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"MI NIÑO.

MI HOMBRE" (KrisTao) - Saga "Mi Destino VI"

Por ChenTrollChenLove

Completa

Yifan es un joven perteneciente a una de las familias con más poder económico

y político de Asia, los "Wu".

Ser modelo publicitario y de alta costura, lo ha llevado a distanciarse de su

padre, quien amenaza con desheredarlo. Una amenaza sin sentido, porque Yifan

tiene su propio negocio, oculto bajo esa fachada de hombre superfluo.

Sin embargo Yifan sabe que esa no es su vida. Pero es la que debe llevar adelante

para algo para lo que el destino lo está preparando.

Porque... Yifan sabe que las casualidades no existen.

Lo sabe bien porque el niño monje se lo ha enseñado. Le ha enseñado también

que él "existe". Su niño. Su niño que le ha prometido que no lo olvidaría, ni en

esta vida, ni en la otra vida; porque no podría estar con nadie más que con él,

no podría amar a nadie, como lo amaba a él y estar así, solo con él.

Yifan lo sabe. Lo recuerda. Lo plasma en su alma, se lo graba en el cuerpo y


simplemente se limita a esperarlo con ansias. Porque solo él es su paz.

Porque solo él es su amor. Porque solo él es "Su Niño".

Solo que jamás imaginó que el niño lo olvidaría.

Pareja principal: KrisTao

Género: Fanfic Homoerótico / Romance / Drama

Advertencia: lenguaje vulgar, contenido sexual explícito, violencia, muerte de

personajes secundarios, abuso sexual, mención a pedofilia-pederastia y trata

de personas, maltrato infantil.

VI y última parte de la "Saga Mi Destino". Es necesario leer las cinco historias,

para cerrar el círculo y cerrar los enigmas en cada una de ellas.

CAP 1

"Karma"
A veces simplemente, se preguntaba, cuál era el verdadero sentido de su existencia.

No. No a veces, sino, la mayor parte del tiempo.+

Pero en algún momento, se daba a sí mismo la oportunidad de querer pensar en que

la vida tenía un sentido. Porque todo el mundo decía eso. Y entonces, quería ser

como todo el mundo. Pero le bastaba un minuto y quizá menos, para comenzar a

darse cuenta que en definitiva, tenía más sentido desaparecer para siempre, que

seguir restando oxígeno al mundo.

¿Por qué?

Simple y llanamente, porque creía que su vida, era una mierda.+

Para cualquier persona con dos dedos de frente, Wu YiFan tiene una vida de

privilegio, porque, como dice su padre, él ha nacido en cuna de oro.+

Suena el despertador y el mayordomo le dice, como si no hubiera escuchado la

maldita chicharra que le pone él mismo la noche anterior.

- Joven Wu, 5 de la mañana. Hora de levantarse.

Abre sus ojos. Se sienta en el borde de la cama, sin decir palabra. Se asea

rápidamente, porque debe hacer su rutina y luego desayunar en familia. Podría

llegar tarde, se dijo muchas veces, pero, no se debe, no corresponde, no sería


propio del comportamiento de un Wu faltarle el respeto a su dinastía tan bien

correcta y portada. Porque, si un hombre deja de lado el orden desde el segundo

en que despierta, no es lo que se dice "hombre". Porque, apenas abras tus ojos,

cómo los abras, cómo te levantes, qué haces, si llegas tarde o temprano, todo...

determinará tu día y por ende, todos tus días, tus semanas y tu vida. Porque, si

llegas tarde, siempre serás la cola, del que llegó temprano. Porque, si llegas

temprano, siempre serás el líder de los que lleguen tarde. Y él, Wu YiFan, debe

estar preparado para ser líder.5

Mira la hora de su reloj de mano. 6 minutos para bajar. Pero mientras se viste,

el mayordomo cree necesario decirle el orden de su jornada. Como si algún día

fuera a cambiar.

- A las 5.30 a.m. su instructor de educación física lo espera, hoy toca tiro al

arco. A las 6 a.m. su instructor de yoga lo espera en el mirador. A las 6.30

a.m. se le sugiere leer las noticias del día, los diarios como siempre estarán

disponibles en el recibidor. Tendrá 10 minutos para ducharse, hasta las 7 a.m.

porque su padre y su madre estarán esperándolos en el desayunador. 7.40 a.m.

será llevado al instituto. 4 p.m. será recogido de regreso a la residencia,

donde su instructor de piano lo espera para sus lecciones. 5. 15 p.m. tentempié.

A las 5.30 p.m. su profesor de idiomas lo esperará en biblioteca. A las 7 p.m.

hasta su hora de dormir, tiene tiempo libre; se le aconseja realizar las tareas

de la escuela si las tuviera. Oh... espere... – dice en lo que termina el joven

de anudarse los cordones de sus zapatillas, escuchando que el hombre balbucea

solo – Si... hay un cambio en su rutina. A las 20. 30 p.m. debe acompañar a sus
padres a una cena en la residencia de un amigo de la familia, por lo que debe

alistarse a las 19.45 p.m. a más tardar. Eso es todo señorito Wu. Que tenga una

hermosa jornada.

YiFan suspira. Así es su vida. Si se puede llamar vida. Lo único que le gusta de

todo eso, es lo que eligió hacer él mismo y que su padre le concedió, como

regalo de un cumpleaños, porque no lo vio tan mal: tiro al arco dos veces a la

semana. No sabe por qué, siente una adrenalina particular cada vez que apunta,

dispara y emboca la flecha en su centro. Le gusta apuntar y disparar. Pero sobre

todo, dar en el blanco.

Ingresa a la sala. Su padre lee el diario. Su madre ya está hablando por su

móvil. Supone que es una de sus amigas dándole algún chimento de lo que pasó con

el marido de alguien anoche, porque la escucha decir, tapándose la boca,

emitiendo una silenciosa sonrisa de satisfacción.

- No digas querida... ¡¿Así que lo vieron con una jovencita?! Qué desastre...

pobre Minwha... +

YiFan la mira, permaneciendo de pie, esperando a que corte la llamada o note al

menos su presencia, porque debe presentarle sus respetos. Se pregunta a veces,

de qué se ríe cuando sigue diciendo que "lo siente tanto" por su amiga. Frunce

el ceño. Apenas si entiende cómo puede ella disfrutar de ver a los demás

sufriendo. Se alegra cuando algo malo pasa. Pero al momento de escuchar buenas

nuevas de los otros, habla seria, felicitando falsamente. Pero ahora está feliz,
porque el matrimonio de una "amiga" se ha venido a pique. Estará muy animada por

varios días, lo que hará que no pelee tanto con su padre.

- Pero mira nada más – habla su padre, mirándolo por sobre el diario un segundo,

para regresar su vista a él – Ya estabas demorado.

Yifan mira la hora en su reloj de mano. 7. 05 a.m. No tiene excusa, desde la

perspectiva del señor Wu y nunca la tendrá. Por eso simplemente emite una

reverencia y dice.

- Disculpa papá. No volverá a ocurrir.

- Siéntate querido – dice su madre que había dejado su móvil – Vamos a

desayunar. No le hagas caso a tu padre.

- Nara, no lo apañes.

Se sienta en silencio, mientras ellos comienzan con sus diferencias con respecto

a la manera de educarlo, como si no estuviera presente. Para su padre, haga lo

que haga, jamás es suficiente. Para su madre, haga lo que haga, siempre será el

motivo de peleas para con su padre, como si no se diera cuenta que en realidad

lo usa como excusa para darle batalla. Para su padre, su madre lo malcría. Para

u madre, su padre nunca ha estado para su hijo.

Alguien sirve el desayuno. Yifan mira. Lo mismo de siempre. Un vaso de leche


tibia con cereales y frutas. Entonces se le ocurre decir.

- ¿Podría ser café por favor?

Un utensilio ha caído de las manos de alguien. Se escucha el sonido estridente

en la inmensa sala, donde hace eco. El sirviente pasmado, lo mira duro en su

sitio boquiabierto y luego mira al señor Wu, como pidiéndole permiso.

- Yifan – dice tranquilo él, pero con tono amenazante, quitándose los lentes y

dejando el diario en la mesa – ¿Desde cuándo tomas café?

No es que tome café. Solo quería que lo vean. Pero, por supuesto, se acaba de

ganar el sermón del siglo sobre lo malo de los vicios y la importancia de un

desayuno saludable para tener el cerebro despierto y alimentar las neuronas.

- Lo siento papá – responde a todo eso que duró más de 5 minutos – No volverá a

ocurrir.

Sus padres se miran. Se sonríen y siguen en la suya.

- Cierto... Yifan...– habla su padre –... olvidé decirte. Nos mudamos a Seúl.

Yifan mira a su madre. Se la nota más rozagante de hace semanas. Es que ella es

de ahí. Pero le resulta extraño que su padre haya decidido irse de la noche a la

mañana a otro país. Medita.


Ya reflotó la empresa en quiebra que había adquirido, así que la puso en venta.

Su padre es un as en eso. Tiene amigos que le deben algo en todos los bancos.

Sabe de una empresa en quiebra y endeudada hasta la médula. Hace que sus amigos

comiencen a apretar a los dueños para que paguen y que declaren la quiebra. Como

no pueden pagar, aparece el señor Wu como el salvador que compra esa empresa en

ruina. Claro que nadie sabe, que él ha obrado la asfixiante situación de esos

propietarios, conversando con sus amigos bancarios. Cuando compra, esos mismos

amigos bancarios le dan créditos y préstamos, que antes no concedieron a los

antiguos dueños. En fin. La empresa reflota y el señor Wu la vende, llevándose

una ganancia de 50 veces más cara de lo que la adquirió. Eso lo llevó a vivir 6

meses en Henan.

- Papá... creí que terminaría aquí la escuela.

Apenas comienza y ya se mudan de nuevo. Yifan ya ha perdido la cuenta de los

cambios que han hecho. Por eso, nunca llega a hacer amigos. Por eso, nunca tiene

conocidos. Apenas si ha agendado un par de nombres, que su padre le ha sugerido,

porque se trata de hijos de buenas familias. Chicos que ni bien lo vieron, el

primer día de clase, se le acercaron, para que no se junte con personas

indeseables y malas influencias.

- Comienza a repasar tu coreano y escritura hangul. Terminarás ahí la escuela –

se limita a ordenar su padre – Y dependiendo cómo nos vaya, puede que ingreses
ahí a la Universidad.

- ¡¿No es hermoso cariño?! – exclama su madre entusiasmada – Mis amistades allá

estan felices de que regresemos a casa.

Su madre es coreana. Se casó con su padre por un acuerdo matrimonial entre

familias. Han vivido antes en Seúl y no le resulta desagradable la idea. Solo

que, volver a irse de China, lo pone triste por alguna razón. Nunca permanece

demasiado tiempo en ninguna parte y es como si siempre fuera extranjero en todos

lados.

- ¿Y cuándo no mudamos? – pregunta.

Mira a su padre que sigue leyendo su diario, haciendo algún comentario sobre la

caída de unas acciones en la bolsa, en los confines del mundo.

- Señorito Wu – llama el mayordomo – Ya es hora de ir al instituto.

Se pone de pie, hace una reverencia que nadie ve y dice.

- Que tengan un buen día.

Llega a la escuela. Es pública. Es la mejor de Henan y según las estadísticas,

una de las 3 mejores de toda China. Su madre no quería que se mezcle con gente

de quién sabe qué procedencia. Pero terminó ahí, por consejo de un viejo amigo
de su padre, que envía a sus hijos y con los que debe juntarse.

Apenas desciende, sus compañeros ya se le pegan al lado. Le hablan de miles de

cosas y él los miro, como si los escuchara. No se preocupa de sus palabras, ni

se quiere acostumbrar a su compañía, si de todos modos ya sabe que se irá.

Mientras avanza, todos saludan como si lo conocieran. Algunas niñas se le paran

en frente ofreciéndole golosinas. Le cuesta entender el desenfado con que

abiertamente dicen lo mucho que les gusta él, encogiéndose de hombros y

tapándose la boca. Viniendo de Canadá, paseando antes por escuelas de Europa,

aún siendo chino, Yifan no se acostumbra a la cultura oriental. Si le gustas a

alguien, viene y te lo dice de frente, como esperando que te hagas cargo de

sentimientos que no entiende en qué momento apareció, si jamás cruzó palabra

siquiera con esa persona.

Igual siempre cortés, Yifan emite una leve sonrisa y toma los paquetitos

envueltos con delicados moñitos de colores. Cuando les quiere dar las gracias,

salen corriendo y se queda a la deriva, sin saber qué hacer con eso que tiene en

sus manos.

- Las vuelves locas hermano – dice uno de sus compañeros, golpeándole el brazo.

- Tienes la altura de un modelo y dicen que te pareces a un personaje de mangas

y animé – comenta otro riéndose.


- Mierda – resopla molesto – No soy un dibujo animado de esos comics.

- Díselos a todos. Es el comentario – se ríe otro, al segundo que serio le

aclara – Y es "manga". No "comic".

De repente se ve un tumulto en el patio.

Ahí están de nuevo todos, viendo cómo pasan caminando en fila esos niños monjes

del templo Shaolin. Llevan como siempre esos trajes típicos de ellos. Algo así

como una bata cruzada, dejando al descubierto uno de sus hombros, de color

naranja y unos pantalones holgados del mismo color, con sandalias. Todos calvos,

apenas si dejan ver algo de cabello crecido. Sólo van hasta los 15 años a la

escuela, por eso Yifan no comparte ninguna clase con ellos.

Los miro un tanto perplejo. Ahí pasan, tan metidos entre la gente y tan lejos de

todos ellos.

- ¿Por qué viven así? – dice en voz baja.

No espera una respuesta, porque en realidad no fue una pregunta. Pero uno de sus

compañeros responde.+

- Por qué más sería... sino para escapar del hambre.


Yifan eleva sus cejas sorprendido y el compañero le aclara.

- Todos son pobres Wu ¿De qué te sorprendes? – comenta sonriendo irónicamente –

Sus padres los mandan de niños para entregarlos, algo así como ofrenda para que

sus hogares sean bendecidos. Pero en realidad los sacan del hambre y tienen una

boca menos que alimentar en la familia. Ninguno está ahí porque realmente

quiere.

Yifan mira y se pregunta, cuál es el sentido de tener una vida que no quieren y

cómo pueden vivir atados a algo que no eligieron. Siente pena de ellos y de

repente, de sí mismo. No será monje, pero está atado a una vida que no quiere y

lanzado a seguir reglas que detesta. Una sonrisa irónica sale de su garganta. Es

divertido de pronto pensar, que la vida de un monje debe ser mejor que la suya.

Uno de ellos, de pronto se detiene cerca dándose vuelta, a la espera de alguien

y exclama.

- ¡Apresura el paso hermano! ¡Estamos demorados!

- Este que viene es nuevo – dice una niña de pronto, en medio del gentío.

Un revuelo se ha armado alrededor del niño, que llega corriendo. Pero a Yifan no

le resulta ya interesante estar parado en medio de todos ellos, así que se mueve
para seguir su camino, abriéndose paso entre todos. Pero algo rebota en sus

zapatillas.

Yifan mira su pie. Ve ahí en el suelo, una especie de collar con pequeñas

cuentas de madera. Por un extremo sale un plumero diminuto color rojo. Lo

levanta. Lo analiza. Parece un adorno interesante. Busca a su alrededor, al

dueño o dueña de eso y alguien llama a sus espaldas.

- Disculpe joven.

Es un niño monje el que habla. Yifan abre bien sus ojos. Es la primera vez que

uno de ellos le dirige la palabra. Lo observa de la cabeza a los pies. Supone

que debe tener unos cinco años menos que él, por su apariencia, pero no puede

ser, porque está en el instituto. Una figura diminuta en estatura y menuda por

demás, que está en frente con la cabeza calva gacha, sin mirarlo. Yifan es alto

por demás, pero este niño, es realmente bajo y delgado. Igual, eso no quita que

se quede impactado de los músculos remarcados en el brazo del niño, que mantiene

el alto la palma de su mano.

- Es mío joven... – susurra encogiéndose de hombros – Se me ha caído ¿Podría

dármelo por favor?

Yifan abre la boca un segundo, como queriendo decir algo. Ladea su cabeza a un

lado, observando al chico. No puede evitar notar que el niño se ha avergonzado

por algo y baja la vista, mordiéndose los labios.


- ¿Por qué debería dártelo niño? – pregunta arrogante él, sin darle lo que se le

ha perdido.

El niño eleva su cara, dejándose ver abiertamente sorprendido y boquiabierta.

Yifan mientras, emite una sonrisa silenciosa, sin saber por qué. Enarca a lo

alto una ceja, esperando una respuesta.

- Porque es mío joven.

- ¿Y cómo sé que es tuyo y no estás mintiendo? – pregunta, escondiendo detrás de

sí el colgante.

Todos ríen a su alrededor, armando un círculo con ellos en medio, como si fuera

un espectáculo.

Yifan no entiende esa actitud de su parte. Pero de pronto, algo le dice que

retenga al niño. Sabía que al momento de devolverle lo que era suyo, el pequeño

monje se limitaría a darle una reverencia en agradecimiento y desaparecería de

ahí. Pero sus ojos negros y brillantes y esas mejillas achispadas, le dieron de

repente un motivo para sonreír. Y Yifan quería seguir sonriendo. Divertido más

todavía, cuando el niño lo miró fijo a los ojos, arrugando su frente, ofendido

por la pregunta que le hizo, saca pecho y le confronta.


- Porque un monje nunca miente.

El niño tenía carácter. Se siente evidentemente ofendido porque ha sido puesto

en duda. Yifan no puede evitar seguir sonriendo, al verlo tan pequeñito, apenas

llegándole al pecho, haciendo un moín con su boca, dando un paso al frente.+

- ¿Quién dice? – pregunta burlón Yifan.

- Las reglas de nuestro templo – lo alecciona con orgullo – Nunca se duda de la

palabra de un monje. Porque un monje nunca miente.

Yifan no puede evitar analizar esos ojos. La forma de sus ojos curvados, como

gatunos y delineados naturalmente, le resultan impresionantes. Jamás había visto

unos ojos así en la vida. Su silencio es porque se ha quedado mirándolo

demasiado tiempo, con el amuleto en mano. Eso ha hecho que el niño se enoje más,

porque le dice duramente, de nuevo estirando la palma de su mano hacia adelante.

- ¿Podría devolverme mi mala*?

- ¡¿Tu qué...?! – insiste Yifan, para no dejarlo ir fácilmente.+

- Lo que tiene en su mano.

- ¿Esto? – pregunta, mostrándole el amuleto, mientras escucha las risas de los


compañeros.

- Si – dice bajando su mirada y persistiendo en su mano tendida, mordiéndose los

labios.

- ¿Por qué es tan importante?

- Porque meditamos con ello.

- ¿Meditan?

- ¿Podría devolvérmelo?

- Se dice "por favor" niño – dice sarcástico Yifan – ¿Acaso los monjes no son

agradecidos?

Todos siguen divertidos la escena. El niño emite un resoplido de hastío que hace

que sus mejillas se abulten del aire que ha tomado. Está de lo más encrespado.

Pero Yifan sabe bien, que los monjes tienen prohibido ejercer la violencia, más

allá de la formación estricta que tengan en artes marciales.

Pero igual se sorprende al ver al niño juntando sus manos, como si fuera a orar,

parándose bien erguido. Emite una sonrisa falsa hacia su persona y realiza una

reverencia de 90º perfecta, diciéndole fuerte.


- ¿Podría por favor, joven, devolverme mi mala? Se lo agradecería mucho.

- Mentiroso.

- ¡¿Perdón?! – exclama descolocado, de nuevo derecho, mirándolo a la cara.

- Tú lo que quieres es matarme pero ocultas tu rabia con una sonrisa y tu jodido

sarcasmo. Eres un maldito mentiroso. Dijiste que los monjes no mienten.

Y de repente, en medio de las risas de todos, se escucha el grito estrepitoso,

con puños en alto, como pegándole al aire.

- ¡Yo no miento idiota! ¡Ahora, devuélveme el maldito mala si no quieres que te

parta tu divina cara de seductor fruncido de mierda!.

Un silencio arrasador se hizo en un instante. Sin embargo, Yifan sonríe,

arqueando nuevamente una de sus cejas hacia arriba y le preguntó al niño, con su

voz grave y profunda.

- ¿Así que crees que tengo una divina cara de seductor? Vaya niño.

- Mierda... – farfulló el niño por lo bajo, tapándose la boca, con los ojos bien

abiertos como platos y las mejillas ardiendo.

Un estruendo de carcajadas saltó estrepitosamente entre la mayoría, aunque


algunos se taparon la boca, impactados por los improperios del niño monje. La

vergüenza del niño era rotunda y de pronto Yifan se siente un poco mal, al

haberlo expuesto para diversión de los demás. Por eso, ya está a punto de calmar

todo y pedir disculpas, con la intención de darle el colgante, pero es demasiado

tarde.

- ¡Hermano Zitao!

- Zitao – murmura Yifan por inercia.6

Zitao, se vuelve al otro monje, que se nota es mayor en edad. Baja la cabeza y

se encoje de hombros, cerrando sus párpados con fuerza, como sabiendo qué viene.

Apenas Yifan quiere hablar, el monje que acaba de llegar, se vuelve a él y

emitiendo muchas reverencias, le dice.

- Lo siento mucho joven. Nuestro hermano es nuevo aquí en Henan. Su mala

conducta será debidamente reportada y sancionada como corresponde.

- No...– quiere hablar Yifan, ya sintiéndose de lo peor – No fue nada... oye

chico.

- Pídele disculpas ahora Zitao.


- Es un niño – quiso excusarlo Yifan – Solo fue una broma... no... no es que me

haya ofendido y.

El niño, sin mirarlo, pero rojo de rabia, tragándose el orgullo, dijo entonces.

- Le pido disculpas joven, por mi mala conducta.

- Oye niño... no fue para tanto ¿sabes? Toma tu.

Pero Yifan ya no fue escuchado, porque Zitao fue arrastrado del brazo, para

llevárselo lejos de su vista, en medio de amenazas que se seguían escuchando del

mayor de los dos y las risas de los compañeros de escuela.

- Hermano Zitao no aprendes. Esto lo sabrán los hermanos apenas lleguemos al

templo. No es admisible en absoluto.

El timbre retumbó. Mientras el círculo se dispersaba, Yifan sentía las palmadas

en su espalda. Todos reían a su alrededor y los aplausos no faltaron.

- Eso fue grandioso – dijo alguien.

Había sido un espectáculo divertido para medio mundo. Pero ahora que lo pensaba,

no se siente bien.
Y en su mente divagaron los ojos brillosos del niño y el puño que pasaba por sus

mejillas, quitándose las lágrimas, mientras era alejado de él.

Va una semana de que Zitao ha ingresado en la escuela. Mudarse desde el templo

de Shangai, al templo de Henan, ha sido un desafío que decidió tomar. Shangai es

distinto. La rigurosa y estricta formación de los hermanos del Templo Shaolin,

le ha hecho extrañar un poco a los hermanos que dejó en el Templo del Buda Jade.

Pero el maestro, creía que él era un verdadero prodigio en artes marciales y por

lo mismo, lo envió a seguir su formación en el Templo Shaolin de Henan. Zitao se

ve como un monje correcto, contento con su carácter reservado y tranquilo. O eso

creía. Porque ahora, al lado de sus nuevos hermanos, parece más apasionado y

vehemente. Resopla muchas veces cuando le llaman la atención, porque le hacen

notar que su carácter debe ser moldeado, debe ser corregido, debe ser pensado.

Lo envían a largas horas de meditación, para que se encuentre en paz consigo

mismo. Paz que se ve más propenso a perder que a encontrar.

Por eso, lo que sucedió en la escuela hoy, a Zitao le hace cuestionarse su

propia existencia. Sus equilibrios se han derrumbado por completo. Su naturaleza

se ha descalabrado, más de lo que ya estaba.

Porque... la primera vez que Zitao ve a Yifan, no puede evitar sentirse

"diferente". Él es un monje. Zitao no es tonto. Tiene 13 años y sabe bien de las

cosas que viven los adolescentes en la escuela. Los mira y observa. No envidia

las cosas comunes que se hacen rutina en esos chicos. Nunca había tenido celos

de verlos cómo eran entre ellos. Ni siquiera cuando los había escuchado hablar
de fiestas, de salidas y de sexo. Pero él es un monje, dedicado a practicar más

duramente el arte marcial y entregado de lleno a la meditación en busca de la

pureza de su alma. Ellos no entienden su vida. Tampoco tienen por qué entender.

Solo que ahora, de pronto, querría saber.

Pero hoy se sabe, se siente y no le gusta verse "diferente".

Tanto, que hoy debe verse obligado a detener su paso, dejándolo lejos de la fila

de los hermanos que ni se han percatado que se ha quedado atrás, cuando están

ingresando en la escuela.

Ese joven alto, tan alto que sobresale del resto de la gente, ha captado por

completo su atención. Lo ha visto justo recibiendo un paquete de regalo de una

chica, que se le declara y sale corriendo, antes de ver siquiera a Yifan querer

agradecer el gesto. Y Zitao se queda en el rostro perfecto de Yifan, que no es

arrogante, ni presumido, ni engreído, aún de seguro sabiéndose un hombre

hermoso. Si. Porque Zitao ve en Yifan a un hombre hermoso. Alto, muy alto,

delgado y bien formado. No bajo, ni desgarbado como él, que ahora se siente por

demás abochornado, no sólo cubriéndose su ingle con el morral, sino siendo

burlado por este hombre.

Por eso no puede verlo, cuando debe pedirle su mala, que para su maldita suerte

ha caído a los pies de Yifan.


Entonces, Zitao lo ha decidido. Yifan es su karma.

Es el resultado de sus malas acciones realizadas en el pasado, de manera muy

impura. Porque, lo que Zitao siente es algo impuro. Muy impuro. Tanto, que por

primera vez siente la necesidad de encerrarse él sólo en el templo a meditar,

para purificar su alma y su cuerpo de cosas que no debería estar sintiendo.

No debería sentir deseo corporal y no debería sentir ira por este joven que

ahora se le ríe en frente. No debería sentirse humillado y no debería estar

llorando como consecuencia de haber dejado liberar su furia.

Ha sido un mal monje.

A sus 13 años de vida, Zitao es inocente en muchas cosas. Pero sabe bien lo que

es el deseo y la lujuria. Lo sabe. Solo que nunca pensó que él llegaría a tener

esa sensación tan horrible de no tener autocontrol sobre su propio organismo.

Él, que se estuvo preparando toda su vida para un momento como este. Peor,

cuando ha ocurrido en este templo tan estricto. Antes, el maestro se habría

limitado a darle unas palmadas de aliento para sobrellevar sus pasiones,

enviándolo a reflexionar. Pero ahora, de seguro le harán hacer eso y otras

tareas más.

- Debes regresar al templo hermano – le ha ordenado el mayor del grupo, apenado

y afligido – Tu conducta fue informada y el maestro quiere que regreses para no

seguir teniendo malos pensamientos que puedan perjudicarte.


Pone una mano en la cabeza de Zitao y lo consuela. Porque ellos son buenos y

amables. No hay malas intenciones en sus actos. Tanto, que a veces Zitao se

sorprende de la bondad tan desbordante que se respira entre los monjes de Henan.

Así que simplemente toma el papel, con el permiso del director de la escuela,

que le han dado autorización de retirarse y se dirige a sus casilleros a recoger

sus pertenencias e irse.

Suena el timbre de cambio de hora y Yifan no puede evitar salir casi corriendo

sin intención de quedarse con sus compañeros. Se dirige donde sabe que ellos se

reúnen. En el bosque, bajo los árboles, como siempre lejos del tumulto. Se

acerca, pero en el barrido que hace con su mirada a todos, no lo ve.

Una maldita espina se le atraviesa en el pecho, pensando en el niño que será

castigado, mientras sostiene en sus manos el amuleto que le quedó por devolver.

Frustrado se da la vuelta, de regreso a las aulas.

Camina por los vacíos pasillos del colegio, cuando escucha un ruido en el suelo

de cosas estampándose. Montones de hojas se resbalan por sus pies y Yifan no

puede evitar mirar al lugar de donde proviene el montón de risotadas de matones

alrededor de... el hermano Zitao.

- Vamos niño – dice uno de esos riéndose – Pide disculpas. Porque los monjes
piden disculpas... ¿verdad?

- Porque los budas no son violentos ¿Verdad? – dice otro, pisando sus carpetas.

Yifan mira esa escena y la sangre le hierve en las venas. Los tres chicos son en

proporción unos gorilas al lado del niño. Y no puede resistirlo.

- Mierda... – ruge entre dientes, suponiendo en parte que él ha colaborado en el

día para que esto ocurra.

Sus puños se aprietan y comienza a avanzar a pasos agigantados, a punto de

intervenir, cuando un par de patadas voladoras que ni alcanza a seguir con su

vista, por la velocidad, deja a los tres matones tirados en el suelo, quejándose

mientras agarran sus estómagos.

- ¡Santa jodida mierda! – exclama de pronto impresionado.

- ¡Solo me estaba defendiendo! – anuncia Zitao con manos en alto y de lo más

asustado, ni que lo fueran a llevar preso.

Sin poder evitar una sonrisa de satisfacción, Yifan se ríe, mientras los matones

salen corriendo.

- ¡Ay no...! – exclama Zitao, con las hojas revueltas en sus manos, pegando al
suelo con el talón de su pie, evidentemente angustiado – ¡Ya me hicieron el

maldito día y me tendrán meditando por dos semanas seguidas!

Un chasquido sale de su boca y resopla derrotado, para bajar la vista al suelo y

seguir recogiendo sus cosas. Yifan se agacha y lo ayuda. Ahí se queda con ese

niño, que ahora parece asustado por meditar, cuando acaba de hacer una

demostración de poder absoluto y dominio de artes marciales.

- Si ríete – se le queja, en lo que sigue levantando sus carpetas del suelo –

Como tú no eres el castigado... de seguro fueron a decirle al director... sin

duda eres mi karma.

- Yo me encargo de esos chicos luego ¿Qué quieres decir con que soy tu karma?

- ¿De qué te vas a encargar? – pregunta perplejo el niño, quedándose quieto de

rodillas, mirando a Yifan estupefacto.

- De que no hablen esos chicos.

- ¿Por qué?

- ¿Por qué, "qué"?

- ¿Por qué te encargarías?


- ¿Por qué me siento culpable...?

Zitao arruga su frente, que apenas hace una diminuta línea, ladeando su cabeza a

un lado. Desconfía. Y Yifan lo sabe. Sin embargo, Zitao vuelve sus manos al

suelo y le dice mientras sigue recogiendo las últimas cosas que le quedan

desparramadas.

- Bueno... me la debes por lo que me hiciste pasar.

Se pone de pie. Abre su casillero y comienza a sacar todo lo que hay dentro,

para guardarlo en un morral. Yifan le estira lo que tiene en sus manos. El niño

abre bien sus ojos, absorto en esa mano inmensa del joven que le ha levantado

cosas del suelo, para ayudarlo. Lo toma y murmura.

- Gracias.

Yifan no puede evitar notar que cada vez que lo mira fijo, el niño se muerde la

boca y encoge de hombros, como si él lo asustara.

- Te estaba buscando niño.

- ¡¿Me buscabas?! – pregunta sorprendido, colocándose su bolsa cruzada – ¿Por...

por qué me buscabas?

Zitao se queda quieto con las manos juntas en frente. Yifan mira al niño calvo,
que resulta graciosamente bonito, como si fuera una delicada esfinge inmutable,

con ese atuendo de buda impecable. Podría pasar por un ángel de no ser que lo ha

visto maldecir y pelear como una fiera.

- Quería regresarte tu amuleto.

El niño monje, junta sus manos y evidentemente feliz, por su sonrisa tan amplia,

comienza a hacer reverencias incontables ante Yifan, que queda impresionado de

nuevo, porque lo ve reír como ríe por algo tan simple como un amuleto.

- Gracias ¡Gracias! ¡De verdad que esto significa mucho para mí!

Yifan deposita en las manos de Zitao el colgante y ve cómo el niño se lo coloca

alrededor del cuello.

- No volveré a ponérmelo como brazalete, para que no se me pierda – dice

tranquilo y amable – ¿Puedo saber tu nombre?

- Wu Yifan.

El niño junta sus manos y emite una reverencia en la que se queda anclado,

diciendo.

- Te doy las gracias Wu Yifan.


Para cuando se pone erguido, Yifan nota que su sonrisa ya no lo abandona.+

- Y tú eres Zitao ¿Verdad?

Y regresa. Zitao siente que esas miles de sensaciones incómodas regresan de

nuevo a su cuerpo. Y debe bajar la vista, para que Yifan no note lo insoportable

que resulta para él, sentirse tan satisfecho de escuchar que lo buscaba, junto

al nombre que acaba de salir de su boca. Porque honestamente, no sabe cómo tomar

y controlar eso.

- Huang Zitao – murmura, encogiéndose de hombros.

- ¿De qué sirve? – pregunta al niño, señalándole el colgante.

- Nos sirve para recitar nuestros mantras*

- ¿Mantras?

- Plegarias.

Yifan ya no quiere preguntar. Solamente sonríe. Porque, por cada cosa que le va

diciendo, va entendiendo menos de Zitao y esa vida.

- Así que... ¿te van a reprender o algo así?


- Algo así.

- Lo siento. No pensé que fuera para tanto.

Zitao arruga levemente su frente, inclinando apenas su cabeza. Un dejo de

desconfianza se asoma de nuevo en sus ojos oscuros, haciendo a un lado su rostro

y mirando de reojo a Yifan.

- De verdad – dice terminante el chico alto, que ha entendido perfectamente ese

gesto – De verdad lo siento mucho.

El niño se siente de pronto con un nuevo peso en su alma. Más para purificar.

Así que solo se pone una mano en su pecho y haciendo un leve gesto de

reverencia, dice.

- Lo siento por dudar.

Un silencio inquietante lleno de murmullos se hace entre los dos. Yifan no

entiende por qué sigue al lado de ese niño. Pero es como si esos mismos

murmullos le impidieran irse, negándose a admitir que quizá le gusta seguir

viendo a ese niño en frente suyo. Porque Yifan no ve más que a un niño ahí.

Entonces decide que es la culpa. Si. Culpa. Porque él no es de esos tipos

engreídos y matones, que abusan de los más débiles. Porque es de débiles tener

esa necesidad imperiosa de demostrar quién tiene el poder, porque quien tiene el
poder, simplemente lo tiene, no lo demuestra. Sin embargo, en este momento,

Yifan siente que nada de eso importa. Nada. Solo el niño parado en frente de él,

que parece tan vulnerable. Y sin embargo ese niño noqueó a tres matones.

- ¿Te van a dar un castigo o algo así? – pregunta Yifan.

- No es un castigo – asiente Zitao, mordiéndose el labio inferior, prosiguiendo

su camino – Lo más seguro es que por unos días no pueda venir a la escuela.

Deberé pasar por un proceso de purificación para alejar mi karma.

- Sigues con eso del karma. Recién dijiste que era tu karma.

- Ah... eso... si... algo así – dice el niño bajando la vista al suelo, como si

ver sus pies fuera lo mejor que tuviera para hacer.

Yifan de pronto se da cuenta que han detenido el paso. Mira a todos lados y se

da cuenta que acaba de acompañar a Zitao hasta el ingreso del instituto. El niño

entrega un papel al guardia y este luego de leerlo, le dice.

- Puede salir.

- ¿Te vas? – pregunta Yifan.

- Si. Debo regresar, para alejarme de mi karma.


- ¿Alejarte de tu karma?

Zitao asiente, resopla y sus mejillas se encienden infladas, mientras respira

con fuerza. Mira a Yifan a los ojos, le sonríe y emitiendo una reverencia le

dice.

- Muchas gracias Wu Yifan.

- De nada niño. Aunque a decir verdad, creo que he sido un problema. No sé por

qué me das las gracias.

- Por mi mala – dice sonriendo tranquilo – y por acompañarme en el camino. Ha

sido agradable, excepto por lo de la mañana. Pero todo tiene un sentido ¿Verdad?

- Si tú lo dices... aunque a decir verdad niño... sigues hablando y te entiendo

menos.

- ¿Por qué me dices niño?

- Porque eres un niño – responde riéndose.

- Claro... como si tú fueras hombre – agrega burlón agravando su tono de voz.


Los dos ríen. Y Yifan no puede evitar palmear la cabeza calva del niño, que de

pronto vuelve a encoger sus hombros, tímido y algo asustado.

- ¿Cuántos años tienes niño?

- Tengo 13.

- Pareces de 10 con ese tamaño.

- ¿Quién te mandó a ser tan alto? – resopla ofuscado y molesto, ante Yifan que

se ríe – Espera un tiempo más y ya verás.

- Sabes niño... resultas divertido al final de todo.

- ¿Al final de todo?

- Creí que los monjes eran más serios.

- El maestro dice que debemos ser alegres. Nunca es bueno estar tristes – dice

al final, mostrando la palma de su mano en alto y sonriendo –...bueno... tengo

que irme ya. Adiós Wu Yifan. Que tengas buena vida.

- Ni que no te viera más – dice sorprendido – ¿No vienes mañana a la escuela?

- Si. Pero... no es bueno juntarme demasiado con otras personas que no sean mis
hermanos en mi proceso de purificación – dice dubitativo – Además Wu Yifan ¿Por

qué querrías estar con un monje del templo como yo?

No hay respuesta. Como si fuera una obviedad, se dan cuenta que no hay nada

obvio. Porque a decir verdad los dos saben que jamás volverán quizá a cruzar

palabra en el instituto. Zitao es un monje que debe alejarse de su karma. Yifan

es un joven que sabe que no sería "normal" que lo vean merodeando a un monje.

Yifan se encoge de hombros una milésima de segundos, antes de tomar mucho aire

que llena sus pulmones y largar un.

- Bueno. Nos vemos por ahí.

Estira su mano, porque solo quiere darle un apretón, saludando al niño. Pero ahí

se queda congelado él, esperando algo que nunca llega. Zitao observa la mano

grande de Yifan y da un paso hacia atrás. Tocar no está mal. "Querer", "desear",

sabe que si.

Así que de solo eleva su palma, sonriendo nervioso y asiente rápido, para salir

corriendo de ahí.

- ¡Adiós Wu Yifan! – exclama y nada más.

Corre. Corre porque debe alejarse de su karma. Corre porque debe dejar atrás lo

que lo hace egoísta. Si. Porque entiende que le ha gustado esa atención de Wu
Yifan. le ha gustado que lo busque, que lo nombre, que le diga niño y que le

haya saludado con un anhelo de que mañana podría querer estar... con él.

Y él debe correr, para alejar cualquier cosa que lo haga apegado a este mundo en

el que está de paso. Porque en este momento, quiere apegarse a Yifan. Quiere

apegarse a su karma. Y no se supone que sea algo bueno. Como tampoco se supone

que tenga tanto anhelo y esperanza de volver a verlo.

* Un mala o yapa mala es una sarta de 108 cuentas esféricas, generalmente de

madera, usada en el hinduismo, el budismo y el sijismo para recitar mantras o el

nombre o los nombres de una deidad.

* En el budismo tibetano, es una especie de plegaria, que se recita de manera

constante, para tener un beneficio espiritual y sentirse identificado con ese

aspecto de la mente iluminada.

"Tú existes para mí. Aún en el silencio..."

Mueve los dedos en las teclas de su portátil y se adentra en algo que sabe, que

en definitiva, nunca va a entender.

Y encuentra.
"Introducción al budismo. Karma. La ley del karma es un ejemplo especial de la

ley de causa y efecto que establece que nuestras acciones físicas, verbales y

mentales son causas, y nuestras experiencias son sus efectos. La ley del karma

bla bla bla bla..."

Se frustra. Respira ofuscado. No quiere seguir con eso, porque no entiende una

sola palabra de lo que lee. Pero se exige al menos seguir un poco más adelanta.

"Como resultado de nuestras acciones o karma, renacemos en este mundo impuro y

contaminado y tenemos problemas y dificultades sin cesar. Nuestras acciones son

impuras porque nuestra mente está contaminada por el veneno interno del

aferramiento propio. Esta es la razón principal por la que experimentamos

sufrimiento. Este es producido por nuestras propias acciones o karma y no es un

castigo impuesto por nadie. Sufrimos porque hemos cometido numerosas acciones

perjudiciales en vidas pasadas. El origen de estas malas acciones son nuestras

propias perturbaciones mentales, como el odio, el apego y la ignorancia del

aferramiento propio."

Una semana después, Yifan ve en la escuela a los postulantes a monjes del Templo

Shaolin, caminar en medio del murmullo de siempre. Pero él busca a alguien en

concreto. Y lo ve. Ha regresado a clases.

Camina en el recreo hacia parque de los alrededores de la escuela. Sabe bien

dónde se encuentra, como siempre. Se frena. Da una barrida con sus ojos el
panorama. Lo encuentra. Ahí se dirige. Todos miran y...+

- Yo no soy un karma.5

Dice fuerte y evidentemente molesto. Está muy molesto, enojado y... dolido sobre

todo, porque en síntesis, ha entendido que él ha provocado en el niño una

reacción violenta, lo que lo ha hecho convertirse en su karma, porque su acción

fue la causa de una cadena de eventos que llevaron al monje adolescente, a

luchar contra su propio lado impulsivo.

O sea. Él es el inicio de una cadena de eventos malditos.

Todos miran a Yifan que se encuentra parado y de brazos cruzados, como si

esperara una explicación, una disculpa o algo, fulminando con la vista al niño

del grupo.

El mayor de los jóvenes aspirantes a monjes, se pone de pie y con una sonrisa

amable, reverencia de por medio, mirando bien a los ojos a Yifan, que está de lo

más enfermo de rabia, le dice.

- Buenas tardes ¿Podemos ayudarlo?+

- ¿Te parezco un karma?

- Cada persona lleva su karma – habla el joven, sin dejar un maldito segundo esa
sonrisa que hacen pensar a Yifan si la tiene pintada en la cara o se está

burlando de él – Igualmente no corresponde a nosotros juzgar el alma de un ser

viviente. Creo que hay un mal entendido, que urge sea desterrado. Hermano

Zitao.

El niño como siempre, con esos hombros encogidos, cabizbajo, asustado, manos

juntas, mirando a un lado y mordiéndose los labios, se las ve venir.

- ¿Si hermano?

- Ven por favor hermano.

Zitao se levanta de su lugar y camina a pasos cortos, pero rápidos. Emite una

reverencia a Yifan y escucha la pregunta del hermano mayor del grupo.+

- ¿Qué ha ocurrido ahora hermano Zitao?

- No lo sé hermano.

- Dijo que soy su karma – le acusa Yifan y aclara – Yo no soy una maldita

cosa.

El joven monje abre la boca y eleva sus cejas en señal de sorpresa. Sonríe

paciente, mirando a Zitao y le aconseja.


- Creo que sería bueno tener una charla con el joven y aclarar algunos asuntos

confusos hermano Zitao. Tus palabras no han sido sabias. Y has provocado

malestar.

Zitao suspira. Ahí va de nuevo con las mejillas infladas y esa boca que se

remueve de lo fuerte que ha soltado su resignación, cerrando los ojos.

- Si hermano...– dice acongojado.

- Enséñale de la paciencia y las mejores virtudes, como buen aprendiz, hermano

Huang.

- Si hermano.

Yifan no sabe en qué momento lo que comenzó siendo una charla, para desterrar

cualquier mal entendido, terminan siendo encuentros casuales con el niño monje.

Muy casuales, porque tampoco es que él ande buscándolo. Aunque breves,

cotidianos, son encuentros casuales al fin.

Mentira.

¿A quién quiere engañar?


Yifan lo busca.

Una parte de él se quiere convencer que lo aniñado del "hermano", le causa

gracia.

Zitao es un niño ante los ojos de Yifan. Se llevan 3 años, que aunque parecen

pocos, son a la vez inmensamente muchos. Yifan analiza la situación y le resulta

gracioso ver lo incómodo que se siente Zitao con su presencia. Y llega a la

conclusión de que el niño le tiene miedo. Pero aun con miedo, jamás deja esa

sonrisa apacible.

El futuro monje, está entrando en su adolescencia. Si bien tiene 13 años, su

tamaño es menudo y demasiado delicado en comparación con el resto de sus

compañeros. Yifan nota que los hilos de la voz del niño oscilan entre agudos,

pero moderados y suaves. Y por eso seguirá diciéndole "niño". Su cuerpo por

demás delgado, pareciera levitar cuando lo encuentra sentado, en esa típica

postura de meditación. Siempre erguido y bien derecho, lo hace verse más alto de

lo que en realidad es. Y eso ya es mucho, porque, aun así, apenas si podría

decirse que le llega al hombro a Yifan. Zitao debe elevar siempre bastante su

vista cuando se encuentra de pie al lado del joven. Y Yifan, por demás, debe

bajar sus ojos, para encontrarse con los ojos del hermano Zitao.

Yifan sigue sin entender el maldito karma. O eso es lo que dice. Entonces

siempre será el tema inicial de sus encuentros. Como ahora, que lo observa

sentado bajo un árbol, perdido entre los campos de deporte, alejado de todos los
demás.

- ¿Qué lees niño? – le pregunta ubicándose a su lado – ¿Algo para explicarme eso

del karma?

- Leo las enseñanzas de Buda – responde tranquilo Zitao, apenas volviendo su

vista, pero sonriendo levemente – ¿No deberías estar en clase Wu Yifan?

- Tú también – responde sacudiendo sus hombros levemente.

- No. Este es mi momento de meditación sobre las enseñanzas de Buda.+

- ¿Y qué podemos hacer?

- Oye... ya te he dicho que es mi momento de.

- ¿Quieres jugar a algo? Soy bueno en básquet.

- Wu Yifan ¿alguna vez escuchas las cosas que te digo? – dice duramente Zitao,

con su libro olvidado en el regazo – A veces creo que tú eres el niño y yo soy

el mayor aquí. Eres muy irresponsable.

- Oye. Tengo 16. Estoy en la edad de ser irresponsable – se burla.

- Yo no puedo permitirme ser irresponsable Wu Yifan – responde sonriendo – Y tú


me corrompes.

Yifan lo mira. Ha dicho una palabra sumamente absurda, al tiempo que una picazón

endemoniada le recorre los labios, al punto de sentir la necesidad de morderse.

Y se pregunta, cómo se vería Zitao con un uniforme de escuela como los demás,

caminando en medio de la muchedumbre, haciendo las mismas cosas de los chicos de

su edad, vistiéndose igual que ellos, con el cabello crecido.

Eleva una ceja sugestivamente y no puede evitar tocar la cabeza del niño. Serio

y con un tono un tanto severo, le ordena.

- Nunca digas una cosa así delante de otro chico en la escuela ¿Me oyes niño?+

Zitao quita su cabeza del tacto de Yifan, como si se le escapara, pero sonriendo

divertido de ese gesto, que se ha hecho natural en el mayor. Porque Yifan parece

tener una obsesión con su cabeza calva.

- ¿Por qué? – reprende suavemente – Si es la verdad. Me corrompes.

- Porque no tienes idea de lo que es corromper en verdad. Y te juro que soy un

buen tipo.

- No entiendo.

- Y yo no entiendo eso del karma.


Zitao se siente frustrado y rodando sus ojos para todos lados, exclama como si

suplicara.

- ¡Te lo expliqué miles de veces! Ya no sé qué mas decirte. Tú no eres mi karma

¿Está bien? Yo mismo llevo mis propios.

- Tú dijiste otra cosa, así que hazte cargo y me explicas.

Yifan lo observa que habla. Si hay algo que le gusta del niño, en principio, es

su ingenuidad.

Se sienta en las gradas vacías de la cancha de fútbol. Realmente creyó que no

habría nadie allí. Nadie. Excepto claro, Zitao. Por eso fue ahí.

- Te busqué por el parque ¿Por qué te vienes tan lejos donde no haya nadie? Se

me hace difícil encontrarte.

- Buenas tardes Wu Yifan – dice permaneciendo sentado, juntando la palma de sus

manos y haciendo una leve reverencia – ¿Quizá porque quiero estar sólo para

meditar?

Yifan hace como si no lo hubiera escuchado. A decir verdad, Zitao cae en la

cuenta que el joven jamás escucha. Menos cuando lo ve tranquilo abriendo el

cierre de su mochila, sacando desde dentro una caja pequeña con envoltorio de
regalo.

- Niño ¿Te gustan los dulces? – le pregunta Yifan.

Abre la caja, dejando al descubierto unos delicados y aparentemente exquisitos

bombones de chocolate, en forma de corazón.

Zitao ve eso y se le hace agua la boca. Para qué mentirse. Quisiera. Pero...

- No puedo. Te agradezco.

- Toma. Tengo muchos – insiste abriendo su mochila, llena de paquetes de otras

cosas dulces – Los chicos y chicas son muy atentos conmigo. Pero parece ser que

todos creen que los dulces son lo mío.

A Zitao de pronto le carcome un cosquilleo estrepitoso por dentro. Sabe bien de

quiénes vienen esos obsequios. Sin embargo, se obliga a componerse y sonriendo

dice.

- Gracias. Pero ya lo he dicho. No puedo.

- ¿Por qué no puedes?

- Porque no es parte de una alimentación saludable.


- No tiene nada de malo un pequeño chocolate. Además estás de lo más flaco.

- No es solo eso.

- ¿No?+

- Es que...– Zitao mira de reojo y a todos lados, inquieto de tener que explicar

algo que sabe que Yifan no entenderá, pero a pesar de todo habla –...es que no

es bueno acostumbrarme a cosas que luego extrañaría y traería como consecuencia

mi sufrimiento. Luego perdería mi buena disposición por no obtener lo que

quiero. Marcaría mi temperamento, volviéndome irritable y mezquino...

- ¡¿Todo eso por un dulce?! – se burla Yifan, riendo mientras golpea con la

palma de su mano su rodilla – No exageres niño ¡Es solamente un dulce!

- Tú no... tú no entiendes...– dice un tanto turbado Zitao, sacudiendo su

cabeza.

- Yo entiendo que ya estás sufriendo de todos modos – le hace notar Yifan – ¿A

qué niño no le gustan los dulces?

- Para mí, la renuncia a ellos, traerá alivio a futuro.

Zitao baja los ojos, volviendo la vista a su libro, olvidado en su regazo.

Siempre pasaba lo mismo. Cuando Yifan llegaba, ya olvidaba su libro. Debía


volver a las enseñanzas de Buda. Era lo más acertado.

Pero Yifan nota que el niño aprieta los bordes con sus manos, más de lo normal y

su mirada no es fija en un solo punto, sino que divaga sin parar. +

- Estás enojado – afirma.

- Wu Yifan – responde como si algo le doliera – ¿No tienes alguna cosa más

interesante que hacer?

- No.

- ¿Disfrutas poniéndome a prueba?

- ¿Crees que te pongo a prueba niño?

- Si – murmura apenas, mordiéndose el labio inferior.

Yifan se levanta de su lugar. Zitao lo sigue perplejo con la vista. Al parecer

se irá. Y Zitao se siente mal, pensando que lo ha ofendido con su brusquedad.

Hasta que lo ve detenerse, en el canasto de basura, donde tira la caja de

bombones y el resto de los dulces.

- ¡Ya está! – exclama sonriendo, regresando a donde se encuentra el niño – ¡Hoy

no te voy a corromper con dulces! Ahora explícame eso del karma.


Y Zitao siente una felicidad inexplicable por ese gesto tan amable. Yifan se

deshizo de algo por él.

- Wu Yifan.

- Qué...

- Gracias.

- De nada. Ahora, comienza.

Zitao está haciendo algo bueno, explicando con palabras simples las enseñanzas

de Buda. Si, es eso. Y él, como buen aprendiz, no puede negarse a darle a

alguien conocimiento. Él no es maestro. Apenas aprendiz, pero si Yifan quiere

saber, él le dirá lo que sabe. Y comienza de nuevo con su repertorio terrible

sobre lo que es el karma, interrumpido por Yifan, que a cada oración solo

termina diciendo "no entiendo". Como todos los días.

Y Yifan atentamente, observa a Zitao hablar. Si hay algo que le gusta ver de

Zitao, es cuando sonríe. Pero más, cuando sonríe porque él lo ha hecho sonreír.

Llevan un prolongado silencio, que se ha vuelto rutina. Pero no es como si a

alguno de ellos dos le molestara. O más bien dicho, no es como si a Yifan le


molestara. Porque a decir verdad, Zitao no podría concentrarse ni aunque

quisiera, si tuviera que meditar. Pero se ve metido en un terrible dilema,

porque tampoco es como si quisiera echarlo. Entonces toma su libro y lee. Y

Yifan simplemente se queda ahí, viendo, que lee.

- ¿Qué meditas esta vez? – le pregunta.

- Las enseñanzas de Buda.

- Siempre dices lo mismo ¿No te cansas?

- Nunca es suficiente.

- ¿Y qué dice?

- La primera verdad, es que la vida siempre incorpora sufrimiento. Buda

dice:"...El nacimiento es sufrimiento, la decadencia, la enfermedad y la muerte

son sufrimiento. Ser separado de lo que te gusta es sufrimiento. Querer algo y

no obtenerlo es sufrimiento. En resumen, la personalidad humana, tendiente como

es a aferrarse a algo y al apego, trae sufrimiento".

- ¿O sea que la vida es una completa mierda?

- Wu Yifan – le reprende suavemente y con una sonrisa para variar – Abstente de

improperios en mi presencia, por favor. Y no – explica al instante – La vida no


es sufrimiento. La vida "incorpora" sufrimiento. En otras palabras, somos

nosotros los que atraemos el sufrimiento,

- Eso puedo entenderlo. La humanidad es una mierda. Nadie mata por placer más

que el hombre.

- Buen análisis.

Y Zitao debe admitir que le gusta la sabiduría de Yifan.

- ¿Y qué haces en ese lugar? – le pregunta, como siempre, interrumpiendo la

lectura de Zitao.

- ¿Ese lugar?

- Ese templo.

- Bueno... seré monje guerrero, por eso me dedico con diligencia a aprender el

arte del kung fu.

- ¿Te preparas para pelear? ¿No es que los monjes tienen prohibido ejercer la

violencia?

- Así es. Pero, en esencia, el kung fu se trata de convertir la energía en


fuerza. Mi maestro me enseña la teoría detrás de los movimientos. Por qué debes

flexionar el brazo de cierta manera. Por qué tu peso debe estar en una cierta

parte de tu cuerpo.

Yifan ve al niño pararse bien derecho, en frente de él, en lo que prosigue su

discurso. Zitao habla y Yifan se pregunta de qué habla, porque está demasiado

perdido analizando el movimiento de su figura. Allí, desde donde se ve, Zitao es

alto. Yifan, sentado en el césped, observa cada uno de los gestos de Zitao, que

los ha aprendido bien en estas últimas semanas. Pero esta vez, es distinto.

Porque Zitao le está mostrando una parte que jamás creyó que el niño tendría. El

mostrarse libre.

Zitao separa bastante sus piernas, flexionándolas. Con sus brazos bien pegados

en el contorno de su figura, dobla sus codos, con sus puños apretados y palmas

hacia arriba, pegados al cuerpo. Su espalda es perfectamente recta, porque su

tórax se infla hacia su frente.

Y Yifan sigue cada movimiento. Es que le es inevitable absorber cada fibra de la

musculatura de los brazos del niño, que se impregnan de luz, en el brillo de los

rayos de sol y el anaranjado fuerte de su ropa. Su hombro, que es lo único

descubierto, se contrae de una manera delicada, pero haciendo notar el

estiramiento de su musculatura.

- Un golpe de puño – explica solemne Zitao, mientras le hace la demostración de

manera lenta– se realiza como un movimiento de ajedrez. Me anticipo a los


movimientos de quien me ataque. No importa cómo responda mi oponente, estoy

preparado para bloquear una vez... – recita, poniendo la palma de su mano

derecha al frente –... y dar un segundo – dice llevando fuertemente su puño

adelante – tercer y cuarto golpe, cada uno apuntando a un punto de presión.

Él dibuja los movimientos en cámara lenta. Y Yifan abre bien los ojos, notando

cómo los tendones de Zitao se contraen, por el rigor del uso de la fuerza. Está

ejercitando en frente suyo. Como si hiciera arte, porque no parece luchar, sino

danzar. No hay oponente. Lucha consigo mismo.

- Un alumno puede aprender esto en un año. Pero hacerlo así... – dice, en lo que

sus manos y codos se vuelven borrosos, mientras repite los movimientos a toda

velocidad –...toma muchos años. Mi maestro asegura que ningún muchacho a mi

edad, lo hacía así.

Sonríe. Zitao sonríe satisfecho de sus movimientos fugaces exquisitos. Porque,

aunque Yifan ha visto alguna vez en alguna película algo como karate, jamás en

la vida, vio lo que acaba de presenciar. Algo tan majestuoso como el niño monje.

Zitao se queda erguido, mirando quieto al frente apenas agitado.

- Shaolin kung fu está diseñado para el combate... – termina de explicar,

sonriendo de una manera tan amplia, elevando su rostro al cielo, como si

sonriera al sol –...pero sobre todo, para el autocontrol de tu mente. Eso es lo


que hago Wu Yifan. Fortalezco mi cuerpo, porque fortalezco mi alma. Estaré

siempre listo para cualquier adversidad. Kung fu no solo está entrenando mi

cuerpo, sino que también, mi miedo.

- ¿Y a qué tienes miedo? – se encuentra preguntando de repente Yifan.

Zitao baja su vista y la fija en los ojos oscuros de Yifan. Zitao se pregunta

siempre, por qué le es tan fácil hablar con él. Como si estuviera dispuesto a

responderle a cada cosa que Yifan pregunte. Por qué le salen las respuestas, aún

si no quisiera responderlas. Como esta, de la que sólo su maestro del templo

sabe, porque es su secreto.

- A la muerte – dice serio.

Zitao baja la vista al suelo. Se sienta de nuevo en su lugar y toma el libro que

quiere seguir leyendo.

- Todos tienen miedo a la muerte – agrega Yifan – Es algo normal.

- Pero pocos luchan contra su miedo a la muerte – dice sonriendo pacífico – No

se puede vencer a la muerte. Pero puedes vencer tu miedo a la muerte.

- Tú no vas a morir Zitao.

Y el niño sonríe ante ese comentario tan tonto y tan sentido. Porque Yifan
tampoco es que podría hacer algo si él debe enfrentar esa adversidad.

De pronto Zitao siente que le gusta ese lado proteccionista de Yifan.

Y Yifan siente que quisiera cuidar el niño, para que no tenga que enfrentarse

con su miedo.

Yifan ya no se pregunta qué hace. Ya no busca saber del karma. Si él es su

karma, entonces entiende que se quedará y listo. En cambio busca cosas que

hacer, para pasar el tiempo con él.

- Mira lo que traje – dice Yifan con un maletín que abre al segundo de sentarse.

Un tablero de ajedrez se deja ver y Zitao perplejo, mira.

- ¡¿Quieres que juguemos?! No puedo entretenerme en.

- Dijiste que el Kung Fu era como un tablero de ajedrez.

- Me entretienes Wu Yifan. Tú y tus juegos.

- Pero alimenta el cerebro – le interrumpe, antes de que se le ocurra negarse –

Te da un nivel de concentración diferente. Eso dice mi padre. Te ejercita la


concentración.

- No quieras convencerme que esto es mejor que salirse de las enseñanzas de buda

– se le ríe – Además no soy bueno en esto.

- Te explico entonces.

- Tendrás que armarte de paciencia.

Y sorprendentemente Zitao descubre que Yifan tiene una paciencia infinita.

Después de tres días de aquellos breves encuentros, el niño puede decir que

puede "jugar" al ajedrez. En un primer intento, aunque torpe, Yifan lo espera en

esos eternos tiempos que se toma Zitao para meditar, qué pieza del tablero

debería mover.

- Jaque mate – dice emocionado Zitao, batiendo palmas como el niño que es.

- Bien. Lo has hecho bien – le festeja con una sonrisa Yifan.

No hay más piezas que mover. Yifan está cercado y no tiene salida. Ni vale mover

su rey.

- Gracias – dice contento Zitao – Eres un hombre muy paciente con un niño como

yo. Es una virtud que me cuesta la mayor parte del tiempo. Tus padres deben
estar orgullosos de ti.

- Mis padres apenas notan que existo – murmura.

Zitao ladea la cabeza a un lado levemente. Observa a Yifan ordenar las piezas

del juego para guardarlas. Nota que ha tocado un lado sensible en Yifan, porque

cada pieza que guarda, es metida con fuerza y hasta furia.

No sabe cómo actuar en el momento en que siente que este joven necesita algo,

algún gesto, que le indiquen alguna cosa, que lo saque de esa sombra que ha

opacado su semblante.

De repente Zitao ve en Yifan a un niño solitario. Pero ¿qué puede hacer él, si

es tan solo un niño ante los ojos de Yifan?

Titubea, viendo las manos temblorosas del joven, que sigue guardando con rabia

las pequeñas piezas del juego en el maletín. Una se le escapa, saltando por la

presión innecesaria que ha ejercido en lo que hacía. Y espeta con furia.

- ¡Mierda!

Zitao pega un respingo, impresionado por esa reacción tan dolorosa. Porque en

verdad, fue dicha más con dolor, que con rabia.

El mutismo se hace eterno, cuando apenas pasan milésimas de segundos.


- Perdona – dice Yifan, viendo al niño que se ha quedado en silencio – No quise

asustarte.

- Tú existes para mí. Aún en el silencio, tú... existes para mí.

Y eso fue todo.

Zitao ha dicho algo, que bien sabe que no debería decir, pero quiere.

Lentamente el niño eleva sus ojos, encontrándose con la mirada expectante del

joven. Su corazón palpita con tanta fuerza, que juraría que aún si meditara en

este preciso momento, no podría bajar los decibeles de este tambor terrible.

Pero ya no hay vuelta atrás. Lo ha dicho.

Yifan boquiabierta, parece seguir esperando más de él.

Y Zitao hace más.

Toma esa pequeña pieza que voló a alguna parte, cerca de él; la agarra entre sus

delgados dedos y delicadamente la coloca en el estuche.

Y sonríe.

- Listo – dice tranquilo, mirando que todo está como debe estar – Ya está en su
lugar.

Un suspiro y regresa su vista a Yifan.

Tranquilo. Zitao podría describir a Yifan de nuevo siendo lo que él es. Un joven

sereno, que en su calma le dice.

- Tú también existes para mí. Ahora. En este momento. Eres todo lo que existe

para mí.

Y ahora, los dos, sonríen, alegres, "porque todo lugar es aquí y todo momento

es ahora".

Caminaba en medio del sendero de hojas entre secas y verdes, de colores ocres y

anaranjados. Hojas pisadas desde hace añares que crujían suavemente bajo la

planta de sus sandalias. Sus dedos acariciaban cada una de las cuentas redondas

y pequeñas mientras murmuraba su canto tranquilo en medio de los árboles que se

removían en sintonía con el viento. Un murmullo pacífico que parecía un canto,

era lo único que rondaba. Hasta que de pronto, sus agudos oídos percibieron algo

extraño.

Se detuvo en su caminata.
Dirigió su mirada a un lado, apenas como cerciorándose de que era el único allí.

Volvió su vista al frente y miró a lo alto. La brisa. Sí. Era la brisa haciendo

bailar a los árboles. Sonrió un momento, cerrando apenas sus ojos para rememorar

esos sonidos de la naturaleza. Hizo su plegaria en un suave susurro, que parecía

canto y luego prosiguió su caminata, sin dejar de entonar la misma plegaria una

y otra vez.

Su andar era cuesta arriba. Su destino lo alto de la cima, lo más alto que podía

del monte Songshan* (1). No era un lugar oculto para nadie, ni exclusivo

siquiera, solo que pocos tenían la paciencia y la fuerza física para ir hasta

allá. Los lugareños sabían que era casi imposible llegar y los turistas eran

también desalentados por los instructores de ir, porque a decir verdad, lo

preservaban para los monjes del templo.

Zitao seguía tranquilo su recorrido de la mañana. Quería pasar el resto del día

concentrado en sus ejercicios y meditación en lo alto del monte. Por eso tomó su

morral, con lo que requería y llevándolo a cuestas, comenzó su larga caminata.

Hora y media, sintiéndose acompañado por la naturaleza, el sonido de los

árboles, algún arroyo lejano, el cántico de los pájaros, el cielo despejado, la

brisa fresca y el sol en alto ¿Qué más podía pedir? Solo podía estar agradecido.+

Se detuvo de nuevo. Y esperó.

Aspiró profundo y su murmullo cesó, para decirle.


- No creo que estés preparado para esto. Y no quiero ser responsable de tu caída

al vacío.

Se volvió a ver el camino detrás suyo y no vio nada. Resopló apenas curvando sus

labios, en una leve sonrisa y volvió a hablarle.

- Puedes salir ya.

Detrás de un árbol, con un holgado y exclusivo equipo de educación física, salía

Yifan, dejándose ver por el niño, que le hizo una reverencia y saludó tranquilo.

- Mierda – murmuró por lo bajo, sin mirarlo directamente.

- ¿Por qué? – preguntó Zitao, con gesto preocupado y frunciendo el ceño, sus

manos juntas, palma contra palma, esperando una respuesta.

- ¿Por qué? – dijo Yifan sin entender.

- Si ¿Por qué dijiste lo que dijiste? ¿Hay algo malo Wu Yifan?

- Solo... solo creo que, no quería ser visto.

- Oh... – murmuró sorprendido Zitao, poniendo sus manos en los costados de su


cuerpo, demasiado confundido – ¿Por qué?

- Porque... bueno... yo... – intentó hablar Yifan mordiéndose el labio inferior,

arrugando su frente, intentando encontrar una respuesta – No sé. Supuse que no

querías verme. Creo...

- Oh...

- No era esa la respuesta que esperaba.

- ¿Y qué respuesta esperabas?

- Quizá que me digas al menos por cortesía "¿Cómo se te ocurre Wu Yifan que no

quiero verte?" – comenzó a enumerar Yifan, con un tono solemne y exagerado, que

dejaba entrever de todas maneras ese toque molesto, por lo ofendido que estaba –

o "¿Por qué pensaste que no quería verte?" o "Nada más alejado de esos

pensamientos, no tengo motivos por los cuales no quiera verte".

- Oh...

Yifan quedó ladeando su cabeza, como a la espera de algo. Zitao inclinó

instintivamente la suya, como siguiendo sus gestos. No respondió sin embargo a

aquel comentario. Simplemente preguntó en cambio, lo que en ese momento quería

saber.
- ¿Qué haces por este lado?

Perplejo, Yifan elevó sus cejas impactado por el descaro de evadirse de eso que

él le había dicho. Pero pensó por un instante que Zitao era lo suficientemente

honesto como para no rebuscar mentiras y por eso preguntó otra cosa. No porque

evadiera ese tema que él le había planteado, sino simplemente porque no quería

hablar sobre ello. Por otro lado, su pregunta era más coherente y lógica, así

que le respondió tanto tosco, como burlón.

- Mi instructor de yoga me trajo aquí. Creyó que contemplar la naturaleza, cerca

del templo Shaolin me inspiraría más a la meditación – prosiguió, sacudiendo su

mano como si corriera algo que le daba asco – Creo que eso dijo. Y entonces.

Calló, al parecer sin intención de seguir con el relato. Sin embargo Zitao dio

por sentado.

- Y entonces me viste.

- Si.

- ¿Y tu instructor?

- Lo ¿perdí? – comentó como si fuera lo más obvio.

- Oh...
Yifan observó un tanto avergonzado a Zitao, que parecía levemente sorprendido.

Miró al niño solitario, parado en medio del camino, con su cabeza ligeramente

inclinada a un lado, las manos ahora juntas, tomando del lazo de su morral y

observándolo algo entre perplejo e intrigado, como queriendo descubrir qué

pasaba por su cabeza. Una fugaz perspectiva atravesó la mente de Yifan, que

suspiró sin entender el por qué de su pecho inflado con tanto ardor, como si

respirar no bastara para seguir viviendo. No supo qué hacer, viéndose al

descubierto. Cualquier otro chico o chica, habría mal interpretado su

atrevimiento. No era normal andar siguiendo a alguien, menos así, ocultándose

como un ladrón cualquiera, como un obsesivo o un acosador. Sin embargo, ninguna

de esas cosas al parecer atravesó por el pensamiento de Zitao. Zitao, era

inocente y sin lugar a dudas su ingenuidad no dejaba de sorprenderle a Yifan,

porque jamás el niño monje podría llegar a pensar que de verdad habría sido

Yifan en la mañana, quien habría propuesto a su instructor de yoga querer estar

en sintonía con la naturaleza, haciendo ejercicios en el lugar que se creía más

cercano al ambiente de la concentración, cerca de los monjes del Templo Shaolin.

No era que esperara encontrar al niño, claro que no. Simplemente jugó a la

suerte, quizá con la intención de hacer que su instructor le llevara luego a

pasear por el mismo edificio, justo en lo que divisó la inconfundible silueta de

un niño, caminando solitario por el camino hacia la cima.

- No te vi salir del Templo Shaolin. Sino del otro templo... el que está

escondido...*(2)
- Allí fui trasladado – explicó Zitao – Shaolin me resultaba demasiado

concurrido por los turistas. Así que el maestro creyó que mi idea de estar más

concentrado, alejándome del tumulto sería bueno para mis prácticas.

- ¿Y siempre caminas así?

- Así cómo.

- Como si nada – dijo Yifan, ladeando su mano hacia adelante señalando al mismo

niño, como si eso no fuera normal – Sales un fin de semana, así, sólo... de

mañana temprano, apenas amaneciendo... ¡¿No tienes miedo?! – preguntó

repentinamente turbado el joven – ¿No tienes miedo de que alguien te siga y... y

te pase algo?

Zitao se encogió de hombros, elevando sus cejas levemente, sonriendo para su

sorpresa y respondió tranquilo.+

- ¿Por qué habría de tener miedo? ¿Por qué habría de pasarme algo? Todo es

pensamiento y corazón. Todos los días, uno tiene problemas que solucionar, y lo

importante es ver la manera de hacerlo. Si te complicas la vida no serás feliz

¿Por qué habría de complicarme con esos pensamientos?

- Niño... – le reprochó serio, sin percatarse de que comenzaba a elevar el tono

de su voz – ¡¿Tú no piensas en los peligros a los que te expones aquí, caminando

sólo?!
Zitao observó a su alrededor en un silencio que pareció bastante largo. Yifan,

completamente descolocado ante la "no respuesta" de parte del niño, tomó aire,

haciendo sus ojos rodar a todos lados, sintiéndose de repente ofuscado.

- Niño...

Y el niño elevó su mano en alto. Alto, como mirando a lo alto, Zitao pidió en

silencio, silencio a Yifan.

- Escucha – le pidió, mirando la línea divisoria entre los árboles milenarios

que dejaban ver el cielo en medio – Esa es la naturaleza que acompaña. No estoy

sólo Wu Yifan.

Y Yifan escuchó solamente el sonido del viento, de los árboles y de algún que

otro pájaro cantando. No escuchó nada más.

- Y además ya estoy contigo – terminó por decir, contándole algo más, como si

fuera por demás obvio – Tampoco puedo estar expuesto al peligro. No soy un

maestro, solo un aprendiz y ni siquiera destacado. Por lo tanto no sería

atacado.

- ¡¿Cómo dijiste?! – interrumpió completamente descolocado y con los ojos bien

abiertos Yifan.
- ¿Qué?

- Eso de... de que no serías ¡¿atacado?! – preguntó sin creer lo que le estaba

contando como algo normal – ¿O sea que los atacan?

- Ya te dije que solo soy un aprendiz y de los más nuevos – explicó como si nada

Zitao, como si fuera lo más lógico – Pocos saben que soy un aprendiz guerrero,

así que dudo que quieran probar su fuerza conmigo que soy demasiado pequeño. Eso

por un lado tiene sus ventajas, porque al ser como un niño y de contextura

delgada, hace que me confundan con uno de los monjes dedicados a la oración y la

meditación, dejando de lado la probabilidad de que soy un aprendiz guerrero del

Kung-fu* (3)

Yifan tragó saliva, la misma que le había quedado atravesada en la garganta y

casi lo ahoga en su respiración entrecortada.

- O sea que... ¿O sea que cualquiera puede querer atacarte?

- No a mí – respondió, sacudiendo sus hombros el niño – Pero es normal que de

llegar a ser maestro, venga alguien de alguna escuela de renombre de la ciudad,

queriendo mostrar su fuerza, para que su escuela gane renombre y así

desacreditarnos. Pero casi nunca lo han logrado. Y las veces que ganaron, solo

fue porque vinieron 5 contra un guerrero, como escuché que le pasó al maestro.
- Espera un segundo – volvió a cortarle tajante Yifan, como componiéndose de

toda la información que estaba recibiendo – Lo que me estás diciendo... ¡¿Es en

serio?!

- Nunca miento Wu Yifan – le recordó altivo el niño.

Yifan caminó hacia el niño, recordándose a sí mismo recién que estaba demasiado

lejos de él, tontamente al lado del árbol donde antes estaba oculto. Unos pasos

le bastaron hasta estar frente a frente, así que con las manos en la cadera,

boquiabierta sin entender nada de aquello. Miró a Zitao un rato bastante largo,

de hecho, sin decir una palabra.

Y Zitao se recordó que estaba de camino a la cima y que no tenía ya nada que

hacer deteniéndose entretenido, porque debía llegar para proseguir con su

entrenamiento del día. Miró el camino y miró a Yifan. Esa manera de mirarlo del

hombre lo cohibió de repente, tanto, que sintió que sus mejillas de repente le

ardían. Y ahí estaba de nuevo, apretando el lazo de su morral con demasiada

fuerza, encogiéndose de hombros, bajando levemente su mentón, sintiéndose

completamente niño frente al hombre alto, que si bien lo llevaba por pocos años,

lo hacía sentirse demasiado niño a él, tan bajo y delgado, como desgarbado.

Así que, armándose de una fuerza de voluntad, porque de verdad no sabía por qué

sus pies no habrían querido moverse, dijo apenas.

- Bien Wu Yifan... debo...


- Espera – ordenó Yifan.

Eso, molestó un tanto a Zitao que al momento se exigió a sí mismo quitar

cualquier rastro negativo de su ser y preguntó.

- ¿Qué debo esperar?

Pero Yifan no respondió y simplemente se quedó allí parado, mirándolo con el

ceño fruncido, como si estuviera enojado. En realidad, Zitao había aprendido que

ese gesto era natural del rostro de Yifan. Solo que esta vez, sí parecía

realmente molesto por algo.

Y entendió, cuando a la distancia escuchó un grito.

- ¡Joven Wu!

Era un hombre joven, vestido de traje y corbata, completamente desaliñado y

agitado, como si hubiera corrido por muchos lados. Su rostro manifestaba

tranquilidad absoluta, cuando divisó bien la figura de Yifan, hacia donde corrió

con prisa.

- Joven... Wu...– dijo el hombre componiéndose – Gracias a los dioses...

benditos... creímos que... gracias a dios.


- Ya no exageres Hangeng. Solo estaba aprovechando el ambiente de la naturaleza

para conocerla.

- Su instructor... está muy, muy preocupado joven Wu.

Era fácil sentir su mirada cambiante de Zitao. Yifan había aprendido a hacer

buena lectura de esos ojos... Demonios, esos ojos. Como si fuera fácil no

dominarse cuando se encontraba con esos ojos. De pronto Yifan pensó en los

destellos de las pupilas de ese niño, más ahora que lo veía tan bien con el

reflejo limpio de la mañana ¿Cómo podría no ver esos ojos tan limpios? Tan

limpios e inquisitoriales, reprobatorios y severos.

- No me escapé – explicó al niño, sin mirar al guardia – Solo te vi y te seguí

los pasos. Cuando menos me di cuenta, ya estaba a una distancia considerable del

hombre.

- Yo no dije nada Wu Yifan – respondió Zitao.

- Pero tú sí tienes que decirme algo.

Manos en las caderas, compostura más derecha y erguida, mentón en alto que lo

hacían verse más alto, como si fuera de dos metros de altura, mirada penetrante

y altiva. Zitao sintió como sus ojos miraran demasiado al cielo. Igualmente no

entendió esa manera tan fría de la voz del hombre, que en ningún momento había

dejado ese enojo subyacente en su tono.


- ¿Qué debo decirte?

- ¿No crees que me debes una explicación?

- ¿Sobre qué?

- ¡¿En serio me dices?! – exclamó impresionado, cambiando su modo a dolido,

llevando su mano al pecho – Niño... ¡Desapareciste de la escuela! ¡Y nunca más

volviste! ¡Hace semana y media que no volviste!

- Oh...

Simplemente eso. Un "oh", un jodido "oh", como si apenas manifestara algo de

impresión, si es que no desinterés. Y entonces Yifan ahora si reprochó.

- ¡¿Solo eso tienes para decirme?! ¡¿Sabes lo preocupado que estaba?! ¡Y los

demás no me dijeron nada! Pensé que estabas enfermo, que algo malo te había

ocurrido y... te veo aquí... caminando tan... tan...– calló apenas un instante,

mirándolo de arriba abajo, para terminar recriminando entre dientes –

¡tranquilo! Como si...

Yifan sintió como si le dolieran los gestos exagerados entre la angustia y el

enojo que le atravesaban el rostro, mirando al niño que estaba ahí, parado, con

los ojos bien abiertos, pestañeando sin emitir una sola palabra, con la
respiración como entrecortada, viendo su tórax subiendo y bajando con mucha

fuerza y sus manos, por primera vez temblorosas. El niño abrió apenas los

labios, que fueron atravesados apenas por su lengua remojándolos, para dejarlos

brillantes. Un incendio tremendo e incómodo abrió su pecho que se infló y no

pudo contener seguir viendo a los ojos de Yifan. Y tuvo que hacer a un lado su

mirada.

- Debo seguir mi camino – dijo, algo ahogado por el oxígeno exagerado que había

tomado.

Habría querido hablar bien, como si nada pasara, pero él sabía que de su boca,

no habían salido así las palabras. Lo sabía. Se sentía, se percibía y se

mostraba nervioso. No era algo que pudiera controlar y se molestó por eso. Aún

queriendo tomar toda la concentración, no habría podido lograr que lo negativo

volara lejos. Porque en todo lo que podía pensar era en Yifan, parado en medio

del sendero, imponiéndose e interponiéndose entre él y su destino, la cima del

monte. Pero sin embargo, creyó conveniente y diplomático decir al menos a ese

joven que seguía sin lugar a dudas ofuscado con él.

- No fue una decisión mía. El maestro creyó que... que era lo mejor para mi

formación y..

- ¡¿Dejar la escuela?!

Su voz grave salió disparada, como dispuesta a juzgar la cosa, como si él


pudiera hacer algo. Así lo sintió Zitao, que apretó sus labios, para no volver

su vista a Yifan. Tan solo, no quería verlo, aún sin entender el por qué, Zitao

no habría querido encontrarse nuevamente con Yifan, al menos eso creyó, hasta

que su corazón galopante y furiosamente contento lo encontró.

- No dejé la escuela – respondió Zitao – En el Templo, hay escuela. Solamente se

decidió que yo continuara la escuela dentro, sin necesidad de salir ya del

templo.

- ¿Por qué tú y no los otros?

Zitao sacudió levemente sus hombros y respondió lo que le habían dicho.+

- Dicen que mi entrenamiento será más intensivo a partir de ahora. Dicen que soy

prometedor en el arte de la lucha y que quieren llevarme de gira, junto a los

que hacen las obras. Pero eso requiere, concentración.

- ¿Gira? – murmuró Yifan, sintiendo como si el corazón se le parara – ¿Qué

quiere... qué...?

- Eso es grandioso – interrumpió con entusiasmo el joven guardaespaldas, que

solo entendió que estaba impresionado conociendo bien de cerca a un pequeño

monje guerrero del templo – Oye... ¡Eso es grandioso en serio! ¡¿Vas a estar en

esas obras?! ¡¿En serio?!+


Zitao sonrió tímidamente, observando al hombre por lo bajo, recién recordando

que se encontraba allí. Asintió y respetuosamente emitió una reverencia,

sintiéndose un mal educado por no haber sido más amable.

- Buenos días señor – saludó y se presentó – Hermano Huang.+

- Yo... yo soy Han Geng, su guardia – respondió educado, sin poder ocultar lo

impresionado que estaba, como si estuviera tremendamente emocionado – Vaya... es

la primera vez que conozco un guerrero tan pequeño. Debe ser bueno haciendo

todas esas cosas que saben hacer los guerreros más viejos, para llevarte a las

obras y...+

Un carraspeo acalló al hombre que se paró derecho e incómodo, sintiendo de

alguna manera la mirada reprobatoria de Yifan. Y entonces Yifan prosiguió.+

- ¿Cómo es eso?+

- Se trata de las obras en los teatros más importantes de la República o del

mundo, joven Wu – explicó Han Geng, sin pensar que no era a él a quien le estaba

preguntando, sin dejar de mirar al niño cabizbajo y desorientado – Los guerreros

salen en obras para hacer sus presentaciones en grandes teatros y... es

simplemente ¡majestuoso! – exclamó al final, como si no pudiera explicarlo con

más palabras y agregó ya un tanto preocupado – Huang... ¿También te prepararás

para el ring?+
- ¡¿Ring?! – exclamó espantado Yifan.+

- ¡No! – prorrumpió el niño – ¡No pelearé en el ring! Igual, no es como si nos

preparáramos para eso. Solo lo hace uno en este momento. Y muy de vez en cuando

y... y solo bajo el consentimiento del maestro. Yo no lo haré nunca.+

- ¿O sea que es una posibilidad? – preguntó más acusatoriamente, que como si

específicamente estuviera preguntando algo Yifan – Tú no me contaste nada de

eso. No me lo dijiste.+

- Yo no lo haré – repitió Zitao a Yifan, sonriéndole amable.+

Un silencio se hizo entre ellos dos, que simplemente ya no tenían más de qué

hablar. Sin embargo, habrían dado cualquier cosa porque un tema surgiera entre

ellos, para así no tener que hacer lo que debían hacer. Despedirse.+

- Bien Wu Yifan – se limitó a decir en una reverencia simple y apagada el niño

monje – Ahora debo...+

- Voy contigo.+
Fue todo. Fue todo lo que necesitaba para seguir.+

- De acuerdo – respondió erguido de pronto el niño, sintiendo que volvía a

respirar agitado y feliz – Pero... debo meditar mientras.+

- ¿Lo que estabas haciendo? Antes de que...+

El murmullo que emitía Zitao, Yifan lo había escuchado bien. Zitao abrió sus

labios una vez más, simplemente para asentir y sonreír.+

- Si. Lo que estaba haciendo antes.+

- Han Geng... – quiso hablar Yifan.+

- Lo espero aquí – fue todo lo que dijo su guardia y mostrando su móvil, pidió –

Si ocurre algo, llame por favor. Le diré a su instructor que todo está bien.+

- Gracias – dijo en un suspiro el joven.+

El camino a la cima era largo. Se miraron sonriendo y volvieron su vista de

nuevo al sendero que seguía por delante de ellos. Apenas si estaban a un cuarto

del destino al que debían llegar.+

- ¿Estás seguro Wu Yifan? – preguntó como desafiándolo a esto Zitao.+


- Seguro niño. Podría decirse que ahora entiendo para qué me han entrenado tanto

– respondió Yifan.+

Zitao juntó sus cejas en medio, sin dejar de sonreírle ahora, como más tranquilo

y sereno, como volviendo a ser él, de nuevo, caminando al lado de Yifan. No

entendió aquello que él le había dicho. Tampoco hacía falta entender demasiado.

Él sólo miró a ese joven, con aspecto más de hombre altivo y bien formado,

seguro de sí mismo, como si estuviera listo para cualquier cosa que se le

pusiera en frente.+

- ¿Por qué me miras así? – preguntó Yifan, a quien no le fue indiferente esos

ojos analistas de Zitao.+

- Solo pensaba – dijo suelto en las palabras y con total honestidad – que

parecieras estar listo para enfrentar cualquier batalla.+

Y una tristeza y melancolía embargó de nuevo esos profundos ojos de Yifan, que

se quedó perdido en los ojos del niño a su lado. Es como si hubiera dicho lo que

de él se esperaba. Su padre y su madre habían preparado todo un entorno para que

estuviera a la altura de ser quien debía ser, un "Wu".+

Las abultadas cejas del niño se elevaron, pero impactadas de pena. Una pena

contagiosa que reclamó de los ojos de Yifan y se sintió terriblemente inquieto

por dentro, pero no incómodo. Él pensó que podía tomarlo. Podría tomar la
tristeza y la pena de esos ojos, como si fuera lo mejor que podría hacer en el

mundo. Si. Él podría tomarlo y purificarlo, transformarlo en algo bueno, aún si

Yifan no lo supiera.+

El niño miró al frente y comenzó a caminar tranquilo. Y Yifan se limitó a

acompañarlo en el silencio. No hubo palabras en ese largo recorrido, no hacían

falta, si estaba con él a su lado, en ese susurro permanente que parecía cantar

por lo bajo, mientras lo vio delinear cada esfera diminuta de ese colgante que

se le había caído aquella vez. Le pareció que lo mejor era ir unos pasos detrás,

para así verlo mejor.+

- ¿Puedes hacerlo en voz alta? – interrumpió de repente Yifan.+

- No te gustan los silencios ¿verdad?+

- Me gusta. Contigo. Sólo que también me gusta lo que hacías.+

No hizo falta que le pidiera de nuevo. Lo miró de costado y sonriendo asintió

sin hacerse rogar.+

Y comenzó a recitar en una voz lineal, como profunda, ese cántico repetitivo que

hacía permanentemente.+

- "...ǎn má ní bā mī hōng; ǎn má ní bā mī hōng..."*(4) 1


Una y otra vez, el niño entonaba esa frase. Y por cada vez que lo hacía, Yifan

escuchaba atentamente, sin perder nada de esas palabras. Era como si su peso,

ese peso dentro que lo estorbaba, llevándolo a una tristeza profunda y horrible,

oscura y molesta, se fueran yendo de él. Mientras más se limitaba a centrarse en

la voz de Zitao, mientras más escuchaba su plegaria, mientras más lo observaba,

delineando las sílabas que salían de sus labios, Yifan se sentía como si

flotara.+

Y de repente algo le surgió en su mente. Él podría caminar así, tranquilo,

cuesta arriba entre el sendero pedregoso y complicado, solo al lado de este

niño.

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* (1) Songshan es una de las cinco montañas sagradas de China, declarada

patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1999.+


* (2) El templo cuyo nombre no se puede pronunciar, existe realmente y se ubica

a pocos kilómetros del templo Shaolin, es el hermano discreto, como le llaman,

el que no quiere aparecer en las guías, ni formar parte de un circuito

turístico.+

* (3) No es algo que salga de lo normal, que algunos maestros del kung fu de los

templos, sean atacados por ciudadanos, tal como lo relata Zitao.+

* (4) Om mani padme hum (sánscrito ॐ मणिपद्मे हूँ, oṃ maṇipadme hūṃ) es

probablemente el mantra más famoso del budismo. En muchas ocasiones se traduce

como "la joya en el loto", en otras se traduciría como "Om la joya en el loto

Hum."

"Tú. Mi Niño"
Había ido al cine primero y después a comer con sus compañeros de escuela unas

hamburguesas, seguido obviamente por su guardaespaldas a una distancia moderada.

Las risas de ellos se escuchaba, pero era como si él simplemente copiara esos

gestos que le nacían de la nada, porque no era divertido estar ahí. Pero no

podía ser un antisocial y debía guardar siempre el porte de joven popular y

carismático, incluso si no moviera siquiera un pulgar.3

Miró al grupo de chicas de la escuela, que después de reconocerlos se acercaron

a saludarlos, sentándose sin invitación previa en su mesa, para alegría de sus

compañeros, pero no para la de él. Y sin embargo siguió sonriendo.+

Alguien apretó su brazo y regresó su vista, como esperando que le hablen.+

- Si...– dijo apenas, Yifan, que recién se daba cuenta de que a él se dirigían.+ e

- ¿Qué te parece la idea? – preguntó una de ellas que se le pegó más cerca,

envolviendo su mano alrededor de su brazo.+

- Claro...– afirmó amable, sin saber qué aprobaba.+


- Entonces – aclaró su compañero, extrañamente por demás entusiasmado – Todos

este fin de semana salimos juntos. Yo voy por ti el viernes en la noche Yifan.+

Y Yifan se lamentó de haber dado un sí a una salida de esas, porque se recordó

que si salía los viernes, entonces el sábado, que no iba a la escuela por ser

sábado, no tendría resto para subir la cima como ya se le había hecho costumbre,

junto a Zitao. Y se dijo a sí mismo que luego buscaría una excusa para sacarse

de encima esa cita.+

Pero también se recordó que hace bastante que no asistía a esas fiestas. No es

como si tuviera reputación de ser un santo. Podría ser gentil, pero a la vez

reservado. Era de pocas palabras y sociable simplemente porque no rechazaba la

compañía de nadie, por lo que terminaba siendo agradable ante los ojos de los

demás. Era un "niño rico" de la elite de China, sí, pero amable. Y eso era raro

en alguien viniendo de donde venía.+

Pegó un mordisco a su hamburguesa, llenándose la boca y miró por el inmenso

ventanal algo que le resultó más interesante de ver. Por el centro paseaba Zitao

con un grupo de monjes de su templo, llevando bolsas. Lo vio detenerse en un

puesto callejero para comprar algo de comer con sus hermanos. Lo vio reír

divertido como nunca de aquello que estaba probando, como si fuera una golosina.

Lo vio agradecer a un hermano unos años mayor con sus ojos, asintiendo con una

leve reverencia, cuando le sostuvo la bolsa que llevaba. Lo vio casi caer y ser

sostenido, como rescatado por otro hermano cuando trastabilló en una oleada de

la multitud, casi perdiéndose de su vista. Lo vio siendo demasiado cuidado,


resguardado y atendido. +

Yifan se rascó la nuca y agarró el vaso para tomar un sorbo de su soda

saborizada. Su garganta pedía a gritos ser refrescada de lo seca que estaba. Y

lo peor vino, cuando Zitao a la distancia... lo vio a él. 1

Aún si tuviera todo ese grupo de compañeros de escuela a su lado, Yifan no tuvo

problemas en levantar la mano para saludar a Zitao. Y lo hizo. Solo que no se

esperó que el niño bajara la vista y se diera la media vuelta, para perderse

entre los hermanos.+

Lo había ignorado. Como si no existiera.1

- ¿Alguien conocido? – preguntó su compañera.+

- No. Pero creí que sí.+

Ese sábado, Yifan no fue a su caminata hasta la cima, porque había tenido la

noche anterior que asistir a una fiesta. Por ende, había decidido que no se

levantaría temprano y no haría entrenamiento. Su padre estuvo de acuerdo,

porque, estaba bien divertirse de vez en cuando. +

Y no fue a la semana siguiente. Ni a la siguiente.


Fue como un golpe y una estampida lo que hizo que sus ojos se abrieron de

repente. Despertó y se quedó tieso, esperando seguir escuchando el ruido, pero

nada pasó. Se sentó en su cama, apoyando sus manos, abandonando su cuerpo hacia

atrás. Recién estaba amaneciendo. El sol ni siquiera había salido, pero la luz

ya estaba mostrándose aún en penumbra. Miró la hora en su despertador y

percatándose que podía seguir en su sueño al menos hora y media más, un ruido

estridente se oyó de la nada.+

Rápido entonces se deshizo de las frazadas que lanzó a un lado y se bajó de la

cama, en dirección a la puerta, que daba al largo pasillo. Hacía frío, pero

tampoco demasiado como para tener la necesidad de buscar algo con lo que

cubrirse, con su pijama estaba bien. Así que sin pensarlo, descalzo, siguió el

ruido que se hizo más nítido a medida que iba acercándose al pie de la escalera.+

No era cualquier ruido. Eran vidrios quebrándose y rompiéndose por todos lados.

Alguien gritaba. Cerró sus ojos y resopló lleno de hastío, porque de nuevo su

madre estaba haciéndolo.+

¿Desde cuándo habría estado tomando? ¿Cuánto habría tomado? +

Bajó las escaleras, pero para quedarse anclado en el último peldaño de la misma.

Yifan simplemente miró a la distancia, en el largo pasillo a su izquierda,


sabiendo que la última puerta de todas, era el sitio donde estaba. Se movió para

entrar, hasta que alguien habló... +

- Joven Wu ¿Qué hace?+

Miró a Hangeng, que estaba evidentemente de camino a la sala donde se encontraba

el bar de la casa. Esa noche le tocaba vigilancia en la residencia. +

- ¿No vino a dormir de nuevo? – le preguntó sabiendo cuál sería la respuesta.+

El guardia bajó la cabeza con evidente pena y cuando volvió su mirada al joven

de la casa, le sugirió.+

- Vaya a la cama joven Wu. Nosotros nos encargaremos. +

- La última vez cortó a un guardia con un vidrio – le comentó para alertarlo –

Mejor voy...+

Hizo ademán de proseguir, pero el guardia se paró en frente y le pidió.+

- No joven Wu. Si es como dice, no debe exponerse – resopló, viendo a los demás

guardias ingresar a la residencia y le pidió nuevamente, como si le suplicara –

Por favor joven. También es nuestro deber velar por su seguridad y su madre en

este momento...+
No lo dijo, pero entendió bien que su madre era un peligro para él, simplemente

porque era el hijo de su padre. Suspiró sintiéndose absolutamente inútil. Bajó

los ojos al suelo y escuchó los insultos dirigidos hacia su padre. No era nada

nuevo.+

Hasta que vio a su padre ingresando por la inmensa puerta. +

Yifan arrugó su frente, mirándolo de la cabeza a los pies. Venía con su saco

colgando del brazo, junto a su corbata. Los primeros botones de su camisa

estaban desprendidos y en mano, llevaba los zapatos, seguramente para que su

madre no escuchara cuando entrara en el dormitorio.+

- Yifan – dijo encima, rudamente, llamándole la atención – ¡¿Qué haces

despierto?!+

- Señor Wu – intervino preocupado Hangeng – el joven fue despertado. Ya estaba

regresando a...+

Una estampida de puertas abriéndose violentamente y el grito de la mujer que se

escuchó como rugido por toda la casa, hizo que todos volvieran sus rostros a

ella.+

- ¡Hijo de puta! – gritó como fiera, que fuera a atacar a su presa y devorarla.+ a
- Nara – quiso hablar el hombre – ¿Qué demonios está pasando?+

- ¡Eres una basura! – espetó ella, largándosele encima, retenida por la guardia

– ¡Eres una mierda! +

- ¡Nara! – gritó ahora el hombre, que la odiaba haciendo estos espectáculos.+

- Mamá – habló el muchacho agitado, queriéndose acercar a la mujer – Mamá...

cálmate...+

- ¡¿Vuelves por esa perra verdad?! – exclamó ella, con puños al suelo, pateando

enloquecida las baldosas, con su rostro desfigurado – ¡Tú quieres volver por

ella!+

Yifan quiso tomarla del brazo, pero de una sacudida fue empujado por su madre,

que lo miró como si fuera una mosca asquerosa, empujándolo lejos. Solo le

importaba su padre. Y a su padre, por la mirada de hastío y sus ojos analizando

el panorama, solo le importaba su vergüenza ante la servidumbre y lo que dirían

mañana.+
- Nara – le dijo, elevando su mentón, como si le hablara a la nada – No sé de

qué cosa estás hablando. Solo... solo quiero que vengas conmigo y hablemos

tranquilos...+

Como su hijo antes, el hombre atinó a tomarle del brazo, un tanto brusco, pero

ella rechazó la invitación y encima propinó terrible cachetada que se escuchó

como estruendo en medio del personal que se tapó la boca del impacto que causó.+

- ¡No me trates como una idiota! ¡Tú quieres volver a Seúl porque nunca dejaste

de pensar en ella!+

La mujer tambaleó entonces sobre sus talones y cayó al suelo sentada. Gimió

sola, angustiando a su hijo, que rápido fue a alzarla del suelo. Ninguna palabra

le salía, por temor a ejercer peor conmoción en ella. Yifan entendía que no era

nada. Nada de lo que él hiciera provocaría algo bueno. Pero al menos sería buen

bastón en ese momento de la mujer en estado deplorable, despidiendo olor a

alcohol hasta por los poros, tapado su rostro por los cabellos sueltos...+

- Llévenla arriba – ordenó el hombre con hastío a dos de los guardias, al

segundo que la impaciencia le ganó, porque pareciera que ninguno tuviera

intenciones de moverla, menos con Yifan sosteniéndola – ¡¿Que no me escucharon?!

¡Llévensela! ¡AHORA!+

- ¡No me toquen! – gritó ella, arrastrando las palabras de lo ebria que estaba,
mirando al hombre con odio, aferrándose con igual sentimiento a su hijo – ¡Y

tú... Wu... ni pienses que iré contigo a Seúl para que te encuentras con esa

perra!+

El hombre abrió tanto sus ojos que podría haberla matado solo con esa mirada.+

- Mamá...+

- ¡Suéltame! – le gritó a Yifan, quitándoselo de encima – ¡Tú no sabes lo que es

él! ¡No sabes nada!+

Y la mujer rompió en llanto. +

Dos mujeres del servicio, se acercaron a la señora de la casa y la sujetaron,

siendo Yifan apartado por uno de los guardias. El joven siguió con la mirada,

observando a sus espaldas, cómo su madre desaparecía tambaleante entre las dos

criadas de su vista. +

Se volvió a su padre. Lo observó desde arriba de las escaleras, elevando

imperceptiblemente su mentón a lo alto, mientras sentía el temblor de sus puños

pesadamente a ambos lados de su cuerpo. Aspiró lleno de rabia el aire a alcohol

que había esparcido por los alrededores su madre y se atrevió.+

- Sabes bien cuánto le duele que hagas esto papá – rugió tembloroso, sintiendo

que un nudo se forjaba en su garganta – Ella te ama. No es justo que como si


nada tú...+

- Haré de cuenta que no dijiste nada – interrumpió en voz alta y severamente el

hombre, elevando su rostro – Y dejaré pasar tu falta de respeto.4

- Papá ¡¿Cómo puedes seguir metiéndole así los cuernos en sus narices?! ¡¿Cómo

puedes...!?+

Y su voz no prosiguió porque fue tapada por la bofetada terrible de su padre. +

Yifan sintió dolor en su pómulo, en su boca y en su ojo izquierdo. Todo le había

dolido. Se volvió agitado y odió al hombre, que frío como témpano simplemente lo

miró ni que mirara a la nada. +

Lo vio pasar a su lado y no le dijo nada.+

Como si no existiera. +

Y Yifan estaba cansado de haberse pasado su corta vida sin existir.

La naturaleza aún dormía. La niebla inundaba el ambiente y apenas dejaba

entrever los rostros de los hermanos, mientras formaban fila. Antes de las cinco

de la mañana, Zitao vio a su hermano de adelante cabecear del sueño, casi como
queriendo desplomarse en el suelo y tocó su cabeza para que continuara haciendo

los ejercicios, para despertar al cuerpo. Todos a la vez movieron en círculos

invisibles las muñecas, luego los tobillos, el cuello y los hombros.+

En la oscuridad, retumbó como un grito, al unísono, el saludo de la mañana.+

- ¡"Āmítuó Fó"!*+

Después del primer entrenamiento liviano del día, vino desayuno fue tranquilo,

como siempre. De lo que Zitao solo tomó un plátano porque sabía que debía comer

algo. Su maestro de grupo le hizo notar en ese momento, que no estaba comiendo

todo lo que debería comer y lo obligó a alimentarse con un poco más de arroz.+

- De verdad está bien con esto maestro...+

- No Zitao – le dijo el anciano – Si no comes bien no resistirás tu subida

habitual a la cima del monte como haces. +

- Hoy... hoy no iré maestro...+

Mientras los demás en silencio escuchan el diálogo, siguieron en su comida. Es

que todos habían notado que en las últimas dos semanas Zitao ha estado

desanimado. Siempre él tan alegre y dedicado en su entrenamiento, parece más

delgado y cansado, por no decir también triste.1


- ¿Qué te agobia pequeño hermano? – le pregunta el maestro, que además es su

tutor.+

Zitao baja la vista. No quería mentirle a su maestro. Pero tampoco sería algo

que revelaría. Entonces, como el anciano sabe todo, se limita con respeto a

recordarle a su discípulo.+

- Los apegos no son buenos. Lo sabes hermano. Pero pronto desterrarás esos

apegos. Sufrirás sin dudas – asiente levemente, como queriendo reconfortarlo –

Pero sin sufrimiento no hay aprendizaje. Y para cuando aprendas, tu alma estará

satisfecha y liviana. Ya no habrá dolor, porque no extrañarás nada. 12

Debería haber sentido consuelo en esas palabras. Pero honestamente Zitao solo

sintió que le dolía peor su apego. Debería haber recordado que los apegos traen

consigo mezquindad. Porque apenas te apegas a algo, lo quieres más. Y si ese

apego se ha alejado, solo lo podrías extrañar. 5

- Gracias hermano por la enseñanza – se encontró mintiendo Zitao – Lo meditaré.+ t

Meditar mientras quebraba tablas de madera con su puño, le habían hecho perder

la noción del tiempo. Se encontró pateando el tronco de un árbol con su pierna,

como si estuviera luchando por desterrar su apego. +

- Hermano Zitao – habló uno de los maestros más jóvenes del templo, viendo a
Zitao tomar su morral – ¿A dónde vas? +

- Iré a la cima.+

- Creí haber escuchado en el desayuno que no irías ¿Te sientes mejor?+

Zitao hizo una reverencia a su maestro y sonrió.+

- Si maestro.+

- De acuerdo hermano – dijo dándole unas palmadas en su hombros – Que sea un

fructífero entrenamiento.+

Para cuando llegó, se quitó toda la túnica quedando solamente en sus pantalones

naranjas y holgados, con el torso expuesto. Y comenzó su entrenamiento. +

A Zitao le gustaba entrenar en lo alto del monte. Se sentía como si estuviera

dando saltos entre las nubes, luchando en medio del cielo y el sol, siendo parte

él mismo de la naturaleza. A Zitao le gustaba eso de gritar a lo alto,

comenzando su guerra contra sí mismo mientras los puños se disparaban contra su


peor enemigo. +

Se detuvo y aspiró del aire, inflando a más no poder sus pulmones. Luego se

sentó en una piedra y de su morral sacó la botella, destapándola para tomar de

ella un largo sorbo de agua. Luego roció sobre sí mismo del líquido refrescante,

sacudiendo su rostro.+

Justo en lo que tapaba la botella y la dejaba dentro de su morral, un manotón de

la nada lo llevó al sobresalto, agarrando bruscamente su muñeca. +

- ¿Wu... Yifan?+

Parpadeó muchísimas veces, hasta terminar de convencerse, luego de casi un

minuto que allí estaba Yifan, mirando los nudillos de sus manos. Sintió el calor

de la piel de Yifan rozándose a la suya y sus ojos analizando cada raspón,

magulladura y herida sin tratar, ni curarse.+

- No debes preocuparte – le dijo el niño, observando cada uno de los gestos de

Yifan – De verdad no me duele.+

Yifan asentó apenas una gasa, en los nudillos de la mano derecha de Zitao,

humedecida previamente con alcohol ¿De dónde había sacado eso? ¿En qué momento

se apareció? Zitao debió repetirse una y otra vez que esto definitivamente no

era una visión. Un gemido silencioso de parte del niño, estremeció el estómago

de Yifan, detestándose a sí mismo el haber sido el que le causó ese dolor. +


- ¿Duele? – preguntó, sabiendo bien cuál era la respuesta que le daría.1

- No.+

- Dijiste que los monjes no mienten.+

Y Zitao bajó la vista, emitiendo un resoplido, de verse que había perdido ante

esa afirmación. Se mordió los labios que quedaron perdidos en una línea roma,

negándose a decir algo. Apretó sus párpados cuando el ardor se le hizo como

quemadura y solamente esperó a que pase.+

- Niño ¿Siempre practican así? – no preguntó y Zitao bien lo sabía, sino que

reclamó, reprochó y regañó, por eso que veía el joven como algo malo, muy malo –

¿Siempre tienen que hacerte partir pedazos de madera y golpear una roca con tus

puños? ¡¿Siempre?! +

- Sin sufrimiento, no hay aprendizaje. Es la primera lección para todo aspirante

a maestro kung-fu...2

- No me vengas con esa mierda de nuevo Zitao...+

"Zitao". Le había llamado Zitao, de esa manera tan dura y tajante que dolió al

niño, bajando su mentón, casi pegándolo a su pecho. Normalmente Yifan le diría

"niño", con cariño y hasta con respeto. "Zitao" rara vez era utilizado, porque
se lo dedicaba para esas arduas discusiones en las que le hablaba de su

ideología y filosofía extraña de vida, que Yifan no compartía. Y se le agregaba

el hecho de que ahora estaba molesto.+

- Es entrenamiento Wu Yifan – respondió Zitao, tragando duramente, por el dolor

que le causó ser tomado de la otra mano y movido sus huesos – No es la primera

vez. Debo hacer crecer y mejorar mi resistencia. Debo... ¿cómo sabes que entreno

de esa manera?6

El viento de repente se volvió ligeramente fresco. Sus hombros se encogieron y

entonces percibió que Yifan presionaba más la gasa a los nudillos de su mano.

Abrió rápido los ojos y viendo cómo terminaba de curar lo último, adhiriendo la

tela con cinta a su piel, quitó su mano rápido, antes que acabara, sacándose eso

que le estaba colocando. Yifan se quedó completamente desconcertado, mirando en

su palma, como si le faltara algo, sin entender a dónde había ido.+

- Pero... ¿qué? – alcanzó a decir arrugando su ceño.+

- No puedo volver al templo con una gasa puesta. +

- ¡¿Cómo?!+

- Ningún hermano se cura las heridas...+

- Pero Zitao...+
- Lo notarían...+

- No entiendo...+

- Y se darían cuenta que...+

Calló, quedándose boquiabierta, tildado, mirando a Yifan con los ojos bien

abiertos y las mejillas rojas. +

- ¿Nadie sabe que nos vemos? – preguntó Yifan, sintiéndose de pronto algo

clandestino de relatar.1

- No es que nos veamos seguido ¿Por qué tienen que saberlo?+

- ¿Por qué nadie puede saber que te encuentras con un amigo algunas veces y

subes con él a la cima del monte?+

Y Zitao siguió con la vista baja y una mano hecha puñado, apretada en su pecho.

Apenas si se atrevió por unos segundos a elevar sus pestañas más allá de su

regazo, dejando entrever sus pupilas en el rostro de Yifan, encontrándose con

esos gestos tan propios de él, de cuando algo lo enojaba. Solo que ahora lo

estaba mirando a él. Estaba enojado con él. +

- Porque ni siquiera somos amigos – respondió a sí mismo Yifan.2


Y Zitao comenzó a respirar agitado. Su pequeño y menudo cuerpo tiritó. Yifan

entonces elevó la vista al cielo y notó que las nubes habían cubierto el cielo,

quedando solo el viento. Se había vuelto repentinamente fresco. +

Yifan guardó el paquete de gasa y el pote de alguna crema que siempre llevaba

consigo cuando corría o hacía algún tipo de ejercicios fuera de su residencia.

Era previsor. Sus entrenadores se lo habían enseñado, así que resultaba normal

para él cargar con su pequeño bolso deportivo. Pero jamás los había necesitado,

hasta ahora. Yifan había notado en la piel brillante del niño algunos hematomas

de un leve rojizo. Y no pudo evitar que sus ojos se detuvieran en ello, antes

que Zitao tomara la túnica y se cubriera el torso expuesto.+

- Vamos – dijo entonces Yifan, sin ningún tipo de emoción en su semblante –

Mejor regresamos antes que... te enfermes. +

Y comenzaron el retorno cuesta abajo. Y Zitao podía sentir la respiración

agitada de Yifan, que parecía cortar el viento que se hacía más fuerte en

gruñidos silenciosos profundos y rasgados. +

Después de poco más de dos semanas sin verse, Zitao se daba cuenta que Yifan

estaba enojado. Más cuando no caminó a su lado, sino que se adelantó unos pasos

y Zitao quedó otros tantos atrás. Es que... sus pies dolían y sus piernas

también, por haberse sobre exigido más de lo normal. Y Yifan se alejaba.+


El viento se hizo más fuerte y sintió que le ardía hasta la ráfaga que hacía que

su túnica se pegara fuertemente a su piel, como si se arraigara a cada pulgada

de cuerpo. Sus brazos se rodearon a sí mismo y se notó un tanto débil, por lo

que decidió frenar sus pasos para descansar un rato. Era algo normal que hiciera

eso. No es que subieran o descendieran sin hacer en algún tramo algún descanso.

Pero Yifan había desaparecido de su frente y no vio en qué momento. +

De repente habría querido tener algo de cabello por lo helada que tenía su

cabeza rapada y su nuca encrespada. Con su mano derecha tomó el borde de la capa

de su túnica larga de un extremo y se acurrucó en sí mismo más de lo que ya

estaba. Sentado, con las rodillas dobladas y su mentón apoyado en ellas. Su

nariz le ardió, percibiendo el hilo líquido queriendo salir. Raspó con su puño,

yendo y viniendo por ahí, para no dejar escapar el agua. Una pizca de molestia

entró en sus ojos, que refregó rápidamente para quitar, mientras cerraba fuerte

sus párpados, porque su vista estaba nublada por la tierra y el viento que se

hacía feo en verdad.+

- ¡ZITAO! – escuchó.+

El grito lo hizo saltar de su ensimismamiento regresando su vista al camino.

Yifan venía corriendo cuesta arriba y agitado, con el ceño fruncido y su

mandíbula tensa. Y Zitao apenas si atinó a ponerse de pie y abrir la boca para

querer decir algo, pero Yifan no lo dejó.+


- Mierda Zitao ¡¿Por qué demonios haces esto?! – gritó y rugió de lleno,

apoyando sus manos en las rodillas, encogiéndose de pronto como si se compusiera

del trote que había dado – ¡Casi me matas del susto!+

Hubo un silencio que a los dos los estremeció. Aunque con el frío que hacía,

Zitao podría haber jurado que no habría sentido nada más que la piel de gallina

por el viento que golpeaba.+

- Lo siento Wu Yifan – dijo apenas en respuesta.+

Permaneció con la cabeza gacha sin entender por qué le costaba ver a Yifan. Se

reacomodó la túnica y entonces percibió algo que le caía por la parte superior

de su cuerpo, cubriéndolo. Yifan dejaba su campera deportiva sobre sus hombros y

lo miraba de arriba abajo con actitud reprobatoria. +

Yifan quiso seguir adelante, caminando unos pasos. Pero Zitao permaneció quieto.

Entonces Yifan, sintiendo el vacío, se detuvo y miró sobre su hombro al niño.+

- Vamos – fue todo lo que mandó.+

- No hace falta – dijo Zitao, quitándose el abrigo que le había prestado Yifan –

Toma. Yo... es mejor que me acostumbre a los días crudos de frío para que...+

De un manotón le quitó la campera deportiva de las manos y largó un...+


- Como quieras...+

Yifan llevaba una camiseta blanca impecable y mangas largas. Así que, después de

haber trotado cuesta arriba no podría haber tenido frío, más encontrándose

sudando de calor. Pero eso no hizo que insistiera a Zitao llevar la prenda y se

lo ató a la cintura. Y Zitao lo observó, ahí con la vista baja, metido en las

mangas de su campera que anudaba. No debería estar mirándolo demasiado, con esos

cabellos oscuros removidos por el viento y tan tan... alto y lejano. Podrían

llevarse unos pocos años, pero Zitao solo seguía viendo a un hombre en frente de

sus ojos. Un hombre enojado en este caso.+

Por eso, más agitado que nunca, resopló dolido.+

- ¡¿Por qué estás enojado conmigo Wu Yifan?!1

Yifan elevó su rostro, severo y cortante, tratando de digerir la pregunta del

niño ¡¿Realmente le estaba preguntando eso?! ¡¿Que acaso no tenía idea?! Miró

con incredulidad a Zitao y a todos lados ofuscado. +

- ¡Déjame saber! – imploró Zitao, con los puños apretados y el rostro

consternado – Para... para enmendar la situación y...+

- ¿Y así sentirte "menos mal"? – soltó con un tono sarcástico – ¿Porque tienes

miedo de tu nuevo karma rondándote en la próxima vida por una mala cosa que

hiciste en esta?+
- ¡No! – exclamó espantado – ¡Quiero saber, porque tú eres mi amigo!+

- ¡¿Un amigo al que le esquivas el saludo?! – increpó ofuscado Yifan.+

Era eso. Zitao lo sabía. El día de compras semanal para el templo, Zitao había

visto a Yifan en un centro comercial riendo con un grupo de amigos. Incluso

torpemente casi se cae de bruces por lo distraído. Quizá la chica tomada del

brazo de Yifan tuvo algo que ver también, sobre todo cuando le hablaba al oído.

Y recordando su enojo de ese día, terminó por gritar lo que sentía.+

- ¡No quería molestarte! ¡No quería causarte vergüenza ante tus amigos! ¡Soy un

monje!2

- ¡¿Alguna vez acaso te hice pensar eso?! – gritó ofendido Yifan – ¡Dime cuándo

sentiste que te esquivaba en la escuela! ¡Cuándo te di a entender que el estar

contigo me causaba vergüenza! +

- Nunca...– murmuró apenas Zitao.+

El ventarrón terrible, no permitió a Yifan escuchar al niño, que ya no podía ver

por la arenilla en sus ojos. Se raspó él mismo los lagrimales del ardor de la

molestia y vio a Zitao hacer lo mismo. +


- Wu Yifan... yo...+

- ¡¿Por qué haces como si no existiera?! – preguntó tajante y rápido sin

respirar siquiera – ¡¿Por qué demonios haces como si yo no existiera?! Yo podría

Zitao... podría... podría aguantarme no existir para ellos, pero tú me dijiste

que yo existía... y...11

Resopló apenas con tristeza. Zitao lo miró entonces. Yifan vio al niño con los

ojos enrojecidos. Temblaba. Hacía frío. Y entonces Yifan entendió. Entendió que

nada de él era bueno para este niño, que debía vivir una vida tranquila entre su

aprendizaje y su meditación. Su lado arremetido, no servía a ese niño que había

irrumpido en su inexistente y vacía vida, para llenarla de algo cálido. Pero

Yifan sintió que todo él era algo que no merecía existir en la existencia de ese

niño pacífico. Porque ahora, justo ahora, no le gustaba haberlo hecho llorar.+

- Lo siento Zitao – dijo agitado y suplicante – Perdóname... yo... yo no te

molestaré más...5

Y se dio la media vuelta para descender. Bien sabía que Zitao era un niño

fuerte, que no necesitaba de él y menos de su consuelo. Maldito consuelo que no

sabía ni dar. Él no sabía ni siquiera ser de ayuda en eso para alguien.+

- ¡Es que el maestro dijo que no podía verte más! – gritó Zitao, como si el nudo

en su garganta lo ahogara.12
Yifan se detuvo pasmado. Se dio la vuelta para ver a Zitao y lo encontró así,

llorando tan agobiado, con las mejillas empapadas en llanto, que podría jurar

que era como un dolor como si algo le arrancaran de dentro.+

Zitao, después de todos estos días sin verlo, debía ser honesto. Y apenas le

confesó entonces, quitándose las lágrimas con la palma de sus manos, barriendo

su desventura.+

- Los hermanos le dijeron... al maestro que... que yo estaba demasiado tiempo

contigo – resoplaba en medio de sollozos entrecortados – Y cuando él me

preguntó... le dije que tú eras... eras mi amigo. Y un día me dijo que no estaba

bien sentir tanto apego por alguien que no fuera nuestros hermanos... y que lo

mejor sería seguir mis estudios aquí. Yo... yo le dije que no estaba tan apegado

a ti, no así, como él pensaba, no de esa manera, tan tan apegada – prosiguió

sacudiendo su cabeza, como queriendo decir lo convencido que estaba – Y entonces

me dijo que si era así, no dolería nada que te dejara en el camino ... y

entonces...3

Calló unos segundos, cayendo con todo su peso en la roca lisa en la hace apenas

minutos estaba sentado, pero porque no podría mantenerse en pie de lo agobiado y

agotado que se sentía. Yifan hasta el momento, solo lo había seguido con los

ojos, boquiabierta y estupefacto, era decir poco. Su corazón tronaba, porque

digería eso que el niño le decía. +

De repente Zitao sintió una mano sobre la suya. Un calor inconfundible, muy
propio de Yifan, de las pocas veces que lo había sostenido. Su mano era grande,

a la par de la suya tan pequeña y delgada. Su mano de hombre era delicada y bien

cuidada, a la par de la suya, callosa y raspada. Pero era cálida y

reconfortante, tanto, como para acallar su llanto que fue cediendo de gemidos

entrecortados a algo silencioso.+

- Y entonces... – repitió Yifan, ahora tranquilo, como si solo tratara de

entender.+

- Y entonces me di cuenta de lo mucho que te extrañaba. Y dolió – susurró Zitao,

sin poder mirar a Yifan a los ojos – Dolió cuando ya no te vi más. Él tenía

razón. Los apegos no son buenos. Me hicieron egoísta. Me hicieron querer más y

más. Me hicieron mentirle al maestro que te veía, porque si le decía, entonces

me diría que no viniera más aquí. Y me encontré callando para que no me quitaran

esto que era solamente mío. Pero también me hicieron sentir que no quería ser

más que yo quien existiera para ti porque ese día que te vi estaba tan tan

enojado y...4

Si tuviera que describir ese instante, Zitao simplemente diría que se sintió no

solamente algo cálido, sino como si miles de llamas de encendieran por su cuerpo

completo, creyéndose de la nada revitalizado. Su corazón estallaba. +

Quiso entender qué era eso. +

Sus ojos bien abiertos, solo vieron los párpados cerrados de Yifan, tranquilo y
pacíficos, como era él, Yifan. Sus mejillas ardían. Y se dio cuenta que las

manos de Yifan, habían acunado su rostro. Pero lo que más lo había perdido por

completo en su agonía silenciosa, era esa boca suave, unida delicadamente a la

suya. 25

Y gimió bajito, como para no ser oído. Y percibió el movimiento de los labios de

Yifan, como buscando más apego. Un apego que le gustaba demasiado. Un apego que

no era para nada adecuado y sin embargo se sentía tan cálido y tan bueno... 5

Y Zitao entendió que se debía apartar. Y la palma de sus manos, empujaron a

Yifan lejos, haciéndolo caer hacia atrás.5

- Esto – dijo agitado y sintiendo que su rostro completo ardía – Esto ¡No es

bueno!+

Yifan sonrió hacia un lado. Esos ojos oscuros del hombre, es como si lo hubieran

tragado. Esos labios del niño estaban demasiado mojados como para no querer

devorarlos...+

- Lo sabía – prorrumpió entonces Zitao dolido, llevándose su mano al pecho,

acusándolo – Tú... tú solo quieres burlarte de mí... tú...+

Y de nuevo ahí estuvo esa prenda envolviendo su cuerpo, rodeándolo desde su

espalda. De nuevo Yifan le había colocado rápido su campera deportiva, solo que

esta vez, para acercarlo a su cuerpo. +


Y Zitao, con los ojos bien abiertos, parpadeando en medio del calor que lo

abrazaba, se dejó sostener.+

- Mi Niño, tú me gustas – dijo Yifan, solemne y serio, regresando de rodillas a

Zitao – No. No solo me gustas. Yo te quiero Mi Niño. Y me importa una mierda lo

que te diga tu maestro. Yo te quiero. Y quiero que tú me quieras sólo a mí. Y no

me importa ser un egoísta contigo. Yo solo te quiero a ti. Sólo te veo a ti. Tú.

Mi Niño. Nadie más. Nadie más que tú, existes para mí.37

- Yifan, esto no...+

Pero de su boca no salió una sola palabra más, porque fue reemplazada por el

aliento de Yifan, sellando con sus labios, los labios de Zitao.4

"Esto no está bien". Yifan sabía bien lo que iba a decirle. Pero él solo podía

comprender que quería tomar lo que quería en ese momento y lo que "su niño"

estuviera dispuesto a darle. Un beso suave y delicado, porque Zitao se merecía

lo mejor de él.+

Zitao analizó su situación y se encontró perdido en medio del calor que lo

inundaba y en medio del viento frío que seguía soplando rabiosamente. No podría

enfermarse nunca, porque todo su cuerpo estaba caliente. Si esa era la

preocupación de Yifan, ahora podría estar más que tranquilo, porque le había

dejado una buena chispa de fervor ardiendo en su interior. +


Y Zitao gimió de nuevo, sin entenderse a sí mismo, porque sabía bien que debía

frenar eso. Pero sin embargo, cerró sus ojos, abandonando sus manos a la roca

fría, para sentir estabilidad en su desvarío. +

¿Qué es respirar, sino sentir tus pulmones llenos con el aliento de aquello a lo

que te has apegado con la vida? 12

Porque durante estas semanas, en las que Zitao había caminado sintiendo su alma

vacía en la penumbra, ahora se sentía más viva que nunca.+

¿Por qué era malo?+

Zitao lo sabía bien. Ahora entendía lo que el maestro habría querido evitarle.

El vacío que tendría de no tener a ese hombre. Pero su apego por él podía más y

simplemente oró porque ese momento fuera una dicha de nunca acabar.9

-----------------------------------------------------------+

* Es el buda más importante de la secta de la Tierra Pura, una rama del budismo

que se practica principalmente en el Este de Asia.


"Hermoso"

- Gracias – dijo Zitao, removiendo su muñeca, dibujando círculos para relajarse.+

Yifan le había colocado en la parte inflamada una bolsa de hielo. Ya se había

acostumbrado a hacerlo. Pero jamás dejaría de dolerle cada vez que lo veía

aparecer con una nueva herida, magulladura o inflamación en su cuerpo.+

Por eso, se atrevió a decirle lo que antes se había guardado, por no saber cómo

afrontar esa conversación que sabía que deberían tener.+

- Zitao – llamó serio y preocupado, tomando entre sus manos delicadamente la

muñeca del niño, para aquietarla en sus bruscos movimientos.+


- ¿Si?+

A Yifan le gustaba ver mucho a Zitao. Disfrutaba cada uno de esos momentos que

le regalaba. Pero nunca dejaba de percibir la inquietud que día a día se notaba

en la mirada de su niño, que no lo miraba por mucho tiempo a los ojos. Tenía que

hablar directamente con él.+

Aspiró una bocanada importante de oxígeno y suspiró cerrando sus párpados unos

breves segundos, simplemente porque ya era hora también de entender, qué era él

para su niño. +

- ¿Por qué no lo dejas?+

Demoró demasiado tiempo en dar una respuesta. Respuesta que parecía que no iba a

ser dada. Zitao sabía muy bien qué significaba esa pregunta. Zitao apretó sus

labios rectos y duros, como mordiéndose quizá las palabras o los sentimientos

encontrados. Quitó su muñeca de las manos de Yifan, que sintió en ese momento

como si una barrera terrible se levantara entre los dos. +

- Zitao... ¿Cuándo te vas a ir de allí? – insistió. +

Antes de responder, Yifan pudo ver cada músculo del menudo cuerpo contraerse por

completo, atento la consecuencia de su pregunta. Sabía que eso podría alejarlos,

pero tenía que saber. Golpeó la pregunta, tanto como la respuesta que Yifan no

esperaba.+
- Yifan, no quiero hablar de eso – dijo con dureza y sin mirarlo a los ojos.+

Por eso Yifan se impuso a sí mismo empujar a Zitao a hablar de lo que no quería

hablar. +

- Zitao ¡¿Crees que no me doy cuenta de que esto te tiene mal?! – dijo un tanto

quebrado en su voz grave y tensionada – Te veo que esto te hace mal, porque sé

que para ti esto está mal. Ocultar, esconder, para ti... ¡es lo mismo que

mentir! – siguió con sus ojos rebuscando a todos lados el lugar donde siempre

parecía ser que se encontrarían en secreto – Y lo puedo ver y sentir Zitao... +

- Yo no me iré de ahí Yifan.2

Era como si le hubieran quitado el aire. Yifan trató de digerir eso. Pero no

podía. Sus ojos se clavaron nerviosos y furiosos en Zitao, que bien lo percibió,

incluso sin haberlo mirado. Fue tanta la punción en su pecho, que el niño tuvo

que elevar su mirada al joven para decirle agitado, suplicante en su angustia.+

- No me mires así ¡Tú no entiendes! Yo... yo simplemente no podría dejarlo... +

- ¡¿Entonces tengo que suponer que nunca pensaste en nosotros de verdad?! –

exclamó sintiendo que su voz grave se quebraba en la nada, porque se sintió

nada.1
Un gemido de angustia salió de la garganta del niño que habría querido

evidentemente hablar, pero no pudo. Hasta que su voz calibró apenas, en evidente

agitación.+

- Yifan... hablas como si fuéramos adultos, como si fuéramos grandes y... +

El silencio tajante de Zitao, encendió el cuerpo de Yifan en un torbellino de

dolor. No eran grandes, no eran adultos. Está bien. Yifan podía entender el

punto. Pero había algo que decía dejarle en claro a Zitao.

Un rugido por lo bajo y un improperio que Zitao no alcanzó a escuchar, hicieron

estremecer al niño. Peor cuando Yifan dio un paso adelante con las manos en la

cintura y apretando su mandíbula, removiendo sus huesos contraídos, dijo

duramente.+

- Zitao. Ya no somos niños ¡¿Qué demonios crees que yo quiero contigo?!7

¿Fue una pregunta? Porque directamente no sabría la respuesta ¿O fue un reclamo?

Porque de repente se sentía por demás descolocado. Vacilante y completamente sin

palabras, Zitao se encontró sacudiendo su cabeza, llevando los dedos de su mano

derecha a tocar su sien, como si tratara de componerse de algo. Un bosquejo

burlón salió sin comprenderse a sí mismo, porque con un toque ácido que no

reconocía de sí mismo, salió de su boca.+

- Si quieres tener relaciones sexuales conmigo, búscalo en otra parte, porque no


es algo que yo te pueda dar. Los monjes shaolín se comprometen a llevar una vida

de celibato.18

- ¡Sigues hablando como si fueras un monje! – exclamó sintiendo que su interior

se comprimía en dolor.+

- Soy un monje – asintió vehemente y altivo en su porte.+

Y dicho eso con crudeza y directo, Zitao erguido arremetió con vista al sendero

para irse del lugar. Pero la mano fuerte de Yifan lo retuvo antes que siquiera

pudiera darse cuenta, lo que hizo que instintivamente, el niño se pusiera en

alerta para defenderse, agarrando con su mano libre el brazo de quien ahora veía

como su oponente.+

Y Yifan entendió. Entendió que Zitao creía que él podría llegar a ser capaz de

querer abusar de él. Una punzada en su pecho y el líquido ácido que subió hasta

su garganta, hizo que al instante soltara a Zitao, mirándolo a los ojos y

rugiendo entre dientes, alejándose unos pasos atrás.+

- ¡¿Crees que yo... sería capaz de...?!1

El solo hecho de pensarlo, dolió como nunca nada antes le hubiera dolido en la

vida. Fue como nauseabundo verse comparado con una cosa tan horrenda. Y Zitao

recién se dio cuenta de lo mucho que había herido a Yifan, porque su mirada

llena de desilusión quedó clavada como flecho en medio de su corazón. Pero ya


era demasiado tarde. Porque apenas reaccionó, Yifan se había ido corriendo del

lugar. O quizá, Zitao estaba demasiado avergonzado como para retenerlo.

Zitao no había recordado no haber dormido tantos días como ahora, ni siquiera la

vez que había dejado la escuela extrañando a Yifan y sintiéndose mal por ni

siquiera haberse despedido de él. Esta vez el dolor agudo que venía de su

interior era tan profundo y cerrado que solamente pudo traducirlo en angustia y

culpa. Aún habiéndose decidido pedir perdón y tratar de reparar el daño, no

podría haberlo hecho porque de nuevo, Yifan había dejado de ir en la siguiente

semana. +

Sentado en el suelo como de costumbre, en el templo, junto al resto de sus

hermanos, mientras repetían una y otra vez ese mantra preferido por él, un nudo

en su garganta se formó, recordando las veces que Yifan le pedía entonar la

oración en melodía. Su voz no pudo seguir hilando la plegaria y el anciano

maestro que justo caminaba, lo notó, porque podría ser ciego de la vista, pero

no del alma. En medio del centenar de hermanos, Zitao era el único que no se

unía al coro, seguro de que nadie lo notaría.+

Cuando fue la hora del estudio, mientras leían en silencio, el anciano maestro

se acercó al pequeño monje y se detuvo, para agacharse. A pesar de sus pupilas

borrosas, como blancas, Zitao tenía la impresión de que el maestro miraba

directo a sus ojos y se estremeció.1


- Hermano Zitao – dijo tranquilo y amable, observador de todo – Puedo percibir

un aura pesada a tu alrededor. La alegría te ha abandonado y la tristeza te

inunda ¿Puedo ayudarte pequeño?+

El niño bajó sus ojos apenas mirando lo que tenía en su regazo, el libro con

normas propias de los monjes. Zitao justo leyó:+

"Recordemos entonces, los cinco preceptos fundamentales: 1

1 - Abstenerse de destruir la vida. +

2 - Abstenerse de tomar lo que no nos es dado. +

3 - Abstenerse de conductas sexuales inapropiadas o dañinas. +

4 - Abstenerse de mentir o engañar. +

5 - Abstenerse de mantener visiones equivocadas de la realidad." +

En un gemido quebrado, apenas encontró su voz y confesó casi en un sonido que no


podría haber nadie escuchado, pero el anciano sí, por la agudeza de su audición.+

- Quebranté todos los preceptos, maestro. Ya no sé qué...+

Un silencio de segundos y el anciano tocó el hombro de Zitao.+

- Ven – llamó serio, dándose la media vuelta.+

A Zitao no dejaba de sorprenderle que su maestro, aún ciego, pudiera moverse en

el templo como si realmente viera todo y sin bastón. Simplemente le siguió los

pasos, hasta terminar sentado en un banco en los jardines, donde yacía el sonido

del agua del estanque natural y tranquilo que había allí. En silencio, el

maestro esperó unos minutos y preguntó a Zitao.+

- ¿Quién eres Zitao?+

El pequeño monje parpadeó perplejo varias veces, antes de responder lo obvio.+

- Yo soy el hermano Huang Zitao, maestro.+

- Deja de escudarte bajo la autoridad de "monje" y responde ¿Quién eres?+

- Huang Zitao.+
- ¿Solamente eres un nombre? – insistió serio y sin un rastro de emoción, como

si mirara a lo alto – Hermano ¿Quién eres?1

Y Zitao no respondió. Unos minutos en medio de ese silencio en el que Zitao aún

intentaba encontrar una respuesta a su pregunta.+

- Hermano – habló ahora con una sonrisa apacible el anciano – Fija tu mirada en

aquello que te parezca perfecto de lo que ves.+

Los ojos de Zitao deambularon por todo a su alrededor, por eso respondió al

instante.+

- Todo es perfecto maestro. Los árboles, las flores, la brisa y el sonido de los

árboles en movimiento, este estanque y...+

Allí sus ojos se detuvieron, anclados en las flores que surgían en medio de esa

laguna en miniatura, junto al sonido de la diminuta cascada que se esparcía

entre las piedras.+

- ¿Y...? – preguntó el maestro sugestivo, para que Zitao terminara la frase,

sonriendo satisfecho – ¿Ya encontraste de seguro aquello que te resulta perfecto

en medio de la belleza?+

- La flor de loto. Es lo más bonito que veo.1


Una sonrisa más amplia se dibujó en el rostro del anciano. Un resoplido de

añoranza salió de su aliento tranquilo, cuando confesó a Zitao.+

- Aún recuerdo bien la flor de loto. ¿Siguen siendo de color rosa?+

- Si maestro.+

Las cejas del maestro se elevaron cerrando sus ojos, como si dibujara en su

mente los colores y las flores, con una inhalación prolongada, como si llenara

sus pulmones del aroma de todo a su alrededor.+

- Flor de loto. También me resultaba lo más bonito de todo. Bonito es una

palabra perfecta para describir todo lo bello, perfecto y glorioso en medio de

tanta oscuridad. Porque de seguro sabes, por qué es nuestro emblema ¿Verdad?6

- Si maestro.+

- Recuérdamelo.+

Mientras sus ojos no se despegaban de las flores que circundaban en medio del

estanque, en la quietud y la perfección, Zitao recitó lo que bien sabía. +

- El loto es hermoso, pero su belleza surge de las turbias aguas de las que se
alimenta la planta, como del lodo; de tal forma que el primer significado del

loto se refiere a la elevación de la conciencia, superarnos en el sufrimiento de

la experiencia humana cotidiana hacia la liberación de dicho sufrimiento o

iluminación. El loto se alimenta del lodo, pero crece hacia la luz. De lo

imperfecto, surge la perfección.5

Por cada palabra dicha por el joven monje, el maestro asentía en conformidad con

un leve gesto de su cabeza, apreciando cada frase. Y cuando Zitao calló, el

maestro prosiguió.+

- En el fondo de nuestra propia humanidad, de nuestra necesidad de apegarnos a

las cosas del mundo que nos producen sufrimiento, podemos encontrar la

perfección Zitao. Pero solo si aceptas primero tu propio yo, este, que ahora

eres, con todo lo que sientes y con todo lo que vives – dijo apoyando su mano en

la cabeza del muchacho – Porque no habrá manera de despojarte de ti mismo para

abrirte al mundo, si antes no te aceptas tal y como eres.

Todo su mundo era un embrollo doloroso y angustiante. Porque apenas querría

haber meditado quién era, para encontrar una respuesta certera, lo único que

venía a su mente, era el rostro de Yifan. Y entonces prefirió escudarse como

nunca en las prácticas de las artes marciales.+

Las vacaciones por la celebración del día del trabajador, estaban en puerta. Los
hermanos abrían los festejos en Henan a la medianoche, haciendo muestra de las

artes marciales en una de esas presentaciones especiales al público. Los monjes

del Templo Shaolin, habían pedido ayuda al templo hermano, así que Zitao centró

sus energías en la práctica y el ejercicio continuo día tras día, para no pensar

en lo que no quería.+

Una multitud de turistas y locales se agolpaban en los alrededores del templo,

esperando ver a los monjes y el espectáculo de fuegos artificiales. Era una

parte tradicional del lugar a la que los hermanos estaban acostumbrados, a

excepción de Zitao, que llegaba de otro templo. +

En medio de la oscuridad, formados en fila con su uniforme naranja, para salir a

realizar su presentación, los hermanos se dispusieron a la espera de la señal.

Zitao cerró sus ojos unos segundos y giró su cuello sobre sus hombros para

relajar sus músculos que parecían no querer soltarse, aun habiendo realizado su

precalentamiento. Una mano amiga se apoyó en su hombro y Zitao volvió su perfil

al hermano que estaba detrás.+

- No te preocupes hermano – dijo sonriente el mayor de su clase – Todo te saldrá

tan bien como siempre lo haces. +

Zitao miró al hermano que lo alentaba y devolvió con una reverencia ese gesto

amable. El patio inmenso del Templo Shaolin, era su escenario, donde se elevaba

también una inmensa pantalla para que nadie a la distancia se perdiera del

espectáculo. Zitao miró los reflectores de colores que daban cuenta de que ya se
iniciaría su presentación. Miró hacia el público apenas, desde donde estaba y se

dio cuenta entonces que había un palco especial, adornado con la bandera China y

reflectores, donde se encontraban hombres de traje.+

- ¿Quiénes son esos señores? – preguntó perplejo.+

- Es el gobernador, con otros mandatarios y gente de poder en el gobierno de

China que están de visita. Muchos de ellos son benefactores de nuestros templos.+

Nada habría sido más que observar a esa gente con extrañeza y luego seguir en lo

suyo; de no haber sido porque detrás de ellos se erguía recto y serio como nunca

antes lo había visto, Yifan. Y Zitao por un momento olvidó lo que era llenar de

oxígeno sus pulmones ¿Ese era el mundo de Yifan?+

Un caballero con mirada severa, se encontraba casi en el centro mismo de esa

fila de gente pudiente, delante de Yifan. No habría llamado la atención de Zitao

de no haber sido porque se giró sobre si y dijo algo al oído de Yifan, que

asintió en conformidad, avanzando a su lado. +


- Mira a Wu Yifan – habló de nuevo el hermano a sus espaldas, con evidente

sorpresa manifestada en su voz entusiasta – No sabía que era hijo de Wu Yànzǔ.

Dicen que es un hombre de mucho poder en Asia.+

Alto, tan alto, más alto que nunca, así vio Zitao a Yifan, como un hombre. Su

corazón comenzó a gritar con tanta fuerza, que se recordó inhalar. Yifan vestía

un impecable traje oscuro, que lo hacían verse mayor. Una mujer se posicionó a

su lado, tomándolo del brazo, dándole a entender a Zitao que de seguro se

trataba de su madre. Y evidentemente, el señor que le habló antes, era su padre,

Wu Yànzǔ. Yifan estaba serio, sin un gesto o una mueca que manifestara alguna

emoción en su rostro. Impecable y altivo se encontraba como el más joven de los

asistentes. +

El rojizo de las luces dio la señal a los hermanos de salir al escenario. Palma

unidas y rectos en su caminar, detrás de Zitao.+

Nada hacía que él quisiera permanecer en ese lugar. Yifan había tenido que

asistir, porque debía, como siempre, dejar de manifiesto la familia ejemplar que

eran los Wu. Suspiró hastiado cuando su padre lo obligó a ponerse a su lado,

sabiendo que bien quería mostrarlo como si se tratara de un títere hecho a la

perfección y a su antojo. Su padre lo miró con una evidente decepción, cuando

Yifan se negó a sonreír como le había ordenado. Pero al menos se conformó con

que se pusiera a su lado. +

Las campanillas comenzaron a sonar primero, para ser opacadas por el sonido de
los tambores inmensos ante la salida de un joven monje que portaba una antorcha

en medio de la oscuridad. Y el corazón de Yifan golpeó como nunca en su pecho,

como si quisiera salirse para instintivamente saltar a amarrarlo en sus brazos.

Zitao encendía cada faro, haciendo que la luminaria fuera opacada por los

inmensos destellos de fuego que salpicaban chispas, mientras él iba alrededor de

todo el escenario llevando luz. +

Aún con antorcha en mano, Zitao se paró en medio del vacío patio y comenzó a

hacer esos movimientos, que Yifan podría jurar sabía tan de memoria de las veces

que se los había mostrado solamente a él, sintiéndose un poco celoso de la

multitud que ahora también lo veía. En los ágiles y rápidos movimientos el fuego

se desplegaba como si danzara. Aún en los saltos y giros al aire, la figura de

Zitao era segura y perfecta. Yifan lo vio tan armonioso, que simplemente se dio

cuenta que ese era su mundo y que él debería haber fingido estar enfermo para no

tener que ser arrastrado a verlo.+

- Qué interesante niño – dijo un caballero cercano, entre los mandatarios.10

Yifan se tensó, apretando sus dientes y tenso, se volvió a verlo. No le gustó

cómo la comisura de los labios de ese hombre, daba paso a una sonrisa perversa.

Reconoció al caballero, porque lo había visto una vez con su padre. Un

mandatario enviado de Corea para hacer negocios con la provincia de Henan.1

- Es un monje Jang Hyuk – respondió el gobernador, evidentemente orgulloso del

despliegue de su cultura – No es un niño común y corriente. Desde pequeños son


entrenados y preparados para esta vida.24

- Es una pena – murmuró el caballero.2

Eso último, fue dicho como un murmullo por lo bajo. Pero Yifan lo escuchó bien y

le dio repulsión la mirada del hombre que parecía querer comerse con los ojos a

su niño. Yifan regresó su vista a Zitao que seguía haciendo su presentación,

justo en lo que un centenar de monjes se le unieron para hacer los mismos

movimientos cronometrados a la perfección, en medio de los gritos de guerra. Y

Yifan habría querido arrastrar a Zitao lejos de la mirada siniestra y maliciosa

de ese hombre, como si un impulso de querer resguardar y proteger lo inundaran

por dentro.+

La majestuosa presentación duró alrededor de 30 minutos, seguida del discurso

del gobernador, para dar apertura oficial a los festejos. Cuando se encontraron

un poco dispersos, esperando el último de los espectáculos, el de fuegos

artificiales y el lanzamiento de los faroles al cielo de la noche, Yifan se

encontró odiando ver el panorama que se presentaba frente a sus ojos. Apenas

quiso moverse, alguien lo tomó del brazo.+

- ¡Yifan! – exclamó feliz una joven – ¡No sabía que vendría también!+

Y fue retenido, aún en contra de su voluntad, debía quedarse, porque los padres

de la chica y sus padres se acercaron. Eso de familias conocidas del ambiente lo


hastiaba, más cuando se dio cuenta del interés que tenían, mirando a los dos

jóvenes como si ya quisieran cerrar un acuerdo de negocios con un posible

noviazgo, estando apenas en la secundaria.+

- Hermano Huang – dijo uno de los maestros del Templo Shaolin – Alguien en

particular quiere conocerte. Él es nuestro gobernador...+

Zitao parecía asustado en medio de tantos caballeros de traje. Sabía que eran

hombres de poder y benefactores de los templos, por tanto debía ser amable.

Juntó sus manos, palma contra palma e hizo una reverencia, mostrando su sonrisa

gentil.+

- Hermano – dijo un caballero, evidentemente agradecido – Queríamos felicitarte

por la gran apertura que hiciste con tu presentación. Has impresionado mucho al

señor Jang Hyuk que viene de la República de Corea – señaló el hombre, a quien

estaba a su lado – De seguro se lleva una buena impresión de Henan, gracias a ti

joven hermano.+

- Agradezco tan amables palabras – respondió tímidamente Zitao, bajando su

vista, cohibido por el ambiente.+

- Los agradecidos somos nosotros – habló el caballero extranjero, que le sonreía

cordial – Te aseguro que nunca había disfrutado tanto una presentación del arte

del kung fu, como este día ¿Cuántos años tienes?+


- 13 años.+

Una mano del caballero se posó en el hombro de Zitao, hundiendo levemente sus

dedos en su piel. Un estremecimiento aterrador hizo al niño encogerse de hombros

y borrar la sonrisa de su rostro. +

- Eres un niño aún – dijo el caballero, abriendo bien sus ojos y recorriendo de

punta a punta la apariencia de Zitao.

Por instinto, Zitao retrocedió un paso atrás, como si se alejara de algo que

sentía desagradable al tacto. Frunció el ceño, al instante que se recordó dónde

estaba. Asustado por verse reacio e irrespetuoso a tan amable caballero, emitió

una reverencia para cubrir su falta, diciendo cualquier cosa.+

- Es para mí un honor, mostrar parte de la vida de los hermanos. Gracias por

apreciarla. +

El anuncio de los fuegos artificiales y la última parte de la celebración, fue

anunciada. +

Zitao de repente quiso perderse de la vista de todos. Estaba cansado, abrumado y

quería olvidarse de haber visto a la chica tomarse del brazo de Yifan, en medio

de todo el mundo que veía a la adorable pareja de adolescentes caminar. Sin ser

visto y entendiendo que ya nada tenía que hacer, Zitao se dispuso retornar al

templo hermano, saliendo por la parte de atrás. Aún de noche podía verse bien el
sendero y escucharse en medio, el bullicio de la gente. Cabizbajo y en un

suspiro agobiante, Zitao caminó un tramo en soledad, hasta que se detuvo. +

Alzó su vista al cielo estrellado, al segundo que de perfil giró su cabeza.+

- No hagas eso – dijo en voz alta – Un día creeré de verdad que eres un atacante

y podría hacerte daño.+

Zitao se dio la media vuelta y esperó que saliera de algún lado, en medio de los

árboles. Sus mejillas se encendieron intensamente y su corazón loco lo hizo

respirar agitado. Debió pararse bien derecho, para dar lugar a su tórax a tomar

más aire de lo normal, porque en frente suyo estaba Yifan. +

Yifan no pudo evitar seguir sus pasos. Su ansiedad no le permitió pensar,

abandonando en un segundo a la chica que apenas si se dio la media vuelta para

saludar a alguien, le dio oportunidad de desaparecer de su lado. Y ahora que

estaban frente a frente, se preguntaba por qué lo siguió, si estaba enojado. Y

no pudo no recordárselo.+

- Creo que ya pensaste que era un atacante. +

En la noche los ojos brillantes de Yifan se hacían más profundos e intensos en

sus expresiones. Zitao se encontró inmerso en sus ojos y se dio cuenta de pronto
que era como si todo estuviera de nuevo en orden. Si. Irónicamente a pesar de

aquel último encuentro desafortunado, Zitao se sentía como si todo el peso que

sobrellevaba su alma, estuviera siendo despojado. Más cuando se atrevió a decir,

modulando su voz, para no parecer desesperado.+

- ¿Cómo has estado?+

Una mueca socarrona surgió desde lo profundo de Yifan. Miró a lo alto, como

queriendo buscar algo que ver, con una sonrisa burlesca. Es que realmente Yifan

sintió como si Zitao le estuviera jugando una broma de mal gusto y le reprochó.+ u

- Mal. Así he estado Zitao. Mal. Todos estos días me pongo a pensar en qué

maldita cosa te hizo creer, en que sería capaz de hacer una cosa tan...– gruñó

recordando el momento, apretando sus párpados en hastío, desfigurando su rostro

en espanto, regresando su vista a Zitao, sin poder terminar lo que quiso decir.+ s

- Perdóname – gimió rápido Zitao – Yo... quería pedirte perdón. Disculparme por

lo mal que me comporté contigo – dijo con voz sofocada, percibiendo las lágrimas

asomarse en sus ojos – Pero no fuiste y... supuse que ya no querías verme...

sabes que no tengo cómo encontrarte. Pero quería de verdad disculparme. +

Un soplo que parecía sollozo surgió de los pulmones de Yifan, que recién

entonces se atrevió a avanzar. Pero no tanto, porque no quería perturbar a


Zitao. Miró al niño con el deseo de estirar sus brazos y rodearlo con fuerza,

pero tampoco quería que malinterprete ese gesto. Vio la mano de Zitao pasar por

su mejilla, quitándose de seguro alguna lágrima caída y habría querido tomarla,

para que se sintiera acompañado, pero no quería que pensara que estaba haciendo

algo malo. Y se quedó simplemente parado, a la distancia, observándolo.+

- ¡¿Qué ocurrió Zitao?! – preguntó Yifan, tragando duro, como si su garganta

quisiera quebrarse – Solo dime porque... ¡no te entiendo!+

- Tú me preguntaste "por qué no dejaba esta vida" y... Yifan. Sólo soy un niño –

gimió Zitao – Tú viniste y exigiste. Te enojaste cuando te respondí...y...+

Y Yifan lo vio. Miedo. Zitao tenía miedo. Sus ojos nublados y brillosos tenían

miedo. El temblor de su pequeño cuerpo gritaba miedo. Sus labios de repente

curvados al suelo querían exclamar miedo. +

- Mírame ¡¿Cómo crees que llegué aquí?! – clamó en sus hombros caídos y sus ojos

vidriosos, en su voz ahogada que por primera vez decía lo que escondía su

corazón – ¡Me adoptaron cuando apenas tenía 3 años! Mi madre me dejó en el

orfanato con la esperanza de que algún dashifu* tuviera la caridad de adoptarme

y ser mi shifu*, porque ella no podía alimentarme – dijo tomando aire, para

llenar sus pulmones y confesarse – ¡Fui abandonado Yifan! – vociferó por primera

vez una verdad manifestada con dolor – ¡No tengo a dónde ir! ¡No conozco otra

vida más que esta! ¡Todo lo que siempre quise, lo que siempre creí que debía

hacer y lo que iba a ser...! ¡Todo! ¡Todo...! – gritó tembloroso, acallado por
los vestigios de su historia que lo quebraba por dentro, diciendo su deseo en

medio de tanto miedo – ...todo quedó en nada, cuando... cuando apareciste tú...

y ahora... ¡Ni siquiera sé quién soy!8

Y allí estaba la respuesta a su pregunta ¿Quién era él? Era todo eso que había

dicho por primera vez en voz alta. Todo eso, envuelto con su miedo, era Zitao.+

Y el llanto terminó por romper su voz. Y como si el universo hubiera escuchado

su plegaria en agonía, le envió el mejor consuelo metiéndolo de lleno en sus

brazos. Porque Yifan se dio cuenta de lo egoísta que había sido, porque no había

pensando en su miedo, más cuando recordó que en la escuela todos le habían dicho

aquello. Y Zitao no era más que un niño, el mismo niño que había conocido,

enojado, rabioso, colérico, porque estaba lleno de miedos que se esmeraba en

ocultar, gritando ahora su verdad. +

- Perdóname mi niño – le dijo aferrándolo a su pecho con fuerza para que se

sintiera protegido – perdóname... no... no hablaremos de esto ¿Si? Solo si tú

quieres. Y si no quieres, está bien. Ya perdóname. 1

Zitao se sujetó con fuerza del cuerpo de Yifan. Lo había necesitado tanto, que

no le importó si alguien llegaba a cruzarse por esos lados y verlos así tan

juntos. Solo se dejó arrastrar por el sentimiento de protección de Yifan, que lo

abrazaba fervorosamente con completo cuidado. Aún si Yifan quisiera de él una

respuesta ¿Qué podría darle él? Menos teniendo en mente, el lugar de donde

provenía Yifan y del que recién era conciente. +


Yifan percibió preocupado que el llanto de Zitao no se aplacaba. Habría querido

hacer cualquier cosa para no haberle provocado esa crisis. Se atrevió a

apartarlo apenas para tomar el rostro de su niño entre sus manos y llevar su

frente para posarla en la suya. +

- ¿Qué quieres que haga? – imploró Yifan con ternura y apacible en los labios de

Zitao – Dime qué quieres que haga por ti y lo haré.16

Zitao se quedó allí prendido de los ojos de Yifan, calmando sus sollozos

lentamente, porque solo él lo podía calmar. +

- ¿En serio vas a hacer lo que yo quiera?9

Yifan sonrió en sus labios, porque su niño había vuelto con esos ojos inocentes

que tanto había extrañado. Y asintió.+

- Claro...+

- Quédate conmigo un ratito – susurró Zitao bordeando con sus labios, los labios

de Yifan – Solo... quédate conmigo... abrazándome fuerte.+

Yifan no podría haberse encontrado más feliz y en paz, sino rodeando con sus

brazos a Zitao. Un suspiro en su pecho le dijo que su niño iba cediendo, para

dar paso a la tranquilidad. Hasta que un estallido a lo alto, hizo que los dos
volvieran su vista al destello multicolor que pintaba la noche. Sin mirar nada

más que los fuegos artificiales, rieron divertidos por lo maravilloso del

espectáculo. Yifan bajó su vista para decir algo a Zitao, pero se quedó

mirándolo.+

- ¿No es hermoso? – comentó Zitao.+

- Si. Es hermoso – respondió sin quitarle la vista de encima – Lo más hermoso

que he visto.3

Zitao percibió el calor del susurro de Yifan en su oído y una necesidad intensa

en su interior, hizo que volviera su vista a él. +

Hermoso. Así se sintió Zitao. Ese joven elegante, de traje y corbata, que se

había escabullido en medio de la fiesta para perseguirlo, lo quería a él porque

lo consideraba hermoso y se lo hacía ver. Eso hizo que Zitao, no tuviera miedo

de ser quien era. Un niño monje, abandonado a su suerte, con miedo y enamorado.

Pero el saberse aceptado, fue lo que le hizo sentirse protegido y resguardado.5

No hizo falta que le dijera a Yifan qué más necesitaba. Y se quedaron ahí,

besándose un largo tiempo, mientras los colores pintaban el cielo de la noche

entre susurros y "te quiero".

* El "Día del Trabajador" se celebra en China el 1 de mayo, como en la mayoría


de los países del mundo. La diferencia es que en los años en que está relatada

la historia, la fiesta duraba una semana entera, por lo que se le decían

"vacaciones". En la actualidad, estas "vacaciones", duran 3 días.3

* Dashifu o Shifu, es el término con que suele llamarse en China a los maestros

de Artes Marciales, pero un shifu es mucho más que un instructor o maestro, en

su misma etimología se hace referencia a la relación familiar de padre/hijo,

reforzando así el peso de esta palabra.

"Nunca te podría olvidar"


El siguiente capítulo contiene spoiler del film chino "The Myth" del año 2005.

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Para cuando desayunó esa mañana temprano, después de haber hecho sus ejercicios

habituales, no se esperó que el señor Wu rompiera el silencio de todos los días,

para decir algo perturbador.+

- Anoche te perdiste de nuestra vista en el evento.+

- Lo siento - respondió Yifan tranquilo, sabiendo que ese comentario se haría en

cualquier momento y encontrando una fácil salida - Me encontré con algunos

hermanos del templo, que son compañeros de escuela.+

El hombre miró a su hijo perplejo, pero no por eso disconforme con otra cosa.+

- Podrías habérmelos presentado.+

- No quería molestarte cuando te vi con los mandatarios. Disculpa.+

El caballero asintió y tomando un sorbo de café siguió con otro trago amargo

para Yifan.+
- Me dicen que dos veces a la semana, subes al monte Songshan y que por decisión

propia decidiste dejar tu entrenamiento.+

En la quietud absoluta de cualquier ruido, Yifan elevó su vista sintiendo que su

corazón podría haberse detenido, para encontrarse con el témpano imperturbable

de su padre y los ojos cuestionadores de su madre. No podría haber dado

respuestas a eso, porque el hombre le reclamó en su impoluto porte.+

- ¿Puedo saber, con el permiso de quién? 6

Su cerebro trató de encontrar una rápida salida diplomática. Podría haber

temblado, porque no era buena señal que su padre hubiera abandonado el diario

sobre la mesa o no prestara atención a su celular que no dejaba de vibrar.

Apenas Yifan pudo permitirse tragar y respirar algo, para parecer tranquilo.+

- Disculpa papá - dijo entonces - Pediré autorización siempre a partir de ahora.

Tontamente pensé que al estar de vacaciones de la escuela, podría hacerlo.

Disculpa.+

No es que Yifan no supiera lo que pasaría cuando su padre se enterara. Si pedía

permiso, se lo negarían. Si no pedía autorización, le daría más tiempo a seguir

haciendo lo que quería. Si discutía, pondría las cosas en peor situación. Por

eso quiso ser sutil. 2


- Bien - dijo secamente el hombre - Entonces volverás a tu rutina.+

Antes que viera al señor Wu tomar el diario, Yifan explicó como si nada malo

pasara.+

- Subo a la cima del monte Songshan. Dime ¿cuántas personas podrían decir que

suben dos veces a la semana 1500 metros? Creo que no solo es una buena manera de

ejercitarme, sino también de meditar en la calma, manteniendo el autocontrol de

mi propio cuerpo.+

Al señor Wu, de pronto, le gustó eso. Sobre todo cuando Yifan preguntó entonces.+

- ¿Puedo continuar con mi práctica? ¿Por favor? Mañana querría subir.1

- Déjalo querido - irrumpió su madre, escribiendo un mensaje en su celular - Es

un chico sano. Dudo que en la cima de un monte, esté haciendo algo inapropiado

¿Quién de tus amigos tiene un hijo atleta?4

Unos segundos de silencio en lo que Yifan de mordió los labios, cerrando sus

ojos, como armándose de valor y preguntar.+

- Papá ¿Cuándo nos mudaremos de Henan?+

- Ese tema está cerrado - respondió para su sorpresa su madre - No nos iremos de
Henan.+

Una sonrisa de parte de ella, en lo que se levantó de la mesa para atender una

llamada y el mutismo del señor Wu, bastaron para que el buen ánimo de Yifan

fuera notorio por sus instructores del día.

Yifan lo encontró leyendo su libro con las enseñanzas de buda. Verlo así, era

una visión sin lugar a dudas de otro mundo. Sentado en la piedra, con el

amanecer en su esplendor y el dorado del sol trazando el contorno de esa bella

pintura que era Zitao, como elevándose en lo alto de todo. Era perfecto. Era su

niño perfecto. Y por eso mismo se atrevió a hacer lo que solo hubiera anhelado

en sueños. Abrazarlo, rodearlo con sus brazos, escabulléndose en silencio y con

sigilo por detrás. Yifan tenía esas cosas en su corazón, que jamás creyó que

podría llegar a querer hacer con alguien. Solamente que jamás se esperó que su

niño simplemente con todo su impulso y jodida fuerza, tomara su brazo y volteara

todo su cuerpo hacia adelante, haciendo que su espalda se estampe en toda la

tierra. +

- ¡Mierda! - gritó dolorosamente. +

- ¡Yifan! - exclamó el niño lleno de angustia, lanzándose de rodillas al suelo

pedregoso - ¡Lo siento! ¡Lo siento! 5

En un segundo Yifan pudo sentir nada más que las manos temblorosas de Zitao

palmeando suavemente sus mejillas. Yifan sonrió imperceptiblemente, en medio de


un gemido. Pero al ver el gesto del ceño fruncido de Zitao que lo miró con

extrañado, hizo que gritara más de "dolor". Era lindo verlo preocupado por él. + E

De rodillas, Zitao apoyó sus puños en sus muslos, analizando a Yifan. +

- No está bien asustar así - amonestó severamente. +

- Me duele todo - clamó exagerado, con la voz un tanto ahogada. +

- Te lo mereces - reprochó Zitao, sintiéndose culpable de igual modo - Te

viniste a mí como si fueras un atacante cualquiera. 1

Estiró sus brazos para que Yifan se apoye en él y así ayudarlo a ponerse en pie,

cosa que el joven aprovechó sin lugar a dudas. Un quejido de dolor salió de

nuevo de Yifan, preocupando más al niño que lo ayudó a sentarlo en la roca. +

- Mejor llama a tu guardia para que te lleve a casa - sugirió agobiado el niño,

de rodillas, mirando la expresión de Yifan. +

- ¡¿Bromeas?! - dijo al instante el joven, sentándose derecho, limpiándose la

ropa, como si nada pasara - Acabo de llegar y ni loco me voy. Estoy bien. 3

Y Zitao sonrió. Miró a Yifan, recordándose a sí mismo que de los dos, él era el

menor, aunque solo se notara por las apariencias. +


Yifan resopló recomponiéndose, quitándose lo último de polvo que le quedaba en

las prendas y habló solemne. +

- Ahora ¿Ya puedo abrazarte? +

El rubor llenó las mejillas de Zitao, que poniéndose de pie, bajó los ojos al

suelo, completamente sumiso a la espera de Yifan, que al segundo se puso en

frente para rodearlo con sus brazos. +

- Feliz cumpleaños Zitao - dijo lleno de una emoción que envolvió el corazón de

su niño. 7

- Gracias Yifan. +

- Y por ser tu cumpleaños, hoy quiero invitarte a una salida. +

- ¿A dónde? - preguntó Zitao, removiéndose de sus brazos para verlo. +

- Al cine - respondió con esa sonrisa tranquila y amena, como si no pasara nada

malo. +

- Con todo respeto Yifan, pero... ¡¿Estás loco?! ¡¿Acaso olvidas que...?! +

Yifan hizo como si no escuchara nada. De su bolso deportivo dejó caer sobre la
roca lo que evidentemente era una muda de ropa. Yifan sabía bien que la primera

cosa que Zitao usaría como excusa para evadirse de la invitación sería el hecho

de estar vestido como estaba, siendo observado por medio mundo, no porque fuera

monje, cosa común y corriente de ver, sino por estar acompañado de Yifan e ir

con él al cine. +

Zitao siguió con la mirada suplicante a Yifan, su voz plagada de titubeos

parecía no ser oída por el joven que estaba más interesado en acomodarle las

prendas, para dejarlas bien a la vista del niño.+

- Yifan - repitió sin cesar Zitao - En serio no está bien que hagamos esto... no

corresponde... si me ven... Yifan...+

Pero nada hizo cambiar de opinión a Yifan. Él quería una cita con su niño,

quería estar con él compartiendo algo especial, algo fuera de lo que normalmente

estaba acostumbrado a hacer. Bueno, lo único que hacía era subir a la cima del

monte y observarlo practicar, charlar y después, seguir observándolo practicar.

Pero cuando le dijera qué película irían a ver, sabía que le haría cambiar de

opinión.+
- ¡No! - exclamó de repente Zitao, firme y duramente - ¡No haré esto! +

- Zitao ¡Vamos! - suplicó Yifan - ¡Nadie podría saberlo! Para cuando regreses es

como si hubieras estado en la cima del monte, como siempre. Nadie podría

notarlo. Estará tan lleno de gente por el festejo del día del trabajador*, que

nadie nos verá y nos perderemos en medio de la gente...+

- Yifan - reclamó lleno de ansiedad - Ya... ya estar viéndote no está bien y...+ +

- Es una película de Jakie Chan - dijo Yifan.+

Y Zitao se quedó callado. Boquiabierta y completamente mudo. Parpadeó muchísimas

veces antes de digerir la información y dijo.+

- ¿Qué te hace pensar que me gusta Jakie Chan?1

- No sé - dijo entre tenso y frustrado interiormente Yifan - Quizá porque

siempre hay mucha pelea en sus películas... creí que...+

Balbuceó al final, mordiéndose ávido sus labios, sintiéndose de lo más estúpido. n

- De acuerdo - consintió Zitao, con voz baja por encontrarse todavía asustado

ante lo que estaba por hacer.+


Y Yifan sonrió tan abiertamente, que Zitao se sintió un tanto cohibido. Miró a

Yifan y miró la ropa. Sus ojos se removieron entre los dos puntos de interés,

mientras Yifan con evidente entusiasmo comenzó a prometerle...+

- ¡Te va a gustar! Lo prometo. Es una película que están repitiendo. Algo así

como la semana de lo mejor del cine chino por el feriado. Yo prometo que estarás

aquí de regreso para que... - un suspiro en sus palabras, como si volviera en

sí, hizo que Zitao se quede mirando esa sonrisa impresionante y luminosa como

nunca antes había mostrado Yifan que dijo completamente ansioso - Gracias...+

- ¿Es... tuyo? - preguntó nervioso el niño, señalando la ropa en la piedra que

siempre le servía de asiento.+

- No - respondió sonriendo como si Zitao hubiera hecho el mejor chiste - Lo

compré pensando en... tu talle...+

Y Yifan tragó duro, barriendo con la mirada a Zitao por completo de la cabeza a

los pies, abriendo apenas sus labios como queriendo decir algo, pero simplemente

se quedó en silencio. Todavía recordaba bien que cuando fue a comparar esas

prendas y el empleado le preguntó "de qué talle", se encontró describiendo la

figura del niño, recordándose a sí mismo lo delicado que era, tal como se lo

había hecho notar el vendedor. Nada del otro mundo, podría decirse, eran las

prendas. Pero, imaginárselas en el cuerpo de Zitao, lo había mantenido

completamente ávido de intriga en esos días. +


Naturalmente, Zitao se quitó su túnica y sus pantalones como si nada malo

pasara. Yifan elevó sus cejas alto, abriendo más su boca, pero quedándose sin

aire. Zitao mostraba así nada más su esplendor en su inocencia. Precioso. Nunca

podría Yifan haberse imaginado nada mejor, ni aún en esos terribles sueños con

su niño. Perfecto. Porque Zitao no tenía ni idea de lo que despertaba en Yifan,

entregado y confiado al cuidado de Yifan, que agitado se dio la media vuelta,

dándole la espalda al niño, en medio de un torpe tartamudeo.1

- O-oye... dime... dime al m-menos para que me dé la vuelta...1

16 años. Podría haber aprovechado y sin embargo en lo único en lo que pensó fue

en preservarlo. Zitao se merecía lo mejor de él.+

Zitao se quedó erguido, con los hombros rectos y su rostro con evidentes signos

de interrogación esparcidos inocentemente ante la vista de la espalda de Yifan.

El niño simplemente con su labio inferior prominente y con una de sus cejas más

arriba que la otra, miró unos segundos a Yifan, antes de preguntarle.+

- ¿Ocurre algo malo?+


Mierda... No ocurría nada malo. Todo lo contrario. Si estaba prácticamente

desnudo en medio del monte, a la luz del día, expuesto a los rayos que

delineaban esa escultural figura pequeñita, delicada, pero bien fibrosa y Yifan

se sentía estúpidamente avergonzado de ¿qué?1

- Niño... E-estás... tú estás... ¡cualquiera puede verte...!+

Zitao se encogió de hombros desinteresadamente y tomando la remera blanca,

dispuesta para él, habló tranquilo.+

- Todos me ven cuando nos bañamos ¿Cuál es el problema? No eres el primer hombre

que me ve prácticamente desnudo. Me ha visto ya como ¿un centenar de hermanos...

será? - se preguntó volviendo sus ojos rasgados más pequeños aún mirando a lo

alto.1

- ¡¿Qué?! - exclamó duramente, removiéndose de su sitio, para mirar al niño de

frente - ¡¿Todos te... te han visto así?!+

- ¿Así cómo?+

Y Yifan escuchó la sonrisa proveniente de Zitao, como si de verdad fuera de

comedia la cosa. Hasta que se quedó tildado, habiendo analizado la mirada de

Yifan. +
Es verdad. Zitao podría haberse dado un baño junto a todos los hermanos del

templo y no era nuevo que se encontrara sin ropa, pero... nadie lo había mirado

con esos ojos brillantes y oscuros por demás. Nadie lo había inspeccionado

minuciosamente desde la punta de su cabeza, hasta la punta de los dedos de sus

pies. Nadie se había detenido en dibujar en el movimiento de sus pupilas, las

líneas de su figura. Nadie lo había mirado. Nadie. Solo Yifan.+

El niño no era niño. Zitao hora se daba cuenta de lo que a Yifan le pasaba. Y

aún cuando se hubiera contenido por hacer como si nada, sus mejillas se

envolvieron en miles de tonalidades que fueron del rosa al fuego, con diminutos

destellos de sudor que se notaron brillosas en su nariz. Yifan lo quería, se lo

había dicho y Zitao recordó de pronto que "era suyo", "su niño".1

- Creciste - murmuró con los ojos bien abiertos y titilantes Yifan, con una

mirada voraz, resaltada de forma perturbadora, por su ceño fruncido.+

- Solo un poco - asintió Zitao.+

En el fondo, el niño podía sentir cómo un jolgorio de remolinos se armaba en su

estómago. Un cosquilleo estremecedor que podría haberlo hecho reír, porque Yifan

lo había notado. Si. Zitao estaba más alto, más fornido, en apariencia, como un

joven más.+

- Creo que... creo... - murmuró Yifan de repente tenso, congelado en su sitio,

sin saber que Zitao se daba cuenta que no era su rostro lo que miraba - ...creo
que mejor te espero más abajo, hasta que te vistas.+

Y Zitao solamente pegó un suspiro, cuando vio desaparecer a Yifan, recordándose

lo que era respirar. Viendo la figura del hombre, el niño se tocó el pecho,

ordenándose reponerse, para ponerse rápido la ropa.+

Para cuando terminó, habría querido tener un espejo para verse, antes de ir

cuesta abajo a buscar a Yifan. Se turbó para sus adentros, sintiéndose vanidoso

por desear verse bonito y apretó sus párpados, para desterrar de su mente

cualquier vestigio que turbara a su alma en algo tan superficial. Entonces se

impuso ir al encuentro de Yifan. Pero cuando lo vio de espaldas, su corazón

palpitó nervioso, preguntándose qué impresión dejaría en Yifan, que sería la

primera vez que lo vería así, como un chico común y corriente. La ansiedad hizo

que urgente bajara su vista hacia sí mismo y las palmas de sus manos pasearon a

lo largo de sus prendas, como queriendo dejarlas lisamente perfectas, más allá

de lo incómodo que se sentía, solamente para estar presentable ante él. +

En el momento que elevó su vista, no se percató de que Yifan ya se había

volteado a verlo. La mirada de Yifan era tan analítica sobre él, que pensó que

había algo mal en su aspecto. Por lo que se inspeccionó a sí mismo, para estar
seguro de que todo estaba bien. +

- Gracias - dijo el niño, mordiéndose el labio inferior - Aunque a decir verdad

me queda un poco ajustado porque... crecí...+

Sencillo, bonito y perfecto. No es que Yifan le hubiera comprado cualquier cosa,

sino que fue minucioso en el detalle de buscar lo mejor que podría ofrecerle,

teniendo en cuenta que Zitao en su sobriedad, de seguro no querría llamar

demasiado la atención. Jeans azules, camisa blanca, con zapatilla y visera del

mismo color para hacer juego, podía verse como algo común y corriente, pero no

en él. Zitao era demasiado bonito y adorable de observar. +

Zitao se sintió nervioso por el mutismo de Yifan. Turbado preguntó para saber.+

- ¿Algo mal?+

Y entonces escuchó a Yifan en un suspiro profundo solo tuvo que decirlo.+

- Eres precioso mi niño.16

El niño, tieso en su sitio no pudo reaccionar, ni siquiera cuando Yifan se le

acercó para tomarle la mano y dejarle un beso inesperado en los labios. No fue

tan breve y por lo mismo fue muy cálido. Y los dos lentamente cerraron sus ojos.+
Zitao se deleitaba sentir la piel suave y el aliento siempre a menta que le

dejaba Yifan. Disfrutaba del movimiento imperceptible del abrirse y cerrarse de

los labios de Yifan. A él le encantaba cuando Yifan asentaba sus manos alrededor

de su rostro, acariciando con sus pulgares sus mejillas. Le gustaba que sea tan

alto, haciéndole a él elevar su rostro, porque era como sentirse cubierto y

resguardado, entendido y aceptado. +

Por primera vez, Yifan disfrutó del movimiento inseguro e inocente de los labios

de Zitao. Entendió que él quería más y se permitió con delicadeza a dejar que la

punta de su lengua acariciara la boca de su niño. El gemido que salió del

aliento candente de Zitao, hizo que su entrepierna quisiera estallar como si

chispas de rejuntaran queriendo explotar. Por eso mismo, muy a su pesar, decidió

lentamente apartarse. +

Zitao se encontró frío, sin entender a dónde se había ido esa boca. Sus párpados

ociosamente se abrieron, encontrándose con la sonrisa de Yifan. Y Yifan

entonces, le tomó la mano y tiró de él cuesta abajo. +

Yifan tenía razón. Se perdieron en medio del gentío que festejaba en las calles

¿Los miraban? Si. Mucho. Probablemente porque Yifan era demasiado lindo, desde

la perspectiva de Zitao, como para no llamar la atención. O porque, desde la

visión de Yifan, Zitao era demasiado delicado y apetecible por su evidente

inocencia, plasmada en su necesidad de buscar protección en su cercanía,

provocando el deseo en los ojos hambrientos de quienes lo miraban demasiado. Eso

no quitaba que pasaran como dos chicos normales, que estuvieran en una cita. Y
los dos sin saberlo, mirándose y sonriendo, se encontraron disfrutando

maravillosamente de algo tan simple como ir tomados de la mano, haciéndose

bromas, abrazándose de a ratos, permitiéndose un beso en los labios de vez en

cuando.+

Hicieron cola para sacar las entradas de cine. Compraron palomitas de maíz como

los demás, para llevar paquetes en mano y vasos de gaseosa. Y entraron a la

sala, buscando sus asientos, en medio del bullicio de todos. Yifan habría

querido elegir los lugares más al centro, pero Zitao en su temor persistente e

incomodidad evidente, le pidió ir casi al final, para no ser visto por nadie.1

- ¿De qué trata "El Mito"? - preguntó Zitao, mientras se acomodaba en su

asiento.+

- No tiene sentido que te cuente si vamos a verla.+

- Solo algo - pidió con un dejo de lamento en su tono - Apuesto a que todo el

mundo sabe y yo soy el único que no la ha visto.+

Yifan sonrió ante ese labio inferior que asomaba prominente y aniñado ¿Cómo

negarse si se veía tan bonito?+


- Está ambientada en la dinastía Qin. El general Meng Yi debe escoltar a la

princesa coreana Ok-Soo a China, para casarse con el emperador Qin. A lo largo

del viaje, un guerrero coreano intenta apoderarse de ella, pero el general Meng

Yi la salva.+

- Y se enamoran - prorrumpe convencido de su conclusión Zitao, llenando su boca

con palomitas de maíz - ¿Y qué más?+

Yifan simplemente sonríe, porque no contará tanto como eso. Solamente lo

necesario.+

- Todo se trata de la búsqueda del elixir de la inmortalidad, tanto en el

pasado, como después en la actualidad. Y no te diré más porque...2

- Adiviné - dice elevando su mentón, con un aire de triunfo - El general y la

princesa se enamoran, pero seguro ella debe casarse porque si es coreana, está

destinada a hacer esa alianza. Y deben renunciar a su amor ¿Me trajiste a ver

una película romántica o de acción? - se queja arrugando su frente.4

Cuando las luces se apagan, Yifan se toma la feliz libertad de pasar su brazo

por detrás de la espalda de Zitao y posar su mano en el hombro. Y Zitao,

naturalmente apoya su cabeza en el hombro de Yifan, aún si su gorra le

estorbara, porque no quería llamar la atención de nadie. +


La pantalla se encendió y la película transcurrió para los ojos maravillados de

Zitao. No era la primera vez que iba al cine. Sino que era la primera vez con

Yifan. +

A Zitao le gustó ver el despliegue de circo de artes marciales. Podría haber

reído un par de veces, porque las situaciones de lucha le parecían tanto locas

como descabelladas, pero pintorescas. Sin lugar a dudas, eran profesionales. Y

además, había algo que no le había dicho a Yifan, sí le gustaba Jackie Chan. +

En cuanto a Yifan... Yifan podría haberse quedado anclado en esas luchas

desencarnadas que se desataban entre los rivales. Podría. Pero hubo algo que a

Yifan lo sacó completamente de ese interés. Algo que ni siquiera había prestado

atención la primera vez que vio esa película. Yifan sintió, cómo su corazón

comenzaba a latir desaforadamente, en el momento del encuentro entre los

enamorados. El general Meng Yi, que se había reencarnado en la figura actual del

arqueólogo Jack, había llegado a los brazos del amor que había buscado a través

de tantas vidas, la princesa Ok-Soo. +

La melodía era cantada en el momento justo en que los amantes se encontraban. Y

la paz del hombre, irradiaban en el instante en que abrazaba a su persona

adorada. Pero la canción era demasiado triste...+

Líbrame de este esperar. Veo caer las estrellas, al tenerte al fin en mis

brazos. Somos un solo latir. +


Créeme no voy a cambiar. Te sigo esperando aquí, pese a tantos fríos inviernos,

no me voy sin ti...* +

Las voces, que oscilaban entre el chino y el coreano que Yifan bien entendía,

hacían más intenso el momento, porque quizá Yifan recordó que al final, ellos

jamás podrían estar juntos, porque estaban lejos, aún estando abrazados. +

Por favor toma mi mano, cierra los ojos. Recuerda los días pasados de nuestro

amor. +

Nos amamos demasiado el uno al otro, que el silencio está matando nuestro

corazón...* +

Un temblor asomó por su mano, sintiendo sus huesos contraerse y cerrarse con

fuerza, con tanta, que Zitao tuvo que recordarle que era su mano la que

sostenía. +

- Yifan ¿qué ocurre? - preguntó en un susurro llagado.+

En la oscuridad, el brillo de sus pupilas se encontraron, mientras Yifan

persistía en sostener con rudeza la mano de Zitao. +

Yifan entendió algo escondido en su mente de lo que no se había percatado. No

eran niños, pero tampoco adultos. En sus vidas podrían ocurrir demasiadas cosas,
entre ellas, la que él mismo se había dispuesto a olvidar. Ahora entendía el

miedo de Zitao.+

- Zitao... - comenzó a decir.+

Y en medio de la sala, alguien apareció como lechuza para callar al molesto que

no dejaba ver la película en silencio. Y ambos volvieron su vista al frente.+

Para cuando Zitao, en algún lugar recóndito se terminó de cambiar de atuendo,

por el habitual de los monjes, lo hizo en medio del silencio de Yifan, a quien

veía de espaldas. Yifan se había demorado demasiado en caminar. Zitao lo había

apurado al punto de casi enojarse, porque sintió que se lo hacía a propósito.

Pensativo en esa actitud infantil de Yifan por retenerlo más tiempo del

acordado, lo observó mientras guardaba las prendas en el bolso.+

- Ya está - le hizo saber.+

Yifan se dio la vuelta, acercándose a Zitao. Casi nada de distancia había entre

ellos. El suspiro de Yifan, cayó en el rostro de Zitao que sonrió al darse

cuenta de su calor mentolado. Elevó su vista y se encontró con una mirada


ilegible de Yifan. Entonces Zitao levantó su mano para acariciar el rostro de

Yifan, que sorprendido elevó sus cejas, perplejo por ese gesto. Y es que,

normalmente siempre era él quien tomaba la iniciativa de darle besos, abrazos y

caricias, buscando ese contacto con su niño. Pero esta vez, Zitao había sido

quien había dado el primer paso.+

- ¿Qué ocurre? - preguntó a Yifan - Dime. Estuviste raro al final.+

- No me gustó la película.+

Zitao rió, sin dejar de pasear su mano por la mejilla de Yifan y divertido le

echó en cara.+

- O sea que me llevaste a ver una película que no te gusta y ¿por eso estás así?+

Yifan no parecía entender la gracia. Por el contrario estaba demasiado serio,

mirando los gestos de Zitao.+

- Se suponía que deberían haberse reconocido. Se suponía que no se olvidarían

nunca - reclamó Yifan, como si le reclamara a él el final - No se suponía que no

debía terminar así.6

- Estuvo espectacular la parte en la que luchaban ¿sabes? - insinuó sonriendo de

nuevo Zitao, más por ver si entendía el punto al que quería llegar Yifan. +
La sonrisa de Zitao desapareció por completo, cuando vio que Yifan permanecía

serio. Su mano se detuvo un instante, para tratar de entender. Preocupación

asomaba por los ojos oscuros de Yifan. Por eso Zitao solo atinó a hacer lo que

sentía. Abrazarlo con todas sus fuerzas. No entendió bien lo que pasaba por la

mente de Yifan, pero fue como si un temor subyacente recorriera su rostro. +

Zitao elevó su rostro para verlo bien y le dijo convencido.+

- Sabes Yifan, yo jamás te olvidaría. Ni en esta vida, ni en la próxima. 12

Y Yifan suspiró ni que devolvieran la vida al cuerpo que hasta hace un segundo

estaba tieso, ni que fuera inerte. Con una fuerza un tanto brusca, tomó a Zitao

de la cintura para acercarlo más y preguntó.+

- ¿Pase lo que pase? ¿Me lo juras?3

- Tú eres inolvidable Yifan - dijo sonriendo Zitao - Jamás te podría olvidar. 1

- Zitao...+

Quiso decirlo, pero no sabía si decirlo. Calló unos segundos, en lo que se

mordió su labio inferior suspirando al segundo, para terminar diciendo.+

- Creo que... te amo.18


Amor era una palabra tan monumental, que Yifan tuvo miedo de decirla. Pero

apenas saliera de sus labios, fue como si la paz absoluta hubiera dominado su

corazón que estaba demasiado grande para darle cabida a Zitao. Y por extraño que

parezca, Yifan no esperaba que Zitao respondiera si no sintiera lo mismo o

incluso no quisiera decirlo, porque a él le bastaba decirle su verdad a su niño.

- Yifan, yo también creo que te amo - dijo Zitao, para terminar como nunca

antes, saltando a lo alto, amarrándose al cuello de Yifan - Por eso nunca, nunca

te podría olvidar, ni en esta vida, ni en las que vienen...8

Podrían haberse jurado un para siempre. Podrían haberse prometido jamás

separarse. Podrían... pero no lo hicieron, porque los dos eran demasiado maduros

como para darse cuenta, que la vida era bastante larga como para no saber que

muchas cosas podrían transcurrir en sus caminos. Más con un presente tan

incierto. +

Y aunque los dos callaran lo que sus almas gritaban, en el silencio de sus

corazones, sin saberlo y al mismo tiempo, se juraron uno al otro algo así como

"amor eterno".

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* El cumpleaños de Zitao es el 2 de mayo, por tanto se encuentra en la fecha

dentro de la celebración del "Día del trabajador".+

* La canción que sirvió de banda sonora en el film, se llama "Endless Love". La

misma es interpretada por el actor, director y productor de origen chino Jackie

Chan y la actriz coreana Kim Hee Seon.

"El amor es de locos"


Temblaba de la cabeza a los pies, aunque jamás se lo dijera. Zitao se percibía a

sí mismo irracionalmente ansioso por demás, a la espera del día siguiente en que

se encontraría con Yifan. Su corazón torpemente atolondrado, palpitaba desbocado

en el anhelo de verlo. Debía inmutable permanecer sentado en su posición de

meditación y obligarse a respirar concentrado para que nadie notara su

agitación. Él, se había vuelto su necesidad. 1

Los nervios lo comían por dentro. Yifan percibía que se fijaba en la hora más de

lo normal. Había tenido que moderarse, cuando vio a su padre que con recelo lo

observaba y le había dicho un día "¿Qué acontece?". El "Nada", como respuesta a

su progenitor, le había hecho darse cuenta de que se estaba exponiendo

demasiado. Sus manos unidas se frotaban nerviosamente, haciendo crepitar los

huesos de sus largos dedos. La quietud se hacía insoportable desde el día

anterior, por lo que debía caminar de un lado al otro tratando de bajar los

decibeles de la emoción de saber que al día siguiente lo vería. +

¿Cuándo dejaban de sentir todo aquello? +

Cuando sus ojos se encontraban.+

Y Zitao suspiraba como sintiendo que la paz volvía a su cuerpo. Y Yifan

suspiraba porque al fin estaba tranquilo y completo de nuevo. No había más

ansiedad, ni temblores, ni preocupaciones, ni inquietud, ni nada que estorbaran

sus mentes pacíficas y absorbidas por los nervios de los días anteriores, porque

todo estaba bien cuando se encontraban.+


Yifan abría los brazos y Zitao se metía en ellos. Yifan sentía el calor de la

sonrisa del aliento de su niño que volvía a la calma. Zitao absorbía la

armoniosa respiración de Yifan en su cabeza. Los dos sabían que el niño tendría

la ventaja de escuchar los latidos agitados del corazón del mayor, que retumbaba

en su oído graciosamente y a la vez como si fuera la señal de que ya todo estaba

tranquilo.+

Siempre estar juntos en esas horas que se volvían en extremo breves para los

dos, suponía un entretenimiento divertido, aún si estuvieran en silencio. Aunque

siempre sería un momento para aprender cosas el uno del otro. Como ese día en

que Zitao no pudo evitar comenzara a aplaudir la visión del artefacto que Yifan

comenzaba a sacar del bolso negro, cuidadosamente. Vio lo que era, así que, con

una sonrisa impresionante y las cejas en alto exclamó graciosamente.+

- ¡¿Me vas a enseñar?!+

- Por eso lo traje mi niño.+

Y el niño tampoco pudo evitar dar unos saltitos en su sitio, al segundo que tomó

entre sus manos el arco que había depositado en el suelo, mientras el dueño

seguía dejando entrever del interior del bolso más cosas necesarias para

ejercitar. +

- ¡Es pesado! – proclamó el niño abriendo bien sus ojos y viendo sus brazos
contraídos, por la musculatura que debía forzar la maniobra de sostener el arco

– Deben ser unos... ¿4 kilos?+

- Poco más de 4 kilos – explicó Yifan, mientras se colocaba unos guantes

extraños que Zitao entendió que le servían de protección – Para que puedas

maniobrar, por ser la primera vez.+

- ¿Para que pueda maniobrar? – preguntó con un dejo de picardía al segundo que

elevaba risueño una ceja y sonreía a un lado – Déjame decirte Wu Yifan que soy

el mejor en puntería cuando se trata de dar justo en el centro con mis armas.+

Yifan detuvo lo que estaba haciendo, mirando fijo a Zitao, que al instante se

arrepintió de haber dicho eso. El mayor frunció el ceño y ladeó su cabeza a un

lado.+

- ¿Usan armas? – le reclamó.+

Zitao se removió de su lugar y le dio la espalda, tomando el arco y probando la

flexibilidad de la tensa cuerda, que unía los extremos del artefacto. En

realidad, quería hacer como si nada extraño pasara, tomándose con naturalidad lo

que le había dicho.

- Así es. Es parte de nuestro entrenamiento.1

Zitao pudo escuchar un resoplido de hastío por parte de Yifan. Pero permaneció
estirando la cuerda, probándose a sí mismo si tendría suficiente fuerza como

para manejar el arco, en lo que escuchó la vos grave y dura de Yifan.+

- ¿Qué clase de armas?+

- Bueno – respondió sin ánimo de ocultar nada, porque en definitiva no había

nada de malo en eso – Es variado. Pero... digamos que me gusta el palo de bambú.

Es el más inofensivo en apariencia, pero es letal si sabes usarlo con arte.6

- ¿Y a quién se supone debes aniquilar? – resopló entre irónico y tenso – Creí

que les estaba prohibido hacer daño a cualquier ser vivo.+

Ya sabiendo a dónde iba eso, Zitao soltó el arco de mala gana, pesadamente y

sin disimulo molesto, en el suelo. Se paró erguido y caminó unos pasos hacia

Yifan que bajó la vista, en lo que sus manos posaban en sus caderas,

enterrándose rabiosamente la punta de sus yemas en sus prendas. Zitao vio cada

gesto en apariencia, imperceptibles y hasta oyó los improperios que salieron en

murmullos rabiosos. Se paró en frente del hombre alto y viendo que no conseguía

que elevara su cabeza, se la rebuscó él mismo para bajar la suya, como si

estuviera haciendo una broma, sonriendo para aplacar la furia.+

- Yifan – llamó en vano, al mayor que parecía empecinado en esquivarlo.+

Solo cuando sus manos se elevaron y sostuvo su rostro entre sus palmas, pudo al

fin lograr que sus miradas se encontraran. 2


Yifan suspiró. Zitao sabía bien qué pasaba por su mente. +

- No pasa nada Yifan – le aseguró sonriendo – Es solamente ejercicio. Como tú

con el arco. +

Yifan lo miró suplicante, disparando extrañamente sus brillantes ojos al corazón

de su niño y le dijo para que no le siguiera viendo la cara de tonto.+

- Yo lo hago por diversión y además solo tengo una diana* en frente, no otro que

se ejercita a ver si me da en el centro a mí. Tú en cambio...+

Y silenció sus palabras, como si la impotencia lo dominara. Zitao razonó el

asunto y lo miró apacible, conmovido por la preocupación. Se aferró de su

cintura y acercó su cuerpo al de Yifan, sintiéndose contento por esa

manifestación que lo hacía sentirse sumamente importante. Sonrió, ante la

exageración de Yifan sin embargo y le aseguró, sabiendo que era en vano.+

- Soy bueno. Nunca me han hecho nada. +

- Claro – reclamó rodeándolo con sus brazos – Solamente esos moretones y

raspaduras con las que siempre vienes. Creí que eran solamente de ejercitarte

solo y ahora... entiendo que...+

Y Zitao se sintió más tranquilo por no haberle dado la lista completa de los
artefactos que solía usar, aunque de seguro Yifan iría después corriendo a su

casa a comenzar a investigar. Pero ahora, él no lo iba a preocupar más. Así que,

como el niño que era, elevó su mentón, apoyándose en el pecho del mayor, sacando

a relucir su labio inferior que bien sabía que Yifan adoraba ver y reclamó

aniñado.4

- ¿No me iba a enseñar? Yo quiero aprender a usar el arco...+

Esa preciosa mueca despertaba chispas de sudor en Yifan, que hacía que

inevitablemente se incendiaran sus sentidos requiriendo algo que Zitao bien

sabía que lograría tener. Y Yifan sonrió, aunque sin perder ese rastro de hastío

y preocupación. Y apoyando su frente en la de su niño, acercó sus labios para

susurrarle.+

- Eres terrible ¿sabías?+

- Si – dijo pícaro, encogiendo sus hombros – Has hecho de mí un monstruo Wu

Yifan. Ahora, dame mi beso.

Cuando sus labios temblorosos se encontraban, era como si un cúmulo de ardientes

deseos se arremolinara en sus cuerpos. Zitao se reconocía a sí mismo siendo

completamente rebelde, cuando sus pequeños y delgados dedos subían por la nuca

de Yifan, para enterrarse entre sus cabellos, ejerciendo una presión que

solamente dejaba en evidencia lo mucho que le gustaba el preciso instante en que


la lengua de Yifan se animaba a salir de su boca para meterse en la suya. Eso

animaba a Yifan a hacer el siguiente paso. Sus manos grandes se enredaban en su

espalda baja, acercándolo ardorosamente hacia su cuerpo, para pegarse más de lo

que ya estaban. El roce de sus hombrías, hizo temblar a Zitao, que lejos de

alejarse, se encontró abriendo la boca para dejar en el aire un gemido por demás

embriagador para Yifan, que lo atrapó con gusto, volviendo a juntar lo caliente

de sus alientos en un beso que parecía sin final.

Los dos sabían bien a dónde irían a parar algún día, pero ese no sería el día.+

- ¡Centro! – gritó preso del entusiasmo Zitao, dando un salto corto mientras

elevaba triunfante su puño al cielo.+

Yifan aplaudió a su niño, viendo los frutos de más de dos días de habérsela

pasado instruyéndolo en ese deporte. Pero le gustó más la recompensa. Zitao se

dio rápido la media vuelta y dejando en un segundo el arco en el suelo, corrió

hacia Yifan, tomándolo completamente desprevenido cuando le saltó encima,

dejándose atrapar por aquella mirada llena de expectación del mayor, que reía

abiertamente ante el acto novedoso de su niño.+

Si hay algo que Yifan entendía, es que Zitao vivía en un mundo que le otorgaba

el beneficio de no desear cosas que creía que no valían la pena. Una vida llena

de renuncias que le habían inculcado en el templo, haciéndolo renunciar incluso

a su propio carácter. Aún recordando aquel día que lo conoció y cómo se le había

plantado en frente de todos, gritándole sin pensar en las consecuencias, Yifan


simplemente vio a un niño ardiente, explosivo, efusivo y claramente fantástico,

fascinante y poderoso, como cuando se defendió de esos abusadores. Y esas eran a

su entender, las cosas que el templo se habían encargado bien de "modelar",

"moldear", "calmar" y en definitiva resignar. Por eso, cuando Zitao se

comportaba de aquella forma, siendo tan "él", Yifan, se sentía completamente

feliz, porque sabía que con él, Zitao podía ser realmente "Zitao", "su niño".+

- Hoy ejercitamos para fortalecer tus patadas – ordenó Zitao ese día.

- Tengo fuerza en mis piernas – le aseguró Yifan, elevando una de sus cejas, en

lo que su mentón descendí sugestivo apenas.+

- No seas tonto – respondió en voz baja el niño, sintiendo un calor asomarse en

sus mejillas.+

- Lo digo en serio – dijo sonriendo abiertamente – Me han tenido ejercitándome

desde que tengo memoria. Además, no entiendo tu empeño en enseñarme esto. Tengo

guardias que trabajan protegiéndome todo el tiempo. Darían la vida por mí.+

- ¿Y tú darías la vida por ellos?+

- Claro – dijo seguro – Son buena gente.+

- Entonces, con más razón debes estar preparado – le dijo serio.


Yifan dejó entrever sus ojos abiertos y sus cejas en alto. Sus labios curvados a

un lado, se entre abrieron para musitar apenas.+

- ¿Estás preocupado por mis guardias?+

No hubo respuesta por parte de Zitao, que divagó sus ojos a cualquier parte del

suelo, para no mirar a Yifan. Cuando el niño percibió el calor de la palma de la

mano del mayor, que de seguro iba a posarse en su hombro, dio un paso atrás.

Yifan cerró los ojos, concluyendo sin meditarlo demasiado, lo que era evidente.+ n

- Viste las noticias.+

Zitao elevó lentamente su mirada, sin aparente expresión en su rostro. Pero

tampoco es que hiciera demasiada falta. Yifan sabía bien contemplar sin palabras

lo que transcurría por la mente del niño, que justo removió tenso la nuez de su

cuello, como si se tragara lo que querría decirle. +

- Lo siento – dijo emitiendo al segundo un suspiro – No quería... preocuparte...

por eso no te conté cuando...+


- ¿Esperabas que en los noticieros no dijeran nada...? +

- Mi niño, te juro que...+

- ¿... del atentado a la reconocida familia Wu?+

- Eso fue... una exageración y...+

- Exageración en la que murieron dos de los guardias que te cuidaban.1

Yifan pudo percibir el agudo sonido ahogado, de esas últimas palabras de Zitao.

Por eso sin brusquedad y mostrándose imperturbable, llevó su mano para posarla

en la mejilla del niño, que cerró sus párpados en un lamento que daban cuenta de

la preocupación evidente. +

- Ni siquiera los vi – le dijo sereno Yifan – No llegaron a mí.+

- Pero iban por ti – asumió Zitao, al segundo que sus manos sujetaron el borde

de la sudadera del mayor, en un ligero temblor – No por tu padre o tu madre.

Ellos, iban por ti. Y vienes aquí y te pones en riesgo y entonces pienso que lo

mejor sería que...+

Yifan ni le dio oportunidad de terminar con esa frase. Jamás se lo permitiría.

Por eso le tiró del brazo y lo acopló a su cuerpo en un terrible abrazo, para
que Zitao se hundiera en su pecho, mientras él le daba un beso a su corona

calva. 12

Ni pensar en dejar de verlo, aunque pusiera en riesgo su vida. Yifan había

descubierto recientemente, que era demasiado temerario en sí mismo, como para

darse cuenta del peligro real al que estaba expuesto. Desde su lógica solo cabía

pensar que su padre era importante y de vez en cuando podrían presentarse

imprevistos como esos. Así que, debía acostumbrarse. Pero a lo que jamás podría

acostumbrarse sería a dejar de ver a su niño, porque él era la única persona a

quien sabía que le preocupaba realmente y era la única persona capaz de hacerlo

sentir las cosas que le hacía sentir.+

- Mejor – dijo tranquilo Yifan – me enseñas más sobre el ataque, más que defensa

¿Te parece?+

- Si – susurró Zitao, abrazado a Yifan – Me parece.+

¿Qué era lo que más gustaba a Zitao de los tiempos que compartían juntos?+

Todos. +

Pero sin lugar a dudas era el posar sus ojos en las líneas duras y viriles de

Yifan, que en el poco tiempo que llevaban conociéndose seguía cambiando. Zitao

se preguntaba entonces si él también estaba creciendo, porque su estatura y su

cuerpo iban conforme a la altura de Yifan, siendo aún más bajo, pero no por eso
una miniatura como antes. Zitao sonrió por lo descabellado de sus pensamientos y

siguió analizando a Yifan. +

- ¿Qué es tan gracioso? – preguntó Yifan, apenas con los ojos entreabiertos.+

Zitao solo sacudió su cabeza de un lado a otro débilmente, como diciendo "nada",

a lo que Yifan se limitó a cerrar sus párpados pesadamente, para continuar con

su siesta del día. Zitao siguió en ese momento peinando la maraña despeinada de

los cabellos gruesos, pero suaves y de aroma a limpio de Yifan, que a él tanto

le gustaba. Había descubierto que detrás de esos rasgos un poco bastante

inexpresivos, Yifan era de una mirada inquietante, penetrante y por demás

comunicativa. Pero ahora que estaba con la cabeza en su regazo, descansando y

con los ojos cerrados, Zitao se preguntaba qué acontecía en la mente de Yifan,

que parecía complacido disfrutando que su niño paseara por sus facciones con la

yema de sus delgados dedos y sus desordenadas hebras. +

- Estaría así por siempre – dijo de pronto, sin moverse del regazo donde estaba

de lo más cómodo – Dime Zitao, si esto se siente tan bien y te hace feliz, si

hay tanta paz en este instante ¿Por qué se supone que debas renunciar?+
Los dedos de Zitao se detuvieron, quedándose anclados en el cuero cabelludo de

Yifan, que al momento en que abrió los ojos, reconoció la expresión dubitativa

de su niño. Yifan tomó con las suyas las manos de Zitao. Una la posó en su

propio pecho y la otra, después de darle un beso, la siguió sosteniendo. +

- Sé que no quieres hablar de esto – le dijo abriendo apenas la boca, apretando

sus dientes, como conteniéndose de ser brusco en su tono, pero contrayendo sus

labios – Solo que... +

Zitao se removió en el suelo, como queriendo levantarse y así obligar a Yifan a

seguirlo. Pero Yifan se lo impidió desde donde estaba, agarrando con fuerza sus

manos y mirándolo de esa forma tan intimidante.+

- Yifan. Ya te dije que...+

Yifan se levantó en un segundo, poniéndose de rodillas en frente de Zitao,

rebuscándoselas para no soltar sus manos, por si al niño se le ocurriera

escapar. Los dos se miraron, el uno al otro, con los ojos bien abiertos y

expectantes. Zitao sorprendido, miró sus manos temblorosas y calientes, dándose

cuenta que ese movimiento agitado no era suyo, sino de Yifan. +

- Sé lo que dijiste. Pero Zitao – habló seguro en sus palabras – mira... yo

cumpliré los 17. Y estaba pensando en algo... A pesar de ser menor, mi abuelo

cuando murió, dio la orden de que lo que me corresponde como herencia me fuera

cedido a los 17, suponiendo que era el tiempo en que finalizara mis estudios en
la escuela e ingresara en la Universidad y... y entonces yo podría nombrar mi

tutor, que no quiero que sea mi padre. Será alguien en quien confíe y entonces,

si tú te vas del Templo, si decides dejarlo... si te vienes conmigo...3

- ¡¿Estás loco?! – exclamó perplejo Zitao, respirando nervioso.+

- ¡Por ti Zitao! – largó con una sonrisa Yifan, agitado por demás, suplicando y

mendigando su pedido, ante los ojos desorbitados de Zitao – ¡Estoy loco por ti!

¡¿Es que no entiendes?!+

- ¿Qué... qué no entiendo...? – preguntó completamente perdido en esa nebulosa

de emociones encontradas, inseguro de sí mismo, pero seguro de saber lo loco que

Yifan estaba.2

- Yo te amo Zitao – dijo lanzando un largo suspiro, mientras sus ojos fijos en

el niño, no dejaban de adorarlo como si se tratara de la cosa más sublime que

estuviera contemplando – Yo te amo de verdad.1

Zitao habría querido gritar de la emoción, pero su lado pacifista y racional, lo

obligó a mantener la cordura y ser la voz de la cordura en esa situación,

irónicamente él, siendo el menor de los dos. +

- Yifan – comenzó a hablar, con esa vos clara y contundente, como llamando a

Yifan a retornar a la realidad – Apenas si nuestras vidas comienzan y queda

mucho por vivir. Puede que esto pienses ahora, pero...+


- ¡Yo no voy a amar a nadie más que a ti! – exclamó vehemente, soltando de

repente las manos del niño, dejándola en el aire.6

Zitao asentó sus manos en sus rodillas, mirando perplejo esa reacción de Yifan.

Se sintió en encerrado en un frenesí de emociones brillantes que muy en lo

profundo de su corazón querría haber gritado emocionado, porque ¡le había dicho

que lo amaba! Pero su mente entregada a la calma propia cual monje pacífico que

debía dejar de lado aquello que resultara perjudicialmente pasional, le impidió

hacer lo que quería. Por lo tanto, se mantuvo demasiado quieto e imperturbable,

elevó su mentón, haciendo su cuello más largo, sacando a entrever estoicamente

su pecho sin muestra alguna de agitación, para llamar a la cordura al mayor.+

- Yifan. La vida es larga y tienes muchas cosas por delante por experimentar. A

pesar de mis 14 años, siendo menor que tú, no soy un tonto y cuando estaba en la

escuela veía cómo los demás te miraban con...+

Tragó duro, sin querer decir la palabra "deseo". Claro que era deseo lo que vio

en los ojos de tantas chicas y chicos que miraban a Yifan. Algo que no había

podido dejar pasar desapercibido, menos teniendo en cuenta la cantidad de


regalos que había recibido de manos de sus admiradoras y admiradores. De pronto

se preguntó si los seguiría recibiendo y sintió un retorcijón en su estómago,

propio de cuando algo le desagradaba sobremanera. Calló unos segundos cerrando

sus ojos, tratando de hilas algo seguro, para dejar bien en claro su punto. +

- Tienes un mundo por conocer Yifan. +

- Y yo quiero que lo conozcamos juntos – refutó al instante.10

- Tienes mucha experiencia por adquirir por delante.+

- Y yo quiero aprenderlas todas contigo.+

- ¡Tienes un futuro prometedor! – exclamó sintiéndose derrotado.+

- ¡En donde quiero que siempre estés tú! – respondió sonriendo Yifan.4

- Yifan...+

- ¡¿Escuchaste lo que dije Zitao?! Te amo – dijo tomando las manos del joven

monje entre las suyas, llevándolas a su pecho, sosteniéndolas con una fuerte

delicadeza – Aunque me vaya lejos, aunque conozca muchísima gente, aunque

pasaran años, aún así ¡yo sé que te seguiría amando! ¿Quieres que tenga

experiencia? ¿Quieres que salga con otras personas? ¿que sea el novio de

alguien? ¿que estudie y trabaje? – remarcó, mordiéndose los labios, tomando aire
para continuar dejando su postura en claro – ¿quieres eso Zitao? ¿Que me vaya y

que haga qué? ¿Alejarme? Está bien – asintió – Podría hacerlo y volver de aquí a

diez años y te juro, que lo siento aquí – habló, apretando las manos del niño en

su pecho que retumbaba fuerte – Yo siempre te voy a seguir amando. Te juro que

te seguiré amando.16

De rodillas lo dos, uno frente al otro se analizaron en medio de la tarde

tranquila. Zitao vio las inmensas y oscuras pupilas de Yifan, que lo desgarraban

de ternura. A veces, la mayor parte del tiempo, Zitao se preguntaba quién era el

niño ahí, si él parecía más la mente racional. Pero de repente, se vio

arrebatado por el desbordante anhelo de lo que quería y el innegable rechazo de

otras cosas que se vio insoportable de aceptar. Él sería feliz de ver a Yifan

estudiando en una universidad, o simplemente conociendo gente nueva y paseando

por el mundo. Zitao no podía ser un egoísta de pensar en querer a Yifan para sí

mismo. Pero eso mismo, hacía que en un segundo no pudiera tolerar verlo con

alguien más, que no fuera él, entre sus brazos, recibiendo su cariño y sus besos

como solamente a él le daba. Sus ojos se nublaron por completo, a la vez que su

mano derecha se posaba e la mejilla de Yifan, sintiéndose completamente

derrotado, pero completamente feliz por poder decir su verdad.+

- Esto es... es una locura... una locura...+

Aunque no lo admitiera, Zitao tenía miedo de las consecuencias de sus acciones.

Yifan lo sabía y por lo mismo, también sabía bien qué hacer. Se acercó al rostro

de su niño, tomándolo entre sus manos y dejó descansar su frente en la de él.


Sus labios se rozaron mientras el susurro de los temores de Zitao, se volvían

silencio al encontrarse con los ojos seguros de un hombre que sería capaz de

luchar por él, incluso si eso significara luchar contra los argumentos

racionales del monje.+

- Dime lo que quieras que haga y lo haré. Solo por ti Zitao. Por nadie más...9

- Esto es una locura...+

- ¿Y no acaso el amor es de locos? Si la cosa más fácil pareciera ser que es

odiarse y el mundo está empeñado en seguir practicando eso. Pero yo... yo solo

quiero amarte ¿Y por eso, estoy completamente loco?7

Esa respuesta dejó a Zitao completamente descolocado. No era el significado del

amor que le habían inculcado. Sin embargo, no podía sentirse más apacible en ese

momento que verse en la mirada de quien le decía "te amo". +

- Yifan – gimió entonces, sin encontrar las palabras que explotaban.+

- Dime – le dijo paciente, acariciando el rostro del monje.+

- El maestro dice que amar a alguien, es querer verlo feliz...+

- Tú sabes cómo hacerme feliz.+


- Y eso es porque te amo – proclamó al fin.+

Zitao sonrió en la boca de Yifan, que no perdió tiempo para aprovechar esos

labios abiertos y tragar el último susurro que le decía "te amo". Los dos lo

sabía, aún sin decirse las palabras que pronunciaran esa declaración, podrían

haberse pasado el tiempo amándose sin la necesidad de expresarlo, porque los

gestos lo gritaban en el pacifismo de sus manifestaciones llenas uno del otro.+

- Verás que todo saldrá bien – le dijo Yifan feliz, sintiendo que el corazón que

antes se le quería salir, volvía a sentir la paz que por un momento pesó que se

le iría – Yo lo voy a planificar todo y verás que todo saldrá bien. 7

- De acuerdo. +

Nada podría estar más en su lugar que en ese instante. Nada que pudiera turbar

esa calma que se sentía cuando se decían cuánto se amaban. Nada.1

O al menos es lo que ellos pensaban.15

Yifan retornó a su residencia en la noche, pensando como siempre pasar

desapercibido ante los ojos de sus progenitores. Después de toda un vida de

mendigar atención o al menos algo de interés de su parte, por primera vez Yifan

se sentía agradecido de no ser visto por ellos. +

Tranquilo quiso subir la inmensa escalera para ir a su dormitorio cuando escuchó


las voces a la distancia. No habrían llamado su atención, de no haberse

percatado que si las oía hasta ese lugar, solo podía deberse a que estaban

hablando en voz alta. Regresó de los peldaños que ya había subido, para pararse

en planta baja y caminó por el pasillo siguiendo las voces que retumbaban. Se

quedó quieto, en frente de la puerta del despacho de su padre, cuando escuchó el

grito que retumbó.+

- ¡No me jodas Jang Hyuk! ¡Hice mi parte! 4

Jang Hyuk era un nombre que le puso a Yifan los pelos de punta, recordando bien

al caballero proveniente de Seúl. Un silencio se hizo de repente, al instante

que su padre volvió a gritar.+

- ¡No te debo nada! ¡¿Me oyes?! ¡Nada! ¡Tú saliste más que beneficiado en esto!

¡Pero ya te dije cuál es mi límite! ¡Yo no jodo con esa mierda!+

La no respuesta abierta, le hizo entender a Yifan que su padre gritaba pero

porque el susodicho estaba al teléfono. +

- ¡No hablaré más de eso! Y te advierto una cosa Jang Hyuk, vuelve siquiera a

atreverte a ir en contra de mi familia ¡Y verás lo que significa ser un Wu!+

Duro en su sitio, Yifan permaneció a la espera de escuchar más. Pero lo que no

se esperó es que la puerta del despacho de su padre fuera abierta en un segundo,

encontrándose con él cara a cara.+


El silencio inquietante y lleno de penumbra descendió entre los dos. Yifan vio a

su progenitor lleno de sudor, como si saliera de una pelea cara a cara,

solamente que con el semblante derrotado, la camisa con los primeros botones

desprendidos y por fuera del pantalón, arrugada y completamente mojada, con los

puños arremangados. El señor Wu miró con evidente sorpresa a su hijo de arriba

abajo, secándose las gruesas gotas de transpiración que surcaban por su frente y

hastiado preguntó apenas.+

- ¿Cómo vas con tu coreano?+

- ¿Qué? – preguntó perplejo, sabiendo de antemano a dónde llevaba el asunto.+

- Comienza a empacar tus cosas. En una semana a más tardar nos vamos.7

Fue lo que dijo sin esperar una respuesta de su hijo, pasando por su lado.

Yifan, congelado, sintiendo que su corazón había dejado de latir, podría haber

jurado que también había olvidado respirar.+

Se obligó a darse la vuelta y querer recordarle a su padre.+

- Pero mamá...+

- ¡Tu madre y tú harán lo que yo diga! – gruñó estrepitosamente el hombre, sin

darse siquiera la vuelta siguiendo su camino.+


Yifan solo se quedó en su sitio, sintiendo que todo lo que había soñado, acababa

de ser puesto en peligro. Pero no iba a permitirlo, por eso, por muy loco que

pareciera, comenzó a idear la estrategia para apurar lo que le había prometido

a su niño.9

------------------------------------------------+

* Punto central de un blanco de tiro. Cuando se lanza la flacha, en "tiro al

arco", se tiene que "dar a la diana".

"No me olvides. No me odies"


Se sentó en las gradas del gimnasio techado de básquet de la escuela, tomando un

sorbo de agua energizante de su botella. Rozó con la yema de sus dedos las

cuentas del "mala", que su niño le había prestado, para que se sintiera

acompañado en ese momento que bien sabía que era importante para él y que lo

había puesto en su muñeca, como si fuera pulsera.2

El bullicio estruendoso de la multitud no lo sacó de su concentración del

partido, sino que por el contrario, se obligó a permanecer frío en el dibujo de

la cancha que hacía su profesor en una pequeña pizarra blanca con un fibrón

negro, remarcando los movimientos que debía hacer. El hombre, en ese momento,

gritaba al grupo dando las instrucciones eufórico y por demás con la cara roja,

como si le faltara el aire. Uno de sus compañeros palmeó su hombro cuando se

ponían de pie y él lo miró extrañado. El chico le sonrió mirando al público y

Yifan escuchó que era su nombre el que ovacionaban. Pero como si nada regresó a

trote lento al centro del campo de juego. +

Para cuando todo acabó y ya se encontraba en el vestidor, el entrenador le dijo.+

- Wu, chico ¿no hay nada que te haga cambiar de parecer? +

- Lo siento profesor – respondió agotado, sin mirarlo siquiera, mientras

guardaba sus zapatillas en uno de sus bolsos deportivos – Le agradezco su

interés por mí y esos técnicos de clubes que ha traído, pero... para mí... esto

es entretenimiento. +
- ¡Pero eres el mejor del equipo chico! – exclamó apretando su puño y con una

sonrisa afable como bonachona – ¡¿Sabes las oportunidades que tienes con esto?!

Desde que estás, nunca habíamos ganado el campeonato de verano ¡¿Qué digo de

verano?! ¡Ninguno que recuerde!+

Yifan suspiró frente a su profesor y sacudió su cabeza en negativa. Solo una

cosa haría que el hombre dejara de perseguirlo y era siendo sincero.+

- Aunque quisiera, mi padre jamás lo permitiría.+

Unos segundos de silencio y el hombre frunció el ceño, sonriendo como si el

joven se le estuviera burlando en la cara. Yifan se dio cuenta y dijo más.+

- Mi padre cree que esto es parte de un sano entretenimiento. Pero nada más. Por

eso me deja hacerlo. Me dedicaré a los negocios. Como él dijo.3

- Pero seguro que si él llegara a verte chico – insistió el hombre – de seguro y

cambia de idea...– agregó haciendo una pausa, viendo los ojos caídos de su

estudiante y capitán del equipo, cerciorándose por su gesto apenado que decía la

verdad –... qué desperdicio chico. Eres tan bueno y se te nota feliz cuando

juegas...+

El joven sonrió agradecido al hombre que le palmeaba el hombro. No podría haber

recordado que su padre ni siquiera tuviera algún gesto gentil con él, alguna vez
en su vida. Su madre quizá era un poco más expresiva, halagándolo por lo "buen

mozo" que era, cada vez que la escuchaba hablar con alguna de sus amigas de

visita en casa o al teléfono. +

Yifan miró a sus compañeros que se le abalanzaron y lo elevaron sin aviso a lo

alto, mientras entonaban algún cántico de festejo por la victoria. Habría

querido tener más cercanía quizá con ellos, pero hacía tiempo había desistido de

tener amigos, porque al fin de cuenta, siempre se terminaría yendo y no quería

apegarse a nada. +

En la fiesta en casa de uno de los chicos, Yifan a la hora tomó su chaqueta y

salió del lugar.+

- Hombre – habló uno de sus compañeros por detrás – ¡¿Ya te vas?!+

Las luces de colores que adornaban la casa y el gentío lo aturdían un poco. Sin

pena dijo la verdad, mientras su chofer detrás le abría la puerta del coche.

- Estoy cansado, en serio quiero dormir.+

- Vamos – dijo en tono burlón y sarcástico – Todos están locos por ti Wu ¡El 80%

de los que están dentro querrían hacerte compañía esta noche hombre! ¡Ni que

fueras un viejo...! ¡Es la secundaria!5

Quizá dijo algo más, pero él ya había cerrado la puerta del coche, dando la
orden a su chofer de ir a la residencia. +

Ingresó a paso lento, encontrándose con el ruido de los tacones propios de su

madre que justo subía la larga escalinata, seguramente rumbo al dormitorio.+

- Yifan querido – le dijo volviéndose a verlo – Creí que estarías en la fiesta

en la casa de los Liu. Ella me contó que...+

- Estaba cansado mamá.+

Nara descendió y se paró en frente de su hijo. Lo observó detenidamente por unos

segundos, como si descubriera alguna novedad en él y es que, de pronto, quizá,

se dio cuenta que hacía mucho no lo veía en realidad. 1

- Pero mírate – dijo sonriendo con un dejo de picardía, elevando su rostro,

mientras sus manos delgadas encerraban el rostro inexpresivo del joven que más

bien no habría sabido cómo reaccionar ante el gesto de cariño de la mujer –

Estás hecho un hombre. Los otros días la señora Liu me contó que tenías media

escuela detrás de ti. Y es obvio. Debes ser el más apuesto de todos – terminó

por decir, riendo como niña, preguntando de repente un tanto dubitativa – ¿Cómo

les fue en... en eso que tenían?+

No fue sorpresa para él, que su madre no supiera siquiera qué hacía de su vida.

Así que resignado simplemente dijo.+


- Ganamos.+

- ¡Claro! – exclamó sintiéndose una tonta – ¡Si ella me dijo que festejarían si

ganaban eso! Igual no me quepa la menor duda que estés donde estés, siempre

serás un ganador querido – dijo altiva y hasta con orgullo – Hagas lo que hagas,

siempre te irá bien.+

La mujer bordeó con su brazo la cintura de su hijo, que le era demasiado alto y

él puso su mano en el hombro mientras ella lo acompañaba a su dormitorio. +

- ¿Cómo va tu coreano? – preguntó de repente.+

- Creí que no querías ir – replicó él – ¿Por qué cambiaste de idea?+

- Cosas de negocios – fue todo lo que dijo y lo cortante en el asunto le hizo

entender a Yifan que no habrían más explicaciones – ¿Y entonces? ¿Ya lo dominas?+

- Perfecto. +

- ¿Cuántos idiomas sabes ya? – comentó con una mueca de alegría.+

- Los mismos que tú. Al menos inglés, francés, coreano, japonés y todas las

variantes del chino – respondió serio – Creo que sería bueno empezar con ruso o

alemán...9
- Tú los dominas – se recordó ella, en lo que se detenían en la puerta de su

dormitorio – Yo apenas si logro decir palabra. 4

Ella volvió a mirarlo con detenimiento. Elevó su mano y con la punta de sus

dedos, peinó algunos mechones que creyó rebeldes por estar cayendo en la frente

del joven, como otros, que se disparaban como chispas a cualquier parte. +

- Querido. Estás... cambiado – habló seria, analizando su mirada – ¿Ocurre algo?

– preguntó esperando una respuesta que nunca llegó.+

Yifan se sintió tentado en decirle al menos "sí", porque sí ocurría algo. Se

había enamorado y el amor lo había cambiado completamente. Nadie lo sabía. Y era

mejor que nadie lo supiera.+

- Yifan, querido – habló ella, al no escuchar nada de boca de su hijo – Sé que

querías quedarte aquí y aunque no lo digas, te siento un poco enojado por esto.

Pero... sabes que tu padre quiere lo mejor para ti ¿verdad?1

Yifan se sorprendió de que su madre lo hubiera "sentido". Apenas si lo veía en


el día, tan poco y tan breves instantes, en el que siempre estaba tan ocupada

hablando con alguien al teléfono, que realmente le resultaba impactante el hecho

de que ella hiciera lectura de algo en él.+

- Claro mamá – fue toda su respuesta.+

Yifan se dejó besar las mejillas por su madre, que le había agarrado de pronto

una necesidad pasajera de ser su madre y se dirigió a su habitación.+

Entró en su dormitorio y luego de darse una ducha, ponerse el pijama, apagar las

luces y acostarse, miró por la ventana la luna, pensando en que de seguro él ya

estaría durmiendo. Y sonrió entonces, poniendo el despertador de su móvil,

sabiendo que mañana se verían de nuevo.+

- Buda enseña – dijo solemne Zitao – "La paz eterna es vivir con amor el

presente". +

Sentado a su lado, sobre una inmensa piedra llana, como si hubiera sido

exclusivamente puesta para ellos, Yifan contemplaba a Zitao. Su niño con los

ojos cerrados, movía apenas sus labios en evidente meditación, firme en su

postura, recibiendo la brisa de media mañana y los rayos del sol. Se recordó a

sí mismo el día que lo había conocido y resopló manteniendo el silencio para no

perturbar el momento del monje, porque, después de todo, quizá ese sería el

último día que estaría aquí.2


Desde que Zitao había irrumpido en su existencia sin sentido, todo se había

vuelto más simple. La vida era simple y todo lo que lo rodeaba era un burdo

decorado que lo alejaba de lo realmente importante. Su niño. Yifan tenía la loca

idea que sólo Zitao bastaba en su vida. Incluso podría ser pobre y no le

importaría, porque estaría con su niño.+

Volvió su vista al frente y observó detenidamente el panorama. En lo alto del

monte que los reunía, Yifan jamás dejaría de sentirse abrumado por el

espectáculo natural. La gente debería haber tenido mejor suerte en la vida como

él, que llegaba a disfrutar de todo eso que era gratis. El verano en la cima de

Song Shan era como estar en la continuidad de la primavera, con los verdes

arbustos peleando con el contraste gris de las rocas dejándose ver orgullosos;

incluso una cascada se mostraba maravillosa cayendo al vacío donde seguramente

como lluvia sería recibida por la fuente del río. Sonrió al segundo que su

corazón recibió una punzada de pena, porque viendo a Zitao se dio cuenta que le

robaría todo eso llevándoselo lejos, sin saber a dónde, pero lejos de todo lo

que estaba acostumbrado a tener. +

- Cuando sea grande – dijo de pronto Zitao, sin abrir sus ojos – quiero regresar

aquí.+

"Cuando sea grande". Yifan percibió el temor subyacente en ese deseo. No eran

grandes, tampoco niños y sin embargo, no eran dueños de sí mismos. Atados a las

decisiones de los adultos, debían afrontar lo que vendría, si querían estar

juntos.2
- Así será – le aseguró Yifan, posando la palma de su mano en la del monje – Lo

prometo.+

Zitao abrió los ojos y sonrió mientras disfrutaba ahora de lo que veía. +

- ¿Qué será de nosotros a partir de ahora? – habló Zitao.+

No es que le hubiera hecho una pregunta a nadie. Quizá hablaba consigo mismo,

meditando en voz alta. Pero Yifan interpretó que era su deber responderle para

infundirle seguridad que obviamente no tenía.+

- A partir de ahora, seremos tú y yo.2

Zitao infló su pecho, apretando la mano de Yifan y se volvió a mirarlo. El

cariño deambulaba por los contornos de sus pupilas que jugaban a memorizar las

líneas rudas y sombreadas del rostro de Yifan. +

- ¿Alguna vez te dije que eres realmente hermoso? – dijo sin poder evitar

sonrojarse.+

- Nunca – respondió Yifan, elevando jactancioso una de sus cejas, sonriendo

abiertamente – Solo recuerdo que cuando nos conocimos dijiste que tenía una

"divina cara de seductor fruncido de mierda".1


Los dos rieron al hacer memoria. Por primera vez Yifan escuchaba la carcajada

abierta de Zitao, que sacudía su cabeza en negación, como si no creyera que de

su boca hubieran salido esas palabras tan terribles. Era la primera y única vez

que se había atrevido a decir un improperio. +

Apenas se compusieron de eso, Yifan como solía hacerlo, se puso de rodillas en

frente de su niño, mirándolo en lo que acariciaba su rostro. Zitao se quedó

quieto, mordiéndose el labio inferior, cuando percibió las suaves yemas que

vagaban por la curva de su mandíbula. +

- Tú podrías ser un modelo de esos que salen en los anuncios y carteles de los

centros comerciales – habló de repente, abriendo al máximo sus ojos – en serio

¿sabes? 4

Yifan se rió ante la descabellada sugerencia. +

- Claro – dijo burlón – trabajaré de eso para mantenernos ¿te parece?12

- Claro – respondió en igual tono, mientras que sus dedos vagaban por los

cabellos de Yifan – De seguro cobrarías buen dinero.+


- Tú también podrías...+

- ¡Seguro! – exclamó riéndose de nuevo, porque de verdad era un chiste bueno –

Con mi altura y mi cabeza calva, me veo tan lindo como tú...3

Las lágrimas se arremolinaron graciosamente en los ojos de Zitao, que apenas si

podía abrirlos de lo tentado que estaba. Apartando sus piernas, le dio lugar a

Yifan de meterse entre ellas, para tomarlo de la cintura. Sentir el calor de

Yifan tan cerca y posar él sus manos en los hombros del joven, lo hizo calmarse

repentinamente. Se miraron. Quién sabe por cuánto rato. Si el tiempo estaba

pasando ninguno de los dos lo sabría, porque no había nada mejor que hacer con

el tiempo, que perpetuarse en ese momento, en lo que sus ojos se amaban en

silencio.+

- También dijiste que era tu karma – dijo serio Yifan.+

- Me perseguiste cuántas semanas para que te explique qué era el karma – recordó

con la voz débil y sin embargo profunda, como acariciando los labios de Yifan,

mientras seguía en su afán de trazar el curso de las hebras de sus cabellos.+

- Llegué a la conclusión de que yo no soy tu karma – divagó de pronto, sin

perder esa mirada seria.+

Zitao detuvo el movimiento de sus dedos, elevando apenas sus cejas, analizando
los ojos de Yifan. Creyó de podría tratarse de otro de sus comentarios para

sacarle una sonrisa, pero su entrecejo fruncido y su mirada detenida en la suya,

le hizo ver que hablaba en serio. +

- Me haces feliz Wu Yifan. El karma no te hace feliz. Y tú me haces tan feliz...+

Mientras su niño de nuevo jugaba con sus cabellos tomando un mechón travieso que

divagaba en su frente, llevándolo hacia atrás varias veces, porque no quería

ceder, Yifan se quedó quieto observándolo, seguro de que no podría haber nadie

en el mundo mejor que él y que lo hiciera feliz por el simple hecho de existir. +

- Pasado mañana – dijo de pronto Yifan – Debe ser pasado mañana.+

Zitao frunció el ceño. Eso, de verdad, no se lo esperaba. Sin embargo, infló su

pecho, propio de cuando sentía que debía batallar con algo que se salía de su

control, como si se armara de valor para él y se aferró con fuerza de su cuello,

hundiéndose en su perfume. Yifan percibió los labios de su niño presionarse

delicadamente en su piel y se aferró con fuerza de su cintura, hundiendo su

nariz en la nuca de Zitao. Cerró sus ojos, suplicando una respuesta y entonces

escuchó.+

- Pasado mañana entonces. Te esperaré aquí.13


Yifan paseó su mano por la espalda de su niño, sabiendo que quizá era quien más

iba a sufrir el desarraigo. Él, no extrañaría nada. Pero Zitao extrañaría todo.

Sintiéndose el peor egoísta y feliz al mismo tiempo, volvió sus ojos a los ojos

de su niño y le dijo convencido.+

- Te prometo que todo saldrá bien.3

- De acuerdo.+

- Y que nada malo va a pasarte.+

- Te creo...+

Zitao apoyó su frente a la de Yifan y se quedó así con él un largo rato.+

- Te amo – le dijo a los labios Yifan – No olvides nunca eso ¿si?5

- ¿Por qué siempre dices lo mismo? – preguntó burlón Zitao, encogiéndose de

hombros – No podría olvidarte. Menos si voy a estar toda la vida contigo. No

podría estar con nadie más que contigo. No podría amar a nadie, como te amo a ti
y estar así, solo contigo...7

- Eso suena bien – resopló en una sonrisa Yifan – Si alguna vez nos enojamos, te

haré recordar eso que dijiste... +

Meticulosamente Yifan contó cada dólar que había comprado como juego propio,

ahorrando de lo que recibía de su padre y que no era poco, y los puso en un

sobre marrón que guardó en el bolso que ocultaba bajo la cama. No llegaría hasta

los 17 años y por tanto no habría herencia que recibiera, pero no es como si

estuviera desamparado tampoco. Solo le quedaba desaparecer. Y mañana sería ese

día. Simplemente no habría planes. Suspiró de los nervios contenidos en aparente

calma. Sabía que eran dos chicos a la deriva y lo único que le quedaba era

confiar en sí mismo para arreglárselas en el camino. Tomarían un tren que los

llevara a Beijing y de ahí otro más, para no dejar rastros, perdiéndose en algún

pequeño pueblo. Su padre de seguro lo buscaría. Pero Beijing era un monstruo

como Henan, demasiado poblado para que pudiera encontrarlo.+

Se sentó en su cama y miró el reloj. Era de noche. Ya había cenado y debía

dormir. Se levantaría temprano y seguiría la misma rutina como si nada, para no

levantar sospechas. No tendría clases, por lo que podría subir al monte por

deporte y ahí se encontraría con Zitao, que ya le había hecho saber de cómo

descender sin ser vistos por otro camino. Aunque un tanto peligroso, no sería

imposible con precaución.+

Apoyó su cabeza en la almohada y se obligó a cerrar los ojos. Aunque no podría.


No cuando en la oscuridad meditaba reflexivo los detalles de los tiempos en que

debían hacer cada cosa. Aunque no ir a la escuela al día siguiente, le hubiera

dado el permio de dormir un poco más, no quería.1

A un relámpago le siguió un estruendo. Uno, lo suficientemente fuerte, como para

hacerlo despertar. Se sentó en su cama, mirando fuera y se encontró con que

estaba lloviendo. +

- Mierda – espetó en solitario, pasando su mano por sus pelos – Justo hoy...+

De un brinco se puso de pie y se acercó al ventanal. De pronto la lluvia cesó y

miró a las nubes que al parecer no tenían ganas de irse. Todo estaba demasiado

gris.+

"5.30 a.m. ejercicio de tiro al arco", se dijo mentalmente mientras se cambiaba

de ropa, "6.30 a.m. yoga. 7.30 a.m. lectura de las noticias del día. 7.50 a.m.

ducha. 8 a.m. desayuno con sus padres. 8.30 a.m. caminata al monte. 10 a.m.

descender con Zitao. 11 a.m. debían llegar al pie del monte, donde caminarían un

tramo de 15 minutos hasta una avenida del distrito en busca de un taxi. 11.40

a.m. debían subir al tren, que los llevaría a Beijing. Y luego de eso..."+

Apenas si había algo de luz fuera, pero suponía que habría amanecido de no ser

un día de lluvia.+

Un estruendo se escuchó en su dormitorio, justo en lo que terminaba de


arreglarse. Aturdido, pero no por eso dormido, se levantó de una vez y se puso

en alerta como si debiera pelear con alguien. Desde sus instrucciones con Zitao,

parecía que le salía como algo natural.+

- ¿Qué...? – quiso preguntar.+

Pero la figura agitada de su padre, hizo que no pudiera reaccionar, mirando al

hombre de arriba abajo. Jamás lo había visto en un ataque de ¿pánico? Sudor caía

por su frente, como aquella noche que lo recordara saliendo de su despacho de la

residencia, después de haber hablado con Jang Hyuk. Y ahora, estaba en peor

estado. Mojado de punta a punta el hombre solo atinó a mirar detrás de él y dar

la orden seca.+

- Preparen sus cosas. Solo lo necesario.3

- ¡¿Qué demonios...?! – gritó de repente Yifan, dándose cuenta sin poder creerlo

que estaban empacando sus pertenencias y cuando parte del servicio abrió su

guardarropa, tajante ordenó – Oye ¡No toquen mis cosas!+

- No me la hagas más difícil Yifan – rugió entre dientes el hombre.+


- ¡Yànzǔ! – gritó Nara de pronto en la puerta del dormitorio, vestida apenas con

su bata – ¡¿Pero qué demonios está pasando?! ¡¿Cómo es que...?!+

- Vístete rápido. Es hora de irnos...3

- Pero...+

- ¡AHORA NARA!+

La mujer consternada hizo caso omiso y se metió en el dormitorio de su hijo,

abalanzándose sobre él, tomando el rostro del chico entre sus manos con evidente

pavor, porque sus labios temblorosos apenas si pudieron largar.+

- Querido, hazle caso.+

- Pero...+

No pudo decir más. Yifan se agarró la cabeza con ambas manos, mientras observó a

sus padres irse de su dormitorio. Parecía que no podía respirar. Miró la hora en

su mesa de luz y se dio cuenta que ya debería haber iniciado su jornada habitual

¿En qué maldito momento todo se le había ido de las manos? ¿Cuándo había pasado

esto?2

- ¡Mierda! – rugió de repente, viendo cómo los empleados metían todo en algunas
valijas y ya en un santiamén las despachaban fuerza.+

¿Qué hacer?+

Bajó las escaleras en lo que el estruendo de un nuevo relámpago rompía cualquier

nota de lluvia tranquila. Solo había furia. Con los puños a ambos lados de sus

caderas, miró a su madre que ya se subía al coche y a su padre que lo esperaba

cubierto de un paraguas que alguien le sostenía. Amanecía, pero todo era gris.+

En el umbral de la puerta, se quedó quieto.+

- ¡Apúrate! – ordenó en medio del agua que caía a cántaros.+

Yifan aspiró con fuerza e inflado en su decisión rotunda, gritó en respuesta.+

- ¡No!+

Yànzǔ frunció el ceño, apretando cortante su dura mandíbula y avanzó apenas unos

pasos.+

- Yifan...– llamó en tono amenazante.+

- No iré – dijo claro, permaneciendo de pie.4

Su padre miró a todos lados y blanqueando sus ojos, rugió sacado de ira,
sacudiendo sus manos que juraría golpeaban el agua.+

- ¡Mierda Yifan! ¡Justo hoy tenía que agarrarte tu puto síndrome de rebelde sin

causa!+

- ¡Yànzǔ! – gritó su mujer desde el coche sin atreverse a salir – ¡No le hables

así en frente de la servidumbre!+

- ¡Tú cállate! – escupió sin reparos, apenas mirándola para irse de nuevo contra

Yifan – No me provoques Yifan. Así que...+

- ¡No me iré contigo!+

El hombre pegó con un puño al techo del auto, que le salpicó agua para todos

lados y ordenó a los guardias que circundaban.+

- ¡Agárrenlo! ¡Y usen la fuerza si es necesario!1

- ¡Yànzǔ! – exclamó Nara.+

Apenas si fue oída, porque de una patada, el señor Wu cerró de una estampida la

puerta del auto en sus narices. Jamás, en toda su corta vida, Yifan había visto

a su padre ser así, tan violento en frente de todos. La cosa decía ser seria.

Pero a él no le importaba. Aún viendo a su madre que gritaba algo desde dentro,

Yifan solo pensaba en una cosa, Zitao.+


- Ponle seguro – ordenó al chofer, escuchando al segundo que su esposa golpeaba

con los puños el vidrio de la ventanilla, manipulando la puerta por querer salir

y regresando a sus guardias ordenó a los gritos – ¡Y ustedes! ¡¿Qué mierda

esperan?!+

Hangeng, el más joven, apenas si pudo murmurar evidentemente consternado.+

- Señor... es su... es su hijo... no...+

- ¡Ahora! – gritó – ¡Y no en la cara! No quiero que nadie ande mirándolo después

en el aeropuerto...+

Y sus hombres obedecieron.+

Lo que jamás se imaginó Yànzǔ, es que Yifan fuera tan bueno peleando. Se

preguntó dónde demonios había aprendido a pelear así. Más cuando su hijo derribó

a uno, pero bien sabía que por más fuerza y destreza que tuviera, Yifan no

podría con tantos. 1


Pero Yifan hizo un buen trabajo por pelear por lo que quería. Quedarse. No se

iría, menos sabiendo que él lo esperaría. Si no podría luchar por irse con él,

lucharía por quedarse con él. Pero seis eran demasiado para alguien que apenas

se estaba iniciando en esto. Y aunque hizo el intento, una patada en el estómago

lo dejó atontado, cayendo por las escalinatas del umbral de la residencia sin

aire, yendo a parar casi a los pies de su padre. +

Sin saber por qué, Yifan tomó impulso y se abalanzó sobre Yànzǔ, que apenas se

inmutó. Tenían la misma altura terrible y quedaron cara a cara, aunque jamás

pudo llegar a él, porque entre tres hombres de lo más agotados de pelear con el

chico, lo sostuvieron por detrás a la fuerza, tomándolo de los brazos, que le

retorcían como si lo fueran a quebrar con cualquier movimiento.+

- No me iré contigo – rugió entre dientes Yifan – ¡Antes muerto que irme

contigo!+

Yànzǔ abrió bien sus ojos ante este hombre que le resultaba claramente un

desconocido. Ladeó su cabeza de un lado al otro, meditando de paso sobre la

nariz que le sangraba y la ceja partida, que empezaba a drenar sangre de manera

exagerada.+

- Mierda – espetó Yànzǔ – ¡Les dije que no le marcaran la cara!+

Altivo el señor Wu, pegó un chasquido con su lengua reacomodándose el sobre todo

con el que resguardaba su traje, mientras sacudía su cabeza de un lado al otro,


maldiciendo la conducta de su hijo. Con las manos en las caderas, con una

conducta y deplorable decoro que jamás hubiera aprobado en su hijo, Yànzǔ

escupió al suelo. Yifan miró contrariado apenas, pero sin dejar de clavarle los

ojos a su padre. +

- Tendremos una breve charla de hombre a hombre – asintió el señor Wu, mirándolo

de arriba abajo – No quería llegar a esto. No contigo. Pero tendré que hacerlo,

porque has ido muy lejos. +

Yifan se estiró hacia adelante, retorciéndose entre los puños de sus guardias.

Apenas si podía ver algo, mientras la lluvia le salpicaba como a baldazos lo

helado del agua en la cara, sintiendo que uno de sus ojos se cerraba. Gruñó

furioso por eso y quiso dar una patada hacia atrás, pero alguien metió pie en

sus piernas, para que terminara desplomado en el suelo de rodillas.+

Su padre se agachó para ponerse a su altura y no contrarió el proceder de sus

guardias. Yifan notó que el hombre tampoco se sorprendió, ni manifestó una mueca

de impacto, por lo que supuso, que su padre estaba más que acostumbrado a ver

eso. +

Yifan elevó su vista y entonces vio a su progenitor sosteniendo su móvil en el

aire.+

- ¿Señor? – escuchó del otro lado.+


Yànzǔ había dejado puesto el altavoz, mientras sus ojos no se apartaron un

segundo de los de su hijo que lo desafiaba con solo mirarlo. +

- Reporte – habló duramente el señor Wu.1

- El niño monje está saliendo bajo la lluvia a su caminata habitual señor. Debe

ir al encuentro del joven Wu. 20

Furia, ira, rabia, angustia, desesperación, se apoderaron de Yifan, que agitado,

se elevó de repente de nuevo, inútilmente, para abalanzarse hacia su padre,

indignado e impotente de no poder moverse más. +

Yànzǔ lo imitó con rapidez, pero apartándose unos pasos hacia atrás. +

- ¿Alguna novedad? – preguntó Wu.+

- Ninguna, señor ¿Alguna orden? +

- Ponlo en la mira.+

- Señor – dijo dubitativo el hombre del otro lado, callando unas milésimas,

antes de hablar – ¿Podría repetir... eso? +

- Ponlo en la mira.+
- Si... señor... +

Un chasquido le indicó a Yifan que ese era el sonido de un arma, a la que se le

quitaba el seguro. 5

- ¡Ni se te ocurra! – gritó desesperado, al segundo que sus ojos se empañaron

llenos de cólera.+

- Entonces – dijo su padre, respirando profundo – Harás lo que te digo.+

Y Yifan ya no podía seguir luchando. No cuando quedaba claro, hasta dónde podía

llegar Yànzǔ, si él llegaba a desobedecerle. Por eso, rígido y apretando con

furor sus labios y cerrando rabiosamente sus párpados, asintió. Un temblor agudo

se hizo en su mandíbula, pero asintió, muy a su pesar, porque vio que su padre

no iba a dudar en dar la orden. +

- Suéltenlo – escuchó que habló a sus guardias, al segundo que parecía ordenar

al hombre al otro lado del móvil – Sigue al monje y no lo pierdas de vista. Hoy

quizá sea el último día de hacerlo. +

- Como ordene señor. +

Yifan percibió que sus músculos endurecidos de sus brazos, ahora estaban flojos

y sueltos. Nadie lo tomaba a la fuerza. Bajó su vista al suelo asfaltado y se

vio apenas en el charco debajo de él, completamente desaliñado. +


- ¿Creíste que podrías engañar a tu padre Yifan? – preguntó duramente el hombre

– Jamás vuelvas a desobedecer una orden mía. Y espero que el mensaje te haya

quedado claro. Ahora, al coche. Tendrás que cambiarte de camino.4

Yifan odió ese día. Odió lo gris y la lluvia. Odió a su padre como nunca. Odió a

esos hombres que le obedecieron. Odió que su progenitor lo viera con los ojos

rojos, de las lágrimas que no había podido detener. Odió que su madre apenas si

volteara su vista a la ventanilla para no saber. +

"No me olvides. No me odies", rogó rasguñando su alma de un dolor por demás

infinito. Y sin consuelo, recordó las últimas palabras que había escuchado de su

niño, mientras acariciaba sus cabellos, "No podría olvidarte. Menos si voy a

estar toda la vida contigo. No podría estar con nadie más que contigo. No podría

amar a nadie, como te amo a ti y estar así, solo contigo..." 9

Y apenas si pudo con algo de fuerza sujetar el amuleto que no le había devuelto.

Era todo lo que se llevaría de él...+

Pero lo que más odió Yifan, fue a sí mismo. +

Se odió, por haber abandonado a su niño.


"Solo hay una cosa que no tiene solución"

Si antes se preguntaba cuál era el verdadero sentido de su existencia, ahora

Yifan sabía que su existencia no tenía ningún sentido.12

Él simplemente quería morir.2

Después de las innumerables veces que intentó escaparse, siendo arrastrado por

sus guardias, peleando furiosamente sin que le importara siquiera cuán herido

podía llegar a quedar, Yifan había desistido cuando el ultimátum fue matarlo, no

a él, sino al "maldito niño del templo", como le dijo su padre. Wu Yànzǔ no le

había dado otra opción, más que la de volverse su esclavo. No era su hijo. No se

sentía su hijo. Él era su esclavo. 1

En el silencio cortante, Yifan fue sentado en el sillón del despacho de su


padre, como si fuera una cosa que depositaban pesadamente, como si fuera la

nada. Sintió su mirada llena de ira, pero no le importó en absoluto. Miró los

nudillos de sus puños raspados y sangrando, que temblaban de algún dolor lejano

después de la pelea con los guardias del señor Wu. +

- ¿De nuevo Yifan? – escuchó que dijo.+

No respondió nada. No elevó su mirada. No se quejó siquiera cuando su padre

comenzó a depositarle toda clase de quejas sobre su persona y sobre lo mucho que

lo estaba decepcionando. Sus ojos siguieron anclados en sus manos magulladas y

en las rodillas de su pantalón de jeans rotos, por haberse revolcado en el

asfalto. Porque solo una cosa rondaba por su mente. Él quería morir. Así su

dolor acabaría. +

- Lo que haré – predijo Wu – es porque tú me has llevado a hacerlo. Tus dos

últimos años, serán en un internado. A pesar de perder unos meses de escuela, el

director de esta institución y el Consejo estudiantil, han tenido la generosidad

de recibirte viendo tu historial... – dijo, al segundo que se detuvo,

arrastrando la lengua, para largar en recordatorio –...pasado, claro...1

Su padre hizo silencio, al parecer esperando algún tipo de reacción de su parte.

Pero a Yifan no le importó en absoluto. Quizá estar lejos de sus progenitores

sería la mejor cosa que le podría pasar en la vida. +

- Ya está decidido – terminó de afirmar Yànzǔ.+


De esa charla se acordaba cuando miró el terrible edificio que se elevaba

sublime en sus narices. Era todo un condominio de edificios privados, con

grandes parques alrededor de cada uno. Se preguntó por un segundo si sería esta

su última morada en la tierra, porque, ya no sería vigilado las 24 horas del día

por su padre, ni la guardia de su padre y toda su amenaza de mierda. +

Miró a un lado, sobre su hombro, a su madre que ya saludaba entre la multitud a

sus nuevas amigas, lo que le hizo darse una idea de que aquí estaba la elite de

Seúl, por lo feliz que se la veía deambular entre las madres de los estudiantes.

Miró a su padre que asintió severamente, pero cortés a los hombres trajeados,

recordándose al segundo que debía emitir reverencias porque era la costumbre de

esa república. Un golpe imperceptible en el brazo, por parte del señor Wu, lo

obligó a saludar a un caballero que pasaba, como debía, con una reverencia

perfecta de 90º. Los estudiantes más jóvenes, parecían un tanto asustados de

estar en medio de tanta gente. Los mayores, lo observaban a él con curiosidad,

porque era el nuevo. Todos llevaban uniforme de escuela, que solo se usarían

para celebraciones y eventos especiales, como ese día, en el que justo celebraba

el Gaecheonjeol*.+

Ingresaron en un lujoso e inmenso auditorio donde entraban al menos 1000

personas y continuó analizando el panorama. Los presentadores del evento, que

parecían sacados de algún programa de entretenimientos, dirigieron la

presentación suntuosa y perfecta de cada uno de los cursos de la institución.

Alrededor de dos horas de despliegue colorido, marcando el inicio de 3 días de


fiesta a todo dar.

Al finalizar, un hombre hinchado de orgullo, con impecable traje y peinado

engominado hacia atrás, dejando entrever su brillante semblante y sonrisa

radiante, se puso en frente del micrófono en el palco en medio de los aplausos

de la concurrencia.+

- Bienvenidas familias, a "Taejon Christian International School" – dijo quien

se había presentado como el director de la institución – Gracias por elegirnos.

Como todos saben, desde 1958 esta comunidad educativa desarrolla programas de

alta cualidad, enfocados a la educación internacional. Como internado, nos

consideramos una cálida comunidad, disponible tanto para las familias de Corea

como para todo el mundo. Con nuestra honorable institución, Corea se muestra al

mundo. Hoy más que nunca, recordando la fundación de la primera nación coreana

de la historia...3

Yifan no escuchó lo que seguía. Bostezó terriblemente, aunque casi se tragó el

bostezo, cuando el codo de su madre se hundió en sus costillas del lado derecho.

Se removió en su asiento, quejándose de dolor y se refregó exageradamente,

viendo la asesina mirada de la mujer, que de seguro estaba de lo más

avergonzada, mirando a todos lados. Sin embargo, Yifan se entretuvo al instante,

cuando vio, del otro lado del pasillo que lo separaba de otro sector de

asientos, igual panorama, cuando un chico bostezaba abiertamente y hasta con


sorna, en lo que su madre le metía terrible codazo en sus costillas, haciendo

que el muchacho reaccionara de igual manera, solo que él se le quejó en las

narices, atrayendo la atención de los que estaban a su alrededor. Yifan sonrió

por lo bajo. No era el único que opinaba que todo eso era un asco. Mientras el

hijo se le quejaba a su madre, otro chico les dijo algo a los dos, que los calmó

al instante. Cabello oscuro y rasgos difusamente simulares, le indicaron que

posiblemente eran hermanos.17

- Y ahora – dijo el director – es un orgullo presentar a quien se ha ganado el

respeto de nuestra comunidad, por haberse convertido en el mejor estudiante de

toda la historia de nuestra honorable casa y quien fuera elegido por sus

compañeros para ejercer el cargo de Presidente del Consejo de Estudiantes: Kim

Junmyeon, quien nos alegra haya aceptado dirigirnos unas palabras.7

Y se puso de pie, en medio del estruendoso aplauso de la gente, el joven que

había calmado a su hermano y su madre que hace segundos discutían. Yifan sonrió

de nuevo. Evidentemente esos dos hermanos eran como el día y la noche. 5

El chico parecía respetable y amable. Sobrada decir que su porte de líder era

indiscutible. Todo lo que dijo, fue en un absoluto silencio, en un discurso

seguro y adecuado. Sin embargo, la voz de su padre retumbó en su oído en un

murmullo hasta casi siniestro.1

- No te acerques a él.1
Conmocionado, Yifan se volvió a verlo, perplejo y atento, esperando que se

explicara. Jamás, en los años que había deambulado de escuela en escuela, ni

siquiera cuando fue a una pública en China, su progenitor le había dicho con

quién o no podía juntarse. Menos, teniendo en cuenta que Kim Junmyeon, parecía

ser el estudiante elite de esa galardonada institución. O sea, el joven que todo

hombre de renombre querría como amigo de su hijo.+

Como Wu no le dijo nada más, el preguntó.+

- ¿Por qué?+

- Porque no y punto. 1

Ni que le hubieran puesto un manjar en sus narices, Yifan sonrió por lo bajo y

miró al chico que seguía en su discurso, estudiando también y no dejando pasar

por alto las miradas de los concurrentes, ni que estuvieran viendo a un dios.+

Sin embargo, ese "no te acerques a él", que le hubiera ordenado su propio padre,

fue tirado por la borda, cuando en medio del gentío que hablaba saliendo del

auditorio, se acercó a la familia Wu de manera repentina, el director de la

institución, acompañado por el presidente del Consejo de Estudiantes, Kim

Junmyeon.+
Después de los saludos respetuosos, el propio Kim Junmyeon, amable y educado, le

habló directamente con una sonrisa afable.+

- Wu Yifan, seremos compañeros de clase. Quiero decirte desde ya, que cualquier

cosa que precises, estoy a tu disposición.+

- Wu Yifan – le siguió el director – Junmyeon es alguien de mi absoluta

confianza. Todos los estudiantes, tengan el problema que tengan, recurren a él

para pedir ayuda. +

- Gracias director – dijo Junmyeon un tanto avergonzado – Creo que exagera

siempre conmigo. Solo quiero que la estadía aquí, sea como sentirse en casa y

así extrañar menos la propia. +

Yifan notó que el chico parecía sincero. No había en él rastro de que fuera un

adulador sin sentido. Incluso al pasar, muchos estudiantes lo saludaban con

confianza. Lo había visto rodeado de los más jóvenes, riendo y hablando como si

fuera uno más, antes de que se le acercara.+

- Tengo conocimiento – habló el chico – que eras el capitán del equipo de

baloncesto en tu anterior escuela y que gracias a ti ganaron el último

campeonato. Espero que podamos contar contigo para nuestro equipo. 1


- Pero mira que agradable – habló la señora Jang – Ya te tienen en cuenta y todo

Yifan. Qué delicado de tu parte Kim...+

- Mi hijo solo lo hacía por entretenimiento pasajero – irrumpió un tanto

cortante el señor Wu – No será su prioridad en estos últimos años.+

- Pero el entretenimiento siempre es saludable – habló el director – Y sería

bueno, como dice Junmyeon, tenerlo en el equipo. Tenlo en cuenta Wu Yifan. Nos

alegraría muchísimo. Tenemos muchas copas en nuestra vitrina y nos gustaría una

más con tu ayuda.+

- ¡O quizá tiro al arco! – exclamó repentinamente Junmyeon – En tu solicitud de

estudiante, decía que eras muy bueno en ese deporte también. +

Descolocado, Yifan frunció el ceño ¿Sabían tanto de él? Miró a su padre, que al

parecer había dado demasiados detalles de él, con tal de ser aceptado en el

lugar.+

- Lo tendré en cuenta – dijo Yifan – Gracias. Debo analizar el resto de los

clubes...+

- ¿Y tú en cuál estás querido? – pregunto curiosa Nara – Quién sabe... a lo

mejor Yifan necesite de un incentivo conociéndote ahora...+


Yifan miró apenas a su madre. En otro tiempo podría haberse sentido entre

avergonzado y molesto. Pero apenas si le importaba que ya quisiera estar

filtreando con el joven allí descaradamente, para ponérselo en las narices como

posible prospecto.+

- Aunque hago deporte como los demás y me ejercito en el gimnasio de la escuela,

estoy en el club de música. +

- Es un pianista y un cantante único señora Jang – asintió más que conforme el

director.+

Cuando el dormitorio le fuera asignado, se vio tranquilo al darse cuenta que

estaba sólo. La mayoría compartía habitación, pero él estaba en un edificio en

proporción más grande que el resto, pero con estancias más grandes. El tutor de

piso le dio las instrucciones y reglas que luego debería aprender, sobre la

convivencia en la escuela.+

La puerta detrás suyo se cerró y él quedó dentro, en medio de la sala, sólo.+

- Mejor así – se dijo, pensando en que era libre para poner fin a su dolor.+

Apenas si se preocupó por ver el espacio que le habían cedido. Se limitó en

cambio a asomarse por la ventana que daba a un parque con árboles añejos y

frondosos de follaje multicolor, propio del otoño de Seúl y una cancha de fútbol

impecable y bien mantenida, con gradas para los espectadores.


Y lo recordó.

Lo recordó sentado en una de las gradas de la cancha de fútbol de la escuela,

solitario y abnegado en su lectura de las enseñanzas de buda. +

Recordó que antes él, lo había buscado por todos lados y cuando lo había

encontrado, le había ofrecido dulces que le regalaban sus admiradores.+

Recordó que su niño monje se había negado a tomar esos dulces. +

Lo recordó mordiéndose el labio inferior, con la punta de sus dedos blanquecinos

de la fuerza con la que lo sostenía ese libro, mirando de reojo los dulces que

él le mostraba que tenía dentro de su mochila. Todo eso, recordó, mientras le

explicaba cabizbajo.+

"Es que...es que no es bueno acostumbrarme a cosas que luego extrañaría y

traería como consecuencia mi sufrimiento. Luego perdería mi buena disposición

por no obtener lo que quiero. Marcaría mi temperamento, volviéndome irritable y

mezquino... Para mí, la renuncia a ellos, traerá alivio a futuro". 1

Y cerró sus ojos que dolían, porque él tenía razón.+

Debería haberlo escuchado mejor...+


Debería haber entendido que no era bueno acostumbrarse a él, sabiendo que luego

lo extrañaría como si tuviera un hueco en el pecho que nadie, nadie llenaría. Su

ausencia, había traído como consecuencia su sufrimiento. Su buena disposición se

había ido a la mierda. Se había vuelto sobremanera temperamental, insoportable

con él mismo, irritable a más no poder, odiándose por no tenerlo, sin resignarse

a que ya no lo tendría más, sin ser capaz de poder siquiera tener la fuerza para

renunciar a ese amor que le había sido robado. No era un enamoramiento pasajero.

Él sabía, él sentía que era su "para siempre, incluso más allá de la muerte". 3

Y de nuevo Yifan quería morir.1

Total, él le había dicho que jamás lo olvidaría, ni en esta vida, ni en la otra

vida... Entonces, quizá se encontrarían en alguna época lejana, en algún futuro

incierto, con otro rostro, con otro nombre. Pero él creía que así y todo, su

corazón lo reconocería y así, podrían volver a estar juntos.8

Y Yifan se dirigió a las escaleras de la residencia estudiantil, contando piso

por piso, cuántos pisos habría, para ver si su caída era de seguro definitiva.+

Al llegar al octavo y último piso, vio la puerta que dirigía a la azotea. Salió

al aire frío del crudo otoño de Corea y se asomó sin perder tiempo a la

medianera. Sostuvo en su mano el amuleto de su niño y estuvo a punto de tomar el

impulso para saltar hacia el otro lado, que lo llevaría al vacío, cuando

escuchó.+
- En la vida, solo hay una cosa que no tiene solución. La muerte.8

Quieto, se quedó mirando a la nada. Frunció el entrecejo y boquiabierta se dio

lentamente la media vuelta, para ver de quién había provenido esa voz que entre

lo medio y lo grave, pero sólida y hasta sarcástica en su modo, había hecho un

disparo a su cerebro moribundo.+

El chico del bostezo. 9

Ahí, sentado contra una pared en el suelo, con las piernas cruzadas, riéndosele

abiertamente, mientras tomaba una lata de ¿cerveza? Yifan lo veía bien de cerca.

Todavía llevaba, como él, el uniforme de la escuela. Sólo que en el chico el

nudo de la corbata ya llegaba al pecho, con los primeros botones de la camisa

desprendida y fuera del pantalón. Había sido un niño con los pelos despeinados

graciosamente, de poco más de 15 años quizá...5

- ¿Qué dijiste? – murmuró pasmado Yifan, de lo más sorprendido que esa manera de

hablar, hubiera venido de ese niño que desparramaba soberbia por demás – ¡¿Qué

sabes tú?!+

No pudo evitar darse cuenta, que el niño le estaba haciendo frente con esa

sonrisa abierta, masticando su chicle y tomando un sorbo de su bebida.+

- ¿Ha muerto alguien cercano a ti? – preguntó, en lo que se ponía de pie,


sacudiéndose el trasero.+

- No – respondió, porque los abuelos que había perdido, ni siquiera habían sido

cercanos.+

- Entonces eso me hace ser, el que tiene más experiencia en este campo – le dijo

con sorna, elevando su cabeza para verlo mejor – Muchas veces pensé que lo mejor

sería morir. Y entonces me pregunté ¿La muerte es una solución? ¿Para quién

sería una solución? ¿Para mí? Nunca lo sabría, porque ya estaría muerto – siguió

hablando con esas expresiones burlescas y irónicamente con palabras reflexivas –

Hasta que me di cuenta que la muerte no tenía solución. Para qué sufrir, para

qué llorar. Si vives pensando en la muerte, te olvidas de lo fundamental. De

vivir.5

- ¿A dónde quieres llegar? +

- ¿Cuál es tu objetivo en la vida?+

- ¿Por qué me preguntas eso?+

- Porque el problema de aquellos que quieren morir es que no encuentran un

objetivo en su vida – le dijo abriendo bien los ojos, como si eso fuera algo más

que obvio.1
- ¿Y cuál es el tuyo? – le desafió.+

- Joder a mi viejo – respondió sin titubear.11

- Joder a... ¡¿tu viejo...?! – espetó al final, con evidente desilusión.+

- Ser su astilla en el dedo – recitó al cielo – Su piedra en el camino. Su grano

en el culo. Su....7

- Ya entendí – frenó en seco al niño, por si se le ocurriese seguir largando

improperios poéticos, alargando él la palma de su mano en frente de la cara del

chico – ¿Tan poco sentido tiene tu vida que quieres hacerme creer que es un gran

objetivo?+

- Bueno, es mejor que no tener ninguno ¿Sabes?+

- Motivo.+

- ¿Motivo de qué?+

- Motivo de joder a tu viejo – le explicó, ladeando su cabeza a un lado y

colocándose las manos a la cadera.+

- Gritarle para que entienda ¡Que mi vida es mía! – dijo a lo alto, solemne y
con el puño en el pecho.+

Yifan sintió, que eso, tenía sentido. Ese chico era libre, viviendo.+

- ¿Qué te hizo tu viejo? – preguntó un tanto incrédulo.+

- Es una larga historia.+

- Tengo todo el tiempo del mundo.+

El chico pegó un bostezo largo, elevando sus puños a lo alto y estirándose ni

que fuera minino, cerrando los ojos a los últimos rayos del sol y le dijo.1

- Tengo hambre ¿Qué me vas a comprar?+

- No tengo dinero.+

El chico lo miró a los ojos. Un segundo de silencio. Y una carcajada

estruendosa, que le salió de esa garganta arrogante, en lo que aplaudía a la

nada, estrujó los tímpanos de Yifan.+

- Vamos hombre... – dijo el chico componiéndose de su risa – Eres el gran Wu

Yifan. El hijo de uno de los magnates más poderosos de Asia. No me jodas con que

no tienes un centavo.+
- ¡¿Cómo sabes eso?! – exclamó desconcertado.+

- Tengo mis contactos – respondió él, ahora sacando pecho y poniendo sus manos

en las caderas, ni que lo estuviera imitando, al segundo que le largaba un guiño

– Además, ser quien soy, tiene sus beneficios...+

Como trueno rebotando varias veces en el piso, la puerta de la azotea se abrió.

Cuatro chicos enormes de altos y robustos, aparecieron de la nada. Uno de ellos

con evidente desprecio, los miró a los dos de arriba abajo. Yifan tragó duro,

pero poniéndose en alerta para defenderse en caso de que lo atacaran, creyendo

que esos eran los típicos abusadores que agarraban al nuevo. Pero los ojos del

líder, se quedaron fijos en el de menor estatura.+

- ¡KIM! – gritó el líder iracundo, señalándole con el dedo índice, secundado por

sus secuaces detrás.+

- Ay no... – escuchó a su lado Yifan, maldecir al chico.+

- ¿Qué ocurre? – preguntó de lo más desorientado Wu.+


Su primer día en la escuela y ya le estaba pasando esto. Sus primeros días de

otras escuelas se habían tratado de ser presentado en algún curso, decir que era

un "Wu" y tener un séquito de gente a su alrededor, porque era "Wu". Pero

esto... esto era una locura total, más cuando el chico le habló de corrido, sin

respirar y en un segundo.+

- Tecuentoluegoahora¡Corresinonosmatan! 7

- ¡¿"Nos"?! – gritó sin querer seguirlo, pero viéndose seguirlo, pegando un

salto hacia la escaleras.+

Y Yifan corrió. Sin saber por qué, siguió a ese niño que solamente gritaba

"problemas" por todos lados donde se le viera ¡¿Qué hacía corriendo con un

niñato a su lado?! Bajito por demás, delgado por demás, riéndose a las

carcajadas, el chico seguía gritando "problemas". +

El primer día en el internado, donde se suponía que lo único que haría sería

ubicarse y acomodarse en su nueva residencia y quizá acabar con su vida, se

había puesto patas arriba por ese chico que ahora le hacía escapar por toda la

escuela como rayo, perseguido por cuatro matones.4

Agitado por demás, apenas sin aire, Yifan miró al chico que sudaba sin parar

igual que él seguramente y se retorcía de la risa, apoyado contra una pared y

agachado, desplomándose sentado en el suelo. +


- ¿Qué.... Qué fue... eso? – preguntó con el poco aliento que tenía al chico.+

- Ese... ese era... Jang... Dongwoo ...4

- ¿Por qué...? – volvió a querer preguntar, sin poder terminar.+

- Al parecer... se enteró que... me acosté con su novia... y no le gustó...8

- Eres... eres un...+

- Si si... terrible... +

- No... iba... a decir... eso...+

- La cosa es que... mi viejo tuvo... que romper los negocios que tenía con... la

familia... de la chica... en cuestión... porque – aspiró profundo, hizo silencio

unos segundos, tocó su pecho y mirándolo fijo, dijo más compuesto – porque a la

niña se le ocurrió dar por hecho que yo quería formalizar con ella ¡Ja! ¡¿Te

imaginas?! ¡Yo! ¡Un pobre niño de apenas 15 años! – exclamó horrorizado –

¡¿Comprometido con alguien de 18?! ¡Y solo fue una salida! ¡Qué exagerada! Ya

hasta decía que me amaba y todo...1

- ¡¿En serio tienes 15?! – exclamó como si hubiera visto un espectro.+

- Aha...+
- ¿Y qué haces que no estás en el edificio del "Middle"*?+

- Soy un súper dotado. Como mi hermano. Él va un año adelante, como yo – dijo

sonriendo e hinchado de orgullo de sí mismo y su hermano...claro.1

- ¿Tu-tu hermano?+

- El que habló en el inicio.+

- ¡¿Entonces en serio es tu hermano?!+

- Qué... ¿me estabas viendo? Oye... no me gustas. Eres muy alto para follarte...

- Tú tampoco eres mi estilo. Descuida. Solo vi cuando casi te tragas a tu madre

con ese bostezo.1

- No es mi madre. Ella murió cuando era un niño.+

- Yo... lo siento...+

- No hay problema. Ya estoy acostumbrado a que esté muerta. Pero no me

acostumbro a la bruja...1

- ¿La bruja?+
- La bruja del cuento. Otro motivo para joder a mi padre.+

- Supongo que te refieres a tu madrastra. La que estaba a tu lado...+

- Así es...+

- Y tu hermano es el mejor de la escuela, el presidente del consejo y el que

toca el piano y canta.+

- Mi hermano es lo mejor de esta escuela – asintió, al segundo que sus ojos bien

abiertos se fijaron en Yifan – ¡Ya sé! ¡¿Te gusta mi hermano?! 3

- ¡¿Qué?!+

- ¡Entonces te gusta mi hermano!+

- No... ¡No me gusta tu hermano!+

- A todos les gusta mi hermano. 5

- Dije que no me gusta tu hermano...+

- Vamos... vi cómo lo mirabas cuando hablaban contigo, cuando el director se te

acercó...+
- ¿O sea que me estabas mirando? – dijo Yifan, sonriendo seductor y enarcando

una ceja, acercándose sugestivo – ¿En serio no te gusto ni un poco?+

De un salto, el chico se puso de pie y con sus puños cerrados en frente, ni que

le fuera a pegar, dijo nervioso.1

- No me jodas. No es gracioso... Mira que soy bueno en artes marciales...+

- No mientas. Si supieras habrías hecho frente a esos matones.+

- No quiero perjudicar a mi hermano. No al menos por este día...+

Yifan se rió. Y de repente se puso serio ¿Hacía cuánto tiempo que no reía?

Resopló, al segundo que dijo al chico.+

- No me cuentas por qué quieres joder a tu viejo.+

- Te dije que era una larga historia ¿Ya me vas a llevar a comer algo? ¿O no?+

- Yo creo que mejor si y rápido – dijo, mirando por sobre su cabeza, con

evidente nerviosismo.+

- ¿Por qué? ¿Ahora quieres una cita conmigo? 6


Yifan volvió a reírse. Más cuando el chico se metió las manos en el bolsillo y

aniñado le dio un golpecito a su brazo, con su codo, ni que le presumiera. Pero

Yifan le aclaró entonces. +

- No. Es que allá viene el tal Dongwoo.+

- ¡Mierda!+

Y riendo los dos, se encontraron de nuevo en la maratón de su vida, corriendo

por sus vidas. +

- ¡Por cierto! – gritó Yifan – ¡¿Cómo te llamas?!+

Y el chico, riendo de par en par, el medio del vuelo de su corbata y su

chaqueta, los pelos parados y hecho un desastre, gritó.+

- ¡Soy Jongdae! ¡Kim Jongdae!27

Y se perdieron en algún lugar, donde no los pudieran encontrar.8

---------------------------------------------------------------------------+

* Gaecheonjeol es el día en que Corea celebra su fundación. 3 de octubre.1

* La estructura del sistema educativo coreano, consta de tres etapas: Escuela


elemental (Elementary School), que va de los 7 a 12 años; Escuela primaria

(Middle School) que va de los 13 a 15 años y la High School desde los 16 a 18

años.1

En el internado en el que los protagonistas se encuentran, las residencias se

dividen de acuerdo al período de estudio y por tanto edades. Se supone que el

chico, que hasta el momento no se ha presentado, debería estar en el edificio

que lleva el nombre de Middle, es decir, en la primaria.

"Amigos"

Metido de lleno en su clase de administración, Yifan miró la pizarra en la

proyección de los últimos movimientos de la bolsa de valores de Nueva York,


mientras su profesor exponía. Algo que no entendió le hizo arrugar su frente,

juntando sus cejas en medio y cuando estuvo a punto de elevar su mano para

preguntar algo, la puerta del aula se abrió. Todos se volvieron a ver a uno de

los celadores, que llamaba al profesor. El hombre se volvió a ver a los alumnos,

como buscando a alguien, hasta que su vista se detuvo directamente en él. Y

Yifan supuso qué pasaba. Suspiró y se puso de pie. Recogió sus cosas y siguió al

celador a la enfermería, sin esperar explicaciones de su parte. Ya las tendría

cuando pisara la sala.3

Un resoplido lleno de preocupación le salió de adentro, mirando fijo a su amigo

que se encontraba tirado en la camilla mirando del lado contrario, que justo

daba a la pared. Supuso que se había dormido, porque ni se volvió a verlo y

además respiraba tranquilo. La enfermera miró a Yifan y el chico podría haber

jurado que hasta le había guiñado el ojo, pero ni le importó. Pasmado

simplemente hizo una leve reverencia y esperó a quedarse solo con él.+

- Wu – dijo el celador – El director quiere hablar unas palabras contigo luego.

Te llamará en el día.5

Yifan asintió y cuando el celador estuvo a punto de irse, él lo retuvo.+

- ¿Y su hermano?+

El celador para su sorpresa se encogió de hombros, un tanto dubitativo de

responder, porque no sabía si estaba bien decir algo. Al final se limitó a


decir.+

- Él... él solo te llamó a ti ¿Hay algún problema con eso?+

- ¡No! – exclamó rápido y seguro al celador – No hay problema. Yo... yo lo

cuido... +

- Bien – agregó el celador – me retiro entonces. Gracias.+

- Disculpe – volvió a retenerlo Yifan – ¿Con quién...?3

- Jang Dongwoo – le aclaró, dándole el nombre de la persona con la que su amigo

se había agarrado.+

- ¿Y Dongwoo dónde está? – preguntó mirando alrededor del lugar.+

- Con el tabique de la nariz quebrado, tuvieron que llevarlo al hospital.+

Yifan cerró fuerte los ojos y se mordió las palabras. Asintió al celador, que se

retiró del lugar, dejándolo a él como acompañante. +

Wu se acercó unos pasos a la camilla de la enfermería, dejando su mochila en una

silla. Estiró su cuello lo suficiente como para notar bien a Jongdae tirado ahí

y repasó en el corte del labio inferior, en la sangre seca aún de su nariz, que

evidentemente le habían limpiado, en el ojo inflamado y morado, que de seguro


estaría cerrado por un par de días y el pómulo hinchado, como los nudillos de

sus manos. +

- ¿Vas a seguir haciéndote el dormido? – preguntó empujándolo más al borde de la

pared, desplomándose él en la delgada línea de espacio que quedaba, en lo que la

palma de su mano golpeaba el brazo derecho de Jongdae – ¿O esperas que ahora te

lleve a cuestas al dormitorio ni que fueras princesa? 1

- Ya quisieras – rugió el chico – Y no me pegues idiota ¡Duele!+

Yifan apoyó su espalda contra la pared. Bostezó rascándose la nuca y en medio de

su voz ahogada insistió en otra cosa.+

- Cuenta...+

Jongdae ni se inmutó. No diría nada. Yifan pudo notar el brillo del hueso de la

mandíbula elevarse notoriamente en el rostro del chico. La furia dominaba a su

amigo.+

- ¿Por qué no quisiste llamar a tu hermano? – preguntó Yifan.+

Jongdae sacudió sus hombros y se empecinó a terminar reacomodando por completo

su cuerpo del lado contrario a su amigo, dándole la espalda del todo.

- Eres un mal educado – le reprochó Yifan, riéndose por dentro del niño enojón –
Encima que vengo por ti, me ignoras. +

- Nadie te arrastró – gruñó, removiendo su cabeza en la almohada, encogiéndose

del todo, como si quisiera hacerse bolita – Si quieres vete.+

Un manotón terminó de ser depositado en la cabeza de Jongdae, que se dio la

media vuelta quejándose de dolor. Yifan terminó recostándose a su lado,

cruzándose de piernas, mirando al techo.+

- La cama es para los enfermos idiota – reclamó Jongdae.+

- Tú me enfermas de lo idiota que te pones.+

Jongdae volvió a darse la vuelta y Yifan esperó con las manos juntas en el

estómago.+

- Al director no le va a gustar encontrarte así – rezongó Jongdae.+

- El director me está dando tiempo a ver si largas algo. +

- ¿Le vas a contar?+

- ¡Claro! – exclamó, volviéndose a verlo – Sino ¿Cómo hago para que te perdone? +
Hubo un silencio de muchos minutos. Si había algo que Yifan había aprendido en

el corto tiempo de conocer a su amigo, es que debía darle espacio a Jongdae, el

suficiente como para dejarlo decidir lo que quería compartir. Jongdae era

extremadamente reservado cuando se trataba de hablar de sentimientos. Pero eso

hacía que fuera explosivo por demás, cuando se sentía herido por dentro. Jamás

lloraría, sino que reaccionaría con rabia y enojo. Yifan lo sabía, aunque nunca

obligaría a su amigo a decir algo si no quisiera. +

- ¿Por qué me aguantas? – preguntó Jongdae de repente, sin dejar de estar

dándole la espalda a Yifan.+

- Porque eres mi amigo. Y además – le confesó divertido, pero con total

sinceridad – eres como el hermano que nunca quise tener, pero que no me queda de

otra más que aguantar. 17

- Idiota.+

- Yo también te quiero.+

Transcurrió otro rato largo, hasta que Yifan escuchó un murmullo grave.+

- Yo también.

Cuando se dirigió a la oficina del director y le permitieron ingresar, nunca


pensó en encontrarse allí con Kim Junmyeon, sentado en frente del hombre. Yifan

lo miró unos segundos y bajó levemente su mentón para saludar a su compañero,

recibiendo igual respuesta. +

- Bien – resopló entre hastiado y preocupado el caballero – Qué bueno que llegas

Wu. Imagino que estás al tanto de lo que ha ocurrido y por qué me he visto

forzado a involucrarte. Te pido disculpas por eso, pero... – dijo el director

removiéndose en su sillón, mirando inquieto a Junmyeon –... tengo entendido que

has establecido una cercanía con Jongdae y quizá seas el más...+

- Es mi mejor amigo – afirmó rotundo Yifan, hasta sintiendo un orgullo

subyacente por decir eso por primera vez en su vida, preguntándose a la vez, en

qué momento tan corto de conocerse y siendo Jongdae menor que él, había llegado

a convertirse en eso – Cualquier cosa que pueda hacer por él...+

- Qué bueno saberlo – respondió a eso el hombre.+

Yifan miró de reojo a Junmyeon, que le clavó la mirada, desconcertado, ni que lo

acusara de algo, frunciendo el ceño y moviendo su cabeza de manera

imperceptible, como si lo estuviera analizando con absoluta desconfianza en ese

sentir hacia su hermano.+

- Señor – habló Junmyeon, regresando su vista el director – Le pido por favor

reconsidere la decisión que ha tomado. Mi hermano es impulsivo, pero... pero si

le hablo...+
- Junmyeon – sentenció tajante el hombre – Hasta ahora tu hermano no ha hecho

más que tirar por el lodo todos tus esfuerzos manchando el buen nombre de tu

familia. Quizá su partida, sea lo mejor para ti.+

- ¿Su partida? – preguntó pasmado Yifan, abriendo bien sus ojos, mirando a los

dos presentes.+

- Siento decirte Yifan – continuó el director, severo y duro en su gesto – que

ya Kim Jongdae ha llegado al límite y nosotros debemos actuar en consecuencia.

Era lo que estaba diciendo justamente a su hermano. Jongdae ha sido expulsado.+

Junmyeon se movió en su asiento, apretando nervioso sus manos, derecho en su

postura, pero angustiado sin dudas por el tono de su voz, suplicó.+

- Pero... si él pidiera disculpas por el incidente y admitiera lo que hizo...+

Un estremecimiento de rabia recorrió a Yifan de punta a punta. Inhaló con fuerza

y largó con vehemencia.+


- ¿Entonces por qué me hicieron venir hasta aquí?+

El director arrugó su frente. No le gustó su tono de voz y el notorio poco

decoro al dirigirse hacia él. Su garganta emitió un carraspeo y aclaró.+

- Porque simplemente queríamos que estuvieras al tanto de la situación y...+

Calló brevemente unos segundos, mirando a los dos chicos terriblemente incómodo.

Yifan bien sabía qué pediría. Y no pasó por alto el brillo de sudor que laminaba

la frente del hombre. Y no pasó por alto la cantidad de carraspeos inseguros que

salían de la garganta del señor, que denotaba inseguridad. Había algo que no

encajaba aquí y Yifan bien lo sabía. Más, cuando el caballero terminó por

decirle a él, arrastrando cada palabra, como si verdad le costara pedir.+

- ...y saber si... si tú puedes lograr que... él hable y...+

- ¿Lograr que Jongdae les dé el código de acceso a la información confidencial

de la institución que supuestamente ha hackeado?+

Junmyeon abrió impávido sus ojos más de lo normal. Miró al director y a Yifan.

Sus ojos desorbitados iban y venían en medio de la novedad. Junmyeon sabía que

Jongdae había sido acusado de eso, pero lo que no sabía, era que Yifan estuviera

enterado. Era algo demasiado grave como para ser esparcido en el instituto. Si

los chicos llegaran a saber y contaran a sus padres lo ocurrido, de seguro

sacarían a sus hijos en un abrir y cerrar de ojos de la escuela. Los archivos


confidenciales de las familias y sus situaciones económicas estaban en juego,

porque simplemente ellos no sabían que antes de ser aceptados en la institución

fueran investigados. +

Nadie había nombrado a su hermano directamente. Pero daba la casualidad que

Jongdae había sido acusado, irónicamente, por ser el mejor en sistemas de la

clase, sino de la escuela. Sin embargo, Yifan había descubierto que no era el

único y el otro chico, era demasiado "bueno y tranquilo", como para que alguien

sospechara de él.+

Yifan solo se limitó sereno a seguir su conversación con el director y le

preguntó de paso.+

- ¿Por qué Jongdae habría de hacer eso? Si ya está expulsado – remarcó

sarcástico Yifan, sonriéndole al hombre, con tan poco decoro que se sorprendió

de sí mismo.+

- Yifan – rugió pasmado Junmyeon, entre dientes – No estás ayudando así.+

Yifan elevó su mentón y se volvió a Junmyeon para mirarlo por sobre su hombro.

Indignado le dijo sin reparos.+

- Tú tampoco ayudas asumiendo que tu hermano tiene toda la culpa – le espetó, al

instante que se volvió a ver al director – Él no hackeó los archivos de

seguridad, ni las cámaras, ni robó esa información confidencial.+


El hombre sintió que le faltaba el aire y con la garganta seca, tuvo que tomar

un sorbo de agua del vaso que se encontraba sobre la mesa. Apenas pudo, tragando

duro, dijo.+

- Todo parece indicar que...+

- Él no fue – afirmó sin más Yifan.+

El hombre respiró hondo y le recordó algo más.+

- Aún si él no hubiera sido, cosa que dudo, el altercado con el joven Jang...+

- Hablé con sus compañeros – le interrumpió en seco Yifan, sin miramientos de

que podría seguramente su modo, considerarse una falta de respeto – Él actuó

mal, pero en consecuencia de algo que pasó antes.+

- No me consta que... – quiso proseguir el hombre, en extremo inseguro de quién

daba las órdenes ahí. +


- Fue el comentario del día – irrumpió de nuevo Yifan, hablando en voz alta, por

encima de la autoridad – que el profesor Lee utilizara en su clase de tercero,

donde se encontraba Jang Dongwoo, a Kim Jongdae como ejemplo de fracaso en la

vida – explicó rápidamente sin detenerse un segundo, mirando fijo a su superior

– Un don nadie que lo es todo simplemente por ser un Kim, pero un fracasado al

final, sin importar el dinero y las grandes influencias que el chico tuviera por

haber nacido en buena cuna. Dongwoo solo repitió las palabras del profesor,

claro, no por preocupación, sino dándole la razón en medio de las risas de medio

mundo, lo que hizo que Jongdae reaccionara en plena cafetería.+

- No sabía – susurró Junmyeon apenas, sin aliento – No sabía que...+

- Puede que Jongdae haya contado su versión de los hechos – dijo rápido el

director.+

- Jongdae no me dijo nada – respondió a eso Yifan – Yo pregunté. Y todos

coinciden en la misma "versión de los hechos". Y por pena me dijeron que no

tienen inconvenientes en venir y decírselo a usted.+

- El daño ya está hecho – sentenció el hombre, dándole a entender quién tenía el

mando ahí – Y la decisión está tomada. +

Junmyeon agachó la cabeza sin poder siquiera emitir palabra. Yifan lo miró con

el ceño fruncido y entonces se limitó a pedir.+


- Quisiera hablar a solas con ustedes, señor.+

- No hay nada más que decir – dijo rotundo al hombre.+

Yifan suspiró. El hombre era un terco. Así que debería negociar con un terco,

imponiéndose por el miedo. Pero sin faltarle el respeto al caballero, después de

todo, era su director.+

- Yo sé quién lo hizo – dijo Yifan.+

- ¿Quién hackeó los archivos de la institución? – preguntó incrédulo Junmyeon.+

- No es solamente eso – respondió, pero mirando fijo al hombre que ya veía que

llevaba su mano al nudo apretado de su corbata, como queriendo rasgársela para

respirar mejor – Yo sé qué es lo que tanto le preocupa de eso, señor. +

- Kim – habló el hombre – Déjanos solos.3

- Pero – dijo afligido el presidente del Consejo de Estudiantes – Se trata de mi

hermano y...+

- Kim. Es una orden.+

Junmyeon se puso de pie y miró a los que se quedaban, antes de salir de la

dirección. Fijó más tiempo sus ojos en Yifan, que seguía observando al director
y se resignó a cerrar la puerta, porque nada tenía que hacer ahí.+

Unos segundos de silencio por parte del caballero, hicieron a Yifan darse cuenta

de lo que estaba haciendo. Jamás en la vida se hubiera imaginado que se

encontraría en una situación parecida. Jongdae sin lugar a dudas había puesto su

existencia patas arriba, llevándolo a extremos que ni siquiera había imaginado

que podría, descubriendo un lado desconocido de él, que lejos de espantarlo lo

hacían sentir una adrenalina por dentro, como si fuera un chantajista de cuarta.

Le gustaba esa faceta nueva de él mismo.6

- Y bien Wu – dijo el hombre – Qué querías decirme entonces.+

- Antes de llegar aquí tuve un encuentro con el autor del hecho en persona. Y

hubo dos cosas que llamaron mi atención. La primera, los archivos de las cámaras

de seguridad. Y la segunda, los movimientos de las cuentas bancarias de esta

honorable casa.+

- No puedo creer que esto esté pasándome – rugió el hombre entrando en un

espasmo de terror evidente en su cara – ¡No debería haberlo aceptado en esta

institución!+
- Y yo sin embargo me encuentro de lo más agradecido que me haya abierto las

puertas de esta casa. Es lo mejor que hizo señor director. Porque verá, no hay

nadie mejor que yo para guardar secretos – le dijo sonriendo, hambriento de un

poder que se daba cuenta tenía sin saberlo antes, enarcando su ceja derecha,

viendo el sonrojo del caballero que de repente se sintió abochornado por el

joven demasiado viril para su gusto.2

- Wu... tú... tú no puedes...+

- ¿No puedo? – preguntó apacible Yifan – Créame que puedo señor. Ya está hecho.

Si Jongdae llegara a salir de esta escuela, los videos de usted escabulléndose

por los pasillos de esta honorable institución hacia el dormitorio de la

profesora Hang, saldrán a la luz y ni hablar de sus manifestaciones afectuosas

cuando nadie los ve, o cuando cree que nadie los ve. De igual modo, a mí no me

interesa el asunto. Aplaudo sobremanera el amor esparcido entre estas honorables

paredes – afirmó en un suspiro hondo, sonriendo ladino – Pero no se vería bien

teniendo en cuenta que los dos están casados y con hijos ¿verdad? Pero eso no

sería más que un desliz, si se quiere decir. Aunque creo que a los medios sí les

interesará saber, que esta escuela ha servido como blanqueo de dinero de las más

honorables familias de...4

- ¡Ya! – terminó de gritar el hombre, más como súplica, que como orden – Ya...

entendí...+
- ¿Hay un trato entonces?+

- No puedo creerlo – gimió el hombre, pasando un pañuelo por su cara.+

- Usted entenderá que no quería llegar a esto.+

- ¿Qué... qué más saben? – preguntó, en lo que sus labios temblaban – ¿Quién

más... quién más lo sabe?+

- Bueno, además del hacker, usted y yo – respondió sin problemas Yifan – Jongdae

no está enterado. Será nuestro secreto – aseguró sonriendo, y regalándole un

guiño al caballero, que volvió a sonrojarse por completo – Y yo convenceré al

hacker de abrir las redes de nuevo. Y así haremos de cuenta que nada a pasado.+

- Sería muy sospechoso que... que... que deje pasar lo... lo que ocurrió

entre...+

- Yo convenzo a Jongdae de pedir disculpas a Dongwoo – le prometió Yifan,

llevándose la palma de su mano al pecho, serio en su decreto, pero dejando en

claro algo más – Siempre y cuando usted haga que el profesor Lee y Dongwoo pidan

disculpas a Jongdae. 4

- ¡¿Cómo?! – exclamó el hombre, escupiendo los ojos a Yifan – Yo... yo no puedo

obligar... el profesor... el profesor Lee...+


- Después de todo... – prosiguió rotundo Yifan –...no creo que al señor Kim le

guste saber que su apellido y linaje estuvieron en boca de un docente de esta

honorable casa ¿Algo más por decir señor?

- ¡Maldito seas Wu! – exclamó el hombre con voz quebrada.1

- Bien – dijo poniéndose de pie – Me iré a ver a mi amigo. Lo llevaré a mi

apartamento y creo que, compartiremos piso a partir de ahora, así lo tengo en la

mira ¡Ah! – agregó, como si recién recordara algo – De más está decir que el

hacker y yo, nos quedaremos con algunas cosas como garantía de esta negociación,

pero sobre todo, para cuidar la información que debe estar por demás segura.

- ¿Quieres que te dé las gracias?+

- De nada señor director – dijo haciendo una respetuosa reverencia de 90º y

retirándose del despacho.10

Caminó un tramo por el ancho pasillo del vació pasaje, cuando escuchó que

alguien corría tras él.+

- ¡Wu! – llamó agitado Junmyeon, al que reconoció la voz.+

Yifan se detuvo y lo miró que ya estaba en frente. +


- Ya está hecho – dijo entonces Yifan – No tienes que preocuparte. Jongdae no

fue expulsado.+

- ¡¿Cómo lo hiciste?! – exclamó consternado.2

- No importa eso – respondió, sacudiendo sus hombros, dándose la media vuelta –

Ahora, si me disculpas...+

- ¡Es mi hermano! – rugió de pronto Junmyeon.+

Yifan, entonces volvió su vista a su compañero y con la rabia que no le había

mostrado antes, le devolvió duramente.+

- ¡Eso deberías haber pensado antes de dar por hecho que él era culpable! ¡Diste

por sentado que él había sido, como todos los demás! ¡Yo no dudé de su

inocencia! ¡¿Por qué tu sí?! ¡Y lo que pasó con Dongwoo...! – gruñó cerrando con

fuerza sus ojos, en lo que miró a todos lados, antes de preservar de nuevo la

calma. Respiró hondo, se compuso y con la mano en la cintura, miró a Junmyeon

que no había podido digerir lo que acaba de decirle – Es tu hermano. Te quiere

Junmyeon. Y estoy seguro que si no dijo nada, es porque el muy idiota debió

creer que lo mejor sería que fuera expulsado para dejar de ser una carga para

ti. +

- ¿Te lo dijo?+
- No – respondió – Era evidente que él ya lo había decidido.+

Junmyeon parecía conmocionado. Miró al suelo y entonces se dio cuenta que quizá,

para su vergüenza, no conocía tanto como creía a su pequeño hermano. Yifan

entonces se sintió afligido y repentinamente rodeó con su brazo el cuello de su

compañero, obligándolo a los empujones a ir con él.+

- Vamos – ordenó.+

- Yifan... no – titubeó, sin fuerzas para contradecir al chico más fuerte – A lo

mejor está enojado conmigo por...+

- ¡¿Estás loco?! – exclamó en lo que sus largos pasos, arrastraban a Junmyeon –

Te quiere demasiado como para enojarse contigo mucho rato. Vamos...+

Caminaron un tramo, hasta que Junmyeon se animó a preguntar.+

- ¿Me vas a decir cómo hiciste?+

- Nop...

2
En la noche, cuando las luces de los dormitorios comenzaron a apagarse, Yifan

acomodó a Jongdae en la cama, entre un montón de almohadones, mientras este lo

miraba atento sin poder emitir palabra. +

- ¿Todo bien con tu hermano? – le preguntó Yifan.+

- Algo así...+

- No le eches la culpa – le aconsejó, en lo que se desplomaba en un puf que

había al lado de la cama, tomando un libro entre sus manos, dispuesto a leer –

Siempre has sido de lo peor y una vez que no lo haces... ¿qué querías que

pensara?1

Jongdae miró sus dedos enredados en su regazo. Yifan abrió el texto y poniéndose

unas gafas que recientemente había comenzado a usar como descanso, prosiguió a

continuar con su lectura.+

- ¡¿Piensas leer?! – preguntó de repente Jongdae.+

- Si.+

- Oye ¿Sabías que hoy es viernes y que dos pisos más arriba hay fiesta? –

preguntó sarcástico – ¿No tienes otra cosa más interesante que hacer? Ni que

fueras un viejo. Te falta el saco tejido de mi abuelo.


- Primero – aclaró Yifan – te estoy cuidando. Y segundo, estoy esperando

visitas.+

- ¿Visitas?+

- Si.+

- ¿Quién?+

- Ya vas a ver...+

- No seas idiota – se quejó.+

- Un amigo.1

- Ya te guardaste a toda la escuela en el bolsillo desde que te hiciste capitán

del equipo de baloncesto. Todos jurarían que eres "su amigo" – remarcó Jongdae.+

- Pero este es especial.+

- Creí que yo era el "único" especial – le reprochó celoso por demás.7

- Este chico, espero que sea también tu amigo.+


- ¿Y eso por qué?+

- Porque es un buen chico.+

- ¿Y cómo sabes? Para ti todos son buenos.+

- Lo conozco del club de tiro al arco – dijo como si nada – Es muy bueno. Me

superó la última vez que practicamos. Y además, es el hacker.7

- ¡¿Qué?! – gritó como escupiendo las palabras – ¡¿El maldito por el que casi me

echan?! ¡¿Estás loco Yifan?!+

- No veo que te hayan expulsado – le recordó tranquilo Yifan – Y además, si no

fuera por él, estarías fuera. No te quejes.+

Jongdae se le rió apenas, por el dolor en su cuerpo. Yifan lo miró por sobre los

anteojos, enarcando seductor una ceja y volviendo sus ojos a las hojas del

libro, leyó como si se tratara de algo sumamente importante.+

- "Y dice Buda: Ni tu peor enemigo puede dañarte tanto como tus propios

pensamientos. En lo que piensas te conviertes. Lo que sientes, lo atraes. Lo que

imaginas, lo creas." 15

Yifan calló unos segundos, quitándose lo anteojos. Miró a su amigo que se le

quedó mudo y pensativo. Sonrió apenas, como si un sentimiento lleno de


satisfacción le recorriera por las venas, sabiendo que Jongdae estaba pensando

en eso.+

- ¿A tu viejo le gusta Buda? – preguntó curioso el chico de repente.+

- No – respondió Yifan, regresando su vista a loa anteojos.+

- ¿Y de dónde te gusta a ti?+

Yifan miró su pulsera. Las cuentas desgastadas del uso y el hilo rojo que iba de

adorno, lo llamaron a emitir un suspiro. Su niño monje se lo había inculcado,

solo que dolía demasiado hablar de aquello y era un secreto bien guardado que

creía que nadie jamás entendería. 5

Miró a Jongdae y entendió por qué había algo en ese chico que lo hacía querer

resguardarlo. Jongdae y él, eran algo parecidos. Dos chicos queriendo ser dueños

de sus vidas, atrapados en una existencia sin sentido. Y el único sentido que

los aferraba ahora el uno al otro, era el de una hermandad sin límites por

compartir ese sentimiento de una libertad que anhelaban. Porque a pesar de que

sus padres apenas notaran siquiera sus existencias, estaban atrapados en sus

decisiones. Además había algo que Yifan bien sabía que Jongdae algún día le

revelaría. Los dos sufrían su pasado. Quizá era diferente, pero... sufrían. Así

que Yifan había decidido que ese chico bajito y menudito, terrible y

disparatado, era la mejor cosa que podía haberle pasado en esos días. +
La puerta sonó. Alguien llamaba. Jongdae se incorporó un poco estirando su

cuello y Yifan se puso de pie, para atender. Un chico de poco más de 14 se

asomaba tímido con las manos metidas en los bolsillos y encorvado por demás,

escondiendo su rostro en la capucha de su sudadera inmensa. 4

Entre Yifan y ese chico bajo, se intercambiaron unas palabras, antes que Yifan

cerrara la puerta y lo pusiera en medio de la sala, donde Jongdae lo viera bien.

Lo primero que llamó la atención de Jongdae fue sin lugar a dudas esos rasgos

poco comunes, como su tez un tanto bronceada, ni que al sol le fuera fácil

quedarse en su piel. La diferencia de estatura entre Yifan y ese chico era

terriblemente notoria, sumado a su rostro redondeado por lo niño, hizo a Jongdae

carcajear como si fuera un chiste. +

- Hola – dijo apenas, quitándose la mochila que llevaba, al segundo que

comenzaba a abrirla.+

- Pero...– rió aturdido Jongdae –... si parece del kínder... oye Yifan...+

- No lo jodas – le reprochó su amigo, al segundo que miró con orgullo al

susodicho – Este tipo hizo estragos en el sistema de la escuela y ahora tenemos

al director agarrado de las pelotas. Así que, es nuestro amigo ¿Escuchaste

Jongdae?+

- ¿Y cómo se llama nuestro nuevo amiguito? – le preguntó Jongdae, de lo más

asombrado del trabajo que había hecho el hacker.+


El chico se quitó la capucha, dejando entrever su pelo platinado y

abundantemente rebelde, que sacudió para reacomodarlo. Miró a Jongdae fijo a los

ojos, como si lo retara a duelo y se paró bien derecho, como si de pronto

creciera más de lo normal en un instante.+

- No te hagas el adulto aquí que apenas tienes un año más que yo – dijo con una

voz grave terriblemente de adulto, dejando ver lo que había dentro de su mochila

– Ahora...traje cervezas ¿Tienes algo de comer? ¡Ah! Por cierto. Kim Jongin,

mucho gusto – dijo sonriendo y emitiendo un guiño comprador al enfermo.21

Y Jongdae sonrió de par en par. Diciendo sin dudar.+

- Sip... definitivamente Kim Jongin... seremos muy buenos amigos.

Existiendo
De vez en cuando resultaba difícil levantarse de la cama. De vez en cuando

resultaba demasiado complicado entrar en la ducha. De vez en cuando, pasaba que

ni siquiera quería abrir los ojos y despertar en la mañana. De vez en cuando,

Yifan dejaba incluso de comer. Pero nunca se había notado demasiado, porque era

un día, y regresaba a la normalidad. Pero, no esa vez...7

- Yifan – susurró Jongdae otra vez, asomándose por la puerta del dormitorio que

compartían – Hermano ¿Sigues mal? +

No respondió. De espaldas a él, se recordaba a sí mismo en igual actitud que

Jongdae aquella vez que lo había mandado a llamar de la enfermería. Sólo que él

no tenía heridas, ni había peleado con nadie. +

Mentira.+

Estaba demasiado herido, sangrando sin sentido y sin ya saber por qué dolía

tanto seguir al menos respirando. En la oscuridad del dormitorio se refugiaba de

la luz del día. No había dejado a Jongdae subir las persianas, ni abrir las

ventanas. No quería sentir el exterior desde hace dos días, ya por el tercero.+

Yifan percibió que su colchón se hundía detrás de sí. Supuso bien que su amigo
se sentaba en el borde esperando una respuesta de su parte. Pero no podría jamás

decir nada. Es que, nadie entendería nunca qué pasaba. Si ni siquiera él podría

llegar a entender.+

- Yifan – repitió en una voz ahogada, asentando su mano en el hombro – No podrás

seguir encerrado por mucho tiempo. Los profesores comienzan a preguntar

demasiado...+

Nada. Yifan cerró sus ojos queriendo hacerse el dormido, estando bien despierto. í

- ¿Qué mierda pasó con tu viejo? – rugió de repente con rabia, tratando de hacer

que se diera la vuelta – Todo esto es su culpa, yo lo sé. Aunque no me digas

nada, yo sé...+

Y Yifan movió su mano hacia su hombro, asentándola apenas en la mano de su amigo

que le hundía sus dedos lleno de ansiedad, inquieto y angustiado. Aunque no lo

viera, podía escuchar el crepitar de los dientes de Jongdae que contraía su

mandíbula. +

- Solo... – dijo, en una pausa, antes de seguir en un murmullo débil y seco –...

déjame sólo. Necesito, estar sólo...3

Pero Jongdae no lo dejaría sólo. Era un maldito entrometido en todo, él lo

sabía. Y de entrometido, se recordaba también cómo había conocido a Yifan. Jamás


habían hablado de eso, no hacía falta, pero Jongdae no olvidaría que lo había

conocido en esa terraza, a punto de querer saltar. Por eso, el entrometido

empujó a su amigo para que lo mirara a la cara y en la cara le dijera que se

fuera. Un tanto brusco, lo volteó de una vez y con fuerza. +

Yifan resopló en una sonrisa que se hizo gruñido, sintiendo que la comisura de

su labio ardía como brasa ardiente, de la herida que se abría de nuevo. Apretó

sus párpados en un gemido ahogado, pero fue peor todavía, porque podría jurar

que de nuevo el puño se le estampaba en el ojo derecho, cerrándose completamente

el abultado hematoma que ya tenía entre morado y rojo. Su mano dejó entrever un

pañuelo que se llevó a la boca, de donde comenzaba a emanar sangre, de nuevo.

Rió burlándose de sí mismo, hasta que el ojo que podía abrir bien, se

encontraron con la ira de Jongdae. +

- Mierda... hombre – espetó en un sonido hueco – Lo voy a matar ¡Y ni mierda me

importa que sea tu viejo! – gritó, hundiendo un puño cerrado en el colchón.3

Yifan sonrió apenas, reacomodándose como pudo. Era un tanto ridícula la amenaza

de su amigo ¿Quién podía hacer frente a su padre? ¿Quién podría enfrentarse a Wu

Yànzǔ? +

Jongdae se hizo espacio y se reacomodó en el borde de la cama. Yifan cerró sus

ojos, apagados del agotamiento. La vida no debía ser eso. La vida debería ser

más simple, más ligera y feliz ¿Por qué él no podía ser tranquilamente feliz?
- Yifan – susurró Jongdae – ¿Algún día me vas a contar?+

Su silencio fue la respuesta. +

La necesidad de saber que sus ganas de vivir pendían de un hilo, realmente de un

hilo, hicieron que sumergiera su mano debajo de su almohada y aunque nunca ya

sacara a la luz aquello, apretó con todas sus fuerzas su amuleto, su mala, hasta

que sus nudillos dolieron.+

17 años.+

No se suponía que debía estar en ese lugar.+

Tragó duro, sintiendo que su nariz ardía y viendo borroso en la penumbra del

dormitorio, porque se recordó a sí mismo, ese día, proponiéndole huir con él. +

"... mi abuelo cuando murió, dio la orden de que lo que me corresponde como

herencia me fuera cedido a los 17... si tú te vas del Templo, si decides

dejarlo... si te vienes conmigo...", le había pedido. "¡¿Estás loco?!", había

exclamado espantado su niño.+

Si. Estaba loco. Tan loco y nublado, idiota y estúpido, como para creer que

podría hacer eso que le había rogado hacer a su niño. Porque ahora, en el tiempo

que pasaba se daba cuenta que nada de lo que él había pensado tenía ningún

sentido ¡¿Cómo se le había ocurrido que esa descabellada idea saldría


malditamente bien?!+

Se recordaba a sí mismo caminar días atrás, a la salida de la escuela, con un

permiso especial, por el día de su cumpleaños esa mañana. Sabía por qué su padre

lo quería en casa y trató de escapar, no una, sino incontables veces. +

A la rastra. Yifan fue llevado a la rastra por los guardias del señor Wu, que no

escatimaron en castigarlo, por orden de su progenitor. Pero eso no fue todo.

Cuando Yifan se negó a firmar los documentos frente al escribano, que era amigo

personal de Wu Yànzǔ, solo una cosa hizo al chico "cambiar de opinión". El

juramento del hombre de matar a ese monje del maldito templo. Yifan debió firmar

los documentos que cedían la herencia que le había dejado su abuelo paterno a

él, a su padre.3

- Necesito liberarme de él – dijo de repente, sin abrir los ojos, sintiendo que

ardía hasta hablar.+

- ¿Hablas de tu viejo? – preguntó Jongdae. Una sonrisa burlesca salió estampada

en el rostro de Yifan, ni que le contara un chiste y es que tenía que decirle –

Parece que los dos tenemos el mismo maldito y puto problema...+

Yifan no rió, ni emitió ninguna mueca en ese momento. Aún así como estaba, miró

fijo a su amigo. Jongdae se puso serio, como pocas veces solía hacerlo,

arrugando su frente y mirándolo fijo. Se quedó quieto, analizando a Yifan en

silencio.+
- ¿Qué problema tiene contigo? – susurró.+

Jamás lo supo. Yifan nunca supo cuál era el maldito problema de su padre para

tratarlo como lo trataba. Así que simplemente supuso lo que le resultó

dolorosamente obvio.+

- No le gustará cómo soy...+

- Viejo demente – gruñó.+

Otro rato de silencio, hasta que Jongdae de nuevo se metió con otra cosa.+

- ¿De quién es?+

Yifan sintió que su corazón golpeaba fuerte y dolorosamente, apenas pudiendo

respirar fuerte, aspirando una bocanada de aire, viendo que los ojos de Jongdae

se dirigían a su mano bajo la almohada. +

- Siempre veo cuando la agarras y lo tienes ahí – habló de nuevo, con una

sensación de pena en sus gesto, elevando sus cejas expectantes como rogando una

respuesta de parte de Yifan – ¿Era muy importante para ti?+

- Muy...+
- ¿Qué tanto?+

- Yo existía para él – susurró, sintiendo que un nudo se formaba en su garganta.

Y Jongdae, ya no quiso preguntar. No cuando veía lo que provocaba en su amigo

recordar.+

Sentado en su sillón de oficina, Wu Yànzǔ colgó la llamada que le daba aviso que

había llegado. Se puso de pie, reacomodándose el impecable traje gris plata para

resaltar su impoluta postura gallarda, como si nada le afectara porque él era Wu

y tenía dominio sobre todos esos condominios ¡maldita sea!+

Wu caminó rodeando la mesa y parándose al frente, se limitó a esperarlo. La

puerta se abrió y su secretaria anunció al hombre de pie, en la entrada. Yànzǔ

dio una leve reverencia, antes de saludarlo tranquilo.+

- Suegro...+

El hombre lo escaneó de arriba abajo y simplemente miró a la secretaria que como

témpano, ni se había movido de su sitio.+

- Déjenos solos – dijo el recién llegado, como dueño del lugar.+

Y Yànzǔ rodó sus ojos. El maldito se creía tanto, incluso como para venir a

darle órdenes, en un espacio que no era suyo. Para colmo, la mujer obedeció y Wu
pensó entonces que debería cambiar a la mujer, cuando la puerta se cerró.+

Sin invitación el viejo miró para todos lados y cuando divisó el espacio de

descanso en la esquina de la oficina, dispuesto para reuniones eventuales,

caminó hasta allí y se sentó en el sillón pequeño, esperando a que Wu se le

uniera. Wu sin decir palabra, le siguió, acomodándose en el otro sillón, en

frente.+

- No sabía de su llegada – habló Yànzǔ.+

- Ni yo que ya te habías asentado bien – dijo crudamente – Los últimos informes

de ti era que regresarías a Canadá.+

- Decidí a último momento trasladarme a Seúl. +

- Y no hacer saber de tus planes...+

- No sabía que estaba demasiado interesado en nuestros planes – replicó, en una

conversación rápida, con prisa y sin rodeos – La última vez que hablamos me dejó

bien en claro que nos quería lejos de su vista, porque no quería verlo, ni saber

que era de su estirpe.+

Wu sintió un retorcijón de felicidad en su interior, cuando se dio cuenta que le

había cerrado la boca. Vio cuando su suegro tragó duro, incómodo, aunque tieso y

sin manifestación alguna de emoción, para preguntar lo que no se esperaba.+


- ¿Cómo está? +

- Saludable – fue todo lo que dijo.+

- ¿Es bueno?+

- Es un Wu. +

Otro momento de silencio interminable se hizo entre los dos, en lo que el viejo

Jang aspiró siniestro el oxígeno que se quebraba entre los dos. Largó una

sonrisa vomitivamente irónica y terminó de murmurar.+

- Un "Wu".1

Yànzǔ sintió como si le hubieran puesto explosivos en el estómago, que le

retorcía de rabia. Aún con la mandíbula contraída, no escatimó en largarle.+

- Es, y será, siempre, un Wu.+

"Maldito y asqueroso viejo decrépito", pensó y se exigió no decirlo en voz alta,

cuando miraba esa miniatura andante, con cabello plata en abundancia, de figura

delgada y hasta débil en contextura, rostro liso que demostraba que ni una sola

sonrisa quizá había asomado por esa cara, mirándolo ni que fuera rey y él nada.+ a
- Quiero verlo – ordenó el caballero.+

- ¿Para qué? +

- Es mi nieto.+

No iba a discutir frente a esa respuesta tan voluble. Yànzǔ había aprendido bien

que el hombre no daría el brazo a torcer y aún si se lo torcieran, seguiría

mirándolo por encima sin ningún atisbo de pérdida de su poder. Por eso aspiró

hondo, mirando por encima de la cabeza del sujeto que venía aquí a darle la

orden y simplemente dijo.+

- Está en el colegio ahora. Cursa en un internado.+

Fue todo.+

El anciano se paró de su asiento y quiso irse, cuando Wu, poniéndose de pie

también lo retuvo de forma recriminatoria.+


- ¿Por qué ahora? +

- Porque ella está muriendo y quiere verlo – fue la respuesta mientras se

dirigió a la puerta, en su largo trecho por la oficina.+

- ¿Nara sabe que...?+

- No – respondió sin volverse siquiera – Ella solo pidió ver a su nieto – dijo

deteniéndose sorpresivamente un segundo, pero sin mirarlo, en lo que Wu pudo ver

que se tensaban los hombros del señor – Llévalo este fin de semana a casa... por

favor.+

Y lo vio desaparecer, completamente consternado, sin esperar esa última frase:

"por favor". +

No había habido detalles de su encuentro con él, cuando le dio la novedad a su

esposa. Ella miró por la ventana de la residencia como a la nada, de brazos

cruzados. Yànzǔ la observó detenidamente, sin dejar pasar por alto los delgados

dedos enterrándose entre la tela de las mangas de su camisa de raso de color

ceniza. Ese color le quedaba bonito. Aún cuando los años hubieran pasado, para

él, Nara nunca había dejado de ser una niña solitaria. Ese color le quedaba

precioso. Como la vio por primera vez sentada con un vestido de gala a sus 18

años en una fiesta multitudinaria. Todos la miraban. Era bella. Tanto, que fue

la única que le hizo borrar de su memoria una ruptura reciente de quien creía

hasta ese momento era el amor de su vida. Pero cuando la vio allí, tan bonita y
sola, como perdida y sumida en su mundo, sólo quiso protegerla. 2

- No quiero que los vea – dijo ella, frunciendo en una línea tensa sus labios

delgados.+

- Nara – habló tratando de calmarla – Ella está muriendo.+

- ¡No me importa! – rugió temblorosa, mirándolo llena de hastío con los ojos

brillantes – ¡No quiero que los vea! ¡No quiero! – exclamó con sus brazos duros

y sus puños cerrados llena de furia, queriendo golpear algo – ¡Que se pudra

solo! ¡Los dos! ¡Que se pudran! ¡No voy a permitir que lo humillen! ¡No voy a

dejarlos! – gritó, al segundo que sus ojos rabiosos cambiaron de expresión a uno

más suplicante, abalanzándose a él y tomándole la solapa de su impecable saco –

Yànzǔ... lo prometiste... tú me lo juraste...+

Él apenas si se atrevió a rozarla, llevando sus manos a sus hombros, como con

temor a tocar algo que pudiera romperse. Quería calmarla. Se juraba a sí mismo

que quería calmarla.+

- Nara... lo llevaré ante ellos. Es su nieto. Y Yifan... tiene derecho.1

Y fue todo. Ni que fuera el peor traidor, con fuerza se despojó a sí misma de

él, empujándose del lado contrario, para darse la vuelta e irse lejos. Él solo

se quedó de pie, escuchando los tacones resonando a la distancia, hasta que se

perdieron en un murmullo.+
Sentado en la parte trasera, esperó en el vehículo un buen rato. Miró la hora en

el reloj. Y tuvo al final que ceder. Hizo seña al chofer que se bajó rápido para

abrirle la puerta. Descendió y se encaminó al ingreso, haciéndose anunciar a la

recepcionista, que amable saludó, justo en el momento en que el director pasaba.

Apenas sus ojos se encontraron, el hombre parecía haber visto al mismo demonio,

porque turbado se retorció la corbata de un lado al otro en lo que no dejaba de

emitir reverencias y sonrisas histéricas a Wu.+

- Señor Wu – saludó el director – Qué bueno verlo. De seguro espera a Yifan ¿O

puedo ofrecerle algo?+

Wu frunció el ceño perplejo y apenas inclinándose cortés, se atrevió a

preguntar.+

- ¿Todo bien con Yifan?+

- ¡Por supuesto! – exclamó rápido el hombre, abriendo grande sus ojos, como su

sonrisa y sus gestos exagerados – Es nuestro estudiante estrella, ha llevado a

lo más alto su lugar como capitán del equipo de baloncesto, se destaca en tiro

al arco como ninguno, llegando a ser instructor de los más jóvenes, ni hablar de

las materias, los profesores dicen que es sumamente diligente en todas, cómo

decirle, verá, todos lo tienen en alta estima, sus compañeros hasta han querido

asignarlo como presidente de clase, pero él se ha negado rotundamente, es

demasiado humilde el muchacho ¡Tiene un don y un carisma único como líder! ¡Se
lo aseguro! ¡Lo felicito por este hijo que tiene! ¡Yifan! – exclamó a lo alto,

abriendo bien sus brazos, ni que recibiera un hijo cuando vio al chico acercarse

por el largo e inmenso pasillo – Justo le decía a tu padre lo contento que

estamos contigo en nuestra honorable institución. Muy contentos de hecho... 3

- No exagere señor director – respondió Yifan, tranquilo como siempre, al

momento en que mirando a su padre lo saludó apenas con un movimiento de cabeza

en asentimiento – Papá...+

- No exagero muchacho. Todo lo que dije es la pura verdad – aseguró

exageradamente el hombre.6

- Muy amable de su parte ser tan considerado con mi hijo – respondió atento Wu.+ m

Yifan suspiró y su padre podría haber imaginado que ante el suspiro de Yifan, el

director pegó un respingo, ni que estuviera asustado de algo.4

- Q-que... que – tartamudeó ¿tartamudeó? Si... el hombre tartamudeó – t-tengan

u-u-un lindo fi-fin d-de sema-semana en familia.+


Y salió disparado de allí, con Wu boquiabierta y su hijo como si nada.1

- ¿Qué fue eso? – preguntó a nadie Wu.+

- Así es él – respondió su hijo – ¿Qué quieres? Lo que tenía para darte ya te lo

di. No tengo más.+

Se miraron. Yànzǔ de repente se vio elevando un poco sus ojos. Frunció el ceño y

repasó en la altura de Yifan ¿En qué momento había crecido tanto? Parecía no

dejar de crecer nunca. 2

- Vamos – fue todo lo que dijo y caminó sin dar más explicaciones.+

Rumbo a alguna parte, Yifan se limitó a mirar por la ventanilla. Un tramo,

claro, hasta que se dio cuenta que no iban a la residencia que igual le

resultaba ya ajena. Pero, por muy ajena que le fuera esa casa, más lo era la

ruta que habían tomado, yendo a las afueras de Seúl.+

- ¿A dónde vamos? – preguntó Yifan.+

Mirando por la ventanilla del lado contrario, Wu se lo dijo sin volver su

rostro.+

- A ver a tus abuelos. +


Yifan se quedó observando unos segundos más de lo normal a su padre, esperando

que le informe más. Yànzǔ sintió los ojos penetrantes de su hijo que no lo

dejaban de analizar. +

- ¿No me vas a explicar? – preguntó Yifan.+

- No tengo nada que explicarte.+

- Si... claro...+

Y Yifan resopló en una mueca burlesca, que hizo a Yànzǔ volverse enervado a

mirar su hijo. +

- Más vale que te comportes en frente de tus abuelos – advirtió entre dientes.+

- Claro... – asintió con desgano y un bostezo que bien le decía que se fuera al

demonio si quería.+

- ¡Yifan!+

- ¡¿Qué?! – exclamó en voz baja y hasta ofendido, encogiéndose de hombros.+

- ¡¿Dónde demonios aprendiste esos modales?!3


- ¿Qué modales? – resopló sonriendo y hasta con esa sorna petulancia, cruzándose

de piernas.+

- Y el idiota de tu director habla maravillas de ti... no sé cómo demonios lo

haces...2

Yifan suspiró, echándose incómodo hacia atrás en el asiento que le quedaba

pequeño y cerrando los ojos le dijo.+

- Despiértame cuando lleguemos...+

El hombre se quedó boquiabierta mirando a su hijo. Sí. Su hijo. Ese de ahí era

Wu Yifan. El que hasta hace un tiempo atrás jamás habría tenido esa conducta

indecorosa, reprobable, bochornosa y evidentemente hecha a propósito, como si

cada gesto, palabra, comportamiento estuviera estudiado para enervarlo y hacerle

ver que él, Wu Yànzǔ ya no tenía poder sobre ese joven que empezaba a sospechar

que hacía lo que quería en la escuela. Lo observó tirado de lo más tranquilo,

hasta que una novedad lo hizo temblar de la nada, descubriendo esa cosa en su

oreja, sintiendo que cada vena de su sien quemaba al punto de explotar, rugiendo

entre dientes.+
- Pero... qué ¡¿qué mierda es eso?! ¡Yifan!+

Yifan saltó de su asiento, sacudiéndose la cabeza y refregándose la nuca,

molesto por haber sido interrumpido en su sueño.+

- ¡¿Qué?! – exclamó con fastidio – ¡¿Qué mierda hice ahora?!+

Peor. Estalló de una vez. Wu escuchó esa manera y modo de hablar de Yifan y

habría deseado no ir a donde debían ir, para aleccionar al chico.+

- ¡¿Así le hablas a tu padre Yifan?! – gritó furibundo – ¡¿Qué te hiciste?!

¡¿Quién te dio permiso?! ¡¿Cómo demonios se te ocurre ponerte un arete?! +

Yifan sonrió de nuevo malditamente burlón. Sus ojos rodaron a todos lados, como

si le importara una mierda el reclamo de su progenitor. En realidad, le

importaba una mierda.+

- ¡Quítate eso! – ordenó, elevando su mano – ¡Ahora!+

El chico resopló hastiado, pero obedeció. Aunque en realidad hizo lo que el

hombre dijo porque ya estaba molesto de sus gritos. Así que además de arrancarse

casi el diminuto aro de su oreja, abrió la ventanilla del coche y lo largó a la

ruta, volviéndose a su padre y diciéndole de una vez.+


- ¿Contento?+

No hubo respuesta, claro. Yifan no la esperaba tampoco. Apenas prorrumpió el

silencio con un chasquido de su lengua y se relajó de nuevo en su asiento. Tenía

demasiado sueño. La noche había sido dura. Habían festejado el cumpleaños de

alguien hasta las 5 de la mañana. Creyó que aguantaría bien, pero había habido

demasiado en una noche. Sintió la boca reseca de tanto pasarse papel como

alguien le había dicho, para no tener olor a alcohol. Podría vomitar los litros

de café que se había tragado. No volvería a comer pan por el resto de su vida. Y

a pesar de eso, en ese momento, le vendría bien una lata de cerveza bien fría.7

Sintió que caía porque alguien le había empujado. No caía. Acción refleja del

manotón que su padre le había dado en el brazo.+

- Arréglate maldición – dijo, rugió, escupió, con ira – Mírate cómo estás con

esas ropas... Te envío dinero suficiente como para que te vistas de forma

decente y no como un pordiosero. Y tu director encima habla maravillas de ti...

si pareces un delincuente.+

Jeans rotos. Camisa a cuadros negra y blanca, abierta con una remera oscura y

zapatillas roídas. Las cadenas se dejaban ver colgando brillantes, como la plata

de los anillos de sus dedos largos de sus manos grandes.6

- Quítate esa gorra y péinate... algo – resopló el hombre con más rabia.+
- Si me hubieras dicho a dónde veníamos y cómo querías que me presente – reclamó

sin reparos, abriendo al instante la puerta del coche para salir de ahí, sin

esperar al chofer.+

Se paró en una mansión terriblemente grande y majestuosa. Sus ojos se achicaron

en una línea diminuta, como queriendo tener una mejor perspectiva del panorama

nuevo. La residencia lujosa se encontraba rodeada de naturaleza y sus agudos

oídos escucharon, a pesar de la distancia, el sonido de lo que al parecer era un

tranquilo lago. Todo era blanco en el frente. Un camino de piedra lisa le decía

que debía seguirlo hasta la entrada. Un hombre abrió la inmensa puerta de madera

tallada con figuras de flores. Seguramente era el mayordomo, por cómo estaba

vestido en traje negro, pero con moño. +

- Joven – fue todo lo que dijo.+

Yifan miró a su padre, que simplemente se quedó dentro del coche. Arrugó su

frente, pero Yànzǔ no lo miró, así que dedujo que no iría con él. Nunca entendió

esa relación con la familia de su madre. Ni siquiera él podría considerarlos

familia, ya que nunca los había visto en su vida. Y sin embargo lo largaban ahí,

ni que fuera paquete, para ver a estas personas que resultaban ser sus abuelos y

de los que nada sabía.+


Caminó de todas maneras, erguido y seguro, hacia donde supuestamente lo

esperaban. No había expresión en su rostro, ni mucho menos ansiedad por el

encuentro ante lo desconocido. Yifan se analizó deliberadamente a sí mismo y no

se entendió, de hecho, porque cualquiera en su lugar, estaría con los nervios de

punta. Después de todo, eran sangre de su sangre, padres de su madre, sus

abuelos y... no, no sentía nada. 4

Sin embrago, en el tramo que recorrió siguiendo al empleado, notó el minimalismo

de la estructura y decoración, pues prácticamente todos los ambientes seguían

siendo de color blanco con muy pocos detalles decorativos, haciendo del inmueble

más amplio y más luminoso. +

Se detuvo al verse frete a una nueva puerta. El caballero la abrió de par en par

y distinguió un ambiente más hogareño, con sillones mullidos, en medio de lo que

evidentemente era la biblioteca. Dos personas de edad avanzada se encontraban de

pie. El hombre la sostenía a ella. Delgados y pequeños ante sus ojos, Yifan

simplemente avanzó unos pasos, mirándolos extrañado. Pelo plata, los dos.

Extremadamente delgados, los dos. Con anteojos, los dos. Solitarios, los dos. 6

Sintió una súbita necesidad de cruzar para ese lado rápido y preguntarles a los

ancianos si les hacía falta algo, porque parecían demasiado indefensos. Pero

había aprendido en la corta vida que las apariencias engañaban y que debía

esperar a conocer a esta gente.+


Pero pasó en un segundo algo que lo dejó pasmado. La mujer abrió sus labios,

estirando su mano hacia él, temblorosa y sin aliento, para derrumbarse en los

brazos débiles del hombre que angustiado la sostuvo. Y Yifan corrió a

auxiliarlo, porque por mucho que quisiera su marido retenerla entre sus brazos,

se le iría. Así que fue Yifan el que llegó justo para detener una posible caída,

elevándola de la nada en medio de grito del hombre llamando a los empleados. La

dejó recostada en el sillón, dormida, entendiendo que se había desmayado y se

sintió mal, porque él no sentía ninguna emoción ante el encuentro y

evidentemente la señora había sentido de todo.1

Y en un segundo, Yifan se quedó sólo, en esa sala. +

No hubo palabras, ni saludos, ni presentaciones. Todo había sucedido demasiado

rápido y se había quedado tan descolocado, que hasta se había olvida de lo que

estaba haciendo ahí.+

De pronto se recordó lo que era moverse al menos y comenzó a caminar. Sonrió al

darse cuenta de la cantidad terrible de libros que allí había y sus dedos

delinearon los lomos, percibiendo las letras que sobresalían como decorado de

cada uno de ellos. Libros en todos los caracteres conocidos chinos ¿Quién era

chino? Se preguntó. Le gustaban los libros y de repente hasta se imaginó sentado

en el sillón leyéndolos.+

Siguió analizando lo que allí había para matar el tiempo que le quedaba y sus
ojos se detuvieron en una chimenea. No es que antes no la hubiera visto, sino

que ahora veía bien los marcos y las fotos que se mostraban de todos los

tamaños. Fotos de la familia.+

Se acercó perplejo y divisó a quien era su madre, supuso, en todas las edades.

Le gustó verla por primera vez así y un instinto de ternura le brilló en los

ojos, por encontrarla tan humana, sonriendo, jugando y hasta en los brazos de

sus padres, feliz. +

Sin embargo su cuerpo se congeló por completo, cuando vio al desconocido, que

juraba que no era "él". Abrió su boca en un temblor imperceptible y sus ojos se

clavaron en su vivo reflejo.+

- Yifan – escuchó que dijo alguien desde la puerta.+

Miró. Él sabía que era su abuelo. Pero estaba demasiado en shock como para

mostrarle sus respetos.+

- Yo...– quiso hablar, sacudiendo su cabeza apenas, cerrando sus ojos una

milésima de segundos y entendiendo que sí, estaba en ese lugar, donde sus

abuelos – yo sólo... miraba...+


- Si. Lo sé – dijo amable el hombre, que se acercó tranquilo, con una sonrisa

cargada de emotividad, que de repente asustaba a Yifan.+

- ¿Quién es? – preguntó, mirando la imagen.+

- Yifan – llamó el señor.+

- ¿Si? – preguntó, como respuesta a su llamada.+

El hombre sonrió más y lo miró con los ojos brillantes, haciendo al chico darse

cuenta que sí, el señor estaba demasiado emocionado y él no sabía cómo mierda

comportarse. Más, cuando el señor llevó su dedo índice a la imagen y aclaró.+

- "Yifan". Él es, Yifan. Tu tío. 9

Yifan aspiró, cerrando sus ojos unos segundos, tratando de digerir esa

información y entendiendo que el desmayo de la señora, tenía un nuevo sentido. + l

- Cuando te vi entrar... – dijo el señor titubeante – fue... fue como volver a

verlo... a él.+

Apenas dijo eso, el hombre se arrepintió, porque sabía que confundiría al


aturdido joven, que se notaba que quería salir disparado de ahí.+

- Lo siento... yo... – habló apenas Yifan, tan inseguro como el señor Jang –

...yo no quería provocar...+

- No ¡No! No lo sientas Yifan – dijo rápido el hombre, calmando la situación,

con la palma de sus manos elevadas, queriendo tocar al chico y sin poder

tocarlo, porque no quería turbarlo más de lo que ya estaba – Soy yo el que lo

siente muchacho. Yo. Y... tu abuela...+

- Mi abuela – se dijo a sí mismo Yifan, convenciéndose del sentido de su

presencia, sin conseguirlo – ¡Yo no soy él! – exclamó de una vez el chico – Lo

siento pero, no...+

No sería el reemplazo de nadie. Menos de alguien que ya no estaba en este mundo

y de quien ni siquiera había escuchado hablar por boca de su madre.+

- No ¡No! – exclamó exaltado el hombre al final, dándose cuenta de su torpeza –

¡No Yifan! Tú, eres tú. Ni siquiera esperábamos que...+

- Que fuera parecido – resopló algo conmovido.+

Yifan bajó unos segundos sus ojos al suelo, temiendo preguntar o decir. Sentía

demasiada curiosidad por todo. No entendía qué hacía ahí y quería saber qué

estaba haciendo ahí. Quería entender, por qué su madre lo había llevado lejos de
sus abuelos ¿O sería que sus abuelos no los querían a ellos cerca y se habían

visto obligados a irse? No. Quizá fuera que ambas partes no podían tolerarse y

por eso el distanciamiento. Sin embargo ¿Por qué ahora querían verlo a él?

Porque estaba sólo él, no su madre, sino sólo él. Era de eso, de lo que debía

hablar. +

El silencio volvió a hacerse, mientras él encontraba una foto de los hermanos

tomados de la mano. La sonrisa abierta de su madre era una novedad para él y se

detuvo en esos gestos aniñados y bonitos de ella, sonriendo. Y entonces quiso

entender. Serio se volvió a su abuelo y preguntó con un sonido de reclamo

evidente al anciano, mirándolo fijo a los ojos, sintiendo que lo llenaba de

algo. +

- ¡¿Por qué...?! ¡¿Qué pasó...?! ¿Qué pasó entre mis padres y...?+

- No importa. No tiene importancia. +

- Pero...+

- Perdona – suplicó el anciano – Solo perdónanos. Fuimos... somos, torpes y

orgullosos sin sentido. Y no lo entendimos, sino hasta ahora... que te vemos.+

Yifan resopló disconforme con esa respuesta. El anciano sonrió sin embargo, por

la evidente rebeldía en la cara del chico que, con total desparpajo y sacudiendo

sus hombros desinteresadamente, enarcó su ceja derecha, como un descarado


comprador cualquiera, sin decir una palabra.+

- ¿Qué le pasó? A su hijo...+

- Tendrías unos 10 años, quizá, cuando pasó lo de tu tío – explicó el hombre,

mirando nostálgico la imagen – Tus padres ya se habían ido a Canadá en ese

entonces. Para cuando tu madre se enteró de mi Yifan... ella... ella no pudo

venir ya... – resopló con evidente dolor, que se tragó al segundo para seguir

hablando.+

- ¿Cómo murió?+

Un silencio sepulcral de segundos largos se hizo. Jang calló, pensativo e

inerte, sin saber qué decir, sin saber si debía decir.+

- Considero que si tu madre no habló nunca de nosotros...– explicó sin poder

mirarlo a los ojos –...es porque de verdad no quiere que sepas nada de nuestro

mundo. Ella, supongo que me culpa, por la muerte de su hermano...+

Yifan miró fijo al anciano. Lo vio tan despojado de orgullo, que no quiso seguir

indagando. +

- Yifan – dijo en voz alta, haciendo que el hombre volviera a verlo – Es nombre

chino – replicó sin ningún sentido, sintiéndose tonto de decir eso – Pensé que

mi padre lo había elegido.+


- Tu abuela es china Yifan. Ella eligió el nombre de tu tío y en consecuencia...+

- El mío... – murmuró apenas.+

- Un juego de niños. Yifan y Nara se habían jurado llamar a sus primeros hijos

como sus hermanos – dijo riendo mientras relataba eso – Si Nara tuviera un varón

le pondría Yifan. Y si Yifan tenía una niña, le pondría Nara.4

Yifan volvió su rostro a la foto. Era como si fuera él mismo mirándose. Llevaba

un smoking perfecto, señal que era foto de un evento. Sus rasgos gruesos y

viriles, mentón duro y elevado, dejaban entrever que se encontraba cómodo con su

porte. Su cabello peinado hacia atrás, despejaba por completo sus expresiones

faciales severas, pero elegantes. Sin embargo, Yifan llegó a notar una mueca

diminuta en la comisura de su labio, del lado derecho. Estaba pasándola bien. Y

quizá era por la compañía que tenía de esos dos jóvenes a ambos lados, uno con

una amplia sonrisa y labios promitentes, de semblante alegre y el otro, más

reservado y de mirada amable, con rasgos más suaves que los otros dos.1

- Sus amigos – habló su abuelo, que lo sacó de su ensimismamiento, pero al que

escuchó con atención, cuando señaló a cada uno – Sus mejores amigos. Byun Yo Han

y Park Si Hoo. A todos lados iban juntos. Lo que uno hacía, el otro también. Si

alguno estaba en un lío, el otro también. Esos chicos... eran inseparables.32


- ¿Y ellos murieron también?+

- Yo Han, si – dijo el hombre, mirando sorprendido al chico que seguía hablando

de su tío – Si Hoo, vive en Norteamérica aún. Es quien lleva adelante mis

negocios ahí, como mi socio. Vendrá de visita en unas semanas. Tenemos festejo

en casa.4

Yifan elevó sus cejas expectante, por esa noticia. El hombre entonces le contó.+ i

- Tu abuela y yo, cumplimos 60 años de estar juntos Yifan – dijo sonriendo, de

repente más derecho de lo que estaba recién, elevando sus hombros.+

- Eso... eso es ¡Toda una vida!+

- ¡Claro! – exclamó – Y si quieres... si quieres claro, quisiéramos que

estuvieras aquí, ese día...+

Yifan sonrió, ladeando su cabeza a un lado y asintió.+

- Me gustaría eso – dijo.5

- Nos haría feliz tenerte aquí.+

Se miraron, como descubriéndose recién. Yifan razonó entonces que estaba con su
abuelo. Era extraño, era raro que toda una vida siendo sólo, con sus padres, de

repente se encontrara con alguien que sintiera más familia, por el solo hecho de

saberse querido y existiendo en sus vidas.

