer con mi vida, con mis tiempos, con
mis cosas! ¡NO SOY TUYO!

- ¡LO SÉ! – grita agitado con todas sus fuerzas – ¡¿Crees que no lo sé?! ¡Por eso
no me dejaste alternativa! ¡Me estoy volviendo loco porque sé que no eres mío!

- Chanyeol... ¡¿Qué mierda dices?!

- ¡¿Crees que no sé que me ocultas las cosas?!

- ¡¿Qué?!

- ¡¿Crees que no sé que tu abuelo te quiere casar con tu primo?!

- Chanyeol...

- ¡¿Crees que no sé, que Seo Joon anduvo detrás de ti todo este tiempo?!

- Nunca dejaste de vigilarme – rujo lleno de ira.

- ¡Porque no me dejaste alternativa!

- ¡¿Me hechas la culpa?!

- No... no es eso... Pero ¡Dudas! ¡Siempre dudas! Y yo también estoy cansado...


Se queda pasmado y en su sitio, respirando agitado, sin poder moverse, sin
saber qué hacer. Y yo lo fulmino con algo más, para que borre toda esperanza
de amarrarme por siempre.

- No pienses en una familia conmigo Chanyeol. No estoy embarazado.

Sus ojos expectantes, se hunden y me mira desilusionado. Encima me


murmura.

- ¿No?

Me quiero dirigir hacia la puerta e irme de ese lugar, pero entonces me amarra
de la cintura y me vuelve hacia él, tratando de hundirme en su aroma, que sabe
que me pierde.

- Perdóname – me suplica – Perdóname, perdóname, perdóname por favor...

Me abraza fuerte. Aunque quiero soltarme, estoy demasiado débil como para
poder alejarme.

- ¿Por qué eres así Chanyeol? – murmuro lleno de angustia.

Las lágrimas por el agotamiento de tener que saberlo así, comienzan a correr
por mis mejillas.

- Chanyeol... estoy cansado...

- Perdóname por favor.

- No puedo más...
- Amor, por favor. Perdóname. Perdóname...

- Chanyeol...

- Te busqué tanto... te esperé tanto... que no te quiero perder...no de nuevo...

Me vuelve. Toma mis mejillas entre sus manos. Me mira. Seca mis lágrimas.
Estoy desbordado, con su poder. No se lamenta. Yo lo sé. Pero se disculpa,
porque no me quiere perder. Jamás va a cambiar.

No sé qué hacer. Si lo amo y no lo quiero perder. Pero me aterran estas


situaciones alarmantes, que me demuestran esa parte de su forma tan
equivocada de querer.

Mis brazos caídos no responden, pero él sigue empecinado en no alejarme de su


cuerpo. Y yo me quedo ahí, pensando, en qué voy a hacer con él.
Capítulo 25
"Dos mundos"

Alguien toca la puerta del despacho de Chanyeol. Me aparto de su lado. Seco


mis lágrimas y me dirijo a la ventana para mirar fuera. No quiero, que quien
llegue a entrar o se asome, me vea en el estado en el que me encuentro.

- Señor Park – escucho que dice un empleado – Su padre llegó. Quiere hablar
con usted ahora.

- Estoy ocupado – se excusa él.

- Señor Park – insiste el hombre – Su padre no está sólo. Creo que tiene que
bajar.

- He dicho que estoy ocupado – dice ya duramente y cierra la puerta.

Me doy la vuelta y entonces le digo en un suspiro.

- Me voy Chanyeol. Ve atender tus asuntos.

- No te vas – me ordena.

- No vuelvas con lo mismo de siempre.

- Tenemos que hablar.

- Estoy cansado – digo refregando con fuerza mi rostro – Ve a hablar con tu


padre. Mañana hablamos.
- No. Tú no te vas y te llevaré a casa.

Suena el móvil de Chanyeol. Le ha entrado un mensaje. Lo lee. La expresión de


su rostro, no solo se endurece más, sino que está desencajado completamente.
Me mira.

- Baekhyun, tengo que bajar. Algo pasa.

- Me voy entonces.

- No – me ordena y se acerca suplicante – Baekhyun, necesito que permanezcas


aquí, porque hay gente abajo que no quiero que veas.

Eso me impacta de verdad y me asusta muchísimo.

- ¿Gente de negocios? – pregunto.

- Gente que no quiero que veas. Pero sobre todo, que no quiero que te vean.

- De acuerdo. Aquí me quedo – asiento.

Sale de su despacho. Me quedo observando ese lugar. Me siento en un sillón y


no puedo evitar dormitar. Aunque no quiero, mis ojos se cierran por el
cansancio.

El sonido de la lluvia, golpea mis oídos. Despierto por eso. Abro bien mis ojos.
Miro las gotas de agua que me mojan. Estoy sentado en un columpio. Veo
delante de mí un par de zapatos negros. Levanto mi vista.

Quien está parado, es... Chanyeol. Sostiene su paraguas rojo.


Él no me dice nada. Solo sostiene su paraguas y lo acerca más a mí. Él no
quiere que el agua me moje.

- Chanyeol, te estás mojando – le digo.

- No importa – me dice tranquilo y serio.

Lo veo vestido de un traje negro. Está de luto.

- ¿Murió alguien? – pregunto curioso.

- Mi abuelo.

- Lo siento mucho.

- También murió un tío hace semanas atrás...

Él sigue mirándome como si nada. Y yo me siento un tonto sentado en una


hamaca, charlando bajo la lluvia. Por eso me paro.

- Eso es terrible. Son tu familia.

- Ahora nos tenemos que ir por eso.

- ¿Te tienes que ir? – digo triste.


- Si. Así dijo mi papá. Que nos tenemos que mudar a otro país y guardarnos por
un tiempo.

- No entiendo.

- Yo tampoco. Pero eso dijo él.

Pasan unos segundos, en los que él no deja de mirarme. Y me impacta con lo


que dice.

- Siento mucho lo de tus papás.

Miro sus ojos grandes, oscuros y brillantes.

- Gracias – respondo a su gesto amable.

- ¡Señorito Park! – escucho que alguien le grita.

- Me tengo que ir.

- Te tienes que ir – digo apenado.

- Toma – agrega y estira su paraguas rojo.

- ¡No! ¡No hace falta! ¡Vivo cerca! – exclamo.

- Yo subo al auto. Tú en cambio lo vas a necesitar más que yo.


- Entonces... Hagamos como que me lo prestas. Cuando te vuelva a ver, te lo
devuelvo. Y tú... – digo hurgando entre mis cosas buscando algo –...cuando me
vuelvas a ver me devuelves lo que yo te presto.

He encontrado el llavero de mi antigua casa. Un lindo sol que sonríe y la frase a


su alrededor que le leo en voz alta, mientras se lo doy:

- "Siempre sale el sol".

Él lo toma y lo observa unos segundos y repite lo mismo, aferrándose al objeto.

- "Siempre sale el sol".

- Me lo devuelves algún día – le ordeno.

Tomo ese paraguas que me ofrece. Me gusta ese paraguas color rojo y también
me gusta que sea de él. Apenas lo agarro, siento sus dedos, porque él no suelta
su paraguas. Y nos quedamos mirándonos unos segundos. Él parece triste y yo
me pongo triste por sus ojos.

- Mentí – me dice.

- ¿Mentiste?

- No podía dejar de verte cantar y bailar. No me dejabas jugar.

Y sus labios chocan con los míos. Mi primer beso.


Se incorpora. Abre los ojos. Suelta el paraguas y sale corriendo. Me deja ahí,
bajo la lluvia. Yo miro cómo se va y entonces, antes de subirse al auto, grita con
fuerza.

- ¡Eres bonito! ¡Eres el más bonito! ¡BONITO!

Ese último grito, me despierta de mi sueño. Los recuerdos han sido tan nítidos
y claros, que una sonrisa se dibuja en mi rostro.

Chanyeol. Mi pequeño Chanyeol. Allí parado, con su paraguas rojo, era mi


Chanyeol.

Sonrío. Suspiro y me doy cuenta, que lo adoro y lo amo. Lo detesto por ser
posesivo e inseguro. Pero lo trabajaremos juntos. Porque yo no puedo dejarlo ir.
Porque siento que estoy destinado a estar a su lado. Lo amo. Y nada, ni nadie,
me apartará de mi Chanyeol. Porque lo nuestro será para siempre.

No sé cuánto tiempo ha pasado. Miro en mi móvil. Ya va más de media hora


que estoy metido ahí.

Mi celular vibra. Ha entrado un mensaje. Leo. Mi abuelo me dice.

"Baekhyun. Vuelve pronto a casa. Ha surgido algo"

Suspiro. Llamo, pero nadie atiende. Envío un mensaje, para saber qué ocurre,
pero no contesta. Pruebo con mi abuela y nada. Nervioso me pongo de pie y
quiero salir ya de la mansión de los Park, para ir a casa. Y eso hago.

Abro la puerta y desciendo a la planta baja. Observo que todo está más que
vacío. Me pierdo inevitablemente, por uno de los terribles pasillos.
Hay voces. Más que voces, se oye una discusión. Curioso me acerco, porque hay
una voz, que llama mi atención. Y escucho, mientras avanzo.

- ¡Ellos no tienen la culpa! – grita el padre de Chanyeol.

- ¡Jamás permitiré que un Byun se mezcle con un Park! ¡USTEDES MATARON


A MI HIJO!

- ¡¿Qué?! – exclamo descolocado en la puerta, a la que llegué.

Todos miran hacia donde estoy. Nadie se había percatado de mi presencia.


Quien gritó, fue mi abuelo Byun.

Todo queda en silencio. Mis labios entreabiertos y resecos, comienzan a


temblar.

Nadie reacciona. Nadie se mueve.

Busco alguna respuesta, que me indique que me van a explicar, esta atrocidad
que acabo de escuchar. Que alguno aquí me diga, que fue una expresión
exagerada, una frase confusa, que no significa nada.

Alguien se mueve en medio de la sala. Me es inevitable ver hacia allí, al fondo


de esa sala.

Chanyeol se toma la cabeza entre sus manos y lanza un rugido, ni que fuera
bestia. Eso me indica que lo que mi abuelo gritó, no es falso. Que no hay nada
aquí en sentido figurado.

- Qué significa eso que dijiste abuelo – digo severamente mientras avanzo.
- Baekhyun – quiere hablarme Chanyeol.

Él hace ademán para acercarse rápido a mí. Pero el brillo de un arma le apunta
a la cabeza. Hyun Joong grita.

- ¡No te le acerques Park Chanyeol!

- ¡No! – grito angustiado y lleno de horror, queriendo correr a él, pero mi abuelo
me frena.

- ¡Byun! ¡Respeta mi casa! – grita rabioso el padre de Chanyeol – ¡Esa fue la


condición!

- Baja el arma Hyun Joong. No vinimos a esto.

- Chanyeol – dice rudamente su padre – ¡te quedas quieto!

- ¡No!

- ¡CHANYEOL! – exclama iracundo de nuevo el señor Park.

- ¡QUÉ PASA! – suelto desesperado, por entender algo.

Mi abuelo respira profundo. Se para derecho. Se acomoda el traje y elevando su


mentón, con su rostro lleno de odio, me confirma lo que no querría de pronto
haber sabido nunca.

- Los Park, mataron a tus padres Baekhyun. Asesinaron a tus tíos y...
- ¡Maldito hipócrita! – escucho que grita el padre de Chanyeol – ¡No eras
víctima en esta historia! ¡Tú mataste a mi padre y a mi hermano! ¡Mi familia!
¡MI FAMILIA! Y eso sin contar los que quedaron en el camino... – dice al final
sin aliento.

Y recuerdo el día que hablé con Sang Woo. "Fue una guerra entre familias", me
dijo. Pero lo que jamás hubiera imaginado, es que se tratara de una guerra
entre los Park y los Byun.

Mi cabeza se sacude desequilibrada sin entender toda esta revelación.


Chanyeol quiere acercarse, pero me alejo por instinto. No quiero que me toque.
No quiero que siquiera me roce con sus dedos, porque es un Park.

- Baekhyun por favor... – murmura rabioso y veo que la angustia se apodera de


su rostro.

Lo miro acusándolo. No me salen las palabras, ni alguna forma de poder


reaccionar, salvo con lágrimas.

- Vamos hijo – me indica mi abuelo – No tenemos nada que hacer aquí.

- No – habla Chanyeol y quiere tomarme, pero yo me alejo más – No te vas ¡No


te vas!

Su padre alcanza a agarrarlo del brazo y lo frena en lo que intenta avanzar.

- Chanyeol. Él tiene que irse.

- ¡No!
- Vamos Baekhyun – insiste mi abuelo.

Me dan la vuelta para retirarme, arrastrado por el impulso de mi abuelo. Hasta


que el padre de Chanyeol me llama.

- Baekhyun.

Me freno. Miro inevitablemente a una esquina, a donde han arrastrado a la


fuerza a Chanyeol unos guardias.

- Baekhyun – dice rabioso Chanyeol, tirando de los hombres – ¡No te vas!

Mi abuelo me tira para sacarme de ahí, pero yo lo miro con miles de preguntas
en mi rostro. Me vuelvo a ver al padre de Chanyeol y él camina hacia mí.

- ¡No te acerques a mi nieto Park Si Hoo! – grita mi abuelo.

Él se para derecho y podría jurar que su presencia ha intimidado por completo


a mi abuelo, más cuando termina por decirle.

- Jamás le haría daño. Y lo sabes Byun Hee Bong. Me has tenido en tu casa
como tu hijo durante años. He sido lo más cercano a un hermano para Yo Han –
le recrimina entre dientes –Y sabes que esa maldita guerra, la habría querido
evitar.

Se me estremece el corazón, al escuchar el nombre de mi padre en los labios de


este hombre, que es un Park. Pero a la vez estoy tan descolocado al escuchar
esa revelación, que solo me confunde. "Cómo se conocieron papá y mamá", le
había preguntado un día a mi abuelo. "Tu padre de milagro salió de una
balacera con vida. Llegó a la sala de emergencias, arrastra con su mejor amigo
y tu madre estaba de turno esa noche". mi cabeza quiere estallar.
Park Si Hoo se me acerca finalmente. Me mira de pronto triste, sus ojos
recorren mi rostro. Recuerdo ese modo peculiar de observarme en silencio y
detenidamente, como la vez que lo conocí.

- Eres igual a tu madre – dice y una corriente extraña me recorre de la cabeza a


los pies.

No sé qué demonios hago con este hombre. No entiendo por qué sigo frenando
mi partida inevitable. Las lágrimas resbalan como si nada por mi rostro. Ya ni
lucho contra eso. Él me sigue mirando y vuelve a hablar.

- Tu madre era la mujer más hermosa y maravillosa, que hubiera conocido en


mi vida.

La forma en la que pronuncia cada palabra, sin quitarme los ojos de encima,
hacen que me sienta cohibido. Sin embargo le reclamo, como si tuviera derecho
a hacerlo.

- Pero no hizo nada para evitar que le hagan daño.

Un brillo atraviesa su vista. Le ha dolido lo que dije. Y de pronto pienso que si


le ha dolido, no era un afecto común y corriente lo que este hombre sentía por
mi madre.

- Usted la amaba – afirmo sin sentido e inconciente del lugar en el que me


encuentro – Y no hizo nada...

- Perdón, por no llegar a tiempo.

Eso es lo último que he escuchado de él, porque mi abuelo furioso me arranca


del lugar de un tirón.
- No – le digo indignado – ¡Quiero hablar con él!

Entonces alguien más me toma del brazo y me obliga a caminar a la salida.


Hyun Joong me tira con fuerza.

Chanyeol furioso se quiere abalanzar pero no le permiten acercarse a mí.

- ¡No! – grita Chanyeol – ¡Baekhyun!

De pronto me desespera alejarme.

- ¿Chanyeol? – pregunto, hasta que me doy cuenta, que quizá esa sea la última
vez en mi vida que lo vea – No ¡Chanyeol!

Jalo del agarre de mi abuelo, con la intención de irme con él. Está desesperado.
Y yo estoy desesperado. Está angustiado. Y yo estoy angustiado. Las lágrimas
comienzan a salir de sus ojos y yo, quiero ir con Chanyeol.

- ¡Quiero ir con Chanyeol! – grito – ¡Chanyeol!

Un susurro que me estremece, retumba en mis oídos.

- Nos vamos ahora. O si no, esto será una masacre.

Hyun Joong y su mirada, me aterra. Miro a mi abuelo, que desaprueba cada


uno de mis gestos. Ellos me ordenan. Más que una orden es una sentencia.
- ¡Quitale tus putas manos de encima Hyun Joong! – grita Chanyeol con el
rostro desencajado – ¡Baekhyun! ¡No!

- Chanyeol – murmuro como pidiendo auxilio, cuando sé que es inútil.

Me arrepiento, de haber salido del estudio. Él sabía que podría pasar esto. Él
quería evitar, que me alejen de su lado.

- Muévete – dice Hyun Joong.

Le tengo miedo a mi primo. Yo sé que los odia. Sé que los quiere matar a todos.
Porque ahora sé que su padre murió en esa guerra. Al igual que el padre de...
Seo Joon...

Miro hacia atrás. Seo Joon, que también estaba en el lugar, está inmóvil en su
sitio. Mira como si nada lo turbara. Pero sus palabras se hacen añicos en mi
corazón: "Tú eres un Byun. Y los Byun, no se juntan con los Park". Ahora, lo
entiendo...

Mi abuelo deja que Hyun Joong haga lo que quiera conmigo y yo observo
confundido.

Pero Chanyeol... Chanyeol sigue gritando enloquecido, tirando del agarre de


tres guardias, a quienes les cuesta detenerlo. Y yo aunque quisiera correr hacia
él para calmarlo, ya no puedo.

- ¡Baekhyun! ¡No te vas! ¡Noooo!

Su grito me duele y me estremece por completo. Yo no me quiero ir. Pero soy un


Byun...
Me suben a un auto. Estoy destruido. Me encuentro perdido. No sé qué hacen
conmigo. Apenas si sé que existo. Mis lágrimas, no sirven de nada. Ni siquiera
me han quedado lágrimas. Ya no sé ni dónde estoy parado. Sólo sé, que dejo
que hagan lo que quieran conmigo.

Y en mi cabeza retumban los gritos de Chanyeol... mi Chanyeol...

Pasa un rato largo hasta que vuelvo a reaccionar. Me toco la ropa, busco mi
móvil. Ni siquiera sé dónde lo he dejado.

- Mi celular – me lamento.

- No te preocupes Baekhyun – dice mi abuelo – Cuando lleguemos a casa,


podrás comunicarte con tus abuelos.

Y ahí despierto de mi aislamiento mental. Lo miro, me seco las lágrimas que


me quedaban y le digo.

- Abuelo. Quiero ir a casa.

- No es seguro para ti.

- Quiero irme con mis abuelos.

- No.

- Abuelo – digo ya enojado con él – Quiero irme a mi casa.

Justo llegamos a su residencia. Cuando bajo, me niego a entrar y le pido.


- Quiero llamar un taxi. Por favor préstame tu teléfono – porque tengo la
sensación de que no me prestará ningún medio para movilizarme.

- No te irás de aquí Baekhyun.

Es rotundo y severo. No me está solo informando, sino que me está ordenando


obedecer.

Lo miro. Me recuerda la primera vez que lo vi en casa. Parecía tan cordial y


afectuoso, que ya no lo reconozco.

- Quiero ver a mis abuelos – le digo realmente enojado sin disimularlo.

- Mañana Baekhyun. Y ahora entra. Es de noche. Hace frío. Estoy realmente


agotado.

Se va. Y todo el mundo lo sigue. Me quedo en el frío de la noche. Inmóvil en ese


lugar que me resulta tan ajeno a mí. No sé cuánto tiempo pasa, pero sé que es
un tanto largo. Me he quedado mirando la puerta. De repente alguien me toma
del hombro con cuidado.

- Kyuhyun – murmuro ya ido de la tristeza – Te mandaron para obligarme...

- Vamos a casa joven Byun. Yo lo llevaré – me dice él compungido.

- ¿No tienes miedo de que se la agarren contigo?

- Mi trabajo es serle leal a usted joven Byun. Para eso estoy en la familia. Como
alguna vez lo fue mi padre con el suyo, hasta el final. No se preocupe. Su abuelo
Byun, no me discutirá. Vamos...
Subo al auto. No voy detrás, sino en el asiento del acompañante. Siento el calor
del coche y suspiro un tanto aliviado. Ya me estaba congelando.

Bajo y entro a casa. Miro a mi guardia y le doy las gracias. Sé que no entrará,
aunque se lo pida, porque él solo me cuida.

Entro. Todo está en la penumbra. Pero sé a quién voy a encontrar en la cocina,


al ver que la luz está encendida.

El agua hierve. Mi abuelo prepara el café.

- La odiosa de tu abuela duerme – dice sin voltearse a verme – Yo no mandé ese


mensaje.

Me siento a la mesa. Tengo la cabeza gacha y no veo nada. Escucho que el agua
cae en una taza y después en otra. Una taza se me deposita en mis narices.
Oigo el chirrido de la silla que ha corrido para sentarse él. Tomo un sorbo de
café, en absoluto silencio.

- Tu abuelo vino aquí y contó todo. La loca de tu abuela le creyó hasta la última
palabra.

- Los Park mataron a papá y a mamá.

Mi abuelo calla. No me atrevo a mirarlo siquiera a la cara. De nuevo las


lágrimas comienzan a brotar de mis ojos y cada gota hace eco en el café
caliente. Me da vergüenza, haberme enamorado de un Park.

Después de un largo rato, mi abuelo se levanta de su silla y lo último que me


dice antes de retirarse es.
- Hazme el favor de recoger la ropa del tendedero. Me da flojera ¿Puedes?

- Si.

Me descoloca su accionar. Más cuando tierno, me deposita un beso en la corona


y escucho que sus pasos agobiados se pierden detrás.

Voy al patio y cuando abro la puerta me recibe el frío de la noche.

- Pero qué... – murmuro solo en la oscuridad, pensando que mi abuelo se ha


vuelto loco.

Me ha enviado a recoger ropa que no hay. Me acerco más y escucho un sonido


que viene de entre los árboles.

- Tu abuelo me dejó entrar – me dice su voz grave y profunda que suena como
angustia, en medio de la oscuridad.

Avanza. Y yo, avanzo hacia él. Suspiro. De pronto, me siento agradecido por
poder tener la oportunidad de verlo, aunque sea por última vez...Y lo abrazo,
fuerte, muy fuerte. Me hundo en su aroma, quiero llevarme todo de él. Elevo mi
rostro y me encuentro con el suyo. Sus ojos penetrantes, que contienen la
noche, brillan y me siguen enamorando, como todos los días.

- Dame una razón... para no estar en tus brazos – susurro en sus labios.

Él aspira de mi aliento. Su voz suena a angustia y desesperación en mi boca


cuando lanza un gemido. Percibo que tiene que armarse de valor para decirme.

- Soy "Park".
Las lágrimas comienzan a correr por mis mejillas. Si. Esa es una razón
inescrutable. No sólo fuerte, sino rotunda. Es "Park". La familia que mató a mis
padres. Y yo soy "Byun". La familia que mató a la suya.

- Me pregunto – le digo como puedo – Cómo haré... para olvidarme de tus besos
¿Habrá alguna cosa que...haga que... pueda olvidarme de tu abrazo... de tu
cuerpo... de...?

Él me calla con sus labios. La suavidad de su boca es una tortura en este


momento ¿Cómo podría olvidarme si él, sólo él completa mi cuerpo?

- Dime – me dice, mientras sigue besándome con ternura y dolor – Dime


Baekhyun... ¿quién me mandó a amarte como te amo?

- Chanyeol te amo – susurro, mirándolo convencido de lo que le expreso con el


corazón – Pero los dos sabemos que...

