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Capítulo 6: Discusión y conclusiones

1. Conceptualización compartida y psicopedagógica del aprendizaje-


servicio:
Conceptualizar es dotar de significado a las experiencias; dar cuenta de
una parte de la realidad destacando aquellos aspectos que ayudan a
singularizar un fenómeno. Es francamente difícil que se produzca
productivamente esta relación si existe una considerable distancia entre
las percepciones de los orientadores y las del resto de los docentes con
los que trabaja, sin que haya paralelamente procesos de acercamiento
(Domingo y Hernández, 2008). Los aprendizajes no se circunscriben
solo a los estudiantes. El profesorado considera el ApS como una fuente
de enriquecimiento y mejora del ejercicio de su profesión.

2. Motivación, participación, formación y valoración del aprendizaje-


servicio. Experiencia compartida:
Para el alumnado, la motivación está relacionada con las aportaciones
personales y a la comunidad que perciben al realizar un servicio
solidario. La práctica del ApS es la que otorga este sentido (Rubio
Serrano, 2009).
La valoración del ApS por parte de todos los informantes es positiva. Se
asigna un valor alto al ApS y son conscientes de sus aportaciones tanto
a nivel personal, como de centro y de comunidad.

3. El aprendizaje-servicio, vía de desarrollo de la orientación


educativa
Uno de los objetivos del estudio de caso realizado es conocer si los
participantes en experiencias de ApS perciben una relación entre el
desarrollo del aprendizaje servicio y la orientación educativa; y, si es así,
cuál es el tipo de relación que establecen. Los resultados reflejan que
todos los participantes establecen la relación del ApS con la orientación
educativa de forma clara, lo cual permite deducir que el ApS en este
centro se enmarca dentro de la OE, en la medida en que constituye una
vía para el desarrollo de sus ámbitos y para la concreción de los roles y
funciones del orientador educativo. El ApS se relaciona con la
orientación educativa en el sentido de que contribuye al desarrollo de
sus diferentes ámbitos. En este aspecto se coincide con Wilczenski y
Coomey (2007), en el sentido de que el ApS, como aprendizaje basado
en la evidencia, es un enfoque educativo que involucra a los estudiantes
en actividades significativas en el mundo real y que les permite
desarrollar competencias sociales, emocionales y profesionales, además
de facilitar el cumplimiento de los objetivos del plan de estudios y de
contribuir al desarrollo de las comunidades. Desde esta premisa, cobra
especial sentido la relación del ApS con la actuación orientadora.

4. El aprendizaje-servicio forma parte de los ámbitos de la orientación


educativa:
Los resultados de este estudio permiten profundizar en la contribución
del ApS a los ámbitos de la orientación educativa. Partiendo del discurso
de los informantes y de las aportaciones de la literatura sobre aspectos
relacionados con el tema, se extrajeron las subcategorías que
permitieron organizar tales textos.

El ApS en la orientación personal


«Aprender a ser» ha formado siempre parte del currículo, oculto o
explícito, de la escuela, pero ha sido recientemente cuando se ha
comenzado a sistematizar la búsqueda de didácticas adecuadas para
cuestiones tan complejas y delicadas como la formación personal
(Tapia, 2008b). Desde el punto de vista de las familias, el ApS es una
oportunidad para aprender a solidarizarse con los demás y a desarrollar
una serie de habilidades relacionadas con la empatía, la constancia y la
satisfacción por el trabajo realizado, lo que a su vez refuerza su
autoestima (Tapia, 2008b).

El ApS en la convivencia
Por su parte, el alumnado relaciona el ApS con la convivencia en la
medida en que les posibilita el aprendizaje de valores sociales, de
ciudadanía y de convivencia. Billig y colaboradores (2008), citado en
Furco y Root (2010) demostraron que los estudiantes, después de
participar en actividades de ApS, perciben que tienen algo positivo con
lo que contribuir a la comunidad y tienen una clara conciencia del
desarrollo de competencias sociales. Los resultados de la presente tesis
coinciden con esta visión y con el planteamiento de Tapia (2010a), quien
destaca que los estudiantes que participan en ApS tienen oportunidad
de relacionarse dentro y fuera del centro, abriéndose a nuevas
amistades que permanecen una vez terminados los proyectos.

El ApS en la inclusión educativa y justicia social


Hacer referencia al ApS en la inclusión educativa y justicia social implica
considerar esta metodología como una forma de aprender con garantías
de éxito para todos los alumnos. Es pertinente retomar aquí el
planteamiento de Echeita (2008), quien señala que hacer efectivo el
derecho a la educación exige garantizar que todos los niños tengan
acceso a la misma, pero no de cualquier manera, sino a una educación
de calidad.

El ApS en la acción tutorial

Este marco subyace al planteamiento de la acción tutorial en el centro


estudiado, que incluye el ApS como una metodología clave para su
desarrollo. Los resultados de este estudio evidencian que el ApS forma
parte de la acción tutorial en el centro. De especial relevancia en este
estudio es la consideración del ApS, no sólo como una metodología para
trabajar la tutoría, sino como una forma de enriquecer la tutoría y el
trabajo en convivencia, ya que se desarrolla desde un enfoque social y
aplicado tanto al centro como hacia fuera del centro. Por tanto habrá de
formar parte del plan de acción tutorial del centro.

El ApS en el proceso de enseñanza-aprendizaje


Otro de los ámbitos tradicionales de la orientación educativa hace
referencia al proceso de enseñanza-aprendizaje, que enmarca todas
aquellas actuaciones de apoyo y asesoramiento para dar una respuesta
educativa ajustada a todos los alumnos. Supone uno de los ámbitos de
orientación de mayor amplitud, al incorporar dentro del mismo los
contenidos relacionados con la atención a la diversidad del alumnado
(RD 29 de abril de 1996).

El ApS en la orientación académica y profesional

La puesta en marcha de actuaciones para la orientación académica y


profesional de los alumnos constituye una de las líneas fundamentales
del trabajo del orientador en la educación secundaria y de esta forma es
percibido por los participantes en este estudio. Sin bien hasta la fecha
son muy escasos los estudios que se refieren al ApS como un ámbito de
la orientación (Steen et al., 2012), sí se cuenta con investigaciones
recientes
que muestran que las prácticas de aprendizaje-servicio constituyen una
herramienta eficaz para el desarrollo de competencias relacionadas con
el mundo del trabajo (Tapia, 2010a).

5. Múltiples roles del orientador en el aprendizaje-servicio


El orientador como promotor del ApS
Tal como señala Nelson (2007), los orientadores educativos pueden
actuar como facilitadores del programa de aprendizaje-servicio y pedir
ayuda para implementar el programa a los profesores interesados, al
personal y a los padres. De esta forma se percibe al orientador como
facilitador de propuestas y de dinamizador del trabajo en equipo .

El rol de coordinador como nexo entre el centro y el entorno


Coincidimos con Spring y colaboradores (2008) en que la coordinación
es clave en el ApS ya que supone un apoyo técnico y ayuda en la
coordinación de las actividades con la comunidad. Si bien esta función
no está claramente definida en los centros, sí se identifica como
necesaria para que las prácticas de ApS se trabajen, no aisladamente
sino formando parte del plan de centro.

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