Acosador

- ¿Por qué esa cara? – preguntó Jongin a Jongdae, en lo que se sentaba a su

lado, en la mesa que habían escogido de la cafetería.2

- Nada...+

- ¿Qué te pasa? – insistió.+

- Pasa que perdió de nuevo – se le burló Yifan.+


Jongin se rió de Jongdae. Jongdae le quiso dar con su puño, pero no pudo. Yifan

resopló aburrido de verlos siempre en lo mismo y les reclamó que se queden

quietos. +

Desde hacía unas semanas, Jongdae venía apostando en un sitio clandestino,

abierto exclusivamente por alguien de la escuela, para alumnos de la escuela.

Medio mundo hablaba de eso, sobre todo porque el nivel de apuestas se hacía cada

vez más cotizado y encima las cantidades apostadas no eran poca cosa, sobre todo

teniendo en cuenta que ahí, en esa escuela, iban muchos de los mimados de Corea

del Sur y otros países. Quien estuviera manejando eso, era sin lugar a dudas un

cerebro maestro, porque ¿qué niño de escuela no solo se haría de un sitio

clandestino de apuestas, que además nadie podría rastrear así nada más? Jongin

había intentado por aburrimiento agarrar al susodicho, pero no había podido.

Jongdae seguía apostando por aburrimiento y seguía perdiendo el dinero que su

padre le daba como mensualidad. Yifan ya se había hartado de decirle que la

corte, pero había llegado a la conclusión de que sólo se detendría cuando

encontrara algo más intenso e interesante que hacer. De última, lo enviaría con

el psicólogo de la escuela, no sea que se hiciera un apostador compulsivo

cualquiera.4

- Ya deja de apostar idiota – escuchó que le reclamó Jongin a Jongdae.

- ¡Necesito dinero! – exclamó, como si estuviera desesperado de algo.


- ¡¿Para qué?! – preguntó Jongin sorprendido – Pídele a tu viejo. Y si quieres

comprar algo, tú tienes tarjeta ¿para qué quieres...?+

- Tú no entiendes – resopló frustrado.+

- Si no me explicas...+

- ¡Me quiero liberar de mi viejo!+

- ¡Miren lo que les traje! – exclamó interrumpiendo el momento, la cantarina voz

de la dama, poniendo en medio de la mesa un pastel delicadamente adornado con

crema e inmensas y rojas frutillas acarameladas.+

Los tres amigos sonrieron felices queriendo comer ya eso que tenían en frente de

sus ojos. Pero apenas Jongin quiso meter mano, una golpecito de parte de su

madre y la mirada reprobatoria, lo retuvo.+

- ¡Ni se te ocurra Nini! Primero los invitados – aclaró dulce la mujer.

- Muy atento de su parte este detalle señora Jeon – agradeció amable Yifan,

componiéndose derecho en su asiento y colocándose una servilleta en el regazo,

apenas vio a la señora manipular los utensilios para cortar el pastel.+

- ¡¿Invitados?! – reprochó su hijo – ¡Estamos en la escuela mamá! 1


- Compórtate Jongin. Están en nuestra mesa – replicó el señor Kim severo – Así

que ellos son nuestros invitados.+

- Sé amable Nini – ordenó su esposa.+

- Si Nini – replicó burlón Jongdae – Sé amable como tu papá y tu mamá dicen. Yo

no sé de dónde saliste tan mal portado...9

Un manotón de Jongin en la cabeza de su amigo y comenzaron los dos a pelear como

niños en medio de la cafetería, mientras la señora Jeon servía como si nada

ocurriera los trozos en los platos para cada uno.+

- Ya basta niños – dijo amenazante el señor Kim, dándole una palmadita en la

cabeza a los dos niños, que a regañadientes se quedaron quietos en su sitio.+

Era "Día de la Familia", así que se suponía que los alumnos estarían acompañados

de sus padres, tal como lo indicaba el reglamento del establecimiento educativo.

Yifan estaba solo, pero ni lo sentía. No estando así, como en familia. Aunque de

pronto todos fueron interrumpidos por el llamado tímido de alguien.+

- Disculpen que interrumpa – habló Junmyeon, educado y haciendo una reverencia a

los mayores. Todos se dieron la vuelta y lo observaron sonriendo. Pero Jongdae


no emitió ningún gesto, porque sabía qué hacía Junmyeon ahí – Yo... vengo a

buscar a mi hermano – dijo algo incómodo, viendo esa mesa repleta de gente, en

medio del bullicio de la cafetería – Jongdae... papá y mamá acaban de llegar

y...9

- No iré – respondió en lo que su vista regresó al plato con algo de pastel.+

Junmyeon miró a todos los presentes, sintiéndose evidentemente abochornado por

la situación, suspirando de los nervios.+

- Jongdae – suplicó – No puedes hacer eso... sabes que a papá y a mamá...+

- Me importa una mierda lo que piense él – dijo con la boca llena de pastel,

porque no diría que le estaba costando tragar la cosa, rabioso de repente al

sentir que le estaban arruinando el momento – Y ella ¡no es mi mamá!1

Los adultos se miraron con los ojos bien abiertos. Pero al segundo, es como si

en esa mirada, Jy Hyun y Soo Hyun se hubieran entendido. Los padres de Jongin,

tenían más o menos la misma edad que el padre y la madrastra de Junmyeon y

Jongdae. Frecuentando el ambiente similar, todos sabían los rumores maliciosos

que rodaban alrededor de los Kim. Después de la muerte repentina de la joven

mamá, pasaron unos meses que el señor Kim contrajera matrimonio con la nueva

señora de la casa, que dicho sea de paso, había sido la mejor amiga de la

difunta. Para Jy Hyun, el rencor desmedido que el amigo de su hijo no podía

ocultar, venía por esos lados. Al menos, eso le decía su instinto protector, que
a pesar de andar entre adolescentes ya grandes y fornidos, no dejaba de verlos

como niños. Así que se las rebuscó para poder amedrentar la situación y alegre,

como era ella, se le ocurrió...3

- Dae querido – llamó tierna la dama, tomando entre sus manos la cara del

muchacho todavía con la boca llena de pastel – ¿Qué acabas de decirle a Nini?

"Sé amable". Así que, vas a ser amable conmigo y me vas a acompañar a saludar a

tu familia.4

- Pero...– replicó el chico, sintiéndose de lo peor – No quiero...2

- Si no vas conmigo, no voy a poder pedirles que te dejen venir de vacaciones a

casa con Nini.+

- ¡¿En serio?! – exclamó Jongdae, saltando de su asiento y siguiendo a la señora

Jeon que levantó entre sus manos un pastel sin tocar – ¡¿Me van a llevar con

ustedes?! 9

Yifan sonrió cuando los vio irse. Definitivamente la familia de Jongin, era algo

que él habría querido tener. No sintió envidia ni celos, simplemente era algo

que habría querido tener para sí.14

Caminó por el parque, ya ataviado con su equipo de gimnasia colorido y naranja,

para participar de la competencia de tiro al arco, para la exhibición deportiva.

No era como si pudiera negarse a participar, porque era uno de los tutores de
los más jóvenes en el club de tiro. Se sentó bajo un árbol, a la espera de la

hora. Sus ojos miraron a todos lados, viendo familias ir y venir por el predio.

Repentinamente sintió que su estómago se hundía de rabia, cuando sus ojos

descubrieron una novedad absurda.+

"Qué pequeño es el mundo", se dijo a sí mismo, cuando su vista se detuvo en

Dongwoo y lo que parecía ser su padre y su madre. Su padre. Un disparo

inexplicable de rabia se le subió al pecho, respirando agitado cuando le vio la

cara.+

"Qué interesante niño", recordó que había dicho. No fue lo que dijo, sino cómo

lo dijo y la expresión ardiente y alegre de su rostro que detestó, por esos ojos

lascivos en lo que se mordía los labios. El "es un monje Jang Hyuk", que había

dicho el gobernador, no le hizo manifestar su desconcierto, respondiendo ante

eso un "qué pena", que le hizo darse cuenta a Yifan en ese instante que el

maldito era un pervertido de mierda. Y ahora, estaba ahí, reacomodando la

sudadera de su hijo, mientras le palmeaba los hombros, como henchido de orgullo,

sonriéndole como si fuera el mejor papá del mundo. "Asqueroso, maldito hipócrita

hijo de...", pensó Yifan cerrando sus ojos con fuerza. No bastarían los

improperios del mundo, para manifestar la basura que era el tipo.9


Los vio irse y perderse dentro del estadio de la escuela. Miró la hora y se dio

cuenta que faltaba un poco aún para la exhibición y siguió metido en sus

pensamientos. Pensamiento sque fueron interrumpidos, cuando detrás escuchó la

voz de un hombre verdaderamente ofuscado, reprochando a alguien...+

- No sé para qué mierda nos hacen venir aquí.+

- Es una vez al año, por todos los cielos – reclamaba la voz dura de una mujer,

molesta y nerviosa, dándole a entender a Yifan, que era su esposa – ¡¿Podrías al

menos disimular un poco?! ¡La gente mira!+

- ¡¿Tienes idea de la cantidad de trabajo que tengo?! ¡Mierda! – exclamó.+

- ¡Basta! – rugió la mujer por lo bajo – ¡Nos haces quedar en ridículo! +

- Arréglate maldición – le reclamaba a alguien el hombre – Mírate cómo estás con

esas ropas. Te doy dinero suficiente como para que te vistas de forma decente y

no como un pordiosero. Y tu director encima habla maravillas de ti... si pareces

un delincuente. Quítate esa gorra y péinate... algo.10

Y Yifan se rió. El tipo parecía sacado del mismo maldito molde que su

progenitor. Debía ser el mejor chiste del día. Se ve que esos tipos estaban de

oferta y para colmo habían aprendido de la misma escuela a decir el mismo

repertorio.+
- Pero – dijo la voz aguda, pero seria de un niño que recién abría la boca –

Este es el equipo de gimnasia.5

Yifan volvió a reírse sólo. "Pobre chico", pensó.+

- ¡¿Y te atreves a discutirme pendejo?! Encima que estoy aquí por ti y nadie

más... ¡¿Tienes idea de la cantidad de cosas más importantes que tengo para

hacer hoy?! Maldita escuela... debería cambiarte a una fuera de Corea...3

- ¡Ni se te ocurra! – exclamó furiosa recién la mujer – ¡Esta es la mejor

escuela por lejos incluso muchas del extranjero!+

Eso ya no gustó a Yifan. No le gustó que el hombre se descargue así con el pobre

niño y menos le gustó que la madre ni se inmutara por la sarta de idioteces que

decía su marido. Sólo había intervenido cuando habló de llevarlo lejos, pero

simplemente porque sabido era en la alta alcurnia de Seúl, que esta estaba vista

entre las mejores escuelas del mundo y no era exageración.2

Una voz cantarina y amable salió de la mujer, cuando saludó a alguien. El hombre

despreciable se convirtió de repente en el más sociable, charlando con una

familia que se acababa de acercar. Yifan permaneció en su lugar, apoyando su

nuca en el árbol. Miró la hora de nuevo y vio que faltaba tiempo aún. Quiso

levantarse, pero escuchó de nuevo.+


- Malditos – habló la cabeza de esa familia – Si sé bien que me quieren ver en

la lona y se hace los amables.+

- Tranquilo querido – respondió la señora, en lo que Yifan escuchó como la mujer

emitía una sonrisa de burla – Todo el mundo sabe que ya está arruinado y la

envidia no le cabe.+

Yifan rodó los ojos para todos lados. Si habrá escuchado a su madre hablarle así

a su padre. Definitivamente a estos sujetos los habían hecho al mismo tiempo.+

- Papá – quiso hablar el chico entonces.+

- Qué demonios pasa ahora – respondió hastiado el hombre.+

- Ya me tengo que ir a preparar – dijo el niño.+

- Ve entonces ¿Por qué me dices?+

- Deséame suerte – pidió el chico, un tanto dubitativo en su voz.13

Un silencio de segundos y nadie dijo nada.+

Yifan suspiró, removiéndose de su lugar, asomándose para ver por el rabillo del

ojo a esa familia. Los dos padres eran muy altos y gallados. Demasiado elegantes

en su vestir y muy serios los dos. Rasgos finos y moderados. Muy femenina ella,
muy viril él. La mujer tomaba del brazo a su marido, mientras miraba de reojo a

alguien que pasaba por ahí viendo su esposo. Ella se aferró con más fuerza a él,

que la miró con desgano, empujándola levemente, como si se diera cuenta de lo

que le pasaba. Sin embargo, fue al final la mujer la que se dignó a hablarle a

su hijo.+

- Suerte, querido. +

Bajito, delgado, algo encorvado y muy niño. Pelos revueltos, oscuros y

abundantes con un flequillo prominente que cubría por completo su rostro

pequeño. Su cara apenas si asomaba por ahí y sus labios tan pequeños, como su

mandíbula tan fina, le hacían preguntarse a Yifan si ese niño realmente estaba

en el Middle*, porque debería seguir en la Elementary*. Igual, era evidente que

aún estaba creciendo y que sería tan alto como sus dos progenitores, que debía

admitir, parecían sacados de revista de moda. Yifan se rió de nuevo, pensando en

que se parecían hasta en esos a sus viejos.4

- ¿Y en qué participabas tú? – preguntó el hombre, mirando a todos lados.+

- En carrera...+

- Corres entonces – dijo su padre bajando sus ojos, como recién viendo a su hijo

– Bueno... ve y gana. 4
Un golpecito con la palma de su mano en la cabeza de su hijo y es como si

hubiera inyectado una dosis de ganas de correr, en serio, al chico que sonrió y

salió rápido de seguro a querer ganar. 2

Yifan sintió pena. Es como si se hubiera visto a sí mismo, hace años atrás. +

La alarma de su móvil sonó entonces y también salió rumbo al estadio del

colegio, preparándose para lo suyo.+

- ¡Centro! – se escuchó en un solo grito de parte de uno de los jueces de línea

y todos los estudiantes saltaron en conjunto de sus gradas para vitorearlo.+

Yifan sonrió apenas. Se dio la vuelta para regresar a su lugar, donde estaba el

resto de sus compañeros y fue recibido por la sonrisa de Jongin. +

- Me pregunto si alguna vez podré ganarte – dijo divertido su amigo, saltándole

encima.+

Dejando al jurado sacar el puntaje definitivo, Yifan escuchó a lo lejos el arma

que anunciaba el inicio de una de las carreras. Su vista privilegiada vio a ese

niño en medio de los demás, dejando ver bien su cara alargada, en lo que sus

cabellos volaban hacia atrás. Le llamaba la atención la miniatura entre grandes

y fornidos chicos. Era veloz, sin lugar a dudas. Pero la competencia era un poco

desleal, teniendo en cuenta que, como era día de diversión, todos competían

juntos. Yifan sabía que Choi Minho iba a ganar. Sobre todo cuando vio a su
compañero mirar al costado, viéndose cercado por el niño que estaba loco por

alcanzarlo. Choi no iba a perder y Yifan se burló de lo idiota que podía ser,

porque, después de todo, ese niño apenas le llegaba al hombro y se notaba que

estaba desesperado por alcanzarlo. Pero Choi era demasiado petulante y engreído

como para dejarse por un niño.16

- Qué idiota – se rió Jongin a su lado, burlándose del tipo grande queriendo

ganarle a un crío.+

- ¿Quién es el chico?+

Todo fue interrumpido por otro estruendoso aplauso, esta vez a Choi, que había

ganado la carrera. Yifan se mofó de eso y siguió hablando con sus amigos, viendo

que Jongdae llegaba a ellos, trotando en medio del campus.+

La jornada terminaba con una fiesta terrible en el estadio techado de la

escuela. Mientras el presidente del Centro de Estudiantes saludaba a todos desde

el micrófono, agradeciendo a las familias su presencia, Yifan sintió que no

quería estar ahí, al menos por ese rato.+

Por eso solitario pasó por el camino de piedra, dirigiéndose a su dormitorio,

pensando que encontraría algo interesante por hacer, en las horas que quedaban

libres. Un largo trecho le quedaba por delante y se sintió relajado, mientras

tomaba el aire fresco de la noche. Entonces escuchó un gemido en medio de la

nada. Su corazón se detuvo por un segundo del susto y se quedó quieto. Miró a su
alrededor, pero se vio sólo, hasta que de nuevo ese sonido fue emitido desde la

arboleda. 1

"¡Maldito! ¡Inútil!", escuchó que alguien rugía por lo bajo, "¡Bueno para

nada!", seguía diciendo ese gruñido ahogado en un grito bajo, "¡Nada haces

bien!", seguía diciendo, en lo que Yifan se acercaba y podía escuchar con más

claridad.2

- ¡Siempre de segunda! ¡Perdedor! +

Yifan frunció el ceño, cuando se dio cuenta que los nudillos de la pequeña mano,

temblaban en medio de la golpiza que le estaba propinando al tronco del árbol al

que jamás ganaría.4

- Oye... ¡Niño basta! – gritó asustado Yifan.+

En un intento por detenerlo, se topó con el puño de chico, que apenas pudo

esquivar. La rabia que emitía ese flacucho desgarbado era demasiado fuerte, como

para frenarla sin ejercer algún tipo de potencia. Así que a Yifan no le quedó

más alternativa que usar el impulso del muchacho, para tomarlo por sorpresa de
su muñeca, retorciéndolo del todo hacia atrás de su propia espalda, donde lo

sujetó. Yifan quedó detrás del niño, cerrando con todo su mano, removiéndole el

brazo.+

- ¡SUÉLTAME! – gritó el niño, de rabia y quizá de dolor.+

- Si te quedas quieto, porque si no... – emitió Yifan amenazante – ¡Te quiebro

el maldito brazo!6

Y el chico se quedó inmóvil. +

Pasaron unos segundos, hasta que Yifan lo soltó. El chico entonces se alejó

bruscamente de él, tomándose la delgada muñeca que evidentemente ardía.+

- ¡Me dolió idiota! – le gritó encima.+

Yifan se le rió en la cara, señalando con el dedo índice sus nudillos rojos,

hinchados y sangrando de los golpes que había dado al tronco del árbol.+

- No me digas – dijo sarcástico, rodando sus ojos a todos lados – ¿Más que eso?+

El niño se miró una de las manos, mientras que con la otra se secaba los mocos

que estaba chorreando. Yifan recién cayó en la cuenta de que el chico había

estado llorando.+
- ¡¿Qué te importa?!+

Yifan bajó un poco su cabeza, analizando la cara del niño. Al instante que abrió

bien sus ojos, porque recién podía reconocerlo.+

- ¿Tú eres el de la carrera? – preguntó.+

- ¡¿Qué?! – gritó sacando pecho, altivo a pesar de la miniatura que era ante

Yifan – Perdí... ¡Sí! ¡¿Y qué mierda te importa?!+

- ¡¿Perder?! – exclamó de nuevo burlón Yifan – Oye niño – le dijo moviendo su

mentón arriba y abajo – Mis respetos. Competiste con Choi Minho, joder... todo

el mundo sabe que ha ganado en las intercolegiales desde hace años... Además es

profesional, si tiene entrenador y todo. Tú recién acabas de iniciar ¿O me

equivoco? Por tanto – agregó sacudiendo sus hombros apenas, en lo que metía sus

manos en los bolsillos de su jean – No fue una competencia muy leal que digamos.

Tú ganaste para mí.16

- ¡Yifan! – escuchó a la distancia, el grito de Jongdae – ¡¿Dónde estás?!+

Yifan miró por encima del hombro del chico, que inexplicablemente salió

corriendo de ahí, dejándolo descolocado. En un segundo, había desaparecido de

ahí. Yifan sonrió. El niño ese era demasiado veloz. En un santiamén era como si

no hubiera existido en sus narices.+


- Yifan – llamó Jongin – Pásame la flecha.+

Yifan sacudió su cabeza y estiró su mano, ofreciéndole la propia flecha a su

amigo. De pronto se quedó quieto, mirando una silueta que se asomaba apenas en

la esquina del edificio.+

- Creo que tienes un acosador en serio – se le burló Jongin, riéndosele

abiertamente, para cerrar su ojo izquierdo, en lo que se preparaba para lanzar

una flecha al centro de la diana – Desde hace días te viene siguiendo...+

Y el niño debió escucharlo, porque Yifan observó que las mejillas se le pusieron

rojas, al segundo que salió corriendo como si lo llevara el viento.+

- ¡Hey! – gritó Yifan.+

Pero no podía seguirlo, porque el profesor le llamó la atención, para que

hiciera lo que estaba haciendo Jongin, que acababa de dar justo en el blanco.

Resopló enojado por eso, mirando por donde el chico había desaparecido en un

segundo, sorprendido de su velocidad. +


- ¿Ya se fue tu enamorado? – se le burló de lleno Jongin, recibiendo un golpe de

puño en la cabeza y en consecuencia un grito.2

- ¡Wu! ¡Kim! ¡Atentos! – pegó el alarido el profesor de Tiro al Arco.+

La pelota seguía su ritmo. Yifan se sentía tan libre como si danzara en una

pista de baile cuando tenía la pelota entre sus manos, lanzándola a lo alto en

una perfecta entrada en el aro. En su práctica solitaria y silenciosa, Yifan

estaba absorto en sus movimientos, emitiendo para sí mismo una autocrítica

terrible, con el con qué de mejorar sus pasos, sus tiradas y sus récords para el

próximo partido.+

Un chirrido de zapatillas se oyó a la distancia y cuando se detuvo a ver quién

llegaba, Jongdae corría a él con una botella de agua energizante.+

- ¡Te vine a buscar! – llamó tirándole desde lejos la botella que su amigo

agarró en el aire – ¡Vamos a comer algo!+

Yifan agitado y chorreando sudor, con su equipo de gimnasia empapado, asintió,

tomando un sorbo largo de agua. Haciendo buches, vio a Jongdae reírse, mientras

miraba a la vacía tribuna.+

- ¿Qué? – preguntó Yifan desconcertado, ya creyendo que el idiota había digerido

algo y estaba alucinando.+


- Tu acosador... – respondió señalando.+

Yifan sólo vio de nuevo al chico levantarse de su asiento, lejos, en alguna

esquina, a lo alto y tan perdido por la miniatura que era, que jamás podría

haberlo visto.+

- ¡Hey! – volvió a gritarle, pero de nuevo, el chico salió corriendo,

evidentemente avergonzado. Se volvió a ver a Jongdae que se mataba de la risa y

le reclamó molesto – ¡Ya deja de reírte! 2

- Tienes un acosador-digo, admirador... – replicó, sin perder la mueca burlona –

Ya van muchas veces que anda detrás de ti...+

- ¿Sabes quién es? – preguntó.+

- ¿Te gusta el niño? – replicó sorprendido Jongdae.+

- No – dijo como si nada, caminando a la salida – Solo que... ya van varias

veces que lo veo... como si quisiera algo...+

- ¿Y tú qué crees que quiera? – inquirió más burlón todavía Jongdae – Lo que

medio mundo quiere de ti hermano. Que los folles.12

- Eres un idiota – le reclamó Yifan molesto – en serio ¿sabes?+


- Pero igual me amas – dijo tirándole un beso al aire y saliendo como rayo,

antes de que Yifan le estampara la botella en la cara.+

¿Para qué mierda lo llamaba ahora? Nada bueno, de seguro. Sólo se preguntaba,

qué demonios le había hecho para que lo jodiera tanto. +

En medio del estruendo de la puerta del despacho de su padre, Yifan esperó su

grito que no demoró en llegar. +

- ¡Creí haber sido claro cuando te dije que con los Kim no! +

- Buenos días papá – dijo álgido y tranquilo el joven – También me alegra verte.

Creo...+

El hombre frenó su andar. Amplió su tórax, frunciendo el ceño, componiéndose

frente a ese rebelde que jamás pensó en tener de hijo. Había escuchado esa

última palabra, llena de cinismo. Lo miró rígido en su sitio. Y se dio cuenta

que Yifan había adquirido una faceta novedosa en esa escuela. Malditamente el

sarcasmo le quedaba bien. +


- ¿Te burlas de mí? – le reclamó con los puños apretados a ambos lados de su

cuerpo, tenso por donde se le quisiera mirar.+

Yifan se limitó a juntar sus manos detrás, de pie, sin inmutarse un poco y se

limitó a decir.+

- Tú dijiste que "con Kim Junmyeon no". Y para que veas, fui de lo más

obediente. No me he relacionado para nada con Kim. Y eso que somos compañeros de

clases y todo – asintió diciendo cada palabra lentamente, para darle por los

cojones – Apenas si nos cruzamos palabra.2

Tembló. Yifan vio la tez mullida de su padre en un temblor, mientras su ojo

derecho parecía querer cerrarse, como si un tic nervioso se hubiera apoderado de

él. Era interesante conocer este novedoso lado del caballero. Por eso Yifan

impresionado de esos gestos, como de la vena gruesa que atravesaba su sien,

elevó un tanto sus cejas, prestando mucha atención a lo que su padre le iba a

decir.+

- ¡WU YIFAN! – espetó de manera estridente – ¡PAGO EL MEJOR MALDITO COLEGIO DE

SEÚL! ¡¿PARA QUÉ?! ¡¿PARA ESTO?! – pronunció al final, hasta con sorna y asco –

¡BLABLABLABLABLABLA....!4

No podía taparse los oídos, así que se quedó con el blablabla, hasta que escuchó

que retumbó en su cerebro...+


- ¡VOY A SACARTE DE ESA MALDITA ESCUELA!2

- ¡¿Y YO QUÉ MIERDA LE HICE AL VIEJO DEMENTE ESE?! – gritó Jongin, luego de

haber escuchado el relato de su mejor amigo – Además ¡el 25% de la república es

Kim! ¡¿Qué mierda pretende?! 9

- Ya está decidido – dijo serio Jongdae – Lo vamos a hacer.+

- ¿Qué cosa? – preguntó confundido Yifan.+

- Liberarnos de nuestros malditos putos progenitores de mierda.+

- Dirígete con respeto hacia mi estirpe Kim – le reclamó sacando pecho Jongin –

Mis viejos son una maravilla.11

- ¡Sabes que no hablaba de tus papás! – le dijo ofendido Jongdae – Hablo de

Yifan y de mí. Yo ya lo decidí. Voy a ir y decirle que si se mete conmigo, el

mundo entero se va a enterar de la vez que se folló a la mejor amiga de mi mamá

cuando yo tenía 5 años en mis narices, mejor amiga que dicho sea de paso es la

bruja a la que mi hermano llama "mamá".+

- ¡Mierda! – exclamó congelado y boquiabierta Jongin, que miró a Yifan que

estaba igual que él, pero sentado en un puf.+


- Ahora Yifan – dijo rápido Jongdae, para no perder el hilo de la cuestión –

¿Qué es eso de tu viejo que sabes que él no querría que nadie sepa jamás?1

- No lo sé – respondió, sin dejar de estar sorprendido por la noticia anterior,

sobre todo porque Jongdae hablaba con mucha naturalidad.+

- Entonces hay que investigar. +

- Jongdae – habló Jongin, con tono burlón – ¡¿Te estás escuchando?! El viejo de

Yifan ¡es un Wu! – le remarcó, como si fuera claro lo que decía – Estamos

hablando de uno de los hombres más poderosos de Asia con negocios variados por

todo el continente. Uno de los tipos más temidos ¿Sabías que se dice que

cualquiera que se meta en su camino no cuenta el cuento? ¡¿Cómo crees que

hicieron su fortuna los Wu?! ¡Cabeza de la mafia china! Y ni hablar de los Jang

y los gondal de Seúl y...10

Jongin no se dio cuenta que Yifan no sabía nada, sino hasta que detuvo su

parloteo del manotón que Jongdae le pegó en la nuca. Se quejó, sin lugar a

dudas, pero se le fue al instante, cuando se dio cuenta que Yifan, impávido y

sin respirar, recién se anoticiaba de todo eso.1

- Joder hermano – habló apenas Jongin, avergonzado de escupir sin tacto nada –

Yo creí que... sabías... +

Idiota. Se sintió el más idiota y estúpido. Debería haber abierto mejor los ojos
y darse cuenta cuando aquella vez los atacaron y mataron a sus guardias. Su

padre cambiaba de lugar para protegerse, no por estar aburrido. De repente,

saber, igual, no se sentía tan mal...+

- Hermano – quiso hablar Jongdae, pero Yifan entonces los sorprendió

componiéndose derecho, como si no hubieran dicho nada importante, dando la

orden.+

- Debemos comprar equipamiento de investigación. Seguramente los guardias de tu

familia, Jongin, pueden decirte algo al respecto y eres el que tiene experiencia

por haber entrado en el sistema de la escuela. No podemos usar nuestras tarjetas

de crédito, para no levantar sospechas. Tenemos que hacerlo con dinero en

efectivo y para eso necesitamos...– se detuvo un segundo y miró a Jongdae, como

recién dándose cuenta lo que estaba haciendo su amigo apostando, cuando le

sonrió asintiendo –... necesitamos saber del organizador de apuestas. 3

- No pude rastrearlo – le recordó Jongin.+

- Porque rastreaste aquí, en nuestro sector. No en el Middle*.+


- Eso... eso es imposible hermano – dijo burlón Jongin – No creo que uno de los

de allá haga algo así avanzado para...+

- Prueba con saber si viene del Middle*. Puede ser alguno de tus compañeros y ni

siquiera te diste cuenta. Su campo de apostadores creció. En algún momento lo

van a descubrir. Le ofreceremos ampliar la red de apuestas en línea y

protección. Seremos socios. Con él podríamos hacer dinero y después comprar lo

que necesitemos para indagar en los negocios de mi viejo. Pero puede que no

solamente a mi viejo podamos investigar, sino también al tuyo. Una vez que los

tengamos en nuestras manos – dijo crudamente – seremos realmente libres...6

Jongdae y Jongin estaban mudos y tiesos, sentados en frente de Yifan, como si se

tratara de los dos mejores estudiantes frente al maestro de la clase. Solo les

faltaba el anotador para tomar los apuntes y los anteojos. Pero con escuchar

estaba bien. 2

- Entonces esta noche apuesto – dijo Jongdae – Veré si podremos rastrarlo más

fácil así.+

- Conozco un guardaespaldas de mi padre que es buen tipo y me enseña a pelear

cuando estoy de vacaciones – habló Jongin – Seguro me dice lo que necesitamos

saber. Voy a llamarlo.+

- En este momento sería lo más conveniente, Jongin – ordenó severo Yifan, que

vio a Jongin asentir seguro y ponerse en marcha.2


En la noche, Yifan y Jongdae se encontraban en el dormitorio de Jongin,

esperando la señal. Yifan y Jongdae apostaba. Sorprendido de la organización,

Yifan vio que el organizador hasta había ideado un sistema de apuestas con

tarjetas de crédito, algo extraño teniendo en cuenta que se trataba de un niño

del Middle*. +

Jongin, rastreaba. Yifan lo observaba mientras. Cuando Jongin sonrió, Yifan supo

que era la señal. Dio una palmada al hombro de Jongdae que estaba metido en el

juego y los tres se pusieron de pie, para subir tres pisos por el elevador.+

La puerta del ascensor se abrió y caminaron por el largo pasillo, siguiendo a

Jongin. Se frenaron en la puerta a la mitad del recorrido y vieron entonces el

nombre del residente, que dicho sea de paso, notaron y no era un detalle menor,

que vivía sólo. Señal de que era alguien de una familia por demás importante. +

Jongin devolvió la sonrisa abiertamente y entonces no hizo más que tocar la

puerta. +

Cuando el residente abrió, Jongdae, Jongin y Yifan sobre todo, debieron bajar la

vista, para ver al chico, bajito, delgado, algo encorvado, pelos revueltos,

oscuros y abundantes con un flequillo prominente que cubría por completo su

rostro pequeño, que se elevaba como si olisqueara algo, arrugando su nariz.8

Jongdae comenzó a reírse abiertamente. Jongin quiso, se juraba que quiso


mantenerse serio para no enojar al chico, pero una carcajada prorrumpió

estruendosamente en el pasillo. Y Yifan, bueno... simplemente se quedó mirando

al frente, comenzando por decir apenas...+

- ¿Tú?+

El chico, entre asustado, ojos bien abiertos aunque pequeñitos y extraños,

simplemente se limitó a decir desconcertado, pero con las mejillas terriblemente

rojas y las palmas de sus manos en frente.+

- ¡Le juro señor Wu, que no soy un acosador!13

Yifan oscilaba entre reír y no reír, pero de repente se puso serio. En ese

chico, podía estar el primer paso a la solución de sus problemas. Y hasta se le

pasó por la cabeza, que hasta compartían el mismo problema, el de haberle tocado

ese maldito progenitor. Por eso detuvo su vista en la puerta, leyendo el cartel

que decía su nombre y largándole una reverencia al muchacho, como muestra de

respeto, Yifan saludó juicioso.+

- Necesitamos de tu ayuda, Oh Sehun.14

Y el niño completamente descolocado, ladeó su cabeza a un lado, frunciendo el

ceño, desconfiado, pero haciéndose a un lado, para simplemente darles paso.4


---------------------------------------------------------------------------+

* La Escuela elemental (Elementary School) en Corea del Sur, va desde los 7 a 12

años. Esta etapa, no forma parte de este internado. +

La Escuela primaria (Middle School), es la escuela elemental que en Sistema

Educativo de Corea del Sur va desde los 13 a los 15 años. Recordemos que en este

desarrollo de la historia, Jongin se encuentra aún en el Middle y tiene sus

amigos en la High, que va de los 16 a 18 años, donde que Jongdae está un año

adelantado.

"Maldito destino"
- Sehun – habló apenas atendió su móvil.8

- Perdona que te moleste hermano. +

- No me molestas – resopló evidentemente preocupado – Pero cada vez que

comienzas una conversación con esa frase...5

- Desde ayer... +

- ¡Mierda! – espetó raspando mano por los cabellos tirantes – ¡¿Por qué no me

llamaste antes?!+

- Creí que vendría pero... nada – dijo suplicante al segundo que le explicó más

– Y no puedo salir otra vez. Me agarraron la última para buscarlo y... mi

viejo... ya sabes... +

La voz de su amigo resoplaba titubeante y áspera. Yifan ya se imaginaba. Después

de la última vez que Jongdae se había escapado del internado, Jongin y Sehun lo

habían ido a buscar para pedirle ayuda. Yifan se había encargado, pero Sehun le

contó después que fueron atrapados por la vigilancia cuando a hurtadillas

ingresaban a los dormitorios. El nuevo director, no les había dado chance de

disculparse siquiera. Durante una semana fueron suspendidos y llevados a cada


una de sus casas. Sehun la pasó mal y Jongin, también, pero porque sus viejos

eran demasiado buenos, como para hacerles algo malo.+

- Ya imagino igual dónde debe estar – le habló tranquilo Yifan – Cuando tenga

noticias les llamo.+

Así había sido, desde que había terminado la escuela. Parecía que Jongdae no

daba tregua a hacer de las suyas. Jamás había dejado de hacer de las suyas de

hecho, desde que se conocían, solamente que él ya no estaba ahí para andar

cubriendo sus idioteces como hermano mayor que se consideraba ser. Ni él, ni

Junmyeon. Desde que se habían graduado, Jongdae parecía esquivo y apenas si le

dirigía la palabra cuando lo llamaba para saber cómo estaba. 1

- ¿A dónde vas a estas horas en día de semana? – preguntó su madre.+

- Un cita – fue todo lo que dijo y caminó más rápido, para no darle lugar a que

pregunte más. Aunque si alcanzó a escuchar al final – A tu padre no...+

No le iba a gustar, claro. Pero le importaba una mierda. Porque a su padre, de

igual manera, nada de él le gustaba.+

Tomó su coche en medio de la noche fría de Seúl y se fue rumbo a donde suponía

debía estar.+

- Identificación – dijo un guardia de dos metros, parado en la entrada de una


pequeña puerta de hierro oxidada.+

Yifan resopló, como queriendo reírse. Mostró su identificación y el tipo la tomó

con su mano izquierda. El hombre resopló unos segundos parpadeando muchas veces,

como no creyendo que estaba leyendo eso. +

- ¿Me vas a hacer pasar o qué? – rugió Yifan, removiéndose inquieto en la acera,

a la espera de la decisión del hombre – No tengo toda la noche ¿sabes?+

- Debo verificar algo...+

- Si – dijo él – Soy Wu. El hijo de Wu Yànzǔ. El nieto de...+

- Si es él – interrumpió una voz grave y por demás seria, detrás del guardia,

que apenas escuchó esa voz, se corrió.+

Yifan miró al tipo que caminaba a él de arriba abajo. Le resultaba extrañamente

respetable, pero chistoso a la vez que llevara un bastón negro como sostén, con

diamantes diminutos incrustados en una fina hilera a lo largo del mismo,

teniendo en cuenta que apenas si habría diferencia de edad. De traje negro y una

delgada corbata de raso, pelo engominado perfectamente hacia atrás, con ese

rostro un tanto bronceado, pero brillante de tez y fino en sus rasgos, como

cortantes, se notaba que era dueño del circo.


- Así que – dijo el hombre, con similar gesto que Yifan, escaneándolo de la

cabeza a los pies – Tú eres, Wu Yifan – agregó en lo que elevaba su mentón,

sonriéndole con una autosuficiencia que a Yifan jodió sobremanera – Chen me

habló mucho de ti. De hecho, justo me estaba hablando de ti...+

Yifan elevó su mentón, entrecerrando sus párpados, en lo que sus ojos se

detuvieron en ese bastón negro que sostenía fuerte en su mano. Vio los nudillos

del tipo que apretaban la empuñadura , al segundo que lo removió hacia arriba

apenas, dejando entrever de manera imperceptible un brillo plateado. La vista de

Yifan era demasiado aguda, concluyendo para sí que eso no era un bastón

cualquiera. Frunció el ceño y mirando al hombre a los ojos, sin parpadear

siquiera, dijo.+

- Si. Él también me habló de ti. Seung Hyun ¿verdad? – llamó al hombre,

sintiendo una espina vaga de celos, porque este tipo, no era más importante para

Jongdae, de lo que era él. Él era su hermano elegido y nadie más, con Jongin y

Sehun. Este, no. Porque, si fuera de verdad alguien bueno, no haría lo que hacía

con su hermano – Vengo a buscarlo.4

- ¿Él te pidió venir a buscarlo? – preguntó con sorna y una mueca llena de

sarcasmo.+

- Él vendrá conmigo, cuando me vea – respondió a eso, con seguridad, dando un

paso adelante, poniéndose bien en frente del hombre, bajando un poco su rostro,

dejando entrever la altura impresionante que tenía. +


- Ya veremos...+

Resopló, dándole la espalda y sacudiendo la mano, en señal de que lo siga.+

- No deberías andar así, deliberadamente – dijo de repente Seung Hyun.+

- ¿Así? – preguntó sin entender eso Yifan.+

- ¿Tienes idea de cuánto vale tu trasero chico? +

Yifan escuchó que el tipo rió. Lo supo cuando vio sus hombros contraerse y la

diversión en su voz. Pero no respondió nada, cuando escuchó el griterío y el

jolgorio de la gente que loca y feliz aullaba como desquiciada alrededor de un

ring improvisado. Era una jaula inmensa, donde dos se estaban matando a golpes.

Yifan abrió la boca y los ojos que le ardieron ante la angustiante imagen y

gritó...+

- ¡CHEN!+

Nadie debía saber quién era, así que Jongdae ya le había advertido que se

manejaba con apodos en ese mundo de los suburbios.+

Rojo. Yifan sólo veía el torso de su amigo lleno de sangre y la cara

desfigurada. Y el grito que dio, lo único que provocó, fue que Jongdae aturdido
haga a un costado su rostro, reconociendo el llamado de su amigo. Yifan se puteó

a sí mismo, porque la distracción que había incitado, hizo que el contrincante

le estampe un puño en la mandíbula a Jongdae, haciéndolo volar a un extremo del

ring, chocando con los fierros duros de la jaula.5

Yifan escuchó el rugido siniestro y amenazante de los apostadores que insultaban

a Jongdae, jurándole que lo iban a matar si no se ponía de pie. Pero a Yifan

igual se le nubló la sensatez, cuando vio que una patada voladora iba directo a

las costillas de su hermano y sin pensarlo dos veces, divisó que la jaula estaba

abierta en la parte superior. Tomó impulso y se trepó furiosamente por las

rejas. Ni siquiera él podría entender cómo lo hizo. Ser alto ayudaba, sin dudas.

La cosa es que se vio saltando para el otro lado, desencajado y aterrizando en

el suelo, en frente del rival de su amigo, recibiendo un puño del luchador, que

esquivó sin problemas. Yifan entonces no hizo más que estirar su brazo con la

palma de su mano al frente y dura, estampándola de lleno en la cara del hombre,

quebrándole la nariz. Y para dejarlo más noqueado del todo, le dio un golpe de

puño en la garganta, dejándolo fuera.+

Se dio la vuelta y se abalanzó sobre Jongdae, llamándolo a los gritos.+

Pero toda la visión se le volvió tediosa y abrumadora, cuando se dio cuenta que

el gentío trastornado, estaba saltando como él, dentro del ring. Las rejas

forjadas se desarmaron por completo, cayendo a cualquier parte y eso fue una

descomunal lucha campal y sin cuartel. Todos peleaban contra todos, entre la

perversión divertida de matarse unos a otros y robarse el dinero que llevaban en


mano.1

Cuando Yifan elevó su vista y vio a Seung Hyun señalándolo a él y a Jongdae,

hablando a uno de sus guardias, simplemente levantó a su amigo, trepándolo sobre

su hombro como bolsa de papa y se escabulló, no sin esfuerzo, entre los locos de

mierda. Su cuerpo dolía de los nervios y la histeria, mientras trataba de

despejar algo su camino en medio de la muchedumbre maloliente y sin juicio que

parecía querer matar al primero que estuviera en sus narices.+

Todo, por sacarlo de allí.+

Jongdae sintió un calor descomunal y un dolor terrible, que le atravesaba por

los párpados, que se negaban a elevarse. Parpadeó tembloroso apenas y aunque

quiso despejar su vista, le fue imposible abrir los ojos. +

- Hace calor aquí – gimió, tratando de moverse donde estaba, pero sin lograrlo,

porque apenas quiso hacerlo es como si las patadas hubieran vuelto y gritó –

¡Demonios! +

- Eso te pasa – escuchó que le dijo ¿Yifan? – Ahora te la aguantas.+


- ¿Qué mierda pasó? +

- Dime tú.+

- ¡¿Qué...?! – exclamó repentinamente, removiéndose a pesar de todo, abriendo

los ojos y observando detenidamente el lugar. Se echó hacia atrás, cayendo con

todo entre los inmensos almohadones de la terrible cama, acostumbrándose al

techo blanco, congelado en su sitio meditando por unos segundos. Inseguro,

preguntó – ¿Dónde estamos?+

- Te traje donde mis abuelos...+

- ¿Hace cuánto?+

- Anoche.+

- Joder...– resopló llevándose la mano derecha a la frente, haciendo memoria de

lo que había acontecido – Seung Hyun va a matarme...+

- No exageres...+

- No exagero idiota ¡A estas horas debe estar buscándome para matarme!+

- ¡¿Me estás hablando en serio?! – rugió Yifan.+


Hasta el momento, Jongdae ni se había molestado en ver la cara de su amigo. Ni

siquiera se había percatado en el temblor en su voz, ni en lo áspero de su tono,

ni en lo notoriamente molesto que le hablaba. En realidad, no le importaba.

Después de todo, se había metido a donde no lo habían llamado...+

- Me tengo que ir – dijo Jongdae queriendo sentarse en la cama, quejándose en un

grito que le salió.+

Se vio de repente en ropa interior, dejando a la vista los hematomas inmensos

entre morado y rojizo adornando terriblemente su cuerpo delgado y fibroso,

haciendo notar más aún los golpes. De nuevo terminó rebotando en la cama,

rugiendo de rabia al verse tan débil.+

- Jongdae – escuchó a Yifan hablarle – Tienes que parar...+

- No comiences – reprochó hastiado y amenazante.+

- Jongin y Sehun están asustados...+

- No te la creo...+

- Los metiste en un lío la última vez y ahora...+

- Sehun está demasiado ocupado follando con su novia – se le burló Jongdae,


riéndose tirado, agarrándose el estómago que le crujía del dolor – Jongin está

demasiado ocupado follando con la escuela entera. Así que no me vengas con que

están preocupados. Follar es divertido, pero no es lo único para divertirse

¿sabes? Son unos aburridos de mierda, que meten sus narices donde...+

- ¡BASTA! – gritó entonces Yifan, entrando recién en la visión de Jongdae, que

hasta el momento solo había escuchado su voz, abalanzándose sobre él,

sacudiéndole los hombros, sin importarle que pudiera dolerle – ¡¿Tienes idea de

lo asustados que están por ti?! ¡Apenas si duermen desde que desapareciste de la

escuela! ¡El director ya dio aviso a la policía! +

Por primera vez, Jongdae veía esa expresión de furia dirigida hacia él de Yifan.

Pero no le importó. Eso fue como si le hubieran inyectado más rabia en las

venas, porque se levantó abruptamente de la cama, llegando a un extremo del

dormitorio, habiendo manoteado iracundo las manos de Yifan y mirándolo hasta con

asco de arriba abajo.+

- ¡¿Quién mierda te pidió que te metas?! – rugió con rabia – ¡Nadie te pidió que

te metas! 4
Agitados los dos, mirándose a la cara por unos segundos, desconociéndose el uno

al otro, se quedaron quietos. +

- Eres mi amigo – dijo apenas Yifan entre dientes, llevando su mano al pecho,

sentido por esas palabras hirientes – Mi hermano elegido.2

Quiso pensar, que eso último haría a Jongdae ablandarse. Pero al segundo se

recordó que su amigo era un pequeño demasiado orgulloso y terco, como para

dejarse llevar por el sentimentalismo, prefiriendo esconder sus heridas con

sorna y burla, riéndose de la vida, haciendo como si nada le importara, restando

importancia a todo.+

Jongdae tomó la ropa y comenzó a vestirse lo más rápido que pudo. Yifan resopló

ofuscado, queriendo armarse de paciencia. Entendía, en realidad... entendía.

Habiendo sacado sus propias conclusiones, la única explicación que se daba, de

la reacción de Jongdae, aunque él no le hubiera contado nada, era que Junmyeon

había recibido sorpresivamente la herencia que se enteraba recién que su madre

le había dejado. Jongdae acababa de enterarse que su madre había dejado

herencia. Por ende, su madre sabía que iba a morir. No haces un testamento dos

días antes de tu muerte. Yifan dudaba de algo más, pero jamás se atrevería a

decirle a Jongdae. Comentarle que sospechaba que su madre quizá se había quitado

la vida, sería destruirlo por completo. +

Yifan miró a Jongdae vestirse y entonces habló, esperando alguna maldita

reacción de Jongdae, que lo volviera en sí o que lo hiciera pensar.+


- Una vez me dijiste que solo había una cosa que no tenía solución...+

- Lo dije para que no te mates idiota – largó petulante, dándole la espalda y

dirigiéndose a la puerta – Yo no soy un suicida. Solo vivo con intensidad la

vida...1

Esas palabras hirientes, quedaron incrustadas en el corazón de Yifan, que lo

dejó irse. No dijo más. Simplemente escuchó el portazo. Total, Jongdae como

siempre, haría lo que quisiera hacer y nadie le pondría freno. Yifan se pasó la

mano por la cara y suspiró tenso, preguntándose cuándo Jongdae frenaría esa

necesidad incontrolable de vivir caminando al borde de la cornisa, buscando

estamparse en el vacío. Qué cosa haría que cambie...7

Yifan salió del dormitorio y se dirigió a la salida. Sabía que lo encontraría

ahí, porque se daría con que estaba en una casa en medio de la nada. Y así fue.

Para cuando abrió la puerta de ingreso, vio a Jongdae insultar por lo bajo,

mirando a todos lados. Yifan miró a uno de los choferes de la residencia y le

ordenó.+

- Llévelo a donde él diga.+

No perdió más tiempo. La puerta retumbó en las espaldas de Jongdae, que se quedó

pasmado y sin poder decir palabra. Después de todo, su puta boca silenciada era

la mejor cosa que le salía la mayor parte del tiempo, porque últimamente solo
servía para arruinar los momentos.+

- Creí que Jongdae se quedaría a la fiesta – dijo amable la abuela de Yifan,

perpleja cuando lo vio aparecer sólo en la sala de la biblioteca, donde a los

dos les gustaba estar – Me habría encantado que estuviera...+

- Feliz aniversario número...+

- 63 – recordó feliz la dama.4

- Feliz aniversario número 63 abuela – habló Yifan, sonriéndole a la anciana,

regándola de besos en las mejillas – Él tenía que regresar a su casa. Quizá

venga con su familia de todos modos. Estás preciosa como siempre – dijo para

terminar sentándose en el suelo, apoyando su cabeza en el regazo de la mujer,

que acarició los cabellos de su nieto, peinando cariñosamente cada hebra.1

Cuando Yifan llegó a esa casa, le habían dicho que ella estaba muriendo. Pero la

mujer parecía más vital que nunca y entonces cuando él se burló de eso, ella le

aseguró que su presencia le había inyectado vida. +


Le gustaba estar ahí. De los pocos tres años en que los había encontrado, ellos

hacían su vida más fácil y más tranquila, con esos momentos y detalles llenos de

afecto, como ese gesto de sostenerlo, así, mientras él cerraba sus ojos,

pensativo.1

- ¿Qué pasa cariño? – preguntó la anciana.+

Yifan pensó unos segundos, antes de animarse a decir algo. Abrió sus ojos,

mirándola a lo alto y preguntó entonces.+

- ¿Qué cosa puede ser tan fuerte que te ocurra, para hacerte cambiar en la vida

para bien?+

La mujer sonrió, sin dejar de acariciar los cabellos de Yifan y respondió.+

- Yo creo que ya sabes la respuesta.+

- No es el amor – dijo él rápido, convencido de eso, porque... él así lo sentía

y estaba seguro de que mientras todo el mundo creía eso, a él le había tocado a

golpes aprender otra cosa – El amor sólo te hace sufrir. Te apegas a alguien a

quien sabes que nunca podrás tener. Y aún cuando lo tuvieras, siempre estarás

con el miedo de saber que lo puedes perder. Y entonces llega ese maldito

momento, en que ya no está...5

¿De dónde vino eso? Desde lo más profundo de su ser, respondiendo a la pregunta,
para dejar bien en claro que el amor terminaba por hundirte ¿Cambiarte por

dentro? Seguro. Te cambiaba hasta estrujarte los huesos del dolor, sintiendo de

vez en cuando, hasta muy a menudo, la imperiosa necesidad de dejar de respirar.1 o

- Mi niño – llamó ella en un lamento tranquilo – ¿Qué te han hecho mi niño?5

"Mi niño", escuchó de sus labios y su corazón se estremeció explosivamente,

sintiendo que las emociones volvían a él, como hace 4 años, 4 años lejanos, como

si fueran eternos. Ya no era el mismo. Y de pronto se preguntó por ese niño. Él

debía ser distinto... ¿sería distinto?1

- Cuenta una leyenda china... – dijo ella de repente – ...que hay un anciano que

vive en la luna y que sale cada noche buscando entre las almas, aquellas que

están destinadas a unirse en la tierra. Y cuando las encuentra las ata con un

hilo rojo, en su dedo meñique, para que no se pierdan. Un hilo rojo invisible,

que conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo,

lugar o circunstancias. El hilo rojo se puede estirar, contraer o enredar, pero

nunca se podrá cortar. Pase lo que pase, estén las personas juntas o separadas,

se sostiene uniéndolos a lo largo del tiempo, del espacio y la distancia.9

- "Aquellos que están destinados a encontrarse"... – repitió para sí mismo,

arrugando su frente, muy serio ante el relato – Destino es una palabra muy

absoluta, abuela. Suena como si no tuvieras libertad para elegir porque ya está

escrito de antemano...7
- No querido – respondió ella, sonriendo apacible, sin dejar de pasear sus dedos

por la frente de Yifan – Al contrario. Por elegir no seguir el curso de nuestro

destino, es que muchos son tan infelices en sus vidas. Y te aseguro que es la

gran mayoría...+

Los dos rieron por ese análisis descabellado. Y la mujer agregó...+

- Es como si tu felicidad pendiera de un hilo – dijo, haciendo un momento de

silencio, analizando el semblante pensativo de Yifan. Suspiró, viendo los

brillantes ojos del chico, preguntándose dónde andaría vagando su mente y dónde

había quedado errante su corazón perdido – Si esa persona era para ti, volverás

a verla. Si no era para ti, verás que llegará quien sea tu amor destinado. 7

- ¿Él es tu destino entonces? – preguntó repentinamente por su abuelo.+

No le ofendió la pregunta. Al contrario. La adorable mujer, sonrió tan

ampliamente y Yifan observó sus mejillas acalorarse tanto, que el rubor se le

subió hasta la punta de la nariz. Un golpecito en su hombro de parte de su

abuela y verla tapándose la boca con la mano, le indicaron que estaba recordando

muchas cosas que de seguro habían ocurrido entre su abuelo y ella.+


- Mírala Yifan – dijo de pronto su abuelo, que estaba parado en la puerta de la

biblioteca, desde vaya a saber hacía cuánto tiempo – ¿No es la mujer más hermosa

que has visto en la vida? – preguntó él, haciendo notar en su mano, un ramo de

rosas rojas para la dama – Mi alma gemela. Quien me completa. Mi destino...2

Yifan se irguió en su lugar, pero sin ponerse de pie, atento más a la mirada de

ese hombre que en sus ojos denotaba que sentía cada palabra que decía. Miró a su

abuela, que se encogía de hombros, más ruborizada que nunca, mientras escuchaba

a su marido decir lo que decía, acercándose lentamente, estirándole su obsequio,

por cumplir un año más de estar juntos.+

- Cuando la vi, fue inexplicable Yifan. Nunca nadie me había hecho sentir tan,

tan vivo. Fue un fuego por dentro que me consumía para expandirse por todos

lados queriendo llegar a ella. 7

- Eres un exagerado – dijo emocionada su esposa.1

Sin embargo él sonrió y más vehemente en el amor que emanaban de sus pupilas

brillosas, dijo.+

- Mis ojos no podían dejar de verla, Yifan. Era tan bella. Es, tan bella. Era y

es, absoluta pasión y absoluta paz. Todo por dentro era un lío terrible, pero mi

corazón... – suspiró tocándose el pecho que inflaba tembloroso –...mi corazón,


sabía que no podría volver a estar sin ella en mi vida. Y cuando toqué su

mano... cuando toqué su preciosa mano – recitó como si estuviera reviviendo con

sus expresiones aquello – Fue... fue como estar en casa... porque todo estaba en

su lugar... ella... ella era mi lugar en el mundo... ella era mi destino.15

Ellos no festejaban sus cumpleaños. Ellos celebraban los años de casados. En su

idea alocada, creían que sus vidas habían comenzado el día que se conocieron,

que fue la misma fecha que eligieron para casarse, al año siguiente. Yifan lo

recordó bien cuando escuchó los aplausos de la multitud que había sido invitada

a la fiesta de gala en la mansión de sus abuelos. Los vio felices, mientras la

música sonaba bien en alto, para darles lugar de bailar el vals, como si fueran

recién casados. Sus ojos resplandecían de amor mientras bailaban. Y Yifan solo

pudo pensar en una cosa. Él quería eso para su vida. 5

Pero ¿Cómo lograrlo si seguía apegado a aquello que sabía que jamás tendría?2

Por unos segundos sintió que su pecho se contraía. Pero cuando su abuela lo

miró, para que se sumara a la pista, como su nieto, para bailar, Yifan sonrió de

nuevo y se sumergió en el abrazo a su abuela, que lo miraba desde su baja

estatura, como si fuera el hombre más galante del mundo. Y es que, Yifan sabía

que en parte, ella estaba viendo aquellos rasgos de su hijo. No se lo

reprocharía nunca. Después de todo, ella estaba feliz con eso y él estaba feliz

de ver a la mujer así.+

Salió a uno de los balcones a tomar algo de aire, encendiendo un cigarrillo para
relajarse, lejos de la multitud. Largó el humo a lo alto y allí se quedó quieto,

mirando las estrellas en el cielo despejado.+

- 17 años – murmuró a lo alto – Ya debes tener, 17 años.14

Sonrió sintiéndose demasiado loco, pensando a la distancia en él. Se refregó los

ojos, mientras volvía a pitar su cigarrillo. Y pegó de pronto un respingo,

cuando una explosión se escuchó a la distancia. Consternado un segundo, asustado

por eso, vio el resplandor multicolor en lo alto y se rió de la estupidez de

haberse asustado. Los fuegos artificiales.2

Y Yifan se recordó a sí mismo, no encontrando otro momento en el que se

encontrara más feliz y en paz, sino rodeando con sus brazos a...+

- Zitao. 3

Había estado llorando esa vez. Lo había hecho llorar ¿Por qué? Habían peleado

por algo. Pero él para calmarlo le había dicho desesperado de dolor, de ver a su

niño sufriendo, "¿Qué quieres que haga? Dime qué quieres que haga por ti y lo

haré". 1

"Quédate conmigo un ratito. Solo... quédate conmigo... abrazándome fuerte", le

había susurrado en los labios.2

Un destello colorido le hizo verse en aquel tiempo ¿Podía sentirse que esa vida
había sido otra? Porque mirándose de repente en ese lugar, con un smoking

impecable puesto y hasta con un cigarrillo en su mano, se sentía como si eso

fuera un recuerdo lejano. Demasiado lejano...+

Pero, sí, era él. Porque nadie más que él, seguía suspirando por ese niño, con

el deseo infinito y doloroso de querer sentirlo. +

- ¿No es hermoso? – comentó Zitao.+

- Si. Es hermoso – mirando a su lado, dibujando su silueta pequeña en su atuendo

de monje – Lo más hermoso que he visto.1

Pero volvió su vista al frente, fumando su cigarrillo, porque no había nadie

para abrazar en ese momento, ni labios para sentir en un beso. Y se dijo a sí

mismo...3

- Maldito destino.
"Matón"

- "Se extremadamente sutil, incluso hasta el punto de lo informe. Se

extremadamente misterioso, incluso hasta el punto de la ausencia de sonido. De

esta manera podrás ser el director del destino de tu oponente"* 14

Balbuceó en voz alta, sabiéndose sólo en la biblioteca de casa, mientras

meditaba la frase que acaba de leer. Pero todo intento de analizar eso se esfumó

ante el grito estrepitoso, al que ya estaba acostumbrado.+

- ¡YIFAN! +

Yifan vio llegar a su padre, así que se puso de pie y lo saludó tranquilo con

una reverencia. +

- Papá.+

- Dejaste de nuevo ¡Abandonaste de nuevo! – gritó el hombre.+

- No era para mí.+


Exasperado, el hombre comenzó a hacer el conteo, nervioso, mientras rugía a su

hijo.+

- 18 años: Ingeniería en Sistemas, porque no era para ti. 19 años: Derecho,

porque no era para ti. 20 años: Administración de Empresas, porque no es para ti

¡DIME QUÉ MIERDA ES PARA TI WU YIFAN!11

Sagaz como siempre, Yifan le hizo notar, hablándole muy en serio, asintiendo por

cada palabra que recitaba solemne.+

- Bueno. Creo que es bueno saber un poco de todo y no todo de poco. 3

El hombre se retorció la corbata, sintiéndose prisionero del impecable traje de

tres piezas que portaba, como siempre. De repente todo le iba pequeño, porque su

pecho inflado de rabia, iba a estallar en cualquier momento. Entre dientes y

amenazante, fijando su vista en Yifan, le reprochó.+

- Esto es tu castigo ¿Verdad?+

Yifan, con ceño fruncido y lo miró fijo, como si cortara el aire con su

respiración arrogante, en un rugido siniestro, sonriendo sarcástico.+

- No te cuesta nada de todos modos. Te recuerdo que viene de la herencia que me

obligaste a regalarte.+
Wu Yànzǔ ya sentía dolor en su frente de lo arrugada que estaba. Por un segundo

mostró algo de turbación en su rostro. Pero se mantuvo al instante

imperturbable. Asintió muchísimas veces antes de hablar de nuevo. +

- Recuérdame Yifan ¿Cuál era el trato?+

Yifan elevó sus cejas, mirando a lo alto, como meditando el asunto. +

- Bueno...– titubeó, cruzándose de brazos un segundo y llevando el dedo índice

después, de su mano derecha a su mentón, en señal de meditación, rememorando –

Dijiste que si no estudiaba entonces debería buscar trabajo, para ganar mi

sustento, porque no ibas a tolerar a un vago viviendo bajo tu techo.1

El hombre sacudió apenas su cabeza, de arriba abajo, afirmando eso que acababa

de decir el joven. Indignado obviamente, de saber que a su hijo le importaba

nada lo que vendría a continuación, terminó por sacar sus propias conclusiones,

rugiéndola entre dientes, con los labios curvos al suelo y su mentón duro como

piedra.+

- Eso es lo que estás buscando ¿cierto? Que se te acabe el ultimátum para hacer

lo que quieres ¿verdad? – siguió hablando en un temblor en lo que sus puños

crepitaban como queriendo darle en serio – Quieres que estemos en boca de todos

¿no es así? Que todos hablen, de cómo el hijo de Wu Yànzǔ fue expulsado de esta

casa ¡Por no hacer lo que su padre ordenaba! – gritó de nuevo, más y más fuerte,

mientras ahora su puño golpeaba al aire – ¡Y así dejarme en ridículo! ¡Porque si


no puedo controlar a mi propio hijo, no puedo controlar nada!2

Un silencio rígido y tenso se hizo. Rígido y tenso, estaba el hombre, porque su

hijo...su hijo abrió los labios, consternados de su suposición y sacudiendo su

cabeza lado a lado, en negación. Y con un gesto melodramático, poniendo la palma

de su mano en el pecho, exclamó.

- ¡¿Cómo puedes pensar una cosa así de mí papá?! 9

Yifan se mostró de lo más ofendido. Y Yànzǔ, querría haberle partido la cara de

una trompada, pero malditamente era su hijo, su único hijo. Además Yifan era

bueno en kung-fu y no tenía ningún guardia alrededor. 2

- Y bien – dijo tajante el hombre entre dientes – Qué demonios se supone que

harás ahora.+

Yifan sonrió orgulloso de sí mismo, tomando una larga bocanada de aire y altivo,

anotició a su padre la buena nueva, con una sonrisa de autosuficiencia

arrebatadora, que le daba miedo. Y llenando de aire sus pulmones, largó la

noticia.+

- ¡Ya tengo trabajo papá! Firmé contrato con una agencia de modelaje. Parece que

se gana bien. Me dijeron que soy prometedor. Ya tengo un desfile mañana y

alguien me quiere para una marca ¡Todo en una semana! – exclamó alegre, haciendo
que su padre sintiera que le estaba metiendo una aguja en el trasero de lo

horrible que lo estaba viendo – Ya recibí mi primera paga solo por pararme

frente a una cámara. Es agotador – dijo sufriente – Te lo aseguro. Ya hasta me

hicieron un libro con las fotos, me prepararon...5

Yifan se detuvo, de pronto al notar el brillo notorio del semblante de su padre.

Arrugó su frente preocupado y acercándose un paso, preguntó.+

- ¿Te encuentras bien papá?8

- ¡WU YIFAN! – saltó el hombre de la repentinamente, tan estridente, que Yifan

retrocedió varios pasos atrás – ¡NO PERMITIRÉ QUE ANDES POSANDO COMO UN

CUALQUIERA! ¡¿ME OYES?! ¡O VIVES BAJO MIS REGLAS O TE VAS DE ESTA CASA! ¡SI

PERSISTES EN ESA VIDA YIFAN, TE DESHEREDO! ¡¿ME OYES?! ¡JAMÁS VERÁS UN CENTAVO

DE MÍ! ¡NO VOY A TOLERAR QUE MI HIJO ANDE POSANDO PARA REVISTAS DE MODA,

VENDIENDO ROPA!14

Yànzǔ sabía que este momento llegaría. Y también no le fue indiferente que Yifan

lo estaba esperando. Habiendo cumplido sus 20 años, Yifan era libre. No había

habido fiesta, ni fuego artificiales, ni salida de amigos, ni nada. Yifan tenía

a sus amigos todavía en ese internado y aún estaba de malas con Jongdae, como

para buscarlo. Así que sus 20, las pasó con sus abuelos, sonriendo de repente

frente a las velas de un pastel sencillo, pero en la calle y sin un centavo.

Igual Yifan no era tan orgulloso como para saber que podría subsistir sólo. Así

que se resguardó en la residencia de sus abuelos. +


- Lo bueno de esto – dijo de repente su abuelo, después que él apagara las velas

– Es que tienes trabajo.+

- Ojalá que tus deseos se hagan realidad – comentó su abuela de pronto.1

Y Yifan frunció el ceño, dándose cuenta que no había pedido ningún deseo. +

El destello de la cámara le recordó dónde estaba. Su mánager estaba de pie,

detrás de las cámaras supervisando su desempeño. Eunhyuk dijo algo al oído del

fotógrafo, que después de escuchar lo que el hombre le decía, elevó su mano en

señal, diciendo a todos que era tiempo de descanso. Yifan entonces se desplomó

en el sillón que estaba como parte del decorado, sonriendo a Eunhyuk, que se le

acercaba con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón. Era un hombre

que naturalmente le sonreía a medio mundo. Sus palabras salían con naturalidad

de su boca, haciendo denotar que estar en medio de la gente y saberla comprar,

era un arte adquirido por pocos. Con él, Yifan entendió que ese mundo no era

para cualquiera y que por eso, él lo había elegido.1

- ¿Cómo te sientes? – preguntó amable Eunhyuk, asintiendo con una sonrisa

perturbadoramente amena.+

- No creí que fuera algo agotador – dijo Yifan, tomando un sorbo de agua que

alguien le llevó repentinamente.+


Eunhyuk lanzó una sonrisa burlesca, removiendo sus hombros. Miró a Yifan por

unos segundos más de lo normal y le dijo.+

- Todos creen que este mundo, solo se trata de posar.+

- ¿Y no es eso? – inquirió también irónico Yifan.+

Eunhyuk elevó su mentón en un silencio perturbador. El hombre era un misterio

para Yifan. Parecía normalmente divertido, pero al segundo podía transformarse

en un témpano de hielo rígido, como en ese momento, que serio, mirándolo a los

ojos, le aleccionó.+

- No Yifan. Si solo ves eso, entonces no serás más que una moda. Las modas van y

vienen. No duran más que un abrir y cerrar de ojos. Pero, mira... – dijo de

repente, moviendo su rostro al costado, observando a todos lados mientras la

gente corría sin freno alrededor – Todos corren ¿Para qué? Para que tú brilles

Yifan – aseguró analítico del ruido, volviendo su mirada penetrante al joven –

Todos por ti Yifan. Aprovecha eso y haz que dure. Usa tu cuerpo, pero también tu

cabeza Yifan. Mientras todos sigan pensando que no eres más que alguien que

posa, tú sabrás que mueves el mundo a tu alrededor y que lo puedes tenerlos a


tus pies.2

Yifan tomó nota mental de cada palabra dicha por Eunhyuk. Miró a su alrededor

unos segundos, analizando al personal agitado, que corría a su alrededor. Y

Yifan comenzó a pensar en la manera de sacar provecho de ese mundo que se ponía

a los pies. Porque más allá de que Eunhyuk creyera que esto no era algo para

tomarse a la ligera, Yifan ya había decidido que esto sería pasajero, porque

sentía que esto era un momento más del transcurrir sin sentido de su vida.1

Había sido su primera vez en ir a un evento, por orden de Eunhyuk , que le había

dicho que debía acostumbrarse a esas rutinas. La gente lo veía como si se

tratara de una cosa extraña. Yifan le había dicho a Eunhyuk que no estaba

cómodo, por cómo lo miraban.+

- Te están admirando Yifan. Disfruta cómo te admiran – le había dicho el hombre,

dándole palmaditas en la espalda, apartándose de él, para que los flashes de las

cámaras, lo torturaran un rato – Eres la sensación del momento. Disfrútalo.+

¿Disfrutarlo? No era lo que sentía, llegando de madrugada a casa, con los pies

que dolían de estar todo el día de pie y el maquillaje en el rostro que sentía

hecho pasta. Su ropa demasiado entallada le resultaba incómoda y no quería hacer

más que quitarse todo y meterse bajo la ducha, para dormir al menos seis horas.

Mañana debía seguir con el mismo ritmo.2

Pasar por la sala que era el antiguo despacho de su abuelo, era camino obligado,
antes de toparse con las escaleras que conducían a la planta alta, donde estaba

su dormitorio. Pero se detuvo cuando escuchó una voz extraña, que nunca antes

había oído. No es que estuviera fisgoneando. No, cuando las puertas estaban

abiertas. Así que se suponía que no era nada privado.+

- Jang ¿Cómo es esto? – reclamaba el hombre, a quien Yifan solo veía de espaldas

– Llego y me encuentro con este panorama ¡¿Cómo se te ocurre estar así tan

expuesto?!+

- No tengo nada que temer y lo sabes – respondía a eso con tranquilidad su

abuelo.+

- ¡Eso es lo que tú quieres pensar! – exclamaba molesto.+

Yifan de pronto se sintió furioso, por el aire de confianza con que el hombre

petulante y maleducado se dirigía a su abuelo. +

- Hijo – decía extrañamente, poniéndolo tenso a Yifan, que se acercó lentamente

al escuchar eso último, queriendo saber quién era – Yo no estoy en ese mundo

¡Mírame! – exclamaba en un resoplido, que su nieto interpretó como una sonrisa –

Soy un anciano decrépito a quien nadie busca ya y que nada tiene que temer. De

vez en cuando alguien viene a pedirme consejo. Nada más. +

- ¿Y qué hay de tu nieto? – preguntó el hombre.+


- ¿Qué hay conmigo? – interrumpió bruscamente y de verdad frío en voz Yifan, que

se dejó ver.+

Los dos hombres se volvieron a él y Yifan pudo ver bien el rostro del hombre que

hablaba como familiaridad con su abuelo y de él, como si tuviera algún derecho

adquirido. Yifan lo miró de arriba abajo con evidente desconfianza. Más allá de

su traje y su sonrisa amable, Yifan no dejó de fruncir el ceño en señal de

alerta, caminando unos pasos pesadamente, poniéndose a la par de su abuelo con

un sentir proteccionista. Fue novedoso para el anciano, que orgulloso de ese

lado tan viril de Yifan, sonrió mirando a al visitante.+

- Míralo Si Hoo – habló su abuelo – Es todo un hombre.10

Yifan habría jurado que nadie era más alto que él en el mundo que había

conocido. Pero estaba equivocado. Si no medían lo mismo, el hombre debía estar

cerca del 1.87 m.+

- Es amigo Yifan – dijo el anciano, recordándole al joven que debía ser

respetuoso.+
Aún en su celo que ni se molestó en ocultar, Yifan hizo una reverencia, para no

dejar mal parado a su abuelo. Miró luego al hombre a los ojos, sin parpadear

siquiera. Hasta que elevó sus cejas, como muestra de sorpresa, murmurando recién

al darse cuenta...+

- ¿Si Hoo? +

Alto y con esa sonrisa de labios prominentes, extrañamente traviesa en un hombre

que debía tener la edad de su padre. Ojos grandes y oscuros, profundos y

amables. Como si su rostro se divirtiera ameno al escuchar su nombre. +

- Así es Yifan. Soy Park Si Hoo.+

- El de la foto – balbuceó apenas, inmerso en reconocer esos rasgos del joven

que estaba en esa imagen vieja –... estaba con mi tío... en la fiesta...+

- ¡¿Todavía la conservas?! – preguntó en una mueca de hastío al anciano.+

Yifan miró a los dos hombres, pero no rió. Una cosa le carcomía la tranquilidad,

a pesar de que su abuelo aparentara estar cómodo con su amigo. +

- Creí que usted vivía en Norteamérica. Tenía entendido que estaba a cargo de

los negocios de mi abuelo allá...+

- Yifan – reprendió suave el anciano, al ver la rudeza da la voz de su nieto –


No seas irrespetuoso. Es cosa personal...+

- Pero al parecer él puede intervenir en algo tan personal, como hacerte ver lo

expuesto que estás y hablarte del modo en que te estaba hablando antes que

apareciera – dijo con crudeza y aún con respeto, lascivo y cortante en sus

gestos. Yifan quería dejarle saber que sus abuelos no estaban solos, ya no, por

eso insistió al hombre – ¿Hay algo que deba saber? Me acaba de nombrar señor

Park ¿Qué sabe usted que mi abuelo no? No me es extraño el mundo del que viene

mi abuelo y que hace tiempo dejó. Sé bien las circunstancias de la muerte de mi

tío y por qué se tuvo usted que ir del país. Verlo aquí, resulta para mí

peligroso. Nadie más que usted expone a mi abuelo en este lugar.+

Los dos hombres se miraron el uno al otro, incómodos ante el tono duro de Yifan,

que en ningún momento se había relajado en sus expresiones. Sus rígidos músculos

y su mandíbula tensa, daban a Si Hoo la muestra de que el chico no le tenía

miedo. Podría haber pensado que no sabía quién era, pero el joven sí sabía y se

lo estaba diciendo, mirándolo a los ojos, enfrentándolo en la cara, sin una

mueca titubeante que le dijera que estaba alardeando como un pendejo engreído.

No. Yifan estaba hablando en serio. 1

- Bien – asintió Si Hoo, con el rostro duro y una línea inexpresiva de sus

labios fruncidos – He regresado, porque alguien...+

- No Si Hoo – reclamó su abuelo, pero el hombre ni se inmutó en terminar lo que

tenía que decir.+


- ... quiere matar a tu abuelo Yifan.2

Yifan sintió como si un balde de agua escarchada le fuera depositado sin

miramientos de la cabeza a los pies. Cerró los ojos unos segundos, digiriendo

esa noticia, meditando brevemente que no debía dejarse nublar por las emociones

violentas, sino mantenerse impoluto, como un hombre, porque no era un pendejo y

sus abuelos lo necesitaban. +

Abrió los ojos, cuando sintió la mano de su abuelo apretar sutilmente su brazo

derecho, como llamándolo. El anciano sonrió, sacudiendo su cabeza en negación y

le dijo despreocupado.+

- Son sólo rumores sin fundamento...+

- Un rumor que costó mucho dinero, por cierto – explicó Si Hoo, molesto por lo

que acababa de decir el señor Jang, pero sin dejar de mirar a Yifan, al que ya

le estaba cayendo bien el hombre – Y tú Yifan, al lado de tu abuelo, también

estás expuesto. Puede que haya regresado por cuestiones personales a Seúl.

Detalle personal que no viene al caso. Pero déjame decirte que apenas bajé del
avión, esa información se filtró y llegó casualmente hasta mí. +

Si Hoo suspiró, elevando su rostro, analizando al chico. Una nostalgia lejana

asomó por el rostro del hombre, recordando algunas vagas expresiones de su mejor

amigo, tal como aquella vez que le había tenido que decir que estaban en

peligro. Aquel Yifan y este, se parecían en algo. No tenían miedo. La rabia le

carcomía los ojos, porque estaban bajo amenaza los suyos.+

- Señor Park – habló Yifan, seguro en su modo y sin vacilar – Dígame cómo

debemos actuar.3

Un móvil hizo ruido en la sala. Park Si Hoo atendió, con el rostro un tanto

consternado por el momento. Yifan entendió que debía de tratarse de algo

urgente, sin lugar a dudas, porque elevó su índice de la mano derecha, afligido

en dirección del anciano, con esos ojos expresivos pidiendo disculpas y

alejándose a una esquina. Simplemente se limitó a escuchar lo que le estaban

diciendo del otro lado. Pero para Yifan, no pasó desapercibido el murmullo de

lejos de la palabra "su hijo", que lo hizo cambiar la expresión de su rostro y

mostrar que era una llamada que debía sí o sí tomar.2

Yifan miró a su abuelo, que simplemente quiso excusarse con una sonrisa

tranquila. Pero ni siquiera pudo decir nada, porque el móvil de Yifan empezó a

sonar. Sólo porque vio el nombre de uno de sus amigos, fue que se disculpó

rápido, saliendo al pasillo, viendo a Si Hoo, que seguía hablando en el extremo

de la sala.+
- Jongin – habló apenas atendió.+

- Perdona que te moleste hermano. 2

- ¿Escapó de nuevo? – preguntó de una vez y sin rodeos, peinándose con rabia los

pelos.+

- No es Jongdae. Se trata de Sehun. 3

- ¡¿Sehun?! – exclamó impactado por la noticia.+

- Necesito tu ayuda Yifan y... y...– trató de explicarse Jongin, sin lograr

concentrarse en las palabras que se le trababan. +

Mierda. Señal que era grave la cosa.+

- Tranquilo hermano – dijo entonces Yifan, dándose cuenta de que el chico estaba

realmente conmocionado, cosa rara en Jongin, que siempre andaba como el más

centrado – Dime qué pasó y qué necesitas.+

- No sabemos qué hacer. Jongdae es una mierda que no ayuda cómo está... +

- ¡Vete a la mierda! – espetó furibundo del otro lado la voz rabiosa de Jongdae

– ¡Dile de una vez o me voy sólo a buscarlo! +


Yifan cerró los ojos y apretó sus dientes. Si lo tuviera en frente le habría

dado su merecido y se lo daría, cuando lo viera cara a cara. Jongdae seguía

enojado con él, cuando no le había hecho nada.+

- Yifan – habló Jongin agitado – ¿Estás ahí? +

- Dime Jongin.+

- Sehun se escapó de la escuela. Y eso no es todo. Quedó con alguien en línea

para pelear y todos apostaron. Las apuestas están de lo más calientes. Ahora

debe estar allá. Dicen que es a muerte. 4

- ¡Mierda! – gritó Yifan, golpeando con su puño la pared, lo suficiente como

para sentir algo de dolor – ¡¿Qué demonios pasó?!+

- Yo creo que fue porque rompió con Irene.

- ¡Puta de mierda! – rugió Jongdae mientras – ¡Ni vale la pena esa mierda y él

llorando como mojigato! ¡Eso le pasa por entregarle las pelotas en bandeja! 4

- ¡Ya córtala Jongdae! – gritó Jongin, que no por decir eso, logró hacer que de

fondo Jongdae siguiera emitiendo todo tipo de insultos a la chica. Al instante,

Jongin ya con tono angustiante, imploró – Yifan... por favor... tenemos que

frenarlo. Nosotros estamos saliendo allá, pero la cosa es peligrosa. +


- ¿Qué tanto más peligrosa de lo que ya me estás diciendo? – inquirió hasta

burlón y desesperado Yifan.+

- Porque el tipo lo es y dudo que aunque lleguemos allá ¡vayamos a salir de esa!

¡¿Vas a venir o no?! 1

Yifan pensó una milésima de segundo, qué demonios estaba pasando. Pero se

recordó lo importante y dijo de una sola vez sin dudar.+

- Dime dónde...+

Después de explicarle con detalle el rumbo que debía tomar, Yifan simplemente

tuvo que despedirse de su abuelo, mirando a Park Si Hoo que seguía halando por

el móvil, en lo que él sin más salía casi corriendo a su auto. Su abuelo quiso

decirle algo. Era de noche. Era tarde, muy tarde. Estaba realmente agotado del

trabajo y ni hablar del hecho de que ahora el estrés se le había subido a la

cabeza que le quería explotar. Se recordó a sí mismo preguntándole a Jongin qué

demonios había pasado con Sehun e Irene, para llevar las cosas a tal extremo. La

respuesta fue dolorosa, por sólo imaginarse a su hermano pequeño en medio de

eso...+

"Sehun encontró a Irene en la cama follando con... otro...", le había dicho

Jongin. "¿Alguien de la escuela?", preguntó él espantado. "No. El padre de

Sehun". Yifan golpeó con furia el manubrio, mientras aceleraba. La angustia lo


dominaba.7

Para cuando llegó al lugar, fue fácil divisarlo porque los autos se colaban en

círculo alrededor de algo que iluminaban. Un grupo de personas y no pocas por

cierto, estaban delante. Yifan se bajó rápido y vio a la distancia el panorama

escalofriante. Si lo de Jongdae antes en ese ring lo había desquiciado, este lo

estaba nublando. Sehun se dejaba pegar por un tipo fornido, alto y con todas las

luces en su cerebro. A diferencia de él, que aún sabiendo luchar se dejaba

vencer. Y él lo entendió. Quería morir.1

Pero eso no fue todo el panorama con el que se encontró.+

Jongin y Jongdae estaban de rodillas. Cada uno, tenía detrás un tipo, que los

apuntaba a la nuca, listo para liquidarlos. Los dos, mostraban signos de haber

peleado. Rostros hinchados y ensangrentados. Era de imaginar que habían querido

frenar la cosa, antes de que Sehun peleara. +

Y Sehun cayó al suelo. Y un rugido siniestro, se escuchó a lo alto.+

- ¡BASTA! ¡AHORA!2

Yifan de repente, debía sonar así, bestia y dominante. Miró a los hombres que se

volvieron a verlo. Todos esos hombres de seguro venían a hacer compañía al rival

de Sehun. Nadie reía, ni hablaba, ni murmuraba. Veían un espectáculo que no era

bueno, de todas formas. El único idiota que reía, era el que había usado a Sehun
como lamentable diversión.+

- ¡¿Y tú quién mierda eres?! – exclamó el luchador, sudando y "algo" golpeado.2

- Su hermano – respondió Yifan.+

- ¡¿Su hermano?! Oye desgarbado – habló volviéndose al suelo, pegando una patada

apenas, porque ya una fuerte sería terminar la noche – ¿Cuántos hermanos tienes

ya? Este es el tercero ¿verdad?+

- Suelta a mis hermanos – dijo claro y contundente Yifan, mirando a Jongin y

Jongdae – ¡Ahora!5

El tipo rió a lo alto. Giró divertido sobre sí mismo y le gritó a Yifan.+

- ¡Tú a mí no me dices qué hacer idiota! ¡¿O no te diste cuenta cuál es tu

lugar?! +

Siniestro y sin frenar esa sonrisa de mierda, el chico sacó de alguna parte un

arma que sonó cuando él le quitó el seguro, lista para darle a alguien. Entonces
se escuchó de la nada.+

- ¡ALTO!+

Alguien entró en la visión de Yifan, que hasta el momento no se había percatado

de esa presencia. Y debía ser alguien, para el contrincante, porque obedeció sin

dudar a su grito.+

- Por favor – emitió igualmente burlón, dirigiéndose al que había gritado – No

me vengas con esto ... no ahora que estaba poniéndose bueno...+

- Dije "Alto", Seo Joon – aclaró rotundo el chico –Y tú, obedeces.12

Una voz grave y siniestra, le hizo darse cuenta a Yifan, quién mandaba ahí. Y

para Seo Joon debió ser realmente alguien con quien no se podía jugar, porque

aún riéndose, debía obedecer. Igual, el tipo le reclamó.+

- ¿Y yo que hice? Si solo acudí al llamado del pendejo que se quiso hacer el

matón conmigo. Oye... hablador – dijo al suelo, donde seguía tirado Sehun –...

hey... mírame...+

- Déjalo ahora – rugió entre dientes Yifan – antes que...+

- ¡¿Antes que qué?!+


- ¿Te crees mucho verdad? – se le rió entonces Yifan, que veía que todo

transcurría en un instante – Te crees demasiado con todo este séquito de matones

que te resguardan ¿No es así? Dime... – agregó elevando su mentón, viendo ya el

semblante de rabia del chico en frente, que apretaba su arma que juraba con sus

ojos quería usar sobre él – ... de seguro que tuviste que usar tus matones para

ellos dos también ¿O me equivoco? – agregó ladeando su cabeza a donde estaban de

rodillas Jongin y Jongdae – Porque a ninguno de ellos te aseguro les habrías

tocado un pelo estando sólo. Y él – agregó, mirando al suelo lleno de pena – se

había dado por perdido de antemano.+

Seo Joon tembló entonces y apuntó sin titubear a la cabeza de Sehun. Yifan

amenazó respirando iracundo con avanzar. Pero lo que no se esperó, es que su

hermano tuviera energías suficientes para poder modular palabras fuertes y

claras... a Seo Joon.+

- Má-tame...4

Seo Joon resopló burlón, mirando a todos a su alrededor. Observó detrás, al más

serio del grupo que, cruzado de brazos, lo miraba enojado. +

- Él lo está pidiendo – le explicó.+

El chico detrás, lo miró fijo, imperturbable y cruzado de brazos, apoyado sobre

el auto un momento. Y entonces, respirando hondo, terminó por largarle.1


- No serás nada si excedes a eso. Lo único que busca es morir. Te dejó ganar.+

- ¡¿Que me dejó ganar?! ¡No me jodas! – se rió Seo Joon, sarcástico.+

- Yo lo vi practicar Taekkyon* en la escuela – aclaró de repente el chico – Él

te dejó ganar.+

Yifan avanzó uno pasos y lo hombres que estaban allí, sacaron armas de la nada,

apuntando a Yifan. +

Pero Yifan sin temor, ni miedo, siguió caminando. Ellos esperaban la orden de

emitir disparo. Una orden que nunca llegó y que le hizo ver a Yifan, quién era

en realidad quien mandaba en ese lugar. El chico apoyado en el auto, de brazos

cruzados, pelos parados y negros en abundancia. Ojos grandes y siniestros, con

ese ceño fruncido y analítico por demás de la caminata de Yifan. No habría

impresionado en nada a Yifan el pendejo, de no ser que se irguió completo de

repente, dejando ver con sus hombros rectos y sus manos metida en los bolsillos

de su pantalón, la altura impresionante que tenía. Debían ser iguales en

estatura...8
Yifan siguió su camino, en medio de la mirada sórdida de Seo Joon que le

reclamaba al que mandaba.+

- ¡¿Lo vas a dejar?! ¡Me haces quedar en ridículo! ¡¿Qué dirán de nosotros

después?!+

Cuando Yifan llegó a su hermano, tumbado y destruido por completo, vio en medio

de su cara hinchada de los golpes, la sangre entre seca y que seguía saliendo

copiosamente, sus lágrimas derramadas de su orgullo completamente destruido. Él

no había perdido ahí. Él había perdido antes y sólo quería morirse de seguro

para olvidar esa visión espantosa, que Yifan supuso habría sido horripilante. +

- No – le reclamó Sehun a Yifan.+

Pero Yifan simplemente se agachó y lo elevó entre sus brazos. Sehun estaba tan

débil, que ni siquiera pudo luchar. Cuando Yifan estuvo de pie, su mirada se

encontró con la del que mandaba en ese lugar. +

- Gracias – dijo sin saber por qué Yifan.2

Ese tipo simplemente elevó su palma a lo alto y todos los que lo rodeaban

bajaron como si nada las armas ¿Quién mierda era para mostrar tanto poder? ¿Cómo

era ese mundo del que venía, para actuar de una manera tan espeluznante?+

Jongdae y Jongin, que fueron liberados, corrieron presos de la angustia a ayudar


a Yifan.+

- No hay de qué – respondió sorpresivamente el chico, al segundo que caminó unos

pasos hacia ellos.2

- ¡Ni te acerques Park Chanyeol! – gritó rabiosamente Jongdae, poniéndose en

frente de sus amigos – Un paso más... y te mato.7

Por primera vez, Yifan escuchaba su nombre. Park Chanyeol de igual manera, sin

inmutarse ni un poco, hizo algo que demostró respeto hacia ellos, de igual modo.

Se frenó, mirando a Yifan y dijo sobre Sehun.+

- Espero se recupere pronto. No te he visto en la escuela.+

- Ya terminé ahí.+

- Ah... – murmuró elevando apenas sus cejas, y mirando a Sehun dijo con rudeza –

No sé qué sea hombre. Pero créeme, no lo vale. Acabas de arriesgar la vida de

tus hermanos que darían la vida por ti. Imagínate si hubieras muerto por eso...

te habrías llevado tres contigo. 4

Yifan pudo sentir la respiración agitada de Sehun en su pecho. Un segundo en que

Yifan bajó su vista para darse cuenta cómo su amigo hundía su rostro en su

camisa, ahora manchada de sangre como la de él, sintiéndose de lo más

abochornado.+
Pero de repente un grito de la nada, retumbó en medio de los hombres.+

- ¡PARK CHANYEOL!4

Y Park Chanyeol, el que mandaba en el lugar, dejó a la vista de todos, esos ojos

impresionantemente grandes y saltones, cuando escuchó la voz iracunda y

siniestra de un recién llegado, que tenía el poder de hacer querer que la tierra

se lo tragara.3

- ¡Mierda! – espetó él a lo alto, como pidiendo auxilio a... alguien.+

En ese instante el panorama siniestro de la cara del chico, cambiaba a una de

desesperación. Y Yifan vio algo más de Chanyeol que le llamó la atención. Sus

cejas se dispararon para todos lados, armando un puchero desordenado con sus

labios prominentes, en lo que una mano cazó su oreja terriblemente grande,

tironeándola fuerte como castigo. 6

- ¡PARK CHANYEOL! – rugió un hombre de traje terriblemente grande de alto –

¡¿Qué mierda estás haciendo aquí?!+

- ¡No! ¡Espera papá que te explique! – gritó Chanyeol – ¡Ay papá! ¡Duele!14

- ¡SEO JOON! ¡¿DÓNDE TE METISTE?! – siguió bramando el caballero.+


- ¡¿Señor... Park?! – exclamó descolocado completamente Yifan, abriendo bien sus

ojos, no sea que la noche lo engañara.+

El silencio no duró mucho, cuando el hombre se dio vuelta y miró a Yifan que

sostenía entre sus brazos a un chico completamente molido a golpes.+

- ¡¿Yifan?! ¡Oh por dios! ¡Perdóname muchacho! ¡Perdóname! ¡Mi hijo...! ¡Qué

vergüenza! – devolvió el hombre, mirando con angustia a los heridos, dibujándose

en un segundo la rabia en su cara, cuando regresó ahora a darle de golpes en la

cabeza a su hijo – ¡¿Qué te dije Park Chanyeol?! ¡¿Cuántas veces hablamos de

esto tú y yo?! 11

- ¡Pero papá! ¡Ay! ¡Yo no fui!+

- ¡Y ustedes idiotas! – gruñó a los guardias, mientras seguía tirando la oreja

de su hijo – ¡Vayan a buscar a Seo Joon, que se las verá conmigo!+

- ¡Ya papá!+

- Señor Park...– quiso decir Yifan.+

- ¡Su hijo casi nos mata! – gritó Jongdae.15

- ¡Pero yo ni hice nada! – explicó a los alaridos el chico.+


- ¡Estaba como matón! – agregó Jongdae.6

- Bueno... no tan así – quiso decir Jongin.+

Pero de nada servía explicar o decir, porque el señor Park estaba más que seguro

de que su hijo era el responsable ahí.+

- ¡¿Jugando a los matones de nuevo Park Chanyeol?! ¡Ya verás cuando lleguemos a

casa! ¡Escapándote de la guardia! ¡Haciéndome salir en la madrugada!7

- ¡Ya papá! ¡Ay! ¡Ay!4

- Señor Park... – se esmeraba en ser escuchado Yifan.+

Mientras, en sus brazos Sehun comenzó a llorar bien fuerte, a moco tendido,

diciéndole lo mucho que le dolían los golpes. A lo que se sumó más castigo del

señor Park a su hijo Park, llevándose a su casa a los heridos, para que sean

atendidos.

----------------------------------------------------------------------+

* El texto que Yifan recita, es un extracto del libro "El Arte de la Guerra",

cuya autoría se le atribuye al estratega militar y filósofo de la antigua China:

Sun Tzu. 7

* Taekkyon es un arte marcial, tradicional en Corea.


"Zitao"

- Yifan – habló Eunhyuk – recuerda que debes estar aquí en 2 horas a más tardar.1

- De acuerdo – fue toda la respuesta de Yifan.+

- Yifan – habló severo su mánager – En serio. No puedes demorar más de eso.+

Yifan lo miró y asintió, antes de salir de la suite.+


Caminó unos pasos, en lo que se colocó sus lentes de sol, sintiendo justo los

pasos mientras dos hombres se le paraban, uno a cada lado.+

- No es necesario que vengan los dos Yoochun – dijo seco en su tono.+

- Lo siento Yifan – le habló – orden de Eunhyuk. Pero no te preocupes. Lo que

hagas, queda entre nosotros – le aseguró, ante lo que Yifan sorprendido lo miró

y su mentón bajó levemente en agradecimiento.+

Ofuscado apenas si emitió un suspiro y siguió caminando. Eunhyuk se estaba

volviendo una jodida molestia, haciéndolo sentir últimamente que había salido de

una cárcel para meterse en otra. Eunhyuk ra buen tipo. Por algo le había

confiado su imagen, su carrera. Lo había puesto en el pedestal en menos de 3

meses. Había pasado más de año y medio de eso, convirtiéndolo bajo el nombre de

"Kris Wu" en uno de los modelos más cotizados y mejores pagos de Asia. Pero no

era parte del trato dominarle la existencia, cuándo dormir, comer y hasta ir al

sanitario. O eso creía, hasta que leyó la letra diminuta del contrato, después

de malditamente haberlo firmado. Se juró a sí mismo hablar seriamente con el

hombre ni bien regresaran a Corea o intervendrían abogados.15

Pero ahora, no iba a ponerse en ese brete. Ahora, debía hacer algo importante.+

- ¿A dónde Yifan? – dijo YooChun, que conducía.+

- Al Templo Shaolin. Queda en...1


- Ya sé – habló el hombre sorprendido, mirándolo por el espejo retrovisor. – No

sabía que eras budista. Yo soy. Es un lugar turístico de lo más visitado. Ahí

está lo mejor de los monjes guerreros...+

Y Yifan simplemente miró por la ventanilla, mientras el tipo seguía hablando.

Como si él no supiera. Vivió aquí por años...+

Henan nunca dejaba de crecer. Eso pensó, viendo que las cosas seguían en su

lugar, pero había más. Más edificios, más gente, más negocios, más de todo.

Nunca nada era suficiente para Henan. Por algo era la segunda provincia más

habitada de China. +

40 minutos de demora y Yifan miró el móvil maldiciendo el tráfico de Henan. Los

tiempos se le habían complicado sobremanera. Cuando descendió, una multitud

arrolladora de turistas no paraba de entrar y salir del lugar. Yifan miró la

estructura milenaria. Yunho, el otro guardia, dijo entonces.+

- Así que esto es lo que todo el mundo viene a ver aquí...+

La gente comenzó a mirar a Yifan y entonces él no perdió más tiempo, antes que

alguien terminara definitivamente de llegar a la conclusión de que sí, se

trataba de él. Empezó a caminar, por un sendero inútil que bordeaba el paredón

del templo Shaolin.+


- Pero... – dijo Yoochun, que no había parado de hablar durante todo el trayecto

– Creí que entraríamos a...+

- No – respondió él serio, mirando el sendero – Vamos a otro templo.+

- No sabía que había otro templo por aquí.+

Yifan no dijo una palabra. Sus largos pasos presurosos iban en un solo sentido.

Por cada paso que daba, Yifan sentía una ansiedad que sólo se controlaba por el

jadeo excitado de lo que quería encontrar. No estaba agitado, como sus

guardaespaldas podrían llegar a pensar. Estaba demasiado emocionado, como para

decir o hablar algo. Nadie podría entender jamás lo que hacía allí. Ni él podría

entenderse. Después de tanto tiempo, tantos desvelos y días sin sueño, Yifan lo

había decidido. Quería saber de su niño.

Vio dos niños de pronto corriendo en su atuendo de monjes. Su cabeza calva y su

sonrisa traviesa, lo hicieron sonreír, ante la respetuosa reverencia que le

dieron los niños. Inocentes e ingenuos y con un "buenos días señor", siguieron

cuesta abajo, a donde el otro templo. Y Yifan sintió que su pecho se expandía en

una respiración dolorosa que ya no cabía de conmoción.+

Frenó sus pasos ante la estructura el edificio. Un poco más pequeño en

estructura que el Shaolin y más deteriorado, pero impresionante de igual modo. Y

su corazón se detuvo, en una neblina de profundos y extasiantes recuerdos cuando


escuchó el coro al unísono de monjes que en su interior entonaban ese mantra...+ e

- "...ǎn má ní bā mī hōng; ǎn má ní bā mī hōng..." 1

- Creo que llegamos en el momento de meditación – habló uno de sus guardias.+

Yifan cerró sus ojos. Aún con 21 años, podía regresar a sus 16. +

¿Cuántas veces se lo había entonado solamente a él? Aún su mente podía recordar

esa voz lineal, como profunda...2

- "...ǎn má ní bā mī hōng; ǎn má ní bā mī hōng..." +

Y podía sentir de nuevo, como si su peso, ese peso dentro que lo estorbaba,

llevándolo a una tristeza profunda y horrible, oscura y molesta, se fueran yendo

de él. Yifan se sentía como si flotara. +

- ¿Puedo ayudar en algo a los caballeros? – preguntó de repente alguien.+

Yifan abrió sus ojos. Un anciano que había salido de la nada, ataviado en esa

vestimenta propia de los monjes, estaba parado en la entrada. Muy propio de

ellos, amable y atento, con una sonrisa tranquila, esperó a que alguno de los

tres hombres hablara.+


La boca de Yifan se sintió seca y pesada, a la vez que las gotas de sudor se

hacían insoportables. Abrió su boca unos segundos, para animarse a preguntar lo

que hacía tiempo había desistido en saber, por miedo a en el fondo a su rechazo.+

- Yo... yo busco a alguien de aquí – dijo al fin, aturdido de lo que realmente

quería decir –... yo... hace mucho conocí a un niño. Éramos... amigos –

pronunció titubeante, frunciendo el ceño de decir algo incorrecto, mientras el

anciano asentía atento ante cada palabra pronunciada – Su nombre era Huang...

Zitao.2

Nombrarlo de nuevo, en frente de alguien, después de tantos años, se sentía

abrumador.+

- ¡Si! – exclamó sonriendo el monje, elevando sus cejas sorprendido – ¡Huang

Zitao!+

- ¿Lo conoce? – preguntó sin poder evitar el manifestar una sonrisa de emoción

ante el reconocimiento del anciano.+

- Si – asintió, al segundo que su sonrisa ya no era tan amplia – Pero él ya no

vive aquí joven. Se fue hace años. Bajó a la ciudad y no regresó a este lugar. 8 s

El corazón de Yifan se hundió en la pena. De repente, sintió como si hubiera


llegado demasiado tarde. Se había ido. 2

Yifan bajó los ojos al suelo, sin reaccionar ante esa noticia. Pero alguien

reaccionó por él.+

- ¿Y sabe dónde vive? – preguntó Yoochun.+

- Yo no sé si debería...+

El anciano miró un tanto inquieto a los tres hombres. Y fue entonces Yunho que

agregó con una reverencia y una sonrisa.+

- Verá hermano, hace mucho que mi amigo quiere encontrarlo. No somos de aquí,

sino de Corea y mañana debemos partir. Él le debe un favor a Zitao, que desea

retribuir.+

El anciano, un tanto incómodo, miró a un lado, llevándose la mano a los labios.

Meditó sin dudas si debía o no y volviéndose al final a ellos, miró a Yifan que

aún seguía sin reaccionar.+


- Mira... yo no sé dónde vive Zitao. Pero hay alguien que puede saber. Es

vendedor de una tienda de ropa que abastece a los monjes del templo. Lo he visto

una vez con Zitao...+

- ¡¿Lo ha visto?! – exclamó repentinamente Yifan, avanzando un paso al anciano.+ i

- Alguna vez lo he visto. Si...+

- ¿Él está bien? – preguntó presuroso.+

- Lo he visto saludable. Sé que hubo un tiempo que venía a seguir su práctica en

Shaolin. Ya no lo hace. Pero quizá, como te dije, el vendedor pueda decirte más

de quien buscas. Se llama Hangeng.6

Y Yifan debió sostenerse de un pilar del edificio, porque sentía que caería ante

lo que estaba sabiendo. +

Fue Yunho quien tomó nota de todo, al ver a Yifan tan fuera de raciocinio, como

si sus ojos y su mente, no estuvieras en ese sitio. Los dos guardias se miraron

muchas veces, tratando de acompañar, pero sobre todo cuidar a su jefe.+

- Yifan – dijo Yoochun, tocando el hombro del joven. Yifan vio el rostro dado

vuelta de los dos guardias, que esperaban su reacción – Es aquí.+


Los dos bajaron. Yifan tuvo que llevarse la mano a la cabeza y refregársela

varias veces, como si estuviera despertando de algo. Miró por la ventanilla el

cartel con el nombre del negocio y vio a su alrededor la muchedumbre de gente ir

y venir. Se decidió por bajar y avanzó, después de un minuto en los que se tuvo

que decir a sí mismo, que sí, estaba en ese lugar.3

Apenas traspasó la puerta, una campanilla eléctrica hizo ruido y un hombre

sonriendo, salió a recibirlos.+

- ¿Si? – preguntó – ¿En qué...?+

Y se detuvo ahí. No dijo más. +

- Hangeng – habló Yifan, quitándose los lentes negros – Tantos años...3

Hangeng simplemente barrió con su vista a los tres hombres. Sonrió, soltando sus

hombros como si de una carga se estuviera liberando y dijo de una vez, sabiendo

qué estaba pasando.+

- No sé nada de él Yifan. Porque... es por eso que viniste ¿verdad?+

En un instante, Yifan se encontró sentado frente a una pequeña mesa, con un vaso

de té fresco, en medio de la insoportable tarde calurosa de Henan. Miró a

Hangeng y le preguntó.+
- ¿Cómo has estado?+

- Sobreviviendo – dijo divertido el hombre – Después de que tu viejo me

despidiera por no querer participar de la golpiza que ordenó darte ese día, se

encargó de esparcir la noticia de mi sensibilidad y nadie más quiso tomarme.3

- Eras el jefe de guardias... – respondió a eso Yifan, con tono de lamento, como

queriendo pedirle disculpas por eso – Yo... lo...+

- Fui donde él – dijo de repente, sin aviso y sin perder el tiempo – Lo encontré

ese día. Le expliqué lo sucedido.20

Yifan se puso de pie entonces y trató de tomar aire. Miró a todos lados y sonrió

como si se estuviera burlando de sí mismo. +

- Éramos unos niños – comentó sin sentido, al segundo que su corazón se aceleró,

recordando preguntar, mirando a los ojos a Hangeng – ¿Cómo...? ¿Qué... qué dijo?+

- Nada. Supongo que entendió y volvió al templo.+

- Pero no está ahí.+

- Pasó algo después.+


Hangeng bajó la vista y miró su vaso de té. Tomó un sorbo y sintió el sonido de

la silla crepitando en frente d él. Yifan se había sentado. Miró con pena a

Yifan y le contó.+

- Su madre fue a buscarlo al templo. Su dashifu, quien lo había adoptado, perdió

el derecho sobre él y ella se lo llevó. De ahí en más, él... Yifan... – suspiró

lanzándose con todo el peso de su cuerpo al respaldo de su silla – Zitao no es

el niño que una vez conociste. 7

- ¿Qué quieres decir con eso?+

- Mira hombre...– dijo ladeando su cabeza a un costado, como si decirle o no

decirle, fuera una cosa complicada – Es... es complicado...4

Yifan miró fijo a los ojos del hombre. No le importaba. Él quería saber.+

- Yifan – dijo duramente y claro – Lo mejor que podría pasarte es que no te

cruces en su camino. Zitao es la clase de chico a quien te convendría jamás

haber conocido.10
Simplemente miró de nuevo la muchedumbre de la gente vagar por las calles

insoportablemente aglomeradas de Henan. Y se dijo a sí mismo, que nada más tenía

que hacer en ese lugar.+

- ¿Tomaste nota de los datos de Hangeng? – preguntó de repente a Yoochun.+

- Si Yifan. Tomé nota.+

Y sin decir más, Yifan volvió la vista a la ventanilla.+

Su nombre. Gritaban su nombre. No era el único al que llamaban. Se dejó retocar

el maquillaje por la molesta mujer que lo siguió hasta la salida. +

Miró a su costado. Había un chico con cara perdida. Alguien "fresco" que

renovaba la columna de los modelos ya conocidos, viéndolo retorcerse el moño de

su traje, sin lograr sentirse a gusto con lo que llevaba puesto. Sonrió

divertido, porque le recordó un poco a él cuando recién entraba en este

ambiente.+

- ¿Incómodo? – le preguntó, metiéndose las manos en los bolsillos.+

- Me... me asfixia esta mierda – le confesó el muchacho, con cara de espanto.+

Se le paró en frente. Aún siendo modelos, él seguía siendo el de altura

impresionante. El chico elevó su vista un poco para llegar a sus ojos, pero se
dio cuenta que el otro no lo miraba. Frunció el entrecejo, esperando que el

mayor reaccione. Se encontró sorprendido cuando le acomodó el moño ubicándolo

perfectamente en su sitio.+

- No toques nada de lo que te pongan antes de entrar a la pasarela Sehun. Sino

Alessandro se volverá loco y te sacará escupido – le dijo regalándole un guiño –

Y no queremos eso.1

- ¿Quién es Alessandro? – preguntó desconcertado.+

Yifan se río en sus narices, sin que el otro entendiera nada y con una palmada

en su hombro le dijo divertido.+

- El que hizo el traje que llevas puesto. Oye... ¿Sabes que estás desfilando

para Gucci al menos?+

- No me culpes idiota – le dijo a su amigo – Tú me trajiste...3

- Si – replicó Yifan, poniendo sus dedos bajo el mentón de Sehun, obligándolo a

elevarlo mientras seguía acomodando el cuello de su atuendo – Y no te hagas el

molesto. Bien que amas ser el centro y sacas provecho...+

- Bueno – sonrió el chico, enarcando una ceja a lo alto, apenas emitiendo una

mueca con gracia – No voy a negarte que tener el mundo a tus pies, había

resultado ser excitante...+


- A ti te gusta "tenerlas" a todas a tus pies y con un solo fin...+

- No seas grosero – replicó sin dejar de sonreír.+

- Soy realista.+

- No. eres un aburrido de mierda.+

- Y tú un engreído de mierda.+

Estaban por seguir con esa charla amena, pero entonces sus nombres se escucharon

en medio del gentío que aullaba dando órdenes.+

- ¡Yifan! ¡Sehun! – gritó el organizador – ¡Vamos!+

- ¡Tu primero Yifan! ¡Sehun le sigues! – les reclamó el histérico diseñador y lo

tomó del brazo para largarlo fuera.+

La pasarela lo esperaba. Él cerraba. Era el modelo de la marca. El rostro


perfecto de rasgos definidos, labios crudos y delineados, un tanto abultados,

que se notaban más porque jamás parecía sonreír siquiera un poco. Su gesto

inexpresivo, algo malévolo y frívolo, lo hacían perfecto para la marca. Con ese

porte soberbio cuando caminaba sin mirar a nadie, era inevitable destacar

siempre... o casi siempre, porque el chico que venía detrás, era la sensación

del momento. Jamás tendría celos de su amigo, su hermano pequeño, Sehun. 1

En la espera de la última señal, viendo lo oscuro de la pasarela, Yifan miró a

Sehun a su derecha, pero unos pasos atrás. Una voz grave y el sonido sugestivo

de un punteo de guitarra, dio inicio a la melodía con la que Sehun parecía

deleitarse divertido, murmurándola.+

"Chica, pronto serás una mujer. Te quiero tanto, no puedo contar todas las veces

que he muerto por ti, chica, y todo lo que pueden decir es: 'él no es tu tipo'.

Nunca se cansan de menospreciarme, y cuando me paso (por allí) nunca sé lo que

voy a encontrarme."* +

Una mueca burlona salió de sí, cuando lo vio con los ojos cerrados y moviendo

levemente sus hombros al son de la melodía que comenzaba a salir por los

parlantes. Sehun se concentraba repitiendo esa canción como si la estuviera

sintiendo, relamiéndose los labios de vez en cuando. Y Yifan... Yifan sabía qué

era lo que quería decir esa canción para él.+

Los aplausos era algo a lo que estaba acostumbrado, tanto, como los flashes de

las cámaras. Nunca dejaría de estar agradecido a su profesión. Era el motivo por
el que era libre. Lo que se inició por una casualidad, se convirtió en su vía de

escape de su cárcel. +

- ¿Salimos? – preguntó Sehun, mientras se sentaba en el diván del recibidor de

la suit en la que habían sido ubicados.+

- No esta noche Sehun. Solo quiero darme una ducha y dormir.+

- No jodas – resopló irónico Sehun – ¡Estamos en China hermano! ¡En Henan! No me

digas que...+

- Nada de dormir Yifan – lo interrumpió su representante.+

- Eunhyuk – le dijo como lamento – Por favor no...+

- Te preparas. Estamos de salida. Tienes 10 minutos.+

- Pero...+

- Sin "peros" Wu – interrumpió el maldito y sin más, se le metió en el

dormitorio para elegirle un atuendo – ¡Y tú Sehun también sales!+

- ¿Juntos?+

- No. Tú vas a la inauguración de un club...+


- Como ordenes – dijo feliz el chico.+

Y Yifan vio su ropa ya estirada en la cama. Algo aparentemente cómodo, sin ser

demasiado llamativo. Se le impuso subirse al auto e ir donde se le llevara. +

- ¿Por qué no Sehun? – se le quejó.+

- ¿A dónde fuiste esta mañana? – inquirió serio Eunhyuk.+

- ¿A dónde vamos? – preguntó Yifan en respuesta.+

- Me pregunto si despedir a esos dos serviría de algo... – replicó ofuscado el

hombre, mirando a un costado, reacomodándose en su asiento.+

- Los tomaré yo – dijo de una vez, al segundo que volvió a querer saber – ¿A

dónde y por qué?+

- Se trata de imagen Wu. Vamos a mostrar tu lado bohemio y nostálgico, que gusta

de las cosas tradicionales de tus orígenes. Será bien visto por la prensa de

Asia que disfrutes de las obras que muestran las costumbres de tu tierra. Serás

el orgullo de China. Ya verás...5


- Es broma ¿verdad? – se le rió en la cara y derrotado pidió – Dime al menos a

dónde mierda me llevas.+

- Se trata de una representación de las filosofías que inundan la cultura china

a través de las artes marciales. "Revelaciones de Kung-Fu: 9 pergaminos"*. Kung

– Fu dramático.4

Yifan reposó su nuca en el asiento, molesto y cansado hasta que el coche frenó.

Habían llegado al lugar del evento. No se detuvo a mirar demasiado a su

alrededor, cuando descendió. Caminó por la alfombra roja, sintiendo los flashes

a su alrededor. El maldito oportunista de su mánager, ya lo había planificado

todo, demasiado bien. +

Se sentó en medio de la multitud que lo miraba y murmuraba sobre él, que fingía

ser un espectador interesado en primera fila. Joder. Tenía 22 años ¿Qué hacía él

entre gente mayor, con ansias de disfrutar un espectáculo así? Habría preferido

ir con Sehun a bailar a algún lugar de por ahí. Se sentó en la butaca asignada,

en frente del escenario y se comió el bostezo, que lo había ahogado. Debería

evitar dormirse en una aburrida temática, porque bien sabía que todos lo

miraban.+

Las luces se apagaron. Se refregó los ojos con los dedos de su mano derecha. El
retumbar de tambores que sonaban al unísono dio paso a un estruendo final y

Yifan se sentía listo para dormir después de su bosteza. Humo. Luz roja tenue. Y

en medio una silueta vestida de negro, como monje de monasterio medieval.+

Yifan suspiró, obligando a sus párpados a que no se cerraran y de nuevo se tragó

un bostezo. Otra vez los tambores y el estruendo, mientras la figura daba

vueltas sobre si, para terminar largando hacia el frente su ropaje. +

Las luces se encendieron del todo. Los aplausos se elevaron por nada, desde la

opinión de Yifan, que removió sus ojos hacia los espectadores. O eso creía él,

hasta que en medio de la neblina, que se corrió en un segundo, Yifan lo vio... 8 n

Solo tenía unos holgados pantalones sueltos negros de budista y su torso estaba

cubierto por algo rojo.+

"Rojo", pensó Yifan y siguió mirando aquella imagen.+

Su figura esbelta era ruda y a la vez delicada. Sus ojos gatunos y delineados,

profundos y oscuros, sus labios perfilados y pronunciados... eran extrañamente

familiares.7

Yifan miró a su alrededor rápido, pensando que eso que estaba viendo no era tan

así... Pero... todos miraban igual.+


Y ahí se despertó. Sintió sus labios pegados y resecos, forzándose a sí mismos a

separarse, como sediento se los remojó a sí mismo. Se incorporó en su asiento,

inquieto por ver mejor. No. No estaba alucinando. Ese chico, era de verdad.1

- Algunos son monjes de verdad – susurró su mánager, a quien apenas miró con el

móvil en mano, grabando la presentación – O eso escuché. Los preparan desde

niños para hacer estos espectáculos. Saben pelear en serio...+

Yifan frunció el seño, más atento a ese chico, que a lo que escuchaba. Y su

corazón comenzó a palpitar. Su cuerpo se removió de su asiento. Y su pecho que

ardía de un calor insoportable, instintivamente hizo un movimiento abrupto hacia

adelante.1

Una mano apretó su puño. Con rabia se volvió a mirar a quien interrumpía su

momento. Eunhyuk lo detenía consternado y es que no entendía ese gesto

amenazante de Yifan, de querer ponerse de pie. +

Y Yifan volvió sus ojos al frente.+

Lo vio sostener con fuerza y seguridad su sable, haciéndolo moverse a la par de

los movimientos y giros precisos al ritmo de su cuerpo. Él parecía todo un

desorden en lo alto, pero la concentración que manifestaba su mirada profunda y

oscura, le decía que todo estaba calculado. Cuando sus pies dejaban tierra para

girar en el aire, sus cabellos negros y su piel tan blanca, lo hacían lucir más

impecable e implacable en sus movimientos de guerra. 1


Inmóvil, Yifan no pudo sino seguirlo en el escenario. Cada gesto. Magistralmente

realizado. Perfecto. Era simplemente perfecto. +

Y es que Yifan reconocía cada detalle de esa coreografía. 1

Apretó sus párpados, tratando de entender qué estaba pasando ahí. Abrió sus

ojos, siguiendo sin parar esa preciosa figura que deambulaba por todo el

escenario, yendo y viniendo de punta a punta. Cuando desde lo alto cayó una

lluvia de estrellas entre rojas y rosas, que pudo entender que eran pétalos de

flores, su vista se volvió borrosa y sonrió apenas, sintiendo después de tanto

tiempo, una felicidad absoluta.+

Hasta que una ensordecedora resonancia de tambor, dio por finalizada la

presentación del joven. Y la gente se puso de pie, aplaudiendo bulliciosa, al

muchacho que había quedado en posición de lucha, su pierna derecha flexionada

hacia delante y la otra estirada hacia atrás. Sus brazos rectos en una impecable

imagen, daban con la punta del sable a quien estaba en frente suyo, a ese

rostro, a Yifan. Y el chico se quedó como inerte mirando... a quien

evidentemente, reconoció al instante.7

"Es como si tu felicidad pendiera de un hilo. Si esa persona era para ti,

volverás a verla". 2

Y Yifan solo pudo murmurar para sí, en un suplicio gutural...+


- Zitao.

------------------------------------------+

* Urge Overkill - Girl Youll Be a Woman Soon. +

* "Revelaciones de Kung-fu: 9 pergaminos", no es ficción, sino una realidad. Se

trata de una representación de las filosofías que inundan la cultura china a

través de las artes marciales. El argumento de este espectáculo teatral, poético

– dramático, gira alrededor de la lucha espiritual del ser humano y de la idea

de que todos estamos embarcados en un viaje hacia la plenitud, la paz y la

pureza.

"Perfecto. Hombre"
La puerta metálica chirrió detrás suyo apenas la soltó. El pasaje por donde

salía el personal del lugar y los artistas, estaba bien iluminado, aunque

solitario. Miró a todos lados, como cerciorándose cuál era su posición y

evaluando qué ruta tomar. 13

Alguien habló tras él.+

- Zitao – llamó una voz amable.+

Zitao se dio la vuelta y sonrió gentil al joven que le estiraba un sobre. Lo

tomó de buena gana y observó perplejo y hasta con gracia, cómo el monje le daba

una reverencia con sus manos unidas palma a palma. Un murmullo de añoranza se

asomó de pronto por su mente, viéndose a sí mismo hace algunos años. Por un

instante sintió celos de aquellos tiempos que ahora le resultaban tan ajenos,

por estar plagados de memorias de una inocencia perdida que jamás regresaría.+

- Gracias Zitao – dijo el monje, sin perder esa sonrisa.+

- Cuando gustes – respondió él, lanzándole un guiño repentino y su sonrisa

fascinante.5

Eso hizo enrojecer las mejillas del joven monje, que serio un instante,

sonriendo al segundo, nervioso todo el tiempo, se dio la media vuelta, como si


el mismo demonio lo hubiera tentado de algo.+

Zitao se había dado cuenta, aún si el chico no se habría dado cuenta, de lo que

provocaba su mera presencia. Le gustaba eso. Quizá era la mejor cosa que tenía a

su favor y le había traído beneficios con el tiempo, asumiéndolo como algo bueno

porque, al fin y al cabo, era bueno, o al menos intentaba convencerse de eso. +

Miró la hora en su móvil y vio que tenía varias llamadas perdidas. Emitió un

insulto entre dientes y sin demora caminó rápido hacia su moto. En un instante,

ya con el casco puesto, disparó el rugir para intentar no llegar tarde a donde

debía. Varias veces tuvo que observar su reloj de muñeca, que lo tensionaba aún

más. No debería haber hecho ese espectáculo, pero quería hacerlo. Dinero, no le

faltaba y ahora con lo de esta noche, menos. Pero nadie entendería que extrañaba

aquello. Hacer lo que hacía en el escenario, era libertad absoluta. No como lo

que debía hacer ahora.+

- ¿Cómo va precioso? – dijo el guardia del ingreso de ese club, apenas lo vio.+

Zitao llegó a divisar ese remolino de su lengua, que pasó por su boca de manera

espeluznante. Hacía tiempo le tenía ganas y debía recordarle algo entonces.+

- Muy bien, hombre – asintió sonriéndole y regalándole un guiño – Mejor que a

ti, más cuando él se entere lo que me acabas de decir.9

El tipo se quedó mudo. Zitao disfrutó eso un segundo, lanzando una carcajada,
para decir otra cosa.+

- Es broma hombre...+

- Mierda Zitao – dijo el tipo secándose la sien, de pronto mojada en sudor –

Gracias...+

Cuando ingresó, la música y la masa de gente aglomerada lo zambulló en la

oscuridad como si se lo tragara. La lluvia de luces láser lo aturdían y el calor

insoportable hizo que apresurara su recorrido al otro extremos del club. Un

grupo de hombres quiso frenar su paso, babosos y codiciosos por tenerlo, pero al

instante un grupo de guardias le vino de ayuda.+

- ¡Gracias! – exclamó Zitao y siguió su ruta.+

Un pasillo iluminado de luz roja, una llovizna de lentejuelas que servían de

cortinado y los gritos que ya se escuchaban peor que la pista de baile, lo

recibieron.+

- Zitao...– dijo un hombre vestido de traje, impecable y con cara de susto

–...creí que no llegabas.+

Zitao caminó al cuadrilátero, en lo que observaba al nuevo derrotado, caer con

la cara destruida en ese ring improvisado. Hizo una mueca de asco, en lo que la

gente aplaudía y gritaba desquiciada, mientras otros lloraban porque lo habían


perdido todo. Los furiosos eran los menos, porque, aun perdiendo, seguirían

apostando.

- Te doy 10 minutos. Ve a cambiarte – le habló el organizador.2

Zitao miró a un lado con sorna y se le rió en la cara. Se alejó de él y tomó un

sorbo de agua de una botella de una esquina de ese ring, donde el que suponía

era asistente, lo esperaba. 1

- ¿Cuánto debe durar? – preguntó Zitao al organizador.+

- Hazlo breve – respondió riéndose – No queremos que te rasguñe siquiera. Si no

va a matarme.+

- De acuerdo – asintió.+

Se limitó a quitarse la ropa y el calzado, quedándose en un bóxer negro, ante la

mirada atónita de medio mundo que, mudo por unos segundos, lo contemplaba como

si ya hubieran pagado por el mejor espectáculo. Una silueta esbelta se mostró

ante la contemplación atenta del público. Fibroso, pequeño, suave y una cintura

diminuta, remarcada por esas deliciosas abdominales, era la mejor descripción.

Todo él era un cuerpo bien trabajado y melodioso en estructura. Zitao lo sabía.

Por eso mismo, no le prestó atención a las voces de fondo que comenzaron a

hacerse oír. 1
Un murmullo y cuchicheos, risas melodiosas de mujeres y hombres que comenzaron a

decirle todo tipo de cosas que querrían hacerle en alguna cama, ni hicieron que

él dejara de estar concentrado en lo que hacía. Se enrolló vendas en las manos y

apenas terminó ese asunto, se sentó en una banqueta a esperar al hombre,

cerrando sus párpados. Ni siquiera se movió, cuando sonó la alarma y las

apuestas comenzaron, obviamente, a favor del oponente. 3

La alarma silbó de nuevo, para dar por finalizado el momento de apostar y el

otro hombre apareció. Era grande, en realidad, triplicaba en tamaño a Zitao, que

persistía en seguir con los ojos cerrados, hasta que el asistente le tocó el

hombro.+

Abrió los ojos. Se puso de pie y caminó al frente. Cuando se detuvo a una

distancia del hombre, miró al rival que le sonrió.+

- Es una pena – dijo el tipo, dándole el visto bueno, de arriba abajo – Tan

pequeño...+

Y Zitao entonces, deja que el hombre crea eso, erguido con su pie derecho

adelantado y las rodillas ligeramente flexionadas, mirándolo fijo. El brazo

derecho de Zitao está extendido parcialmente y su puño está a una distancia

aproximada de una pulgada respecto al pecho de su oponente. +

Y Zitao espera su ataque. +


Si hay algo en lo que él persiste, es en que él no ataca. Se defiende. Por eso,

espera. Y la embestida llega. +

Apenas el atacante se abalanza confiado con toda su fuerza hacia él, Zitao, sin

mover el brazo hacia atrás, suelta un fuerte puñetazo al pecho de su oponente,

sin variar apenas su postura. Zitao emite un grito que retumba y deja al

descubierto lo letal de su fuerza, que deja en claro que no hay que dejarse

llevar por la apariencia. Ese golpe, es tan estudiado, dado en un punto tan

álgido en el pecho, que el hombre cae hacia atrás. La fuerza del impacto ha sido

tal, que el tipo se siente roto por dentro; sin aire, se desmaya en el suelo y

ahí queda*.1

La gente está muda. Evidentemente sin creerlo. Zitao agarra su ropa y se pierde

de una vez, antes que la multitud furibunda o loca de contenta, se abalance

sobre el ring. La casa ha ganado mucho dinero con él. El organizador está feliz.+

Entra en un sanitario del sector y dejando tirada sus prendas en algún lado, se

quita el bóxer. Enciende la ducha de agua fría y se mete. +

- ¡Mierda! – grita el organizador que lo había seguido.+

Zitao lo mira entonces sin sorprenderse y se ríe del tipo que se tapa los ojos

con una mano ni que fuera monja cristiana, a la vez que aprieta sus párpados

para asegurarse que no ve nada. El hombre sostiene con su mano libre un sobre
con los billetes prometidos y los tira sobre la ropa de Zitao.+

- Chico – dice apenas sin aire – ¡No hagas eso de nuevo! ¡Me cortaría las bolas

si llega a enterarse que...!+

- No seas idiota – se le burla Zitao, que termina su ducha rápida – No va a

saber que te gustó.+

Apaga la regadera, mientras el tipo se larga y él espera un momento a que el

exceso de agua se vaya. +

Se viste y toma el sobre, contando el dinero que hay dentro. Lo guarda y sale

por la puerta más solitaria del club.+

De camino al pasaje oscuro donde dejó al resguardo su moto, comienza a sentir la

pesadez de su cuerpo agotado. Antes de ingresar en ese sombrío lugar, abre sus

brazos en un intento de relajarse, mientras su cuello se estira a lo alto. Se

detiene. Su pecho, se infla al inhalar ese oxígeno tan desgastado de Henan y

sonríe, sin saber por qué. +

Le falta algo a su sistema. Así que larga sus sueltas manos a ambos costados,

mordiéndose el labio inferior y remojándolos fugazmente, pensativo. Palpa la

zona de su torso, pasando sus palmas por la chaqueta de cuero negra y fría,

hasta que se detiene en seco, en uno de los bolsillos. Saca el paquete arrugado
de cigarrillos del interior y sus dedos rasgan en la abertura, murmurando algún

insulto por lo bajo. Se le ha agotado su vicio y precisa abastecerse con suma

urgencia. Pero, por lo pronto, debería conformarse con lo que le quedaba. El

encendedor juega varias veces, chispeando entre sus dedos, hasta que el maldito

fuego se digne a salir. El resplandor adorna esa boca tan bien dibujada,

extrañamente fina, pero delineada en su centro, en una perfecta simetría que

hacía a cualquiera que la veía, querer morderla. Succiona la boquilla de su

cigarrillo con ganas, cerrando sus ojos como si le volviera la tranquilidad y

suelta el humo a lo alto, en medio de la noche, hacia la nada...6

Camina unos pasos. Sus botas marcan el ritmo por cada pisada en el asfalto. Mete

sus manos en los bolsillos de sus jeans desgastados en las rodillas, del mismo

color que su campera y sacude sus cabellos mojados con la mano derecha, en lo

que su izquierda, toma entre sus dedos el cigarrillo, para terminar de adornar

un aura humeante a su alrededor.+

Llega a su vehículo, al que quita el seguro. Se trepa y allí se queda sentado,

como a la espera.+

Pero no pasa nada.+

Una mueca deliberada sale de sus labios, en lo que de nuevo vuelve su vista al

cielo estrellado. Se queda ahí unos segundos, percibiendo cómo la brisa nocturna

seca sus cabellos, removiéndolos de su frente y como no dice nada, él tiene que

hacerlo.+
- ¿Eres un acosador o algo así? Creí haberte dicho una vez que...5

- Entonces eres tú – habló, sin dejarlo terminar la frase, para suspirar en su

voz profunda y tan llena de noche, llamándolo – Zitao.2

Se estremeció por completo. De pronto Zitao sintió que su arrogancia se la había

llevado ese viento. Su necesidad de mostrarse como si nada le importara, estaba

a punto de irse por el suelo. Frunció el ceño. Y se exigió volver a pitar su

cigarrillo, para que Yifan no se diera cuenta, no percibiera, no notara, que

estaba así, tembloroso como un niño idiota al que le tiritan las rodillas cuando

está... enamorado. 11

Sus fosas nasales largaron el humo, porque para mantenerse en su porte, debió

retorcer sus labios en una línea perfecta, arqueándola levemente a un lado,

sonriendo hipócritamente tranquilo.+

- Te ves más bajo en persona – le dijo a la sombra apoyada en el paredón del

edificio – Las fotos y esas revistas hacen buen trabajo...+

Y la sombra salió a la luz. "Hombre", se le vino a la mente Zitao, como si de

una maldición se tratara, "Perfecto. Hombre". Se quería mentir a sí mismo que

los años habían sido buenos infinitamente para Yifan. Saliendo de esa oscuridad

desde donde lo había estado observando desde hacía vaya a saber cuánto tiempo,

esperándolo como al acecho, Zitao se sintió orgulloso por un segundo. Pero ahora
que lo veía cómo lo miraba, se recordó a sí mismo en el lugar en el que se

encontraba, en el que siempre estuvo y del que nunca había salido. Por lo bajo

de Yifan.+

Zitao desvió la mirada, sacudiéndose los pantalones como si ceniza se le hubiera

caído, hasta que se sintió con fuerza como para soportar los ojos oscuros,

intensos e imperturbables de ese hombre.+

- Era broma – dijo finalmente Zitao, con aire de superado, sacudiendo su cabeza

hacia atrás ágilmente y sonriendo con gracia. Miró las estrellas unos segundos

antes de volver su mirada involuntariamente lasciva, analizando al hombre de

punta a punta. Nunca lo había dicho a nadie antes, pero fue más fuerte que él,

el impulso de lanzar esas palabras como si estuviera orando – Te ves bien.3

Y Yifan lo vio tan perfectamente. Su cabello negro, tan negro. Debió imaginar

que era negro por sus cejas abundantes y delineadas como si se las hubieran

dibujado. Aunque hubiera cambiado su mirada, sus rasgos seguían siendo iguales,

solo que más duros y envueltos en un aura de misterio que Yifan estaría

dispuesto a descifrar con gusto. Es que para él, Zitao seguía siendo el más

hermoso. Y por eso su pecho dolió en un palpitar desenfrenado. Pero entendió. 2


A Yifan le dolió que a Zitao, él ya no le importara. Su mirada, su porte, su

sonrisa burlesca, le indicaban que él, ya no le importaba. Pero entendió que los

años habían pasado y que ese anhelo que sentía por su niño debía irse, porque...

justamente, los años habían pasado. Pero aún en su corazón había un diminuto

espacio para la ilusión de algo, porque Zitao no lo había olvidado. Siempre tuvo

terror de eso, de ser un olvido, ser algo dejado y abandonado a un lado del

camino como si no existiera. Pero Zitao no lo había olvidado. Él seguía

existiendo.6

Yifan ladeó su cabeza a un lado y sin dejar de mirarlo, le dijo para que

entienda al menos algo de lo que estaba sintiendo.+

- Tú te ves hermoso.9

Zitao se vio obligado a tragar una porción del humo de su cigarrillo. Sin

querer, el blanco dibujó su boca antes de lanzar lo que le quedaba lejos. Se

había atragantado, pero nadie podría notarlo envuelto en esa neblina sutil. Tuvo

que exigirse retener la vista en Yifan, para que no se diera cuenta de cómo

estaba. Es que, en realidad, Zitao quería negarse a sí mismo lo que le estaba

pasando, aún cuando su corazón se le quisiera salir disparado como miles de

malditas explosiones que se volvían un tormento en ese momento. Bajó su mentón

levemente y sonrió hacia un lado. Su dedo pulgar paseo por su labio inferior,

elevando apenas una de sus cejas. 5


Yifan se volvió loco en ese instante. Más loco de lo que se recordaba a sí mismo

antes. Dios. Zitao era demasiado bello. Yifan endureció su mentón, conteniendo

el impulso de sacarlo de esa maldita estancia de seguridad inventada y

arrastrarlo hacia sus brazos para recordarle quién era él, para obligarlo a que

regresaran esos sentimientos que tenía por él. Pero no porque no le gustara lo

que viera. Zitao era perfecto. Endiablado así en sus modos, era delirante y

perfecto. Y por eso, le habría gustado, que nunca hubiera dejado atrás esos

sentimientos que alguna vez Yifan le había mendigado.4

- Gracias – respondió Zitao, lanzando a lo lejos el agotado cigarrillo que voló

a cualquier lado – Viniendo de ti es todo un halago.1

- Solo digo la verdad.+

- Así que...estabas...– dijo como buscando algo de qué hablar, sacando de foco

halagos innecesarios que bien sabía que prefería no escucharlos, no porque no

quisiera oírlos de Yifan, sino porque no era conveniente – ¿Paseando?+

- Te seguí.+

Zitao podría haber acusado a Yifan de esa voz que sonaba a monotonía en sus

respuestas cortas y concisas. Pero se recordó a sí mismo que Yifan era simple,

breve en sus explicaciones y sin demasiadas vueltas. Cuando hablaba, él era

claro. Si callaba, algo le perturbaba y lo estaba meditando. Había que sacarle

las cosas a cuentagotas. Si no estaban practicando alguna cosa que tuviera que
ver con defensa personal o ataque, estaban en silencios perfectamente

interminables. Yifan solo le había hablado al inicio cuando quiso evidentemente

acercarse a él. Y ahora, en ese instante Zitao se maldecía a sí mismo por

recordar esos detalles y darse cuenta que quizá, Yifan no había cambiado nada,

subsistiendo intacto en ese chico que lo había enamorado. Fue sentir como ir

cayendo en el abismo. Fue sentir miedo de nuevo. Más al recordarse, que de

nuevo, lo estaba siguiendo.

- ¿Y antes? ¿En el espectáculo?+

- Trabajo.+

- ¿Trabajo? – asintió elevando perplejo sus cejas. Sonrió como si se le burlara,

sacudiendo sus hombros y negando con su cabeza de un lado al otro le dijo como

si le estuviera reclamando algo – No sabía que venir a disfrutar de un

espectáculo era trabajo ¿No estabas con alguien?+

- Es mi representante – respondió Yifan imperturbable – No salgo con él. Ni con

nadie.6

Zitao perdió por completo la espontaneidad que se había obligado a aparentar.

Serio, sus ojos se quedaron inmersos en los de Yifan. Quiso decir algo, abriendo

su boca una vez y otra vez. Frunció el ceño, recordándose inventar alguna

maldita cosa qué decir.+


- ¡Bien! – dijo y se maldijo decir algo que no debía. Por eso sacudió su cerebro

mentalmente y habló de nuevo – Bien... Creo que debo irme, así que...+

- Si no eres monje ¿Qué hacías en el escenario?+

Fue repentino eso. Zitao frunció el ceño digiriendo la pregunta. Ablandó sus

gestos, sorprendido de la reacción de Yifan y se guardó muy en el fondo de su

pensamiento la posibilidad de que haya intentado retenerlo algo de tiempo,

porque, ese hombre espectacular no podía ser que... +

- Un hermano se lesionó un momento antes de entrar al escenario – contó como si

nada – Él era el primero en salir. Y como yo sabía la rutina de aquella época... m

Ese movimiento de encoger sus hombros, hizo a Yifan estremecerse. Recordaba que

Zitao hacía eso aquellas veces que algo lo hacía sentirse inseguro de sí mismo,

quitándole también la mirada directa. Pero no quiso hacerse ilusiones de

encontrar ahí a su niño. +

- Fue perfecto – le elogió Yifan – Como siempre.+

Zitao sonrió abiertamente. Sus ojos se hicieron diminutos de repente. Aún

habiéndose obligado a no ceder, no pudo. Metió sus manos en los bolsillos de su

chaqueta y mirando a todos lados como si tuviera cosquillas en el cuerpo, le

dijo a Yifan impresionado.+


- ¡¿Lo recordaste?! ¡Vaya que tienes buena memoria! +

- Tan bien como el "golpe de una pulgada".+

A Zitao se le perdió la sonrisa. Lo había visto ¿Cómo? No sabía. El lugar tenía

seguridad extrema. Salvo que, Yifan conociera ese mundo y cómo se manejaba. Pero

Zitao no preguntaría, porque si preguntaba, solo daría lugar a que Yifan se

sintiera con derecho a saber qué estaba haciendo en el ring y de ahí a saber de

su vida. Por eso Zitao calló. No dijo nada. Y se quedó mirando a Yifan.+

Yifan suspiró. Parpadeó levemente, como si no quisiera cerrar los ojos del todo

para no dejar de verlo. Pero Zitao arrugó el ceño en un instante y endureció su

mentón cerrando su boca. Ya no lo estaba mirando a él, sino a quien estaba

detrás.+

- Kris – dijo alguien.+

Yifan cerró sus ojos del todo y alargando su cuello a lo alto, en lo que emitía

claramente un insulto, puso sus manos en sus caderas, apoyando el peso de su

cuerpo en una sola pierna, para rugir furioso entre dientes.+

- ¡¿Podrían dejarme respirar maldición?!+

- Te cuidamos Kris – respondió lastimoso Yunhoo – Nuestro trabajo es...2


- ¡Ya! – exclamó elevando la palma de la mano, deteniendo la cosa – No estaba

escapando.+

Zitao miró mientras a los dos tipos de arriba abajo, analizando a cada uno. +

- ¿Tus guardaespaldas? – preguntó a Yifan.+

Cuando regresó su vista al hombre, lo vio volverse de perfil, observando sobre

su hombro a los dos sujetos trajeados de negro detrás. Zitao tragó duro, de

pronto encontrándose con ese cuello largo que mordería, lamería y olería, de no

ser porque esos pensamientos debía patearlos lejos de su mente. Él no podía, no

debía, pero sobre todo, no era nadie. Ese hombre ¿Tendría idea de lo que

significaba tan solo su presencia? Si. Claro que sí. Si por algo era el maldito

mejor modelo del momento, apareciéndose como bofetada en cada maldita revista

que se largaba a ver, ni hablar de los carteles en los principales puntos de

Henan. Maldita sea ¡¿Qué demonios hacía pensando en esas malditas cosas?!+

- Si – resopló regresando Yifan sus ojos a los e Zitao – Pero no sé de qué

mierda me cuidan. No soy más que...+

- Kris Wu. El modelo tapa de revista, que tiene a medio mundo babeándose y

encima ¡¿Quién eres?! – exclamó burlesco Zitao, moviendo sus manos que

continuaban metidas en los bolsillos de su corta chaqueta de cuero, frunciendo


el ceño divertido – A ver déjame recordar... – jugó a pensar – ¡Wu Yifan! El

hijo de uno de los hombres con más poder económico de Asia y de mayor influencia

en cuestiones políticas, con esa divina cara de seductor fruncido de mierda.6

Su lengua filosa y su sarcasmo sorprendieron a Yifan, que se quedó mudo un

segundo, para emitir una mueca, seguida de una risa perfecta. +

Y Zitao se maldijo de haberlo hecho reír. Había olvidado que el maldito era

demasiado seductor. Mierda. Ya estaba de caída en el abismo. De nuevo. Y lo

supo, cuando se encontró riendo con él.+

Los dos guardias siguieron detrás mientras, observando de cerca a los dos que

seguían riéndose. Se limitaron a estar en la distancia y cuidarlo.+

- Wu Yifan – dijo como resignado Zitao, aliviando su risa, inclinando su cabeza

a un lado – En serio tú estás loco ¿Tienes idea de cuánto vale tu trasero?+

- Ya escuché una vez una cosa así – respondió Yifan sin dejar ahora esa leve

sonrisa, con esa ceja enarcada apenas, que le quedaba tan bien – ¿Tú sabes

cuánto?+

Zitao lo miró serio unos segundos. Sí que sabía. Pero no era algo que le diría a

él. Por eso miró a un lado y simplemente se limitó a tomar de la manilla de su

moto el casco y apoyarlo delante de su vientre. Yifan entendió bien y por eso

dejó de sonreír. Se iría.+


- Linda moto – dijo de repente Yifan.+

- Así es.+

Zitao regresó sus ojos, a los ojos de Yifan y fue como verlo de nuevo. Ese color

tan profundo y tan negro que decía tanto, como no decían los labios. Esos ojos

que solo él podía entender en algún tiempo lejano. Y se quedó hundido y perdido

y aniquilado de esa fuerza arrolladora de la que bien sabía que no era bueno

perderse. No debía. Quería irse. Se juraba a sí mismo que quería largarse de ahí

y no volver a verlo. Por el bien de ese hombre, debía hacerlo.6

- ¿Puedo verla bien? – preguntó Yifan.+

¿Qué dijo? Verla bien. Y para verla bien, él debía bajarse. Zitao bajó su vista

al suelo por un segundo. Sacudió su cabeza, perplejo, molesto en parte por no

dominarse. Arrugó apenas su frente y sin entenderse finalmente, por qué demonios

obedecía a eso, como si le hubiera ordenado algo, se bajó de su moto.+

Los dos quedaron, frente a frente.+

- Vaya – resopló a menta Yifan, tan cerca del rostro de Zitao, que lo fresco fue

un impacto directo a sus sentidos – Sí que creciste...+

Yifan podía estar complacido de ver al fin tan cerca y tan directo los ojos
oscuros, curvos y delineados de Zitao. Si no eran de la misma altura, casi.+

- También cumplí años – sonrió Zitao, regalándole uno de sus guiños.+

Zitao dejó que Yifan se deleitara con su precioso vehículo. Le había costado

muchísimo conseguir esa moto. No era cualquier moto. Joder. Era de lo mejor. +

Cuando Zitao vio a Yifan posar sus manos en las manillas y luego acariciar el

cuero del asiento, se estremeció por completo, como si una corriente eléctrica

le atravesara cada músculo. Esas manos. Grandes, más grandes que antes, que se

deslizaban por la curvatura del lugar en el que él apoyaba su...5

- Kawasaki Ninja ZX11/ZZR1100 – habló de nuevo Yifan, bajando su vista,

concentrado en el artefacto, sin dejar de pasear su mano a lo largo – Hasta el

momento es la más rápida del mundo.+

- ¿Sabes de esto? – preguntó Zitao, sorprendiéndose de esa faceta de Yifan en

algo que a él le apasionaba.+

- Tengo intención de comenzar a coleccionar – respondió, sin un gesto de

petulancia en su vista que seguía meticulosamente estudiando moto – Adquirí el

mismo modelo en rojo, pero aún no llega a mi residencia.+

- Interesante – resopló celoso Zitao.+


Yifan lo miró fijo, como reclamándole eso. Un destello y el brillo de la ofensa,

se asomó por lo oscuro de sus pupilas. Y sin saber por qué demonios, Zitao se

sintió en falta. Como si hubiera olvidado que Yifan, lo más petulante que había

sido en la vida, era el mostrarle los dulces, de la cantidad de chicos y chicas

que babeaban por él en la escuela y aún así, había sido para dárselos todos a

él. Sus mejillas ardieron y su corazón de nuevo volvió a latir fuera de control.1

- ¿Puedo? – habló Yifan, sugerente y modesto.+

Yifan elevó el asiento, separándolo de todo el cuerpo de la moto y Zitao ni

siquiera atinó a decir palabra. El hombre sacó un casco nuevo, que evidentemente

Zitao jamás había usado y cerró el asiento, para quedarse cada uno con un casco

en mano. +

Y Yifan sonrió a Zitao.+

Y Zitao abrió más de lo normal sus ojos, pero no pudo hacer otra cosa más que lo

que él le mandaba. Sin emitir una sola palabra, creyó hacer lo que ese hombre le

indicaba. Fue natural que de su chaqueta sacara las llaves de la moto y la

colocara en la ranura.+

Yifan se subió a la moto y Zitao solo pudo pensar en lo perfecto que se veía

así, en ella. Yifan sonrió apenas, diciendo tranquilo.+


- Se siente cómoda. +

Y sus ojos volvieron a quedarse enredados en esa mirada que decía lo que debía

hacer.+

Y Zitao lo hizo en una milésima de segundo sin pensarlo dos veces.+

Los dos al mismo tiempo se pusieron sus cascos, porque bien sabían a la

velocidad que irían. El motor rugió perverso y los guardias apenas si

entendieron que ellos dos se estaban yendo, cuando vieron desaparecer la moto de

sus vistas.4

Yoochun se rió. Yunho no fue tan optimista. Sabían que ya los habían perdido,

porque sería inútil llegar al auto y seguirlos a tiempo. A los dos los iban a

despedir de seguro. Mierda.+

La noche de Henan era generosa con ellos. Zhengzhóu* siempre había estado viva

las 24 horas, como si el día jamás terminara. Yifan sabía bien que algunas cosas

no cambiaban, así que él se decidió por el destino que tomarían. +

Mientras el viento hacía estragos con su ropa, Zitao fue conciente del calor que

emanaba del cuerpo de Yifan. Cerró sus ojos un instante y se permitió no

avergonzarse de apretar su amarre con sus brazos, alrededor de esas duras

abdominales. Echó su cuerpo hacia adelante y se arrepintió el haberse puesto el


casco, porque de no haberlo hecho, sin dudarlo, ya tendría su mentón descansando

en el hombro de Yifan. Pero eso era imposible. Los habrían frenado en la primera

esquina que un policía los viera y esa fuga habría terminado mal. +

Fuga. Al final, se habían fugado. Aunque a destiempo.8

Zitao elevó al menos el lente de su casco y percibió como quería su fragancia.

Desde que se le había aproximado, era algo que le urgía saborear con sus fosas

nasales de cerca; era como si quisiera memorizar ese olor para sí. Yifan era

exquisito, más que antes. El viento le permitía sentirlo completo. Por eso

inhaló profundo, en la confianza de que Yifan jamás se daría cuenta de ese

gesto, en medio del viento que los golpeaba. Y se contentó cuando él siguió su

vista al frente sin inmutarse, cuando se animó a posar la mano en su pecho,

sintiendo cómo estallaba su palpitar.+

Y Zitao cerró sus ojos, sin saber a dónde Yifan lo llevaría. No le importó ni

siquiera a dónde irían. E hizo de cuenta que regresaba aquel día, en que lo

esperó por horas bajo la lluvia. Y se imaginó que llegaba. E imaginó que se lo

llevaba. Que se fugaba junto a ese hombre perfecto, en una moto, a donde nadie

los pudiera encontrar. Aunque sabía que era una ilusión de momento, Zitao

disfrutó como si fuera para la eternidad.31

--------------------------------------------------------+
*La descripción de este momento es el golpe de una pulgada y fue popularizado

por Bruce Lee durante el Campeonato Internacional de Kárate de Long Beach, en

agosto de 1964.+

* KAWASAKI NINJA ZX11/ZZR1100, considerada la cuarta moto más rápida del mundo.

Mantuvo el puesto 1 por largos años ya que es capaz de llegar a los 283 Km/h.6

* Zhengzhóu es la ciudad más grande y capital de la provincia de Henan.

Tan lleno. Tan despojado

No esperó que él bajara antes, apenas detuvo el vehículo. Zitao simplemente se

quitó el casco y con él en mano, descendió primero avanzando por el césped hacia
el sonido del agua del río. Las luces de la noche empalagaban de colores los

edificios de la ciudad del otro lado, en medio del bullicio de la velocidad de

los autos que atravesaban el largo puente como oleada permanente. Yifan lo había

llevado a uno de los miradores a orillas del río Henan, desde donde podía verse

la ciudad.1

- Siempre quise venir aquí contigo - dijo Yifan detrás.+

Zitao volvió su rostro, pero no respondió nada. Apenas su cuerpo se volteó algo

para tener una mejor visión de él. Yifan ahora había bajado, dejando el casco en

la manilla, pero se había terminado apoyando en el vehículo. Era una visión

demasiado tentadora. Por un instante Zitao se imaginó acercándose y desplomar el

peso de su cuerpo en el de Yifan, como si lo imaginara con los brazos abiertos.

Pero antes de traicionarse, regresó su vista al frente, para seguir mirando la

ciudad. El viento despeinó sus cabellos atrayéndolos hacia delante y se vio

obligado a enterrar sus dedos entre ellos para peinarlo hacia atrás, aunque fue

inútil. +

Aspiró, profundo. Serio, trató de meter de lleno sus ojos en las luces de los

edificios, para no voltearse a verlo.+

- He venido muchas veces aquí antes. Me gusta - dijo.+

Zitao escuchó las pisadas de las suelas en el pasto removiéndose. Yifan se

acercaba lentamente. Cuando se detuvieron, percibió su mirada en su rostro, a su


lado. La luz era tenue, de seguro por lo viejo del faro que alumbraba, pero se

preguntó de repente, por qué malditamente lo miraba tanto. Le inquietaba. Se

sentía expuesto y aniquilado completamente, frente a ese hombre. Cualquier cosa

que dijera, sería usado en su contra, sería usado para debilitarlo y para que

dejara de callar lo que no quería contar. Por eso, se limitó a mantenerse en la

impoluta y aparente calma que no tenía desde el instante en que había percibido

su presencia. +

Él lo había superado. Se dijo Zitao. Eso era cosa pasada. Trató de repetirse. +

- Yifan... - habló sin verlo, como si de un susurro secreto se tratara aquello.

Algo, solo entre los dos -... jamás te culpé. Solo...- sonrió de pronto, bajando

su vista al suelo, sacudiendo su cabeza en negación, como si ni siquiera él

pudiera estar creyéndose decirle eso -... solo me preocupó saber cómo te fuiste.

Hangeng me contó ¿sabes? - dijo en lo que su rostro se volvió a mirarlo - Me

dijo eso que tu padre te...1

Pero Zitao no pudo seguir hablando. Él tan alerta siempre a lo que ocurría su

alrededor, había bajado la guardia y los sentidos, siempre atentos a prever

anticipadamente cualquier ataque, se habían demorado ante la presencia

arrolladora de ese hombre. +

Ese hombre. Zitao parpadeó muchas veces, tratando de entender qué ocurría. Las

estrellas. Si. Veía las estrellas. Removió su cabeza a un lado y se encontró

sumergido en su aroma ¿Por qué? Su cuello, su nuca. Eso era. Su piel tan cerca
de sus fosas nasales. Al contacto. Y aspiró. No supo en qué instante Yifan lo

había tomado entre sus brazos. Y se dejó tomar. Aún cuando sus manos quedaron en

el aire, sintiéndose atrapado por el calor del cuerpo de Yifan, apreciando sus

manos pasear por su espalda, percibiendo cómo su fuerte amarre se hacía cada vez

más enérgico, Zitao se dejó arrasar. Tembloroso llevó sus manos a encerrarlo en

un abrazo tímido, removiendo su mejilla en los cabellos de Yifan y enterrando su

nariz en ellos. Inhaló recordándose a sí mismo respirar, para poder memorizar

ese olor que debía admitir, ahora, que adoraba. +

- Me odié tanto - dijo Yifan de pronto - No tienes idea de cuánto...+

Zitao cerró sus ojos como si algo doliera dentro. Quizá fue el sentir esa voz

quebrada, o el temblor de sus brazos cuando hablaba entre dientes, como si le

costara decir esas palabras. Y Zitao siguió escuchando, escabullendo su rostro

en lo que podía tomar de Yifan. Su mano, amable, subió hacia los cabellos de

Yifan y los acarició para calmar ese dolor que ninguno de los dos había merecido

pasar. Porque nadie sabía, lo que habían tenido que pasar.

- Zitao...+

- Ya pasó - murmuró en su oído, como largándole una bendición ceremonial - No te

aflijas más... yo no te odio. Jamás podría...2

Yifan apretó sus párpados con rabia, tanto, como apretó a Zitao entre sus brazos

¿Cuánto tiempo había imaginado que Zitao lo odiaba? Cuando ese día se lo habían
llevado, había rogado, rezado, implorado a lo que sea, que Zitao no lo odiara. Y

él no lo odiaba. Se lo estaba diciendo con esas palabras y se lo estaba diciendo

con esa respuesta apacible, de una mano recorriendo su espalda y la otra metida

en sus cabellos que arrullaba. Si tan solo Zitao pudiera entender lo que él

seguía sintiendo. Pero no tenía derecho. No después de tanto tiempo. Los años

habían pasado y los había cambiado, no había duda de eso. O al menos eso pensó

cuando lo encontró, hasta ahora, que se daba cuenta que el corazón tierno y

amable de su niño seguía intacto ahí, perdonando y preocupado de lo que su padre

hubiera hecho con él ese día. Si Zitao supiera, si tan solo supiera lo que había

tenido que pasar. Pero jamás le diría. A Yifan solo le preocupaba lo que la vida

había hecho con su niño.+

Zitao jamás creyó volver a verlo. Y aún si alguna vez hubiera imaginado ese

encuentro, nunca se habría visto a sí mismo en ese momento, consolando y

abrazando al hombre al que podría echarle la culpa de su suerte. Pero no. Él no

podía. Simplemente su corazón se derretía por dentro, queriendo calmarlo como

antes en ese tiempo lo había hecho. Yifan no había cambiado. Y algo de celos le

tuvo por no haber cambiado, porque eso significaba solamente que seguía siendo

maravilloso, un ser maravilloso y demasiado bueno para existir en su mundo. 4

Y Yifan se encontró de nuevo con su cabeza reposando en el regazo de Zitao.

Cerró sus ojos sin dormirse, aún siendo de noche en la ciudad. El frío no le

importaba. Solo quería seguir percibiendo esos dedos paseando por sus cabellos,

como su con eso bastara todo por lo que alguna vez había tenido que pasar. 2
Zitao se encontró adorando de nuevo bajo la luz de la luna y las estrellas ese

rostro que tanto había aparecido en sus sueños. Si tan solo él supiera cómo

escondía esas revistas de su madre recortando las imágenes donde él aparecía,

guardándolas en un cuaderno personal, ocultándolo de ella, como si fuera algo

suyo, solamente suyo y prohibido para los ojos de cualquiera. Nadie debía saber

que para él, Yifan seguía vehemente en su corazón. Por eso, cuando nadie lo

podía ver, él traía esas revistas a casa, recortando esas páginas y pegándolas

prolijamente como si de un ser para adorar se tratara. Y ahora estaba allí, con

él. Todo lo que tenía para ofrecerle era eso. Y Yifan parecía conforme con

simplemente ese momento.6

- Cuéntame - pidió Yifan, tomado su mano, mirándolo desde donde persistía en

estar - Cuéntame de ti Zitao.1

Los ojos de Zitao se volvieron repentinamente fríos, frunciendo el ceño

pensativo en qué tenía que decir. +

Yifan se sintió entonces en falta ¿Quién era él para pedirle eso, si no quería

contar nada? Pero él quería saber.+

- Hangeng me dijo que tu madre fue por ti - se adelantó en decir, para no

asustarlo - ¿Fue poco después de que me fuera?+

Titubeante, los labios de Zitao se hicieron una línea dura que terminó apenas

por largar un.+


- Si.+

Pero no fijo más. Entonces Yifan llevó la mano que tomaba de Zitao a sus labios

y lo besó. Acarició esos nudillos algo inflamados aún por esa reciente pelea que

había tenido y le preguntó.+

- ¿Ella te deja hacerlo? Eres menor y...+

Zitao se removió en una respiración agitada, viendo cómo ese hombre lo sostenía,

como si él mereciera toda la delicadeza del mundo. Nadie más que él, lo había

tratado de ese modo. Ni antes, ni después de él. Siempre había sido solamente

él. +

- Si. Es buen dinero y no me cuesta - respondió, queriendo calmarlo.+

- ¿Terminaste la escuela? - preguntó.+

- Si.+

Y Zitao siguió apenas respondiendo esas preguntas. No pasó desapercibido para

Yifan cómo las respondía. Pero no le reclamó tampoco. Se limitó a entender esos

modos que descubría de Zitao, dispuesto a darlo todo con los gestos y reacio en

las palabras, callado por demás. Y Yifan escuchó lo que Zitao le contó, o mejor
dicho, apenas respondió.+

- Vivo con mi madre en un apartamento cercano - comentó de repente, como con

ganas lentas de ir diciendo más cosas - Ella ahora se fue a pasar un fin de

semana con su novio o alguien con quien está saliendo ahora. +

- ¿Viven bien? ¿Les hace falta...?+

- Vivo bien - se apresuró a decir Zitao - Lo tengo todo. Nunca me hizo falta

nada estando con ella.+

- ¿Extrañaste el templo, cuando te fuiste? - preguntó incómodo, volviendo a

besar la mano de Zitao, como si no pudiera evitarlo, apoyando al segundo la

palma del chico en su pecho.+

- Yo... no sé... Supongo que algo... después... - dijo dubitativo, entreabriendo

sus labios, dispersos sus pensamientos en una respuesta concreta, mientras su

mano libre parecía naturalmente querer seguir yendo y viniendo juguetona entre

los cabellos de Yifan - Yo... no sentía que quería estar ahí. Todo me traía

recuerdos. Me sentía sólo y cuando ella vino por mí... creí que... creí que ya

no estaría sólo, nunca más. Ella dijo que me quería. Así que, simplemente tuve

que tomar mis cosas e irme, porque el juez así lo quiso.+

Sólo. Su niño se había sentido sólo. Seguramente había sufrido. Y en ese momento

de debilidad, su madre quizá había llegado en el momento oportuno para


rescatarlo. +

- ¿Todo bien con tu madre?+

- Si.+

No dijo más de ella y una cosa amarga taladró la cabeza de Yifan. Suspiró para

poder volver a preguntar y entonces Zitao interrumpió.+

- Cuéntame de ti.+

Yifan resopló en la mano de Zitao, dejándole otro beso. +

- Lo único bueno de estos años son mis amigos y mis abuelos.+

Y comenzó a divagar entre sus amigos, a quienes llamaba "hermanos" la mayor

parte del tiempo. Que Jongdae lo sacaba de quicio, casi todos los días

metiéndose en problemas. Que seguramente le gustaría conocer a Jongin, porque

era tranquilo y callado, sabiendo hacer fácilmente lectura de las personas,

respetando sus espacios. Que Sehun era un chico de casi su edad y que se

dedicaba a lo mismo que él desde hacía poco tiempo, siendo como un hermano menor

al que debía cuidar. Que Chanyeol era un tipo amable, aunque duro y en

apariencia siniestra, era realmente de buen corazón. Lealtad era la palabra que

los unía. Una especia extraña de hermandad, que los mantenía cercanos y

cuidándose unos a otros.7


- ¿Por qué deben cuidarse unos a otros? - preguntó Zitao.+

- Tú mismo lo dijiste - le recordó Yifan sonriendo divertido - Mi trasero vale

mucho. Soy un Wu.+

- Tu padre - dijo entonces - ¿Cómo...?+

- No quiero hablar de él - interrumpió abruptamente Yifan.+

Y Zitao no insistió. Tranquilo en parte, porque no era alguien tampoco a quien

quisiera traer a colación. +

Yifan percibió el silencio tranquilo de Zitao que seguía como si peinara sus

cabellos, pero cuando sus ojos buscaron verlo, lo encontró viendo la luna y las

estrellas. O al menos eso creyó, porque sus ojos seguían a lo alto, como si algo

murmurara para él. No quiso interrumpirlo en ese momento. Se limitó a

observarlo. Él podría estar así por siempre. Él había querido antes y ahora ya

más grande volvía a darse cuenta, que él querría estar así por siempre y sería

feliz, con Zitao ¿Qué importaba qué hubiera pasado en esos años separados? Si al

final, lo único que importaba era ese momento, ese instante de ellos.+
Se sentó de pronto, de donde parecía cómodo y se acomodó en el césped, lo más

cerca que pudo de Zitao, que evidentemente sorprendido, lo miro parpadeando

expectante a sus movimientos. Yifan traspasó con su largo brazo el cuerpo de

Zitao, como encerrándolo y su mano quedó apoyada al borde de la cadera del

chico. Miró tan profundamente a Zitao, que Zitao simplemente se quedó absorbido

por esas pupilas oscuras queriendo leerlas, quieto, inmóvil, sin sentirse en

absoluto incómodo. Pero sin poder evitar el calor repentino de sus mejillas,

cuando Yifan elevó su mano y delicadamente con la yema de sus dedos, acarició el

contorno de su rostro. Y sus párpados cedieron, cerrándose lentamente, como

siguiendo el ritmo de esa caricia que le hacía sentir la intensidad de la

necesidad de que se quedara por siempre. Y regresó el miedo. Porque sabía que

eso, era imposible.+

- Zitao... - susurró Yifan, tan cerca de él, que lo hizo olvidarse por completo

de todo lo que no debía ser.+

- Hagamos de cuenta - dijo Zitao, sabiendo que eso lo llevaría a arrepentirse

después - que no ha pasado nada. Que nunca te fuiste y que...+

Urgido en esa necesidad que parecía de toda la vida, Yifan rompió cualquier

distancia que quedaba entre ellos, uniendo su boca a la de Zitao en un roce de

labios, suave pero terrible como queriendo tomarlo todo. 9


Tanto tiempo. Cuánto tiempo... de extrañarse. 1

Cuántas veces Yifan había besado solamente recordando estos labios, anhelando

este cuerpo que sostenía en esas noches en que sentía que nadie podría jamás

suplantar las sensaciones que solo Zitao podía despertar en él. Lo perdía. Zitao

hacía de Yifan lo que quería, sin miramientos, sin palabras y sin preguntas

vanas, sin sentido, porque era esto lo que querían. Sí. Lo querían los dos.

Porque Zitao no lo apartó. Y Yifan se sació de ese olor a cigarrillo suave que

envolvía su lengua, que se retorcía en su boca buscando fricción. Zitao era una

mezcla extraña entre lo adorable y lo furtivo, clandestino y tortuoso. Era

rebelde, siempre lo había sabido y era arrollador, al punto de destruirlo. Sus

aromas exquisitos lo golpeaban peor por todo el cuerpo, ese perfume tan suave,

como a limpio como a hierbas que le recordaban aquellas caminatas largas hasta

la cima. Era como si todo eso hubiera quedado en su cuerpo. Tan fresco y tan él.

Así de antagónico era ese niño. 3

Jadeó, amarrando su mano en su nuca, enterrando sus dedos entre sus cabellos,

apretándose lo que pudo a ese hombre, que podía sentir que lo destruiría y él

podría dejarlo. Zitao se movió ágilmente y percibió el delirio del gruñido de

Yifan, cuando se desplomó arriba de su cuerpo, sentándose a horcajadas, para que

la distancia ya no fuera algo que los separara. Lo miró un segundo a los ojos y

se sintió hinchado de un orgullo extraño, de saber que él le estaba

proporcionando esa mirada ardiente, porque lo estaba viendo a él. Y Zitao se

dejó inundar de la boca de Yifan y su su cuerpo, naturalmente se refregó en el

cuerpo de Yifan. +
Todos sus sentidos y su raciocinio disperso, se agolpaban en el centro de este

hombre, el único hombre, se dijo a sí mismo. Él le había enseñado a besar. Él le

había enseñado lo que era desear aún sin tenerlo por completo, en algún tiempo

lejano. Jamás había sido saciado. Porque siempre, siempre en algún pensamiento

que se había querido convencer que había desterrado, lo había estado esperando.

Así lo sentía ahora, que atrevido hundía su lengua en su boca, en lo que sus

manos sostenían ese perfecto rostro. Ese sabor tan jovial, tan impecable, jamás

se había ido en Yifan. Sin embargo sonrió en el beso abierto, hundiendo con todo

su lengua, queriendo cerciorarse de que Yifan fumaba y que ese sabor a

cigarrillo caro persistía en él exquisitamente. La menta recorrió su garganta,

que tragó aire abriendo más su boca para percibir los labios mojados de Yifan

que parecía desesperado, buscando más fricción a su entrepierna adolorida,

sintiendo su pene inflamado debajo y lo caliente de los dos. Zitao arqueó su

cuerpo para frotarse aún más en Yifan, por si le cabía alguna duda de lo que le

estaba suplicando que le diera. 6

- Dios... - jadeó Yifan removiéndolo desesperado de su cuerpo - Zitao... no

puedo... no... debo...+


Cuando Zitao abrió sus ojos, vio la confusión de Yifan hostigándolo en una

aprehensión elegante. Hasta así era hermoso. Y Zitao sonrió en la boca dura de

Yifan que mordía sus labios, cerrando con fuerza sus párpados, tembloroso y

lleno de una cosa que Zitao entendió bien. +

- Yo quiero - dijo Zitao en un ronroneo casual, besando suave esa piel de la

mejilla de Yifan, hasta llegar a su cuello, donde se daba cuenta que el hombre

guardaba debilidad. Y ahí, pegado a sus gruesas venas siguió susurrándole - Yo

quiero Yifan, ahora, esta noche, yo quiero. Quiero saber qué se siente estar

contigo. Por favor ¿por qué me buscaste sino? - preguntó como reproche.2

Yifan se volvió a verlo. Tomó su mentón con una delicadeza extrañamente severa

para dejarle en claro.+

- No te busqué por esto.+

- ¿Entonces por qué?+

Fue una jugada sucia, porque esa pregunta fue acompañada del movimiento de la

pelvis de Zitao, con esos fuertes brazos que encerraban sus hombros y ese

respirar agitado, con los ojos nublados de un placer que sabía que apenas rozaba

el cielo. Mierda. Si eso apenas era ya como llegar al cielo, qué más...+

- Zitao - gruño en la boca del chico.+


- ¿Por qué me buscaste? - dijo largando ese aliento caliente, perdiéndolo en el

delirio de querer seguir besando los labios de Yifan - Dime - gimió,

arremetiendo más en el pene erecto de Yifan.4

- Nunca - dijo a duras penas - Nunca te pude olvidar...+

Y Zitao se detuvo, para verlo bien. Ya era tarde. Si eso quería hacer que se

detuviera, ahora Zitao sabía que no lo dejaría ir hasta que no le diera lo que

él quería.9

Yifan lo vio. Preciosos labios inflamados de esos besos mordaces que acababa de

darle. De pronto se sintió con más ganas de marcarlo por todos lados. Se

preguntó si sería igual de sensible en otras partes. Zitao era ardiente. Yifan

siempre lo había sabido. Pero también, con el ceño fruncido y algo confundido,

se preguntó de dónde resultaba este niño tan atrevido y lanzado a cualquier cosa

que él pudiera hacerle. 1

Acarició el rostro de Zitao ameno y suave, como si de un niño se tratase y

entonces Zitao le insistió.+

- Deja de verme como a un niño Yifan. Y si quieres verme como un niño, te diré

que este niño se ha pasado los años deseando lo que nunca pensó tendría la

oportunidad de tener - confesó sin reparos, mientras sus manos se enrollaban en

la camisa de Yifan recorriendo con sus manos el pecho de ese hombre que drenaba

deseo por todos lados y por él - A ti, Yifan. Y ahora que estás aquí... - dijo
removiéndose encima de él -...me importa una mierda que sea menor y tú mayor y

tus estúpidos pensamientos moralistas.7

- Zitao... - gruñó respirando tan fuerte en el ambiente, que Yifan percibió sus

fosas nasales contraerse hasta el dolor de recibir el aroma de su niño,

metiéndosele hasta lo más recóndito de sus pulmones, haciendo estragos en su

alma - Zitao... apenas si nos encontramos y...+

- ¿Y qué? - preguntó él, de nuevo torturando la piel sensible del cuello de

Yifan - Mañana que sea mañana y no sé, ni pensaré siquiera en las consecuencias

de esto porque no me importa. Solo me importa lo que quiero. Aquí y ahora, tú y

yo, somos todo lo que existe en este momento. Dame esto Yifan - ordenó serio

aniquilándolo con esas oscuras pupilas endemoniadas que lo volvían loco,

refregándose insaciable ante el cuerpo que ya sabía entregado - Te quiero esta

noche, haciéndome esas cosas que imaginabas de niño que ibas a hacerme. Me

tienes. Sé que lo quieres. Lo quieres tanto como yo. Yifan por fav...

Un súbito estremecimiento se abalanzó en su boca arrollada por la fuerza

descomunal de Yifan. Y Zitao sintió que ganaba una batalla, a la vez que perdía

su guerra. Se había dicho ingenuamente desde que lo había vuelto a ver que nada

le pasaba dentro, que él ya no tenía lugar para tener esos sentimientos. Y sin

embargo se encontró luchando porque Yifan cediera a hacerlo suyo, al menos una

vez, al menos una noche.+

Y para que no cambie de idea, Zitao se pega al cuerpo de Yifan, mientras este lo
lleva en la moto a donde el chico le ha indicado. Zitao acariciaba Yifan por

donde sus manos le permitan sin poner en riesgo al conductor, antes que termine

estrellado por alguna parte. Y Zitao se ríe por lo bajo percibiendo el respirar

agitado de Yifan que parece no cesar ni un segundo. +

Un apartamento amplio que Yifan mira desorientado, es el lugar de residencia de

Zitao. En algún espacio lejano de su mente Yifan agradece que la madre de Zitao

esté de viaje para poder dejar al menor hacer esto. Casualidad o no sabe qué, es

la gloria para Yifan.+

Zitao parece desesperado por enredarse en la ropa de Yifan que quiere quitar ya,

como si no hubiera mañana, como si tuviera miedo a que alguien le quite este

momento, su momento con Yifan. En esa torpeza, llena a la vez de temblores

inseguros de los dedos, que quieren comenzar a desabotonar las prendas,

oscilando de repente por el cinturón de Yifan, al segundo que empuja el abrigo

del hombre, Yifan contempla a un niño que no sabe qué hacer con lo que tiene,

pero que sabe lo que quiere con desesperación ahogante.+

Yifan detiene a Zitao, tomándolo abruptamente de las muñecas y regresándolo a la

saludable euforia del sentir cada momento. Zitao atónito lo mira detenidamente

con el ceño fruncido, a la vez que una pizca de desilusión de asoma por su

rostro ¿Qué no le gustó? ¿No le gustó? ¿Ya no quiere? Respira agitado, tratando

de nuevo de moverse hacia Yifan, que lo detiene de nuevo.+

- ¿Qué...? - pregunta Zitao aturdido y abochornado, sin poder hacer que su


cuerpo de mueva.+

- Solo dime lo que quieres que te haga y lo haré - le dice esa voz tan viril y

grave que envuelve en un cosquilleo terrible el vientre de Zitao.16

Zitao se ha quedado completamente a la deriva, en lo atolondrado de sus

movimientos y entonces ve que el hombre suelta sus muñecas lentamente,

acercándose en un aura llena de calidez que lo abruma. Su corazón palpita sin

control alguno y mientras sabe que Yifan espera una respuesta, él apenas si

puede mantener la vista en ese cuerpo que se acerca seguro y gentil.+

- ¿Lo que quiera? - pregunta con un tono tan asustadizo, que hace a Yifan sentir

la necesidad urgente de que le enseñe lo que él desea, para darle el placer que

se merece.+

- Si - le asegura, sin una mueca en su rostro, solamente mirándolo, llevando su

mano a la mejilla del muchacho que denota el deseo y la desesperación - Lo que

quieras.+

Es Yifan quien se quita entonces el abrigo dejándolo tirado en el suelo. Él

puede estar duro, si, pero no quiere precipitarse tontamente en algo que acabará

en breve. Con sigilo, simplemente barre con sus ojos el apartamento. Es grande,

es limpio y blanco, hasta el último mueble. La luz lo hace un tanto extrañamente

frío, pero impoluto. Zitao lo observa extrañado y confundido. Lo ve dirigirse a

lo que ha descubierto recientemente y buscar alguna pista para llenar el


ambiente. Y no se ha equivocado.+

Cuando la música suena, Yifan se acerca a Zitao que lo ve venir sin entenderse a

sí mismo, por qué no se mueve. Es como si simplemente no supiera ya qué hacer.

Yifan es intenso, con solo mirarlo, con solo caminar, con solo estar. Y él de

repente se siente tan abandonado, que no sabe qué hacer. Solo en su mente ha

imaginado cosas, pero nunca pensó en hacerlas realidad. Y ahora, aquí está,

viniendo a él, por él, para tomarlo.+

Yifan toma sugestivamente y tortuosamente la cintura a Zitao, acercándolo

lentamente, mirándolo como nadie más que él lo ha mirado, con adoración, como si

fuera lo mejor que tuviera ante sus ojos, lo más bello, lo más hermoso. Yifan

tenía esa cosa de hacerlo sentirse así. Muchos lo miraban lascivamente. Yifan

también, pero a él le gustaba solo Yifan, solamente su mirada y además, esa cosa

brillante y tan impetuosa, como si el hombre poderoso le diera el poder.+

Cuando lo acerca a su cuerpo, Yifan pasea sus labios carnosos y suaves en por el

rostro de Zitao, mientras el sonido de esa música lo obliga a seguir un ritmo

sensual y por demás cándido. Zitao se siente absolutamente atontado, en los

brazos de Yifan, como si no supiera de repente qué hacer con sus manos. +
- Mi niño - susurra en su oído, recordándole lo mucho que adoraba que lo llame

así, haciéndole de repente darse cuenta, lo que ama aún, que lo llame así -

Dime, qué cosas imaginabas que te hacía. 5

Y desde atrás de Zitao, Yifan rozó con sus dedos el pecho de su amante,

rasguñando con ternura esa chaqueta, comenzando a despojarlo de lo puesto. El

pecho de Zitao se infló tanto, que Yifan sintió la necesidad de hablarle más al

oído, para que se diera cuenta de que lo adoraba con locura. Sí. Ese niño podría

volverlo loco. De hecho ya estaba loco. Si en alguna cosa lejana de su mente

había perdido recientemente, era saber que era menor, aún menor y todo, él lo

quería poseer. +

- Zitao, hermoso, tú eres tan perfecto Zitao. No tienes idea, no tienes idea de

cuánto te he querido en estos años - dijo agolpándolo a su cuerpo.+

La espalda tensa de Zitao chocó con todo el cuerpo de Yifan que detrás, lo

sostuvo con arrogancia. Rodeó su cintura con su brazo y olió sus cabellos

negros, besándole esos contornos, ni que se tratara de algún tesoro. La otra

mano libre tanteó el largo cuello de Zitao y le suplicó dijera...+

- Qué quieres de mí, Mi Niño...1

Un beso en la nuca de Zitao hizo estragos en su mundo, colapsando sin control,

sintiendo la necesidad de contorsionar la línea de su trasero, en la hombría de


Yifan. Gimió ante esa fricción echando su cabeza hacia atrás, percibiendo el

tamaño de Yifan que se abalanzaba hacia él con una fuerza estudiada, como

sabiendo lo que él necesitaba. Y era solo el comienzo. +

- Quiero... - se atrevió a decir, entre jadeos entrecortados, cerrando sus ojos

apretando sus párpados, perdiéndose en ese olor, el olor de Yifan -...quiero

sentirme... tuyo Yifan... quiero que no quede nada de mí... de mi cuerpo... que

no hayas recorrido tú... solo tú... Mi Hombre...8

No fue sino hasta llegar al borde de la cama que Yifan entonces le hizo lo que

anhelaba. Pero siempre preguntando, no como pidiendo permiso, él sabía, algo le

decía que Zitao tenía esa necesidad de saber que era él quien tenía el control.

Yifan estaba bajo su control y nada de lo que él hiciera sería desaforadamente

tomado, sino con su permiso.+

Y Zitao sintió los dedos de Yifan en la oscuridad, metiéndose por debajo de su

remera. Fue un ardor impresionante que lo hizo cerrar los ojos, porque podría

desfallecer en ese instante.+

- Desde que te vi, ese día, sin ropa, por completo - le decía Yifan mientras

besaba su mejilla, su oído quitándole la prenda - Quise poseerte, hacerme mío

Zitao...3

Sus brazos respondieron elevándose a lo alto, quedando al descubierto su torso.

En un instante jadeó sin entenderse cómo ya estaba tendido en la cama, boca


arriba, mientras la boca de Yifan le recorría el cuerpo. Él se lo había pedido.

Le había pedido que lo recorra por completo. Algo dentro de sí se arrepintió de

pronto, porque sería prolongada esa tortura, pero quién era él para discutirle

al hombre, si al fin y al cabo lo hacía de maravilla. En ningún momento Yifan

dejó de escuchar los gemidos y suspiros entrecortados de Zitao, cuando le

recorrió el cuello, las clavículas y los pezones erectos y duros que mordió

lascivamente. Se detuvo un segundo analizando el rostro sudoroso de su niño y

pregunto, acariciando su vientre.+

- ¿Te gusta así?+

- Si...7

Las manos de Yifan sigilosas y diligentes tiraron del pantalón de Zitao que se

removía en la cama, como si pudiera seguir sintiendo esos roces continuos

haciéndolo rodar más del deseo. Lo vio abrir sus ojos, como a la espera de más,

cuando no sintió manos ni más besos, preguntándose a dónde se había ido Yifan. + s

Lo miraba. De rodilla en la cama, Yifan en la oscura aureola de la luz de la


noche que entraba por la ventana, lo miraba. +

Yifan se preguntó si Zitao alguna vez sería conciente de lo hermoso que era. En

los resplandores del azul de la noche, enmarcado por lo blanco de su tez, él era

la gloria absoluta. Los destellos del sudor parecían diamantes brillantes en el

esplendor de su cuerpo. Yifan sintió que él era un tesoro que aún no había sido

descubierto, más que por él. Y su pecho dolió tanto, por haberse demorado, a la

vez que no quiso perder más tiempo, pero tenía que adorarlo y memorizarlo así.+

Zitao se percató que aún él seguía con ropa. Quiso entonces moverse, pero Yifan

antepuso una mano que parecía brasa ardiendo sobre su bajo vientre.+

- No - le pidió - Déjame verte así... por favor, un momento, tan sólo... déjame

verte...+

Y en silencio Zitao se quedó tendido, como sintiéndose absorbido de lleno, ni

que esos ojos navegaran en un mar de azul que sabía bien que se veía su cuerpo.

Y deteniéndose en el movimiento de las pupilas de este hombre, que jugaba sin

tocar su cuerpo, haciendo que se revolviera en el deseo de que ya lo poseyera,

Zitao vio el destello ni que fueran estrellas deambulando desde lo alto. Era

demasiado para su corazón maltratado. Y se sintió tan lleno, como vacío si

llegara a faltarle de nuevo ¿Qué sería de él, después de esto? Lo sabía. De

nuevo, estaría roto. Pero ya no le importaba. Lo valía. Valía esa mirada

penetrante y profunda. Valía a caricia y el beso de esos ojos. Lo valía. +


Lentamente Yifan quitó su camisa, dejando entre ver ese cuerpo que Zitao jamás

había visto antes. Yifan vio el impulso del tórax de Zitao abrirse de más,

implorando ser atendido por su cuerpo. Se quitó el cinto y lo largó lejos,

posando al segundo sus manos grande en los muslos de su niño, acariciando ida y

vuelta a lo largo de sus piernas, sin dejar de recorrerlo con los ojos. +

- Eres tan suave - dijo mientras sus manos parecían disfrutarlo - Tu piel es

suave Zitao ¿Lo sabías? Eres tan suave y hueles tan bien. Dios Zitao...+

Zitao cerró sus ojos, sin poder evitar retorcerse un poquito sintiendo los

labios de Yifan ahora en su vientre. Jadeó su nombre innumerables veces, sin

saber qué hacer con sus manos, manteniéndolas arriba de si, como si algo lo

tirara hacia arriba. +

Zitao no sabe en qué momento Yifan ha quitado todo. Solo siente su cuerpo sobre

el suyo, es tan delirante verlo así, saberse así. Yifan está arriba

friccionándose con desesperación y él no sabe qué hacer, olvidando sus manos

arriba de su cabeza. Yifan lo besa, mientras su pene hinchado se quiere azotar a

duras penas contra el pene de Zitao, buscando al menos algo que calme la

ansiedad que tiene. Parecieran ser dos llamas inflamadas a punto de explotar.

Yifan abre la boca y entonces suplica...+

- Zitao, tócame por favor, tócame donde quieras. No dejes por favor de hacer

conmigo lo que quieras. Tócame... pon tus manos en alguna parte de mí y déjame

marcado... bésame, por favor bésame y tócame...+


Zitao tembloroso obedece a esa libertad que se le ha dado. Deja a Yifan que siga

besando sus labios con apremio y él rodea con uno de sus brazos el cuello de su

hombre, para poder acariciar esos cabellos ahora dorados que se encuentran

despeinados y brillantes solamente para él. Su perfume lo enloquece, tanto como

su aliento tan rico entre el tabaco y la menta. Jamás podrá olvidar esos

detalles. Tampoco la dureza de esos músculos que se contraen en el vaivén que

hace jugando a penetrarlo sin hacerlo todavía. Y Yifan le da las gracias por

hacerlo, como si eso calmara su hambre y así poder hacer que eso dure más

tiempo. Yifan le sigue diciendo muchas cosas que se quedan llenando de ego al

chico que tiembla bajo él, haciéndolo tan poderoso, que se anima a tocar ahora a

remover su mano por la espalda de su amante. "Bello", "hermoso", "perfecto" son

palabras que vagan por su mente y lo animan a seguir haciendo más en el cuerpo

de Yifan.+

- Date la vuelta amor - le dice Yifan al oído.4

"Amor", le ha dicho y el corazón de Zitao, se asusta desbocado de saberse amado.

Pero quizá sea solo una palabra del momento. Y pronto esa sensación es

desterrada y se anima a tomarla como sincera por Yifan y le obedece. Otra


tortuosa ronda de excitación se abre paso, cuando ahora Yifan descubre toda la

parte trasera del cuerpo de su adorado. Es precioso en todos los sentidos y

Yifan se encarga de nuevo de hacérselo saber, mientras sus manos van de arriba

debajo de su espalda, mientras besa por todas partes.+

Zitao entonces se pone en cuatro, a la espera de sentirse lleno. Pero Yifan no

se la hará tan simple así, para su felicidad. +

- Dios Zitao - dice Yifan completamente extasiado de esa visión

desgarradoramente erótica para sus sentidos - No tienes idea de lo bello que

eres...2

Yifan acaricia la línea divisoria de los muslos de Zitao, presionando apenas su

entrada arrugada, percibiendo qué tan apretado o no pueda llegar a estar y

tanteando de alguna forma qué tan delicado deberá ser. El ano es apenas una

cavidad minúscula que Yifan siente de repente se contrae en sus dedos. Zitao se

siente incómodo, puede notarlo y para hacerlo olvidar por un instante lo penoso

de saberse en esa pose, Yifan toca su pene erecto que cae hacia abajo. Zitao

llama a Yifan muchas veces, removiendo su cara en la almohada, apretando las

sábanas que se hacen puñado entre sus manos.+

- Yifan...- murmura o eso es lo que alcanza a escucharse en medio del gemido

ahogado - Yifan... qué...+

Un beso negro lo toma de sorpresa, porque no sabría él como describir ese


momento y grita, a la vez que suplica algo que no sabe qué es. Y Yifan siente

que se le hace agua la boca, percibiendo la contracción temprana de los

músculos, mientras que su mano acaricia delicadamente la longitud de Zitao,

quedándose su dedo pulgar, removiéndose en la abertura de la punta de la piel

delgada que se estira.+

- Yifan - suplica completamente perdido Zitao - No sigas... no... voy a correrme

así... voy...+

Un frío le deja a Zitao en el vacío y agitado, cuando se da cuenta apenas, que

Yifan se ha puesto erguido y lo mira. Su cabeza de costado, apenas por el

rabillo del ojo, ve a Yifan que lo analiza, relamiéndose la boca.+

Una cosa fría se ha topado en la entrada de Zitao, viscosa y fría, que hace un

ruido como de chapoteo extraño. De alguna parte Yifan ha sacado el lubricante,

porque Zitao no tenía. Y Zitao se siente celoso por saber que le es tan fácil a

Yifan encontrarse con algún desliz de una noche, al segundo que sabe que ha

ganado al menos esa noche. No es quien de todo modos para decirle nada, ni

reclamarle nada, pero su espina queda clavada, por saberlo tan bello y deseado.2

Los pensamientos de Zitao se esfuman al segundo que percibe la intrusión de un

dedo de Yifan e inevitablemente se arquea su cuerpo, abriendo su boca para tomar

aire. Y el dedo de Yifan se desliza. +


- Tranquilo amor - le llama de nuevo - No te asustes, solo déjame hacerlo a mí

esta vez ¿si?+

¿Cómo es que Yifan sabe tanto? Bueno, alguna vez le había él mismo aconsejado

que conociera gente. Mierda. Por un lado se arrepiente, pero por otro da las

gracias. Ese hombre, sabía lo que estaba haciendo. El dedo que juega en un

vaivén se queda quieto al final, como esperando a que se acostumbre a la

intrusión del momento. +

- ¿Duele? - pregunta apenas Yifan y se responde a sí mismo - Sé que si. Pero te

juro pasará. Sé que es extraño, que lo sientes extraño ahora, pero te juro que

te gustará...1

Le promete y él le cree. Así que se insta a sí mismo a permanecer así, mientras

sigue escuchando esos halagos de Yifan que le dicen lo hermoso y lo perfecto que

se ve así, como está.+

Yifan saca el dedo y se relame los labios. Se pregunta cuánto más podrá

someterse a sí mismo a la cordura, porque sabe que debe ir lento para no

dañarlo. Quisiera penetrarlo ya, en ese mismo instante en que sacando dos de sus
dedos, percibe en la oscuridad la abertura que se cierra lentamente. Se da a sí

mismo el lujo de acercar su rostro para verlo mejor y un Zitao perdido y

delirante le suplican.+

- Yifan... por favor... ¡Basta! ¡Me estás matando así! ¡Necesito...!+

Y Yifan cede. Corta entonces con sus dientes el paquete del condón poniéndoselo

rápido, sin perder más tiempo. Se alinea. Toma con sus manos las caderas de

Zitao y no puede evitar decirle...+

- Mierda... me habría gustado verte con la luz encendida.+

Besa la espalda baja del chico, pasando luego varias veces su largo miembro por

entre esas perfectas y duras nalgas, que se atreve a separar un poco con sus

manos. Le gusta eso, le encanta, por eso mismo le resulta frustrante no verlo

por completo, hasta que su punta percibe perfectamente la abertura y presiona en

lo que de nuevo Zitao bellamente contrae los músculos de su cuerpo, volviéndose

brillante ante la luz de la noche por el sudor que ha minado su cuerpo tan

blanco, tan esbelto, tan perfecto.+

- Mi Niño, tan bello, tan hermoso. Demonios Zitao... podrías hacer lo que

quisieras conmigo y te dejaría ¿sabes?+

Y Zitao gime en un ronquido entre cortado, cuando siente esa punta que se quiere

meter en él. +
Yifan abre la boca completamente entregado a esa figura irreal en frente de él.

Se pregunta de pronto si no es un sueño, si no consumió algo que lo llevara a

delirar, porque así se siente, delirante enloquecido por Zitao. No puede

creerlo. Lo está penetrando, lo hace suyo lentamente, así como si no quisiera

que se acabara nada de ese momento, queriendo memorizar la sensación de la

apretada entrada del chico que postrado está tan a su merced. Y su corazón

podría explotar en ese instante en que se ve dentro, en que se va lentamente

metiendo dentro, más dentro, presionándose con esmero y con cuidado para no

dañarlo. Sabe que le duele, pero debe proseguir, porque ya no hay retorno para

esto. Él será el primero y ruega, por dios ruega ser el último y el único.3

- No tengas miedo - le dice manteniendo ahora su vista en el rostro del chico -

solo... solo déjame entrar... tranquilo, juro que te va a gustar...+

Y Zitao se da cuenta que en algún momento Yifan lo ha sabido. Y se alegra

sentirlo dentro, aunque se sienta partido, porque cada caricia lo vale. Se jura

a sí mismo que lo vale. Más cuando se encuentra tan pegado a él, que se le ha

metido hasta el fondo, presionándose al fin en un camino que pensaba jamás

terminaría. +

Yifan siente esas paredes suaves y calientes contraerse varias veces y no puede

culparlo. Se siente un tanto dolido por causarle un dolor que no puede

controlar. Acaricia a Zitao por las caderas a la espera que se relaje. +


- Yifan ¿Puedes...? - escucha en un murmullo ahogado a su amor - ¿moverte? Por

favor...+

Feliz de esa orden que le acaba de dar, Yifan comienza en un lento vaivén

delicado. Ahora toca controlarse para no acabar rápido. Dios. Se siente tan

bien, tanto y tan caliente que tiene miedo de correrse. Por eso apenas si se

fricciona obligándose a mantenerse en un ritmo constante, que no haga daño a

Zitao. +

Zitao se siente de pronto extrañamente lleno, en una fricción que no termina

nunca de torturarlo en un calor terrible que lo hace gemir. Él sabe que desde

que iniciaron esto, jamás tuvo el control de nada. Pero no le ha importado. Él

quería, siempre quiso que fuera él. la casualidad se lo permitió y no iba a

desaprovecharla, aún a costa de suplicarle que lo hiciera suyo. +

El chico siente que remolinos de cosquilleos intensos y desconocidos comienzan a

forjarse desde sus rodillas, disparándose hasta su vientre, dejándolo apenas

mantenerse erguido. Y Yifan comienza a ejercer una presión rápida, tan rápida

que simplemente puede tomar eso que le está volviendo loco. Siente el calor del

cuerpo de Yifan que se abalanza sobre él, penetrándolo profundamente. Es como si

lo cubriera por completo. Ese hombre, lo posee por completo y a él no le importa

esta vez ser propiedad de ese hombre, porque él lo quiere, porque lo ha esperado

y ahora...+

Grita. Zitao comienza a gritar, hundiendo su rostro en la almohada, como si


sintiera vergüenza de ser escuchado, sin entender qué le está pasando. Yifan lo

sujeta y Zitao se da cuenta que lo sujeta porque ya no tiene fuerzas para

sostenerse para nada. Sin embargo, Yifan lo tiene, lo sostiene, en ese

movimiento descubre en el hombre la fuerza impetuosa que él ha perdido. Yifan ha

sabido interpretar el cuerpo de su niño, más de lo que él mismo. Yifan es más

fuerte, es más enérgico, es más...+

- Amor - gruñe ahogado en ese clamor Yifan - Ya estoy... cerca...+

- ¡Por favor... no podré...! - grita Zitao, sintiendo que ha tocado fondo.+

Lo sabe. Yifan lo sabe por eso se pide a sí mismo mientras sigue imprimiendo su

hombría en Zitao, que la bestialidad que va a largar, pueda que el niño no la

pueda soportar. Por eso lleva su mano a la longitud delgada de Zitao para

masturbarlo.+

Zitao sin entenderse a sí mismo, toma una fuerza que no sabe de dónde le sale,

para llevar su trasero hacia atrás, buscando con su cuerpo suplicarle a Yifan

que lo penetre más a fondo. Los movimientos ahora son erráticos completamente,

atolondrados y desordenados. Y Yifan se pierde en el olor exquisito de la nuca

de Zitao, donde posa su rostro para sentirlo, para que lo sienta y otorgarle un

ritmo vehemente para correrse. +

Y Zitao grita, abandonando los amarres de sus sábanas de pronto, llevándolas al

aire, buscando algo de lo que aferrarse sin encontrarlo. Grita y Yifan siente el
calor de su semen en su mano, que parece no dejar de correrse jamás. Y siente la

contracción dolorosa alrededor de su pene, que lo aniquila completamente,

dejándose al fin llevar en un orgasmo impetuoso, arrebatado, descontrolado y

dejándoselo todo a Zitao. Y aturde a Zitao al oído, para que sepa lo que ha

provocado el niño en él. Si Zitao supiera, que en verdad se lo ha dejado todo. + r

Yifan se abalanza sobre el cuerpo de Zitao y se sostiene a ambos con un brazo,

mientras que con el otro agarra su cintura. Yifan siente caliente, tan caliente

que no quisiera irse nunca de ahí. +

- Un segundo - le suplica a Yifan, removiendo su frente entre los cabellos

mojados de Zitao - Solo... un segundo...+

Y Zitao le deja ese segundo y más. Zitao se siente tan lleno, que no podría

entender jamás lo que siente Yifan. Yifan se siente tan despojado, pero no por

eso se siente mal. No cuando se lo ha dado todo a Zitao, porque aunque no lo

dijera, él le ha dejado todo hace años. +

Y Yifan se queda ahí más segundos, dejándole todo, sabiendo que si Zitao

quisiera, podría quitarle lo único que le queda, la vida. Pero hasta eso Yifan

siente, que se lo ha dejado a Zitao.


"Te sigo amando"

Lo observa.+

No sabe cómo es que han llegado hasta aquí. 2

Y simplemente puede limitarse, quieto, a mirar a Zitao.+

Yifan se queda recostado del lado derecho de su cuerpo, apoyado en su codo,

apenas elevándose algo, lo suficiente como para seguir absorbiendo con todos sus

sentidos despiertos la imagen de Zitao, que dormita a su lado. +

Cierra los ojos unos segundos, poniendo su mano en la espalda baja de Zitao que

se ha quedado boca abajo. Yifan quiere ver qué tanto su cuerpo se eleva, movido

por la respiración. Se cerciora que sigue calmo. Nada pareciera molestarle en su

descanso. Y Yifan piensa que esto es un lujo, el de dormir con él un rato. Y lo

sigue mirando, apoyando ahora su cabeza en su mano. Zitao parece un niño


completamente confiado y entregado en su descanso. Pero Yifan no puede

descansar. No cuando algo le inquieta dentro. No sabe por qué. Pero no puede

estar tranquilo.+

Su mano sube por la espalda del chico, que brilla mojado bajo la luz de la luna.

En esa mezcla extraña de sudor, tez blanca, azul de la noche y estrellas que

vagan, Yifan se pierde, porque aunque no quiera pensarlo, ahora se convence a sí

mismo que no podría apartarse de su lado. Pero la realidad lo supera. De nuevo.+ a

Y es Zitao quien en un suspiro, rompe sutilmente ese silencio.+

- Te haces demasiado problema.+

Yifan apenas escucha esa voz, detiene el movimiento de su mano. Se toma un

instante para meditar en el rostro de Zitao y le resulta difícil, porque la luz

que viene de afuera da del lado contrario de su fisonomía. De pronto siente el

cuerpo de Zitao, buscar más contacto con su piel. Entonces eleva su mano hacia

los cabellos mojados del chico y su cabeza baja para olerlos. Y Zitao parece

refugiarse en su cuello, porque percibe el roce de la punta de su nariz y su

inhalación profunda. Otro segundo así y Yifan le dice la verdad, como si fuera

un murmullo ágil y concreto, pero murmullo, como si no quisiera que nadie más lo

supiera, como si tuviera miedo de que alguien lo escuchara, como si de verdad

debiera cuidarse de que alguien lo oyera.+


- No quiero que nos alejemos de nuevo.9

Zitao se remueve, elevando su rostro para tener mejor visión de Yifan y susurra.+

- No tienes que sentirte responsable por mí.+

- No se trata de eso. +

- ¿Entonces?+

- ¿Por qué te cuesta admitirlo?+

- No entiendo - dijo en reclamo, tan claro como eso.+

Yifan se desploma, pensativo y queda ahora recostado a su lado. Los dos, boca

abajo, con sus brazos rozándose y sin dejar de mirarse. Es como redescubrirse

por ese tiempo que no se vieron. 1

Zitao ve a este hombre a su lado. Se pregunta muchas cosas que no quiere

preguntarse, porque todas ellas buscarán respuestas que podrían hacerlo feliz o

destruirlo por dentro. Entre ellas el qué habrá querido decir con lo de antes.

Pero cuando las yemas de los dedos de quien le hizo el amor recientemente, rozan

su piel con delicadeza, su cuerpo se estremece en un escalofrío y tiembla

apenas, encogiendo sus hombros, sintiendo la necesidad de sentirse como antes,


cuando nada más eran ellos dos sumergidos en ese placer infinito, sin límites,

al que lo llevó. Y entonces se pega más al contacto de Yifan, preguntándose

hasta dónde llegará la soberbia de ese hombre que bien debe saber lo mucho que

los demás lo desean. Se muerde apenas el labio inferior y frunce el ceño,

pensando en su imagen tan pública, tan fácil de ver en todas partes, tan a la

mano de ser objeto de deseo de los que, como él, se quedan ávidos de su figura.+

Yifan ve que Zitao ya hace tiempo ha dejado de ser un niño, convirtiéndose en

algún momento en un joven atractivo, perfecto y sensual. Y se encuentra

repentinamente percibiendo un nudo en el estómago imaginando la vida de Zitao,

de esos años en los que estuvieron separados. Se pregunta con cuántos chicos

habrá salido y si quizá, en esos juegos sexuales, habrán otros tocado,

acariciado, besado ese cuerpo. Su mandíbula se tensa duramente, contrayéndose su

hueso en un brillo por el sudor que persiste y que Zitao percibe ágil en su

visión, tanto como percibe el amarre fuerte ahora de la mano de Yifan que lo

atrae hacia él de la cintura.

Piensan en ese tipo de cosas mientras se siguen mirando sin decir una palabra.

Los dos son de pocas palabras y no les resulta raro ni incómodo ese silencio. Al

contrario. Inquietante habría sido que estuvieran hablando de manera innecesaria

cuando todo lo que necesitan está frente a sus ojos.+

- ¿Por qué sonríes? - pregunta de repente Zitao.+


Yifan frunce el ceño y siente la punta del dedo índice de Zitao pasearse por la

curvatura de sus labios, perplejo por la novedad.+

- ¿Estoy sonriendo?+

Zitao asiente, sacudiendo su cabeza varias veces, sin dejar de acariciar la

sensible piel de esa zona, porque le gusta percibir la respiración de Yifan, así

como el movimiento de su boca que se mueve cuando habla.+

- Tengo un motivo para sonreír - dice apretando la cintura del chico, sonriendo

más abiertamente.+

Zitao se queda atontado con lo hermoso que se lo ve a Yifan así y suspira

lanzando una risa por lo bajo. Tímido, perdido en la mullida almohada, le

pregunta una de las cosas de esas muchas que se le cruzó por la cabeza.+

- ¿Te...?+

Pero ha sido en un tono tan bajo, que Yifan tiene que acercarse más de lo que ya

está, para escucharlo. Le causa ternura y una extraña sensación de devoción

hacia el niño temeroso de decir algo fuera de lugar. +

- ¿Qué? - pregunta Yifan sonriendo, hablando bien en el rostro de Zitao.+

- ¿Te gustó...? digo... - repite mirándolo apenas, titubeante pero llenándose


como de valor para decirlo -... conmigo. Si te gustó hacerlo conmigo. Sé que

estuviste con muchas personas. Se te nota.+

Yifan lo mira detenidamente. Su mano que sostiene su cintura, sube hasta llegar

a su mejilla que siente caliente. Sabe que Zitao se ha avergonzado de lo que ha

preguntado. Sabe que necesita una respuesta. Pero aún si le dijera lo que

realmente piensa, sin mentiras ni titubeos, Zitao puede que no le crea del todo,

porque lo sabe demasiado inseguro de sí mismo, aunque en apariencia no lo sea.

Así que solo queda mirarlo a los ojos y hablarle sin rodeos, aún si significara

que el chico quede en la duda.+

- Zitao - dice removiendo esos cabellos húmedos y dándole un beso en los labios

- Fue de lo mejor. No sé cómo... cómo decirlo, yo...- rebusca la manera de

hablarle, pero no sabe. Cualquier palabra dicha sería nada en comparación de

todo lo que le ha hecho sentir. Así que se permite dejar de ser tan racional y

ser de lo más primitivo, aunque Zitao no entienda -... yo he estado tantos años

masturbándome con tu imagen en mi cabeza, si... ya sé, suena enfermo, pero no me

importa ¿sabes? - dice recibiendo una sonrisa de Zitao que lo derrite por

dentro, tanto que se encuentra bajando su mano hasta el trasero perfecto del

chico, enterrándole los dedos como marcando terreno - Te he deseado todo este

tiempo y todo lo que en mi sucia mente habría imaginado para este momento, se

esfumó porque fue nada en comparación de todas las cosas que me hiciste sentir.

Maldita sea Zitao... tú... eres tan hermoso que no tienes idea de cómo... de

cuánto me calientas; tanto que... fue el mejor orgasmo y el más largo de mi

vida, te lo juro. Me correría solamente recordando este momento...11


Y la sonrisa abierta y feliz de Zitao lo puede. Más, cuando siente que Zitao se

ha puesto de costado, rebuscando la manera de juntarse a él y Yifan hace lo

mismo. Zitao se fricciona a Yifan, que lo besa con necesidad primaria, como si

fuera cosa de vida o muerte, como si necesitara demostrarle al niño que

realmente es esto lo que lo mantiene vivo. Porque Yifan sabe que en definitiva,

al final, en el fondo de su corazón, lo que lo mantuvo con vida fue la leve

ilusión callada de volver a verlo y quién sabe, de hacer su deseo realidad. Y no

puede creer que ahora lo está haciendo y se siente más vivo que nunca.+

Pero Yifan se contiene. Sabe que Zitao no podría aguantar una nueva ronda. Por

eso mismo le sugiere otra cosa para tratar de aplacar la ansiedad que tiene de

hacerlo suyo de nuevo. Aprieta su cadera y cuando Zitao mueve su pierna, en un

intento de rodear a Yifan, hace un leve gesto de incomodidad evidente, que sale

en un gemido hacia la boca de Yifan.1

- Lo sé - le dice Yifan, calmándole y acariciando de arriba abajo su piel - Lo

sé amor.+

Zitao se acurruca un poco más, perdiéndose en el cuello de Yifan, mientras este


sigue en esas caricias como si quisiera curarlo. Se siente tan bien estar así,

tan cuidado y hasta al resguardo de cualquier cosa que pudiera lastimarlo, que

se olvida que hasta hace horas era de Yifan de quien se estaba cuidando, por

temor a volverse sólo y abandonado. Y se anima a llevar su brazo al hombro de

Yifan y abrazarse a él, amarrándose como si le rogara que no lo suelte, como

suplicándole que lo tenga así por siempre. Y así se quedan otro rato largo.+

En silencio Yifan piensa que Zitao ahora necesita otro modo de cuidarlo. +

- ¿Dónde está el sanitario? - pregunta.+

- Cruzando el pasillo. La puerta de en frente - responde.+

Yifan se pone de pie, frente a la observante mirada de Zitao que no lo entiende.

Estira su mano y lo invita a seguirlo. Zitao se incorpora, no sin esa molestia y

ardor inquietante que le hace darse cuenta de repente, que ya no es el mismo. No

es el mismo. Así se siente por dentro, en lo que su cuerpo pareciera asumir una

condición novedosa y feliz, cuando sus ojos se encuentran con la mirada

analítica del hombre que lo hizo suyo. 1

Zitao de pronto nota una ráfaga de frío que lo envuelve, sintiéndose extraño

fuera del calor del cuerpo de Yifan y sus hombros se encogen. Como si entendiera

eso, Yifan se le acerca y le besa la frente, mientras sus brazos rodean el

cuerpo de su niño. En un intento de darle calor, Yifan bordea con sus manos

rápidamente la espalda y los brazos de Zitao, al segundo que lo dirige con él


hacia la regadera. +

Enciende la luminaria del sanitario y sus ojos se quedan nublados unos segundos,

acostumbrándose a la fuerte luz intensificada por lo blanco de cada mueble del

lugar. Mira hacia atrás y observa a Zitao refregándose los ojos. Pero no puede

evitar adorar ese cuerpo, que lleva las marcas lascivas y suaves de quien lo ha

marcado, no de forma brusca, ni violenta, sino de manera cariñosa y suave, pero

no por eso menos efusiva que cualquier amante loco por poseer a su amado. +

Para cuando Yifan posa sus ojos en Zitao, se da cuenta que el chico está

viéndose en el espejo. Aún tomados de la mano, Zitao se mira, deteniéndose en

esas marcas rojizas de la piel sensible y los restos de su semen esparcidos por

su entrepierna. Frunce el ceño y dice una novedad que fulmina a Yifan.+

- ¿Crees que yo podría haberte contagiado de algo?+

Duele que Zitao lo crea. Por eso le aclara.+

- Lo hice para cuidarte a ti. No a mí. +

Zitao ladea su cabeza a un lado, mirando a los ojos de Yifan por el espejo. Su

mano se afloja del agarre de la mano de Yifan, que intenta de todos modos

continuar con la misma fuerza sujetándolo.+

- ¿Crees las cosas que te han dicho de mí? - pregunta Zitao.+


Yifan entiende que Zitao lo ha pensado, desde el momento en que le nombró a

Hangeng. Su pecho se infla en un suspiro amargo, sintiendo que el niño está

enojado. Pero no podría mentirle a él en nada. No cuando es evidente que hay

cosas en su vida que se han levantado en base a mentiras. Sin embargo, Zitao no

puede culparlo por creer lo que él mismo se encargó de hacer creer a los demás,

para mantener a todo el mundo alejado, porque nadie debe acercarse a él, porque

nadie debe querer nada con él.+

- Lo dudé en su momento - confiesa triste Yifan - Hasta lo creí del todo cuando

te vi quitarte la ropa en medio de toda la gente que te decía todo aquello antes

de pelear.+

- ¿Hasta cuándo lo creíste?+

Yifan sonrió libidinosamente, enarcando una de sus cejas, en lo que con soberbia

elevaba su mentón apenas, mirando con esas pupilas penetrantes a Zitao. Y Zitao,

se sintió malditamente tan a la deriva y tan en las manos de ese hombre, en el

preciso instante en que sus ojos lo penetraban con ese toque tan viril. +
Las mejillas de Zitao ardieron cuando se vio barrido de la cabeza a los pies por

los ojos de Yifan. +

"¿Hasta cuándo?", le había preguntado. Pero no hacía ya falta que le

respondiera. Cualquier tipo con experiencia se daría cuenta que Zitao era

ingenuo, no estúpido, ni inocente, pero sí ingenuo de muchas cosas, por el

simple hecho de no poder esconder el sentirse vulnerado ante la mirada carnal y

lujuriosa de un hombre, pero no cualquier hombre. Jamás podría sentirse así,

sino solamente con Yifan. Podría esconderse ante los demás, pero no ante Yifan

que ahora ante la luz notaba más aún esas mejillas rojas y el temblor en los

labios de Zitao, como su respirar agitado. Tan fuerte y penetrante era la mirada

de Yifan, que Zitao debió voltear su rostro a un lado. Entonces no hizo falta

pensar tanto, cuándo es que Yifan se había dado cuenta.1

Yifan lo miró con ternura inaudita y se sintió extremadamente, torpemente y

estúpidamente cursi. Pero esas eran las cosas que le provocaba Zitao.+

Soltó por un momento la mano de Zitao abriendo el grifo de la bañera, dejando

que se llenara. Iba a hacer una de sus tantas fantasías realidad. Llenó la tina

lo suficiente como para meterlo primero y meterse él después, recostándose en el

agua caliente. No tuvo que decirle a Zitao cuál era su lugar. Apenas su espalda

se hubo ubicado cómoda, en el cerámico blanco y liso, Zitao se echó encima de él

como si no quisiera perder un segundo más de estar separado de su piel. Y otro

rato así permanecieron en silencio, mientras el agua seguía corriendo.2


En medio del descanso y el baño, Yifan sintió cómo los dedos de Zitao bordeaban

algo que acababa de descubrir ante la luz. No habría podido hacerlo en la

oscuridad, así que debió haberlo visto en lo que ingresaban al sanitario. Bajo

el agua, Zitao raspó una leyenda diminuta, en una línea que iba al costado del

cuerpo de Yifan. +

- ¿Cuándo lo hiciste? +

- Cuando cumplí 17.+

Zitao rió apenas, cerrando sus ojos, apoyando su mejilla en los pectorales de

Yifan que respiraba tranquilo.+

- Supongo que no pediste permiso a tus padres - resopló Zitao en la piel de

Yifan, que removió sus dedos en los cabellos del chico, que repitió apenas lo

que decía aquello - "Tú existes para mí".1

Un silencio de segundos, mientras los dos pensativos seguían en silencio, en

medio del sonido del agua cayendo y la música que en ningún momento había dejado

de sonar desde que habían llegado. Zitao se movió en el agua sentándose a

horcajadas frente a Yifan, que se reacomodó para sostenerlo mejor. Yifan sintió

las manos de Zitao paseando por sus brazos, enjabonando cada centímetro a la

vista, observando otro detalle más en esa inscripción. Una línea roja de fondo,

que atravesaba la escritura.+


- ¿Por qué ese trazo rojo? - preguntó desconcertado.+

- Es un hilo. El hilo rojo del...+

- ... destino - terminó por decir Zitao - ¿Es por la leyenda del anciano de la

luna?+

Yifan no dijo nada, cuando la respuesta era evidente para Zitao. Tampoco le dijo

que así como a los 17 se había hecho escribir en la piel esas palabras, que se

le habían grabado en el alma, se había agregado el hilo rojo hace un tiempo,

cuando escuchó la leyenda de boca de su abuela. +

- Yo no creo en el destino - dijo de repente Zitao, siguiendo ahora entretenido

enjabonándose él mismo, sin mirarlo directamente.1

- ¿Y crees que esto es una casualidad?2

El corazón de Zitao se retorció en una explosión inexplicable que lo hizo

estremecerse de punta a punta. Y sus ojos se encontraron con los de Yifan.+


¿Que acaso Yifan hablaba de ellos dos? ¿De ellos dos como si fuera cosa del

destino que se encontraran? ¿Como si estuvieran ligados para siempre, en esta

vida y en la otra y en la otra? ¿Como si estuvieran destinados a...?3

Zitao sintió miedo. +

El instinto de autoprotección le hizo moverse repentinamente queriendo escapar

de ahí, pero Yifan ya lo tenía encerrado alrededor de su cintura con sus brazos

fuertes y su mirada arrogante. 1

- Mírate Zitao. Mi niño - dijo con tanta excitación en su mirada, que estremeció

a Zitao - Mis ojos no pueden dejar de verte un segundo. Todo dentro de mí es un

terrible lío. Porque sé que hay muchas cosas que no encajan y sin embargo, aún

sintiéndome completamente fuera de lugar, eres la única persona en el mundo con

la que quiero estar. Cuando te toco, cuando te tengo así Zitao... dios... -

resopló en un suspiro -... es como si todo volviera a estar donde debe estar. En

su lugar. +

Esas pupilas oscuras de Zitao, se posaron en el brillo de los ojos de Yifan.

Zitao tomó el rostro de ese hombre entre sus manos y se permitió hablarle en la

boca, buscando más contacto, en el roce del movimiento de sus labios.+

- Tú no cambias. Estás más loco que antes.+

- Por ti Zitao - dijo sonriendo sin saber por qué - Por ti. Solo que no quieres
entender.+

Para cuando terminaron el baño, Zitao pasó una bata a Yifan y él se colocó otra,

antes de tomarle la mano y en silencio llevarlo a la cocina. Abrió la nevera y

miró a Yifan que se acomodaba en una de las banquetas de la isla, como

preguntándole que querría.+

- Solo tomar algo fresco - respondió Yifan ante la pregunta jamás formulada en

voz alta.+

Zitao sacó de la nevera una botella de cerveza que Yifan abrió en un segundo,

para servir e los vasos dispuestos en frente. Y se quedaron así, mirándose en

silencio. +

¿Por qué todo resultaba tan simple estando así? Así, los dos, en silencio, sin

necesidad de decir absolutamente nada, como diciéndose todo a la vez. Era una

comodidad inquietante y llena de un calor que los estremecía por completo. En

ese momento Zitao fijó su mirada en esos labios que querría de nuevo sentir

sobre su cuerpo. Por eso Zitao se encontró sediento, haciendo fondo blanco con

su vaso de cerveza. Yifan lo miró con esos ojos, entre sorprendido y obnubilado,

más cuando le sirvió otro vaso, que Zitao elevó levemente a su salud y sonriendo

lo tomó completo de nuevo. Yifan le devolvió el gesto, enarcando una ceja

levemente, quiso decir algo, pero Zitao llevó su dedo índice a los labios de

Yifan, acallando cualquier cosa que quisiera decir.+


- Shhh...- dijo, cerrando sus ojos cuando una guitarra eléctrica se oyó. Zitao

elevó su mentón como acariciando en el aire ese sonido y susurró suplicando a

Yifan - Escucha...+

Y Yifan obedeció, dejándose llevar por esos sonidos atentamente. +

Y Yifan se deleitó, en ver a Zitao descender de la banqueta con una gracia

sublima, removiendo sus dedos largos y finos al son de la melodía que lo

llamaba. Una mueca salió de los labios de Yifan, que, confundido, siguió al niño

loco que salía de la cocina, metiéndose en la oscuridad del living.+

Para cuando Yifan llegó a donde estaba Zitao, lo encontró desquiciado bailando

sólo. +

Jamás podría en la vida quitarse esa imagen de su cabeza.+

Zitao era el ser más hermoso y brillante que hubiera visto en la tierra. +

En medio de los destellos de la penumbra y la luz de la luna que ingresaban por

las ventanas, Zitao descaradamente se quitó la única prenda que llevaba,


exponiéndose de lleno ante el único hombre que sabía lo estaba adorando, como

deseando, mientras lo miraba. 5

Y le cantó a él, mientras bailaba. +

Yifan recordaba en su imaginario la voz del niño que le entonaba esa plegaria

solemne del templo. Pero esta voz, que ahora escuchaba a lo alto, con esta

expresividad novedosa, era gloriosa en verdad, porque de nuevo, reconocía a

Zitao.+

- Mira las estrellas. Mira como brillan por ti y todo lo que haces. Si, ellas

eran todas amarillas...* 10

Yifan conocía bien la canción y sonrió abiertamente, mordiéndose los labios

viendo el cuerpo de Zitao en medio de la penumbra, iluminado. Y se quedó

admirándolo, notándolo así, tan libre, tan él, tan Zitao, elevando sus brazos

abiertos como si él fuera una estrella. +

Mierda, ese cuerpo...así, tan expuesto, tan bello, tan... "mío", se encontró

pensando Yifan, sintiendo de pronto el orgullo de saber que solo él lo reconocía

así, en lo que seguía bailando, en lo que seguía cantando.+

- Yo vine. Escribí una canción para ti y todas las cosas que haces. Y fue

llamada "Amarillo"... +
Mientras Zitao zarandeaba de un lado al otro de manera desordenada, se sintió

feliz, locamente feliz y excitado de saberse deseado por la mirada del único

hombre que lo había hecho suyo, cantándole armoniosamente. Y Yifan pensó que

Zitao, era la cosa más preciosa y resplandeciente en medio de esa oscuridad. 3

- Tu piel... Oh si, tu piel y huesos se convirtieron en algo hermoso. Y lo

sabes... Tú sabes que te amo. Tú sabes que te amo... 2

Bastaron esas palabras para que Yifan se acercara en medio del delirio perdido y

arrogante de su niño. Cazó la cintura de Zitao, que de un sobresalto se encontró

con Yifan de frente. En ningún momento Zitao había abierto los ojos, por lo que

no habría podido ver a Yifan ni acercarse, ni mucho menos quitarse la ropa de

baño. Y se encontró de frente, sintiendo lo caliente de su aliento con un sabor

entre lo dulce y lo amargo, entre caramelo y café. Extrañado de descubrir todo

eso de la boca de Yifan, Zitao tomó lo que quería para saborearlo mejor y lo

besó sin timidez alguna, tragando esos labios adictivos, para hundir su lengua

en su hombre. +

- Tú - susurró entre besos Yifan - dices que estoy loco y sí Zitao... tú me

vuelves loco ¿sabes? Tu piel... Oh si, tu piel y huesos se convirtieron en algo

hermoso. Y lo sabes. Por ti yo sangraría hasta secarme. +

- Por ti yo sangraría hasta secarme... +

Se encontraron cantando juntos, mientras siguieron bailando.2


Un orgullo ahora evidente se desprendió del chico que sin reparos rasguñó ávido

la espalda de Yifan, como rogándole que de nuevo lo hiciera suyo. Lo obligaría

de ser necesario. Pero no haría falta. No cuando el cuerpo de Yifan cedía ante

lo que le estaba suplicando. Quería cuidarlo, seguramente, pero Zitao no quería

perder un minuto de no sentirse tan de Yifan, tan de él, como si realmente le

perteneciera a ese hombre, solo a él.+

Y Yifan lo sintió así. Por eso no titubeó un segundo más, en medio de esos besos

entregados a Zitao, en confesarle de una vez por todas lo que el niño no querría

de seguro escuchar, por miedo, por inercia o temor a las consecuencias de esa

noche. Pero no daba más...+

- Mi Niño - dijo en un ronquido excitante y gutural, que estremeció todo el

cuerpo de Zitao - Te amo. Lo sabes ¿verdad? Creí que eras solo un recuerdo. Pero

no pude olvidarte. Nunca dejaste de estar conmigo Zitao. Nunca. Y te sigo amando

tanto o más que antes...5

Zitao se detuvo unos segundos analizando esos ojos. Acarició el rostro de ese

hombre que lo tragaba con sólo mirarlo y le dijo en secreto, en lo que el brillo

de sus pupilas iluminaban su tez.+

- Preferiría que no lo hicieras, pero... soy tan egoísta contigo...2

Suspiró. Zitao suspiró en lo que su cuerpo se apegaba más al de la fuerza de


Yifan, que ancló su frente a la del niño, esperando más. Y Zitao no pudo

resistirse a la felicidad extrema de las palabras de Yifan.+

- Creí que había dejado de hacerlo. Pero me equivoqué Yifan. Sigues siendo tú.

Sigues así, tan tú, tal y como te recordaba. Y por eso es que te amo. Mejor

dicho... te sigo amando. Tanto, que te quedaste conmigo aún estando apartados...7

Y Yifan besó a Zitao, como si se tratara de llenarse de él por completo. +

Y a pesar de estar lleno de miedo, Zitao se dejó penetrar por el amor ardoroso y

arrasador de Yifan. +

Y se quedaron ahí, como si fuera la mejor cosa que les hubiera pasado en la

vida. Hablar sería peligroso, lo mejor era callar para hacer que perdure el

instante que era solamente de los dos, en medio de la penumbra, en medio de la

luz de las estrellas y la luna, creyéndose de pronto destinados a algo más allá,

de lo que la realidad les impondría. +

Y si en algún momento Yifan quiso razonar todo aquello que había pasado en tan

solo una noche, dubitativo por las cosas que le habían contado de su niño, ya no

podía importarle nada. No, cuando el amor estaba de por medio, porque ese "te

amo", bastaba.

-------------------------------------------+
* Coldplay. "Yellow".

"No sabes quién es"

Apenas traspasó la puerta, se percató de hacerlo sigiloso, en medio del silencio

que daba señal de que aún dormían. Todo estaba en una tenue penumbra, con alguna

luz encendida, dejando entrever apenas una ráfaga mañanera ingresando entre el

cortinado, avisando que estaba amaneciendo. +

Caminó apenas dos pasos, cuando todo se encendió de golpe.1

- Mierda – rugió por lo bajo, apretando sus dientes, sintiéndose demasiado

cansado para lo que vendría.+


- Yifan – llamó desde alguna parte Eunhyuk, como si nada pasara – ¿Había mucha

gente en el sanitario?+

Yifan miró a todos lados buscando la procedencia del sonido, hasta que lo

encontró sentado en un sillón y en pijama, con un vaso de whisky en mano.

Eunhyuk ladeó levemente su cabeza a un lado y simplemente, para sorpresa de

Yifan, se puso de pie de un salto y dijo sin más.1

- 6 de la mañana. Alístate. En dos horas debes estar en una sesión de fotos. +

Yifan cerró sus ojos y no respondió una sola palabra siquiera. Sabía que tenía

trabajo ese día, lo había olvidado por completo y no le convenía quejarse. Pero

le quedó en claro lo que vendría después, cuando pasando a su lado Eunhyuk le

dejó en claro.+

- Luego hablamos.2

Para la buena suerte de Yifan, esta vez Eunhyuk no fue con él a esa sesión. Pero

apenas se trepó al coche y a su lado vio a Sehun que lo fulminó con la mirada,

arrugó el ceño molesto de que su amigo lo estuviera mirando de ese modo.+

- ¿Qué mierda pasa? – reprochó Yifan, en un leve movimiento de su mentón.+

- ¡¿Qué demonios fue lo de anoche?! – preguntó sin vueltas su amigo.+


Yifan sonrió apenas, entendiendo que también Sehun se había cabreado de seguro

por haber desaparecido sin aviso. Resopló burlón y simplemente se recostó en el

asiento lo mejor que pudo para descansar algo. Pero un manotón en el hombro de

Sehun le hizo pegar un salto, más una frenada repentina del auto en el que iban.+

- ¿Qué demonios Sehun? – le reclamó.+

Sehun apretó los labios y ladeando su cabeza de un lado al otro terminó por

largarle.+

- Mientras tú la pasabas genial me tuve que aguantar la rabieta de Eunhyuk

¿sabes? Despidió a los dos que te cuidaban.7

- Mierda...+

- Si – dijo asintiendo, abriendo bien sus ojos, al parecer impresionado de

recordar todo eso – Nunca me imaginé a Eunhyuk así, siempre tan tranquilo...

Pero los guardias no dijeron una palabra. Así que... ¿todo bien contigo?+

Sehun ahora miró más detenidamente a Yifan, confundido de ver a su amigo,

siempre tan adulto y cuerdo por demás, haciendo lo que había hecho anoche. Ni

que fuera un adolescente se había escapado sin medir las consecuencias de lo que

habría podido haber ocurrido. Más, teniendo en cuenta, que había sobre el
apellido Wu y Jeon demasiado interés por parte de gente peligrosa y de

cualquiera que quisiera cobrarse una buena recompensa simplemente por tenerlo.

Sehun lo sabía, porque desde niño él había tenido guardias cuidándole los pasos,

como Jongdae, como Jongin y como Chanyeol. Yifan no era menos. Sobre todo porque

el padre de Chanyeol se había hecho cargo de la responsabilidad de los Jeon, muy

a pesar del señor Wu que detestaba a los Park.+

- Yifan – habló de nuevo Sehun – Oye... al menos dime que valió la pena hombre.1

¿Que si valió la pena? Cada segundo. Y no hacía falta decirlo. No cuando a pesar

de las ojeras que daría trabajo maquillar y esconder, había una sonrisa que

Sehun jamás había visto en su hermano mayor, siempre serio y nostálgico. Podrían

estar divirtiéndose a lo grande que Yifan siempre se encontraría en alguna

esquina, parado como maniquí, esperando por nadie. Pero el tipo era todo un

conquistador con ese aire bohemio, así que Sehun le daba el mérito, creyendo que

en realidad Yifan lo hacía a propósito para hacerse el interesante. Pero ahora,

que sonreía mucho, Sehun lo miraba raro.

- Yifan, deja de reírte así – dijo alejándose hacia atrás, ni que acabara de ver

al diablo – Me das miedo ¿sabes? Pareces loco.8

Si. Definitivamente lo serio iba con Yifan. Lo alegre no le sentaba. Lo hacía

verse psicópata o al menos un loco, más con las cejas elevadas y los ojos bien
abiertos.3

- Idiota – resopló Yifan en lo que se puso unos lentes oscuros y regresó a su

postura de descanso en el respaldo del asiento – Avísame cuando lleguemos.+

- ¡¿No me vas a contar?! – le reclamó Sehun.+

Y no lo haría. Sehun lo sabía. Y por eso le tenía un toque de celos a Jongdae. A

él seguro si le contaría todo y después le terminaría contando a Chanyeol. Pero

ninguno de esos malditos le contaría a él. No. Irían corriendo a contarle a

Jongin primero, porque Jongin era reservado. Y Jongin le contaría a él,

solamente con el permiso de Yifan, porque el infeliz sabía guardar bien los

secretos. Malditos. Eso le pasaba por ser el menor del grupo. Resopló molesto y

se sintió diminuto, como si él no valiera nada. Hasta que escuchó.9

- Encontré a mi chico Sehun – dijo sin moverse de su lugar, pero sonriendo como

idiota y de lo más cursi – Lo encontré.6

- ¡Mierda! – exclamó de lo más entusiasmado Sehun, removiéndose en el asiento,

derecho del todo – ¿El chico de la pulsera? ¿El que es monje?+

Alguna vez había escuchado la historia después de una borrachera tremenda de

Yifan, en alguno de sus cumpleaños que jamás festejaba. Cuando a la mañana

siguiente Yifan se dio cuenta que había largado el cuento completo a sus

hermanos, en medio de un llanto deprimente, le dio tanta maldita vergüenza de sí


mismo, que nunca más se puso ebrio en frente de ellos. Pero igual, en medio de

la lengua trabada, Sehun y los demás solo alcanzaron a escuchar algo así como

"monje" "niño", "perfecto", "hermoso", mientras el tipo se arraigaba de ese

collar largo de cuentas de madera y lazo rojo. Penoso. Pensó Sehun en ese

entonces. Y ahora, él era testigo de la alegría del hombre, sintiéndose

orgulloso de ser el primero en saber el desenlace de la historia. +

Unos segundos de silencio y bastaron para que Sehun volviera a mirar a su amigo,

para preguntar.+

- ¿Y eso es bueno?+

Sehun vio las cejas de Yifan juntarse en medio, aún con lentes puestos. Había

tocado en un punto que inquietaba a Yifan o estaba fuera de lugar.+

- ¿Qué te parece? – retrucó un tanto molesto Yifan, permaneciendo en su aparente

descanso.+

- No lo sé – escuchó a Sehun a su lado – ¿Es bueno?+

¿Hacía falta que se lo dijera? Parecía que sí.+

- Claro – respondió por si le cabía alguna duda.+

- ¿Cuántos años tiene?+


- No te importa.+

- ¿Y cuando lo voy a ver? +

- Algún día.+

- ¿Tienes una foto de él?+

- ¿Para qué?+

- Quiero conocerlo.+

- No tengo ninguna. Y ahora déjame dormir un rato.+

- ¿Pero entonces cuándo lo voy a conocer?+

- ¿Me dejas dormir un minuto?+

- Pero si ya llegamos...9

- Mierda...+

Yifan se quedó pensando para ese entonces en el detalle de no tener nada más de

Zitao que su número de móvil, que por cierto, tampoco tenía imagen. Así que
debía tantear otra cosa y recordó que Eunhyuk, en su entusiasmo de la noche

anterior, había estado filmando la presentación de Zitao en el teatro. +

Maquillaje, cambios de ropa, flashes tremendamente dolientes para sus ojos

cansados, refrescos energizante y aspirinas, fueron parte del desayuno,

tentempié y almuerzo, hasta terminar con todo eso pasada las 14 hs. Sehun lo

sufrió más que él, tratando de mantenerlo despierto. Varias veces había desoído

al fotógrafo que mandaba y decía cosas que en la mente nublada de Yifan ya no

tenían sentido. Estaba demasiado cansado y agotado, aunque estúpidamente feliz,

por lo que cuando amonestaron en media mañana su desempeño, fue Sehun el que

hizo frente al tipo, limitándolo a sus funciones. Y Yifan miró apenas, con algo

de remordimiento a Sehun, por exponerlo a eso, pero orgulloso de verlo así de

pronto con carácter y determinación.1

En uno de esos momentos, en el que portaban los dos, traje de etiqueta, Yifan

sintió un leve tirón que lo hizo volverse de costado. Confundido y aturdido, se

encontró con la cara de Sehun que serio, le reacomodaba la solapa de la parte de

atrás, que se encontraba elevada.+

- Ya me siento el mayor aquí contigo, pendejo – dijo a Yifan, sin una mueca que
demostrara que se le estaba burlando – Si los chicos nos vieran ni lo creerían. +

Y Yifan sonrió, sintiendo una palmada en la mejilla proveniente de Sehun, que lo

volvió para que mirara al frente, mientras la sesión seguía.+

- Me quedaré aquí Sehun – dijo repentinamente, sin anestesia, mientras los

flashes seguían sin parar, en medio de movimientos apenas perceptibles,

cambiando de pose en el mismo lugar.+

Sehun no se volvió a verlo, pero la sangre se le heló repentinamente. Abrió la

boca apenas, queriendo decir algo, sin que le saliera una maldita cosa. Después

de varios flashes más, en que vio al fotógrafo revisar la pantalla de la

portátil para ver cómo iba saliendo todo, lo miró pasmado. Sin embargo Yifan no

se volvió a verlo, sino hasta cuando Sehun de nuevo agarró su chaqueta, para

obligarlo a que se lo dijera de frente. Yifan se encogió de hombros, como si ya

no tuviera nada más de qué hablar.+

- ¡¿Estás loco?! – rugió el chico.+

- No quiero volver perderlo Sehun – respondió en voz baja – Si antes siendo un

crío no lo aguanté, ahora...– le confesó a su amigo, cerrando apenas sus

párpados y sacudiendo su cabeza de un lado al otro en negación –... ahora menos

podría Sehun...+
De pronto Sehun querría haber tenido el tacto de Jongin para ser

condescendiente, o al menos el ánimo de encontrarle siempre a todo el lado

positivo de Chanyeol, pero le salió el jodido lado duro de Jongdae, cuando sin

pensarlo largó.2

- ¡¿Estás demente hombre?! ¡¿De dónde mierda viene todo eso de dejarlo todo

por... quién mierda sabe quién?! – increpó como si no hubiera entendido lo que

Yifan le decía – ¡¿Y nosotros?!+

- ¿Qué tienen que ver ustedes?+

- ¡¿Nos vas a dejar?!3

Yifan por un momento quiso comprender la cosa. Sehun odiaría de nuevo ser

abandonado. Aún la herida sangraba y quizá Yifan había sido una especie de

sustituto de padre y cuidador para Sehun, volviéndose un sostén emocional. +

- Sehun... entiende... – explicó con toda la paciencia, bien despierto de

repente y mirándolo a los ojos, bajando un poco la vista, por la diferencia aún

notoria entre la altura ambos – No los voy a dejar. Solo... solo me quedaré en

aquí y veré... yo... yo me mantendré en contacto con ustedes...+

- Lo pintas fácil – rugió el chico, clavándole el índice en el pecho – ¡Pero

sabes que no lo es porque al final te olvidarás de nosotros!– exclamó de pronto,

escuchando el silencio repentino de fondo.+


Sehun miró a un lado y al otro lado, dándose cuenta que su efusividad había

llamado demasiado la atención. Supuso que de seguro estarían comentando que

estaban teniendo pleito de pareja y se paró derecho y mirando al frente, dejando

a Yifan colgado y boquiabierta.+

- ¡Continuemos! – gritó el fotógrafo y así lo hicieron.+

Irónicamente la cara de hastío, entre la soberbia y el enfado, le vino bien al

hombre, que los encontró a ambos con esa mirada de mierda entre el poder y la

arrogancia. Así que no hubo queja.+

Para cuando terminaron, Sehun estaba demasiado enojado con Yifan, como para

permitirle siquiera dirigirle la palabra, porque se ubicó del lado del

acompañante del conductor del coche que los llevaba, dejando sólo a Yifan atrás.+

Apenas pisaron la suite, Sehun como rayo se metió en la habitación cerrándole la

puerta en las narices a Yifan, que se quedó con el nombre de su hermano pequeño

en la punta de la lengua. Yifan cerró los ojos con rabia y quiso irrumpir de
todos modos en el dormitorio que compartían, pero se dio cuenta que el chico le

había puesto traba, así que golpeó furibundo la puerta, llamando a Sehun, que ni

respondió.+

- ¡Maldita sea Sehun! ¡¿Que no entiendes?! – gritó sacado y por primera vez

realmente encrespado con él – ¡Se trata de que quiero estar con la persona que

amo! 2

- ¡Eres un idiota Yifan! – escuchó que le devolvió detrás de la puerta Sehun –

¡Tienes vida allá en Seúl! ¡¿Y vas a largar todo para quedarte aquí?! ¡¿Por

quién?!+

- Sehun... escucha...+

- ¡Ni siquiera sabes quién es! ¡Hace años que no tienes noticias de él! +

- ¡No es así Sehun!+

- ¡Podría ser una mierda y tú sigues soñando despierto, viendo a un maldito

monje en un asesino en serie! ¡Seré pendejo pero no idiota!5

Apenas si escuchó lo que Sehun le gritaba, porque en su mente y su corazón,

Yifan sabía lo que a su pequeño hermano le estaba pasando. Por eso respetó el

dejarlo sólo, como si eso lo hiciera cambiar de idea.+


Para cuando se dio la media vuelta, se encontró con Eunhyuk, que al parecer

había escuchado todo. +

Yifan se refregó los ojos un momento, sabiendo lo que vendría ahora.+

- ¿Será necesario recordarte – habló tranquilo Eunhyuk, que daba escalofrío –

que tienes un contrato firmado por siete años? Y recién vamos dos Yifan...7

Y fue el comienzo de otra ronda de escuchar a Eunkhyuk y su repertorio sin

sentido sobre lo que estaba expuesto en los papeles. Yifan mientras, se sentó en

un sillón y oyó apenas todo eso, porque tenía demasiado sueño como para fijarse

en minucias y tenía en mente lo de la noche. +

Quería ver a Zitao.+

"Nos encontremos en la noche, en la orilla del río", le había dicho antes de

despedirse de él, "Mi mamá regresa de su viaje, así que estaré con ella en el

día". +

- ¿Debo recordarte además que mañana partimos? +

Después de un largo murmullo de palabras, esas últimas dichas por Eunhyuk lo

despertaron de nuevo, dándose cuenta de la situación.+

- ¿Y qué si no regreso?+
Eunhyuk se puso de pie, prendió tranquilo su traje impecable de color azul,

reacomodando el cuello abierto de su camisa, metió sus manos en los bolsillos de

su pantalón y dijo.+

- Saldré un momento a cerrar un negocio. Llegaré en unas dos horas.+

Eunhyuk caminó hacia la puerta, sin volverse a verlo siquiera y menos dándole

una maldita respuesta. Pero apenas traspasó el umbral de la inmensa suite,

ordenó.+

- No quiero que salgan a ningún lado hasta que regrese. Esta noche tenemos que

ir a un club. Así que alístense.2

Para cuando la puerta se cerró, Yifan suspiró demasiado cansado de todo. Y

cuando quiso reacomodarse en el sillón de la sala para dormir, notó un detalle

que lo hizo saltar de donde estaba. El celular de Eunhyuk, olvidado sobre la

mesa del recibidor, brillaba como llamándolo. Yifan corrió rápido a él y

sabiendo que corría un riesgo demasiado alto, se animó a activar el bluetooth,

sabiendo que por Talk no podría enviarse nada, porque quedaría grabada la

conversación y apenas su mánager agarrara el móvil lo vería primero entre los

contactos, por haber mantenido actividad. Siempre Jongin le había dado esos

detalles, porque nunca estaba de más. Así que mirando ambos móviles, hasta que

terminara de pasar el video de Zitao a su móvil, rogó porque Eunhyuk no entrara

todavía, porque bien sabía que apenas se diera cuenta de que había olvidado su
celular, volvería corriendo por él, porque ahí cargaba la vida.+

Sintió una puerta abrirse y se congeló hasta la médula, mirando a la entrada,

sin ver nada. Cuando escuchó del otro lado de la suite.+

- ¡¿Qué demonios haces?! – exclamó Sehun – ¡¿Qué es...?! ¡¿El móvil de...?!+

Demasiado confundido estaba el chico como intentar sacar una conclusión de lo

que veía. Igual, apenas Yifan terminó de hacer lo que quería, el celular fue

devuelto a su lugar, quedándose en donde estaban, frente a frente, en lo que

Eunhyuk abría la puerta de la suite para mirarlos a los dos, confundido del

panorama.+

Tomó su móvil de la mesa del recibidor y antes de terminar de irse, repitió.+

- ¡Prohibido salir! +

Sehun blanqueó los ojos y se metió de nuevo en el dormitorio, dejando a Yifan el

living completo para encontrar donde descansar. Apenas se recostó en el sillón,

resopló frustrado, porque debería llamar a Zitao para avisarle que esta noche no
podrían encontrarse como habían acordado. Justo en lo que estaba por tomar

nuevamente su móvil, sintió el vibrar del suyo con mensaje entrante.+

Mi Niño: "Lo siento. No podré verte hoy en la noche" 15:46+

"¿Todo está bien?" 15:46+

Mi Niño: "Si. Solo que mamá me necesita para hacer algunas cosas de su trabajo.

Lo siento Yifan. De verdad quería verte" 15:58+

"No te preocupes amor. Lo haremos mañana, cuando tu mamá te deje" 15:58+

Después de un rato de no obtener ninguna respuesta, Yifan se preguntó algo y

entonces no solo lo pensó, sino que también terminó por escribirlo.+

"Tu mamá... ¿le dijiste de mí?" 16:111

No sabe en qué momento sus ojos cedieron en sueño. Lo cierto es que el vibrar de

su móvil, que había quedado en su pecho, lo obligó a abrir los párpados, en la

ansiedad de saber si era Zitao. Apurado tomó el celular que por poco termina

resbalándose de sus dedos, encontrándose con muchos mensajes, pero ninguno de

Zitao. Entonces abrió uno que acababa de ingresar, el del grupo de sus

"Hermanos".+

Dae: "Dime que es una puta broma de Sehun que está aburrido y no tiene qué
mierda hacer!" 17:08+

Sehun: "NO ES UNA PUTA BROMA!" 17:08+

Jongin: "Calma. Aclaremos esto y que Yifan cuente para entender"17:09+

Esos eran los mensajes que estaban más a la vista, de una larga charla que

evidentemente habían mantenido en medio de su sueño. Estaba tan cansado que no

podría haber percibido sobre su cuerpo todas las veces que su celular de seguro

retumbó, con las idas y vueltas de sus amigos.+

- Mierda – farfulló en secreto, como si alguno pudiera escucharlo.+

Y el móvil comenzó a sonar con llamada entrante. +

- Jongdae...+

- ¡Jongdae una mierda! – gritó del otro lado Jongdae – ¡Te regresas y analizas

la cosa! ¡No me vengas con esa patética historia romántica diciendo que mandas

todo al carajo por algo que ni siquiera sabes si va a funcionar! ¡No tienes idea

de quién es! ¡No sabes cómo es! 2

La puerta del dormitorio se abrió de repente y Sehun quedó parado, con esa

mirada jodida y autosuficiente, ni que estuviera orgulloso de haber anoticiado a

todos del otro lado, lo que Yifan estaba a punto de hacer.+


- Jongdae... escúchame...+

- ¡Nada! – gritó en un respirar agitado, que hasta Yifan sintió el temblor en su

desquiciada garganta. Jongdae tragó apenas y tomó aire. Un rugido, como si

volviera a llenarse de fuerza para seguirla – Escúchame hermano – siguió

evidentemente irritado, como si suplicara la cosa – Ven aquí y en la distancia

lo piensas más. Lo piensas ¿Te acuerdas lo que es pensar? 2

- Jongdae – habló Yifan, agarrándose la cabeza, peinándose con rabia los pelos

enredados, mientras miraba hastiado a Sehun que no le quitaba la vista de encima

– Tú sabes por todo lo que pasé. Lo recuerdas ¿Verdad? +

- Pero solo son recuerdos hermano – dijo entre dientes Jongdae. Si tan solo

Yifan lo viera se daría cuenta del temblor de su cuerpo y ese sudor que largaba

de los nervios, mientras se imaginaba a Yifan atontado del otro lado,

seguramente caliente y estúpido por una noche en la cama con el fulano que ahora

se lo quería quedar – No tienes idea de las cosas que te hacen los años. +

- Tú sigues igualito de cuando te conocí y estás peor.1


- ¡Te hablo en serio! +

- Yo también – dijo tranquilo para meterle una patada en el culo a Jongdae –

Jongdae... – resopló agobiado – Que me quede, no quiere decir que me vaya a

alejar de ustedes. +

- Eso dices ahora pero tú sabes que es mentira – le reclamó – Pero... mierda

Yifan... te entendería si me dijeras que es el amor de tu vida, pero... ¡No

sabes quién es el amor de tu vida! +

- Sí lo sé – dijo ya en tono rotundo y algo agitado.+

- ¡No hablo de su nombre idiota! ¡Hablo de él! Joder hombre ¡Tienes toda la vida

por delante y estás demente por la calentura de una noche! +

- ¡No vuelvas a decir una cosa así de él! ¡No es una calentura de una noche! ¡No

vuelvas a decir una cosa así de nuevo! ¡¿Entiendes?! ¡Nunca vuelvas a decir eso!

– gritó de pronto Yifan, poniéndose de pie, en lo que Sehun arrugaba su frente y

daba un paso atrás, porque nadie, menos él, habría podido creer la reacción de

Yifan. +

Sehun pensó de pronto que por qué malditamente había tenido que llamar Jongdae,

cuando el más oportuno habría sido Jongin. Jongdae la estaba jodiendo peor de lo

que ya estaba y los planes de llevarse a Yifan, se estaba yendo al demonio. El


chico los vio discutir a los gritos por mucho tiempo, el suficiente como para

que él fuera al baño y saliera de nuevo, encontrándose con el mismo panorama y

un Yifan que terminó por cortar la llamada, mirándolo como si fuera un extraño.+ u

Y Yifan se movió rápido al dormitorio, encerrándose sólo con seguro, dejando a

Sehun en el living, echándose a dormir en la cama otro rato.+

Para cuando despertó, se dio cuenta, para empeorar su día, de que Zitao no había

respondido a sus mensajes. Aunque sí tenía una larga lista de otros mensajes,

que ni quiso leer.+

Yifan salió de la ducha sin preguntarse demasiado qué sería de Sehun del otro

lado, porque de seguro su amigo, sí se habría animado a entrar en el dormitorio

de Eunhyuk para darse un baño. Así que simplemente se dispuso a prepararse la

ropa que llevaría en la noche. camisa blanca y entallada, con pantalón negro,

era más que suficiente, con detalles de gemelos de diamantes.+

El móvil retumbó con una llamada entrante. Yifan pensó dos veces antes de

atender. Y al final se decidió por hacerlo, antes de empeorar cualquier

situación. Pero antes de abrir la boca, el del otro lado se le adelantó con una

noticia que le cayó como balde de agua helada.+

- Estás en la mira hermano. +


Yifan miró al techo tomando aire, en lo que sus ojos se cerraron por varios

segundos armándose de paciencia.+

- Yifan – escuchó de nuevo.+

- Si te escuché Chanyeol – dijo en un suspiro denso – ¿Te pusiste de acuerdo con

Jongdae o qué mierda?+

- Esto es serio Yifan. +

- No estoy para un puto juego Chanyeol...+

- ¡No estoy jugando hombre! ¡Tienes que regresar! – gritó estrepitosamente la

voz grave y severa de Chanyeol, de esas que Yifan reconocía bien cuando estaba

dando una orden.+

- Yo no ando metido en tu mierda Chanyeol. No tengo que cuidarme como tú – le

rugió Yifan, sin molestarse siquiera en medir las palabras por primera vez con

sus hermanos – Así que no vengas con esa historia solo para hacerme regresar.+
Un silencio de segundos prolongados, le hicieron notar a Yifan lo que acababa de

decir. Un suspiro del otro lado y un chasquido de labios, que bien supo

interpretar. +

Chanyeol se sintió ofendido y sin más, cortó. Yifan se desplomó sentado en el

borde de la cama, al segundo que escuchó un mensaje entrante, por privado de

Chanyeol.+

Chanyeol: "Mi mierda es la que ha mantenido a tu familia en paz todos estos

años. Si algún día necesitas de mi mierda, estaré para ti sin dudarlo" 19:1610

Y la espina le quedó incrustada en el pecho. Yifan se sintió una mierda.+

Alguien llamó a la puerta en el mismo momento en que acababa de vestirse. Cuando

la abrió Sehun se metió dentro mudo y sin dirigirle la mirada, abriendo su

maletín, sacando ropa para ponerse.+

- ¿Listos? – fue la pregunta proveniente de la sala, de Eunhyuk que esperaba.+

"Bar Rouge" se encontraba en la zona más privilegiada de la ciudad. Yifan

conocía su nombre y su popularidad cuando recién abría sus puertas, pero se

había ido demasiado pronto de allí como para tener la oportunidad de entrar.

Sabía que no solo era el más famoso, sino además el bar más exclusivo, donde no

cualquier podría ingresar, sino es que eras o muy rico o famoso mínimo. El Dj ya

había comenzado la fiesta. Las mesas estaban colmadas de todo tipo de frutas y
botellas de los licores más caros, propio de la gente del lugar, que gustaba de

mostrar la opulencia. Eunhyuk se encontró con quienes había quedado antes y los

presentó tanto a Sehun, como a Yifan. El club había pagado más que bien por la

presencia de los dos, así que debían sonreír como si realmente la estuvieran

pasando de lo mejor.+

Se situaron tranquilos en la terraza, donde había pista de baile también, ante

la mirada de todo el mundo, que de seguro, eran niños ricos provenientes de las

más poderosas familias de Henan. Y no demoró mucho uno de ellos en acercarse de

una vez, alegre, demasiado alegre, para recordarle.+

- ¡Wu Yifan! ¡Pero si eres tú!+

Con esfuerzo Yifan reconoció a uno de sus compañeros de secundaria. Esos con

quien su padre tanto insistía en que se juntara. Charlaron apenas, porque Yifan

interpretó la mirada de Eunhyuk que lo llamaba, recordándole que estaba

trabajando. Y por eso Yifan se encontró despidiéndose pronto de su ex compañero

de escuela de una manera cortés, más no cortante, para ser diplomático, porque

después de todo, el tipo había sido amable.+

- Tengo que ir donde está mi gente – dijo Yifan.+

- Claro hombre. Me gustó verte en persona. Además de las revistas y las fotos –

respondió riéndose. Y en lo que Yifan con gracia se dio la media vuelta, escuchó

que decía a sus espaldas – Seguro que hasta te encontraste con tu amigo el
monje, con quien te juntabas en la escuela.1

Yifan se volvió a verlo y sonriendo, asintió perplejo de que el tipo lo hubiera

recordado.+

- Lo vi en una presentación de arte marcial ayer.+

- No – dijo divertido, mirando a todos lados – Yo decía por aquí. Viene siempre

a este lugar. Creo que lo vi cuando entré ¿No es hermoso? Quién hubiera

imaginado que debajo de ese monje, se encontraba ese chico...+

La música se hizo estridente en la terraza y el tipo se perdió en medio de la

multitud que bailaba con una botella de cerveza en la mano.+

Yifan lo vio bailar como a todos y se encontró demasiado perdido como para

coordinar pisada. Duro, en su sitio, sin saber qué hacer, sacudió su cabeza en

negación y cerró su vista unos segundos ¿Era por eso que no podrían verse en la

noche?+

- ¿Me prestas tu móvil? – preguntó repentinamente alguien.+


Yifan vio a Sehun que estiraba la palma de su mano, acompañado ya de una chica

que se colgaba del brazo.+

- ¿Y el tuyo? – inquirió él confundido.+

- Se me acabó la batería, así que quiero registrar su número en el tuyo –

explicó mirando a la chica a quien le sonreía.+

Yifan dudó, sabiendo que cuando mañana Sehun no llamara a la chica, ella lo

acosaría a él seguramente para saber de Sehun. "Mujeriego de mierda", pensó

Yifan, justo en lo que depositaba el aparato en las manos de su amigo, que al

parecer momentáneamente ya no estaba molesto. Pero poco le importó lo que hizo

con su celular, porque algo llamó más la atención de Yifan, haciéndolo dirigirse

al interior de la disco.+

En medio de la oscuridad y las luces de colores, las líneas dispersas de rayos y

el brillo de todo en medio de la noche, Yifan se encontró ya dentro.+

- Zitao – murmuró entonces.+

Y lo vio. Pantalón entallado de cuero y remera por demás suelta, bailando en

medio de la pista del segundo piso del lugar, en medio de la mirada de todos que

se lo comían con los ojos. Así lo encontró. +


Si bien se movía sólo, a su alrededor había un círculo de hombres y mujeres

mirándolo. Evidentemente Zitao estaba acostumbrado a eso. Y el corazón de Yifan

se desmoronó, porque se dio repentinamente cuenta, que no sabía nada de Zitao y

que lejos estaba de ser ese niño que pensó que subsistía más allá de la

apariencia que él quería dar.+

Pero no estaba haciendo nada malo, quiso pensar Yifan. Bailar. Solamente estaba

bailando como todos los demás. +

- Es de alguien – dijo a su lado una voz.+

Hangeng. Con pena, Hangeng miró a Yifan. No le preguntaría qué hacía en el

lugar, porque estaba vestido de traje; el típico traje que llevaban los guardias

de la disco, con una araña en su oído para escuchar órdenes.+

- ¿De alguien? – repitió entre dientes Yifan.+

- Solo eso sé Yifan. Es de alguien que lo mantiene bien ¿O cómo crees que está

en este club siendo además menor, sino siendo alguien con mucho dinero? Nadie lo

toca. Porque saben que es propiedad de alguien.+

Yifan odió a Hangeng, que le aclaraba el panorama. Lo odió por sacarle la venda

de los ojos y la idiotez de creer que sabía quién era Zitao. +

La furia lo consumió por dentro. La cordura le indicaba que debía salir del
lugar. Pero Yifan se acercó a pasos agigantados, encontrándose agarrando con

rudeza el brazo de Zitao que, de un salto se encontró con la mirada irascible y

desconocida para él de Yifan. Una mueca de dolor emitió el rostro de Zitao,

desconcertado completamente de verlo.+

- ¡¿Así que por esto no podías verme hoy?! – reclamó Yifan, sintiéndose un

idiota, por reclamar.2

- Yifan – resopló Zitao, de pronto descolocado – No... debemos... no...– rugió

mirando por sobre el hombro de Yifan completamente asustado – Yifan debemos

irnos ahora...+

- ¡¿A qué mierda estás jugando?!+

Y Zitao se soltó con fuerza del amarre de Yifan, sosteniéndole la mano, tirando

de él, obligándolo a seguirlo.+

- ¡Vámonos de aquí ahora!+

Yifan hizo caso. Cómo no hacerlo cuando veía el rostro transfigurado del susto

de Zitao. Y aunque en medio de la gente, chocando con todos, corriendo el paso a

medio mundo, quiso preguntarle muchas cosas, por instinto solo pensó en

resguardarlo. Alguien los perseguía, alguien los seguía, a él o a Zitao, qué

importaba. Pero era cierto. Porque apenas Yifan dio vuelta su rostro, por el

rabillo del ojo, pudo ver en su descontrol que en verdad los seguían, porque no
era una o dos personas, sino varios tipos de traje, que los querían alcanzar.+

Zitao tiró de Yifan por una escalera que daba a un pasillo oscuro, apareciendo

en una nueva pista desconocida y volviendo a estar de nuevo en otro pasaje a

hurtadillas, cuando abrió estrepitosamente una puerta que conducía a un

callejón.+

Agitado, Yifan tomó el impulso para detener a Zitao en medio de la conmoción.+

- ¡Dime qué mierda pasa Zitao! – rugió.+

Zitao tiró de nuevo del brazo de Yifan, pero él se resistió a seguir. No lo

seguiría. No, cuando se daba cuenta que estaba frente a un completo desconocido.

Zitao era un completo extraño ante sus ojos y no confiaba en él. Y Zitao lo

entendió, cuando no pudo encontrar la mirada que de costumbre le tenía Yifan

solo reservada a él. +

- Yifan – suplicó – Ahora no puedo explicarte pero...+

- ¿De verdad eres de alguien? – irrumpió en seco Yifan, soltándose de la mano de

Zitao – Lo que dicen... ¿Es verdad?+

Una mirada de absoluta y dolorosa desilusión se clavó en el rostro de Zitao, que

agitado y con los ojos brillosos, apenas si pudo murmurar.+


- Yifan... es... es demasiado largo de explicar. Yo...+

- Eres de alguien – concluyó Yifan apenas – Tú eres...+

Un chasquido resonó en la cabeza de Yifan, sintiendo a su vez el cañón frío de

un arma que terminó en su sien. +

- Al fin te tenemos Wu – rugió alguien alegre a su lado.2

Y Yifan pensó en un nanosegundo, en lo que Chanyeol le había advertido. En lo

que muchos le habían advertido y nunca había prestado atención. Su trasero valía

demasiado. Peor, cuando otro tipo dijo en medio de las risas.+

- Nos darán mucho por esto...+

Y Yifan no perdió el tiempo, tomando el brazo del tipo que le amenazaba, para

quebrárselo de una vez, escuchando el sonido del hueso roto y el grito del

hombre que caía el suelo. Un segundo tipo se le vino encima, eso era demasiado

fácil de liquidar sin esfuerzo, dándole un golpe en el estómago y otro en la

nariz. Así con un tercero. Pero cuando quiso darle a un cuarto, Yifan vio a

Zitao siendo apuntado con un arma en la cabeza y eso... frenó su lucha.+

Zitao tembló, cerrando sus ojos. Yifan sintió que su corazón se detenía,

obligándose a sí mismo a reparar en palabras, para negociar.+


- No le hagan nada... por favor... – suplicó Yifan – Él... él no tiene nada que

ver...1

Agitado, Yifan cerró los ojos, apretando rabiosamente sus párpados, para

abrirlos y escuchar que Zitao con pena, siendo aún apuntado en la cabeza, le

decía.+

- Lo siento. Lo siento tanto...+

- Tú no tienes la culpa – dijo afligido y realmente furioso consigo mismo Yifan.+

- Si la tengo – asintió Zitao, con lágrimas en los ojos.+

Y Yifan quiso decirle, que él no tenía la culpa, de nuevo. Que lo que estaban

pasando era por culpa de su descuido. Y quiso prometerle que lo sacaría de esto. t

Pero al segundo Zitao elevó su mano que tomaba el arma del hombre que le

apuntaba. Y el hombre soltó como si nada el arma, dejándola en las manos de

Zitao. Y entonces Zitao apenas si elevó su mentón por encima de Yifan y ordenó.9

- Llévenlo.19
Y Yifan lo entendió.2

Todos se lo habían advertido.7

Solo que él no se resignaba a perder a su niño.

"Tú eres nada para mí"

Lo último que vio, fue cuando lo sedaron en ese callejón y lo metieron en una

camioneta color negro, con vidrios polarizados. Su mano tembló, sin poder creer

que lo había hecho, mirando unos segundos el arma que todavía sostenía en su

mano.19
- ¿Alguna otra orden? – preguntó uno de los hombres que apareció de la nada,

esperando que él dijera algo.+

- Solo... – dijo aturdido, golpeándose mentalmente para parecer seguro –

Solamente llévalo.+

El hombre se dio la vuelta entonces. Zitao lo vio de espaldas y sin entenderse a

sí mismo, terminó por llamarlo.+

- ¡Espera! +

El hombre regresó su vista a Zitao, mirándolo confundido. Inclinó levemente su

cabeza, como esperando que hablara. Y Zitao entonces, a pesar del riesgo que

corría se atrevió a preguntar.+

- ¿A dónde lo llevan?+

- A la residencia del señor.+

Zitao frunció el ceño, más del espasmo angustiante que le congeló los huesos,

que de molestia, porque bien sabía lo que eso significaba. Apenas si pudo abrir

los labios resecos y tener algo de cordura en su cerebro perdido, para emitir

otra pregunta.+
- ¿Él... él está aquí? ¿Cuándo llegó?+

De pronto escuchó a su lado el sonido de un coche frenando. Era la limusina que

bien sabía, iba por él. Y no hubo dudas cuando la puerta se abrió, dándole la

señal de que debía subir. Y se trepó, no sin antes regresar su vista al hombre,

que ya había desaparecido sin darle respuestas, viendo a la camioneta que se

alejaba. +

Un nudo se le hizo en la garganta. Y se odió, por su debilidad. Yifan se había

convertido en su maldita debilidad. +

Apenas estuvo dentro, un abrazo lo estrujó de sorpresa, haciéndolo estremecerse

de los nervios al escuchar su risa estridente y macabra.+

- Mamá... – dijo, mirándola desconcertado en lo que le cerraban la puerta – Te

hacía de viaje aún...+

Joven y hermosa, la mujer que ni siquiera le doblaba en edad aún, lo miró

contenta, mientras repasaba los cabellos desalineados de su hijo.+

- Lo hiciste bien querido – habló sin preámbulos, ni explicaciones, mientras el

coche se ponía en marcha – No tienes idea de lo orgulloso que está de ti. +

Su madre se reacomodó en su asiento, dejando en evidencia una pequeña cartera en

su regazo, sacando de allí un diminuto espejo y mirándose para acomodarse el


maquillaje y el peinado recogido. Su dedo del medio, de su mano derecha, repasó

en su labial rojo y luego de mirarse de perfil, elevando su ceja de manera

pintoresca, volviéndose con gracia a su hijo, para decirle feliz.+

- Hay fiesta en la mansión y nos ha invitado ¡¿No es maravilloso?! – exclamó

elevando sus hombros descubiertos, por el vestido sin hombros y de color verde

metal – Está tan contento...+

Zitao no sonrió, ni dijo una sola palabra. Parpadeó un par de veces, hasta

volver su vista a la ventanilla, apoyándose en ella, en lo que gotas de chispas

de agua comenzaban a anunciar la tormenta. +

- ¿Zitao? – llamó su madre.+

- Escucho mamá – dijo él, sin volverse por eso a verla.+

- Sabes que si te ve así no le gustará ¿verdad?+

El joven se miró el atuendo que llevaba puesto y respondió a eso.+

- No podría estar vestido como a él le gusta para hacer lo que él quería.+

- No te preocupes querido – habló ella, depositándole un beso en la mejilla,

dándole una palmadita en su hombro, haciendo que él se vuelva a verla de nuevo –

Traje ropa para que te cambies apenas lleguemos. Pero no me refería a eso.
- ¿Entonces? – preguntó él, elevando sus cejas apenas, tratando de entenderla.+

- Me refiero a tu cara triste querido – dijo ella con recelo y hasta hastío de

verlo – Recuerda que todo se lo debemos a él. Y merece todo lo mejor de

nosotros. No te pidió nada de lo que deberías arrepentirte – siguió ella

fríamente, volviendo a verse en el espejo – Después de todo... él hizo como si

no hubieras existido todos estos años. Además no te lamentes. A esa familia lo

que le sobra es dinero y pagarán el rescate en poco tiempo.+

- ¿Crees que lo secuestró por dinero? – prorrumpió él con sarcasmo y un soplo,

volviendo su mirada al exterior.+

- ¿Qué quieres decir? – preguntó ella pasmada, mirándolo analítica, sin que a él

le importara ya la cosa.+

- A ninguno le hace falta el dinero – murmuró apenas – Todo esto va más allá del

dinero.+

Un momento en el que ella pareció pensar lo que su hijo le decía, parpadeando

confundida, le hizo creer a Zitao que le importaba algo la atrocidad que había

acabado de cometer. Otra de las muchas que ya había cometido. Pero se dio cuenta

que a ella ni le interesaba, cuando le dejó bien en claro.+


- Igual ¿qué nos tiene que importar a nosotros? Es cosa de ellos.1

- Me dijo que nunca se había perdonado por haberme dejado... – comentó el joven,

cerrando consternado sus ojos, abriéndolos sin quitar su visión a la ventanilla

del auto. Zitao de repente titubeó en comentarle algo de lo que había vivido con

él y murmuró apenas – Mamá... yo... ¿Y si lo que me contó Hangeng... era verdad?2

Cuando Ziyi se volvió a verlo, lo hizo rodando sus ojos con fastidio y

sintiéndose harta de escuchar de nuevo lo mismo. Pero apenas regresó su mirada

al chico, aspiró hondo, como si debiera contenerse y sonrió hipócritamente, para

tomar fuerzas de acercarse a su hijo y acariciar su cabeza, en lo que tomaba su

mano sutilmente.3

- Zitao querido, ya hablamos de esto tantas veces. Cómo me gustaría decirte lo

contrario. Pero los hechos, lo demuestran mi amor – dijo con dulzura y pena – Él

construyó su vida cómodamente y jamás volvió a buscarte. Dime ¿Qué le impedía

hacerlo? Y no lo hizo. O sea... que estaba viviendo feliz.9

- Pero...+

- ¡Basta Zitao! – gritó de pronto con rudeza y asqueada – ¡Estoy cansada de

estos berrinches cuando deberías estar pensando en que allá hay un hombre que te

espera y te ama! Pero no... – prorrumpió en una sonrisa sarcástica, como

juzgándolo de la cabeza a los pies con aversión – Mírate... después de todo lo


que sufriste, sigues siendo ese niño débil y depresivo ¡¿Sabes lo que daría por

tener el privilegio que tienes tú?! ¡No lo mereces!+

En el instante en que Ziyi vio a su hijo arrugar el ceño y alejarse apenas de

ella, resbalándose al extremo del asiento, se dio cuenta que había cometido un

error que podría costarle caro. Por eso, Ziyi bajó sus ojos, como si reaccionara

de pronto, sacudiendo su cabeza como avergonzada, para regresar su vista a su

hijo con cariño, sonriéndole con pena.+

- Perdona mi amor – dijo con tono dulce y tenue – Perdona a mamá ¿si? – suplicó

a punto de llorar, en lo que tomaba fuerte la mano de Zitao, besándola sin freno

– Te he visto sufrir tanto que... no querría que volvieras a sufrir más. Y

quiero lo mejor para ti. Y cuando digo lo mejor, sabes a qué me refiero...10

El coche frenó de pronto y los dos miraron fuera, viendo cómo alguien se

acercaba a abrir la puerta. Ziyi entonces ordenó a Zitao.1

- Ponle una sonrisa a tu cara. Si alguno de sus hombres te ve triste, sabes que

le dirán y lo preocuparás.+

Cuando la puerta se abrió, Zitao hizo lo que ella le dijo.+

Apenas pisaron el suelo, los bailarines de fuego, una especie de acróbatas que

iluminaban su camino en la noche, les dieron la bienvenida en medio de la

música. Luego, un hombre con máscara de emperador chino, que empuñaba una
espada, que dirigió a sus manos, les hizo recitar un juramento por el que se

comprometían a guardar con cauteloso secreto todo lo que allí tendría lugar. Lo

mismo de las pocas veces que él realizaba este estilo de eventos, cuando venía a

China. +

Les dieron máscaras decoradas y pintadas a mano, bellamente recreando algún

personaje propio del teatro chino, para que nadie se reconociera, al menos en el

inicio, e ingresaron a la residencia. Todos allí, vestían de gala. El entorno

era extravagante por sí mismo. Juegos de colores de luz tenue, piezas de arte de

la antigua china desplegadas en todas partes y telas de seda decorando las

estancias, lo hacían todo, una atmósfera en la que la línea entre lo real y lo

ficticio era difusa. Y en medio, un Dj rodeado de algunos de los invitados que

ya estaban más que metidos en otro mundo, danzando. Igual, en un extremo de la

sala, a lo lejos, ya había comenzado la subasta de esclavos, con un séquito de

millonarios ansiosos por adquirir mercancía.1

Zitao se dirigió al ascensor, acompañado de un mayordomo, que hacía de cuidador

cuando él estaba allí, dejando a su madre feliz en medio de la fiesta. Lo último

que alcanzó a ver, antes que las puertas del elevador se cerraran con él dentro,

fue a dos trapecistas descendiendo del techo, con lianas de seda roja, otro show
espectacular para los comensales.+

En el sanitario se miró en el espejo y se vio sus ojeras pronunciadas del agobio

y cansancio. Se quitó con rabia el labial rojo que su madre le había dejado de

regalo con su beso y se cambió con cuidado, porque debía ir a verlo.+

Cuando se hubo terminado de vestir, salió del toilette y siguió al mayordomo que

lo esperaba. El hombre le abrió la puerta negra como espejada y Zitao ingresó al

salón iluminado apenas, donde se paró en medio, para esperarlo como a él le

gustaba. Los listones de seda azul caían delicadamente hasta el suelo,

embelleciendo y resaltando aquellos marcos dorados de los cuadros de niños

jugando felices en campos verdes y praderas con flores. 1

Entonces Zitao escuchó la puerta abrirse. Sus ojos lo vieron acercarse. +

Zitao se miró a sí mismo, tembloroso de que alguna cosa no estuviera en su

lugar. Sus zapatos de charol negro, brillaban. Perfecto. Su atuendo de

terciopelo azul, estaba impecable y sin una cosa que magullara lo oscuro y

armonioso del género. Perfecto. Palpó el moño negro de su cuello, para saber si

había sido hecho como a él le gustaba. Perfecto. Recordó entonces, tocándose el

cabello, que quizá debería haber hecho que se lo corten días antes, porque a él

no le gustaba demasiado largo. Demonios. 1

- De rodillas, mi niño – le dijo tranquilo, en su lengua natal.3


- Si, amo – respondió en coreano, como sabía que debía, tal como le habían

enseñado.15

Y obedeció al caballero que se seguía acercando a él, tragando duro y cerrando

sus párpados, juntando sus delgadas manos temblorosas en su regazo. Abrió los

ojos repentinamente, observando las mangas de la camisa blanca y los volados que

sobresalían de ese blazer. Estaba bien. Si. Estaba tan bien como a él le

gustaba.+

- ¿Qué hiciste en mi ausencia mi amor? – preguntó. +

- La misma rutina de siempre, amo.+

- ¿Has sido buen estudiante?+

- Si, amo.+

- ¿Has dejado de ir a ese maldito templo como te he ordenado?+

- Si, amo.+

- Buen niño. Por eso es que te amo tanto.+

Los nudillos del hombre, rozaron el mentón de Zitao, elevando su rostro para

tener mejor visión de su perfección. Sin embargo, Zitao no elevó sus ojos, sino
que se quedó con sus párpados entreabiertos apenas. +

- Me han dicho, que eres sumamente agradable en el trato con la gente.+

Zitao no dijo nada, porque no hubo pregunta, sino afirmación, además, él debía

esperar a que se le permitiera hablar. Así que simplemente parpadeó varias

veces, sintiendo el cosquilleo de sus largas pestañas rozando la piel.4

- Me han dicho algunos, por ahí, que eres digno de ver.+

Y Zitao entreabrió los labios, porque de pronto percibió por cada frase, el

respirar agitado que de lo alto le llegaba a la cara. Consternado rogó, que no

se enojara. Se juraba a sí mismo que no había hecho nada para hacerlo enojar.+

Y entonces Zitao elevó su vista para ver a su amo.+

Su perfecto traje, lo hacían más altivo y elegante. Cabello abundante y negro,

con líneas ondulantes como peinadas por el viento. Facciones duras y finas,

viriles como delicadas. Labios delgados, que iban perfectamente con ese contorno

frío y un tanto bronceado. Su amo, debía admitir Zitao, era atractivo ante la
visión de cualquiera, podría tener a quien quisiera a sus pies, con un chasquido

hacer que todos se rindieran ante él. Pero lo había elegido, a él. 1

Un silencio sepulcral se hizo unos segundos, en los que su amo miró con delirio

a Zitao, acunando en una de sus manos delgadas y grandes el perfecto rostro de

su pertenencia. +

- Zitao – llamó.+

Zitao no dijo nada. Simplemente esperó a que su amo dijera algo. +

- Te estoy hablando – expresó duramente, con un movimiento de su mano, que lo

obligó a elevar más su rostro, para verlo.+

- ¿Si amo?1

Cuando la noticia de que Kris Wu se presentaría en un desfile en la ciudad se

hizo pública, una invitación conveniente a presenciar un espectáculo de artes

marciales, fue a parar a manos del mánager del joven modelo. Y el monje que

debía hacer la presentación en el teatro, sufrió un accidente oportuno y bien

cronometrado. Fue la única vez que el amo le permitió a Zitao regresar donde los

monjes, agradecido de repente que su niño rebelde y desobediente hubiera seguido

yendo al templo a practicar kung fu. El amo pensó que era una oportunidad única,

que no desaprovecharía. Él tenía viejas cuentas que resolver desde las sombras

con el viejo Jang.2


- Lo hiciste perfecto mi niño. Me hiciste muy feliz – felicitó curvando

largamente sus labios finos.+

Y Zitao sintió que se odiaba a sí mismo. Pero debía sonreír. Se obligó a

sonreír, para mostrarle que estaba contento de haber sido bueno con su amo, que

le había dado la orden de atraer a Yifan. Aunque jamás diría a nadie, que había

habido más. Por eso Zitao se obligó a mantenerse en una dolorosa mueca.1

- Hay algo diferente en ti – dijo de pronto el caballero, frunciendo el ceño,

mientras su dedo pulgar acariciaba el labio inferior de Zitao – Estás más...

luminoso ¿sabes? Y ahora creo que tienen razón. Porque me han hecho notar, que

eres más bello que antes, Zitao. +

Y Zitao sintió el sudor de su frente ¿Lo habría notado? ¿Era algo que se debía

evidenciar? ¿Se veía realmente diferente por haber sido suyo? ¿Por qué? +

Aterrado Zitao trató de mantenerse tranquilo y miró firmemente a lo alto, para

poderle explicar.+

- Amo – susurró con apremiante angustia – Debo ser amable con los clientes.

Sabes que...2

- Shhh... mi amor...– calmó el hombre, suavizando su tono de voz, ante al chico

indefenso, llevando la palma de su mano libre a su cabeza, depositando allí


delicadas caricias – Cálmate mi niño bello, mi precioso niño. Tú no tienes la

culpa de ser tan hermoso. Lo sé. Todos te miran por lo hermoso que eres, mi

niño...2

Y Zitao odiaba cada vez que le decía así, porque solo una persona le llamaba

así, porque solo él le decía así. Y por eso cometió un error. Frunció el ceño al

caballero, mirándolo fijo. Y el caballero interpretó eso, como algo indebido,

indecente y una muestra de insubordinación que no estaba dispuesto a tolerar en

su niño que debía ser sumiso, simplemente el más dócil, obediente y maleable.

Así que, él también, arrugó su ceño.+

- ¿Por qué me miras así? – preguntó de repente, deteniendo su mano tensa en un

mechón de los cabellos crecidos de Zitao.+

Y Zitao lo vio endurecer sus facciones finas y largas de su rostro. Y se

estremeció, sintiendo el peso de su garganta tragar a duras penas. Por eso bajó

los ojos y dijo ahora de nuevo asustado.+

- Lo siento, amo. No sé cómo... he mirado.+


- ¿Así miras a los demás cuando yo no estoy? – acusó arrogante, entre dientes,

cerrando de pronto su mano en el mechón de Zitao – ¡¿Así los miras, como un puto

seductor?! ¡¿Así que es por eso que todos dicen las asquerosidades que dicen de

ti?! – gritó furibundo y Zitao apretó sus dientes, sintiendo el tirón de los

pelos y la voz que retumbaba quemante en su oído, mientras apretaba sus párpados

doloridos – ¡Ya sabía yo que eras un puto como todos! Dime ¡¿Eso haces cuando

estoy lejos?! ¡¿Por qué me torturas así Zitao?! ¡¿Por qué?! +

Los insultos persistieron en lo que Zitao era lanzado al suelo donde cayó, al

segundo que fue levantado de un tirón, puesto de pie y llevado a donde él ya

sabía. Por eso cerró sus ojos con fuerza, para no verle la cara, en medio de las

asquerosidades que seguía gritándole. Y sus manos sintieron el frío de las

esposas. Y sus brazos fueron tirados a lo alto. De nuevo. Como siempre que él

consideraba que algo había hecho mal. Como siempre que él lo venía a visitar. 2

Y comenzó otra vez, el lento proceso de dominación, una vez más. +

El amo corrió uno de los cortinados azules y tomó entre sus manos la vara. Al

parecer estaba ansioso. No habría nalgadas con la palma de sus manos, ni con su

cinto, ni con el látigo siquiera. Eso quería decir que habría más tiempo de un

tortuoso dolor, con el que enseñaría a Zitao a comportarse mejor. Porque él

debía aprender a quien pertenecía. Porque él debía saber cómo debía comportarse,

aún si él no estuviera a su lado. Porque Zitao debía entender, quién era su

único amo.6
Al principio, Zitao había querido escapar. Pero su madre era el objeto de las

amenazas permanentes y él quería a su mamá, porque era su mamá. No quería que le

pasara lo mismo que le había pasado a su "shifu" del templo, a quien su amo

había mandado matar. Y además, tenía un séquito de cuidadores, que sabían bien

qué hacer si escapaba de nuevo. A veces se preguntaba Zitao, por qué no podía

reaccionar, cuando él sabía luchar contra otros, cuando él derrumbaba a otros en

el ring, cuando podría matar a tipos que le triplicaban en tamaño y aparente

poder. Cualquier cosa que buscara en su mente, cualquier respuesta que quisiera

encontrar, era en vano. Su amo, lo bloqueaba. Desde que su madre lo había

llevado a él, jamás pudo hacer nada.1

En pocos meses, Zitao entendió que él era suyo. Para siempre era suyo y no

podría escapar de su amo, que se había proclamado su amo. Lo adulaba

permanentemente. Lo llenaba de obsequios y delicadas caricias, pero sólo después

de descargar sobre él la ira de su impotencia. Si. Porque solo había entendido

después de mucho tiempo que el hombre era impotente y después de varios intentos

frustrados de querer penetrarlo, había encontrado la manera de sentir placer con

él. Siempre era parecido el ritual. 50 nalgadas. 50 azotes con el cinto. 100

latigazos. 100 golpes con la vara. 3 semanas de recuperarse, con un médico

agradable y comprensivo, que le decía que debía aprender a ser un mejor niño la

próxima vez. Y el pedido de disculpas, en medio del llanto lastimoso que Zitao

aceptaba de buena gana, porque siempre su mamá le hacía notar que de verdad, él

no se había portado bien con su amo que tanto lo adoraba.3

Pero ahora, era diferente. Zitao se había dado cuenta, de que todo en él era
diferente. Su cuerpo se sentía diferente, porque ahora la aversión lo dominaba

en un rechazo a su amo, después de haber sido tocado por Yifan. Y se daba cuenta

que había otra manera de amar. Quizá, la única manera de amar era la de Yifan.

Porque Yifan jamás lo había tratado como el amo que, en su dominio, siempre

descargaba violencia. Porque Yifan lo había sometido con palabras dulces y

sinceras, con caricias suaves y delicadas, diciéndole que lo amaba...1

Y de repente el pavor inundó a Zitao por completo cuando el hombre le rugió al

oído.+

- ¿Sabes por qué estoy tan enojado? ¡Porque escapaste con él, en esa maldita

moto que te ordené no comprar!2

Y Zitao entonces trató de explicar sin siquiera haberle pedido permiso de

hablar.+

- Tú dijiste... tú me ordenaste que... que me ganara su confianza...+

- ¡No te di permiso de hablar! – gritó en lo que el impulso de su brazo dirigió

el primer golpe de castigo con la vara.+


Y la habitación se llenó del primer alarido de dolor de Zitao, en un golpe seco

a su trasero, que nadie podría haber escuchado, porque seguramente en otros

dormitorios pasaría algo similar, porque la música y las risas sonoras

ensordecían a todos ahí. Y Zitao agradeció tener todavía puesta la ropa, porque

no habría aguantado.1

- ¡Dime! ¡¿Te gustó verlo de nuevo?! ¡¿Te gustó que se te acerque?! – gritaba

acusatoriamente al joven al que castigaba, sin reparar en las súplicas y

alaridos, mucho menos en sus lágrimas – ¡¿Sabes qué dicen de él?! ¡Sale con todo

el mundo! ¡Folla con todo el mundo! ¡Le da lo mismo cualquiera! 1

Todo sería para hacerle ver a Zitao que él no era especial para ese hombre, que

él no era más que un número en la línea de sus conquistas. +

- ¡¿Qué pensabas Zitao?! – seguía entre golpes – ¡¿Que él se fijaría en ti?!

¡¿Que él vendría a buscarte?! ¡Responde!+

Y Zitao se obligó a obedecer con labios temblorosos y llenos de pavor.+

- No...+

- ¡No escucho!+

- ¡No!+
Y el golpe se frenó repentinamente. Los labios de su amo besaron su mejilla y el

sufrimiento se evidenció en la voz lastimosa que le habló a Zitao al oído,

haciéndole sentir su aliento caliente.3

- ¿Por qué Zitao? – preguntó, ordenando jadeante y excitado – Responde.+

¿Por qué Yifan no lo buscó antes? ¿Por qué Yifan no lo buscó nunca? ¿Por qué

jamás se había preocupado por saber de él? Porque...+

- Porque... porque valgo nada... amo – sollozó.4

- Y para mí vales todo, mi amor – dijo él, abrazándolo, mientras su preciado

objeto yacía colgado de lo alto, dándole ese beso en los labios, lamiendo su

interior – Por eso debes entender... debes entender mi niño... no sabes cuánto

me dueles... cuánto... 6

Y Zitao se dio cuenta de repente que las manos de su amo comenzaban a desanudar

su moño, paseando tembloroso por los botones de su camisa, para desprenderlos

uno a uno. Y que ahora vendría el castigo sin absolutamente nada de ropa. Y el

pánico lo nubló por completo, porque si llegaba a ver todo su cuerpo, su amo se

daría cuenta de las marcas que evidenciaban que él, Zitao, ya no era suyo,

porque habían encontrado un nuevo amo.+

Y todo se derrumbó en la visión oscura de Zitao, que agitado, se desvaneció en


la nada.1

Lo último que vio Zitao fue su rostro. Y fue lo que lo despertó en medio del

horror de saberse aún con él. Su amo estaba sentado a su lado, mirándolo

conmocionado, mientras acariciaba su cabeza.+

Zitao se dio cuenta que estaba acostado boca abajo. El instinto lo hizo llevar

sus manos a su ropa, para cerciorarse de que aún seguía puesta. Y su amo

interpretó ese brusco movimiento, como la manera que tenía su niño de sentirse a

sí mismo y cuánto le dolía el castigo. +

- Shhh...– quiso calmar su amo – Tranquilo cariño. +

Zitao se desplomó en las almohadas almidonadas y hundió su rostro preso del

alivio, como del agotamiento, sintiendo ganas de llorar sin consuelo. Peor,

cuando su amo se acercó a él y confirmó.+

- Sé que soy rudo, pero es necesario. Tú entiendes ¿Verdad?+

Y Zitao se obligó a responderle en un murmullo débil.+


- Si.+

- Mírame – ordenó.+

Zitao obedeció y aunque lo viera nublado en su visión por las lágrimas, puso sus

ojos en los del amo.+

- Mi niño bello – dijo él, acercando sus labios finos, a los de Zitao – Te amo

más que a mi vida Zitao. Lo sabes ¿verdad?+

- Si.+

- Buen niño – dijo sonriendo, al segundo que vivaz lanzaba una idea – Creo que

mañana iremos de compras. He visto muchas cosas que creo que te gustarán para

decorar ese apartamento blanco que no me gusta – anunció alegre, mientras su

mano paseaba por la mejilla de Zitao, que sin decir palabra dejaba caer más

lágrimas, que al parecer el hombre toleraba como si nada pasara – Tu madre tiene

un pésico gusto. Creo que el azul le sentará bien a las paredes en distintos

tonos. Ya hice los arreglos con tu mamá ¿sabes? Sé que te encanta el azul tanto

como a mí. Tu mamá me lo ha dicho. Además quisiera que dejes de usar esas

prendas que llevas normalmente. Los trajes te sientan perfectamente. Ya no más

ropa deportiva, ni de calle. Ya no más zapatillas, sino zapatos. Zitao, pronto

cumplirás tus 18 años y ya he decidido con tu madre que nos casaremos mi amor. Y

ella me ha dicho que si, porque sabe lo mucho que te amo. Pero no podremos vivir
juntos aún, porque en Corea aún serías menor* y como sabes, tengo un nombre que

cuidar, pero no te preocupes, que yo arreglaré todo para tu ingreso en Seúl.

Pero ahora, descansa mi amor. Descansa un rato más. Después seguiremos nuestra

charla.2

Y Zitao cerró sus ojos obediente a su amo. +

Y esperó a que él se cansara de mirarlo y suspirar mientras lo miraba dormido. + r

Solo cuando escuchó la puerta abrirse y cerrarse, percibiendo el cuidado con el

que su amo lo hacía para no despertarlo, Zitao abrió los ojos. +

Aspiró profundo, tomando fuerzas y se sentó en la cama, en medio de la oscuridad

del dormitorio. Sus ojos se acostumbraron a las sombras y con temor se puso de

pie para caminar hacia la puerta. Cerró sus ojos dolorosamente y un quejido

salió de sus entrañas, sintiendo su cuerpo partido, secuela de su castigo. Y aún

a riesgo de recibir un escarmiento peor, Zitao solo pensó en una cosa. Llegar a

Yifan.+

Sus piernas temblaban. Sus manos y brazos también. Se tocó cada una de sus

muñecas, sintiendo el ardor como si quemara, de la tirantez de donde había

estado colgado, pero se exigió a ser fuerte. +

"Yifan", susurró varias veces, en lo que se secaba constantemente las lágrimas,


apoyando la palma de sus manos en las paredes.+

Salió por los pasillos angostos y alfombrados de terciopelo rojo, lleno de gente

que seguía en la fiesta, en medio del glorioso jolgorio, de la música

estridente, de las risas depravadas y jadeos de aquellos que se notaba estaban

completamente entregados a sus orgasmos. De algún lado Zitao alzó del suelo una

máscara y se la puso, buscando por instinto en su mente, recordar los pasajes

secretos de esa enorme mansión.+

Fue por el camino más difícil, pero seguro de no ser visto. Las escaleras.+

Y llegó a duras penas al subsuelo. Y bajó dos pisos más. Tres guardias le

indicaron que "él" seguramente se encontraría detrás de esa puerta que vigilaban

y se quedó oculto, asomado apenas lo justo, viendo esos tipos ir y venir.+

Sabía que no debía hacerlo y sin embargo lo hizo. Derecho, intentó parecer

compuesto, olvidándose del dolor de su cuerpo, para parecer seguro y avanzó

hacia donde se encontraban ellos, quitándose la máscara que llevaba.+

- Joven Huang – dijo completamente sorprendido uno de los guardias – ¿Se le

ofrece algo?+

- Me envía para saber cómo está – habló tranquilo – Abran la puerta.+

Nadie dudaría de su palabra. Todos sabían bien, cuál era la posición de ese niño
en la residencia y en la vida de su jefe. Así que obedecieron, sin parecerles

extraño lo que pedía.+

Y Zitao ingresó, cerrando la puerta detrás de sí, en la penumbra de ese

dormitorio diminuto y mal oliente. Y divisó esa cama desprovista de ropa, sin

nada, apenas con una colchoneta delgada. Y lo vio tendido, como si durmiera, con

los ojos vendados y la boca amordazada, maniatado con esposas a la cabecera,

como los tobillos atados a los pies de la misma. Pero dolió más, cuando se

acercó al borde de la cama y vio sus dedos vendados. Cada una de las yemas de

los dedos de Yifan, le habían sido arrancadas, seguramente para deleite de su

amo, de enviarlas a la familia como prueba de vida. 4

Un gruñido salió de las entrañas de Yifan, adolorido del cuerpo castigado y

golpeado. Había luchado demasiado y le había dado trabajo a los tipos, que le

hicieron pagar a golpes su rebeldía hasta dejarlo inconciente. Sus dedos

quemaban demasiado y apretó sus puños temblorosos, porque sentía que el ardor ya

era insoportable. No podía respirar y se ahogaba. Las lágrimas se le fueron,

pero no de miedo o dolor, sino de rabia. Porque había sido un idiota.+

Yifan se removió, percibiendo la presencia de alguien. Agudo sus oídos,

escucharon el imperceptible sonido de la suela del calzado de una persona, que

pisaba el lugar. Pero nada podía ver y nada podía hablar. Respiró agitado,

escuchando el gemido de alguien a su lado y de repente aspiró profundo, como

oliendo el aire, a la vez que habría querido gritar, ahogándose en su suspiro. Y

la furia se apoderó de él, retorciéndose en sí mismo, tirando de sus muñecas,


porque juraba que querría haberlo matado de haber podido. Y se odió más todavía,

cuando sintió algo suave que rozaba su rostro, porque aunque intentó alejarse,

no podría haberlo alejado. Estaba atrapado. Su pecho se infló furibundo, arriba

y abajo, completamente descontrolado, porque no quería sentirlo siquiera, porque

lo quería lejos.+

Y entonces escuchó apenas, el susurro de su voz en su oído.+

- No digas nada, sino se darán cuenta. 1

Zitao quitó la mordaza de la boca, escuchando el respirar angustiante de Yifan.

Y vio los labios inflamados, morados y la sangre seca en los bordes, como en su

nariz hinchada. Para cualquiera que lo conociera bien, Yifan resultaba como un

desconocido, por la golpiza recibida.+

Y Yifan percibió el roce de algo en sus labios, al segundo que el agua, como

nunca tan vital, cubría sus labios. Y tembló, cuando sintió la mano de Zitao en

su nuca, sosteniéndolo para que pudiera saciarse mejor y tomar toda el agua que

necesitara. Pero entonces se recordó quién lo había llevado a eso. Y con impulso

e ímpetu, escupió el agua hacia el frente, sabiendo que había dado en donde

quería darle.1

A duras penas, aún sin ver nada más que oscuridad, Yifan rebuscó la manera de

expresar lo que quería, ávido del odio que sentía.+


- Aléjate de mí. Maldito. Para mí, tú eres nada. Eres menos que una mierda.

Porque tú... eres nada para mí.20

El mutismo inundó el lugar. Sólo se escuchaba el sonido jadeante de la

respiración agitada de Yifan, que después de unos segundos de silencio, más de

lo normal, alcanzó a escuchar de nuevo su voz.+

- Tienes razón. No soy nada. Porque... no valgo nada. Perdóname.+

El sonido de las pisadas le indicó que se iba. Y la puerta de oyó abrirse y

cerrarse.+

Y el corazón de Yifan se desmoronó en un vacío, porque aún queriendo creerle, se

sentía el más estúpido por amarlo. Porque pensando en cada cosa que había

pasado, en las palabras de los tipos que se congraciaron felices en torturarlo,

sabía bien que ese maldito niño había sido el instrumento bien usado para

atraparlo. Cualquier cosa que dijera era una mentira. Todo lo que habían vivido

era una mentira. Tan mentira como lo que le había dicho a Zitao, porque aún

odiándolo, él lo seguía amando.

-------------------------------------------------------

* La mayoría de edad en China, es de 18 años. Pero en Corea del Sur, la mayoría


de edad se alcanza a los 20 años (19 en la edad estándar)

Ese niño

A duras penas llegó a la puerta del dormitorio, para volver a su lugar,

cerciorándose de nuevo de no ser reconocido por nadie en el camino, llevando la

máscara. Ingresó y de un arrebato fue metido por alguien dentro, que le quitó el

antifaz de un tirón, seguido de una bofetada en las mejillas. Confundido Zitao

miró al frente y se dio cuenta que la luz de la habitación estaba encendida y

quien lo había golpeado era su madre que agitada, lo miraba con horror.+

- ¡¿Qué demonios tienes en la cabeza para hacer lo que hiciste?! – gritó ella
por lo bajo, como si alguien pudiera escuchar en medio del jolgorio de afuera,

amenazante con la palma de su mano lista de ser usada de nuevo contra él de ser

necesario – ¡¿Sabes qué hubiera pasado si quien venía a verte era él y no yo?!

¡Maldición Zitao! ¡¿Estás loco?!2

Zitao bajó la vista al suelo sin decir una sola palabra. Se sentía completamente

nada, así que ya nada le afectaba. Por eso se dejó manejar por el empujón de

Ziyi que lo volvió a la cama, donde terminó nuevamente recostado, en medio de

sus reclamos. +

- Zitao – llamó ella algo más calmada – Mírame cariño.+

Él elevó su vista a ella, desganado y aturdido, apenas siguiendo la voz que

escuchaba, pero en un mutismo indolente porque ya no tenía energías para nada.

Percibió la palma de la mano de su madre, que acariciaba su espalda suavemente y

él cerró los ojos unos segundos, queriendo pensar en que estaba preocupada.+

- ¿Fue duro? ¿Quieres que hable con él? +

A duras penas él negó con la cabeza, persistiendo en sus párpados caídos. Sería

en vano, porque el amo siempre explicaría a la mujer los términos de ese maldito

contrato, como alguna vez lo hizo, haciéndole aprender de memoria el mismo, a la

vez que lo convencía de que era una cosa hecha por su bien y de mutuo acuerdo. Y

ella siempre cedería, porque estaba todo bien, mientras el amo cuidara de su

niño.2
- Te dejaré seguir descansando – dijo ella, mientras acariciaba su cabeza con

ternura – Hablaré con él querido. No me gusta verte así, cuando hiciste algo por

él que sé que te costó mucho. No le diré nada de tu escape, porque si llegara a

enterarse sería terrible. Podría matarnos si llegara a darse cuenta que fuiste a

verlo. +

Se sentía absolutamente perdido, sufriendo la consternación de darse cuenta que

de pronto él no le importaba absolutamente a nadie. Si hace un tiempo consideró

la posibilidad de sentirse contento por no estar sólo en el mundo, ahora hubiera

preferido estarlo. Desde el momento en que su amo le dijo que debía verlo, su

corazón volvió a latir como nunca lo había hecho en años. Y cuando le dio las

razones de su tarea, se sintió culpable, aún cuando su amo, todo ese tiempo, se

habían encargado de dejarle bien en claro sobre la vida feliz que llevaba Yifan.

Y si antes llegó a sentir rabia y enojo por él, ahora Zitao se preguntaba si

todo lo que le habían hecho creer de Yifan era verdad. Ahora no tenía sentido el

que le hubieran hablado tan mal de él y el interés desmedido de hacerle notar

que él no era nada para Yifan, porque todo lo que en unas horas había pasado,

era como si le hubieran abierto los ojos de repente cayendo en su cruda

realidad, horrible realidad, espantosa realidad que encubría la verdad. Él no

valía nada. Para su madre era lo que necesitaba tener la vida cómoda que

llevaba. Para su amo era la cosa sobre la que descargaba su furia por su

impotencia en un amor falso. Y para el mundo ni siquiera existía.+

Gimió entonces al darse cuenta que para la única persona que él había sido algo,
era para Yifan y lo había traicionado. No podría jamás culparlo por las palabras

que le había dicho con tanto odio. Era lo menos que merecía.2

En el instante en que se dejaba ir por el sueño, queriendo creer que sería lo

mejor para él en ese momento, sintió a la distancia su móvil vibrando.

Confundido, porque nadie más que su amo lo llamaba, se incorporó en la oscuridad

y se puso de pie para encender la luz, con la intención de atender rápido, por

si él no necesitara. Se volvió a todos lados, tratando de entender dónde estaban

sus cosas, que de seguro su madre puso en el lugar y encontró el mismo bolso en

el que había puesto su ropa cuando se cambió en el sanitario en un sillón

pequeño, cerca de la ventana. El celular dejó de vibrar y Zitao asustado fue

rápido para ver la pantalla. Era el número de Yifan.

Frunció el ceño, sin entender absolutamente nada, porque se suponía que lo

primero que deberían haber hecho los guardias, como en tantos otros casos, era

deshacerse de cualquier evidencia, entre ellas el celular de Yifan.+

Y el móvil, volvió a vibrar en sus manos. +

Asustado Zitao, sin entenderse a sí mismo, llevó el aparato a su oído y murmuró

tembloroso.+

- ¿Si? +
Un suspiro de escuchó del otro lado. Y una voz un tanto grave, dijo con evidente

tono de preocupación.+

- Mierda – escuchó insultar en coreano del otro lado – ¿Hablas coreano? +

- Si – respondió preso de pronto del pánico Zitao, creyendo entender qué pasaba.+

- Genial – dijo la persona, evidentemente suspirando por su buena suerte – No

hablo chino. Soy amigo de Yifan. 3

Zitao sin poder emitir una sola palabra, abrió sus ojos, encontrándose con su

imagen en el espejo de enfrente. El espanto lo dominaba y se pasó la mano por su

cara, como obligándose a despertarse del todo, mientras seguía escuchando al

amigo de Yifan del otro lado atento.+

- Te preguntarás por qué te llamo desde su número. Verás...– dijo titubeante y

lanzando un resoplido –...vi los últimos mensajes que se enviaron y sé que eres

el chico con el que estuvo anoche ¿Es así? Y pensé que Yifan podía estar... +

- No hay tiempo. Pueden rastrear la llamada. Lo secuestraron. Si avisas a la

policía lo matarán, si se dan cuenta que estoy hablando de esto, lo matarán.

Solo puedo decirte que está en peligro. Después que corte te enviaré una

dirección y un número con quien te comunicarás. Pero no vuelvas a llamar.+


Y cortó. +

Zitao dubitativo, pero con un poco más de cordura, se dio cuenta de lo que

ocurría sin que el chico del otro lado le hubiera dicho nada. Por eso no debía

perder tiempo. Y miró la pantalla de su móvil, enviando rápido el número de

Hangeng que conservaba, al amigo de Yifan, junto a la dirección de la residencia

de su amo, borrando al instante todo, para que si por las dudas a su amo se le

ocurriera ver su celular para controlar sus movimientos, no encontrara nada por

el momento.+

Y cuando se recostó de nuevo en aquella cama, se durmió.+

__ __ +

No sabía del tiempo, porque cada segundo era como una tormentosa eternidad. Y en

medio de esa espantosa realidad que le tocaba vivir, solo veía oscuridad. +

Todo era demasiado doloroso y la palabra "dolor" era poca. Toda su dignidad se

vio derribada por ese suplicio, así que se exigió mantenerse cuerdo. Pensó en

sus amigos todo el tiempo, porque al fin y al cabo era lo único bueno que le

quedaba por pensar. Pensó en que quería verlos y estar con ellos, para reírse

creyendo que esto se trataba de alguna cosa de mala suerte, pero nada más.

Lloró, si, muchas veces, pero se sintió de pronto mejor, sabiendo que con los

ojos vendados nadie se daría cuenta de esos momentos en los que sentía

derrumbado. Y esperó. Lo mejor y lo peor. Un momento se durmió y al instante


despertó, creyendo escuchar algo, pero no. Algunas veces se removió, por el

cosquilleo que recorrían sus piernas acalambradas y sus brazos adormecidos, para

al final rendirse de nuevo a la quietud, sin saber si seguía la noche o el día

siguiente, si había amanecido o era la tarde. Todo era igual. Hasta que escuchó

una puerta abrirse.+

- Traigan una silla y siéntenlo – ordenó un hombre en mandarín*, que tensó

atento a Yifan.+

Yifan escuchó los movimientos de varias pisadas, rápidas por cierto, en

obediencia a quien evidentemente era el jefe de ahí. +

- Wu – dijo el hombre en inglés – Te sentarán en la silla y te pediré que no

intentes escapar, ni luchar inútilmente, por el bien de tus abuelos, que

dependen de ti en este preciso momento. Mueve tu cabeza, si has entendido.+

Y Yifan asintió. Aun sin que le quitaran las esposas, o le quitaran la cuerda de

sus tobillos, lo elevaron, para sentarlo en esa silla, que el hombre había

ordenado que le trajeran. Alguien de un tirón le quitó la mordaza de la boca,

dejándole también liberada la visión, que se le hizo borrosa al inicio, mientras


otra persona le unía las muñecas detrás, de nuevo esposándolo. +

Apretó sus pestañas varias veces con fuerza, sacudiendo su cabeza confundido,

para que pudiera entender la nueva posición en que se hallaba y frente a quién

se encontraba. +

Vio borroso y todo oscuro. Hasta que en medio de lo difuso, todo se volvió

visible. Jamás sabría quién era el hombre detrás de todo eso, porque a una

distancia prudente, se mantenía en la sombra de la oscuridad, mientras el

reflejo repentino de una luz, le daba a los ojos. Había hombres. Los que

vigilaban. Pero Yifan no conocía a nadie ahí, así que apenas se detuvo en ellos. u

- Denle agua – ordenó el hombre en cantonés*.+

No fueron bruscos esta vez, sino todo lo contrario. Fue como si Yifan se

sintiera de repente tenso y esperanzado, en una mezcla de rabia y ansiedad, de

pensar que llegaba la hora quizá de ser liberado, porque habían negociado por

él. +

Cuando terminó de tomar la última gota de agua del vaso que le habían servido,

el hombre habló de nuevo, pero esta vez en inglés. +

- Seguramente te preguntarás por qué estás aquí.+


Yifan no dijo nada. Simplemente se limitó a esperar a que el hombre siguiera,

tratando de memorizar los tonos cambiantes de su voz lineal y perversamente

calma, que contrastaba algo, en medio de los cambios de idiomas. +

- ¿No quieres saber? – preguntó evidentemente eligiendo el inglés, hablándolo

incómodo, algo duro y cortante en su acento.+

- No me lo dirá – afirmó sin fuerza Yifan.+

- Y tienes razón – respondió el hombre, lazando una sonrisa suelta – Verás, es

que es una larga historia y además aburrida. +

- Entonces no es dinero – concluyó Yifan en un suspiro de derrota, sabiendo cuál

sería su final – ¿Hasta cuándo me mantendrá con vida?+

- Chico inteligente – dijo el hombre para sí, más que para él – De verdad me

habría sentido orgulloso de haberte tenido de hijo. Porque sé que incluso siendo

modelo, lo hiciste para liberarte de tu padre que no tiene visión. Compras a la

gente con tu imagen. Podrías ser un maldito perverso y hacerles creer a todos

que eres un ángel. Aunque incluso siendo un demonio, te seguirían amando.1

- ¿Gracias? – dijo él con sarcasmo y sonriendo de rabia.+

- Y no tienes miedo.+
- No le tengo miedo a la muerte.+

- ¿Y a qué le temes? – le preguntó el caballero.+

- Al olvido.5

- Interesante – se escuchó de una voz en hangul* por lo bajo.+

Quizá el hombre era coreano, concluyó Yifan. Unos segundos de silencio, hasta

que escuchó al caballero tomar aire para seguir hablando.+

- A veces el olvido es la mejor herramienta para lograr tu objetivo. Puede ser

un arma muy poderosa, porque cuando tienes enemigos, es un excelente instrumento

para ganarles, porque jamás esperarán de ti un ataque.1

Yifan analizó aquello, atento, como si fuera un interesante consejo. Y el hombre

se dio cuenta. Apenas si lograba vislumbrar una calma innata y natural que a él,

en particular, lo perturbaba, como si se estuviera enfrentando a un rival, aún

estando derribado y denigrado a lo inhumano en esa silla. +


En ese momento, la puerta se abrió. Yifan notó el ingreso de alguien. No podría

jamás haber notado quién se había colocado al lado de ese hombre que mandaba,

hasta que lo escuchó decir en mandarín.4

- De rodilla mi niño.+

- Si, amo – respondió él.+

Cabizbajo y evidentemente avergonzado de verse en esa posición, es lo que Yifan

notó con dolor, cuando se dio cuenta de repente que era Zitao. "De rodillas", le

había ordenado. "Mi niño", lo había llamado. "Amo", había respondido Zitao, que

obediente, ahí estaba. De rodillas, recibiendo una caricia en su corona, de una

mano que provenía de lo alto, de alguien que se deleitaba por tenerlo postrado.

Para Zitao fue humillante, aunque no lo diría. Para Yifan fue el infierno en

vida, sintiendo el dolor en su corazón que podría haberse partido del estrés. 2

- ¿Lo ves Wu? – dijo el hombre con una nota de sarcasmo en su voz – Cuando menos

lo piensas, aquello que olvidaste, se convierte en tu peor enemigo.+

Yifan podría haber gritado con furia descontrolada. Pero no. La furia lo llenó

inauditamente de una fuerza que ni siquiera él pensó en poseer, en medio de una

calma alarmante para el hombre, que esperaba una reacción de Yifan

descontrolada, pero recibiendo todo lo contrario. Yifan hizo como si no hubiera

visto nada y elevó su mentón a la oscuridad, donde se imaginó los ojos de esa

mierda que estaba como rata oculta, lanzando su voz grave en un diligente
dialecto hangul, ya dando por sentado, que ese hombre era coreano.+

- Si alguna vez tuviera enemigos de los que vengarme, quisiera mirarlos a los

ojos y hacerles pagar lentamente. Pero que sepan que soy yo. Que sepan que soy

yo, incluso si no los he atacado, porque me encantará saber que me tienen miedo,

a la espera de ser atacados por mí. Jamás dormirán tranquilos, ni descansarán en

ningún momento, ni disfrutarán de nada, porque sabrán que en cualquier momento,

les daré donde más les duela. Sabiendo que simplemente, todo el tiempo, fui yo.2 r

- Vaya – dijo el hombre de nuevo, en inglés, en una mueca arrogante – Si que

eres sádico.1

- No – habló en inglés Yifan, sabiendo que el hombre era coreano en realidad,

porque había entendido cada palabra – Solo hay un sádico aquí. Y lo sabe. +

- Si – dijo evidentemente contento – Lo habrás notado ya.+

- Debió reírse cuando vio que me arrancaban la piel lentamente y me quejaba

cuando sentí la carne rasgada de mis dedos – contó Yifan en una sonrisa

endemoniada, burlándose de sí mismo, impidiendo que el otro se burlara de él,

porque ya no había gracia si ambos se divertían – Debió disfrutarlo tanto, como

debió disfrutar viendo a mis abuelos gritar, cuando recibieron el paquete con la

prueba de vida.+
Y tenso silencio se hizo en el momento. Lo que había dicho Yifan era cierto. Tan

cierto como que Yifan ya había concluido que su final había llegado. Así que

fríamente se limitó a preguntar.+

- ¿Cuánto tiempo me mantendrá con vida?1

Un sonido de suelas de zapatos en el piso, le indicaron que se iría. Un

escalofrío horripilante le recorrió de la cabeza a los pies, cuando el hombre

respondió, con una mueca llena de felicidad, que Yifan logró escuchar.+

- Lo que soportes por cada miembros de tu cuerpo que te sea arrancado a partir

de mañana. Zitao, mi amor, de pie.1

Y todo volvió al silencio absorbente.+

Yifan se tensó completamente, aspirando y queriendo emitir algún sonido

inútilmente. Inmóvil del espanto, la rabia y la aberración miró a Zitao que

obedecía rápidamente, sin decir palabra.+

Todo fue demasiado humillante. +

Y volvió a esa maldita cama.+

Y de nuevo, el tiempo que no era tiempo, sino una tortuosa eternidad, en medio

de la oscuridad absoluta. Aunque le haya dicho mañana ¿Qué mañana sería? Si no


sabía si se trataba de horas o de la luz del sol ¿O sea que era de noche? ¿O le

habría hablado ya siendo de madrugada? ¿Cuánto tiempo había transcurrido estando

ahí?2

Y aunque tuviera los ojos vendados, se obligó a cerrar los ojos e hizo lo que

jamás pensó en la vida, que le vendría bien hacer. Meditar como su maestro de

yoga alguna vez de joven le había enseñado. Concentrarse para mantenerse con el

orgullo en alto, recordándose a sí mismo quién era. Murmurando alguna plegaria

budista, de esas que hacían los monjes, que lo mantuviera lejos de contar el

tiempo o pensar en cosas que lo llevarían a la locura. Jamás pensó que le

sirviera tanto eso, alguna vez en su maldita vida.+

Y así pasó el tiempo, sin importarle ya el tiempo.2

Se durmió un poco y despertó en algún momento. Se puso de nuevo en una estancia

de meditación, para volver a dormirse y despertarse de un sobresalto, cuando

creyó escuchar de nuevo la puerta abrirse.+

Apenas si pudo incorporarse, agitado y preso de la angustia preguntándose que

venía a continuación, si otra ronda de tortura física o psicológica, propia de

los secuestradores, que te desmoralizan hasta hacerte sentir nada. Pero

entonces, de nuevo, en medio del silencio, sus fosas nasales se impregnaron de

ese aroma tan a limpio, tan de aire y verde, que lo hicieron querer tragarlo por

completo. Un nudo se le hizo en la garganta, pero estaba demasiado rendido como


para luchar contra alguien. Su cuerpo tampoco podría haber reaccionado de otro

modo. No cuando en medio del roce de los dedos que pasaron delicadamente por su

rostro, quitándole la mordaza de la boca para liberarla, percibió el agua que lo

refrescaba y la mano de Zitao en su nuca, que lo sostenía.+

- Despacio – susurró como pedido, seguramente de verlo inestable y atolondrado –

No te ahogues. +

Y se dio cuenta que habían pasado demasiadas horas, quizá un día, porque la sed

se lo decía. Cuando terminó de tomar el agua, escuchó su voz de nuevo en ese

murmullo, mientras él tragaba lo último.+

- No digas nada, sino se darán cuenta.+

Y Yifan se incorporó lo que pudo, frunció el ceño confundido ¿Por qué no debían

darse cuenta? +

Escuchó entonces un ruido extraño, hasta que una línea dura y fría le tocó la

boca. Se alejó instintivamente, hasta que escuchó de nuevo.+

- Solo es arroz. Nada más. Tienes que comer algo.+

- No quiero – dijo él.+

Zitao bajó los ojos, cerrando sus párpados. Aún si le dijera a Yifan que no le
había puesto nada en lo que le ofrecía, no le creería y además no podría

culparlo. Tenía toda la razón para odiarlo. Por eso no insistió, temeroso de

provocar una reacción que lo llevaría a ser castigado, no a él, sino a Yifan y

creyó que debía mantenerse en silencio, para seguir trayéndole al menos agua. +

Pero cuando Zitao quiso quitar su mano de la nuca de Yifan, se dio cuenta

recién, que Yifan había acercado su rostro a su pecho. Zitao bajó su vista y

suspiró, dándose cuenta de pronto de un detalle. Yifan lo olía. Como si fuera la

memoria de algo bueno en el momento, Yifan aspiraba de su aroma. Como si

sintiera que estaba fuera y libre, en medio de lo aberrante del momento,

queriendo apartar lo repugnante del aire contaminado de sí mismo por el tiempo

que había pasado en el mismo sitio. Y Zitao no lo apartó, sino que por el

contrario, lo aferró más a sí mismo, porque entendió su intención; porque aún si

Yifan no le creyera, él jamás le tendría asco a nada, ni siquiera en ese

momento, ni siquiera encontrándose Yifan como se encontraba. 1

- ¿Por qué haces esto? – susurró Yifan, removiendo su mejilla en el pecho de

Zitao – ¿Te envió a torturarme?+

Y Zitao escuchó una risa con sorna y sin aliento de Yifan, que le dolió. Pero no

dijo nada. Simplemente apretó con rabia su mandíbula y se obligó a no llorar

para contenerlo por el breve instante en que Yifan se lo permitiera. +


- Dime algo – suplicó Yifan, entre dientes – Quiero entenderte ¡Maldita sea! +

- Shhh...– murmuró Zitao, mientras que una de sus manos se atrevían a pasear por

su rostro – Por favor...+

- ¿Tanto miedo le tienes? – preguntó con pena, sintiéndose absolutamente

absorbido por el temor de Zitao.+

Pero Zitao no dijo nada. No respondió a su pregunta y esa fue la contestación. + e

- Mi niño – suplicó Yifan, contrariado en un instante de ternura – Dime qué

quieres que haga por ti y lo haré...8

Yifan escuchó suspirar a Zitao, percibiendo su mejilla mojada y cálida en la

suya. Sus labios temblorosos se animaron a rozar su oído y le dijo.+

- Vive.4

Un sonido de afuera, alertó a Yifan, percibiendo el movimiento repentino de

Zitao que se ponía de pie, dejándolo de pronto en el frío. +


Se había ido.+

Y él se quedó completamente desorientado de todo eso. Suspiró consternado y se

dejó derrumbar cansado en esa cama.+

__ __ +

Zitao caminó con prisa a su dormitorio. Subió dos pisos hasta llegar al pasillo

del suyo. Entonces escuchó.+

- ¡Zitao!+

Dándose la vuelta, para ver a su madre, ella lo miró disgustada.+

- Si – respondió, acomodándose la ropa de su nuevo traje.+

- Te busqué por todas partes – dijo con evidente molestia y desconfianza –

¿Dónde estabas?+

- Quería comer algo así que fui a la cocina. Pero cambié de idea y esperaré que

sirvan la cena.+

Su madre asintió apenas, al segundo que sonriendo dijo.+

- Te llama. Quiere darte una sorpresa.+


Bajaron a la sala principal. Alfombrado de azul y sillones con almohadones de

igual género y color, delicadamente contorneados en dorado. Su amo estaba

sentado, con las piernas cruzadas y descansando, hasta que vio a Zitao llegar.

Se puso de pie y con una sonrisa perfecta, abrió sus brazos, indicándole a Zitao

que debía ir a él. Y Zitao obediente, se perdió en ese abrazo delicado, apoyando

su mejilla en el hombro del alto caballero, rodeándolo con sus brazos, como a él

le gustaba, porque quería sentir que lo amaba mucho. +

- Mi amor – dijo él – Tengo un regalo para ti, por todo lo que has hecho por mí.1

El amo miró feliz a Zitao, que le sonrió tímidamente, como a él le gustaba,

mostrándole en su mano las llaves de la moto. Zitao entonces se quedó

boquiabierta y los ojos que demostraban sorpresa.+

- Puedes hablar mi niño – sugirió él con ternura.+

- ¡Gracias! ¡Gracias! ¡No sé... no sé cómo...! – exclamó Zitao e hizo lo que

creyó más conveniente. Lanzarse a sus brazos y besarlo muchas veces, mientras

sentía los labios curvados de felicidad del caballero que se deleitaba en esa

manifestación del niño al que adoraba.1

Cenaron en una paz y alegría absoluta, dándose miradas de afecto. El niño había

sido obediente y había obtenido su premio, así que debía comportarse agradecido
como nunca, sobre todo porque amaba mucho a su amo, que lo cuidaba y consentía

como a nadie. +

Hablaron de muchas cosas, como si estuvieran en familia. Como por ejemplo, que

pronto se casarían, ahora que el caballero había quedado convenientemente viudo.

Le contó a su niño dónde vivirían, cuando se mudaran a Seúl. Sugirió qué cosas

podría hacer Zitao, anoticiándole del séquito de tutores y nanas que dispondría

para su cuidado personal. Y también dijo más.4

- Mi hijo ya lo sabe y está feliz con eso.4

Zitao se mordió el labio inferior, haciéndole notar a su amo los nervios y

ansiedad ante la palabra "hijo". Por eso, quiso confortar a su niño, dándole con

cuidado una palmadita a su mano que estaba sobre la mesa.+

- ¿Qué te preocupa mi amor? – preguntó tranquilo.+

- Quisiera llevarme bien con tu hijo – dijo cabizbajo y dulce Zitao.+

- Te adorará como yo. Es...+


Pero nada más pudieron seguir diciendo, porque los ventanales explotaron a su

alrededor. 5

Y Zitao se dio cuenta, que el amigo de Yifan había llegado.2

Los gritos le siguieron a eso y las chispas de los vidrios se derribaron sobre

ellos, haciendo que se agacharan, en medio de las órdenes descontroladas del

jefe que retumbaba en medio de los tiros que se estampaban en las paredes de la

residencia.+

- ¡TODOS AQUÍ AHORA! – alcanzó a escuchar entre las órdenes dadas – ¡CUIDEN QUE

NO LLEGUEN A ÉL!1

Guardias cayeron al suelo y otros corrían. Zitao los vio a esos últimos y sabía

bien a dónde iban. Miró apenas a su madre, que tirada en el suelo, estaba como

loca, presa del pánico en llanto. Pero no por mucho tiempo, porque su amo lo

tomó del brazo, siendo cuidados los dos en medio de la balacera. Sin entender

absolutamente nada, Zitao fue metido en un dormitorio. Para cuando se dio

cuenta, se encontró queriendo salir y hallándose encerrado. Pero no fue

impedimento para que con fuerza, pateara la puerta e hiciera explotar la

cerradura. Dos hombres fornidos lo recibieron sorprendidos.+

- No podemos dejarlo...+
Quiso decir el guardia, pero en un segundo, Zitao ya los había derrumbado,

dejándolos inconcientes en el suelo. Fue como volver a ser él de nuevo, sin

creerlo, sin miedo y sin sentir el peso de sentirse prisionero, porque solo

quería una cosa. Asegurarse de que él fuera liberado.+

Zitao tomó el arma de uno de los tipos en el piso y corrió hacia el ascensor que

sabía no sería usado por nadie, porque todo el mundo estaba abajo. Metido

dentro, se atrevió a ir directamente al subsuelo, dos pisos bajo tierra, donde

estaba al final del pasillo el lugar donde estaba Yifan. +

Agitado, Zitao vio los números pasar con demasiada lentitud. Y cuando estuvo a

punto de llegar, se puso en posición quitando el seguro del arma y apuntando al

primero que quisiera atacarlo. Y esperó a que las puertas se abrieran. +

Zitao fue recibido por una balacera. Se agachó, colocándose al margen de la

puerta, impidiendo que se cierre y apuntó a quienes bien sabía que eran los

guardias de la residencia. No falló con ninguno de los que tuvo a la vista. Tres

guardias fueron derribados por él, en el largo pasillo, mientras el sonido de

las explosiones, seguían en la planta baja y que retumbaban en ese subsuelo. 3

Y se hizo un silencio en esa zona. +

Zitao se asomó, mirando la puerta, donde se encontraba Yifan, pero lo vio fuera,

al pie de ella, en lo que dos personas lo agarraban para llevarlo. Quiso salir

del elevador, quería saber qué pasaba con Yifan, desesperado de pronto por ver
la sangre que lo rodeaba a él, entrando en estado de pánico, al darse cuenta que

había sido herido con una bala. Pero alguien le apuntó a la cabeza de un

costado.+

- Muévete y te mato – gruño el tipo – Suelta esa arma y da un paso al frente.+

Zitao obedeció, sin dejar de mirar cómo los dos hombres elevaban a Yifan, uno de

cada lado. +

-Yifan – murmuró Zitao temblando, nublada su vista, temblando con manos en alto.+

- ¿Niño? – preguntó el sujeto a su lado.+

- Tú – dijo consternado y espantado Zitao – ¿Eres su amigo? ¿Hablé contigo? –

cuestionó desesperado.+

- No – dijo entonces el sujeto, bajando el arma – Hablaste con Sehun. Soy

Chanyeol, su otro hermano. 13


Algo más que fuerte detonó, porque todo allí abajo tembló, haciendo retumbar las

paredes. Chanyeol entonces gritó furioso por Handie.+

- ¡Maldita sea Hangeng! ¡Se adelantaron! +

- ¡Nos están lanzando con misiles Chanyeol! – devolvió del otro lado, el bramido

de rabia – ¡¿Qué mierda quieres querías que hagamos?! +

- ¡Debemos salir ahora señor Park! – gritó uno de los que sostenían a Yifan.+

Otra explosión hizo caer chispas de cemento, dando la señal de que todo ahí en

el subsuelo se derrumbaría.+

- Niño – dijo Chanyeol duramente – ¿Tú nos puedes sacar?+

- Si – respondió con seguridad Zitao.+

- En cuánto.+

- Diles que nos cubran por tres minutos+

- ¡Hangeng! – gritó, en lo que todos ahí se agachaban por otro estallido.+

- ¡Hangeng está herido Chanyeol! +


- ¡¿Sehun?! – exclamó evidentemente consternado Chanyeol – ¡¿Qué mierda haces

metido ahí maldita sea?! ¡Te dije que te quedaras guardado!+

- ¡No me iba a quedar de brazos cruzados maldita sea! ¡No eres la mierda de mi

padre Chanyeol! ¡No soy un niño! ¡Así que dime de una vez! +

Zitao observo los grandes ojos del inmenso hombre cerrarse con rabia, dándose un

golpe con el arma que tenía en la mano. Asustando, miró de pronto a Yifan que

murmuraba algo y quiso sostenerlo, a pesar de tener otros dos que ya lo

cargaban. Los ojos de Yifan apenas se abrieron y Zitao sonrió como si nada

pasara. Y Yifan, también le sonrió como si nada pasara. Eso fue lo último, antes

que se desvaneciera por completo.+

- ¡Debemos sacarlo ya de aquí! – gritó Zitao a Chanyeol, que lo miró como loco,

arrugando su frente y gritando al otro lado.+

- ¡Dame dos minutos y medio!+

- ¡Entendido! +

- ¡Se dice cambio y fuera imbécil!6

- ¡Vete a la...! +

Chanyeol cortó la comunicación, mirando a Zitao, de manera cortante y decirle.+


- Estamos contigo.+

Entonces, Zitao se metió en el ascensor, encontrándose con Chanyeol que se

negaba a hacerlo.+

- Es la única salida ahora – explicó rápido Zitao – No podrán entretenerlos

demasiado desde el frente. Hay un piso más abajo al que nadie tiene acceso y

sólo yo sé la clave. Confía en mí.+

- ¿Hundirnos más en esta mierda? – rugió entre dientes Chanyeol – Suena bien.+

Chanyeol observó al chico darle una clave al teclado, comenzando a contar el

tiempo que tenían. Miró su reloj varias veces, diciendo en voz alta lo que les

quedaba haciendo cuenta regresiva. Salieron los cuatro, con Yifan a cuestas,

corriendo por un pasaje oscuro que apenas fue pisado por ellos, hicieron que

luces azules se encendieran.+

- ¿Qué mierda es aquí? – preguntó sorprendido Chanyeol, que continuó corriendo.+ -

Zitao no dijo nada. Se detuvo en una puerta que abrió, ingresando a una oficina.+

- Chico ¡Maldita sea! – bramó Chanyeol, golpeando la pared con su puño – ¡Minuto
y medio!+

Pero entendió lo que el chico estaba haciendo, abrir una caja fuerte, una caja

que lo único que tenía dentro era un pendrive. +

Zitao se dio la vuelta y le entregó ese diminuto objeto a Chanyeol, que apenas

si sacudió la cabeza, cuestionando qué demonios hacía.+

- Tú sabrás cómo descifrar los códigos – dijo Zitao rápido – Son cuentas

bancarias desparramadas en paraísos. +

Chanyeol asintió, sin poder creer lo que el chico le decía, guardándose eso en

el bolsillo.+

Corrieron hacia otra puerta, que abierta, dejó entrever una escalera de

emergencia. +

- ¡Mierda! – gritó agotado uno de los guardias, que fue relevado al instante por

Chanyeol.+

Yifan volvió a quejarse, mientras la sangre le seguía brotando de un costado,

seguramente del dolor por el movimiento. Y así siguieron a tientas, siguiendo a

ese niño extraño, vestido con ropa extraña, ni que fuera colegial, poniendo

completamente la vida en sus manos. +


Y salieron a un descampado completamente oscuro. Como si fuera eso completamente

otro mundo. Chanyeol y el otro hombre, se desplomaron con Yifan a cuestas,

completamente agotado y agitados. Apenas vio Chanyeol a los otros dos, tomar

todo el aire que podían, componiéndose de aquello. Y también vio a ese chico

desplomándose en el suelo, para mirar a Yifan. +

Confundido por completo, Chanyeol miró a su alrededor y divisó a la distancia

una explosión lo suficientemente grande como para anoticiarlo de que la

residencia había sido destruida. Encendió su móvil, sin explicar nada a nadie,

para que vieran la señal por satélite y fueran a buscarlo donde se encontraba. + d

Pasaron unos segundos y entonces Chanyeol preguntó a ese chico que seguía

mirando a Yifan, a la vez que pasaba sus manos por su rostro inconciente.+

- ¿Dónde estamos?+

- Es un galpón donde guarda su colección de autos.+

- ¿Por qué tan lejos? – preguntó burlón.+

- Porque llegar hasta aquí me sería complicado – respondió sin dejar de analizar

a Yifan – Si los dejaba cerca de mí, temía que escape.+

- ¿Quién eres?+
Zitao lo miró en ese instante. Chanyeol de repente sintió pena al ver que el

chico había estado llorando, mientras miraba a Yifan, más cuando lo vio sonreír

y decirle.+

- Nadie.+

Zitao se puso de pie y miró al galpón oscuro. El sonido de un helicóptero hizo

asustar a Zitao, que miró angustiado hacia el cielo oscuro.+

- Vienen por nosotros – le avisó Chanyeol – No te preocupes.+

Entonces Zitao suspiró, evidentemente tranquilo y sonrió. Chanyeol lo vio

arrodillarse y murmurar algo al oído de Yifan, darle un beso en la frente y

levantarse de nuevo, dándoles la espalda.+

- Niño – le habló.+

Zitao se volvió a verlo y Chanyeol volvió a decirle algo.+

- Creí que...+

Pero el niño le sonrió apenas y Chanyeol no dijo más. Recién se había dado

cuenta de todo. Ese chico, jamás pensó en irse con ellos. No entendió por qué,

pero le dolió verlo de nuevo de espaldas y alejarse de ellos, metiéndose más en


la oscuridad.6

Cuando el helicóptero descendió, Yoochun y Yunho, llevaron a Yifan con cuidado a

bordo. Y cuando el aparato ascendió, lo último que alcanzó a divisar Chanyeol,

fue a ese niño escapando en una moto.

20

--------------------------------------------+

*Hangul: alfabeto/idioma coreano+

*Mandarín: es el conjunto de dialectos del chino mutuamente inteligibles que se

hablan en el norte, centro y suroeste de China.+

*Cantonés: uno de los principales grupos dentro de las lenguas siníticas,

situado en la actual provincia de Guangdong de China.

"Te amo y siempre te amaré"


Le abrieron la puerta del coche y descendió. Elevó su mirada a la fila de

personas que también pisaban el césped mojado, en lo que los paraguas negros

eran abiertos para cubrirlos de la lluvia. Su guardia hizo lo mismo que los

demás, resguardándolo del agua, en lo que él se prendía el botón del saco de su

traje negro. Y se quedó de repente anclado en el sitio, suspirando en un agobio

doloroso cuando vio a lo lejos a Yifan, tomar el cuadro con flores, con la

imagen de su abuelo. Jang Nara sería quien llevara el de su madre.7

- Papá – le habló Chanyeol a su lado – Piden que lleves uno de los féretros.+

Solamente asintió y se acercó para hacerlo. Dolió cargar el peso de su amigo.

Todo se sentía demasiado injusto, todo parecía repetirse de nuevo.+

Nadie nunca habría de saber que Wu Yifan había sido secuestrado, torturado y

herido cuando fue liberado, pisando después de dos semanas en China, suelo de

Seúl, como si nada. Pero el costo de su regreso, tuvo la venganza de quienes no

se quedaron sin hacerle ver las consecuencias de su escape. Un accidente

oportuno hizo descarrilar de la carretera el coche que llevaba a los abuelos de

Yifan. Park Si Hoo, tuvo la dolorosa tarea de reconocer los cuerpos calcinados.

Era como volver el tiempo atrás. 2

- Debo ser sincero y decir, que estoy aquí en nombre de una vieja amistad – dijo
el hombre mayor, conmovido en el discurso que Jang Nara le había pedido decir –

Si alguna vez, estimado amigo, me encontraste como rival, hoy me despido de ti,

porque al final de nuestros días, fuiste de nuevo mi amigo. Y lamento perderte,

como yo he perdido, los años que estuvimos lejos por rivalidades sin sentido. Te

extrañaré, viejo amigo.1

Park Si Hoo, miró a Byun Hee Bong y elevó su mentón duramente, observando al

hombre mayor, demacrado y sin lugar a dudas, consternado de dolor. +

Si. Alguna vez, Jang y Byun fueron enemigos, como consecuencia de que el señor

Jang había decidido quedarse del lado de los Park. Ni siquiera ellos habían

entendido, por qué habían llegado al límite de una guerra entre familias, en

donde todos perdieron. Park Si Hoo, miró al frente y se encontró con Jeon Ji

Yung, tomada del brazo de su marido. "El viejo Jeon", murmuró para sí mismo Si

Hoo, recordando que el padre de la mujer y su propio padre, habían muerto

defendiéndose uno al otro, en medio de una balacera en un restaurante. Tantas

muertes, dolerían en la memoria, hasta el final de sus días.+

Ya ni sabía Si Hoo cuál había sido el desencadenante de esa guerra. Una supuesta

traición, robo, malversación de fondos, estafa entre quienes se suponían

hermanos de la vida ¿Quién sabría? +

Mientras todo iba terminando ahí y la gente comenzaba a dispersarse lentamente,

Si Hoo se encontró rodeado de saludos de personas que hasta hace unos años ni

siquiera lo querían cerca y le huían como si se tratara su familia de una


estirpe maldita. El dinero, era poder, sin importar de dónde provenía ese

dinero. Él sabía bien eso y tenía bien en claro el por qué de las adulaciones de

medio mundo.+

- Park Si Hoo – saludó con una reverencia Kim Kibum, acompañado de su mujer, que

imitó a su marido – Park Chanyeol.+

- Kim – respondió él, del mismo modo y se pararon entre la multitudinaria

muchedumbre que estaba presente, charlando unos con otros – ¿Cómo está señora

Moon? Junmyeon – dijo al joven, que también estaba presente – Qué bueno verte,

por Yifan. +

- Fuimos compañeros de escuela – comentó Junmyeon, en lo que saludaba también a

Chanyeol.+

- Muy a pesar de Wu Yànzǔ, Yifan es muy cercano a Jongdae – agregó algo tosco el

señor Kim, endureciendo sus gestos, a la vez que su mirada iba de la señora Jang

a su esposo.