- Que no es suficiente – me interrumpe lleno de dolor en su voz – Porque


nuestros mundos son distintos. Dos mundos, que no se pueden unir...

- Hay demasiado odio... entre nosotros ¿Verdad?

Sin despegar mi cuerpo del suyo, Chanyeol me amarra con más fuerza.

Está llorando. Junta su frente a la mía. Aprieta sus párpados furiosamente.


Pensé que era yo el único que estaba en este estado. Pero, él se está
desarmando en un gemido ahogado.

- Por qué – vuelve a hablar, mientras llora – Por qué... Si te amo con toda el
alma...
Lo beso. Mi corazón quisiera devolverle la tranquilidad que ha perdido. Así que
por un rato, lo dejaré descansar en mis brazos y yo descansaré en los suyos.

Nada puedo hacer, por cambiar mi realidad. Esto es lo que me toca y debo
asumirlo con dolor.

Aspirando en aire de la noche, Chanyeol eleva mi rostro y me dice.

- Siempre serás Mi Sol. Porque tú eres solo luz – y me besa.

Y mientras pienso, en que al final nuestros mundos son distintos, me pregunto


también, cómo voy a hacer para vivir sin Chanyeol, si siempre ha sido mi único
amor. Si yo ya le había entregado mi mundo, con todo mi corazón.
Capítulo 26
Mi secreto

Tomo de la mano a Jongdae y la sujeto con fuerza, mientras lo veo sentado y


perdido en la isla de la mesada de la cocina.

- Dime – quiero decirle, pero sus ojos empañados, me piden que no pregunte.

Yo sé que aquí hay más. Minseok no pudo haber terminado con Jongdae, por
haberlo engañado en ocultarle, el hecho de saber que lo había dejado plantado
en una cita en el pasado. No tiene sentido.

Jongdae está ido. De pronto su entusiasmo se ha apagado y ha comenzado a


ejercer de buen hijo. Me indigna el hecho de haberme enterado, que Junmyeon
se ha ido de viaje de placer, dejando a su hermano sólo, en este estado.
Definitivamente, las cosas no andan bien.

Voy a la cafetería y me siento con mi helado de limón en frente de Luhan, que


toma café.

- Luhan – le pregunto – ¿Sabes algo de Minseok?

- No – me responde tajante.

- No me mientas – le recrimino con mi dedo en alto.

- Se fue a su casa. Solo me envía mensajes todos los días para decirme que está
bien.

- Pero tú sabes más.


Suspira. Está agobiado y compungido de verdad. Entonces me confiesa.

- Baekhyun. Júrame que no le dirás a nadie lo que te voy a contar.

- Te lo juro – digo seguro y sin dudar.

- Resulta que a Minseok antes del accidente, lo habían querido comprometer


con Jongdae. Cosa de familias de ricos.

- ¡No! – exclamo, mientras me tapo la boca impactado, para que no me entren


moscas – ¿Y cuál es el problema?

- Jongdae lo dejó plantado a la primera cita. Minseok lo recordó o mejor dicho,


lo hicieron recordar.

- Eso sí sabía. Pero eso es cosa del pasado ¡¿Me vas a decir que lo terminó por
eso?!

- No. Esa fue la excusa que Minseok usó para alejarse de Jongdae.

- ¿Qué mierda quieres decir?

- Baekhyun ¡Júrame que...ni una palabra de esto a Jongdae!

- ¡Ya te juré!

Luhan vuelve a tomar aire, como si volviera a respirar, porque ya no va a


cargar solo con semejante secreto.
- A Minseok, después de eso, su padre lo comprometió para casarse con
Dongwoo, el hijo del apoderado legal de Minseok. Y Minseok me contó, que lo
amenazaron.

- ¡Qué...! – exclamo y Luhan me tapa la boca, para que no llame la atención –


Qué mierda, con qué...

- Minseok desistió del compromiso con el hijo de su apoderado legal, porque ya


estaba en una relación. El tipo entonces le dijo que no le iba a conceder el poder
sobre sus bienes, porque no tenía seguridad de que estuviera con alguien de
confianza.

- Pero... ¡No puede!

- Eso fue lo que hizo que el maldito del apoderado legal lo amenace con otra
cosa – dice indignado y furioso, así como afligido – Como es del partido político
del Primer Ministro, al parecer le conoce cosas sucias. No sé qué. Pero amenazó
a Minseok con dar a conocer en los medios de comunicación, cosas oscuras de la
familia Kim, si no rompía definitivamente con Jongdae.

A Luhan se le llenan los ojos de lágrimas. Y a mí también. Los dos sabemos, lo


mucho que los dos se aman.

- Entonces ellos – murmuro.

- No Baekhyun. No van a volver. Todo ese mundo es una mierda.

Me encuentro a la tarde observando detenidamente a Jongdae, jugando con los


niños en el gimnasio. Ríe. Yo sé que no los hace reír. Son los pequeños, los que
le dan a él la alegría y las ganas de vivir.
Para cuando termina, se me acerca y yo, sin pensarlo lo abrazo fuerte. Jongdae
se aferra a mí y escucho que me dice al oído.

- Yo sé, que tú me entiendes...

Los dos sabemos, lo que nos pasa. Todos nos miran y los niños se nos ríen
pensando que somos novios. Eso ha hecho sonrojar a Jongdae más de la cuenta.
Igual, sus ojos están tristes, como los míos.

Llego a la mansión de mi abuelo, que me ha pedido cenar con él a solas. Apenas


si tengo energía, para ver aquel mundo que detesto. Pero soy educado y
respetuoso. No puedo rechazar su invitación.

- ¿Cómo estás? – me pregunta mientras prueba la comida.

- Mal – le respondo.

Me mira serio, en lo que yo tomo un sorbo de agua.

- Comes poco. Supe que estás algo enfermo ¿Es algo serio? Me preocupa.

- No es nada serio – digo y me obligo a sonreír – Solo deben ser unos cálculos en
los riñones o la vesícula. No lo sé. Nada que en unos días no se pueda
solucionar.

- Entonces debo suponer que estás mal de ánimo.

- No puedo estar feliz y saltando como antes con las cosas que pasaron.
- Lo lamento de verdad. Pero entiende que no podía permitirte que te mezclaras
con...

Medito unos segundos, mientras mi abuelo sigue hablando pero ni escucho. De


pronto le pregunto de mal modo.

- ¿Volviste a mi vida solo porque te enteraste de que conocía a los Park? Porque
tengo entendido que no me perdiste pisada...

No me responde. Respiro profundo. Sonrío indignado, estrujando entre mis


manos la servilleta.

- Abuelo – digo porque ya me quiero ir – Dijiste que querías hablarme de algo.

De nuevo un silencio. Pero no dura nada. Sé que duda en decirme lo que me


dirá. Y entiendo por qué, cuando lo escucho.

- Pienso en tu futuro Baekhyun. Tú me heredarás.

- No quiero el dinero – le digo ya cansado de repetírselo tantas veces – Abuelo...

- Tú eres mi heredero y en eso no hay discusión. Eres un Byun – sentencia y


calla unos segundos, viendo que me he rendido – Tenemos muchos amigos hijo.
Pero también enemigos. Y me preocupa que si algo llegara a pasarme, quedes
desprotegido, tú y también tus abuelos.

Y ya me estoy imaginando lo que me va a decir. Por eso, mientras refriego mis


ojos con furia, le digo de una vez.

- No abuelo.
- ¿Qué? – pregunta sin entender, lo que yo ya entendí muy bien.

Por eso lo miro fijo y le digo completo lo que él pretende.

- Ni se te ocurra querer casarme con Hyun Joong.

- Es que él...

- No abuelo – digo entre dientes, con un nudo en la garganta, porque de verdad


me siento sometido – Si quieres controlar mi vida, mis tiempos y mis cosas,
hasta mis relaciones sociales y prohibirme amar a alguien, déjame al menos
decidir... decidir en querer pasar el resto de mi vida sólo. Porque no quiero a
nadie a mi lado.

Me levanto de mi lugar. Mis lágrimas quieren salir. Pero me impongo que no


saldrá en su presencia. Entonces lleno de dolor le digo.

- Cuando fuiste a casa a buscarme, entendí que ibas buscando a mi padre.


Debió desilusionarte, haberte encontrado conmigo. Un enfermero, que ama
hacer su trabajo. Que vive en la sencillez de su casa. Y que solo quiere una vida
pacífica, lejos del lujo y de...todo esto – digo mirando a las paredes de ese
inmenso lugar – Habría sido tan feliz, con el solo hecho de haber tenido a "mi
abuelo" conmigo. Solo a "mi abuelo" – le reclamo mientras mis lágrimas brotan
y me estrujo el pecho – Nunca quise nada de esto. Por eso lamento con todo el
dolor en mi corazón, haber regresado a tu vida, y no cumplir tus expectativas.
Así como me lamento que hayas vuelto a la mía y que no hayas sido
simplemente "mi abuelo".

Hago una reverencia y me retiro, sin volver la vista atrás.

Camino por el umbral de la mansión, en dirección a la puerta, cuando alguien


sale a mi encuentro. Me detengo. Hyun Joong me mira serio. Como cada vez
que lo veo, me resulta violenta su presencia. Aprieto mis puños mientras se me
acerca. Sé que es incapaz de hacer nada, pero no me provoca otra cosa más que
rechazo.

- Por qué eres así conmigo – me reclama lastimosamente.

- No me nace ser de otra manera – le confieso.

- Yo nunca dejaría de protegerte. Siempre estarías a salvo conmigo y jamás te


faltaría el respeto.

- No te creo una palabra de lo que estás diciendo – le suelto entre dientes.

- ¿Sabes lo que le costó a tu abuelo sostener esta familia? ¡Yo lo sé! – exclama
con un puño en su pecho – Y cuando a él le pase algo ¡Tú serás el primer
blanco! Pero si estás a mi lado nadie se atreverá a tocarte.

- ¿Crees que soy idiota? – me le río irónico, leyendo claramente lo que dice –
Seré blanco para ti, porque tú lo quieres todo, aunque yo haya dicho que no
quiera nada.

Me le acerco sin miedo. Él suponía que yo no me daría cuenta de nada, menos


con lo que le largo después.

- Yo conozco lo sucio que puedes llegar a ser Hyun Joong ¡O crees que no me di
cuenta de que el que pinchaste esa noche las ruedas fuiste tú!

- ¿Chanyeol te dijo eso? ¿Seo Joong?

- No. Tú lo acabas de hacer, al confirmarme que sabes de lo que te estoy


hablando – digo deteniéndome en frente de él – No sabías en ese momento
quién era ¿Verdad? Qué pensabas hacer ¿Secuestrarme? ¿Violarme? ¿Tirarme o
venderme a alguien después? De no ser por Chanyeol, esa noche...

Respira con rabia cuando me ve. Lo único que sé es que este hombre es de
verdad, nefasto y de temer. Sé lo que quiere. El poder de los Byun que no tiene,
porque mi abuelo por alguna razón, se resiste a dejarle todo lo que yo no quiero.

- Mi interés por ti es genuino Baekhyun– me dice tratando de mantener la


compostura.

Aunque sé bien que no soy más que un capricho pasajero, jamás creeré que
pueda este hombre, guardar sentimientos verdaderos.

- Buenas noches Hyun Joong – digo y me dirijo a la salida.

Subo al coche que conduce mi guardia. No han ido todavía a buscar el auto en
la casa de los Park y eso me está volviendo loco. Mi móvil, a propósito, no lo he
de recuperar. En él había fotos nuestras y su número. Compré uno nuevo, como
queriendo llenar mi memoria con cosas nuevas.

Ha pasado una semana y es como cada vez que nos alejamos otras veces. Los
días se hacen eternos, largos, demasiado largos cargando con el dolor de su
ausencia. Él pareciera ser un sueño lejano, muy lejano. Algo bueno, algo alegre,
algo feliz, que no podría jamás sacar de mi mente y mucho menos de mi
corazón.

Fue un mundo que quisimos construir para nosotros dos y sin embargo, todo
ese mundo se derrumbó.

- Enfermero Byun – me dice la recepcionista cuando estoy marcando mi


entrada – El doctor Chang Min dice que se va a las 17 horas. Que vayas cuando
quieras para tu eco.
- Gracias – le digo a la amable mujer y me alisto para mi turno.

Pasa y llega el mediodía. Luhan me cubre así que me encuentro en el pasillo,


esperando ser atendido por el doctor. Aunque es mi médico clínico, ejerce de
ecógrafo y ha querido hacerme él mismo el estudio, con la excusa de que me
ando escapando a lo que vaya a salir. Es que algo de razón tiene. He tenido que
hacerme todos los estudios de nuevo, porque los anteriores se me han vencido
en tiempo.

- Byun – me dice el doctor, saliendo al pasillo para hacerme entrar.

Ingreso a la sala toda blanca. Ya sé cómo es el procedimiento, así que me trepo


a la camilla y me recuesto. Bostezo entonces y él se me ríe.

- ¿Con sueño? – pregunta.

- Aha... – asiento, casi tragándolo.

- No viniste a verme para mostrarme los estudios – me reclama, tomando en


sus manos los papeles que le he dejado sobre su escritorio.

- No cambiaron mucho de la otra vez – digo tranquilo, como si me estuviera por


echar una siesta.

- Veamos – murmura Chang Min – Entonces... Hoy sabremos cuál es el


problema...

- Sip – digo sintiendo frío en mis pectorales cuando me levanto la bata – Sólo se
supone que pueden ser cálculos en la vesícula o riñones ¿Verdad?
- Ya te dije antes que no hay un diagnóstico. Tus valores están alterados.
También sigues algo anémico. Así que cualquier cosa puede ser – concluye él
mientras mira los estudios por encima y los deja a mano, con la mirada
confundida – Oye... ¿Estuviste tomando vitaminas?

- No – respondo y al momento me viene a la mente esas malditas píldoras de


Chanyeol, pero me quedo mudo.

Pone el gel frío sobre mi piel y comienza a mover el pequeño aparato sobre la
zona de mis órganos, donde puede haber problemas.

- Dime si te duele en alguna zona por la que pase – me indica y yo solo asiento
– ¿Estás siguiendo la dieta para reponerte?

- Si.

- Estás muy delgado Baekhyun. Debes cuidarte...

- Es que sigo con los vómitos.

- Ya. Entiendo...

Volteo mi rostro. Tengo muchísimo sueño y ni me interesa ver lo que ya sé que


se verá en pantalla: cálculos. Ya me imagino lo que vendrá después. Al final
tendré vacaciones forzadas cuando me los vayan a quitar.

En lo que miro al techo, escucho que el doctor lanza una mueca al aire.

- Aquí está el causante de tantos problemas – me dice en tono hasta chistoso y


escucho que calibra y teclea el aparato.
Yo sólo suspiro, sin mirar a la pantalla.

Pasan unos segundos hasta que Chang Min vuelve a hablarme.

- ¿No quieres ver?

Como no digo nada, él me toca el hombro y me insiste.

- Baekhyun, tienes que ver.

Y apenas miro, mis ojos se quedan anclados ahí en lo que la pantalla muestra,
mientras Chang Min me habla, sin dejar de sostenerme.

- No puede ser – murmuro porque no puedo creer que vea lo que esté viendo.

- Si Baekhyun.

- No puede ser. No son cálculos – digo ya perdiendo mi voz.

- Poco más de cinco semanas. No puedo escuchar todavía sus latidos, pero mira
– me señala – ahí está ya latiendo fuerte el corazón. Y se lo ve bien asentado.

- Es un... bebé... – balbuceo sin entender, que esa imagen sea de mi vientre.

- Si. No hay cálculos Baekhyun. Siempre fue un embarazo.

Lo veo bien. Sé qué está ahí, porque los diminutos destellos de su ser, se
contraen y se expanden, dentro de mí...
Parece grande, pero sé que su tamaño es minúsculo. Apenas se parece un
garbanzo, pero mi corazón se ensancha inexplicablemente y sólo puedo sentir
que las lágrimas comienzan a brotar sin freno de mis ojos, mientras no puedo
quitar la vista de ahí. De donde está... mi bebé...

- Tranquilo – me dice entonces el doctor que se dio cuenta, que esto es lo que
menos esperaba.

Me toma de la mano porque nota que estoy en pánico y tiemblo.

- Calma Baekhyun – me dice de nuevo – Paremos un momento si quieres.

- No – digo de pronto gimiendo – Estoy bien. Solo... solo no...

- No lo esperabas – concluye él, cuando ve que ya no puedo hablar – Vamos a


parar.

Me limpia rápido el vientre y deja las cosas en su lugar.

- Ven – me indica y me ayuda a incorporarme.

Sin entender nada, lo miro y lloro. Entonces me abraza.

- Shhh... Calma. Ya...

- No entiendo ¡No entiendo!


Menos mal que conozco de hace años a Chang Min y tengo esa confianza con él.
No sé qué habría hecho en este momento de no haberlo tenido a mi lado.

- ¿Te estabas cuidando? – me pregunta al verme tan desconcertado y asustado.

- Si.

- ¿Seguro?

- Me medicaron aquí...

- Deberás traer la medicación para analizarla.

No digo nada. Sé bien qué pasó. Pero le insisto en otra cosa.

- Estaba seguro de que no podía ser embarazo – digo secando mis lágrimas – Sé
que hay veces que los exámenes pueden dar negativos, porque mis valores
están patas arriba. Pero también, me hice la prueba casera y... dio negativo...

- He conocido casos descabellados así, en el que no supieron que estaban en


cinta, sino hasta la semana 25.

- ¡¿Qué?! – exclamo desencajado.

- Así es. Con pruebas de sangre y hasta con pruebas caseras. Tenías todos los
síntomas. Como siempre lo negaste y fuiste tan rotundo, porque te estabas
cuidando, no dudé en que no fuera embarazo.

- Entiendo – digo componiéndome.


- Baekhyun, ya pasó el tiempo de la posibilidad de un aborto y...

-¡No! – exclamo seguro rodeando mi vientre, como si alguien le quisiera hacer


algo – ¡Ni pensarlo tampoco! Yo... yo lo quiero... yo lo quiero. No me importa
cómo vino. Yo... es mi bebé...

- Entonces debo decirte, que estás embarazado Byun Baekhyun.

Una sonrisa se asoma en la cara de Chang Min. Y soy consciente de que estoy
feliz. Si. No me importa cómo vino. Odié a Chanyeol en su momento por haber
hecho lo que hizo, pero ahora, ya no puedo. Sería como estar enojado con mi
bebé, por haber venido y quedarse. Pero en este momento estoy feliz. Asiento
por eso con una terrible sonrisa en mi rostro y él me dice.

- Felicidades.

- Gracias – le digo y lo abrazo.

- ¿Quieres seguir viendo?

Asiento con una sonrisa que no cabe en mí. Me recuesto y la ansiedad ya ni frío
me hace sentir.

Chang Min mueve el aparato en mi vientre y yo no puedo quitar mi vista de la


pantalla, mientras escucho lo que él me va indicando. Me quiero comer esa
imagen con los ojos. Cómo quisiera ganar todo el tiempo que en silencio ha
estado dentro y yo ni cuenta me he dado.

De pronto me recuerdo de las veces que inconscientemente me toqué el vientre,


como si tuviera algo. Mi corazón lo sabía. Y mi corazón se estruja, porque él
estuvo aferrándose a mí todo este tiempo, en el que yo lo estuve exponiendo a
tanta ansiedad y estrés.
- Es muy fuerte – me dice el doctor – Definitivamente está bien fuerte y cómodo
ahí. No parece tener ningún problema. A pesar de que tú estás muy delgado.

Termina y yo me incorporo. Chang Min sigue leyendo los estudios y me da las


indicaciones.

- Deberás elegir un obstetra y comenzar a ir con regularidad a las visitas. Por lo


pronto, hay que comenzar a ganar algo de peso. No te puedes permitir la
anemia.

De pronto, bajo la vista y me estrujo los dedos que suenan.

- ¿Qué pasa Baekhyun? – pregunta Chang Min.

- Nada – digo y sonrío.

Camino por el pasillo preocupado, con los papeles en mano. Chang Min me ha
regalado una foto de mi bebé en un sobre. Pero de pronto tengo miedo y las
aprieto en mi pecho.

Llego a la sala de descanso y me siento. Agradezco que no haya nadie, para


meditar un rato.

Antes, de haber estado en el pasado, mis abuelos estarían felices con la noticia.
Todo habría sido muy fácil. Pero ahora, todo es distinto. Mi mundo es una
guerra con los Park. Los Byun y los Park, no se pueden juntar.

Si mi abuelo Byun, se llega a enterar, de que estoy esperando un hijo...


Y Hyun Joong...

Chanyeol lo quería. Él lo percibía, cuando yo aún no. Él lo estaba esperando con


ansias. Si ahora le dijera que estoy esperando un hijo suyo, de seguro estaría
abrazándome y diciéndome lo feliz que es por esto. Mi Chanyeol...como quisiera
abrazarlo, porque solo en sus brazos, me siento seguro y protegido. Pero ahora,
me siento como un blanco fácil.

Miro las fotos de mi bebé. Tiemblo de pensar que le quieran hacer algo, aún sin
haber llegado. Él es mío y lo tengo que proteger. Me tengo que hacer fuerte por
él.

- No puede ser – dice una voz detrás de mí.

No sé en qué momento Jongdae entró y vio lo que estaba observando.

- Baekhyun – me sonríe porque sabe bien de qué se trata – Estás...

- 5 semanas. Apenas dos meses...

Asiento poniéndome de pie. Sonrío y me abraza. Pero lloro y tiemblo. Él


entonces, toma mis mejillas y me mira desconcertado.

- Tengo... Jongdae... tengo... tengo miedo...

Y me aferro a él con fuerza. Jongdae acaricia mi cabeza y pasa su mano por mi


espalda. Él entiende bien qué es lo que pasa, por eso no le parece para nada
descabellado mi temor.

- Shhh... Ya Baekhyun... lo vamos a cuidar – dice mientras me da palmadas


suaves, para tranquilizarme.
Pasa un minuto hasta que me calmo. Jongdae me dirige y me sienta en una
silla. Se pone en frente mío. Me observa y de repente comienza a caminar
pensativo. Se detiene y suspira, con las manos en la cadera.

- Jongdae – le digo angustiado – No sé cómo voy a hacer...

- Por lo pronto – me sugiere para mi sorpresa – Baekhyun... nadie debe saber.


Si Chanyeol se entera, lo va reclamar. Porque es su hijo. Es un Park. Y tu
abuelo, no lo permitirá. Esto será una guerra. Sin contar que ese bebé... puede
que muchos quieran que no llegue...

- Jongdae...

Gimo y tiemblo de nuevo. Él entonces se agacha y me abraza.

- Lo siento. Lo siento – se disculpa.

- Jongdae. Tengo miedo. No quiero que le hagan daño...

- Escucha. Lo vamos a cuidar y proteger – me dice y mirándome a los ojos me


asegura – Te juro que nada malo le va a pasar. Dame unos días para meditar el
asunto. Pero por unos días, nadie debe saber. Nadie se dará cuenta, porque
está bien flaco – agrega sonriendo al final.

- Jongdae ¿Qué me estás ocultando?

Él me mira impactado, abriendo los labios y quitándome su mirada. No me he


equivocado. Algo pasa.

- Por favor – insisto – Dime...


- Chanyeol se ha enterado de que tu abuelo quiere casarte con Hyun Joong.

- Él ya lo sabía...

- No – me detiene – Tu abuelo se encargó de esparcir la noticia de que ya es un


hecho.

- ¡Pero no es cierto!

- Lo sé... lo sé... pero... Chanyeol está como loco...y...

- ¡¿Cómo está?! – exclamo desesperado, aferrándome a sus brazos, respirando


con dificultad – Él... él tiene ¡Tiene que saber que no es verdad!

- Yo le diré. Pero... hay muchas otras cosas que se complicaron.

- El negocio que supuestamente tenían...– me recuerdo, de hace mucho, que


Chanyeol intentó entrar en negocios con los Byun, por medio de Hyun Joong –
Qué...qué pasó...

- Hubo una emboscada en una entrega de... de mercancía pesada. Murieron


algunos hombres de Chanyeol. Cree que Hyun Joong los traicionó.

- ¡Chanyeol!

- Está bien. Él salió bien. Pero, la relación entre los Park y los Byun... - dice
apretando sus labios y sacudiendo su cabeza en negativa – definitivamente es
una guerra fría. Nadie la hará abiertamente, porque son del ámbito de la
política y porque hay gente de la política bien metida...
- No...– murmuro y envuelvo mi vientre entre mis brazos – No quiero que le
hagan nada Jongdae. No quiero...

- Entonces... silencio. Nadie debe saber. Ni Kyungsoo, ni Luhan, ni tus abuelos.


Déjame que piense en una alternativa.

- Nadie lo sabrá – le aseguro – Pero dime qué tengo que hacer para ayudar a
Chanyeol.

- No hagas nada. No intervengas. Pero sobre todo, no te acerques a Hyun


Joong.

Jongdae me seca las lágrimas. Jamás habría imaginado que de la primera vez
que lo vi, se convirtiera en un amigo, el único que pudiera sostenerme en este
momento, por su carácter arremetido y fuerte. Él sabe lo que es ese mundo, por
eso cada palabra que me dice, tiene sentido.

- Al final... Chanyeol tenía razón... ¿Cómo...? – me pregunta confundido.

Y comienzo a reír, diciéndole.

- Esa es una larga historia...

Le cuento. No puedo creer que ahora sea una cosa anecdótica, cuando quise
matarlo ese día. Ese día, en que lo vi por última vez. Si Chanyeol quiso que un
hijo nos uniera para siempre, entonces ya lo logró. Pero debo mantener esto en
secreto, porque debo protegerlo y cuidarlo. Nadie debe saber que viene. Porque
es la única esperanza de que al final, pueda estar con Chanyeol para siempre.
Capítulo 27
"Daría mi vida por él... moriría por él"

- ¿Estás seguro de hacer esto? - me dice confundido mi abuelo Bum Soo,


mientras me peino mirándome en el espejo del baño.

- ¡¿Y por qué no habría de estarlo?! - reclama mi abuela - Tiene que acompañar
a su abuelo.

Suspiro. Fuerzo una sonrisa, como queriendo demostrar que todo está perfecto.
Acomodo mi esmoquin negro, con un moño puesto de forma precisa, mientras
los miro por el reflejo.

- Debo ser educado y respetuoso. No puedo rechazar una invitación - me le


burlo y le doy un beso en cada mejilla.

Jongdae me ha dicho que no levante sospechas de nada, para que saque de foco
cualquier indicio que pueda manifestar mi interés por los Park, ante los ojos de
mi abuelo Hee Bom. Por eso debo hacer el papel de un Byun.

He tenido que aceptar acompañarlo a un evento importante. El Presidente de


la República, ha organizado una cena de gala, como cierre del mes que
conmemora la "Fundación Nacional". Solo sé que los dos partidos políticos
principales han sido invitados, así como los mayores accionistas y empresarios
que "engrandecen a la República". En este último círculo, se encuentran los
Byun. Y yo estoy metido en medio de un mundo, que no deja de darme cierta
repulsión.

Kyuhyun me lleva a la residencia de mi abuelo y espero para acompañarlo en


su limusina. Hyun Joong no va. Sé que eso, debió desagradarle absolutamente.
En verdad creo que de no haber estado yo, él estaría en mi lugar.

Veo a Kyuhyun hablar con el jefe de la guardia. Tiene el rostro consternado y


pareciera discutir con él.
- ¿Qué ocurre? - le pregunto a él, interrumpiendo la charla.

- No me dejan ir con usted joven Byun - se queja Kyuhyun.

- ¿Por qué? - le pregunto al jefe.

- Iremos los designados. Él no está entre ellos. Uno más, puede estorbar.

- ¡Yo lo cuido a él! - exclama mi guardaespaldas.

- Ya Kyuhyun. No exageres - le sonrío - Descansa hasta que regrese.

- Pero...

- Kyuhyun - le interrumpo tranquilo - Descansa.

De mala gana se queda y me subo al coche, donde ya está mi abuelo esperando.

Transitamos un buen tramo. Ninguno de los dos dice palabra. Miro por la
ventanilla el camino, hasta que es él quien habla primero.

- Gracias.

- De nada. Pero ¿Por qué no llevaste a Hyun Joong? De seguro le habría


interesado acompañarte.
- Es hora de que todos sepan que eres mi nieto - me dice largando esa frase con
una solemnidad propia de él - Hyun Joong, no es un Byun.

- Abuelo ¿pasa algo con Hyun Joong? - pregunto confundido.

- ¿Por qué lo preguntas?

- Porque hasta hace unos días, querías que me case con él y ahora...

- Creo que si no lo has elegido, por algo debe ser - me dice cortante y sin
mirarme a los ojos.

Me resulta extraño el cambio de actitud hacia mi primo. Hasta hace días, se


había encargado de esparcir la noticia de mi compromiso, sin mi
consentimiento. Me habría obligado a la larga a aceptarlo. Pero ahora, no habla
demasiado de él. Abro los labios para decir algo, pero estamos entrando al lugar
de la fiesta. Por eso no digo nada.

Descendemos del coche. No es la primera vez que concurro a este tipo de


eventos, pero lo que si es nuevo es la cantidad de guardia de civil y oficiales que
recorren la zona.

Mi abuelo me toma del brazo para sostenerse, mientras subimos unas escaleras
y caminamos juntos a la recepción. Se detiene y me tira suavemente. Me vuelvo
a verlo a los ojos y me dice, creo emocionado.

- Baekhyun, te pedí que vengas porque eres mi orgullo. Nunca fuiste una
decepción para mí. Eres lo mejor de los Byun.

Sonrío y lleno de felicidad, le doy un beso en la frente.


- Gracias abuelo - le digo y seguimos rumbo al ingreso - No sabes cómo me
alegra tener a "mi abuelo".

Cuando nos han recibido, mi abuelo se dirige hacia el sector donde se


encuentran sus conocidos. Todos lo saludan, haciendo reverencia. Reconozco
muchos rostros por la prensa y las noticias.

Es notoria la división de sectores. Por un lado están los del "Partido Libertad de
Corea", que son quienes detentan el gobierno, con el presidente de la República.
Y por el otro lado están los del "Partido Democrático", sector en el que me
encuentro con mi abuelo.

Para mi suerte, está Yifan, que se queda cerca de mí, soportando toda la
situación. Como somos contados los jóvenes, es fácil llamar la atención de los
mayores.

- ¿Tu nieto Byun? - pregunta un caballero.

Saludo a todas las personas que mi abuelo pone en frente de mí. Debo ser un
buen Byun. Sonrío amable y respondo de forma educada a todas las preguntas.
Mi abuelo orgulloso me muestra a cada uno.

- Qué aburrido todo esto - murmura Yifan y asiento, dándole la razón - ¿Viste
quién está?

- No - le digo perplejo.

Me señala al sector donde se encuentra el Primer Ministro, con su esposa y


Jongdae. Nuestro amigo nos saluda con un leve gesto y nos sonríe a la
distancia. Quiero hacer el ademán de cruzarme de lado, para hablarle, pero
Yifan me detiene.
- ¿Tan problemático es que se venga de este lado o que yo vaya hacia allá? - me
burlo.

- Si quieres que piensen que están armando un complot...

- ¿Entonces para qué es esta fiesta?

- Para que ellos puedan demostrar su poder - me explica, con un tono lleno de
sarcasmo - Para que estos, en su orgullo les recuerden que quieren el poder y
para que todos al final hagan sus negocios.

Una mueca sale de mí. Suspiro viendo las mesas redondas, a las que aún no
pasamos.

- Tengo hambre - le digo - Quisiera comer hamburguesas y papas fritas.

- Mis condolencias - se me burla él.

Un imperceptible codazo me llega de su parte y se ríe, contagiándome.


Mientras saludamos a otras personas que nos van presentando.

- Mira ¿ves ese caballero que anda por ahí?

- Si, el que está con su nieto ¿El Ministro de Conocimiento y Economía?

- No es su nieto - dice arqueando su ceja en alto.

- Noooo... - susurro y me es inevitable sonreír.


- Dicen que ese diputado... - me indica por debajo -...tiene amoríos con aquella
Ministro de...

Y me va contando los chismes. Lo que todo el mundo sabe y se hacen como que
no supieran. Por cada revelación, me siento como si estuviera con una revista
de paparazzi.

- ¿Cómo sabes todo eso?

- Información útil, a la mano. La pesada, no te la revelo porque tendría que


matarte después. Siempre hay alguien que quiere pagar bien - me confiesa, con
una sonrisa diabólica y me guiña el ojo para terminar dándome un empujoncito
- No le digas a nadie.

- Chantajista - le reclamo con espanto.

- Empresario, Baekhyun. Empresario - me dice solemne, acomodándose el traje


- Eso me facilitó incluso estar tranquilo con mi novio.

- ¡¿Cómo?! - exclamo.

- Le dije a mi padre que si me armaba lío con Zitao, le diría a mi madre lo de


sus vacaciones en Londres, con su novio de 20. Y a mi madre, le dije que si me
jodía con mi novio, le diría a papá lo del desvío de fondos que hizo, de la cuenta
común de los Wu, a su cuenta personal.

De nuevo mi mandíbula llega al suelo. Más cuando se lo ve tan tranquilo y


campante, sonriéndole a sus padres que están mirándonos con ternura.
- Mis viejos son divinos ¿Verdad?

Me vuelve a guiñar el ojo y posa su mano en mi hombro. Yo lo miro confundido.


Jamás imaginé que podía ser así. Pareciendo tan correcto y caballero, había
sido un sinvergüenza.

- Tienen esperanzas contigo - me dice, acercándose más a mí y apretándome un


poco más fuerte el hombro - Creen que tú me interesas. Y que yo no te soy
indiferente...

- Aléjate de mí demonio - me le burlo, queriendo zafarme de él, pero me lo


impide.

- ¿Me vas a decir que no me quieres un poquito? - me susurra al oído y yo


viendo el gesto descarado de su madre, como cantando victoria, no puedo evitar
tentarme - Deben estar planeando nuestra boda...

Me río de la situación. Sacudo mi cabeza, mientras Yifan me sigue describiendo


los pormenores de las conductas esperanzadas de sus padres que nos miran.

Y en ese momento, mis ojos se encuentran del lado de enfrente, con Chanyeol.

Me mira. Está allí, tenso, hecho un témpano. Mi sonrisa se me borra al


instante. Está incómodo y yo me doy cuenta por qué. Sandara sostiene su brazo
¿Qué acaso es para lo único que sirve? ¿Siempre la tiene de adorno para estos
momentos? Mi corazón se me quiebra. Yifan no me suelta, sino que me habla al
oído.

- Alguien me quiere matar.

Le agradezco que me haya devuelto la vista hacia él, porque duele demasiado
ver en frente. Para mi sorpresa, Yifan no me suelta. Es como si me sostuviera.
- Sandara Park. Es la hija de uno de los mayores accionistas de la corporación
de los Park. Además de que están de lleno en la política. Se dice que su padre,
puede que sea el futuro Primer Ministro de la República. Si ganan, claro...

- ¿Y el padre de Jongdae?

- Presidente.

- ¿Es la prometida de Chanyeol?

- Aún no. Chanyeol la dejó plantada en una fiesta, cuando comenzó a salir
contigo. Ahora que terminaron... no sé qué rumbo tome esa relación.

Lo miro. No me ha gustado escuchar nada de lo que sabe. Pero de qué puedo


culparlo, si yo he querido saber. Pero mis ojos perturbados, le han dado
muestra a Yifan que cualquier cosa que tenga que ver con Chanyeol, me sigue
afectando. Por eso me dice compungido.

- Perdón. No quise...

No tenemos tiempo de hacer ningún comentario. Nos señalan que nos


acomodemos en nuestros lugares, porque el evento va a dar inicio.

Las mesas son redondas. Los dos sectores están divididos por un inmenso
pasillo. Mi vista da hacia el escenario. Se supone que estamos en un lugar de
privilegio. Sin querer miro a mi costado. Ahí, a nuestra misma altura, han sido
ubicados los Park. Mis mejillas arden y siento cosquillas en mi vientre. Me lo
refriego un poco y me acomodo en mi asiento. Por suerte Yifan está a mi lado y
me entretiene.
Entra el Presidente de la República, y nos ponemos de pie, ante el aplauso de
todos. Se para en el escenario. Cantamos el himno. Nos sentamos y él nos da un
breve saludo de bienvenida.

- ¿Mucha hambre? - me pregunta Yifan y yo asiento - Te aguantas, porque


todavía faltan los discursos.

Mi cara debió causarle gracia, porque se me ríe. Pero pronto veo las bandejas
portadas por filas de mozos por todos lados.

- Maldito - le espeto, mientras observo que él se sigue divirtiendo a costa mío.

Comienzan los discursos. Menos mal que nos está permitido comer.

La cena no es de lo más común, pero es comida y yo estoy hambriento. Me


devoro toda la entrada, lo más decorosamente posible. Igual, nadie me mira,
están muy ocupados en sus asuntos de política y negocios.

- Vaya que tenías hambre - comenta sorprendido Yifan, que apenas tocó algo.

- Y tú ¿No comes?

- No. Nunca sabes dónde pueden darte los enemigos - me sugiere serio y tétrico.

Mi cara de espanto debió verla de nuevo, más cuando miro mi platillo vacío.
Escucho que se ríe de mí y yo ya lo quiero trompear. Se quiere hacer el
caballero solemne, cuando le clavo los ojos, tomando la botella de vino y
queriendo servirme.

- No. Gracias - le digo.


Me mira confundido y sugiere.

- Es un Cabernet Sauvignon Napa Valley 2013. Es un vino refinado, muy


elegante, con sabores a mora, ciruela y grosella, y toques sutiles de regaliz
negro. No puedes rechazar esta delicia.

Y de verdad que mi suspiro no se hace esperar. Pero no puedo tomar. Así que
con el dolor en el alma, debo rechazar. Tomo la copa de agua y la bebo de una
sola vez.

- ¿Todo bien Baekhyun? - me pregunta mi abuelo.

- Si.

Mientras seguimos con otros platos, los discursos continúan y Yifan me


blanquea los ojos, muerto de aburrimiento.

Un discurso llama mi atención. Cuando lo presentan, me tildo, fijando la


mirada en el hombre. Es el Ministro de Asuntos Exteriores y Comercio, Jung
Chan. Recuerdo su rostro. Lo he visto en casa una vez, almorzando con mi
abuelo y mi primo, en lo que yo llegaba de visita casual. Me lo presentaron.
Pero jamás hubiera imaginado, por la relación cordial, que se tratara del
partido político contrario a los ideales de los Byun.

Cuando el caballero desciende, se saluda efusivamente con el Primer Ministro.


Le pregunto a Yifan, tratando de ser lo más natural, señalando con mi cabeza
hacia allá.

- ¿Se conocen?

- Jung Chan, es el padre de Eun Ji. La supuesta prometida de Junmyeon.


Sorprendido, miro de nuevo hacia ese sector.

- ¿Lo conoces? - me pregunta Yifan.

Lo miro. No respondo. Creo que ya se ha dado cuenta, que no quiero hablar.


Encima sé, que él está de este lado, solo por investigar algo. No sé qué. El
rostro de Yifan, de pasar a ser divertido, se pone rígido, como en alerta. Eleva
su rostro y lo observa bien. Sé que no es normal que ese señor, sea un conocido
de los Byun.

Los discursos siguen, por un largo rato. Para cuando llega el turno de nuevo,
del Presidente, todos se ponen de pie y aplauden. Aprovecho para retirarme,
porque me duele la cabeza y me siento asfixiado. La comida me ha caído mal y
las náuseas vuelven.

Me dirijo al baño y trato de exhalar, para componerme un poco, pero no puedo.


Lo devuelvo todo. Igual, no me resulta raro, así que tranquilo, salgo, me
enjuago y me repongo. Siempre es lo mismo últimamente.

Después de un rato, opto por no retornar, sino en salir a tomar aire en alguna
de las terrazas que hay en el lugar. El viento frío golpea mi rostro. Igual mis
mejillas hierven y no siento frío.

- Tranquilo, tranquilo... - le susurro a mi bebé, para ver si tiene efecto,


mientras lo acaricio - Dame un respiro ¿Quieres? Sino a este ritmo me vas a
matar y no te conviene eso ¿Verdad?

- ¿Desde cuándo hablas sólo? - me pregunta por detrás.

Escucharlo, es como si me lanzaran fuego a las venas. Pero trato de


mantenerme sereno y me doy la vuelta. Lo observo. No quisiera que se note
demasiado, que me lo como con los ojos. Él también me inspecciona de punta a
punta, mientras avanza unos pasos, con las manos en los bolsillos de su
impecable pantalón.

- ¿Cómo estás? - vuelve a hablarme.

Siempre tan viril, con su porte seguro. Eleva su mentón, sin dejar de
analizarme. Su cabello impecable y peinado hacia atrás, le da una apariencia
altiva, como queriendo mostrarme lo impoluto que es.

- Bien ¿Tú? - pregunto más por cortesía.

- Bien.

Unos segundos de silencio, bastan para que vuelva a la realidad. No tenemos


nada de qué hablar. Sé que no deben verme con él. No podemos estar cerca.
Aunque en este momento, viéndolo de pronto, me recuerda que está
acompañado y llego a detestarlo. Mis celos, de los que tanto lo acusé de tener,
se me suben a la cabeza y lo odio.

- Si me disculpas - le digo y me quiero retirar.

No me tira del brazo. Se me pone en frente y yo casi me estampo sobre él.

- Chanyeol... - llego a decir, pero me interrumpe.

- Te vi dentro - me revela.

- Yo también - le recrimino - Y creo que alguien te espera. No tienes nada que


hacer aquí.
- Entre ella y yo no pasa nada.

- Alguna vez escuché eso. Solo que ahora, ya no tiene sentido que me expliques
nada.

- Baekhyun... - quiere hablarme pero lo freno.

- Cada uno tiene derecho a hacer de su vida lo que quiera - digo haciéndome el
imperturbable - No nos debemos explicaciones.

- ¿En serio crees esa mierda que estás diciendo? - pregunta con rabia entre
dientes - Porque te juro que quiero que me des explicaciones ¡de tu compromiso
con Hyun Joong! - exclama al final.

Elevo mi rostro. Mis ojos lo cuestionan, pero se tildan en la profundidad de los


suyos. Ahí está la luna, bailando en los destellos de sus pupilas. Su aroma a
cítricos dulces, me inunda por completo. Ese perfume a limón, tan
característico de él, despierta todos mis sentidos.

- Dime que no es verdad - dice tomándome de uno de mis brazos - Dime que son
chismes sin sentido ¡Porque me estoy volviendo loco Baekhyun! - grita con
fuerza - ¡Me está matando por dentro saber que no estás conmigo!

Me acerca a su cuerpo de un tirón. Me aferra a su pecho. La palma de mi mano,


toca el palpitar de su corazón consternado. Podría enojarme y enfadarme por
esto. Pero agradezco poder sentirlo tan cerca y saber, que como yo, se vuelve
loco por pensar en la posibilidad de que pudiera estar con otra persona.

Como siempre que nos alejamos y lo vuelvo a encontrar, quisiera perderme en


cada uno de sus gestos y me rindo ante él, porque quisiera abrazarlo, quisiera
besarlo y hacer como si nada malo hubiera pasado entre nosotros. Pero siempre
hay algo que lo impide. Y me pregunto ¿Por qué todo tiene que ser tan
complicado? Si yo solo quería un amor tranquilo. Sin embargo, a pesar de todo,
quisiera aferrarme a sus brazos, porque solo con él me siento seguro.

Su rostro se acerca. Puedo sentir su aliento. Pero debo despertar de este sueño
y me le alejo de un empujón. Me mira confundido. De repente me pregunta.

- ¿Te duele?

Yo no entiendo qué me quiere decir, hasta que baja su vista a mi vientre. Mi


mano, inconcientemente, se había detenido ahí y yo la quito rápido.

- No - respondo algo nervioso.

Frunce el entrecejo. Me mira fijo, como tratando de indagar en mis gestos.

- Te vi dentro - me dice de nuevo y agrega - No tomaste.

- Tengo que comportarme.

- ¿Por una copa?

- No me apetecía tomar.

- Comiste demasiado.

- ¿Y eso qué?
- ¿No que tenías cálculos?

- Ya pasó.

- Pero te dieron arcadas y saliste al baño.

- ¡¿Me estabas siguiendo?! - le recrimino entre dientes.

- Te estaba observando ¿Me estás ocultando algo?

- No sé qué demonios quieres decir - digo ya nervioso y se me está notando, por


cómo aprieto mis puños y no lo puedo mirar.

- No quiero saber...- quiere amenazarme, pero no se lo permito.

Le blanqueo los ojos. Me muevo, queriendo ir dentro. Pero él de nuevo se me


pone en frente, respirando agitado, como cada vez que se está descontrolando.

- Déjame en paz Chanyeol - le digo duramente.

Bajo la mirada. Mis ojos se clavan en su pecho, porque no puedo verlo a los ojos.

- Qué me ocultas.

- ¡¿Qué?! - pregunto como si no supiera a lo que se refiere y le lanzo una mueca.

Un estruendo se escucha a la distancia. Pego un respingo del susto. Por


instinto, mi cuerpo busca protección y Chanyeol me agarra.
- ¿Ya largaron los fuegos artificiales? - me pregunto.

Chanyeol me escucha y murmura.

- No son fuegos artificiales.

Escuchamos gritos, no festejos. Miro a Chanyeol espantado, como buscando


tranquilidad, pero su rostro está consternado.

- ¡Mi abuelo! - exclamo y voy de una vez adentro.

- ¡Baekhyun, no! - grita Chanyeol queriendo detenerme, pero me suelto de su


mano, que intentó retenerme.

Corro, justo en lo que veo que los guardias circulan rápido, rodeando el lugar y
hablando por handy.

Entro en el salón. La gente está en pánico. Se siente uno que otro grito. Todos
están agachados. Busco con la vista a mi abuelo, que está con Yifan. Voy hacia
él y me le tiro encima.

- ¡Abuelo! - exclamo asustado, mirándolo bien.

- ¡Baekhyun! ¡¿Estás bien?!

- Qué fue...
No llegué a decir más, porque otra explosión se escucha. Todos nos agachamos.
Mi abuelo me toma del brazo y me tira hacia abajo. En mi corazón se clava el
grito ensordecedor que pega mi Chanyeol.

- ¡¡BAEKHYUN!!

Y ahí recién me doy cuenta de lo que pasa.

De repente solo los sonidos de los estruendosos balazos que se estampan en la


pared y hace estallar los ventanales, haciéndolos añicos se siente en nuestra
zona. Los guardias nos cubren. Puedo ver a Chanyeol correr a mí y cubrirme
sin dudarlo, presionándome para que no me levante.

- ¡ABUELO! - exclamo desesperado, aferrándolo a mí, cuando veo su rostro


desfigurado, lleno de espanto.

Lo abrazo, como para demostrarle que estoy con él y que no me dieron. Pero las
estampidas siguen. Los gritos ensordecedores me aturden y me tapo los oídos.
Entonces veo que comienzan a sacar a los que estamos afectados. Un segundo
en el que elevo mi vista, basta para que me dé cuenta que solo se vinieron
contra nuestro sector.

De repente solo se escuchan gritos. Solamente gritos. Elevo mi rostro. No hay


tiempo de nada. Los tiros se han detenido. Alguien grita que ya capturaron a
los responsables "de este intento por desestabilizar la República".