Si Hoo frunció el ceño desconcertado, observando y analizando el entorno que

rodeaba al matrimonio Wu, dándoles las condolencias. Un séquito de

personalidades completamente distantes al señor Jang y que sin lugar a dudas

habría reprobado por completo estén en ese lugar, porque en el pasado, muchos de

ellos habrían pagado por verlo bajo tierra, como lo estaban viendo ahora. Byun

Hee Bong se quedó todo el tiempo acompañando a Jang Nara.+


- No puedo creer... – habló de pronto el señor Kim Kibum –...que Jang Nara haya

permitido una cosa así...+

- Es comprensible – comentó calmo Park Si Hoo – Es su padrino. +

- ¿Quién es él? – preguntó Chanyeol un tanto confundido, analizando ese lado con

detenimiento, pero sobre todo a quien había dado el último discurso de despedida

– No sabía que era cercano al señor Jang. +

- Byun Hee Bong, Chanyeol – respondió Si Hoo a su hijo – Fue muy cercano al

señor Jang y a tu abuelo en la juventud. Pero luego... se distanciaron.1

- ¿Y por qué vino entonces? – cuestionó su hijo, ya alterado.+

Nadie dijo nada. Park Si Hoo y Kim Kibum simplemente se miraron unos segundos y

se dieron entre ellos el mensaje, dando por sentado el hecho de que bien sabían

qué hacía el hombre en el lugar. Negocios con Wu Yànzǔ. Y entre esos negocios

seguramente estaba el invertir en la campaña política de las próximas

elecciones, para que el "Partido Democrático", llegara al poder. Esas eran las

guerras de esos tiempos.+

- Papá – avisó Chanyeol a su progenitor – Voy con Yifan. Con permiso.+

En una reverencia respetuosa por parte del joven a los Kim, Chanyeol se terminó
dirigiendo a otro sector. Pero su padre poca atención podría haber prestado en

ese momento, porque algo lo entretuvo más.+

- Park – dijo entonces Kibum – Creo que recuerdas a Jang Hyuk, Jung Chan y su

hermano Jung Gyu Woon. Miembros actuales del parlamento de nuestro partido.13

El primero en avanzar a él y hacer una reverencia, fue Jung Gyu Woon, un hombre

joven aún, de aspecto altivo y vital, como de sonrisa amena, que amable dijo.+

- Es bueno saber que nos apoya en nuestra campaña por...+

- Lo siento Park – irrumpió compungido Jung Chan, en lo que depositaba su mano

en el hombro de su hermano, deteniéndolo en sus palabras – Mi hermano, sin lugar

a dudas, lleva ese entusiasmo propio de la últimas veces que habló con el señor

Jang. Él nos mostró su apoyo incondicional, pero...– frenó sus palabras, bajando

los ojos como avergonzado, para terminar diciéndole –...este no es el momento

para hablar. Disculpa la imprudencia de Gyu Woon.+

Si Hoo estuvo agradecido. Jung Chan era un hombre tranquilo, de mirada

benevolente y atenta a las necesidades de los demás. Eso creía el señor Jang y

eso le había inculcado a Si Hoo, su confianza al caballero y todos los Jung, por

el bien de la república.7

- No es nuestro interés venir aquí a hablar de negocios – dijo para tranquilidad

de Si Hoo, Jung Chan, mirando de pronto a Yifan a lo lejos – Ni mucho menos de


política con el muchacho. Tampoco interferiremos en la decisión de Wu Yànzǔ, que

evidentemente ya ha elegido de qué lado estar. A nosotros nos duele la pérdida

de un amigo y su esposa. +

- Mis condolencias y mis disculpas – notó arrepentido Jung Gyu Woon.+

Park Si Hoo asintió levemente. Nadie de los que habían sido amigos del señor

Jang, querrían acercarse a los Wu, ahora que veían la compañía de la que se

habían rodeado. +

Jang Hyuk, un hombre imponente, de mirada cordial y de porte templado como

sobrio, sonrió en dirección de Yifan, a la vez que miraba a Si Hoo.3

- A pesar de la decisión que fuera a tomar el joven Wu, quisiera que le hagas

saber, que puede contar conmigo para lo que necesite. En honor de la amistad que

me unía al señor Jang.+

Si Hoo asintió tranquilo. Si era cierto ese mensaje, Yifan estaría bajo la

tutela de esos hombres prominentes que de seguro, tendrían un futuro brillante

en la política, porque estaba convencido de que de allí saldría el futuro


presidente de la república o al menos el primer ministro. 2

- Hay muchos jóvenes aquí – dijo de repente Si Hoo.+

- Compañeros de escuela de Yifan – respondió Jang Hyuk, sonriendo nostálgico

ante la abrumadora presencia jovial – Hasta mi hijo quiso venir a verlo. Yifan

era un líder entre los estudiantes.+

- Apreciaban mucho a Yifan en la escuela – agregó Junmyeon conmovido – Fue muy

buen compañero.+

Si Hoo se quedó solitario, mirando a Yifan. Su corazón desgastado de dolor, se

le marchitó un poco cuando vio a Yifan mirando a la tierra. Un vago

reconocimiento de la imagen de Yifan, rodeado de sus mejores amigos, le revolvió

en su mente tantos otros recuerdos de su pasado en Seúl. Y pensando en su hijo,

de pronto se dijo a sí mismo, que debía irse de nuevo. Pero se dio cuenta,

observándolos a todos, que ya no eran niños...+

En ese preciso momento, Chanyeol se movió hacia el lado derecho de Yifan,

asentando en su hombro la mano inmensa y fuerte. Otra mano se puso en el otro

hombro de Yifan y Si Hoo cerró sus ojos con fuerza, como no queriendo sentir que

el tiempo había regresado con Jongin, consolando a su amigo. Jongdae se paró al

frente de Yifan y le susurró unas palabras. Fue ante el único que reaccionó

Yifan, elevando su vista del suelo, asintiendo enérgico a eso que Jongdae le

decía. Sehun se mantenía quieto a una distancia prudente, hasta que los guardias
obligaron a los muchachos a juntarse más, encerrándolos entre los paraguas

negros, por la copiosa lluvia. No sabía de qué hablaban, pero entre ellos se

entendían. Si Hoo sonrió, sabiendo que Yifan no estaba sólo.13

Amable, tranquilo y pacífico, Kim Soo Hyun avanzó hacia el señor Park, con esa

sonrisa amena, que ahora entendía bien Si Hoo, a quién le recordaba Kim Jongin.+ o

- Park – habló adelantándose unos pasos, dándole los respetos que fueron

devueltos – Si que están grandes ¿Verdad? – comentó mirando a los muchachos que

charlaban.+

- Qué pequeño es el mundo – resopló en una sonrisa incrédula Si Hoo – Imagino

que debió ser toda una sorpresa cuando el abuelo de Yifan cayó en la cuenta de

que Jongin, era el nieto de uno de sus mejores amigos de esos tiempos...+

- Nos sorprendimos también con Ji Hyun, cuando nos dimos cuenta de Yifan –

comentó Soo Hyun – Solo que a ella no le gusta recordar y hablar de ese asunto. +

Unos segundos en los que siguieron mirando de ese lado, comentando de muchas

cosas, mientras se cubrían de la lluvia bajo un árbol frondoso. En eso, el señor

Park recordó un detalle.+

- Byun, tiene un nieto.+


- ¿Si? – inquirió el señor Kim – Ahora que lo recuerdo... tienes razón ¿Qué será

de ese chico?6

Los dos se quedaron allí, en un silencio analítico de los que deambulaban

saludándose. Comentaron de la presencia de algunos y no pudieron evitar charlar

de cuestiones políticas y económicas, porque ahora los unía también los mismos

intereses. Ambos apoyaban la campaña del "Partido Libertad de Corea". Hasta que

de nuevo su charla se asentó en la preocupación del momento.+

- Yifan me contó – habló Si Hoo – que decidió irse con ustedes ahora, por un

tiempo.+

- Ji Hyun así lo quiso – le confirmó él, sonriendo – En realidad no le dio a

elegir demasiado a Yifan. Era eso o...+

Kim Soo Hyun hizo silencio, dándose cuenta de su imprudencia. Apretó sus labios

y casi quiso comerse la lengua por haber sido hablador. Pero Park Si Hoo estaba

más allá de esas minucias. Así que sin sentir nada malo, simplemente le

tranquilizó, dándole una palmada comprensiva en la espalda.+


- No te preocupes hombre. No la culpo. Mi hijo Chanyeol – resaltó Si Hoo – se

dedicará a bienes raíces. Quiero que nada de lo que vivimos le llegue. Por eso

estoy metido en la política. Quisiera que en el futuro Chanyeol mire a ese lado.8

- Jongin me ha contado que Chanyeol es bueno en los negocios. Tiene visión y

carácter. Vaya... – agregó sorprendido viendo de arriba abajo al joven alto,

entre los demás, sobresaliendo de entre todos con Yifan – Sí que está grande y

todo un hombre. +

- Como Jongin – dijo Si Hoo – Chanyeol me ha dicho que es experto en Sistemas y

marketing.+

- Así dicen. Míralos – comentó con un suspiro de orgullo altivo, el padre de

Jongin – Lo mejor de todo, es que son tranquilos y buenos esos muchachos.22

Park Si Hoo miró a Kim Soo Hyun y arrugó levemente su frente. Regresó su mirada

a donde estaban los "tranquilos y buenos" muchachos y se preguntó de repente, de

qué estarían hablando, en medio de tanto dolor, en lo que se aferraban unos a

otros, debatiendo algo.1

- ¿Y bien? – preguntó Yifan, sin dejar de mirar a donde yacían sus abuelos –

¿Lograste decodificarlo Jongin?+


- No vas a creer hermano – resopló con orgullo Jongin, apretando el hombro de

Yifan – Es una mina de oro.+

- No es sólo es dinero lo que encontramos Yifan – aseguró Chanyeol, murmurando

como los demás, en medio del imperceptible movimiento de labios para que nadie

se diera cuenta de qué hablaban – Hay mucho más dentro de ese pendrive. Creo que

ese niño no sabía todo lo que me estaba dando.+

- Dime algo – pidió Yifan.+

Chanyeol miró a todos lados, acercándose más y sintiéndose de pronto expuesto.+

- Es el mejor lugar para esto y no levantar sospechas Chanyeol – habló vehemente

Sehun, aproximándose hasta chocar con los hombros de sus amigos.+

Todos miraron al hermano menor del grupo. De repente Sehun se encontró seguro de

sí mismo. Hubo un antes y un después en su carácter y en su porte, teniendo que

hacerse cargo de los hombres que atacaron la residencia donde tenían secuestrado

a Yifan, cuando todo se puso complicado. No le tembló el pulso cuando tuvo que

dar órdenes, ni cuando dio en la cabeza a un par de matones. Con sus 18 recién

cumplidos, Sehun se había topado con la muerte y hasta se le había burlado. No

le tenía miedo a ella y solo quería justicia para Yifan, porque él había visto

el estado deplorable en que se lo habían devuelto.1

Jongdae sonrió, como si de una cosa divertida se tratara. Así lo habría creído
Yifan, de no conocerlo bien. Pero Jongdae hacía ese tipo de gestos cuando ardía

del odio y la rabia. Jongdae miró apenas hacia atrás, entre los guardias que lo

cubrían a propósito con esos inmensos paraguas, analizando el panorama y dijo.+

- Mira a todos aquí ¿Quién te dice que no sea uno de ellos?2

Yifan alzó su vista. Podría ser. Todo podría ser. Porque ahora Yifan se

encontraba caminando en una cuerda muy tensa entre dos bandos políticos, a la

vez que disputado. Su abuelo era de uno, su padre era del otro y de él se

esperaba que decidiera. Y encima de eso, alguien venía con riñas viejas a

hacerle pagar a él quién sabía qué cosa.+

- Ser modelo es lo más conveniente en este momento – dijo Jongdae – Nadie espera

nada más que un cerebro hueco. No te joderán por un tiempo.+

Jongdae tenía razón ¿Quién se atrevería siquiera a pensar que podrían estar

hablando de una cosa así en ese momento?+

- Chanyeol – habló Yifan, refiriéndose al pendrive – ¿Qué encontraron?+

- Además de los códigos de cuentas bancarias en paraísos, hay una lista de

proveedores y compradores, de muchas cosas – respondió, remarcando ese "muchas

cosas", que le daban a entender que no podría decirlo abiertamente.+


- ¿Y cómo podemos hacer uso de eso? – se preguntó Jongdae.+

- Eso es todo tuyo hermano – dijo Chanyeol – Tú decides. Nosotros te seguimos.3

Hicieron unos segundos de silencio, observando a Yifan, esperando quizá a que

emitiera algún gesto de interés o desinterés. Sabían que lo estaba pesando.

Sabían que estaba analizando ese dato. Y también sabían que lo decidiría en esos

pocos segundos en que cerró sus ojos, frunciendo el ceño, porque lo estaba

meditando.+

Hasta que abrió sus párpados y miró a todos. Se puso más derecho que de

costumbre, alzó su rostro al cielo gris, en medio de la cubierta negra de los

paraguas que los resguardaban y escuchó el rugido del cielo, en lo que un rayo

daba el visto bueno a lo que tenía pensado hacer. 4

- Lo quiero todo – dijo entonces duramente – Esas cuentas dispersas en paraísos

fiscales. Esos contactos desparramados en el mundo. Me adueñaré de sus

proveedores. Les robaré a sus compradores. Todo será mío. Y ellos siempre se

preguntarán quién fue. Porque ¿Quién podría creer que un modelo de pasarela

tenga cabeza para hacer ese tipo de negocios?10


- Me habría gustado verles las caras – comentó a regañadientes Sehun.+

- Igual será divertido – dijo despreocupado Jongdae. +

- Todo a su tiempo – le remarcó Yifan – Y si. Será divertido.+

Y los buenos y tranquilos muchachos se quedaron allí, todo el tiempo que a Yifan

le hizo falta permanecer. No le importaba si se estaban mojando o de la gente

que iba y venía de seguro haciendo sociales por negocios y en busca de

contactos. Todo era demasiado irónico. El escenario de un cementerio, como lugar

para que los políticos y empresarios hablaran algo de sus planes por construir

la república. 4

- Quiero hablar a solas con Chanyeol – dijo de repente Yifan.+

Todos se miraron entre sí. Nadie le iba a discutir de todos modos, aunque no

gustó para nada que se tuvieran secretos entre dos. Un insulto por lo bajo

emitido por Jongdae, les dio la señal a los demás de partir con él, compartiendo

el sentimiento. +

Chanyeol se puso bien al lado de Yifan, mirando en la misma dirección. Los

féretros mojados, chispeantes y embarrados de lodo, comenzaban a hacer estragos

en la mente y las emociones de Yifan. Un nudo se le hizo en la garganta a

Chanyeol y quiso llorar de repente por todo lo que Yifan no había llorado en

ningún momento. Sus pestañas pesaron más de lo normal, sintiendo las gotas de la
lluvia que empezaban a confundirse con sus lágrimas. Y Yifan, seguía ahí, sin

largar un diminuto sollozo siquiera, pero Chanyeol sabía que se desmoronaba por

dentro.+

- ¿Nada? – preguntó Yifan.+

- Nada – respondió Chanyeol, apretando sus labios en una dura línea, sintiéndose

el más estúpido del mundo por sumarle más dolor a su mejor amigo – Es como si la

tierra se lo hubiera tragado. Incluso busqué en hospitales y albergues... pero

nada. Igual, nuestros contactos allá nos mantendrán al tanto si existe alguna

señal de ese niño.+

Chanyeol bajó la vista y los ojos se le aguaron, no de lluvia sino de sí mismo,

por no haber sabido actuar como debería haber actuado, deteniendo a ese niño e

impedirle que se fuera. Porque Chanyeol sabía que quizá había dejado ir a la

única persona que en ese momento pudiera darle a Yifan lo que él necesitaba.+

Yifan giró en su dirección y miró a su amigo cabizbajo. Asentó su mano en la

espalda de Chanyeol y lo llamó con ese gesto a mirarlo a la cara. Pero Chanyeol

estaba demasiado avergonzado, como para siquiera hacerlo.+

- Chanyeol – le llamó Yifan.+

A duras penas, Chanyeol se movió para quedar frente a frente con Yifan. Repasó

su mano en su nariz aguada y elevó su vista a Yifan, que lo miró cansado. Un


ronquido salió de su garganta, para evitarse a sí mismo ser débil, porque él

debía sostener a su mejor amigo. Sin embargo fue Yifan quien consoló.+

- No te culpo hermano – le dijo – Jamás me atrevería siquiera. Te debo la vida.+ á

- Pero no llegué a tiempo para...+

Y miró los féretros hundidos en el cubículo. Yifan tomó de la nuca a Chanyeol y

lo aferró hacia su cuerpo en un apretón doliente pero de buenos amigos. Chanyeol

había hecho lo que había podido. Yifan lo entendía. Pero no podría estarle sino

más que agradecido. +

Una de las empleadas acomodó su bolso en el vestidor y regresando su vista a él,

le preguntó.+

- ¿Se le ofrece algo más joven? La señora Jeon me ha dicho que me dedique a

todas sus necesidades.+

- Muchas gracias – dijo él – Solo descansaré por ahora.+

- El almuerzo será servido en media hora – anunció ella.+

- Yo dormiré un poco. Bajaré después a buscar algo.+


- Como desee joven.+

Cuando se quedó sólo en el dormitorio que los Kim le habían reservado, se sintió

tranquilo con la calidez de estar lejos de sus padres. Suspiró mirando el gris

que dominaba el panorama. La lluvia no cedía para nada y todo se estaba

volviendo más deprimente. Se puso algo cómodo para tomar un descanso, porque a

nadie le diría por el momento que le tenía miedo a la oscuridad. Apenas si

cerraba sus ojos y la tortura regresaba de nuevo, como si lo amordazaran en

medio de la negrura de la venda en los ojos y la asfixiante situación de pánico.

La noche no era buena para dormir, así que había decidido que el día era mejor.2 t

En la cama se tapó con las frazadas y se encontró dando vueltas sin encontrar

una postura. Miró hacia el frente, viendo la pantalla apagada y se levantó para

buscar el control del aparato, con la esperanza de encontrar alguna cosa que lo

entretuviera y le diera sueño. +

Y paseando entre canales se topó con esa película vieja. Esa que había llevado a

ver al cine a su niño, el día de su cumpleaños, hace años... Yifan abrió los

labios temblorosos, porque recordó lo recordó todo y se sintió de nuevo igual

que ese día. Con miedo a ser olvidado.+

Justo en ese momento, veía que el general Meng Yi, que se había reencarnado en

la figura actual del arqueólogo Jack, había llegado a los brazos de la princesa

Ok-Soo. +
"Líbrame de este esperar. Veo caer las estrellas, al tenerte al fin en mis

brazos. Somos un solo latir. Créeme no voy a cambiar. Te sigo esperando aquí,

pese a tantos fríos inviernos, no me voy sin ti...* +

Apenas si alcanzó a escuchar esa maldita letra, Yifan apagó la pantalla. Y ahí

se quedó. Después de haber lanzado al suelo el control, sentado en la cama,

rodeó con sus brazos sus rodillas, donde apoyó su mentón. +

¿Por qué le había sido dado algo que jamás podría tener? 3

Había conocido a Zitao en el pasado. Lo había amado de niño. Le había sido

arrebatado dolorosamente. El destino parecía burlársele de frente, como jugando

perverso. Porque, no solo se lo había devuelto, sino que le había hecho amarlo

como a nadie en la vida, para ser traicionado. Un destello de esperanza se había

formado en su pecho, cuando en medio del infierno, había abierto los ojos apenas

y lo había visto de frente. Zitao le había sonreído tranquilo, sosteniéndolo

entre sus brazos cuando estaba herido. Un "todo está bien", había salido de la

boca de su niño y él le creyó de nuevo, para volver a dormirse, ajeno a lo que

pasaba a su alrededor. +

¿Por qué se había ido? +

Se había enojado con Chanyeol, cuando le confirmó que en verdad era él. Furioso

le había reprochado, por qué no lo había detenido. Hasta que llegó a entender,
que Zitao había decidido. +

Miró en medio del cortinado la lluvia que seguía cayendo. Su vista se nubló por

completo. Un eco a la distancia le decía susurros que se apagaban en el fondo de

su corazón. Un beso suave se depositaba en su frente. Caricias constantes entre

sus cabellos y su rostro. Y mientras, persistía esa voz del niño, que no quería

callarse en su mente.+

"¿Sabes Yifan? En algo no mentí. Yo jamás te podría olvidar. Ni en esta vida, ni

en la próxima. Porque te amo y siempre te amaré. Sé feliz amor" 7

¿Había sido un sueño? ¿Había sido una visión en medio de su delirio? Lo que sí

sentía, es que el amor por Zitao, dolía. Un amor que Yifan, jamás olvidaría.4

-------------------------------------------------+

*La canción se llama "Endless Love". Corresponde a la banda sonora de la

película "The Myth" del año 2005.


"Vive"

Por instinto. Así era su respirar y su accionar día tras día. Por instinto. Como

animal al acecho. Como animal en caza. Siguiendo huellas que se dispersaban en

su ruta sin dejar ningún rastro. Pero persistía en una búsqueda, hasta olvidar

qué buscaba. Porque lo que buscaba seguía perdiéndose a lo lejos y ahora, cuando

despertaba su rutina se había hecho imprescindible, tanto como vital y para nada

aburrida. 2

¿Qué era lo que lo había llevado a estar ahora como estaba? Parado, en medio de

la nada, en la absoluta oscuridad por el espesor de los árboles frondosos, con

dos hombres, sus hombres, uno de de cada lado. Miró esperando ver algo, pero no

había nada más que el sonido de los grillos, pájaros desconocidos y un sonido de

tenue de algún río cercano, a la distancia de esa selva que lo mataba de calor. +

Se sentó en el capó del auto, riéndose de repente de su traza que lejos estaba

de ser decorosa, mirándose ese traje de Dior hecho mierda, arrugado, cubierto de
polvo, mojado del sudor en medio de los 45º y maloliente. Bajó su nariz a su

axila y una mueca de asco le hizo matarse más de la risa.+

- ¿Seguro jefe que es la zona? - preguntó uno de sus guardaespaldas.+

Yifan lo miró. Inquieto el hombre, empapado de sudor, se mantenía con la mano

derecha, bajo el saco de su traje gris, de su lado izquierdo, mirando a todos

lados, como si eso aminorara las probabilidades de ser atacados, si los

compradores decidieran traicionarlos. Sacaría el arma y llegaría a dar un par de

disparos, pero no más que eso. Yifan se tenía la confianza suficiente como para

saber que el negocio saldría bien y si no, morirían. Pero qué más daba. Era

arriesgarse o perder la buena racha que venían teniendo. Valían los miles de

millones que vendrían con este cierre.+

- Seguro Yoochun - respondió con una mueca burlesca.+

- Pero...- murmuró Hangeng, su otro guardia personal -...no veo nada aquí. Y

además - agregó retorciéndose la corbata que le asfixiaba - esto parece el

infierno ¡Mierda! +

Unas voces salieron de dentro del coche. Yifan frunció el ceño y miró donde

estaba Sehun, de lo más tranquilo, con una tablet, mirando algo. El tipo se

encontraba con las piernas cruzadas, con el ceño fruncido, compenetrado con esa

cosa que estuviera viendo, como si estuviera en algún bar tomando un trago o

algo así, anoticiándose de lo que acontecía alrededor del mundo. Yifan barrió
con los ojos a su alrededor. Se levantó del capó del auto y fue al costado del

auto. Se paró allí y golpeó la ventanilla, que apenas descendió en automático,

dejó escapar el frío, del aire que hacía dentro.+

- ¿Estás cómodo? - preguntó Yifan.+

- Bastante - respondió Sehun como si nada - Oye, se está yendo el fresco y hace

mucho calor fuera ¡Mierda! - explotó cuando las estrellas se le fregaron en las

narices.+

Confundido Sehun sacudió su cabeza. Yifan le había propinado un golpe, nada

suave por cierto, pero tampoco fuerte para cuidarle la imagen. Sehun se volvió

con rabia hacia el tipo, tanta, que casi se le lanza desde la ventanilla del

coche.+

- Te bajas de ahí y te paras aquí conmigo idiota - ordenó duramente Yifan,

moviéndose al capó - ¡No estamos de paseo! ¡Y tú no estás de descanso!+

- Te recuerdo que sí estamos de paseo turístico ¡Imbécil! - gritó desde dentro,

sacando la cabeza apenas - ¡Y no estoy descansando! ¡Me estoy informando!+

- ¡Infórmate aquí abajo! +

Y Sehun no es que iba a quedarse desinformado, así que muy a su pesar se le

sentó al lado, en el capó del coche, después de emitir todo tipo de insultos.
Prendió el botón de su impecable traje y encendió de nuevo la pantalla de su

tablet.

- ¿Cómo mierda haces para tener señal aquí? - preguntó Yifan.+

- Pregúntale a Jongin cuando regresemos - dijo sin mirarlo Sehun.2

Yifan escuchó la voz de la periodista de algún programa de realidad

internacional que Sehun estaba viendo. +

"Según los datos oficiales, en Rusia hay más de 2 millones de unidades de las

armas no registradas. El crecimiento anual de las armas robadas alcanza el 10%.

Algunos expertos sostienen que los datos no se corresponden con la realidad, y

el número de armas no registradas es de unos 10 millones de unidades..." +

- Ahora entiendo por qué los norteamericanos están tan enojados - se rió Sehun

en medio de ese análisis - Se les va el negocio de las manos.+

"El gasto mundial anual en guerras o en la preparación de conflictos se acerca a

los 1,8 billones de dólares, siendo EE.UU. el país que más gasta..." +

Todo lo referido al tráfico de armas, a Sehun le interesaba. También cuestiones

de economía y ese tipo de cosas. Sehun siempre estaba analizando qué nuevo

negocio podría hacer. Cosas que le fue enseñando el chico y que a Yifan no
dejaba de sorprenderle la sagacidad que tenía para saber dónde podía olerse

buenos negocios o inversiones. Donde Sehun echaba el ojo, era ganancia segura.

Como ahora, por ejemplo, que aún en contra de todas las probabilidades, se

encontraban en medio de una selva africana. +

"China exporta más a Estados Unidos de lo que EE. UU. exporta a China. Eso

enfurece a los economistas norteamericanos. Los enfurece tanto que, en verdad,

aseguran que traería como consecuencia una posible guerra comercial a futuro.

Cuando menos, los chinos parecen conocer con precisión qué armas tienen a su

disposición..." 8

- ¿No te cansas de escuchar todo eso? - preguntó Yifan de repente, sintiéndose

inquieto.+

Sehun le echó la mirada por el rabillo del ojo. Apagó la tablet y la estiró a su

costado. Su guardia, Donghae, la tomó entre sus manos y la guardó en el interior

del auto. Sehun se metió las manos en los bolsillos de su pantalón y cruzó los

tobillos de sus largas piernas, cómodo, sin levantarse del capó y le sonrió a

Yifan, derrochando sarcasmo.+

- ¿Qué ocurre Wu? ¿No te gusta ver las consecuencias de tus acciones a gran

escala? +

- Jódete - rugió Yifan, mirando a la frondosa espesura selvática.+


- Aquí estoy. Bien jodido hermano - respondió Sehun, parándose derecho,

sonriendo el maldito, sin que nada lo afectara.+

Yifan lo miró de arriba abajo un segundo. Sí. A Sehun esas cosas ni le

afectaban. Lo entusiasmaban de hecho, como si se alimentara del poder que tenía

en ese mundo podrido, como si él no fuera parte de esa mierda.+

Y Yifan pensó de repente en cómo habían llegado a donde estaban. Se recordó a sí

mismo que se habían prometido acabar con eso algún día, cuando las cuentas

estuvieran saldadas. Pero en los casi cuatro años transcurridos, la realidad los

había superado. Una memoria portátil diminuta, les había abierto las puertas a

un infierno sin fin. Nombres y más nombres continuarían apareciendo sin cesar;

conexiones interminables que se embrollaban cada vez más. Yifan hasta había

llegado a conocer al mismísimo presidente chino y darle la mano cerrando un

negocio. Resopló recordándolo y sonrió asqueado. Quién lo diría. Un modelo de

pasarela, reunido con altos mandatarios asiáticos, cerrando la venta de armas a

un país africano. Cosas del destino. Maldito destino. Y Yifan jamás llegaba a

donde quería llegar. Es más, ya había perdido la idea de a dónde era que tenía

que llegar.+

De la nada, entre las hojas terriblemente gigantes, aparecieron hombres negros,

vestidos como si fueran militares, armados hasta los dientes, de mirada

siniestra y con evidente desconfianza. Yifan y Sehun se pararon lado al lado,

sin turbarse y sin una pizca siquiera de miedo, aún a sabiendas de que ellos

podrían cortarles el cuello, no les importó saberse así tan entregados. Pero
debían de alguna manera mostrar que eran hombres de confianza, así que no harían

una guerrilla en la zona sin siquiera saber si era viable primero una

negociación.

Fue Yifan quien avanzó, emitiendo una reverencia y hablando en francés. +

Un silencio de segundos y el que se suponía era el general de ellos, terminó por

sonreírle con esos dientes tan blancos que joder, sorprendió a Yifan

terriblemente, porque parece que les había gustado eso de la reverencia,

haciéndoles sentir como si ellos tuvieran el control absoluto de todo.+

- Te dije que les ibas a gustar - festejó Sehun entre risas, descorchando una

botella de champaña, apenas pisaron la suite.+

Yifan tomó del la solapa de su chaqueta a Sehun y le arremetió ni que le llevara

el viento, hasta depositarlo en el dormitorio.+

- Empaca. Nos vamos en 3 minutos.+

Recién después de 60 minutos de viaje aéreo de Lagos* a Yamusukro* y otras 16

horas de vuelo hacia Seúl, a Yifan le darían ganas festejar. Mientras, tenía que

asegurarse estar bien lejos en menos de media hora.+

Y así lo hizo. Festejó a lo grande con sus amigos, después de haber estado

filmando y haciendo fotos en su campaña de ropa deportiva y trajes de baño con


Sehun en las paradisíacas playas de Costa de Marfil. +

Jongdae llegó a la fiesta en el apartamento de Sehun, mirando para todos lados,

haciendo un escaneo del interesante panorama ¿Qué veían Kim Jongdae? Luces de

colores, dj en medio del festejo, el mundo loco bailando perdido con vasos en

mano, un desfile de camareras y camareros bien seleccionados por su amigo, que

llevaban y traían todo tipo de cosas interesantes en esas bandejas. Así eran

todas las fiestas de Oh Sehun, que ya andaba con la camisa completamente

desprendida por las altas temperaturas. Aunque puede que también tuviera que ver

que dos chicas se le refregaran con todo, habiéndole desprendido la prenda. +

Un suspiro de gracia le salió a Jongdae de los pulmones, viendo cómo dos chicas

se peleaban por otro de sus amigos. La discusión estaba intensa en serio, tanto,

que Jongin quiso separarlas. Pero no hubo manera. Menos cuando una le tiró a la

otra el trago en la cara, agarrándola de los pelos y arrastrándola lejos de

quien ya había marcado como propio. Jongdae largó una carcajada que nadie

escucharía de seguro por el sonido de la música, que hacía explotar las paredes.

Era broma ver a dos hermanas peleándose por el mismo tipo.+

Jongdae miró a un extremo de la sala y se encontró con Chanyeol comiéndose la

boca de una rubia. Bien. Para él la cosa había sido sencilla. Ya había

encontrado su diversión de la noche.5

Jongdae sonrió. Las chicas eran brutales y eso le gustaba. Ya apenas pisó el

lugar y una se lo comía con los ojos. Asintió amable, mientras masticaba su
chicle y guiñó el ojo a una segunda que lo había estado también observando.

Caminó, pero no se dirigió a la multitudinaria muchedumbre de buenas a primeras.+

Subió las escaleras del penthouse, para comenzar a abrir la puerta de cada sala

de la residencia. A Sehun le gustaban las cosas a lo grande y cuando comenzó a

construirse ese edificio, ni dudó en comprarse dos pisos completos a lo alto de

todo, haciéndolo a su estilo y su modo. Tenía poder para hacerlo. Después de

todo era el hijo del dueño de una de las empresas de bienes raíces que pisaba

fuerte en Corea y ese era uno de los miles de condominios que habían construido. r

- Mierda - farfulló por lo bajo, sin poder encontrar al último hermano que le

quedaba por echar un vistazo.+

No habría manera. Yifan siempre hacía lo mismo. Escabullirse en medio de las

fiestas. Era la sensación media hora, como para marcar presencia, como le había

inculcado su representante, tomándose selfies, subiéndolas a las redes sociales

rodeado de chicas o chicos, como si estuviera de lo más feliz, para terminar

perdiéndose en algún espacio solitario.+

Esa era su máscara. Así se escondía Wu Yifan.+

Una última puerta. Jongdae carraspeó rabioso consigo mismo por idiota. Debió

imaginar que estaba en la sala de baile, esa que Sehun tenía con espejos en
todas las paredes y que había hecho especialmente para que los sonidos no

entraran ni salieran, con un equipo de música de privilegio y con un sillón en

una esquina.+

Jongdae abrió la puerta y escuchó en la penumbra la música a todo lo que daba. + e

"Somos como diamantes en el cielo. Sabía que al final seríamos uno. Oh... solo

uno. A primera vista sentí la energía del sol radiante. Vi la vida en tus

ojos..."* +

Si. Era lo mismo. Era igual. Siempre lo haría. Siempre la misma canción una y

otra vez. Y la volvería a repetir. Y la volvería a poner, ni que esperara que

sus oídos sangraran o su corazón se partiera con ese volumen desgarrador. +

"Así que brilla esta noche, tú y yo. Somos hermosos, como diamantes en el cielo.

Frente a frente, tan llenos de vida. Somos hermosos, como diamantes en el

cielo..."* +

Jongdae se quedó quieto, cerrando la puerta detrás. No porque quisiera estar


allí, sino porque no quería que a ningún curioso se le ocurriera pisar ese

lugar. Miró la parte de atrás de ese sillón que divisaba a pesar de la oscuridad

y encendió una de las luces bajas, para ver al menos bien el estado en el que se

encontraba Yifan. +

"Resplandeciendo como un diamante. Resplandeciendo como un diamante..."* +

Yifan estaba mientras absorto en su mundo. Una pequeña mesa y esa botella de

whisky eran de la mejor compañía. En su mano las yemas de sus dedos rozaban el

contorno de ese vaso con hielo. Cuando quiso tomar un trago, se dio cuenta que

se lo había terminado. Abrió sus ojos y divisó la luz en la penumbra del lugar.

Sabía quién había llegado, pero no dijo nada. Se limitó a tomar en su mano la

botella para servirse otro vaso, mientras sus labios cantaban por lo bajo esa

canción. Cerró sus ojos y se llevó el cigarrillo, mientras la ceniza brillaba en

lo que consumía el sabor.+

Jongdae suspiró, acercándose lentamente. Se paró en frente, analizando esa

imagen siempre en penumbras de su mejor amigo y sintió un remordimiento porque

todo el mundo andaba enfiestado, mientras él estaba sufriendo, como siempre.

Pero esta vez era distinto. +

- Yifan - lo llamó. +

Pero Yifan no respondió. Porque Jongdae sabía que Yifan, seguiría metido en su

mundo.+
El mundo en el que Huang Zitao sería siempre un diamante más brillante en medio

de la noche. Yifan jamás podría olvidar ese cuerpo tendido en la cama y el

centelleo del sudor desparramado por esa piel blanca entre las sombras de la luz

de la luna, que ingresaban por el ventanal. Él sería siempre en su mente lo

perfecto, lo bello, lo hermoso, lo más resplandeciente. Como una estrella fugaz

a la que miraría desde la tierra y perseguiría en esos sueños húmedos, del

placer que jamás volvió a sentir con nadie. Una visión de éxtasis, que lo

sostendrías en las noches, haciéndolo sentir vivo.3

Zitao. Siempre en la mente de Yifan, Zitao seguiría "resplandeciendo como un

diamante. Resplandeciendo como un diamante..."* +

Una lágrima se le escapó a Yifan, en lo que tomó entre los dedos de su mano

libre el cigarrillo, mientras que llevaba el vaso a sus labios, tomando un sorbo

de un trago. Jongdae se sentó en esa mesa diminuta, quedándose quieto unos

segundos, esperando a que Yifan volviera sus ojos a él. Pero no lo hizo.

Entonces se atrevió a bajar el volumen de la música, no del todo, porque no

querría despertar la rabia de su amigo. Después de todo, Jongdae respetaba ese

sentimiento sin sentido de algo que había pasado hace años. +

Y Jongdae siguió esperando, mientras la letra seguía siendo murmurada por Yifan,

en medio del humo y el olor a nicotina con un toque de licor.+

- "Así que brilla esta noche. Somos hermosos como diamantes en el cielo..."* +
- Hermano - se atrevió a decir Jongdae, con el nudo en la garganta de la rabia,

por verlo tan debilitado. +

Jongdae rozó con su rodilla la rodilla de Yifan, que repentinamente abrió los

ojos. Apoyó su nuca en el respaldo del sillón y se quedó viendo el techo.

Jongdae l agarró el vaso de whisky de la mano, tomándoselo él completo. Y cuando

le estaba sirviendo más a Yifan, como devolución por haber tomado su bebida, lo

escuchó.+

- Hoy cumpliría años ¿Sabes?2

Jongdae sonrió por la ironía. Ya Yifan lo volvía tenso. Si bien no habían nunca

hablado del asunto, tampoco es que Jongdae quisiera, porque así como sabía que

ese niño le había salvado la vida, para Jongdae no dejaba de ser un maldito

pendejo que lo había traicionado antes, dejando a su hermano hecho una mierda.

Pero tenía cierta sensibilidad de todos modos por Yifan, así que contabilizó lo

mejor del chico, recordándose a sí mismo que tenían un negocio prominente

gracias a que le había dejado todo eso a Yifan.+

Pero sin embargo, no pudo con su genio. Aunque por amor a Yifan, trataría de ser

sutil.+

- Yifan. Creo que es hora de dejarlo ir ya.+


"Maldito niño", pensó Jongdae.+

- Si lo hubieras visto Jongdae - dijo Yifan, cerrando sus ojos como queriendo

hacer memoria del pasado - Si lo hubieras conocido, no dirías lo mismo. Él era

tan...+

- Yifan - llamó con rudeza, aunque leve su amigo, como llamándolo a la cordura.+

- ...perfecto. Me hizo frente la primera vez, cuando lo conocí...+

- Ya me contaste eso Yifan...+

- Yo creo que fue eso lo que me atrapó ¿sabes? No tienes idea de lo que era

verlo en meditación...+

- Yifan, hermano... ya está...+

- ... y cuando lo volví a ver - siguió comentando Yifan, lanzando su mano a lo

alto, como si estuviera tocando algo al aire - fue perfecto cuando voló entre

esos pétalos y...+

- ¡Ya déjalo ir maldita sea!+


Un rugido hizo a Yifan despertarse de su ensoñación y callar en medio de la

música. Jongdae suspiró, raspándose la cara con su mano. Una de las cosas que

bien conocía Jongdae de su hermano, era de lo impredecible que podía llegar a

ser. Esperó que quizá se levantara y le diera su merecido, pero cuando se quedó

mirándolo con el vaso de whisky servido en la mano, no esperó verlo con el ceño

fruncido y boquiabierta, como pensando eso que acaba de "aconsejarle".+

- Lo siento - le dijo Jongdae, avergonzado un poco, pero más liviano por dentro,

por haberle dicho lo que desde hace años pensaba - Lo siento hermano... yo...+

- Debo dejarlo ir - asintió Yifan.+

Pero no fue así nada más que lo dijo, como si de un pensamiento se tratara, como

si de algo que estuviera planeando hacer o la conclusión a la que había llegado.

- Debo dejarlo ir - repitió, asintiendo varias veces en lo que de pronto cerró

sus ojos con fuerza.+

Y Jongdae acercó su rostro, porque no podía verlo bien. Y se encontró con la

angustia de Yifan, que repetía una y otra vez ese "debo dejarlo ir", como si

fuera un obsesivo loco al que se le mete algo en la cabeza, agarrándose la

cabeza con ambas manos y comenzando a perdérsele la voz en medio de un gemido

grave y ahogado.+
- Yifan - volvió a decir Jongdae, pero esta vez con zozobra - Yifan, mírame...+

Solo el pitar el cigarrillo lo silenció en su delirio, lanzando el humo a lo

alto. Jongdae le vio los ojos vidriosos. Yifan estaría de seguro borracho o al

menos entrando en ese estado. +

Yifan miró apenas hacia el borde de la pequeña mesa, señalando algo. Jongdae

miró a su lado y se dio cuenta que ahí estaba el celular de Yifan. De haberse

sentado un milímetro más ahí, le habría aplastado el aparato. Pensó que Yifan

quizá le pedía que se lo acerque y lo tomó entre sus manos, pero Yifan tomó el

vaso de whisky y se llevó de un trago todo el contenido a su organismo,

volviendo a pitar el cigarrillo.+

- Llamó nuestra gente de China - dijo entonces Yifan.1

- ¿Cuándo? - preguntó Jongdae, sabiendo bien a qué se estaba refiriendo.+

- Apenas llegué aquí, una hora, dos, no lo sé...+

¿Importaba realmente? Jongdae se trompeó el cerebro por haber preguntado algo


tan estúpido. +

- Cuéntame - pidió Jongdae.+

Yifan sonrió, como pocas veces Jongdae lo había visto sonreír tan abiertamente.

Negó con su cabeza muchas veces y tomó otro sorbo de bebida, mientras el final

de su cigarrillo era destruido bajo la suela de su zapato. +

- Yifan...+

- Peleas y carreras clandestinas - dijo bruscamente y sirviéndose otro vaso -

Eso hacía. Peleaba en el ring y corría con su moto. Así se mantuvo. Visible y

anónimo entre Pekín y Shanghái ¿Cómo encontrarlo en semejantes monstruos? Él lo

sabía. Sabía que yo así, jamás podría localizarlo. Se había cambiado el nombre

a... ¿cómo se llamaba?+

Rió como si se tratara de la cosa más chistosa. Pero Jongdae no rió ante eso. La

cosa no era buena. Él lo presentía. Por eso esperó a que Yifan siguiera.+

- Corría en su moto. Ya sabes, cómo son esas carreras y...+

Su cuerpo convulsionó en una carcajada forzada. Jongdae vio que de repente la

cara de su amigo se transfiguraba, sacudiéndose su cabeza en algo que negaba,

absolutamente negaba. Y rugió, Yifan rugió lanzando el vaso que chispeó

desparramando el líquido en el espejo de enfrente mientras se estrellaban los


vidrios en el suelo. 1

No hizo falta que Jongdae escuchara la noticia. No cuando todo su rostro se

trasfiguró en espanto y lanzó un gemido ahogado. Jongdae simplemente lo atrajo a

su pecho y Yifan se estrelló en medio de su llanto. "Maldito niño", pensó

Jongdae, odiándolo más todavía, "¿No pudiste mantenerte vivo?". Porque si al

menos hubiera estado vivo, le habría devuelto la vida a su hermano.+

- Debo dejarlo ir, debo dejarlo ir ¿Cómo mierda puedo dejarlo ir? - se preguntó

Yifan, en medio de su angustia - Dime cómo puedo dejarlo ir...1

Jongdae se sintió impotente, porque él no servía para dar consuelo, así que se

limitó a hacer lo mejor que pudo por su hermano del alma, en el silencio.+

Abajo la fiesta seguía. Irónicamente la fiesta seguía.+

Se miró en el espejo del sanitario. Yifan recordó cuando lo sostuvo de la mano,

llevándolo a la bañera para darse un baño, después de la primera vez que habían

hecho el amor. Yifan cerró sus ojos y abrió la canilla para refrescarse la cara.

Ya no era ese que alguna vez habría querido tirarse desde el último piso de

algún edificio. No. Porque Yifan aún recordaba eso que alguna vez le había

preguntado en medio de su infierno "Mi niño. Dime qué quieres que haga por ti y

lo haré..." y el "vive" de su voz, persistía vehemente en su cabeza. Zitao se

había arriesgado. Si él moría ¿qué sentido tendría esa decisión que Zitao había

tomado?+
Se exigió al menos deambular perdido en medio de esa gente. Caminó, entre

colores y rosas, tragos y bailes, música de un dj perdido y el brillo del

jolgorio. Salió a ese balcón donde Sehun había hecho hacer una piscina que jamás

usaba, pero que el gentío si, metidos todos en lo cálido del agua. Todos

parecían disfrutarlo a lo grande. Y él sobraba.+

Se sentó en una de las reposeras que adornaban la terraza, dejando pasar el

tiempo, mirando a las estrellas en la noche algo cálida. Y en eso escuchó un

sollozo. Regresó su vista a su espalda. Un tanto atrás, se encontró con ella que

lloraba. +

- Si me cuentas por qué lloras - dijo él naturalmente, sin entenderse por qué le

hablaba - Te contaré un secreto.+

La chica elevó su rostro, en un llorisqueo tierno y dulce de niña, que le hizo

gracia a Yifan, dejando entrever una sonrisa.+

- Eres Kris Wu - murmuró ella, avergonzada, encogiendo sus hombros - Todos saben

todo de ti. No tienes secretos.+

- Créeme que sí los tengo... - dijo, frenando esas palabras, dándole tiempo a

que dijera su nombre.+

- Jessica - dijo ella - Jessica Jung.8


- Créeme que sí los tengo, Jessica Jung - se rió él elegante, dándose la media

vuelta, para mirarla mejor.+

Era bonita, preciosa y delicada. Rasgos finos y pequeña, con pestañas largas,

tupidas y empapadas. Hasta llorando era perfecta, con esos labios delgados y

brillantes, rociados por las lágrimas. Ella cabría completamente entre sus

brazos, en caso que necesitara consuelo o algún hombro en qué apoyarse. +

Y lo recordó así, cuando lloraba. Y se recordó a sí mismo, tratando de borrarle

el llanto ¿Cuántas veces lo había visto inseguro, perdido entre sus brazos y

llorando? Pocas. Pero él se había hecho fuerte, para consolarlo. +

Y aunque en su corazón, Zitao seguiría siendo esa estrella fugaz inalcanzable y

brillante, Yifan se dijo a sí mismo, que había llegado el momento de dejarlo ir,

para vivir, como él le había pedido hacerlo.

------------------------------------------------+

* Lagos, es la ciudad más poblada de la República Federal de Nigeria, país

ubicado en el continente africano.+

* Yamusukro, es la capital de Costa de Marfil, país ubicado en el continente

africano y uno de los principales destinos turísticos. +


* La canción que escucha Yifan es Diamonds de Rihanna.

"¿Tiene rostro tu estrella?"

En la sala de reunión, Park Si Hoo se encontró sentado en esa silla, a la cabeza

de la larga mesa brillante y miró a cada uno de los miembros de su familia. Los

Park eran muchos.

El viejo Park había sacado buen rédito de la década del 70'*, plagada de

violencia y de ultrajes por parte de aquellos gobiernos autoritarios. Lo que hoy

era común, antes era clandestino y prohibido, desde licor, hasta un paquete de

cigarrillos. Y los Park se convirtieron en una poderosa rama kkangpae* de Seúl y

de las más respetadas. Su fuerte, los casinos en Corea del Sur y clubes de todo
tipo; y en el mundo, el tráfico de armas y petróleo.

Sin embargo, en la última década, Park Si Hoo se había encontrado preocupado por

blanquear el negocio. Invertir en campañas políticas era parte del juego. Hacer

a su familia parte de la elite, le estaba costando trabajo, más porque Si Hoo se

daba cuenta de la rebeldía de los más jóvenes que parecían llevar en la sangre

el hambre de ser matones y hacerse venerar muchas veces, usando de paso la

fuerza. Lo bueno, es que su único hijo no era de esos y lo entendía bien,

acompañándolo moderadamente como buen estudiante diligente, preparándose para un

futuro prominente como administrador de empresas.

Si Hoo suspiró con los párpados caídos, apretando su mandíbula, estrujando sus

manos en el aterciopelado acolchado del reposabrazos de su silla y elevando su

mentón con arrogancia, para no manifestar ni por asomo el temor que tenía, dijo

seguro mirando a su hijo que se encontraba del otro lado de la mesa.+

- No aceptaremos. Los Park jamás serán narcos y mucho menos traficarán personas

como ganado.

Chanyeol simplemente comprimió sus labios y asintió. Su muchacho estaba

dispuesto a hacer frente a las consecuencias y se lo dejó en claro, con rudeza y

seguridad.

- Informaré a nuestros hombres. Debemos prepararnos.


Su hijo no manifestó una pizca de nervios, ansiedad o temor por lo que vendría.

Pero para Park Si Hoo no le pasó por alto el hecho de que los demás no tuvieron

la misma actitud de su hijo y comenzaran a murmurar cosas entre ellos.+

- Tío – habló de pronto uno de sus sobrinos, sentado en el lado izquierdo,

separado por un par de familiares más – No estamos preparados para algo así. Ya

van dos veces que atacan nuestros cargamentos dando de baja a.

- Porque nos agarraron dormidos Jun Min – interrumpió Chanyeol duramente – Hace

años que no nos enfrentamos a estas cosas. Vivir tranquilos nos ha hecho perder

el toque de estar prevenidos ante el peligro. +

- Estamos demasiado solos también – analizó otro de los Park, sentado a la

derecha del jefe de la familia – No tenemos aliados como en otros tiempos, al

menos para informarnos de algo. Somos blanco fácil y...+

- ¿Y qué sugieres entonces Seo Joon? – le interrumpió Chanyeol secamente,

mirándolo detenidamente – ¿Que nos convirtamos en sus aliados, por no decir sus

esclavos? Ni siquiera han sido honorables de mostrarse de frente. Vienen como si

nada, con un payaso como Bae Soo Bin y la mierda de su primo de mensajeros, a

dar la orden de hacer lo que ellos quieren. Si cedemos ¿Crees que estaremos a

salvo? +

Park Seo Joon no dijo nada. Miró a un costado, turbado de esos ojos

reprobatorios de su tío que evidenciaba acuerdo con Chanyeol que había hablado
por él y respiró hondo. 1

- Lo siento tío – habló, mirándolo nuevamente, asintiendo en acuerdo – Solo que

no quiero que le hagan daño a la familia. Pero en lo que decidas, yo estaré

contigo.+

- Oh por favor...– dijo burlón y sarcástico Jun Min – Si es que llegara a quedar

algo de la familia.

- Jun Min – rugió Chanyeol, ya queriendo ponerse en pie.

- ¡Nos van a aniquilar a todos! – saltó estrepitosamente su voz en la sala, en

medio de los susurros tensos – ¡No quedará nada de los Park! ¡¿Y todo porque de

pronto tenemos conciencia moral?!+

- ¡No lameré culos de narcos! – rugió Chanyeol, en lo que su puño hacía saltar

los vasos con bebidas, cuando lo estampó en la mesa – ¡Y no permitiré que dudes

de nuestra fuerza! ¡A los Park se los respeta!+

- ¡¿De qué fuerza me estás hablando Chanyeol?! – gritó Jun Min – ¡Estamos solos! e

- ¡BASTA! – gruñó con fuerza Si Hoo, acallando no solo los alaridos de esos dos,
sino los murmullos a su alrededor.+

Nunca antes le había pasado de encontrarse al frente de una situación parecida,

porque incluso en el pasado, cuando tuvieron esa guerra entre familias, Park Si

Hoo no mandaba, sino que era su padre y su hermano, a quienes él obedecía. Y

cuando tuvo que asumir que era el jefe de ese clan, fue para decidir por la paz,

yéndose de Corea y perdiéndose por Norteamérica. Por eso ahora se sentía un

tanto perdido, aunque jamás podría admitirlo.2

- Jun Min, sabes que puede haber una alternativa. Hace poco más de un año salió

a la luz... – comentó el señor Park –... y de la nada una nueva competencia.

Creo que una cosa tiene que ver con la otra.1

- ¿Competencia? – dijo evidentemente confundido Seo Joon.+

- Nadie sabe quiénes son, ni quién es el jefe de esa gente – habló Jun Min,

informando mejor del asunto – Solo que están bien armados y organizados. Hasta

tienen un sicario de su lado, sino es que más. Dominan parte de la red satelital

que hace más difícil detectarlos. Movimientos extraños en varias cuentas entre

Nauru* y Niue* coinciden con el hecho de que iniciaron sus operaciones en Asia.

Comentan que ese dinero, fue a parar a la cuenta de una sola persona en nuestro

país ¿Quién es? – dijo en un suspiro intenso y tenso, removiendo su cabeza en

negativa y dando un chasquido con sus dedos, como si de fantasmas oscuros se

tratara – Nadie lo sabe y el Banco Central jamás lo dirá porque es un cliente

especial. Sus negocios son las armas e información confidencial entre gobiernos,
como contactos políticos.5

- ¿Trabajan para el gobierno? – preguntó más curioso Seo Joon.+

- No – respondió Jun Min – Trabajan para ellos mismos. Entran y salen como

dueños de casa. Dicen que nadie sospecha de esa gente porque son de buenas

familias. Pero son solamente rumores...6

- ¿Cómo es que sabes tanto? – preguntó Chanyeol.+

- Yo lo mandé a investigar – respondió Si Hoo.+

- ¡¿Y no me dijiste nada?! – le reclamó el hijo.+

- Soy el mejor en contactos Chanyeol – se le burló Jun Min.+

Seo Joon rodó sus ojos, raspando con la yema de sus dedos su frente. Chanyeol y

Jun Min vivían peleando por cualquier idiotez. Si Jun Min decía "blanco",

Chanyeol diría "negro" y mirarían a Seo Joon para esperar una respuesta, porque

él debía decidir de qué lado estaba, para iniciar así una nueva discusión sin

sentido. Jun Min parecía tener celos de Chanyeol, porque sería la cabeza de

familia por derecho y consideraba que no tenía las pelotas para hacerlo. Y

Chanyeol parecía siempre mostrar su enfado a su padre por cuidarle demasiado el

culo a Jun Min, que se metía siempre en problemas. Así había sido desde niños.

Así que Seo Joon, con las palmas en súplica les rogó a sus primos.+
- ¡Ya no empiecen de nuevo! – y regresando a su tío le habló en medio de la

discusión que seguía entre esos dos – ¿Crees que esa gente es mejor que los que

nos siguen?+

- Creo que esa gente, tiene más poder que los que nos siguen – dijo, acallando a

su sobrino y su hijo, que se volvieron a escucharlo atentos – Y a decir verdad

si voy a negociar con alguien, prefiero que sea una decisión y no una

imposición.

- ¿Sabemos algo más de ellos? – preguntó Seo Joon a Jun Min.+

- No.+

- Papá... – llamó Chanyeol.1

- Espera – pidió su padre, con mano en alto – Déjame pensar cómo hacer para

entrar en contacto con ellos...+

- Papá...+

- Podríamos establecer una alianza con esta gente. Si vienen de buenas familias,

deben estar conectados de alguna forma al círculo de la política...+


- Papá...1

- Es el negocio de moda la política – comentó burlón Seo Joon – Ahora ¿Cómo dar

con esta gente?+

- Papá...– dijo más fuerte y estridente en su tono grave Chanyeol.+

- Dime.+

- Yo... puedo ubicar a esa gente.

Una música melancólica sonaba en el ambiente. En la oscuridad latente de luces

sutiles que apenas te dejaban ver por dónde caminabas, Yifan se acomodó en un

cómodo sillón con tapiz de terciopelo negro. Se cruzó de piernas y esperó casi

nada a que uno de los camareros le trajera lo que ya sabía tomaría el dueño. +

- Kris – le avisó el chico, asentando con delicadeza la bandeja en la mesa

ratona, con una botella de cerveza y dos vasos.+

Yifan se incorporó y preguntó frunciendo el ceño.+

- ¿Por qué dos?+

- Creí que...+
El chico giró a un costado su cabeza y miró por sobre su hombro. Chanyeol justo

se sentaba en ese momento, mientras le daba el visto bueno al trasero del

empleado, que se agachó un poco más, reacomodando las cosas en la mesa baja.+

- Gracias por ser atento – dijo Yifan.+

El chico feliz asintió, dejando a los dos amigos.+

Chanyeol miró a su alrededor, evidentemente conforme con ese panorama desolador

y orgulloso de lo que su amigo había logrado con el negocio, que parecía vacío

en el silencio de la música que se hacía oír, pero estaba lleno de gente en la

oscuridad, que solo quería pasar el rato. Yifan había invertido en ello y no

porque era algo que tuviera pensado hacer, sino que debía asegurarse de

blanquear esa fortuna que no podría decir jamás que tenía. Pero algo en la barra

le llamó la atención y abriendo bien sus ojos, que de por sí eran grande y

penetrante, frunció el ceño y preguntó.+

- ¿Qué hace aquí Jongdae?+

- Trabaja y le gusta lo que hace.+

- ¿Su viejo ya sabe que dejó Medicina?5

- No – respondió Yifan, con esa temible sonrisa – Y no quiero saber cuando el

hombre se entere.+
Los dos se rieron por eso. Jongdae hacía lo que quería con su vida y en el fondo

a todos le causaba gracia el hecho de que jodiera tanto a su viejo con su sola

existencia. Había un problema no resuelto entre ellos, que solo Yifan sabía,

pero no contaría. +

- ¿Cómo va todo? – preguntó Chanyeol por cortesía.+

- Bien.+

- Con tu novia – aclaró con ese tono tenso, mientras bajaba apenas su mentón.+

- Bien.+

Chanyeol enarcó esa maldita ceja derecha más arriba que la otra, acomodándose a

sus anchas en el sillón con su sonrisa satírica, cruzándose de piernas y

divertido de decirle.+

- Y si todo va bien ¿qué mierda haces aquí en la noche? +

- Es mi negocio. Lo cuido.+

- ¿Sobre todo en la noche?+


- Es cuando más vienen clientes.+

El pecho de Chanyeol ascendió en una milésima de segundos, poniéndose serio y

largando un resoplido mordaz.+

- Yifan – habló entre dientes con rabia incluida, por saber que le estaba

mintiendo mal – ¿Hasta cuándo vas a seguir engañándote? Ya déjala de una vez...+ e

Yifan cerró los ojos disgustado. Como si eso fuera tan fácil. Hacía ya más de un

año que estaba con Jessica y la mujer se había adueñado de su emotividad hasta

estrujarlo por completo, dejándole nada para dar. La chica se desvivía por

complacerlo en todo sentido, siendo amable, tierna, delicada, cariñosa, dulce,

ardiente en la cama y de lo más atenta como si fuera la mujer ideal que

cualquier hombre querría en su vida. Lo hermosa, era un añadido perfecto para la

combinación de los flashes que estaban enamorados de la pareja del momento. Y la

mejor cosa es que ambas familias, los Wu y los Jung, a pesar de sus rivalidades

políticas, parecían conformes con la relación de los jóvenes, que aparentaba

progresar con el tiempo, sobre todo cuando ella instaló el cepillo de dientes

primero, hasta los almohadones en la cama del apartamento de Yifan después,

llenando con su ropa, el vestidor del hombre, de un día para el otro. 3

Pero tras bambalinas, la cosa distaba infinitamente con lo que mostraban en

escena, porque cuando se apagaban las luces, Jessica se quitaba la careta,

dejando entrever lo que era capaz de hacer, cuando percibía que Yifan le había
dado a cualquier otra persona más atención que a ella. +

La cosa es que para la dulce Jessica, cualquier cosa que se le acercara a Yifan,

una chica, un chico o un inocente animalito, aunque fuera de peluche, ya era

sinónimo de "peligro" para ella, porque él parecía darle más atención. Y venía

el estallido de la crisis nerviosa, que la última vez había terminado por colmar

la paciencia de Yifan, dando por terminada la relación. Claro, jamás se imaginó

que dos horas más tarde se encontraría él yendo al hospital, por haber ingresado

ella con un cuadro de intoxicación, producto del abuso de pastillas para dormir

que había ingerido, porque había dicho a todos a los gritos, que "no podía vivir

sin él".4

- No puedo hacerle eso y lo sabes – dijo con evidente amargura – Los médicos

dijeron que...1

- ¡Te está manipulando! – rugió Chanyeol en súplica, para que Yifan entienda en

qué juego perverso lo había metido, porque Yifan era tan sensible que podría

pasar a ser el más estúpido por lo mismo, dejándose engañar por cualquiera que

necesitara un poco de cariño – Ella sabe cómo eres y sabe cómo manejarte. Si la

sigues dejando vas a pestañear un día, despertándote con un anillo en el dedo y

el certificado de matrimonio. Ella seguirá viva y tú querrás tomarte todas esas

pastillas que vomitó el otro día...+

- No es broma Chanyeol – bufó duramente su amigo.+


- Ella es la que está riéndose de ti en la cara – le reclamó – Si hubiera

querido matarse lo habría hecho de una...3

Jongdae detrás de la barra hacía tragos. Sin quitar la visión de lo que hacía,

apenas se percató de la presencia de Chanyeol; pero cuando lo hizo, simplemente

sonrió, asintiendo con su cabeza. Pero la seriedad de su amigo, le dijeron que

algo pasaba.+

- ¿Viniste a que hablemos de mi vida privada? – le espetó cortante Yifan.+

- Un día te va a impedir que nos veas.2

- Chanyeol...– llamó amenazante a su amigo. +

Yifan respiró fuerte y se tomó un poco de su cerveza fría. +

- De acuerdo – asintió Chanyeol, mostrándole la palma de sus manos, como en son

de paz. Entonces volvió a acomodarse en su asiento y le contó el motivo que

había hecho buscarlo esa noche – Jun Min estuvo investigando de nosotros. +

Yifan dejó el vaso en la mesa ratona, incorporándose hacia adelante. Frunció el

ceño y boquiabierta parpadeó varias veces. Jun Min estuvo investigando sobre

ellos ¿Por qué? Pero lo que más en ese momento le preocupaba a él, era si había

descubierto quiénes eran.+


- No pudo dar con nuestras identidades – se adelantó Chanyeol, para

tranquilizarlo.+

- Bien – respondió Yifan, asentándose de nuevo en el respaldo de su sillón –

Jongin lo está haciendo más que bien.+

Y Yifan, al no obtener un comentario inmediato de Chanyeol, notó con

preocupación que su amigo le esquivaba la mirada, frunciendo los labios en una

línea dura. Algo pasaba. +

Chanyeol se estiró en el asiento, mirando a la barra, descubriendo que estaba

vacía y que Jongdae ya no estaba. Una mano se posó en su hombro, haciéndolo

saltar de la sorpresa. En algún momento Jongdae había llegado ahí y ya se estaba

acomodando en otro asiento.+

- ¿Qué ocurre? – preguntó Jongdae sin hacer preámbulos – Estás bien serio.+

¿Qué no ocurría? Hasta el momento Chanyeol no había querido meterlos en

cuestiones de su familia, por resguardo mutuo. Pero ahora su familia estaba en

peligro y podía llegar a deberse al hecho de que ellos habían aparecido de la

nada. +

- Chanyeol – pidió Jongdae.+


Chanyeol se acercó un poco a ellos, colocando sus codos en sus rodillas. A Yifan

no le pasó desapercibido que las manos grandes de Chanyeol se amasaran

permanentemente, retorciéndose de los nervios. Miró a su amigo y lo vio morderse

el labio inferior mirando unos segundos al suelo, hasta mirarlos y decidirse por

hablar.+

- Bae Soo Bin – habló sin rodeos Chanyeol – es un hombres bastante conocido por

sus negocios. Negocios, en los que nosotros jamás nos meteríamos.+

- ¿Qué tipo de negocios? – preguntó Yifan.1

- No hay pruebas a ciencia cierta – respondió Chanyeol con asco en su mirada,

como queriendo escupir de su boca esa asquerosidad – Dicen que tiene buenos

contactos con la policía.+

- ¿Narco? – sugirió Yifan, arrugando su frente.+

- Lo más leve.+

Jongdae y Yifan se miraron con la frente crujiendo de espanto y de rabia. Se

regresaron a Chanyeol para que siguiera.+

- Bae Soo Bin es jefe de una familia grande, si se puede decir familia – resopló

con hastío y hasta desprecio inminente – Jung Woon In, su primo, manda en

Taiwán. Viene de vez en cuando a sus reuniones de familia. Y trae mercancía para
vender. Todos menores.+

Jongdae resopló con repulsión, cerrando duramente sus párpados. +

Yifan se quedó boquiabierta. Siempre supo que cosas así pasaban, solo que jamás

se había sentido tan cerca. Una sensación extraña le recorrió por el cuerpo. De

pronto se tapó la boca, como queriendo vomitar ese líquido agrio que se le subió

a la garganta. Aspiró hondo y sacudió su cabeza. "De rodillas, mi niño", escuchó

en su cerebro, en lo que el niño se ponía de rodillas cabizbajo y avergonzado,

con sus 17 años, llevado a la pérdida de una dignidad que sabía no tenía. +

- Yifan – habló Chanyeol, mirándolo preocupado – ¿Estás bien?+

Yifan asintió, mintiéndose incluso a sí mismo.+

- Conozco a Bae Soo Bin – comentó Jongdae, tranquilo, pero serio – aunque jamás

supe qué hacía realmente. Lo he visto siempre como cliente apostando en Seung

Hyun.+

- Creí que ibas a dejar el ring – le reclamó Chanyeol – Dijiste que ibas a

perder contacto con Seung Hyun. Jongdae ¡nos pones en riesgo!+

- ¡Yo no peleo! – exclamó Jongdae – Yo solo administro la cosa como le gusta a


Seung Hyun...+

- No me jodas – espetó Chanyeol, sintiéndose insultado en su inteligencia.+

- Estoy saliendo ¡Lo juro! – se defendió Jongdae – Pero... se me complicó

dejarlo por un asunto.+

- ¿Qué asunto puede retenerte a seguir metido en eso? +

- Junmyeon – respondió Yifan, por Jongdae.+

Kim Junmyeon, "el fruncido", como le decía Sehun por el hastío evidente con que

los miraba de arriba abajo acusándolos de llevar a la perdición a su querido

Jongdae, había resuelto ir a buscar a su hermanito, después de que se perdiera

de la vista de la familia por una semana de juerga. Pero no había ido sólo, sino

con un séquito de guardias cuidándole las espaldas, hasta donde se suponía

estaba Jongdae, buscando nuevos problemas. Si antes no le importaba al señor Kim

lo que hacía de su vida Jongdae, ahora sí y mucho, ya que no le convenía para

nada que su apellido estuviera en boca de la chusma, dado que estaba por ser el

próximo primer ministro de la república, en caso de ganar su partido las

elecciones presidenciales*. Así que el señor Kim, le pidió a su hijo mayor, ir

en busca de su hijo menor. Junmyeon dio con Jongdae en el ring y quedó

obnubilado por el panorama. +

Una risa punzante y mordaz, salió de Chanyeol que aplaudía divertido el relato. +
- No me jodas – siguió riéndose Chanyeol, sumándole unos aplausos – ¿Así que al

fruncido de tu hermano le gusta pelear? ¿Y te amenazó con decirle a tu papi y

que los iba a denunciar si no lo dejabas probar subir al ring?+

- Y lo hace bien, por cierto – agregó Yifan burlón – Así que no puede dejar de

ir donde Seung Hyun, porque ahora tiene que cuidar a Suho.+

- ¡¿Suho?! – preguntó confundido Chanyeol, componiéndose un poco.+

- Así lo apodan – le explicó Jongdae – No puede decir quién es por obvias

razones.+

- Suho y Chen – murmuró Chanyeol, imaginándose a los hermanos Kim, hasta que una

carcajada retumbó a lo alto.+

- ¡¿De qué te ríes imbécil?! – lanzó Jongdae, mientras el tipo se mataba de la

risa en sus narices.+

La risa de Chanyeol ya se había vuelto de lo más insultante para el ego de

Jongdae, que no se demoró en hacérselo saber con una trompada en su estómago.

Yifan rodó sus ojos, en señal de aburrimiento, acomodándose en su asiento con la

nuca en el respaldo y los ojos cerrados, en un ronquido descarado, mientras los

otros se seguían peleando otro rato. Mientras, la música seguía sonando de


fondo. Hasta que alguien le dio un manotón en el brazo a Yifan, sacándolo de su

descanso.+

- ¿Qué mierda les pasa? – preguntó Jongin, desplomándose campante en el asiento

que antes ocupaba Chanyeol.+

- Es mi asiento – reclamó Chanyeol, que estrujaba el cuello de Jongdae, que

asfixiado rogaba auxilio.7

- No me jodas – dijo Jongin, sirviéndose cerveza en un vaso.+

- ¡Sal de mi lugar y deja mi cerveza!1

Yifan miró a Sehun, que ya estaba haciendo su típica pose tapa de revista,

elevando el mentón para marcar presencia, con una mano en la cadera y apoyando

el peso de su cuerpo en una pierna. El tipo entonces miró a dos camareras que

murmuraban como locas por verlo, sonriéndole de lo más galán, agarrando de la

mesa ratona el vaso de cerveza de Yifan, para tomarse el contenido. Pero de

repente se encontró con la mano vacía. Sehun miró entonces a Yifan, que se

estaba tomando la cerveza.+

- Maldito mezquino – resopló amargado Sehun – Es solo una trago.+

- Paga.+
- Tacaño.+

- Con los ricachones miserables como tú.1

- Cuando vengas a una de mis fiestas, recuérdame cobrarte lo que tomes y comas

también.+

- Se te olvidó el papel de baño miserable.1

Mientras la camarera iba dejando más botellas y vasos en la mesa ratona, los

tipos seguían metidos en su "charla".

Sentado en esa mesa de la familia, Park Si Hoo se encontraba rodeado por quienes

serían sus nuevos aliados para hacer un frente común al jefe, que venía detrás

de la máscara de Bae Soo Bin y Jung Woon In, como mensajeros. +

Si Hoo miró detenidamente a cada uno de esos hombres, pero no vio hombres. Jamás

podría llegar a verlos como hombres. +

Rígido en su lugar, el señor Park se llevó su mano hecha puño a la boca,

cubriéndosela del todo, mientras su codo se asentaba en el reposabrazos de su

silla.+

¿En qué maldito momento había perdido el olfato de saber que algo ocurría a su
alrededor? Se reprochó a sí mismo el haber perdido el toque, pero demonios ¿Cómo

podría dudar de esos niños, que vivían peleándose a las trompadas limpias ni que

fueran críos por cualquier idiotez? 5

La última vez que habían estado en su casa, Sehun había acusado a Chanyeol de

hacerle trampa cuando jugaban a los naipes y terminaron a los manotazos,

mientras Jongdae coordinaba una apuesta entre amigos, recogiendo el dinero de la

mano de Yifan y Jongin, que no paraban de alentar uno a cada uno. Chanyeol acusó

a Yifan de traidor por darle crédito a Sehun y Sehun acusó a Jongin de traidor

por apostar por Chanyeol; así que terminaron todos peleando alrededor de un mini

bar, donde Jongdae preparaba tragos, tirando los cubos de hielo a la cabeza de

los otros cuatro "para enfriar la situación", había dicho al dueño de casa

cuando tuvo que llamar al médico de la familia para que los revisara y les

curara las heridas.7

Si Hoo quería hablar, gritar, insultar y mandarlos a la mierda. Pero, se suponía

que tenía que negociar con estos tipos, que resultaban ser la única vía

razonable para hacer frente común con los hijos de puta que estaban detrás de

él. El hombre inhaló profundo y exhaló el coraje que les tenía en ese momento,

componiéndose bien derecho en su asiento y preguntó.2

- ¿Quién es el jefe aquí? 3

Se miraron uno al otro por un rato, ni breve, ni prolongado y Si Hoo se dio

cuenta que lo estaban decidiendo.7


- Esto tiene que ser broma – masculló por lo bajo, sonriendo apenas de ira.+

Hasta que los ojos de todos, terminaron clavado en uno solo, que dándose cuenta

de repente que le daban la palabra, elevó su mentón un poco, para dejar bien en

claro.1

- Park Chanyeol, Kim Jongin, Kim Jongdae, Oh Sehun y yo, Wu Yifan. No hay jefe

aquí, Park Si Hoo. Somos hermanos. Nadie manda. Entre todos decidimos, nos

cubrimos y nos cuidamos la espalda.6

Si Hoo miró a su hijo, que no bajó la vista en ningún momento. Creyó por un

segundo que le esquivaría la mirada, que lo notaría avergonzado o al menos se

excusaría, pero no. Chanyeol arrugó su frente y le dijo.+

- ¿Para qué nos querías aquí?+

Su padre elevó las cejas, sorprendido por esa actitud. Qué desfachatez, pensó

por un segundo, al instante que se recordó de con quiénes estaba hablando. No

podría creerlo de no estar frente a frente con ellos que, al fin y al cabo, le

estaban haciendo el favor de ponerse al descubierto, porque podrían haber

seguido en la suya sin decir nada. Así que tragó duro, como comiéndose el

orgullo y habló con esos hombres, como tratando de ver lo que él no quería

reconocer que ya eran, hombres.


- ¿Han escuchado hablar de Bae Soo Bin?+

- Bae Soo Bin – habló Jongin – Es primo hermano de Jung Woon In. Los dos se

dedican al negocio de cocinas. Pero lo más prominente para Woon In, que es jefe

en Taiwán, es la compra y venta de menores. Solo resumen.+

Si Hoo asintió. No hacía falta que dijera demasiado y eso le ahorraba tiempo.+

- Chanyeol ya lo sabe – dijo el señor Park – Bae Soo Bin y Jung Woon In han

venido solicitando una audiencia en la que han dejado bien claro que quieren

nuestros clubes y casinos para sus beneficios. +

- ¿Lavado de dinero? – preguntó Yifan tranquilo.+

- Eso, es lo menos. Ellos quieren organizar en mi territorio fiestas

especiales... exclusivas. Muy exclusivas – explicó Si Hoo, removiendo su mano y

sacudiendo su cabeza, imaginando la espeluznante imagen en su mente. Cerró sus

párpados por unos segundos, con evidente aprehensión para seguir hablando – Se

trata de compra y venta de esclavos sexuales por hombres prominentes de la

elite. La mayoría vienen de fuera y son niños... por dios santo...– resopló de

repente consternado, tomando un sorbo de agua de su vaso, que apenas tragó, le

permitió seguir – Pretenden usar mis establecimientos para ellos. No habría

inconvenientes, porque la policía haría la vista gorda. +

- Lo que indica que la tienen bien comprada – comentó pensativo Jongin – ¿Algún
político de quien sospechar?+

- En plena campaña electoral – comentó irónico Sehun – Todo son blancas

palomitas. Deberemos esperar a que pase, para ver más detenidamente quién

comienza a beneficiarse de las últimas elecciones.+

- Habría que comenzar a ver qué policías viven más que bien, con el sueldo de

policía – sondeó Jongdae – Esa información nos será muy útil a futuro.+

- Te lo aseguro – asintió el señor Park, que agregó algo más – También quieren

mis clubes como puntos de venta de todo tipo de estupefacientes y no sólo eso.

Quieren experimentar en los clientes con nuevas drogas...+

- Narcotráfico y tráfico humano – resumió Jongdae pensativo y por demás serio –

Y yo que pensé que nosotros éramos de la mierda más mierda.+

- No quiero eso en mi familia – aseguró rotundo Park Si Hoo – Pero debo dar una

respuesta. Y mi silencio será un "no", que deberemos enfrentar los Park. Porque

tarde o temprano, me la harán pagar. Pero, debo estar listo para cuando el

momento llegue y aliarme con alguien fuerte – dijo al final, mirando a Yifan – Y

si esto está pasando, es por ustedes.+

- ¿Nosotros? – escuchó de Chanyeol el señor Park, sin dejar de ver a Yifan.+

Pero Yifan no lo miró, porque su estado ya era de esos en los que se ponía
analítico del asunto. Chanyeol lo sabía, los demás también. Se cruzaba de

brazos, cerrando sus ojos, apacible y moderado en sus gestos sin emitir una

opinión, porque le resultaba más importante lo que dijera el resto, para poder

sacar una conclusión. +

- Si. Porque le han quitado parte de los negocios en los territorios que ellos

manejaban y que ahora ustedes dominan ¿O me equivoco Yifan? – llamó el señor

Park.+

Y ya nadie habló. Yifan se limitó a abrir los ojos y repasar en la mirada de

cada uno de sus amigos, esperando un gesto. Jongdae, Jongin y Sehun se limitaron

a asentir, uno por uno. Cuando Yifan llegó a Chanyeol, lo miró detenidamente.1

- Somos hermanos – le dijo – No hace falta que te lo diga ¿O sí?+

Chanyeol simplemente sonrió, porque ya sabía de antemano qué respuesta emitiría

Yifan. +

- Park Si Hoo – le habló Yifan entonces – Siempre será un honor ser de ayuda

para la familia. Pondremos nuestra gente a tu disposición cuando lo solicites.

Pero mientras, nosotros seguiremos con nuestros negocios. Solamente si

tuviéramos la duda de que alguno podría llegar a perjudicar a tu familia, te lo

comunicaremos para pedirte consejo. Pero con la misma confianza que nosotros te

pediremos tu consejo, quiero que nos lo pidas a nosotros.+


Podría haber sonado soberbia la cosa, pero Si Hoo sabía que era propio de

cualquier jefe de respeto hablar así y ponerse a la altura de la circunstancia.

Así que no le quedó de otra más que ponerse de pie y más que conforme, cerrar el

acuerdo entre... familias.

Después de la cena en la residencia de los Park, a la que fueron cordialmente

invitados, Yifan salió al inmenso parque que era el patio. Era la madrugada. La

noche estaba fría, pero a Yifan no le importaba. Encendió un cigarrillo, que

fumó ávidamente, lanzando el humo a lo alto. Miró al cielo oscuro y percibió ese

viento helado que le hacía crujir los dientes, en lo que justo escuchó unos

pasos por detrás. +

- ¿Sigues sin dormir en las noches? – preguntó Chanyeol.+

Yifan sonrió apenas, volviéndose a verlo en lo que se metía las manos en los

bolsillos. Bajó la vista sin decir absolutamente nada. Contarle desde cuándo se

le hacía complicado pegar un ojo en las noches, sería traer de nuevo al presente

lo que quería borrar de su mente. +

- Entiendo – dijo Chanyeol, ahora avergonzado él por lo imprudente.+

- Perdona – habló repentinamente Yifan, mirándolo como desconsolado.+

- ¿Por qué?+
Yifan emitió un carraspeo, ni que un nudo se le hiciera en la garganta ¿Acaso

Chanyeol lo había olvidado? Porque analizando el asunto, una cosa llevó a la

otra a lo largo de estos años. Si sus suposiciones eran certeras, las personas

que estaban detrás de Bae Soo Bin y Jung Woon In, eran en realidad... a quienes

estaban afectando ellos, quitándoles todo lo que alguna vez fue suyo, quizá,

quién sabe...+

- Vamos bien – interrumpió Chanyeol, severo y altivo, posando su mano fuerte en

el hombro de su amigo – Pronto llegaremos a nuestro objetivo.+

- Nunca quise meter a toda tu familia en esto.+

- Nuestra familia Yifan. Ahora somos una sola familia.6

Yifan volvió su mirada al cielo, pitando de nuevo su cigarrillo, como si

estuviera tomando el aire fresco de la noche. +

Los pequeños destellos de un lucero le increparon el pecho, como recordándose de

pronto por qué se había metido en esos negocios turbios. Suspiró amargamente,

porque sintió que su búsqueda no tenía ya sentido, si se lo habían quitado todo

en aquel tiempo, sus abuelos y el amor que jamás pudo ser. Se preguntó entonces

si lo platónico le duraría para siempre, porque en su mente, Zitao simplemente

se le había quedado dormido en el alma, como un adolescente demasiado bello que

yacía pintado en una cama, bajo la luz de la luna y las estrellas. 2


-¿Esperas que baje del cielo? – preguntó a su lado Chanyeol.1

El corazón de Yifan explotó en un latido que le nubló la vista. Cerró duramente

sus ojos y se obligó a componerse. Él no tomaba aire fresco en las noches, como

todo aquel que lo viera pensaba. Él miraba esa estrella solitaria, cualquier

cosa que brillara en la noche, él observaba. Tragó duro de repente, sin lograr

dar una respuesta para decirle a Chanyeol que no entendía ese comentario o

pregunta, pero no pudo hacerlo. No cuando sus ojos seguían fijos en esa

estrella.+

- Es lo que yo espero cada vez que veo el sol – dijo Chanyeol, sonriendo en una

burla a sí mismo, de lo descabellado de esa idea – No se lo digas a los chicos,

sino seré el bufón de todos por lo cursi que suena esto. 14

Yifan no se le burlaría en algo tan delicado. Jamás lo haría. Pero miró

confundido a Chanyeol, que ahora miraba a lo alto y preguntó.+

- ¿Tiene rostro tu sol?+


- Como lo tiene tu estrella – respondió, mientras se volvía a verlo con esa

sonrisa de niño que nunca antes le había visto – Mi sol es un niño bonito, de

mejillas y labios rosas, que se para en la tarima de la cancha de la escuela a

cantar, mientras baila, rodeado de niñas enamoradas de él – dijo el tipo frío y

calculador de una poderosa familia de Seúl, mientras suspiraba a lo alto –

¿Tiene rostro tu estrella? – preguntó como si esa cosa conversación fuera de lo

más importante.7

- Es Mi Niño – dijo sin más – Mi Niño que se quedó dormido.18

La sonrisa de Chanyeol desapareció lentamente. Entendió perfectamente lo que eso

significaba. Ese niño, se había quedado dormido, para siempre. Jamás despertaría

y siempre quedaría eternamente viviendo dormido, en el alma de su mejor amigo. + u

Chanyeol no pudo sostenerle la mirada y se regresó triste a ver el panorama en

lo alto, justo en el instante en que se producía un fenómeno único, que pocas

veces él sabía podía llegar a ser visto desde ese cielo de Seúl.+

- ¡Mira! – exclamó como niño entusiasta, elevando su índice a lo alto – ¡Creí

que no podríamos verlo! ¡La lluvia de estrellas*!1

Sus alaridos de fiesta fueron tan altos, que los demás acudieron al grito

divertido de Chanyeol, para terminar todos juntos viendo el cielo y la caída de

una lluvia de brillantina que encendían la noche.4


- ¡Luhan! – exclamó Baekhyun como niño, riendo del descubrimiento, mirando por

la ventana del hospital, dando pequeños saltos en festejo – ¡Luhan! ¡Kyung!

¡Vengan rápido!12

Tres enfermeros del Hospital Central, se encontraban de guardia en el piso de

Neurología y Rehabilitación, cuidando en la noche a sus pacientes. El

somnoliento momento se vio alegremente interrumpido, por el grito de su director

de área, mientras asomaban sus cabezas por la ventana.+

- ¡¿Qué es?! – exclamó Luhan, mientras miraba con sus ojos bien abiertos el

espectáculo – ¡¿Las estrellas pueden caerse?! +

- ¡Es hermoso! – exclamó Kyungsoo – ¿Nunca escuchaste hablar de la lluvia de

estrellas?+

Baekhyun entonces, preso de la felicidad, sintió la necesidad de compartir con

más personas el momento. Pero todos dormían. +

O eso creyó, hasta que vio a un paciente detrás de sí, que quieto en su cama,

tenía abiertos esos ojos adormecidos, pero atentos a lo que ellos estaban

haciendo. No podría decir una sola palabra, ni mover un solo dedo, porque

acababa hacía dos semanas de despertar de un largo sueño. Pero Baekhyun vio esos

ojos emocionados de querer ver, lo que ellos estaban viendo. Así que se acercó a
la cama y llamó a los demás, para que lo ayudaran.16

Luhan, Kyungsoo y Baekhyun, alzaron al delgado muchacho entre sus brazos y lo

pusieron sentado, mientras lo sostenían de los costados, al frente de la

ventana. Ellos reían felices de ver la "lluvia de estrellas", entre festejos y

aplausos y él, seguía mirando con los ojos bien abiertos lo más hermoso que

hubiera visto en su corta vida, que había comenzado en su memoria hacía pocos

días.+

- ¿Te gusta? – preguntó alegre Luhan, mirándolo a los ojos, esperando una

respuesta – Tus ojitos me dicen que sí te gusta – concluyó el enfermero,

convencido de su veredicto, dándole un suave beso en la mejilla.+

Y sus labios, que jamás se habían movido, se curvaron con esfuerzo, porque su

felicidad era tan grande y su corazón se sentía tan vivo, que necesitó admitirlo

con ese gesto tan sencillo.+

- ¡Zitao está sonriendo! – exclamó Baekhyun, con ganas de llorar de la emoción,

mientras miraba las estrellas cayendo y la sonrisa de su paciente – ¡Dios mío

Zitao! ¡Estás sonriendo!2

- ¡Es un milagro! ¡Qué lindo que eres Zitao! – lanzó alegre Kyungsoo, con esos

ojos que tragaban a Zitao – debes ser una estrella caída del cielo ¿Verdad Lulu?8
- Si, si – confirmó Luhan, mirando hacia fuera y el rostro reluciente del nuevo

paciente – Ya le vamos a decir al doctor Zhang que tenemos una estrella en este

lugar.+

Y así se la pasaron, en medio de la noche, entre el ensueño de muchos,

festejando la visión de esa lluvia de estrellas, que adornaba el cielo y la

sonrisa de Zitao.12

*Después de la guerra entre Corea del Norte y Corea del Sur, los golpes de

estado militares liderados por el Mayor General Park Chunghee en 1961, pusieron

a Corea del Sur bajo gobierno autoritario por otras dos décadas, caracterizada

por declaratorias constantes de "ley marcial", protestas y motines urbanos,

encabezados por sindicatos y estudiantes universitarios.+

* Un kkangpae traducido literalmente (coreano: 깡패), es un gángster o matón en

coreano. Operan principalmente en ciudades grandes como Seúl y Busan.+

* Nauru y Niue han sido declarados como los paraísos fiscales enumerados en la

lista publicada por la (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico)

el 2 de noviembre de 2011. Nauru, es un estado de Micronesia, situado en el

océano Pacífico central, que comprende una sola isla justo al sur de la línea

del ecuador; y Niue, es un país insular en el océano Pacífico Sur.+


* El sistema político de Corea del Sur se define como una república democrática

presidencialista, donde el Presidente es el jefe del Estado. El primer ministro

es el vicepresidente del Gabinete de la nación, nombrado por el presidente.2

** La "lluvia de estrellas" es un fenómeno astronómico que consiste en la

aparición de gran cantidad de estrellas fugaces en una zona del cielo, o también

se debe al paso de un cometa por el sistema solar, que desprende una gran

cantidad de partículas que surcan el cielo.

"Solo"

El bullicio no era ensordecedor, pero sí era la réplica de la ansiedad que se

vivía siempre en ese ambiente. Por eso mismo, él jamás perdería su semblante,

siempre sonriente y vivaz. El doctor Zhang Yixing, caminara por donde caminara,

siempre iría con ese desparpajo que lo caracterizaba, saludando a medio mundo en
su camino, aún si el día no hubiera sido el mejor, porque primero estaban

aquellos que la habían pasado peor que él y que necesitaban de su mejor energía

para ser curados.8

Se detuvo en seco a medio caminar, cuando escuchó por altavoz a la mujer.+

"Doctor Zhang Yixing, se lo solicita en la dirección del hospital para reunión

de directores" 3

- Demonios – murmuró para sí, mirando con ojos bien abiertos la hora en su móvil

y dándose con que tenía muchísimas llamadas perdidas.1

Unas reverencias a los pacientes que quisieron frenarlo a su paso, pidiendo

disculpas por no poder detenerse, demostraron que una vez más, como tantas

otras, el Director del área de Neurología y Rehabilitación, como de

Investigaciones del Hospital Central, había olvidado que tenía reunión de

directores en el despacho del doctor Jang. Con pasos rápidos, porque correr no

podría, por la multitud de pacientes que había en los pasillos esperando turnos,

el doctor Yixing hizo lo mejor que pudo para llegar al otro extremo del

hospital, lo que le llevó alrededor de 6 minutos.+

Divisó la merma de gentío, lo que significaba que ya llegaba a la parte de

administración y subiendo dos pisos, siendo recibido por la sonrisa de las

secretarias, seguido de muchas reverencias de su parte, corrió a donde se

encontraba la sala de reuniones. Abrió la puerta espasmódicamente y con el sudor


en la frente y un jadeo asfixiante, se encontró con la mirada de todos esos

señores de batas blanca y con cara de pocos amigos, que lo analizaban de arriba

abajo.+

- Qué atento de su parte regalarnos su presencia doctor Zhang – se hizo escuchar

el director del área de médicos cirujanos.+

El joven doctor, apenas si pudo abrir la boca reseca de tanto ajetreo. Tomó su

guardapolvo blanco en el pecho, con la punta de sus dedos y tironeando apenas la

tela, para airearse un poco, pegó un soplido para apaciguar su frente que

hervía.+

- Qué calor hace ¿Verdad? – dijo inquieto, acercándose a una mesita, dispuesta

con botellas pequeñas de agua mineral.+

- Quizá la peluca que lleva puesta lo hace sudar más doctor Zhang – habló con un

ronquido, reacomodándose en su asiento el director de emergencias. 2

- ¡Oh! ¡Claro doctor Joo Won! – exclamó riéndose como si de chiste se tratara,

tanteando Yixing en su cabeza el matorral multicolor que llevaba, quitándoselo,

pero dejando a la luz esos cabellos negros disparados para todos lados – Es que

a mis niños le gusta más esta...+

- Doctor Zhang – le interrumpió el director del área de obstetricia.+


- ¿Si doctor Choi?+

El doctor Kang Chang Min amable y sonriendo, se llevó su índice derecho a la

nariz. Yixing entendió bien, con un poquito de vergüenza, que había olvidado

quitarse la nariz de payaso que llevaba cuando tenía que hacer revisión a sus

pacientes del sector de pediatría. Rió ante eso, dejando divisar unos hoyuelos

en las mejillas, mientras guardaba la nariz en el bolsillo de su chaqueta,

aunque sin saber qué hacer aún con la peluca que tenía en mano.4

- Bien – dijo fuerte, severo y evidentemente molesto, el director del área de

oncología, poniéndose de pie – Creo que ya terminamos aquí.+

- Minho – habló confundido el doctor Zhang – ¿Cómo que...?+

Pasando en frente de él, deteniéndose un segundo, el doctor Choi Minho, le

reclamó por lo bajo a su compañero de investigaciones y con tono reprobatorio.

- La reunión era hace dos horas, doctor Zhang.+

- Pero... pero...+

El doctor Zhang penas pudo decir alguna que otra palabra, mientras decidió hacer

un montón de reverencias como pedido de disculpas a los que se iban yendo.

Algunos lo saludaban como divertidos, pero él bien sabía que no todos estarían

pensando que su falta era chistosa, sino por el contrario muy grave, tanto que
podría costarle el puesto de director. Bajó la cabeza mirando al suelo. Solo se

animó a elevar su rostro, cuando aparentemente el último director se hubiera

retirado, pero entonces se encontró con la mirada severa del doctor Jang Dong

Gun, director del Hospital Central. Amber, la directora del área de Kinesiología

y Byun Baekhyun, el director del área de Enfermeros, se encontraban sentados al

lado del director, uno de cada lado, al parecer esperando por él y sonriéndole.+ k

- Menos mal – resopló apenas Yixing, al encontrarse con esas caras amables con

él, porque lo entendían bien – Byun, Amber... lo siento tanto...+

- No hay problema – dijo la doctora, que apenas si podría disimular las ganas

terribles de lanzar una carcajada.5

Yixing sonrió apenas, mirando a los dos profesionales. Baekhyun era amigo, así

que cualquier cosa le disculparía. Amber era buena, demasiado comprensiva y

atenta, así que suspiró para dirigir su vista al doctor Jang, una eminencia que

Yixing sabía bien que le aguantaría de todo, aún sin saber por qué le tenía

tanta paciencia. Quizá su IQ de 130 tendría algo que ver, pero ¿hasta cuándo? +

- Tome asiento doctor Zhang – pidió duramente el doctor Jang.+

- Lo siento tanto – quiso hablar él, acercándose a duras penas a la silla

dispuesta alrededor de una mesa amplia de reuniones – Es que... verá, hay nuevos

pequeños a los que evaluar y...+


- Lo imagino doctor Zhang – asintió el doctor Jang – Creo que la próxima vez

debería llamarlo directamente por el altavoz, ya que llamarlo por su móvil no

funcionó.+

Zhang cerró sus párpados tenso. Y estuvo a punto de disculparse nuevamente,

cuando la puerta se abrió, dejando a la vista a un joven desconocido para todos,

menos para el doctor Jang. Impecable, altivo, derecho en su postura corporal,

analizando el panorama por encima de sus lentes, a la vez que elevaba su mentón

galante pero sin guardapolvo de médico, sino con traje casual color vino, que lo

hacía un tanto soberbio en su seriedad evidente, más esa camisa prendida hasta

el cuello, le hicieron darse cuenta al doctor Zhang que era quizá psicólogo o

psiquiatra. Un mechón de pelo oscuro y abundante se le vino al joven al frente,

que reacomodó con soltura hacia atrás. Sonrió apenas, ni muy efusivo, pero

tampoco falsamente y emitió una reverencia perfecta de 90º a los presentes.+

- Buenos días ¿Me mandó llamar doctor Jang? – preguntó volviendo su mirada

sobria al superior.+

- Tome asiento doctor Wang – asintió el director del hospital.8

Seguro en sus pasos y diligente en sus fríos movimientos, dejó su libreta

personal en la mesa, antes de tomar asiento al lado del doctor Zhang, a quien

miró apenas. +
- Doctor Wang – dijo el doctor Jang – quisiera presentarle al doctor Zhang

Yixing, director del área de Neurología y Rehabilitación...+

- He leído muchos artículos de su autoría en la universidad – soltó el joven,

sin perder ese porte – Es un honor para mí trabajar a su lado, doctor Zhang. +

- Tanto... tanto gusto...– respondió a eso Yixing, con las mejillas ya

enrojecidas del halago.+

- Amber Josephine Liu, es nuestra directora de Kinesiología y Fisioterapia. Byun

Baekhyun es el director del área de enfermería responsable de la rehabilitación

de los pacientes.

- Perdón... – balbuceó inquieto Yixing –...el doctor es...+

- Doctor Jackson Wang, especialista en Neuropsiquiatría – explicó el doctor Jang

– Será incorporado a su equipo doctor Zhang. Aunque estará bajo la supervisión

del director de Salud Mental, nos lo ha cedido para trabajar con uno de nuestros

pacientes, Huang Zitao.8

- ¡Vaya! ¡Qué buena noticia! – exclamó entusiasmado Yixing, sonriendo y mirando

directamente al psiquiatra – Debe haber leído entonces la evaluación

neuroconductual o neuropsiquiátrica* de Zitao que realicé. Pero soy neurólogo y

usted es más pertinente para dar su opinión definitiva.+


- Por eso me han asignado al paciente Huang, doctor Zhang – habló serio,

evidenciando que su tema de interés estaba en el tapete, tomando su libreta y

comenzando a dar su opinión – He leído los informes del paciente. Dos semanas de

coma después del accidente. Abrió los ojos por sí solo, pero volvió a caer en

coma. Dos meses en coma profundo, y despierta sin recibir la atención adecuada,

quizá porque no tenía quién se dedique a él plenamente.+

- No fue encontrado por su madre sino hasta tiempo después – comentó el doctor

Jang – Tenemos entendido que ella se enteró tarde del paradero de su hijo, a

quien creía perdido. Pero apenas estuvo en sus manos, le proporcionó todos los

medios para su óptima recuperación.1

- Hasta ahora el progreso ha sido de acuerdo a lo esperado en estos casos –

siguió leyendo el doctor Jackson – Muy rápido en el inicio, lento ahora, como es

lo normal. Parece presentar secuelas cognitivas* y motrices, sobre todo en los

miembros inferiores ¿cree que quedará inválido? – preguntó a la doctora.+

- Posiblemente – respondió Amber – No ha manifestado signos de sensibilidad. No

así con sus miembros superiores. Tenemos esperanza que sea cuestión de tiempo,

para que pueda comenzar a tomar las cosas por sí solo con sus manos. +

- Él llegará a valerse por sí mismo. Él lo quiere– dijo Baekhyun, serio y

pasmado ante la posibilidad – Él se mantiene fuerte y de buen ánimo para hacer

todas las actividades que se le piden, incluso se exige muchísimo más que el

resto de los pacientes, rehusándose a regresar antes de tiempo a la sala de


descanso.+

- ¿Cómo se comunican con él? – preguntó el doctor Jackson – Tengo entendido que

aún no habla.+

- Hace dos semanas comenzó el tratamiento con el fonoaudiólogo*.+

- Pero no habla todavía.+

- Pero nos entendemos.+

- ¿Cómo?+

- Sus... sus ojos – murmuró incómodo Baekhyun – son expresivos...+

Un silencio de segundos hicieron a Baekhyun que se le crisparan los pelos. De

pronto ese joven doctor, eminencia de no sé qué, no le estaba cayendo bien,

rehusándose a creer que ellos se pudieran comunicar con Zitao. Peor, porque el

hombre podría llegar a considerar que se trataba más de las ganas de ellos

porque Zitao se componga, haciéndolo trabajar de más, poniendo en riesgo su

salud.+

- Zitao ha establecido una relación afectiva muy fuerte con tres enfermeros del

sector – habló Yixing, seguro de las palabras – No esperamos que entienda

nuestro modo de trabajar. Pero confío plenamente en el criterio de Byun y sus


enfermeros. Si ellos dicen que pueden comunicarse con el paciente, así ha de

ser. Creo que una vez conozca a Zitao, se dará cuenta doctor Jackson, de lo

expresivo que puede ser.+

Una sonrisa forzada salió de los labios del joven profesional, que incrédulo y

un tanto sarcástico se limitó a decir.3

- Seguro. Así lo haré. +

- Cuando duerme, se esfuerza por lanzar palabras – aseguró Baekhyun – A sus

cuerdas vocales le cuesta, para mí eran incoherencias, pero el enfermero Xiao

Luhan que es chino, ha dicho que es mandarín. Y nos preocupa, porque nosotros

hablamos en coreano.+

- Por eso estoy yo aquí en parte – dijo el psiquiatra – Soy chino. Evaluaré lo

más conveniente de momento para él. Tengo entendido que ha perdido la memoria,

así que dudo que recuerde a conciencia siquiera lo que hablaba ¿Su madre que ha

dicho?+

Nadie dijo nada. Todos se miraron entre sí unos segundos. Fue entonces el

director del hospital que habló.+

- Su madre trabaja en Beijing. No puede venir a dedicarse de lleno a su hijo,

porque tiene una niña pequeña a la que dedicarse también. Se está encargando de

hacer que su trabajo la traslade aquí a Seúl, pero mientras, ella cubre
completamente los costos del tratamiento. No puede abandonar su trabajo, porque

así mantiene a Zitao y su hermana.7

- ¿Parientes? – preguntó consternado y con el ceño arrugado el joven.+

- Nadie.+

- ¿Y cómo es que llega a Seúl? Hay buenos hospitales en Beijing, en donde podría

haberse tratado también, aún si su madre lo encontró tiempo después.1

- Se sabe que el doctor Zhang es una eminencia en Asia – explicó la doctora

Amber – Su madre puso todas las esperanzas en que el tratamiento deje a su hijo

restablecido por completo.+

- Pero sin la contención emocional adecuada, difícilmente pueda hacerlo –

sentenció duramente y molesto de repente el psiquiatra.1

Todos callaron de nuevo. El joven doctor suspiró para poder mantener la

compostura. En un segundo la opinión del enfermero Byun cambió, considerando que

quizá a ese joven sí le importaban mucho sus pacientes, porque ¿Por qué si no se

enojaría, dejando entrever su rabia tenue, ante la soledad de un paciente a

quien aún no había visto?+

- Lo haremos – resaltó Yixing, seguro de sí mismo – Nosotros le daremos la

seguridad y el afecto que él necesite hasta que su madre pueda llegar a él de


forma permanente.+

- Se enoja con frecuencia – dijo de pronto Jackson, volviendo a tomar sus

apuntes, mientras reacomodaba sus gafas – Tiene poca tolerancia ante el fracaso,

cuando percibe que nada le sale. La última vez, indican que tuvieron que

inyectarlo, por temor a que se hiciera daño. Sin embargo, dicen que no ha

querido medicarlo* de manera permanente, doctor Zhang ¿Por qué?+

- Soy de la teoría que en algunos casos el efecto de la medicación es

contraproducente. +

- Extraño en usted, siendo neurólogo.+

- No quiero dormirlo, cuando trato de despertar las funciones básicas de su

cerebro – explicó Yixing.8

- Ya veremos – aseguró el psiquiatra, notoriamente en desacuerdo. +

- Ya lo he decidido – afirmó rotundo Yixing.+

Yixing suspiró, asentando del todo su espalda pesadamente en el asiento, porque

supuso entonces, que ese sería el primer desacuerdo de muchos otros y suspiró en

alerta.
Caminó por el largo pasillo hacia la habitación donde se encontraba Zitao. Lo

que le había inquietado más a Yixing, era saberlo solo. Él no era psiquiatra,

aunque sabía de ello, no tendría tiempo para dedicarse de lleno a esa área.

Yixing era muy respetuoso de la idoneidad de los profesionales y jamás se

metería en aquellos que no era su especialidad. Aunque hoy por primera vez se

arrepintió. Si el doctor Jackson decidía que lo mejor sería medicarlo, entonces

se embarcarían en una discusión profesional desmesurada, que retrasaría las

mejoras en Zitao.+

Llegó al dormitorio 68, donde Zitao había sido puesto solo, porque aún recibía

un tratamiento personalizado y no podría estar acompañado por el cuadro que

presentaba. Yixing se paró en la puerta y con las manos metidas en los bolsillos

de su delantal, miró a su paciente. A Zitao le estaban dando la cena. Lentamente

el puré era llevado de a pequeñísimas porciones para percatarse de que

atravesara bien por su garganta. Luhan era meticuloso en eso. Mientras, no

paraba de hablarle de lo que se le ocurriera. +

- ¿Sabes Zitao? – le decía Luhan al paciente, que somnoliento parecía escuchar

de verdad, aún si no entendiera una palabra de lo que le estaba diciendo su

enfermero – Hoy me compré la última revista de Elle. Si, si. Ya sé que no sabes.

Mañana te la traigo y te la muestro, porque se viene la nueva temporada de

invierno ¿Sabes? – seguía Luhan de lo más entusiasmado, sin percatarse un

segundo de que Yixing estaba parado en la puerta del dormitorio observando y

analizando las reacciones de Zitao, mientras su parloteo parecía despertar al

paciente que abría la boca recibiendo de buena gana cada bocado que le daban –
Ya te veo con ropa linda, porque creo que tú eres alto como de esos modelos

tapas de revista. Pero no te conté lo mejor. En la portada de este mes está Oh

Sehun – resopló con anhelo al aire, lanzando un beso a la nada – ¡Es un dios

Zitao! – exclamó, al segundo que hizo un segundo de silencio, mirando esos ojos

expresivos de Zitao, en lo que Luhan luego, frunciendo el ceño, le reclamaba –

¡No exagero! Ya vas a ver mañana cuando te traiga la revista y lo veas. Está

para comérselo – dijo relamiéndose los labios.4

Suspicaz Yixing analizó los labios de Zitao curvarse. No se le pasó tampoco por

alto que su estómago se hubiera realzado un poco, ni que sus dedos se hubieran

cerrado apenas, por instinto o por reflejo ante lo que podría haber sido una

carcajada. +

- A ver Zitao, abre la boca y di aaahhhh....+

- Aaaahhhh...+

El doctor Zhang sonrió feliz de que Zitao ya tuviera fuerza en sus cuerdas

vocales. Yixing reconocía que se encariñaba con todos, él no podría ser como el

resto de sus compañeros que le acusaban de ser demasiado sensible frente al

padecimiento ajeno ¿Y qué tenía de malo poner el corazón de lleno en las

personas? Menos cuando esa sonrisa hecha con mucho esfuerzo de su paciente, que

se había dado cuenta que estaba parado allí, se la dirigía a él. Zitao le

sonreía e Yixing le devolvía el gesto.+


- ¿Cómo está la estrella del piso?+

- ¡Doctor Zhang! – exclamó contento Luhan – Está muy bien y más precioso el día

de hoy. Yo creo que ya debe haberse enterado que hoy me señaló lo que quería

comer de postre. Le mostré las tarjetas y eligió gelatina de frambuesa antes que

flan. Además estaba pensando en que quizá luzca más radiante si le pinto el

cabello color...+

- Luhan – advirtió divertido Yixing – No tenemos permiso para esas cosas...+

- Un cambio de look. Yo sé que le gusta mi rubio ¿Verdad Zitao?+

Yixing se acercó a Zitao y cuando la palma de su mano se hubo posado en la

cabeza del joven, su pecho se contrajo en un conmovedor suspiro, cuando se dio

cuenta que cerraba los ojos, para disfrutar mejor esa caricia. Ni que fuera un

cachorro, de esos que buscan cariño, pero era un niño recién devuelto a la vida.

Zitao estaba aprendiendo de cero, partiendo de nada, como un bebé que aprende

lentamente cada cosa, solamente que Yixing bien sabía que eso podría llevarle el

resto de la vida. +

Zitao apenas si sabía que tenía una madre, si es que lo hubiera entendido cuando

le fue dada la información. Pero incluso eso, Yixing dudaba que lo supiera. Por

tanto, Yixing entendió que Zitao creía que esa era su vida y que todo lo que le

rodeaba era su realidad, asumiendo él, como su médico de cabecera, una

responsabilidad que no sabía por qué había tomado con Zitao, más que con el
resto de sus pacientes. Zitao estaba solo, creyó que eso era, que Zitao estaba

solo y en su mente quiso creer que era eso lo que lo movía a esos gestos más

comunes que tenía con todos, pero con Zitao más todavía. +

Accidente en moto, le habían dicho que había sido el motivo de su traumatismo

craneoencefálico. Según decían los chismes por pasillos, porque el historial

médico se había filtrado en algún momento apenas lo habían llevado ahí, Zitao

corría en una carrera de esas clandestinas y tuvo esa suerte a la que se

arrastró él solo. De él decían que había sido un chico de esos que vivían al

límite la vida, completamente descarriado y al borde de la cornisa, como si no

hubiera mañana, irresponsable y temerario, quizá drogadicto y con excesos de

todo tipo. Para Yixing no fue novedad. Era otro caso más, común, como muchos, la

gran mayoría. Porque los traumatismos craneoencefálicos constituyen la causa más

frecuente de injuria cerebral en personas jóvenes, sanas previamente,

especialmente como consecuencia de accidentes automovilísticos y en motocicleta,

así que no se sorprendió con esa historia.+

Yixing se conmovía de todos esos jóvenes que entraban allí con ese cuadro. Pero

Zitao, a él Zitao simplemente le dolía. Una pizca de sí mismo se negaba a creer

que Zitao hubiera sido de esos, sin saber por qué, porque al parecer eso es lo

que había dicho su propia madre, la señora Zhang Ziyi. Después de la primera

entrevista con él, habiendo conocido a la pequeña hermana de Zitao que llevaba

con ella, él no la había vuelto a ver, así que simplemente hablaba con el doctor

Jang a quien se dirigía directamente.1


- La doctora Amber quiere que vayas a la pileta – le avisó con lentitud en sus

palabras Yixing a Zitao – Así que mañana comenzarás.+

Zitao lo vio mover la boca. Algo le decía a él. No importaba qué fuera, pero

Zitao sabía que sería bueno, porque todo lo que viniera de esa sonrisa era cosa

buena. Así que sonrió, como si de un reflejo se tratara, abriendo bien grande

sus ojos. +

- Le gustará – dijo Luhan aplaudiendo emocionado – Yo sé que sí.+

Luhan retiró todo y con esmero comenzó a masajear por última vez en el día los

brazos y piernas de Zitao, así como el vientre. Antes de irse, Yixing dio un

beso a Zitao en la frente y un apretón suave de manos, que para su felicidad,

Zitao devolvió con esfuerzo. Sonrieron los dos de ese gesto ameno.+

- Hasta mañana Zitao – dijo Yixing.+

Cuando se dio vuelta, alcanzó a escuchar de Luhan cuando salía del dormitorio

que seguía parloteando miles de cosas a Zitao y se sintió contento con dejarlo

en sus manos.+

- Yo lo voy a convencer de teñirte el pelo. Vas a quedar divino Zitao. Creo que

eres el consentido del doctor Zhang. Pero que quede entre nosotros, sino los

demás se pondrán de lo más celosos y a nadie le va a gustar que tú seas el


preferido y...+

Yixing sonrió, mientras se dirigía a la cafetería. Un último café como le

gustaba que le prepararan en ese lugar y se iría a casa. Con su vaso en mano se

sentó en la mesa. En frente, alguien se le sumó y él sonrió a Zhoumi que también

ya estaba seguramente de salida.1

- Estás preocupado – le dijo su compañero.+

- ¿Se me ve preocupado?+

- Más de lo normal – tanteó Zhoumi.+

Él lo conocía más de lo que él mismo podría haberse llegado a conocer. Si él lo

decía, debía creerle, porque de seguro así sería.+

- Dime el nombre – pidió Zhoumi, tomando un sorbo de su café.+

- Huang Zitao.+

- ¿Qué de "todo", de él te preocupa? – preguntó confundido.+

No era la primera vez que recibía un paciente con ese cuadro. Lo extraño era

verlo con esa preocupación, temeroso de algo. +


- Me pregunto cómo será su vida más adelante.+

- ¿Por qué?+

- No se repondrá al 100% – le dijo molesto, como si le dijera algo más que

obvio.+

- Ya lo sé. Lo sabes y todo el mundo aquí sabe cómo es esto. Ahora ¿Por qué te

preocupa así? Nunca te vi antes de esa forma por un paciente. Es uno más.+

- No es uno más – dijo en tono rotundo y molesto.+

- Si. Es un paciente más – le recalcó Zhoumi – Recuérdalo. +

- Eres cruel.+

- No. Soy realista. Lo estás tratando como si fuera especial.+

- ¡Es especial!2

- Doctor Zhang – llamó él, con un toque de sarcasmo – Creí que todos eran

especiales para ti ¿Qué tiene el joven Huang?+

- Está...solo...+
Zhoumi entendió bien lo que quería decirle. Se recordó que Yixing era huérfano

de padre y madre. Había sido adoptado por un buen hombre, vaya a saber por qué

causa, pero incluso ese buen hombre se había visto obligado a que su hijo

adoptivo se educara en un internado en Estados Unidos cuando recibió amenazas de

muerte por la profesión que ejercía, como fiscal de distrito primero y como juez

de la república después. Yixing no se quejaba y siempre era agradecido. Pero en

el fondo de su corazón siempre se había sentido solo. Mirando a Zitao, dejado a

la distancia, con los mejores profesionales para poder ponerlo en pie, él no

dejaba de estar solo. Yixing veía en Zitao su viva imagen.+

- No está solo – dijo obsecuente Zhoumi, sintiendo que su pecho le explotaba de

emoción, al saber a Yixing tan bueno – Te tiene a ti Yixing. No te preocupes

más.2

Zhoumi se levantó de su lugar y ubicándose a su lado, invitó sin palabras a su

mejor amigo a que apoyara la cabeza sobre su hombro. Y así se quedaron un rato,

viendo la pantalla que daba noticias.+

- ¿Qué será de él cuando se vaya de aquí?+

- Falta mucho para eso – le habló Zhoumi – No pienses en lo que todavía no pasó.+
Una cosa llamó la atención de los compañeros y amigos, que los hizo dejar de

hablar, al segundo que alguien pedía al encargado de la cafetería que elevara un

poco el volumen para escuchar lo que ocurría. +

Se rieron de pronto, cuando observaron a una chica darle una bofetada a otra

chica en la pantalla, en medio de los flashes y los paparazzi que morían por

sacarle fotos a la vez que periodistas se arremolinaban alrededor de esa pareja,

para obtener una declaración. Parecían salir de un club o algo así.+

- Mira eso... – dijo Zhoumi, mientras comenzaba a reírse – Esa gente sí que ama

vivir en medio del lío...+

"¡Saca tu puta cámara de aquí!", gritaba un tipo con mano enorme, que acompañaba

a los afectados, "¡Dejen de filmar mierdas!" +

Mientras las chicas caían en medio del asfalto, agarrándose de los pelos, en

medio de algunos que se mataban de la risa y otros que las querían separar, los

medios seguían cubriendo el asunto, como si se tratara de la mejor noticia del

momento. Mientras, la cronista de ese programa de chimentos, decía de lo más

feliz y chispeante.+

"Una pelea se formó en los festejos como cierre de la semana de la moda de Seúl

de este año. Las protagonistas de este escándalo fueron dos mujeres y ¿todo por

quién? Por un hombre – decía la periodista, con una sonrisa pícara y mordaz – El

implicado en cuestión es nada más, ni nada menos que uno de los modelos de
pasarela más cotizados del momento, Kris Wu. Pero no estaba solo, ya que quien

arremetió contra los periodistas en medio de insultos, seguramente por defender

a su amigo de semejante escándalo, fue otro modelo de reconocidas marcas, a

quien se le adjudica el título de ser el más influyente entre jóvenes y

adolescentes, Oh Sehun. Amigos de nuestras jóvenes estrellas, también

intervinieron en el asunto, tratando de separar a las chicas ¿El problema? Kris

Wu al parecer ¡Fue encontrado in fraganti por su novia! Quien sin perder el

tiempo atacó a la tercera en discordia, una modelo norteamericana, cuyo nombre

no trascendió hasta el momento..."

Después de muchas maldiciones y hacer el intento porque ella le abriera la

puerta, Yifan se dio cuenta que esa noche dormiría en casa de su amigo. Tocó por

última vez el timbre del portero y luego de emitir el último gruñido, terminó

por pegarse la media vuelta y bajar las escalinatas del condominio.+

- Todavía no entiendo cómo no aprendes – dijo Jongdae, apoyado en el coche,

esperando a su amigo que bien sabía terminaría yéndose con él a su apartamento –

Se va a quedar con tu apartamento y no hiciste un repuesto de tus propias

llaves.

Yifan lo miró como si quisiera matarlo, para terminar peinándose los pelos hacia

atrás. +

- ¡Mierda! – farfulló.+
Jessica no estaba invitada al evento. Su manager se lo había dejado bien en

claro. Para su imagen ella no era más que un estorbo, pero no porque fuera su

novia, sino porque realmente era una molestia que le armara escándalos porque

era mirado por todo el mundo mientras caminaba por la pasarela. Así que Eunhyuk

había ya perdido la paciencia con la chica, sin importarle ningún puto drama que

le acercara ella, sumado al tema de que era odiosa con las fanáticas y fanáticos

de sus chicos. +

Yifan no era un santo. Ya con ella, ni le importaba. La culpa le carcomía por

dentro, al principio y después la compensaba con regalos y promesas. Después de

todo, ya que lo celaba, que le diera motivos al menos, le había dicho una vez

Jongdae en broma y él se lo tomó al pie de de la letra. La cosa es que en ese

momento, Yifan se había convertido en un desalmado para Jessica, que bien sabía

que mañana le abriría la puerta, pero mañana, porque hoy se quedaría fuera.1

- ¡Maldita! – gritó él.2

Jongdae se le mataba de risa, mientras le abría la puerta del coche invitándolo

a subirse.+

- Adelante señor Wu – se le burló ni que fuera su chofer.+

Apenas arrancó rumbo a su apartamento, Yifan encendió un cigarrillo, abriendo la

ventanilla del coche, para ventilar el lugar. +


- Tú estás feliz por esto ¿Verdad? – le recriminó a su amigo.+

- Claro – dijo él, riéndose divertido – Va a enaltecer mi imagen en los medios,

ni hablar cuando mi viejo me vea en la portada golpeando a una cámara, puteando

a los periodistas. Mi hermano me dará el sermón del año. La bruja dirá que soy

un egoísta que no piensa en el buen nombre de la familia. Lo mismo de siempre. + d

- Mis viejos – refunfuñó Yifan, pitando de buena gana su cigarrillo, queriendo

agarrarse la cabeza, sabiendo lo que se le vendría encima – Van a querer

matarme.+

- Una nueva joya de regalo, o un fin de semana en alguna isla paradisíaca no

creo que baste como disculpa esta vez – se le burló Jongdae – Creo que habrá

fiesta de compromiso – canturreó feliz.+

- ¡Cállate idiota! – gritó él – ¡No es broma!+

- Yo no estaba haciendo broma. Tú eres el que no se lo tomó en serio. Jongin te

advirtió cómo era la chica desde el primer momento – le recordó serio esta vez –

Chanyeol también te dijo. Y Sehun está perdiendo la paciencia, porque se imagina

que esa loca un día, por andar detrás de ti, obsesiva y controladora como es, va

a acabar arruinando el negocio por descubrirte.+

Si. Jongin había salido con la chica un tiempo, antes que terminara de novio con
la hermana de Jessica, Krystal, que parecía ser más tranquila. La cosa es que no

lo escuchó, cuando le dijo que la mujer era asfixiante. Chanyeol miles de veces

le había dicho que terminara eso, aún si ella amenazara con suicidio. En ese

tiempo, él no tenía corazón para hacer eso con la pobre. Pero hoy, todas esas

escenas, se había convertido en costumbre. 5

Costumbre eran sus ataques de ansiedad, costumbre era que ella lo amenazara con

cortarse las venas, costumbre era el tener que esconder las pastillas para

dormir para que no se las consumiera, costumbre era gritar y pelear por

cualquier puta cosa que se interpusiera en la relación perfecta que ella

prodigaba tener antes su entorno social.5

Y al final, él seguía sintiéndose de la misma manera. +

Solo.4

Así se sentía. Completamente solo. Alguna vez quiso creer que las cosas serían

diferentes. Alguna vez se exigió vivir a pesar de todo. Pero por más que

intentara buscar la manera de seguir viviendo, no podía por eso seguir

engañándose a sí mismo. Él estaba solo. Como una existencia vacía, porque él se

lo había llevado todo. +

- Ni se te ocurra – rugió de pronto su amigo, quitándole la mano del estéreo.+

Apenas si se vio con los dedos, tanteando el aparato, para poner algo de música
y Jongdae se lo impedía. Sabía a lo que se refería. Una canción se había

convertido en su tortura y todos sus amigos lo sabían. Así como era una canción

espectacular, habrían de odiarla por los estragos emocionales que hacía en

Yifan. Jongdae no quería volver a escucharla, al menos no con él.+

- Maldito témpano – le recriminó Yifan.+

- Dime que soy un puto insensible y no me importa. Pero ni mierda te vas a

torturar con eso. +

El silencio se hizo entre los dos. Yifan cerró sus ojos, como dormitando.

Jongdae sabía que estaba meditando. Se detuvo en un semáforo y miró a su amigo.

Una pena le embargó por dentro, al verlo a Yifan, el mayor de todos, el que

siempre los había cuidado y protegido, tan perdido y solo.+

- Tú no estás solo hombre – le dijo él – Nos tienes. Lo sabes ¿verdad?+

Yifan suspiró apenas. Contuvo esas líneas de sensibilidad perdidas en alguna

parte de su historia y algo seco, terminó por decirle.+

- Si. Ya lo sé.+

Pero aún en su corazón, Yifan se sentía solo. Jongdae sabía que en vano diría

cualquier palabra, porque su amigo y hermano ya había decidido pasar así la

vida, solo.
---------------------------------------+

* De "Cognición". El término "cognición" se puede definir como la capacidad de

algunos seres vivos de obtener información de su entorno y, a partir de su

procesamiento por parte del cerebro, de interpretarla y darle un significado.+

* En un traumatismo de cráneo o encéfalocraneano (TEC) que conlleva daño

cerebral, se realiza la "Evaluación Neuroconductual o Neuropsiquiátrica", es

decir, donde se analiza el estado conductual y emocional del paciente así como

qué otras evaluaciones se deberán realizar.+

* Fonoaudiólogo. Es el profesional cuyo papel principal es establecer o

reestablecer las habilidades y funciones de la comunicación humana.+

* Siendo en la historia Zitao, un paciente con posibles trastornos de

desinhibición y cuadros conductuales que combinan varios síntomas psiquiátricos

y cognitivos de diversa gravedad, es normal que sea acompañada la rehabilitación

con fármacos, sobre todo para el control de ansiedad.


"Solo"

El bullicio no era ensordecedor, pero sí era la réplica de la ansiedad que se

vivía siempre en ese ambiente. Por eso mismo, él jamás perdería su semblante,

siempre sonriente y vivaz. El doctor Zhang Yixing, caminara por donde caminara,

siempre iría con ese desparpajo que lo caracterizaba, saludando a medio mundo en

su camino, aún si el día no hubiera sido el mejor, porque primero estaban

aquellos que la habían pasado peor que él y que necesitaban de su mejor energía

para ser curados.8

Se detuvo en seco a medio caminar, cuando escuchó por altavoz a la mujer.+

"Doctor Zhang Yixing, se lo solicita en la dirección del hospital para reunión

de directores" 3

- Demonios – murmuró para sí, mirando con ojos bien abiertos la hora en su móvil

y dándose con que tenía muchísimas llamadas perdidas.1

Unas reverencias a los pacientes que quisieron frenarlo a su paso, pidiendo

disculpas por no poder detenerse, demostraron que una vez más, como tantas

otras, el Director del área de Neurología y Rehabilitación, como de


Investigaciones del Hospital Central, había olvidado que tenía reunión de

directores en el despacho del doctor Jang. Con pasos rápidos, porque correr no

podría, por la multitud de pacientes que había en los pasillos esperando turnos,

el doctor Yixing hizo lo mejor que pudo para llegar al otro extremo del

hospital, lo que le llevó alrededor de 6 minutos.+

Divisó la merma de gentío, lo que significaba que ya llegaba a la parte de

administración y subiendo dos pisos, siendo recibido por la sonrisa de las

secretarias, seguido de muchas reverencias de su parte, corrió a donde se

encontraba la sala de reuniones. Abrió la puerta espasmódicamente y con el sudor

en la frente y un jadeo asfixiante, se encontró con la mirada de todos esos

señores de batas blanca y con cara de pocos amigos, que lo analizaban de arriba

abajo.+

- Qué atento de su parte regalarnos su presencia doctor Zhang – se hizo escuchar

el director del área de médicos cirujanos.+

El joven doctor, apenas si pudo abrir la boca reseca de tanto ajetreo. Tomó su

guardapolvo blanco en el pecho, con la punta de sus dedos y tironeando apenas la

tela, para airearse un poco, pegó un soplido para apaciguar su frente que

hervía.+

- Qué calor hace ¿Verdad? – dijo inquieto, acercándose a una mesita, dispuesta

con botellas pequeñas de agua mineral.+


- Quizá la peluca que lleva puesta lo hace sudar más doctor Zhang – habló con un

ronquido, reacomodándose en su asiento el director de emergencias. 2

- ¡Oh! ¡Claro doctor Joo Won! – exclamó riéndose como si de chiste se tratara,

tanteando Yixing en su cabeza el matorral multicolor que llevaba, quitándoselo,

pero dejando a la luz esos cabellos negros disparados para todos lados – Es que

a mis niños le gusta más esta...+

- Doctor Zhang – le interrumpió el director del área de obstetricia.+

- ¿Si doctor Choi?+

El doctor Kang Chang Min amable y sonriendo, se llevó su índice derecho a la

nariz. Yixing entendió bien, con un poquito de vergüenza, que había olvidado

quitarse la nariz de payaso que llevaba cuando tenía que hacer revisión a sus

pacientes del sector de pediatría. Rió ante eso, dejando divisar unos hoyuelos

en las mejillas, mientras guardaba la nariz en el bolsillo de su chaqueta,

aunque sin saber qué hacer aún con la peluca que tenía en mano.4

- Bien – dijo fuerte, severo y evidentemente molesto, el director del área de

oncología, poniéndose de pie – Creo que ya terminamos aquí.+

- Minho – habló confundido el doctor Zhang – ¿Cómo que...?+

Pasando en frente de él, deteniéndose un segundo, el doctor Choi Minho, le


reclamó por lo bajo a su compañero de investigaciones y con tono reprobatorio.

- La reunión era hace dos horas, doctor Zhang.+

- Pero... pero...+

El doctor Zhang penas pudo decir alguna que otra palabra, mientras decidió hacer

un montón de reverencias como pedido de disculpas a los que se iban yendo.

Algunos lo saludaban como divertidos, pero él bien sabía que no todos estarían

pensando que su falta era chistosa, sino por el contrario muy grave, tanto que

podría costarle el puesto de director. Bajó la cabeza mirando al suelo. Solo se

animó a elevar su rostro, cuando aparentemente el último director se hubiera

retirado, pero entonces se encontró con la mirada severa del doctor Jang Dong

Gun, director del Hospital Central. Amber, la directora del área de Kinesiología

y Byun Baekhyun, el director del área de Enfermeros, se encontraban sentados al

lado del director, uno de cada lado, al parecer esperando por él y sonriéndole.+ k

- Menos mal – resopló apenas Yixing, al encontrarse con esas caras amables con

él, porque lo entendían bien – Byun, Amber... lo siento tanto...+

- No hay problema – dijo la doctora, que apenas si podría disimular las ganas

terribles de lanzar una carcajada.5

Yixing sonrió apenas, mirando a los dos profesionales. Baekhyun era amigo, así
que cualquier cosa le disculparía. Amber era buena, demasiado comprensiva y

atenta, así que suspiró para dirigir su vista al doctor Jang, una eminencia que

Yixing sabía bien que le aguantaría de todo, aún sin saber por qué le tenía

tanta paciencia. Quizá su IQ de 130 tendría algo que ver, pero ¿hasta cuándo? +

- Tome asiento doctor Zhang – pidió duramente el doctor Jang.+

- Lo siento tanto – quiso hablar él, acercándose a duras penas a la silla

dispuesta alrededor de una mesa amplia de reuniones – Es que... verá, hay nuevos

pequeños a los que evaluar y...+

- Lo imagino doctor Zhang – asintió el doctor Jang – Creo que la próxima vez

debería llamarlo directamente por el altavoz, ya que llamarlo por su móvil no

funcionó.+

Zhang cerró sus párpados tenso. Y estuvo a punto de disculparse nuevamente,

cuando la puerta se abrió, dejando a la vista a un joven desconocido para todos,

menos para el doctor Jang. Impecable, altivo, derecho en su postura corporal,

analizando el panorama por encima de sus lentes, a la vez que elevaba su mentón

galante pero sin guardapolvo de médico, sino con traje casual color vino, que lo

hacía un tanto soberbio en su seriedad evidente, más esa camisa prendida hasta

el cuello, le hicieron darse cuenta al doctor Zhang que era quizá psicólogo o

psiquiatra. Un mechón de pelo oscuro y abundante se le vino al joven al frente,

que reacomodó con soltura hacia atrás. Sonrió apenas, ni muy efusivo, pero

tampoco falsamente y emitió una reverencia perfecta de 90º a los presentes.+


- Buenos días ¿Me mandó llamar doctor Jang? – preguntó volviendo su mirada

sobria al superior.+

- Tome asiento doctor Wang – asintió el director del hospital.8

Seguro en sus pasos y diligente en sus fríos movimientos, dejó su libreta

personal en la mesa, antes de tomar asiento al lado del doctor Zhang, a quien

miró apenas. +

- Doctor Wang – dijo el doctor Jang – quisiera presentarle al doctor Zhang

Yixing, director del área de Neurología y Rehabilitación...+

- He leído muchos artículos de su autoría en la universidad – soltó el joven,

sin perder ese porte – Es un honor para mí trabajar a su lado, doctor Zhang. +

- Tanto... tanto gusto...– respondió a eso Yixing, con las mejillas ya

enrojecidas del halago.+

- Amber Josephine Liu, es nuestra directora de Kinesiología y Fisioterapia. Byun

Baekhyun es el director del área de enfermería responsable de la rehabilitación

de los pacientes.

- Perdón... – balbuceó inquieto Yixing –...el doctor es...+


- Doctor Jackson Wang, especialista en Neuropsiquiatría – explicó el doctor Jang

– Será incorporado a su equipo doctor Zhang. Aunque estará bajo la supervisión

del director de Salud Mental, nos lo ha cedido para trabajar con uno de nuestros

pacientes, Huang Zitao.8

- ¡Vaya! ¡Qué buena noticia! – exclamó entusiasmado Yixing, sonriendo y mirando

directamente al psiquiatra – Debe haber leído entonces la evaluación

neuroconductual o neuropsiquiátrica* de Zitao que realicé. Pero soy neurólogo y

usted es más pertinente para dar su opinión definitiva.+

- Por eso me han asignado al paciente Huang, doctor Zhang – habló serio,

evidenciando que su tema de interés estaba en el tapete, tomando su libreta y

comenzando a dar su opinión – He leído los informes del paciente. Dos semanas de

coma después del accidente. Abrió los ojos por sí solo, pero volvió a caer en

coma. Dos meses en coma profundo, y despierta sin recibir la atención adecuada,

quizá porque no tenía quién se dedique a él plenamente.+

- No fue encontrado por su madre sino hasta tiempo después – comentó el doctor

Jang – Tenemos entendido que ella se enteró tarde del paradero de su hijo, a

quien creía perdido. Pero apenas estuvo en sus manos, le proporcionó todos los

medios para su óptima recuperación.1

- Hasta ahora el progreso ha sido de acuerdo a lo esperado en estos casos –

siguió leyendo el doctor Jackson – Muy rápido en el inicio, lento ahora, como es

lo normal. Parece presentar secuelas cognitivas* y motrices, sobre todo en los


miembros inferiores ¿cree que quedará inválido? – preguntó a la doctora.+

- Posiblemente – respondió Amber – No ha manifestado signos de sensibilidad. No

así con sus miembros superiores. Tenemos esperanza que sea cuestión de tiempo,

para que pueda comenzar a tomar las cosas por sí solo con sus manos. +

- Él llegará a valerse por sí mismo. Él lo quiere– dijo Baekhyun, serio y

pasmado ante la posibilidad – Él se mantiene fuerte y de buen ánimo para hacer

todas las actividades que se le piden, incluso se exige muchísimo más que el

resto de los pacientes, rehusándose a regresar antes de tiempo a la sala de

descanso.+

- ¿Cómo se comunican con él? – preguntó el doctor Jackson – Tengo entendido que

aún no habla.+

- Hace dos semanas comenzó el tratamiento con el fonoaudiólogo*.+

- Pero no habla todavía.+

- Pero nos entendemos.+

- ¿Cómo?+

- Sus... sus ojos – murmuró incómodo Baekhyun – son expresivos...+


Un silencio de segundos hicieron a Baekhyun que se le crisparan los pelos. De

pronto ese joven doctor, eminencia de no sé qué, no le estaba cayendo bien,

rehusándose a creer que ellos se pudieran comunicar con Zitao. Peor, porque el

hombre podría llegar a considerar que se trataba más de las ganas de ellos

porque Zitao se componga, haciéndolo trabajar de más, poniendo en riesgo su

salud.+

- Zitao ha establecido una relación afectiva muy fuerte con tres enfermeros del

sector – habló Yixing, seguro de las palabras – No esperamos que entienda

nuestro modo de trabajar. Pero confío plenamente en el criterio de Byun y sus

enfermeros. Si ellos dicen que pueden comunicarse con el paciente, así ha de

ser. Creo que una vez conozca a Zitao, se dará cuenta doctor Jackson, de lo

expresivo que puede ser.+

Una sonrisa forzada salió de los labios del joven profesional, que incrédulo y

un tanto sarcástico se limitó a decir.3

- Seguro. Así lo haré. +

- Cuando duerme, se esfuerza por lanzar palabras – aseguró Baekhyun – A sus

cuerdas vocales le cuesta, para mí eran incoherencias, pero el enfermero Xiao

Luhan que es chino, ha dicho que es mandarín. Y nos preocupa, porque nosotros

hablamos en coreano.+

- Por eso estoy yo aquí en parte – dijo el psiquiatra – Soy chino. Evaluaré lo
más conveniente de momento para él. Tengo entendido que ha perdido la memoria,

así que dudo que recuerde a conciencia siquiera lo que hablaba ¿Su madre que ha

dicho?+

Nadie dijo nada. Todos se miraron entre sí unos segundos. Fue entonces el

director del hospital que habló.+

- Su madre trabaja en Beijing. No puede venir a dedicarse de lleno a su hijo,

porque tiene una niña pequeña a la que dedicarse también. Se está encargando de

hacer que su trabajo la traslade aquí a Seúl, pero mientras, ella cubre

completamente los costos del tratamiento. No puede abandonar su trabajo, porque

así mantiene a Zitao y su hermana.7

- ¿Parientes? – preguntó consternado y con el ceño arrugado el joven.+

- Nadie.+

- ¿Y cómo es que llega a Seúl? Hay buenos hospitales en Beijing, en donde podría

haberse tratado también, aún si su madre lo encontró tiempo después.1

- Se sabe que el doctor Zhang es una eminencia en Asia – explicó la doctora

Amber – Su madre puso todas las esperanzas en que el tratamiento deje a su hijo

restablecido por completo.+

- Pero sin la contención emocional adecuada, difícilmente pueda hacerlo –


sentenció duramente y molesto de repente el psiquiatra.1

Todos callaron de nuevo. El joven doctor suspiró para poder mantener la

compostura. En un segundo la opinión del enfermero Byun cambió, considerando que

quizá a ese joven sí le importaban mucho sus pacientes, porque ¿Por qué si no se

enojaría, dejando entrever su rabia tenue, ante la soledad de un paciente a

quien aún no había visto?+

- Lo haremos – resaltó Yixing, seguro de sí mismo – Nosotros le daremos la

seguridad y el afecto que él necesite hasta que su madre pueda llegar a él de

forma permanente.+

- Se enoja con frecuencia – dijo de pronto Jackson, volviendo a tomar sus

apuntes, mientras reacomodaba sus gafas – Tiene poca tolerancia ante el fracaso,

cuando percibe que nada le sale. La última vez, indican que tuvieron que

inyectarlo, por temor a que se hiciera daño. Sin embargo, dicen que no ha

querido medicarlo* de manera permanente, doctor Zhang ¿Por qué?+

- Soy de la teoría que en algunos casos el efecto de la medicación es

contraproducente. +

- Extraño en usted, siendo neurólogo.+

- No quiero dormirlo, cuando trato de despertar las funciones básicas de su

cerebro – explicó Yixing.8


- Ya veremos – aseguró el psiquiatra, notoriamente en desacuerdo. +

- Ya lo he decidido – afirmó rotundo Yixing.+

Yixing suspiró, asentando del todo su espalda pesadamente en el asiento, porque

supuso entonces, que ese sería el primer desacuerdo de muchos otros y suspiró en

alerta.

Caminó por el largo pasillo hacia la habitación donde se encontraba Zitao. Lo

que le había inquietado más a Yixing, era saberlo solo. Él no era psiquiatra,

aunque sabía de ello, no tendría tiempo para dedicarse de lleno a esa área.

Yixing era muy respetuoso de la idoneidad de los profesionales y jamás se

metería en aquellos que no era su especialidad. Aunque hoy por primera vez se

arrepintió. Si el doctor Jackson decidía que lo mejor sería medicarlo, entonces

se embarcarían en una discusión profesional desmesurada, que retrasaría las

mejoras en Zitao.+

Llegó al dormitorio 68, donde Zitao había sido puesto solo, porque aún recibía

un tratamiento personalizado y no podría estar acompañado por el cuadro que

presentaba. Yixing se paró en la puerta y con las manos metidas en los bolsillos

de su delantal, miró a su paciente. A Zitao le estaban dando la cena. Lentamente

el puré era llevado de a pequeñísimas porciones para percatarse de que

atravesara bien por su garganta. Luhan era meticuloso en eso. Mientras, no


paraba de hablarle de lo que se le ocurriera. +

- ¿Sabes Zitao? – le decía Luhan al paciente, que somnoliento parecía escuchar

de verdad, aún si no entendiera una palabra de lo que le estaba diciendo su

enfermero – Hoy me compré la última revista de Elle. Si, si. Ya sé que no sabes.

Mañana te la traigo y te la muestro, porque se viene la nueva temporada de

invierno ¿Sabes? – seguía Luhan de lo más entusiasmado, sin percatarse un

segundo de que Yixing estaba parado en la puerta del dormitorio observando y

analizando las reacciones de Zitao, mientras su parloteo parecía despertar al

paciente que abría la boca recibiendo de buena gana cada bocado que le daban –

Ya te veo con ropa linda, porque creo que tú eres alto como de esos modelos

tapas de revista. Pero no te conté lo mejor. En la portada de este mes está Oh

Sehun – resopló con anhelo al aire, lanzando un beso a la nada – ¡Es un dios

Zitao! – exclamó, al segundo que hizo un segundo de silencio, mirando esos ojos

expresivos de Zitao, en lo que Luhan luego, frunciendo el ceño, le reclamaba –

¡No exagero! Ya vas a ver mañana cuando te traiga la revista y lo veas. Está

para comérselo – dijo relamiéndose los labios.4

Suspicaz Yixing analizó los labios de Zitao curvarse. No se le pasó tampoco por

alto que su estómago se hubiera realzado un poco, ni que sus dedos se hubieran

cerrado apenas, por instinto o por reflejo ante lo que podría haber sido una

carcajada. +

- A ver Zitao, abre la boca y di aaahhhh....+


- Aaaahhhh...+

El doctor Zhang sonrió feliz de que Zitao ya tuviera fuerza en sus cuerdas

vocales. Yixing reconocía que se encariñaba con todos, él no podría ser como el

resto de sus compañeros que le acusaban de ser demasiado sensible frente al

padecimiento ajeno ¿Y qué tenía de malo poner el corazón de lleno en las

personas? Menos cuando esa sonrisa hecha con mucho esfuerzo de su paciente, que

se había dado cuenta que estaba parado allí, se la dirigía a él. Zitao le

sonreía e Yixing le devolvía el gesto.+

- ¿Cómo está la estrella del piso?+

- ¡Doctor Zhang! – exclamó contento Luhan – Está muy bien y más precioso el día

de hoy. Yo creo que ya debe haberse enterado que hoy me señaló lo que quería

comer de postre. Le mostré las tarjetas y eligió gelatina de frambuesa antes que

flan. Además estaba pensando en que quizá luzca más radiante si le pinto el

cabello color...+

- Luhan – advirtió divertido Yixing – No tenemos permiso para esas cosas...+

- Un cambio de look. Yo sé que le gusta mi rubio ¿Verdad Zitao?+

Yixing se acercó a Zitao y cuando la palma de su mano se hubo posado en la

cabeza del joven, su pecho se contrajo en un conmovedor suspiro, cuando se dio

cuenta que cerraba los ojos, para disfrutar mejor esa caricia. Ni que fuera un
cachorro, de esos que buscan cariño, pero era un niño recién devuelto a la vida.

Zitao estaba aprendiendo de cero, partiendo de nada, como un bebé que aprende

lentamente cada cosa, solamente que Yixing bien sabía que eso podría llevarle el

resto de la vida. +

Zitao apenas si sabía que tenía una madre, si es que lo hubiera entendido cuando

le fue dada la información. Pero incluso eso, Yixing dudaba que lo supiera. Por

tanto, Yixing entendió que Zitao creía que esa era su vida y que todo lo que le

rodeaba era su realidad, asumiendo él, como su médico de cabecera, una

responsabilidad que no sabía por qué había tomado con Zitao, más que con el

resto de sus pacientes. Zitao estaba solo, creyó que eso era, que Zitao estaba

solo y en su mente quiso creer que era eso lo que lo movía a esos gestos más

comunes que tenía con todos, pero con Zitao más todavía. +

Accidente en moto, le habían dicho que había sido el motivo de su traumatismo

craneoencefálico. Según decían los chismes por pasillos, porque el historial

médico se había filtrado en algún momento apenas lo habían llevado ahí, Zitao

corría en una carrera de esas clandestinas y tuvo esa suerte a la que se

arrastró él solo. De él decían que había sido un chico de esos que vivían al

límite la vida, completamente descarriado y al borde de la cornisa, como si no

hubiera mañana, irresponsable y temerario, quizá drogadicto y con excesos de

todo tipo. Para Yixing no fue novedad. Era otro caso más, común, como muchos, la

gran mayoría. Porque los traumatismos craneoencefálicos constituyen la causa más

frecuente de injuria cerebral en personas jóvenes, sanas previamente,

especialmente como consecuencia de accidentes automovilísticos y en motocicleta,


así que no se sorprendió con esa historia.+

Yixing se conmovía de todos esos jóvenes que entraban allí con ese cuadro. Pero

Zitao, a él Zitao simplemente le dolía. Una pizca de sí mismo se negaba a creer

que Zitao hubiera sido de esos, sin saber por qué, porque al parecer eso es lo

que había dicho su propia madre, la señora Zhang Ziyi. Después de la primera

entrevista con él, habiendo conocido a la pequeña hermana de Zitao que llevaba

con ella, él no la había vuelto a ver, así que simplemente hablaba con el doctor

Jang a quien se dirigía directamente.1

- La doctora Amber quiere que vayas a la pileta – le avisó con lentitud en sus

palabras Yixing a Zitao – Así que mañana comenzarás.+

Zitao lo vio mover la boca. Algo le decía a él. No importaba qué fuera, pero

Zitao sabía que sería bueno, porque todo lo que viniera de esa sonrisa era cosa

buena. Así que sonrió, como si de un reflejo se tratara, abriendo bien grande

sus ojos. +

- Le gustará – dijo Luhan aplaudiendo emocionado – Yo sé que sí.+

Luhan retiró todo y con esmero comenzó a masajear por última vez en el día los

brazos y piernas de Zitao, así como el vientre. Antes de irse, Yixing dio un

beso a Zitao en la frente y un apretón suave de manos, que para su felicidad,

Zitao devolvió con esfuerzo. Sonrieron los dos de ese gesto ameno.+
- Hasta mañana Zitao – dijo Yixing.+

Cuando se dio vuelta, alcanzó a escuchar de Luhan cuando salía del dormitorio

que seguía parloteando miles de cosas a Zitao y se sintió contento con dejarlo

en sus manos.+

- Yo lo voy a convencer de teñirte el pelo. Vas a quedar divino Zitao. Creo que

eres el consentido del doctor Zhang. Pero que quede entre nosotros, sino los

demás se pondrán de lo más celosos y a nadie le va a gustar que tú seas el

preferido y...+

Yixing sonrió, mientras se dirigía a la cafetería. Un último café como le

gustaba que le prepararan en ese lugar y se iría a casa. Con su vaso en mano se

sentó en la mesa. En frente, alguien se le sumó y él sonrió a Zhoumi que también

ya estaba seguramente de salida.1

- Estás preocupado – le dijo su compañero.+

- ¿Se me ve preocupado?+

- Más de lo normal – tanteó Zhoumi.+

Él lo conocía más de lo que él mismo podría haberse llegado a conocer. Si él lo

decía, debía creerle, porque de seguro así sería.+


- Dime el nombre – pidió Zhoumi, tomando un sorbo de su café.+

- Huang Zitao.+

- ¿Qué de "todo", de él te preocupa? – preguntó confundido.+

No era la primera vez que recibía un paciente con ese cuadro. Lo extraño era

verlo con esa preocupación, temeroso de algo. +

- Me pregunto cómo será su vida más adelante.+

- ¿Por qué?+

- No se repondrá al 100% – le dijo molesto, como si le dijera algo más que

obvio.+

- Ya lo sé. Lo sabes y todo el mundo aquí sabe cómo es esto. Ahora ¿Por qué te

preocupa así? Nunca te vi antes de esa forma por un paciente. Es uno más.+

- No es uno más – dijo en tono rotundo y molesto.+

- Si. Es un paciente más – le recalcó Zhoumi – Recuérdalo. +

- Eres cruel.+
- No. Soy realista. Lo estás tratando como si fuera especial.+

- ¡Es especial!2

- Doctor Zhang – llamó él, con un toque de sarcasmo – Creí que todos eran

especiales para ti ¿Qué tiene el joven Huang?+

- Está...solo...+

Zhoumi entendió bien lo que quería decirle. Se recordó que Yixing era huérfano

de padre y madre. Había sido adoptado por un buen hombre, vaya a saber por qué

causa, pero incluso ese buen hombre se había visto obligado a que su hijo

adoptivo se educara en un internado en Estados Unidos cuando recibió amenazas de

muerte por la profesión que ejercía, como fiscal de distrito primero y como juez

de la república después. Yixing no se quejaba y siempre era agradecido. Pero en

el fondo de su corazón siempre se había sentido solo. Mirando a Zitao, dejado a

la distancia, con los mejores profesionales para poder ponerlo en pie, él no

dejaba de estar solo. Yixing veía en Zitao su viva imagen.+

- No está solo – dijo obsecuente Zhoumi, sintiendo que su pecho le explotaba de

emoción, al saber a Yixing tan bueno – Te tiene a ti Yixing. No te preocupes

más.2
Zhoumi se levantó de su lugar y ubicándose a su lado, invitó sin palabras a su

mejor amigo a que apoyara la cabeza sobre su hombro. Y así se quedaron un rato,

viendo la pantalla que daba noticias.+

- ¿Qué será de él cuando se vaya de aquí?+

- Falta mucho para eso – le habló Zhoumi – No pienses en lo que todavía no pasó.+

Una cosa llamó la atención de los compañeros y amigos, que los hizo dejar de

hablar, al segundo que alguien pedía al encargado de la cafetería que elevara un

poco el volumen para escuchar lo que ocurría. +

Se rieron de pronto, cuando observaron a una chica darle una bofetada a otra

chica en la pantalla, en medio de los flashes y los paparazzi que morían por

sacarle fotos a la vez que periodistas se arremolinaban alrededor de esa pareja,

para obtener una declaración. Parecían salir de un club o algo así.+

- Mira eso... – dijo Zhoumi, mientras comenzaba a reírse – Esa gente sí que ama

vivir en medio del lío...+

"¡Saca tu puta cámara de aquí!", gritaba un tipo con mano enorme, que acompañaba

a los afectados, "¡Dejen de filmar mierdas!" +


Mientras las chicas caían en medio del asfalto, agarrándose de los pelos, en

medio de algunos que se mataban de la risa y otros que las querían separar, los

medios seguían cubriendo el asunto, como si se tratara de la mejor noticia del

momento. Mientras, la cronista de ese programa de chimentos, decía de lo más

feliz y chispeante.+

"Una pelea se formó en los festejos como cierre de la semana de la moda de Seúl

de este año. Las protagonistas de este escándalo fueron dos mujeres y ¿todo por

quién? Por un hombre – decía la periodista, con una sonrisa pícara y mordaz – El

implicado en cuestión es nada más, ni nada menos que uno de los modelos de

pasarela más cotizados del momento, Kris Wu. Pero no estaba solo, ya que quien

arremetió contra los periodistas en medio de insultos, seguramente por defender

a su amigo de semejante escándalo, fue otro modelo de reconocidas marcas, a

quien se le adjudica el título de ser el más influyente entre jóvenes y

adolescentes, Oh Sehun. Amigos de nuestras jóvenes estrellas, también

intervinieron en el asunto, tratando de separar a las chicas ¿El problema? Kris

Wu al parecer ¡Fue encontrado in fraganti por su novia! Quien sin perder el

tiempo atacó a la tercera en discordia, una modelo norteamericana, cuyo nombre

no trascendió hasta el momento..."

Después de muchas maldiciones y hacer el intento porque ella le abriera la

puerta, Yifan se dio cuenta que esa noche dormiría en casa de su amigo. Tocó por

última vez el timbre del portero y luego de emitir el último gruñido, terminó

por pegarse la media vuelta y bajar las escalinatas del condominio.+


- Todavía no entiendo cómo no aprendes – dijo Jongdae, apoyado en el coche,

esperando a su amigo que bien sabía terminaría yéndose con él a su apartamento –

Se va a quedar con tu apartamento y no hiciste un repuesto de tus propias

llaves.

Yifan lo miró como si quisiera matarlo, para terminar peinándose los pelos hacia

atrás. +

- ¡Mierda! – farfulló.+

Jessica no estaba invitada al evento. Su manager se lo había dejado bien en

claro. Para su imagen ella no era más que un estorbo, pero no porque fuera su

novia, sino porque realmente era una molestia que le armara escándalos porque

era mirado por todo el mundo mientras caminaba por la pasarela. Así que Eunhyuk

había ya perdido la paciencia con la chica, sin importarle ningún puto drama que

le acercara ella, sumado al tema de que era odiosa con las fanáticas y fanáticos

de sus chicos. +

Yifan no era un santo. Ya con ella, ni le importaba. La culpa le carcomía por

dentro, al principio y después la compensaba con regalos y promesas. Después de

todo, ya que lo celaba, que le diera motivos al menos, le había dicho una vez

Jongdae en broma y él se lo tomó al pie de de la letra. La cosa es que en ese

momento, Yifan se había convertido en un desalmado para Jessica, que bien sabía

que mañana le abriría la puerta, pero mañana, porque hoy se quedaría fuera.1
- ¡Maldita! – gritó él.2

Jongdae se le mataba de risa, mientras le abría la puerta del coche invitándolo

a subirse.+

- Adelante señor Wu – se le burló ni que fuera su chofer.+

Apenas arrancó rumbo a su apartamento, Yifan encendió un cigarrillo, abriendo la

ventanilla del coche, para ventilar el lugar. +

- Tú estás feliz por esto ¿Verdad? – le recriminó a su amigo.+

- Claro – dijo él, riéndose divertido – Va a enaltecer mi imagen en los medios,

ni hablar cuando mi viejo me vea en la portada golpeando a una cámara, puteando

a los periodistas. Mi hermano me dará el sermón del año. La bruja dirá que soy

un egoísta que no piensa en el buen nombre de la familia. Lo mismo de siempre. + d

- Mis viejos – refunfuñó Yifan, pitando de buena gana su cigarrillo, queriendo

agarrarse la cabeza, sabiendo lo que se le vendría encima – Van a querer

matarme.+

- Una nueva joya de regalo, o un fin de semana en alguna isla paradisíaca no

creo que baste como disculpa esta vez – se le burló Jongdae – Creo que habrá

fiesta de compromiso – canturreó feliz.+


- ¡Cállate idiota! – gritó él – ¡No es broma!+

- Yo no estaba haciendo broma. Tú eres el que no se lo tomó en serio. Jongin te

advirtió cómo era la chica desde el primer momento – le recordó serio esta vez –

Chanyeol también te dijo. Y Sehun está perdiendo la paciencia, porque se imagina

que esa loca un día, por andar detrás de ti, obsesiva y controladora como es, va

a acabar arruinando el negocio por descubrirte.+

Si. Jongin había salido con la chica un tiempo, antes que terminara de novio con

la hermana de Jessica, Krystal, que parecía ser más tranquila. La cosa es que no

lo escuchó, cuando le dijo que la mujer era asfixiante. Chanyeol miles de veces

le había dicho que terminara eso, aún si ella amenazara con suicidio. En ese

tiempo, él no tenía corazón para hacer eso con la pobre. Pero hoy, todas esas

escenas, se había convertido en costumbre. 5

Costumbre eran sus ataques de ansiedad, costumbre era que ella lo amenazara con

cortarse las venas, costumbre era el tener que esconder las pastillas para

dormir para que no se las consumiera, costumbre era gritar y pelear por

cualquier puta cosa que se interpusiera en la relación perfecta que ella

prodigaba tener antes su entorno social.5

Y al final, él seguía sintiéndose de la misma manera. +

Solo.4
Así se sentía. Completamente solo. Alguna vez quiso creer que las cosas serían

diferentes. Alguna vez se exigió vivir a pesar de todo. Pero por más que

intentara buscar la manera de seguir viviendo, no podía por eso seguir

engañándose a sí mismo. Él estaba solo. Como una existencia vacía, porque él se

lo había llevado todo. +

- Ni se te ocurra – rugió de pronto su amigo, quitándole la mano del estéreo.+

Apenas si se vio con los dedos, tanteando el aparato, para poner algo de música

y Jongdae se lo impedía. Sabía a lo que se refería. Una canción se había

convertido en su tortura y todos sus amigos lo sabían. Así como era una canción

espectacular, habrían de odiarla por los estragos emocionales que hacía en

Yifan. Jongdae no quería volver a escucharla, al menos no con él.+

- Maldito témpano – le recriminó Yifan.+

- Dime que soy un puto insensible y no me importa. Pero ni mierda te vas a

torturar con eso. +

El silencio se hizo entre los dos. Yifan cerró sus ojos, como dormitando.

Jongdae sabía que estaba meditando. Se detuvo en un semáforo y miró a su amigo.

Una pena le embargó por dentro, al verlo a Yifan, el mayor de todos, el que

siempre los había cuidado y protegido, tan perdido y solo.+


- Tú no estás solo hombre – le dijo él – Nos tienes. Lo sabes ¿verdad?+

Yifan suspiró apenas. Contuvo esas líneas de sensibilidad perdidas en alguna

parte de su historia y algo seco, terminó por decirle.+

- Si. Ya lo sé.+

Pero aún en su corazón, Yifan se sentía solo. Jongdae sabía que en vano diría

cualquier palabra, porque su amigo y hermano ya había decidido pasar así la

vida, solo.

---------------------------------------+

* De "Cognición". El término "cognición" se puede definir como la capacidad de

algunos seres vivos de obtener información de su entorno y, a partir de su

procesamiento por parte del cerebro, de interpretarla y darle un significado.+

* En un traumatismo de cráneo o encéfalocraneano (TEC) que conlleva daño

cerebral, se realiza la "Evaluación Neuroconductual o Neuropsiquiátrica", es

decir, donde se analiza el estado conductual y emocional del paciente así como

qué otras evaluaciones se deberán realizar.+

* Fonoaudiólogo. Es el profesional cuyo papel principal es establecer o

reestablecer las habilidades y funciones de la comunicación humana.+

* Siendo en la historia Zitao, un paciente con posibles trastornos de


desinhibición y cuadros conductuales que combinan varios síntomas psiquiátricos

y cognitivos de diversa gravedad, es normal que sea acompañada la rehabilitación

con fármacos, sobre todo para el control de ansiedad.

"Regresa y cántame a mí..."

- Será un trabajo duro – comenta el enfermero, que mira a otro sujeto, vestido

de enfermero.+

Byun Baekhyun, director de enfermería del Hospital Central, ha dado su juicio

con este nuevo "voluntario", Kim Jongdae. Las casualidades de la vida, quisieron

que ese tipo al que conoció la noche en que su mejor amigo se agarró a las

trompadas limpias con ese tal Jongin, estuviera a cargo de ellos, para pagar sus

cuentas con la justicia. +


Después de conducir ebrio una noche de fiesta, siendo agarrado por la policía,

el juez le dio el privilegio a Kim Jongdae, de cumplir su condena como enfermero

voluntario. Baekhyun fue mal pensado, creyendo que ese estaba ahí, por ser el

hijo del primer ministro de la república. Pero también podría ser que el juez

Kwon Sangwoo, hombre de buen corazón, lo hubiera puesto ahí para hacerle ver las

consecuencias de lo que él podría haberse provocado a sí mismo, o haberle

provocado a algún inocente por su descontrol desmedido.1

Byun Baekhyun y Kim Jongdae se quedaron frente a frente, analizándose de arriba

abajo. Se miran unos segundos con sus uniformes puestos, porque ese día Jongdae

estaba comenzado el recorrido de reconocimiento del lugar en el que pasaría los

próximos cuatro meses y a ninguno les agrada la idea.+

Si. Este lugar, piensa Jongdae, está repleto de dementes que creen salvar al

mundo de la muerte, cuando la cosa te llega cuando quiere, como quiere y sin

pedirte permiso. "Locos, ilusos", piensa Jongdae y tiene ira en su mirada,

porque él no es el "trabajo" de nadie y mucho menos de esos idiotas. Y está a

punto de mandar a la mierda al enfermero Byun, cuando alguien los interrumpe.+

- ¡Baekhyun! +

Jongdae ve al enfermero Do Kyungsoo, su otro nuevo tutor de la sentencia, que

dicho sea de paso, partió la cara de su mejor amigo Jongin, con un chico de más

o menos su edad, pelo negro, delgado y al parecer alto. No podría apreciar su

estatura porque está en silla de ruedas, arrastrado por Kyungsoo. +


- ¡Hola Zitao! – saluda el enfermero Byun, cambiando su semblante a uno radiante

y feliz al ver al chico – Te ves espectacular esta mañana.+

Zitao entiende muy bien las palabras. Desde hace ya semanas que su cerebro, más

ágil, procesa bien la información que se le deja. Pero él sigue apenado porque,

así como digiere cada cosa que en su cabeza entra, como si nunca le bastara

información nueva, no es rápido con su lengua. Aunque nadie se lo diga, él

arrastra cada palabra. Aunque quieran hacerle creer que él hace todo bien, Zitao

se sabe a medias en todo, nunca bien. Por eso Zitao, con el calor de sus

mejillas por una vergüenza evidente, porque de verdad lo siente, dice. +

- No exageres...+

- Yo también creo que estás muy lindo hoy – dice el enfermero Do, siempre tan

bueno con él – Así que como el sol parece hacerle bien, vamos a pasear por el

parque.+

A Zitao le gusta el parque y le ha pedido a Kyungsoo salir. Muchas veces no

quiere molestar, por eso se queda quieto en su sitio. Pero hoy se animó a pedir,

porque además se siente más solitario cuando se llevan a su compañero de cuarto

a sus actividades diarias. Zitao sonríe y mira a Baekhyun, para animarse a

pedirle también.+

- Baekhyun ¿vienes? +
Baekhyun asienta sus manos en sus rodillas, bajando su cuerpo un poco para fijar

su vista en Zitao. Apenado el enfermero le dice.+

- Me encantaría. Pero hoy estoy a cargo de algo importante...+

Ladea su cabeza a un lado y la sacude en señal de una cara nueva, a Zitao.

Zitao ya está acostumbrado a la misma gente. A Zitao no le gustan mucho los

extraños. Por eso su frente se arruga y con mucho esfuerzo procesa una nueva

pregunta.+

- ¿Quién es? +

- Es un nuevo enfermero – explica el enfermero Do – Jongdae. +

"Jongdae". +

"Jongdae" es un sonido agradable en su cerebro. "Jongdae", travieso, le dice su

voz mental. "Jongdae", problemas, le advierte también. "Jongdae", gracioso,

agrega con una mueca divertida, que le da calor. "Jongdae", amigo, complementa

con cariño. "Jongdae", hermano, dice al fin.20

- Se quedará un tiempo con nosotros – termina por hablar Kyungsoo.+


Y de pronto, los ojos de Zitao se quedan brillando en Jongdae. Se siente bien

ese extraño que mira, con una mirada como si fuera familia, porque en su mente

divagan esas palabras, por "Jongdae".1

Y Jongdae le sonríe.+

Jongdae siente una necesidad terrible de sonreírle a ese chico discapacitado que

está enfrente. De repente, él, siempre tan frío de gestos y de atención para con

alguien, sonríe, porque le nace hacerlo, aún sin entenderse y reconocerse a sí

mismo.+

Jongdae estira su mano. Quiere tomar la mano de ese niño que parece indefenso y

solitario. Una parte de él, parece que se reconoce en esos ojos de Zitao. Está

solo.3

Zitao eleva su mano y toma la de Jongdae. Pero brevemente, porque Zitao tiene

miedo de caer en la vergüenza y que sus dedos pierdan la fuerza, soltando las

cosas que se le escapan de la mano como si fuera nada. Teme haber ofendido al

nuevo enfermero y regresa su vista a él. Pero se encuentra con esa sonrisa

inmensa de Jongdae.+

- Hola Zitao – le dice, como si le sobrara vitalidad – Mucho gusto. Y creo que

todos aquí nos hemos quedado noqueados por la belleza que pasa por el pasillo.+

- ¿La belleza? – pregunta Zitao, que no entiende.+


- Si. Tú.5

Y Zitao sonríe, como nunca antes, que él recuerde. Un revoltijo de emociones

chispeantes se le forma en el vientre, como miles de cosquillas disparadas. +

- ¿Serás mi enfermero Jongdae? – pregunta entusiasmado.+

Y a Kyungsoo se le hace un nudo en la garganta. Si antes quería matar a ese tipo

insensible y petulante, ahora le está agradecido por ser así con Zitao. Ha hecho

como si nada cuando escucha a Zitao arrastrar con mucho esfuerzo cada palabra.

Espera con paciencia, a que Zitao pueda lanzar su oración definitiva y lo mira

naturalmente, como si no ocurriera nada fuera de lo normal, con una gentileza

delicada en su mirada, esperando lo que fuera necesario, hasta que Zitao pueda

hilvanar la oración completa. Si. Jongdae es vivaz, tiene tanta energía que

contagia, aún sin saberlo. Quizá no todo esté perdido con Jongdae. 2

Zitao ha hecho el primer milagro del día, despertando algo en Jongdae. Y Jongdae

ha hecho también el milagro de alegrar como nunca a Zitao. "Ojalá sea el

comienzo de muchos milagros", pide en su mente Kyungsoo.2

- Mejor me lo llevo antes que me rompa el corazón por completo – agrega Kyungsoo

y fulmina con la mirada a Jongdae, celoso, mostrándole la lengua, porque el

cariño de Zitao está en guerra. +


Y Zitao se va con Kyungsoo. Y Jongdae escucha después, lo que le quedará

retumbando en su cabeza.+

- Zitao tuvo un accidente – explica Baekhyun a Jongdae, para que se dé cuenta de

la magnitud y la importancia de su presencia en el lugar – Era uno de esos

chicos a los que les gustaba vivir al límite. Y el límite le llegó. Fue un

milagro. Pero lo tenemos entre nosotros y se ha convertido en una alegría para

todos. 2 años de rehabilitación. Lo ha hecho bien. Perfecto diría yo – agrega

conmovido el joven – Su familia es un apoyo muy grande y ha hecho muchos

sacrificios para que él permanezca aquí, aunque ellos no pueden estar con él,

porque en su pueblo no habrían podido atender su problema. +

Ese día, Zitao, estuvo más animado y vital en sus ejercicios de todos los días.+ l

Zitao ve al doctor sin bata ingresar a su dormitorio y sonríe. Jackson es bueno

y le gusta ese tono tranquilo y profundo de su voz, que le tranquiliza también.

Cuando algo le sale mal, Jackson viene rápido y se queda largos ratos con él,

como si valiera mucho. Porque así le ha dicho Jackson.2

- Tú eres muy valioso Zitao. No tienes que lastimarte. Si te lastimas, lastimas

algo muy valioso.12

Y Zitao siente vergüenza. No sabría lo que es en sí la vergüenza, pero su cara

se llena de calor cuando el doctor Jackson pone su mano sobre la suya y le da

palmaditas suaves. Zitao quiere esconderse en la cama y ser tapado por las
sábanas, para no ser visto. Jackson sonríe. A Zitao le gusta mucho la sonrisa

del doctor. Pero eso no quita que se sienta mal, porque se ha golpeado la cabeza

con su puño. +

Zitao no ha podido llevar la cuchara a su boca y alimentarse por sí solo. Se le

ha escapado de los dedos, como si hubiera perdido toda la fuerza y desparramó la

porción de su arroz por todos lados. Zitao se ha enojado y con un enojo tan

fuerte que ha terminado de lanzar lejos su plato, llevándose su puño a la

cabeza. Y Zitao se enoja más, porque resulta que llevar su puño a la cabeza, es

más fácil que sostener una cuchara y llevarla a su boca para alimentarse.+

Por eso el doctor Jackson está ahí.+

Ahora, Zitao está trise y baja sus ojos, mirándose sus manos. Aún cuando le

cuesta hablar y sabe que lo hace lentamente, no quiere hacerlo demasiado a

menudo, porque aunque no le dicen que es lenta su lengua, él no es tonto y lo

sabe. Pero hace el esfuerzo para decirle al doctor, al menos un torpe...+

- Perdón.+

Arrastra cada letra. Pero es muy sentida. Y Jackson toma una de las manos de

Zitao, que acaricia dándole más calor. Zitao lo mira apenado y el doctor le

sonríe más abiertamente. +

- No te preocupes Zitao. No te estoy retando. Solo me preocupó mucho saber que


podías haberte hecho daño.+

Pero así como la sonrisa de Jackson le gusta tanto a Zitao, hay otra que le

gusta mucho más; la de su doctor Yixing, que aparece por la puerta.+

Yixing se detiene unos segundos, observando a Jackson y a Zitao y cuando

encuentra los ojos de su paciente, le sonríe amplio, muy amplio. Y a Zitao le

gustan esos huequitos que se le hacen al doctor en los cachetes. Vuela la bata

blanca de su doctor, cuando se acerca rápido a Zitao y así, aunque su paciente

esté sentado en su silla de ruedas, le da un apretón de abrazo, mientras dice

como si no hubiera pasado nada malo.+

- ¡Agarraste bien la cuchara mi muchacho! ¡Me han dicho que tomaste la cuchara!

– exclama, volviendo su rostro a ver a su paciente, que abre bien sus ojos y lo

mira impresionado.1

Zitao no sabe que ha hecho algo bueno, muy bueno. Yixing se incorpora sacando

pecho y pega un suspiro, ni que hubiera gritado "victoria". Pero después dice

más.+

- Yo creo que ahora podrás comer solo Zitao.+

- Con el acompañamiento de alguien, claro – completa el doctor Jackson, que

todavía está ahí.+


Yixing mira. Está a punto de decirle algo a su colega, serio y con ceño

arrugado, hasta que alguien más ingresa al dormitorio.+

- ¡Minseok! – saluda alegre el doctor Yixing, viendo al enfermero Xiao empujar

la silla de ruedas del compañero de habitación de Zitao – ¿Cómo nos fue hoy con

Amber? – le pregunta a él, aunque sabe que será Luhan quien responda.+

- Hoy nos ha ido de maravilla doctor Zhang ¡A que no sabe! – exclama alegre y

vivaz Luhan – ¡Minseok ha tomado la pelota grande entre sus dedos!+

- Eso quiere decir que Minseok está teniendo fuerza ¡Qué bueno! – celebra, al

segundo que habla a Zitao, apoyando su mano en el hombro, con un apretón severo

– Mi muchacho. Te dejo a Minseok en tus manos – dice, como si fuera una misión

de vida o muerte, confiándole algo importante, hablándole al oído – Quiero que

hable tan bien como tú. Háblale mucho.+

Minseok hace poco que habla. Zitao lo sabe y le gusta más este Minseok que ha

comenzado a decir más palabras. Así que mira a su doctor y asiente, confiado en

que podrá hacer eso.+

Y despidiéndose el doctor Zhang, porque considera que ya eso está muy lleno de

gente, pega la media vuelta y como feliz de la vida se va canturreando alguna

melodía, de esas que canta a sus niños, con la cara sonriente.+


Va pegando inconcientemente cortos saltos, hasta que escucha la llamada severa

de alguien por detrás, que le hacen borrarse la sonrisa, quedarte duro en su

sitio y tensarse por completo. +

El doctor Jackson se le para al frente, un tanto agitado de perseguirlo un

tramo. Así se miran unos segundos, hasta que la voz severa del hombre, le

reclama.+

- Doctor Zhang. Usted sabe que lo respeto, como el profesional que es. Pero creí

que nos habíamos entendido, cuando dejé en claro, que Zitao debía estar apartado

del resto de los pacientes. +

- Doctor Wang. El respeto es mutuo – dice igual de severo Yixing, parándose bien

derecho – Y yo creí que nos habíamos entendido, cuando dejé bien en claro, que

Zitao necesita socializar.+

- Se irrita con frecuencia.+

- Con mucha menos desde que Minseok está con él.+

- ¡¿Y le dice a Zitao que le deja a cargo a Minseok?!+

- Ayuda a Minseok a crear un vínculo, para que sienta que vale la pena seguir en

el mundo ¡Minseok está solo, como Zitao!+


- ¡No lo hará sentirse normal, por darle tareas!+

- ¡Por supuesto que no! ¡Lo hará ver que es necesaria su presencia para el

mundo! – exclamó ofuscado – Desde que están juntos, Zitao ni una vez ha

manifestado irritación cuando algo no le sale, en presencia de Minseok.+

- Porque Minseok hace menos que él – le ruge bajo el doctor Jackson – ¡Es como

tenerlo engañado!+

- Zitao le enseña a Minseok – le reclama como ofendido el doctor Zhang – Y

confío en que hablarle a Minseok, le ha dado más confianza a ambos en su léxico

y más fluidez.+

- ¡Puede llegar a dispersarlo su compañía, cuando precisa mantenerse tranquilo y

concentrado!+

- ¡Minseok es tranquilo! ¡Lo ayuda a regularse!+

- No creo que sea la compañía de Minseok – le dice el hombre sarcástico.+

- ¡Usted lo subestima!+

- ¡Y usted lo sobre exige! Y eso sin tener en cuenta que no lo ha medicado...+


- ¡Ya le dije mi decisión al respecto!1

- ¡Doctores! – interrumpió alguien duramente.+

Los dos profesionales miraron a la persona que les llamaba. Tragaron duro,

cuando se dieron con los ojos reprobatorios del doctor Jang. El silencio y la

quietud de los presentes que pasaban por allí, era evidente y ellos ni se habían

dado cuenta.+

- Los dos. A mi despacho – dijo el doctor Jang, dándose la media vuelta, seguido

del doctor Zhang y del doctor Wang.1

Luhan acomoda mejor a Zitao en su silla de ruedas. Le ha cambiado la ropa de

paciente, por un equipo de gimnasia nuevo, mientras le cuenta.+

- Tu mamá te envió este. Dice que tu hermanita lo eligió para ti ¿No es

lindísimo? Mira que tu hermana tiene buen gusto ¡Y te tengo una noticia

maravillosa Zitao! Y como me han dado permiso para que te la de... – agrega con

una pequeña pausa, mientras se pone en cuclillas para verlo mejor a los ojos –

¡Tu mamá y Sophi, vendrán la semana que viene a verte!+

Luhan aplaude feliz. Zitao mira a Minseok y Minseok le sonríe contento. Con él

lo comparte todo. Minseok sabe que Zitao extraña mucho a su mamá, que cada vez
que viene, le llena de cariños y mimos, diciéndole que lo ama muchísimo. A

Minseok le gusta mucho Sophi también. Ella es una niña callada, muy callada,

como él antes, pero muy bonita como una muñeca, que se trepa en el regazo de

Zitao cada vez que llega y puede quedarse allí por horas, abrazando a su

hermano. La última vez que vino, Sophi se subió al suyo propio y se quedó

dormida, mientras la mamá de Zitao hablaba con los médicos. A Minseok le gusta

mucho Sophi. Y Sophi sonríe mucho cuando ve a Zitao que le habla. +

- Qué lindo, Zitao – dice lento y pausado.+

Zitao asiente feliz. Él puede que no recuerda el antes, pero ama a su mamá y a

su hermana. Cuando fue su accidente, Sophia era muy pequeña. A veces se pone

triste por no recordarlas, pero su mamá le da un beso y le dice que no se

preocupe por eso. Sophi, que no habla con nadie, le habla solamente a él, como

en secreto y le dice "te quiero mucho", cuando nadie la ve que habla. Sophi es

muy tímida con los extraños; se asusta con facilidad cuando ve a las personas

desconocidas. Es como él en eso. Sophi es la persona más hermosa que él ha visto

de todas las personas que ha visto. Y Cuando llega, Shophi siempre le trae algún

regalo que hace con sus manos pequeñitas. Como la pulsera que lleva en su muñeca

y que Zitao mira con adoración, porque es el mejor regalo que hubiera recibido.

Tiene muchas estrellas pequeñas, hecha de cuentas de distintos colores alegres. 7

- Bueno – dice contento Luhan, poniéndose bien erguido – Ya vengo. Voy a decirle

a "ese" que haga la ronda, a ver si le sale.+


Luhan se va y Minseok mira a la puerta. "Ese", es el nuevo enfermero, Kim

Jongdae. Apenas un murmullo sale de los labios de Minseok, pero Zitao escucha.+

- Jongdae...+

Zitao ve que Minseok se queda boquiabierta, con los ojos atentos a la puerta,

como esperando algo. Sabe que a Minseok le gusta ver a Jongdae, porque cada vez

que el enfermero nuevo aparece por el dormitorio, Minseok sonríe más de lo

normal. +

- Vendrá – dice Zitao.+

Minseok mira a Zitao y las mejillas se ponen de un color intenso, como si en el

lugar se hubiera encendido el calor. Zitao sonríe y Minseok se pone serio,

bajando su mentón, como si se hubiera ofendido. +

- Mini – llama Zitao a su amigo y se siente triste, por haberse reído,

haciéndole pensar que se estaba burlando – Mini...+

- Qué – responde él.+

- Perdona.+

Es su más gran amigo, así que a Minseok ni se le ocurriría enojarse con él.
Zitao le ha enseñado todo lo que el médico de la voz, como dicen ellos, le ha

enseñado. Zitao fue el primer amigo que tuvo, después de que se diera cuenta que

Yixing es su doctor y que Lulu, Pororó y Baek son enfermeros que trabajan. Los

quiero muchísimo. Pero Zitao pasa lo mismo que él y se cuentan cómo se van

sintiendo, de lo que poco a poco pueden ir aprendiendo. Haberse encontrado los

dos, le ha dicho Zitao agradecido a Minseok, le ha hecho decir lo que siente,

porque puede hablar más suelto.+

Un ruidoso cuerpo se estampa de pronto en el suelo. Minseok mira asustado al

sujeto vestido de enfermero que se ha caído de bruces y Zitao quiere gritar,

cuando se da cuenta de quién es. +

Jongdae le sonríe nervioso a Zitao desde el piso y lleva su dedo índice a la

boca. Un "shhhh..." sale de su garganta y Zitao entiende bien lo que eso

significa. Sonríe y asiente a Jongdae, sin decir una sola palabra. Y Jongdae se

levanta, sacudiendo su ropa, en lo que sus ojos se vuelven más ojales de camisa,

de la sonrisa que hace, cuando ve a Minseok.4

A Minseok no le cabe la sonrisa en su cara. Pero eso mismo lo hace avergonzarse

tanto, que baja la vista. +


- Hola mi pequeño – dice Jongdae, con la voz baja – No te he visto en todo el

día ¿Cómo has estado?+

De lejos se escucha la voz de Luhan, llamando a Jongdae. Y Jongdae se pone

serio, abriendo bien sus ojos, como pidiendo auxilio, mirando a todos lados,

buscando qué hacer. Y Zitao, sin saber por qué, ni entender qué hace Jongdae,

eleva su brazo y su dedo queda estirado hacia el sanitario. Jongdae le sonríe y

ahí se va, justo antes de que Luhan se asome al dormitorio de Minseok y Zitao.+

- ¡Jongdae! – llama, deteniéndose en seco, mirando allí y dándose cuenta que no

está. Así que pregunta a los dos que ve – ¿Ha pasado Jongdae por aquí? +

Minseok, rojo de vergüenza, no dice una sola palabra. Es sin embargo Zitao quien

responde ágilmente.+

- No.+

Luhan resopla y sigue su ruta buscando a Jongdae por los demás dormitorios. +

Jongdae sale del sanitario y mira con ojos agradecidos a Zitao. Luego de dar un

suspiro de la agitación, ante la posibilidad de saberse descubierto por el

maldito Lulu que lo anda hostigando para que no se le acerque a su ángel,

Jongdae se agacha y le dice a Zitao, con todo su corazón.+


- ¡Gracias hermano! ¡Te debo una!+

Y Zitao sonríe también, abriendo su boca y largándole.+

- Chocolate.3

Jongdae frunce el entrecejo y ladea su cabeza a un lado. Cree no haber escuchado

muy bien, así que rápido suelta un...+

- ¿Qué?+

- Cho-co-la-te – dice de nuevo Zitao, silabeando la palabra, por si no hubiera

entendido.+

Jongdae eleva sus cejas mucho y le recuerda como buen enfermero que es...+

- Sabes que no pueden comer chocolate Zitao.+

- ¿Llamo a Lulu? – pregunta Zitao.9

Jongdae lo mira y por primera vez descubre esos ojos mordaces del chico

"indefenso y débil", que yace ahí, muy tranquilo en su silla de ruedas, teniendo

todo el poder.3

- Zitao. El chocolate está prohibido para...+


- ¡Lu...! – alcanza a decir en lo que la mano de Jongdae se le estampa en la

boca.2

- Ya entendí – ruge entre dientes Jongdae.3

Suelta a Zitao del todo y luego de reacomodarse el uniforme, le promete.+

- Mañana. Lo prometo.+

Zitao se ríe. Jamás estuvo en sus planes que le saldría bien el juego. Solo

quería chocolate. +

- Creí que solo mi mejor amigo era un maldito estafador y chantajista. Tú serías

un buen alumno ¿Sabes? – le dice molesto, elevándose del todo.8

Zitao no sabe qué es eso, pero parece que eso le sirvió para conseguir lo que

quiere, chocolate. Pero, le dice a Jongdae, con una sonrisa fabulosa.+

- Puerta.+

- ¿Quieres que te lleve a la puerta? – pregunta confundido Jongdae.+


- Luhan puede venir.+

Y Jongdae entiende bien lo que Zitao dice. Feliz de la vida lleva la silla de

ruedas de Zitao hasta la puerta, por donde se asoma su paciente más inteligente,

después de Minseok claro, para ver si el maldito enfermero atosigador viniera.1

Y Jongdae se da la media vuelta y piensa que si ver a Minseok le vale una

pequeña barra de chocolate, compraría la fábrica entera para pagarle a Zitao por

hacerle de vigilante. +

- Gracias hermano – le dice contento y Zitao solo sonríe.+

Muerto de cansancio, sintiendo que miles de espinilla se le clavan en los

huesos, Jongdae se desploma en su cama. Ha pasado una semana tratando de

acercarse a Minseok y lo hizo. Hasta que el maldito enfermero del demonio con

cara de angelito que pareciera no matar una mosca, lo sacó a los tumbos del

dormitorio cuando fue a verlo ese día. Bueno, al menos Zitao había hecho bien su

trabajo de vigilarlo. Le avisó que Luhan venía, pero él estaba tan metido

mirando la cara preciosa de Minseok, que ni se dio cuenta del grito de Luhan,

hasta que terrible manotón le pegó en la cabeza para que despertara de su

ensoñación.4

- ¡Qué demonios te pasa Jongdae! – se reclama a sí mismo, estampando su puño en

el colchón. +
Minseok lo pierde. Minseok parece ser lo único que habita en su mente. Y se

asusta de sí mismo, por no poder creer que una persona tan vulnerable, tan

desprotegida, frágil y endeble, parezca arremeterse con todo a su pecho, pegando

una patada fuerte en la puerta de su corazón de témpano, para estremecerlo hasta

la médula. No entiende qué mierda le hace ese paciente, que parece gritarle que

lo cuide, lo proteja, lo tenga y... mierda... tantas cosas más.4

Se raspa con la mano la cara y piensa que mejor es dormir porque es

terriblemente tarde y para ver si esos pensamientos se le van para mañana. Pero

entonces el timbre de su portero suena. Jongdae vive en un edificio. No espera a

nadie. Así que supone que es alguien haciendo promoción en la madrugada. Se ríe

de su estupidez, pero ya no ríe y farfulla improperios, caminando a duras penas,

cuando se da cuenta que el maldito que llama, ha hundido el dedo sin intención

de irse hasta no ser atendido.+

Mira por la pantalla antes de abrir el portero y ve a Yifan allá del otro lado.

Ni que el maldito supiera que ya Jongdae lo está viendo, le hace un puchero a la

cámara y la forma de un corazón con las manos, poniéndole ojos de perro bajo

lluvia, para que tenga compasión de él.4

Jongdae resopla y aprieta el botón para hacerlo entrar. Se dirige luego a la

puerta de su departamento y la deja entreabierta, para así poder tirarse ya

mismo en el sillón de la sala, por lo agotado que se encuentra. Solo quiere

dormir.+
Ya desplomado en el sillón, Jongdae ve a Yifan ingresar. El tipo se le para en

frente y con esa pose de modelo de ropa casual como la que lleva puesta, manos

en las caderas, ladeando la cabeza a un lado, pero con ojos recriminatorios, le

larga enojado.+

- Ya perdí la cuenta de las veces que llamé ¡¿Por qué mierda no atiendes?! 1

Jongdae apenas tiene energías para estamparle alguna trompada. Así que por

primera vez prefiere ser educado, por el cansancio que lleva encima, sin darle

demasiados detalles de su vida en los últimos días.+

- Se me rompió el móvil...+

- ¡Loco de mierda! ¡Hace más de una semana que no sabemos de ti! Si tu intención

era hacerme sufrir... – suspira y se relaja –...lo lograste. +

Jongdae le sonríe. Se alegra de saber que sigue siendo la debilidad de su

hermano elegido. +

- ¿Cómo te fue en Beijing? – le pregunta, recordando que tenía trabajo.+

- Bien – responde y se sienta al lado de Jongdae, pero le reclama – ¿Dónde ha

quedado tu hospitalidad? Al menos dame un vaso de agua. Apenas bajo del avión y
estoy agotado.+

- No creo que llegues a una décima parte de lo agotado que yo me siento – dice

apenas, porque ya se desvanece – Sírvete sólo.+

- Qué atento, como siempre – comenta sarcástico, en lo que decide él mismo

hacerse café, para pasar el rato, dirigiéndose a la cocina – Te estás durmiendo

ahí sentado. Mejor te despabilo. Cuéntame. Al menos para que entienda algo. +

Yifan enciende la máquina que tiene Jongdae y mira a su amigo por una abertura

que une el living con la cocina. Mientras saca tazas de la alacena, Yifan le

cuenta.+

- Desapareciste la noche de la fiesta y no supimos más de ti ¿Sabes lo que dicen

entre las brujas amigas de mi madre? Que el hijo del Primer Ministro de Corea ha

cometido un delito y que está preso, pero que no salió en los medios por la

influencia de los políticos.+

Yifan ríe de ese invento. Pero Jongdae no.+

- Esas malditas brujas – ruje por lo bajo Jongdae, a la vez que le confirma a

Yifan – Bueno. Si cometí un delito.+

Yifan asoma su cabeza más de normal por la abertura, apoyándose en la mesada.

Desorbitados sus ojos saltones, esperan que su amigo le aclare el panorama.+


- Conducía ebrio la noche de la fiesta. Me agarró la policía. No estoy preso

pero tengo que cumplir condena.+

- ¡Mierda! – espeta, en lo que habiendo dejado el café haciéndose, corre a

sentarse al lado de su amigo – ¿Qué es eso de la condena?+

- Tengo que cumplir cuatro meses de tareas comunitarias en un Centro de

Rehabilitación Neurológica. Tengo que ir a un hospital todos los días a ayudar a

las personas. Soy enfermero voluntario. Y no me hagas hablar más, que ya no me

quedan fuerzas... +

Y es verdad, porque Yifan ve a Jongdae levantarse apenas, caminando como zombi

al dormitorio, para terminar desplomándose en la cama. +

Yifan sirve rápido café en dos tazas y sigue a Jongdae. Apenas ve a su amigo

dormitando, se le recuesta al lado, apoyándose en el espaldar de la cama, con

las dos tazas en mano. Jongdae abre los ojos. Sabe que Yifan no se quedará

tranquilo hasta no saber todo, así que se remueve como puede, sacando fuerzas de

algún lado y hace lo mismo que Yifan, que le pone una taza de café en frente. +

- Al menos podrías haberme dicho como tu jefe... – le dice Yifan –...por qué no

ibas a ir a trabajar. 1

Jongdae siente un golpecito en su cabeza, mientras huele el néctar humeante. No


tendrá fuerzas para gritar, pelear, despotricar, pero le recuerda dolido.+

- Estoy peleado contigo.+

- ¿En serio? – dice burlón Yifan – ¿Por qué?+

- ¿Por qué? Déjame recordar. Hum... dijiste que era una mierda, que no tengo

corazón y...+

- Ya...– le frena lastimoso – Lo siento.+

- No lo sientas. Era verdad.+

- Tienes razón. Era verdad.+

- Oye... – escucha Yifan que le dice Jongdae, ni que le doliera eso – Aunque sea

verdad, consuélame como lo hiciste con Jongin. Después de todo lo del delito fue

culpa tuya.+

- ¡¿Culpa mía?! No jodas. Hazte cargo tú de tus cosas.+

Se ríen, mientras toman un sorbo del café. Yifan después pregunta.+

- ¿Y cómo te está yendo?+


- Complicado. No es fácil ver las cosas que pasan, pero al final del día,

sientes que has hecho algo.+

- Jongdae – dice en lo que le toca la frente - ¿Estás enfermo?+

- Qué chistoso – dice, alejando esa mano de un manotazo.+

Se quedan callados unos segundos, hasta que Jongdae se anima por fin a preguntar

avergonzado. +

- ¿Cómo está Jongin?+

- Un poco mejor. Ya no se lamenta tanto. Creo que lo va a superar. Aunque te

parezca mentira, desde que le escupiste todo eso esa noche, el tipo cambió de

actitud. +

- Igual se merece que le pida disculpas. +

- También te estuvo buscando. Me llamaba todos los días. Vino aquí y nunca te

encontró.+

Era mentira. Pero Yifan piensa que si dice eso, el encuentro será menos tenso,

dándole lugar a Jongdae a ser más suelto. +


- Ya me compraré un móvil – dice.+

Un silencio de segundos y de pronto Jongdae como disparo le dice.+

- Oye ¿Recuerdas el peque' con el que peleó?+

- ¿El que lo noqueó esa noche? Cómo olvidarlo. Chanyeol siempre se acuerda –

dice y se ríe, tomando de paso un sorbo de su café.+

- Es mi vigilante en el hospital. Una especie de tutor que puso el Juez.+

Yifan se ahoga con el sorbo de su bebida. Casi escupe todo en la cama y se

incorpora tosiendo. Jongdae se ríe. 1

- Es enfermero – dice Jongdae, ya más serio – No le digas a Jongin. A ver si

sabe dónde trabaja y quiere cumplir su juramento de irlo a agarrar.+

- Las vueltas de la vida – murmura impresionado Yifan.+

- Él y su amigo... +

- ¡¿El bonito de Chanyeol?! 2

- También es mi tutor.+
Y Yifan piensa que eso debe ser una señal de algo. Que no es casualidad lo que

ha pasado. Porque no pueden ser tantas cosas al azar juntas, atravesándose en el

camino. Y sin evitarlo, lanza una carcajada que resuena fuerte, asustando algo a

Jongdae, gritando divertido. 2

- ¡Pero qué pequeño es el mundo! ¿Dónde fuiste a meterte? Espera que le cuente a

Chanyeol. No ha parado de hablar del "bonito" al que nunca más volvió a ver.2

- Ni se te ocurra decirle nada – pide tajante Jongdae – No lo quiero babeando en

el hospital. Además, Baekhyun no es del estilo de chicos que Chanyeol frecuenta.

Es bueno ¿Entiendes? No de una noche. No para jugar.1

Yifan solo entiende que Jongdae les ha tomado aprecio a esos chicos. Parece que

es gente buena, así que no le va a discutir nada. Aunque en su cabeza cree que

sería divertido ver ese encuentro, porque Chanyeol, como dijo antes, no ha

parado de hablar de ese "bonito".+

Yifan se pone de pie y se dirige entonces al sonido. Pone música, mientras le da

una novedad a su mejor amigo. +

- ¿Puedo quedarme a dormir?+

Jongdae se despierta y se incorpora de su amoldada soltura, sentándose erguido

en la cama, dejando la taza en la mesa de luz. Algo pasa. Lo sabe. Conoce bien a

Yifan. Por eso le pide.+


- Cuéntame.+

- Terminamos. No hay nada qué contar.+

Jongdae quisiera gritar "¡Aleluya!", "¡Por fin!", "¡Ya era hora!", "¡Hay que

celebrar!", pero... Yifan no es de esos. Yifan está melancólico. Quizá en el

interior, aún sabiendo que eso iba a acabar tarde o temprano, quería aferrarse a

la idea de que no estaba solo, haciendo el esfuerzo de vivir una vida normal. 3

Yifan vuelve a la cama, apoyándose en el respaldo y Jongdae simplemente le dice.+

- Quédate el tiempo que quieras. Tengo dos habitaciones más vacías.+

- Gracias. Mañana busco departamento. Sólo serán unos días.+

- No entraste con maletas ¿Te ayudo a subirlas?+

- No tengo. Solo rescaté un par de prendas – dice y sonríe – Los indigentes de

la zona andarán con Gucci a cuestas.4

Jongdae lo imagina. Jessica armó de seguro un escándalo. Si para Yifan eso ya


terminó, Jongdae sabe que para Jessica no. Pero a él solo le importa que para su

hermano, al fin, es el comienzo de algo nuevo.+

Se quedan en silencio, hasta que Jongdae también le cuenta algo importante.+

- Lo encontré Yifan.+

- ¿A quién encontraste?+

- Al chico con cara de ángel. +

Yifan pega un respingo, mirando a Jongdae y miles de preguntas le atraviesan a

los gritos.+

- ¡Qué! ¡¿Dónde?! ¡¿Cuándo?! +

- ¡Ya no grites en mi oído! – se queja, pero al segundo, en un suspiro, le

cuenta – Está en el hospital donde cumplo la sentencia. Es paciente.+

Yifan impávido se apoya en el respaldo. Boquiabierta, parpadea innumerables

veces, como digiriendo esa novedad. +

- No puedo creerlo – dice incrédulo – ¡Creíste que estaba muerto! No parabas de

hablar de ese rostro. No dejabas de soñarlo cada noche ¿Y resulta que vive? ¡Y

está en ese lugar! Tu mundo Jongdae ¡¿En qué se ha convertido hermano?!2


- Minseok – murmura – Se llama Minseok. +

Yifan ha dejado a Jongdae durmiendo en su dormitorio, apagando el sonido de

allí. Cierra la puerta, para que su amigo pueda descansar tranquilo. Se dirige

primero a la cocina, llevando las tazas que ambos usaron y las lava, las seca y

las guarda. Se dirige entonces a la sala y enciende el sonido de allí. Suspira,

mientras busca entre sus prendas el paquete de cigarrillos. Una vez en su mano,

saca uno y lo enciende. +

"Es hermoso Yifan. Si lo vieras. Nunca había visto a alguien tan bello en mi

vida. Y es tan puro, tan inocente, tan vulnerable...", recuerda que le contó

Jongdae de ese chico.+

Yifan recuerda verse a sí mismo en Jongdae. Un escalofrío le recorre por el

cuerpo, reconociéndose en su hermano, por cada vez que le hablaba de él. Las

irónicas vueltas que tiene la vida.+

"Él puede ver mi corazón. Él hace latir mi corazón. Solo él. Sólo él hace que me

sienta vivo aquí... en mi corazón... él es perfecto. Es lo más hermoso del

mundo..." +

Y Yifan se dirige entonces al balcón. Corre el inmenso vidrio y sale al

exterior, donde la noche lo espera. Una larga noche de insomnio, mientras mira
las estrellas, fumando cigarros y hablándole en vano. +

La música comienza a sonar. Y él le sigue hablando en vano.+

- Todos encuentran lo que han perdido, menos yo – se le queja.16

Lanza una risa, burlándose de sí mismo, mientras el humo de su cigarrillo se

dispersa a lo alto. Tararea por lo bajo esa canción que ha comenzado. A él le

gustaba Coldplay, se recuerda, porque esa noche, cuando puso la música en su

apartamento, tenía todo de ellos. Lo recuerda como estrella en medio de la

oscuridad absoluta, alumbrando todo en ese living, bailando una canción. 2

Yifan suspira, bajando la vista unos segundos, viendo el humo del tabaco

perderse. Mete su mano en el bolsillo de su pantalón y tantea las diminutas

esferas de ese mala, para sentirlo en sus yemas, mientras murmura esa letra, In

my place, por lo bajo.3

- "Crucé líneas que no debería haber cruzado, estuve perdido, oh sí... Si

¿Cuánto más vas a esperar por esto? Si ¿Cuánto más vas a pagar por esto?" +

Mira de nuevo al cielo, concentrado y ve una estrella llameante, chispeante, más

de lo normal. Frunce el ceño y espera, como si algo llegara a pasar. Su luz se

eleva, imperceptiblemente. Su luz baja un toque, apenas, notoriamente. +

Y mientras Yifan sigue susurrando, divagando, la letra de esa melodía.+


"Canta esto, por favor, por favor, por favor. Regresa y cántame a mí, a mí.

Vamos, cántalo ahora, ahora. Vamos, cántalo para mí, a mí, a mí... Regresa y

canta esto..." 1

Y entonces, la estrella cae.+

Y esa noche. Yifan duerme, como hace tiempo no dormía. Descansa, tranquilo, como

hace tiempo no descansaba. Quizá debía reponer fuerzas y energías, para algo que

vendría.

Un mundo extraño
Música potente. Café humeante y de buen aroma. Sol espectacular que se veía por

la ventana de la cocina. Si. El día parecía bueno y como nunca, Yifan se sentía

como hacía mucho tiempo no se sentía: Bien.+

Pero la cara de mierda adormilada de su mejor amigo, no parecía decir lo mismo.

Así que Yifan sirvió una taza de café para el dueño de casa y la puso en frente,

mientras Jongdae con los pelos parados y apenas con ojos entreabiertos, pegaba

un bostezo acomodándose en la banqueta de la isla de la cocina, en lo que se

ponía una remera.+

- ¿No vas a trabajar hoy? – le preguntó Yifan.+

- Es mi día libre – respondió, dándole un mordisco a esas tostadas que Yifan ya

había preparado y que estaban servidas en un plato.+

- ¿Y por qué esa cara larga? +

- Porque no lo voy a ver – dijo con la boca llena, haciendo una mueca de hastío.+

- Llamé a los chicos. Vendrán en un rato.2

- Ok – le dijo Jongdae, al segundo que pegó el grito de – ¡MIERDA!+

Yifan dio un respingo de su asiento y casi se ahoga con su café. Miró confundido
a Jongdae y presionó el botón del portero para dar paso libre a Jongin, Chanyeol

y Sehun.+

- ¡Mierda! – gritó Jongdae de nuevo.+

Y Yifan debió darse cuenta, él, siendo siempre el más previsor y atento en todo,

que ese grito le decía que algo no andaba en su lugar. Debió quizá prestar

atención cuando él fue a atender, de la desesperación de su amigo, que algo

quiso decirle, cuando salió corriendo detrás suyo, emitiendo terrible alarido

cuando el pie descalzo chocó con todo en una silla.+

Y Jongdae quedó a los saltos en medio de la sala, agarrándose su pie. Y alargó

la mano y gritó a su amigo, pero ya era tarde.+

Ahí estaba Yifan, encontrándose con tres caras alegres y despabiladas, ni que

fuera en verdad sol de mañana. Tres caras sonrientes, divertidas, que con mano

en alto y de lo más contentos decían al unísono.2

- ¡Holaaaa! +

- Ho...la... – murmuró apenas Yifan.+

Y Yifan no es que les hubiera dado paso, pero no podría haberlos frenado, porque

uno de esos recién llegados corrió a donde se encontraba su amigo, ni que fuera

dueño de casa.+
- ¡Jongdae! – gritó el chico, sacudiendo a Jongdae como peluche.+

- ¡Pero mira nada más! – exclamó otro, mirando a todos lados, ojeando el

apartamento y dándole su visto bueno, llevando bolsas en las manos, pegando un

silbido de aprobación – ¡Está divino! Creo que voy a venir más seguido. Me

imagino que tienes más de una habitación ¿verdad?+

Yifan frunce el ceño, encontrándose de pronto desconcertado, porque a ese chico

pequeño él lo ha visto en algún lado. Se toca el mentón y medita un segundo.

Mira al otro que abraza a Jongdae. Es bonito ese chico y...+

El pequeño y el bonito.3

- No puede ser – murmura Yifan, abriendo sus ojos de la impresión – No puede ser

no puede ser no puede...3

- ¿Kris? – escucha que dice el tercero – Tú eres ¿Kris Wu? +

Yifan ahora mira a ese tercero. Una sonrisa de ángel se le viene encima y él no

puede hacer otra cosa más que ser un tipo respetuoso, con esa persona que le

resulta tan tierna. Lindo, rubio, alto y esbelto, con una media coleta y una

sudadera rosa pastel que, debe admitir Yifan, le ha impactado de una manera

increíble. Aunque no llegara a ser del estilo de chicos con los que normalmente

andaría, porque parece ingenuo, con las manitas juntas, ni que estuviera orando
o algo así y las mejillas sonrojadas, a la expectativa de que responda a la

pregunta de si es o no, Kris Wu. Y si, Yifan acaba de encontrarse con un fan,

quizá.

- Wu Yifan – dice el hombre, cortés y caballero, pegando una reverencia de 90º

impecable, para pararse derecho y aclararle más, mientras le sonríe – Kris Wu es

mi nombre artístico. Me llamo Wu Yifan. Y tú puedes decirme Yifan.+

Derrite de ternura a Yifan ver al chico pegando un grito, mientras se tapa la

boca y un respingo de emoción, cuando le dice eso último, haciéndolo sentir

especial. 1

- ¡Lo sabía! – exclama el joven, mientras aplaude con evidente emoción, al

segundo que engoce sus hombros y sigue en su delirio – ¡Te reconocí apenas

abriste la puerta! ¡Oye! ¿Eres amigo de Jongdae? Yo soy Xiao Luhan, su tutor –

se presenta al fin – ¿Vives con él? ¿Desde hace cuánto se conocen? ¿Me firmas un

autógrafo? ¿Puedo sacarme una selfie contigo? ¿Puedo? ¿Si? 1

- Chicos – dice Jongdae de repente, hablándole a todos – él es mi amigo Yifan.

Yifan, ellos son mis tutores, los enfermeros Baekhyun, Kyungsoo y Luhan.+

Los tres de nuevo sonríen a Yifan, saludándolo contentos, en medio de un Jongdae

suavizado y entre algodones. Si. Esos tres chicos tienen un "no sé qué", que

Yifan siente que te hacen caer en un encanto singular, queriendo sumergirte

entre arco iris, azúcar y caramelos, piensa Yifan en lo que les sonríe también y
saluda como el buen tipo, que siente de pronto, que quisiera ser. Él no tendría

problemas de agregarlos a su lista de contactos, menos si tiene en cuenta ahora,

que lo piensa bien, que esos tres con cara de angelitos admirables tienen en sus

manos la libertad de Jongdae.3

- Estábamos desayunando – dice Yifan, reaccionando como lógicamente lo haría

cualquier persona por su amigo – ¿Quieren café?+

- ¡Si! – gritan al unísono todos, menos Jongdae.+

Si. Habrá que hacer buena letra delante de esos tres chicos. Tampoco es que sea

difícil eso. Son tres chicos amables, lindos, al parecer divertidos y con cara

bien de inocentes.+

- He traído masas preparadas para hornear – dice el pequeño, que se agarró con

Jongin y ahora sabe que es Kyungsoo – ¿Dónde está la nevera? Debo guardar las

cosas que he traído para hacer el almuerzo.+

Yifan suspira de repente tranquilo, porque al parecer el chico no lo recuerda,

hasta que en lo que está yendo a la cocina se le frena en seco y lo mira de una

manera ni que le clavara un cuchillo por la espalda.1

- Ya me acuerdo de ti – le dice, para perderse en la emoción de una cocina de

lujo, de cosas que Jongdae jamás ha tocado de ahí.+


Pero la sonrisa de Baekhyun y la palmada que le da en su espalda lo

tranquilizan. El bonito de Chanyeol parece no tener problemas con eso. Y Yifan

le agradece con la mirada, mientras comienza con Luhan, el fan con cara de

ángel, a poner tazas y servilletas y el agua a calentarse para el desayuno,

sintiendo que todo va bien.+

Hasta que la cerradura de la puerta quiere ser abierta del otro lado. Y se da

cuenta de un detalle en un nanosegundo. Sehun tiene llaves del apartamento de

Jongdae. Sehun y los chicos. Chicos igual a Jongin y Chanyeol. Jongin y

Kyungsoo. Kyungsoo y la ex de Jongin. Jongin quiere matar a Kyungsoo. Kyungsoo

es tutor de Jongdae. Jongdae va a terminar hoy en la cárcel si Jongin mata a

Kyungsoo.11

- ¡Los chicos! – gritan Yifan y Jongdae desesperados y queriendo impedir eso,

pero, ya es tarde.+

Chanyeol corre hacia Jongdae y lo abraza ni que fuera peluche, revoleándolo por

los aires.5

- Jongdae ¡Te extrañe! – grita el tipo, ni que fuera niño.+

- Podrías haber dado señales de vida ¿No te parece? – dice el témpano de Sehun,

molesto.+

Y Yifan mira a la cocina, donde está Kyungsoo. +


- Buenos días. Mucho gusto – dice Luhan, el que no sabe nada de nada de ahí y

Yifan mira que pregunta entusiasmado – ¿Sehun? ¡¿Oh Sehun?!+

Y Yifan cree que le pedirá autógrafo, pero Kyungsoo sigue en la cocina y

Jongin...+

- Hola preciosa – saluda Sehun al... chico.8

- ¿Preciosa? – dice Luhan, con una risita acompañada al instante de una cara

para nada angelical en lo que termina de aclararle – Preciosa ¡Tu abuela! +

Y Sehun se queda sin aire agarrándose el estómago, de puño que le ha estampado

en el estómago Luhan. Sehun queda encogiéndose del todo, ante la furia de esa

criatura que de ángel no había tenido nada. +

Y Chanyeol sonríe a Baekhyun, mirándolo sin sacarle los ojos de encima. Y Yifan

corre a ver cómo está el menor de sus hermanos, mientras Baekhyun le da

instrucciones de primeros auxilios a Sehun que apenas respira. 1


Hasta que se hace un silencio que congela todo en la sala.+

Kyungsoo, el chico que le partió la cara a Jongin hace semanas atrás, entre

volados de colores pastel de su delantal de cocinero, se encuentra en la puerta

de la cocina mirando a Jongin, duro en su sitio. +

Jongin no hace nada. Kyungsoo tampoco. 2

Y Yifan se recuerda que a Jongin le gustaba siempre comer de los dulces que

hacía... el amigo de su ex. Kyungsoo.+

Kyungsoo estira esa bandeja, en medio de las manoplas que cubren sus manos

pequeñas y una carita con gesto de arrepentimiento, como avergonzado en su

gesto, sugiere a Jongin.+

- Me costó mucho trabajo hacerlas. Están riquísimas. Te lo juro como que me

llamo Kyungsoo ¿Quisieras... quisieras probar una? Por favor...+

Y Jongin toma una de esas cosas que le ofrece el chico y come.+

Yifan suspira, pasando su mano por la cabeza, suponiendo que si no lo ha matado

en ese momento, no lo matará al menos en el día. +

Y Yifan mira el panorama. Jongdae parece completamente desorbitado, sin entender

absolutamente nada. Yifan se pone de pie y está por ir hacia él, cuando pasa al
lado de Chanyeol, que sigue mirando a ese chico, Baekhyun, que cuida de Sehun. +

- Yifan – le murmura en un suspiro, deteniendo a su amigo – Es él...+

- ¿Qué? – susurra Yifan, que no entiende.+

- Mi Sol.2

Yifan frunce el ceño, analizando la mirada de su amigo. Chanyeol es serio. Pocas

veces, incluso cuando hace chistes ha reído. No hay mucho que le cause risas

tampoco. El mundo del que viene Chanyeol es duro. Hay demasiada gente de mierda

con la que tratar. Hay demasiados peligros de los que cuidarse, para resguardar

a la familia. Nadie, solo ellos, conocen ese lado divertido y de niño de

Chanyeol. Y ahora, Chanyeol sonríe a alguien más, aparte de los amigos. Y

Chanyeol abre bien sus ojos absortos en ese chico. Yifan mira hacia donde

sonríe, ni que de verdad a Chanyeol se le hubiera iluminado la cara. Y Yifan ve

a Baekhyun.8

Por eso, mira a todos de nuevo y sugiere en voz alta, amablemente.+

- Yo diría, que ya que estamos todos ¡Vamos a desayunar! ¿Qué les parece?+

Todo parece tranquilo. Yifan mira a Sehun que se levanta la camisa dejando al

descubierto el abdomen y el golpe que le dio el chico. Luhan mira a Sehun


avergonzado. Yifan sabe que Luhan se disculpa, mientras pone sobre la piel una

servilleta que envuelve hielo.+

Yifan observa a Kyungsoo servir. Kyungsoo parece tener ojos solo para Jongin. A

Jongin le sirve primero todo, desde el café, hasta los dulces que ha hecho,

sonriendo amplio cuando Jongin degusta lo que ha hecho.+

Chanyeol mira a Baekhyun, que parece hacer como si su amigo no existiera. Pero

Yifan se da cuenta que Baekhyun solo se hace, porque cuando Chanyeol gira su

vista a otro lado, para tomar la taza, para tomar un dulce o simplemente

escuchar a otros, Baekhyun mira atento, boquiabierta, atento a cada movimiento

de Chanyeol, como a disgusto que ande mirando a otro lado.10

Jongdae les explica a todos quién son esos tres chicos, que ni en sus sueños

podrían haber sido amigos, de no ser porque son los tutores en la sentencia de

Jongdae. Yifan se ve a una distancia exorbitante de esos chicos y se da cuenta

de la cara de Chanyeol, Jongin y Sehun que se miran entre sí. A pesar de que en

algún momento Jongdae manifestó estar aburrido de esa vida que llevaban, daba su

tiempo cuando Yifan requería de sus servicios. Pero ahora, tener a esos tres

enfermeros metidos en el mundo de Jongdae, les trae complicaciones. Jongdae


deberá quedar fuera de sus asuntos por un buen tiempo. +

- Son los mejores enfermeros – dice Jongdae – Recibidos con las mejores

calificaciones de la Universidad de Seúl. Los mejores en su área.+

- Ya no exageren – lanza Jongin, con una mueca de burla.+

Yifan cierra los ojos y emite un insulto por lo bajo. Puede haber ofendido a

esos chicos, que acaban de dejar en claro que tienen en sus manos la libertad de

su amigo y parece no haber entendido una mierda.+

Kyungsoo se ha apartado de su lado. No ha dicho nada más a Jongin, desde ese

maldito comentario. Pero Yifan le sonríe a Kyungsoo, que se ve que ha visto algo

en la manera de ser de Yifan que le ha dado confianza para sentarse a su lado y

desayunar más relajado. +

- ¿Todo bien? – comenta Yifan, solo por comentar.+

- Todo bien – responde Kyungsoo, posando su vista en la taza de café que apenas

ha tocado.+

Yifan emite un bufido ronco, molesto con Jongin por tener cero tacto.+

- Perdona – dice Yifan a Kyungsoo en voz baja, teniendo que acercarse a él, para

ser escuchado solamente por él – Somos torpes ¿sabes? No es que no creamos eso,
solo que... pocas veces te dicen que estás frente a los mejores enfermeros de

Seúl – agrega sonriendo, tratando de disculparse con él.+

Kyungsoo sonríe y entonces Yifan prueba a verle la sonrisa más abierta.+

- Y cuéntame ¿Cómo es que aguantas a Jongdae? Ni yo lo soporto ¿sabes?+

En un instante Yifan siente que ese pequeño podría derretirle el corazón, con

esa sonrisa tan grande y esos ojos negros tan expresivos. Ahora entiende, porque

Jongin odió tanto a ese chico. Aunque supone que todo se trata de que Jongin, al

final, realmente odia que lo hayan apartado de su lado. Joder, él, Yifan,

también podría entenderlo, si siente querer estrujar a Kyungsoo en un abrazo. 1

- ¿Sabes algo? – pregunta Kyungsoo, divertido – nadie en el hospital va a creer

que estuve con Kris Wu.+

- Lleva pruebas entonces del momento – le sugiere Yifan.+

Kyungsoo no se hace esperar. Deja ver su móvil y se prepara para sacar una

selfie, con el hombre. Y Yifan sonríe, algo, porque ha visto la mirada del

sicario de enfrente, que de seguro lo ve en ese momento como un blanco.7

El celular de Yifan retumba y atiende. Apenas si cruza unas palabras con su

representante, que lo único que le dice es: "Te necesito en la oficina", que

corta, pensativo en que no tiene su auto, porque las llaves le quedaron en el


viejo departamento ¿Cómo ir?+

El móvil de Sehun suena al segundo y entonces los dos saben que irán al mismo

lado. +

Camino al estudio Sehun no solo está callado y serio, como siempre, sino que ya

van dos calles que se pasó del estudio. Yifan mira apenas hacia atrás y regresa

su vista a Sehun. Lo ha visto todo el tiempo charlar con ese chico, Luhan. Y

estaba de lo más bien, hasta que cruzaron palabras al final. +

- ¿Qué pasa con el chico?+

- Lo vi hace unos días – responde sin demora Sehun.+

Parece ser que Sehun estaba esperando a sacar eso de adentro. Yifan sonríe por

lo bajo y concluye.+

- Te gusta.+

- Lo vi en Sky.+
Sky. El club nocturno más exclusivo de Seúl y que tiene de dueños a los Park,

por lo que son socios y casi siempre van. +

- ¿Pasó algo? – pregunta con ceño fruncido Yifan.+

- Trabaja de camarero – responde su amigo.+

Eso que ha dicho, ha puesto a Sehun tenso. Todos saben que hay algunos camareros

en Sky, que además de camareros son chicos de compañía, por demás exclusivos.

Yifan entonces se siente completamente fuera de foco. Esa cara de Luhan, debe

admitir, es particularmente bella, pero, el chico tiene la apariencia de ser

inocente. No cree. O al menos, no quisiera, por eso no puede evitar decirle

sorprendido.+

- ¡¿El enfermero?! No todos los camareros hacen ese trabajo Sehun.1

Pero Sehun no dice nada. Y Yifan entiende que a Sehun le gusta ese chico y

mucho, porque está molesto. Demasiado molesto con esa idea. De pronto a Yifan le

gusta eso. Porque le encantaría que ese chico lindo y en apariencia un ángel por

lo bueno que parece ser, quite de una maldita vez de la vista de Sehun a su

madrastra. Yifan sabe que Sehun ya ni la quiere. Pero cree que Sehun persiste en

eso, como un escudo para no embarcarse en serio en una relación de lleno. Y por

eso insiste con otra cosa, queriendo llevar al límite a Sehun, para que siga

pensando en Luhan.1
- Y si lo hiciera ¿Cuál es el problema? La tienes más fácil. Porque tú no

quieres a nadie por más de una noche ¿Verdad? ¿O acaso él es diferente? 2

Yifan piensa que quizá, ha dado en la tecla.+

Llegan al estudio y apenas ingresan, una de las asistentes de Eunhyuk les avisa

que él está esperando, así que simplemente ingresan, viendo al hombre sentado en

su sillón de escritorio. +

- Eunhyuk – saluda Sehun.+

- Quédate un minuto fuera Sehun – dice sin vueltas Eunhyuk – Debo hablar a solas

con...+

Pero Sehun simplemente ya se ha desplomado en una de las sillas, mirando a su

mánager sin intención de moverse. Yifan se sienta al lado, en otra silla y no

hace nada por hacer que Sehun se vaya.+

- Ve afuera – ordena Eunhyuk, inflexible y cortante, en lo que estira una

carpeta, que deja en la mesa para que Sehun la toma – Estudia ese contrato

mientras.+

Pero Sehun no lo toma. Mira sin embargo a Yifan, bajo los ojos observantes de

Eunhyuk. Es como si el chico menor, le estuviera pidiendo permiso o esperara el


visto bueno de quien manda en realidad. Y Yifan asiento, bajando apenas sus

párpados en señal de tranquilidad. Entonces Sehun se pone de pie, toma esa

carpeta entre sus manos y se retira.+

Los dos hombres ya solos, se miran. Eunhyuk se reacomoda en su asiento, en lo

que sus manos se entrelazan en su regazo, elevando su mentón endurecido y le

dice severo.+

- ¿Por qué terminaste con ella?+

- Mi vida personal no es de tu incumbencia.+

- Me la metiste en las narices, incluso cuando te advertí del rumbo que tomaría

esa relación ¿y me dice ahora que no es de tu incumbencia? – rugió sin

miramientos a lo antes dicho – ¿Quién fue que te sacó del lío de la vez que se

empastilló? ¡Los medios querrían haberte comido vivo! – exclamó repentinamente,

irguiéndose rudo en gesto, dando continuidad a esa enumeración interminable de

eventos de los que había sido testigo – ¿Sabes lo que piensan todos más allá de

saber lo que ella es? Es un poco más la novia que todo añoran para sus hijos. Es

la niña más tierna que Corea haya visto y dime tú, siendo extranjero ¡¿Cómo

crees que la gente te aceptó tan abiertamente?! ¡Porque tienes a los Jung de tu

lado! 1
- ¿Y si tanto te interesa por qué no te pones de novio tú con ella? – dijo

rudamente Yifan y poniéndose de pie, quiso irse del lugar.+

- ¡Maldita sea Yifan! – gritó el tipo, sacado – ¡Ni se te ocurra dar un paso!+

Yifan de espaldas al hombre, blanqueó los ojos. No es que se olvidara de cuál

era su lugar en la estancia. Era un empleado más del estudio. Jamás podría estar

desagradecido tampoco con Eunhyuk, que lo había ayudado a superarse en ese

mundo. A regañadientes se dio la media vuelta, enfrentando al hombre que ya se

había parado. Su porte rígido, no era diferente del de Eunhyuk. +

- Deberías haberme dicho – le rugió ofuscado Eunhyuk, en lo que sus puños

insistían en permanecer atrapados en esa mesa laminada de blanco – Deberíamos

haber hecho esto con cuidado, con tacto o al menos ¡darme tiempo para

prepararme!+

Yifan frunció el ceño confundido. Caminó unos pasos ahora avanzando de nuevo al

escritorio, lentamente y se frenó para ver a Eunhyuk desplomándose en su asiento

como si estuviera derrotado. +

- Eunhyuk – le habló Yifan, sin permitirse a sí mismo perder la compostura, como

al parecer lo estaba haciendo el mánager – Dime qué pasa.+


Eunhyuk resopló apenas y sonrió hacia un lado. Se refregó la frente y Yifan notó

que tenía sudor en ella.+

- Eunhyuk, si no me dices...+

- Esto saldrá pasado mañana en los medios.+

Eunhyuk tiró una revista en la mesa. Yifan apenas la vio, cerró los ojos. Tragó

duro y apenas pudo mantenerse estable, sentándose en la silla de nuevo. +

Abrió los ojos y ni siquiera quiso tocar eso. Sus dientes sonaron cuando tiritó.

De pronto, en un instante, la tranquilidad se le había ido a la mierda. Juraría

que enfrentarse a cualquier enemigo era más tibio que eso que veía.+

La foto de ella, lo era todo en la tapa. Era hermoso, todos le decían. Había

hecho algunas portadas antes, intentando ser modelo, pero la niña era demasiado

difícil de llevar para lo exigente del ambiente. Con esa cara angelical, quién

diría que era lo que era, en realidad, con Yifan. +

El titular de la portada de esa maldita revista decía: "Lo que callé durante

mucho tiempo". Y debajo, en letras más pequeñas, pero no por eso estridente, se

leía además: "Cuando todos creíamos que habría matrimonio, se produce el final

de la relación más sólida. En medio del escándalo por una supuesta infidelidad y

posible denuncia de Jessica del maltrato permanente del que era víctima por
parte de Kris Wu, la joven asegura que a pesar de que lo ama, debe salvarse" +

- Joder Eunhyuk – rugió temperamental y tembloroso Yifan – Tú... tú sabes que yo

no sería capaz de...+

- Lo sé – aseguró el hombre, emitiendo un resoplido de hastío – Lo sé en serio.

Pero a nadie le importa más que vender. Y eso saldrá. Y yo no lo pude detener.

Los Jung son una mierda de jodida gente. Pero, hay una sola cosa que puede

detener eso.+

Yifan miró entonces a Eunhyuk duramente y le dijo en seco y fuerte.+

- Yo no volveré con ella.+

- Mierda – espetó, volviendo a refregarse la frente – Habías sido terco...+

Entonces Yifan asimiló otra cosa más.+

- ¿Ellos te llamaron?+

- ¿Ellos? +

- Los Jung – dijo de una vez, haciéndole sabe lo que pensaba – Ellos te llamaron

para que hables conmigo.+


Eunhyuk y otro de sus suspiros que ya estaban sacando de quicio a Yifan, se

hicieron notar. Eunhyuk entonces dijo.+

- No fueron los Jung. No exactamente...+

Una risa llena de sarcasmo minó a Yifan. Sus malditos progenitores no mostraban

un ápice de interés por él y ahora, cuando veían el apellido y la reputación

manchada, estaban desesperados. Ni siquiera cuando él había sido secuestrado, su

padre pareció conmocionarse. Y ahora resulta que quería solucionar eso, creyendo

que tenía algún derecho.+

- Yifan – habló Eunhyuk – Sabes cómo es esto. Los Jung son importantes. Más

ahora estando en el gobierno... +

- Si quieres me voy de la firma. No quiero...+

- ¡No! – exclamó Eunhyuk, emitiendo un chasquido de agotamiento – No y sabes que

no quiero, pero ¿sabes lo complicado que se te va a poner eso? Y dudo que yo

pueda hacer algo. Y no voy a mentirte. Me preocupa la imagen de la empresa

Yifan. eres mi mejor modelo, pero... no eres el único chico y tengo a muchos más
que cuidar.+

Yifan se puso de pie, asintió como agradecido y dijo.+

- Yo arreglaré esto.+

Sin decir nada más, salió del despacho. Miró a Sehun y todo lo que le dijo fue.+ e

- Te espera.+

Regresando al apartamento de Jongdae, porque no tenía a dónde más ir, Yifan se

encontró ingresando en medio de cantos y bailes de canciones infantiles. Se

recordó la cosa por dónde iba, algo como que esos tres chicos enfermeros,

estaban preparando con Jongdae las canciones de la obra teatral Peter Pan, para

ser presentada a los niños del hospital. +

Se acercó, mirando extrañado, a un nuevo sujeto que no estaba allí. Un tipo

entusiasta parado bien derecho en el sillón de la sala, de pelos revueltos y

negros, ojos oscuros y con hoyuelos en las mejillas. Yifan sonrió, resultándole

chistosa esa vincha de Mickey de orejas de ratón que llevaba puesta, en lo que

entonaba fuerte.1

- "Aquella estrella de allá, hoy brillará por ti. Tus sueños..."* +


Es nuevo integrante de los otros tres, apenas se percató de su presencia, se

detuvo en su entonación. Sonrió pegando un salto, bajando del sillón de Jongdae

y apenas estuvo en pie, comenzó a hacer muchas reverencias.+

- Siento interrumpir lo que estaba haciendo – dijo Yifan, también saludándolo de

esa manera – Soy Wu Yifan...+

- Zhang Yixing – respondió el joven, sin parar de sonreírle – Tanto gusto.+

- Es mi tutor Yifan – dijo Jongdae – Es el doctor que aprobó mi ingreso en el

hospital con el juez Kwon...+

- Doctor – repitió sorprendido, a la vez que irónico dijo – Así que usted va a

curar a mi amigo se ve...+

- Es la idea – dijo alegre, pero bien honesto en su porte, como si eso fuera una

realidad y no una broma – Que salga bien sano de aquí a unos meses. Yo tengo

esperanzas que se le cure ese corazón de una vez por todas.+

- Y yo también – aseguró serio Baekhyun – Es muy trabajador y laborioso. Cuando

le pone ganas, claro...+

- Aunque es bastante terco – analizó Kyungsoo.+

- La mayor parte del tiempo – aseguró Luhan.+


- Pero es muy vivaz – le reprochó al segundo Kyungsoo, dándole apenas con el

codo a Luhan.+

- Oigan, sigo aquí, por si no lo habían notado ¿saben?2

Apenas se rieron, pero de la incomodidad del momento. Se tomaron un recreo

improvisado, en lo que Yixing miraba de arriba abajo a Yifan. Y fue Yifan el que

habló primero, porque ese entusiasta médico lo estaba mirando mucho, demasiado.+

- ¿Puedo ayudarte en algo?+

- Tú eres el modelo de las tapas de revista ¿Verdad? Esas que Luhan colecciona

tanto, sobre todo las que llevan a Oh Sehun, al que tiene en un pedestal porque

dice que es el hombre más perfecto que haya visto. No lo considero así, pero ni

modo, quién podría discutirle a Lulu que vive viendo esas portadas para

comprarlas todas. Y...+

- Si. Soy yo – respondió acallando al chico.+


- ¡Espectacular! – exclamó Yixing, dando un aplauso – Tu eres muy amigo de

Jongdae ¿Verdad?+

- Si.+

- Y sabes que él está cumpliendo condena ¿No es así?+

- Si.+

- Hablaría muy bien del entorno de sus amistades y por ende, de Jongdae, si Kris

Wu fuera padrino de una de nuestras fundaciones, junto con Oh Sehun, que me

dicen mis muchachos que estuvo aquí hoy.1

Yifan abrió la boca, la cerró apenas por un segundo y arrugó por un instante la

frente, acercándose al chico ese, de aspecto de hippie abandonado a su suerte,

para entender mejor lo que le quería decir. +

Yixing entendió bien, por eso sonrió más que feliz y le dijo.+

- Verás Kris Wu, soy el director del Área de Neurología y Rehabilitación del

Hospital Central. +

- Dime Yifan ¿Tú eres... director de un área? – preguntó incrédulo.+


- Si si – aseguró el chico, asintiendo como si nada – Llevo adelante también la

dirección de investigaciones del establecimiento. +

- ¿Tú eres en serio... de esos que descubren cosas? – siguió anonadado.+

- Si si – asintió de nuevo, para seguir explicando – Y nunca está de más

patrocinar la fundación para dar a conocer el trabajo que hacemos – dijo

vehemente y sacando pecho, orgulloso de todo eso – Sería bueno, que tú, como

amigo de Jongdae, que está cumpliendo condena, nos ayudes a promocionar la

fundación y así más personas, además de tu, van a querer donar, conociendo

nuestra labor.+

¿O sea que ya lo daba como que donaba dinero? Yifan se quedó boquiabierta. Pero

su lado desconfiado cuestionó.+

- ¿Y lo que da el Estado?+

- Nunca es suficiente.+

- ¿Y qué hacen con el dinero?+

- Mayormente va dirigida a las familias de nuestros pacientes. Verás, muchos de

ellos vienen de fuera y se quedan un tiempo. Pero como no consiguen cómo

mantenerse en Seúl, terminan regresando a su lugar de origen y llevándose a los

niños en medio de tratamientos que terminan cortando y por eso nunca se


recuperan. Algunos de nuestros pacientes adultos, son dejados a nuestro cuidado

completo, porque sus familias no pueden permanecer a su lado. Son del área de

oncología y de rehabilitación neurológica. No sé si entiendes...+

- Algo...+

- Puedes preguntarle a Jongdae – insistió Yixing con entusiasmo – O mejor aún

¡Ven un día a vernos! ¡Yo te acompaño a recorrer el hospital!5

- ¡Sería lindo que nos visites Yifan! – exclamó Kyungsoo, que parecía haber

escuchado lo último, llegando desde la cocina – A Jongdae de seguro le va a

gustar que te aparezcas de sorpresa. +

Yifan miró a todos y sonrió. Yixing le dio su tarjeta de contacto. En la misma

leyó "Dr. Zhang Yixing" y apenas abajo el título completo "Médico Cirujano.

Especialista en Neurología e investigación". 2

Yifan los dejó mientras ellos seguían en lo suyo. Se metió en el dormitorio,

escuchando las voces y las risas del otro lado. Se sorprendió de escuchar

también a Jongdae metido como uno más de esos y se alegró saber de ese lado

desconocido de su amigo. +

Sin embargo, su móvil deambuló por sus manos. Debía solucionar algunas cosas.+

- Yifan – escuchó decir a Hangeng.+


- Necesito que te comuniques con Jongin y que te ceda a Daesung. Tengo que

arreglar un asunto de una portada de revista que sale pasado mañana. Es más que

urgente.+

- ¿Jessica?+

- Si – dijo hastiado, desplomándose en la cama.+

- Hecho ¿Algo más?+

Yifan se mordió los labios con fuerza. Dudó un segundo, pero queriendo negarse a

si mismo, dijo al final.+

- Te pasaré los siguientes nombres Hangeng. Zhang Yixing. Byun Baekhyun. Do

Kyungsoo. Xiao Luhan ¿Anotaste?3

- Anotado.+

- Investiga todo de ellos. Que sea pronto.+

- Tendré que poner a todos en esto.+

- Ahora – fue todo lo que dijo y colgó.+


Joder que su instinto de supervivencia le decía que habría problemas con tanta

gente nueva dando vueltas entre ello. No tenía nada en contra de esos chicos,

pero bien sabía, por lo que pudo observar en el día, que sus amigos estaban más

que inquietos.+

Yifan entonces se recostó pensando en que lo último que debía hace era ir a la

residencia de su padre y enfrentarlo. Si hay algo que odiaba era tener que

verlo. Aún cuando de vez en cuando tuviera contacto con ellos, sobre todo por su

madre, habían cosas que jamás les había perdonado. +

Pero prefirió por un momento quedarse en la cama, tranquilo y escuchando a ese

doctor risueño, salido como de cuento que cantaba algo que a Yifan le había

gustado de pronto.+

- "Aquella estrella de allá, hoy brillará por ti. Tus sueños se realizarán,

siempre ocurre así. Aquella estrella de allá, tiene una extraña luz. Quizá nunca

jamás se irá, si es que la sigues tu..." +

Y Yifan apenas si emitió un resoplido divertido, pensando en ese mundo tan

extraño, en el que se había ido a meter su amigo. Un mundo tan extraño, que

creyó que sería necesario visitarlo.

-------------------------------------------+

*La canción "Aquella estrella de allá", pertenece a la banda sonora de la

película Peter Pan II, de Walt Disney.


Su Niño. Su Zitao

Zitao vio alambre largo que daba vueltas muchas veces, curvando su línea de un

modo confuso. De un extremo vio ese aro rojo que debía transitar por ese pasaje,

hasta llegar al otro extremo. Zitao cerró sus ojos y se quedó inmóvil, bajando

su cabeza. +

- Zitao – dijo su terapista ocupacional, amable y atenta – ¿Vamos con este

ahora? Sé que puedes.+

Pero él negó con su cabeza. Apretó sus labios y se quedó inmóvil sin hacer

absolutamente nada. Y a pesar de los intentos de la adorable mujer, él no quiso


mover siquiera un dedo.+

- Zitao – habló un tanto severa la mujer – Debes hacerlo. +

De repente Zitao no sintió fuerza en sus manos. Sus dedos apenas rozaron esos

objetos coloridos, pero terminaron por desplomarse en su regazo. +

- Zitao – insistió ella de nuevo, con ánimo – Tú puedes.+

Claro que podía. Él no era un idiota. Él podía. Solo que ella no quería

entender, que él no quería hacerlo. Estaba demasiado cansado de tener que

demostrarles que podía. Ya había hecho ese maldito ejercicio tantísimas veces y

ella seguía insistiendo. Por eso, prefirió quedarse duro en su sitio, sin

decirle una palabra y esperó a que alguien lo arrastrara de regreso al

dormitorio, sintiendo en su nuca la mirada reprobatoria de su terapista.+

Solo había un motivo por el que el doctor Wang pudiera estar ahí, de nuevo,

sentado en frente suyo. Problemas. Él era un maldito problema. Jackson suspiró y

bajando un poco su cabeza, hizo el intento por encontrar la mirada de Zitao, en

vano.+

- Zitao ¿Quieres hablarme?+

Nada. Zitao estaba apretando sus labios, como si se hubieran sellado, con la

cabeza baja. +
- ¿No me vas a contar qué te pasa? – insistió amable el doctor.+

Pero nada. Zitao no hablaría. Así pasara otra hora, como en la anterior terapia,

él no diría una sola palabra. Estaba enojado, furioso, molesto. No solo hace dos

días su mamá y su hermanita no había venido, como su mamá le había prometido,

sino que para sumarle le había quitado la compañía de la única persona que lo

entendía en todo. A Minseok lo habían cambiado de dormitorio. Estaba al lado,

pero igual, no era lo mismo. Lo habían alejado, porque supuestamente era él

malo. Entonces, si era malo, él sería malo. 6

- Zitao – dijo el hombre – ¿Podrías al menos mirarme? Me tienes preocupado.+

Pero no. Zitao hizo caso omiso al pedido y ni siquiera le dirigió la vista como

le había pedido. +

- Zitao. Si persistes en esa actitud tan cerrada, entonces será más difícil para

todos nosotros ayudarte. Todos aquí son buenos y te quieren ayudar.+

Con mucho esfuerzo, Zitao ordenó a su cerebro arrastrar cada letra en palabra y

oración, para decirle a ese médico.+

- Yo...no soy...malo.3

¿Acaso el doctor creería que era tonto también? Si de seguro a Minseok lo habían
sacado de su lado, por miedo a que él le hiciera algún daño. +

- Nadie dijo eso Zitao – dijo el doctor.+

- Yo no lastimaría a Mini.+

Un reclamo doloroso retumbó en la cabeza de su terapeuta, que boquiabierta

receptó claramente esa información. De verdad Jackson quería creer eso. Quería

creerle la voluntad a Zitao de que jamás sería capaz de lastimar a Minseok. Pero

nadie sabría nunca eso, sino hasta que ocurriera. Zitao no se estaba dando

cuenta de que las manifestaciones de irritabilidad que estaba teniendo en los

últimos días resultaba más evidentes y por ende más notorias.

- Sé que no lo harías – se obligó a decir el doctor – No lo harías a propósito. +

- ¡Yo no soy malo! – gritó de repente.+

Zitao se quedó espantado de sí mismo. Y las lágrimas se le escaparon aún si él

no habría querido. Al final, parece que sí era malo.+

El resto del día, fue en picada para Zitao. El doctor le dijo que a partir de

ese día tomaría medicación nueva. Lo hizo, dejándolo adormilado y con ganas de

permanecer en la cama, a pesar de que su cabeza tenía miles de voces que

retumbaban en su mundo. Sus párpados se cerraban pesadamente y aunque había


insistido en ir a la pileta, no lo habían dejado. "A partir de hoy, tu rutina

será otra, Zitao", le había dicho el doctor Wang. Y él solo entendió que había

sido muy malo.+

Se soñó a sí mismo en medio de muchos gritos. Se miró rodeado de una oscuridad

que le dio miedo, pero cuando se tapó los oídos para no escuchar más, se

encontró con que estaba moviendo sus manos. Se las miró y divisó por lo mismo

sus pies. Entonces Zitao se vio de pie. Sonrió feliz de verse en pie. Pero la

sonrisa se le borró cuando vio a un sujeto gigante que se le abalanzó de frente,

con el puño directo a su cara para golpearlo. Era un monstruo que venía por él.

Y Zitao gritó tan fuerte, que le dolió la garganta. Tenía miedo y lloraba. Hasta

que se vio él solo, en medio de una pista y una moto. Otro rugido ensordecedor

de motores. Él no sabía qué era todo eso, él no entendía. Solo por inercia, se

dio cuenta que su mano estaba apoyada en una moto y tomó el casco. Una bocina

sonó muchas veces. La luz lo encegueció y se le vino un auto de frente y él...

despertó. 1

- Zitao – escuchó a alguien a su lado, con tono lleno de preocupación – Zitao...

¡detente Zitao! ¡Soy Lulu!+

- Lulu – murmuró.+

Se dio cuenta que estaba en la noche, en el hospital y con Luhan a su lado,

reteniéndole los brazos. Los dos estaban agitados, solo que Zitao lloraba mucho,

de miedo. Y se enrolló en el pecho de Luhan, que lo consolaba.+


- Miedo – sollozó Zitao – Todo estaba oscuro, feo. Los gritos... tengo miedo...+

- Ya estás bien – le decía, mientras acariciaba su cabeza – Estás conmigo. Todo

está bien ahora...+

Si fuera tan simple y las cosas estuvieran bien. Pero Zitao tenía miedo. Y Luhan

se dio cuenta. Por eso decidió quedarse esa noche con él, apenas apartándose

para hacer la ronda y volver a su lado, mirando sus revistas.+

- ¿Qué miras tanto? – preguntó curioso Zitao.+

Luhan sonrió y dio un suspiro. Ya imaginaba Zitao que estaría viendo, pero le

gustaba escuchar la voz de Luhan, que siempre le contaba muchas cosas. Aunque

pocas cosas entendiera, Luhan era una de las personas que lo trataba como si

realmente fuera su amigo, como si él fuera normal.+

- Estaba viendo una nota que le hicieron a Oh Sehun – dijo – ¿Recuerdas que te

conté que es amigo de Jongdae? +

- ¿Lo viste de nuevo? – preguntó entonces sorprendido – ¿Después de la casa de

Jongdae?+

Luhan le había contado, que se había topado con Oh Sehun de casualidad en un


parque. Pero la vergüenza que tuvo en el momento, hicieron que saliera

corriendo. Y después, de nuevo, en el apartamento de Jongdae.+

- Si – dijo entonces – Me lo encontré en un bar. Pero, fue horrible.+

- ¿Qué pasó? – preguntó él.+

- Es algo complicado – dijo él triste y Zitao le vio los ojos rojos de pronto.

Luhan suspiró, sonrió como esforzándose y le habló con un entusiasmo traído a la

fuerza – ¡¿Pero sabes quién me cayó bien desde el primer momento?! – preguntó

Luhan, ni que de una sorpresa estuviera preparando, errando la revista y

poniendo en frente de Zitao la portada – ¡Este hombre! ¡¿No es hermoso?! ¡Kris

Wu!+

Y Zitao vio a ese hombre. 4

Apenas si podría haber escuchado que Luhan le decía que era amigo de Jongdae y

que también lo había conocido. Apenas, porque Zitao se quedó perdido en esos

ojos oscuros y profundos, que parecían fríos, pero que decían tanto...+
Sus dedos cosquillearon para tocar esa cara. Y se esforzó por elevar su mano,

para llegar a esa imagen, que solo era un papel plastificado y colorido, rozando

con sus yemas ese rostro. Zitao jamás podría haber descripto con palabras cómo

era ese rostro. Solamente se repetía lo mismo, una y otra vez, "Hombre. Hermoso.

Hombre".+

- ¿Si verdad? – comentó Luhan, sacándolo de su ensueña.+

Y a Zitao le hirvió la cara de la vergüenza ¿Acaso lo había dicho en voz alta? Y

Luhan se rió divertido. Palmeó la mano de Zitao y le dijo.+

- ¡¿Será que es el primer chico que te gusta?! – rió divertido – No me hagas

caso es broma. Además ¿cuántas veces te hablé yo de Oh Sehun? Oye ¿te gusta? Es

amigo de Jongdae ¿Quieres que le diga que venga un día? Me dio su móvil. Es

modelo ¿sabes? Amigo también de Oh Sehun. Solo que este es todo un caballero y

¡Ah! – exclamó con una sonrisa de par en par – ¡Yifan acaba de terminar con su

novia! Así que está solo ahora...+

Zitao solo miró la portada. Sus ojos se quedaron allí, como metidos en esa

imagen de ese hombre. Parecía serio, pero triste en su modo de ver. +

- Debo hacer la ronda – dijo entonces Luhan, mientras le dejaba la revista en el

regazo – Vengo en un momento.+

Y Zitao se quedó mirando un largo tiempo ese rostro. Y después de atrevió a


pasar las hojas para buscarlo y mirar las demás imágenes de ese hombre, de

cabellos negros, que posaba para esa cámara. +

- Yifan – susurró, sin poder quitar la vista del rostro de ese hombre.15

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la

publicación, intente quitarla o subir otra.

Apenas descendió del avión, pisando suelo de Seúl, Yifan resopló recordándose

que ese día tenía que ver a su padre. +

Miró en la recepción del aeropuerto, donde uno de sus hombres lo estaba

esperando y se dirigió para ser llevado. Ya en su nuevo auto, llenado a ese

apartamento que recientemente había alquilado y que por primera vez en el día,

habitaría, escribió a sus amigos, para avisarles de su retorno.+

- ¿Te llevo o quieres ya hacerte cargo de tu auto Yifan? – preguntó su guardia.+ r

- Me manejaré solo. Gracias – respondió, descendiendo y recibiendo las llaves de

la propiedad.+
El piso era cómodo y se había percatado de que lo decoraran haciéndolo más

despejado y amplio. No había querido colores, así que miró en la superficie lo

perfecto y lineal en la pintura, entre el gris, blanco y negro. En el living

alfombrado, ya querría haberse tirado, ni bien observó esos amplios sillones de

cojines a tono. Le gustó, en medio, esa pintura sobre el hogar, de arte

abstracto entre océanos y estrellas, extrañamente decorativo, sonriendo apenas.

Una alarma le alertó de que estaba sobre la hora y se dirigió pronto a su

dormitorio nuevo, que apenas si vio, por lo apurado que estaba.+

De traje y corbata. Así se vistió para ir a ver a su padre, aún si el tipo no

mereciera siquiera que se pusiera la ropa más vieja que tenía. Pero la reunión

de accionistas de la empresa lo requería. +

Yifan tenía un porcentaje importante de la empresa, que había heredado de su

abuela. Aún así, mayoritariamente su madre tenía otras, dejando a Wu Yànzǔ como

presidente de la misma y con el poder de hacer y deshacer en ella. Todos

pensaron que Yifan terminaría siempre votando a favor de su progenitor en cada

idea novedosa o ejecución importante. Pero los socios cambiaron rápidamente de

parecer, cuando se encontraron con un joven lejos de ser una marioneta de su


propio padre. Y Yifan gustaba más. El joven era tenaz, de ideas innovadoras y

perspicaz para los negocios. No haber votado a favor de Yànzǔ en las últimas dos

reuniones, para una jugada que se suponía los llevaría a lo más alto, supuso a

la larga darle la razón a Yifan, salvando anticipadamente a la empresa de dos

posibles fracasos. La evidencia era que la empresa "Oh & S.A" había hecho esos

movimientos y estaban bajando en picada con una presidencia deplorable, a manos

de Oh Ji Ho. Yifan mantenía al tanto de eso a su hermano menor.+

Yifan sabía que su padre estaba inquieto. No aguantaba quedarse en un mismo

lugar mucho tiempo y hacía años que estaba anclado en Seúl. Ya le resultaba

extraño que se hubiera asentado, incluso siendo hasta amigos de personalidades

reconocidas dentro de ámbito de la política. Pero Yifan sabía que tarde o

temprano Yànzǔ querría irse, con los bolsillos llenos, claro. No entendía qué lo

había retenido tanto tiempo allí.+

Yifan se prendió el botón de su impecable saco azul y reajustó su corbata roja,

dando las llaves del coche al asistente que lo recibió y que un poco más no se

le pone de rodillas.+

- Joven Wu – dijo el caballero – Su padre lo espera, antes de la reunión de

accionistas.+

Yifan ingresó en el inmenso edificio, en donde una fila de empleados se le puso

en órbita, inclinándose ni que fuera realeza. Yifan no menospreciaba esas

manifestaciones, más bien las devolvía con un asentimiento al menos, porque al


fin de cuentas eran leales a los Wu, como antes lo habían sido a los Jang.+

En el último piso, se encontraba el presidente, ya esperando se ve, porque la

secretaria dio un trote hasta la puerta del despacho que abrió de par en par, ni

bien vio a Yifan descender del ascensor, dándole paso.+

Yifan se puso las manos en los bolsillos y vio a su padre que dejaba de escribir

en su portátil, poniéndose de pie. Yànzǔ se prendió el botón del saco de su

impecable traje y severo, miró a su hijo de arriba abajo.+

- Se te ve bien – le dijo a Yifan.+

- Gracias – fue la respuesta – ¿Por qué querías verme antes?+

Con un gesto cortés, extraño desde ya para Yifan, lo invitó a tomar asiento en

un pequeño sillón, acomodado como sala de reunión en un extremo de la inmensa

oficina. Yifan se sentó, desprendiéndose el botón de su chaqueta y esperó a que

su padre se le uniera.+

- ¿Tomas algo? – preguntó Yànzǔ.+

- No. Gracias ¿Por qué querías verme antes? – insistió sin titubeos.+

Su padre se acercó entonces a él, sentándose en frente y luego de reacomodarse

varias veces, apretando sus labios en una línea dura, con esa frente rígida y
arrugada de pensar la cosa demasiado, comenzó, como pudo.+

- Hoy hablaremos de un negocio que puede llegar a ser complejo para ti. Como

sabrás, la empresa de la familia Oh está...+

- Si se trata de ponerlos en la lona no me busques para votar a favor de eso –

dijo sin rodeos, ni siquiera con esmero, ni esfuerzo, sino tranquilo, pero

cortante.+

Yànzǔ lo sabía. Quería persuadirlo de antemano, por eso lo había convocado

antes. Pero a Yifan le resultó extraño que no le gritara, no le discutiera, ni

parecía ofuscado ante la primera negativa de su parte. Por eso no bajó la

guardia.+

- ¿No piensas que quizá sea incluso lo más conveniente para Sehun? – preguntó de

pronto, ante la mirada inerte de Yifan, que seguía analizando cada gesto de su

padre.+

- ¿Me quieres convencer que no quieres arremeter en contra de Sehun?+


- Sehun ya tiene quien arremeta contra él. Su propio padre – dijo como si nada

le turbara – Está despilfarrando la herencia del chico, poniendo por el lodo el

poco buen nombre que le queda. +

- Gracias por la información. La tendré en cuenta.+

El caballero miró a su hijo. La frialdad no era lo que le turbaba. Al fin de

cuentas era como verse en un espejo. Lo que le detestaba era como su hijo se

había metido en una amistad con Oh, justo con el hijo de Oh Ji Hoo.+

- ¡¿Por qué insistes en cuidarlo tanto?! – le reprochó.+

Yifan ya había tenido una charla de ese tipo con su padre. Por eso suspiró

aburrido y se lo recordó aún en contra de su voluntad.+

- Tú sigues empecinado en vengarte de ellos por lo que pasó en la juventud. Ella

lo eligió a él ¿Qué más da?11

- Yifan – rugió el hombre entre dientes, encrespado y con los nervios de punta,

de ver la desfachatez con la que terminaba dirigiéndose a él sin respeto – Ya te

dije una vez que eso no tiene nada que ver.+

Yifan le sonrió como una maldición ¿Acaso querría convencerlo de eso? ¿Le vería

la cara de idiota? Ahora entendía qué lo retenía. El único motivo por el que su

padre no se iba de allí, es porque no había logrado hacer lo que quería.


Vengarse, porque él, su hijo, se lo impedía.+

- Aún recuerdo a mamá ebria reclamándote ese asunto, cuando yo todavía iba a la

escuela.+

- No voy a volver a discutir contigo de ese asunto – dijo como en un gruñido

desabrido en asco contrayendo cada músculo de su rostro – Pero quisiera

recordarte Yifan, que esta es tu familia.+

- Él es mi hermano – respondió a eso sin titubeos – No haría nada en contra de

mi hermano. +

- Y yo soy tu padre – le dijo con arrogancia, en reclamo.+

- Pero no me salvaste la vida cuando me secuestraron. Así que digamos que confío

más en Sehun que arriesgó la suya para salvarme. Es mi hermano. 6

Wu Yànzǔ miró con dolor a su hijo. Asentó su espalda en el respaldo y elevó su

mentón mirando por encima a su hijo. Jamás Yifan le perdonaría haberse negado a

pagar el primer rescate que los secuestradores le habían exigido por la vida de

su hijo. Yifan lo supo, tiempo después. Yànzǔ jamás sabría cómo es que Yifan lo

supo. Y es porque Yànzǔ ignoraba, al final de todo ese tiempo, en la persona que

se había convertido su hijo. +

- Jamás dejarás de culparme ¿verdad?+


Yifan miró a su padre. Una sola vez habían hablado del asunto. Tiempo después de

que sus abuelos murieran y él definitivamente terminara por apartarse de sus

progenitores, ante la eminente unión de Yifan con los Park, por medio de

Chanyeol. Lo recordaba. Una discusión tan fuerte, que Yifan por un instante

creyó que se enfrentaba a un tipo cualquiera, olvidando que el que tenía en

frente era su padre. Porque un padre, que ama a su hijo, no le hace esa cosa a

un hijo, si realmente lo ama.+

- Entiendo que lo que hiciste fue lógico – habló Yifan, fríamente – Entiendo que

supusiste que iban a matarme igual, pagaras lo que pagaras, porque ellos en

realidad ya me habían sentenciado, porque no iban por tu dinero. Pero un padre

no razona con lógica. Un padre simplemente es un padre.4

Yànzǔ aspiró profundo. Yifan fue conciente de las manos hecha puños de su padre,

en cada lado del reposabrazos de su diván pequeño. Yifan apenas si parpadeó, aún

cuando la mirada penetrante del señor Wu lo abrumaba. Ya no le sacaría nada en

cara. +

- ¿Algo más? – preguntó Yifan, componiéndose erguido en el sillón, en amague de


ponerse en pie.+

Después de unos segundos más de lo normal, Yànzǔ dijo.+

- Me enteré que terminaste con la joven Jung.+

- Así es.+

- Tu madre la apreciaba mucho. Sabes que son amigas.+

- Pueden seguir siéndolo.+

- Y lo son. Pero igual tu madre está devastada. Sería bueno que fueras a verla.+ j

- Iré. En algún momento.+

Yifan se puso de pie, mirando la hora de su reloj de muñeca y dijo luego.+

- Daré una vuelta y tomaré un café por ahí, antes de la reunión. Nos vemos

luego.+

Y se marchó. 1

Una cosa Yifan tenía en claro. A pesar de todo, él estaba hecho a la medida de
Wu Yànzǔ, porque sin querer el hombre, con toda esa afilada formación que le

había preparado, lo había hecho ser quien era. Nunca Yànzǔ sabría que la crudeza

con que lo había tratado y la formación asfixiante a la que había lanzado a su

hijo, había sido algo así como un mal necesario.2

Yifan ingresó en el despacho que tenía en el centro. Aprovechando de ese tiempo

breve, esperó tener novedades por parte de Hangeng y Yoochun, los dos jefes de

seguridad de sus hombres. Durante una semana, ellos estuvieron detrás de las

pistas de ese círculo íntimo del que ahora venía a darse cuenta Yifan, que

Jongdae ya era como parte. Se sorprendió Yifan de encontrarse con Yunho, su

abogado personal, que parecía querer escuchar eso.+

- ¿Qué haces aquí? – preguntó a Yunho, que le sonreía con entusiasmo.+

- Él nos dio parte de la información, cuando nos dimos cuenta que conocía a

alguien – explicó Hangeng.+

- El juez Kwon – se adelantó Yunho.+

Apenas estuvieron sentados alrededor de una mesa del bufete de abogados de

Yunho, Yoochun sacó varios sobres, dejando al descubierto carpetas y cobres. +

- Hombre – comenzó Hangeng – ¿En serio es casual que Jongdae haya caído en manos

de esos chicos? Comenzando por ese – dijo señalando una pequeña foto – Byun

Baekhyun...+
- El novio de Chanyeol – aclaró sin rodeos Yifan, mirando la primera hoja que

contenía su foto.+

- ¡¿Qué?! – exclamaron para su sorpresa, al mismo tiempo, Hangeng y Yoochun, que

se miraron espantados.+

Yifan frunció el ceño, ladeó su cabeza a un lado y comenzó a hojear con cuidado

ese informe, mientras escuchaba que los demás le relataran todo. Bastaron menos

de 5 minutos, para que el escalofrío comenzara a subírsele por la columna. +

- Joder – murmuró Yifan, un rato después de ver bien los informes de la

investigación de sus guardias – No puede ser... verdad...+

- Veamos si entiendo bien – habló frotándose las manos Yunho, satisfecho de

sacar conclusiones – Es decir que Jongdae se encuentra cumpliendo condena en un

hospital, llevado por el juez Kwon Sangwoo. Un juez que lo pone bajo la custodia

de un doctor y tres enfermeros. Zhang Yixing, Byun Baekhyun, Xiao Luhan y Do

Kyungsoo. Zhang Yixing, de origen chino, es hijo adoptivo del juez Kwon ¿Si?+

- Así es – dijo Yoochun.+

- Xiao Luhan, de origen chino, estuvo dos años bajo la tutela del juez Kwon

Sangwoo, hasta la mayoría de edad – siguió el abogado – Oigan que es un santo el

hombre. Ya querría tenerlo de padre...1


- Sigue – pidió Yifan.+

- Ese juez resulta ser el mismo juez que fuera fiscal de distrito y llevara

adelante la investigación del asesinato de los padres de Byun Baekhyun. Pero el

chico, no sabe nada de eso, por lo que sabemos. +

- Así parece – asintió Hangeng.+

- Ahora. Y esta es la parte intensa – dijo el tipo sonriendo – resulta que Byun

Baekhyun es hijo de un tal Byun Yohan. Hijo del asqueroso multimillonario Byun

Heebong y enemigo hasta la muerte de los Park y por ende de...+

Y todos se miraron entre sí, en una silenciosa conclusión para nada chistosa.

Yunho, incrédulo, arrugó su frente y serio, preguntó a Yifan.+

- ¿En serio ya son novios?+

- Mierda – espetó Yifan, refregándose la frente con rabia, en respuesta.+


Chanyeol ya lo había decidido. Había estado como loco detrás de ese chico. Un

día lo encontró cantando en un bar, que tenía como dueño a alguien que trabajaba

para los Park. Chanyeol, ni que fuera poseído, noche tras noche iba a ese lugar

con la esperanza de encontrarlo y verlo cantar. Solo que Chanyeol jamás se le

acercaría, porque ese chico era demasiado luminoso, le había dicho a Yifan, para

meterlo en ese mundo de mierda. Pero en el momento en que se lo encontraron en

el apartamento de Jongdae, Yifan supo que Chanyeol ya había decidido. Ese chico,

su sol, su bonito, como Chanyeol lo llamaba, sería suyo. Baekhyun estaba

marcado, pero no como si de una cosa se tratara. Estaba marcado por el amor de

Chanyeol. Yifan bien lo sabía. Sabía incluso, que ya habían estado juntos.

Ahora, con esa información que tenía ¿Qué hacer?+

- Byun Yohan, el padre de Baekhyun – habló Hangeng – ¿No era el mejor amigo de

tu tío y del señor Park? Oye, qué casualidad...+

- Si. Casualidad – dijo incrédulo Yifan.+

Yifan sacudió su cabeza en negación, apoyó sus codos en la mesa y se quedó

mirando la foto del enfermero Byun. Había resultado ser el único chico en que no

se debería haber fijado siquiera Chanyeol.+

- Habrá que decirle a Chanyeol – supuso Yoochun.+

- Ni una palabra – ordenó Yifan en ese momento – Esto queda aquí. +


- Pero...+

- ¿Qué hay de Xiao? – preguntó de repente Yifan.+

- Verás – dijo Hangeng – Es complicado. Es como si ese juez se hubiera encargado

bien de hacer borrar la historia de esos dos hijos, antes que lleguen a él. +

- Eso es imposible – irrumpió Yifan, frunciendo el ceño más todavía – Quiero que

sigan con eso. +

- ¿Por qué tanto interés Yifan? Se le notan ser buenos hombres. Un doctor y un

enfermero ¿sabes?+

- Hasta Jung Kyungsoo, parece ser un chico tranquilo – dijo de repente Yoochun.4 +

Yifan se quedó pasmado por ese detalle, nada menor y confundido dijo.+

- Te mandé a investigar a Do Kyungsoo.+

- No existe Do Kyungsoo – explicó Hangeng – Cuando ingresamos en la base de

datos del Hospital, la foto de personal de ese chico, es la de Jung Kyungsoo.

Cuando ahondamos en eso, nos dimos con que los seis primeros años de vida, fue

criado por Do Sangwoo, quien le diera su apellido. +


- ¿Y por qué Jung?+

- Hasta ahí llegamos – siguió Yoochun – Es como si esos datos estuvieran en el

juzgado de menores bajo llave. Dame tiempo y te juro que lo saco.+

Yifan miró la hora de su reloj de muñeca, se puso de pie y tomando todas esas

carpetas, ordenó.+

- Quiero que sigan investigando todo lo que fue de Xiao y Zhang, antes de llegar

a manos de ese juez. Y quiero que siga hasta el final ese tema de Do y Jung.2

- Como digas – asintió Hangeng.+

- De acuerdo – dijo Yoochun, pero agregó – ¿Podemos al menos saber por qué tanto

interés?+

Yifan los miró serio y fríamente calculó.+

- Hay un juez rondando en medio de nosotros. Y gente con un pasado demasiado

reguardado – sacudió apenas su cabeza en negación y dio un chasquido con sus


labios, diciendo al final más para sí mismo – Hay piezas de este juego que no

encajan...5

Después de una aburrida reunión de accionistas, Yifan se dirigió a su piso. Allí

volvió a repasar uno por uno esos expedientes de las nuevas personas que andaban

rondando en su círculo. La cosa con Jongdae los había atraído a su entorno. Miró

a cada uno y les halló la razón a sus guardias. No había nada raro en ellos.

Gente normal, común y corriente, dedicada a su profesión de manera diligente. Y

sin embargo, eso mismo, ante los ojos de Yifan, los volvía particularmente

interesantes. +

Yifan miró por el ventanal de su sala y pensó en ese momento que quizá sería

buena idea hacer caso a la invitación que una vez le había hecho el doctor

Zhang. +

- ¿Doctor Zhang? – dice apenas lo atiende.+

- ¿Si? Él habla. +

- Soy Wu Yifan ¿Me recuerda?+

- ¡Mi muchacho! – exclama alegre el hombre del otro lado, que le asegurará la

entrada sin problemas.4

Se mira en el espejo de camisa blanca, jeans y zapatillas, creyendo que quizá


pasará desapercibido en medio de la gente, hasta llegar a Jongdae. +

De camino, se recuerda los horarios libres de Jongdae, que el buen enfermero

Luhan le había dejado en una nota diminuta pegada en la puerta de la nevera del

apartamento de su amigo y calcula que quizá podría encontrarlo. Quiere

sorprenderlo, por eso no le ha avisado.+

Desciende el coche y ve un gentío terrible, que va y viene. Mira ese monumental

edificio que ni sabría decir cuántas plantas tiene y ni hablar de la extensión.

Se sorprende imaginar a Jongdae en medio de ese ambiente tan ajetreado y se

decide avanzar. Solamente supone que debe dirigirse a recepción y preguntar por

Jongdae.2

No sabe por qué se siente nervioso. Él siempre calmo ante situaciones novedosas,

se encuentra lleno de una ansiedad que no sabría explicar ni siquiera en

palabras. Su corazón palpita con ahínco y sus pies se sienten tirados a caminar

ansiosos como yendo al encuentro de algo importante. 7

Se para en la recepción y ve innumerables personas agolpadas en la ventanilla,

siendo atendidas. Yifan escucha que ya lo han nombrado y entonces sabe que debe

retirarse. Su afán de vestirse como un joven común y corriente no ha funcionado

mucho que digamos, así que se da la media vuelta, avanzando en busca de algún

guardia que quizá lo ayude a buscar a Jongdae. +

Pero Jongdae lo ha encontrado a él. Y Yifan lo ve avanzar con los pelos


despeinados, una sonrisa inmensa, pero agitado de correr. Jamás lo había visto

así, tan... vivo.1

- ¡Yifan! ¿Qué haces aquí hermano? 5

- Acabo de alquilar un departamento espectacular en la zona y me causó

curiosidad ver tu trabajo – le cuenta paseando su vista por todo el movido

lugar. +

Jongdae sin embargo parece ansioso por algo. Yifan lo mira impresionado y está

por decirle que Zhang Yixing le ha pedido que vaya, cuando Jongdae lo toma del

brazo y lo dirige a un pasillo menos poblado.+

- Yifan me alegra verte, un montón, te lo juro, pero...+

- ¿Estás muy ocupado? Porque los chicos me dijeron que estás en tu hora libre –

le dice mirando la agenda de su móvil – Cuando dejaron pegada una nota en...+

- Si y es verdad. Normalmente es mi hora libre, pero hoy tengo que cubrir a

Luhan. +

- Bueno – dice como ofendido – Vengo otro día.+

La cara de desconsolado que tiene Jongdae, por creer que él podría haberse

ofendido, le hace querer reír.+


Pero se oye un grito. +

Los gritos intensos que vienen por ese pasaje largo, llaman la atención de Yifan

y Jongdae. Y Yifan mira a Jongdae, que se ha puesto pálido y tenso, solamente

alcanza a escuchar de su amigo.+

- Zitao.21

Un impacto se le imprime en el pecho a Yifan, que se queda duro en su sitio,

mientras ve a Jongdae correr angustiado. Yifan no reacciona. Yifan simplemente

mira como ese pasaje parece inmenso y de una distancia inalcanzable. Y los

gritos se hacen más dolorosos. +

Y Yifan mira sin mover un músculo siquiera, pero sintiendo cada palpitar de su

corazón completamente desbocado, pulsando cada vena de su cuerpo, como si

quisieran explotar. Y tiene que inhalar profundo, intentando reponerse. Porque

es como si esos gritos persistieran en un clamor desesperado.1

Yifan piensa. "Zitao". Muchos podrían llamarse Zitao. Muchos en China, pero

¿cuántos Zitao podría haber en Corea? Zitao.1

Y la cosa parece seria, porque salen personas por una puerta, sacando a los

pacientes que se encontraban en ese lugar en donde se había metido Jongdae. +


- Zitao – llama apenas Yifan, como llamando a alguien que la razón le indica que

ya no está más, porque él ha muerto, porque los muertos no viven, porque no está

más en este mundo y no es su Zitao, no su niño, no él.4

Apenas si podría digerir la voz de su amigo en su cerebro que pregunta a

alguien.+

- ¡¿Qué pasó?! +

- No aguantó estar de pie en las barras paralelas y cayó – le responden a

Jongdae.+

- Zitao – lo llama Jongdae – ¡Zitao! +

Y Yifan apoya su mano en la pared, tanteando ese pequeño tramo que le falta por

recorrer. Se le desgarra por dentro, el sonido de un grito ahogado, que

solamente se insulta a sí mismo. Y Yifan ve a Jongdae arrastrado en el piso, con

alguien más, estirando su mano, pero impotentes sin poder hacer nada. Y Solo

basta que Yifan corra la puerta, abriéndola del todo, para ver al final, quién

es "Zitao".+

- ¡No sirvo! Nada me sale bien ¡Soy un inútil! ¡No sirvo para nada! ¡Soy un

inválido inservible de mierda! ¡¡Quiero morir!! ¡¡Era mejor si me hubiera

muerto!! 3
Y todo el mundo se detiene para Yifan. 3

¿Cómo en medio de tanta muerte, puede encontrarse la vida?7

Porque Yifan, acaba de encontrar a su Niño. Su Zitao.

"Me quedaré, Mi Niño"

Permanece sentado, absorto en esas personas del exterior que ve a través de la

ventana. Son puntos minúsculos, desde donde él se encuentra, pero Zitao bien

sabe que la están pasando bien, porque él la estaría pasando bien. 11

Si tan solo lo hubieran dejado salir...+


Pero él es malo, porque es por eso que no le permiten hacer las cosas que

normalmente estaba haciendo y estar con las personas que normalmente estaría.

Pero es su culpa. Al final es su culpa, porque no ha querido hacer las cosas que

debería haber hecho y le ha gritado ayer al doctor Jackson, que siempre es tan

bueno con él. +

Hace semanas sintió dolor en sus piernas y Kyungsoo le dijo que era una buena

señal. Parece que sus piernas si viven, pero al final de nada sirve que estén

sintiendo algo, porque no puede hacer nada con ellas. Al principio, parecía que

sí, que querían moverse y que sus dedos hacían fuerza por moverse. Pero al final

no, porque no le obedecen. No puede.+

Zitao pestañea muchas veces, mirándose las manos en su regazo, otra cosa más que

se le ha sumado. Sus brazos y sus manos parecen haber perdido fuerza. Lo que

antes era motivo de aplausos, hoy es todo más difícil ¿Por qué todo parece de

repente comenzar a salirle mal?1

Y Zitao se siente peor todavía, porque una espina se le clava en el pecho,

cuando piensa en que a Minseok le sale todo bien. Y se siente más culpable por

no poder ponerse contento por Minseok, de que todo le esté saliendo bien, como

Minseok que festeja todo lo que a él le sale. Se siente una mala persona. Muy

mala persona.+

Quiere mover sus dedos, pero no le hacen caso y mientras, empieza a ver todo
borroso, al segundo que una gota le cae entre los dedos, chispeando el agua,

hasta perderse en el género de su pantalón deportivo. Mira su pulsera de

estrellas y piensa que si su mamá y su hermanita estuvieran, ellas lo

entenderían. A no ser que su mamá sepa de lo malo que es, como le dijeron que

era antes, y entonces ella haya decidido alejarse de él. Pero no puede ser así,

porque su mamá lo ama. Ella se lo dijo. Siempre se lo dice. Pero entonces ¿Por

qué no ha venido?+

Y Zitao llora. Solo, en su silla de ruedas, él llora.+

Un pañuelo es depositado repentinamente en su mano. +

Zitao eleva sus ojos aguados. Un caballero bien vestido, se encuentra parado en

frente de él. El señor simplemente lo mira. Extrañamente los ojos del hombre le

resultan muy amables, porque el señor pareciera tener una expresión de tristeza.

Pero es un desconocido, así que Zitao no le habla. No podría. Se siente inhibido

por cómo habla, lento, pausado, apenas arrastrando cada palabra, recordándose a

sí mismo que ni en los momentos de rabia a veces coordina palabras. Aunque nadie

se lo diga por cariño, él sigue hablando malísimo. Decir algo, ante ese señor,

le da mucha vergüenza y se mantiene en silencio, esperando a que el señor se

vaya.+

Pero el caballero arruga su frente, pero no enojado, sino en evidente confusión,

por no entender la quietud de Zitao. Y entonces, es él, quien señalándole el

pañuelo que quedó allí, le dice a Zitao.+


- Para las lágrimas. +

El sonido de la nariz tapada de Zitao llena el ambiente, cuando quiere tomar

algo de aire. Los mocos se han hecho bulto en sus fosas nasales y entonces el

hombre sonríe, con una expresión de ver algo que resulta encantador ante sus

ojos. Y es que sí. Al caballero realmente le ha resultado adorable ver al niño

sin moverse, sin saber qué hacer, tan pequeño y desprotegido. El hombre aspira

aire, mucho aire y avanza un paso, al segundo que Zitao abre bien sus ojos, ante

el abrupto gesto del señor de ponerse de rodillas ante él.+

Boquiabierta Zitao se queda enfrascado en ese perfume tan a limpio del señor,

que de pronto toma el pañuelo, repasando en las manos de Zitao, para secar lo

húmedo y eleva su rostro, extrañamente agradable, para secar sus lágrimas.

- No sé qué te tiene triste – le dice el hombre – ¿Puedo ayudar?+

Zitao no debería hablarle a un extraño. Pero el señor es amable y lindo con él.

Así que al menos por educación, aunque ya sabe que es malo porque todo le sale

mal, sacude su cabeza de un lado al otro, negando como respuesta.+

- Entiendes lo que digo entonces – dice el señor, de sonrisa de finos labios –

Eso es muy bueno. +

El señor pone debajo de las fosas nasales de Zitao el pañuelo, graciosamente


pidiéndole permiso con la vista, si podría acercarle eso para sonarle la nariz y

espera quieto. Y Zitao asiente, porque de verdad respirar por la boca no resulta

nada agradable y ya se va asfixiando. Y el señor lindo sonríe más amplio, ante

la visión fascinante del niño, mientras el estruendoso sonido, larga todo al

pañuelo.+

El hombre mira su lienzo hecho trapo y se ríe. Zitao se siente un tanto molesto,

porque cree que se le está burlando. +

- Perdona – dice el señor – Solo me has traído un bello recuerdo.+

Zitao entiende, algo, de todo lo que habrá querido decirle el señor y suspira,

pensando en decirle al menos "gracias". Abre la boca y gesticula.+

- Gr... gra...gra... – quiere decir, pero no le sale. +

Zitao está más enojado todavía, porque ni siquiera una palabra tan corta le sale

y gruñe resoplando a un lado, sintiéndose completamente abochornado. +

La mano del hombre se asienta en las suyas, en su regazo y le da una palmadita

amena, como para calmarlo, extrañamente lográndolo. El señor ha entendido bien y

le dice.+

- De nada. +
- ¿Señor Jang? – pregunta el enfermero Do, que se ha asomado por la puerta.17

Kyungsoo mira al señor, con el ceño fruncido y mira a Zitao más segundos de lo

normal. Sus ojos vagan entre el detalle de ver al señor de cuclillas, con el

pañuelo en mano y un Zitao con ojos llorosos y nariz enrojecida. Pero al

instante vuelve a hablarle.+

- Señor Jang Hyuk ¿Verdad?+

- Si – dice el caballero, reacomodando su impecable traje, poniéndose de pie –

Soy yo. +

- Kim Minseok ya ha regresado de su revisión. Lo espera.+

- Muchas gracias – dice el hombre cortés. Mira a Zitao un segundo y le dice a él

– Ojalá que todo mejore para ti y no estés más triste.+

Es tan amable el señor, sonriéndole como le sonríe, que Zitao simplemente

asiente, al menos en gratitud, pero con sus labios pegados en una línea tensa,

por lo impotente que se siente de no poder cuadrar una palabra siquiera. Mira al

caballero lindo de traje que se retira y se queda de nuevo solo, en esa

habitación en la que ya ni compañía tiene. +

Y Zitao ahora piensa, que ni para coordinar palabras sirve. Ese señor debió

creer que era un tonto o algo así, porque lo miró con pena. Zitao ve el pañuelo
que quedó en su cama y quiere tomarlo de nuevo, porque siente que ya de nuevo se

le hace un nudo en la garganta, pero no puede. Malditamente no puede mover sus

manos y entonces, de nuevo ese gruñido de rabia le sale del estómago. Está a

punto de decirse alguna maldita cosa, pero ni eso le sale. Su mandíbula está

dura y cierra sus párpados con fuerza, quedándose así, anclado, sin poder

manifestar más que su impotencia.+

Hasta que alguien mueve su silla de ruedas.+

Un sobresalto le indica que transita y mira hacia arriba. Amber le sonríe. +

- ¡Sorpresa! – exclama alegre y divertida como es ella – ¿Sabes qué Zitao? –

pregunta con un tono sugestivo y bien cerca del oído de Zitao, hablándole bajito

– Me importa una mierda, con perdón de la expresión, lo que haya dicho el doctor

Wang. Te llevaré al gimnasio. Y el doctor Yixing, me dijo que sí, pero es

secreto ¿Ok?+

Y Zitao sonríe, después de muchos días, el rostro se le ilumina y sonríe.+

Y más que rápido, Amber se lo lleva del lugar, para no ser detectada por el

psiquiatra. Igual ella sabe que de llegar a verla, simplemente dirá que no sabía

de las nuevas directivas. Pero por lo pronto, no quiere ser vista, para que

Zitao pueda hacer sus ejercicios. Igual ella tiene claro que le traerá
problemas, pero, no le importa.+

Y Zitao parece de nuevo recobrar la cara luminosa, metiéndose entre todos los

que se encuentran en sus ejercicios diarios. Le gusta de nuevo ser absorbido

entre colchonetas y pelotas de colores. Así inician esos ejercicios suaves,

proponiéndose trabajar duro para poder hacerlo todo bien, porque no quiere meter

en problemas a la doctora Amber que es tan linda con él. Y Amber le sonríe,

porque a Zitao cada ejercicio que va creciendo en complejidad, Zitao lo está

haciendo perfecto.+

Amber se propone hacer que Zitao se mantenga en pie, como último ejercicio. Para

ello debe precalentar arduo con él, desde las extremidades superiores, hasta las

inferiores. Ella sabe bien, que Zitao no es que ha perdido la fuerza de sus

brazos y piernas. Zitao está decaído y la resta de actividades diarias, ha hecho

empeorar su estado anímico. +

Toma tiempo calentar el cuerpo. La doctora le indica todo y él diligente acata

cada orden. Hasta que finalmente, Amber se decide por sus extremidades

inferiores, ayudándole a mover sus tobillos primero, para aumentar la

circulación, calentando los músculos. Varios minutos, hasta que Zitao emite un

gemido de esfuerzo evidente que hace a Amber volver su vista, mirando a su

paciente con el rostro lleno de sudor.+

- Zitao – le habla ella tranquila – No te exijas. Lo estás haciendo bien.

Llegaremos solo a pararnos hoy ¿De acuerdo?+


Zitao asiente conforme con eso. Siente que sus músculos tiran terriblemente,

pero no quiere quejarse o decir eso que siente, porque sabe bien que Amber

frenará todo. Y él se quiere parar. Por eso también le exige a su rostro no

manifestar demasiado lo que realmente le pasa a su cuerpo, concentrándose en que

quiere llegar a las barras paralelas. Al menos sentirse parado un momento. Al

menos eso.+

Amber sostiene una pierna, posando suavemente su mano en la pantorrilla de Zitao

y la masajea. Luego hace lo mismo con la otra pierna. Y Zitao se siente más

cerca de hacer lo que quiere. +

Zitao ya ha sido puesto en su silla de ruedas, en frente de las barras paralelas

y su corazón palpita del entusiasmo de saber que podrá ponerse en pie pronto. Se

muerde los labios, más del dolor de sus extremidades agotadas de tanto esfuerzo,

que de la alegría, pero no dice nada, porque se quiere parar. +

- Coloca ahora, cada mano, en cada barra – indica la doctora lentamente, atenta

a cada movimiento de Zitao, que eleva sus manos y toma cada barral – Con fuerza

Zitao. Yo estaré a tu lado, para sostenerte. Te vas a parar cuando yo te diga, a

la cuenta de... ¡Zitao! – exclama de pronto Amber.+

Porque la ansiedad, ha hecho que la cuenta no exista en su mente y su corazón

desbordado de tanto querer, lo ha llevado a querer ponerse en pie. +


Y Zitao se ve en lo alto, sonríe un segundo, un segundo en que todo se le

desvanece cuando sus pies trastabillan, viéndose a sí mismo desplomarse hacia el

suelo, perdiendo fuerzas sus piernas. Sus esperanzas terminan por el piso. Y su

grito se oye por todo el salón, espantándose hasta él, de sí mismo.+

Y escucha que Amber lo llama. Y oye corridas hacia él. Él que al final no puede

nada, observando a todos que lo observan, que no le ha salido, se siente

abochornado del todo. Y grita de rabia, porque no quiere la lástima de nadie,

porque no quiere que se le acerque nadie, porque no quiere...1

Y todo se nubla en su mente que se retuerce de dolor. La cabeza le explota y su

cuerpo se entumece. Torpemente se remueva a la rastra, porque no quiere que

nadie lo toque, porque no quiere a nadie. +

Sus manos temblorosas se retuercen, escuchando como crujiendo sus huesos. Y en

su cabeza las voces se oyen fuertes. Se le ríen, a la vez que le gritan cosas.

Él no vale nada. Él no sirve para nada. Vale menos que nada y entonces por eso

merece esto que le ha pasado. Porque es malo y no sirve. No sirve y es un

inútil. Las voces tienen razón. Es un inservible. Y Zitao siente que quiere

morir y que lo mejor habría sido que hubiera muerto. Las voces tienen razón.
Mucha razón. Él no vale nada. Él es menos que nada. Nada.1

Un eco se hace lugar, en medio de esos gritos horribles que le dice que no vale

nada. +

"Zitao por favor. Por favor, toma mi mano Zitao". +

"Zitao ¡Por favor! Vamos. Ven conmigo Zitao" +

Todos lo creen malo. Todos le tienen lástima. Todo es un embrollo terrible y él

no quiere nada.+

- ¡Déjame solo! ¡No necesito tu lástima! ¡Vete a la mierda! +

"Zitao, por favor, hazle caso a Jongdae ¡Te quiere ayudar!" +

Jongdae, han dicho. +

Y Zitao cierra con rabia sus párpados, al segundo que abre los ojos mirando al

frente. Ahí está Jongdae, estirándole la mano. Jongdae siempre va y viene,

piensa Zitao. Jongdae siempre está corriendo ¿Por qué él no puede correr como

Jongdae? ¿Por qué no puede ser fuerte como Jongdae? ¡¿Por qué?! +

Jongdae pelea, dice alguien en su mente, siempre le gustan los problemas.

Jongdae es valiente y lucha, dice la voz, Jongdae siempre puede con todo, pero
hace enojar.5

- Zitao – dice Jongdae y su voz suena a angustia, que Zitao solo ve como lástima

– Zitao, si no sueltas eso, tendré que...+

- ¡Qué! ¡¿Quieres pelear?! ¡Pelea! – grita a Jongdae, viéndose sosteniendo un

palo de la nada, diciendo y gritando cosas sin entender de pronto cómo dice eso

que ni entiende de sí mismo – ¿¡Sabes qué hacía antes de estar así?! ¡Peleaba!

¡Era el mejor peleando! ¡Todos me tenían miedo! Hasta que tuve ese maldito

accidente – dice en lo que su voz se quiebra en llanto y en un gemido ahogado –

Y me convertí en este inútil de mierda que ni siquiera puede ir al baño solo

¡Quiero morir!4

- Zitao. Por favor no hables así... – dice Jongdae, inseguro y desesperado,

plantándose apenas – Yo... yo entiendo...+

Zitao sabe que no es así y se siente peor, porque Jongdae le quiere ver la cara

de tonto. Por eso con rabia grita como nunca antes. +

- ¡TU NO ENTIENDES NADA! +

Aunque Zitao no sepa, la visión es estruendosamente dolorosa. No habrá fuerza

que lo sostenga y está dañándose a sí mismo, golpeándose con lo que encuentra y

amenazando con dañar. Zitao ve al doctor Wang aparecer agitado de algún lado. El

doctor no habla, pero Zitao lo ve hacer una señal a un enfermero inmenso que él
jamás vio antes. Y del otro extremo aparece otro enfermero, al que también hace

una señal. Y él está preparado para pelear. +

Pero todo su centro se detiene en otro sujeto, que de frente se acerca. 4

Uno que no lleva uniforme, ni bata de hospital. Y lo mira. Solo lo mira, allí

como está. Ese sujeto es tan alto, que Zitao siente que se le burlara con su

altura, quieto y parado, desde allá arriba. Por eso, iracundo, él le grita.1

- ¿¡Y tú qué?! ¡Qué me miras imbécil!9

Él va a arremeter contra ese sujeto. Él no lo dejará llegar. Él no lo dejará...+ u

Apenas si llega a oír a alguien decir por lo bajo.+

- Yifan por favor. Ve atrás.+

"Yifan". +
Ese hombre. +

Y en su mente divaga Luhan, mostrándole la foto, cuando exclama alegre "¡¿No es

hermoso?! ¡Kris Wu!". +

"¡¿Será que es el primer chico que te gusta?!", escucha la voz de Luhan, en

medio del nombre que le ha dicho, "...Yifan...". +

Ese hombre. 3

Ese hombre, dobla sus piernas. Y Zitao solo lo mira que lo mira y cómo lo mira.

Y sabe que ha apoyado sus brazos en sus piernas. De cuclillas ese hombre lo

sigue mirando. Zitao simplemente ve sus ojos oscuros, son esos mismos ojos que

él había visto antes, profundos, que le dicen tanto...+

- Yifan – susurra alguien – Es... es peligroso...+

Y allí el cerebro de Zitao se recuerda de nuevo dónde está. +

Peligroso. Él es peligroso. Él es malo. Y se mira con eso que sostiene entre sus

manos. Zitao frunce el ceño y mira a ese hombre que le sigue cada movimiento. Se

avergüenza de sí mismo, sintiendo que su estómago se arquea en un ardor

indescriptible, queriendo perderse de su vista. De repente, le importa que ese

hombre lo esté viendo en ese estado, como peligroso, malo, muy malo.+
Pero el hombre lo sorprende entonces, elevando sus cejas, sorprendido de que

alguien le haya dicho eso, llamándolo "peligroso". Y por primera vez Zitao ve

los labios de alguien en movimiento, sonriendo apenas, elevando levemente la

comisura de su labio, lanzando en un resoplido grave y profundo...+

- ¿Peligroso? Él ¡¿peligroso?!+

Y Zitao se da cuenta, de que ese hombre no lo cree peligroso. Quizá eso quiere

decir, que tampoco lo crea malo...3

Y ese hombre lo mira. Penetra cada uno de los sentidos de Zitao, la mirada de

ese hombre, como sintiendo que una cobija le fuera puesta en los hombros para

calentarlo en medio de tanto frío. El calor lo inunda por completo y sus manos

se relajan frente a esa mirada. Y es que Zitao se siente tan cansado... 2

Y sus pensamientos se quedan orbitando entre los ojos y los labios de ese

hombre, que ahora vuelve a hablarle a él, a Zitao.+

- ¿Qué quieres que haga? Dime lo que quieres que haga por ti y lo haré.15

Y a Zitao quizá, se le detiene el corazón un segundo. Para al siguiente, sentir

que le explota de emoción.1

Zitao, está hipnotizado ante el rostro de ese hombre que en ningún momento le

quitó la mirada, ni retrocedió lejos, huyendo de él. Zitao no pensó en decir


nada, pero su cerebro funcionó solo, arrastrando a su lengua las palabras que él

ni siquiera habría pensado que podría haberle dicho.+

- Estás loco.+

- Bueno – dijo el hombre, ladeando su cabeza a un lado, señalando perezosamente

con su índice – yo no soy el que anda amenazando con un palo a la gente.3

- ¿En serio vas a hacer lo que yo quiera? – pregunta lleno de esperanzas en su

corazón, sintiendo que alguien entiende cada palabra arrastrada.+

- Claro – responde.+

- ¿Me lo juras? – insiste, reticente en creerle.+

- Te lo juro.+

Zitao es como un niño que tiene un regalo nuevo. Con los ojos que le brillan,

simplemente cree que debe aprovechar la oportunidad que tiene con ese hombre que

le ofrece hacer lo que él quiera. Él lo ha dicho y Zitao se lo cree. Aletea su

pecho entusiasmado, por saber ya qué le va a pedir.+

- Quiero que... – empieza Zitao a hablar.+

Pero Yifan eleva su dedo índice, callando el momento. Arquea una ceja, bajando
su mentón, en lo que una sonrisa a un lado, se deja ver en ese rostro. Es

hermoso, piensa Zitao. Es el hombre más hermoso que él haya visto en esta vida.

Bueno, la vida que recuerda es corta, pero sabe que nunca verá otro rostro más

hermoso que ese y menos cuando su cuerpo conforme, hace que se le suba el calor

a su cara. +

- Piensa bien en lo que me vas a pedir – advierte el hombre.+

Y Zitao tiene en claro lo que quiere. No cambiará de parecer. Y dice.+

- Quiero que me lleves a uno de los desfiles donde apareces.3

El hombre parece sorprendido. Se encorva apenas, hacia dónde él se encuentra y

pregunta.+

- ¿Eso nada más? +

- ¿Quieres... que te pida... más?+

- Ya – dice el hombre, elevando la palma de su mano, severo a la vez que amable


– Te dije que me pidas una sola cosa. Me la hiciste fácil. +

- ¿Fácil? – pregunta Zitao, sin poder evitar sonreírle.+

- Si – asegura el hombre divertido – Pensé que me la ibas a complicar con algún

disparate imposible de realizar. +

El hombre se pone de pie, pasando sus manos diligentemente por el frente de su

camisa blanca e impecable, como si tuviera algo fuera de lugar. Nada podría

tener ese hombre fuera de lugar, piensa Zitao, si hasta sus jeans desgastados,

son impecables. Ponerse de pie, hizo que dejara verlo mejor. Zitao mira tan

hacia arriba, que se da cuenta que ese hombre es muy alto. Le gusta sentirse

cubierto con su inmensidad, pero al segundo se da cuenta también que no le gusta

verlo tan a la distancia. Su cuerpo juraría que tira hacia él, queriendo de

repente que lo mire de nuevo, como hace rato lo miraba, solamente a él y a nadie

más.+

"Mírame, mírame, mírame...", se encuentra repitiendo innumerables veces Zitao,

como suplicando que esos ojos regresen a él para sentirse tranquilo, aún sin

entender, por qué esos ojos lo ponen tranquilo.+

Y el hombre lo mira.+

Y le habla.+
- Bueno. Ya me pediste lo que querías – asiente desde allá, a lo alto – Esta

semana tengo desfile, así que te voy a llevar.+

Y Zitao se encuentra completamente obnubilado por ese hombre, que le presta

atención a él, que sigue tirado en el suelo. Sonríe por fuera y por dentro,

sintiendo su corazón palpitando con tanta fuerza, que podría saltar festejando

un premio ganado.+

- Oye Yifan – dice Jongdae – deja de tomar decisiones por tu cuenta. Hay un

protocolo que respetar.+

- Jongdae... – se queja Zitao, sintiéndose completamente libre de decir lo que

siente y expresarlo bien, recordando las mismas palabras que siempre usa Jongdae

– ¿Por qué... la tenías... que cagar?3

- Cierto Jongdae – dice para su sorpresa ese hombre, molesto con Jongdae – ¿Por

qué la tenías que cagar? – y volviéndose a verlo a él, de nuevo, le asegura – Tú

ni te preocupes, que aunque tenga que secuestrarte te llevo.2

El hombre quita ese palo que Zitao tenía en las manos y lo larga lejos, como si

nada.+

Y Zitao en un segundo se siente volar, como si una ráfaga de calor lo envolviera

por completo. Descolocado Zitao se mira sin entender dónde está. Sí. Está

flotando. Está en lo alto. Está en los brazos de Yifan.+


A Yifan no parece que le pesara cargar con Zitao. Y Zitao es la primera vez en

su corta vida, que se siente como si estuviera en su lugar. Más cuando se

encuentra con la mirada de ese hombre que lo trata de manera tan natural, como

si lo conociera de siempre, de toda la vida. Si esa mañana Zitao no pudo soltar

una sola palabra con ese extraño, ni mover un solo dedo, se siente distinto con

Yifan. Ese hombre calienta cada músculo de su cuerpo, haciendo que todo se

vuelva tan fácil en un segundo, como si nada malo hubiera hecho, como si nada

malo hubiera pasado, porque ese hombre ha venido como para llevárselo con él,

aferrándolo con sus fuertes brazos, lejos de ese suelo donde había sucumbido en

su debilidad. Zitao con él habla, con él se expresa y con él se encuentra siendo

"no malo".3

Sin embargo, el calor es tan abrumador, que Zitao impresionado, no puede no

murmurar en un clamor en medio del impacto tan agradable.+

- ¡¿Qué haces?! +

Y el hombre le habla con los ojos, antes que con sus palabras. Zitao ve sus

pupilas brillosas que titilan, como en una neblina de agobio de algo que le ha
pasado y que fue feo, como si estuviera triste por algo. Su boca se mueve,

lentamente susurra algo, tan cerca de su rostro, que Zitao logra percibir, como

nunca antes con nadie, el roce de ese aliento a menta y otra cosa que él no

podría describir sino como picante y que le gusta tanto, que la quiere

memorizar.+

- Estoy muy cansado Zitao – le dice Yifan entonces, suave y lento – Todo esto ha

hecho que me estrese demasiado y...– se detiene un segundo, como pensando qué

decir. El hombre arruga su frente una milésima de segundo, para terminar la

frase –... y tengo que estar bien fresco. Ya sabes, cosas de mi profesión.+

Y Zitao vuelve a sentirse que no vale nada, porque le ha traído problemas. Su

cabeza comienza a convulsionar en esas feas voces que le dicen todo lo feo que

es. Avergonzado, Zitao baja la vista y dice.+

- Lo siento... mucho.+

- Ya está – le consuela el hombre y Yifan juraría que se lo dice más a él mismo,

porque cierra sus párpados y sonríe, para mirarlo de nuevo y dejarle más en

claro – Ya pasó. Pero no vuelvas a hacer eso más. Te haces daño y me ha dolido.+ n

- ¡¿Te...dolió?! – exclama sin poder evitar su sorpresa, ante esa afirmación.+

Zitao no entiende. No comprende cómo es que pudo haberle dolido a ese hombre, lo
que él hizo consigo mismo. Definitivamente, Zitao está considerando que el

hermoso hombre está loco. Pero él lo querría así, loco y todo, si lo quisiera

seguir teniendo un ratito más entre sus brazos.5

- Si. Mucho – responde Yifan – Ver cómo te pegabas, me ha dolido mucho.+

Y Zitao se pierde en esa mirada, como si quisiera nadar en el mar de esa noche

que despliegan miles de estrellas pequeñas, diminutas. Zitao querría contarlas

todas y no se cansaría nunca, aún cuando todavía le cuesta contar hasta 20. Por

eso Zitao, no puede dejar de mirar a los ojos a ese hombre. +

- Yifan – escucha decir a Jongdae – Gracias. Dame a Zitao que yo lo cargo.+

- No – dice Yifan y Zitao puede sentir la presión delicada de los músculos y los

dedos del hombre sobre su carne, como asegurándose de que no se lo quiten,

llenando de alegría el corazón de Zitao – No me cuesta nada llevarlo.6

- Ya Yifan – insiste Jongdae, entre risas – Dame a Zitao.4

Y Zitao, extrañamente feliz, por el gesto del hombre, se aferra de repente con

sus débiles brazos, al cuello de Yifan, no queriendo ser soltado.3

- Yo quiero... que me... lleve él – le dice a Jongdae.+

- Ya déjalos – pide la buena de Amber a Jongdae – No hay nada de malo. +


La silla de ruedas queda olvidada en algún lugar.+

La situación espantosa, también atrás. Aún cuando Zitao sabe que por un momento,

porque no es tonto. Su conducta tendrá al psiquiatra, que mira en silencio todo

desde la puerta, en su dormitorio horas después. Y Zitao, cuando atraviesa la

entrada, pierde su rostro en el cuello del hombre, sintiéndose protegido al

menos en ese momento, de la vista analítica del doctor Jackson, que

extrañamente, no interviene.3

Cuando se pierden en el elevador, que va al piso del dormitorio de Zitao, Zitao

mira el rostro del hombre, que lo observa como si él fuera un niño. Cosquillas

recorren las yemas de los dedos de Zitao, que se siente nada y todo, en los

brazos de Yifan, que lo sostiene calurosamente. Y se atreve a ver, si el de la

revista existe realmente. Ese que Luhan le dijo que era el amigo de Jongdae, que

le dicen Kris Wu y que se llama Yifan. Y Zitao le sonríe y se permite elevar sus

dedos, delineando el mentón del hombre, que se deja descubrir como si nada de

malo hubiera en ese gesto de Zitao. Zitao querría enterrar sus dedos en esos

cabellos abundantes, pero sería muy atrevido de su parte y se siente ya

demasiado atrevido por palpar las líneas duras de ese rostro hermoso.

Definitivamente Luhan tenía razón. A él le gusta Yifan. 1

Cuando llegan al dormitorio, Yifan ingresa y lo sienta sobre la alta cama del

hospital. Zitao siente frío, siendo despojado del cuerpo de Yifan y sus hombros

se encogen en lo que su vista baja a su regazo. +


Jongdae se retira y Amber permanece en el lugar. +

- Vamos a descansar Zitao – le indica Amber.+

Yifan mira a Amber entonces, se escucha que pide.+

- Un minuto. Por favor.+

La doctora asiente. Después de todo, el hombre no le ha hecho más que bien a

Zitao y si eso le cuesta tan solo su pedido de un minuto con su paciente, ella

no objetará. Pero se queda en la puerta.+

Y Zitao sigue mirando ahora sus dedos que se remueven solos.+

Zitao se empieza a sentir como si le quitaran algo. Es porque sabe que ese

hombre se va a ir y que quizá nunca lo vuelva a ver, a pesar de esa promesa

anterior que le hizo. +

- Zitao – llama el hombre.1

Zitao eleva su vista, para encontrarse con esos ojos, porque lo ha llamado. Él

está atento a las palabras de Yifan, lo que quiera decirle, él parece entenderlo

bien. Si. Por eso su espalda, normalmente encorvada, se pone bien derecha, como

a la espera.+
Pero el hombre no le dice nada. Y Zitao eleva sus cejas, a la expectativa de que

le diga finalmente lo que iba a decir. Hasta que solamente vuelve a repetir.+

- Zitao...+

- Estoy...+

"Estoy atento", quiso decirle Zitao, para mostrarle al hombre que él entiende,

que no es tonto y que es bueno para comprender cualquier de sus palabras. +

Pero su lengua quedó a medias, con los labios entreabiertos, no porque su

cerebro no pudiera digerir una simple oración, sino porque su mejilla siente el

roce de los dedos de ese hombre que delinean delicadamente su contorno. +

- Estás... – asiente el hombre, como si quisiera convencerlo o convencerse de

que Zitao "está", porque repite además – Estás. Aquí. 5

- Estoy aquí... Yifan – dice él, sin saber por qué le tiene que convencer de que

él está.4

- ¿Sabes mi nombre entonces? – pregunta Yifan y recién Zitao cae en la cuenta,

que nunca lo había dicho.+

Zitao sabe que se ha sonrojado más, por el terrible calor de sus mejillas. Pero
eso no impide que le cuente a Yifan.+

- Luhan...me dijo. La... revista...+

Y Yifan sonríe apenas, resoplando de nuevo, haciendo estragos en los sentidos de

Zitao que quisiera volver a percibir ese extraño aroma rico del aliento del

hombre.+

Yifan no ha dejado de repasar sus dedos en la mejilla de Zitao, como si no le

pareciera extraña su conducta. Tan natural y libre es de hacer con Zitao, que

Zitao podría sentirse extraño frente a ese conocido reciente, pero le gusta y no

dirá nada, para al menos tener un segundo más de las atenciones del hombre. Y el

rostro de Zitao, inconcientemente busca resguardo en esa inmensa mano,

inclinando levemente su cabeza, depositando allí su mejilla. El calor le gusta

tanto, que no le importa nada más que sentirlo. Zitao cierra sus ojos, mientras

sus emociones a la deriva, se permiten disfrutar de esa sensación tan nueva en

todo sentido. La de saberse completamente aceptado, así, con todo lo que es él,

como si no tuviera nada malo. 1

Y de sus labios surgen palabras, que ni él mismo se espera, pero eran las que

ansiaba, en un susurro que cree se pierde, como esperando que nadie lo escuche.+ i

- Quédate conmigo un ratito... solo, quédate conmigo...4


Y Zitao se siente completamente envuelto de nuevo en un calor que nunca antes ha

sentido. El hombre lo ha atrapado entre sus brazo. El hombre lo ha envuelto

perdiéndolo en su cuerpo. Es como si ese hombre, lo sostuviera, por completo. No

ha sido brusco, ni torpe y no parece para nada incorrecto, porque a él le gusta

sentir ese perfume en el pecho de Yifan, donde yace su cabeza descansando. +

- Me quedaré, Mi Niño – escucha a Yifan decirle, mientras Zitao sonríe como

perdido en la caricia que el hombre le da a sus cabellos – Ahora, duerme. 12

Y Zitao por primera vez, desde que ha despertado a la vida, siente que puede

dormir tranquilo.

"No me olvides"
"- Sabes Yifan, yo jamás te olvidaría. Ni en esta vida, ni en la próxima. +

- ¿Pase lo que pase? ¿Me lo juras? +

- Tú eres inolvidable Yifan. Jamás te podría olvidar..." 15

Lo había olvidado.+

Por completo.+

Él no existía en su vida.+

Allí, desde el suelo, violentamente le había gritado. Como si de cualquiera se

tratara, él lo habría atacado.+

Todo su mundo se vio derrumbado, creyéndose "nada".+

Hasta que sus ojos se encontraron. Allí estaban, frente a frente, de nuevo, en

esta vida. +

"Mi Niño", se dijo. Así, enojado, rabioso, furioso, furibundo y con ganas de

arremeterle a él, estaba "Zitao", tan él, como cuando lo había conocido. +
Y su corazón se abrió por completo, para llenarse instantáneamente de una

esperanza que no dejaría que nadie se la quitara. No de nuevo. No lo permitiría.

Más ahora, que lo tenía así, envuelto entre sus brazos.+

- Zitao – murmuró en su corona.+

Sus labios se curvaron en una sonrisa, dándole un beso en su cabeza. Olió sus

cabellos, aspirando fuertemente su aroma a bebé y otras cosas suaves. Su piel

sabía a algodón y caramelo, resaltando lo inocente y lo ingenuo. Él era puro.

Yifan se había dado cuenta. Zitao era puro en su corazón y en su mente. +

Un calor inmensurable brotó del respirar de Zitao, irradiando un fervor nuevo en

el pecho de Yifan. El niño yacía apoyando su mejilla en el hombre que lo

sostenía. Yifan bajó sus ojos, apenas, para encontrarse con los párpados caídos

de Zitao. Estaba dormido. Sus largas pestañas se arremolinaban en sus pómulos

encendidos de un suave rubor. Yifan sabía que el niño estaba agotado de tanto. Y

de nuevo, ese sentir, que no parecía ser otra cosa más que el recuerdo lejano en

la añoranza de algo que sabría que jamás volvería a tener, despertó. +

Yifan lo amaba. En tiempo presente. Lo seguía amando. Así, tal cual era, él lo

seguía amando.1

Sonrió más en su descubrimiento, apretando a su tesoro entre sus brazos,

apoyando su mejilla en la cabeza de su amado, cerrando sus ojos, extasiado del


momento. Dios. Era tanto lo que tenía entre sus brazos, que se juró en ese

instante que jamás volvería a soltarlo. Nunca permitiría que nada, ni nadie,

volviera a quitárselo. Era y siempre sería...+

- Mi Niño.+

- ¿Kris? – dijo de repente alguien – Kris Wu ¿Verdad?+

El cuerpo de Yifan se tensó, al segundo que volvió los ojos a la voz,

encontrándose con la doctora que los había acompañado. La joven, completamente

desconcertada y con el ceño levemente arrugado, miró el panorama de arriba

abajo, mientras dijo.+

- Está dormido. Debo acostarlo.+

Yifan lo sujetó con firmeza. No quería volver a dejar que le quiten lo que era

suyo. Su lógica le decía que era demasiado primitivo e irracional su

comportamiento, pero no quería soltarlo. Sin embargo, la chica de bata blanca se

acercó, rascándose la nuca, peinando sus cortos cabellos negros. Ella no

entendía nada. Pero tampoco parecía querer juzgar.+

- Oye...– habló ella, con nerviosismo evidente, pero sonriendo como si viera

algo chistoso – No sé cómo darte las gracias hombre. Pero...– dijo avanzando,

asintiendo y mirando a Zitao –... tienes en tus brazos a mi paciente y debo

recostarlo ¿Me ayudas?


Y Yifan apenas, con recelo, fue aflojando el agarre alrededor de Zitao. Un poco,

para que no se le fuera de las manos. Amber volvió a hablarle a Yifan.+

- Levántalo como antes, así puedo abrir la cama y lo pones.+

Yifan parpadeó varias veces asimilando la realidad. De nuevo, esa maldita

realidad que lo avasallaba. Él, no tenía nada que ver con Zitao. Él, ante la

mirada de esos extraños, no era nadie para Zitao. Y tampoco es que daría

explicaciones a los desconocidos, porque no confiaba en nadie.+

Asintió, serio y tenso, remordiéndose el labio inferior, carcomiéndose las ganas

repentinas de llevárselo con él para nunca soltarlo. Pero aceptó la realidad, de

momento.+

Apenas dejó a Zitao acostado, sus manos viajaron a una frazada que había por

allí suelta. La sábana y ese cobertor que le había puesto Amber no serían

suficientes, así que puso más sobre el cuerpo de Zitao. Acarició la cabeza de su

niño. Y fue feliz absolutamente cuando Zitao removió su cabeza, haciéndose a un

lado en su almohada, como buscando su toque mientras aspiraba hondo, a la vez

que emitía una sonrisa en su sueño. +

- ¡Mi muchacho! – escuchó de repente desde la puerta.2

Yifan frunció el ceño, mirando hacia Yixing que, agitado, yacía apoyado en el
marco. Evidentemente había llegado corriendo.+

- Doctor Zhang – dijo Yifan.+

- Yifan – respondió Yixing, que preocupado alcanzó a mirar a Zitao, acercándose

en un segundo hasta su paciente dormido y acariciando sus cabellos.+

No gustó a Yifan ese gesto, viéndose sacado a un lado. Miró al doctor y a Zitao,

que permaneció ya inmóvil. Y Yifan cerró fuertemente sus párpados,

recomponiéndose y recordándose a sí mismo dónde estaba.+

- Yixing – llamó Amber – ¿Me das un minuto?+

Un minuto. Eso bastó para que en el dormitorio se encontrara Yifan, con Zitao

dormido. Yifan lo aprovechó contento, poniendo una silla del lado derecho, de

esa cama alta, lo más cerca que pudo. Se sentó, mientras de reojo vio a los

doctores charlando fuera, pero cerca de la puerta, mientras sus miradas iban y

venían desde Zitao a Yifan y entre ellos, que de seguro hablaban de Zitao. Yifan

pensó en ese momento leer los labios de ellos, pero desistió, porque sus ganas

de ver a su niño pudieron más y solo quería estar con él.+

Y allí estaba. Mirando a su niño dormido profundamente, con el rostro del lado

donde Yifan posó su mentón en el colchón. Yifan se quedó obnubilado percibiendo

el respirar profundo de Zitao. No pudo evitar elevar su mano derecha, para

acariciar el rostro del niño. Sus nudillos vagaron por el contorno. Se alegró
descubrir que en los años Zitao no había cambiado nada, estaba igual. Salvo por

la contextura de su cuerpo, que evidenciaban que Zitao de seguro no se habría

encontrado practicando en esas rutinas de kung fu. Y Yifan concluyó que había

estado postrado. No hacía falta analizar la cosa demasiado. Y de pronto la rabia

comenzó a minarlo.+

Y Yifan quiere saber. Él sabe que tarde o temprano él va a saber.+

- ¿Quién te hizo esto amor? – susurra Yifan, mientras sus dedos se entierran en

los cabellos de su amado, enardecido en una sobreprotección ante lo que

considera suyo – No te preocupes. Yo lo averiguaré pronto y me ocuparé. Lo

prometo.1

Se sabe loco. Siempre lo estuvo por Zitao. Y no habrá razones que le hagan

pensar en lo mal que está y en lo desquiciado que se lo pueda ver. Muerto estuvo

sin él y ahora está vivo. Si antes no fue fuerte, ahora él lo es, lo suficiente

como para hacer todo lo que esté a su alcance para permanecer a su lado.4

- Duerme amor – le sigue diciendo – Yo veré qué hacer por los dos.3

Porque sabe que si Zitao, no tiene en su memoria ese amor que sintieron alguna

vez, él debe rebuscárselas para hacerlo nacer de nuevo. Esa es su prioridad y su

preocupación más primaria. Será de nuevo hacer todo desde cero y se siente

tenso, a la vez que esperanzado de saber que solo él ha podido calmar la fiera

de Zitao. Hay oportunidad. Porque eso quiere quiere decir que tal vez, en ese
corazón de su Niño, palpite el recuerdo perdido de ese amor que se tuvieron. +

- Es el destino – dice al oído de Zitao, sonriendo – Te lo dije. 3

Suspira Yifan a la par del suspirar de Zitao y apoya su frente a la de su niño.

Sus labios rozan los suyos apenas, dándole el pánico a Yifan de que cuando él

despierte lo olvide de nuevo ¿Y si eso pasa? Y por eso le implora.+

- No me olvides no me olvides por favor... no me olvides... no de nuevo...1

- ¿Yifan? – llama alguien duramente.+

Yifan se yergue tenso en su silla, viendo a Yixing molesto, con las manos en los

bolsillos de su guardapolvo blanco y la frente arrugada. Yifan lleva sus manos a

su regazo, aunque no querría haberlas quitado nunca del rostro de Zitao. Pero si

analiza la cosa, de seguro no se ve nada bien que un extraño cualquiera tenga

una actitud así, con un paciente al que recién conoce. +

Yifan traga duro, emite un ronquido, al segundo que se pone de pie y raspa con

sus manos la ropa, como si hiciera de cuenta que nada pasa.+

- Solo...– dice Yifan –...solo quería saber si respiraba bien... eso es todo...2 a
- Claro – rezonga Yixing, mientras regresa su vista a Zitao y le dice – Amber me

contó lo sucedido. Supe que alguien había calmado a Zitao, solo que no imaginé

que eras tú el que había sido ¿Estás bien?+

- Muy bien – responde, asintiendo varias veces con su cabeza – Me alegra haber

podido ayudar.+

- Hablemos fuera – pide Yixing, dándole la espalda.+

Yifan siente frío el cuerpo, a medida que va alejándose de Zitao y se pone de

nuevo nervioso. Tiene miedo de que si mañana regresa, Zitao desaparezca de

nuevo. No puede evitar por eso, volverse a ver a Zitao en esa cama de hospital.

Llega al pasillo y su vista va y viene de Zitao al doctor Zhang que le dice

algo. +

- ¿Entiendes lo que quiero decir? – escucha la última línea de alguna oración

como eco.+

Yifan se queda tenso. El doctor Zhang algo le dijo y él no estuvo prestando

atención. Boquiabierta unos segundos, Yifan quiere rehuir al bochorno en el que

se ha puesto, pero debe confesarle.+

- Disculpa... no escuché... +
Yixing emite un suspiro de agobio, entre que sus ojos miran al suelo. Pareciera

estar pensando bien en eso que dirá. Sus labios se aprietan tanto, que sus

hoyuelos, esos que salen cuando ríe, ahora también aparecen. Sus hombros se

encogen y mira a un lado. Toma coraje, para mirar a Yifan y dice un tanto osco.+

- Agradezco el que nos hayas ayudado Wu Yifan. Pero no hacía falta engañar así a

mi muchacho.+

Yifan rabia por dentro, pensando de pronto qué ha hecho él para que ese hombre

considere que él habría sido capaz en algún momento de engañar a Zitao. Arruga

su frente y ruje sin pena ante el doctor que considera bueno, aunque no en este

maldito momento.+

- No sé qué le hizo pensar eso de mí. +

- Seré claro – le dice ansioso y acongojado – Amber me dijo que le prometiste

llevarlo a un desfile. Le dijiste que harías eso por él. Ahora habrá que lidiar

con ello cuando despierte y hay que aclararle que...+

- Yo no mentí – asegura Yifan, sin rastro de emotividad en su rostro, pero en

sus ojos se ve la rabia que le carcome por dentro.+

Yifan analiza a Yixing. Le sorprende que el doctor, lejos de sentirse asustado,

inclina su cabeza a un lado, sin quitarle la mirada al amigo de Jongdae,


cruzándose de brazos en el pecho, mientras se para más derecho. +

- ¿Tengo tu palabra? – pregunta Yixing.+

- Pregunte a Jongdae – asiente Yifan – Yo cumplo con mis promesas. +

- Entonces...– dice Yixing – Después hablaré con Jongdae.+

Molesta a Yifan ese aire de proteccionismo que circunda alrededor de Zitao, pero

entiende que está quizá bien protegido, por gente que quiere lo mejor para él.

Por otra parte, no objetará, ni se meterá en discusiones, porque él no es nadie.

Lo único que quiere es asegurarse la entrada al hospital.+

- Bueno... entonces, gracias – habla de repente Yixing, ablandando sus gestos,

menos a la defensiva, dejando sus brazos y manos sueltas al costado de su cuerpo

– Gracias por venir. Lamento que te hayas encontrado con este panorama. Solo

espero que no hayas cambiado de parecer con respecto a...+

- Estoy más seguro ahora – dice Yifan, tranquilizando al doctor, con la idea de

paso de ganarse la confianza que necesita que le tengan – Resulta reconfortante

saber que el dinero que deje tendrá un destino útil y ayudará a mucha gente. +

Una sonrisa amplia asoma por el rostro del doctor, que no se limita en festejar
aplaudiendo lleno de entusiasmo. Esa cara acaba de cambiar completamente.

Entonces Yifan le da otra novedad.+

- Hablé con mi representante. Cree que es buena idea que apadrine la fundación.

Se pondrá en contacto con usted y con el director del hospital para ultimar

detalles. Cree que Oh Sehun puede ser de ayuda para la causa.+

- ¡¿De verdad?! – exclama Yixing, ya suelto del todo, como si recién no hubiera

pasado nada – ¡Gracias mi muchacho! ¡Qué buen corazón tienes! – festeja con puño

en alto, ni que cantara "triunfo" – ¡No te vas a arrepentir! ¡Vale la pena! ¡Te

lo aseguro!+

Camina Yifan por el pasillo, apenas un tramo, buscando a Jongdae, que se

encuentra en el dormitorio contiguo a Zitao. Nada más habló con Yixing. Ha visto

la mirada del doctor, llena de desconfianza hacia él, cuando lo encontró con

Zitao. No quiere levantar muros entre ellos, por eso prefirió ir lento en su

camino, para que lo dejen tranquilo regresar. +

Se para en el pasillo y apoya su espalda a la pared blanca, mirando la puerta

que lleva el número del vecino, como si esperara algo, pero en realidad, está

pensando qué hacer. Tiene demasiadas cosas removiéndose en su cerebro que ya

quiere saberlo todo. +

- ¡¿Yifan?! – escucha que exclama alguien.+


- ¡Baekhyun! – saluda en respuesta, apenas ve al novio de Chanyeol.7

Yifan sonríe abiertamente ante el saludo gentil y alegre de Baekhyun. El chico

llega caminando rápido a donde se encuentra.+

- ¿Buscas a Jongdae? – pregunta el enfermero, que mira a la puerta entreabierta

del dormitorio de Minseok.+

- Me dijeron que estaba aquí – asiente Yifan – Pero esperaré. No quiero

molestarlo si está ocupado.+

- Yo lo cubro ahora. No te preocupes.+

Baekhyun se mueve hacia la puerta y es entonces que Yifan le habla, antes que se

adentre a llamar a Jongdae, queriendo saber de algo que le remueve por dentro.+

- Baekhyun – llama.+

El chico regresa su vista y perplejo espera que Yifan le hable. Yifan se acerca

un paso, al segundo que ve en Baekhyun una mirada diferente.+

- Si vas a decirme algo a favor de tu amigo...– dice apenas Baekhyun –...

ahórrate las palabras.+

Y Yifan termina descolocado. Él quería preguntarle simplemente si todo iba bien


con Chanyeol. +

- Pero...+

- De hecho – le suplica como si quisiera perderse su voz en un gemido – no me

recuerdes que es tu amigo.+

Yifan mira con ese examen analítica, queriendo descubrir qué quiere decirle el

chico. Pero es tan fuerte su mirada, que Baekhyun por lo mismo no la aguanta.

Baja los ojos apenas, en lo que Yifan puede percibir sus hombros caídos y debajo

de ese flequillo abundante de Baekhyun, el brillo de sus pestañas aguadas.+

- Yo...– dice apenas Yifan – ¿Pasó algo con Chanyeol, Baekhyun? ¿Puede hacer...?+

- No – corta Baekhyun – Y no quiero hablar de él.+

Y metiéndose al dormitorio de Minseok, apresurado por desaparecer de la vista de

Yifan, Baekhyun desaparece.+

Yifan entonces hace el intento de recordarse a sí mismo que saliendo de allí,

debe ir donde Chanyeol, para saber qué demonios pasó. De su boca no ha salido

una palabra sobre la identidad de Byun Baekhyun y su ascendencia. Duda que sea
eso. Entonces ¿Qué demonios pasó entre ellos?+

- Yo me encargo de él – alcanza a escuchar Yifan, que Baekhyun dice a Jongdae –

Yifan te busca.+

- ¡Jongdae! – exclama desde la puerta, alargando su cuello, buscándolo con la

mirada – ¡Me voy!+

Espera a Jongdae, del extremo opuesto del dormitorio de Minseok. Yifan se aleja

unos pasos, buscando mirar al exterior por una ventana que da libre paso a la

luz del sol. Allí se queda mirando el lado que da al frente del hospital.+

- Yifan – le habla su amigo.+

Yifan se da la media vuelta y le sonríe abiertamente.+

- Me voy – le repite, pero más relajado y tranquilo – Te pasaba a saludar. Zitao

se durmió.+

Jongdae ladea su cabeza a un lado. Yifan conoce demasiado bien a Jongdae cuando

le saltan los signos interrogatorios por los ojos. Incrédulo, Jongdae sigue

analizando la cara tan suavizada de Yifan, que lo mira como si nada hubiera

pasado.+

- Me ha gustado aquí – resopla Yifan en una mueca divertida, aspirando hondo, ni


que se tratara de respirar aires nuevos, dando una hojeada alrededor – Ahora

entiendo por qué te gusta tanto.+

- ¡¿Estás loco?! – exclama aprensivo Jongdae – Malditamente tú estás loco ¡Eres

un demente!+

La palma de la mano de Yifan, golpea apenas el brazo de su amigo, como si le

estuviera reclamando algo y le pregunta, más como queja que como

cuestionamiento.+

- ¿Por qué dices eso? +

- Yifan...– dice Jongdae, como si de súplica se tratara, para hacerle ver algo –

Lo que hiciste ¡Es de loco!+

Yifan sabe que Jongdae no entiende. Nadie entiende en realidad. Él ha sido

demasiado extraño en su actuar. Cualquier persona cuerda, que por primera vez se

topara con una situación similar, habría salido corriendo. Y a Jongdae, el

sentido común le indica, que por empezar, Yifan ni siquiera debería haberlo

seguido. +

Yifan suspira, regresando su vista fuera. El sol cálido, más por el vidrio que

penetra, le ilumina la cara. Sus ojos traslucen una cosa extrañamente buena, que

a Jongdae no le pasa desapercibida. Yifan aprieta sus labios, como si estuviera

decidiendo algo. Y Jongdae decide decir más, pero se detiene cuando ve a Yifan
volver la vista a su celular, buscando algo, removiéndose su dedo pulgar en la

pantalla. Algo encuentra, porque estira el aparato a Jongdae y pide.+

- Mira.+

- ¿Qué es? – pregunta Jongdae, sin entender nada.+

- Sólo mira – insiste Yifan.+

Jongdae toma el móvil de Yifan, que evidentemente concluye, quiere que vea el

video que está en pausa. Una vez que da en la pantalla, Jongdae ve lo que Yifan

al parecer estuvo ocultando por tanto tiempo. Un video, de resolución borrosa;

señal de que tiene no solo sus años, sino que ha ido perdiendo nitidez porque de

seguro su amigo fue pasando eso de aparato en aparato. +

Jongdae arruga su frente y está a punto de reclamar algo, hasta que ve bien, de

qué se trata. Yifan mira a su mejor amigo, que se ha quedado sin palabras, con

la boca entreabierta y los ojos pasmados.+

Jongdae de un tiro mira a Yifan. Le quiere hablar, pero no puede.+


Yifan regresa su vista hacia fuera. Solo espera, que Jongdae diga finalmente lo

que sabe que dirá, en unos segundos más.+

- Zitao – balbucea Jongdae, sin entender cómo es que está ahí, ese chico, que

pasó por lo que pasó, haciendo una presentación de artes marciales en lo que se

nota un escenario impresionante – Yifan... qué...+

- Es de hace años – dice Yifan, encontrándose ya con el pecho tan inflado de

esperanzas, que no puede evitar sonreír, mientras sigue mirando el cielo por la

ventana.+

- Yifan...+

Dice Jongdae y se da cuenta de esa mirada que Yifan jamás ha tenido. Se le hace

un nudo en su garganta, sin poder descifrar qué decirle o qué hacer. Porque

Jongdae sabe, que solamente una persona fue capaz de hacer algo en esos años en

la vida de su hermano del alma. Porque Jongdae no quiere creer lo que está

pasando. Es imposible que ese chico que ve saltar en el video, realizando esos

movimientos ágiles en el aire, con ese físico fornido y de luchador, pueda ser

el chico que se encuentra como se encuentra.+

- Si lo hubieras visto Jongdae. Era hermoso ahí, haciendo lo suyo. Fue como

volar con él – le cuenta, mientras los suspiros no se hacen esperar. Y a Jongdae

se le estrangula el pecho, recordando a Yifan, cuando le hablaba así de ese


niño. De nuevo, lo mismo – Fue en Henan. Mi promotor me arrastró a ver

"Revelaciones de Kung-Fu: 9 pergaminos". No quería ir. Hasta que lo vi. Cuando

los pétalos de rosas llovieron sobre él... yo nunca pude olvidar esa imagen.+

Y así es que Yifan le confirma. El "maldito niño", piensa, sintiendo un tanto de

culpa de no quererlo, por todo lo que le hizo a Yifan. Porque ese del pasado y

este del presente, nada tienen que ver. No puede ser ¿O sí?+

- Entonces... es...1

- Es él – le dice Yifan, mirándolo a los ojos, sonriendo con una facilidad, que

a Jongdae le sorprende – Es Mi Niño Jongdae...+

- No – murmura su amigo, mirando a la puerta entrecerrada del dormitorio de

Zitao – Yifan...+

- Si – asiente Yifan, asegurándole a Jongdae de que se trata de él.+

- Yifan, no entiendes... – dice entonces duramente Jongdae, que no quiere verlo

tan así, suelto en esperanzas y expectativas de algo que no será – Quizá eso

nunca vuelva a pasar.+

Yifan frunce el ceño, parándose bien derecho. Sus hombros tensos se ponen rectos

y sus cejas se unen en medio. +


- ¿Qué cosa? +

- Los recuerdos – explica Jongdae, no queriendo ser él quien lo diga,

debatiéndose entre su amigo y lo que significa violar éticamente la privacidad

de un paciente – Lo que era... él... él jamás volverá a ser lo que era...+

- No me importa – le dice Yifan tranquilo, porque eso él ya lo analizó antes –

Yo no espero verlo así de nuevo. Yo solo espero seguir viéndolo a él...4

- ¡Yifan! – insiste apenado Jongdae – Él... él no es lo que era...+

Yifan no se detendrá en explicar nada más. Nadie podría entenderlo. Y no es algo

que le importe tampoco. No busca que nadie entienda, que cuando vio a Zitao

allí, gritándole como le gritaba, no vio más que a su niño gritándole porque le

devolviera su mala. Nadie más que él, ha visto a Zitao enojado, al punto de

llorar desconsolado en medio de sus miedos e inseguridades. Yifan, en su

instinto de saberlo suyo, hizo lo que una vez hizo con Zitao; esa pregunta

crucial, solo hecha para su niño, en la angustia de sacarlo de sus tristezas.

Ellos tienen una unión, que va más allá de cualquier razonamiento y quizá eso

sea algo que enorgullece a Yifan. Por eso, solo responderá tranquilo a Jongdae,

para calmarlo.4

- Es él y eso basta ¡¿No lo ves Jongdae?! – exclama, como rogándole que lo

entienda – ¡Es el destino!2


- ¡No hay eso del destino! – le asegura entre dientes Jongdae, impotente de

verlo tan loco – No existe el destino...+

- Pero tampoco es casualidad – dice Yifan, enarcando una ceja, para rematar el

corazón de Jongdae en una frase – Jongdae ¿Piensas que haber encontrado a

Minseok, sea casualidad?+

Jongdae se ha quedado sin respuestas, sin palabras y sin repertorio con qué

darle a Yifan. Boquiabierta, rebusca la manera de hacer entrar en razón a Yifan.

El tipo está loco. Pero en eso, alguien llama a sus espaldas.+

- ¿Jongdae?+

Y Yifan observa cómo la cara se le cambia a Jongdae, pintándole una sonrisa de

idiota, que le sienta espectacular. Jongdae se da la vuelta y allí está.+

- ¡Minseok! – dice Jongdae, acercándose al muchacho en equipo de gimnasia, que

camina en un andador, sosteniéndose fuertemente, con ayuda de Baekhyun. +

Yifan analiza a ese chico delgado y en apariencia vulnerable, al que Jongdae

pareciera querer envolver con sus brazos. Todo el cuerpo de su amigo, cede hacia

ese chico. Ese chico que mira a Yifan serio, de arriba abajo, como si no le

hubiera gustado para nada encontrar a Jongdae con otro, charlando.+


- Ven Minseok – le habla a su lado Jongdae – quiero presentarte a mi hermano del

alma. Wu Yifan.+

Yifan se acerca. Amable saluda a Minseok, emitiendo una reverencia. Lo mira

luego sonriendo y le dice.+

- Hola Minseok. Qué gusto ¡Al fin te conozco! – exclama, abriendo la palma de

sus manos, que se juntan estruendosas al instante – Jongdae no para de hablar de

ti.+

- ¿De verdad? ¿Jongdae... te habla... te...?+

- Si Minseok – le asegura Yifan, al chico, para que le quede claro cuál es su

lugar en la vida de su mejor amigo – Jongdae me ha contado todo. Desde el día

que te conoció, no ha dejado de pensar en ti. Ni hablar de cuando te volvió a

encontrar ¡Está insoportablemente feliz! +

Y Yifan mira a Jongdae, que de repente siente su cara hirviendo, entre la

vergüenza de que le está revelando algo más que privado y la pena de saberse

reflejado. Yifan quizá está hablando de sí mismo ¿Cómo puede no entender a su

mejor amigo?+

Analizó el edificio por un buen tiempo, desde su auto, en el estacionamiento.

Yifan se encontró estudiándolo por todos lados, al instante que tomaba entre sus

manos el móvil, dándole llamada.+


- Yifan – dijo Hangeng.+

- Necesito que tomes nota de...+

- ¡¿Más para investigar?! – exclamó el hombre – Oye, dime que es algo de vida o

muerte porque... 2

- Huang Zitao – fue todo lo que dijo.+

El silencio escalofriante se sentía de ida y vuelta. Ese nombre sabía a muerta

para Hangeng. Yifan sintió el respirar del otro lado lleno de pesadez, pero sin

largar una sola palabra. Después de unos segundos, al fin, su hombre de

confianza le dijo.+

- Qué hay con él, Yifan. +

- Está vivo. Y hay mucho trabajo...+

Cuando la noche cayó, fue el revés de Zitao, porque fue como si amaneciera. Sus

párpados se elevaron pesadamente, hasta que adormilado comenzó a despertar bien.

Alguien iba y venía a su alrededor, canturreando alguna bonita melodía. Pero la

voz suave y alegre se detuvo.+


- Buenas noches – dijo alegre Luhan, acercándose a Zitao.+

Fue el mismo Zitao quien apretó ese botón moviendo esa cama para permanecer

sentado. +

- Luhan – llamó turbado y confundido, mirando la oscuridad por la ventana y a su

alrededor las luces encendidas – Es... es...+

- La noche Zitao – confirmó el enfermero, acomodándose a su lado en la silla.+

Zitao permaneció en silencio. Bajó sus ojos y se encontró removiendo las manos,

tomando como si nada el dobladillo de la ropa de cama. Todo él se sentía

demasiado suelto y relajado, pero entonces los recuerdos comenzaron a ser parte

de su presente. Frunció el ceño y elevó su cabeza al frente, a la pared blanca,

como si la cosa repentinamente hubiera regresado.+

- ¡Yifan! – exclamó pasmado.+

Una sonrisa surgió a su lado. Zitao se volvió a ver a Luhan que lo estaba

observando, sentado de piernas cruzadas, con una revista en sus manos. +

- ¿Quieres hablar de eso? – preguntó Luhan – ¿O... de esto? – señaló también.+

Y Zitao regresó la vista a la mesita de luz. Sus ojos bien abiertos se quedaron

varados y atónitos ante esa visión. Un pequeño florero, con un ramo de rosas
rojas, adornaba el lugar. Pero no era solo eso. Una tarjeta con algo escrito, se

encontraba perfectamente apoyada sobre el adorno, en la mesita. +

- Alguien lo dejó – dijo Luhan, acariciando las rosas aterciopeladas, que

resultaban encantadoras – Vino un mensajero y lo dejó para ti, Zitao.+

- Lulu... ¿quién?+

- Vamos a ver – se adelantó Luhan, tomando el papel – ¿Puedo? – preguntó ante

tal atrevimiento.+

Zitao de pronto ansioso, comenzó a sentir que su pecho estaba a mil por hora,

mientras su vientre sentía cosquillas extrañas que querían hacerlo reírse.

Asintió entonces apurado, por querer saber qué había en esa tarjeta. Y emitiendo

un ronquido, Luhan terminó por leer, delineando la importancia de cada palabra.+ r

- "No me olvides. Wu Yifan" 8

Y la mano de Zitao se estiró de pronto con una facilidad inaudita, tomando entre

sus dedos esa pequeña tarjeta de que decía una frase tan corta, que contenía

todo lo que él necesitaba. +

- ¿Wu... Wu Yifan? – se preguntó, mirando esa letra dorada, grabada en el grueso

papel, que aunque no sabía leer, quería entender – ¿Él envió? ¿Lulu?+
Luhan sintió que se derretía ante la pregunta tierna de Zitao. Sus manos se

juntaron en el pecho, asintiendo muchísimas veces en respuesta.+

- ¿No te dije Zitao? – dijo risueño y con un nudo en la garganta a su amigo –

Ese hombre, es un caballero. Yo sé que es especial.1

- Ese hombre – murmura Zitao, sintiendo de nuevo con la yema de sus dedos, el

grabado diminuto de esas letras grabadas – Yo... yo no lo podría olvidar...1

Él debería estar preocupado, asustado y preguntándose qué decidirán los doctores

sobre él, por lo que pasó en la tarde. Y sin embargo, Zitao está como si una

brisa cálida de verano le hubiera atravesado por dentro, llevándose todo lo

malo. Porque él siente que no tiene nada de malo. Porque así lo ha hecho sentir

Wu Yifan, a quien le promete en silencio que no lo va a olvidar.

"Me gusta verte"


Aclaración: El siguiente capítulo, en su inicio, contiene cierto lenguaje

clínico. Se especifican los términos más complejos, al final del mismo.

----------------------+

Por el pasillo le sobraba la velocidad para ir de lleno a donde quería llegar,

con el guardapolvo blanco aleteando y una carpeta en su mano que agarraba como

con rabia. +

Alguien quiso saludarlo, pero se quedó con mano en alto cuando intentó apenas

abrir la boca. Él ni siquiera miró al sujeto, porque estaba que echaba fuego por

la boca. Y no pasó para nada desapercibido el detalle de su conducta, porque

todos los que conocían bien al doctor Zhang Yixing, paya-médico de alma y de

corazón que no largaba más que risas y buen humor, estaba terriblemente

furibundo. Nunca lo habían visto así antes en la vida. Así que médicos,

enfermeros y demás trabajadores, simplemente fueron abriéndole paso, quedándose

con los ojos desorbitados y el mentón que les llegaba al suelo.+

Se frenó al final del pasillo, última puerta a la izquierda, leyendo "Dr.

Jackson Wang – Especialista en Neuropsiquiatría y Rehabilitación" con letras


doradas en el tablero negro y rugió por lo bajo, exigiéndose de no entrar así

nada más, porque él era bien educado a pesar de todo. Se reacomodó su

guardapolvo y por primera vez, Zhang Yixing, repasó con su mano izquierda, el

lado derecho de su pecho, donde llevaba el prendedor que decía su nombre, su

especialidad y su posición en el Hospital Central, con la intención de que a

este doctor también le quede en claro quién era él. Podría haberse avergonzado,

al menos algo, pero sintió que era necesario hacerlo.+

Apenas tocó tres veces la puerta y escuchó que del otro lado decían: "Adelante",

se metió como rayo. +

- Doctor Zhang – habló el colega, que se encontraba sentado en su sillón de

escritorio, revisando papeles.+

- Wang – asintió entre dientes Yixing, omitiendo el "doctor", adrede, claro –

¿Tiene un momento?+

El hombre se puso de pie y quitándose las gafas que llevaba puestas, cerró unas

carpetas, volviendo sus ojos a las cosas desparramadas, para tomar una agenda en

sus manos y una lapicera, resoplando serio, sin mirarlo siquiera.+

- Tengo una reunión en 5 minutos. Siento dec...+

- Genial. Sólo llevará un minuto.+


Un portazo resonó detrás de Yixing, que había empujado la puerta con su talón,

haciendo que Jackson elevara pronto su vista al colega.+

Acto seguido, Yixing sin un ápice de educación, le tiró sobre la mesa,

ruidosamente, la carpeta que le quemaba en las manos y largó de una vez sin

importarle por primera vez los modos, ni las formas.+

- ¡Esto lo hizo sin mi consentimiento! ¡Es mi paciente! ¡No permitiré que lo

presente!+

Y Jackson ni se preocupó siquiera, porque sabía bien a lo que se estaba

refiriendo. Tarde o temprano lo esperaba. No sabía que el hombre sería tan

efusivo en su reclamo. Pero lo hecho, hecho estaba.+

- Es mi evaluación – respondió, continuando con lo suyo.+

- Evaluación que ni yo me atreví a hacer, por esperar su reporte y así

elaborarla en conjunto – bramó esta vez, sin grito, pero no por eso menos

rabioso.+

- Si quiere refutarla, está en su derecho de hacerlo.+

- ¡Claro que lo haré! – exclamó esta vez Yixing, acercándose al borde la mesa,

que era lo único que los separaba – Pero usted y yo sabemos, que eso llevará a

otra interconsulta y solo hará que alargue el tiempo del tratamiento ¡que ya le
aprobaron sin que yo esté de acuerdo! ¡No quería que se le medicara así!+

Wang iba parándose más derecho a medida que Yixing avanzaba en poner en tela de

juicio su profesionalismo. Y tampoco se dejó amilanar en su ego profesional, por

lo que le dejó algo más en claro al doctor Zhang.+

- El director Jang prestó especial atención a mi informe y estuvo en acuerdo

conmigo, más con lo que pasó en el gimnasio la semana pasada.+

Zhang tembloroso levantó la carpeta en sus manos y empezó ansioso a hojear los

papeles, buscando algo. No hubo que buscar demasiado, porque encontró la primera

línea y empezó a largarle rápido con nerviosismo evidente, que parecía hacer

querer explotar las paredes.+

- "...dificultad lingüística y disminución de la fluidez verbal, con deterioro

de las habilidades lingüísticas...se evidencian dificultades en lenguaje

expresivo. Se cree que a futuro el paciente Huang Zitao manifieste dificultades

en los procesos de interacción social y se plantea de este modo, el principal

problema de comunicación ..." – dijo, al segundo que le clavó los ojos, con el

índice puesto en el papel, reclamándole de una vez – ¡¿Esto fue escrito antes o

después del episodio?! – preguntó, sin dejarle responder – ¡Antes! Porque

resulta ser que después de ese "episodio del gimnasio" – rechinó sarcástico y

desquiciado a juicio del psiquiatra – ¡Zitao comenzó a desarrollar habilidad

para el lenguaje! ¡Está dialogando con mayor fluidez! – exclamó, al segundo que
sus ojos rebuscaron alguna otra cosa, evidentemente, para debatir – Depresivo.

Está bien, yo lo acepto, pero esto es parte de su cuadro de los pacientes con

TCE* y usted lo sabe. Pero ¡¿Medicarlo en altas dosis?! – gritó más abiertamente

– ¡No siquiera le dio tiempo a seguir reaccionando como yo lo había ordenado!

Las dosis iniciales son bajas y se deben aumentar de acuerdo con la respuesta

clínica ¡No en los valores que ha propuesto usted!1

- De haberlo medicado como correspondía, quién sabe si habría logrado más de lo

que ya ha logrado y no se sentiría tan frustrado – cortó Wang, elevando el tono,

a uno más impetuoso – En las recientes entrevistas con él, no se ha mostrado

abierto a compartir lo que realmente le pasa. La apatía es evidente, pero está

profundizada en el caso de Zitao, reticente a manifestar emotividad...1

- ¡Porque sabe que usted lo está juzgando! – reprendió Yixing, en lo que se

peinaba rabiosamente el cabellos mojado en sudor, por la ansiedad del momento –

¿Se ha puesto a pensar en que quizá él no le tenga confianza? 1

- No me subestime doctor Zhang. Sé cómo tratar a mis pacientes. Y Zitao me tiene

la suficiente confianza para compartir lo que le pasa.3

- ¿Le ha preguntado por todo lo que gritó ese día? ¿Por todo lo que dijo allí,

cuando quiso atacarlos?1

- Si. Y no ha querido decir nada sobre ese día.1


- ¡Porque no recuerda nada de lo que pasó en ese momento! – exclamó, dándose la

media vuelta y aspirando hondo, tratando de componerse de la rabia contenida.1

Wang se quedó en silencio. Jamás Yixing podría haberlo visto boquiabierta y

consternado de esa información. Pero igual, no pudo ocultar su impacto y

balbuceó...+

- ¿Cómo... ha dicho?+

Yixing se volvió a ver a su colega con la mano en la cintura, largando de nuevo

la carpeta, buscando algunas hojas más, seguramente párrafos sueltos que

retrucar, mientras le decía. Pero lejos de asimilar bien la noticia, el

psiquiatra aprovechó para concluir con algo que figuraba en el expediente de

Zitao.+

- Entonces no estaba equivocado, como puse en mi informe – dijo consternado,

apoyando la palma de sus manos en la mesa del escritorio – Presenta los síntomas

propios de una psicosis, delirios y alucinaciones, expresión de ideas extrañas y

un comportamiento agresivo e impulsivo... ¿Le cabe alguna duda de que era

urgente la administración de antipsicóticos*?4


Ahora a Yixing se le quedaba dura la mandíbula ¿podría llegar a ser tan

obstinado?+

- ¡¿Qué está diciendo?! – emitió entrando en estado de pavor.1

- ¿No es claro? – expresó el médico.+

- ¡Está recordando! – gritó Yixing, cerrando en puños sus manos asentadas en el

escritorio.1

- Recién dijo que no recordaba nada.1

- ¡No conscientemente! ¡Son recuerdos sueltos! 1

- La memoria retrógrada* puede quedar afectada, de manera que la capacidad de

evocar información y sucesos antes del inicio de la enfermedad ya no es posible

en la mayoría de los casos... – batalló en teorías certeras el hombre – Además,

no sabemos si consumía antes del accidente. Su madre lo insinuó.1

Yixing sacudió ávidamente con su cabeza en negación. Aún en su sentimentalismo

tonto, tal como lo veía este psiquiatra, él creía que no. Pero la realidad decía

que sí, teniendo en cuenta a la propia madre del paciente, que lo había

comentado, apenas. Pero no debatió ese tema. Volvió a hablar de la amnesia de

Zitao.+
- Pero no en todos y usted lo sabe – siguió en lucha el doctor Zhang –...no

niego que puedan existir grandes lagunas de por vida... pero...+

- Doctor Zhang – quiso hablar el psiquiatra – Entiendo su postura, pero quiero

aclararle que...1

- Y en caso de que presentara esos últimos síntomas, indicaría, que está

medicándolo de manera incorrecta – dijo en estado de alerta y amenazante – Igual

no ha tenido en cuenta una cosa. +

- ¿Qué cosa? – preguntó perplejo y desconfiado.+

- Él no necesitó de medicación, ni de su intervención, ni de la mía, para

aplacarse ese día.

Cuatro días. Lo que equivalía a 96 horas. Y a eso se sumaban las 10 actuales,

con 23 minutos, para ser exacto. Si. 106 horas, con 23 minutos, sin ver a Zitao.

Pero todo lo valía. Valía porque cada hora de ese tiempo en que se encontró

despierto, lo único que hizo fue estudiar minuciosamente el historial clínico de

Zitao. +

Suspiró. Podría haberse agotado de tanto, pero al segundo se prometió ser

fuerte. Su mano paseó por su rostro, lleno de angustia, ante el panorama que

estaba leyendo. Él no quería creer eso último que habían agregado recientemente,
después de su encuentro con él. Esas últimas páginas le daban escalofrío,

haciendo que su sangre se congelara, sintiendo aprehensión de esas palabras. +

Miró al frente con la mano cubriendo su boca y se quedó pensativo. Hasta que

escuchó las pisadas fuertes de alguien que se acercaba. Yifan las reconoció

bien, así que cerró la carpeta que no quería que nadie vea y esperó a ver a

Sehun aparecer ante su vista.+

Yifan lo mira llegar a la recepción de la oficina del estudio de Eunhyuk con

cara de pocos amigos. Bueno, el tipo jamás expresó nada en la cara. Pero nunca

es tan descortés como para dejar de pasar por alto y sin saludar, a las cinco

modelos que paseaban por allí, comiéndoselo con los ojos. +

Sehun se desploma en el sillón y se queda ahí, como si nada. Y Yifan, lo mira,

como si nada. Hasta que sale el hermano mayor a preguntar.+

- ¿Todo bien?+

- Bien – dice en un pésimo intento de estarlo – ¿Por qué?+

- Porque ni viste ese grupo de modelos nuevas que te comían con los ojos – dice

riéndose de él Yifan.1

Sehun apenas si mira a un lado. Y Yifan ya está por querer sacarle más, pero
aparece Eunhyuk, golpeando la rodilla de Yifan, apurándolo.+

- ¡Vamos chicos! – llama justo Eunhyuk.+

El jodido humor de Sehun se respira. Y Yifan piensa que fue mejor no decirle que

la idea de hacer un acto de caridad, fue suya, porque lo mataría. +

Se suben a la camioneta negra de la compañía y en automático Sehun se pone unos

lentes negros, acomodándose en el asiento de atrás, donde están los dos, para

dormir.+

- Vamos a hacer una obra de bien – recrimina Yifan a Sehun, mirándolo enojado –

Ni que fuera algo feo...+

Sehun enarca una ceja por sobre los lentes y apenas lo mira, bajando el mentón.+

- ¿De verdad eres el traficante de armas más poderoso de Asia? – dice irónico

Sehun– ¿El que te pega un tiro a sangre fría si te le cruzas en el camino? +

- Que tenga negocios, no quiere decir que no tenga corazón – alega a eso

ofendido.+

- Que no te escuchen los sirios libaneses – se le ríe, reacomodándose mejor para

descansar en el asiento – A ver si les ablandas el corazón y te quieren follar.3 –


Yifan mira por la ventanilla, emitiendo una mueca sorna, porque sabe que después

de esa actitud de mierda de Sehun, le vendrá el arrepentimiento. +

- Desagradecido – murmura por lo bajo, tan bajo que Sehun ni escucha. +

Pero piensa que si, porque al instante su hermano menor le dice cortante.+

- A veces me pregunto por qué somos amigos.+

- Porque soy tu cerebro andante – responde Yifan, dándole un golpecito suave en

el brazo – El tuyo, el de Jongin, el de Jongdae y el de Chanyeol.7

Se ríen de eso. Qué podría retrucarle Sehun, si Yifan tiene razón. +

Mientras Sehun dormita, Yifan asienta su frente a la ventana del vehículo. Sabe

que del otro lado nadie podría verlo. El coche se detiene y él ve la gente

pasar. Y piensa que querría pasar así, caminando con Zitao. O querría quedarse

sentado tomando algo, como la gente de esa cafetería. O que querría encontrarse

hablando, mientras pasea con Zitao, como esos chicos que van tomados de la mano

y se miran como se miran. Yifan se da cuenta, que esas cosas sencillas y

simples, quiere hacerlas con Zitao.1

Y de repente sonríe, con un nudo en la garganta, de la felicidad, porque ahora


puede decir que cabe la posibilidad...+

- Mi corazón está completo hermano – suelta de pronto a Sehun, porque necesitaba

gritarlo – Ya encontré a mi chico.5

Y Yifan no mira a Sehun, porque lo conoce tan bien, que ya se debe imaginar que

dejó al tipo completamente descolocado. Porque todos saben que una sola persona

podría haber hecho eso que hizo en su hermano. +

Pero joder que Sehun no puede con él y termina gritándole al lado.+

- ¡¿Qué mierda?! +

- Qué boca de mierda – le recrimina divertido, apenas ojeándolo, volviendo su

mirada hacia fuera – ¿No puedes hablar sin largar malas palabras? +

- ¡¿Dijiste "tu chico"?! – dice impactado Sehun – Oye hermano ¡¿De verdad no

estás loco?! ¡Acabas de terminar con esa loca!+

- Siempre tan sensible – responde Yifan, resoplando una mueca burlona – Y sí.

Dije "mi chico". Precioso, de carácter fuerte de los mil demonios, pero hermoso.

Si lo vieras – le sigue contando, sin poder evitar ese sentido melodramático de

sus ojos que hacen presentes a Zitao – Es perfecto Sehun. Mi Niño es una

belleza. Inquieto, testarudo la mayor parte del tiempo, por lo que he sabido...

y terriblemente fuerte. Mi Niño...2


Y Sehun apenas si podría decir algo. Él no es de las palabras y para sumarle, es

bastante parco en los gestos. En realidad, todos son así. La vida se ha

encargado de endurecerlos encima, con padres que no hicieron otra cosa más que

hacerles recordar todo el tiempo lo mucho que les debían a ellos, colgando sobre

sus espaldas el peso de sus frustraciones y conflictos personales. Siempre Yifan

supo, que era bastante parecido a Sehun en eso. Aunque él, siendo el mayor,

tenga ese tinte pintoresco de bohemio, que le da un aire sombrío y encantador,

no sabe cómo hacer, cómo mostrar, cómo manifestar, como Sehun.+

- Ojalá... seas...– dice Sehun apenas, emitiendo un ronquido de vergüenza, por

no saber qué mierda largarle a su hermano. +

- Gracias hermanito – pareciera consolarle Yifan – Ya sé que me deseas lo

mejor...+

Se pierden en la charla, hasta que llegan al lugar donde deben filmar una

publicidad para una fundación. Es todo lo que Sehun sabe, pero nada más. Y Yifan

carcome de la risa por dentro, porque el idiota, amargado por tener que hacer

eso, no ha leído la carpeta de los datos de la fundación. +


- Los niños ya vienen – dice Eunhyuk a los dos, yéndose a hablar con el

personal, dejándolos con los maquilladores.+

- ¿De qué era esto? – le pregunta Sehun a Yifan, mientras toma asiento en una

silla, para ser arreglado.+

Pero Yifan se hace el que no escucha y se mete en aprender las líneas que debe

saber para hablar en cámara.+

Sehun es llamado primero. Y Yifan se para detrás de los camarógrafos, para ver

la reacción del idiota, cuando se dé cuenta del asunto.+

Sehun mira a la cámara y ante la indicación del director, comienza con desgano

evidente a recitar.+

- La Fundación de Neuro-Rehabilitación del Hospital Central... +

Y Sehun calla, casi atragantándose con esas palabras. Y Yifan se mata de la

risa. +

Pero la cosa no acaba ahí, porque mejora en el día, cuando Sehun debe volver a

decir lo mismo, pero quedándose a mitad de camino, esta vez tildado de lleno,

con los ojos estampados en la gente que viene bulliciosa entrando. El personal

del Hospital Central.+


Yifan ya sabía y ahora quedaba más claro para él. +

- Hola Yifan – lo saluda amable y alegre Luhan.+

- Qué bueno verlos, Luhan, Baekhyun... – responde Yifan sonriendo, volviendo su

vista a Baekhyun.+

Y allá al frente, filmando, se queda atrapado Sehun, mirando a Luhan, que

sostiene entre sus brazos a una criatura. Yifan nota entonces lo tenso que está

Luhan, cohibido ante la mirada de su amigo, pero nada dice, por prudente.4

Pero es Baekhyun quien se acerca y entonces le dice.+

- Gracias.+

Yifan eleva sus cejas, expectante ante esas palabras. Sin preguntar, recibe

respuesta, pero con aire a tristeza y los ojos apagados.+

- Lo que hiciste con Zitao. De verdad, gracias. Él, estuvo más contento en estos

días, por... tu regalo.+

Y Yifan se da cuenta, de que Baekhyun ha dicho eso penosamente, bajando la vista

de repente, porque cree que realmente él tuvo lástima de Zitao. Le perturba ese

hecho de que todos piensen eso de él. Pero eso hace que Yifan juegue una carta a
su favor.+

- ¿Podría visitarlo? – pregunta, seriamente.+

Baekhyun eleva sus ojos, expectantes esta vez y bien despiertos. Porque no puede

creer lo que ha oído.+

- ¿Disculpa? – inquiere dubitativo.+

- Quiero verlo – dice Yifan, que ya ni pregunta – Le dije que lo llevaría a un

desfile. Se lo prometí. No quiero que piense que le mentí y quiero verlo ¿Me

puedes ayudar?+

Baekhyun querría gritarle que "sí", pero sabe que esas cosas no están en su

poder. Titubeante y ahora de verdad apenado, quiere explicarle el asunto, pero

entonces de la nada alguien responde, detrás de Yifan.+

- Yo te ayudo.+

Se vuelven a ver a quien ha dado el "ok". Ahí está, un tanto ansioso Yixing,
sonriendo con los ojos brilloso y llenos de esperanza. Y es que Yixing piensa

que si ese hombre hizo lo que hizo con Zitao, quizá sea la única persona que

tenga un poder real, que ayude a su muchacho. Solo suspira, en la esperanza, de

no estar equivocado.

Yifan mira los inmensos árboles del parque y su vista deambula entre el espesor

de las hojas verdes. El viento cálido golpea su rostro y él cierra los ojos,

disfrutando eso como si fuera algo novedoso. Es que de pronto se siente tan

vivo, que no le cabe siquiera las ganas de poder disfrutar todo eso de lo que se

estuvo perdiendo por años. +

Suspira y sonríe, hasta que Yixing lo despierta de su ensoñación.+

- Yifan por favor – le habla un tanto nervioso – ¿Escuchaste bien lo que te

dije?+

Yifan mira. Ve al médico bajar los ojos, refregándose los párpados que ha

cerrado, mientras farfulla algo para sí mismo y se da cuenta. Está cambiando de

idea. Por eso Yifan recita todo en un segundo y rápido.+

- Debo hablarle simple. Presentarle ideas claras. Utilizar temas cortos. No

cambiar rápido de tema. Ponerme en frente de él para hablarle despacio, para que

vea mis labios y sin elevar la voz. Debo prestar atención a sus gestos y

expresiones. Debo esperar con paciencia por sus respuestas o palabras. Debo
darle confianza si no pudiera expresarse bien, para animarlo a que lo intente de

nuevo. No debo hablar por encima de él o intentar terminar sus frases. Él puede

y debe saberlo ¿Algo más?6

Yixing se quedó boquiabierta, parpadeando muchas veces. Apretó sus labios

duramente, en lo que respiró con fuerza, como llenándose de valor y dijo.+

- Puede que funcione... +

Y Yifan sonrió. Abiertamente sonrió. Podría haber dicho que estaba nervioso,

ansioso y de lo más descolocado ante la situación, pero no fue así. Un calor le

venía inundando por dentro desde hace ya días, haciéndolo sentirse cálido,

aflorando en él su interior resuelto a dejarse llevar por el momento sin

importarle lo que los demás pensaran y dijeran, porque su destino estaba a unos

metros.+

Para cuando Yifan se vio solo, simplemente caminó a donde le habían dicho que

caminara. Y se detuvo, cuando encontró lo que buscaba. Estaba delante de él,

pero de espaldas.+

Zitao en su silla de ruedas, miraba a su regazo, sosteniendo con evidente

esfuerzo un lápiz con su mano derecha, mientras dibujaba algo en esa pequeña

libreta. Parecía serio, demasiado serio y concentrado, con los cabellos

moviéndose con el viento de lo que quedaba del verano. Si había o no alguien a

su alrededor, ni lo sabía. Él solo se empeñó en ese momento en remarcar el


camino de esa figura pequeña y redonda, intentando hacerla bien. Un suspiro de

hastío le salió, por encontrarse a mitad de esa línea de puntos y perderse.

Ofuscado, retiró el papel a un lado, lentamente, muy lentamente, para quedarse

con la nueva imagen, de otro círculo e intentar.+

¿Cuánto tiempo había estado haciendo eso? Tampoco estaba al tanto. Pero si

estuvo bien en claro, ese hormigueo feo que le indicaba que ya sus dedos dolían

de tanto esfuerzo. Y entonces, apretó sus labios con rabia, de saberse débil.

Sus párpados se cerraron duramente y se instó a sí mismo a continuar, pero

entonces un calambre tenue, pero duro, le dijo cuál era su límite. Y su lápiz

quedó suelto, rodando a un costado de su cuerpo, pero sin caerse al suelo. +

Sus manos se vieron sin nada, sobre ese cuaderno, con esa figura que ni siquiera

había podido comenzar a dibujar en la línea de puntos. Y se sintió solo, mirando

a un lado, ese banco largo de madera y vacío, en donde se suponía Kyungsoo debía

estar acompañándolo, pero se había levantado y se había ido. Así que se creyó

además de todo eso, abandonado. +

Un gemido salió de su estómago, cuando su dedo meñique se dobló hacia dentro más

de lo normal y ya la angustia lo minó cuando no pudo mover siquiera su mano


izquierda, para agarrarse aquella que se estaba acalambrando. Tembloroso quiso

hacer intento de mover con esfuerzo los dedos, pero entonces alguien se le

adelantó.+

Manos grandes, de dedos largos se encontraron enredadas en su mano que dolía.

Yemas suaves que en pequeños movimientos circulares, quería aflojar esa rigidez

que reñía con permanecer. 2

Todo eso vio Zitao, reaccionando al momento de poder comprender que pasaba,

parpadeando muchas veces, quedando sus ojos pegados a esos dedos bien cuidados

que tocaban delicadamente su piel. +

Para cuando elevó sus ojos, lentamente, Zitao lo vio. +

Y le sonreía. A nadie más que a él, ese hombre le sonreía. 1

Sus mejillas ardieron, entre la brisa de verano seguramente, pero sobre todo por

la sonrisa y la mirada de ese hombre que parecía querer derretirlo por completo.

Una corriente pacífica le recorrió de la cabeza a los pies, al darse cuenta de

ese toque del hombre sobre él. +

- Yifan – le salió de la nada.+

Ni que fuera canto y viento. Así nada más le salió decirlo. Su lengua suelta y

su mente ágil dijeron su nombre. Y Yifan emitió un suspiro, en medio de la


curvatura perfecta de sus labios, mientras sus dedos naturalmente persistían en

seguir ya acariciando la mano de Zitao, llenándola de un calor relajante y

electrizante, que se hundía en la palma de su mano, pero encendiéndole el cuerpo

entero.+

- No me olvidaste – le dijo con esa perfecta sintonía de voz grave, como si

fuera un tranquilizante para su corazón, que hasta hace un segundo sufría – Me

siento contento. Porque no me olvidaste, Zitao.5

Lo nombró también. Le dijo su nombre. Y Zitao sonrió, entre el hecho de saberse

conocido y a la vez encontrarse cercado por el cuerpo de ese hombre que

persistía en seguir unido a él. +

- No olvidé – dijo bien claro Zitao.+

- Gracias. Por no olvidarme.+

- Yo... jamás te podría... olvidar.10

La caricia se detuvo un segundo. Zitao podría haber jurado, que en ese instante,

los ojos de Yifan brillaron tanto, tanto, que hubiera visto pequeñas estrellitas

que hacían como chispas en sus pupilas. Eso labios tan curvos, en esa sonrisa

tan abierta, se fueron apagando apenas. Pero solo apenas, porque es como si en

un suspiro, Yifan la hubiera retenido a la fuerza, a la vez que los movimientos

circulares de sus yemas, en la palma de la mano de Zitao, volvió a tomar su


curso.3

- Jongdae – dijo Zitao – Está...adentro.+

Y Yifan elevó sus cejas, poniéndose un tanto serio, deteniendo de nuevo el ritmo

de su ejercicio, hasta que volvió a retomarlo, porque entendió lo que había

querido decirle Zitao.+

- Yo vine a verte a ti, Mi Niño.+

Zitao se quedó mirando a Yifan. Sus palabras minaron su cerebro disparando a lo

profundo de su corazón, que si ya estaba terriblemente atolondrado, parecía

querer disparar más, como yéndose afuera de él mismo, a donde estaba Yifan. +

- Yo... no soy niño...+

La yema del pulgar de Yifan, se hundió sutilmente en el interior de la palma de

Zitao, que emitió un gemido apenas sonoro, pero que alertó a Yifan.+

- ¿Duele? – preguntó Yifan, mirando atento a Zitao.+


- Algo... – respondió, sin poder ocultar la molestia – Gracias.+

Feliz tiempo de Yifan. Zitao no podría ser conciente del tiempo que transcurría.

Pero Yifan sí lo sabía. Pacientemente esperaba esas palabras, porque adoraba

escuchar esa voz inocente del niño que ahora no entendía qué hacía él ahí.

Pacientemente esperaba, a que el niño reaccionara a cada cosa que él hacía. Y se

dio cuenta enseguida que Zitao parecía no poder dejar de mirarlo, mientras él

continuaba ejerciendo presiones en puntos neurálgicos de la mano de su niño,

tratando de detener el calambre que quiso dominarlo.+

- ¿Por qué? – preguntó Zitao.+

Yifan se detuvo un segundo en lo que hacía, miró de nuevo a Zitao, intentando

comprender esa pregunta sin lograrlo. Por eso preguntó él.+

- ¿Por qué? ¿Qué cosa?+

- ¿Por qué viniste...a... a verme?+

Zitao vio los ojos de Yifan abrirse más de lo normal, tomando de pronto su mano,

encerrándola entre sus dos fuertes manos. Yifan abrió su boca apenas, al segundo

que la cerró. Parecía ser que habría querido decir algo y calló, inflándose su

tórax y mordiéndose la boca, mientras Zitao, allí, frente suyo, quería entender.+
- Ya dije. Quería verte – explicó, acentuando cada palabra clara y solemne.+

De repente el silencio que embriagó a Yifan, lo hizo sentirse un tanto inquieto,

al darse cuenta del ardor de su rostro, en medio de esa mirada penetrante de

Zitao. Tragó duro, percibiendo entonces el ceño apenas perplejo del niño que de

seguro estaba pensando eso último que le había dicho. Jamás Zitao podría llegar

a darse cuenta de lo que provocaba esa mirada tan llena de cosas por decir, por

gritar o manifestar. Eran como explosivos detonantes para la mente y el corazón

de Yifan, que simplemente se encontró embargado por esas emociones olvidadas.+

- ¿Por qué querías verme? – insistió Zitao, ladeando su cabeza a un lado. +

Era un niño. En su ingenuidad, Zitao no podría haber entendido esa primera razón

y no sabría Yifan si seguir respondiendo dejaría satisfecho a Zitao, pero se

arriesgó de todos modos.+

- Me gusta verte – dijo, percibiéndose a sí mismo de repente algo así como

avergonzado, sonriendo como un adolescente que se le acaba de declarar a

alguien, bajando sus ojos en una sonrisa tímida y miedosa – Eres lindo, Zitao.3

"Y tú hermoso", pensó Zitao.+

- Gracias – dijo Yifan, en una sonrisa perfecta, mientras elevaba levemente una

de sus cejas.8
Y Zitao, boquiabierta, no pudo evitar quedarse pasmado ante su revelación.

Porque, la verdad, no habría querido largarla nunca. No era algo que debería

haber salido de su cabeza y menos de su lengua. "Maldita lengua", pensó. Esta

vez no salió, al menos eso creyó, porque Yifan nada dijo. +

- Todos dicen – habló Zitao, tratando sobre todo de no verse así, tan expuesto y

abochornado.+

- ¿Qué dicen?+

- Que eres... un hombre... hermoso.+

Zitao encogió sus hombros, como si la respuesta fuera algo obvia. Bajó la vista,

encontrándose con las manos de ese hombre que persistía en sostenerlo y se

detuvo en la figura incompleta que había desistido de hacer, con el lápiz

olvidado en el costado de su muslo. Su autoestima fue en picada, cuando se dio

cuenta que Yifan observaba lo mismo ¿Qué pensaría Yifan de él, viéndolo hacer

ese tipo de ejercicios? Seguramente sentiría pena de verlo así, aprendiendo

cosas de niños. Sintió aprehensión de sí mismo, encontrándose de pronto tirando

su mano, para quitarla del amarre de Yifan, pero Yifan no lo soltó.+


- Me gusta tu pulsera –dijo Yifan, removiendo además sus dedos a esas diminutas

estrellas de colores – Es bonita.+

- Mi hermanita la hizo... para mí.+

- Me gustan las estrellas.+

- A mí también – contó Zitao, de pronto sintiéndose contento y con ganas de

hablar – Cuando... cuando...+

Zitao cerró sus ojos ¿Qué iba a decir? No recordaba. Un segundo más y su rostro

comenzó a endurecerse con ese enojo propio que se tenía a sí mismo, cuando la

lengua se le trababa y su cerebro ni iba a tiempo. Pero el movimiento circular

de esos dedos suaves, le hizo volver en sí, abriendo sus párpados, encontrándose

con Yifan, tranquilo, ahí sentado, simplemente esperando y sonriéndole.+

- ... cuando estaba dormido, yo... vivía allá... +

Yifan vio el dedo índice de la mano libre de Zitao, dirigirse hacia arriba,

señalándole el cielo.+

- ¿Dónde? – preguntó Yifan.+


- ...en las estrellas... nunca dije a nadie... veía... todo era, estrellas... –

expresó con voz apagada, como evocando su sueño, recordándose a si mismo ese

pasado, que era lo único que recordaba.1

Yifan repasó entonces las líneas diminutas de colores de los adornos de la

pulsera, que de pronto de resultaba encantadora, viniendo de la hermana pequeña

de Zitao, que él ya bien sabía que tenía. +

Zitao miró, cómo Yifan sonreía cabizbajo, tocando apenas el brazalete, como si

la estuviera estudiando. Y entonces escuchó el murmullo de su voz, que emitió

letras por lo bajo, como si cantara solo.+

- ¿Qué cantas?+

- Recordé una canción vieja.1

Yifan apenas lo miró, sonrió abiertamente, tomando la mano de Zitao con una suya

y dando vueltas esa pulsera, como si jugara con ella. Inhaló profundo y comenzó

a cantar esa melodía lenta, tranquila, bonita... pero Zitao, no entendía el

inglés y miró a Yifan desconcertado.+

- Dime – pidió Yifan.+

- ¿Qué... qué dice?+


- "Mira las estrellas, mira cómo brillan por ti y todo lo que haces. Si, ellas

eran todas amarillas..."– recitó Yifan.1

- ¿Quién es usted... – irrumpió alguien, que Yifan vio que se acercaba

apresurado –... y por qué toma la mano de mi paciente?13

Jackson Wang. Yifan lo sabía bien. Había estudiado al hombre en el reporte que

le habían dado, como el informe que el hombre había hecho de Zitao. Quizá un

atisbo de hastío le minó por dentro, porque lejos de alejarse, se aferró con un

poco más de fuerza a la mano de Zitao, sin moverse siquiera, para presentarse. Y

el médico se dio cuenta de eso, porque apretó molesto sus labios, elevando su

mentón, al segundo que su mano se posaba sobre el hombro de Zitao.3

- Creo que sabe quién soy, doctor – dijo sin rodeos Yifan.+

Sabía y recordaba que el médico estuvo en ese gimnasio, envuelto en la crisis de

Zitao. +

- Usted no está autorizado para hablar con mi paciente.1

Zitao emitió alguna palabra sin sentido, al segundo que elevó sus ojos llenos de

angustia mirando a Yifan y a su doctor. Confundido, él no entendió por qué se

aferró también a la mano de Yifan, queriendo hablar, decir y explicar, pero la

lengua no lo dejaba seguir.+


- Yo lo autoricé – habló Yixing que llegaba.6

En realidad, nunca se había ido. Yixing simplemente a una distancia más que

prudente, se había mantenido en alerta ante cualquier cosa que se pudiera

presentar. Jamás imaginó que la cosa se complicara con el doctor Wang.+

- Doctor Zhang...– quiso reclamarle el médico.+

Pero Yixing, fue más rápido, dirigiéndose a Yifan, sonriendo como si nada malo

hubiera pasado. +

- Gracias Yifan, por venir a visitar a mi muchacho.+

- Doctor Zhang – interrumpió el doctor Wang – Esto debemos hablarlo...+

- Quería verlo – respondió Yifan, sonriendo amable, poniéndose de pie.+

- ¿Vas a volver? – preguntó de pronto Zitao.1

Y todos lo miraron a él, quedándose en silencio.+

Yifan, que en ningún momento había dejado de sonreír, se puso en cuclillas,

apoyando sus antebrazos en el reposabrazos de la silla de Zitao. Atento a ese

gesto, Zitao bajó su mentón, parpadeando bien despierto, esperando una

respuesta.+
- Te dije. Me gusta verte – respondió – Si quieres regreso mañana Mi Niño.+

- Usted no puede...– se escuchó a alguien decir y callar, pero nadie prestó

atención a esa intervención.1

- Yo quiero – dijo el niño, que esta vez ni se molestó en aclarar que no era un

niño.+

- Entonces – siguió Yifan – Aquí estaré mañana. No lo olvides.+

- No olvido – asintió Zitao, iluminado de la alegría que sentía en ese momento.+ l

Y así fue. No lo olvidó. +

Zitao lo esperó al día siguiente, lo suficientemente despierto y atento,

poniéndose su mejor equipo de gimnasia y comportándose bien todo el tiempo, para

que vean lo bien que estaba. Esperó, mirando a los que deambulaban, con la

esperanza de que en algún momento Yifan apareciera de la nada. +

- ¡Yifan! – se escuchó por el pasillo del hospital, de boca de Zitao.+

Porque Yifan había regresado, tal como se lo había prometido. Y es que Yifan,

solo quería seguir viendo a su Niño.


------------------------------------------+

*TCE. Traumatismo Craneoencefálico.+

* Es normal que los pacientes que sufre TCE, deban ser medicados. El debate en

estas líneas resuena en dos puntos. La cantidad de dosis que debería recibir en

el caso de psicoestimulantes y si es o no necesario suministrarle

antipsicóticos.+

Los psicoestimulantes son un grupo de sustancias con efectos psicoactivos cuyo

principal efecto es el de producir un aumento de la activación cerebral. Yixing

no estaría de acuerdo en la alta dosis que se le está suministrando a Zitao.3

En cuando a los antipsicóticos, Yixing se muestra en desacuerdo a considerar a

Zitao como un paciente esquizofrénico. En pacientes con cuadro de esquizofrenia,

que precisa de este tipo de medicación, se busca aliviar los síntomas psicóticos

floridos como las alucinaciones, los trastornos del pensamiento y los delirios.

En general suelen bloquear los receptores de los neurotransmisores.5

* Memoria retrógrada es un tipo de amnesia caracterizada por la incapacidad de

recordar los eventos ocurridos antes de la lesión cerebral+


"Es todo lo que te pido..."

Apenas despierta en la mañana, lo primero que se le viene a la mente es "Zitao".

Y entonces piensa que lo primero que quiere hacer es ir a ver a Zitao.3

Y decide hacer eso, de no ser porque se le ocurrió la maldita idea de atravesar

como desvío por su oficina, donde le esperaban los informes de los tres últimos

días. Y todos sus planes iniciales se vieron derrumbados. Porque ahora debe ir a

ver a su padre.+

- ¿A dónde te llevo Yifan? – pregunta Yoochun, que lo acompaña en el día.+

- A la oficina de mi padre – ruje hastiado.+


Sin embargo, en el camino tiene tiempo para hacer algo. Llamar a uno de sus

amigos, que muy mal la está pasando.+

- Hermano – escucha que dice Chanyeol.+

- ¿Cómo estás?+

N responde y Yifan sabe bien que no habrá respuestas, porque el decir "mal",

sería poco. +

- Quise hablar con él – comentó Yifan – Pero es un tanto obstinado. Da miedo...+ F

- Así es él – responde Chanyeol emitiendo una mueca de gracia y orgullo, como si

supiera bien quién es Baekhyun – No insistas. Es capaz de prohibirte la entrada

para ver a tu chico – agrega tratando de componerse. Pero Yifan sabe bien que no

quiere preocuparlo, escondiendo el dolor detrás del chiste – ¿Cómo está el niño? d

Y comienzan a charlar de tantas cosas, que se le pasa el tiempo hasta darse

cuenta que ha llegado. +

- Debo cortar – le explica Yifan – Debo ver a mi viejo.+


- Mierda – espeta Chanyeol, que ya sabe qué pasa – Suerte hermano. Y recuerda

que debemos juntarnos a hablar de esos asuntos. Todo está muy quieto y no me

gusta. +

Corta, en lo que baja del coche y como siempre, su vista se eleva para ver la

magnitud del edificio terrible.+

A veces Yifan se pregunta, cómo es que es su padre y cómo es que es su hijo.

Sobre todo en momentos como este, en el que su propia frialdad lo ha llevado a

encontrarse con él, cara a cara y olvidarse que son de la misma sangre. Sehun

había dudado una vez de eso, por la mierda que tenía de progenitor. Yifan

entonces se dijo a sí mismo "¿Por qué no?" Y en secreto se había embarcado en

esa odisea de paternidad. Y fue más doloroso recibir al final el maldito papel

que le indicaba que, malditamente, era su padre. Se rió de sí mismo, en esa

oportunidad, sorprendiéndose furioso de saber que sí, era su padre. +

Apenas el ascensor se abrió y él puso un pie en el piso de presidencia, la

secretaria de su padre saltó de su silla, detrás del escritorio, corriendo

desesperada por retenerlo, tropezando ella misma entre sus tacones altos,

reacomodándose nerviosa sus gafas.+

- Joven Wu – dijo agitada y desesperada, sin lograr detener los pasos seguros de

Yifan – Su padre... en este momento está...+

Pero nadie le impediría pasar, porque la secretaria le importaba una mierda.


Pero al menos tuvo el detalle de frenarse, mirarla a los ojos fijamente y

decirle sonriendo.+

- No se preocupe. No irá contra usted. Eso, si deja que siga mi camino.+

Y la mujer simplemente se abrió paso, porque de pronto el hijo, le asustaba más

que el padre.+

Y Yifan fue al final del recorrido, abriendo de una vez esa puerta y

encontrándose que la oficina inmensa, estaba vacía. +

Yifan frunció el ceño, completamente confundido y estuvo a punto de retroceder,

cuando creyó escuchar un sonido. Sutil como el instinto le indicaba siempre que

debía ser, sus pies avanzaron lentamente y en absoluto silencio, cerrando sin

hacer ruido la puerta detrás. Caminó con sigilo, parándose en medio de esa

inmensa habitación y se metió las manos en los bolsillos analizando todo a su

alrededor. En el fondo, justo en una esquina, la puerta que daba al pasillo que

dirigía al sanitario privado, estaba cerrada. Yifan enarcó una ceja, emitiendo

una sonrisa con sorna y bajó su vista sacudiendo su cabeza de un lado al otro,

mientras el "No puede ser" de su boca, no paraba de sacarlo de su estupor. Sabía

que su viejo andaba con alguien, pero jamás pensó que llevaría a la persona al

trabajo. Así que se limitó a dirigirse al sillón de presidencia y esperarlo

sentado, con las piernas cruzadas, sabiendo y disfrutando de antemano la cara

que pondría el señor Wu, cuando la puerta se abriera.


Miró el reloj de su muñeca, justo en lo que marcaba 10 minutos y bostezó ya

aburrido de escuchar esos jadeos ahogados y cerrados ¿Sería tan estúpido el

hombre de pensar que no se escucharía del otro lado? Si.+

"Patético", murmuró Yifan y volvió a mirar su reloj de mano, cuando se hizo el

silencio.+

5 minutos después se escuchó el ruido del picaporte. Yifan elevó su mentón,

colocando sus codos en los reposabrazos del sillón del escritorio de

presidencia, sonriendo apenas y esperando a ver a quien saliera primero. +

Wu Yànzǔ casi se traga su propia lengua, cuando se encontró con ese panorama de

su hijo. Con la mandíbula que le llegaba al suelo y lo congelado hasta las

pelotas, ni pudo frenar al joven que venía a tropezarse con él, a sus espaldas,

porque el horrible impacto no le permitía hacerse a un lado para dejar pasar a

su amante.+

- Buenos días papá – saludó Yifan, ladeando su cabeza a un lado, queriendo ver

al chico detrás – Buenos días... tú.+

Haberlo tenido en cuenta, a pesar de estar en esa situación, sorprendió tanto a

ese joven, que no pudo evitar mostrar su rostro contrariado. Y Yifan llegó a

sentir pena por él, porque era evidente que estaba completamente abochornado.

Pero él no pudo con su genio. Miró a su padre de arriba abajo, que estaba hecho
un desastre, sin corbata, sin saco y con las mangas arremangadas de su camisa, y

le sonrió de un lado. Se puso de pie, prendiendo el botón de su impecable saco

del traje azul marino que llevaba puesto y le dijo...+

- ¿No nos vas a presentar?8

Yànzǔ apretó tan fuerte su mandíbula, que hasta a Yifan se le hizo notorio el

movimiento de los huesos del mentón del hombre, que evidentemente debía querer

matarlo a él y al chico quizá, porque en su ego, él jamás pensaría en matarse,

claro.+

- Vete – ordenó Yànzǔ, secamente, al joven.1

Cabizbajo, aunque alto de estatura, pero avergonzado y por ende un tanto

encorvado, el joven de traje negro, cabello rubio y de rostro demasiado

llamativo por lo bello que parecía ser, se hizo a un lado para retirarse,

moviéndose rápido hacia la salida. Pero para su maldita suerte, Yifan era más

veloz y se le paró a medio camino, haciendo que casi se estampe contra él. Tal

fue la sorpresa del chico, que se encontró cara a cara con Yifan, con los ojos

bien abiertos y algo de lágrimas que dieron más pena a Yifan. Inmóviles los dos,

el chico boquiabierta lo miró como si no estuviera siquiera respirando y Yifan,

arrugando el ceño, alcanzó a preguntar desconcertado de sí mismo.+

- ¿Te encuentras bien?+


Apenas si Yifan pudo avizorar ese asentimiento del chico, como si tuviera miedo

hasta de moverse algo. Temblaba. Yifan vio que tiritaba y se preguntó por qué,

hasta que vio los ojos del joven mirar detrás de sí, hacia donde estaba su

padre, en lo que se refregaba las muñecas de los nervios. Yifan era demasiado

observador y se preguntó ¿Dolía tanto?+

- ¡JaeJoong! – exclamó duramente Yànzǔ, haciendo que los hombros del chico se

sacudan del impacto – ¡Vete!30

Podría Yifan haberle seguido el juego de frenarlo, pero quizá el labio partido y

la sangre del chico en su nariz, hizo que cambiara de idea, moviéndose a un

lado, para dejarlo en paz.3

Un portazo y unos segundos para reponerse, hasta que los dos hombres quedaron

frente a frente. Un aguijón punzante le atravesó las entrañas a Yifan, como si

le carcomiera por dentro la mirada de espanto de ese chico, de nombre JaeJoong,

haciendo que mire lleno de asco a su progenitor, como queriendo vomitar.+

- ¿De dónde lo sacaste? – preguntó Yifan, metiéndose las manos en los bolsillos

de su pantalón.+

- ¿A qué viniste? – preguntó el hombre, acomodándose las mangas de la camisa,

desdoblándolas y prendiendo el botón de los puños.+


- Debe ser menor que yo...+

- Es mayor de edad – dijo, continuando con lo que hacía, sin mirarlo siquiera –

si es lo que te preocupa.+

- Estás demasiado tranquilo ¿debo suponer que mamá está al tanto de la

situación?+

- Tu madre vive en su propio mundo. Y no le conviene darse por enterada. Como

siempre fingirá no saber nada porque es lo que más le conviene.+

- ¿Acaso ella te importa algo?+

- ¿Viniste a hablar de mi vida privada? – preguntó, agarrando del sillón su saco

y poniéndoselo rápido.+

- ¿Te resulta placentero golpearlo?+

- Te estás pasando de la raya.+

- No te hacía tan creativo.+


- No me faltes el respeto.+

- Tú eres el que folla en su trabajo. Hay un centenar de personas trabajando

para mantener tu estilo de vida, mientras coges con tu amante en la oficina.1

Así de simple, ese diálogo breve, cortante, rápido y práctico dejó mudo a Yànzǔ,

sin poder rebatir. Miró a su hijo de arriba abajo y respiró hondo, sintiendo

hasta que le dolían las costillas de tanto inflar el tórax de la rabia

contenida.+

- ¿A qué, viniste? – largó entre dientes el hombre, apretando con todo su

mentón.+

Yifan miró a su alrededor, buscando algo. Sacó las manos de los bolsillos y se

invitó solo a sentarse en un sillón pequeño, en ese sector de siempre, en una

esquina. Alrededor de un minuto, demoró el hombre en decidirse qué hacer. Yifan

mientras, miraba el cielo por el vidrio grueso, que le daba justo al frente.

Sabía que Yànzǔ ya tenía idea de lo que él estaba haciendo ahí. Así que se

limitó a esperarlo. Y escuchó las suelas de los zapatos del hombre que se

acercaba.+

Yànzǔ, tenso y oscuro en su mirada, con los labios apretados de la rabia, tomó

asiento en frente de Yifan, de espaldas al panorama y esperó a que le hablara.

El joven Wu apoyó su codo izquierdo en el reposabrazos, analizando a su padre,


mirándolo fijo a los ojos. Cruzó sus piernas, acomodándose bien y su mano

izquierda se elevó, asentando su cabeza sobre sus dedos fuertes. Y le dijo.+

- ¿Por qué lo hiciste?+

Su padre ya lo tenía todo estudiado, así que habló seguro y rápido.+

- Siempre te jactas de que no necesitas nada de mí.+

- Y no necesito tu dinero.+

- ¿Entonces en qué te afecta que te quite la cuenta bancaria y anule las

extensiones de tus tarjetas?+

- ¿Por qué? – repitió lentamente – Quiero, saber, por qué.+

El hombre ablandó de pronto sus rasgos y emitiendo un chasquido con sus labios,

preguntó.+

- ¿Lo quieres todo de vuelta? Bien – asintió – Si eso es lo que quieres...+

Yifan achicó sus ojos, mirando analítico a su padre. No podría jamás dejar de

sorprenderse con ese hombre, que siempre mostraba nuevas formas de hacer cosas

para tratar de doblegarlo.+


- ¿O sea que lo hiciste para que viniera a pedirte?+

- ¿Lo quieres o no?+

- No.+

El hombre elevó sus cejas, sorprendido. No llegaba a entender entonces qué

demonios quería su hijo. No podría entender que Yifan, quería entender. Yifan

simplemente no llegaba a comprender el afán desmedido de un padre, por humillar

a su hijo.+

- Entonces no entiendo a qué viniste Yifan.+

- A tratar de entender qué tienes en contra mío.+

- Eres mi hijo. No tengo nada en contra tuyo.+

- Entonces podrías explicarme, cómo es que estás haciendo campaña entre los

miembros del consejo de accionistas de la empresa, para que voten por tu próxima

propuesta de quitarme del consejo y así no tener voz, ni voto.+


"Malditos hijos de puta", rabió por dentro el señor Wu, haciendo rechinar sus

dientes de odio hacia el maldito infeliz que evidentemente lo traicionó,

haciéndole saber eso a su hijo. Yifan vio los dedos de su progenitor, enterrarse

en el cuero del reposabrazos de su sillón. Aún si no pareciera, él no podría

superar esas maniobras de su padre y no le ocultó la tristeza de sus ojos, como

escarbando algo su corazón.+

- A veces me pregunto – dijo Yifan – ¿Qué te hice yo, para que hagas estas cosas

en contra de mí?+

Yànzǔ elevó su mentón, ya con la respuesta clara en su boca.+

- Se trata de negocios. Tu aprecio por el chico Oh, no ayuda en nuestros

movimientos y acciones. Has traicionado nuestra confianza, pasando información

que no debías al enemigo. Y con ese precedente, lo más probable es que

reacciones de manera similar con el hermano de Jongdae que parece posible

competencia, teniendo en cuenta que el menor de los Kim es tu mejor amigo y

Junmyeon tu ex compañero de escuela. +

Yifan emitió un resoplido irónico. Miró unos segundos a su padre, inclinando su

cabeza y componiéndose derecho en su asiento, le reclamó.+

- ¿Esa es tu excusa miserable? ¿Tratarme de traidor?+


- No sirves para este tipo de negocios. Aquí no hay cabida para los

sentimientos.+

Y Yifan sonrió, mordiéndose el labio inferior. Si tan solo supiera este hombre,

con quién estaba hablando...+

- Tengo una reunión importante – dijo el hombre, poniéndose repentinamente de

pie, mirando la hora de su celular – Debo pedirte que te marches. Si quieres

continuar con la charla, mejor haz una cita.+

Yifan se levantó, miró a su padre por lo alto, quedándose quieto en su lugar.

Pero Yànzǔ se encargó de apurarlo, moviéndose a la puerta, que abrió, para hacer

que saliera. +

Yifan llegó a la salida de la oficina, pero antes de retirarse, se detuvo y le

largó otra cosa a su padre.+

- ¿Dónde lo conociste?+

- ¿De quién hablas?+

- De JaeJoong. +

- No te metas en mis cosas – rugió, en lo que la vena de su frente se le

inflaba.+
Yifan sonrió entonces, sabiendo que ya lo había sacado de quicio y que además,

tenía algo más que investigar de su padre, para tener un as bajo la manga. Así

que simplemente se dio la media vuelta y se fue, no sin antes decirle.+

- Sube la bragueta de tu pantalón.2

Caminó por los pasillos, ante la mirada atenta y los saludos del personal, como

siempre, deteniéndose para esperar al primer ascensor que llegara. Miró a los

números, apretando los botones de llamada, en lo que justo escuchó el timbre de

uno que llegaba al piso. Rápido se frenó allí, para meterse ni bien las puertas

se abrieran. Y cuando las puertas se abrieron, su cuerpo casi choca en seco con

el caballero que pujaba por salir del cubículo, haciendo a Yifan retroceder unos

pasos.+

Y se quedó mirando unos segundos más de lo normal al señor de traje y corbata,

de su misma altura, cabello oscuro y mentón en alto, que sorprendentemente

también se le quedó mirando. Los dos asintieron como en saludo, sin detenerse,

para seguir su camino. Y apenas Yifan se hubo metido dentro del elevador,

dándose la vuelta, vio a quien sabía bien quién era, hablar con la secretaria de

su padre. Justo en lo que la mujer se paraba de su asiento, las puertas se

cerraron y Yifan se quedó atrapado dentro, preguntándose, qué demonios hacía el

juez Kwon SangWoo, yendo a hablar con Wu Yànzǔ.

Si lo primero que quería hacer en el día era ir a ver a Zitao, ahora esa idea es
imperiosa. En su mente solo ronda la necesidad y el hambre de ver a Zitao. Y así

sonríe, mientras la cámara capta su impecable y fresco semblante, cuando se da

cuenta que ya falta menos para que acabe la sesión y podrá hacer lo que quiere.

Correr a ver a su niño, antes que el horario de las visitas en la tarde termine

y le impidan ingresar.+

Pero apenas le dieron su móvil con una llamada urgente y le dijeron del otro

lado de la línea que se trataba de su madre, abandonó la sesión que se

encontraba haciendo. Salió como rayo, subiéndose al coche que ya parecía listo

para ser llevado.+

La angustia lo carcomía por dentro. Llamó de nuevo a la residencia de sus padres

y fue atendido por la ama de llaves. Por no querer perder tiempo, pensó de

camino enterarse de los pormenores.+

- ¡¿Qué demonio ocurrió?! – exclamó espantado.+

YooChun que conducía, a su lado, lo miró sin decir palabra, apurando la marcha.+

- Resbaló en el sanitario cuando se estaba bañando joven Wu. +

Apenas terminó de hablar, le dijo a su guardia.+

- Al sanatorio. No está en casa.+


- Pero...– murmuró el hombre, para no molestar a Yifan – Ella...+

- Está bien – suspiró agotado.+

Y si, estaba bien. Para cuando llegó al sanatorio privado, donde habitualmente

se atendían, Yifan la vio más que bien. +

Yifan se frenó en seco en la puerta del dormitorio y escuchó las risas

provenientes del interior. Aspiró hondo y se refregó los ojos con fuerza, no

queriendo creer que malditamente se iba a encontrar con ella. Casi pega la

retirada, pero una enfermera emocionada terminó pegando un grito al verlo,

tapándose la boca, como no queriendo creer quién estaba. Y ella abrió la puerta

de la habitación donde estaba su madre.+

- ¡¿Acaso no sabe ubicarse?! – reprendió histérica Jessica, ni bien vio a la

enfermera, que se comía con los ojos a Yifan – ¡¿Sabe cuál es su lugar?! 1

Y él rodó los ojos a todos lados. No habría reaccionado, de no ser porque ella

se empeñó en agregar.+

- Su supervisor sabrá de esto y...+

- Basta Jessica – dijo tajante él, para luego dirigirse a la joven y sonreírle

amable – ¿La asusté?+


La chica no dijo una palabra, pálida del susto que le tenía a Jessica. +

- Disculpe si la asusté – habló él de nuevo, haciendo una reverencia.+

La joven tanteó un asentimiento, para terminar de largarse de allí, antes que

esa mujer quisiera retarla de nuevo. Y los dos se quedaron mirándose un segundo.

Jessica le sonrió y él la creyó una sínica, recordándose cuánto le había costado

sacar de circulación la tirada de esas revistas con esas malditas mentiras de

ella, acusándolo de violento y golpeador. Y ahí estaba ella, encantadoramente

fresca, como si no hubiera pasado nada, sonriéndole.+

- Hola Yifan – saludó encogiendo sus hombros – No sabía que...+

- Qué tal – fue todo lo que dijo, metiéndose al dormitorio, obligándola a

hacerse a un lado.+

No cabía la falta de cortesía, pero ella, lo podía. +

Yifan resopló al ver a su madre en cama, sentada, tomando un sorbo de agua.

Estaba bien. De hecho, espléndida. Apenas llevaba el tobillo vendado y una gasa

en su frente, algo inflamada de un evidente corte.+


- Mamá – dijo él, acercándose para abrazarla – Me asustaste.+

- Les dije que no te llamaran – habló ella, dejándose envolver por el abrazo

suave de su hijo – Estoy genial. De hecho – aseguró, apartándose un poco del

abrazo de Yifan, mirando hacia la puerta – Ahora estoy mucho mejor.+

La mujer estiró su mano, hacia donde se encontraba Jessica, que se acercó al

borde de la cama, del lado contrario de Yifan. +

- Gracias por cuidarme querida – dijo la mujer, besando la mano de la joven – No

sé qué habría hecho si no llegabas a buscarme.+

- ¿Cómo? – inquirió consternado Yifan.+

- Quedamos en encontrarnos con Nara – contó tímidamente Jessica – Cuando llegué

y vi que demoraba, me resultó extraño y...+

- Ella me encontró inconciente en el sanitario. De no haberme encontrado ella...+

Yifan cerró con fuerza sus párpados y aunque quiso soltarse de la mano de su

madre, tirando sutilmente, esta se lo impidió. Abrió los ojos y le salió apenas
un...+

- Gracias...+

Más como queja, que como verdadera gratitud. +

- No tienes por qué agradecer – respondió ella, acariciando los cabellos de la

madre de Yifan – Sabes cuánto la quiero.+

Yifan tuvo que aguantar esa maldita situación alrededor de 20 minutos,

sintiéndose asfixiado. Solo ahora, después de un tiempo ya solo, Yifan se había

dado cuenta de lo miserable que se había convertido su vida, inmersa en una

relación tan tóxica. Se preguntó cómo había podido ser tan enfermo, como para

dejarse llevar por todo eso y se sintió tan encerrado en esa habitación de

hospital, tan pequeña, que necesitó tomar aire.+

- Voy por un café ¿Quieres que te traiga algo mamá? +

- No cariño. Solo quisiera descansar – respondió ella – Pero si necesito un

favor ¿Llevarías a casa a Jessica? Vino sola, desesperada y sin custodia, apenas

supo lo que me había pasado. Podrías invitarla a tomar algo – dijo con una

sonrisa cómplice a la chica – Después de todo me ha cuidado en estos momentos en

los que estuve sola.1

- ¿Y papá?+
Otra oleada de críticas despotricaban al hombre ausente, que se ve se sintió

llamado, apareciendo por la puerta como si nada hubiera pasado. Yifan y él,

apenas si se miraron. En la mañana ya habían dejado en claro dónde estaba cada

uno y a Yifan por otro lado le carcomía la conciencia no poder decirle nada a su

madre, menos en ese estado.+

- Acompaña a Jessica Yifan – dijo encima el hombre, endemoniadamente poniéndose

de acuerdo con su madre, por una vez en la vida – Yo me quedo con Nara, hasta

que le den el alta y la llevaré a casa.+

Después de despedirse de ella, dándole un beso en la frente a la mujer, Yifan

salió del dormitorio, no sin antes darle paso a Jessica, por cortesía.+

Caminaron un tramo, por los pasillos y fue ella quien habló.+

- Ella se encuentra muy bien, a pesar de los hematomas. +

- Si – fue todo lo que Yifan dijo.+

Parados a la espera del elevador, ella miró a Yifan, esperando que él dijera

algo, pero mirar al frente parecía un mejor panorama. +

- ¿Tus cosas? – preguntó ella.+


- Bien – respondió él.+

Subieron al ascensor, parándose uno al lado del otro. Mudos los dos, ella por no

saber qué decir y él, por ni siquiera querer dirigirle la palabra. +

Yifan caminó un tanto más rápido que ella, dirigiéndola al estacionamiento. Era

de noche. Podría haberla dejado, claro, pero no sería muy caballero de su parte

hacerle eso, así que suspiró simplemente, como llenándose de fuerza, cuando pisó

el asfalto en el exterior del sanatorio.+

- ¿Puedo pedirte que me mires al menos? – preguntó ella.6

Él frunció el ceño, pero se volvió a verla. La gente pasaba y los mirada. De

seguro ya algunos lo estarían reconociendo. Demasiado incómodo era el momento,

como para hablar de algo.+

- Después de tantos años – continuó ella, como si nada, pero dolida en su voz

por la actitud de él de ignorarla – Lo menos que nos merecemos es hablar al

menos de lo ocurrido.+
Él la miró fijo. Sus labios se metieron dentro, mordiéndose las palabras. Habría

querido mandarla a la mierda, pero no cabía. Se decía a sí mismo que no debía

perder la compostura. +

- Ya hablamos Jessica. Nos dijimos todo lo que teníamos por decirnos. +

- ¡Te amo! – largó ella de una sola vez – ¡¿Cómo puedes ser tan cruel, tan frío

tan...?!+

Y Yifan juró que la habría querido matar. La tomó del brazo, caminando ahora sí

a todo lo que daba, para terminar con ella lejos del gentío que empezaba a

murmurar cosas. Y aunque ella le siguió, él solamente se detuvo cuando se

encontraron en el costado de su auto, donde Yoochun esperaba fuera, de pie, ante

cualquier orden que se le pudiera dar.+

Para cuando él la paró en frente, mirándola bien a la cara, terminó por rugirle

lleno de hastío y rabia, con la cara transformada en ira.+

- ¡¿Me amas?! – espetó él – ¡¿Dices que me amas y me acusas de violento?! ¡¿De

querer ir contra tuyo y por eso terminar tú con lo nuestro?!+

- Lo hice – murmuró ella contrariada, cerrando sus párpados, ya lloviendo

lágrimas – Lo hice... porque estaba enojada... ¡No sabía lo que hacía! ¡Estaba

desesperada!3
Yoochun se dio la media vuelta, creyó poder seguir escuchando eso, pero estaba

tan avergonzado de la escena, que se subió al coche, perdiéndose en alguna

música que puso a todo volumen. Mientras, los otros dos seguían.+

- Jessica – habló Yifan encogiéndose ante la diferencia de estatura evidente,

suplicándole para que entrara en razón – Míranos, por favor ¡Míranos! – exclamó

entre dientes – Apenas si podemos mantenernos en el mismo lugar por unos minutos

¡que al otro ya estamos en la misma de siempre! ¡Tú queriendo matarme y yo

queriendo que todo acabe! ¡Esto es enfermo! +

- ¡Te amo! – gritó ella, abrazándose a él de pronto, tomándolo desprevenido.+

Rodeado como estaba por los brazos de la chica, como nunca Yifan terminó por

querer apartarla. Tuvo que amarrarla de las muñecas, pidiéndole que lo dejara,

pero ella se resistía.+

- ¡No es amor Jessica! ¡Esto no es bueno para ninguno de los dos! – exclamó,

sacudiéndola, ya sabiendo lo que buscaba ella.+

Siempre la costumbre era hacer ese tipo de escenas. La pena y hasta la lástima

de él, terminaban por ceder ante el pedido de la mujer. Pero ahora no. No podría

jamás ser condescendiente, cuando había un motivo contundente para dar por

terminada definitivamente esa maldita relación, que no había hecho otra cosa más

que hacerlos infelices a los dos.+


- Jessica – suplicó de nuevo él – Ya suéltame ¡Por favor!+

- ¡¿Pasa algo señorita?! – exclamó duramente alguien por el lugar.+

- Mierda – espetó Yifan, rugiendo en voz baja.+

Lo menos que se esperaba es que un guardia apareciera de la nada.+

Lejos de aclarar el panorama, la joven apoyó su cabeza en el pecho de Yifan. Y

él fue quien le dijo al guardia, avergonzado por el terrible panorama.+

- Solo... perdone... no...+

- ¿Se encuentra bien señorita? +

¿Cómo mierda se iba a encontrar bien si largaba lágrimas a borbotones y sin

freno? Claro. Ante medio mundo, él era el maldito bastardo que le hacía eso.+

Jessica simplemente miró de costado y asintió.+


- ¿Seguro? – insistió el guardia.+

Ella volvió a mover la cabeza. +

- Estaré cerca, por si me necesita – terminó el hombre de hacer su trabajo y

alejándose apenas unos pasos.+

Entre los dos se hizo un silencio. Fue Yoochun quien reaccionó, descendiendo

entonces del coche y preguntando.+

- ¿La llevo señorita Jung?+

Yifan abrió la puerta del auto. No le preguntó siquiera. Pero él ya había

decidido que no irían en el mismo vehículo. No la quería cerca. Joder, no la

quería ni siquiera respirando cerca.+

Pero entonces, cuando ella se estaba subiendo, mientras él tenía la puerta, se

volvió a Yifan y le dijo, elevando su mentón, orgullosa.+

- Yo seguiré luchando por los dos, amor. Recuerda lo mucho que te amo.9

Boquiabierta, él ni pudo emitir palabra ni reacción, porque fue ella quién

rápido se metió dentro del auto y cerró la puerta. Quedó helado ante esa demente

declaración, sobre todo por la convicción con que ella le había dicho eso ¿Qué

se suponía que debía hacer después de esto?


Descendió del taxi y jugó a la suerte. Atravesó el ingreso como si normalmente

fuera algo que hiciera y se largó a saber si le saldría bien la cosa. Necesitaba

verlo. No como si fuera un deseo, sino como si fuera algo de vida o muerte. No

podría cerrar sus ojos, si no llegaba a cerciorarse de que él seguía en este

mundo, de que estaba presente, de que existía y que realmente mañana, cuando

respirara el aire de la mañana, tuviera él la certeza de que lo compartían. +

Yifan sonrió, apenas se encontró con el número del dormitorio de Zitao y quiso

seguir hacia allá, cuando alguien le agarró bruscamente del brazo, tirándolo a

un lado.+

- ¡¿Estás loco?! – rugió por lo bajo Jongdae, con el uniforme de enfermero –

¡¿Sabes lo que pasaría si alguien llegara a verte?! De hecho, las cámaras de

seguro te tomaron – dijo, sacándolo del campo de visión.+

Pero Yifan había sido cuidadoso, a la vez que bien sabía que su visera haría

imposible que alguien pudiera reconocerlo siquiera, en esas cámaras de tan mala

calidad que ponían en los edificios públicos.+

Pegado a la pared y siendo completamente acorralado por su amigo, Yifan no pudo

hacer otra cosa que encogerse, suplicando...+

- Necesito verlo Jongdae...+


- No me jodas – emitió Jongdae, sintiéndose frustrado, peinándose los cabellos

para atrás – ¿Sabes lo que me pasará si llegaran a darse cuenta que...?+

- Mañana mis hombres borrarán las grabaciones – dijo rápido – Sabes que es fácil

meterse en estos sistemas. Pero por favor – pidió con las manos juntas,

descolocando a Jongdae, que se dio cuenta que el tipo estaba mal de la cabeza –

Déjame verlo. Tú no tienes problemas, porque estás aquí con tu chico todo el

tiempo. Tan solo unos minutos... por favor... si yo estuviera en tu lugar, ni

dudaría en hacerlo y lo sabes...+

Jongdae suspiró, con los puños en la cadera. Yifan sabía que iba a ceder. Por

eso persistió con sus manos unidas y sus ojos en rogándole que lo deje entrar. +

- Por favor... – murmuró Yifan.+

- Te odio – dijo Jongdae en respuesta – Peor amigo.+

- Gracias – dijo él abalanzándose sobre Jongdae.+


Pero Jongdae le puso la palma de la mano en frente, deteniéndole el paso. +

- Solo porque preguntó por ti en el día.+

- ¿Preguntó por mí? – inquirió Yifan, borrándosele la sonrisa y preocupado de

repente.+

- Ve – ordenó Jongdae, con un gesto de cabeza, señalándole hacia allá.+

Un corto pasillo, daba al dormitorio. Zitao no podría haberlo visto al instante,

porque, aunque la luz de la lámpara en su mesita estaba encendida, su cabeza

yacía como mirando del otro lado, a la ventana. Estaba del todo acostado, como

si durmiera. +

- ¿Zitao? – susurró Yifan, sigilosamente.1

Y Zitao se disparó, como si le hubieran inyectado algo. Su rostro se iluminó con

una sonrisa, mientras su cama automáticamente cambiaba de posición, para dejarlo

sentado. +

- Yifan – llamó él, haciendo a Yifan moverse más rápido al lado de Zitao,

acercando como siempre una silla, para quedarse a su lado y charlar. +

Apenas se miraron el uno al otro, Yifan se sintió de nuevo liviano, como si toda
la carga se fuera ni que simplemente drenara de su cuerpo todos los malditos

pensamientos que nublaban su conciencia. Zitao le devolvía esas cosas tan a

inocencia, que despertaba a su alma, como llenándolo de vida. +

- Perdona – le dijo Yifan, mirándolo a los ojos – Hoy tuve asuntos importantes

que arreglar.+

- Entiendo – respondió a eso Zitao.+

Pero aunque no lo dijera, Yifan ya sabía bien lo que pasaba por su mente. +

Apenas Zitao bajó sus párpados, quitándole esos preciosos ojos que tanto adoraba

ver, Yifan apretó sus labios con rabia, de no haber sido claro. Y le dijo

entonces, posando su mano, sobre la mano de Zitao.+

- Zitao. No hay nada que me importe más, que saber cómo estás.+

Zitao elevó sus ojos apagados repentinamente, como cansado de pensar en muchas

cosas y sonrió apenas. Y es que sus ojos habían llorado un par de veces, en

silencio y cuando nadie lo estaba viendo, porque creyó que no era importante

para Yifan. +

Y ahí estaba, ese hombre, hablándole lindo, como siempre y haciendo esas cosas

que Zitao nunca podría entender por qué las hacía por él. Yifan era muy bueno.

Tenía un corazón tan hermoso, como lo hermoso que era él por fuera. Si el mundo
supiera lo hermoso que era por dentro, de seguro se enamorarían todos más de él,

como... ¿él?+

- Estoy... yo estoy bien... Yifan – dijo, sintiéndose por primera vez conciente

de estar diciendo una mentira.+

Lo había extrañado muchísimo. Y ahora que lo tenía tan cerca, no podía sentirse

contento ¿Qué le pasaba? Debía de estar feliz, porque Yifan había ido a verlo y

sin embargo, se sentía triste. Por eso bajó sus ojos unos segundos, cuando

entonces Yifan quitó la mano de sobre la suya dejándolo en el frío. Tomó un

libro que había guardado en el cajón de la mesita de luz y lo abrió al azar.+

- ¿Vas a... leer? – preguntó Zitao.+

- Dime qué quieres que haga y lo haré – dijo, colocando el libro en la mesita,

evidentemente leyendo a Zitao, que no quería que hiciera eso.+

Siempre le decía eso. Y cuando se lo decía, su corazón parecía ponerse terrible.

Un gozo indescriptible, como un dolor profundo, se hacían eco de miles de

emociones que a Zitao terminaban por aturdirlo mentalmente, porque jamás podría
haber sabido qué significaban. No entendía, cómo es que al mismo tiempo podía

sentirse tan contento, como con un dolor en el pecho. +

- ¿Cómo fue...tu día? ¿Cómo... cómo es un día... tuyo?+

- Bueno...– dijo Yifan, titubeante en sus palabras, sin saber qué contar – Tuve

reuniones de negocios y en la tarde trabajé sacándome fotos. +

Y Yifan calló entonces, sin decir ninguna otra palabra. +

- Te vi...– habló de pronto Zitao –... en un... sanatorio... en la pantalla...+

Maldita pantalla. Normalmente Zitao tenía esa pantalla apagada. Pero como en el

día tuvo tiempo libre y dado que nadie lo había visitado, alguien le había

encendido la pantalla, encontrándose con la noticia de que Yifan estaba en un

sanatorio, por su madre.+

- ¿Ella... está bien?+

- Bien – respondió él, cabizbajo – No pasó nada.+

- Tu familia es importante. Salió en las noticias. +

Yifan elevó sus ojos. Reacomodó su silla, poniéndola un poco más cerca del borde

de la cama y preguntó secamente.+


- ¿Qué viste?+

- Tu novia – dijo de repente, sin poder mirarlo a los ojos.+

- No tengo novia.+

Pero Zitao permaneció mirándose las manos, jugando con sus dedos pulgares sobre

su regazo, como si no hubiera escuchado.+

- Zitao – llamó Yifan – Mírame.+

Y Zitao lo miró, para que él volviera a repetirle, claro y seguro.+

- No tengo novia.+

Como ya era costumbre, Yifan esperó a que Zitao pudiera procesar esa

información. Quieto, Zitao siguió mirándolo fijo a los ojos. De pronto Zitao vio

más en el brillo de la mirada de Yifan. Quiso entender ahora y preguntó.+

- ¿Cómo estás tú?+

Fue derrumbarse por dentro. Yifan no esperaba que una pregunta tan simple, lo

dejara al descubierto. Simplemente tendría que decirle "bien", pero él no estaba

bien, no cuando su ansiedad por verlo en el momento, era para sacarse todo de
adentro. Todo el dolor de su pecho que pesaba como el infierno.+

Yifan abrió apenas su boca, para largar alguna maldita frase. Pero se sintió en

el desierto. Sediento de pronto por darse cuenta que hace mucho tiempo, nadie le

había preguntado así, por él. +

- Yo...– dijo apenas.+

Pero entonces sintió el nudo que se construía en su garganta. +

¿Cómo estaba?+

Cansado. Agobiado. Fatigado. Débil. A punto de caer. Dolido... demasiado dolido. ,

Nadie podría decir que él era así. Los años lo habían hecho ser el fuerte y

duro. Podría haberse arrepentido y despotricado por ser un sentimental de mierda

un tiempo, pero después de eso, él se había limitado a existir, viviendo una

vida inexistente que bien sabía que no era su vida. Hasta ahora. Que Zitao le

preguntaba tan solo eso y no podía responder, porque no quería ser débil ante

él.+

Por eso cerró sus ojos, sonriendo nerviosamente y sacudió su cabeza en negación,

para reponerse y decirle a Zitao que "estaba bien". +


Pero su niño, no le dejó mentir.+

Zitao elevó como si nada su mano. Sus dedos entonces rozaron la frente de Yifan.

La yema de su dedo índice quedó quieta en su sien. Fue suficiente para que a

Yifan le saliera un suspiro del alma ¿Hacía cuánto que él no lo había tocado? Lo

había extrañado. Ese simple roce, tan anhelado...+

La necesidad que tenía de Zitao, hizo que sus ojos se cerraran lentamente,

quedándose inmóvil, frente a ese toque tan mágico. Si tan solo tuviera una idea

de lo mucho que necesitaba esa caricia, como si lo fuera todo. Si tan solo Zitao

tuviera la más mínima idea, de lo que provocaba en Yifan. +

- Todo pasa – dijo su Niño.+

Fue una plegaria. Fue como si una oración se elevara dentro de su pecho en un

gemido de dolor. Yifan quería, con todo su ser, que todo pasara. De verdad

quería, porque ahora se daba cuenta que todo su maldito mundo era una miserable

realidad en la que su Niño no tenía lugar ¿Cómo es que su vida se había

convertido en algo tan complicado? +


- Si – habló Yifan, tragando duro, permaneciendo quieto, solamente percibiendo

ese toque bendito.+

Eso le indicó a Zitao que Yifan tenía problemas. Y entendió que él había dicho

ese "si", solamente para convencerse a sí mismo de que "todo pasa". Ese hombre,

allí, con los ojos cerrados, de pronto parecía tan entregado que no podría hacer

más que seguir sosteniéndolo irónicamente con ese débil toque. Zitao habría

querido tener la fuerza de su cuerpo para sujetarlo y luchar a su lado frente a

esos problemas que lo consumían y se encontró entonces de repente sintiéndose

imponente, sabiéndose el único que de repente podría calmar a Yifan.+

Y Zitao entonces hizo más. Movió su índice, tembloroso de la reacción de Yifan,

por el contorno de su rostro. No le fue indiferente ese suspiro de los labios de

Yifan, cuando paseó por su mejilla, hasta su mentón. Fue como conocer al hombre

a su merced y encontrarse entonces con que él se estaba dejando conocer así, tan

vulnerable en su quietud y en su angustia. Zitao lo supo. Yifan tenía miedo,

estaba enojado, parecía agobiado y algo más.+

No habría pensado nunca en atreverse a tocar esa zona tan exquisita y brillante.

Pero no pudo contenerse, mientras mordía su labio inferior, posar sus dedos en

la boca de Yifan. Por todos los cielos... su cuerpo ardió en pánico y necesidad,

como nunca antes. Al menos, no que él recordara.+

Y Yifan abrió los ojos.+


Allí estaba Zitao, inmóvil, con las mejillas teñidas de carmesí, con sus labios

brillantes y entreabiertos, mirándolo con deseo. Yifan lo supo, solo que también

tenía en claro que Zitao no podría distinguir qué le pasaba. Tan inocente, Zitao

encogió sus hombros, cerrando sus ojos cuando un ardor subyacente en su

entrepierna se coló vergonzosamente, con un cosquilleo exquisito y bochornoso

que no entendía. Y quiso quitar su mano.1

- No – suplicó Yifan, con los ojos negros y nublados de ardor – Quédate así. Tan

solo... un rato más...+

Y Yifan tomó la mano de Zitao, oliendo la palma, pasando la punta de su nariz

sobre ella. Se contuvo enardecido entre la rabia y el deseo, pero él debía

entender que para Zitao, todo esto era nuevo. Lo adoraba por eso. Pero sobre

todo, lo amaba más, por haberle hecho olvidar todo, con ese momento. Y Yifan

supo que lucharía, que seguiría luchando para hacer lo que debía hacer para

tenerlo a su lado. Era una mierda. Una maldita mierda de tipo que arrastraría a

su estrella, porque era la única luz que creía tener en la vida. Nadie se la

quitaría. Él lo mantendría a su lado, simplemente porque no podría vivir sin

Zitao.+

- Mi Niño – llamó.+

Y Zitao sintió que cada vello diminuto e imperceptible de su cuerpo, saltó en su

llamado. Su cuerpo reaccionaba tan solo con ese detalle de hablarle en la mano.

Yifan y su aliento a picante y menta, el hombre y su olor tan a limpio, como a


viento y noche, lo llamaban a él, "su niño".+

- ¿"Mi niño"? – preguntó confundido Zitao, con el ceño fruncido, incrédulo y

sintiéndose burlado.+

Ni que hubiera leído esos ojos, Yifan se limitó a tomar su mano y llevarla a su

mejilla, donde presionó con fervor la mano de Zitao, para sentirlo más.+

- Mío – dijo el hombre, sin otorgar el beneficio de la duda, sin darle elección,

ni permitir que reaccione el niño siquiera ante esa palabra tan llena de poder y

de posesividad – Mi Niño. De nadie más que mío...11

Zitao en su corta vida, lo único que había sabido es estar ahí, a la espera de

salir. Él solo quería su libertad y para ello debía valerse por sí mismo.

Aprender todo de cero, era su desafío diario. Caminar, su sueño. Jamás entendió

el sentido de su existencia moribunda, ni siquiera teniendo en cuenta a su

familia, porque hasta para ellos era un estorbo. Y ahora, este hombre venía a

decirle eso, como si pudiera entender si era bueno o malo, si estaba bien o mal

lo que decía. Se asustó, sintiéndose una cosa y de nuevo se encogió de hombros,

pero Yifan se movió de su silla, rápido y ágil, para no darle lugar a que se

distanciara. +

Yifan vio el miedo en Zitao. Vio los ojos cristalinos de su niño que lo deseaba,

pero se dio cuenta que su brutalidad ante la necesidad que tenía por él, le

habían jugado en contra, siendo atolondrado e irreverente. +


- No – ordenó Yifan, tomando ahora las dos manos de Zitao.+

Acorralado. Así se sintió Zitao, porque ¿a dónde podría ir? A ninguna parte. +

- Mírame – mandó de nuevo Yifan.+

Y Zitao, no podría haber hecho otra cosa más que hacerle caso ¿Tenía opción? Si.

La de apretar el botón para que los enfermeros aparecieran al segundo. Pero

honestamente, él no quería. Menos, cuando el cuerpo caliente de Yifan se apoyó

prácticamente encima del suyo. Zitao percibió el respirar de Yifan, tanto como

el palpitar increíble del pecho del hombre que lo miraba hambriento. Se sintió

vulnerable y entregado. Sin entenderse, a Zitao también le gustó eso. +

Pero temblaba. Zitao estaba temblando. Así que Yifan supo bien qué decirle. La

verdad.+

- Te necesito. Siempre, te necesité. Solo tú – dijo lentamente, llevando las

manos de Zitao a su pecho, donde el corazón parecía querer estallar

–...calmas... el dolor...3

"De tu ausencia", reclamó por dentro Yifan.2

Y a Zitao le quedó en claro una cosa: a Yifan le dolía el corazón. Y le estaba

diciendo que solo él tenía el poder para calmar el dolor. Ese hombre, le estaba
pidiendo que hiciera que el dolor se fuera ¿cómo? Si él no era más que un

inválido en silla de ruedas que apenas podía valerse por sí mismo. Pero ¿acaso a

Yifan le importaba eso? Parecía que no, porque Zitao simplemente quedó absorbido

por esas pupilas tan negras, que esperaban alguna reacción de su parte, una

respuesta, un gesto, una palabra...+

Jamás abría imaginado qué tan pronto podría estar dispuesto él a hacer algo. +

- Dime qué quieres de mí – susurró Zitao, porque hablar en voz alta ni falta que

hacía, de tan cerca que estaban.4

- A ti – respondió Yifan.9

Y un dedo de Yifan surgió paseando por los labios de Zitao, que lo percibió tan

excitante, que se asombró cómo de pronto sus sentidos parecían haberse

recuperado completamente con ese toque. Más cuando movió la boca para seguir

hablando en secreto.+

- No tengo... nada... para dar...1

- Zitao – dijo Yifan de pronto, sonriendo tan adorablemente y acariciando

naturalmente al rostro de su niño, que él solo pudo centrarse en lo hermoso del

rostro del hombre – Mi Niño. Tú lo eres todo. 5

Y Zitao se encontró con Yifan, suplicándole con los ojos que hiciera algo que él
necesitaba de él. +

- Yifan – llamó, más por esa necesidad de sostener su nombre en su mente y

cerciorarse que estaba ahí, con él – Yifan...+

- Zitao – dijo Yifan, feliz de poder decir su nombre y pedirle más – Abrázame

fuerte Mi Niño y no me sueltes. Es todo lo que te pido hoy... por favor...4

Y Zitao obedeció a la orden, a la súplica y pedido de Yifan. No le negaría esto,

que ahora sabía que podía hacer tan bien. Abrazar, contener, sostener y hacer

fuerte al hombre que adoraba con todo su ser.

"Tú dijiste que yo era tuyo"


Detuvo su auto en el estacionamiento del Hospital, mirando la zona de ingreso y

egreso del personal. Algunos ya lo conocían, porque Jongdae había insistido en

hacer las cosas como correspondían, así que Yixing en acuerdo, terminó por

ubicar a Yifan, en la lista de voluntarios del Hospital Central. Sus horarios

malditamente eran acotados, pero ser parte de los benefactores, le trajo el

beneficio de ir una vez al día, a cualquier horario razonable. Solo que jamás

pensó en encontrarse también ayudando a otras personas, porque, después de todo,

era voluntario.7

A punto estuvo de descender del vehículo, cuando una cosa llamó la atención a la

distancia. Baekhyun discutía con alguien, perdido entre un tumultuoso número de

coches que le impedían ver bien qué ocurría. Hasta que la otra figura, de

espaldas, lo dejó en blanco.+

- ¡¿Krystal?! – exclamó solo, descendiendo.+

Pero la situación lo obligó a descender en un segundo, cuando vio a un tipo

inmenso y fornido de traje que se interpuso entre Krystal y Baekhyun. Lejos de

amedrentarse, Baekhyun gritó al evidente guardia de la chica y el hombre estuvo

a punto de reaccionar, cuando Yifan se acercó rápido.+

- ¡¿Baekhyun?! – lo llamó, pero el enfermero ni siquiera escuchó.+


- ¡Ya te dije desquiciada! ¡Tú no vuelves a verle un pelo siquiera! – gritaba

sacado Baekhyun con el dedo índice acusándola de algo.+

Yifan, rápido revisó el panorama, donde no circulaba prácticamente nadie. Y vio

a la distancia, muy a la distancia, a tres hombres bajándose de un auto. Sus

ojos rodaron, murmurando por lo bajo "Chanyeol", sabiendo que si los guardias

que Chanyeol le había puesto a Baekhyun intervenían, empeorarían todo ahí. Aún

distanciados, como estaban, Chanyeol persistía en proteger de quién sabe qué

cosas a Baekhyun.+

- ¡Tú no eres nadie para impedirme hablar con él! – devolvía ella, de lo más

histérica, queriendo avanzar – ¡Él ni siquiera sabe que estoy aquí! ¡De seguro

ni le quieres decir!+

- ¡Yo no voy a dejar que te le vuelvas a acercar! ¡Loca! ¡Tú estás loca! +

Yifan frenó en seco la cosa, parándose entre el hombre y Baekhyun. Miró fijo al

guardia, que ya de seguro sabía bien quién era, porque entre guardias todos se

conocían y se limitó a esperar que el hombre se hiciera a un lado. +

- Krystal – habló irónico Yifan, sonriéndole apenas – Tanto tiempo ¿Buscas a

alguien en particular?+

Krystal impávida, quedó boquiabierta sin saber si responder a eso. Pero fue

Baekhyun que avanzó del lado de Yifan, agarrándolo del brazo derecho y dejándola
al descubierto.+

- ¡Vino a buscar a Kyungsoo! ¡Pero él no quiere verla! – gritó acusándola de una

vez, aunque sin dejar nada claro a Yifan el panorama – ¡Y tú sabes bien por qué

maldita! ¡Y si sigues ahí parada le cuento a Yifan para que le cuente a Jongin a

ver si...!+

Pero para ese momento, la chica se había trepado en el vehículo, seguida de su

guardia, que conducía. Cuando el auto se movió en retirada, Baekhyun con puño en

alto, la siguió como maniático.+

- ¡Inmunda! ¡Loca de mierda! ¡Acosadora! ¡Violadora!8

Baekhyun, frenético como estaba, solo paró la cosa cuando Yifan lo tiró del

brazo para volverlo. Cuando quedaron frente a frente, Baekhyun pareció razonar

la cosa, porque se quedó congelado de repente, sin saber qué decir, a pesar de

lo agitado que estaba. Apenas si pudo largar un...+

- Gracias...+

- ¡¿Qué dijiste?! – gruñó Yifan.+

- Gracias – repitió más alto Baekhyun, queriendo ir dentro, pero se quejó cuando

Yifan le retuvo el paso, de nuevo, tomándolo del brazo y haciéndolo volver –

¡¿Qué?!
Y Yifan se quedó ahí, de brazos cruzados esperando la historia. +

- Oh... qué mierda... – se lamentó el chico y comenzó a largar todo.+

Baekhyun, pintado en sudor, estremecido y agobiado, tartamudeó un minuto al

menos, profiriendo a la par todo tipo de insultos en medio del relato, pero sin

saber por qué le contaba todo a Yifan. Al final suplicó.+

- Si la llegas a ver... ¿puedes...?+

- No dejaré que se acerque a él – dijo Yifan, sin dejarlo terminar siquiera la

frase – Dudo que regrese sabiendo que estoy aquí.+

- ¿Por qué estás tan seguro? – preguntó sorprendido Baekhyun.+

- Porque supuestamente, ella está desesperada de amor por Jongin, insistiéndole

que regresen. Y ella sabe, que nosotros nos contamos todo – le explicó, posando

su mano izquierda sobre el hombro de Baekhyun, a la vez que su derecha

despeinaba sus cabellos – Créeme. No va a volver. +

Suspiró, mirando dentro. Ahora que recordaba la noche de la fiesta y las cosas

que Kyungsoo había gritado a Jongin. Le dolió más todo, por Kyungsoo, que era el

que había sufrido en toda esa mierda siendo la víctima de verdad. +


- ¿Lo vas a cuidar? – preguntó Baekhyun un tanto asustado, con los labios curvos

hacia el suelo, como queriendo ya largar un gemido – Pero no le cuentes nada a

Kyungsoo. No que te dije. Él no me va a perdonar porque siente vergüenza... y

... y no le vayas a decir a los demás. De hecho ni siquiera sé por qué te

cuento. +

Yifan le sonrió, a la vez que tomó de ambos hombros al chico, empujándolo hacia

el sector del ingreso, dándole golpes suaves en la espalda. +

- Vamos – dijo Yifan – Llego tarde a ver a Zitao.+

Baekhyun siguió unos pasos delante de Yifan, avanzando solo por el empuje

gracioso del hombre detrás, como si estuviera siendo llevado a la rastra.+

- Zitao aún está en sesión de Termoterapia*. +

- ¿Y eso? – preguntó Yifan, frenando el paso – Creí que estaba libre a esta

hora.+

Baekhyun se regresó a verlo, ya escuchando las voces cercanas al ingreso del

personal.+

- Creí que habías sido tú – dijo sacudiendo sus hombros – ¿No fuiste tú el que

costeó eso?+
- ¡¿Qué?! +

- Son terapias alternativas, que el hospital no cubre sino son costeadas por el

paciente. Pensé que habías sido tú – murmuró perplejo.+

- No fui yo. De hecho, Yixing estaba tramitando eso, porque yo quería...+

Los dos se miraron confundidos. Yifan en realidad consternado ¿Quién le había

ganado de mano? Ni que le hubiera leído la mente, Baekhyun lo dijo en voz alta,

arrugando su frente.+

- ¿Entonces quién?+

- ¿Puedes averiguar?+

- Creo que si – respondió rápido – Pero ¿Hay algún problema? Lo importante es

que él esté mejorando, sin importar quién sea – dijo Baekhyun, apenas sonriendo

– No te vas a poner celoso por eso ¿verdad?+

Y Yifan siguió mirándolo serio. Pero está vez rugió por lo bajo, remordiéndose

los labios en lo que su rostro se hacía a un lado ¿Quién sería el sujeto que

hizo que él no pudiera ayudarlo antes? 4

- ¿Puedo preguntarte algo... personal? – habló Baekhyun.+


Yifan miró al enfermero con recelo, pero asintió. Entonces Baekhyun cuestionó,

avanzando un paso hacia él, acortando la distancia y surgiendo bien derecho en

su postura, como haciéndole frente.+

- ¿Por qué eres así con Zitao? +

Y a Yifan le agradó el chico. Sabía que Baekhyun era de carácter, arremetido y

determinado. Y ahora estaba convencido de que Zitao era querido y cuidado por

él. Más, cuando puso sus manos detrás de su cuerpo, balanceándose seguro y

elevando su rostro, como mostrándole que también él podía ser rudo. Si. Zitao

estaba en buenas manos.+

- Yo seré claro contigo Yifan – habló con una hostilidad sutil, manteniendo su

porte duro – Yo quiero mucho a Zitao. Es mi amigo, a pesar de que sea el

enfermero aquí. He visto todo lo que le ha costado llegar hasta donde está. Ha

luchado como ni siquiera te imaginas. Es más fuerte que muchos que creen serlo.

Pero es un niño – dijo cerrando fuerte sus labios, porque ahora Yifan veía que

su brutalidad, era para ocultar quizá su sensibilidad – Ya debes haberte dado

cuenta de eso. Y no quiero que nadie lo lastime ¿Entiendes lo que te digo?+

Yifan analizó cada palabra. Y emitió un resoplido, componiéndose derecho,

entendiendo bien lo que el chico le decía. +

- Si te digo que lo quiero ¿Me creerías? – preguntó Yifan, frunciendo el ceño,


mirando fijo al enfermero.+

- Claro – respondió él, sacudiendo sus hombros – ¿Quién no querría a Zitao?+

- ¿Si te digo que me gusta?+

- Solo un ciego no vería lo que el chico es de precioso – le rugió entre dientes

– Si veo que te quieres propasar siquiera una vez ¡te la corto! – exclamó, sin

importarle siquiera de que algunos que transitaban por allí escucharan eso.4

Yifan sonrió. Y entonces fue con lo último.+

- ¿Y si te digo que lo amo? 2

Baekhyun estuvo a punto de arremeter con una ideada respuesta, pero se quedó

congelado. Esa cosa que le había dicho, no era evidentemente algo que él hubiera

esperado.+

- ¿Qué? – preguntó perplejo.+

- Yo lo amo.6

Yifan se paró en la puerta, escuchando a Luhan del otro lado indicar claramente.+
- Ahora Zitao, mira el dibujo ¿Qué recorrido debería hacer el gato, para

alcanzar al ratón? Traza una línea por el laberinto, para llegar al ratón.+

Yifan se asomó apenas, viendo a Zitao sentado en su silla de ruedas y a su lado

a Luhan, en otra silla. Zitao miraba ese cuaderno de ejercicios, que Yifan ya

había visto varias veces. Luhan volvía a darle con paciencia las directivas del

ejercicio, hasta que Zitao apretó el lápiz que sostenía en su mano, para dirigir

la punta al papel. Yifan sonrió, cuando lo vio compenetrado con lo que hacía,

marcando la línea de ese recorrido, mientras se mordía el labio inferior

frunciendo el ceño. No quiso molestarlo, ni hacer que su atención se fuera por

el aire, fastidiando el momento importante de su niño. Así que simplemente se

apoyó de costado en la pared, esperándolo. No duró poco, pero lo que fuera,

Yifan lo seguiría esperando.+

- Ya llegamos...– dijo Luhan, hasta que una sonrisa se abrió paso en su rostro,

para exclamar – ¡Si! ¡Así se hace!+

Ninguno de los dos se percató de la presencia de Yifan. Y lejos de detenerse,

Luhan continuó entonces dando otra indicación, viendo el entusiasmo de Zitao.+

- Ahora Zitao, vamos a pintar una mandala* ¿quieres? – preguntó.1

Zitao lo miró y asintió. Y Yifan, no queriendo ser una distracción, dio pasos
hacia atrás sin emitir sonido. +

Caminó un metro, por el pasillo, pensando en dirigirse a la cafetería para tomar

algo y volver al rato, en lo que se topó con Kyungsoo moviendo él solo una

camilla, con un paciente. Si bien Kyungsoo era fuerte, apenas quiso empujar la

pesada camilla, una de la ruedas se trabó, mostrando que debería ejercer más

presión de la normal.+

Kyungsoo vio a Yifan en frente y no hizo falta que pida nada. Yifan se acercó y

tiró con él de la camilla, de un costado.+

- ¿Estaba difícil he? – comentó Kyungsoo, sonriendo pero empapado en sudor –

Gracias.+

- De nada – respondió Yifan.+

No fue tarea fácil tratar de conducir una camilla con las ruedas que parecían

jugarle en contra. Kyungsoo estaba molesto, pero Yifan sabía que estaba haciendo

el sobreesfuerzo humano por no demostrar nada al paciente que llevaba y que lo

miraba, mientras él le hablaba y le sonreía, como si la dificultad le causara


gracia.2

- No te vas a escapar de ir a gimnasia ¿he? – le decía al joven que estaba allí

– Ya sé que no quieres, pero no hay forma. Así que sin reclamos.+

El joven no hablaba, solo miraba y Yifan le sonrió a Kyungsoo, que hacía como si

nada. Cuando llegaron al lugar, en la planta baja, Yifan reconoció bien el

gimnasio en el que había encontrado a Zitao, solo que ahora nadie corría en

pánico, ni escapaban los enfermeros sacando gente. Solo se escuchaban risas e

indicaciones, dando directivas de ejercicios, mientras el sonido de pelotas

rebotando, también se oían. +

Un hombre, con equipo de gimnasia, se acercó sonriendo a Kyungsoo. +

- ¡Bienvenido! – exclamó el hombre, mirando al paciente – Ya iba a ir

buscarte...+

Yifan observó todo aquello. Su vista se vio transitando por el espacioso lugar

que albergaba todo tipo de elementos para rehabilitación. Ensimismado en los

pensamientos de la última conversación con Baekhyun, tuvo una sensación de

desolación absoluta, al darse cuenta que en los momentos en los que quizá Zitao

lo hubiera necesitado más, él no había estado. +

- ¿Nos ayudas aquí? – preguntó Kyungsoo, en lo que estaba por alzar al paciente

de la camilla.+
Yifan sonrió y avanzó, tomando entre sus brazos al chico, dejándolo recostado

sobre una colchoneta, como le indicaba el fisioterapeuta. +

___ ___ +

Miró Yifan a Kyungsoo, mientras caminaba a su lado. Ese chico que podría haberse

quedado lamentándose de esa cosa que le había ocurrido con la ex de Jongin, hizo

que se preguntara ¿Cómo hacía para hacer como si nada malo le hubiera ocurrido

en la vida? Él jamás se habría imaginado algo así en Kyungsoo, si no es porque

Baekhyun se lo hubiera contado ¿Cómo hacían todos ahí para seguir manteniéndose

en pie, a pesar de todo?+

Do Kyungsoo, el chico que había quedado huérfano de padre de pequeño y de madre

a los 16. Se quedó pensativo, mientras de repente pareció volver a él.+

- ¡Malditos políticos de mierda! – espetó Kyungsoo, ya solos los dos en el

elevador – Seguro que cuando traigan las camillas nuevas, van a pelearse por

aparecer en primera plana sonriendo los muy sádicos. Como siempre...+

Yifan frunció el ceño, asintiendo con esas cosas que largaba Kyungsoo en acuerdo

con él. +

- Oye Yifan – le dijo de repente Kyungsoo, en un suspiro, como deshaciéndose de

la tensión – Gracias. No sabes lo bien que le vino tu imagen a la fundación. De


verdad...+

- Fue un gusto – respondió él.+

- Ahora ¿Puede hacerte una pregunta personal?+

Y Yifan inhaló y exhaló profundo sin intención de detener lo que vendría porque,

después de todo, ellos lo estaban cuidando. Así que de nuevo, asintió,

sintiéndose de lo más acorralado.+

- ¿Qué te pasa a ti con Zitao? +

En eso, el ascensor emitió la alarma de llegada al piso. Los dos descendieron.

No había nadie a la vista, solo el largo pasillo, así que Kyungsoo se le paró

bien al frente de Yifan, poniendo las manos detrás de su cuerpo, balanceándose

seguro y elevando su rostro, como mostrándole que también él podía ser rudo ¿Qué

acaso con Baekhyun habían sido cortados por la misma tijera? Y parecía que sí.+

Yifan pasó la palma de su mano por la nuca, peinándose de paso los cabellos.

Terminó por componerse bien derecho y no anduvo con tantas vueltas, como antes.+ n
- Estoy enamorado de él ¿Hay algo de malo en eso?+

Kyungsoo miró fijo a Yifan, con la frente bien arrugada, tanto que sus cejas se

unieron abultadas en una línea abundante. El enfermero dio un paso adelante,

como si estuviera analizando cada gesto de Yifan y luego de unos segundos, habló

con las cejas en alto y campante, como si nada.+

- No. Zitao es precioso. Adorable de hecho – dijo gesticulando con sus manos –

Tiene sus días, pero resulta ser tierno siempre, incluso cuando pareciera

enojado, sus ojitos parecieran estar pidiéndote que lo abraces ¿no lo notaste? –

preguntó, dándole con la palma de su mano en el costado de su brazo.1

A Yifan no le gustó mucho eso. Menos cuando dijo.+

- Yo creo que estaba enamorado de Baekhyun antes de que llegara Jongdae. Pero

después de Jongdae, parece que se enamoró de ti, aunque todo el tiempo pide que

lo cuide Jongdae – explicó burlón, mientras se reía abiertamente – No sé si dure

la cosa contigo ¿Sabías que el doctor Jackson está también en la mira de Zitao?

Ya sabes, Zitao es taaaan enamoradizo...

Kyungsoo dio un golpecito en el pecho de Yifan. Y Yifan miró asqueado esa mano,

queriendo matar al pequeño. La rabia le inundó hasta los huesos. Pero ese

pequeño, volvió a darle esa cara de maldito bastardo, serio como témpano de
hielo, ni que le atravesara con cuchilla esos ojos, cuando miraba fijo a su

objetivo.+

- Bueno Yifan, la cosa es así – explicó dando un paso adelante – Si lastimas a

Zitao, te mato.3

- Ok.+

- Bien.+

- Bien.+

Kyungsoo elevó su mentón en alto, ladeando su cabeza a un lado, avanzando un

paso más al frente de Yifan.+

- Me gusta que nos entendamos.+

Yifan imitó ese gesto y se sintió un patético, pero parecía que el chico había

sido un tanto matón y se recordó cómo había sido esa pelea con su amigo. Así que

avanzó también un paso hacia adelante.+

- Si tú lo dices – respondió, como si sintiera un desafío la cosa.+

En medio ya se aspiraba el frío de una guerra encubierta, aunque Yifan jamás se

hubiera dado por enterado que esa amenaza de Kyungsoo, no era nada en sentido
figurado. Tampoco era como si Kyungsoo supiera que Yifan, bien podría hacerle

frente a su amenaza.+

- ¿Kyungsoo? ¿Kris? – habló de repente Luhan.+

Los dos, voltearon la cabeza al costado, de donde venía el llamado. Luhan

llevaba en su silla a Zitao, que los miró a los dos, al instante que bajó los

ojos a su regazo. Yifan y Kyungsoo se miraron entonces, encontrándose demasiado

cerca uno del otro, retrocediendo en un segundo bien lejos, lo más lejos, entre

risas malditas de los nervios.+

Los dos estaban en silencio. +

Apenas habían llegado al dormitorio, Zitao se había limitado a pedirle a Yifan

que lo arrimara a una mesa de escritorio que hacía poco tiempo tenía. Lápices de

colores y hojas con dibujos yacían encima dispersos, como si recién hubiera

acabo de usarse. Zitao lentamente tomó uno de esos papeles con el gráfico y

comenzó concentrado a pintar cada minúscula figura que se esparcía dentro de

otra figura. Entonces Yifan, sin saber qué más hacer, simplemente se sentó

cerca, observándolo.+

Lo único que había entre los dos, era la música de fondo que siempre provenía de

algún puesto de enfermería.3


Y Yifan seguían mirando a Zitao.+

Antes de perderse el sol, los rayos reflejaban cada una de las facciones bonitas

de su niño. Yifan miró a Zitao de perfil y sonrió, mientras sus dedos soltaban

un lápiz de color, para tomar otro más. Lentamente, con diligencia y paciencia,

Zitao hacía eso. Sus cabellos negros parecían plata con esos roces del brillo de

la tarde. Yifan aspiró profundo, anhelando sentir más ese aroma a bebé que

despedía Zitao ¿Cómo es que olía tan espectacular? Y Yifan emitió un suspiro.

Parecía atontado cuando se quedó especulando cómo sería jugar a enredar sus

dedos entre los cabellos de Zitao.+

Pero ese suspiro, fue malinterpretado por Zitao.+

Zitao se quedó quieto en lo que hacía. La piel de su cuello se removió de arriba

abajo. Tragó duro, conteniendo el retorcijón en su garganta y apretó sus labios,

para luego remojarlos. Inmóvil un segundo, comenzó lentamente a mover la punta

de su lápiz rojo, continuando su tarea. Y entonces, secamente dijo.+

- No tienes... que... quedarte.+

Algo dentro de Yifan se partió. Fue como una sensación indescriptible de ese

maldito dolor al que ahora se daba cuenta que tanto le temía. Incrédulo, se

removió de su silla, componiéndose derecho. Zitao seguía en lo suyo, serio y

concentrado. Malditamente concentrado.+


- ¿Qué dijiste? – preguntó turbado Yifan.+

Zitao escuchó eso y elevó su cabeza, mirando por la ventana, como si estuviera

entendiendo la pregunta. Arrugó un poco más su frente y cerró sus párpados,

antes de volver su vista al dibujo. Sus dedos soltaron el lápiz rojo para tomar

otro color. Pintó unos segundos, para terminar deteniéndose cuando volvió a

hablar.+

- No tienes... no tienes que venir... a verme.+

Yifan no entendió. Solo en su mente quedaba divagando la cosa fea que le había

dicho antes, parpadeando incrédulo y congelado en su lugar. Sus manos se

sostuvieron duramente de los costados de la silla. Su pecho ascendió y

descendió, entre la rabia y la desesperación. Y entonces quiso saber, qué pasaba

por la mente de Zitao.+

- ¿Te molesto?+

Yifan vio la misma reacción en Zitao, que se detuvo en lo que hacía. Su mente

estaba meditando la pregunta recibida. Bajó entonces sus ojos al dibujo y esperó

un momento quieto.+

- Eres... eres voluntario... – dijo, con los ojos moviéndose sin orden alrededor

de esa figura de enfrente y luego siguió pintando.+


- Soy voluntario. Si ¿Es malo?+

Zitao no dio señales de haber prestado atención a eso. Y Yifan se vio obligado a

llamarlo. Una vez, dijo su nombre y otra vez, en lo que él seguía haciendo lo

mismo. +

- Zitao – llamó por tercera vez y agregó – ¿Podrías mirarme?+

Y Zitao se detuvo entonces, miró por ventana los árboles que se movían con el

viento. El resplandor de los últimos rayos que le daban al rostro, aturdieron a

Yifan que se le quedó mirando. Sus pupilas parecían de agua, transparentes y

tristes. La cabeza de Yifan parecía querer explotar tratando de comprender qué

pasaba. Si a Zitao ya no le gustaba su compañía, él tendría que limitarse a

aceptar eso. Quizá lo que le había dicho Kyungsoo antes, era razonable, porque

después de todo, él no era nadie para Zitao, nadie, ni siquiera ahora.+

- Yo no... yo no... – dijo repentinamente Zitao, sin mirarlo siquiera –...yo

no...necesito que me cuides. A mí...+

Zitao se encogió de hombros. De pronto sintió mucho frío. Se recordó que estaba

en mangas cortas y quiso pedir un abrigo. Pero acababa de decir justo que no

necesitaba nada. No podía desdecirse de eso. +


Queriendo olvidar su frío, Zitao quiso retomar su tarea, pero sus dedos

apretaron tanto el lápiz, que se le escapó de las manos. Vergonzosamente, esa

maldita cosa le demostró que al parecer si necesitaba que alguien estuviera.

Pero entonces, su mente le dijo que podría tomar otro color para dejar pasar por

alto el bochornoso momento. La cosa resultó para peor, cuando el otro lápiz se

le resbaló de las manos y fue a parar al suelo, haciendo un punzante ruido en lo

que rebotaba muchas veces, como burlándose de él. Entonces su mano ya nerviosa,

fue a tomar otro lápiz, raspando la fila multicolor, perfectamente organizada

para él, con tan mala suerte que parecía escurrírsele de las manos y terminó

emitiendo un rugido que largó de un manotón todo al suelo. Los lápices quedaron

rebotando.+

Yifan no dijo una sola palabra. Pero habría querido gritar, cuando escuchó que

Zitao decía.+

- Inútil ¿Verdad?+

Yifan se puso de pie y recogió lentamente todo. +

Cuando se acercó más a la mesa, por detrás de Zitao, acomodando en fila cada uno

de los lápices de colores, pudo percibir el respirar agitado de Zitao, que

cabizbajo, no podía ocultar su vergüenza. Y Yifan habría querido llorar, pero se

impidió a hacerlo por Zitao, que ahora temblaba. +


Cuando Yifan acomodó el último lápiz de la fila, se quitó la chaqueta que

llevaba puesta y la puso en la espalda de Zitao, rodeándolo con su abrazo. Yifan

siempre había sabido que Zitao apenas si toleraba el frío. Por eso él no dejaría

que nunca más pase frío.+

Encogido y pequeño, Zitao se quedó de pronto perdido entre las inmensas manos de

Yifan ¿Por qué tenía que ser tan lindo ese hombre con él? Cuando él, había sido

tan malo, portándose como un niño tonto.+

- Soy un tonto – se dijo.+

- Nunca – susurró en su oído Yifan, rozando sus labios en la piel sensible de

Zitao, haciendo que el calor emergiera desde su interior.+

Zitao nunca podría haberse dado cuenta de que ya hacía rato estaba llorando.

Pero naturalmente se volvió de perfil, aspirando del aroma espectacular de ese

hombre, estirando su cuello lo más que pudo, para esconderse en el hueco del

hombro de ese hombre, amarrándose de esos brazos en un temblor tímido y cálido. +

Yifan no sabía qué pasaba. Tampoco es que andaría preguntando, cuando lo que

importaba era su niño en ese estado de incertidumbre. Pero una cosa le quedaba

en claro. Zitao sí lo quería ahí, porque si no, no habría agarrado tan fuerte

las mangas de su camisa, reteniéndolo en sus gemidos. Solo se vio forzado a que

Zitao lo suelte, cuando se movió, para dar vuelta la silla de ruedas y se


agachó. Yifan lo miró serio y atento. Sus manos encerraron el rostro de su niño,

sacando con sus pulgares las lágrimas de sus mejillas. Zitao no lo miraba.

Estaba demasiado avergonzado como para poder siquiera elevar su cara. +

- Mi Niño – llamó.+

- No – susurró, sabiendo de antemano lo que ese hombre le pediría.+

- Mírame – pidió, sin dejar de acariciar con la yema de sus dedos pulgares, esas

mejillas calientes y empapadas – Mírame, por favor.+

- No.+

Yifan acercó tan en frente su rostro, que inevitablemente Zitao miró los ojos de

Yifan, en evidente desconcierto, parpadeando muchas veces, dejando notar el

titilar de sus pupilas aún nubladas y sus pestañas mojadas. Zitao se vio de

repente con sus dos manos, sobre las manos de Yifan que lo seguían sosteniendo.

Encogido de hombros, Zitao percibió el suspiro lleno de agotamiento de Yifan. +

- Te canso – murmuró Zitao.+

- Nunca – respondió, sacudiendo levemente su cabeza.+

Yifan, permaneció de rodillas ante Zitao. Él era tan alto que llegaba

tranquilamente a él. Era tan fuerte, que al final, parecía que ningún esfuerzo
le costaba. Menos ahora, que estaba como estaba, frente a Zitao.+

- Dime – pidió Yifan, con la claridad de su voz grave, pero apagada y sus cejas

elevadas, expectantes en una desilusión, si llegaba a responderle como no quería

– ¿Quieres que deje de venir?+

Zitao quiso bajar la mirada, pero entonces Yifan no se lo permitió, ejerciendo

una presión amable en él. Quizá en el fondo, Yifan ya sabía que sus ojos y su

mirada, eran la debilidad de Zitao; en realidad, siempre había sido así.+

- Eres voluntario.+

- Si. Soy voluntario – afirmó Yifan – Por ti. No para estar con otros pacientes.+

Zitao boquiabierta, miró atentamente a Yifan. +

- ¿Por... por mí? – murmuró como aferrándose a esa simple respuesta.+

- No me iban a dejar entrar de otro modo para verte. El doctor Zhang insistió
mucho en hacer las cosas bien.+

- Por mí – repitió.+

Yifan sonrió, moviendo sus dedos en las mejillas de Zitao.+

- Solo por ti. +

- Yo no quiero... no quiero molestarte...+

- No me molestas – le susurró – Nunca pienses que me molestas. De hecho, la

única cosa que me molesta de ti, es que creas que me molestas.3

Zitao frunció el ceño, al segundo que largó una sonrisa tímida. Yifan se sintió

desfallecer del calor, derretido por dentro como el tipo más estúpido, embobado

por su chico.+

- No entiendo...– dijo en medio de esa risa tierna Zitao – Tú estás... estás

loco...+

- Por ti – murmuró Yifan – Estoy loco, por ti.8

Y Zitao se quedó quieto, cuando escuchó eso. Y su sonrisa se perdió, cuando se

encontró con la mirada penetrante de Yifan. Ya había visto antes esa mirada. Era

como si ese hombre se lo quisiera tragar, hundiéndolo en esos ojos deslumbrantes


y excitantes en la oscuridad. Zitao vagabundeó con sus ojos, entre las líneas de

la boca entreabierta y brillante del hombre, y la mirada profunda que querían

retenerlo. +

Y Yifan, solo se quedó perdido en todo Zitao. Pero acordó con su razón, cuidar a

su niño. Pero apenas si el niño le daba respiro, porque Zitao desplazó

lentamente un dedo índice por la boca de Yifan. Yifan cerró los ojos, rabiando

en tener que concentrarse de hacer una locura. Si tan solo Zitao tuviera idea de

todo lo que se estaba conteniendo... Era la segunda vez que Zitao le hacía eso y

creía que no podría soportarlo demasiado tiempo, menos cuando el cosquilleo

inminente comenzó a hacer aflorar su deseo. Por eso se mantuvo como queriendo

ser inerte, quieto como una planta y modoso como un santo. Pero mierda, él no

era indiferente, mucho menos un vegetal que nada siente y lejos estaba de ser

santo. Entonces quizá pensó que los ojos cerrados, le harían percibir menos el

roce atrevido del niño e su boca, delineando delicadamente sus labios, como si

los estuviera dibujando. +

- ¿Cómo se siente? – susurró Zitao.+

Yifan atontado, abrió en su suspiro jadeante sus ojos, encontrándose con el

rostro de Zitao más cerca que antes, mucho más cerca.+

- ¿Qué...? – murmuró apenas. +

Y Zitao llevó su índice a su boca, como si se la señalara. Y después devolvió el


índice a la boca de Yifan. Y Yifan notó lo mojado de la punta del dedo de Zitao. .

- Un beso tuyo – dijo Zitao.14

Yifan maldijo por dentro, porque su cordura pendía de un hilo. El Niño lo estaba

matando.1

Zitao parpadeó lentamente, una vez y otra vez. Miró fijo esa boca que tenía en

frente y Yifan notó los ojos dilatados de Zitao. Era perfecto, hermoso, bello. Y

cualquier palabra no le haría jamás justicia.+

- Yo vi a Minseok y Jongdae...+

Joder. Cosas que los niños no tenían que ver. Yifan querría haber noqueado a

Jongdae. Por eso tragó duro, sin saber si preguntar o no. Pero cuando quiso

decir algo, abriendo apenas los labios, se encontró sin palabras ante la súplica

de los ojos de Zitao.+

- Tú dijiste – habló Zitao – que yo era tuyo...

Si. Era suyo. Se lo había dicho la primera vez que se besaron, en medio del

viento frío que los azotaba a los dos, cuando descendían de ese monte donde se

encontraban. Él se lo había dicho.+


"...no me importa ser un egoísta contigo. Yo solo te quiero a ti. Sólo te veo a

ti. Tú. Mi Niño. Nadie más. Nadie más que tú, existes para mí..." 4

Yifan tocó con la punta de su nariz, la nariz de su niño que se estremeció de

pronto gimiendo casi silencioso. Y Yifan vio las mejillas candentes de su niño,

que no se movió y esperó a que él hiciera lo que ansiaba recibir. Yifan jugó a

dibujar un diminuto círculo con su boca, en la boca de Zitao, sin tocarlo aún.

El aliento lo desquició por completo, pero no sería un arrebatado en el momento,

sino que tomaría lentamente lo que quería desde hace muchísimo tiempo. la mano

izquierda de Yifan, permaneció en esa mejilla acalorada y la derecha, se deslizó

por el cuello. Zitao suspiró entre un sufrimiento candente, que aleteó en un

suspiro que le llegó a Yifan y un...+

- Por favor... +

Que no pudo frenar en su pensamiento.+

Y Yifan rozó sus labios a los labios de Zitao, en un movimiento suave, en el que

abrió su boca y la cerró apenas, para que Zitao lo sintiera más. Y Zitao lo

sintió, tan bien, que sus puños se cerraron inconciente, apretando con rudeza

las muñecas de Yifan. Al beso suave y delicado que quiso ser en el comienzo, le

siguió el descontrol de Zitao, que abrió su boca como rogando ser descubierto

por Yifan. Ver lo que había visto de otros, no era nada con lo que sentía que

estaba recibiendo del hombre. Y Zitao se sintió feliz, como si el fuego

comenzara a encenderse más en su cuerpo, tirando hacia adelante, maldiciendo por


un instante la postura en la que estaba, porque de repente pensó ¿qué se

sentiría estar pegado a ese cuerpo? 2

Yifan avanzó hacia Zitao. Dios, amaba esa boca, esa pequeña boca tan bien

delineada, mojada, sabrosa, que sabía a gelatina, porque Zitao amaba esa

gelatina de frutilla con frutas que le daban y siempre pedía más y mierda, ahora

Yifan se daba cuenta que también amaba eso. Esa boca era más exquisita, mucho

más y era solo suya. Zitao abrió más sus labios y los cerró, pero no pudo evitar

morder sutilmente en su inexperiencia, el labio inferior del hombre que jadeó

incontrolable. +

Quiso apartarse, pero Yifan, no se lo permitió, sosteniendo su nuca.+

- Perdón – susurró como drogado Zitao, moviendo su boca en la boca de Yifan –

Sabes a... menta...+

- Mi Niño – suspiró Yifan, completamente nublado en su anhelo de más – Fue

espectacular...+

Y a Yifan se le fue la cordura a la mierda, obligando a Zitao a encerrarse en su

boca, en un juego desordenado, pero divino. 3

Esto era respirar, era tomar la vida, era volverse a encontrar. Esta boca, era

suya, maldita sea y nadie, nadie se la iba a quitar. Todo él era suyo y parecía

ser que Zitao no se quejaba de eso, sino que por el contrario, estaba rogándole
porque ejerciera de una vez y por todas, ese título que le había dado en su

brutalidad. +

Su Niño le había sido dado, quitado por un tiempo y devuelto a sus brazos. +

Y por eso mismo, Yifan tuvo más que claro, que ese beso pedido por Zitao, solo

podía significar que definitivamente, ellos estaban destinados.

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*Es la aplicación de calor en el cuerpo por medio de elementos materiales a

temperatura superior a la del cuerpo humano.+

*Mandala: Los mandalas son representaciones simbólicas espirituales y rituales

del macrocosmos y el microcosmos, utilizadas en el budismo y el hinduismo.

Dentro de las múltiples técnicas de relajación orientales, se encuentra la de

pintar mandalas, los cuales son publicados en libros parecidos a los libros

infantiles dedicados a pintar y colorear. En los últimos años, han sido muy

usadas en los círculos de los profesionales de rehabilitación cognitiva, para la

estimulación.
"La Estrella Azul de Zitao"

En un segundo todo lo perfecto, terminó en pánico. Si antes se sentía volar,

ahora creí que caía en picada.7

- ¡¿Zitao?! – exclamó, tomando entre sus manos el rostro de su niño que de

pronto se había desvanecido – Zitao, por favor...– jadeo de los nervios. 3

Y el grito de "ayuda", no supo cómo es que le salió de adentro, si apenas pudo

congeniar lo que pasaba. Luhan y Jongdae no demoraron en llegar al dormitorio, y

Yifan fue largado a un costado de la habitación que de pronto se hacía fría.

Quedó allí a la espera, mirando mientras Luhan y Jongdae lo recostaban en la

cama, al segundo que Luhan le tomaba la presión y hacía indicaciones a Jongdae

que salió corriendo. Yifan parpadeó varias veces, tocándose la frente con sudor

frío, sin quitar un segundo la vista de Zitao.1


- Yifan – escuchó que dijo Jongdae, tomándolo del brazo – Ven conmigo...+

Él no quería, pero Jongdae no había pedido, sino que le había ordenado hacerlo y

su cuerpo estaba tan tenso como sin control, que apenas si pudo darse cuenta del

momento en el que se encontró hecho a un lado, en el pasillo. Y esperó.+

Esperó quién sabe cuánto tiempo, apoyado en la pared, yendo y viniendo,

peinándose los cabellos, soltando las manos con rabia pesadamente al suelo,

insultándose por lo bajo, hasta que vio al doctor Yixing salir de ahí dentro,

con el doctor Wang, que lo miró de arriba abajo.+

Yixing metió las manos en los bolsillos de su bata blanca, acercándose a Yifan,

en lo que el psiquiatra se retiraba. Yifan pudo percibir esa mirada despectiva

del hombre, antes de que su rostro se diera la media vuelta ¿Lo acusaba? Mierda,

si él mismo se sentía culpable. Peor, cuando quedaron solos con Yixing que le

dijo.+

- Tuvo al parecer un ataque de ansiedad.1

Yifan cerró los ojos y emitió un insulto por lo bajo, mientras su nuca chocaba

apenas con el frío cemento detrás, quedándose sus ojos en ese techo blanco.+

- Yifan – llamó tranquilo Yixing – Necesito que me cuentes qué ocurrió.+

Yifan miró al médico avergonzado. Yixing frunció el ceño, como haciendo lectura
de ese mutismo de Yifan. +

- Si no me dices no podré ayudarte con el doctor Wang – dijo serio – Él no te

quiere cerca de Zitao.+

Yifan apretó los puños y miró severo a Yixing, arrugando su frente como si

quisieran matar ese nombre que acababa de decir. A Yifan la cordura se le estaba

yendo de las manos cada vez que Jackson se le acercaba a Zitao. Jongdae siempre

lo hacía perderse de la vista de ese hombre y Luhan le había dicho que entre los

dos profesionales habían tenido ya varios entredichos sobre la manera de tratar

a Zitao. La presencia de Yifan, fue la gota que rebalsó el vaso entre los dos,

que si antes habían discutido en privado, esto lo habían hecho público. Y Yifan

sintió culpa y remordimiento por el lío en que estaba metiendo al doctor Zhang,

pero espetó mierdas, apenas la cara del psiquiatra le vino a la mente, más por

la manera en que lo miraba a Zitao. Él no era idiota.+

- ¡¿Por qué?! – bramó a Yixing.+

- Yifan...– quiso hablar, conteniéndose en una paciencia que ya lo agobiaba.,+

- Él no es nadie – rugió dando un golpe hacia atrás a la pared, con el puño,

poniéndose erguido de repente.+

- Yifan – volvió a llamar Yixing, ya tenso.+


Yifan miró a un lado. De nuevo un insulto por lo bajo le salió de las entrañas,

mientras Yixing en vano buscaba sus ojos. Entonces Yixing le dijo ya sin vueltas

al asunto.+

- Yifan, estoy considerando seriamente dejarte seguir viendo a Zitao. Tu

conducta ¡No es razonable y no ayuda! – exclamó, cerciorándose en que a su

alrededor no hubiera moros en la costa, volviéndose rápido a seguir hablando con

Yifan – Tu manera de ver a Zitao... no es normal ¡Y ya no la entiendo!

Si a Yifan la rabia lo dominaba, en un instante su cara se transfiguró en

desesperación. Pálido por lo último que acababa de escuchar de boca de Yixing,

Yifan comenzó a respirar agitado, tocándose el pecho, como si se ahogara. De

pronto, estaba sintiendo malditamente lo que era un ataque de ansiedad, mientras

miraba a todos lados, tocándose la frente, sacándose apenas el sudor que

persistía en seguir emanando su cuerpo cansado. Se apoyó encogido sobre la pared

y no sintió cuando Yixing posó su mando en su hombro llamándolo varias veces.

Perdido como estaba, simplemente pudo decir incoherencias...+

- No me alejes de él por favor no de nuevo no quiero no de nuevo no quiero no

puedo...

- ¿De nuevo? – escuchó apenas hablar a Yixing – Yifan ¡¿Qué dijiste?!

Parpadeó muchísimas veces, apenas, tanteando la visión borrosa que tenía en


frente. El techo. Y balbuceó la primera palabra que se le vino a la mente.+

- Yifan...+

- Él ya se fue Zitao – respondió alguien a su lado. +

Zitao hizo a un lado su rostro y miró por la ventana a su derecha. Sobre su

escritorio los papeles seguían desparramados y los lápices de colores estaban

ordenados, uno al lado del otro, como Yifan se los había dejado. Era de noche.

Se sentía apenado por el poco tiempo que había pasado con Yifan, para terminar

peleando con el hombre y pidiéndole que no regresara.+

- ¿Estás bien? – escuchó Zitao.+

En su campo de visión, borroso pero acompañándolo sentado en una silla, a su

lado, estaba Yixing, sonriéndole tranquilo. Su doctor preferido posó la palma de

su mano en la cabeza de Zitao, poniéndose de pie ahora.+

- Mañana regresa – dijo como si estuviera leyendo su mente aturdida – No te

preocupes. Estaba muy nervioso ¿sabes? Pero le dije que mañana regrese a verte.

No estaba siendo de mucha ayuda aquí...+

- Qué... qué ¿pasó? – murmuró apenas.+

- ¿No recuerdas? – preguntó Yixing, elevando sus cejas, expectante como triste.+ i
- Yo... yo le dije que... no vuelva...+

Zitao volvió su rostro a un lado, conteniendo el impulso de llorar de amargura.

Yixing pegó un suspiro, pero unas palmaditas suaves en la cabeza del paciente,

le transmitieron seguridad.+

- Él me dijo que vendría. Estaba muy asustado por ti.+

Su paciente no dijo nada. Yixing apretó sus labios, sonriendo apenas, sin lograr

que Zitao lo mire de nuevo. +

- No te preocupes Zitao – dijo Yixing – Solo tuviste un desmayo. Quizá porque

debemos cambiar tu dieta, a una mucho más energética, con tantas actividades que

estás haciendo ahora. +

Yixing mentía, pero decirle la verdad a Zitao, podría ser contraproducente en el

momento. Debería hablar con Yifan al respecto.+

- ¿Estás despierto bello durmiente? – preguntó la voz alegre de Baekhyun – Te

trajimos la cena... +

Mientras la cama iba posicionándolo sentado, Zitao vio que Baekhyun no estaba

solo. Minseok había llegado para acompañarlo con Luhan y Kyungsoo. Sonrió feliz
de verlos juntos y allí se quedaron haciéndole compañía hasta muy tarde. Y el

beso, solo quedó en su mente como un sueño lejano, pero su mejor sueño, el más

brillante sueño, porque Yifan lo había besado.

Hace calor. Es insoportable. Por eso Zitao se limita a mirar desde la ventana de

su dormitorio el parque vacío, porque la alta temperatura de la siesta ha

corrido a medio mundo al interior con aire acondicionado. Sus cabellos siguen

mojados de haber estado en la pileta y se refriega las piernas, percibiendo

apenas una contractura extraña, diciéndose a sí mismo que quizá, sea eso bueno,

porque lo que creía que no funcionaría nunca más, está comenzando a funcionar.

Sonríe contento, mientras se da cuenta también, que sus manos tienen fuerza que

antes no tenían para hacer lo que está haciendo y de pronto se pregunta desde

cuándo pareciera que las cosas han comenzado a ir bien.+

- Yifan – susurra, solo, en donde está.+

Hace tres días que no viene y sus labios regresan a su seriedad natural. Su

pecho se comprime porque recuerda que lo último que le dijo es que "no tenía que

cuidar de él". Maldita boca. Él no debería haber dejado que los celos por verlo

con Kyungsoo hagan decir cosas feas. Verlos juntos, frente a frente, no le gustó

nada, en absoluto. Y después solo quería hacerlo sentir mal, como si Yifan
pudiera entender...+

Y entonces, sentado cerca del borde de su mesa, es e lugar en el que estuvo con

él por última vez, Zitao mira de nuevo al exterior. Los rayos de sol le dan

completo en la cara y se siente apabullado de tanta luz. Cierra sus ojos y miles

de chispas azules destellan dentro, cuando el eco de su voz lo golpea en su

cabeza.+

"¡¿Estás loco?!", escucha que dice una voz frágil y aguda.+

"Por ti... estoy loco por ti...", resuena como si de una súplica llena de tanto

saliera desde dentro del alma de quien lo dice.1

Pero él no conoce esas voces, aunque familiares y dentro, inquieto aprieta ahora

sus párpados llevando su mano derecha a su frente, queriendo enterrar sus dedos,

para sacer eso que está allí y no se deja ver. Una línea leve se dibuja en esa

frente, de repente llena de gotas diminutas. Se refriega y queda atontado, como

si escuchara murmullos en su cabeza. No entiende. Como tampoco entiende por qué

las yemas de sus dedos han ido a parar a sus labios, rozándolos y dibujándolos

como percibiendo cosquillas.+

"Tú dijiste que yo era tuyo" +

Y sus ojos se abren repentinamente, sintiendo la sed del sol que lo está

quemando de frente. Aspira tanto que percibe el aire frío del ambiente y está a
punto de decir algo más, cuando una voz se asoma de la nada.+

- ¿Joven Huang? – llama desde atrás el señor que siempre viene a ver a Minseok

en el hospital.+

Zitao regresa su vista como puede al caballero, que bien sabe que gentil se

apresura en ponerse al frente. +

- Señor Jang – dice él sonriendo aunque aturdido por la presencia repentina del

hombre – Creo que Minseok hoy está en...1

- Sé que está nadando ahora – interrumpe suave el señor, acercando una silla al

lado de Zitao – Solo quería saber cómo estás tú. 1

Zitao achica sus ojos ante el brillo del sol y el caballero estira sus brazos

para bajar entonces la persiana, cuidando del chico.+

- Gracias señor – dice Zitao aliviado. +

- De nada – responde Jang Hyuk, tomando asiento a su lado. +

El señor se da la media vuelta, desde donde está y estira nuevamente su mano a

la mesa de luz de la habitación. Recién Zitao se da cuenta que el señor ha

dejado una bolsa allí. Jang Hyuk acerca ahora la bolsa blanca en el escritorio,

sacando a la luz una tarrina de helado de cartón. 1


- Pedí permiso al doctor por Minseok y por ti. Hace mucho calor – explicó el

caballero, sacando también dos vasos de cartón con cucharillas, dejándola sobre

la mesa, junto a unas servilletas de papel – ¿Te gustará que frutilla y

arándanos? +

Jang Hyuk sonrió más y Zitao se encontró imitando al señor. Abrió su boca para

decir algo, pero se encontró apenas logrando emitir alguna palabra.+

- Yo... yo nunca...+

- Yo sé que te gustará el arándano – dijo él mirando de reojo a Zitao y

sonriendo con seguridad.3

Zitao nunca había probado helado. Él no sabía lo que era eso. Pero parecía rico

tan solo de verlo. Incluso ni siquiera sabía lo que era el arándano. Tímido

Zitao se encontró permitiendo que el caballero pusiera sobre su regazo, con

delicadeza, una servilleta de tela suave. El señor Jang tenía esos detalles tan

lindos y delicados. Incluso en traje, aun serio y mirando altivo, él hacía cosas

que solamente alguien bueno podía hacer por él. Como en el momento en que Zitao

se encontró avergonzado de verlo hundir una cuchara en el vaso que supuestamente

era para él y llevársela a la boca.3


- Señor Jang...– murmuró Zitao.+

- Solo una cuchara – dijo amable – Toma antes que se derrita.+

Y Zitao se vio obligado a tomar eso, abriendo la boca. Y se encontró consumiendo

esa delicia que era lo mejor que había probado en la vida, aún si su nariz

hubiera dolido un poquito por el frío que le fue a la cabeza. Y se encontró

tapándose la boca y riéndose por el dolor de lo sabroso, al segundo que vio a

Jang Hyuk reírse a la par. +

- ¿Te gusta? – preguntó el caballero.+

Zitao asintió, al segundo que se encontró con el segundo bocado de ese néctar,

dejando al señor Jang Hyuk darle el helado en la boca, como si fuera algo que le

agradaba hacer, por la naturalidad y la soltura con que le servía. +

- Me alegra que te guste – dijo el señor mostrando su perfecta sonrisa – Sabía

que el de arándano te iba a resultar sabroso.

Aunque la fresa y el arándano rondaban como memoria, recordando lo de la siesta

¿Por qué la menta le resultaba el sabor más necesario como si alguna vez lo

hubiera probado? +
- El señor Jang es muy amable – comentó Minseok.+

- Uhu...+

Silencio, mientras Minseok seguía con la cucharilla en la boca, relamiéndose de

lo último que quedaba de la tarrina de helado de frutilla.+

- Qué bueno que trajo helado – habló de nuevo, mirando de reojo a Zitao, que

seguía mirando... algo.+

- Uhu...+

De nuevo el silencio embargó el espacio. Minseok suspiró y negó con su cabeza

muchas veces. Estaba preocupado.+

- ¿En qué piensas tanto? – preguntó Minseok.+

- Nada.+

Minseok permaneció a su lado, en la silla normal mientras su andador permanecía

de pie, justo a la par del escritorio de Zitao. Apoyó su brazo en uno de los

sostenedores y su mentón allí, para mirarlo mejor. Cuando sus ojos ya habían

visto suficiente a juicio de Zitao, que se sentía incómodo, terminó por

reclamarle.+
- ¡¿Qué?!+

Minseok encogió sus hombros y le dijo.+

- ¿Por qué siempre te callas lo que sientes? Yo te lo cuento todo el tiempo.+

Zitao lo miró de reojo, en lo que veía hacia las persianas bajas de la ventana.

Ahora querría haberlas tenido arriba para saber más o menos dónde andaba el sol.

Él creía saber hasta qué hora podría ser que él llegara, solo viendo la altura

del sol, porque si estaba desapareciendo, tenía al menos la leve esperanza de

que apareciera por esa puerta.+

- Zitao – le reclamó Minseok, tocando su brazo.+

- Mini...– dijo apartando su brazo –...no quiero...+

Minseok lo miró con desilusión y ese gesto en los labios, cuando emitía un

resoplido propio de cuando no le gustaba algo. Parecía como el peluche que le

había regalado y que estaba de adorno en su cama, al que decía "Gato". Zitao

miró a su "Gato" de peluche y a Mini y creyó que eran iguales.+

- Igual yo sé – dijo Minseok, sonriendo de pronto pícaro.+

- ¿Qué sabes?+
- Te gusta Yifan y lo quieres ver – respondió Minseok, sintiéndose satisfecho

con sus conclusiones, sabiéndose inteligente como Luhan siempre le decía, cuando

él adivinaba cosa de los demás, aunque no dijeran nada.+

Zitao bajó los ojos, ya viéndose sin verse con las mejillas llenas de calor ¿Era

tan evidente? +

- Jongdae dice que estuvo haciendo trabajo – explicó Minseok – Que por eso no

vino. Sabes que...+

- Ya sé – interrumpió secamente.+

- ¿Qué sabes?+

- Viaja.+

Minseok hizo silencio. Si. Era eso lo que iba a decirle. Pero siguió mirando a

Zitao, que estaba absorto en las cosas sobre la mesa. Hacía tres días había

dejado todo intacto, allí, sin que fuera movido un milímetro siquiera, los

lápices de colores enfilados y los papeles desordenados, pero pintoresco. +


- ¿Mandalas? – preguntó Minseok.+

- Concentración – dijo Zitao.+

Cortas y breves palabras. Así era todo con Zitao. Y Minseok se dio cuenta recién

ahora, por qué es que Zitao no quería decir lo que le pasaba. Un gruñido apenas

audible salió de su garganta y le reclamó a Zitao.+

- ¿Por qué siempre piensas que molestas?1

Zitao lo miró con fastidio. Apretó sus labios haciéndolos una línea fina y cerró

sus puños en su regazo. Como niño que no tenía respuestas, terminó por encoger

sus hombros en una sacudida corta y filosa. +

- No quiero...hablar.+

- Mentiroso – reprochó Minseok, sentándose bien derecho – Ya te has convertido

en un experto en decir mentiras. +

- ¡¿Qué?! – exclamó pasmado Zitao.+

Un dedo índice fue a hincar molesto en el hombro de Zitao, haciéndolo removerse

hacia atrás. Un quejido le salió en respuesta, mirando feo a Minseok.+


- ¡¿Qué te pasa?! – le retó Zitao.+

- ¿Por qué sigues encerrándote así? – le increpó enojado – Si no hablas ¡¿Cómo

quieres mejorar?!+

Definitivamente él no le podría ocultar nada a Minseok, si en definitiva quizá

era la persona que más lo conocía. Le daba vergüenza hablar lento, pausado,

entrecortado y a destiempo. No era tan estúpido como para no darse cuenta de que

todos a su alrededor debían esperar por sus respuestas, sus deletreos hechos con

fuerza. A veces se equivocaba y al final terminaba por estropear las cosas sin

poder explayarse en las frases, sin poder siquiera aclarar o explicarse. Por eso

había decidido callar o decir monosílabos. Pero la cosa iba para peor.+

- ¡Jongdae dice que tienes que hablar! – insistió Minseok, sintiéndose de

repente como si hubiera perdido una batalla – ¿Cómo quieres que sepa lo que te

pasa si callas?+

- No sé de qué hablas...+

Un rugido de parte de su mejor amigo y ahora una palma en su cabeza le fueron a

parar a Zitao de castigo. De nuevo Zitao lo miró dolido y tocándose la cabeza.+

- ¡Ya basta Mini! – gritó – ¡Duele!2

- ¡Así debes decir las cosas! ¡¿Ves?!+


- Yo hablo – reprochó Zitao, de nuevo sacudiendo sus hombros y bajando la vista.+

- ¡Tienes que decir todo Zitao! – exclamó Minseok exasperado.+

Zitao se quedó tieso; refunfuñó, cruzándose de brazos y simplemente se limitó a

permanecer en un tenso silencio, haciendo enojar más a Minseok, que terminó por

gritarle.+

- ¡Dime algo! 1

- ¡Lo extraño!

Jongdae camina por el pasillo. Detiene un segundo su paso cuando regresa su

vista hacia el interior del dormitorio de Zitao. Él sigue ahí, desde la siesta

que el señor Jang ha estado haciéndole compañía, desde la tarde que Minseok ha

estado hablando con él y ahora, sabiendo que ya el sol se está perdiendo.

Jongdae mira hacia el frente y está por seguir su camino, pero ruge por lo bajo,

sintiéndose de pronto en la obligación de algo. Y se mete dentro.+

- ¿Zitao? – llama entonces, sonriendo un tanto nervioso, cuando ve al chico que

regresa su mirada con esmero, devolviéndole el gesto amable.+


Jongdae da la vuelta la silla de ruedas de Zitao, que preocupado mira hacia la

ventana. Su boca se abre y cierra perplejo, queriendo decirle algo a Jongdae,

pero rápido Jongdae, levanta la persiana dejando que ingrese lo último que queda

de los rayos del sol de verano. Y Zitao siente en su nuca la luz que ahora le

alumbra como aureola alrededor de su silueta. Jongdae acerca una silla al frente

y se sienta, sonriéndole más a Zitao, cuando le murmura un...+

- Gracias.+

- De nada – responde su enfermero.+

Se hace un silencio en el que Jongdae observa cabizbajo a Zitao, que juega con

sus dedos en el regazo. Sonríe, acordándose de ese maldito tic nervioso de

Luhan. Jongdae sabe que la parte testaruda le ha quedado de Baekhyun y los ojos

peleadores, como asesinos de Kyungsoo. Pero esa mueca de niño, como si estuviera

enojado por algo que no dirá y los silencios perpetuos, obviamente porque algo

le molesta, son de su Minseok. Y Jongdae siente que quiere mucho a este Niño

recién despierto, al que odiaba por ser quien era, pero que ahora solo quiere

ver bien. Estira entonces su mano a la cabeza de Zitao y remueve sus cabellos,

despeinándolos un poco. Zitao sabe que es un gesto de cariño, eleva sus ojos y

vuelve a sonreírle, apenas.+

- Lo estás esperando ¿Verdad?+

Zitao asiente. No quiere hablar, ni decir nada, porque su garganta duele un poco
y cree que se le irán mocos de la nariz como alguna vez le pasó. +

- Él vendrá apenas pueda – dice Jongdae, tomando una mano de Zitao y comenzando

a masajearla, presionando con delicadeza en algunas partes puntuales.+

- Como Yifan – habla Zitao.+

Jongdae eleva sus cejas, queriendo entender mejor lo que le ha dicho Zitao. Y

Zitao explica.+

- Yifan hace eso, en mi mano...+

- Lo aprendí de él – dice Jongdae, sonriendo y continuando en esa tarea – Yifan

sabe muchas cosas. Nunca puedo entender cómo es que sabe tantas cosas. Parece un

viejo de tanto que sabe – resopla burlón, estirando el brazo del paciente,

mientras sus manos deambulan aflojando de a poco los músculos tensos de Zitao

hasta su hombro, que se ha estado quieto, atento escuchando a Jongdae.+

- Siempre lee.+

- Le gusta muchísimo. De algún lado aprendió todas las frases de buda de los

libros que te las larga de la nada ¿Sabes quién es Buda?+

- No.2
- Un maestro o algo así. Mi hermano es budista, por la mujer de mi papá. Yo soy

cristiano como mi mamá. +

- No sabía que tenías un hermano.+

- Kim Junmyeon. Mi hermano de sangre. Y Yifan es mi hermano elegido – dijo

llevando su mano el pecho, golpeando su corazón con fuerza – Él me salvó muchas

veces. Si no fuera por él estaría muerto ahora... quién sabe...+

- ¿Por qué dices eso? – preguntó curioso Zitao, ladeando su cabeza a un lado,

mientras Jongdae comenzaba a trabajar ahora el otro brazo de Zitao.+

- Es... complicado. Pero siempre ha sido la voz de la razón. Desde que lo

conozco siempre ha sido así ¿sabes? Como un hermano mayor cuidando de todos.

Siempre busca protegernos. Él siempre ha sido el más fuerte. Nos enseñó todo lo

que sabemos. Es bueno en idiomas y todo lo que tenga que ver con tecnología...+

- No sabía – murmura por lo bajo.+

-Es bueno también en tiro al blanco y en artes marciales – sigue contando


henchido de orgullo Jongdae, mientras sacude su cabeza y mira con entusiasmo a

Zitao – ¡qué mierda...! Es el mejor en eso de todos nosotros. Una vez lo vi

encestar un golpe duro en el pecho con la palma de su mano... – dice dándose a

sí mismo con la palma de su propia mano, en el corazón –... el tipo se fue al

otro mundo y... y... mierda...+

Quizá los ojos aterrados de Zitao, confundidos y perplejos, callaron a Jongdae.

Pero alguien terminó el relato, diciendo tranquilo.+

- ...y luego el señor se levantó del suelo con mi ayuda, nos dimos la mano

amablemente y prometimos que al día siguiente nos veríamos para seguir

practicando como buenos amigos. Fin de la historia. 3

Y Yifan detuvo su vista en Zitao, que le sonrió tan bonito, mientras el sol

seguía dándole justo de espaldas, dibujándole amarillo a su alrededor.+

- ¿Desde hace cuánto estás parado ahí, escuchando como vieja chismosa? – le

reclamó Jongdae.+

Yifan no apartó su mirada ni su sonrisa del rostro de Zitao. Si tan solo supiera

Zitao que había peleado con Sehun porque debía hacer ese viaje. Pero no había

manera de poder demorarse más en eso. Tener de repente en frente suyo la tarea

que no podía eludir, le hizo comenzar a pensar en Zitao y en lo lejos que

podrían llegar a verse uno del otro. Y Yifan no habría querido embarcarse en ese

tipo de responsabilidades. Pero la realidad avasallante, otra vez, pero no lo


turbó ni un poco en saber que debía regresar sano y salvo para Zitao, que ahora

lo mirada sentado, con esos ojos radiantes y su sonrisa perfecta. Valía la pena,

regresar por él.+

- Mi Niño – le llamó, como a Zitao ya le gustaba tanto – ¿Cómo haces para

aguantarlo? – preguntó burlón, señalando a su amigo a un lado.+

- Me gusta... – dijo Zitao, observando que al instante, la sonrisa de Yifan se

le perdió en el aire, siendo reemplazada por el ceño fruncido, clavándole los

ojos a Jongdae que tragó duro, apartando de repente las manos de Zitao y

poniéndolas bien a la vista, no sea de que malditamente pensara mal. Pero Zitao

siguió – Me gusta... me gusta que me hable... de ti. +

Y a Yifan se le suavizó todo por dentro, cuando los ojos se volvieron a Zitao. Y

Jongdae se sintió respirar de nuevo tranquilo, mientras acariciaba su pecho, ni

que estuviera pidiéndole al corazón volver a latir, después de que se le había

frenado, sintiendo que el culo se había estrujado n segundo. Rezó por lo bajo

algo, mientras se puso de pie.2

- Lo estaba cuidando – dijo Jongdae, recibiendo de nuevo esos ojos negros de

Yifan ni que lo quisieran matar. Por eso le aclaró – Él estaba esperándote. +

Farfulló Jongdae un "idiota", mientras caminaba hacia la puerta, chocando su

brazo derecho, con el de Yifan. Un "igualmente" de Yifan, llegó a los oídos de

Jongdae, pero Jongdae siguió viaje, porque había una cosa más importante que
hacer, tomar su dosis antes de irse a casa.1

Y allí se quedaron los dos.+

Yifan enarcó una de sus cejas, metiendo sus manos en los bolsillos de pantalón.

Zitao no pudo evitar mirarlo de arriba abajo, sintiéndose cohibido frente a la

imagen de ese hombre vestido de traje, que caminó unos pasos, deteniéndose

repentinamente para mirarse a sí mismo. Yifan miró entonces su vestimenta,

creyendo entender algo y repasó su mano por la solapa de su saco gris,

desprendiendo el botón de la ceñida prenda, dejando entrever más todavía el

porte esbelto del hombre, tan alto, que Zitao se sintió aturdido.+

- Disculpa – dijo repentinamente Yifan – Apenas bajé del avión y tuve que

cambiarme el aeropuerto porque tuve una reunión que no podía dejar pasar. Si

regresaba a mi apartamento, me habría demorado más en llegar aquí.+

- Hola – fue todo lo que le salió decir a Zitao, mirando a lo alto.3

Yifan se dio un golpe mental, de su propia estupidez, creyendo que quizá a Zitao

ni le importaba tanta explicación que pudiera darle, como si rendirle cuentas de


sus días y su tiempo fuera imperioso. Por eso se sentó en esa silla abandonada

por su amigo y avanzó un poco, sintiéndose completamente lejos de su niño. +

- Hola – respondió con una sonrisa – Perdona por no avisarte que me iba ¿Cómo te

has sentido en estos días? – preguntó, aún sabiéndolo todo por Yixing y Jongdae.+

- Bien ¿Y tú?+

- Bien – asintió Yifan.+

Yifan dio un suspiro, mientras sus ojos se cerraban. Zitao se dio cuenta de esos

ojos cansados de Yifan, iluminados por los rayos del sol que ya se iban y no

pudo evitar levantar su mano para peinar ese mechón rebelde que jugaba en la

frente del hombre que lo tenía hipnotizado. Y Yifan abrió sus ojos, dejando que

Zitao siguiera peinando sus cabellos, sonriendo sin ruido, para dejar que su

niño hiciera eso que tanto amaba que hiciera.+

- Yo sé – habló su niño, mirándolo a los ojos, apabullando a Yifan con tanta

paz, mientras sus dedos seguían jugando a hundirse entre sus hebras – Yo sé...

que estás... cansado...+

- Si – respondió sin ocultar nada Yifan – Pero quería verte. +

- Yo también – dijo Zitao, envolviendo el rostro de Yifan entre sus manos – Te


extrañé... mucho. Fue... fue aburrido... sin ti. +

- Y yo... también te extrañé...+

Y Yifan tuvo que contenerse por no aturdir a su niño, que bien sabía había

olvidado ese beso. Maldita sea. Yixing se lo había hecho saber y le había dicho

además que debería cuidar más a Zitao. Por eso Yifan se removió hacia atrás,

aprovechando de paso ese momento.+

- Cuando estuve...– dijo Yifan, reteniéndose un instante, frunciendo el ceño,

como recordando qué diría – Cuando estuve, donde estuve, trabajando, vi algo que

me hizo recordar a ti.+

Zitao se removió sorprendido en su silla, apoyándose con fuerza en los

reposabrazos, para acomodarse más erguido. Vio a Yifan hurgar en el interior de

su saco y sacar una bolsa de tela oscura, que denotaba el peso de algo dentro. + s

- Cierra los ojos – pidió Yifan.+

Zitao sonrió, sintiendo cosquillas en su vientre, como si fuera un lindo juego.

De pronto todo se volvía más alegre con Yifan ahí, más cuando se encontró

removido de su lugar por Yifan, que lo cambiaba de posición, sintiendo que de

nuevo el sol le daba en la cara.+


- ¿Ya puedo abrirlos? – preguntó Zitao entre risas.+

- Un momento... – pidió, contando luego, mientras Zitao seguía emitiendo ese

jolgorio para la felicidad del hombre –... uno, dos... tres... abre los ojos. 2

Zitao parpadeó muchas veces, encontrándose con destellos de colores que

centelleaban en formas diminutas ante sus ojos. Un arco iris diminuto se reflejó

en sus pupilas y él sonrió al ver esa pequeña piedra que Yifan sostenía entre

los dedos de su mano derecha, dejando que el sol la alumbre, queriendo

evidentemente que Zitao aprecie más lo bello del... anillo.+

Y Yifan tomó asiento mientras, sosteniendo el anillo que Zitao seguía mirando.

Los ojos del niño se quedaron vagando en ese aleteo brilloso, impresionado del

material.+

- Es... es tan... bello...+

- Es un diamante – explicó Yifan, aprovechando los últimos rayos de sol,

persistiendo en sostener la pieza en alto por un momento más – Es único en el

mundo. Perteneció a la corona de Baviera y paso a la corona de Austria, hasta

que un emir árabe la compró en una subasta. Fue tan reñida la compra, que hasta

el día de hoy, se lo conoce como el diamante más caro del mundo. +


Zitao frunció el ceño confundido, inclinando su rostro para ver a Yifan a los

ojos y le dijo.+

- No entiendo...+

- ¿Qué no entiendes Mi Niño? – preguntó.+

- Qué... ¿qué es... un diamante? ¿subasta? ¿Bavie...? No...+

Yifan entonces se dio cuenta, que en su brutalidad y entusiasmo había obviado

esos detalles. Sus hombros cayeron pesadamente, abandonado en su regazo el

anillo que sostenía. Miró tan profundo esos ojos que tenía en frente,

sintiéndose más feliz por tenerlo, porque Yifan sentía que realmente lo tenía. Y

agarró la mano derecha de Zitao, buscando su dedo anular. Una caricia bastó,

para que Zitao sintiera esa cosa escalofriantemente tentadora que quemaba en su

cuerpo, percibiendo hasta la médula la necesidad de más de Yifan, que ahora

tocaba la piel y acariciaba con su dedo pulgar, rotando en círculos

tranquilizantes. +

- Un diamante azul – escuchó decir al hombre, en ese tono gutural que encantaba

al niño – Es una joya muy costosa y difícil de encontrar por su color, o forma.

Esta en particular – dijo entonces, deslizando el anillo en el dedo de Zitao –

Azul es un color muy difícil de encontrar en diamantes. Por eso la llamé "La

Estrella Azul de Zitao", porque me recuerda a ti.+


Boquiabierta, Zitao miró su mano, mientras lo bonito de su anillo hacía denotar

más otra cosa, que Yifan le hizo ver.+

- Queda perfecto, entre tus estrellas de colores.+

- Dijiste... dijiste que te recuerda... a mí...+

Y ahí estaba de nuevo, su niño, con esos ojos bien abiertos y sus mejillas

acaloradas. Dios, tan solo contenerse no bastaba. Pero Yifan le sonrió, porque

así era como lo amaba, dibujando con su mirada los contornos traviesos de Zitao

en lo que los rayos del día se iban perdiendo, dejándolos entre las luces y las

sombras de una larga jornada. Pero Zitao... Zitao era su descanso absoluto. +

- Es la joya más bella en su género – respondió a eso Yifan, mientras su mano se

elevó para que sus dedos terminaran por delinear el contorno del rostro de Zitao

– Poco común en color, haciendo que parezca ante la luz como si miles de

estrellas salieran disparadas en la noche oscura – dijo mirando fijo a Zitao,

que inmóvil lo escuchaba atento – Es el más precioso en su brillo, porque fue

tallada con mucho cuidado, para que sea una piedra perfecta y única. +

Zitao parpadeó muchas veces, antes de bajar la vista a un lado, sabiendo que

Yifan le seguía viendo. Yifan se dio cuenta que Zitao estaba confundido, pero

esperó por él, cualquier cosa, menos que Zitao se quitara el anillo que le

acababa de dar. Zitao movió con delicadeza y hasta asustado, hacia la mano de

Yifan. Y es que Yifan no le había aclarado ese detalle significativo.+


- Es tuyo – dijo Yifan, sin tomar de regreso el anillo – Lo compré para ti.+

La emoción embargó a Zitao, sintiendo que su corazón comenzaba a golpear fuerte

en su cuerpo. Boquiabierta, quiso decir cosas que no le salieron rápido.

Confundido apenas murmuró.+

- Pero... pero tú... dijiste que... que... cuesta mucho y...+

Apenas si Zitao pudo sacudir su cabeza, negándose a tomar el anillo. Pero Yifan

sonrió, atrayendo más cerca esa silla donde se encontraba su niño. Zitao se

encontró con esos ojos profundos del hombre, que lo envolvían en la oscuridad de

esos brillos que viajaban entre sus pupilas. +

- Es un regalo – dijo él – Por todos los años en los que anduviste dormido entre

estrellas, Mi Niño.15

Y los ojos de Zitao se llenaron de lágrimas. Y Yifan querría haberse metido esas

palabras en la boca, cuando Zitao gimoteó por lo que le había largado tan

brutamente. Podría haberse esperado quizá en su angustia, que Zitao volviera a

desvanecerse. Pero Zitao lo miró tranquilo. Una lágrima se disparó chispeante,

pero él sonrió feliz a Yifan. +

- Gracias – balbuceó, mientras Yifan, como siempre, se encargaba con sus

pulgares de quitar las lágrimas – Yo no tengo...1


Se miró a sí mismo, como mostrándole las manos vacías, con su pecho subiendo y

bajando agitado, de tanto que querría darle al hombre que lo envolvía por

completo. +

- Mi abrazo – dijo Yifan – ¿Me das mi abrazo?1

Si tan solo Zitao supiera lo que ese abrazo significaba para Yifan. Pero esta

vez fue Zitao quien se perdió acurrucado en el pecho del hombre que se lo

llevaba todo de él, porque nada más que él tenía para darle. Al final, Yifan

tenía razón en eso. No sabe cuánto tiempo pasó entre sus brazos. Solo sabe que a

Yifan, al parecer, le gusta mucho estrujarlo contra su cuerpo, apoyando de vez

en cuando su mejilla en su cabeza y suspirando entre sus cabellos. Y a Zitao le

gusta también el calor de Yifan, que emana ese olor tan rico que jamás se

cansaría de pensar, porque quiere descubrir a qué sabe el hombre que se está

robando hasta sus sueños. Si tan solo Yifan supiera lo que ese abrazo significa

para Zitao.+

Y además de todo eso, Zitao ve la piedra en su mano. Si él le recuerda a Yifan,

a la joya más bella, perfecta y preciosa, él quiere ser en verdad, como esa

piedra preciosa.
Familia

- Así que, actualmente ella maneja una agencia de modelos – dijo Yifan a

Hangeng, mientras revisaba las carpetas desparramadas en el escritorio, cruzado

de piernas y absorto en esas páginas – Y dicen que tuvo a la niña de un amante,

pero nadie sabe quién es.+

- Según los informes ellos mantenían un amorío. Parece ser que el hombre es muy

poderoso. Se dice que mantiene a la niña, pero sin haberle dado el apellido

porque el hombre es importante y de una familia reconocida.+

- Recuerdo que Zitao habló de un viaje de su madre con su pareja. Siempre dudé

de eso – rememoró serio, mientras hojeaba los datos – Entonces es su hermana. Es

familia de Zitao.+

- No hay dudas.+
La foto de la niña y de su madre, quedaron en medio de los papeles sueltos. +

- ¿Tú recuerdas a su madre? – preguntó Yifan a Hangeng, estirándole la imagen.+

- Es ella – asintió él – Zhang Ziyi. Ha cambiado poco y nada.3

- ¿Ella sabe de ti?+

- No. Cuando Zitao me veía en las prácticas en Shaolin, lo hacía sin que ella

supiera. Una sola vez la vi – dijo apenado de recordar eso – Cuando a eso de los

16 años ella fue a buscarlo, sacándolo a empujones porque él le había ocultado

que estaba haciendo eso. Ella nunca me vio.+

Un sentimiento de aversión invadió el rostro de Yifan, que apretó su mandíbula

ante la confirmación. Se recordó todo lo sucedido. Fue como cerrar los ojos y

regresar a esos días. Ella nunca había estado presente en el plano de la mente

de Yifan, hasta ahora, que venía a aparecer como parte de la vida de Zitao.+

- ¿Qué piensas tanto? – preguntó Hangeng.+

- Es imposible que ella no supiera, por cómo vivía con Zitao...– pensó en voz

alta. +

- ¿Qué cosa?+
Miró entonces a Hangeng y se aseguró de otros datos.+

- ¿Tú sabías que era acompañante y muy exclusiva en ese tiempo?+

- Así es. En ese círculo de gente, todos sabían quién era Zhang Ziyi. Zitao

incluido.+

- Aquí dice que ella tuvo una hermana que murió asesinada cuando era muy joven. +

- Prostituta – asintió Hangeng, turbado de solo pensar en esas cosas – Una

historia de vida bastante trágica al parecer la de esa familia.6

Yifan quedó mudo un momento. De repente esa frase tenía un angustiante sentido.

Pero no quería pensar así de Zitao.+

- Son demasiadas cosas que no encajan aquí. Todo esto es una mierda... – rugió

Yifan, largando los papeles a la mesa y poniéndose de pie.1

Caminó por un minuto de un lado al otro de la oficina, mientras Hangeng lo

analizaba. Yifan se detuvo entonces y bajó los párpados, comenzando a susurrar

algo, hablando consigo mismo. Hangeng sabía bien que esos ojos cerrados,

mientras murmuraba cosas sin sentido, eran la señal de que estaba a punto de dar

una orden. Y no se equivocaba. +


Para Yifan, nada encajaba. Nada teniendo en cuenta que esa última vez en que se

habían visto, Zitao había huido lejos de ese sujeto que lo mantenía esclavizado

¿Acaso había ido en busca de su madre? ¿O estaba también huyendo de ella? ¿Su

madre no estaba al tanto de la situación de su hijo en ese estado? No podía ser.

De seguro, por la lógica de vida de la mujer, lo más probable es que ella misma

hubiera llevado a su hijo a su "dom", porque desde la óptica de Yifan, todo

parecía bien armado alrededor de ese maldito círculo desquiciado. Pero no la

había visto. Yifan nunca la había visto a ella en medio de todo eso. Pero Zitao

le había comentado que él vivía con su madre y Hangeng aseguraba que ella era su

madre. Una madre que era agente de modelos.

- "Modelos" – rugió por lo bajo, lanzando una risa despectiva.+

Yifan sabía que ellos no eran modelos. De ser modelos, por la magnitud de la

agencia, Eunhyuk lo sabría y serían reconocidos en Asia. Pero estos chicos y

chicas, no eran modelos. No al menos de pasarela. Era de comprender por qué no

venía a ver tan seguido a Zitao y de dónde sacaba el dinero para el tratamiento,

en parte. Pero si ganaba tan bien ¿por qué no dio más cosas a Zitao? Y lo que no

encajaba tampoco, era el por qué la mujer había trasladado a Zitao a Seúl...2

Yifan abrió los ojos, miró a Hangen que se puso de pie y le ordenó.+

- Pon guardias. Quiero guardias las 24 horas del día para Zitao.+
- Yifan ¡¿Estás loco?! – exclamó Hangeng descolocado – No es nada tuyo y no

podríamos pedir permiso ¿Con qué excusa haríamos eso?+

- Hablaré con Jongdae para que se hagan pasar como parte de sus guardias – habló

rápido Yifan, sin dar demasiadas explicaciones – Y envía a un grupo de nuestros

hombres a investigar personalmente los últimos años de la vida de Zhang Ziyi. Y

que sean chinos, no quiero levantar sospechas enviando coreanos allá...+

- De acuerdo – asintió Hangeng – ¿Algo más?+

- Si. Métete en las cámaras de seguridad del hospital y coloca gente alerta todo

el tiempo a mirar quién se relaciona con Zitao y el círculos de sus amigos...+

- ¿Por qué tanto? – recalcó Hangeng, con el ceño fruncido por la confusión que

le generaba todo eso.+

- Porque nada alrededor de Zitao es normal – aseguró – Comenzando por el hecho

de que esté aquí. Para mi suerte, está aquí y lo encontré – asintió enérgico –

Pero... no es cualidad. Y lo tengo que cuidar – dijo, al segundo que sus dedos

se detuvieron en la imagen de la niña – Si esa mujer hizo lo que hizo con su

vida... no quiero que la niña corra la misma suerte. Zitao... no soportaría eso.

Y esa niña, es su única familia.8

___ ___ +
Zitao miró por la ventana. Sus dedos rozaron el frío vidrio, delineando las

gotas del otro lado que terminaban resbalándose. Descubrió que el sonido de la

lluvia lo tranquilizaba, pero de repente le hacía pensar en cosas tristes. Un

dedo pulgar que lo estremeció de calor, delineando su mejilla, hasta llegar a su

mentón, fue como si lo rescatara de su propia caída en la pena. Miró al frente y

suspiró agradecido de que Yifan hubiera hecho eso por él. Le sonrió al hombre

que lo miró preocupado. Yifan ladeó su cabeza a un lado, sentado en frente de

Zitao que ahora se apoyaba de costado, al vidrio grueso de la ventana, sin dejar

de posar su mano en ella. Su corazón se estremeció de congoja, viendo la

oscuridad de esos ojos limpios de Yifan, a los que no podría nunca ocultarle

nada.1

- Mi Niño – dijo – Estás triste.+

- Y tú...– murmuró él –...preocupado.+

- Por ti.+

Zitao bajó la vista, pero Yifan con delicadeza emitió una leve presión debajo

del rostro de Zitao, para no dejar que le quite esos ojos. Y Zitao entendió.

Aunque cabizbajo, miró a Yifan entre algunos mechones largos de su cabello

negro.+

- Dime – pidió Yifan.+


- Extraño a Sophi.+

- ¿Tu hermanita? – preguntó.+

Zitao asintió, regresando su vista a la lluvia. Yifan tomó la mano libre de

Zitao y la envolvió fuerte con las suyas por un momento. Zitao volvió sus ojos a

Yifan, sonriéndole.+

- Gracias – dijo.+

- No hice nada Mi Niño.+

- Estás conmigo. Todo es más fácil.+

Yifan sintió un nudo en su garganta y emitió un carraspeo por lo bajo, como

reacomodando su sensibilidad, porque el centro era Zitao.+

- ¿Cómo es tu hermana? Cuéntame de ella...+

- Cuando desperté... no sabía que la tenía... – contó entusiasmado – Ella...


ella, me sonrió. Fue... la primera persona que me sonrió. Viene aquí... – dijo,

asentando la palma de su mano en su regazo –...se queda aquí y su cabecita se

apoya aquí...+

Yifan vio la mano de Zitao quedarse en su pecho, mientras un suspiro salía de

nuevo de su interior. +

- Entonces es muy pequeña – dijo Yifan, imaginando a esa miniatura subirse en el

regazo de Zitao, para terminar apoyando su cabeza en el pecho de su niño y

sonrió divertido.+

- 6 años – asintió Zitao – Pero ella me dijo... me dijo que recuerda. Dijo que

yo decía... decía todo el tiempo...que la amaba mucho. Y que me ama... me ama

mucho. +

- Tengo muchas ganas de conocer a Sophi...+

- Yo también... quiero eso – dijo Zitao, sonriendo lleno de emoción – Es lo más

hermoso... que he visto en mi... en mi vida. Y es... es muy... inteligente... yo

sé. +

- ¿Cómo se comunican?+

- Hablamos – respondió a eso Zitao, como si fuera algo más que obvio.+
- ¿Ella no es china?+

- Si.+

- Pero... Zitao tú... – dijo confundido Yifan, arrugando su frente – ¿Ella habla

como nosotros? Es decir... ¿coreano?+

- Si... ¿no acaso todos... hablamos igual?+

- No.+

- No entiendo – dijo un tanto inquieto.6

- China tiene un lenguaje distinto a Corea. +

- Pero tú dijiste una vez... que eras chino.+

- Yo hablo muchas lenguas distintas.2

Zitao se quedó pensando en eso, con la frente arrugada y boquiabierta mientras

Yifan seguía explicándole eso tan complicado para él. Aún si Yifan hubiera

sabido que Zitao en el pasado hablaba varios idiomas, ahora quedaba nada de

aquello, teniendo que adaptarse de a poco a un idioma extranjero por la gente

que lo rodeaba. Y sintió desprecio de repente por ser dejado tan lejos de

quienes Zitao amaba tanto, al segundo que se dio cuenta que de no haber sido
así, nunca lo hubiera encontrado.+

- Igual... igual Sophi nunca habla... solo a mí me habla... +

- ¿Por qué?+

- No sé – respondió Zitao, dándose cuenta de pronto que aquello que le resultaba

tan normal, parecía no serlo – Creo que ella... ella tiene vergüenza...+

Y Yifan se quedó pensativo, creyendo entender que quizá Sophi en realidad no

hablaba nada y que Zitao simplemente creía escucharla en su mente. Pero no le

diría eso. No cuando Zitao tampoco entendería nada. +

Yifan observó a Zitao, que de vez en cuando apoyaba su cabeza, en los silencios

prolongados en la ventana donde las gotas caían. La lluvia cesaba. Naturalmente

Yifan tomó una de las manos de Zitao y comenzó a masajear, acariciar y delinear

en esos puntos álgidos, percibiendo lo caliente de la piel. Los dedos de Yifan,

viajaron por cada uno de los finos dedos de su niño, hasta la punta, donde sus

yemas se separaban graciosamente. Yifan escuchó un suave gemido de Zitao y se

regresó a verlo preocupado, creyendo que estaba haciéndole daño. Pero se

encontró con Zitao, mirando por la ventana y sonriendo.+

- Cosquillas – dijo a Yifan.+

Un silencio de nuevo se hizo entre los dos y la lluvia que empezaba a menguar.+
- ¿Tu familia? – preguntó Zitao de repente – ¿Cómo es?+

Yifan detuvo la caricia, envolviendo la mano caliente entre las suyas. Serio,

sin mirarlo a los ojos, Yifan respondió, sin ganas de ocultarle la verdad.+

- Es complicada Mi Niño. A veces... a veces me pregunto, si somos en verdad una

familia – dijo al final, lanzando una mueca más de lástima de sí mismo, que de

broma. +

- Lo siento.+

- ¿Por qué? – preguntó, en lo que sus miradas se encontraron. Yifan se recordó a

sí mismo lo que su padre le había hecho. Si tan solo Zitao supiera, quizá no

diría lo mismo ¿O sí? +

- Porque... porque es tu familia... +

Yifan sonrió, elevando apenas sus cejas. Una de sus manos se estiró, pidiéndole

a Zitao acercar esa que estaba lejos de él. Zitao así lo hizo. +
- No te sientas triste – dijo Yifan – Yo tengo mi familia propia. Mis amigos. Un

día, los vas a conocer a todos. Por ahora, ya conoces a Jongdae. Es mi hermano.4

Tomados de la mano, Yifan las miró, recordándose a sí mismo a ese Zitao de niño

que siempre había tenido una mente demasiado lejana de pensar en la maldad

humana. Y ahora, aquí estaba, intacto en su alma ese niño monje que solamente

quería estar así con él. Si. Definitivamente si hay algo para lo que él había

nacido entonces en esta vida, era para esto. Esto que era para Yifan, la

felicidad absoluta de sentirse completo. Solo que habían demasiadas cosas

inquietantes alrededor de su niño.+

Y Zitao quitó una mano de la suya, dirigiendo su dedo índice a la frente de

Yifan, como era costumbre ya que hiciera, para borrar esa línea divisoria que le

decía que se había puesto demasiado serio. Un roce con la punta de la yema de su

dedo y la caricia persistente suavizaron ese duro gesto de Yifan, borrándole por

completo el ceño fruncido.+

Una melodía se coló en medio de la lluvia y la mirada de los dos, que parecían

no medir el tiempo que pasaban así, entre el silencio y alguna que otra palabra,

como si solo se entendieran con la mirada.+

___ ___ +
Yifan salió del hospital ya en la noche, habiendo acompañado a cenar a Zitao.

Caminó rápido al estacionamiento, sacando de su bolsillo la llave de su coche

para desactivar a la distancia la alarma. El sonido se oyó y él se detuvo a

medio andar. El viento cálido de lo que quedaba del verano, se había llevado los

rastros de la lluvia, dejando el cielo limpio de nubes, brillante de estrellas.

Supuso que Zitao dormiría bien en la noche, por lo mucho que le gustaba verlas.

Sonrió, pensando en él, mientras observaba hacia lo alto, percibiendo al menos

ese aroma propio de tierra húmeda que de seguro venía del parque, a lo lejos. De

repente, alguien le tocó bocina, haciendo que baje los ojos al frente,

encontrándose en medio del camino obligado de cualquier coche que ingresara al

estacionamiento. Miró a un lado y reconoció al conductor, que asintió desde el

interior en saludo. Yifan caminó unos pasos, mientras daba vía libre al auto que

siguiera, parándose él al lado del suyo y esperó a que aparque. Cuando lo vio

descender, se le acercó. +

- Yifan – saludó caminando unos pasos.+

- Junmyeon – dijo, asintiendo amable con una sonrisa tranquila, mirando de

pasada en la mano de Junmyeon, el sobre que sostenía – Vienes por tu hermano...1

- Si. Imagino que igual que tú.3

- No. Yo soy voluntario.+


Junmyeon llevó en alto sus cejas, sorprendido de la noticia. Su cuerpo

naturalmente, se hizo un milímetro hacia atrás, analizando de arriba abajo a

Yifan. +

- Sehun y Chanyeol, también – comentó Yifan un tanto sarcástico – Y aunque

Jongin no, viene bastante seguido por aquí...1

Junmyeon escuchó serio, en lo que su rostro se volvía a un lado, atento a cada

palabra. Sin embargo, Junmyeon no era de esos que ahondaran demasiado en los

temas privados. Siempre prudente, como por demás juicioso, se limitó a seguir

con su tema.+

- Espero que mi hermano siga dentro – dijo, mirando el reloj que llevaba en el

puño – No atiende su móvil. +

- Todavía estaba cuando salí – recordó Yifan, señalando el edificio – Creo que

se iba con Kyungsoo, uno de los enfermeros. Yixing lo había mandado a hacer una

última ronda.+

- ¿Yixing? – preguntó perplejo.+


- El doctor Zhang – respondió a eso – No sé si tú...+

- Si lo conozco – dijo un tanto tajante, elevando su mentón y endureciendo su

gesto – No sabía que se tenían ese tipo de confianza. No para llamarlo por su

nombre de pila.8

Yifan emitió una mueca divertida. Suelto y relajado, se relamió la boca,

mordiéndose los labios, encontrando esa actitud chistosa, mientras se llevaba

las manos a sus caderas, sacudiendo su cabeza. Emitió un chasquido con sus

dientes, en lo que con un guiño comentó.+

- Es un tipo simpático y lindo. Un muy buen amigo. +

- ¿Tu amigo? +

No pasó por alto a Yifan, esas notas de recelo, más que de un cuestionamiento

curioso, que salía de la boca de Junmyeon, a quien nunca había visto así en la

vida, al menos no que él recordara. Yifan fijó la vista de nuevo en ese sobre,

que ahora Junmyeon se encontraba apretando con fuerza, en un temblor

imperceptible, mientras reprimía evidentemente las ganas de mandarlo a la

mierda. Yifan entonces se limitó a asentir y le resultó necesario aclarar algo

más. 3

- Solo amigo. No tengo otro tipo de interés en él Junmyeon ¿Y tú? – agregó ya


también cambiando él el tono de su voz y elevando su mentón.+

- ¿Yo qué? – largó Junmyeon, bien derecho.3

Yifan se compuso erguido, dejando notar la diferencia de estatura entre los dos,

como para que le quede en claro algo más a Junmyeon. Serio y bajando algo su

barbilla, delineó severo cada palabra que largó.+

- Cuidado Kim. El doctor Zhang es un muy buen hombre. 3

- No sé qué me quiere decir.+

- Dicen las amigas de mi mamá... – continuó diciéndole Yifan, como si no hubiera

escuchando nada –...que tú estás comprometido con Jung Eun Ji. 1

- No te metas en mi vida – espetó ya casi en la cara del hombre alto Junmyeon –

Que mi hermano deje que te metas en sus cosas, no quiere decir que yo sea igual.+

- Yixing fue a una fiesta en tu casa la otra noche ¿Lo viste de casualidad? –

siguió como si nada Yifan, mirando a la nada – Estaba lindo esa noche ¿he?

Aunque tú debiste estar ocupado con Eun Ji.6

- ¡Ya córtala! – gritó sin freno, temblando de ira.+


- ¡No! ¡Tú córtala!– exclamó Yifan, avanzando un paso a él, mirándolo fijo – Si

conocieras bien a Yixing, sabrías que es un hombre serio y de respetar.+

- ¡Conozco bien a Yixing! – rugió Junmyeon, un tanto molesto, avanzando un paso

hacia Yifan y casi gritándole en la cara – ¡Yo jamás le faltaría el respeto!1

Yifan entonces retrocedió unos pasos para sorpresa de Junmyeon, mirándolo de la

cabeza a los pies, ahora con las manos en los bolsillos. Junmyeon analizó al

sujeto, que ahora parecía conforme con la última cosa que había dicho,

quedándose tranquilo.+

- Siempre tan decoroso y juicioso, Kim – dijo irónico Yifan, señalando esa

carpeta que Junmyeon sostenía – Ya imagino cómo es que conoces tan bien a

Yixing...+

Junmyeon bajó la vista al sobre y perplejo respondió a la insinuación.+

- Esto es para Jongdae.+

Yifan emitió una mueca burlona y ladeó su cabeza a un lado, enarcando sádico una
ceja en alto.1

- Porque la tuya ya la guardaste bien, imagino...+

Junmyeon, con evidente rabia, miró a un lado, soltando sus brazos pesadamente y

emitiendo un insulto por lo bajo, lanzó su conclusión.+

- O sea que Jongdae te lo pidió a ti primero.+

En el sentido común de Yifan, Junmyeon no tendría nada que andar reprochándole a

él, que había querido ayudar. Solo que con un juez de por medio, oliendo los

movimientos de Jongdae, se complicaba actuar abiertamente, siendo parte del

círculo íntimo del hijo menor del primer ministro de la república. Así que dio

un paso al costado, diciéndole a Jongdae, que Junmyeon era la persona confiable

en el momento. +

- Le sugerí que te pidiera a ti hacerlo. Eres el más indicado en este momento.1

- Y supongo que el nombre que me sugirió mi hermano, fue porque tú se lo

sugeriste a él.+

¿Qué fue eso? ¿Reproche? Yifan no entendía la rabia de Junmyeon. Así que se lo

preguntó de frente.+

- ¿Por qué te molesta tanto? +


- ¿Por qué mierda siempre tienes que estar metido en todo?+

Ah, joder ¿Celos a esta altura de la vida?2

- Jongdae es mi hermano.+

- ¡No! – le rugió entre dientes, temblando de rabia, dejando a Yifan en jaque –

¡Jongdae, es mi hermano! ¡No tuyo! ¡Y si él está aquí ahora, es por culpa de

todos ustedes! ¡Porque esa noche lo dejaron solo!5

- Y en buena hora... – respondió sarcástico Yifan, moviendo sus manos abiertas

de par en par –... si no, no podrías haber conocido al doctor Zhang.+

- ¡Vete a la mierda! – espetó, dándole la espalda – ¡Nunca se puede hablar en

serio con ninguno de ustedes!3

- Vaya...– dijo él, mientras Junmyeon se alejaba – Y yo que creí que eras el más

cuerdo ¡Y resultaste ser el más imbécil desequilibrado!4

- ¡Idiota! – gritó, apenas volviendo la vista.+

- ¡Desagradecido! ¡Ni un "gracias" por facilitarte las cosas!+

Y Junmyeon elevó su mano, con el dedo del medio a la vista.1


Yifan se rió de eso. Junmyeon despedía "celos" hasta por los poros. Celos de su

hermano, seguramente. Pero el tipo nunca antes había reaccionado así con nadie.

Y se dio cuenta que ese berrinche de niño fue por el loco de Yixing. +

"Yixing, Yixing ¿Qué anduviste haciendo?", dijo para si Yifan, que apreciaba

mucho al hombre, porque después de todo, si no fuera por la sensibilidad del

doctor, él no estaría ni por asomo cerca de Zitao.1

___ ___ +

Los flashes no fueron lo que lo fulminaron, sino el calor incesante. Tirado en

el césped, con la vista en alto y un sinfín de lentes de sol, escuchó atento las

indicaciones del director. Sintió escozor en el cuerpo, cuando perplejo se miró

en el espejo en un recreo, dándose cuenta del tono bronceado que había adquirido

a pesar del protector y el maquillaje que llevaba encima. Se peinó el cabello

con una mano, y siguió observando su cara, cuando alguien por detrás lo tomó de

sorpresa, rodeándolo con sus brazos, dando él un respingo y una media vuelta en

nada de tiempo.+

- Jessica – dijo mirando a todos lados – ¿Qué haces aquí?+

- Vine a trabajar – respondió ella con una sonrisa angelical.+


- ¡¿Qué?! – exclamó él pasmado.+

Ella hizo unos pasos hacia atrás y se mostró vestida para la siguiente sesión,

dando un giro graciosamente delicado, dejando al descubierto su hombro. Yifan

entonces miró a Eunhyuk a la distancia, que se limitó a encogerse de hombros,

porque el hombre no tenía la culpa de que hubieran contratado a la mujer,

después de todo, él no era el único dueño de agencia. Yifan había ya posado con

varias chicas y chicos, solo que no sabía que ella estaba en la lista y habría

querido que la tierra lo trague, más cuando se encontró con ella sentada en el

césped, pegándose a su cuerpo, por directiva del fotógrafo que entusiasta ni se

dio cuenta de que Yifan lo miraba queriéndolo matar. +

- Kris – dijo el sujeto – Deja que ella apoye su mejilla en tu pecho.+

- Dejará el maquillaje en la prenda y además estoy empapado en sudor – dijo él,

volviendo la vista al sol y cerrando los ojos, mientras sus brazos duros iban

atrás, apoyándose en el suelo.+

- No seas grosero – rugió ella, sin perder la sonrisa ante la cámara – Estamos

trabajando.2

Pero como él era la estrella, por primera vez se sintió con derecho a hacer uso

de esos caprichos que siempre había criticado en los demás que se creían

demasiado. Así que se limitó a parecer un tipo caprichoso que hacía y deshacía
en la sesión, mientras la chica seguía susurrándole cosas, como si pudieran

conversar.+

- No sabía que vendrías – aclaró ella.+

- Así que de pronto eres tan profesional – susurró él sarcástico.+

- Te has vuelto ordinario de repente – dijo ella, cambiando de pose.+

- Viniendo de ti es un deleite – respondió sonriendo a la cámara – Cuéntales a

tus amigos reporteros.+

Otro minuto en continuo movimiento en el maldito lugar, cuando les exigieron

mirarse.+

- Se te ve demasiado tranquilo – dijo ella cerca de su cara.+

- ¿Para qué vivir preocupado? – respondió él, encogiéndose de hombros. No estaba

para nada tranquilo, pero tampoco era algo que él querría hacerle saber a ella. +

- Deberías ir a ver a tu madre.+

- Voy a verla día de por medio, por si no lo sabes.+


- Ayer la vi. Estaba... mal.+

Yifan frunció el ceño, reacomodándose los lentes negros, para mirarla por encima

de ellos. +

- ¿Mal? – preguntó, mientras el chasquido de la cámara seguía.+

- Sabes a qué me refiero – dijo Jessica un tanto turbada, mostrándose de lado,

para que no se notara – Podrás pensar lo peor de mí, pero son años de ver lo que

pasa en tu familia Yifan. Nara es una buena amiga.+

Apenas si oyeron el "¡genial!" del director, que seguía entusiasmado de lo cerca

que estaban los dos, porque la cosa parecía seria. +

De los años de novios, Jessica sabía ciertas intimidades de la familia Wu, que

Yifan habría preferido que jamás estuviera al tanto. Pero Nara se empeñaba en

hacerla parte hasta de las miserias que afloraban, porque después de todo, sería

la futura esposa de su hijo. Yifan miró a Jessica que ya no lo miraba a él y le

reconoció al menos el hecho de que ella nunca hubiera sacado a la luz el

alcoholismo de su madre, como el conocimiento a las claras de los amantes de su

padre. +

- Gracias – murmuró él.+

Jessica le sonrió apenas y con pena, regresando su vista al frente y se limitó a


decir.+

- De nada. +

Para cuando todo eso terminó, Jessica se quedó en su mundo y él salió de allí,

haciendo lo que ella sugirió. Ir a ver a su madre. De camino en su coche, llamó

a su madre, pero no atendió. Entonces llamó a la residencia, preocupado y en

alerta. Hacía dos días la había visto, pero no había observado nada extraño. +

- ¿Residencia Wu? – preguntó el mayordomo del otro lado.+

- Buenos días. Soy Yifan.+

- Joven Wu ¿En qué lo puedo ayudar? +

- Mi madre no atiende su móvil ¿Está en casa?+

- Ella se encuentra indispuesta joven... +

No hizo falta que explicara nada más. Cortó la llamada al ver que el semáforo se
había puesto en verde y prosiguió lo más rápido que pudo, en medio de la

vorágine del tráfico terrible de medio día. Maldijo aún sabiendo que era al

vicio hacerlo, porque no por eso apuraría las cosas. No quiso ni pensar con qué

panorama se encontraría. Y empezó a suponer que la caída de su madre de aquella

vez, en realidad, había sido por alguna resaca.+

Apenas si saludó a la criada que atendió, que corrió escaleras arriba al

dormitorio de su madre, dejando de lado cualquier venia o reverencia que siempre

hacía por educado. Tocó varias veces la puerta de la habitación y como no

atendió nadie, simplemente ingresó rápido en una angustia que creyó exagerada,

hasta que vio a su madre tendida en la cama. +

Yifan se quedó como derrotado, mirando así a su madre, entre almohadones y

cojines perfumados de alguna fragancia carísima y sábanas de raso en su miseria,

mientras los ojos estaban tapados por esas cosas que te pones para no dejar que

la luz te moleste. Apretó su mandíbula e hizo su cabeza a un lado, justo cuando

escuchó que ella apenas si balbuceaba.+

- ¿Quién...molesta?+

- Lo siento señora – dijo de repente una de las criadas detrás – Perdón es... es

el joven Wu.+

La mujer apenas si se pudo sentar en su cama, con esa bata entre encajes y telas

costosas. Yifan sintió lástima y asco al mismo tiempo. Tenso dio unos pasos
adelante, mientras sentía más y más ese olor característico, tan propio del

licor caro que le salía por los poros y las venas. Nara se quitó el cubre ojos,

lanzándolo a un lado y dejando al descubierto sus ojos rojos e hinchados, de

llorar, seguro, pero más de la borrachera que llevaba. +

- Tú – dijo a media lengua, mientras se le trababa – Seguro que.... sabías y...

lo cubrías... porque entre... entre ustedes... se cubren todo...+

Acusó ella con asco. Para qué decirle algo, si ella tenía razón. No hablar,

había sido como cubrirle todo lo sucio a su padre. Así que Yifan se limitó a

esperar sus insultos, que bien sabía que comenzarían en un segundo.+

- Mamá...– habló sin embargo.+

- Cá... llate – rugió ella, poniéndole la mano en frente – Eres... eres igual a

él... +

La mujer se removió de su cama y asentó los pies en el suelo, mientras que

llevaba una mano a su cabeza. Su criada avanzó hacia ella, queriendo ayudarla,

pero se ligó un manotón de la mujer que rabiaba. Yifan quiso hacerlo también,

sabiendo lo inútil que sería y no se equivocó. Tambaleando a duras penas, Nara

se levantó y caminó siseando hacia una mesita, donde tenía dispuesta una botella

de whisky nueva con un vaso. Yifan miró a la criada que bajó la vista

avergonzada. Él no vivía en el lugar y no podría emitir juicio, menos si la

gente ahí cuidaba su trabajo y nada más. +


Apenas Yifan rozó sus manos en el hombro de su madre, fue como sentir el odio en

su empujón lleno de ira.+

- ¡No me toques! – gritó estallando en llanto.+

- Mamá...+

- Ustedes... están hechos... ¡de lo mismo! – rugió aniquilada, mientras se

servía temblando un vaso que le rebalsó y que llevó a su boca.+

- Mamá –insistió Yifan, largándosele encima y quitándole ese vaso – ¡Ya suelta

eso!+

Y comenzó la pelea. La misma cosa de siempre. Los mismos ciclos, los mismos

gritos, los mismos insultos y las cosas que le echaba en cara. Para su maldita

suerte, ella era el recuerdo de que era un maldito Wu y entonces a él le

cargaría toda la culpa que no podía escupirle a su padre. Los gritos volaron en

la habitación, la botella y el vaso también, hasta que Yifan ordenó que llamaran

al médico de la familia.+
"Familia", pensó, mientras su madre gritaba rabiosa en la cama, desplomada más

de la angustia de su miserable vida. Definitivamente, eso no podría llamarse

familia. +

Yifan esperó en la recepción, como si de un invitado se tratase él, sentado en

un pequeño sillón a que el médico bajara sin poder hacer demasiado, porque no

podría medicarla con nada. Justo en eso, ingresó su padre. +

- Yifan – dijo perplejo el hombre, mirándolo de arriba abajo – ¿Qué haces aquí?+ a

- Mamá está en crisis – respondió él, poniéndose de pie.+

El hombre miró a lo alto, apretando su mandíbula y pegando un suspiro de hastío,

como si de cualquier problema se tratara. +

- Así que no dejaste al chico – reprochó Yifan.+

Yànzǔ ni respondió a eso. Un criado se le acercó de la nada, tomando su

portafolio y recibiendo un abrigo, para desaparecer pronto. Y los dos quedaron

solos. El hombre, erguido en su porte, dijo serio a Yifan.+

- Qué bueno que te veo. Quería hablarte de un asunto serio.1


Yifan arrugó de rabia su frente, sintiendo que le dolía el estómago que la rabia

que drenaba.+

- ¡¿Asunto serio?! – espetó entre dientes – ¡Tu mujer está en una crisis! ¡¿Y tú

me sales con eso?!+

- Nara siempre ha sido así y no va cambiar – dijo él sin turbarse siquiera,

mirando por encima a su hijo.2

Boquiabierta y sin que el cerebro pudiera procesar una palabra, Yifan miró a la

puerta y no dudó en dirigirse allí para salir de ese maldito lugar. Pero antes

que pudiera llegar siquiera, escuchó a su padre detrás.+

- El consejo de accionistas, decidió votar porque ya no seas parte en la toma de

decisiones. No hará falta que asistas más a las reuniones.3

Yifan sabía que si se volvía a verlo a la cara, se olvidaría de que era su

padre. Y por eso, salió rápido de allí.+

___ ___ +

Él no quería que Zitao lo viera así. No cuando de nuevo todo su mundo se le

mostraba tan estampado de frente. +

Él no tenía más que miserias para darle. Una familia que no era familia y aunque
se inventase una, Yifan sabía que no eran en realidad su familia. Todos esos

años solamente había intentado convencerse a sí mismo de que sí lo eran, como si

de aferrarse a la vida se tratara. Pero sus amigos tenían sus propios problemas

que resolver y apenas él si podría cargar con los suyos. Se rió entonces,

pensando que era más fácil esquivarle a una bala o sobrevivir a una, que lidiar

con la familia.2

Miró sus manos, puestas duramente en el manubrio del auto y las dio vuelta. Miró

sus palmas, dispuestas allí, sintiéndose completamente sin nada de nada en las

manos para ofrecer, mientras el temblor lleno de rabia se apoderaba de él. Eso

tenía, rabia, ira, angustia y mucho odio rondando, como para atreverse a meterlo

en ello. Zitao acababa de despertarse. Nada sabía de maldades, ni de odios. Y

Yifan se sintió en el deber de no arrastrarlo a ese mundo. +

Sin embargo lo que su razón le decía, su corazón no estaba dispuesto a aceptarlo

y se vio caminando hacia él de todos modos. Después de todo, él estaba loco.

Demasiado loco, porque solo pudo darse cuenta de la sonrisa que se le iba

dibujando en el rostro a medida que se iba acercando. Y en su delirio, no

escuchó a nadie decirle nada, cuando quedó en seco en la puerta del dormitorio

de Zitao, que no estaba solo.+

Y los vio. Zitao y Sophi.+

Si Yifan pudiera describir la imagen más bonita que hubiera visto en la vida,

sería la de Zitao, sentado en la silla, conteniendo en su regazo y entre sus


brazos a la pequeña que rebuscaba acunarse en su pecho, como si quisiera

sentirse más y más cerca de él. Yifan sintió que su corazón se estremecía de una

emoción indescriptible, cuando los escuchó reír. Y los labios de Yifan se

curvaron también, sintiendo esos aromas tan dulces en el ambiente, como si de

inocencia se tratara todo eso, más con la luz del sol ingresando por la ventana,

alumbrándolos a los dos que reían divertidos de algo, mientras los hombros de la

pequeña se encogían, mientras Zitao peinaba sus cabellos largos y oscuros.+

La pequeña susurró algo que jamás Yifan podría haber escuchado desde donde

estaba, hablando como en secreto con su hermano. +

- ¿Canción? – escuchó que dijo apenas Zitao, sorprendido – ¿Para...mí?+

La niña simplemente asintió. "Habla", dijo para sí Yifan, sintiendo de repente

tranquilidad, mientras se apoyaba en el marco de la puerta sin querer molestar.

Se recordó a sí mismo todo lo que le habían dicho de la familia de Zitao. Supuso

entonces que su madre estaba y que llegaría en cualquier momento. No podría

ocultarse ante ella, que de seguro la pondrían al tanto de él, tampoco es que se

hubiera preocupado de que lo viera. Yifan solamente se sintió con la necesidad

de proteger a las dos personas que veía en ese momento. Pero ¿cómo?+

Y entonces, una vocecita comenzó a balbucear algo que quería ser una melodía. Y

la pequeña dulce y con esa voz tan tímida, comenzó a decirla apenas.+

- "Describiendo el hermoso sueño de anoche, sigo pensando en ello. Miro al


espejo repentinamente, sólo miro al reloj ¿Alguien robó tu corazón hace

tiempo?"* +

Yifan quedó así, quieto en su sitio, deslumbrado por completo en esa imagen de

Zitao tan lleno de felicidad, abrazando a su hermana pequeña, mientras la

melodía se hacía menos vergonzosa en esa voz tan nítida y bonita.2

- "Historias de princesas y príncipes en un bosque encantado, el primer

encuentro en una película... me hacen sentir celos. Deja de tratar de quedar

bien, deja de pretender ser serio. Pon una expresión alegre y recuerda

sonreír... Si ves de nuevo hoy a una princesa de cuento de hadas y estás

nervioso, con una sonrisa amable ve y bésala. No lo dudes, ella te está

esperando en tus sueños..."* +

Y allí persistió de pie, en ese mundo como de ensueño. Yifan decidió que adoraba

a esa niña, que se aferraba en los brazos de Zitao, como si se aferrara a la

vida misma, mientras sus ojos expresivos seguían la letra de esa canción de

cuna. Fue como saber en ese instante, que no le importaría hacer cualquier cosa,

por proteger a esa niña. De alguna manera, sin importar cómo, él mantendría a

salvo a esa familia.3

------------------------------------------+

*Traducción al español de la canción "Story of Little love" ( 작은 사랑 이야기), de

Park Eun Bin, del k-drama Operation Proposal.


Sophie

Hace tres días que no había visto a Zitao. 1

Jongdae lo mantenía al tanto de los movimientos dentro del hospital. Los

mensajes iban y venían entre los dos, pero Yifan estaba perdiendo la paciencia y

lo alterado, estaba minándole tanto, que se estaba llevando su buen carácter,

haciendo que su humor fuera una mierda. Y los que estaban a su alrededor lo

estaban notando. Los chicos del bar, apenas si querían preguntarle algo, que ya

ladraba y sus guardias, se miraban entre ellos cada tanto, como rogando que todo

siguiera tranquilo en la vida del hombre, porque como negociante, de seguro,

haría que mataran a todos del mal genio que tenía. Sumado a eso, las cosas con
sus progenitores iban de mal en peor. Su madre no quería atender sus llamadas y

su padre había terminado por salirse con la suya en lo que se refería a la

empresa. Malditos días. Yifan apenas si se soportaba a sí mismo. Al menos no

tendría trabajo en la agencia en esos días, porque de seguro mandaría al diablo

a medio mundo. Sin embargo, un viaje a París se acercaba y debería estar bien

lúcido para encontrarse con un vendedor de información que precisaba. Recordó

eso y rogó verlo, al menos antes de partir en las próximas semanas.+

Su móvil vibró en su mano y miró de quién se trataba.+

- Yunho - dijo Yifan, apenas atendió la llamada.+

- Hay información fresca - fue todo lo que habló y colgó.+

Salió del bar, rumbo al bufete de abogados de Yunho, con nada de ganas de saber

de novedades e información fresca, porque el humor lo nublaba. Pero trató de

componerse de igual modo. +

Yunho no solamente era abogado. Era su pantalla. El bufete era de Yifan. Después

de que Yunho se involucrara esa noche rescatándolo de su secuestro, Yifan supo

que el hombre era de confianza absoluta. Así como pondría su vida en las manos

de sus hermanos, Hangeng, Yoochun y Yunho, eran parte de ese círculo de hombres. í

Yunho ya no era guardia, pero apenas se recibió de abogado, Yifan tuvo visión y
supo hacer movimientos estratégicos con Yunho, usándolo como contacto y

aprovechando en qué ámbitos debía manejarse el profesional. Todo lo que tenía

que ver con derecho empresarial y litigios comerciales, eran la especialidad del

hombre. Pero últimamente, Yifan le había pedido que incursionara en una nueva

área, derecho penal, porque siempre había un soplón que defender o alguna rata

que quisiera hablar, a un conveniente precio. +

- ¿Todo bien? - preguntó Yunho, apenas Yifan se desplomó con todo en el sillón

de su oficina. +

Yifan ni siquiera le respondió a la pregunta, pero miró al hombre de un mondo,

endureciendo su mandíbula en lo que largaba un rugido, que Yunho supo cuál era

la respuesta. +

- Dime - ordenó Yifan.+

- Te necesito 100% aquí Yifan.+

La brusquedad de Yunho, hizo a Yifan incorporarse. Su cuerpo avanzó en su

asiento en alerta, con todos los sentidos puestos en Yunho. +

- ¿Qué pasa? - le increpó, elevando apenas su mentón.+

- Hay demasiada información - respondió serio - La primera, tiene que ver con la

gente que te rodea. La segunda, contigo.+


- No le des tantas vueltas y habla de una sola vez.+

- Primero. Kim Minseok - dijo, asintiendo el analista, esperando a que Yifan le

confirme que recordaba al joven.+

- El chico de Jongdae. Si. +

- Hijo de Kim Rae Won ¿Lo recuerdas? +

- Jongdae me contó todo Yunho - le reprochó decepcionado, emitiendo un chasquido

con su boca, desplomándose de nuevo en el asiento - Si se trata de lo que el

investigador dijo a Junmyeon...

- No. Hay información nueva - le interrumpió, haciendo pausa un segundo,

esperando a que Yifan entienda que no debía ser interrumpido. Solo cuando Yifan

asintió en acuerdo, Yunho prosiguió - Supuestamente, Kim Rae Won había decidido

comprometer a su hijo Minseok, con el hijo de Jang Hyuk. Eso es lo que informó

el investigador, cosa que era de público conocimiento en el círculo de ellos.+

- Si. Lo sé porque se habló de un compromiso del hijo de Jang Hyuk en el

ambiente. Hasta en mi familia se comentó del tema ¿Qué con eso? - preguntó con

desgano Yifan.+

- Tengo un informante al que están culpando por una estafa de millones, que me
asegura de buena fuente, que a Kim Rae Won y su familia, la mataron.11

Yifan miró fijo, sin un pestañeo siquiera a Yunho, hasta que no pudo contener

más el aire acumulado en su estómago. +

Una carcajada estruendosa salió de sus entrañas, tapándose la boca de no poder

contener tanta risa junta, por tan mala información recibida. Lo más chistoso

era que Yunho parecía que había mordido el anzuelo.+

- Dime que... oye... dime...- quiso hablar Yifan apenas, en medio de las

risotadas y la falta de aire, encogiéndose del todo, tratando de calmar el dolor

de su estómago - ... dime que no pagaste... por eso...+

- Yifan...+

- Hombre... no puedo creer que creyeras en esa mierda...+

Pero Yunho no rió. Se apoyó en la mesa y respiró hondo, apretando sus labios,

señalando a Yifan la carpeta que ni siquiera había tocado. Yifan a duras penas,

pudo frenar un poco su ataque de risa, en lo que se sacaba las lágrimas de los

ojos.+

- Qué... - increpó a Yunho, abriendo la cubierta.+

- No es broma Yifan.+
Los ojos de Yifan rodaron enérgicos a todos lados. Miró sonriendo a Yunho,

sacudiendo su cabeza negado y le dijo.+

- No te ofendas hombre. Pero eso fue un accidente y todo el mundo supo eso.

Salió en las noticias Yunho ¿recuerdas? "Una de las losas de concreto cayó...

debido a la falla de la estructura de suspensión". Lo recuerdo, porque vi el

momento en que dieron la noticia. Un camión y otros dos autos cayeron encima de

los que iban en la dirección opuesta y...+

- No fue un accidente - rugió Yunho, hasta con un halo de entusiasmo en su

mirada y en su voz, como si se tratara de una gran cosa - Fue premeditado Yifan.3

- No tiene sentido Yunho...+

- ¡No! ¡Y por eso estoy seguro! - exclamó, dando un golpe en la mesa, con la

palma de su mano, sonriendo como si de un evento se tratara la cosa. El hombre

era raro, pero Yifan le aplaudía siempre esa vitalidad para andar haciendo

conjeturas, así que tenía que escucharlo - Mira. Por lo que todo el mundo sabe,

Kim Rae Won había comprometido a Minseok con el hijo de Jang Hyuk. Pero este

informante que está preso, me asegura que días antes en la oficina de Jang Hyuk,

Kim Rae Won y él tuvieron una fuerte discusión en la que el señor Kim le gritó

al señor Jang que "ni demente expondría a su hijo a unirse a semejante familia

de depravados". Y eso no es todo. Mira esto... - dijo, quitando de la mano de


Yifan, la carpeta que ni siquiera había visto, dejando en la mesa papeles

desparramados - Cuando el hombre me dijo eso descabellado, me pregunté "¿qué

habrá hecho en los últimos días el señor Kim?" Y llamé a Youngbae, para que me

diera información desde sus sistemas satelitales, sobre las últimas personas con

las que mantuvo contacto. Y descubrí, que hay llamadas desde el celular de Kim

Re Won a montones, en los tres últimos días a Jang Hyuk. Pero una, a un fiscal

del distrito de Seúl, Lee Jong Suk. 2

- ¿Y eso que nos dice? - interrumpió Yifan, ya con el cerebro partido de tanta

gente nombrada.4

- Déjame terminar - le riñó Yunho, mostrándole las sábanas de los comprobantes

de llamadas - Lee Jong Suk es nuevo en el área de las fiscalías. Un demente con

aires de justiciero, discípulo del juez Kwon SangWoo. Es brillante, pero

delirante. 3

- Deduzco que lo conoces.+

- Por suerte, Jong Suk fue mi compañero en la universidad y nos llevábamos bien.

Así que solo me llevó una llamada para que me confirme que Kim Rae Won días
antes de morir, había acordado una reunión con él por cierto tipo de información

que solo le daría en persona. Información que nunca obtuvo, porque nunca llegó,

porque murió.+

- Casualidad - dijo Yifan.+

- Siempre dices que las casualidades no existen.+

- Ya me estoy cansando... - amenazó entre dientes Yifan.+

- Investigué las causas del accidente - dijo mostrando otros papeles - Y de

todos los ingenieros involucrados en la investigación posterior, hubo dos que

contradijeron la pericia de los otros 7 ingenieros, afirmando que había restos

de material termoplástico*, apenas visible y disperso en la estructura de

suspensión del puente.+

Yifan quedó en silencio unos segundos. Parpadeó un par de veces. Él sabía bien

qué era eso. Estaba en el rubro, demonios, era tan claro ese dato, como

escalofriante.+

- Tú eres experto en esto Yifan - asintió Yunho.+

Yifan comenzó a inflar y desinflar con fuerza su tórax. El material

termoplástico, era de alta resistencia mecánica, con posibilidad de cubrir

uniformemente una sustancia reactiva que al ser activada a distancia, provocaba


una onda de choque cuya presión y temperatura son suficientes para iniciar al

fulminante de retardo. Bomba. Calor en ese puente, sobraba. Solo hacía falta

alguien a cierta distancia, activando el explosivo. Yifan se quedó con la boca

seca. Pero así y todo, increpó.2

- ¿Solo dos ingenieros llegaron a esa pericia?+

- Solo dos.+

- Quiénes son.+

- Estos - dijo Yunho, largando dos hojas sueltas con la foto de los hombres.+

- Hay que encontrarlos.+

- Ya lo hice. +

- ¿Dónde están?+

- En el cementerio. 5

- Qué...+

- Uno fue asesinado en un asalto a mano armada. El otro, se suicidó, ahorcándose

en la bañera. 6
Yifan de pronto se arrepintió de haberse reído de todo eso. Más con Yunho, que

si antes estaba entusiasmado sacando conjeturas, ahora estaba por demás serio

y... asustado.+

- Yifan ¿Todavía crees que es casualidad?+

- Si lo que dices es cierto y Jang Hyuk posiblemente esté conectado, sería casi

imposible probarlo. +

- Lo sé - dijo apenas Yunho, llegando a verse recién metido en una cosa de

verdad funesta - Lo que Kim Rae Won debió saber, fue...+

- Algo grande, terrible y siniestro y nos quedamos cortos - dijo para sí,

cerrando los ojos espantado - Me pregunto qué sería...5

Un silencio de nuevo de minutos, mientras Yifan miraba detenidamente los

informes, que recién ahora analizaba de la familia de Minseok. De repente, algo

inquietó sobremanera a Yifan. Perplejo, miró a Yunho y le preguntó.+

- ¿Por qué llegaste a investigar a Jang Hyuk?+

- Esa es la segunda parte.+

- Dime de una vez.+


- Yoochun lo mandó a investigar para informarte...+

- ¿Porqué?+

- Porque es el es el benefactor de Zitao. +

- ¡¿Qué?!6

- Jang Hyuk pidió exclusivamente costear su tratamiento y hasta ya tuvo

comunicación con Zhang Ziyi... por Zitao. +

- ¡Mierda! - gritó, golpeando con su puño el escritorio del abogado.7

___ ___ +

Si hay algo que Yifan hizo siempre en la vida, es actuar con compostura,

calculador y analítico. Pero con Zitao las cosas se le iban a la mierda. +

Salió escupido de la oficina de Yunho, tan solo para enfrentar a quién sabe
quién. Él tenía el deber de cuidar de Zitao. Todo en su mente tenía como

perspectiva a una sola persona, Zitao. Condujo histérico por el centro de la

ciudad, sintiéndose como nunca preso de toda esa mierda que no lo dejaba

avanzar. Insultó a alguien por la ventanilla, aún cuando el semáforo estaba en

rojo y casi se come a un motociclista que iba a una velocidad prudente. Cuando

se trataba de Zitao, Yifan se volvía loco. Y lejos estaba de congeniar alguna

cosa lógica, porque no había poder que le dijera que podía estar exponiéndose de

manera innecesaria frente a esa mujer, que de seguro estaba aún en el hospital.

Pero ya nada importaba. Lo único que quería era llegar a Zitao.1

Caminó como ráfaga por los pasillos, apenas mirando a la gente pasar. Algunos lo

saludaron, seguramente, pero toda su mente se vio nublada de Zitao y la

probabilidad de que alguien le hiciera algo. +

Frenó en seco. Miró justo el momento en que Minseok en su dormitorio estaba

almorzando y sintió más angustia que antes. Si tan solo ese chico supiera. Pero

tampoco es que ni siquiera él supiera, mierda, si tan solo eran suposiciones. +

Y se fue a la habitación contigua, que tenía la puerta entrecerrada. Y se paró

allí, sin que Zitao lo viera, porque miraba a la ventana. Estaba solo. Y Yifan

quiso avanzar, porque lo único que quería, después de tres días de no verlo,

después de la información recibida y después de tanto miedo, era protegerlo. +

Un paso adelante y un chirrido de una puerta al costado de la habitación, detuvo

su avance. Porque ella salió del sanitario.+


- Qué pequeño es el lavabo - dijo la mujer, secándose las manos con una toalla -

Pediré que te cambien a un dormitorio grande. No creo que el señor Jang tenga

problemas en...+

Y Yifan la vio, reconociéndola bien por la foto, justo en lo que alguien tiró de

su brazo, arrancándolo hacia atrás, llevándoselo fuera de la habitación. Nadie

se dio cuenta antes que él estaba, así como nadie sintió que él era sacado.

Yifan apenas si reaccionó agitado, chocando de espaldas a la pared, cuando el

que estuvo parado al frente de él, fue el doctor Zhang.+

- Yixing... - murmuró, sin poder decir nada más, en lo que fue arrastrado lejos

de allí.+

Y se dejó llevar, mirando apenas hacia atrás, siendo metido a la sala de

descanso del personal de enfermería, porque ahí estaba Luhan tomando un café,

cerca de una mesada.+

- ¿Qué pasa? - preguntó Luhan, perplejo de ver esa escena.+

La puerta se cerró entonces y quedaron los tres dentro. Luhan boquiabierta,

observó a los dos recién llegados y no habría resultado nada extraño si no fuera

porque Yixing miraba detrás, como si peligrara el que ingresara alguien.+

- Oye Yixing - habló Luhan, dejando de lado la taza y avanzando un paso - ¿Se
puede saber qué pasa?+

Yixing emitió un resoplido frustrado, sacudiendo su cabeza de un lado al otro,

mientras tajante ponía las manos hecha puños en los bolsillos de su bata larga

de médico. +

- Me esconde - dijo Yifan, con ceño fruncido, mirando al doctor.+

- ¡Favor que te hago! - exclamó Yixing, agitado e impávido.+

- Shhhh...- reclamó molesto Luhan - Baja el tono que alguien duerme dentro -

pidió enérgico, pero como en secreto, señalando la puerta que daba a las camas -

Ahora dime ¿Qué pasa? - solicitó de nuevo. Pero como en esos segundos, nadie

dijo absolutamente nada, Luhan inquieto y molesto ante tanto mutismo, los

increpó - ¿Alguien va a explicarme?1

Yixing miró a Luhan unos segundos y tomando el picaporte de la puerta, solamente

le pidió.+

- No dejes que la madre de Zitao lo vea.+


- ¿Por qué? - preguntó, evidentemente desorientado, como si eso fuera algo

absurdo de hacer.+

- Porque a sugerencia del doctor Wang, la madre de Zitao ha pedido que Wu sea

alejado de su hijo - respondió, haciendo que a Luhan le llegue la mandíbula al

suelo, como los ojos bien abiertos. Yixing miró a Yifan y le pidió - Quédate

aquí, hasta que la madre de Zitao se marche. Después hablamos.+

Yixing se fue y Luhan se quedó unos segundos congelado, hasta que se dio cuenta

de un detalle. Yifan no había dicho absolutamente nada. Y cuando dirigió su

vista a él, el hombre ya estaba sirviéndose una taza de café. Luhan arrugó su

frente apenas y siguió observando un momento a Yifan, que ahora se sentaba en

una silla, tomando un sorbo de su bebida caliente, como si nada pasara, dejando

la taza en la mesa luego y tomando una revista en la que dicho sea de paso,

aparecía en la portada con Sehun.+

- ¿No vas a decir nada? - preguntó Luhan, cruzándose de brazos.+

Yifan miró a Luhan y se encogió de hombros. No dijo nada.+

- ¿Por qué presiento que no te sorprende para nada lo que dijo Yixing?+

- Me pregunto por qué siempre leen estas mierdas - comentó, mientras daba vuelta

la página de la revista - Espero que no creas nada de lo que estas revistas


dicen...+

- Yifan...- llamó Luhan con tono de advertencia, mientras se desplomaba en la

silla frente a Yifan.+

- ¿Qué quieres que te diga? - preguntó él, elevando sus cejas - No puedo hacer

nada. Y tú y yo sabemos que el psiquiatra nunca me quiso. Así que no me

sorprende.+

Luhan encogió sus labios a un lado, asintiendo apenas. Yifan tenía un punto.

Wang nunca había tolerado a Yifan. Luhan nunca entendió por qué. Pero ni tenía

relación con el profesional, que apenas si se cruzaba con él. Y Luhan siguió

mirando a Yifan, que tranquilo seguía hojeando esa revista de espectáculo.+

- Yifan...+

- ¿Mmmhh?+

- ¿Qué te pasa a ti con Zitao?+

- ¡Pero mira nada más! - exclamó sorprendido Yifan, poniendo la revista sobre la

mesa - ¡Es de la sesión donde estuvimos con Sehun! No había leído la nota...+

- No me cambies de tema...+
- Nunca había visto a Sehun sonreírle a una cámara...1

- Yifan...+

- Parece bien paternal con la niña en brazos ¿no te parece? - dijo, estirando la

revista en dirección a Luhan, asentando golpecitos con su índice en la foto, que

llenaba la página.+

Yifan podría haber jurado que Luhan se quedó sin respirar, remojándose apenas el

labio inferior, en lo que fijaba la vista en Sehun, que tenía en su regazo a una

pequeña del hospital, mientras miraba a la cámara sonriendo. +

- ¿Ya podré irme? - le preguntó Yifan - ¿Sabes si la madre de Zitao se quedará

mucho tiempo aquí?+

Luhan no dijo absolutamente una palabra. Su vista seguía perdida en la revista,

que ya había hojeado tantas veces, que había perdido la cuenta. +

- ¿Luhan? - llamó entonces Yifan.1


Nada. Luhan seguía mirando la foto. Y ahora Yifan no solo veía al chico absorto

de lleno en esa imagen tierna, sino que además lo descubrió queriendo esconder

ese destello que luchaba por salirle del lagrimal y que Luhan supo sacar rápido

con su pulgar, emitiendo un carraspeo de costado, al segundo que se ponía de

pie. La silla de madera,rechinó con todo, raspando le suelo casi de forma

estruendosa. +

- Iré a ver cuánto falta para que la mamá de Zitao se vaya.+

Luhan se dirigió a la puerta y estaba a punto de salir, cuando Yifan dijo

rápido.+

- No es mal tipo Luhan. 1

El chico se quedó quieto, con los hombros caídos. No podría haberse atrevido a

voltear a ver a Yifan, porque al instante se dio cuenta que Yifan sabía todo lo

que había pasado hacía unas noches atrás entre él y Sehun. Maldijo a Sehun para

sus adentros, pero bueno, eran mejores amigos con Yifan ¿qué esperaba? De seguro

le habría relatado hasta con lujo de detalles que había estado con él, como si

se tratara de uno más del montón.+

- Él te contó ¿verdad? - murmuró, emitiendo una mueca burlesca, más de vergüenza

que otra cosa, apoyando su frente en la puerta.+

- Luhan. Yo creo que a Sehun le pasan cosas en serio contigo. Yo...4


- Creo que mejor voy a ver en cuánto puedes irte - cortó en seco Luhan, saliendo

rápido del lugar.+

Yifan se desplomó hacia atrás en el respaldo. Podría haber jurado que Luhan

había hablado apenas, quebrándosele la voz. Se arrepintió de haberle dicho eso.

No era quién para meterse en los asuntos de Sehun. Bueno, si, era su hermano,

pero eso no le daba derecho a meterse, porque tenía el presentimiento de que

posiblemente la había embarrado. Luhan podía llegar a pensar que él estaba

hablando a favor de Sehun, solo porque era su amigo. O podría haber entendido

que estaba pidiéndole disculpas por Sehun. De igual modo, él quería de pronto

matar a Sehun, por haberse fijado en un chico tan bueno como Luhan. +

- Imbécil - espetó por lo bajo a su amigo, ni que pudiera escucharlo. Y pronto

se reclamó - ¿Y qué hago yo pensando en eso?+

Se frotó los ojos, agotado de tanto pensamiento junto, en lo que se sintió un

idiota, comportándose por impulso y no con cordura, frente a una situación tan

peligrosa como la que ya comenzaba a vislumbrar que se acercaba. De repente no

habría querido saber tanto. Si había gente muerta en medio, de seguro Yunho ya

debía estar teniendo miedo y él, no iba a ser tan idiota temerario como para no

tenerlo. Menos, cuando estaba Zitao de por medio. +

Hurgó en el bolsillo de su pantalón de vestir esas cuentas de su mala. En su

dinámica ritualista, Yifan acariciaba de vez en cuando esas diminutas esferas,


sobre todo cuando se encontraba angustiado. Pero se sintió incómodo estando

sentado, así que sacó hacia fuera el amuleto, abandonando su mano en la mesa,

mientras pensaba en todo eso.+

Así estuvo, nada de tiempo, porque el sonido tenue de una puerta abriéndose, le

asustaron tontamente. Yifan quedó con la mano en el pecho del sobresalto, cuando

vio exactamente la puerta abrirse del dormitorio de descanso de los enfermeros,

pero ninguna persona apareciendo. La oscuridad le hizo entonces, dirigir sus

ojos hacia más abajo. +

Y allí estaba la miniatura, de ojos brillantes y terriblemente expectantes, como

asustados, ocultándose a medias, detrás de la puerta.+

- Hey...- llamó tierno, lo más tierno y suave que pudo, a la niña de cabello

largo y oscuro, que miraba congelada en su lugar, sin avanzar un paso siquiera -

Hola. No sabía que había alguien aquí...+

Apenas él quiso ponerse de pie, la niña pegó un respingo, alertando a Yifan que

estaba demasiado asustada. Y no era para menos, él era un completo extraño en su

panorama. Así que puso las palmas en frente, como conteniéndola de no salir

corriendo, aterrada de su presencia. Se sentía estúpidamente un monstruo de 1,87

de estatura, cuando ella era una hadita con su vestido de volados, de apenas

1,10 y si es que llegaba a esa altura. Yifan sonrió, sin poder evitarlo, porque

la niña era la cosita más hermosa que podría haber visto en la vida. Zitao tenía

razón.+
- Sophie ¿Verdad? +

La niña permaneció en su sitio, mirándolo por el rabillo del ojo, sin emitir

ningún tipo de gesto que le dijera algo. Yifan quedó confundido, creyendo que

quizá no lo entendía si hablaba mandarín. Pero se recordó a sí mismo, haberla

escuchado cantar en un perfecto coreano. Así que probó a la suerte,

preguntándole.+

- ¿Me entiendes, cuando te hablo?+

Y por primera vez, apenas la niña emitió un gesto, bajando una sola vez su

mentón. Yifan entonces suspiró, bajando las manos y sentándose bien de nuevo,

como si estuviera tranquilo.+

- Sophi. Así te dice tu hermano - le contó, obligándose a permanecer en su

sitio, para no ahuyentarla, a ver si así la niña podría perderle algo de miedo -

Tu hermano me hablado mucho de ti, Sophie. Te extrañaba muchísimo - siguió en un

tono bajo, dándose cuenta de pronto que la pequeña había dado un paso al frente,

pero tan solo apenas - Debió ponerse feliz cuando llegaste - dijo, tomando un
sorbo del café que aún seguía tibio - Me mostró esa pulsera que le hiciste de

estrellas de colores. Siempre la lleva y nunca se la quita por nada. te gustan

las estrellas, igual que a él...+

No pasó desapercibido para Yifan los pasos a cuenta gotas con que avanzaba la

niña. Era algo, al menos, como para sentir esa calidez más cerca. En su impulso,

la habría cubierto de un abrazo, pero eso habría sido demasiado torpe de su

parte. Además, de pronto, tenía la estúpida idea que de abrazarla, podría llegar

a hacerle daño, por estrujarla tan fuerte, como querría haberlo hecho. La

ansiedad que llegaba a tener, hacía que su pecho se inflara de necesidad, de

agarrar a Zitao y a su hermanita y llevárselos lejos, muy lejos de cualquier

cosa que pudiera hacerles daño. Pero tenía que seguir permaneciendo quieto en su

sitio, aparentando una tranquilidad para no asustar a la niña, que hasta el

momento, ni una sola palabra le había dicho. +

Miró de reojo, para ver por dónde andaba, cuando sin darse cuenta, un toque como

caricia, fue a parar a su mano inmensa. Sophie, estaba ya al costado de su lado

derecho, con la mano asentada en la revista.+

"Bendita revista", pensó Yifan, cuando se dio cuenta que ella lo señalaba a él

en la portada en la que aparecía al lado de Sehun.+

- Si - dijo él sin dejar de sonreír - Soy yo.+

Y la niña le sonrió, aunque apenas, le sonrió. Así que Yifan supuso que la
pequeña lo habría visto antes en alguna imagen, sabiendo bien que abundaban

publicidades de él en Beijing. +

Pero la mano de Sophie no se quedó ahí, porque fue a viajar directo a su mala,

que Yifan sostenía con ahínco. El amuleto parecía hipnotizarla, tanto, que Yifan

la encontró rasguñando apenas su piel, entrando como disparo al corazón del

hombre, ni que fuera la mejor caricia. Yifan no pudo evitar, mirar esa mano tan

pequeña, ante la suya inmensa y por primera vez sus ojos se encontraron con los

de la niña.+

- ¿Te gusta esto? - preguntó Yifan.+

Y la niña asintió enérgica, mirándolo con los ojos bien abiertos y por primera

vez, con una sonrisa, que dejó ver a Yifan que dos dientes le faltaban en

enfrente, porque los estaba cambiando. 1

Si. Sophie parecía una hadita, una muy perfecta a la que bien podría ponerle

alas en su imaginación, como de esas historias de cuentos de príncipes

encantados y princesas enamoradas. Más con esos cabellos rizados apenas, con esa

linda vincha con un moño de adorno y ese vestido de volados crema. No llevaría

varita, porque en lugar de eso, Sophie sostenía con mucha fuerza una valija

pequeña, como si se tratara de algo importantísimo. +

Yifan notó entonces, que Sophie seguía con el dedo puesto en el amuleto, con

persistencia y hasta cierta devoción, porque sus dedos acariciaban las cuentas
de madera ya algo roídas por el uso, hasta terminar en ese lazo rojo desgastado

por el tiempo. Y aunque jamás hubiera querido hacerlo, temeroso y hasta casi

cerrando los ojos, se animó a preguntar, tragando duro, como si en realidad

lamentara algo eso...1

- ¿Lo quieres?+

Y la sonrisa de la niña se le hizo tan amplia, que Yifan sintió que podría

haberle dado todas las joyas del mundo entero si ella lo hubiera querido. Aunque

cuando se vio soltando su amuleto, habría tenido ganas de llorar, la risita

sonora y por debajo de Sophie, habría valido la pena.+

- Bueno... creo que es tuyo entonces... - murmuró Yifan.1

Y Sohpie puso su valija de juguete sobre la mesa, abriéndola con sumo cuidado.

Miró a Yifan un segundo, antes de dejar ver lo que había dentro y sonrió, cuando

le mostró lo que llevaba. Yifan elevó las cejas, notando lo que había el

interior de la misma. Se trataba de una de esas valijas llena de cosas extrañas

para hacer pulseras, collares y lo que consideraba joyas. El brillo de las

lentejuelas y diminutas estrellas, sobre todo, era lo que más había, así como
también lápices de colores y una libreta que se dejaba entrever entre todos esos

destellos. Pero su corazón casi se le detiene en un saque, cuando Yifan vio

dentro de esa valija el anillo de diamante azul que le había regalado a Zitao. + i

- Sophie - susurró tembloroso Yifan, llevando su dedo al interior del maletín -

¿Tu hermano te... te regaló... eso?+

Sophie asintió, en lo que tomaba entre sus diminutos dedos, el amuleto que ahora

le pertenecía, llevándolo al interior de su valija. Y Yifan casi se queda sin

aire. La niña llevaba en su cofre más de 50 millones de dólares. A Yifan no le

importaba el valor monetario, sino el real hecho de que la pequeña ahora si

estaba de lo más insegura cargando eso a todos lados. Y no podría haberla puesto

en alerta, así que solo atinó a decir.3

- No vayas a perderlo. Cuida mucho ese anillo ¿Si?+

Y la seriedad de Yifan fue tan solemne, que la pequeña seria también, puso en

línea recta sus labios antes curvos y miró a Yifan, asintiendo muchas veces,

como dejándole claro que entendía bien lo que decía.+

Sophie sacó de repente del interior, ese cuaderno algo pequeño, abriéndola de un

lado. Yifan vio páginas de dibujos, evidentemente hechos por ella, creyendo que

quizá la pequeña le estaba mostrando sus creaciones, hasta que se detuvo en una

hoja blanca. La pequeña comenzó a dibujar y pintar, ante la atenta mirada de


Yifan, que veía que rápidamente todo era cubierto de estrellas de distintos

tamaños y una luna sonriente. Así pasó un rato, hasta que ella pudo terminar su

dibujo y se lo mostró a él.+

- Es muy lindo - dijo Yifan, contento de saber que la niña le compartía ese

momento.+

Ella asintió, tomando con su mano derecha un lápiz negro, comenzando a

garabatear algo. Cuando terminó, le mostró a Yifan lo que había escrito, en

mandarín: 谢谢 ("Gracias").+

Eso, dejó completamente desorientado a Yifan, llegando a la conclusión de que si

la niña hablaba coreano y escribía mandarín, era una pequeña...+

- ¡Brillante! Eres una hadita brillante - dijo, animándose a acariciar con su

dedo índice, la nariz de la pequeña, que sonrió por lo bajo, encogiéndose de

hombros. +

Sophie entonces arrancó con cuidado el papel de su libreta, con ese dibujo hecho

y lo dejó sobre la mesa, estirándolo hacia él.+

- ¿Para mí? - preguntó asombrado Yifan, en lo que ella asentía - ¿Un regalo?+

Y en ese momento, en el que él miraba el dibujo, se dio cuenta de repente de ese

detalle para nada menor. Sophie no había dicho una sola palabra, desde que se
habían encontrado los dos. Perplejo y boquiabierta por unos segundos, observando

a la pequeña cerrar su maletín, le habló.+

- Sophie ¿Por qué...?+

Pero nada más pudo decir, porque la puerta de la sala se abrió, quedando Luhan

sorprendido de la imagen con la que se encontró. +

- ¡Sophie! - exclamó Luhan, en lo que ella corría a sus brazos, con su maletín

en mano.1

Yifan sintió de pronto que tenía celos de esa cercanía entre los dos y lo

despojada que ella se veía en confianza con el enfermero que le hablaba en

mandarín, mientras se la llevaba de ahí. Pero antes de cerrar la puerta, Yifan

le sonrió a la pequeña, que mostraba su mano en alto, despidiéndose de él,

dejándolo al final solo en esa habitación.+

Y todo se quedó en un mutismo, como si no solo fuera su mente, sino también su

corazón. Tanto, que ni siquiera se dio cuenta que Kyungsoo entró a la sala,

hasta que este le dio un manotón en el brazo.+


- ¿Qué haces aquí? - le preguntó Kyungsoo, ya con una taza de café llena,

sentándose en frente de él.+

- Esperaba...- murmuró apenas, descolocado por completo.+

- ¿Esperabas? - preguntó Kyungsoo - ¿Qué esperabas?+

Yifan señaló la puerta, o eso quiso, pero sacudió como despertándose de repente

de algo.+

- La hermana de Zitao...+

- ¿Qué con ella? - dijo Kyungsoo, encogiéndose de hombros - ¿La viste?+

- Si. Es... es extraño...+

- ¿Qué cosa?+

- No dijo una palabra - contó un tanto espantado.+

- Es muda.7

Yifan quedó inmóvil unos segundos, mirando a Kyungsoo, creyendo no haber

escuchado eso que dijo. +


- ¿Qué? - preguntó, haciéndose hacia adelante, en lo que ponía su oreja a la

vista, para escuchar mejor.1

- No habla. Es muda. Escucha, pero no habla. +

- Eso es imposible - negó, sonriendo nervioso Yifan.+

- Pasa ¿sabes? +

- Pero yo la escuché... yo la escuché hablar con Zitao y cantar...+

- No es posible - dijo serio, mirándolo fijo - ¿Hablaste con ella?+

- No - respondió - La escuché. Ellos no me vieron cuando yo escuché.+

Kyungsoo abrió tan grande los ojos, que Yifan se hizo hacia atrás, más cuando el

chico exclamó con las manos abiertas.+

- ¡Milagro! Sabía que era mutismo selectivo - rugió contento, pegando con su

puño en la mesa - Esa niña es inteligente ¿sabes? Ahora, la pregunta es - dijo

de repente serio, enarcando una ceja - ¿Por qué habla sólo con Zitao?4

Era un misterio. Y Yifan se sintió con ganas de saberlo todo de la niña. Así que

caminó rumbo a la única persona que hablaba con ella, sabiendo que al fin, ya no
habría moros en la costa. Su madre se había ido, así que tranquilo podría volver

a sus visitas diarias a Zitao y se sintió contento; hasta que vio a Zitao.+

Lloraba. Zitao estaba de nuevo solo, llorando. Y se sintió el más idiota, como

egoísta, por haber considerado que la partida de su madre sería buena para él.

Sentado al borde de la cama, Zitao se sostenía de sus manos, mientras sus

hombros tiritaban en el gemido ahogado. Luhan preocupado intentaba en vano

consolarlo. Y Yifan supo que ese era el lugar que él debía ocupar. 1

- Mi Niño... - fue todo lo que dijo Yifan lleno de angustia, cuando se le lanzó

a abrazarlo.+

Y es que se la habían llevado. El nombre de "Sophie", fue murmurado muchísimas

veces por Zitao, mientras se aferraba a las ropas de Yifan, que en el silencio

lo sostenía, pasando su mano por la espalda de su niño triste. La misma tristeza

que lo embargó de lleno, pensando en el vacío que le había quedado cuando le fue

arrebatado lo que más amaba. No habría manera de consolarlo, solamente así,

abrazándolo. 3

Solo después de un rato muy largo Zitao, que apoyaba su mejilla en el pecho de

Yifan, murmuró.+

- Perdóname...+

Yifan frunció el ceño, tomando entre sus manos la cara mojada de Zitao, para
verlo. Le dolió mucho encontrarse con esos ojos rojos e hinchados de dolor, así

que acariciando sus mejillas con sus pulgares, preguntó.+

- ¿Por qué me pides perdón?+

- El anillo...+

Y Yifan ni siquiera lo dejó terminar. Sonrió a Zitao y lo abrazó con mucha

fuerza. +

- No te preocupes Mi Niño. Está en buenas manos - dijo Yifan, para calmarlo.+

- No entiendo - habló apenas Zitao, entre gemidos entre cortados, hundiéndose en

el pecho de Yifan.+

- Sophie me lo mostró en su valija.+

- ¿La viste?+

- Si - sonrió Yifan, posando sus labios en la corona de Zitao, dejándole un

beso. +

Zitao entonces elevó su cara, sorprendido de la noticia.+

- ¿La conociste?+
- Ella es una hadita preciosa. Mira...- dijo entusiasmado, sacando de su

bolsillo el papel doblado con sus estrellas - Me hizo un lindo dibujo y hasta me

escribió "gracias" aquí... - señaló en el papel -... por el regalo que le di. +

- ¿Y qué le regalaste?+

Yifan se quedó un segundo boquiabierta, cuando en un suspiro largó.+

- Un colgante que quería muchísimo. Pero sé que ella lo va a cuidar.+

- Gracias - dijo sonriendo Zitao y se abrazó fuerte a Yifan.+

- Es una hadita muy inteligente.+

- Si. Muy inteligente.+

- Salió a su hermano.+

- Yo no soy... no soy así... +

- Si lo eres - insistió Yifan - Siempre fuiste muy inteligente.2

- ¿Siempre?+
- Bueno, estoy seguro.+

Y se rieron de eso, mientras que en fondo Yifan solamente se quedó pensando en

los millones que esa criatura llevaba en el maletín. Le pondría guardias. Si. Ya

pensaría mejor, en la manera de cuidarla. 7

-------------------------------+

* Un termoplástico es un plástico que a altas temperaturas puede fundirse.

"Tormenta"
- Zitao – le indica Amber – Recuerda que lo importante de esto, también es no

abusar de tu fuerza ¿si?13

- Entiendo – dice él, mientras se sostiene serio de los dos barrales.+

Ya sabe que no debe hacer abuso de las fuerzas que tiene, porque sería

contraproducente. Y entonces, Zitao diligente, tranquilo, pero no por eso menos

emocionado, se concentra en su objetivo. Llegar al otro lado. El final del

camino. +

Zitao se para de una vez, sabiendo que sus manos ya son fuertes y erguido en su

porte, elevando el mentón, se ve de pie. No es la primera vez que está de pie,

solo que ahora, su agilidad ha ido en aumento. No necesita la ayuda de nadie, ni

siquiera cuando comienza a avanzar paso a paso. Sonríe más que seguro de sí

mismo, cuando al otro lado el rostro lleno de orgullo del doctor Wang, lo

espera. Y apenas termina en la punta, sin siquiera manifestar que le ha

resultado dificultoso el camino, Jackson abre sus brazos para recibirlo. Y ahí

Zitao se tumba en un abrazo que sabe bien que es sincero.8

- Bien hecho Zitao – le dice al oído, mientras lo sostiene con fuerza, esperando

a que Amber le coloque la silla de ruedas detrás – Muy bien hecho...+

Y por primera vez, Zitao es conciente de su altura o al menos se da cuenta de un

detalle. Es más alto que el doctor Wang, que se ríe abiertamente como nunca,
porque se ha dado cuenta del impacto fuerte que ha provocado eso en su paciente.

Y el cuerpo del Jackson se vence levemente hacia atrás, en lo que Zitao emite un

gemido del susto, creyendo que se caerá. Pero Jackson es fuerte y sus brazos lo

sostienen, sin perder un segundo la gracia que le ha causado el momento. Y sin

vergüenza por de su estatura, Jackson le dice.2

- Si Zitao. Eres alto. Muy alto.1

Y Zitao entonces imita a su doctor, sonriéndole también, poniendo en descanso su

mentón en el hombro de Jackson que sigue sujetándolo entre sus brazos.+

- Gracias – dice Zitao.+

- ¿Por qué? – pregunta Jackson.+

- Por todo...+

Y es que en las últimas semanas, debe reconocer que su doctor lo ha sostenido en

los vaivenes de sus emociones que no encuentran estabilidad. Pasa de la alegría

extrema a la tristeza absoluta, de la risa al llanto y así, sin entenderse a sí

mismo qué le pasa. Él no comprende demasiado eso y solo sabe que hay cosas que

solamente podría aguantárselas alguien que sea muy buena persona. Y en ese

lugar, todos son muy buenos con él. 1

Zitao mira a su médico entonces, componiéndose derecho por un instante, antes de


percibir detrás de él la silla de ruedas dispuesta, donde se sienta tranquilo.

Amber lo abraza por detrás y le da un beso en la mejillas, mientras Jackson se

le queda observando, acompañándolo luego al dormitorio, como siempre que termina

sus sesiones en el gimnasio.+

Después de conversar un rato con ellos, Wang se despide de la doctora Amber y

Zitao, para seguir atendiendo al resto de sus pacientes. Zitao mira a su doctor

irse, encontrándose al segundo con la sonrisa más linda, porque le gustan esos

hoyuelos que se dibujan en sus mejillas. +

- Doctor Zhang – lo llama entusiasmado.1

Le gusta ver cuando viene con alguno de sus instrumentos, para quedarse con él

un rato, mientras le enseña alguna canción bonita y lo escucha. +

- Ya te dije que me digas Yixing, Zitao – le recuerda, mientras acaricia su

cabeza como si fuera un niño, buscando una silla, donde se sienta – Cuéntame

¿Cómo te fue hoy?+

El entusiasmo le sobra a Zitao para contarle lo bien que le ha ido. Amber

también le comenta de los avances en un lenguaje que él no entiende, pero que

por la cara sonriente de Yixing, le indican que todo va mejor. Yixing hace días

que le ha hecho estudios en una habitación toda blanca, donde lo hicieron

ingresar acostado en un tubo para ver dentro de su cabeza. Zitao tenía mucho

miedo, pero la voz de Yixing lo calmaba. Cuando salió de ese lugar, Yixing
parecía contento y Zitao solo pudo interpretar que las cosas iban bien con él.+

- Bueno, los dejo entonces – dice Amber, despidiéndose con un beso de Zitao – De

seguro hay un voluntario que no va a demorar en llegar y vamos a ser muchos aquí

– agrega, dando un guiño a Zitao, que Yixing alcanza a ver.+

Sin embargo, confundido Yixing frunce el ceño y titubeante en sus palabras,

logra apenas decir.+

- Pero... ¿No acaso...? ¿No... lo...? Yo creí...+

Yixing baja la vista, sacudiendo su cabeza aturdido, señalando a la puerta.+

- ¿Qué pasa Yixing? – pregunta Amber, regresándose a la par de Zitao.+

- Es que Yifan vino al piso primero, pero...– le explica dubitativo y rascándose

la nuca perplejo – Él fue a buscarlos al gimnasio. Debe ser que se cruzaron. O

quizá tuvo que hacer algo...4

Zitao arruga su frente, mirándose esos dedos que comienzan a juguetear nerviosos

en su regazo. No dice nada, porque tampoco entiende nada. Yixing toca su hombro

y sonriendo le dice.+
- Vamos mi muchacho ¿Cantamos hoy? ¿Si?+

- Claro...+

- A lo mejor llega más tarde – supone Amber, sonriendo apenas, incómoda por

demás, mirando a la puerta. A lo mejor, recordó que debía hacer algo antes...+

Ha pasado la media mañana y Yifan no llega. El almuerzo se torna un tanto

desabrido y la siesta aburrida, a pesar que ha tenido ejercicios. Pero su

concentración va cuesta arriba.+

- Vamos Zitao – llama serio Luhan, señalándole el cuaderno de ejercicios – Debes

terminar esta tanda.+

- Lo siento – dice apenado Zitao – Pero...+

Resopla frustrado. Zitao no se concentra y Luhan admite entonces.+

- Te entiendo... yo estoy peor...+

Cabizbajo los dos, se quedan unos segundos en silencio, ni que fueran fotocopia,

jugando con sus dedos pulgares inquietos, moviéndose en círculos en su regazo.

Luhan frunce el ceño y entonces se pone de pie. No quiere quedarse ahí sintiendo
lástima de sí mismo y no va a contagiar a Zitao. Así que dice.+

- Vamos a dar una vuelta a lo de Mini.+

El vecino tiene compañía, porque justo llega de terapia con Kyungsoo y dentro de

su dormitorio, Baekhyun termina de acomodarle la ropa de cama. +

- Ni que se hubieran puesto de acuerdo – se ríe Baekhyun, que se detiene en seco

mirando a Luhan, con los puños en la cintura y de lo más serio.+

Un sonido socarrón de parte de Luhan llamó la atención de todos, como sus ojos

hinchados y rojos, como su nariz. +

- Luhan – dice Zitao preocupado, tomando su brazo – ¿Estás bien?+

Apenas esas palabras alcanza a pronuncias Zitao, que Luhan parece recién

despertarse y parándose derecho, aclarando su garganta en un ronquido, responde.+

- Claro ¿Por qué?+

- ¿Estás... resfriado?+

Luhan endurece sus labios, en un estiramiento tortuoso que quiere ser una

sonrisa, pero que ni cerca se le parece, para abrir la boca y largar cualquier
excusa. Pero detrás de Luhan, alguien llega, tirándosele encima, envolviéndolo

entre sus brazos.+

- Luhan – lo llama triste Baekhyun, mientras Zitao mira atento eso.+

Nada. Todos se miran sin saber qué decir o qué hacer. Pero se ve que Baekhyun se

ha pasado un poco, estrujado sobremanera a su amigo, que asustado le grita.+

- ¡Ya Baekhyun! ¡Me duele! +

- ¡Abracito sanador! – grita en respuesta.+

- ¡No me sanas ni mierda estrujándome y asfixiándome!+

Tres risas se escuchan. Zitao apoya su mano en el vientre, sintiendo que le

duele hasta el llanto la risa que se han contagiado con Minseok y Kyungsoo, ante

la desopilante reacción de Luhan por el abrazo de Baekhyun. Sin embargo Zitao

calla, porque mira que los ojos de Luhan brillan, pero llorosos. +

- Lulu – habla Zitao, estirando su mano hacia su amigo, que se mantiene de pie –
¿Qué te tiene mal?+

- No es "qué" Zitao – explica Kyungsoo, acomodándose en el borde de la cama,

pegando un salto y dejando los pies al aire de tan pequeño – Sino "quién".2

- ¿Quién? – insiste Zitao.+

Luhan no va a responder, menos así cabizbajo, cruzado de brazos y frunciendo sus

labios, como si quisiera volver a moquear.+

- ¡Oh Sehun! – exclama entre dientes Baekhyun. 1

Zitao recuerda la revista que tiene en su mesita de luz, donde aparece ese

hombre con Yifan en la portada. Frunce el ceño. Ha escuchado tanto de ese tal

Sehun por tanto tiempo, que solo sabe que de boca de Luhan, se suponía era el

hombre perfecto. Baekhyun termina por reprochar con el puño en alto, ni que

quisiera pegarle a alguien.+

- ¡Eso te pasa por meterte con ese! 1

Kyungsoo rueda los ojos a todos lados, mientras Zitao y Minseok se miran, porque

ellos dos no entienden mucho qué sucede. Pero saben que Oh Sehun ha puesto mal a

Lulu y que Baekhyun le quiere dar su merecido. Debe ser alguien malo. Si. Porque

de otro modo, Baekhyun no estaría tan enojado. +


- ¡Te juro que cuando lo vea...! – dice rabioso Baekhyun.+

- ¿Tan malo es? – pregunta de repente Zitao, que comienza curioso a querer saber

– Yo creí que Oh Sehun era perfecto Lulu. Eso decías tú siempre y...+

- Ya no hablemos de él – dice lastimosamente Luhan, desplomándose en una silla

del dormitorio de Minseok.+

Kyungsoo ve a Zitao pasar sus manos por sus muslos como si algo le molestara y

bajándose de la cama, comienza a masajear tranquilo sus pantorrillas. +

- Gracias – dice Zitao, que hasta el momento se había guardado el dolor muscular

para él solo.+

- De nada – responde sonriendo Kyung – Deberías decirle a Amber.+

- Yo no puedo creer que alguien no te quiera Lulu – dice de repente Minseok,

tranquilo y apacible, tomando asiento con la ayuda de Baekhyun en su cama –

Todos te aman. Yo creo que debe ser una persona insegura que le cuesta admitir

lo que le pasa.1

Y todos miran a Minseok. Jamás lo habían escuchado hablar con tanta seguridad en

algo relacionado a un tema tan delicado como... ese. Por eso se miran unos a

otros. Y es que tiene razón. Quién no querría a Luhan, si todos lo aman. +


- Pero... pero qué... ¡¿Qué dices Mini?! – exclama Luhan– A ese tipo, yo no le

importo...+

Zitao baja la vista, inquieto, mirando las manos de Kyungsoo que masajean con

cuidado sus piernas. Luhan está mal por algo que le ha hecho Oh Sehun, pero ¿por

qué? ¿Por qué hablan de amar y de cosas que él no entiende? ¿Por qué Minseok

sabe de esas cosas que sabe, desde que está con Jongdae? Zitao los mira y

escucha atento a cada palabra.+

- Deberías llamarlo, salir con él y charlar, para aclarar los tantos – sugiere

Kyungsoo.+

- Yo no voy a llamarlo. No le importo nada y no quiero salir con él, para que

después me ponga en la lista de los babosos que de seguro está acostumbrado a

tener.+

"Salir", es de ¿pasear? Él ha escuchado a Luhan decir que en las revistas dice

que ese chico sale con muchas chicas. La cosa es que se siente molesto como

Luhan, porque él ha visto que Yifan aparece también demasiado en esas revistas

donde "salen" con mucha gente. Si eso tiene mal a Luhan, debe ser porque es algo

malo ¿o no?+

- Pero entonces, si no le importas – sigue hablando Minseok – ¿por qué andaba


merodeando por el parque en el horario en que salimos a hacer ejercicios? +

- Estás confundido Mini – habla Luhan, negando rotundamente eso – No puede ser

él.+

- Es el que aparece en esas revistas que siempre ven ustedes dos – le recuerda

Minseok, mirando a Luhan y Zitao – Siempre las coleccionan ¿O no? Le conozco

bien la cara. Y es el amigo de Jongdae.+

- En las revistas, siempre dicen que "sale" con distintas chicas... – dice Zitao

perplejo, porque ha recordado bien – Eso me leíste una vez Lulu...+

Minseok rueda los ojos para todos lados y en tono de reproche le dice a su

amigo.+

- Ustedes y esas revistas... Zitao ¡¿Acaso crees todo eso que te venden?!4

¿Qué las revistas dicen mentiras? No sabría decirlo, porque él no sabe leer. Él

sabe que ellos "salen" mucho, con muchas chicas. Y cuando Zitao analiza el tema,

viendo a Luhan que se pone peor, piensa, si Yifan "sale" mucho, entonces ¿sería

por eso que vino y se fue rápido? ¿Porque está "saliendo"? ¿"Saliendo" con

alguien?+

Zitao se lleva la mano derecha a su frente, refregándose persistente donde le

molesta, en su cabeza, pidiéndole que no piense más.+


- ¡Ya! – exclama Luhan, al parecer molesto, haciendo a Zitao pegar un respingo

del susto – ¡Sólo fue sexo! ¡Un revolcón de una noche! ¡Un polvo! Y espectacular

por cierto...10

- ¿Sexo? – pregunta Zitao, inclinando confundido su cabeza a un lado.5

- ¿Revolcón? – pregunta Minseok.+

- ¿Polvo? – pregunta Zitao.5

Ahora la cosa parece seria, porque los tres enfermeros se han quedado

boquiabiertos y sin dar una respuesta al instante, como siempre suelen darlas. Y

entonces es Baekhyun quien avanza un paso hacia Luhan y con unas palmaditas en

la espalda, como si le estuviera consolando, le ordena canturreando al oído.+

- Ahora arreglas tú este lío Lulu..

Se encuentra sentado con sus manitos juntas en su regazo. Sus dedos pulgares

juagan a rodar miles de veces, mientras farfulla por lo bajo algunas palabras

incomprensibles que solamente él podría entender. Su mano se eleva, raspando con

la palma entera su frente sudorosa, porque chorrea transpiración sin freno, al

segundo que toma con la punta de sus yemas, la bata de su uniforme en su pecho,

sacudiéndosela para afuera, intentando quizá que se le despegue del cuerpo. Y

entonces alguien le llama.+


- Lulu ¿Estás bien?+

Luhan pega un respingo de repente, recordándose que siguen ahí. Quien habló fue

Zitao, mirándose confundido con Minseok. Es que están esperando a que él hable

de... eso.6

- Si – dice sonriendo, al segundo que se quita el sudor de la nariz brillante –

Si. Si... claro... si...+

Traga duro y emite un ronquido, llevando su puño a la boca, tosiendo un par de

veces como para reacomodar las cuerdas vocales. Se termina de sentar más derecho

y sacando pecho, abre la boca para hablar. Pero como no le sale nada, entonces

la cierra de una vez. +

Zitao mira a Minseok, que es el que siempre habla mejor de los dos y codea a su

amigo, para que sea él quien entre de una vez por todas, en eso que los ha

dejado curiosos. +

- Lulu – le habla Minseok – ¿Qué es el "sexo", "revolcón", "polvo" y que "fue

espectacular, por cierto"?8

En este momento, Luhan odia a sus malos amigos que lo dejaron solo, porque iban

a juntarse con... "esos". Es enfermero y no sabe qué decir, cuando se supone que
lo han preparado para esto. Pero es que, cualquier cosa mal dicha, puede llegar

a hacer estragos en esos dos angelitos, pero sobre todo en Minseok que anda con

el sinvergüenza de Jongdae. Así que, pensando en eso último, con determinación

comienza a instruir a sus dos niños.+

- Primero he de aclarar, que no es lo mismo sexo, que revolcón, que polvo. El

sexo no necesariamente va a acompañado con el amor ¿Entienden?+

Zitao y Minseok se miran, fruncen el ceño y terminan por mirar a Luhan, sin

emitir una respuesta.1

- O sea...– dice Luhan, rascándose la cabeza – Cuando estás con la persona que

amas, tienes sexo.+

- ¿O sea que tú amas a Sehun? – pregunta Zitao, abriendo bien los ojos.+

- Si ¡No! – exclama atolondrado con las palmas al frente, como si evitara que se

le estampe algo de frente.1

- Pero tú dijiste que tienes sexo con la persona que amas – irrumpe Minseok

confundido.1

- Claro, pero... a veces no.+

- ¿Entonces puedo tener sexo con cualquier persona? – inquiere Zitao atento.7
- ¡No!+

- No entiendo – dice al final, con una mueca de hastío.1

- Oye Luhan, vamos por el principio – habla Minseok – ¿Qué es sexo? ¿Qué es

revolcón? ¿Y qué es polvo?1

- Ay dios...– suspira Luhan, agarrando una revista para sacudirla lanzándose

aire – Miren, es... es que yo usé mal la palabra ¿ok? – asegura, encontrándose

que ha agarrado la revista que tiene de portada a Oh Sehun y la larga lejos ni

que fuera veneno en las manos, al segundo que habla – Yo me refería a tener

relaciones sexuales. Cuando sientes deseo de estar mucho con alguien.... Sientes

que el cuerpo te quema por dentro... – dice Luhan llegando a encogerse en su

entrepierna, sabiendo que va por mal camino – No es eso lo que debería decir...+ l

- ¿Como cuando siento que el cuerpo me quema, cuando estoy con Jongdae? Yo

siento que me quemo por dentro cuando Jongdae me abraza y me besa ¿Eso es tener

relaciones sexuales?16

Y Zitao miró fijo a Minseok, porque él también sintió esa misma sensación

muchísimas veces.+

- ¿A ti también te pasa? – le preguntó Zitao.+


- ¡¿Qué les pasa?! – exclamó como enojado Luhan, parándose en seco de su

asiento, con los puños en la cintura.+

- Que el cuerpo nos quema por dentro – dijeron al unísono.5

- Yo con Jongdae – agregó Minseok – Solo con él.+

- Yo con...– quiso decir Zitao, pero calló al segundo.+

- Esto no está funcionando – rugió Luhan espantado.2

- Claro – asintió pensativo Zitao, mirando serio a Luhan – Ahora entiendo...+

- ¿Qué entiendes? – preguntó Minseok.+

- Lo que le pasa a Luhan.+

- ¿Y qué le pasa?+

- Que está triste porque Sehun sale con muchas personas y el cuerpo le quema por

dentro con ellas y no con él solamente. 13

- No entiendo – dijo Minseok.+


- ¿Qué sentiría si Jongdae saliera con otras personas y supieras que su cuerpo

se pone caliente con ellos y no solamente contigo?+

Con un puchero Minseok, ya comenzando a respirar agitado, apenas Minseok podría

haber dicho algo, con un nudo en la garganta.+

- Jongdae nunca haría eso.+

- No estoy diciendo que lo haga. Solo es suposición.+

- Yo no quiero que él salga con nadie – dijo con une mueca de dolor, ya

lagrimeando, mirándolo a Luhan para pedirle ayuda. +

Pero Luhan ya estaba peor que él, largando unos lagrimones terribles, gimiendo

apenas en su sitio.2

- ¿Lulu? – llamó Zitao.+

Pero Lulu lanzó un gemido terrible, terminando por salir corriendo del

dormitorio, en medio del llanto incontrolable de Minseok.+

Y Zitao se quedó mal, porque los había puesto mal a todos y al final no había

entendido nada. 11
- ¿Qué pasa aquí? – preguntó desde la puerta Yixing.7

- Zitao – llamó Jongdae desde la puerta de su dormitorio.+

Y Zitao se quedó allí, viendo la oscuridad del exterior por la ventana, mientras

los relámpagos iluminaban las nubes de la noche.+

- ¿Va a llover? – preguntó él, sentado en su silla de ruedas, sin haberse movido

desde la tarde de ahí.+

- Parece que si – respondió Jongdae, posando su mano sobre el hombro del

paciente – Zitao. Es tarde ya. Debo acostarte.+

- Un rato más – pidió, elevando sus ojos a lo alto, para ver a Jongdae.+

- Debo apagar las luces Zitao – explicó apenado Jongdae.+

Él asintió y dejó que Jongdae lo ayudara a cambiarse para ir a la cama. Jongdae

era fuerte, así que parecía acostumbrado a todo el manejo de los pacientes. Pero

ahora, Jongdae sonreía, cuando pudo acercar el andador para que Zitao se

sostuviera solo. +

- ¿Probamos con esto hoy? – le animó.+


Y Zitao siguió cada una de las indicaciones de Jongdae, sin decir una sola

palabra, aunque nunca era de decir muchas cosas, porque siempre era Jongdae a

quien le sobraban los chistes; pero hoy, hoy estaba atento a sus órdenes. Zitao

se mantuvo en pie, lo suficiente como para ser ayudado a vestirse y esperar a

Jongdae que le abriera la cama. Solo faltaba quitarse la parte superior de su

ropa y solo cuando Jongdae lo hubo sentado en el borde del colchón alto, con sus

pies que no llegaban a tocar el suelo, Zitao se quitó y se colocó solo la remera

de su pijama.+

- Lo hiciste de maravilla Zitao – elogió Jongdae, dándole una palmada en el

hombro. +

Pero Zitao no dijo nada, no emitió una mueca siquiera o un gesto que le dijera

que era conciente de lo que acababa de hacer. Y Jongdae frunció el ceño e

inclinando su cabeza a un lado, dijo en un tono tranquilo y amable.+

- Zitao ¿Estás bien? +

- No ha venido – respondió con naturalidad.+

- ¿No? – escuchó a Jongdae decir, sorprendido. +

Jongdae bajó la vista, pensativo unos segundos, para mirar de nuevo a Zitao y

excusar a Yifan.+
- Quizá debió recordar que...+

- Amber dijo lo mismo – le interrumpió, mirando de nuevo en dirección de la

ventana, como si la oscuridad se lo llevara.1

Jongdae se quedó quieto, analizando a Zitao. Allí, en su rostro, Jongdae

vislumbró esa soledad que lo aturdió, por esas veces que había encontrado esa

misma forma de callar, de decir poco y de mirar a la nada de Yifan. Jongdae no

había entendido jamás a Yifan. Y ahora se daba cuenta de que en la vida su

hermano del alma se había encargado de llenar los espacios vacíos de su corazón

de ellos, sus amigos. Pero nunca había podido lograrlo. Cuánto habría sufrido

Yifan en silencio. La imagen que siempre había dado, fue malinterpretada como

rudeza, envuelta en un halo de misterio, cuando en realidad era silencio para

acallar el dolor, por la ausencia de la única persona que ahora Jongdae sabía

que lo hacía sentirse completo. Y Jongdae se sintió el peor amigo, porque

solamente había entendido todo, cuando se encontró él mismo con su corazón. Si

alguien le arrancara a Minseok de su lado, sería como arrancarle su vida, porque

él no podría imaginarse ya sin él. 4

Jongdae tragó duro y suspiró conmocionado, mientras Zitao hacía como si nada de

tiempo hubiera pasado, mirando hacia la oscuridad de la ventana.+

- A él le importas – habló Jongdae repentinamente.+


Zitao removió sus cejas, en expresiones difíciles de leer. Sus ojos divagaron

perdidos para todos lados, parpadeando muchas veces, hasta despertarse del todo,

encontrándose con la mirada amable de Jongdae.+

- A Yifan – aclaró Jongdae – Tú le importas. Mucho...+

Demoró unos segundos en emitir alguna frase qué decir, porque sus ojos se

detuvieron en ese instante en esa revista abierta de su mesa de luz. Él no sabía

qué decían esas palabras, pero Yifan estaba en algo así como una fiesta, posando

con personas elegantes y bien vestidas, siendo foco de atención de esa cámara.

Zitao se encontró repentinamente enojado, como si una chispa espinosa le hubiera

atravesado el pecho, una maldita incomodidad sin sentido, o al menos un sentido

que él no podría haber llegado a descifrar. +

- Zitao – llamó Jongdae, que ágil se dio cuenta de todo, porque en un segundo

terminó de cerrar la revista que tenía a sus amigos en la portada – Eso es

trabajo para él. Nada más.+

Titubeante en sus gestos, Zitao se encontró tembloroso, llevando la mano derecha

deambulante por su pecho hasta llegar a su frente, donde ancló la yema de sus

dedos, como si pensar le doliera demasiado. No entendía qué pasaba. No entendía

nada.+

- Zitao – insistió Jongdae.+


- ¿Mmmhh?+

El joven, tomó esa mano en alto del paciente, simulando darle masajes

relajantes, con la intención de sacarlo de allí, porque sus ojos comenzaban a

llenarse de una pesadez y no auguraban cosas buenas en el ánimo de Zitao.+

- Yifan te...1

Y se detuvo. Si hay una cosa que Jongdae había aprendido en ese tiempo de estar

en ese lugar, es que él no debía jugar cartas que no le correspondía jugar. La

honestidad era una virtud, pero i iba acompañada con la prudencia, cosa que a él

le costaba sobremanera. Yifan no lo haría y aunque él quisiera, no debía. Por

eso le dijo.+

- Yifan te quiere mucho, Zitao. +

- Él es muy bueno – farfulló en automático.+

- Tú le importas muchísimo – insistió Jongdae.+

- ¿Por qué? – preguntó, mirando fijo a Jongdae.+

Esa pregunta lo aniquiló, porque ¿qué debía responder? 3

- Creo que eso... – dijo al fin, sosteniendo con más fuerza las manos de Zitao
–... es algo que deberías preguntárselo a él.+

Un refusilo acompañado de un trueno, llamó la atención de los dos, que se

volvieron a ver la ventana.+

- Tormenta... +

- ¿Tienes miedo? – preguntó Jongdae, regresando su vista a él – Dejaré la luz de

noche encendida si quieres.+

- No – respondió sonriendo – Me gusta dormir así... con la luz que entra... por

la ventana y la música del pasillo...+

- A Yifan le asusta dormir en la oscuridad – comentó sin sentido, al segundo que

sonrió divertido – Nadie lo sabe, así que digamos que es un secreto.2

- ¿Y cómo duerme entonces? – preguntó preocupado.+

Jongdae encogió sus hombros, en lo que ayudaba ahora a Zitao a acomodarse en su

cama.+

- Duerme con luces encendidas. Aunque mucho de su trabajo es en la noche, así

que, está acostumbrado a andar en vela.+

- Sale mucho ¿verdad? +


Jongdae arrugó su frente y estuvo a punto de responder, cuando una enfermera lo

llamó para que la ayudara en algo. +

Y allí se quedó Zitao, acostado boca arriba, en lo que el sonido de la lluvia

comenzaba a golpear la ventana. Sus pensamientos dolían, pero no podría

evitarlos, aún queriendo que frenaran. +

Lo que habían hablado con Luhan, cobraba sentido de una manera que hacía que su

pecho se oprimiera. Pero lo que le había dicho después Yixing, hacía que todo él

se estremeciera abrumado por tantas sensaciones nuevas. Porque si era así, todo

eso que decían, él se encontraba absolutamente perdido, sintiendo que jamás

podría tener eso que ahora venía a darse cuenta que deseaba. 1

Miró la lluvia que seguía chispeando por la ventana y sintió que quizá, el

tiempo lo acompañaba.
"All My Love"

Yifan la miró, allí, sentada en la azotea de la residencia, a la mesa dispuesta

con el desayuno, mientras tomaba un vaso de jugo. Pero no estaba sola. Ahí

estaba con las chismosas de sus amigas.10

- Mamá – dijo él, dando un paso adelante y una reverencia.+

- ¡Querido! – exclamó ella sonriendo, señalándole una de las sillas dispuestas y

vacías – Ven a hacernos compañía.+

- Hola Yifan – saludó Jessica, que se encontraba a su lado.+

El jolgorio y el cuchicheo de las mujeres no demoró en llegar. Yifan no se

esperaba ese panorama. Menos teniendo en cuenta que su madre estaba enojada con

él y como si nada lo había llamado para desayunar el día anterior. Pero al

segundo de ver a Jessica se sintió el más estúpido ¿Cómo se le había escapado

eso? debió haberse dado cuenta. En otro momento habría pegado la media vuelta,

pero con esas comensales, él no podía darse ese lujo. Cualquier cosa indecorosa

de su parte y sería la comidilla en el ambiente, cosa que no le convenía en el

momento, porque no quería ser centro de atención de nadie.1


Yifan dio un repaso general, reverenciando a cada dama, haciendo una barrida

superficial con la vista, reconociendo a quienes se encontraban en la mesa

sentadas. Una de ellas llamó su atención, no solo por la elegancia sino también

porque bien sabía que esa mujer no se juntaba porque sí con cualquiera. Yoon Eun

Hye era la madre de Kim Hyun Joong, un hombre que estaba conectado directamente

a los negocios de los Byun, siendo la mano derecha de Byun Hee Bong, el hombre

que había dado el discurso de despedida a su abuelo, cuando fue su funeral.

Yifan no los olvidaría. +

Él se sentó en frente de su madre, mirando el paisaje pintoresco de esa casa que

se encontraba en lo alto de una colina, ubicada en Cheongdam y que hubiera

pertenecido a sus abuelos. En el testamento, se la habían dejado a él, pero Jang

Nara, la había querido. Él no habría podría negarse a eso, sorprendido en parte

porque ella quisiera conservar algo de sus progenitores a quienes supuestamente

no quería frecuentar. Pero en el fondo, Yifan sabía que ella los amaba, aún sin

entender ese pasado, porque hizo lectura de que habría querido permanecer en ese

espacio por los recuerdos. +

- Sírvele algo – dijo su madre, sacudiendo su mano a yn empleado y sonriendo

nerviosa e inquieta, cosa que no pasó desapercibida para Yifan – ¿Qué quieres

querido? Café, jugo ¿Un yogurt o algo...?+

- Nada. Gracias – respondió Yifan al empleado que se hizo a un lado.+


Y continuó mirando a su madre, que evidentemente, no tenía intenciones de perder

el toque de buena anfitriona con sus amigas.+

- Nara – dijo una de ellas – Debo decir que en persona, Yifan es realmente más

imponente.+

- Las revistas no te hacen justicia querido – comentó otra de las mujeres.+

- Señoras...– habló Jessica, sirviéndose jugo – Aunque no lo crean, Yifan aún se

avergüenza de ese tipo de comentarios. +

- Buen mozo, con un negocio prominente, con una carrera intachable y además

apadrinando una fundación... – denotó Yoon Eun Hye – ¿Creo que olvidé decir que

eres voluntario en el Hospital Central? +

Un silencio impoluto se hizo en la mesa. Quizá se coló en ruido de una

cucharilla soltada en un plato, por la sorpresiva noticia. Yifan también se

quedó helado, porque ¿cómo es que esa mujer sabía tanto? +

- ¿El Hospital Central? – preguntó una señora, que parecía más bien tranquila –

Eso es una gran cosa Yifan. Qué noble de tu parte...+

- Tu hijo trabaja allí ¿verdad? – preguntó Yoon Eun Hye a la dama – Minho, si

mal no recuerdo.
Si. Evidentemente esa mujer estaba al tanto de todo. Sin embargo Yifan seguía

pensando en una sola cosa ¿Por qué esa mujer sabía tanto? +

- Querido...– dijo Nara confundida, queriendo mostrar una sonrisa que se le

perdió en la desilusión – ¿Por qué no...?+

- No había tenido la oportunidad de decirte mamá – dijo él, teniendo en cuenta

que sus últimos encuentros habían sido de lo más desagradable.+

- ¡¿No sabías Nara?! – preguntó graciosamente Yoon Eun Hye, encogiendo sus

hombros – Tu hijo es una dechado de virtudes. Es el comentario del momento –

siguió hablando, mientras degustaba una frutilla – Él, junto con Kim Jongdae son

voluntarios. Claro que el joven Kim tiene otra rutina, porque cuentan que está

como si fuera un enfermero más. Pero eso no desmerece la noble tarea de Yifan,

ayudando a los que más lo necesitan – dijo al final, mostrando una cálida

sonrisa – Para que vean que no sólo los de "ese lado" saben servir a la

República. Aunque también considero que es pura fachada, porque es evidente que

Kim Sang Bum expone a su hijo a las cámaras...+

Yifan la miró fijo, tratando de hacer lectura de esas malditas palabras. La

mujer ni se sintió intimidada, por el contrario, sonriendo, asintió conforme en

sus propias palabras. Ella era inteligente y nada de lo que decía era por azar.

Y Yifan entendió bien por qué sabía tanto. Lo estaban usando a él, sin que

siquiera se hubiera dado cuenta. Kim Jongdae era deliberadamente un enemigo para

ellos, por ende, para él. +


- El joven Kim – aclaró Yifan – Es mi amigo.+

- Yifan...– llamó la atención su madre. +

- Y eso habla muy bien de tu familia – interrumpió la mujer, que evidentemente

estaba acostumbrada a la palabra – Eres de mente abierta, "democrático", Yifan –

dijo denotando el nombre del partido que su propio padre apoyaba – ¿Ves? Al

final, siempre somos fieles a la familia, joven "Wu".+

Un silencio estremecedor se hizo de nuevo. Pero la cosa se estaba volviendo

tensa. Nara lo supo, intuyendo quizá esa mandíbula tensa de su hijo, por eso

quiso poner algo más ameno como tema.+

- Cuéntanos más de Baekhyun Eun Hye ... – dijo Nara – Después de la fiesta de

bienvenida de los otros días, no supimos más de él ¡Es precioso en verdad! El

señor Byun no podía ocultar tanto orgullo y felicidad.+

A Yoon Eun Hye se le perdió la sonrisa y la gracia. Y Yifan comprendió entonces,

que Baekhyun tenía enemigos dentro de la familia. Pero la mujer sonrió al

instante, mirando a Yifan fresca y elegante y le dijo a él directamente.+

- Tú lo conoces más Yifan. Baekhyun es enfermero de ese hospital donde estás

como voluntario. Sin ir más lejos, después de la fiesta, él mismo ha comentado

que no solo se conocen, sino que se llevan muy bien. Son cercanos, se ve...+
En ese momento, alguien se ahogó con su jugo, haciendo que el vaso cayera,

rompiéndose el cristal en el suelo. Jessica se vio con el vestido amarillo

completamente mojado, siendo socorrida por las mujeres, que se lamentaron de que

se le hubiera arruinado tan bonita prenda. Yifan mientras observó la sonrisa

ladina de Yoon Eun Hye, porque Jessica era una Jung y para esa mujer, era el

enemigo en esa mesa, por ser del partido contrario.+

Cuando Yifan creyó que ya había soportado lo suficiente esa reunión, educado se

despidió de las mujeres, suspirando apenas se dio la vuelta, como sintiéndose

liberado de ello. Pero cuando estuvo caminando en dirección a la puerta, alguien

ingresó en ese instante.+

- Papá – dijo, quedándose quieto en su sitio.+

- Yifan – habló él sorprendido – Qué bueno que te encuentro. Quiero hablar

contigo.+

Yifan frunció el ceño y no le quedó más remedio que seguir a su padre a su

despacho personal. Apenas dentro, el hombre cerró la puerta, estirando su mano a


una silla dispuesta en frente de la mesa de escritorio, mientras él hurgaba en

cajones y hablaba.+

- Olvidé unos papeles importantes por aquí, por eso tuve que regresar.+

Parecía preocupado y no pasó por alto eso a Yifan. +

- ¿Todo en orden? – preguntó.+

- Si – dijo abriendo su portafolio, dejando allí dentro unas carpetas.+

- ¿Qué querías decirme?+

El hombre cerró su portafolio con seguro y miró severo como siempre a Yifan.+

- Me enteré por otros que estás como voluntario en el Hospital Central.+

- Supongo que el señor Byun ya te dio la buena nueva.+

- Y mis hombres también.+

Yifan tragó duro. Se compuso derecho en su asiento y miró fijo a su padre. No

estaba tan conforme como su madre con la noticia. +

- Creí que habías perdido esos malos hábitos del pasado – dijo serio Yifan,
elevando su mirada sin dejarse amedrentar.+

- ¿Por qué estás ahí? – dijo ya duramente, cerrando sus manos ya hecha puños,

apoyándolas sobre la mesa.+

Yifan tenía dos opciones, decir la verdad o mentir. Una mezcla de ambas no

vendría mal, para zafarse lo más pronto posible de esa situación. Suspiró, como

si se compusiera, tratando de parecer relajado y suelto. Emitió un ronquido,

alejando el odio contenido del momento y dijo sacudiendo sus hombros,

despreocupado.+

- Me siento en deuda con él, por alguna razón. Después de todo, de niño le hice

daño. Quizá sea culpa o qué se yo...+

Wu inclinó levemente su cabeza a un lado, en lo que sus ojos se achicaron,

analizando a Yifan. +

- Éramos unos adolescentes hormonales – siguió hablando Yifan, como si se

confesara desinteresadamente en algo que al parecer no resultaba importante –

Incluso siendo pendejo te enamoras fuerte ¿sabes? Pero... eso quedó en el pasado

papá. No soy el mismo y para que sepas, tampoco es como si quisiera atarme a un

inválido.3

Yifan querría haber vomitado, detestándose por eso, pero tenía que convencer a

su padre. Y con un poco de suerte, quizá...+


- ¿Inválido? – preguntó perplejo.+

- Tuvo un accidente o algo así – le contó Yifan – Me lo encontré de casualidad

cuando fui a ver un día a Jongdae. Ni siquiera me recuerda ¿sabes? Quedó

inválido y en silla de ruedas. Apenas si habla algo. No recuerda nada de nada...+

Yànzǔ asintió varias veces, como si estuviera conforme de esas palabras. Después

de todo, su hijo parecía demasiado natural en lo que le estaba contando. +

- Yifan – dijo él, poniéndose de pie – No he intervenido hasta ahora, porque los

compañeros del partido te ven con buenos ojos. Byun me dijo que en ese hospital

trabaja su nieto y al parecer hablan muy bien de ti allá. +

- Para que veas papá. Tengo un motivo para permanecer cerca de ese lugar.+

Yifan tanteó una sonrisa, mientras sacudía su cabeza, que su padre interpretó

como algo de vergüenza. +

- ¿Hablas del joven Byun? – preguntó sorprendido.+

Y Yifan resopló tranquilo y en paz, porque, el hombre había caído. Mejor que

creyeran que estaba detrás de Baekhyun y que siguiera pensando en que seguía

allí por él. Que su padre le tuviera confianza, resultaba demasiado complicado y
desagradable, pero aguantaría. +

Antes de marcharse de allí, Yifan escuchó lo último que su padre le informó.+

- Tu madre se ha sometido a rehabilitación, del problema que... tú ya sabes.+

- Qué bueno lo que me dices – dijo sonriendo Yifan, sorprendido ante la noticia.+

- Le cuesta ¿sabes? Por eso quería pedirte una cosa que sé que será difícil para

ti, pero que quizá la ayude mucho.+

- Dime. Si puedo hacerlo...+

- Regresa a casa – pidió él – Eso sería importante para tu madre. Verte todos

los días la animará en su tratamiento. +

- Papá...+

- Piénsalo. Acompañarnos a a fiesta de los Byun la otra semana, le hizo tan


bien. La animó mucho – dijo el hombre serio y un tanto incómodo de estar

hablando de eso, a lo que no se le ponía palabras –Que ella sienta a la familia

unida de nuevo, que nos vea juntos, a los tres, puede ayudarla ¿No te parece? No

digo que ya, ahora, pero... piénsalo al menos... ¿puede ser?+

Por primera vez Yifan escuchó al hombre preocupado y consternado. El alcoholismo

de su madre estaba haciendo estragos en ella y aunque Yifan ya había insistido

antes en el tema, no fue sino hasta la última vez que quizá su padre se había

dado cuenta de la seriedad de la situación. Esa sintonía familiar entre los dos,

le hizo pensar a Yifan que realmente podría ser bueno el estar todos juntos de

nuevo, más por cómo se lo había pedido; no fue una orden o una imposición, sino

una solicitud hasta amable de su parte. Yànzǔ quería la familia unida. +

Conmocionado por esa nueva visión, se dirigió más animado al hospital. Aparcó en

el sector que le asignaron, solo de los empleados, por haberse convertido en

visitante asiduo y descendió, en el mismo instante en que alguien más descendía

de otro coche, a su lado. 1

- ¡Yifan! – saludó Yixing, acercándose a él, con su sonrisa siempre

característica.+

- ¡Yixing! – exclamó Yifan con un gesto ameno y alegre, que se le borró en el

segundo en que vio a alguien más descender del coche – Kim Junmyeon.+

- Wu Yifan – asintió serio el hombre, prendiéndose los botones de su traje.+


Yifan miró el coche, sabiendo que era el de Junmyeon. Miró a los dos,

sorprendido, viendo que de pronto era Yixing el que se había puesto un tanto

incómodo.+

- No sabía que...– dijo confundido Yifan.+

- Es mi novio – respondió Junmyeon, cazando la mano del médico – ¿Algún

problema?2

Yifan rodó los ojos a todos lados y descaradamente, posando una mano sobre el

hombro de Junmyeon, que lo miró como si fuera peste, le dijo.+

- Te felicito hombre. En este momento te has convertido en la envidia del

hospital entero.+

- No exageres Yifan – dijo Yixing, sonriendo de lo más avergonzado.+

- Vale oro ¿Sabes? – comentó Yifan, entusiasmado con sus propias palabras.+

- Sé muy bien lo que vale Mi Corazón, Yifan – respondió Junmyeon, quitando la

mano de Yifan de su hombro – Y gracias por tus felicitaciones. 2

- Y en cuanto a ti Yixing ¡qué decirte! Junmyeon... – dijo señalándolo – ... se

sacó la lotería contigo, sin lugar a dudas.+


Ya estuvo a punto Junmyeon de hacerle frente, cuando fue Yixing el que alcanzó a

poner su mano en el pecho de su novio, dando un freno. Supuso entonces que entre

esos dos, pasaba algo. Así que cambió drásticamente de tema.+

- Junmyeon quería hablar contigo Yifan – dijo algo nervioso, pero sin perder la

sonrisa – Es sobre el cumpleaños de Jongdae que se acerca ¿Verdad Junmyeon? +

Después de esa conversación breve, Yifan continuó solo su camino, dejando detrás

a un Junmyeon un tanto molesto de que sea él quien acompañe dentro a su novio.

Sin embargo, una de las cosas que comenzaba a preocuparle, era que Yixing le

había dicho que Minseok dejaría el hospital. Estaba feliz por eso, pero a la vez

demasiado preocupado, pensando en la reacción de Zitao y en cómo tomaría la

partida de su mejor amigo. +

- Puede que aún esté en el gimnasio – dijo Yixing, estando con Yifan en el

elevador.+

- Iré al piso primero – dijo Yifan – Si no lo encuentro bajaré al gimnasio.+


Yifan descendió, despidiéndose de Yixing que continuaba camino hacia el

laboratorio. +

Apenas llegó al dormitorio de Yifan, ni siquiera alcanzó a abrir la puerta, que

Jongdae lo alertó, saludándolo primero y diciéndole después que Zitao no había

regresado aún del gimnasio. Jongdae no estaba solo, sino que acompañaba a

Minseok, que más seguro en sus piernas, se sostenía apenas de un bastón. Les

sonrió a los dos y despidiéndose de ellos, fue en busca de Zitao.+

Quizá ver a Jongdae y Minseok juntos, provocaron que la ansiedad de verlo se

hicieran más fuertes, llegando casi corriendo al gimnasio. Frenó en seco en la

puerta, mirando el panorama, buscándolo entre todos los que allí estaban. +

Y lo vio. Ahí estaba, caminando en las barras paralelas, tranquilo y

concentrado. No quiso hablarle, para no interrumpir ese momento que era

solamente suyo. Yifan sonrió abiertamente, cuando la seguridad de Zitao se vio

reflejada en la inmensa sonrisa de satisfacción que se dibujaba en su rostro,

mirando al frente. +

Pero Yifan vio a quién le sonreía y todo su mundo es como si se hubiera

derrumbado de pronto, porque Zitao se le arrojó a los brazos. +

Al final del recorrido, Zitao fue tomado en un abrazo por el doctor Wang y Yifan

sintió como si se hubiera engañado a sí mismo en un sentimiento unilateral, como

el peor idiota, porque Zitao miraba a Wang obnubilado y hasta con adoración
absoluta. Los dos rieron felices y Yifan... no pudo soportar verlos. Y

retrocedió apenas unos pasos, dándose la media vuelta, queriendo salir ya de

ahí, antes de hacer cualquier idiotez de la que luego podría llegar a

arrepentirse. Y se fue.1

No sabe Yifan cuánto tiempo se la pasó perdiéndose de trabajo, entre tragos, en

su propio bar. Su móvil vibró innumerables veces y lo llamaron al teléfono del

local de manera reiterada, todas las que no quiso atender. Yifan hizo como si se

hubiera borrado absolutamente de la realidad que lo aniquilaba. Hasta que al

fin, uno de sus guardias personales se atrevió a buscarlo directamente. Era

urgente, porque solo así podría haberlo hablado. +

El hombre se apoyó en la barra y pidió un café, para ser visto por su jefe.

Luego se dirigió a una mesa apartada del local. Yifan dejó a otra persona a

cargo y se fue a donde el hombre había elegido acomodarse, para acompañarlo. +

- ¿Qué ocurre Yoochun? – ordenó Yifan, que se sorprendió de lo rápido que habría

pasado el tiempo, porque ya era casi de noche.+

- El señor Park quiere verte.+

Y allí salieron, cada uno en su coche. Apenas llegaron, Yifan ingresó rápido,

encontrándose con el hombre ya caminando hacia él en el recibidor de la casa. +

- Creí que habíamos quedado en que no debíamos vernos...+


- Si lo sé – le interrumpió Park Si Hoo, dándole un abrazo – Sé que te pedí que

te alejes un poco de nuestros negocios, pero pasaron cosas hijo.+

Yifan se volvió a ver a Chanyeol, saludándolo también con un abrazo. Serio

asintió a su amigo, que lo condujo hasta una sala de reunión. Los tres se

sentaron y el hombre habló rápido, como si no quisiera perder tiempo.+

- Han logrado ingresar en nuestra red de sistemas satelitales. Creo que ya saben

quiénes son. Y sin lugar a dudas, deben estar detrás de ustedes.+

- Tenemos policías de nuestro lado – dijo a eso Yifan – No será muy difícil...+

- No es la policía Yifan – interrumpió Chanyeol – Lo que me hace suponer que es

alguien que está interesado en nosotros y en sus negocios. Alguien que nos

quiere de su lado.+

- ¿Qué tan malo puede ser?+

- No sabemos. Es toda la información que tenemos. +


- Supongo que eso quiere decir que nuestras vacaciones se harán más prolongadas

– afirmó Yifan molesto – Mis compradores están que trinan y Sehun ya no sabe

cómo retenerlos. Hemos cedido algunos de nuestros clientes a otros contactos y

proveedores rusos. Pero no queremos que nos cambien por ellos a la larga.+

- Mejor prevenir Yifan – dijo Chanyeol.+

- Y lo dices justo tú – le reclamó Yifan, abiertamente en desacuerdo – Ya sé por

mis hombres que ni mierda te frenaste en tus negocios. +

- Chanyeol, dile lo otro – habló su padre.+

Chanyeol hizo silencio por un momento, bajó la vista, como si pensara mucho eso

y mirándolo luego, le contó.+

- Estoy en un negocio con Kim Hyun Joong.1

- ¡¿Qué mierda Chanyeol?! – demandó Yifan – ¡Jamás quisimos tener nada que ver

con ese tipo! ¡Sabemos lo que es!+

Chanyeol bajó la vista. Si Hoo arrugó su frente y respiró profundo, removiéndose

en su silla, conforme evidentemente con lo que Yifan decía. +

- Lo mismo le dije – habló Si Hoo – Pero es un hombre. Y cuando se le mete algo


en la cabeza... ya sabes cómo es.+

- Iré al grano Yifan – dijo Chanyeol – Escuché a tu padre hablando con Hyun

Joong, cuando intercepté una de sus llamadas. +

- No es extraño – comentó Yifan – Hyun Joong es pariente del señor Byun. Y Byun

es amigo de mi padre. Sin ir más lejos, la madre de Hyun Joong estaba esta

mañana desayunando con mi madre. +

- Yifan – dijo Chanyeol – Hablaban de alguien a quien tú conoces y negocios de

por medio con esa persona. +

- ¿Quién?+

- Zhang Ziyi. 1

Yifan tragó duro. Se quedó impávido, sin lograr congeniar una sola palabra,

porque en su mente, todo estaba demasiado mezclado. +

Lentamente se puso de pie, creyendo que su corazón comenzaba a acelerarse de

manera insoportable. Nada tenía sentido. O al contrario.+

Miró apenas a Chanyeol, encontrándose con el hombre preocupado. Chanyeol sabía

lo que había sido esa noche, en que lo había rescatado y por ende, lo que

significaba Zitao en su vida. +


- ¿Qué más...? – quiso preguntar, desorientado y aturdido Yifan.+

- No sé más hermano – dijo Chanyeol, ya parado a su lado – Pero estaré al

pendiente.+

- Si Hoo – habló apenas al hombre, como pidiéndole auxilio – No sé qué...+

Si Hoo se puso de pie y avanzando unos pasos hacia Yifan, que se encontraba

completamente perdido, puso una mano sobre el hombro del joven, apretándolo con

fuerza. +

- Mi consejo es este. No le pierdas pisada a tu padre – dijo seguro – Quizá sea

hora de que él sepa quién eres. Si tu padre está metido en algo jodido, te

pedirá ayuda. Pero para eso, debes ganarte su confianza Yifan. +

Yifan miró a Si Hoo, atento, pero no por eso menos asustado. Porque sin saber

por qué, de repente, Yifan se sentía acorralado. +

- Él... él me pidió volver... justo hoy. A casa. Por la familia...– dijo


inseguro.+

- Aprovéchalo entonces a tu favor. Regresa. Y al final, ponte a su servicio.

Cuando encuentres su punto álgido, acorrálalo. Y verás sus verdaderas

intenciones. Puede que él solo, acuda a ti en ayuda. Con suerte.+

Yifan se dio cuenta, en este preciso momento, que mañana sería completamente

diferente su transcurrir cotidiano. Debería regresar a la residencia de sus

progenitores, pero con valijas en mano, haciéndolos felices y convenciéndolos de

que era parte de esa maldita familia. Ahora él se daba cuenta que quizá su viejo

solo querría usarlo ¿para qué? Era lo que iba a saber, cuando se ganara la

confianza absoluta del señor Wu. +

Wu Yanzu y Zhang Ziyi. Había una conexión entre ellos. Negocios. Y Yifan sabía

al menos, cuáles eran los negocios de la mujer, pero no sabía de todos los

negocios. Cualquier cosa, de todos modos, hacía estragos en la mente de Yifan,

porque no quería pensar en que su padre tuviera algo que ver, en todo lo que le

hubiera pasado a Zitao.5

Yifan a veces simplemente, se preguntaba, cuál era el verdadero sentido de su

existencia. No. No a veces, sino, la mayor parte del tiempo. Y si en algún

momento de su vida, creyó que no tenía sentido, ahora empezaba a replantearse,

que tenían un fin, un objetivo. Protegerlo y cuidarlo, a pesar de todo.+

Yifan cerró los ojos, tratando de apaciguar la fuerza de la caída del agua en su
cara. La tormenta de esa noche parecía no dar tregua y lo ahogaba. Así se

sentía, como si estuviera completamente ahogado, a la espera de que su razón

estuviera acorde con su corazón que gritaba por entrar de una vez al hospital. + r

¿Cuánto tiempo habría estado parado ahí? Ya ni sabía. Solo condujo sin rumbo y

se encontró pisando el asfalto del estacionamiento del lugar. Quería verlo.

Quería, sin importar que lo hubiera visto en los brazos de ese hombre que

parecía alucinarlo. Intentó apartar esa imagen de su mente, pero fue en vano,

porque sintió una rabia inaudita, sabiendo que los celos lo estaban consumiendo.

Por eso quizá, se retuvo a sí mismo tantísimo tiempo bajo la lluvia, al lado de

su auto.1

Hasta que avanzó. Al fin su razón estuvo en acuerdo con su corazón. +

Cuando el guardia de la noche se plantó a detenerlo, lo reconoció al instante y

bastó para que sonriera como si nada, diciéndole amable al hombre.+

- Olvidé mi celular esta mañana y uno de los enfermeros dijo que lo habían

dejado para mí en el puesto de enfermería. +

- No hay problema joven Wu – habló amable el hombre – Creo que Jongdae tiene el

turno de la noche, quizá lo encuentres. +

- Gracias – respondió él, avanzando.+


- Y que te preste una muda de ropa. Puedes cazar una gripe así...+

Yifan se miró en el espejo que había en el elevador, encontrándose empapado de

la cabeza a los pies, pero apenas sentía frío. Por el contrario, el calor ante

la ansiedad lo consumía. +

Para cuando llegó al piso, vio el instante en que un enfermero salía del

dormitorio de un paciente, para meterse en otro. Nadie podría haberlo visto, con

todo así de despejado. Por eso caminó seguro y sin hacer ruido, aunque conciente

que dejaba algunas pisadas mojadas a su paso. +

Y llegó a donde quería.+

Abrió la puerta con sigilo, por no querer despertarlo, porque él solo quería

verlo. Pero no esperó nunca encontrarlo sentado en el borde de su cama. +

Zitao estaba de espaldas a él, mirando la ventana, que simplemente chispeaba las

gotas que caían ruidosas sobre el vidrio. Las cortinas estaban corridas. La poca

opacidad de la noche ingresaba. Y un relámpago iluminó la habitación, llenándola

de una luz blanca, que dibujó a la perfección la imagen de Zitao, absorbido de

lleno en sus pensamientos. Pensamientos que Yifan querría haber sabido, porque

hubiera dado cualquier cosa por meterse en su mente, para calmar algo ese grito
silencioso que en ese momento dominaba por completo a su niño. Tanto, que Zitao

ni siquiera se dio cuenta que Yifan había entrado. +

Yifan se paró en frente de Zitao, que simplemente se quedó mirándolo. La cama

era alta, pero aún así, Yifan debió bajar su cabeza un poco para encontrarse con

Zitao, que elevaba su mentón. Quizá Zitao no podría verlo bien, pero Yifan pudo

encontrarse con el brillo de sus pupilas oscuras y su rostro tan bonito así, en

la noche de lluvia.+

- Tú de nuevo – dijo de repente Zitao, elevando sus cejas, como si estuviera

tranquilamente sorprendido – Llegas justo.+

Y Yifan frunció el ceño, encontrándose completamente descolocado ante esas

palabras de Zitao. +

- ¿Qué dice? – preguntó Zitao – La canción...+

Apenas Yifan si pudo entenderle, al segundo que recordó de esas veces que le

pedía traducir canciones de otros idiomas. Una melodía apenas audible se oía en

el fondo, proveniente del puesto de enfermería. Yifan no tentó a su suerte y

como en secreto dijo algunas palabras que alcanzaba a entender, sintiéndose de

repente... acorralado.+

- "Tal vez sea víctima del amor y mi fuego caiga en luz..."– calló un segundo,

mirando ese rostro que se iluminaba de los rayos de la lluvia. Un segundo en que
fue conciente de la tormenta, como si se arremolinara en su pecho y siguió,

apenas – "El brillo que se ve cuando se mueve nuestra sábana llena de... placer.

Este amor se mueve, como un hilo que no... no tiene fin..."* 1

Yifan apenas si abrió su boca, para lograr dominarse, mientras la melodía

continuaba. No quería aturdir al niño, con esas palabras, pero el niño estaba

demasiado aferrado a su idea de saber y exigió.+

- ¿Qué más?+

Y Yifan se dijo al fin, que no tenía nada de malo en repetir la letra de una

canción.+

- "Todo mi amor, todo mi amor, tomo mi amor... ahora es tuyo..."* +

Zitao perdió su rostro en el pecho de Yifan, como si algo doliera. Se aferró con

tal fuerza a sus prendas, que preocupado Yifan preguntó.+

- ¿Qué ocurre Mi Niño?+

- Yixing dice que es normal – habló en un susurro.+

Eso agudizó más los sentidos de Yifan, apoyando sus manos a ambos lados de la

figura de Zitao, atento a las palabras que decía, cuando se encontró de nuevo

con su mirada.+
- ¿Qué? – preguntó apenas Yifan, casi ahogándose en su palabra.+

- Duele. Soñar contigo y en la mañana despertarme... mojado.8

Un silencio de segundos, en lo que Yifan pudo percibir el calor en la

respiración de Zitao y una mano que lentamente iba subiendo por su mejilla. Y

Yifan tuvo que contenerse, agarrando la ropa de cama hasta estrujarla. Todo, por

escuchar más de Zitao.+

- ¿Por qué contigo me pasa esto? – se preguntó Zitao – Con nadie más... que

contigo...+

Zitao tanteó con la yema de sus dedos la mejilla de Yifan. Abrió más sus ojos

cuando percibió las gotas que caían por su rostro, estirando su cuello y

aspirando el aroma rico que tanto le gustaba del hombre. Ahora sí, era como oler

la lluvia. +

- Cuando me tocas – dijo Zitao – Solo cuando tú me tocas... yo quiero más. Pero

te vas y me quedo... vacío...3

Yifan sintió que no podría soportar seguir con esto. Infló su pecho y suspiró,

lanzando su aliento caliente en la boca de Zitao, que en ese preciso instante es

como si hubiera inhalado ese soplo mentolado que sabía que le gustaba, de esa
vez que se habían besado. Zitao, así, con tan solo esas palabras, estaba

calentando sobre manera a Yifan.+

- Yo puedo vernos – habló más Zitao – Puedo vernos...+

Y Zitao cerró los ojos. Un temblor en su cuerpo, como si fuera un tormento y un

jadeo en lo que tomaba del pecho de Yifan las prendas mojadas, hicieron que el

hombre se estremezca en su agonía por querer saber lo que callaba el niño.+

- ¿Qué ves? – preguntó Yifan.+

Su voz fue ronca y gutural, hablando a Zitao. Y Zitao abrió los ojos,

encontrándose de lleno con la mirada en la oscuridad, pero viendo irónicamente

el rostro del hombre aún en esa penumbra. +

- A nosotros – murmuró Zitao, mirando los labios de Yifan. Zitao palpó con sus

dedos esa boca del hombre entreabierta y dijo – Tu boca, en la mía... diciendo

lo que me dices, mientras me besas. "Mi Niño", dices y me besas. +

Yifan se acercó más, rozando la punta de su fría nariz mojada aún, en lo

caliente de su rostro, indagando esas palabras ya casi sin aliento del niño,

pegándose más cerca de Zitao. +

- ¿Y qué más? – avanzó Yifan, en lo que sus manos se atrevieron a tocar apenas

las caderas de Zitao, lado a lado, con cuidado y sin apremio, como si no
quisiera asustarlo con la posible brutalidad.+

- Tu cuerpo... se pega al mío y... 5

Un respirar agitado de Zitao, hizo entender bien a Yifan lo que ocurría.

Contagiado de la misma agonía, Yifan se supo un perverso al incitar a Zitao,

llevándolo a algo de lo que en realidad no era conciente, porque sabía que creía

estar soñando. Quiso contenerse entonces, sin decir una palabra, endureciendo su

mandíbula, perdiendo su rostro en el cuello de Zitao. Agitado en su derrumbe y

queriendo ser un buen tipo, Yifan trató de aflojar el amarre de las caderas de

Zitao, obligándose a componerse. Pero entonces, percibió los labios de Zitao que

tocaban su oreja y esas palabras ahogadas.+

- No estoy soñando ¿verdad?+

Yifan en ese instante volvió su rostro a Zitao. Sus fosas nasales se inflaron,

llenándose del aire de Zitao, tan a perfume lleno de inocencia y quiso apartarse

de él, pero Zitao se lo impidió, amarrándose con fuerza de sus prendas. +

- Mi Niño – jadeó casi en su boca Yifan.+

- "Mi Niño", dices siempre. "Mi Niño", como si fuera tuyo – reclamó Zitao, acaso

¿molesto?+

- No puedo evitarlo – se disculpó.+


"Sentirte mío", pensó Yifan.1

- Si soy tuyo, entonces, ¿eres mío?2

Yifan con apremio y completamente desequilibrado por el niño, respondió sin

cordura.+

- Si.1

- Yo "tu niño" y tú ¿"mi hombre"?20

- Si.+

- Mi Hombre.3

Y ya no pudo más. En la mente de Yifan no había recuerdos del pasado, sino ese

mismo instante en el que se vio desbordado de nuevo por el niño, que lo dominaba

desde el desconocimiento y la ingenuidad. Porque Yifan supo, que Zitao no tenía

idea de lo que provocaba en él. El niño no tenía idea de lo que desataba en ese

hombre, sino hasta que se vio inundado por esas sensaciones incontrolables y los

jadeos sin freno que no podría esconder ni aunque quisiera.+


Yifan arremetió contra Zitao, besándolo abiertamente, sin permiso y en un rugido

gutural, metiendo su lengua en medio del gemido ahogado de Zitao. Debería ser

más delicado, lo sabía. Pero no sabía nada, porque Zitao lejos de apartarlo,

llevó sus brazos alrededor del cuello de Yifan, haciendo más prisionero al

hombre de su desborde. Y Yifan se encontró en el movimiento desenfrenado de su

pelvis, ante el llamado urgido de Zitao. Porque fue Zitao quien comenzó en un

torpe movimiento natural, pero perfecto, que desequilibraron la conciencia de

quien ya había perdido por completo la razón. Y Yifan simplemente respondió, con

la necesidad de sentirse pegado, como Zitao le había dicho.1

Yifan sostuvo las débiles piernas de Zitao, que bien sabía que apenas si podrían

moverse. No le costaba sostenerlas, mientras se abalanzaba, arremetiendo con

fuerza en el encuentro tortuosamente exquisito de esos golpes, percibiendo aún

entre las prendas el pene erecto de Zitao, que chocaba contra el suyo punzante y

prisionero de sus jeans. +

- Zitao – jadeó de repente Yifan en la boca del niño – Zitao... no puedo... no

puedo más...+

Es que dolía. Dolía demasiado así, entre la ropa que ajustaba. Yifan se detuvo,

no podría seguir así y apretó sus párpados con dureza, sin dejar de sostener a

Zitao, agitado sobremanera en un lamento por tener que frenar. Hasta que sintió
las manos torpes y presurosas de Zitao, que querían tocar. Dios, ese niño iba a

matarlo sin lugar a dudas. +

Yifan miró confundido a Zitao y lo vio con los ojos brillantes, en ese reflejo

del relámpago nuevo que entró por la ventana. Zitao parecía nublado y entregado,

queriendo seguir sintiendo más, en sus movimientos incesantes que no paraban,

luchando por tocar la erección de Yifan.+

Y Yifan terminó por ceder sin poder controlar su instinto hambriento. Sus manos

ágiles terminaron por abrir el cinturón y bajar la cremallera, corriendo apenas

su pantalón hasta la cadera. Pero su pene salió liberado entre la ropa interior

y las prendas. Y Zitao lo sintió. Sintió el olor y lo mojado de su mano con el

líquido que desprendía Yifan y le gustó. Tanto, que no dudó en tocarse él mismo

su entrepierna y dejar liberado su miembro duro, para unírsele a Yifan.1

Yixing le había dicho que esas cosas eran orgánicamente naturales y normales.

Pero eran momentos preciosos y únicos, cuando lo hacías con la persona especial.

Podías responder a las personas que te gustaran, sí, pero más cuando estabas con

la persona especial. "¿Persona especial?", había preguntado Zitao. "La persona

que amas", había dicho Yixing, "Por eso es que no vas a sentir más que la

necesidad de unirte a él. Porque confías en él. Porque lo amas. Y por eso, te

entregas al placer con más intensidad". 2

Por eso Zitao no dudó y quiso más. Por eso le gustó sentir esa parte tan íntima

de Yifan, palparla y aprisionarla contra la suya. Era algo solamente de los dos,
de nadie más que de ellos dos. +

Y los cuerpos se reunieron más aún, entre lo mojado del agua de la lluvia de las

ropas de Yifan y el sudor de lo caliente de los dos. Yifan se quedó unos

segundos quieto, mirando a Zitao, preguntándose si esto estaba mal. Pero joder,

que lo maten si llegaba a detenerse en ese preciso instante, en que Zitao

comenzaba a moverse en ese vaivén.+

- Yifan... – jadeó Zitao en su ruego, cerrando sus ojos llorosos, sosteniéndose

del cuello del hombre.+

Y Yifan comenzó, permitiéndose actuar como el peor pervertido y malnacido del

mundo, sin pensar en nada más que el placer de los dos. Sostuvo una pierna de

Zitao con una mano y con la otra mantuvo unidos los miembros, mientras el

movimiento más de él que de Zitao, les permitía sentir el tirón mojado y

resbaloso de la piel de esa zona ardiente, venosa e hinchada, urgida de

liberación. Zitao ya no entendió nada más, metido en su mundo nuevo. Yifan llamó

a su conciencia, para el goce de Zitao, sabiendo que también ese era su goce

propio. +

- "Todo mi amor para ti... mi niño" – congenió apenas Yifan entre besos y los

movimientos.+

Y Zitao se aferró con más fuerza, sintiendo que el fuego lo consumía por dentro,

perdido en ese torrente de explosiones que se construía en su entrepierna. Él


podría haber jurado en ese instante que jamás en toda su vida se sintió más

feliz. Buscó mirar los ojos de Yifan, encontrándolos absorbidos en la oscuridad

y adoró el brillo y el deseo en ellos, mientras las gotas gruesas y calientes

asomaban en su frente, pegándose frente contra frente, sin frenar un segundos

esos movimientos que tanto necesitaba. Yifan era hermoso y él lo tenía así para

él. Zitao se sentía drogado de Yifan, de su fuerza, de su boca, de su rostro, de

su cuerpo, su olor y todo el placer que le daba. A él no le importaba más que

ese momento tan loco, tan loco como Yifan.+

- Yifan – jadeó duramente, removiéndose de pronto en una fuerza nueva, sintiendo

que algo dentro de él iba a explotar. +

Y temeroso, con miedo y sin entender qué era eso, Zitao se aferró con más fuerza

que nunca al cuerpo de Yifan, confiando en que eso era bueno, porque se sentía

bueno, fuerte, como si fuera a saltar en pedazos en serio, pero era

terriblemente bueno.+

Y Yifan no paró, sino que apuró esos movimientos intensos, pasando su dedo

pulgar por el prepucio de Zitao, que hicieron que una corriente eléctrica le

atraviese tan fuerte que tuvo que sostenerse todavía más de Yifan, en un temblor

de su cuerpo que no podía dominar. Y Yifan lo supo. Por eso continuó con eso que

tanto le había gustado a Zitao, removiendo hasta acariciar el glande, que

enloqueció a Zitao.+

Y explotó. Zitao explotó, en un gemido intenso y ahogado en hombro de Yifan. Y


el olor fue tan intenso, que nubló por completo la mente de Yifan, que le siguió

con la misma o quizá más intensidad, conteniéndose por no gritar, porque habría

querido gritar.+

Uno segundos, componiéndose, bastaron. Fue Yifan, el que primero miró a Zitao y

rápido lo sostuvo entre sus brazos, sabiéndolo débil. Zitao apenas si pudo

regresar sus ojos a la oscuridad de la mirada de Yifan. Y le sonrió.

Somnoliento, agotado, pero por completo saciado, Zitao le sonrió. Y Yifan besó

su mejilla, sin dejar de estar pegado a su cuerpo un segundo. +

- Mi Niño – le susurró.+

- Mi Hombre – le respondió a eso.+

- Siempre.8

Y Yifan solamente lo cobijó en su abrazo.+

No sabía si Zitao era conciente de eso, pero tampoco iba a arrepentirse, porque

nada que fuera con Zitao, podría ser motivo de arrepentimientos. Yifan solo

sabía que Zitao era su niño y había aceptado el hecho de que él era su hombre.

Porque todo su amor, era de su niño, porque así lo había escrito el destino.

15

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* La canción que traduce Yifan a Zitao, es "All My Love" de Led Zeppelin.

Si. Dos veces en la saga. Y es que amo así tan perversamente el tema.

"Todo lo malo se irá"

De fondo, las risas de todos, después el canto del novio del festejado y la

felicidad en un pastel de cumpleaños. 12

De frente, la visión más hermosa, el sentido de su existencia y su paz absoluta.+

- ¿Por qué me miras tanto? – le pregunta Zitao sonriendo.+


Yifan posa sobre esa mejilla caliente de su niño la palma de su mano, mientras

su dedo acaricia la piel. Ni siquiera presta atención a que se ha iniciado a su

alrededor una guerra de pastel entre Jongdae y Chanyeol. +

- Eres hermoso – responde a Zitao.2

Para protegerlo de tantos brutos que pudieran dañar a su tesoro, Yifan eleva

entre sus brazos a Zitao. Zitao grita, sintiendo un regodeo interior, mirando de

pronto en una esquina que no es el único en brazos, porque resulta ser que el

novio de Kyung imitó a Yifan, porque no quiere que nadie toque al pequeño, en

medio de los merengues, pedazos de bizcochuelos y jugo que vuela sin cesar. +

Y Yifan se dirige a un rincón, sentándose en un sillón cómodo, con Zitao en el

regazo, como si fuera lo más natural del mundo.+

- Yifan – reclama Zitao.+

- Qué...+

- Mi silla...+

- ¿Para qué? Si aquí estás bien – dice él, mientras rodea con sus brazos a

Zitao, apoyando su cabeza en el pecho de su niño.1


- Tú pareces cómodo, pero yo no... – le reprocha – Me da vergüenza. 4

Pero Yifan parece no escucharlo, porque ya sabe que ha cerrado sus ojos y ni se

va a mover de su sitio. Zitao cede entonces como derrotado, acariciando los

cabellos de Yifan, como sabe que tanto le gusta, porque suspira y cuando Yifan

suspira, reacomodándose más apretado, es señal de que está cómodo donde está.+

- Ni que fueras niño – susurra Zitao.+

- Hasta que al fin te das cuenta – habla Yifan.1

Eso ha hecho reír a Zitao, percibiendo que Yifan eleva su rostro para verlo

mejor. A Yifan le gusta verlo reír, también eso es algo que ha aprendido hace

poco tiempo. +

Zitao mira a la mesa, donde se encuentran sus amigos charlando ¿Qué cosas

hablarán? Podría querer estar ahí, pero sonríe porque se siente mejor estando en

los brazos de Yifan, mientras su nariz huele sus cabellos, a la vez que los

acaricia. Se ha dado cuenta que Baekhyun le echa un vistazo y se sonríen, pero

él sigue cómodo así, con Yifan. +

Sin embargo, Zitao percibe que los dedos de Yifan se hunden de momento a

momento, a veces suelta, a veces se aferra y percibe hasta su corazón, que

resuena agitado. Yifan no está tranquilo. +


- ¿Qué ocurre Yifan? – susurra.+

No es necesario hablar tan alto, si están así de pegados. Resuena la voz suave

de Zitao, en el rostro de Yifan, que abre sus ojos, porque hasta ese instante

mantenía sus párpados tranquilamente cerrados.+

- Nada Mi Niño – responde rápido, dibujando una sonrisa.+

Zitao toma entre sus manos el rostro de Yifan y lo obliga a elevar su mentón

para verle esos ojos. Y se miran fijo por unos segundos. Zitao reacomoda el

corto cabello negro de Yifan, mientras Yifan cierra sus párpados con pereza. Es

como si no necesitaran hablar demasiado, porque los gestos dicen más que esas

palabras a veces tan innecesarias. Yifan sabe que siempre ha sido así entre

ellos desde que tiene memoria. Y Zitao ha aprendido eso hace poco. Pero

acompañarlo así, en el silencio, no quiere decir que sea menos inquietante.

Yifan podrá sentir toda es paz de la que necesita aferrarse, pero lo cierto es

que esa tranquilidad que absorbe de su niño, es lo que le quita la quietud a

Zitao, porque sabe que Yifan rehúye de algo. No sabe cómo es que lo sabe, pero

lo presiente.

- Yifan, sé que algo pasa. +

Zitao eleva su mano derecha y poner la punta de su dedo índice en el ceño

fruncido del hombre, acariciando esa línea que se va desvaneciendo con el roce.

Inevitablemente Yifan, cede relajando esa parte tan contraída como encogida. El
hombre toma suavemente de la muñeca la mano de Zitao, esa que ha elevado y la

lleva a sus labios besándola en la palma. Entonces lo mira un momento y le

confiesa.+

- Debo viajar. +

- Trabajo – asiente Zitao tranquilo.+

- Si.+

- Entiendo – dice Zitao, dejando un beso en la frente de Yifan.+

- ¿Nada más? – pregunta el hombre, como si le reclamara algo.+

- ¿Lindos lugares?+

- Si. Creo.+

- ¿Más fotos?+

- Parece...+

- Debe ser lindo viajar.+

- Algún día te llevaré a todos esos lados.+


- ¿En serio? +

Una sonrisa amplia y los ojos bien abiertos de Zitao, iluminan la cara del joven

que derriten a Yifan. +

- En serio Mi Niño – dice él, dando un beso en los labios de Zitao – Prometido.+ a

Un silencio de segundos, antes que un suspiro de Yifan y sus palabras, quiebren

la tranquilidad entre los dos.+

- Al menos podrías decir que me vas a extrañar.+

- Te voy a extrañar.+

- Porque acabo de decirlo.+

- No. Porque te voy a extrañar. Pero sé que debo ser más independiente – dijo un

tanto orgulloso de sí mismo Zitao, elevando su mentón, para mostrarse fuerte

ante Yifan – El doctor Wang dice que debo ser fuerte y requiere a veces de

desapegarme de los que quiero, porque así como ellos siguen su vida, yo debo

hacer la mía.2

Para cuando Zitao volvió sus ojos a los ojos de Yifan, ya no había rastro de
sonrisa en la cara del hombre. Debió entonces volver a poner su índice en el

entrecejo de Yifan, que de nuevo, había aparecido. Pero Yifan esta vez lo quitó,

no brusco, pero tampoco suave y le reclamó.+

- ¿Por qué estamos hablando del doctor Wang?1

- No estamos hablando de él.+

- ¿Por qué siempre que hablamos de algo, la frase "el doctor Wang dice que..."

se me hace común escuchar?4

- Porque ¿es mi médico?1

- Yixing es tu médico también y no veo que ande tan nombrado.+

Yifan se cruzó de brazos duramente, mirando a un costado y lanzando un gruñido

bajo. Tuvo que aferrarse a sí mismo, antes de seguir estrujando a Zitao,

recordándose de esa vez que los descubrió abrazándose en el gimnasio. +

Pasaron unos segundos, en los que Yifan no supo nada más que de su hastío y esa

espina clavada que persistía en removerse dentro, que no podría quitarla, menos

sabiendo que por cada vez que él no estaba con Zitao, cabía la posibilidad de

que el tipo estuviera rondando. Siempre rondando.+

Un dedo se hundió en su hombro. Yifan supo que era Zitao, pero lo encogió, como
si de una mosca que ahuyentara se tratara, quedándose como piedra sin dejar de

estar de brazos cruzados y su mandíbula tensa. 1

Hasta que el roce de sus labios en su oído, le calentó soberanamente como fuego,

todo ese lado derecho de su cara; más aún, cuando percibió mover su boca.+

- ¿Te dije que cuando estamos cerca siento que me caliento por dentro? – susurró

el niño.11

- Mierda – gruñó Yifan, sabiendo que nada podría hacer, porque estaban rodeados

de todos.+

Qué niño, su niño. +

Si seguían a ese paso, el niño iba a matarlo de un infarto. Un beso mojado en la

mejilla le fue dado a Yifan y unas manos que sostuvieron su cara. +

- Perdóname – susurró Yifan en esa boca – Soy un idiota.+

Zitao sonrió, apenas, porque el beso de Yifan se llevó esa primera pelea. +
Y la fiesta siguió alrededor de ellos dos, ajenos en su mundo, disfrutando de

estar así de pegados. Y Zitao rodeó con sus brazos el cuello de Yifan. Y Yifan

encerró entre los suyos la cintura de su niño. Tranquilos, por lo que restara de

esas horas en que sabían que nadie los juzgaría, porque sus amigos los encubrían

en algo que no debían.

___ ___ +

"XXXX Bar", le había dicho y allí estaba. +

Apenas lo vieron bajarse del coche con su gente, lo habían escoltado a una

esquina exclusiva de ese club nocturno, donde las chicas le ofrecieron un

espectáculo privado. Yifan se cruzó de piernas observando todo a su alrededor y

dejó que Yoochun y Hangeng disfruten de eso. Echarlas sería contraproducente,

atrayendo la atención de cualquier soplón que quisiera vender información por

nada. Y él tenía que estar en San Petersburgo por diversión. +

Una multitud perdida en su danza, pasándola bien. Tragos macabros que saben a

vaya a saber qué cosas. Un Dj malísimo, que en ocasiones quiere parecer que

tiene estilo y él, sentado en el sillón de alguna esquina, esperando por su

contacto, mientras se refriega los ojos, exasperado. Una de las bailarinas en

ropa interior, se para en frente de él en una mesa ratona, moviendo sensual sus
caderas, hasta ponerse en cuatro estirando su largo collar de perlas, esperando

que él lo tome y la arrastre. Yifan avanza un poco y toma ese colgante con una

mano sonriendo divertido y se lo pasa a Hangeng. Mira a su guardaespaldas y

eleva su mentón. Él hombre sabe que debe sacarla, acaparando su atención, con

unos billetes en la mano, mientras toma él la cadena de perlas.+

Y lo ve entrar. Al fin.+

Yifan toma un sorbo de su trago y se pone de pie, prendiendo los botones de su

traje, seguido de sus hombres. Sonríe, un tanto macabro, mientras enarca una

ceja. +

- Kulkov – saluda Yifan.+

- Wu – retribuye el hombre, vestido de similar manera.+

Arthur Kulkov. El modelo más cotizado y mejor pago de Rusia. De casi 35 años,

similar altura que Yifan y una barba medio crecida, Arthur se caracterizaba por

ese porte descuidado, como pulcro y viril, que instaba al respeto entre los

matones de elite, por su estilo y decoro. Elegante, sin dudas, pero también

sanguinario y peligroso. Fue el primer contacto de Yifan entre el mundo de la

moda y "ese otro", enseñándole los pasos a seguir, cuando se dio cuenta que el

chico no sabía lo que hacía. Yifan apreció ese gesto del hombre, pero también

tuvo en cuenta, que el ojo analítico de Kulkov sabía bien que Yifan y Sehun eran

diamante en bruto, necesitando contactos en Asia, con la información que


poseían. +

Kulkov sonríe de un lado, estirándole la mano que Yifan apretará con fuerza. A

veces Yifan se recuerda que es diferente de su costumbre de reverenciar y debe

ceder al choque ruidoso de palmas, apretón de mano con sacudida viril, estampida

de pecho y palmada en la espalda con la mano libre, para terminar mirándose bien

a la cara. Los rusos parecieran gustar de esa innecesaria camaradería

calenturienta, tomando después a más no poder y saciándose de qué sabe qué, para

en la mañana ser unos témpanos que si te vieron no recuerdan. Aunque si te echas

una línea, serías hermano de por vida, compartiendo hasta las parejas en la

cama. Por eso Yifan y Sehun, nunca entraron en el círculo íntimo de Arthur. +

- Querías verme – dice Kulkov en su lengua dura por hablar inglés, apretando el

hombro de Yifan, al segundo que lo invita a sentarse.+

- Disculpa que venga sin previo aviso. +

- ¿Y Sehun? – pregunta confundido Kulkov, sabiendo que esos dos siempre van

juntos a todos lados para negociar.+


- En sus asuntos – dijo Yifan, sin entrar en detalles de que en realidad, habría

un distanciamiento entre ellos.+

Dubitativo, Kulkov mira unos segundos más de lo normal a Yifan y finalmente

asiente. +

- ¿Qué puedo hacer por ti? – pregunta el hombre finalmente – Después de que

intercedieran por mí, lo menos que podría hacer es retribuir de alguna manera el

favor. Fue un trabajo impecable el de Kai. Envíale mis respetos.+

- Así se lo haré saber – respondió Yifan y siguió con lo que le interesaba a él

– Arthur, alguien se ha metido en nuestros sistema y redes. Puede que...+

Kulkov eleva su mano, poniendo en alto sus palabras. Asiente serio, moviendo sus

ojos a su alrededor, pero no su cabeza y se pone de pie repentinamente,

pidiéndole a Yifan en el silencio que le siga. Y Yifan, no tiene alternativa.

Estaba en su territorio y se había expuesto solo ante él, así que camina.+

Apenas salieron del local nocturno, cada uno subió a su coche. Tanto Yifan como

Arthur iban custodiados por sus hombres, que no eran pocos. Yifan se trepó

detrás, siendo escoltado por Hangeng, que conducía y Yoochun a su lado. +

- Sigue a Kulkov – ordena Yifan a Hangeng.+

20 minutos de recorrido, cuando Yifan ve que están acercándose a la zona del


aeropuerto. Una pista privada asoma ante la visión nocturna, con dos avionetas

distantes una de la otra. Luces intermitentes y la barrida húmeda del asfalto,

con un helicóptero encendido, estremecieron a Hangeng, que preocupado se volvió

a ver a Yifan. +

- No pensarás...– quiso hablarle.+

Pero ya habían frenado y Yifan se limitó a descender del coche, sin decirle una

sola palabra. Hangeng no se pondría a discutir con su jefe, menos en frente de

otro, así que simplemente lo siguió, a donde ya estaba el helicóptero encendido,

mientras la tela de la ropa se les pegaba al cuerpo, haciéndolo todo más frío. + A

Kulkov se volvió a Yifan y gritó por el ruido de las hélices. +

- ¡Solo uno de tus hombres Yifan! ¡No más!+

A Yifan no le quedaba otra más que confiar o confiar. Apretó tenso su mandíbula

y sacudió su cabeza, negándose a creer que estaba completamente loco. Luego se

volvió atrás e hizo seña a Yoochun. Hangeng espetó algo. Debería resignarse a

quedarse en ese lado, esperando porque su jefe regresara, con vida.+

Yifan se trepó y se posicionó al frente de Kulkov, que le pasó unos auriculares

con micrófono, por lo que a Yifan le vino pensar que quizá la cosa era demasiado

complicada para ser hablada en tierra. Y no se equivocó, porque recién cuando


estuvieron a una altura donde se veían las diminutas luces de la ciudad, fue que

Kulkov decidió comenzar a contar.+

- Iremos a una fiesta muy exclusiva. Tú serás mi acompañante. +

- Se te hace el sueño realidad – se burló Yifan.+

Kulkov apenas si se rió. Pero cuando Yifan se volvió a ver, ya se le había

perdido la gracia, estando serio como nunca antes lo había visto. Arthur tragó

duro, apretando su mandíbula. Miró por la ventanilla unos segundos, antes de

decidirse a estirarle algo a Yifan y le ordenó.+

- Quítate la corbata y abre los primeros botones de tu camisa. Ponte esto para

que lo vean.+

Yifan frunció el ceño, cuando palpó en sus manos dos cosas. Un antifaz negro,

para cubrirle la parte superior de su rostro y un lazo de cuero, para su cuello.

Ese collar típico de los que solían usarse en las reuniones BDSM, con un anillo

metálico, por si querían agregarle una cadena para que el "dom" llevara a su

esclavo o sumiso, fue lo que no le gustó para nada.4


- No jodas – rugió Yifan, mirando el brazal negro.4

- No podré hacer que entres de otro modo – explicó Kulkov, volviendo los ojos

afuera.+

Kulkov no lo miraba. Seguía absorto en la visión de la ciudad desde lo alto y

Yifan entendió que debía hacerlo aún si no quisiera. Estaba justo haciendo eso,

cuando se escuchó de repente al hombre hablarle, severo, serio, pero tranquilo.+ u

- Recuerdo la primera vez que negociamos. Tú me dijiste, que habría cosas con

las que no ibas a comerciar. Cocinas y carne fresca*. Yo me dije que eras un

ingenuo – resopló, riéndose desganado de eso – Pero con los años me di cuenta,

que fuiste inteligente. Una vez que entras, ya no sales. Y no porque no quieras,

sino porque no te dejan.+

Un momento silencio se hizo entre los dos. Yifan no dijo una palabra. Eso no

quería decir que su cabeza no estuviera digiriendo cada cosa que iba sabiendo,

pero jamás diría lo que pensaba en voz alta. Como por ejemplo, que se daba

cuenta que el hombre estaba asustado. Y Yifan escuchó un respirar duro

proveniente de Kulkov, antes que le largue lo que menos querría haber escuchado.+

- La "Tríada"* te quiere Wu Yifan.4


Ahora fue Yifan quien respiró duro, apoyando su nuca en el respaldo de ese

asiento, mientras sus manos se hacían puño, clavando sus ojos en Kulkov. Y se

armó de valor, para preguntar.+

- ¿Muerto?+

- No. En lo alto.+

El pecho de Yifan ascendió y descendió con fuerza, incontables veces. Arthur no

habló de nuevo, sino hasta que supuso que el hombre había digerido esa

información inicial.+

- Tu silencio me hace suponer, que sabes de lo que te hablo. Los jefes de Asia

te quieren – dijo Arthur – Hace años, fueron por tu abuelo y él los rechazó.

Después fueron por la familia Park. Pero también él se negó y lo único que

provocó fue que ustedes salieran a la luz. Por eso lo dejaron vivo. Los quieren

a todos ustedes, pero a ti Wu, a ti te quieren por encima.4

Aunque Yifan lo suponía, escucharlo y confirmarlo hizo que su cuerpo tiemble.

Decir ira, rabia y odio, era poco para la repugnancia que sentía. La muerte de

sus abuelos, no habría sido un "accidente".+

- ¿Por qué yo? – rugió entre dientes.+


- Supongo que tienes lo que buscan. La mayoría de los más jóvenes son adictos e

incontrolables rebeldes que creen sabérselas toda. Tú no eres así. +

- Entonces, todo este circo es para...+

- No voy a llevarte a ellos Wu – cortó tajante Kulkov – La invitación a ingresar

me ha llegado. Si – asintió enérgico – Pero estoy estirando lo más que puedo la

respuesta.+

- ¿Por qué me dices todo esto?+

- Estoy en deuda contigo, por prestarme a Kai – respondió el hombre, para

sorpresa de Yifan que se volvió a verlo. Arthur se supo con los ojos del hombre

sobre él, así que respondió – Y porque salvaste una vez la vida de alguien

importante para mí.+

Yifan frunció el ceño, haciendo memoria, de los contactos que los dos pudieran

tener en común y exclamó por lo bajo.+

- ¡¿Natalia?! ¡¿Tú y...?!+

- Ella aprecia mucho lo que hicieron tú y Oh – dijo el hombre serio y un tanto

conmocionado – Salvaron su vida una vez. Así que, te retribuyo el favor.+

Yifan respiró hondo. Si. Sehun había salvado a la modelo rusa en una emboscada
que le habían tendido a ella y su gente. En ese momento, Yifan se enfadó con

Sehun por meterse. Pero Sehun había insistido, diciendo que la chica era

importante y mejor tenerla de su lado para futuras transacciones y como contacto

interesante en Rusia. Yifan habría creído que Sehun estaba caliente por ella,

pero ahora, veía lo que Sehun había visto. +

En el momento del descenso, Yifan notó un detalle.+

- ¿No será sospechoso que sólo yo lleve antifaz? – preguntó 1

Arthur sonrió, dándole un guiño y respondió sonriendo.+

- No. Esta noche, es noche de compra. Los vendedores no quieren que un esclavo o

sumiso del invitado, sea más apetecible que su mercancía en venta.3

- ¿Noche de compra? – increpó Yifan, acercando su cara a Kulkov amenazante –

Hombre... ¡¿En qué mierda estás metido?! +

- Yo acabo de descubrir esto Wu – rugió entre dientes Kulkov – Compórtate como

buen chico, para que te pueda mostrar lo que quiero que veas. +
Descendieron, al instante en que fueron escoltados por unos desconocidos que

saludaron solamente a Kulkov, cruzando con él unas palabras. Yifan sabía que

debería mantenerse al margen de todo, como buen sumiso silencioso. Yoochun era

lo único que tenía de su lado, actuando como escolta de Kulkov.+

Caminaron por un sendero enmarcado de antorchas. No fue corto el recorrido hasta

la terrible mansión, donde los bailarines de fuego, una especie de acróbatas que

iluminaban su camino en la noche, les dieron la bienvenida en medio de la

música. Luego, un hombre con máscara de emperador chino, que empuñaba una

espada, que dirigió a sus manos, le hizo recitar a Kulkov un juramento por el

que se comprometía a guardar con cauteloso secreto todo lo que allí tendría

lugar. Yifan no supo por qué, sintió todo eso como un llamado desde lo más

profundo de sus entrañas a frenarse ahí mismo, para no ingresar. Sabía que no

habría vuelta atrás y todo que parecía tan vivo, le resultaba tan a muerte. 2

Kulkov regresó su vista a Yifan, llamándolo para que se acerque más y

ordenándole no se aparte.+

Ingresaron. Todos allí, vestían de gala. El entorno era extravagante por sí

mismo. Juegos de colores de luz tenue, piezas de arte de la antigua china

desplegadas en todas partes y telas de seda decorando las estancias, lo hacían

todo, una atmósfera en la que la línea entre lo real y lo ficticio era difusa. Y

en medio, un Dj rodeado de algunos de los invitados que ya estaban más que

metidos en otro mundo. Pero ellos no se quedaron ahí.+


En un extremo de la sala, un ascensor los esperaba. Kulkov prendió del anillo

metálico de la correa que Yifan llevaba en el cuello, una cadena de plata y

brillantes. Y Yifan mordió duro, pero tuvo que ceder, sintiendo que esa cosa le

picaba. El hombre a cargo del elevador, metió una llave especial en la ranura

del panel de botones y no sabe Yifan si subieron o bajaron, pero cuando

llegaron, ahí, todo era más exclusivo. +

Y Yifan reconoció muchas caras de la alta sociedad, del mundo, caminando en

vestidos de noche y esmoquin. Todos riendo, ya ubicados en sillones cómodos,

alrededor de mesas redondas a la espera de algo mientras tomaban champaña. Y de

repente, la luz descendió. Lo único que quedó iluminado, fue la línea de los

muebles como decorado y visión para que alguien pudiera caminar.+

Kulkov tiró de su cadena. Fueron dirigidos a una mesa redonda y pequeña, donde

una botella de champaña y copas esperaban por el invitado, con sillones cómodos.

Pero Yifan quedó de pie, como otros esclavos y sumisos que acompañaban a sus

amos, mientras notaba apenas el murmullo siniestro. La subasta ya había

comenzado, con un séquito de millonarios ansiosos por adquirir mercancía. Y

Yifan se tocó el estómago, componiéndose al instante, sin entender por qué le

afectaba la cosa sobremanera.1

Podía soportar todo, pero ese asqueroso ritual, que se estaba llevando a cabo,

lo odiaría con toda su alma. 2


Las chicas y chicos pasarían por un diminuto escenario, vestidos con lencería.

Todos desfilarían, sonriendo y sin parecer obligados a eso. Yifan apretó sus

párpados, que abrió al instante que Kulkov tomó su mano y lo incitó a tomar

asiento a su lado, dando un tirón de la cadena.+

- Acércate – dijo el hombre, tocando la pierna de Yifan y apretándola pero,

hablándole mientras de cosas que nada tenían que ver con lo que insinuaba –

Dicen el precio y si quiero comprar, aprieto este botón rojo para pujar. Ahora,

mira cuando se acabe esta subasta.+

Justo en lo que Kulkov decía eso, la voz de mujer que salía por parlante

anunció.+

"Vendido, al caballero número 17" +

Yifan vio que el contorno de la mesa del comprador, se encendió más de lo

normal, por apenas segundos. Si eras de ojo agudo, llegarías a ver el rostro del

sonriente tipo que había acabado de adquirir su mercancía.+

- Mierda – espetó por lo bajo Yifan – ¿Ese hombre es...?+


- Kim Hyun Joong – dijo él – ¿Lo conoces?1

- Si ¿Con quién está?+

- Con un tal Jung Won In – respondió Kulkov – Dicen que es incluso unos de los

organizadores. 1

Yifan se quedó mirando a ese lado envuelto en la penumbra. No fue ese último

nombre quien le interesó analizar, sino en el más joven, como si sus ojos ya

acostumbrados a la poca luz, siguieran repasando las facciones del sobrino de

Byun Hee Bong. Se estremeció, mirando el producto que acababa de comprar. Un

chico de rasgos finos y risueños, contradictorios con ese ambiente siniestro. No

le pasó desapercibido a Yifan el hecho de que Hyun Joong hubiera adquirido justo

a alguien de cabellos castaños, delgado, tez blanca y labios rosas. Sabiendo que

Baekhyun estaba con un hombre así de cerca, Yifan ni quiso imaginarse la

reacción de Chanyeol si llegara a tener idea de la obsesión que al parecer

recientemente había adquirido Hyun Joong por su primo lejano.+

- Escucha la siguiente descripción – susurró Kulkov.+

- Arthur – reclamó en un gruñido gutural Yifan – ¿Qué mierda hago aquí?+

- Wu – habló Kulkov – espera y verás.+


Y Yifan así lo hizo. +

"Sumiso poco convencional – dijo de repente la voz – dedicado y formado en las

artes generales. Perfecto para un exigente dom. Atento, humilde, sociable y

siempre con ganas de aprender cosas nuevas, nuestro producto maneja a la

perfección el inglés, japonés y chino mandarín, siendo la compañía perfecta si

requiere diversión" 1

Un joven apareció en el escenario y Yifan quedó impávido cuando se encontró con

ese joven, con el torso desnudo y mostrando a todos su cuerpo escultural, en lo

que seguían detallando sus habilidades.+

"Toca a la perfección el piano, teniendo también como hobby el canto y el baile.

Como verán caballeros, dada la belleza de nuestro ángel, no es un producto que

cualquiera pueda tener. La subasta comienza en 50.000 dólares a partir de ahora"

Yifan se quedó en blanco. No podía creer lo que veía. Pero la cosa no terminó

ahí. +

- Yifan – susurró Kulkov – Mira a quienes pujan.+

Y apenas Yifan vio la primera luz roja encenderse, sintió ganas de vomitar. +

Wu Yànzǔ, quería adquirir a Jaejoong. De nuevo. Porque ahora sabía, que su padre
ya lo había tenido antes de esta manera.2

- Mierda – espetó Yifan.+

- Ahora sabes la primera cosa – habló Kulkov – No son chicos improvisados Yifan.

Han sido formados para estar ahí de pie y complacer a los hombres más poderosos

del mundo. La pregunta es ¿Con qué fin? +

- Y la respuesta es...+

- Para tomar el poder del Estado.+

Yifan miró a Kulkov. Él emitió un resoplido, mientras miraba a Jaejoong. +

- ¿Quién está detrás de ellos? – se preguntó Yifan.+

- Lo mismo me pregunto. +

- ¿Cómo mierda te metiste?+


- Te lo dije. No pude negarme más – respondió Kulkov – Tengo una familia que

resguardar y proteger Wu. No podía seguir escapándome con excusas. La Tríada es

así y está minando Rusia. Nadie sabrá nunca quiénes son los que están arriba.

Solo sabes quiénes son las marionetas que ellos manejan moviendo los hilos –

dijo, mirando en la oscuridad a los concurrentes – Por ahora, quiero seguir con

mis negocios tranquilo.+

Yifan miró al producto. Jaejoong ya llevaba 200000 dólares puestos por él.+

- Siento que sepas así de tu padre. Se lo dan por un mes de prueba – explicó

Kulkov – Tres es lo máximo. Para cuando te los sacan, ya tienes las pelotas tan

entregada por ellos, que los quieres de nuevo, pagando más. Meten el enemigo en

tu cama y así saben tanto de ti, que nunca podrás irte.+

- Eso quiere decir que... mi padre...+

- Es de la Tríada – asintió como en lamento el hombre – Y no hay que ser

ingenuos como para no darse cuenta que tu padre hace tiempo que sabe quién eres

tú.+

Yifan miró a las luces rojas, que se iban encendiendo como llamada de que el

precio iba subiendo para adquirir el producto. Jaejoong valía mucho e iba en

ascenso.+

- Cómpralo – pidió Yifan.+


- Pero...+

- Cómpralo por mí. +

- ¿Tanto te gustó? – preguntó confundido Kulkov – Sabes que deberás tenerlo

contigo por...+

- Quiero molestar a alguien – dijo Yifan, mirando en dirección de su padre.10

Y Kulkov así lo hizo, sonriendo divertido.