Nos ponemos de pie, de a poco. Todos dudan en lo que llanto y gritos de


desesperación, se escucha de fondo.

- Abuelo... abuelo - digo agitado, mirándolo de arriba abajo.


- Estoy bien Baekhyun - dice y me abraza.

Chanyeol corre donde su padre y lo abraza. Me es inevitable de pronto mirar a


la zona que no se vio afectada en lo más mínimo. Mis ojos se encuentran con los
suyos. Por más que se estén levantando igual que nosotros, por más que estén
tan asustados y la sensación de desprotección sea para todos, su sector, no ha
sufrido el ataque.

- Baekhyun - me habla Yifan - Tenemos que salir.

- Vamos - nos dicen nuestros guardias, mientras nos cubren.

Una nueva estampida nos asusta y de pronto no puedo evitar rodear mi


vientre, con mis brazos. Elevo mi cabeza, para ver por dónde caminar y me
encuentro con la mirada consternada de Chanyeol. Aprieta sus labios en lo que
inclina imperceptiblemente su cabeza, hacia un lado. Mueve sus labios.
Murmura algo. Me miro las manos y lo miro a él.

- ¡Vamos joven Byun! - me grita uno de nuestros guardias y yo obedezco.

No somos los únicos. Todos se mueven.

- ¡Baekhyun! - escucho que me llaman a los gritos detrás, pero no me vuelvo.

Solo desciendo a toda velocidad esas escaleras, con mi abuelo, que está
realmente desequilibrado.

- ¡Baekhyun! - grita de nuevo, más cerca de donde me encuentro.

Mi abuelo es ayudado a subir a su limusina. Y cuando estoy por hacer lo


mismo, me tira por detrás y me vuelve a él. Chanyeol tiene el rostro
desencajado, como buscando respuestas de algo. Respira mal y los ojos se le
llenan de lágrimas. Hierve de rabia.

- ¿Cómo... cómo estás? - me pregunta.

Mis guardias se le quieren ir en un segundo encima. Los detengo solo elevando


mi mano. Igual él sabe que no se me puede acercar demasiado.

- Estoy bien - es todo lo que le digo.

Me mira analizando cada uno de mis músculos. Eleva sus dedos, como
queriendo tocarme y yo lo detengo, de nuevo elevando mi mano. No puede
hacerlo y en esto, tengo que ser frío.

Chanyeol frunce sus labios por la furia que tiene. Transpira y veo tensa su
mandíbula.

- Estoy bien - repito.

Quisiera saber cómo está él. Sé que no está herido. Pero mi abuelo desciende
del coche y se me para en frente. No permitirá que Chanyeol se me acerque
más.

- Baekhyun - me ordena - Vamos hijo.

Lo tomo del hombro y lo miro tranquilo.

- Ya está abuelo. Solo quiso ser amable - digo para no empeorar su estrés.

- ¡Chanyeol! - lo llama su padre por detrás.


Miro a Chanyeol. Bajo mis ojos. Me vuelvo a mi abuelo y le pido.

- Vamos.

- Señor Byun - dice uno de los guardias - debemos irnos. No es seguro aquí para
ustedes.

La gente está corriendo de un lado al otro. Mi abuelo se va a subir, cuando


Chanyeol le grita a mi abuelo, lleno de rabia.

- ¡Yo jamás le haría daño! Si él estuviera a mi lado ¡Jamás nadie lo lastimaría


porque lo protegería con mi vida! ¡Daría mi vida por él!¡Moriría por él!

- ¡Chanyeol! ¡No empieces! - exclama su padre que ha llegado a él.

Consternado por sus palabras, mis ojos se llenan de lágrimas. Mi abuelo


pasmado, vuelve su rostro unos segundos para verlo. Pero el guardia le insiste
subir, casi obligándolo y lo ayuda. Yo evito mirar a Chanyeol, porque solo
quisiera abrazarlo y quedarme a su lado.

Nuestro coche arranca a la vez que muchos otros. No me vuelvo en ningún


momento a ver a los Park. Pero me preocupa que no se hayan retirado del lugar
al instante y que estén expuestos. Tomo del hombro a mi abuelo, que no deja de
lanzar insultos al aire.

Después de un rato, yendo por un atajo más descampado, mi abuelo le pregunta


a su guardia al volante.

- ¿Qué dijeron? ¿Qué versión largaron?


- Posible intento de atentado de los norcoreanos - le responde.

- ¡Mentira! - grita indignado, golpeando al asiento.

- Abuelo. Cálmate - le pido - No nos ha pasado nada.

- Baekhyun... yo... hay algo que...que dijo Chanyeol...- dice nervioso.

- Qué ocurre abuelo...

- Lo que dijo... tú ¿le crees?

- A qué - le insisto consternado, porque no lo entiendo.

- ¿Crees que él sería capaz de dar la vida por ti?

Una lágrima se me escapa. Y con seguridad solo tengo que responderle.

- Si.

- Baekhyun... hay algo que quisiera...

Que seguramente quiso decirme pero no pudo, porque nuestro coche pega una
frenada torpe, cuando otro auto se nos topa en frente.

Nuestro conductor quiere retroceder a toda velocidad, pero alguien nos acorrala
por detrás y colisionan.
Los autos que supuestamente nos custodiaban, nos encierran y mi abuelo, sin
entender nada, se queda helado del impacto.

- ¡Qué ocurre! - exclamo al guardia que conduce.

Pero el guardaespaldas que estaba en el asiento del acompañante, le pega un


tiro en la sien y nos apunta a nosotros. Ni nos da tiempo a emitir alguna
reacción.

- ¡Silencio y manos arriba!

Siguiendo su orden, todo está en un tétrico silencio. De los demás coches,


observo que bajan quienes supuestamente son custodios de mi abuelo.

- Abuelo... qué...

- No entiendo hijo...- me dice lleno de espanto en su rostro.

Las puertas se abren y nos tiran de la ropa para descender. A los dos nos
ubican lado a lado y nos hacen poner de rodillas, en lo que nos apuntan a la
nuca.

- No... ¡No puede estar pasando esto! - exclamo y cierro furioso los ojos.

- Baekhyun... - quiere hablarme mi abuelo.

- ¡Silencio! - grita uno de los guardaespaldas.


- Tú...- le habla mi abuelo al hombre, con tono recriminatorio - Quién dio la
orden...

- Lo siento señor Byun. A su tiempo, recibirá la llamada y el contacto - dice el


individuo - Por lo pronto, nos llevaremos la garantía.

Entonces veo que golpean por la nuca a mi abuelo. Cae en el frío asfalto
inconciente. Intento en mi grito, moverme hacia él. Alguien le apunta a la
cabeza y me habla a mí.

- Joven Byun. Tranquilo. Si hace lo que le decimos, no pasará nada y todo


terminará muy rápido.

Pienso en mi bebé y en que no puedo arriesgarme más. Por eso me quedo


quieto. Me tapan la cabeza con una bolsa de tela negra y me dirigen a treparme
a algún lugar. Escucho el sonido de algo cerrarse y solo me siento donde me
han puesto, a la espera de lo que vendrá.

- Qué van a hacer conmigo - digo de repente, sintiéndome extraño, porque estoy
entre asustado y curioso.

- Como dije joven Byun. Todo terminará rápido, si sale todo bien. No tengo
autorización de revelar más.

El transporte se pone en marcha. El viaje es un tanto largo. De pasar a calles


de asfalto, saltamos por tierra. Me ha vencido el estrés y me duermo. Apenas
siento que nos hemos detenido, me pongo en alerta. Abren una puerta
corrediza, así que confirmo que se trataba de una trafic y me tiran para
bajarme. Siento mucho frío. A tientas voy tropezando con todo a medida que
avanzo, a no sé qué lugar. De repente el frío cesa. Detrás de mí escucho una
puerta que se cierra. Me han metido en un compartimento.
Me dirigen a alguna habitación, porque siento que puertas de abren y cierran.
Me sientan y me atan a la silla, de manos y pies. Podría haber luchado algo, en
esas milésimas de segundos, pero no quiero que le hagan nada a mi bebé, ni
hacer algo que lo ponga en riesgo.

De pronto me quitan la bolsa de tela negra, que me cubría la vista. Sacudo


confundido mi cabeza. Escucho el sonido de unas pisadas que avanzan. Elevo
mis ojos y me detengo. Y solo puedo murmurar.

- Hyun Joong...

Y pienso, que solamente querría que aquí conmigo, estuviera Chanyeol, para
protegerme de esto.
Capítulo 28
"Chanyeol es mi luz"
- Baekhyun – me llama.

Escucharlo, me produce un tétrico escalofrío.

- ¿Hyun Joong? – murmuro, queriendo creer que estoy metido en una pesadilla.

Me observa detenidamente. Baja su rostro para encontrarse con el mío. Me


mira. Recorre mis gestos sigilosamente, porque veo sus ojos que se mueven por
toda mi fisonomía.

No lo entiendo. No me mira con odio, sino con ¿Pena? ¿Lástima? Y sin embargo
solo siento antipatía por este hombre, que no deja de estudiarme.

- Cómo me gusta verte tan vulnerable y con ganas de pelear, a pesar de todo –
dice tranquilo, acariciando delicadamente mi mejilla, mordiendo sus labios –
Tan propio de ti. Tan propio de los Byun...

Quito con brusquedad mi rostro de su tacto, que me causa repulsión.

No sé qué decir. Las palabras no me salen porque no puedo creer lo que veo.
Respiro un tanto agitado. Estoy demasiado agotado, como para gritarle algo y
ponerme a pelear en este momento. Aunque mi mirada se lo dice todo.

- Ya sé... – me habla de nuevo – Ya sé que te preguntas "¿Por qué?"

Una silla le es ubicada para que se siente en frente de mí. Apenas se sienta,
vuelve a mirarme.
- ¿Cómo está mi abuelo? – inquiero lo más tranquilo posible – ¿Dónde está él?

Suspira, corriendo de mi frente el cabello que me cubre, peinándome


delicadamente. Cierro los ojos y los abro duramente, como queriendo
contenerme del vómito que quisiera largarle encima. Siseo mi cabeza, para
apartarlo de nuevo. Él apretando los labios, entiende que no quiero sentirlo, se
cruza de piernas y apoya ahí sus manos.

- Por favor – vuelvo a hablarle, pero tenso en cada músculo de mi rostro – Cómo
está...

- Supongo que bien. Aunque dolorido por el golpe. Lo queremos bien vivo ¿No
me preguntarás por qué?

- ¿Me dirás?

- No.

- Entonces no perderé el tiempo insistiendo – digo respirando hondo – ¿Qué


harás conmigo?

- Creo que debes descansar.

- ¿No tengo algo de derecho a saber?

- A su debido tiempo.

Nos miramos. Estoy tan a su merced, que de repente el pánico se apodera de


mí. Sin pensarlo le digo entonces.
- ¿Piensas violarme?

No sé, cómo he tenido el valor para preguntar una cosa así. Él abre los ojos y la
intensidad de su mirada, me da pavor.

- Te crees demasiado – me devuelve molesto – O te crees muy poco...

- ¿Demasiado?

- Todo lo que hicimos ¿Crees que fue por ti? – me recrimina, uniendo sus cejas.

- Lo que ¿"hicieron"? ¿No estás sólo entonces? ¿Lo del evento también lo
"hicieron"?

Se pone derecho en su asiento. Eleva su rostro, apartándose de mí. Se ha


descubierto él sólo. Pero pronto lo hago olvidar sacando de foco, esas
conclusiones a las que he llegado, diciéndole otra cosa.

- No me creo demasiado, de no ser por el detalle de que soy un Byun y el único


heredero de mi abuelo, con quien tú quieres casarte, solo para heredarlo.
Recuerdo la última vez que dijiste que tu interés por mí, era verdadero.
Supongo que mentías...

- Señor – dice un guardia que ingresa a la habitación – Están aquí. Quieren


reunirse ahora.

Él se tensa de repente. No por rudo, sino como si de pronto, el que hayan


llegado esas personas, lo hubiera puesto nervioso. Y le hago saber que lo he
notado.
- Les tienes miedo – le tiro, sin reparo.

- No es miedo – me dice furioso, de que lo haya descubierto frente a sus


guardias – Es respeto.

- ¿Traicionaste a mi abuelo, por ponerte bajo órdenes, cuando antes eras quien
tomaba las decisiones?

Los hombres de la habitación se miran entre ellos. Quién sabe. Quizá lo que he
dicho, los ha despertado hasta a ellos de la realidad en la que se encuentran,
estando al servicio de mi primo.

- Señor – dice de nuevo otro guardia – a "El Jefe" no le gusta esperar.

Inclino mi cabeza, sin quitarle la mirada de encima, abriendo bien mis ojos,
ante el impacto de lo que acabo de escuchar.

- "El Jefe" – digo.

- Escuchaste hablar de él... se ve...

- El mensaje a Chanyeol – le recuerdo pasmado – Esa noche en Sky... ¿nos


viste?

- Fue un cuchillo por la espalda darme cuenta de que en verdad habías puesto
tus ojos en un maldito Park. Pero no cualquiera – me dice entre frustrado,
lastimoso y lleno de asco – Sino en ese hijo de puta de Park Chanyeol.

Baja los ojos unos segundos, como repensando la situación, recordando algo,
sacude su cabeza en negativa y vuelve su mirada hacia mí llena de odio, para
largarme con fuerza a la cara.
- ¡¿Por qué?! – gruñe agitado, con puño en alto, cerca de mí – ¡¿Por qué tenía
que ser él?! Solo pensar... Solo imaginar – dice cerrando fuerte sus ojos –No
tienes idea, de cómo se me revolvió el estómago, saber que te revolcaste... que...
¡¿Por qué?! ¡¿POR QUÉ?!

Y cuando creo que su puño tembloroso e iracundo, se me viene encima, con los
ojos empañados de terror, no sé por qué tengo valor para decir.

- Porque lo amo...

Me clava como dagas esa mirada que detesto. Baja su puño lentamente y me
recrimina.

- Mataron a tus padres.

- Ninguno de nosotros tiene la culpa del pasado.

- Pero pagamos las consecuencias, Baekhyun, porque no dejamos de ser lo que


somos.

Alguien ingresa. Otro guardia. Se acerca a él y le dice algo al oído. Hyun Joong
sonríe y asiente. El hombre se retira un poco hacia atrás y abre la puerta.
Alguien entra. Una persona que no esperaba que yo la vea, porque se queda
helado cuando me ve atado y en el estado en el que me encuentro.

Abro mis labios. Trago duro.

- Seo Joon – balbuceo, apenas lo veo.


La emboscada del negocio que le salió mal a Chanyeol, recordando lo que
Jongdae me contó, no fue sólo traición de Hyun Joong, sino también de su
primo, Park Seo Joon.

- Seo Joon – digo ahora seguro, clavándole los ojos, lleno de ira, pero de pena
también – ¿Cómo pudiste?

A él sí lo cuestiono. Porque no lo entiendo. Se ha metido con los hombres que


mataron a su primo. Jimin vio algo que no debía, me recuerdo y pienso ¿Quizá
lo vio a él? Porque esa noche, en que Chanyeol liquidó a la rata, Seo Joon
parecía tranquilo e imperturbable, a pesar de todo.

- Por qué me hiciste pasar – le recrimina Seo Joon a Hyun Joong.

- Porque quiero que entienda, qué pasará con él – responde.

Eso me pone en alerta. Los miro a los dos y mis brazos por primera vez se
retuercen del amarre de las cuerdas que me aprisionan.

- Chanyeol – digo indignado – No... ¡No! ¡NO!

Mi clamor retumba en esas paredes. Sé que Seo Joon se ha sobresaltado,


porque veo cómo su cuerpo se tensa por completo. Aparentando tranquilidad
que no tiene, porque lo conozco, le dice a Hyun Joong.

- Me trajiste a ver una novela o qué mierda es esto.

- Ya te dije – le dice él – Quiero que entienda bien lo que va a pasar.


- ¿Sabes que va a pasar? – le digo sin entender, cómo sale de mí de pronto una
mueca, como suspirando una sonrisa seca – ¿Sabes qué pasará?

Me estiro del amarre que tengo, sin importarme lo mucho que me está doliendo
y les digo a todos, claramente, para que lo entiendan bien.

- Chanyeol, les pondrá una bala en la cabeza, a cada uno.

- Le das mucho crédito – replica Hyun Joong.

- Ese es Chanyeol – le digo, elevando mi rostro, como si me sintiera por primera


vez orgulloso de lo que en verdad sé que es capaz de hacer, porque lo he visto.

- Apúrate – interrumpe bruscamente Seo Joon – que a él no le gusta esperar –


y sin más sale.

Hyun Joong se pone de pie y yo le sigo la mirada. Me arrepiento de pronto


haberle dicho aquello último, porque su porte se ha endurecido conmigo. Una
nueva pregunta me sale, antes de que se vaya.

- ¿Me tendrás aquí atado todo el tiempo? Necesito...

Me mira lleno de desconfianza. Entonces suspiro, rogando que me crea.

- Necesito ir al baño. No puedo estar así. Esto me hace daño. Por favor Hyun
Joong – le suplico a viva voz, sacudiendo mi cabeza, viendo que me da la
espalda – No podría escapar. Y estoy tan cansado, que solo quiero dormir.

Y es la verdad. Ya me desvanezco de solo pensar en toda la información que voy


reteniendo. Solo quiero dormir, porque mi bebé no va a aguantar el ritmo al
que lo estoy arrastrando.
Hyun Joong se queda callado, meditando en su sitio qué hacer conmigo. Se da
la vuelta. Y elevando su índice, me dice en tono duro y amenazante.

- Cualquiera aquí, tiene la orden de matarte, si intentas hacer algo fuera de


lugar ¿Escuchaste?

Asiento. Solo un gesto, para que vea que de verdad, me he rendido y no voy a
hacer nada que ponga en riesgo a mi bebé.

- Te llevarán a una habitación, que tiene cámaras de seguridad, para


custodiarte. Tiene lo que necesitas para que tu estadía, aunque breve, no te
afecte demasiado.

- Gracias – le digo, un tanto más tranquilo.

Abre la puerta y se retira. Dos guardias me desatan de la silla y mientras me


ponen de pie, uno me dice.

- Si se comporta, no habrá necesidad de atarlo, ni de ponerle una bala.

- Me comportaré – digo sin dudarlo.

No digo nada. No sea que cualquier cosa, ellos la mal interpreten y me hagan
algo. Me sacan de ese dormitorio y apenas me mueven a la habitación contigua
de donde estaba. Abren la puerta y me empujan dentro, encerrándome allí.

Observo todo. La habitación es luminosa. El dormitorio es inmenso y de colores


pastel. Hay una silla y una mesa pequeña. La cama de dos plazas, las sábanas
blancas y el edredón celeste, me devuelven la sensación de tranquilidad. En
medio de esta pesadilla, podré dormitar algo, quizá. Mi bebé, necesita
descansar.
Mis manos en la cabeza, peinan mis cabellos. Las llevo después a la cintura.
Cierro de nuevo mis ojos, tratando de componerme. Los abro y me dirijo al
ventanal. No puedo abrirlo. Y me doy cuenta que está todo bien soldado. Miro
hacia fuera por un recoveco y sólo veo oscuridad.

Me quito el saco, el moño y los calzados. Desprendo los primeros botones de mi


camisa, los puños y me los arremango. Me siento en la cama y me doy cuenta
de un detalle. En las cuatro esquinas, hay cámaras. Me refriego los ojos,
sintiéndome sujeto de experimentos.

Sigo observando el dormitorio y veo una puerta. El baño. Entro y luego de


hacer mis necesidades, me aseo. Todo está impecable. Recién me doy cuenta
que en una esquina, también hay una cámara.

Salgo del toilette. Ya no puedo hacer más y me reclino en el lecho. Me cuesta


cerrar los ojos. Doy vueltas. Me siento en la cama, me levanto. Apago las luces,
pensando que la oscuridad me dará sueño, pero tengo miedo. La vuelvo a
encender. Camino de un lado al otro. Me siento en la silla. No me siento bien y
mis fuerzas ceden, como queriendo desvanecerme. Abro los ojos sobresaltado,
pues casi me caigo. Los cierro. De un sobresalto vuelvo a despertar y así... toda
la noche. Creyendo que alguien podría entrar y hacerle daño a mi bebé...

Un destello fuerte de luz golpea mis ojos. Los abro. Parpadeo varias veces,
tratando de entender dónde estoy, pensando estúpidamente que quizá lo que
pasó anoche en la fiesta, fue una pesadilla. Pero no. Estoy en el dormitorio
donde me han metido prisionero. Me incorporo. Me duele todo, pues me he
dormido apoyado en esa pequeña mesa.

Escucho el cerrojo de la puerta. Me paro de un tiro y me quedo duro, esperando


no sé qué. Un hombre de traje ingresa. Me ve y se queda unos segundos quieto.
Entonces da paso para que otro ingrese con una bandeja. El desayuno. Es lo
único que me indicará al parecer, algo del tiempo. Yo me quedo quieto
observando.
- Qué hora es – pregunto, para ver qué tan accesibles pueden ser los hombres.

El que deja la bandeja, no dice nada. Quien está en la puerta haciendo guardia,
me indica.

- Es temprano joven Byun.

No dice más. Y sé por lo mismo, que no tengo esperanzas con ellos. Los miro
bien de nuevo, antes de que se vayan.

- Gracias – digo y cierran la puerta.

Recién caigo, que estos dos y todos los guardias que estaban con Hyun Joong,
me conocen bien y que yo los he visto a todos ellos en la residencia de mi
abuelo. Son sus guardias. Los hombres en los que él había depositado su
confianza. Todos lo traicionaron. Y de seguro, durante este tiempo, se pusieron
bajo más órdenes de mi primo. Excepto el chofer al que mataron y Kyuhyun al
que dejaron a un lado esa noche. Mi abuelo, debe sentirse completamente sólo.
Nadie lo protege. Nadie le fue leal.

Lo único que agarro de allí, es el vaso con jugo. Entro al baño, lo tiro y después
de enjuagar bien el contenedor, pongo agua y tomo. No quiero arriesgarme a
consumir algo que pudieran haberle puesto a la comida.

De nuevo estoy como hace días, inapetente. Ruego por no tener náuseas, que
hagan que alguien entre en sospecha de mi estado. Me recuesto y dormito algo.
El ruido de la puerta me despierta. Alguien de nuevo cuida la entrada,
mientras otro deposita la bandeja en la mesita y se lleva la otra. Ven que no he
tocado nada. Se miran. Uno habla.

- El señor Kim Hyun Joong manda decir que tiene ropa cómoda para cambiarse
en el placar.
- Gracias – digo mientras se va.

Abro el armario y me encuentro con varias mudas de ropa. Quisiera darme un


baño, pero me niego a que me vean por cámara. Así que todo lo hago incómodo
y me cambio.

Para agotarme camino de un lado al otro. Tomo agua lo más que puedo, para no
deshidratarme. Tengo miedo por mi estado. Pero hasta ahora, he tenido suerte,
pues no me han venido ni los mareos, ni los vómitos.

Alguien entra por la tarde, porque es merienda lo que llevan. De nuevo lo


mismo que antes. Se miran, porque sé que han visto que no he probado bocado.

- Debe comer joven Byun – me dice el que está en la puerta – No hay nada de
malo en la comida.

- Gracias – digo y nada más.

Pasa un rato. Me siento en la cama observando la bandeja que no pienso tocar.


Estoy famélico, pero no quiero ponerme en riesgo. Cierro los ojos para
contenerme. Entonces la puerta se abre. Hyun Joong me observa unos
segundos, antes de ingresar con un guardia.

- Si tu abuelo lo quiere, mañana termina todo – me dice imperturbable.

No me muevo. Solo lo miro. Apenas si tengo fuerzas ya para pararme.

- ¿No piensas comer? – pregunta, observando la bandeja.