Hangeng escuchó el helicóptero ya a la distancia y suspiró hondo, reacomodándose

la ropa, como volviendo en sí. Otros hombres de Yifan miraron al cielo nocturno,

sonriendo por el retorno de su jefe loco. Habían sido cuatro horas, como si

fueran veinticuatro enteras. +

Para cuando descendieron todos, Hangeng fue el único que se acercó a los que

bajaban de la máquina y no le pasó por alto el nuevo rostro que resaltaba entre

los recién llegados. +

Cuando las hélices del aparato cedieron, también bajaron el tono de voz y

hablaron, a medida que se acercaban a los autos.+


- Bien Wu – dijo Kuvlov – Aprovecha la información que te di. Ellos no saben que

los viste. "Él", no sabe que tú sabes. +

Un apretón de manos de nuevo, chocando los cuerpos en medio de palmadas en la

espalda y Yifan dijo.+

- Gracias. Estaremos en contacto.+

- Seguro hombre. Cualquier cosa que sepas me avisas y yo te aviso. +

Yifan se quitó el cinturón del cuello y lo sostuvo un momento, mientras vio el

auto de Arthur partir. Analizó la situación, cerrando los ojos unos segundos,

escuchando de pronto a Yoochun decir detrás suyo.+

- Yifan ¿Qué pasa con él?+

Yifan se dio la vuelta, enfrentando la situación. Caminó hacia el chico, que

portaba un traje casual y apenas un bolso en su mano, frenándose a unos pasos de

él. +

Jaejoong miró el collar que Yifan todavía sostenía y desvió los ojos tímidos,

encogiéndose de hombros, cuando su amo se dio cuenta lo que hacía. Creyó que

quizá ya lo había perturbado y se sintió intimidado, creyendo que habían

comenzado con el pie izquierdo.+


Yifan frunció el ceño, haciendo lectura exacta de los pensamientos del joven y

largó lejos, con fuerza, lo que tenía en las manos. Y se preguntó qué iba a

hacer.+

- Así que un mes de prueba – murmuró Yifan.+

Jaejoong titubeó en sus movimientos, pero hizo una reverencia, poniéndose lo más

erguido posible, rebuscando la manera de que su nuevo amo viera la bello que

era, porque siempre le habían dicho que ellos iban por su rostro hermoso y su

perfecto cuerpo. Se quedó quieto, mirando apenas a Yifan a los ojos, sonriendo

amable pero sin decir nada.3

Yifan sabía que debía ser él quien diera orden de hablar.+

- Responde – ordenó Yifan, a la vez que preguntó – ¿Me recuerdas?+

- Si. Amo – respondió, mirando al suelo, serio y como avergonzado.+

Y cuando escuchó esa respuesta, Yifan se vio despertando al pasado. Faltaba solo
verlo de rodillas, pero seguramente Jaejoong no lo haría porque estaban a la

intemperie, aún en esa pista. Porque fue como volver a verlo, así, tal cual,

apenas mirándolo a la cara, cabizbajo, con los hombros caídos, pero bello igual.

Y a Yifan se le hizo un nudo en el estómago, doliéndole el pecho. Pero se

mantuvo impoluto mentalmente, para seguir.+

- Jaejoong – habló Yifan – Mírame.+

Y Jaejoong, tímido, obedeció. Yifan se dio cuenta que esos ojos solamente

destilaban miedo y terror. Y preguntó.+

- ¿Sabes por qué te compré?1

- Para complacerlo, Amo.5

Yifan tragó duro, cuando escuchó eso de nuevo. Pero quería dejarle algo en claro

al joven.+

- No. Lo hice, porque no me gustó lo que te hizo mi viejo Jaejoong. Porque

quería impedir que él volviera a poner sus putas manos sobre ti.3

Y Jaejoong se estremeció, emitiendo un gemido que calló al segundo, tapándose a

sí mismo la boca, en lo que sus ojos se empañaban. El joven apartó su vista, no

queriendo mostrar nada, pero el temblor de su cuerpo, le hicieron ver a Yifan

que Jaejoong, con un poco de tiempo, iba a colapsar. +


- Ahora Jaejoong – siguió diciendo Yifan, con un tono estable y tranquilo – Eres

libre por 30 días. Durante este tiempo podrás hacer lo que te plazca. Sé que

reportas a alguien tus movimientos y lo que haces. Si quieres seguir con esta

libertad, quizá sea conveniente que obvies el hecho de lo que te estoy diciendo

en este momento. Di solo que eres de Wu ¿Me entiendes hasta ahora lo que voy

diciendo?+

- Si... amo – murmuró Jaejoong, apretando la manilla de su bolso con mucha

fuerza.+

- Jaejoong, como tienes este tiempo de libertad, no seré tu amo. No debes

llamarme amo. Nadie será tu amo ¿Alguna pregunta que quieras hacerme?+

- Si am...+

- Yifan. Dime Yifan – cortó sin dejar que termine esa palabra – Ahora, pregunta

lo que precisas que te aclare.+

- Tú... ¿tú eres Kris Wu? – preguntó tímido, por creer que podría ofender.+

Yifan sonrío, ladeando su cabeza a un lado y simplemente asintió. +

- ¿Otra pregunta?+
- ¿Dónde... dónde me quedaré, Yifan? – jadeó nervioso y encogido por el frío.+

Yifan hizo seña a uno de sus hombres para que se acerque y le dijo.+

- Park Yoochun. Él cuidará de ti. 9

- ¡¿Yo?! – preguntó el hombre confundido y perplejo – Pero...+

Un golpe en la nuca, proveniente de la palma de la mano de Hangeng y el tipo

quedó mudo, apenas tocándose allí y asintiendo sin remedio ante la orden. Yifan

resopló ofuscado ante esa actitud de su amigo y siguió diciendo.1

- Vivirás con él en este tiempo. Tiene un piso espectacular y le sobra espacio,

porque está más solo que un perro ¿Verdad Yoochun?+

- Si amo – respondió el hombre sarcástico, ante la risa de los demás compañeros.4

- Idiota – espetó Yifan a Yoochun, pero hablando después a Jaejoong – Mira

Jaejoong, si necesitas algo, él lo proveerá. Tiene la orden de ser tu custodio,


para que nada malo te pase. Y si algún día quieres hablar conmigo Jaejoong,

estaré esperando a que vengas, para ayudarte en lo que necesites. Pero recuerda,

que tienes poco tiempo para eso.+

Y Jaejoong miró a Yifan un momento, deseando de repente que el hombre realmente

hubiera querido ser su "dom", porque parecía ser bueno. Él le habría servido con

gusto. No era como esos que solamente lo miraban buscando una cosa de él.

Jaejoong había aprendido bien que debía obedecer. Para eso estaba en este mundo.

Pero ahora...tenía miedo.+

- Yifan – habló, casi atragantándose en sus propias palabras Jaejoong – ¿Y

qué... qué haré en ese tiempo?+

- Lo que quieras – sugirió, al segundo que se le ocurrió – ¿Algo en lo que seas

bueno, además de la música y el baile?+

Jaejoong parpadeó muchas veces, divagando con sus ojos a todos lados, hasta que

dudoso confesó.+

- No se supone... no se supone que deba decirlo pero yo... yo soy Ingeniero en

Medios Digitales, soy especialista en... en Información y Telecomunicaciones. 2

Y Yifan sonrió más que satisfecho.


Salió de su baño, habiéndose envuelto una toalla en la cintura y buscó su móvil.

Se acomodó apoyado en el marco de la ventana de esa suite, observando esa noche

estrellada y esperó a ser atendido.+

- Ponlo al teléfono.+

- Baekhyun, Kyungsoo, Luhan, Yixing... +

- No seas idiota – le reclamó, pasando su mano por su cara – Sabes a quién me

refiero.+

- ¿Por favor? +

- ¿Qué?+

- Se dice "Por favor Jongdae ¿Podrías poner al teléfono a Zitao?" – dijo molesto

su amigo – Algo así podrías recitar para conmover mi corazón. +

- Jongdae...+

Un suspiro de agobio completamente disperso se hizo oír. Jongdae frunció el

ceño. No le gustó escuchar eso.+

- ¿Mucho trabajo? – le preguntó a Yifan – No se te oye como siempre hermano. +


- Muero de ganas por escucharlo – suplicó entonces – Por favor...+

- Estoy llegando – dijo Jongdae – Oh... espera. Creo que el doctor Wang está con

él. +

- ¡¿Que ese médico de mierda no tiene otra puta cosa qué hacer?!3

Una risotada fue largada de aquel lado y Yifan se peinó con rabia los cabellos

hacia atrás. El maldito se le burlaba. Y estuvo a punto de mandarlo a la mierda,

cuando abrió apenas su boca que cerró al segundo cuando escuchó.+

- ¿Yifan? ¿En serio eres tú? +

Esta vez, la sonrisa fue un resoplido perfecto y como bálsamo para sus oídos. +

Yifan cerró los ojos, sintiendo que un nudo se le hacía en la garganta. En ese

momento habría querido zambullirse entre sus brazos, como buscando refugio de

este mundo devastado. Él estaba derrumbado.+

- Yifan – llamó esta vez, con esa voz en alerta.+

- Aquí...+
- Estás. +

- Estoy – dijo, emitiendo una sonrisa tan apagada que sintió no tener fuerzas

para nada y rogó – Háblame ¿Cómo estás Mi Niño?+

- Estoy bien Yifan – habló – ¿Y tú? +

- ¿Qué cosas... qué cosas hiciste?+

Y Zitao percibió esa voz apaga de Yifan, en un agobio que no supo interpretar.

Podría ser mucho trabajo, quizá. +

- Solo he ido a la pileta – le recordó – Nada más. Es temprano aún ¿Y allá? +

Yifan sacudió sus ojos y tanteó ver la hora en el reloj de muñeca, diciendo

sorprendido él mismo.+

- Poco más de las 4 de la mañana...+

- ¡¿Esa hora?! +

- Si.+

- ¡¿Y qué haces despierto?! Yifan... +


- Estoy bien – dijo emitiendo una sonrisa, que Zitao alcanzó a oír – Sólo quería

escucharte.+

- Pero no podías dormir. +

- No podía dormir.+

- ¿Por qué? +

- No sé – dijo Yifan, encogiendo sus hombros – No tengo sueño.+

- ¿Sigues teniendo miedo a la oscuridad? 2

Un silencio abrazó a Yifan que se quedó inmóvil, sin decir una palabra. Se sentó

en el borde de la ventana que tuvo que abrir del dormitorio, percibiendo ese

aire frío que removía el mechón mojado de su frente.+

- Si – respondió, sin dejar de mirar a lo alto.+

- ¿Por eso te gustan tanto las estrellas? +

- Si. Son lo único bueno en medio de la oscuridad – dijo sonriendo – Bueno. Ya

sabes uno de mis más grandes secretos. Ahora cuéntame tú ¿a qué le tienes miedo?+
- ¿No vas a reírte? +

Yifan se puso serio, antes de responderle.+

- Jamás. Haría lo que fuera para ahuyentar ese miedo.+

Un suspiro del otro lado y la confesión.+

- A mi pasado. Lo que fui... antes. Me pregunto... – dijo entre silencios y

suspiros, como buscando palabras para decir lo que pasaba –...me pregunto ¿y si

fui malo? Yo no quiero saber si fui malo. +

"No me importa lo que fuiste. Te amo así Mi Niño" +

- No quiero que...– terminó de susurrar Zitao, para callar.+

- Qué...+

- Que después ya no quieras estar conmigo, si llegaras a saber si hubo algo

malo... antes... +

Yifan cerró sus ojos y ya no pudo evitar sentir el frío de esa línea que se

deslizaba por su mejilla. Sus ojos ardían. El viento secaba rápido lo empañado

de sus orbes. Pero él no se permitiría ser débil. Por eso pasó rápido y con

fuerza sus dedos por sus ojos, quitando todo rastro de debilidad.+
- Yo jamás querría dejar de estar contigo Zitao. Nunca...+

- ¿Por qué? +

"Porque te amo" +

- ¿Yifan? – llamó Zitao, encontrándose en el silencio – ¿Por qué? +

- Cuando llegue, te lo diré. Te prometo que te lo diré, mirándote a los ojos.+

Un silencio de segundos y Yifan dijo, inflando su pecho de aire.+

- ¿Sabes qué quiero en este momento? Quiero estar recostado en tu pecho,

sintiendo tus manos peinar mi pelo y sentir que me dices...+

- Todo va a pasar. Ya verás, que todo lo malo se irá. 5

Y Yifan sonrió. Si. Definitivamente Zitao tenía esas cosas que le decían a cada

paso que daba, que estaba destinado para él. +

Si en algún momento Yifan creyó que podría rendirse en su lucha, ahora de nuevo

recobraba fuerzas para seguir adelante. Toda esa parte minúscula de ese mundo

maldito que se había descubierto ante sus ojos, era a donde habría querido

llegar desde un principio. Yifan podría recién ahora comenzar a avizorar la


magnitud de lo que vendría y si aún él no estuviera preparado, lo enfrentaría,

por Zitao lo haría.+

Y se quedó allí, mirando las estrellas en la noche, escuchando la voz de su niño

del otro lado, amándolo a la distancia, queriendo ya regresar a su lado.

-------------------------------------------------+

*Cocina. Término que hace referencia a los laboratorios clandestino para la

elaboración de estupefacientes. +

Carne fresca. Término que hace referencia a la compra y venta de personas (Trata

de blancas) 1

* Tríada (Pinyin: [三合會]) es un término genérico para designar a ciertas

organizaciones criminales de origen chino que tienen su base en Hong Kong,

Taiwán y la China continental, así como ramificaciones entre sectores de las

diversas diásporas han. Se dedican al tráfico ilegal de personas, drogas y

elaboración de nuevas sustancias, la falsificación de tarjetas de crédito, los

talleres clandestinos (generalmente del textil), la falsificación, venta y

distribución de todo tipo de productos, la prostitución, las clínicas ilegales,

muertes por encargo, etc.


Miedos

La mañana era fría. Estaba cansado y lo único en lo que podía pensar al momento

de salir del aeropuerto, era en desplomarse a dormir al menos por dos días. Pero

resopló molesto, cuando se recordó que solo estaría unas horas en Seúl, para

volver a subirse a un maldito avión rumbo a Tokio. Y sin embargo, allí estaba en

un auto, camino a lidiar con un problema. 11

Yifan bajó la ventanilla de su lado apenas frenó frente al portón de hierro de

la residencia, sonriendo para quien estaba vigilando y asintió en saludo.+

- Kagin.2

- Wu – dijo el hombre sonriendo, como si fuera algo realmente bueno verlo,


elevando una mano y haciendo seña a alguien a la distancia, para que abriera el

portón – Chanyeol ya creía que no podrías llegar. Te esperan.+

- ¿Esperan? – preguntó.+

Pero el sonido del deslizamiento del duro hierro, hizo que avance hacia el

interior. Ni bien descendió, la puerta de la residencia se abrió. Alguien salió

a recibirlo. El aire frío golpeó su rostro, mostrándole que definitivamente el

otoño había llegado con todo. +

- Hermano – saludó su amigo.+

- Chanyeol – llamó él.+

Ese sonido parecía más sincero que todo el circo con Kulkov. Un apretón de mano,

fuerte y contundente. Se extrañaban. Ya no podrían trabajar juntos, ni verse

tanto para demostrar distanciamiento. Escabullirse por si alguien lo vigilaba se

le estaba haciendo cuesta arriba. Yifan tenía el presentimiento de que los

estaban vigilando y aunque no habría querido decirlo en un principio, no quería

correr más riesgos. Pero era otro el asunto que lo había llevado allí.+

- Vamos dentro – pidió Chanyeol, dándole paso a su casa – Jongin espera – avisó.+

Yifan encontró a Jongin detrás de la barra en un extremo de la sala principal,


sirviéndose un whisky. Apenas Yifan ingresó, fue directo al hombre, tomando la

mano de su amigo sobre la barra.+

- Qué bueno verte hermano – dijo Jongin un tanto serio.+

- Lo mismo digo – respondió Yifan, sentándose en una banqueta dispuesta ahí

mismo – O al menos por ahora ¿Me quieren decir qué acontece?+

Jongin miró preocupado a Chanyeol, que comenzó a hacer más abierta su sonrisa

porque evidentemente tenían dos perspectivas diferentes de lo que allí

acontecía. Jongin estaba intranquilo y Chanyeol creía que era divertido.+

- ¿Quién larga el cuento? – preguntó Yifan, sacando del bolsillo interior de su

chaqueta de cuero el paquete de cigarrillos.+

Lo dejaron al menos ponerse uno en la boca, en medio del chasquido del

encendedor. Pero no alcanzó a prenderlo, cuando Jongin le largó.+

- Seung Hyun.1

El chasquido chispeado se detuvo y la mirada de Yifan se quedó en Jongin,

mientras lentamente sacaba el cigarrillo aún apagado de la boca. +

Choi Seung Hyun. El maldito que había metido a Jongdae en el mundo de las peleas

y apuestas clandestinas. Yifan oscilaba entre odiarlo por eso, o por haberle
quitado a su amigo por un tiempo. 5

- Qué con él – inquirió Yifan tenso. +

- Joder Park – lamentó alguien detrás, que recién ingresaba en esa sala –

¿Tienes analgésico o alguna mierda?1

Bastó verlo para que el arma que Yifan llevaba detrás de su cintura, apareciera

brillante de la nada para apuntar al hombre, directo a la cabeza.2

- ¡Qué mierda hace él aquí! – espetó Yifan completamente desencajado de rabia.+

- Gané – dijo Jongin a Chanyeol, estirando la palma de su mano.

Chanyeol debió haber largado un rugido por lo bajo, en lo que depositaba

asquerosamente un billete en la mano de Jongin que sonreía divertido. 4

- Para que veas que soy el más centrado y tranquilo – aseguró Jongin con

orgullo, guardándose el billete.+

- ¿Tú el más centrado y tranquilo? – le reclamó Chanyeol molesto – Maldito

carnicero.3

- Te dije que lo conozco más que tú.+


- Oigan – habló Seung Hyun, tocándose su nuca con su rostro contraído del dolor

– ¿Alguien puede decirle a este loco? ¡¿que deje de apuntarme con esa puta

arma?! – gritó, apretando sus párpados, quejándose al segundo por el malestar

que martillaba en su nuca.2

- Deja de apuntarle con esa puta arma – comentó Chanyeol, pegando un bostezo y

pidiéndole a Jongin con el vaso estirado – ¿Me sirves más?+

- ¿Tengo cara de barman? – se quejó.+

- ¿Sabías que ganan bien?+

- Nunca le pregunté a Jongdae ¿Se gana bien en serio? – se preguntó Jongin,

abriendo la botella de whisky – Oye Yifan ¿cobra bien Jongdae?4

- Depende lo que hagas – comentó Yifan sin quitar la vista de su objetivo – Si

trabajas de barman se gana más los fines de semana que con un sueldo fijo

mensual. Y si eres bartender...1

- ¿Qué es bartender? – preguntó Jongin.+

- Esos que te lanzan las botellas por el aire – comentó Chanyeol, agitando sus

brazos a todos lados – Seo Joon los trata como si fueran la elite en Sky. Los he

visto largar fuego por el culo mientras te sirven un trago espectacular.2


- No jodas... – comentó Jongin con la mandíbula que le llegaba al suelo.+

- En serio... – dijo bien serio Chanyeol.+

- ¿Y Jongdae hace eso? – preguntó Jongin a Yifan.1

- Es el puto amo detrás de la barra – admitió Yifan – Aunque tú, por estar tan

solo parado – dijo echando un vistazo de arriba abajo a Jongin – Puede que te

pague bien. Atraerías clientela.4

- Oigan... – quiso hablar Seung Hyun.+

- Cierra tu boca – advirtió Yifan – Los adultos hablan. 3

- Es mayor que tú – le señaló Chanyeol, tomando un sorbo de su whisky. 2

- ¡Ni mierda me vas a quitar el lugar del mayor aquí! ¡¿Me oyes?! – bramó sacado

Yifan.5

- ¿Por qué mierda me odias tanto? – rugió el hombre, con palmas en alto esta

vez.1

- Porque eres un grano en el culo – espetó Yifan, sin dejar de apuntarle, mejor

ahora, directo al corazón.2


- Celoso – tosió Jongin.3

- ¿Estás así porque Jongdae me eligió a mí? – preguntó el hombre con la cara de

espanto.3

- En el clavo – tosió Chanyeol.5

- Tú quieres morir ¿verdad? – preguntó Yifan, encogiendo sus ojos.1

- Él me usó ¿sabes? – dijo dolido Seung Hyun, llevándose una mano al pecho –

Solo me quería de a ratos, pero después siempre volvía contigo – reprochó.13

- Quiero llorar – comentó Jongin.9

- Tú te metiste entre los dos – chilló duramente Yifan, revoleando el arma en el

aire – ¡Lo alejaste de mí!5

- ¡Pero siempre te eligió por encima de mí! – asintió tenso y entre dientes

Seung Hyun – Siempre...4

Los dos hombres se quedaron ahí congelados un momento, mirándose a los ojos,

dolidos en su orgullo ¿A quién prefería Jongdae? 7


- ¿Quieres un trago? – preguntó Chanyeol a Seung Hyun.2

- No. Analgésico – dijo el hombre, acercándose a la barra, donde se apoyó – Si

tomo eso no hará efecto y me duele como la mierda tu golpe.+

- Puede que te relaje antes – opinó Jongin – ¿O eres un blando? – se le burló.+

- Tengo un negocio que atender y una familia que cuidar – le recordó a Jongin

severo – Tengo que seguir moviendo el circo. Y aún no sé qué mierda hago en este

lugar – le reclamó a Chanyeol – Park ¡devuélveme mi maldito teléfono!+

- Se dice por favor – rugió Yifan.+

- ¿Por favor puedes dejar de apuntarme? – demandó Seung Hyun.3

- Ya compórtense como gente civilizada – les reclamó Jongin tranquilo.3

- Él no es "gente" – dijeron al unísono Yifan y Seung Hyun.2

- ¡Basta! – espetó Chanyeol, dando un golpe en la barra – ¡Pasa algo serio aquí!

Y joder Yifan... que necesitamos de ti.+


Yifan titubeó en decir malditamente algo. Le asustó un poquito Chanyeol que

jamás era de poner orden a las cosas, porque para eso estaba... él. Yifan abrió

y cerró la boca un par de veces, hasta que optó por bajar el arma, tomar de una

vez ese whisky de un saque, encender su cigarrillo y sentarse en una banqueta.

Miró a los tres hombres y elevando tenso su mentón, preguntó a Seung Hyun.+

- ¿Y tu bastón?3

- De eso queremos hablarte – habló Chanyeol.+

- Oigan – reclamó Seung Hyun – Todavía tengo que encargarme de un fiambre ¡Estoy

perdiendo tiempo!+

- Relájate – dijo amable Jongin, dándole un vaso de whisky – Yifan tiene que

escuchar.+

- ¿Escuchar qué? – preguntó Yifan, dejando un segundo su arma en la barra.+

- Comencemos desde el principio – dijo Chanyeol tranquilo, pero absolutamente

serio – Anoche Seung Hyun secuestró a Junmyeon, que estaba con Yixing y...1

- ¡MALDITA MIERDA! – gritó Yifan.3

Y todo volvió al principio...


Jongin se había marchado ya. Chanyeol estaba en una sala privada dando

indicaciones a sus hombres. Seung Hyun había dimitido en su intento de calmar el

dolor con algún analgésico, tomando un trago en la barra. Y Yifan, se limitó a

hablar en código a sus hombres por el móvil. Cuando cortó la última llamada, se

encontró con Seung Hyun en el mismo lugar, que tomaba su whisky, mientras

aprovechaba se ve ponerse a tono con sus asuntos, dándole a las teclas en el

móvil, absorto en esa luz encendida. Sin mirarlo, dijo.+

- Piensas demasiado Wu Yifan. Y los hombres que piensan demasiado, es porque

saben más que los que hacen ruido.+

Yifan analizó al sujeto, desaliñado y vestido con ropa deportiva gris,

seguramente sacada del guardarropa del dueño de casa, porque el sujeto jamás

vestía esas cosas. Yifan no pudo evitar emitir una mueca, regodeándose contento

de saber que el tipo la había pasado mal por haberse metido con sus hermanos.

Pero rápido frunció el ceño, quedando serio en un nanosegundo, cuando la imagen

de Junmyeon rebanándole el cuello a Jung Won In con la katana de Seung Hyun, le

resultó en extremo difícil dibujar en su mente.11

- Me acusas de no sé qué – le reclamó el hombre, mientras encendía un

cigarrillo, lanzando el humo a lo alto – Si no fuera por mí, estarían muertos.1


Yifan se acercó, contrayendo sus ojos. Seung Hyun no tenía miedo a nadie y Yifan

no sería el primer tipo que le infundiera eso, pero había respeto. Lo único que

los separaba, era una barra. Pero Yifan nada podría hacerlo, porque Sehun y

Junmyeon habían pedido que protegieran al hombre; no le quedaba más que mantener

la palabra de ellos, que era como si él mismo la hubiera dado.+

- No vas a decirnos quién mierda mandó eso ¿verdad?+

- Tengo una familia que cuidar Wu.+

- Todos dicen lo mismo – ironizó Yifan.+

- No te burles – le recriminó el hombre, señalándolo amenazante con su índice en

medio del humo del cigarrillo – Ojalá nunca tengas que decirlo, Ni pensar en la

maldita posibilidad de que llegaran a arrebatarte algo que amas en verdad. La

familia, lo es todo – concluyó contundente, como consternado.+

Yifan respetó eso, pero quiso aclararle.+

- Tengo una familia también.+

- ¿Chanyeol, Jongdae, Sehun y Jongin? Por favor...– señaló irónico, sonriendo


socarrón – Sabes bien que ellos pueden cuidarse muy bien solos – dijo, al

segundo que se le perdía la risa, cuando terminó concluyendo – ¿Crees que mi

familia está llena de sicarios y temerarios que no temen a la muerte? +

- ¿Qué quieres decir?+

- Suho.+

- ¿Qué con él?+

Seung Hyun mostró la pantalla de su móvil. Yifan miró la cantidad de fotos que

el hombre habría estado analizando en internet en ese lapso de tiempo. Si. Se

estaba poniendo al tanto en algo tan simple y a la vez complejo, porque Yifan no

lograba entender.+

- Kim Junmyeon. El hijo del Primer Ministro de la República. +

- ¿Recién te enteras de quién se trata? – entonó sarcástico Yifan – Creí que

conocías a tus presas. +

- Él no era mi presa. Lo de él fue casual.+

- Explícate – exigió Yifan.+

- "Lay". +
- ¿Quién es "Lay"? +

- Doctor Zhang, como lo llamó Chanyeol. Yixing, como lo llamó Junmyeon.+

- Yo creí que...+

- Iba por Lay. Nunca imaginé que sería el chico de Suho. Nunca imaginé que Suho

era quien ahora sé que es ¡Mira! – dijo abriendo sus ojos sorprendido a la vez

que mordaz, leyendo lo que de él decía algún artículo en su móvil – Hasta tiene

fans y todo. Mira este artículo lo que dice: " Kim Junmyeon, el hombre con

herencia de líder, es llamado el 'Príncipe de la República' por su parecido con

el último príncipe de Corea: Yi Wu...", oye que se llama como tú ese príncipe...

– dijo riendo Seung Hyun –... Espera que hay más, "... ¿Será quizá la promesa de

nuevos aires en la política de nuestra nación? El hijo del actual Primer

Ministro, es admirado por los mandatarios, reconociendo en el joven empresario

un ejemplo de amabilidad, diplomacia, madurez y solidario, siempre dispuesto a

colaborar en las buenas causas, apoyando a su padre en el engrandecimiento de la

república..." +

- ¿Por qué mierda me lees eso?+

Choi miró a Yifan y molesto lanzó su móvil a la barra, sin quitarle la vista al

hombre.+
- Claro... debo aburrirte, porque ya debes saber cómo es. Chen jamás me contó

que era su hermano y ahora entiendo por qué – dijo el hombre como ofendido,

tomando un trago de su licor – Porque yo conozco el verdadero lado de él.+

- Y según tú, cómo es ese lado.+

- Es un sanguinario. Un asesino – afirmó seguro – Y un loco desquiciado. Sólo

que salió a la luz su verdadero lado, cuando vio que le arrebatarían lo más

importante para él.9

Yifan apretó sus manos, haciéndolas puños temblorosos sobre la barra. Su

mandíbula brilló al ajustarse tanto, que el odio drenó por sus ojos. +

- Wu, no te confundas. No es contra mí contra quien debes ir.+

Seung Hyun estiró sus dedos sobre el lustroso madero, arrastrando el paquete de

cigarrillos, asintiendo en invitación a Yifan. Elevó una ceja, como expectante a

la vez que elegante, pero serio. Yifan jamás podría descifrar a este tipo, que

simplemente vestía de etiqueta, pero que en el fondo, no dejaba de ser un matón

de los suburbios. Pero Yifan le respetaba el ser un sobreviviente. El hombre


negociaba con todo lo que fuera buena oportunidad, sacando tajadas importantes.

Era sucio. Nunca entendería por qué Jongdae lo mantenía cerca.+

- ¿Y contra quién entonces?+

Seung Hyun tenía esas líneas duras que se acentuaban cada vez que hablaba, en el

humo le salía de los pulmones, en esa voz ronca y lúgubre, mientras sus ojos se

achicaban más diminutos de lo que ya eran. +

- Sabes que me crié en las calles. Como todo el mundo, debes de pensar que no

soy más que un matón improvisado. Una mierda para el que vale todo, siempre y

cuando pueda sacar una buena tajada. La cosa es... – asintió mirando fijo a

Yifan –...que todos tienen razón. Pero hay una sola cosa con la que nunca voy a

negociar. Ese es mi límite.+

- No voy a apreciarte por eso.+

- No busco tu aprecio.+

- ¿Qué quieres entonces?+

- Tu apoyo.+

- Lo tienes. Sabes que soy leal a mis hermanos. Aunque podría darte un tiro en

la cabeza, no lo haría, porque mis hermanos así lo quisieron. +


Seung Hyun apoyó su codo en la barra, elevando su mano donde dejó descansando su

mentón. +

- Lealtad – divagó – Cosa interesante.+

- Dijiste que quieres mi apoyo ¿Por qué?+

Silencio. Yifan sabía que no iba a hablar. Y le dijo con sequedad tajante.+

- No puedo darte mi apoyo, si no me dices algo. No puedo atar cabos sueltos, si

no me das elementos. +

Seung Hyun bajó la vista a la barra, achatando en el cenicero de mármol lo que

quedaba de su cigarrillo. Él admiró el estoicismo de Yifan. Y confió.+

- Sólo hay una condición.+

- Cuál.+

- Queda aquí – asintió, duramente, en esa voz grave como lo complicado de la

situación.+

- ¿Por qué?+
- No hay pruebas – respondió – Solo cabos sueltos ¿Quieres unirlos conmigo? +

Yifan apretó su mandíbula. Pero creyó que era bueno tomar esa invitación de

Seung Hyun y agarró un cigarrillo, antes de querer pegarle un tiro. Cómo sacarle

a este hombre algo, sin caer antes en sus juegos. Porque eso hacía. Probar a ver

qué tanto sabía, para sacar provecho si soltaba mucho la lengua. Maldito Choi. + e

Yifan tomó un cigarrillo del paquete que antes se le había ofrecido. Lo

encendió, lanzando el humo a lo alto. Asintió seguro y mirando fijo al hombre,

habló.+

- De acuerdo. Vamos a unir cabos sueltos.+

- Pregunta.+

- ¿Quién era Jung Won In?

En su escritorio, frente a la ventana, allí estaba. +

Colores derrapaban en el papel con delicadeza discreta. Zitao soltó un color,

para tomar otro y continuó con su pintura. Sonrió de repente, pensando en él.

Quería dárselo como regalo cuando lo viera a su regreso. Frenó su impulso de


seguir enérgico en eso y pensó, en lo mucho que lo extrañaba. Y los colores se

disiparon en frente suyo, sintiendo su corazón nublado. Elevó su rostro y miró

por la ventana el cielo. El viento hacía que el movimiento del follaje

multicolor del otoño, fuera más bello. Los reflejos de las luces del sol,

hicieron que las hebras oscuras de sus cabellos relucieran como si fueran

destellos transparentes. Y sus ojos resplandecieron, luminosos, cuando una

lágrima se le escapó sin permiso. Y la gota chispeó en su pintura.1

Zitao bajó la vista y se encontró con sus manos desplomadas en su trabajo, en lo

que las lágrimas goteaban sin cesar. +

Y un pañuelo se asomó ante sus ojos.+

- ¿Por qué siempre me tiene que ver así? – se preguntó más a sí mismo Zitao,

tomando el pañuelo de las manos del señor Jang.+

- Quizá porque estoy hecho para llegar en el momento indicado – respondió él,

dando suaves palmadas en el hombro del joven – Aunque antes recuerdo haber sido

yo quien seque tus lágrimas. Ahora veo lo mucho que has avanzado. Ya no

necesitas de mí – dijo sonriendo.+

Zitao creyó percibir alegría en la voz grave del hombre. Para cuando se volvió a

verlo, no se equivocó. El señor Jang sonreía contento. +

- Perdón Zitao – explicó él – Es que en este tiempo, he llegado a ver tantos


avances en ti, que incluso viendo que ya puedes hacer las cosas por ti mismo, me

causan mucha alegría. +

- Perdone usted – dijo Zitao, sintiendo que su rostro ardía en calor, mientras

se encontró secando sus lágrimas con el pañuelo del hombre – No creí que...+

Calló. Tenía vergüenza de decir algunas cosas. Pero el caballero lo dijo por él.+

- ¿Qué tú me importaras? – completó el señor Jang.+

Zitao bajó sus ojos, en lo que Jang Hyuk acercó una silla, colocándola al lado

del joven. Miró al chico de perfil, avergonzado por aquello que acababa de

escuchar y le dijo.+

- Aunque te cueste creer, me importas y mucho. +

- ¿Porque le recuerdo a su hijo?+

- No – dijo él sonriendo – Porque simplemente eres tú, Zitao. +

Él tomó la mano del joven y la acarició con ternura. Miró a Zitao por un

momento, encontrándolo simplemente bello y dulce en su inocencia. Cualquier otro

malinterpretaría sus gestos y optaría por dos caminos, alejarse o aprovecharse

de él. Sin embargo, Zitao no sabía de esas cosas maliciosas y Jang Hyuk suspiró
extasiado de verlo tan puro, tan bueno.1

- Ahora dime Zitao – pidió el caballero – Cuéntame ¿Qué te ha hecho llorar?1

El joven bajó la vista y Jang Hyuk entonces puso los nudillos de su mano derecha

en el mentón de Zitao. El suave impulso, obligó a Zitao a mirar al señor. No es

que se sintiera con la suficiente confianza como para contarle las cosas que

acontecían en su corazón. Pero el señor Jang Hyuk era un caballero muy bueno y a

veces sentía que lo era tanto, que él tenía vergüenza de recibir y recibir de

él, sin dar nada a cambio. Su padrino de fundación, como se hacía llamar,

costeaba todo su tratamiento y más. Nunca le había faltado nada antes que él

llegara, pero ahora, tenía más.+

- Me gustaría – dijo Jang Hyuk – que algún día llegaras a considerarme un amigo.

Debes creer que como soy mayor, no entendería las cosas que pasan por tu

corazón. Pero, si algún día necesitas un oído...– agregó tomándose uno, en medio

de una risa simpática y gentil –... tengo dos para prestarte.2

Y Zitao se sintió mal, de haberse descubierto ante el señor Jang. Pero ¿Cómo

decirle? No sabía por qué, pero no quería decirle. O al menos, no todo, con
temor a que no entendiera, porque Yifan le había pedido que lo de ellos fuera un

secreto, entre ellos y sus amigos. +

- Yo... yo pensaba en alguien a quien extraño.+

- De ser algo común, me habrías dicho que extrañabas a tu mamá y tu hermana. Sin

embargo, no lo hiciste ¿Así que debo suponer que se trata de alguien especial?+

Zitao asintió, un tanto avergonzado. Jang Hyuk apretó esa mano que tomaba entre

sus manos y sin perder su sonrisa gentil, dijo.+

- ¿Puedo saber de quién se trata?7

- Es... es un voluntario. Un voluntario del hospital.3

- Kim Jongdae está en este turno, así que imagino que no se trata de él –

asintió el hombre, como si de juego se tratara, sonriendo abiertamente. +

- No.+

- ¿Entonces?+

- Es... es su amigo... Wu Yifan.14

Un silencio abrumador se hizo en el ambiente. Zitao se mordió el labio inferior,


esperando a que el señor Jang no dijera nada, después de ese apretón que le dio

a su mano y su suspiro duro. Es que el caballero de pronto había dejado esa

sonrisa despreocupada y su ceño se arrugaba.+

- Zitao ¿Sabes quién es Wu Yifan? – preguntó.+

- Es... es el amigo de...+

- Si – afirmó él – Pero ¿qué más?+

- Yo... yo no sabría...+

Bruscamente el señor Jang Hyuk se puso de pie, despojando a Zitao del amarre de

sus manos. Jang Hyuk le dio la espalda unos segundos y Zitao pudo ver sus

hombros elevarse, como si respirara agitado, a la vez que creyó que miraba unos

segundos hacia arriba tomando aire. +

- Señor Jang... yo...+

Pero nada pudo decir, porque el señor Jang se volvió con ímpetu de frente y

habló duramente, como nunca antes le había hablado a Zitao.+

- ¡No volverás a ver a ese hombre Zitao! 9

Demasiado desconcertado estaba el joven como para poder reaccionar. Encogido de


hombros, abrió mucho sus ojos y sus labios que quisieron decir algo, pero nada

le salió, menos cuando se encontró con el señor Jang de rodillas, tomando

tembloroso sus manos, como si fuera a rogarle algo. Pero cuando vuelve su mirada

a Zitao, está furioso, tanto, que tiembla cuando le pregunta enojado.+

- ¡¿Te tocó Zitao?! ¡¿Te hizo algo?!2

Zitao se encoge de hombros, sus labios entreabiertos no pueden decir una

palabra. No le gusta este señor Jang.+

- Mi niño – habló como si doliera, ante la ansiedad de Zitao – Escúchame. Ese

hombre, no es un hombre bueno. Yo lo conozco. Y sé cómo es él.4

- Yo... señor... yo no entiendo...+

- ¡Es malo Zitao! – rechinó sufriendo cada palabra, como veía Zitao – Sale mucho

¡Muchísimo! Tú no podrías llegar a entender lo que digo y créeme que me duele

con el alma ser yo quien te lo diga, pero... ese hombre ¡es un ser malvado!+

- Pero él – dijo agitado y enojado – ¡Él es muy bueno conmigo!+

- ¡¿Bueno?! – exclamó de repente, poniendo su mano derecha en la mejilla de

Zitao – Mi niño, tú no ves la maldad porque eres hermoso mi niño. 2

- ¡No! – exclamó entre dientes – ¡Él es... él es...!+


- Un hombre... – insistió Jang Hyuk –... del que todo el mundo sabe que terminó

con su ex novia, una buena joven a quien él...+

Hizo silencio, cerrando sus ojos con fuerza. Se sentó en la silla para

componerse, pasando su mano por el rostro. Zitao quería llorar en su corazón

desgarrado por esas cosas que escuchaba de Yifan. Él no podía creer eso. No

quería...+

- Zitao – escuchó al señor Jang – Wu Yifan es un hombre malvado. Conozco a

Jessica, su ex novia. Ellos terminaron hace poco tiempo, cuando ella lo denunció

por violento.2

Zitao sintió su pecho oprimido de angustia. Sus ojos vidriosos y la cabeza que

le dolían, apenas si pudieron digerir esas palabras malditas. +

Jang Hyuk se puso de pie. Metió sus manos en los bolsillos de su pantalón y negó

con su cabeza, muchas veces. Zitao trató de ver su rostro, pero no podía, porque

gemía ahora abochornado, sin saber qué sentir o qué hacer, porque él no podía

entender. +

- Me duele ser yo – dijo Jang Hyuk apenado – quien te diga esto mi niño. Pero

todas las revistas hablan de eso. Viaja mucho por su trabajo, saliendo de fiesta

en fiesta, con mujeres y hombres que viven la vida que él vive. Puede parecer
amable, cordial, gentil, pero... es una máscara que él usa, para sacar provecho

de algo.+

Jang Hyuk de nuevo se puso de rodillas y buscó los ojos aguados de Zitao. Tomó

ese pañuelo que antes le había ofrecido y comenzó a secar sus lágrimas. Triste.

Sus miradas eran tristes, como apagadas. +

- No quiero que él se aproveche de ti Zitao – confesó el señor Jang, con la voz

baja y calma – Y yo sé que él querrá aprovecharse de tu inocencia. Porque eres

muy puro Zitao. +

- Pero... él es bueno...– defendió en murmullos rabiosos el niño – Yo sé que es

bueno...+

Jang Hyuk tomó las manos de Zitao, analizando un momento ese rostro entre

lágrimas. Sonrió apenado y dándole unas palmaditas suaves, asintió.+

- Entiendo. Quizá el verte en este estado, haya despertado en él las ganas de

ayudar a quienes lo necesitan. Pero eso no lo hace, un hombre menos malo. Que

tenga lástima de ti, no quiere decir que vaya a cambiar Zitao.

Zitao está sentado en su silla de ruedas, mirando por la ventana el cielo oscuro

y estrellado. Siente que alguien lo envuelve desde atrás en un caluroso abrazo.

Solo una persona puede llegar a ser tan cálido, meciendo a Zitao de un lado al
otro hasta sacarle una sonrisa a pesar de la tristeza. +

- Deberías estar durmiendo – le dice Luhan, dejándole un beso en la mejilla.+

- No he podido dormir. Así que le pedí a Baek que me ayude a levantarme un rato

nada más.+

Luhan mueve la silla de ruedas de Zitao y se sienta en otra, quedando frente a

frente. Subiendo una de las piernas de Zitao, el enfermero comienza a masajear. +

A Luhan le ha preocupado lo que ha escuchado, porque frunce el ceño y pregunta. +

- ¿Qué te preocupa para que no duermas?+

Zitao suspira serio, bajando los ojos a su regazo, donde sus dedos pulgares

juegan en círculos. Y en un murmullo apagado, confiesa.+

- Extraño la compañía de Minseok y a... +

Calla. Pero Luhan sabe y dice.+

- A Yifan. Es eso ¿Verdad?+


Zitao asiente y Luhan vuelve a preguntar otra cosa.+

- ¿No ha venido a verte?+

- Está trabajando. Creo que de Tokio tenía que ir a otro país. +

- Llámalo o escríbele. Sabes que si nos pides, cualquiera lo hará por ti.+

- No lo quiero molestar.+

- Zitao – le reclama Luhan, deteniéndose en su trabajo, haciendo que Zitao lo

mire a los ojos – Creo que lo que le molesta a Yifan es que pienses justamente

eso ¿Seguro que es solo eso?+

Pero Zitao no habla. Pero mira a la cama, señalando con eso a Luhan que ya está

listo para dormir. +

Zitao se acomoda en la almohada. No mira a Luhan y Luhan sabe que es su manera

de huir de hablarle. Por eso le insiste. +

- Sabes que puedes contar conmigo Zitao. Si algo te preocupa...+

- Esta tarde el señor Jang Hyuk me visitó.+

- Si. El asesor legal de Minseok. Y tu... benefactor...+


- Me ha dicho que... que no quiere que Yifan entre a verme... que no quiere ni

saber que él se aparezca por aquí...+

- ¡¿Qué?! ¡¿Y eso?! – exclama su amigo molesto.+

Ese enojo de Luhan, está haciéndose ver a Zitao que quizá, lo que consideraba

normal en el señor Jang, no es tan normal. Mira a su amigo y le cuenta, dejando

salir un respirar agitado y lleno de angustia. +

- Dice que... que hará que me pongan guardias para cuidarme de él. De Yifan...

Luhan... Él... él se enojó mucho y me... me gritó preguntándome si Yifan me

había tocado y... ¡No entiendo! +

Zitao llora y es rodeado por los brazos de Luhan. Le acaricia le cabeza y le

asegura, que él lo va a cuidar, pase lo que pase. Le asegura también para su

mayor tranquilidad, de que él no cree una palabra del señor Jang, porque Yifan

es un buen hombre.+

Después de un rato, Zitao se ha acostado. Sus ojos están hinchados y

somnolientos. Abrumado y agotado de tanto, siente que su corazón podría explotar

en este momento, aunque también detenerse por tantos sentimientos.+

- Zitao – murmura Luhan, mientras acaricia sus cabellos – Tienes que hablar con

Yifan. Igual Zitao, tú no tienes que hacerle caso al señor. Él ¡Él no tiene
derecho a decirte con quién te puedes juntar! ¡¿Pero qué se ha creído?! –

exclama enojado.+

- Él es muy bueno conmigo. Yo... yo no le puedo faltar el respeto, después de

todo lo que ha hecho por mí...+

- Mierda Zitao ¡No le debes la vida!+

De nuevo en el silencio, Luhan se encuentra consolando a Zitao.+

- Lulu – murmura a punto de desvanecerse en su sueño.+

- Dime...+

- Estoy enamorado. De Yifan...5

- Qué lindo Zitao – murmura en una sonrisa acogedora. +

Ya lo sabían. Todos lo sabían. Sólo basta mirarlos. Pero admitirlo, es un gran

paso.+

- No Luhan. No es lindo...– dice recordando de repente algunas palabras del

señor Jang.+

- ¡¿Por qué dices eso?!+


- Porque no creo que él sienta lo mismo por mí. Él es solo amable y lindo

conmigo porque me tiene lástima.1

Y aunque Luhan le haya dicho que él tiene mucho que ofrecer y un corazón para

dar, Zitao sabe que en el fondo, eso no bastará. Quiere convencerse que sí, pero

se siente poca cosa para ese hombre hermoso, que al parecer no conoce como él

creía conocer. Y sabe que aunque quisiera, él no podría dejar de estar enamorado

de Yifan.

Cuando Yifan escucha los gritos furibundos de Eunhyuk, porque Sehun mandó todo a

la mierda y se fue a buscar a "su chico", no le importa. Sonríe, sin escuchar al

hombre rabiar y aprovecha las últimas horas de la noche de París. Se sienta en

el mismo lugar que hasta hace una hora atrás estuvo sentado Sehun y ve los

restos de lo que fue su móvil, hecho añicos por la rabia desatada.+

Sin embargo, en lo que cree que nada puede perturbar su calma, el vibrar del

móvil en su mano le estremece y no le gusta. No debería ser así, pero no sabe

por qué, se siente inseguro, como si algo fuera a ocurrir.+

- Yoochun – habla Yifan – Dime.+

- Siento molestar ¿Dormías? +

- No. Habla.+
Un suspiro de por medio y el silencio de un segundo, ya le dijeron a Yifan que

ahí no había una buena noticia que escuchar.+

- Yifan... creí que debía informarte que hay movimientos raros en el hospital. + c

Ya esas palabras dolieron en el inhalar de Yifan.+

- ¿Movimientos raros? – murmuró sintiendo seca la garganta.+

- Si. Hay más guardias de lo normal – dijo dubitativo, demasiado lento y con

vueltas innecesarias – Creí que se trataba de Jongdae y del doctor Zhang, por

eso que ocurrió, pero... +

- ¡No le des vuelta Yoochun! – gritó tembloroso, habiendo perdido la paciencia.+ á

- Hablé con Siwon primero, para saber qué pasaba ahí dentro y... – contó un

inseguro Yoochun. Mala señal, y Yifan sintió cada fibra de sus músculos

contraerse, en lo que siguió escuchando – Y me dijo... mierda Yifan...me dijo

que Jang Hyuk puso guardias para Huang Zitao. Y que con el consentimiento de su

madre, ya no tienes permitida la entrada para ver a... a tu chico. Cuando

regreses, te lo van a informar. +


El miedo se apoderó como nunca de Yifan. El pánico hizo que casi no pudiera

respirar. No escuchó más nada del otro lado, porque sólo había terror de

perderlo de nuevo, de que lo arrebataran de su lado. Y eso fue irónicamente, lo

que lo llenó de fuerzas.+

Sehun no sería el único que se largaría de ese lugar. Sólo que él no tenía nada

que recuperar. +

Él no dejaría que le quitaran de nuevo a Zitao. Él era suyo, era su niño y nadie

se lo iba a volver arrebatar.

"Quédate conmigo"

- Lo siento señor, pero el último vuelo fue el de las 21,20 y acaba de despegar

– dijo el empleado a Yifan – ¿Quiere reservar con anticipación el primero de


mañana?+

Yifan cerró sus ojos y suspiró tratando de calmarse. Apoyó sus manos en el

mostrador y apretando su mandíbula, miró a su alrededor, hasta que sus ojos se

detuvieron en el empleado. Sacudió su cabeza, asintiendo duramente y el hombre

comenzó a trabajar en la computadora, tomando la documentación que le ofrecía

Yifan.+

- Señor Wu, tiene un vuelvo a las 10,30 de la mañana, con 18 horas de duración,

con escala de 2 horas 40 minutos en el aeropuerto de Abu Dabi*.+

Yifan sentía que ya le faltaba el aire. Pasó ansioso y lleno de nervios

contenidos sus manos por el pelo, tirándolo hacia atrás con fuerza.+

- ¿Y sin escala? – preguntó casi como rugido.+

- Siento no ofrecerle algo mejor. Podría tomar uno directo, con 11 horas de

duración, pero recién a las 13,10 horas. +

En otro momento podría haber sacado la cuenta en un nanosegundo, pero

mentalmente estaba agobiado, cansado y demasiado furioso, como para poder

congeniar un simple maldito cálculo.+

- ¿Con cuál llegaré antes a Seúl? – preguntó Yifan.+


- Con la primera oferta señor Wu.+

- Entonces deme el vuelo con escala.+

El hombre asintió y volvió a trabajar en el sistema. +

- Recuerde estar 3 horas antes del embarque señor – dijo el hombre, cuando

devolvía toda la documentación.+

Y a Yifan no le quedó otra alternativa más que regresar al hotel. Pero antes de

tomar un taxi, quiso llamar a Seúl. +

- Jongdae – dijo – ¿Estás en el hospital?+

- Si hermano – respondió Jongdae – Pero ni siquiera amanece aquí, así que no

sueñes con que lo voy a despertar.+

- Jongdae por favor...+

- Entrar en sueño le cuesta – interrumpió – Que esté durmiendo es una gran cosas

Yifan. Por favor... +

- Jongdae...+

Un sonido extraño llegó a un oído y cuando miró su móvil, había muerto. Tan
rápido había salido del hotel, que hasta había olvidado su cargador de mano. Se

insultó a sí mismo por lo bajo y terminó por tomarse más que urgente el taxi que

se le paró en frente, en lo que un empleado le abría la puerta.+

- ¿Dónde estabas? – le reclamó Eunhyuk, apenas Yifan traspasó el umbral.+

Lo que menos necesitaba en ese momento, era un mánager haciendo una rabieta.

Yifan miró al hombre de arriba abajo y sin decir nada, quiso dirigirse a su

dormitorio.+

El hombre, lejos de asustarse, miró de arriba abajo a Yifan. +

- Yifan...+

- Ya déjame de una puta vez en paz... – resopló apenas Yifan.+

- ... solo esta noche. Al evento. Y mañana... – dijo señalando la única maleta

que Yifan sostenía de la manija –...haz lo que quieras. +

Yifan boquiabierta, inclinó su cabeza a un lado con el ceño fruncido. No alcanzó

a decir palabra, porque Eunhyuk se dio la media vuelta, caminando hacia el

pasillo que daba a los dormitorios y dijo desganado.+

- Te espero en 15. Date una ducha rápida. +


Al final supuso que era mejor hacerlo que no hacer nada. Hizo tal como Eunhyuk

le pidió, darse un baño y vestirse para ir a ese bendito club nocturno que

inauguraba. Apenas salió del sanitario, se encontró con la ropa lista para

cambiarse. Eunhyuk era meticuloso hasta en esas cosas.

Yifan lo aguantó todo, con la promesa de que solo estarían metidos dos horas.

Soportó las fotos, el gentío hablándole, prestando apenas atención al sector VIP

donde se encontraba, reconociendo gente del ambiente de la pantalla grande,

otros de la música y del ámbito de la moda. +

A las dos de la madrugada estuvo de retorno en la suite y lo primero que hizo

fue meterse en su dormitorio para llamar a Jongdae. Pero se recordó que si

Jongdae estuvo de guardia, en la mañana no estaría. Así que probó suerte con

alguien más.+

- Hola Yifan – escuchó que saludó Kyungsoo.+

- Kyungsoo, hola – dijo apenas sonriendo Yifan – Yo quería...+

- Si sé lo que quieres Yifan – escuchó decir – Ahora camino hacia allá. Espera

un momento. +

Y así lo hizo. Habría pasado un minuto, que para Yifan fue como si de una

eternidad se tratara. Sonrió, sabiendo que por cada paso que debía estar dando
Kyungsoo, más cerca estaría de escuchar a Zitao. Y oyó el sonido propio de

cuando alguien se pone, con un suspiro pesado.+

- ¿Zitao? – preguntó Yifan, un poco preocupado – ¿Estás ahí? +

- No yo...– habló Kyungsoo, pero esta vez de forma extraña.+

- Kyungsoo ¿Sucede algo?+

- Zitao... él... +

- ¡¿Pasó algo con él?! – exclamó nervioso – Kyungsoo...+

- Él no quiere hablar contigo – dijo de una sola vez. 6

Yifan sonrió, pero de los nervios. Tembló de ansiedad, respirando agitado.

Apretó el puente de su nariz, conteniéndose serio, cerrando con fuerza sus

párpados. Podía sentir el cabello en su frente, rasguñando su piel, del tiritar

histérico, en lo que apenas pudo balbucear.+

- ¿Q-qué?+

- Lo siento Yifan. Él... él me pidió decirte... eso. 2


Cerró sus ojos, elevando su rostro en dirección al sol. Su cabello se removió

por el viento fresco y el sonido del follaje de los árboles, inundó su mente.

Fue lo mejor que hasta el momento le había pasado en el día. Sintió el roce de

una mano apoyándose en la suya y su cuerpo se sacudió apenas del susto. Miró

confundido a la persona a su lado, de pie.+

- Perdona Zitao – dijo el doctor Wang – No quise asustarte.+

Zitao sonrió apenas. Pero sus ojos no se mantuvieron en el hombre, sino que

pasearon aburridos por el entorno del parque. Fue como si olvidara de repente

que el doctor Wang se hubiera acercado a él, que evidentemente se había acercado

a charlar. Wang se sentó en un tronco por allí recortado y que servía de banco,

analizando esa expresión tan indiferente de Zitao. Esperó un momento a que

reaccione, pero como no lo hizo, lo llamó.+

- Zitao.+

Apenas si volvió su rostro hacia su doctor, mirándolo sin expresión. Wang vio

las ojeras pronunciadas en el joven y frunció el entrecejo. +

- ¿Duermes bien? – preguntó Wang.+

No. No dormía bien. Pero no dio ninguna respuesta. Se limitó a volver sus ojos

al frente y a ninguna parte, porque no encontraba nada por ver. +


Wang carraspeó, sintiendo que la ansiedad le ganaba, sonriendo nervioso a duras

penas.+

- Supongo que ya te llegó la noticia de tu mamá... – dijo Wang –... que viene a

vivir aquí y vas a poder irte con ella cuando te den el alta.3

Zitao asintió, persistiendo en esos ojos al frente. Después de unos segundos de

silencio, sus labios se entreabrieron titubeantes, en decir lo que pensaba, pero

lo dijo.+

- Me pregunto... ¿por qué ahora? +

Wang parpadeó confundido, pero se acercó un poco para escucharlo mejor. Y Zitao

volvió a hablar.+

- ¿Por qué ahora... cuando ya no... ya no me tiene que cuidar? +

- Sabes que ella tiene un trabajo allá. Pero pudo conseguir uno aquí, tengo

entendido, gracias al señor Jang.+


Zitao asintió, de nuevo tratando de sacar una sonrisa. Sin embargo, a él no le

salía mentir. Su vista se mantuvo como inerte a cualquier lado, pero sin mirar a

su doctor. Sintiéndose ante una barrera, Wang trató de penetrarla a duras penas.+

- Creí que te haría feliz esa noticia. +

- ¿Por qué... por qué no me dice lo que quiere saber? – preguntó secamente, sin

mirarlo – Yo sé por qué está aquí.+

Wang se quedó observándolo. Sus cejas expectantes se elevaron.+

- ¿Y qué hago aquí? – preguntó tranquilo e imperturbable el doctor, sabiendo que

no debía manifestar inseguridad.+

Zitao quitó la mano de donde estaba, allí donde Wang había puesto la suya

encima. +

- Me hace preguntas. Pero sabe todo. 1

Y allí estaba de nuevo, el no poder mentir, ni ocultar las emociones que se

arremolinaban dolorosamente en sus ojos. Zitao vio borroso, al segundo que se

vació. Respiró con dificultad en un segundo, pero no se preocupó ya por evitar

que lo vieran. Lloraba. Si. Estaba triste y lloraba. Y se sentía peor aún,

porque a pesar de tener en claro que debería estar contento con la noticia de su
madre, él estaba mal. Tembloroso y con su voz apagada, como quebrada, tomó aire,

abriendo sus labios.2

- ¿Qué nueva pastilla me hará tomar? – preguntó Zitao – Porque... para eso vino

aquí ¿verdad? No duermo. Me ordenaron comer y... no como. Quise esconder mi

llanto, pero... ya le dijeron que... que estuve llorando – afirmó y desafió en

medio de un reclamo concreto a su doctor. Wang vio el tórax de Zitao subir y

bajar abiertamente; sabía que le costaba hablar, pero como a cualquier persona

que estuviera reprochando algo que creía que le estaban haciendo de mal. Entre

dientes, duramente, Zitao siguió dando cuenta de su situación, como queriendo

mostrarle que no era ningún idiota que no supiera de su real situación – Está

aquí, porque no... no hice nada de lo que me ordenaron...Y ahora estoy aquí

fuera, porque... porque no saben qué hacer conmigo. Lo último... fue ayer,

cuando... cuando una de las enfermeras descubrió... que no tomo la medicación

que me ponen en la boca. 2

Wang tragó duro, pero no se atrevió a contrariarlo, porque el temblor en las

manos de Zitao le decían que su paciente, estaba a punto de estallar. +

Zitao se volvió a verlo, brillando sus ojos de las lágrimas que se habían

desbordado todo el tiempo y preguntó.+

- Entonces doctor Wang... ¿qué nueva medicina me va a dar?3

A Wang le dolió, como nunca hubiera creído que le dolería alguna vez algo tan
propio de un paciente enojado. Se sintió como señalado por el dedo acusatorio,

cuando bajó la vista, mirando sus manos, sin saber tener un autocontrol sobre

sus propias emociones y sentimientos. No entendía cómo es que Huang Zitao podía

hacer eso en él. Entonces hizo algo que una vez vio que alguien hacía,

consolando a Zitao.+

Se puso de pie, se movió detrás de la silla de Zitao y tranquilo, ablandó cada

uno de los músculos de su tenso cuerpo, para darle algo que necesitaba al joven.+

- Estás temblando de frío – dijo tranquilo, quitándose la chaqueta que llevaba –

No deberías salir sin abrigo.+

Puso en los hombros de Zitao su chaqueta, pero lo rodeó en un abrazo. Zitao

estaría demasiado débil como para rechazar la calidez alrededor de su cuerpo.

Quieto, recibió lo que se le daba, percibiendo el respirar del médico, entre sus

cabellos. Pero eso, dolorosamente le hicieron ser conciente a Zitao, que nadie

parecía poder hacerle sentir las cosas que sentía, como cuando lo abrazaba

Yifan.+
___ ___ +

- ¿Algo más señor? – preguntó el camarero en su duro inglés a Yifan, que tomaba

el pedido.+

- Sólo café. Gracias.+

Una reverencia por parte del joven y Yifan se quedó mirando por el inmenso

ventanal que daba a la pista, los aviones en miniatura desde donde él se

encontraba. Se preguntó si alguno de esos sería el suyo y miró la hora en su

móvil. Apenas llevaba 15 minutos ahí y ya sentía como si fueran 24 horas

completas. +

De repente, dos sujetos de traje negro se frenaron ante él. Yifan los miró un

segundo, tan sólo para digerir lo que vendría. Los sujetos tenían todo el

aspecto de ser de allí, piel bronceada y barba crecida de días, con esos típicos

turbantes que llevaban en la cabeza. Resopló sarcástico, mirando al exterior y

preguntó en inglés.+

- ¿Necesitan algo los caballeros?+

- Que nos acompañe – respondió, entendiendo así Yifan que sabían hablar inglés. +

- Tengo un vuelo en poco más de dos horas.+


- Créame que esto llevara menos de eso – aseguró un hombre, sonriéndole amable y

emitiendo una reverencia que descolocó a Yifan – Ni siquiera saldrá de las

inmediaciones del aeropuerto.+

Yifan no estaba en su territorio y se suponía que como iba de trabajo, tampoco

debía llevar ni a sus hombres, ni guardias. Miró a su alrededor y la gente se

quedó viendo eso, pero nadie intervino. Menos, cuando uno de los guardias,

amable y sonriendo, tomó el celular de la mesa donde Yifan lo había puesto.+

- Le será devuelto señor Wu – dijo, confirmando bien que ellos sabían quién era

– Sólo es cuestión de seguridad.+

- ¿Por si se me ocurre llamar a alguien?+

El hombre sonrió de nuevo, asintiendo simplemente en cortesía, porque, que ya le

hubiera respondido era mucho.+

Yifan tragó duro, aceptando que viniera lo que le tocaba, asintiendo en acuerdo,

poniéndose de pie y siguiendo a los caballeros. Con un hombre de escolta de cada

lado, le señalaron por dónde ir. Al ascensor. Uno de los sujetos apretó el

último botón de todos, al subsuelo.+

A Yifan no le pasaron desapercibidas dos cosas. La primera, era que los sujetos

debían ser importantes, porque la zona en la que habían ingresado era solamente
de pasajeros. Y la segunda cosa, era el traje que portaban los hombres. Caros,

sin lugar a dudas, pero propio de alguna guardia de algún jeque o príncipe de

ese país, porque los hombres ricos normalmente no andaban mostrando demasiada

opulencia con esas túnicas claras, aunque sí en sus dedos, llenos de brillantes.

Yifan hizo memoria para ver si todo estaba bien en los negocios con esta gente y

se tranquilizó apenas, porque él sabía que todo iba de maravilla. Pero entonces

¿quién lo buscaba? +

- No me dirán ¿Verdad? – afirmó él mismo, mirando a uno de los hombres, que

debía tener similar altura que él.+

El hombre sonrió y negó con la cabeza. Yifan apretó sus labios, asintiendo

entonces resignado. +

Las puertas del elevador se abrieron y le dieron paso para seguir transitando.

Pasillos sin final y puertas incontables, entre paredes grises, era todo lo que

Yifan veía. Si se perdiera, juraría que creería haberse quedado atrapado en un

laberinto, porque él solo seguía a uno de los hombres en medio de esos pasajes

angostos, sin saber ya de las veces que le habían hecho doblar a la izquierda y

derecha. +
Hasta que vio más guardias.+

Y la cara de Yifan pasó a contraerse del todo. Porque estos guardias, eran

asiáticos.1

- Mierda – espetó, apenas siendo escuchado. 1

Una puerta se abrió al final del pasillo ese, en medio de ocho hombres, cuatro

de cada lado, que lo miraron allí, parados como estatuas, en lo que él avanzaba.

Uno de los árabes le dijo.+

- Pase por favor.+

Yifan apretó sus párpados y mordiendo duro, tuvo que avanzar. Apenas puso un pie

en esa habitación, alguien le cerró la puerta, con seguro. Yifan regresó su

vista y de nuevo hizo el gesto anterior. Solo había una mesa y dos sillas

enfrentadas. Estaba atrapado y esperaba lo que fuera. +

O eso creyó, hasta que la puerta se abrió de nuevo y entró quien ahora le

quedaba claro que lo había requerido. +

- Joven Wu – dijo el hombre, por demás serio.+

Yifan tragó duro, recordándose lo que era respirar y sintiendo que su corazón en
cualquier momento se detendría. Abrió sus ojos más de lo normal hasta que

ardieron, porque creyó que no estaba viendo bien. Boquiabierta, tanteando un par

de veces entre preguntar o afirmar si lo que estaba viendo era real, apenas pudo

balbucear.+

- Señor... u-usted...+

- Si joven Wu. Soy...+

- Nam Goong Min. +

El hombre sonrió apenas, mirando a un lado un segundo, antes de volver a mirar

de nuevo a Yifan. En otras circunstancias, Yifan habría emitido una perfecta

reverencia y habría estirado su mano, para estrecharla con el mandatario de la

república. Mierda ¡Estaba ante el mismísimo presidente de la república! 1

Pero, nada de eso hizo Yifan. Todo lo contrario. Apenas si se instó a volver a

razonar fríamente. Elevó su mentón y duramente le preguntó.+

- ¿Qué quiere?+

- Por favor – dijo el hombre, señalándole una silla. +

Yifan se sentó y se quedaron frente a frente.+


Ante los ojos de Yifan, Nam Goong Min resultaba un hombre que tenía el discurso

fácil para convencer a cualquiera. Por algo se había metido al pueblo en el

bolsillo y ganado en las últimas elecciones. Líder nato, para el público en

general; una marioneta, para Yifan. O al menos así se comentaba en el ambiente

de la política partidaria oponente. Este hombre habría sido puesto por el

partido, porque era un lindo decorado para Cheongwadae*. No se enfrentaba a

nadie, por ende, callado se había ganado un lugar de privilegio por no haberse

ganado enemigos al menos, aunque tampoco amigos férreos. En el empecinamiento

por llegar al poder, todos habían terminado confrontando entre ellos, sobre todo

Kim Sang Bum y Jang Hyuk. Pero cuando se dispusieron los candidatos a las

últimas elecciones del partido de este hombre, él fue puesto, porque nadie lo

esperaba, ni siquiera él mismo; tampoco es que alguien lo amara, pero

fundamentalmente, nadie lo odiaba. Una mosca muerta, se dijo después, que llegó

haciendo nada a donde estaba. Pero en las investigaciones que había mandado a

hacer Yifan de este sujeto, por si alguna vez le servía de algo saber, no había

encontrado nada sucio. Tenía un punto miserable a su favor. Yifan interpretaba

todo esto, como la cobardía del débil que lo único que quiere es salir ileso de

una batalla escondiéndose entre muertos.+

Nam Goong Min sonrió nervioso a Yifan. Apenas como rebuscando la manera de que

el joven no se sintiera tan intimidado. Aunque en realidad era él quien se

encontraba cohibido. Sin embargo, el caballero habló al fin.+

- Siento esto, pero no tenía otro modo de hablar con confianza. Y aproveché esta

visita diplomática. +
- Nadie sabía de mi viaje.+

- Hace unos meses alguien me alertó de usted Wu Yifan. Desde entonces cada uno

de sus movimientos...+

- ¿De qué? – preguntó cortante Yifan, haciéndose el confundido y sacudiendo

desinteresadamente sus hombros – Solo soy el hijo de Wu Yànzǔ. Todos saben de mi

profesión y que soy dueño de...+

- Sé de usted y sus amigos joven Wu – cortó en seco Nam – Así que por favor, no

perdamos este valioso tiempo que tenemos y dejemos de mentirnos. Mi intención no

es exponerlo. Pero si me veo en la obligación de que todo salga a la luz, lo

haré. Usted no es santo de mi devoción, como tampoco sus amigos.+

- Gracias por el halago – respondió Yifan.+

Nam Goong Min se compuso erguido en la silla, mirando con desconcierto al joven

Wu. El chico era soberbio y cruel cuando quería. Cuando le informaron de él, no

pudo creer que Wu Yifan, un joven de la elite de Asia pudiera ser eso que le
habían dicho que era. No necesitaba dinero, ni su vida había sido golpeada por

la violencia como para justificarse el que se haya visto obligado a asumir

semejante imperio de corrupción. +

- No es un halago – dijo severo Nam, para que Yifan dejara de comportarse en

abierta rebeldía – Al contrario. Me resulta despreciable su conducta.+

Yifan podría haber emitido una carcajada. Al hombre se ve que no le iban los

chistes. Pero él no podía con su genio.+

- Pero usted es el que vino a buscarme por mi "despreciable conducta" y no creo

que sea para reprenderme como un padre a un hijo y mandarme a casa con un

"pórtate bien y que no se vuelva a repetir" – dijo burlón y mordaz en su

imitación de severidad, como si se reprendiera a sí mismo.1

- Joven Wu – habló de nuevo duramente el hombre – Supongo que no quiere perder

su vuelo y estamos demorados en nuestra conversación.+

- Entonces vaya al grano y dígame qué quiere.+

Los dos callaron. Nam Goong Min miró fijo a Yifan, sin aire de soberbia, sino

todo lo contrario y suspirando en lo que sus hombros caían levemente,

manifestando lo agotado que se encontraba el sujeto, dijo sin perder tiempo.+

- Necesito de su ayuda.6
___ ___ +

- Ya es hora de dormir Zitao – dijo Luhan.+

Zitao simplemente asintió. No tenía nada mejor que hacer. Dormir y limitarse a

esperar después de tomar la nueva medicación a que sus párpados cedieran, porque

él ya no tenía control de su cuerpo siquiera.+

Luhan tapó bien a Zitao, acomodó los dobladillos de la ropa de cama, como si la

quisiera en orden y después de darle un beso en la frente a su amigo, se dirigió

a la puerta.+

- Espera – habló apenas Zitao, haciendo a Luhan detenerse – No tomé la

medicación.+

Luhan sonrió tranquilo, apagó la luz y respondió.+

- Esta noche no hará falta. Duerme tranquilo Zitao.+

Zitao no pudo decir nada, porque la puerta quedó entrecerrada. Y Zitao ni

siquiera ganas de presionar el botón de llamada tenía ya, porque tampoco es que

tuviera muchas ganas de tomar algo. Así que se limitó a acostarse del todo y

hacer a su cama descender, quedando perfectamente en posición horizontal. Su

rostro giró del lado de la ventana, sintiéndose molesto porque las cortinas
tapaban lo lindo de la noche. Y se volvió entonces hacia la puerta, notando esa

línea de luz que ingresaba por ella desde el pasillo. Y escuchó de vez en cuando

hablar a Baekhyun y Luhan cuando pasaban caminando. Señal que debía haber pasado

mucho tiempo ya despierto, porque era la primera ronda de guardia. Sin embargo

no entraron donde él estaba.+

Suspiró aburrido, entreteniéndose con la música que, como siempre venía del

puesto de enfermería. O al menos cuando la guardia le tocaba a alguno de sus

amigos, aunque fuera bajo el volumen. Y repitió algunas palabras de esas letras,

solo como práctica, para hacer a su cabeza agotarse y dormirse de una vez. Pero

nada de eso pasó. Exasperado entonces, apretó el botón del control de su cama y

terminó sentado. +

Y observó a las sombras que se hacían por la penumbra que ingresaba por la

ventana. Y se encontró de repente teniendo una memoria privilegiada. Pero

maldijo también en que toda su memoria estuviera plagada por sus ojos, que

decían tantas cosas, por sus manos que le gustaba sentir tanto, por su cuerpo

tan caliente y su olor impregnado por su ropa. Él habría querido en ese preciso

momento tocar sus cabellos limpios, delinear con su dedo las líneas perfectas de

su rostro y sus labios...+


Pero solo sintió la dolencia propia de cuando las lágrimas se acumulan en tus

ojos, antes de despedirse de ellos para resbalar por tus mejillas. Porque aunque

le hayan dicho que él era malo, un violento y golpeador, que era un abusador por

haberlo engañado a él en su inocencia y tantas otras cosas más, él lo extrañaba.

Zitao se sintió completamente avergonzado de desearlo a pesar de todo, de

quererlo y hasta de...+

- Yifan – gimió en angustia.2

Apretó sus puños y le dolieron los ojos cuando los cerró con fuerza. Querer

dolía. Enamorarse no era lindo como le había dicho Luhan. +

Y se encontró tomando aire por la boca, sintiendo que no podría seguir

respirando y que podría morir tan sólo por sentir lo que sentía. +

- Zitao – dijo su voz grave, sufriente y llena de conmoción – Mírame.+

Aún en la oscuridad él podría verlo. Y Zitao abrió sus ojos, temblando en su

llanto, contrayendo sus músculos, llevándose apenas una mano al pecho. +

- Zitao – volvió a llamarle, más cerca y más cerca, hasta llegar a su cama.+

Y la luz de la luna esta vez lo alumbraba de maravilla a pesar del cortinado.

Zitao vio cada una de sus facciones azuladas y doradas. Sacudió en su cabeza
negándose a seguir viéndolo, pero él tomó el rostro entre sus manos y asentó la

frente a la de su niño. Verlo de nuevo después de tantos días que habían

parecido eternos, casi destruyen el corazón de Zitao.+

- Yifan – gimió de dolor en sus labios – Si me dices... si me dice que es

mentira... yo te voy a creer... 6

- Ven aquí Mi Niño – habló Yifan, envolviéndolo en un abrazo.+

Yifan se sentó en el borde esa cama alta, sosteniendo a su niño todo lo que

quiso llorar. Así, muchísimo tiempo, aunque a Yifan no le habría importado el

tiempo, porque él lo seguiría sosteniendo todo el tiempo que él lo necesitara. + é

Zitao percibió los brazos fuertes de Yifan que lo sostenían y esas manos que

acariciaban su espalda. Un beso le fue dado en su corona y él se enterró de

lleno en el pecho de Yifan, encogido de anhelo, ni que mendigara cariño. +

Y lloró desconsolado. Hasta que el llanto se hizo gemido silencioso. Hasta que

hubo pasado lo más doloroso y la paz volvía al corazón del niño, sostenido por

el hombre.1

Y la noche de nuevo lo llenó todo, entre el respirar tranquilo y el susurro

lejano de alguna melodía bonita.+


Yifan suspiró, cerrando sus ojos y besando de nuevo la cabeza de su niño.+

- ¿Cómo...? – se encontró murmurando Zitao – ¿Cómo hiciste...?+

- No te preocupes de esas cosas – susurró por lo bajo Yifan.+

- Pero el señor Jang dijo que...+

- No te preocupes más Zitao...+

Zitao sin embargo se removió de sus brazos. Uno sintió frío ante la ausencia del

cuerpo. El otro se sintió vacío, porque le había quitado su calor. Se quedaron

mirándose. Frente a frente. Zitao frunció el ceño y entonces Yifan sonrió,

poniendo su dedo índice en la frente de Zitao, relajando esa línea dura, que fue

menguando.+

- Digamos que...– habló Yifan –... habrá un nuevo enfermero rondando por los

pasillos de vez en cuando. 3

- ¿Qué? – cuestionó confundido Zitao.+


Yifan suspiró, cerrando pesadamente sus ojos cansados, pero sin perder esa

sonrisa de sus labios ante la felicidad de saber que estaba con Zitao. Sin

embargo, algo cruzó por su mente. Apoyó su frente a la de su niño y ahora serio

dijo.+

- Zitao, dime que no creíste nada de lo que te dijeron de mí. Por favor...+

Yifan abrió los ojos y se encontró con esa mirada triste de Zitao.+

- Lo siento – dijo Zitao – Pero, es que... ella lloraba mucho...1

Yifan se incorporó, mirando a la distancia a Zitao por unos segundos, antes de

preguntarle más, porque sabía que no le gustaría lo que iba a escuchar.+

- ¿Ella? – preguntó Yifan consternado de espanto.+

- Jessica, se llama, Jessica. El señor Jang insistió en que la conociera.

Ella...9

Yifan no permitió que siguiera adelante. Abrazó con desesperación a Zitao,

aferrándolo a su cuerpo como si fuera una cosa de vida o muerte. Eso acalló a

Zitao, que más seguro que nunca, terminó por rodear con sus brazos a Yifan con

mucha fuerza. +
- Nunca dudes de lo que siento por ti Mi Niño – dijo seguro y tembloroso de

rabia Yifan – Nunca...+

- Pero... Yifan...– se encontró escuchando de Zitao, que hizo silencio, como si

dudara en continuar.+

Yifan tomó el rostro de Zitao entre sus manos, encontrándose con su mirada

confundida y algo de que parecía descifrarse como inquietud y contrariedad.+

- Dime Mi Niño.+

- Tú... tú sientes lástima por mí ¿verdad?1

- ¡No! – bufó entre sus cabellos Yifan – ¡¿De dónde sacas eso?!+

- Pero... es que... yo creí...1

Los dedos de Yifan rozaron los cabellos de Zitao en esa oscuridad luminosa. Se

pasearon luego por el rostro de su niño, hasta que sus nudillos elevaron el

mentón de Zitao. Ahí estaba él, esperando su respuesta. Ni que tuviera dudas. Él

nunca había tenido dudas. +

- ¿Te quedarías conmigo hasta que me duerma? – preguntó de repente Zitao.+

- Cualquier cosa que me pidas, yo la haré. Sólo por ti – asintió con una sonrisa
Yifan.2

Y Yifan se recostó en esa cama elevada, encontrándose con Zitao que buscaba al

parecer asentar su rostro en su pecho, permitiéndose descansar tímido la palma

de su mano en el corazón del hombre, encogido de hombros a la espera de ser

rodeado. Yifan envolvió a Zitao entre sus brazos, disfrutando del calor de los

dos así juntos. Él querría haber tenido el poder de detener el tiempo y en su

mente lo detuvo para eternizar ese momento. +

Y en el silencio, escuchó a Zitao decir.+

- "Quédate conmigo, así sin un sonido, como si estuviéramos silenciosamente

juntos. no queda más aroma en absoluto..." +

Yifan frunció el ceño, hasta que se dio cuenta de que lo que hacía Zitao, era

susurrar esa melodía que venía del puesto de enfermería. Sonrió cerrando sus

párpados, suspirando y sabiendo que Zitao sería conciente de ese gesto. Volvió

su rostro, en lo que justo pudo percibir el aliento caliente de Zitao en su

cuello y su nariz rozando la piel sensible, cuando le siguió diciendo.+

- "Quédate conmigo. Ven conmigo. Nada ha cambiado, pero me estoy acostumbrando.

Siento que el tiempo se ha detenido... y sólo las luces parpadeantes

permanecen... Quédate conmigo. Ven conmigo. Días que han pasado, en un tiempo

incontable. Mantente así... Quédate conmigo..."* +


- Mi Niño – habló Yifan.+

- ¿Si?+

- Yo jamás querría dejar de estar contigo. Nunca.1

Un destello del recuerdo de la última charla por móvil, vino a la memoria de

Zitao. Se levantó de donde estaba recostado, mirando en la oscuridad a Yifan y

balbuceó tímidamente.+

- ¿Por qué?+

Una mano de Yifan se posó en la mejilla de Zitao. Brillaban sus ojos, y Yifan

vio y amó aún más esos ojos ¿Cómo era posible contener más amor del que ya

contenía? No se trataba de sentir más. Se trataba de ser aún más conciente del

verdadero significado de amar.+

- Una vez alguien me dijo, que amar a alguien, es querer verlo feliz... y yo

quiero verte feliz Mi Niño.7

- ¿Por qué?+

- Porque te amo Zitao. 15

Zitao abrió los labios, sintiéndose desbordado de tanto ¿Cómo no creer esas
palabras? Si aún ahora, siendo conciente de la palma de su mano puesta en el

pecho de Yifan, él podía sentir ese palpitar terrible, fuerte y enérgico.

Parpadeó, lanzando sin querer una lágrima. Murmuró algo por lo bajo, cerrando

sus ojos unos segundos para componerse y no le importó más que una cosa. Yifan

lo amaba. A él, lo amaba. Y no importaría entonces quedarse así por siempre,

porque aún en el silencio ellos podrían entenderse. Y por eso dijo.+

- Yo también. Te amo, Yifan. Pero ¿está mal que quiera ser sólo yo quien te haga

feliz?5

Y Yifan sonrió. Y Tomó de Zitao ese aliento, ese suspiro y sus últimas palabras

para imprimírsela en el alma, junto con el "te amo", de su niño.+

Se amaban. Ya estaba dicho. Yifan sabía que era cosa del destino.8

--------------------------------+

* Abu Dabi, es la capital de los Emiratos Árabes Unidos. Se ubica frente al

territorio continental en una isla del golfo Pérsico.+

* La Casa Azul o Cheongwadae (literalmente pabellón de las tejas azules)

(generalmente romanizado Cheong Wa Dae) es la oficina ejecutiva y residencia

oficial del Jefe de Estado de la república de Corea del Sur.+

* La canción que repite Zitao es la traducción al español de Mun Seongnam (문성남)


- This Life 이번 생은 처음이라 OST Part 5 / Because This Is My First Life.

"Tú eres mi destino"

Se encontraban desayunando, como todos los días y en las últimas semanas que

Yifan había tenido que acomodarse en la nueva residencia, en familia. Tomó un

sorbo de su café humeante y se untó una tostada con mermelada. Su madre parecía

entretenida en alguna conversación con alguna amiga al teléfono y su padre

estaba absorto en la pantalla de su tablet, viendo qué acontecía en la bolsa. El

móvil de Yifan dio aviso de llamada entrante y él atendió.6

- Eunhyuk - saludó sonriendo Yifan, sintiendo la vista de sus padres sobre él.+

- La información que faltaba... - habló Hangeng -...ya está. +


- Entonces en una hora, en el estudio.+

- Hecho. +

- Nos vemos.+

Yifan sintió la mirada fija de su padre en él. Lo miró neutral, pero a la espera

de que algo quisiera decirle. +

- ¿Trabajo? - preguntó serio Yànzǔ a su hijo.+

- Si.+

- Sabes que no te hace falta. Hay un puesto esperándote en la sociedad.+

- Eso sería maravilloso - asintió sonriendo su madre - No es que me desagrade tu

trabajo Yifan, pero... piénsalo ¡Sería tan bueno para la familia!+

Yifan miró a cada uno, en lo que seguían comentando de los beneficios de su

imagen al lado de su padre. Suspiró sintiéndose atrapado en esa inmensa casa de

lo que se decía "familia". Tragó el fuerte café, antes de mirar nuevamente a su

padre y se resignó a decir.1

- Sólo dame tiempo para arreglar un par de cosa en la agencia. Tengo compromisos

asumidos de hace tiempo, entre ellos la semana de la moda en Seúl. Pero si me


dejas, puedo ya comenzar a ocupar el lugar que dices que tienes para mí. Mi

trabajo no será un impedimento. +

Yànzǔ lo miró serio unos segundos, hasta que una sonrisa en conformidad se

dibujó en su rostro. Asintió complacido en la respuesta y siguieron desayunando.

En ese momento el timbre se hizo escuchar y Nara pegó un respingo en alerta.+

- Seguro es para mí.+

- ¿Visitas? - preguntó el señor Wu.+

Ella simplemente asintió y salió presurosa hacia el ingreso de la residencia a

recibir a la persona que esperaba. Una vez que la mujer hubo desaparecido, Yànzǔ

se puso de pie y tomando el saco de su traje, para colocárselo presuroso, dijo a

su hijo en complicidad.+

- No sé tú, yo me largo, antes de que una de las chismosas de tu madre me

encuentre y comience a torturarme con su cotorreo.+

Yifan sonrió con él y los dos terminaron fuera del desayunador en un santiamén. 1

___ ___ +

Debió releer toda la documentación al menos por quinta vez. Yifan siguió
repasando cada hoja del la información. Era un rejunte de mucho que debían

comenzar a analizar y unir. Pilas y pilas de papeles que daban cuenta de

entradas y salidas de llamadas, mensajes y demás señales satelitales. +

- ¿Vieron algo de esto antes que yo? - preguntó Yifan.+

- No - respondió Yoochun - Apenas juntamos todo por nuestra cuenta, lo trajimos.+

- ¿Quién entró en las redes de telefonía móvil?+

- Jaejoong.+

Yifan hizo silencio por unos segundos. Aspiró hondo y pidió. +

- Tráelo.+

- ¿Para qué? - preguntó Yoochun - Ayudó entrando a las redes porque le dijiste

que se pusiera a trabajar en eso. No creo que haya que..

- ¿Recuerdas que le queda poco tiempo con nosotros? - cortó en seco Yifan - Si

realmente quiere ayudar, él tiene que decidir qué quiere hacer. Si regresa...+

- ¡Él no quiere regresar! - exclamó ofuscado Yoochun.2


Un silencio lastimoso se hizo en el ambiente. Era más que obvio que el chico

había hecho algo en Yoochun, al menos se notaba esa ansiedad inaudita de

protegerlo y cuidarlo. Sin embargo Yifan le recordó, duramente.+

- No es una decisión que yo pueda tomar. Es él quien debe decidir. Podría

comprarle más tiempo, pero ¿Sólo quieres eso? ¿Un tiempo? ¿Y después qué? - le

reprochó a su guardia y amigo - Necesito hablar con él, así que tráelo - dijo,

volviendo la vista a las sábanas de las llamadas a montones.+

Yoochun molesto, se puso de pie y salió de allí, diciendo algunas cosas por lo

bajo. Yifan lamentó hacerlo, pero sabía que estaban ahora jugando a contra

reloj. Sin entender el por qué, algo le decía que el tiempo no estaba a su

favor.+

___ ___ +

Caminó por el inmenso pasillo de la residencia de sus padres, sólo para asearse

y después regresar a sus cosas. Pero alguien salió de la nada a mitad de camino.

Yifan se frenó en seco, mirando hacia el frente. Sus manos se cerraron en puños

y apretó su mandíbula. Sus hombros se contrajeron y podría haber jurado que cada

uno de sus músculos se tensó. Sin embargo, quiso parecer relajado, por eso

suspiró y removió su cabeza apenas, estirando su cuello. Sonrió como pudo y

avanzó a pasos agigantados. Si llegaba a echarle en cara algo a Jessica por lo

ocurrido con Zitao, sería un alerta de que a él le importaba sin lugar a dudas
el chico. +

- Jessica - asintió sonriendo - ¿Cómo estás?+

- ¡Yifan! - exclamó ella sorprendida y deliberadamente se le acercó a pasos

agigantados, depositando un beso en su mejilla. Las manos de la joven quedaron

sobre cada hombro de Yifan. Alto él, debió bajar su cabeza para verla mejor -

Creí que te vería antes. Con tu madre hicimos tantas cosas. La acompañé a

terapia ¿sabes? La veo tan bien desde que regresaste a su lado...- Siempre

igual, tan radiante, jovial y malditamente manipuladora, debió ser quien desde

la mañana habría estado acompañando a su madre. Yifan asintió sin problemas, con

los labios apretados para no mandarla a la mierda - ¿Sabes que con mi familia

iremos a la semana de la moda? Nos encantará verte y...+

Y siguió aturdiéndolo con sus planes. Para Yifan no fue agradable soportar eso,

menos cuando vio a su madre asomarse y regresar a su lugar, escondiéndose de que

la vean, como no queriendo interrumpir el endemoniado momento. Yifan se limitó a

seguirle el juego y quedar bien parado ante ella. Después de un buen rato, pudo

al fin dispensarse e ir rumbo a su dormitorio, dándose una ducha rápida, sin

pensar en otra cosa más que en lo que vendría en el día, sería lo mejor de su

día.+

___ ___ +

Se vistió con la ropa que le habían cedido. Teñirse el cabello a ceniza le ayudó
haciéndolo pasar por algún loco enfermero que quería tener estilo, para no ser

reconocido de entrada. Lentes de aumento, también ayudaban. Normalmente sería

Jongdae quien lo recibiera y lo acompañara hasta el dormitorio de Zitao. Siempre

en las horas menos concurridas, pero hoy no podría tener otro horario más que el

de la tarde.+

- Yifan, hay algo que tienes que saber - dijo Jongdae, mientras terminaba él de

cambiarse, poniéndose la ropa de salida.+

- Dime.+

- Su madre estuvo aquí en la mañana. Vendrá todos los días. +

Yifan quedó quieto, pero Jongdae siguió haciendo lo suyo, guardando ropa en su

bolso. Cerró la puerta de su compartimento privado y miró a su amigo, que bien

sabía que había quedado duro al oírlo.+

- ¿Todos los días? - preguntó incrédulo Yifan.+

- Escuché que se mudó. Parece que consiguió trabajo y vive en Seúl - hizo una
pausa, queriendo descubrir qué pensaba su amigo que no lo miraba. Jongdae sabía

que ya estaba en su mundo congeniando los siguientes pasos a dar, maldita sea y

no lo diría a nadie. Sabía también que Yifan ya suponía lo que le diría. Se

molestó con eso por dentro, pero igual le dijo lo obvio - Será mejor que nos

llames antes de venir. Yixing dice que es mejor que ella no te vea, por las

dudas. El director del hospital ha mandado a decir que no habrá problemas

mientras no te cruces con ella. Yifan... sé que ella no te quiere, pero todo

esto es muy extraño - dijo sacudiendo su cabeza - Nunca te vio, no sabe nada de

lo de ustedes, no tiene idea de que...+

Jongdae calló, quedándose boquiabierta. Frunció el ceño, apretó sus párpados y

emitió una sonrisa socarrona.+

- Qué idiota... ella sabe todo - dijo, sintiéndose realmente el más idiota a lo

que estaba pasando en sus narices. Endureció su mandíbula, mirando fijo a su

amigo, sintiéndose de pronto ya cansado de saber ahora que él se había terminado

siempre guardando todo - Si lo sabías, si siempre lo supiste ¡¿Por qué mierda no

lo dijiste?! +

- No era necesario - respondió imperturbable, pero no menos severo.+

- ¿Quién lo sabe?+

- Chanyeol.+
- ¡¿Y él?! - gruñó, sintiendo la ansiedad de cuidar de Zitao - ¡¿Cuándo piensas

decírselo?! ¡Él tiene que sabe!+

- ¿Qué podría decirle? - preguntó Yifan sacudiendo sus hombros apenas.+

Jongdae lo miró de arriba abajo, espantado de verlo así tan impoluto.1

- ¡Todo! - exclamó Jongdae, con sus manos hecha puños, en un gruñido de rabia -

¡Debes decirle las cosas! ¡Debes decirle la verdad! +

- ¿Cómo tú con Minseok? - reprochó entonces Yifan, evidentemente dolido por la

recriminación de su amigo.1

- Ese es un puto golpe bajo - espetó Jongdae, metiéndole un puño en el pecho -

¡Tú sabes por qué no puedo! +

Yifan abrió sus ojos, acercándose un paso. Apretó su mandíbula dura y sacó fuera

su angustia.+

- ¡¿Y tú por qué crees que no le digo?! - exclamó angustiado Yifan.+

- ¡Tú no le hiciste nada malo!+

- ¡¿No?! ¡¿Estás seguro Jongdae?! - dijo, sintiendo seca su boca, relamiéndose

la rabia, en lo que su mirada atolondrada buscaba ser escuchado a la vez que se


reclamaba a sí mismo - Trato de rebuscarle el sentido de decirle la verdad cada

vez que lo miro. Si comenzara decirle cosas... - Yifan calló un segundo mirando

a cualquier parte, boquiabierta y aturdido -... yo le diría... qué diría..."te

conocí cuando tenías 13, y me dijiste que yo era tu karma. Nos enamoramos. Si.

Éramos unos pendejos ¿sabes? Pero nos dijimos que nos amábamos. Cumpliste 14 y

nos íbamos a escapar juntos a algún lugar del mundo, pero mi padre me llevó a la

rastra a Corea y me amenazó con matarte si no obedecía - sus ojos ardieron

tanto, que se remojaron en una neblina quedándose sin vista porque se vieron

envueltos en lágrimas que no dejaría salir y sacó rápido con su puño. Agitado,

se obligó como a ensayar algo - Y después nos encontramos cuando tenías 17 y fue

la mejor noche de mi vida. La mejor noche Zitao, te lo juro. Pero ¡no sabes lo

que pasó! Me secuestraron. Un detalle no menor sería decirte que fuiste parte de

los malnacidos que me secuestraron. Pero después me salvaste y ¡¿Por qué mierda

no viniste con nosotros?! ¡¿Por qué tenías que escaparte de mí?!" - rugió con

rabia y temblando, callando un segundo, pasando su mano por la boca como

arrancándose esa maldita idea, volviendo en sí. Respiró hondo y mirando de nuevo

a Jongdae, como si fuera él mismo, conmocionado dijo -... esas cosas podría

llegar a decirle, sin contar el hecho de lo que soy y lo que hago realmente. Y

entonces me doy cuenta que voy entre dos cosas Jongdae. La primera, es que soy

su maldito karma, a quien jamás debió conocer en su vida. Y la otra es tener la

leve esperanza de aferrarme a la loca idea de creer. Creer que soy su destino y

que soy la única persona que lo mantendrá protegido. Ahora dime ¡¿vale de algo

que yo le diga alguna maldita cosa?!4


Boquiabierta Jongdae miró sin saber qué responder. Casi lo hace, pero entonces

la puerta del dormitorio se abrió y ellos se quedaron petrificados al escuchar

ese sonido. +

Jongdae y Yifan miraron allí. Parada, solitaria y somnolienta, Sophie pasaba su

mano cerrada por sus ojos entrecerrados. Parpadeó varias veces, quedándose allí,

mirando a los dos hombres con los ojos bien abiertos. +

- Princesa - balbuceó Yifan, casi con un nudo en su garganta, poniéndose en

cuclillas y abriendo sus brazos, sin saber siquiera si ese gesto sería

retribuido - ¿Te acuerdas de mí?1

La pequeña sonrió abiertamente y corrió a los brazos del hombre. Aún con su

valija en mano, ella le rodeó el cuello con sus brazos. +

- Si - dijo Yifan cerrando sus ojos, acurrucando a la criatura - Creo que si te

acuerdas de mí. Qué bonito que estés aquí. Tu hermano debe estar más que feliz.+ n

Yifan sonrió más, sintiendo que ella apoyaba su pequeña cabecita en su hombro.

Podría haber jurado que escuchó una risa en oído, pero no dijo nada. Simplemente
se puso de pie con ella en brazos y la balanceó, estrujándola con cuidado de su

bonito vestido. Ella era como su calma en el momento de tanto atosigamiento.

Cuando olió los cabellos de la pequeña, tuvo la certeza de que habría estado con

Zitao, porque estaba impregnada de él. Era liberador sentir algo tan bonito,

puro y limpio en todo sentido. Sophie era tan igual a Zitao, que Yifan sabía

bien por qué callaba ¿Por qué llenar una mente tan alejada de lo malo de

tormentos? Si él bien sabía que ese pasado no haría más que dañarlo. Por eso

callaba. Zitao le había dicho que no quería saber de su historia por miedo. Y

Yifan lo protegería de sus miedos. Él lo mantendría a salvo. Mantendría a los

dos a salvo.+

___ ___ +

De noche, cuando regresó a la residencia, se sentó unos minutos en el recibidor,

escondido entre las sombras de ese lugar con poca iluminación, suponiendo que

por la hora ya nadie vendría a visitar. Uno de los criados se le acercó,

haciendo una reverencia y preguntó.+

- Joven Wu ¿Quiere que le sirva la cena? +

- No cenaré. Le agradezco.+

- ¿Se le ofrece entonces algo más al joven?+

Yifan miró al hombre, sonriendo apenas.+


- ¿Mis padres?+

- Su madre ya duerme y su padre trabajando en su estudio ¿Desea que lo anuncie

con él?+

- No. Puede retirarse. Gracias. +

- De nada joven. Buenas noches.+

Yifan escuchó los pasos en el medio del silencio. No escatimó en el tiempo que

pasó allí sentado, meditando las cosas. Lo último que hizo fue pasar su mano por

su rostro, respirando hondo y poniéndose de pie, reacomodándose la ropa.

Derecho, caminó con pasos seguros hacia el estudio del señor Wu y se frenó en la

puerta que se encontraba cerrada. No tocó sin embargo para avisar de su llegada,

sino que simplemente abrió. Yànzǔ que estaba metido en su portátil elevó su

vista, mirando por sobre sus anteojos, pero contrariamente a lo que Yifan

esperaba, el hombre no dijo nada a su hijo, sino que sonrió.+

- Qué bueno que vienes - le dijo elevando su mano y haciéndole una señal para

que tomara asiento delante de su escritorio en una de esas sillas vacías -

Quiero hablarte de tu nuevo puesto. Los accionistas estuvieron conformes con mi

propuesta. Hasta sugirieron que quizá sería bueno tenerte de nuevo en las

reuniones. Vamos Yifan - llamó, queriendo que su hijo apure esos pasos lentos en

su recorrido hasta él - Hay tanto que revisar que...+


- Ya dejemos de jugar a que no sabemos, que sabemos todo.+

La sonrisa de su padre se le perdió en un instante. El hombre cerró la boca y

Yifan le vio de nuevo esa crudeza en los gestos y el ceño fruncido. De nuevo era

él. +

Mentiría Yifan si pudiera haber dicho que pudo mantenerse como quiso. Sus

hombros pesaban demasiado como para mantenerse lo suficientemente erguido frente

a ese hombre. No se preocupó sin embargo ya por ocultar sus sentimientos, así

que se dejó caer en sí miso un poco, ladeando la cabeza a un lado, mirando a su

padre que ahora se ponía de pie, listo para enfrentarlo, porque sabía que eso

estaba haciendo.+

Yànzǔ sin embargo no fue que desmintió alguna palabra o se hizo el desentendido,

cosa que Yifan agradeció en el fondo, porque habría sido demasiado tedioso tener

que andar lidiando con eso. Y fue el hombre quien habló primero.+

- Aunque resulte difícil de creer, quise cuidarte.+


- Te creo - le dijo, en lo que el hombre se vio sorprendido ante esa respuesta

abriendo de más sus ojos y quedando con la boca abierta - Dime ¿Desde cuándo

sabes de mí?+

Yànzǔ bajó su vista, metiéndose la mano en los bolsillos de su pantalón. Le dio

la espalda a Yifan por un momento, caminando por el estudio, frenándose en la

ventana como si analizara algo, para terminar de volverse a su hijo y

responderle.+

- No creas que lo sé desde hace mucho Yifan. No saber nada de ti hizo que te

mantuviera alejado de esto más tiempo. Cuando los jefes me lo informaron, no sé

por qué, no me sorprendió tanto analizando tus movimientos - elevó su mentón,

suspirando y haciendo caer sus hombros como si fuera el reflejo de su hijo,

elevando sus cejas como despertándose él mismo a la imagen del hombre que tenía

en frente. Sonrió a un lado, irónico, cuando de nuevo volvió a hablar - Me

hiciste ver como un idiota ¿sabes? Pero eso solamente habló mejor de tu

desempeño y el de tu gente. Siempre por lo bajo, en la penumbra, como si no

existieran. Hay dos sin embargo a quienes no pudieron sacar del fondo. Pero como

yo conozco tu entorno, supuse quiénes eran. Kai y Chen. Y como Jongdae no puede

salir del país, supuse que Kai, el sicario mejor pago de Asia debe ser

definitivamente Jongin. Todo quedó más claro cuando analicé sus movimientos.

Estaba en Moscú por negocios familiares cuando pasó lo de ese político que murió

con una bala en el cerebro cuando conducía en pleno centro de la ciudad,

estampándose en una vidriera. Por ende, el otro debe ser Jongdae ¿O me equivoco?+
- No - respondió Yifan.+

- Pero no vienes aquí a saber, porque creo que sabes todo. Tu silencio me lo

dice. Tu tranquilidad también. Lo que me pone en una posición... complicada.+

Por primera vez, Yifan lo vio tocarse el estómago. Si. Su padre estaba en una

posición de mierda. Unos segundos y Wu no soportó sentirse con esa mirada encima

de él. Era algo fácil de ver. El sudor de su frente, su respirar agitado, como

si estuviera asfixiado, su sonrisa nerviosa, el sacudir su cabeza en negación,

para terminar apretando sus dientes mirando a cualquier parte en lo que sus

dedos rasguñaban sus ojos, tapando así la rabia y hasta el miedo. Yifan lo

analizó todo, se dio cuenta de todo, pero ni se inmutó por él siquiera, sino que

siguió de pie en su sitio con su cabeza inclinada a un lado. Y Yànzǔ se lo

reprochó.+

- Yo sé...- dijo señalándolo duramente -... que no vas a hacer nada en contra de

mí, porque... porque yo soy tu padre. Y tú... - asintió moviendo su mano hacia

él -...eres mi hijo.+

Yifan parpadeó una vez o quizá dos, en lo que se puso derecho elevando su

mentón. Qué decirle, si tenía razón. Él no actuaría en contra de su padre,

porque era su padre ¿Quién actuaría en contra de su progenitor, sangre de su

sangre, el que le dio la vida? +


Sin embargo Yànzǔ parecía rabiar más, porque ahora dependía de él. Lo que

debería haber sido una solicitud, se transformó en una nueva orden. El hombre

simplemente trataba de no hacer caer el último vestigio de fuerza que creía que

le quedaba. Trataba de mantener el endemoniado orgullo en pie, como queriendo

manifestar ahí quién tenía el poder. +

Wu Yànzǔ tenía miedo de lo que Wu Yifan hubiera decidido hacer con él, en ese

preciso momento, porque ya sabía todo.+

- Sólo trato de entender - habló por primera vez Yifan - Cómo es que existe

gente tan...- silenció sacudiendo apenas su cabeza, en su rostro asqueado,

buscando alguna palabra, pero ninguna le sabía bien -... tan, repugnante, tan

mierda, tan...2

Su padre lo soportó, apenas. De todos modos él tenía derecho a odiarle, al menos

algo. Además quería asegurarse de que él no actuaría en su contra. +

- Yo creí que... a pesar de todo le estaba haciendo bien - dijo repentinamente -

Nunca imaginé que su propia madre haría eso con su hijo. Nunca...+
Yifan tembló, sintiendo los nudillos de sus dedos hundiéndose en la palma de su

mano. Sus huesos le dolieron. +

- ¡Sabias bien quién era ella! - le gritó, al momento que sacudió su cabeza,

alejándose unos pasos - ¿Por qué hacerle eso? ¡¿Por qué no simplemente dejarlo

vivir su vida?!+

- Porque tarde o temprano tú volverías, como lo hiciste.+

- Sabes que te odio. Lo sabes ¿verdad?+

- Pero soy tu padre. Y amas a tu madre, como para hacerme algo que sabes que la

matará.+

- Dios - rechinó Yifan en su angustia, tirándose los cabellos hacia atrás - No

sabes... cuánto te odio...+

- Bien - asintió Yànzǔ, metiéndose las manos en los bolsillos nuevamente,

respirando pesadamente - Entonces, si ya decidiste qué tanto me odias, al menos

me gustaría saber qué has decidido hacer conmigo entonces.+

- Eres un cínico.+

- Si. Todo eso, lo anterior que dijiste y lo demás que piensas de mí. +
Aunque Yifan estaba en una posición de privilegio y matarlo sería una cosa muy

simple de hacer en ese momento, con gente que cubriría el asunto, él no podía.

Yifan ni siquiera sintió en qué momento las lágrimas lo habrían empapado por

completo. Sólo fue conciente de eso cuando sus manos temblorosas quisieron secar

el sudor. Su rostro estaba tan caliente, como su cabeza que le quería explotar.

Miró al techo, desprendiéndose unos botones de su camisa empapada en

traspiración ante la ansiedad y el tener que contenerse de no usar el arma que

siempre llevaba. Aspiró hondo y con las manos en sus caderas, descansando en una

pierna más que en otra, volvió a mirar a su padre. Maldita sea. Su. Padre.2

Pero en ese maldito momento, fugazmente, vino la imagen de Zitao a su mente.

Debía protegerlo. A él. Y a sus amigos. Porque ahora, aunque no dijera

abiertamente lo que pensará, él sabía que su verdadera familia, la de verdad,

estaba en peligro. Por eso, sólo por eso, se exigió razonar.+

- Como eres la mierda de mi padre y al parecer tengo que cuidar a la maldita

mierda de mi padre, porque mi familia está en peligro, dime ¿quién es el jefe?+

- No lo sé... +

- No me mientas - le rugió.+

- Te juro que no miento - persistió. +

- Pero sabes al menos de algún contacto.+


- Si lo que dicen es cierto y Jung Won In está muerto, puede que su primo Bae

Soo Bin haya ocupado su lugar como mediador entre el jefe y el mundo externo.+

- ¿Por qué la Tríada lo deja actuar tan impunemente?+

- No lo deja. Ese es el problema.+

- Explícate.+

- La Tríada solo busca nuevos miembros cuando alguno de sus jefes han sido dados

de baja.+

- ¿Cuántos ya pasaron al otro mundo?+

- Dos de tres.+

- Y cuando muera el tercero...+

- Asumen nuevos.+
- Entonces, se supone que ese tal "el jefe" quiere el poder - concluyó Yifan.+

- Y supongo que no quiere ser más que él y otros dos a quienes pudiera manejar.

Por tradición, mantendrá el poder de tres. Es como ley.+

Yifan suspiró, cerrando los ojos unos segundos. Analizó algo, hasta que encontró

qué y miró nuevamente a su padre. De nuevo comenzó.+

- Además del atentado que tuve cuando tenía 16 y el secuestro de años atrás,

donde intervino Chanyeol ¿hubo alguna alerta reciente?+

- No. Ellos te tienen miedo. A ti y a tus amigos.1

- ¿Ni siquiera sabes quién me secuestró?+

- No todos los miembros de la tríada nos conocemos. +

- ¿Por qué no te creo?+

- Podrías intentar hacerlo, porque es la verdad.+

- Es decir que las únicas personas que saben a ciencia cierta quién es "el

jefe", son Bae Soo Bin y la madre de Zitao...+


- Así parece. Por lo mismo ahora deben ser dos personas a las que resulta muy

difícil llegar.+

- ¿Y Jang Hyuk?+

- ¿Jang Hyuk?+

- Jang Hyuk - repitió Yifan.+

Yànzǔ cerró sus ojos unos segundos. Volvió a su sillón de escritorio donde se

desplomó y echándose hacia atrás, dijo a su hijo.+

- Cuando eres llamado a formar parte de la tríada, te ponen bajo el mano de un

jefe de grupo. Algo así como un...+

- ¿Tutor? +

- Si.+

- Tengo que suponer que él fue el tuyo.+

Yànzǔ asintió, sin agregar nada más. O eso parecía hasta que repentinamente

habló.+

- ¿Por qué lo nombraste?+


- Porque te recordé dos veces hablando con él. Una por teléfono, cando aún

vivíamos en Henan y otra en persona cuando llegamos aquí. Le tienes miedo.+

- Es alguien de temer.+

- ¿Qué posibilidades hay de que él sea "el jefe"? +

- Ninguna.+

- Tiene cercanía con Zhang Ziyi.1

- ¿Cómo sabes?+

Yifan no dijo nada más. Porque quiso darle una última oportunidad a su padre de

decirle la verdad. Porque no quiso hacerle saber cuánto sabía, pero solamente

para darle el beneficio al arrepentimiento. Pero él jamás se arrepentiría, menos

por lo que había hecho. Y Yifan se rindió con él. Miró al maldito hombre que era

el mismo demonio y asintió convenientemente, aunque querría haberle pegado un

tiro en la cabeza. Pero incluso eso sería demasiado fácil. No. Era. Su. Padre. + .

- De acuerdo - le dijo Yifan - Mis hombre vendrán aquí a reforzar a los tuyos

para asegurarnos de que no piensen siquiera pisar esta residencia. Tus hombres

trabajarán para mí...+


- Yifan... - quiso hablar severo, incorporándose en su asiento.+

Pero Yifan cortó en seco, levantando su mano.+

- Si no es bajo mis condiciones, asumiré que puedo elegir estar del lado de "el

jefe" que sé que también me quiere de su lado. Así que dime ahora, quién aquí,

va a dar las órdenes.8

Yànzǔ volvió a desplomarse en su sillón. Su pecho se hundió. Y entendió. +

Yifan se dio la media vuelta y avanzó unos pasos. Sintió como si se le congelara

la espalda sin embargo y quizá por eso, al instante se detuvo, irguiéndose

repentinamente y mirando hacia atrás por sobre su hombro. +

- Si quieres decirme algo más, hazlo ahora.1

Él escuchó el movimiento del asiento de escritorio. Su padre se había puesto

derecho. Aclaró su garganta emitiendo un ronquido y tuvo el tupé de decir.+


- Jaejoong...2

- Se queda conmigo - dijo sin dejarlo siquiera terminar y salió del lugar.

___ ___ +

Como siempre, alguna canción se escuchaba de fondo. Zitao se lo había contado

hacía algunas noches, que los enfermeros al parecer habían preferido últimamente

una de esas estaciones de radio donde ponían canciones de novelas de la tele. Y

a Yifan no le gustó demasiado, porque parecía que la que sonaba era algo triste.

Se atrevió por eso a bajar el volumen, antes de ingresar al dormitorio de su

niño.+

- Mi Niño - susurró en su oído, buscando la suerte de que solo estuviera

dormitando.+

Se sentó en una silla al borde de su cama y apoyó la parte superior de su

cuerpo, rodeándolo con un brazo, mientras asentó el costado de su rostro en el

colchón, aprovechando que Zitao estaba su cabeza de lado, quedando frente a

frente. +

Zitao tenía los párpados cerrados, tranquilos, como si soñara entre nubes, en

medio de una paz que Yifan quiso descubrir más de cerca, dejándole un beso en

los labios y oliendo su aroma. +


¿Qué sueñas mi Niño? +

Su mano fue a los cabellos de su niño, acariciándolo apenas en el aire, como si

de pronto apenas se atreviera a tocar algo de él, porque era demasiado perfecto. h

Yifan sonrió y repentinamente una curva suave se dibujó en los labios de su

niño.+

¿De qué te ríes? ¿Te conté algún chiste? No, seguro que me viste... +

Pero Zitao se puso serio. De repente Yifan lo vio fruncir el ceño. Yifan arrugó

su frente. Percibió la respiración agitada de Zitao y su pecho subiendo y

bajando con fuerza, cuando los ojos de Zitao repentinamente se abrieron. Y se

miraron. Zitao parpadeó una vez, dos y tres veces. Sus ojos se quedaron bien

abiertos, como convenciéndose de que lo estaba viendo a él, a Yifan.+

- Estás - murmuró Zitao.+

- Estoy - respondió Yifan.+

- Viniste... de nuevo...+

- Oye - reprochó un tanto desilusionado - Creí que te gustaría.+


- Y me gusta - dijo sonriendo abiertamente, reacomodándose de costado, para ver

mejor a Yifan con la luz de noche que estaba encendida.+

Así se quedaron en silencio, mirándose por minutos. Esta vez fue Zitao quien

elevó su mano para correr de la frente de Yifan los mechones de cabello. Su dedo

índice siguió por la línea de la mejilla de Yifan, que se animó a cerrar por

esos segundos los ojos, disfrutando de ese momento. +

- Soñé contigo.+

- Lo sabía - canturreó Yifan sonriendo, lleno de orgullo.1

- Creído...+

Un golpecito suave en el pecho de Yifan, le vino de Zitao. Un beso vino también

colado de Zitao. Los dos rieron como en secreto. De nuevo se miraron, largos

minutos divinos. Hasta que Yifan curioso y engreído preguntó.+

- ¿Qué soñaste conmigo? +

Los ojos de su niño brillaron llenos de cariño por él. Un calor pacífico inundó

a Yifan, porque sabía que de seguro habría sido algo bueno.+

- Estábamos en lo alto de una montaña, sentados en una piedra, mirando el


paisaje más lindo que vi en mi vida. Había muchos árboles y el sol nos

alumbraba. Y tú me decías que yo era todo lo que...6

- ... existes para mí. Aquí y ahora. Eres todo lo que existes para mí.6

Zitao abrió sorprendido sus ojos. Sus labios quisieron decir algo, cuando Yifan

dijo más.+

- Te lo decía ahora, mientras dormías. Mi Niño.+

Y Zitao sonrió en un suspiro tan intenso que llenó de vida los pulmones de

Yifan.+

- Por eso te amo tanto - le dijo a Yifan.1

Zitao se acurrucó más en él, como queriendo meterse dentro. Sí. Él querría

llenar los brazos de Yifan por siempre. +

- Yo también te amo... tanto, que no tienes idea.1

Otro momento de silencios y esos ojos hundiéndose uno en el otro. Porque Yifan

creía que siempre habría un nuevo brillo en esa mirada, un nuevo destello de

esperanza o algún nuevo matiz hermoso, como todo lo que era de Zitao. Y Zitao

creía que siempre encontraría más de esa fuerza indescriptible y penetrante en

esa mirada, más oscuridad cálida, como infinita, porque Yifan contenía reflejos
de poder en él.+

- Tengo que darle las gracias a Jongdae - dijo de pronto Zitao.+

- ¿Por qué?+

- Porque... es por él que te conozco - sonrió, encogiendo sus hombros - Qué

casualidad... que me conocieras... así...1

- Tú no eres una casualidad - dijo Yifan, rozando con la yema de sus dedos ese

rostro que tanto amaba - Tú eres mi Destino.2

- ¿Tu destino? - preguntó el niño.+

- Si. Mi destino.6

Y Yifan le contó una leyenda bonita, que su niño escuchó con atención.
"Te amo. Te necesito"

Yifan le tomó de ambas manos, besando el reverso de cada una, mientras Zitao

permanecía sentado en el borde de su cama. Zitao se mordió el labio inferior,

mientras veía cómo Yifan sonreía sobre su piel, con los párpados cerrados.

Percibió el calor de su respiración y la ansiedad por su agitación. 9

- ¿Por qué nervioso? – preguntó Zitao – Ya fuimos al cumpleaños de Jongdae...+

Yifan se compuso derecho y miró a Zitao. Era hermoso. Así, sentado en el borde

de esa cama, listo para el evento, él estaba precioso. Sus dedos se enterraron

en sus cabellos ahora rubios. Se preguntó de quién habría sido la idea de

esconder su color oscuro. 1

- ¿No te gusta? – preguntó compungido, dejando de lado esa sonrisa de niño.+

Yifan abrió más sus ojos. Se detuvo un segundo a verlo. +

- Si me gusta – respondió, reacomodando ese pelo desordenado y bello, brillante


y color sol – Todo te queda bien. 1

- A Kyung le dieron ganas de experimentar con el pelo de Zitao – dijo de repente

Luhan, que se encontraba apoyado en el marco de la puerta – La semana que entra

de seguro lo quiere de nuevo oscuro.+

Los dos regresaron su vista hacia él. Zitao se encogió de hombros y comentó

despreocupado.+

- No me molesta.+

- Bien – habló de nuevo Luhan, caminando hacia ellos, con un abrigo azul en sus

manos para Zitao – Mejor vayan, que aún debemos impedir que Yixing haga su ronda

por aquí entreteniéndolo todo el día. Si no encuentra a Zitao le van a decir y

fin de la sorpresa...+

- Gracias Lulu – le dijo emocionado Zitao – Por hablar con mamá...+

Luhan sonrió y lanzó un manotón suelto al aire, guiñando un ojo, haciéndolo más

pintoresco.+

- No fue nada. Ella me adora. Habría venido para acompañarte ella misma, pero

estaba trabajando. Así que... aprovechen.+

Supuso Yifan que Luhan habría obviado el detalle no menor de que él sería quien
lleve e Zitao a la fiesta de cumpleaños sorpresa, que Junmyeon le habría

preparado a Yixing, con ayuda de sus amigos. Luhan y él se miraron. El

enfermero, perdió esa sonrisa abierta por unos segundos. Fue como confirmarle,

con un asentimiento de su cabeza de que todo estaba bien y que no había dicho

nada de él. 1

- Entonces – dijo Yifan a Zitao, dando un leve apretón a sus manos – Vamos más

temprano y demos una vuelta.+

Yifan miró a Hangeng, que hoy hacía de su chofer. Hangeng hizo una reverencia a

Zitao y sonrió, haciendo que a Zitao le resultara agradable el hombre que veía

por primera vez.+

- Hola – saludó Zitao – Yo soy...+

- Huang Zitao – se adelantó Hangeng – Gusto... verte conocerlo. Soy Hangeng. +

- Sólo dime Zitao – pidió sonriendo.+

- De acuerdo – asintió complacido y mirando a Yifan, preguntó – ¿Dónde?+

Un paseo por el auto, con la ventanilla baja. Zitao cerró sus ojos percibiendo

el aire frío del otoño. Miraba también los colores de las hojas de los árboles,
impredecibles, que aparecían como paisaje tan natural y en contraste con el

cemento y los edificios grises, como espejados. Zitao conocía poco, por no decir

absolutamente nada del lugar donde vivía. Sonrió por eso la mayor parte del

tiempo, mientras escuchaba a Yifan que le explicaba por dónde iban. Yifan

adoraba ver esos ojos apabullados de alegría. Cada cosa para Zitao era la

primera vez de ver y él estaba ahí. Guardaría en su mente y en su corazón cada

uno de esos momentos únicos. Su mirada expectante, sus labios entreabiertos, sus

exclamaciones de sorpresa, sus manos aleteando y señalando algo cuando descubría

algo nuevo. Era mágico. Y lo mejor era que Zitao tomaba su mano, aferrándose de

él para mostrarle.

La calma vino después, cuando estaba oscureciendo ya. Otoño era así. De repente

la noche llegaba tan temprano, que poco habría de los atardeceres con sol

radiante, por eso Yifan había querido salir con anticipación, adelantándose al

resto. +

La ventanilla del lado de Zitao fue subida y él se quedó pensativo, mientras su

dedo pulgar tejía círculos sobre la piel de Yifan, a quien tomaba de la mano.

Zitao se removió un poco, apoyando su cabeza sobre el hombro de Yifan, que en un

segundo dejó un beso en su corona, al segundo que le pidió.+

- Dime.+

- Quiero caminar... tanto...+


- Lo haces.+

Si. Lo hacía. Pero él no era como su amigo Minseok, a quien no le había

avergonzado andar con un andador, arrastrándose de un lado al otro. A él le daba

demasiada vergüenza. Y se sentía un tonto absoluto, porque en realidad era peor

la silla de ruedas. Aún si medio mundo quisiera animarlo, él sentía todo más

cuesta arriba. Él quería caminar directamente y no andar dependiendo de nadie

más. Pero...+

- No lo hago. No como quisiera – dijo cabizbajo.+

- Falta menos – le recordó.+

Zitao percibió a Yifan sonriendo feliz, mientras olía sus cabellos perfumados.

Sin embargo, parecía que a pesar de tenerlo todo para estar bien, su mente no

quería hacerle caso a sus ganas de disfrutar todo lo que se le estaba

ofreciendo. Yifan tenía razón. Faltaba menos. Otra cosa más que en vez de

alegrarlo, por el contrario, lo preocupaba.+

- Lo sé. Pero...+

Zitao frunció el ceño. Quitó de repente su cabeza de donde descansaba y

pensativo se quedó mirando su regazo, en ese gesto que alertaba a Yifan, porque

algo estaba pasando.+


- ¿Pero...? – preguntó entonces a Zitao, animándolo a terminar esa oración.+

Zitao miró a Yifan entonces. Un largo rato en que Yifan no quitó la vista, ni la

hizo a un lado. Su sonrisa se le fue borrando, porque entendió que su niño

estaba preocupado. La mano libre de Zitao peinó el borde del cabello

perfectamente arreglado de Yifan. Todo el tiempo lo pensaba, se lo decía y se lo

repetía por dentro. Pero ahora se lo diría.+

- Eres tan hermoso – le dijo.+

¿Fue una respuesta, comentario, sólo un decir? Yifan no supo.+

- Tú eres hermoso – habló con naturalidad, lo mejor que le salía decir, cuando

se trataba de Zitao. Pero no olvidó de lo que estaban hablando, así que insistió

– ¿Pero...?+

- Que falta menos...+

- Lo que dije.+

- ... para que salga – terminó por recordarle, quedándose inmóvil y mirándolo –

Mamá está demorada, porque quiere una casa y me pueda mover sin problemas.

Pero... ya me lo dijo. +
Y Yifan tragó duro, mordiéndose las palabras que le quedaron atragantadas en su

cuello. Su mandíbula dura, se removió. Sus labios se apretaron, mientras clavó

esos ojos oscuros en Zitao. Aún cuando supiera que sería casi imposible, que

debería luchar, que no sería fácil y que todo le iba en contra, se obligó a

sonreírle a su niño, porque él ignoraba todo. Tomó su mano, esa que paseaba por

su cabello y la besó suave. Olió ese aroma de él, cerrando sus ojos,

permaneciendo así por unos segundos y cuando los abrió de nuevo, mirando ese

precioso niño que era suyo, le dijo.+

- ¿Cuándo? +

- No lo sé bien. Pero saldré y nosotros...+

- Estaré esperándote, para llevarte conmigo.+

Zitao suspiró, emitiendo una mueca. Su madre no lo permitiría. Aún sin entender

él, el por qué de la reticencia de su madre y del señor Jang por Yifan, él se

había arriesgado a mentir por primera vez en su vida. Pero lo de ellos... no

podría ser. Por eso sacudió su cabeza y le recordó riendo.+


- Estás loco.+

- Por ti – respondió severo.+

- No será igual Yifan y dudo que podamos...+

- No dudes – suplicó Yifan, siseando su cabeza, como si de pronto su voz se

quisiera quebrar – Por favor... no lo hagas.+

Un silencio acompañado por la seriedad de Zitao que repentinamente ya no quería

reír. Yifan se preguntó si habría dicho algo malo. Por eso es como si se hubiera

visto en la obligación de aclararle con calma.+

- ¿Por qué? – preguntó de repente y repitió más fuerte – ¡¿Por qué?!+

Una mueca de hastío fue de fondo en esa pregunta que parecía reproche, mirando

al frente y sacudiendo su cabeza. Zitao no entendía. No podría entender ahora

que lo pensaba más a menudo, cómo es que este hombre que aparecía en las tapas

de las revistas, que ganaba millones de wones, que viajaba por el mundo, que

conocía a gente hermosa e independiente en todos los sentidos, se habría ido a

fijar en él.+

- Por qué ¿qué? – habló Yifan.+

Zitao lo miró y preguntó de nuevo, más claro.+


- ¿Por qué yo?+

¿Por qué? ¿Por qué Yifan estaba loco por él? Si apenas podía ahora mantenerse en

pie, sostenido en un andador, si no es que era empujado y llevado en una silla

de ruedas, a un destino que a veces no sería el que él quisiera. Él, que aunque

nadie se atreviera por cariño a decirle absolutamente nada, seguiría hablando

lento y a la rastra, como recordándose lo que era decir cada palabra. Él, que

apenas si se miraba al espejo, podría encontrar algo lindo de ver, para llegar a

la conclusión de que no habría nada lindo que ver. Él, que no sabía ni leer, ni

mucho menos escribir, sin contar que no sabía nada de nada. 2

Y ahí estaba Yifan. Como al final de su camino, siempre parado como a la espera

y con las manos tendidas para tomarlo a él, ni que fuera un niño. El hombre que

le enseñaba cada cosa que él sabía, de lo poco que sabía, porque siempre

llegaría a él con algún nuevo libro para leerle o alguna anécdota para contarle.

Ni hablar de sus regalos. Como por ejemplo ese anillo de diamante azul

maravilloso, a cambio de una mandala pintada por él y que había guardado como un

tesoro, en un libro que hablaba de versos y poemas. No entendía el por qué.+

¿Por qué?+

Yifan quería decirle, tantas cosas... Pero jamás habría sabido por cuál de todas

ellas comenzar, si podría comenzar a enumerar cada uno de esos detalles que

memorizaba a cada segundo de su tiempo pasado y presente con Zitao. Yifan posó
su mano caliente en la mejilla de su niño y se acercó para quedarse frente

contra frente mientras sus ojos se hundía apremiantes por adentrarse en Zitao.

Él sabía lo que pasaba y poco podía luchar contra esas inseguridades de Zitao.

Si Zitao tan sólo supiera, tuviera una idea de lo que él y cuánto valía.+

- Zitao...+

- Llegamos señor – irrumpió el conductor, aparcando al borde de la vereda de uno

de los restaurante "Jeon Petit".+

Un complejo inmenso fue lo que Zitao llegó a avizorar antes de descender del

coche. Sabía que era otro de los establecimientos de Jongin, el novio de

Kyungsoo, que además era amigo de Yifan. Todo parecía normal, hasta que la

incomodidad y la vergüenza volvieron a dominarlo. Hasta que sonrió cuando vio a

Minseok, que al parecer desde dentro los habría visto y salió a recibirlo.

Minseok parecía espectacular. Aunque siempre iba a verlo al hospital, estar así,

moviéndose frenético hacia él, con tanta seguridad, en medio de esa vereda llena

de gente que iba y venía, le resultaba extraño y reconfortante, porque él se

preguntó si así sería con él también.+

- Yifan – salió de pronto una dura voz, como en saludo, en medio del jolgorio de

Minseok y Zitao.+

- Junmyeon – respondió a eso, severo en sus modos.+


- Vamos dentro – irrumpió Minseok, palmeando el hombro de Yifan.+

Minseok extrañamente, no se caracterizaba por ser callado con Zitao, con quien

parecía que las palabras se le soltaban con facilidad. Fue él quien quitó del

medio a Yifan y llevó con soltura la silla de su amigo, mientras Junmyeon les

abría la puerta de vidrio. +

- Gracias por venir y traerlo – dijo Junmyeon – A Yixing lo pondrá feliz ver a

Zitao aquí. +

- Luhan ayudó – respondió Yifan entonces – Zitao realmente quiere mucho a

Yixing. +

Junmyeon no entró sin embargo al instante, sino que se quedó fuera cuando se dio

cuenta que Yifan haría eso. Y Yifan no sabría explicar por qué, pero se encontró

nervioso de repente y sacando a la luz un cigarrillo que intentó encender varias

veces.+

- ¿Pasa algo? – preguntó perplejo Junmyeon, que permaneció con él.+


- No – respondió frunciendo el ceño – ¿Por qué?+

Junmyeon tomó de un tirón el encendedor, de los dedos de mantequilla de Yifan y

fue quien de una vez hizo aparecer la maldita llama. Yifan no dijo nada. Por el

contrario, serio, aprovechó agradecido. Cerró sus ojos cuando aspiró el tabaco y

lo lanzó a lo alto, viendo cómo la ventisca fría lo borraba a lo alto.+

- ¿Algo en lo que pueda ayudarte? – preguntó Junmyeon.+

Yifan sonrió, como si de un chiste se tratara lo que acaba de escuchar. Pero no

se le estaba burlando. Por el contrario.+

- Ya hiciste más que muchos que creen haber hecho algo.+

- Y lo volvería a hacer sin dudarlo siquiera un segundo – dijo elevando su

mentón con vehemencia.1

Yifan miró fijo a Junmyeon. Ahí, parado con su impoluto traje de tres piezas y

sus manos en los bolsillos. Quién diría. El hombre habría salvado a tantos sin

saberlo, rebanándole el cuello a ese hijo de puta y pederasta mal nacido. Yifan

sabía que Junmyeon lo volvería a hacer. Así, tan expuesto, nadie podría

imaginarse que Kim Junmyeon podría ser capaz de haber hecho lo que hizo. +

- Seguro – asintió Yifan, como si se tratara de una afirmación ceremonial.+


Un segundo en que su vista se fue al interior por el vidrio, hicieron a Yifan

sonreír, cuando vio a Zitao elevar su mano en saludo, mientras seguía hablando

con Minseok, ya ubicados los dos en una mesa. Pero alguien más había entre

ellos. Junmyeon le siguió esa mirada a Yifan, porque el hombre se había puesto

serio cuando vio a alguien más.+

- Supongo que lo conoces – dijo Junmyeon, cuando volvió a mirarlo.+

- Tú ¿qué tanto lo conoces?+

- Kwon es un buen hombre Yifan – habló Junmyeon, sacudiendo sus hombros, como si

fuera una obviedad – Recurrí a él cuando analizaba un caso para un trabajo en la

universidad. Conocía a mi abuelo. Él me lo contó. Mi padre sin embargo, jamás

habló de él, pero al parecer se conocían de jóvenes. Una historia extraña,

porque cuando se encontraron por Jongdae, ellos hicieron como si apenas se

conocieran, aunque se trataron con respeto.2

Yifan escuchó atento esa historia. Asintió varias veces, absorto en ese relato.

Junmyeon se rió de repente. Inclinó su cabeza a un lado y le dijo molesto.+

- No sé por qué te cuento, si ya debes de saberlo todo.+

- Te equivocas – respondió rápido – Saber de ese hombre es más complicado de lo

que pensaba.+
- Extraño – comentó perplejo Junmyeon, retrocediendo un paso, incrédulo en lo

que oía – No conozco otro hombre más transparente que el juez Kwon Sangwoo.+

- Debe ser por eso. No hay nada que ocultar – habló fríamente, mirando al hombre

por el ventanal y comentó – Conoce a mi padre. Qué casualidad ¿verdad?+

- ¡¿También?!+

- Lo vi una vez en la empresa.+

- Debo suponer que hablaste con tu padre.+

- Creyó que me comí el cuento de que lo buscó para que lo asesore en un asunto. +

- ¿Qué asunto?+

- Uno de la empresa.+

- Puede que te haya dicho la verdad.+


- Dudo que un juez ande asesorando a empresas – se burló.+

- Habla con Kwon – sugirió Junmyeon, como si fuera cosa fácil.+

Yifan ahora sí se le rió de frente. +

- ¿Y qué voy a decirle?+

- Sangwoo no anda con vueltas. Te lo dirá.+

- El problema no es él. Soy yo.+

- ¿Por qué?+

- ¿Crees que ese hombre no sabe quiénes somos? Quiero estar fuera de su radar lo

más que pueda.+

Junmyeon se quedó boquiabierta. Iba a decir algo, pero entonces un coche se

detuvo. Los dos se volvieron a ver a quienes descendían. Chanyeol, Jongin y

Sehun.+

- Mi chico llamó recién – habló Chanyeol, antes de saludar, porque al parecer

estaba apurado – Dice que llegan en 5 minutos. +


Otros autos comenzaron a detenerse. Se esperaba a los compañeros de Yixing del

hospital que estaban libres. Y Junmyeon palmeó el brazo de Yifan, al segundo que

lo tironeó hacia el interior del restaurante.+

Ya dentro, Yifan se dirigió al lado de Zitao que le tomó fuerte de la mano. Y

los dos se miraron sonriendo del momento. +

Y las luces se apagaron.+

Parecía divertido todo, pero alguien habría bajado las persianas para que nadie

pudiera ver lo que allí dentro acontecía. La oscuridad los inundó y

repentinamente, Yifan se sintió tragado. +

- ¿Todo tiene que estar...? – se encontró apenas murmurando.+

Se tocó el pecho y comenzó a respirar agitado. Escuchó a duras penas un "shhh"

de alguien pidiéndole silencio. +

- Yifan – escuchó de parte de Zitao, llamarlo asustado – ¿Qué pasa?+

Yifan se agachó un poco, con la voz estrangulada, trató de hablar algo natural. +

- Nada...+
Mentira. Zitao lo sabía, por cómo le apretaba la mano hasta dolerle tanto. Sin

embargo no dijo nada, porque él sabía.+

- Usa la luz del móvil – sugirió en un murmullo.+

Era una obviedad, tan simple y lógica, que manifestaba hasta dónde podía

llegarle el pánico a Yifan, que se nubló mentalmente. Pero obedeció la voz de

Zitao. Fue tan extraño saberse tan estúpido, con miedo, ni que fuera un niño

perdido, cerrando sus ojos y sonriendo de los nervios. Quiso sacar su móvil para

alumbrarse, pero se le fue de las manos. Y rebuscó en el suelo, ciego y

tanteando sin encontrar nada. Tembloroso se pasó la mano por la frente que

sudaba, sintiendo que ya no respiraba, sintiendo la necesidad de desabotonarse

el cuello de su camisa.1

- Yifan – susurró Zitao asustado, removiendo su mano, cuando se dio cuenta que

Yifan no se movía – Yifan dime algo...+

Y una luz se encendió de pronto. Un celular a su lado, que le alumbró el suelo

para buscar su móvil.+


Yifan elevó la vista. Sangwoo sostenía el móvil, en lo que el pecho de Yifan

ascendió abruptamente, sabiendo que al fin respiraba una bocanada importante de

aire que hasta le dolió, de lo urgido de saber que por un instante se habría

olvidado de lo que era tomar oxígeno. +

- Muchacho – habló el hombre, que apoyó su mano libre en el hombro de Yifan –

¿Te encuentras bien?+

Yifan asintió apenas, boquiabierta.+

- Respira lento – sugirió el hombre – Podrías marearte si no respiras lento.+

- Apaguen esa luz – dijo molesto alguien.+

- ¡Me da miedo la oscuridad! – gritó el hombre sin vergüenza de lo que decía –

¡Así que se aguantan!4

Yifan sonrió. Quizá por la desfachatez del sujeto, por lo natural con que

alardeaba de su miedo, cuando a él le avergonzaba eso o por el simple hecho de

saber que se había agachado a su altura para buscarle el móvil, mientras seguía

sosteniendo su linterna. Vaya a saber qué... a Yifan le resultaba reconfortante

encontrarse levantado por el hombre.+

- Pero entonces ¿Cómo va a ser sorpresa? – dijo alguien lamentándose.+


Sangwoo entregó el móvil a Yifan en la mano. Apagó la linterna de su celular y

todo quedó oscuro de nuevo. Yifan podría haber entrado en pánico, pero entonces

vio una luz roja encenderse. Sangwoo se había puesto una nariz de payaso que se

encendía y apagaba. Eso. Y unas antenas fluorescentes.14

- ¿Con esto está bien? – preguntó Sangwoo.+

Yifan rió. Y el hombre asintió entonces conforme, volviendo la vista al frente. +

- ¿Todo bien? – preguntó Zitao.+

- Si Mi Niño. Todo bien.+

Silencio. Por un segundo se hizo el silencio a la espera del cumpleañero.

Entonces Yifan escuchó la voz baja del juez Kwon.+

- Todo bien. Después de todo, sin oscuridad, no podríamos ver las estrellas

¿verdad?+

Yifan emitió una mueca, sacudiendo su cabeza. Miró esa nariz con la luz roja

encendida y la vincha con antenas, encontrando su voz en alguna parte para

responder.+

- Verdad.+
Miró a su niño, que ahora podía ver bien con sus ojos acostumbrados a la

penumbra. Sintió su mano que en ningún momento le había soltado y se sintió

completo, tranquilo y completo. +

La puerta entonces se abrió y el grito de "¡Feliz cumpleaños!", dio inicio al

festejo.+

Después de eso, vino la comida exquisita, la apertura de regalos, la diversión

entre amigos, cuando Minseok y Jongdae se impusieron cantando diferentes pistas.

Bromas y chistes que iban y venían, dejando al descubierto la faceta

extravagante del padre adoptivo de Yixing, quedando en claro de dónde habría

heredado esos rasgos tan vivaces. Sólo el apellido dejaría al descubierto que no

era su padre biológico, porque por lo demás, incluso en los gestos eran como

calcados. Yifan de repente se sintió inquietantemente celoso de esa relación

padre-hijo, más cuando el hombre se paró en la tarima a cantar con Luhan que se

le colgó del cuello, saltando como locos. 2

Yifan lo conocía como a la palma de su mano, lo que le dieron más motivos para

permanecer en silencio tratando de fingir naturalidad, pero bien sabía que las

cosas no estaban bien. Sin embargo creía que si llegaba a decir alguna mínima

palabra, Zitao podría explotar. De todos modos persistió en seguir tomando de su

mano, aún si estuvieran sentados, comiendo, tomando algo, lo que fuera, él no

querría apartarse de él. +


Zitao sabía que la comprensión de Yifan estaba alcanzando límites desconocidos y

lo irritaba por demás, cuidándolo a él, puede ser, pero también evitando algo

que llegaría a ser inevitable. Y aunque medio mundo le dijera que él debía

solamente sentir y disfrutar de lo que le estaba pasando, él simplemente no

podía. No podía cuando no entendía. Dios. Este magnífico hombre había llegado en

su peor momento, siendo el más indicado y perturbadoramente correcto. Sin

embargo, no parecía suficiente. Zitao sabía que estaba loco por buscarle vueltas

sin sentido a algo que se vería desde fuera como algo tierno y hermoso. Sin

embargo eran esas miradas las que odiaba, como si Yifan fuera la persona más

admirable y él un simple inválido atendido por la misericordia del hombre bello

que derretía a todos apenas pasando. Suspiró áspero cuando esas cosas empezaron

por hacer que se suelte de la mano de Yifan, que quiso impedirse, pero no pudo. +

Nadie podría haber percibido la rudeza de las miradas que se atravesaron, porque

en ese preciso momento Junmyeon terminó por ceder de entregarle su regalo de

cumpleaños a Yixing. Un colgante precioso y extraño que Zitao adoró al segundo,

cuando emitió un sonido de campanilla mientras el padre de Yixing explicaba el

significado del "llamador de ángel". +


Quizá la mirada de Junmyeon a Yixing, suavizó a Zitao, que de repente se sintió

observado. Miró a su lado y no se había equivocado. Yifan lo miraba triste. +

Y realmente Yifan estaba triste. Triste por saber que Zitao estaba dudando de

ellos. Una cosa que resultaba insoportable de sentir, como aterrado por creer

que Zitao no fuera conciente del poder que tenía sobre él, porque esa cosa de

levantar un muro entre los dos, lo destruía a él. Cómo hacer, qué más hacer.

Yifan podría buscar el modo, tan sólo si Zitao lo dejara entrar de nuevo.+

Yifan apoyó su mentón en el hombro de Zitao. En otro momento Zitao le habría

sonreído, acariciando sus cabellos, permitiéndole cerrar los ojos y quedarse

descansando. Pero Zitao volvió su vista al frente sin hacer nada. Y Yifan sintió

como si su corazón se le retorciera un poco.+

Cuando Yifan se fue al sanitario, Zitao suspiró como sintiéndose tontamente

aliviado. Como si repentinamente tuviera la necesidad de estar completamente

solo, sin nadie que le estuviera pidiendo algo que él no le podría dar. Así se

sentía, sin entender por qué, con Yifan.+

- ¿Me llevas afuera a tomar aire? – pidió a Luhan.+

Sin preguntar absolutamente nada, Luhan llevó a su amigo a un parque interno del

restaurante, donde había mesas vacías por el frío y la noche. Sin embargo el

lugar era bonito, con luces diminutas adornando las columnas y una fuente que
seguía funcionando, haciendo del agua que caía algo relajante. Zitao vio a la

distancia, en otro extremo, el restaurante como si fuera otro, con gente en el

interior del mismo. Sus ojos se detuvieron en las parejas que reían en sus

citas.+

- Zitao – le habló Luhan, poniendo una silla a su lado – ¿Qué ocurre? +

- No sé. O quizá sí – dijo confundido, contrayendo su entrecejo, mirando los

dedos en su regazo – Sólo... quiero estar un rato solo...+

- Zitao no...+

- Por favor – suplicó mirándolo, sonriendo apenas como queriendo mostrarle que

él podía estar sólo, era un derecho, tampoco es que estaba pidiendo algo

descabellado – Me quedaré a tomar aire un rato. No me iré a ningún lado – bromeó

sin embargo, como si doliera esa ironía.+

Luhan reacio asintió y miró varias veces antes de decidirse a cerrar la puerta

de vidrio. +

Zitao se quedó mirando esa fuente en medio del patio. No habría nada más que ver

de todos modos. Sabía que en cualquier momento él aparecería por ahí. Y en

verdad no se demoró nada, porque apenas si habría estado dos minutos fuera,

cuando escuchó sus pasos detrás. No se volvió a verlo, porque sabía que se

pararía en frente y le preguntaría...+


- ¿Qué pasa Mi Niño?+

Zitao elevó su vista hacia Yifan. Zitao sabía lo que vendría ahora. Yifan se

pondría de rodillas para llegar a él, para estar a su altura. Y así lo hizo. +

- Dime algo – suplicó Yifan – Quiero entender qué te tiene así.+

- Yo también – respondió abruptamente con un nudo en la garganta – Intento

pero...+

Yifan frunció el ceño, inclinando a un lado su cabeza, cuando vio que Zitao le

esquivaba la mirada, rebuscando palabras, sin poder expresarse.+

- Yifan – dijo entre dientes – Eres... eres tan bueno... que...+

Agitado de esas pocas palabras, Zitao sacudió su cabeza. Yifan no decía nada.

Esperó paciente a que Zitao lanzara lo que le costaba, aunque estaba aterrado,

aún si Zitao no se diera cuenta.+


- Tengo miedo – soltó en un suspiro, que lo dejó ahogado en un gemido.+

Yifan acercó una silla, poniéndose al frente, ahora su semblante había cambiado,

percibiéndose a sí mismo angustiado por leer las expresiones de Zitao. +

- ¿De qué tienes miedo? – preguntó Yifan acunando el rostro de Zitao entre sus

manos.+

Zitao elevó apenas sus ojos brillosos, presos del espanto. Sus labios temblaron

cuando se animó a confesarle.+

- De ti. +

Yifan se congeló, abriendo animosamente sus ojos. Sus músculos se tensaron por

completo y debió quitarle las manos de encima a Zitao, porque podría haberlo

estrujado hasta dolerle. Por eso se irguió derecho. De pronto se sintió al

descubierto. Aterrado y en pánico, Yifan quiso pensar en un nanosegundo quién le

habría revelado la verdad de su persona a Zitao. Tragó duro y afirmó espantado.+ r

- Yo jamás te haría daño. Te lo juro.+

- Lo sé. Tanto... que estoy aterrado... +

- ¿De qué? – suplicó.+


- ¡De que duela! – exclamó ahogado, cerrando sus ojos – ... cuando te vayas.

Cuando te des cuenta que... no valgo nada. Tú... no entiendes...+

Un beso duro le fue dado en la boca. Yifan calló esas malditas palabras ¿De

dónde habría sacado eso? ¿Quién mierda le habría metido esas cosas en la cabeza?

Por eso lo besó una vez, a pesar de que Zitao hubiera querido apartarse, él no

se lo permitió, tomando entre sus manos su rostro. Su frente quedó pegada a la

suya y tembloroso Yifan le dijo boca contra boca.+

- Yo te amo Zitao ¡Eso es lo que tienes que entender! Te amo. Mírame, por favor

– suplicó.+

Zitao apenas si pudo haberse sostenido de los puños del hombre, mientras seguía

llorando sin parar encontrándose con ese torrente divino de los ojos oscuros de

Yifan.+

- Te amo Huang Zitao – insistió, no con suavidad ni ternura, sino con ímpetu y

furor – ¡¿Puedes entenderlo?! Solo a ti. Y solo eres tú en mí Zitao. Cuando

cierro los ojos te veo a ti. Y cuando abro mis ojos, también te veo a ti. Porque

aún si tú no estuvieras conmigo, yo te invento, porque te necesito Zitao ¡Te

necesito! – exclamó entre las respiraciones agitadas de los dos, como sin

entender ya de quién eran las lágrimas que seguían – Tú tienes miedo y yo estoy

aterrado. Aterrado de que un día tú decidas que ya no me quieres a tu lado. Y a

la vez no podría retenerte. Y sin embargo tengo terror de que por amarte tanto
llegara a amarte tan mal que te retendría a pesar de todo, a pesar de ti mismo,

con tal de mantenerte conmigo. Porque no soportaría Zitao, yo no podría soportar

que te apartes de mi lado. Si era nada sin ti antes, ahora... ahora yo siento

que vivo desde que te encontré, porque te amo Mi Niño. Incluso si todo cambiara,

habrá una cosa que no va cambiar nunca y es que te amo ¿Entiendes lo que me

pasa? ¿Entiendes que te amo?13

Zitao aspiró de su aliento. Su rostro chocando torpemente con el de Yifan. Y aún

así, se sentía la mejor caricia del mundo. Sólo este hombre podría sostenerlo.

Por eso Zitao dejó de luchar en ese instante consigo mismo y se permitió

entregarse, lanzando lejos sus propias inseguridades y asintió. Tenso,

temblando, llorando y gimiendo, él asintió.+

- Si – gimió.+

Y Yifan lo abrazo, encerrándolo en su cuerpo, aferrándolo con fuerza, con

rudeza, porque quería que Zitao lo sienta, lo perciba y le quedara bien en claro

de quién era. Zitao se escondió en su cuello, respirando en su piel, mientras

sus puños se cerraban en las prendas de su hombre. Porque entendía que al fin y

al cabo, Yifan era suyo y dependían el uno del otro para sentirse seguros. +

- Te amo – dijo Yifan, dejando un beso en su frente – Te amo tanto Zitao, que te

juro que no dejaré que nada ni nadie me aparte de ti. Ni siquiera tú.2

Zitao sonrió en medio de su llanto. Si. Este hombre estaba definitivamente


desquiciado. +

- Te amo – dijo Zitao – Te amo tanto Yifan, que te juro que no me imagino estar

en otro lugar sino contigo. +

- Gracias a Dios...– susurró en un suspiro – Eso suena tan bien.2

Si. Sonaba más que bien, suavizando terriblemente el peso de la lucha que sería

tener a Zitao a su lado.+

Absortos y metidos en su mundo, ninguno se percató de que alguien en el extremo

de predio, los miraba. Alguien que tomó su móvil, para hacer una llamada.10

- ¿Señor Jang Hyuk? – habló la mujer.+

- ¿Qué ocurre señorita Jessica? 21

Si. Definitivamente, Yifan y Zitao deberían luchar demasiado.


En sus planes...

Si Yifan a lo largo de los años se había ganado el crédito de ser el mejor para

hacer negocios con su poder de persuasión y de convencimiento, sintiéndose

orgulloso de sí mismo por lo mismo, hoy todo el ego se le iba al demonio, porque

con Zitao nada era así. Una hora y seguía en la misma cosa con Zitao, tratando

de convencerlo de algo tan sencillo como dejarse enseñar a usar un móvil para

poder mantenerse comunicados.8

Sentados en el parque del hospital, Zitao miró confundido a Yifan, que le dejaba

el celular en sus manos. Zitao reaccionó reacio a quedárselo sacudiendo su

cabeza y dijo.+

- Ya te dije que puedo pedirle a cualquiera que me comunique contigo Yifan.+

- Quiero que sea a cualquier hora Zitao – replicó Yifan, poniendo esa cara de

ruego, ni que estuviera desesperado, para ver su tenía efecto en Zitao – Cuando

quieras, cuando yo quiera, sin depender de nadie que tenga que llevarte un

móvil.+
- Pero... no sé escribir siquiera...+

- No es para que escribas. Déjame enseñarte a grabar tu voz – pidió, obligando a

Zitao a tomar el celular en sus manos y encerrando las suyas a su alrededor,

porque no le iba a permitir soltar el aparato.+

- No creo que sea... buena idea y... ¿y si se me rompe?+

Yifan bufó soltando sus hombros.+

- Te compro otro.+

- Apenas si aprendo a leer... algo y ¡¿quieres que use esto?! – le reclamó.+

- Zitao...+

- ¿De qué tanto discuten ustedes? – preguntó perplejo Yixing, que llegaba a

ellos, metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón de uniforme celeste.+

- No discutimos – replicó Yifan.+

- Sólo no quiere entender – siguió Zitao – que yo no puedo usar un móvil.+

- ¿Y eso por qué? – le cuestionó a él Yixing – Sí puede. Sólo se trata de


aprender. Costará, pero yo te enseño Zitao...+

Y Yifan le agradeció con una terrible sonrisa ni que hubiera triunfado una

batalla terrible.+

- Y ahora Yifan – habló Yixing dirigiéndose a él – Vamos que ya llegará la mamá

de Zitao.

- Mejor bajas por las escaleras Yifan – aconsejó Yixing, caminando rápido por el

pasillo del piso del dormitorio de Zitao – Puede que esté subiendo y a ver si te

topas con ella en lo que estamos esperando el elevador...+

- Gracias – dijo Yifan, antes de seguir por las escaleras.+

- Ya Yifan – habló el médico, palmeando un brazo del hombre – Mientras sea por

el bien de Zitao...2

Yifan vio a Yixing unos segundos y frunció el ceño, perplejo. Él podía entender

que lo hiciera por el bien de Zitao, pero jamás entendería esos compromisos

asumidos a nivel personal con los pacientes que asumía Yixing. El hombre era

admirable en verdad. No debería sin embargo extrañarse de esas actitudes tan

paternales con Zitao. Si al principio sintió celos, lejos estaba de eso ahora

con él, porque sabía bien que Yixing era así con todo el mundo ¿O no? Bueno. No,

si tenía en cuenta de las cosas a las que Yixing se arriesgaba, más allá de que

lo de su ingreso al hospital hubiera sido una orden del mismo director por una
orden de "arriba" que le había llegado. Sin embargo, Yixing habría estado

dispuesto a hacer esto, incluso sin ninguna orden recibida. Pero algo se removía

en el pensamiento de Yifan; Yixing incluso había querido que Zitao compartiera

momentos íntimos de amigos y familia.

- Lo quieres mucho ¿verdad? – preguntó Yifan.+

- Es inevitable – respondió Yixing.+

Si. Lo sabía y ya estaba bien con eso.+

- Siempre que necesites algo – dijo Yifan – sabes que puedes contar conmigo,

como amigo...+

Yixing sonrió abiertamente y asintió, pero tuvo que empujar a Yifan lejos, para

que desaparezca, cuando la puerta del elevador se abrió y se escuchó la voz de

una mujer, hablando con el doctor Wang. "Zhang Ziyi", le vino mentalmente a

Yixing y por las dudas, arrastró lejos a Yifan.4

- ¿Doctor Zhang? – habló la mujer a sus espaldas.+

Yixing se dio la media vuelta y sonrió, acercándose con soltura a la dama, que

le sonreía mientras sostenía de una mano a su niña. Pocas veces podría haberlas

visto Yixing detenidamente. En principio, por la distancia, ahora, por los

horarios. +
Cabello negro y siempre recogido hacia atrás, esbelta, delicada en sus facciones

y amena en su sonrisa cándida, Zhang Ziyi era comentada entre los pasillos del

piso, no solamente por su amabilidad, sino también porque era una mujer hermosa.

Sin embargo, su baja estatura y su rostro redondeado, le hacían suponer a

Yixing, que Zitao quizá había heredado los rasgos de su padre.+

- Buenas tardes señora Zhang – saludó Yixing, al segundo que se agachó para ver

mejor a la pequeña – 你好美丽 你好吗?(Hola hermosa ¿Cómo estás?)5

Yixing pasó los nudillos de su mano por la mejilla de la pequeña, que se encogió

de hombros, lanzando una mueca feliz y vergonzosa al doctor. Él miró el maletín

que siempre la niña sostenía con fuerza y sonrió más abierto con ella.+

- ¿Tienes un tesoro ahí? +

Sophie miró a Yixing y sacudió su cabeza de arriba abajo en afirmación. Yixing

pocas veces había podido ver a la pequeña antes, pero hablarle así y que ella

fuera receptiva a pesar de su mutismo, lo puso feliz. De repente notó el detalle

de que la pequeña entendía su coreano, que naturalmente le había salido al

final, olvidando que ella era china. Por eso, le dijo lleno de satisfacción.+

- Eres muy inteligente...+

Ella sonrió más todavía en respuesta.+


- Feliz cumpleaños con demora doctor Zhang – irrumpió la mujer, apartando un

paso a su hija.+

Yixing elevó la vista a la señora Zhang, obligándose a ponerse de nuevo erguido.+

- Gracias señora. Y gracias por dejar a Zitao salir con Luhan a mi cumpleaños.

Yo...+

- Él lo quiere mucho – dijo ella, paseando su mano por el brazo del doctor –

Imagino que fue una linda fiesta en familia. Disculpe... – habló de pronto

consternada, abriendo sus ojos más de lo normal, en lo que esa mano que se

posaba antes en Yixing, era llevada a su boca, como si la quisiera tapar – No sé

si usted tiene familia o... ¿acaso...?2

Yixing se puso serio en ese instante. Apretó su mandíbula, llevándose las manos

detrás de sí y miró fijo a la mujer.+

- Mi madre murió cuando yo era un niño. +

- Lo siento en verdad...+

- Pero mi padre siempre ha estado a mi lado – dijo rápido él, con una sonrisa

obligada – Así que fui un niño afortunado y feliz.+


- Su padre... debo suponer por su apellido que ¿es chino?1

Yixing se tensó. No compartiría sus cosas, pero no le gustaba mentir. Se le

notaba cuando lo hacía. Así que, prefirió obviar algunos detalles, pero diciendo

siempre la verdad.+

- Mi abuelo, en realidad. Mi padre es coreano.+

Y era verdad. El padre del juez Kwon era chino. Pero, Yixing no entraría en

detalles con Zhang Ziyi sobre su pasado. Que ella quisiera saber, no era buena

señal. 3

La incomodidad de Zhang Yixing, fue receptada por Zhang Ziyi, que sonrió sin

embargo haciéndose la desentendida de la seriedad del médico, cambiando de tema.+

- Sabe... parece un milagro que lo haya encontrado. Creí que no lo haría. Es

casi imposible de hecho...+


- Disculpe señora Zhang – se excusó él avergonzado y serio Yixing, haciendo un

paso atrás – Sé que poco puedo verla por...+

- Sepa disculparlo – habló amable y con confianza Wang – Es director de dos

áreas del hospital. Eso, sin contar que al día tiene al menos una intervención

en el quirófano. Pero nada le impide que esté siempre al pendiente de Zitao. +

- No le estoy reprochando nada querido... – comentó la mujer, poniendo amable y

maternal, nuevamente, una mano en el brazo de Yixing –...sé que mi trabajo no

permite que me mueva con tanta libertad en los horarios. El señor Jang Hyuk me

asegura que usted es una eminencia en lo que hace y los resultados con mi hijo

están a la vista. No podría estar más que agradecida por todo lo que ha hecho. + a

- De nada – dijo él menos tenso – Mi aprecio por Zitao es sincero. Después de

tanto tiempo aquí, es como familia entre nosotros.+

- Supongo que cuando le den el alta definitiva lo tendremos en casa de visita

entonces ¿verdad? – comentó con una sonrisa, que no fue retribuida por Yixing.3

Serio, el médico se recordó la realidad de su falta de profesionalismo. Él sabía

que de querer, él podría darle ya el alta. No había nada que retuviera a Zitao

en el hospital. Incluso si su madre hubiera vivido en Corea, ella se lo podría

haber llevado de tener un acompañante terapéutico permanente para Zitao. Que

ella viviera en China, retuvo a su hijo en el lugar. Pero ahora...+


- Trabajaremos emocionalmente su desprendimiento con lo que él naturalmente

conoce – dijo repentinamente Wang – Después de todo, ya es hora ¿verdad doctor

Zhang?+

La mujer se mete en el coche después de ver a su hijo. Se sabe cansada de tanto.

nada de lo que pasa estaba en sus planes. Demasiado trabajo la atosiga y la hace

sentirse fuera de lugar, pero entiende que debe acostumbrarse a ese nuevo

ambiente. Suspira y se pasa la mano por la frente, quitándose el pañuelo del

cuello, que tira en el asiento de acompañante.+

China no es como Corea. Aquí las cosas deben ser más organizadas. Si le dices a

un cliente cuando le vendes un producto, que lo tendrá a esa hora, debe ser a

esa hora. En China podrían haberte disculpado una demora, pero aquí, los

coreanos son malditamente asfixiantes. Si das una descripción detallada del

producto, tu producto debe ser de esa manera y no hay excusas si un detalle se

te escapa, porque deberán recibir resarcimiento, por haber sido estafados. Los

coreanos sólo exigen y exigen y exigen. Y tú debes sonreír, sin emitir una mueca

que demuestre hastío o mal humor. Cosas así son las que hacen a Ziyi pensar en

tomarse el primer vuelo de regreso a Beijing.2

Mira a Sophie por el espejo retrovisor y en chino le ordena.+

- Colócate el cinturón de seguridad.+


La pequeña asiente y lo hace rápido. El auto se pone en marcha y Ziyi conduce

juiciosa, porque otra cosa que aquí no se perdona en Seúl, sería ser un

conductor imprudente. Odia Corea demasiado.+

Se detiene en el ingreso de un portón de rejas negras, gruesas y de fierro. Un

guardia uniformado sale y se agacha, para ver en el interior del vehículo. El

hombre la ve a ella y a la niña. Eleva su mano para que le den paso. Ziyi

suspira y entonces continúa avanzando por el camino de cemento entre columnas de

árboles que de seguro en verano deben ser frondosos, aunque ahora secos por el

crudo frío, dejando al descubierto, en la distancia, la mansión espectacular.+

Cuando ya está descendiendo del auto, la puerta de la residencia se abre y un

joven, vestido de traje negro, sale a recibirla. Ella lo reconoce al instante y

lo saluda apenas, en lo que ordena.+

- Jiyong ¿Podrías cuidarla?4

- Claro – dice él, en lo que abre la puerta del coche, de la parte trasera – No

hay problema. Él espera en el despacho y Ziyi... – habla serio de repente, antes

que ella prosiga su camino –... no está solo...+


Jiyong regresa su vista a la pequeña y le estira la mano que ella toma con una

sonrisa.+

- ¡Hola preciosa! – exclama él, con una sonrisa extravagante y delicada. 1

Sophie sabe que estar con JiYong es diversión garantizada. Algo que tiene muy

poco en el día, por cierto. Así que se lanza a un abrazo con ese chico que le

gusta mucho y que la entiende, aún si ella no le dijera nada.3

Ziyi los mira despreocupada e ingresa sin volver la vista atrás, porque sabe que

Sophie ha quedado en buenas manos. JiYong no se va a sobrepasar con la niña,

sino todo lo contrario. El chico la llevará de seguro a la cocina y le servirá

leche tibia con galletas, resguardándola de cualquiera que mire a Sophie con

ojos deseosos de poseer a la pequeña. Por eso Ziyi se queda tranquila. Ella

tiene otros problemas que resolver.5

Mientras avanza, se prepara para decir todo lo que debe decir. Está cansada,

agotada y por sobre todas las cosas, perdiendo mucho dinero. Así que cuando abre

la puerta del despacho inmenso y ve a los hombres que se vuelven a verla, lo

primero que hace es suplicar desesperada.+

- ¡Por favor ya sáquenme de este maldito lugar! +

Alguien se le ríe en un costado. Ziyi se regresa a ver a ese que se atrevió a


burlarse de ella. Le clava la vista y se le endurece cada gesto de su cara,

retorciéndose en sus manos, hecha puños hacia ese joven que apenas si soporta

ver. Como siempre, él anda largando su veneno por donde va. El muy maldito

petulante y engreído.+

- ¿Qué pasa noona? – le pregunta el joven, bajando su mentón, disfrutando verla

en ese estado – ¿Ya te cansaste de ser la buena mamá abnegada?+

- Ya YoongHwa... – habla ahora otro hombre de traje, elegante y altivo que se

hace ver de la nada –... respeta a la gente mayor...7

Los dos se miran y se ríen por la broma de mal gusto.+

- Idiotas – replica ella furiosa.+

- SooBin, YongHwa... – advierte duramente otro hombre, que se pone de pie

lentamente, mientras eleva su mentón –... cuidado. Respeten a nuestra dama que

hace demasiado por nosotros. Es nuestro tesoro y merece nuestra gratitud. Ha

renunciado a mucho por nuestros intereses y para que nuestros planes pudieran

seguir adelante.+

Ese, fue Jung Chan. 2

El hombre camina lentamente hacia ella. La mira fijo, antes de detenerse. Se

muerde el labio inferior, analizándola de arriba abajo. Él eleva con sigilo sus
manos, encerrando delicadamente el perfecto rostro de la mujer entre sus palmas.

Ziyi suplica con sus ojos, mientras el hombre pareciera acariciar cada gesto de

ella.+

- Dime querida – pide él – ¿Qué te aflige tanto? Cuéntame, que no me gusta verte

en este estado.+

Ella no quiere caer en sus redes, como siempre. Lucha consigo misma tomando

hasta lo último de su fuerza de voluntad y se aparta de él, porque sabe que si

sigue mirándolo, ella va a ceder. Se dirige al otro hombre, que se encuentra

sentado en su escritorio. Apoya la palma de sus manos en el frío vidrio y le

habla a él, mientras su cuerpo se balancea hacia adelante.+

- ¡¿Hasta cuándo tendré que estar en este maldito lugar?! – exclamó ella

desesperada – ¡No se suponía que debería quedarme aquí enterrada en este maldito

país!+

- Habla con él entonces Ziyi – replicó Jang Hyuk, encogiéndose de hombros –

Sabes que no soy yo quien está demorando esto. Por mi parte, lo mataría hoy

mismo y terminaría con todo esto.+


Ziyi cierra sus ojos con rabia y baja su rostro apretando sus labios. Claro. Él

manda. Después de todo, él es el jefe.3

- Querida – llama Jung Chan, con una siniestra dulzura, justo como a ella tanto

le gusta – Ven aquí mi amor.1

Ella se pone derecha entonces y se resigna. Lentamente se da la media vuelta.

Puede sentir la risa sórdida y maldita de YongHwa que ahora se ha sentado en un

sillón, echándose ahí, como si viera una función. Eleva su rostro para verlo a

él. Jung Chan inclina levemente su cabeza a un lado. Ziyi sabe que esa mirada de

él, la llama más cerca y por eso avanza. De nuevo él le regala una caricia, como

si leyera esa necesidad de ella de saberse de él, aún si le estuviera mintiendo.

- Habla mi amor – le pide él, con voz grave y suave – Cuéntame.+

Ella respira agitada y le pide entonces, a la vez que reclama.+

- Estoy cansada... ¿Por qué no simplemente matarlo? ¡¿Qué te impide hacerlo?! +

Jung Chan suspira. Sacude su cabeza negándose a creer que ella pueda ser tan

estúpida, pero sabe bien que debe tenerla conforme y satisfecha, porque nada

peor que el actuar de una maldita mujer despechada. Así que debe tenerla

contenta. Juega entonces a adorarla y depositar en ella toda su confianza, para


que deje de chillar la condenada.+

Jung Chan estira su mano y ella la toma. La dirige paciente y amable a un

sillón, donde se sienta a su lado, justo en frente de donde se sentó YongHwa,

que los mira serio. Jung Chan le habla ni que ella fuera una niña.+

- Mi amor – dice entonces Jung Chan – Si llego a matar ahora a Wu Yifan, se me

vendrán todos esos malditos hermanos que tiene encima.2

- Pero tú puedes contra todos ellos – replicó ella, segura de sus palabras.3

Jung Chan miró a los demás, burlón y hasta con ganas de reírse. Bueno, se

rieron. Él, YongHwa y Soo Bin, se rieron; menos Jang Hyuk y Zhang Ziyi que se

puso frenética de pie, queriendo irse de ahí. Pero de un tirón de su mano, Jung

Chan la hizo volver, sentándola estrepitosamente en su lugar.+

- No querida – pidió él – No te vayas de mi lado, por favor...+

Como aniñada, ella rugió alguna ofensiva y se cruzó de brazos, mirando a un

lado.+

Maldita mujer que le estaba llenando la paciencia.+

- Ziyi querida – dijo él amable – Figúrate si yo mañana decido darle un tiro en

la cabeza a Yifan. Primero, tendría que ver cómo llegar a él, porque tiene un
ejército cuidándolo en este momento. Segundo, debería afrontar la repercusiones

de mi accionar en la misma hermandad, con el único jefe que nos queda en Beijing

y la gente que aún le es fiel.+

- Ya él no tiene poder y lo sabes – comentó ella sonriendo – Tú tienes todo el

poder ahora...+

- Digamos que lo tengo – siguió él, lanzando un suspiro, porque ya lo estaba

cansando – Le pego un tiro, bien. Eso sería pan comido. Pero lo que vendría

después de eso, no lo podría afrontar así, fácilmente. Era de eso justamente de

lo que estábamos hablando con Jang Hyuk.+

- Él tiene razón Ziyi – habló de pronto, como siempre frío y duramente Jang

Hyuk, cruzando una pierna encima de la otra – Si en este momento, Wu desaparece,

su gente y sus amigos, comenzarán a buscar al culpable. No puede eso por el

momento ser parte de nuestros planes.+

- Ellos no saben quiénes son ustedes. Seo Joon dice que...4

Entre ellos se miraron con recelo. Ziyi entonces clavó la vista en cada uno,
buscando una respuesta. Como no obtuvo nada, preguntó espantada a Jung Chan.+

- ¡¿O sí?!+

Jung Chan se tomó su tiempo. Se reacomodó en su asiento en lo que estiraba su

mano a su sobrino, que entendió a la perfección lo que le pedía. YongHwa sacó de

alguna parte un puro y lo alcanzó a su tío, que tomó entre sus manos eso con

deseo, mirándolo con ganas y removiéndose varias veces, apretando en una caricia

silenciosa la longitud de su cigarro. Echó su espalda en el respaldo del sillón,

mientras pensativo, al final, dijo. +

- Park Jimin. 4

- ¿Quién es? – preguntó la mujer.+

- El primo de Park Chanyeol – respondió YongHwa.+

- ¿Qué con él? – insistió Ziyi.+

Jung Chan sacó del interior de su chaqueta su cortapuros y con delicadeza, cortó

el extremo de su habano, ceremonialmente. Luego olió con gusto el aroma que

despedía, mientras escuchó que YongHwa habló por él.+

- Creemos que ese chico, Park Jimin, ha dado con nosotros sin querer y ha

descubierto a su primo.+
- Mátalo – dijo ella, como si de una mosca se tratara – Como advertencia. 1

- No era sólo una cara bonita – asintió conforme Bae Soo Bin.+

- Aunque no esté en nuestros planes, puede que sea lo más acertado tenerlos

entretenidos con algo – habló Jang Hyuk – Además con esa muerte, se debilitarán

a los Park desde dentro y puede proporcionarle más poder a Seo Joon en su

familia. Ellos comenzarán a dudar de la fuerza de Chanyeol y su carácter para

manejar los asuntos. Todos saben que él lidera ese clan y que hace rato que su

padre ya no manda. Una baja así, lo destruirá anímicamente y lo pondrá bajo la

lupa de todos los demás. +

Entre los dedos de Jung Chan se vislumbro el destello de los diamantes

incrustados de su encendedor, antes que la llama se encienda. Jung Chan fumó

largo y plácidamente su puro, catando ese primer sabor que salía en su paladar. +

- Tío – habló YongHwa – Es razonable. Seo Joon me dijo que Jimin, es la

debilidad de Chanyeol. Si Chanyeol se derrumba, créeme que Jongin y Sehun

estarán igual de devastados que su amigo. Yifan aún frío, no podrá actuar solo,

aún si quisiera vengarlo. Jongdae no puede mover un dedo con la guardia nacional

que no le pierde pisada. +

Jung Chan lanzó el humo a lo alto. Pasó su dedo pulgar por su labio inferior,
sin soltar su habano y meditó unos segundos.+

- ¿Y si se nos vienen encima? – comentó taciturno al fin – Sabes que no estamos

en condiciones de afrontar una guerra en este preciso momento, habiendo perdido

un frente tan importante que me cubría Woon In. Estoy más preocupado por

recuperar nuestra gente en Taipéi*...+

- Con más razón – insistió YongHwa – Si ellos nos quitaron Taipéi, más motivos

para entretenerlos mientras recuperamos lo nuestro. Buen plan...+

Jung Chan miró a YongHwa unos segundos. Hasta que su cabeza comenzó a moverse de

arriba abajo. Sonrió, más y más, de a poco, antes de preguntarle.+

- ¿Cómo dijo Seo Joon que se llamaba el chico de Jimin?+

- ¿JungKook? – recordó Soo Bin.+

- Que sean los dos. Eso alertará a todos, para cuidar mejor lo que es suyo. Los

mantendrá más entretenidos y quizá, con suerte, asustados.2

- Pero...– habló dubitativo de pronto Yonghwa – él es amigo de...+

- Daño colateral, más que necesario – dijo tranquilo Jung Chan – Hazte cargo con

Seo Joon.+
Un silencio gélido se hizo en el momento. +

Jung Chan sabía bien lo que hacía.+

Matar a Yifan no era su idea, pero miró a Jang Hyuk y sabía que tarde o temprano

debería deshacerse del joven Wu. +

- Lo siento Jang Hyuk – dijo repentinamente Ziyi – Siento tanto esto...+

- Jang Hyuk – habló Jung Chan, acercándose al hombre, que lo miraba con odio –

Sabes que me duele retrasar los tiempos. Pero llegará el momento en que puedas

estar al lado de tu niño. Y podrás hacerte cargo de Wu Yifan como quieras.+

- Dices eso desde hace tiempo – reprochó Jang Hyuk, apartando su mirada y

sintiendo que se le retorcía el corazón de dolor, hasta formársele un nudo en su

garganta – No tienes idea de lo que...+

- Sabes que sí amigo mío – dijo con rudeza, en lo que posó su mano en el hombro

de Jang Hyuk, apretándolo desenfrenado de rabia, hablando entre dientes – ¿Crees

que no te entiendo? ¡¿Cómo crees que me siento cada vez que pienso en "mi" Han y
esa maldita escoria que se cree su dueño?!6

- ¿Qué piensas hacer con Oh Sehun?+

- Nada. Por ahora. Su padre me debe mucho. Llegado el caso, Oh Ji Ho, será

nuestro seguro de vida, junto con su madre. Claro que después...+

Un instante de silencio, en lo que Jung Chan cerró sus párpados con crudeza.

Tragó duro y su amigo preguntó.+

- ¿Después?+

Jung Chan abrió los ojos y retorcido en ira, dijo.+

- Lo mataré. Haré que sufra. Lentamente. A mi modo.+

- ¿Cómo vengaremos la muerte de nuestro hermano? – siguió preguntando Jang Hyuk,

ahora en referencia a Jung Won In.+

- Ese asunto, deberá ser tratado estratégicamente – asintió Jung Chan, palmeando

la espalda de su amigo – Cuéntale YongHwa.+

Jung Chan se alejó de Jang Hyuk, caminó alrededor del escritorio y tomó asiento

en una de las sillas dispuestas. Suspiró preocupado, apoyando sus brazos en el

reposabrazos y juntando la yema de sus dedos en medio, mientras seguía fumando.+ a


- Logramos que un infiltrado nos diera las grabaciones de las cámaras de

seguridad del gimnasio de Seung Hyun, donde hace sus apuestas – contó el joven

desde atrás – Así que a Kim Junmyeon no le quedará otra alternativa más que

hacer lo que se le ordene hacer.+

- ¿Y si él no quiere? – preguntó Jang Hyuk.+

- Pensamos en eso – respondió YongHwa, con una mueca burlona – Por lo que

también se nos ocurrió una idea más drástica. Pero esos son detalles menores...+ f

- ¿Kim Jongin? – siguió como en un conteo Jang Hyuk.+

- Me interesan sus bienes y el poder que tiene – respondió a eso Jung Chan.+

- ¿Sigues con la idea de casarlo con tu sobrina?+

- Mi hijo – respondió repentinamente Jung Chan, sonriendo como lleno de una

satisfacción inaudita.+

- Tío – reprochó la voz de su sobrino detrás – No...+

- Silencio – dijo él duramente, acallando cualquier discusión innecesaria.+


- No sabía que tu hijo estuviera de acuerdo en algo como esto – comentó Soo Bin,

sonriendo sarcástico – No me lo imagino asumiendo un papel tan sumiso en esta

trama, menos con alguien como Kim.+

- Lo único que me importa es que Kim será de nuestra familia, tarde o temprano –

respondió a eso Jung Chan.+

- ¿Y qué harás con Park Chanyeol? – preguntó Jang Hyuk.+

- Yo no tengo líos con él – dijo despreocupado.+

- Pero si llega a unirse a Byun, puede ser un peligro.+

- Con Jongin de nuestro lado, lo dudo. +

- Estás muy confiado en la debilidad de Kim Jongin.1

- No. Estoy seguro del poder de mi hijo sobre él y sobre su mejor amigo, Byun

Baekhyun – les recordó con una sonrisa mucho más abierta que antes, sentándose

derecho – Y mi hijo, hará lo que yo diga. 1

- Tengo un problema con Kim Jongdae – siguió Jang Hyuk incómodo.+

- Eso es simple de resolver.+


- Sabes bien que ese chico es de temer... – le reclamó duramente Jang Hyuk –...y

no se dejará amedrentar.+

- Por lo mismo no es con él con quien debes hablar – repuso Jung Chan – Jang

Hyuk, me sorprende que no actúes de forma lógica. Cuando no puedes con la fiera,

recurre a su debilidad. Kim Minseok...1

Las cosas no serían sencillas. Solo se requería de paciencia. Una ardua

paciencia era el mejor consejo para ese momento. Jung Chan lo sabía. En sus

planes cada cosa estaba enlizada meticulosamente. Durante años había planeado

todo esto, sólo que nunca se imaginó que un grupo de pendejos mal nacidos

viniera a toparse en su propósito.+

Tomó a Ziyi de la mano, con fuerza y le aseguró.+

- Tranquila mi amor. Jamás podría apartarte de mi lado. Él sólo es una

diversión.+

Zhang Ziyi asintió triste, porque aún si se convenciera de que eran verdad sus

palabras, en lo profundo de su corazón sabía que él la estaba engañando. Pero

ella al final, haría cualquier cosa por él, con tal de retenerlo a su lado.+

Jung Chan se puso de pie, sin soltar a Ziyi, que le siguió también y salieron

del lugar, en lo que el hombre decía.+


- ¿La trajiste?+

- Si.+

- Bien – asintió él, con una inmensa sonrisa – Tengo ganas de ver a mi hija.13

Ziyi se detuvo entonces, obligándolo a él a ceder en el paso. Jung Chan se

volvió a verla. Perplejo le preguntó.+

- ¿Qué ocurre?+

- Tú.... tú no...+

Jung Chan sonrió abiertamente, como si ella le hubiera hecho una broma, una de

muy mal gusto, porque él sacudió su mano, como ahuyentando algo de enfrente.+

- No mi amor. No toco a quien sea sangre de mi sangre. Ella será tratada como

una princesa – aseguró, posando su dedo índice en la punta de la nariz de la

mujer – Dalo por hecho.7

Y mirando al frente, los dos tomados de la mano, caminaron por ese pasillo de la

residencia de Jang Hyuk, mientras Jung Chan comentaba.+

- A mi hijo le gustará saber que tiene una hermanita.+


- La he visto con ella – comentó la mujer – Es un amor. Sophie lo quiere. +

- Claro. Quién no querría a Kyungsoo.15

Y continuaron caminando, haciendo planes sobre el futuro.9

* Taipéi es la capital de Taiwán.

"A Thousand Years"

- Lo que pidió Sehun - dijo Yoochun, desplomándose en el sillón del apartamento

de Yifan.+
Un sobre fue lanzado en la mesa ratona, que era el centro de ese espacio.+

Yifan se sentó en otro sillón de enfrente y tomó eso sin perder tiempo. +

- Apenas pudimos obtenerlo, te lo traje. Pero no hemos analizado nada, sin que

antes lo veas tú. +

El sobre fue abierto. Yifan observó las fotos. +

- ¿Por qué no hablas con el señor Park? - opinó Yoochun.+

- Porque son conjeturas - reprochó ofuscado a su guardia - Según Sehun, Seung

Hyun se enteró de que Jimin está en un negocio pesado, él solo. Pero no confío

en ese tipo. +

- Pero...+

- No aún - calló Yifan a Yoochun - Además nombró a SungRok y todos sabemos que

SungRok es hombre de confianza de Park Si Hoo. Aunque Seung Hyun dijo verlo con

Bae Soo Bin. Eso es...+

Yifan se rascó la nuca. Yoochun dijo entonces.+

- Shin SungRok ¿No es el que está hablando en esa foto con Bae Soo Bin?+
Yoochun señaló una de esas imágenes que Yifan sostenía en sus manos. Esto no

estaba bien. No cuando se suponía que Bae Soo Bin hacía años, había venido a

amenazar a los Park, en nombre de "el jefe" y ahora ¿Acaso volvía con eso mismo?+

- Igual - siguió hablando seriamente Yoochun - A mí me preocuparía más otro

primo, no exactamente Park Jimin. Mira...+

Y Yifan siguió mirando más fotos. Allí estaba Park Jung Min, con Bae Soo Bin y

con el desaparecido Jung Won In.+

- ¿De dónde las conseguiste?+

- Un contacto que trabajo en un antro de esa gente. Seguro escuchaste hablar de

"White Night".+

"Blanca Noche", si lo conocería. Por incursionar en algo diferente, Jongdae se

metió en ese antro alguna vez y tuvo que rescatarlo cuando su amigo se dio

cuenta de la mierda que era eso. Todavía recordaba, cómo estaban subastando a un

niño de apenas 14 años, cuando mucho. Lo divertido era que no solamente era

virgen, sino que estaba allí en contra de su voluntad. Aunque Yifan llamó a la

policía luego, sin dar a conocer su identidad, nadie hizo absolutamente nada

¿Por qué? Porque Yifan entendió bien, que había políticos de por medio y muchos

comisarios haciendo la vista gorda. +


- Cómo olvidar ese lugar - resopló con asco.+

- Park Jung Min, es uno de los nuevos socios de "White Night".+

Yifan se dio cuenta de que esto estaba cada vez peor. Lanzó el manojo de fotos

en la mesa. Se tomó la cabeza con ambas manos y se quedó pasmado con esa

información. Si alguien estaba atacando a los Park ¿Podría ser que desde dentro,

fuera un Park? ¿Park Jung Min?

- Así que eso es todo - dice con aplomo Eunhyuk, sobrio y galante como solía

ser, sentado en el sillón de su despacho y de piernas cruzadas - Debo asumir que

esta es tu última semana con nosotros.+

Un suspiro del hombre y la entrega de un sobre, hicieron a Yifan sonreírle con

pena. Nunca imaginó que pudiera sentir dejar esta vida, pero debía hacerlo como

ya le había dicho a su padre y su tiempo dedicado a la profesión, no le dejaba

meterse de lleno en los otros asuntos que tenía que resolver. +

- No puedo retenerte ya - dijo Eunhyuk.+

No podría. Eunhyuk no la vio venir. Él estaba convencido de que cumplido el

contrato Yifan simplemente renovaría una vez vencido, pero se había equivocado y

se sentía derrotado por no haberlo previsto, usando alguna artimaña para

retenerlo legalmente. Yifan se la había hecho bien. Y es que aunque Yifan


respetaba a su manager, no por eso no sabía cómo era el sujeto. Así que se

guardó bien la partida.

- Cuando termine de solucionar algunas cuestiones de negocios en mi familia - le

dijo Yifan, poniéndose de pie - Veré si hay espacio todavía para mí en tu mundo.+

Eunhyuk se puso de pie y rodeó la mesa. Se paró en frente de Yifan y lo analizó

de arriba abajo.+

- Vaya, cómo pasan los años - habló suave y en evidente nostalgia - Extrañaré

los millones que me hacías entrar. Pero ya encontraré reemplazo.+

Yifan rió, mirando a todos lados. Su ahora ex mánager hizo lo mismo, mientras

palmeaba amable su brazo derecho.+

- Qué gentil - reprochó burlón Yifan.+

- Al menos te tengo para la semana de la moda...+

La semana de la moda. Yifan debía hacer ensayo de pasarela a medio día. Así que

miró su reloj y Eunhyuk entonces le ofreció.+

- Te llevo si quieres. Voy allá.+


- No gracias. Mi ensayo es más tarde - dijo Yifan - Todavía estoy bien de tiempo

y debo ir a la empresa de mi padre antes.+

- Ahora si volviste a la casa del padre - se burló el sujeto - Lo que siempre

evitaste...+

Yifan infló su pecho, como si estuviera derrotado. Tantos años esquivando esto,

para hacerlo por voluntad propia. Eunhyuk siempre lo había sabido, porque más de

una vez su propio padre habría tratado de sabotear sus contratos en el primer

año, pero Eunhyuk había hecho frente y es que sería un costo que estaba

dispuesto a pagar, porque Yifan era un diamante en bruto por explotar. +

Luego de despedirse de la gente allí y Yifan emprendió el camino hacia una

reunión de accionistas. Un empleado del lugar abrió la puerta del coche apenas

llegó y recibió las llaves de mano de Yifan para aparcarlo. Yifan se reacomodó

su traje e ingresó, escoltado por una asistente que se presentó apenas atravesó

el ingreso, como quien de ahora en más lo acompañaría de ser necesario, hasta

que pudiera ambientarse a su nuevo puesto de trabajo.+

Yifan se detuvo en seco. La miró unos segundos.+

- Yo no solicité este servicio.+

- Su padre lo hizo. Tenga, joven Wu - dijo entregándole un móvil - Ya está


marcado mi número por si algo precisa.+

Yifan achicó sus ojos mirando el aparato. Miró a la mujer y entonces elevó su

mentón con una sonrisa. Amable ahora, se limitó decirle.+

- Gracias. Por favor, lléveme a la reunión.+

Fue bien recibido. Los hombres se encontraban de hecho complacidos con su

retorno. Era el más joven del grupo, así que era natural que resultara llamativa

su presencia. Sin embargo, Yifan tendía a menospreciarse a sí mismo y se dio

cuenta de eso, cuando uno de esos caballeros a los que normalmente miraba con

recelo, se le acercó y le dijo.+

- Qué bueno que regresaste muchacho. Extrañamos tus ideas y tus palabras

oportunas. +

- Gracias por sus palabras - dijo él con respeto y emitiendo una reverencia.

Miró al hombre unos segundos, al final, lanzando un adecuado reproche, sin

ofensa - Después de haberme pedido dimitir en mis funciones como accionista,

admito que me sentí...+

- ¿Pedido? - cuestionó el caballero; su rostro conmovido y el ceño fruncido,

frenando en seco las palabras del joven Wu - Muchacho, tu padre dijo que habías

preferido dedicarte de lleno a tu profesión. A decir verdad, nos sentimos

abandonados - agregó sonriendo, mientras Yifan quedó boquiabierta sin poder


decir nada - Pero los viejos sabemos que los intereses de nuestros jóvenes son

otros ¿Sabes? Tengo unas ideas para los nuevos proyectos. Pero siempre creí que

tu visión para los emprendimientos era única y...+

Yifan escuchó al señor. Asintió a cada cosa que le decía. Un grupo de hombres

fueron acercándose a él, como rodeando al joven empresario que regresaba entre

ellos. Se sentía fresco el ambiente y Yifan siempre había dado esa imagen de

mesura para la toma de decisiones. Yifan se vio rodeado. Una sensación extraña

lo abrumaba por dentro. Y entendió qué era, cuando vio a su padre de lejos,

ingresando en la sala, mirándolo con frialdad y hasta hastío por estar

revolucionando todo allí. Yifan apretó su mandíbula, justo en lo que otro

caballero palmeaba su hombro y le decía evidentemente animado.+

- Qué orgulloso debe estar tu padre, ahora que volviste a casa ¡Eres tan buen

muchacho!+

Yifan miró a un lado al hombre que le sonreía. Siempre había sido así. Todos lo

apreciarían, menos él. Todos notarían cosas extraordinarias de Yifan, menos su

padre. Lo que esos hombres estaban haciendo ahí, con él, era lo que Yifan habría

anhelado de su propio padre. Una parte de él se marchitó por dentro, sin


entender el por qué, por qué Wu Yànzǔ era así con él. 3

Yifan terminó todo allí y apenas salió del edificio, lanzó en el asiento del

acompañante el móvil nuevo que su asistente, nueva también, le había dado. Se

puso en marcha y apenas tuvo la oportunidad de hacerlo, frenando en el primer

semáforo en rojo, llamó a Hangeng.+

- Dime - habló del otro lado de la línea.+

- ¿Estás cerca de mí?+

- A unos metros, siguiéndote. Somos cuatro cuidándote. Diez en el área.+

- En el próximo semáforo que encontremos, colócate a mi lado. Te daré algo que

debes verificar. Lo sabrás cuando lo tengas.+

- Como ordenes.+

Sin perder el tiempo, Yifan prosiguió su camino. Un semáforo en verde y otro

más, cuando en el tercer semáforo recién, pudo frenar. La ventanilla del lado

del acompañante fue bajada y estiró el móvil hacia fuera, sintiendo el tirón de

alguien tomarlo. El verde se encendió y cada uno siguió su camino. Yifan no

quería creer que su padre le hiciera lo que creía le estaba haciendo. Eso y

además, que lo creyera tan estúpido como para no darse cuenta.


Tal como se lo habían informado cuando fue el ensayo de medio día, apenas Yifan

descendió de su coche, ya comenzó lo ajetreado de la tarde. Un empleado se llevó

su auto a estacionar, un asistente lo escoltó a lo que sería su lugar, dándole

indicaciones y el gentío que corría, ya daba cuenta de lo que allí pasaba.+

Dongdaemun Design Plaza era el lugar del evento. Un centro cultural, en el

centro de Dongdaemun, un distrito histórico de Seúl que le gustaba a Yifan, por

sus tiendas y cafés de 24 horas. Pero ir solo podía significar perderte, si no

conocías el predio en su totalidad, porque era prácticamente imposible,

recorrerlo completo.+

Apenas ingresa lo sientan en frente de espejos y se ve con otros modelos, a

quienes saluda amable. Todos sin embargo tienen sus dedos sin freno en las

pantallas de su móvil, metidos en sus selfies y compartiendo los minutos que

pasan en ese lugar. Yifan comienza a ser maquillado y peinado. De pronto, su

móvil vibra. Mira. Una sonrisa más y más amplia se dibuja en su rostro. Se

coloca los auriculares rápidamente y escucha el mensaje que le ha entrado.+

"Quería pedirte disculpas, por no poder estar allí de nuevo - dice la voz de

Zitao, titubeante y temblorosa, estremeciendo el corazón de Yifan, que oscila

entre la tristeza y la alegría - Pero, es que no me animo aún a salir, a esas

cosas... así, como estoy." +

Un suspiro se escucha de Zitao y Yifan se muerde el labio inferior, cerrando sus


ojos y sintiendo que va en caída. Pero al segundo, vuelve de nuevo Zitao.+

"Luhan fue a darle una sorpresa a Sehun ¿sabes? Y me animé a grabar yo solo por

primera vez y espero que se escuche bien y llegue así como me enseñaste que

tenía que hacerlo. Es que... quería desearte suerte en el desfile, porque Lulu

dice que es importante." +

Yifan traga duro, mientras siente que le maquillan el rostro, él no puede hacer

otra cosa más que seguir metido en su mundo. +

"Igual, tampoco podría haberte acompañado, porque ¿sabes quién vino justo hoy?

Ahora conmigo, está Sophie y... y quiere saludarte. Pero es un secreto..." +

Yifan abre sus ojos. Se mira y frunce el ceño, justo en lo que escucha apenas.+

"Hola" 7

Una niña. La voz de la niña que ha hablado y que se ríe, junto a Zitao. Junto a

él, que bien sabía que no estaba loco y que la había escuchado. +
Zitao habla.+

"¿Ves que si habla? Pero dice que solo a ti y a nadie más. Es nuestro secreto" + j

Un silencio de dos segundos, lo necesario para que tomen aire, tanto Zitao del

otro lado, como él de este que se ve sonriendo como nunca y un suspiro al

imaginarse a los dos haciendo cosas a escondidas, porque Yifan sabe que eso debe

estar haciéndolo con cuidado de que su madre no vea, de que nadie vea, porque

nadie, solamente los amigos, saben del móvil de Zitao. Y Zitao toma impulso para

habar de nuevo.+

"Te extraño. Ojalá puedas venir pronto. Sé que estás muy ocupado, pero... quiero

verte... creo que mamá viene. Suerte Yifan y... te amo." 12

Yifan se remueve entonces en su silla, mientras el sonido de la multitud que va

y viene, lo hacen sentirse más fuera de lugar. Él quiere estar allá, con Zitao,

con su hermanita, tranquilo, donde sea, con Zitao. Lo extraña. Todo él lo

extraña y se siente peor por no poder hacer más, porque todo se le está haciendo

cuesta arriba, porque su madre se ha empeñado en pasar más tiempo con Zitao y

porque ya son muchísimas las veces que quiere llegar a él, pero lo detienen a

medio camino para decirle que ella está con Zitao, que su psiquiatra está con

Zitao, que Jang Hyuk está con Zitao y él parece que ya no da más. Pero él

seguirá, porque Zitao lo vale y porque al final, tiene la esperanza de que ellos

estén juntos. Al final.+


- Este es tu sector y recuerda - le indica el asistente, que le sigue hablando.+ a

Un vestidor personal, con sus fotos en las que ya llevaba las prendas que iba a

desfilar. La ropa colgaba en las perchas, impecables y ya listas para él. Mira

el número "1" que indica que debe ponerse esas cosas primero. Se desviste y

comienza con cada prenda. +

Su asistente se retira, justo en el momento en que percibe a alguien detrás de

él frenarse, en medio del torbellino de corridas y gritos de los organizadores.

Yifan se prende el último botón de una camisa.+

- Tanto tiempo - murmura la voz grave y siempre inexpresiva de Sehun. +

Yifan siguió mirando las prendas, mientras Sehun se ubicaba a su lado, haciendo

lo mismo que él, con la ropa que le tocaba presentar. +

- ¿Cómo va todo? - pregunta Yifan, apenas mirándolo de reojo.+

- Anda...+

Yifan lo mira. Sehun no le ha dicho las cosas que normalmente diría si todo

estuviera bien. No salió de su boca un "espectacular", "genial", "muy bien". Por

eso lo mira. Si llama la atención de algún observador inadecuado que bien sabe
que ellos no deberían estar siquiera dirigiéndose la palabra, no le importa,

porque Yifan está preocupado. +

- Dime - pide Yifan, mientras sigue acomodándose la camisa, mirándose al espejo

que tiene en frente.+

- Saben de Luhan y de mí.+

- Quiénes.+

- Los medios.+

- No vi nada en las noticias.+

- Porque son fotos en donde estamos todos en el cumpleaños de Yixing.+

Yifan se congela. Un segundo. Al siguiente que el veneno de la angustia le

revienta la mente. Toma del hombro a Sehun y lo regresa hacia él, para mirarlo

de frente. La brusquedad ha sacudido a su amigo. Sus ojos se abren con apremio.

Su voz apenas congenia...+


- Mierda... Sehun no...+

- Tranquilo. Te habías ido.+

Yifan se estremece, dándose cuenta que ha espantado a Sehun. Yifan respira,

soltando con fuerza un suspiro. Cierra sus ojos y sacude apenas su cabeza. Mira

a todos lados, componiéndose y pregunta.+

- ¿Quién frenó todo?+

- No sé. Podría ser uno de los señores Kim, el señor Park, hasta mi padre...+

- ¡¿Él sabe?! - exclama espantado.+

- Si. Por Irene.1

Irene. Él la ha cruzado en el hospital alguna vez, pero no habla con esa mujer.

Es venenosa. Ha esparcido en medio de la gente la sospecha de que Luhan mantiene

manifestaciones de afecto inapropiadas hacia los niños. Yifan arruga su frente.

Se pregunta si Sehun sabe. Está a punto de preguntarle eso, cuando un estruendo

hace que asustados regresen su vista al lugar de donde provino esa estampida.

Sólo se han caído montones de percheros juntos. Los organizadores gritan. Corre

la gente desesperada por levantar todo eso. Yifan y Sehun aprovechan para seguir

hablando, en lo que se siguen vistiendo.+


- ¿Qué más? - pregunta Yifan.+

- Luhan. Lo están siguiendo.+

Pensativo un segundo, Yifan sigue.+

- ¿Y crees que es por ti?+

- Si ¿Por quién si no? - responde en un resoplido sarcástico, por algo que le

resulta obvio.+

- No lo sé. Me dijiste que una vez tuviste problemas con Soo Bin, que lo había

marcado y lo tuviste que ayudar en Sky - le recuerda - ¿Hay algo más?+

- ¿Averiguaste algo del primo de Chanyeol?+

Yifan ha recibido ese informe en la mañana. Sin embargo él hace otra pregunta.+

- ¿Cuál de todos?+

- Qué - bufa mirándolo fijo y perplejo Sehun, sacudiendo sus hombros - ¿Alguno

más, además de Jimin anda en cosas raras?+

- Bueno...+
- ¡Sehun! - grita chillona una voz - ¡Abres! ¡AHORA!+

Yifan es arrastrado lejos de Sehun que va del otro lado. Cuando ve oscuro, a la

espera de que se le dé la señal de salir a la pasarela, Yifan piensa en todas

las cosas que ha venido sabiendo. Todo está demasiado desordenado. Todo está

demasiado difuso y mezclado. Él no entiende ya esto. Es demasiado para él. +

Y entonces, el aviso de la música que da inicio, lo despierta de su aislamiento

mental. Serio y duro, eleva su mentón a lo alto. Y entonces Sehun es el primero

en salir, cuando las luces lo reflejan de lleno, en el momento en que Yifan

reconoce la pista. +

Brilla intensamente como un diamante. Brilla intensamente como un diamante*. +

Yifan aprieta sus párpados con fuerza. Respira hacia lo alto y busca calmarse.

Pero no puede. Se siente como si estuviera cercado, acorralado y que todo lo que

pasa tuviera que ver con ese pasado. Todo vuelve. Y es que él nunca cerró nada

de aquello, nunca. Nunca pudo dar con esa gente y aunque él supone, apenas

supone, no quiere creer que esté tan asfixiantemente encerrado. Justo en el

centro. Como si fuera el blanco.+

Alguien le empuja suavemente. La señal de salir. Tiene que seguir trabajando. +


Y sale allí. De frente ve a Sehun y comienza a caminar, siguiendo el tempo de la

canción. +

Así brillamos intensamente esta noche, tú y yo, somos hermosos, como diamantes

en el cielo...*

Lo mira, en la penumbra. Parece ser que la noche ha sido para ellos. Así, de

manera furtiva, clandestina, como un refugio, ellos podrán verse, sin que nadie

les diga que "no".+

Zitao sentado en el borde su cama se aferra con fuerza al cuerpo de Yifan. Apoya

su mejilla en el pecho de Yifan y allí se queda quieto. Es un abrazo urgido,

exigente y enérgico. Los brazos delgados de Zitao rodean a Yifan, temblorosos de

tanto impulso con que lo ha tomado. Yifan nunca lo había percibido así antes.

Pero él sabe que Zitao le está reprochando el no estar, el venir poco, el verse

poco. Pero no se lo echará en cara, porque todo lo que quiere es estar así, con

él, abrazados, cerciorándose de que es suyo y de nadie más. +

Yifan baja su rostro, para tomar ese aroma de Zitao. Lo adora, cielos... decir

que lo ama ya es poco. No podría explicarlo con palabras y se siente que

demostrarlo es nada, en comparación de todo lo que tiene contenido dentro. Él

toma entonces el rostro de Zitao entre sus manos, acuna esa calidez entre sus

palmas y lo mira. Agradece que al menos la luz de noche esté encendida y pueda
ver esos ojos brillantes y esa sonrisa tranquila.+

- Te extrañé mucho - susurra Zitao en los labios cálidos de Yifan que ya se le

quiere pegar.+

- Yo también - murmura.+

Su beso es también feroz. Yifan se abalanza sobre Zitao, que abre la boca

dejándose llevar por el hombre que solamente le hace feliz. Cuando percibe la

mano derecha de Yifan descender lentamente por su cuello, por su hombro,

removiéndose por su espalda y pegándolo más a él, Zitao se tensa, emocionalmente

perdido de un placer que punza por más y más, sin saber qué. Y es que Yifan

quiere más, quiere pero no podría sino en el momento adecuado el indicado para

su niño. Por lo pronto, él tomará estos momentos deliciosos de él. +

Zitao es caliente, su piel sube en una temperatura que a Yifan lo excita

sobremanera. Besa por eso con más ímpetu, abriendo su boca, removiendo su cabeza

al otro lado, tomando los dos una bocanada de aire de uno y del otro, tragándose

el palpitar de sus corazones que parecen completamente enloquecidos el uno por

el otro. Y Yifan comienza a mover sus caderas hacia adelante, apretándose a la

entrepierna de Zitao. Yifan sostiene a Zitao ahora de la cintura. Zitao se rodea

con sus brazos el cuello de Yifan. Esto es perfecto, es como simplemente lanzar

fuera todo lo feo, lo siniestro, lo tormentoso y oscuro. Yifan agradece que

Zitao exista, que esté con él y haga esto en él.+


Lo abraza. Agitado y delirante en ese placer, Yifan mira a Zitao y termina por

abrazarlo con una fuerza terrible, que hace a Zitao gemir de la sorpresa del

gesto. +

Allí se quedan un momento. +

Zitao acaricia la nuca de Yifan. Zitao se ha quedado quieto, apoyando su mentón

en el hombro de Yifan, que parece querer permanecer así. Zitao sigue pasando sus

dedos por los cabellos de Yifan. Si él lo abrazó con fuerza antes, ahora Yifan

lo supera. Pero no le importa. Zitao está para esto. En su interior, aún sin

entenderlo, Zitao se sabe la paz y la calma de Yifan. +

- Amor - llama Zitao - Dime.+

Nada. Zitao sabe bien lo que pasa por la mente de Yifan y por eso le dice.+

- Aunque no entienda, déjame al menos intentar. Deja que yo decida por mí mismo

Yifan. ¿Cómo ser tuyo, si no me dejas entender lo que te pasa? ¿Cómo ayudarte si

no me dejas saber? +
Yifan sabe que Zitao está dolido. Es un niño, pero no es un tonto. Por eso,

lentamente, él se vuelve a los ojos de Zitao. Sus ojos cabizbajos no quieren

elevarse por la vergüenza que siente de estar así, cuando él debería ser el

fuerte. Zitao pide.+

- ¿Qué duele tanto? - pregunta Zitao.+

Yifan cierra con fuerza sus párpados. Tiembla. Abre los ojos, porque sabe que

debe decirle algo a su niño. De repente se arrepiente de haberle echado tantas

veces en cara a Jongdae sus silencios para con Minseok. Se siente tan parecido,

tan igual a él ahora, que lo entiende completamente. Sin embargo, él no podría

decirle nada más a Zitao que esto...+

- ¿Me creerías si te dijera, que hay gente mala allá fuera, que quiere

separarnos?+

Zitao arruga el ceño. Mira a un costado. Su mente divaga, mientras piensa. Yifan

lo sabe. Sabe de ese gesto adorable, como ahora que su mirada deambula perpleja

por la habitación, pensativo, analítico. Lo adora tanto...+

No se espera sin embargo que Zitao haga lo que hará y le diga lo que le dirá. Lo

mira, un tanto ofuscado y mientras, peina sus cabellos, como si lo que hubiera

escuchado, no tuviera la importancia que tiene. +

- Yo no dejaré que nadie me separe de tu lado. Y sé que tú tampoco dejarás que


nadie me separe de tu lado.+

Yifan tiene miedo de hacerle jurar cosas que sabe que podrían romperse. Porque

los juramentos se hacen cuando las cosas son demasiado volubles como para

mantenerse en pie. Y porque la vida le ha enseñado que los que juran, es porque

usan esas cosas como último refugio, para sentir una seguridad que pende de un

hilo.+

- Mi Niño... si alguien quisiera separarme de ti...+

- ¿Cómo podrían separarme de ti?+

- Una vez me dijiste que te contaron cosas de mí.+

Zitao se queda mirándolo. Ahora seca ese brillo de la frente, del sudor de

Yifan. Si Yifan sigue preocupado, es porque pasa algo en serio. +

- Yo no podría creerlo. Te conozco. Por eso te amo.+

Toma entre sus manos, las manos de su niño y promete.+

- Quiero que sepas, que yo jamás te haría daño Mi Niño.+

- Lo sé.+
- Si alguna vez te dijeran lo contrario...+

- No lo creeré. +

Frente contra frente. Así Yifan cierra unos segundos sus ojos queriendo con

todas las fuerzas de su corazón, creer que Zitao tendrá las fuerzas suficientes

para no dejarse convencer y que cuando deba elegir, seguirá eligiéndolo a él.+

- Pasa algo más - afirma Zitao.+

Yifan abre los ojos. Mira apenado y nervioso a Zitao. +

- Tengo miedo... - confiesa ahogado en su espanto -...de que por mí, alguien

quiera hacerte daño.+

- Supuse eso - le sorprende Zitao.2

Yifan se aleja. Analiza a ese niño que parece bien despierto. Mientras, Zitao

juega ahora con sus dedos en los botones de la camisa de Yifan. +

- ¿Cómo dijiste?+

- Luhan me dijo que Sehun lo cuida mucho porque su trabajo es de peligro. Y como

ustedes siempre estaban juntos y son amigos... - aseguró encogiéndose de hombros

- Pero yo sé que tú no dejarás que nada malo me pase, porque eres fuerte y
valiente.4

Dios. Estaba aterrado. Zitao podría creer que era todo eso, pero si tan solo

supiera que las cosas que estaban enfrentando, eran en parte por él. Sin embargo

¿cómo hacerle desistir de esos pensamientos a Zitao?+

- Ven aquí - dice Yifan y envuelve entre sus brazos a Zitao - Dios... cómo te

amo...+

- No tengas miedo por mí - dice acurrucado a él - No me pasará nada. Tú no

dejarás que nada malo pase...+

- Voy a luchar por eso. Y cuando todo esto termine, podremos vivir tranquilos.

Tú y yo. Y Sophie.2

- ¡¿En serio?! - exclamó Zitao, regresando su vista a él - ¡¿En serio es

eso...?!+

- Si - dijo él sonriendo - Es adorable. Jamás podría dejarla sin ti. +

- ¿Y mi mamá?10

Eso estremeció a Yifan. Pero se exigió a decirle una mentira, aunque serio.+

- Si ella quiere.+
Un abrazo con fuerza y una sonrisa que se sintió en su pecho. Yifan podría

sentirse que de nuevo podría respirar tranquilo. De nuevo. Allí. Con su niño.

Luego, un balanceo melódico de Zitao. Yifan sabía entonces lo que vendría. Él

preguntaría cuando le gustaba alguna melodía que se escuchaba del puesto de

enfermeros, qué decía para que Yifan le tradujera el inglés de esa canción. Y

Zitao así lo hizo... +

- Parece tan bonita... Dime qué dice..+

- "El corazón late deprisa. Colores y promesas ¿Cómo ser valiente? ¿Cómo puedo

amar cuando tengo miedo a fallar? Pero al verte allí de pie solo, todas mis

dudas de repente desaparecen. Un paso más cerca... He muerto cada día esperando

por ti. Cariño no tengas miedo, te he amado por mil años y te amaré por mil años

más*" +

Yifan regresó su vista a su niño. Los dos se miraron, como si todo el pasado

olvidado por Zitao retornara a esas pupilas que reflejaban un amor sobrenatural.

Yifan no tenía dudas, nunca dudó que lo de ellos era cosa del destino, porque lo

amaría siempre, a nadie más que a Zitao. +

- "... seré valiente" - prometió en esa melodía - "No dejaré que nadie me

arrebate lo que está frente a mí "- siguió, en lo que apoyaba su frente en la de

Zitao - "Cada suspiro, cada hora nos trajo hasta esto. Un paso más cerca. He

muerto cada día esperando por ti. Cariño no tengas miedo, te he amado por mil
años y te amaré por mil años más...*" +

Y calló, recordándose en su miseria. Y su voz se ahogó, sabiéndolo un milagro.

Porque Zitao era un milagro precioso, que no iba a dejar que nadie le arrebate.

No de nuevo. Nunca más.+

Y Yifan sigue diciendo en un susurro apacible.+

- "Y todo este tiempo creí que te encontraría. El tiempo me ha traído tu

corazón, te he amado por mil años y te amaré por mil años más...*" +

Si. Sería así. Dos existencias, que dependían una de la otra, por mil años más.

No. No por mil años más, sino por toda la eternidad.

--------------------+

* Rihanna - Diamonds.+

*Christina Perri - A Thousand Years.


"Tú me salvas"

- Sólo lo hago porque me lo pides Zitao - dice Kyungsoo, preparando la tintura

negra para el cabello de su amigo en su dormitorio - Pero déjame decirte que el

rubio te queda precioso. Además te da un estilo diferente.3

- Kyung... yo... - quiere hablar Zitao.+

- Yo creo que si a él le gusta su color natural - agrega Luhan, poniendo una

toalla alrededor del cuello de Zitao para resguardarlo - está perfecto. Porque

uno tiene que amar lo que la naturaleza le dio. Así que te aplaudo Zitao - dice

son una sonrisa, mirándolo por el espejo inmenso que han colocado en el

escritorio del paciente.+

- Lo que pasa es... - quiere hablar Zitao.1


- Pero me gustaba mi obra de arte - sigue hablando Kyungsoo, metido en su tarea

de coiffer - Estaba pensando que el pelirrojo también te sentaría bien ¿Y el

ceniza? - le habla ahora a Zitao, mirándolo por el espejo - ¡Yo creo que el

ceniza sería sublime! Mira que aún estamos a tiempo ¿he?+

- Kyung no cr...- intenta el muchacho volver a hablar.1

- ¡Ya déjalo en paz! - exclama Luhan, manoteando la mano de Kyungsoo, leyéndole

las intenciones - Si él ha dicho negro es negro.+

- Si - dice Zitao, asintiendo con fuerza, a ver si alguien le lleva el apunte.+

Kyungsoo resopla sintiéndose frustrado. Luhan sonríe, abrazando a su amigo desde

el cuello y después de todo, Kyungsoo se impone hacer lo que Zitao le ha pedido.+

Después de largo rato, Zitao ha pasado por el sanitario, se ha lavado el

cabello, se ha cambiado de ropa y se mira en el espejo. Kyungsoo peina ahora a

Zitao con el secador de pelo. Cuando cree que está perfecto, deja todo en la

mesa. Luhan y Kyungsoo se asoman detrás de Zitao y lo miran por el espejo.+

- Gracias - dice Zitao sintiéndose "él" de nuevo.+

Luhan desde atrás, vuelve a rodearlo con sus brazos. Zitao se da cuenta que

Luhan está más abrazador que de costumbre, pero no dice nada. Ha aprendido que
Luhan, Baekhyun y Kyungsoo creen que los abrazos te sanan por dentro, cuando te

sientes mal. Así que Zitao, aunque no diga absolutamente nada al respecto, se

limita a dejarse abrazar, porque algo le indica que pasan cosas que duelen en el

corazón de Luhan. Y de Kyungsoo también, cuando en un abrazo que lo estrujan

entre los dos, le dice a Zitao.3

- Al contrario. Gracias a ti Zitao. Por aguantarnos.+

Kyungsoo sin embargo emite un ronquido y se pone erguido, mientras analiza el

peinado que acaba de hacerle a Zitao.+

- tengo que terminar mi obra - dice, como conteniéndose de algo. Y mirándolo por

el espejo, con una de esas sonrisas impresionantes que tanto gustan a Zitao, le

pregunta - ¡¿No está genial?!+

Zitao gira su cabeza a un lado, poniéndose de perfil y pregunta.+

- ¿Crees que se ve bien?+

- ¡Se ve perfecto! - exclama Luhan aplaudiendo contento, como hace días que no

lo ha visto, tan efusivo habitualmente - ¡Mira qué lindo estás Zitao!+

Kyungsoo se acerca al oído de Zitao y en complicidad le susurra.+

- Y le va a encantar.2
Zitao se muerde los labios y siente que sus mejillas se sonrojan. Sus cabellos

han quedado despeinados hacia adelante, dándole un toque rebelde. Mira por el

espejo a Kyungsoo que le regala un guiño y le sonríe.+

Pero el clima divertido es cortado tajantemente por la persona que menos Zitao

habría imaginado alguna vez ver tan enojado.+

- Tú... ¡tú lo sabías! - grita Baekhyun, que está parado en el marco de la

puerta de su dormitorio.

Zitao pega un respingo del susto de ese grito agudo, lleno de rabia hacia

Kyungsoo, porque ha sido a él a quien ha señalado. +

- Kyung...- quiere hablarle, tomándole de la mano - Qué...+

Pero Luhan es quien pone sus manos en los hombros de Zitao y los aprieta. +

- Cuídalo Lulu - digo enojado Kyungsoo.+

Toma bruscamente del brazo a Baekhyun, arrastrándolo fuera del dormitorio. Y

allí se queda Luhan que no quiere perder el tiempo haciendo como si nada,

intentando entretener a Zitao.+

- Vamos a limpiar este desastre que ha dejado Kyung - dice mientras recoge los
pequeños contenedores que su amigo ha usado mezclando tintura para el cabello -

¡Pero mira nada más! La próxima te llevaré a un peluquero que...+

- ¿Qué pasa Luhan? - pregunta.+

Luhan se queda quieto. Mira a Zitao apenas de reojo. Zitao se da cuenta que

Luhan no sabe qué decirle exactamente, porque parece más ansioso por irse que

por quedarse, con esas cosas en las manos. +

- Luhan - dijo tranquilo Zitao - Nunca vi a Baek así de enojado. Menos con

Kyung, que son como hermanos. +

- De verdad que no sé Zitao - dice Luhan, desplomando sobre la mesa las cosas

que tenía en mano - En serio...+

Se da la vuelta y Zitao puede darse cuenta que los dos están iguales de

confundidos con lo que ha pasado.+

- Entonces ¿por qué no vas a ver? - pide Zitao - No quiero que sigan peleándose

feo , si están los dos solos Luhan...+

Luhan abre bien los ojos, como sintiéndose el más estúpido, porque de verdad

Zitao tienen razón. Asiente en respuesta y sale casi corriendo de allí a ver qué

pasa con esos dos.+


Zitao mira el desastre que hay en la mesa y decide que él puede limpiar, porque

para algo debe ser útil. Así que lentamente, se pone de pie en su andador, con

paciencia y hasta con un estoicismo que ni él se reconoce, se concentra en ir y

venir como puede, con todo lo que conlleva deambular en tan pequeño espacio,

para dejar el lugar impecable.+

- Zitao - llama de repente Jongdae, acercándose para tomar las cosas que

sostenía con dificultad entre sus manos - ¡¿Qué haces?! ¡Podrías haberme

llamado! - exclama evidentemente preocupado.+

- Me gusta comenzar a hacer cosas - dijo Zitao, pasando una toalla húmeda en las

manchas negras de su mesa - ¿Podrías ayudarme a lavar esto?+

Estira el trapo y Jongdae sonríe.+

- Claro - le dice, analizando todo - Lo has hecho bien Zitao.+

Los dos se encuentran de pronto enjuagando los potes y brozas de cabellos en el

lavabo. +

- Creí que estaban contigo los chicos - comenta Jongdae.+

- Estaban, pero Baekhyun vino enojado. Discutió con Kyung y... bueno...- dijo

encogiéndose de hombros - Kyung se lo llevó de aquí. Supongo que no quería que

me asuste de lo que tenían que hablar.+


Jongdae se detuvo en lo que hacía con el ceño fruncido, mientras Zitao seguía

ahora enjuagando otras cosas.+

- ¡¿Tan así?! +

- Si... nunca lo había visto así...+

- ¿Y Luhan qué hizo?+

- Le dije que mejor fuera a ver qué pasaba. No sea que se pelearan feo. +

Jongdae se quedó un tanto perplejo, en silencio un segundo, hasta que comenzó a

limpiar de nuevo con Zitao lo que quedaba.+

Ya en el dormitorio, Zitao se sienta en el borde de su cama. Jongdae reacomoda

lo último que quedaba.+

- ¿Sabes qué pasa Jongdae? +


Jongdae toma un respiro, dándose la media vuelta para mirar mejor a Zitao. Se

asienta sobre el escritorio y observa detenidamente por un momento al novio de

su amigo.+

- ¿Yifan no ha dicho nada? - pregunta Jongdae.+

- Yifan hace una semana que no viene.+

Jongdae boquiabierta, frunce el ceño, completamente confundido y sin esperar esa

respuesta. +

- No hablamos - dice Zitao - En las noches, él siempre me llama, porque sabe que

nadie puede decirme que no...+

Un mutismo de un instante, que Jongdae completa.+

- ... que no puedes hablar con él o mantener contacto con él.+

Su tono es de pena, con un dejo de angustia. Zitao lee bien esas cosas de las

personas. Baja la vista. Aunque sabe de las buenas intenciones de Jongdae y que

lejos está el tenerle lástima a él, le es inevitable a Zitao no ver eso en sus

ojos. +

Sin embargo, Zitao nota algo que Jongdae le ha dicho. Por eso eleva su rostro

duramente y ahora él, seguro en lo que ha oído, pregunta exigente.+


- ¿Qué se suponía debía decirme Yifan?+

- ¿Tampoco los chicos te dijeron algo?+

- ¿Sobre qué?+

Jongdae cerró los ojos. De repente se sintió voluble, como idiota, por tener tan

poco tacto para estas cosas ¿Cuándo había perdido el instinto suspicaz? Estaba

orgulloso de eso, antes. Ahora, desde que su prioridad era otra...+

- Jongdae - habló Zitao.+

Jongdae lo miró y dijo sin rodeos.+

- No creo que debería ser yo quien te hable de esto Zitao.+

Zitao estuvo a punto de protestar, cuando Jongdae se acercó elevando su mano, en

lo que se sentaba a su lado en la cama. +

- Sin embargo - dijo pronto, haciendo a Zitao cerrar la boca y escuchar atento,

mirándolo fijo - Creo que ellos no lo hicieron para que no te pongas mal. Para

cuidar tu estado de ánimo - habló y suspiró, como llenándose de valor prosiguió

- Murió un amigo de ellos. Y otro amigo de nosotros. Eran... ellos... estaban

juntos. Tú entiendes ¿verdad?+


Zitao miró su regazo, condolido por lo que todos estuvieron atravesando en

silencio, solamente por no hacerlo sentir mal. Apretó sus labios y volviendo sus

ojos a Jongdae, asintió.+

- Entiendo. Siento no poder ayudar en nada.+

- ¡Ayudas! - dijo rápido Jongdae - Quizá no te des cuenta, pero todos han estado

más tiempo aquí de lo normal. Quizá el que no hayas sabido nada, haya sido

algo... refrescante.+

- Gracias por creer eso de mí, Jongdae.+

Zitao respiró hondo, pensativo en el entorno. No podría haber visto la sonrisa

de Jongdae cuando lo observaba, así como tampoco la sorpresiva mano de Jongdae

tomar la suya y apretarla. Zitao sonrió y enredó sus dedos en los de su amigo. +

- Es bueno que Yifan tenga en quien apoyarse - dijo para su sorpresa Jongdae.+

- Y Yo pienso eso de ti.+

- Créeme Zitao - le habló Jongdae, dándole unas palmadas amistosas en la mano -

Mi carácter es una mierda. Si hay alguien que contiene la bestia de Yifan, ese,

eres tú - insistió seguro en su tono.+


- ¿Bestia? - cuestionó, con una mueca despectiva - No exageres...+

Jongdae se limitó a sonreír abiertamente. Miraron allí el sol que comenzaba a

ingresar por la ventana.

- Jongdae.+

- Dime.+

- Ayer estuve en la cafetería del sanatorio y vi noticias. Yifan estaba con su

mamá y su papá. No había en él nada del hombre que conozco Jongdae. +

- Sé que debió volver con sus padres. Y como nuestras familias están

distanciadas... ha debido apartarse de nosotros también. Es... es complicado de

explicar. Pero estoy seguro que si le preguntas, cuando llegue, él te contará.+

- Lo dudo - respondió a eso rápidamente.+

- No pienses cosas raras Zitao. La relación con sus padres es complicada -

explicó Jongdae - Insisto. Pregúntale cuando lo veas.+

- ¡No! - exclamó de repente, apretando sus párpados - Mejor no. No entendería

aunque quisiera...+
- No sé bien Zitao. A decir verdad, eres la persona que tiene más contacto

directo con él.+

Zitao arrugó su frente. Varios segundos demoró hasta confesarle a Jongdae.+

- Lo siento tan lejos Jongdae. Yifan está alejándose de pronto de mí.+

- No eres tú Zitao. Creo que... que está trabajando en algo.+

- Eso fue lo que me dijo, cuando habló conmigo, apenas un minuto al teléfono.

Llegaba de mercadería a Busán de forma abiertamente clandestina. De 140 muelles

¿Quién miraría el destartalado y abandonado que habían dejado para el último?

Yifan sabía bien que nunca habían en los puertos la cantidad de muelles que

hacían figurar en los informes oficiales. Un centenar más clandestinos se

sumaban. Todos quienes trabajaran ahí lo sabrían, solamente que nunca

preguntarían, porque no era asunto de ellos saber qué pasaba en esos pequeños

puertos, algo así como privados.+

Yifan se preguntó cuánto más aguantaría dentro del depósito portuario. Podría

estar congelándose del frío y sin embargo sentía que la temperatura era como la

del maldito infierno. La oscuridad lo estaba tragando.+


- ¿No se supone que el año pasado comenzaron las obras de modernización de las

malditas instalaciones portuarias de Busán? - gruñó por lo bajo Yoochun, lejos

de ser sarcástico.+

- Quizá esta última facción es la que aprovecharon como ingreso libre - habló

tranquilo Yifan, cerrando sus ojos, mientras apoyaba su nuca en un contenedor

detrás - No tiene los estándares de seguridad del resto del muelle. Es como zona

abandonada. O liberada.+

Se aflojó el chaleco antibalas y miró un segundo su reloj de mano, con la excusa

de saber del tiempo, cuando necesitaba ver algo de luminaria. Al menos las

agujas fluorescentes del reloj lo concentraban, como si recordara lo que era

inhalar y exhalar. Y volvió a cerrar los ojos, para creer que estaba dormitando,

antes de sentirse tragado y destruido por la oscuridad.+

- Mierda Yifan, se están demorando - bufó Hangeng en alguna parte, desde atrás.+

- No podemos arriesgarnos a salir antes.+

- Es que me pregunto si ese chico es de fiar...+

- ¡Ni te atrevas a volver a insinuar que...! - quiso soltar Yoochun, porque bien

sabía que hablaban de Jaejoong.+


Y el sonido del motor de un barco se hizo oír.+

- Se acercan - dijo duramente Yifan. Luego presionó levemente el auricular en su

oído derecho y habló por el diminuto micrófono - Líder rojo a líder azul.+

- Líder azul a líder rojo. Escucho.+

- A la cuenta de diez. Cambio y fuera.+

- Entendido. Cambio y fuera - dijo el hombre del otro lado.+

Yifan reacomodó su arma de guerra, ajustándola más a su cuerpo. +

La oscuridad era demasiado asfixiante para Yifan, pero se concentró en esa

diminuta luz que comenzó a avizorarse desde la distancia del río. Y cuando la

cuenta llegó a diez, salieron del depósito. Como si fuera libre, Yifan miró las

estrellas y respiró profundo, antes de mirar al frente. Como había ordenado

antes, comenzaron a expandirse, abriéndose cada hombre en un punto referente,

que habían estudiado bien. Si los cálculos eran perfectos, ellos rodeaban a los

que llegaban en ese barco de carga, ocultos entre contenedores de toneladas de


qué sabe qué cosas, pero suponiendo. +

El muelle estaba lleno de vida. Una muchedumbre feliz de hombres vestidos como

ellos, de negro y preparados para la guerra, comenzaron a saludarse entre

subidas y bajas del barco. Un remolque impresionante comenzó a acercarse, para

descargar los contenedores que serían llevados arriba de esos camiones que

estaban encendidos. +

Yifan volvió a presionar el diminuto botón del auricular de su oído derecho y

habló.+

- Líder rojo y líder azul ¿Los tienes?+

- En la mira con mis hombres líder rojo. Cuando digas.+

- A la cuenta de 10. Cambio fuera.+

- Entendido. Cambio fuera.+

1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10. +

Y desde arriba de los contenedores, los francotiradores bajaron a los

principales hombres armados. Y ellos se dejaron ver a disparos abiertos 5

segundos después. A Yifan no le afligió para nada disparar la cabeza y los

estómagos de esas mierdas, retorciéndose en el aire mientras terminaban


desplomadas en el frío suelo de la noche. No, cuando se imaginaba que contenían

esos malditos contenedores. +

Gritos y chillidos de los cerdos que caían le hacían a Yifan cerciorarse de que

estaban en buen clima. Su trabajo terminaría muy pronto, porque mientras menos

gritaban, se indicaba que eran menos. Cuando su metralleta quedó sin municiones

la largó al suelo, quitándose las armas de mano. Apuntó a lo seguro y continuó

sin rodeos.+

Y se hizo un silencio.+

- Líder azul - habló Yifan por el micrófono - Informe. Cambio fuera.+

- Líder rojo, despejado en zona este - dijo la voz del otro lado - Guardamos

uno. +

Y ya no hacía falta seguir hablando más de ese modo.+

Yifan se quedó esperando, con vista en esa humareda, mientras sus hombres

acercaban dos sobrevivientes de su lado.+

Y del otro, apareció Seung Hyun, con sus hombres, arrastrando un tercero.2

- Limpio - dijo Seung Hyun - Ahora queda ver qué hay dentro.+
Un rugido lleno de rabia salió de uno de los tipos que Yifan había dejado con

vida.+

- Si pretendes que hable ¡Pierdes tu...!+

Yifan no perdió tiempo y le depositó una bala en la cabeza, haciendo saltar un

charco de sangre en sus dos compañeros detrás. Uno quedó en shock, tiritando y

meándose encima. El otro vomitó.+

Yifan los miró y dijo.+

- Iré a revisar el cargamento. Para cuando regrese, mediten quién comienza o

quiere ser la compañía de su amigo.+

Yifan miró el enorme buque. Maldijo por lo bajo, mientras miraba a lo alto.+

- Su largo debe ser de casi 200 metros - analizó Seung Hyun - Típico y común

para no llamar demasiado la atención y a la vez cargar con lo que dijo JaeJoong

y su amigo.+
Subieron. No quedaba de otra. Sus hombres lo habían hecho primero, cerciorándose

de que arriba ya no quedaran más que trabajadores aterrados que no tuvieran idea

de nada, aunque lo dudaba. +

Los contenedores estaban cerrados sin ninguna cosa que impidiera abrirlos

fácilmente desde fuera.+

- ¿Quieres hacerlo tú? - preguntó Hangeng.+

Yifan quiso avanzar un paso y de repente algo dolió en su costado. Se quejó.

Llevó instintivamente su mano ahí y palpó una humedad punzante.+

- Mierda - espetó.+

Seung Hyun frunció el ceño y revisó. Como todos ellos, tenían un conocimientos

bastantes certero de heridas y cortes.+

- No es grave, pero tienes que atenderla. Mejor ve yo me encargo.+

- No. Aguanto - dijo él, poniéndose derecho, pero con la mano presionándose allí

- Abran Hangeng.+

Y la puerta del primer contenedor se abrió. +

- Están muertos - murmuró Seung Hyun - Dios...3


Un suspiro de Seung Hyun que no aguantó. Yifan lo escuchó darse la vuelta y

alejarse unos pasos ¿Quién podría en su vida soportar esa visión horrenda? Y no

habría palabras para describir el dolor que sintió Yifan en su pecho, cuando vio

aquello. Niñas y niños, se mintió a sí mismo, durmiendo.+

- ¡Yifan! - gritó Yoochun a la distancia.+

Todos se volvieron a otro contenedor que se suponía estaba lleno. +

Y Yifan cerró sus ojos por un segundo componiéndose. Al menos calculaba que

había 50 niños vivos.2

Apenas Yifan descendió de allí, escuchó dos disparos. Se quedó inmóvil por un

segundo, pero no dijo nada. +

- No iban a hablar - se excusó Seung Hyun, entre dientes y lleno de odio.+

- Estoy de acuerdo - fue todo lo que dijo Yifan y gritó - ¡En 5 minutos esto

tiene que estar despejado para que llegue la policía!+

Y se fueron.

Las estrellas se esparcían como explosiones brillantes en su visión de la noche.


Zitao se reconocía tomado de las manos de Yifan, mirando el espectáculo de

fuegos artificiales. Yifan miró a Zitao y sonrió diciéndole. +

- Eres hermoso. +

Y Zitao entonces rodeó con sus brazos en cuello de su amante, aprovechando esta

libertad de su sueño en el que estaba de pie, frente a frente, saboreando esos

labios y ese perfume tan de Yifan. +

- Te amo - le susurraba Yifan. +

- Te amo - respondió Zitao en medio de ese saborearse de los labios unidos, que

seguían en una caricia llena de estrellas. +

Y Zitao abrió sus ojos, lentamente, apenas, en su visión de la ventana de su

cuarto con las persianas arriba. Le gustaba, por eso todos se la dejan así, para

que la luz de la luna y las estrellas no se le perdiera, como si fueran tan

necesarias para él. Pero entonces, sintió algo extraño. Un calor desbordando,

como inaudito. Quiso removerse, como para refrescarse y se encontró prisionero.

Zitao tanteó si cintura, rudamente y asustado, cuando percibió esa mano y ese

brazo, hasta que se permitió aspirar su perfume, pero pesado, extrañamente a

demasiado sudor cuando Yifan era impecable.+

- ¿Yifan? - susurró entonces.+


Y exigió con dureza removerse sobre su lugar en la cama. +

- Yifan - habló nuevamente - Me asfixias.+

Zitao tuvo en claro que Yifan había escuchado sus palabras. Lo sabía. Si

estuviera durmiendo, estaría plácidamente suelto, como a veces le había

ocurrido, pero ahora, Zitao podía sentir hasta el corazón estruendoso de Yifan

que se estrellaba en sus omóplatos. Preocupado por eso mismo, Zitao se exigió

volverse con algo de rudeza.+

Le fue fácil en la noche ver el rostro iluminado en la penumbra de Yifan, entre

reflejos azulados, blancos y dorados. Para cuando quedaron con sus rostros casi

rozándose, Zitao analizó las facciones de Yifan, mientras que su mano derecha

recorría suavemente el rostro del hombre. Sudor y agobio, agotamiento y pesadez,

una oscuridad que jamás había visto antes en su semblante siempre duro,

vehemente, altivo y bello. Zitao se sintió desbordado por este dolor en los ojos

oscuros y se asustó sobremanera.+

- Yifan - notó preocupado entonces Zitao - Yifan tienes fiebre... será mejor

que...+
- No - suplicó Yifan aferrando a Zitao - No me pasa nada, te lo juro, sólo

quédate así conmigo por favor quédate así conmigo...1

- Yifan - jadeó nervioso - ¿Qué ocurre?1

- Sabes que te amo ¿verdad? - dijo duramente.+

Presuroso ante la inminente preocupación que llenaba a Yifan, Zitao respondió.+

- Lo sé...+

- Demonios, te amo tanto que ya duele y no sé cómo cuidarte - gruñó Yifan,

sintiéndose tan inútil, como impotente, apretando sus párpados - No sé qué más

puedo hacer para cuidarte de todo esto...1

- ¡¿De qué?! - exclamó Zitao en sus labios por lo bajo.+

- De todo - dijo tembloroso Yifan, mirando ahora fijo a Zitao - De todo, de

todos, de la mierda de este mundo, tú eres demasiado para este mundo, este mundo

no te merece Mi Niño, no te merece yo no te merezco yo no merezco tenerte

conmigo ni siquiera tocarte ni siquiera...1

Podría Zitao haber entrado en pánico, preso del espanto y dolorido del amarre

violento, más que seguro del hombre y sin embargo, Zitao bordeó ese rostro y
esos cabellos, dejando un beso en sus labios. Porque aún si él no entendiera

nada de lo que pasaba, no buscaría entenderlo en ese momento tampoco y aún si

entendiera, él se haría fuerte para sostener al hombre que adoraba con el alma. +

- Shhh... Tranquilo amor - susurró Zitao en los labios entreabiertos de Yifan

que seguiría divagando, lo sabía, pero no importaba, porque él lo calmaría con

sus palabras, con sus caricias, con sus besos - Ya amor. Tranquilo. Estás aquí

ahora, conmigo.+

- Contigo.+

- Conmigo.+

- Contigo.+

- Si amor, siempre...+

- Zitao...+

Llamó Yifan, alertando a Zitao que normalmente le decía "Mi Niño".+

- Dime amor.+

Un segundo y dos y tres, hasta que Yifan tembló cuando confesó asustado.+
- Tengo miedo.+

- ¿De qué tienes miedo amor?+

- ¿Por qué el mundo está tan mal Zitao? - murmuró en su voz como nunca antes

Zitao la había escuchado, dolorosamente ahogada - ¿Por qué todo está tan oscuro

y sucio allá fuera?2

Zitao pensó unos segundos ¿Qué decir, si él había despertado hacía tan poco

tiempo? Y sin embargo instintivamente solo dijo.+

- Aún si tú quisieras hacerme ver lo mal que está el mundo, para mí seguiría

siendo perfecto si sigo sosteniendo tu mano. Porque jamás tendría miedo a lo

oscuro y sucio que hay allá afuera. Porque sé que me seguirías cuidando.6

Yifan se quedó quieto, apenas respirando en Zitao, como si realmente solo por él

respirara. +

Y se preguntó en ese momento desde lo más profundo de su alma perdida ¿Cómo

podía él, con toda la mierda encima, tener algo tan perfecto entre sus brazos,

que lo salvaba por cada paso que daba? Porque aún si Zitao no fuera conciente

por aquello que debió haber pasado, él era fuerte, como el luchador que seguía

persistiendo en su espíritu invencible. Por cada paso que daban, Yifan no dejaba

de sorprenderse cuánto más amaba a Zitao, hasta límites que ni siquiera él


podría describir y aún si le pidiera alguien que le dijera qué era el "amor",

Yifan se limitaría a decir sin pensar "Zitao".+

Una lágrima se le escapó a Yifan, una que Zitao besó rápidamente en silencio. Y

cuando sus ojos se encontraron de nuevo, Zitao siguió acariciando los cabellos

de Yifan, que dijo.+

- Siempre me salvas.+

- Y tú a mí -le recordó Zitao.+

Yifan dio un beso a Zitao, mientras recorría con sus manos el calor del cuerpo

de Zitao. Y Yifan en su boca murmuró.+

- Tú me salvas - dijo abriendo sus labios, para recibir a Zitao - Siempre me

salvas. Así estaba escrito desde siempre. Siempre tú Zitao. Para mí...+

- Para salvarte - gimió Zitao en su boca.+

- Con tu amor...+

Un beso y otro beso, olvidándose la diferencia de las sensaciones que se

encontraban entre los dos, porque eran como una sola oleada, salvándose en el

amor.+
Y lo último que Zitao llega a escuchar con claridad de esa voz grave que tanto

ama de Yifan, es...+

- Amo tu cabello negro, amo todo de ti...6

Y Zitao sonríe, amando a Yifan más y más.

"Demasiado..."

Un portazo. El estruendo del portazo por su fuerza, hizo estrujar los nudillos

de la mano de Wu Yànzǔ y sus dientes crepitaron cuando lo vio entrar. 4

- ¡¿Cómo te atreves...?! – quiso exigirle, golpeando duramente la mesa de su

escritorio.1
Joder, estaban en la oficina de su corporación. Seguramente todo el piso había

oído eso y en menos de un minuto el chisme de la falta de decoro y respeto hacia

su padre por parte de Yifan se haría oír.+

- ¡Eres un hijo de puta! – largó Yifan, lanzando con fuerza el móvil que le

habían dado hace días, apenas pisaba el espacio.1

Yànzǔ se quedó perplejo, lo rudo y lo altanero se le fue a la mierda. Lo había

descubierto. Wu Yànzǔ, al parece, nunca fue realmente conciente del poder de Wu

Yifan. Lo miró, sin poder esconder esa maldita arrogancia de siempre, como

queriendo poner a ese pendejo en su lugar. Se prendió el botón de su traje y

elevó duramente su mentón, para confrontarlo.+

- Sólo me resguardo...+

- ¡Te di mi palabra de protección! – le rujió en la cara Yifan, chocando sobre

el maldito escritorio que le servía de separador, porque juraría que una

trompada le podría dar – ¡Te dije que iba a resguardar a mi familia! Volví a la

residencia, con esa...– dijo entre diente mirándolo de arriba abajo, como si de

asco se tratara eso que tenía en frente – ... puta excusa que me diste de mi

madre y el peligro que corrías, cuando en realidad lo que querías ¡Era tenerme

vigilado! ¡A mí! ¡Tu hijo!4

- Debía cerciorarme con quién trataba – respondió en voz alta, haciendo resonar

sus malditas palabras.+


Yifan quedó congelado. Sus ojos ardían del ambiente, porque retuvo allí su vista

sin pestañear siquiera. Frunció el ceño y ladeó su cabeza a un lado. Su padre...+

- ¿Desconfías... de mí?+

- Uno nunca sabe en quién puede confiar.2

Tembló Yifan cuando reventó el cortapapeles y esa pluma que estallaron por su

manotón en la pared. Sacado de rabia, rugió.+

- ¡SOY TU HIJO!1

Otro silencio. Yifan sólo podía escuchar su respirar, caliente de odio. Miró a

su padre. Es como si ese maldito infeliz le largara "¿Y qué?", porque Yifan

ahora entendía bien.+

- ¿Tú traicionaste así a tu padre? – reprochó de repente Yifan, señalando con su

dedo al hombre.5

El silencio era respuesta. El respirar con aire de arrogancia y orgullo de

Yànzǔ, era asqueante para Yifan. Y entonces se incorporó, alejándose un paso,

mirando por encima a su padre pensando entonces en... sus abuelos.+


Pero no dijo nada. No era el momento.+

Yifan se dio la media vuelta y en voz grave, le ordenó al hombre en voz alta.+

- Me debes dinero. Con tu mierda de juego arruinaste el sistema de seguridad

satelital de tu familia y todos los móviles de mis hombres y el mío.+

Yifan dio un portazo y siguió caminando, como si nada pasara, aunque era

conciente de que todos lo miraban. Se detuvo en el escritorio de su secretaria y

mirándola le dijo.+

- Yo traeré mi personal. Usted deja de ser mi secretaria.2

- Pero...+

Nada. Yifan subió al ascensor y apretó el botón al subsuelo, para irse del

lugar. No hacía más que trabajar desde la mañana temprano, hasta la noche y el

maldito así le pagaba. Había seguido cada una de las reglas que el infeliz le

había ordenado. Protegía la residencia. Le había compartido sus guardias,

poniéndose en riesgo él mismo y el maldito lo estaba usando. No es que él no lo

hubiera hecho con alguien más, pero... era su familia, su padre, él su hijo y

casi destruye su sistema de seguridad satelital enviándole ese maldito celular,

hackeando los móviles cercanos, comenzando por el suyo, que fue al instante

clonado. Ahora el hombre ¿qué sabía? Porque hasta que se había dado cuenta, su

maldito progenitor podía tener información confidencial de sus hombres y de él


mismo.

Las puertas del elevador se abrieron y él bajó de ahí, encontrándose solo en el

estacionamiento. Caminó a pasos agigantados. Buscó su auto y justo en lo que iba

a abrir la puerta, cerró sus párpados con fuerza. Él pensó con terror, "Zitao",

su viejo sabía que él seguía manteniendo comunicación directa con él.

"JaeJoong", fue el suspiro lleno de preocupación y de toda la gente que confiaba

en él. +

- ¡Maldito! – gritó en un eco que se hizo oír, mientras golpeaba el techo de su

coche. +

El impulso lo llevó a darse la media vuelta y apoyarse de espaldas al vehículo.+ u

Aspiró hondo, mirando arriba y peinó sus cabellos hacia atrás, dejando reposar

sus manos con fuerza y anidas en su cabeza. +

¿A quién le iría a dar esa información? ¿Por qué quería saber de él? Porque

Yifan no podía ya creer que lo único que le interesara a su viejo fuera tenerlo

controlado, sabiendo de sus movimientos.+

De repente alguien habló.+

- ¿Problemas? – preguntó.+
Yifan abrió los ojos y buscó a quien le había hablado. Frunció el ceño, clavando

los ojos en frente, cuando se encontró cara a cara con Kwon SangWoo. De nuevo

ahí, en el la empresa.+

- ¿Qué hace aquí? – cuestionó sin rodeos Yifan.+

Estaba de mal humor, como para andar teniendo que tolerar a un aliado de su

padre, porque, ahora que lo pensaba, ya siendo la segunda vez que había visto al

juez en el lugar, no podría ser por nada bueno. Este hombre ¿sería de la tríada

quizá?+

- Buenas tardes – dijo el hombre, asintiendo con rudeza.+

Su voz, no fue amable para nada, sino una reprobación de aquella falta de decoro

y educación por parte de Yifan. A duras penas, Yifan se recordó que debía

comportarse. Lo último que quería era tener un maldito juez pisándole los

talones. Como ahora.+

- Buenas tardes – respondió entonces Yifan, pero sin perder de vista su interés

por saber – ¿Qué hace aquí?+

Kwon aspiró hondo. Era evidente que no le gustaba el tono de Yifan, ni su manera

de tratarlo. Sus labios se endurecieron, fruncidos un segundo, decidiéndose si

hablar o no.+
- Es la segunda vez que lo veo aquí... – dijo Yifan –...y creo que habrá habido

otras veces más.+

Yifan se metió las manos en los bolsillos de su pantalón, esperando una

respuesta. Pero sorpresivamente Kwon se quedó en silencio. Simplemente

mirándolo.+

- Entonces... – volvió a hablar molesto Yifan – Debo suponer que no dirá nada.+

El hombre miró a un lado. Dudaba. Y Yifan se preguntó entonces, por qué le

resultaba tan complicado a este hombre decir a qué había ido. La cosa era

simple, al menos mentir podría. Excusarse con negocios, era una ruta viable y

sin embargo, Kwon evidentemente no era un hombre de mentir, pero sí de ocultar y

callar. +

- Creo que... – dijo el hombre, volviendo su mirada a Yifan –... debes

preguntarle a Yànzǔ sobre eso. +

- "Yànzǔ" – denotó inquieto – Entonces, son... amigos.+

- Habla con tu padre.+

Yifan también notó, cómo en un segundo Kwon bajó el tono de su voz, aflojando

esa rudeza, mientras lo miraba. +


- Mi padre no me dirá nada.+

- Yifan...+

- Me trata con familiaridad – acentuó Yifan molesto – ¿Por qué? +

- No me corresponde a mí hablar de esto – dijo Kwon – Ve con Yànzǔ y pregunta.

Pero si él no te dice nada, te doy mi palabra que...+

- ¡Yifan! – gritó a la distancia la voz de una mujer.+

Su madre. Yifan la reconoció al instante. +

El joven miró hacia donde ella se encontraba descendiendo del coche ¿Ella aquí?

¿En el edificio? ¿A la misma hora que el juez Kwon? Y seguramente estarían allí,

suponiendo que él ya no se encontraría trabajando, porque Yifan debería haberse

marchado hacía horas del lugar. Seguramente en la residencia no se querrían

reunir y menos en público.1


La mujer se acercó rápidamente. El ruido de sus tacones mostraban la velocidad

de sus pies y su ansiedad. Yifan se dio cuenta del rostro consternado de su

madre. Kwon bajó la cabeza, mirando hacia otro lado. Apenas ella llegó a estar a

unos pasos, Kwon asintió con respeto hacia ella, como un saludo silencioso. Él

quiso decirle algo, pero ella saltó de repente en un grito ahogado.+

- ¡¿Qué le dijiste a mi hijo?!+

Kwon miró a Yifan y miró a Nara. No había que ser genio para saber que

definitivamente, la reunión era de tres y había cosas que no se deberían

revelar. Y sin embargo Nara había dado sin querer, por su impulso histérico, el

primer indicio.+

Y Yifan no dijo nada. Porque quería saber.+

- Nada – irrumpió en voz alta Kwon.+

Nara se tapó la boca. Miró a Yifan completamente descolocada y dándose cuenta de

su torpeza. Apenas quiso acercarse a su hijo, colocando su mano en su pecho en

un temblor incontrolable, Yifan se le alejó.+

- Yifan...– murmuró con miedo, como si algo implorara.+

- ¿Qué? – cuestionó él.+


La miró fijo, dándole esa mirada que ella sabía interpretar bien. Su hijo era

intimidante. Y ella estaba orgullosa de eso, porque siempre había tenido ese

orgullo de madre de tener en claro que su hijo era quien mandaba siempre,

estuviera donde estuviera. Pero ahora, él la estaba cercando a ella con esos

ojos. Nara estaba tan aterrada, que de repente ya ni pudo ocultar el pánico que

le entró de saberse descubierta. Y ahí encima estaba Kwon, a la espera.

- ¿Cómo está tu madre? – preguntó Hangeng, apenas lo vio llegar.+

Yifan se acomodó en esa silla de la mesa de su bar, mientras alguien dejaba un

vino tinto y copas. Cabizbajo murmuró apenas.+

- Bien.+

- Pero... ¿qué pasó? – quiso saber consternado.+

- Lo que le convenía – dijo él con desgano y hasta con evidente hastío – Hacerse

la desmayada para que como locos corriéramos en su auxilio y yo no hiciera más

preguntas. 1

Hangeng serio, frunció el ceño.+

- Yifan ¿De qué hablas?+


Él suspiró. Miró a un lado sin decir palabra. Era de noche y estaba haciendo

frío. Una escarcha helada comenzó a caer, crepitando apenas en el grueso vidrio

del ventanal de su local. A Yifan le gustaba subir al primer piso, donde

normalmente estaba vacío, salvo los fines de semana que eso estaba repleto. Le

gustaba estar solo cuando tenía que pensar, mientras el murmullo apenas audible

de planta baja venía como eco a su mente a darle consejo y decirle qué hacer,

qué concebir, cómo proceder.+

- Wu – escuchó detrás.+

Choi Seung Hyun.+

Yifan se dio la vuelta y miró de arriba abajo al hombre. Se puso de pie y

asintiendo, estiró su mano para saludarse. Ahora, bajo las nuevas

circunstancias, él era sin lugar a dudas la persona que le quedaba más a mano

como contacto directo con sus hermanos. Era confiar o confiar y Yifan confiaba

en muy pocos. +

Después de estrecharse la mano, Hangeng le siguió. Los tres tomaron asiento. La

mesa no era de las más pequeñas. Seung Hyun miró las sillas vacías.+
- ¿Esperamos a alguien más? – preguntó.+

- En un momento llegarán – dijo Yifan, regresando su mirada al ventanal.+

Y las pisadas de gente subiendo las escaleras, daban la señal de que ya

llegaban, por eso se pusieron de pie.+

Seung Hyun vio a Yoochun, pero detrás a otros dos que no conocía. Y esos dos,

joder que estaban como si fueran sacados de alguna de esas revistas de moda.

Eran dos chicos por demás calientes. Seung Hyun había visto mucho en la noche,

mucha belleza en frente y él era de esos tipos hambrientos que cuando algo

quería, no se privaba de nada, porque tenía el encanto que realmente lo hacían

no esforzarse para nada cuando deseaba a alguien en su cama. En el cerebro de

Seung Hyun, el primero, rubio, de labios carnosos y rostro delicado con esa tez

blanca, gritaba "sumisión" absoluta. Pero el segundo, mierda, ese chico gritaba

"ni se te ocurra", haciéndolo deseable al menos por una noche, porque con él se

imaginaba la misma guerra entre las sábanas. Y fue ese quien lo miró directo a

los ojos, ni que quisiera matarlo en ese instante. De seguro ese chico le había

leído la mente, porque elevó su mentón, escaneando a Seung Hyun de arriba abajo

como si de un insecto asqueroso se tratara. La cosa es que evidentemente lo

estaba reprobando sin miramientos. Y a Seung Hyun le gustaban los desafíos,

sobre todo porque el chico era perfecto; elegante con ese traje, cabellos

oscuros a propósito despeina al frente, rostro pequeño y redondeado, pero fino.

Seung Hyun era alto y por lo mismo le gustaba más que fuera pequeño en estatura,
para verlo mejor y quizá también, cubrirlo mejor.4

- ¿Qué mierda miras? – espetó entre dientes el chico, antes de frenarse en

frente de él.3

Seung Hyun soltó una mueca, sonriendo a un lado y enarcando una de sus cejas.+

- ¿Tú qué crees? – emergió esa voz ronca de Seung Hyun, mordiéndose el labio

inferior.1

Yifan rodó sus ojos. Lo que le faltaba. Tener que lidiar con esto. No estaba de

humor, así que solamente se sentó primero.+

- ¿Tú quieres morir ahora? – amenazó el chico.2

- JiYong – habló el rubio, acercándose apenas a él con evidente temor – No

estamos aquí para esto...1

- ¡¿Y para qué estamos aquí?! – exclamó repentinamente JiYong – ¡Yo no pienso

poner mi vida en sus manos JaeJoong! ¡Y te pasas de confiado!+

De repente esto ni comenzaba y ya se manifestaba que aquí pasaba algo en serio,

bien serio. Seung Hyun ocultó en un nanosegundo esa sonrisa seductora. El chico

lo odiaba por desearlo, puede ser, pero él estaba ahí por algo fuerte ¿De verdad

tenían que poner sus vidas en sus manos? Seung Hyun se sintió tenso. Él no era
tipo de fiar y estaba conforme con que nadie confiara en él, porque él nunca se

comprometía con nada, ni con nadie. Él no quería tener en sus manos la vida de

nadie ¿En qué mierda lo estaba metiendo Wu?+

Seung Hyun miró acusatoriamente a Yifan.+

- Joder hombre – le rugió, removiéndose inquieto – ¿Qué es esto?+

- Choi...– quiso hablar pesadamente Yifan. +

- ¡Choi una mierda! – gritó Seung Hyun – ¡¿Qué demonios está pasando?! –

inquirió señalando al chico.1

Yifan se puso de pie, malditamente no estaba para juegos y ya estaba de un humor

que superaba el infierno, a donde tenía ganas de mandar a todos. Intimidante,

miró por encima a Seung Hyun y sugirió.1

- Si quieres saber qué pasa, te sientas y escuchas. Si no, eres libre de irte.+

- ¡Vio mi cara! – irrumpió tajante JiYong – Si se va ¡Lo mato!+


Seung Hyun volvió los ojos a JiYong. No supo por qué, pero le sonrió de nuevo.

Le gustó eso. El chico no quería que se fuera. Debería estar en guardia, pero

estaba riéndose como un pendejo.1

- ¡Es en serio! – gruñó JiYong, a ver si le quedaba claro eso.+

- Eso suena intenso – se burló Hangeng, sonriendo divertido.+

- Cállate idiota – murmuró YooChun que no consideraba eso divertido, mientras

tomaba del brazo a JaeJoong y alejándolo de ese lío en puerta, acercándolo a él.+

Hangeng no conocía al chico y YooChun sabía que en serio, JiYong podría matarlo.+

Yifan apoyó el codo de su brazo derecho en la mesa, elevando su mano y tocándose

la frente con sus dedos. Dios. La imagen de Zitao que le calmaba apenas rozando

la yema de su dedo en el medio de su frente, suavizando al instante cualquier

signo de rabia y enojo, se le iba en un segundo. En ese momento, eso era lo que

más falta le hacía...+

¿Hacía cuánto tiempo había estado sentado en el mismo lugar? +


Yifan se fijó en la hora de su móvil. Casi la una de la madrugada. Tragó duro.

Otro día más sin verlo. Suspiró como si se sintiera derrotado, apretando sus

párpados cansados, tomando el sorbo de vino que le quedaba en su copa. Pero

cuando elevó la vista, no esperó ese estado en que se encontraba a Seung Hyun.

Impávido, boquiabierta, mirando a la nada y con ceño fruncido. El hombre quizá,

no era que no tuviera sangre en las venas después de todo. Todos se habían ido

recién, así que habían quedado solos.+

- Esto...– murmuró apenas Seung Hyun – Esto es...+

Yifan no dijo nada. Endureció su mandíbula, mordiéndose cualquier juicio que

pudiera emitir, porque sería poco y nada para describir lo que acaban de

escuchar que estaba pasando de boca de JaeJoong y su amigo JiYong.+

Seung Hyun sacudió su cabeza, cerrando sus ojos un momento, como si estuviera

digiriendo todo. Y es que Seung Hyun había visto mucho, pero esto, mierda, a

cada paso que daba lo estaba superando. Los cadáveres de esos niños se habían

vuelto su pesadilla, aún veía el rostro de algunos. Ni siquiera la mirada de

gratitud mezclada con miedo de los que estaban escondidos en el otro contenedor,

le quitaba lo que no había podido impedir en el otro. Joder. Nunca le había

importado nada. Pero es que cuando escuchó el relato de JiYong, por un segundo

pensó si ese chico era real ¿Cómo pudo sobrevivir a semejante perversión y

maldad? Un niño, llegado a hombre, en medio de tanta mierda y con la cabeza

despierta para luchar por ser libre.1


- Seung Hyun – llamó Yifan, ya teniendo que hablar de todo.+

Choi abrió los ojos y se acomodó en su asiento, componiéndose derecho. Miró fijo

a Yifan y dijo.+

- ¿Por qué me buscaste Yifan?+

- Porque eres el más conveniente en este momento.+

- Y según tú ¿por qué?+

- Porque tú eres solo. No te alías con nadie. Si te ven ir y venir, lo único que

pensarán será que estás haciendo negocios y nada más.+

- ¿Cómo estás tan seguro de que crean eso?+

- Albergaste en tu territorio a toda la mierda junta sin que inicien una guerra.

Y sólo por el lujo de apostar. Adictos a tu mierda, construiste el mejor sitio,

haciéndote el único capaz de ser amigo de tus enemigos. Los vicios que les

ofreciste les vaciaron el cerebro se ve...+


Seung Hyun sonrió apenas a un lado. Ladeó su cabeza y aclaró.+

- Yo no soy amigo de nadie.+

- Lo sé. Los idiotas de tus clientes son quienes no lo saben. Por eso, no

sospecharán.+

- ¿Cómo sabes que no voy a traicionarte?+

- ¿Traicionarías a esos niños muertos?+

Seung Hyun lanzó un ronquido, entre risa y entre dientes, mirando a un lado.

Había dado en el clavo. Ese era su límite.+

- Hijo de puta – lanzó a Yifan. +

- Lo mismo digo de ti – respondió sin darle importancia al insulto – Tú y yo,

somos iguales. Tenemos un límite.+

Seung Hyun asintió varias veces. +

- ¿Qué debemos hacer? 1


- Lo primero – habló Yifan – Habla con los Park. Necesito que ellos sepan. Park

Si Hoo sabrá cómo actuar. De seguro te enviará con Chanyeol a contactar a los

demás. Deben saber lo que pasa...+

- ¿Por qué no tú?+

- No puedo acercarme mucho a ellos. No con lo que tengo en mente.+

- ¿Qué tienes en mente?+

- Infiltrarme.+

Una risa abierta del hombre, le dijo a Yifan lo que pensaba. Sin embargo, Seung

Hyun no se quedó con eso mente. Se lo tenía que decir.+

- Estás loco...1

- Así dicen – dijo burlón, al segundo que serio, pidió a Seung Hyun – Sin

embargo, hay cosas sobre las que no podremos hablar todavía.+

Choi arrugó su frente.+

- No entiendo.+

- No quiero que sepan aún que Jung Chan es el jefe de todo esto.9
- ¿Por qué?+

- Mis hermanos querrán atacar. Y esto es más grande que solamente darle un tiro

a uno solo. Aquí hay más de fondo. Es una guerra en el centro de la "Tríada".

Quiero llegar hasta arriba.6

- No estoy convencido – dijo de una vez – Yo apuesto por atacarlo una noche y

darle un tiro en la cabeza – asintió simulando un arma con su mano, como si

diera un tiro a la copa vacía sobre la mesa – Aunque cortarle su garganta sería

maravilloso también. Imagínate – sonrió ladino, mordiéndose el labio inferior –

Él, ahogándose en sí mismo, conciente de cada segundo que se le va de vida. Oye

¿sabías que ese tipo de muerte puede ser el más tormentoso? No porque duela. De

hecho, duele como la mierda cuando pasa, porque sientes el corte... – explicaba

como entusiasmado, mientras pasado su índice por el cuello en dirección

horizontal – ... pero después te desangras y te anestesias. Pero eres bien

conciente que te estás muriendo y que no puedes hacer nada, porque...6

- ¡Ya! – exclamó Yifan – Tampoco es que me interese ¿sabes?+

- Claro – se quejó – Tú solo vas a los tiros como el viejo oeste...+

- Soy el mejor en tiro al blanco – reclamó, poniendo la mano en su pecho y

furioso de verse menospreciado.+


- Pero yo soy el que tiene estilo – se le burló, poniéndose la mano en su pecho.1

- Vete a la mierda. No sabes nada de tener estilo con calidad.+

- Oye ¿Vas a querer que te ayude? ¿O no? – se quejó ya cansado Seung Hyun,

echándose hacia atrás.+

- Maldito.+

- No te estás portando bien conmigo para que te ayude – canturreó siniestro el

hombre, divirtiéndose en torturar la paciencia de Yifan.+

Yifan suspiró como sintiéndose derrotado. Si. El maldito tenía el poder de

sacarlo de quicio. Yifan miró a Seung Hyun y volvió con lo mismo.+

- No les hables aún de Jung Chan. No hasta que hable con su hijo primero.+

Una mueca de asco de Choi y ya estaba en evidente desacuerdo. Sacudió su cabeza

de nuevo y dijo burlón.+


- Es una broma ¿Verdad?+

- No quiero exponerlo...+

- ¡Es su hijo! – espetó de llano – ¡Tenemos que liquidarlo!+

- JiYong – dijo duramente – Ese chico se puso en riego con JaeJoong y quieren al

hijo de Jung Chan como a un hermano. No voy a pagarles quitándoles al único

sujeto que los ha tratado como lo que son, personas. +

- Si tanto los quiere ¡¿Por qué ese chico no hizo nada por ellos?! – cuestionó a

regañadientes.+

Estaba furioso. Ni él se entendía por qué esa rabia inaudita. Pero él quería

hacerles pagar a todos lo que ese chico JiYong había pasado.+

- Conozco a Kyungsoo – le recordó Yifan – Lo suficiente como para darme cuenta,

que su vida es una mentira. Si es como JaeJoong me ha dicho, Kyungsoo no ha

hecho más que hacer lo que hizo para proteger a su mejor amigo y su familia. Eso

por un lado. Y por el otro ¿Cómo crees que JaeJoong y JiYong siguen con vida? +

- No me quieras convencer – graznó con rabia – No me fío de ese chico. Y tú

tampoco deberías – advirtió mirándolo fijo – Es un Jung. Y Kai debería saberlo

ahora.2
Kyungsoo salió de otra habitación, para ingresar a otra. Su móvil entonces vibró

en el bolsillo de su bata de enfermero. Hundió su mano y miró. Cuando leyó

"Amor", él sonrió sintiendo lo mismo que sentía cada vez que hablaba con él,

estaba con él y lo miraba a él: felicidad.+

- Amor – murmuró, frenándose para centrarse en su novio – ¡Son casi las 3 de la

mañana! ¡¿Qué haces?!+

- Llamando a mi novio – escuchó del otro, haciendo girar extasiado a Kyungsoo de

ese lado – Para escucharlo, porque lo extraño mucho y me hace frío. +

- No exageres – habló mirando al techo.+

- Es en serio Mi Pequeño – le reclamó del otro lado Jongin – ¿Hasta cuándo

tienes ese turno de mierda que no me deja tenerte en nuestra cama? 1

Así un rato hablando de muchas cosas, estuvieron Kyungsoo y Jongin, ajenos a

todo. Ese rato en el que no se percató Kyungsoo, de que Yifan escuchaba,

paciente y a la espera de que quedara libre, para poder hablar. +

Ni bien cortó con Jongin, Kyungsoo se quedó mirando el aparato sonriendo. Yifan
tragó duro y tomó aire y fuerzas, para enfrentar eso. Él se paró en medio del

pasillo y esperó a que Kyungsoo lo viera. Y Kyungsoo no supo por qué, pero su

sonrisa se perdió por completo, al instante en que sus ojos se encontraron con

los de Yifan.+

- Yifan – llamó apenas, confundido de ver al hombre que se acercaba lentamente –

Hola... tú... Zitao duerme ¿sabes?+

- Vine a verte a ti en realidad, Kyungsoo – habló Yifan, frenándose

repentinamente.+

Kyungsoo alzó sus cejas, perplejo. Él supo que se trataba de algo serio, porque

Yifan lo miraba como dolido, como si sufriera algo que no podía decir. Siempre

le había dado esa sensación a Kyungsoo. Alguna cosa instintiva lo hacía sentirse

identificado con él, pero ahora, más.+

- Dime Yifan ¿Puedo ayudarte en algo? – preguntó preocupado y condolido.+

Pero no se esperó la respuesta.+

- Ya lo sé todo Kyungsoo.2

Si antes Kyungsoo se había apiadado de Yifan, ahora, estaba en alerta. Kyungsoo


endureció repentinamente sus labios y elevó su mentón como a la espera de un

ataque. +

- ¿Qué sabes?+

- Kyung – habló así, como si fuera su amigo, porque solamente su gente cercana

le decía así – No vengo a acusarte de nada. Sólo... – aspiró hondo y lanzó en su

suspiro de agobio –... necesito tu ayuda.+

Miró detenidamente cada una de las líneas de su fisonomía, ubicado de perfil.

Una luz de noche alumbraba con tranquilidad ese rostro sin turbarlo en absoluto.

Yifan metió sus dedos entre los cabellos negros de su niño. Si. Era suyo. Y él

debía proteger lo suyo.1

Yifan se acercó a su rostro y besó su frente. Dios, él lo adoraba, tanto... que

dolía el hecho de saber demasiado y encontrarse malditamente cercado, sin poder

protegerlo ya. Él se incorporó, pero persistió en seguir mirando a su amado,

mientras sus manos recorrían sus cabellos. Respiraba tranquilo esa noche. Y

Yifan se animó a imaginarlo así, con él, en una inmensa cama, alguna mañana,

como si recién despertara para encontrarse con su niño durmiendo. Si ¿Por qué no

animarse a soñar con ello de nuevo? Quizá algún día...+

- Yifan... – le habló tranquilo Kyungsoo, que lo había acompañado hasta allí –

¿Cómo era Zitao... antes?+


Yifan sonrió. No volvió su mirada a Kyungsoo, porque Zitao lo era todo en ese

instante. +

- ¿Baekhyun te contó?+

- Y Jongin...+

Más sonrió Yifan, porque lo recordó ¿Cómo era? Lo tenía tan vívido.+

- Lo conocí cuando tenía 13 años y yo 16. Su mala se le cayó justo a mis pies.

Era precioso – dijo Yifan lanzando una mueca llena de ternura – Era un monje del

templo Henan en ese tiempo y yo un pendejo engreído que me burlé de él.+

- Zitao – balbuceó Kyungsoo sorprendido – Era... ¡¿era monje?!+

- Y guerrero – asintió Yifan, mordiéndose el labio inferior.+

- ¿Él... él acaso peleaba?+

Yifan perdió esa sonrisa de repente. Recordó de esa vez que había estado

curándolo, después de su entrenamiento. Esa fue una de muchas otras veces. +

- Kung Fu. Zitao, hacía Kung Fu.+


- Vaya... es tan irreal...+

Yifan resopló. Se acercó a Zitao, para oler esos cabellos. Él siempre tenía ese

aroma tan nítido, tan bueno...+

- ¿Quién se enamoró primero?+

- Yo. Yo me enamoré primero – dijo sin dudar, volviendo a erguirse. Miró a

Kyungsoo un segundo y volvió a dibujar apenas una sonrisa. Al parecer a Kyungsoo

le costaba creer eso y Yifan contó – Apenas tuve una excusa, me volví un

acosador. Sólo que él era demasiado inocente como para suponerlo. Demasiado

ingenuo para entender que no era algo normal que alguien te persiga por los

rincones de la escuela. Creyó que estaba interesado en las enseñanzas de Buda.+

- ¡¿De verdad hiciste eso?! – se rió Kyungsoo, pero no por burla, sino porque se

imaginó todo eso con ternura.+

Yifan asintió, mordiéndose los labios, por si esa carcajada contenida pudiera

llegar a escapársele. Él no quería despertarlo. Cuando supo que no habría riesgo

de eso, volvió a contarle a Kyungsoo, con un toque de picardía subyacente en su

tono grave.+
- Yo lo arrastré a que se acostumbre a mí. Quería... yo quería que me vea hasta

el punto de que sintiera la necesidad que yo sentía de tenerlo en todo momento

conmigo. Yo quería ser el único que existiera para él. No sé si me entiendes...+ n

- Claro – dijo Kyungsoo, realmente comprendiendo eso – Conozco a alguien que

hizo algo parecido...+

Yifan asintió, volviendo su mirada a Zitao, que se removió acomodando su rostro

en el calor de la palma de la mano de Yifan. Zitao de pronto sonrió.+

- Te siente – susurró Kyungsoo, creyendo que Zitao podría despertarse.+

Yifan también entendió eso, más cuando Kyungsoo tiró apenas de su manga, como

llamándolo a la retirada. Y él no quería perturbar a Zitao, por eso, se exigió

salir.+

Cuando salían del dormitorio, Luhan se encontraba pasando.+

- Hola Yifan – saludó en un bostezo, mientras se estiraba lánguido y tranquilo –

¿Qué haces a esta hora?+

- Sólo me detuve un segundo, después de un trabajo...+


- ¡¿A estas horas?! – dijo, mirando la hora en su móvil.+

- Sesión en la noche. Si iba más temprano estaría lleno de gente igual – comentó

Yifan, mirando a Kyungsoo que solamente asintió.+

Luhan no sabía de seguro que él ya no andaba en el mundo de la moda, nadie

tampoco había hecho alusión a su retiro en ningún paparazzi simplemente porque

Yifan no lo había querido.+

- Oye Lulu – habló Kyungsoo – ¿Terminas con mi ronda? ¿Por favor?+

- Claro, no hay problema ¿Dónde quedaste?1

En silencio caminaron. Kyungsoo no dijo ni una palabra y no es que le

incomodara. Él podría estar así con Jongin, solo que de él amaba esos silencios

eternos. Se preguntó de repente si esas cosas no eran las que lo hacían tan

unidos a Jongin y Yifan; quizá por eso eran tan amigos, al punto de sentirse

hermanos.+

Cuando llegaron a la salida, las puertas se corrieron y ellos prosiguieron.+

- Quédate – dijo Yifan – Hace demasiado frío.+


Kyungsoo metió las manos en los bolsillos de su chaqueta y se encogió de

hombros, sintiendo el viento que lo golpeaba. Sonrió y miró a Yifan tan alto,

que de pronto se sintió intimidado, pero a la vez supuso que este hombre sería

mejor que sea su amigo para tenerlo de su lado.+

- ¿Cuándo hablarás con Jongin? – preguntó de repente, haciendo que la sonrisa se

le fuera al segundo a Kyungsoo.+

Los ojos de Kyungsoo se desviaron a un lado, serio y confundido.+

- Kyung...+

- Yo – balbuceó mirando de nuevo a Yifan, dudando de sus propias palabras – Yo

no sé Yifan, pero prometo que lo haré... sólo dame tiempo.+

Yifan serio, suspiró. Miró al exterior, sintiendo que la brisa estaba fría de

verdad. Debía atravesar las puertas para que volvieran a cerrarse. Regresó su

vista a Kyungsoo y asintió, queriendo creer en la palabra del novio de su amigo.

Pasó su mano por la cabeza, peirnando sus cabellos removidos por ese viento

helado.+

- Entiendo que es difícil, créeme. Cada vez que lo miro – dijo refiriéndose a

Zitao – me culpo por no poder hablar. Pero yo...+

- Tú no estás en mi posición – se adelantó Kyungsoo, dolido de saber que era


así.+

- Él debe saberlo, por ti Kyungsoo.+

- Yifan... tengo miedo – rugió de repente, viendo nublado todo.+

Y Yifan no pudo con ese lado que tenía siempre a la espera de ser quizá

necesitado. Él abrazó al pequeño de su amigo. Lo percibió temblando. Dios, ese

chico estaba aterrado y él entendía. Joder que entendía, porque lo que tendría

que atravesar no sería cosa fácil, no con Jongin.+

Yifan se encontró apoyando su mentón en la cabeza de Kyungsoo. Unas palmadas en

la espalda y un apretón para confortar al chico, fue lo que hizo, antes de mirar

a Kyungsoo de nuevo, mientras sus manos grandes se posaban en sus hombros.+

- ¿Jongin alguna vez te contó de mi secuestro?+

- Si – asintió Kyungsoo, secándose las lágrimas.+

- Fue tu padre y Jang Hyuk ¿sabes?+


En un segundo el estupor se apoderó de esos ojos impresionantemente grandes y

expresivos, que hicieron sonreír a Kyungsoo.+

- Mierda... Yifan...+

No sabía qué decirle. Tampoco es que Yifan esperara algo de eso, menos unas

disculpas por parte de él, que no tenía nada que ver. Por eso siguió contándole.+

- Ninguno de mis hermanos lo sabe. Seung Hyun me ayudó a cerciorarme, atando

cabo sueltos.+

- ¿Y por qué me cuentas?+

Yifan suspiró mirando fuera. +

- Porque fue Zitao – dijo, volviendo sus ojos a Kyungsoo – Él fue el medio que

usaron para secuestrarme. De hecho, él me secuestró.+

Kyungsoo se quedó sin palabras. Sus ojos seguían clavados en Yifan. Ese hombre

tenía tanto, tanto cargando solo, que se preguntó de pronto cuándo iba a

explotar.+

- ¿Zitao? – murmuró Kyungsoo – ¿Era...?+


- Era el esclavo de Jang Hyuk, o un "baby", como le quieras llamar – dijo Yifan

– Claro que me di cuenta, cuando estaba atado a una silla y Zitao de rodillas

diciéndole "amo" a Jang Hyuk. Y aunque no vi la cara de Jang Hyuk, sé que es él.

Pero él no sabe que yo sé.+

El rostro de Kyungsoo palideció por completo. Ya no le quedaban lágrimas, todas

secas del viento frío. Él tampoco sentía nada en el cuerpo. Escuchar eso, fue

como un golpe caliente de rabia y un montón de furia que comenzaba a crecer en

Kyungsoo, percibiendo su mandíbula dura y sus dientes crepitar. Se imaginaba

levemente qué había acontecido con Zitao, pero sabía que no tenía derecho a

preguntar. No hizo falta, porque Yifan ahora lo miró con sus ojos plagado de un

dolor silencioso, en lo que dijo más.+

- Claro que yo para ese entonces me encargué de decirle a Zitao que lo odiaba y

que no era nada para mí. Y cuando me ayudó a salir, no vino con nosotros. Él

simplemente se convenció que lo odiaba y desapareció.+

- ¿Por qué no lo detuviste? – preguntó.+

- Estaba inconciente y herido. De haber estado en pie – rugió entre dientes – yo

te juro lo habría detenido. Pero simplemente decidió irse... y fue mi culpa...+

- No digas eso...+
- Kyungsoo – suplicó Yifan – Debes decirle a Jongin.+

- Entiendo por qué me cuentas todo esto y por qué lo dices. Pero... entiéndeme a

mí Yifan... – imploró también Kyungsoo – No es así de sencillo...+

Yifan cerró sus ojos y negó, se negó muchas veces, porque en verdad era Kyungsoo

podía ser obstinado.+

- Kyungsoo – dijo volviendo sus ojos a él y bajando su rostro, para ver bien de

cerca a Kyungsoo – Tú eres el que no entiende. Tú no conoces a Kai. 1

Kyungsoo se hizo un paso atrás, perplejo miró a Yifan y es que él nunca se había

dirigido a Jongin de esa manera, diciéndole "Kai", su apodo de sicario.+

- Kyung – persistió intimidante Yifan, como preocupado – Yo lo conozco. Jongin

te ama y joder que jamás lo había visto así por nadie. Pero... no perdonará una

traición, no de ti, porque te ama – acentuó – Y ahí Kyungsoo, no querrás haber

conocido a Kai en verdad. Él no pensará en nada más que en deshacerse de su

dolor con odio, porque es así. Estallará y explotará. Es como yo...+


- Él no será capaz...9

- Si hubiera estado en mi poder – dijo Yifan – yo habría matado sin dudar a

Zitao, por ese amor que le confesé que le tenía cuando hizo lo que hizo. Lo

impidió que estuviera tumbado en una cama, maniatado y herido. Y me las arreglé

para dar con las palabras que sabía que lo destruirían por dentro. Pero...

cuando pude ser conciente de todo, ya era demasiado tarde y lo había perdido... 2

Para cuando Yifan al fin se encontró en el auto, cerró sus ojos analizando todo

por unos segundos. Solo quería una ducha y una cama, para dormitar al menos unas

3 horas.+

- ¿A casa señor? – preguntó YooChun.+

Yifan lo miró. El hombre miraba serio al frente y Yifan notó los nudillos

blancos de sus manos que apretaban el manubrio.+

- Lo siento YooChun – le habló compungido – Pero no había alternativa.+

- Como diga señor – dijo su guardia.+

- Él así lo quiso – insistió Yifan – Tampoco es que podría detenerlo.+

No obtuvo respuestas a eso. Yifan no podía hacer nada para aliviar el dolor de
YooChun. Mierda, él lo entendía. Si estuviera en su lugar, habría actuado peor.

YooChun estaba furioso. Cuando mucho, no le dirigiría la palabra por el resto de

los días hasta que la promesa que le había hecho de liberar a JaeJoong,

compensara el hecho de que ese día lo había tenido que hacer volver a su cárcel

maldita, junto a Jung Chan. YooChun se había enamorado perdidamente del chico y

no era por su apariencia, sino porque él decía que ese chico era un ángel en

todo sentido. +

- A casa – dijo Yifan, emitiendo apenas un suspiro.+

Y mientras iban de camino, Yifan cerró sus ojos, murmurando los nombres que en

su mente comenzaban a cobrar sentido, sabiendo que ellos al final eran quienes

estuvieron siempre malditamente en su camino. Pero había uno de quien él se

encargaría personalmente.+

- Algún día – murmuró para sí.+

YooChun sabía a lo que se refería. Miró de reojo, apretando sus labios, mientras

el semáforo marcaba rojo, obligándolo a detener el coche.1

- Piensas en esa mierda ¿verdad? – comentó.+

- Cuál de todas – dijo Yifan.+

- Tú piensas en Jang Hyuk.1


Yifan apoyó su nuca en el asiento. Estaba enojado consigo mismo.+

- ¿Cómo pude ser tan idiota? Era tan claro...+

- Yo nunca lo hubiera pensado. Es un hombre demasiado respetable. El pueblo lo

admira por su moral. Casi es Primer Ministro de la República. No te culpes...+

- Desde el primer momento que apareció, pagando por el tratamiento de Zitao

abiertamente. Desde que su madre lo admitió tranquilamente. Maldita mujer –

rugió en un temblor, que lo obligó a llevarse una mano a la frente – No sé qué

hacer con Zitao, sobre ella...+

- Es demasiado ¿verdad?+

- Demasiado... – dijo quitando su mano de su cabeza. +

-¿Qué harás con tu viejo?+

- No lo sé. Te lo juro...+

- Seung Hyun qué sugiere...+

- Tú qué crees – sonrió ofuscado.+


El auto se puso en marcha. +

- Lo siento Yifan – escuchó de su guardia y amigo – Yo no querría en verdad

estar en tu lugar. Pero... estaré contigo hasta el final. Lo sabes ¿verdad? –

dijo mirándolo de reojo, sabiendo que su jefe le sonreía – No sé cómo le haces

entre la "Tríada", "El Jefe" y el presidente... +

Yifan lanzó una risa de angustia. No se sentía con tanto poder como todo el

mundo debía creer que él tenía. Era apenas el peón en un tablero de ajedrez,

tratando de persistir en el juego, haciendo movimientos ni siquiera certeros,

sino tanteando a la suerte.+

- Gracias.+

Y así siguieron en silencio. +

De alguna manera, todo este desorden, sólo auguraba que para bien o para mal,

estaba cerca el final. Se preguntó, como podría hacer él para sacar de todo eso

a Zitao.
A su tiempo

Yifan aparcó su coche en el ingreso de la residencia. Una mansión apartada de la

urbe, ubicada en las alturas de uno de los montes. En los últimos años, era moda

que las familias más prominentes recurrieran a la tendencia de tomar distancia

de las masas por seguridad, pero también para denotar lo que los demás no

podrían tener. Yifan miró esa fuente que funcionaba aún con el frío y la noche,

mientras sus guardias descendían de los vehículos. Fue recibido por custodios

que frenaron su avance, tal como lo esperaba, pero no se inmutó un poco. 5

Un guardia avanzó y dijo.+

- Debemos revisar señor Wu. Órdenes del ministro Jung.+

Yifan renegó en su interior, cuando dijeron la palabra "ministro". Estos

hombres, eran la supuesta guardia gubernamental. Cuántos millones de wones

gastados para su protección y él haciendo lo que hacía ahí dentro. Él asintió

sin gastar energía en palabras innecesarias. Un detector de metales portátil se

dejó ver en las manos del hombre, escaneándolo. Cuando el aparato soltó alarma,

el hombre habló de nuevo.+


- Deberé pedirle que deje sus armas o todo lo de que sea metal aquí.+

- Yo – ordenó Yifan – Mis hombres no.+

- Ellos no podrán ingresar.+

- Hecho – respondió, quitándose primero el reloj de su muñeca, siguiendo con lo

demás después.+

Quizá el guardia esperaría que Yifan se negara, pero Yifan sin lugar a dudas no

estaba para perder el tiempo en minucias. Si algo llegara a pasarle ahí dentro,

sus hombres desatarían una masacre y ya estaban al tanto de cómo proceder. +

Un inmenso pasillo lo recibió y Yifan avanzó observando de reojo las paredes

plagadas de pinturas de distintos estilos y épocas, pero todos con un punto

común. Niños en distintos lugares, jugando, sonriendo, en paisajes de ensueño.

Yifan tragó duro y continuó hacia donde lo dirigían. 1

Una puerta corrediza se abrió de par en par, dejando ver al final un escritorio

de madera macizo y en el sillón detrás, sentado, el hombre al que se presentaba

para mostrarse dispuesto a hacer lo que él ordenara. Jung Chan. +

"Recuerde joven Wu, quién es el jefe", le había dicho Nam Goong Min, "Jung Chan.

Es contra él contra quien debemos ir". El presidente mismo le temía, más que

temerle, le tenía un pavor indescriptible que Yifan no entendió sino con el paso
del tiempo; ver a esos niños muertos por asfixia en ese contenedor y el resto

apenas respirando en el segundo, fue el indicio final para saber quién era en

verdad Jung Chan. Los niños tenían dos destinos, el primero: consultorio

clandestinos para quitarles los órganos, el segundo y con suerte: ser llevados a

una residencia y enseñarle a ser esclavos sexuales. JaeJoong y JiYong eran

sobrevivientes de aquello.1

"¿Por qué no simplemente ir contra él?", había preguntado Yifan. Y el mandatario

había respondido entonces con recelo, "Porque no está solo. Y no llegaría nunca

a donde quiero llegar".+

Jung Chan se puso de pie y prendiendo el botón del saco de su traje, sonrió

abiertamente mientras rodeaba la mesa para ponerse en frente y recibir a Yifan.+ e

- ¡Wu Yifan! – exclamó con vehemencia – ¡Al fin aquí!+

Como si hubiera ganado. Yifan bien sabía que Jung Chan así sentía, como si

hubiera ganado una guerra, cuando recién comenzaba la cosa. Porque Jung Chan

bien sabía, que tener a Yifan de su lado, era el inicio de lo que después

vendría con él pegado. El ministro confiaba que era cuestión de tiempo, para que

Yifan terminara por convencer a sus hermanos de asumir la realidad de que

necesitaban aliarse con "el jefe", Jung Chan. Y lo recibía mejor que su propio

padre lo hubiera recibido alguna vez en la vida. Era tan sádico todo.
Jung Chan estiró primero su mano y Yifan la tomó con fuerza sin quitar la vista

del hombre. Cuando el apretón se hizo intenso, Yifan vislumbró la cara de

ansiedad y regocijo de Jung Chan, en su pecho inflado de orgullo de sí mismo.

Yifan sonrió apenas a un lado, como muestra de seguridad y soltura. +

- Cuando mi hijo se puso en contacto conmigo... – habló Jung Chan, posando sobre

ambas manos unidas la que tenía libre – ... juro que no lo podía creer el por

qué. Aunque pensándolo bien, Huang Zitao tiene un poder maravilloso, aún sin

querer ¿O me equivoco?+

Yifan hirvió por dentro. Era la vía que siempre usaban y la que Jung Chan había

usado con él. Su primer impulso fue apretar su maldita garganta con sus propias

manos y acabar con todo. Era fácil, más sabiendo que solamente su sobrino estaba

ahí y que podría con los dos. No lo dudaba. Sin embargo, una vez que acabara lo

matarían los guardias y después ¿qué vendría? Una masacre donde los más

vulnerables serían los masacrados. Entre ellos, Zitao y su hermana. Eran los

blancos más cercanos y completamente entregados en bandeja por su propia madre.+ d

- ¿Cuándo podré recuperarlo? – preguntó Yifan tenso y con un suspiro lleno de

remordimiento – Lo quiero conmigo... +

- A su tiempo – respondió Jung Chan, dando unas palmaditas de aliento a Yifan.+

Jung Chan entonces soltó a Yifan, al instante que estiraba su mano hacia una
silla dispuesta en el escritorio. Yifan asintió y tomó asiento, mientras el

hombre volvía a ocupar su sillón.+

- Déjanos solos – ordenó Jung Chan a la única persona presente además de ellos

dos.+

- Quisiera quedarme – habló duramente Yong Hwa – Yo no confío.+

Yifan sonrió con sorna, volvió apenas su vista a Yong Hwa.+

- Yo tampoco confiaría – dijo al hombre por sobre su hombro.+

- Déjanos solos Yong Hwa – ordenó más frío su tío – Ahora.+

Fue una amenaza. No había dudas. Jung Chan solamente se había repetido porque

era su sobrino. Debía quererlo algo.+

Cuando Jung Chan se sentó en frente, Yifan supo que habían quedado solos. Jung

Chan se quedó un momento en silencio, mirando serio y fijo a Yifan, analizándolo

meticulosamente. Y ese fue el momento en que Yifan comenzó a redescubrir a Jung

Chan.1

Yifan lo había visto apenas un par de veces en alguno de esos eventos de caridad

donde los mandatarios gubernamentales estaban acostumbrados a asistir y a él, su

mánager de ese entonces, a arrastrar. Jung Chan era del tipo de hombre que por
su carisma, estaba acostumbrado a querer ser la compañía de muchos. Aún siendo

mayor, se decía que era atractivo y galante en el trato, amable y cordial. La

primera vez que lo había visto, en el entierro de sus abuelos a Yifan le resultó

reconfortante esa mano que apretaba su hombro. "Tu abuelo fue un gran hombre

Yifan", le había dicho condolido de su pérdida Jung Chan, "Nunca lo

olvidaremos". Yifan lo había mirado con recelo y entonces vio a ese sujeto que

se volvió a tomar el cajón para llevarlo él mismo, colocándose cerca del padre

de Jongdae. Todos hablaban bien de él. Hasta el día de hoy, todos dudarían

incluso si a alguien se le ocurriera decir algo en su contra. Hasta el

presidente lo protegía públicamente, pero Yifan sabía bien lo que ocurría

detrás.+

- Bien muchacho – dijo Jung Chan – Es momento de charlar ¿Estás dispuesto a

responder a mí?+

- A cambio de él – respondió Yifan vehemente – Sí.+

- Tu padre – asintió – ¿Qué dice tu padre de tu decisión?+

- Nada. +

- No debe querer al joven Huang.+


- No me importa. Me ha tratado como una mierda desde que tengo memoria – dijo

entre dientes, abriéndose completamente al hombre, sabiendo que le era simple a

Jung Chan darse cuenta cuando alguien le mentía. Yifan entonces había optado por

la vía simple. Ser sincero – La única razón por la que lo mantengo con vida, es

porque es mi maldito padre. Pero parece que el sentido de su existencia, se basa

en verme debajo de él. +

- No te valora como yo – dijo Jung Chan – Habría estado orgulloso de tenerte a

mi lado. +

- Lo mismo me dijo Jang Hyuk esa noche – recordó Yifan, emitiendo una mueca

socarrona y lanzando su vista al lado derecho un segundo; cuando volvió a mirar

a Jung Chan preguntó – ¿Cuál fue el problema en ese entonces? +

- Cosas del pasado que ya ni recuerdo – dijo plácidamente Jung Chan, asentado su

espalda del todo en el sillón en señal de desinterés y comodidad – Pero tu viejo

tenía aires de grandeza. 1

Yifan miró entonces una sonrisa oculta en el rostro del hombre. No le estaba

diciendo la verdad. Jung Chan se paró pronto de su asiento y encogiendo sus

hombros apenas, preguntó.+


- ¿Quieres algo de tomar?+

Mentía. Yifan estaba seguro que él le estaba mintiendo. La razón era tan

voluble, como si de capricho se tratara. Y Jung Chan no masacraba por capricho,

de eso, estaba Yifan seguro. +

- No – respondió – Se lo agradezco.+

Jung Chan se dirigió a un mini bar casi invisible en un rincón. Apenas llegó,

tomó un vaso.+

- Tu padre me tiene miedo – dijo, sirviéndose licor, con aplomo y una sonrisa

llena de deleite – Puede llegar a ser impresionable. No parece compartir mis

métodos.+

Jung Chan recordaba aún el día que en se encontraban los dos en la reunión con

sus jefes. Un infiltrado había sido descubierto y era deber de uno de los

miembros de alto rango, dar una lección a los de más abajo. Jung Chan era quien

debía aleccionar ese día, así que había elegido el método que más le gustaba.

Atado el hombre a una silla victoriana, con manos sobre el reposabrazos,

cubierto sus ojos, pero no su boca, comenzó a recibir el castigo. Una gota, dos

gotas, tres gotas de ácido sulfúrico en cada mano y los gritos iniciaron. Eso

parecía cosa eterna. Los jefes estaban complacidos con ello, sobre todo porque

había dejado al descubierto el nivel de aguante de los miembros. Wu parecía

querer vomitar pero se contuvo, para parecer fuerte, pero Jung Chan vio su
rostro de espanto y se rió de saberlo tan miedoso y asustado. Jung Chan no tuvo

prisa por hacer padecer al sujeto que clamaba por su vida. Eso era música para

sus oídos.se despertó de su ensoñación, cuando escuchó a Yifan decirle.2

- No me preocupan sus métodos. Cada quien con su juego.+

Jung Chan asintió y tomó un sorbo de su bebida. +

- ¿Sabes que me trajiste problemas familiares por tu decisión? – afirmó un tanto

ofuscado esta vez Jung Chan – Mi hermana te quiere matar y no es broma...+

- ¿Cómo tratará el tema entonces? +

- Ya me enteré lo que hicieron con Jang Hyuk – asintió apretando sus labios,

como resultara amargo eso – Encontraré un buen matrimonio para Jessica. Pero no

puedo prometerte que ella no insista contigo. Cuando se le mete algo en la

cabeza...+

Jung Chan movió su dedo índice a su frente, dándose golpecitos. Yifan no supo

exactamente a qué se refería, si Jessica era persistente o estaba loca. Las dos

opciones para Yifan eran aceptables.+

Yifan preguntó.+

- ¿Qué pasará con Jang Hyuk? Él quiere a Zitao – rugió con crudeza y hastío.+
Jung Chan sonrió, como si le resultara chistoso eso.+

- Es mejor que crea que es de él. Déjalo entretenido. Mientras Zitao esté

viviendo en ese hospital, él no lo podrá tocar.+

- Su madre lo sacará en breve.+

- Yo convenceré a Ziyi que lo deje más tiempo. Ella obedecerá.+

- ¿Y cuando sepa que su hijo es mío?+

- Ella no discutirá mis decisiones.+

Yifan suspiró. +

- ¿Cuáles son sus planes para mí?+

Jung Chan volvió alrededor de la mesa, pero sin sentarse. Yifan se dio cuenta

que al sujeto le gustaba estar siempre por encima, mirando desde lo alto y
sabiéndose más. Yifan elevó sus ojos, encontrándose con el hombre que lo seguía

analizando.+

- Todo a su tiempo Wu. Tengo muchos planes para ti. Y todos ellos te llevan a lo

más alto. Piensa en esto – dijo sonriendo, mientras rodeaba al chico sentado – A

corto plazo, te irás a vivir a Beijing.+

- ¡¿Qué?! – exclamó impávido Yifan, abriendo los ojos más de lo normal.+

Jung Chan sonrió y tomó asiento. +

- Tienes el apoyo de mi gente en Beijing.+

- ¡Mis planes no son regresar! +

- No importa – interrumpió seriamente, dejándole en claro que él no quería

opiniones – ¿Tú quieres a cambio a Huang? Deberás sacrificar Wu. Pero te aseguro

que te gustará a la larga. Tú tendrás el poder en un par de años. Todos te aman.+

- No logro entender – dijo con rudeza Yifan.+

- Te quiero en una carrera política prominente. En unos años llegarás a lo más

alto, te lo aseguro – asintió feliz el hombre – Pero ahora... vamos por el

primer pequeño paso.+


Yifan se dio cuenta, de que su vida, ya no era suya. Al menos, no por el tiempo

que debería fingir. Así que se limitó a asentir, asumiendo así Jung Chan que el

joven estaba dispuesto a escuchar. Jung Chan volvió a dirigirse a él.1

- Seguramente escuchaste hablar al honorable director de la "Oficina

Anticorrupción de la Alcaldía de Seúl".+

- El señor Lee – habló Yifan, asumiendo lo que iba a venir – Sí. Es un hombre

recto. Demasiado para el gusto de mi padre.+

- Lo mismo digo – dijo Jung Chan – Me está trayendo problemas. +

- ¿Hizo algo en contra suyo? ¿Hay que matarlo?+

- No – respondió – Matarlo llamaría demasiado la atención. Así que iremos por la

vía más tranquila, porque si algo llega a pasarle, todos mirarán de este lado. + u

- ¿Qué ocurrió?+

- Metió sus narices en mi ministerio y el de mi hermano. Demasiado.+

- ¿Y qué puedo hacer yo? – insistió sin entender Yifan, perplejo.+


- Creo que nos quiere denunciar. Y aunque tengamos varios jueces fáciles de

convencer y otros amigos míos, hay uno que me inquieta. Necesito saber si ha

recibido algo de parte de Lee, en contra nuestro. +

- ¿Qué juez?+

- Kwon Sang Woo.+

Yifan no se entendió a sí mismo, cuando sintió una angustia inquietante. Recordó

al hombre de las pocas veces que lo había visto y ahora, escuchándolo en la mira

de Jung Chan, se encontró queriendo correr a proteger al sujeto que no entendía

qué relación tenía con su padre, pero que... dios... era el padre adoptivo del

doctor Zhang y quien fuera tutor de Xiao Luhan. Él era buen hombre, era en serio

un tipo que no merecía llegar a estar en el ojo de Jung Chan. +

- ¿Tienes que ver algo que ese hombre haya ido a ver a mi padre?– preguntó

sintiéndose completamente descolocado y divagando ante su total ignorancia – ¿Mi

madrea... quizá...?+

Jung Chan elevó su mentón, mirando por encima a Yifan. Estaba molesto ante su
pregunta. Y es que Yifan no era que iba a ir a ciegas.+

- O sea que tu padre no te dijo nada – espetó disgustado – Le dije que te hable.+

- ¿Sobre qué?+

- Kwon Sang Woo, es hermano de tu padre. Él es tu tío, Yifan.

Yifan miró la hora en el móvil. Ocho en punto de la mañana. Luego volvió su

vista a la residencia.+

Una casa de dos pisos y árboles secos alrededor, por el crudo frío en la

proximidad del invierno. Yifan se imaginó que al hombre le gustaba la naturaleza

y las flores, por las macetas vacías y dispuestas en las ventanas. Cortinas

blancas resguardaban lo que pasaba dentro del exterior. Un guardia apostado en

la puerta del lugar y otro, que bien sabía Yifan estaba en el auto. Era juez,

así que no era de extrañar que tuviera custodia gubernamental. Yifan suspiró,

sintiéndose tranquilo por ello.+

Yifan bajó del coche y dejó sus manos a la vista. Su padre mismo le había dado

el número de su casa y aunque no había podido hablarle en persona, su secretaria

había apuntado una reunión con él. Yifan se encontró sorprendido ante eso, pero

supuso que quizá Kwon esperaba porque algún Wu lo quisiera ver.+


- Wu Yifan ¿Verdad? – preguntó un guardia.+

- Así es.+

- El juez Kwon lo espera – dijo abriéndole la puerta.+

A Yifan le resultó molesto que en ningún momento lo palparan o al menos lo

revisaran, dándole fácilmente paso para ingresar. +

Apenas pisó el umbral, la puerta se cerró detrás de sí. El olor a café invadió

sus fosas nasales. Una cabeza asomó por un pasillo. Una sonrisa abierta y el

llamado expectante.+

- ¡Mi muchacho! – exclamó el hombre repentinamente, sorprendiendo a Yifan –

Llegaste antes ¡Ven!+

Su cabeza se perdió de nuevo y Yifan se acercó como si le costara un poco,

invadiendo un espacio que por primera vez pisaba. +

- ¡Por aquí! – gritó el hombre, más exaltado.+

Yifan siguió la voz, pero el aroma a café también lo llamaba. Llegó a la puerta

y se quedó quieto, mirando la cocina hogareña y la mesa bien dispuesta para un

desayuno de dos. Tostadas, cosas dulces, café, leche y hasta una bandeja de
frutas. +

Sang Woo se dio la media vuelta. Era realmente desopilante ver al juez del

distrito de Seúl, un hombre en apariencia temerario y severo, con esos trajes

que siempre llevaba puestos, ahora preparando un desayuno mañanero, con su

pantalón de vestir y camisa arremangada. Un delantal de cocina le indicaba a

Yifan que era natural en él hacer estas cosas ¿Realmente este sujeto era hermano

de su padre?+

Sang Woo sonrió, reacomodándose los anteojos que por primera vez le veía llevar

Yifan, en lo que palmeaba la silla.+

- Siéntate muchacho.+

Yifan reacio miró frunciendo el ceño. Tragó duro. Ni siquiera lo había saludado.

Él no era así e igualmente no sabía cómo ser con el hombre que arrasaba con su

hiperactividad, quizá esa misma que siempre tenía Yixing. +

- Aquí – invitó Sang Woo – Oye... no muerdo ¿sabes?2

Yifan respiró hondo, como llenándose de todo eso que se le ofrecía. Se recordó

entonces ser él mismo y con el respeto que el hombre se merecía, hizo una

reverencia.+
- Buenos días señor Kwon – dijo titubeante – Gracias por recibirme... en su

casa.+

Desilusionado de sí mismo. Así se sentía Yifan de repente, mal, por estar ahí

parado para hablarle al sujeto de lo que él debía hablarle y Kwon estaba

esperando de lo más entusiasmado a su sobrino, quizá. Por eso no quiso darle

esperanzas al hombre y se encontró siendo frío.+

- Yo debo irme pronto...+

La cara de decepción de Kwon fue evidente. Su sonrisa se perdió al instante.

Miró sin embargo la mesa y volvió los ojos a Yifan, para sonreírle de nuevo.3

- ¡Un café! – exclamó, empalagando a Yifan con su energía – ¡Al menos un café! + d

No hubo respuestas. De hecho Yifan se sentía contrariado. De pronto habría

querido sentarse y servirse como si fuera solamente una visita del hombre, para

charlar un rato de la vida, de sus cosas, de sus gustos...+

- Claro – se encontró diciendo sin querer Yifan, sentándose.+

Sang Woo se volvió a la máquina de café y comenzó a verterlo en dos tazas.+

- Disculpa que mi secretaria haya atendido – dijo él, volviéndose de vez en


cuando a mirarlo – Me alegró saber que quisieras verme.+

Cuando se dio vuelta, él colocó la taza en frente de Yifan y se sentó cerca del

joven.+

Se miraron un instante. Resopló Kwon como si no pudiera contener tanta cosa

dentro de sus emociones a la vista. +

- Supongo que ya te dijeron – habló él, poniéndose terrones de azúcar a su café

– que eres idéntico a tu tío.+

- Si. Lo conocía entonces...+

- Claro – afirmó – Pero no fui amigo de él, sino de tu madre. Mi hermano y ella

se conocieron por mí. +

Yifan quedó sin moverse ante esa novedad. No se imaginaba a su madre siendo

amiga de alguien en realidad.+

Kwon señaló con sus ojos la taza a Yifan, que la tomó en sus manos. Kwon acercó

un plato con galletas. +

- Con chispas de chocolate – habló entusiasmado – Yo las hice. Kyung me dijo que

te gustan.+
Entendía menos. Cada vez Yifan entendía menos a este hombre ¿Quién era Kwon Sang

Woo? ¿Sabía? ¿Acaso él tenía una más mínima idea de lo que realmente pasaba?

Algo le decía que si. Entonces ¿Era un hombre que decía ser una cosa y era otra?

¿Como Kyungsoo? ¿Como él mismo?+

- Si – dijo Kwon, asentando lentamente su taza de café en la mesa – Todo eso que

debes estar preguntándote, es un sí. Ya lo sé todo Yifan – asintió con cierta

pena y preocupación – Y créeme que estoy decidido a ayudarte. Sé que algo vas a

pedirme. Ahora, lo que tú vayas a pedirme, que sé que es algo importante, solo

podré hacerlo siempre y cuando tú me digas toda la verdad. Si no sé "toda" la

verdad... nada podré hacer mi muchacho.1

Yifan cerró los ojos, bajando la cabeza un poco y sus hombros quedaron

pesadamente colgando. Cuando abrió los ojos, mirando fijo a Sang Woo, apenas si

pudo decir.+

- Es tanto que...+

- Comienza por el principio. Yo veré con qué me quedo.+

- ¿Qué tanto sabe usted de mí?+

Kwon sonrió burlón. Sacudió su cabeza muchas veces, tomando luego un sorbo de su

café y tomando una galleta que mordió ávidamente, habló con la boca llena.+
- Toma antes que se enfríe.+

Yifan obedeció. Apenas un poco en su boca llegando justo a tragarlo, cuando

escuchó.+

- Yo siempre supe que ese delincuente, era tu amigo.+

Y Yifan casi escupe todo, atragantándose y tosiendo, mientras Kwon daba

golpecitos en la espalda al chico. La servilleta le fue depositada al frente de

sus ojos y Yifan la llevó a su boca, componiéndose. Cuando pudo hacerlo, ahogado

sin embargo, miró al hombre que parecía querer ocultar las ganas de descocerse

de la risa.1

Calmándose el hombre, suspiró. Miró a Yifan esta vez ya más sereno y le dijo.+

- Mi muchacho ¿creíste que no tenía idea de quién eras en verdad? +

- Usted... sabe... – dijo agitado Yifan y pasmado, porque... estaba ante un juez

– ¡¿qué sabe?!+
- Desde hace años que di con ustedes muchacho – respondió Kwon – Come una

galleta – ordenó, mientras tomaba un sorbo de su café – Las hice especialmente y

no agarraste ni una.+

Yifan rápido tomó una galleta y mordió, encontrándose que estaban buenas, como

él tan panicoso como para hacer ruido al masticarla.+

- Supuse que ayudar a tu mejor amigo, te ayudaría a ti también – habló serio,

mirando fijo a Yifan y con evidente preocupación – Me pregunté en ese momento

qué cosas debiste andar viviendo para ser arrastrado a todo eso. Y cuando me

encontré con mi hermano, no fue tan complicado entender por qué eres como eres. +

Yifan emitió una sonrisa. Resopló, mientras tomaba café y dijo.+

- Cuando era bueno, no existía y ahora con lo que soy, pareciera estorbarlo.+

- Nuestro padre ha sido siempre así con él – asintió varias veces con pena, pero

aseguró – Y no estoy justificando a tu padre.+

- ¿Por qué apellidos distintos? – preguntó.+

- Hijos de distintas madres – respondió.+

- No entiendo – comentó perplejo Yifan – ¡¿Mi abuelo no te reconoció?!+


- Solo cuando fui lo suficientemente grande como para encontrarse interesado por

un hijo que era bueno en la escuela, bueno en deportes, bueno en todo lo que se

le ocurriera. Eso lo dijo el viejo Wu, no yo – asintió con algo de rabia,

sacudiendo su cabeza en negación. Miró a Yifan y aclaró – Fui el resultado de la

amante de mi padre, cada vez que venía a Seúl. Yànzǔ no me perdona eso. Y el

hecho de que mi padre, me quisiera. Mi madre murió cuando tenía 15 años y me

arrebataron todo lo que conocía llevándome en un abrir y cerrar de ojos a

Beijing. La madre de Yànzǔ me odiaba y no llegué a culparla, porque yo era el

recuerdo viviente de la traición de su esposo. Yànzǔ nunca llegó a tener la

cercanía de hermano que yo habría anhelado. Para ese entonces él tenía 19 años y

estaba en la universidad ya estudiando.+

- Lo siento...+

- No lo sientas – dijo él vehemente, sirviéndose más café – Tuvo sus beneficios

¿sabes? Tenía un techo y comida y todos los libros que se me ocurrieran. Aunque

no respiraba en todo el día por todas las cosas que mi padre me imponía hacer.

Aún lo recuerdo – dijo sonriendo con cierto chiste, mientras comenzó a recitar –

El mayordomo venía, se me paraba al borde de la cama y empezaba: "Joven Wu,

pasaré a decirle su rutina del día, a las 5.30 a.m. su instructor de educación

física lo espera, hoy toca tiro al arco. A las 6 a.m. su instructor de yoga lo

espera en el mirador. A las 6.30 a.m. se le sugiere leer las noticias del día,

los diarios como siempre estarán disponibles en el recibidor. Tendrá 10 minutos

para ducharse, hasta las 7 a.m. porque su padre estará esperándolo en el


desayunador. 7.40 a.m. será llevado al instituto. 4 p.m. será recogido de

regreso a la residencia, donde su instructor de piano lo espera para sus

lecciones. 5. 15 p.m. tentempié. A las 5.30 p.m. su profesor de idiomas lo

esperará en biblioteca. A las 7 p.m. hasta su hora de dormir, tiene tiempo

libre; se le aconseja realizar las tareas de la escuela si las tuviera..." 3

Los dos rieron de repente, encontrándose sin decirlo que bien sabían de lo que

hablaban. Y Kwon entonces soltó...+

- Yo me preguntaba todos los días "¡¿Cuál es el maldito sentido de mi vida?!" –

exclamó al aire, ahogado en el chiste – Ni respirar podía... Yo quería gritar de

la rabia. Y ya ves Yifan – agregó, paleándose el pecho con orgullo – Aquí estoy

de pie y vivo.+

Cuando los dos se tranquilizaron de nuevo. Yifan preguntó.+

- ¿Fue fácil renunciar a ser un Wu?+

- No.+
- ¡¿Por qué renunciar?! Sigo sin entender...+

- Fue después de un secuestro. Fue a mí. No a Yànzǔ. +

Un silencio de segundos y Yifan creyó entender ese mutismo en lo que Kwon

parecía no querer confirmar lo que era evidente. A Yifan no le cabía la menor

duda de que su padre fuera capaz de eso y mucho más.+

- Por eso mi abuelo te dejó ir fácilmente – dijo sin dudar.+

- Así lo creo – confirmó Sang Woo – Ya estaba grande y sin poder. +

Los dos tomaron su café al mismo tiempo. Mordieron la galleta con chispas de

chocolate al mismo tiempo y se miraron al mismo tiempo. Se rieron al mismo

tiempo y al mismo tiempo quisieron preguntarse o decirse algo. Kwon asintió,

dándole lugar a Yifan de hablar.+

- Yo estaba celoso de Yixing – dijo de pronto – De que hubiera tenido suerte con

un padre como tú ¿sabes? Él es muy bueno, como tú...+

Al hombre se le hizo un nudo en la garganta. Uno que le hizo remover su

mandíbula de la emoción. +

- Bueno – habló él, con un esfuerzo que gustó a Yifan, por lo conmovido que

parecía el hombre – Al menos soy tu tío ¿no? Así que soy tu familia. Y para tu
mala suerte tenemos los mismos genes.+

No sabe Yifan a qué había ido a ver a Sang Woo, pero lo recordó cuando se

encontró mordiendo una de esas galletas de chispas de chocolate, como solía

hacérselas Kyungsoo. Él debía hablarle de muchas cosas y hacer acuerdos. Él

debía ponerse en marcha para otros asuntos que debían arreglarse en el momento. +

Quieto un segundo, fue despertado por la mano comprensiva en su hombro de Sang

Woo.+

- Yixing me habló de ti y de Zitao ¿Es por él... verdad?+

- Si algo llegara a pasarle...+

Yifan miró fijo al hombre. No habría hecho falta manifestar en palabras sus

sentimientos y esa sensación de atosigamiento que estaba experimentando en ese

momento. Yifan estaba desorientado, perdido y angustiado. Los pasos que daba

eran incierto y tanteando su suerte. Él no dejaba de sentirse culpable de las

cosas malas que pasaban, como si hubiera podido evitarlas. Y no ya no tenía

fuerzas para proteger a nadie porque se había entregado él mismo al hombre que

amenazaba con destruir a las personas que amaba.+

- Mi muchacho – habló Sang Woo – Yo haré lo que me pidas, si eso te ayuda en

algo. +
Y él asintió, en acuerdo.+

- Gracias – dijo – Sé que mi padre no pudo convencerte.+

Kwon suspiró y volvió sus ojos a la taza de café. Tomó un sorbo y endureció sus

labios, tragando el contenido, como meditando algo, quizá lo que debía decir.+

- Tu padre y yo nos reunimos para hablar de otros asuntos...+

- Creí que...+

- No te preocupes – interrumpió – Yo te ayudaré. Dile a Jung Chan que hablaste

conmigo y me convenciste en mi sensibilidad, porque me gustó que me llames

"tío".+

- ¡¿Cómo es que sabes tanto?! – exclamó.1

- El presidente – murmuró – Al parecer está desesperado y completamente solo. No

tiene a nadie en quién confiar. Todos a su alrededor parecen estar conectados a

Jung Chan.+

Yifan se apoyó en la mesa, tomando con ambas manos su cabeza. +

- Todo a su tiempo Yifan – dijo Kwon – Saber todo esto, puede desesperarte, pero
no te vuelvas loco. No somos los únicos que están detrás de Jung Chan.+

- ¿Quién más? – preguntó Yifan, volviéndose expectante a Sang Woo.+

- Tu amigo. Chanyeol. Ha estado con sus hombres detrás de sus contactos. Ha

disuelto en estos días un brazo importante de Jung Chan en Taiwán y otro en aquí

en Seúl. Supongo que si Jung Chan no te contó, es porque no quiere verse débil,

para seguir en el poder. Si Hoo, me mantiene al tanto.+

Yifan frunció el ceño, boquiabierta y pasmado, murmuró.+

- ¿Quién eres?+

- Soy tu tío – dijo desinteresadamente – ¿De dónde creíste que sacaste tu

inteligencia?+

Kwon guiñó el ojo y sonrió, mientras tomaba su café y agarraba una galleta.

Yifan le siguió.+

- Todo a su tiempo Yifan – insistió – Verás que las cosas saldrán bien al final.

Pero quiero pedirte un favor.+

- Dime.+

- De esto, por ahora, nada a Yixing y a Luhan. No quiero alertarlos de que están
en peligro aún.+

- ¿Ellos?+

Kwon miró seriamente a Yifan y asintió. Los nombres de sus hijos adoptivos

evidentemente preocupaban al hombre hasta la angustia.+

- Esa, mi muchacho, es una historia que quiero contarte.+

Yifan supo que lo que vendría, sería otra cosa más para sumar a la lista de las

razones y motivos por los cuales estaba haciendo lo que hacía. Y se quedó

escuchando lo que su tío le contaba, convenciéndose a sí mismo de que si en la

vida se encontró siendo quien era, era porque se estaba preparando para lo que

vendría. A su tiempo, todo encajaría.

Ninguno sabe
Es la hora del almuerzo y Yifan aprovecha que todos en el piso de la empresa han

ido a almorzar, para insistir en saber de su niño. Yifan ha llamado incontables

veces, pero él no atiende y no es que haya moros en la costa, porque sus

guardias están al pendiente de cualquier movimiento ahí; simplemente pasa que

Zitao no quiere atenderlo. Graba muchísimos mensajes, pero Zitao si los ha

recibido, no ha abierto ninguno de ellos. Y Yifan se toma el puente de la nariz,

suspirando cansado y hundiéndose en el sillón de su despacho. Sabe bien lo que

debe estar pasando por la mente de su amor, cuando fija su mirada en esa maldita

revista de paparazzi que cayó en sus manos, teniendo como tapa a él y a Yixing

en una mala foto de aeropuerto, con el título en amarillo y grande "¿Nueva

conquista?". 14

Su móvil vibra de repente y esperanzado, con una sonrisa en su rostro, fija sus

ojos en la pantalla, pero se le borra cuando ve el nombre de su ex. Aprieta su

mandíbula y no atiende. Si ella ha aparecido así, de la nada, es porque debió

ver las revistas y los portales de internet con lo mismo. 1

Deja el celular en la mesa del escritorio y suspira. Pero se incorpora un minuto

después a ver qué acontece, cuando la pantalla de su móvil se ilumina con

mensaje entrante.+

Jessica: "¿Cómo estás?" 13.00 P.M.+

Se estremece cuando lee esas palabras. Sabe que nada bueno puede venir de

Jessica. Un estremecimiento desagradable se apodera de su cuerpo. Traga duro y


toma el móvil para poner fin a esto. Pero es un caballero. Se resigna a

responder.2

"¿Se te ofrece algo?" 13.11 P.M.+

Jessica: "Hablar contigo" 13.11 P.M.+

Él ya no responde a eso, pero no pasa nada cuando su móvil vibra en sus manos

con la llamada entrante. Suspira y renuente responde tajante en su voz.+

- ¿Qué ocurre?+

- Quería saber cómo estás – responde ella en un tono apagado, como si no tuviera

fuerzas para elevar la voz.1

Yifan inhala y exhala duramente, mirando al techo y rebuscando la fuerza para

cortarla, porque sabe que será descortés.+

- Jessica, agradezco que quieras saber cómo estoy pero... pero ya no quiero

decirte nada de mí.2

No le ha quedado de otra más que ser grosero y no le ha gustado serlo. A ella la

ha descolocado eso, porque se queda callada. Y en lo que él quiere despedirse,

ella lo frena.+
- Fueron años juntos Yifan – habla suave, sin reproche, pero con evidente

añoranza – Tantos años viéndote todos los días – sonrió del otro lado – que a

veces vienen los recuerdos ¿Sabes? Es... inevitable... 1

- Jessica...+

- ¿Recuerdas cuando nos conocimos? 1

El día que le dijeron que él había muerto. Lo recordaba bien, porque estaba

destruido y ella llenó ese espacio maltrecho, haciéndole ver que algo en la vida

podía ser bonito; hasta que se volvió un tormento. Las peores decisiones en la

vida, aprendió Yifan, son las que se toman enojado, furioso y deprimido. 2

- Yifan...+

- Si... – carraspeó en un suspiro.+

- ¿Recuerdas nuestra primera noche juntos? ¿La primera vez que dijiste que me

querías? Siempre me pregunté por qué nunca dijiste que me amabas ¿Me amabas? +

- Jessica ya... ya pasó...+

- Extraño despertar contigo, salir, caminar... estar... +

- No hagas esto por favor – suplicó Yifan refregándose los ojos.


- No me engañabas – dijo repentinamente acallándolo – Y yo me empeciné en

culparte que sí lo hacías. Ahora que lo pienso – volvió a sonreír entre un

sonido de sollozo que Yifan distinguió – te cansaste de que te acuse y te culpe

y terminaste haciéndolo en verdad ¿No es así? Fue mi culpa. 1

- No se trata de eso.+

- ¿Y entonces? +

- No debíamos estar juntos Jessica – habló cansado – Nos hacíamos daño...+

- Lo dices tan fácil... +

- ¿Por qué ahora Jessica? Ya pasó.+

- No para mí Yifan – dijo quebrada en su voz – Yo te amo. 1

- Tú no me amas. Sólo extrañas lo que era costumbre.+

- No intentes decirme qué es lo que siento – reclamó enojada – Por favor... yo

sé lo que siento y te amo... 1

- Lo... lo lamento...+
Pidió perdón. Yifan no tenía nada para devolverle más que sus disculpas por no

poder retribuir en nada a sus sentimientos. Por eso lo lamentaba.+

- Siempre tan caballero y cortés... +

Fue un reproche y él lo supo. Pero no dijo nada en contra de eso, porque supuso

que al menos le daría algo de calma. +

- No merecías nada de lo que te hice Jessica. Nadie lo merece. Fui el peor tipo

contigo engañándote. Tú no merecías eso. Mereces alguien que te valore por quien

eres. Que te adore en verdad y...+

- ¿Lo amas? – preguntó de pronto, silenciando a Yifan.+

Boquiabierta Yifan exhaló palabras a la nada.+

- Dios... no puedo con esto...+

- ¿Lo amas? – insistió.+

No demoró, ni dudó en decir.+

- Sí. Lo sabes.+

- ¿Crees que eres lo mejor para él? 1


Justo en el centro. De repente un nudo se le hizo en la garganta. Ella sabía

cómo dar donde más dolía.+

- No – respondió apenas, cerrando sus ojos y temblando de miedo, al darse cuenta

de eso.2

- No somos tan distintos al final mi amor – dijo ella y cortó.4

Yifan no supo cuánto tiempo se quedó a la deriva. Pero debió ser bastante

tiempo, porque alguien llamó a la puerta, antes de ingresar.+

- Señor Wu – dijo su secretario – Es hora de la reunión de accionistas.+

___ ___ +

Yifan se siente completamente cansado. Ha tenido que confrontar con su padre y

se ha encontrado con el apoyo de todos ahí dentro. La mirada de hastío de su

progenitor no pasa desapercibida para nadie. Algunos hombres incluso le dan

palmadas de aliento en la espalda, diciéndole de lo bien de su trabajo. Pero

todos se dan cuenta que padre e hijo no pueden estar conviviendo en el mismo

sitio.+

Sin embargo Yifan no se queda más tiempo. Quiere insistir en saber de la única

persona que le da fuerza para resistir a todo esto. Pero cuando llega a su
despacho, alguien le gana de mano y su móvil tiene llamada entrante.+

- Querido – dice su madre sollozando.+

- Mamá ¿¡Qué ocurre?! – pregunta su hijo consternado.+

- Acabo de hablar con Krystal... +

- ¿Qué hacías tú hablando con ella?+

- Es... es Jessica... +

No era un maldito. Aunque querría serlo, él no podía. Él debería simplemente

limitarse a permanecer en su lugar, porque eso no era algo que debía ser de su

incumbencia y sin embargo ahí estaba él, imbécil, conduciendo su coche a la

máxima de la velocidad permitida, para llegar al sanatorio donde Jessica había

sido internada de urgencia.6

Llegó a donde su madre le había indicado que se encontrarían los Jung. Los vio a

la distancia, yendo y viniendo de un lado al otro y aunque sabía que no sería


bienvenido, avanzó.+

- ¡¿Qué mierda haces tú aquí?! – gritó YongHwa, queriendo arremeter contra él.+

Alguien lo frenó. Yifan poco pudo ver, porque quien se le paró en frente fue

GyuWoon, el padre de Jessica. Yifan esperó la peor reacción, pero no lo que vino

del hombre evidentemente conmocionado por lo que estaba ocurriendo.+

- Muchacho – le dijo – Gracias por venir... no... no tenías por qué hacerlo.+

- Señor Jung... yo sólo... – rebuscó Yifan coordinar algo – Lo siento tanto...+

- Sé que fuiste la última persona con la que ella habló – dijo él, mientras

Yifan regresaba su vista a la esposa del hombre que lloraba angustiada a un lado

– Pero tú no tienes la culpa de nada hijo... nosotros no te culpamos de eso...+

Alguien llegaba ruidosamente detrás de Yifan. Todos se volvieron a ver. Nara

ingresaba. La madre de Jessica se lanzó en un sollozo ahogado a sostenerse en

los brazos de Nara. Era de entender, si fueron novios por años y sus familias se

frecuentaban.+

Jessica había entrado al sanatorio con un cuadro de intoxicación severo. Fue un

intento de suicidio por ingesta de fármacos. Todos lo sabían, pero la familia

Jung se encargaría de cubrir todo a los medios, que ya se encontraban

abarrotados en la entrada de la clínica. 3


Cuando despertó, el médico habló a la familia.+

- ¿Alguno aquí es Yifan?+

Todos los ojos se volvieron a él, que se encontraba moderadamente apartado. Se

había quedado para saber y luego irse, pero los planes cambiarían, al parecer.+

- Ella llama a Yifan – dijo el doctor.+

- Yifan – suplicó la madre de Jessica – ¿Podrías... por favor?+

Yifan asintió, demasiado avergonzado. Se sentía culpable y todos ahí lo sabían.

YongHwa se lo dijo en la cara una vez, hasta que sus padres lo callaron. Yifan

sabía que YongHwa tenía razón, porque él podría haber sido más comprensivo con

ella cuando lo llamó, más condescendiente en su modo de expresarse, menos

tajante, menos duro y más tolerante. +

En el silencio del dormitorio, apenas iluminado, Yifan avanzó. Vio a Jessica

débilmente sonreírle y abrir su mano. Yifan se resignó a tomarla y se quedó con

ella, haciéndole compañía, sin decir nada.1

___ ___ +
Zitao mira por la ventana de su dormitorio. La luz se va perdiendo. Aún retumban

en su mente las palabras de Jessica en esa visita imprevista y por demás

insípida. Ella solamente se le paró en frente, cuando él estaba en el parque del

hospital, como si nada y lo miró desde lo alto. Es muy hermosa y ella lo sabe,

por lo mismo, es conciente de que eso hace estragos en la poca seguridad de sí

mismo que tiene Zitao, que apenas si se anima a verla. Es como si la viera de

nuevo, cuando cierra sus ojos y recuerda.+

"¿Sabes quién es realmente Wu Yifan?" 1

Una amargura se le arremolina en el estómago. Una dureza se apodera de su

corazón, sintiéndose pesado y aturdido.1

"¿Sabes a qué se dedica realmente Wu Yifan?" 2

Aunque él había elevado su mentón y quiso hacerle frente, no pudo. En su

lentitud para asimilar esas palabras, se encontró con la sonrisa de ella,

petulante y presuntuosa, continuando con más preguntas que se daba cuenta que no

podría responder Zitao.+


"¿Sabes por qué viaja tanto?" +

Esa la sabía. Y Zitao en su ingenuidad respondió...+

"Porque es modelo de tapas de revistas y desfiles importantes". +

Tonto. Tonto y mil veces tonto. No se lo dijo ella en voz alta, claro, porque

cualquier podría escuchar. Más bien lanzó una risa bien a lo alto para decirle.+ t

"No sabes nada de Yifan. Él dejó ese trabajo hace un tiempo y tú crees que sigue

siendo modelo ¿O sea que no sabes por qué viaja tanto? ¿Nunca te preguntaste

tampoco por qué no te muestra a su familia y a la gente? ¿Realmente crees que

Yifan quiere eso?" 2

Zitao aún recuerda cuando ella barrió su silueta de la cabeza a los pies. Lo

hizo sentir vergüenza de sí mismo. Quizá esa era la respuesta. Vergüenza. Yifan

sentía vergüenza.2

Traga duro y aspira algo de aire. Se siente descompuesto y mareado de las voces

en su mente que le dicen que él "no vale nada".De nuevo esas voces con las que

luchar. Tiembla y toma el móvil en sus manos, cerciorándose que no hay nadie a

su alrededor. Mira la pantalla y mecánicamente hace lo que le enseñaron sus

amigos, cuando quiera llamar a alguien. Él no sabe leer, pero sí sabe distinguir

los emoticones que identifican a cada una de las personas que guardaron su
número en sus contactos. Mira el corazón, que es de Yifan, pero no es esa la voz

que quiere escuchar. Sino la de la carita sonriente que encuentra al final. Su

dedo aprieta allí y escucha.2

- ¡Mi muchacho! +

- Yixing – dice en un pesado suspiro.1

- ¡Pudiste llamarme! +

- Pude Yixing – dice satisfecho de sí mismo, escuchando la risa abierta de su

amigo del otro lado – Y lo hice yo solo...+

- Cuéntame Zitao ¿Cómo estás? +

- Yo... – titubea, parpadeando muchas veces sin querer decir directamente lo que

pasa, porque no quiere parecer de esos que solamente van con problemas a los

demás – Yo quería saber cómo estabas tú ¿Cómo es ese lugar en el que estás?+

- ¡Es lindo Zitao! No es tan grande como Seúl pero me gusta mucho... – habló sin

rodeos, comenzando a relatar las cosas que estaba viendo. El tiempo pasa y Zitao

ríe de las anécdotas que su doctor le va contando. Se imagina que algún día, de

verdad, podría estar allí con él, más cuando Yixing termina por decirle con un

suspiro – Juro que quisiera que todos estuvieran aquí conmigo... te extraño

mucho... +
- Y yo doctor Zhang – susurra, curvando sus labios hacia abajo, no queriendo

quebrarse, porque quería oír su voz para alegrarse.+

Unos segundos en silencio, están los dos, escuchándose en el respirar de ambos

lados, hasta que es Zitao, sin querer, porque nada más lejos de su inocente

corazón donde no caben malos sentimientos, quien reprocha. +

- ¿Por qué te fuiste?+

Zitao no ve a Yixing. E Yixing está tremendamente agradecido de que Zitao no

pueda ver esas lágrimas que ha largado en silencio. No ha podido explicarle a su

muchacho el por qué de su partida y no es porque no supiera que él entendería.

Es simplemente que a nadie pudo decirle nada, salvo a Yifan, que lo ayudó a

irse.+

Con un nudo en su garganta y tragando duro, trata de encontrar su voz calma y

una sonrisa que no sale para su muchacho.1

- Sabes que te extraño mucho ¿verdad? Y te juro que daría cualquier cosa por

estar ahí a tu lado. 1

- Vuelve – suplica el niño, que nada entiende.+

- No puedo. +
- ¿Por qué? – reprocha más.+

Yixing cierra sus ojos y moquea en un mutismo obligado. Seca sus lágrimas y

sonríe apenas, como para fingir que no está tan mal después de todo. Pero ¿a

quién engaña? Hasta su inocente muchacho ya se ha dado cuenta, porque Zitao le

dice.4

- Yo sé que no estás bien y que quieres estar aquí.1

- No puedo regresar Zitao – dice al fin, abriendo sus ojos y mirando por el

ventanal de su apartamento los edificios de Boston, como si pudiera llegar al

otro lado del océano – No puedo. 2

- No te entiendo.+

Yixing duda, pero no puede seguir sin decirle algo a Zitao. Quizá, después de

todo, su muchacho llegara a entender, aún si nadie pudiera.+

- Debía... debía alejarme de Junmyeon, para que él pudiera estar bien. 6


- ¿Y él está bien? – pregunta Zitao, abriendo bien sus ojos, mirando por la

ventana a la nada y arrugando el ceño, preocupado por el doctor y el hermano de

Jongdae.2

- Eso espero – murmura Yixing, encontrándose rezando al instante porque él esté

bien.+

- Lo siento mucho – dice Zitao, sintiéndose mal por hacerle recordar a Yixing

todo eso.+

Otro segundo más, en que los dos se componen y es ahora Yixing quien quiere

saber.+

- ¿Qué te ocurre mi muchacho? Sé que me llamaste para saber cómo estaba, pero...

siento que algo pasa. +

Sin razonar si es lo que quería realmente, Zitao lanza.+

- Yifan...+

- Zitao – dice un tanto severo, pero siempre delicado con él Yixing – Aclaramos

lo de esa foto del aeropuerto con Yifan. Él me estaba ayudando a irme. +

- No es eso – habla Zitao, un tanto condolido, pero no por eso molesto,


porque...– Es otra cosa.+

- ¿Qué cosa? +

Zitao suspira agotado. Y su pecho de infla de dolor cuando le cuenta.+

- En los programas dicen que Jessica, su novia está mal. Internada...+

- Ella no es su novia – aclara al instante Yixing, sintiendo ganas de pasarse al

otro lado para agarrar a quien esté haciendo sufrir a su muchacho – ¡Esos

programas dicen cualquier cosa para vender! 1

- Lo vi entrando en ese hospital a verla.+

- Él es un buen muchacho, Zitao – prosigue Yixing seguro de sus palabras – Es

tan bueno, que seguro solamente fue a verla. +

- Cuando todos preguntaron por su novia... él siguió caminando y... no negó...+

Yixing suspira. Sabe bien lo que se siente y lo que fue eso. Se recuerda de las

veces que sus amigos han tenido que lidiar con esos asuntos. Si Luhan, siempre

más apacible no aguantó ver a Sehun en esas portadas con mujeres y Baekhyun se

atacó en una rabieta de celos, aún sin estar con Chanyeol cuando lo vio al lado

de una mujer en revistas ¿Cómo no entender a Zitao? Y duele muchísimo escuchar

la voz quebrada en angustia de su muchacho, cuando sigue.1


- ¿Por qué nadie puede saber de nosotros? ¿Por qué tenemos que esconder que

estamos juntos? Yixing...1

- ¿Hablaste con él de todo esto ya? – interrumpe Yixing.+

- No quiero.+

- Pero debes hacerlo. +

- No me dirá nada. Lo conozco.+

- ¿Tengo que suponer que ya preguntaste? +

Después de una milésima de segundos, confiesa.+

- No.+

- Y no encontrarás respuestas si no preguntas. Debes hablar. 3


___ ___ +

"¿Lo amas?", le había preguntado ella.+

"Sí. Lo sabes" +

"¿Crees que eres lo mejor para él?" +

"No" +

Yifan recuerda una y otra vez esa conversación. Llama a Zitao muchas veces,

porque lo necesita con el alma. Lo anhela, lo extraña, ansía verlo, escuchar su

voz, que le diga que lo ama. Pero nada.+

- Señor Wu – habla de nuevo su secretario – El señor Jung Chan ha llegado al

edificio.+

Cierra sus ojos y endurece su mandíbula, antes de ordenar.1

- Escóltalo hasta mi oficina, por favor. +

Suspira cuando la puerta de su despacho se cierra y graba un mensaje para que

Zitao pueda escuchar.+

- Zitao, por favor... – suplica –... dime qué está ocurriendo que no atiendes
mis llamadas y no respondes mis mensajes. Estuve fuera, lo sabes. Por eso no

pude ir a verte, pero... esta noche iré – informe y deja su celular en el

escritorio.+

Sus ojos se quedan un momento en la pantalla, con la esperanza de que Zitao se

ponga en línea y mire que él le ha dejado un mensaje de voz, pero nada.+

La puerta se abre y Jung Chan ingresa. Se saludan respetuosamente y entonces

Yifan invita al hombre a tomar asiento en frente de él.+

- Me han dicho que fuiste a ver a Jessica ayer, apenas te enteraste de lo

sucedido – dice el hombre, apenas se ha acomodado – Gracias por lo que haces por

mi sobrina.+

Yifan lo analiza perplejo. Frunce el ceño y ladea su cabeza a un lado. Jung Chan

se da cuenta y emite una sonrisa socarrona, sacudiendo sus hombros con una pizca

de ironía en su semblante.2

- Soy un hombre preocupado por su familia – dice Jung Chan – ¿Tanto cuesta

creerlo?+

- Lo siento – replica Yifan.+

Un chasquido con su lengua sale de Jung Chan, que parece tranquilo. Y es que a

él parece no afectarlo nada en realidad. +


- Te dije que mi sobrina estaba loca. El amor es una enfermedad que justifica el

desquicio y la debilidad de las personas, Yifan. Los hace irracionales en

verdad.2

Yifan no opina nada al respecto. Tampoco es que Jung Chan espere alguna

devolución a su enseñanza. Él no pierde el tiempo y deja sobre la mesa la nueva

misión de Yifan, en un sobre marrón, cerrado, que debe leer en frente de él para

luego destruirlo. Jung Chan no deja rastros de sus órdenes, ni misiones. +

Apenas Yifan comienza a estudiar lo que el jefe le indica, cierra abruptamente

sus ojos. De nuevo debe salir de Seúl y tiene poco tiempo para alistarse. Traga

duro y en su mente cuenta el tiempo, para rebuscar un espacio que le permita a

como dé lugar ver a Zitao.+

- Hay un asunto que quería tratar solamente contigo – dice de pronto Jung Chan.+

- Dígame.+

- Se trata de Oh Si Ho. El padre de Sehun. Su empresa y esta empresa – sonríe,

mientras se cruza de pernas – Quiero que lo hables con tu padre, que de seguro

estará de acuerdo. 2

Mierda. Yifan intuye qué quiere. Quiere que destruyan a los Oh y por eso su
padre estará de acuerdo y feliz. Maldito sádico. Jung Chan ha hecho creer a Oh

Si Ho que en realidad los Jung lo están ayudando a sostener su imperio.+

Es de noche. Zitao silencia su móvil. Aún cuando sabe de los innumerables

mensajes de voz de Yifan, él se niega a abrirlos. Se niega a caer de nuevo y

creer que todo está bien. Quiere tiempo para pensar. Aunque no sabe de qué cosas

podría pensar, sabe en claro algo. Él no se conforma con mantenerse en contacto.