No respondo, entonces él solo, dándose cuenta de lo que pienso, me dice.

- No tiene nada – y me ordena – Come.

No obedezco, porque es como si me estuviera desvaneciendo. Apenas, puedo


preguntarle.

- ¿Me vas a matar?

Suspira y me dice.

- Si todo sale bien, no.

- Qué significa eso.

Le da la señal al guardia para que le arrime la silla. Se sienta en frente de mí.


Analiza como antes mi rostro. De nuevo la misma forma de observarme. Toca
mi mejilla, pero ya ni tengo energía para correrme. Parpadeo y es como si
cediera ante su toque, pero en mi corazón, sigo sintiendo aversión.

- Tu abuelo debe firmar unos papeles para pasarme los poderes, sobre las
acciones de sus empresas. Una vez que eso suceda, tú, por ser su heredero
legítimo, te casarás conmigo. Eso dará credibilidad y estabilidad al poder que
me conceden los Byun.

- ¿No es suficiente con la firma de mi abuelo?

No me responde. Vuelve a peinar mis cabellos, mientras recorre con sus ojos mi
rostro y mi cuerpo.
- No te quiero Hyun Joong – le digo – Lo sabes ¿Por qué insistes con casarte
conmigo?

Se acerca a mí. Cierro mis ojos temiendo por lo que quiera hacer conmigo. Se
detiene a escasos milímetros de mi rostro y murmura.

- Quizá porque por una vez en la vida, anhelo tener algo de luz.

Me da un beso en los labios. No cierro mis ojos. En mi quietud una lágrima se


escapa recorriendo mi mejilla. No lo entiendo. No sé qué pretende conmigo en
su vida. Pero no se detendrá. Tengo miedo. Mis labios tiemblan al sentirlo y él
apenas si se aparta para observarme de nuevo.

- ¿Y qué si no quiero? ¿Qué si no lo hago?

- Tus abuelos y tú, morirán.

- ¿"Mis" abuelos? – murmuro, mientras él no quita su mano de mi mejilla.

- Así es amor – me dice – "Tus", abuelos. Pero si haces lo que te digo, viviremos
todos juntos, sin problemas. Ellos ahora están bien.

No hay nada más que hablar. Él lo sabe. Se levanta y sin decir nada más, se
retira.

Me recuesto ya prácticamente sin sentir nada más que el terror que se va


apoderando de mí. No sé del tiempo que pasa. Estoy en blanco, como si ya no
me quedaran fuerzas de nada. Escucho de nuevo la puerta abrirse. Sé que es lo
mismo de las tres veces anteriores. Nada será distinto.
- Joven Byun – escucho la voz de alguien que conozco.

Me siento de un sobresalto en la cama. Las lágrimas brotan ferozmente ahora.


La persona que nunca pensé que podría traicionarme de todos los que se
encuentran allí, está aquí, parada en frente de mí.

- Kyuhyun – digo con un nudo en la garganta, lleno de dolor y desilusión – No...


tú ¿También?

- Me dicen que no quiere comer – me habla como si no hubiera escuchado –


Debe hacerlo. Desde ayer que no prueba bocado. Y ya es la tarde noche.

Está cabizbajo. No me mira directamente a los ojos. Entonces le recrimino


duramente.

- ¿Te mandaron para eso?

- Tiene que estar bien – sigue hablando, mientras acomoda la bandeja y pone
frutas que antes no había – Tiene que estar fuerte. Verá que al final de todo,
"siempre sale el sol".

Lo observo que pone sobre mi regazo una servilleta y una manzana. Abro mis
labios, porque no puedo creer haber escuchado, eso que me ha dicho.

- ¿Qué... qué dijiste? – le susurro.

- Alguien me contó que su abuela le decía: "No te preocupes Baekhyun, después


de la tormenta, siempre sale el sol" o "después de un día nublado, siempre sale
el sol" o "Después de la noche siempre sale el sol" – me dice y sonríe – Coma
joven Byun.
Se da la vuelta y se retira. Y yo, miro esa comida que está ahí dispuesta. A la
única persona a la que le dije eso, fue a Chanyeol...

En medio de mis lágrimas, comienzo por morder la manzana. Tomo un vaso de


jugo y me sirvo otro. Suspiro y sigo en mi llanto, perdido entre la emoción, la
esperanza y el miedo.

En la noche alguien me trae la cena y ve que he comido. No dicen nada y se


retiran. Después de comer, me quedo pensando en que lo mejor será dormir.
Debo descansar.

Me recuesto y no puedo hacerlo. Me levanto y apago las luces, de nuevo


pensando que quizá sea la luz, la que no me permite descansar. Pero tengo
miedo. Hasta que veo por la rendija del ventanal, algo de luz de la luna que
entra. Mis ojos se acostumbran a la oscuridad y puedo observar bien todo.

Camino en la penumbra y me acuesto. Me tapo bien y me quedo observando las


estrellas y la luna. No lucharé, si ya no tengo fuerzas. Solo ruego, porque esto
termine pronto ¿En qué momento, mi mundo se volvió un tormento?

Mis ojos se empañan y toco mi vientre, porque tengo miedo por mi bebé. Pero
me obligo a componerme algo, pensando en que mi tesoro, no debería sentir
esto. Apenas balbuceo en la oscuridad.

- Papá vendrá pronto por nosotros – digo sin sentido – Ya verás. Él va a venir y
nos va a liberar.

No sé por qué lo digo. Pero es como si quisiera convencerme a mí mismo, de que


algo nos salvará. Mis esperanzas se quiebran y comienzo a sollozar. Me
acurruco, abrazando mi vientre, para darme algo de seguridad.

- Chanyeol – murmuro, lo llamo y le suplico, mirando la luna – Chanyeol. Ven


rápido...
- Baekhyun – me susurra al oído – Mi Bonito.

Siento que desde atrás, se aferra a mi cintura y acaricia mis cabellos con
ternura.

- ¿Por qué te demoras tanto en llegar? – le pregunto asustado, para que


entienda que de verdad estoy desesperado.

- Te estoy buscando Mi Sol. Te estoy buscando.

- Chanyeol – digo, dándome la vuelta y perdiéndome en el aroma de su pecho –


Tengo miedo. Mucho miedo.

- Tranquilo mi amor – me dice, oliendo mis cabellos y depositando un beso en


mi corona – Aguanta hasta que llegue. Te juro que voy por ti.

- ¿Lo juras?

- Bonito, te lo juro. Sabes que daría mi vida por ti Mi Sol. Sin ti, mi vida se
queda sin luz.

Y allí me quedo, sonriendo en la seguridad de sus palabras y en el perfume que


me tranquiliza.

- Chanyeol. Te amo con toda el alma. Por favor... no me dejes aquí...

- No te dejaré. Porque tú eres mío.

- Porque soy tu mundo.


- Porque eres Mi Mundo.

- Y tú el mío. Eres mi noche, con las estrellas estampadas en tu cuerpo y la


luna bailando en tus pupilas.

- Baekhyun. Mi Sol. Tú eres mío. Tú eres mi mundo...

Entonces escucho el sonido del piano en medio de esta oscuridad. Su voz grave
inunda mi cuerpo, mientras su mano acaricia mi espalda y me arrima más a él.

- Estuve buscándote en una misión.

Entonces nuestros corazones se combinaron,

como un choque de estrellas de neutrones.

No tengo nada que perder.

Te tomaste tu tiempo para elegir.

Luego nos dijimos el uno al otro sin un rastro de miedo.

Que nuestro amor sería para siempre.

Y que si moríamos, moriríamos juntos.

Yo, yo nunca quise decirlo,


Porque nuestro amor sería para siempre...

Y así me duermo, envuelto entre los recuerdos de las palabras que me dijo
tantas veces y que conservé como tesoro en mi corazón. Y descanso tranquilo
por unas horas, porque en medio de esta tiniebla, Chanyeol es mi luz.
Capítulo 29
"Te amo con toda el alma"

Si antes la luna y las estrellas eran mi luz en la oscuridad, ahora el sol que
ingresa por esa rendija, me despierta con sus destellos.

Parpadeo varias veces y refriego mis ojos. Toco mi rostro, sintiéndolo cálido y
descarto tener temperatura.

- Eres hermoso cuando despiertas – escucho que dice de repente, desde no sé


dónde.

Me incorporo de una sola vez, como si hubieran inyectado veneno en mi


cerebro, porque mi cuerpo completo se sobresalta asqueado. Miro al costado.
Allí está, sentado Hyun Joong en una silla, sonriéndome.

- Qué haces aquí – pregunto, sacudiendo mi cabeza, para avivarme.

- Venía a avisarte que dentro de poco todo terminará. Mañana en la mañana,


nos casaremos.

Estático, sentado en la cama, sin saber cómo reaccionar, lo miro de la única


forma que me sale, desorientado y perdido.

Se levanta de su silla y se acerca a mí. Parece contento.

Siento la cama que se hunde a mi lado y se aproxima hacia el medio. Apenas


puedo moverme, tratando de alejarme, pero él llega a tomarme del hombro y
arrimarme a su cuerpo bruscamente. Mis ojos se fijan hacia la pared de
enfrente, porque no quiero ni verlo.
- Imagina cuando seas un Kim – me dice al oído – Esto será rutina amor.
Acostúmbrate.

Me da un beso en la mejilla, cerca del labio. Suspiro tratando de mantener la


calma.

Huele mis cabellos y se levanta rápido. Escucho que se para al borde de la


cama. Pasan unos segundos, porque pareciera observar mi reacción. Yo sigo
inmóvil.

- En la noche – me dice – te traerán el traje que te pondrás en la mañana,


temprano. Un juez de paz nos casará aquí.

Unos segundos no bastan para digerir la noticia. Vuelvo mi rostro hacia él, que
está allí de pie, con las manos en los bolsillos de su pantalón. Entonces
pregunto.

- ¿Aquí?

- Si. Aquí.

- ¿Cómo están mis abuelos?

- Bien. No te preocupes por ellos. Están en la mansión los tres juntos.

- ¿Puedo hablar con ellos?

Saca su móvil del interior de su saco y marca.


- Buen día tío – dice tranquilo y sonriendo – Tu nieto quiere hablar con sus
abuelos.

Mi corazón palpita eufórico. Me ofrece su celular y sin dudarlo, de un arrebato


se lo quito.

- Ab... abuelo – murmuro desesperado, temblando de emoción – ¡¿Cómo...cómo


estás?! ¡¿Cómo están?!

- Hijo – me dice él y puedo notar su tono de voz decaído y lleno de angustia –


Hijo... no sabes... no sabes cuánto lo siento...

- ¡¿Cómo están ustedes?!

- Estamos bien...Te pasaré con tu abuelo Lee, para que te quedes tranquilo hijo.

- Mi niño – escucho que dice mi abuelo – Nosotros estamos bien. Tu abuela está
aquí. Estamos en la casa de tu abuelo Byun. Todo está bien y...

Hyun Joong me quita el móvil y yo me quedo boquiabierto, mirándolo


suplicante.

- Por favor... por favor... – le ruego, estirando mis manos, queriendo tomar el
celular, poniéndome de rodillas en la cama.

- Ya fue suficiente – dice tranquilo y sonriendo – Ya sabes que están bien y


vivos. Mañana los tres vendrán aquí a nuestra boda. Junto con mi madre.

- No serías capaz – le acuso sacudiendo la cabeza en negativa, por lo


maquiavélico que es.
- ¿No quieres compañía de la familia? Después de todo, somos familia.

Su cinismo me da náuseas. Toco inconciente mi vientre y lo refriego, como


haciendo control mental, por no devolver.

- ¿Qué te ocurre? – escucho que pregunta, en tono de preocupación.

- Estoy... estoy descompuesto – digo y me excuso – No he salido de aquí, ni he


tomado aire. Debo estar sufriendo un poco de claustrofobia. Quizá sea pánico.

- Lo siento.

- No me digas... – le suelto irónico.

Toma mi mentón y hace que lo mire fijo. Mi mandíbula tiembla al encontrarme


con sus ojos, mientras mis manos aprietan furiosamente la ropa de cama.

- No sabes lo que habría dado porque todo fuera diferente entre nosotros.

Sentirlo de nuevo me da escalofrío. Me le suelto y mis piernas se arrastran


hacia atrás. Me salgo de la cama y quedo del lado contrario. De pie, solo
apretando mis puños, lo observo, mientras retrocedo, porque al parecer, el lecho
que nos separa no es suficiente.

- ¡No me lo hagas más difícil Baekhyun! – exclama enojado, levantando su


puño, sacudiéndolo en el aire– Si aún crees que él vendrá por ti ¡quítate eso de
la cabeza!

- Qué... qué quieres decir – balbuceo, temiendo por lo que largará.


- Ya nos encargamos de él.

Abro mis ojos. Mis labios tiemblan. Aprieto más mis puños, hundiendo mis
uñas en mi piel. Mi cabeza quiere explotar, cuando veo que sonríe satisfecho
por lo que ha revelado.

Un grito desquiciado se escucha en ese cuarto. Mi bramido.

No sé de dónde he sacado el impulso, para saltar encima de la cama y


abalanzarme como queriendo matarlo. Un rugido endemoniado sale de mi
garganta y le largo una trompada en la mandíbula que lo ha dejado
descolocado, porque no se lo esperaba. Quiere tomarme de las manos para
evitar que le dé otro golpe, pero no puede. Con todo lo que tengo de resto de
energía, me le suelto, le doy con mi puño en el estómago y otra vez en su
rostro. Cae y poniéndome a horcajadas encima de él, comienzo a darle con la
derecha y con la izquierda, mientras mi rostro se moja por las lágrimas que me
brotan sin cesar.

- ¡MALDITO! – grito iracundo – ¡TE MATARÉ! ¡TE ODIO! ¡TE ODIO! ¡TE
ODIO!

Alguien me toma desde atrás. Han entrado dos guardias para sacarme de
encima de él y otros dos lo ayudan a incorporarse. Yo pateo queriendo
liberarme, porque de verdad, lo quiero matar con mis propias manos.

Con el rostro ensangrentado, me mira lleno de resentimiento. Se me abalanza,


mientras los otros dos me siguen sosteniendo y me estampa sobre la pared más
cercana. Me toma del cuello y comienza a ahogarme.

- Ya he tenido demasiada paciencia contigo – me susurra entre dientes, lleno de


odio en sus ojos y en sus gestos.
Me ahogo, mientras las lágrimas siguen brotando, desde mi corazón. Preso de
la desesperación, siento que me está matando. No solo sus manos, que me
ahorcan, sino el hecho de saber que nunca más, volveré a ver a Chanyeol. Mi
Chanyeol.

De repente, todo se me nubla y la oscuridad se apodera de mí. Me desvanezco.


Ya he aguantado demasiado.

Parpadeo varias veces. Apenas si me doy cuenta que estoy en el mismo cuarto,
en cama. Quiero naturalmente pasar mis manos por mi rostro, para
despejarme, pero mi brazo izquierda no se mueve. Tiro y me doy cuenta que me
han esposado al respaldo. Solo mi mano derecha me ha quedado libre. Mi
cuerpo me duele y apenas puedo moverme algo. Como puedo, me incorporo.

No pasa mucho rato hasta que dos guardias ingresan. Uno me apunta con un
arma, mientras otro me dice mirando la esposa.

- Nos han dicho, que de seguro quiera ir al baño y asearse. No haga nada que
provoque lo inevitable.

Solo me liberan para eso. Porque una vez que he terminado y me he cambiado
de ropa, me vuelven a apresar en el respaldo de la cama. Doy gracias que al
menos pueda con una mano servirme algo de comer.

Está oscureciendo. Entran dos guardias. Uno lleva el traje y lo cuelga en el


placar.

- Para mañana – dice y se retiran.

Miro por la ventana cerrada, buscando algún rastro del exterior. Todo siempre
aquí es silencio y yo solo puedo pensar en Chanyeol.
A veces lloro. A veces me pongo en blanco. De a ratos dormito algo. Ya van
siendo dos días de esta horrible pesadilla. Dos días que son como una
eternidad, en la que siento que me esfumo como si fuera la nada misma. Todo
queda en la penumbra, porque el sol ya se ha apagado.

Alguien abre la puerta. Ni miro. Las luces se encienden. Escucho demasiadas


pisadas de pronto, para que sean los dos que siempre llegan. Mi cabeza gira a
la entrada. Son como seis guardias. Perplejo los observo. Algo pasa, porque no
por nada llevan armas de grueso calibre. Me rodean. Uno me libera de la
esposa y me ordena.

- Póngase los zapatos joven Byun.

- ¿Qué ocurre? – pregunto, mientras obedezco.

Nadie dice nada. Se miran, me miran y miran hacia la puerta.

El hombre que me habló, me tira del brazo y me lleva a la silla. Me sienta y se


me pone detrás. Los demás están atentos a la entrada.

De pronto escucho una estampida. Naturalmente mi cuerpo salta asustado.

- ¡¿Qué es eso?! – vuelvo a preguntar, pero sin obtener respuesta.

Otra vez un sonido a la distancia, que suena a trueno. Quiero levantarme, pero
el hombre me sostiene fuerte del hombro y me obliga mantenerme inmóvil allí.

- ¡Quieto! – me grita.
Lo miro. Está nervioso. Eso hace que observe a todos. Están inquietos. Antes
imperturbables, ahora se les nota inseguros. Sostienen las armas como si
estuvieran preparados para darle a alguien. Al que se atreva a cruzar por esa
puerta.

- Señor – dice uno de ellos – no vamos a aguantar...

- ¡Cállate! – grita iracundo el que está detrás, en lo que le mete un golpe en la


nuca al que ha hablado – Ya sabes cuáles son las órdenes.

Corridas de muchas personas, se escuchan a través de la puerta. Ya no hay


silencio como antes. Gritan y hablan, dándose órdenes. Ha comenzado una
balacera a la distancia.

Un estruendo retumba en las paredes. Las luces titilan y pone nerviosos a


todos ahí dentro.

Alguien abre la puerta de una estampida. Es Hyun Joong. Me mira y sin


demora me arrastra del brazo, levantándome del lugar.

- ¡No! – digo queriendo zafarme.

Furioso me pega a su cuerpo y me grita.

- ¡¡Una llamada me basta para que tus abuelos se vayan al otro mundo!! ¡¡Me
oyes!!

Eso me hace obedecer, sin pensarlo.

- ¡Vamos! – grita y yo le hago caso.


Bajamos a toda velocidad unas escaleras. Me doy cuenta que estoy en el
vestíbulo de una casa inmensa. Me freno en seco. En un segundo me fijo en el
panorama. No sé cuántos tipos se encuentran apostados, disparando por los
ventanales, hacia el exterior. Estoy en medio de una batalla.

De repente un estallido en un ventanal y el temblor del cuerpo de un hombre


que está siendo perforado por la balacera, cayendo muerto, me llena de horror.
No es el único. Son muchos en el piso ensangrentado. Grito del espanto.

- ¡¡Sigue!! – me grita Hyun Joong, sin importarle el estado de pánico en el que


me encuentro.

Las luces siguen titilando, amenazando que en cualquier momento ceden, para
no encenderse más.

- ¡Solo podremos escapar por el depósito señor! – grita uno de los hombres a
Hyun Joong – ¡Han rodeado el frente!

Hyun Joong se vuelve unos pasos hacia las escaleras. Debajo de esta, abre una
pequeña puerta. Es un cobertizo. Enciende una luz y levanta una tapa del
suelo, dejando al descubierto unas gradas que descienden a un subsuelo. Me
tira para que lo siga.

Corremos por un angosto pasillo, como si no terminara jamás. Apenas si tiene


unos focos, que alumbran casi nada. Yo puedo seguir escuchando explosiones
que retumban de la superficie.

- ¡En 5 minutos llegan los refuerzos! – exclama otro hablando por handy.

Ya no escucho los estallidos, ni disparos. Al final del pasadizo subterráneo, hay


una escalera que ahora sube. Apenas terminamos de traspasarla, llegamos a
una puerta doble. De un empujón la abren, dando vista a la oscuridad absoluta.
Nos frenamos unos segundos.

Los focos de la luminaria de ese lugar se van encendiendo. Cuando observo


todo, veo el impresionante tinglado, que está lleno de cajas de cargamentos y
contenedores. Es como un terrible depósito. El único espacio al que no han
llegado y pareciera que no llegarán, porque es demasiado tranquilo y alejado de
la casa donde estaba antes. Se escucha el eco de nuestras pisadas y cuando
elevo mi vista, me encuentro con una avioneta.

- ¡Por aquí señor! – dice un guardia.

- ¡No! – digo ya sabiendo qué quiere Hyun Joong – ¡No iré! ¡NO!

Me amarra con fuerza y me apunta con el arma, en lo que me grita furioso.

- ¡Te vienes conmigo! ¡AHORA!

Pero no ha alcanzado a decir más, porque se siente estallar los ventanales,


desde la parte alta con dispositivos de humo que caen al suelo.

Todo se nubla y el blanco me inunda por todos lados. No veo nada. Se sienten
los disparos de las ametralladoras y yo por instinto en medio de los gritos, me
tiro al suelo, tanteando terreno.

Siento el amarre de Hyun Joong, que me toma de la ropa y yo histérico, por


querer huir de él, tiro con todas mis fuerzas.

- ¡Ni se te ocurra escapar! – me grita, pero esta vez ya no le hago caso.


- ¡Aléjate de mí! – le devuelvo, en medio del sonido de la balacera que ha
iniciado aquí y el alarido de los que caen.

Me revuelco por el piso hacia cualquier lado. Miro detrás de mí y Hyun Joong
me ha seguido, tratando de sujetarme de la bota de mi pantalón. Me doy vuelta
y sin dejar de arrastrarme, pateo sin cesar. Solo veo lo blanco y su rostro que
me llena de espanto. No lo quiero más cerca de mí y mucho menos que me
agarre. Pero topo con una pared. Estoy atrapado. De nuevo me tiene a su
merced.

- No – digo ya llorando del horror – ¡NO!

Se levanta. Estamos en medio de contenedores, por lo que ninguna bala nos


llega. Parece no importarle que sus hombres mueran. Él entonces,
retrocediendo unos pasos, me apunta y me dice lleno de rabia.

- Si tú has elegido ya, entonces no me dejas alternativa.

Toco mi vientre. Me va a matar. Por eso, miro a Hyun Joong, fijo a los ojos, sin
un rastro de temor. Aunque en mi silencio, grito por un milagro.

Escucho el disparo. Mi cuerpo salta y me quema en las entrañas.

Hyun Joong queda quieto. Baja su cabeza. Se observa a sí mismo. Parece


confundido. Y yo recién me doy cuenta, que él, no ha disparado su arma.

Me mira con el ceño fruncido. Abre los labios, como queriendo decir algo. Su
mano sin fuerza, suelta su arma que cae al suelo y rebota una vez. Y él
también se desploma, sobre sus rodillas.
Sangre comienza a brotarle de alguna parte, manchando su camisa. Desde
atrás, una mano aparece del humo que cubre toda visión, sosteniendo una
pistola. Su blanco es la cabeza de Hyun Joong, que no quita los ojos de los míos.

Pero ya no quiero verlo. Por eso cierro los ojos y escucho el disparo. Mis oídos
captan el sonido del cuerpo de Hyun Joong, que se ha derrumbado.

Silencio. Ya no hay balacera. Ya no se escuchan disparos, ni corridas, ni gritos.


Todo se ha detenido.

Entonces siento el respirar entrecortado de alguien en mis labios.

- Bonito – escucho su voz grave y profunda – Abre los ojos Mi Sol. Ya llegué.

Él me ha dado la orden y yo obedezco, porque lo único que quiero, es volver a


verlo. Parpadeo, mientras mi vista se maravilla ante su rostro. En medio de la
noche, él es mi luz. Es demasiado hermoso.

Mientras exhalo, digo, como si la paz volviera a mi cuerpo.

- Chanyeol...

Elevo mis dedos que tiemblan sin control. Cuando llegan a posarse en su
mejilla, recién me doy cuenta que él no está muerto, que yo no estoy muerto y
que, él está aquí conmigo.

- Eres... eres tú y ¿Viniste? – murmuro, sin creerlo.

De un arrebato, me abraza brutalmente. Me eleva del suelo. Apenas si siento


mis pies que tocan tierra.
Sentirlo es estar de nuevo a salvo y protegido de cualquier daño. Me envuelve
entre sus brazos y yo lo huelo, para impregnarme de él. Me aprieta con tal
fuerza, como si tuviera miedo de perderme de nuevo. Y yo, me aferro con el
alma a su cuerpo, mientras lloro emocionado.

- Mi Sol. Mi Bonito. Baekhyun – me dice al oído y besa mi mejilla.

- Ya – escucho que dice alguien – Chanyeol. Lo vas a asfixiar.

Me deshago un poco de la fuerza de su abrazo, para verlo de nuevo. Acaricio su


rostro. Lo recorro con mis ojos.

- Viniste – afirmo de nuevo – Viniste. Viniste.

- Te estaba buscando – dice mientras las lágrimas comienzan a brotar de sus


ojos, en lo que seca las mías – Dios... te estaba buscando. Te buscaba. Temía no
llegar a tiempo. Amor. Casi me vuelvo loco buscándote.

Lo rodeo con mis brazos. Me abraza de nuevo de la cintura. Y yo solo puedo


repetir una y otra vez.

- Viniste. Viniste, mi Chanyeol. Viniste...

- Oigan – escucho de nuevo esa voz – Tenemos que irnos.

Miro a quien habló.

- ¿Jongdae? – pregunto, sin creer que esté aquí – ¿Sehun?


A Jongdae le sangra de pronto el brazo. Se toca y una mueca de dolor le sale de
los labios.

- Hay que irnos – dice él, sacándose del cuello una chalina y dándosela a Sehun
que rápido le hace una especie de torniquete.

- ¡Señor Park! – grita Kyuhyun que viene corriendo de no sé dónde – ¡Nos


rodean!

- Los refuerzos – me recuerdo.

- ¿Refuerzos? – pregunta Sehun, agarrándose la cabeza – ¡Mierda!

- ¡Todos a sus puestos! – ordena Chanyeol – ¡Jongdae! ¡Avisa a Jongin y Yifan!


¡Si todo terminó allá, puede que lleguen con sus hombres!

- ¿Jongin y Yifan? – pregunto.

- Ellos fueron por tus abuelos – me responde, rodeándome con su brazo.

Se escucha el chirrido de autos que frenan. Y el grito de alguien desde fuera,


que da órdenes. De verdad, nos han rodeado. Nos refugiamos detrás de los
inmensos contenedores de madera y las bolsas, que contienen pequeños
paquetes, puestas en pilas, gracias a Dios, terriblemente altas.

- ¡¿Qué es todo esto?! – exclamo espantado, sin saber por qué.

- Drogas. De todo tipo. De las que ni siquiera te imaginas que existen – escucho
que dice Jongdae a nuestro lado – Esto es un aguantadero. Jamás había visto
algo así. Nunca tan grande...
- ¡CHANYEOL! – exclama alguien desde afuera.

Esa voz, puedo reconocerla muy bien. Miro a Chanyeol. Aprieta mi mano. Sus
ojos se nublan. Le duele saber, que de aquel lado, el "refuerzo", es Seo Joon.

- ¡Vamos a negociar! – grita de nuevo – ¡Quizá podamos llegar a un acuerdo!


¡Después de todo, eres familia!

- A cuánto están – le pregunta Chanyeol a Sehun, que acaba de colgar su móvil.

- A 3 minutos de aquí.

Chanyeol medita. Jongdae habla con alguien por su celular también.

- Yo creo que podemos con ellos. Aquí somos 19. Nos quedaron 3 rodeándolos a
ellos y los apuntan. Cuando ordenes Chanyeol.

- ¿Tienen cañón de mano?

- Si.

- Espero que puedan destruirle los autos rápido.

Miro de pronto hacia atrás. Hay cuerpos tirados por todos lados. Incluso Hyun
Joong. Me sorprende la frialdad con la que lo miro. Me arrastro un poco, cerca
de los cadáveres. Chanyeol me quiere detener, hasta que se da cuenta, qué
hago. Tomo un arma de grueso calibre y me acerco de nuevo a él.

- No tienes que hacerlo – me dice con tristeza.


- Tengo que defendernos. Ya somos 20 – afirmo convencido, porque, aunque él
no sepa, debo proteger a mi bebé también.

- Diles que en 1 minuto comiencen – le dice Chanyeol a Jongdae – Si ven que


nos van a tirar con artillería pesada, que sea antes.

Sehun se aleja, con un grupo. Jongdae se queda hablando por móvil. Pareciera
que es una eternidad de tiempo, pero todo pasa en segundos.

- ¡CHANYEOL! – pega el grito más fuerte Seo Joon.

Chanyeol me mira. Acaricia mi rostro en lo que se va acercando a mí. Me siento


afligido y culpable, por haberlo expuesto a esto. Por eso le ruego.

- Perdóname Chanyeol.

Me besa suave en los labios y me abraza.

- No es tu culpa – quiere convencerme – Esto habría pasado de todos modos.


Ellos buscaban la oportunidad, para hacerme caer. Y a decir verdad – agrega
mirándome a los ojos, pasando su pulgar por mi labio inferior – Tú estás aquí
por mi culpa.

Beso la palma de su mano. Ya ni quiero discutirle nada. Quizá, esto debía


pasar y nada más.

- Siento lo de Seo Joon – le digo.


- Él eligió de qué lado quería estar.

- Chanyeol – le digo ahora, acariciando su rostro – Te amo con toda el alma.

Sonríe. A pesar de todo, mi Chanyeol sonríe.

- Bonito – suspira – Te amo con toda el alma. Te lo dije, nuestro amor será para
siempre.

Un zumbido se escucha desde fuera, que nos ensordece a todos. Una explosión
hace que el lugar retumbe y mi cuerpo se estremece por completo. Los pedazos
de la avioneta, chocan por todos lados. Chanyeol entonces grita.

- ¡Ahora!

Desde lo alto de los ventanales, hombres ingresan por cuerdas disparando. Yo


aprieto el gatillo de mi metralleta y veo que uno cae cerca de mí. Ni me
inmuto, ni vacilo. Por primera vez, siento como si no fuera yo mismo. Quizá, sin
saberlo, lo llevaba en mis genes.

Pasa el rato, mientras sigo dándole a cualquier cosa que se nos quiera venir
amenazante. Y le doy al blanco, sin remordimiento.

Mis balas se han agotado. Grito furioso, golpeando el arma en el suelo. Me


arrastro y me aparto sin darme cuenta de Chanyeol.

- ¡Baekhyun! ¡Noooo...!

Pero no le hago caso. Tomo de alguna parte, algún arma y sigo disparando a
cualquier silueta del enemigo que cae. Son demasiados. Y comienzo a
desesperarme, dudando de que podamos salir de aquí vivos.
Comienzo a sentirme descompuesto. Y yo me toco el vientre. Sé que esto es
inaceptable, estar así, me está haciendo daño. Me apoyo sobre una pared y
caigo sentado entre contenedores, mientras sigo escuchando los disparos.
Cierro los ojos y suplico mientras acaricio mi vientre.

- Bebé... por favor bebé. Aguanta un poco más. Prometo que saldremos. Papá
nos sacará de aquí y descansaremos. Bebé... por favor... sé fuerte...

Abro los ojos y me encuentro con el rostro desesperado de Chanyeol. Había


venido a buscarme y yo, en medio de las estampidas, no habría podido
escucharlo.

- Chanyeol – susurro.

Mira mi vientre y mi mano, que sigue queriendo resguardar a mi tesoro. Mis


ojos se empañan. Siento una punzada en mi abdomen y me asusta el dolor.
Aprieto mis ojos furiosamente y me quejo.

- ¡No! – exclamo.

- Baekhyun...

Mis ojos siguen sin poder abrirse. Estoy entrando en pánico y mis fuerzas me
abandonan.

- Ahora ¡Mírame Baekhyun! – me pide respirando entrecortado.

Yo no puedo. Todo me aturde y me asusta. El sonido horrible de las balas por


todos lados, me perforan mis oídos. Estoy en shock sin poder dejar de llorar
con fuerza.
- No... – es todo lo que digo sacudiendo furiosamente mi cabeza.

- Baekhyun ¡Mírame! – me suplica y yo puedo escuchar cómo su voz se quiebra.

- No... No voy a aguantar... no puedo más – gimo desesperado.

- Baekhyun – ruje entre la furia y su voz que suena a angustia – Mi Sol


¡Mírame! Te lo suplico ¡Mírame!

- ¡Chanyeol! – grita alguien – ¡Apura el paso maldita sea! ¡Estamos en cuenta


regresiva!

Me abraza fuerte y siento que tiembla, porque yo tiemblo. Me duele su agarre.


Pero estoy tan aterrado, que apenas tengo fuerza para respirar, en lo que me
ahogo en llanto.

Agarra mi rostro entre sus manos. Me obliga a verlo. Y aunque siempre me


pierdo en sus ojos, esta vez el miedo está ganando.

- Baekhyun – dice agitado – tenemos que salir de aquí ¡Confía en mí maldita


sea!

- Chanyeol – digo lleno de pavor, sin dejar de envolver mi vientre entre mis
brazos – Tengo miedo... ¡Tengo miedo!

- Lo sé, amor. Lo sé – habla mientras me abraza y refriega mi espalda – Pero


tengo que sacarte de aquí. Por favor...
- Chanyeol – dice agitado Jongdae, disparando a un margen de su derecha –
Hay que irnos ¡Ahora!

- ¡Yo los cubro Jongdae! ¡Sácalos de aquí! ¡Cuídalos!

Chanyeol me abraza. Y yo puedo darme cuenta de lo que ha dicho, cuando veo


el rostro desfigurado de Jongdae. Ha dicho "sácalos". Ha dicho "cuídalos". Eso
es como si me hubiera despertado de una pesadilla atroz, a otra peor.

Jongdae me toma de la cintura y me quiere dirigir. Pero me le resisto.

- Baekhyun – me habla él – ¡Vamos!

- No ¡No!

Chanyeol deposita un beso rudo y seco en la frente.

- ¡Vayan!

- ¡No! – grito furioso.

- ¡Yo voy detrás! – grita, pero yo no le creo, sé que me está mintiendo.

- ¡Vamos Baekhyun! – insiste Jongdae.

-¡No!

- Baekhyun – me suplica Chanyeol – Jongdae los pondrá a salvo ¡HAZME


CASO MALDITA SEA!
He terminado haciendo un puñado la solapa del saco de Chanyeol. Me he
agarrado con tanta fuerza, que Jongdae no puede hacer que lo suelte.

- Baekhyun – vuelve a insistir entre dientes Chanyeol – Tienen que irse


¡AHORA!

- ¡NO! ¡YO NO ME VOY SIN TI! ¡NO ME VOY SIN TI!

Porque ahora entiendo lo que puede pasar. Y que si yo me llego a alejar,


Chanyeol ya no me va a cuidar, ni protegerme y no voy a tenerlo conmigo
nunca más, porque él espera que yo me vaya, para dejar de luchar.

- Baekhyun... – me suplica Chanyeol.

- No me voy sin ti, yo no me voy – le lloro sin consuelo, amarrándome a él de su


cuello.

- ¡Te tienes que ir maldita sea! No quiero que les pase nada... – dice en lo que
siento que su mano se posa en mi vientre.

Miro a lo alto. Un hombre desde un ventanal en la parte superior, apunta


directo a Chanyeol. En un nanosegundo he agarrado un arma de no sé dónde y
disparo a cualquier lado. El tipo cae y yo sin saber cómo le he dado, termino por
gritar enojado, para que le quede claro.

- ¡NO ME VOY SIN TI!

Chanyeol mira hacia atrás. Ve que no voy a ceder. No tengo miedo. Solo quiero
que salgamos los tres.
- ¡Qué pasa! – grita Sehun, llegando a la rastra, en lo que sigue disparando.

- ¡Chanyeol! – grita Jongdae – ¡Muévanse de una vez! ¡Yo los cubro!

Chanyeol mira a Jongdae, que asiente y me guiña un ojo.

- No quiero que le pase nada a mi sobrino – sonríe agotado y comenzando a


disparar hacia el frente, ordenando – ¡Sehun! ¡Cúbrelos! ¡Que salgan por...!

Varios zumbidos se escuchan de la nada. Me tapo los oídos y escucho varios


estallidos, a la vez que todo retumba en mi cuerpo. Chanyeol se me tira
encima. Las explosiones se hacen terribles. No sé qué ha volado en el lado
exterior.

- ¡Yifan y Jongin! – grita Sehun.

Desde el exterior del tinglado, se escucha el grito ensordecedor de una voz


familiar, que da la orden.

- ¡LAS ARMAS AL SUELO! ¡AHORA!

Se hace un silencio de nuevo. Cierro los ojos, rogando que por favor esto acabe y
que sea Yifan, quien haya detenido todo. Escucho a la distancia, cosas que caen
al suelo.

- ¡CHANYEOL! – grita Jongin– ¡TODO CUBIERTO!

Chanyeol encima de mi cuerpo, me mira desesperado. Toca mi rostro y yo le


digo para darle seguridad.
- Estoy bien... Estamos bien...

Cierra los ojos y apoya su frente en la mía, en lo que me incorpora con él.
Chanyeol no me suelta, porque estoy demasiado débil y se da cuenta, de que
me sostengo de su cuerpo.

Veo hombres con manos en alto. Yifan y Jongin se suman a Sehun y Jongdae,
que está pálido.

- Estoy bien – me dice Jongdae sonriendo, dándose cuenta de que lo estoy


mirando – Apenas si fue un rasguño. Yo me curo sólo. No es la primera vez...

Sonrío. Pero rápido se me borra la sonrisa, cuando me encuentro con los ojos de
Seo Joon que se clavan en mí. No me gusta cómo me está mirando. Por eso
pierdo mi rostro en el pecho de Chanyeol, en lo que lo observo de reojo.

- Seo Joon – ruje Chanyeol, que está de verdad conmovido del dolor que le ha
causado su primo – Por qué... ¡¿Por qué?! ¡Si eres mi hermano!

Lo abrazo fuerte, porque entiendo su sufrimiento. Se han criado juntos. Han


crecido unidos. Y sin embargo, Chanyeol no puede creer que este hombre,
parado en frente de él, haya hecho todo esto.

Me doy cuenta que Jongin le apunta y está en guardia. Seo Joon suspira,
elevando su mentón. Se prende los botones de su saco, mientras se pone
derecho.

- Mi padre tenía más carácter que el tuyo – dice indignado, apretando cada
músculo de su rostro – Él debería haber heredado el liderato de los Park. Y
luego yo. Pero murió y tuve que conformarme con las migajas que me daba mi
tío, cuando por derecho ¡me correspondía todo a mí!
- Seo Joon – dice desilusionado Chanyeol – Tan solo de habérmelo dicho, yo te
lo habría dado todo.

- ¿Todo? – dice largando una mueca, llena de arrogancia – ¿Todo, dices? Si al


final, me lo quitaste todo. Yo me habría conformado con una sola cosa – agrega
en lo que me mira y yo puedo contemplar en sus ojos, la tristeza que alguna
vez vi – Y hasta lo que más quería, al final me lo quitaste.

Mis mejillas arden y me siento culpable de algo. Chanyeol me aferra con más
fuerza a su cuerpo. Ha entendido bien lo que ha querido decir.

- Fui yo quién estampó ese balón en tu cabeza – dice Seo Joon, en lo que larga
una sonrisa, sin dejar de mirarme – Lo odié cuando se echó la culpa, porque lo
miraste a él – y lanzando un suspiro, termina por recordar otra cosa – Jamás
me perdonaré, haber hecho detener ese auto, cuando te vi sentado en esa
hamaca, bajo la lluvia. Quise ir por ti, pero él me ganó de mano... Siempre me
ganó de mano. Hasta cuando volví a encontrarte, él ya te había encontrado
primero..."Bonito"...

Quiere avanzar, pero Chanyeol se para delante de él, poniéndome detrás. De


repente siento pena por Seo Joon. Desde niño sufriendo en silencio, sin nadie
que pudiera sostenerlo en su dolor, sintiéndose menos. Jamás dejó de sentirse
como un niño abandonado a su suerte.

- Dile a mi tío que lo siento – dice al final.

- No voy a mentirle Seo Joon – lo increpa Chanyeol – No te creo. Menos


sabiendo que fuiste tú quien ordenó la muerte de Jimin, porque se enteró que
tú estabas detrás de mí, con Hyun Joong y "El Jefe".

Me asomo apenas, para observar al frente. Seo Joon se ríe solo de su mala
suerte, mirando al cielo. Baja su vista para encontrarse conmigo. Está entre la
furia y el dolor. Ha perdido.
- Bueno – dice – Al menos tendrás que vértelas con "El Jefe".

- Ya sabemos quién es – dice Yifan, mirándome a mí y creo entender, de quién


se trata.

- Aquí se termina todo – sentencia Chanyeol.

- No serías capaz ¿O sí? – pregunta Seo Joon.

- Yo si sería capaz – dice Jongin imperturbable – Y me dará mucho gusto.


Déjamelo Chanyeol. Quiso hacerle daño a Baekhyun, el hermano de mi
Kyungsoo.

- Gracias – expresa Chanyeol y asiente.

Se vuelve a mí. Sus ojos están tristes y se empañan, al segundo que una
lágrima se derrama por su mejilla. Entonces me abraza fuerte. Como siempre
que algo doloroso sucede, se aferra a mi cuerpo y yo acaricio sus cabellos,
porque sé lo que está sufriendo. Porque a pesar de todo, Chanyeol quiere a Seo
Joon. Por eso, se dio la vuelta. Porque no quiere ver, cómo se lo llevan.

Pero yo sí veo, cómo Seo Joon lo mira con odio, antes de que los guardias lo
saquen y lo dirijan a la salida con Jongin. Se pierden en la oscuridad de la
noche, en medio del silencio de los que quedamos allí. Los guardias de
Chanyeol, bajan sus cabezas. Todos conocían bien al alegre y sociable Seo Joon
y no pueden entender, qué ha pasado con él. Todo es demasiado triste y
fúnebre.

A la distancia se escucha un disparo. Ya todo ha terminado.


Una ráfaga helada me estruja hasta los huesos. Chanyeol se quita el abrigo,
para ponérmelo, porque se ha dado cuenta. Mis piernas tiemblan, ante el
agotamiento. Siento que me desvanezco y él llega a sentirlo también. Me eleva
del suelo, llevándome a cuestas. Mi cabeza se abandona al sonido del corazón
de mi Chanyeol, mientras él besa mi cabeza.

Chanyeol camina y todos lo siguen. Acercan autos y comienzan a subirse.


Kyuhyun abre la puerta de uno para nosotros. Sonrío, porque me alegra saber
que a mi guardia no le ha pasado nada.

- Gracias – le dice entonces Chanyeol.

- Mi deber el protegerlo – dice él y agrega para mi sorpresa – Gracias señor


Park. Sin usted, no sé qué habría pasado...

- Ahora mi deber el proteger a los Byun – agrega Chanyeol.

Me acomoda a la parte trasera de un coche, y yo extraño la calidez de su


cuerpo. Pero no dura nada, porque apenas sube, me acerca a su cuerpo,
apoyándose él en un extremo, para descansar también.

Siento su mano que acaricia mi vientre. Elevo apenas mi rostro para verlo bien.

- Siete semanas – digo, porque mi corazón me dice que es eso lo que quiere
saber – Tú te diste cuenta antes que yo...

- Perdóname... Baekhyun...

No lo dejo decir más. Elevo mi rostro cerca de él y lo beso suavemente. No


podría dejar, que pida disculpas por nuestro hijo.
Suspiro, mirándolo a los ojos. Me pierdo en esas pupilas en donde baila la luna
y mis dedos delinean sus párpados.

- Adoro tus ojos ¿Nuestro bebé tendrá tus ojos?

- ¿Quieres que se parezca a mí? – pregunta impactado.

- Eres hermoso Chanyeol.

Sus ojos se llenan de lágrimas. Yo vuelvo a besarlo con ternura.

- Baekhyun – me susurra – Ya estás conmigo haciéndolo todo de nuevo bonito.


Mi Sol. Te amo con toda el alma...

Y yo lo amo también. Por eso sonrío feliz en sus labios.

- Vamos a ver a tus abuelos – me dice en un suspiro – Los han llevado a casa
de mi padre.

Mi Chanyeol vino por mí. Confiado completamente en que él nos va a cuidar y


proteger, en silencio lo amo con los ojos y cada uno de mis gestos, acariciando
su rostro. Él parece tan cansado como yo.

- Descansa mi amor – me dice, acomodando mi cabeza en su pecho – Descansen


los dos...

Y me duermo en sus brazos, porque ya puedo respirar tranquilo. Ya no tengo


que imaginar a mi Chanyeol, porque está aquí conmigo. Por eso, antes de
dormirme por completo, le digo.
- Chanyeol. Mi Chanyeol. Te amo con toda el alma...
Capítulo 30
Un Mundo

El auto se detiene. Me quejo un poco, porque Chanyeol se incorpora. Acaricia


mis cabellos y trata de levantarme.

- Bonito – me susurra, en lo que besa mi frente – Llegamos a casa. Aquí están


tus abuelos...

Eso que ha dicho al último, basta para que me incorpore. Rápido me pego al
vidrio de la ventanilla. Veo a Kyuhyun que se acerca, abriendo la puerta del
coche. Me bajo. Es como si estuviera de nuevo revitalizado. Ni siquiera siento el
frío de la noche. Solo quiero verlos y abrazarlos.

Corro al ingreso de la mansión. El señor Park está en la puerta, con el


mayordomo que lo acompaña. Me mira y yo me detengo para verlo bien. Me
sonríe y me dice.

- Te están esperando hijo. En la sala principal

Le sonrío y entro rápido. Sé cuál es. Allí me freno en la entrada. Los tres están
sentados, mirándose angustiados, tomando café.

- ¡Abuelos! – exclamo y los tres de golpe se levantan.

En un segundo los tengo rodeándome. Verlos y abrazarlos, es mi felicidad


absoluta. Ya todo está bien. Todo está en su lugar, como debe ser.

- Perdóname hijo – me dice mi abuelo Byun.


Lo beso en la frente y lo abrazo fuerte. Ha perdido a su sobrino, en quien tanto
confiaba. Supongo que debe sufrir muchísimo todo lo que pasa.

- Siento lo de Hyun Joong – le digo.

- Apenas me di cuenta – me explica conmocionado – quise advertirte, quise


apartarlo, pero era tarde...

- Ya pasó – dice mi abuela, sorprendiéndome con la tranquilidad con la que le


habla – Ya está con nosotros...

Mi abuelo Bum Soo se me aparta un poco, en lo que mira a la puerta. Me doy la


vuelta, para fijarme en lo que llamó su atención.

- Park Chanyeol – le dice mi abuelo, acercándose a él emocionado – Te debemos


la vida. Nos has devuelto la felicidad y eso... no tiene precio...

Mi abuelo Byun le sigue por detrás. Se acerca a Chanyeol. Yo sé que no hay


palabras que valgan ya, para agradecer.

- Yo daría mi vida por él – dice Chanyeol, derecho y altivo – Yo moriría por él...

- Lo sé hijo – le sonríe mi abuelo Lee convencido de eso – Yo sé que sí.

Mi abuela es quien se le abalanza a Chanyeol y lo abraza fuerte, mientras llora


emocionada.

No puedo estar mucho tiempo más en pie. Apenas me siento en el sillón, para
que mis abuelos vean que estoy bien.
- ¿Quién llamó a los Park? – pregunto de pronto curioso.