Él quiere más. Y eso, Yifan, no se lo puede dar. +

Zitao espera que apaguen la luz de su dormitorio y él mismo eleva su mano para

apagar la luz de noche contra la pared, arriba de su cabeza, cuando se recuesta.

Sus ojos adormilados se van cerrando pesadamente. No está tranquilo, pero está

tan agotado, que termina cediendo a un sueño.+

Sueño.+

De esos en los que siempre sucede igual. Él, se mira. Sigue sus pasos. Sabe que

es él, aunque lejos está de reconocer esos cabellos disparados y rubios. No le

gustaba en sus sueños, quizá por eso no le gustó cuando Kyungsoo se lo pintó de

ese color. Huele humo y cuero. De todos modos no se distingue en color. Todo es

como una imagen borrosa en blanco y negro. Se mira su mano y es de color. Se

mira al frente, alejándose y es blanco y negro. Su corazón estalla, porque

quiere detenerse a sí mismo, pero su voz no le sale. Se sabe intranquilo y

súbitamente aterrado, mirando hacia atrás como si algo lo persiguiera. Gritos


que ordenan que se detenga, hace que mire de nuevo hacia atrás, porque sabe que

no quiere ser alcanzado. Y corre. Escapa. A toda velocidad. Y entonces se da

cuenta que su "yo", no es que esté escapando. Es como si buscara algo. Mira a

todos lados, él se ve buscando algo por todos lados y gritando con todas sus

fuerzas.... +

"¡¿Dónde está?!" +

Preso de espanto, ese "yo", busca algo. Hasta que fija sus ojos en esa moto. Y

allí va. Se sube. Y Zitao quiere frenarse a sí mismo, pero no hace falta, porque

ahora, él está arriba de esa moto que transita a toda velocidad. Le ensordece el

sonido del vehículo. El viento helado golpea su rostro y sus ojos se llenan de

lágrimas porque no tiene casco. Busca algo y su mente grita "¡¿Dónde está?!" +

Un brillo ciega de frente y...+

Exhala. En la oscuridad de su dormitorio, Zitao se encuentra sentado, agitado y

sudando del espanto y del agotamiento, por estar escapando. En sus sueños.+

Inhala y exhala. Lento. +

Toca su pecho, para asegurarse que es él y que ya está despierto. La pesadilla

se ha acabado, por esta noche. Porque sigue la noche.+

Zitao mira la luna que se ve desde su ventana e intenta seguir reponiéndose.+


"Ya terminé la ronda", se alcanza a escuchar desde el pasillo. Eso hace a Zitao

despertarse del todo. La puerta de su dormitorio está entrecerrada, por lo que

nadie verá lo que pasa dentro. +

Se olvida de su pesadilla y se sienta en la cama, poniendo sus pies sueltos

hacia fuerza. La cama es alta, pero eso ha hecho que se haya esforzado más,

obligándolo en lo complicado a arreglárselas bien. Toma con sus manos los

barrales de los costados y lentamente, desciende. Suspira cuando la piel de su

pie descalzo toca el suelo, estremeciéndose feliz por sentir eso y sonríe cuando

su otro pie ya se encuentra al lado del derecho. Su mano izquierda se hunde en

el alto colchón de la cama, de donde se agarra, pero su derecha se estira a la

mesa que está del lado opuesto, contra la pared, justo en lo que da a la

ventana. Y aunque puede que haya caído antes, en la soledad, ya no tiene miedo,

porque no caerá más. La noche, la luna y las estrellas son las únicas que saben

la verdad.+

Él puede caminar. 9

Pero no dirá nada, porque si se supiera, ya no tendría ningún motivo para

permanecer allí. De hecho, no los tiene, pero su madre no podría atenderlo como

él lo necesitara siendo un inválido. Y aunque sabe que está mal, Zitao se

encontró mintiendo a todo el mundo.1


Agua es lo que quiere tomar y va al sanitario. Cierra la puerta y enciende la

luz. Todo lo hace sigilosamente para que nada se escuche, porque, aun cuando la

puerta de su dormitorio estuviera entrecerrada, alguien podría oír.+

La canilla larga agua y él toma de sus propias manos. Refresca su rostro mojado

en sudor y cuando se incorpora se mira al espejo. Parpadea, cerrando la canilla,

pero sus ojos se siguen mirando. Ese sueño, vuelve a su mente. Sacude su cabeza

y quiere olvidar, al menos por esta noche. Se seca las manos y la cara y decide

regresar al dormitorio al fin, apagando la luz y abriendo la puerta. Sale. Mira

al frente. Y se frena en seco.+

- Mi Niño – escucha que dice.4

Lleva un traje entallado impecable. Cabello oscuro prolijamente peinado y

brillante. La luz de la luna lo alumbra tan bien, ciñendo su silueta, que Zitao

sufre al verlo. Es todo un hombre. Hermoso. Hombre. Y el niño se estremece de

repente ante esa visión apabullante, como si de repente le resultara lejana e

inquietantemente desconocida esa persona de enfrente. +

- Mi Niño – dice de nuevo y su voz parece tan a súplica de algo...+


Y Zitao pierde estabilidad y sus rodillas ceden. Pero no cae. +

Yifan ha llegado a tiempo para sostenerlo con un solo brazo que rodea la cintura

de Zitao, apretándolo a su cuerpo y elevándolo con él.+

Y sus ojos se encuentran.+

En ese dormitorio de luces apagadas, sus ojos se encuentran y sus cuerpos se

apegan sintiendo uno del otro el palpitar estruendoso de sus corazones. Semanas

sin verse, ha hecho estragos en los dos. +

Zitao se ha quedado congelado en su sitio, casi sin recordar cómo respirar. Al

contrario de Yifan que parece no saber cómo tener control. Y Zitao percibe ese

aliento caliente y difuso que golpea justo en su boca. Se da cuenta que no era

tan pequeño como él pensaba y que casi tienen la misma altura que Yifan, porque

lo ve perfectamente. Están parados ahora, frente a frente.+

- Caminas – escucha que dice su voz grave, profunda y sabor a cigarrillo.+

Una sonrisa imperceptible se dibuja en los labios del hombre, con los ojos

brillantes en una línea diminuta que destella en él de la emoción. Y el niño

sigue sin decir nada, sin hacer nada, sin mostrarle nada...+

Yifan suspira y Zitao inhala su rico aliento, que por primera vez se siente así

¿Despierta o se deja llevar por ese aroma del hombre que lo impregna por
completo? No sabe y cierra por eso sus párpados duramente, tratando de

mantenerse impoluto. No le gusta toda esa sensación que le provoca Yifan, porque

se sabe débil ante él y a la deriva de dejarse convencer por cualquier cosa,

excusa o palabra que le largue. Es por eso que sus manos temblorosas se apoyan

en el pecho de Yifan. Zitao abre los ojos y mira el nudo de la corbata del

hombre. Un segundo y algo más, hasta que percibe más de cerca el calor del

respirar agitado de Yifan. +

El hombre estira su rostro hacia el niño. Necesita desesperadamente un beso.

Necesita esos labios y tragar de ese aliento. Pero Zitao mueve su rostro a un

lado. Eso aquieta a Yifan, que tenso, siente como si cayera en algo profundo, un

estremecimiento horrible, porque él se está queriendo alejar, su niño se quiere

ir lejos de él. Por eso los brazos de Yifan se aferran con ahínco alrededor de

la cintura de Zitao, ahora son sus dos brazos los que no lo dejarán escapar.+

- Yifan – dice Zitao y por primera vez le ha hablado – Suéltame. Por favor...

déjame...+

- No – gruñe profundo.+

Y de nuevo sus ojos se anclan la profundidad de la mirada de Yifan. Y Zitao

insiste en presionar para el lado contrario, queriendo alejarse de Yifan. +


- Suéltame – ordena Zitao más convencido.+

Los músculos del cuerpo de los dos se tensan. Uno por retener y el otro por

escapar.+

- Zitao ¡¿qué demonios está pasando?! – ruje por lo bajo en su cara. +

Un segundo de quietud de Zitao, cuando frío en su tono, exige.+

- Dime tú Yifan ¿Qué está pasando?+

De nuevo esa rígida quietud.+

Yifan afloja el amarre de Zitao. Lo apabulla ese tono de hastío que encuentra en

su niño. No lo habría hecho en otro momento, pero los ojos de Zitao le exigieron

ceder en su amarre y ahora Yifan es bien conciente de que Zitao se mantiene en

pie, él solo, seguro y altivo, alejándose de él un paso y otro paso, hasta

apoyar su mano sobre la mesa. Aturde a Yifan encontrarse feliz por Zitao y a la

vez en una sensación de vacío que lo golpea, como yendo a la nada.+

- Entonces – inquiere Zitao, con voz tranquila, inquietantemente tranquila –

¿Vas a decirme?+
Parpadea Yifan varias veces absorbiendo la imagen de Zitao de arriba abajo.

Dios. Es tan bello, tan hermoso y tiene miedo que no sea suyo. Un nudo se le

hace en el estómago, pero debe exigirse preguntar.+

- ¿Qué quieres saber? +

Zitao abre la boca y se queda sin cuestionamientos, porque en realidad no sabe

qué. Pero piensa. Mira por la ventana y se toma el tiempo. De repente le asusta

preguntar y encontrarse con que no le gusten las respuestas. Le asusta hablar y

las consecuencias que llegue a acarrear el escuchar palabras que no quisiera

escuchar. +

- No sé – habla de pronto con dolor en la voz, pero sobre todo en el corazón.

Sacude su cabeza apenas, sin quitar la vista de la luna – Ya no sé qué quiero

saber. +

Se sobresalta cuando siente como ráfaga el cuerpo de Yifan cerca suyo y las

manos del hombre tomando su rostro. Quiere apartarse pero no lo deja. Ya estuvo

en esta situación antes, solo que ahora él puede apartarse. Pero Yifan no se la

hará fácil y seguirá buscando la mirada de Zitao.+

- Zitao, todo se me hace cuesta arriba – suplica Yifan, temblando lleno de miedo

– Tú eres lo único estable en mi vida, no te alejes por favor. No tú Mi Niño ¡No

tú! – tiembla en el rostro de Zitao.+


Se miran a los ojos. Yifan está desesperado. Zitao no es distinto en ese

momento. +

- Tú crees demasiado en una fuerza que no tengo Yifan – susurra, ya sintiendo

que duele su garganta de quebrarse en un gemido que le sale sin querer – Yo no

puedo salvarte.+

Con miedo, Yifan increpa.+

- ¿Qué quieres decir con eso?+

- Ya no podemos...+

- ¡No lo pienses! – gruñe por lo bajo, furioso.+

Toma Zitao las muñecas de Yifan, queriendo obligarlo a soltarle, pero Yifan

arremete con fuerza también e insiste en sostenerlo. Agolpa su frente a la

frente de Zitao y aprieta con furia y desesperación, mientras que encierra el

cuerpo de su niño, rodeándolo por completo, porque se le resiste. Nunca Zitao

había visto así a Yifan y se asusta, se siente culpable, pero es necesario

acabar esto que Zitao entiende que Yifan ya no sabe cómo manejar. Su relación.

En el fondo, Zitao, quiere liberarlo de él, porque sabe que es una carga para

Yifan.+
Discuten dolorosamente. Saben que no deben ser escuchados. En la conciencia de

cada uno, se empeñan por el bien del otro en no gritar, porque si fueran

descubiertos entienden que lo peor podría pasar. +

- ¡Déjame Yifan! ¡Me estás lastimando!+

- ¡Y tú me matas! – ruje con ahínco – Me matas Zitao...1

Quedan quietos. Se miran. +

Llora Zitao y Yifan lo haría quizá, si no fuera porque está preso en su furia

que lo hace temblar. En la mente desquiciada del hombre solo caben las ganas

férreas de matar a todos aquellos que los llevaron a esto, a alejarlos,

separarlos y hacer que ellos estuvieran distanciados uno del otro, tantos años,

tanto tiempo, semanas y días. Los odia. Pero también se odia, porque no sabe

cómo controlarse. Lejos está de dar calma, como en otros momentos. Ya no puede

más y siente que explota por dentro.+

Ahora, frente a frente, Yifan toca la mejilla mojada de Zitao que tiembla. Zitao

deja a Yifan apoyar sus labios quebrados de sequedad en su tez. Siente a Yifan

que lo huele, aspira y hunde su nariz en sus cabellos, que aún mojados, despiden

ese aroma que llena a Yifan de paz, aún si Zitao jamás lo supiera.+

¿Qué hacer?
¿Cómo seguir?

Ninguno sabe.

"Tuyo"

"Siempre dices que te diga lo que yo quiero que hagas por mí y lo harás. Hoy te

pido que te vayas. No quiero verte Yifan"

Anuda su corbata y se echa un último vistazo en el espejo antes de repasar su

atuendo. Eleva su mentón y reacomoda la solapa de su impecable traje. Sale de su

dormitorio y camina hacia la salida, donde toma de mano del mayordomo el maletín

previamente preparado. +
- ¿Lo esperamos a la hora del almuerzo joven Wu?+

- No – responde y prosigue su camino.+

Baja las escalinatas y el chofer le abre la puerta del coche. Apenas si asiente,

cuando el hombre le reverencia y le da los "buenos días". Se trepa al auto. No

hace falta que le diga cuál es su destino, porque cuando no explica nada, es

porque va a la empresa. +

Reuniones, reuniones y otras tantas reuniones entre accionistas, con empleados,

entre contratistas y contratados. Yifan se ha vuelto cara visible de la empresa

y todos conformes le dan el apoyo, incluso a pesar de que su propio padre no

estuviera de acuerdo con la confianza que se le ha otorgado en la reunión de

socios. +

Yifan camina por los pasillos seguido de todo un séquito de asistentes que hacen

lo que él les ordena, dicen lo que él les dice que digan y actúan de acuerdo a

sus requerimientos. Apenas si habla, pero cuando habla es meticuloso, detallista

y reticente a repetir dos veces sus resoluciones. Su mirada puede pasar de ser

la más amable, hasta la más inquisitiva y Yifan cuando da esa última, será para

agradecer a la persona que ha prestado servicio y pedirle que se retire. Nada

pasa por alto para Yifan y todos lo saben. Él puede ser muy generoso, pero

también implacable. Puede ser un joven educado y de sobrado decoro, pero no es

débil cuando debe poner orden. Con el joven Wu, no se juega.+


Yifan almuerza con posibles socios para concretar nuevos negocios. Se despide de

ellos y cuando sube al auto, dice a su chofer.+

- Estudio jurídico.+

Calcula el tiempo que tomará llegar y aprovecha. Saca su móvil y aprieta el

primer número que ahora aparece entre sus "favoritos". Del otro lado atienden y

él simplemente dice.+

- ¿Qué está haciendo?+

Su voz es apagada. Su garganta duele. Sus ojos se cierran y se limita a esperar

a que del otro lado le describan lo que él, de este lado, ya está preparado para

imaginar. +

- Ahora está con un libro – dice Kyungsoo tranquilo y lo más cerca posible de su

móvil, para que él pueda escucharlo bien en medio del barullo propio de un día

agitado en el hospital – Le están enseñando las letras. Las está repitiendo una

por una. +

Yifan dibuja una sonrisa leve en su rostro, mientras su cabeza ladea a un lado,

chocando con el frío vidrio de la ventanilla del auto. Sus ojos permanecen

cerrados, mientras cree verlo, deseando de corazón haber estado en esos momentos

del día. Suspira. +


- Toma su cuaderno de ejercicios – sigue contando Kyungsoo y detiene su relato

un momento antes de decir – Va a copiar las letras. Si, es eso lo que hace – se

cerciora – Va a tener para rato así Yifan. +

Yifan sabe que eso quiere decir que su imagen no cambiará. Por eso dice.+

- Gracias Kyung.+

- No tienes por qué. +

- Sí tengo. Sé que puede traerte problemas.+

- No me pasará nada. No te preocupes. Recuerda el sábado en casa.

- Haré lo posible – dice Yifan abriendo sus ojos y mirando por la ventanilla que

ya están cerca del lugar.+

- No – dice duramente Kyungsoo – No harás lo posible. Tú estarás. Como todos los

demás y sin excusas Yifan. +

Kyungsoo le corta y Yifan emite una mueca. Mandón había sido el pequeño de

Jongin y parece ser que no le gusta que le contradigan. Entiende por qué atrapó

a su amigo. Jongin no podría haber estado con alguien si no hubiera sido más
fuerte que él, para sostenerlo...3

Su móvil vibra. Yifan mira extrañado y frunciendo el entrecejo eso que ha

entrado. Kyungsoo ha enviado un mensaje y pero no es texto. Es una imagen, la de

Zitao escribiendo algo en su cuaderno de notas, en medio de la luz que ingresa

por la ventana de su dormitorio. Kyungsoo parece que ha ingresado en el

dormitorio de Zitao y desde algún margen ha obtenido el perfil de su niño. Yifan

repasa apenas con la yema de sus dedos la pantalla y cierra los ojos un segundo

mientras es atrapado por los rayos del sol. Al menos algo comparten en ese

instante, piensa. Por un segundo Yifan llega a arrepentirse del amor que siente

por Zitao, porque duele demasiado. Se pregunta entonces por qué la vida tiene

que ser tan malditamente injusta. Él sabe que debe liberarlo del entorno

peligroso que lo rodea, pero aún si él pudiera tener suerte y sacarlo de todo

eso ¿Zitao lo querrá de vuelta?5

Zitao miró el reloj en la mesita de luz, uno que le habían puesto para que

comenzara a leer los números. 3 de la tarde. Un inquietante sentimiento comenzó

a subirle por el corazón que palpitaba un poco más fuerte. Él llegaría en

cualquier momento. La hora de visitas eran a partir de las 3 de la tarde, hasta

las 6 de la tarde. Zitao se lo había aprendido de memoria. Y en la semana, él

sabía que lunes, miércoles y viernes, él tendría su visita. "Tres de la tarde",

se dijo Zitao, cuando se reacomodó en su silla de ruedas, aplanando la tela de

su pantalón deportivo y estirando su sudadera para verse presentable. Y fue


justo en ese instante en que el hombre se asomó por la puerta de su dormitorio.1

Zitao le devolvió la sonrisa al hombre, que quedó un momento observando al

adorable niño que parpadeaba muchas veces con un rubor en su rostro. Era un

niño, inocente y delicado. Y de él.+

- Señor Jang – saludó Zitao con entusiasmo en su voz.3

- ¿Me esperabas? – preguntó el caballero, acercándose lentamente, con una bolsa

de papel en su mano.+

Zitao bajó la vista. Su rostro escarlata y sus manos jugueteando en su regazo,

fueron suficiente respuesta.5

- Me alegra mucho – dijo el hombre ya cerca y tomando una silla, para sentarse

en frente. +

Se miraron unos segundos. Jang Hyuk sonrió. Zitao creía que la sonrisa del

hombre era amable. Sus labios finos y duros en expresión, solamente se

ablandaban cuando estaban los dos solos. Zitao creía ser especial por eso.+

- De verdad, me alegra mucho – repitió el hombre.+

- ¿Qué?+
- Saber que me estabas esperando ¿O quizá esperando un regalo? – dijo con un

toque de desilusión, bajando la vista.+

- ¡No señor! – exclamó preocupado Zitao – ¡No es así!+

Él no quería dar esa impresión, no, en absoluto. Él realmente agradecía que el

buen hombre lo sacara de los hábitos de todos los días. Él rompió en algún

momento con sus días siempre iguales, haciéndolos distintos. Él y ... pero no

quería pensar en eso. Solo quería pensar en esos momentos en que el señor Jang

Hyuk venía y le hablaba de muchas cosas. +

- De acuerdo – dijo él, mirándolo y tocando graciosamente la nariz del joven,

con la puta de su dedo índice – Te creo.+

Zitao debería haberse ofendido o tomarlo como agravio. Pero él no era suspicaz

en absoluto y la maldad estaba lejos de sus pensamientos. Zitao realmente pensó

que el hombre estaba triste. Pero ahora le decía que le creía, así que la calma

volvía y sonrió por eso.+


Jang Hyuk satisfecho, depositó la bolsa en la mesa donde Zitao siempre dibujaba,

pintaba o escribía, como lo había comenzado a hacer recientemente. Miró al joven

y dijo.+

- Tengo algo para ti.+

Zitao no quiso parecer ansioso. No quería que el hombre pensara que quería sus

regalos. +

- No hace falta señor Jang. +

- ¿Entonces no quieres saber lo que te traje?+

- Con que usted siempre venga a saludarme, es suficiente – dijo apagado en su

vos y bajando la vista.+

- No – respondió Jang Hyuk, que elevó delicadamente con su mano derecha el

rostro de Zitao, desde su mentón. Solo cuando estuvieron de nuevo mirándose cara

a cara, él dijo seriamente – Nunca será suficiente contigo. Si pudiera te lo

daría todo. +

Zitao se estremeció con esa revelación. No supo qué cosas le atravesaron por

dentro. Un escalofrío le recorrió por su espina dorsal. Fue como si un cubo de

hielo cayera por su espalda. Sus hombros se encogieron y sintió frío, tanto, que

debió envolverse con sus propias manos. Debió quitar sus ojos de la penetrante
mirada del señor Jang Hyuk. No pudo tolerarla. No la entendía. +

- Perdona. No me hagas caso – dijo Jang Hyuk, volviendo sus manos al regalo y

cambiando su tono a uno lleno de entusiasmo – ¡El regalo!+

Zitao apretó sus labios y suspiró. Sus ojos se abrieron amplio, cuando Jang Hyuk

mostró una caja y al abrirla se dejó ver un celular.2

- Para que nos mantengamos comunicados – dijo él, sacándola del interior del

envoltorio – Y sé que tu madre quería darte uno también. Supongo que no sabes

cómo manejarlo, pero yo te enseñaré.+

Zitao no dijo absolutamente nada. Se exigió sonreír, mientras Jang Hyuk seguía

explicándole cómo funcionaba el aparato. Jang Hyuk se acercó bien al lado de

Zitao y habló todo el rato, diciéndole varias veces de cómo hacer para llamarlo.+

- Mi número está aquí, por si necesitas algo – señaló en la pantalla – Cualquier

cosa. +

- Yo no necesito nada señor Jang – dijo Zitao, mirando al hombre y mirando el

aparato que se le depositaba en las manos – Pero muchas gracias.+

Zitao percibió el suspiro del respirar de Jang Hyuk en su oído. Su mejilla entró

en calor ante la cercanía del hombre que irradiaba un poder que a Zitao
estremecía. +

- Zitao – habló en voz baja el hombre, que tocó un mechón del cabello de Zitao.+ a

Zitao tragó duro. Hoy el señor Jang estaba raro, muy raro y extraño, pero él no

pensaba en nada más que en las atenciones y la amabilidad que hasta el momento

el señor Jang le había mostrado.+

- ¿Si señor Jang?+

- Si al menos necesitaras escucharme...– dijo apenado el hombre que paseó sus

dedos en el cabello de Zitao, acomodándolo detrás de su oreja a pesar de que era

corto –... como yo necesito escucharte a ti.+

Lentamente Zitao se vio obligado a volver su rostro al hombre que se encontraba

a su lado. Frunció el ceño y abrió los labios para preguntar, él necesitaba

saber qué quería decir el señor Jang. Pero se topó con los labios del hombre

rozando los suyos. Zitao sintió frío, demasiado frío y sus ojos abiertos,

atónitos y asustados, se quedaron viendo el rostro del hombre pegado a él. Zitao

jadeó de sorpresa y pegó un respingo apartándose del hombre. +


Jang Hyuk se encontró sin nada. Debió abrir al instante los ojos cuando el vacío

fue su compañía. No le gustó la actitud de Zitao, para nada. Se había

apresurado. No era tiempo. Lo había asustado. Tan enardecido por tener de una

vez por todas lo que era suyo, él se había entusiasmado con la actitud del niño

que esperaba por su llegada. Pero resulta que ahora había retrocedido. Él que

era paciente, que tanto había sabido esperar con devoción por Zitao, ahora se

encontraba retrocediendo en su cometido, por haberse comportado acorde a sus

genitales y no por raciocinio. +

- Perdona Zitao – suplicó, alejándose él mismo, interponiendo entre ellos la

palma de su mano – Perdona perdona por favor perdona... +

Zitao respira agitado. Está asustado. Mira a todos lados como sintiéndose en

peligro. La chispa por dentro se ha encendido, pero no como fuego cálido y

abrasador, sino como una explosión que lo partió por dentro. +

- Zitao por favor no quise hacerlo lo siento – suplica el hombre, tratando de

mantener la compostura buscando la mirada del niño aturdido – Perdóname por

favor, perdona...+

Justo en que los "perdona" siguen insistiendo a Zitao, llega alguien al

dormitorio. Zitao mira a su madre y ella mira a los dos.+


- Mamá – suplica Zitao y estira sus brazos.+

Ella acude y lo envuelve. Acaricia su cabeza y mira a Jang Hyuk. Algo ha pasado

y ya se imagina qué. Ha hablado miles de veces con Jang Hyuk para que mantenga

su porte y su buena conducta. Sus ojos acusan al hombre, a la vez que lo

entiende, pero su cabeza le pide que salga de allí.+

- Yo hablaré con él – susurra a Jang Hyuk que a duras penas se retira.+

Y madre e hijo quedan solos. +

El viento fresco resopla en la terraza. Su madre ha preferido esperarlo allí,

porque dice que quiere aprovechar el follaje otoñal multicolor que la pone de

mejor humor. Los dos están sentados de frente. Ella está demasiado contenta. Por

eso habla. Habla de muchas cosas, del día hermoso que hace, de los planes que

tiene, de las fiestas a las que está invitada a ir y los viajes que hará. Yifan

la observa, sin emitir una sola palabra. +

- Invierno me gusta tanto – dice ella suspirando – ¿Dónde pasaremos Navidad?+

Yifan no dice nada. +

- Aquí puede que sea apropiado – responde ella misma – ¿Invitamos a los Jung?
Creo que Jessica...+

- Para ahí – dice él tajante entonces, arrugando su frente.+

- ¿Qué pasa? – inquiere ella, ofendida por haber sido acallada por su hijo – No

seas irrespetuoso.+

- Deja eso mamá. Sabes que entre ella y yo no hay nada.+

- ¡¿Qué?! – exclama espantada – ¡Sabes lo que significas para ella! ¡No puedes

abandonarla en este momento, cuando tanto te necesita!1

- ¡Basta! – grita, poniéndose de pie de un salto, mientras se peina los cabellos

hacia atrás. +

- Yifan – reprende como si gruñera la mujer, parándose también – Compórtate como

el hombre que eres. Asume la responsabilidad.2

- ¡¿Responsabilidad?! – grita – ¡¿Te estás escuchando mamá?! ¡¿Prefieres verme

en una relación enferma que me hace completamente infeliz, antes que estable y

sano de la cabeza!? – reprocha en un temblor incontrolable – ¡Ella está enferma

y yo no le hago bien tampoco!+


- Son... son momentos... peleas de...1

Ella apenas si se cree lo que dice. Intenta convencer a su hijo, creyendo que

como madre aún tiene poder sobre él. Se acerca. Sonríe nerviosa. Toma la solapa

del saco de su traje, como puliéndolo. +

- Querido... verás que pasará esto y entonces ustedes podrán... es... es

absolutamente normal lo que pasa en la relación de pareja.+

- ¿Como tú y papá? – regaña.1

Ella ahora es quien se aparta. Está dolida, pero sobre todo furiosa. Se da la

media vuelta. No quiere verlo a los ojos. +

- Esto no se trata de tu padre y de mí ¡Se trata de tu futuro!+

- ¡¿Mi futuro al lado de una mujer con la que no soy feliz?! – reclama con la

mano en su pecho, dolido con el convencimiento de su madre, quien se supone que

debería estar más preocupada porque él sea feliz – ¡Se trata de mí siendo feliz!

¡De mí siendo feliz en el presente y en el futuro!+

- Ella esperó por ti tanto tiempo – reclama ella, sacudiendo su cabeza – ¡Te ama
Yifan! ¡¿Y eres así de frío?!1

- Como tú conmigo – se limita a decir lleno de desilusión.+

Se miran. Ella se llena de repente de un dolor indescriptible. Se siente

ofendida. Ella no es fría, en lo absoluto. Ama entrañablemente a su hijo. No es

de demostrar, lo admite, pero no fría.+

- Te amo Yifan – susurra desconsolada en el agravio recibido – ¿Cómo puedes

decir una cosa así? Quiero lo mejor para ti.+

- ¿Crees que ella es lo mejor para mí?+

- Ella puede darte todo lo que necesitas – dice convencida.1

- No – responde rápido y sin rodeos – Ella no puede darme lo que necesito en

absoluto.+

Yifan no seguirá perdiendo el tiempo. Se va. No sabe cómo ha dejado a su madre y

no quiere saberlo tampoco.+

Zitao pinta. Pintar una mandala le ha hecho bien en verdad. Traza colores

armoniosamente en tonos hilarantes y luminosos. Su madre lo observa, mientras


Sofi le copia lo que hace a su manera, trazando su propia mandala. Los hermanos

se miran y sonríen. Disfrutan así del tiempo que les queda de visita. Abrazar a

Sofi ha sido un calmante ante la ansiedad de lo vivido con el señor Jang. +

Zitao mira por la ventana los últimos rayos del sol que quedan del día. Su ceño

se frunce al recordar lo ocurrido. Sus labios se aprietan tensos.+

- Estuve pensando... – dice su madre mirando la pantalla del nuevo celular de su

hijo –... que quizá te gusta el señor Jang, solo que no quieres darte cuenta.3

Zitao la mira. Su frente se arruga más. +

- ¿Tienes miedo porque es un hombre mayor? – pregunta ella.+

Zitao no responde. Parpadea aún queriendo entender lo primero que ella ha dicho.

Zhang Ziyi deja delicadamente el móvil en el paquete de resguardo del regalo de

su hijo. Acerca su silla más a la de Zitao y toma con sus manos el rostro de su

hijo sonriéndole. +

- ¿Te gusta charlar con el señor Jang? – pregunta ella – Dile la verdad a mamá

¿Te gusta hablar con él?+

Zitao confundido, debe admitir que...+

- Si...1
- ¿Y lo esperas cuando viene a visitarte?+

Inseguro responde...+

- Si...1

- Si él no llegara a venir ¿Lo extrañarías?+

- Si...1

- ¿Esperas sus regalos?+

- ¡No! – exclama preocupado de que también ella piense mal de él.+

- Porque sólo esperas verlo a él – concluye su madre, apretando las mejillas de

su niño.+

Orgullosa Ziyi, se aleja un poco para observar mejor a su hijo y le dice alegre,

palmeando las manos de su hijo con cariño.+


- ¿Lo ves? Te gusta él. Son todos los síntomas de un chico enamorado. Es un

caballero que puede dártelo todo.+

- No – responde sin querer, sin pensarlo y naturalmente. 1

- ¿No? – cuestiona su madre, mirándolo fijo.+

- No – reitera.+

Cuando llega la noche, Zitao se siente demasiado cansado para hacer los

ejercicios de siempre. Sin embargo se exige caminar un momento por su solitaria

y oscura habitación. +

Sus pensamientos vagan en lo que ocurrió hoy con el señor Jang y con la charla

que tuvo con su madre. Algo inquieta la mente y el sentir de Zitao. Piensa.+

Piensa que le gusta charlar con el señor Jang, pero no como adora conversar con

él. +

Piensa que si, en verdad, espera siempre la visita del señor Jang, pero su

corazón palpitaba con fuerza cuando sabía que Yifan podría aparecer en cualquier

momento de la noche, escabulléndose y arriesgándose a cualquier cosa tan sólo


para verlo a él.+

¿Extrañaría ver al señor Jang? Seguro que sí. Pero no cree que podría sentir que

moriría día a día, sintiendo hueco por dentro, como si algo le faltara, como un

vacío que nadie podría llenar, si llegara a faltarle el hombre. No como siente

por...1

Zitao se detiene entonces en su caminata nerviosa. +

Mira por la ventana la luna y las estrellas. +

Yifan. +

Así se siente Yifan en su pecho. Él falta. Lo ausente es Yifan, lo hueco, lo

vacío, eso que nadie podría llenar, es Yifan.+

Zitao se apoya en el borde de la mesa de su dormitorio. Sus ojos se cierran y

recuerda ese beso frío. Frío. Eso es Jang Hyuk. Un escalofrío que le recorre por

el cuerpo. Como hielo que congela y estremece haciéndolo sentir pequeño y a la

deriva, completamente vulnerable y hasta desprotegido. Y eso lo asusta.+

Yifan. +

Toca sus labios con la punta de sus dedos. +


Él se da cuenta por qué se apartó de Jang Hyuk. No solamente no esperaba ese

beso, sino que no fue correcto. No "debería" haber sido. No "debería". Él

tendría que haberlo impedido, alejarlo a tiempo y decir "no". Él se siente como

si hubiera traicionado sus propios labios, sus labios llenos de la única persona

que lo ha hecho sentir a él como algo correcto siempre. Porque Yifan es eso. Es

lo correcto, en todo momento. Todo lo que han hecho, besos de noche, jadeos y

juegos con sus cuerpos, se sintió correcto. Nada que sea con Yifan podría ser de

otro modo. Él es cálido, fuego por dentro. Yifan lo enciende, lo arrasa como ola

llena de calor que lo envuelve completamente para hacerlo sentir seguro. Él

puede ser él, con Yifan.+

"Es un caballero que puede dártelo todo", le ha dicho su madre. Y él dijo, "no". o

Porque el señor Jang "no puede darle lo que Yifan le da".+

- Amor – escucha que le dice al oído, desde atrás.1

Zitao se sacude completamente, cerrando sus ojos y alargando su cuello, cuando

percibe que él toma su cintura y corre con sus dedos su remera grande de dormir
dejando una parte de su hombro al descubierto. Pino y cigarro, lo exquisito, es

el hombre.+

- Viniste – gime Zitao, apenas encontrando su voz.+

Debe convencerse que no está imaginando, como muchas veces pensó. De nuevo él

salta desde el fondo de la oscuridad, pareciendo en el momento correcto. Siempre

Yifan, correcto.+

Zitao siente el respirar caliente del hombre que lo envuelve lentamente,

sutilmente desde las sombras. Los labios suaves y ardientes del hombre se posan

en la curva de su cuello y hombro. Sus brazos se cierran posesivos y fuertes,

enredándose en su silueta. Mientras una mano descansa en su cintura, la otra

sube por su pecho hasta rozar con sus dedos su mentón. Dedos largos, manos

grandes, gentiles, cálidas y venosas por lo fuertes, es Yifan. Zitao se entrega.

No lo aparta. Y es que ese hombre tiene un poder sobre él que no entiende. Como

si comprendiera incluso el toque que necesita y las palabras que exactamente

precisa escuchar.+

- Te lo dije – susurra el hombre en su piel – No dejaré que nada ni nadie me

aparte de ti. Ni siquiera tú.+

- Yifan – clama.+

Zitao es deslizado sobre sí mismo a darse la vuelta, encontrándose con el rostro


del hombre más hermoso del mundo. Yifan empuja a Zitao hacia él. Sus cuerpos se

pegan lentamente y más, como si quisieran meterse uno en el otro. Las manos

temblorosas de Zitao tocan los duros pectorales del hombre y el hombre pasea su

nariz por el rostro del niño al que huele sutilmente. Es Zitao quien atrapa la

boca de Yifan, está tan necesitado de barrer el mal recuerdo, lo incorrecto, lo

que no debió ser, que pareciera suplicar que Yifan lo trague por completo. Esto

es lo que sólo Yifan le puede dar y nadie más. Poder del hombre otorgado al niño

débil, para que haga con él lo que quiera. +

- Te necesito... – jadea Yifan sin vergüenza, sin apartarse de la boca de su

niño – Te necesito tanto Zitao tanto...+

Yifan dice muchas cosas. Algunas Zitao las atrapa en su aturdida mente llena de

deseo caliente por el hombre. Otras se le van. A Yifan le gusta hablar, decirle

para que él se sienta orgulloso de lo que le provoca al hombre, sabe que lo

enaltece, le hace sentir que realmente es poderoso, porque sólo Zitao tiene la

capacidad de hacer esas cosas a él.+

- Me tienes loco Zitao. Lo sabes. Di que lo sabes – exige mientras sigue regando

de besos mojados la boca, el cuello y el rostro de Zitao que gime emocionado –

Di que sabes que te amo y que sería capaz de hacer cualquier cosa por ti...

Dilo...+

- L-lo sé...+
- Y me haces sufrir. Malditamente me haces sufrir ¿Lo haces a propósito? –

gruñe, mientras sus manos se hunden, entre suaves y bruscas, por la piel de

Zitao, que siente cómo el ímpetu de Yifan ha hecho que choque con el borde de la

mesa – Porque tú sabes que me destruyes cuando das un paso lejos de mí. Tú me

tienes Zitao. Me tienes. Porque sabes que te amo... te amo... y te abusas de

eso, porque yo ando por detrás de ti como un condenado...5

Cada beso es hecho con un dolor insistente y desesperado. Zitao por primera vez

se encuentra ante el hombre que le reprocha, le echa en cara y está enojado,

hasta furioso con él. Y hasta eso lo hace tan correcto, que Zitao se encuentra

encerrado en sus regaños, que se encuentra hundiendo sus dedos en los cabellos

de Yifan y tirándolos con fuerza hacia atrás. Sus uñas raspan su nuca y Yifan

gruñe lleno de placer mientras su polla inflada se estampa de pronto en la de

Zitao que pide sin pedir en voz alta, más que con gemidos persistentes,

recordándose dónde están. Maldición. +

- Joder. Joder Zitao... – prorrumpe entre dientes el hombre, que eleva como

pluma a Zitao en pelvis. +

Instintivamente el niño se ha envuelto y es llevado entre besos y mordidas hasta


la cama donde es depositado y se hunde. Saben que nada pueden hacer, pero saben

también que algo tienen que hacer con el enorme problema que tienen. Necesitan

liberarse.+

Yifan no ha hecho nunca esto así antes. Nunca se ha atrevido a acostar a Zitao y

ponerse encima mientras se balancea en el cuerpo de su amante, buscando ese roce

tan necesitado. No así, falto de delicadeza, sino lleno de desesperación. Y

Zitao siente como nunca que quiere más y más de Yifan. Lo necesita tanto que no

sabe cómo pedirle al hombre que le dé todo.+

- Yifan – ruega, balanceando su cuerpo hacia arriba, urgido de estar unido al

hombre – Necesito... quiero... quiero...+

- ¿Qué necesitas? – increpa el hombre en la boca del niño – ¿Qué más quieres de

mí? Dime... dime qué más quieres de mí...+

Gruñe con fuerza cuando choca abruptamente en la entrepierna de Zitao su pene

inflado entre pantalones. Zitao abre los ojos y ve a Yifan todo mojado y lleno

de sudor su rostro brillante. Sus ojos perversos es como si quisieran comerlo.

Si. Yifan está furioso con él, pero a Zitao no le importa en absoluto, porque

adora este momento en que se desprende de Yifan de este modo sus instintos más

básicos. Sintiendo que lo perdía, el hombre vino a recuperar lo que era suyo.+

Yifan se ha quitado el saco y su corbata ha volado por ahí. Su camisa es un

maldito desastre y Zitao oyó ya el jalón del cinturón, el sonido de la bragueta,


bello sonido que sabe lo que trae. Las manos de Yifan arrasan el borde del

holgado pantalón del pijama de Zitao, metiéndose por debajo de sus bóxer. Zitao

se eleva de placer buscando más fricción, cuando las manos de Yifan amasan su

culo, en lo que sus dedos se entierran. La delicadeza del hombre se ha ido al

demonio por la condena a la que fue sometido por el niño que lo apartó por

semanas.+

- Te encanta verme así ¿verdad? ¿Te encanta jugar con mis sentimientos? – ruje

sobre el niño Yifan, mientras su lengua pasea por la boca y el mentón del niño –

¿Te encanta verme derrumbado por ti y arrojado a la nada por ti? ¿Te encanta

verme hecho un miserable mendigando por ti? Te encanta por sabes... tú sabes que

me tienes ¿verdad? Dime que me tienes...2

En alguna parte de su cerebro, Zitao se encuentra diciendo seguro y en su trono.+

- Te tengo... Yifan...+

- Me tienes.+

- Te tengo.+

Y Yifan detiene un segundo sus embistes rabiosos. +

En las piernas abiertas de Zitao, Yifan se ha metido posicionándose


perfectamente entre ellas. Mira al niño. Sus manos ahora acunan con dulzura y

delicadeza el rostro de su niño, analizando cada gesto que emite, entre jadeos

irregulares. +

- Mi Niño – susurra en su boca, sin abandonar ese sutil balanceo que aprieta sus

pelvis. Zitao lo come con los ojos. Sabe que ahora Yifan suplica – No dejes de

amarme. No renuncies a amarme. Por favor por favor por favor – cierra los ojos,

como si doliera y sufriera cada pulgada de su necesidad por Zitao – Estoy

luchando con fuego solo para acercarme a ti, pero no me importa ¿sabes? Por ti –

dice mirándolo de nuevo a los ojos – Yo haría cualquier cosa. Pero... continúa

amándome sólo ámame, todo lo que necesitas hacer es amarme ¿Qué más tengo que

hacer para que entiendas? ¿Qué más? Dime Zitao...1

Y el silencio le dice a Zitao, que Yifan necesita escuchar algo de su boca. Boca

contra boca, en esos susurros constantes de gritos que no pueden hacerse, Zitao

acaricia el rostro hermoso del hombre y dice.+

- No pares de amarme. Tan solo... ámame...+

Yifan choca su frente a la de Zitao y cerrando sus ojos un segundo, insiste.+

- Me tienes atrapado Zitao. Atrapado en ti, en tu piel – susurra abriendo de

nuevo sus párpados, mientras su cuerpo comienza a moverse – En tu cuerpo, en tus

ojos, todo tú me has atrapado. Sólo tú no quieres entender eso. +


- ¿Entender... qué? 1

La mano de Yifan desaparece entre ellos. Zitao abre su boca y su rostro de

desfigura de placer cuando percibe la mano del hombre que toma su pene para

sacarlo fuerza de su bóxer. Lo que Yifan ha hecho en otras oportunidades, lo

hace y a Zitao le gusta, de hecho le encanta y siempre suplica que lo haga.

Sentir la polla de Yifan contra la suya es algo que lo lleva a un estado de

regocijo que no sabría nunca cómo explicarle a nadie. Es lo que Yifan lo hace

sentir.+

- ¿Te gusta sentirme así? – pregunta Yifan.+

- Si – responde sin vueltas.+

- Esto es lo que tienes que entender – dice Yifan entre jadeos entre cortados,

masturbándose los dos entre la piel resbaladiza por el pre-semen que sale de

estar disfrutando los dos – Que soy tuyo. Tu hombre... siempre Zitao. Que soy

tan tuyo que dependo de ti – insiste refregándose en su cuero y abriendo su boca

para sentir el calor del aliento de Zitao – Me das vida y podrías quitármela si

quisieras. Tú no entiendes eso Mi Niño. Y no porque no quieras, sino porque te

cuesta entender cuán valioso eres para mí. Eres lo más valioso para mí. Por eso

soy tuyo. +

- Mío. +
- Si. Tuyo.+

- Mi Hombre. 1

- Tuyo.+

Zitao siente, percibe, pero quiere más. +

- Yifan – dice apenas entre dientes – Quiero... yo quiero...+

Yifan sabe qué le pide. No hace falta que se aclare. En medio de la neblina del

orgasmo que se va gestando entre los dos, puede apenas decirle...+

- No aún...+

- P-por qué...+

Sin embargo Zitao está tan hinchado, tan caliente, tan por explotar en el borde,

que Yifan debe tapar el posible grito del niño con su boca. Zitao se olvida de

que no puede. Se deja entonces seguir dirigiendo por el hombre que bordea con

sus dedos la punta de su glande empapada de la que brota líquido sin freno.

Zitao entonces no sabe más que de besos que van por su boca. Esto es contraerse

y explotar, una sensación que lo lleva al placer absoluto y que solo Yifan se lo

puede dar. +
- Cuando te tenga por completo – dice apenas Yifan – Será en mi cama y será un

tiempo largo. Porque te encantará – asegura mientras su pene se infla más y está

cerca, tan cerca en la brutalidad de sus movimientos sobre Zitao, mientras sigue

haciendo como si lo embistiera – te encantará tanto que pedirás más. Y yo no

podré dejarte en paz porque me encanta tu culo y quiero estar dentro de ese

hermoso culo por mucho tiempo mientras te penetro con mi polla ¿te gusta esa

idea? Dime que te gustará cuando me meta dentro, lento suave y fuerte y salvaje

hasta hacerte gritar mi nombre.13

Y Yifan vuelve a atrapar en su boca el grito que no fue, de Zitao. Se siente la

liberación de los dos a borbotones y es un enchastre de semen que sale y parece

no acabar. Mojados los dos, se quedan congelados en sus miradas llenas de

satisfacción. Respiran tan agitados que Yifan debe exigirse permanecer inmutable

para no caer encima de Zitao. +

Suspiran. Respiran. Fuerte al principio. Lento después. Se miran largo rato. Es

como repasarse en los rasgos y aprenderse siempre algo nuevo uno del otro.+

- Yifan – susurra Zitao, con ojos llenos de preocupación.+

- Dime Mi Niño.+

- ¿Cómo limpiamos este desastre?+

Y por lo bajo, un gruñido de risas que deben contenerse, salta de los dos,
porque malditamente no tiene idea.+

Si las paredes hablaran.

"¿Por qué tengo tanto miedo?"

Esa noche Yifan se prepara para descansar un momento y luego, de madrugada,

partir para ver a Zitao. Sonríe pensando en él y en las ganas incontrolables que

tiene de estar ya en el lugar. Solo espera el cambio de guardia, donde Kyungsoo

podrá ayudarlo con más facilidad. Sin embargo, alguien llama.2

- ¿Qué pasa Yunho? – pregunta ni bien atiende.+

- Necesito que vengas a mi estudio.+


El auto se detiene. Yifan dice a su chofer.+

- No hace falta que baje.+

Él mismo abre la puerta, desciende e ingresa al edificio, donde un guardia

bostezando le saluda. Yifan se mete en el ascensor. Las puerta del elevador se

abren y Yifan desciende. No hay nadie quien salude, porque no debería haber

nadie, ni siquiera Yunho debería estar ya en el edificio. En lo que Yifan mira a

todos lados, porque el silencio de la noche le resulta demasiado inquietante,

Yunho sale de su oficina y se queda de pie esperando a que Yifan llegue.

Evidentemente lo estaba esperando y con cara llena de preocupación. +

- Vamos a la sala de reuniones – dice el abogado y lo dirige.+

Abre las puertas corredizas y Yifan queda estático en su sitio, cuando ve quién

se encuentra esperándolo. No logra coordinar un paso más adelante, cuando

escucha las puertas cerrarse detrás. El hombre se levanta de su lugar, pero

tampoco avanza. +

- Él vino con la excusa de necesitar de mis servicios, bajo la condición de

reunirnos en la noche – habló Yunho, con ansiedad evidente por querer saber –

Sin embargo, apenas se encontró conmigo dijo querer hablar contigo.+

- No podía presentarme ante ti directamente – interrumpió el hombre, metiéndose

las manos en los bolsillos de su pantalón y balanceándose sobre sí mismo –


Llamaría demasiado la atención de la gente inapropiada.+

Yifan miró al hombre de arriba abajo. Elevó su barbilla y con su mano invitó

señalando de nuevo el asiento que acababa de abandonar. El hombre obedeció y

tomó un vaso de agua que tenía ya servido. Yifan abrió amplio sus ojos cuando

notó el temblor del hombre que se llevaba el vaso a los labios ¿Nervios? ¿Miedo?

¿Abstinencia? Él ya sabía de la vida del sujeto, no descartaba esa posibilidad.

El sudor de su frente y ese aparente resfrío persistente que no se iba nunca, el

permanente picor de su nariz que hacía que se rascara con nerviosismo frecuente,

todo indicaba que solo podía pasar por un caballero por el traje que portaba,

porque después de eso, su aspecto era lamentable.+

- ¿Por qué está aquí Oh Ji Ho? – preguntó Yifan tranquilo, cruzándose de piernas

y de manos.+

- Por mi hijo – dijo el hombre – Y ese muchacho. Xiao Luhan.+

Y a Yifan la tranquilidad aparente se le fue al demonio. Definitivamente esa

noche, no será la noche que esperaba.

Se siente fuera de lugar. Ha visto la cara de todos y se siente lejano de ellos.

Lo miran distantes, sonríen apenas y asienten conformes con su presencia

asintiendo con su cabeza. Jongdae no sabe nada, se da cuenta que lejos está de

intuir que cosas pasan a su alrededor, porque lo abraza, lo estruja y le dice

que lo ha extrañado.+
- ¿Dónde mierda te has metido que no te veo casi nada hombre? – le ha

reprochado.+

Chanyeol, Sehun y Jongin son otra historia. Lo han saludado, pero parecieran

estar alertas, como si aún trataran de dirimir cómo tratarlo. Kyungsoo,

Baekhyun, Luhan y Minseok lo rodean y le dan la bienvenida. Se lamentan no verlo

con los cambios de los turnos, porque han regresado al día y ya no pueden

ayudarlo. Pasan un rato charlando con él, pero ya en la cocina, Yifan se da

cuenta que está rodeado de los chicos de sus hermanos y que quizá hablan de

cosas que él no querría escuchar, o que ellos se cuidan de hablar, porque él no

deja de ser del otro lado. Los quiere dejar en su intimidad y busca algún sitio

donde sentirse algo más cómodo. El balcón.

Saca un cigarrillo y fuma en solitario. No espera que nadie venga. Cada uno está

en lo suyo. Sin embargo ha notado que Jongin ha llamado a Chanyeol y Sehun a su

despecho. Duele porque es obvio lo que pasa.+

De pronto alguien se acerca a su lado y se sienta junto a él. Kyungsoo sonríe

apenado. Parece que no fue buena idea obligarlo a ir y que eso de que sus amigos

querían verlo, quizá no era tan cierto. Pero no es de eso de lo que Yifan quiere

hablar con él y mira a todos lados cerciorándose que no hay moros en la costa. + b
- ¿Pensaste en lo que te dije? – pregunta Yifan – No querría apurarte Kyungsoo,

pero, de verdad... necesito una respuesta.+

Yifan le pide que regrese donde su padre, Jung Chan y le ayude desde dentro.

Kyungsoo mira al suelo, Yifan ya sabe la respuesta. +

- No puedo hacerlo Yifan – murmura, volviendo su mirada a él, llena de angustia.+

La otra cosa que le ha pedido Yifan a Kyungsoo y esta de forma encarecida es la

verdad. Pero a Kyungsoo le cuesta, no puede, tiene miedo y lleno de ansiedad le

pregunta a Yifan.+

- ¿Se lo vas a decir? ¿Le vas a decir quién...?+

Yifan se mueve de su lugar, para quedar frente a frente de Kyungsoo, cerca,

cuidando que nadie escuche en absoluto.+

- No me corresponde a mí decirle la verdad. Pero Kyungsoo, debes decirle a

Jongin quién eres en realidad. +

- No es fácil – dice el joven con un nudo en la garganta.+

Yifan cierra sus párpados, emite un insulto por lo bajo. Sacude su cabeza,

tratando de mantenerse compuesto, porque está cansado.+


¿Qué hace a Yifan no explotar de una vez por todas?+

Yifan mira por el vidrio de la puerta corrediza y escucha las risas de Baekhyun,

Luhan y Minseok. Vuelve su vista a Kyungsoo y ahora más duro en su tono, habla.+ g

- Cada día que pase se complica más todo esto ¿O prefieres simplemente

desaparecer de un día para el otro y que él se entere por su cuenta? Vendrá por

ti de todos modos. Jung te quiere a su lado. Solo se ha demorado porque cree que

puedes llegar a controlar a Jongin. Está convencido de que lo llevarás ante él

¿Qué harás cuando Jung te ordene eso?2

Yifan entiende que Kyungsoo quiere seguir viviendo en su refugio, como en un

oasis en medio del desierto, creyendo que puede ser feliz así por siempre. Pero

cuando a Kyungsoo se le exija salir de allí...+

- Desaparecer, no es una opción Kyungsoo. Debes decirle la verdad. Él te ama

tanto, que no sé cómo reaccionaría si te alejas. Por eso mismo Kyung, piensa en

mi propuesta. Pero debes decirle la verdad primero. Ya no hay tiempo – suplica

al final.+

Alguien rompe la intimidad del momento.+

- ¿Interrumpo? – pregunta Jongin, cruzado de brazos – ¿O estoy molestando alguna


reunión interesante?+

Yifan como rayo quita su mano del hombro de Kyungsoo. Mierda. Conoce a Jongin.

Ojos entrecerrados y planos, como cuando ve a su objetivo. Es un blanco. Yifan

le daría una trompada, pero prefiere no irrumpir estúpidamente la reunión entre

amigos. Se pone de pie y se aleja de Kyungsoo. +

- No – responde Yifan, sacudiéndose los pantalones – De hecho, estábamos por

entrar.+

Pero apenas entra, Yifan se encuentra siendo tirado del brazo por Sehun,

alejándolo de la sala.+

Cuando Kyungsoo le ordenó ir, nunca se esperó verse cercado por sus amigos, en

el estudio de Jongin. Es sentado de un tirón en una silla y observado

inquisitorialmente, como si de un niño puesto en penitencia tratara. Y es que

debe dar muchas explicaciones. La cosa es que, él no es está dispuesto a decir

nada.+

- ¿Quieren decirme todos qué demonios está pasando? – comienza Jongdae, mirando
a los demás, como acusándolos de tratar así a Yifan.1

- Habla – ordena Jongin. +

Bueno. Yifan analiza decir y se encuentra que podría estar días en ese maldito

cuarto de interrogatorio improvisado. Mira a todos lados. Jongin a su izquierda,

se ha quedado de pie y de brazos cruzados, parece molesto con él y no entiende

por qué, o bueno, sí. Pero ni mierda le importa. Ladea su cabeza a un lado y

escucha que a su derecha a Sehun.+

- Hermano, te juro que quiero entenderte, pero ya no hay manera de justificarte.+

Silencio de nuevo. Yifan mira a Chanyeol, que está sentado en el sillón en

frente. La mesa del escritorio los separa. Él no ha dicho una palabra y apenas

si ha cruzado alguna con él desde que ha llegado. +

- Yifan ¡larga de una puta vez qué mierda pasa! +

Nada. Él solo ha hecho saber lo que quiere que sepan todos. Lo demás se lo

guarda. Yifan aprieta cada músculo de su rostro y oprime sus párpados, mientras

sacude su cabeza. Un insulto sale por lo bajo y cuando abre sus ojos, se

encuentra con el rostro inmutable de Chanyeol. Yifan no sabe por qué, pero su

cuerpo apenas se aparta del respaldo de la silla y le suplica a Chanyeol.+


- No puedo.+

Chanyeol aspira hondo. Su pecho se infla, mientras sus labios se contraen. Es la

única cosa que ha visto en Chanyeol, cuando ordena.+

- Salgan.+

- Ni mierda – escupe Jongin – Además es mi casa.+

- Yo tengo hambre – dice Jongdae y pregunta – ¿Después nos cuentas? Porque yo

estoy muerto de hambre en serio. +

- Claro – asiente Chanyeol con una sonrisa a Jongdae, que vive en un limbo.

Mejor así – Ve tranquilo. 1

Jongdae se va, pero Sehun y Jongin siguen metidos ahí. Parecen pegados al suelo.

Nadie los va a sacar de ahí. O eso creía Yifan...+

- ¿Sehun? – llama Luhan, asomando su cabeza por la puerta – ¿No vienes a comer?+ q

- Voy Mi Ángel – asegura Sehun – Solamente estaba...3

- ¡Te hice el manduguk* que tanto te gusta! – escucha Yifan feliz el chico, sin

regresar su vista, porque sigue mirando a Chanyeol – Así que si se te llega a


enfriar porque estás en tus asuntos de negocios... – agrega ya cambiando la cosa

a amenazante – ¡Ni sueñes con que vuelvo a cocinarte una puta cosa!1

Yifan mira a Sehun, justo cuando ha pegado un respingo. +

- Lo siento chicos – dice indeciso Sehun – Pero... es que... se va a enojar y...2

- Ve – dice Chanyeol, asintiendo comprensivo.+

Sehun sale corriendo. Falta Jongin.+

- ¡Kim Jongin! – pega el grito Kyungsoo.3

Jongin da un bufido y se larga. Yifan frunce el ceño. Falta Baekhyun y estará

salvado por la campana. +

- Arreglamos este asunto con Baekhyun – aclara severo y cortante Chanyeol – Él

no va a interrumpir si es lo que esperas.4

En el lugar quedan Chanyeol y Yifan. Yifan sigue renuente. Suspira rasgando el

aire en sus pulmones. La única maldita mirada que lo atosiga es la de Chanyeol,

porque es como si matara.+

- Yifan...– comienza a amenazar, tan sólo con nombrarlo.+


- Kyungsoo es hijo de Jung Chan – larga apenas.+

- Eso ya lo sé – responde Chanyeol.1

Los hombros de Yifan ceden. Suspira como si se quitara un peso terrible de

encima. +

- Baekhyun te lo dijo – concluye Yifan, limpiando el sudor de su frente – ¿Por

qué no le dijiste a Jongin?+

- ¿Quieres que Baekhyun me mate? O peor ¿Me deje? No traicionaría nunca su

confianza.2

- Debo suponer entonces que tú sabes bien quién es Byun Baekhyun ¿verdad?+

Ahora es Chanyeol quien aprieta sus párpados. Pero mantiene las manos juntas y

apoyadas en sus piernas cruzadas. +

- Si – dice entre dientes, abriendo sus ojos clavados en Yifan.+


- ¿Él sabe?+

- No – responde lentamente.+

- ¿Se lo dirás?+

- Aún no decido si es necesario.+

- Es más que necesario – afirma Yifan con crudeza – Lo expones demasiado.+

- ¿Estamos hablando de mí o de ti? Porque no encuentro beneficio alguno en que

le escondas a "tu niño" – recalca – quién eres en verdad en su vida.+

- No estamos en la misma posición y sabes que tienes ventajas – reprocha Yifan –

Así que no compares. Yo tengo miedo por su salud. Tú solo eres un egoísta que

tiene miedo a perderlo.+

Los nudillos de las manos unidas de Chanyeol se hacen blancos en el temblor por

su rabia. Sus labios se presionan y Yifan cree que si pudiera, él lo mataría por

eso que ha dicho. No lo culpa. Quizá hasta entiende.+

- Lo siento – dice Yifan, suspirando de agotamiento y para que Chanyeol le crea,

confiesa – También tengo terror de perderlo.+


Chanyeol traga duro y sus manos dejan ese temblor iracundo. Los dos ahora se

miran con hombros caídos. Yifan tiene hambre de relajarse un poco, por eso se

pone de pie e infla sus pulmones de aire, componiéndose derecho. Mira al techo y

sus manos se posan en sus caderas. Entonces escucha a su amigo.+

- Dime qué es lo que te tiene callado. El plan era tenerte infiltrado, pero aquí

hay más.+

Yifan mira a Chanyeol y sus mejillas se inflan lanzando aire. Chanyeol no se

dará por vencido.+

- De verdad hermano – quiere excusarse nuevamente Yifan – No puedo...+

Chanyeol se pone de pie y se para derecho, poniendo sus manos en sus caderas.

Los dos se miran. Chanyeol pregunta.+

- ¿Qué hacía el viejo de Sehun ayer contigo?+

Ne jaque Yifan boquiabierta apeas si murmura.1

- ¡¿Tú me...?!+

- Si – responde sin dejar que termine lo que quería decir – Y no voy a

justificarme. No hago más que defenderme. Hasta ahora te has escabullido de

nosotros, escondiéndonos las cosas que se supone que deberíamos haber sabido de
tu boca – su voz es grave y cortante. Yifan analiza entonces que Chanyeol ha

perdido la paciencia y eso no es bueno en absoluto – ¿Para quién trabajas? Si no

me lo dices tú, entonces usaré mis propios medios. +

- Chanyeol, no es simple...+

- ¡Estoy siendo paciente contigo Yifan! – exclama señalándolo con su índice – Ya

sé quién es Jung Chan y lo que quiere en verdad. Sé que mandó matar a Jimin y su

chico. Un tiro en su cabeza al hombre y termino con este puto infierno. Pero si

no lo hiciste hasta ahora es porque aquí hay más en esto. Ahora ¡habla!+

Yifan y Chanyeol se miran. +

- Yifan...+

- Una condición.+

- No diré nada – asume con vehemencia Chanyeol – Lo juro.+

Yifan asiente y larga como si tonelada de angustia compartiera.+


- Nam Goong Min, entró en contacto conmigo hace meses en Turquía.+

- Mierda – espetó Chanyeol, peinándose los cabellos. Con las manos tomándose la

cabeza, increpa – Dime que tú no...+

- No tenía opción Chanyeol...+

- ¡¿Negociaste con el servicio de inteligencia?! – gruñe soltando sus puños a

ambos lados de su cuerpo.+

- ¡Te estoy diciendo que no tenía opción! – protestó.+

Un golpe del puño de Chanyeol sobre la mesa, era solamente el inicio de lo que

vendría después. Pobre estudio de Jongin.+

- Cuando entró en contacto conmigo me dejó en claro que nos tenía cercados por

los servicios de inteligencia – explicó por lo bajo, mirando a Chanyeol – ¡¿Por

qué crees que me buscó?! ¡Amenazó con meternos a todos en prisión y con pruebas!

No me estaba preguntando si quería o no...+

Chanyeol refregó su cara. Maldita sea. Todo estaba yendo de mal en peor.+

- ¿Por qué a ti? ¿Por qué no a nosotros? – se preguntó sacudiendo su cabeza y

sus expresiones llenas de estupor – Maldito hijo de puta ¡Nuestra compañía


aportó a su campaña presidencial! ¡No tiene sentido!+

- Tengo mis sospechas, pero es peor lo que pensaba.+

Chanyeol inclina levemente su rostro. Analiza la mirada llena de angustia y

frustración de Yifan.+

- ¿Crees que él...? – no se atreve a suponer Chanyeol y apenas comienza a

cuestionarse, Yifan dice.1

- No todo es lo que parece hermano – dice Yifan.+

- Tienes miedo.+

- Si. Y no me avergüenza admitirlo. Tengo miedo. Por todos.+

Cuando Yifan esa noche trabaja en su bar, esperaba tener una velada tranquila

repasando cómo iban las cosas en su negocio. Eso habría sido maravilloso, de

hecho, porque hacía mucho tiempo que sus días no pasaban sin que alguna novedad

le llegara para atormentarlo. Así que metido en la pequeña oficina del local, se

queda leyendo los libros de cuenta que el encargado de turno le muestra. Solo

espera terminar pronto, para poder ir en la noche a visitarlo. Hasta que un


camarero abre la puerta del despacho y alerta.+

- Yifan, siento interrumpir, pero tu amigo Jongin te está buscando.+

Yifan frunce el ceño. El chico está estrujándose el delantal que lleva puerto y

parece agitado, como si hubiera corrido para llegar lo más pronto posible. Por

eso pregunta.+

- ¿Y cuál es el problema?+

Y no hace falta respuesta, cuando escucha el bramido ensordecedor a la

distancia.+

- ¡Yifan! ¡Ven aquí! +

- Mierda – gruñe y sale corriendo a ver qué demonios pasa.+

Yifan creía que esa noche, sería una noche tranquila. Pero se había equivocado.

Camina a todo dar por el pasillo en dirección al salón del bar, cuando ve que

Jongin venir hacia él. Nunca se imaginó a Jongin hirviendo de rabia tan solo con

verlo y que cuando se acercara a él un puño le viniera directo a la cara. Jongin

era bueno luchando, pero Jongin se había olvidado de una cosa. Yifan le había

enseñado. Yifan toma el puño de Jongin y pasa por debajo del brazo de Jongin,

quedando Yifan detrás de su amigo. La fuerza es brutal, podría quebrarlo, por

eso le suelta, pero da una patada a su espalda para que caiga de bruces y así
tener tiempo de despertarlo. Jongin se estampa en el suelo, da la media vuelta y

se quiere levantar de golpe, pero tambalea. Yifan entiende recién que Jongin ha

tomado. Huele. Mierda. Está borracho.+

Nunca pensó Yifan que su noche tendría contratiempos. No pensó que se

encontraría buscando a Kyungsoo por todas partes, a la deriva, porque su amigo

es quien está a la deriva. +

Jongin ha terminado llorando desconsolado en sus brazos, entre los "perdóname" y

"lo siento tanto" que remueven en Yifan el sentimiento de culpa, porque imagina

qué es lo que lo ha llevado a suponer que entre él y Kyungsoo pasa algo. Y es

que ha abusado de los tiempos de Kyungsoo, llamándolo sin freno para saber de

Zitao, tanto, como para contarle sus cosas. Kyungsoo nunca le ha negado nada y

eso ha hecho a Jongin saltar preso de los celos. Yifan se dirige hacia el último

lugar que supone puede que Kyungsoo se haya escondido luego de pelearse con

Jongin y salir del apartamento que comparten. Va a lo de su amigo Heechul. +

- Pendejo idiota ¡¿Sabes qué?! ¡Tú no mereces ni mierda a Kyungsoo! – espeta

Yifan.+
Mira a Jongin de reojo que a pesar de borracho llorón, no deja de acusar a

Kyungsoo se haberlo abandonado, al segundo que sigue llorando acusándose a sí

mismo ser un enfermo mal nacido por haber dudado de Kyungsoo que es un santo.+

- Lo séeeee... – gime largo y tendido, enroscándose en sí mismo en el asiento

trasero, clamando por su pequeño, moqueando terriblemente – Pero yo lo quiero

sólo a éeeel...+

Lo entiende. Él lo entiende. Porque es lo mismo que sintió él cuando se dio

cuenta que el maldito psicólogo comenzaba a merodear demasiado en Zitao. Y

porque también se volvió loco cuando se dio cuenta que algo había pasado con

Jung Chan cuando entró al hospital y salió escupido al poco rato. Él sabía ese

día, que algo había pasado. Y por eso lleno de celo por lo suyo, Yifan arremetió

como loco esa noche para recuperar lo que bien sabe que no es suyo y sin embargo

lo es. Yifan entiende y sabe, aún si nunca lo dijera.+

El día de Yifan ha trascurrido normalmente y solo piensa en prepararse para

escabullirse nuevamente en la noche por Zitao. Aún es temprano, relativamente

temprano. Supone que esta vez será quizá Baekhyun quien se encuentre en el turno

de la noche. Toma su móvil dispuesto a escribirle cuando justo entra una

llamada.+

- Chanyeol – dice a su amigo.+


- Yifan, se trata de Junmyeon. 2

Hablan un rato. Junmyeon se ha perdido. Yifan piensa en una sola persona que

podría, con suerte, decirle algo de Junmyeon. Corta con Chanyeol y simplemente

toma lo que necesita para actuar en casos como esos. Yifan coloca un arma en su

cinturón y sale rápido. No llama a sus hombres, ni da indicaciones. Sabe que

ellos a la distancia, en la vigilancia constante que hacen de él, saldrán a

auxiliarlos si es necesario. Como ahora, que Hangeng acerca el auto y abre la

puerta para que suba. +

Yifan jamás imaginó enterarse de camino las cosas que pasan con Kim Jongin. De

pronto lo abruma darse cuenta que no sabía nada y él creyendo que lo sabe todo. 1

- Me llamó Donghae – cuenta Hangeng – Parece que pasaron cosas en el apartamento

de Jongdae. +

- ¿Qué cosas?+

- Minseok salió de la casa de Jongdae. +

- ¿Eso es todo?+

- Espera a que te cuente – corta Hangeng mientras conduce a toda velocidad por

la autopista – Minseok salió corriendo de la casa de Jongdae. Se escapaba de él. n


- ¡¿Qué mierda pasó?!+

- No lo sé. Jongdae salió como loco descalzo y tan solo con pantalones puestos

gritando a Minseok que se detenga.+

- ¿Cómo es que Donghae supo todo eso?+

- Cuidaba a Sehun y Luhan que habían ido a visitarlos. De paso algo como que a

devolverle a Jongdae las llaves de su apartamento. Entraron justo para terminar

todos en una pelea. Al parecer Sehun y Jongdae pelearon, cuando Luhan ayudó a

Minseok a escapar. Si no fueran conocidos, yo me reiría de un drama – dijo

emitiendo un chasquido y sacudiendo su cabeza – ¿Imaginas que debe haber pasado?+

- Solo que Minseok se haya enterado...+

- ¿Y cómo pudo haberse enterado? – preguntó Hangeng – Jongdae parecía negado en

decirle una palabra de todo el asunto del compromiso.+


- Alguien que los quería ver separados...+

Eso es un shock a la mente de Yifan. Él no puede imaginarse a Minseok escapando

de Jongdae, de la persona se supone es en quien más confía. Jongdae debió estar

desgarrado por dentro. Si lo sabría él, que llegó a pasar por cosas como esas.+

- Qué hay de Junmyeon.+

- Alguien robó a Seung Hyun la filmación de sus cámaras de seguridad, de la

noche en que Junmyeon mató a hijo de puta ese. Seung Hyun está investigando,

pero sospecha que fue Jung Chan.+

Yifan frunció el ceño.+

- No entiendo qué...+

- Seung Hyun cree que el doctor Zhang fue amenazado con esa filmación. De

filtrarse en los medios, Junmyeon iría preso y toda su carrera se vería en

ruinas ¿Tú que crees?+

- Tiene sentido – respondió – Como tiene sentido suponer que Junmyeon se enteró

y por eso... joder – gruñó, peinándose los cabellos – No quiero imaginar que

Junmyeon esté así de perdido.+


- Muy – habló Hangeng – De hecho, ya se conoce a varios vendedores. Esos que son

en su mayoría tus enemigos. Para que te des una idea Yifan.+

Yifan cierra lleno de rabia sus ojos. No se quiere imaginar con lo que se va a

encontrar. +

Van a donde Chanyeol les ha indicado. "Night White", "Noche Blanca" o "Blanca

Noche". El nombre lo dice todo. Polvo blanco es lo más suave que abunda en este

lugar. A unos metros, Yifan ve a Chanyeol y Jongin. +

- No sabíamos que Junmyeon estaba en ese estado – comenta Chanyeol – Nunca pensé

que...+

Se culpa. Se culpa tanto como Jongin que no quiere decir una palabra. Están tan

bien en sus cosas, que es como si nadie hubiera advertido absolutamente nada

porque no les importaba. Yifan siente lo mismo.+

Apenas Jongdae aparece con Sehun, Chanyeol le da un arma a cada uno. Apenas si

cruzan unas palabras.+

- ¿Qué hacemos? – pregunta Jongdae.+

- Simple – indica Chanyeol – Entramos y lo sacamos. Lo más rápido posible. Si

nos quieren detener, recién las usamos.+


Les es fácil ingresar en el lugar. Jun Min, es primo de Chanyeol y uno de los

socios del maldito establecimiento. Chanyeol toca una puerta negra, al final de

la nada, entre dos edificios, como si fuera una cosa olvidada o un galpón

cualquier. Sólo una puerta negra sin nadie fuera. Alguien se asoma. Chanyeol

sólo dice.+

- Park Jung Min.+

El tipo sólo asiente y los deja entrar. +

Yifan observa todo. Nada ha cambiado en ese lugar y le recuerda bastante a un

lugar que visitó alguna vez en Moscú. Se imagina entonces todo lo que pasa y no

quiere un tour, no le hace falta, menos cuando ve a los meseros que circulan con

bebidas en sus bandejas, así como con montañas blancas en platillos. Eso es solo

el comienzo de la diversión. La perversión está en el segundo nivel, ni hablar

de un tercero. +

Ellos se sientan y esperan las indicaciones de Chanyeol. Un hombre, que es

guardia les habla.+


- Le debo mucho señor Park. Sólo por eso le devuelvo el favor. Está en el

segundo nivel. Habitación 26. No está sólo. Así que sean discretos.+

Pero malditamente no han podido. No cuando Yifan encuentra el "26". Grita. +

- ¡Jongdae! +

Chanyeol forcejea con la puerta. Pero Yifan sabe que no hay tiempo y patea,

rompiéndola en un estruendo terrible. Y en la mente de Yifan, queda el grito de

Jongdae, llamando a su hermano.+

Junmyeon. El hermano mayor centrado de Jongdae. Con quien normalmente peleaba

Yifan por el cariño de Jongdae. Que siempre miraba Yifan con un dejo de

admiración, por ser siempre el centrado y educado de la familia de Jongdae. El

decoroso hombre de negocios y siempre correcto, hasta el punto de ganarse el

apodo de "fruncido" de Sehun, está luchando por su vida.+

Yifan mete una moneda en la máquina expendedora de café y toma un vaso. Debe

probar que beba algo, aún si él se negara, debe probar a que tome algo. Se

acerca a él. Jongdae está en vilo, allí, con la cabeza en alto mirando a la

nada. Y aunque Jongin, Chanyeol y Sehun no se han apartado un segundo, para

Jongdae es como si fuera la nada. +

- Toma – dice Yifan, estirándole el pequeño vaso.+


Jongdae no reacciona. Solo deja que las lágrimas recorran por su cara. Los mocos

ni siquiera parecen perturbarlo. +

Yifan mira a los demás y le da el vaso a Sehun, para que lo agarre y pide.+

- Vayan.+

Ellos se retiran un poco. No se van, pero saben que si Yifan ha dicho eso, es

por algo. +

Yifan se agacha en frente de Jongdae, buscando su mirada o alguna reacción. Como

no pasa nada, Yifan agarra la cara de Jongdae y la vuelve más cerca ala de él,

para que sus ojos se encuentren. Jongdae se quiere apartar una y otra vez, pero

Yifan no lo deja. Duramente termina estrujando a Jongdae en su pecho. Jongdae

llora, más que antes, más que hace rato y más que toda la vida junta. Yifan

entiende que Jongdae cree que su mundo se desmorona y aún si se desmoronara, él

seguirá sosteniendo a su hermano pequeño, ese que le vino de regalo y nunca

quiso tener, pero del que está agradecido al destino por habérselo encontrado.

Lo abraza, porque él no dejará que se vaya.

Un paño fresco y húmedo le es puesto en la mejilla. Aún en la oscuridad, Zitao

ha visto lo inflamado de su rostro, mejilla y pómulo derecho.+

Yifan observa a su niño. Entre lo negro y lo blanco y los destellos brillantes


como si lluvia de estrellas trazaran a Zitao, así lo mira. Zitao no pregunta.

Sus ojos tristes, su mentón contraído, cabizbajo y concentrado en él, se limitan

a cuidar. +

- Lo siento – susurra Yifan.+

Las manos de Zitao se detienen en seco. Mira a los ojos a Yifan. Tres segundos y

bastan para que Zitao se le tire encima y lo estruje enredándose en su cuerpo.

Aspira de Yifan y suspira en Yifan. +

- Fue algo tonto – le quiere tranquilizar Yifan.+

- Si tú lo dices...+

Y es que Zitao no pregunta nada. Se ha acostumbrado a no preguntar. Pero Yifan

quiere decirle que no ha sido nada. Que las cosas están bien y que de verdad no

es que haya arriesgado su vida. Solo un idiota que creyó que podría contra él.

Pero si llegara a decir algo, entonces debería explicar cosas que Zitao no tiene

por qué saber, cosas que atormentarían a Zitao que no podría entender, menos

cuando está de por medio involucrado Yixing.+


Zitao toma el rostro de Yifan delicadamente entre sus manos y lo acaricia. Yifan

toma la cintura de Zitao y lo arrastra entre sus piernas. Los dedos de Zitao

acarician cada los cabellos de Yifan que apenas si quiere cerrar los ojos

percibiendo ese roce con ternura. Solo quisiera verlo por siempre y jamás dejar

de verlo. No dice nada, pero a la vez sus expresiones dicen mucho. Yifan sabe.

Sabe que su niño está preocupado. Su ceño fruncido hace una línea que se hunde

en su frente y entonces Yifan posa su dedo índice allí, para ablandarlo,

repasando suavemente en su piel.2

- Zitao – llama Yifan.+

Y calla cuando la frente de Zitao se asienta en la suya. Se quedan allí un

momento, mientras Zitao sigue acunando entre sus manos el rostro de Yifan.+

- No se trata de esto ¿verdad? – dice Yifan – Zitao dime qué pasa.+

Zitao no ha sonreído en toda la noche. Ahora que saca en cuenta, desde que ha

llegado no ha hecho otra cosa más que apegarse a él, como si quisiera meterse en

él por esos abrazos eternos y fuertes. Y Yifan por eso se da cuenta que algo

pasa.+

- Mi Niño – insiste sosteniendo a Zitao con fuerza y paseando su mano por su

espalda – Mi Niño dime qué pasa...+


- A veces pienso en Yixing y Junmyeon. Yixing me ha dicho que...+

- Un momento – dice Yifan – ¿Tú hablas con Yixing?+

Zitao muerde su labio inferior. Murmura entonces.+

- Él me pidió no decir nada a nadie.+

Yifan se queda un segundo analizando fijo a Zitao. Él es bueno ¿Qué puede

reprocharle? Él puede y tiene todo el derecho de tener sus propias cosas. Yifan

sonríe y asiente. Un orgullo subyace, porque su chico es buen amigo.+

- Entiendo – dice – Dime qué me querías comentar de eso.+

- Me siento triste, porque él se ve triste. Él no es feliz donde está, aunque lo

intenta. Él extraña a Junmyeon. Pero no logro entender por qué se fue, si ama a

Junmyeon.1

Yifan piensa que debería tener una larga conversación con Yixing. Aunque sabe el

por qué de su partida, le reprocha algo el no haberse dejado ayudar más que a

escapar. Y él lo ayudó, porque, después de todo, Junmyeon había sido un hijo de

puta esa noche con él. Yifan solo quería lo mejor para Yixing y por eso se lo

llevó con él.2

- Quizá lo hizo creyendo que le hacía un bien – responde Yifan, queriendo


consolar a su niño. +

- ¿Tú crees?+

- A veces por amor, las personas son capaces de hacer cosas que jamás creyeron

fueran capaces de hacer – dijo acariciando con ternura los cabellos de su niño –

Sobre todo si la persona que aman, está en peligro. Incluso serían capaces de

renunciar a la persona que aman, por amor.2

Zitao entiende, aunque no entiende. Y no sabe por qué, de pronto, desde lo más

profundo de su mente, duele sentirse lejos de Yifan, como si hubiera tenido

escondido ese sentimiento de de amor y desarraigo en alguna parte. Por eso

abraza a Yifan, dándole un beso en el cuello, donde descansa él entre caricias.

Zitao cree entender y no entiende nada a la vez.1

Y un gemido sale de Zitao.+

- ¿Zitao? – llama Yifan, preocupado – Mi Niño ¿qué pasa?+

Zitao es abrumado por el llanto y la desolación. Una vez le pasó eso, cuando

apenas despertaba. Otras veces, como si un eco en la distancia lo llamara por su

nombre, como ahora, que la voz surge pero no desde sus sueños, sino en lo real,

de la boca de Yifan.+

- Mi Niño – susurra conmovido Yifan, acariciando a Zitao por su espalda, por sus
cabellos y su rostro – Mi Niño, dime qué...+

Zitao llora desconsolado, aferrándose a Yifan, con miedo, miedo a soltarlo.+

- Abrázame – pide – Abrázame y no me sueltes nunca...+

- Eso hago – le dice, no por lo obvio, sino para hacerlo conciente de sus brazos

– Eso hago y no te suelto...+

- Sólo quédate conmigo así... un ratito...+

- Y siempre...1

- Yifan...+

Zitao se aprieta más a Yifan, para sentirse sostenido por el hombre en medio de

un temblor delicado, que Yifan atrapa.+

- Dime amor.+

- Tú eres todo...+

- Tú también lo eres todo Mi Niño.+

- Eres todo... lo que existe para mí... yo nunca... nunca podría seguir... sin
ti...2

Golpea el alma de Yifan el recuerdo. Cierra sus ojos, acariciando las mejillas

de su niño, mientras susurra cosas bonitas para él. El pasado llama a la puerta

de la mente de Zitao y Yifan lo sabe. Y aunque en algún momento, Yifan no

hubiera querido saber las cosas por las que tuvo que atravesar Zitao en

solitario, ahora quiere saber qué fue lo que ha pasado. +

- No me dejes – suplica Zitao – Por favor...+

Yifan se ha encontrado de pie ahora, sujetando ya hasta el dolor a su niño. +

- Nunca amor. Nunca podría dejarte...+

De nuevo. +

Porque sabe que si ha soportado antes, ahora no podría. Él no podría pasar otra

vida sin su niño. Ha aguantado porque el instinto le indicaba que debía hacerlo.

Porque el destino sabía que se encontrarían de nuevo. +

- ¿Por qué tengo tanto miedo? – se pregunta gimiendo en llanto Zitao.+

Y como nada parece consolar a Zitao, Yifan toma el rostro de su niño entre sus

manos y le habla con rudeza, con una venerable vehemencia que estremece el

corazón de Zitao cuando lo escucha decir.+


- Estoy loco por ti Zitao. Yo te amo Zitao. Te amo de verdad. Yo no voy a amar a

nadie más que a ti ¡¿Escuchaste lo que dije Zitao?! ¡Te amo! Y por eso mismo,

nunca voy a dejar de amarte... ni en esta vida, ni en la otra. 3

Zitao mira a Yifan con adoración. Aún si las lágrimas siguieran surgiendo de sus

ojos, él acaricia con calma, porque las palabras de Yifan lo han calmado. Él es

perfecto para calmarlo y darle la paz que necesita. Y si la paz viene a él, es

porque está Yifan a su lado. +

Yifan mira a Zitao con tanto amor en su pecho, que no puede contenerlo. Besa a

Zitao rogando que sienta algo del amor que él siente. Calma a Yifan que Zitao le

crea. Ellos se aman. Por dios, que se aman con la vida.+

Y sin embargo el temor lo embarga de nuevo, como en el pasado. No quiero sentir

lo que siente Jongdae, no caer como ha caído Junmyeon. Porque Yifan sabe que si

perdiera a su niño, de nuevo, en esta vida, él caería sin retorno.

* El manduguk es un tipo de sopa coreana que se prepara cociendo mandu relleno

con carne picada y otros rellenos en un caldo de ternera.


Bello y Puro

Ha sido bueno el tiempo a pesar del crudo frío. Por eso Zitao ha querido salir a

pasear con Sophie a cuestas. Zitao sonríe cuando sus ahora fuertes brazos la

llevan con impulso en su silla de ruedas, porque la pequeña se hace oír en su

risa. Cuando se detienen, cerca del césped que Zitao trata de evitar porque no

podría transitar fácilmente por allí, se acomoda para disfrutar de la vista del

parque lleno de pacientes y personal del hospital en sus ejercicios habituales.

Sophie se reacomoda abrazada a Zitao, sentada tranquila y dando un suspiro que

su hermano alcanza a escuchar bien. +

Algo preocupa a Zitao sobremanera.+

- Sophie – dice acariciando sus cabellos, como peinándolos con sus dedos – ¿Por

qué ya no me hablas?+

Hace semanas que no le habla. Sophie hablaba en secreto con él, pero ya no lo

hace. Se pregunta de repente Zitao si no fue él quien estuvo imaginando la voz

de su hermanita, pero se recuerda que Yifan la escuchado con él. 1


- Sophie – llama de nuevo a la pequeña que está dándole la espalda, mientras él

la sigue peinando – ¿Estás enojada conmigo por algo?+

No quería hacerlo, pero la duda también lo invade. Él no puede saber qué pasa si

no le dicen. Como dos niños perdidos se miran fijo, cuando Sophie se da

abruptamente la media vuelta.+

- Sohpie...+

Y la pequeña carita se hunde en el pecho de Zitao en un gemido casi como

murmullo. Sohpie tiembla entre sus brazos, porque él pronto la abrazado, dándole

como consuelo por eso que la puso mal de pronto y Zitao cree que ha sido su

culpa.2

- Ya Sophie – dice con un dolor terrible en el pecho y lleno de angustia – Te

prometo que no pediré más que me hables si no quieres hablarme ¿De acuerdo? Ya

no llores...+

La calma ha costado que regrese, pero Sophie cede. La pequeña como siempre

termina derrumbada en los brazos de su hermano que la acuna y allí se duerme.

Justo cuando a la distancia Ziyi sale al parque a buscarlos. Cuando ella llega,

no dice nada, simplemente le sonríe y se limita a tomar a la pequeña en sus

brazos. Zitao siente que le fuera arrancado algo que le fuera propio, pero al

segundo la sensación es reemplazada por otra. Incomodidad absoluta.+


Ziyi da paso a Jang Hyuk a avanzar delante de ella. Zitao mira a Ziyi que se da

la media vuelta y se aleja y cuando quiere llamarla, se encuentra con Jang Hyuk

de rodillas ante él. Zitao mira a todos lados, menos a él.+

- ¿Aún sigues enojado conmigo? – pregunta el caballero.+

Zitao lo mira con recelo. No puede evitar sentir ardor en su piel cuando el

hombre toca su mano. Él ve la mano sobre la mano y la sensación es

indescriptible, pero porque su estómago siente un vértigo desagradable.

Naturalmente Zitao quita su mano. +

- Señor Jang, perdón pero...+

- Lo entiendo mi niño – dice él, bajando los ojos – Dejaré de venir si así lo

deseas.+

Cuando el caballero se incorpora, a Zitao lo embarga la tristeza. Abre sus

labios, dubitativo claro, porque por un lado lo embarga la necesidad de no ver

al hombre, de que no hubiera hecho lo que hizo, ni sienta lo que evidentemente

siente por él; pero tampoco quiere que se vaya, o al menos que se vaya así. Pero

Jang Hyuk ha sido tan bueno con él, que siente Zitao que es injusto. Su madre le

ha dicho que Jang Hyuk tiene sólo buenas intenciones y que anhela su compañía,

aún si se tratara solamente de ser amigos. Ziyi le ha dicho que el señor Jang no

volverá a hacerlo y le ha recordado a Zitao todo lo que el hombre ha hecho por


ellos. Él no debe ser un desagradecido.

Por eso compungido, Zitao lo detiene tomando su mano.+

Jang Hyuk mira esa mano que lo ha retenido. Él sonríe. Sus ojos llenos de

esperanza. Sus rodillas dobladas, buscando los ojos de su niño. La sonrisa de

agradecimiento llega al corazón de Zitao, que le dice...+

- Disculpe por ser tan duro con usted.+

- Mi niño, tienes derecho a ser así conmigo. Yo me he portado mal. Pero, no

puedo dejar de sentir lo que siento. +

Jang Hyuk baja los ojos ahora, avergonzado por hacer sentir mal a Zitao. Y Zitao

cree que él es malo, por hacer sentir eso al señor Jang. Y Jang Hyuk sabe bien

de ese sentimiento en Zitao, por eso le asegura.+

- No es tu culpa mi niño. Mis sentimientos no tienen nada que ver con algo malo

que hayas hecho. Todo lo contrario. Mi adoración por ti es por lo bello y puro

que eres mi niño. Lo único que te pido, es que no me alejes de ti. Sólo eso te

pido ¿Puede ser?+

Y Zitao se queda en silencio, mirando al hombre que sonríe ¿Cómo podría

alejarlo? Si él le da todo, sin pedir nada a cambio. Él es de día y a la vista

de todos. Él no esconde nada y no parece que tuviera nada de esconder tampoco.


El hombre que le habla de sus días diarios, en la tranquilidad de la mutua

compañía. Zitao suspira y no dice nada.

Yifan va a ver a Zitao esa noche. Ha estado de viaje y sólo espera el momento de

sentir su abrazo. Han pasado tantos días, que se siente vacío. Sabe que

solamente Zitao puede llenar ese vacío.+

El sonido del móvil de Yifan, le avisa de un mensaje entrante. Mira. Su ceño se

frunce porque normalmente él siempre le llama para saber cómo está. Sabe que

deben ser sus llamadas muy breves, para no ser interceptado y rastreado por

nadie. Pero ha enviado un mensaje. No sabe si fue él quien envió el mensaje,

torpemente, pero no perderá el tiempo cuestionándose. Algo pasa a Si Hoo que

pide que vaya. Yifan arremete a toda velocidad en la noche fría y lluviosa, a la

residencia de los Park.2

Un chirrido en frente del portón blindado, avisa a los guardias de su llegada.

Espera sin embargo unos segundos, porque saben que están cerciorándose de que se

trata de él, por las cámaras, por eso baja la ventanilla de su lado y muestra su

cara. El inmenso portón se corre y cuando tiene lugar suficiente se mete.+

Apenas desciende del auto, Kangin es quien sale a recibirlo. Si él está ahí,

también...+

- ¿Chanyeol? – pregunta Yifan.+


Si Hoo aparece a toda velocidad en la puerta. Yifan lo ve y la angustia se le

atora en su garganta. El hombre está demacrado, pero sobre todo, desesperado, en

el ímpetu que ha tomado de casi salir corriendo a recibirlo. Yifan es abrazado

por Si Hoo que tiembla. Yifan cree que quiere sostenerse, porque pareciera que

podría desfallecer de un momento a otro por el estado en que lo encuentra. Hay

guardias por todos lados rondando.+

- Creí que podrías llegar a tiempo para detener a Byun Hee Bong – dice

rápidamente el hombre.+

- ¡¿Estuvo aquí?! – exclama Yifan, cuando el hombre lo aparta.+

Si Hoo camina hacia dentro y Yifan lo sigue. Sin detenerse, Si Hoo habla.+

- Pasó algo inoportuno. Baekhyun se encontraba aquí cuando Byun y su sobrino

irrumpieron en la residencia. +

Los dos subieron a toda velocidad las escalinatas. Ingresaron y caminaron por el

largo pasillo.+
- ¿Y Chanyeol?+

- Estaba con Baekhyun en su despacho – dice el hombre mientras camina hacia las

escaleras – Quiso retenerlo, pero no pudo. +

- ¿A qué vino Byun?+

- A reclamar por Baekhyun. A decirle a mi hijo que abandonara a Baekhyun. A

amenazarnos con dar a conocer a los medios el pasado de los Park, que nos costó

tanto borrar de la memoria pública – habló el hombre lanzando una mueca de

angustia y sarcasmo – Como si él no hubiera sido parte de nuestro mundo. +

- ¡¿Qué no puede ese hombre tan sólo olvidar?! Y mi padre le permitió hablar ese

día en el entierro de mi abuelo...+

- ¡Hipócrita! – se quejó lleno de dolor el hombre, mientras seguía caminando a

toda prisa – Y pensar que era amigo mi padre, de tu abuelo, del abuelo de

Jongin. Ese maldito sigue envuelto en su rabia hacia nosotros de todos modos. +

Subieron las largas escaleras que dirigían hacia el piso de los dormitorios.

Cuando llegaron al primer descanso antes de proseguir, Yifan se puso en frente

de Si Hoo para retenerlo. Si Hoo casi chocó en seco con Yifan. Confundido miró a

Yifan, pero esperó porque el joven hable.+

- Hablé con mi tío del asunto. Baekhyun estuvo haciendo preguntas sobre lo que
pasó con sus padres.+

- Y todas sus dudas fueron quitadas esta noche.+

Yifan cerró los ojos. Ya entendía por qué estaba allí.+

- ¿Dónde está? – preguntó, lentamente, abriendo sus ojos para encontrarse con la

desolación que embargaba al señor Park.+

- Tuve que encerrarlo Yifan. Mi hijo tomó un arma y apuntó a mi cabeza con tal

de salir de aquí a buscar al muchacho. Me amenazó a mí, Yifan, culpándome de

todo, culpándome por Jimin, culpándome por... por Baekhyun... – rugió en un

lamento duro, pero imponiéndose no largar una sola gota de debilidad – A mí, a

su padre, culpándome del pasado y dispuesto a hacer cualquier cosa para llegar

al muchacho. Si le permitía ir, ellos iban a matarlo...+

Yifan peinó sus cabellos y sacudió su cabeza. Si Hoo amaba a Chanyeol y Chanyeol

a su padre, pero Baekhyun, era su sol, su luz y todo su mundo. Yifan lo sabía. Y

lo entendía. Él debía estar loco, entre la rabia, la furia y todo el dolor

porque le hubieran arrebatado la única chispa de vida en su vida plagada de

oscuridad. Porque sí, aunque ellos aceptaran todo lo que los rodeaba con

naturalidad, como si nada pasara, ellos vivían metidos en la oscuridad. +

- ¿Cómo... cómo lo tomó Baekhyun? – preguntó Yifan, para saber cómo podía

socorrer a su amigo – ¿Por qué no se quedó?+


- Esto habría sido una masacre. Hyun Joong estaba dispuesto a todo.+

- Mierda – rugió por lo bajo Yifan.+

Yifan suspiró. Miró el último tramo de escaleras que debía subir, hasta el

pasillo que dirigía al dormitorio de Chanyeol, que ahora era su cárcel.+

- Los hombres custodian la puerta – explicó Si Hoo – No iba a poder retenerlo de

otra manera.+

Yifan se espantó ante el panorama de ver a Chanyeol custodiado por su propia

familia y corrió escaleras arriba. Ni siquiera pidió permiso. Miró a los hombres

que bajaron los ojos y uno de ellos sacó las llaves de la puerta, una puerta lo

suficientemente maciza para impedir ser rota, al menos por una patada. Chanyeol

no habría podido romperla. Yifan gruñó de rabia ante la demora del hombre.

Hastiado se volvió a Si Hoo, que llegaba a él un tanto agitado. Yifan le habló

con evidente enfado. +

- Mi tío dice que nunca se supo quiénes mataron a los Byun. Los que asesinaron a
los Byun murieron en la cárcel y nunca confesaron quiénes los habían enviado. +

- Poco supe de eso Yifan. Yo ya estaba fuera.+

Yifan clavó los ojos en Si Hoo. Descolocado ante eso, preguntó.+

- ¿No fuiste tú quien mandó a silenciarlos? +

- No.+

- Entonces...– dijo Yifan, mirando a un lado, sus ojos cerrados unos segundos,

hasta que escuchó la apertura de la cerradura de la puerta que daba paso y abrió

los ojos a Si Hoo – ¿Quiénes querrían borrar evidencias de que los Park enviaron

a matar al heredero de los Byun, sino los Park?+

- Supuse que mi padre habría dejado la orden de proceder de ese modo antes de

"irse". Él tenía sus propios contactos, que ni siquiera yo conocía.+

Yifan arrugó su frente. Su mandíbula tensa y sus ojos amenazantes, le dejaban

bien en claro a Si Hoo que el joven estaba enojado con él. +

- A veces Yifan, si quieres seguir adelante, es mejor dejar el pasado atrás.+

- Si Hoo – gruñó Yifan – Creo que esta noche quedó más que claro, que nada quedó

atrás.
Yifan se sentó en una silla, al borde de la cama. Mordió sus labios para

contener cualquier comentario maldito que no ayudara en nada. Chanyeol estaba

boca abajo, pero no estaba dormido y él lo sabía. Había dado tan buena pelea. Al

menos no habían tocado su cara y no era casual.4

- Te mandó porque no sabe qué mierda hacer conmigo ¿Verdad? – dijo Chanyeol.+

Quiso reírse o al menos eso creyó Yifan, cuando su cuerpo tamborileó, pero la

queja le ganó de mano por el dolor. +

- Chanyeol...+

- Malditos ¡Hijos de puta! – gritó Chanyeol, moviéndose repentinamente más por

el dolor que hincaba en sus músculos, que por querer cambiar de postura – Así me

dejaron. Ya no sé quién es mi enemigo ¿ves? Aprendieron de la mierda de Bae Soo

Bin se ve...+

Yifan se quedó mirando a su amigo empapado en sudor y revolviéndose en su rabia,

como en sufrimiento. Él no había visto nada cuando Chanyeol y Baekhyun fueron

emboscados por los hombres de Bae Soo Bin, la noche en que habían salido en

grupo a Sky. Yifan había tenido su propio asunto con Yixing llevándoselo de

Corea a Japón. Yifan nunca fue informado hasta su regreso y siempre se sintió

culpable por no haber estado presente en ese momento. Él tragó duro cuando le

vino a la cabeza eso y ahora, viendo a Chanyeol así...+


- Aunque pensándolo bien – dijo Chanyeol entre quejidos, mientras se reacomodaba

boca arriba en la cama – No somos tan diferentes ¿verdad? Todos venimos de la

misma mierda. Algunos eligen este camino y otros, como yo, llevamos la mierda en

los genes.1

- No digas eso – reprochó entre dientes Yifan.+

- Es la verdad. De hecho – dijo mirándolo y hablando entre dientes – siempre me

pregunté cómo es que querías ser amigo de un Double Dragon*. Tú no tenías que

meterte en esta mierda de mundo. +

- Tu mierda, como la llamas, fue la que me salvó ese día y nos sigue salvando.

Bendita sea tu mierda de mundo entonces. +

- Tú siempre queriendo encontrarle el lado bueno a las cosas – se le burló

Chanyeol, apretando sus párpados. Definitivamente, él debía desistir en querer

reír, como de rugir de odio – Tan propio de ti. No habrías elegido este camino,

ni lo habrías pensado siquiera, de no haberme tenido a mí para facilitarte las

cosas – terminó por reprocharse en sus divagues – Te arrastré, a ti, a todos,

como a Mi Sol.

- Chanyeol...+

- Él habría seguido tranquilo, en su vida, bonito como siempre tan bonito – dijo
condolido – Su maldito abuelo nunca lo habría buscado de no ser porque me

empeciné en tenerlo conmigo. 1

- Hermano, no hagas eso. Tú no tienes la culpa...+

- Se lo llevaron Yifan – habló de repente con la vista al techo, quieto en su

sitio y con un doloroso nudo en su garganta – Lo empujaron lejos de mí cuando él

me estaba llamando. Quise llegar a él. Te juro que quise pero... no me

dejaron... +

- Chanyeol...+

- Los malditos sirvientes de mi viejo no me dejaron. Y él me seguía llamando. Él

no quería irse, yo lo sé. Él me estaba llamando...+

- Chanyeol – le reclamó de pronto Yifan – Te necesito de pie.+

- ¿Para qué? Nada va a hacer que él regrese. Nada. Mi sangre mató a su sangre

¿Entiendes lo que eso significa? ¡Somos unos monstruos Yifan! 1

El rugido lleno de odio se hizo estruendo en el dormitorio. Yifan dejó que el

sonido se perdiera.+

- Vamos – dijo de pronto Yifan, empujando levemente el hombro de Chanyeol –

Levántate de ahí.+
- Déjame en paz ¿quieres? +

Yifan sacudió su cabeza. Encorvado hacia Chanyeol, Yifan le dijo lo que no

quería decirle hasta estar seguro. Pero al menos tenía que intentarlo.+

- ¿Qué si no fue tu familia quien mandó a matar a los padres de Baekhyun?+

Chanyeol resopló hastiado. Apenas si volvió sus ojos a Yifan.+

- No seas idiota ¿quieres?+

Pero Yifan siguió mirando duramente a Chanyeol. Chanyeol perdió la sonrisa

burlesca de su cara. Una chispa de algo cruzó por la mirada de Chanyeol. Yifan

supo que ahí estaba al menos puesta la duda. +

- ¿Por qué piensas eso? – le preguntó Chanyeol.+

- Tengo que hablar con mi tío. Es algo que estoy considerando. Seriamente. +

- ¿Por qué?+

- Levántate. Tenemos mucho de qué hablar. Te lo diré de camino.+

Chanyeol arrugó su frente. Su rostro desfigurado del dolor, no le impidió


sentarse en el borde de la cama. Valía más su esperanza y la curiosidad.+

- ¿A dónde iremos?+

- A ver a mi tío.+

- ¡¿Crees que estoy loco?! – espetó, como si Yifan lo estuviera insultando,

estrujando cada músculo de su rostro – No voy a hablar de las cosas de mi

familia ¡con un juez!+

- ¿Ni siquiera por Baekhyun?+

Él valía todo. Incluso si eso lo llevara a exponerse abiertamente ante el juez

Kwon. Por eso Chanyeol se puso de pie, para prepararse. Yifan sabría cómo lidiar

con su padre y sacarlo de ahí. Solo Yifan podría convencer a Si Hoo.+

- Yifan, necesito tu ayuda – murmuró Chanyeol a Yifan, antes de salir el

dormitorio, ya aseado y bien vestido, mientras Yifan acomodaba el cuello de su

camisa, ni que fuera un crío.+

- ¿Para qué?+

- Quiero verlo – suplicó. Yifan consternado se quedó quieto.+

- ¡¿Estás loco?! – exclamó por lo bajo y mirando detrás de él, por si alguien
hubiera escuchado – Te retuvieron aquí para impedirte hacer ¡¿lo que me estás

pidiendo hacer?!+

- Necesito verlo – imploró, sus ojos brillantes por la desesperación – Al menos

una vez más Yifan. Ponte en mi lugar un segundo...+

Yifan no podía decirle no.

- Informe – dijo Jung Chan, sentándose en su escritorio.+

- Nada que llame la atención – respondió Yifan, tranquilo e imperturbable.+

- ¿Seguro?+

- Seguro.+

Jung Chan elevó su rostro, analizando cada gesto del joven. Sonrió a un lado y

se mantuvo callado por unos segundos. +

- ¿Nada que haya acontecido en la familia Park?+

- Ya sé que sabes – respondió Yifan, cruzándose de piernas – Kyungsoo debió

informarte. Sandara debe estar más que feliz por el final de esa relación. Y tú

debes estar más que feliz con tu hermana, por la oportunidad que se presenta.+
El hombre se infló en su silla, realmente asintiendo complacido de esas

palabras. Para qué esconder lo evidente.+

- Park Si Hoo sin embargo ha estado distanciado de mí.+

Yifan no diría que Chanyeol sabía. Y Chanyeol no había dicho nada a su padre,

por preservar la confianza de Baekhyun. Estar distanciado, no cambiaba la cosa. +

- No solo contigo, sino que de todos – respondió, a al segundo que le recordó

inclinándose levemente hacia él – La muerte de Jimin lo dejó devastado. Tú

entiendes...+

Jung Chan bajó la vista y apretó sus labios, sacudiendo levemente su cabeza. Su

voz compasiva, surgió fehacientemente, como la vez que el hombre saludó a Yifan

cuando murieron sus abuelos.+

- Ese fue un hecho lamentable. Una muerte innecesaria ¿Aún no saben quién fue? + n

Los puños de Yifan se cerraron con rudeza. Una instancia vomitiva le hizo querer

sacar su arma y darle un tiro en la cabeza. Cuando Sehun llegó de Rusia con

información, mandó a decirle que "el jefe" había dado la orden. Ya sabían quién

era "el jefe". Lo tenía en frente, ahí, disponible para ser masacrado. Nada se

lo impedía. Pero si lo hacía, Yifan sabía que no podría llegar a donde al final
quería llegar. Por eso debió componerse para no hacer sospechar a Jung Chan. Y

Jung Chan sabía que Yifan lo odiaba, y disfrutaba con eso. Pero creía que Yifan

le temía y así, él seguía siendo el jefe. Todos lo odiaban de hecho, pero el

miedo se imponía. Mientras él fuera temido, no tenía por qué temer por él mismo.

Y ciertamente a Jung Chan le gusta todo ese círculo vicioso.+

- En una semana hay una fiesta en la residencia presidencial – dijo Jung Chan,

cambiando de tema.+

- Lo sé. Mis padres pretenden que vaya con su sobrina. Ya les dije que...+

- Quiero que vayas.+

Yifan respiró frustrado. Su cabeza ladeó a un lado y al otro haciendo crujir su

nuca, mientras sus párpados pesadamente se cerraban. Él podía decirle que "no" a

sus padres, pero a Jung Chan...+

- ¿Por qué? – preguntó enojado, mirando al ministro.+

- Porque es bueno que empieces a interesarte más en el ambiente. Naturalmente

cuando te vayas a China, necesitas contactos en la política coreana. Pero eso se

construye de a poco. No de la noche a la mañana. +

- ¿No te importa que esté del otro lado? – cuestionó, teniendo en cuenta que se

encontraban políticamente enfrentados.+


- Todos saben que eres objetivo al respecto. Eres más prometedor de lo que te

imaginas Wu. Nadie cuestionará que por protocolo te acerques hacia nosotros –

dijo con evidente satisfacción – Es más, te presentaré al presidente de la

república si te me acercas.+

- Como digas – gruñó el joven, posando sobre sus ojos la yema de sus dedos para

refregarlos.+

- Después, te quiero un tiempo en China.+

Eso despertó a Yifan, que se quedó clavándole los ojos de forma siniestra.+

- Jung Chan – advirtió Yifan a regañadientes – ¡No puedes disponer de mí como te

plazca!+

- Lo estoy haciendo.+

- Y yo no veo beneficio alguno para mí en esto.+


- ¿Qué quieres decir? – reprochó de pronto serio el hombre, que siempre se

mantenía al margen de cualquier manifestación que demostrara que algo lo

perturbaba.+

- No hay nada para mí Jung Chan. Nada que me retenga.+

Jung Chan se puso de pie lentamente. Yifan parecía demasiado tranquilo para el

gusto del hombre. No se suponía que se viera acorralado por un pendejo. +

- No te atrevas a desafiarme muchacho. Un chasquido y me bastará acabar con lo

que más anhelas. Y sabes a lo que me refiero.

- No creí que querrías venir – dijo su madre, observando a su hijo.+

Yifan se reacomodó el moño de su esmoquin frente al espejo del umbral. Un

esmoquin blanco entallado y el pelo hacia atrás engominado, lo harían resaltar

sobre cualquiera. Eso pensó Nara, cuando él se volvió a verla sonriendo. Ella

sonrió, al segundo que se encontró con la vista borrosa. Tocó su mejilla, para

impedir que esa lágrima indeseada arruinara su maquillaje. Cuando vio de nuevo a

Yifan, él se le acercó consternado.+

- ¿Mamá? – llamó apoyando su mano en sus hombros.+

- Disculpa querido – dijo ella sin dejar de sonreírle abiertamente – Es que...

es que me hiciste recordar tanto a tu tío. Él... él tenía tu edad...+


Y ella no siguió hablando. Él sabía lo que se refería. Solamente suspiró y

devolvió a duras penas una sonrisa también. Ofreció su brazo a la dama y la

escoltó a encontrarse con su padre en la limusina.+

Apenas llegaron, fue Wu Yànzǔ quien tomó la mano de su esposa. Miró la

residencia presidencial un momento, como si fotografiara todo el panorama

pomposo, lleno de las familias más influyente y poderosa de Asia que divagaban

en multitud y sonrió, volviéndose a ver unos segundos detenidamente a su

familia.+

- ¿Listos? – preguntó a su esposa y a su hijo.+

- Listos – dijo Yifan.+

Y los tres sonrieron, adentrándose en ese mundo, pero es uno el de los Wu y

Yànzǔ se encarga bien de hacerle saber a Yifan que lo quiere cerca de él, donde

está el "Partido Democrático", donde de pronto Yifan se encuentra parado, junto

a Byun Baekhyun. 2

- Oye ¿Tú también aquí? – pregunta el chico, tratando de sonreír y esconder el

evidente nerviosismo.+

- Qué aburrido todo esto – murmura Yifan, para darle charla a su amigo – ¿Viste

quién está?+
- No.+

Yifan señala al sector de enfrente. Allí está Jongdae, parado al lado de su

padre, el primer ministro. El impulso hace a Baekhyun querer dirigirse hacia

allí, pero Yifan lo retiene abruptamente. +

- ¿Tan problemático es que se venga de este lado o que yo vaya hacia allá? –

reprocha irónico Baekhyun.+

- Si quieres que piensen que están armando un complot... +

- ¿Entonces para qué es esta fiesta?+

- Para que ellos puedan demostrar su poder. Para que estos, en su orgullo les

recuerden que quieren el poder y para que todos al final hagan sus negocios.+

Baekhyun se reacomoda su esmoquin. Yifan sonríe, al segundo que levantando la

vista se sabe observado por medio mundo. Y es que una unión entre el imperio de

los Byun y de los Wu, sería de ensueño.+


- Tengo hambre – dice Baekhyun – Quisiera comer hamburguesas y papas fritas.+

- Mis condolencias – se burla Yifan.+

Los dos se ríen. Yifan ablanda la penumbra subyacente del rostro del joven a su

lado. Sabe de su sonrisa chispeante, solo para esconder lo que duele. La gente

pasa y los saluda por educación, pero más para saber qué tan unidos son ellos

dos. Yifan sigue contándole cosas a Baekhyun para entretenerlo y acaparar su

atención, porque ha visto algo que de seguro a Baekhyun no le gustará ver para

nada. Chanyeol acompañado de Park Sandara, está del lado opuesto del salón.+

Yifan ve a sus padres que lo miran a él y a Baekhyun. Él los saluda con mano en

alto y Baekhyun se voltea a verlos. Una reverencia delicada surge del joven y

Nara asiente. Están hablando con un diputado o algo así, que impide que se

acerquen en ese momento.+

- Tienen esperanzas contigo – dice Yifan, acercándose a Baekhyun y posando su

mano derecha en el hombro del joven, un poco más fuerte de lo normal – Creen que

tú me interesas. Y que yo no te soy indiferente...2

- Aléjate de mí demonio – manotea Baekhyun a Yifan, queriendo zafarse de él sin

lograrlo.+

- ¿Me vas a decir que no me quieres un poquito? – susurra al oído y Baekhyun se


ríe del juego ante el público, que está más que atento – Deben estar planeando

nuestra boda...+

Pero el jolgorio dura poco. Yifan ve el rostro tieso de Baekhyun que mira a una

sola dirección. A donde está Chanyeol.+

Yifan suelta en un suspiro de derrota, porque no pudo evitar que Baekhyun lo

viera y dice.+

- Alguien me quiere matar.+

- ¿Ella es...?+

- Sandara Park. Es la hija de uno de los mayores accionistas de la corporación

de los Park. Además de que están de lleno en la política. Se dice que su padre,

puede que sea el futuro Primer Ministro de la República. Si ganan, claro...+

- ¿Y el padre de Jongdae?+

- Presidente. Con suerte...+

- ¿Es la prometida de Chanyeol?+

- Aún no. Chanyeol la dejó plantada en una fiesta, cuando comenzó a salir

contigo. Ahora que terminaron, no sé qué rumbo tome esa relación – se queda
mudo. Quizá la rabia de la situación lo ha hecho decir algo que no debía.

Baekhyun lo mira desencajado – Perdón. No quise...+

El servicio llama a la cena pomposa. Yifan cuida de que Baekhyun no esté solo,

menos en medio de la jauría. Él es demasiado inocente para este maldito mundo

que no entiende. Consternado le sigue la vista a su amigo y se encuentra

aplaudiendo sin sentido, hasta que se da cuenta que ha llegado a la sala el

presidente, paseándose por el inmenso pasillo con su comitiva. Sorprende a todos

de repente, que Nom Goong Min detenga sus pasos frente a los Byun y los Wu.

Yifan lo sabe. Sabe que eso da pie para que todos comenten que el joven Wu

quizá, ha obtenido la buena mirada del mandatario, por el recuerdo de su

abuelo. Quizá sea eso.1

Cuando al fin se sientan y los discursos comienzan, la cena se sirve. Yifan ve a

Baekhyun tragar todo desaforadamente, que burlón y sorprendido del pequeño con

hambruna dice.+

- Vaya que tenías hambre.+

- Y tú ¿No comes?+
- No. Nunca sabes dónde pueden darte los enemigos – sugiere serio y tétrico.+

La cara de espanto de Baekhyun le ha causado gracia, porque le ha creído. Y

Baekhyun termina depositando un puño en el brazo de Yifan, cuando se descubre

burlado. En un gesto de paz, Yifan quiere servirle vino, que Baekhyun rechaza.+

- No. Gracias.+

- Es un Cabernet Sauvignon Napa Valley 2013. Es un vino refinado, muy elegante,

con sabores a mora, ciruela y grosella, y toques sutiles de regaliz negro. No

puedes rechazar esta delicia.+

Baekhyun no quiere, pero evidentemente lo lamenta con la mirada. Mientras los

camareros van y vienen, algo ha atrapado de nuevo la atención de Baekhyun, que

se ha quedado en blanco viendo al pedestal, donde habla el dirigente. Jung Chan.

Cuando termina de hablar, Jung Chan descendiendo del escenario, donde se

saludan efusivamente con Kim Bum.+

- ¿Se conocen? – pregunta contrariado Baekhyun.+

- Jung Chan, es el padre de Eun Ji. La supuesta prometida de Junmyeon ¿Lo

conoces tú Baekhyun? +

El joven no responde. No hace falta que lo haga. Yifan entiende que lo más
probable es que lo haya visto ¿Dónde? Solo en un lugar donde Jung Chan podría

tener intereses puestos. En la residencia de Byun. +

Baekhyun se levanta repentinamente. Yifan ve que el joven está pálido.+

- ¿Estás bien Baekhyun?+

- Regreso en un momento – dice el chico y se retira rápido.+

Yifan se queda mirando a Jung Chan. En ningún momento Jung Chan le dijo que

estaba en negociaciones con Byun Hee Bong ¿Byun Hee Bong? No. Él es demasiado

leal al partido, como para acercarse a Jung Chan. +

En medio de lo que sigue del evento, Yifan se perturba cuando se da cuenta que

Baekhyun no regresa y por instinto ve allá, donde Chanyeol debería estar y no lo

encuentra. Pero con la vista que sí se encuentra, es con la de Jongdae. Jongdae

hace un gesto con sus ojos y Yifan se pone de pie, sabiendo que Jongdae lo

seguirá.+

En el frío de la noche, Yifan espera en un banco del parque. No transita un alma

y se ha cerciorado de eso. Enciende un cigarrillo y lanza el humo a lo alto que

se confunde con el vapor de su aliento. Jongdae llega y pesadamente se desploma

a su lado.+

- Buena actuación – dice Yifan – ¿Algún cambio en Junmyeon?+


- Igual – farfulla y suspira – ¿Pudiste saber algo?+

- Fue Jung Chan.+

Jongdae frunce el ceño. +

- Imposible. Es un hombre...+

Respetable, iba a decir seguramente, pero Yifan toca su mano. Se acerca a él,

porque ha visto a un guardia caminando por la zona. Se acerca más, de manera

íntima, como si estuviera ligando en una noche estrellada y en solitario.

Jongdae quiere apartarse, pero Yifan se lo impide. En su boca, Yifan le habla,

rozando en sus labios con su susurro.+

- Es el jefe.+

- ¡¿Qué mierda?! – ruje por debajo para no ser escuchado, acercándose más a

Yifan.+

- Estoy seguro, aunque no tengo pruebas. Seung Hyun fue traicionado por uno de

sus hombres robándose las grabaciones de las cámaras de seguridad de esa noche –

dice Yifan, tomando la nuca de Jongdae, que se encuentra de espaldas al guardia,

que parece dudar en seguir o dejar en paz a los enamorados.+


- Yifan – suplica su amigo, a la vez que le reclama – ¿Dónde mierda estás

metido? ¡¿Por qué no me dijiste nada?!+

- No podía y ya es arriesgado estar aquí contigo en frente de él.+

- En serio ¡¿Jung Chan?! – dice sin poder creer.+

Cuando Yifan ve que el guardia ha desaparecido, se aparta de Jongdae. Jongdae

sigue mirando a Yifan, esperando por respuestas, aún si ni hubiera preguntado

nada, porque la verdad es que quiere saberlo todo.+

Y en una milésima de segundos, ocurre lo que para nada podría Yifan haberse

esperado.+

Yifan visualiza tres ráfagas que se desmontan de los árboles impresionantes de

la residencia y un láser rojo va a parar a la cabeza de su mejor amigo.+

- ¡Abajo! – grita Yifan empujando a Jongdae y los dos se ven rodando en el

césped frío.+
Se arrastran por el suelo, como ya saben hacerlo, escondiéndose tras el tronco

de un árbol milenario, en medio de chispazos de sonidos vacíos, de las balas con

silenciadores y se topan con el cuerpo del guardia que hasta hace un segundo

había estado vigilándolo a ellos. Está muerto. +

Jongdae toma el arma del cadáver y Yifan ha quitado el auricular al guardia para

pedir ayuda, pero es inútil, porque le han roto los cables de comunicación.

Yifan mira a Jongdae, que apunta en medio de la oscuridad a algo y dispara. Una,

dos y tres veces, tres disparos sonoros y nada más del otro lado. Ha sido

demasiado fácil. +

- No te muevas – ordena Yifan, que ve a Jongdae que hace ademán de ponerse de

pie e ir a esa dirección – Ellos venían por ti.+

Jongdae lo mira de rodillas, mientras se guarda el arma detrás, sostenida por el

cinturón de su pantalón. Su expresión alterada le dice a Yifan que no quiere

creer. Pero él ha visto la luz roja en su frente. +

Jongdae está a punto de decir algo, cuando un estruendo se escucha a la

distancia. +

Se miran un segundo y salen corriendo. +

Se adentran en medio del griterío de la gente, estallidos de vidrios rotos y

pánico por todos lados. Han atacado a los invitados. +


Por instinto, Yifan salta girando sobre sí mismo buscando alrededor. +

- ¡Jongdae! - llama una mujer.+

Jongdae ve a quien lo llama y corre en esa dirección, saliendo al encuentro de

su madrastra, tendida en el suelo aferrada a su esposo, el padre de Jongdae. +

Y Yifan ve a su madre y a su padre en similar estado que los Kim y ordena a sus

guardias que ingresan corriendo.+

- ¡Llévatelos al auto y si no llego en 3 minutos, váyanse!+

Su madre reclama cuando la quieren apartar a la rastra, pero es a él a quien van

a obedecer. Le preocupa otra cosa. Los Byun, que no parecieran saber qué hacer.

El hombre mayor está en shock, sorprendentemente él, que antes se dedicaba a

estar inmerso en ese mundo, pareciera estar derrumbado del miedo. Y Baekhyun no

es de allí, pero parece más conciente de todo. +

Una nueva estampida y tiros que van a dar a los ventanales detrás de ellos,

hacen crepitar los vidrios sobre sus cabezas. Nuevos gritos y corridas

desesperadas. Gente cayendo y horrorizada por una explosión, marca el terror.+

- ¡Baekhyun tienen que salir de aquí! – ordena Yifan al joven, para que actúe.+
Baekhyun se mueve y se pierde de su vista.+

Las estampidas siguen de su lado, pero de pronto...+

Jongdae se pone de pie con su familia.+

Él ve que la luz roja se posa sobre la frente de Kim Bum. +

- ¡JONGDAE! – grita Yifan.+

Yifan corre y violentamente termina empujándolos al suelo.+

Nadie podría haber visto eso, porque todos estaban demasiado inmersos en el lado

contrario, donde los vidrios se siguen esparciendo con furia, cortando a los

comensales que allí han quedado todavía atrapados.+

Jongdae por instinto, tira a su padre bajo la mesa, junto a su madre. Los cuatro

en cuclillas.+

- ¡¿Qué mierda pasa?! – grita Jongdae, en medio de la consternación y el


espanto.+

- ¡Señor Kim! – grita Siwon, que se lanza a cubrir con su cuerpo al primer

ministro.+

Shindong lo sigue y cubre a Jongdae.+

Llega más guardia protocolar y les ponen los chalecos antibalas, mientras son

arrastrados lejos, Yifan es cubierto también. Apenas alcanza a escuchar a Siwon.+

- La guardia presidencial no quería dejarnos ingresar.+

Excusas que no son excusas. Siwon no le ha explicado a Kim Bum, le estaba

explicando a Jongdae, más que explicarle, le estaba informando. +

Todo esto es demasiado oscuro.

En la oscuridad, Zitao mira la luna y las estrellas. Se ha quedado sentado en el

borde de la cama a la espera. Un nudo le atraviesa la garganta, pero no es

porque quiera llorar. Él solamente lo quiere ahí, con él, en ese momento, sin

saber por qué, desesperado por tocar a Yifan. Aún sabiendo que esa noche Yifan

no irá, él lo espera despierto, porque su instinto le anuncia que por algo, él

vendrá.+
La puerta del dormitorio se abre en un sutil chirrido a sus espaldas. Zitao

sonríe, cerrando sus ojos y baja de la cama, dándose la vuelta para verlo.+

Y allí está, de pie, como si de un príncipe se tratara, con ese cabello

engominado hacia atrás y precioso con ese mechón rebelde que se le ha venido a

la frente. Así, con ese esmoquin blanco, de pantalón negro y su moño que lo hace

parecer un actor de películas.+

Zitao sonríe.+

Pero Yifan no sonríe.+

Y Zitao sabe que algo pasa. Algo más pasa, como tantas veces pasa.+

Entristece a Zitao saber que Yifan pasa por muchísimas cosas de las que nunca le

hablará. Angustia a Zitao ver esa mirada plagada de pena, porque no sabe cómo

reaccionar. Y solo puede abrir sus brazos, para darle un abrazo y tantear si al

menos eso ayuda a su hombre maltrecho, que parece gritar por su auxilio, a pesar

de lo príncipe bello que se ve esta noche.+

Y Yifan se pierde en los brazos de Zitao, enterrando su nariz en el cuello de su

niño, enredando sus brazos alrededor del cuerpo de su amado, como si solo eso le

llenara de fuerzas para seguir adelante. +

Zitao susurra de esas cosas que siempre susurra a Yifan, cuando sabe que algo
pasa. Acaricia la espalda del hombre y da suaves golpeteos para intentar menguar

la angustia. Su hombre es así en silencio, como un niño que va en busca de

refugio para componerse y volver a salir fuerte al mundo. Y es que Zitao en el

fondo lo sabe, quizá siempre lo supo, sólo que no sabe expresarlo, porque

tampoco es necesario que lo exprese. Él sabe que Yifan es un niño y que ha

encontrado la calma en sus brazos. Por eso vino un día y siguió viniendo y se

quedará con él, porque Zitao sabe que nadie más podrá darle a Yifan lo que él le

da. Paz. Amor y paz.+

- ¿Estás sano? – pregunta Zitao, mientras toma entre sus manos el rostro de su

hombre.+

Yifan asiente, posando su frente en la frente de Zitao. Pareciera que no quiere

separarse para nada de su roce. +

- No parece haber sido una fiesta linda – dice Zitao.+

Yifan niega con su cabeza, confirmando esa sospecha.+

- Pero estás sano – susurra Zitao, depositando un beso en los labios de su


amante – Eso es lo único importante.+

Y Yifan ahora repara en la importancia de esas palabras. Ahora, que la noche lo

llama para acudir en ayuda de sus hermanos. Ahora, que se sabe con miedo frente

a las balas y el peligro. Ahora...+

Y Yifan deja que Zitao lo acaricie todo lo que quiera acariciarlo y mimarlo.

Porque Yifan necesita todo eso que Zitao le da en su silencio, paz y amor, cosas

que son preciosas y divinas para un hombre como él, que en apariencia lo tiene

todo, pero que en realidad sabe lo que es realmente importante en su vida.

Zitao, su amor.+

Yifan sigue así largo rato con Zitao. Besa a Zitao con ternura infinita y con

todo su amor, el amor miserable que siente que le da a Zitao, que lo merece

todo. Pero su egoísmo hace que no quiera soltar a su niño y persista en tenerlo,

para siempre.+

Así se quedan. Zitao creyendo que será así toda la noche y Yifan sabiendo que

solo se quedará el tiempo que se le permita.+

El sonido del móvil de Yifan se hace oír como zumbido. Yifan cierra sus ojos y

se lamenta con el alma. Debe irse y lo sabe. +

Toma el móvil en sus manos y lee el mensaje. Sehun llama, porque Chanyeol ha

empezado a hacer movimientos en la búsqueda de Baekhyun que desapareció sin


dejar rastro. +

Yifan guarda el móvil y mira detenidamente a Zitao.+

- Debo irme – dice.+

Zitao parece desmoronarse. Sus labios se curvan en desagrado y pena.+

- ¿Ya? – reclama – Pero si acabas de llegar apenas...+

Yifan abraza a su niño y aspira toda su piel, como si realmente pudiera hacer

eso. Quiere retenerlo en su memoria, quiere en serio grabar su aroma. Mira a

Zitao y sus manos grandes acunan el rostro de su bello niño, al que quiere

grabar en su alma, aún si ya está grabada. +

- Eres tan bello y tan puro – le dice a Zitao.+

- Así dicen – murmura molesto Zitao.+

Yifan frunce el ceño. Alerta. +

- ¿Quién?+

Zitao se encoje de hombros. Hace su rostro a un lado.+


- Quién – cuestiona duramente Yifan.+

Pero Zitao no responde. Quiere apartarse de Yifan, para dejarlo ir. +

Yifan no quiere irse enojado. No quiere irse viendo enojado a Zitao. Dios. Puede

que se vaya y no pueda regresar. Mierda. Él hará todo para regresar, pero la

realidad lo avasalla y se encuentra orando a cualquier divinidad para que lo

devuelva al lado de "su dios".+

- Tiene razón – dice a cambio Yifan, para suavizar los gestos en el rostro de

Zitao. Y Zitao lo mira, justo cuando Yifan vuelve a posar su frente en la suya y

su boca lanza ese aliento picante que tanto le gusta. Y Yifan le sigue hablando

– Tú eres todo lo bello y puro que cualquier hombre quisiera tener. Hasta un

hijo de puta como yo, que hará lo que sea para retenerte a su lado, porque sabe

que tú eres como esos tesoros que muy pocos encuentran en la vida. Me siento el

tipo con más suerte del mundo ¿sabes? – le asegura al niño, que tiene sus ojos

brillantes – Porque si no fuera por ti Zitao, yo no sabría lo que es amar y ser

amado. No sabría lo que es el amor y habría vivido mi vida sin sentir esto que

siento por ti. Amor. 1

Y a Zitao se le escapa una estrella fugaz de sus pupilas. Así lo ve Yifan, así

lo piensa y sonríe abrazando a su niño fuerte, porque aún si todo estuviera

oscuro, él sabe que su estrella iluminará el camino de regreso a casa.


*Double Dragon. Es una banda mafiosa de Corea del Sur que se cree que han

desaparecido en gran parte de la sociedad surcoreana. Eran conocidos por su

violencia y brutalidad durante la década de 1980 hasta finales de 1990. Desde

mediados de la década de 2000, pasó a la clandestinidad. En la trama, el

anonimato asegura el ingreso de los Park en el mundo de la política, para

convertirse en una familia respetable, sin dejar de tener el poder de los

Khangpae (nombre que se le da a la mafia coreana).

Por él

Era demasiado evidente que las cosas se estaban moviendo por sí solas. El

problema era, que la rueda no estaba girando del lado correcto, ni yendo por la

dirección que a Yifan le hubiera gustado. Demonios. Ni siquiera estaba la cosa


moviéndose por el lado planeado ¿Planeado? Él no había planeado nada desde hacía

bastante tiempo. Era hora de reconocerlo. +

Él se movía cuando le decían que debía moverse y hacer lo que le ordenaban que

hiciera. Si Jung Chan ordenaba, él obedecía. Pero, sus movimientos debían ser

informados a Nam Goong Min, y él daría la orden por medio de su gente que él

debía moverse de la manera que deseara. Y entonces Park Si Hoo recomendaba. Y

Yifan se encontraba en una tríada de mierda, donde tenía a uno amenazándolo por

la vida de los suyos, a otro estrujándole el cerebro de la prisión que le

esperaba y al tercero, recordándole permanentemente quién era. Porque sí, Yifan

ya estaba perdiendo el juicio y a veces, muchas veces, dudaba hasta de quién era

realmente.+

Y no era el único que dudaba.+

Yifan conduce en la noche, rumbo a las afueras del distrito. Mira de vez en

cuando a su lado a Jongdae que se limita a analizar sus armas.+

- Jodida mierda – espeta por lo bajo, furioso, Yifan.+

- ¿Molesto por algo? – pregunta Jongdae.+

- No deberías estar aquí – dice Jongin, que va en el asiento de atrás – Te está

cuidando.+
- ¿Cuidando de qué? +

- Tu condena termina en días ¡¿Y me preguntas por qué?!– ruje Yifan, mientras

acelera – Sabes bien que si alguien sabe de esto vas a volver a cero ¡y tras las

rejas!+

- Sang Woo me ama.+

- Mi tío puede amarte, pero es un hombre correcto.+

- Y lo correcto ahora es ayudar a Baekhyun – dice duramente Jongin,

incorporándose hacia adelante, golpeando el hombro de Yifan – Ya no jodas

hombre. Sang Woo estaría de acuerdo en ayudar a Chanyeol y rescatar a Baekhyun.+ n

Un insulto sale de Yifan, pero Jongin no ha escuchado, porque su móvil suena y

él atiende rápido apenas ve la pantalla. +

- Amor... – se escucha que dice y regresa a desplomarse en el asiento. +

Yifan observa por el espejo retrovisor. No lo molestará ahora, que de seguro

intenta calmar a Kyungsoo, que se encuentra con Luhan, haciéndose compañía.+

Jongdae le habla a Yifan.+


- La única persona que representa un riesgo aquí eres tú.+

Jaque mate. Yifan siente como si una maldita cosa le hubiera caído encima. La

sangre se le congela en un segundo y siente que está con un desconocido. Mira

por el rabillo del ojo a Jongdae y exclama descolocado lo que sale.+

- ¡¿Qué?! +

Autosuficiente y petulante como siempre, Jongdae escupe rápido, mirando de vez

en cuando a Yifan.+

- ¿Qué tanto confías en el servicio de inteligencia que el presidente de la

república puso a tu disposición? Un maldito servicio que ni siquiera sabe hacer

su trabajo ¿O quizá sí estuvieron haciendo su trabajo? Me pregunto por qué no

dejaron que la guardia protocolar de mi padre ingresara a la fiesta. Y de pronto

me encuentro con un punto rojo en mi frente y en la frente de mi viejo. Qué

coincidencia... – sonríe mordaz.+

Yifan apenas si puede mirar. Sus ojos van y vienen, entre Jongdae y la

autopista.+

- ¿Qué dices?+

- Necesito a mi gente de regreso – dice Jongdae de repente, más para sí, sin
seguir el hilo del tema – Con todo esto, necesito contratar a mis hombres de

nuevo y reorganizarme.+

- Tú no vuelves el tiempo atrás ¡¿Me oíste?! – gruñe Yifan.+

- ¡No escucho lo que dice! – grita Jongdae con rabia – Y creo que estaba más

seguro dentro, que ahora estando fuera. Antes ni se les habría ocurrido

apuntarme siquiera y resulta que tuve un punto rojo en mi sien. Así que no

opinas. Junmyeon está dormido, pero no por eso a salvo de esto ¡Ni siquiera me

alertaron de lo que estaba pasando a nuestro alrededor! – explota contra Yifan y

también contra Jongin, que lo fulmina con la mirada, cubriendo con su mano el

móvil, en un intento de que Kyungsoo no escuche nada del otro lado – ¡Debería

matarlos por ponerme en riesgo durante este tiempo!+

- ¡Te estábamos cuidando! – recrimina Yifan.+

- ¡¿De qué mierda me cuidaban?! ¡¿De todo esto?! Vaya... – dice en su aire

sarcástico y filoso – ¿Debo darte las gracias? Bien ¡gracias! Y de ahora en

adelante te suplico – agrega juntando sus palmas, como rogando, pero

evidentemente punzante – No me cuides Wu Yifan, porque tus buenas intenciones

¡dan asco!+

Y Yifan no se aguantó. Se había largado encima de Jongdae en la fiesta,

salvándole la vida y el tipo le reclamaba. Por eso un puño saltó a la cabeza de

Jongdae. Jongdae devolvió el golpe y Yifan perdió el control del auto. Las
patadas servían también entre los dos que iban adelante. Las llantas chirriaron

y Jongin se encontró perdiendo su móvil de las manos, cuando tuvo que sostenerse

del asiento.+

- ¡Pendejos putos! ¡Ya córtenla! – rugió furioso Jongin, en medio del

desequilibrio – ¡Basta he dicho!2

Jongin se encontró saltando hacia adelante para tomar el control del manubrio,

interponiéndose entre los dos. Gritó.+

- ¡Yifan! ¡Frena maldita sea! ¡Frena!+

Yifan frenó pero por error, porque seguía a los puños limpios con Jongdae, que

no se quedaba atrás. Jongin quedó en medio de esa batalla. Se dio cuenta que en

vano sería seguir así, por eso rápido bajó del auto, dando un portazo y abrió la

puerta del lado del conductor, tomando las prendas de Yifan y largándolo fuera.

Yifan se encontró sin el cuello de Jongdae en las manos. Miró a Jongin

descolocado y quiso arremeter contra él.+

- ¡¿Qué mierda pasa contigo Yifan?! – espetó Jongin, empujándolo.+

- ¡Él comenzó!3

Jongin vio a Jongdae con los brazos cruzado. Eran dos críos.+
- ¡Es Jongdae! ¡¿Qué esperabas?! ¡Se supone que tú eres el mayor aquí!+

Yifan apretó sus músculos. Sus manos hechas puños querían darle a cualquier

cosa. Descargó un rugido seco, para sacar la rabia contenida. +

Jongin se asomó por la puerta abierta del coche y preguntó a Jongdae.+

- ¿Estás bien? +

Jongdae no respondió. Su cara dio la media vuelta hacia el vidrio del otro lado.

A Yifan no le gustó eso. No le gustó en absoluto que Jongin tuviera ese detalle

con Jongdae ¿Y él?+

- ¿Tú también crees lo mismo que él? – reprochó Yifan.+

Jongin se dio la media vuelta, sin apartarse del coche y le dijo en tono seco. + u

- Yo conduzco. Ve atrás. +

Yifan tomó el brazo de Jongin, sabiendo que corría un riesgo con él. Jongin

apretó su mandíbula y sus ojos increparon a Yifan, que no se quedó atrás. +

- No respondiste mi pregunta – dijo Yifan.+


Jongin violentamente empujó su brazo para quitarse del amarre de Yifan. Ahora

veía a Jongin cómo lo miraba a él en verdad. +

- Chanyeol ya llegó y está como loco queriendo hacer el trabajo de mis hombres.

Ellos están perdiendo la paciencia con él. Ahora, sube.+

Yifan se mantiene distanciado de Jongdae, porque parecieran querer matarse con

la mirada. Apartado de lo que acontece y solamente esperando órdenes, Yifan

observa a los demás, que le consultan muy poco y nada. Yifan sabe que no confían

en él y duele saber que sean sus hermanos quienes no confían. No aceptaron su

ayuda y Jongin tuvo que advertirle que no metiera a ninguno de sus hombres,

salvo a los que trabajaban con él y Sehun desde antes.+

- No es que no confiemos en ti – dice alguien de repente.+

Yifan no mira a Sehun. Metido en sus pensamientos, él no escuchó cuando se

acercaba. Yifan se cruza de brazos y se apoya contra una pared. Observa a Jongin
haciendo su trabajo en las redes de telecomunicaciones, con la tecnología que

solo él tiene, mientras Chanyeol le sigue, rodeados de computadoras y pantalla.

Jongdae está a la par, tratando de calmar a Chanyeol. Pero ninguno le habla a él

para pedirle nada.+

- Yifan...+

- ¿Alguna vez hice algo que los haga dudar de mí? – reprocha Yifan, volviendo

sus ojos a Sehun.+

Ellos trabajaron durante años a la par. Eran posiblemente los más unidos por

eso. Sehun suspira duramente y mira a sus amigos allá. Poco opina Sehun y poco

ha hablado últimamente con Yifan. Quizá sea la única oportunidad que tengan.+

- Admite que no hiciste las cosas bien Yifan.+

Yifan reprocha a los ojos ¿O sea que todos pensaban lo mismo?+

- ¿Cuánto hablaron de mí es mis espaldas? – increpó Yifan.+

- No tienes derecho a estar molesto – dijo seriamente Sehun – No fuiste del todo

honesto. Entiendo que quieras defender a los tuyos pero...+

- Cuando dices "los míos", también entran ustedes ¿sabes?+


Sehun bajó la vista mordiéndose el labio inferior y sacudiendo su cabeza.

Definitivamente no estaba de acuerdo.+

- Sehun – llamó Yifan, buscando ser visto por el chico – Lo que hice, lo hice

pensando en todos.+

Sehun lo mira, pero ahora molesto. Su rostro duro, su mirada tensa, sus gestos

acusatorios. +

- Sehun ¿Te acuerdas del motivo por el que me metí en esto?+

- Si – respondió frío.+

- Llegué a mi objetivo. Llegué a esa gente. Podría haber ordenado pegarles un

tiro a cada uno y sin embargo me retuve y solamente por una cosa ¡Por ustedes! –

gruñe por lo bajo – Si no hubiera aceptado estaríamos todos tras las rejas. +

Sehun se queda callado un momento. Sus labios se aprietan en una línea diminuta,

dando a entender que él está conteniéndose en una discusión inútil. Sus ojos

vagando entre los que estaban allá trabajando y Yifan apartado. Y de repente,

cuando Yifan cree que ya no hay nada más, Sehun larga.+

- Desaparecieron a Arthur.+

Yifan se queda impávido, sin entender.+


- Pero... él había aceptado trabajar con "el jefe".+

- Quizá ese fue su error.+

- No entiendo.+

- Si Jung Chan lo que quiere es ser la cabeza de la "Tríada", es más que obvio

que habrá una contra ofensiva. Y nosotros quedamos en el medio Yifan – concluye

seguro de sus suposiciones, descargando a la vez su reproche – ¿Pensaste en eso?

Jung Chan se expuso demasiado. Ya somos muchos quienes sabemos quién es. La

"Tríada" debe querer desaparecerlo por eso, porque, una regla básica entre ellos

es que nadie debe conocerlos.+

Una pausa demasiado incómoda. Sehun no quita los ojos de Yifan. Yifan entonces

pone sus ojos en blanco y mira a lo alto. Está perdido en verdad. Suspira y

refriega con fuerza su sien con los dedos de su mano. Su cabeza explota.+

- ¿Qué ocurre? – pregunta Sehun y no precisamente preocupado por cualquier

malestar físico. Sehun se da cuenta que hay más.+


- Mi padre – murmura Yifan.+

- ¿Qué con él?+

- Él es de la "Tríada".+

La cara de Sehun se llena de rabia. Se acerca a Yifan preso de la ira.+

- ¡¿Y no nos dijiste nada?! +

- Sehun ¡Es mi viejo! ¡No quería exponerlo!+

Sehun arremetió en el cuello de la camisa de Yifan, acercándolo a él para

rugirle por lo bajo en la cara, en un temblor que larga pura furia.+

- ¡¿Y dices cuidarnos así?! ¡¿Exponiéndonos a todos?! ¡Teníamos derecho a saber

Yifan! ¡A protegernos entre nosotros! +

- Sehun... hice lo que creí...+

- ¡Dejaste que esa mierda de Jung Chan siguiera vivo! +

- ¡No podía decirle "no" al presidente imbécil!1


- ¡Y con eso nos diste la espalda a todos! – exclamó Sehun largando lejos de él

a Yifan. Peina Sehun con rabia los cabellos hacia atrás, para tener su mano

ocupada con algo – ¿Sabes lo que le hizo a Luhan?+

- Sehun...1

- ¡¿Lo sabes?! +

Yifan baja los ojos y aprieta sus párpados. Sehun habría querido matarlo. Él lo

sabía. Y no había hecho nada por alertarlo cuando lo supo. Porque Sehun se dio

cuenta, que Yifan sabía demasiadas cosas. Cosas que nunca había dicho, que había

silenciado y ahora, todo se le estaba volviendo en contra. Sehun aprieta cada

uno de los músculos y se exige con toda su voluntad, no iniciar una pelea que no

acabaría ahí.+

- Sehun.+

- Mantente fuera de mi camino Yifan – amenazó señalándolo con su dedo – Por los

años compartidos, por Chanyeol y lo que pasa, sólo por eso, no te doy un tiro. 5 f

Y se da la media vuelta, dejándolo solo.

Yifan se sienta en la mesa de la cocina. No dice una sola palabra. Se limita a

moverse recién cuando Sang Woo deja en frente de sus manos una taza de café y
toma asiento a su lado. Yifan no pareciera querer hablar, pero Sang Woo lo

analiza. Cabizbajo y con los hombros derribados, sin mirarlo a la cara, así se

encuentra con el muchacho. Dista mucho de lo que normalmente es Wu Yifan.+

- La nueva causa que ingresó en el juzgado de un amigo, dice que Park Seo Joon y

Kim Hyun Joong murieron en un enfrentamiento narco. Todo un escándalo en las

familias Park y Byun.+

Yifan lo mira. Sang Woo espera unos segundos a ver si Yifan dice algo, pero no

obtiene nada.+

- No me quiero imaginar cómo debe estar Park Si Hoo – sigue, emitiendo un

chasquido, mientras sacude su cabeza – Pobre hombre... primero Park Jimin y

ahora Park Seo Joon...+

Yifan no dice nada ante eso, pero se limita a sentir, preguntándose lo mismo+

- Jongdae estuvo con ustedes ¿Verdad? – pregunta.+

Yifan mira asustado a su tío, pero no responde. +

- Ayer en la mañana su condena terminó – dice tomando un sorbo de café y luego

cambiando de tema, dentro del mismo tema, cuando pregunta – ¿Cómo está Baekhyun?+
- Bien – responde recién y apenas como murmurando Yifan. +

- ¿Sus abuelos?+

- También. Bien. +

- ¿Y tú? +

Silencio. +

Sang Woo mira al frente, por donde entra el sol en medio del cortinado. Está

amaneciendo. Yifan le cayó de pronto en su casa, como si nada, queriendo verlo.

Sang Woo ha aprendido a acostumbrarse de su sobrino merodeando. Es feliz por

eso. Más cuando le pide.+

- ¿Puedo quedarme aquí hoy? Es el único lugar en el que nadie podría imaginarse

que pudiera estar.+

Sang Woo se compone derecho. El corazón del hombre pareciera que va a explotar

de felicidad. Jamás se imaginó al joven pedirle una cosa así y ya van un par de

veces que Yifan lo hace. Nunca creyó que llegaría el día en que sería el refugio

de su sobrino. Porque los tíos están para esas cosas. Para malcriar a los

sobrinos y darles guarida cuando no tienen a dónde ir. Así, solitario y perdido

como está su muchacho, él no puede más que ser feliz, cuando ve que necesita
algo de él.3

- Claro mi muchacho – asiente con una sonrisa – La habitación de huéspedes es

toda tuya.+

- Gracias – dice Yifan, apenas lanzando una sonrisa forzada y toma su café.+

Otro silencio. Igual Sang Woo se siente conforme, sabiendo que a Yifan no le

incomodaba en absoluto quedarse así con él. Es más, el hombre se siente especial

de saber que quizá eso de que "la sangre tira" se cumplía al pie de la letra,

porque Yifan estaba cómodo donde estaba. Eso lo hace tantear terreno y ver hasta

dónde podría llegar con su muchacho.+

- ¿Quieres contarme?+

Yifan arruga el ceño y lo mira. Sang Woo ríe, ya leyendo lo que pasaba por su

mente.+

- Dejemos lo de "juez" fuera de estas paredes. Ahora... – dice palmeando la mano

de Yifan sobre la mesa –...eres mi sobrino preferido y yo tu tío que te apaña en

todas ¿si? +

- Dudo que dejes lo de juez afuera – sonríe, aunque con recelo Yifan – Además,

soy tu único sobrino.+


- Más tío para ti solo – la risa contagiosa, hizo a Yifan reír también –

Aprovecha que mis muchachos están lejos y no los puedo malcriar. 1

Se miran. La seriedad domina de nuevo el rostro de Yifan. Sang Woo se da cuenta

que su muchacho en ese momento es como un niño perdido. Si. Yifan estaba en

serio perdido. Nadie podría haberse imaginado que el muchacho que ahora se

estaba escondiendo en su casa, podría ser un empresario tajante y severo, como

un hombre dedicado a negocios turbios, de los que Sang Woo sólo había escuchado

cosas de lejos. +

- Siempre intenté cuidarlos – bufó molesto consigo mismo – Y resulta que ahora

me echan la culpa de todo. +

No puede contar demasiado. Por eso calla. Sang Woo se da cuenta.+

- Imagino que debe ser algo serio. +

Yifan sólo asiente apenas. Su tío insiste.+

- ¿Vida o muerte?+
Yifan vuelve a mover su cabeza en afirmación, avergonzado de sí mismo.+

- ¿Ellos tenían conocimiento?+

Yifan no responde ante eso. Sus ojos vagan en la taza de café.+

-Yifan – llama el hombre, empujando al muchacho apenas, para que lo mire. Sólo

cuando Yifan lo mira a los ojos, él habla – Ellos no están enojados contigo por

cuidarlos. Ellos están ofendidos, porque no les permitiste elegir sobre sus

propias vidas. Sobre todo si se trata de algo tan serio, como de vida o muerte.

"Saber", es "poder". Y les has quitado las dos cosas. En particular el "poder"

de elegir cómo cuidar a los suyos. Te cargaste una responsabilidad que no te

correspondía. 1

Yifan se queda desencajado. Él esperaba consuelo, no otro reclamo.+

- Tengo que arreglar las cosas – habla para sí mismo Yifan, suspirando y

raspando con su mano su cara – Tengo que planear tanto...+

- Tú solo no – aclara Sang Woo, con dedo en alto – Cuidado. No cometas el mismo

error. Diles todo. Pide ayuda.1

- No es posible.+
- ¿No? – cuestiona el hombre sorprendido. Parpadea varias veces y aprieta sus

labios duramente meditando unos segundos. Ruje el hombre, desconcertado y

pareciera insultar por lo bajo – No puedo creer que te diga lo que te voy a

decir...+

- ¿Qué?+

- Yifan, soy juez. Sí, pero... soy humano ¿sabes? Así que, si necesitas algo de

mí, confía ¿Puede ser?+

Sang Woo inhaló y exhaló profundo. Emitió un chasquido con su lengua, pero se

resignó a lo que venga. Él sabía que había abierto la puerta y con eso, no

espantarse de lo que viniera.+

- Tío...+

- ¿Mmmhh?+

- ¿Le dijiste a Yixing de Junmyeon?+

Ahora fue el hombre mayor el que se quedó callado. Y Yifan le dijo.+

- Creo que debes darle a elegir, tío.2

- Pero mira nada más ¡mocoso! – rugió el hombre, haciendo ademán con su puño.+
Yifan se fue riendo al dormitorio, donde le gustaba esconderse del mundo y

fingir, que no todo estaba tan mal.

A Zitao le gusta ver las facciones de Yifan. Delinea con la yema de sus dedos su

piel, recorriendo cada las curvas de su rostro perfecto. Ama tanto a Yifan...1

Yifan adora cara caricia de Zitao. Su mirada se centra en observar a su niño que

lo acaricia con cuidado, estudiándolo, como si quisiera memorizarlo. Nunca le

resulta suficiente a Zitao, seguir mirándolo por horas y horas.+

Yifan toma la mano derecha de Zitao y besa su palma. Entonces repentinamente una

pulsera le es puesta en la muñeca de Zitao. El niño impactado se queda

observando eso. +

Cuando Yifan termina de poner el adorno en su niño, Zitao eleva su muñeca

intentando visualizar mejor ese hilo de seda rojo, que ahora Yifan le ha puesto.

Zitao mira sorprendido a su hombre, sin entender bien lo que le dice. Yifan

entonces remueve el puño de su camisa y muestra que lleva la misma pulsera que

él. El niño sonríe.+

- El hilo rojo – descubrió Zitao, sonriendo feliz – ¿Cómo la leyenda?+

Yifan asintió, sonriendo a su niño y dio un beso suave en su boca. Parecía no


poder despegarse de esos labios que adoraba con locura.+

- Te amo – susurró, con los ojos cerrados – No tienes idea, de cuánto te amo,

Zitao. Siempre te he amado. Te amé antes, te amo ahora y te amaré mañana, aún si

no estuviera, porque tú eres mi destino.

Yifan ingresó por el umbral de la Casa de Gobierno, sin poder creer que la

maldita mierda tratara allí mismo los planes escabrosos que se tejían en su

mente. Se anunció con la guardia y ellos simplemente asintieron, dándole paso

para que prosiguiera. Todo era tan tétrico, repulsivo y maquiavélico...+

- ¡Wu Yifan! – exclamó Jung Chan, sonriéndole, mientras caminaba hacia él.+

Salió a recibirlo él mismo. Esta vez tocó ser ceremonial y diplomático. Había

personal del gobierno yendo y viniendo, mironeando lo que entre ellos acontecía.

Y es que, él era Wu Yifan. Se suponía que no debería encontrarse en ese lugar,

teniendo en cuenta que su padre patrocinaba al partido político contrario al

oficial. Maldita buena jugada de Jung Chan, de exponerlo frente a todos.+

Frente a frente, los dos hombres emitieron reverencia y un apretón de mano. Los

dos eran buenos actuando. Yifan sintió una adrenalina novedosa, porque se dio

cuenta que no era tan diferente del sujeto. Los dos al fin y al cabo se llevaban

de maravilla fingiendo ser lo que no eran, en un público que los aplaudía en

todo momento sin preguntarse siquiera qué clase de hombres eran realmente. Pero

Yifan tenía un límite. Había un abismo entre él y Jung Chan. Y Yifan se lo


recordaba a sí mismo, para preservarse de esa podredumbre. +

- Pasa hijo – dijo Jung Chan.+

Yifan sonrió, asintiendo conforme, pero sintiendo que las tripas se le revolvían

del asco al escuchar esa palabra. +

Cuando ingresó a la oficina gubernamental, Yifan no esperó encontrarse con quien

allí esperaba.+

- Kyungsoo– murmuró impávido y anclado en su sitio.+

Y es que no fue que estuviera solamente allí, poniéndose de pie y prendiéndose

el botón de su impecable traje de tres piezas, sino cómo le sonreía

abiertamente, mientras se acercaba. Yifan no pudo evitar rastrear esa calvicie

reciente que ahora llevaba Kyungsoo. No parecía ser él y sin embargo era él,

Kyungsoo. 2

- No me mires así Yifan– dijo Kyungsoo, en tono sugestivo y atrevido,

regalándole un guiño – Mi padre va a creer que quieres algo conmigo en verdad...+

Boquiabierta ante esta nueva versión del "pequeño" de Jongin, Yifan no habría

sabido cómo reaccionar. Quiso decir algo, pero nada salió de él. Kyungsoo sonrió

con desinterés errático, Yifan lo supo bien, porque un leve temblor surgió
apenas de esos labios.+

- Me descubrió.+

- ¿Jongin? – llegó apenas a preguntar.+

- El hijo de puta quiso matarlo – dijo alguien a sus espaldas.+

Yifan regresó su vista. No había sido Jung Chan, sino su sobrino, YongWa. Pero

apenas si Yifan se percató en seguir viéndolo. Regresaron sus ojos a los de

Kyungsoo. Su mirada increpó al chico.+

Una sombría mirada embadurnó de pronto el semblante de Kyungsoo. Yifan frunció

el ceño y creyó ver dolor en esos ojos, pero no pudo seguir asociando ningún

otro tipo de sentimiento, porque él se dio la media vuelta. Kyungsoo no quería

ser visto, no quería que nadie descubriera que estaba doliendo aquello. Yifan

recordó esa seguridad en la voz de Kyungsoo, cuando él le había advertido, "Él

no sería capaz". Yifan tragó duro. Jongin sí había sido capaz al parecer. "El

hijo de puto quiso matarlo". +

- ¿Qué ocurrió? – preguntó tontamente – ¿Tú estás bien?+

Él no estaba ahí para eso. Él no debería preguntar una cosa así. No debería
haberse visto preocupado, porque Yifan no era débil. Pero Kyungsoo tenía ese no

sé qué, que hacía querer que lo cuides. Yifan se encontró al descubierto, cuando

posó una mano gentil en el hombro de Kyungsoo.+

- Vaya – dijo satisfecho Jung Chan – Sí que sabes cómo hacer que te quieran

cuidar hijo...+

Kyungsoo se hizo hacia atrás y se desplomó en el sillón, donde antes había

estado ubicado y emitió algún tipo de improperio que Jung Chan no alcanzó a

escuchar. Su padre tomó asiento en la silla del escritorio e invitó a Yifan a

tomar el lugar en frente. Y YongWa, a él no le importaba.+

Antes de tomar asiento, Yifan se quedó mirando a Kyungsoo, esperando por una

respuesta.+

- Me tiró un cuchillo a matar pero – dijo emitiendo una sonrisa y sacudiendo

apenas sus hombros despectivamente – lo esquivé.+

Jongin no fallaba. Jamás fallaba. Yifan lo sabía bien, porque Jongin era el

mejor en lo que hacía. Porque Jongin hacía aprendido de él. +

- Ustedes parecen llevarse muy bien – interrumpió Jung Chan, sonriendo a los dos

desde su lugar – Una unión como la de ustedes sería prominente, pero... – un

silencio de segundos, mientras Yifan de reojo le echó un vistazo a Kyungsoo para

verle esa mirada siniestra al hombre. Volvió su vista a Jung Chan, que se rió
divertido cuando terminó por sentencias –... tengo esperanzas con Kim. Y contigo

Yifan, otros planes.+

- Papá – resopló con evidente frustración Kyungsoo, mientras rodaba los ojos –

como casamentero eres un fiasco y encuentro que es la evidencia de que te estás

volviendo viejo.+

YongWha lanzó una risotada a lo alto. Una discusión sin sentido se inició entre

padre e hijo sobre las convenientes relaciones para la familia. Definitivamente

Yifan se encontró rodeado de desquiciados. Aunque no entendía a Kyungsoo, se

mantuvo inmutable y sin entrometerse. Creía, en algún lugar en lo profundo, que

el chico estaba planeando algo. De ser así, debía admitir que era un actor

fabuloso, porque Kyungsoo le hacía estremecerse y hasta temerle. Yifan parpadeó

una vez fuerte y mantuvo los ojos cerrados unas milésimas más de lo normal, como

si rogara que Kyungsoo fuera en serio un maldito buen actor, porque si no,

estaba frito.+

-Toma – dijo repentinamente Jung Chan, dejando un sobre cerrado sobre la mesa,

mirando fijo a Yifan.+

Yifan abrió el sobre, centrándose ahora en el nuevo mandato. Era el estilo de

Jung Chan. Debía leer todo minuciosamente frente al jefe, luego devolverlo y el

jefe lo destruiría. Nunca dejaba rastros de sus órdenes ni planes. Una vez

habían cometido ese error en el pasado. Y Jung Chan jamás sabría quiénes habían

salido beneficiados. Por eso el jefe estaba contento de que Yifan tuviera una
memoria de privilegio, porque no debía repetirse dos veces en ninguna de las

órdenes que le daba al chico. +

La cara de Yifan se fue desfigurando poco a poco. Miró al jefe y se quejó.+

- Dijiste que solo sería Beijing. Y me encuentro con Moscú, Berlín y Beijing

¡Dame un maldito respiro! +

Tiró los papeles que resbalaron sobre el escritorio. A Jung Chan no le gustó

eso, pero a Yifan no le importó ni un poco, repasando nervioso con su mano los

cabellos hacia atrás.+

- Más respeto – advirtió YongHwa – No se te olvide con quién hablas.+

- Vete a la mierda – respondió Yifan, sin siquiera preocuparse por mirarlo a él,

pero queriendo matar al jefe en verdad, a quien no le quitó los ojos de encima. +

Yifan estaba furioso. Respiró agitado y juraría que ya comenzaba a sudar de la

rabia sintiendo que el pecho se le inflaba tanto, que la camisa ceñida se le

quería explotar de tan estirada.+

- No fue esto lo que acordamos Jung Chan – gruñó Yifan – tengo una familia que

cuidar.+
- Y estará bien cuidada mientras no discutas mis decisiones chico – dijo rápido.+

- Tú sólo quieres mantenerme fuera de Seúl.+

- Cuidado chico – le señaló entre dientes el mismo Jung Chan esta vez – Recuerda

que trabajas para mí. Yo, soy, tu, jefe.+

- No presiones Jung Chan – dijo Yifan achicando sus ojos e intimidando a Jung

Chan, aunque el sujeto jamás lo admitiría – Sabes que tengo un negocio que

mantener.+

Jung Chan se estiró apenas hacia Yifan y agregó.+

- Y un chico en un hospital.+

Los hombros de Yifan cedieron, cayendo con cautela y derrotado. El jefe sonrió a

un lado. Un silencio estremeció el ambiente, hasta que Yifan elevó sus ojos al

techo inhalando y exhalando con fuerza.+

- Viniste a mí chico – habló Jung Chan con satisfacción – Sabías lo que traía

esto. Pero te aseguro una cosa, los beneficios para tu negocio y tu familia son

incalculables. No creas que no premio bien a quienes me son fieles Wu. La

empresa de tu familia tiene negocios en Berlín, así que fácil podrás

escabullirte sin llamar la atención. En Moscú tienes contactos y gente que te


sigue. Beijing es... como decirlo... – dijo haciendo unos segundos de silencio,

rebuscando palabras –... tu casa. Más ahora que perdí a Arthur, necesito a

alguien que vaya a poner orden por mí.+

Yifan se dio cuenta de lo ingenuo que había sido al entrar él solo en ese mundo.

Estaba atrapado. +

Pero se recuerda algo. Mira su muñeca y suspira, cuando el hilo rojo apenas se

vislumbra en su muñeca. Vale la pena intentarlo. Por él, vale la pena.

"Porque te amo"

Camina hacia la salida del palacio gubernamental. Apenas está fuera, en el

estacionamiento, la ansiedad lo hace encender un cigarrillo. Baja las


ventanillas de su coche intentando componerse de la rabia y de los nervios

contenidos. +

Alguien toca la ventanilla del lado del acompañante.+

Yifan frunce el ceño sin poder creerlo. Baja su cabeza para cerciorarse de que

es Kyungsoo y entonces quita el seguro, dejando que suba. Cuando Kyungsoo se

acomoda, Yifan simplemente lo mira sin poder creer el chico que mira. No sabe

cómo actuar frente al sujeto que le resulta desconocido por lo duro y severo.

Parece que no le ha afectado lo que ha pasado con Jongin.+

- ¿Cómo... cómo estás? – pregunta apenas Yifan.+

- Recuperándome del intento de tu amigo de querer matarme – dice mirando al

frente, sin un gesto que manifiesta algo en él – Pero no vine a hablar de eso.

Vine a comentarte otra cosa. 1

- Dime.+

- Me encargué de Kwan y su gente.+

El cigarrillo de Yifan se le cae de la boca. Cuando se da cuenta que de eso,

termina por sacudirse las cenizas y el cigarrillo que casi queman sus pelotas,

emitiendo un quejido. Kyungsoo mira apenas y suspira blanqueando los ojos.+


- ¡¿Qué...?! ¡¿Qué mierda Kyungsoo?! – exclama espantado Yifan – No puedo creer

que... ¡¿Fuiste tú?!+

No quiere creer. No puede creer que este chico haya masacrado al viejo Kwan, un

hombre de los Park, que se había infiltrado entre la gente de Jung Chan. La

trafic llena de cadáveres había aparecido flotando en el río Han. +

- Él trabajaba para Jung Chan.+

- ¡Era hombre de los Park! ¡Estaba encubierto!+

- Mentira. Y sé que tengo razón – dijo de una vez Kyungsoo, pero no explica por

qué llegó a esa conclusión. Evidentemente, Kyungsoo hace lo que le resulta

conveniente – Otra información. Empecé a juntar pruebas contra de los Jung, pero

no tengo un contacto fiable que se arriesgue a ir contra ellos. Necesito que

hables con tu tío. Él debe saber del mercado que tienen los Jung y la compra y

venta de esclavos.+

- No.+

- ¿Por qué? – increpó Kyungsoo, mirando por primera vez a Yifan – Él está detrás

de los Jung por malversación de fondos del estado. Jung Chan ya lo sabe.+

- No quiero ponerlo en más riesgo del que ya está, Kyungsoo – ruje entre dientes

– Una cosa es malversación de fondos. Otra es la trata ¡Sería blanco fácil!+


- ¡Necesitamos a alguien que se atreva a seguir adelante y no se amedrente por

esto! – exclamó Kyungsoo, recién demostrando desprecio – Kwon no tiene miedo. Lo

conozco. Sé que lo hará.1

- Ponte tú en contacto entonces.+

- Me vigilan, como ahora.+

- ¡¿Ahora?! – miró Yifan a todos lados.+

- Mi primo. Parece que tiene una cierta tendencia a seguirme los pasos. Me

cuesta escabullirme de él. +

- ¿Nos está escuchando ahora?+

- No – dijo – Aquí está blindado de eso. Irónico – sonrió burlón – Aquí es donde

se negocia la mierda. Bueno...+

Quiso bajarse del coche, pero entonces Yifan tomó su mano, reteniéndolo.

Kyungsoo frunció el ceño. Cuestionó con su mirada. +

- Lo siento Kyungsoo.+

- No lo sientas – dijo él, apretando su mandíbula duramente – Fui un estúpido en


creer que él no sería capaz de hacer una cosa como la que hizo. Tú me lo

advertiste y yo no quise escuchar. Sólo quise creer en él.

- Él falló el tiro. Eso es algo...+

- Porque me moví a tiempo Yifan. No porque haya querido fallar.1

- Kyung...1

- Si me disculpas – quitó la mano de Yifan con rudeza – Tengo trabajo que hacer

y esta noche un negocio importante que cerrar. Debo prepararme. Adiós.

Como todos los días que puede, Yifan va a hacerle compañía. +

Se encuentra sentado en el borde de la ventana, viendo la nieve que cae.

Junmyeon en su silla de ruedas, se deja acompañar en el silencio por Yifan.

Conversa lo que a Junmyeon se le permite conversar, porque sus cuerdas vocales

han quedado debilitadas del respirador. Sin embargo hay algo de lo que nunca

hablan. Y es que Yifan no quiere traer eso a colación. Pero Junmyeon, al

parecer, necesita.+

- ¿Por qué no me dices nada? – le pregunta a Yifan.+


Yifan lo mira. Junmyeon no. La nieve parece ser mejor visión, o quizá está

demasiado avergonzado para mirarlo a los ojos.+

- Sobre qué...+

- Sobre esa noche Yifan. Creo que sabes qué pasó. Te vi cuando te llevabas a

Yixing ¿Me odiaste?+

- Si. Te odié – confiesa sin miramientos, después de todo, él lo odió – Pero

después me di cuenta que lo amabas de verdad. Quizá algún día sepamos qué pasó

en realidad...+

- ¿No te dijo nada a ti tampoco? – pregunta con una angustia que duele en su voz

quebrada.+

- No Junmyeon – afirma triste – Pero... jamás vi a nadie sufrir tanto como él

cuando se marchaba. Se echaba la culpa por dejarte así...+

- Yifan – suplica, de pronto mirándolo – No sé qué pasó y quiero saber. Quiero

entender...+

Yifan toma la mano de Junmyeon y la aprieta con fuerza. Él siente no poder hacer

más. Aún si Seung Hyun sigue buscando las pistas de las grabaciones robadas, la

demora desespera. Jung Chan no le ha dicho nada del asunto, pero sabe que

persiste en la unión de Junmyeon con Eun Ji, más ahora que está despierto. +
- Recupérate pronto Junmyeon. Así podremos saber qué pasó de verdad. Mientras,

te prometo que investigaré. Me ocuparé de eso con los muchachos.+

- Mi padre jamás dirá nada – ruge de repente Junmyeon, apretando su mandíbula –

Es un maldito cínico...+

- Él también fue amenazado.+

- Con ensuciarle la reputación – dijo duramente – Eso fue todo lo único que le

importó. +

Ellos habrían seguido hablando. Pero entonces Jongin y Jongdae ingresan al

dormitorio. Tenso el ambiente, hace sentir a Yifan que es la hora de la partida.

Se saluda con los demás y se despide más efusivo con Junmyeon.

Yifan pide un café y se acomoda en el bar del sanatorio. Espera. Mira de vez en

cuando a la puerta de vidrio, esperando porque aparezca y ahí aparece. Ha

demorado un poco.+

Jongdae pide su café y mira a todos lados, hasta encontrar dónde está Yifan. Ahí

se dirige y se sienta. Sus ojos yendo de un lado al otro.+


- Nunca sabes quién puede estar viéndote, siguiéndote o escuchándote – dice

Jongdae – Le dije a Jongin que iba a revisar unos papeles de Junmyeon y no me

demoraba. Dime.+

Yifan mira fijo a Jongdae, que le esquiva la mirada. Se conforma con que el

hombre al menos le haya entendido el gesto al despedirse y ha ido a la

cafetería, para encontrarse con él. Su hermano lo conoce bien. Quizá eso le

indica a Yifan, que después de todo, él sigue siendo él.+

- Sang Woo me dijo que terminaste tu sentencia y que dejaste el hospital. Quería

saber cómo estabas.+

- Bien – responde a eso secamente.+

- ¿Y Jongin?+

Jongdae ahora detiene sus ojos en él. Su frente dibuja una línea tenue.+

- Como puede – dice – Debo suponer que ya te enteraste de...+


- Vi a Kyungsoo.+

Los ojos de Jongdae se abren más de lo normal. Boquiabierta parpadea incontables

veces. No puede creer lo que acaba de escuchar. +

- Volvió con su padre – le cuenta Yifan – Volvió con Jung Chan.+

Jongdae cierra sus ojos duramente. Su cabeza se sacude, antes de mirar a Yifan

de nuevo.+

- ¿Por qué me cuentas esto? – pregunta, lleno de desconfianza. +

- No pareces sorprendido.+

- Seung Hyun no me oculta las cosas, como otros.+

Yifan mordió duro ¿Qué podría reprocharle si tenía razón? Sus manos apretaron la

taza que tenía en frente. Solamente suspiró. Bajó los ojos, cuando de repente

escuchó a Jongdae decir.+

- Lo siento. +

Eso lo impactó. Pocos "lo siento" se habían escuchado de su boca. Jongdae era

reacio a pedir disculpas. Yifan lo miró avergonzado.+


- Yo lo siento. No debí creer que podía con todo esto.+

Yifan aspiró profundo y miró a su alrededor. +

- Cuida a Jongin – dijo Yifan – Está tan lleno de odio, que podría hacer

cualquier idiotez. Él no sabe que Kyungsoo es hijo de Jung Chan. Él solamente lo

cree una rata que trabajaba para él.+

- Es duro sentirte traicionado. No quisiera estar en su lugar. Ni en el de

Kyungsoo...+

Jongdae toma un poco de su café, por primera vez encontrando que no sabe en

absoluto nada de lo que hay a su alrededor. Todo le resulta extraño. +

- ¿Algo más? – pregunta Jongdae.+

- ¿Chanyeol?+

- Feliz con la última novedad – sonríe de repente Jongdae.+

- ¿Cuál?+

- Van a tener familia. Seré padrino ¿Puedes creerlo?+

Cosa de la vida. En medio de tanta oscuridad, una noticia así parece iluminarlo
todo. Y es que de repente, inconcientemente, los dos se sienten personas

normales, comunes y corrientes. Se miran y festejan eso, chocando las tazas de

su café humeante, festejando el acontecimiento, a la salud de sus dos amigos.+

- No puedo creerlo – dice sonriendo Yifan, sacudiendo su cabeza.+

- Siempre creí que tú serías el primero – agrega Jongdae, mostrándose alegre –

Nos ganó de mano el idiota ¿he?+

- Se salió con la suya...+

Sus sonrisas se apagan y a medida que se pierden, se quedan mirando a los ojos

de nuevo.+

- Jongdae.+

- Dime.+

- ¿Cómo estás tú?+

- Ocupándome de Junmyeon. Los asuntos de diplomacia me llevan un poco más de

tiempo del que quisiera, tratando de hacer lo que mi hermano hacía. Los

estudios, de maravilla.+

Calla Jongdae un segundo, mientras sus dedos juguetean tocando la mesa, mientras
su verborragia sigue sin freno. 1

- Tengo pensado cambiarme de apartamento. Me gusta más la idea de un piso

completo, como lo tiene Sehun. Claro que me gustaría algo más hogareño. +

Yifan insiste.+

- Jongdae ¿Cómo estás tú?+

Jongdae aprieta su mandíbula. Se queda quieto. Inmóvil. Sabe bien a dónde va

Yifan con esa pregunta. Y Jongdae se niega a responder porque sabe, que no puede

quebrarse, se exige no quebrarse. +

- Creo que compraré un viejo edificio para demolerlo y hacer algo allí con la

herencia de mi madre. Había pensado en una cafetería. Ya sabes, tú tienes un bar

¿Qué tal una cafetería? Para no ser competencia ¿Ves lo bueno que soy? Y... y...+

Calla Jongdae otro segundo, cuando Yifan sostiene su mano. La verborragia se le

esfuma. Sus ojos se nublan, cuando esa mano aprieta la suya. No levanta su
vista, pero Yifan ha sentido el chispazo de la gota que le ha caído en la piel.+ a

- Lo siento Jongdae. Lo siento en verdad.+

- Dios – gruñe con voz ronca y quebrada Jongdae – Lo extraño tanto... que es

insoportable...

Va camino a la residencia. Tiene una cena con empresarios, "amigos" de su padre.

Al ingresar, el mayordomo le anuncia que lo esperan en el comedor. Su rostro

consternado en espanto, se ancla en esos invitados. Todos los Jung parecen haber

minado su casa. Jung Chan y su esposa; Jung Gyu Moon, con la suya y sus tres

hijos; es demasiado tétrico y macabro todo. +

Es Jessica quien se abalanza delicadamente hacia él y lo saluda primero. Todos

parecen de fiesta ¡¿Qué demonios está pasando?! Yifan no hace falta que se

pregunte demasiado, cuando ve a su madre feliz y a su padre sonriendo con el

hombre, como si nada pasara. +

- Qué bueno que llegas querido – dice su madre sonriendo – Moríamos de hambre.+

- Siento la demora – dice apenas Yifan, dando una reverencia a todos – Yo...

buenas noches...+
Él no puede decir nada. Nada. Pero que Jung Chan y su padre estén como si fueran

amigos... eso es malo. Muy malo. Tan malo como el suponer que durante todo este

tiempo se estuvieron burlando en sus narices, haciéndole su padre creer que

estaba en peligro, cuando solo era una artimaña para llevarlo antes Jung. O tan

malo, como para darse cuenta que Jung Chan usó a Zitao, para presionarlo a él, a

entregarse por sí solo.+

Mira consternado a Jung Chan, como si lo acusara. El hombre hace como si nada.+

El móvil de Yifan vibra. Pero Yifan no atiende. Vibra de nuevo, pero Yifan se

resiste a atender. Y cuando la tercera vez llama alguien, entonces Yifan se

excusa.+

- Voy a asearme – dice a su madre, como en secreto – Vuelvo en un momento.+

Yifan sale casi corriendo de ese ambiente que lo ahoga y se mete al primer

sanitario de invitados que encuentra. Mira la pantalla de su móvil y ve las

llamadas perdidas. Seung Hyun. Yifan llama rápido.+

- Dime qué pasa.+

- Se trata del hijo de Jung Chan. +

- ¡¿Kyungsoo?! – exclama Yifan +


El impacto lo domina. No porque no supiera, claro, sino porque eso quiere decir

que ya todos se enteraron. +

- Jongin fue enviado a hacerse cargo de él. +

Yifan se ve en caída.+

- Pero... ¡¿Les dijiste que Kyungsoo es...?!+

- No.+

- ¡¿Cómo?!+

- ¡Es un sanguinario Yifan! Park hará justicia por los Kwan. +

- ¡Tú sabes que eso no es así!+

- Yo no voy a detenerlos ¡No confío en ese demonio! +

- ¡No lo conoces! ¡Es nuestra única...!+

Un sonido de interferencia se oye. Los dos callan. Alguien ingresó en la línea.

Sea la de él o Seung Hyun, escuchan. Yifan solo atina a decir lo último, antes
que se metan del todo.+

- Es la señal. Ya comenzó.1

Y corta. Ha dicho eso para alertar a Seung Hyun. Algo sin sentido quizá, para

que entienda que Kyungsoo se mueve. Maldice Yifan no haber podido decir más.

Pero alguien escucha. Están cercados.+

Mira su móvil. Yifan sale de allí corriendo y se mete en la cocina. Sabe que

Hangeng o Yoochun es allí donde se quedan esperando por órdenes. Por suerte,

está Yoochun. +

- Yifan – dice el hombre, con ceño fruncido, sorprendido del estado de Yifan,

agitado y perdido – ¿Qué ocurre?+

- Llama a Jaejoong. Dile que irán a matar a Kyungsoo. Esta noche.+

- ¡¿Qué?! ¡No entiendo nada Yifan! +

- ¡No preguntes Yoochun! ¡Y haz lo que ordeno!+

Yoochun no ha visto nunca así a Yifan. Seguro que enojado, pero no desesperado y

completamente descolocado. +

- Como digas jefe – dice Yoochun y saca su móvil.+


- Hazlo breve y cuando termines, cambia los celulares de todo.+

Ahora Yoochun va sabiendo que la cosa está más que complicada. Sale de allí,

para hablar con el chico, como le ordenaron.+

Yifan corre a la sala. No debía demorarse demasiado, así que cuando se acerca,

se detiene para contener la respiración, calmarse pronto y que lo agitado se le

vaya. Nada está bien, en absoluto. Nada.+

Inhala y exhala tan profundo, lanzando el aire abultado en sus mejillas, que

hasta duele su pecho de tanto expandirse. Y está a punto de moverse, cuando casi

se estampa de lleno con su padre. Yifan se queda boquiabierta ante la sonrisa

del hombre. Wu Yànzǔ parece tan feliz, que a Yifan le resulta espeluznante el

panorama. Y se estremece completo su cuerpo, en tensión absoluta, cuando Jung

Chan se le para al lado.+

- Qué bueno encontrarte – dice su padre – Vamos a mi despacho.+

- Tenemos mucho de qué hablar – agrega Jung Chan.+

Los dos hombres se miran y asienten. Yifan no podría explicar lo que siente. Se

mueve con ellos delante, pero su corazón palpita entre la rabia, la

desesperación y la aversión de empezar a darse cuenta lo que viene en la

reunión. Quiere y no quiere saber. Parpadea más de lo normal y cierra sus ojos
con rudeza. Sus dedos se hunden en sus ojos, para limpiar de su semblante el

estrés que le provoca esto. Mientras se acerca al despecho de su padre, Yifan se

siente ingresar en un abismo sin salida.+

Entran.+

Cada uno toma asiento en un lugar. Cada uno en un sillón. Los tres, hacen un

perfecto y tétrico triángulo. +

Silencio.+

Yifan mira a Jung Chan que lo mira, mientras el hombre se cruza de piernas y

sonríe tranquilo. Después Yifan mira a su padre, que desprende el saco de su

traje, para ponerse más cómodo. Yifan se encuentra en caída. Él lo sabe. Y está

solo en esto.+

Yifan observa a su padre. No puede esconder el dolor sin embargo, cuando se

encuentra preguntándole.+

- ¿Por qué hacerme creer que estabas en peligro?+

Yànzǔ eleva sus cejas, impactado de la pregunta, cuando la respuesta es tan

obvia. Aprieta sus labios, considerando que Yifan está haciendo de esto un

drama, cuando todo está más que bien.+


- Una cosa que debes aprender Yifan, es a dejar de ser tan sentimental. Todo lo

que hice, lo hice por ti – dice el hombre, apretando su puño a lo alto,

sonriendo satisfecho y orgulloso de lo que dice – El poder que tienes en tus

manos y el que tendrás...+

Yifan tragó duro. Sus puños se apretaron en el reposabrazos. Él quería

contenerse. Quería contenerse del odio desmedido y del asco que lo estrujaba por

dentro. Yifan se sentía marchito. Él se sentía solo en esto. Yifan sabía que

nadie podría salvarlo. Él iba entendiendo todo de a poco y se odió a sí mismo

por eso. Porque él nunca había sido así de lento. Pero con Zitao...+

- No te preocupes por él – dijo Jung Chan, leyendo sus ojos – Estará en buenas

manos.+

Yifan miró a Jung Chan. Sus dedos enterrándose en el cuero del sillón. Sus ojos

nublándose de furia. Su temblor evidente. Y sin embargo, él estaba atrapado.

Porque...+

- Zitao estará a salvo con su madre y su hermana. Los llevaré conmigo – aseguró

Jung Chan.+
- Cambio de planes – habló su padre – Te casarás con Jessica.1

- No.+

- Si – afirmó Jung Chan, señalándolo con su índice – Y no habrá más discusión

sobre el asunto. Porque bien sabes qué puede pasar.1

- Tú – rugió Yifan, a Jung Chan – No te lo llevarás.+

Jung Chan se puso serio. Sacó del bolsillo interior de su traje un puro. Yànzǔ

se apresuró a buscarle un encendedor, mientras el cortapuros brillaba entre los

dedos de Jung Chan. Yifan sintió aversión de su propio padre. Y sintió algo de

celos de Sehun, por el suyo; porque su propio padre jamás habría hecho lo que el

padre de Sehun haría por su hijo, porque solamente lo amaba. Yifan se sintió tan

desecho, como cuando era un crío. Cuando creía que su padre ya había terminado

de demostrarle la nada que lo apreciaba como hijo, Yànzǔ se superaba a sí mismo.

Verlo encender el puro de Jung Chan, fue vomitivo. Cerró sus ojos para no verlo.+

- Creo que entiendes, cuál es tu lugar ahora chico – dijo Jung Chan, mientras el

humo salía de su boca – Pero reitero. Lo llevaré conmigo. +

- No te creo.+
- No me importa lo que creas – dijo suspirando aburrido – El único modo de que

se mantenga alejado de Jang Hyuk, es que tú colabores sin chistar. Y fin de la

discusión. Tú obedeces – aclaró severamente – Y Jang Hyuk no lo toca ¿De

acuerdo?+

Yifan apretó sus párpados. Quería gritar. Él quería gritar y morir. Pero debía

aguantar. Por Zitao.+

- Mañana irás al hospital – ordenó su padre – Y hablarás con el chico. Eso debe

terminarse ya.+

Yifan abrió sus ojos consternado. Su pecho dolía, como si se quebrara por cada

bocanada de aire terrible que tomaba. +

Jung Chan observó a Yifan. Emitió un chasquido en disconformidad, evidentemente

reprobando la actitud de Yifan y le dijo.+

- Me encargaré que esté confortable donde esté. Después de todo, es el hermano

de mi hija.+

Sophie. 4

Yifan tragó duro. Miró a Jung Chan, sintiendo que sucumbía a su podrido mundo. + u
- Ahora – dijo Jung Chan – Vamos a los negocios, que es lo realmente importante.

Pasado mañana, te vas a China, Yifan...+

Y comenzó la reunión. Y Yifan se encontró en medio de esa reunión. Siendo parte

de esa tríada.

Zitao observó como siempre sonriendo, la luna y las estrellas. Había aprendido a

esmerarse en arreglarse para él, con el tiempo. Cerró los ojos recordando a

Yifan hundir su nariz en sus cabellos, en su cuello y quedarse largo rato, como

si quisiera oliera su fragancia. Por eso le gustaba estar aseado y arreglado,

bonito, si pudiera decirse, para el hombre que amaba.+

Esa noche, él iría. Y Zitao lo esperaba lleno de ansiedad. 1

Cuando se hubo cerciorado de que todos dormían, Zitao se puso de pie, al borde

de la ventana. Apoyado en la mesa, Zitao posó su cabeza en el frío vidrio,

mientras los cristales de nieve golpeaban sutiles. El calor de su respiración,

empañó la ventana y él sonrió, cuando escuchó un suspiro detrás. Yifan.+

- A veces me pregunto – habló Zitao, sin dejar de mirar a las estrellas – Qué se

sentirá ser una de ellas.+

Yifan avanzó lentamente, más cerca de la suya y le dijo.+


- Tú eres una.+

Zitao sonrió. Y más sonrió, cuando percibió el cuerpo de Yifan rozando el suyo. +

- ¿Soy una estrellas entonces? – preguntó, volviendo sus ojos a los de Yifan.+

- Desde la primera vez que te vi, fuiste la mía.+

Posó Yifan la palma de su mano izquierda en la mejilla de su niño. Sus ojos

vagando por cada uno de los detalles de su rostro, queriendo, más que nunca,

memorizarlo. El destello se construyó en sus orbes. Él habría deseado hacer

tantas cosas con él. Él habría deseado darle el mundo y el universo solamente a

él. +

Zitao ladeó su cabeza a un lado, dejándose acariciar por esa mano que adoraba.

El aliento del hombre no demoró en poseerlo. Sus labios se encontraron en un

beso sutil, que se transformó en desaforado. A él le gustaba tanto descontrolar

a Yifan...+

Yifan abrió su boca, mordiendo sutilmente el labio de Zitao y se quedó quieto,

allí, respirando en la boca de su amado. Él apretó su frente en la frente de su

niño. Zitao frunció el ceño, mirando el rostro hermoso del hombre. Tocó con sus

dedos la piel de Yifan y el hombre abrió sus ojos, mirándolo fijamente. +


- ¿Qué ocurre? – preguntó Zitao.+

- Debo irme.+

- ¿Tan pronto?+

Yifan apretó sus párpados, tan llenos de dolor. Tembló su cuerpo entero. Zitao

se asustó.+

- ¿Yifan? – llamó.+

Yifan tragó duramente, aspiró profundo el aroma de su niño. Dios. Odiaba a Dios

en ese maldito momento de su existencia, porque le estaba quitando su existencia

¿Por qué? Si se suponía que él era su destino, el que lo hacía feliz ¿Por qué la

vida era tan injusta con él? +

- Yifan – llamó de nuevo Zitao, acariciando los cabellos del hombre.+

- Debo irme.+

- ¿Cuándo vuelves?+

Rompió el corazón de Yifan. Miró a Zitao que esperaba una respuesta. Pero nada

salía. Y es que Yifan no sabía ¡¿Cómo mierda se suponía que debía hacerlo?! Él
no quería. Por dios, no quería...+

- Yifan – dijo tajante y tembloroso Zitao – ¿Cuándo?+

Yifan se quedó viendo a Zitao. Se llena de valor recordando esas palabras que

alguna vez le dijo.+

A veces por amor, las personas son capaces de hacer cosas que jamás creyeron

fueran capaces de hacer. +

- No volveré.5

- ¿Qué? – clama sin aliento Zitao, queriendo apartarlo lejos.+

Yifan se aparta solo.+

Sobre todo si la persona que aman, está en peligro. +

- No puedo seguir Zitao.+

- ¿Te estás... tú te estás... riendo de mí? – gime Zitao, encontrándose sin

aliento.+

Incluso serían capaces de renunciar a la persona que aman, por amor. +


- Es tiempo de terminar con esto.+

- Cuando yo quise terminar ¡Tú insististe en continuar! +

- Tenías razón.+

- ¡¿Por qué me haces esto?! – ruge Zitao, +

Porque te amo. +

- Porque... no puedo hacerme cargo de ti...5

Se encoge Zitao en sí mismo y tapa su rostro. Odia que Yifan lo vea así.

Derrotado.+

- ¡¿Por qué?! – gime Zitao, aferrándose a la mesa y sosteniéndose en la pared.+

Porque te amo. +

- Lo siento. – se exige decir y siente asco de sí mismo.+

- ¿Por qué me haces esto? – suplica, desconsolado en su llanto.+

Porque te amo. 1
Yifan sabe que acercarse será suficiente para consolarlo. Él sabe que solo basta

abrazarlo, para decirle que fue una broma mala, que todo está bien pero, él lo

ama demasiado.+

- Vete – dice Zitao.+

- Zitao...+

- ¡Vete!+

Te amo. Mi Niño. +

Y Yifan, se aleja. Camina rápido porque sabe que no se podrá controlar. Él

llora, quizá llora más que Zitao. Siente que muere por dentro, pero si él muere,

tendrá el consuelo de que Zitao vivirá.

Perdido
Yellow de Coldplay estaba a todo volumen dominando las paredes, cuando Kyungsoo

se adentró en la sala. Yifan estaba en un sillón pequeño, mirando a la nada,

porque no creía que estuviera mirando el sillón inmenso que se encontraba en

frente. +

- ¿Vienes a charlar un rato? – preguntó Yifan, pero no se volteó a ver al recién

llegado. Kyungsoo vio sus hombros temblando, evidentemente porque se estaba

riendo solo, cuando dijo – O será que tu viejo te mandó para cerciorarse de que

estaba hecho...+

Kyungsoo cerró duramente los ojos. Suspiró rogando por paciencia y giró su

cabeza sobre su cuello, intentando relajarse. Avanzó otro tramo de la sala,

bajando unas escalinatas. En el equipo, sin permiso, bajó el volumen. Caminó al

sillón grande y se sentó en medio, cruzándose piernas, donde Yifan solamente

podría verlo a él. +

- Te traigo el encargo de Jung Chan – dijo Kyungsoo – Esta noche partes.+

Yifan no dijo nada. Kyungsoo se limitó a poner el sobre la mesa ratona en medio

de los dos y esperó a que Yifan lo tomara, abriéndolo para analizar el

contenido. Yifan se quedó quieto, mirándolo. Sólo mirándolo. +


Debió pasar un minuto y ya era mucho, para que Kyungsoo comenzara a sentir el

estómago contraído de la incomodad, por la penetrante mirada del hombre. Y pasó

ese tiempo y más, cuando Kyungsoo supuso que Yifan querría hablar. Pero para

Kyungsoo hablar significaría traer a colación "su nombre" y Kyungsoo no quería

saber nada con eso. Ladeó su cabeza a un lado y dijo inmutable.+

- No soy bueno en este momento para escuchar a nadie.+

- No busco que me escuches. Solamente busco verte.+

Mierda. Kyungsoo ahora sí se sentía incómodo. Juraría por el calor de su rostro,

que sus mejillas estaban sonrojadas. Sin embargo él se mantuvo imperturbable,

cuando habló.+

- Creo que no me agradará lo que escuche pero tengo que preguntar ¿Por qué? No

soy en absoluto parecido a él.+

Yifan siguió mirándolo fijo. Vio que las pupilas de Kyungsoo se movieron apenas

a la botella de licor terminada y la otra a la mitad, mientras él sostenía el

vaso en su mano.+

- ¿Se te ofrece algo para beber? – preguntó Yifan, sin quitar los ojos de

Kyungsoo.+
- No.+

Callados por unos segundos, estuvieron mirándose a los ojos. Fue solamente el

instante que le llevó a Yifan tomar el último sorbo de licor que le quedaba en

el vaso y servirse uno nuevo. Kyungsoo endureció sus labios y emitió una mueca

sarcástica, mirando a un lado. +

- Tienes la chispa de él incrustada en tus pupilas – dijo de repente Yifan,

haciendo a Kyungsoo volver rápido su rostro a él, con el ceño plegado. Yifan

siguió hablando – Esa chispa que me dice que "duele" cuando lo piensas. Una

parte de mí, la del hijo de puta egoísta, quiere que él tenga ese brillo,

queriendo creer que me extraña todavía y quiere que vuelva sin importar qué ha

pasado. La otra, la del idiota que lo ama, se dice contantemente que por amor

debo dejarlo ir y que debo mantenerme aquí para no salir corriendo a suplicarle

que me perdone.+

Kyungsoo apretó sus dientes. Su mandíbula se removió. Su nuez jugó arriba abajo

cuando tragó duro. Sus ojos se suavizaron repentinamente, como si esa "chispa"

al final lo dominara.+

- El idiota es inteligente – dijo Kyungsoo.+

- Y tú un hijo de puta egoísta – dijo Yifan.+

Se quedaron callados. Kyungsoo quitó los ojos de la mirada de Yifan. Había


llegado a la conclusión de que el hombre era demasiado bueno haciendo lectura de

las personas. Miró el sobre que tenía en sus manos, con las directivas de Jung

Chan, que él debía entregarle a Yifan, antes que saliera rumbo a Beijing. El

sobre marrón se desplomó en frente de Yifan. Kyungsoo debió hacer seña con su

dedo para que mire hacia allí. Yifan parecía no tener intenciones de dejar de

ver a Kyungsoo y ya era molesto. Yifan no se movía.

- ¿No vas a leerlo? – preguntó en voz de mando Kyungsoo.+

- Hazme un resumen – dijo Yifan, sin mirar una sola vez ese sobre – No tengo

ganas.+

- Antes de Beijing, tienes una misión. El gobierno alemán pidió a Rusia, que sea

extraditado Andréi Nóvikov, por tráfico de cocaína. Rusia accedió. Debes

encargarte de él en el camino.+

- ¿No acaso es hombre de Jung Chan?+

- Si. Pero ahora es una amenaza. En Rusia han sido indulgentes con el hombre.

Alemania no. Allí INTERPOL intervino y harán lo que sea para que hable. Y puede

que hable más de lo debido, dando nombres que no debería largar. El tipo es un

flojo. Tiene mucho para decir de los mandatarios coreanos.+

- ¿No es más fácil liberarlo?+


- Demasiado dinero invertido en alguien que ya no sirve.+

Yifan asintió a Kyungsoo varias veces, pero no miró una sola vez el sobre.

Kyungsoo volvió a señalar hacia la mesa ratona. +

- Tienes allí el trayecto exacto del hombre – dijo Kyungsoo.+

Yifan volvió a asentir. Kyungsoo frunció el ceño, leyendo las intenciones de

Yifan.+

- No vale el esfuerzo de exponerte abiertamente – ordenó Kyungsoo – Mátalo. No

lo dejes vivo. Es una mierda.+

- Evaluaré.+

Kyungsoo infló su pecho. Sus labios se apretaron, mirando a un lado. +

- No – dijo Kyungsoo tajante, volviendo su vista a Yifan – Hazla simple y te

encargas de él. No es tiempo de que tus intenciones salgan a la luz. Él no

servirá aquí como testigo contra Jung Chan. Y si llega a salvo a Alemania,

lograrás ser blanco de Jung Chan.+

- Puedo hacerlo pasar por muerto por un tiempo.+

- No y es definitivo. Por esa rata de mierda, no pondrás en riesgo a Zitao.+


Yifan elevó su mentón, pero no dijo nada al respecto. Pasó al otro asunto.+

- ¿Qué debo hacer en Beijing?+

Kyungsoo tragó duro. No miró a Yifan cuando dijo.+

- Debes inspeccionar un cargamento que llegó desde Moscú a Beijing.+

Yifan se removió en su sillón, incorporándose lentamente. +

- ¿De qué es el cargamento?+

Preguntó tontamente, porque sabía bien de qué se trataba. Kyungsoo apretó sus

labios hacia dentro y cabizbajo, porque no quería verle la cara, advirtió.+

- Si no lo haces él se dará cuenta Yifan.+

Él podía tolerar inspeccionar droga. No personas.+

- ¡Yo no hago esa mierda! – rugió a Kyungsoo, como si fuese el diablo que lo

enviaba.+

Yifan saltó de su sillón y agarró sus cabellos hacia atrás. Sus manos en la

cintura, mientras respiraba agitado, le daba cuenta de que quería vomitar de


rabia.+

- No lo haré – dijo amenazante.+

- Te está probando Yifan...+

- ¡No lo haré! – gritó de nuevo, dándole la espalda.+

Kyungsoo golpeó con su puño el sillón, cuando tomó impulso para ponerse en pie.

Un solo paso y Kyungsoo tomó el brazo de Yifan dándolo la vuelta para

enfrentarlo.+

- ¡Si no lo haces, sabes qué pasará! +

Kyungsoo quitó su mano de Yifan. Yifan miró a todos lados. Su mente era un

torbellino. No podía. Él no podría. +

- Concéntrate – dijo Kyungsoo – Solamente se trata de una vez Yifan. Falta

menos.+

Yifan sonrió en su cara.+

- Ya perdí la memoria desde hace cuántos años me digo la misma mentira.+


Kyungsoo aspiró profundo, inflando su pecho y colocando sus manos en las

caderas.+

- Kyungsoo – llamó Yifan.+

- Qué...+

Yifan se acercó a él. Lo miró fijo.+

- Júrame que lo vas a cuidar.+

Kyungsoo frunció el ceño.+

- Hablas como si no fueras a regresar. Deja esa mierda.+

- Te hablo como alguien que no lo puede cuidar – suplicó Yifan entre dientes –

Ni siquiera puedo acercarme ya. Y cuando regrese, mi matrimonio con ella ya está

planificado. +

Kyungsoo dubitativo, miró a todos lados. Dolía ver a los ojos de Yifan. +

- Te suplico Kyung – pidió de nuevo – Júrame eso. Tú eres el que tiene el poder

para hacerlo...+

Kyungsoo removió su mandíbula tensa. Sus huesos notoriamente contraídos cuando


dijo.+

- Lo juro.

Yifan ingresó a su dormitorio. Abrió la puerta de su vestidor inmenso. Fue hasta

el fondo, donde los sacos de sus trajes y sus chaquetas estaban en absoluto

orden. Estiró su mano entre las prendas y la pared, se abrió en dos,

removiéndose con ella la ropa que se sacudió del abrupto cambio. Ahí había otra

habitación. Una de la que solamente tenía conocimiento Yoochun y Hangeng, porque

fueron quienes la habían amueblado. A su derecha e izquierda, las paredes

colgaban armas, una mejor que la otra, de grueso calibre, de francotirador y

municiones, armas blancas. Pero él no había ido a ver eso. Yifan miró el sillón

del medio y allí se sentó. Tomó el control que había en una mesita diminuta a su

lado y presionó un botón. En frente, todas las pantallas se encendieron. Todas

mostraban ángulos diferentes del mismo lugar. Todos los sectores por los que

Yifan sabía que él podría pasar. +

16 horas. El parque. +

Yifan curvó sus labios a un lado, cuando lo vio. Apretó otro botón y la imagen

dominó todas pantallas en una sola.+

Zitao sonreía. Sus dientes bonitos como perlas. Sus ojos como medialunas

pequeños. Sus manos tomando su estómago por la risa que crecía y crecía más. Y
es que no estaba solo.+

Sophie estaba con él en su regazo, los dos frente a frente. Él siempre sonreía

cuando ella estaba. Yifan los había visto incontables veces. Adoraba ver a Zitao

así con la pequeña, en juegos que solamente ellos entendían. Zitao le decía

algo, mientras sostenía las manos de Sophie. Sus manos juntas se abrían y

cerraban en aleteo rítmico. Él estaba cantando a Sophie.+

Yifan se encontró siguiendo el ritmo de eso. Sus ojos se posaron en sus labios y

leyó. Yifan abrió su boca y se encontró tarareando.+

Si ves de nuevo hoy a una princesa de cuento de hadas y estás nervioso, con una

sonrisa amable ve y bésala. No lo dudes, ella te está esperando en tus sueños*. +

Yifan se encontró de pie, acercándose lentamente a lo que estaba en frente suyo.

Justo en el momento en que Sophie descubría algo nuevo, que al parecer la

entretenía ahora bastante. La muñeca de su hermano y esa pulsera escondida por

el inmenso pullover que lo abrigaba. Ella miró esa línea de hilo rojo,

acariciando con sus dedos la esclava sencilla. +

Y Yifan se encontró sonriendo, tembloroso porque él aún la llevaba con él. +

Los dedos del hombre se posaron en el plasma y ahí se quedaron quietos, en esa
imagen de manos que se unían.+

Zitao quitó el brazalete de su muñeca de repente. Y se lo puso a la niña.+

Yifan sonrió más. Zitao jamás le negaría algo a su pequeña hermana. Él la miró

sonriendo feliz, cuando le fue envuelto dos veces el hilo sobre su muñeca. Yifan

no renegó del nuevo dueño de lo que le había regalado solamente a Zitao. Ella lo

iba a cuidar bien, como ese anillo que sabía que guardaba en su valija de

juguete.+

- Yifan – llamó Hangeng detrás de él – Ya... – calló el hombre, cuando se dio

cuenta de lo que veía. Hangeng se compuso y volvió a hablar – Ya es hora de

prepararnos. Debes darnos las directivas.+

- Iré solo – dijo él, sin dejar de ver la pantalla.+

- Yifan...+

- No hay peligro a donde voy. +

- Si solo fuera negocios – escuchó que dijo bruscamente Hangeng – No habría

venido Kyungsoo personalmente.+

Yifan ahí se dio la media vuelta. Sonrió. Hangeng analizó el semblante iluminado

del hombre que de pronto parecía levantado y revitalizado. No había ojeras


debajo de sus ojos, ni penumbra en su mirada. +

- Solo se trata de negocios. Iré con algunos guardias de Nam Goong Min.+

- No confío en ellos.+

- Por eso los llevo – asintió Yifan, en ese tono de voz grave y de mando, que

Hangeng sabía bien qué significaba. No se le discutía – Porque no hay nada más

que negocios por cerrar. Tú te quedarás aquí y yo me mantendré en contacto

contigo ¿De acuerdo? +

Hangeng sacudió su cabeza y respiró hondo, con sus manos en las caderas. Él no

estaba de acuerdo. Pero estaba obligado a obedecer a su jefe.+

- De acuerdo Yifan.+

- Bien – asintió Yifan conforme.+

Yifan volvió la vista a la pantalla. +

- Ya deja de hacerlo – dijo Hangeng – No es decente.+

Yifan se rió. +

- Creo que mucho de lo que hago no es decente.+


- Sabes a qué me refiero – le habló, bajando la vista. +

Hangen no quería ver hacia allá. Evidentemente se sentía bastante avergonzado. +

Yifan dijo. +

- Soy patético ¿Verdad? +

- Perturbador sería la palabra correcta.+

- Acosador.+

- Eso ya eras de antes con él – dijo burlón Hangeng, sacudiendo su cabeza. Yifan

se contagió y emitió una mueca socarrona – No perdiste esa maldita costumbre...+

Yifan volvió sus ojos a la imagen. +

- Es adictivo.+

- Yifan. Aún podríamos...+

- No quiero arriesgarlos. +
- La niña es intocable – analizó Hangeng, acercándose unos pasos – Quizá si

probáramos con él solo. Sacarlo de allí y...+

- Él jamás abandonaría a su hermana y su madre.+

- Probaríamos con traerlos a los tres.+

- Los dos sabemos que Ziyi nos delataría y entonces esto sería una masacre –

dijo Yifan, mirando a Hangeng.+

- No si la mantenemos a raya – aseguró ofuscado Hangeng – Es una mujer que solo

quiere vivir en el lujo. Solo quiere pasarla bien y lo sabes.+

- ¡¿Y mi madre?! ¡¿Y mis amigos?! – preguntó acusatoriamente Yifan – ¡Todos

ellos están en la mira de Jung Chan y de Nam Goong Min ahora! Lo dejaré como

está por el momento. Tengo la palabra de Jung Chan de...+

- ¡Él no cumplirá!+
- Pero Kyungsoo sí – rugió mirando fijo a Hangeng, ya hastiado de eso – Y eso me

basta. Yo le creo.+

Hangeng frunció el ceño. Yifan imitó ese gesto, pero porque se dio cuenta que

Hangeng miraba a la pantalla. +

- Ese médico ha estado rondando más de lo normal – dijo Hangeng, sin pensar si

debía decir eso o no.+

Yifan apretó su mandíbula. Más cuando se acercó a Zitao y se puso de rodillas,

mientras hacía cosquillas a la pequeña, haciéndola reír con fuerza. Los tres, en

realidad, parecían felices, así como estaban. Fue como un aguijón se le

enterrara dolorosamente en su pecho y cada rincón de sus músculos. Sin embargo

se exigió componerse, al menos un momento. +

Regresó su vista a Hangeng y ordenó.+

- En la mesa de la sala hay varios sobres con documentos importantes. Llévaselos

a mi tío. +

- ¿Alguna orden en particular?+

- Que nadie te vea y hazlo solamente tú.+

- De acuerdo ¿Algo más?+


- Ve. +

- De acuerdo – dijo el hombre, asintiendo mientras sus pies iban retrocediendo –

Hasta la vuelta entonces.+

- Y Hangeng – detuvo Yifan. Hizo una pausa por unos segundos. Sonrió y apretando

sus labios, largó – Gracias por todo. Por todos estos años.1

A Hangeng se le hizo un nudo en la garganta. Joder que se sintió dolido por

algo. Miró a la pantalla y volvió los ojos a Yifan. La pena lo minó por

completo. La vida no había sido nada justa con un tipo tan bueno como Yifan. Y

no había sido justa con un chico inocente como Zitao, porque a pesar de ese

pasado borrado, él sabía que Zitao lo había amado de verdad. Tanto, como Yifan a

él, por todos esos años.2

Hangeng hizo una reverencia, no queriendo decir una palabra porque estaba seguro

que podría quebrarse y se fue lo más rápido que pudo. Yifan se quedó viendo

hasta que desapareció y Yifan volvió los ojos a la pantalla. +

Zitao y Sophie estaban solos de nuevo.+

Lo blanco le sentaba tan bien a los dos, en medio del sol de la tarde, que

supuso estaban cómodos bajo el calor de esos rayos. Sophie, como siempre, se

había quedado dormida en el pecho de su hermano, mientras él peinaba sus


cabellos largos y olía del aroma de la pequeña. Zitao tapó bien a su hermana con

el abrigo que él llevaba y se quedó así. Y así Yifan quiso recordarlo. Acercó

apenas su mano temblorosa y tanteó tocar el plasma, pero resultaba demasiado

extraño el asunto, por eso hizo un puño su mano y la guardó en el bolsillo de su

pantalón. Tomó con su mano libre el control y apagó la pantalla. Él debía partir

ahora, antes de ser tentado por correr hacia su niño y robárselo sin importarle

nada. Pero no. Él no era así. Él debía cuidarlos a todos.

- Dame a tu hermana – dijo Ziyi, agarrando a la pequeña dormida – Así estás más

cómodo.+

- No me molesta mamá – habló Zitao, queriendo retener a la bella durmiente en

sus brazos.+

Pero Ziyi no preguntó, si no que había ordenado, así que la elevó entre sus

brazos. Después Ziyi se sentó a su lado, en un banco del parque, dejando

entrever detrás de ella a Luhan, llegando a ellos. +

- Zitao, vengo a llevarte – preguntó el enfermero y amigo.+

- Nos quedaremos más tiempo – dijo Ziyi – Esperamos a alguien.+

- Ha bajado la temperatura señora Zhang – aseguró preocupado Luhan – No creo que


sea conveniente para...+

- Nos quedaremos aquí – ordenó ella.+

- Pero señor Zhang...1

- He dicho que nos quedamos – dijo la mujer, clavando los ojos en Luhan.+

- Señora Zhang – habló una gruesa voz amable, detrás de todos ellos – Deje hacer

al joven su trabajo. El muchacho tiene razón. Es conveniente cuidarlos del frío.+

Zhang Ziyi se puso de mala gana de pie y pasó de largo a Luhan. El enfermero se

posicionó detrás de Zitao para llevarlo. +

- Déjeme hacerlo a mí – pidió Jang Hyuk.+

Luhan frunció el ceño. A él nunca le había gustado el hombre, aún si no tuviera

motivos para no gustarle. Pero cada vez que lo veía, era como su la punta de una

fría gota congelada y desagradable le recorriera por su espina dorsal. Él no

quiso soltar las manillas de la silla de ruedas de Zitao. Aún si Zitao tuviera

su andador, esta vez él había preferido salir en silla de ruedas. Luhan solo se

despertó de su perturbado pensamiento, cuando sintió la mano de Zitao que

palmeaba la suya.2
- Él me llevara Lulu. Gracias.+

¿Qué pasaba? Zitao siempre prefería a cualquier de ellos, antes que al hombre.

Pero obedeció. Y Jang Hyuk tomó su lugar.+

Caminaron hacia el elevador. Jang Hyuk observó a su alrededor. Luhan acompañó en

silencio. En el elevador se encontraron solos. Ziyi ya había subido antes. Los

tres solos dentro, se quedaron en silencio. Hasta que dijo Jang Hyuk.+

- ¿Hace mucho que trabaja aquí joven Xiao?+

Luhan saltó de la sorpresa. Sus hombros se sacudieron. +

- Hace pocos años señor – respondió. +

- ¿Le gusta lo que hace? +

- Amo mi trabajo señor.+

Un silencio de segundos. Luhan miró el tablero. Él quería llegar ya al piso.+

- Tengo entendido que es de China.+

- Si señor.+
- ¿Hace mucho que vive en Corea?+

- Desde... desde que estuve en la escuela... señor.+

A Luhan no le agradaba en absoluto hablar de su vida. El hombre parecía

demasiado interesado en saber de él. Jang Hyuk se dio cuenta.+

- Mi curiosidad lo ha puesto incómodo. Lo siento – sonrió el caballero – Pero es

que Zitao lo aprecia tanto, que supuse que quizá cuando se vaya de aquí, quiera

usted ir con él como su acompañante para que tenga a su lado a alguien familiar

y no extrañe tanto aquí. Parece muy eficiente en su profesión.+

Luhan abrió la boca, al parecer para dar una respuesta, pero las puertas del

elevador se abrieron. Ellos salieron del interior y recorrieron el largo pasillo

que daba al dormitorio. A Luhan no le pasó desapercibido las atribuciones que se

daba el hombre sobre Zitao. Él decidía sobre Zitao y eso a Luhan le asustaba,

tanto, como el desinterés de la madre de Zitao por hablar con los médicos, por

estar al tanto de documentaciones y papeleos, y decidir sobre el tratamiento de

su hijo. A Luhan todo le resultaba extraño y feo.+

Cuando Luhan se retiró del dormitorio, lo último que alcanzó a escuchar de Jang

Hyuk, como alguna vez ya había escuchado, fue...+

- Tu madre y yo hablamos con el director del hospital – dijo Jang Hyuk – Él

coincide con el resto de los profesionales que al fin, ya es el momento Zitao. Y


tu madre y yo vamos a prepararte el mejor lugar para iniciar tu nueva vida.

Luha frunció el ceño. No le gustó en absoluto nada de eso. Él quería contarle

todo a Sehun.

Cuando le ordenaron a Yifan, receptar al tal Andréi, no pensó que resultaría tan

fácil. Hizo explotar la camioneta del hombre, antes de que saliera rumbo al

aeropuerto. Todo fue simple. Ni siquiera sus propios guardias del servicio de

inteligencia, se habían dado cuenta de su salida. Sentir de nuevo la adrenalina,

como cuando hacía este tipo de cosas constantemente, hizo enardecer a Yifan.

Cuando volvió a su hotel y se escabulló hacia su dormitorio, se sintió mal, por

haberse sentido tan bien matar a un hijo de puta con el hombre.1

Al día siguiente, Yifan viajó a China. Beijing. Ellos se instalaron en Hilton,

donde ya era cliente cuandopasaba por el lugar. Seguiría una rutina de hombre de

negocios, para no levantar sospechas de su verdadera estadía. Incluso había

concertado una reunión en la mañana temprano, como coartada. Nadie igualmente,

podría sospechar con que él podría hacer algo malo. 1

- ¿Qué hacemos aquí? – preguntó uno de sus guardias. +

- Negocios – dijo Yifan.+

El hombre lo miró analítico. Él no mentía. Estaba de viaje por negocios. Yifan


quería que el hombre viera las cosas que iba a ver, para que tuviera idea de las

cosas que ocurrían por lo bajo de los mandatarios de la república.+

- ¿Qué tipo de negocios? – preguntó el guardia, frunciendo el ceño.+

- Ya verás. +

El hombre quiso irse. Yifan lo retuvo.+

- Mañana en la noche, iremos a un lugar. No lleven traje. Solo ropa de civil. Ya

sabes. Para bailar. Y vayan bien armados.+

El hombre lo miró descolocado. Yifan tomó el teléfono fijo y tecleó para hablar

con la recepción. El guardia escuchó.+

- Necesito que trasladen mañana en la noche mis pertenencias y la de mis

empleados al aeropuerto a las 20 horas.+

Dio unas cuantas directivas más. Ya le quedaba claro al guardia, que ellos no

pasarían nada en el lugar.1

Cuando los hombres de Jung Chan, ubicados en Beijing se contactaron con Yifan,

le dieron la indicación del lugar de encuentro. Los guardias condujeron hacia la

discoteca. La noche de Beijing estallaba en su esplendor. Los impresionantes

edificios multicolores y los transeúntes que iban y venían buscando diversión en


una zona llena de lujuria. Se veía mujeres y hombres exponiéndose abiertamente

en las puertas de clubes nocturnos y hoteles, sin que nadie prohibiera nada,

incluso con policía yendo y viniendo haciendo de cuenta que no pasaba nada.+

- ¿Me vas a decir Wu? – preguntó el hombre.+

- Me pidieron llevar mercadería de Beijing a Seúl. Pero antes tengo que

inspeccionarla para decidir qué llevar.+

- ¿Qué tipo de mercancía?+

- Ya verás.+

Fue todo lo que consiguió de Yifan. Y Yifan no tenía ganas de hablar.+

En la puerta de un local, donde había gente haciendo cola para ingresar a

bailar, uno de los guardias de la puerta vio a Yifan y corrió hacia él.+

- Señor Wu – dijo el hombre, en una reverencia ni que fuera a lamerle los

zapatos – Lo estábamos esperando señor Wu. +

Yifan no hizo ni una mueca, ni saludó al sujeto y solamente se limitó a ordenas.1

- Vamos.+
Ingresaron al club, donde transitaron en medio de la gente bailando divertida.

Panorama aburrido por demás para Yifan, pero no para sus dos guardias, que

habrían dado cualquier cosa por quedarse.+

En lo más bajo de ese edificio, era donde tenían que ir. Fueron llevados, por un

ascensor que tenía llave. Yifan miró esa llave dar la vuelta y las puertas del

cubículo juntarse. Cerró sus ojos y solamente los abrió cuando percibió el aire

frío, propio de un aire acondicionado, que marcaba la diferencia entre la zona

de arriba y abajo.+

Bae Soo Bin esperaba allí fuera. El hombre sonrió y con Yifan se saludaron, como

si fueran amigos.+

Caminaron un tramo corto de pasillo, hasta llegar a unas escaleras que conducían

más abajo todavía. Un par de escalones para terminar en unos sillones bien

puestos y un ambiente cómodo. En frente, unas cortinas de terciopelo rojo, como

si fuera un escenario. Bae Soo Bin señaló a Yifan los sillones para sentarse en

medio, donde pudiera ver bien lo que vería.+


- Jung Chan cree que tu gusto es exquisito – habló el hombre, sentándose a su

lado – Te aseguro que lo que verás, es de la mejor calidad.+

Yifan sonrió. Sin embargo llamó con un dedo a su guardia, para que se acerque a

él. El hombre se agachó prestando su oído.+

- No hagan nada que pueda ponernos en peligro.+

Miró al policía encubierto. El hombre tragó duro, pero asintió, asegurándole

obedecer.+

Y las cortinas se abrieron.+

Y la mercadería comenzó a mostrarse.+

Yifan escuchó la risa de satisfacción de Bae Soo Bin a su lado, cuando el primer

chico sin absolutamente ninguna prenda que le cubriera, fue lanzado al medio del

escenario. Sólo un número en la muñeca, como brazalete. Estaba perdido. Drogado.+

- Ninguno supera los 45 kilos Yifan ¿No es hermoso?2

Los ojos del muchacho deambulaban. No superaba los 17 años. Solo se movió a

tientas en círculos. No era asiático. Yifan se preguntó de dónde lo habrían

sacado. +
Algo le fue puesto en el regazo. Una hoja sobre una tabla. Números y una

lapicera. +

- Solo debes descartar los que no te gusten – dijo Bae Soo Bin – Parten esta

noche.+

- ¿Cuántos debo ver?+

- 60 muestras.+

Mierda. Eso iba a ser traumático. Y lo fue más, cuando apareció una niña. No

debía tener más de 10 años. Yifan habría querido vomitar, pero también degollar

la garganta de Soo Bin, para sacar a todos ellos de ahí. El estómago le dio un

vuelco cuando pensó en Zitao...2

Suspiró y no dijo más. Comenzó a ver el producto.+

Cuando pasó una hora y recién iba por la mitad, Yifan pidió ir al sanitario. A

nadie le resultó extraño. Sus guardias lo acompañaron.+

Antes de ingresar, él miró a los hombres. Dijo.+

- Regresen al hotel y tomen el avión.+


- No estamos autorizados a dejarte Wu – dijo duramente el hombre. +

Yifan se acercó al policía, reticente, quizá por creer que los estaba

traicionando y dijo.+

- ¿Quiere morir?+

No respondió. El hombre tragó duro sin embargo y sacudió su cabeza. Yifan dijo

entonces, en voz alta, para ser obviamente escuchado por los guardias de Bae Soo

Bin.+

- Espérenme fuera. Ya disfrutaron demasiado la vista.+

Ellos asintieron y fueron escoltados por los guardias del lugar hacia el

elevador. Deberían seguir las indicaciones de Wu.+

Yifan ingresó al sanitario. Apenas cerró la puerta, observó el lugar incómodo,

donde apenas cabía y sacó un diminuto aparato, con apenas un botón rojo. Lo

paseó por todos lados y se cercioró que no había micrófonos ni cámaras. Tomó

rápido su móvil y marcó un número. Del otro lado atendieron.+

- ¿Quién? +

Yifan sabía que él no tenía su nuevo número.+


- Yifan – respondió.+

- Hermano qué... +

- Necesito a tu gente de aquí Chanyeol. Tengo un rastreador. +

Un silencio de milésimas le hizo darse cuenta que el hombre se estaba haciendo

miles de preguntas. Pero no iba a perder el tiempo en cuestionar, ni

cuestionarse. Se limitó a decir.+

- Lo que quieras. Dime. +

Y Yifan explicó.+

Cuando Yifan volvió al lugar, para seguir eligiendo la mercadería, continuó como

si nada.+

Descendieron. +

Bae Soo Bin se apartó un tramo. Habló con alguien por su móvil. Yifan apenas si

lo miró, porque su vista giraba alrededor. +

- ¡Wu! – llamó Soo Bin, dándole su móvil – ¡Alguien quiere hablar contigo!+
Yifan estiró su mano, perplejo por eso. +

- Diga – dijo.+

- ¡¿Qué mierda haces ahí Yifan?! – rugió del otro lado Kyungsoo – ¡Tú no tenías

que estar ahí! ¡Fui claro cuando dije que te limitaras a hacer el trabajo y

regresaras aquí! ¡¿Qué mierda pretendes con seguir estando allí?! +

Yifan suspiró ofuscado. No dijo una sola palabra. Escuchó a Kyungsoo que le

seguía reclamando del otro lado, mientras vio la grúa moverse. Las

impresionantes tenazas iban en dirección a tomar el contenedor para ubicarlo en

el barco de carga. Yifan miró eso. No dejaba de sorprenderlo y darle asco la

impunidad con la que se manejaban todos. Bae Soo Bin hacía bromas con la policía

mientras tanto. +

En ese momento, los ojos de Yifan se posaron en el conductor de la grúa. Allí

vio un punto rojo en su cabeza. Él supo que los hombres de Chanyeol habían

llegado.+

- Kyungsoo – llamó duramente.+

- ¡Qué! +

- Protege a Zitao.+
Dijo y él fue quien cortó. +

Antes que la tenaza pudiera tomar el contenedor, se detuvo abruptamente. Bae Soo

Bin frunció el ceño y ladeó la cabeza a un lado. Miró al sujeto que manejaba la

grúa y el tipo cayó de dentro. El vidrio estaba quebrado y a Bae Soo Bin no hizo

falta que le expliquen que le habían dado un tiro. Dos hombres suyos cayeron de

repente y él dio un grito.+

- ¡Cúbranse! +

Todos fueron al suelo. Pero fue en vano. Yifan sacó su arma de detrás de su

cintura. Bae Soo Bin corrió hacia él y lo increpó cuerpo a cuerpo. Bastó que se

miraran a los ojos para que Soo Bin se diera cuenta.+

- ¡Hijo de puta! – rugió entre los tiros que provenían de los márgenes

invisibles.+

Yifan se le rió y le apuntó con su arma a su cabeza, dispuesto a ponerle fin a

la escoria. Pero alguien golpeó desde atrás a Yifan y él cayó en el suelo como

plomo.+

Cuando despertó, Yifan sintió frío. Estaba tirado en el suelo de cemento

rasposo. Una luz tenue en medio de una inmensidad oscura. Así estaba. Pero no

preguntó nada, porque tampoco diría nada. Él sabía lo que le esperaba.+


Elevó apenas su cabeza dolorida y su nuca se partió. Se quejó, cuando sus brazos

quisieron sostenerse desde el suelo y la palma de sus manos se apoyaron en el

piso. Él no tenía miedo. Era como si hubiera estado preparándose para eso. +

Bae Soo Bin se hizo ver en medio de la habitación oscura con un foco que apenas

alumbraba. Debía ser un galpón impresionante, porque el eco de sus pisadas

resultaba doloroso para los aturdidos oídos de Yifan. Soo Bin se detuvo. Metió

sus manos en los bolsillos de su pantalón y bostezó abiertamente, como si

tuviera sueño. +

Yifan se puso de cuclillas. Si intención era arremeter contra Bae Soo Bin y

liquidarlo, pero ahí vio que aparecían más hombres rodeándolo. Él no podría con

todos ellos. Soo Bin imitó a Yifan a la distancia y también se puso de

cuclillas, para quedar cara a cara.1

- Te creí ¿sabes? – dijo el hombre decepcionado – Lo hiciste bien a pesar de

todo. Nosotros perdimos ese cargamento esta noche y alguien tiene que pagar el

precio.+

Yifan no dijo nada. Bae Soo Bin estaba demasiado lejos como para que él pudiera
liquidarlo de un golpe, sin que antes algunos de los tipos que lo custodiaba, le

diera un tiro. +

- ¿No vas a decir nada? – preguntó Bae Soo Bin.+

Yifan sabía que iban a matarlo. Analizó cómo luchar contra eso. Pero Soo Bin

dijo algo que le impidió seguir analizando la situación.+

- Yo lo recuerdo – sonrió Soo Bin, como si algo le resultara divertido –

Recuerdo a todos los especiales. Tú entiendes...+

Yifan frunció el ceño. Ladeó su cabeza a un lado. Soo Bin siguió hablando.+

- La puja fue intensa por el chico de ¿cuánto tenía? Creo que 14 o 15 quizá. +

Yifan sintió que el aire se le quedaba estancado en el pecho. Tembló.+

- En ese escenario – dijo Soo Bin – Así, arriba de esas tablas, igual. Solo que

había más gente mirándolo. Hasta mi primo lo quiso. Pero alguien pujó por más y

– sacudió sus hombros – ya sabes el resto. Creo...1

Yifan apretó sus puños. Él iba a matarlo.+

- Me odias ¿verdad? Por lo que te cuento – se rió el hombre, a la vez que mordió

su labio inferior – Bueno, te diré algo más, para completarla – dijo acercándose
unos pasos, deteniéndose y largando – Tu viejo pujó por él. Tu viejo también lo

quería. Él quería a ese niño monje tuyo ¿sabes? Y estampó un maldito vaso en la

pared de rabia, cuando Jang Hyuk le ganó.7

Y Yifan rugió lleno de rabia. +

Y él arremetió con todo su odio hacia quien sea. Quiso matarlos a todos, aún

sabiendo que no podría. Él quiso. Aún si él no pudiera con todos, supo que

algunos de ellos caerían. Gritó y luchó contra todas esas asquerosas caras. Su

cuerpo dolió, como si ya se sintiera una bolsa de boxeo sobre la que todos los

puños se depositaban. Y él siguió, siguió por largo rato viendo la sangre rentar

las caras de los tipos, sintiendo el crujir de los huesos rotos de todos esos

oponentes, escuchando explotarle incluso las cabezas en el suelo duro. Aún si

sus ojos vieran borroso, él dio la poca fuerza que ya le quedaba. +

Y se desplomó.+

En ese momento todos se alejaron, en medio de quejidos intensos.+

Yifan sintió mojada su cara y pegajosa. Debía estar lleno de sangre. Lo sabía. + T

Respiró a duras penas, allí de rodillas, viendo a Bae Soo Bin en su impecable

traje blanco.+
Soo Bin lanzó una mueca burlesca.+

- ¿Sabes Wu? – dijo, para largar alguna maldita cosa – Te doy mérito. Liquidaste

un par ahora – habló, mientras pateó un cadáver en frente suyo – Pero tienes que

reconocer, que el único culpable de todo lo que le pasó a ese chico, fuiste tú.+ s

Yifan quiso moverse. Pero temblaba tanto y estaba tan mareado, que se odió por

tener tan poca fuerza, por la sangre perdida. Sus labios quebrados dolían y ya

veía poco de los párpados a punto de cerrarse por la hinchazón. Y el maldito

hijo de puta siguió hablando, como una maldición.+

- Si Wu. Porque nada de eso habría pasado, de no haberte fijado tú en ese

muchacho. No era llamativo en absoluto. Pero, tu viejo pensó que si su hijo

tenía sus ojos en ese niño, por algo debía ser. 2

Yifan se sintió maldito. Yifan se sintió sucio por todos lados. Porque aún si él

odiara a su padre, el maldito hijo de puta seguía siendo su padre. 1

- Y después lo mandó seguir día tras día. Vigilando cada movimiento que el niño

hacía. Decía que era por ti, pero en realidad – sonrió abiertamente – era por

él. Y la verdad es que el chico resultó un encanto. O eso dijo su comprador.+

Yifan apretó sus ojos. Gruñó de la rabia y el dolor. Soo Bin tenía razón. Él

tenía la culpa de todo, él y nadie más que él. Porque de no haber puesto sus
ojos en el niño, esto no le habría pasado, él lo había arrastrado a todo eso que

había vivido. Él nunca podría volver a mirar a Zitao a la cara. Él jamás

merecería que Zitao lo perdonara.+

Solo le quedaba el pedido hecho a Kyungsoo. Y él creía en Kyungsoo.+

Miró a Soo Bin y dijo, por primera vez, desde que había despertado.+

- Lo que vas a hacer hazlo. Ya córtala con tu cuento.+

Soo Bin entonces asintió y respondió.+

- De acuerdo. Ya que estás tan dispuesto...+

Un arma saltó en las manos de Bae Soo Bin, apuntando a la cabeza de Yifan. Y

Yifan cerró sus ojos, sabiendo que ese era su fin.

* Story of Little love - Park Eun Bin (Drama Operation Proposal)


Karma. Destino. Infierno

La puerta se abre ruidosamente. La respiración jadeante puede oírse. Y entonces

alguien rompe su cabeza, emitiendo un gruñido lleno de rabia hacia él.1

- Mierda Yifan, la próxima ¡Pide ayuda y ya deja de hacer como si estuvieras

solo! ¡¿Tienes idea de lo que me arriesgué exponiendo a JiYong abiertamente?!1

Yifan se incorpora apenas de esa cama prestada y el dormitorio amplio y cómodo,

que como invitado se le ha cedido. Emite un quejido grave. Decir que le duele

todo es poco. Su cuerpo casi es partido a puños. Su visión ve diminutas

estrellas por lo debilitado que se encuentra. Sin embargo tiene fuerzas para

mirar a Kyungsoo, que está dentro del dormitorio, con las manos en sus caderas y

el pecho que se le infla terriblemente por cada bocanada de aire que toma. El

chico está molesto, furioso y evidentemente cansado de muchas cosas, de él

también. +

Yifan se ríe débilmente de sí mismo y de su situación de mierda. Resopla de

agotamiento cuando se recuesta en el respaldo de la cama. Kyungsoo parece querer

matarlo. Quizá mandó sus hombres a buscarlo para ponerlo frente a él y matarlo,
al menos con la mirada. El pequeño sabe cómo.2

- Gracias - resopla Yifan, con el codo de la derecha hundido en el colchón y la

mano izquierda en su estómago - En serio. Por enviar a tu gente a vigilarme.+

Fue convincente. Su estado deprimente ayuda y Kyungsoo se apiada de él. El

pequeño temerario emite un chasquido con su lengua, arrugando sus labios,

mientras sacude la cabeza. +

- De nada - dice lastimosamente a Yifan - Hombre, se te ve mal en serio.+

Silencio.+

Mientras, Yifan se mira el cuerpo, recostado como está. Sabe que las heridas

demorarán en curarse. Nunca se había encontrado tan destruido, ni siquiera de

las incontables veces que los guardias lo llevaban a la rastra ante su padre, o

de cuando lo habían secuestrado hace años, torturándolo. Pensándolo bien, si

podía ser una opción, aunque el secuestro fue lo peor, porque, a decir verdad,

esto fue rápido, lo del pasado, fue tortuosamente lento. Aunque ahora él se

encontraba más devastado. Pero antes también. +

No. +

Ya ni sabía qué había sido peor. +


Al final, Yifan pensó que habría preferido que los hombres de Kyungsoo no

hubieran llegado. Él podría haberle dicho a Chanyeol que iría al muelle con Bae

Soo Bin. Pero se había guardado eso. Yifan sabe que él buscaba que toda su

maldita existencia acabara de hacer daño al mundo allí, en ese momento. Porque

sí, él estaba maldito, él era un karma y estaba demasiado cansado para seguir

siendo un karma, arrastrando con él a los que amaba. Se merecía un descanso

respetable ¿Era mucho pedir?+

Pero no dirá eso. +

Mira a Kyungsoo.+

Él se ha arriesgado demasiado y no merece más que su agradecimiento.+

- Ya estoy reorganizando a tu gente - dice de repente Kyungsoo.+

Recuerda Yifan la orden dada a Hangeng antes de irse. Asiente en acuerdo con la

noticia, porque en definitiva él dio la orden.+

- Cuéntame las novedades - pide Yifan, sin querer en verdad escuchar, pero, debe

hacerlo.+

Maldito destino. Siempre tenerlo girando en el mismo círculo de mierda,

volviendo a hacer lo mismo. +


Yifan observa a Kyungsoo que ahora, desde lo alto y en pie, parece tener el

poder en verdad, controlándolo todo. Kyungsoo comienza a remarcarle su

maldición, mirándolo fijo.+

- La guerra es abierta y tú eres el número uno en la lista de los enemigos de mi

padre. Tu cabeza tiene precio, así que ordené a tu gente a resguardar a tu

madre.

- ¿Y...? ¿Mi padre? - pregunta a tientas, dándole asco evocarlo.+

La mandíbula de Kyungsoo se endurece. Al parecer, también le causa aversión

hablar del tipo.+

- Tu padre está preso en su propia residencia. Quienes trabajaban para tu padre

ya responden a Hangeng y Yoochun o sea, a ti. Él tiene prohibido salir de allí,

hasta que decidas qué hacer con él. Está incomunicado. Jung Chan no puede llegar

a él, ni él tener contacto con Jung Chan. Tu madre no entiende nada en absoluto,

así que se está complicando eso...+

Yifan respira rasposamente. +

- ¿Cómo convenciste a esos hombres a trabajar para mí?+

Kyungsoo emite una mueca burlesca. Es tan obvia la respuesta...+


- Das mejores bonos de Navidad y las fiestas están cerca.+

Yifan también se ríe, sacudiendo su cabeza. Pero Kyungsoo, no ha terminado

todavía.+

- Tu tío, sin embargo... - dice borrando la gracia -... es un asunto complejo.+

- ¿Por qué? - pregunta preocupado Yifan.+

- El servicio de inteligencia de la república lo puso bajo su custodia. +

Yifan arruga su frente. No le ha gustado lo que ha escuchado.+

- ¿Por qué no ordenaste a mis hombres ir ahí? +

- Nam Goong Min te está buscando - reprocha Kyungsoo - Supuse que el servicio de

inteligencia en realidad lo vigila, porque supone que tú te aparecerás por ahí.+ o

- Debo avisar a Sangwoo de alguna forma.+

- Coincido - asiente inmutable - Jung Chan planea algo, estoy seguro. Hay que

resguardarlo a él y a ese fiscal que se hizo cargo de la causa. +

- ¿Quién? - pregunta perplejo.+


- Lee Jong Suk. Su discípulo en la Universidad. Lo mandé investigar. Parece un

abogado serio y honesto. Nada sucio en su historial. Bastante parecido al juez

Kwon. Y no se amedrenta cuando sale haciendo nota a los reporteros - sonrió

sarcástico - Le gusta hablar de mi familia en público...+

- Es extraño que tu viejo esté tan quieto.+

- Ah... eso - dijo con desinterés.+

Kyungsoo reacomodó el nudo de su corbata, alargando su cuello y repasando la

tela de su impecable traje con la palma de sus manos. Pero no dijo nada. Yifan

tiró la cuerda.+

- ¿Qué? - preguntó.+

Kyungsoo miró a un lado y al otro. Emitió un ronquido, reacomodando seguramente

su tono grave de voz y dijo.+

- Solamente está quieto porque va comprometer y casar a Krystal con Jongin. Va a

recuperar sus bienes y tener a Jongin de este lado, al menos por un tiempo.+

Yifan mira pasmado a Kyungsoo. +

- Jongin no va a...+
- Si lo hará - corta Kyungsoo de una vez - Con su padre en la mira de la

justicia por malversación de fondos y la promesa de Jung Chan de limpiarlo, él

lo hará.+

Kyungsoo se acerca al ventanal del dormitorio. Sus dedos corren apenas el

cortinado, viendo el panorama. Lo que no quiere es que Yifan siga analizándole

los gestos y leyendo sus ojos. Pero es tarde.+

- Siento mucho lo de Jongin - dice Yifan - Hablaré con él ni bien...+

Kyungsoo lo fulmina con rudeza cuando lo mira y dice rápido.+

- Habla con él lo que quieras, pero no le digas nada de mí.+

- Pero él tiene que saber - reclama - Es injusto también para él...+

- No hablaré de eso contigo.+

Yifan traga duro. Su cabeza choca en la pared, cuando se sienta bien en la cama
y sus ojos vagan en el techo. La frustración llena y oprime su pecho. Le enferma

saber y no poder hacer nada. Kyungsoo es testarudo. A quién más, a decir verdad,

porque Jongin, también.+

Yifan regresa sus ojos a Kyungsoo y entonces se da cuenta que el chico se dio la

vuelta del todo para no verle la cara. Kyungsoo tensa sus hombros y Yifan sabe

que hay algo más. Pero poco puede seguir viendo, cuando Kyungsoo abre más el

cortinado y deja ingresar la luz que le duele a él en los ojos ¿Hace cuánto que

no ve la luz del día? Ya perdió la cuenta. Está tapando su cara con su

antebrazo, cuando escucha a Kyungsoo.+

- Yifan - llama. +

Pero no dice nada. Por eso Yifan se ve obligado a pedir.+

- Dime.+

Kyungsoo se muerde los labios. Mira a Yifan ahí luchando por ver algo. Kyungsoo

aprieta sus párpados y regresa su vista hacia el exterior, para no mirar a

Yifan. No quiere ver la expresión de su rostro, cuando le diga lo que dirá. Y

duramente, tiene que darle la noticia.+

- Le dieron el alta a Zitao del Hospital Central. Jang Hyuk se lo llevó a su

residencia.+
Y un rugido salta de la nada. Kyungsoo cierra de nuevo sus párpados, duramente,

cuando contra alguna pared se ha escuchado los vidrios crujir que explotaron. El

grito de Yifan dolió más. Kyungsoo mira sobre su hombro. Yifan ha hecho añicos

la lámpara que estaba en la mesita de luz. Era lo que tenía más a mano. Pero no

le basta, porque quiere incorporarse en su dolor. Se toma el estómago con una

mano y mientras que la otra se hunde en el colchón, tambaleando sus piernas a un

lado. Quiere pararse. Apena si se sienta en el borde de la cama, sin importarle

un poco que se encuentre en bóxer. Agitado, cruje en su garganta rasgada y

acusa.+

- ¡Tú me dijiste! ¡Tú me lo prometiste! +

- ¡No lo supe hasta esta mañana! ¡Jung Chan no es que consulte esas cosas

conmigo! - se excusa Kyungsoo, repasando sus manos por su cresta - Lo siento

Yifan...+

Pero Yifan no escucha. Él quiere ponerse de pie para ir a buscarlo a donde esté.

Pero sus piernas no tienen fuerza. Se maldice Yifan en un rugido lleno de

desesperación y se desploma, sonando su cuerpo en el suelo.+

- ¡JiYong! - grita rápido Kyungsoo, que llega a tomar a Yifan.+

El guardia está ahí en un santiamén. Ingresa corriendo al dormitorio y baja su

cuerpo a donde se encuentra Yifan, siendo sostenido a duras penas por Kyungsoo.

No hace falta que Kyungsoo le explique por qué lo llamó. Entre los dos toman a
Yifan, uno de cada lado, haciendo al hombre poner los brazos sobre sus hombros.

Kyungsoo toma de la cintura a Yifan y este gruñe por el dolor de ser tocado.

Arrastran a Yifan de regreso a la cama, donde Yifan se desploma sintiéndose

completamente impotente, mientras muestra sus dientes apretados, odiándose por

lo débil.+

Tirado ahí, Kyungsoo lo mira. Yifan se da la media vuelta, se asienta en sus

codos, pero esquiva ver a Kyungsoo. Lo detesta en ese momento por haber roto su

promesa. +

- Yifan... +

Pero la rabia de Yifan salta.+

- ¡Tú me prometiste que lo ibas a cuidar! - un puño se descarga sobre el colchón

- ¡Me juraste que ibas a impedir que se lo lleve!+

Kyungsoo rueda duramente sus ojos y aprieta su mandíbula. Ya se siente culpable

de demasiadas cosas en la vida como para sumarle una nueva. Le increpa y fulmina

con una nueva revelación.+

- ¡Zitao mismo fue quien se quiso ir! ¡Él solicitó el retiro!7

Gélido. Así siente Yifan, como si sus huesos y cada rincón de su musculatura

doliera por el frío escalofriante y terrorífico, por pensar qué fue lo que llevó
a su niño a decidir él mismo irse. Y entonces viene el dolor en el respirar,

sabiendo que quizá, él lo tiró a los brazos de ese ser perverso y horrible. Es

su culpa. Él siempre fue su karma. +

Yifan siente que su garganta duele.+

Kyungsoo se desploma en el borde de la cama, emitiendo un suspiro. Dice.+

- Jung Chan aún no confía en mí del todo. No me tiene al tanto de todas las

cosas. Igual, si hubiera intervenido directamente, lo habría puesto en peligro a

él y a mí también.+

- ¡Ya está en peligro!+

Kyungsoo aprieta sus párpados y sus labios. Los puños de Yifan desgarran la ropa

de cama. Kyungsoo suplica a los dioses paciencia y raciocinio. Mira a Yifan.

Pensativo unos segundos, s detiene en el hombre maltrecho. +

- Yifan - balbucea Kyungsoo - Estoy cansado de todo esto. Tanto, como tú.+
Yifan aprieta su mandíbula, tiembla cuando cierra sus ojos, no quiere saber nada

de eso que tenga para decirle Kyungsoo. Hasta que Kyungsoo dice.+

- Por favor. Te suplico. Ayúdame.+

Esa voz. Yifan escucha esa voz quebrada. No es grave y severa como lo ha

escuchado últimamente. Es simplemente quebrada y tenue, como si Yifan

reconociera al "pequeño" enfermero que conoció hace meses.+

Kyungsoo aspira hondo. +

- Yifan - habla de nuevo - Yo podría "irme". Lo pensé. Te juro que lo pensé. Me

dije a mí mismo que estaba maldito; que mis genes estaban malditos y que mi

historia también. Antes, Baekhyun y mis abuelos me retenían - sonrió apenas,

como un quejido doloroso - Pero ahora, Baekhyun tiene a Chanyeol. Yo ya no tengo

que cuidarlo más. Y es reconfortante en parte ¿sabes? Tanto que en un momento,

solo quise quedarme dormido, para descansar. Porque... estoy tan agotado...

Cuando Jongin hizo lo que hizo conmigo, sólo quise quedarme dormido. Pero

entonces JiYong y JaeJoong, llegaron. Y no me dejaron descansar tranquilo, como

habría querido. Porque allá fuera Yifan, tengo chicos y chicas que esperan ser

liberados de toda la mierda maldita de los Jung - rugió entre dientes. Yifan

recién lo miró. Kyungsoo volvía al ardor en la voz grave y vehemente - Y no voy

a descansar, hasta no ver mi gente libre de ese infierno. Así que... ¿qué dices

Wu? - elevó su mentón y asintió a Yifan - ¿Me ayudas? O prefieres hundirte en tu

miserable depresión...4
No hacía falta respuesta.

Despierta en la mañana con el rayo de luz que ingresa por la ventana. Azul es lo

primero que aparece ante sus ojos. Le gustaba al principio, pero ahora le

resulta oscuro y es que no es el azul que le gusta. Es un azul triste y pesado,

tan oscuro que le asusta. Se sienta en su cama y entonces aparece por la puerta

su nana. Ella es metódica, con su sonrisa pintada y sus manos unidas en el

centro cuando se acerca a él, con ese ruido permanente de las llaves que lleva

en sus manos.1

- ¡Buenos días niño Zitao! - exclama alegre la señora - ¿Nos preparamos para el

desayuno? El señor Jang quiere pasar un tiempo con usted antes de irse a

trabajar.1

De los días que ha transcurrido en la residencia del señor Jang, siempre todo

con él es meticulosamente limpio y organizado. Jamás está solo. A veces, la

mayor parte del tiempo, Zitao se pregunta si no lo miran, porque la nana aparece

ni bien él abre los ojos y cuando incluso se sienta en medio de la noche en su

cama, también la tiene abriendo su puerta, preguntándole si todo está bien. +

Nana. Le han dicho que ella es su nana y que debe obedecerle porque ella le va a

enseñar a ser un buen niño. Zitao creyó que se trataba de alguna cosa extraña,

pero su ingenuidad lo confunde mucho, porque él no ha tenido vida más allá de


las paredes del hospital. Por eso, aunque no le gusta, ese es un estilo de vida

que debe aguantar, suponiendo que es común aquí en el mundo ser así, como su

mamá le ha dicho para calmarlo.+

- Venga niño Zitao - dice la ayudante de la nana, igual a la nana, tomándole de

las manos - Vamos a asearnos para estar bonitos para su daddy.14

Zitao siente el escalofrío recorrerle dolorosamente por su cuerpo. Ya saben que

puede ponerse en pie, así que un bastón le es acercado. A veces tiene ese

andador de cuatro pies y otras tan sólo con el bastón está bien. Zitao es

dirigido a un sanitario inmenso y decorado de forma impecable. Las mujeres

mayores le preparan la bañera. Eso resulta agradable para Zitao. Agua rosa con

olor rico que se queda prendida en su piel; resulta cálido. Ahí las nanas lo

dejan estar un rato, mientras él ve patitos de hule de colores yendo y viniendo

por su bañera. +

- Ahora niño Zitao - ordena su nana más mayor, que se sienta en una silla a su

lado y abre un libro azul - Mientras te das un baño, ve repitiendo después de

mí, para memorizar - ella lee claramente - Regla 1; "Papi" siempre sabe lo que

es mejor. Confía siempre en él* - mira a Zitao y ordena - Repite y hazlo propio
niño Zitao.4

Y Zitao repite en voz alta. Se le encienden las mejillas, porque de pronto la

vergüenza lo ahoga, pero se exige decir.2

- "Papi" siempre sabe lo que es mejor para mí. Siempre debo confiar en él. 2

- Bien - elogia ella, dando unas palmaditas en la mano de Zitao, esa mano con la

que él sostiene fuerte el borde de la bañera - Ahora, regla 2. Recuerda tus

modales. Di siempre "por favor" y "gracias". 1

Y Zitao repite las reglas. No parecen ser ofensivas, ni cosas feas que él no

pudiera hacer. Hasta que escucha...+

- Recuerda niño Zitao cada regla. Siempre las repetiremos hasta que las aprendas

bien - dice acariciando los cabellos de Zitao, que tiembla, quizá porque el agua

se ha puesto fría - No queremos que suceda de nuevo lo que ocurrió anteayer.+

Zitao encoge sus hombros en la bañera. Se ha ido lo agradable del baño, aunque

él querría quedarse allí en vez de salir. Porque cuando salga él deberá

vestirse, como a su ahora "papi" le gusta que se vista y tendrá que desayunar

con él y cuidarse en las palabras y en todos sus gestos porque a su "papi" no le

gusta nada fuera de lugar. Zitao siente que se ha quedado sin aire. +

Por cada prenda que le es puesta, Zitao se siente como si fuera su cárcel. Se
mira en el espejo cuando unas manos raspan la vestidura para que se vea sin una

arruga. Terciopelo azul, de la cabeza a los pies. Zapatos negros brillantes.

Pero lo más llamativo es su camisa con volados en las mangas y el detalle de un

moño en su cuello. Como los niños que Zitao ha visto en los cuadros de su

dormitorio. Mira esas imágenes de niños sonriendo y jugando, cuando le colocan

colonia. Se mira de nuevo, allí, mientras peinan sus cabellos ahora rubios, de

nuevo. Y es que a su "papi", le gustaba su rubio de antes. Así que ordenó que le

tiñeran pelo. No fue un pedido, fue una orden. 1

- Ya está listo niño Zitao. +

Salen al pasillo. Un ascensor fue hecho para él, le han dicho. Su piso tiene

como único acceso al parecer ese elevador. Dicen siempre que lo pusieron por él,

porque el señor Jang sólo ha pensado en él y nadie más que en él. +

Zitao trastabilla en su bastón, pero se compone. Él podría caminar solo, pero

quizá el estar así, ingenuamente le hace creer que el señor Jang será más

indulgente si llegara a equivocarse como la otra vez.+

Suben al ascensor. Llegan a la planta baja. Las puertas del cubículo se abren.

Caminan por el inmenso pasillo de la residencia. Ingresan a un salón bellamente

decorado, como si fueran muebles de antaño, entre cortinado azul de terciopelo y

sillones tapizados en dorado. Suenan los pasos en el brillante suelo de baldosas

blancas, cuando se dirige a la mesa redonda de madera, en medio de la sala. Allí

está sentado, esperándolo.+


- ¡Mi niño! - exclama el hombre, poniéndose de pie.6

El señor Jang abre sus brazos y recibe a Zitao. Y Zitao hace lo que sabe que el

señor Jang adora de él; dejarse envolver por los brazos del hombre. Jang Hyuk lo

aprieta con fuerza. Lo aparta para analizarlo de arriba abajo. Suspira,

sonriendo más amplio.+

- Perfecto - dice, asintiendo satisfecho a donde se encuentra la nana de Zitao.+ p

Jang Hyuk dirige a Zitao a sentarse en la mesa. Todo está listo para desayunar.

Zitao se deja servir frutas cortadas en diminutos cubos.+

- ¿Cómo has dormido mi niño? - pregunta Jang Hyuk.+

- Bien - responde Zitao, con sus ojos en la mesa, de pronto mira por el rabillo

del ojo a su nana. Ella está cerca. Zitao supone que algo no ha sido dicho bien

y se da cuenta al instante, corrigiéndose - Bien, "papi", gracias por preguntar.+


Se escucha el resoplido de satisfacción de su nana detrás. Ella ha sonreído y él

suspira, sabiendo que no lo ha hecho mal.+

La mano de Jang Hyuk se posa sobre la suya y Zitao pega un respingo. Su cuerpo

se estremece y sus hombros se encojen, porque ha sido tomado por sorpresa. Zitao

se exige sonreír.+

- Zitao - dice el hombre - He pensado mucho en lo que pasó anteayer.+

Zitao se recuerda del pedido. Haber pedido y haber hablado sin permiso del señor

Jang, trajo aparejado algo que Zitao jamás pensó que podría molestar a alguien,

hasta el punto de la ira manifiesta. Y es que Zitao prefería ver a Sophie, antes

que viajar a la playa con él. Por eso se ganó el reclamo del señor Jang, cuando

le dijo dolido "¡¿No te basta conmigo y todo lo que te doy?!". Y Zitao cierra

sus ojos, porque cree que viene de nuevo lo peor. Tiembla. No quiere de nuevo.

No...+

- Para que entiendas cuánto te amo... - despierta a Zitao el señor Jang -... y

lo mucho que pienso en ti, accederé a tu pedido - dice y Zitao lo ve por primera

vez a los ojos, lleno de esperanza - Verás a tu hermanita y a tu madre. Ellas

vendrán esta tarde. +

Respira Zitao y sonríe a tientas. No quiere hacer nada, ni decir nada que

arruine eso que se le otorga ahora. Por eso Jang Hyuk dice.+
- Puedes hablar y expresarte mi niño.2

Y Zitao suelta abiertamente.+

- ¡Gracias! ¡Gracias "papi"! 1

Zitao sabe que si le han permitido expresarse, es porque él quiere que lo haga.

Por eso se abalanza como puede hacia el señor Jang y lo abraza. El hombre sonríe

y acaricia su espalda. Zitao sabe que una caricia lleva lo siguiente que él

quiere y Zitao se lo dará, porque Sophie vale cualquier cosa que él pueda hacer,

solamente por verla al menos un momento.+

Zitao mira a Jang Hyuk que acuna entre sus manos el rostro del niño. Y el niño

cierra los ojos dejándose dirigir por el beso del hombre. La boca caliente del

hombre arde de deseo y es tan manifiesto, que hasta duele. Tanto, como duele a

Zitao sentir aversión por eso. Pero Zitao lo recibe. Cualquier cosa de ese

hombre él deberá recibirla, porque, él se lo debe todo.4

Se miran. Zitao sonríe. Las bocas se sonríen mutuamente. Jang Hyuk parece

embriagado con su niño. +

- Me haces muy feliz mi niño - le dice - Tengo ganas de llevarte otro fin de

semana de paseo por la playa ¿Qué te parece?+


Y está a punto de regalarle otro beso, cuando los pasos de gente que se acerca

se hacen oír. Jang Hyuk frunce el ceño y se compone en disconformidad, pero se

sienta derecho y Zitao lo ve moldear una sonrisa nuevamente. Zitao imita al

señor Jang. +

- Hijo - saluda Jang Hyuk - Joven Kim.+

Y Zitao ve a los dos. Y Zitao suspira lleno de tranquilidad porque ellos han

llegado. Quizá, con suerte, le dejen pasar un rato con Minseok, mientras padre e

hijo conversan de negocios. Una vez lo hicieron. Aún observados por la nana de

Zitao, a él le gusta al menos pasar rato con su mejor amigo. Se saludan. Se

sientan a desayunar y los "adultos" conversan.+

Y Zitao agradece enormemente que su deseo se haya hecho realidad. Y las nanas

dirigen a Zitao y Minseok a una sala de lectura, donde podrán esperar a que los

caballeros se desocupen. Minseok toma un libro de cuentos y se pone a mirarlo.

Zitao se sienta a su lado, en ese sillón y recuesta su cabeza en el hombro de su

amigo. +

La nana dormita algo. A veces suele pasarle a la señora. +


Minseok aprovecha.+

- ¿Cómo estás? - pregunta en un murmullo, lleno de preocupación, rozando con su

mejilla la cabeza de su amigo.+

- Bien - dice lastimosamente.+

Minseok cierra duramente sus ojos. Se compone para ver bien a Zitao. Los dos se

miran.+

- Déjame ver - pide.+

Zitao sacude su cabeza nervioso. Mira asustado a donde está la nana.+

- Déjame - suplica Minseok.+

Y es el mismo Minseok quien toma las manos de su amigo y tira de las mangas de

la inmensa camisa de volados, para encontrarse con la piel de las muñecas de su

amigo magulladas y rojas. La llaga arde aún y por eso Zitao se queja ahogado

para no ser oído, cuando Minseok quiere tocar. Es como si sintiera aún las

cuerdas enroscadas allí y tirando hacia lo alto, mientras el señor Jang le daba

el castigo merecido en esa habitación fea. Zitao se ahoga y su vista se nubla.1

Minseok con su rostro lleno de espanto, mira a Zitao con los ojos también
empañados.+

- No - implora Zitao - No... si él llega a ver que... que lloraste se va a

enojar.+

- Dongwoo no es como su padre - explicó sorbiendo su nariz - Él me dio tiempo

para que estemos juntos.1

Zitao se muerde los labios hacia dentro. Se cubre las muñecas con cuidado de que

no duela.+

- Zitao - dice Minseok muy cerca de su rostro - No tienes que aguantar esto.

Podemos contactar a alguno allá del otro lado.+

- No - gruñe en voz muy baja Zitao - ¿Qué pasaría si alguien llega a saber? -

suspira sintiéndose muy mal - Ellos pueden hacerle algo a Sophie... o... a él... s

- Zitao...+

- ¿Qué pasaría con Jongdae? - le recuerda.+

Minseok baja sus ojos. Boquiabierta, titubea en sus buenas intenciones, porque

Zitao tiene razón. Pero entonces surgen sus dudas de nuevo, recordando algo que

escuchó. Mira a Zitao y le comenta.+


- Los otros días pasé con Dongwoo por el despacho de su papá. Él gritaba,

hablando con alguien, lleno de rabia contra Yifan. Él les hizo algo...+

Escuchar su nombre, hace al corazón de Zitao explotar. Sus mejillas se sienten

acaloradas y es que los recuerdos de él regresan. Zitao sin embargo se siente

tan a la deriva sobre Yifan, porque él no lo puede olvidar, pero golpean en su

mente las palabras de Yifan, de "no puedo hacerme cargo de ti". Y ese dolor que

lo destruye regresa.+

Se relame sus labios resecos, pero no dice una palabra. Hace a un lado su

rostro, porque no quiere hablar de él.+

- Zitao - llama Minseok.+

- No quiero hablar de él.+

Minseok arremete como gimiendo por lo bajo en una súplica, tomando sus manos y

diciéndole rápido.+

- Si ellos lo odian tanto, quizá sea porque él sea fuerte. Yo escuché que ellos

lo insultaban y decían no saber cómo destruirlo...+

- Mini yo...+
- ¿Todo bien con los niños? - pregunta Dongwoo, de pie en la puerta.+

Zitao sabe que el encuentro terminó.

Cuando cena, Zitao debe hacerlo de la forma que le han enseñado las nanas que

debe hacerlo. Al hombre le gusta reservarse las costumbres occidentales. Ha

tenido que aprender a saber usar esos tenedores de diferentes tamaños cuando es

adecuado y a comer esos platos que saben a poco, pero no se queja, porque no

debe quejarse, sino estar agradecido.+

Y cuando se va a dormir...+

No es que quiera.+

Los mareos llegan solos. Y es que Zitao frunce el ceño y parpadea varias veces

pesadamente, tocándose los ojos con las yemas de sus dedos, apretando duramente

hacia dentro de su piel. No entiende cómo es que llega a tener tanto, tanto

sueño, si él hasta hace un momento, estaba tan despierto...+

- Venga niño Zitao - le dice la nana más mayor - Vamos a ponerle el pijama.+

Raso se desliza por su piel, que casi se siente que no tiene nada en absoluto.

Es llevado a tientas a su cama, donde se acuesta sintiendo que sobre él se

envuelven las sábanas también de raso. Siempre azul. Zitao respira pesadamente,
tratando de remover su cuerpo a un lado, porque no se siente cómodo donde está,

con el calor de la habitación que lo consume. Pero no puede moverse. Es como si

estuviera anestesiado. Se recuerda a cuando estaba en coma, sabiendo que estaba

durmiendo, pero escuchando locamente la gente hablar a su alrededor. Se siente

igual y resulta ser una sensación por demás desesperante, porque él quiere

moverse. Lo único que le sale hacer es respirar. Se exige respirar y aunque

intenta mantenerse despierto y gritarle a su nana de que algo extraño ocurre con

él, no puede. Respirar es lo que le queda por hacer y eso hace. Componerse

también y llamarse a la tranquilidad, puede ser la opción viable. O eso cree,

pero, no puede.+

No cuando escucha el chirrido de la puerta que se abre. +

Zitao intenta incorporarse pero es inútil. Su cuerpo se eleva apenas, queriendo

saber quién viene, pero en los pocos milímetros que apenas se ha movido, vuelve

a derrumbarse en el colchón. Quiere decirle a la nana que no se siente bien,

pero cómo hacer, si su lengua parece estar adormecida, tan torpemente adormecida

como todo su cuerpo y aún así, Zitao es conciente de lo que pasa. Es como si

todo fuera perturbador, tanto que su piel pareciera tiritar entre frío y calor.

Escalofrío. Por primera vez sabe lo que es esa horrible sensación entre el sudor

y lo helado gélido que se siente, ahora, al ser destapado.+

Escucha.+

- Mi niño...+
Sólo hay dos personas que lo llaman así. Y él sabe distinguirlas bien.+

- Mi niño...+

Sabe distinguirlas porque este suena a espina que se le clava en la piel. Como

daga de hielo que punza en su tez de manera horrible.+

- Eres tan bello, mi niño...+

Suena como a pinchazo doloroso, por cada vez que lo llama.+

Y Zitao se estremece, cuando él pone su mano sobre su cuello, apretándolo

lentamente con más y más fuerza cada vez. Lo que comienza siendo una caricia se

transforma en una tortura. El hombre posa su boca en su mejilla, lamiendo su tez

y saboreando lo salado de las lágrimas que recoge en su paseo que quema

fríamente a Zitao, como si fuera veneno. Y aún si Zitao no lo viera, porque sus

párpados están caídos, él sabe quién es el sujeto, porque él huele extrañamente

a duro, frío, metálico, seco; porque aún si Zitao no entendiera nada, para él es

eso, porque sabe de lo contrario, por todas las veces que sintió la necesidad de

hundirse en el pecho y el cuello del hombre que ahora, en ese preciso momento

llama con el alma.+


Yifan. 1

Porque quisiera gritar para pedir ayuda o algo.+

Yifan. +

Pero no podría hacerlo.+

Así que no queda más que llamarlo a gritos con el alma, en su desesperación,

gimiendo, con esos sonidos que salen de su garganta a duras penas. +

Yifan... +

- ¿Te gusta amor? - le dice el hombre y Zitao escucha que sonríe en su oído.1

No.+

"No", quiere decir Zitao y gritarlo en realidad. No le gusta y quiere vomitar

por no tener fuerzas para quitárselo de encima de su cuerpo. Sus manos

recorriendo sin permiso cada rincón de él.+

- ¿Te gusta?+
No. +

- Yo sé que sí - gruñe y sigue devorando su boca, asfixiando a Zitao - Como

siempre te gustó...1

¿Siempre? +

Aspira Zitao cuando oye eso último, preso de la angustia y desgarrado su

corazón, intenta de pronto moverse y lo logra.+

- Siempre tú, maldito niño, que abusas de lo mucho que te amo...+

¿Siempre? +

- Pero porque te gusta esto ¿verdad?+

Estruja las manos el hombre, aprisionando a Zitao, que gime, sintiendo sus

muñecas desgarradas, mientras el hombre muerde su boca.+

Yifan... +

Gime.+

- ¿Qué dijiste?+
Y eso hace al hombre amarrarlo más fuerte aún de sus muñecas.+

Zitao abre los ojos.+

Zitao se encuentra con los ojos de Jang Hyuk.+

Él está furioso, respirando sobre él nada más que odio. Zitao aún se encuentra

con el cuerpo derribado y dormido, pero es conciente de lo que ve y siente. Su

pecho sube y baja y Jang Hyuk lo mantiene atrapado.+

Zitao se retuerce y gime de dolor. Y Jang Hyuk se abalanza arremetiendo en su

impotencia hacia Zitao, con ganas de detruirlo.+

- Eres un niño malo - sonríe el hombre, canturreando esa frase que a Zitao le

sabe horrible - Tú no podrías ser bueno, aún si te lo propusieras.+

Y traga la boca de Zitao, chupando su piel, descendiendo por su cuello y

marcando la tez delicada, haciendo doler al niño que gime.+

- Mira lo que soy por ti - culpa a Zitao lleno de una dulzura siniestra, que

estremece de miedo a Zitao - Me vuelves maldito de nuevo. Tú - dice agarrando

los mechones del cabello del niño, que se ahoga en dolor - Tú que vales porque

yo te descubrí, porque yo te rescaté, porque puse mis ojos en ti. Porque si no,

no serías nadie. Mírate ¿Quién se fijaría en ti? Si hasta esa mierda de Yifan
que tanto llamas en los sueños y ahora, en mis narices te dejó por inservible,

porque eso eres, un inservible, un inútil. Y así y todo, yo te amo tanto y te

seguiré amando... mi amor, mi niño...1

Y Zitao gime, mirando al techo y sintiendo que las lágrimas corren frías por los

costados de su rostro, mientras es sujetado por el sujeto que ahora conoce Zitao

quién es.

- ¿Qué haces? - pregunta JiYong.+

Yifan mira por sobre el hombro. Emite una mueca y se voltea de nuevo para seguir

camino a la puerta.+

- Yifan - dice duramente el guardia de Kyungsoo - No puedes irte.+

Yifan se da la media vuelta. Mira a JiYong.+

- Detenme - pausa, sonríe a un lado y agrega - si puedes.1

JiYong sabe que no puede. Él es bueno. Pero sabe bien que así como él fue

entrenado de niño, también Yifan bajo la estricta vigilancia de su padre y la


tríada. Aunque eso, prefiere guardárselo para sí, JiYong no se amedrenta. Jamás

mostrará debilidad ante nadie. Por eso dice.+

- No voy a agarrarme con un moribundo.+

- ¿Ves que me estoy muriendo? - pregunta burlón Yifan, sonriéndole.+

- Si - responde y aclara - Por dentro.2

Borra la sonrisa de Yifan de hace una milésima de segundos atrás. JiYong vuelve

a hablar.+

- No me arriesgué a exponerme por ti en China, para dejar que ahora te pongas

como blanco fácil de cualquier idiota allá afuera - dice, elevando su mentón -

Tu cabeza vale mucho ¿sabes?+

Yifan saca una sonrisa de superado. Si todos supieran que ya está muerto por

dentro y que su cuerpo es el peor compañero en ese momento, de seguro tendrían

lástima.+

- ¿A dónde pretendes ir? - pregunta JiYong.+

- Mi apartamento - responde.+

- Kyungsoo te prefiere aquí. Nadie sospecharía que...+


Alguien llama al móvil de JiYong, que sigue mirando fijo a Yifan. Eleva el dedo

índice, pidiendo un momento a Yifan y habla. Sus ojos se van haciendo más

severos y llenos de preocupación mientras más escucha del otro lado. +

- De acuerdo - asiente JiYong, a quien estuvo del otro lado y corta.+

Pasan unos segundos, antes que sea Yifan quien pregunte.+

- ¿Quién?+

- Kyungsoo.+

JiYong calla y suspira. Yifan sabe que se trata de él o algo relacionado con él.+

- Habla - ordena al joven.+

JiYong sacude aturdido su cabeza.+

- Kyung fue a ver a tu tío...+

Yifan arremete contra la chaqueta de JiYong, cazándolo en el aire y acercándolo

abruptamente. +
- ¡¿Qué mierda pasa con él?!+

- ¡Idiota!+

JiYong se empuja al lado contrario. Está furioso, pero se lo guarda, porque

tiene que darle el mensaje.+

- Quisieron matar a tu tío. +

-¡¿Qué?!+

- ¡Kyung llegó a tiempo y el juez está bien! - asegura, para que Yifan no corra

a lo loco - Él me dice que le aconsejó llamar a Chanyeol, pero me pide ir donde

Kwon, para asegurarme de que así lo hizo y que se puso bajo la protección de los

Park. Me voy ahora...+

- Voy contigo.+

- Lo supuse - dice derrotado el chico.+

Estaba oscuro y hacía frío, tanto, que Yifan se encogió sintiendo que miles de

chispazos helados se le colaban hasta por los huesos. Era extraño. Él

normalmente era fuerte ante la intemperie. No sufría nada estas cosas. Debía ser

por lo débil que estaba...+


Yifan subió en el coche, del lado del acompañante. Se puso el cinturón de

seguridad y se amoldó al auto que le quedaba pequeño para su tamaño. Rugió.

JiYong se rió de eso. Yifan no dijo nada. Se pusieron en marcha.+

Estuvieron en silencio un largo tramo. Yifan solo quería llegar ya a donde su

tío. +

- ¿Por qué él? - preguntó repentinamente JiYong.+

Yifan frunció el ceño. Miró a JiYong. +

- ¿Él? - cuestionó desganado Yifan.+

JiYong se encogió de hombros. No había nada de malo en ser un poco curioso. Su

vida siempre fue en parte vivida, viendo a través de la vida de los demás. Era

como ver novelas y dramas todo el tiempo, a la distancia.+

- Ya sabes - dijo JiYong - ¿Por qué el chico? He vigilado a Kyungsoo todo el

tiempo. Esa fue la orden. Y ese chico, Zitao, es... es...+


Sonrió, de pronto, sintiéndose él avergonzado de lo que pudiera llegar a decir. +

- No me mal interpretes hombre - se excusó JiYong - Es solo que, veo una

historia de siempre ahí. Como si tú lo hubieras marcado desde el momento en que

lo viste por primera vez. Ya sabes... cuando fue esa crisis... Fue mágico.+

- ¿Mágico?+

JiYong se encogió de nuevo de hombros. Se ve que tenía manía con eso. +

- Si. Ya sabes. Dramático, pero cursi. Ahí, tú. Saliendo como el héroe.

Rescatando al chico. +

Yifan miró por la ventanilla del auto. Prefería ver la nieve empezar a caer,

mojando el asfalto, antes que seguir hablando con JiYong. Él no estaba para

cursilerías. No dijo nada, ni respondió siquiera.+

Otro rato de silencio.+

De pronto se le ocurrió a Yifan.+

- Tú fuiste asistente de Jang Hyuk...+

- Si - respondió - Por orden de Jung Chan. En realidad lo estaba vigilando. Jung


Chan no confía en él. Jang Hyuk es alguien de temer.+

- ¿Fuiste tú... un...?+

Yifan calló. Él quería preguntarle si había sido un chico de compañía, tal como

JaeJoong lo había sido de su padre hasta que lo quitó.+

- ¿Baby? - completó con sarcasmo - Si - asintió, encogiéndose de hombros - Pero

no fui de su agrado por mucho tiempo.+

- ¡¿Por qué?! - exclamó Yifan, sin creerlo.+

JiYong se burló de eso. Sacudió su cabeza. Él era hermoso. Lo sabía. Aún si no

se lo dijera, cosa que no pasaba, él sabía que era hermoso. 6

- Porque el dolor no me fastidia - dijo, en respuesta a Yifan. Yifan frunció el

ceño. JiYong explicó más - Ya sabes, hay personas que disfrutan del dolor. Es

extraño ¿entiendes? Porque Jang Hyuk disfruta del dolor, pero de dar dolor sin

complacer al otro. No al estilo BDSM. No a ese estilo. Está loco - contó

emitiendo una mueca graciosa - Él quiere vivir ese estilo de relación, pero no

disfruta el consentimiento del otro, en absoluto. Él disfruta cuando da dolor.

Yo a veces disfrutaba de eso y me descartó por eso ¡¿Puedes creerlo?! Y todo

porque él es impotente. El tipo no puede...- se burló.2

Hasta que vio la cara en blanco de Yifan. +


- Oye hombre - llamó JiYong, cuando vio al hombre pálido y sudoroso - ¿Te

encuentras bien?+

- Aparca - murmuró apenas Yifan, sacudiendo su mano.+

- ¿Qué?+

- Aparca - dijo con un poco más de fuerza.+

Pero la fuerza, le hizo dar arcadas. Y JiYong saltó a un lado del camino el

coche. Yifan saltó volando de ahí. Todo el vómito salió disparado de sus

entrañas. JiYong se agarró la cabeza. Quizá no habría sido buena idea traerlo.

Él estaba maltrecho, mal y recién recuperándose. Kyungsoo iba a matarlo si algo

le pasaba al tipo.+

Yifan no contuvo nada. Estuvo más tiempo vomitando lo que ya no tenía en el

estómago. Era como si volvieran a darle patadas, por la fuerza al expulsar. Se

sentía desgarrado. Pero más se sentía asqueado. +

Zitao estaba en ese maldito lugar. Y él, la estaba pasando genial vomitando.

Nada más. +

Terminó.+
El puño le sirvió para limpiarse la boca. Se incorporó, chocando la espalda en

el coche.+

JiYong se dio cuenta de lo idiota y bruto que había sido. Lastimosamente dijo.+

- Lo siento hombre. En serio... soy un imbécil...+

- Mierda - rugió apenas Yifan, mirando la noche, las estrellas, el cielo allá

arriba - Mierda mierda mierda ¡Hijo de puta! - gruñó en un grito desgarrado.+

Se puso en cuclillas y se tomó la cabeza.+

¿Hasta cuándo iba a vivir en este infierno?+

Él tenía que destruir el infierno.+

JiYong dijo algo, pero él no escuchó. Tampoco se movió. Siguió en cuclillas,

perdido y agarrándose la cabeza, balanceándose ensimismado en su angustia.+

Fue como sentir su grito, como escuchar su nombre, como si lo llamara.+

Yifan. +

Él podía oírlo. En un gemido ahogado, en un llanto silencioso. Él llamaba.6


Yifan. +

Zitao estaba en ese infierno. Él tenía que sacarlo de ahí. Ahora le tocaba a él

salvarlo. Sí. Él tenía que rescatarlo. Él tenía que salvarlo.+

Y Zitao, lo seguía llamando...

*DD/LG. El término DD/LG viene de las siglas de Daddy dominant/little girl o

little boy, que es considerado una parte más del amplio mundo del BDSM.

"Hadita"
- Hasta que al fin te dignas dar la cara – dijo su padre, ya temblando de ira.4

Yifan analizó al hombre de arriba abajo. Él seguía permaneciendo como siempre,

pedante en su traje de vestir como si nada ocurriera. Un vaso de licor ruidoso

por los cubos de hielo se oía por el continuo movimiento de su muñeca, mientras

su codo estaba apoyado en el reposabrazos del pequeño sillón. Allí estaba. Con

evidente fastidio y manifestando su arrogancia repulsiva a la cara de Yifan,

cuando le increpó entre dientes.+

- ¡¿Así es como tratas a tu padre?! Eres un maldito traidor de tu propia sangre.1

Yifan avanzó unos pasos, con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón.

Frunció los labios y aspiró profundo. No saludó, ni reverenció al hombre. Se

sentó en frente de él, en otro sillón y se cruzó de piernas. Él era su padre.

Jodidamente, esa era la mierda de padre que esta vida injusta le había otorgado.1

- Tu madre está devastada – rechinó el hombre, tomando un buen sorbo de su

bebida ruidosamente. Tragó duro, para decirle más – Pobre tu madre. La clase de

hijo que hemos traído al mundo. Maldito desagradecido.+

Por primera vez, Yifan no sintió que se condolía por una sola palabra del

sujeto. Emitió una mueca mordaz y dijo.+


- Hasta que te acuerdas que soy tu hijo.+

- ¿Cómo podría olvidarlo? – sonrió socarronamente – Eres el error más grande que

he cometido y el peor negocio que me ha salido en la vida. 1

- Así que fue un negocio – habló Yifan sin sentirse en absoluto alterado.+

- ¿Crees que no tengo poder? ¿He? – regañó asquerosamente el hombre,

reacomodándose y poniéndose erguido compitiendo con su hijo – ¿Crees que estoy

acabado? ¡¿Quién te crees que eres para venir a hacer esto?! Te hice ¡Yo te

hice! – gritó señalándose a sí mismo.+

Yifan no dijo una palabra, dejando al hombre tomar lo último que le quedaba de

su whisky. Esperó a ver qué decir a su padre, por dónde comenzar, cómo sacarle

algo más. De no haber sido su padre, su progenitor, sangre de su sangre, él se

habría limitado a llamar a sus hombres, asustarlo y torturarlo para sacarle lo

necesario, hasta que un tiro libere al mundo de él. Pero era su padre. +

Yànzǔ se limitó a servirse otro trago y seguir bebiendo. Su hijo aspiró más de

lo normal del ambiente y miró esa botella. Su padre sudaba alcohol. No faltaba

mucho para que se la acabara. Y a juzgar por su nariz y pómulos enrojecidos, a

Yifan le resultaba más que conveniente. +

- Vienes aquí a echarme en cara ¿verdad? – siguió Yànzǔ, escupiendo y vomitando


su rabia en Yifan – Eres tan predecible, tan patético. Todo lo que siempre odié

de mi hermano.+

- Si lo traes a colación, supongo que ya sabes de dónde vengo.+

- De cuidarle el trasero – se le rió y burló descaradamente – Porque es tu

sangre. Porque es tu tío. Porque no tienes carácter para hacer lo que se debe,

ni tomar las riendas en tus manos. Yo, en tu lugar, me estaría pegando un tiro y

mírate – señaló con desprecio – Estás ahí sentado perdonándome la vida, porque

soy tu padre. Eres un débil.1

Yifan apoyó los codos en el reposabrazos y sus manos se unieron en medio de su

mentón. Él habló detenidamente pero rápido y seguro. +

- Primero. No te perdono nada. Y segundo, no confundas el dejarte vivo, con

debilidad. Aún no sé qué haré contigo. +

- ¡¿Me amenazas ahora?! – rugió el hombre, desplomándose hacia atrás. Tomó hasta

el final su bebida, cuando limpió su boca con la mano. Su padre parecía odiarlo.

Más que nada, repudiarlo, como si se tratara de alguna cosa asquerosa que

hubiera hecho. Yànzǔ tomó fuerzas para largar con altura – Lo que sabes, lo que

eres, lo que aprendiste ¡Todo! – gruñó con su puño en alto, como queriendo

golpear algo – ¡Yo lo decidí! ¡Yo te hice ser quien eres hoy! Tenía planes. Todo

estaba calculado. Y me traicionas de esta forma ¡A mí! ¿Sabes algo? ¡Deberías

darme las gracias y estar de rodillas! Si no fuera por mí ¡Ni siquiera


existirías!

Yifan abrió los ojos más de la cuenta.+

- ¡Yànzǔ! – gritó Nara.+

Yifan vio a su madre llegar a su padre, pero no en reclamo, sino compungida,

acariciando al hombre para calmarlo, como si no quisiera turbarlo más de lo que

ya estaba. +

- Querido por favor – dijo ella – Seguramente Yifan tiene sus motivos.1

Yifan se puso de pie. Vio ese panorama deplorable y patético. Él no se esperaba

eso de Nara. No de su madre, aunque ella siempre había sido de esa forma.

Obsecuente a pesar de todo con su padre. +

Ella agitada vio a su hijo. Rápidamente y de un arrebato tomó el brazo de Yifan.

Lo miró, tomando entre sus manos su rostro y sonrió nerviosa. Era como si lo

estuviera examinando, al segundo que su sonrisa se le perdió, cuando se dio

cuenta de los moretones en su cara.+

- Yifan – llamó ella consternada – Dios ¿Qué pasó? ¡¿Qué ocurrió?!+

Yifan se apartó de ella. Los miró a los dos. Nara parecía perdida, con sus ojos
vagando entre su esposo y su hijo. Yànzǔ clavó su vista en blanco, mientras

llevaba un sorbo y otro sorbo y otro de licor a su boca. No era momento de

hablar. Yifan sabía bien que él podría matar a ese hombre que era su padre. Su

maldito padre.+

- Estamos bajo amenaza y no correré riesgo en que algo les ocurra – dijo Yifan

duramente – Mis hombres tienen la orden de no permitirles salir de la residencia

hasta nuevo aviso.+

- ¡¿Qué?! – exclamó su madre horrorizada, tapándose la boca.+

- Ahí tienes a tu querido hijo – se burló Wu.+

Nara miró a su esposo y luego a su hijo. En medio estaba ella, sin entender nada

en absoluto. Yànzǔ se rió, cuando le dijo a ella más.+

- Tanto que lo querías cuidar y ¿no te das cuenta de lo que él es? Es igual a tu

padre y a tu querido hermano...+

Él siguió riendo. Yifan achicó los ojos y endureció sus gestos. Maldito perverso

cínico. +

- He dicho – dijo sin explicar nada en absoluto Yifan.+

Hizo ademán de irse, pero Nara lo regresó con fuerza del brazo. Sus ojos pedían
explicación, aún si no pudiera su lengua emitir una sola palabra. Estaba

asustada. Yifan lo sabía y por eso su gesto hacia ella se ablandó, un poco,

tomando con su mano derecha la mejilla de su madre a quien le tenía lástima, a

la vez que rabia por dejarse arrastrar así por ese hombre. +

- Mamá. Ya deja de fingir que no sabes la clase de hombre con quien te casaste.+

Nara lo miró espantada. Ella se apartó de Yifan. +

- No sé de qué hablas – murmuró ella, temblando de pavor y sacudiendo su cabeza.+

- ¡Deja de llenar la cabeza de tu madre con mentiras! – dijo Yànzǔ por detrás,

poniéndose de pie de un tirón.+

Yifan esta vez, no pensó en lo cruel que podría llegar a resultar la

consecuencia de lo que diría. Era momento que ella decidiera qué hacer.+

- Aceptaste toda la vida que ese hombre tuviera los amantes que quisiera en su

cama – rugió ya ido de furia sobre ella, viéndola sacudir la cabeza, negándose a

saber – que hiciera lo que hizo contigo y todo lo que te pertenecía ¡¿Hasta

cuándo vas a soportar?! +

- Yifan no...– gimió ella.+


- ¡Él mandó matar a los abuelos! – gritó Yifan crudamente – ¡No fue un

accidente!2

Aún si no tuviera pruebas, él sabía que era verdad. +

- No. No... es verdad... – dijo ella en respuesta, sacudiendo su cabeza

espantada, alejándose de su hijo, tamborileando hacia atrás – Eso... no puede

ser verdad...+

- ¡Él miente! – gritó Yànzǔ, regresando violentamente a su esposa del brazo,

para que o mire a él – ¡Mi hijo! ¡Mi propio hijo miente en mi cara porque quiere

todo lo que es mío! ¡Me culpa para robarme todo! ¡A mí! ¡Su propio padre! Nara,

tú sabes que yo sería incapaz.+

Nara se regresó pasmada a ver a los ojos a su hijo. Quiso decir algo, pero el

pavor se lo prohibía. Yifan miró a su padre y fue a él quien miró, cuando le

preguntó.+

- ¿Por qué? Ellos no te hicieron nada ¿O qué sabían para que los hicieras
desaparecer? +

- Nara – dijo Yànzǔ, desde atrás, tomando los hombros de su esposa – Nara, tú

sabes que yo sería incapaz.+

Yifan miró a su madre y dijo secamente sin pena ya de nadie.+

- La orden está dada. Ninguno sale de aquí hasta nueva orden.+

Y se retiró.+

Caminó a toda prisa hacia la salida. Sus hombres se le fueron uniendo en el

camino, tratando de seguirle el paso, esperando a que les diera órdenes. +

- Hangeng, necesito que consigas ahora los planos de la residencia de Jang Hyuk.

Paga lo que sea a su arquitecto original, algún ingeniero o albañil que haya

entrado en la última remodelación que pudiera haberse realizado ahí. +

- Estaré en eso. Tenemos gente en el sector de catastro* en casa de gobierno

¿Por qué la urgencia?+

- Zitao está en ese lugar.+

- Mierda – espetó espantado el hombre – ¡¿Qué demonios hace ahí?!+


- El resto, sigue igual – dijo Yifan a Hangeng – Mis padres no saldrán de aquí.

Él debe mantenerse incomunicado. Envíen todo el personal necesario para

resguardar a mi tío. Ayer estuve con él. Quisieron matarlo y mi padre lo sabía,

por ende, estuvo en eso. Aunque Chanyeol puso su gente, no puedo hacerlo cargo

de algo que me corresponde. Pongan personal también para cuidar a Oh Ji Ho.1

- ¡¿De verdad?! – exclamó Hangeng.+

- Espero que Jung Chan no sospeche que el hombre se mantuvo en contacto conmigo

en este tiempo. Cuídenlo. +

- ¿A dónde vamos ahora?+

- Debo ver a Seung Hyun. Puedo solo.+

- Ni lo sueñes – dijo Yoochun – Sabes que eres blanco de los Jung y los Jang.

Mejor piensa en no moverte Yifan. Debes quedarte quieto.+

- No es una opción. Mañana por la mañana comienza el foro de inversionistas y

empresarios de la república. El presidente estará allí para la apertura. Soy

invitado desde hace meses. +

- Yifan...– llamó en advertencia en ese momento Yoochun – No es buena esa idea

¡Todos esos hijos de puta estarán ahí!+


Él se detuvo. Se volvió a sus hombres. +

- Busquen un maquillador para que me cubra las heridas del rostro – dijo y

siguió camino – No estaré solo. Jongdae y Chanyeol estarán conmigo. Hay que

seguir actuando.

- ¿Cómo van las cosas con él? – preguntó Yifan.+

- Tensa calma – respondió Jongin – Pero prefiero esto antes que nada. Si esto es

lo que me puede dar, lo tomaré.+

Yifan dio una botella pequeña de cerveza a Jongin y puso sobre la madera una

para él. Miró por encima del hombro de su amigo el panorama en el salón. Jongin

se encontraba sentado en una banqueta, con los codos apoyados sobre la barra.

Había poca gente en el local y el personal ya estaba acomodando las mesas para

dejarlas listas para el día siguiente. En breve cerraban.+

- No dejes de creer en él – dijo Yifan, asomando en eso un toque de reproche –

Él te ama.+

- No es fácil, cuando se trata de un Jung. +


- Él no eligió serlo – añadió con rudeza Yifan – No eligió nada de eso. Pero te

está eligiendo a ti. Valora eso. No lo dejes ir de tu mente.+

Jongin asintió. No le molestó el reproche y el tono duro de voz de Yifan.

Agradeció que su amigo fuera al grano y no diera vueltas. Él necesitaba esto.

Que alguien despabilara su retorcida cabeza y lo pusiera en su lugar.+

- ¿Cuándo irás por él? – preguntó Jongin, preocupado por Yifan.+

- Primero tengo que tener los planos de esa residencia – respondió, acomodándose

en frente de Jongin – Tiene guardia gubernamental y propia. No puedo ir por aire

porque las redes satelitales están a su disposición, pero no por mucho tiempo.

Al parecer la policía del distrito responde a él. +

- Mierda... – rugió tomando un sorbo de cerveza, mirando espantado a Yifan.

Respiró profundo cuando tragó duro – ¿En serio Nam Goong Min es el presidente de

esta República? ¿Cómo es que llegó al poder si estos tipos mandan sobre todo? ¿Y

por qué los dejó hacer y deshacer?+

- Lo mismo me pregunto todo el tiempo.+

- ¿Y qué piensas? +

- Todos dicen que Nam Goong Min es correcto e intachable.+


- Lo mismo decían de Jung Chan – se rió Jongin, tomando otro sorbo de su bebida.+

- En eso pienso.+

- Lo único que sé por mi padre, es que le costó bastante llegar al ámbito de la

política, por ser hijo de un chino. Ya sabes... el nacionalismo aquí a veces es

extremo.+

- Si lo sabré yo – sonrió Yifan, brindando por sí mismo y tomando un sorbo de

cerveza.+

Yifan frunció el ceño de repente. +

- ¿Alguien conocido? – preguntó Yifan.+

- ¿Quién?+

- Su padre. El padre de Nam Goong Min.+

Jongin ladeó a un lado su cabeza.+

- No que mi padre haya nombrado. Sabes que a veces los nombres cambian cuando

pasan al hangul. +
- Debería investigar...+

- Déjamelo – dijo Jongin – Le diré a Daesung que investigue. Si hay más, te haré

saber.

Él se sentó en su cama. Parpadeó pesadamente. Aún si fuera de mañana, para él

estar allí era la oscuridad misma. No la noche estrellada, no la oscuridad

tranquila, no la penumbra de esas para descansar. Estar allí era la oscuridad,

como si estuviera en caída permanente para llegar al final del abismo y

golpearse dolorosamente en el suelo, rebotando una y otra vez, como si tan sólo

él se tratara de un muñeco de trapo, listo para hacer de él lo que quisiera. Así

era cada día. +

Y cada día ellas entrarían en su dormitorio y harían como si nada hubiera

ocurrido la noche anterior, ayudándolo a bañarse delicadamente y vestirse como a

él le gustaba verlo vestido. Y vestido como niño saldría a su encuentro,

esperando impaciente el momento en que él le dijera lo que más alegría le

causaba en todo el día.+

- Debo irme. Regresaré apenas me desocupe de mis ocupaciones.+

Un beso en los labios y la pregunta.+

- ¿Estás feliz?+
Y Zitao respondería sonriendo mecánicamente lo que él querría escuchar.+

- Si papi. Tú me haces muy feliz.+

Y era como morir lentamente. +

Día tras día él se preguntaba cuál era el sentido de seguir viviendo. +

Hasta que ella corría a treparse en su regazo y lo abrazaba. Si Sophie estaba

bien, entonces él estaría bien.+

- ¿Estás sana? – le preguntaba su hermano, sonriéndole, mientras analizaba

meticulosamente la silueta del cuerpo de su pequeña hermana, tocando sus brazos

delicadamente.+

Y es que Zitao tenía miedo. No llegaba a entender de qué o a qué. Pero él tenía

miedo.+

- ¡¿Qué pregunta es esa?! – exclamó molesta su madre – ¡Claro que está sana!+
Sophie tocó el rostro de su hermano y dio la razón a su mamá. Asintió enérgica y

alegre, mientras volvía a enterrar su mejilla en el pecho de su hermano. Zitao

podía ser feliz con eso. Él podía. +

Y podía seguir con esa rutina, día tras día, esperando por esos breves momentos

de felicidad. Hasta que esa mañana temprano, cuando estaban desayunando, él dijo

otra cosa que lo hizo estallar por dentro en felicidad.+

- Mi niño, esta tarde vendrán a verte Byun Baekhyun y Xiao Luhan.+

Zitao sonrió. Pero al segundo se contuvo en la manifestación de alegría, cuando

vio a Jang Hyuk serio y molesto. Él sabía cuando Jang Hyuk estaba molesto y eso

podría traer aparejado su ira. Y si la ira venía, entonces esa noche...+

Zitao se atrevió a tomar la mano del hombre por encima de la mesa. Jang Hyuk se

quedó sorprendido del gesto.+

- Tienes mi permiso para hablar o preguntar mi niño.+

- ¿Qué te molesta papi?+

Jang Hyuk secamente apretó su mandíbula mirando al frente. Altivo, como era el

caballero, secó su boca con su servilleta y tomó un sorbo de agua. Regresó su

vista a Zitao y apretó ahora él la mano del niño con fuerza.+


- Ellos quieren alejarte de mí. Lo sé. Por eso vienen. Porque ellos no

entienden. No entienden nuestra manera de amarnos.3

Zitao quedó boquiabierta. El pánico y el súbito estremecimiento lleno de emoción

subieron por su cuerpo. La alegría lo embargó. Pero no podía demostrárselo.

Tembló de felicidad, pero gracias a dios, Jang Hyuk interpretó eso como temor. Y

el hombre tomó entre sus manos el rostro de Zitao.+

- Escúchame bien Zitao – dijo – Nadie ¿Me oyes? Nadie te apartará de mí de

nuevo. No dejaré que vuelvan a llenarte la cabeza como aquella vez. Si ellos

llegaran a hacer el intento de hacerlo siquiera, entonces tendrán que sufrir las

consecuencias de su atrevimiento.+

Zitao querría haber preguntado, querría haber sabido, pero no le fue permitido

hablar. Jang Hyuk siguió hablando en cambio, mientras de vez en cuando tomaba

agua.+

- Sólo quiero que entiendas cómo son las cosas mi niño.+

Jang Hyuk dio más instrucciones a Zitao sobre cómo debía recibir a esos jóvenes

en su residencia y el resguardo de mantener siempre la intimidad en secreto. Lo

que era de ellos, era solamente de los dos; algo que nadie tenía por qué saber.

Si Zitao era feliz, debía demostrarlo. +

- Bien – dijo Jang Hyuk, poniéndose de pie – Hoy será un día largo para mí. Pero
vendré en la tarde para recibir a tus invitados – aseguró, dándole un beso en la

frente – Ahora llega tu médico para charlar contigo. Que tengas buena mañana mi

niño.+

- Buenos días papi – respondió él, con una sonrisa.

Él querría haber ido a la terraza, pero estaba algo mojada por la nieve caída.

Hacía demasiado frío, así que se quedaron en la biblioteca de la estancia. Su

nana escuchando cada cosa que hablaban. Siempre lo hacía. Ellos se sentaban cada

uno en un pequeño sillón victoriano, frente a frente, cerca de la ventana, para

comenzar la charla.+

- Pareces agotado – preguntó el psicólogo – ¿Han regresado los sueños? +

Zitao no dijo nada. Se limitó a mirar hacia fuera. Una sola vez fue tonto y se

dejó llevar por la confianza que le tenía, contándole de sus temores, sus miedos

y sus sueños. Pero no volvería a hacerlo. No cuando esa noche, Jang Hyuk había

soltado en su rabia palabras que solamente las había confiado a su médico. +

- Zitao – llamó el doctor Wang – Jang Hyuk está preocupado por ti. Sabes bien lo

mucho que te ama ¿verdad? Y que todo lo que hace, lo hace por tu bien.9

Zitao miró fríamente al doctor Wang. Dibujó una sonrisa y se quedó allí, sin
decir una palabra, asintiendo al doctor como diciéndole que había entendido todo

perfectamente. +

- Zitao – escuchó que habló su nana desde atrás – Compórtate y cuéntale todo al

doctor.4

¿Para qué? ¿Para que fuera corriendo a contarle todo a Jang Hyuk? +

Zitao hizo control mental y se exigió mentir, aunque dolía por dentro mentir.+

- Me siento triste – dijo Zitao conmovido – Porque no soy bueno para mi papi. Él

me lo da todo y yo no tengo nada que ofrecerle. Me he portado mal, porque pasa

poco tiempo conmigo. Y por eso mi papi ha tenido que castigarme. Y no me ha

gustado que me castigue. Y estoy enojado con él. +

Jackson escuchó atento cada palabra, tomando nota y asintiendo analítico de las

palabras de Zitao.+

- Lo importante de esto, es que entiendas que él te ama de verdad. Y le duele

cada vez que debe llamarte la atención – afirmó el doctor Wang.1

- ¿Cómo alguien que te ama puede causarte dolor? – le salió naturalmente.2

- ¿Lo dices por ti? – preguntó el psicólogo preocupado.+


Zitao se puso pálido. Su respiración jadeante. Su pecho subiendo y bajando. La

impotencia, una sensación nueva y demasiado frecuente en las últimas semanas,

dolía demasiado. +

- Zitao – dijo el doctor conmocionado – ¿Tienes idea de lo mucho que ha sufrido

el señor Jang y sigue sufriendo por ti?1

- Ha... ha ¿sufrido?1

El doctor Wang se puso tieso de pronto, cubriéndose la boca, como si hubiera

dicho algo que no hubiera correspondido decir. +

- ¿Él nunca te contó sobre tu pasado Zitao?+

Agitado por la emoción y sin aliento, Zitao sintió el frío sudor en su frente.

En los momentos de furia, cuando él se había comportado mal con su papi, él

hablaba en pasado, pero jamás había podido Zitao preguntar, porque no tenía su

permiso. Zitao sacudió en su cabeza, mientras su estómago sentía el vértigo. De

pronto él no quería saber. Él no quería saber qué tan malo había sido en el

pasado. Su instinto le indicaba que él no había sido un buen niño. No quería

saber. No quería...+

- Creo que llegó el momento de la verdad Zitao – dijo el doctor Wang, mientras

Zitao tiritaba – Y aunque Jang Hyuk no lo hubiera querido, como tu madre

tampoco, yo creo que es tiempo de hablar con la verdad sobre tu pasado.


Su chofer le abrió la puerta y Yifan salió del auto. Prendió el botón de su

traje y miró a su alrededor. El aire frío golpeó su rostro, tanto como los

flashes de las cámaras y los gritos de los periodistas que pedían por él. Por

primera vez él se encontraba en un evento de tal magnitud. No era una pasarela,

no era moda, no estaban allí en busca del top model, sino a la caza de unas

palabras de los empresarios más ricos de Asia. Por eso esto estaba plagado de

guardaespaldas. +

Yifan sonrió, acercándose afable ante un grupo de periodistas. Las preguntas

distaban mucho que las acostumbradas. A ellos no les importaba saber de su vida

privada. A estos periodistas les importaba escuchar de su opinión sobre la

economía de la república y Asia. +

Cuando uno de las organizadoras del evento se le presentó a su lado, Yifan

entendió que pronto comenzaría el evento. Una mujer que portaba un impecable

traje entallado de color negro como uniforme, le dio las instrucciones,

dirigiéndolo al ingreso para ubicarlo en el lugar. Antes de que ingresara se


encontró con Chanyeol y para su sorpresa, con Junmyeon. Yifan frunció el ceño,

analizando a Junmyeon de la cabeza a los pies. Parecía compuesto y bien aireado,

saludando a los que pasaban a su alrededor. Se inclinaron de forma protocolar,

como lo indicaba la norma. La reverencia bastaba, el contacto físico era

innecesario.+

- Chanyeol – saludó – Junmyeon. No sabía que venías aquí – comentó sorprendido

Yifan.+

Junmyeon sonrió burlón.+

- Ustedes son los nuevos aquí. Desde hace tres años que soy invitado especial.

Tengo mis propios negocios ¿recuerdas? +

- ¿Y Jongdae? – preguntó.+

- Acompañando a mi padre que acompaña al presidente. Llegan de un momento a otro

¿Y tu padre? +

Ninguno de ellos se miró directamente a la cara cuando se hablaron. De vez en

cuando se cubrieron los labios por si los estaban observando. Era una cosa para

despistar. +

- En casa – dijo Yifan – Indispuesto. +


- Entiendo – respondió Junmyeon.+

- ¿Tu padre? – preguntó Yifan a Chanyeol.+

- De verdad, indispuesto – fue la respuesta directa y vehemente, llena de

preocupación – Su corazón resiste. Baekhyun lo cuida en la mañana y las veces

que puede. +

Eso era verdad. +

- Iré a verlo – aseguró Yifan.+

- No te preocupes hermano. Él entiende. Sabemos. +

Chanyeol, Junmyeon y Yifan se dirigieron a las escalinatas que daban al interior

el predio, cuando ellos bajaban de sus coches.+

Jung Chan y su hermano descendían de un auto. Jang Hyuk, de otro. +

Yifan se frenó en seco.+

Jang Hyuk también.+

Ellos se miraron sin moverse, un segundo, que pareció una eternidad, mientras la

multitud pasaba hacia el interior entre los hombres. +


Jang Hyuk estiró su cuello, mientras miraba a Yifan de arriba abajo. Los puños

de Yifan se cerraron con fuerza. Tembló cuando vio la sonrisa dibujarse en el

rostro del hombre, que lo miraba fijo a la cara. El pecho de Yifan subía y

bajaba alterado por su agitada respiración. El gélido viento de la mañana dolió

en sus pulmones y sus fosas nasales, tanto, que él se vio apretando su

mandíbula. +

- Joven Wu – habló Jang Hyuk – ¿Dónde quedaron sus modales?+

Él era mayor y Yifan debía mostrarle sus respetos. Debía reverenciar al hombre,

porque todas las cámaras estaban tomando eso. Yifan odió estar allí, sin poder

hacer nada. Y tuvo que emitir una reverencia, aunque breve, rápida y sin esmero,

él debía ser un buen joven ante la vista de los demás.+

- Chico inteligente – dijo el hombre sin perder la sublime sonrisa en sus labios

– De verdad me habría sentido orgulloso de haberte tenido de hijo. 1

Eso fue caer en el abismo. Un golpe bajo. Jang Hyuk había elegido las palabras

justas. Fue para Yifan regresar al pasado. Yifan apretó sus dientes y lo miró

fijo. Avanzó un paso hacia Jang Hyuk y allí se quedó. Mirándolo. +


-Una vez alguien me dijo algo parecido – respondió Yifan – Hace años.+

- Una historia interesante, supongo.+

- No – respondió Yifan, sonriéndole a la cara – Verá, es que es una larga

historia y además aburrida, con un sujeto aburrido que se creía demasiado pero

era la nada misma. +

A Jang Hyuk se le fue la mueca de la cara. Y Yifan vio los ojos llenos de odio

hacia él. Jang Hyuk querría haberlo barrido en ese mismo instante. Debería

haberlo matado cuando lo tuvo a su merced, en ese mismo momento. Yifan debería

estar muerto.+

- Dígame Jang Hyuk – habló Yifan en su tono grave, gutural e intrigante – ¿Puede

dormir tranquilo en las noches?+

No debería haber dicho eso, porque le dio la oportunidad al hombre de volver a

sonreírle, cuando respondió.+

- Con la compañía adecuada, duermo como un niño.5

Y Yifan debió ser retenido, cuando quiso avanzar sobre Jang Hyuk. Chanyeol lo

retuvo con la suficiente fuerza, como para dejar que el hombre se vaya. Chanyeol
pudo sentir el temblor de su amigo. Yifan palpitó, quieto en su sitio, dejando a

Jang Hyuk perderse dentro.

Compañía adecuada. +

Yifan mira las fotos que le ponen frente a sus narices como su de puños en su

estómago se tratara. +

- Yifan – dice Seung Hyun, con un dejo de lamento en su voz – Yo no conozco al

chico, pero... no hay señales de que sea forzado eso que tienen los dos.+

Yifan mira las imágenes. Hay fotos de ellos en alguna playa que supone Yifan es

de alguna parte de Ibiza. Zitao se encuentra sonriendo, con su madre y su

hermana pequeña en brazos, mientras Jang Hyuk lo mira. +

- Eso no quiere decir nada – dice entre dientes, sin poder creer lo que ve – Él

puede estar siendo obligado.+

Seung Hyun pone otras imágenes más. La diferencia entre las primeras, es que

estas han sido sacadas a distancia y sin que los implicados supieran. En una

playa privada, bajo una sombrilla que los resguarda del sol, Jang Hyuk se

encuentra sentado en un sillón y sobre sus rodillas, Zitao, con su cabeza

apoyada en el hombro del hombre que apoya su mano en su espalda.+


- Quizá – habla Seung – haya que analizar las opciones y reveer la posibilidad

de que Zitao está donde quiere estar.+

Yifan gruñe y de un arrebato toma de la solapa a Seung Hyun como si quisiera

matarlo. Su cuerpo duele contraído de la fuerza y del odio que se contiene en

desatar sobre el hombre, cuando lo ve a los ojos. Seung Hyun sabe que se lo

merece. Él no debería haber insinuado eso siquiera, aún si realmente lo creyera,

pero es que él no quiere andar arriesgando a sus hombres por nada. +

- Aún si así fuera, no lo dejaré en manos de esa mierda. +

Seung Hyun empuja a Yifan con la misma fuerza con la que él lo tomó de sus

prendas. Lo enfrenta, dando un paso delante.+

- Entiendo – gruñe Seung Hyun, fastidiado de esto, sacudiendo su traje – Pero no

voy a arriesgar a mi gente porque quieras obligarlo a salir de un lugar en el

que quizá quiera estar.+

- ¡Él no quiere estar allí!+

- ¿Cómo estás tan seguro? ¡Mira! – le señala las imágenes desparramadas sobre la

mesa – Hasta que estés seguro, yo no arriesgaré a mi personal. Es como

suicidarse. +

Seung Hyun deja el bar de Yifan. Y Yifan se queda mirando esas imágenes sin
decir una palabra. +

Su móvil suena. +

- Sehun – nombra a su amigo – ¿Qué pasa?+

- ¿Ocupado? +

- Recién termino con un asunto – dice sin abandonar la vista de las fotos a

montones.+

- Necesito que vengas. Luhan fue esta tarde con Baekhyun, a la residencia de

Jang Hyuk. Vieron a Zitao y a Minseok. Minseok te envió un mensaje y dice... +

Los ojos de Yifan miran al frente. Parpadea apenas y sacude su cabeza, tratando

de mantener la cordura con eso que acaba Sehun de decirle. No perderá el tiempo

hablando por móvil. Si hay algo que deba saber, tiene que ser de frente.+

- En 15 minutos llego – dice y corta.


Baekhyun se sienta en el sillón. Sus brazos se encierran en sí mismo, como si

necesitara protegerse. +

- Fue todo demasiado rápido Yifan – dice Baekhyun – Apenas si pudimos estar un

momento a solas cuando Minseok dijo todo eso.+

- ¡¿Eso dijo Minseok?! – pregunta Jongin.+

Baekhyun asiento. Chanyeol se mueve hacia Baekhyun y se sienta a su lado. Yifan

mira a Chanyeol que ahora abraza a Baekhyun. Lo cuida. Él lo sabe. Yifan se

siente mal por sentir celos de ellos dos y la rabia hace que regrese su vista al

ventanal, mirando las luces en la noche de Seúl desde lo alto del penthouse de

Sehun. Suspira. No dice nada sin embargo. No le basta el aire que respira que

debe abrir el ventanal para sentir el frío del aire, a ver si puede despabilarse

de lo perdido que se siente. Da unos pasos fuera, hacia la terraza. Piensa en

las fotos que ha recibido. Se dice a sí mismo que es su culpa ¿Y si Seung Hyun

tiene razón? ¿Si Zitao quiere estar allí? Si en definitiva él lo lanzó a los

brazos del sujeto cuando dijo lo que le dijo la última vez que lo vio. Si Seung

Hyun le ofreció lo que él le quitó y Zitao se encontró solo, desprotegido y a la

deriva...1

- Yifan – escucha que Luhan habla detrás de él – ¿Qué fue lo que pasó entre

ustedes Yifan?+
Yifan se vuelve a verlo. No dice nada sin embargo. Nadie entendería y es

demasiado aburrido para andar dando explicaciones sin sentido a estas alturas.

Él dejó a Zitao, por las razones equivocadas. Creyó que era la mejor forma de

protegerlo y fue la peor decisión en ese momento. Pero calla. Como siempre Yifan

calla y Luhan emite un bajo gruñido, mirando al suelo y sacudiendo su cabeza. +

- ¿Qué vas a hacer? – increpa Luhan, mirándolo a los ojos.+

- Estoy analizando las opciones – responde inmutable – Pero tranquilo, yo me

haré cargo.+

- Yo puedo volver allá.+

- Esa no es una opción Luhan. No debes volver a esa casa. Por algo Minseok lo

dijo.+

- ¡Son mis amigos! – grita enojado Luhan, encogiéndose en sí mismo, lleno de

rabia por ver a Yifan en esa actitud calculadora – Yo... hay algo que no he

dicho...+

Yifan frunce el ceño.+

- ¿Qué cosa? – pregunta.+


- Zitao, no quería que supieras... no sé por qué...+

Yifan suspira. Es obvio que Zitao no querría saber nada de él. Aún lo recuerda

cuando le reclamó el abandonarlo. Y lo que le dijo...+

- Es comprensible – asiente Yifan.+

Luhan endurece sus rasgos siempre amables y lejos está de mirarlo con pena esta

vez. Arruga su frente y avanza hacia Yifan, conteniéndose de las ganas de darle

un golpe al hombre para despertarlo de lo obtuso que está siendo.+

- Y hay otra cosa más... que... que solo supongo que...+

- Luhan, todo es de ayuda. Cualquier cosa que me digas servirá.+

- No creo que Baekhyun lo haya notado – dice espantado – Ellos creyeron que no

me daría cuenta... Zitao tenía una camisa mangas largas puestas, pero yo vi...+

Calla un momento, como haciendo memoria cuando cierra sus ojos. Duda.+
- ¿Qué viste? – pregunta duramente Yifan, avanzando hacia Luhan. +

- A lo mejor no es... es... vi mal...– responde sacudiendo su cabeza. +

La paciencia de Yifan se le va a la mierda. Toma con brusquedad el brazo de

Luhan enterrando sus dedos. Luhan lo mira con los ojos bien abiertos.2

- Luhan ¡¿Qué viste?!1

- Yifan... Minseok creo que se queda ahí por Zitao...+

- ¡¿QUÉ VISTE LUHAN?! – le grita impaciente y temblando de rabia – ¡¿QUÉ?!+

- ¡YIFAN! – grita Sehun, que llega al lado de su novio.+

Yifan se aleja, como despertando de nuevo mirando a Luhan espantado de sí mismo.

Pero también porque el temor vuelve. El vértigo y el temblor en su cuerpo

incontrolable, al pensar en que sus suposiciones podría ser certeras. Que Zitao

está viviendo de nuevo aquel maldito infierno del pasado y que esas fotos no son

ciertas. Ni siquiera le ha importado a Yifan ser empujado por Sehun lejos de

Luhan. Las manos de Yifan tiran de sus cabellos hacia atrás. Su cabeza explota y

su pecho duele.+

- Lo siento – le dice Luhan consternado, con un nudo en la garganta – Yo habría

querido sacarlos en ese momento de ahí...+


- No – dice Yifan, cerrando rabiosamente sus ojos – ¡No...! él no... de nuevo

todo de nuevo siempre lo mismo todo de nuevo...+

- ¡¿Qué ocurre?! – escucha que pregunta Jongin.+

Yifan solo ingresa de nuevo y se dirige hacia la puerta, toma sus cosas y

comienza a caminar ni que lo llevara un rayo.+

- ¡Espera Yifan! – le grita Sehun que lo sigue y lo vuelve tomándolo del brazo –

Mierda hermano ¡No hagas cualquiera! +

Yifan arremete de nuevo hacia la salida. Sehun lo conoce bien. Él sabe qué

piensa Yifan, porque él actuaría igual, pero no es momento. Sería un suicidio.

Por eso lo amarra desde atrás.+

- ¡Suéltame! – protesta Yifan, dándole un empujón – ¡Voy a sacarlo ahora de ahí!+

Sehun se le abalanza y lo toma por el cuello de su camisa en una sacudida

violenta, obligando a que se quede estable, mirándolo a los ojos.+

- ¡Tienes que mantenerte frío Yifan! ¡¿Recuerdas?! ¡Tú una vez me lo dijiste! –

le grita en la cara.+
Yifan se pone tenso, es como si escuchara y no escuchara lo que Sehun le está

diciendo. +

- Tú no entiendes – le ruge en la cara – No sabes lo que es eso Sehun.+

- Sehun tiene razón, Yifan – habla Chanyeol duramente – ¡No podemos perder la

cabeza ahora! Para sacarlo de ahí, tenemos que aprovechar esa fiesta.+

La fiesta. Minseok habló de esa fiesta. La fiesta a la que todos ellos deberían

asistir en casa de gobierno o algo así. Yifan no puede pensar. Para él esa

fiesta queda muy lejos. Él necesita sacarlo ya, ahora, en ese instante a Zitao

de ahí. +

- Yifan – habla Jongin – Solo no podrás.+

- Y no es momento – dice Chanyeol – Ir solo sería matarte y puedes hacer que lo

maten también a él. Hay que aprovechar esa noche.+

Yifan empuja a Sehun lejos de su cuerpo. Mira a sus tres amigos y con el dedo en

alto, entre dientes les grita.+


- ¡Yo tengo que aprovechar eso! Ustedes no harán nada.+

- Yifan, hombre... – quiere hablarle Jongin.+

- ¡No! – ruge – Ustedes irán ¡a esa maldita fiesta! Y yo me haré cargo de él. Si

no están ahí, todos ustedes, ellos se darán cuenta. Me voy... tengo que preparar

todo.+

- Voy contigo – le dice Jongin queriendo acompañarlo.+

- No. Quiero estar solo.+

Dice, dándose la vuelta y azotando la puerta que se estampa en un estruendo

estremecedor, desaparece.+

- Mierda – dice Jongin, volviéndose hacia Chanyeol y Sehun – Yo debo ausentarme

hasta Navidad. Estaré en China y no podré poner un ojo en Yifan. Espero que

alguno de ustedes lo pueda controlar. No quiero pensar en que sea capaz de

largarse solo.+

- Mejor hablo con Jongdae y Junmyeon – habla Chanyeol – Quizá ellos puedan

retenerlo. +

- Estoy cansado de todo esto – gruñe rabiosamente Baekhyun, que había tratado de
mantenerse al margen – ¡¿Cuándo terminará?! ¡¿Cuándo nos dejarán en paz?! – gime

lleno de angustia – Chanyeol...+

Chanyeol se abalanza hacia el sillón. Abraza a su chico y sus manos dan suaves

golpecitos en su espalda, mientras le promete.+

- Ya terminará. Lo prometo. Todo terminará pronto.+

- Mientras esa gente siga estando – reclama angustiado Baekhyun – Ninguno de

nosotros estará en paz nunca Chanyeol. No quiero que nuestro bebé nazca en un

ambiente lleno de peligros. Todos los días, cuidándonos de que nada pase,

preguntándonos si Kyungsoo y Zitao están bien o esperando una mala noticia ¡No

quiero!1

Chanyeol toma el rostro de Baekhyun en sus manos. En su estado, Baekhyun no

puede permitirse esta clase de estrés. Él debería estar viviendo momentos

tranquilos y alegres. Pero Chanyeol sabe que no podría nunca con sus amigos

viviendo en medio del horror.+

- Yo me haré cargo – asegura Chanyeol a Baekhyun, mirándolo a los ojos – Todo

terminará pronto. Te lo juro.+

- ¿Cuándo regresará Kyung a casa? – le pregunta Baekhyun, abrazando a Chanyeol –

Yo lo quiero de nuevo con nosotros. A él a todos...+


- De eso me encargo yo – le asegura Jongin con vehemencia – Lo prometo.+

- ¿Y qué pasará con la hermanita de Zitao? – se pregunta entonces Luhan – Ella

no tiene la culpa de nada. Hay que sacarla de allí. Zitao no querrá salir si no

es con Sophie a su lado.+

- Él tiene razón – dice Sehun a Jongin y Chanyeol.

Sang Woo pone el plato de galletas recién horneado sobre la mesa. Las tazas

vacías son llenadas de café. +

- ¿Seguro que no prefieres que te haga algo más de comer? – le pregunta su tío.+

Yifan lleva una de esas galletas como si la fuera a morder, pero primero huele

ese aroma a vainilla y chocolate. +

- Así está más que bien – dice pegando un mordisco.+

Su tío lo mira y toma un sorbo de su café humeante. Está preocupado por su

muchacho. Está yendo demasiado a su casa y no es que no le guste, sino que eso

quiere decir que hay demasiados problemas. Seguramente se quedará a dormir. +


Yifan termina su primera galleta y ya va por la segunda, cuando se detiene queda

quieto y con la boca llena. Mira a su tío y le pregunta.+

- ¿No estás enojado conmigo?+

- ¿Por qué habría de estarlo?+

- Por lo que estoy haciéndole a papá.+

- ¿Cómo lo tomó tu madre?+

Yifan eleva sus cejas. Qué sorpresa. Él creyó que sería su hermano la prioridad

de su tío. Responde mientras sigue comiendo.+

- No me habla – se encoje de hombros, como niño mal portado – No quiere creer

que él hizo lo que hizo.+

Sang Woo infla sus pulmones y aprieta sus labios. Sacude su cabeza.+

- No puedo decirte que no lo creo capaz de haberlo hecho.+


- Aún me pregunto cómo es que son hermanos. Me habría gustado que fueras mi

padre. Cuando te veía con Yixing y Luhan, me habría gustado...+

El juez se reacomoda en su asiento con una tremenda sonrisa, ancho de pronto y

avergonzado tontamente por el cumplido. Yifan también sonríe.+

- Me habría gustado tenerte de hijo – reconoce Sang Woo – Así te habría dado una

paliza a la primera que quisieras hacerte el matón – dice ahora serio y a Yifan

se le pierde también la sonrisa – Te habría mantenido a raya. +

Yifan se ríe al final. Si. Definitivamente le habría gustado tenerlo de padre y

no ser formado para ser un asesino, porque recién ha llegado a entender hace

días que su padre estuvo haciendo de él un asesino. De haber estado con Sang

Woo...+

Yifan vuelve de un suspiro a componerse.+

- No es tu culpa mi muchacho – dice Sang Woo de pronto – Es verdad. Pero lo que

haces y lo que harás, no lo habrías podido hacer ni por asomo siquiera, si él no

te hubiera forzado. Todo va cobrando sentido y las cosas se ordenan por sí

solas. Has decidido quién ser, con lo que hicieron contigo y es una decisión,

que me hace sentir orgulloso de que seas sangre de mi sangre. +

Yifan emite una mueca. Mira la taza de café y se queda con el nudo en la
garganta por esas palabras que duelen en su corazón. Cuántas veces él habría

deseado que su padre le dijera al menos algo, para hacerlo sentir su hijo.

Cuántas veces hizo lo que hizo tan sólo por confirmarlo. Su padre.+

- Déjalo atrás mi muchacho – dice Sang Woo, sorprendentemente entendiendo a su

sobrino – A veces simplemente no hay explicaciones para entender la maldad de

las personas. Y la verdad es que tu padre no tiene justificación alguna. Él

eligió su camino. Tú elegiste el tuyo. Eres una maravillosa persona.2

Yifan arremete conmocionado y abraza a su tío. Sang Woo da palmaditas en la

espalda a su muchacho. Es como un niño perdido que encuentra quizá por fin, el

aliento que necesita, las palabras de aprobación más apropiadas y el afecto

paterno que nunca tuvo. +

- Tengo miedo por ti – dice de pronto a su tío.+

- Y yo todo el tiempo por ti. Pero hay que seguir adelante y acabar con esto.

Cuídate – asiente conmovido – ¿Si?+

- Y tú.+

Un chasquido sale de la lengua del hombre que se encoje de hombros. +

- Con toda la guardia que me has puesto...+


El celular de Yifan suena. Frunce el ceño. Se aparta de su tío y toma su móvil

encendido que vibra sobre la mesa. Es de madrugada. La palabra "problemas" pasa

por su mente. Mira el número, porque no hay nombre que indique que se trata de

alguno de sus contactos. Pero él tiene buena memoria. Ese número.+

Sus manos tiemblan cuando toma de un arrebato y sin aliento el celular. Aprieta

la pantalla y lleno de esperanzas, dice.+

- ¿Zitao?+

Agitado Yifan espera que responda. Pero nada. +

- Zitao – habla queriendo sonreír, con la emoción a flor de piel – Zitao habla

conmigo. Por favor...+

Alguien respira.+

- ¿Yifan?+

Es como si fuera un diminuto susurro agudo lleno de luz, en medio de tanta

penumbra. No es Zitao. Yifan sabe bien quién es. Sólo que no lo puede creer

cuando dice apenas.+

- ¿Sophie?
4

Y mientras conduce a toda velocidad en medio de la noche, agitado y sintiendo

que el corazón se le sale, escoltado por sus hombres que han seguido el rastro

del móvil que está en manos de la niña, Yifan le sigue hablando, para mantenerla

en línea. Él jamás podría haberla encontrado de no haber tenido todo lo que

tenía a su disposición, cuando ella apenas si podía coordinar alguna palabra del

otro lado, llorando en su oído. +

Yifan desciende en algún parque en medio del distrito de Cheongdam. De seguro la

pequeña escapó ¿De dónde? eso lo sabrá en su momento, ahora, él solo quiere

encontrarla. En medio de la nada y la oscuridad absoluta, él no podría gritar

su nombre, no si se encuentra en medio de una trampa, porque también eso ha

pensado. Si ella es cebo, entonces puede ser esto el comienzo de una noche

complicada. Duele el frío al respirar en sus fosas nasales y Yifan sigue

rastreando el móvil, mirando la pantalla del suyo en la mano. Ese celular había

muerto después de su última visita a Zitao. Jamás pensó que él lo hubiera

conservado y menos que cayera en manos de la pequeña. Su valija de juguete ¿Cómo

es que lo mantuvo cargado? Yifan sólo puede entender que la pequeña es

brillante, aún con sus cortos años.+

¿Pueden existir los milagros?+

Yifan mira en un banco de la plaza una diminuta silueta enroscada en sí misma y

sentada en el suelo, como escondiéndose de todo, con el celular encendido que le


queda demasiado grande en su mano, tal y como él le ha dicho que debía

mantenerlo. Su hadita es brillante, inteligente y despierta.+

Definitivamente, los milagros existen.+

Yifan sonríe. Y corre. Corre como si se tratara de Zitao. Llega. La pequeña se

sobresalta. Lo mira. Ella tiembla, de frío y del miedo. Apenas si lleva abrigo

que la mantenga un tiempo. Dormitando como está, Yifan la abraza.+

- Hadita – le susurra mientras la aprieta en sus brazos – Todo está bien...+

- Tenía miedo. Ella gritaba mucho – susurra la niña rompiendo de pronto en

llanto – Quería ver a mi hermano... pero no lo encontré...+

- Todo está bien hadita. Todo está bien – dice Yifan, alzando entre sus brazos a

la pequeña que está hecha un cubo de hielo, besa su frente y la sostiene, para

que entre en calor – Te llevaré a un lugar seguro ¿Si?+

No importa cómo ha llegado. Él no puede reclamarle nada. Por algo está con él y

él no dejará que ella vuelva de donde salió. Por travesura o error, ella está

bien así donde está, en sus brazos. Su tío tenía razón, porque él no podría

estar haciendo lo que hace de no haber elegido ser quién es. Todo va cobrando

sentido y ruega con todo su corazón, que las cosas se vayan ordenando por sí

solas.
_____________________+

* Registro administrativo dependiente del Estado. Contiene información relativa

a esos bienes inmuebles: datos gráficos (cartografía parcelaría y croquis

catastral) y alfanuméricos (físicos, económicos y jurídicos). En palabras

simples, contiene los planos de todas las residencias de una ciudad o distrito.

Milagro

Yifan no podía dejar de mirarla. Así como estaba enroscada entre sus brazos,

bajo el calor del auto, ella se había dormido en un segundo. Yifan sonrió

complacido de saberla con él. Ella sin saberlo le había allanado el camino hacia

Zitao. 1
- Yifan - dijo desde el volante Hangeng - ¿Qué piensas hacer? +

- Ya lo resolveré.+

- No podemos tenerla con nosotros. Su madre debe estar buscándola.+

- Por ahora la niña se queda conmigo. +

- Pero...+

- La niña se queda conmigo - repitió duramente.+

- Sabes que estás en la mira - le recordó YooChun - Tienen sus ojos puestos en

ti.+

- ¿Hay algún indicio de que hayan intentado siquiera acercarse? - preguntó.+

- No.+

- Entonces no hay nada más que hablar. Mañana resolveré qué hacer. +

La fila de autos ingresaron hacia el subsuelo del condominio. Era un imponente

edificio ubicado en el centro mismo de Cheongdam. Yifan había elegido un

penthouse que tenía acceso privado. El elevador contaba con guardias propios,
además de otros pertenecientes a distintas familias que habitaban el

rascacielos. Yifan no lo había elegido porque le gustara, sino por la seguridad

que parecía impenetrable. El dueño de Samsung vivía allí, así que eso era algo

importante. +

Yifan bajó del coche llevando a Sophie a cuestas. La cabeza de la pequeña estaba

apoyada en su hombro. Ella estaba estresada, seguramente, porque en ningún

momento se inmutó un poco siquiera con todo el movimiento, incluyendo el momento

en que Yifan la dejó sobre el somier cubriéndola con un edredón y arropándola.

La cama era terriblemente grande para el pequeño punto en medio. Él sonrió

cuando le dio un beso en la frente pensando en eso y se puso de pie, satisfecho

de tenerla. Se dio la media vuelta y dejó la luz encendida de la lámpara en la

mesita, por si ella despertara asustada por encontrarse en un lugar desconocido.

Se dio la media vuelta para irse, pero algo lo detuvo. El móvil de Zitao vibró

en su mano. Yifan regresó sus ojos al celular. Una carita feliz era lo único que

indicaba del contacto del otro lado. Salió agitado del dormitorio, porque no

quería despertar a la pequeña y atendió pronto la llamada, con todo el riesgo

que significara saber quién hablaría del otro lado.+

Sin embargo, él no fue quién habló.+

- ¿Quién? - preguntó apenas la voz de hombre.+

Yifan dudó en responder, pero él creía reconocer la voz. Necesitaba saber quién

del otro lado y repitió lo mismo que el contacto.+


- ¿Quién allí?+

- Bendito sean todos los dioses Yifan - suspiró la voz más suelta - Entonces

¡¿ella llegó bien?! +

Yifan de nuevo se quedó sin palabras. Atontado del impacto, él quedó

petrificado.+

- ¿Yifan? - llamó la voz del otro lado.+

Apenas pudo preguntar sin creerlo.+

- ¡¿Yixing?!+

- Dime cómo está ella ¿Puedo hablarle? +

Yifan sacudió su cabeza. +

- Yixing - habló - Espera... un...+

Él no podía coordinar pensamientos como torbellinos en su mente. Estaba

demasiado aturdido. No bastaría un momento nada más, hasta que él entendiera lo

que estaba sucediendo. Yifan se apoyó en la pared, al lado de la puerta donde se

encontraba Sophie y trató de indagar algo.


- ¿Tú hablaste con Sophie?+

- Si - respondió Yixing - Ella se mantenía en contacto conmigo cuando podía.

Zitao le dijo que lo siguiera haciendo. Gracias por no dar de baja la línea. +

Yifan parpadeó muchas veces. Él ni siquiera había pensado en la línea, porque

cuando quise ponerse en contacto con Zitao era como si no existiera. Idiota.

Ahora se daba cuenta que sólo se había quedado sin batería, por un tiempo. Su

cabeza estaba tan a la deriva, que en lo que menos pudo pensar siquiera era en

la posibilidad de que a su lista de gastos su contador le diera de baja una

línea que él no usaba. +

- ¿Por qué Zitao...? - quiso hacer miles de preguntas, se exigió a sí mismo

coordinar hacer las que fueran justas y necesarias - ¿Por qué Zitao le dio el

móvil a ella? ¿Por qué no se lo quedó?+

- Creo que Zitao tenía miedo por ella. +

- ¿De qué?+

- No lo sé y si tengo que suponerlo, tengo miedo de cosas que ni te imaginas... +

- ¿Sabías que él quiso salir del hospital?+


- Zitao me dijo que cuando saliera, él dejaría su móvil a Sophie. Zitao le

enseñó a usarlo y le dio instrucciones para que lo esconda en su valija y lo

mantenga en silencio. Ella se ponía en contacto conmigo al menos una vez cada

dos días, cuando no estaba vigilada. Uno de sus cuidadores, JiYong era quien en

principio le facilitó hablar conmigo. +

- Acabas de decir ¡¿JiYong?! - preguntó sin salir del asombro.+

- Si. Así dijo llamarse. Al parecer él descubrió el móvil, pero no dijo nada a

la señora Zhang, sino que al contrario, ayudó a Sophie... +

- Yixing - dijo más seguro - ¿Tú dijiste a Sophie que me llamara?+

- Los únicos contactos que tiene ese móvil somos tú y yo Yifan ¡¿A quién más

podría recurrir?! Sohpie estaba asustada por algo. No pudo decirme qué, cuando

me llamó pidiendo ayuda - dijo evidentemente espantado - Dios. Yifan. Quería

viajar ya a rescatarla, pero de nada habría servido, estando a esta distancia.

No se me ocurrió nada mejor que esto. Sophie necesitaba comunicarse con alguien

en ese momento que la entienda en su mandarín. +

- Yixing ¿Qué ocurre con su madre?+

El silencio se hizo prolongado. +


- Esa mujer - dijo a tientas - Yifan... +

- Yixing - tanteó Yifan, queriendo saber - Pueden acusarme por secuestrar a la

niña. Debo llevarla con...+

- ¡No se la des! - exclamó de pronto Yixing, agitado del susto evidente - ¡No

dejes que regrese con ella Yifan! Zitao tenía miedo de algo y yo también... +

- Me estoy arriesgando a ser acusado por secuestro Yixing - bramó por lo bajo.+

- Busca a Zitao - pareció ordenarle - Porque, vas a buscarlo ¿Verdad? +

- Si - respondió Yifan.+

- Entonces no hay por qué llevarla de nuevo con la señora Zhang. Sophie estará

bien con Zitao, siempre y cuando lo saques ya de ese lugar. +

- Yixing - habló duramente Yifan - ¿Hay algo más que me quieras decir?+

De nuevo un mutismo de segundos más de lo normal. El respirar agitado del otro

lado, hasta que al fin se animó el doctor a preguntar.+

- Tú ¿Sabes cómo está él?+

- ¿Zitao?+
- Hablaba de Junmyeon.

- Deberemos aprovechar. No habrá otra oportunidad - habló Yifan, analizando los

planos de la residencia de Jang Hyuk - Es la fiesta más cercana que hay en la

residencia presidencial. Jang Hyuk y toda su gente estará allí. +

- Quiero ir contigo - dijo Chanyeol.+

- Y yo - asintió Jongdae.+

- No pueden - habló Yifan - Yo iré un momento. Lo justo y necesario para no

levantar sospechas. Lo único que necesito es que la policía no intervenga.+

- Eso puedo arreglarlo - asintió Jongdae - Pero no puedes solo con esto.+

- Puede cederte alguno de mis hombres - sugirió Chanyeol.+

- No - agradeció Yifan, poniendo una mano en su hombro - Tú debes resguardar a

tu familia. Lo mismo le dije a Sehun. Tendré toda mi gente en esto. No podré

ayudarlos si surge algo al mismo tiempo, así que cada uno cuide su territorio.