- Kyuhyun – me responde mi abuelo Byun – Esa noche al apartarlo de tu lado,


supo que algo pasaba. Fue directo a un guardia que conocía del hijo del Primer
Ministro.

- Jongdae – me recuerdo – Seguro que Kyuhyun fue a buscar a Siwon.

- Así es. Pero Jongdae no tenía los medios para investigar – explica el señor
Park – Para cuando volvimos de la fiesta, los teníamos aquí...

Un suspiro profundo sale de los labios de Chanyeol, que me mira agotado, en lo


que me dice.

- Hicimos volver a Kyuhyun, para que se asegurara de que estabas bien.


Aunque eso costara que no pudiéramos comunicarnos con él. Por eso
demoramos un poco en llegar...

- Creo que debes descansar – me dice mi abuelo Bum Soo – dándome un beso en
la frente.

- Creo que deben descansar – le corrijo yo, sonriendo y abrazándolos a los tres.

- Todo está bien al fin – escucho que dice el señor Park – Todos vamos a
descansar tranquilos, después de estos días que han sido un infierno...

Recién ahora caigo, en que quizá, realmente para ellos, ha sido tan estresante
todo, como para mí.
Mi abuelo Byun se acerca al padre de Chanyeol y se dan un apretón de mano.
Los dos han perdido a personas queridas. Han sido traicionados y nada podría
hacer que entendamos la herida que les ha causado todo esto.

Mis abuelos me dan las buenas noches y suben por las escalinatas a sus
dormitorios.

Yo miro al señor Park y le digo, dándole un abrazo.

- Gracias. Por todo. Gracias.

Chanyeol me toma de los hombros y me sugiere.

- Vamos a descansar.

Yo lo miro unos segundos y observo a su padre subir las escaleras. Entonces le


pido.

- Quiero ir a tu casa.

Me mira perplejo. Es que solo allí, me siento de verdad seguro. No sé por qué,
en ese lugar descanso de verdad. Quizá quiero ver ese sol estampado en el cielo
raso de su dormitorio, o simplemente escuchar el eco del sonido del agua caer
cuando me prepara un baño, mientras me pierdo en la espuma y el cuerpo de
Chanyeol. Quiero estar a solas con él, solo durmiendo en su cama.

No estamos lejos de su casa por suerte. Un séquito de guardias no cuida, por


delante y por detrás de su auto. Después de lo que ha ocurrido, ni se me ocurre
preguntar ya por qué...
Llegamos. Para mi sorpresa, Chanyeol ni deja que me mueva. Me alza entre
sus brazos y así ingresamos a casa.

- Quiero bañarme – le pido.

- Bonito. Estás demasiado agotado – me dice, mientras sube las escaleras, hacia
su dormitorio – Debes descansar...

- Me siento sucio por todos lados – le confieso.

Se detiene en el pasillo repentinamente y me pide.

- Mírame Baekhyun.

Elevo mi cabeza para encontrarme con sus ojos. Frunce el entrecejo. Se ha


preocupado por la ansiedad que tengo, de quitarme todo esto de mi cuerpo. Es
que, aunque no le diga nada, siento las manos de Hyun Joong sobre mí y me
quiero quitar ese horrible efecto que causa a mi organismo.

Chanyeol no me dice nada. Mira hacia el frente y sigue camino, hasta su


dormitorio.

Cierro los ojos. Sé que me acuesta en la cama. Escucho el agua que cae, desde
el sanitario, con ese sonido de cascada. Mis labios se curvan finamente, cuando
siento las manos de Chanyeol que delicadamente me quitan cada prenda. No sé
en qué momento, ha preparado todo.

Percibo que me levanta entre sus brazos y puedo sentir su torso desnudo. Mi
piel contra su piel, me estremece de felicidad. Abro los ojos y elevo mi rostro
para verlo. Me sonríe con ternura. Se sumerge en medio de la espuma, conmigo
a cuestas.
- Gracias – le susurro al oído.

- De nada Mi Sol.

Sentado sobre él, mientras rodea con sus brazos mi cintura, disfruto verlo.
Apoya su cabeza en el borde del jacuzzi y cierra los ojos. Lo miro. Es tan
hermoso y lo deseo tanto, que me enciendo por dentro. Pasa una eternidad, un
tanto breve de analizar cada uno de sus rasgos, hasta que él, elevando una de
sus cejas, con los párpados caídos, me dice.

- Me vas a matar...

Sonrío. Me le burlo, en lo que pregunto sugerente.

- ¿Con solo mirarte?

- No tienes idea...

Abre los ojos y me penetra con ellos. Es demasiado hermoso. Demasiado bello.
Mi Chanyeol. Acaricio sus cabellos y delineo con un dedo su oreja que sobresale
de su pelo mojado y brillante. Se ríe.

- ¿También quieres que tenga mis terribles "radares de dumbo"?

- Por qué no...

Nos reímos al recordar, ese insulto que de niño le largué aquella vez.

- Gracias – me dice de repente.


- Por qué...

- Por darme un mundo perfecto y bonito, Baekhyun, Mi Sol.

Le doy un beso suave en los labios. Él vuelve a cerrar los ojos. Yo lo sigo
disfrutando. Pero mi cuerpo, comienza a sentir un cosquilleo, propio de la
abstinencia de no haberlo tenido durante mucho tiempo.

Me levanto del jacuzzi. Mis mejillas arden ante la ansiedad de sentirlo. Paso
por la ducha y me lavo el pelo. Lo miro de reojo y sonrío. Ha apoyado su mentón
en el borde del mármol. Me observa lleno de deseo, porque no deja de recorrer
mi cuerpo desnudo de punta a punta. Quiero que sepa, que lo estoy llamando.

Ni me hago problema por secarme, cuando salgo de la lluvia. Lo miro y me


retiro a la cama.

Me tiro en el lecho boca abajo. Ni siquiera me tapo. Si me duermo, será su


culpa. Pero no pasa ni un minuto, que ya no escucho el sonido de la ducha, que
había dejado prendida.

Ha encendido la música, que envuelve el ambiente. La cama se mueve. Él está


aquí. Sonrío feliz.

- Me vas a matar – escucho que susurra, en lo que se acerca.

Sé que está mirando mi trasero, porque lo ama. Eso me excita más de lo que ya
estoy, porque sé lo mucho que me desea y lo caliento. Su lengua pasa por los
hoyuelos al final de mi columna, esos que una vez llamó "Venus" y los besa,
mientras hunde su dedo en mi ano y comienza a bombearlo.

- Me vas a matar – jadeo y repito sus palabras, sin contener mis gemidos.
Pasa un tiempo, que sigue metiendo y sacando su dedo de mi cavidad, hasta
que siento su lengua atacando mi espalda y recorriéndome a lo largo.

- Chanyeol – le ruego – Chanyeol... por favor...

- Bonito. Mío – me dice, en lo que sigue estampando sus suaves labios en mi


piel.

Sabe lo que quiero. Por eso quita su dedo. Me quejo. Con facilidad, me da la
vuelta, para verme el rostro y encima de mí, me besa metiendo su lengua,
llenando completamente mi boca. Abro mis piernas para rodearlo, en lo que él
inicia un vaivén para que lo sienta, para que lo desee más de lo que ya lo deseo.

- Por favor por favor ¡Por favor! – le ruego de nuevo.

Me siento perdido en su cuerpo fibroso y delgado. Siento sus abdominales duras


y torneadas en mi vientre. Sus labios carnosos y perfectos, recorren mi mentón
y succionan mi cuello. Me arde por todas partes. Sentir su pene erecto e
hinchado, me deleita de verdad. Los dos estamos igual.

- Por favor qué... – me susurra sugerente, mientras yo juego con sus cabellos
mojados.

Rasguño su espalda, salvajemente, sabiendo que mis dedos lo marcan. Él eleva


su cabeza y se arquea, como si pegara un aullido. Adoro ver ese cuello delgado y
largo. Me elevo y lo muerdo, en lo que escucho su quejido. Me clava esos ojos
desquiciados, que me regala cuando quiere controlar la fiera en mí.

Con tan poco que hemos hecho, nuestros cuerpos están sudando, mojados,
chorreando deseo por todos lados. Sigue en ese juego de ir y venir, resbalándose
por mí, presionando su pene y frotándolo en la piel de mi línea, rodeando el
anillo de mi entrada.
- Mierda. Baekhyun – me dice de pronto en esa voz entrecortada– No tienes
idea, de la falta que me hiciste...

Paso mi lengua por mis labios. Él se acerca a mi rostro y lo toma entre sus
manos.

- Chanyeol, hazme el amor, por favor...

- Suave – susurra en lo que su lengua comienza a recorrer mis pezones – Suave


y tan bonito. Mío...

Me abandono a lo que quiera hacer conmigo. Sé que será suave y delicado.


Porque cuando me hace el amor, Chanyeol es perfecto.

Succiona uno de mis pezones, lo muerde y lo lame, en lo que me arde sentir sus
dientes que lo rodean. Ese cosquilleo inconfundible, que baja a mi entrepierna,
hace que me remueva, queriendo sentirlo ahora mismo dentro de mí. Pero él
me tortura deliciosamente en mi otro botón y yo cierro los ojos, sujetándome de
las sábanas, mientras lo llamo por su nombre sin parar, suplicándole que siga,
que no se detenga y que haga conmigo lo que quiera.

- Chanyeol, Chanyeol, Chanyeol ¡Chanyeol!

En mi vientre se detiene y me adora con los ojos. Sonríe maliciosamente y


muerde los huesos de mi cadera. Sé que le gusta mi cuerpo, pero más le gusta
cómo reacciona ante él, sólo ante él, porque soy suyo y de nadie más.

- ¡Chanyeol! – grito feliz y agitado, cuando mete mi miembro en su boca.


Su lengua sube y baja por mi longitud, hasta que siento caliente a mi
alrededor, porque ha comenzado a meterme y sacarme, incrementando su
velocidad. Me arqueo inevitablemente, por el placer que siento en mi cuerpo.
Todo el calor se encierra en mi entrepierna y me remuevo porque no voy a
aguantar. Menos cuando percibo el frío de su boca que ha abandonado mi pene
y lame mis testículos, para entrometerse al final en el anillo de mi entrada.

- ¡Por favor! – le pido y le suplico, mientras observo su cabeza que se mueve.

Se detiene y me mira, lamiéndose los labios. Esos bellos labios que amo, brillan
para mí.

Como un animal se trepa por mi cuerpo y yo lo miro, sin poder reaccionar,


porque mis ojos le piden que me haga lo que él quiere y lo que quiero.

- Por favor qué – me dice en esa voz gutural y profunda.

Lo tomo del cuello y lo acerco bruscamente a mi rostro, en lo que mi mano toca


su miembro grande, erecto y palpitando. Cierra los ojos, porque está
aguantando demasiado. Lanza un gemido grave y rasposo. Yo lo acaricio, y
detengo mi pulgar en su glande, rodeándolo y humedeciéndolo con el líquido
que desprende.

Le ruego y le ordeno.

- Por favor Park Chanyeol, fóllame de una vez, como sólo tú sabes hacerlo.

Y entonces escucho de fondo, esas palabras, en esa melodía: "Yo estaba


buscando, tú estabas en una misión, cuando nuestros corazones se combinaron
como el impacto de una estrella de neutrones..."
La canción que una vez tocó en el piano y cantó para mí, comienza a escucharse
por las paredes de todo el lugar. Chanyeol se queda quieto un segundo. Sus ojos
brillan, y una lágrima gotea en mi rostro.

- Chanyeol – lo llamo, mientras mis ojos se empañan – Mi Mundo.

Porque ahora entiendo, que de verdad nuestros corazones se combinaron, en


una colisión de estrellas de neutrones.

Él se acomoda en mi entrada y se presiona a mí delicadamente. Me muerdo los


labios y va metiéndose poco a poco. Cada milímetro de su intrusión, es
reafirmar que soy completamente suyo. Porque...

- Nuestro amor... – susurra en mi boca, sin quitar sus ojos de los míos – Será
para siempre...

- Y si morimos – le juro – Moriremos juntos...

Siento las gotas que caen desde mis ojos. Siento lo caliente de su aliento. Siento
el murmullo de su deseo. Siento todo de Chanyeol, que me susurra.

- Porque nuestro amor, será para siempre.

Muerdo su labio inferior, como siempre que me invade, porque es ancho y


grande y me amoldo a su tamaño. Llega al fondo, al final de su camino, grito
hasta acostumbrar mi cuerpo. Jamás me había sentido tan completamente
suyo, como esta vez.

En lo que se sigue presionando a lo largo de mi recto y se detiene en mis ojos,


veo las gotas de sudor, que resbalan por su rostro que tiembla. Es
indescriptible lo que le hace a mi cuerpo y cómo le responde en todo.
- No tienes idea – me dice – Lo que me haces... Baekhyun...

Percibirlo latiendo dentro de mí, es sentirme completo y lleno de Park


Chanyeol. Comienza a moverse, lentamente. Ese vaivén hace que comience a
estallar, abrazándome fuerte a él. En ningún momento, dejamos de mirarnos a
los ojos. Me gusta saber lo que siente por mí, lo que le hago a su cuerpo, por
cada uno de sus gestos. Y sé que ama ver, lo que me provoca con cada uno de
sus movimientos. Para él, basta mirarme como me mira, para saber qué pienso,
porque soy su libro abierto.

Sus fuertes manos, me sujetan con fuerza. Jamás quiero que me suelte. Nunca
me voy a separar de él.

- Bonito. Mío...

- Tuyo ¡Tuyo!– le grito sin dejar de gemir por lo que me hace.

Nuestros cuerpos colisionan una y otra vez. Es como si nuestros mundos se


unieran, para no separarse en la vida. Yo sé, que Chanyeol lo sabe y lo siente.
Por fin, ya no somos "Dos Mundos". Lo pienso, pero él me lee.

- Somos Uno... ¿Entiendes? – gruñe en lo que se estampa en mi cuerpo, sin que


yo haya dicho nada – Tú eres ¡Mío! ¡Mi, Mundo! ¡Mi, Mundo!

Imprimiéndose en mi cuerpo, siento que exploto de placer, porque nuestros


mundos colisionan de una vez y jamás se van a distanciar. Necesito repetírmelo
en mi mente y en mi corazón. Por eso, entre mis gemidos del éxtasis por
sentirlo dentro de mí, le grito como respuesta, siguiendo el ritmo de su cuerpo.

Mi espalda se arquea, elevándose de los girones que nos envuelven en este


completo desorden. En el movimiento desenfrenado, él amarra mis caderas con
sus manos, porque soy una fiera sin control, tratando de estamparme más
fuerte en su unión. Pero el gruñido de un animal, sale de su garganta, para
empezar a follarme con el poder que solo él sabe tener.

Sentirlo así, su pene caliente en mí, que entra y sale, hinchado y venoso, es
perfecto. Mi cavidad se contrae, porque sé que él ama deslizarse y percibirme
de esa forma. Me bombea sin cesar, golpeando mi próstata, allí dentro, donde
hace que me estremezca por completo, haciéndome gritar con todas mis
fuerzas.

- ¡CHANYEOL!

Porque el orgasmo se me va subiendo por todo mi ser y mi cabeza se nubla por


completo, perdiéndome en todo el poder de las estrellas estampadas en su
cuerpo.

- Bonito – me ruje en la cara y ya sé que viene esa orden, porque me conoce –


Bonito. Bonito ¡Ahora!

- ¡CHANYEOL!

- ¡AHORA!

- ¡Ahhhhh! – grito en su boca, que se abre para recibir mi aliento.

Explota en mi interior con fuerza. Todo mi cuerpo tiembla por él. Porque soy su
mundo y él es el mío. Porque somos "Uno", al fin.

Chanyeol. Aspira una bocanada larga de aire. Y al final, cuando suspira, se


derrumba en mí, como siempre, que ha quedado derrotado, con mi poder. Este
es el momento, en que es tan vulnerable. Y es mío. Es mi Chanyeol.
- Respira – se recuerda a sí mismo y me lo recuerda a mí – Respira. Respira...

Parpadeo varias veces. Estoy débil. Sonrío al sentir que respira en mi oído y
sus labios me besan. Adoro ese sonido. Me vuelvo apenas como puedo, para
encontrarme con su semblante. Sus mejillas sonrojadas, llenan de fuego su
rostro perfecto.

Chanyeol abre sus ojos para encontrarse con los míos. Me acerca a su cuerpo,
aferrándose a mi cintura con fuerza. Pareciera que no se diera cuenta del poder
de su amarre, parece que jamás le bastara, lo cerca que ya estamos. Como si
quisiera meterse bajo mi piel.

- Verdaderamente. Locamente. Profundamente. Te amo. Con toda el alma.

Sus ojos se empañan de nuevo. Una lágrima quiere recorrer su rostro y lo la


atrapo en un beso. Aunque se haya derramado una gota brillante de mis ojos
también, Chanyeol sigue sujetándome y pegándome más a su cuerpo fuerte.

Miro algo. Miro a lo alto. Miro el cielo raso. Miro a...

- Mi Sol – escucho que me dice – Siempre, estuviste conmigo. Mi Sol.

Ahora me doy cuenta. Chanyeol, jamás me olvidó. Siempre, fui su sol. Esa cosa
de niños, nunca pudo borrarse de su mente y menos de su corazón.

- Porque fuiste lo más bonito que me pasó en la vida – lo escucho que me dice –
Siempre fuiste lo más perfecto y bonito de mi vida. Mi Luz. Mi Sol. Mi
Baekhyun.

Mi cuerpo entero se vuelve a abrazarlo con fuerza.


He aceptado, que este es mi destino. He elegido, cuál es mi destino. Quizá yo,
haya tenido que ceder más, aceptando su mundo, para que pudiéramos ser uno.
Sé que él, es un universo completamente antagónico al mío. Pero tenerlo lejos,
es como vivir sin vivir y caerme en el abismo. Solo con él soy feliz. Solo con él
me encuentro y soy Byun Baekhyun, el mundo de Chanyeol.

Ya somos uno, por eso, digo mi verdad.

- Nadie ni nada, nos va a separar. Te lo juro. Ya nunca me voy a ir de tu vida.


Te amo Chanyeol. Te amo con toda el alma. Somos Uno.
Capítulo 31
FINAL: "MI BONITO. MI BAEKHYUN"

Bajo un poco la guardia. En mi mano, deambula suelta el arma, que va y viene.


Ya no me quedan balas. Mis hombres me rodean.

- Cuántas bajas – pregunto duramente, preocupado.

- Ninguno señor Park. Todo limpio de nuestro lado – me responde Kyuhyun.

Sigo caminando entre los cadáveres. No quiero mancharme. Pero las huellas de
mis pisadas rojas, van quedando detrás de mí.

- No se preocupe señor Park – me dice para asegurarme Kangin – Están a


salvo.

Me asomo a la puerta. Junmyeon abraza a Yixing que llora descontrolado. Miro


al suelo. Tres cadáveres. Ahí está, el que estaba buscando. Boca abajo, en
medio de un terrible charco rojo, que se sigue expandiendo.

Observo a Seung Hyun con su metralleta en una de sus manos y su catana en


la otra, manchada. No hay nada que explicar. Él asiente con la cabeza. Sabe
que le estoy más que agradecido y que tiene mi amistad por esto.

- No entiendo... Dónde... Dónde estoy – pregunta desorientado Yixing.

- Hace tres días desapareció de Boston doctor Zhang – le explica Seung Hyun –
Y el motivo de su desaparición, son cosas que se saben en nuestro mundo
fácilmente. Más cuando está un juez importante de por medio.
- Te imaginarás que no iba a quedarme quieto ¿Verdad? – dice Junmyeon a su
chico, mientras le besa sus muñecas algo magulladas, por el amarre que tenía –
Si algo llegara a ocurrirte...

Hubiera muerto, después de volverse loco, por el vacío de su corazón. Eso es lo


que debió querer decirle y no pudo. Esto es como volver al infierno por el que
pasé, cuando me creí en el abismo, a punto de perder a Mi Sol. Nadie pudo
detener la furia brutal que desaté aquella vez. Yo entiendo perfectamente, que
esa expresión de mi hermano Junmyeon, no son palabras vacías o exageradas.
Eso es algo que no se podría siquiera expresar.

- Lo siento muchachos. Pero debemos irnos – les digo, aunque lamento cortar el
momento – Esto estará plagado de policías en dos minutos.

- Quién es – pregunta Yixing, mirando a "ese" cuerpo, en medio de la sangre


que sigue brotando sin cesar.

- Jung Chan – respondo – el padre de Eun Ji.

"El Jefe". Jung Chan. El padre de Eun ji, la ex prometida de Junmyeon.

Quería expandir su red de trata y tráfico de drogas. Dos cosas que bien sabía
que yo no admitiría en mis clubes. No querría esclavos sexuales, mucho menos
a menores. Y no metería más mierda de la que ya hay en las calles, dentro de
mis espacios. Si otros lo hacen, es su problema. Los Park, no. O eso creía, hasta
que llegó a un acuerdo con Seo Joon. Y por eso, necesitaban sacarme del medio
a mí.

Pero Jung Chan, quería más.

Expandirse implicaba buscar vía libre por tierra y por mar. Y el 80% de la
concesión de los puertos de Busan e Icheon, además de la flota de carga más
poderosa por aire, le pertenece a los Byun. Jung Chan sabía, que al igual que
yo, el abuelo de Baekhyun no negociaría con eso. Pero Hyun Joon sí.
Necesitaban sacar a Byun Hee Bon del medio.

Yifan colaboró, a que la evidencia que incriminaba al Ministro de "Asuntos


Exteriores y Comercio" de La República, llegara a manos del juez más honesto
que conociéramos y que no se vendiera nunca a nadie, por nada. Sang Woo.

Cuando Jung Chan se vio descubierto por el padre adoptivo de Yixing, quiso
amenazarlo con la vida de su hijo.

Terrible error. Fatal error.

Meterse con Kim Junmyeon, fue desatar a un monstruo que ni siquiera yo


conocía. Junmyeon no tuvo piedad con ninguna de las ratas que suplicaron por
su vida, aún dándole información de "El Jefe". Los mató a todos. Uno por uno.

Pero para esta batalla final, necesitaba de mis hombres. Nadie más que yo,
contaba con la cantidad de gente para esto. Y lo ayudaría con gusto, no solo era
cuestión de venganza, sino también de justicia. El mundo estaría agradecido de
una lacra menos con vida.

Por suerte, esta noche, ningún miembro de mi familia cayó.

Siento la mano de alguien que se apoya en mi hombro.

- ¿Estás bien? – me pregunta Yifan.

Suspiro. Refriego mis ojos. No lo sé. Creo que sí. Pero le respondo.

- Solo cansado como la mierda.


- Ya terminó hermano – me dice, alentándome.

- Eso espero Yifan. Eso espero... – acabo por decirle a él, para mirar mi reloj e
insistir a todos – Señores. Tenemos un minuto.

Jongdae retuvo a los policías en tiempo, negociando con algunos de ellos, para
que limpiaran todo esto, una vez que nos marcháramos.

Al fin ha muerto "El Jefe". La guerra ha terminado. Los Byun y los Park, no
tenemos enemigos. Al menos esta batalla ha acabado y por un largo tiempo,
podremos estar en paz.

- ¡Muchachos! – grito para dar la última orden – ¡Prendan fuego! ¡Que este puto
infierno, arda de una vez! ¡¡AHORA!!

Mis hombres rocían todo con nafta. Le he ordenado a Kangin, llevarse de aquí a
Junmyeon con Yixing. Antes de subirse al coche, Junmyeon me abraza.

- Yo sé que de estar en tu lugar – le digo – Tú habrías hecho lo mismo por mí.

- Ten por seguro eso hermano – me dice y yo lo tiro dentro del auto.