Ellos vendrán detrás de nosotros. Hay que estar preparados.+

- Vamos Yifan - habló irónico Yoochun - Jang Hyuk tiene esa residencia blindada

¿Quién te dice que eso no es una trampa? - terminó por rugir preocupado.+
Yifan miró a Hangeng. +

- Lo que ordenes - fue todo lo que dijo él - Nos prepararemos para ir por tierra

y tener acceso por subsuelo, aprovechando esa debilidad de la residencia. Habrá

que atacar de entrada.+

- ¿La casa de la playa está preparada? - preguntó Yifan a Jongdae.+

- Recién adquirida y protegida - aseguró Jongdae sonriendo. Las ventajas de

tener a Junmyeon como dueño de una pequeña empresa en bienes raíces les había

facilitado encontrar una residencia en un pestañeo - La esposa de mi padre hizo

el favor de poner su nombre en la propiedad. Nadie sospechará que en realidad es

tuya.+

- ¡¿De verdad ella...?!+

- Junmyeon le pidió. No preguntó, pero Junmyeon dijo que era para que la niña

esté fuera de peligro hasta que se le una su hermano. +

La madre de Junmyeon y Jongdae, había sido de ayuda, encontrándose ella misma

comprando cosas para la niña y no levantar sospechas sobre Yifan. Quizá ella

trataba de complacer a los dos chicos ayudándolo a él y Yifan estaba seguro que

si era así, el corazón de Jongdae se estaba ablandando por la mujer, aún si él

se negara a llamarla mamá hasta el día de hoy.2


- Espero que no le diga a tu padre.+

- Ella me juró que no dirá nada. +

- JiYong y JaeJoong ya fueron informados para que sean sus guardias personales -

dijo Hangeng - Seung Hyun prestó su gente para cuidarlos. +

- Ya falta menos - rezó Yifan.+

- Yifan, hay un asunto sin resolver - dijo Jongdae - El presidente...+

- ¿Novedades? - preguntó Yifan, desplomándose en el sillón de la sala, con el

celular en su oído.+

- ¿Es segura la línea? - preguntó Jongin, del otro lado.+

- Un minuto.+
- Si. Novedades. No bastará un minuto. +

- ¿Cuándo regresas?+

- Espero estar mañana. Pero me vigilan. +

- ¿Y eso por qué?+

- Por las novedades - respondió hastiado de tener que decir cosas que

consideraba evidentes - Creo que sé cosas que no debería saber. +

- Buena señal entonces.+

- Muy buena. +

- ¿Te veo para navidad?+

- Eso espero - sonrió del otro lado - Quiero sorprender a mi pequeño chico. +

- Entonces dudo que vaya a verte - rió Yifan, en el instante en que sus ojos se

detuvieron en frente - Tengo que cortar. Tengo un asunto importante que atender.+

- Nos hablamos a mi regreso entonces. +


- Jongin - llamó antes que la línea se corte.+

- Dime. +

- Gracias hermano.+

- Para eso estamos - dijo. +

Yifan oyó la sonrisa abierta del otro lado y en ese momento, su amigo cortó.+

Allí de pie, en medio de la sala, estaba su hadita. Los cabellos se encontraban

desparramados de manera desordenada por sus hombros y disparados para alguna

parte graciosamente. Sus ojos somnolientos y sus pies descalzos eran una

figurita despampanante de ver, con su camisón largo de color rosa. Ella parpadeó

muchas veces, inmóvil en su sitio. +

Hasta que Yifan abrió sus brazos y le sonrió. Tan sólo bastó ese gesto para que

la pequeña corriera maratónicamente, trepándose en el regazo del hombre inmenso

y acurrucándose en él. Esa era la rutina de los últimos días. Aunque ellos

tenían muchas cosas de qué hablar aún, Yifan estaba inseguro sobre qué

preguntar. Apenas tenía seis años y la criatura se encontraba inmersa en un

mundo tétrico, perverso, demasiado sucio y peligroso. Cuando él quiso hablarle

de lo que vivía, la pequeña había estado un día completo en un mutismo,

encerrándose en ella, metiéndose en las cosas que hurgaba en su valija de


juguete y armando pulseras con sus piedras de fantasía. Yifan no quiso volver a

hablar.+

- Buenos días - dijo él, arropándola sobre su pecho.+

Ellos hablaban mandarín. Yixing le había dicho que si bien ella sabía algo de

hangul, el mandarín era lo seguro para poder expresarle mejor y darle confianza

en las palabras.+

- Buenos días - murmuró y preguntó como todos los días - ¿Mi hermano?+

Yifan suspiró. Demonios. Yifan la miró a los ojos, peinando sus cabellos con

delicadeza.+

- Pronto - aseguró, queriendo ser convincente y rogando que ella entendiera - De

donde él está, yo lo voy a sacar para traerlo a tu lado. Será en unos días

¿Puedes seguir esperando eso hadita?+

Sophie asintió muchas veces, sonriéndole como si le diera las gracias. Fue

agradable que ella aprobara eso fácilmente, habiendo caído asustada en una casa

desconocida. +

- Otra pregunta - dijo él, pellizcando su nariz diminuta - ¿Segura que quieres

seguir estando conmigo?+


Sohpie volvió a asentir con más ahínco. Ellos se sonrieron. La pequeña se colgó

de su cuello, cuando percibió el impulso de Yifan de ponerse de pie. Era como

elevar una pluma. El vértigo se apoderó de la niña que rió mirando hacia el

suelo, encontrándose tan en lo alto. Le gustaba eso y miró a Yifan divertida por

lo que parecía ser una aventura interesante. +

- Ya me cepillé mis dientes - dijo ella - Mira.+

Yifan inspeccionó las perlas brillantes que Sophie mostraba y asintió en

aprobación. Una cosa tan hogareña que hasta a él no dejaba de impresionarlo la

naturalidad con que se había tomado todo, cambiando su rutina. Poco y nada iba a

ver a sus padres, encontrándose de repente metido entre el manejo de la empresa

de su familia y Sophie. Él se iba de mañana temprano a trabajar y regresaba para

ver a JiYong que jugaba con la niña. Ellos se entendían bien. +

Yifan la llevó a la inmensa cocina y la sentó en la mesada vacía, mientras

hurgaba en la nevera, sacando frutas y alguna cosa que consideraba apropiada

para el desayuno de un niño. Él cantó victoria cuando encontró una caja de

cereales con leche y Sophie festejó con él, con los brazos en alto. Yifan había

aprendido cuáles eran los cereales favoritos de la niña en esos días. Yifan alzó
a su hadita y la sentó en la banqueta de la isla, donde comenzó a preparar todo

para desayunar. Mientras la máquina de café hacía lo suyo, puso yogurt en un

tazón y cereal.+

- Hablé con tío Yixing - dijo él con la mayor naturalidad, para hacerla sentir

segura - Un largo rato. Llamará más tarde para hablar contigo. Más tarde puede

que vengan Tío Lulu y Baekhy ¿De acuerdo?+

- ¿Por qué no viene tío Kyung?+

Él se apoyó en la mesa y dio un beso en su frente. +

- Por lo pronto, vendrá tío JiYong a ayudarme a cuidar de ti ¿Te parece bien?1

- ¡Siiii! - exclamó ella divertida y con los brazos en alto.+

Yifan apoyó sus codos en la mesa. Miró con el ceño fruncido unos segundos a la

niña, preocupado de que ella no pareciera estar asustada por la ausencia de su

madre ¿Acaso la niña se sentía más segura con él que con su propia madre? ¿Qué

había pasado? ¿Qué había visto? Ella era la hija de Jung Chan. Suponía que sería

la niña consentida del hombre, dado que Eun Ji no era su hija biológica y

Kyungsoo le había asegurado que Jung Chan solamente era algo más indulgente con

su propia sangre, prefiriéndolo a él y tratando como basura a Eun Ji. Kyungsoo

odiaba a su progenitor por eso, viendo los efectos del trato que la pobre Eun Ji

había sufrido en el infierno que Jung Chan había hecho de su vida. Sabía Yifan
que Sophie difícilmente pasara por eso. Pero ¿qué la había hecho huir?1

- Estás muy serio - dijo Sophie +

Un diminuto dedo índice se posó en su frente, pasando la suave yema en su piel.

Yifan se estremeció sabiendo bien que ella trataba de borrar la línea dura de su

sien. Un nudo se le hizo en la garganta. Zitao hacía eso mismo, cuando quería

suavizar cualquier gesto, como queriendo escarbar la dureza del alma del hombre

para borrar cualquier rastro de preocupación. +

Yifan sonrío y ella tomó el rostro del hombre para darle un beso en su frente.

Definitivamente su hadita podría hacer con él lo que quisiera. +

- ¡¿Alguien aquí?! - exclamó alguien desde la sala.+

- ¡Aquí! - exclamó Yifan, sabiendo quién era.+

- ¡JiYong! - gritó la niña.+

Sophie se encontró bajando de la banqueta de un salto, a donde se encontraba

JiYong que la elevó a lo alto, estampándole un beso en la mejilla. Yifan se

encontró sintiendo algo de celos por eso. Miró al chico, cuando se volteó a ver

la máquina de café y luego sirvió el desayuno de la niña.+

- ¿Café? - ofreció Yifan a JiYong.+


Yifan analizaba unos papeles en su despacho. No había querido ir a trabajar. Su

idea inicial era ir a la empresa, pero de pronto se encontró llamando para

informar que se tomaría el día y trabajaría desde su casa. +

- Yifan - dijo de repente JiYong, apoyado en el marco de la puerta - ¿Puedo

hablar contigo un minuto?+

- Claro - asintió él, dejando los papeles de lado - ¿Dónde está Sophie?+

- Viendo sus dibujos. Dime qué piensas hacer con ella - habló sin perder tiempo.+

Yifan miró a JiYong. La preocupación y la severidad en el rostro del guardia de

Kyungsoo, era notoria. El muchacho evidentemente tenía cariño por la niña. +

- Mantenerla aquí. Eso haré por lo pronto.+

JiYong emitió un chasquido en desacuerdo. Miró hacia el lado de donde se oyó a

Sophie riendo por sus dibujos. +

- ¿Algo para decir JiYong? - preguntó duramente Yifan.+


- Hombre... yo...- suspiró el joven. Sus dientes se apretaron mientras sacudía

la cabeza y escupió con rabia - ¡Yo no voy a dejar que la uses como material de

intercambio! ¡¿Me oyes?!+

Yifan se puso de pie. Podría haberlo mandado al infierno, pero él no podía.

JiYong estaba de lado de la niña y Yifan agradeció darse cuenta que si JiYong le

estaba haciéndole frente, era porque podría arriesgarse por resguardarla.+

- Mi intención es que esté protegida hasta que traiga a Zitao.+

JiYong parpadeó muchas veces y frunció el entrecejo. Dubitativo en decidirse a

confiar en las palabras de Yifan, JiYong se atrevió a elevar un dedo en

advertencia.+

- No voy a permitir que le hagas nada. Si llego a ver que...+

- Créeme que sería incapaz de hacerle algo. Mi única intención es hacer que

Zitao y ella estén juntos de nuevo.+

JiYong asintió apenas, metiéndose las manos en los bolsillos de su pantalón. +

- Supongo entonces - dijo JiYong - que irás por él.+

- Definitivamente.+
- ¿Y su madre?+

- Seré honesto. Su madre me importa una mierda.7

JiYong emitió una mueca. Sus ojos regresaron a Yifan. +

- Ziyi ya puso la denuncia. La guardia nacional la busca. Han hecho creer que la

secuestraron y esperan contactarse con los captores, que suponen quieren dinero.

Por eso no salió en los medios. +

- Eso quiere decir que no hay de qué preocuparse. Nadie imaginaría siquiera que

está conmigo. +

- En eso tienes razón...+

Yifan rodeó la mesa de escritorio y se paró frente a JiYong, para hablarle.+

- JiYong ¿Sophie te dijo por qué escapó de su madre?+

- No - respondió preocupado y sorprendido - Y no quiero forzarla. Cuando se

asusta demasiado, ella tiende a quedarse en silencio por días.+

- Mutismo selectivo - murmuró Yifan, recordando lo que Kyungsoo una vez le había

sugerido.+
- ¿Selectivo? No - sonrió sarcástico JiYong - Exigido. +

- ¿Cómo?+

- Ziyi puede ser intimidante. Esa mujer es el demonio. No por nada está con Jung

Chan. Él no la soporta. +

Yifan ladeó su cabeza a un lado, arrugando su frente.+

- ¿Qué sabes de esa relación? - preguntó.+

- Sólo que Jung Chan la tolera por su hija, por Sophie. El único motivo por el

que Ziyi sigue con vida es la niña. Te lo aseguro - asintió, sonriendo con

cierto dejo de asco en sus labios - Ella lo sabe y aprovecha. No es tonta. Al

contrario. Es una mujer sanguinaria y sin escrúpulos. Fue ella la que tuvo la

idea de liquidar a Jimin y su chico. No pestañeó siquiera cuando lo sugirió. Yo

escuché toda esa conversación. Solo que me fue imposible informar en ese momento

a Kyungsoo. Jung Chan me tenía en la mira.+

Yifan suspiró espantado, cuando se dio cuenta de la clase de persona que era la
mujer. Esa mujer ¿Cómo es que era madre? ¡¿Cómo podía hacerles eso a sus hijos y

usarlos para su beneficio?! Yifan hizo un gesto de repugnancia, tocando su

estómago. 1

- Sin embargo... - dijo JiYong -... no quisiera ahora estar en el lugar de Ziyi.+

- ¿Por qué lo dices?+

- No tiene su escudo y se le fue de las manos - le hizo ver JiYong, mirando de

nuevo por el pasillo, de donde venía la risa de Sophie - Jung Chan se la va a

hacer pagar.+

Una punzaba de rabia se incrustó en sus entrañas. El pensar que ella tenía un

padre y una madre como esas escorias viles y rastreras, hacía que él tuviera

ganas de quitársela de las manos y por eso mismo, mantendría a Sophie escondida

con él, a como diera lugar.+

Su móvil vibró. Hangeng se leyó cuando vio la pantalla.+

- Dime.+

- Tu madre está en camino a tu apartamento.... +

- ¡¿Qué?! ¡¿Cómo es que no me informaron?! +


- Los guardias tenían orden de escoltarla a todos lados, no impedirle ver a su

hijo - reclamó el hombre - No diste orden de impedirle ingresar a "tu"

residencia Yifan... +

- ¿Dónde está ella ahora?+

De repente se oyó desde la sala.+

- ¡¿Pero qué significa esto?! +

Sophie emitió un alarido. Yifan miró a JiYong. Dijo.+

- Mi madre...2

Y salió corriendo a la sala.

Sophie se quedó con JiYong en el dormitorio. Yifan se sentó en el sillón, frente

a su madre, que se encontraba con los brazos cruzados y con evidente enojo.+

- ¿Qué haces aquí? - preguntó Yifan.+

- ¡¿Qué hago aquí?! - exclamó ella furiosa, sentándose derecha - ¡¿Ni siquiera

vas a preguntarme cómo estoy?!+


- Todos los días me informan del estado de los dos - dijo fríamente.+

Ella lo miró espantada. Se cruzó de brazos y cerró la boca. Yifan vio el brillo

en sus ojos. +

- ¿Así tratas a tu madre? - reprochó ella, con un nudo en la garganta que apenas

le permitía hablar seguido - Vengo a ver a mi hijo, que no se digna siquiera a

acercarse a su casa y me encuentro con este panorama.+

- Esta es mi casa y lo sabes. Ahora dime ¿qué haces aquí?+

- Vine a verte - dijo ella, incorporándose recta - Solamente quería ver a mi

hijo. Después de la última vez que...+

- Ya me viste. Estoy en perfecto estado.+

- ¡¿Por qué me tratas así?!+

Yifan se puso de pie. Él respiró hondo. Le dio la espalda unos segundos, no

quería verla. Ella habló, titubeante.+

- Lo que dijiste de tu padre y mis padres...+

Él la miró. Ella apretaba su cartera con rudeza y temblaba. Miró los labios
estirados de su madre hacia el suelo. Yifan debía admitir que le había largado

una boma y se había largado de allí, dejándola con esa información. La mujer

seguramente se habría encontrado espantada.+

- No tengo pruebas - dijo Yifan.+

- Nunca me pregunté sobre los negocios de tu padre - dijo ella, agachada, con

sus puños cerrados - Nunca creí que él se dedicara...+

- Mamá ¿Pretendes hacerme creer que eres tan ingenua? - le reprochó él - Ya deja

de faltarme el respeto y tratarme como un idiota.+

Ella tocó su frente, con sus manos tiritando de los nervios. Sus hombros caídos

y su espalda encorvada. +

- Fue un arreglo entre familias - habló ella, encogiéndose de hombros - Imagino

que lo sabes. Tu padre aceptó por despecho. Él acababa de romper un compromiso

con una mujer...+

- Lee Hye Young, la madre de Sehun - le recordó sin empacho Yifan - Ella dejó a

papá por Oh Ji Ho, su mejor amigo hasta ese momento.+

Ella emitió una dolorosa sonrisa.+

- Imagino que entiendes que él no me amaba. Nunca me amó. Sólo se suponía que
habría respeto. Pero ni siquiera eso me dio a cambio de nuestro matrimonio.+

Yifan se mordió los labios. No podía creer estar teniendo esta conversación con

su madre. +

- ¿Tú lo amabas? - preguntó Yifan.+

- ¿Importa eso? - dijo ella, de nuevo encogiendo sus hombros - Yo no estaba en

derecho de decir una palabra. +

- ¿Por qué? - preguntó él, más confundido.+

Ella miró a su hijo. Sus ojos llenos de lágrimas. Ella secó rápido sus mejillas,

aspirando hondo. +

De repente se oyó la risa de la niña y JiYong que cantaba alguna cosa. Nara

sacudió su cabeza confundida.+

- ¿Qué hace ese joven como si estuviera en su casa con su hija? - preguntó de

una vez la mujer.+

- Él es su niñero. La niña es mi invitada.+

Nara abrió sus ojos más de lo normal. Boquiabierta, sus ojos divagaron por el

pasillo que dirigía al sector de los dormitorios. La risa de la niña se oyó como
eco y más fuerte. Nara miró a su hijo.+

- ¿Quién es el padre?+

Yifan endureció su mandíbula. Miró a un lado y al otro. No dijo nada.+

- Yifan - dijo ella tapándose la boca - ¿Acaso ella...? ¡¿Oh por dios?! -

exclamó hiperventilando.+

Yifan rodó sus ojos, desplomándose hacia atrás. Lo que le faltaba. Tener que

lidiar con esto.+

- Mamá - suplicó.+

- ¿Quién es el padre? - insistió ella, poniéndose de pie - Dime con quién Yifan

¿Cuántos años tiene? ¿Acaso ella sabe la verdad? Parece bastante pequeña ¿O sea

que fue hace cuánto? ¡¿Cuándo pensabas decirnos?! ¿O es que recién te enteras?+

- Esto no puede estar pasándome - rugió Yifan, llevándose los dedos a sus ojos.+
De pronto la niña apareció de la nada corriendo a donde ellos se encontraban

hablando. Agitada, Sophie se frenó en seco en la puerta mirando a los dos,

mientras una sonrisa surgía de ella, con los ojos bien abiertos. +

Nara se agachó, sonriendo emocionada. Ella miró a la pequeña que parpadeó muchas

veces, con los ojos llenos de impresión.+

- Hola - dijo la mujer tierna - Pero si eres una preciosa princesa. Mírate de

bella ¿Cómo te llamas querida?+

Sophie miró a Yifan. Él ablandó sus gestos para no asustar a la niña, que nada

entendía de todo eso. +

- Lo siento Yifan - dijo agitado JiYong - Ella salió...+

Yifan asintió sin hacer escándalo de eso. +

- Ella es mi mamá - le explicó Yifan a la niña.+

Sophie miró a la mujer. Yifan sonrió y se agachó, con sus brazos abiertos para

recibirla. Él quería sostenerla todo el tiempo. Era como una cosa de necesidad

de saber que ella estaba ahí y que nadie se la iba a quitar. Apenas él la elevó,

ella rió sintiendo cosquillas.+


- Sophie ella es mi mamá. Jang Nara. Mamá, ella es Sophie.+

- Buenos días señora - dijo tímida la niña, emitiendo desde su lugar una forzada

reverencia.+

- Pero mira nada más - sonrió Nara - Ella es bien educada ¿Cómo dijiste que te

llamas?+

- Sophie - irrumpió Yifan, no queriendo dar más detalles de dónde provenía la

niña. Y dirigiéndose a Sophie, Yifan preguntó - ¿Qué pasó hadita?+

- No tienes arbolito de navidad ¿Podemos tener uno? ¿Si Yifan?+

Él no era bueno para esas cosas. De hecho, con todo lo que estaba aconteciendo,

ni siquiera había pensado en ese asunto. Las navidades y las fiestas, siempre

eran ese tipo de acontecimientos donde era arrastrado por su familia para

aparentar lo que no eran. Los árboles y los adornos, las decoraciones y cosas

por el estilo, era trabajo de los empleados. Y ahora...+

- Claro - dijo él, sonriendo nervioso. Se preguntó por qué estaba ansioso por

eso - Claro hadita ¿Por qué no?+

- Yifan - habló su madre a su lado - Tú y yo tenemos que hablar - y dirigiéndose

a la niña, peinando sus cabellos largos, dijo - Pero en otro momento...+


Yifan se encontró ese día recibiendo cajas de a montones. La niña había

insistido en salir, pero Yifan tuvo que convencerla que no se podía. Nara lo

hizo, para sorpresa de Yifan. Poco duró la tristeza de Sophie cuando se encontró

abriendo las cajas llenas de adornos. +

- Debo irme antes que tu padre comience a sospechar - habló ella, dándole un

beso en la mejilla a la niña - Sigue sonriendo preciosa - le dijo a Sophie. +

La niña sonrió. Yifan abrió sus ojos más de lo normal, impresionado ante la

iniciativa de su madre. Nara se compuso de pie, miró a la niña que hurgaba en

las cajas y se quedó después mirando a Yifan.+

- No sé qué está pasando aquí y estoy preocupada por todo esto ¿De dónde sacaste

a la niña? - preguntó al final, por lo bajo.+

Yifan tomó las manos de su madre y le rogó.+

- No le digas nada a él. Es todo lo que te pido.+

- No confías en tu padre...+

- En absoluto. Y lo único que hace que no haga nada en su contra, es que es mi

padre ¿Entiendes mamá?+


Nara asintió llena de nervios, mirando a un lado. Su madre regresó sus ojos a la

niña y a él. Ella abrió sus brazos y él se acercó a tientas, recibiendo el

apretón de su madre y las palmadas en su espalda. Era pequeña, por lo que él

debió encorvarse un poco. Era extraño. Ella podía ser cariñosa algunas veces,

pero siempre rehuía de ser maternal en extremo, como lo era su abuela. +

- Yifan cuídate por favor - susurró ella, acariciando sus cabellos - No quisiera

que te ocurra nada...+

- Me cuidaré - dijo él, volviéndose a verla a la cara - Cuídate tú ¿Seguro que

no quieres quedarte aquí en mi casa? +

- Prefiero estar en mi casa - aseguró ella, sonriendo apenas - Tu padre no se

acerca a mí. Los guardias no se lo permiten y honestamente no le tengo miedo. Tu

tío va a vernos a diario, así que dudo que con un juez rondando, Yànzǔ se atreva

a hacer algo. +

- ¿Vendrás para navidad entonces?+


- ¡Claro! Me encantaría verlos y tengo un regalo precioso para ella...+

Yifan no sabía qué hacer con esas cosas. +

- Pero ¡¿Qué mier...?!+

Quiso decir Jongdae que llegaba.+

- Ni se te ocurra - rugió Yifan, tapando los oídos de la niña, amenazando con

los ojos a Jongdae - Nada de malas palabras aquí ¿Me oyes?+

- ¡Sophie! - exclamó Jongdae.+

Alguien más que conocía a la niña y era positivo para ella. Jongdae se agachó y

Sophie corrió a él, pegándose en el cuerpo del hombre en un abrazo. Yifan

frunció el ceño. No le gustó de nuevo eso. Se encontró con que la pequeña era

muy sociable. Eso era bueno. Tenía que convencerse de que era bueno.2

- ¿Me explicas qué está pasando aquí? - sugirió Jongdae, mientras seguía los

pasos de la niña hacia Yifan.+

- ¿Sabes cómo armar un árbol de navidad? - preguntó Yifan en mandarín.+

- ¿Por qué me hablas en mandarín? Ella entiende bien el hangul.+


- Ella entiende mejor el mandarín.+

Jongdae miró a la niña y miró a Yifan. +

- Yo entiendo hangul - asintió ella mirando segura a los hombres - Tío Yixing

dice que soy buena en mi hangul.+

- Oye que es muy inteligente y habla dos idiomas ya- dijo sorprendido- ¿Me

explicas qué está pasando aquí? - volvió a preguntar Jongdae, señalando las

cajas.+

- Nunca armé un árbol de navidad en mi vida - habló Yifan, tratando de unir

piezas de un árbol.+

- Yo tampoco - dijo Jongdae - No que recuerde. Pero ¿No es tarde para armar uno? o

- ¿Por qué? - preguntó la niña.+

- Ya estamos casi en Navidad y...+

Jongdae miró los ojos desconsolados de la niña. +

- Ella quería uno - dijo Yifan, cortando cualquier intento de aguarle la idea a
la niña - Y es una idea sensacional. Después de todo, ella estará aquí en

navidad.+

- Hay que comprar regalos - sugirió ella - Tío Jongdae ¿Cómo hago con esto? -

preguntó ella elevando el manojo de luces enredadas en sus manos diminutas.+

Jongdae le sonrió. Le gustó ser tío. Pero honestamente sonrió de los nervios, de

no saber qué demonios hacer con todo eso y Yifan estaba empeñado en unir piezas

que no encajaban, en su intento de hacer un árbol de navidad. Jongdae tomó su

móvil y lo puso en su oído.+

- ¿A quién llamas? - preguntó Yifan.+

- A Baekhyun ¿A quién más? - dijo Jongdae, sacudiendo sus hombros - Seguro que

él sabe de todo esto. Minó todo el palacio de los Park. Parece la casa de Santa

- dijo riendo divertido - Los renos saldrán volando en algún momento.

- Luhan - llamó Baekhyun - Pásame la estrella para ponerla en la punta.+

- ¡Pero mira qué bonita es! - dijo alucinado Luhan, cuando mostraba a Sophie la
brillante estrella - ¿No es hermosa? Tu mamá tiene muy buen gusto Yifan...+

- ¡Siiiii! - exclamó la pequeña, batiendo palmas y dando brincos, mirando a lo

alto.+

Yifan sonrió al verla. Ella parecía contenta con su vestido nuevo y sus alas de

hadita que Nara le había regalado, con su corona de princesa. Y aún no le había

dado el regalo de navidad...+

Baekhyun tomó la estrella impresionante y dorada entre sus manos, llevándola con

delicadeza hacia el lugar.+

-Vaya - dijo Sehun, colocando los últimos adornos en el árbol de navidad de la

niña - Si alguien me hubiera preguntado el año anterior dónde estaría, habría

dicho en cualquier lugar, menos armando un arbolito de estos...+

- ¿Y qué te parece estar aquí? - preguntó Luhan, abrazándolo desde atrás.+

- Que es el mejor lugar del mundo en este momento Mi Ángel.2

Chanyeol vio a Baekhyun con la estrella entre sus manos y se paró delante de él.+

- Tú no subes a una silla - dijo Chanyeol, tocando el vientre de su novio -

Dámelo, la pongo yo en su sitio.+


- ¿Me quieres decir que soy enano? - le reclamó Baekhyun.+

- No Mi Sol - dijo avergonzado Chanyeol suplicante - Pero no llegas. El árbol es

demasiado grande...+

- ¡¿Me dices enano de nuevo?!1

- Yifan - le rugió Chanyeol - ¡¿No podrías haber comprado un árbol más

pequeño...?!+

Yifan tomó a Sophie de sorpresa y la elevó en sus hombros. Ella rió divertida,

mientras sus manos se apretaban en el rostro de Yifan. +

- Ya eres la más gigante de todos aquí hadita - dijo Yifan. +

- La pones tú princesa - asintió sonriendo Baekhyun.+

- ¡¿En serio?! - exclamó la niña, llena de entusiasmo.+

- Adornos en su lugar, luces en su lugar y cuando pongan esa estrella - dijo

Jongdae - enciendo las luces.+

Baekhyun dio la estrella a la niña y le indicó dónde ponerla. +


Yifan la hizo llegar a lo alto. Las manos de la pequeña dieron justo en el lugar

donde debía encajar el objeto brillante. La estrella quedó algo arqueada de

lado, pero era perfecta así como estaba, porque la había puesto ella.+

- Ahora tío Jongdae - dijo la niña.+

Y las luces se encendieron.+

Todos miraron el bonito árbol armado en el día. Ya era de noche, así que se veía

más bonito todavía. +

- Yo me acuerdo - dijo Sophie - que a él le gustaba esto.+

Yifan escuchó y su corazón se encontró derretido por dentro. Su pecho como si

estallara de nostalgia y angustia. Pero él no demostraría nada a la hermana de

Zitao. Él debía hacerla sentir segura.1

- Él lo hizo para mí y me regaló mi valija con mi corona de princesa y cosas de

princesa. Algunas cosas las perdí, pero no mi valija con los brillantes.+

Yifan bajó a Sophie de sus hombros y la sostuvo entre sus brazo, frente a él.

Los dos mirándose por un momento. Yifan fue conciente también de que sus amigos

estaban atentos, a la voz aguda y dulce de la niña. Todos se encontraban

atrapados por la nostalgia de los que faltaban. Aún cuando mañana fuera noche

buena, ellos sentían en esos días las ausencias.+


- Te prometo que pronto estarás con él - le dijo Yifan, mirando a los ojos de la

niña.+

- ¿Todos juntos? - preguntó ella.+

Dios. Yifan querría haberle evitado tantas cosas. Ella era tan pequeña y sin

embargo hablaba como si fuera adulta. Se preguntó de nuevo qué cosas había

pasado. Él quería hacerle una cúpula de cristal o un castillo de hadas de verdad

donde ella estuviera feliz, con Zitao.+

- Todos juntos - dijo él.+

Ella se aferró a él, poniendo su mentón en el hombro de Yifan.+

- ¿Comemos algo? - sacudió Baekhyun a todos - Estoy muerto de hambre...+

En el bullicio, todos comenzaron a moverse para preparar la cena. Ellos los

dejaron solos. Era como si hubiera más energías para menguar la pena. Intentaban

buscar motivos para reír, ellos de verdad querían reír. Yifan quería hacerla

reír. No quería que la pequeña sintiera sufrimiento, dolor o tristeza ¿Cómo

hacer eso? Imposible. Porque él no estaba. +

Yifan escuchó la música. Coldplay. A él le gustaba tanto la música de ellos en

el pasado... +
Yifan suspiró y apretó levemente a la niña en sus brazos. Ella se sujetó con

firmeza de su cuello. Sus frentes chocaron y sonrieron mirándose a los ojos.

Yifan sintió que ella era un milagro, salvándolo de su oscuridad absoluta, por

haber perdido a su niño. Sophie era todo lo que tenía de Zitao. Pero tenía que

recuperarlo.+

Un leve movimiento al tempo de la melodía y el giro fuerte de Yifan, hizo a la

niña reír.1

Viniendo desde lo alto escuché a los ángeles cantarme estas palabras. Y algunas

veces, en tus ojos, veo la belleza que hay en el mundo...* +

Ella lo miró con los ojos bien abiertos ante el impacto, tanto como sus labios y

sus perlas de felicidad. Su nariz como botón arrugada por sus tiernos gestos y

sus brazos abiertos en aleteo mientras él la hacía girar. +

Oh... ahora estoy flotando tan arriba. Florezco y muero. Mándame tu tormenta y

tu relámpago para que me golpee; entre tus ojos... +

Una carcajada salió de los pulmones de Sophie. Escucharla reír, era como

escuchar melodía de verdad. Por eso la hizo girar y girar, mientras ella seguía

riendo, como si volara en sus brazos. +

A veces las estrellas deciden reflejarse en charcos de lodo. Cuando miro tus
ojos, me olvido de todo lo que hace daño. Oh... ahora estoy flotando tan arriba.

Florezco y muero. Mándame tu tormenta y tu relámpago para que me golpee entre

tus ojos. Y llore. Creo en los milagros... +

La risa se hizo fuerte y más fuerte y ellos siguieron así, dando vueltas en la

sala. Y Yifan realmente creyó que ella era un milagro. 8

____________________+

* Coldplay - Miracles.

"Como antes..."

Zitao miró su vaso de jugo sin tocar y la mesa servida del desayuno. Jang Hyuk

estaba a su lado, como cada día temprano, leyendo noticias en su tablet. El


móvil de Jang Hyuk se hizo oír. Atendió secamente y entonces Zitao se sorprendió

cuando Jang Hyuk estiró el aparato hacia él.4

- Tu madre – fue todo lo que dijo.+

Zitao sonrió, temblando de emoción, cuando puso en su oído el celular.+

- ¿Cómo estás querido? – preguntó ella del otro lado de la línea.+

- Bien – respondió él, mirando de reojo a Jang Hyuk a su lado, que le sonreía.

El hombre acomodaba sus cabellos con delicadeza. Zitao sentía los dedos del

hombre, paseando por sus hebras. Sin embargo, siguió hablando con la mujer –

Mamá... ¿Cuándo regresan? Las... las extraño.1

- Yo también querido – aseguró ella, con ese tono tan apenado que Zitao conocía

cuando algo la afligía – No veo la hora de que las cosas de mi trabajo terminen

aquí en Beijing para regresar a tu lado ¡No sabes las cosas que he comprado para

ti...! +

- ¿Puedo... puedo hablar con Sophie? – interrumpió él – ¿Puedo verla? Quiero

verla por...+

- No tendría nada que decirte y lo sabes – reprochó ella, como si él hubiera

dicho algo malo – Y además, ahora se durmió. Estaba muy cansada después de

nuestras compras. Otro día nos conectamos para vernos... 1


- Pero hace muchos días que no...+

- Ahora tengo que dejarte – agregó ella, como si no hubiera escuchado – Tengo

que regresar al trabajo. +

- ¿Y con quién queda Sophie?+

- Con su niñera, claro. Adiós querido. Me están llamando. +

- Dile a Sophie que... que...+

- Qué... +

- Que le envío mis saludos y espero que esté bien – suspiró.+

- Ella está bien querido – sonrió del otro lado su madre – Le daré tus saludos

¿Te cuidas si? +

- Si mamá.+

- Y sé un niño bueno. +

Él se quedó pensativo, mirando su vaso de jugo. Jang Hyuk tocó su mano. Zitao lo

miró, saliendo de sus pensamientos.+


- Cuéntame – pidió el caballero – ¿Qué te ha dicho tu madre?+

- Ella está bien. Sophie también. Mucho trabajo. +

Jang Hyuk suspiró y dijo.+

- Si. Tengo entendido que tiene muchas responsabilidades allá. Su nuevo puesto

la requiere más en Beijing. Ahora...– dijo duramente –... quería informarte de

algo importante. Esta noche, tengo que asistir a un evento importante. Pero

cuando regrese...+

Zitao lo miró. No se le había dado permiso de preguntar, así que supuso que

simplemente en el silencio debería esperar a que Jang Hyuk se decidiera por

decirle.+

- ... cuando regrese, traeré a un amigo a casa. Y quiero que estés conmigo,

acompañándonos.2

Zitao sintió su estómago contraerse. Se encogió sobre sí mismo. Zitao miró a

Jang Hyuk suplicando. Él sabía lo que eso significaba, aún si él hubiera dicho

la primera vez, que sería la única. Después hubo una segunda. Y ahora, una

tercera. Zitao se tapó la boca, como si la náusea volviera. Tocó su estómago

aprehensivo ante la horrible información recibida.


- Tú no tienes que hacer nada – dijo Jang Hyuk, como si no se inmutara ante

ninguno de los gestos de Zitao – Como la vez anterior. Sabes lo mucho que...+

Él siguió hablando, pero Zitao no escuchó más.+

Zitao apretó sus parpados, un gemido ahogado le salió de su garganta rasgada en

dolor por no querer manifestarle debilidad que bien sabía que Jang Hyuk

detestaba. Claro que no debía hacer nada. Esa era su función. Ser llevado y

maniatado en lo alto para ser castigado mientras un desconocido en frente

sonreía lascivamente, salivando de deseo y perversión en su desnudez, tocándose

y jadeando de puro placer, mientras Jang Hyuk depositaba en su cuerpo una vara

con tal brutalidad que los gritos desgarraban la garganta de Zitao. Su infierno.7

- ¿Qué ocurre ahora? – preguntó Jang Hyuk duramente, hastiado de la mala actitud

de Zitao – Habla.+

A Zitao se le permitió decir. Pero bien sabía que dijera lo que dijera sería

desagradable. Pero una idea se le cruzó por la mente. En ese instante, Zitao

creyó que sería mejor lo que vendría ahora, para frenar la reunión. Y se atrevió

a desafiar entre dientes.+

- No... no quiero.1

Jang Hyuk elevó sus cejas sorprendido. Sus ojos vagaron ceñudos por todos lados
un instante, hasta que se posaron de nuevo en Zitao, inclinándose levemente

hacia el joven, como si no hubiera escuchado bien las palabras.+

- ¿Cómo has dicho?+

Zitao se armó de más valor, aún si el temblor en su cuerpo no se lo permitiera,

aún si el respirar trémulo y rasgado le impidiera ser claro, él se animó...+

- No lo haré...2

Jang Hyuk, sentado como estaba, posó del todo su espalda hacia atrás, en la

silla. Tiró molesto, apenas molesto, la servilleta en la mesa. Sus ojos de

achicaron en dos línea diminutas. Pensativo analizó a Zitao un instante, hasta

que sus labios se curvaron elegantes. Él era un caballero elegante y hermoso. No

era solamente que Zitao lo creyera. Él recordaba que este caballero desataba

suspiros entre el personal del hospital y los visitantes que lo veían. Correcto,

impecable, elegante, altivo. Hermoso. Solamente que nadie sabía que esa visual y

decoro, era lo superficial de un envase que contenía en sí la maldad pura y

Zitao se quedaría corto con eso, porque él no conocía palabras para describir a

Jang Hyuk. La causa del asco que Zitao tenía de sí mismo, estaba ahí,

sonriéndole con simpatía y delicadeza, porque venía algo que disfrutaría hacer,

aún si le recriminara mientras lo hacía y le echara a él la culpa de todas sus

desgracias.+

- ¿Me estás desafiando Zitao?1


Zitao apretó sus puños sobre la mesa. Su pecho se infló en su respirar y dijo.+

- Eso que haces conmigo – gruñó, más de pavor sabiendo lo que vendría – Lo que

haces... con... conmigo y tus... amigos... me da asco...1

Jang Hyuk siguió sonriéndole, mientras Zitao simplemente vio la borrosa imagen

del caballero por las lágrimas que se acumulaban en sus ojos. Zitao empezó a

percibir el sudor en su frente, peor fue, cuando Jang Hyuk acercó su silla más

al lado de Zitao, pero sin intenciones de levantarse del lugar. Acercó sus

labios al oído de Zitao, envolviéndolo en el horror prematuramente, anunciando

las sensaciones que vendrían solamente en el inicio, cuando fuera de noche.+

- ¿Crees que no sé lo que intentas hacer, mi niño?+

Zitao cerró sus párpados y los borbotones de sus lágrimas descendieron

abruptamente. Tembló de pavor, por ser descubierto. +

- No soy tonto, Zitao – susurró Jang Hyuk – Esta noche te necesito intacto y

perfecto, como eres, para que lo más bello de ti salga a la luz esta noche –

dijo, mientras comenzaba su voz a sonar como cuchilla en sus venas – Porque

¿Sabes qué es lo más bello de ti? – rugió tomando violentamente un puñado de los

cabellos de Zitao, que gimió ante el dolor – Tu cara de horror, de pavor, de

espanto y a la vez de desafío cuando quieres luchar pero sabes que no puedes

porque sabes lo que le pasaría a tu hermanita y a tu madre con un solo chasquido


de mis dedos ¿Lo sabes verdad? – dijo sonriendo, chocando su boca en el oído de

Zitao, mientras tiraba más cerca al chico – Así que esta noche serás como dijo

tu madre, serás un niño bueno conmigo y mi amigo que tanto quiere conocerte y

asumirás que este es el beneficio que recibes por la vida que te doy, porque tú

no vales nada ¿me oyes? ¡nada! Si no fuera por mí, tú estarías muerto y di que

te he perdonado por lo que hiciste hace años solamente porque eres un maldito

demonio – acribilló cambiando su tono horrible, a otro horripilante entre el

lamento y la consternación sutil – un maldito niño diabólico que hace lo que

quiere conmigo.

Jang Hyuk volvió el rostro de Zitao con violencia y tragó sus labios ahogándolo

en su rabia, mientras sus dedos se enterraban en el rostro de Zitao,

impidiéndole moverse o hacer algo para escapar de ese "beso". Zitao pensó que lo

mejor sería estar muerto. Él debería haber muerto en ese accidente de años para

no despertar a su infierno. Debió ser muy malo en esa vida anterior, para ahora

estar pagando tan feo en esta vida lo que ni siquiera recordaba había hecho. Él

había sido malo. Entonces, él lo merecía. Morir, quizá sería su única vía de

escape.+

Pero entonces, Jang Hyuk dijo más en su boca, como leyendo su mente.+

- Y no piense siquiera en la posibilidad de morir ¿Me oyes? Porque ¡te juro! –

rugió desde sus entrañas, inflando las venas de su cuello y su frente que

horrorizaron a Zitao del odio que desprendía – ¡Te lo juro Zitao, que tu

hermanita tomará tu lugar! Y eso me da cierto placer de hecho, siendo tan


pequeña y tú creciendo... ¿te la imaginas?5

Jang Hyuk soltó a Zitao como si fuera un despojo, se puso de pie y salió de la

sala.+

Y Zitao sólo pudo encogerse sobre sí mismo, gimiendo en agonía pura, para

esperar la noche.

Zitao miró las diminutas partículas de nieve caer. Sus dedos se acercaron al

vidrio de la ventana que crepitó por el calor de sus yemas. +

- Dime cómo te has sentido en estos días – dijo su psiquiatra.+

Cierto. Él estaba ahí. Como cada día que llegaba. Sentado en ese sillón,

mirándolo. A veces simplemente él lo miraría, aún si él no tuviera nada para

contarle. La pregunta de inicio era siempre la misma. Zitao decidiría si hablar

o no. El doctor Wang ya no estaría tan insistente como antes en saber, ni en

contarle cosas de su pasado que Zitao ya se había dado cuenta que jamás

recordaría. La última semana, Wang había estado más callado, como si fuera

simplemente una compañía. 1

- Extraño a...+

Se detuvo. De pronto Zitao se dio cuenta que tenía demasiadas personas a las que

extrañar. Enumerarlas incluso dolía. Recordarlas, más, cada día.+


- ¿A quién o quiénes? – preguntó tranquilo.+

"Sophie..." +

Zitao suspiró. Sus ojos vagaron en silencio por la nieve del parque. Desde donde

estaba, en la altura de ese piso, él veía todo blanco. Su respirar empañó el

vidrió y él lo limpió para seguir observando el panorama.+

"...Minseok, Yixing, Baekhyun, Luhan, Kyungsoo, Jongdae..." +

- Tu madre y tu hermana regresarán pronto.+

- Lo sé – dijo Zitao con desgano – Sólo que todos van y vienen y yo sigo en el

mismo lugar. Todos se mueven y yo estoy aquí varado. +

- Sé que lo dices por Minseok ¿Has hablado con él estos días?+

- No – dijo, mirándolo sorprendido – ¿Cómo podría? Yo no tengo celular propio.+

Jackson sonrió, sintiéndose el más estúpido. Claro. Cómo podría...+

- ¿Tampoco te dijo dónde estaba antes de irse? – insistió.+

- No. Él también se fue sin decirme nada – dijo duramente – No se despidió de


mí. Después de todo, él se fue de vacaciones ¿No es verdad? Con el hijo del

señor Jang.+

Silencio. Wang no quiso presionar por saber del amigo de Zitao. Resultaría

demasiado sospechoso su interés desmedido en Minseok. Su partida abrupta, no

había sido más que su huída, pero Wang no se lo diría. El chico debió haber

escapado a algún lugar estratégico, incluso se pensó que debió haber salido del

continente, porque ni siquiera había dejado rastros. A Zitao se le había dicho

que se había ido por unos días de vacaciones con Dongwoo.+

- Es linda – habló Zitao a nadie en particular, por nada más que hablar.+

- ¿Qué es linda?+

- La nieve. Allí – dijo él, apoyando su índice en la ventana – En el parque. Me

gustaría salir y tocarla.+

- ¿Nunca...?+

- Nunca – aseguró – Dormí mucho ¿No crees? +


Zitao emitió una mueca, como si se riera de sí mismo. Jackson también creyó que

se burlaba de él ¿Cómo pudo olvidar el historial de su paciente?+

- Hace mucho frío ahora – dijo el doctor – No será bueno para ti.+

- Nada de allá afuera es bueno para mí. Siempre lo dices – señaló, como si fuera

algo obvio. Suspiró en un lamento y miró a su doctor unos segundos más de lo

normal – ¿Habrá algo bueno para mí en este mundo Jackson? +

"Jackson", lo había llamado. Él siempre le diría "doctor Wang", alguna vez quizá

le había llamado por su nombre, pero siempre el "doctor" había sido dicho antes.

Ahora lo llamaba así, como era él. Y no supo por qué, tuvo que tragar duro para

amilanar el crujido de su garganta y apretar su mandíbula, era cierto lo que

Zitao le había dicho y ahora, eso sonaba a reclamo. El frío era malo para él. El

sol era malo para él. La noche era peligrosa para él. Las personas en las que

había depositado su confianza, eran malas para él. Y Zitao, le había creído cada

palabra que le había dicho. Y le seguiría creyendo lo que a él se le ocurriera

sugerir, desde que le había contado sobre su pasado. +

- Dime Jackson – habló de nuevo Zitao – ¿No te cansas de fingir? Tú eres como yo

¿verdad?+

- No... no entiendo lo que quieres decir – dijo Jackson – ¿Me quieres explicar?+ e
Pero Zitao no explicó nada. Solamente le sonrió, volviendo su vista al parque.+

Para Jackson fue como si su corazón se detuviera. Abrió su boca para hablar,

pero la cerró al instante. Su estómago se sintió en vértigo y de nuevo regresó

esa sensación de aversión sobre sí mismo. Jackson se sintió caer en el abismo,

porque allí parado, en medio de la luz que ingresaba por la ventana, estaba ese

niño, que lo fulminó como rayo cuando dijo.+

- ¿Cómo sería jugar en la nieve, como si fuéramos personas normales, comunes y

corrientes? +

Y Jackson se quedó allí, mirando al niño, porque eran iguales, tan iguales.

- Eleve sus brazos niño Zitao – pidió la nana.+

Zitao hizo caso, mientras sentía las manos de la mujer que repasaban

delicadamente las prendas como barriendo cualquier rastro de lo que pudiera ser

una arruga.+

- Perfecto – dijo ella, parándose detrás de él y ordenando – El señor estará

feliz de verlo tan hermoso. Mire.+

Zitao miró al frente, bajando sus brazos lentamente, odiando verse en el espejo

de cuerpo completo. Era un uniforme nuevo, siempre azul de estudiante, que se le


había hecho poner para la ocasión. Zitao debía esperar a que Jang Hyuk llegara

de la fiesta, con su amigo.+

De repente Zitao miró hacia la ventana. Frunció el ceño ¿Él había oído algo? Una

sensación extraña hizo estallar su corazón que palpitó demasiado rápido, tanto,

que debió llevar una mano a su pecho.+

- ¿Qué ocurre mi niño? – preguntó la nana que vio a Zitao aturdido.+

- ¿Qué hay allí afuera? – preguntó.+

- ¿Afuera? – repitió ella. Él escuchó la sonrisa de la mujer, pero no se volvió

a verla –Sólo una noche común y corriente mi niño.+

Zitao, tomando su bastón, arrastró lentamente sus pies hacia la ventana. Su mano

se posó el frío vidrio y miró la noche sin estrellas. Hace mucho que él no veía

las estrellas.+

"Mi niño". Así lo llamaban. Una parte de Zitao odiaba ser llamado de esa manera,

tan livianamente por todo el mundo. +


"Mi Niño". +

Pero otra parte de él añoraba ser llamado así, por una sola persona. La primera

persona que lo había llamado así.+

Zitao cerró sus ojos y apretó sus párpados. Ahora, mirando hacia la boca del

abismo, se exigió no recordarlo. Él no quería evocarlo. Porque ese hombre era

malo. Y él, también...+

"¿A qué le tienes miedo?", le había preguntado una vez ese hombre.+

"A mi pasado... ¿y si fui malo? Yo no quiero saber si fui malo" +

Zitao bajó su vista. Cerró sus ojos y sintió un dolor punzante en su cuello.

Tragó rígido, percibiendo la dureza que raspaba ahí en su garganta. +

- No llores mi niño – escuchó decir a su nana.+

Zitao abrió los ojos aturdido. Se encontró con lágrimas en sus mejillas y sus

labios entreabiertos listos para disculparse, pero su nana entendió bien. Le dio

unas palmaditas en sus hombros y sonriéndole dijo.+

- Sé que extrañas mucho a tu hermanita y tu mamá. Pero si te portas bien, el

señor Jang sabrá recompensar. Ahora – señaló al sillón la mujer – Siéntate para
esperarlo. Te buscaré cuando llegue.+

Zitao tomó su bastón y cuando avanzó, fue como empujar todo el peso de su

cuerpo. Miró de pronto su pie derecho, no entendiendo por qué cada vez le

costaba más levantar sus plantas del suelo, obligándolo a arrastrarse

horriblemente y con inseguridad. Él se hundió en los cojines a la espera de su

castigo, que al parecer merecía.+

Él había sido malo. Y ahora tocaba pagar por lo malo que había sido.+

"No quiero que... que después no quieras estar conmigo, si llegaras a saber si

hubo algo malo... antes...", le había dicho esa vez a ese hombre.+

"Yo jamás querría dejar de estar contigo, Zitao. Nunca..." +

"¿Por qué?" +

Y el hombre no le había dado respuesta a su pregunta. Porque apenas el hombre

llegó de ese viaje, Zitao ya estaba completamente entregado a él. Si aún

recordaba esa noche de tormenta... +

Y ahora, ahora él sabía la verdad. Y todo comenzaba a tener sentido ¿Por qué

sino un hombre como Yifan se fijaría en él, siendo como era? ¿Por qué? No quería

llorar por él. No por ese hombre que lo adiaba. Y para colmo ese hombre tenía

derecho a odiarlo.+
"Porque en realidad, él quería hacerte daño, Zitao", explicó su madre, "Tú

hiciste algo malo con él en el pasado y él sólo quería hacerte pagar, cuando

volvió a encontrarte. Creía que había acabado contigo y cuando volvió a verte,

vivo, él simplemente, no podía creerlo. Por eso es que yo no lo quería cerca de

ti mi niño..." 1

Su madre no mentía. Ella no podía mentir. Y le había dado detalles horribles de

la horrible persona que él había sido, haciendo cosas que incluso ahora Zitao no

podría llegar a entender ¿Engaño? ¿Secuestro? ¿Extorsión? ¿Robo? ¿Criminal?

Palabras que no figuraban siquiera en su mente se mencionaron. Una parte de él

quería recordar, al menos para sentir culpa, porque si él había dañado a ese

hombre en el pasado, podría entender el derecho del hombre de odiarlo. Pero,

apenas si llegaba a entender...+

Nada...+

¿Cómo podía ser Yifan un hombre tan malo?+

Si. Ahora todo tenía sentido. +


Yifan sólo se había divertido un tiempo y la última vez que lo había visto, lo

había dejado como si nada. 1

"No puedo hacerme cargo de ti". +

Yifan se había aprovechado de que él era un inútil y un tonto, para hacer las

cosas que hizo con él. Zitao ahora sentía tanta vergüenza, que quería perderse

en la oscuridad. Le había entregado su intimidad y su cuerpo, queriendo incluso

darse por completo y el hombre había puesto un freno, quizá porque en realidad,

ese había sido su límite. Yifan nunca lo había querido en verdad. Soportó estar

a su lado solamente para llegar a lastimarlo de la manera más cruel, dejándolo

desmoralizado y con el corazón hecho añicos, a la deriva de ser lanzado hacia el

caballero que ahora le hacía daño cada día y decidía todo por él, en esa prisión

infernal. Quizá Yifan sabía bien quién era Jang Hyuk y ahora se estaría riendo

de su suerte, porque si quería que Zitao sufriera, todo le había salido

perfectamente bien.4

Y ahora, Zitao se preguntaba, todos a su alrededor ¿Lo sabrían?+

Zitao no supo de nada más que la oscuridad que lo embargaba de allá afuera,

quedándose perdido y agotado en su gemido ahogado. Y se quedó allí sentado,

esperando a que vinieran por él. +

Sueño...+
¿Era un sueño?+

No. +

Eso era demasiado real, para ser un simple sueño.+

No supo más que de su respirar jadeante y agitado. Y de repente se miró a sí

mismo corriendo en la noche. Sus piernas dolían, pero eso no importaba. Él debía

llegar a alguna parte. No sabía a dónde, pero él debía llegar antes ¿Antes que

quién? Y sus fosas nasales dolieron cuando inhaló y su pecho fue como si se

rompiera cuando el gélido aire ingresó a sus pulmones y el vapor salió de su

organismo. Pero él siguió corriendo y frenó en seco, frente a una puerta. La

abrió y buscó algo y no encontró aquello que ni sabía qué era. Y su angustia

creció a tal punto, que le dolió bramar lleno de rabia: "¡¿Dónde está?!". Y

corrió de nuevo fuera, encontrándose con una moto. Y subió a esa moto que rugió

de forma ensordecedora ¿Él conducía una moto? Zitao arrugó su frente y cerró sus

ojos. De nuevo, su cuerpo dolió ante el viento helado que congelaba sus huesos,

golpeándolo como si látigos se incrustaran en su cuerpo. Pero no importaba, no

cuando tenía que encontrar lo que buscaba. Miró hacia atrás. Se encontró

queriendo ir más y más rápido, porque lo estaban siguiendo, querían alcanzarlo y

él no debía ser alcanzado. Y un auto se coló a su lado y su corazón se quebró

ante el freno que lo aturdió, una luz y...+

El crepitar de vidrios rotos y explosiones atronadoras. +


- ¡Noooo....!+

Fue todo y nada. +

Zitao se encontró sentado en el sillón, con cada músculo de su cuerpo endurecido

del pavor y su corazón queriendo reventar, por lo agitado que estaba. Su cabeza

estallaba. Él llevó una mano a su frente y apretó sus párpados. Abrió los ojos y

sus mejillas se inflaron, lanzando todo el aire de sus pulmones. +

Sólo había sido una pesadilla. Bien por eso. +

¿Cuánto tiempo había pasado?+

Su boca seca le dio indicativo de la urgente necesidad de tomar agua. No bastaba

tomar agua, sino que refrescarse parecía buena idea también. Se levantó y

tomando su bastón, lentamente, se arrastró al sanitario. Ingresó allí. Encendió

la luz y se dirigió hacia el lavabo. Se miró en el espejo, mientras abría la

canilla. Él se pasó el agua helada en su cara. Fue refrescante de verdad,

después de ese maldito sueño. Parecía que en las últimas semanas se había hecho
más frecuente eso. Él secó su rostro y regresó a su dormitorio. +

- ¿Nana? – la llamó perplejo.+

Ella había entrado de repente, caminando rápido hacia él. Zitao notó que la

mujer se frotaba las manos, nerviosa. +

- El señor Jang está regresando a casa y torpemente olvidé decirte que esta

noche viajan.+

- ¡¿Esta noche?! – exclamó abriendo bien sus ojos.+

- Ahora – sumó ella, dirigiéndose rápido al closet y abriendo sus puertas –

Ahora mismo mi niño. +

Ella siguió dándole instrucciones mientras lanzaba mudas de ropa sobre la cama.

Un maletín fue puesto en el somier, donde rebotó. Ella miró desconcertada a

Zitao. Él permanecía quieto en su lugar.+

- ¿Recuerdas que te dije que el señor Jang te compensaría? Bueno. Él quiere

llevarte de vacaciones ahora.+

- Es de noche y muy tarde y...+

- No discutas mi niño. Sabes que...+


- Pero ¿A dónde podríamos ir a esta hora?+

- Zitao...+

- ¿Por qué...?+

- ¡No discutas y hazme caso! – gritó ella, lanzándose torpemente y hastiada

sobre Zitao.+

Él se estremeció ante el ímpetu y la rabia de las manos rasposas y torpes de la

mujer y por eso se alejó de un tirón, chocando detrás con la mesita de luz. La

lámpara cayó y crepitó en pedazos el cerámico hecho añicos. Ella lo tomó con

fuerza del brazo, apretándolo con rabia.+

- ¡Ahora, harás lo que te digo sin más preguntas!+

- No – se encontró respondiendo Zitao.+

- ¿Cómo dices?+

- No...+

- El señor Jang siempre ha sido bueno contigo – rechinó ella, ante es espanto de

Zitao – ¡No te mereces sus atenciones! ¡Desde que llegaste sólo has traído
problemas, tu pequeño puto arrogante y malcriado...!4

Una mano se elevó a lo alto para darle a él su merecido. Zitao se encogió de

hombros. Y el peso nunca llegó. Por el contrario, ella cayó desplomada de la

nada a sus pies.+

Cuando Zitao levantó su vista, el rostro del doctor Wang apareció.+

- Jackson – dijo temblando – ¿Qué...?+

Wang tenía un maletín en su mano. En la cama de Zitao él sacó rápido de allí una

laptop que encendió, maldiciendo cada milésima de segundo que demoraba en

ponerse en funcionamiento, aún si fuera en un parpadeo lo que había tardado en

encenderse. Mientras, otra portátil fue puesta en la cama, haciendo el mismo

trabajo.+

- ¿Qué haces aquí? – preguntó Zitao asustado, mirando a la mujer en el piso

mientras la sangre comenzaba a esparcirse a borbotones de la cabeza de ella –

¡¿Por qué hiciste esto?!+

Jackson miró a Zitao y aturdido él también, elevó su dedo índice. Calló Zitao

ante el pedido silencioso y se apoyó en la mesita de luz donde alcanzó a

sentarse. Solo vio a Jackson que trabajaba con una velocidad terrible, aún con

dedos temblando, mientras en la pantalla aparecían en recuadros divididos,

diferentes perspectivas de la residencia. Zitao cayó de rodillas a su lado y


boquiabierta miró a Jackson y la pantalla incontables veces.+

- ¿Qué estás haciendo?+

- Intento infiltrarme en las redes de seguridad – explicó más para sí mismo,

como convenciéndose de los pasos que estaba dando – Suplanto las imágenes de las

cámaras de seguridad por otras filmaciones viejas, para que los guardias no

puedan ver por dónde están ellos actuando. Llegué tarde.+

- ¡¿Están?! ¡¿Por dónde están?! ¡¿Quiénes?! ¡No entiendo! – gritó preso de los

nervios.+

- Al menos desde la central esos hijos de puta no verán nada.+

- ¡¿De quiénes hablas?!+

- La policía comprada por Jang Hyuk...1

- Jackson – llamó al doctor, que no respondió más. Zitao quiso tocar al doctor,

pero nada – Jackson...+


- Un segundo – pidió.+

Sólo cuando los dedos de Jackson se quedaron quietos, elevados del teclado,

Zitao se dio cuenta de lo que pasaba. Las dos pantallas mostraban algo

diferente, aún si lo que ocurriera, se trataba del mismo espacio. En una, lo

apacible de los pasillos de la residencia y el ir y venir de algún guardia que

vigilaba, parecía lo que pasaba normalmente en esa inmensa casa. Pero en la otra

pantalla, todo reventó como polvo entre llamaradas y corridas de hombres que se

sumaban en cantidad con las caras cubiertas y vestidos de negro.+

En el dormitorio, los vidrios temblaron amenazando con romperse. Zitao se

estremeció. Más, cuando las paredes y el suelo parecieron palpitar. +

- Están cerca – dijo Jackson. +

- ¡¿Qué está pasando?!+

- Rápido Zitao – habló él, preso de una angustia que contagió a Zitao – Ven

conmigo.+

Jackson tomó la mano de Zitao y lo arrastró. Pero Zitao cayó. Él no podía ir a

ese ritmo rápido que Jackson pretendía. Jackson rugió furioso, no con Zitao,

sino consigo mismo. Se agachó rápido y tomó por debajo de sus brazos a Zitao

para ponerlo en pie.+


- Lo siento lo siento mucho – dijo Jackson – Pero Zitao, necesito que lo hagas

lo más rápido que puedas. +

- ¡No entiendo qué pasa!+

- ¡Debemos irnos, ahora! – gritó Jackson, ubicando a Zitao derecho – ¡Ellos

están atacando y debemos protegernos!+

Zitao aún si no entendiera, sabía que estaba en peligro. Jackson sujeto con

fuerza su mano y aún si sus pies se arrastraban, trató en medio del dolor que

punzaba por el inmenso esfuerzo que llevaba eso, apurar cada uno de sus pasos.+

Llegaron a la puerta del dormitorio, apenas. Zitao agitado se vio en la

necesidad de detenerse. Ellos sudaban histeria. Jackson miró a Zitao

cuestionándole...+

- Lo siento – gimió entre dientes Zitao, sabiendo bien qué reprobaba – Siento

ser... tan lento...+

- No – sacudió su cabeza Jackson, hablando entrecortado, apretando con demasiada

rudeza la mano de Zitao – No... perdóname tú a mí...+

Pero ninguno pudo decir otra cosa, cuando el suelo tembló de nuevo bajo sus

pies, como si quisiera hacerlos volar por lo alto. +


Jackson tomó el brazo de Zitao, obligándolo a rodear su espalda. Parecía que eso

era mejor. Zitao se sintió más liviano, aún si Jackson fuera más bajo en

estatura, aguantaba bien llevar a Zitao.+

- Gracias – susurró Zitao.+

Jackson miró a Zitao, sus ojos plagados de compasión. Luego volvió su vista al

frente, cuando arremetió por el largo pasillo. Él se llenó de toda la fuerza que

tenía para poder tirar a Zitao. Dobló en una esquina hacia la derecha y luego

otra esquina a la izquierda. Nada fue hecho en un segundo, sino que tomó una

eternidad, mientras el suelo temblaba y los cuadros amenazaban con caer de las

paredes. Allá abajo, parecía acontecer una cosa que Zitao no querría ver.+

Las puertas del ascensor estaban al final. No había escaleras en ese sector.

Cosa demasiado peligrosa sin dudas, porque ahora Zitao se daba cuenta que eso

había sido hecho especialmente para que él no tuviera manera de manejarse de

otro modo más que por ese elevador. Jang Hyuk no lo había puesto para hacerle

las cosas más simples, sino para que él no pudiera moverse con libertad. Era así

de sencillo. Él estaba atrapado por Jang Hyuk. Y ahora, aún si quisieran


escabullirse en medio de esa batalla de los pisos de abajo, no podrían, porque

esa era la única vía para salir de esa residencia maldita. +

Jackson miró el tablero de números y letras. Él tecleó sin demora el código que

había violado y esperó que las puertas se abrieran con Zitao apoyándose en él. + e

Y las puertas se abrieron.+

Ellos hicieron ademán de entrar, pero de allí dentro, salieron dos guardias de

Jang Hyuk que tanto Zitao como Jackson conocían bien. Y retrocedieron, porque

los hombres les apuntaban con armas.+

- ¡¿Qué mierda haces tú aquí?! – rugió uno de ellos.+

Y Zitao se dio cuenta recién. Jackson no debía estar allí. Él nunca estaba ahí,

menos... de noche. +

- Yo sólo... – quiso hablar Jackson.+

Pero uno de los guardias apuntó directo a la cabeza de Jackson, dispuesto a

apretar el gatillo. Zitao quiso ir hacia atrás, pero trastabilló, cayendo al

suelo y llevando consigo al doctor Wang. Los dos gritaron, ante el disparo que

oyeron, pero que no llegó a destino. +


El otro guardia tomó del brazo a Zitao apartándolo. Zitao se encontró peleando,

dando con un puño al sujeto que se encontró desconcertado de ver al chico con

fuerza. El otro guardia apuntó de nuevo a Jackson. Y Zitao se tiró al suelo,

queriendo llegar a él. Y su grito de Zitao, en ese instante, fue tan fuerte como

el torbellino de estampidas por la balacera que ensordecía quebrando todo a su

paso, detrás de los hombres, desde el elevador. +

Zitao solo vio saltar la sangre del cuerpo de los hombres que temblaron

segundos, antes de desplomarse. +

Mientras el suelo rugía de explosiones, Zitao sintió silencio en donde estaban.

Él pegó un alarido, espantado, viendo los cuerpos muertos y la sangre expandirse

llegando a sus pies. +

Jackson miró al frente, elevando su vista. Zitao percibió las manos fuertes del

doctor, que lo tomaba de los codos, para ponerlo en pie. +

- Demoraron – dijo en un suspiro Jackson.+

Zitao miró a donde Jackson dirigía sus ojos, aún encorvado y con miedo. Un

hombre de negro, con la cara cubierta, los observó con la metralleta en sus

manos, que aún despedía de sus cañones el humo de los disparos recientes. Otro

sujeto se asomó detrás del primero. Ellos habían surgido de la nada, al parecer,

desde el elevador.+
- Perdona Wang – rugió el de atrás, quitándose el antifaz – Digamos que tú no

fuiste muy rápido que digamos...+

- Lo siento Choi – bramó Jackson irónicamente, levantando su voz alterado –

Digamos que sólo tenía todos los guardias de Jang Hyuk ¡Pisándome los talones! +

Él quiso moverse, pero Zitao lo detuvo.+

- ¿Jackson? – llamó tembloroso Zitao, mientras se aferraba a su brazo.+

Él lo miró. Sus ojos agobiados y cansados, suplicaron a Zitao.+

- Debemos irnos ya Zitao. Ellos vinieron por ti – y regresando su vista al

frente, avisó – Nos queda poco tiempo para que la guardia nacional no sea

alertada.+

- Yo no me iré – dijo tajante Zitao, queriendo retroceder, apartándose del

cuerpo del doctor Wang.+

- Zitao – llamó Jackson, queriendo retenerlo.+


- ¡No me iré! – gritó Zitao, chocando con la pared detrás, mientras siguió

deslizándose torpemente en su lentitud – No puedo irme de aquí ¡No quiero irme

de aquí!+

De repente una carcajada estruendosa se hizo oír de Choi, que golpeó con su puño

al hombre que seguía mirando a Zitao.+

- Es broma ¿cierto? – dijo sarcástico, regodeándose del drama y reprochando – ¿O

sea que me trajiste a rescatar a alguien que no quiere ser rescatado? ¡Maldito

seas Wu! – rugió rabioso al final.+

Los labios de Zitao balbucearon algo inaudible, mientras su cabeza se negaba a

creer.+

Yifan quitó su máscara. +

Sus ojos fijos en Zitao. Su mirada fría y calculadora, como nunca antes

mirándolo. Él sólo ordenó.+

- Nos vamos.+

Tomó del brazo a Zitao, aprovechando la consternación en su mirada, mientras era

llevado como pluma por el largo pasillo a alguna parte. +


- Tú... qué...– balbuceó Zitao, mirando a Yifan.3

Pero Yifan, no lo miró. Habló sin embargo por un diminuto micrófono que apenas

se veía asomar en sus labios.+

- Objetivo encontrado Kai. Ordena retirada – dijo y ordenó detrás suyo a Seung

Hyun – Vuela el elevador Choi.1

Una explosión se hizo dentro del cubículo. Todos se agacharon por el estruendo,

mientras siguieron avanzando. +

- ¡¿Qué mierda?! – gritó eufórico Jackson – ¡Es la única salida!+

- Y no podrán llegar a nosotros – dijo riéndose Seung Hyun.+

- ¡¿Y cómo saldremos?! – preguntó Jackson, corriendo prácticamente con ellos.+

- Por el dormitorio del chico – respondió Seung Hyun.+

- No hay más que una ventana ahí...+

- Y esa es nuestra puerta – respondió.+

Ellos corrieron. +
Pero apenas ingresaron al dormitorio, todo comenzó a estallar dentro. Ellos se

lanzaron al suelo. Todo fue volando por los aires. Las plumas de los cojines de

la cama, saltaron llenando todo la superficie de blanco, mientras las paredes

reventaban de los disparos que ensordecían el lugar.+

Zitao gritó, tapándose los oídos. Él se estaba volviendo loco. Encogido en el

suelo solamente podía llenarse de culpa. Todo eso era su culpa. Chocó contra la

pared, mientras su cabeza estallaba en dolor. Una luz estridente surgió de la

ventana que ya no existía, por la que ingresaba el viento helado con escarchas. +

Luz que enceguecía. Estallidos que aturdían. La mente de Zitao evocó hasta el

rugido de esa moto de sus pesadillas que se colaba en las noches. Era como vivir

de nuevo...+

¿Vivir de nuevo?+

Recuerdos...+

Zitao parpadeó tantas veces que sus ojos dolieron. Sus lágrimas se desparramaban

sin control. Su cabeza parecía querer estallar. Él gritó. Gritó sin freno,

arraigado a algo que parecía persistir en sostenerlo. Ahogado en su espanto, se

quedó sin aire. Un estallido allí fuera encandiló por completo el panorama.

Fuego cayendo como lluvia desde el cielo. La pared completamente al descubierto


y él, aferrado a Yifan, en medio de crudo viento de la noche de invierno. +

El ruido de hélices se acercó a ellos. Otra luz. Sólo que alguien gritó desde

allí...+

- ¡10 SEGUNDOS YIFAN!+

- ¡Zitao debemos irnos! – gritó Yifan – ¡Zitao! ¡¿Me oyes?!+

Sus ojos se encontraron.+

Yifan tomó el rostro de Zitao entre sus manos. Lo sostuvo, como queriendo

retenerlo consigo, sabiendo que bastaba nada, para que Zitao se perdiera en su

pesadilla. Yifan ondeó con su mirada los cabellos mojados de Zitao pegados a su

frente. Su tez caliente y temblando, como sus labios curvados al suelo. Sus

mejillas rojas. Su llanto sin consuelo. Sus ojos hinchados de la angustia, su

mirada queriendo perderse, dolorosamente, y percibió la convulsión de su cuerpo.

Yifan sintió que su alma se hundía en la desesperación y la rabia de saberlo

así, arrastrado a ese infierno.+

- Zitao ¡¿Estás conmigo ahora Zitao?! – suplicó, mientras su frente se apoyaba

en la frente de Zitao – ¡Mi Niño, por favor...!+

"Mi Niño", como solamente él podía llamarlo. +


Despertó un instante. +

- Yo no puedo Yifan – gimió entre dientes Zitao, mientras sus párpados se

apretaban y sus manos tomaban las muñecas de Yifan, casi sin fuerza – Yo no

puedo irme de aquí. Él va a hacerle a ella lo mismo que me hizo a mí...+

- ¡¿De qué hablas?! +

Zitao lo miró lleno de dolor.+

- Sophie... él me juró que...+

- ¡Él no puede hacerle nada a ella! – rugió Yifan en su cara. +

Yifan se apartó en un segundo de Zitao y de su cuello hurgó una cadena que

escondía debajo de su ropa. Zitao vio lo que Yifan sostenía entre sus dedos. +

El anillo azul...+

- Ella espera por ti – dijo Yifan vehemente en su tono.+

Eso fue todo. +

¿Estaba mintiendo?+
¿O decía la verdad?+

Lo miró un segundo, con los ojos bien abiertos, mientras escuchaba los gritos

desde el helicóptero que solamente esperaba por ellos. +

- Si quieres verla, ven conmigo.+

Yifan se puso de pie, extendiendo su mano hacia Zitao. Sólo quedaban ellos dos

en ese dormitorio desmoronado y el ruido apabullante de las hélices del

helicóptero que esperaba con hombres, estirando sus manos. +

Zitao miró a lo alto. Susurró.+

- Yifan...+

Y tomó la mano de Yifan, poniéndose lentamente de pie. Absolutamente aturdido y

perdido, Zitao se dejó guiar por Yifan. 4

Un dejo de angustia quedó allá abajo, mientras se elevaba a lo alto. Fue como

verse a sí mismo en ese dormitorio maldito. Era él, mirando a lo alto. Y era él,

mirando desde lo alto. Zitao cerró sus ojos. Un instante bastó para creer que

estaba loco evocando imágenes sin sentido. Hasta que algo lo atrajo fuera de sus

pensamientos.+

Calor. +
El se vio rodeado de calor.+

Cerró sus ojos, percibiendo el aroma tan inconfundible del hombre que lo

encerraba de nuevo como antes. +

Antes...+

- Así debería haber sido... – susurró Yifan, acariciando los cabellos de Zitao

–... antes...+

Como antes, él se apoyó en su pecho. Apenas si se llegó a preguntar por qué ese

hombre había hecho todo esto. Cómo es que se había arriesgado a tanto, por

tenerlo. +

Y no le importó, ser llevado, quizá, a otra prisión. +

Y como antes, Zitao suspiró sintiendo el palpitar del corazón de ese hombre. Se

entregó a sus brazos sin cuestionar nada en absoluto, porque, como antes, él

estaba bien así, donde nadie parecía poder hacerle daño alguno.+

Como antes...+

Y como antes, cuando él se colaba en su cama por las noches, Zitao cerró sus

ojos y se quedó dormido.


Comenzar de nuevo

Era media mañana. Ellos jugaban en la nieve. Guantes, abrigos grandes, gorra y

bufanda, se veía volar en medio de sus risas, mientras intentaban armar un mal

logrado muñeco gigante de nieve, que terminó por venirse abajo. De fondo, un

bosque de pinos y más allá, el mar. Y Yifan miraba desde la ventana de la

cocina, seguro de que desde allí, Zitao no lo vería. 8

La Isla Deokjeok había sido la opción más fácil de tomar, por la urgencia. Yifan

se arrepintió luego, cuando se dio cuenta de que la travesía en ferry, les hacía

perder tiempo, pero, era lo menos probable de elegir por lo mismo como un lugar

para esconderse por unas semanas. El frío era más que insoportable, una tortura.

Yifan tuvo miedo de que poco pudiera tolerar Zitao el tiempo, pero los empleados

le habían comentado del entusiasmo de su niño por la nieve, saliendo a jugar

siempre con Sophie, como si estuvieran en un buen clima. Como también le

comentaron que a Zitao, le encantaba la vista al mar, porque jamás lo había


visto en su vida, llegando incluso a preguntarle a una de las cocineras, cómo

sería en verano. Una pizca de esperanza se le vino a Yifan cuando se enteró de

eso ¿Quizá, Zitao pudiera estar pensando a largo plazo?+

- ¿Por qué no vas allá? – le habló a sus espaldas Jongdae.+

Yifan lo miró. Recién se daba cuenta de que su amigo ya estaba acomodado en la

silla con una taza de café bien caliente entre sus manos. Regresó su vista al

exterior y dijo.+

- No me quiere cerca. Apenas me ve, llama a Sophie para que vaya donde él y se

la lleva a su dormitorio, encerrándose ahí. Los empleados me dijeron que sale

cuando me voy.2

- ¿Hablaste con él?+

Yifan emitió un soplo, mordiéndose el labio inferior. Un chasquido con su lengua

y la respuesta obvia.+

- Lo he intentado. Pero siempre es lo mismo. Se encierra en su dormitorio y no

me dice nada. Ahora sé a quién se parece Sophie – se burló con dolor.+

Yifan se volvió a la mesa de la cocina, sentándose en frente de su amigo.+

- Gracias por venir – le dijo Yifan.+


- ¿Me llamaste por esto? ¿Para que hable con él? – preguntó Jongdae, entendiendo

ahora el por qué de la urgencia de Yifan por tenerlo ahí.+

- Tengo que probar con algo.+

- Sabe que soy tu amigo y debe sentirse engañado – le advirtió – ¿Crees que me

hablará?+

- ¿Qué más da? – dijo encogiéndose de hombros – Hay que probar.+

- ¿Qué hay de Baekhyun?+

- Chanyeol no quiere – le contó, emitiendo un suspiro. Él estaba ofendido, pero

entendía. El hombre tenía que cuidar a su familia – Baekhyun no tiene motivos

para trasladarse hasta esta isla. Su movimiento sería sospechoso, llamando la

atención de indeseables. Esta, en cambio, es la casa de descanso que

recientemente adquirió tu madre. Eres su hijo, viniendo a ver la nueva

adquisición. +

Jongdae asintió sonriendo. "Su madre" y él "su hijo". Sonaba delirante eso. Pero

no tan malo ahora, menos cuando la mujer estaba feliz de verse útil con ellos.

La hacía sentirse importante.+

- Entonces ¿Luhan queda descartado también? – preguntó repentinamente Jongdae.+


- Sehun lo prefirió y también yo lo prefiero a la distancia – dijo inquieto –

Sehun no para de decirme que su chico está en la mira de Jung Chan.4

- ¡¿Por qué?! – exclamó por lo bajo, arrugando su frente, sin entender.+

- Luhan fue para Jung Chan, lo que Zitao fue para Jang Hyuk, cuando eran unos

niños.

Jongdae cerró sus ojos. Era aberrante y podrido llegar a intentar comprender el

cerebro de esa gente. Pero si Jang Hyuk estuvo así tan empecinado y obsesionado

por Zitao, se podría esperar lo mismo de Jung Chan, con respecto a Luhan. +

- No logro entender su mierda – rugió Jongdae con asco – ¿Por qué siguen

emperrados con ellos?+

Yifan desvió la vista analizando eso, con los ojos entrecerrados y su mirada

perdida. Elevó apenas sus cejas, mientras cerró sus párpados un segundo

analizando eso, antes de regresar sus ojos directos a Jongdae.+

- ¿Porque no lograron dominarlos? Supongo... – dijo dubitativo, negándose en

parte a creer lo que estaba explicando por lo pervertido de eso – Es lo que

ellos buscan y Zitao junto con Luhan, son la evidencia de que no pueden ser

"amos" y "señores" sobre alguien en este mundo. Si lograran esclavizar a "sus


niños" – recalcó – nadie pondría en tela de juicio su dominio. Una vez que

lograran su objetivo, ellos serían parte de los demás – suspiró tenso y hastiado

– Dejarían de ser a la vez lo atractivo, porque... no dejan de ser Zitao y Luhan

un desafío y el placer que les da saber, que jamás se entregarían sumisos, por

su propia voluntad...+

- Qué asco – terminó por decir Jongdae, sacudiendo su cabeza aturdido – ¡¿Cómo

es que nadie nunca supo de esto?! ¡¿Cómo es que nadie denunció a estas mierdas?!

No puedo creer que mi padre no supiera y me...+

- Tu padre sabe que algo pasa, pero no quiso saber más. Quizá por eso está donde

está. Lo mejor que hizo fue callar.+

- Cobarde miserable – rugió con repulsión.+

- Puede ser – analizó de nuevo fríamente Yifan – Como puede ser que lo haya

hecho para cuidarlos a ustedes y mantenerlos al margen, con vida – resaltó.+

- ¿Con vida?+

Y Jongdae se dio cuenta que Yifan sabía demasiadas cosas que había callado.

Achicó sus ojos y duramente dijo.+

- Dime qué sabes.+


Silencio. No fue repentino, sino meditado. +

- El padre de Minseok, lo sabía – dijo con cuidado – Sospecho que lo sabía y que

por eso, lo mataron, como a su familia. No fue un accidente. Y la idea no era

que Minseok sobreviviera.3

Jongdae cerró los ojos y apoyó tembloroso su boca sobre sus manos juntas hecha

puños. Sus codos presionando la mesa, que se movía de la furia evidente. Y Yifan

se dio cuenta del miedo de Jongdae, cuando comenzó a ver el sudor de su frente y

la convulsión que se hacía más fuerte.+

- Jongdae, Jackson me aseguró que el hijo de Jang Hyuk no tenía nada que ver con

su padre. Dongwoo, lo protege hasta ahora. Esté donde esté. Creo que...+

Jongdae de un arrebato, tomó la muñeca de Yifan con demasiada fuerza.+

- ¿Qué mierda dices? – dijo consternado – ¿Esté... dónde esté?+

- Lo último que nos enteramos por Jackson, es de la huída de Minseok. Con la

ayuda de Dongwoo. Jongdae...+

- Y yo no hice nada por cuidarlo – rugió entre dientes, odiándose a sí mismo.3

- Hasta que encontremos esas grabaciones que incriminan a Junmyeon...– consoló

Yifan –... estás atado ¿Qué podrías hacer? Mejor que Minseok esté lejos de esto.
Está más a salvo que Baekhyun y el resto de los chicos incluso. Él está a salvo.+

- Está a salvo – repitió Jongdae, queriendo convencerse de eso, asintiendo sin

mirar a Yifan, soltándolo lentamente.+

- Jongdae...+

- Voy a hacer el intento con Zitao, pero no prometo nada – le dijo Jongdae,

poniéndose de repente de pie – ¿Él sabe que estás aquí ahora?+

Jongdae no quería hablar y no había más que decir sobre ese asunto. Y Yifan lo

entendió. +

- No – respondió Yifan imitándolo y quedando de frente – Pero me voy ahora,

para... dejarlos y... avísame cualquier cosa ¿sí?+

- De acuerdo – respondió Jongdae, componiéndose y emitiendo un ronquido, al

segundo que quiso detener a Yifan – No tienes que irte...+


Yifan sonrió apenas.+

- No quiero joderla y si me llega a ver, él se encerrará de nuevo en su

habitación.+

Jongdae puso su mano en el hombro de su amigo y lo apretó tratando de

reconfortarlo. Sin embargo, la dureza atravesó el cuello del hombre que removió

su garganta con dolor. Sus ojos se aguaron de impotencia. Intentó mirar al

techo, solo para que las malditas gotas no salieran, mientras endurecía su

mandíbula. 1

- Va a estar bien – alentó Jongdae – Hey, hermano...+

- Él me ve como si yo fuera un monstruo, como... como su enemigo – rugió lleno

de rabia, raspándose con fuerza los lagrimales y respirando tajante – Toma a

Sophie entre sus brazos y la aleja como si yo fuera una mierda, como si les

fuera a hacer daño... y... duele... tanto...+

Jongdae abrazó a Yifan con rudeza. Una palmada en su espalda y Yifan se

preguntó.+

- ¡¿Qué mierda le metieron en el cerebro?! ¡¿Qué mierda le hicieron?!+

Jackson había hablado lo suficiente con Yifan para hacerle saber que Zitao

estaba emocionalmente en conflicto. Zitao creía de sí mismo que no valía "nada"


en absoluto, sintiendo un menosprecio hacia su persona, avergonzado de saberse

usado como objeto, porque era para lo único que supuestamente él "servía" y

convencido de que quizá ese era el sentido de su existencia, porque además era

"malo". +

Y Yifan querría haber matado a Jackson, por haber colaborado en meterle esa

mierda en la cabeza a Zitao. El psiquiatra no le caía bien. Pero el chico era el

maldito contacto que sorpresivamente les había llegado del cielo para sacar a

Zitao de allí, claro que con Jackson, que ahí se enteraban todos, era uno de los

tantos chicos del maldito ejército de Jung Chan. El psiquiatra, que sí era

psiquiatra, todo lo que pedía a cambio era su libertad, una nueva identidad y

largarse lejos, donde nadie lo pudiera encontrar. No era simple, pero Yifan lo

haría por Zitao. +

- ¿Alguna orden nueva señor? – preguntó uno de los guardias, cuando lo vio subir

a su coche.+

- Sólo iré a ver cómo están las cosas por el hostal.+

¿Qué más podía hacer? Estaba a más de dos horas de Icheon y no tenía intenciones

de regresar a Seúl. Yifan suspiró y lo último que dijo fue...+

- Regreso en unas horas.+

Horas que fueron eternas. Cerca de la playa, en un hostal respetable, Yifan


había puesto la base con su gente. Desde ahí, ellos se aseguraban que todo

estuviera bien resguardado y Yifan, mantenía los negocios sin ser interceptado.

Era una fortaleza pequeña, para que nadie supiera dónde estaban ellos. +

Sentado en el escalón que daba al ingreso del bar, fumando, Yifan miró el móvil,

cuando vibró en su mano. +

- Jongdae – dijo, ni bien atendió.+

- ¿Es segura la línea? +

- Claro – asintió – ¿Por qué preguntas?+

- Me estoy yendo – dijo – Dale tiempo. Es complicado. +

- ¿Qué te dijo?+

- Algunas cosas interesantes que... +

- ¡¿Algunas?! – le reclamó – ¡¿Qué mierda hiciste todo este tiempo?! +


- ¡Jugar con Sophie también cuenta! – le reprochó – Ella ni bien me vio se me

colgó para jugar. Zitao cedió por eso y además... +

Hizo silencio. Nada de tiempo, cuando Yifan exigió.+

- Qué...+

Jongdae suspiró. Estaba preocupado. +

- Sophie te extraña. No te ha visto en estos días y preguntó por ti. Haciéndome

el desentendido, le aseguré que vienes para quedarte todo el día... +

Yifan refregó su cara. Estaba tan cansado...+

- ¿Qué hablaron con Zitao?+

- No quise presionarlo. Pero él cree que todos lo quieren por algo que él sabe y

no recuerda. +

- ¡¿Todos?!+

- Jang Hyuk, Jung Chan... +

- ¡¿Conoce al hombre?! – preguntó lleno de preocupación, largando su cigarrillo


a cualquier lado y raspándose los cabellos – Dios... que no lo haya tocado –

rogó.+

Sus codos apoyados en sus rodillas, afligido y desconcertado, Yifan se quedó

mirando la madera del último escalón que daba al suelo de tierra, apenas

conciente que Jongdae seguía en línea.+

- Yifan, no terminé. +

- ¡¿Algo más?! – inquirió respirando hondo y mirando a lo alto.+

- También nombró a alguien más. Alguien que era muy, muy amigo de Jang Hyuk.

Como un hermano, me dijo... +

- Habla de una vez.+

- Nam Goong Min. 3

Fue un vuelco en el estómago de Yifan, que aspiró hondo sintiéndose descompuesto

de la rabia y el odio. +

¡¿Cómo es que había sido tan idiota, que se había dejado usar todo este tiempo?!+

- Yifan ¡¿Qué mierda está pasando aquí?! – rugió entre dientes Jongdae. +
- No lo sé...+

- Pero... +

- ¡Te juro que no lo sé! – exclamó Yifan, tembloroso de los nervios ante la

noticia.+

Los pocos hombres de Yifan lo miraron. Se compusieron derechos los que estaban

parados y más erguidos los que estaban sentados por ahí, en alguna roca, ni que

ya vieran que algo venía pronto, porque hasta palparon sus costillas como si

fueran a sacar sus armas. Los empleados del hostal se limitaron a seguir con lo

suyo.+

- Jongdae mantente alerta – habló Yifan rápido – Apenas llegues, habla con Sang

Woo y cuéntale todo. También a los chicos. Habla con Jongin directamente, para

ver qué mierda sabe de China – señaló con especial énfasis – No me ha dicho nada

de lo que logró investigar y me está evadiendo. Si mis suposiciones son

correctas, el hombre que manejó todo este tiempo esto, fue el hijo de puta de

Goong Min ¡Mierda! – bramó lleno de odio, por haber caído – Él quería deshacerse

de nosotros del todo...5

- De acuerdo – dijo Jongdae – Deja eso en mis manos. Apenas tenga más novedades,

te aviso. +
- Gracias – suspiró lleno de ansiedad Yifan – Gracias... Jongdae...+

- Hermano, una cosa más – dijo más apenado que preocupado – Zitao piensa que tú

te quieres cobrar lo que él te hizo en el pasado. Por eso te tiene miedo. +

Yifan cerró los ojos. Cada vez que se encontraba con Zitao, era como comenzar de

nuevo.+

Ya en la tarde, Yifan regresó a la aldea, donde estaba la residencia. Bajó del

coche y los guardias saludaron sin darle novedades y él continuó su camino.

Yifan se encontró frente a esa entrada corrediza, propia de las casas de las

aldeas de la isla. Él sólo tenía que poner la palma de su mano allí y deslizar

la puerta. Cerró los ojos. Esto no debería haber sido así. Esto no debería estar

pasando ¡¿por qué mierda todo tenía que ser tan injusto para ellos?!+

El grito desde dentro de "¡Sophie!", sobresaltó a Yifan, que miró al frente.

Para cuando despertó de sus pensamientos perdidos, Yifan tenía a la niña

prendida del borde de su abrigo. Era tan irreal, como que ni siquiera pensó en

perder la oportunidad de tenerla en sus brazos. Toda sonrisas, Sophie parecía

rogarle algo y él la elevó a lo alto, mientras ella gritaba y reía, cuando


volvió a abrazarla. La había extrañado tanto, que ni él podía entender cómo es

que ella se había vuelto imprescindible en su día. Sophie y él, tenían poco

tiempo juntos y él ya no se imaginaba sin la niña rondando.+

- ¿Por qué no viniste antes? – le reclamó ella, mientras apoyaba su mentón en el

hombro del hombre que la sostenía.+

Él cerró los ojos y acarició su cabeza pequeña.+

- Lo siento hadita. Estuve demasiado ocupado – dijo.+

Él abrió sus ojos, para encontrarse con la mirada llena de miedo de Zitao, que

parado, miraba eso con demasiado recelo. Evidentemente Zitao quiso detener a su

hermana cuando la vio corriendo a la salida, para abrir la puerta a Yifan. Quizá

la niña había escuchado desde la sala el motor del auto estacionando.+

Yifan y Sophie se miraron. Él le dio un beso en la frente y ella le devolvió

otro también. Chocaron en un juego las puntas de sus narices, antes de que él la

bajara de nuevo. Demasiado entusiasmada, Sophie tomó la mano de Yifan tirándolo

al interior.+

- ¡Te dije que era él! ¡Como tío Jongdae dijo!+

Gracias a dios, ella no tenía idea de nada de lo que pasaba entre ellos. +
- Hola – saludó apenas Yifan.+

Zitao murmuró algo, apenas como saludo, antes de estirarle la mano a su

hermanita para que fuera donde él. Pero inesperadamente ella se abrazó a Yifan,

que cerraba la puerta detrás, quitándose los zapatos. Apenas Sophie le soltó la

mano, para que él pudiera quitarse su abrigo, dejando a la vista el traje negro,

impecable. Zitao se encontró mirándolo de arriba abajo. +

- ¿Vas a quedarte con nosotros? – preguntó Sophie a Yifan – ¡Tenemos toda la

tarde! – dijo llena de entusiasmo, dándose vueltas a sí misma, con la mano del

hombre en alto.+

- A eso vine hadita – respondió incómodo.+

- Es que siempre te tienes que ir y nunca te quedas – reclamó ella.+

Sus ojos suplicaban algo de atención a Yifan. Zitao suspiró aturdido, sus

pupilas nubladas de desconfianza y sus brazos encerrándose a sí mismo. Yifan

apretó sus labios hacia adentro, para contenerse. Miró a Sophie, sonriéndole

tranquilo mientras ella le hablaba. Aunque Yifan sabía bien que su hadita era

por demás inteligente. +

Ellos estaban comiendo helado, después de comer, en una tensión inflexible por

parte de Zitao que no iba a ceder. Su mutismo, tuvo que abandonarlo, solamente

para que su hermanita no entrara en pánico por el hombre que Zitao consideraba,
era de temer. Es que él ya no confiaba en nadie. Había sido engañado por tantas

personas, incluso por aquellos que más decían amarlo, que lo único real a lo que

se aferraba, era Sophie. Pero ella estaba obnubilada por el hombre y sólo por

eso, Zitao los dejó estar juntos, aunque bajo su mirada vigilante, en su

instinto sobre protector. +

Sophie siguió entretenida con su copa de helado, sobre la mesa, junto a Yifan.

Zitao en cambio había optado por el sillón de la sala, mirándolos a los dos. No

cambiaba sin embargo de habitación. Todo era la misma cosa ahí, excepto los

dormitorios, conectados por un pasillo. +

- ¿Te gusta aquí? – le preguntó Yifan a Sophie.+

- A Zitao si, pero a mí me gusta más allá – afirmó con un mohín triste – Donde

puedo verlos a todos.+

- ¿Allá? – preguntó Zitao confundido.+

- Si – asintió Sophie con sus ojos bien abiertos – En la casa de Yifan, en el

edificio alto. Todos iban a verme y yo extraño verlos también ¿Cómo está tu
mamá? – le preguntó al hombre.+

Zitao por primera vez miró a Yifan, como esperando más información sobre el

asunto. La niña nombraba cantidad de nombres nuevos para Zitao. Ellos siguieron

hablando de todas esas personas.+

De repente Sophie se puso de pie y salió corriendo al baño. Saltaba como si nada

pasara y Zitao la siguió con la vista, quedándose solo, con Yifan. Creyó que

nada más pasaría, cuando Yifan se puso de pie y se sentó en el sillón, en frente

de él. Los nervios comenzaron a minar a Zitao, cuando la mirada del hombre se

ancló en su rostro. +

Yifan quiso decir algo, pero tenía miedo de asustarlo. Él estaba muerto de ganas

por abrazar a Zitao y sentirlo. Él podía conformarse con tan sólo un abrazo ¿Era

mucho pedir? Si. Era demasiado. Así que desterró esa idea de su mente. 1

- ¿Es verdad lo que dicen de ti? – saltó sorpresivamente Zitao.+

Y el hombre, quedó inmóvil. Lentamente Yifan se compuso en el asiento y

respirando hondo, preguntó con cautela, no pasándole desapercibido el tono bajo

de la voz de Zitao.+

- ¿Qué te dijeron de mí?+

- Sabía que hacías algo peligroso. Pero tú...– dijo tembloroso, con sus labios
tiritando. Eso dolió a Yifan tanto... – ¿Mataste gente?+

Peligroso, era una palabra para describir a Yifan. Asesino, también.+

Yifan bajó los ojos, mirándose las manos primero, antes de regresar sus oscuros

ojos a Zitao. +

- No dices nada...– dijo Zitao, con dolor y su garganta quebrada.+

El miedo lo estaba dominando. La vista se le nublaba. Estuvo a punto de moverse

en su impulso de esconderse de nuevo en su dormitorio, llevando a Sophie

consigo. Pero cuando quiso levantarse de su sillón, Yifan se encontró de una vez

de rodillas. Zitao se encontró acorralado, con las manos que le temblaban,

sostenidas por las manos del hombre, el mismo hombre que parecía como antes

querer cuidarlo. Sus labios se movieron pero del temor no pudo emitir un sonido,

sus ojos suplicaban a Yifan lo soltara.+

- Zitao por favor – pidió y le rogó Yifan – Sólo dame un momento y...+

Zitao apretó aturdido sus párpados. Una parte de él no creía que Yifan fuera

capaz de esas cosas. Otra, la más realista, le indicaba que lo evidente estaba

en frente de sus narices y que debía despertar de su fantasía de pensar en ese

mundo de ensueño que le habían construido alrededor en el hospital. Por eso

insistió, aunque con su siempre lenta lengua, armándose de valor...+


- ¿Tú, mataste, gente?+

Allí se quedaron, mirándose un momento. Quizá Zitao esperaba la negación

absoluta y después una sonrisa apacible que le dijera que todo estaba bien, para

al fin, por todos los cielos, tirarse en sus brazos y pedirle perdón, por

haberse creído esas cosas que le dijeron de él. Pero no fue así. No cuando el

hombre bajó su mentón sin quitarle la vista y apretó sus manos, seguramente para

que no se aparte. Y fríamente, como calculando sus gestos, lento y claro, Yifan

habló.+

- Nada de lo que hice la noche que fui por ti, podría haberlo hecho de no ser

quién soy, Zitao. Y para llegar a ti, como habrás visto, tuve que dejar varios

cuerpos desplomados en el suelo – suspiró duramente un segundo, elevando su

rostro ¿Asustaría a Zitao? Seguramente. Pero ya no iba a andar con vueltas,

cansado de tantos ocultamientos – No voy a justificarme por mis actos. Pero sí –

asintió con vehemencia duramente – Mis manos tienen sangre de muchos hijos de

puta que hicieron mierda este mundo. Quizá no soy mejor que ellos y el mundo no

es mejor con mi existencia. Pero te aseguro, que se lo merecían. +

Yifan estaba loco.+


Y en verdad Zitao se consideró más loco, por no tener una pizca de miedo, sino

de intriga, hundido en las pupilas de ese hombre. Él se quedó quieto, mientras

el calor volvía a recorrer sus venas y suavizaban su sangre, desde la piel de

Yifan. Sus mejillas se encendieron ante su mirada oscura, sobre todo cuando dijo

sobre lo que había sido capaz de hacer, por llegar a él. Zitao percibió el

respirar fuerte de Yifan, cuando se alejó. Aturdido, Zitao se quedó mirando sus

manos, esas que Yifan, acababa de soltar. Y Yifan volvió a su lugar con aplomo.+ v

- ¿Qué te dijeron de mí? – preguntó Yifan.+

- Me dirás que es mentira...+

- Nunca te mentí – casi rugió Yifan, plagado de impotencia, mientras su pecho se

inflaba.+

Zitao resopló sintiéndose un tonto y riéndose apenas. Por primera vez el podía

ser mordaz y dolía.+

- Yo sólo... – habló apenas Yifan, sabiendo lo que estaba pensando Zitao –...

sólo te cuidaba de...+

- ¿Es verdad que era un monje? – dijo de una vez, al segundo que volvió a

sonreírle – Ni siquiera sé lo que es ser un monje. Pero dijeron que tú y yo


tuvimos una historia cuando tenía ¿cuántos años? – divagó.+

- 13 y cumpliste 14. Nos conocimos en la escuela.+

Zitao quedó tieso, llegando a avizorar una leve curvatura en los labios

nostálgicos de Yifan. +

- Bueno... al menos ya sé que es verdad – dijo Zitao, quitando los ojos del

hombre – Me dejaste y...+

- Tuve que hacerlo...+

- Sólo te cuento. No espero explicaciones de tu parte.+

Bien. Yifan lo entendió así que tuvo que morderse las palabras con rabia.

Malditos. Ellos contaron lo que les convenía contar.+

- Mi madre me buscó, cuando pudo tener un empleo. Me fui con ella y...+

Zitao cerró los ojos, encogiendo sus hombros y tragando duro.+

- Zitao – dijo Yifan – Si no quieres...+

- Era malo – sonrió con dolor – Al final era malo...+


- No es como tú crees...+

- ¿Y cómo es entonces?+

- No sé qué mierda te dijeron...+

- Cuando volví a verte años más tarde, yo te secuestré. O al menos ¿obedecí y

ayudé? – preguntó a la nada, perdido en sus pensamientos, con evidente

confusión. Sus dedos de la mano derecha, rozaron su frente – Dijo que... quería

hacerte pagar por haberme abandonado. +

- ¿Quién te dijo eso? – reclamó Yifan.+

- Mi madre ¿Acaso es mentira?+

Yifan miró hacia el pasaje que dirigían a los dormitorios, preocupado de que

Sophie estuviera llegando en cualquier momento. Los dos la escucharon cantando

alguna melodía desde el dormitorio. A ella le gustaba cantar, mientras peinaba a

sus muñecas. +

- ¿Por qué no me lo dijiste desde un principio? – escuchó a Zitao decirle, con

la voz más baja.+

Yifan estiró su cuerpo más cerca. Él también bajó el tono de la voz.+


- ¿De qué habría servido?+

- Merecía la verdad.+

- Ponía tu salud en juego – dijo entre dientes, Yifan, mirándolo de pronto

enojado – No estaba dispuesto a arriesgarme. Yixing fue muy claro conmigo

cuando...+

- ¡¿Yixing?! ¡¿Él lo sabía?!+

- Tuve que decirle.+

Zitao llevó sus ojos desorientados a lo alto. Una mueca de rabia salió de su

estómago.+

- Hay tanta mentira aquí que...+

- Él sólo intentaba protegerte. Todos intentaban protegerte.+

Zitao volvió su mirada a Yifan. Irónico, como nunca antes lo había sentido
Yifan, dijo.+

- ¿De ustedes? +

- Eres injusto.+

Y dolió eso.+

Zitao cerró sus ojos. Asintió varias veces y suspirando, abrió sus ojos mirando

de nuevo a Yifan. Dijo con un palpable malestar de garganta y temblor en sus

labios.+

- Es verdad. Debería estar agradecido por todo lo que hicieron. Pero no deja de

darme vueltas en la cabeza, el por qué del interés desmedido por tenerme tú de

vuelta.+

- ¡¿Y todavía te preguntas eso?!1

- ¿Quizá es por algo que se supone debería recordar? Dime tú.+

- Yo sólo te quería de vuelta.+

- ¡¿Por qué?!+

Yifan saltó a su lado. Zitao de nuevo se sintió estremecido. Las manos del
hombre tomaron su rostro. Zitao lo miró fijo. Sus ojos sufrían.+

- Porque te amo – dijo tan cerca, pero con fuerza en sus palabras, aún si fuera

un susurro inaudible a la distancia, como queriendo imprimir esa frase, que

tanto costaban creer.+

- ¡Tú me dejaste! – exclamó ahora lleno de enojo con él Zitao – ¡¿Por qué?! Sólo

te fuiste – le reprochó – ¡¿Por qué lo hiciste?!+

Yifan chocó su frente, sobre la frente de Zitao. Él rogaba que lo escuche, pero

sobre todo que le crea. Por dios que le crea...+

- Porque te amo – le repitió Yifan – Todo lo que hice, yo lo hice, porque te

amo.+

Ellos se miraron. Zitao quería creerle, en verdad. Pero no quería de nuevo ser

destrozado. Él no podría sobrevivir de nuevo a eso.+

- Zitao – llamó Sophie.+

Ellos se alejaron en un instante. Se dieron la vuelta viendo a la niña. Sophie

ni siquiera pareció haberse inmutado por encontrarlos tan cerca. Otra cosa la

preocupaba. Parecía asustada, con su móvil en mano, pegado a su pecho. Los dos

se pusieron de pie.+
- ¿Qué pasa amor? – dijo Zitao, caminando a ella.+

- No atiende – dijo Sophie dando el móvil a su hermano – De nuevo, él no

atiende. Quería contarle a tío Yixing que Yifan vino. Pero no atiende.+

Yifan arrugó su frente. +

- ¿Cuándo fue la última vez que se comunicaron con él? – preguntó Yifan,

estirando su mano para ver el celular.+

- Anteayer – respondió Zitao, ya con evidente inquietud – Nosotros nos vemos por

aquí todos los días. Ayer que no atendió, creí que estaba ocupado, pero ahora...

es...+

Yifan sacó su móvil. Él marcó un número.+

- YooChun – dijo rápido – Te paso el siguiente número. Es del doctor Zhang.

Necesito que lo rastreen.+

Yifan pasó el número y luego cortó. Suspiró. No dijo nada por unos segundos,

hasta que oyó a Zitao queriendo aplacar las cosas con su hermana. Ella estaba

asustada. Yifan entonces se agachó hacia ella, le dio un beso en la mejilla y le

pellizcó el puente de la nariz.+


- No pasa nada hadita ¿ok?+

YooChun vino sin embargo y eso alertó a Yifan. No podían ya haber novedades

sobre el asunto.+

- ¿Qué ocurre? – preguntó Yifan.+

YooChun movió su mentón saludando apenas a Zitao y Sophie. No quería hablar. No

al menos delante de la niña. Zitao abrió sus ojos expectante. No dijo nada. Algo

pasaba, pero él no quería que Sophie se asustara más de lo que ya estaba.+

- ¿Por qué no buscamos las piedritas raras que encontramos a orillas del mar,

para mostrarle a Yifan?+

Yifan miró a Sophie correr hacia el dormitorio y Zitao seguirla. Antes de

ingresar en la habitación, Zitao regresó su vista a Yifan. Yifan asintió, como

queriendo tranquilizarlo. Después regresó su mirada a YooChun, esperando que

hable.+

- Ya está – dijo Yifan – Ahora ¿qué ocurre?+


- Nuestros contactos en la policía – dijo consternado YooChun, pero sin dar

vueltas, porque estaban con el tiempo contado – Acaban de encontrar el cuerpo de

Jung GyuWoon, el hermano de Jung Chan. Parece que se suicidó.+

Yifan sintió que se le congelaba la sangre. Cerró sus ojos y elevó su rostro,

para respirar mejor.+

- ¿Se suicidó? – preguntó con una sonrisa irónica Yifan, sacudiendo su cabeza. + i

- Eso dice la primera pericia. +

- Llamaré a mi tío, para ver qué sabe.+

- Llamó Kyungsoo – dijo rápido y con énfasis.+

- ¡¿Qué?! – exclamó.+

El último contacto que habían tenido ellos, había sido hasta la muerte de Yoong

Wa. Si Kyungsoo llamaba, es porque las pruebas contra su padre, estaban

reunidas, pero...+

- Dijo que te diga dos cosas. La primera. Jang Hyuk salió fuera del país. +

- ¡¿Ahora?! – dijo Yifan, lleno de desconfianza.+


- Si – dijo YooChun – El presidente se lo llevó con él a una cumbre o algo así.

Kyungsoo me dice que eso le hace las cosas más complicadas a Jung Chan, porque

está solo.+

- Puede ser. Jang Hyuk no deja a sus hombres bajo el mano de nadie.+

- Yifan, la segunda cosa. Kyungsoo necesita resguardar a dos testigos contra

Jung Chan para la causa que se está armando. Te pide ayuda.+

- ¿De quiénes se trata?+

- La esposa y la hija de Jung Chan.+

- Mierda – espetó Yifan.+

- ¿Qué le respondes? – preguntó urgido YooChun.+

Yifan cerró los ojos unos segundos, endureciendo sus gestos. Abrió sus ojos y

ordenó.+

- Que las trasladen hasta aquí en el helicóptero. Nosotros nos vamos en ese.+

- ¡¿Piensas llevarte a Zitao y Sophie?! – exclamó descolocado.+


- No voy a arriesgarlos a tenerlos lejos de mí nuevamente – dijo de una vez –

Jang Hyuk no hará nada desde fuera y honestamente, dudo que lo hayan llevado

porque sea bueno. El maldito presidente está protegiendo a su amigo. +

Yifan caminó por el pasillo y se asomó en el dormitorio. Miró a Zitao y a Sophie

que estaban sentados en la cama de la pequeña, apoyados sobre el respaldo.

Sonrió abiertamente y le dijo a la niña.+

- Hey hadita ¿Quieres mostrarle el apartamento que te gusta a tu hermano?+

Zitao se levantó abruptamente. Caminó hacia él.+

- Yifan... – apenas llegó a decir, pero el grito de entusiasmo de Sophie lo

frenó.+

- Ve a preparar tus cosas – dijo Yifan a la niña, sonriendo, mientras se daba la

media vuelta para retirarse.+

Cuando llegó a la sala, Yifan vio a YooChun colgando el móvil.+


- Estarán aquí en quince minutos a más tardar – le dijo a Yifan – Están mientras

rastreando el número del móvil del doctor Zhang y viendo de algún modo de

contactar con algún conocido de allá.+

- Gracias – dijo Yifan.+

- ¿Qué está pasando? – increpó desde atrás Zitao.+

YooChun desvió la mirada a Zitao, sin decir una palabra. Regresó tenso, la vista

a Yifan, esperando la orden. Yifan bajó su mentón levemente y en silencio,

YooChun se retiró.+

- No me moveré de un lado al otro... – dijo Zitao –... solamente porque así lo

dices.+

Yifan se acercó. Tragó duramente, pero cazó desprevenido a Zitao, en el momento

que tomó con su mano derecha su mejilla, dándole una caricia suave con su pulgar

y acercándose tanto a él, cuando le ordenó, hasta con una sutil delicadeza

arrogante.+

- Lamento decirte amor, que harás lo que te digo. Por tu bien y el de Sophie.

Ustedes, vendrán conmigo.1

Y Zitao se vio naturalmente arrastrado hacia el hombre, que le dio un beso en la

frente, aspirando de paso el aroma de sus cabellos. Él sintió esa adrenalina


imprevista, fugaz e intensa entre ellos, cuando le dijo por última vez como

ultimátum.+

- Ahora, ve por ella. Nos vamos a casa.+

Y Zitao tuvo que apartarse, para ir donde Sophie. Él no podría seguir

conteniéndose ante ese hombre, menos aún con su corazón se encontrara dispuesto. p

Pasados diez minutos, el ruido retumbó por la pequeña casa que parecía querer

volar. Zitao asustado miró por la ventana de la cocina, al patio que daba vista

al mar. Sophie aplaudía como si fuera una diversión intensa y él estaba

realmente asustado. Ellos vieron dos mujeres descendiendo de ahí.+

Cuando ingresaron en la casa, Zitao y Sophie saludaron con respeto a la señora

mayor. Se dieron cuenta que a su lado, la joven, era su hija, que parecía

asustada. Un sobre de carta asomó desde el abrigo de la mujer, mirando a Yifan

agradecida. Ella dijo.+

- Kyungsoo me dijo que te lo diera a ti.+

Yifan tomó el sobre. +

- ¿Qué es?+
La mujer sonrió, cerrando eso en las manos de Yifan con fuerza y dándole una

palmada.+

- Logré encontrarlo con muchos papeles. Pero Kyungsoo me dijo que esto, no debía

verlo nadie. Para ayudar a Kim Junmyeon. +

Yifan arrugó su frente y miró rápido dentro. Él avizoró un pendrive en el

margen. Tan sólo eso. Y Yifan no pudo evitar abrazar a la mujer, prometiéndole

la protección de sus hombres. +

Yifan, sonriendo, como si algo bueno estuviera sucediendo realmente, miró a

Sophie.+

- ¿Vamos hadita? ¿Estás bien abrigada?+

Ella corrió a los brazos del hombre festejando. Y Zitao no pudo hacer más que

empezar a pensar en el poder que tenía ese hombre, que apenas daba una orden, se

hacía lo que él decía. Yifan alzó a Sophie y salió, sabiendo que eso haría que

Zitao los siguiera sin pensarlo.+

Ellos salieron. Zitao simplemente sintió la mano libre de Yifan, bajarle la

cabeza. Él quiso hablarle a Yifan, pero el ruido se lo impedía. Optó por

gritarle.+
- ¡¿Por qué no en el barco, como vinimos?! ¡No parece seguro y... y me asusta!+

Yifan pasó a Sophie a los brazos de YooChun, que ya le ponía casco, para

sentarla y acomodarla. Yifan se quitó su bufanda y la enrolló alrededor del

cuello de Zitao, que no tenía ninguna. Zitao inconsciente del gesto, que lo tomó

natural, siguió mirando a Yifan esperando una respuesta.+

- ¡Llegar a Seúl nos costaría más de dos horas! – exclamó – ¡Ir por aquí, menos

de 20 minutos! ¡Yo te cuido! ¡Créeme que no quisiera eso, pero, tengo algo

urgente que atender!+

- ¡¿Entonces te irás apenas lleguemos?!+

Yifan asintió un par de veces. +

- ¡Dile a Sophie tú! – reclamó Zitao – ¡La ilusionaste que te quedabas!+

Y Zitao se volvió al helicóptero, para treparse al lado de su hermana. Y Yifan

sonrió, porque tuvo la leve ilusión de que quizá, Zitao quería que se quedara

con ellos. Y sonriendo se sentó al lado de Sophie, que estaba en medio de los

dos.+
Descendieron en el último piso de un impresionante rascacielos, que Zitao jamás

habría imaginado siquiera que pertenecía a Yifan. Aunque algo extraño le

resultó, que un séquito de guardias, entre hombres y mujeres, le dieran tanta

atención y reverencias a Yifan. Zitao miró a Yifan, que no se desprendía de su

hermanita que llevaba en brazos, aunque en realidad era ella quien no parecía

tener intenciones de desprenderse del hombre. Y a Zitao no le quedó de otra que

confiar en el instinto de la niña que encontraba en Yifan la seguridad que al

parecer nadie le había brindado, ni siquiera su propia madre, de quien se había

escapado. +

En el elevador, Yifan le habló a Sophie.+

- Damita, serás la guía de tu hermano en el apartamento ¿Si? Eres la dueña ahí.

Debo hacer un trabajo y apenas termine, regreso.+

- ¿Entonces no vienes con nosotros? – dijo ella compungida y bajando la mirada,

aún sin desprenderse del cuello del hombre – Dijiste que te quedabas todo el

día...+

Zitao sintió un nudo en la garganta. Sus ojos mirando con reproche a Yifan,

cruzándose de brazos.+

- Surgió algo urgente y un amigo está en problemas – le contó Yifan. Zitao

ablandó su semblante y escuchó más atento – Además, debo buscar a tío Yixing
¿Recuerdas? +

- ¡¿En serio?! – exclamó la niña, ya menos afligida ante la noticia.+

- A lo mejor sólo se le rompió el celular y hay que comprarle uno nuevo –

advirtió Yifan, mientras ella asentía un tanto más convencida.+

Las puertas del elevador se abrieron, dando paso a un estacionamiento

subterráneo. Una comitiva de coches esperaba por Zitao y su hermana, con sus

guardias. Yifan dejó a Sophie en el suelo, pero no se movió del elevador. +

- Hangeng ¿Lo recuerdas? – le preguntó Yifan a Zitao – Él estará para lo que

precises.+

El hombre sonrió e hizo una reverencia. Zitao se inclinó con respeto, apenas con

el tiempo para ver a su hermanita saltando sobre el hombre y dándole un beso.

Ellos se tenían confianza y un suspiro de alivio retumbó en el pecho de Zitao,

porque después de todo, Sophie parecía cómoda ahí.+

- ¿Te quedas entonces? – preguntó Zitao.+

- Aquí mismo – respondió Yifan.+

- ¿En este edificio?+


- Desde aquí trabajo. +

Eso dejó desconcertado a Zitao. Pero aceptó esa respuesta, dándose la vuelta y

dirigiéndose al coche, donde ya lo esperaba la puerta abierta. Giró una vez

involuntariamente, solamente para ver las puertas del elevador cerrarse con

Yifan dentro. Él se subió al auto y mientras Sophie, en el trayecto, le contaba

entusiasmada todo lo lindo con lo que se encontrarían en el piso de Yifan, donde

ella tenía su dormitorio y sus muchos regalos, Zitao recién cayó en la cuenta de

su inmensa bufanda que lo abrigaba demasiado. Pero aún si le hiciera calor ahí

dentro, Zitao no quiso quitársela, porque, estaba bien sentir el perfume del

hombre impregnado en la prenda y en él.+

Sophie tenía toda la razón del mundo al querer regresar a esa casa inmensa, piso

o departamento o como se le llame. Ella corrió emocionada, con su pequeña valija

a cuestas, hacia su dormitorio, llamando a su hermano porque quería mostrarle

donde ella tenía sus cosas. La congoja dominó a Zitao cuando se vio rodeado de

cosas hermosas y todas brillantes para Sophie, cosas que él no le podía dar. No

habría querido que ella se acostumbre a un mundo así tan de ensueño, pero

tampoco quería quitarle eso. Los pensamientos contradictorios aturdieron a

Zitao. +
Jugaron todo lo que quisieron y comieron cuando el hambre retumbó en sus

estómagos, hasta que se hizo presente una visita inesperada, acompañado de

Hangeng, ya casi anocheciendo.+

- ¡¿Baekhyun?! – exclamó Zitao, abriendo sus brazos, porque se dio cuenta que

Baekhyun ya había llegado primero.+

Ellos se abrazaron por un tiempo prolongado. Se miraron entre lágrimas mientras

reían y Zitao no pudo evitar no tocar ese vientre bonito que ya se hacía ver.

Eso emocionó a Zitao sobre manera, porque la última vez que se habían visto en

la casa de Jang Hyuk, ellos no habían podido hablar nada. Sentados en el sillón

del living, mientras Sophie miraba sus dibujos en otra sala, se quedaron los

dos. Baekhyun acarició los cabellos de Zitao, mirándolo de arriba abajo, como

analizándolo centímetro a centímetro.+

- Estoy bien – le dijo Zitao, secando una última gota que rodaba por la mejilla

de su amigo – Ya deja de sentirte mal por mí.+

Baekhyun volvió a abrazarlo y comenzó a sollozar acongojado.+

- Mierda Zitao – rugió lleno de rabia – No paraba de pensar en ti y en todo por

lo que estabas pasando. Debí hacer algo... para que nadie te saque de ahí...+

Zitao quiso consolar a su amigo. Dio unas palmaditas a su espalda. +


- Ya. Deja eso. Estoy aquí y no me voy.+

Baekhyun se volvió a verlo repentinamente. Una sonrisa repentina se dibujó en su

rostro, iluminándolo.+

- ¡¿Eso quiere decir que te vas a quedar?! – exclamó Baekhyun entusiasmado y

expectante, sin dejar a Zitao decir una palabra – ¡¿Que ya se aclaró todo con

Yifan?!+

- Yo... no est...+

-¡Ay Zitao! No tienes idea lo feliz que me hace eso – dijo volviendo a abrazar a

Zitao – ¡Ya no voy a estar tan solo! Porque me siento tan solo...+

- Baekhyun...+

Y Baekhyun miró a Zitao de nuevo, pero no para escucharlo, sino para seguir

hablando.+

- No sabes lo mucho que ha sufrido todos estos años Yifan. Chanyeol me contó

todo lo que pasó entre ustedes. Para Yifan siempre, siempre fuiste tú y solo tú

en su vida. Él nunca te pudo olvidar – dijo sonriendo, mientras acariciaba las

mejillas de Yifan.5
Sin aliento y sin palabras. +

Así se sintió Zitao, en medio de su corazón conmocionado por esa novedad. No se

sintió feliz sin embargo, porque quizá Baekhyun ignoraba de lo malo que él había

sido en el pasado. La desconfianza no dejaba de minarlo, cuando estaba a punto

de lanzarse a creerle al hombre que le decían que no lo había olvidado; porque

siempre existía la espina de las voces que le recordaban, que era imposible que

un hombre como Yifan sintiera todo eso por él. +

- ¿Los chicos? – preguntó Zitao, reacio a seguir hablando del tema.+

Y Baekhyun tuvo que exigirse mantener la sonrisa. De Luhan, él podría hablar sin

problemas, porque estaba trabajando y aún no estaba enterado de Zitao en Seúl.

Pero ¿Qué decirle de Kyungsoo?+

Ya de nuevo con Sophie, que ahora jugaba en la alfombra de la sala con las

"piedras preciosas" de su valija, Zitao se conformó con la vista nocturna

espectacular desde la altura del edificio del apartamento de Yifan, viendo

algunas pizcas de agua congelada golpear el ventanal. Sonrió, corriendo más el

cortinado blanco. Hacía mucho que no estaba así de tranquilo, recordándose como

había estado hasta hace tan poco. Una sensación de libertad minó sus pulmones,

respirando tranquilo por eso, mientras regresaba la vista a su hermanita. Pero

también la preocupación lo oscureció al segundo, al no poder entender qué

ocurría con su madre, dónde estaba y quién era en verdad.+


Cuando Zitao acostó a Sophie, ella le cantó esa melodía que tanto le gustaba,

mientras se dejaba poner su camisón. Esos eran momentos memorables para Zitao,

que recién ahora aprendía de a poco a cuidar alguien, pensándose así de ahora en

adelante. Zitao aplaudió a su hermanita cuando terminó su canto y luego de un

beso en cada mejilla, la acostó en esa cama de princesa. Cuando arropaba a

Sophie, ella preguntó.+

- ¿Nos quedaremos aquí?+

Zitao se quedó quieto, con ambos brazos envolviendo a su hermana delicadamente.

La miró. Ella estaba bonita en ese castillo construido a su alrededor, pero, no

era real o al menos algo que él le pudiera dar. +

- Sophie – dijo triste, pero honesto, porque él no mentiría a su hermana – Nada

de esto es mío. Y no es algo que estoy seguro que pueda darte más adelante. Pero

no hablaremos de eso ahora ¿De acuerdo? Ya es muy tarde – quiso convencerla,

dándole un beso en su frente – Pero lo que sí puedo decirte con seguridad, es

que nadie nos va a separar nunca.4

Sophie sonrió, envolviendo sus pequeños brazos alrededor de su cuello, como si


estuviera conforme con eso. Un golpe de sabiduría avasalló a Zitao, cuando ella

le dijo.+

- Nunca tuvimos mucho realmente. Y siempre fuimos felices tú y yo.+

Zitao dio unas cosquillas a su hermanita antes de unos últimos besos y entre

risas y caricias, él la dejó durmiendo. Él suspiró antes de apagar la luz y

darse cuenta que las estrellas diminutas se encendían por las paredes como

brillantes luminarias. Zitao sonrió por lo bonito que se veía todo eso y

disfrutó unos segundos de ese panorama.+

Caminó por el pasillo y decidió que su dormitorio era ese donde los guardias le

habían dejado las valijas. Otro golpe de incomodidad sintió, cuando se dio

cuenta de que todo lo que había dentro, le había sido dado por el hombre. Nada

le pertenecía, ni siquiera lo que llevaba puesto en ese momento. Pero estaba

demasiado cansado como para debatir consigo mismo qué hacer y hasta para

desempacar sus cosas, así que, dejándolo todo así, se limitó a darse un baño y

ahí mismo, ponerse otro pantalón de gimnasia de los innumerables que tenía, con

una camiseta blanca para dormir. Él sólo quería descansar de tanto, pero un

temor siempre le venía de golpe cuando sabía que podía alguno de esos malditos

sueños agobiarlo en las noches. Pero su cuerpo necesitaba una tregua. +

Se refregó los ojos somnolientos y abrió la puerta del sanitario, para

encontrarlo fuera, sentado en el borde de la cama. Y Zitao se quedó helado en su

sitio, sintiendo el pánico ante la amenaza del hombre que estaba dentro del
dormitorio, sentado ahí.+

Yifan lo miró despacio y sin apuro, de la cabeza a los pies. Le sonrió con

lentitud, mientras sus párpados parecían ceder con lentitud. Sus ojos un tanto

perdidos, a pesar de mirar a Zitao, como si no quisiera perderse los detalles de

los gestos y los modos de su niño.+

- Jamás te haría daño – le dijo de pronto Yifan – Sólo quería ver cómo estabas.+ s

Su voz terminó por sobresaltar a Zitao, que dio un respingo sin aliento,

encogiéndose en sí mismo. Él se tocó el pecho, suspirando sin aliento, porque

aunque intentara, Zitao tenía miedo. Cauteloso, Zitao miró a Yifan cómo estaba.

Un tanto desaliñado y con los hombros caídos. El saco de su traje negro en la

mano y las mangas de su camisa blanca arremangada. Su corbata inexistente,

dejaba a la vista su cuello abierto. Su cabello negro disparado y rebelde, ni

siquiera se acomodó cuando Yifan pasó su mano para acomodarlo. Era un desastre.+ e

Titubeante, los labios de Zitao cedieron. Su boca se abrió un poco y se cerró

otro poco. Debió mojárselos, pasando rápidamente su lengua por ella, emitiendo

un ronquido por lo bajo para encontrar su voz. +

- E-estoy... bien – dijo por lo bajo, ahogándose casi en él mismo, tratando de

largar lo último – Gra-gracias... ¿Y tú?+


Yifan le sonrió, mientras un suspiro le salía con calma. El hombre le estiró su

mano.+

- Ven – la suplicó inclinando levemente su cabeza a un lado – Por favor. +

Zitao no fue, no se movió y era evidente que estaba aterrado. Sus manos hechas

puñados en su pecho y la mirada oscilando entre la puerta y Yifan. La

desconfianza se anteponía entre los dos y eso daba lugar al miedo en los ojos de

Zitao.+

El hombre no iba a arriesgarse a lanzar lejos de él a Zitao. Por eso bajó su

mano y se puso de pie para retirarse. Sin perder su sonrisa a Zitao, dijo

dándose la vuelta.+

- Descansa tranquilo.+

La puerta se cerró y Zitao se quedó solo. +

No supo cuánto tiempo debió haber pasado, pero no se sintió bien acostarse

habiendo dejado ir a Yifan. Pero Zitao estaba muy cansado. Creyó que se

encontraba desequilibrado por estar pensando en esas cosas. Y prefirió dormir

para olvidarlo todo por unas horas.10


-----------------------------1

*Isla Deokjeokes la isla más grande de Deokjeok-myeon en el condado de Ongjin,

Ciudad Metropolitana de Incheon, Corea del Sur posee 36 kilómetros cuadrados.

"Toma todo el tiempo que quieras amor"

- ¿Hangeng? – llamó Zitao al hombre, antes que se retire de la cocina donde

Zitao desayunaba con Sophie.12

- Diga joven Huang.+

- Zitao – pidió con algo de nervios, costándole aún hablar con extraños – Sólo,

Zitao.+
Hangeng sonrió y asintió en acuerdo.+

- Dime Zitao ¿Qué se te ofrece?+

Zitao miró a Sophie devorando sus cereales. Se levantó de la mesa y se dirigió a

Hangeng, hablando en voz algo más baja de lo que parecía estar acostumbrado.

Hangeng debió acercarse un poco para oír. El chico quería hablar en secreto.+

- ¿Yifan? – susurró, encogiéndose y costándole sostener los ojos en Hangeng. +

El hombre era bueno, pero Zitao aún sentía esa inseguridad de que lo escuchen

hablar tan lentamente.+

- En la oficina. Se fue muy temprano – respondió – ¿Recuerdas el edificio cuando

llegaste? – preguntó, esperando una respuesta de Zitao, que solamente vino con

una afirmativa débil de su mentón bajando. Hangeng sonrió y siguió – Él debe

manejar esa compañía. Es de su familia.+

Los ojos de Zitao se abrieron llenos de impacto y quedó boquiabierta. Hangeng se

dio cuenta y una parte de él se arrepintió de haberle dicho, porque Zitao

parecía más retraído, encogiéndose de hombros.+

- ¿Algo más Zitao?+


Zitao se quedó pensando unos segundos. Es que anoche él había visto a Yifan ya

tarde y tan cansado, que creyó encontrarlo en la mañana cuando despertó, pero

nada. Yifan ya se había ido. Quizá, después de anoche, Yifan ¿se habría sentido

ofendido? Todos los intentos del hombre por acercarse a él y él evadiéndolo. Si

Zitao lo quería lejos, bien, ahí lo tenía. Mejor. Sería más sencillo irse.

Aunque doliera.+

Zitao miró a su hermanita y otra cosa preocupó.+

- ¿Yixing?+

Hangeng apretó sus labios. +

- Apenas haya noticias, creo que será el mismo Yifan quien vendrá a decirte.+

Zitao asintió varias veces.+

- Gracias – dijo.+

Él estuvo a punto de darse la vuelta para regresar a su hermana, cuando Hangeng

lo detuvo.+

- Nos conocimos, cuando tenías 13.+

Qué más daba ya. Hangeng estaba agotado de ver el agobio de esos chicos. Si
Yixing había silenciado a Yifan en su momento, por el bien de Zitao, Hangeng

creyó que Zitao ya más dañado no podía estar. Qué mierda. Él los quería ver

bien. Ya andaba grande para ver sufriendo gente buena. 1

Zitao se retuvo y lo miró detenidamente. Él se encogió de hombros.+

- Lo supuse – dijo Zitao.+

Hangeng se quedó sin palabras. Sus ojos bien abiertos y su mente intrigada. Él

se sorprendió de eso. Costó preguntar.+

- ¿Cómo?+

- Me miras como si vieras un fantasma –respondió, sacudiendo de nuevo sus

hombros – Yo vi películas de espíritus ¿sabes? Y tú me miras como si vieras uno.+

Hangeng emitió una mueca ¿Qué significaba eso? Una risa le salió de las entrañas

¿Acaso él miraba al chico con miedo? Zitao también le sonrió.+

- También me miras con pena – dijo Zitao, más calmo y regresando a eso que

parecía una manía, la de encogerse de hombros – Como si me tuvieras lástima,

por... mi condición.
Y Hangeng frenó la risa. Se vieron unos segundos más de lo normal. +

- No es lástima chico – confesó Hangeng – En absoluto. Te admiro.+

Vaya que eso sí impresionó a Zitao, que arrugó su frente. Zitao no pudo evitar,

reacio a creer, preguntar.+

- ¡¿Tú?! ¡¿Me admiras?! +

Una burla salió de sus entrañas, imposible. Hangeng sin embargo, sacudió esta

vez sus hombros, sonriendo a Zitao.+

- Eres un luchador Zitao – asintió varias veces – Nunca dejaste de serlo. Eso a

Yifan...– sonrió –... definitivamente, lo volvió loco por ti.+

Zitao lo miró fijo, como si un manto de intriga volviera a dominarlo por dentro

¿Por qué todos hablaban así de Yifan? Y Hangeng debió darse cuenta, de los miles

de cuestionamientos en torno a su rostro. +

- Chico – le dijo amable y con ahínco – Yo nunca, nunca, vi querer tanto a un

hombre, como tú quisiste a Yifan. +

Zitao desvió la mirada. Cerró sus párpados, con sus cejas sin embargo en alto.

Vaya...+
- Nunca... nunca me dijeron así – le confesó, mirándolo a los ojos – Es que

siempre...+

- Si, si – habló Hangeng, rodando sus ojos – Ya imagino lo que deben haberte

contado de la otra parte, pero...– dijo ahora deteniéndose en Zitao – Mira. Dime

metido, pero... ¿sabes? Tú fuiste capaz de dejarlo todo por él, cuando eras un

niño ¿Quién hace eso? Y también está lo otro. Arriesgaste tu vida por ese

hombre, cuando casi muere. Eres fuerte Zitao – asintió sonriendo – No dudes de

eso.

Aturdido, despertó en el sillón largo de la sala. Raspó sus ojos con sus dedos,

componiéndose derecho y sentándose, aún sintiéndose mareado. Se tocó la nuca,

haciendo una mueca de dolor y quejándose por dentro, por haberse quedado dormido

en tan incómodo lugar. Y cuando abrió los ojos, se quedó helado, viendo en el

sillón solitario del frente a Yifan, que lo miraba.+

- Me dormí – dijo Zitao con voz ronca, sintiéndose un tonto, por decir algo

obvio. Por eso preguntó – ¿Hace mucho que llegaste?+

- Hará dos horas – respondió sonriendo – Estuve jugando con Sophie, esperando

que despiertes. Ahora ella es la que quedó dormida.+

- Perdón.+
- ¿Por qué?+

- Por tener que cuidar de mi hermana.+

- No me molesta.+

Unos segundos de silencio y Zitao habría querido perderse bajo tierra. Demasiado

asfixiante se sentía estar bajo la mirada del hombre. Hombre. Esa era la única

palabra que le venía a la mente cuando pensaba en Yifan. "Ese hombre", al que

alguna vez le había dicho "Mío". Demasiado para su mente perdida. Zitao quiso

desterrar esos pensamientos, cuando él dijo.+

- Tu cabello.+

Zitao se llevó instintivamente los dedos de su mano derecha a la cabeza,

palpando algunas hebras. De nuevo, él, dándose cuenta de esos detalles. Zitao

supo de sus mejillas calientes y sintió vergüenza que se notara demasiado. +

- Prefiero así – susurró – Mi color.+

- Adoro el color de tu cabello – dijo naturalmente.+

Zitao se encogió de hombros. Su antebrazo cubriendo su estómago que chispeaba. 1 n


Sin embargo, algo extrañó a Zitao, cuando miró a los ojos a Yifan. +

Yifan no llevaba traje. Camisa y jeans, como de casa ¿Se quedaría? Recién,

atontado, se dio cuenta de las lámparas encendidas y la noche fuera. Regresó su

vista a Yifan.+

- ¿Qué ocurre? – preguntó Zitao.+

Yifan bajó la vista. Reservado y con el semblante lleno de preocupación, parecía

no saber qué decir, cuando sus ojos regresaron a Zitao.+

- Yifan – insistió Zitao.+

- Yixing desapareció de su lugar de trabajo hace dos días. No estábamos seguros

anoche. Lo confirmamos en la mañana.+

El horror y el miedo dominaron el rostro de Zitao, que todo lo que pudo hacer

fue taparse la boca, contrayendo el grito de espanto que querría haber dado,

pero no podía, por Sophie. Él comenzó a temblar. Su corazón dolió tanto, que
tuvo que llevarse la mano al pecho. Yifan se movió rápido a su lado. +

Cuando Yifan le contó de Luhan y del padre de Sehun, Zitao entendió bien por qué

Yifan se había quedado. No sólo fue a contarle todo eso, sino también a

contenerlo y sostenerlo. Porque cuando rompió en llanto, por la angustia, él no

tenía otra persona su lado.+

- De no haber sido por ustedes – señaló Yifan, mientras lo abrazaba – No

habríamos sido alertados. Eso nos hizo movernos rápido y sin que ellos sepan que

nosotros sabemos.+

Zitao respiró hondo, componiéndose y mirando a Yifan.+

- ¿Ellos?+

Yifan no quería contarle. Eran demasiadas cosas juntas y todas tan mezcladas,

como confusas. +

- Yo puedo – dijo Zitao, asintiendo seguro – Yo... puedo entender.+

Y es que, aunque no quisiera, Yifan debía explicarle. Porque, aunque no le

gustara la idea, Yifan sabía que Zitao seguía en peligro. Porque, después de

todo, esa gente, estaba allá fuera. Y él, debía impedir que Zitao se pudiera en

riesgo, porque sabía que querría ir con su amigo.+


- Debo ir con Baekhyun – suplicó, cuando Yifan terminó de contarle todo.+

Yifan sabía, aún cuando le hubiera contado todo, que Zitao insistiría.+

- No puedo dejar que hagas eso.+

- Pero...+

Yifan tomó entre sus manos grandes, el rostro consternado de Zitao. Con pena,

tuvo que decirle.+

- Están en peligro. No puedo permitir que salgas de aquí. Baekhyun está bien –

aseguró – Chanyeol lo cuida. Y necesito, que me dejes cuidarte. +

Zitao no respondió. +

Yifan se puso de pie y pasó sus manos por su rostro, despejándose.+

- Siento mucho lo de Sehun – dijo apenas, turbado emocionalmente y perdido en su

angustia.+

Yifan se veía demasiado triste. Miró a Zitao y sin embargo él sonrió, apenas,

sonrió.+

- Debo irme – dijo – Nos turnamos para trabajar.+


Y Zitao se lamentó, haberse quedado dormido tan tontamente, haciendo que viera

tan poco tiempo a Yifan. Pero más se lamentó el no haber reaccionado a tiempo,

siquiera para decirle "algo" a Yifan, cualquier cosa, cuando la puerta se cerró

y se encontró solo de nuevo, sin Yifan.

- ¿Cómo estás? – preguntó Zitao, apenas atendió la llamada de Baekhyun.+

- Asustado – confesó y con voz quebrada – Sintiéndome un inútil, cuando quisiera

estar haciendo algo... +

Baekhyun no pudo contenerse. La primera palabra apenas y Zitao se encontró

sufriendo por él.+

- ¿Estás solo? ¿Quieres que vaya?+

- No – respondió sorbiendo su nariz sin descanso – Estoy con mis abuelos.

Además, ya sabes... no podemos movernos de casa... +


- Baek – aseguró tranquilo – Ellos van a regresar. Debes confiar.+

- No paro de pensar... – gimió Baekhyun –... que todos Zitao ¡todos! – exclamó

con un temblor evidente –...están en peligro. Somos... somos los únicos en casa.

Esto de esperar... +

Un gemido y el llanto. Zitao se mantuvo sin embargo seguro y estable, para

Baekhyun.+

- Lo hicieron conmigo – dijo con calma Zitao, aún si su corazón explotara de los

nervios – Rescatarme. Ellos podrán. Yo lo sé. +

Zitao escuchó el hilo de otro gemido y la respiración agitada de su amigo, al

momento que sonrió del otro lado. +

- Vaya. Si lo pones así... Es verdad. Los he visto.+

- Hicieron explotar la mansión donde estaba – recordó Zitao, como si fuera nada

– Fueron... increíbles.+

- ¡Es verdad! – exclamó Baekhyun – También donde yo estaba esa vez ¡Aparecieron

incluso unos tipos saltando desde el techo con cuerdas y todo! ¡De película...! +
Ellos rieron. +

Y la risa fue cediendo. Porque esto no era película. Y ellos no eran actores. Y

si una bala les diera...+

- Van a lograrlo – se encontró diciendo vehemente Zitao, pero con los ojos

nublados – Ellos... saben lo que hacen. Es común en... en esa vida que tienen.

Ya sabes – dijo, sacudiendo sus hombros y jugando con un hilo inexistente del

reposabrazos del inmenso sillón.+

- Como si fuera un día de oficina – rió nervioso su amigo. Un silencio y el

murmullo luego – Gracias Zitao. +

Sophie desde lejos, en su alfombra ya convertida en su espacio de juego, miró a

Zitao sentado en el sillón de la sala. Sabía que algo pasaba. Ella vio a su

hermano que continuó hablando mucho más tiempo de lo normal, pero aún si

pareciera en su voz que nada pasaba, Zitao no podría haber ocultado como hubiera

querido esas lágrimas que se le escapaban, ni siquiera quitándoselas rápido.

Sophie se prometió ser niña buena y no dar trabajo, al menos así no habría otra

cosa de qué preocuparse.+

Acababa de anochecer. No era tan tarde, pero, afuera, se notaba helado.+

- Vamos Sophie – dijo Zitao a su hermanita, que se había quedado dormida en el


sillón – A la cama.+

- Es temprano – susurró apenas, poniéndose de pie sin embargo y dejándose guiar

– Quiero esperar a Yifan.+

- Si llega antes de las 9, prometo avisarte.+

Ella reclamó algo, pero se había prometido no dar trabajo a los más grandes y

ser buena.+

- ¿Te quedas conmigo? – pidió Sophie, ya acostada.+

Zitao sonrió y se recostó a su lado. Sophie estaba tan agotada, que apenas se

desplomó en la cama, quedó dormida profundamente. Y Zitao se quedó con Sophie,

todo el tiempo que pudo necesitando del contacto de alguien, al parecer, para

sentirse seguro.

Despertó, como en alerta. Bruscamente, se sentó en la cama. No supo cuánto

tiempo pasó. Seguía la noche, de eso estaba seguro. +

Zitao se puso de pie, salió de la habitación, cerrando cuidadosamente la puerta

y se dirigió a su dormitorio, que estaba al lado del de su hermana. Pero algo


llamó su atención. +

La luz de la cocina, estaba encendida. Zitao frunció el ceño, porque creyó

haberla apagado. Y fue a hacer eso, caminando por el largo pasillo, cuando en la

puerta, se detuvo. Mirando a la distancia, en el sillón de la sala, había una

chaqueta tirada. Era de cuero. Yifan usaba de esas. Cuando él se había ido,

Zitao creyó recordar, verlo con esa misma prenda puesta. +

¿Habría venido? ¿En qué momento? ¿Estaría aún allí? Y Zitao quería saber si él

tenía novedades. Así que cruzó la sala y se dirigió al otro extremo del piso.

Nunca dejaba de impresionarle lo inmenso de todo el espacio. Tuvo que caminar

hacia el fondo de otro pasillo largo, al otro extremo del apartamento, para

encontrar que el dormitorio de Yifan, tenía la puerta entrecerrada y la luz

encendida.+

Zitao tocó apenas la puerta. Aunque tímido, pudo más la ansiedad y se atrevió,

porque él quería saber. Sin embargo, nadie atendió. Y él empujó la puerta.+

- ¿Yifan? – llamó.1
Él se asomó apenas. Miró el inmenso dormitorio del hombre. Zitao se quedó

impactado, porque además, habían dos puertas, del lado opuesto de la cama. +

La cama. Una cama impresionante, que le hizo fijar su mirada ahí.+

"Cuando te tenga por completo, será en mi cama y será un largo tiempo, porque te

encantará..." 2

¿Cómo podía acordarse de eso? +

Y sin embargo, fue fácil recordar esas palabras que le había dicho una de esas

noche en las que...+

Zitao sintió que algo quemaba por dentro, esparciéndose de punta a punta en su

cuerpo. Su rostro acalorado y contradictoriamente, su piel de gallina, lo

confundieron. Él sacudió su cabeza, como despabilándose de esas imágenes en su

mente, cuando dio un paso atrás.+

Pero chocó con él.+

Zitao se dio rápido la vuelta y se encontró torpemente trastabillando en sí

mismo. Fue sin embargo rápido, para apoyarse en el marco de la puerta, del

dormitorio de Yifan, siendo Zitao muy conciente, que detrás estaba esa cama.+

- Que-quería... – se encontró Zitao diciendo más torpe que de costumbre –...


s-saber...+

Yifan se quedó mirándolo. Sus ojos oscuros vagando entre la boca y los ojos de

Zitao. Él aspiró el aire, cerrando sus ojos un momento. Los abrió repentinamente

de nuevo y tomó agua de una pequeña botella que se hizo ver. Zitao se encontró

mirando el cuello largo del hombre que bebía agua. Sus labios apretados y su

lengua raspándolos, cuando terminó de tomar. El hombre emitió un ronquido y

dijo.+

- Vine a ducharme y cambiarme de ropa. Era mi turno de descanso. +

El hombre caminó al interior de su dormitorio, pasando al lado de Zitao. Las

manos del hombre removieron su cabello que largó gotas a su alrededor. El

ambiente olía a limpio, a ese perfume, que era de Yifan.+

Zitao, sintiéndose torpe, se dio la media vuelta, porque, él quería saber. Su

mano siguió apoyada en el marco de la puerta, porque sus rodillas parecían a

propósito temblar. Yifan estaba ahora dándole la espalda, al pie de la cama,

donde había una banqueta larga. Tomó algo de ahí. La ropa sucia, salió volando a

una esquina cualquiera, en un cesto. Zitao se estremeció ante el brusco

movimiento del hombre. Zitao parecía tan aturdido y preso de los nervios, con la

ansiedad dominándolo, que tuvo que dar un paso dentro, otro paso al costado y

apoyarse sobre la pared. +

- ¿Yixing y... y Luhan? – preguntó apenas.+


Un silencio, que no se pudo evitar. Zitao lo miró vestido todo de ropa negra. +

- Será esta madrugada – respondió Yifan, siguiendo en lo suyo – Según nuestros

cálculos...+

- ¿Qué hora es? – se preguntó, porque, creía que ya era la madrugada.+

- Apenas las 9 – dijo fríamente.+

- Le dije a Sophie que si venías...+

- Vengo de verla – cortó en seco, dándose la vuelta – Duerme. +

Zitao frunció el ceño. Y su corazón saltó repentinamente horrorizado, cuando el

impacto golpeó su cerebro, al darse cuenta que Yifan elevaba con su mano una

pechera con unas armas colgando de ellas. Yifan resopló frustrado. Miró las

armas y miró a Zitao.+

Yifan apretó sus labios y se quiso acercar, viendo lo suficientemente rápido,


los hombros encogidos de Zitao y su pie moviéndose apenas, a la puerta. Yifan

deslizó las armas a la banqueta, soltándolas ahí. Se odiaba por asustar así a

Zitao.+

- No hay otro modo Zitao – dijo duramente Yifan, enojado.+

Zitao asintió una vez.+

- Entiendo – susurró, lo suficientemente alto, como para que Yifan lo escuchara. o

Y Zitao se movió para salir.+

Pero la puerta terminó violentamente estampada en frente de su cara, lanzándole

el frío ante el ímpetu y el ruido de la madera golpeándose, cuando se cerró en

un segundo. Asustado Zitao se volvió a Yifan, reclamándole lo que hacía. Su mano

se apoyó sobre el picaporte, pero no podía abrirlo con la fuerza del hombre

sosteniendo la puerta con la palma de su mano.+

- Yifan... – imploró Zitao, asustado y agitado –... yo quiero... irme...+

- No más – dijo fuerte en su cara.2

Zitao quedó inmóvil en su sitio. Su boca apenas entreabierta. Su respiración en

un instante sutil y llena de miedo. Aún si él hubiera querido salirse de allí en


ese momento, escaparse y alejarse, Yifan repitió.+

- No más.+

De nuevo.+

Zitao no entendió o quizá no quería entender lo que eso significaba. Cerró sus

ojos, lleno de pavor. Le tenía miedo. Se recordó que no debía confiar en él. Y

sin embargo, Zitao se quedó percibiendo el calor del cuerpo del hombre. No. No

era calor, era más. Yifan hervía de manera intensa. Su cuerpo quemaba, pero de

una forma que a Zitao llegaba a asustarlo y a pesar de todo, le gustaba sentir

así al hombre que se le acercaba un paso y otro, ya estando prácticamente

pegado, cuerpo a cuerpo. Zitao se creyó loco por querer...+

- No más de estar lejos de mí Zitao – susurró amenazante, en el oído de Zitao –

No más...+

Zitao abrió los ojos y lo miró. Ese hombre. Hermoso. Hombre. Ojos intensos y

profundos, llenos de fuerza y de un ímpetu que desbordaba a Zitao, que se

encontró aspirando el aliento caliente del hombre. Suspirar no quería, porque

habría deseado sostenerlo dentro, mantenerlo atado en su cuerpo, retener su

respiración jadeante. Él era una amenaza y sin embargo, no importaba. Por un

momento, Zitao se dijo que no importaba dejarlo sostenerlo y destruirlo si

quisiera. No importaba. Que Yifan hiciera con él lo que quisiera...1


Pero la espina estaba ahí. Y él quería saber.+

- ¿Por qué? +

Yifan apenas si escuchó ese murmullo. Confundido preguntó él.+

- Por qué... ¿qué? – increpó tan cerca...+

Zitao enardeció por dentro. Sus pupilas radiantes, resplandeciendo para el

hombre que lo devoraba con la mirada.+

- Dices que me amas y dicen que nunca me olvidaste – habló serio y con furia,

aún sin necesidad de elevar la voz – Y entonces creo que sólo soy un recuerdo.

Tú quieres regresar al pasado y yo no soy ese que dijiste que amabas. Ni

siquiera sé lo que fui, pero sé quién soy – casi, casi rugió, elevando su rostro

para mostrar el ímpetu en sus palabras – Así que deja de verme como si me

conocieras, porque no sabes quién soy.+

Yifan removió su cuello, cerrando los ojos, oscilando entre la rabia y la

impotencia que le causaba todo eso. Una parte de él le decía que debería

entender, pero la otra le gritaba que era humano y ya estaba demasiado arto de

eso. Solamente, que aún así, agotado, cansado y malditamente frustrado, él no

iba a ceder, no iba a dejar de luchar. Abriendo los ojos, con ahínco y casi en

un rugido, dio un paso más adelante, seguro de que podría asustar a Zitao, pero

qué más daba, ya no daba más.+


- Amé lo que fuiste cuando te conocí – dijo con su mano hecha puño y sus

pulmones inflados de aire, porque se sentía explotar – Amé en lo que te

convertiste años después. Y te amé de nuevo cuando te encontré, como te

encontré, en ese hospital. Y estoy seguro...– asintió con un nudo en la garganta

y agitado, comenzando a sentir el sudor en su frente –... y óyeme bien Zitao...

yo, estoy, convencido, de que amaré lo que tú decidas ser. Porque te amo así,

tal cual eres, "Mi Niño". Porque hay algo que siempre has sido y no cambiará en

ti. Eres, hermoso y fuerte Zitao – dijo, con el temblor de una sonrisa en su

rostro. Una mano sostenía la puerta, porque no lo dejaría ir ni loco. La otra se

elevó, para tantear el rostro de Zitao – De todas las formas en que puedas

transformarte, tú eres lo más bello del mundo Zitao.1

Un suspiro para componerse. Yifan cerró sus ojos, para darse cuenta que

temblaba. Por primera vez se encontró descontrolado como cuando era un chico,

como queriendo largar todo lo que tenía guardado. Él, en sus silencios

prolongados, en sus palabras rotundas, en sus frases breves, ahora, no podía

discernir qué era lo correcto decir, para hacerse entender mejor, pero es que,

él solamente podía en ese desorden, decir lo que contenía en su corazón que se

desgarraba sufriendo por Zitao. 3


Yifan pasó sus manos por su cara y se quitó el sudor, en medio del

estremecimiento de Zitao lo miraba perplejo, sorprendido y con los ojos bien

abiertos. Sin embargo, Zitao no hizo nada para callarlo, se quedó ahí en su

respirar agitado y entonces Yifan, emitió un soplo para componerse, cuando

decidió que seguiría confesándose con Zitao.+

- He visto muchas personas gritarse amor eterno en la cara y al poco tiempo

separarse diciéndose lo mucho que se odiaban, excusándose de que "esas no eran

las personas de las que se habían enamorado" – contó a Zitao, sin guardarse nada

– ¿Y sabes qué? Son unos idiotas que no entendieron nada. Porque nunca eres el

mismo a lo largo de tu vida. Yo no soy el mismo del que te enamoraste y sin

embargo, tú me elegiste. A mí ¿no es así? – suplicó lleno de anhelo, con la mano

en su pecho, queriendo convencerse de que él seguía siendo en verdad para Zitao

– Tú podrías no haberme siquiera mirado. Tú podrías haber luchado conmigo ese

día y sin embargo, tú me viste, a "mí". A nadie más, que a mí. Y eso fue

suficiente para jurarme a mí mismo, que lucharía por esto.3

Zitao, abrió apenas sus labios que tiritaban y en el calor que lo consumía,

hasta el punto de ahogarlo. Se encontró temblando sin control, cuando el pulgar

del hombre volvió a pasear por su labio inferior. El rostro de Yifan se acercó

tan, tan cerca, que Zitao se sintió caer ante el aroma fascinante que lo

envolvía por completo. Zitao miró esos ojos y era la misma mirada, la misma

forma de encerrarlo en su deseo, cada vez que estaban juntos. +


- Te amo Zitao. Te he amado en tantas vidas, que sé con absoluta seguridad, que

yo te seguiré amando. Te juro, yo te seguiré amando.+

Era tan natural dejarse seducir por su toque, que apenas el roce de la boca

adictiva del hombre, entre el tabaco y la menta, hicieron que Zitao se

abandonara del todo, abriendo tembloroso sus labios, como si diera paso a la

tormenta. Y es que eso fue Yifan cuando atacó sin medida. Una fuerza

incontrolable cuando rodeó con sus brazos a Zitao, que cerró sus ojos, casi

desfalleciendo en la necesidad que tenía de Yifan. Hacía tanto, tanto, tanto,

que Yifan deseaba esto, que estaba desesperado. Así lo volvía Zitao, loco y al

borde del desquicio. Sólo Zitao, nadie más.+

Zitao oyó gemidos como ecos en la enorme habitación. Sintió vergüenza de pronto

al darse cuenta que eso era él, sonando alterado por Yifan. Calientes. Sus

cuerpos estaban demasiado calientes. Yifan dejó de besarlo sin apartar su boca.

Zitao abrió los ojos. Yifan lo miraba. Sus alientos confundiéndose como si

fueran uno. Yifan lo aprisionó en la pared con su cuerpo. Zitao abrió

desconsolado su boca, percibiendo la dureza de la entrepierna de Yifan que lo

arrasaba a la cornisa del sufrimiento de querer eso, que tenía miedo de hacer. +
- Déjame hacerte el amor Zitao – susurró rápido, seguro y sin darle posibilidad

siquiera a pensar demasiado, porque sólo lo llevaría a desear – Déjame mostrarte

que aquellas cosas que hacíamos a escondidas, no son nada comparadas con las que

ahora podría hacerte aquí en mi cama. Sí, mi cama – dijo presionando su polla

palpitante en la erecta de Zitao – Porque es lo que tienes en tu mente ¿verdad?

Esa cama que te quedaste mirando largo rato y yo vi cómo mirabas. Recordaste la

promesa que una vez te hice y que quiero cumplir Zitao. Déjame por favor,

déjame, déjame... – suplicó rodeando con su brazo izquierdo la cintura de Zitao,

bordeando con su derecha el rostro y el cuello de su niño.12

Aturdido y explotando en su debilidad ante el hombre, Zitao apenas se permitió

gemir.+

- S-si... yo...+

Y no pudo más.+

Zitao se dejó avasallar por la fuerza del hombre, que lo condujo a su cama. Y

Zitao rodeó con sus brazos los hombros de Yifan, tocando su cuello, sus brazos y

su pecho. Gimió cuando sus piernas detrás percibieron el contorno del somier.

Yifan se detuvo entonces. Se miraron. No dijeron una sola palabra y sin embargo

fue como decirlo todo. +

Yifan miró esa prenda suelta de Zitao y sus pantalones holgados. Era hermoso,
tan hermoso, que resultaba casi insoportable verlo sin dolerle los dedos por

tocarlo. Lo deseaba tanto, que ahora que lo tenía en frente suyo, se le hacía

más deseable todavía. +

Zitao miró al hombre desbordado de deseo en su hombría. Cada parte de Yifan

gritaba poder y dominio. Él no habría medido jamás la magnitud de lo que era si

no lo hubiera visto. Un chasquido de sus dedos y todos se rendían ante él. Y Sin

embargo, este hombre, sólo lo quería a él, en su cama ¿Habrían tenido intimidad

antes? De igual forma, qué más daba, si en realidad no importaba. Para Zitao

sería como su primera vez y aún si no lo pidiera, en silencio suplicaba que no

doliera tanto.+

- Por favor... – se encontró suplicando, con los ojos cerrados.+

En su oído, la voz grave del hombre se oyó como regalo.+

- Te juro que jamás te haría daño. +

Y Zitao dejó entonces que Yifan bordee con la yema de sus dedos su cintura, para

quitar su prenda. Él levantó los brazos y se encontró temblando. El frío resultó

delirante y perverso y sin embargo, cuando Zitao abrió sus ojos se sintió bello.

Y es que Yifan lo mirada de una forma tan lasciva, pero hasta con orgullo de que

esto, que estaba en frente suyo, fuera solamente "suyo". Yifan entonces, se

quitó él mismo su camiseta negra y la dejó tirada. Zitao siguió cada movimiento

y de repente abrió sus labios, encontrándose con el cuerpo de Yifan. Él había


tocado, pero nunca visto. Verlo era, como ver... Y Zitao no tuvo palabras.

Perfecto y hermoso era lo único que podía repetirse en su mente. Y su cabeza

ladeó a un lado, cuando vio un detalle bordeando el costado de Yifan. Zitao tocó

el brazo, elevándolo apenas, porque quería ver qué se ocultaba debajo, sobre sus

costillas. 1

- ¿Qué dice? – preguntó Zitao, encontrando excitante tocar por primera vez así a

Yifan.+

La necesidad, hizo al hombre, jadear de pronto ante el toque y estremecerse

hechizado. Él se mordió los labios, pero suspiró, armándose de cordura para

decirle.+

- "Tú existes para mí"+

- La línea roja – comentó Zitao.+

- El hilo rojo.+

Zitao lo miró.+

- La leyenda...+

- ...que te conté.+
Y Zitao la recordaba al pie de la letra. Porque Yifan se había encargado de

contársela una y otra vez, tantas veces, como le decía que "tú existes para mí".+

- ¿Por qué las estrellas? – susurró Zitao.+

- Dos – respondió Yifan – Una por cada año que creí que te había perdido para

siempre. Habría hecho la tercera, pero te encontré, de nuevo.1

- ¿Me buscabas?– dijo incrédulo.+

- Nunca dejé de hacerlo. Hasta que me dijeron, que habías muerto.+

Zitao elevó sus ojos a Yifan. Sus manos hondeando por el pecho de Yifan y

llegando a tomar su rostro. Sus frentes unidas, respirando en deseo.+

- Dime... – se oyó a Yifan –...si esto no es el destino, que se empecina en

unirnos ¿No lo sientes Zitao? No hay casualidades en esto, no existen las

casualidades. Tú eres mi destino. Estamos hechos para estar juntos.4


- Tú – le dijo Zitao, sonriendo delirante y sin creerlo – Me amas tanto... 5

Y si aún le quedaban dudas, Yifan estaría dispuesto a hacer más. +

- Y estás completamente loco – susurró en su boca Zitao.+

Y eso hizo feliz al hombre que le sonrió y asintió simplemente en acuerdo.+

- Por ti – confesó – Yo estoy loco por ti.3

Unos segundos, hasta que Yifan se animó a más, posando sus manos en la cintura

de Zitao. Zitao, cerró sus ojos, respirando jadeante por su boca. Zitao. Yifan

lo nombró tantas veces en su mente, porque aún si sus labios se movieran

invocándolo, no salió de su boca ningún sonido cuando sus ojos brillaron

devorando a Zitao de arriba abajo. Zitao era delgado, de cuello largo y

clavículas marcadas, de líneas delicadas, pocas curvas en su cuerpo, sus

costillas notorias en su respirar convulsivo, los huesos de sus caderas como

pendientes tiernas que daban más lugar a la vista de su polla levantada que él

intentaba ocultas con sus manos pudorosas, cubriéndose apenas. Él era pura

inocencia. Porque aún si en la noche Yifan había logrado volver loco a Zitao,

esta era la primera vez, desde aquellos años, que Yifan podía verlo así, tan

alumbrado en la penumbra de las lámparas del dormitorio que adornaban a Zitao.+

El hombre posó sus manos calientes en los hombros del su amante y suspiró en su

rostro, mientras su Zitao sentía quemarse alegremente ante el deslizamiento de


esas palmas sobre su piel. Hombros, omóplatos, columna y allí de quedaron

anclados en el borde de la cintura de su prenda. +

¿Para qué perder tiempo? Si lo tenían contado. Y a juzgar por el peligro de lo

inminente de la noche, quizá esa fuera la única oportunidad en la que ellos

podrían estar juntos. Zitao quiso llorar ante ese pensamiento y Yifan lo supo al

instante, porque atacó su boca para no darle tiempo a seguir pensando en eso. No

importaba. Sólo importaba ese momento, los dos, así, juntos. +

Y Yifan aún con ojos cerrados, dibujando la silueta de Zitao, bajó los

pantalones y la ropa interior que se oyeron caer al suelo. Él se quitó la propia

y se sintió maravilloso al tacto.+

Zitao creyó que podría desmayarse en el segundo que el calor del cuerpo firme y

macizo del hombre se fundió en el suyo propio. Yifan lo dirigió a la cama donde

Zitao se subió, desplazándose como si nada en el raso del edredón, hasta quedar

en el centro. Ahí Zitao sintió el frío de la distancia y se encontró jadeando

desesperado por el roce de la piel a la distancia. +

- Mírate hermoso – escuchó que dijo el hombre desde lo alto, mientras lo

recorría con los ojos – Bello por donde te mire y todo mío, en mi cama.+

Zitao sintió el calor inconfundible de esos de los que había hablado muchas

veces con sus amigos, cosas secretas y prohibidas, que ahora las sentía más

vívidas. Sintió vergüenza de todo y tuvo la necesidad de cubrirse, porque fue


conciente que antes la oscuridad lo protegía, pero ahora estaba demasiado

expuesto, completamente expuesto a la mirada analítica del hombre perfecto. Sí,

porque Yifan a diferencia de él, era perfecto. Piel levemente bronce, de rasgos

fuertes y ondulantes músculos, trabajados y duros. Las venas recorriendo como

río hasta su ingle, perdiéndose en los vellos negros de su polla grande y

goteando lujuria. Era grande. Zitao abrió la boca y tuvo miedo, más miedo y en

el miedo, se sorprendió de desear tanto.1

- No te escondas de mí – dijo el hombre, lamiéndose la boca – ¿Puedo verte?

Déjame verte.+

Y el final, no fue pregunta, sino más bien una orden, que Zitao se encontró

obedeciendo. Sus brazos nerviosamente vibrando, se quitaron del frente de su

cuerpo. Él volteó su rostro al costado, mirándose su propia mano y cerró los

ojos, lleno de pudor. Y sintió. +

Yifan tomó los delgados tobillos de Zitao que colgaban del borde y los subió a

la cama, separándolos uno del otro, abriendo a su amante más a una visión

encantadora y de lo más erótica. Caliente. Pero fue conciente del temor y la

inseguridad en la rigidez de las articulaciones de Zitao, con sus rodillas


dobladas al centro. Por eso, aún si él estuviera dolorosamente duro, debería

relajarlo primero. Entonces tuvo que entregarse al sufrimiento de una antesala

exquisita. Yifan acercó su cuerpo a las rodillas del chico, que abrió la boca

sorprendido, regresando su vista al frente. Parecía exultante el hombre que se

le venía encima y Zitao se vio instintivamente obligado a abrir del todo sus

piernas, dejando que él se metiera en medio, dejando que su cuerpo termine

depositado sobre el suyo que temblada de miedo.+

El hombre apretó su mandíbula, emitiendo un sonido enardecido con su lengua,

como si se hubiera quemado. Y es que era una delicia sentir a Zitao debajo, como

si se estuviera incendiando en serio. Lo tenía así, desnudo y dominado, pero

debía por lo mismo, cuidarlo. Su polla venosa chocó con la de Zitao,

recordándole de las veces que se habían animado sin vergüenza a jugar. Los dos

jadearon, cara contra cara, abriendo sus bocas y emitiendo esos sonidos

incontrolables, propios de quienes mendigan más y más.+

- ¿Recuerdas esto? – preguntó Yifan – ¿Cómo me lo pediste y suplicaste por esto?+

El cosquilleo demencial, dominaba el cuerpo del chico que, debajo, comenzó a

elevar su pelvis hacia arriba buscando desesperadamente más fricción, mientras

sus manos se hacían puño sobre el colchón. Sí. Él le había suplicado esa noche y

muchas otras. Él, en la oscuridad segura, había sido el más descontrolado

siempre con Yifan y había pedido al hombre que le diera más, siempre más.+
- S-si – gimoteó en un gemido apenas audible de labios mojados, frente sudorosa

y cabellos revuelto en la cama. Caliente, tan caliente, tan explosiva y

peligrosamente caliente y sin embargo él quería – Más... más... yo quiero más...+

Los dos la tenían tan dura e hinchada que dolía terriblemente. Yifan las mantuvo

unidas con una mano, sintiendo los testículos inflados de Zitao que bailaban

allá abajo. Besó con apremio el rostro de su amado chico y se encontró mordiendo

levemente su mentón, lamiendo su cuello y corroyendo apenas con sus dientes ahí,

de nuevo. Y Zitao gimiendo, agarró de mechones de los cabellos el hombre

gritando su nombre, mientras él seguía meciéndose encima del cuerpo sumiso. +

Yifan soltó las pollas de los dos, manteniéndose presionado. Él quería tocarlo

todo con sus manos, saborearlo entero. Sus manos entonces removieron las caderas

de Zitao hacia lo alto y se elevaron para que él por fin pudiera dejar

descansando un momento sobre sus palmas, ese trasero que tanto deseaba. Su boca

deambuló por su cuello, dejando su marca a su paso, deteniéndose en los

diminutos botones delicados del pecho de su amado, mirándolos sin decidirse cuál

atacar. Si pudiera abarcarlo todo ¿Por qué malditamente no podía abarcarlo

completo? Lanzó un gruñido en queja y tomó el derecho, percibiendo cómo Zitao se

retorcía de placer, por el roce de su cuerpo con el del hombre y lo que él le

estaba haciendo.+

Y así estuvieron, quién sabe cuánto tiempo y ellos parecían no cansarse de eso.

Yifan creía que jamás le sería suficiente de todos modos. Y querían más.+
Se miraron. +

Después de un rato, largo rato, se miraron. +

Yifan puso sus manos en el rostro de Zitao y se animó, después de tanto tiempo a

decirle...+

- "Mi Niño".+

Fue tierno el hombre besando a su niño. Suave, delicado, caliente.+

- Dime – jadeó en la boca del niño, el hombre – Dime lo que quieres que haga.1

El cuerpo de su niño se impulsó a él, como imán queriendo juntarse para nunca

más apartarse.+

- El amor – suplicó desconsolado de necesidad de su hombre.+

Y Yifan entonces lo sintió liviano, lejos de esa tensión inicial que podría
haberlo dañado de haber ido deprisa. Él le había prometido ir lento, porque lo

mejor se hace esperar siempre y aún si hubiera tenido que seguir esperando,

Yifan estaría seguro que lo seguiría adorando y amando y esperado.+

Yifan pidió al oído.+

- Date la vuelta amor. De rodillas.+

Las manos del hombre presionaron la piel de Zitao, guiándolo a esa postura que a

Zitao le pareció tan resignada a la espera de lo que Yifan hiciera, que se

sintió incómodo. Yifan lo supo, por eso no dejó de acariciarlo, mientras sus

labios dejaban besos en la tez de Zitao. +

- No me gusta – confesó Zitao, apoyando su mejilla en la cama.+

- Será mejor así amor – le indicó Yifan besando su hombro.+

Una almohada fue a parar debajo del vientre de Zitao, que entendió lo que Yifan

hacía. Suspiró y se encontró de nuevo en una oleada caliente, abriendo la boca y

apretando sus párpados, cuando el hombre pasó su lengua por su espalda. Habrá

sentido un sonido extraño de tapón, pero no pudo regresar su vista hacia tras,

cuando sintió el frío líquido cayendo aceitoso por su trasero. Yifan acarició la

piel, hundiendo sus dedos en la carne para relajar la zona delicada, desde las

pantorrillas, hasta los muslos. Era intenso, aún si no hubiera tocado la

intimidad de Zitao. Hasta que los dedos pasaron por la línea divisoria del culo
de Zitao. Palpó Yifan la entrada arrugada y diminuta apenas, haciendo a Zitao

estremecerse y naturalmente contraerse como si quisiera apartarse, gimoteando

por el toque. +

- No te vayas amor – suplica el hombre – Quédate aquí conmigo. Ábrete a mí –

dice y Zitao pone la palma de sus manos sobre el colchón, obediente – Eso es.

Dios. Eres tan bello. Absolutamente perfecto – exalta, mientras sus manos

recorren su espalda, masajeando, queriendo relajarlas – Respira cariño,

tranquilo, yo te voy a cuidar.+

Yifan se siente ante una visión embriagadora, porque ahí está en plenitud Zitao,

con la luz bendita encendida. Puede palpar hasta la respiración jadeante de

Zitao y su pecho alterado en su respirar. Yifan está igual. Su tórax que se

infla y pareciera a punto de explotar. Mira su pene en alto y más alto, como si

le gritara con apremio que reclame de una vez lo que es suyo, yendo ahí, donde

quisiera habitar. Yifan respira hondo y se contiene. Jamás podría saciarse de

Zitao y Zitao es todo lo que necesita para saciarse.+

Acaricia Yifan con su mano los testículos de Zitao, que se encuentra murmurando

cosas que él no entiende, sobre la cama. Las mejillas del rostro de Zitao se

encienden como si pudiera el fuego consumirlo desde dentro. +

- Yifan – lo llama en un quejido ahogado – ¡Ahí...! si si si... toca... +

Y Yifan entiende perfectamente esa última parte. Alegra a Yifan, tanto como lo
excita, saber que da placer a su amado y dulce chico sometido a lo que él

quisiera darle. Por eso le da más, cuando la palma de su mano encierra la

longitud de Zitao, hasta la punta goteante que pareciera en cualquier momento

explotar. Zitao es terriblemente impúdico ahora, cuando suplica más de Yifan,

con su trasero al aire y bien abierto en la cara del hombre que se muerde el

labio dolorosamente, sonriendo a un lado. Brilla Zitao completamente, por el

aceite desparramado en su piel, dejando una tan buena vista de ese culo

delicioso, que le juró poseer. Y Yifan decide que nadie verá nunca más a Zitao

así, nunca, nunca, solamente él, porque podría arrancarle los ojos a quién se

atreviera a mirar siquiera lo que es suyo. La parte más primitiva salta en su

interior, cosa que jamás le dirá a Zitao, pero se las guarda como promesa.+

El hombre palpa el orificio minúsculo con esos pliegues que se arremolinan hacia

el centro y sabe que dolerá esto. Molestará demasiado, pero se promete a sí

mismo ceder si Zitao quisiera frenar el momento. Mira entonces atentamente las

expresiones en el rostro de su amado y ubica el dedo, presionándolo en el ano.

Quiere ver cómo siente Zitao, no quiere perderse un segundo siquiera de este

momento.+

- Hazlo – impacta Zitao, que mira de reojo al hombre que se impresiona ante la
voz suplicante de su niño entregado – Por favor quiero... quiero sentirte...

más...+

Mete entonces el dedo a lo profundo, a donde más pueda llegar. Zitao se queja,

regresando su rostro al frente y casi hundiéndolo en el colchón.+

- Perdona – ruega torpemente Yifan, estúpido, hombre, que no pudo contenerse

ante el permiso de su hermoso chico – Perdona perdona amor ¿Te dolió? Dime si te

dolió...+

- Arde – gimotea Zitao entre dientes – Es... es raro...+

Pero no hay nada qué hacer, solo sostenerse en la quietud un instante, hasta que

Zitao pueda amoldarse a la intrusión. Y Yifan espera, porque percibe la rigidez,

cuando las paredes del recto han aprisionado su dedo. Por eso con la otra mano,

Yifan acaricia los testículos de Zitao, alisando la piel plegada del pene de

Zitao. Escuchar a Zitao volver a gemir es bueno y tranquilizante para su torpe

amante, que no supo controlarse. Sólo cuando Yifan se da cuenta de que ha sido

soltado y su dedo dejó de estar siendo apretado por el calor del interior,

entonces Yifan mueve apenas su dedo hacia afuera, apenas, para después

regresarlo dentro, apenas. +

- Dime si molesta amor – pide Yifan, en el movimiento cada vez más profundo de

su dedo.+
Un gemido a lo alto, sorprende sobremanera a Yifan, cuando Zitao eleva su cabeza

y apenas puede tembloroso mirarlo desde donde está, cuando al segundo aprieta

sus párpados y confiesa.+

- ¡Ahí!+

"Ahí". Eso es lo que buscaba Yifan. Con tan solo un dedo que se ha hundido,

desapareciendo de su vista, ha llegado ahí y eso hace que Zitao, aún sin

palabras, sino con gemidos ahogados, le pida más. Yifan puede sentir las

palpitaciones desde el interior de Zitao.+

El segundo dedo. +

Zitao se queja. Yifan pregunta si quiere que se detenga, pero Zitao está

obstinado en querer más del hombre. Rígido, Zitao, hace esperar a Yifan en la

quietud. Dos dedos, parecen demasiado para ese minúsculo espacio que se siente

que quema. Arde, ha dicho Zitao, duele no ha dicho, porque sabe que lo quiere

todo. Excita a Zitao escuchar esa voz grave y profunda del hombre detrás, que

marca cada cosa que va haciendo por su bien. Y le encanta saber a Zitao, que

Yifan está excitado para él, porque la punta roja de su pene que despide

líquido, no ha dejado de estar en alto y dura, en todo momento, rozando sus

piernas en el movimiento del hombre, que está tan cerca de él.+

Yifan separa sus dedos, lo que le permite la cavidad de Zitao. Y Zitao vuelve a

quejarse, sabiendo del estiramiento para poder receptar mejor a su amante. Yifan
vuelca más lubricante entre los dedos que se hunden y se dejan entrever. El

chasquido se oye en el espacio y curioso Zitao regresa sus ojos para observar

apenas a Yifan que analiza lo que hace. Yifan pareciera tener su propia lucha

donde está, con el calor que lo consume, el sudor que mina su cuerpo

hermosamente, los cabellos que gotean y mordiéndose por dentro, la mandíbula

contraída y sus músculos, dios, esos músculos. Zitao de pronto se siente

hirviendo de deseo, porque ese hombre termine por completo de hacerlo suyo y

mueve su trasero hacia atrás con apremio, impactando a Yifan, cuando apenas ha

introducido el tercer dedo.+

- Despacio amor, te harás daño – pide Yifan, acariciando con su mano libre la

espalda de Zitao – Entiendo, yo entiendo, te juro que estoy igual – confiesa,

jadeando de pronto y sin aliento por Zitao.+

Los dedos de Yifan se meten más al fondo, rozando ahí y Zitao grita.+

- ¡Por favor! Oh... Yifan, Yifan no puedo... quiero ¡ya!+

Y es que casi se corre y se correrá si continúa. Aunque Yifan habría querido un

poco más, por Zitao, se da cuenta que es verdad, Zitao no da más. +


Saca Yifan por completo los dedos y se queda mirando maravillado, el que Zitao

está listo para él. Yifan se emociona ante el momento que ha estado esperando

por años. Su corazón no tiene control alguna cuando palpita y él está

desastrosamente descontrolado por Zitao, a quien quiere poseer de la manera más

primitiva, recordándose de las veces que como un miserable, sin él, se corrió

solamente recordándolo, como le había jurado que lo haría. Y ahora, está con él,

de una forma nueva, pero perfecta como es Zitao. +

Yifan se posiciona detrás de Zitao. Toma con sus manos, ambos lados del culo de

Zitao y abre mejor esos muslos, para tener un acceso visible. Quiere verlo. No

quiere perderse el momento en que Zitao será suyo. Y es que a Yifan además le

encanta ver la cavidad de Zitao que se contrae y se expande al ritmo de su

respiración jadeante. +

El hombre pasea su pene por la línea divisoria y Zitao lo siente tan bien, que

se estremece, haciéndose descaradamente hacia atrás. +

Y Yifan, finalmente, decide entonces posicionarse en su entrada. La punta en el

anillo, presiona esa entrada. El hombre muerde más sus labios, se los lame luego

y vuelve a mordérselos. Pero...+

- Yifan...+

Eso suena más a llamada, no a gemido de plegaria. Yifan ladea su cabeza a un


lado y prueba.+

- Dime amor...+

Agudo timbre de voz desconsolada surge ahogada, cuando Zitao pudo a duras penas

encontrar palabras.+

- No es así... como... como lo imaginé.+

Yifan queda inmóvil, mirando el rostro de su chico, para no proseguir en

tomarlo, aún si siguiera con su mano estimulado continuamente a Zitao,

acariciando a lo largo de su pene.+

- Dime qué imaginaste amor – pide Yifan.+

- Que me miras y te miro – dice él – Que te siento, encima de mí y puedo

abrazarte Yifan. Quiero...+

Yifan aprieta sus dientes. Sus fosas nasales se inflan y se contraen

ruidosamente, respirando con todo lo que tiene, conteniéndose un momento. Su

mente tantea razonar apenas.+

- Será mejor así...+

Después de tanto tiempo. +


- Por favor – suplica, hasta con cierto toque de desesperación.+

Yifan cedió. Soltó a Zitao y arrastró la almohada a un costado, estirando el

cuerpo del dulce chico debajo, que se enroscó en sí mismo, removiéndose boca

arriba. Yifan lo miró. Cerró los ojos un segundo. Qué belleza. De lo que se

estaba perdiendo. Divino desastre en su cama. Fascinante y adorable, cuando le

mostró esa sonrisa tímida, abriendo sus piernas y ubicándolas al costado de sus

caderas. Yifan se tiró prácticamente encima de Zitao, besando duramente al chico

que lo abrazó terriblemente fuerte. Zitao se removió debajo, mostrándole qué era

lo que buscaba. Tacto, piel, calor resbaladizo y relajante al mismo tiempo.

Yifan se sintió prisionero de esos brazos fuertes y esas manos que vagaron por

su espalda. De nuevo los miembros chocaron y se refregaron. Yifan llevó su mano

derecha debajo, tomando su pene y tanteando la mejor postura. El instinto llevó

a Zitao a elevar mejor sus caderas, enroscando sus piernas abiertas alrededor

del hombre. Un gemido cortante salió de la boca de Zitao, cuando sintió la punta

de la polla de Yifan lamiendo su diminuta abertura, que aún si estuviera

dilatada, por lo mismo, estaba sensible.+

Yifan lo esperó con la mirada, adorando sus facciones envueltas en sudor. Con su
mano libre acaricio sus cabellos negros, despejando mejor su rostro. +

- Va a doler – dijo Zitao – ¿verdad?+

- Si quieres parar...+

Sobresaltó a Yifan, la sonrisa burlona de Zitao. +

- ¿Estás loco? – le reclamó su chico amado – A estas alturas, sólo sé que quiero

bajar esta temperatura.+

Yifan sonrió en su boca.+

- Hierves – le confesó Yifan.+

- Me estás quemando – dijo él, buscando la unión allá abajo, presionándose a su

hombre – En el buen sentido – gimoteó aturdido – Siempre lo haces. Pero ahora,

más.+

- Nunca me lo dijiste.+

- ¿Qué cosa?+

Zitao se removió más aún y Yifan sintió la presión que lo estaba lentamente

arrastrando al borde.+
- Que se sen... ¡mierda! – se detuvo, sintiendo esa sensación de lujuria

explosiva, apretando sus párpados. Y Zitao se sintió como si eso fuera mejor que

cualquiera de los halagos que le diera en voz alta, porque se dio cuenta de cómo

dominaba a este hombre, que apenas si pudo completar la frase – Oh... mierda

Zitao... que se sentía así conmigo.+

Volvió Zitao a sonreír abiertamente y dando un beso suave a Yifan, respondió.+

- No es como si pudiera pensar en qué decir antes.+

Yifan arrufó el ceño, mirándolo fijo.+

- ¿Y ahora sí? – dijo irónico el hombre.+

Los dos se encontraron hundiéndose en sus miradas. Yifan dio un beso y otro más,

mientras escuchaba a Zitao.+

- Es que quiero recordarlo todo. No quiero perderme nada. Quiero ser conciente

mañana de que eres mío.+

- Siempre he sido tuyo Zitao. Siempre...+

Y el grueso eje del hombre, empujó hacia dentro, traspasando el anillo para

hacerse parte de Zitao, para hacerse uno con él, fundirse en él, perderse en él,
minarlo por completo, como si fueran lo mismo. Más dentro. Zitao gimió

agonizante. Una agonía lenta, porque en el ardor y la impresión, se sintió

envuelto en la extrañaba necesidad de más. Dolía, sí, pero nunca pararía esto,

él quería más. +

Antes de llegar a la mitad de su camino, Yifan retrocedió, saliéndose un poco y

cuando se empujó de nuevo dentro, Zitao emitió un grito entre el placer y la

tortura del momento, apretando más sus piernas alrededor de su hombre y

hundiendo sus dedos en la espalda. Yifan casi rugió en la cara de Zitao. Podía

sentir el peso de su propia polla envuelta en el interior de Zitao, por cada

movimiento de las caderas de su chico. La impresión de la estrechez como si

fuera a desgarrarlo, se sentía dolorosamente fantástico y era poco decir todos

los halagos que daría a las sensaciones que Zitao le ofrecía. Yifan podría

entrar en combustión en cualquier momento, sintiéndose devastado y enérgicamente

destruido por el cuerpo de Zitao. Si supiera Zitao, que "desquiciado", "loco" y

todos los adjetivos que se le pusieran buscar, no manifestaban ni por asomo al

delirio al que lo arrastraba en verdad. +

Una vez más se retiró Yifan, pero esta vez presionando más longitud en el

interior de Zitao. Hasta el fondo. Yifan pudo llegar hasta el último eslabón

cumpliendo su deseo más íntimo. Y Zitao gritó en el cuello del hombre, otra vez.

Y Yifan se presionó más en él, dejándose ahogar por Zitao, cuando se encontró

tomando una de los muslos de Zitao, invitándolo a abrirse más al vaivén de sus

movimientos que se hacían desenfrenados. Y Zitao lo entendió perfectamente. Aún

en medio del ardor terrible que se percibían, la pasión y la lujuria por más,
descontroló completamente el cuerpo de Zitao. Yifan percibió la dureza de la

polla de Zitao, rígida en medio de sus abdominales y miró por un segundo lo

mojado de la zona por el líquido que se hacía cada vez más abundante. Fue como

volverse más loco en sus movimientos erráticos y torpes por buscar y escarbar

más allá de los confines de los límites de Zitao, como si hubiera más allá en lo

profundo. Los gemidos, las expresiones, los gestos y los movimientos de Zitao,

eran excitantes sin medida ante los ojos de Yifan. Él, que creía haberlo visto

todo en la vida, estaba muy equivocado, porque un temor subyacente lo tocó

brevemente, sabiéndose vulnerable. Lo aterraba felizmente, siempre debía

reconocer que lo aterraba, la idea de que en una sola persona radicara su

felicidad absoluta. Ahí estaba, debajo de él, arrastrándolo a un orgasmo por

demás exquisito y destructivo sin medida. Esto era, "absoluto". El interior de

Zitao, era absorbente, tóxico y definitivamente "todo". Porque Zitao lo era

"todo" para él; aunque en los márgenes de esa totalidad, Zitao seguía siendo el

misterio de lo infinito. Jamás podría llegar a conocerlo completamente y él

querría seguir divagando en todo él, en su cuerpo, en su interior, en su mente y

en estos momentos en los que quería más de Zitao, suplicándole mientras lo

poseía, que quería todo de él. +

El ímpetu y la fuerza de la penetración absoluta, se oyó haciéndose eco en la

habitación, salvajemente golpeando en la piel de Zitao. Las bolas de Yifan se

endurecieron y él apretó sus párpados. Yifan se encontró estando cerca, aún más

ante la necesidad del movimiento rápido, veloz y fuerte.+

Golpeó la mano de Zitao, el hombro de Yifan llamándolo a que lo mire. +


- Yifan Yifan ¡Yifan! – llamó dos veces rápido.+

Y Yifan abrió los ojos a su amado, boquiabierta y con los ojos bien abiertos,

como si pidiera explicaciones.+

- ¡¿Qué es esto?! – le reclamó ahogado, llevando su rostro hacia atrás, mientras

los gritos se hicieron más sonoras para regalo de Yifan.+

Yifan atrapó los labios de Zitao en un beso fuerte, profundo y hasta un tanto

violento. Zitao abrió más sus ojos, cuando percibió la mano en movimiento de

Yifan, a lo largo de su propia longitud entre los dos. Estaban al borde de

correrse. Zitao lo sabía, teóricamente. Ahora lo entendía. Y encontraba esto

fascinante y aterrador a la vez. Se sintió convulsionar, haciéndose un manojo de

dinamita en los brazos de Yifan que seguía penetrándolo de forma descontrolada.

Era una bomba de tiempo. Yifan se sentía como un huracán arrasando con todo él.

Lo que le habían dicho de qué se trataba este momento, no era nada, comparado

con la realidad palpable. Nadie le había dicho a Zitao que aún si pudiera

sentirse completamente al borde de la destrucción, su cuerpo se abriría

gustosamente en una elevación hacia este tipo de absoluta felicidad dominándolo

por todos lados. Era apasionante. Como Yifan.+

Y Zitao gritó el nombre que más amaba en el mundo, arqueándose todo lo que pudo,

suplicándole a Yifan que le dé todo.+


Y Yifan quería darle más y hasta lo que no tenía, sintiéndose desbordado por la

belleza que tenía en sus brazos, lleno, tan lleno de él, porque era suyo.+

Sus ojos se quedaron varados uno en el otro, mirándose sin reparos, mientras el

movimiento violento y sin control, se les fue de las manos. Y Yifan pudo sentir

tocar la próstata de Zitao, que se retorció en busca de más fricción y más

profundidad de las embestidas de Yifan.+

Cerca. Tan cerca. Como si todo fuera una guerra a punto de estallar desde el

interior de los cuerpos.+

Y la explosión fue tajante. +

Zitao gritó con tal fuerza, que Yifan en su gruñido, tragó el grito en un beso. +

El orgasmo golpeó en un colapso terrible a los dos cuerpos. +

Y se quedaron así.+

Unos segundos.+

Agitados, desbordados, acoplados, envueltos en ellos mismos, como si fueran uno.+


Se miraron, en las réplicas de esos cosquilleos electrizantes que minaban sus

organismos de punta a punta. Zitao habría querido moverse, para ver mejor el

rostro de Yifan, pero Yifan, con los labios en la mejilla de Zitao, ni que

hubiera leído su mente, imploró agotado.2

- Un segundo... Sólo un segundo...1

Y por ese segundo, atraviesan esas palabras en la mente de Zitao. Se siente,

esto, tan familiar.+

Y es que Yifan, quiere sentirlo todo, hasta lo último de Zitao. Y Zitao siente,

que le puede dar ese segundo y mucho más. Él le daría la vida a Yifan. Y Zitao

entiende, en la sensación del cuerpo de Yifan que lo sondea, que Yifan necesita

que le diga, lo que quiere escuchar.+

- Toma todo el tiempo que quieras amor – susurra, mientras acaricia los cabellos

mojados de Yifan – Me quedaré para dártelo todo. Todo lo que una vez no te pude

dar.6

- Mi Niño – llama, casi desconsolado Yifan.+

- Mi Hombre...+

Y Yifan besa con ternura y adoración a Zitao. +


Todo está dicho. +

Ellos se aman.7

Yifan siente que todo el sentido de su existencia se expande de lleno en el

corazón de Zitao. Son el uno para el otro. Aún si allá fuera, la lucha

continuara, ellos saben que lo harán bien, mientras estén juntos.

"Para hacerte sentir mi amor"

- Estamos bien – dice Yifan, con su móvil en mano – Todos están bien.13

- ¿Tú? – pregunta Zitao del otro lado – ¿Cómo estás tú? +

- Sólo cansado y con sueño – confiesa, emitiendo una sonrisa, seguro de que

Zitao lo ha escuchado.+
Chanyeol se detiene en frente. Espera por él. Justo Zitao pide.+

- Vuelve pronto ¿Cuánto demoras en volver? +

- Debo cortar – dice Yifan afligido, pero más pueden sus ganas de acabar todo

ahí, por eso asegura – Apenas termine, regreso lo más pronto posible. No te

preocupes amor. Ve a dormir.+

- Te espero. No tengo sueño. Te amo. +

- Te amo – dice y cuelga el móvil.+

Chanyeol le sonríe. Asiente complacido por esas últimas palabras que acaba de

oír.+

- Qué bueno por ustedes – le dice Chanyeol – Ya era hora.4

Yifan también le sonríe abiertamente. Infla su pecho de emoción, porque aún en

medio de lo que acaba de pasar, puede más lo feliz que se siente.+

Pero aún hay cosas por hacer.+

Los dos regresan su mirada a la maldita residencia que albergó quién sabe cuánta

mierda. Se suponía que era una casa de esclavos, donde a veces se hacía el
comercio de la compra y venta de menores, como si fuera un espectáculo. Pocos

elegidos tendrían acceso a esa vivienda ubicada en medio del bosque de pino. +

- ¿Cuántas casas más así, habrá en el mundo? – se pregunta consternado y

asqueado Chanyeol.+

Retumba el rugido de los motores de los coches que se están encendiendo. El

primer auto que marcha, se detiene en Yifan. De la parte de atrás, alguien baja

la ventanilla y la cara de Junmyeon se asoma.+

- ¿Quieres que me quede?+

- Vayan tranquilos – le dice Yifan, mirando a quien se encuentra al lado de

Junmyeon – ¿Él está bien?+

- Seguro – murmura el hombre, sonriendo agradecido.+

Yixing tiene los ojos somnolientos y sólo está ahí, quieto, descansando algo

después del horror. Nadie le ha dicho sobre Luhan y Kyungsoo, porque sobra

informarle algo innecesario. Un acuerdo silencioso entre ellos, que ya saben que

del otro lado la cosa ha salido bien y están a salvo.+

- Gracias... – asiente Junmyeon a Yifan y Chanyeol. Mira a su lado y sonríe

cuando Yixing reacomoda su cabeza en su hombro, suspirando por el agotamiento.

Junmyeon regresa su vista a los dos hombres y agrega –... por todo. Gracias.2
Chanyeol palmea el hombro de Junmyeon y luego se aparta para que el coche se

retire. Se da la media vuelta y se acerca a los que quedan vigilando lo último

que se ve. No parece tener intenciones de irse, hasta cerciorarse de que todo

esté hecho. Yifan apoya pesadamente la mano en el hombro de Chanyeol.+

- ¿Qué procede? – le pregunta Yifan – Tú mandas.+

Chanyeol suspira y pone su puño derecho en su cadera. En la otra mano sigue

deambulando su arma, que se eleva cuando su muñeca raspa sus ojos.+

- Yifan. Sabes que no terminó – dice más agotado que hace un momento – ¿Verdad?+ s

- Tu familia estará bien hombre – responde Yifan – Ya no corre peligro. Terminó.+

Chanyeol lo mira fijo unos segundos. Sus ojos arden rojos de no dormir casi nada

por noches y ahora se supone, terminó. Si. Terminó al menos, esta parte.

- Tú eres "familia" Yifan. Y sabes lo que Zitao es para Baekhyun – dice

Chanyeol, que al instante suspira y fija su mirada en el reloj de mano. Grita –

¡Señores! ¡Tenemos un minuto!1


"El Jefe", ha muerto. Yifan mira a Seung Hyun y se recuerda de los detalles

escabrosos que el hombre la había dado sobre matar con el filo de su catana,

paseando con ella por el cuello. Así murió el jefe y fue sin embargo, como un

regalo, porque aún si el sujeto fuera conciente de que estaba muriendo,

desangrándose y ahogándose asfixiado en su mierda con dolor, todo era poco en

comparación de lo que se merecía.+

- ¡Muchachos! – grita Chanyeol, para dar la última orden – ¡Prendan fuego! ¡Que

este puto infierno, arda de una vez! ¡¡AHORA!!4

Y sus hombres obedecen. Rocían todo con nafta y largan bidones dentro de la

casa. Se alejan lo más posible y Yifan aprieta el botón diminuto de su

interruptor. Una explosión pequeña se hace en el interior, seguido al segundo

una bola de fuego descomunal, que hace estallar los vidrios de los ventanales.+

Chanyeol, Seung Hyun y Yifan se paran lado a lado mirando todo eso.+

- Ya está – murmura esperanzado Chanyeol.+

- Entonces – dice Seung Hyun, sacudiendo confundido su cabeza – ¡¿Qué mierda

hacemos aquí?!+

Los tres se ríen y regresan su vista al fuego. Yifan grita.+


- ¡Vámonos a la mierda! 1

- ¡Ya escucharon muchachos! – ruge Chanyeol a todo el mundo – ¡Nos vamos ahora!+ c

Y todos obedecen, dispersándose. Yifan se queda observando a Chanyeol que es el

siguiente en partir. Yifan sonríe, viéndose tan desesperado como él por largarse

de una vez y arreglar lo que queda, para llegar a casa. "Casa". Se siente

extrañamente buena esa palabra, porque es "casa" cuando tienes a alguien

esperando por ti. +

Yifan se saluda con Seung Hyun y está a punto de darle las gracias, cuando

alguien interrumpe.+

- Yifan – llama de pronto Yoochun.+

Está demasiado serio, cortando su móvil. Novedades. A Yifan se le va la sonrisa

en un segundo.+

- Qué ocurre ahora – dice Yifan entre dientes.+

- Tu padre, escapó... – anoticia rápido y sin perder tiempo – Cuando nuestros

hombres se movieron por SangWoo aprovecharon otros a quienes él pagó, para irse

de la residencia con el cambio de guardia. Con tantos hombres dispersos, entre

tu apartamento, tu madre, el juez y aquí, él no fue una prioridad en el momento


y se fue.+

Yifan agarra su cabeza y raspa sus cabellos hacia atrás.+

- ¡Mierda! – grita furioso.+

Seung Hyun mira. Analiza.+

- No podemos hacer nada más por hoy. Hay demasiadas cosas que borrar de lo que

pasó esta noche y nadie va a querer verse involucrado, ni siquiera los que

queden de estas mierdas – asegura Seung Hyun en aparente calma – Mañana se verá.

Ahora, ve a cuidar a tu familia.+

Yifan suelta sus brazos duramente a los costados. Asiente con la cara dura y

cada músculo de su cuerpo contraído. Seung Hyun tiene razón.+

- Yoochun – llama Yifan. Su guardia personal se acerca y escucha – Regresa donde

Jaejoong, que está en ese apartamento donde Kyungsoo alberga a su gente.

Alértalos. Creo que serán el primer blanco, queriendo obligarlos a regresar,

contactando con ellos.+

- ¡¿Estás seguro?!+

- Esperemos que no sea así. +


El rostro de Yoochun pasa de la tensa calma a la angustia. No hace más que

obedecer y en un segundo está dentro del auto, en marcha, alejándose a toda

velocidad.+

- 20 segundos – dice Yifan – Vámonos. +

Yifan se retira a su auto y entonces escucha a sus espaldas.+

- Yifan...+

Él regresa su vista a Seung Hyun.+

- Dime.+

- Lo que le dijiste a Yoochun sobre ese chico...– por unos segundos el hombre

mira a un lado. Se le nota que no quiere evidenciar algo más, pero no aguanta,

cuando muerde sus labios tensos y pregunta mirando a Yifan – ¿Se aplica al otro?

¿A... JiYong?5

Yifan suspira duramente.+


- Seguro – responde y abre la puerta de su camioneta negra, del lado del

acompañante. Mira a Seung Hyun y termina de decirle – Creo que mi viejo tenía

una obsesión con JaeJoong, que parece más retraído y vulnerable. JiYong parece

más fuerte y más decidido a pelear. Quizá eso no lo haga blanco práctico para

esa gente. Pero fue una vez el "niño" de Nam Goong Min.3

Yifan quiere subirse, pero entonces siente el golpe de la palma de la mano de

Seung Hyun, que se desploma dolorosamente en su hombro. Yifan arruga su frente y

lo mira molesto por el atrevimiento del hombre. Sus ojos inquieren e increpan a

Seung Hyun.+

- ¡¿Qué dijiste?! – ruge el hombre en la cara a Yifan.+

Yifan inhala y exhala pesadamente. Pasa algo. Sabe que pasa algo, porque él ha

visto a Seung Hyun mirar demasiado a JiYong. De las veces que se han encontrado,

Seung Hyun disfruta hacer enojar al chico con sus comentarios inapropiados,

irónicos y sarcásticos. Cuando JiYong voltea la vista, Seung Hyun lo sigue

mirando. Sólo un tonto no vería lo que ahí pasa.+

- JiYong me lo confesó hace unos días Seung Hyun – asegura Yifan – Debió tener

miedo y por eso calló...+

- ¡¿El maldito presidente?! – exclama alejándose un paso de Yifan, con el rostro

lleno de espanto.+
- Sabes que ellos eran usados – le recuerda ofuscado Yifan, de esa vez que

JiYong contó todo, una noche en su bar – JiYong me dijo que una vez fue cedido a

Jang Hyuk. Al hombre no le complació del todo, por su..."manera de ser" –

asintió Yifan, sin entrar en demasiado detalles de lo mórbido de eso – Pero Jang

Hyuk lo cedió a alguien, que se lo pidió.+

- ¡¿El maldito presidente?! – volvió a rugir, temblando de aversión Seung Hyun,

sin creerlo.+

- Es la forma que ellos tienen Seung Hyun – le recordó burlón, ante lo que él

creía obvio – Tú mismo una vez se lo dijiste a Chanyeol. Así que... puede que

quieran de regreso a JiYong también... +

Yifan regresó su vista al auto. Queriendo subir, escuchó de nuevo a Seung Hyun

pedir.+

- ¿Dónde están ellos ahora? +

- ¿Para qué quieres saber? – preguntó agotado Yifan.1

- Iré con mi gente, por si... por si necesitan ayuda.

Ve a casa tranquilo, le ha dicho su tío, a quien ha terminado de ver al final de

todos, revisando si la gente que quiere está bien y resguardada. Lo último que
ha visto, es a Yixing comiendo al lado de Junmyeon. Ellos se sonríen. Su madre,

lo despide y le asegura como su tío que todo estará más tranquilo sin él allí. Y

Yifan cree que sí. Ella estará más tranquila, pero él no, porque su maldito

padre sigue suelto. +

Pero ahora se ocupará de lo más importante. +

Ir hacia él.+

Yifan sonríe, cuando las puertas del elevador de su residencia se abren. Y más

sonríe cuando ingresa y lo ve recostado en el sillón pequeño, durmiendo sentado. r

Yifan sabe que Zitao se ha quedado ahí a la espera y que ha desfallecido de

agotamiento. No es para menos. Después de tantas cosas juntas y tantas emociones

a la vez, Zitao apenas podría asimilarlas. Yifan camina hacia él. Se detiene

ante él. Se agacha, acomodándose en cuclillas. Lo observa un rato. Estudia cada

uno de sus gestos mientras dormita. Sus pestañas abultadas se remueven y Yifan

sabe que algún sueño deambula en su niño que se encuentra en una imagen que

pareciera atormentarlo en su mente, porque ahora, ha fruncido el ceño y respira

agitado. Yifan se preocupa y pone delicadamente la punta de su índice en medio

del pliegue dócil de la tez de Zitao en su frente y acaricia la zona, al

instante que un suspiro sale de los pulmones de Zitao. Sus gestos se suavizan,

pero sigue durmiendo. +


Yifan se pregunta qué preocupa a su niño en sus visiones nocturnas y quiere

saberlo desesperadamente. Lleva sus manos a las manos de Zitao y ve el móvil

sosteniéndose débilmente, a punto de caer al suelo. Lo toma dejándolo en la mesa

ratona de esa sala. Se incorpora, pero para agacharse nuevamente y se acerca,

dejándole un beso en la mejilla, oliendo como tanto le gusta su aroma entre

algodones y flores, como si fuera la inocencia misma de un bebé. +

Zitao abre los ojos. Parpadea varias veces, mientras absorbe con sus pupilas lo

que tiene en frente, convenciéndose de que es él.+

Yifan. +

- Estás... – susurra Zitao.+

- Estoy... – susurra sonriendo Yifan.+

- Aquí...+

Asalta Zitao a Yifan en un abrazo desde su lugar, elevándose hacia él. Huele el

cuello del hombre, que sin demora lo ayuda y se la rebusca para impulsar a su

amado a incorporarse, para aferrarlo a su cuerpo. +

- ¿Por qué llegaste tan tarde? – reprocha Zitao, sin dejar de abrazarlo –

Baekhyun cortaba conmigo cuando se dio cuenta que Chanyeol llegaba hace más de
dos horas.+

- Tenía que pasar a ver a mi madre y a mi tío y...+

- Perdona...+

Zitao se siente terriblemente egoísta con Yifan. Pero es que la angustia de no

tener cerca al hombre lo domina. Se desconoce a sí mismo, tan desesperado por el

hombre, porque esté cerca suyo y sostenerlo como lo está sosteniendo ahora.

Zitao suspira, apretando entre sus brazos con todas sus fuerzas a Yifan.+

Yifan sonríe, dejando un beso entre el cuello y el hombro de Zitao, que regresa

su rostro para verlo mejor. Cara contra cara. Frente contra frente. Zitao acuna

entre sus manos las mejillas de Yifan y lo observa detenidamente. Hasta que se

da cuenta y se aleja un poco, para aclarar la vista.1

- Yifan – dice al borde de un desesperado clamor que salta de su garganta,

cuando analiza el estado en que está. Sus manos bajan por los hombros del hombre

que cierra sus ojos – Yifan estás... estás todo...+

- Sólo son cortes y golpes que pasarán – habla él apenas y quiere envolver de

nuevo a Zitao entre sus brazos.+

Zitao se tira hacia atrás y sacude su cabeza frenéticamente.+


- ¡¿Sólo cortes y golpes?! ¡¿Y lo dices así?!+

- ¿Y cómo quieres que lo diga? – le reclama Yifan.+

Un golpe de puño le viene depositado en su brazo derecho y se queja. Zitao tiene

malditamente fuerza y aunque está furioso, vuelve a abrazar a Yifan que sonríe

como idiota.+

- Estoy sucio y todo transpirado – dice Yifan, cuando escucha a Zitao suspirar

sobre su cuello – Deja que me dé un baño.+

Pero Zitao a cambio deja un beso ahora él en su cuello y aspira más del olor del

hombre de quien no se quiere apartar. Yifan es hasta en eso perfecto, aún si le

advirtiera de lo mal que pueda oler, porque a Zitao le gusta todo de este

hombre, hasta el estado en el que está, derrapando masculinidad en su aspecto,

porque eso quiere decir que ha sido una noche por demás complicada y él ha hecho

muchísimo porque todo salga bien. Así que Zitao decide que quiere tomar eso de

Yifan y memorizarlo en su cuerpo. +

- Estaba asustado – confiesa Zitao, apretando sus párpados y sintiendo las manos
de Yifan que viajan por su espalda – Tan asustado...+

- Ya estoy aquí – le dice Yifan, feliz de saber que es mucho para Zitao – Ya

pasó todo.+

Zitao abre sus ojos. +

- Tú sabes que no.+

Un silencio que atosiga llena el ambiente. Yifan vuelve su rostro a Zitao y se

miran. Los ojos de Yifan se cierran unos segundos, como si pensara algo y suena

a rezo cuando le dice a Zitao.+

- Estás conmigo ahora. Nadie va a hacerte daño – abre los ojos, justo cuando

percibe los dedos delgados de Zitao acariciando sus cabellos – Yo voy a

protegerte.+

- Lo sé – asiente seriamente Zitao, convencido de verdad – Pero ¿quién te

protege a ti? Mírate – susurra ahora en su boca, realmente dolido en su voz –

Deberíamos ir a un hospital.+

- Sólo son cortes – le dice Yifan arriesgándose a una sonrisa – Lo único que

necesito ahora, es descansar un poco y...+

Y Yifan frunce el ceño. Habría querido seguir hablando, pero su lengua


anestesiada se quedó sin poder moverse aún cuando hizo el esfuerzo hasta

dolerle, sobre todo cuando escucha a Zitao llamándolo. Yifan siente pesadez. Su

cuerpo parece ser nada más que un cúmulo de músculos demasiado pesados para él

mismo. Y Zitao sigue llamando y todo se ve demasiado borroso, hasta que se nubla

la vista y Yifan murmura algo que no llega a terminar de decir, porque la noche

llegó para él y parece que está bien dormir.

Zitao observa analítico a Yifan. Sentado al borde de la cama, vuelve a tomar

entre sus manos la compresa fría y la remueve. La quita de la frente de Yifan y

posa su mano sobre la mejilla del hombre. Suspira. Toma el termómetro y de nuevo

hace como le ha indicado el médico. Debajo de la axila de Yifan lo coloca y

espera a que la alarma resuene avisando que ha acabado su trabajo. Zitao no sabe

de números, hasta ahora. El primer médico que llegó, le ha dibujado amable en

papel lo que debería decir la pantalla minúscula del aparato y Zitao compara con

esos números. Los que están en rojo, significa que es malo. Los que están en

verde, significa que es bueno. Es todo lo que Zitao entiende y como no ha dejado

que nadie más que él lo haga, Zitao revisa la temperatura de Yifan, aún si hay

más gente para hacerlo. Zitao compara los números. 1

- ¿Cómo va la fiebre? – pregunta la mujer desde la puerta.+

Zitao se da la vuelta. Se anima a sonreírle a la señora Jang y le dice.+

- Bajó. Y es buena.+
Nara posa sus dos manos en su pecho. Sophie se escabulle por el costado de la

dama y corre a la cama inmensa, donde se encuentra Yifan, que desde hace más de

14 horas no despierta. Zitao regresa su vista a Yifan. Lo mira, como a la espera

de alguna reacción y si no la hubiera, simplemente se cerciora de que respira.

Nada malo se supone que tiene, ha indicado el doctor, salvo el agotamiento que

su cuerpo no pudo tolerar. +

Alguien se acerca a Zitao. Toca su hombro y el joven se regresa a ver de quién

se trata. Jongdae le sugiere.+

- Ve a descansar. No has dormido nada. Nosotros lo cuidaremos.+

Se oye los rumores a la distancia, que vienen de todos los que fueron llegando.

Zitao sacude la cabeza.+

- No me siento cansado. No tengo sueño. +

Suspira Jongdae, mirando a Nara que se acerca. Ellos nunca se habían visto. No

hubo oportunidad de que fueran presentados. Tampoco es como si hubiera habido

ocasiones para eso. Pero la mujer observa que el joven acaricia la mano de su
hijo y acomoda sus cabellos húmedos, peinándolos hacia atrás. Al lado del

muchacho, su pequeña hermana se apoya y mira. Naturalmente le sale.+

- Querido, mejor ve a comer algo.+

Zitao se estremece. Sus hombros se encogen. La mira. De pronto siente vergüenza

encontrándose con los ojos de la dama que sólo ha visto a través de la pantalla

y la recuerda con quien fuera la novia de Yifan, incluso en las revistas de

moda. Sabe que la mujer quería a Jessica. Sabe de las veces que Yifan

preocupado, no quiso hablar de la relación con sus padres, porque al parecer se

le hacía tormentosa. Pero esa mujer, con el rostro lleno de agotamiento que

encierra su saco largo de lana clara y se toca el pecho, es la madre del hombre

que ama y no puede faltarle el respeto. Además, Sophie le ha dicho que ella es

buena.+

- Yo también me quedo – agrega el señor Kwon, que había estado allí en absoluto

silencio – Si despierta, yo te llamo. +

- Zitao – insiste Jongdae, apoyando sus manos en los hombros de su amigo – Ven.

Vamos con los demás que también quieren verte. Comes algo y regresas.+

Zitao suelta lentamente la mano de Yifan y se levanta. Mira muchísimas veces a

Yifan, antes de salir de allí. La mujer toma su lugar y mira a su hijo. Sophie

no lo sigue. La niña pareciera sentirse cómoda donde está, subiéndose a la falda

de la mujer, que le peina los cabellos largos y se quedan conversando de algún


parque de diversiones al que planea que vayan juntas. Se ve que no es la primera

vez que hace esas cosas con la madre de Yifan. 1

Zitao camina. Se pregunta qué pensará la mujer de él. Ahora, en esos momentos,

Zitao es muy conciente de su condición física. La inquietud y el temor lo

embargan. +

Luhan lo alcanza a mitad de camino por el largo pasillo que dirige a la sala.

Toma sus manos y se abrazan. Luhan sonríe y lo dirige a la cocina, donde el

bullicio es más elevado a medida que se acercan. Y allí están todos, que se

giran a verlo. Un silencio de segundos y las caras de preocupación.+

- Ven Zitao – le dice amable Sehun, que corre una silla para darle lugar en

donde todos se han acomodado alrededor de la mesa – Siéntate. Te estábamos

esperando. Así que mi amigo te está dando trabajo ¿He? – sonríe.+

Zitao se sienta y también le sonríe, a todos, que se han relajado con su

sonrisa. Yixing se ubica a su lado y Zitao apoya su cabeza en el hombro de su

amigo. Todos andan deambulando sirviéndole cosas para que coma algo. Él sonríe.

Sabe que no es nada grave lo que pasa, sólo que Yifan ha atravesado por

demasiadas cosas, incluso algunas que nadie sabe y ni se imaginarían, lo que ha

hecho que el cuerpo se resienta y le exija descanso que no ha tendido en mucho

tiempo. Pero agradece que todos quieran tanto a Yifan y que estén pendientes de

lo que pasa.+
- ¿Te quedarás en Seúl? – pregunta Zitao, incorporándose y mirando a Yixing.+

- Unos días – responde, mientras acaricia sus cabellos – Debo volver a trabajar

allá. Pero ya decidimos con Junmyeon que regresaremos en unos meses, cuando mi

contrato termine en la Universidad.+

Luhan abraza a Yixing desde atrás, feliz de la noticia. Kyungsoo termina de

depositar sobre la mesa una bandeja con muffins y las manos arrebatan de una vez

lo que se encuentra. +

- ¡Se supone que es para Zitao! – grita Kyungsoo enojado, manoteando las manos.+ g

Se van a acomodando en medio del bullicio y de repente, alguien emite un

ronquido, como si esperara silencio. Zitao mira a Chanyeol, sentado justo en

frente suyo, porque allí miraron todos. +

- ¿Ocurre algo? – pregunta Zitao, porque parece que sí pasa.+

- Zitao – dice serio Chanyeol – Necesitamos hacerte algunas...+

- ¡No! – exclama Baekhyun, dando un fuerte manotón en el hombro de su novio al

lado, que suspira simplemente – ¡No vinimos a esto! +


- Él está cansado – interviene Luhan molesto – Puede esperar lo que tengan que

preguntar.+

- Pero el tiempo sigue corriendo – interrumpe Kyungsoo, dejando a sus mejores

amigos boquiabierta, porque no se esperaban eso de él – Y no tenemos demasiado

tiempo porque...+

- Porque ellos siguen fuera – murmura al final Zitao, conciente de lo que pasa.+ s

Todos lo miran ahora a él. Zitao arruga su frente. Se compone derecho y sin

problemas dice.+

- Pregunten.+

Jongdae se sienta del otro lado de Zitao. Se miran y Jongdae le habla

lentamente, como si cuidara su forma de decirle lo que dirá.+

- Jang Hyuk llegó de su viaje en la mañana, con el presidente. Creemos que

deberías saberlo. Así como darnos cualquier tipo de información. Alguna cosa más

Zitao – dice Jongdae preocupado – Algo más que recuerdes, que hayas observado o

escuchado de Jang Hyuk y que nos ayude...+

Zitao prieta sus labios. Suspira mirando a lo alto como si quisiera hacer
memoria. Sacude su cabeza en resignación, a algo que le resultaba complicado

¿Qué cosas o detalles podrían servirles a ellos y para qué?+

- Te lo dije Jongdae. Sólo sé que esperaban que yo recuerde cosas. +

- ¿Esperaban? ¿Quiénes? – preguntó Jongin.+

- Jang Hyuk y sus amigos. Uno de nombre Jung y otro que decía Nam. Buscaban algo

de mí y no sé qué... es, eso...– titubea nervioso, mirando confundido a Jongdae

– eso que te conté...Jongdae...+

- Entonces – dice Sehun que se encuentra detrás de él, de pie, apoyado en la

mesada de la cocina – ¿Nunca hablaron de qué cosa en específico? ¿Objeto?

¿Papeles? +

- No. Pero es algo que ellos necesitaban recuperar... – asiente ya agitado

Zitao, llevando su mano a su sien y refregándose fuerte – No me dijeron. Sólo

sé, que me llevé cosas que no eran mías y que no debía... eso, eso dijeron...1

- Ya es suficiente – alerta Yixing, tomando de los hombros a Zitao que le

tiemblan – Esto puede seguir en otro momento...+

- Mi Corazón, si no sabemos lo que pasa...1

- Dije que es suficiente – arremete enojado ante todos Yixing – No es bueno para
él que lo llenen de repente con cosas que no podría entender...+

Chanyeol se cruza sus brazos, apoyándolos sobre la mesa. Mira demasiado fijo a

Zitao. Analiza los gestos de Zitao, que justo alza la vista. Sus ojos y los ojos

de Chanyeol se quedan ahí, anclados, mientras los demás farfullan discusiones

por lo que está pasando.+

- Dime – prorrumpe Zitao, con seguridad que brota repentinamente.+

Chanyeol se vence hacia atrás, apoyando su espalda en la silla. Suspira.

Confiesa.+

- Hace años, Yifan fue secuestrado.+

- Lo sé. +

- Y ayudaste a que pudiéramos rescatarlo también – asiente Chanyeol, severo y

tranquilo – Gracias por eso... de nuevo.+

- ¿De nuevo? – increpa consternado, murmurando apenas – ¿Tú y yo...?+


- Nos llevaste a la salida Zitao. Yifan estaba herido. Muy mal herido...+

Chanyeol se queja, agarrándose la cabeza y cerrando sus párpados duramente por

el dolor que ha sentido. Baekhyun le ha metido con toda la palma de su mano en

la nuca.1

- ¡¿Te das cuenta de lo que estás diciendo?! – grita furioso su novio – ¡¿Y no

hiciste nada por detenerlo?!+

Un murmullo se hizo entre ellos. No todos lo sabían. Pero Zitao siguió mirando a

Chanyeol que apenas compuesto pero con los ojos llenos de culpa, intentó

explicar, lejos de ser el serio hombre severo de hace un segundo.+

- Abriste una caja fuerte. De ahí me diste un... elemento, un pequeño aparato

con información – explica, suponiendo que quizá Zitao no llegue a entenderlo del

todo – Pero el manojo de llaves, lo tomaste para ti. Nunca me interesó ese

detalle, hasta ahora – dijo pensativo, mirando a un lado y apretando sus labios

en una tensa línea, resignado, regresó su vista a Zitao – Cuando nos separamos,

supuse que eran las llaves del vehículo en el que te fuiste. Una moto. Ahora,

dudo que sea solamente eso...2

- ¿Por qué no me lo dijeron antes? – inquiere atolondrado, al segundo que dice –

Ya está... +
Si Yifan no dijo nada, él tampoco. Son amigos. Hermanos. Chanyeol y todos los

demás, le sin leales a Yifan. Y Yifan, simplemente quiso cuidarlo; ya tuvieron

esa discusión y no iniciará otra. Zitao sacude su cabeza apenas, para decirle a

Chanyeol.+

- Nada vino conmigo, cuando fue el accidente. Al menos, no que yo sepa...+

- ¿Tu madre? – pregunta Jongin – Puede que ella...+

- Ella les hubiera dado lo que ellos querían – responde Zitao sin titubear –

Creo que me mantuvo porque quería lo mismo.+

Fue triste admitir eso para Zitao, pero eso se sentía hasta liberador. Era la

cruda realidad. Jamás podría entender a su madre y se había rendido a hacerlo.

Ella no parecía ser buena, ni siquiera como madre, porque Sophie nunca se habría

apartado de su lado de tener el cariño que se suponía debía darle. Y con él,

Zitao ahora se daba cuenta, que había sido cruel, por dejarlo en las manos de

esos sujetos, como si fuera normal todo eso. +

- Hay otra cuestión Zitao – interrumpe pronto Chanyeol.+

- ¡¿Más?! – recrimina Yixing, sobre protector con su muchacho – No...+

- Ya Yixing – calma Zitao – Estoy bien.+


- Y es algo bueno – dice Jongdae, sonriéndole y mirando a Chanyeol.+

- Verás Zitao – explica Chanyeol pasando a otro trance en su cara, sonriendo

como si nada – Como todos saben somos hombres de negocios variados...+

- Negocios variados – se burla sarcástico Baekhyun a su lado, cruzándose de

brazo y mirando a un lado – Ahora le dicen negocios variados...2

Un golpecito en su hombro de parte de Kyungsoo, hace que Baekhyun se encoja de

hombros, emitiendo un chasquido con su lengua de la molestia. Chanyeol vuelve

incómodo a reacomodar sus palabras, con un ronquido.+

- Pero nuestros negocios... – prosigue, mirando a Zitao –...no comenzaron de la

nada. Sino que alguien nos facilitó las cosas, proporcionándonos información

valiosa que nadie podría haberla sabido, si no tenía los contactos adecuados. Si

tenemos lo que tenemos es porque nos allanaron el camino. Tú Zitao.+

- ¡¿Cómo?! – pregunta espantado, porque no entiende nada – ¡¿Yo?!+

- El dispositivo que le diste a Chanyeol – explica Jongin – tenía información

muy valiosa Zitao. Todo lo que somos y lo que tenemos, es por toda esa

información.+
Boquiabierta, Zitao mira a los que le sonríen. Mira a Chanyeol, Jongdae, Jongin

y Sehun. Junmyeon suspira y su ceño se traza profundamente. Mete sus manos en

los bolsillos y se aleja unos pasos de ellos. Algo pasa. Zitao lo siente. Y le

queda claro cuando el hermano de Jongdae se para al lado de la ventana, mirando

fuera. Él no participó de eso.+

- Zitao – llama Chanyeol – Todas nuestras ganancias eran igualitarias. Y antes

de creer que habías muerto, Yifan sólo pidió que te contáramos entre nosotros

para dividir nuestros ingresos en partes iguales. Esa cuenta, está intacta. Y es

tuya. 2

- Y créeme Zitao cuando te digo – dice sonriendo Jongdae – Que jamás te faltará

absolutamente nada. Eres rico. Muy rico.+

Zitao escucha el murmullo. Todos parecen suspirando por eso. Zitao apenas si

entiende. Quizá el hecho de que le hayan dicho que es rico, los deje a todos

tranquilos y les haga creer que él está tranquilo, pero...+

Los ojos de Zitao se quedan fijos en Junmyeon. +

Y comprende.+
Zitao mira desolado a Yixing, que ha comprendido que algo ocurre. Yixing toma

fuerte las manos de Zitao. Yixing se angustia de ver así a Zitao. Los ojos de

Zitao se llenan de lágrimas. Apenas si dice.+

- Entonces... ustedes son... – mira a todos lo que le dieron la noticia y

prosigue como puede – ¿Todo esto... es por mi culpa?+

- No digas eso.+

Prorrumpe tajante y segura esa voz de la nada. +

Mira Zitao a la puerta, igual que todos ahí. +

Yifan está de pie, apoyado en el marco de la entrada a la cocina aún con su

pijama puesto y su tío que le ayuda a sostenerse. Yifan avanza un paso y estira

su mano a Zitao llamándolo. No demora nada Zitao en ir allí y es que le ha hecho

falta sentir a Yifan, más ahora que se siente desolado, culpable y responsable

de que ellos sean así.+

- Yifan – dice apenas, en lo que puede abrazarlo y apoyar su mentón en el hombro

del hombre mientras gime de rabia – Lo siento tanto. Perdóname...+

Yifan lo sujeta fuerte. Aprieta sus párpados también furioso de esto, de lo que

siente Zitao y de lo que ha pasado, de lo que pasan y lo que seguirá pasando,

aún si eso último lo presintiera sin decir nada. Acaricia Yifan la cabeza de
Zitao que tiembla. Sabe Yifan qué está pensando Zitao y no le permitirá eso.+

- Lo que pasó – asegura Yifan – nadie lo habría podido evitar. Ni tú, ni yo lo

habríamos podido evitar. Pero lo que hiciste fue ayudarnos – dice mirando a

Zitao a los ojos. Suspira con fuerza, pasando su mano por la mejilla de su niño

– De no habernos ayudado, nosotros nunca habríamos podido hacerle frente a esto.

Y te aseguro que no estaríamos aquí hoy, de no haber sido porque nos ayudaste a

prepararnos para este momento. No es tu culpa Zitao ¿Me oyes? – agrega

duramente, apretando sus labios y temblando enojado de sentir que vuelve la pena

a Zitao – Tú hiciste que pudiéramos llegar aquí, juntos. 1

- Así que es él – dice su madre, mirando en dirección a la cocina, donde sigue

el bullicio.+

- Sí – dice Yifan, sentándose en el sillón del living, en frente de ella.+

- El niño monje – murmura Nara, sin dejar de mirar hacia allá – que tu padre usó

ese día...+
Recuerda. Nara recuerda de la partida tan violenta de Henan. Cómo cuando ella

quiso salir del auto, bajo la lluvia torrencial, desesperada por impedir que

Yànzǔ hiciera algo a su hijo, pusieran seguro a las puertas. Y aún cuando gritó

golpeando el vidrio y rasguñara la ventanilla llorando, a Yànzǔ no le importó en

absoluto eso y castigó a Yifan que se resistía a obedecer, en medio del brutal

castigo. Hasta que escuchó la amenaza, que fue lo que hizo a Yifan rendirse. Fue

la primera vez que Jang Nara tuvo miedo de Wu Yànzǔ. Ella no quería creer quién

era su esposo. La culpa la hizo callar. El terror la silenció. Yànzǔ sabía

demasiadas cosas de ella y su familia, como para hacer algo en contra de su

marido. "Ni una palabra Nara. Sabes que no te conviene hablar", había dicho él,

cuando ella quiso reclamarle por lo que había hecho a Yifan. Y a ella no le

convenía en absoluto que Yànzǔ hablara. Lo único que le quedaba era aceptar,

callar y aceptar. +

- Mamá – llama Yifan.+

Nara despierta de sus pensamientos. Mira a Yifan algo aturdida. Le sonríe sin

embargo, para mostrarle que él puede estar tranquilo y abandonar esa cara de

severa. +

- Dime.+

- Me casaré con él.3


Ella ya no sonríe. Frunce el ceño. Mira a un lado. Cruza sus brazos y observa de

pronto a la distancia en una alfombra cercana a otra sala, a la hermana de Zitao

que juega tranquila y murmura cosas, hablando con su muñeca, como si le contara

un cuento, mientras la peina. La mano derecha de Nara se posa en su pecho y

suspira. +

- ¿Ella vivirá con ustedes? – pregunta Nara.+

Yifan eleva sus cejas, perplejo ante esa pregunta. Mira a Sophie allá, a la

distancia. Regresa su vista a Nara. No entiende. Yifan esperaba los miles de

"peros" de su madre, la negativa a su noticia, la discusión en puerta, pero, no

pasó eso. +

- Si – responde – ¿Por qué?+

- ¿Qué pasa con la madre de la niña? – inquiere Nara preocupada y ahora mirando

a su hijo.+

- No lo sé. Pero si está en mis manos, la mantendremos con nosotros – dice

seguro a su madre – Esa mujer, no es buena en absoluto ¿Por qué preguntas?+

- La justicia no dudará en devolverla a su progenitora. Más si tienes en cuenta

la condición de su hermano...+

- Zitao está bien – reprocha a esa, incómodo Yifan y realmente molesto con lo
que acaba de escuchar – Adora a Sophie. La puede educar y criar sin problemas.

Nada le faltará y...+

- No te enojes conmigo cuando sólo te manifiesto lo que en realidad pueda pasar

– dice ella, poniéndose de pie. Camina hacia él y se sienta a su lado. Toma

entre sus manos el rostro de su hijo. Ella nunca había sido así de manifiesta y

Yifan se estremece cuando la mujer parece adorarlo con su caricia. Nara asegura

con voz suave y los ojos brillosos – No me opondré a lo que hay entre ustedes.

Han pasado tantas cosas... que lo único que quiero es verte feliz mi cielo...+

Besa en la mejilla a Yifan, que simplemente la abraza. Con delicadeza y más

sutil en su fuerza, Yifan sostiene a su madre que da golpes suaves a Yifan en el

pecho de su hijo. +

- Lo siento mamá – dice él compungido – Creo que he sido mal hijo y no he hecho

más que echarte la culpa de todo, sin siquiera preguntarte cómo estabas tú...+

- Bien – habla ella, componiéndose en el asiento y quitándose las lágrimas.

Sonríe a su hijo y asegura – Ahora que te veo bien, ya estoy bien. No quise

ofender a Zitao. Dile a él que no me opongo en nada ¿de acuerdo?+

- Dile tú – sonríe Yifan, pellizcando cariñosamente la mejilla a su madre.+

- No querido – dice ella sonriendo también y acomodando la camisa de su hijo –

Parece mirarme tan tímido y serio, que creo que me tiene miedo. No quiero
molestarlo...+

- Cree que prefieres a Jessica – confiesa Yifan serio.+

Se miran a los ojos serios los dos. Nara sacude su cabeza apenas, negando eso.

Se encoge de hombros.+

- Como dije tesoro. Ha pasado tanto, que veo las cosas de otro modo. +

- Gracias. Me habría dolido que la única familia que me queda, se alejara de mí

– dice él sintiéndose triste.+

Nara se pone seria. Lo mira fijo, mientras Yifan baja la mirada absorto en los

pensamientos que claman por su padre perdido que jamás lo ha querido.+

- Perdóname – dice ella de repente – No merecías un padre así.+

- Tú no tienes la culpa de...+

- Si – asegura ella convencida, con un nudo en la garganta – Debería haberte


dado la familia que merecías. Me siento orgullosa de que seas tan bueno. Y

triste por no haber sido yo quien ayudó en eso...+

Yifan la abraza cuando ella llora. Pero no es noche triste. No es noche de pena,

sino de tranquilidad. Ella y Yifan están juntos, así que se quita las lágrimas y

se compone derecha, mirando con una amplia sonrisa a su hijo.+

- Bueno – suspira Nara, poniéndose de pie de pronto – Creo que vemos que podemos

cenar todos ¿verdad? Aprovechando que tus amigos están aquí aún y después...+

- Mamá – dice Yifan, parándose en frente y tomando sus manos – No quiero que

vayas a casa. Quiero que te quedes aquí con nosotros. Me sentiría más seguro si

puedo cuidar de ti aquí.+

- ¿Por qué dices eso? – pregunta ella sorprendida – Tu padre no hará nada...+

- No estoy seguro – insiste él.+

- No quiero irme de casa – dice ella – Me siento cómoda allá. Es más, quisiera

que piensen en mudarse ustedes allá. Es tan grande aquello que creo que en

verdad tus abuelos así lo habrían querido – asiente Nara sonriendo. Yifan calla,

así que Nara se adelanta – Piénsalo ¿de acuerdo?+

Yifan eleva sus ojos apenas y mira a quien ha aparecido a la sala. Jongin. Y es

que ellos tienen mucho de qué hablar. Nara mira al joven y presiente que
estorba. Da un beso en la mejilla a su hijo y ofrece.+

- Voy a ver de pedir para comer ¿Si?

- Me estuviste esquivando todo este tiempo – increpa ofuscado Yifan,

desplomándose en el sillón detrás de su escritorio – ¿Qué demonios ocurrió allá?+

Jongin cierra la puerta de la oficina privada de Yifan. Se siente en frente de

su amigo. No habla. Parece demasiado pensativo, como analizando esto. Yifan

tiene paciencia, mucha. Pero no le sale esta vez.+

- ¡¿Quieres decirme las cosas de una vez?! – ruje golpeando con su puño la mesa.+

- ¡No sé por dónde empezar! – asegura Jongin duramente, pero con voz llena hasta

de espanto.+

Yifan se reacomoda en su asiento. Espera. Analiza sin embargo a Jongin. Jongin

es prudente. Siempre lo ha sido. Lo que tenga para decir, no sabe cómo decirlo.

Jongin se refriega los ojos. Peina al segundo con la misma mano sus cabellos.

Está nervioso. Su amigo lo sabe bien y entonces más compuesto, espero un

momento. Deberá preguntar él, porque Jongin, al parecer no puede con tanto.+

- Vamos desde el principio – dijo Yifan – Te pedí que fueras a investigar los
últimos movimientos de Zitao, de encontrar el hospital en el que había sido

ingresado.+

- Apenas pisé Beijing y mi rostro fue escaneado, sólo tenía días para seguir con

el cuento de que iba por los negocios de mi familia. Pero llegué...+

- ¿Y llegaste a él? ¿Qué sabes de antes? – preguntó ansioso Yifan – Cuando nos

separamos ¿Dónde estuvo? ¿Qué hizo? ¿Cómo se mantuvo escondido? Dijeron que

peleaba – aseguró, de alguna vez que Zitao lloró por lo que su madre había dicho

– Dijeron que...+

- Es mentira. Él no peleaba. Nunca peleó desde que se apartó esa noche de ti. Él

simplemente se esfumó – comenzó a relatar rápido Jongin – Supuse que de ser un

chico inteligente, por las referencias de Chanyeol, iba a elegir una ciudad o un

poblado que no estuviera bajo la red de vigilancia de China, para que no

pudieran las cámaras reconocer su rostro. De seguro, debió pensar que lo

buscarían. Y no me equivoqué – asintió enérgico – Encontramos el historial de su

ingreso al hospital, después del accidente, en Taiwán. Fue intuición de hecho.

No perdí tiempo y viajé hacia allá.+


- ¿Qué encontraste?+

- Ingresó como n/n. Accidente en moto, por alta velocidad. Nada más. Después

surgió el registro del reconocimiento por parte de Zhang Ziyi y dando a conocer

su identidad. +

- ¿Sola? +

- Sola. Pero no se presentó como su madre, Yifan – dijo, tragando duro y

sabiendo de la mirada inquisidora de Yifan – Ella se presentó como su tía.+

- ¡¿Qué?! – rugió Yifan temblando, sus puños sobre la mesa, todo él lleno de

espanto.+

- No es su madre – asintió Jongin – Eso me quedó bien claro. 8

- Pero los expedientes aquí...+

- Pudieron fácilmente falsificarlo todo Yifan – dijo Jongin, resoplando en el

asco de la noticia que le tocaba dar – El punto es, y perdona que me entrometa

en esto, si se lo vas a decir o no a Zitao.+

Yifan miró a Jongin y casi que le rugió en su reproche.+

- No le esconderé esto.+
- Supuse que dirías eso, pero, recuerda. Zitao no sería la hermana de Sophie y

no habría juez que dudara en entregarle la niña a su madre. Mi consejo, si

quieres tomarlo, no digas nada.+

- O sea que... esa mujer ¿Estuvo engañándolo incluso cuando fue a buscarlo?+

- Yifan – interrumpió rápido Jongin – Después hubo el registro de alguien que lo

visitó. Una mujer que no tenía parentesco alguno y sólo quedó registrada como

amiga del paciente. Zhang Ziyi firmó la autorización para que ingresara a verlo.

Su firma estaba en el expediente.+

- ¿Cómo llegaste a saber eso?+

- Una enfermera lo recordaba.+

- ¿Así de simple?+

- Nadie olvidaría a la mujer que iba acompañada de una niña pequeña y apenas

salió del hospital fue asaltada y apuñalada. Muy conveniente ¿No te parece?+

- ¡¿Qué demonios...?!+

- Esa mujer debe haber sido amiga de Zitao. Sabía cosas y por eso la mataron. No

debía haber rastros del pasado de Zitao. Estoy seguro, porque cuando quise
seguir el rastro de la muerta, todo su círculo había muerto en los meses que

siguieron. Es como si...como si todos se hubieran encargado de hacer que quienes

conocían o mínimo habían visto a Zitao, fueran borrados...+

- ¿Y esa niña? Dijiste que la mujer que fue a visitar a Zitao iba con una niña

pequeña.+

- Nada. No había nada de esa niña – dijo al segundo, encogiéndose de hombros –

La enfermera dijo sólo que iba con la niña pequeña.1

Yifan bajó la vista. Sus manos quedaron apoyadas en la mesa. Su dedo índice

tintineó incontables veces en la madera. Cerró sus ojos y empezó a murmurar algo

para sí mismo. Jongin esperó a que termine de decidir qué hacer con esa

información. Hasta que abrió los ojos y miró fijo a Jongin.+

- ¿Quién te atacó? – preguntó Yifan – Kyungsoo me dijo del estado en el que

llegaste de tu viaje.+

- Tuve dos encuentros. Uno en Taiwán...+


- ¡¿Te atacaron más de una vez?!+

- En Taiwán fui yo quien atacó. Eran cuatro. Yo estaba por salir del suburbio

donde pregunté por Zitao, cuando unos matones se me acercaron y uno me dijo que

estaba haciendo demasiadas preguntas indebidas. Estaba solo por mi cuenta, así

que deben haber pensado que podrían conmigo. +

- No sabían quién eras – analizó Yifan – De haberlo sabido, no habrían enviado a

tan pocos.1

- Gracias – insinuó secamente Jongin – La cosa es que los liquidé sin esfuerzo.

Tomé el móvil que sonó primero, para atender y sin decir nada, escuché. Me

preguntaron si estaba hecho y me limité a responder "sí". Me dieron una

dirección para ir. Fue demasiado fácil. Eso me dejó en claro que querían

liquidarme porque estaba rastreando los suburbios de la muerta y de todos los

muertos de ese lugar. Y regresé a Beijing.+

- ¿A dónde te habían citado?+

- Puerto de Xingang, en la madrugada. A una reunión. Me preparé para infiltrarme

y ahí vi algo que no desearía haber visto Yifan. En un galpón, con demasiada

guardia, era como... como una convención. Una maldita convención llena de caras

conocidas. Te juro que no podía creerlo. +

- ¡¿Cómo es eso?!+
- Ahí no sólo estaba Jung Chan, sino también Jang Hyuk y otros. Hombre... –

respiró agitado Jongin, mirando a todos lados, como si se sintiera de repente

observado –...había muchos empresarios ahí ¡Gente de mucho poder de Asia! Eso no

es la tríada Yifan. La tríada es una parte mínima de eso – aseguró hasta en

pánico Jongin – Ellos parecían más bien estar haciendo una ceremonia. Daban la

bienvenida a Nam Goong Min a ese grupo de gente. Le hacían jurar y todo alguna

maldita cosa de guardar secreto y más. Pero no pude seguir. Me descubrieron unos

guardias. Por suerte no alcanzaron a quitarme lo que me cubría el rostro. Pero,

los tipos que me atacaron sabían lo que hacían. Escapé. No pude matarlos. +

- Parece una maldita película – dijo espantado y con asco Yifan, absorto en

dibujarse todo eso.+

- Y una de terror Yifan. Porque si es así, es como una mierda de secta o logia

de pederastas malnacidos que controlan el poder de Asia. Maldita sea Yifan –

rugió rabioso Jongin – ¡¿Dónde mierda nos metimos?!+

- Creí que era la tríada quien nos quería – murmuró lleno de aversión en su voz

y en su cara Yifan.+

- Puede que sí – asintió Jongin – Pero para servir a otros. Y habrá que estar

más que listos, porque insistirán con que entremos y ¿cómo resistir? Yo creo que

vendrán por Kyungsoo. Él es el heredero de Jung Chan – dijo lleno de angustia.3


Y Yifan la sintió más a esa angustia. Él creía que vendrían por todos.2

Silencio. +

Y la nieve golpeteando como caricia el vidrio del ventanal. +

Todos se habían ido y Zitao se encontró acostando a su hermana. Dio un beso en

la frente de la pequeña que dormía y él se dirigió al living. +

Ya no había silencio.+

Yifan había encendido la música. El volumen bajo, de seguro pensando en Sophie.1 m

Y Zitao sonrió.1

Sabía por intuición que de seguro él estaría viendo por el ventanal el exterior

oscuro, lleno de estrellas. En silencio, a escondidas, ya lo había visto así


antes. Sólo que le tenía recelo en ese entonces. Pero Zitao adoraba verlo así,

tanto, como habría querido meterse en la mente del hombre para saber de sus

pensamientos.+

Y Zitao se encontró con las luces bajas. +

Miró hacia el ventanal y allí estaba él, Yifan, con las manos en los bolsillos

de su pantalón, mirando solemne y altivo hacia fuera. A Zitao le fascinaba el

hombre. El orgullo ascendió hasta su pecho cuando se descubrió engreído de saber

que ese hombre, hermoso hombre, lo quería a él. Más ahora, cuando Yifan

regresaba su rostro para mirarlo. Zitao sabía que Yifan lo estaba esperando.+

El hombre curvó sus labios brillantes de un lado. Su ceja derecha levemente

alzada. Estiró su mano. Su voz grave y con aplomo, llena de poder ordenó.+

- Ven aquí Mi Niño.+

"Mi Niño". Zitao amaba ser llamado así por el hombre. Y Zitao sonrió, amplio y

más amplio, a medida que se acercaba a su hombre. Apretó fuerte a Yifan, cuando

sus brazos se envolvieron alrededor de Yifan y respiró hondo el olor del hombre

en su cuello, dejándole un beso ahí. Sintió chispas de calor en su cuerpo,

cuando el hombre dijo a su oído, mientras lo abrazaba de la cintura.1

- Extrañé el tenerte para mí solo Mi Niño.+


Zitao emitió una mueca, saltando por dentro de extrema alegría y encogiéndose,

cuando Yifan dejó un beso en la curva de su hombro y cuello. Ellos se miraron.

Zitao acarició el hermoso rostro. Yifan disfrutó eso, mientras su frente se

asentaba en la de su amado. Un suave beso en los labios pequeños, finos y

delineados de Zitao. Otro beso más y más profundo, minando la boca de Zitao, que

rodeó con sus brazos al hombre que lo aferraba a su cuerpo con fuerza. Ellos

cerraron sus ojos, para despertar mejor sus sentidos. Zitao abrió más su boca,

para que Yifan lo besara más profundo, más hondo y más. Y el tiempo fue pasando,

como si nada malo pasara. Por primera vez, se sentían tranquilos, porque todo

estaba bien. Zitao creía que todo estaba bien con Yifan, nada malo podría haber.

Así que disfrutó de ese momento de ellos dos. Respiraron apenas, mirándose con

los labios mojados unos segundos, estudiándose el rostro y riéndose de ellos

mismos, para seguir derritiéndose a besos. Apenas si Yifan se apartó para

decirle entre beso y beso...+

- Dormirás conmigo...a partir de ahora...+

- ¿Eso fue... una orden? – se quejó Zitao, moviendo su cabeza, solamente para

encontrarse de nuevo con el beso de Yifan y su lengua irrumpiendo dentro de su

boca.+

Perduró el beso, haciendo que a Zitao le tiemblen las piernas de deseo por el

hombre, cuando terminó de empujarlo brutalmente contra el vidrio, refregándose,

cuerpo contra cuerpo.+


- No quiero... apartarme de ti... un segundo...+

Zitao sonrió. Los labios de Yifan rozaron sus dientes. La lengua de Yifan paseó

por sus labios entonces. El hombre miró serio a Zitao. +

- De verdad, no quiero volver a estar lejos de ti un segundo.+

- No exageres...+

- No exagero.+

- ¿No tienes una empresa que manejar?+

- Necesito vacaciones.+

- Yifan – advirtió Zitao, ahora serio – No tienes que hacer eso. No por mí.+

- Lo hago por mí.+

Zitao hizo silencio un momento. Sus ojos se anclaron en el cuello del hombre,
mientras se mordía el labio inferior.+

- Zitao – llamó Yifan – ¿Qué ocurre?+

Zitao elevó sus ojos, mirando de nuevo fijo a Yifan.+

- ¿Es cierto lo que dijeron los chicos, de la cuenta para mí?+

Yifan asintió.+

- Es tuya ¿Por qué?+

- Quiero... – dijo algo inquieto –...Yifan yo quiero hacer algo, por Sophie, por

mí. Trabajar en algo, buscar algo que hacer... a pesar de...+

Yifan le sonrió. El orgullo creciendo dentro de él, sabiendo que Zitao seguía

siendo un luchador. Aún si no hubiera tenido nada, él habría buscado la manera

de ser útil y sobrevivir. Su Zitao era demasiado bueno para el mundo, demasiado

para él. Y lo amaba tanto... y más.+

- Pensaremos en algo que te guste hacer ¿De acuerdo? Te ayudaré a hacer algo

propio.+

Zitao sonrió dejando salir un terrible suspiro. Envolvió sus brazos alrededor

del cuello del hombre y le dejó un beso en la boca y soltó.+


- Gracias...+

Los dos se quedaron en su alegría unos minutos. Mirándose todo el tiempo y

charlando de ideas que Zitao tenía. Yifan dirigió a Yifan a ese sillón de dos

cuerpos, donde se sentaron más cómodos, abrazados y sin querer apartarse un

segundo.+

- Vi que te gusta pintar mandalas – dijo de repente Yifan – Quizá puedas pensar

en algo que esté relacionado con el arte oriental...+

Zitao se encontró más sumergido en el entusiasmo, creyendo encontrarse con algo

interesante. Hablaron de eso otro rato. Yifan se acomodó mejor, desplomado en el

sillón, mirando a Zitao de frente, envolviéndolo con sus brazos, como si lo

acunaba sobre su cuerpo. Yifan no dejó de sentir un instante los dedos de Zitao

jugar en su pecho, en su rostro, en sus cabellos y Zitao reconoció en su

interior que le gustaba mucho tocar todo el tiempo a Yifan. Ellos parecían

gustar de lo mismo.+

Hicieron unos segundos de silencio. +

Hasta que Yifan se decidió a decirle algo más a Zitao.+

- Estuve hablando con mi madre.+


La sonrisa se fue del rostro de Zitao, mientras sus dedos vagaron por el cuello

de la camisa del hombre, reacomodando sus botones, no queriendo manifestar los

nervios que le retorcían el estómago. La preocupación dominó sus ojos.+

- ¿Todo está bien entre ustedes?+

- Si – asintió Yifan, sin apartarse de Zitao – Ella está feliz por mí. Me dijo

que jamás se opondría a lo nuestro. Sabe cuánto te amo.+

Zitao elevó sus ojos. Brillaron esos orbes oscuros y titilaron como si los

astros jugaran ahí dentro. Yifan amaba esos ojos así, cuando aleteaban de

entusiasmo. Él adoraba a Zitao.+

- ¿De verdad?+

- De verdad – asintió, sonriendo tranquilo.+

- ¿Y cómo...? – quiso preguntar, lleno de dudas.+

- Creo que una hadita hizo magia por ahí.+

Zitao arrugó su frente. Una línea leve se dibujo en su entrecejo. Yifan

sigiloso, puso la yema de su dedo índice en la frente de Zitao, suavizando la

zona. Yifan besó su frente, volviendo a abrazar a su niño.+


- Creo que mi madre – explicó Yifan – le tomó mucho cariño a tu hermana. La

quiere cerca.+

- A Sophie le gusta tu madre – murmuró Zitao.+

- Y mi madre se encuentra entretenida con ella – sonrió Yifan – La primera vez

que vio a Sophie, se espantó creyendo que era una hija no reconocida – se burló,

al segundo que más compuesto dijo a Zitao – Creo que mi madre siente que alguien

la necesita. Sophie la hace sentir así...2

- Creo que... creo que tu madre es muy buena con mi hermana, como no lo fue mi

mamá – susurró triste – Por eso le gusta... tanto...+

- Zitao...+

- ¿Mhhh?+

- Sophie debe ir a la escuela – dijo preocupado Yifan.+

- También lo pensé y me asusta la idea, porque... eso es un problema ¿verdad?+


Yifan no escondió su temor, cuando se encontró diciendo.+

- Buscaremos el mejor abogado para que nos asesore en esto. No dejaré que tu

hermana sea llevada lejos de ti – aseguró Yifan, al punto de sentirse posesivo

con la niña y sin decir palabra sobre lo que sabía.+

- Gracias por eso – respondió conmovido Zitao – Si no estuvieras tú, yo no

sabría qué...+

- Gracias a ella, llegaste aquí. Yo le debo todo a Sophie.+

Todo. Yifan sabía y sentía que Zitao era su "todo" y sin embargo era más. Aún si

Zitao no hubiera entendido completamente lo que había dicho Yifan al último,

Zitao se sintió siendo el "todo" de Yifan y dejó caer su mejilla en el pecho del

hombre, feliz de escucharle los latidos del corazón, mientras Yifan acariciaba

su cabeza. +

Después de un momento, ellos volvieron a mirarse.+

Y siguieron hablando de muchas otras cosas. Por ellos circularon los nombres de

sus amigos: de cuánto extrañaría Zitao a Yixing cuando volviera a irse; de cómo

les preocupaba el hecho de que Junmyeon también partiera y cómo tomaría Jongdae

otra despedida; de dónde estaría Minseok que bien sabían que estaba viajando; de

lo feliz que se veía Chanyeol con el hecho de ser padre y lo bonito que se veía
Baekhyun, todo iluminado su rostro, preparando todo para la llegada de su bebé;

de que Luhan y Sehun parecían más enamorados que nunca; y de que Kyungsoo y

Jongin parecían no poder estar separados un segundo, sin que ya estuvieran

buscándose el uno al otro. Ellos se rieron de las locuras de ellos. 2

Permanecieron así un rato, mirándose también. Era como descubrirse de nuevo, con

todo lo que habían transitado a cuestas. Zitao se apoyó de costado en el frío

vidrio del ventanal, mientras sus dedos repasaban una y otra vez por los

cabellos de Yifan. +

Yifan disfrutaba mirando y escuchando a Zitao. Su corazón expendiéndose en esos

ojos brillantes y tan llenos de vida. Sus sentimientos vagando entre la

adoración y la desesperación repentina por proteger lo que amaba. Yifan se

sintió débil, por no poder proteger más a su niño y sin embargo se juró ser

fuerte para defenderlo incluso a costa de su propia vida. Él haría cualquier

cosa por Zitao y es que Zitao lo valía. Yifan se preguntó en unos segundos ¿qué

más podía hacer para protegerlo? Ideó miles de nuevas estrategias que emplearía

a partir de mañana sin escatimar en gastos para contratar más guardias y poner

más seguridad en esa planta. Él tenía que asegurarse que incluso eso ni siquiera

perturbara a Zitao. Yifan no quería alertarlo más de lo que ya estaba Zitao, a

sabiendas de que afuera las cosas podrían parecer normales, pero no, porque "esa

gente" seguía estando allá fuera. Y Yifan acarició el rostro de Zitao,

prometiéndose que lo cuidaría aún más...+

Y entonces, se encontró Yifan repentinamente con el dedo índice, en alto, de


Zitao. Y el dedo de Zitao se asentó suavemente en medio de la frente de Yifan,

acariciando con su yema, la piel del hombre, queriendo barrer con esa línea

llena de preocupación evidente.+

- Va a pasar – susurró Zitao, acercando su rostro al hombre – Te juro que va a

pasar.+

Cada gesto de Yifan se ablandó, hasta derretirse en la voz pacífica de Zitao.

Yifan sonrió, aún si la preocupación continuara.+

- Te creo – le dijo Yifan y asentó su frente a la frente de Zitao – Va a pasar.+ a

Zitao acarició la mejilla de Yifan y Yifan lo imitó. Sonrieron.+

- Dime qué dice – pidió Zitao, divertido.+

- ¿Qué dice? – preguntó Yifan, sin entender.+

- La canción – reclamó Zitao, ante lo que le resulta una obviedad – ¿Qué dice la

canción?+

Es que le recuerda de esas noches que pasaban escuchando canciones en idiomas

desconocidos para Zitao y Yifan se las traducía. Es algo nostálgico en parte,

rememorar eso. Yifan le sonríe más, entendiendo. Conoce bien esa canción.
Reconoce también de las veces que la escuchó, solamente pensando Zitao, que

ahora está con él. +

Y recita como poesía a su amado, en la madrugada, mientras el cálido piano

resuena como eco con esa voz de fondo que canta.+

- Cuando la lluvia caiga sobre tu rostro y todo el mundo esté en tu contra,

podría ofrecerte un cálido abrazo para hacerte sentir mi amor. Cuando las

sombras del atardecer y las estrellas aparezcan y no haya nadie ahí para secar

tus lágrimas, podría abrazarte por un millón de años, para hacerte sentir mi

amor. Iría hasta los confines de la tierra por ti, para hacerte sentir mi amor.

Yo sé que todavía no lo has asumido, pero yo nunca te haría daño – le asegura el

hombre, acariciando la mejilla de su niño y asiente con firmeza, cuando salta –

Lo supe desde el momento en que nos conocimos que indudablemente nos

pertenecemos. Pasaría hambre, estaría sombrío y triste, me arrastraría por las

calles. No, no hay nada que yo no haría, por hacerte sentir mi amor. Por hacerte

sentir mi amor. Las tormentas se desatan en un mar embravecido y por autopistas

del pesar. Soplan libres y salvajes vientos de cambio, porque aún no hay visto

nada como yo. Puedo hacerte feliz, hacer tus sueños realidad. No hay nada que yo

no haría. Iría hasta los confines de la tierra por ti, para hacerte sentir mi

amor. Para hacerte sentir mi amor.* 1

Una lágrima bonita se escapa de Zitao, mientras feliz él sonríe con lo que ha

escuchado. Acerca Zitao su rostro a Yifan, asentando ahora él, como tanto le

gusta, la frente a la frente del hombre.+


- Todo el tiempo me haces sentir tu amor, Yifan – dice Zitao – Ojalá tú

sintieras cuánto te amo.+

- Amor – dice dulce el hombre, sin dejar de acariciar con sus dedos largos el

contorno del rostro de Zitao – Yo te veo y te juro que puedo sentir tu amor.

Ahora mismo, puedo sentir tu amor...+

Sí que vale la pena seguir luchando por esto, se dice Yifan, mientras sujeta con

fuerza entre sus brazos a Zitao. Sí que vale todo y más, para hacerle sentir a

Zitao todo su amor.

* La canción que traduce Yifan a Zitao es "Make You Feel My Love", original de

Bob Dylan, interpretada en esta oportunidad por Sleeping At Last.

El uno para el otro


Viernes por la mañana, temprano. 8

Yifan abre sus ojos lentamente. Su descanso tranquilo radica en el hecho de que

él está a su lado y puede sentirlo. Pero cuando quiere aferrarse con fuerza a su

cuerpo, siente que no tiene nada que sostener y sus párpados se abren

abruptamente. La angustia se eleva en su cuerpo vertiginosamente y se sienta en

la cama, agitado, mirando ese lado vacío que le ha quedado frío y toca su pecho.+

- ¡¿Zitao?! – llama, pregunta y se encuentra de nuevo diciendo su nombre

mientras mira a todos lados.+

Hasta que recuerda.+

Zitao se ha quedado esos días en casa de Luhan, acompañando a su amigo que se ha

quedado solo por un viaje de trabajo de Sehun. +

Las piernas de Yifan se doblan y sus codos se apoyan en sus rodillas. Sus manos

agarran su cabeza y sus cabellos se sienten húmedos por el pánico inaudito. +

Yifan sabe que no está bien sentirse así, lo sabe, porque Zitao tiene que
hacerse de su propia vida. Él debe dejarlo ser, salir, encontrarse con los

demás, con gente nueva, pero... aún no puede. Yifan no puede. A cada paso que

dan, parece que el terror lo embarga y mira a todos los nuevos que se acercan a

ellos con una desconfianza incontrolable, que ha hecho a Zitao reclamarle eso

más de una vez, sobre todo cuando se trata de sus empleados dentro de casa y en

el local nuevo que Zitao se está haciendo, donde trabaja sin descanso.+

La alarma del reloj hace eco en el dormitorio. Yifan mira allí y lo apaga. Debe

ir a la oficina. Él también ha regresado a la rutina que le exige cada vez más

tiempo allá. Se exige levantarse, darse una ducha y ponerse el traje. Camina por

el inmenso pasillo, mientras termina de anudar su corbata y se encuentra

traspasando la sala, hasta llegar al otro lado, donde están los dormitorios de

Sophie y el de huéspedes, donde su madre está ubicada. Las dos puertas están

abiertas de par en par. Yifan mira primero hacia el cuarto de la niña. La cama

sin embargo está vacía y Yifan sonríe, mirando entonces a la inmensa cama donde

está su madre. Allí están las dos, compartiendo el sueño, mientras Nara abraza a

Sophie que se ha hecho un pequeño ovillo, también abrazando a su muñeca. La

pequeña valija de Sophie, donde lleva sus tesoros de un lado a otro, adorna la

mesa de luz, indicándole a Yifan que ha estado mostrando a la mujer sus

secretos. 1

Yifan se acerca y las mira. No las despierta, ni ellas se despiertan cuando él

deja un beso a cada una en la frente y da un último vistazo a las dos antes de

salir del dormitorio.+


Ya en el elevador que lo dirige al estacionamiento subterráneo del condominio,

Yifan se encuentra queriendo llamar a Zitao. Toma el móvil en sus manos y se

muerde los labios. Ha llamado incontables veces a su niño, que ya parece un

acosador. Zitao se lo ha dicho y eso se ha convertido incluso en la comidilla de

las burlas y los chistes, sumándose al club de los acosadores de sus amigos, que

asumen ese papel hasta con orgullo de ser así, pero, él sabe que no está bien.

Emite un rugido de frustración y está a punto de llamar a Zitao siendo las 7 de

la mañana, cuando alguien le gana de mano, con un mensaje entrante.+

La primera cita de la mañana.

En la cafetería más cercana de la zona, Yifan se limita a esperar. Un té

caliente fue todo lo que pidió y se quedó sin tocarlo, de piernas cruzadas,

mirando por el ventanal del local que de a poco se iba llenando de gente. Cada

vez que las campanillas realizan ese delicado sonido de anuncio de nueva

clientela, Yifan eleva su cuello desde el espacio recóndito que ha elegido para

estar tranquilo y no ser visto. +

Hasta que la persona que esperaba llega. +

Yifan se pone de pie y sonríe, elevando apenas su mano, señalando que está allí.

Kyungsoo se acerca sonriendo también. La intranquilidad comienza a minar el


corazón de Yifan que palpita lleno de ansiedad. Kyungsoo se da cuenta,

reteniendo apenas sus pasos y suspirando en lo que sus labios se aprietan.

Detiene a un camarero que pasa por allí y le hace de una vez el pedido. Señal

que no quiere ser perturbado mientras conversa. Mira de nuevo a Yifan y avanza

quitándose el abrigo. Llega y coloca la ropa en el respaldo del sillón donde se

desploma. Suspira Kyungsoo y Yifan no le quita los ojos de encima, esperando la

novedad.

- ¿Y bien? – pregunta Yifan – ¿Qué dicen los resultados de Yixing?+

Serio, Kyungsoo aprieta sus labios. No hay sonrisa en su rostro, sólo

preocupación y Yifan no precisa la respuesta abierta para saber qué iba a

decirle. +

- Lo siento Yifan – dijo sin embargo su amigo – Habría querido que fuera mi

hermana en verdad, para que tuvieran más posibilidades ante un juez. 1

Yifan cierra sus ojos. Sus labios entreabiertos y secos emitieron una mueca.

Regresa su mirada a Kyungsoo que evidentemente no sabe qué más hacer, porque él

no tiene nada que ver en el asunto. Sophie no es su hermana. Los análisis

genéticos habían sido claros en los resultados.+

- Yixing está preocupado – comenta en un suspiro Kyungsoo – Me dijo que debería

hacerse el estudio con Zitao para asegurarse que son familia...+


- ¿Está seguro de los resultados? ¿Es seguro allá?+

- Yifan – reprocha Kyungsoo serio – Estamos hablando del doctor Zhang y de

Harvard...+

Yifan sacude su cabeza y mira luego a todos lados. +

- ¿Por qué no me sorprende? – se burla entre dientes Yifan – Hasta JiYong alguna

vez lo insinuó...+

Yifan apoya sus codos en la mesa. Sus manos refregaron su cara. Kyungsoo abre la

boca, pero nada sale. El camarero se acerca, dejando el pedido y se retira. Sólo

cuando está de nuevo lejos, Kyungsoo habla.+

- Era evidente que el único motivo por el que Jung Chan demoró en liquidarla fue

Sophie. Pero ¿quién es el padre entonces?3

Yifan mira a Kyungsoo. Todos los gestos de Yifan gritan tensión. Apoya sus puños

en su mentón, cubriendo su boca contraída. Duramente le sale...+

- No quiero ni pensarlo...+

- ¿Quieres que hable con Zitao? – pregunta preocupado Kyungsoo – Podría hablar

con los chicos y...+


- No – interrumpe cortante Yifan.+

Kyungsoo arruga su frente. Apoya su espalda en el diván y sus manos se hacen

puños en la mesa. Reclama al instante.+

- Ni se te ocurra ocultarle esto a Zitao.+

- Kyung...+

El chico se abalanza con ímpetu y sus dientes crujen terriblemente, cuando su

pecho choca al ras de la mesa que los separaba, ni que tuviera ganas de trompear

al hombre.+

- ¡Nada Yifan! – ruge por lo bajo, para no llamar la atención de nadie ahí – ¡Él

tiene que saber la verdad! ¡Ya le han mentido demasiado! ¡Él merece esto!+

- ¡¿Y después qué?! – se encuentra increpando Yifan, cara a cara a Kyungsoo,

también por lo bajo. Su cabellos tiemblan, retorciéndose de los nervios, tanto

como aprieta sus puños – ¡Dime Kyungsoo! ¡¿Y después qué?! ¡¿Tienes idea de lo

que significaría para Zitao saber que esa mujer no sólo no es su madre, sino que

la persona que más ama en el mundo no es su hermana y no tiene ningún

impedimento legal que haga que se la quiten por no guardar parentesco con ella?!

¡Porque ahora, dudo que hasta Ziyi sea siquiera esa tía que dijo ser cuando fue

a buscarlo a ese maldito hospital después del accidente con documentos en mano! +
La conmoción embargó a Kyungsoo. Sus ojos absortos en esa novedad, lo dejó sin

respirar unos segundos, tratando de entender eso último que le confesaba Yifan,

sobre el origen de Zitao. Si nada unía a Zitao con Sophie, la niña estaba

perdida.+

Ellos respiraron agitados, mirándose como si quisieran matar a alguien.

Irónicamente, de fondo, se oyó el cronista que a través de la pantalla encendida

de la cafetería daba las últimas noticias que sacudían a todos ahí en un

bullicio. Yifan y Kyungsoo fueron lentamente recostándose en sus respaldos,

mientras eran bien concientes de lo que pasaba. Ni voltearon sus ojos para donde

todos miraban. No hacía falta, pero escucharon. +

"Estallan los disturbios en medio de la Asamblea Nacional de la República*, tras

recibir el comunicado del juez Kwon Sangwoo, de que el Primer Ministro Kim Sang

Bum, presentó la denuncia al juzgado nº séptimo de la capital coreana, contra el

actual presidente Nam Goong Min, por presunta asociación ilícita, malversación

de fondos del estado, abuso de poder y causas que hasta el momento no son de

conocimiento público, por la gravedad que según trascendidos conllevan las


acusaciones..." +

Yifan y Kyungsoo continuaron mirándose. Los cuchicheos de los clientes se

hicieron más sonoros. El escándalo en puerta.+

Kyungsoo de repente fue quien se animó a decir.+

- No creí que se animaría. Kim será blanco de muchos ahora. +

- Jongdae cuidará de su padre – respondió a eso Yifan – Era eso, o que fuera Si

Hoo quien presente la denuncia. +

- ¿Y cómo convencieron a Kim?+

- Jongdae dijo a su padre que si no hacía la denuncia, él sería parte de los

acusados.+

Kyungsoo sonrío apenas. Sus ojos miraron hacia el costado, por el ventanal, la

gente pasar.+

- Qué relación tan filial... – dijo irónico Kyungsoo.+

Se oyó un móvil vibrar. Los dos observaron sus celulares en la mesa y fue

Kyungsoo quien atendió.+


- Dime – habló tranquilo.+

Kyungsoo oyó atento a quien le hablaba. Sus rasgos fueron endureciéndose a

medida que escuchaba más del otro lado. Con ceño fruncido y labios entreabiertos

miró tajante a Yifan, que se dio cuenta que algo pasaba. Más le quedó en claro

que él tenía que ver, cuando Kyungsoo ordenó.+

- Voy con Yifan, ahora.+

Kyungsoo cortó. Yifan increpó con sus ojos. +

- ¿Qué ocurre? – preguntó.+

- Era Jongin. Ziyi está en mi penthouse. +

Yifan pagó al camarero rápido, mientras iban a la salida. Cada uno tenía su

coche. Como ráfaga caminaron sin decir palabra. No fue hasta que Kyungsoo hizo

ademán de alejarse a su auto, cuando Yifan tiró de su brazo.+

- ¿Por qué te buscaría a ti?+

- Porque ella no sabe que yo sé, que Sophie no es mi hermana – analizó rápido

Kyungsoo – Ella debe querer usarla conmigo. No soy un insensible como Jung Chan

y Ziyi lo sabe bien. Me hice cargo de Eun Ji a quien no me une nada y no actué

en contra de mi tía a quien podría haber liquidado sin problemas, dejándola


viva. Ziyi sabe que si tengo corazón, querré conmigo a Sophie.+

- O también cabe la posibilidad de que la hayan enviado.+

- Puede ser – asintió Kyungsoo – Pero no nos queda otra más que averiguarlo.

Yifan condujo hasta el apartamento de Kyungsoo, tratando de seguirle la

velocidad. Unos minutos que se hicieron eternos. Los nervios parecían dominarlo.

Una parte de él ansiaba que todo eso acabara ya, pero en el fondo, ese mismo

final le daba terror, porque nada parecía estar a favor de Zitao ¿Cómo decirle

de Sophie? Sophie. Yifan pensó en la pequeña y se estremeció de dolor su pecho

de sólo imaginársela que se la podrían llevar lejos. No podría con ese dolor ni

Zitao, ni él mismo.+

Y llegaron. +

Yifan siguió a Kyungsoo. El último piso del condominio era exclusivo de Do. Su

gente aguardaba expectante. Ni Jongin, ni Kyungsoo habitaban allí. Pero era el

lugar donde residían los que habían trabajado para Jung Chan y seguían a

Kyungsoo. +
JiYong los recibió, saliendo primero.+

- Jongin la vigila – anunció – Ella no ha querido hablar más que contigo.+

Ellos ingresaron, caminando por el amplio espacio del living. Cuando Yifan vio a

la mujer, sentada en el sillón de la sala, el odio le atravesó las entrañas.

Ziyi parecía como siempre, tranquila y enérgica. No parecía sufrida, ni haber

atravesado por algún contratiempo, en su traje crema y la diminuta cartera en

sus manos. Bien peinada y maquillada, su cuello se inclinó cuando escuchó que

pasos se acercaban. Era una bella mujer y por su apariencia nadie jamás se

imaginaría que tenía una mente siniestra y perversa. +

Ni que hubiera sentido sobre ella los pensamientos ajenos, Ziyi miró a Yifan y

su reacción no fue la que él esperaba. Ella sonrió, lentamente, burlona y

sarcástica al hombre. Era despreciable. +

La desconfianza saltó a la luz en Kyungsoo que le hizo frente.+

- ¿A qué viniste? – preguntó tajante.+

Ziyi permaneció sentada, se encogió de hombros, haciendo un mohín con sus

labios. Sus ojos subieron a la figura de Kyungsoo.+


- Supuse que podrías ayudarme a recuperar a tu hermana – dijo un tanto

despectiva, al segundo que miró a Yifan – Pero por lo visto... no será posible.+ s

Kyungsoo miró a Yifan. Lo que suponía. Pero Kyungsoo miró de nuevo a Ziyi,

tratando de leerle los gestos, sabiendo que ella era buena en mentir.+

- ¿Dónde estuviste todo este tiempo? +

El rostro de Ziyi se endureció de pronto, respirando con fuerza y mirando a un

lado. Apretó sus labios como si no se decidiera a hablar, cuando llena de rabia

volvió su vista a Kyungsoo a quien le reprochó, como si tuviera derecho a

recriminar.+

- Escondiéndome de todos ¡¿Crees que no sé que tu padre quería liquidarme porque

encontró ese maldito puto de hace años?!3

A Kyungsoo le atravesó también el asco. Se abalanzó con ojos asesinos a la

mujer, con puño en alto, como si fuera a golpearla, rugiendo brutalmente.+

- ¡No te atrevas siquiera a faltarle el respeto a mi hermano! ¡¿Oíste maldita?!

– rechinó, conteniéndose de las ganas de matarla. Se compuso derecho, su pecho

subiendo y bajando – ¿Vienes aquí? ¿Y te atreves a faltarme el respeto, en mi

casa? ¡¿A esto viniste?!+


Ella se puso de pie. Altanera y sin un rastro de temor o miedo, que indicara que

estaba necesitada de protección, le gritó a Kyungsoo.+

- ¡¿No te importa siquiera algo tu hermana?!+

Unos segundos de silencio se hicieron entre ellos. Kyungsoo bajó levemente su

mentón, emitió una mueca llena de asco, mirando a la mujer de arriba abajo. Ella

cerró sus ojos, suspiró entonces, sus hombros cayeron junto con sus manos a

ambos lados del cuerpo y dijo como si nada.+

- Ya lo sabes.+

Ziyi se encontró mirando a Yifan. Miró a los hombres a su alrededor y preguntó.+

- ¿Van a matarme? +

- Qué buena idea – asintió Kyungsoo, sonriendo.4

Sus ojos siniestros, turbaron sobremanera a Ziyi. Vislumbró algún rasgo de Jung

en él. Ella se dio cuenta, que no podría conseguir nada con el chico. Titubeó

unos segundos en decir algo, hasta que dirigió de nuevo su cara a Yifan. Y miró

fijo al hombre. Lo vio respirar agitado y sus manos hecha puños a ambos lados de

su cuerpo. Era obvio que él la detestaba, pero más tenía miedo por lo que ella
había ido a hacer allí, porque sus ojos brillaban de espanto. Con él podría

negociar.+

La sonrisa se dibujó malditamente en el rostro delicado de Zhang Ziyi. Sus

siniestros labios se curvaron y elevó su mentón como si hubiera ganado algo,

cuando le dijo a Yifan.+

- Hablé con Zitao, antes de ingresar aquí. Deberían haber cambiado ese número.+

Yifan apretó sus ojos. Él era un idiota. Ese maldito número que los había

salvado antes, ahora era como una sentencia. Algo lo alertó. Abrió abruptamente

sus párpados y preguntó a la mujer.+

- ¿Quién te dijo de ese número?+

Ella se cruzó de brazos. Elevó su mano derecha y sobre sus nudillos apoyó su

mentón. Yifan se dio cuenta que en ningún momento se tensó, ni los nervios una

sola vez se hicieron presentes. Era como si la mujer hubiera estado esperando

por esto. +
- Tengo mis contactos también – aseguró con desgano – Hay personas que me deben

favores en Seúl. El celular clonado de Zhang Yixing cuando fue secuestrado llegó

a mis manos. +

- ¿Y por qué mierda no les pides a ellos ayuda? – increpó Kyungsoo.+

Ella blanqueó sus ojos, soltando de nuevo sus brazos a ambos lados de su cuerpo.

Suspiró y dijo mirándolo.+

- Porque nadie tiene el poder para hacer lo que necesito. +

- Yo no te daré lo que necesitas, así que...+

-Pero él sí – dijo fuerte Ziyi, dirigiendo su mirada a Yifan, volviendo su

cuerpo hacia él. Yifan era su blanco. Él tenía un punto débil y ella

aprovecharía – Zitao sabe que estoy aquí. Sabe que busqué a Kyungsoo, porque

Sophie es la hermana de Kyungsoo, también. Él cree que me obligaron a hacer las

cosas que hice para mantener con vida a mis "dos hijos" – remarcó – A él...–

sonrió perversa y maligna –... y a Sophie. Y Zitao me creyó, cada palabra. Me

creyó, incluso cuando yo lloraba. Ahora ¿siguen pensando que es buena idea

matarme?+

- ¡Eres una maldita puta sádica! – rugió Yifan, retorciéndose en su rabia.+

- Gracias – dijo ella elegantemente. +


- Di de una vez – exigió Kyungsoo – Qué mierda quieres...+

Pero Ziyi ya no miró a Kyungsoo. Ella se dirigió presuntuosa a Yifan. Unos

pasos, acercándose a Yifan, hasta que se detuvo. Le sonrió al hombre y lo miró

de la cabeza a los pies. +

- Eres hermoso e inteligente. Una combinación muy peligrosa y útil. Sé que te

quieren. "Los quieren" – dijo, mirando de repente a un lado, donde Jongin se

mantenía mudo y tranquilo. Miró de nuevo a Yifan y concluyó con desgano – Pero

no irás. Por Zitao...+

- Qué quieres – habló secamente Yifan, sin inmutarse en absoluto.+

- Es muy hermoso ¿verdad? Zitao... – asintió ella dulce, para dejarle en claro

de quién le hablaba – Él es simplemente hermoso ¿Tienes una idea de lo mucho que

Jung Chan lo adora? – cuestionó consternada, con sus cejas elevadas – Era tan

maravilloso ver el amor que su amo le tenía a Zitao y cómo lo miraba, que hasta

yo me pregunté tantas veces ¿qué había en Zitao? ¿qué había en él, que hacía que

todos lo quisieran tanto? Esa noche, cuando Yànzǔ lo miró... – ella frenó sus

palabras, unos segundos, arrugando su frente apenas, su boca entreabierta, el

silencio en medio y Ziyi perdida en sus malditas palabras. Nadie interrumpió,

nadi preguntó, porque nadie quería saber de esa mierda. Ella mojó sus labios

para continuar – Zitao. Siempre él con esa inocencia y esa ingenuidad que te

hace llegar al punto de querer tenerlo entre tus manos... – dijo mirando su
palma, al segundo que la cerró con rudeza y retumbó en su propia voz –... y

querer ¡destruirlo! ¡Estúpido niño! Estúpido que podría haber aprovechado lo que

tenía y fue un imbécil, que se enamoró... – reclamó.+

- ¡Cállate! – gruñó de la nada Jongin, parándose al lado de Ziyi.+

Era tal el espanto de Yifan, que impávido se quedó sin reacción. Jongin lo supo.+

Yifan la miró espantado. Su rostro tenso y el terror en sus ojos, porque esta

mujer odiaba a Zitao de tal manera, que despedía puro veneno en su contra. Lo

odiaba con todas sus fuerzas, porque él había logrado cosas que evidentemente

ella no. Lo detestaba y seguramente había disfrutado cada segundo que lo había

visto padecer y sufrir, porque él era eso que ella no era, inocente e ingenuo.

Esa era la belleza pura de Zitao. Aún habiéndole hecho añicos la vida, Zitao era

incapaz de odiar. Y por eso, ella querría destruirlo. Pero...+

- Todavía puedo hacer que desaparezcas – habló Jongin, con calma ahora, pero

duramente – Yo no sentiré ni una pizca de culpa por clavarte en el estómago un

cuchillo y retorcerlo en tus entrañas muchas veces para que sufras, maldita. Así
que cuida tu lengua y di de una vez lo que quieres.+

Ziyi miró de reojo a Jongin. Su rostro cambiando al temor, recién.+

- Kai – susurró ella. +

- Si – asintió él – Kai. Así que ya debes saber bien, que yo no voy a dudar. +

Ziyi inquieta, volvió a mirar a Yifan y dijo rápido.+

- Quiero desaparecer en alguna parte de Europa. Una nueva identidad y dinero

para mantenerme. Tú sabes que puedes hacer eso. Una mensualidad para pasar una

vida tranquila y...+

- ¿Por qué tendría que hacer eso? – preguntó Yifan, como si ella le estuviera

jugando una mala broma.+

- Porque si no lo haces, pediré la custodia de mi hija. Y le diré a Zitao que no

es mi hijo. Y que de hecho, ni siquiera es mi sangre.+

Yifan tragó duro, apretando sus dientes. Su cuerpo temblando de odio. Pero no

dudó, cuando respondió.+

- De acuerdo. +
- Quiero verlos – dijo ella – Y prometo que será la última vez que me vean, si

cumples.+

- No – gruñó de repente Yifan.+

Él no quería a la maldita mujer cerca de ellos. Ella era una maldita maldición

para los que amaba. +

- Zitao me espera – habló Ziyi rotunda en su afirmación, inclinando levemente su

cabeza – Él me espera, saliendo de la casa de Kyungsoo. Quiero que me lleves.+

- No – insistió Yifan.+

Él se mantendría firme en su posición. +

Pero el móvil de Kyungsoo vibró. A punto estuvo Kyungsoo de cortar la llamada,

pero quien haya aparecido en la pantalla, lo obligó a atender. Y Yifan debió

darse cuenta, porque Kyungsoo lo miró a él desconcertado, al instante que con

voz suave y tono de voz moderado y amable, quiso hablar...+

- Hey... – sonrió abiertamente, apartándose de ellos – ¿Qué...?+

Kyungsoo se detuvo. No siguió alejándose. Tampoco siguió hablando. Se dio

lentamente la media vuelta y se limitó a escuchar, mientras sus labios perdieron

esa sonrisa. Kyungsoo se quedó impasible, mirando a Ziyi.+


- De acuerdo – asintió Kyungsoo e hizo una pausa, cuando de nuevo habló – No te

preocupes... No le haré nada... – tragó duro y cerró sus ojos, como

concentrándose en lo próximo que se exigió decir – Te doy mi palabra... También

te quiero...+

Ziyi, que sonreía, sabía bien quién hablaba. 1

Zitao. +

Yifan cerró sus ojos, sintiéndose derrotado. Él haría lo que la maldita mujer

quería.

En ningún momento Yifan dejó de mirar a Ziyi. Sus puños se apretaron, sus

músculos se contrajeron y se sintió descompuesto de ira cuando Ziyi abrazó a

Sophie. El impulso de quitársela de los brazos lo poseyó, pero alguien se le

adelantó. Nara lo hizo, sin que nadie allí le impida a la mujer enfrentar a la

otra mujer. Ellas se miraron. +

- Gracias – dijo Ziyi, sonriendo amable, mientras enjugaba sus lágrimas – Sé que

la cuidará en mi ausencia.+

Nara apretó entre sus brazos a Sophie, que se acurrucó. Sophie lloraba. Se

estremecieron sus hombros en un leve temblor, cuando percibió la mano de su


madre recorrer sus largos cabellos. +

- La cuidaré – dijo Nara, apretando más fuerte a la niña en sus brazos – Confíe

en eso. +

Los ojos de Nara recriminaron a Ziyi el abandono. Nara no supo del pasado nunca,

pero si Sophie se aferraba a ella, no era porque extrañaría a esta madre que se

iba de la vida de sus hijos. Ziyi se dio cuenta de esos pensamientos. Siguió

acariciando sin embargo a su hija y dijo delicadamente entre lágrimas.+

- Ella sabe que todo lo hice para mantener alejada a la gente mala ¿Verdad

cariño? Y hay que seguir manteniendo a la gente mala lejos.+

Sophie tembló. Sus delgados brazos rodearon con fuerza el cuello de Nara. Nara

arrugó su frente. Enojada reprochó a Ziyi.+

- La asusta.+

Zitao intervino. Sus brazos rodeando a Sophie, aún si no la quitara de los

brazos de Nara. +

- Mamá – llamó Zitao – Estaremos bien. No te preocupes. Ve tranquila.2

Ziyi sorbió su nariz con su pañuelo. Secó las lágrimas y sonriendo asintió.+
- Claro querido. Dale un abrazo a tu madre... por última vez...+

Y así lo hizo Zitao, ante la mirada vigilante de Yifan.

Era ya de noche. Yifan estaba sentado en la cama. Apoyado sobre el respaldo y

con el pijama puesto, reacomodó sus lentes mientras continuaron sus dedos

escribiendo en su portátil. Así se mantuvo largo rato, sabiendo que Zitao hacía

dormir a Sophie. Sus dedos se detuvieron sin embargo, cuando percibió la mirada

encima de él. Sobre los lentes, Yifan elevó sus ojos. +

Allí estaba Zitao, de pie en la entrada, apoyado en el marco de la puerta.

Levemente los labios de Yifan sonrieron de lado. +

- ¿Desde hace cuánto estás allí parado? – preguntó Yifan.+

Zitao sonrió también. Su cabeza se apoyó en el marco, como si no tuviera

intenciones de moverse por un rato más. Él estaba desde hacía mucho tiempo, pero

no se lo diría. Sus párpados se movieron lentamente, cerrándose y abriéndose. No

dijo nada sin embargo y se mantuvo en su lugar, mirando a Yifan.+

El hombre elevó su mentón, desde la cama también continuó mirando detenidamente

a su amado. Zitao. Desde que estaban juntos, Zitao se había vuelto más precioso

cada día. Iluminado y vivaz, de un lado para el otro, él parecía no conformarse

con estar quieto. Zitao era hiperactivo siempre, encontrando cosas por hacer
como tarea o actividad, que lo mantuvieran entretenido. Aún con muchas cosas que

acomodar en su vida, Zitao era la vida misma en esa casa. Yifan adoraba este

lado novedoso de Zitao. Tanto, como este, en que parecía detener el tiempo,

observándolo con diligencia con esos ojos brillantes, con esa sonrisa cálida. +

Yifan se quitó los lentes y cerró la portátil. Rápido dejó ambas cosas en la

mesa de luz. Estiró su mano hacia Zitao y ordenó.+

- Ven aquí.+

Una parte de Zitao sentía emocionante cuando escuchaba ese tipo de órdenes de

boca del hombre. Zitao descalzo, se desplazó por el suelo, sin emitir un sonido.

Él parecía ágil y volátil cuando atravesó la distancia que lo separaba del

hombre. Se estremeció su cuerpo y retumbó en él el suspiro, cuando percibió la

piel del hombre en la yema de sus dedos. Zitao se sentó en el borde de la cama.

Su cuerpo se abalanzó hacia Yifan, que lo impulsó más cerca de él pidiéndole un

beso en silencio. Un beso. Un suave roce de labios. Yifan acarició los cabellos

de Zitao, como peinándolos. Sólo un beso suave y cálido con los ojos cerrados.

Hasta que se quedaron mirando. Una mano de Zitao quedó apoyada en el pecho de

Yifan. La otra mano acarició en rostro del hombre, contorneando la tez. El


pulgar llegó al labio inferior de Yifan y allí quedó dibujándolo. +

Un rato en el silencio. Yifan sabía que era la antesala de alguna palabra por

parte de Zitao. Zitao que no sabía cómo decir las cosas, buscando las palabras

justas. La caricia de Zitao se detuvo. Miró a los ojos de Yifan, fijamente,

anticipando la pregunta.+

- ¿Qué te pidió? – preguntó de pronto Zitao.+

Yifan cerró sus ojos. Sus fosas nasales se ensancharon de rabia.+

- ¿Te dijo ella algo, que yo no escuché?+

- Nada – respondió Zitao serio. Yifan abrió los ojos. Zitao siguió hablando –

Pero fue demasiado dulce conmigo y con Sophie, cuando se despidió. No

respondiste a mi pregunta.+

- ¿Importa acaso?+

- Entonces sí te pidió algo...+

Zitao hizo ademán de querer apartarse del hombre. Se incorporó de la posición

recostada sobre Yifan en la que estaba, pero Yifan lo detuvo. Los dos quedaron

sentados en la cama, pero Yifan sosteniendo a Zitao de los brazos, impidiéndole

alejarse.+
- ¿Cuál es el problema Zitao? – increpó más por la angustia, pero también por

rabia Yifan.+

- ¡¿Por qué no me lo dijiste?! – reprochó Zitao – ¡Yo tenía derecho a decidir

sobre esto y lo que ella te hubiera pedido...!+

- Tienes razón – dijo de una sola vez Yifan desesperado, ante la culpa de saber

de lo mal que había actuado y todo lo que estaba ocultando – Perdóname – imploró

– Pero no pensé demasiado cuando se trató de mantener a salvo a Sophie. Ella

quería llevársela... y yo... yo no pensé más que en mantenerla a nuestro lado...+

Los ojos de Zitao parecieron apagarse en la tristeza. Yifan quiso decirle algo,

pero Zitao abrazó al hombre, apoyando su mejilla en su hombro. Los brazos de

Zitao rodearon a Yifan apretándolo con fuerza, como queriendo hundirse en él,

mientras el corazón de Yifan palpitaba furiosamente. Así estuvo un rato,

mientras Yifan acariciaba los cabellos de Zitao, preguntándose por las cosas que

atravesarían en la mente de su niño. +

- ¿Zitao? – llamó Yifan.+

Zitao regresó sus ojos a Yifan y allí se quedó mirándolo. Sus ojos estaban

vidriosos, señal de que quizá alguna lágrima se le habría escapado. Los dedos de

Zitao subieron por el rostro del hombre. Las yemas de sus dedos, volvieron a
dibujar sus labios.+

- ¿Mi Niño? – insistió Yifan, un tanto asustado.+

Yifan estaba asustado de no poder hacer lectura de esa mirada perdida de Zitao

subsumido en sus pensamientos, porque los ojos de Zitao parecían atormentados.+

- No me gusta el azul en las paredes – habló apenas. Su ceño fruncido, sus

labios entreabiertos, mirándolo y no mirándolo – No me gusta el azul. Pero sí en

el cielo de la noche, donde las estrellas brillan. Las estrellas... me gustan

las estrellas...+

Yifan hundió sus puños en el somier y acercó su cuerpo, hasta que su pecho chocó

con el pecho de Yifan, su nariz rozando la punta de la nariz de Zitao, sus dedos

contorneando la piel de Zitao. Las lágrimas cayeron por las mejillas de Zitao.

El dolor nublando la luz de su niño.+

- Cuéntame – suplicó Yifan, dando un beso en la mejilla a Zitao – No tengas

miedo amor. Dime lo que pasa...+


Parpadeó muchas veces Zitao, su lengua mojando su labio inferior, el temblor en

su cuerpo y el miedo evidente.+

- Azul. A él le gustaba el azul. Traje azul, moño azul. Todo azul. Y yo en medio

de esa sala de cortinas azules. Él me decía "baila" y yo bailaba. Me decía "de

rodillas" y yo debía ponerme de rodillas. Me decía "quítate la ropa" y yo...+

Los ojos de Zitao se abrieron terriblemente, encontrándose con la mirada de

Yifan. Como si despertara. Pero Yifan no habló. Siguió cada gesto de su niño,

sus manos acariciando a su niño, su rostro, su espalda, diciéndole que él estaba

allí, que no se iría, que escucharía y que se quedaría.+

Zitao tembló lleno de espanto. Sus ojos fijos en Yifan, cuando susurró.+

- Puto. Así me llamaban. Puto, porque me compraron. Puto porque él dejaba que me

miren cuando él me hacía esas cosas que... Puto... – gimió Zitao, sus lágrima

sin contenerse, mojando su cara – Puto. Yifan ¿Tú me compraste? ¿Tú... le

pagaste... porque yo soy...? 5

- Shhh...– calló Yifan suave, cerrando sus ojos, dejando sus labios en los

labios de Zitao – Amor, tranquilo... tranquilo amor...+

- Me dijo que yo no valía nada. Él me dijo que yo valía menos que nada...+

- Es mentira – susurró en su oído Yifan – Vales todo y más...+


- Me dijo que debía estar agradecido porque para él valía algo...+

- Zitao...+

- ¿Y tú pagaste por tenerme? ¿Porque soy un...?+

- No. No no – dijo muchísimas veces Yifan, acunando entre sus brazos a Zitao –

No digas más eso. No pienses así. Amor. Tú lo eres todo para mí y más...+

Los brazos de Zitao se envolvieron alrededor del cuerpo de Yifan. Se recordó a

sí mismo en esas imágenes borrosas bailando para otros hombres, sonriendo para

otros hombres y haciendo todas las cosas que su amo le decía que debía hacer,

para él y para otros hombres. Si esto era recordar, él no querría haberse

recordado nunca, en medio de las manos asquerosas de otros tocando su cuerpo y

él haciendo gritar de placer a otros hombres, con algo que había hecho. Y rompió

en un llanto estruendoso.3

- No soy nada. No valgo nada...1

- Eres todo para mí. Tú vales todo para mí... – susurró muchísimas veces Yifan,

con ojos cerrados, estremecido entre la rabia de darse cuenta de las cosas que

pasaban a su Zitao y la esperanza de sacarlo de allí – Todo Mi Niño... Tú

existes, tú vales, lo eres todo Zitao, todo...+


Yifan abrazó a Zitao. No fuerte, por la tensión de Zitao, que era un manojo de

nervios en sus brazos. Zitao se hizo pequeño, buscando un lugar cálido en el

cuerpo del hombre. El rostro de Zitao se encontró apoyado en el pecho de Yifan,

como escuchando de nuevo los latidos de su corazón que iban tranquilizando la

mente atormentada del niño.+

No saben cuánto tiempo pasó, hasta que los sollozos se fueron calmando. +

- Eres hermoso – susurró débil Zitao – Tan hermoso, que a veces me pregunto qué

fue lo que viste de mí. No entiendo cómo es que dices amarme...+

- ¿Por qué te cuesta entender? – preguntó dolorosamente el hombre, bajando sus

ojos a los cabellos de Zitao, dejándole un beso en la corona.+

- Me cuesta entender, cómo es que no te importa lo que traigo a cuestas – dijo

Zitao, también, dolorosamente – Cómo es que soportas todo lo que viene conmigo

¿Cómo es que asumes mis problemas como tuyos?+

- Porque eres mío – dijo sin titubear Yifan, acariciando a Zitao – Eres

absolutamente mío, como yo soy tuyo. +


Zitao se removió de sus brazos. Miró a Yifan. Sus rodillas se hundieron en el

colchón. Su mano de nuevo tocando el rostro del hombre. Cerró los ojos aturdido,

cuando esas imágenes y las voces se hicieron presentes, como ecos tormentosos y

espantosos. El asco sobre sí mismo, fue regresando a Zitao.+

- Mírame – ordenó Yifan.+

Y Zitao obedeció. Él abrió sus ojos al hombre. Las miradas que se encontraron,

fueron de memoria, de algo escondido entre ellos. Como si realmente se

conocieran de hace mucho, mucho tiempo, Zitao acunó entre sus manos este rostro.

Sus bocas rozándose.+

- Tú...– susurró Zitao, tragando la mirada expectante de Yifan – Tú existes para

mí... 5

El aliento cálido del hombre embriagó a Zitao, cuando suspiró y susurró haciendo

cosquillas en los labios a Zitao.+

- Tú también existes para mí. Ahora. En este momento. Eres todo lo que existe

para mí. +

Y Zitao abrió la boca, abalanzándose hacia Yifan. El beso lejos de ser suave fue

gutural, hundiéndose en la necesidad de saber más.+


Yifan recibió a Zitao. Sus manos subiendo por su espalda. Un destello de

recuerdo se hizo en el presente en esa mirada. Aún si Yifan no esperaba que

Zitao recordara, la esperanza de saber que en la mente de su niño él no se había

perdido del todo lo llenó de adoración. Yifan alzó la mirada a lo alto,

encontrándose con las pupilas brillantes de Zitao que seguía acunando entre la

palma de sus manos su rostro. Se respiraban, boca a boca. 1

- Perdóname – murmuró Zitao, como rompiéndose en esas palabras – Perdóname...+

- ¿Por qué dices eso?+

- Por olvidar – dijo con lágrimas en los ojos, a punto de estallar – Por dejar

que...+

Un beso rudo de Yifan cubrió esas palabras. Él existía. Para Zitao, él seguía

existiendo a pesar de los años. Él era querido. Zitao lo había añorado. No había

roto su promesa. Él no lo había olvidado. No lo había olvidado, porque recordaba

esas palabras. No se lo habían quitado todo de su mente. Zitao era de él y no

habían podido arrancar a Yifan del corazón de Zitao. Yifan era feliz con esa

certeza. +

Yifan abrió más la boca, exigiendo a Zitao recibirlo en la suya. Su lengua hizo

estragos en el interior de Zitao que gimió balanceándose encima de Yifan. Yifan

se encontró pasando sus labios en la piel de la mejilla de Zitao. Llegó a su

oído y ordenó.+
- Vamos a memorizarnos de nuevo. Y que quede claro que nadie podrá borrarnos la

memoria de nuestros cuerpos.1

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Zitao, cuando cerró sus ojos y alargó su

cuello sintiendo la posesividad en los besos sonoros de Yifan que lo recorría

con su lengua. Zitao alzó sus brazos y sintió el ras de la ropa que Yifan le

quitaba, al segundo que las manos del hombre pasearon por su pecho, deteniendo

ahora su aliento en los diminutos pezones duros, por el frío, sí, pero más por

la sensibilidad de esa lengua envolviéndose alrededor del botón, la lengua de

Yifan, su hombre. +

Una corriente escalofriante atravesó el cuerpo de Zitao que se sacudió cuando

Yifan apretó su trasero, acercándolo más a su cuerpo. Sintió entonces Zitao la

dureza del pene de Yifan prisionero en sus pantalones y Zitao se balanceó con

fuerza en él, besando al hombre. Zitao abrió los ojos, hambriento de sentir la

piel del cuerpo caliente y quitó abruptamente la prenda de Yifan. +

Sus ojos se quedaron anclados en el cuerpo de Yifan. +

Yifan debió darse cuenta, porque no se movió, sino que esperó a que Zitao

decidiera qué hacer con él. Por eso, aún si se consumiera del deseo de poseer en

ese momento a Zitao, él dejaría a Zitao que lo mirara todo el tiempo que

necesitaba mirarlo. Yifan apoyó sus manos detrás, en el somier, percibiendo la

mirada de Zitao que lo iba analizando. La mano de Zitao se posó en su pecho y


Yifan debió tragar duro y contraer sus músculos, para no tirar a Zitao a la cama

y follarlo de una vez. Él dejó y se permitió sentir los dedos de Zitao dibujar

líneas en su cuerpo, mientras lo miraba. Esto parecía una maldita y deliciosa

tortura. Jamás Yifan se había sentido en la vida, tan adorado y lleno, de la

absoluta atención de alguien sobre su cuerpo. Él era todo, ante los ojos de

Zitao...+

Zitao presionó sus manos sobre los hombros de Yifan, llevándolo a apoyarse en el

respaldo de la cama, como antes. Las manos de Yifan temblaron acariciando los

muslos de Zitao, pero no hizo nada más que eso, a la espera. Fue Zitao quien

besó a Yifan. Y las manos de Yifan se encontraron enroscándose en la ropa de

Zitao, retorciéndose en los besos y lamidas de Zitao que se encontró mordiendo

el cuello de Yifan. Un gruñido saltó de Yifan, que hundió sus dedos en los

muslos de Zitao, mientras su pecho se elevó y sus músculos se endurecieron

espasmódicamente. Zitao tragó ese aliento caliente de Yifan en otro beso,

tapando el grito que no saltó de Yifan. Y Yifan justo sintió la mano de Zitao

traspasar el elástico de la cintura de su holgado pantalón y refregar con rudeza

su polla dura, escondida en la tela mojada del bóxer. Yifan apretó sus dientes y

sus párpados, inmerso en el placer tortuoso de esa espera. Su cabeza elevándose

y su nuca chocando con fuerza en el respaldo de la cama. Su boca abriéndose para


tomar aire que no le alcanzaba y perdiéndose en la mano de Zitao que ahora se

metía debajo de la ropa interior. +

El frío repentino del ambiente golpeó la polla de Yifan, sabiéndose al

descubierto de la ropa caliente y mojada. Yifan tuvo que exigirse más control

que nunca, cuando la mano libre de Zitao paseó por el mentón del hombre y su

dedo pulgar rozó su labio inferior. Sintió entonces la palma de la mano de Zitao

comenzar a mover su pene a lo largo. Los dedos de Zitao llegando a sus

testículos y rodeándolos hasta con delicadeza, mientras encerraba de nuevo la

longitud del hombre en su mano.+

- Me estás matando... Zitao ... – rugió Yifan, tragándose el aire y con los ojos

desorientados.+

Sus ojos se abrieron en el instante en que Zitao envolvía con su boca la

erección de Yifan. Fue una visión alucinante, divina y desbordante, ver la mano

de Zitao estirar la piel de su polla y lamer la punta, chupando el líquido que

había comenzado a desparramar desde el mismo momento en que Zitao se había

sacudido encima de él. Yifan se encontró acariciando la mejilla de Zitao,

mientras su respiración jadeante se hacía más elevada por el fuego terrible que

inflaba su pene rojizo y venoso. Los labios de Zitao eran preciosos,

envolviéndolo a él. Los ojos brillosos de Zitao, fijos en sus ojos, mientras

chupaba su sexo, era adictivo. Yifan se encontró follando la boca de Zitao,

apenas en un movimiento sutil, sintiendo su longitud entrando y saliendo. La

explosión comenzó a construirse en la polla de Yifan que latía inflamada y


desesperado él por liberarse. El temblor ante la conmoción del momento, hicieron

a Yifan cerrar los ojos y concentrarse. +

Miró de nuevo a Zitao. Sus mejillas teñidas, sus labios mojados, su mandíbula

tensa y errante de contener su longitud por mucho tiempo. +

- Ven aquí – ordenó, como un gruñido grave y recto, con los ojos lascivos y

mordiéndose él los labios – Ahora, ven aquí.+

Y Zitao obedeció. Pero no de la manera que esperaba. Yifan vio a Zitao gatear

hasta él. Su trasero elevándose desnudo, removiendo sus manos sigilosas sobre la

cama, con una sonrisa que sólo recordaba en esa noche que estuvieron juntos

antes de perderlo de nuevo. +

Zitao. Cabello negro, tan negro como la noche, cejas abundantes y delineadas,

como si se las hubieran dibujado a la perfección. Sus rasgos envueltos en un

misterio que Yifan jamás se cansaría de descifrar. Hermoso. Zitao siempre sería

el más hermoso. Más cuando bajó su mentón, avanzando entre sus piernas y sonrió

de lado, limpiándose con su pulgar los labios mojados, empapados del pre-semen

de Yifan. Y Yifan se enloqueció posesivo, de pensar en su propio sabor en la

boca de Zitao. Dolió el labio inferior de Yifan, cuando se lo mordió, necesitado

de sentir a Zitao.+

Y Zitao llegó a Yifan. Sus piernas abiertas, a ambos lados de las caderas de

Yifan. Él se elevó por encima del hombre y sus manos se posaron en los hombros
de Yifan. +

- Mano – señaló Zitao, elevando apenas una ceja, sin dejar de sonreír.+

Yifan se encontró estúpidamente desorientado. Apenas congenió mostrar la mano

derecha, donde no supo más que del lubricante que se rebalsaba entre sus dedos.

Zitao parecía divertido de ver a Yifan tan perdido ni que fuera un pendejo al

que debía él enseñarle qué hacer. Tembló entre sus brazos Zitao, por la risa

burlona y Yifan pareció sentirse herido en su ego. Se encontró Yifan envolviendo

con su mano izquierda la longitud de Zitao, que se estremeció encogiéndose sus

hombros y elevando su cuello a lo alto, ante la sensación vertiginosa de la

abrupta reacción de Yifan.1

- ¿Te burlas de mí niño? – increpó el hombre, lamiendo un botón del pecho de su

amante.+

Zitao gimió tiritando. Fue demasiado en un segundo. Una mano masajeando su pene

de arriba abajo. Otra mano acariciando la línea entre sus glúteos, buscando los

dedos del hombre su entrada. El aliento caliente y la lengua lamiendo su pezón.

Zitao se vio abrumado y feliz, sin control.+


- ¿Qué era tan gracioso? – se encontró diciendo Yifan, amenazante, entre

lamidas.+

Un dedo se hundió en el interior de Zitao que cerró con fuerza sus ojos y abrió

su boca. Yifan arrugó su frente y se encontró besando a Zitao desaforadamente.

Fue implacable cuando su lengua se hundió en Zitao, sucio cuando se cercioró del

propio sabor de su sexo en la boca de Zitao. Y le encantó a Yifan saber que

Zitao sabía a él. Y que pronto estaría más dentro de él. Sintió la convulsión de

Zitao, cuando recibió su segundo dedo. Percibió Yifan la necesidad de Zitao de

apurar eso, cuando elevó Zitao su trasero y volvió a hundirse, follándose en los

dedos de Yifan. Varias veces hizo este movimiento, hasta que Yifan encontró las

resbaladizas paredes del recto de Zitao preparadas para el tercer dedo.+

- ¿Lo sientes bien? – preguntó entre dientes Yifan – ¿Se sienten bien mis dedos

así?+

- Si – gimió Zitao, desenfocado sus ojos en las paredes del techo – Si, se

siente... bien... ¡Diablos! ¡Ahí ya...! ¡Ya! ¡Por favor... por favor Yifan...!+

Quedó quieto Zitao, mirando fijo a Yifan. Sus frentes unidas, sus rostros

plagados de gotas de sudor, sus bocas abiertas y respirando agitados. Él no

quería correrse, no con los dedos de Yifan. Él quería dentro a Yifan. Lo quería

ya. Por eso su culo quedó suspendido sobre el cuerpo de Yifan, tenso y rígido,

con los labios entreabiertos y temblando ante la posibilidad de correrse, de


moverse un poco, mínimamente siquiera. +

- Buen chico – susurró en su oído el hombre – Eres tan bueno conmigo cariño –

alabó Yifan – ¿Me dejarás ahora? ¿Me dejas follarte amor? +

- Si – jadeó Zitao, moviendo apenas sus piernas temblorosas, cuando Yifan quitó

los dedos del interior de Zitao – Si... si...+

- Mírate, tan hermoso ¿Vas a dejar que me meta hasta el fondo? ¿Mhh...? –

preguntó lamiendo la boca de Zitao – ¿Me vas a dejar tomarte?+

Zitao tomó la polla dura de su amante y acomodó la punta en su entrada lista. +

- Si – gimió, cerrando sus ojos con fuerza – Si, voy a... voy a...+

No dijo más. +

Yifan sintió el instante en que Zitao se abría para él, dándole paso a la punta

de su pene. Los dos tragaron sus gimoteos ahogados. Yifan gruñó frunciendo el

ceño, viendo a Zitao apretar sus párpados mientras descendía más. Parecía que

Zitao estaba lejos de tener cuidado consigo mismo. No fue gentil con su cuerpo,

cuando pareció exigirse tomar por completo a Yifan en su interior. Las lágrimas

se acumularon en sus abultadas pestañas.+

- ¿Tan desesperado te sientes? – se encontró diciendo Yifan.+


- Si – confesó sin vergüenza Zitao, mientras se dejó hundir más en Yifan – Yo

quiero ya...+

- ¡Mierda! – rugió Yifan, ahora él estrangulado en su desesperación – Zitao, ve

despacio...+

Como si quisiera desgarrarlo, estrujándolo en su recto. Yifan sintió el vértigo

de querer correrse en ese instante. Zitao estaba haciendo estragos con el poco

juicio que le quedaba. Yifan tuvo miedo de no llegar siquiera a sentir del todo

a Zitao, cuando se encontró suplicando de nuevo.+

- Tranquilo amor... tranquilo...+

Y Zitao se desplomó en ese instante complacido de haber llegado. Jodida

situación gloriosa. Yifan se perdió en esa apabullante imagen de Zitao

sonriéndole con los ojos entreabiertos, como si hubiera hecho la mejor cosa,

mientras se relamió los labios. Y sí, había hecho la mejor cosa para Yifan,

tragando toda su polla en su interior. Era espléndido. Yifan elevó su mentón,

fijó sus ojos en esta perfección que lo tenía prisionero y feliz. Sus manos no

se cansaron de vagar por el torso y las piernas de Zitao, amasando la carne del

chico esbelto y precioso. Zitao era perfecto. Endiablado así en sus modos,

delirante y perfecto.+
- Me gustan tus manos – dijo de pronto Zitao, estirando su cuello y mostrándole

a Yifan cuánto le gustaba sentir esas manos – Me encanta cuando me tocas...+

Y Yifan podría pasarse la vida con sus manos encima de Zitao. Bueno. Eso es algo

que tenía planeado. Por eso sonrió complacido ante las palabras de Zitao.+

- Me encanta tocarte – dijo Yifan, besando y lamiendo el pecho de Zitao –

Sentirte así, diablos Zitao...+

Yifan respiró del pecho de Zitao. Sus manos paseando por la espalda de Zitao.

Las manos de Zitao presionaron en los hombros de Yifan. La señal. Zitao estrujó

la polla de Yifan, que rugió en su piel. +

Ellos se miraron, cuando Zitao comenzó a moverse. Yifan sostuvo a Zitao de ambos

lados. Sus dedos hundiéndose en la piel, dejando marcas. El impulso de ascenso y

descenso fue lento al principio. Yifan calculó esto, presionando sin exigirle a

Zitao sin embargo, porque era Zitao quien tenía el control. Zitao quería llevar

su ritmo y Yifan lo dejó hacerlo. +

- Dios, Zitao – gimió quebrado Yifan, obnubilado ante el cuerpo elevado de Zitao

– Zitao... mierda... sigue así, no te detengas... por favor...+


- Así... sí... – gimió Zitao, encontrándose besando al hombre desesperadamente,

mientras apretaban sus paredes, la polla explosiva de Yifan – Así...+

Zitao mordió el labio inferior de Yifan, que jadeó preso de ese gesto abrupto y

salvaje. Sintió su labio partirse y el sabor de la sangre en su boca. No sabe si

Zitao fue conciente, pero no importó tampoco, porque Zitao se hundió más en

Yifan. Y a Yifan le encantó este lado de Zitao, que aún en medio del dolor lo

hizo disfrutar de eso. Sintió Yifan las manos de Zitao cerrarse en los mechones

de sus cabellos, tirando su cuello hacia atrás violentamente, mientras él

elevaba sus caderas con rudeza, como no bastándole solamente el movimiento en

ascendencia impetuoso de Zitao. Sus cuerpos chocaron en el encuentro brutal. La

piel de sus cuerpos mojados, se refregaron sin descanso. Y Yifan se encontró a

punto de estallar en el interior de Zitao, temblando su cuerpo en el primero

espasmo endiablado, apretando con todas sus fuerzas la cintura de Zitao que

seguía subiendo y bajando en su polla.+

- Ya estoy...– anunció de repente Yifan, apenas, jadeando desesperado de Zitao.+ l

- No – dijo Zitao – Espera... un poco más – suplicó – Un poco más...1

Yifan apretó sus párpados. Dios. Cuánto más. Yifan no daba más. Él quería llenar

a Zitao ya.+
- Quédate quieto – pidió en sus palabras tambaleantes por los torpes movimientos

errantes – Zitao... por favor...+

- No...+

- Zitao... voy a...+

- Espera... un poco más...+

- Zitao... por favor por favor... – rechinó jadeante Yifan, sin aliento –

Mierda... me voy a correr...+

Yifan miró a Zitao. Perdido estaba él en sus movimientos propios, disfrutando de

ese momento, cuando miró a Yifan, implorándole al hombre. Hundió Yifan sus dedos

en la carne de Zitao, deteniendo el cuerpo. Fue torpe, rudo y seco, cuando se

encontró de repente Yifan con Zitao enterrándose aún más en su polla adolorida,

prisionera de la tortura de Zitao. Le encantaba. Zitao parecía no cansarse de

Yifan. Él quería más de Yifan, lo quería todo de Yifan, para siempre.+

Agitados los dos, goteando el sudor en sus cabellos brillantes, se miraron

detenidamente. +

- Un segundo – imploró de nuevo Yifan – Un... segundo...+

El culo de Zitao se asentó con rudeza, apretando sus párpados. El niño iba a
matarlo y estaba más que convencido de que lo estaba matando. El clímax parecía

eterno, tortuoso y sin embargo sensacional. Yifan sujeto con más fuerza a Zitao.

Si se movía, él iba a estallar. Tomó la mano de Yifan el pene duro y caliente de

Zitao, que abrió la boca. Yifan amaba cuando sus labios se rozaban por

accidente, en esos momentos de clímax. Lamió esos labios Yifan y comenzó a

masturbar a Zitao, dejándolo libre para hacer lo que quería.+

- Bello – dijo Yifan embelesado – Eres tan bello... +

Y Zitao volvió a ese movimiento impetuoso, balanceándose en las caderas de

Yifan, resbalándose allí por el líquido prominente que despedía Yifan. +

Zitao era salvaje. Estiró su cabeza hacia atrás con ímpetu, dejando a Yifan

morder su cuello y gritando de placer por eso, mientras se cernía en su cuerpo,

atrapando los mechones mojados del cabello de Yifan y tirándolos de nuevo con

violencia inaudita. Yifan lamió de nuevo por donde pudo a Zitao, cuando comenzó

a sentir el cuerpo de Zitao enterrarse a sí mismo en su polla, mientras él

siguió jugando con la polla de Zitao.+

Se miraron cuando temblaron al mismo tiempo. Sus frentes chocaron.+

- Mírate – logró coordinar apenas palabras Yifan entre dientes – Hermoso. Cómo

me tomas tan bien amor... sigue así... más... más rápido amor...+

Y Zitao lo hizo al ritmo de Yifan. Porque él lo quería ahora a Yifan. +


- Ya casi – se encontró esta vez diciendo Zitao – Yifan...+

Suplicó Zitao, sabiendo lo que pedía. Y Yifan estaba más que listo, para

dárselo. +

Yifan apretó las caderas de Zitao que envolvió sus brazos alrededor del hombre,

encontrándose ya sin fuerzas y sin medir las consecuencias del descontrol de su

cuerpo. Yifan sintió el cuerpo bello y convulsivo de Zitao entre sus brazos.

Zitao lo miró, rasguñó descontrolado la piel de Yifan y apretó sus dientes, ya

al borde del colapso. +

- Yifan...– anunció – Ya...+

Y el grito se hizo en Zitao. +

Fue precioso, perfecto y bello verlo estirarse hacia lo alto, gritando el nombre

del hombre, dejándolo en medio de su delirio. Yifan taladró hacia arriba su

polla y golpeó con rudeza el cuerpo trastornado de Zitao, corriéndose dentro del

cuerpo de Zitao, sin dejar de mirarlo un segundo. +

Quietos. +

Sentados. +
Yifan acunó a Zitao, temblando sus brazos por el sobreesfuerzo ante el estado en

el que estaba, pero lo sostuvo. +

Los dos agitados respiraron. +

Zitao acarició los cabellos mojados y desordenados de Yifan, mientras miró al

techo. Sintió los besos de Yifan subir por su cuerpo. Bajó sus ojos,

encontrándose con los ojos de Yifan. Le sonrió satisfecho. Tomó entre sus manos

el rostro del hombre y le dio un suave beso. Gimió, cuando la polla flácida de

Yifan salió de su interior, sintiendo el vacío y extrañándolo. +

Se desplomó Zitao en los brazos de Yifan, que lo ubicó delicadamente en la cama.

Se abrazaron y se quedaron mirando, mientras sus ojos se cerraban.+

No hubo palabras. No fueron necesarias. Ellos simplemente necesitaban

encontrarse, reconocerse, memorizarse, sentirse con fuerza, con fiereza y

saberse uno del otro. Era eso. La certeza de que se pertenecían. Que estaban

hechos, el uno para el otro.

* La Asamblea Nacional de la república, es el Poder Legislativo de Corea del

Sur.
Oscuridad

Ha llegado donde su tío. Yifan desciende del coche, mira a los guardias y emite

una reverencia. Uno de ellos abre la puerta e indica con eso que Sang Woo espera

dentro. El olor de galletas recién horneadas y café, se huele en el ambiente y

Yifan sonríe. Camina hasta la cocina y se encuentra con el hombre colocando las

tazas encima de la mesa. Se recuerda Yifan de la primera vez que estuvo ahí y de

los nervios de Sang Woo con esa mirada como suplicándole quedarse y ser familia.

Justo en ese instante, Sang Woo llama a Yifan sacudiendo su mano para que se

acerque. Yifan lo abraza y Sang Woo palmea su espalda.+

- Disculpa la demora – le dice Yifan – Vine lo más rápido que pude.+


- ¿Negocios? – pregunta Sang Woo, observando a Yifan con el traje de vestir.+

- Así es...– resopla agotado su muchacho. +

Ellos se sientan sonriendo y en medio del café y las galletas, se acomodan para

la charla.+

- ¿Cómo va lo de la boda? – pregunta Yifan.+

A Sang Woo se le ha ido la sonrisa de la cara. Yifan emite una mueca burlesca

que se pierde en la taza que ha llevado a sus labios, cubriéndose a sí mismo,

mientras toma café. Los labios de Sang Woo se curvan hacia el suelo y aspira

hondo.+

- Es muy joven ¡Muy joven! – reclama con ahínco Sang Woo – No me gusta eso de

casarse a las apuradas. Apenas llegan y ¡Mira nada más! ¡¿Por qué tienen que

casarse ya?! Yo le dije a mi muchacho "¿Están en espera? Porque si es eso mi

muchacho, no es razón para matrimonio". Yo no soy un chapado a la antigua ¿sabes

Yifan? No tendría problemas. Pero Yixing ha dicho que "el amor es razón más que

suficiente para querer casarse y listo". Igual yo conozco bien a mi muchacho,

anda en algo, yo lo sé. Espero que Luhan no me venga con lo mismo y no se me

contagie mal...2

Yifan sigue cada palabra de su tío que se queja. Recién semana y media que

Yixing ha regresado a Seúl con Junmyeon, sorprendieron a todos diciendo que se


casan. De la noche a la mañana Yifan se encuentra solo la mayor parte del

tiempo, porque Zitao está con Yixing y los demás chicos haciendo los

preparativos para la boda. "Mejor así", ha dicho Chanyeol, "Algo nos mantiene

mentalmente cuerdos en medio de tanta mierda". +

- Chanyeol tiene razón – dice de pronto Sang Woo, cuando ha escuchado ese

comentario de Yifan citando a su amigo. Suspira Sang Woo – Quizá sea lo mejor

ahora.+

- ¿Qué ocurre? – pregunta serio Yifan.+

Sang Woo aspira hondo, dejando la taza de café en la mesa. Aprieta sus labios y

su rostro tenso, le dicen a Yifan que lo que viene no es bueno.+

- Tu padre me llamó.+

La bilis amarga se retuerce en la garganta de Yifan. En nada de tiempo, todo se

vuelve asquerosamente irritante. Traga duro, cuando su espalda rígida se compone

demasiado recta. Se encuentra Yifan desconociéndose a sí mismo, cuando escucha

la palabra "padre" y su puño termina golpeando la mesa.+

- Esa mierda no es mi padre... – ruge en seco Yifan y termina de pie en un

salto.+

Su tío observa a Yifan, que se ha dado la vuelta y peina con rabia sus cabellos
hacia atrás, mientras toda clase de insultos s oyen. La misma imagen, la misma

reacción, le recuerdan a Sang Woo el mismo sentimiento de impotencia y odio que

él, en su juventud, llegó a tener por su propio padre y hermano, cuando se dio

cuenta de quiénes eran realmente. Al hombre le duele ver a Yifan desmoronarse en

el veneno de otros. Llama a Yifan que pareciera no querer hablar de esa persona,

porque sigue de espaldas, con las manos en la cadera y sus hombros en alto.+

- Yànzǔ se comunicó conmigo porque no pudo hacerlo con ninguno de ustedes.+

Yifan preso de la ira, tembloroso, exclama amenazante a su tío.

- ¡Y ni sueñe con acercarse a ninguno de nosotros siquiera! ¡¿O creía que le

dejaría vía libre con mi madre?!+

Sang Woo asiente, aunque sus cejas se unen duramente. No reprocha a Yifan en voz

alta su conducta irrespetuosa para con él, pero no hace falta. Y Yifan suspira,

cerrando sus ojos, mirando a un lado. Regresa la vista a su tío y pide.+

- Disculpa. +

Su tío le señala la silla, donde Yifan se desploma con desgano esta vez. Mira al

hombre y simplemente escucha.+

- Yànzǔ pondrá abogados desde un estudio que lo representa, para obtener de

regreso sus bienes, de no devolverle tú los poderes que le quitaste, bajo


amenaza y coacción. Va a denunciarte si no lo haces. Sus abogados iniciarán la

causa si no accedes a un encuentro con él para firmar los papelea que le

restituyan...+

- ¡¿Es una maldita broma?! – irrumpe en un gruñido Yifan, mientras su cuerpo se

abalanza hacia adelante. +

Él quisiera matar a alguien. Sus codos se asientan en la mesa y sus dedos

vuelven a enterrarse en sus cabellos.+

- Yifan – dice severo su tío – Dime con toda honestidad que tú no coaccionaste a

Yànzǔ para que te otorgue los poderes en el manejo de los negocios y bienes. +

Yifan mira a su tío y aprieta sus dientes, emitiendo un rugido de asco. +

- ¡Y fui generoso en mi modo de hacer las cosas con él! – exclama, mientras su

puño sobre la mesa parece querer hundirse sobre ella – Al menos yo no lo golpeé

hasta hartarme y después lo amenacé con lo que él más quería...+

Sang Woo se vence hacia atrás. Sus ojos, sus gestos, su rostro inmóvil,

boquiabierto, manifiestan de lleno el espanto, ante lo que acaba de escuchar.

Apenas si puede seguir mirando a Yifan, mientras digiere su mente lo que su

hermano fue capaz de hacerle a su propio hijo, sangre de su sangre.+

- La primera vez fue cuando me alejó de Zitao – murmuró entre dientes, encogidos
sus labios de contener la ira – Lo puso en la mira, dispuesto a matarlo si no

obedecía en irme con él abandonando a Zitao. Y esa fue la primera, de muchas más

– suspiró, deteniendo su mirada en la nada, regresando el recuerdo a él – La

mejor de sus torturas, fue cuando me exigió traspasarle el poder de mis bienes,

esos que mi abuelo Wu me había dado a mí, cuando cumpliera 17 años. Sólo se

detuvo, cuando mi abuelo Jang intervino. Nunca supe con qué lo amenazó y tampoco

me interesó saberlo. Sólo ahí dejó de torturarme y pude volver a ser libre. Pero

lo que siempre supe con certeza, es que él me odiaba – dice Yifan, removiendo

sus dientes, mientras brilla su mandíbula cuando recuerda – Sehun y yo nos

sentíamos tan igual en eso, con nuestros malditos padres, que jugando dijimos de

que quizá no eran nuestros padres – asiente sonriendo dolorosamente, emitiendo

un soplo, tiritando sus hombros – No preguntes los detalles, pero nos animamos a

hacer las pruebas de ADN – recuerda, al segundo que sus labios volvieron a

quedar rectos y su cara se llenó de tristeza – Fue una completa desilusión,

encontrarme con los resultados. "Probabilidad de paternidad, 95,5%", decía el

maldito resultado...+

Se quiebra su voz y sus ojos se llenan de lágrimas, cuando Sang Woo se le acerca

más al lado. Tiembla Yifan, recordando de las veces que escondió esto, queriendo

no guardar rencor en el hombre que le dio la vida, pero no puede. +

Sang Woo toma con sus manos el rostro de su muchacho, besa la frente de Yifan

rudamente y lo mira a los ojos. +

- Tío – farfulla Yifan, contraído cada uno de sus gestos – ¿Por qué él me odia?
Yo le pregunté tantas veces y él...+

Sus palabras se pierden ahogadas en ira. Sang Woo abraza a Yifan, estampando al

joven en su pecho. Yifan escucha el eco del corazón palpitando terrible de Sang

Woo, mientras siente las manos que peinan el cabello empapado de sudor. Y Yifan

llora. +

- Él es maldito – gruñe Sang Woo – Él simplemente es un maldito perverso que

merece que le pasen cosas malditas hijo. Pero si de mí depende, tú no serás

arrastrado a esa mierda ¡¿Me oyes?! – exclama, mientras aferra más fuerte a

Yifan en su abrazo – No dejaré que ese infeliz te lleve con él, porque eso es lo

que busca. Arrastrarte.+

- Tío Yixing te sigue hadita – dice Yixing sonriéndole a la niña – Tú canta.+

Sophie se para en medio de todos ellos, con su vestido de volados lila. Cuando

se asegura que su tío Yixing ha colocado sus dedos sobre las teclas de su piano

más que listo a seguirle el ritmo, las manos de la niña elevan su falda y se
zarandea como si bailara sin moverse de su sitio, cuando comienza a cantar.+

- Describiendo el hermoso sueño de anoche, sigo pensando en ello. Miro al espejo

repentinamente, sólo miro al reloj ¿Alguien robó tu corazón hace tiempo? Si

pintara el sueño que tuve anoche...* +

Mientras su hermana canta, Zitao se entretiene unos segundos en la mirada de los

demás. Sus ojos repasando en esas personas que están metidas en la canción de

cuna que Sophie le ha cantado desde que él despertó, en susurros y murmullos,

como si no quisiera que nadie la escuche, nadie más que él. Y ahora, ella baila

contenta de ser oída por todos ahí, sin vergüenza y con la seguridad de una niña

feliz. Y Zitao suspira tranquilo, viendo a quien adora, con sus alas de mariposa

y su corona de flores, presumiendo de lo que sabe hacer.+

- "Si ves de nuevo hoy a una princesa de cuento de hadas y estás nervioso, con

una sonrisa amable ve y bésala. No lo dudes, ella te está esperando en tus

sueños..." +

Cuando la niña termina, Nara es la primera en aplaudir la presentación. +

- Qué hermoso cantas hadita – dice Yifan, abriendo los brazos para recibir a

Sophie que corre a él. +

- Él me enseñó – revela la niña, señalando a su hermano.+


Un silencio estremece a varios que se miran. Piensan entonces que Sophie ha

visto más de lo que cuenta y sorprende cuando suelta esas cosas que apenas un

pequeño de cuatro o cinco años podría recordar, calculando del tiempo del

accidente de Zitao. +

La puerta se abre y todos se giran a ver quién llega. Siwon mira a todos y dice

a Junmyeon.+

- Ya está lista la terraza y todo servido. +

Junmyeon asiente serio y todos se ponen de pie, en medio de risas y el barullo

de la charla. La fiesta sigue en esa casa. Hay muchos encuentros y una boda que

celebrar. Pero eso no quita que la seguridad sea algo que dejar de lado y aunque

nadie lo dice abiertamente, se ha reforzado la seguridad en ese predio. Que

Siwon haya venido a informar que todo está listo, significa que han minado la

planta de guardias para resguardarlos.+

Kyungsoo quiere avanzar y siente el tirón en su mano. Gira su rostro,

encontrándose con la mirada perdida de Jongin. Frunce el ceño Kyungsoo,

esperando a que Jongin le diga algo. Jongin parece esperar a que ellos queden

solos, porque espera a que todos se alejen más.+

- ¿Qué ocurre? – pregunta sorprendido Kyungsoo.+

- Kyung – dice Jongin, mirándolo a los ojos – La escuchaste...+


- ¿Qué cosa? – insiste sacudiendo sus hombros.+

- Sophie dijo que Zitao le enseñó esa canción.+

- Si – asiente Kyungsoo, elevando sus cejas – ¿Y qué con eso?+

- Zitao escapó no sólo de Jang Hyuk y su gente, sino también de Ziyi. Ella

apareció recién por Zitao, cuando fue el accidente.+

- Jongin no entiendo qué...+

- ¡No se suponía que Sophie y Zitao se hubieran visto antes! Kyung...– dice de

pronto agitado, sacudiendo su cabeza, como queriendo convencerse a sí mismo de

lo que pasa por su mente – ¡¿no lo ves?! Zitao nunca podría haberle enseñado

nada a Sophie, a no ser que...1

Despierta Kyungsoo entonces y sus ojos se agrandan terriblemente, cuando se da

cuenta.+

-... que ellos hubieran estado juntos...+

- La niña pequeña.
Apartados de los demás, Yixing, Minseok, Zitao y su hermana, se han sentado en

reposeras a descansar.+

- Ella se ve tan feliz – dice Minseok, acariciando los cabellos de Sophie – Me

encanta verla tan contenta y sonriendo sin miedo.+

- Es preciosa – agrega Yixing, que pareciera no poder dejar de verla desde que

ha llegado de su viaje – Una princesa.+

Aunque la halaguen, ella no podría escuchar. Sophie se ha dormido como le gusta

dormirse en los brazos de Zitao, subida a su regazo y apoyando su mejilla en el

pecho de su hermano. La brisa en la noche de primavera es cálida y mueve los

cabellos largos de su hermana, a quien Minseok sigue peinando con sus dedos.

Zitao sonríe, con un dejo de orgullo, cuando escucha que le dicen cosas lindas. +

Kyungsoo se acerca arrastrando sus pies, serio de repente como si hubiera

ocurrido algo muy malo. Lo malo que podría ocurrir es que se pelee con su novio,

por eso Zitao pregunta.+

- ¿Todo bien con Jongin?+

Kyungsoo se sienta en una reposera, en frente de Zitao. Mira a Sophie. Parece

perdido en sus pensamientos, tanto, que ni ha respondido. Sus labios quisieran

decir algo, pero después de unos segundos recién murmura.+


- Se ha dormido...+

- Dámela querido – dice Nara, apareciendo de la nada, delante de Zitao – La

llevaré dentro, para recostarla en el sillón, mientras tú conversas con tus

amigos...+

Zitao le entrega a Sophie y Nara la alza. Sophie se ha quejado, pero parece

reacomodarse bien, con su cabeza en el hombro de la mujer que se aleja.+

- Parece quererla mucho – comenta Kyungsoo n voz baja, cuando las ve que se

pierden en el interior de la residencia.+

- Si – dice Zitao – Ellas parecen entenderse bien.+

- ¿Ocurre algo? – pregunta Yixing, acercando su rostro confundido a Kyungsoo.+

Baekhyun llega, desplomándose apenas en una silla más alta. Resopla como

agobiado, mientras su mano pasea por el vientre y gira su cabeza, buscando

relajación.+

- ¿Cómo va eso? – pregunta Yixing ahora a Baekhyun, condolido ante esa cara de

sufrimiento.+

Baekhyun serio mira a Yixing y con tono sarcástico se limita a responderle.+


- Tú qué crees... no sólo que no se queda quieto, sino que para él parezco bolsa

de boxeo, sólo que desde dentro – Baekhyun hecha su cabeza hacia atrás y gime

desconsolado – No doy más...1

Zitao posa la mano en el vientre de Baekhyun. Sus ojos se quedan allí fijos,

fascinados ente los movimientos del bebé, que ha pateado y puede sentir la

energía latente desde dentro. Zitao suspira, maravillado ante semejante

manifestación novedosa.+

- Él es fuerte – comenta Zitao, sonriéndole a Baekhyun.+

- Ni me digas – se queja Baekhyun, al segundo que sonríe, mirando su propio

vientre y le habla – Te amo con el alma, pero me tienes con los nervios de punta

y no me dejas dormir. +

Zitao sigue paseando las palmas de sus manos calientes en Baekhyun, cuando

comenta.+

- El masaje con compresas herbales tailandesas, Luk Pra Kob, son buenas para la
relajación tanto de la madre como del bebé, por el calor de las hierbas.

Deberías probar el masaje tailandés y...2

Zitao se da cuenta que todos lo miran. Sus manos se detienen en los movimientos

circulares, cuando sus ojos regresan a ver a sus amigos. +

- Gracias – dice sonriendo, inquieto, Baekhyun – Mañana mismo veré de conseguir

eso. Cualquier cosa para... para calmar esto... +

- Zitao... – le habla Kyungsoo, con el semblante lleno de desconcierto –...

dónde ¿Dónde aprendiste eso?+

Sacude sus hombros Zitao, sin entenderse a sí mismo. Confundido, contrae sus

labios.+

- Supongo que lo escuché o... quizá por mi mamá... – murmura, cuando sus ojos se

vuelven a Yixing – Ella estuvo embarazada. Yo quizá ¿la cuidaba?...

¿recuerdos?... ¿puede... puede ser eso?2

- Claro – asiente Yixing, sonriéndole, tomando sus manos y palmeándolas gentil.+

- Yixing – llama Luhan, que se acerca a todos recién y se sienta al lado de

Yixing – ¿Qué era eso que querías contarnos? +


Yixing se compone derecho en su asiento y con una sonrisa iluminada de

felicidad, cuenta.+

- Con Junmyeon, vamos a ser papás...3

A Yixing le faltan brazos para contener a tantos. No solamente celebran que

están todos juntos y una boda, sino también una nueva vida creciendo.+

Yifan camina demasiado rápido por los pasillos del sanatorio. Cuando le llegó el

mensaje, la preocupación encegueció a Yifan, que mandó reforzar la guardia en su

apartamento, sin entenderse siquiera.+

Se frena en seco, cuando lo ve al final del pasillo, caminar de un lado a otro

sin descanso y con las manos en la cintura. +

- Seung Hyun – llama Yifan.+

- Está en quirófano – dice Seung Hyun.+

El hombre aprieta sus labios. Yifan se le acerca y nota la camisa de Seung Hyun

manchada de sangre. Sung Hyun traga duro, sacudiendo su cabeza como negándose a

creer lo que está aconteciendo ahí, cuando sus ojos enrojecidos titilan. Un

fleco rebelde se le viene al frente, temblando en su sien. +


- Ese chico se interpuso sin dudar entre una maldita bala y yo. Una bala Yifan –

ruge, señalando duramente a algo – Yo debería estar ahí dentro ahora, no

JiYong...2

Yifan se siente inútil. No tiene nada que hacer ahí y sin embargo está. Apenas

mira a todos lados, encontrándose con que Seung Hyun se encuentra solo. +

- Choi – le habla Yifan, poniendo una mano en su hombro – Él estará bien. Hay

que confiar.+

Se siente un tonto diciendo eso, que podría resultar un comentario obvio, pero

parece que al menos eso ha servido, porque Seung Hyun asiente. +

- Seung Hyun...+

Se oye detrás de Yifan, que se vuelve para ver agitado llegar a Kyungsoo y

Jongdae. Igual que Yifan, Jongdae se acerca y se queda tan sólo acompañando al

hombre. Kyungsoo se encuentra en pánico, dándose cuenta de que su amigo está

metido dentro del quirófano.+


Sentados Yifan, Jongdae y Seung Hyun en la cafetería, escuchan de fondo la voz

del cronista relatar.+

"Tras el escándalo que se desatara por la acusación realizada por el primer

ministro Kim Bum, la Corte Constitucional de Corea del Sur dictaminó hoy, que el

presidente Nam Goong Min debe abandonar el cargo, acusado de abuso de poder y

otros delitos en relación con un caso de corrupción que involucra a ex asesores

presidenciales, ministros y a empresas..." +

Seung Hyun mira a Jongdae, cuando toma un sorbo de su café. El encargado obedece

a un cliente allí que le ha pedido subir el volumen, mientras todos observan

entre comentarios esas imágenes. Se oye ahora a una mujer seguir dando la

noticia.+

"Tras la muertes de los ministros Jung Chan y Jung Gyu Won, queda en el centro

de la tormenta el ministro Jang Hyuk, un polémico amigo de Nam que habría

aprovechado su cercanía al presidente para presionar a las empresas para que

donaran dinero a sus fundaciones y otras organizaciones, con las que se lucraba

a nivel personal..." +

Seung Hyun mira ahora a Yifan fijo y dice.+

- Eso demorará meses. Durante ese lapso ellos podrían actuar y luego fugarse.+
- No creo que se arriesguen abiertamente a hacernos algo.+

Los hombros de Seung Hyun se endurecen y alerta. Deposita ruidosamente la taza

de café sobre la mesa y ofuscado dice.+

- La última vez Si Hoo subestimó a esa gente y mira lo que ocurrió después,

cuando les advertí.+

- Como te digo – habla tranquilo Yifan – No creo que...+

- Yo sí creo – irrumpe Jongdae – Jang Hyuk no está solo en esto. No tiene por

qué exponerse abiertamente y hay demasiado que esconder.+

Yifan arruga su frente. Mira a un lado. De ser así, ellos están en peligro

inminente.+

- Ve con tu chico – dice Seung Hyun a Yifan – Mejor que se entere de esto por ti

y no por otros o las noticias.+

- En un momento.+

Seung Hyun asiente agradecido. No le gustaría quedarse solo y se siente mejor en

compañía. +

- Deberías irte Seung Hyun – habla Jongdae, mirando esa parte de la ropa del
hombre que sigue manchada aunque seca de la sangre de JiYong – Descansar te

vendrá bien. Tu familia debe estar preocupada por ti.+

- Ni loco me voy. Mandé mi gente a cuidar a mi familia. Yo me quedo vigilando a

JiYong. +

- ¿Tienes idea de quién te atacaría? +

- ¿Quién más? Se los acabo de decir – inquiere Seung Hyun a Jongdae – Es obvio

que la guerra sigue y comenzaron por mí, la presa más a la mano – dice hasta en

reproche y con sarcasmo – Yo soy el que menos contactos tiene y el que menos

llamaría la atención si desaparecen del mapa. No soy de familia pudiente, ni

vengo de cuna de oro. No soy importante para nadie.+

- Lo eres para nosotros – asegura molesto Jongdae.1

- Si se meten con uno, se meten con todos – agrega Yifan.+

Un mensaje entrante en el móvil de Jongdae lo alerta. Mira el escrito y dice a

Seung Hyun.+
- Chanyeol está enviando a su gente a cubrir esta zona. Jongin está investigando

para dar con quien te haya atacado. Si fuera quienes piensas, pronto lo

sabremos.+

Seung Hyun abre la boca apenas y debe decir algo que no está acostumbrado.+

- Gracias.+

Se oye más alto el volumen de un periodista que anuncia la novedad.+

"Mañana, el primer ministro, Kim Bum, tomará juramento ante la Corte

Constitucional, como presidente de la República de Corea del Sur, aunque estaba

ya ejerciendo funciones. Con la destitución permanente de Park, las elecciones

deberán ser convocadas en un plazo de 90 días y a pesar del gran golpe que

recibiera el partido, el actual mandatario Kim Bum, tiene la estima del pueblo y

se avizora como futuro presidente electo..."* +

- Creo que tú sí deberías ir a descansar – codea Yifan irónico a Jongdae –

Mañana te toca un día intenso.+

- Ni loco expongo a esa mierda a Minseok. Y sin él no voy a ningún lado.+

Seung Hyun mira a todos lados, como buscando algo entre las caras de la gente

que está allí, como ellos, tomando algo.+


- ¿Qué? – pregunta preocupado Yifan, imitándolo.+

- Tengo la maldita sensación de que todo el tiempo, nos están observando.+

Corre. Zitao corre bajo la copiosa llovizna que parece ahogarlo. Sus pulmones

duelen de respirar tan fuerte, tan rígido y tan atormentado. Sus cabellos se han

pegado a su frente. No siente sus piernas y se asusta cuando el calambre le

llega. Tropieza con algo y cae al suelo. Se queja del dolor insoportable, pero

en su mente él debe llegar a algún lugar para buscar no sabe qué. Mira hacia

atrás. Los gritos lo llaman y se pregunta por qué lo llaman y quiénes lo llaman

de semejante forma, amenazándolo incluso por seguir corriendo.+

Zitao de repente ya no corre, sino que está de pie, inmóvil. Mira al frente,

cuando un sujeto gigante que se le abalanza, con el puño directo a su cara para

golpearlo. Era un monstruo que venía por él. Y Zitao grita tan fuerte, que le

duele la garganta. Tiene miedo, tanto miedo que no reacciona y tiembla, Zitao se

encuentra llorando y temblando, apretando dolorosamente sus párpados, mientras

sigue gritando. +

"¡¿Dónde está?!" +

Se oye a sí mismo reclamando lo que le han quitado y grita hasta sentir que su
garganta se quiebra. Y se ve él solo, en medio de una pista y una moto. Otro

rugido ensordecedor de motores. Él no sabe qué es todo eso, él no entiende. Solo

por inercia, se da cuenta que su mano estaba apoyada en una moto y toma el

casco. El casco se le cae de las manos y él se encuentra ahora percibiendo el

viento frío azotando su rostro y sus cabellos. Una bocina suena muchas veces. Y

él sigue gritando, llamando y exigiendo respuesta a su pregunta. El "¡Detente!",

surge por primera vez de su boca. La luz lo enceguece. Bocinas como truenos en

su mente. Un auto de frente, el estallido de repente y el grito.+

"¡Zitao!", escucha a alguien a su lado, con tono lleno de preocupación,

"Zitao... ¡detente Zitao!". +

Él lucha. Parece que debe seguir luchando a pesar de todo.+

- ¡Zitao! – grita en su oído.+

Yifan.+

Zitao reconoce su voz. +


Se queda quieto. O eso intenta, porque tiembla terriblemente. Mira, a ninguna

parte más que a lo que se le pone en frente. El rostro de Yifan aparece en su

campo de visión. Yifan toma su rostro entre sus manos grandes y limpia sus

mejillas empapadas. Zitao sigue tiritando incontrolablemente. +

- Amor – le llama Yifan – ¿Me estás viendo? Soy yo Zitao...+

- Yi... Yifan... – murmura con esfuerzo, percibiendo sus labios vibrar.+

- Si Mi Niño – dice suave y sonriendo, a pesar del miedo que manifiesta su

mirada – Soy yo amor, fue una pesadilla, sólo una pesadilla...+

- Un... una... ¿pesadilla? – susurra perdido en el espanto Zitao – Pesadilla...+

Y un grito surge de la nada. Un grito agudo y lleno de espanto se oye a la

distancia.+

Yifan es el primero en saltar de la cama y correr, seguido de Zitao, que parece

no poder despertar de esa pesadilla, sumergiéndose en el grito espantoso de su

hermanita. Sophie grita y Zitao se toca el pecho. Ve a Yifan meterse en el

dormitorio, abalanzándose sobre la cama de la niña.+

- Sophie...+
Escucha que llama Yifan, más no ve, porque sus piernas parecen querer

desvanecerse y sus pies no obedecen. Y Sophie ahora llora desconsolada. Zitao

desesperado avanza apoyándose en la pared. Llega y se encuentra con Yifan

sosteniendo a Sophie entre sus brazos, mientras le habla a la niña, metida aún

en su espanto, gimiendo con mucho miedo, enrollada en el pecho de Yifan.+

- Miedo. La gente mala viene... se lo quieren llevar...– solloza Sophie – Todo

estaba oscuro, feo y la gente mala llegaba. Los gritos... miedo...+

- Ya estás bien... – consuela Yifan, acariciando su cabeza – Estás conmigo. Todo

está bien ahora...+

- Ellos quieren llevárselo...+

Zitao se apoya en el marco de la puerta y refriega su pecho. Mira a su hermana y

a Yifan, sin poder acercarse, cuando Sophie insiste en que la gente mala está

llegando. Yifan lo mira. Estira su mano y llama a Zitao a que avance.+

- ¿Ves? Aquí está él... – dice Yifan sonriendo a Sophie – Nadie se lo va a

llevar.+

A pasado un tiempo, hasta que Sophie ha abierto sus ojos, aferrándose a Yifan y

después a Zitao, como convenciéndose recién de que todo ha sido una pesadilla.