Apenas cierro la puerta, doy un golpe con la palma de mi mano al capó del
coche, para que se vayan.

- ¿Todo bien señor Park? – me pregunta Kyuhyun.

Mi semblante no es el mejor. Lo sé. Pero es que, el rostro de Jimin viene a mi


mente una y otra vez. De haber sabido antes de esto, quizá podría haberlo
salvado. Quién sabe.
- La verdad... no... – le respondo apenas, casi sin aliento – Cuando llegue a
casa, todo estará bien...

Miro el fuego que comienza a elevarse en el lugar. A mi lado se paran Yifan y


Seung Hyun. Sé que entienden qué me pasa.

- Ya está – murmuro.

- Entonces – dice Seung Hyun, sacudiendo confundido su cabeza – ¡¿Qué


mierda hacemos aquí?!

Los tres nos reímos. De verdad, no sé qué mierda miramos.

- ¡Vámonos a la mierda! – grita como si festejara algo Yifan, con los brazos
abiertos.

- ¡Ya escucharon muchachos! – bramo ahora yo como desquiciado – ¡Nos vamos


ahora!

Solo un gesto basta para desaparecer dentro de nuestros autos.

Del lado contrario de la carretera, se ven los patrulleros que van al lugar. Me
recuesto tranquilo, en el asiento del coche, esperando llegar. Cierro los ojos
unos segundos.

- Señor, ya llegamos – me dice Kyuhyun.

Abro los ojos. Sonrío. Al fin, ya todo estará bien. Salgo del coche. Me paro y
miro al cielo. La noche está despejada y limpia. Hace un frío que te congelan
hasta las entrañas. Hermoso. Hoy es luna llena.
Tecleo los números de ingreso y la puerta se abre. Entro. Todo está en la
penumbra. Solo el silencio lo inunda todo. Me quito los zapatos y subo al
dormitorio. Me libero del saco y la corbata, dejándolas tiradas por ahí.
Desprendo los primeros botones de la camisa, hasta el torso, porque siento que
la ropa me aprisiona. Subo las mangas y al final, me saco los calcetines. Me
quedo en la puerta del dormitorio y me apoyo en el marco. Solo él podría
hacerme olvidar todo lo oscuro de esta noche.

¡Mierda! Me toco la entrepierna. No creo aguantar mucho más tiempo. Verlo


hace que la sangre se me baje y me palpite la polla, ni que hubieran pasado
días de no estar metido dentro de él. Me relamo los labios, pensando en las
miles de cosas que le haré esta noche, como anoche y anteanoche. Es que, está
insaciable y yo, no me quejo...

Allí está, parado en el ventanal. Su pequeño vientre es perfectamente hermoso


y lo hace más bello de lo que ya es. Está acariciando a nuestro bebé. Brilla todo
él, en ese inmenso pijama de raso blanco, que lo hace parecer un ángel.

No me ha escuchado entrar. A mi Bonito le gusta ver la luna y las estrellas,


todas las noches. Y yo, adoro encontrarlo así, alumbrado por los destellos que se
enamoran seguramente de él.

Cuando volví a Corea, compré esta casa inmensa, pensando en los ventanales
que daban entrada libre a la luz del sol en el dormitorio principal. Me alegró
saber que nadie antes la había habitado. Lo primero que hice, fue hacerle
pintar en el cielo raso un sol, porque Mi Sol, jamás se había ido de mi mente y
mi corazón. Cuando quise venderla, para comprar una nueva para nuestra
familia, Baekhyun me lo prohibió, confesándome que adoró esta casa, desde la
primera vez que la vio. Y el primer cambio que hizo, fue hacer pintar una Luna
con estrellas, al lado de Mi Sol. "Porque el día y la noche conviven en un mismo
y único mundo", me dijo.
Todavía recuerdo cuando lo volví a encontrar. Es que, me era imposible no
reconocer a pororó, porque sigue siendo de bolsillo, con esos ojotes y esa carita,
como si tuviera 9 años. Cuando lo vi a su lado, solo pude pensar en un "Gracias
Do Kyungsoo", porque seguían siendo inseparables. Solo un gesto bastó, para
darle la señal al guardia, de dejarlos entrar a la fiesta de Sehun, a pesar de
mentir con sus identificaciones.

Mierda. Mierda. Mierda. Si de niño ya era bonito, en ese momento me


desquiciaba verlo tan perfectamente bonito. En lo único que pude llegar a
pensar, es en una palabra: "Mío". "Mi Bonito".

En ese instante, supe que era el destino. Que nadie más que yo estaba hecho
para ese cuerpo delgado y menudito, con ese trasero bien torneado y esa cara
tan bonita, perfecta, deseable, que solo él podría tener.

Y cuando me miró ¡Demonios! Lo habría follado en ese mismo instante, pero yo


sabía que él no era así, porque era perfecto, porque es perfecto. Mi Bonito. Mi
Baekhyun.

Casi mato a todos los que se le arrimaron para llevárselo esa noche. Cerré mis
ojos y bailé como desquiciado, antes de asesinar a alguien, pensando solamente
que había encontrado "el amor en un lugar sin esperanzas". Porque todo yo,
estaba sin esperanzas de tener algún destello de luz en mi vida. Hasta que él
vino de nuevo a mi vida, convirtiéndose en la luz, en medio de mi oscuridad.

"Bonito", le dije, creyendo estúpidamente que sabría quién era. Que se daría
cuenta como yo, de que era ese niño que le había dado su primer beso.

"Bonito", le seguí llamando, cada vez que lo veía. Pero nunca se percató de esa
indirecta.

Comencé a ir a ese bar solo por él, porque lo observaba cantar en medio de una
esquina cualquiera, en la penumbra de mi sitio. No quería que me viera.
Porque al fin de cuentas, mi mundo podrido de tanta mierda lo iba a espantar.
Él era solo luz y yo, metido en la oscuridad, tenía que asumir, en definitiva, que
mi Bonito era demasiado perfecto. No me iba a permitir arrastrarlo.

Pero no pude más, esa noche en que vino a mí, fue como la señal. Porque él vino
a mí. Ni que yo fuera su imán. Cuando bajé la mirada y una lágrima cayó por
mi mejilla, él estaba poseído, mirándome hipnotizado. Si. Porque él era para mí
y estaba parado ahí, en frente, penetrándome con esos preciosos ojos brillantes
y castaños. Era Mi Sol.

Si supiera que en verdad yo lo estaba llamando. Que con mi corazón en mano,


de verdad le estaba diciendo: "Bebé, ha sido un largo tiempo esperando. Un
largo, largo tiempo... ¿Puedes escuchar mi corazón palpitar? ¿Puedes escuchar
ese sonido?... Y entonces veo hacia el sol y puedo ver; oh, la forma en que la
gravedad tira de ti y de mí..."

Como loco desquiciado comencé a perseguirlo. Tuve que ponerle guardias,


desde esa noche que quisieron atacarlo, más sabiendo que Hyun Joon ya había
puesto sus ojos en él.

Mi Bonito. Lo sentencié y lo marqué, desde que lo elegí. Cuando le dije: "Tú


eres Mío. Tú eres Mi Mundo", sabía que lo exponía, haciéndolo mi debilidad. No
pude dejarlo, porque lo necesitaba conmigo. Mi egoísmo pudo más y tuve que
sacarlo de allí esa noche que cantaba esa canción. Yo, engreído, creí que la
hacía para mí. Fui hacia él y le confesé, que necesitaba tenerlo en mi cama, que
necesitaba sentirlo, que necesitaba hacerle el amor y él, solo me dijo "Vamos. A
donde tú quieras".

Verdaderamente. Locamente. Profundamente. Lo amo. Más y más, cada día.

Sonrío, recordando la primera vez que hicimos el amor en esta cama.

De pronto, escucho que me dice, sin quitar la vista de la luna.


- ¿Ya terminó?

- Si Mi Sol. Ya terminó.

Camino hacia él unos pasos y me detengo. Lo veo que cierra de pronto los ojos y
aspira profundo. Ya lo sé. Se había dado cuenta que había llegado.

- Cítricos dulces. Como a limón – dice sonriendo.

Antes de seguir, camino a mi destino, sigo quieto unos segundos, para


disfrutarlo viendo cómo huele mi aroma en el aire. Es indescriptible cómo me
deleita saber que me desea, aún a la distancia.

- ¿En qué piensas? – me pregunta de repente, dándose la vuelta.

"En que ya estás a salvo de todos, menos de mí", pienso.

Lo miro de arriba abajo. Me acomodo lo más disimuladamente este bulto, que


sobresale de mi pantalón. Él me mira unos segundos y me blanquea los ojos.

- Qué... – le digo molesto, porque ya sé que se dio cuenta y al fin y al cabo, me


importa una mierda, que sepa cómo ando por él.

- Pervertido – murmura.

- Y te encanta – le digo arqueando mis labios a un lado y elevando una ceja,


como sé que le gusta.
Se hace el duro. Pero su cuerpo reacciona. Ahí está. Gracias a la luz de la luna,
puedo ver que sus mejillas han echado fuego. Tan bonito. No lo puede
disimular. Le encanto, con solo mirarlo como lo miro. Baja su vista, hacia este
torso que se deja entrever y que quiere rasguñar seguramente.

- ¿Te gustó mi regalo? – le pregunto.

Hice mis arreglos y compré su casa natal, cuando creyó que ya la había perdido.
Su orgullo hizo que en un principio no quisiera aceptarlo, pero al final cedió,
porque le hice notar, que era patrimonio de nuestro bebé. Jamás olvidaré su
rostro lleno de ilusión, cuando la vio de nuevo, esta mañana.

- Adoré tu regalo – me dice sonriendo, quieto en su sitio.

Me le acerco. Unos pasos y ya lo atrapé entre mis brazos. Lo aprieto fuerte. Él


me devuelve a la vida. Cuando suceden cosas como la de esta noche, él es el
único que me devuelve al mundo, porque él es mi mundo. Huelo sus cabellos,
aspiro ese aroma suave a lavanda, me inundo de él, de nuevo, para estar en
paz.

Me obliga a mirarlo a los ojos. Me toca el rostro. Sé que está viendo que no
estoy lastimado, ni herido. Mis ojos tranquilos y mi sonrisa, le dicen que todo
está bien. Me abraza de nuevo. Me aprieta fuerte. Mierda. Sentir su piel, es
como estar entre las nubes.

- ¿Ya podemos estar en paz? – me pregunta.

- Si Amor – le aseguro – Ya estamos a salvo. Los Byun y los Park.

Me vuelvo a mirarlo. Es tan bonito, que no hay palabras para describir esta
preciosura que tengo entre mis brazos, de lo perfecto que es. Me muerdo el
labio inferior. Sus ojos brillan, aún en medio de la noche. Demonios. Ese vientre
pequeñito, presionándose en mí, ya me está calentando. Si. Soy un pervertido.

Mi lengua lo necesita con urgencia. Así que solo un lengüetazo me basta para
ver si se me pasa esta sed de él. Sus labios saben tan bien...

Gime un poquito. Entonces me aprovecho que ha abierto esa boca terrible y


meto mi lengua, profundo, bien profundo y sin delicadeza. Baekhyun me vuelve
loco de verdad. Y yo, a él, también. Ya enterró sus uñas en mi nuca y me
mordió los labios. Sus manos pasean rudamente hasta mi torso, acariciándolo.

- Me vas a matar...– le susurro, mientras despide aliento caliente en su suspiro.

Frase trillada que siempre repito. Pero que a él le encanta. Por eso la digo.

Lo presiono a mi cuerpo. Froto mi pene en el suyo. Quiero llevármelo ya a la


cama. Jadeo desesperado del deseo que le tengo. Mis manos bajan a su precioso
y duro trasero. Aprieto con adoración ese culo redondeado y lo atraigo a mí,
más de lo que ya está. Perfecto. Está que hierve, aunque quizá, nunca llegue a
tanto como yo.

- Chanyeol Chanyeol – se me queja en los brazos, cuando quiero dirigirlo a


nuestro lecho – No...

¡¿No?! Ha dicho que ¡¿"No"?! Lo miro a los ojos.

- ¡No qué! – le digo ya volviéndome como medio loco.

- ¡Park Chanyeol! ¡Ni se te ocurra levantarme la voz!


Me paga un puñetazo en el torso. Ni me quejo. Es que, para mí, siempre ha sido
como una caricia. Igual ese impulso nos ha distanciado unos pasos.

- Pero... – balbuceo hecho un despojo, porque ya no lo tengo entre mis brazos –


Pero...

- Pero ¡No y punto!

- Baekhyun – gimo ni que fuera niño – Amor...

- ¡Estoy cansado!

De acuerdo. A veces tiene este tipo de rabietas, en los que solo se me pone
difícil porque anda de un humor de mierda. Yo lo tengo que entender, por el
estado en que se encuentra. He leído tantos sitios en la web, que medito el
tema, cerrando furiosamente mis ojos y sacudiendo la cabeza, para ver si puedo
enfriar mi cuerpo.

Se para derecho, yo veo su pancita que sobresale y su cuerpo precioso con los
destellos adornando su silueta ¡Mierda! ¡No es justo!

Vuelvo a cerrar mis ojos, para poder entretenerme, pensando en la mujer más
fea que hubiera visto en mi puta vida. Me rasco la cabeza. Me peino furioso. Me
doy la vuelta, camino al baño, pero apenas me quiero mover, me larga otra
cosa.

- ¡¿Así de fácil?! ¡¿No vas a hacer nada porque "quiera"?!

Me vuelvo. No lo entiendo. Se ha puesto los puños en la cintura. Me va a matar


de verdad.
- Dijiste que no querías... – digo confundido, encogiendo mis hombros y
elevando la palma de mis manos.

Es que, si no quiere, no podría obligarlo. Jamás le haría ese tipo de daño.

- Claro...– dice irónico – Digo "no" y al señor le es muy fácil ser obediente...

- Pero...

- ¡Solo tenías que decir que "no querías" y punto!

- ¡Pero sí quería! – exclamo molesto entre dientes.

- ¡Y me gritas! – me reta.

- No... Baekhyun...

- ¡Y encima dices que "querías"! ¡O sea! ¡Ya no quieres!

- No quise decir eso... amor...

- ¡Amor una mierda!

Me mete un empujón y se me encierra en el baño. Mierda. Mierda ¡Mierda! ¡NO


ENTIENDO UNA MIERDA!
Matar a un ejército, en más fácil que remar las rabietas de Mi Sol. Porque
truena el mundo y se viene el diluvio universal.

Respiro hondo. Trato de componerme. Enfrío mi mente y sobre todo mi cuerpo.


Pero no puedo con el cuerpo. Sufro. Lo juro. Enciendo la luz del dormitorio.
Miro la puerta del sanitario. Quisiera meterme hielo en mi pene que va a
reventar.

- ¡Byun Baekhyun! – grito, aunque no enojado, sino desesperado.

- ¡Bruto de mierda! – me ruje lleno de rabia.

De una quiero entender qué demonios ocurre, así que abro la puerta.

- ¡MIERDA! – pego el aullido, porque me estampa en la cabeza un pote de


loción inmenso o algo así.

Para cuando elevo la vista se me viene otra cosa que me lanza. Está hecho una
fiera. Cierro la puerta y siento el sonido terrible de algo que se ha roto.

- ¡Byun Baekhyun! ¡Qué mierda pasa! – le grito haciéndome el rudo.

- ¡No tienes que fingir que te gusto una mierda! ¡MALDITO MENTIROSO!

Buceo mentalmente por aquellos artículos malditos que me la paso leyendo.


Abro los ojos. Mi Sol tiene las hormonas disparas y comienza con sus
inseguridades. No está contento con su apariencia.

- ¡Yo no miento! ¡Mierda Baekhyun! – le grito angustiado frotándome la polla–


¡De verdad que estoy caliente en serio!
- ¡Mentiroso! ¡Si yo sé que estoy gordo!

¡¿Gordo?! ¡¿Dónde demonios se ha visto?! Ya quisiera que tuviera ese vientre


más grande. No veo la hora.

- ¡Por eso no te quieres casar conmigo! – me espeta y yo ya me quiero matar.

- ¡Me dijiste que no ayer y anteayer y el día anterior! – le estampo, dándole


también con el puño a la puerta.

- ¡Pero hoy ni siquiera mencionaste el tema!

- ¡No tuve tiempo!

- Claro... – escucho que rabia bajito.

- Bueno... ¡¿Te quieres casar conmigo?!

- ¡YA TE DIJE QUE NO! ¡TODO ESTO QUE ME PASA, ES TU CULPA!

Y ahí vamos de nuevo. Todos los días le pido que sea mi esposo. Me ha dicho
que "no", porque de repente se ha enojado de que lo haya engañado
embarazándolo. Y así me castiga.

Me estampo la frente en la puerta. No sé cómo lidiar con esto y encima ¡No


aguanto! Ya chorreo sudor, por todos lados.

- Mi Sol...
- ¡Qué mierda quieres!

- ¡Eres hermoso!

- Dices eso ¡Pero es mentira!

- ¡Baekhyun eres precioso en serio! ¡Eres lo más bonito que he visto en mi vida!

- ¡Mentira! ¡Estoy feo! ¡Ya engordé por todos lados! ¡POR TU CULPA!

- A ver Byun Baekhyun – le suplico en un bramido terrible – ¡ME DUELEN


LAS PELOTAS DE CÓMO ME DEJASTE!

- ¡MENTIRA!

- ¡ME ARDEN EN SERIO! ¡Y SI NO SALES AHORA, REVIENTO LA


PUERTA!

- ¡ANIMAL!

- ¡SI! ¡Y YA QUE ME IMPORTA UNA MIERDA! ¡TE QUIERO FOLLAR!

A ver si le queda claro.

- ¡BRUTO! ¡AHORA NI LOCO SALGO! ¡A VER SI ME LASTIMAS!

Tengo ganas de llorar.


Pego un puñetazo a la puerta. No lo quiero violentar más con mi presencia. No
quiere entender y no va a entender, aunque me quede la noche entera así
rogándole. Se le ha metido eso en la cabeza y ya está. No habrá fuerza divina
que lo haga cambiar de opinión.

Bajo las escaleras, porque quiero alejarme un poco para pensar en cómo sacarlo
de allí, sin hacerlo sentir mal. Es que está muy sensible y a mí, se me rompe el
corazón cuando lo veo lagrimear. Jamás seré quien lo haga llorar nunca más.

Me meto al mini bar. Me preparo un "Bangkok" a ver si me relajo un poco.


Tomo un sorbo y trato de pensar...

Me acerco al equipo de música. Medito unos segundos en lo que voy a elegir. Ni


tanto. Ya sé. Porque adoro esa canción. La que él cantó para mí. Me costó
mucho conseguirla. Era viejísima. Pero recordaba la letra. Cómo olvidarla, si yo
le dije "Verdaderamente. Locamente. Profundamente", te amo.

A todo volumen, se inicia la melodía. Me tomo todo lo que queda de mi aperitivo


y subo de nuevo, a ver si gano esta batalla.

Me paro en frente de la puerta del sanitario, a esperar que a Mi Bonito se le


ablande el corazón y sepa que me ha dejado hecho mierda aquí fuera.

Meto las manos en mis bolsillos, me paro derecho y elevo mi mentón. Sé que le
encanta este gesto de mí, bien de hombre, "su hombre" y solamente suyo.

Muevo mis labios, siguiendo algunas partes de la letra. Quiero que entienda, lo
que quiero ser para él y lo que sería capaz de hacer por él, por el resto de mi
vida.
Ni tengo que esperar mucho, para cuando llego a la parte en la que tengo que
decir lo que quiero, él ya ha abierto la puerta y me mira con ternura, cuando ve
mis labios cantándole.

- Yo seré tu sueño, seré tu deseo, seré tu fantasía, seré tu esperanza, seré tu


amor, seré cada cosa que tú necesites. Te amo más con cada respiro,
verdaderamente, locamente, profundamente.

Me desconcierta cuando se mueve. Se va a la puerta del dormitorio y yo ya creo


que se me escapa. Pero entonces, apaga las luces. Y nos quedamos en la
oscuridad. Y allí está Mi Sol, iluminado todo en medio de la penumbra.

Se para, como esperando algo, en medio de nuestra habitación. Y yo no lo haré


esperar más. Ni que fuera lobo, sigilosamente, me le acerco, delineando con mis
labios esas palabras que le lanzo a él. Mientras doy vueltas a su alrededor,
dejando que mis fosas nasales se llenen de su olor, le sigo diciendo.

- Y quiero estar contigo sobre una montaña. Quiero bañarme contigo en el mar.
Quiero quedarme así para siempre, hasta que el cielo caiga en mí.

Desde atrás, lo amarro bruscamente y lo pego a mi cuerpo. Su trasero divino se


amolda bien a mi delantera, que en un segundo se dispara. Vamos a ver si le
queda claro, que así me pongo por él y solo por él.

- Bonito – balbuceo agitado, en su oído – Bonito. Bonito. Necesito... necesito


tenerte. Por favor.

Comienzo a moverme al ritmo de la melodía, refregándome en él. Baekhyun ha


sido hecho para explotar en mi cuerpo a la perfección. Se da la vuelta, al fin.
Rodea con sus brazos mi cuello. Me agacho para poder tenerlo y sentirlo mejor.

- Park Chanyeol – me susurra – Vamos. A donde tú quieras.


- Mierda Baekhyun – le digo sintiéndome tan absolutamente vulnerable ante él
– No tienes idea de lo que me haces...

Él ya lo sabe. Por eso se abusa. Pero ya ni me importa.

Perder, es ganarlo a él. Baekhyun es el único que tiene ese poder sobre mí. Con
él ya he ganado todo un mundo. Porque en su amor, ha construido un mundo
perfecto y bonito, solo para nuestra familia.

Una vez, hubo un niño, que cantando y bailando, puso luz en mi vida. Adoraba
verlo trepado en esas gradas, moviéndose con locura. Sin querer, mis labios se
torcían de la felicidad que me inundaba haciéndome cosquillas en la panza. Le
di un beso. Un beso que hizo que lo convirtiera en el amor de mi vida.

Byun Baekhyun significaba Un Mundo, lleno de luz.

Yo, Park Chanyeol, era Un Mundo, lleno de oscuridad.

Él irrumpió como el sol de la mañana, para darle un significado a mi existencia.


Para regalarle un sentido a mi vida. Y aunque en un principio no quería
meterlo en mi mundo, me permití amar a Mi Sol, a pesar de todo.

Nunca dudé cuando decidí. Sé que él sí, pero yo entendía por qué. Él tuvo que
tener la valentía y la fuerza para aceptar mi mundo y regalarme el suyo.

Pero al final entendí que ya no éramos Dos Mundos, sino Uno. Un Mundo.

Lo miro. No me canso de mirarlo. Hacer el amor con él es una colisión de


mundos, que revientan en una fiesta única e indescriptible. Su belleza es
absoluta. Mi Bonito. Mi Baekhyun. Mi Sol. Mi Luz.
- Chanyeol – me llama cuando lo beso suavemente, perdiéndome en su aliento.

- Baekhyun – digo, para que vea que lo llamo también mientras lo aprisiono a
mi cuerpo.

- Te amo con toda el alma.

Sonrío. Le estampo mi vida en su boca. El gime excitado y yo desesperado de


amor, le digo.

- Yo Park Chanyeol, verdaderamente, locamente, profundamente, te amo con


toda el alma, Byun Baekhyun.

Bajo la luz de la luna y las estrellas, le haré el amor. Y haré feliz a Byun
Baekhyun por el resto de mi vida. Porque él es la luz de mi vida.

FIN
Palabras del autor

Gracias a toda la gente hermosa, que acompañó y se metió de lleno en este


Universo de amor entre Chanyeol y Baekhyun.

Espero les haya quedado estampado este final en sus corazones.

Que el universo explote de felicidad, porque DOS MUDOS, se hicieron UNO.

¡Abrazo!

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