Yifan sigue queriendo calmarla y a Zitao no le salen las palabras, porque siente

lo mismo que su pequeña hermana. +


Yifan levanta entre sus brazos a Sophie y se la lleva con ellos. Deja a Sophie

recostada en la inmensa cama. De un lado se encuentra Zitao y del otro se

acomoda él, porque Sophie ha insistido en que la gente mala viene y se los

quiere llevar a los tres. Se acurrucan allí, hasta que la niña en medio, es la

primera en dormirse. Zitao le sigue después y Yifan, se queda despierto,

asegurándose de que nadie viene.+

Y cuando siente él que puede descansar tranquilo, su móvil vibra en el silencio.

Yifan regresa su vista a la mesa de luz y se da cuenta que tiene llamadas

perdidas. Frunce el ceño y se sienta en la cama, cuando ve en la pantalla que ha

sido un guardia desde la residencia de su madre. Se levanta rápido y camina por

el pasillo intentando comunicarse, en el instante en que el sonido de la puerta

abriéndose se oye. Llega Yifan a tiempo para ver a Hangeng traspasar el umbral.

Hangeng se queda pasmado mirando a Yifan unos segundos.+

- Qué demonios pasa – ruge ya Yifan, anticipándose a cualquier maldita noticia.+ h

Hangeng no es lento en decir las cosas y sabe bien que debe ser claro y

concreto, aunque sea duro lo que diga.+


- Atacaron la residencia de tu madre Yifan, ella está en el hospital. Está

grave.+

Yifan queda tieso. Su cuerpo no responde. Quiere preguntar qué ha pasado a su

madre, quién ha atacado, qué buscaban y por qué está grave ella, cómo fue

herida, qué...+

Pero no puede.+

Yifan se vence hacia atrás. Siente el terror de hace unas horas, de Sophie y

Zitao, temblando sin control y comenzando a sudar. Hangeng lo llama. Pero no

reacciona. No hasta que es Zitao quien toma su rostro entre sus manos.+

- Ve rápido – le ordena.+

- Zitao... no quiero dejarlos...+

- Escúchame Yifan – le interrumpe Zitao – Debes ir con tu madre. No me moveré de

aquí y Sophie está bien dormida. Todo está protegido...+

- Puedes estar seguro que los voy a cuidar con mi vida – dice Hangeng, tocando
el hombro de Yifan – Yoochun espera para llevarte. +

Apenas si Yifan ha sido conciente del tiempo que le ha llevado vestirse. Zitao

ha tenido que ayudarlo hasta en eso, en la histeria inminente, que se le nota

atormenta a Yifan. Llega a la puerta. El terror lo embarga. Él siempre

temerario, jamás sintió miedo por nada, ni nadie. Pero ahora, está muerto de

pavor. Regresa su vista a Zitao.+

- No te muevas de aquí por nada del mundo.+

- No lo haré – le asegura Zitao.+

- Sé que quedaron con Kyungsoo en ir a...+

- No iré – insiste Zitao, acercándose a Yifan – Él va a entender. +

- Y Sophie – dice Yifan – No le digas de mamá...+

- De acuerdo.+

Yifan tira de la nuca a Zitao y le estampa de lleno un beso, es rudo, fuerte,

pero sentido con el alma. Zitao envuelve a Yifan de la cintura con sus brazos

delgados. Su madre está herida y mal. Se siente Yifan un mal hijo por no querer

ir a donde está ella.+


- Debes ir amor – dice tranquilo Zitao, mirando a los ojos a Yifan. +

Frente contra frente, es como si quisieran meterse en el pensamiento de uno y

del otro. Yifan puede sentir la fuerza de Zitao. Y Zitao, puede sentir el miedo

de Yifan.+

- Ella te necesita ahora – susurra Zitao, sobre los labios de Yifan.+

Yifan mira fijo a Zitao. Le insiste en una orden tajante.+

- Ni se te ocurra moverte de aquí ¿De acuerdo?+

- De acuerdo.+

- No hables con nadie, solamente con los amigos ¿De acuerdo?+

- De acuerdo.+

- Aún si llegaran a decirte que me ha pasado algo, no te muevas de aquí ¿De

acuerdo?+

- De acuerdo – dice Zitao, lentamente, porque le ha costado sobre manera

imaginarse ante esa última situación.+

- Te amo Mi Niño.+
Zitao besa suave a Yifan. Se remueven sus labios en los labios de Yifan cuando

murmura.+

- Te amo Mi Hombre.+

Y Zitao empuja a Yifan lejos, para que de una vez por todas, vaya donde

considera que debe ir, donde su madre.+

- ¿Quién avisó primero? – pregunta Yifan en el elevador.+

- Jongdae – responde Hangeng – Recibió la llamada de sus contactos en la Central

de Policía. Él quiso avisarte. No respondiste y llamó a Yoochun. Después a tu

tío, que llegó ya al hospital.+

Yifan aprieta sus párpados y se los refriega con fuerza.+

Las puertas del elevador se abren. Yifan encara al primer coche.+

- Avisa a los demás y que estén alerta – dice Yifan a Hangeng, antes de subirse
al auto.+

- Así se hará.+

- Hangeng – llama antes de cerrar la ventanilla del lado del acompañante Yifan –

Cuídalos y cuídate, por favor.+

Hangeng asiente. +

- Los cuidaré bien.+

Su guardia y amigo palmea el hombro de Yifan que responde.+

- Gracias.+

Se oye el rugido ensordecedor en el estacionamiento del subsuelo del condominio,

de varios coches que enfilan detrás del auto que lleva a Yifan. Hangeng mira

luego la hora. Son las 3,15 de la madrugada y todo queda a su cargo allí.

Hangeng comienza por llamar a todos, como le ha pedido Yifan, para darle aviso.+ J

Miles de pensamientos cruzan por la cabeza de Yifan. Han atacado a Seung Hyun

directamente y ahora, a él de forma indirecta. A Yifan no le caben dudas que son

ellos, los que vienen por él.+


- ¿Qué ha dicho la policía? – pregunta Yifan en el camino.+

- Robo. Es todo lo que dicen – responde Yoochun.+

- ¿Cuántos perdimos?+

- Tres de nuestros hombres. Dos heridos. Los que la protegieron y llegaron a

tiempo para cubrirla.+

- ¿Algún muerto de ellos?+

- Dos.+

- ¿Y qué se llevaron?+

- Nada. +

Yifan golpea con su puño la puerta del auto y se hunde en el asiento tomándose

con las manos la cabeza, apretando sus párpados y gritando un insulto, lleno de

odio.1

Yifan toma asiento en la silla del pasillo del hospital. Jongdae se acomoda a su
lado y Chanyeol del otro. Sehun y Jongin permanecen de pie en frente de él.

Sehun se acerca a Sang Woo tratando de tranquilizar al hombre que camina de un

lado al otro sin descanso y lo frena, hablando algo con él.+

Impresiona a Yifan la desesperación de su tío. Parecen un calco los dos, porque

Yifan se encuentra ahora como Sang Woo estaba hace unos segundos nada más.+

El médico sale del quirófano, quitándose el barbijo y pregunta.+

- ¿Familiares de la señora Jang Nara?+

Yifan de un salto se pone de pie y va al frente. +

- Soy el hijo. +

- ¿Doctor Zhoumi? – pregunta de pronto Jongdae.+

- ¡Kim! – exclama sorprendido el hombre, mirando a todos a su alrededor –

Vaya... de nuevo aquí... son...+

- Familia – dice Jongdae – Somos familiares. Wu Yifan es su hijo.+

El médico mira a todos los hombres y asiente varias veces. Su semblante

manifiesta agotamiento y preocupación.+


- Doctor...– habla Yifan.+

Zhoumi mira a Yifan y explica.+

- Su madre ingresó con un disparo por arma de fuego. Por la alteración

hemodinámica grave, se realizó laparotomía exploradora observando traumatismo

renal derecho con presencia de cálculo coraliforme en su interior. Se identificó

orificio de salida de bala. Ante el estallido renal se decidió realizar

nefrectomía.+

Yifan refriega su frente.+

- Jongdae, por favor... – llama preso de los nervios, porque aún si fuera

lenguaje clínico, ellos entienden bien, después de todo, cuántas veces han

tenido que quitarle a alguien alguna bala n sus incursiones. +

Pero Yifan no logra digerir la noticia, por eso habla a su amigo, porque él

entiende más.+

- Ella recibió un disparo en el riñón derecho – dice Jongdae – Le hicieron


estudios y por la gravedad de la herida, los médicos debieron extirparle el

riñón...+

Yifan mira al médico, que asiente y aclara.+

- La señora ha sido fuerte y ahora sólo resta esperar a que responda de manera

favorable. Quedará en terapia intensiva. Su estado es reservado. +

- Quiero verla – pide Yifan.+

- Lo siento. Por ahora, no podrán verla. No es recomendable, por sus defensas.+

Esta no es vida. No es forma de vivir. No hay manera de que esto sea todo lo que

haya en su existencia. Yifan se apoya en su tío, son de la misma altura, así que

apoya su mentón en el hombro de Sang Woo, que refriega su espalda. No dice una

sola palabra. Piensa Yifan, que a la única persona que bien beneficiaría la

muerte de su madre, es a su esposo, porque todos los bienes irían a sus manos.

No lo creyó capaz hace unos meses atrás. Pero después de saber lo que hizo con

él y Zitao, sabe que es un ser despreciable sin escrúpulos y muchos menos moral.

Nadie le importa, nadie más que él.+

- Yifan – dice Jongdae – Si quieres ve a casa y...+

El móvil de Jongdae suena. Perplejo, atiende cuando ve el nombre de la persona

en pantalla. +
- ¿Qué ocurre Junmyeon? – pregunta.+

Y escucha. +

Se transforma la cara de Jongdae en un segundo, cuando se lo ve tragando duro y

mirando a todos. Sus ojos se abren presos del espanto. Algo malo, muy malo está

pasando.+

- Ahora les aviso – dice y cuelga.+

Jongdae mira a Yifan que al instante le pregunta.+

- ¿Qué pasa?+

- Junmyeon me avisa que han ingresado a nuestras redes satelitales, violando la

seguridad. Estamos expuestos.+

Entre ellos se miran.+

- Hay que llamar a la guardia nacional – dice Jongin – La empresa gubernamental

es la misma que la nuestra ¡¿Cómo demonios lograron entrar?! – exclama al final

lleno de desesperación.+

- El problema es que la guardia ya están al tanto – explica Jongdae, tomando con


sus manos su cabeza – Mi padre asume mañana y todos están enfocados en cuidar a

los mandatarios. Están saturados tratando de arreglar el sistema. Piensan en un

posible ataque terrorista.+

Y de nuevo se miran. Sólo que esta vez ya no hay tranquilidad entre ellos.

Comienzan a respirar demasiado agitado. Sehun gira sobre sí mismo, dando un

insulto por lo bajo y regresa al círculo.+

- Si ingresaron a nuestro sistema de seguridad, eso quiere decir que estamos

indefensos...+

- Completamente expuestos – agrega Chanyeol, rígido y apretando sus labios –

Ellos pueden estar mirándonos en este momento por nuestra propia red de

cámaras...+

- Y escuchándonos – dice Jongin – ¡Mierda!+

- Lo mejor será que se vayan – habla de repente Sang Woo, parándose en medio de

Yifan y Chanyeol – Esto es evidentemente una trampa. Nara fue una distracción y

ahora todos están aquí. Ellos sabían que ustedes vendrían aquí.2
El terror rompe el ambiente, peor, porque ninguno de ellos reacciona.+

- Yo me quedaré aquí con tu madre Yifan – dice Sang Woo y ordena duramente –

Váyanse ¡ahora!

Yifan mira el móvil y respira hondo. Ha llamado a Zitao y él le ha dicho que

todo está tranquilo allá. Hangeng también ha hablado y le ha insistido en que no

debe preocuparse. De eso, hace apenas 15 minutos, justo cuando su coche

desciende al subsuelo llegando a destino. Con algunos de sus hombres, Yifan

desciende del auto y camina hacia el ascensor. Se frenan todos a la vez.+

No hay nadie cuidando ahí.+

Yifan saca su arma de debajo de su chaqueta y apunta.+

Avanza, mientras siente que su estómago se le parte por estar entrando en

pánico, aún cuando debe mantenerse seguro en sus movimientos.+

Pero él no puede.+

Y Yifan entonces corre. +

Uno de sus hombres le grita porque no debería avanzar. Pero a Yifan se le ha

nublado la razón, porque no hay nada que lo haga entrar en razón si las cosas
comienzan a manifestar la gravedad de lo que puede llegar a estar pasando. Nadie

ingresa por esa entrada, que da directo a su residencia, una entrada que siempre

está vigilada.+

Yifan aprieta el botón del elevador, girando su rostro al primero de sus

guardias que ve y grita.+

- ¡Comunícate con Hangeng! ¡¿Dónde mierda están los guardias?!+

Mira las puertas del elevador abrirse y retrocede hacia atrás. Todo ahí es

sangre chorreando por el cubículo. Y los ojos de Yifan siguen las líneas hasta

el piso. +

Hangeng tiembla en medio de dos cuerpos.+

- ¡No! – grita Yifan y se agolpa en el suelo tomando a su amigo – No no no no...+

Hangeng se aferra a las prendas de Yifan, tratando de hacerse oír y lo mira

desconsolado.+

- Perdóname perdóname – es lo único que se le oye con la garganta seca y los

ojos llenos de rabia – No pude hacer que...+

- Hangeng no hables – le suplica Yifan, tratando de vislumbrar alguna parte de


Hangeng que no sea roja – Vamos a llevarte... vamos a...+

- No hay tiempo... – dice atragantándose entre dientes – Se los llevaron

Yifan...+

"Se los llevaron". +

Retumba en el pecho de Yifan esa frase y ruge lleno de odio cuando se da cuenta

que Hangeng no tiene retorno porque su cuerpo es un depósito de plomo. No sabe

si el temblor que lo desgarra es él mismo o su amigo que se le está yendo de las

manos y que duele terriblemente, porque intenta usar las pocas fuerzas que le

quedan para hacerse entender.+

- Tu padre... y la mujer...Ziyi... ellos Yifan... perdona... perdona...

perdona...3

Y Hangeng exhala con los ojos abiertos. Desgarradoramente Yifan sostiene entre

sus brazos a su amigo que se ha apagado. El último aliento de Hangeng fue

pidiéndole perdón y Yifan quisiera destruirlo todo, porque es una muerte

dolorosa, sabiendo que su amigo más leal se ha ido creyendo que no ha podido

cumplir con su deber.3

Y Yifan grita, aferrándose a su muerto.+

Y Yifan querría llorar y querría seguir gritando en su duelo, pero alguien


violentamente en contra de su voluntad, lo agarra desde atrás con tal fuerza,

que lo arrastra fuera del cubículo en una rapidez aterradora. Yifan no quiere

apartarse de su amigo y sólo estira las manos y su cuerpo quiere dirigirse hacia

adelante, cuando sólo puede ver que todo explota ahí. Los bramidos se oyen a su

alrededor, porque ellos salen expulsados de la fuerza del estallido. Yifan

termina girando sobre el asfalto y gruñe de dolor que le desgarra el cuerpo. Sus

oídos se anclan en un insoportable sonido de vacío y aprieta sus párpados, para

menguar el crujir de sus articulaciones. Mira a sus hombres y están igual que

él.+

El sonido de un auto llegando se hace escuchar. Yifan tambalea poniéndose de pie

y apunta a cualquier parte. Hasta que ve que desciende de ahí Seung Hyun,

corriendo hacia él. +

Es lo último que ve, antes de desplomarse de nuevo y llamar en un susurro

apagado a quienes les han arrebatado...+

- Sophie... Zitao...2

Y su mente se pierde en la oscuridad.10

*La canción que interpreta Sophie en este capítulo es Story of little love de

Park Eun Bin


Verdades saliendo a la luz

La puerta se abrió de par en par. El hombre agitado ingresó y emitió una

reverencia, que duró más de lo normal. Él no se incorporó de nuevo, sino que

bien sabía debía esperar a que se le diera permiso.10

- Señor – dijo el hombre, alertando que ahí estaba, a la espera.+

- ¿Y bien? Dime cómo salió todo – ordenó recién Yànzǔ.+

El hombre se irguió derecho, sin ver directamente a los ojos de su jefe. Aspiró

profundo y su pecho se infló para dar la buena noticia.+

- Murió. +
Yànzǔ se puso de pie rápidamente. Su rostro tenso y sus ojos disparando directo

al guardia.+

- ¿Estás seguro? – inquirió rápidamente.+

- Seguro señor – asintió impetuoso el hombre, sonriendo nerviosamente – Todos

los noticieros ya están anunciándolo.+

Y Yànzǔ quiso cerciorarse por sí mismo. Por eso salió de su dormitorio, aún si

tuviera la bata puesta y caminara entre sus empleados con ropa de cama, rumbo a

su despacho. Bajó las escaleras, oyendo los pasos que lo seguían por detrás,

mientras el personal que lo veía le daba el saludo correspondiente, sin que a él

le importara siquiera. Cuando llegó a su oficina, abrió el mueble inmenso,

dejando ver la pantalla y tomó el control remoto encendiendo al instante el

aparato. +

Y allí vio dos cronistas dando la noticia, con las imágenes de los últimos

eventos a los que había asistido Yifan, detrás de los periodistas que

anunciaban.+

"Noticias que llegan directo desde Seúl, nos anuncian del deceso del joven

empresario Wu Yifan, conocido en el mundo de la moda como Kris Wu, tras un

trágico hecho que se encuentra en investigación, tratando de clarificar qué fue

lo que realmente ocurrió". 4


"Recordemos que en horas de la mañana...", siguió el otro periodista, "...Wu

Yifan fue internado de urgencia tras recibir graves heridas producto de una

explosión que se produjera en el subsuelo del condominio que habita...." 2

Yànzǔ sonrió. Preguntó sin dejar de observar la pantalla.+

- ¿Qué noticias tienes de Ziyi?+

- Jang Hyuk ya lo tiene – respondió el joven – A él y a la niña.1

- Bien...+

Silencio, más de lo normal. Wu meditaba. +

- ¿Ya recordó algo el chico? – preguntó Yànzǔ.+

- No.+

Yànzǔ miró a su joven guardia, fijo. Demasiado tiempo, como si planeara algo. +

- ¿Señor? – preguntó su guardia, sabiendo que algo quería de él.+

La pantalla, fue apagada. +


- Preparen nuestro avión – dijo Yànzǔ, dándose la media vuelta – Es hora de

volver a casa y hacerme cargo de lo que es mío.+

- ¿Cuándo salimos señor?+

Yànzǔ miró duramente al joven. +

- Ahora. Quiero estar ya en Seúl. Hay mucho que hacer.+

Yànzǔ caminó a la salida del despacho.+

- Señor Wu – llamó el joven.+

Su jefe se dio la media vuelta, hastiado de perder el precioso tiempo que tenía.+

- Qué – increpó oscamente.+

- ¿No consultará a los demás miembros? El señor Jang aún está a cargo allá y.

Cuando el joven vio avanzar a Wu, tembló. Era como si la mirada de Wu, le

retorciera un cuchillo en las entrañas. Por eso el joven calló al instante y

bajó la vista. Pudo ver sin embargo los pies de Wu, deteniéndose justo en frente

de él. +
- Jackson – dijo Yànzǔ – Con las tres cabezas muertas ¿Quién es el jefe aquí?7

El joven tragó duro, cuando respondió.+

- Usted, señor.+

- Si sigues vivo ¿es gracias a quién?+

- A usted, señor – dijo el joven, sin elevar sus ojos del suelo.+

- Que no se te olvide. +

- Lo siento, señor. +

- Lo hiciste bien hasta ahora y tienes un futuro prometedor en la hermandad.

Cuida eso y sé agradecido.+

- Gracias señor – asintió Jackson – Perdone mi impertinencia.+

- Prepara la primera avioneta – ordenó – Tú vendrás conmigo con los hombres que

decidas y los demás que vayan en el primer vuelo disponible. Quiero tenerlos a

todos conmigo, por si se presenta algún imprevisto con sus malditos amigos. +
El estallido se reproduce quebrándose en su cabeza. +

El grito de Sophie es lo que repercute en su cerebro.+

- ¡Sophie! – grita.+

Su grito es seco, rasposo y sin nada de aliento.+

Se ahoga. Respira dolorosamente. Su pecho se infla. Vuelve a intentar llamarla.+ u

- ¡So...! +

Pero no puede. +

Abre sus ojos. Pero parecieran no abrirse. Todo está oscuro. Mueve su cabeza a

todos lados. Toma aire, duele su nariz por tomar todo el aire que puede,

percibiendo la contracción de sus fosas nasales. Aprieta sus párpados y abre sus

ojos y... todo sigue oscuro. Su cabeza torpemente se mueve de un lado al otro y

nada ve. +

- Sophie...+
Murmura, porque no hay aire en sus pulmones. Se sofoca. Aquí es insoportable la

falta de aire. Es inaguantable el calor.+

- Sop...+

Buscarla. Eso debe hacer. Moverse para ir a buscarla. Y cuando quiere intentar

cambiar de posición, sus extremidades tiran. Pero insiste en moverse de nuevo,

sintiendo el tirón que tensa cada uno de sus músculos.+

La angustia domina. Su corazón palpita al punto de poder oírlo. Aprieta sus

dientes, sus ojos ciegos y sus manos, que se hacen puños. Los nervios lo invaden

y tiembla de rabia, pero más del terror que lo embarga. Y hace más fuerza,

jalando a pesar de que pueda llegar a dañarse para liberarse de lo que lo

mantiene amarrado.+

Zitao se ha dado cuenta que está atrapado. Algo cubre sus ojos y está atado,

maniatado, preso. Su cuello se estira, sus muñecas arden y sus dientes hasta

rechinan de la desesperación asfixiante de saberse tan indefenso, pero no

importa, él seguirá luchando porque debe ir donde esté Sophie.+

- Es inútil – dice una mujer.+

No cualquier mujer.+

Zitao se queda tieso. Hasta podría decir que el corazón se ha detenido. No puede
verse a sí mismo, pero juraría que podría verse como un animalito enjaulado. +

- Ma... ¿mamá? – susurra apenas.1

Mutismo, cargado del sollozo de ella.+

No puede hablar, porque irrumpe abruptamente el sonido de una puerta que se

abre. Zitao estira su cuello; su rostro se dirige en la dirección de donde creer

haber escuchado el eco. Se da cuenta que está sentado. Sus piernas dobladas, aún

puede sentirlas, acalambradas y tensas por el tirón en sus tobillos de cuando

quiso también mover sus pies. +

El sollozo se hace más fuerte.+

Zitao piensa que es su mente que está divagando. +

- ¿Mamá? – llama de nuevo.+

- Zitao – lo nombra ella.+


Si. Es ella. Y está llorando.+

Zitao tira con fuerza, sin importarle si se lastima o si se podría hasta llegar

a desgarrarse, porque él tiene que liberarse para llegar.+

- No mi amor – suplica ella en medio del llanto y el temblor de su voz – Quédate

quieto, por favor...+

- Mamá...– dice agitado – Dónde... ¡¿Dónde está...?!+

Desesperado por verla, estira su cuello más y abre también sus ojos, sintiéndose

tonto porque no podría ver nada.+

-Yo estoy aquí, contigo – dice ella.+

Zitao moja con su lengua sus secos labios. Escucha pasos lentos, alguien

deambulando a su alrededor. Pero no le importa. Él debe saber.+

- ¡¿Dónde está Sophie?! – gruñe completamente angustiado. +

- Tan sólo... quédate quieto que ya está aquí...+

- ¿Aquí? ¿Quién? – pregunta Zitao, oprimido en los miles de cuestionamientos que

alertan su mente.+
Ziyi gime más fuerte.+

Y Zitao oye el chirrido de la suela de los calzados detenerse, cerca de él.

Percibe algo, alguien cerca. Se queda inmóvil, el pavor lo sucumbe sin saber qué

hacer. El terror lo paraliza. Zitao puede sentir las gotas de sudor que le caen

por el rostro y los cabellos mojados pegados en su piel, su respirar jadeante y

áspero, espeso como su lengua que clama de sed, pero eso no le importa, no ahora

cuando lo único que quiere saber es dónde está Sophie, quién está llegando

ahora, de quién son esos pasos...+

Yifan.+

- Yifan – murmura.+

Y se ha oído bien lo que ha dicho. Porque justo se había hecho silencio absoluto

y el eco de ese nombre retumba en las paredes.+

Alguien, torpemente, tira de la venda de sus ojos. +

Boquiabierta, aspira, tratando al mismo tiempo de que sus ojos vean, pero

aprieta sus párpados, porque duele ver. Lentamente, se acostumbra a las luces. + t

Tiembla. +
Todo a su alrededor es azul. +

Sus ojos se detienen en frente. Su madre está ahí, a la misma altura, en una

silla sentada y maniatada. Ziyi llora, con los cabellos enredados, como si

alguien hubiera tirado de ellos. Gime desconsolada y vibra del terror en sus

ojos. Tiene sangre seca en su nariz y el mentón del lado derecho algo inflamado

y enrojecido, porque alguien la ha golpeado. +

Y Zitao ve ese cortinado de terciopelo azul detrás de ella, que se despliega

sobre lo que quizá sea una ventana. +

Zitao regresa su vista a su madre.+

- Mamá – llama él desconsolado.+

Y alguien le tapa la visión de su madre. +

Zitao ve ese costoso traje que porta el hombre y sus ojos van subiendo por la

corbata que lo lleva a elevar su mentón, mientras siente su estómago contraerse

de dolor.+
- Mi niño – dice suavemente Jang Hyuk – Mi adorado niño.1

Su voz es gélida. Se siente como la punta de un cuchillo filoso, puntiagudo e

incisivo que le recorriera a Zitao por su espalda. Zitao tiembla y

antagónicamente sus huesos duelen de quedarse petrificado ante el fino rostro

del hombre que dulcemente lo adora con la mirada. Eso causa más pavor a Zitao,

porque es la mirada del sufrimiento que le genera a Jang Hyuk, pidiéndole perdón

por lo que le causará después, mucho daño, mucho dolor.+

Pero en una milésima de segundos, Zitao borra todo eso de su mente, cuando dice

entre dientes y rudamente.+

- Sophie ¿Dónde está?+

Jang Hyuk eleva sus cejas. Sus ojos se abren demasiado. Señal que se ha

impactado, como si estuviera en alerta. Sin embargo regresa al instante a su

rostro soberbio y tranquilo, cuando dice.+

- Ella está, donde yo quiero que esté.+

Zitao se mira. Se ve a sí mismo por primera vez así, lleno de tensas cuerdas.

Tira con fuerza. Aún sabiendo que no puede liberarse, Zitao aprieta su mandíbula

y de repente invadido por la rabia grita.+


- ¡¿Por qué haces esto?!+

- ¡Zitao! – exclama su madre, detrás de Jang Hyuk.+

Zitao se queda inmóvil. Ha sentido el reclamo de su madre, retándole por algo.

Entonces ella aclara, mermando su tono y llorando desconsolada, suplica a su

hijo.+

- Por favor Zitao... sólo haz que esto acabe... que esto acabe...+

Zitao no la ve, pero la escucha gemir fuerte y más fuerte.+

Mira a Jang Hyuk, que desde lo alto lo analiza como si fuera poca cosa, como si

fuera un insecto al que pudiera aplastar tan sólo con poner un pie en su cabeza,

como si él fuera nada. Así lo mira. Y Zitao siente que su pecho duele, porque ya

no le cabe en aire en su caja toráxica. Duelen sus costillas cuando se mueve,

porque las cuerdas por allí también pasan, amarradas tirantes y fuertes. Cierra

sus ojos con ímpetu, cuando de repente percibe la mano de Jang Hyuk que se posa

debajo de su mentón, por el asco que le provoca percibir al sujeto. Zitao

debería tener miedo, pero de pronto, siente odio y aversión. +

Y su madre sigue llorando.3

Jang Hyuk se mueve, rodeando a Zitao. Se para detrás de él, sin dejar de

acariciar su rostro. Los dedos de Jang Hyuk ondulan el contorno de su fisonomía;


su pulgar se detiene acariciando el labio inferior de su niño. Se agacha un

poco, terminando sus labios finos en el oído de Zitao. Su voz grave surge como

hiel, lastimando los sentidos de Zitao.1

- ¿La oyes? – pregunta Jang Hyuk – ¿Oyes cómo está llorando? ¿La ves cómo está

sufriendo?+

Zitao no responde. Aprieta sus párpados y revuelve de la ira sus muñecas,

sabiendo que se están llagando sus muñecas.+

- Mira mi niño...+

Zitao abre sus ojos abruptamente. Tira su rostro a un lado con aspereza, como si

pudiera alejarse de Jang Hyuk y gruñe.+

- ¡No me digas así! +

Y Zitao escucha el chasquido terrible de algo y el grito ensordecedor de su

madre, que clama...+

- ¡No! +

El cuerpo de Zitao salta ante el impacto. Sus ojos arden de tan abiertos que los

tiene. Un hombre le ha dado vuelta la cara a su madre de una bofetada.1


Jang Hyuk toma con su mano libre, un mechón del cabello de Zitao y lo tira, como

mostrándole mejor a su madre. La sangre brota del labio inferior de la mujer. El

hombre le ha partido el labio.+

- Mamá... – llama tembloroso Zitao.+

- Mira lo que has hecho – dice entre dientes Jang Hyuk, acariciando con su mano

izquierda la mejilla de Zitao – Mira lo que acabas de provocar. Por cada vez que

te opongas a alguna de mis palabras o vea en ti una pizca de rebeldía, incluso

en tu mirada, no serás tú quien sienta el golpe, sino ella.+

- Zitao... por favor... – gime y gime Ziyi, suplicando con la mirada a su hijo,

volviéndose débilmente a él – Haz que termine...+

- ¿Escuchas cómo te está pidiendo? – pregunta Jang Hyuk – ¿La escuchas?+

Silencio. Zitao mira a su madre con el rostro transfigurado en suplicio

absoluto. +

- ¡Responde! – grita Jang Hyuk, en un estruendo que duele a Zitao, obligándolo


involuntariamente a sacudir su tenso cuerpo. +

Jang Hyuk sonríe. Zitao siente los labios de Jang Hyuk curvarse en su mejilla

mojada de sudor. El tiritar de Zitao llena de regocijo al sádico que le tira de

su mechón de cabello, obligándolo a decirle...+

- Si.+

- Si... qué...+

- Si – dice, sabiendo qué palabra espera él y entonces Zitao se encuentra

largando – Si la oigo, maldita-rata-inmunda.2

Jang Hyuk se incorpora. Quita las manos de encima de Zitao. Se aleja unos pasos.

Se para en frente de Zitao y frunce el ceño, removiendo su mandíbula dura. No

esperaba eso. En absoluto. Porque su quijada brilla de cómo se retuercen sus

dientes. Tiembla. De odio, Jang Hyuk tiembla y sus puños se arremolinan

hundiendo sus dedos en su piel, cuando se da cuenta que Zitao no le tiene miedo,

porque mantiene fija su mirada en él.+

- ¡No...! – Ziyi grita atronadoramente, cuando la palma de la mano del hombre a

su lado se deposita en su mejilla. +

Pero Zitao sigue mirando a Jang Hyuk, con la certeza de que los van a matar de

todos modos. Por eso, tira de las cuerdas, como si pudiera avanzar,
desconociéndose a sí mismo Zitao en su fuerza inaudita, cuando reniega.+

- No te daré lo que quieres. No recuerdo nada de lo que pretendes recuerde. Así

que ¡Mátame!+

- ¿Matarte? – pregunta impactado Jang Hyuk, abriendo bien sus ojos – No mi amor

– agrega condolido y llevando la mano derecha a su pecho, donde está su corazón

– ¿Cómo puedes pensar que quiero matarte? Si escondiste algo que es mío Zitao,

algo que tienes escondido en tu olvidadiza mente. Eso y además, está el otro

detalle. Tú eres mío. Siempre serás mío. Mi niño...+

El furor ante la manera de ser nombrado azota a Zitao que ruge como fiera.+

- ¡Deja de llamarme así maldito! – grita Zitao agitado, sintiendo que su

garganta se rompe – ¡Yo no me entregaré a ti! ¡Nunca!+

- ¡Deja de perder el tiempo maldita sea! – grita una mujer – ¡Ya tráela de una

vez!+

Y Zitao mira a quien ha reclamado, llena de rabia y furia. +

Observa al frente.+

- ¿Mamá? – susurra, perdido.1


De la nada, las cuerdas en la mujer caen al suelo. Ella parece rezongar por lo

bajo. Se pone de pie, tocándose el mentón lastimado y emitiendo insultos ahora a

lo alto, pega una bofetada al guardia que antes la ha torturado a ella.+

- Ma... ¿mamá? – llama Zitao, frunciendo el ceño, mientras sus ojos se empañan.+

Las lágrimas caen a borbotones por el rostro de Zitao y su cabeza se siente

estallar de dolor.+

Ziyi va a la entrada. Suelta y desenvuelta, como si conociera todo ahí, se

vuelve a Jang Hyuk tomando el picaporte de la puerta.+

- No – ordena de repente Jang Hyuk.+

- Mamá – dice temblando Zitao, perdido, sin poder creer lo que ve – ¿Qué haces?

¿Tú...?+

- ¿Por qué? – le pregunta Ziyi a Jang Hyuk, sin siquiera mirar a Zitao.+
- Es peligrosa – responde Jang Hyuk.+

- Por favor... – responde con sarcasmo Ziyi – ¿Peligrosa?+

Y la puerta vuelve a abrirse.+

Una mujer se encuentra en la puerta y lanza sin nada de delicadeza a quien tiene

sosteniendo rudamente como un bulto del tamaño que le llega a su cintura.+

Sophie.+

Zitao aspira. +

Sophie ve a Zitao. Sus ojos se encuentran. La niña mira a su hermano como está,

en esa silla, atado, sin poder moverse. Grita, como reclamando, cuando sus manos

pequeñas y delgados brazos tiran por llegar a él, queriendo correr, pero Ziyi al

instante toma de su ropa, retorciéndole las prendas con fuerza, impidiéndole a

la pequeña seguir. Y Sophie grita más fuerte y llora, tanto, como Zitao. 3

Zitao está perdido. Él no puede con esto. Siente que muere, de dolor, de terror,

pero sobre todo de culpa, por no poder cuidar a los que ama y haberlos lanzado a

esto, sin saber cómo, ni por qué, de esos años perdidos, de esos años de olvido.

Debió ser muy malo en otra vida, por eso lo está pagando. Pero no puede la vida

ser tan injusta con llevarse lo que más ama. Por eso, Zitao hará lo que sea,

para protegerla. +
- Zitao – llama Jang Hyuk, al segundo que se oye la pregunta – ¿Qué decías? +

Zitao aprieta sus párpados, pero abre sus ojos al instante, mirando a Sophie que

sigue siendo retenida bruscamente, mientras sus frágiles brazos aletean. Su

madre le tira el cabello y la reta.1

- ¡Quédate quieta maldito duende! ¡Me tienes harta! +

Y Sophie dice por primera vez con fuerza, tirando por alejarse de Ziyi a pesar

del dolor.+

- ¡MAMI!20

Y Zitao se derrumba por dentro. +

Ziyi pone una mano en la boca de Sophie.+

Sophie ha llamado a su madre. Pero sus manos van a él. Y su mirada le sigue a

él. +

Apenas si murmura a quien le suplica auxilio con los ojos.+

- Sophie...1
Jang Hyuk se mueve lentamente hacia Sophie y Ziyi. Reclama a la mujer.+

- Te dije que era peligrosa. +

Ziyi retuerce del cabello a Sophie que reclama en su mutismo de dolor.+

- ¡SUÉLTALA! – se oye el rugido de Zitao de repente, de nuevo retorciéndose

hacia adelante, aún si no pudiera moverse del lugar.+

- ¡¿Qué te dije que pasaría si decías una palabra?! – grita Ziyi a Sophie, en el

oído – ¡¿Quieres que le arranque los ojos y le corte las piernas?! ¡¿He?!5

Zitao protesta porque Ziyi suelte a Sophie. Y Jang Hyuk resopla ofuscado del

panorama que le revuelve el estómago de agotamiento, por encontrarse en medio de

un drama sinsentido. +

- ¡BASTA! – brama rotundo Jang Hyuk. +

Y todo en un segundo es silencio. +

Jang Hyuk se muerde el labio inferior. Mira a Ziyi y con absoluta frialdad,

dice.+

- Si vuelves a hacer algo sin mi consentimiento, yo te arrancaré a ti los ojos y

te cortaré las piernas, maldita bruja estreñida. A ver qué viejo rico idiota se
fija en ti después. +

Ziyi aprieta sus labios, pero no suelta a la niña.+

Jang Hyuk mira hacia abajo, donde la pequeña que apenas si le llega a la

cintura. Ladea su cabeza a un lado y medita unos segundos. Hace algo que

estremece sobremanera a Zitao, que le sigue los gestos al sujeto. Jang Hyuk se

pone de rodillas, frente a la pequeña, observándola fijamente. Eso, ha hecho

tiritar a Sophie, que tiembla desesperada. Sus ojos yendo y viniendo aterrados

entre Zitao y Jang Hyuk.+

Jang Hyuk le sonríe. Eleva su mano derecha y los nudillos de sus manos se posan

en el mentón de la pequeña niña que moquea. 1

- Qué interesante niña – dice Jang Hyuk, en tono calmante, suave y delicado

mientras le sonríe.+

"Qué interesante niño", estalla como eco la voz, en la mente de Zitao. Esa

mirada, esa misma mirada...2


Y Jang Hyuk sigue hablando a Sophie.+

- Pequeña, frágil, delicada e inocente. Me recuerdas a tu mami, cuando lo

conocí.3

Y a Zitao no le caben ahora dudas, de a quién se refieren. "Mami", ha dicho

Sophie y no ha sido a Ziyi. Zitao llora, aprieta sus dientes, se encoge en sí

mismo, porque duele no gritar, no decir palabra, no poder reclamar siquiera,

porque tan sólo un ruido que salga de él, puede ser descargada la ira en Sophie,

su pequeña Sophie. 7

- Mi... mi bebé... – musita de forma inaudible Zitao, solitario.+

Nadie ha escuchado eso.+

Pero en su mente grita Zitao de culpa, porque ¡¿Cómo pudo olvidarla?! 2

Sus pesadillas duelen en su mente. Porque entiende que no eran pesadillas, sino

recuerdos. Él buscaba, él la buscaba. Era a su bebé a quien le habían dicho que

se habían llevado. Era a su pequeña hija a quien le habían dicho que le habían

arrebatado. Y él la buscaba...6

- Sophie – dice Jang Hyuk, mirando a Zitao – No pudiste encontrar mejor nombre

para la niña – afirma, regresando la vista a la niña – ¿Sabías que Sophie quiere

decir "Sabiduría"?+
Sophie niega con su cabeza. +

- No, señor...+

Resopla Jang Hyuk divertido.+

- Eres una niña muy sabia y preciosa – agrega Jang Hyuk, acariciando su mejilla

y ladeando su cabeza al otro lado, compenetrado en el rostro de la niña – Dime

pequeña ¿Sabes quién es tu papi? +

Sophie tiembla. Se encoge. Pero a pesar del terror de sus ojos, asiente, varias

veces.+

- No he oído tu respuesta – reclama suavemente Jang Hyuk y ordena – En voz alta.

Dime ¿sabes quién es tu papi?+

Sophie aspira hondo y dice su aguda voz.+

- Sí, señor.+

Zitao aprieta dolorosamente sus párpados. Solloza por lo bajo. Se ahoga en la

culpa. +

Jang Hyuk sonríe abiertamente, cuando sus dedos se deslizan por el largo cabello
de la niña. +

- Lo sabías y callaste todo el tiempo ¿Por qué? – pregunta Jang Hyuk. +

Sophie mira a Ziyi, que sigue tirando del mechón del cuero cabelludo en su nuca. o

- Responde – ordena secamente Ziyi.+

Sophie mira a Jang Hyuk y luego a Zitao cuando dice.+

- Para proteger a mami, que se quedó dormido. Ella... – agrega, mirando a Ziyi y

regresando sus ojos a Jang Hyuk –... dijo que le arrancaría los ojos y cortaría

los brazos y las piernas, para que lo comieran los monstruos. Que haría lo mismo

que hizo con la señora Liu que me cuidaba.4

Y Zitao se retuerce queriendo liberarse, tirando de las cuerdas y lastimándose

más. +

- Por favor... por favor... – se encuentra de repente suplicando Zitao.+


Y Jang Hyuk, escucha, sí que escucha, pero él sigue anonadado mirando a la niña.

Emite una mueca de satisfacción, cuando dice a Sophie.+

- Pero qué niña tan sabia y tan valiente. Callar estos años para proteger a

mami. Hermosa. Me recuerdas tanto y más a tu mami. El mismo espíritu guerrero.+

- Por favor por favor – gime Zitao, creyendo que su cuerpo se rompe, por querer

liberarse – Por favor...+

Jang Hyuk sigue halando.+

- Dicen que aprendiste a hablar coreano perfectamente y que recuerdas tu

mandarín de origen, sumado al cantonés. Me enteré que este último tiempo,

tuviste un tutor que estaba iniciándote en inglés y que eras muy buena en eso

¿Es así?+

Sophie asiente. Jang Hyuk también, emitiendo un chasquido con su lengua y

borrando levemente su sonrisa. Sacude su cabeza apenas, como reprobando algo y

dice.+

- Me recuerdas a tu papi en eso...+

Jang Hyuk, sin quitarle la mano de encima a Sophie, mira a Zitao y pregunta a la

niña.+
- ¿Quieres mucho a mami?+

- Si – responde Sophie.+

Jang Hyuk la mira, su rostro cerca de la niña, cuando sus dedos siguen

acariciando la tez de Sophie. +

- Bien – dice Jang Hyuk, esta vez ya ordenando – Por eso, te mantendrás

tranquila y en silencio, por mami. Te quedarás quieta, aquí, por mami. Y harás

lo que te digo, por mami. Porque si no, cortaré los brazos de mami, cortaré las

piernas de mami y después de pinchar muchas veces sus ojos con un cuchillo, le

arrancaré el corazón a mami y me lo comeré delante de ti, porque el monstruo,

soy yo ¿Entendido?3

Tiembla terriblemente Sophie, cuando responde.+

- Sí, señor.+

Zitao aspira hondo, sabiendo de las lágrimas empapando sus mejillas. Cierra sus

ojos unos segundos y baja su cabeza al suelo, derrotado, derrumbado, queriendo

desvanecerse. Escucha las pisadas del hombre, que sabe bien se le pone en

frente. Zitao no puede evitar lanzar un gemido ahogado por la impotencia que

sube a su pecho que explota. +


- ¿Zitao? – inquiere Jang Hyuk, esperando la respuesta.+

- Si – dice lentamente Zitao y cierra los ojos sabiendo de la lágrima

desplazándose por su mejilla, cuando agrega – Amo.+

- Buen niño – dice Jang Hyuk, dando un beso a Zitao en su pómulo – Bello niño.

Perfecto niño. Abre los ojos mi amor – ordena Jang Hyuk, con esa voz grave y

melodiosa, que estremece de pavor a Zitao.+

Pero Zitao, se exige abrir los ojos. Mira a Sophie, que lo mira a él. Jang Hyuk

se da la media vuelta y hace una señal a alguien. Un hombre acerca una silla y

Jang Hyuk se siente en frente de Zitao. +

- Por... por favor... – susurra apenas Zitao – No le hagas daño... por favor...+ t

Jang Hyuk frunce el ceño levemente. Acerca su oído.+

- No escuché mi niño. Habla más fuerte...+

Zitao resopla, buscando aire y traga duro, cuando entre dientes implora.+

- No le hagas daño, por favor...+

Jang Hyuk se regresa a ver a Sophie y luego mira a Zitao.+


- ¿Te refieres a ella? – pregunta.+

- Por favor...+

Suspira Jang Hyuk, acomodándose en la silla, cuando cruza sus piernas de forma

elegante, desprendiéndose el botón del saco de su traje. Zitao sabe bien que el

porte del hombre podría verse majestuoso y galante, pero es eso, justamente eso,

lo que más aterra a Zitao de Jang Hyuk, porque nunca podría hacer lectura del

ser perverso y sus verdaderas intenciones, si se ve tan impoluto y sobrio en su

aspecto.+

Jang Hyuk dice.+

- Por favor, qué...+

Zitao se había olvidado del detalle, del importante detalle que Jang Hyuk se

encarga de hacerle notar. Y por eso, volverá a suplicarle, como a él le gusta.+

- Por favor, "amo", no les hagas daño a... a mi hija.6


Cierra sus párpados Jang Hyuk, cuando vuelve a emitir un suspiro, dibujando una

sonrisa en sus labios, como disfrutando ese momento. Abre sus ojos hacia Zitao y

pregunta con voz esperanzada.+

- ¿Y qué me darías a cambio, mi niño?+

- Yo, amo – dice Zitao, rogando por dentro que Jang Hyuk le acepte, mientras sus

ojos se nublan – Sé que no valgo nada, pero, soy yo lo que quieres ¿verdad?+

Refunfuña Jang Hyuk, sacudiendo apenas su cabeza. "No", parece ser su respuesta,

apretando su mandíbula, hasta que dice.+

- Eres un niño diabólico en verdad. Porque sabes que tú eres mi debilidad. Mira

todo lo que me haces hacer – le reprocha, mirando fijo a Zitao – Sería todo más

sencillo si no hubieras escapado de mí, si no hubieras dejado que te lleven... –

dice con evidente asco –... y si no te hubieras regalado como un puto a él.

Porque ya estás usado ¿verdad?1

Calla Zitao, abriendo sus labios emitir alguna palabra, pero su garganta se

atora en llanto. +

- Por favor amo, no hagas que ella escuche... – implora avergonzado Zitao,

mirando a Sophie.+
Jang Hyuk emite un chasquido y mira de reojo a la niña.+

- Primero mi niño, nunca hables sin mi permiso. Lo dejaré pasar, porque sé de

tus olvidos. Eso me recuerda que debes reeducarte – dice, regresando sus ojos a

Zitao – Segundo, he de decirte que esa niña ha oído cosas peores. +

Hizo una pausa breve, al instante que su mano golpeo su rodilla, emitiendo un

bramido de hastío.+

- De acuerdo – asintió molesto Jang Hyuk – ¡Ziyi! ¡Llévatela! Y trátala bien ¿me

oyes? Que le den un baño y coma bien.+

Y Zitao cierra fuerte de nuevo sus ojos, para no ver cómo apartan a Sophie de

allí, aún si oyera que su niña grita, porque oye que quiere gritar a pesar de

que Ziyi le tapa la boca. Y solamente abre los ojos de nuevo, cuando escucha el

estampido de la puerta que se cierra.+

Y se encuentra cara a cara, de nuevo, con Jang Hyuk.+

Sonríe Jang Hyuk, cuando acaricia una mejilla de Zitao, acercando su rostro, al

rostro de Zitao. Besa con delicadeza los labios de Zitao y habla susurrando

solamente a su niño. +

- Yo te ayudaré a recordar qué hiciste con lo que es mío, mi niño – dice

complacido de él mismo y lo que ha logrado.+


Los labios de Jang Hyuk se curvan en felicidad inmensa. Jang Hyuk parece

maravillado de ver a Zitao así, completamente entregado y rendido ante él. Hasta

que parece recordar algo, porque junta sus palmas y se levanta de la silla,

anunciando entusiasmado.+

- ¡Quiero mostrarte algo! Mira al frente Zitao – ordena.+

Zitao obedece. Jang Hyuk se ha movido a un lado, despejando la vista. +

En frente, el cortinado de terciopelo azul se abre y deja en evidencia una

pantalla. Alguien la enciende. Comienzan a pasar distintos canales ante los ojos

de Zitao. Todos son noticieros, algo sabe de eso, porque ha visto noticias,

donde un hombre y una mujer, con imágenes detrás, hablan con el rostro serio. +

Zitao siente que ya desvanece completamente ¡¿Qué más hará Jang Hyuk?! ¡¿Qué más

para aniquilarlo emocionalmente?! ¡¿Qué más para demostrarle "la nada que

vale"?! +

Y entonces Zitao se limita a ver lo que muestra Jang Hyuk. +


Humo. Patrulleros. Bomberos. Médicos. Ambulancias. Y...+

- Jongdae... – dice Zitao.+

Reconoce a Jongdae, que no está solo, en medio de la muchedumbre que se agolpa,

pero él está cercado por policías, junto a Junmyeon, junto a Sehun y también

Chanyeol. 1

Zitao mira a Jang Hyuk, confundido. Sus ojos preguntan algo, pero Jang Hyuk le

señala.+

- Mira y escucha mi niño.+

Y Zitao obedece. Porque, debe obedecer...+

"Conmoción en el mundo de la moda, ante la muerte del joven empresario y figura

de las pasarelas", dice la mujer con rostro de espanto.+

Y Zitao sigue mirando esas imágenes espantosas, porque ahora son horripilantes,

terribles, como pesadilla eterna en la mente de Zitao, que se queda

boquiabierta, mientras sus ojos se nublan. "Mundo de la moda". "Joven

empresario". "Muerte". "Muerte"...+

Surge la voz del cronista, en tono grave y oscuro.+


"Esta mañana, todos conocíamos la noticia de una explosión producto de pérdida

de gas, en el subsuelo del condominio que habitaba. Según los vecinos, las

pérdidas de gas en el edificio eran recurrentes. La Justicia trabaja para

establecer ese dato: ayer se ordenó un allanamiento de la empresa". +

- No...– emite Zitao, en un murmullo ahogado.+

"La explosión se habría originado en el subsuelo", dice la mujer, "El hueco del

ascensor de uso exclusivo del condominio de la familia Wu, hizo que se acumulara

gas, provocando la explosión en el preciso momento en que el joven ingresara a

su residencia, cuando regresaba de visitar a su madre que, como se conoce, se

encuentra internada y en estado reservado tras...". +

Siente que muere. Zitao se sabe muerto...+

Aprieta sus dientes. Sus labios se rasgan y sus músculos se estiran

dolorosamente.+

Zitao mira a Jang Hyuk, que le sonríe. Mientras, él llora.+

¿Cómo puede ser el mundo tan malo? ¿Cómo puede ser la vida tan injusta? +

Y Zitao escucha, lo que no querría haber escuchado.+


"Con profundo dolor, se conoce la noticia del deceso del joven Wu Yifan,

conocido en el mundo de la moda como Kris Wu, quien no pudiera sobrevivir a las

graves heridas, producto de la explosión...". +

Zitao abre la boca, queriendo gritar. Pero Jang Hyuk se la cubre con su mano y

no le permite siquiera emitir sonido, ahogándolo en el espanto.+

La pantalla se apaga. Ante sus ojos, se apaga con la foto de Yifan en el momento

que se mostraba...+

Jang Hyuk le habla al oído.+

- Si crees que fui yo, estás equivocado – dice Jang Hyuk, al segundo que calla,

como si hiciera memoria – Bueno. A decir verdad, la idea fue mía – afirma,

sonriendo en la mejilla de Zitao abiertamente – Pero yo no fui el ejecutor. +

Zitao llora, asfixiándose. Se siente muerto. Él quiere morirse. Pero Jang Hyuk

le advierte.+

- Recuerda Zitao, que llegamos a un acuerdo. Tú eres mío. Y Sophie, también.+


Zitao abre sus ojos y tiembla. Su cabeza se sacude, a pesar de que Jang Hyuk lo

sostiene con rudeza. +

Jang Hyuk se da cuenta de esa negativa por parte de Zitao. Pero no le importa.

Besa en la mejilla a Zitao y le aclara.+

- Los dos son míos. Tú y ella. Si no, la mantendré con vida y verás cómo se

convierte en la mejor esclava del primer amo que la quiera para él en la cama,

porque te aseguro mi amor... – le ruge entre dientes, hundiendo sus dedos

dolorosamente en la tez de Zitao –... que así, niña como es, tendría una lista

interminable de clientes que por ella pagarían muchísimo dinero, con tal de

tenerla tan pura e inocente en su cama. Y puedo hacerlo, delante de ti

¿Entendido?2

Y Jang Hyuk quita las manos de Zitao, que sintiéndose extinto, termina por

decirle, apenas...+

- Si, amo.+

- Bien – asiente contento Jang Hyuk, parándose en frente de Zitao y elevándose

por encima de él – Ya verás, que seremos una familia feliz. Creo que me gustará

ser el padre de tu bastarda – agrega, sonriendo aún más, cuando avizora el

espanto en la mirada de Zitao – Al fin y al cabo, ya no tiene papi.


- Soy el esposo de la señora Jang Nara – se anunció en recepción el compungido

hombre.1

La recepcionista miró al señor Wu. La joven de repente se tapó la boca,

guardándose el gemido ahogado al darse cuenta de quién estaba en frente de ella.

Cuando la tarjeta de identificación del caballero le fue puesta en frente, la

joven asintió varias veces, apretando sus labios.+

- Piso 7 señor Wu y...– resopló la chica, agachándose para no ser vista con

lágrimas en los ojos –... siento mucho lo de su hijo.+

Yànzǔ emitió un suspiro, endureciendo sus gestos y asintió una sola vez,

tragando duro.+

- Le agradezco...+

Las puertas del elevador se abrieron y Yànzǔ se encontró siendo recibido por

otra recepción. el silencio era absoluto en el lugar, frente al cartel de

"Terapia Intensiva" que recibía a los que llegaban. Yànzǔ hizo lo mismo que en

la mesa de entrada, solamente que la mujer, ya mayor, se limitó a tomarle los

datos y nada más. +

- A mi derecha, está la sala de espera. La señora Jang no puede recibir visitas

señor Wu. +
- Quiero ver a mi esposa – increpó Wu.+

- Esto es terapia intensiva señor – dijo fríamente la enfermera – Las

indicaciones son claras. Puede sentarse y esperar el parte de su médico. Él

llegará en 20 minutos exactamente, que es la hora de la revisión. +

La mujer parecía osca y mal humorada. Wu no perdería el tiempo con ella. Así que

prosiguió su camino. Las cosas no podían ser malas, no cuando todo estaba a su

favor. Él se limitaría a esperar al dichoso médico. Esperaría lo que fuera

necesario, rogando que le dijeran que Nara estaba en las últimas. Si llegaban a

decirle eso, su satisfacción sería completa. Sonrió ante esa posibilidad.+

Hasta que se le perdió la sonrisa, en el momento es que vio a su hermano sentado

en la sala de espera. Eran los únicos dos en el lugar.+

- Qué haces aquí – dijo duramente Yànzǔ, apretando sus labios e inflado de

rabia.+

Sang Woo lo miró de arriba abajo.+


- No pensé que vendrías. +

- Ella es "mi esposa" – recalcó.+

- Hasta que te acuerdas.+

Yànzǔ avanzó unos pasos en ofensiva hacia Sang Woo, que se puso al instante de

pie. Ellos tenían la misma altura así que se encontraron frente a frente. +

- Puedes irte ahora – bramó Yànzǔ – Nadie te necesita aquí.+

Sang Woo encogió sus párpados, sus ojos enrojecidos entre el agotamiento y lo

que evidentemente era el rezago de un llanto. Él sacudió apenas su cabeza,

negando algo, mientras que con su mandíbula dura y sus labios finos, terminó

recriminando.+

- Nunca te importaron.+

Y Yànzǔ aprovechó. Este era "su" momento.+

Yànzǔ curvó apenas sus labios a un lado, mientras metió las manos en los

bolsillos de su pantalón. Él sacudió sus hombros, con abierta manifestación de

que todo le daba igual. +

- ¿Por qué habrían de importarme? +


- ¡¿Cómo puedes decir eso?! – rechinó Sang Woo, en un arrebato, chocando su

pecho contra el de su hermano, como queriendo ya matarlo – ¡Tu hijo está muerto!

¡¿Te duele un poco siquiera?!+

- Él no era mi hijo, Sang Woo.+

Y el cuerpo de Sang Woo se quedó como inerte. Tieso, en su sitio, apenas si pudo

seguir respirando, en el instante en que su hermano Yànzǔ le seguía sonriendo.

Fue como una estaca clavada en su pecho, cuando su hermano Yànzǔ terminó

diciendo.+

- Yifan era "tu" hijo, no mío.28

Este era el momento que Yànzǔ encontró más placentero de toda su vida. Siempre

se había imaginado este instante de regocijo y había disfrutado de antemano su

hazaña. Ver la cara de espanto y sufrimiento de su hermano. Nunca se cansaría de

ver al miserable hijo bastardo de su padre, más derrotado y derrumbado de lo que

ya estaba. Y ahora más, porque Sang Woo se daba cuenta recién de lo idiota que

había sido, dejándose engañar tontamente por él. +

- Me engañaste – susurró Sang Woo, venciéndose hacia atrás – Nos, engañaste...+

Chocó la espalda de Sang Woo con la pared, encontrándose ahogado y acorralado,

como siempre lo había tenido su hermano, su propio hermano. Sang Woo sintió su
pecho estallarle en pedazos, mientras el rostro de Yànzǔ se le venía encima.+

Yànzǔ aspiró hondo, cerrando sus ojos unos segundos, lanzando al aire un

suspiro.+

- Se siente tan liberador, poder decirlo al fin – dijo Yànzǔ, mirando de nuevo a

su hermano.1

- Yifan...– susurró preso del espanto Sang Woo.+

- Fuiste tan fácil de engañar...– asintió Yànzǔ sonriendo abiertamente –...

tanto como Nara.+

Sang Woo frunció el ceño, temblando sus labios y respirando apenas sin entender

absolutamente nada. Cuestionaron sus ojos brillosos a Yànzǔ, como queriendo

hacer preguntas, pero el dolor lo dominaba. +

- Mi... hijo...+

"Su hijo". Yifan, era su hijo. Y ahora, su hijo, estaba...+

- Fueron tan simples en dejarse engañar – anotició Yànzǔ feliz – Cuando Nara

llegó a tu apartamento a decirte que estaba embarazada, te encontró durmiendo

con otra en tu cama. Claro que estaban desnudos – asintió Yànzǔ, explicando

mejor la cuestión – Imagínate ella, pobre, tan niña e indefensa, tener que
enfrentarse al bochorno, siendo de una familia tan estricta... – recordó Yànzǔ –

Así que le ofrecí mi ayuda. Y tú te comiste el cuento de que ella te había

engañado conmigo...+

- ¿Cómo pudiste...? – se encontró cuestionando tontamente su hermano – ¿Por

qué...? ¿Por qué...?+

- ¿Por qué? – dijo Yànzǔ a Sang Woo – Porque nuestro maldito viejo dispuso en

esa cláusula de testamento que entregaría los bienes al primero de nosotros que

tuviera un hijo ¡¿Ya te olvidaste Sang Woo?! – le reprochó, emitiendo un

suspiro. Él miró a todo a su alrededor, como hastiado de tener que explicar

tanto y rechinó entre dientes – Viejo demente. Aún cuando repudiaste nuestro

apellido y renunciaste a ser un Wu, él te quería – recriminó entre dientes –

Siempre te quiso más que a mí. Y todo lo hacía para hundirme más. Así que, como

yo no podía tener hijos, tú me diste uno. Así que... todo quedó en familia de

todos modos...+

Yànzǔ sonrió de nuevo con ese final. Miró a Sang Woo que terminó desplomado en

una silla. Él se enorgullecía de su logro. Destruir a su hermano, le daba más

rédito.+
Sang Woo elevó sus ojos a su hermano. Vio al hombre sádico a quien no le

importaba nada, ni nadie. Al final, Yànzǔ sí había arrastrado a Yifan a su

oscuridad y él, no había podido protegerlo. Le había fallado a su hijo. Su

hijo...+

- No harás nada ¿verdad? – preguntó Yànzǔ serio, pero altivo y con desprecio a

Sang Woo – No. Te quedarás ahí, sin hacer nada, porque soy tu hermano, sangre de

tu sangre. Tan iguales, los dos...+

Era entrada la noche. La fila de coches frenaron en el portón de la residencia y

los guardias salieron armados. +

- ¿Quién...? – quiso preguntar uno de los hombre, pero quedó mudo cuando de la

ventanilla de atrás se vio el rostro de Wu Yànzǔ.+

No había nada más que decir. Él era el dueño de todo ahí.+

Cuando Yànzǔ descendió del coche, miró todo a su alrededor. Sonrió cuando dijo.+ e

- Qué bueno estar de nuevo en casa.+


- ¿Qué pasará con la gente que aquí estaba trabajando? – preguntó Jackson.+

- Para mañana no los quiero aquí. No confío en ellos.+

Yànzǔ avanzó por la puerta principal y se dirigió a la biblioteca. La inmensa

biblioteca, que tenía no solamente libros, sino también encima de un hogar

antiguo fotos de la familia. Yànzǔ sabía que detrás Jackson seguía sus pasos. +

- ¿Se le ofrece algo señor? – preguntó Jackson.+

Él no dijo nada. Sus ojos se quedaron anclados en las fotos de la familia Jang.

Sus dedos repasando en todos los portarretratos. +

- Yifan era idéntico a su tío, Jang Yifan. Fue como un castigo verlo día a

día... y tener que llamarlo por su nombre...– habló Yànzǔ, apretando su

mandíbula, fijando la vista en esa imagen de Jang Yifan – Éramos tan jóvenes,

cuando él y yo nos conocimos...+

Jackson frunció el ceño, más no dijo una sola palabra, pero fue atento en

escuchar cada cosa y analizar cada gesto. Como esa leve sonrisa nostálgica del

hombre, que parecía encontrarse consigo mismo, mientras seguía mirando las

fotos. Un dejo de añoranza de vislumbró en la penumbra de sus ojos, mientras sus

dedos recorrían en rostro de Jang Yifan. +


Yànzǔ lo amó o al menos, fue lo más cercano a querer a alguien en la vida. Pero

Jang Yifan estaba demasiado ensimismado en su mejor amigo, Byun Yo Haan. Aún si

Yànzǔ hubiera engañado a medio mundo haciéndoles creer a todos que quería a Hye

Young, él no tenía ojos más que para Yifan. Pero Yifan se empecinaba en

manifestarle su desprecio. Más, cuando Yànzǔ se encontró casado con su hermana,

porque Yifan presentía que algo ahí no funcionaba. Aún se recordaba él

escondido, oyendo a Yifan hablar con Nara y suplicándole que no se uniera a

Yànzǔ.1

- Sabes Wang – habló perdido en su historia Yànzǔ – Descubrí algo a muy temprana

edad. El mejor perdón, es la venganza. Hay tanta paz, cuando los ves

derrumbados...+

- ¿Ha derrumbado a muchos el señor? – preguntó sin temor Jackson.+

- Sólo mover unas piezas bastó para desatarlo todo – dijo aspirando hondo y

tomando entre sus manos el portarretratos que contenía la foto de Yifan – Jang

Yifan, tuvo que ser el sacrificio.+

- Creí que usted lo quería...+


- Por eso mismo, fue el sacrificio. Mi sacrificio – dijo Yànzǔ mirando a Jackson

– La hermandad exige un sacrificio. Él fue el mío. Y una parte de mí, murió con

él.+

- ¿Como sus padres?+

- No – respondió con desinterés Wu – Ellos firmaron su sentencia cuando me

enteré que le dirían la verdad a Yifan, sobre su verdadero origen. Jang nunca me

había querido en su familia. Aún si no supieran que mi hermano era el verdadero

padre de Yifan, preferían tener de nieto a un bastardo, antes que a mí, dándole

el apellido.+

Implacable y malévolo. Jackson lo supo bien. Así era Wu Yànzǔ. No lograría

entender nunca la maldad infinita que había dentro del hombre que había desatado

en silencio una guerra entre familias, tan sólo por "Poder". Yànzǔ salió

victorioso de esa guerra, ganándose el respeto de la hermandad de Asia, dando

paso a Jung Chan y Jang Hyuk, a sus posiciones tan preciadas en la elite de

Seúl. Unirse al partido político perdedor, fue una buena estrategia de Wu, para

no llamar la atención. Amigarse con Byun, fue un burdo método para reclutar a su

maquiavélico sobrino Hyun Joong y acercarlo a Jung Chan. +

Aún si todos creyeran que Yànzǔ era un sirviente, Yànzǔ era en realidad uno de

los jefes y el único ahora, con vida. +


Todo había sido planeado por él. Incluso la caída de Jung Chan, que empezó a

caer en gracia a la hermandad. Jung Chan podría haber llegado muy alto, pero

Yànzǔ le puso límite, porque nadie más que él sería el jefe real. Por eso Yànzǔ

nunca intervino, no movió un dedo siquiera cuando Jung Chan se vio acorralado.

Yànzǔ dejó que se perdiera el hombre en su sadismo, ahogado en su propia

soberbia y obsesión por "su baby", porque Jung Chan jamás se admitiría

derrotado. Y Yànzǔ sabía bien, cuándo dar un paso al costado. Y debilitó así a

Jang Hyuk, más aún cuando envió a Wang a ayudar a Yifan, para rescatar a Zitao

del hombre desquiciado.+

- Ahora Wang – habló al joven psiquiatra – Debes ver bien cómo ayudarás a Zitao

a recobrar su memoria. Tenemos que rescatar lo que se llevó esa noche.2

- Si señor.+

- Pero primero, tenemos que recuperarlo. Él siempre debió ser mío.+

- ¿Qué hará con la niña? +

- La niña – resopló ofuscado Yànzǔ, recordando de repente eso – Puede ser una

buena esclava si la formamos desde ahora.+

- O puede ser útil para llegar a nuestro objetivo, dándole a Zitao un incentivo.+
- También – asintió pensativo Yànzǔ – Después de todo ¿qué madre no haría

cualquier cosa por su hija? Mira – se detuvo Yànzǔ de pronto, en el

portarretratos de dos niños juntos, tomados de la mano – Esa niña es el maldito

calco de su abuela ¿no te parece? Me sorprende que Nara no se hubiera dado

cuenta.1

Yànzǔ, dejó la reliquia de esa foto sobre el hogar, como estaba antes y se

dirigió a la puerta. Él debía ir donde Jang Hyuk, para ver al menos que Zitao

estuviera intacto. Se trepó al coche con sus hombres de confianza y salió

nuevamente de la residencia.+

El coche se detuvo en frente de inmenso portón negro de hierro, de la zona

descampada y alejada del suburbio. Kangin al instante reconoció el auto de

Junmyeon y dio la orden de que dieran libre paso. Apenas frenó en frente de la

puerta del galpón, se vieron los guardias con armas en mano, caminando de un

lado al otro. Sehun descendió primero del lado del acompañante, Junmyeon del

lado del conductor. Young Bae asintió en saludo. +

- ¿Cómo está todo allá dentro? – preguntó Sehun.+

- Jongin recuperó las redes satelitales y lograron establecer conexión con la

residencia de Yifan. Yoochun alcanzó a minar todo allí antes de retirarse. Están
esperando alguna señal.+

Junmyeon se adentró rápido en el galpón lleno de pantallas y gente con

auriculares. Los analistas de Jongin habían estado con él sin descanso

recuperando la seguridad. +

Pero algo pasaba.+

Junmyeon se detuvo, como no queriendo hacer más ruido del que ya había, por el

personal que continuaba moviendo sus dedos sobre las teclas, en silencio

reservado y gesto demasiado serio, como consternado.+

Chanyeol miró a Junmyeon y apretó sus labios. Sacudió su cabeza en negativa y

bajó sus ojos condolidos al suelo.+

Si. Algo estaba pasando.+

Jongdae, de pie, al lado de Yifan, apoyaba su mano en el hombro de su mejor

amigo. Justo en el instante en que se oía claramente por alta voz.5

"¿Qué hará con la niña?", se escuchó del otro lado, "La niña", habló quien

claramente era Wu, "Puede ser una buena esclava si la formamos desde ahora". "O

puede ser útil para llegar a nuestro objetivo, dándole a Zitao un incentivo",

dijo la otra voz. "También", se oyó decir dubitativo a Yànzǔ, "Después de todo

¿qué madre no haría cualquier cosa por su hija? Mira. Esa niña es el maldito
calco de su abuela ¿no te parece? Me sorprende que Nara no se hubiera dado

cuenta..." +

Y se oyeron pasos de fondo.+

El silencio fue estremecedor. +

Verdades saliendo a la luz.+

Nadie se atrevía a decir una sola palabra.+

Hasta que uno de los analistas dijo de repente, señalando el mapa en su

pantalla.+

- Lo tenemos en la mira. Se mueve su auto.+

- ¿Yifan? – llamó Jongdae.+

Yifan miró a Jongdae, temblando de ira y dijo entre dientes, con un nudo en la

garganta.+

- Tenemos que recuperarlos.1

Y Jongdae asintió. Ellos iban a recuperarlos.


Infierno

- ¡Él es mío! – rugió en seco Jang Hyuk.

Yànzǔ miró al hombre de arriba abajo. Frunció el ceño. Miró a quienes estaban al

lado de Jang Hyuk: Nam Goong Min y Zhang Ziyi. Uno con cara llena de espanto,

mudo y cabizbajo, al punto de temblar. La mujer, altiva y sonriendo, como si

ella supiera exactamente cuál era su lugar. +

Jang Hyuk querría haber matado ahí mismo a Wu Yànzǔ. Pero Yànzǔ no estaba solo.

Todo un séquito a su servicio, se encontraba de pie y a los costados de esa

habitación cuidándolo. Él se cruzó de piernas, sentado en ese sillón de un

cuerpo, su mano derecha sosteniendo un cigarro, la otra descansando en el

reposabrazos, mientras sus ojos se detuvieron tétricos en quien fuera hasta hace
poco el presidente, ahogado ahora en la humillante situación de no ser nada.+

- ¿Tienes algo que decir? – preguntó Yànzǔ a Goong Min.+

Goong Min, se limitó a sacudir su cabeza, negándose a decir palabra. Jang Hyuk

emitió una mueca llena de arrogancia y sarcasmo.+

- Lo que él diga, no cuenta ¡Yo dirijo las cosas aquí! – crepitó su alarido.+

- No se decidió quién reemplazará al jefe aquí en Corea – asintió con desprecio

vomitivo Wu Yànzǔ, mirándolo de la cabeza a los pies.+

- Nosotros nunca nos inclinaremos ante un chino – espetó con asco Jang Hyuk. +

Yànzǔ sonrió, bajando levemente su mentón. Él se le estaba burlando en la cara a

Jang Hyuk.+

- Sin embargo fue a un chino al que acudieron por ayuda – dijo inalterable y

frío en su voz Wu – No fuiste tú quien recuperó a Zitao. Fueron mis hombres. Y

por eso me enviaron.+

Jang Hyuk infló su pecho. Sus labios duramente curvados al suelo y sus manos

hechas puños, quería arremeter contra Yànzǔ. Él rugió frenético a Yànzǔ.+

- La ley dice que me pertenece.+


La sonrisa de Yànzǔ se borró, cuando sus labios finos quedaron tensos. Cortante

le dijo.+

- Pero él tiene información que se antepone a cualquier interés particular de tu

parte. Eso hace que por ley, él pertenezca a la hermandad. No es tuyo.+

- Trata de idiota a cualquiera – increpó entre dientes y temblando de ira – No a

mí ¡Lo quieres para ti! ¡Siempre lo has querido para ti! +

- Si eso piensas, poniendo en tela de juicio mi propio juicio, no serás tú ni yo

entonces quien decida. Los miembros están en camino. Serán ellos quienes den su

veredicto.+

Cuando Jang Hyuk quiso avanzar frenético a Wu Yànzǔ, frenó él mismo sus pasos,

al darse cuenta del brusco movimiento de los guardias, que metieron sus manos en

sus costados, listos para llenarlo de plomo. Él no iba a ser estúpido. Lo único

que le quedaba era esperar el veredicto de los superiores cuando llegaran a la

reunión.+

- ¡Eres un maldito hijo de puta! – insultó Jang Hyuk – ¡Me debes quien eres! ¡Yo

te hice!1

Yànzǔ sonrió. Él inclinó levemente su cabeza a un lado, elevando sus cejas

apenas, cuando habló hasta conmovido.+


- ¿Crees que no tengo memoria? Todos querían liquidarte por lo ineptos que

fueron tú, Jung Chan y todos los estúpidos que aún les responden. Pero yo... –

dijo serio, asintiendo muchas veces –... hablé por ti. Así que si aún vives, es

gracias a mí. +

Jang Hyuk se le rió en la cara, comiéndose la rabia. No le creía. Pero lo que

bien sabía ahora, es que Yànzǔ había aprendido bien de sus lecciones, engañando

a todos, haciéndose ver como un fiel obediente a la hermandad, cuando en la

oscuridad estuvo hilando los detalles de cómo ser el único con poder para

decidir.

- Señor – llamó Jackson detrás de Yànzǔ – Acaba de llegar un nuevo cargamento.+

Wu asintió, sin quitar la mirada de Jang Hyuk.+

- Bien – respondió Yànzǔ – Que los preparen para presentarlos en la fiesta

entonces. Deben estar impecables. +

- ¿A dónde trasladaremos a los que no queden? – preguntó Jackson.+

Wu miró a Goong Min, esperando la respuesta. El hombre tragó duro, cuando

respondió.+

- Los quirófanos han sido preparados. Los profesionales estarán esperando su


llegada.2

- ¿Cuántos compradores aquí? – preguntó Yànzǔ.+

- 17 compradores, entre niños y adolescentes, esperando por sus órganos

compatibles – asintió Goong Min.1

- ¿Y la sobra de la mercadería? – preguntó Jackson.+

- A China – respondió Ziyi sonriendo – Recuerda Yànzǔ que necesito renovar mi

negocio. +

- La niña irá contigo – ordenó Wu.+

Ziyi frunció el ceño. Molesta increpó.+

- Creí que se quedaría con...+

- No se ha decidido el destino de tu sobrino – interrumpió tajante Wu,

poniéndose de pie rápidamente – De todos modos, sea cual sea su destino... –

dijo acercándose a ella –... la niña, ya tiene interesados.8

Oscuridad absoluta. Noche fría. Viento que congelaba hasta las entrañas. El

sonido del río se oía a la distancia, así como el movimiento de la ropa que se

azotaba por la maldita corriente invernal. +


- Él odia el frío – susurró Yifan, mirando por la ventanilla del coche.+

Junmyeon sonrió; emitió una mueca con sorna y elevando sus cejas, se recordó a

sí mismo un detalle semejante, comentando.+

- Yixing también.+

Yifan lo miró, pero no sonrió. Tragó duro y su mandíbula se endureció

completamente, pensando en cómo estarían los dos; si al resguardo de este

maldito frío o en la intemperie. Era primavera y el frío persistía en quedarse a

veces. +

Junmyeon suspiró. Dio una palmada en el hombro a Yifan y ordenó.+

- Vamos. +

Bajaron del coche que esta vez Yifan conducía, formulando un bufido por lo bajo,

mientras todas las luces de los autos se mantenían prendidas. Caminó con las

manos escondidas en su abrigo largo de color negro y esperó que le trajeran el

paquete. Se sentó en el capó y buscó el paquete de cigarrillos en el bolsillo

interior de su abrigo, sacando desde allí directamente uno. Los dedos sin

embargo le temblaron, cuando quiso encender el fuego. Junmyeon arrebató el

encendedor de Yifan y dijo.+


- Sé que lo que te diré es tonto, pero, tranquilo Yifan. No nos sirves así y no

quisiera enviarte de regreso.+

Yifan infló su pecho y abrió la boca. Él quería mandar a la mierda a Junmyeon,

pero, el maldito tenía razón. Todos habían acordado algo. Él no dirigía nada

ahí, por el bien de Zitao y Sophie. Así que se mordió el orgullo y sus dientes

crujieron como sus entrañas, escondiendo su maldita debilidad e histeria dentro

de los bolsillos de su abrigo. Malditas manos que lo traicionaban. Junmyeon le

ofreció fuego y él al final asintió agradecido, encendiendo el cigarrillo. Al

menos una de sus manos pudo congeniar movimientos algo sólidos para maniobrar su

vicio.+

Cuando lanzó el humo a lo alto, preguntó.+

- ¿Cuánto falta? +

Pero no hizo falta responder, porque a la distancia se oyó el ruido de un auto

acercándose. Los únicos reflectores en movimiento en esa zona que era boca de

loco. Yifan se paró erguido y esperó, en medio del polvo que se levantaba por la

tierra seca. Observó a Yoochun descender del auto, junto con otros tres hombres,

pero fue él el primero en llegar a la parte de atrás. Yoochun abrió la baulera y

de allí, con ayuda de Kyuhyun, sacaron el paquete. Una bolsa negra, como las que

usaban para los muertos, solo que este no estaba muerto, porque gruñía a la vez

que jodidamente gemía en movimientos de desesperación. +


Yifan miró furioso a Yoochun y mordiendo ya su cigarrillo, abrió las palmas de

sus manos, recriminándole el estado del paquete en silencio. +

- ¿Qué querías que hiciera? – reclamó por lo bajo Yoochun, sacudiendo sus

hombros.+

- Te dije que lo invitaras – rechinó Yifan duramente, por el cigarrillo en su

boca – ¿No acaso le dijiste quién lo llamaba?+

- ¡El infeliz tenía un arsenal en su casa! – gritó Yoochun – ¡Casi nos mata!+

- ¡¿Es eso cierto?! – preguntó Yifan al resto de los hombres.+

Se oyeron al unísono respuestas entre "Si", "Así es".+

- El chico es bueno ¿saben? – comentó Kyuhyun burlón, entretenido con el bramido

del paquete – Y lindo...3

Yifan miró la bolsa negra tendida en el suelo y removiéndose rabiosamente, entre

patadas inútiles, porque de seguro estaba bien atado y amordazado. Lo más


probable es que se estuviera ahogando. Así que se acercó a donde estaba y

agachándose, sacó un arma que apuntó en lo que notaba era la cabeza. El cañón

fue tan hundido que el paquete se quedó tieso, en alerta. Sin embargo, no fue

Yifan quien habló, si no Junmyeon.+

- Yesung, necesito que te quedes quieto. 5

Un rugido proveniente del interior y Yifan hundió más el cañón. +

- Si sigues haciendo enojar a mi amigo – advirtió Junmyeon fríamente – te

enviará al infierno y yo no podré impedir eso.+

Quietud. Al parecer el paquete había entendido. +

Kyuhyun miró a Junmyeon un momento, esperando a que se decida. Junmyeon asintió

y Kyuhyun abrió el cierre largo, donde estaba metido el hombre. El frío golpeó a

Yesung, que seguía con los ojos vendados y su boca amordazada, empapado en sudor

y algo de sangre seca en su camisa blanca. Estiró sus manos, queriendo

inútilmente liberarse. Su respirar era agitado y la histeria se respiraba en él.

Junmyeon se acercó a su oído y ordenó, casi rugiendo.+

- Dije que te quedaras quieto.+

Yesung obedeció. El tiritar de su cuerpo se hizo más evidente cuando quedó

inmóvil. Kyuhyun encerró con su mano el brazo del hombre y miró a Junmyeon,
esperando su orden. Junmyeon asintió y Kyuhyun con Yoochun, incorporaron a

Yesung hasta dejarlo de rodillas. Kyuhyun quitó de un tirón la venda y luego

desanudó la mordaza. Yesung no gritó, como creían que lo haría. Al parecer, él

entendió bien la posición en la que se encontraba.+

- Hola Yesung – dijo Junmyeon fríamente, parándose delante de su ex asistente –

Ha pasado un tiempo.+

Los ojos de Yesung, presos del pánico, iban y venían entre todos ahí. Pero el

terror lo llenó cuando su mirada se detuvo en Jaejoong. +

- Yesung – asintió Jaejoong. +

Yesung abrió la boca y sus párpados se apretaron, él estaba malditamente

perdido. Yifan se le puso en frente, con el cañón del arma enterrándose en su

sien.+

- Ya estoy muerto de todos modos ¿verdad? – habló rápido, temblando aún más,

suplicando – Te juro que no sé dónde los tienen. No tengo idea.+

- O sea que sabes por qué te buscamos – asintió Junmyeon, elevando sus cejas y

su rostro mostrándose sorprendido – Vaya... ahora entiendo lo del arsenal en tu

casa. +

- ¡Creí que eran ellos los que me buscaban! – gritó – Desde que fallé, no me han
dejado de buscar para matarme. +

- ¿Fallaste? – preguntó Yifan.+

- Se enamoró de su cliente – respondió Jaejoong, cruzándose de brazos – Y le dio

información que no debía ¿Quién era...? – se preguntó confundido, frunciendo el

ceño – No recuerdo...+

Junmyeon tosió. Su puño enterrado en su boca, emitiendo un ronquido.+

- ¿Cómo es que sabes lo que buscamos? – increpó Yifan.+

Los ojos de Yesung regresaron al cañón en su frente. Él conocía bien a esta

gente, por todo lo que de ellos se habían hablado. Los resultados de su proceder

estaban a la vista. Demonios. Esta gente había matado al maldito jefe, Jung

Chan. Ellos habían liquidado todo un frente, con WoongIn y su primo SooBin, sin

contar a las ratas n medio que eran informantes. Él no tenía otra alternativa

más que responder. Así que, aún temblando y tiritando ahora del frío, él habló

como pudo, ahogado y preso del miedo.+


- Tenía un amigo dentro, que me ayudaba a moverme rápido cuando sabía que iban

por mí. Lo último que supe de anteanoche es que Jang Hyuk iba a atacar a Wu,

para recuperar lo que era suyo. +

- ¿Por qué te diría eso tu amigo? – preguntó Junmyeon.+

- Porque él intentaría escapar con alguien más de ahí dentro, cuando la gente de

Jang Hyuk estuviera entretenida en eso. Yo debía ayudarlo, pero las cosas no

salieron bien para ellos. Los atraparon. Y yo... escapé. Creí que vendrían por

mí – dijo ahogado – ¡Lo juro!+

- ¿Qué amigo? – preguntó de nuevo Junmyeon.+

- Henry. 3

Junmyeon miró a Jaejoong, esperando confirmación.+

- Lo conozco – asintió Jaejoong – Él estuvo trabajando para Park SeoJoon. Pero

mataron al hombre y se quedó sin protección. Creí que iban a jubilarlo. Estaba

en la lista negra como yo. 1

- Jung Chan lo obtuvo de regreso al "templo", cuando perdieron el control de Sky

– explicó Yesung – Y cuando Jung Chan murió, todo fue a manos de Jang Hyuk. Jang

Hyuk no era diferente de Jung Chan. Henry lo sabía ¡Todos lo sabíamos! – gritó

desesperado, encogiéndose en sí mismo – Los pocos que quedamos atrapados,


queríamos buscar al hijo del jefe, para tener un lugar, algo que nos ayude a

salir. Pero... no llegué – dijo, sacudiendo su cabeza y aspirando aire

dolorosamente – No sé qué pasó con Henry. +

- Dijiste que había alguien más con tu amigo Henry – habló Yifan – ¿Quién?+

Yesung miró a Yifan y respondió.+

- El hijo de Jang Hyuk. Dongwoo.3

Junmyeon se puso de cuclillas. Él miró fijo a Yesung por un momento más de lo

normal. Yesung no abandonó los ojos de Junmyeon. +

- No miento – susurró, implorando Yesung – Te lo juro. Y sabes por qué no podría

mentirte. No a ti.+

Junmyeon frunció el ceño. +

- Hablaste de un "templo" – dijo tranquilo, sin aparente emoción – ¿Qué es eso?+ g

- Es donde ellos se juntan aquí. Nunca es un lugar fijo. Siempre van rotando de

punto de reunión.+

- ¿Quiénes?+
- Los que son miembros de la hermandad. Aquí, en Seúl. A veces vienen de otros

lugares. Pero son pocas esas veces. La mayoría solamente es para reuniones de

los miembros que pertenecen de aquí. +

- ¿Y qué hacen ahí?+

- No puedo... – suplicó Yesung, sacudiendo su cabeza.+

Junmyeon se acercó más a él. Sus ojos indagando en el brillo de la mirada

pavorosa de Yesung.+

- No podré ayudarte, si no sé qué es lo que ocurre realmente. Hasta ahora, no

sabemos a lo que nos enfrentamos de verdad.+

- Junmyeon... todos los que saben o están dentro o están muertos – rogó Yesung,

porque Junmyeon entendiera.+

- Me haré cargo de eso – aseguró sin demora y sin rodeos Junmyeon – Prometo

protegerte y sacarte, si nos ayudas. Dime, qué hacen ahí.+


Yesung cerró sus ojos unos segundos. Asintió derrotado, cuando habló.+

- Ellos... ellos inician niños... para convertirlos en lo que fui, en lo que él

es – dijo mirando a Jaejoong – Nos eligen. Los buenos prospectos se quedan para

ser formados en lo que ellos quieren. Invierten en nosotros. Nos apadrinan y nos

entrenan. +

- ¿En qué?+

Un dejo de vergüenza saltó en sus ojos, que abandonaron los de Junmyeon.+

- En todo – dijo Jaejoong sin vergüenza – Yifan lo sabe. No hace falta dar más

detalles. Él y yo somos lo que el mismo presidente fue una vez, Junmyeon... +

- Lo que habría sido Yixing, de haber seguido dentro – agregó Yesung.2

De golpe, Junmyeon se incorporó. Él miró a todos, pero no dijo nada. Él

imaginaba algo y aunque por dentro el espanto lo embargó, cayendo en la cuenta

del rumbo que estaba tomando esto, él se mantuvo impoluto y tranquilo. Miró a

Yesung donde estaba, ahí de rodillas, cabizbajo como a la espera de su

sentencia. +

- Quiero la ubicación de esos puntos Yesung – habló Junmyeon – Tú nos ayudarás. +


Yesung elevó su rostro hacia Junmyeon. Su cabeza asintiendo conforme muchísimas

veces. Kyuhyun volvió a tomar el brazo de Yesung y lo puso de pie. Él liberó las

muñecas atadas de Yesung y empujó al chico a seguir a Junmyeon.

Zitao caminó por el pasillo por el que fue dirigido. Acababa de ser vestido como

a Jang Hyuk le gustaba verlo, cuando de repente irrumpieron en la habitación

donde él se encontraba con una nana sirviéndole. Los hombres de traje negro,

altos y fornidos, miraron a la mujer y tomaron a Zitao del brazo.+

- El señor Jang... – quiso hablar ella.+

- Él ya no da las órdenes aquí – fue todo lo que respondió duramente uno de esos

hombres, que lo miró y le habló a él – Tú vendrás donde te llevemos y no dirás

una sola palabra si no quieres que a tu hija le metan una bala en la cabeza.+

Y Zitao abrió la boca, solamente para seguir respirando. Él estaba en el

infierno.+

Zitao fue dirigido a un elevador. El guardia presionó en el botón que estaba más

debajo de todos y Zitao se dio cuenta que lo llevaban bajo tierra. Después de un

minuto, las puertas se abrieron y él fue arrastrado por un largo pasillo, con

una puerta al final del recorrido que fue empujada. Traspasando esa puerta, otro
pasillo, donde las luces eran tenues, todo era más oscuro y había hasta un olor

nauseabundo que descompuso tanto a Zitao, que debió llevarse las manos a la boca

para no vomitar.+

Hasta que se quedó sin aire. +

De cada lado del pasillo, había celdas. Por cada uno de esos compartimentos

pequeños, personas. Ningún adulto. Eran niños y niñas, adolescentes algunos,

pero ninguno debía ser mayor de edad. Todos sentados sobre colchonetas, pegados

uno al lado del otro, en cantidad, por el diminuto espacio. Uno de los niños

tuvo el atrevimiento de ponerse de pie y mirarlo a los ojos. Saltó de pie,

traspasando entre sus compañeros y terminó sosteniéndose del barral de las

rejas, pero rápidamente fueron azotados con un palo sus pequeños dedos. Él se

quejó y volvió a su lugar, con el pavor incrustado en su cara llorosa. Zitao

quiso ir allí, pero el mismo palo que castigó al pequeño, le fue puesto en

frente, como amenaza. Zitao supo de sus ojos nublándose. No pudo contenerse. Los

guardias tampoco dijeron nada. Simplemente lo empujaron para que siga caminando.

Hasta que llegaron a una celda, que Zitao entendió bien, que estaba destinada

para él.+
Las rejas de la celda emitieron un chirrido ensordecedor cuando se abrieron

frente a sus ojos. El miedo y la ansiedad dominando su cuerpo, llevándolo a

respirar con dificultad, por el temblor persistente de sus duros músculos.+

- Entra – dijo uno de los hombres que lo escoltaba.+

No iba a estar solo. Dos más habían dentro de esa celda con el aire asfixiante.

Dos jóvenes que podrían tener su misma edad, calculó Zitao. Uno de ellos lo miró

de arriba abajo, el otro se quedó inerte, recostado y al parecer durmiendo. Los

dos estaban sobre esas colchonetas en el suelo. No estaban vestidos como él,

sino que llevaban pantalones deportivos. Sus torsos estaban al descubierto.

Zitao también los miró y no dijo nada, cuando avanzó y escuchó el golpe del

hierro que se cerraba detrás. +

Los pasos se alejaron. Y ellos quedaron solos.+

Nadie dijo nada. Por un largo rato, Zitao permaneció ahí de pie, en medio de esa

celda pequeña, el llanto detrás, lo estremeció terriblemente. Y él tampoco pudo

evitar el llanto. Un suspiro, como de agotamiento, se oyó ahí. Uno de los que

estaba sentado en la celda, palmeó desganado el lugar a su lado y dijo.+

- Ya ven y siéntate. No hay más que hacer aquí.+

Zitao avanzó a tientas. El chico frunció el ceño y preguntó algo compungido, de

ver a Zitao trastabillando con su pie derecho inseguro.+


- ¿Estás herido en la pierna?+

Zitao llegó a su lado. Sacudió su cabeza, en negativa y respondió susurrando.+

- No. Sólo... sólo soy así. +

- Ah...– fue toda la respuesta del joven.+

Zitao se sentó en el suelo, sobre la colchoneta con dificultad.+

Otro momento de silencio. +

Zitao secó sus lágrimas.+

- ¿Rengo de nacimiento? – preguntó repentinamente el mismo chico.+

Asustó a Zitao, que pegó un respingo. Sorbió su nariz con su puño y mirándolo

dijo.+

- No. Tuve un accidente hace años. Casi muero. Yo... yo nunca me recuperé del

todo.+

De repente, golpeó la severidad de la voz del otro chico ahí dentro.+


- ¡¿Qué demonios haces aquí?!+

Zitao se quedó impávido, mirando a quien le reclamaba furioso.+

- ¿D-Dongwoo...?+

- ¿Se conocen? – preguntó el desconocido.+

Dongwoo, que se acercó a rastras a ellos dos. Tomó de ambos brazos a Zitao. Su

rostro furioso con Zitao, que reclamó lleno de rabia, mientras lo sacudía con

fuerza.+

- ¡¿Es una maldita broma?!+

- Yo no...– quiso hablar Zitao.+

- Basta Dongwoo – irrumpió enojado el otro joven.+

- ¡¿Acaso te mandaron para vigilarnos?! +

- No... – respondió temblando de ansiedad Zitao, sacudiendo su cabeza y mirando

fijo a Dongwoo – ¡Suéltame!+

- Dongwoo basta – arremetió el joven, queriendo cubrir a Zitao.+


- ¡¿Él te envió no es así?!+

- ¡Ya deja de ver enemigos por todos lados! – gritó el chico.+

Ellos se manotearon como queriendo pelear. Hasta que escucharon la puerta

principal a la distancia abriéndose de nuevo. Las voces de los hombres

conversando, hicieron que ellos se quedaran congelados, mirándose asustados.

Lentamente y sin emitir ningún ruido, los tres, se sentaron bien, juntándose

como resguardándose entre ellos, sin saber por qué.+

- Prepara a este y este – dijo un hombre – Este también...+

Y así siguió. Zitao entendió bien que estaban eligiendo a los niños y los

estaban sacando de sus celdas, porque el sonido inconfundible del hierro oxidado

saltó doliéndole a sus oídos. Zitao quiso incorporarse para ver, pero Dongwoo le

exigió quedarse quieto, anteponiendo su antebrazo y sacudiendo su cabeza en

negativa.+

Y los hombres llegaron a su celda.+


Zitao se quedó sin poder respirar, cuando vio a Jang Hyuk. Su mirada yendo y

viniendo entre Zitao y Dongwoo. No supo Zitao si había rabia, tristeza o qué en

su forma de mirar. +

- Hola papá – habló secamente Dongwoo.+

Zitao miró fijo a Dongwoo a su lado. La sorpresa embargó a Zitao ¡¿Jang Hyuk

haciéndole eso a su propio hijo?! Dongwoo parecía odiar a Jang Hyuk. 1

- ¿Él será tu sacrificio? – preguntó el hombre al lado de Jang Hyuk.+

- Si lo aceptan – respondió.2

Dongwoo emitió una mueca sarcástica. +

- Maldito – rugió entre dientes – Al menos podré liberarme de ti.+

Jang Hyuk no dijo nada. Sus ojos fueron a donde Zitao, porque, el hombre a su

lado también estaba ahora mirando a Zitao.+

Zitao tembló. Si Jang Hyuk lo embargaba de miedo, algo en ese sujeto despertó su

terror, como si sus ojos lo hundieran en un abismo sin final. Su rostro. Zitao

vagó por su mente, sintiendo dolor en su cabeza, llegando de repente ese rostro

¿Él acaso conocía a ese hombre?+


- Si nos conocemos Zitao – dijo el hombre poniéndose de pronto de cuclillas – Sé

que no me recuerdas, pero yo te recuerdo muy bien.+

- ¿Quién es usted?+

- Wu Yànzǔ – dijo el hombre tranquilo.+

Zitao abrió los labios, temblando. Wu. Wu Yànzǔ.+

- Usted – dijo preso de los nervios Zitao – No puede ser...+

Él no podía ser el Wu Yànzǔ, padre de Wu Yifan. Simplemente, era, imposible. +

Un dejo de esperanza atravesó tontamente en la mente de Zitao. Él se puso de

rodillas y avanzó sin darse cuenta, desesperado, hacia el hombre, sosteniéndose

de los barrales de esa celda y suplicando angustiado.+

- Ella es su nieta señor Wu. Tiene que ayudarla. Ella es... es hija de...+

Los músculos de Zitao se endurecieron, congelándose de pronto, cuando la mano

del hombre acarició su mejilla. Él se quedó sin respirar, con los ojos bien

abiertos, escuchando de repente Wu Yànzǔ, pacífico y sereno.+

- Lo sé. Yo sé que esa niña es su hija. Pero, no me importa. Ella no. Tú en

cambio, sí.2
Jang Hyuk arremetió horriblemente contra Wu Yànzǔ, tomándolo de la solapa de su

chaqueta y estampándolo contra la pared. El rugido de los hombres, pero sobre

todo el de Jang Hyuk, crepitó como eco entre las celdas. Los guardias tomaron a

Jang Hyuk desde atrás apartándolo de Yànzǔ. Y Zitao se venció hacia atrás. Él no

supo de nada más, que de alguien sosteniéndolo en su vacío y desesperación. +

- ¡Llévenselo! – ordenó Wu.+

- ¡No tienes autoridad para mandar! – le gritó Jang Hyuk.+

- Ya veremos – rugió en su cara, para escupirlo después y mandando a sus

guardias – Enciérrenlo. Será juzgado por todos nosotros.+

- ¡Hijo de puta! ¡Maldito traidor! – rugió frenético Jang Hyuk, cuando era

arrastrado lejos.+

Su bramido desapareció. Pero no la mirada de odio de Wu hacia Zitao, que lo

analizó por un momento. Hasta que después, se marchó.+


De nuevo el silencio de palabras, más no del llanto.+

Zitao reaccionó, cuando unas palmadas de consuelo le hicieron regresar apenas,

en medio de las lágrimas y gemido ahogado.+

- Quizá lo mejor habría sido que murieras en ese accidente.+

- Dongwoo – reclamó su compañero, que al instante miró a Zitao y le dijo más

amable – No le hagas caso. Saldremos de aquí.+

- Idiota – se burló Dongwoo, emitiendo una mueca, mientras se movió lejos de

ellos, apoyando su nuca en la pared húmeda detrás.+

Su compañero emitió un chasquido con su lengua y su cabeza se movió en varios

"no", recriminándole lo dicho a Dongwoo.+

- Dongwoo suele ser más amable – le dijo a Zitao, palmeando su hombro – Mi

nombre es Henry. Así que Zitao ¿he? Nombre chino ¿Eres chino?2

Zitao apenas si se animó a asentir.+

- Y pude entender que tienes una hija, con Wu Yifan ¡Uau! Eso es... ¡uau! – se

oyó a Henry completamente sorprendido – ¿Viste Dongwoo? Te dije que saldríamos

de aquí.+
- ¿Por qué lo dices? – dijo con desgano Dongwoo.+

- Porque ese hombre no dejará a su chico aquí ¡¿Crees que no lo debe estar

buscando?! 2

- ¿Cómo sabes? – preguntó secamente Dongwoo, sus labios curvados al suelo y

sacudiendo sus hombros.+

- Porque esos hombres se vuelven locos cuando les quitan lo que es suyo. Y Zitao

es de Wu Yifan.2

- Él está muerto – susurró Zitao, empapado amargamente en lágrimas.+

- Qué suerte tenemos – se burló Dongwoo.+

- Él no está muerto – negó Henry.+

- Murió hace...– quiso responder a eso Zitao, pero el nudo en su garganta se lo

impidió.+

Él rompió en llanto. Henry lo acercó a él, abrazándolo, queriendo consolarlo.+

- ¿Dónde está tu hija? – preguntó Henry.+

No obtuvo respuesta. +
- Mira Zitao – insistió Henry – Aún si Wu Yifan hubiera pasado al otro mundo,

sus amigos no creo que dejen las cosas así nada más. +

- No comiences Henry – le reclamó Dongwoo.1

- Es algo entre ellos – arremetió Henry a Dongwoo – Tú no entiendes. Es cosa de

honor, como si fuera una cuestión de códigos. Yo creo que ellos vendrán por ti y

por tu hija. Solo... no hay que perder las esperanzas.+

- Lo mismo dijiste con tu amigo – murmuró Dongwoo, cruzándose de brazos.+

Y Zitao se quedó mirando a Henry. +

- Tienes razón – dijo débilmente Zitao.+

- ¿Qué? – preguntó Henry.+

- Ellos vendrán – susurró y asintió en acuerdo – Ellos vendrán por nosotros.

Yifan observó de un lado y otro su Carabina M4. Apuntó a una zona despejada y

volvió a revisar. +
- ¡No pueden hacer esto! – rugió a su lado Lee, tomando del brazo a Yifan

bruscamente.+

Yifan rodó sus ojos y apretó su mandíbula, colocando su fusil sobre su hombro

derecho. Con desgano Yifan hizo seña a dos guardias detrás, tan sólo moviendo

su mentón. Los hombres se pusieron uno de cada lado del fiscal, a quien dijo

duramente Yifan.+

- Entonces Lee, serás nuestro invitado hasta que logremos salir del país.+

- ¡¿Qué demonios...?! – exclamó el hombre, mirando a cada lado, viéndose

cercado. Dio un giro completo sobre sí mismo, mirando a todos allí preparando

fusiles, armas blancas y todo tipo de juguetes explosivos. Él jamás había visto

una cosa así antes. Espantado gritó – ¡Las cosas no funcionan así! ¡Deben

hacerse según la ley! – bramó en la cara de Yifan.+

Todos se quedaron quietos. El silencio estremeció a Jong Suk. Los ojos oscuros

de Yifan y la mirada llena de odio ante las estúpidas palabras que acababa de

decir, hicieron a Jong Suk retroceder.1


- ¡¿Ley?! – exclamó Yifan, acercándose terroríficamente al hombre – Dime qué

hizo la ley sino involucrarse de lleno para tomar su tajada ¡¿Y tú me sales con

esa mierda moralista que no ayudó en nada?! – espetó con asco.+

- Lee – dijo fuerte Chanyeol – Eres el único con quien contamos ahora. Todo el

sistema es una mierda. Si llamamos al servicio de inteligencia, para hacer el

allanamiento, no tenemos seguridad de que no les vayan a avisar.+

- ¡¿Cómo dicen?! – increpó desencajado el hombre.+

- Ellos saben lo que pasa – dijo Jongdae, regresando su vista a la mesa llena de

armas, continuando en su tarea de seguir cargando la suya – Muchos trabajan para

ellos desde dentro. +

- Lee – habló lastimosamente agobiado Yunho, tocando apenas el brazo de de Jong

Suk – Vamos hombre. Es el chico de Yifan y su hija los que están atrapados ahí.+

- ¡¿Qué?! – exclamó por lo bajo, consternado Jong Suk.+

Él miró a Yifan, serio e inmerso en lo suyo, de seguir probando armas.+

- Jong Suk, sólo tenemos que darles tiempo para que ellos saquen a los suyos de

ahí e intervenir más tarde con la policía del distrito. Tú entiendes...– le

explicó Yunho, casi suplicando al hombre – No pueden dejar a los niños ahí. Tú
serás el fiscal y yo el testigo, un amigo con quien estabas de casualidad y lo

llevaste por la confianza que me tienes. Llamas a la guardia, cuando ellos hayan

terminado de hacer su trabajo, con la orden de allanamiento en mano. +

Se hizo una pausa. Yunho siguió mirando a Jong Suk. Sabía que había convencido

al hombre, pero debía darle el tiempo para digerir todo lo que estaba pasando.

Jong Suk se refregó montones de veces la cara con su mano derecha, mientras sus

ojos seguían observando el panorama de todos volviendo a su tarea de armarse

hasta los dientes. Eso era una guerra.1

Jong Suk infló su pecho de aire y llevó sus puños a sus caderas.+

- ¿De cuántos niños hablamos? – preguntó apenas, mirando a Yunho.+

- La última vez fueron 40 en un solo contenedor – habló Sehun, que revisaba su

fusil y su visión, apuntando a alguna parte – Entre 8 y 16 años. Y eran tres

contenedores desde Tailandia. Para que te hagas una idea – dijo con un leve

asentimiento, antes de alejarse.+

El fiscal se quedó pasmado. Sacudió apenas su cabeza y de nuevo preguntó a

Yunho.+

- ¿De dónde los traen?+

- Del norte, de Laos, Cambodia, Vietnam, Indonesia, Filipinas o Myanmar... quién


sabe – dijo, encogiéndose de hombros y sacudiendo sus hombros – Lo que sí

sabemos es lo que hacen con ellos.4

Lee se peinó los cabellos. Aspiró raposamente algo de aire, lleno de nervios y

asintió apenas.+

- De acuerdo – respondió y preguntó – ¿Debo buscar un juez que quiera firmar la

orden?+

- Sólo hay uno en quien confiamos – asintió Jongdae – Irás con guardias.+

- No me hace falta – replicó el fiscal.+

- Lo dudo – dijo secamente Jongdae – Tú sigues en la mira.+

Jongdae llamó a cuatro hombres, que eran un frente organizado. Ellos se

acercaron y asintieron en saludo a Jong Suk. Estaban bien armados. Jong Suk

peinó con una mano sus cabellos hacia atrás. Giró sobre sí mismo y se encontró

con Yifan a un lado, que seguía revisando municiones. Jong Suk se acercó a él,

parándose bien a su lado. Yifan apenas si lo miró de reojo. Jong Suk preguntó.+
- ¿Es verdad que tu chico y tu hija están allí?+

Yifan apenas balbuceó un...+

- Si.+

Un silencio estremeció a los dos. +

- Lo lamento – dijo sentido Jong Suk – Haré todo lo que esté a mi alcance.+

- Lo sé – respondió fríamente Yifan, sin quitar la vista ahora de unas cuchillas

– Eres buen hombre. Sangwoo siempre lo decía. Su mejor alumno.+

- Él no ha estado bien – dijo Jong Suk – Cree que estás muerto. +

Yifan detuvo lo que estaba haciendo. Miró al hombre a su lado. Preguntó sin

inmutarse.+

- ¿Desde hace cuánto lo conoces?+

Jong Suk arrugó su frente, sacudiendo imperceptiblemente su cabeza. +

- Desde los 12 – respondió, encogiéndose de hombros – ¿Por qué?+


- ¿Cómo es que lo conoces desde hace tanto?+

- Casi le robo la billetera en la calle. Me atrapó – sonrió, encogiéndose de

hombros, con los ojos llenos de nostalgia y triste de recordarse en esos días.+

- Lo aprecias... mucho.+

- Es lo más cercano que he tenido a un padre, con el mío que era capaz de

venderme por un poco de sustancia...2

Yifan quitó los ojos de él. Duramente siguió maniobrando ahora una CZ P-09

semiautomática, apuntando a la nada. +

- Yifan – le habló Jong Suk.+

Yifan arremetió con torpeza el seguro del arma, que resonó. Tuvo celos. Para qué

mentirse. Él les tenía eso a todos los que habían conocido así a Sangwoo y se

habían llevado un pedazo del buen padre que nunca pudo él tener. Yifan regresó

sus ojos al arma, que depositó en la mesa y comenzó en la selección de cuchillos

que portaría mejor. +

- Tu tío ha estado en guardia por tu madre, aún si le prohibieron la entrada en

la sala ¿sabes? – comentó Jong Suk, pero le reclamó al final – Deberías haberle

avisado que estabas bien. +


Congeló a Yifan esa palabra. "Tío". No quiso ahondar en el asunto sin embargo.

Yifan estaba enojado. +

- Claro – fue todo lo que murmuró y se alejó de ahí.+

- ¡Todo listo! – gritó Chanyeol.3

Todos comenzaron a amontonarse alrededor de una mesa, que se encendió de

repente, mostrando el plano de Seúl. Los dedos de Chanyeol fueron ampliando la

imagen d la pantalla, mostrando en verde fluorescente las líneas del mapa.+

- ¿Por qué tan pocos? – preguntó Lee.+

- Ya hay gente moviéndose en distintos puntos en el que suponemos que pueden

reunirse – respondió Choi Seung Hyun a su lado – No sabemos a dónde irán así que

nos dividimos para trabajar más rápido. +

- ¿Cómo saben dónde son esos puntos?+

- Un informante nos dio las ubicaciones.+

Todos se quedaron en silencio, mirando la pantalla. +


Lee se vio en medio de Park Chanyeol y Choi Seung Hyun. Se estremeció al verse

en medio de los dos jefes de la mafia coreana. Él debería estar luchando contra

ellos y resulta que estaba en medio. Y cuando comenzó analizar las caras de

todos esos que estaban ahí, mirando esa pantalla...+

Kris Wu y Oh Sehun. Chicos que se decían modelos metidos en esto; quién lo

habría pensado; menos teniendo en cuenta que Wu debería estar muerto. Kim

Jongdae y Kim Junmyeon los hijos del actual presidente. Jong Suk se refregó los

ojos y suspiró, tapándose la boca, ante el vértigo inaudito. Kim Jongin ¡¿quién

se imaginaría que alguien tan tranquilo pudiera estar metido en esto?! +

Él arrugó su frente, quitando la mano de su boca. +

- ¿Qué esperan? – preguntó Lee.+

- Alguna señal que nos diga hacia dónde pueden estar yendo – respondió Jongin

concentrado, como si esperara el movimiento de algo en esa pantalla – El esposo

de la tía de Kyungsoo, es parte de ese grupo de sádicos pederastas. Kyungsoo

implantó rastreadores en los vehículos de esa gente. +

- Espero sea así – asintió Chanyeol, mirando también fijo la mesa – ¿Cómo le fue

esta mañana con ellos en el juzgado?+


- Bueno...+

- Se mueve – alertó Sehun, viendo la luz roja encenderse en el plano. Ellos

esperaron más movimiento – Miren la ruta que toma ¿Qué hay por ahí de las

opciones que estudiamos? No veo que vaya al puerto, ni nada de zona despejada.+

- Zona abierta y urbana – rugió Jongdae – De seguro es la zona de los clubes

¡Mierda! – bramó hastiado – ¡¿Justo ahí tenía que ser?!+

- Octagon* – dijo Jung Min, acercándose al lado de Chanyeol, estirando su

cuerpo, para poner ahí su dedo – Es claro que es allí. Avisen a sus chicos.+

Jongdae se peinó con rabia los cabellos hacia atrás, espetando al aire, mientras

giraba sobre sí mismo. Pero los demás comenzaron a increparse unos a otros.+

- ¡Te dije que no debíamos dejarlos meterse! – gritó Junmyeon primero a

Chanyeol.1

- ¡¿Y crees que yo mando sobre él?! – respondió duramente – ¡Ellos pidieron!

¡¿Qué mierda sabía yo que iban a elegir ahí, donde se suponía era el lugar menos

probable?!2

Chanyeol apretó sus labios. Con ceño arrugado él sacudió apenas su cabeza, como

si se negara a creer eso.+


- ¿Estás seguro Jung Min? – le preguntó incrédulo a su primo – Están muy

expuestos en una zona despejada ¡Octagon está demasiado a la vista! +

- Por eso mismo los resguarda. Nadie imaginaría que mientras hay chicos

divirtiéndose en el club, tres pisos sobre tierra, otros están en sus mierdas

cuatro pisos debajo.+

- Y los mandamos ahí, creyendo que era el lugar más seguro y menos probable –

rugió entre dientes Sehun.+

Chanyeol miró unos segundos más de lo normal ese mapa y el punto rojo

moviéndose. Miró fijo a Yifan, que asintió. Chanyeol ordenó al fiscal.+

- Bien Lee, tienes tu objetivo. Octagon. Consigue tu orden de allanamiento. +

Jong Suk asintió y se dio la media vuelta, seguido por Yunho y sus guardias. +

- Mejor nos cambiamos de ropa – habló Seung Hyun, mirándose a sí mismo – Dudo

que podamos entrar con este atuendo.+

- Chanyeol – ordenó Junmyeon, su rostro lleno de preocupación – avisa a Baekhyun

que su punto es el elegido para que entre en contacto con Heechul y los demás y

nos conecte. Que comiencen con el plan en 15 minutos. Él dirige esto.+


Ya vestidos, ni que estuvieran en una noche cualquiera, de esas en las que

siempre salían juntos a divertirse, ellos se miraron. Demasiado expuestos, ellos

sabían bien los riesgos que corrían. No tenían la seguridad de volver a verse y

sin embargo, lo harían. +

- Gracias – dijo Yifan a todos, mirándolos por última vez, antes de subirse a su

auto.1

Chanyeol apretó fuerte el hombro de su amigo y asintió.+

- Estamos contigo. Como familia hasta el final.+

- Como familia, hasta el final – dijeron los demás.3

Y se hundieron en medio de la noche. Cada uno por su cuenta.

- Levante ambos brazos – ordenó la mujer.+

Zitao elevó sus brazos, mientras un cepillo repasaba su ropa, para que no
hubiera rastro de arruga o polvillo siquiera. Él se miró en el espejo, con ese

atuendo, extrañamente ceñido al cuerpo, que rápidamente fue cubierto con una

chaqueta brillante. Él estaba maquillado, sus mejillas habían sido marcadas con

algún polvo y sus ojos delineados. En su oreja, había sido colocado un arete o

algo. Zitao no se reconoció siquiera con ese peinado nuevo, con sus cabellos

aparentemente mojados y hasta salvajes, si pudiera describirse de alguna forma

eso. Él sacudió su cabeza, reacomodando el reflejo que le era devuelto de sí

mismo en su cerebro. Una parte de él, creía haberse visto así, alguna vez, pero

¿Cuándo? +

- Debe estar perfecto – dijo sonriendo ella – Muchos vendrán a verlo.+

Zitao aspiró hondo y cerró sus ojos. Volvió a abrirlos, temblando ya su cuerpo

del miedo que lo minaba. +

- Usted parece ser muy buen niño – comentó la mujer, mientras seguía repasando

en las prendas de Zitao – No como el mal educado de al lado, al que le dieron su

merecido por mal portado.+

Zitao comenzó a respirar agitado. Su boca seca, se reacomodó, animándose tímido

a preguntar, porque jamás sabría de las reacciones de las nanas.+

- ¿Quién? ¿Henry o... Dongwoo?+

- El malcriado de Dongwoo – respondió como si nada – Así que lo llevaron de


regreso a la celda, para que espere allí. Puede bajar los brazos mi niño.+

Él bajó los brazos. Ella se dio la vuelta, hacia la mesa, donde tomó una caja de

terciopelo. La abrió, dejando entrever una gargantilla de diminutos brillantes.+ a

- Le diré – susurró la mujer siempre sonriente – que el amo sabe de lo bien que

se ha comportado, así que vendrá a verlo en breve con una visita muy importante

para usted, como regalo. Además de este, que le ha preparado exclusivamente.+

La nana se encogió de hombros y sonrió cálidamente, colocando de nuevo la caja

en la mesita. Estremeció esa noticia a Zitao, que se animó a sonreírle a la

nana. No es que quisiera sonreírle, pero la esperanza de que sea su niña lo

consumía a cuenta gota. Además, esas mujeres siniestras, era difíciles de leer.

Zitao se encontró con varias así en casa de Jang Hyuk. Podían ser maternales,

amables y cariñosas, pero justificaban cada acto malicioso y de castigo por

parte de los amos, porque en definitiva es para ellos para quienes trabajaban. + o

- Bien – dijo ella, terminando su tarea – Espere aquí mi niño.+

Ella abrió la puerta, dejando pasar un guardia que se quedó inmutable, de pie,

mirándolo. Zitao habría querido sentarse, pero no era un permiso que se le

hubiera otorgado. Así que se limitó a esperar.+


Pasaron minutos, hasta que la puerta volvió a abrirse.+

- ¡Mami!2

- ¡Sophie! – exclamó, abriendo sus brazos y agachándose como pudo, para

recibirla.+

Ella corrió a él y se aferró a su cuello. Ellos se quedaron así, abrazados por

un momento. Zitao acarició la cabeza de su niña y miró a lo alto, al "amo" que

le había traído como regalo el ver a su hija. Wu Yànzǔ. +

- Sólo un momento Sophie – dijo Wu Yànzǔ.+

Su voz, era tan igual a la de Jang Hyuk. Zitao recordó de las veces que el

amable caballero se manifestó hasta cariñosamente hacia él, para después dejarse

al descubierto en la brutalidad de un monstruo que quería dominarlo

completamente y lo hacía. Zitao se encontró en la angustia de saber que su hija

estaba en manos de ese hombre. Wu Yànzǔ. El que ahora, resultaba ser el amo ahí. E

- Mami – llamó la niña.+

Zitao regresó sus ojos a ella, mirándola de la cabeza a los pies. El golpe de

pavor llegó, cuando la vio tan impecable y bien vestida. Ella parecía una

adorable princesa de cuento de hadas. Zitao miró acusatoriamente a Wu Yànzǔ. +


- ¿Te gusta?+

Zitao sonrió.+

- Claro cielo. Me encanta cómo te queda esa ropa – dijo inventando esa frase,

que le causaba náuseas.+

- Me dijeron que iremos a casa.+

Zitao miró a Yànzǔ, que sonriendo miraba el panorama, con sus manos detrás,

vigilante de cada cosa. +

- Qué bueno amor – dijo Zitao.+

- Sophie – llamó Yànzǔ, estirando la mano hacia la niña.+

La niña lo miró. Ella se alejó de Zitao y tomó su mano llena de pena en su

rostro. Yànzǔ tocó la puerta, que fue abierta por la nana, a quien le fue dada

la niña. Zitao se compuso bien de pie, con sus manos unidas a su pecho. +

- Nos vemos más tarde mami – dijo con pena Sophie.+

Zitao quiso avanzar. Pero se recordó su lugar. Él miró a Wu Yànzǔ y preguntó.+


- ¿Puedo, amo?+

Él asintió, sabiendo bien a qué se refería.+

Un último abrazo a su niña. Zitao se aferró con mucha fuerza a Sophie y le dio

un beso en cada mejilla. Se quedaron mirando de frente.+

- Te amo – dijo Zitao – Mucho mucho.+

Sophie llevó su dedo índice a la frente de Zitao y raspó ahí, en medio del ceño

apenas plegado de la frente de Zitao. +

- Todo lo malo se irá – susurró ella.1

- Sophie – habló la nana – Vamos.+

Y la niña desapareció de su vista, en lo que la puerta se cerraba. Zitao se

quedó con el guardia, inmutable en su sitio y Wu Yànzǔ. Zitao miró al hombre,

que seguía observándolo de arriba abajo.+

- Habla o pregunta si quieres – ordenó el caballero.+

- ¿Qué hará con nosotros? – se atrevió a preguntar.+

- Intentaré que te dejen permanecer a mi lado – respondió Yànzǔ.+


Zitao apretó sus párpados. El temblor de sus manos quiso esconderlas,

llevándoselas al pecho y apretándolas allí.+

- ¿Algo más que quieras saber? – preguntó el hombre – Tienes permiso.+

Zitao tragó duro, abriendo sus párpados y mirando apenas al hombre que le

sonreía.+

- ¿En condición de qué, estaré a su lado?+

- Es obvio – respondió él, encogiéndose de hombros – Serás mi niño.5

No dijo más. Yànzǔ se fue. La puerta retumbó al cerrarse.+

Y Zitao quedó allí, tiritando de los nervios, tapándose la boca por las náuseas

que vinieron, por el asco retenido hasta el momento, sabiéndose atrapado de

nuevo en el mismo infierno de antes, sólo que este era mucho peor,

horrorosamente peor, tratándose de Wu Yànzǔ. 5

---------------------+

*Octagon. Es un club nocturno, que aparece como escenario en "El Reflejo de tu

Corazón", siendo dueños/socios en ese momento del club, Bae Soo Bin y Park Jung

Min.
"Niño"

Octagon. Ese había sido el lado que les dijeron deberían de cubrir. Luhan y

Minseok fueron destinados a ir seguros porque conocían el lugar junto a

Kyungsoo. Lay no, pero él había sido terminante en su presencia sin dar brazo a

torcer. Él único que quedaba para dirigir desde fuera, era él y no por su

estado, sino porque simplemente "estaba acostumbrado a mandar", como le había

dicho Kyungsoo. 15

Y ahí estaba ahora.+

Baekhyun miró las pantallas en frente que aún seguían sin nada que mostrar. Su

casa, que siempre había sido una fortaleza blindada, era el única lugar seguro

para maniobrar sin que las redes satelitales de inteligencia pudieran penetrar

el sistema de seguridad. Chanyeol se lo había explicado incontables veces. Era

hora de probarlo entonces.+


- No podemos entrar más allá del primer piso del subsuelo - dijo de repente

Jaejoong.+

- ¿Hay más? - murmuró para sí Baekhyun, comenzando a sudar terriblemente - Creí

que no era más que un lugar de cuatro plantas.+

La ansiedad no iba ganarle. Reacomodó sus auriculares con audífono y miró los

dedos sin descanso en las teclas en las portátiles de los chicos de Kyungsoo.

Era todo el sonido que se oía. Teclas. Baekhyun caminó detrás de ellos

incontables veces, mientras sus ojos analizaban le panorama. +

- Quizá nuestro punto no sea el elegido - dijo Baekhyun palmeando el hombro de

Jaejoong - Pero igual intenta penetrar el sistema hasta donde llegues.+

Una parte de Baekhyun ansiaba que su punto no fuera el elegido. Se sintió tonto

porque había peleado con ahínco contra Chanyeol y los demás, cuando se

enfrentaron para ayudar. Baekhyun refregó su vientre. Al menos su niño estaba

como nunca colaborativo y pacífico dentro, sin molestarlo por nada. +

Miró el reloj eléctrico puesto a propósito en la pared, que marcaba hora, minuto

y segundos. El tiempo pasaba y aún si Octagon no fuera el sitio escogido, él

como líder de grupo, debía cerciorarse de que todo estuviera listo.+

Jaejoong espetó algún insulto. Baekhyun miró a JiYong en otra portátil, absorto

y concentrado en su trabajo de comunicación. Hasta que oyó.+


- ¡Si! +

Baekhyun miró a Jaejoong con brazos en alto y sonriendo como pocas veces se

recordara viéndolo así de contento. JiYong también rió abiertamente y le dijo a

Baekhyun. +

- Ya los tenemos.+

La pantalla más grande, dividida en cinco imágenes, fue la primera en

encenderse. Todos miraron ahí. +

- Octagon - dijo Baekhyun impresionado de la panorámica - Los tenemos. +

Una pantalla les mostraba lo que acontecía en la pista principal, vista desde lo

alto, entre luces de colores y bolas de cristal. Un poco le recordó a Sky, salvo

que todo el color allí iba entre lo verde y lila. Sin embargo fue otra la imagen

sobre la que se detuvieron. Chicos yendo y viniendo vestidos en uniformes de

camareros. Parecían estar en un sanitario. Azulejos verde agua y un inmenso

espejo les dio la afirmativa. Ellos estaban arreglándose.+

- Recuerda Baekhyun - habló JiYong - Hay subsuelo. Ese lugar tiene cuatro pisos

bajo tierra. No hay cámaras ahí y no tendremos acceso a no ser que alguno

descienda directamente.+
- ¿Y si enviamos a alguien? Después que...+

- El dispositivo que ingrese será nuestro nexo - le explicó - Algo así como un

virus que se implanta y nos adueñamos de todo.+

Baekhyun suspiró. Cerró sus ojos y sacudió su cabeza. Pensó. Calma. Él no debía

explotar por nada. Debía ver el lado positivo del asunto. +

- Mientras estemos conectados con los chicos...- pensó en voz alta Baekhyun,

Regresó su vista al frente. A la pantalla. Ahí, en la visión del medio, estaba

Minseok, acomodándose su uniforme, en frente del espejo del sanitario. +

- Quizá no sea el punto elegido - se consoló Baekhyun, sin quitar la vista -

Quizá...

Se miró en el espejo del sanitario destinado a los empleados, mientras jugaba

con su chupetín en la boca. Ladeó su rostro a un lado y luego al otro. Las yemas

de sus dedos rozaron apenas la punta de sus cabellos miel y con ondas en la

parte superior, despeinado y con un flequillo rebelde. Reacomodó el prendedor

que llevaba en su pecho y hasta se permitió un guiño como saludo en el espejo,

sonriendo divertido, por las dudas del otro lado, por esa diminuta cámara,

Baekhyun lo estuviera viendo.+


- Xiumin - llamó su jefe y ordenó - Mírame.+

Minseok frunció el ceño. Él se miró el atuendo que le habían dado. Apenas un

chaleco y unos pantalones de cuero, todo negro, dejando la parte superior de su

figura a la vista. Minseok resopló, haciendo que sus mejillas se abultaran.+

- Xiumin - volvió a llamar más duramente su jefe.+

Minseok se congeló en su sitio. Miró el prendedor que llevaba su "nombre".+

Cierto. Él era Xiumin. Casi lo olvida. +

Torpemente él miró a Heechul, que le tomó el rostro desde su barbilla, mirándolo

fijo a los ojos.+

- ¿Recuerdas, "Xiumin"? - susurró lleno de preocupación Heechul, mientras

repasaba rimel negro en sus largas pestañas.+

- Lo siento - murmuró apenas "Xiumin".+

- Que no se te olvide y saca un segundo ese chupetín de tu boca - le reclamó

Heechul, por lo bajo.+

Xiumin obedeció. Heechul puso brillo en los labios a Xiumin. Luego, Heechul le
colocó unos audífonos-auriculares de nuca. Todos los empleados lo llevaban,

incluyendo a Heechul.+

- ¡Yesex! - exclamó de pronto Heechul detrás suyo, sin dejar de mirar a Xiumin -

¡Lulu! ¡Lay! ¡Vengan!+

Un joven de cabellos rosa pálido en tonos platinados se acercó detrás.+

- No me gusta "Yesex" - se quejó por lo bajo Yesung, detrás de Heechul, que

vestía igual a Xiumin, de camarero.+

- Mejor eso que "perro rabioso" - reclamó Heechul, guiñándole un ojo a Xiumin y

sonriéndose entre ellos - Ustedes trabajarán en el primer piso. Lulu y Lay

¿Dónde están?+

- No me gusta mi cabello rubio - dijo Yixing mirándose en el espejo, haciendo un

mohín de disgusto.1

- A mí me gusta cómo te queda - animó Luhan, dándole una palmada en el hombro.+

- Ustedes se quedarán en planta baja - les dijo Heechul a ellos.+

- ¿Y el segundo piso? - preguntó Yesung.+

- No cubrimos nosotros ahí - explicó Heechul - Me dijeron solamente planta baja


y primer piso.+

- ¿No te resulta extraño? - comentó Luhan.+

Entre ellos se miraron. Heechul entonces se apuró. +

- Enciendan sus aparatos, que debemos probar. Tienen que tener cuidado en

distinguir las voces ¿Oyeron? Y no olviden mostrar bien sus nombres - les

recordó, dándoles un guiño.+

Ellos obedecieron y el sonido del crepitar del otro lado comenzó a hacerse más

audible. Nada. Hasta que surgió un ronquido del otro lado.+

- Aquí Baekhyun con el equipo listo y viéndolos - habló seriamente del otro lado

Baekhyun - ¿Me oyen? Confirmen. +

Nadie podría haberse dado cuenta de con quién hablaban, si todos hablaban ahí.

Así que haciendo que hablaban entre ellos, comenzaron.+

- Aquí Lulu - respondió primero Luhan, reacomodándose sus cabellos cenizas,


mirándose al espejo.+

- Aquí Lay - dijo Yixing, lavándose las manos.+

- Aquí Xiumin - habló él, poniéndose de frente a Yesung.+

- Aquí Yesex - respondió Yesung, acomodando el chaleco a Minseok.+

- Aquí Heechul ¿Nos ves bien?+

- Los estoy viendo - dijo de nuevo Baekhyun - Recuerden entonces que de ser

necesario se enciende la otra interfaz como refuerzo ¿Entendido? +

- "Entendido" - dijeron todos al unísono por lo bajo.+

- Heechul confirma la zona que los llamaron a cubrir. +

- Un piso del subsuelo, planta baja y primer piso. No tenemos acceso al segundo

piso.+

- Y hay más pisos bajo tierra - anunció Baekhyun, emitiendo un largo suspiro.+

- ¡¿Qué?! - exclamó Heechul - No sabía de eso.+

- Tengo un mal presentimiento - dijo desconsolado Yesung, sacudiendo su cabeza y


asustado - Y nome gusta esto...+

Entre ellos se miraron. Todos habían pasado por cosas malas ahí en la vida.

Algunos más que otros. Pero el terror en los ojos de Yesung, hizo que se

preguntaran qué malditas cosas debió haber atravesado él, para verse así de

angustiado. Se suponía que estaba ahí como refuerzo, incluso cuidándolos a

ellos, porque eso se había comprometido a hacer para ayudar a sacar a su amigo

Henry de ahí y al final, eran ellos quieres cuidaban a Yesung. 1

- No te preocupes querido - le habló tranquilo Heechul, abrazando al hombre -

Estamos juntos en esto y seguiremos juntos ¿De acuerdo?+

- ¡Heechul! - llamó un hombre.+

De la nada, todos abrieron paso al hombre que de por sí llamaba la atención.

Joven, alto y delgado, rasgos finos pero duros, el sujeto atravesó como si nada

el lugar mientras sonreía complacido a Heechul, con brazos abiertos y aire

festivo. Él fue mirando a las chicas y chicos al pasar, asintiendo con elegancia

a los que le hacían reverencia. Parecía que estaba acostumbrado a meterse a

todos en el bolsillo con ese aire de confianza que emanaba como líder. Y de

verdad, dejó en claro que no solamente era el líder, sino el dueño.+

- Gracias por prestarme tus chicos a último momento - dijo, llegando a Heechul.+ e
Heechul dio una palmada en el pecho del hombre. Ellos parecían tenerse

confianza. El hombre miró a todos los chicos de Heechul, dando vueltas sobre sí

mismo. Lay y Lulu se apartaron. Xiumin se puso de nuevo el chupetín en la boca y

se hizo a un lado con Yesex de la mano, metido entre todos los empleados.+

- No hay problema querido - respondió Heechul lleno de su habitual simpatía -

Sabes que desde que se llevaron a Seo Joon... - suspiró con pena y borrándosele

la sonrisa de la cara -... los Park no me han querido por Sky. Creen que yo

sabía de todos los movimientos de Seo Joon y lo ayudaba.+

- Seo Joon...- asintió el hombre varias veces - Era un buen amigo...+

- Si...+

- En fin. Oye Heechul... - dijo el caballero, mirando ahora sin disimulo a

Xiumin, de la cabeza a los pies - Sí que tienes buenos elementos aquí. Uno mejor

que otro...+

- ¿Elementos? - preguntó confundido Heechul.+

El hombre sonrió divertido, pero cambió de tema.+


- ¿Me veo bien? - preguntó, mostrándose a sí mismo, con esa camisa negra y

pantalón de cuero del mismo color - Tú sabes más que yo de esto.+

- Pareces tapa de revista ¡¿Qué preguntas?! - exclamó Heechul exageradamente.+

Los dos rieron del chiste y cruzaron más palabras. +

- Los necesito fuera ahora - ordenó, aún si sonriera.+

Heechul no perdió tiempo e irrumpió batiendo palmas a todos en general, para

llamar a los empleados a rodearlo. En círculo, dejando a Heechul en medio con el

dueño de Octagon, las chicas y chicos se miraron unos a otros. Algunos siguieron

acomodándose la ropa entre ellos. En frente de Xiumin, se pusieron Lulu y Lay a

la par. Yesex asentó su frente en el hombro derecho de Xiumin. No supo por qué,

el instinto protector de Xiumin, hizo que llevara su mano a la cabeza de Yesex,

dándole palmaditas, como si quisiera reconfortarlo. Supuestamente Yesex había

sido puesto junto a Xiumin, para que cuide de Xiumin, pero todo estaba invertido

ahí. Yesex tomó al instante la mano de Xiumin y la apretó con fuerza.1

- ¿Qué ocurre? - le susurró un tanto preocupado Xiumin.+

- Ese hombre... lo he visto y...- dijo apenas Yesex, lleno de ansiedad en su voz

- Es de ellos...+
Ahora entendía Xiumin, que Yesex estaba evitando ver de frente al hombre.+

- Baek - se oyó decir en un murmullo a Lay - ¿Qué información hay de él? +

Pasaron unos segundos, antes que del otro lado Baekhyun tuviera una respuesta

certera.+

- Lee Soo Hyuk, el nuevo dueño de Octagon y de muchos otros clubes en Seúl,

desde que Bae Soo Bin fue retirado - se lo oyó, ahogándose en su respiración

repentinamente agitada - Es socio e inversor de la industria del entretenimiento

patrocinando a modelos. Se dice que es la competencia de Eunhyuk. 2

- Y lo invitó a venir esta noche - se oyó reír a Luhan, por la ironía de la

situación.+

- Hay un detalle no menor - se oyó decir a JiYong - Es sobrino del señor Kwan. + e

- ¿Y ese? - preguntó Baekhyun.+

- El hombre que traicionó a los Park y del que Kyungsoo hace meses se tuvo que

encargar - respondió Jaejoong - Favor que le hizo, porque ahora él es el jefe de

esa maldita familia. El sujeto, parece amable y cordial, pero es un maldito

sádico. Cuídense. Lo he visto con Wu Yànzǔ. +


Heechul siguió dando las indicaciones de cómo deberían manejarse sus chicas y

chicos en el lugar. Un rato se mantuvieron en sus posturas, hasta que Xiumin oyó

decir severamente a Baekhyun.+

- Chicos, nuestro punto es el elegido. Prepárense a actuar según lo planeado y

esperen indicaciones. +

Heechul por un instante frunció el ceño, quedándose en silencio. Miró a Lulu y

Lay, que estaban más cerca. Sacudió su cabeza, recordándose dónde estaba y lo

que hacía y prosiguió como si nada, rogando que el dueño de Octagon no hubiera

notado nada extraño. Pero entonces, Heechul notó que el hombre se encontraba más

interesado en ver a Xiumin que ya no tenía cerca a Yesex. +

- Cubrimos la zona activa de Octagon - siguió hablando Baekhyun - Pero no los

cuatro pisos debajo en subsuelo y necesitamos visibilidad de ese sector. +

Xiumin estaba atento, aparentemente en las palabras de Heechul, ahora con sus

manos juntas detrás de su cuerpo y con la cabeza apenas inclinada a un lado,

mientras seguía con su chupetín de un lado al otro, haciendo a sus mejillas

elevarse por turno. De repente Xiumin se quitó el chupetín de la boca, haciendo

un sonoro ruido. Él emitió un adorable bostezo. El dueño de Octagon sonrió al

verlo. Se acercó un paso a Xiumin, poniéndose a su lado.+


- ¿Sueño? - le preguntó en un murmullo, Soo Hyuk a Xiumin.+

Xiumin emitió un respingo y se compuso bien erguido. Él tuvo que elevar su

rostro para mirar al hombre que era terriblemente alto, llegándole apenas al

hombro.+

- Lo siento señor - dijo suplicante, bajando su cabeza, avergonzado de ser visto

de ese modo - Disculpe. Yo... no volveré a hacerlo...+

El hombre sonrió más, enarcando una ceja en alto. +

- No te asustes niño - quiso él tranquilizarlo, sonriéndole amable y colocando

sus pulgares en los bolsillos de su pantalón elegantemente - Pareces no estar

acostumbrado a estar despierto a largas horas en la noche ¿O quizá estás muy

cansado de hacer tanto?+

Xiumin parecía reacio a dar una respuesta ante eso. +

- Claro...+

El hombre arrugó el ceño de repente. No le gustó no tener una respuesta. La


sonrisa se le fue de los labios. Él siguió analizando a Xiumin todo el rato que

se le antojó, hasta que Heechul le llamó.+

- ¿Quiere decir algo señor Lee? - preguntó formalmente al hombre, qu aunque más

joven que él, era el jefe.+

Lee miró a Heechul y se limitó a negar, sacudiendo su cabeza. Sus ojos,

regresaron a la cara de Xiumin.+

Heechul ordenó a todos dispersarse. El bullicio dominó el sanitario, mientras

todos comenzaban a retirarse. Xiumin tiró el chupetín en el tacho lleno de

papeles y quiso hacer lo mismo que el resto de sus compañeros, pero Lee Soo Hyuk

lo frenó, colocándose en frente. Xiumin casi choca con el sujeto y lo miró

confundido de arriba abajo. Ahora el señor Lee tenía las manos puestas detrás de

su cuerpo.+

- ¿Señor Lee? - cuestionó Xiumin sorprendido- ¿Se le ofrece algo?+

- Niño - habló Soo Hyuk, serio y de pronto hasta severo - ¿Tienes experiencia en

esto?+

Xiumin abrió sus labios, pero se los mordió al instante. Tuvo que bajar la

vista, por no saber qué decir.+

- Lo haré bien señor - casi que suplicó Xiumin, emitiendo una reverencia - Daré
lo mejor de mí. Lo prometo. El señor Heechul me conoce del bar y... y aunque

nunca trabajé en un club así, lleno de tanta gente, soy... soy bueno señor.+

Xiumin se paró derecho, pero no miró al hombre, sino que mantuvo su cabeza

inclinada. Una mano de Lee viajó debajo del mentón de Xiumin, exigiéndole eleve

su rostro. Ellos se miraron. Xiumin parecía asustado. +

- ¿Ese es tu nombre? - preguntó el caballero, mirando el prendedor - ¿Xiumin?+

- Sí señor - respondió Minseok.+

El hombre acarició con su pulgar la piel de Xiumin, que encogió apenas sus

hombros.+

- ¿Cuántos años tienes Xiumin? - preguntó.+

Xiumin abrió sus labios, pero no dijo nada al instante. Dudaba en dar una

respuesta.+

- 22 años... 22, señor - respondió, inseguro, al fin.+

El hombre llegó a ver el cuello largo del chico, removerse por lo duro que había

tragado. También percibió la respiración agitada de Xiumin, raspando sus dedos

que seguían tocando la piel del chico. Soo Hyuk llevó sus manos a sus bolsillos

y analizó detenidamente a Xiumin a su antojo. Sabía que Xiumin mentía. Él no


tenía 22 años. +

El sonido de las chicas y chicos dispersándose, no entretuvieron para nada Soo

Hyuk que siguió mirando a Xiumin. Y Xiumin, inquieto, llevó sus ojos a sus

costados, como a la espera del escrutinio del dueño. +

- Bien - dijo el hombre finalmente - Puedes irte.+

Xiumin no demoró en desaparecer de la vista del hombre. Cuando atravesó las

puertas vaivén, encontrándose en un pasillo alfombrado, él suspiró inflando sus

mejillas, mientras cerraba sus párpados. +

- ¿Todo bien Xiu? - preguntó una compañera.+

Él sonrió y siguió con ella, avanzando por el tramo. Al final, otra puerta.

Detrás, empujando por ella, luces de colores y la gente ya comenzando a ingresar

en cantidad exorbitante, llenando el local impresionante. La planta baja, era

una sola pista de baile. En los márgenes, las barras llenas de chicos. Xiumin

elevó sus ojos a lo alto. Había dos plantas más, como balcones, por donde se

asomaba la gente bailando. Nada había cambiado de este lugar de la vez que había
venido con Jongdae, acompañando a Luhan. Esto estaba plagado de luces

fluorescentes de color verde y el decorado lineal, acentuado por los tubos, que

dibujaban figuras geométricas, octágonos en su mayoría; hasta las banquetas y

las mesas iban a juego. Había cinco pantallas gigantes dispersas en los

laterales del escenario, donde estaba el DJ, que proyectaban gente bailando

coreografías en medio de colores. Detrás de él, la pantalla más inmensa que

jamás hubiera visto Xiumin, proyectando a la multitud misma.+

- Nuestros hombres están llegando en 20 minutos - se oyó decir a Baekhyun del

otro lado - Si ven algo extraño enfoquen o den informe. +

Xiumin se encontró subiendo las escalinatas con Yesex y una bandeja que le fue

dada. Ellos debieron separarse para iniciar su labor. Xiumin comenzó a hacer su

trabajo de camarero, yendo y viniendo por todos lados con la agilidad de todos

sus compañeros. Él escuchó cuando los comentarios lascivos y morbosos, como las

manos rosando su cuerpo, las palmas queriendo golpearle el trasero y alguna

persona, ofreciéndole dinero a cambio de favores. Pero él permaneció frío ante

eso, sin importarle nada.+

- Aquí Yesex en primer piso - se hizo oír - 15 guardias, entre tres a dos en

cada barra. Zona vip. Gente conocida se espera, por lo que ha dicho el barman.

Eunhyuk y su comitiva. +

- Ahí llegan con Eunhyuk nuestros chicos - se adelantó en decir Baekhyun.+


- Observando gente extraña en la última planta - habló Xiumin, elevando sus ojos

a lo alto, anclados en los sujetos que se asomaban por las barandas, como él,

desde el primer piso - Nadie tiene permitido ir ahí. Caballeros de smoking que

observan a la gente bailar. No puedo darte una buena panorámica, pero está lleno

de ellos, como una fiesta privada. El dueño está ahí con ellos.+

- Ahora los vemos bien - dijo Baekhyun.+

- Xiumin - llamó el encargado de Octagon, por auricular - Sube al último piso.

Servirás allá ahora. Dime si copiaste. +

Xiumin apretó el interruptor de cambio de canal y habló al encargado de Octagon.+

- Copiado - dijo mientras aceleró sus pasos a las escaleras, con la bandeja en

la mano. Él apretó el diminuto dispositivo, cambiando canal y habló - ¿Oyeron

eso chicos? +

- Es la zona que nos faltaba cubrir - habló Baekhyun - Cuídate. +

Xiumin quiso avanzar por las escaleras, pero se encontró de golpe con dos

guardias enfrente de él, que parecían reacios a dejar que avance. +

- Me ordenaron subir - dijo Xiumin.+


Uno de hombres se llevó dos dedos a su oído, como oyendo algo por sus

auriculares. El guardia miró a Xiumin y asintió. Los dos hombres le abrieron

paso. Xiumin avanzó. Él fue dirigido a un palco impresionante entre sillones y

chicas y chicos dando un espectáculo privado, retorciéndose ágilmente en caños.

Esto era extraño de por sí. Y los hombres, parecían más observadores y

espectadores complacidos de los jóvenes allá abajo bailando en la pista,

mientras sus dedos señalaban algunas caras, riéndose divertidos, bridando entre

champaña y fresas. Era como si estuvieran eligiendo. Todo era penumbra en un

sutil alumbrado verde.+

- Te sigo - dijo Baekhyun - No estás solo. +

- Ascensor a la vista - fue lo último que murmuró Xiumin.+

Alguien de pronto le tomó de la muñeca y sin reparos, brutalmente lo tiró al

margen de toda esa gente que estaba viendo, mientras le quitaba la bandeja que

dejó rodando en el suelo. Xiumin se encontró casi chocando con los pectorales de

alguien. Él tuvo que elevar su cara para ver quién diablos lo acorralaba.+

- ¡¿Señor... Lee?! - exclamó descolocado Xiumin, encontrándose con la cara


severa del sujeto, que lo hizo chocar contra la pared. Xiumin se quejó y se

asustó por eso - ¡¿Qué...?!+

- Eres menor - dijo casi rugiendo, como respuesta.1

Los ojos del Soo Hyuk hicieron enmudecer a Xiumin, que aterrorizado ahora por

esa mirada penetrante y tajante, apenas si pudo mantenerse en pie, sosteniéndose

de la pared. +

- ¡Dime ahora! - rugió el hombre, agolpando la palma de su mano en la pared -...

antes que llame a la policía para que verifique tu identidad.+

Xiumin se encontró temblando en serio, apenas pudiendo respirar.+

- Yo... ¡Lo siento mucho! - gritó Xiumin, encogiéndose en sí mismo y juntando

sus manos, para suplicarles al hombre - ¡Por favor señor Lee no haga que me

vaya! ¡No me denuncie! ¡Lo necesito! ¡Yo necesito el trabajo! ¡Nadie paga tan

bien por una noche y...! ¡Haré lo que sea por...!+

No le importó a Xiumin si los demás señores comenzaban a cuchichear mientras se

movían del lugar. Todos estaban comenzando a mirar demasiado ahí. Un señor ya

entrado de años se acercó a Lee y le dijo un tanto burlón.+

- ¿Algún problema Soo Hyuk?+


Lee miró al hombre desconocido, que se relamió los labios mirando a Xiumin de

arriba abajo y entonces se paró en frente de Xiumin, cubriéndolo de la vista del

sujeto, para que le quede claro.+

- Es "mi" problema - fue todo lo que dijo tajante.+

Al sujeto se le fue la sonrisa y se alejó sin decir más.+

Xiumin se encontró encogido de repente detrás de Soo Hyuk, que estaba casi

encima de él. Lee se volvió a Xiumin a quien parecía desfallecer del espanto.+

- Señor...- casi gimió Xiumin, con los ojos brillantes.+

Lee suspiró, inflando su pecho. Sus labios se apretaron y su frente despejada

por el peinado engominado brilló del sudor. +

Y lentamente, sus labios de Soo Hyuk se curvaron. +

- Xiumin - llamó el hombre, cambiando su modo a uno más suave y grave, colocando

su mano derecha en el hombro de Xiumin - Tranquilo niño. No queremos llamar la

atención.+

Xiumin juntó sus manos en su pecho. Él parecía estar dispuesto a todo por el

dinero de esa noche. Lee Soo Hyuk se dio cuenta de eso. Repasó en detalle cómo

Xiumin se mordió los labios, preso de los nervios y no pudo evitar pensar en lo
que sería si él se los mordiera a Xiumin. Era tan delgado, tan pequeño, tan niño

en sus gestos, en sus modos. Tan inocente...+

Xiumin parecía desesperado, realmente desesperado y necesitado. 3

- Lo siento... - dijo Soo Hyuk , tan amable, tan gentil, que hizo a Xiumin

mirarlo - No quería asustarte así Xiumin, pero... pones en riesgo a todos aquí -

reclamó, aún si su voz fuera comprensiva - Xiumin ¿Por qué un niño como tú, está

en un lugar como este? - preguntó compungido.+

Soo Hyuk parecía saborear con los ojos, los destellos como chispas de esas pecas

de Xiumin dispersas en sus mejillas que ahora veía bien por lo cerca que estaba

del chico, aún si estuvieran en la penumbra. El maquillaje cubría algo de esas

pecas, que ahora afloraban como caricia entre las luces tenues. Adoró, de verdad

que adoró, cuando tímidamente Xiumin sacó de su bolsillo trasero del pantalón

esos lentes de aumento y se los colocó, para ver mejor al hombre alto. Ahora

parecía ser realmente un niño a punto de llorar, con ese mohín en su boca. 1

- Responde - ordenó Soo Hyuk.+


- Soy solo, señor - dijo tímidamente Xiumin - Yo me cuido a mí mismo.+

- ¿Padres?+

El chico sacudió su cabeza, curvando sus labios al suelo.+

- Mi madre es la única y para ella soy una molestia. Vivo solo señor. Lejos de

ella.+

- ¿Otra familia?+

Xiumin frunció el ceño. El señor Yoon sabía que era de esperar que a Xiumin le

resultaran extrañas tantas preguntas.+

- Nadie.... señor - respondió sin embargo.+

Silencio. +

Una lágrima salto por la mejilla del niño. Lee no pensó dos veces cuando su mano

acunó el rostro del chico y su pulgar quitó esa lágrima.2

Era perfecto. Xiumin era perfecto. A sus 31 años, Lee Soo Hyuk creyó haber

encontrado un buen niño perfecto. A él le gustaban de esa edad, entre los 13 y

17, que además cedían fácilmente a sus encantos. A él no l iban los niños

demasiado pequeños porque costaba trabajo cuidarlos, ni los atolondrados y


soberbios adolescentes, que creían arrasar con todo por delante, petulantes y

rebeldes, sino este chico, tímido e inseguro, somnoliento porque seguramente

estaría demasiado cansado de trabajar, para poder mantenerse, teniendo apenas

amigos y vida social. Eso hacía que de seguro ni siquiera fuera a las fiestas.

Además Xiumin, tenía ese aire de querer agradar y hacer todo lo que se le

ordenara por el simple hecho de recibir una palmada en el hombro, asegurándole

que lo estaba haciendo bien, desesperado por algo de reconocimiento. Lee Soo

Hyuk se dijo, que él podía darle eso a Xiumin. 1

Si tan sólo él aprovechara esa noche para presentarlo a la hermandad, para que

se lo cedieran...+

La preocupación dominó al instante al hombre, que frunció el ceño, dándose

cuenta que no sería el único que de seguro lo querría. Pero, no tenía más

alternativa que darlo a conocer. +

Xiumin, perdido y angustiado, tomó la solapa del cuello de la camisa del señor

Lee. Él suplicó, rogó y lloró al hombre.+

- Por favor señor Lee...+

- Xiumin - dijo duramente el señor Lee, mirando donde las manos de Xiumin habían

agarrado.+

Aún si a Soo Hyuk le gustara sentir la cercanía del cuerpo del muchacho, él
debía componerse en su sitio. Xiumin debía saber cuál era su lugar.+

Xiumin soltó abruptamente las prendas de Soo Hyuk y cabizbajo hizo a un lado su

rostro, lleno de vergüenza. Y Soo Hyuk sonrió complacido, porque Xiumin podía

entenderlo a la perfección. Tan sólo esa sutil orden dada, Xiumin la había

interpretado bien. 4

- Perdone señor - murmuró Xiumin.+

- Mírame Xiumin - ordenó Soo Hyuk.+

Xiumin obedeció. Asustado, sus ojos quedaron fijos en los ojos del señor Lee.+

- Esta noche servirás en una de las plantas del subsuelo - explicó - Te levaré

allí y no preguntarás nada, ni hablarás con nadie ¿Entendido? +

- ¡Es nuestro! - se oyó a JiYong exclamar del otro lado. +

Xiumin arrugó su frente. Sus ojos abiertos y grandes ¿Todos estarían en el

subsuelo? Xiumin tendría acceso allí.+

- Quítate eso - ordenó Lee a Xiumin, señalando su auricular-audífono de la nuca

- Allá no te hará falta eso.+

La preocupación se dejó entrever en la mirada de Xiumin, porque él estaría solo.


Sin hablar con nadie. Pero él debía obedecer, así que se quitó el aparato que

Lee tomó en su mano. El hombre hurgó dentro y Xiumin vio cuando él quitó la

batería al objeto. +

Xiumin se colocó de nuevo sus lentes de aumento. No contaban con esa parte. Al

menos, Xiumin tuvo la esperanza de que el haberle puesto el diminuto

micrófono-rastreador en la solapa de la camisa al hombre, cuando arremetió hacia

él, sirviera de algo. De todos los chicos, ninguno de ellos había podido suponer

que sería él, el elegido. Lay y Lulu parecían haberse preparado más para eso.

Xiumin se encontró tiritando de repente, suspiró y siguió al señor Lee.+

Ellos se subieron al elevador. Xiumin miró al señor Lee de un lado y a un

guardia que apretó varios números en el tablero, un código de seguro, para

acceder a otro sitio. Las puertas se cerraron y Xiumin se vio a sí mismo

perfectamente reflejado en frente, en el metal impoluto, como si fuera espejo

borroso. +

Xiumin dejó ver su móvil. Apenas la pantalla se encendió, el Lee lo quitó de su

mano y Xiumin vio cómo era apagado.+


- No te hará falta donde vamos - dijo Soo Hyuk quedándose con el celular.+

- Pero...+

- ¿Quieres conservar el trabajo? - preguntó cortante.+

- Sólo quería ver la hora - murmuró Xiumin, que instintivamente se llevó la mano

a su pecho.+

- Tranquilo niño - dijo Lee, colocando su mano en la nuca de Xiumin y

masajeándola.+

Xiumin se sintió peor, dejándose tocar por otro hombre. Sólo podía imaginarse la

cara de Jongdae del otro lado, viéndolo así como estaba, desde el metal que le

devolvía su reflejo. Él rogó mentalmente que Jongdae no estuviera viendo. Rezó

porque no estuviera conectado a Baekhyun aún, al menos eso.1

Las puertas se abrieron. +

Xiumin fue dirigido por Soo Hyuk hacia fuera. Sus pasos no se oyeron por el

alfombrado suelo de color rojo. Una escalinata descendía en forma de caracol

hacia un espacio amplio entre sillones y señores bien vestidos que eran

atendidos por los camareros que llevaban de todo en sus bandejas. Un complejo

rectangular sobrio y de luces frías, entre la música eléctrica y extrañamente

lenta. En los extremos, enfrentados, la barra con los barman dispuestos


trabajaban sin demora; detrás de ellos los estantes llenos de botellas de

colores que eran también decorado entre la cristalería de las copas. Delante de

las barras, los sillones de cuero negro para una sola persona, donde las mesas

ratonas tenían dispuestos aperitivos. 1

Soo Hyuk y Xiumin se detuvieron a observar el panorama desde lo alto. A Xiumin

le llamó la atención que chicas y chicos permanecían de pie al lado de los

señores. Ellos se limitaban a sonreír como adornos perfectos a los caballeros,

cuando estos les hablaban. Uno de los hombres palmeó sobre sus rodillas y un

chico que debía tener no más de 15 se sentó sobre ellas. Xiumin tragó duro y

abrió los labios, absorbiendo sus ojos esa imagen. Ahora comenzaba a hacer

estragos en él la ansiedad y los nervios de saber lo que ocurría en ese lugar.

En frente de todos, ellos hacían lo que querían, pero nadie nunca lo sabría. Esa

gente, actuaba con absoluta impunidad.+

- ¿Xiumin? - llamó del lado izquierdo Lee.+

Xiumin miró de lado, elevó sus ojos, expectantes, al hombre.+

- ¿Tengo que servir aquí, señor? - preguntó Xiumin, con ojos bien abiertos.+

- ¿Qué es lo que entretuvo tu vista? - preguntó Lee - Dime Xiumin ¿Qué de todo

fue lo que te quedaste viendo?+

Xiumin bajó los ojos al suelo. Sus labios se perdieron dentro, mordiéndose las
palabras que no se animaba a decir en voz alta, mientras sus manos se unían

tímidamente delante de su cuerpo. El señor Yoon se paró detrás de Xiumin,

posando sus manos en los hombros de Xiumin.+

- Dime - ordenó esta vez Soo Hyuk, más duramente.+

- Yo... veía...+

- No me mientas Xiumin - advirtió en su oído Lee, con aire siniestro y sus

labios fruncidos.+

Lee empujó débilmente a Xiumin a mirar al frente. Él animó a Xiumin a seguir

viéndolo todo. Sus dedos acariciaron la piel de Xiumin y repasó lo que debía

estar observando Xiumin.+

- La ropa que llevan... - dijo Xiumin -... debe ser muy costosa. Y esas cadenas

en sus cuellos ¿son de diamantes?+

Xiumin sintió los labios de Lee presionar en su oído.1


- ¿Te gustaría tener eso mi niño?1

- No es eso señor - respondió Xiumin, tragando duro de los nervios que le

generaba hablar - Es el hecho de pensar en lo que vale. Yo podría alimentarme de

por vida, con ese dinero. Y no me vería nunca en la necesidad de buscar dónde

pasar la noche...+

Lee sonrió. Parpadeó somnoliento en la visión de imaginarse a Xiumin siendo

suyo. Xiumin era perfecto, triste y melancólico, desesperado por tener la

seguridad que se le había arrebatado siendo tan joven. Él sólo quería un lugar

donde refugiarse.+

- Soy el dueño de este lugar Xiumin ¿Sabes lo que eso significa?+

Lee hizo a Xiumin regresar su vista a él. Sus manos sujetando los hombros de

Xiumin, exigieron al chico a darse la vuelta del todo, quedando frente a frente

los dos, mirándose.+

- No señor - dijo tímidamente Xiumin, mojando sus labios brillosos - Pero debe

ser una carga muy pesada de llevar. La gente debe pensar que esto es divertido,

pero...+

Él hizo silencio. Bajó la vista un instante.+

- Pero...+
- Manejar tanta gente...- murmuró, regresando la vista al señor Lee -... y que

todo siempre esté perfecto...+

- Ven conmigo niño - ordenó Lee a Xiumin.+

Xiumin se encontró siendo tomado nuevamente de su nuca y presionado a ir donde

era dirigido. Ellos descendieron por la inmensa escalinata, atravesando el

inmenso pasillo que separaba los dos sectores. Lee asintió varias veces a los

caballeros que elevaron sus cejas, mientras analizaban al chico que él llevaba

al resguardo, vigilando seguramente de que nadie lo tocara, nadie más que él.+

Fue eterno para Xiumin ese pasaje, en el que las miradas asquerosas de esos

hombres se manifestaban sin esconder que morían por tenerlo. Xiumin se encontró

reconociendo alguna de esas caras, aún si fuera de portales de internet o los

mismos noticieros, esos hombres eran empresarios poderosos, otros se sentaban en

La Asamblea Nacional de la República, incluso podría jurar que jueces fueron

también los que atravesaron por sus ágiles ojos ¡¿Qué demonios era todo esto?!

Pasmado se quedó Minseok, agitado en su angustia cuando reconoció un doctor del

Hospital Central. Todo era demasiado horroroso en ese lugar. Y todos ellos con

sus niños al lado o encima sobre sus piernas. Los hombres parecían

desvergonzados en acariciar a los petrificados chicos, que era como si fueran

maniquíes asumiendo el papel que se les había dado. +

Lee se frenó en seco. Un hombre tan alto, como poderoso detuvo abruptamente su
paso y por ende, el paso de Xiumin. Los dos hombres altos se miraron serios. Lee

inclinó levemente su cabeza a un lado, metiendo su mano libre en el bolsillo de

su pantalón, acercando a sí mismo a Xiumin. El otro caballero, de rasgos

tajantes y duros, miró de arriba abajo a Lee.+

- Wu - dijo Lee - ¿Algún problema?+

"Wu".+

- No llevas traje de gala y es una noche importante Soo Hyuk - reclamó severo el

sujeto.+

- Yànzǔ - asintió hasta sarcástico Lee - Sabes que no me gusta andar vestido

como viejo.+

"Wu Yànzǔ".+

Xiumin tuvo que permanecer con su cara llena de desconcierto, más no de pánico,

que era lo que en verdad sentía en ese momento. Agradeció el hecho de saber que

el "padre" de Yifan jamás había tenido contacto con él. Ellos nunca se habían

visto antes. Sin embargo, los ojos oscuros de Wu se posaron analíticos en

Xiumin. +
- Nunca lo había visto- dijo Wu.+

Xiumin suspiró, levemente, para no llamar tanto la atención y se acercó más

hacia Lee, buscando esconderse en él. +

- Así es - dijo Soo Hyuk.+

- Está grande ya para aprender - advirtió Wu. +

- Me arriesgaré - asintió Soo Hyuk.+

- ¡¿Acaso estás pensando en...?! - increpó Wu, sus ojos puestos en Xiumin,

realmente perturbado - No es conveniente, no es prudente.+

- Gracias por tu consejo - dijo Lee sarcástico y arrogante, sonriéndole a Wu -

Lo tendré en cuenta.+

Wu apretó su mandíbula y avanzó un paso a Lee. Fue como una batalla silenciosa

de poder entre ambos. +

- Soy parte del consejo Soo Hyuk - habló duramente Wu - Desde ya no lo apruebo.+ c
- No serás tú quien dé la última palabra - respondió sin un rastro de inquietud

Soo Hyuk - Aunque yo sí seré parte de los que voten por decidir quién será

nuestro jefe aquí, Yànzǔ.+

Wu se apartó. Elevó su mentón apenas. Sus ojos vagaron de Soo Hyuk a Xiumin. +

- ¿Cuántos años tiene? - preguntó Wu a Lee, al segundo que señaló - Sabes que

aún si lo presentaras, puede que otros lo quieran. +

- Es menor - dijo Lee sereno - Y seguramente muchos lo querrán, pero tú me

ayudarás, como yo te ayudé a hacer a un lado a Jang Hyuk y te seguiré ayudando

aquí con mi gente.+

Wu asintió varias veces. Una sonrisa leve saltó de repente de sus labios y una

palmada en el hombro de Lee. +

- Eres buen anfitrión Lee Soo Hyuk - aseguró Wu - Jang Hyuk te eligió bien.+

- Gracias Wu - respondió Yoon, sonriendo complacido - Viniendo de ti, un hermano

supremo, es un halago realmente.+

Wu se apartó. Él iba a permanecer en el bar. Xiumin lo siguió con la mirada. +

- ¿Xiumin? - llamó Lee.+


Exaltado, Xiumin miró a Soo Hyuk.+

- ¿Señor? ¿Puedo preguntar algo? +

- Dime.+

- ¿Por qué me dice niño?+

El hombre detuvo un segundo su paso. Sonrió lleno de orgullo en sí mismo, cuando

le dijo.+

- Porque eres perfecto, como un niño. Los niños son inocentes y puros de

corazón. No ven la maldad en nada. Ni son malvados tampoco. Y tú eres así. Lo

sé.+

Xiumin se quedó boquiabierta, impresionado de esas palabras. El terror hizo que

se estremeciera de punta a punta.+

Soo Hyuk tomó de la mano a Xiumin y lo volvió a arrastrar lejos de esa zona.

Atravesaron unas puertas dobles vaivén, quedándose en otro pasillo. Mareó a

Xiumin toda la edificación. No solamente estaban bajo tierra, sino que ese

predio parecía ser el triple de inmenso que el club en la superficie de por sí.

Él ya estaba perdido. Más cuando atravesaron todo un sector de sauna, donde

piletas y piscinas llenas de hombres y chicas y chicos que les servían mientras
ellos se bañaban, hacía a Xiumin mantener el equilibrio abriéndose paso entre la

gente y las cortinas blancas. +

- ¿Señor? - llamó Xiumin asustado.+

Pero Soo Hyuk siguió arrastrándolo ahora, hacia un sector nuevo, que parecía

biblioteca, también con caballeros leyendo libros o disfrutando que se los

leyeran. Xiumin se sintió mareado. Otro pasillo inmenso, alfombrado, con puertas

una al lado de la otra. Una de esas puertas fue abierta, mostrando una suite

donde una chica estaba en la cama con un señor, mientras un camarero ingresaba

con el pedido de comida dentro. Xiumin quiso decir algo, pero ellos doblaron una

esquina a la derecha y otra esquina a la izquierda y...+

Descendieron otra escalinata. Una estancia nueva con sillones y vacía. Tres

puertas con dos guardias, cada una de ellas, era lo que había ahora. Los hombres

dieron una reverencia a Lee apenas lo vieron. Allí se frenaron.+

Soo Hyuk se volvió a Xiumin y dijo.+

- Aquí te vestirás y te prepararás para lo que viene.+

Xiumin frunció el ceño. +

- Señor... no entiendo - dijo asustado.+


Lee sonrió y por primera vez tomó entre sus manos el rostro del chico. Él lo

miró detenidamente. Xiumin se estremeció de hecho, al ver la adoración del

hombre cuando lo miró a los ojos.+

- No tienes que entender - susurró casi rozando los labios de Xiumin - Ni tener

miedo. Yo te cuidaré bien.+

- ¿Usted me va a cuidar? - asintió inocente Xiumin - ¿A mí? +

Yoon asintió varias veces. +

- Ahora, ve - ordenó - Detrás de esa puerta, habrá alguien esperando con tu ropa

nueva. No quiero que nadie más te vea así vestido, nunca más - dijo, arrugando

el ceño y mirándolo despectivamente de arriba abajo, como si algo malo Xiumin

hubiera hecho.+

- Pero los chicos que servían allá fuera estaban como yo vestidos - le recordó

Xiumin - Es nuestro uniforme.+

Soo Hyuk sonrió a Xiumin y acarició su rostro, luego se apartó, pero tomó su

mano y lo llevó en frente de una puerta. Él la tocó. La puerta se abrió y una

señora con sonrisa amable los recibió. Ella era una mujer hermosa, aún con sus

años encima, vestida de un impecable traje color crema y el cabello recogido.

Ella hizo una reverencia a Lee.+


- Él debe ser preparado - dijo el hombre - Su nombre es Xiumin.+

- Como ordene señor - asintió ella.+

- ¿Hay alguien más en esta sala?+

- Sólo uno señor - respondió la dama - Y es un niño tranquilo. No habrá

problema. +

- Bien - asintió Lee - Lo dejaré entonces. Enseguida enviaré una nana para

dedicarse a él.+

- Como ordene señor - dijo la mujer, estirando su mano a Xiumin - Venga niño

Xiumin.1

Desconfiado, Xiumin miró a Lee. Él dio un leve empujón a Xiumin, para meterlo

dentro. La puerta se cerró detrás, perdiéndose de la vista de Xiumin, el señor

Lee. +

Xiumin se quedó analizando el nuevo espacio. Un dormitorio de paredes azules,

inmenso, con una cama grande y un armario abierto lleno de ropa, con zapatos

negros de charol a montones. No había ventanas, ni nada que diera visión

externa. Sí. Xiumin sabía que estaban en lo más profundo de la tierra, por las

rendijas que daban paso al aire.+


- Niño Xiumin - habló la mujer detrás. Xiumin regresó su mirada a la mujer -

Deberá bañarse antes, para vestirse adecuadamente. Ahora saldré un minuto a

buscar ropa de baño. Compórtense por favor.+

"Compórtense". Esa palabra le recordó a Xiumin entonces...+

- ¿Hay alguien más aquí? +

La mujer abrió la boca para hablar, pero no hizo falta. La puerta del sanitario

se abrió entonces, dejando ver a alguien saliendo del interior. La mujer avanzó

unos pasos delante de Xiumin y preguntó.+

- ¿Sigue indispuesto mi niño? 6

El joven se dio la vuelta, tapándose la boca. +

Y Xiumin se quedó impávido mirando a Zitao.+

- Mi niño Zitao, él es el niño Xiumin.1

Y Zitao, apenas si pudo murmurar espantado.+

- ¿Niño... Xiumin?1

Y es que ser un "niño", era una condena sin retorno.


"Mi Destino"

Lee Soo Hyuk tomó el móvil apagado de Xiumin en sus manos. Se sentó en ese

momento en una banqueta de las barras del subsuelo y dejó encima de ella el

celular.11

- ¿Le sirvo algo para tomar señor? – preguntó un barman.+

- Whisky en las rocas – respondió sin quitar la vista del celular de Xiumin.+

- Oí que tienes un chico nuevo en tus manos – oyó que alguien hablaba a su lado.+

Lee miró a su derecha a quien se le sentaba en la banqueta para hacerle

compañía. Él miró a Jackson Wang que se acomodaba sonriéndole al barman que le

preguntó qué apetecía. Wang se limitó a decidirse por "lo mismo que él",
señalándolo.+

- ¿Necesitas una evaluación rápida? – preguntó Jackson – Sabes que en estos

casos no te resultará fácil, más cuando son tan grandes.+

Soo Hyuk no respondió nada y regresó su vista al frente. Puso su codo izquierdo

sobre la mesa y llevó sus dedos a su barbilla, pensativo, lo que indicó a

Jackson que en verdad estaba considerando su proposición. Las bebidas les fueron

justo puestas en frente. El hielo sonoro retumbó mientras Soo Hyuk parecía

ansioso por beber eso, que se terminó en un saque.+

- Deja la botella – ordenó al barman, que obedeció.+

- Estás preocupado entonces – asumió Jackson.+

Jackson era bueno en su trabajo. Años de preparación en Psicología y

Psiquiatría, le habían valido prestigio. Era un maldito manipulador, llegando a

leer sin esmero a los demás, siendo uno de los mejores en impartir tortura

psicológica a sus víctimas. Yànzǔ le había perdonado la vida y aunque nunca supo

qué había pasado con Jackson, Soo Hyuk entendió que matarlo sería una pérdida

valiosa y por eso respiraba aún. Llegó a pensar que Yànzǔ quería a Jackson como

su "niño", hasta que se enteró que Yànzǔ ya tenía un elegido y Wang se

encontraba de pronto en otra posición inesperada para Lee, casi igual que él,

dentro de la hermandad. Pensar que alguna vez, Jackson le había sido cedido a

él...+
- ¿Puedo verlo? – preguntó Jackson.+

Lee miró tajante a Jackson con el ceño fruncido y sus labios duros. Jackson

sonrió abiertamente. +

- Oye – se le burló tranquilo Wang – No estoy celoso en absoluto. Dejé de ser un

niño hace mucho y lo tengo asumido. De hecho me gusta estar donde estoy, en esta

nueva posición.8

Jackson tomó su bebida, lentamente y en absoluta calma. Saboreó el alcohol que

inundó su paladar y emitió un ronquido. Abrió su boca y habló.+

- Por tu cara parece que te importa bastante el chico.+

- Es un niño – habló por primera vez y de golpe Lee, corrigiendo a Jackson.+

Bien. Al fin Jackson lo tenía entonces.+

- ¿Cómo se llama?+

- Xiumin.+

- No preguntaré si es lindo, porque tus estándares son de por sí elevados –

asintió Jackson elevando en un "salud" su vaso, tomando un sorbo, para seguir


hablando – Sólo queda imaginar que "tu niño", debe ser una belleza ideal y me

intriga.+

Lee miró el aparato, pensando en Xiumin.+

- ¿Y eso? – preguntó Jackson, señalando el celular – ¿Es de él?+

Era obvio. Un celular pasado de moda, con una rotura en su pantalla, no podía

ser de Lee. Soo Hyuk tomó el móvil en su mano, lo observó de un lado al otro y

encendió el objeto con la intención de ver su contenido, en especial el de sus

contactos. Sin embargo el aparato simplemente vibró, muriendo al instante que

parecía encenderse, dejando a Lee confundido.

- Inservible – dijo Jackson – Mejor deshazte de todas las cosas que le recuerden

al mundo externo. En unas semanas, conociéndote, tendrás al niño dominado y

muriendo por una caricia tuya.+

Ellos se miraron y se sonrieron, porque no había mentira en eso.+

- Ya lo imagino – agregó Jackson – Pobre niño torturado...+

- Soy incapaz de hacerles daño. Amo a cada uno de ellos.+

- Y esa es una maldita tortura. Dime Lee ¿Cuántos "niños" ya tienes sirviéndote

ciegamente al punto de morir por ti?+


Lee no respondió a eso. Un tiempo más y él ya tendría todo un ejército solamente

para sí mismo, haciéndose más fuerte que el mismo Wu Yànzǔ. Nunca lo había

pensado antes, pero ahora se encontraba planeando eso.+

- No exageres – murmuró sin embargo en respuesta.+

Lee pidió alguna cosa buena y el barman le llevó un diminuto sobre plateado. Él

consumió su dosis en la barra y aspiró a lo alto, retorciéndose bruscamente las

fosas nasales. Luego elevó su vaso brindando con Jackson. Tomó un trago de su

whisky y después, alargando el móvil, le dijo al camarero.+

- Tíralo.+

Y el celular fue a parar en el cesto más cercano. 1

Mientras Lee y Wang siguieron conversando, el móvil llegó a encenderse en medio

de la basura. Y la pantalla quedó negra al instante.

- Hizo contacto – anunció Jaejoong.+

JiYong pegó un grito de victoria y nuevas imágenes aparecieron en las pantallas


que antes estaban apagadas. +

- El subsuelo – dijo JiYong – Gracias Min.+

La mesa inmensa, detrás de ellos y donde Baekhyun esperaba apoyado, no era más

que otra pantalla que se encendió dejando a la vista líneas de un evidente mapa.

JiYong se puso de pie y analizó eso junto con Baekhyun. +

- Kyuhyun – llamó Baekhyun.+

- Dime – respondió asomándose desde una esquina.+

- Tú conoces la zona. Mira esa línea que atraviesa y une a Octagon como a 5

kilómetros con otro lugar ¿Qué puede ser?+

- Un hotel – dijo sin dudar, al instante que rugió rabioso – ¡¿Cómo mierda no se

me ocurrió antes?!+

- ¿Qué cosa? – preguntó lleno de ansiedad Baekhyun.+

Kyuhyun señaló la línea entre miles que atravesaban el sector.+

- El Stay Hotel Gangnam. Llevé a Hyun Joong una vez ahí a un encuentro de amigos

o algo así, hace meses atrás, cuando tu tío me ordenó comenzar a vigilarlo.+
- Tiene sentido que esos hombres se trasladen sin ser vistos – dijo JiYong – No

es que quieran que alguien sepa que están todos reunidos. Atraviesan el predio

por subsuelo. Un hotel exclusivo como este, debe tener estacionamiento en

subsuelo para descargas.+

Baekhyun apretó el interruptor para comunicarse con el exterior.+

- Encontramos la conexión. Stay Hotel Gangnam – dijo rápido – Kyungsoo y Jongin,

ustedes irán a cubrir esa área. Enviaré refuerzos. La dirección es...+

- Lo conozco – dijo Jongin – Estamos cerca. Llegando. +

- Los demás, a sus posiciones – ordenó a Baekhyun – Seremos menos, divididos

entre dos puntos ahora. Zitao está en el subsuelo de Octagon o en el medio de la

unión hasta el Stay. Informen posiciones.

Eunhyuk miró a Yifan. No quiso saber siquiera qué pasaba. Él se mantuvo al

margen de la situación con sus modelos del staff. Aún cuando Sehun y Yifan le

hubieran pedido ese favor, de hacerlos pasar como parte de su comitiva junto con

Chanyeol, su primo Jung Min y Seung Hyun, no preguntó nada, porque sabía que se

las cobraría luego y ellos serían agradecidos, como le había prometido Sehun. +

Y ahí estaban. Sentados en sillones, alrededor de mesas ratonas siendo servidos


por varias camareras y camareros, se encontraban en la primera planta, de la

zona VIP, en medio del baile, la fiesta, la música y los rayos de colores.+

- En un momento vendrá el dueño del lugar – dijo con fuerza Eunhyuk para ser

escuchado – Los quiero sonriendo y amables a todos, pero no hablando con él ¿De

acuerdo?+

Todos asintieron en acuerdo. Eunhyuk sabía bien que el tipo además de ser su

maldita competencia y estaría evaluando a sus chicas y chicos. Si encontraba

algunos buenos, sería capaz de convencerlos de irse con él, como el perverso

manipulador que era.+

Yifan miró apenas a Eunhyuk. Sus ojos rodando de la rabia. El mayor drama de

Eunhyuk era eso y él se encontraba desesperado por encontrar a Zitao con Sophie.

Se puso de pie y se dirigió a la baranda, de donde se sostuvo y se hizo el

entretenido mirando a la gente bailar en la pista principal.+

- Yifan – le habló de pronto Eunhyuk detrás.+

Él se mantuvo en la misma posición, aunque miró a su costado derecho cuando supo

de Eunhyuk a su lado.+

- Dime.+

Eunhyuk se quedó mirándolo, con el ceño fruncido y boquiabierta.+


- ¿Quieres dejar de mirarme como si vieras un fantasma? – le reprochó serio

Yifan.+

- Cadáver maldita sea – dijo entre dientes Eunhyuk – Se supone que estás muerto

¿Cómo quieres que reaccione?+

Ellos se miraron unos segundos. Yifan resopló y emitió una sonrisa leve,

palmeando en el hombro a Eunhyuk. +

- Fue un shock ¿sabes? – asintió Eunhyuk serio y hasta con un nudo en la

garganta – Fue, en serio, un golpe demasiado duro para soportar. 1

- Disculpa – dijo Yifan – No pensé que...+

Eunhyuk puso una mano en el hombro de Yifan también. Ellos se quedaron así un

momento. +

- No preguntaré nada – dijo Eunhyuk – Sólo... sólo mantente vivo ¿de acuerdo?+

- Cambio de frecuencia realizado – fue todo lo que escuchó Yifan que decía

Baekhyun – Las cámaras son nuestras. Comenzamos.+

Ahora solamente debían seguir las indicaciones de quien estaba a cargo.

Baekhyun.
Los camiones en la parte trasera del establecimiento se detuvieron. Luhan miró

los coches, desde donde se encontraba, sentado en una escalinata, descansando.

Un encargado salió a recibir el pedido, junto con tres guardias que lo

escoltaban detrás.+

- ¡Llegan tarde! – increpó molesto.+

- Lo siento – respondió el chofer, descendiendo del inmenso vehículo.+

El chofer sonrió abiertamente mostrando sus perfectos dientes ¡¿Acaso el maldito

se le burlaba de frente?! Lejos de detenerse en su rabia, el hombre de confianza

del dueño, rugió frenético.+

- ¡Casi se me acaba la bebida de reserva! ¡¿Y todo lo que dices es "lo siento"?!+
El chofer se encogió de hombros y se colocó los guantes para iniciar la descarga

de los cajones. +

- Diablos – se quejó de repente, golpeándose con la palma su cabeza.+

Regresó al camión, abrió el vehículo, sacó y mostró una carpeta, donde tenía que

firmar. Él leyó esa primera hoja al encargado de Octagon.+

- 500 botellas de cerveza, 50 de whisky, 50 de vodka... – comenzó a enumerar el

chofer.+

- Puta mierda... – bramó lleno de mal humor el encargado – ¡¿Dijiste 50?! ¡Pedí

el doble maldito imbécil!+

Los guardias fueron detrás del vehículo. La rutina indicaba que como siempre,

ellos revisaban antes de descargar el pedido. Y se perdieron de la vista del

encargado y del chofer que se quedaron ahí discutiendo. +

- ¡¿1000 botellas de cerveza?! – exclamó perdido el chofer, rascándose la cabeza

y mirando el papel.+

- ¡No! ¡El doble de lo demás!+

Unas cosas se oyeron cayendo, como de vidrio en el fondo del camión, donde las

puertas estaban abiertas de par en par. Ellos se volvieron a ver hacia allá.+
- Es solo la descarga – explicó el chofer, regresando su vista al encargado –

¿Firmas por favor? – pidió adelantando la carpeta.+

- ¡No pedí esto!+

- Pediste más, ya entendí – asintió el chofer – Pero no tengo más que esto.+

- ¡¿No tienes un puto encargado?!+

- Oye...– habló elevando el volumen de voz el chofer – Yo sólo cumplo órdenes

¡¿De acuerdo?! ¡Así que baja el tono tú imbécil, si no quieres que me lleve esto

por donde vino!+

- ¡¿Y te atreves a amenazare idiota?!+

- Te lo quedas o me lo llevo – dijo como ultimátum el chofer – Tú decides.+

Un rugido detrás de los empleados haciendo la descarga, hicieron al encargado

mirar de nuevo.+

- ¡Quiero hablar con alguien a cargo! ¡¿Sabes con quién demonios estás

hablando?! ¡Y estás en el club más importante de Seúl maldita sea!+

- ¡Todo en orden! – se oyó gritar desde el fondo.+


El chofer resopló hastiado. Sacó su móvil y marcó un número, con absoluto

desgano y desinterés. Luego ofreció el celular al encargado. +

- Habla si quieres – dijo tranquilo.+

- Imbécil – espetó el encargado – Esto no queda así ¿sabes?+

El chofer infló su pecho sin decir palabra. El encargado tomó el celular con un

brusco tirón, colocándoselo en el oído, cuando un chispeo eléctrico lo terminó

por desplomar en el suelo. +

- ¿Está muerto? – preguntó horrorizado Luhan.+

El chofer miró a Luhan.+

- Dormido – dijo.+

- Como que se demoraron – reclamó Luhan con desgano, poniéndose de pie.+

- Gusto verte "Lulu" – se le burló Jongdae.1

- Quisiera decir lo mismo – dijo con desgano Luhan.+

- Y uno queriendo ser amable...+


Al segundo Jongdae gritó hacia el fondo.+

- ¡¿Todo bien detrás?!+

El último gruñido, de alguien quejándose y el sonido de algo golpeando el suelo,

cuando se oyó un quejido ahogado.+

- ¡Pan comido! – gritó Junmyeon, apareciendo de la nada, deteniéndose de repente

y asintiendo en saludo – Luhan ¿Dónde está Lay?1

- ¡Aquí! – exclamó, saltando de las escalinatas, llegando a Junmyeon agitado.+

Yixing se trepó en Junmyeon, rodeándole las caderas con sus piernas y se dieron

un beso terrible. Sus pies tocaron el suelo al segundo que siguieron

abrazándose.2

- Pero mira qué lindura – susurró Junmyeon en su oído.1

- No me gusta mi cabello...+
- Pero si te queda precioso – dijo dándole un beso en la mejilla.+

Jongdae y Luhan los miraron unos segundos, hasta que aparecieron desde atrás

Donghae y Kangin.+

- Como que estamos perdiendo el tiempo ¿No? – reclamó Luhan.+

- Por primera vez, coincido – dijo Jongdae – Hay que descargar esto, para que

podamos comenzar.+

- Cinco minutos y Heechul corta la luz – marcó Baekhyun – Los chicos ya están en

posiciones. +

Yesung apareció repentinamente hacia el lugar, con otros chicos más. +

- Venimos a ayudar – dijo agitado.+

- Ya estoy listo – se oyó del otro lado a Heechul.+

Jongdae miró a todos lados y entonces se dio cuenta de algo. Un maldito pálpito

llenó su cara de angustia. Frunció el ceño y casi que increpó a Luhan, cuando se

encontró preguntando.1

- ¿Dónde está Minseok? 1


Y todos se miraron unos a otros, sin decir palabra. Nadie se animaba a decirle

dónde estaba.

Yifan se puso de pie. Caminó hacia la baranda, de donde se tomó buscando

respirar y se quedó ensimismado mirando algo en planta baja, donde la multitud

saltaba y bailaba alocada a tono con el DJ. +

- ¡Eunhyuk! – oyó que alguien exclamaba.+

Yifan se dio la media vuelta y ahí vio al dueño de Octagon. Lee Soo Hyuk,

descendiendo por unas escaleras, llegando desde el tercer piso con un séquito de

chicas y chicos a su alrededor, vestidos de fiesta. Pero Yifan vio las miradas

de ellos. Ninguno sonreía. Ellos vigilaban alrededor de Lee.+

- Viene Lee desde el tercer piso con 20 de sus chicos – dijo Sehun a Baekhyun y

los demás.+

Chanyeol se arrimó a Yifan. Él murmuró sonriendo.+


- En el piso de arriba si miras...+

Yifan miró. +

- No pasa nada – dijo confundido – Solamente cinco hombres mirando abajo.+

- Recién estaba lleno de hombres vestidos de gala señalando algunos que bailaban

– explicó Chanyeol, mientras Eunhyuk seguía ensimismado con Soo Hyuk conversando

– Después que se llevaron a Minseok, ellos comenzaron a meterse en el elevador

por grupos. Diablos Yifan...– casi rugió por lo bajo –... uno de ellos era el

Jefe de policía del distrito.+

Yifan apretó sus párpados. Chanyeol espetó algún insulto tomando un trago.+

- ¡Apaga la luz! – se oyó gritar a Luhan del otro lado a Heechul.+

- No estoy en posición – reclamó – ¡Dije 5 minutos! +

- ¿Qué demonios está pasando? – preguntó entre dientes Sehun, mirando a Yifan y

Chanyeol, que escuchaban la misma frecuencia. +


Ellos tres se miraron. Lo signos de interrogación y la angustia comenzando a

hacerse evidente. Peor, cuando Luhan insistió.+

- ¡Apaga ahora! +

- ¡¿Qué demonios pasa?! – gritó Baekhyun.+

- ¡Jongdae se enteró que Minseok está abajo y va a arruinarlo! – respondió

rápido y agitado – ¡Ya lo perdí de vista! 4

Luhan parecía correr.+

- ¡Voy ahora! – dijo Heechul ahogado.+

- ¡Jongdae! – gritó Baekhyun furioso – ¡Dime si copias! +

- ¡No te escucha! – le dijo Yixing exaltado – ¡Se dio cuenta que lo sacaste del

canal por Min y se quitó el auricular! +

- ¡Apaguen las luces ahora! – gritó Junmyeon que se oía claramente agitado

también – ¡Llevamos municiones! 1

Ellos parecían correr. Correr como comenzó a hacer Heechul en medio de la

multitud, abriéndose paso torpemente. Él debía llegar antes que...+


- ¡Oh diablos! – rugió desolado Luhan.+

- ¡¿Qué pasa?! – preguntó lleno de preocupación Sehun, asomándose al balcón con

la esperanza de verlo, buscándolo en medio de la multitud.+

Y Sehun lo vio.+

Vio a Jongdae que estaba en las escalinatas de planta baja, que daban a la zona

VIP, pateando en las pelotas a un guardia. El segundo, de hecho, porque el

primero ya estaba noqueado.+

- ¡Hey hombre! – exclamó estupefacto, pero desenvuelto Eunhyuk a Soo Hyuk –

¡Cuántos modelos aquí! ¡¿Vienes a competir en mis narices?!+

Ellos rieron juntos. Eunhyuk miró alrededor de Lee, que estaba cercado de chicas

y chicos analizando todo a su alrededor. Eunhyuk no era idiota, aunque le

gustaba aparentar que sí. Esos chicos, no eran parte del staff de Lee. Demasiado

serios y callados. Rostros duros y mirando con desconfianza y hasta desafiantes.+

- Digamos que ellos son los chicos que me cuidan – asintió Lee, señalando el

sillón a Eunhyuk.+

Ellos tomaron asiento. De los dos lados, se encontraron rodeados. Un fotógrafo


se acercó a ellos y posaron para los flashes, junto con sus modelos sentados en

los respaldos. Entre las luces lilas y verdes fluorescentes, con la cantidad de

chicos y chicas tapas de revista, Lee difícilmente habría notado a los que

estaban al fondo.+

- Así que... ¿te cuidan? – preguntó Eunhyuk, haciendo un brindis con Soo Hyuk –

¡¿Acaso crees que te voy a atacar o algo así?! – se burló.+

Soo Hyuk terminó por echar su cabeza hacia atrás, en el respaldo del sillón,

riéndose abiertamente del chiste, justo en lo que sintió ahogarse,

atragantándose con la bebida que le llegaba a la garganta. Y el grito de...+

- ¡¿Dónde está Minseok?!4

Lee nunca supo qué demonios pasó. Cuando sus ojos se abrieron, la oscuridad y el

grito estridente del gentío horrorizado lo perdieron en la agonía de no poder

respirar. Cuando las luces de emergencia tintinearon, sin querer prenderse de

una vez, él vio a sus chicos peleando con ahínco queriendo llegar a él, porque

de frente, pudo visualizar sin aire a "Chen", apuntándole con un arma en la

cabeza y su cara llena de asco y odio. Y detrás de "Chen", los "modelos" de

Eunhyuk bajando de a uno a sus guardias.+

- ¡¿Chen?! – alcanzó a decir ahogado y lleno de pavor, con manos en alto.+

Ellos se conocían. Lee Soo Hyuk apostaba por "Chen" en el ring. Él sabía de lo
sádico del maldito enano en el cuadrilátero. Esa mirada desquiciada cuando

mataba sin piedad con un golpe y que ahora estaba dirigida a él.+

- Lee – sonrió abiertamente "Chen" – Tanto tiempo. Cuéntame ¿Te sigue gustando

ver cómo quitan la vida de malnacidos? Adivina – rechinó como loco, hablándole

en las narices – A mí me sigue gustando matar de vez en cuando a mal paridos

como tú. +

Y las luces se encendieron. Malditas luces que no servían de nada para ver bien. r

- Nuestro fiscal va en camino ahora ¡Tienen 10 minutos a reloj! – oyeron decir a

Baekhyun, los que tenían auriculares.+

Lee miró a sus chicos peleando detrás, persistiendo en querer llegar. Alguien

arremetió contra "Chen", queriendo clavarle una cuchilla, cuando una bala le

atravesó la cabeza desde atrás. Lee vio uno de sus chicos cayendo al suelo con

ojos abiertos. +

- ¡¿Qué demonios...?! Chen...– balbuceó Lee, perdido, revolviéndose el cuello y


completamente derrotado. Soo Hyuk visualizó la escalera que iba al tercer piso.

Sus ojos se abrieron llenos de pavor y gritó. Él quiso gritar a los guardias –

¡No dejen que...!+

Tarde. Sus malditos guardias de dos metros estaban peleando con otros tipos que

habían aparecido de la nada.+

- ¡¿Suho?! – rechinó entre dientes, reconociendo a uno.+

- ¡Junmyeon! – gritó Yifan – ¡Saca a los chicos de aquí! ¡Ahora!+

Junmyeon asintió y saltó escaleras abajo, con arma en mano. Él debía llevarse de

ahí a Eunhyuk y su grupo. Él tenía que llegar a Yixing y los demás.+

- ¡¿Wu?! – gritó, espantado de ver a un muerto.+

- Lee – saludó Yifan agitado.+

Uno de los chicos de Lee quiso disparar, cuando Yifan se dio la media vuelta y

le ganó dándole un tiro. Seung Hyun llegó en ese momento largando un bolso negro

a Sehun que alcanzó a tomarlo en el aire.+

Soo Hyuk miró a medio mundo. No quiso saber el caos de planta baja y subsuelo,

con el griterío ensordecedor ya era bastante. Ni siquiera le importaba.

Solamente una cosa alteró a Lee.+


- ¡¿Qué mierda quieren en mi casa?!+

- No te hagas Lee – bramó Yifan, acercándose a Jongdae por detrás – ¡Sabes a lo

que vinimos!+

Soo Hyuk miró el panorama. Qué más daba. Él ya estaba muerto. Sabía bien quiénes

eran cada uno de ellos, desde los Park, los Kim, Oh, Choi y malditamente Wu.2

- A tu papi no le gustará verte vivo – se burló Lee, retorciéndose de la risa.+

Jongdae metió un puño en su nariz. El tipo se quejó, cubriéndose con ambas manos

su cara. Las chispas de sangre, salieron disparadas.+

- ¡¿Dónde está Minseok?! – rugió frenético Jongdae.+

- ¡Manchaste mi camisa! – gritó Jung Min, alejándose de ellos y mirando detrás –

¡Vienen más subiendo! – anunció, mirando guardias que corrían por las escaleras.+

Sehun abrió uno de los bolsos negros que había dejado Junmyeon con los demás y

comenzó a sacar armas de todo tipo. Jung Min destrabó con sus dientes una bomba

de humo y la lanzó a la pista principal. +

Lee sacudió su cabeza atontado del dolor. Miró justo el momento en que Park
Chanyeol quitó el seguro de su metralleta y burlón le guiño un ojo mostrándole

los dientes. Lee se supo perdido. Ya no le importaba nada. Él miró fijo a Yifan.

Alargó su cuello hacia adelante, su rostro manchado en sangre y mostró sus

dientes rojos con asco, incitando en su empuje leve a que Jongdae apriete el

gatillo.1

- Hazlo ahora hijo de puta – rugió frenético – No llegarán a él. No tienen cómo.+

Seung Hyun fue el primero en enfrentarse con su katana a los hombres que

quisieron avanzar. Jung Min se rió mientras apretaba su metralleta. Sehun

arremetió con Chanyeol al piso superior. No demoró en hacerse oír como estruendo

escalofriante el cañón con lluvia de balas.1

- ¡Ellos están viendo esto ahora! – rugió Lee agitado más de desesperación como

si rogara que así fuera – ¡Enviarán más hombres aquí en un segundo y matarán a

todos!+

- Como que están demorando mucho ¿No? – preguntó "Chen" a Yifan.+


"Chen" volvió a sonreírle a Lee. Yifan dijo entonces al tipo señalando una

cámara cualquiera.+

- ¿Quieres saludar a mis amigos del otro lado? +

Lee quedó desencajado. Cayó en la cuenta que habían clonado las cámaras. Los

guardias del subsuelo de seguro estarían viendo a la gente en medio de una

continua fiesta. Jongdae golpeó a Soo Hyuk en el hombro y dijo.+

- Necesito tu fea cara.+

Jongdae tomó del cuello de camisa a Soo Hyuk y lo elevó del sillón sin dejar de

apuntarlo con su arma.+

- Como que estás muy largo – dijo frunciendo el ceño, mirándolo de arriba abajo.+

- O tú muy enano – se le burló Yifan.+

Jongdae arremetió con su puño en el estómago de Lee que se encogió de dolor.+

- ¡Hijo de puta! – rugió ahogado Lee. +

- Es más fácil cuando eres enano – le dijo Jongdae a Yifan.2


- ¡Camino libre! – gritó Chanyeol desde lo alto.+

Jongdae arrastró a Soo Hyuk escaleras arriba. Yifan lo empujó desde atrás. El

hombre no parecía querer colaborar. Cuando llegaron a la explanada, había al

menos 10 guardias tumbados en medio de sangre. +

- ¿Estás bien? – se oyó a Baekhyun preguntar.+

- ¡No! – respondió Jongdae – ¡Sólo quiero saber dónde está Minseok!+

- Imbécil – reclamó Chanyeol – Claro Mi Sol – respondió a Baekhyun – Todo

perfecto. Tú tranquilo.2

- Gracias a dios – se oyó suspirar – Tengo el código – dijo rápido y concentrado

– Pero necesito su cara en frente del panel para escanearlo y desbloquear el

acceso al elevador. Detrás habrá dos guardias de los que encargarse. +

Jongdae puso a Lee en frente del escáner. Lee no colaboró. Se removió

rabiosamente. +

- ¡Duérmelo! – gritó Sehun.+

- ¡Necesito que me diga dónde está Minseok! – se quejó como loco Jongdae,

estrujando con ahínco el cañón del arma en la sien de Soo Hyuk.+


- ¡¿Quién mierda es ese Minseok?! – exclamó descolocado.+

- ¡Xiumin! – le recordó Baekhyun.+

- ¡Xiumin! – repitió Jongdae a Soo Huyk – ¡Es mío!1

Jongdae estampó en el recuadro del escáner la cara de Soo Hyuk.+

"Identidad no identificada", largó la voz robótica.+

- ¡¿Qué mierda pasa?! – reclamó Seung Hyun.+

- ¡¿Tenías que quebrarle la nariz?! – rugió Chanyeol.+

- ¡¿Y ahora?! – preguntó sacado Yifan, lleno de espanto y peinándose el pelo

atrás – ¡Mierda!+

- Yo lo arreglo – dijo Jongdae y ordenó – Sosténganlo. +

Chanyeol y Sehun se pusieron de cada lado, sosteniendo fuerte de los brazos a

Soo Hyuk.+

- No – dijo Lee desesperado – No... ¡No!1

Y el hombre aulló descomunalmente con todo, cuando las palmas de "Chen" se


hundieron planas de cada lado del hueso de su nariz que resonó dolorosamente,

cuando fueron reacomodados.+

- ¡¿No que te gustaba el dolor?! – dijo Jongdae – ¡Ahí tienes para que sepas!+

- ¡Eres un maldito hijo de puta! – espetó el tipo ahogado y llorando y

continuando en toda clase de insultos – ¡Maldita mierda! +

Yifan tomó de los pelos a Lee y lo puso delante del escáner.+

"Identidad identificada. Bienvenido señor Lee Soo Hyuk", dijo la voz robótica.+

Y elevador se abrió, dando paso a los guardias de querer sacar sus armas, pero

Sehun metió plomo. Cuando los tipos se desplomaron, Jongdae entró con los demás.+

- Código – señaló Baekhyun – 837hi63yRfs83 ¿Copiado? +

- Copiado – asintió Chanyeol.3


Las puertas del elevador se cerraron y Chanyeol marcó el código.+

- La puerta se abrirá y allí habrá dos guardias esperando. Una escalera que

lleva a barras de cada lado – explicó rápido Baekhyun – Cada lado está lleno de

sillones con los hombres pasando el rato. +

- ¿Cómo está todo fuera? – preguntó Sehun.+

- A salvo – dijo Junmyeon – Fuera de Octagon. Se oyen sirenas a la distancia. +

- Problemas – habló Jongin – Un camión está en el depósito del subsuelo del

hotel. Están trepando chicos. Ziyi está vigilando todo. No podemos actuar, son

demasiados. +

- ¡Mierda! – gritó Baekhyun – Diez minutos y ya llegan refuerzos. +

- Voy para ayudar – dijo Junmyeon – Shindong y Siwon están conmigo. +

- Ingresarán por ese lado y reforzarán a los chicos cuando se encuentren –

ordenó Baekhyun.+

- Copiado – respondió Junmyeon.+

- Tarde. Está arrancando – dijo Jongin – La seguiremos. +


- De acuerdo – respondió Baekhyun – Pero no actúen solos. Informen posiciones y

enviaré otro grupo para que los alcance. +

- Yifan – habló Kyungsoo.+

- Dime.+

- Yo creí ver a Sophie con los niños y Ziyi.

- Perdimos señal – dijo Chanyeol, desde el asiento de atrás, mirando a Junmyeon

que conducía desde el espejo retrovisor – Estamos demasiado lejos.+

Junmyeon aceleró el motor, mientras se dirigía al punto indicado. Miró a su

lado. Una mano se posó en el hombro de Yifan que respiraba agitado.+

- Él entenderá.+

Yifan sacudió la cabeza.+

- Debería haberme quedado – rugió con furia entre dientes.+

- Piensa en lo que él habría querido – dijo Chanyeol – Qué es lo más importante

para él.+

- Nuestra hija – murmuró Yifan, estrujándose malditamente con odio la debilidad


que chispeaba por sus ojos.4

- Así es – asintió Junmyeon – Él lo habría querido así. Confía en los chicos.+

Junmyeon hizo cambio y el auto rugió acelerando en medio de la carretera

desierta. Ellos llegaron a vislumbrar en la distancia las luces intermitentes de

una pista aérea. En medio de la nada, Junmyeon desaceleró el motor y apagó las

luces. Ellos esperaron un minuto.+

- Un minuto y medio – dijo Chanyeol en la absoluta oscuridad, mirando su reloj

de puño.+

Un golpe en el vidrio del acompañante del lado izquierdo hizo a Chanyeol

apuntar. +

- Jongin – dijo y abrió la puerta.+

Chanyeol saltó fuera. Ellos se abrazaron. El sonido de la maleza sonando por el

viento caliente los golpeó de repente. Todos miraron a la pista.+


- ¿Y Kyungsoo? – preguntó Yifan.1

- Aquí – dijo llegando en medio del pasto que resonaba – ¿Trajeron algo?+

Junmyeon abrió el baúl del auto. Ellos comenzaron a armarse.+

- ¿Cuántos? – preguntó Junmyeon.+

- Al menos 20 guardias custodiando la salida de 25 niños – respondió Kyungsoo –

Ziyi los dirige. Pero hay cinco empresarios con ellos que regresan a Beijing.

Tres jets privados listos para despegar.+

- Creí que eran más niños – comentó Chanyeol.+

- Mandé mis hombres detrás de otra trafic que iba rumbo a un hospital – dijo

Jongin.+

- Malditas mierdas – rugió Yifan, terminando de cambiarse.+

Ellos se miraron, todos vestidos de negro y listos, con sus armas blancas y de

grueso calibre en mano. +

- Cinco – contó Chanyeol y sonrió – Bien. Podemos hacerlo.+

- ¿Algún plan? – preguntó Jongin, reacomodando sus cuchillas en el torso.+


- No hay plan – respondió Yifan – O mejor dicho, sí. Ninguno de ellos con vida.+ l

- Ninguno con vida – asintió Chanyeol – Me gusta la idea.+

- Salvo Ziyi – dijo de pronto Kyungsoo.1

Todos miraron. +

- ¿Por qué? – preguntó Chanyeol.+

- Ella tiene que pagar por lo que hizo – respondió – Matarla sería hacerle un

favor y tiene mucho que decir.+

- ¿Mucho que decir? – preguntó Junmyeon – Esa maldita mujer sólo dice mentiras.+

Nadie entendió nada. Entonces Kyungsoo insistió.+

- Sólo... déjala con vida.+

Silencio. Yifan asintió con desgano a pesar de todo.+

- Apunten bien – casi suplicó Yifan.+


- Hombre – dijo serio Jongin – Estás hablando con los dos mejores

francotiradores de Corea.1

Jongin tiró un beso al aire a Kyungsoo que le regaló un guiño y una sonrisa.

Yifan los miró. Suspiró de pensar en lo que pasaba del otro lado. 5

- Jongdae y Sehun lo harán bien – dijo Junmyeon, palmeando la espalda de Yifan –

Vamos...+

Él rogó en silencio porque así fuera.+

Todos se regresaron a ver las diminutas luces rojas, puestas en paralelo que

daban señal de una pista de vuelo. Y empezaron a caminar hacia el lugar,

metiéndose de lleno en la oscuridad.

Las puertas del elevador se abrieron de par en par y las balas se depositaron en

el cuerpo de Lee Soo Hyuk que parecía títere sostenido por alguien detrás. Hasta

eso, ya era un cadáver.+

Un diminuto dispositivo fue lanzado por debajo, cayendo en los pies de los dos

guardias, que miraron en tintinear de la luz roja y la explosión al instante

haciendo saltar sus cuerpos.+


Fue el aviso. En un nanosegundo todo se fue al infierno, cuando Wu que se

encontraba en bar sonriendo divertido, se dio con la cara maldita de esos

idiotas que siempre habían jodido su existencia alejándolo a Yifan de sus

planes. Yànzǔ odiaba a Kim Jongdae. +

- ¡MÁTENLOS! – rugió el maldito a sus guardias.+

Ellos no demoraron en ir escaleras arriba, pero ni a la mitad llegaron cuando

sus cuerpos saltaron por el plomo que se les vino encima. Los gritos

ensordecieron el lugar y alguien saltó desde el primer piso como si no le

costara nada en absoluto, arremetiendo con su metralleta el bar, haciendo saltar

el vidrio de las botellas mientras reía como desquiciado. Maldito Sehun.1

Jongdae largó su escudo inerte al suelo, como bolsa de papa y fijó sus ojos en

Wu. Ellos se miraron con absoluto desprecio, odio, ira y toda la combinación de

asco que se tenían. Un guardia se interpuso entre ellos lo que le dio tiempo a

Jackson a tirar a su jefe hacia el lado del subsuelo y salir de allí, para

llegar al estacionamiento. +

- ¡Debemos salir de aquí! – gritó Wang cuando se dio cuenta que Wu parecía
reacio a ceder.+

Yànzǔ fue metido entre dos en un pasillo, en medio de las corridas de los amos

idiotas que no servían para nada en absoluto en ese instante. Tanto maldito

dinero y forrados en oro, para ser unas mierdas llenas de miedo, buscando

encogidos resguardarse detrás de sus guardias que los trataban de sacar del

lugar con sus "niños", mientras se oían los disparos más cerca. +

- ¡Malditos dementes! – rugió con odio Wu mientras seguía siendo arrastrado.+

Nunca se le habría ocurrido que quizá fueran realmente tan locos como para

meterse así, matando a sangre fría como si estuvieran en el viejo oeste. Estos

tipos eran unos desequilibrados mentales. +

Cuando Wu fue llevado a descender por una nueva escalinata, gritó en seco.+

- ¡No! +

Jackson regresó a él, tomándolo de la solapa de su chaqueta y gritó con

desesperación, mientras gotas gruesas de sudor le caían por el rostro.+

- ¡Viene la guardia nacional con una orden de un juez! – bramó.+

A Yànzǔ se le desfiguró más la cara endureciendo cada uno de sus rastros. Él

llegó a divisar al jefe de policía que llegaba corriendo a él.+


- ¡¿Es cierto?! – increpó furioso Yànzǔ.+

- ¡Nos descubrieron! – respondió agitado el hombre – ¡Nos encerraran desde el

hotel hasta aquí y si no salimos ahora, nos van a atrapar!+

Yànzǔ rugió al hombre en la cara y agarrándolo del cuello, queriendo matarlo

ahí, gritó.+

- ¡Tú debías encargarte de esto imbécil!+

Para cuando se dio cuenta, él largaba al tipo muerto al suelo. La fuerza brutal

lo hizo torcerle el pescuezo y quebrárselo del odio descomunal. Yànzǔ pateó el

cadáver muchas veces y Jackson tuvo que arrastrarlo lejos. Los disparos se

estaban haciendo cada vez más fuertes en medio de los gritos, pero sobre todo

del sonido de los cuerpos desplomándose en el suelo alfombrado. Ellos habían

entrado a matar. Pero no a todos, sino a los que no eran menores, porque los

chicos se agachaban en el lugar sin recibir un rasguño siquiera. Jackson supo

bien que iban a arrasar con ellos. +

- ¡Wu! – gritó.+

- ¡No me iré sin él! – rugió Yànzǔ.+

Jackson lo enfrentó. +
- ¡¿Qué mierda sabe ese chico?!+

Pero Wu no dijo nada. Él se deshizo del amarre de Jackson y corrió hacia el

dormitorio donde su niño debía estar siendo preparado. Pasó por el sauna y se

encontró con cuerpos a su alrededor desplomándose en el agua. Él esquivó cada

maldita bala. Él era un hombre con suerte, siempre lo había sido y no sería esa

la primera vez que la suerte no estuviera de su lado. Él siempre ganaba. Nadie

le ganaría lo que era suyo. Él podría luego reformar la orden, una nueva

hermandad bajo su mano, se dijo, cuando el cuerpo de Nam Goon Min se quedó

tieso, en paños menores, mirándolo a él, con una bala en medio de su sien.

Después cayó al agua roja. +

Wu miró a quien le había disparado.+

Kim Jongdae. 1

El maldito disparó directo a él. Pero Yànzǔ fue tirado al suelo por uno de sus

guardias. Jackson tomó el brazo de Wu y lo quitó de ser blanco en un segundo,

perdiéndose entre el gentío corriendo y gritando en trajes de baños y el humo


del sauna que llenaba de calor seco hasta los poros. +

- ¡Vamos! – gritó Jackson.+

Escaleras abajo, peldaño por peldaño, él siguió yendo a donde estaba Zitao.+

Y detrás, los malditos locos de mierda amigos de Yifan persiguiéndolo. Pero él

se vio rodeado y protegido por sus guardias. Cuando llegó a la última planta

donde estaban los tres dormitorios destinados a los "niños" que esperaban el

veredicto de los "amos", él se encontró con que no había guardias y el

dormitorio estaba abierto. Wu emitió un rugido frenético, ya sabiendo con lo que

se encontraría. Y así y todo, él arremetió contra la puerta abriéndola del todo. y

Ahí estaban las dos mujeres tiradas en el suelo y dormidas. +

A su lado, agitado llegó Jackson lleno de estupor en su mirada y pensó en voz

alta.+

- De seguro los guardias abandonaron su lugar por el aviso de arriba. Pero ¿Cómo

pudo Zitao, él solo?+

- No estaba solo – dijo rápido un guardia que recién llegaba – Él tenía una

compañía que Soo Hyuk trajo.+


- Xiumin – murmuró Wu – El niño de Soo Hyuk...+

- Y Henry – señaló Jackson – abriendo del todo la puerta vecina.+

Una nana tirada inconciente o muerta. Qué más daba. A Yànzǔ solamente le

importaba que Zitao se había ido, se había escapado y se estaba alejando. Él

gritó a lo alto insultando al mundo entero.+

- Dongwoo – habló de pronto como ocurrencia Jackson – Henry debió ir por él...+

- ¡¿Qué?! – exclamó Wu.+

- ¿Dónde está Dongwoo? – preguntó Jackson a uno de los guardias – El hijo de

Jang Hyuk.+

- Último piso señor – dijo el hombre – Las celdas del ala oeste.+

Yànzǔ no esperó porque le dijeran de nuevo. Él corrió hacia las escaleras,

subiendo por ellas, escuchando ahora explosiones y el grito de...+

- ¡Vienen por el hotel! – de un guardia, mientras la balacera se hacía más

estridente.+

Yànzǔ debió volver y tomar por un pasaje desconocido, agachándose de ser visto,

junto con sus custodios que no lo dejaban. Jackson llegó primero a una última
puerta que abrió y dejó entrever cosas propias de limpieza. Pero en el fondo

otra puerta. Colocar la palma de su mano en el costado de esa puerta, en la

pared, bastó para que se abriera un tablero con números y letras. Y la pared se

abrió, dejando a la vista una escalinata por la que descendieron rápidamente.

Yànzǔ miró detrás suyo a sus dos custodios y Jackson delante. Él estaba seguro,

aún más, cuando la puerta se cerró detrás. Pensó en que esperarían un tiempo

para salir de allí mientras todo terminaba arriba. No importaba cuánto deberían

aguardar, él se aseguraría de que pudieran terminar por irse en una avioneta que

ya tenía preparada en la pista clandestina que solamente ellos usaban. +

Ellos atravesaron un pasillo.+

Jackson esperó a Yànzǔ, antes de abrir la puerta.+

Y Yànzǔ abrió la última puerta que daba a las celdas. +

Y los vio.+

Yànzǔ con sus guardias, uno a cada lado y Jackson detrás, se encontró con tres

chicos de pie en medio del pasillo. Dos, uno de cada lado, sostenían a Dongwoo.

De un lado Henry, del otro "Xiumin". Zitao avanzó, queriendo cubrir a los demás. e
- No – murmuró ahogado+

- ¿Pensaban ir a alguna parte mi niño? – preguntó riéndose de ellos Yànzǔ,

atravesando esa puerta.1

Los guardias amenazaron con armas en alto, apuntándoles a ellos. +

Zitao quiso retroceder apenas, cubriendo a los demás.+

- Zitao basta – dijo Jackson – No te resistas.+

- ¡No iré con él! – gritó Zitao.+

Los custodios de nuevo amenazaron con avanzar.+

- ¡Ya basta Zitao! – rugió Yànzǔ – ¡Tú me perteneces a mí!+

- ¡No! – rugió frenético entre dientes Zitao.+

- ¿Minseok? – llamó entonces Jackson.+

- ¿Minseok? – preguntó Wu, frunciendo el ceño.+


- Kim Minseok – dijo Jackson – El hijo de Kim Rae Won. +

Yànzǔ sonrió al ver el terror en los ojos de Kim Minseok, que sostenía a

moribundo de Dongwoo. +

- Tu padre – asintió Yànzǔ – Sí que nos dio trabajo. Pero igual que él me

desharé de...+

Detrás el gruñido ahogado de alguien y el desplomarse de cuerpos.+

Apenas Yànzǔ se dio vuelta, se vio con el panorama de encontrarse con uno de sus

hombres con la garganta cortada, el sonido de un tiro que dejó a otro guardia

inerte y Jackson Wang estaba boca abajo con la sangre esparciéndose, con un

cuchillo en su espalda. 2

Muertos.+

Sin respirar, Yànzǔ se quedó con los ojos tan abiertos y las venas infladas en

su frente, mientras el sudor caía sobre su cara sin entender en absoluto lo que

pasaba.+

Sólo entendía que su gente era cadáver.+

Los malditos habían saltado desde el techo, preparados desde antes y


esperándolo, usando a los chicos como señuelos. +

Yànzǔ quiso moverse, pero Jongdae apuntó con su arma a la cabeza al hombre.2

- Ni lo sueñes – rugió.+

Sehun no perdió el tiempo avanzando enérgico, mostrando unas esposas a Yànzǔ. Él

quiso resistirse, luchando como sabía, pero Sehun también sabía y bastó unos

movimientos para terminar derribándolo en el suelo, colocando su rodilla sobre

su cintura y doblando su brazo haciéndolo crujir y gritar de dolor.+

- Si me entregan a la policía... – sonrió con sorna Wu agitado, aunque por

dentro el odio se le notó por los poros en su temblor desequilibrado – Esta

misma noche saldré ¡No tienen motivos...!+

Jongdae se le rió abiertamente y agachándose en el oído le aclaró entre dientes.+

- No pienso entregarte a tus amigos maldita mierda. No sería divertido de ese

modo. Así que mis amigos los rusos se cobrarán lo de Kulkov. Y no será rápido –

dijo palmeando el hombro de Yànzǔ – Te lo aseguro.+

Sehun y Seung Hyun levantaron al hombre. Yànzǔ resistiendo, quiso gritar un

insulto, pero Jung Min lo durmió con la culata de su arma. Y terminaron por

largar a Yànzǔ en el suelo.+


Un gemido ahogado.+

Sehun se volvió a Zitao.+

- Hey... – alcanzó a decirle abrazándolo – Tranquilo...+

- Ya está la guardia arriba con nuestro fiscal – dijo rápido Baekhyun – Deben

salir ahora por el hotel. +

- ¿Jongdae? – llamó Minseok.2

Jongdae suspiró cuando lo vio allá, sosteniendo a Dongwoo, pero con los labios

arqueados al suelo. Jongdae avanzó y abrió los brazos y cuando Henry se quedó

cuidando a Dongwoo, Minseok llegó a Jongdae aferrándose a él en un abrazo.1

- ¿Estás bien? – preguntó Jongdae – ¿Te hicieron algo?+

Del otro lado, se oyó a Baekhyun decir.+


- Donghae y Yoochun custodian a Jang Hyuk. +

Jongdae escuchó en ese momento sollozar en su oído a Minseok. Jongdae sabía lo

que todo esto significaba para su novio.+

Hombres de Seung Hyun llegaron a ellos y ayudaron a llevarse a Yànzǔ. +

- Vamos – dijo Sehun, queriendo ayudar a Zitao.+

Pero Zitao gritó desesperado y ahogado.+

- ¡Sophie! ¡Tengo que llegar a Sophie!+

- Yifan fue por ella – dijo Sehun.+

Zitao se bloqueó. Su pecho subiendo y bajando con fuerza. 1

Minseok avanzó rápido y tomó entre sus manos el rostro de su amigo. Lo miró a

los ojos y le dijo.+

- Él está vivo. Y fue por ella.2

- ¿Él...? – murmuró apenas ahogado en un gemido de angustia – ¿Yifan...? +

Minseok asintió.+
- Ya lo sabemos – susurró Minseok – Yifan lo sabe. Él va a traerla.1

Minseok sostuvo a Zitao entonces, que se apoyó sobre él. +

Yifan estaba vivo e iba a traerla.

Kyungsoo empuñó desde el ras del suelo su TTI SIG MPX y esperó. Él contó

entonces hasta 30 y disparó. Un zumbido silencioso saltó cuando a

automáticamente la camioneta ahora vacía de niños saltó por los aires. 1

Los guardias mostraron sus armas y apuntaron a todos lados. Los niños se

agacharon y comenzaron a gritar en llanto.+

- ¡Ya cállense! – rugió ella.2

Los cinco empresarios fueron también cubiertos por sus guardaespaldas. Ellos

quisieron subir a jet privado que estaba encendido, cuando el motor chispeó,

haciéndolo volar por los aires. La pista fue una sola bola de fuego. +

- ¡Encuéntrenlos maldita sea! – rugió frenética Ziyi a los hombres, cuando

furiosa insistió a los niños – ¡Dije que se callen y avancen de una vez! +
Un custodio ordenó a los niños a ir al otro avión preparado. Ellos fueron

empujados en medio del fuego a proseguir. Ziyi sabía que no serían capaces de

hacer nada contra los niños. La cosa era llegar a subir y una vez en el cielo,

nada más la detendría y ella estaría de nuevo en...1

Un custodio de ella se desplomó en el suelo emitiendo un gruñido seco. Ella lo

miró desencajada y ahora sí, asustada. Ellos tenían chalecos anti balas y les

estaban dando en medio de su frente.+

- ¡Avancen! – exigió más fuerte a los niños, en medio de los gritos de horror y

espanto de ellos.+

Uno de pelo corto de le fue de la fila. Ella llegó a cazarlo en el aire.+

- ¡Maldito duende! – berreó horriblemente – ¡Nunca me dejarás en paz!+

Los gritos desorientaron a Ziyi hasta dolerle la cabeza.+

- ¡Enciende el maldito motor! – ordenó al comandante de vuelo.+

El sujeto quiso subir las escalinatas del jet, pero la bala lo alcanzó, saltando

rojo y blanco de su cabeza. Ziyi se dio la vuelta espantada y uno por uno sus

custodios fueron desplomándose en el suelo, aún si a ciegas, los que se

mantenían en pie estuvieran disparando a la nada oscura. Y entonces ella


visualizó que el chispeo del cañón de un arma se hizo en la oscuridad absoluta

del depósito. Ziyi señaló a su guardia de al lado, pero él cayó ahí mismo,

mirándola a ella.+

Ziyi gritó más fuerte. Los niños también gritaron. Algún guardia quiso tomar de

escudo a un niño, pero fue bajado como si nada. Veinte. Ella tenía veinte

inservibles muertos. Niños tirados en el suelo gimiendo y Wu Yifan de frente,

caminando desde las sombras con Kim Jongin de un lado y Kim Junmyeon del otro.

Ziyi mostró su arma escondida y agarró de los pelos a cualquier niño

aterrorizado y temblando de pavor, que puso delante de ella y apuntó en su sien.

Yifan frenó el paso.2

Y un "clik" se hizo en la sien de Ziyi.+

- Dame con el gusto para mandarte al infierno – habló el sujeto con voz gruesa y

tenebrosa a su lado.+

Ella tiritó, mirando por el rabillo del ojo al hombre alto, reconociendo a Park

Chanyeol. 1
Ziyi tragó duro, cuando se encontró largando el arma aún si no hubiera querido y

colocando sus manos en alto. El niño salió corriendo para esconderse entre los

demás niños que llorando se abrazaban entre sí, debajo de uno de los jets

privados, todos agachados. +

Yifan miró a todos ellos. Los niños acurrucados debajo del jet privado que jamás

despegó. Él abrió la boca y llamó.+

- ¿Sophie?1

Pero nada. Ellos asustados se aferraron con más fuerza.+

Yifan no quería elevar la voz, temiendo asustar a los niños.+

- ¿Sophie? – volvió a preguntar, acercándose un poco más y agregando tímidamente

– Soy papá.9

Un "niño" de cabellos cortos y mal cortados, se puso de pie entre los demás. Él

vestía desaliñado y sucio, con sus jeans desgastados y rotos. Miró a la

distancia a Yifan. +

- ¿Papá? – preguntó.+

Su voz aguda y suave. +


Yifan suspiró tan hondo, como si por fin él pudiera volver a respirar. Apenas si

pudo asentir y decir con fuerza.+

- Sí hadita. Papá.5

- Papá...+

Él llegó a Sophie antes y la alzó en el aire. Un estruendoso llanto saltó de las

entrañas de la criatura que como nunca apretó temblando con todas sus fuerzas al

hombre. Entre gemidos entrecortados y ahogados, Sophie se encontró confesando...+

- Me dijo que... que le arrancaría los ojos... que...+

- Lo hiciste bien hadita – dijo él en su oído – Fuiste muy muy valiente y

brillante...+

Ella lloró en su hombro y él le susurró miles de cosas buenas. Si algo Yifan

llegó a entender, es que Sophie siempre lo había sabido. El mutismo, como alguna

vez le había dicho Kyungsoo, era selectivo. Y todo sería para proteger a su

mami, que estaba en peligro y durmiendo. +

Yifan sostuvo largo rato a su hija. Miró esos ojos hinchados y cansados.+

- No estés enojado conmigo – pidió ella, retornando al llanto.+


Él le dio un beso en la frente. +

- Nunca – le aseguró – Nunca podría. Yo te amo ¿Entiendes?2

Ella volvió a aferrarse a él.+

Yifan miró a Chanyeol, a quien tenía más cerca y sonriéndole, viendo ya borroso,

se encontró diciéndole, como si fuera novedad.+

- Es mi hija... Chanyeol. Es...8

- Si hermano – respondió – Tu hija.+

Yifan se encontró helado, cuando dijo entonces.+

- Zitao.+

Se oyó el freno agudo de coches, desesperando un segundo a Yifan. Pero Junmyeon

dijo al instante.+

- Son nuestros. Tranquilo.+

Y Yifan abrazó más fuerte a Sophie, mientras apenas alcanzaba a ver a los que

llegaban. Las puertas de los vehículos se abrieron y de allí descendió Zitao.2


En medio del viento cálido de la noche y la nada, Zitao vio a Sophie en los

brazos de Yifan. Era como si él la acunara y la hiciera bailar en ese leve

balanceo para calmar a la niña reacia a soltarse un poco siquiera de su papá. 2

Hasta que él la llamó. +

- ¡Mami! – gritó ella y se descolgó de los brazos de Yifan, para correr a Zitao.+

No fue un tramo largo, sino corto, pero es como si hubieran recorrido un tramo

terriblemente largo, hasta llegar a estar juntos. +

- Mi bebé – susurró Zitao, agachándose para alzar mejor a Sophie.+

Y cuando elevó a Sophie en sus brazos, Zitao se encontró de frente a Yifan.+

- Tenías razón mami – dijo Sophie – Papá me iba a querer.6

Yifan no entendió nada en absoluto. No preguntó nada tampoco. No hacía falta,

cuando ellos ya estaban juntos. Al fin, juntos. Por eso Yifan no perdió tiempo

tomando en un abrazo lo que era suyo. Su familia. De pronto, si de una cosa él

llegaba a ser más que conciente, es que él tenía su propia familia.+

Zitao no dejó un segundo de seguir con sus ojos, los ojos de Yifan, como
escarbando en alguna reacción inesperada por parte de él. A pesar de tener a

Sophie entre sus brazos, él necesitó elevar su mano, para tocar el rostro del

hombre que creía había perdido para siempre.+

- Estás...– susurró Zitao.+

- ... aquí – asintió Yifan en un suspiro.+

Zitao sonrió en medio de esas lágrimas que Yifan se encargó de ir barriendo sin

lograrlo del todo. +

- Gracias – dijo Yifan, mirando a Sophie.+

Aún si fueran concientes del desastre a su alrededor, mientras los demás

gritaban órdenes en su agitación, sabiendo de muchas cosas más por arreglar,

ellos se quedaron largo tiempo aferrados entre ellos, mirando a su milagro entre

los dos. Y fue cuando Zitao dijo a Yifan, mientras miraba a su Sophie.+

- Tenías razón amor. 1

- ¿En qué?+

- Tú no eras mi karma – respondió Zitao, mirándolo a los ojos – Tú siempre

fuiste mi destino.6
Y Yifan abrazó a Zitao y a Sophie, sintiéndose completamente agradecido al

destino, que los había puesto en su camino.

Justicia

Abrió los ojos. Dolió su piel ante el intento de removerse de su sitio, pero

algo tiraba. Estaba atrapado. El golpe estalló en su nuca. El impacto estalló en

el instante, lleno de vacío y oscuridad absoluta, cuando intentó abrir sus ojos.

Y los abrió. Pero el hueco de la nada lo tragaba. No pudo evitar querer hablar,

decir algo, ordenar a sus guardias que ya mismo hicieran algo por acabar con

este delirio que ahora atravesaba. A él no podía pasarle esto. A él no podía

pasarle nada. Él era Wu Yànzǔ. Era invencible, fuerte. Él daba las órdenes.

Jamás había sido atrapado. Jamás había sido acorralado. Nadie se atrevería jamás

a eso. Nadie.9

Excepto el malnacido hijo de puta de Kim Jongdae riéndosele entre dientes.2


"No pienso entregarte a tus amigos maldita mierda. No sería divertido de ese

modo. Así que mis amigos los rusos se cobrarán lo de Kulkov. Y no será

rápido..." +

Un gruñido ahogado saltó de sus entrañas y la desesperación ante el impacto de

lo inminente, hizo que protestara con más fuerza. Y punzó más su garganta, por

cada vez que intentó que de su boca saliera una orden, una palabra. Y rugió más

y más. Muchas veces más, aún cuando se diera cuenta que estaba atado, maniatado,

vendados sus ojos y sellados sus labios. +

Esto no podía ser. Era intolerable que alguien se hubiera atrevido a hacerle

esto a él ¡¿Que acaso no sabían quién era?!+

"¡Idiotas! ¡Imbéciles hijos de puta! ¡Nadie me hace esto a mí! ¡¿Que no saben

quién soy?! ¡Yo soy Wu Yànzǔ! ¡Wu. Yànzǔ!" +

Eso debió salir sonoramente. Eso debió escucharse hasta a kilómetros de

distancia. Pero nada. Porque él ahora, era la presa. +

- Al fin – oyó a una mujer decir.1

La quietud. El disparo de ese tono duro, de la mujer extranjera que dijo esa

simple palabra crudamente, haciéndole notar que la lengua quebrada y esas "r"

marcadas, serían de una rusa sin lugar a dudas.+


Y Jongdae vomitó en su memoria: "...mis amigos los rusos se cobrarán lo de

Kulkov". +

Wu Yànzǔ comenzó a temblar. Crepitó su gruesa piel llena de transpiración,

cuando los delgados dedos pasearon por su mejilla. Él gruñó, de ira, claro.

Hasta que la ira fue reemplazada por el dolor de esas uñas que rasguñaron

sutilmente en su caricia. +

- Haré justicia – susurró ella en su oído.+

Y la risa de ella se hizo visible, cuando la luz baja, en medio de la oscuridad

golpeó sus ojos rasgados, que se descubrían al fin.+

Yànzǔ miró a la mujer, hermosa, alta, exuberante y altiva, vestida de un traje

negro, rubia, de labios rojos. Todo de ella, llamaba la atención. Sus ojos

hielo, como témpano, clavándose en los ojos de Yànzǔ, que preguntó gruñendo

quién sabe qué cosa, mientras fruncía el ceño.+

- Sabes quién soy ¿Verdad? – dijo ella.+

Si tan sólo él pudiera hablar, podría negociar, podría convencerla de que él

tenía mucho para darle. Un buen trato. Millones. La riqueza de por vida. El

poder que le otorgaría. Pero...+


- Nada quiero de ti, miserable mierda – rugió ella con asco, escupiéndole a la

cara – O mejor dicho, sí. Yo quiero algo de ti – dijo sonriendo terroríficamente

y mostrándole una daga brillante en sus narices.+

La mujer clavó la punta de esa daga en el muslo de Yànzǔ. Él gimió,

retorciéndose en su mutismo exigido, en su delirio lleno del estallido doloroso

y desgarrador de esa punta ardiente que se retorcía en su muslo derecho,

mientras la mujer se reía con fuerza.+

- Apenas si te hice un rasguño – se burló con desprecio ella – Y ya estás

chillando como gallina.+

Y las risotadas de muchos saltaron de la oscuridad. Desde todos los rincones se

reían y se burlaban de él. Eso lo llenó de rabia y de furia en su orgullo

herido. Y Yànzǔ quiso atacar a esta maldita puta que se atrevía a hacerle esto.

Él estiró su cuello, pero entonces ella puso la punta de la daga en su garganta.

Y él se congeló sabiendo que un movimiento más y le cortaría el cuello.

- Lo que más valoras Wu Yànzǔ – habló ella sugestiva – Es tu vida. Y eso, es lo

que he venido a reclamar.+

Ella se apartó unos pasos y la luz fue encendida. Hombres y mujeres saltaron

ante su vista, alrededor de un ataúd vacío. +

- Lo elegimos especialmente para ti, Wu Yànzǔ – dijo la mujer de negro señalando


con elegancia el féretro – Aquí comienza tu velorio, entre aquellos que

celebrarán tu muerte en esta tierra y disfrutarán cada segundo de tu tortura,

antes de verte partir.+

El tiritar descomunal minó el cuerpo de Yànzǔ. +

Y él comenzó a gritar.+

Alaridos salieron de su boca, que jamás se oyeron.+

Gritos desgarradores, que a nadie le interesaría escuchar.+

Y las risas, por cada vez que ellos hicieron lo que quisiera con su cuerpo.

Desde arrancarle las uñas, hasta pincharle los dedos. Y ese fue solamente el

comienzo. +

- Rogarás porque te mate – asintió ella sonriendo, elevando una botella de

cerveza en su mano – Y no te daré con el gusto, ni siquiera en tu entierro –

juró al instante que gritó el alto – ¡Por Arthur!+

- ¡Por Arthur! – gritaron todos, con botellas en alto.+

Y comenzó la fiesta, que parecía duraría muchos días.+

Kim Jongdae se lo había asegurado. Eso no sería breve. Sería eterno.+


Yifan cerró la puerta del coche, de la parte de atrás. Él miró desde fuera, por

la ventanilla baja, a Zitao con Sophie que dormía en su regazo. +

- Yifan – llamó Jongdae.+

Yifan miró sobre sus espaldas a su amigo acercándose y se dio la vuelta. Jongdae

llegó a Yifan y estiró su celular.+

- Quiere hablar contigo.+

Yifan tomó el aparato. Miró a Zitao y se sonrieron, como si se entendiera y el

hombre tuvo que apartarse del coche, seguido por Jongdae.+

- Natalia – dijo Yifan.+

- Gracias – escuchó a la mujer hablar en ruso.+

- Al contrario – respondió – Gracias a ti. No pude decirte antes, pero, lamento

profundamente tus pérdidas por ayudarnos.+

- No fue por ayudarlos – dijo – Ellos lo habían decidido de antemano si él se

negaba. Él me lo dijo. Ese fue su límite. Y por eso, esa escoria no verá más la
luz del día. +

Silencio. Yifan frunció el ceño. Cerró sus ojos. Un dejo de remordimiento plagó

su mente. Era su sangre, su familia. Y esa sentencia de los Kulkov le indicaba

solamente una cosa. +

- Deja a tu conciencia tranquila – se oyó segura a la mujer decirle – Será poco

y demasiado rápido para toda la aberración que ese hombre ha causado. Yo podré

dormir un poco mejor, sabiendo que mi Arthur ha sido vengado. Irá a dormir al

lado de mis hermanos. Los hermanos a los que él mató a sangre fría, sabiendo a

cada segundo que se acaba su existencia entre gusanos y muertos. +

Así sería el final de Wu Yànzǔ.+

Yifan siguió hablando con ella un momento, mientras sus ojos vagaron por el

predio revuelto. El fuego persistente, estaba siendo apagado por los hombres de

Chanyeol, mientras Kyungsoo con Yixing se asomaban a ver cómo estaba Zitao

dentro del vehículo. Pero entonces su vista se detuvo a lo lejos, cuando las

luces de los patrulleros irrumpieron en medio de la oscuridad, con las sirenas

que se hacían más sonoras a medida que se acercaban.+


- Sigue con lo tuyo – dijo Natalia – Tienen familia en Moscú, Yifan. +

- Lo mismo digo Natalia. Seguimos en contacto.+

Yifan y Natalia se despidieron. El móvil fue dejado en manos de Jongdae. Los

miraron cuando los autos de la guardia de elite, se detuvo en el margen de la

escena.+

- ¿Por qué están aquí? – reclamó Yifan a Jongdae – Llegaron antes de tiempo.+

- Son gente de mi confianza – aseguró Jongdae – Y tienen que llevarse a Ziyi.+

Ellos avanzaron hacia los primeros uniformados que descendieron de sus coches.

Todos vestidos de guerra, portando armas de grueso calibre. Estos no eran

policías comunes. El que iba al frente avanzó más rápido que los demás y asintió

en saludo a Jongdae, que preguntó.+

- ¿Cómo quedó todo allá? +

- Recobrando la calma en el distrito – respondió el oficial – Por ahora los

medios suponen que hubo una explosión accidental producto de una descarga

eléctrica. Nadie quiere en realidad saber la verdad.+

- ¿Los niños que iban a la clínica? – preguntó Jongin.+


- Fueron trasladados a centros asistenciales para su revisión. La clínica

clandestina fue sellada. Los hombres que estaban dentro, están bajo custodia.

Once se quitaron la vida antes que llegáramos a atraparlos.+

- ¿Y los que estaban de fiesta en el subsuelo? – habló Chanyeol.+

- Con el incendio nunca sabremos cuántos murieron realmente y cuántos escaparon.

Gracias por sacar a los niños y jóvenes atrapados a tiempo – asintió el hombre

en una leve reverencia – Ahora están cotejando sus identidades para devolverlos

a sus familias, de haber sido víctimas de trata. Los asistentes sociales están

con ellos. El presidente ha dispuesto una residencia solamente para ellos – dijo

mirando a Jongdae.+

- ¿Y Jang Hyuk? – preguntó Yifan.+

- Preso – respondió con crudeza – Ya se hizo el rumor que su cabeza tiene un

precio y nadie quiere que hable. Está bajo custodia.+

Yifan sonrió con sorna. El maldito estaba siendo protegido por la guardia

nacional. +

- Ahora, si me disculpan – dijo el hombre, emitiendo una reverencia a todos, al

instante que terminó de explicar – Debemos llevarnos a la señora Zhang Ziyi. Hay

una orden de detención en su contra, con una denuncia concreta y servicios de


inteligencia de varios países que la buscan. Esto no acaba con ustedes

caballeros. Es más bien sólo el comienzo.+

Yifan arrugó su frente, desconcertado y en alerta.+

Los oficiales comenzaron a dispersarse con la intención de terminar el trabajo.+ u

- Señor Wu – dijo de repente el oficial, regresando a él.+

- Diga.+

El hombre suspiró conmocionado, cuando le dio la noticia.+

- Siento decirle que creemos que su padre ha escapado. Pero haremos todo lo

posible por encontrarlo. Su madre tiene guardia permanente y está a salvo.+

Yifan se quedó boquiabierta. Trató de actuar lo mejor posible, cuando triste

dijo.+
- Gracias por decirme...+

A la distancia vieron cómo algunos guardias llegaban a Ziyi y otros comenzaban

con el recuento de cadáveres y daños en la zona. +

Lo que no imaginó Yifan, es lo que la maldita mujer hizo. Romper en llanto

mirando a Zitao y llamándolo como si fuera su madre. +

Ella gemía descontrolada y estiró su cuerpo a Zitao, mirándolo desconsolada. +

Yifan fue donde Zitao, para resguardarlo de cualquier artimaña de la maldita

mujer, pero ya era tarde. Zitao saltó fuera del auto, dejando en brazos de

Kyungsoo a Sohpie, que gracias al cielo estaba derrumbada en sueño.+

- ¡No! – exclamó preocupado Yifan, llegando justo a detener el avance de Zitao,

mirándolo de frente – ¡No la escuches! – suplicó él – Nada de lo que ella tenga

para decirte es cierto ¡Nada de lo que venga de ella es bueno!+

- ¡Todo lo que hice lo hice por ti! – gritó ahogada en llanto Ziyi, mientras era

arrastrada.+

- ¡Esperen! – suplicó Zitao – ¡Es mi madre!+

Y Yifan apretó sus párpados, queriendo detener a Zitao, pero de nada servía,

cuando lo vio avanzar. +


Los guardias se miraron desconcertados. Por eso se detuvieron. No fue el hecho

de que la mujer lo hubiera pedido, sino su propio hijo. Uno de los oficiales,

dijo a Zitao.+

- Debemos llevarla. Sea breve. Hay una orden de detención.+

Yifan, detrás de Zitao, le detuvo el paso tomándolo de los hombros. No lo

dejaría proseguir más, aún si quisiera ver a Ziyi. A la distancia, lejos, eso

sería lo más que dejaría a esa mujer acercarse a Zitao. +

Zitao y Ziyi se miraron. Él vio la pena minando la mirada de Ziyi. La angustia

sintiéndose en su pecho, cuando ella suplicó gimiendo a Zitao.+

- Ayúdame...+

Ella era su madre. Pero eso era lo que le hacía preguntarse ¿qué madre hace eso

con su hijo? Por eso él tenía que saber. Y murmuró...+

- ¿Por qué? +

Ella balbuceó sollozando desgarradoramente.+

- Porque... porque quería que sobrevivamos... los tres...+


Yifan ardió de rabia y entre dientes le rugió.+

- Eres una maldita sádica...+

Ziyi miró a Yifan, tan agotada y agobiada, como vulnerable y a punto de

quebrarse, que le hicieron sentir culpa de lo que había dicho y hasta compasión.

Más, cuando dijo.+

- Cuando no tienes nada, todo lo que te queda es... subsistir en medio del

infierno. Jamás lo entenderías.+

Ella miró a Zitao. Volvió a suplicar...+

- Por favor... ayúdame...+

Pero alguien gritó.+

- ¡Aléjate de él! +

Yixing.+

Todos miraron a Yixing, que siempre compasivo en la vida, se encontraba ahora

con la cabeza en alto rugiéndole a esa mujer. Nada de altruismo en sus ojos

siempre sensibles. Nada de suavidad en su mirada ahora dura y con rabia. Sus

manos hechas puños y sus gestos rígidos.+


- Yixing – se encontró llegando Junmyeon a su lado, queriendo calmar a su esposo

agitado – Por favor, tranquilo.+

Zitao frunció el ceño, mirando a su amigo completamente desencajado, sin

entender nada en absoluto.+

Yixing y Ziyi se quedaron mirando. +

- No te atrevas... – bramó temblando entre dientes Yixing –... a seguir diciendo

una maldita mentira más. +

Una carcajada estruendosa saltó desde las entrañas de Ziyi, como si de broma se

tratara. Zitao se venció hacia atrás, siendo sostenido al instante por Yifan. Y

ella se seguía riendo, como burlándose de todos en la cara. Apenas entre esas

descarriadas risotadas, se la llegó a escuchar ahogada en su incredulidad.+

- Tú maldito duende al final era tú... no te moriste...+

Ziyi siguió mirando a Yixing. Su boca se curvó de repente en aversión. Sus


dientes rechinaron de asco. Ella dejó de reír al instante para posicionarse

erguida y con su rostro en alto. Nada quedaba de la compungida mujer que

adolecía por el trato que se le estaba dando. Esta era en verdad Zhang Ziyi.+

- Si – asintió Yixing – Era yo. Creíste que había muerto ¿verdad? No podrías

imaginar que fuera yo. Que el duende debilucho y desnutrido, hubiera sobrevivido

al infierno al que lo sometiste. +

- Lay – dijo ella petulante y con repulsión, mirándolo de arriba abajo – Woong

In insistía en que seguías vivo. Pero honestamente no me importó en absoluto,

con tal de que hubieras desaparecido. Jamás imaginé que podrías ser... tú...+

- ¿Yixing? – cuestionó Zitao.+

Yixing miró a Zitao un segundo. Al lado se escuchó a uno de los oficiales

preguntar a Yixing.+

- ¿Doctor Zhang? ¿La reconoce entonces?+

Yixing regresó su vista al frente.+

- Si – asintió Yixing, mirando de nuevo a Ziyi – Ella es Zhang Ziyi, hermana de

mi madre. La reconozco bien. Es mi tía.5

- Señora Zhang Ziyi – dijo uno de los oficiales queriendo arrastrar a la mujer –
Está usted bajo arresto por los crímenes perpetrados en contra de su hermana

Zhang Lian...+

- ¡Eres un maldito bastardo! – increpó presa de la ira la mujer – ¡¿Te atreviste

maldita mierda a denunciarme?!+

- ...apropiación de menores, asociación ilícita y venta de estupefacientes.

Usted tiene derecho a permanecer en silencio... +

Yixing miró fijo a la mujer, sin una pizca de culpa o miedo, mientras seguía

oyendo lo que él siempre creyó que sería justo escuchar por parte del oficial.

La justicia ante sus ojos, después de veinte años de tanto buscarla.1

Ella arremetió entonces alargando su cuerpo hacia Yixing. Junmyeon alcanzó a

apartar hacia atrás a su esposo, justo cuando la mujer llena de odio, gritó

descomunalmente.+

- ¡Maldito! ¡Esto no quedará así Zhang Yixing! ¡¿Me oyes?!+

Yixing se dio la vuelta, dándole la espalda, cuando Junmyeon lo envolvió entre

sus brazos protegiéndolo de eso. Ziyi sabía que nada de lo que decía podría

hacer ya, pero tenía necesidad de seguir largando su veneno. Yixing se aferró a

Junmyeon y cerró sus ojos, esperando que el sonido de las puertas de los

patrulleros cerrarse, le indicaran que esa mujer estaba fuera de su vista. +


- Tranquilo Mi Corazón – susurró en su oído Junmyeon, acariciando su cabeza –

Ella no puede hacerte nada. Ya está. Ya está bien. Al fin se hará justicia.2

- ¿Yixing? – escuchó detrás a Zitao.+

Yixing miró a Zitao. Sus hombros encogidos y su rostro perdido en el cuello de

Junmyeon lo hacían verse asustado. Junmyeon dijo algo inaudible solamente a

Yixing, que asintió muchas veces a su esposo, antes de animarse a mirar a su

amigo Zitao. E Yixing se animó a avanzar, cuando las manos de Junmyeon le dieron

un suave empuje. Pero igual, en ningún momento Junmyeon soltó a Yixing. +

- Yo... yo quería decírtelo – dijo avergonzado Yixing – Pero... con tanto que

pasaba, no sabía si...+

- ¿Eres mi primo? – preguntó hasta con un dejo de esperanza Zitao, en su voz y

en su mirada.+

Yixing arrugó su frente, sin entender nada y sacudió su cabeza confundido. Él no

sabía por dónde comenzar, ni por dónde proseguir. Ni hablar de hasta dónde

llegar. Pero las cosas para Junmyeon no resultaban tan complicadas cuando se
trataba de decir ahora la verdad.+

- Yixing es tu hermano. 16

Zitao miró a Yifan y miró a Yixing, que seguía con la cabeza gacha, apoyándose

todo él en Junmyeon. Y fue Junmyeon quien le explicó.+

- Ziyi se apropió de los dos, cuando murieron tus padres, Zitao. Yixing hasta

hace poco se entera de que estabas vivo y que eras tú. +

Junmyeon miró a Yifan. Los análisis genéticos a Sophie. Ellos lo sabían. Era

esto lo que Kyungsoo creía que Ziyi debía decir.+

Un silencio de segundos, donde la mente de Zitao vagó por miles de recuerdos,

los breves recuerdos que tenía desde el momento de haber despertado a este mundo

de nuevo.+

Y ahí estaba él, sonriéndole. El doctor Zhang Yixing, sonriéndole. +

No podría ser casualidad. +

Ellos se tenían que encontrar.+

- Yixing – llamó Zitao.+


Yixing lo miró abatido. Quizá en la mente de Yixing las cosas no deberían

haberse dado de ese modo. Quizá en su imaginario ese momento debería haber sido

tranquilo y de ellos dos en absoluta intimidad. Pero las cosas se le habían ido

de las manos, cuando vio a esa mujer queriendo manipular a su hermano. Su

pequeño hermano. Zitao. Y eso Yixing, no iba a permitirlo nunca más. 2

- Perdona Zitao... – comenzó a decir terriblemente abatido.+

Pero Zitao fue tan rápido en abrazar a su hermano, que lo dejó callado. +

- Mi hermano – dijo exaltado Zitao, apretando con fuerza a Yixing – Mi hermano

mayor.+

- Yo nunca te olvidé Zitao. Nunca...+

Y Zitao se encontró sonriendo tontamente, en medio de tanta atrocidad. Ellos se

miraron a los ojos y se rieron más y más.+

¿Cómo en medio de semejante atrocidad, él podía sentirse aún más feliz que

antes?+

Porque así se sentían ellos dos, sosteniéndose como hermanos. Yixing con su

corazón que se ensanchaba más de contener más amor para dar y Zitao sintiendo

tanta paz de saber que en la vida, él nunca había sido abandonado.+


- Y voy a ser tío – susurró Zitao, siendo emocionalmente golpeado por esa

novedad.+

- ¡Hora de despejar la zona! – se oyó el grito de alguien. +

Había que abandonar el infierno.+

Y todos desaparecieron dentro de los autos.+

Zitao apoyó su cabeza en el hombro de Yifan, que ahora sostenía en su regazo a

Sophie. Miró a su niña que apoyaba la mejilla sobre el pecho del hombre que le

dejaba un beso en la corona. El brazo libre de Yifan pasó por detrás de Zitao

atrayéndolo más cerca, con ese temor inconciente de querer seguir sosteniendo

así para siempre lo que era suyo. Su familia. Y sus dedos acariciaron los

cabellos de Zitao mientras lo miraba, cómo miraba a su hija. Ellos tenían una

hija.+

Y los autos arrancaron. +

Y se adentraron en la carretera desierta.+

- Ahora duerme – dijo Zitao, acariciando el rostro de Sophie – Está durmiendo

tranquila.+
- Así parece...+

Zitao paseó sus dedos por el cabello corto de Sophie, que se removió

enroscándose más en su padre, como buscando ese roce que le daba seguridad y

protección.+

- Ojalá se vayan sus pesadillas – pensó Zitao.+

- Haremos que se vayan – dijo, abrazándola más fuerte.+

- Yifan – habló Zitao más despejado, elevando su cabeza del hombro del hombre –

¿Tu madre?+

Yifan elevó sus cejas, perplejo y regresando a lo que debían seguir afrontando

en el momento.+

- Sobrevivió – dijo tranquilo – Ella vive.+

Zitao suspiró. Él desplomó su cabeza de nuevo en el hombro de Yifan.+

- Gracias a dios. Sophie no habría soportado algo más.+


Yifan besó la frente de Zitao. Lo miró a los ojos y dijo.+

- Todo está bien. +

- Claro que si – dijo sonriendo – Todo está bien.+

- Más que bien – susurró sonriendo en los labios de Zitao, Yifan – Ahora

descansa un poco, hasta que lleguemos.+

- ¿A dónde iremos?

Amanecía. La luz se hacía ver, aunque el sol aún no hubiera salido.+

Los coches aparcaron en una residencia nueva para los ojos de Zitao. El primero

en descender fue Yifan. Inseguro por demás, Yifan no creyó ahora que hubiera

sido buena idea, pero con una familia a la que asegurarles un lugar pacífico, él

pensó que ese sería el mejor refugio.+

Zitao se quedó con Sophie esperando, cuando vio al hombre asomarse por la puerta

de su casa. Él simplemente observó y se quedó dentro, creyendo que ese momento

era de Yifan.+

Y así era.+
Yifan se quedó inmóvil, de pie, evidentemente sin saber qué hacer cuando vio al

hombre acercarse. Se encontró mirando a su alrededor, cómo todos sus guardias se

escabullían a lo lejos, reticentes de meterse en ese asunto. +

Y Kwon Sangwoo, se detuvo frente a Yifan. Él miró de arriba abajo a Yifan. Se

adelantó más cerca de Yifan y miró detrás, dentro del coche, a Zitao con su

hadita durmiendo en su regazo. A la espera de...+

- Disculpa... – habló apenas Yifan, pasando la palma de su mano por su nuca –...

disculpa que no te haya dicho que...+

¿Qué más decirle? Bueno. Eso era un comienzo al menos. Una disculpa de no

haberle avisado que...+

- ¿Qué? – preguntó aturdido y lleno de estupor Sangwoo.+

Él clavó sus ojos en el rostro de Yifan. Su cara llena de admiración y sorpresa

¿Qué le decía Yifan? +

- Disculpa no poder decirte – explicó Yifan – Quise protegerte. Por eso no avisé

que estaba bien.+

- "Vivo" – corrigió Sangwoo.+

- Eso...– asintió muchas veces Yifan.+


Sangwoo torpemente dio un paso adelante y tomó de los hombros a Yifan. Temblaron

las manos de Sangwoo cuando repasaron desde la cabeza, hasta el rostro, de nuevo

por los hombros y los brazos de Yifan, asegurándose que estuviera sano. Y el

hombre llegó entonces hasta tomar las manos de Yifan.+

- Mi muchacho – dijo Sangwoo temblando, sonriendo entonces y ahogado en sus

palabras de la emoción – Estás... vivo... +

- Yo...– quiso hablar Yifan.+

- Tenemos... tenemos tanto que hablar – dijo rápido Kwon, con un nudo en la

garganta – Tanto que...+

- Ya lo sé – interrumpió ahora impresionado Yifan, de verse tan de frente con

Sangwoo – Sé que... él no era mi padre...1

Es que, ahora, viéndolo así, ellos eran hasta de la misma altura y se encontraba

en su mirada. Y tenían miedo a la oscuridad y... ellos se parecían. +


Yifan se encontró apretando las manos de Sangwoo y concluyendo con seguridad,

afirmó en un suspiro.+

- A decir verdad, se siente bien saber que tú lo eres. Que eres "mi padre" –

remarcó con vehemencia.+

- Tu padre – dijo Sangwoo, estremecido en sus palabras.+

- Si – dijo Yifan, más suelto – Mi padre.+

Torpe pero con todo el sentir de un padre, Sangwoo se encontró abrazando muy

fuerte a su hijo. Y rompió en llanto. Yifan rodeó a su padre con sus brazos sin

perder tiempo. +

- Mi muchacho – oyó decirle el hombre acariciando su cabeza – Mi hijo.9

Y Yifan sonrió, sintiéndose como debería siempre haberse sentido. Querido. Y se

aferró con más fuerza de ese abrazo, sin perder el tiempo en explicaciones vagas

e innecesarias, porque no cabía más que sentir este momento, porque ya no quería

perderse más del tiempo que ahora consideraba por primera vez y abiertamente que

él merecía tener. 1

Era tiempo de ser feliz.+

- ¿Mami? – susurró Sophie, despertando tranquila de su siesta.+


Sophie se encontró pestañeando, limpiándose los ojos y mirando a su alrededor.

Comenzó al instante a respirar agitada, porque no encontró lo que buscaba.+

- Tranquila cariño – dijo Zitao abrazándola – Todo está bien ahora.+

- ¿Y papá? – preguntó asustada.1

- Allá – señaló Zitao.+

Sophie miró por la ventanilla y se pegó al vidrio cuando vio a los dos hombres

abrazándose mientras reían fuera y lo reconoció claramente. +

Llena de ansiedad preguntó +

- ¿Es papá y el señor Kwon?+

- Si amor – dijo Zitao, abriendo la puerta del coche – Es papá y el señor Kwon. +

- ¿Y dónde estamos?+

- En casa del señor Kwon amor. Tu abuelo.+

Sophie arrugó su frente y se rascó la nariz con su puño. Ella estaba


terriblemente confundida.+

- El señor Kwon, es tu abuelo cariño.+

Sophie sonrió y batió palmas. Ella se encontró saltando en el regazo de Zitao y

diciéndole.+

- Me gusta que sea mi abuelo, mami.+

Zitao suspiró y lleno de paz en su interior dijo. +

- A mí también... +

Sophie saltó fuera del coche y se escapó de Zitao que la llamó desesperado. Pero

ella no hizo caso. En su inocencia, Sophie simplemente corrió a los hombres y

gritó con todas sus fuerzas llamando a su "abuelo". Y Zitao se acercó lo más

rápido que pudo, al segundo que se encontró viendo a Sophie en brazos del hombre

que hubiera sido el padre de su hermano. +

Zitao miró todo a su alrededor y se quedó absorto un momento.+


Era como si todo, se estuviera de pronto dibujando en su mente y se hiciera más

claro. +

El hombre que había criado a su hermano y se había hecho cargo de Luhan, era el

padre de Yifan. +

- Vengan mis muchachos – dijo el hombre, estirándoles la mano, con la niña en

brazos – Aunque amanece, deben descansar tranquilos.+

Zitao y Yifan se miraron. Tranquilos. Eso resultaba una palabra tan deseada y

anhelada. Tan sólo estar tranquilos. Incluso cuando se quedaron viendo dormir a

Sophie, era como si no supieran más que de estar alertas sobre ella. Respiraba.

Bien. Ella respiraba tranquila, sin pesadillas, sin conmociones esporádicas y

temblores en sus largas pestañas que les indicaran que algo la turbaba. De

rodillas, uno a cada lado, se quedaron en esa pequeña cama destinada a Sophie,

mirándola cómo dormía. +

Alguien se asomó de repente y Yifan de un sobresalto fue el primero en ponerse

de pie.+

-Yifan – habló por lo bajo Yoochun – Sólo vine a dejar esto.+

Zitao sonrió, cuando alcanzó a ver en la mano del hombre la valija de juguetes

que Sophie tanto quería. Él sonrió llegando a tomarla primero que Yifan.+
- Gracias – dijo Zitao, acariciando el objeto.+

- La rescatamos de los escombros – le comentó Yoochun – Está intacta y sé que a

ella le gustaba mucho.+

Zitao asintió.+

- Se la regalé en la última Navidad que pasamos juntos – recordó de pronto.3

Frunció el ceño. La seriedad y la preocupación manifestándose en su rostro.

Yifan imitó ese gesto.+

- ¿Pasa algo? – preguntó.+

Pasaba. A Zitao le pasaba que no recordar las cosas comenzaban a enojarlo. Él

sabía que debía recordar algo, pero ¿qué?+

- Gracias Yoochun, por todo – habló rápido Yifan – Ahora, todos vayan a

descansar. Se lo merecen.+

Yifan abrazó a su guardia, cruzando algunas palabras y luego Yoochun se retiró.+ s

- ¿Mi Niño? – oyó a Yifan llamarlo.+


Zitao en silencio regresó a la cama de Sophie. Puso la valija de juegos de la

niña sobre ella y abrió eso.+

- ¿Zitao? – Yifan insistió preocupado.+

Pero Yifan al instante se encontró sonriendo divertido cuando vio el anillo de

diamante azul que había regalado a Zitao y su mala entre los tesoros de Sophie.

Él tomó eso entre las piedras de colores, cuentas, plumas y cosas. Hasta que vio

en medio de todo, más.+

- ¿Y esto? +

Zitao mira a Yifan desconcertado. Son llaves pequeñas. Son muchas llaves

dispersas entre brillos y listones. Se encoge de hombros. No tiene idea de eso y

tampoco parece extraño, porque Sophie considera tesoro, todo lo que le parece

bonito. Pero...+

- ¿Las llaves? – se pregunta él, recordándose de lo que Chanyeol una vez le

había dicho.+

El manojo de llaves ¿Sería ese?+

Pero no recuerda. +
Sacude su cabeza desconcertado y enojado consigo mismo. Él no sabe de esto, no

tiene idea y aunque hace el esfuerzo, las imágenes de le van al instante de su

cabeza. Se angustia y es entonces cuando siente los brazos de Yifan que lo

rodean.+

- Ya no te preocupes Mi Niño – le consuela y asegura – Hay cosas que simplemente

es mejor dejarlas atrás.+

Zitao mira agitado y triste a Yifan. Hay algunas cosas que se acuerda y es feliz

cuando las rememora. +

- Pero yo quiero acordarme de todo Yifan – le confiesa un tanto desolado – De

todo lo que vivimos juntos. 1

Son cosas que Yifan no podría entender ¿Y qué podría aconsejarle él a Zitao a

quien ve así de triste en este momento? Si él guarda cada cosa en su memoria,

cada instante que vivieron juntos y no se arrepiente de nada. Aunque algunas de

esas cosas, fue tan injusto vivirlas...+

Y Yifan abraza a Zitao. Él ahora piensa y no le dirá a Zitao, que quizá no sea
bueno recordarlo todo. Él mira a los ojos a Zitao y dándole un beso en los

labios, apoya su frente a la frente de Zitao. +

- Hay cosas que no volverán – le susurra con ternura, en cada palabra que dice –

Y no puedo entender lo que se siente no saber, pero, recordaste lo más

importante Zitao. Y es a partir de aquí que vivimos. +

Y los dos se quedan mirando un largo rato dormir a su hija.

- ¿Sabe de qué se lo acusa? – preguntó su abogado.+

Jang Hyuk miró al sujeto un momento y luego bajó su cabeza. Se miró las manos

libres. Pero el naranja de las piernas, del endemoniado atuendo que llevaba

puesto, le recordaba día tras días que él estaba preso. +

- Señor Jang – dijo el abogado – No podré ayudarlo si no colabora conmigo.+

Jang Hyuk volvió a mirar al sujeto, del otro lado de la mesa. Miró a un lado y

al otro. Una habitación con un guardia en cada esquina, como si él fuera

peligroso. Emitió una mueca sarcástica y dijo. +

- Nadie puede ayudarme.+

Después de media hora de que el maldito hombre de traje estuviera pacientemente

aguardando una palabra, él le dijo eso al menos. +


- Señor Jang – dijo esta vez ya en reclamo – Usted me paga por hacer un trabajo,

que irónicamente no me permite usted mismo hacer.+

Casi dos semanas y el idiota seguía yendo día tras día, haciendo el mismo

protocolar intento de sacarle alguna maldita información de algo.+

- Usted puede ayudarse a sí mismo, si responde a mis preguntas – siguió el

abogado – Mañana es el día de inicio de indagatoria. Recuerde que debe declarar.+

- Nadie puede obligarme a declarar lo que no sé – dijo Jang Hyuk.+

- Señor Jang – habló el abogado frustrado – ¿Reconoce a esta persona?+

Una foto le fue puesta en la mesa. La cara de un hombre remarcada en rojo. Un

occidental, mirando a cualquier parte. Un hombre común y corriente, con mirada

desorientada. +

- No – respondió Jang Hyuk, quitando la vista de esa imagen.+

- Esta mañana arribó a primera hora en el aeropuerto de Icheon. +

- ¿Y eso tiene que importarme? +


El abogado suspiró y sacudiendo su cabeza, emitió un chasquido de frustración. +

- Creí que iba a importarle.+

Fue lo último que dijo y se puso de pie para retirarse. Jang Hyuk supo que

también era hora de su retirada y quiso pararse de la silla, pero un guardia lo

retuvo con rudeza, presionando sobre su hombro. +

- Tiene otra visita – anunció el hombre.+

Jang Hyuk se desplomó desganado ¿Otro abogado quizá? Entre fiscales y

defensores, ya se encontraba a punto de fingirse insano. Quizá había llegado la

hora de querer ahorcar a alguno para que le prohíban las visitas. Sonrió,

burlándose de sí mismo, hasta que lo vio entrar.+

Wu Yifan.+

El odio hizo que su pecho se inflara a punto de explotar. El asco estrujándole

el etómago.+
Y saltó de su silla, para matarlo, aún si supiera que sería imposible. Detrás de

él, dos guardias lo amarraron e inmovilizaron en su silla.+

- ¡Quítenme las manos de encima! – gritó descomunalmente, tirando por zafarse de

esos idiotas – ¡No quiero esta visita! ¡Tengo mis derechos! +

- No es una visita oficial – habló Yifan.+

Y Jang Hyuk entendió bien, que nadie haría nada ahí, incluso si Yifan quisiera

sacar un arma y pegarle un tiro en la cabeza. +

Jang Hyuk tembló de rabia, pero se exigió componerse. Wu Yifan no lo vería

derrumbado. No se permitiría a sí mismo, que esta mierda lo viera derrotado, aún

si ya estuviera muerto. Por eso asintió con crudeza a los guardias, en el

compromiso silencioso de que se comportaría, haciendo que los idiotas lo

soltaran. +

Jang Hyuk se sentó donde antes estaba. +

Yifan avanzó lentamente. +

Jang Hyuk intentó descifrar alguna cosa en la mirada de Yifan, pero no había

rastro de nada cuando lo miraba. Incuso Yifan intentó comprender cuál era la

sensación que lo embargaba en ese instante de ver a su enemigo y se detuvo un


segundo, para analizarse a sí mismo. +

Nada. Jang Hyuk era eso. La nada misma.+

Agitado Jang Hyuk e iracundo siguió los pasos de Yifan. Jang Hyuk se rió con

sorna, cuando Yifan se sentó en frente. Se hizo un silencio largo, que inquietó

a Jang Hyuk, porque Yifan analizaba al sujeto, sin largar una maldita palabra. +

- ¿A qué mierda viniste? – preguntó Jang Hyuk.+

- Creo que sabe a qué vine – respondió inmutable.+

- Debería haberte matado cuando tuve oportunidad – dijo con asco Jang Hyuk.+

Yifan sonrió.+

- Así que, sí fue usted quien me secuestró al final.+

- Ya lo sabías – sonrió sacudiendo sus hombros, componiéndose erguido en su

silla.+

Una mesa los separaba. Sin esposas, porque no era preso peligroso, Jang Hyuk

podría insistir con matar a Yifan. Pero él tenía que saber.+


- ¿A qué viniste? – insistió.+

Yifan señaló la foto. +

- Esta aquí – dijo Yifan.+

- No sé quién es.+

- Usted y yo sabemos que sí. Viene de Reino Unido – habló rápidamente – De una

isla. La más grande del Canal de la Mancha. Una isla un tanto peculiar que

pertenece a la corona británica.+

- No me importa lo que tengas para decirme.+

- Es el mayor paraíso fiscal del mundo – siguió Yifan, sin importarle lo que

Jang Hyuk había dicho – Tiene más dinero que nadie y solo depende de la corona,

aunque tiene su propio gobierno y moneda. Algo complicado de entender – dijo

perplejo Yifan.1

- Ya le dije que no me importa lo que tengas que decirme – rugió entre dientes y

temblando Jang Hyuk.+

- El sujeto viene de ahí.+


- No sé quién es – insistió agitado Jang Hyuk – No conozco ese lugar.+

- Viene de Jersey. Qué casualidad ¿Verdad? – siguió hablando Yifan, como si no

escuchara – Es ese lugar donde hace diez años se descubriera que en el orfanato

asesinaron, torturaron y violaron niños durante todo ese tiempo. Y periodistas

de investigación, aseguran que lo siguen haciendo.+

- ¡Ya te dije que me importa una mierda! – gritó descarriado y agitado Jang

Hyuk.+

Yifan miró fijo a Jang Hyuk. +

- Usted era visitante asiduo de ese lugar hasta hace meses.+

Ellos se miraron, fijo los ojos el uno en el otro, como si una guerra se

desatara entre los dos, desde siempre. Hubo un largo y prolongado silencio. +

Yifan asentó sus codos en la mesa, juntando sus manos y sus dedos

entrelazándose.+

- Usted sabe a qué vino ese sujeto – dijo Yifan.+


Sí. Sabía. Jang Hyuk sabía a qué había venido, pero no le importaba. Si no era

él quien lo mataba, enviarían a otro y a otro y a otro, con tal de callarle la

boca, con tal de que no llegara a decir nada.+

- No podrá ingresar en el programa de testigos protegidos si no dice nada que lo

justifique – le recordó Yifan – Usted está solo aquí Jang Hyuk.+

Jang Hyuk elevó su mentón. Lo sabía. Sus días estaban contados. Bastaba con

sentarse en su celda y esperar que llegara su momento. Él no se arrepentía de

nada. +

- Zhang Ziyi – dijo Yifan – Fue encontrada anoche sin vida en su celda.1

- ¿Suicidio? – sonrió Jang Hyuk.+

- Suicido – confirmó Yifan.+

Jang Hyuk miró a un lado, con esa maldita mueva de arrogancia inútil a estas

alturas.+

- Espero no haya sido prolongado el momento de su deceso – dijo tranquilo.+

- No fue breve el asunto – respondió a eso Yifan – Todavía intentan aclarar cómo

ella misma se obstinó en colgarse desde los pies, debajo de una de las duchas,
con la cabeza cubierta en una sábana, mientras la regadera largaba agua en

abundancia. Y nadie oyó nada – asintió muchas veces, hipócritamente sorprendido.1

Jang Hyuk encogió sus ojos. Odiaba a Wu Yifan.+

- Usted no viene a ayudarme.+

- Es verdad – dijo Yifan – No vengo por usted. Vengo por su hijo.+

Otro momento de silencio. Jang Hyuk tragó duro y la nuez de su cuello se removió

a tal punto, que hasta Yifan se dio cuenta. Quizá, al final, algo importaba a

Jang Hyuk. +

- ¿Cómo está? – preguntó Jang Hyuk.+

- Ahora, mejor. Aunque perturbado – respondió Yifan – Lo protegemos y lo

seguiremos haciendo. Pero siempre deberá esconderse y jamás tendrá una vida

tranquila, porque él ha visto a muchos de esos sujetos. +

- Y yo no puedo hacer nada – dijo secamente Jang Hyuk – Él podría haber tomado

mi lugar y eligió su camino, traicionando a su propio padre.+

Silencio de nuevo. Jang Hyuk quitó los ojos de Yifan y miró a un lado. Él no iba

a ceder.+
- Le haré saber su veredicto entonces – asintió Yifan, poniéndose inmediatamente

de pie.+

- ¿Por qué? – pregunta duramente Jang Hyuk.+

Yifan mira desde lo alto al sujeto maldito, que lo sigue odiando.+

- ¿"Por qué", qué? – pregunta Yifan, no entendiendo en absoluto por dónde va esa

pregunta.+

- Por qué cuidas a mi hijo. Es mí, hijo – asiente duramente – Es mí, sangre.+

Y hasta en la escuela eran un tanto reticentes a juntarse, se recuerda Yifan,

que responde sin dudar.+

- Porque él ha tenido la valentía de torcer el camino, liberándose de su peor

enemigo. Con él, su estirpe de veneno se evapora.+

Silencio. Ya no había nada más para decir.+


Yifan se dio la media vuelta, cuando oyó a Jang Hyuk.+

- Que busque en nuestra casa, donde jugaba con su madre. Lo que a ella más le

gustaba.+

Cuando Yifan se dio la vuelta, Jang Hyuk salía de la sala. El naranja de su

prenda, se perdió de su vista, detrás de esa puerta. Y esa fue la última vez que

vio con vida a Jang Hyuk. Al día siguiente, los noticieros anunciaban que el

hombre moría de un "ataque al corazón" en su celda. Justo la noche anterior, en

que él debería ser llevado al juzgado para comenzar a declarar. +

Después de eso, el maldito sujeto que había llegado de Jersey, fue interceptado

por Park Chanyeol. En realidad, jamás habían dejado de seguirlo desde su arribo

a Icheon. Sólo le dejaron hacer su trabajo y se encargaron adecuadamente de él,

al estilo de Kim Junmyeon. 4

Cuando Dongwoo recibió el mensaje de su padre, él fue a las ruinas del lugar que

había habitado desde su niñez. Lo que encontró entre escombros, en el lugar que

de pequeño había jugado con su madre, fue una caja musical con una bailarina que

saltó dando vueltas, apenas él abrió el objeto en medio de esa melodía triste

del vals del Lago de los Cisnes. Recién se daba cuenta Dongwoo, que su madre

debió ser una niña cuando fue su madre, porque se encontró con esa foto de ella

abrazándolo a él de bebé, guardada dentro en diminutos cuadraditos. Debió tener

15 años cuanto mucho. La pena lo inundó profundamente.1


Unos números en unos diminutos rollos de papel metidos ahí mismo, fue lo que le

dejó Jang Hyuk. +

- No sé qué sea esto – dijo aturdido Dongwoo.+

Yifan se desplomó sobre el respaldo del sillón y se cruzó de piernas mirando en

la mesa los rectángulos dispersos. No dijo nada. Y como no diría nada, todos

fijaron su mirada en Chanyeol cuando se removió del sillón donde estaba sentado,

apoyando sus codos en sus rodillas.+

- ¿Códigos? – se preguntó.+

Sehun, que había estado caminando de un lado al otro de la sala, detuvo su paso

y sugirió.+

- De cuentas bancarias. Tiene sentido.+

- ¿Algún banco o entidad te ha llamado? – preguntó Jongdae a Dongwoo.+

- No – respondió – Nadie. Sólo el abogado para cederme los bienes heredados.+

De nuevo el silencio. Un suspiro lleno de rabia y frustración se hizo sonoro de

parte de Dongwoo.+
- Yo les dejo esto – dijo quebrado, entre el espanto y la cólera – Sólo... sólo

quiero que se acabe y...+

Ahogado, él se tomó la cabeza con sus manos. Minseok se puso de pie al instante

y se sentó a su lado. Dongwoo había pasado por mucho, desde que tuviera memoria

y a pesar de todo, él era bueno. Minseok lo sabía y por eso no lo había dejado

solo, ofreciéndole lo que estaba en sus manos con la ayuda de Kyungsoo, que le

había dado un lugar en ese penthouse, que era residencia de paso para muchos.+

- Ya Dongwoo – consoló Minseok, queriendo confortarlo mientras daba palmadas en

su espalda – Las cosas irán mejorando. +

Jongdae de repente pegó un salto de donde estaba sentado y se dio la media

vuelta para irse del lugar. Dio la espalda a la escena que era como patada al

estómago, hasta que se detuvo en seco.3

- ¿Cuántos números son? – preguntó.+

- ¿Qué? – se oyó a Sehun confundido.+

Jongdae se regresó se repente a donde estaban esos papeles. +

- Si contamos por cada número – habló rápido Jongin – Tenemos diecisiete papeles

y cada uno de ellos 15 números. 255 en total. Si es código cifrado, podría

llevar años hasta que...+


- Diecisiete – dijo para sí mismo Jongdae, poniéndose de rodillas en esa mesa

ratona, repasando los diminutos y arrugados rectángulos dispuestos – Diecisiete

papeles. Diecisiete códigos...+

Él miró a Yifan, que se compuso erguido. Ellos se entendieron, porque al unísono

dijeron.+

- "Diecisiete llaves". +

En la valija de Sophie.+

- No puedo creerlo – habló Kyungsoo, riéndose de sí mismo.+

Sus labios curvados en una mueca incrédula. Todos ahí lo miraron. Quién lo

hubiera imaginado. Él miró a Jongin, porque suponiendo que se dijera bueno desde

siempre en su trabajo, todos los profesionales como ellos, deberían estar al

tanto de esa leyenda, que ahora creía que no era leyenda o anécdota del círculo.+

- ¡¿Te das cuenta?! – preguntó Kyungsoo, frotándose las manos.+

Y Jongin sonrió asintiendo. +

- ¿De qué hablan? – intervino Junmyeon, molesto por no entender – Soy nuevo en
el rubro y no entiendo una mierda.1

En el subsuelo de Manhattan se comentaba que se escondían 500.000 lingotes de

oro bajo el metro. La mayor reserva de oro del mundo, justo a dos calles de Wall

Street. Sólo que no tenía dueño. Hace como siete años el último apoderado legal

había sido acribillado y nadie más había regresado a hacer el reclamo de eso,

porque se suponía que quien apareciera al momento, podría tratarse del culpable

de haberse llevado esa vida. +

¿Jang Hyuk? Podría ser. Podría ser que esa fuera la disputa que lo enfrentó con

Wu Yànzǔ y el motivo del secuestro de hace años a Yifan. Pero sería demasiada

información que ya no querían comenzar a indagar. Los tiempos coincidían. Las

cuentas cerraban.+

- Es un valor próximo a los 250.000 millones de dólares. A medio millón por

barra – explicó Jongin como si estuviera contento – Pero no es la única reserva.

Esa es sólo la cuarta parte. La gente cree que todo el oro está en Fort Knox.+

Sehun preguntó.+

- ¿Y cómo sabemos de que esos números y llaves son de ahí?+

- Diecisiete códigos y diecisiete llaves – dijo Chanyeol, poniéndose de pie,

emitiendo un chasquido, a la vez que sonrió de lado – Todos saben de esa

historia. Diecisiete llaves y diecisiete códigos de cajas fuertes que se


perdieron con la muerte de su "dueño". Llaves y códigos que hacen que nadie

pueda abrir una combinación de acero y hormigón de 140 toneladas, de tres metros

de espesor. El cilindro central pesa 90 toneladas. Y hablo de cada caja ubicada

en cada reserva.+

- Dongwoo – habló Yifan – Tú decides.+

- Yo no quiero nada de él – dijo duramente, poniéndose de pie – Es de ustedes si

quieren sacarlo y tienen los medios.+

Ellos miraron eso en la mesa. Mucha sangre había corrido, por esto que ellos

tenían en sus manos. +

Todos se miraron.+

Ninguno de ellos dijo una palabra. No en voz alta. Aunque ellos sabían que

harían. Harían justicia.


FINAL: Nuestro amor es eterno

Dongwoo se sentó en el sillón de la sala. Escuchó a alguien descendiendo por las

escaleras a toda prisa. Sabía que Henry estaría atento a su llegada y miró hacia

allá, encontrándose con su mirada expectante justo en lo que llegaba a él.4

- ¿Cómo te fue? – preguntó Kyungsoo a sus espaldas.+

Kyungsoo y Minseok aparecieron desde la cocina. Dongwoo los miró y suspiró

agotado, no queriendo decir una sola palabra. Pero entendía que ellos estaban

preocupados por él. +

Lejos de encontrarse con entusiasmo como las chicas y los chicos llenos de

proyectos, que pasaban esporádicamente por la residencia de Kyungsoo, contentos

por la nueva vida que los aguardaba, libre de toda esa cosa impuesta por su

padre, atormentado por los fantasmas, Dongwoo se había ensimismado solitario,

escondiéndose de todos. Un dejo de vergüenza también le atravesaba la

conciencia, cuando caía en la cuenta que los tipos de los que él había sido

enemigo aguerrido en la escuela, era quienes lo estaban rescatando del infierno.

Ironías. +
- Me lo dejó todo – dijo Dongwoo aturdido.+

No creyó ciertamente que Jang Hyuk hiciera eso, después de que se sintiera

traicionado. Él regresaba de esa maldita lectura del testamento, para corroborar

lo asquerosamente rico que había sido su padre. Dongwoo recordó que cada vez que

él pedía algo, Jang Hyuk se limitaba a decirle que debía ganárselo. +

- Deberías usarlo – le dijo Kyungsoo como consejo – Piensa en algo bueno para

ti.+

- Hay muchas cosas buenas que podrías hacer por ti – asintió en acuerdo Minseok,

sentándose a su lado – Estás a punto de recibirte de abogado. Te sirve como...+

- Nadie querrá nada de mí Minseok – le recordó ofuscado, al instante que se

arrepintió de verle la cara llena de remordimiento de su amigo, por sugerirle

eso – Lo siento – se disculpó suspirando – Sólo que... ¿qué de bueno puede venir

de dinero mal habido? +

- El dinero es dinero – le dijo Henry ofuscado, desplomándose en un sillón, en

frente de él – Si yo lo tuviera...+

- Si yo lo tuviera... – irrumpió un chico asomándose de repente en la sala donde

estaban ellos charlando en la privacidad del resto –...me compraría un viaje

alrededor del mundo y me recorrería todos los lugares hasta llegar al infinito.

Te lo aseguro – le dijo hasta en reproche a Dongwoo – Definitivamente dios le da


pan al que no tiene dientes.+

Dongwoo no dijo nada y se tragó el insulto apretando sus labios. De nuevo el

idiota molestándolo.+

- Ho Won – recriminó Henry – Mejor cierra la boca.3

El chico apoyó sus manos en el respaldo del sillón, justo detrás de Dongwoo,

mientras se balanceaba con soltura.+

- Si no sabes qué hacer con ese dinero mal habido...– siguió Ho Won hablándole

casi al oído, como si no hubiera escuchado nada a Henry –... conviértelo en algo

que valga la pena y deja de sufrir como si fueras un condenado que no tiene nada

¡Tienes tanto por hacer y los medios para hacer y no aprovechas!+

- ¡Ho Won! – gritó Henry – ¡¿Quién te llamó aquí?!+

Ho Won se quedó quieto y miró a Henry.+

- Venía a decirte que un tal Zhoumi te está buscando en la puerta ¿Ese fue el

médico que nos atendió el día que los rescatamos del subsuelo? – preguntó

confundido, señalando hacia algún lado – Oye yo acabo de mostrarle mi cicatriz,

pero ni me miró y tú que no tienes un rasguño y...+

Pero Henry jamás respondió, porque pegó un salto y salió corriendo hacia la
entrada del penthouse de Kyungsoo, que se quedó boquiabierta. Él miró a Minseok,

que simplemente se encogió de hombros.

- Oye tú... – llamó Ho Won a Dongwoo de nuevo –... que no sabes qué hacer con tu

dinero ¿Por qué no haces algo bueno y me invitas un helado al menos? Además,

tengo que comprar el traje para el casamiento de mi jefe – dijo señalando a

Kyungsoo – ¿Tú ya lo compraste? Porque no te vi con uno, así que aprovechamos y

lo hacemos juntos.+

Dongwoo frunció el ceño completamente descolocado con la oferta y miró a Ho Won

que parecía entusiasmado. Después regresó su vista a Minseok, como pidiendo

consejo. Y Minseok se encontró naturalmente asintiendo, como animándolo a

moverse. No veía nada de malo en eso. Pero él quiso excusarse.+

- Ya le dije a mis guardias que se fueran y...+

- ¡Hey! – exclamó Ho Won ofendido – ¡¿Que acaso no sabes quién soy?!+

- Ho Won – habló rápido Kyungsoo – Experto en defensa personal y tácticas en

ataque. Con él imposible que algo te pase Dongwoo. Estuvo esa noche del rescate.+

Ho Won saltó por encima del sillón, descolocando a Dongwoo. De un arrebato tomó

su mano y lo puso de pie. Empujó enérgico a Dongwoo, haciéndole mirar el

elevador que era el ingreso de la estancia y dijo palmeando sus hombros.1


- Respira hombre. La vida no es tan mala.+

Y se fueron.+

Kyungsoo y Minseok se quedaron tildado, incluso cuando el elevador se cerró

frente a ellos, que siguieron quietos y sentados donde estaban.+

En ese momento un móvil sonó. Ellos se miraron.+

- Es mío – dijo Kyungsoo y atendió rápido a Zitao.+

- Dime – dijo sonriendo.+

- Oye Kyung – murmuró inseguro – ¿Cómo hago para que Yifan no sé dé cuenta que

vamos a tu despedida de soltero mañana? 9

- Bueno...– quiso comenzar a hablar Kyungsoo.+

Pero el timbre que avisaba de la llegada de alguien, resonó justo cuando las

puertas del elevador se abrieron.+

- Mi Pequeño ¡¿Dónde estás?!+

- Ya escuché – suspiró en un lamento Zitao – No digas nada. +


- Lo siento – se lamentó compungido su amigo, por no poder ayudar.+

- Algo se me ocurrirá.

- Y así fue como hice que se durmiera Yifan – asintió orgulloso de sí mismo

Zitao.2

Minseok parpadeó muchas veces, con la cara roja, largándose aire con la mano que

revoloteaba ávidamente en su cara.+

- Yo debería poner en práctica esas cosas – dijo sorprendido Minseok, pasando

por sus mejillas acaloradas un pañuelo – ¿Cómo dijiste que se llamaba ese libro?+

- Kama Sutra.5

- ¡¿Qué?! – exclamó Luhan, también abanicándose con su mano – ¡¿Y de dónde

sacaste tú eso?!+

- De la biblioteca de la casa de Nara – respondió y bajó la voz aclarando –

Parece que era de los abuelos de Yifan.+


Un "oh..." descomunal se oyó por lo bajo.+

- Qué... qué bueno que ya... que ya lees bien – se encontró diciendo un tanto

ahogado Yixing.2

- No había que leer – explicó Zitao – Bastaba con ver las imágenes.+

Yixing tuvo que abanicarse también con su mano, echándose aire. Él también se

acercó a la ventana y las abrió del todo, respirando hondo.1

- ¿Estás bien? – le preguntó su hermano acercándose.+

- Está sofocante aquí – suspiró.+

Un móvil retumbó entre ellos. Zitao se encontró atendiendo.+

- Dime Kyung...+

A la espera de la llegada del novio. +


Así estaban todos. Pero Jongin estaba rasguñando las paredes, encerrado en esa

sala diminuta que al menos tenía sanitario, que hacía que él entrara y saliera a

cada rato echándose agua en la cara, sudando como loco.+

- ¿Y si se arrepiente? – oyó decirle desesperado Jongin a Yifan.1

Zitao arrugó su frente. Él fue enviado a dejar un recado, pero se encontró

diciendo. +

- Lo dudo.+

- ¿Lo ves? – dijo Yifan a Jongin, acomodándole la chaqueta blanca – Kyungsoo no

se arrepentiría. Te ama.+

- Amenazó tantas veces que...+

- Descuida – animó Jongdae, dándole un golpecito en el hombro – El peque está

loco por ti hermano. Dudo que justo ahora le llegue la cordura y se dé cuenta

que...2

- ¡¿Qué mierda quieres decirme con eso?! – increpó Jongin.+

- ¡Nini! – se oyó a la madre de Jongin gritar de lejos – ¡Deja de insultar así

que los invitados oyen!+


- ¡¿Acaso estás insinuando que está loco?! – siguió Jongin con puños cerrados.+

- Bueno... – quiso decirle Sehun – Digamos que... si tenemos en cuenta que...+

- Te ama hermano – interrumpió Junmyeon – Tú tranquilo.+

- ¿Me ama verdad? – preguntó desesperado Jongin a Chanyeol, que era el último

que le faltaba.+

Chanyeol, que había estado mudo hasta el momento, lo pensó unos segundos. Jongin

todo agitado, comenzó a comerse las uñas, como esperando el veredicto. Y

Chanyeol se movió. Llegó al frente de su amigo y tomando los hombros, en una

sacudida vehemente y con clase, respondió con su vos gutural.+

- Quisiste matarlo tres veces y se casa contigo. Si eso no es amor ¿qué es?10

Todos asintieron con absoluta seguridad, mientras se oían palabras de aliento. + s

"Claro hermano", "absolutamente", "por eso está loco"... 1

Zitao frunció el ceño, sin entender nada en absoluto. +

- ¿Jongin? – llamó entonces, porque él había ido ahí a hacer algo.+


- Zitao ¡Tú tienes que hacer algo! – suplicó Jongin, poniendo sus manos en sus

hombros, asustando a Zitao que emitió un respingo sintiéndose atrapado – Ve a

ver por qué demora por favor ¿lo haces? ¿por favor?+

- Quizá es... es porque se detuvo en camino a...+

- ¡¿Y qué lo tenía que detener en el camino?!+

- Yo escuché que...– balbuceó apenas Zitao.+

- ¿Qué escuchaste? – preguntó desesperado Jongin, al instante que la palma de su

mano fue puesta en las narices de Zitao – ¡Ni lo digas! Ya se arrepintió

¡¿Verdad?!1

- ¡Mamáaaaaaaaa! – oyó gritar desde afuera a Sophie.+

- Sophie...– quiso salir Yifan.+

Pero Zitao lo retuvo.+

- Yo... yo sólo...– balbuceó Zitao señalando fuera, en lo que intentaba

despegarse de las manos de Jongin –... me tengo que ir dice Kyung que está

demorado pero que ya viene enseguida porque fue a visitar a sus padres.+
Y despareció de la vista de esos locos, respirando agitado. Apenas pudo tomar

aire puro en las escalinatas del predio que daba al patio, donde se iba a

celebrar la ceremonia, cuando oyó abajo decir a Sophie en medio del llanto. +

- Me ensucié mi vestido.+

Zitao descendió rápido, llegando a ella y poniéndose de rodillas vio el blanco

raspado en tierra.+

- Sophie – reclamó a la niña – Te dije que no jugaras aún para que no te

ensucies.+

- Es que quería llegar a las flores – señaló Sophie a una enredadera colorida. + p

Ella comenzó a sollozar más fuerte que antes. Zitao sacudió la tela y le dijo.+

- No es nada, mira – aseguró con ternura, quitándole la lágrima que le caía por

la mejilla – Ya sale ¿ves?+

- ¡Zitao! – gritó Luhan desde el interior – ¡Ven!+


Nara llegó justo a tiempo, para tomar a la niña en sus brazos que se le trepó en

un segundo.+

- Ve querido. Yo la llevo con nosotros – dijo Nara, señalando con su mirada a

Sangwoo a la distancia – Quizá ya llegó Kyungsoo y te necesitan por algo. +

- ¡La corona de Kyungsoo! – exclamó Zitao poniéndose erguido y reacomodándose su

traje.+

- Ve cielo – insistió Nara, sacudiendo la solapa de su chaqueta color crema –

Nosotros la cuidamos.+

- Gracias – dijo Zitao, sintiéndose de repente ahogado de tanto.+

Y Zitao corrió hasta la entrada de la inmensa residencia, mirando entre los

coches. Cuando encontró el que buscaba, fue y abrió el baúl, de donde sacó una

caja. Luego corrió por los pasillos y agitado, subió las escaleras, llegando a

ese dormitorio apartado donde estaba con sus amigos antes, abriendo la puerta y

encontrándose con Kyungsoo y Baekhyun que faltaban. Dejó la caja en una mesita y

exclamó abriendo sus brazos.+

- ¡Llegaste!+

Kyungsoo se aferró a Zitao, que lo miró vestido de traje blanco. +


- ¿Cómo está? – preguntó Kyungsoo nervioso – ¿Lo viste?+

- Loco – asintió Zitao.+

Todos se rieron. +

En medio del alboroto, Zitao se dirigió hacia la caja, abriéndola y sacando del

interior una corona de flores que rápidamente se la pasó a Luhan. +

- Para ti – le dijo Zitao a Kyungsoo.+

- ¡¿Esto?! – exclamó sorprendido el novio.+

Kyungsoo se encontró mirándose al espejo, sonriendo abiertamente y feliz,

mientras Luhan colocaba las flores sobre su cabeza. Zitao entonces le entregó su

ramo a juego. +

- Son hermosas – dijo él mirándolos a todos – Yo... gracias...+

Y todos se abrazaron con fuerza.7

Sonrió Zitao cuando vio aparecer a Kyungsoo del brazo de su abuelo, en lo alto

de las escalinatas que daban al parque, donde sería la ceremonia. Miró un

instante a Jongin, sonriéndole a Kyungsoo y se encontró suspirando por ellos.+


Pero de repente Sophie, que últimamente estaba por demás inquieta, se le subió a

una silla queriendo dar saltos, llevando sus manos a lo alto.+

- Sophie – le reclamó por lo bajo Zitao, tomando a la niña por debajo de su

cintura y bajándola – No...+

- Pero yo quiero – dijo ella queriendo ya llorar.+

- Sophie – suspiró desconsolado Zitao – No ahora... por favor...+

- Papá – llamó ella, sabiendo que el hombre miraría al instante y por eso señaló

a lo alto – Yo quiero...+

Yifan hizo ademán de atender el reclamo, pero se frenó en seco cuando vio los

ojos recriminatorios de Zitao. +

- No – rugió por lo bajo Zitao – Te lo prohíbo Wu Yifan.+

- Pero...– apenas murmuró Yifan, completamente compungido de ver que ya su hija


estaba con los ojos aguados.+

- Mami – dijo ella, mirándolo desde donde estaba – Es que dijeron que es para

que se vayan las pesadillas y quiero uno...+

Sophie puso sus puños en sus ojos, tapándoselos para no ser vista cuando largara

el llanto.+

Zitao frunció el ceño y miró a lo alto. Kyungsoo había insistido en adornar el

lugar con atrapa sueños, colocándolos en lo alto, justo arriba de los invitados.

Las plumas multicolores se alzaban en el viento y en ese momento Zitao se vio

tentado.2

- Es por las pesadillas – oyó a Yifan repetirle por lo bajo, como implorándole.1

Él miró al hombre, que hasta le suplicaba. Miró a Sophie que ahora, con los

labios curvados al suelo, también esperaba. Y es que era él quien decidía.+

Zitao suspiró y bastó que una vez asintiera, para que Yifan elevara a su hija a

lo alto. Y Sophie se encontró largando una adorable mueca graciosa, cuando llegó

a tocar la suavidad multicolor en su cabeza. Y ellos dos, se encontraron riendo

con ella, su hadita, con ese vestido blanco y sus lazos coloridos adornando sus

trenzas. Y Zitao se enamoró más aún de Yifan, que se encontraba sosteniendo a

Sophie, mientras adoraba a su niña con los ojos, sabiéndola feliz con en ese
instante tan simple.1

"Mami te quiere", se recordó cantándole a su bebé cuando le hacía dormir, "Mami

te adora y papá también. Ya verás mi tesoro que papá también". +

- ¿En qué piensas? – pregunta Baekhyun a su lado.+

Mientras todos bailan en la pista, Zitao se queda sentado acompañando a su amigo

que acalorado y con las mejillas rojas, se echa aire con un manojo de

servilletas de papel. Aún si hubiera viento cálido en el patio, donde es la

fiesta, nada resulta suficiente para aplacar el calor terrible de Baekhyun.+

- Dim – insiste Baekhyun, tomando la mano de Zitao – ¿En qué piensas?

Últimamente te he notado más callado ¿Me quieres contar?+

Zitao suspira y de pronto sus ojos vagan por todos lados. Ve a los novios

saltando alguna pieza movida, riéndose mientras la gente los rodea y aplaude.

Todos parecen tan felices...+

- En que me siento feliz – responde Zitao entonces.+

Baekhyun y Zitao se sonríen. +

- ¿Quién hubiera imaginado que llegaríamos aquí hace un año?+


Zitao acaricia el vientre de Baekhyun que a pesar de su sonrisa brillante,

parece cansado. Zitao le pregunta.+

- ¿Cómo se va a llamar?+

- Jimin – susurra Baekhyun – Pero no digas nada.12

Zitao ríe por eso y se recuerda.+

- Creí que no se iba a llamar como él quería.+

- Shhh... es una sorpresa para Chanyeol y Si Hoo. +

Zitao se encoge de hombros y se junta más a Baekhyun, divertidos de ese secreto. a

- ¿Todo bien Mi Sol? – pregunta Chanyeol, sentándose al lado de Baekhyun.+

Baekhyun está demasiado cansado y sin responderle, apoya su cabeza en el hombro

de Chanyeol.+
Zitao regresa la vista al frente, donde Sophie ríe, en los brazos de su padre,

que la eleva por el aire en medio de la pista. Los dos bailan entre todos. Allá

se encuentran Minseok y Jongdae juntos, entre los novios que no se separan un

segundo. Yixing y Junmyeon se sientan a tomar algo, después de un largo rato

bailando, cerca de Zitao, Baekhyun y Chanyeol, en medio de pesas y sillas

vacías.+

- Ve a bailar – dice Baekhyun a Zitao.+

- Prefiero estar aquí sentado. No me he sentido muy bien que digamos.+

- ¿Y eso? – pregunta su hermano.+

- Bueno...– quiere explicarle Zitao a su hermano.4

- ¡Mira mamá! – escucha a Sophie llamarle.+

Y los mira allá a la distancia. Sophie ahora se ha parado sobre los pies de su

padre, que la lleva al compás de esa melodía que empieza a sonar. +

- Mira que preciosos se los ve – dice Luhan, dejando a la vista su celular y

sacándoles una foto, filmándolos después.+


7

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Y Zitao lo cree en verdad. Observa esa imagen tan llena de amor de un padre a su

hija, de los dos bailando. Yifan es un hombre hermoso, así, con su chaqueta

sobre los hombros y mirando a la hija de los dos mientras sonríe divertido.+

- Es demasiado consentida – se recuerda con remordimiento Zitao – A nada podemos

decirle que "no". +

- No te preocupes – le consuela Yixing – Es una niña muy inteligente, que sabe

bien lo que realmente la hace feliz.+

Sonríe Zitao y se recuerda que alguna vez su pequeña misma le dijo que "nunca

habían tenido demasiadas cosas los dos, pero que habían sido muy felices". +

Zitao los mira de nuevo y escucha a Minseok cantar en inglés la melodía que

resuena. +

Y se encuentra cantándola él, sin saber cómo sabe que dice lo que dice...+

- Mira las estrellas. Mira las estrellas cómo brillan por ti y todo lo que

haces. Sí, ellas eran todas amarillas... 2

En silencio se queda Zitao, cuando resuena en su mente la voz del hombre: "Nunca
dejaste de estar conmigo Zitao. Nunca. Te sigo amando tanto o más que antes". +

Zitao cierra sus ojos. En la noche de esa estancia donde solamente son ellos

dos, bailando, a la deriva de sus cuerpos desnudos, pegados y fijas las miradas

de uno en el otro, él murmura en los labios de Yifan: "... te sigo amando. Tanto

que te quedaste conmigo, aún estando apartados". +

Y Zitao sabe a la boca de Yifan. Percibe el roce de sus labios y se oye a sí

mismo suplicarle: "Hazme tuyo de nuevo Yifan, hazme tuyo para que la noche no

acabe nunca y seamos uno para siempre. Que nada nos separe, que nada se

interponga entre los dos. Quiero sentirte como si fuera tuyo por completo, solo

tuyo, Mi Hombre". 6

Zitao abre los ojos y mira a Sophie y Yifan que ahora sostiene a su hija,

dándole un beso en la mejilla. Ella se encoge de hombros y es atrapada por su

abuelo que ahora se queda bailando en el lugar de su padre. +

Y Yifan sonriendo, baja unos peldaños saltando de la pista. Cuando mira a Zitao,

lo ve de pie, esperando por él. Yifan al instante arruga apenas su frente,

meditando qué dicen los ojos de su amado, porque ahí está, penetrándolo con sus
brillantes ojos que parecen estrellas en la noche. Y se da cuenta, que la

canción ha hecho en Zitao, recordar el momento exacto en que ellos habían

sellado su amor para siempre.+

"Tú, Mi Niño", le había dicho Yifan, "No olvides eso Zitao. Siempre serás mío a

partir de esta noche, para siempre serás mío". +

"¿Es una promesa?", le había preguntado su niño. +

"No es una promesa Mi Niño. Las promesas se las lleva el viento", había dicho

Yifan, "Esto es sellar para siempre lo que estaba escrito. Es hacer realidad

nuestro destino". +

Yifan avanza lentamente. Su vista se enfoca en la persona por la que ha valido

la pena cada tramo del camino. Tanto dolor y sufrimiento, tenía un sentido. Y no

es que eso debería haber pasado. Yifan cree fervientemente que las injusticias

impuestas, fueron eso, impuestas. Pero por Zitao, él las atravesó todas y

volvería a hacerlo, porque Zitao lo vale, porque el estar juntos lo vale, porque

Sophie que fue el hilo que los unió para siempre, es la evidencia de que todo lo

vale, cuando se trata de amor. 1

Frente a frente, Yifan y Zitao se miran. Como si desde siempre esto debería

haber sido. Como si el "para siempre", era lo que estaba escrito.+

Yifan acaricia la mejilla de Zitao, que cierra sus ojos disfrutando del roce que
le estremece como la primera vez que percibió esos dedos en su piel. Rodea la

cintura de Zitao con su abrazo y lo acerca a su cuerpo, presionándolo más cerca

de él. Zitao se encuentra entonces acariciando el rostro del hermoso hombre, sin

poder creer hasta dónde pudo Yifan amarlo con locura. Como ahora, que en ese

sutil tacto de sus labios recorriendo su mejilla, llega a rozar su oído y le

susurra a Zitao.+

- Tu piel... Oh si, tu piel y huesos se convirtieron en algo hermoso. Y lo

sabes... Tú sabes que te amo. Tú sabes que te amo... 2

Cómo amaba a este hombre Zitao. Él daría la vida por Yifan. Él estaba destinado

a Yifan. A este hombre que le llama.+

- Mi Niño...+

Zitao le sonríe, acunando su rostro con su mano. Él ama ser llamado así por él.

Solamente por él. Porque el eco del pasado regresa lentamente por cada vez que

su hombre lo llama así. Como los hilos de una historia perdida que se van

tejiendo en su mente y su corazón. Como un despertar lento, muy lento y cálido,

por cada rayo de la luz de esa tarde, que iluminan el rostro del "perfecto",

"hombre", a quien le pertenece su existencia y que mira con adoración. +

- Mi Hombre – se encuentra murmurando.+

Yifan le sonríe, apoyando su frente a la frente de su amado. Adora cuando era


llamado así por Zitao. Es la certeza de que a pesar de las vicisitudes, él

seguía anclado en su memoria, aún si Zitao no recordara. Era la esperanza fija

de que todo esto tenía sentido y que bastaba ver su mirada para responderse a la

pregunta que se hubiera hecho por toda su vida. +

¿Cuál era el verdadero sentido de su existencia?+

Ser feliz. +

Y ahí estaba. Siendo feliz. A su lado.+

- Te amo – dijo Yifan.+

- Te amo – le dijo Zitao.+

Zitao peinó sus cabellos y besó en los labios a Yifan, que se sintió

pacíficamente arrastrado de nuevo a la felicidad absoluta de sentirlo suyo. Los

instantes en los que él se admitía feliz a pleno, habrían sido en sus recuerdos,

esos momentos que pasaron juntos. Y ahora, él tenía todo el tiempo del mundo

para serlo, junto a su hija, el recuerdo viviente de ese amor perdido y

encontrado, ahora, para siempre.+


Y se quedaron bailando, entre la felicidad de otros y la felicidad propia,

seguros de que todo estaba donde debía estar, pacíficamente en su lugar. +

Hasta que...+

- ¡Mierda! – se oyó gritar con todo a alguien, completamente descontrolado –

¡Maldita sea! ¡Duele como la mierda! +

Desesperado, Chanyeol de pie, al lado de Baekhyun quiere tocarlo cuando dice

angustiado.+

- Ya Mi Sol...+

- ¡¿Ves que mi cara está iluminada idiota?! ¡Estoy en parto!3

- ¡¿En serio?!+

- ¡Y todo esto es tu culpa! – gruñe lleno de rabia y energía – ¡Maldito seas

Park Chanyeol!+

Todos miraron a Baekhyun que comenzó a emitir toda clase de improperios

abiertamente, envolviéndose el vientre entre sus brazos.+


- Mami ¿Por qué tío Baekhyun está insultando a tío Chanyeol?+

- Ay no puede ser – dijo entusiasmado Kyungsoo tapándose la boca, pegando el

grito al instante – ¡Ya viene mi sobrino!+

Y Chanyeol fue el primero en ser socorrido, cuando se desplomó ruidosamente en

el suelo, que era una plataforma de madera.

Yo, Wu Yifan, aún recuerdo cuando a veces me preguntaba cuál era el verdadero

sentido de mi existencia. +

Y sólo dejé de hacerme esa pregunta, cuando me encontré con tus ojos. Fue

llenarme de vida para siempre, en la necesidad de seguir encontrándome con la

fuerza de esas pupilas que desprendían una energía exuberante, dejándome sin

aliento.+

Cada palabra que decías, quedaron grabadas en mi memoria. Tus gestos, tus modos

y tus formas. La sabia manera de arrastrarme lentamente a una pacífica locura.

Te metiste en mi corazón sin quererlo y yo sin pensarlo me entregué de lleno a

la intensidad de esos momentos en los que me hacías sentir vivo, porque existía
en tu universo.2

Éramos adolescentes, lo sé. Y sé bien que fue más intenso lo vivido, porque

cuando eres así de arrebatado en todo, no hay equilibrios en nada y te entregas

al extremo, sin saber nada más que del amor que sientes por el otro. +

Éramos demasiado jóvenes e inseguros, también lo sé. Pero la pasión que surgió

entre los dos esa noche y que dio su fruto, solo dejó el sello de que nuestro

pasado era lo correcto, lo perfectamente correcto y que nunca deberíamos haber

sido injustamente separados. +

Por eso el destino, se empeñó en juntarnos.2

Con todo lo que atravesamos amor, con todo lo que hemos vivido y seguimos

viviendo ¿Cómo no dejarlo por escrito? Solo quería que el mundo supiera lo

fuerte que fuiste y que eres. Tu belleza va más allá del límite de lo perfecto.

Tan hermoso Mi Niño, tan profundamente hermoso, que no podría describirte,

porque las palabras serían vanas e imprecisas, aún si quisiera expresar tus

perfecciones en detalles.1

Te miro ahora, elevando en los brazos a nuestro hijo y no creo merecer el

privilegio de merecer este amor que me estás dando. Tanto más, cuánto más,

infinitamente más y sin pensarlo, me das más amor. Mi amor. Mi Zitao.+

Me miras ahora y te preguntas en qué pienso y sé que escarbas en mis ojos lo que
siento. Y ahora me reclamarás algo, algo sencillo que me he olvidado que me

pediste hace un minuto, pero estoy tan embobado de mirarte, que por poco lo

olvido. Así que cierro esta libreta un momento, cuando escucho.+

- No veo el biberón Wu Yifan.1

Hasta en eso eres precioso cuando me reclamas algo duramente. Pero yo tengo una

hadita que me cubre las espaldas, pasándome a escondidas lo que me pediste hace

un rato. +

Miro detrás y me guiña el ojo, cómplice con su padre y salta corriendo a seguir

con su casa de princesas y príncipes en lo alto del monte Henan. Así lo ha

dictaminado ella, que después de volver de ese viaje, se ha quedado encantada

con saber dónde fue que nos encontrábamos a escondidas. Mi pequeña ha inventado

un nuevo cuento de fantasía, donde el dos príncipes de encuentran ahí a

escondidas y juegan con las estrellas y la luna.1

Miro al frente y muestro el biberón lleno con leche tibia para mi pequeño Sying,

que patalea torpemente mientras conversa contigo de vaya a saber qué cosas. 1
- Trae eso de una vez aquí – me reclamas, encogiendo tus bellos ojos delineados

tan perfectamente – ¿No ves que tiene hambre?+

Suspiro. Este diminuto ser al que amo con locura, me ha robado la atención

absoluta de tus cuidados. Y me siento un tanto estúpido por eso. Yo que le

reclamé a Jongdae una vez que era un idiota, por estar berreando como niño de

que Minseok se había olvidado que existía desde que habían tenido a mi sobrino.

Y ahora, entiendo a mi hermano con el alma. Si me está pasando lo mismo. 6

Escucho el timbre que resuena y te pones de pie rápidamente. La sonrisa se te

dibuja tan perfecta, cuando el entusiasmo te ilumina, que me haces sonreír con

tu sonrisa. +

- Toma – me dices – Y dale de comer.+

Y me dejas a Sying en los brazos, cuando sales a atender a nuestros invitados de

este sábado. +

Si me vieran los accionistas de la empresa en fin de semana. Ni hablar los mal

nacidos a los que mantengo a raya, que me encuentro donde me encuentro.+

Con mi muchacho nos miramos rudamente. Frente a frente. Esto es cosa de hombres.+

- ¿Cuándo me devuelves a mami? – le increpo.1


Se me ríe en la cara abiertamente, mientras sus puños se cierran de lo más

entusiasmado, sabiendo que nunca. Él ha pasado a ser el hombre de tu vida y me

desarmo por dentro de ternura, porque cuando lo veo así de feliz, me rindo yo

también ante los pies de este emperador de seis meses, al que ya planeo darle

competencia, porque no será el único y se lo garantizo.2

- Hey hombre – escucho a Jongdae detrás de mí, con su niño en brazos – ¿Ya están

peleando de nuevo?+

Y es que me conoce bien. Bueno, en realidad me encontró así un par de veces con

mi muchacho. Como yo lo encontré a él con el suyo. +

- Deja de decir idioteces – le digo.+

Jongdae avanza con Chenmin que en su dialecto no para de decir cosas y se

sientan a nuestro lado. Jongdae hace lo mismo que yo, con biberón en mano.

Mientras, nuestros esposos andan por el otro lado de la casa contándose vaya a

saber qué secretos. Por algo nos juntaron a todos, en fin de semana.5

- ¿Cuál es el secreto ahora? – pregunto a Jongdae.+

- No lo sé – me responde con desgano – Sabes cómo es Minseok, para escarbarle

alguna noticia.+
Resulta que antes descubrir los secretos de estado, eran cosa de todos los días.

Pero para descubrirles los secretos a ellos, ni el servicio de inteligencia

basta, en serio. No me sale descifrar sus códigos. Baekhyun aprendió tan bien

todo, que con JaeJoong y JiYong, se han hecho un equipo de primera, haciéndose

experto en el tema. Maldito Chanyeol que le dio las herramientas a "su sol".+

- Idiota baboso que no sabe decirle que no – gruño en voz alta.+

- Bueno – dice Jongdae, que entendió a la perfección – Ya sabes quién manda en

esa casa y no es el jefe de las familias, te lo aseguro.+

Nos matamos de la risa y de pronto alguien se asoma por la puerta.+

- ¿Qué hay de divertido ahora? – pregunta Chanyeol.+

- ¿Y Jimin? – pregunta Jongdae.+

Y es que siempre anda con su muchacho sobre los hombros.+

- Se ha quedado con sus abuelos.+


Se queda de pie apoyado en el marco de la puerta.+

- ¿Novedades? – pregunto.+

- Ya encontramos la última caja fuerte – dice sonriendo, con aire de absoluta

satisfacción – Y a que no saben...+

- Qué...+

- No sólo habían lingotes de oro, sino libros de nombres y juramentos hechos en

esa maldita mierda de hermandad. Si te dijera que esos libros contienen todos

los nombres de...+

- No hables de esas cosas en frente de las criaturas – le reclama Junmyeon,

abriéndose paso – ¿Así que ya la encontraron? ¿Cuándo comenzamos a liquidar a

los que faltan?+

- ¿No era que no había que hablar de esas cosas en frente de las criaturas? – le

reclama Jongdae señalando con la mirada a su sobrina.+

Aún cuando ella parece estar más entretenida a los mechones de su papá, que

agarra con ahínco entre sus puño, yo creo que ella puede entender.+

Mi móvil retumba a lo alto. Como estoy ocupado, sólo queda poner el altavoz para
escuchar lo que tengan que decirme. +

- Sehun – saludo sonriendo – Luhan...+

- Estamos abajo – responde Sehun.+

- ¡¿Qué?! – exclamo a lo alto de lo más entusiasmado.+

Hace mucho que no los vemos. Sehun le había regalado de luna de miel a Luhan, un

viaje alrededor del mundo. Los penúltimos recién casados del grupo, se han ido

por meses fuera y llegan de repente y sin aviso. 2

¿Sería esta la sorpresa?+

Pero parece que todos fuimos sorprendidos, cuando entran. La euforia de Zitao,

Minseok, Baekhyun e Yixing nos dicen que tampoco ellos sabían de su retorno,

cuando como avalancha se aferran a Luhan y Sehun. +

Mientras, con Jongdae nos miramos apenas pudiendo manifestar la emoción si

sostenemos a nuestros muchachos en brazos, como nos han enseñado, boca abajo y

dándole golpecitos en la espalda luego de alimentarse. El primero en hacer el

sonoro provecho es el chico de Jongdae.+

- Pero miren qué tenemos aquí – dice sonriendo Luhan – Qué grandes están estos

chicos...+
Toma en sus manos a Chenmin y se queda ahí hablándole de lo lindo que es,

mientras ya veo a Jongdae inflando lleno de orgullo el pecho, ni que fuera

parecido a él su hijo. Menos mal que mi ahijado es el calco de Minseok sino...2

- Es idéntico a Jongdae – dice mi cuñado.+

Bueno. Definitivamente el amor es ciego.+

Después veo que Sehun se acerca y me estira las manos. Confundido sacudo mis

hombros, porque no sé qué quiere.+

- Dámelo – me dice arrogante.+

- ¿Qué quieres que te dé? – pregunto.+

- Déjame cargar a mi sobrino – me dice ofuscado.+

¡¿En serio?! ¡¿Desde cuándo quiere?! Si después de la única vez que se ocurrió

levantar a un bebé y Jimin le vomitó encima, no quiso saber nada de andar

cargando a ninguno de nuestros bebés. Frunzo el ceño, de lo más confundido con

el pedido. Estiro a mi muchacho y lo dejo no sé si en buenas manos. +


- Tengo que ir practicando – lo escucho que dice.4

Él comienza torpemente a zarandear a Sying, que le festeja todo. Así es de

sociable mi muchacho, que patalea súper enérgico. Mientras, todos nos hemos

quedado boquiabierta con ese comentario.+

Miramos a Sehun y miramos a Luhan. Así de un lado al otro, hasta que Minseok es

el primero en decir.+

- ¿Por eso volvieron sin decir nada de la noche a la mañana?+

Y Luhan sonríe en respuesta.+

De nuevo el arrebato de los abrazos entre todos y las felicitaciones comienzan a

hacer estragos en mi mente, cuando inquieto saco de las manos de Sehun a mi

muchacho. No solamente tengo miedo de que quede apretujado, sino que además no

se lo daré como conejillo de india. Que aprenda. Igual no le diré lo que pienso,

porque lo quiero con el alma a mi hermano menor, así que me acerco y de corazón

digo.+

- Te felicito hermano. Serás un gran papá.+


- ¿Tú crees?+

Y le veo la cara. Sehun está asustado. Ha tenido tantos reveses con su padre,

que ahora tiene miedo de salir a él. +

- Serás un papá espectacular – le digo apretándole el hombro – Con Luhan serán

unos papás maravillosos.+

- Sino mírame a mí – dice de sí mismo Jongdae.+

- ¿Y quién te dijo que eres espectacular? – se le burla su hermano – Si hasta me

llamas para ver cuál es el frente del pañal.2

- ¡¿Y te dices mi hermano?! – le reclama Jongdae.+

- ¿Por qué no le preguntas a Junmyeon quién le enseñó a poner pañales? – sugiere

Chanyeol, cruzado de brazos.+

Y comienzan a berrear aturdiendo a todos de nuevo, peleando como críos. Menos

mal que llegan los que faltaban. Ahí viene Kyungsoo y detrás Jongin llevando el

cochecito con sus dos linduras que duermen. Son apenas dos duendes que asoman

sus cabecitas de cabellos negros respirando profundamente tranquilas. Luhan y

Sehun no las conocían, así que son los primeros en llegar, embobados de esas

princesas, poniéndose de rodillas.3


- Qué buen trabajo hicieron chicos – dice Sehun a Kyungsoo y Jongin.+

- Son hermosas – se oye a Luhan decir, mientras las mira de cuclillas y acaricia

sus cabezas.+

Justo entonces llega a los saltos Sophie, trepándose en los brazos de Luhan.

Alcanza los brazos de Sehun que le asegura.+

- ¡No sabes todas las cosas lindas que te trajimos princesa!+

Más regalos. Estos tipos podrían arruinarla con tantos obsequios. +

- Gracias – dice ella entusiasmada y regalando besos a sus tíos.+

Aprovechamos el calor de la primavera y nos sentamos en la terraza. Aún cuando

el personal se esmera en hacer su trabajo, a Zitao le gusta servir a nuestros

invitados. Descubrí que disfruta hacer cosas de casa, incluso cuando llega de su

negocio. Jamás lo veo agotado y cuando le sugiero que descanse algo, él siempre

me responde que durmió demasiado sonriéndome como si fuera broma, aunque sabe

bien que un poco de tristeza se me nota. +

Se sienta a mi lado y apoya su cabeza en mi hombro, mientras observa a todos

ahí, conversando y riendo, entre bebés y pasteles, jugos de frutas y biberones. +


Sé lo que le pasa.+

A veces también me pasa.+

Este descontrol es demasiado pacífico para nosotros. Después de tanto, esto es

lo que en el fondo queríamos. Una familia. Una inmensa familia que nos diera la

certeza de que éramos queridos y que existíamos para alguien, para ellos, que

nos hablan y nos cuentan de sus cosas, de lo que les pasa y de sus días comunes

y corrientes.+

Luhan muestra una caja que pone sobre la mesa y deja entrever los cinco álbumes

de fotos del casamiento de ellos, que fue un acontecimiento social a lo grande y

con todas las letras, siendo tapa de varias revistas. Los reparte a cada uno y

entre risas comenzamos a recordar las anécdotas terribles de meses atrás. Como

cuando dejamos en paños menores a Sehun atado en el ingreso de un centro

comercial y que los noctámbulos de madrugada en vez de auxiliarlo le sacaron

fotos subiéndola a las redes sociales. Luhan terminó hirviendo de la furia

contra nosotros, porque le mostramos a medio mundo lo que consideraba que era

pura y exclusivamente suyo. +


- ¿Y de quién fue esa idea? – pregunta Luhan de pronto.+

Y todos me miran. +

- Jamás lo hubiera creído de ti Wu Yifan – me recrimina Zitao.+

- Ni yo – me reclama también Sehun – Jamás se me habría ocurrido hacerte una

cosa así en la vida.+

Y es verdad. Ellos conmigo fueron unos santos cuando me casé. Lejos de bromas,

es como si hubiera estado vigilando que nada se interponga en el momento más

especial de mi vida. Aún recuerdo a mi hadita entrando delante de Zitao,

esparciendo pétalos blancos en el pasillo alfombrado en rojo. Y Mi Zitao, siendo

llevado del brazo de mi mejor amigo. Habría querido que fuera en el exterior,

como cuando se casó Jongin y Kyungsoo, pero ya era otoño, así que fue en un

salón de hotel, donde también fue la fiesta. Nuestra fiesta fue tranquila, como

somos nosotros y como nos gustan que sean todas nuestras cosas. Fue uno de los

días más felices de mi vida.+

Suspiro y pregunto de repente.+

- ¿Para qué nos juntaron a todos?+

Y es que si Zitao organizó esto, es porque hay noticias de parte de alguno.+


Alguien emite un ronquido y todos miramos a quien hizo ese ruido pidiendo

atención.+

Baekhyun.+

Silencio de segundos.+

Hasta que alguien se ríe de repente, pegando después una carcajada estruendosa.+ s

Jongdae golpea la mesa con la palma de su mano y encogido de la gracia que algo

le ha provocado, dice en broma.+

- ¿Que acaso están en espera o qué, que hay tanta reunión?+

Y todos nos largamos unas risotadas que retumban con todo. Menos Chanyeol,

porque a él le duele. Baekhyun ha jurado a Chanyeol no tener más hijos después

de lo que pasó y que por lo mismo no se casaría con él en la vida. Así que todos

nos reímos. +

Pero la cosa es que Baekhyun no. Y Zitao me mira como enojado. Y Minseok también

mira como enojado a Jongdae, dándole un golpe en el hombro. Y lo mismo le pasa a

Sehun y a Junmyeon que han tenido que cerrar la boca. +

- ¿Baekhyun? – pregunta Chanyeol – ¿Mi Bonito?+


Y ya veo al duro de mi hermano con los ojos aguados y bien abiertos, mirando a

su lado y esperando por una respuesta. Baekhyun le sonríe y dice de repente.+

- Park Chanyeol, vas a ser papá, de nuevo – asiente tranquilo – Y sí acepto,

pero que sea rápido antes que no pueda ponerme un traje bonito y entallado

¿oíste?4

Yo no puedo describir la felicidad de mi amigo, que en medio del grito de

felicitaciones de todos, solamente se limita a ver a su sol y besarlo una y

otra vez y otra vez, dándole las gracias por cada beso que le da.+

Chanyeol me recuerda a mí. Así soy yo cuando te miro, Zitao. Todo su mundo es

Baekhyun. Todo mi universo eres tú, Zitao.+

Camino por los pasillos apagando las últimas luces que quedan encendidas. Vengo

de hacer dormir a mi niña, después de escucharla que me relata algún cuento. A

diferencia de todos los niños, que le gusta que le lean alguna historia para

entrar en sueño, a ella le gusta relatarme alguna que va inventando con mi

ayuda. Sonrío, porque ahora me doy cuenta que todas están relacionadas con

noches de estrellas, hadas y lunas, mientras algún príncipe la rescata de sus

problemas.+
Me detengo en la puerta del dormitorio de nuestro bebé, que ya duerme tranquilo

en su cuna. Mi muchacho es fuerte. Sin saberlo se había aferrado a ti, en

tiempos de lucha, porque ya estaba vivo en ti, cuando esos malditos te habían

arrebatado de mi lado junto a nuestra hija. En silencio fue creciendo día a día

y fue Yixing quien se dio cuenta primero, después de tanta náusea y mareo sin

explicaciones aparentes, porque había una. Mi muchacho.+

Suspiro y prosigo hasta llegar a ti que te has quedado en la penumbra de la

sala, descansando sentado en el sillón inmenso con los ojos cerrados. Nos gusta

hacer esto por las noches, mientras alguna melodía de fondo se oye. Nos sentamos

así, tranquilos los dos, simplemente a estar juntos. +

Me sientes. Sé que sí.+

Abres los ojos, porque son demasiado brillantes tus pupilas aún si las luces

están apagadas. La luz de la noche dibuja tu perfil perfecto y tu sonrisa.

Dios... cómo adoro cuando me sonríes.+

- Viniste – me dices.+

Me deslizo a tu lado y como un niño, termino enredándome en tus brazos, apoyando

mi cabeza en tu pecho y sintiendo que ya peinas mis cabellos. Y así pasamos el


tiempo; bendito tiempo que disfruto a cada instante, como si fuera conciente de

lo que significa esto. Nuestro tiempo, precioso tiempo. Esta es una rutina para

muchos y por eso es aburrida, pero eso pasa con los idiotas que nunca han vivido

en carne propia el terror de saber que eso que tienen podría serles arrebatado

en un abrir y cerrar de ojos. Yo lo sé y por eso esta rutina, día a día, es lo

más valioso que tengo, mi tesoro más amado y el que quiero conservar para

siempre, cuidándolo. +

- ¿Amor? – me llamas.+

Elevo mi rostro y te sonrío, acariciando tu mejilla. Me gusta tu piel, lo sabes

por las miles de veces que te lo dije. Me gusta tanto como tus labios, que

atrapo con los míos al instante y me quedo mirándote, esperando que me digas por

qué me has llamado. Pero no dices nada, aún cuando tus ojos me siguen

preguntando. +

Me descubriste. Soy yo el que tengo algo que decirte y te confieso.+

- Viajamos en dos semanas a esa isla maldita.+

Quieres alejarte de mí en un instante, cuando rodeo con mis brazos tu cintura.

Te encoges de hombros y me miras fijo, cuando tus gestos se endurecen y me

quitas tu mirada al instante, porque estás enojado. Serio me reprochas.+

- ¿Por qué tienes que hacer esto tú?+


Acerco mi rostro más a su rostro, rozando con la punta de mi nariz la tuya para

calmar la ansiedad que tengo y estos malditos nervios con tu aroma tan pacífico,

porque me dan la certeza que te tengo y no te pierdo. Cierras los ojos, mientras

tus labios temblorosos rozan con los míos. +

- Mírame amor – te suplico – Por favor...+

Después de unos segundos, abres tus ojos y me miras triste. Y yo me siento

igual, de sólo pensar en que me apartaré de tu lado por días. Pero vale la pena,

lo sé. Y por eso respondo a su pregunta.+

- Quiero construir el mejor mundo posible y si en algo ayuda lo que haré, lo

haré con gusto. Por ti, por nuestros hijos y los que vienen. Por nuestra familia

Zitao. +

Me miras entonces tomando entre tus manos mi rostro y presionas tu frente a la

mía. Tienes miedo y yo lamento ponerte en este estado, pero tengo que hacerlo. + o

- ¿Quién irá?+

- Todos.+

Tomas ahora ente tus puños el cuello de mi camisa y con un mohín en tus labios,
me sigues reprochando.+

- Diga lo que diga, sé que no cambiarás de idea. +

- Lo hago por nosotros – te aseguro.+

Te quedas callado y me analizas, por cada caricia que me das. Peinas mi cabello

hacia atrás, como memorizándome en detalle y me haces desearte con cada toque de

tus dedos. Debería estar triste y apenado porque te he dicho que viajo, pero

resulta que lejos de eso me haces anhelar tus besos. +

Y te beso. Así, bruscamente te atrapo sorprendiéndote en mi gesto, queriendo

hundirme en tu cuerpo, comenzando por apoderarme de tu boca, adentrándome en

este mar de lujuria de sentir cómo respondes a mis toques. Eres tan, pero tan

bello, que no dejo de desearte día tras día y de saber del placer de sentirte a

pleno.+

Agitado me susurras que me amas y te aferras a mi cuello, presionando tu cuerpo

a mi cuerpo y así nos quedamos por un largo tiempo, enredados el uno en el otro,

encerrándonos entre nuestros brazos y nuestros besos. +

Hasta que te apartas de pronto de mis labios y me miras.+

Agitados nos quedamos, sintiendo el aliento que emanamos del momento de

excitación entre nosotros. Y te pregunto.+


- ¿Qué?+

Porque no sé qué te ha detenido de repente. Y sé que algo ha pasado por tu

mente. +

- Recordé de ...– me dices sonriendo divertido –... la primera vez que dijiste

que me amabas...+

Y también sonrío. Me acerco a tu cuerpo recostado entre almohadones y me tomo el

atrevimiento de treparme encima de ti, refregándome de lleno sobre tu exquisita

calidez. Me muerdo el labio inferior y enarcando una ceja, sugestivo te digo,

engreído en mi triunfo.+

- ¿En serio recuerdas eso?+

Te beso en el cuello y emites una risa, encogiéndote de hombros. Ahora nos

reímos y me alegra hacerlo, aún si ese momento estaba lleno de miedos. Y sé que

recordaste exactamente eso, porque tu sonrisa se ha ido en este momento,

mientras apartas mi mechón rebelde de mi frente inútilmente y delineas con tus

dedos mis labios haciéndome sentir cosquillas. Parpadeas somnoliento, lentamente

y la nostalgia plaga tu mirada, sabiendo que me recordaste de rodillas,

suplicándote porque huyéramos juntos, porque te amaba.+

- Cumpliste tu juramento al pie de la letra – me dices.+


Porque te juré que te seguiría amando. Y así lo hice. +

- Porque sólo tú sabes cómo hacerme feliz – te digo, aún sonando bastante

egoísta, recordando las palabras de ese día.+

- Y eso es porque te amo Wu Yifan, Mi Hombre.+

- Como yo te amo, Huang Zitao, Mi Niño.+

Y así nos quedamos un momento, saboreándonos con la mirada. Y después ya te

tengo por completo, memorizándote de punta a punta, tallando con mis besos todo

tu cuerpo.+

Mi Niño. Mi amado. Mi Zitao. +

Cada momento de nuestra historia, que fue tejiéndose en el tiempo, nos hizo

llegar a este momento de un final, sin final. Porque lo nuestro es eterno, como

nuestro amor es eterno. Y sé que piensas lo mismo, cada vez que me miras en

silencio, que nuestra historia estaba escrita desde siempre y que no cabe dudas

de que esto fue cosa del destino. Nuestro amor, mi amor, Mi Niño.

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